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TEMA 11: LA CIENCIA SOCIAL HISTÓRICA EN ALEMANIA

Historia de la posguerra alemana


Durante la II mitad del siglo XX, la historiografía alemana se interesó por temas
posteriores a la Revolución Industrial, el Estado y la política, es decir, a temas de la
Edad Contemporánea y no solo se interesan por economía y sociedad. Además, la
peculitar evolcuión histórica de Alemanoa y la necesidad moral y política de afrontar
los crímenes del nazismo marcaron la historiografía.
Prevalencia del historicismo en forma más o menos clásica fue bastante fuerte hasta
los años 60, a través de una figura del canto de cisne del historicismo alemán, que es
la última gran figura asociada a corriente historicista alemana, viéndose que la puesta
de Annales por una historia social y económica no encontrara en Alemania, hasta los
años sesenta un terreno en el que fructificara. La derrota de la II Guerra Mundial dejó
país en ruina, desprovisto de soberanía e internamente dividido en dos bloques, con
dos realidades distintas: la República Federal Alemana al bloque occidental y la
República Social Alemana al occidental.
Esta situación no podía confundirse con tabula rasa o comienzo desde cero respecto
al pasado pero tuvo fuerte impacto en desconcierto inicial que supuso derrota y
consecuencias de la derrota en la guerra. En estos momentos, la lucha por la
supervivencia en clima de guerra frçia condujo a una intensa reconstrucción
económica, apoyada en ayudas del plan Marshall, lo que conllevó el recurso a la
burocracia y a los expertos disponibles. Esto acabó de eliminar los intentos de revisar
el pasado en la zona occidental. En tres años, de 1945 a 1948, tendencia de bloques
irreversibles, a través del Plan Marshall lanzan paquete de ayudas a país destruido por
la guerra, al ser un país derrotado y machacad en la guerra y con economía totalmente
desarbolada, los EE.UU. tienen que levantar la República Federal Alemana de la nada,
que tiene lugar en contexto en el que se dan lugar los Juicios de Núremberg.
Necesidad de reconstruir rápidamente el país para que sea zona que no caiga como
una pieza más del bloque soviético, pieza clave, exigió del paso “de puntillas” por
determinados episodios de esos momentos, como procesos de desnazificicación, en el
1949 se acabaron por la necesidad de RFA fuerte frente a bloque soviético que
reconstruye el lado oriental de Alemania. Se eliminaron, por tanto, revisar el pasado en
la parte occidental
Alemania año cero. Silencio y culpabilidad.
Los primeros intentos de reflexión crítica sobre la propia historia reciente y sobre el
papel de la historiografía quedaron relegados por mucho tiempo. Cualquier intento de
revisar ese papel dentro de los episodios más traumáticas va a quedar relegado
mucho tiempo. Tanto es así que durante dos décadas, posteriores a 1945, se mantuvo
el grueso de la tradición historicista y el silencio general sobre las experiencias del
nazismo, siguiendo profesores del nazismo dando clase en la RFA. Se va a mantener
en el grueso de la experiencia historicista y el silencio general sobre las experiencias
del nazismo.
Este panorama, con el deseo de ignorar esta etapa, va a generar estímulos para la
socialización, hasta los años sesenta lo que se mantiene es un historicismo que no ha
roto con el pasado, pero no lo ha hecho porque hay mucho que callar por los propios
profesores universitarios en Alemania. De ahí, esta renovación personal tardó en
producirse, habiendo la misma estructura de capital humano. Figuras de Theodor
Schiedeer, Werner Conze y Hans Rothfels (estos dos últimos son de los pocos

