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Este resumen describe la interacción entre Eloísa, un conejo llamado Nicasio y un cachorro de león llamado Roberto. Roberto afirma ser un león, pero inicialmente no puede rugir. Eloísa y Nicasio se burlan de él hasta que el profesor interviene y ruga en su lugar, asustando a Eloísa y Nicasio. Más tarde, Roberto descubre que puede rugir por sí mismo, pero Eloísa y Nicasio huyen asustados.
Este resumen describe la interacción entre Eloísa, un conejo llamado Nicasio y un cachorro de león llamado Roberto. Roberto afirma ser un león, pero inicialmente no puede rugir. Eloísa y Nicasio se burlan de él hasta que el profesor interviene y ruga en su lugar, asustando a Eloísa y Nicasio. Más tarde, Roberto descubre que puede rugir por sí mismo, pero Eloísa y Nicasio huyen asustados.
Este resumen describe la interacción entre Eloísa, un conejo llamado Nicasio y un cachorro de león llamado Roberto. Roberto afirma ser un león, pero inicialmente no puede rugir. Eloísa y Nicasio se burlan de él hasta que el profesor interviene y ruga en su lugar, asustando a Eloísa y Nicasio. Más tarde, Roberto descubre que puede rugir por sí mismo, pero Eloísa y Nicasio huyen asustados.
allá, oímos voces, son la niña Eloísa y el conejo Nicasio) ELOÍSA.- -¡Quita! NICASIO.- -¡Quita tú! ELOÍSA.- -¡Déjame pasar! NICASIO.- -¡Déjame tu! (Entra ELOÍSA) ELOÍSA.- -¡La tengo, la tengo, la tengo…! (Coge la pelota con la boca) -¡¡La tengo!! (Entra Nicasio) NICASIO.- -¡Me has hecho trampa! ELOÍSA.- (Con la pelota en la boca) -¡Nada de efo, de he ganado dimpiamedte! NICASIO.- -¡Que no! ELOÍSA.- -¡Que fí! NICASIO.- -¡Que no! ELOÍSA.- -¡Que fí! (Están en éstas, cuando aparece un leoncito, Roberto, en un extremo y se queda mirándoles, el conejo lo ve) NICASIO.- -¡Qué es eso! -¡Un gato roquero! ELOÍSA.- Ay sí, ya te creí. -¡Me quiedez quitad da pedota! NICASIO.- -¡Cuidado, que nos atacar! ELOÍSA.- (Se le cae la pelota de la boca, Nicasio aprovecha para esconderla) -¡Ay, diosito! -¡Qué es eso! Nunca había visto un gato roquero. ROBERTO.- -¡Yo no soy eso! NICASIO.- Pues tienes toda la pinta. ELOÍSA.- -¡Tremendo mechudo! ROBERTO.- -¡Que yo no soy eso! NICASIO.- Bueno, -¿y entonces qué eres? ROBERTO.- (Muy orgulloso) -¡Soy un león! ELOÍSA.- -¡Virgen santa! (Pretende salir corriendo, pero choca de inmediato con el conejo, que se tambalea, el Eloísa cae, asoma la cabeza) -¡Huye, huye, ahora que puedes! NICASIO.- (Todavía mareado) -No seas tonta, acaso no ves que es un gatito? (ELOÍSA se levanta) ROBERTO.- -¡No soy un gatito, soy un pequeño león! ELOÍSA.- -¡Ay, mi madre! (Pretende huir, vuelve a chocar con el conejo, que se tambalea y cae) NICASIO.- Esta niña está lela, lela, lela… (Dice esto a ritmo de su bamboleo) ELOÍSA.- (Desde el suelo, levantándose) -¡Ay, qué vida tan dura la mía! NICASIO.- -¡No te digo! ROBERTO.- -¡Yo no he dicho nada! ELOÍSA.- (De los golpes, no se acuerda de nada, ve al león) -¡Mira, Nicasio, un gato roquero! NICASIO.- -¡No te digo! -¡Despierta, ELOÍSA, que llevamos con esto media hora! ELOÍSA.- (Mira al conejo y al león) -¡Ah, ya me acuerdo, es un león! (Se esconde detrás del conejo) NICASIO.- -¡No te digo! A ver, gatito, demuestra que eres lo que dices que eres. ROBERTO.- -¿Y, y, y… y yo por qué? Demuéstralo tu. NICASIO.- -¡Uy pero qué genio el de este gatito! Muy bien, tú lo has querido. -¡Quita ELOÍSA! Yo soy un conejo, el conejo Nicasio, y salto y salto como hacen todos los conejos. (Dicho esto, comienza a saltar, bajito, luego más alto, pega un brinco y trata de asustar a Roberto) ROBERTO.