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Sobre las decepciones

¿Qué puede ser más sorpresivo que una decepción? Podría decirse que el tiempo deja de tomar su
rumbo para desviare por los rincones del alma. Una noticia no esperada que nada tiene que ver ya
con uno, sino con el interés egoísta de la apropiación humana. ¿Qué es lo que mueve y rige la
personalidad de un alma decepcionada? Probablemente una invasión finita de recuerdos con
respuestas ocultas que solo poniendo estricta atención, nos van a revelar un poco del presente, es
decir, toda imagen del pasado es un reflejo de lo que estaba sucediendo y no estábamos
conscientes en todo el sentido de la palabra. Las personas somos incapaces de decir lo que no
queremos y no nos gusta por miedos irracionales o, por sentir una vaga curiosidad de lo que
pudiera ser. Como siempre, dejando nuestro futuro al azar confiando en la “felicidad” que se da
mientras se toma la decisión.

¿Somos conscientes de lo que puede pasar? Sinceramente lo dudo, definitivamente


necesitaríamos estar atados a una vida muda por dedicarnos al pensamiento profundo, a la
elección correcta que no afecte de alguna manera el destino o el rumbo de la carretera que hasta
ahora construimos. Y es que volviendo al tema de la decepción, el decepcionarse es cosa de un
instante, es cosa de un momento, es cosa de estar y por lo tanto aprovechar la decepción para
tomar decisiones que no pongan en riesgo nuestra estabilidad humana. La verdad está en la
decepción; es una forma de entender el porqué de una situación a la que se debe poner fin.

A ciencia cierta no sé qué es lo que siento. Mientras escribo estas líneas siento una especie de
liberación, siento que el corazón se des-in-flama y así voy reconociendo quien soy y que es lo que
por ciertos ratos siento. Ahora siento una paz inexplicable, una suerte de vitalismo reorganizador
de vida que me sugiere meditar por las mañanas, beber café y conocer más gente para conocer
otros mundos. Tiene sentido, beber café para curar las decepciones, las heridas y para celebras las
ideas que llegan al corazón. Necesito ser menos arrogante, dejar a la gente ser y dejarme ser
también. Necesito darle un respiro a mi vida porque siento que esto realmente no termina.
Necesito dejar al chaman ser chaman… necesito aprender a escuchar el silencio, mi silencio, el
silencio del mundo para encontrar la chispa que perdí hace 4 años.

Gracias por decepcionarme…

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