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historiadores que volvió del exilio tras la Alemania nazi; muchos de ellos no se
regresaron) son de las pocas que se integraron en el mundo académico alemán sin
que hubiera cargas morales con el pasado y llevaron a cabo influencia decisiva
cuando van a ser culpables de una renovación más profunda, que no tiene que ver con
historicismo que dio lugar a historicismo nazi, no tienen ninguna carga moral, no
formaron parte del régimen nazi, teorías y temas de investigación en los que revisar el
pasado más reciente de Alemania sin esa carga moral, excluyendo el pasado más
traumático, va a ser el anclaje de la Historia social en Alemania.
Ellos fueron los culpables del punto de partida e inflexión, que fue el debate en torno al
estudio de Fritz Fischer, tesis doctoral publicada en 1961, que iba sobre las
condiciones políticas que rodearon al inicio de la I Guerra Mundial, haciendo énfasis
en factores internos, al contrario de lo que se había hecho en el resto de
historiografías (política de bloques), viendo qué había hecho Alemania, que conducía a
las condiciones que llevaba a Alemania a la inestabilidad política, dejando el tema
rozando. Centraba el debate en torno a las condiciones internas que habían llevado a
la I Guerra Mundial, recurriendo a historiadores como Karl Lamprecht, Karl Marx y Max
Weber, para afirmar que el desarrollo económico alemán fue compatible con un estado
autoritario tradicional, no siguiendo el mismo camino político que en el resto de Europa
con estados democráticos, con revisión del pasado reciente de Alemania.
Otros historiadores con enorme impacto: Hans Ulrich Wehler, que en los sesenta, sus
ideas, vinieron a confirmar las tesis de modernización incompleta de Alemania, es
decir, a pesar de moderna economía, política seguía teniendo tradición autoritaria.
La aparición de la historia social en Alemania
No deja de ser irónico que se dé un anacronismo respecto a la historiografía occidental
de los años sesenta y setenta, donde ya se había iniciado crítica a Historia sociañ, una
violencia crítica a los valores de la modernidad.
La base institucional en Bielefeld, con premisas de preguerra al gran crecimiento
económico de los años 50, el panorama dominante del silencio al nazismo ocultó una
indagación, pero en los sesenta, nuevas promociones de historiadores renovaron la
imagen de la historiografía, en esta nueva generación ya no era necesario hacer un
ejercicio de metamorfosis subterránea, a ese reacomodo de los historiadores
alemanes, no necesitando un silencio cómplice. Esta emergencia de nuevos
historiadores, esta quiebra a ellos no les va a generar una conciencia moral, ya que
ellos crecen sin deudas morales con respecto a su pasado y, por tanto, pueden dar
una renovación de la imagen de la historiografía.
Esta renovación va a contar con historiadores con posiciones divergentes, tales como
Jörn Rüsen, Karl-Georg Faber, Hans-Ulrich Wehier, Jürgen Kocka, Thomas Nipperdey,
Rudolf Vierhaus, que debatieron sobre cómo combinar la hermenéutica (Vernstein)
con los métodos empírico-analíticos (Erklären). El debate se resolvió, en parte, no
reduciendo importancia de la teoría, ya que algunos de ellos van a ser partidarios de
apostar por un desarrollo fuerte de la teoría con reflexiones fuertes de cómo hacer
Historia en pasados traumáticos, cambiando a los referentes, y es aquí donde van a ir
con especial interés a figuras como Max y Weber, cuya obra va a fundamentar una
parte de la democracia alemana después de la II Guerra Mundial a nivel político y
social para la Alemania posterior a 1945, con el hecho de asentar a la República
Federal Alemana. Lo hacen no solo porque son referentes para la renovación, sino
forman parte de debate público de la República Federal Alemana, participando de

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forma muy activa en los debates públicos en Alemania, sobre la construcción de la
democracia.

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El Sonderweg
En la Reoñubluica Federal Alemana, el crecimiento de la historia se vinculó a una
valoración crítica de la historia alemana reciente, en especial el régimen nazi y sus
crímenes. Revisitar esa época fue el mayor acicate de esta generación de
historiadores, viendo si Alemania a lo largo del siglo XIX debía seguir el camino de
otros estadios industriales. Esta era la pregunta que se habñia lanzado Fischer, ahora
todos estos historiadores se lo plantean como eje central acerca del pasado reciente
de Alemania, con el debate sobre el Sonderweg (“vía especial”) de la Historia
alemana.
Era una tesis muy crítica que se apoyó en amplios estudios de historia social sobre
grupos sociales, conflictos políticos o evolución económica que propugnaba idea de
que Alemania se había apartado de la modernización política de impronta occidental,
no había tradición de democracia y en la RFA la posición dominante en la Historia
Social fue hacia cuáles fueron las causas que empujaron al Sonderweg, que dieron
lugar a la Historia social crítica.
Gesellschaftgeschichte versus kristitche Sozialgeschichte
La primera, Gesellschaftgeschichte, que sería la historia de la sociedad, se presentaba
en un formato más convencional frente a una historia social crítica (kritische
Sozialgeschichte), impregnada de comparación y de teoría histórica. Se marcaron
amplias diferencias entre ambas, la segunda daba una coherencia lógica, la primera
descripción del pasado apegada a elementos críticos.
Por ello, para la segunda, la sociología de Weber se convirtió en fuentes de
inspiración: las relaciones entre economía, política y cultura para propiciar el debate
político y social. Aquí, Kocka fue capaz de acompañar a la Historia con otras corrientes
críticas, con la necesidad de la Historia de marcar a las otras ciencias qué elementos
eran servibles de ellas y cuáles no para realizar la Historia de estas etapas. De este
modo, también influyeron los préstamos de Marx, frecuentes al inicio, pasaron a un
segundo plano para centrarse en la economía, el poder, la sociedad y la cultura como
ejes,
La estrecha relación entre Historia, Sociología y Filosofía fue reforzada con las
referencias a Jürgen Habermas. Fue un referente muy fructífero para esta escuela,
que tuvo que hacer frente a una doble amenaza:

