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UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS

FACULTAD DE ECONOMÍA

PROGRAMA ACADÉMICO DE CIENCIAS POLÍTICAS

CURSO DE NEGOCIACIÓN Y SOLUCIÓN DE CONFLICTOS (PO09)

SECCIÓN PX4A

TRABAJO FINAL

Medio ambiente y asuntos sociales

PROFESOR

Jose Carlos Manrique Lazarte

AUTORES

Lastra Vásquez, Josep Abel

Lazaro Arcela, Claudia

Pereira Cuya, Julio Enrique

2022-1
¿Cómo influye la contaminación ambiental minera en los conflictos
sociales?

INTRODUCCIÓN:

En las últimas décadas, se ha evidenciado el aumento de conflictos por


impactos socioambientales, los cuales se han originado por el desarrollo de la
actividad minera en nuestro país. Ello ha generado la preocupación y
molestia gradual sobre la manera en la que se desarrolla y controla esta
actividad. Entre los cuales destaca la inconformidad por los daños que esta
actividad genera a los ecosistemas y a la salud de las personas. Identificando
como causantes de este perjuicio a la incorrecta planificación y evaluación
previa, la incompatibilidad de condiciones técnicas en las operaciones y por
el mal manejo de los pasivos ambientales (inadecuado tratamiento de los
productos minerales y desechos). En este sentido, se puede identificar una
relación o influencia de la contaminación ambiental minera en los conflictos
sociales. Por ello, en el presente trabajo se analizará dicha relación mediante
un análisis sobre la historia o antecedentes de esta, seguido por un análisis
de la situación actual, a partir del caso Yanacocha. Así como, un análisis con
una perspectiva a futuro, continuando con las conclusiones y
recomendaciones respectivas. Para lo cual, utilizaremos como metodología el
empleo de una investigación descriptiva y cualitativa, en base a las fuentes
bibliográficas recopiladas; lo cual nos permitirá analizar dicha relación.

HISTORIA DEL TÓPICO:

La contaminación ambiental es uno de los problemas más reiterativos a lo


largo de la historia. Esto se debe a que producto de la continua evolución de
las actividades humanas se adoptaron nuevas prácticas, las cuales en gran
parte generaron y generan un impacto en la salud de los seres humanos.
Además, de causar la alteración del equilibrio de los ecosistemas. Una de
estas actividades es la minería, la cual desde sus orígenes fue catalogada
como una actividad con influencia directa e indirecta en la contaminación del
medio ambiente y la afectación de la salud (Manrique & Sanborn, 2021). Si
bien esta idea aún permanece vigente cuando se hace referencia a dicha
actividad, los estudios demuestran que su impacto se ha reducido producto
del avance de la tecnología y el aumento de la regulación ambiental (Loayza,
2020).

Para comprender lo señalado anteriormente realizaremos un breve análisis


de dicha evolución. Para tal fin, dividiremos el desarrollo de la minería en tres
etapas. La primera es la denominada “minería antigua”, la cual abarca desde
antes de la República hasta el siglo XIX. En esta etapa se provocaron efectos
negativos muy significativos que incluso aún prevalecen en la actualidad. Sus
actividades se desarrollaron principalmente en el ande peruano. Tal es el
caso de Huancavelica, donde se fundía cinabrio (mineral del cual se extrae el
mercurio) y en consecuencia se emitía vapor de mercurio. Siendo este un gas
tóxico con serios efectos en la salud (World Health Organization, 2007). A
raíz de ello, esta ciudad estuvo dentro del top 30 de los lugares más
contaminados del planeta (Blacksmith Institute, 2007). La segunda es la
“minería moderna”, la cual abarca las explotaciones del siglo XX hasta antes
de la década de 1990. En esta etapa la minería adoptó prácticas más
modernas, lo que permitió su significativa expansión hacia otros lugares del
país, como Piura y Marcona. Sin embargo, su foco se mantuvo en el ande
peruano, siendo relevantes los casos de la Oroya y Cerro de Pasco. Esto se
debe a que se identificó una alta concentración de plomo en la atmósfera y
en las personas. lo cual causó gran conmoción en el país (Reuer & Bower,
2012). Asimismo, en esta etapa se visibiliza el impulso que toma la actividad
producto de la legislación favorable hacía esta. Un ejemplo de ello es la
promulgación del Código de Minería de 1950, el cual atrajo capital extranjero.
Esto junto al alza de precio de los minerales permitió que años después el
Perú se convierta en un país atractivo para la inversión de los empresarios
mineros (Glave & Kuramoto, 2007). La tercera es la “minería
contemporánea”, la cual se viene desarrollando desde 1990 hasta la
actualidad. En esta etapa producto de los avances tecnológicos la minería se
diversifica en distintas provincias del país. De forma similar a la etapa anterior
hay una legislación favorable, sin embargo, está acompañada de mayor
rigurosidad técnica normativa y ambiental. Esto se debe a que las entidades
estatales buscan impulsar su desarrollo debido a su impacto en el
crecimiento económico, pero paralelamente se busca satisfacer las
demandas de la población y evitar a quienes muestran cierto rechazo a la
actividad. Este último se encuentra sustentado en la conflictividad en torno a
los proyectos mineros, como Yanacocha y Antamina donde se cuestionó su
impacto ambiental (Palacios & Lundberg, 2006).

