Está en la página 1de 13

El león que no sabía rugir

(Entra en escena una pelota, rebotando aquí y


allá, oímos voces, son la niña Eloísa y el conejo
Nicasio)
ELOÍSA.-
-¡Quita!
NICASIO.-
-¡Quita tú!
ELOÍSA.-
-¡Déjame pasar!
NICASIO.-
-¡Déjame tu!
(Entra ELOÍSA)
ELOÍSA.-
-¡La tengo, la tengo, la tengo…!
(Coge la pelota con la boca)
-¡¡La tengo!!
(Entra Nicasio)
NICASIO.-
-¡Me has hecho trampa!
ELOÍSA.-
(Con la pelota en la boca)
-¡Nada de efo, de he ganado dimpiamedte!
NICASIO.-
-¡Que no!
ELOÍSA.-
-¡Que fí!
NICASIO.-
-¡Que no!
ELOÍSA.-
-¡Que fí!
(Están en éstas, cuando aparece un leoncito,
Roberto, en un extremo y se queda mirándoles,
el conejo lo ve)
NICASIO.-
-¡Qué es eso! -¡Un gato roquero!
ELOÍSA.-
Ay sí, ya te creí. -¡Me quiedez quitad da pedota!
NICASIO.-
-¡Cuidado, que nos atacar!
ELOÍSA.-
(Se le cae la pelota de la boca, Nicasio aprovecha
para esconderla)
-¡Ay, diosito! -¡Qué es eso! Nunca había visto un
gato roquero.
ROBERTO.-
-¡Yo no soy eso!
NICASIO.-
Pues tienes toda la pinta.
ELOÍSA.-
-¡Tremendo mechudo!
ROBERTO.-
-¡Que yo no soy eso!
NICASIO.-
Bueno, -¿y entonces qué eres?
ROBERTO.-
(Muy orgulloso)
-¡Soy un león!
ELOÍSA.-
-¡Virgen santa!
(Pretende salir corriendo, pero choca de
inmediato con el conejo, que se tambalea, el
Eloísa cae, asoma la cabeza)
-¡Huye, huye, ahora que puedes!
NICASIO.-
(Todavía mareado)
-No seas tonta, acaso no ves que es un gatito?
(ELOÍSA se levanta)
ROBERTO.-
-¡No soy un gatito, soy un pequeño león!
ELOÍSA.-
-¡Ay, mi madre!
(Pretende huir, vuelve a chocar con el conejo,
que se tambalea y cae)
NICASIO.-
Esta niña está lela, lela, lela…
(Dice esto a ritmo de su bamboleo)
ELOÍSA.-
(Desde el suelo, levantándose)
-¡Ay, qué vida tan dura la mía!
NICASIO.-
-¡No te digo!
ROBERTO.-
-¡Yo no he dicho nada!
ELOÍSA.-
(De los golpes, no se acuerda de nada, ve al león)
-¡Mira, Nicasio, un gato roquero!
NICASIO.-
-¡No te digo! -¡Despierta, ELOÍSA, que llevamos
con esto media hora!
ELOÍSA.-
(Mira al conejo y al león)
-¡Ah, ya me acuerdo, es un león!
(Se esconde detrás del conejo)
NICASIO.-
-¡No te digo! A ver, gatito, demuestra que eres lo
que dices que eres.
ROBERTO.-
-¿Y, y, y… y yo por qué? Demuéstralo tu.
NICASIO.-
-¡Uy pero qué genio el de este gatito! Muy bien,
tú lo has querido. -¡Quita ELOÍSA!
Yo soy un conejo, el conejo Nicasio, y salto y
salto como hacen todos los conejos.
(Dicho esto, comienza a saltar, bajito, luego más
alto, pega un brinco y trata de asustar a Roberto)
ROBERTO.-
-¡Ay!
ELOÍSA.-
-¡Ay!
NICASIO.-
(Muy orgulloso, riéndose)
Sí lo vieron, un verdadero conejo. Y ahora te toca
a ti, gatito.
ROBERTO.-
-¡Que no soy un gatito!
ELOÍSA.-
-¡No lo enfades, Nicasio!
ROBERTO.-
-¡Le toca a ella, le toca a ella!
ELOÍSA.-
-¿Por qué no me habré quedado callada?
NICASIO.-
Sin problemas. Tu turno, ELOÍSA.
(la niña no se mueve del sitio)
-¡Tu turno, ELOÍSA!
(Le arrastra hasta el centro)
ELOÍSA.-
Bueno…esto…-¿todos tranquilos, bueno?
ROBERTO.-
Vale.
ELOÍSA.-
Yo soy una niña, la niña ELOÍSA, y canto y canto
como lo hacen todos los niños.
