Los medicamentos surgieron desde la antigüedad para tratar enfermedades, pero a
la vez pueden ocasionar problemas relacionados con el uso y reacciones adversas medicamentosas. La decisión de usar determinados fármacos, según el diagnóstico clínico y los aspectos farmacológicos, debería analizarse en equipo transdiciplinar, desde la atención primaria, el servicio integral de atención y cuidados farmacéuticos cognitivo y política farmacéutica beneficiosa por la seguridad del paciente, la promoción de salud y el papel representativo del uso racional en el proceso de la salud-enfermedad. La medicación sin el consejo médico y farmacéutico se conoce como automedicación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta se define como “la selección y uso de medicamentos por los individuos para tratar enfermedades o síntomas auto reconocidos”. Es un fenómeno en claro crecimiento que afecta tanto a la población nacional como internacionalmente, en menor o mayor medida. Una práctica alejada de la supervisión médica motivado por difusión de información sobre uso farmacológico y posología de diversos medicamentos en los distintos medios de comunicación. Aunado a eso y con mayor relevancia, los problemas que acarrea adquirir un servicio sanitario adecuado y oportuno. Esta trae tendencisa diversas complicaciones si no se posee conocimiento suficiente. Algunas de esas pueden ser: la disminución de efectividad de los antibióticos en personas que la consumen y generación de cepas bacterianas resistentes al antibiótico que pueden migrar hacia otros huéspedes, infectándolos; sangramientos digestivos, lo que corresponde al 40% de su causa; otros como el enmascaramiento de síntomas, que conlleva al retraso en el diagnóstico y tratamiento adecuado; incluso dependencia o acción a los medicamentos. El uso irresponsable de medicamentos, consiente o no, puede significar un factor de riesgo de interés farmacológico, clínico y de salud pública, inducen a emergencias accidentales, iatrogenia, intencionales o por sobredosis, así: la penicilina G benzatinica puede ocasionar un shock anafiláctico; la talidomida siendo teratogenico, propenso a provocar focomelia; el cloranfenicol usado para infecciones bacterianas como la meningitis, característico de tener como reacción adversa un síndrome gris; el acetaminofén, hepatotoxico; agentes psicotrópicos como la morfina, causan depresión respiratoria y desde farmacodependencia física y psicológica hasta la muerte. Medicamentos de venta libre Los medicamentos de venta libre se encuentran entre uno de los mayores grupos de fármacos propagandeados con cada vez mayor influencia en el público, conformen se sintetizan nuevas formas de difusión. Eso, en conjunto con la polifarmacia, determinan la tendencia del consumo excesivo y abusivo de medicamentos sin prescripción. Durante los últimos años la publicidad masiva de los medicamentos se ha extendido de forma espectacular, no hay medio de comunicación que no dé cabida a diversas formas de publicidad y promoción de numerosas especialidades farmacéuticas. En la televisión se ven anuncios de analgésicos, antigripales, antitusivos, fungicidas, adelgazantes, anticelulíticos, antimicóticos, antiinflamatorios, broncodilatadores y descongestivos, preparados dermatológicos y contra hemorroides, laxantes oftalmológicos, relajantes musculares, vitaminas, minerales y suplementos alimenticios. Muchos de estos por verse inofensivos conducen a la mala regulación y control de las dosis adecuadas, como el paracetamol, que a la larga puede causar daño renal y digestivo. Las reacciones adversas son características de un número infinito de medicamentos, de conocimiento general y muchas veces mal manejado, justificándose como un efecto farmacológico normal a corto plazo y desconociendo de sus repercusiones con el tiempo, además aspectos a tener en cuenta, como las variantes afecciones que puedan presentar las personas y en que, el mal uso de un medicamento pueda ser el inicio de un cuadro clínico. Lamentablemente tales propagandas son casi siempre engañosas porque soslayan inconvenientes, peligros, reacciones adversas y contraindicaciones. Pero aún más, desde el punto de vista de la salud pública son un atentado, ya que ponen en grave riesgo la vida y la salud de los espectadores sugestionados a recetarse medicamentos que requieren consulta médica previa.
Consejos por farmacéuticos
¿Hasta qué punto se le puede consultar por medicamentos al personal farmacéutico? Puede caerse en el error de creer en el químico farmacéutico como facultativo para prescribir medicamentos y si bien, es aceptable la orientación de ciertas medicinas como alternativa ideal de lo que el medico ha indicado, el peligro empieza cuando el paciente al iniciar un cuadro sintomatológico acude a la farmacia por una consulta médica. El trabajo de los químicos farmacéuticos es esencial y de gran apoyo para el médico, estos procuran alternativas coherentes, selección de medicamentos esenciales, determinación de las necesidades en medicamentos, compra, distribución y uso racional de medicamentos. No se puede pretender acudir a una farmacia a pedir una consulta por un dolor abdominal de dudosa etiología.