 Regreso a la narratividad tradicional, con vuelta hacia cierto historicismo


clásico, con las actitudes más conservadoras, teniendo como referentes a
Thomas Nipperdey y Jörn Rüssen.
 Ofensiva de la historia de la vida cotidiana (Altageschichte) de Hans Medick,
desde Gotinga, insertándose en ellas debates sobre la participación de la gente
en el Holocausto. En este contexto es donde se inserta.
La Escuela de Bielefeld
Nació en este contexto al fundarse la universidad que lleva su nombre en el 1971. El
hecho de que allí naciera esta escuela es que era fácil instaurar una nueva línea de
trabajo. Se da con un grupo de historiadores que impulsan estos trabajos.
El más importante va a ser Hans-Ultich Wehler y el centro de estudios
interdisciplinares, sería la Historia una ciencia social con una metodología propia.

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Lleva a cabo una colección de monografías a partir de 1972 “Estudios críticos sobre la
ciencia histórica” y la revista “Geschichte und Gesellschaft” (1975).
La Socilagrschichte, entre 1960 y 1970, significó el apogeo de una historiografía
socioestructural basada e el marxismo con aportes fundamentales de la sociología de
Weber, la filosofía de Habermas y la teoría de sistemas de Niklas Luhmann.
Se rechaza el historicismo y una tradición muy apegada al pasado nazi y se buscó
apostar por un trabajo racionalista y racionalizador que refundara la historiografía
alemana, participando en los debates públicos.
A finales de los años sesenta Kocka estableció las diferencias teóricas entre los
enfoques de la historia de la sociedad y la historia social crítica para definir que la
historia social era un enfoque más amplio y más superior para la historia en general.
La historia como problema
Werner Conze, Hans-Ulrich Wehler, Jürgen Kocka y Reinhart Koselleck llevan a cabo
la Begriffsheschihcte o historia de los conceptos, que son un grupo de una capacidad
teórica excepcional. La historia como problema en el caso de Alemania se enfocó en la
dictaduira naci y la complicidad social. Se da el conflicto entre individuo y sociedad y
entre estructura y acontecimiento. Además, se pone el acento en la argumentación, en
el uso integrador de la teoría y en relacionar estudios parciales con conocimientos
generales.
Esto conllevó una toma de postura ante la opinión pública y una actividad reflexiva en
los medios de comunicación. Se llevaron a cabo investigaciones sobre procesos
generales de la sociedad alemana, tales como la industrialización o determinadas
clases sociales: la preocupación era hacer ver dimensiones ocultas y cuestiones
planteadas por Marx, Weber o la Escuela de Frankfurt. La investigación se orientó
hacia obreros y empleados alemanes, hacia la burguesía, por tanto, la historia se
contemporaneizaba.
Se procuró no caer en la historia serial y cuantitativa de Annales o la cliometría
norteamericana, recurriendo a referentes como Marx, Weber, Simmel, Lamprecht,
Hintze y sus continuadores (Eckart Kehr o Hans Rosenberg).
Jürgen Kocka es un referente de esta escuela y destaca con su trabajo sobre la
empresa Siemens, en la que habla de la burocratización en una empresa privada,
dándose tendencia al nacionalsocialismo, sin llegar incluso a darse, afiliándose más
tarde estos trabajadores a este partido.
Reinhart Koselleck y su historia de los conceptos. En esta obra, su enfoque se centró
en analizar cómo los significados de las palabras han evolucionado a lo largo del
tiempo, explorando la relación entre el lenguaje y los cambios sociales. Su trabajo
influyó significativamente en la historiografía y la teoría de la historia.

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