(Comienza a tararear una canción, Roberto se
ríe)
NICASIO.-
-¡No te digo! -¡Ponle más emoción, ELOÍSA!
(ELOÍSA se anima y canta)
ROBERTO.-
-¡Ooooh!
NICASIO.-
Y ahora, tu turno.
ELOÍSA.-
(Que se ha envalentonado)
-¡Eso, eso, tu turno!
(El leoncito duda, se siente nervioso)
NICASIO.-
-¡Buah, éste ni es león ni es nada!
ELOÍSA.-
-¡Eso, eso, ni es nada!
ROBERTO.-
-¡Claro que soy un león, y te lo voy a demostrar!
(Muy erguido y orgulloso)
- Yo soy un león, el león Roberto, y rujo y rujo
como hacen todos los leones.
(El conejo y la niña se miran)
NICASIO.-
-¡Adelante!
ELOÍSA.-
-¡Adelante!
ROBERTO.-
(Todavía más erguido y orgulloso)
Yo soy un león, el león Roberto, y rujo y rujo
como hacen todos los leones.
(Intenta rugir, lo intenta y lo intenta para al final
conseguir un «-¡burf!», el conejo y la niña se
miran y estallan en risas)
ELOÍSA.-
-¡Jajajajaja, me muero de la risa!
NICASIO.-
-¡Qué león tan chichipato!
ROBERTO.-
-¡No se rían de mí, soy un león de verdad!
NICASIO.-
-¡Adelante!
ELOÍSA.-
-¡Adelante!
(El leoncito lo vuelve a intentar, pero sólo
consigue otro «-¡burf!», el conejo y la niña se
miran y estallan en risas)
NICASIO.-
-¡Que me orino! jajajajaja
ELOÍSA.-
-¡Me va a matar de risa!
ROBERTO.-
-¡Ya está bien, ahora van a ver!
(El conejo y la niña le miran sin confianza
ninguna, apoyados el uno en el otro, están
agotados de tanto reirse)
(Roberto vuelve a intentarlo, de repente un gran
rugido lo llena todo, el conejo y la niña dan un
salto del susto y se alejan todo lo que pueden del
pequeño león)
NICASIO/ ELOÍSA.-
-¡Ay Dios santo!
(Roberto se ha quedado inmóvil, asombrado,
vuelve a intentarlo y de nuevo un gran rugido lo
llena todo)
ELOÍSA.-
-¿Nos vamos, Nicasio?
NICASIO.-
¡Vámonos!, ELOÍSA.
ELOÍSA.-
-¡Un placer!
NICASIO.-
-¡Encantado!
(Salen corriendo gritando ¡aaah!)
ROBERTO.-
-¡Lo he conseguido, lo he conseguido!
(Se oye otro gran rugido, Roberto se queda
inmóvil, mirando al público, entra el profe…)
PROFE.-
Pero Roberto -¿no te he dicho que eres muy
pequeño para poder rugir?
ROBERTO.-
Entonces, -¿has sido tú, profe?
PROFE.-
Claro que sí, esos dos se estaban poniendo muy
pesados, que se metan con uno de su tamaño.
ROBERTO.-
-¡Eso!
PROFE.-
Pero yo sé que tú eres el más valiente, y no te
has dejado asustar.
ROBERTO.-
-¡Exacto, y cuando sea mayor rugiré y rugiré y
nadie se meterá conmigo!
PROFE.-
-¡Eso Roberto! Y ahora vamos a comer para que
te pongas muy fuerte.
ROBERTO.-
Sí. -¡Mira profe, una pelota!
PROFE.-
Seguro que es un premio por ser tan valiente.
ROBERTO.-
-¡Después de comer podemos jugar!
PROFE.-
Claro que sí.
ROBERTO.-
-¡Vamos!
(Salen de escena)
(Entran sigilosamente el conejo y la niña)
ELOÍSA.-
Se ha llevado nuestra pelota.
NICASIO.-
Bueno, es el rey de la selva.
ELOÍSA.-
-¿Pero esto es la selva?
NICASIO.-
Pues debe ser.
ELOÍSA.-
Pues yo he pasado antes por delante de un
supermercado.
NICASIO.-
Y yo.
(Se oye otro gran rugido)
ELOÍSA /NICASIO.-
-¡Ay, mi madre!
(Al público)
-¡Nos vemos!
(Se miran)
-¡Nos vamos!
(Salen de escena, gritando)
FIN

También podría gustarte