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1
Juan Carlos, El método de la teología de la liberación. 370.
2
Ibidem., pág. 371.
Es así que nuestro método partirá de hacer una reflexión de la situación de la pobreza y
desigualdad de una forma general desde los lugares contextuales de las sociedades
olvidadas y marginadas, partiendo del conocimiento sacramental (actitudes religiosas
comunes que se dan dentro del diario vivir), desde la misma aptitud del entendimiento del
hombre sobre Dios y su pobreza, y hacer un análisis de esa actitud por medio de la
cientificidad, conocimiento filosófico y teológico, y el conocimiento socio-histórico. Es así
que se parte de la realidad como conocimiento, y hay una muy cercana comunicación con el
conocimiento científico para llegar a una transformación social.
Es así que cuando hacemos un estudio de una de las fases de la interpretación de acuerdo al
método, se infiere que lo sapiencial es aquello que nos permitirá tener un mayor
conocimiento de las causas que generan la pobreza y opresión en una sociedad, y
analizando los signos de los tiempos, el foco científico nos ayudará a interpretar esos signos
a la luz de la palabra revelada por Dios, sirviendo como guía en busca de una solución que
ayude a un cambio y transformación social del pobre en general.
Y es así como la teología de la liberación surge como una solución a aquellos países,
pueblos, hombres que han sido marginados, humillados en su dignidad, y que es deber de la
teología buscar la transformación de esa sociedad; para Joao Batista sobre Gutiérrez,
“pensar teológicamente el proceso de liberación de los pobres en un mundo de opresión, de
pobreza injusta, es algo muy serio. Supone, para la teología, recurrir a una racionalidad que
le ayude a entender tanto los meandros de la opresión y de sus causas, como la posibilidad
de transformación”3.
En definitiva, la forma de operar del método tiene como punto de partida el análisis del
pobre se ve, juzga y actúa, pasando a la interpretación de esos hechos a través de la luz de
la palabra, de la tradición de la iglesia, y su relación directamente con la fe de la persona; es
así que dentro de nuestro campo de interpretación habrá una relación entre el sujeto
(pobre), la doctrina, y la fe como fundamento de la investigación, dándonos un horizonte de
interpretación desde el mundo real, la fe y la palabra.
El interés principal es el pobre, es nuestra opción, por ende, toda nuestra investigación
girará en torno a su conocimiento sapiencia, que es partir de la realidad social del pobre y
como piensa el dentro de su situación de pobreza en Dios, su fe como sentido de vida y de
esperanza, y los medios que nos ayudarán será la palabra de Dios, con ayudad de la
filosofía, teología y el conocimiento socio- histórico). En efecto, “en un continente como
América Latina, el desafío no procede en primer lugar del no creyente, sino de la persona,
de aquel a quien el orden social existente no reconoce como persona: el pobre, el explotado,
que es sistemáticamente y legalmente despojado de su calidad de hombre, que apenas sabe
que es un ser humano”4.
OBJETIVO GENERAL
3
Joao Batista Libano, Gustavo Gutiérrez. (Madrid: Edición San Pablo, 2006), 28.
4
Ibidem., pág. 71.
Uno de los temas principales que se plantean alrededor de toda la humanidad gira en torno
a buscar soluciones a la pobreza y desigualdad en el mundo, pero en especial en los países
de Latinoamérica, una sociedad catalogada como el tercer mundo, el nuevo mundo por los
conquistadores, merece nuestra principal atención. Es por esta razón que a través de la
teología de la liberación en Leonardo Boff, Jesucristo actúa como una liberación en nuestra
historia, y con ese paradigma, esa nueva forma de pensar es importante llegar a la
verdadera solución del problema, y esto a dar respuesta al siguiente cuestionamiento: ¿De
qué forma Cristo liberador puede darnos la esperanza de una humanidad sin pobreza
y desigualdad?
A raíz de esa problemática social se plantearon los objetivos de desarrollo sostenible, con el
fin de eliminar las brechas sociales entre los más ricos y los más pobres, siendo el primer
objetivo poner fin a la pobreza, y el segundo cero hambre en América Latina, de los 17
objetivos colocándolos como los principales retos a superar del nuevo milenio. En tal
sentido, dentro de nuestro que hacer teológico, y dentro de la presente investigación a
través del pensamiento de la liberación, se pretenderá resolver el tema de la pobreza y
desigualdad como punto de partida en América Latina.
En consecuencia, nosotros como teología que aportes podemos dar a la solución de la
pobreza y desigualdad en América Latina, en que punto de la historia nos colocamos
nosotros como teólogos en la solución de esa situación, somos agentes activos en la
construcción de un nuevo mundo sin pobreza y desigualdad, o somos agentes pasivos, que
no llevamos ningún cambio a la sociedad. Desde ese punto de vista, la teología de la
liberación pretende llevar transformación desde la situación del pobre (ver su realidad,
analizarla), hacer una interpretación de la palabra revelada, y luego actuar en la
transformación de la realidad de la pobreza y desigualdad en América Latina.
Así pues, “no habrá desarrollo propio si no es luchando por romper el dominio que ejercen
sobre ellos los países ricos. El primer nivel del concepto de liberación se coloca ante la
dependencia económica, social, política y cultural de algunos pueblos en relación con otros
– expresión de la dominación de algunas clases sociales sobre otras -” 5. Es así, que la
propuesta de la liberación radica en aquello que no permite que toda una sociedad progrese
tanto en su dignidad teniendo las condiciones básicas para vivir, como dentro de una
estructura social de Estado determinada en donde la misma persona se realiza y es útil para
una sociedad en evolución.
5
Ibidem., pág. 23