- -¡Ay! ELOÍSA.- -¡Ay! NICASIO.- (Muy orgulloso, riéndose) Sí lo vieron, un verdadero conejo. Y ahora te toca a ti, gatito. ROBERTO.- -¡Que no soy un gatito! ELOÍSA.- -¡No lo enfades, Nicasio! ROBERTO.- -¡Le toca a ella, le toca a ella! ELOÍSA.- -¿Por qué no me habré quedado callada? NICASIO.- Sin problemas. Tu turno, ELOÍSA. (la niña no se mueve del sitio) -¡Tu turno, ELOÍSA! (Le arrastra hasta el centro) ELOÍSA.- Bueno…esto…-¿todos tranquilos, bueno? ROBERTO.- Vale. ELOÍSA.- Yo soy una niña, la niña ELOÍSA, y canto y canto como lo hacen todos los niños. (Comienza a tararear una canción, Roberto se ríe) NICASIO.- -¡No te digo! -¡Ponle más emoción, ELOÍSA! (ELOÍSA se anima y canta) ROBERTO.- -¡Ooooh! NICASIO.- Y ahora, tu turno. ELOÍSA.- (Que se ha envalentonado) -¡Eso, eso, tu turno! (El leoncito duda, se siente nervioso) NICASIO.- -¡Buah, éste ni es león ni es nada! ELOÍSA.- -¡Eso, eso, ni es nada! ROBERTO.- -¡Claro que soy un león, y te lo voy a demostrar! (Muy erguido y orgulloso) - Yo soy un león, el león Roberto, y rujo y rujo como hacen todos los leones. (El conejo y la niña se miran) NICASIO.- -¡Adelante! ELOÍSA.- -¡Adelante! ROBERTO.- (Todavía más erguido y orgulloso) Yo soy un león, el león Roberto, y rujo y rujo como hacen todos los leones. (Intenta rugir, lo intenta y lo intenta para al final conseguir un «-¡burf!», el conejo y la niña se miran y estallan en risas) ELOÍSA.- -¡Jajajajaja, me muero de la risa! NICASIO.- -¡Qué león tan chichipato! ROBERTO.- -¡No se rían de mí, soy un león de verdad! NICASIO.- -¡Adelante! ELOÍSA.- -¡Adelante! (El leoncito lo vuelve a intentar, pero sólo consigue otro «-¡burf!», el conejo y la niña se miran y estallan en risas) NICASIO.- -¡Que me orino! jajajajaja ELOÍSA.- -¡Me va a matar de risa! ROBERTO.- -¡Ya está bien, ahora van a ver! (El conejo y la niña le miran sin confianza ninguna, apoyados el uno en el otro, están agotados de tanto reirse) (Roberto vuelve a intentarlo, de repente un gran rugido lo llena todo, el conejo y la niña dan un salto del susto y se alejan todo lo que pueden del pequeño león) NICASIO/ ELOÍSA.- -¡Ay Dios santo! (Roberto se ha quedado inmóvil, asombrado, vuelve a intentarlo y de nuevo un gran rugido lo llena todo) ELOÍSA.- -¿Nos vamos, Nicasio? NICASIO.- ¡Vámonos!, ELOÍSA. ELOÍSA.- -¡Un placer! NICASIO.- -¡Encantado! (Salen corriendo gritando ¡aaah!) ROBERTO.- -¡Lo he conseguido, lo he conseguido! (Se oye otro gran rugido, Roberto se queda inmóvil, mirando al público, entra el profe…) PROFE.- Pero Roberto -¿no te he dicho que eres muy pequeño para poder rugir? ROBERTO.- Entonces, -¿has sido tú, profe? PROFE.- Claro que sí, esos dos se estaban poniendo muy pesados, que se metan con uno de su tamaño. ROBERTO.- -¡Eso! PROFE.- Pero yo sé que tú eres el más valiente, y no te has dejado asustar. ROBERTO.- -¡Exacto, y cuando sea mayor rugiré y rugiré y nadie se meterá conmigo! PROFE.- -¡Eso Roberto! Y ahora vamos a comer para que te pongas muy fuerte. ROBERTO.- Sí. -¡Mira profe, una pelota! PROFE.- Seguro que es un premio por ser tan valiente. ROBERTO.- -¡Después de comer podemos jugar! PROFE.- Claro que sí. ROBERTO.- -¡Vamos! (Salen de escena) (Entran sigilosamente el conejo y la niña) ELOÍSA.- Se ha llevado nuestra pelota. NICASIO.- Bueno, es el rey de la selva. ELOÍSA.- -¿Pero esto es la selva? NICASIO.- Pues debe ser. ELOÍSA.- Pues yo he pasado antes por delante de un supermercado. NICASIO.- Y yo. (Se oye otro gran rugido) ELOÍSA /NICASIO.- -¡Ay, mi madre! (Al público) -¡Nos vemos! (Se miran) -¡Nos vamos! (Salen de escena, gritando) FIN