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A finales del siglo XVIII nace en Sajonia, Alemania un movimiento que definiría el rumbo
del arte. Un grupo de idealistas jóvenes, hartos del sobrerracionalismo que trajo consigo la
ilustración, liderados por Schiller, mostraron una posibilidad de una estética que se
encuentra más allá de la muerte, de la nada, de lo racional; donde está el todo, el cosmos,
nosotros.
Dentro de este círculo disruptivo de jóvenes poetas, hubo un joven que fue disruptivo
dentro de su propio grupo. No solo rechazo el racionalismo a la ilustración sino también
rechazo el extremo romanticismo poniendo como esencial la conjunción de la razón y el
sentimiento. Por eso es que Friedrich Von Hardenberg, bajo el seudónimo de Novalis –
nombre por el cual se conoce a sus antepasados procedentes de la baja Sajonia-- subsale y
es piedra angular de la formación del Romanticismo.
Proveniente de una familia cristiana y con una virtud para escribir con elocuencia, Novalis
a la corta edad de 25 años como resultado de una catarsis, será espectador de una revelación
del dolor en sí mismo. Esto no puede haber pasado salvo viviendo la muerte estando vivo.
Víctima de una doble sacudida – la muerte de su hermano Erasmus y su Prometida Sophie
Von Kun de apenas 15 años y de la cual Friedrich estaba profundamente enamorado—que
parecen secar su alma, ve que el mundo no es las cosas que lo rodean, ni siquiera es las
personas con quienes convive; es, sin embargo, aquello que amas y te importa. Esto lo supo
cuando se fue todo lo que le regalaba la felicidad es su vida. Vivir la insoportable muerte de
su amada Sophie le hizo experimentar una soledad, la cual, en sus palabras, huyo de su vida
incluso la tristeza.
Como resultado del duelo espiritual, este poeta comenzara a producir una inspiración que lo
lleva a escribir una de sus obras más aclamadas “Los Himnos a La Noche”.
Novalis, es un poeta que llega a ser peligroso. Pero, ¿peligroso para quién? Es un poeta
peligroso no para un sistema, una sociedad o un aparato; es un poeta peligroso para uno
mismo. Claro, que toda poesía resulta peligrosa. Sin embargo, su poesía es una
inauguración de la fundición con uno mismo. En ese sentido es peligroso, ya que es una
aventura oscura el ver al interior de uno.