Lo anteriormente señalado evidencia que la relación entre la contaminación


ambiental y la minería se ha reducido significativamente en el último periodo
mencionado. Actualmente, existen diversas opiniones sobre la evolución de
la responsabilidad ambiental que han adoptado las empresas inversionistas.
Siendo mayoritaria la opinión favorable hacia esta (Vallejo, 2014). Sin
embargo, aún existe preocupación por los pasivos ambientales mineros, ya
que estos impactan en la salud y el medio ambiente. Más aún cuando en la
actualidad la población no prioriza la reducción de este como una necesidad,
pues han adoptado la contaminación como algo usual en su vida (Burgos,
2016). Esta “adaptación” está influenciada por los beneficios económicos de
los cuales se hace acreedor por aceptar la ejecución de la minería (Valencia,
2014). Por lo cual amerita una mayor fiscalización y rigurosidad de los
estudios de impacto ambiental, ya que aún existen deficiencias tanto en la
participación como en la evaluación.

ANÁLISIS ACTUAL:

Durante los últimos 20 años, Cajamarca albergó una de las minas de oro más
beneficiosas del mundo. En 1992, iniciaban las operaciones de la minera
Yanacocha, y 2011, cuando quedó paralizada el proyecto más importante de
la empresa ejecutora, la expansión de las actividades ha sido motivo de
polémica. Dentro de 7 años (2004 - 2011) suscitaron tres conflictos de
relevancia nacional en Cajamarca: Quilish (2004), Combayo (2006) y Minas
Conga (2011).

De tal manera, recientemente encontramos conflictos de misma relevancia


como en Hualgayoc, donde se encuentran las comunidades de Totoracocha,
San Juan de CorralPampa y El Alumbre que muestran su descontento contra
la minera Yanacocha. A partir de ello, he de mencionar que la contaminación
ambiental aún sigue vigente en la región norteña y resultando no ser nueva
como lo visto líneas arriba, es decir caracterizándose como constantes y más
conflictivas debido a sus débiles medidas de regulación que no evitan dicho
asunto socioambiental. Como lo acontecido en el 2019, se presentó una
acusación de contaminación contra la minera existente por parte de las
comunidades aledañas a su exploración y explotación. Las comunidades de
Totoracocha, San Juan de CorralPampa y El Alumbre y juntamente con el
alcalde provincial Dr. Marco Antonio Aguilar, mostraron su preocupación a
través de protestas ante las autoridades, enfatizando que la empresa minera
Yanacocha contamina sus captaciones de agua. Estos daños ambientales se
evidenciaban según lo relatado por el alcalde de Hualgayoc-Bambamarca, el
agua salía de sus grifos con colores distintos a lo normal, a lo que solicitaron
intervención de los funcionarios de la empresa y, dando lugar, a
compensación por los daños con la entrega de agua embotellada y en
cisternas.

A partir del breve caso, la situación actual por afectación del medio ambiente
está compensada con algunos regalos de la minera Yanacocha a las
comunidades aledañas, debido a que las comunidades realizan reclamos
directos a los titulares de la compañía o salen a movilizarse en su defensa.
En esa misma línea, Zavaleta (2019) analiza que las respuestas campesinas
han estado encaminadas a la negociación de beneficios que subsane la
afectación de los recursos naturales y permitan a las localidades acceder,
aunque de manera indirecta y limitada, a las ganancias producidas por la
industria. No obstante, cuando los compromisos logrados en una mesa de
diálogo no son cumplidos o las comunidades perciben que los daños a los
medios de subsistencia son mayores que los beneficios obtenidos, se
generan incentivos para la movilización. Por otro lado, las movilizaciones son
sostenidas por coaliciones integradas por actores rurales y urbanos que se
conforman en cada episodio de protesta, como nuevos líderes que surgen en
cada nuevo periodo de acción política. La fortaleza de estas coaliciones
consiste en que tienen un poder de difusión de sus discursos ambientalistas,
en el cual responsabilizan a Yanacocha por afectar el completo ecosistema
de la región, sin embargo, poseen una debilidad de soporte organizativo.
Como lo ocurrido entre 2011 y 2012, este tipo de coaliciones protestaron en
contra del proyecto Conga por un plazo de diez meses. En síntesis, los
impactos de Yanacocha siguen afectando la vida ambiental y social de las
comunidades aledañas a la mina y, del mismo modo, a la región de
Cajamarca. La oposición a esta afectación se traduce en los constantes
conflictos socioambientales, tales como últimamente en Hualgayoc y dando
cuenta que la contaminación ambiental aún sigue vigente.

ANÁLISIS DEL FUTURO:

Como se comentó en los puntos anteriores, hubo cambios significativos a


nivel mundial en el rubro minero, la minería contemporánea trajo consigo
mayor autorregulación de las empresas mineras a favor del medio ambiente y
con la mejora tecnológica la contaminación minera se redujo
significativamente (CEPAL, 2019). Sin embargo, el impacto ambiental de la
mayoría de las mineras que operan en todo el país, sean formales e
informales, es significativo, es decir, sí contaminan el lugar donde se explota
el mineral y sus alrededores, donde hay diversidad de faunas y, también,
viven diversas comunidades campesinas. La contaminación causada por la
minera, inevitablemente, afectará a los animales y al campesinado (CEPAL,
2019). Asimismo, conforme pasaba el tiempo, habría una cierta mejora en la
tecnología y la calidad de vida de una persona, independientemente de
donde resida, su cultura o costumbres (Manrique & Sanborn, 2021). En
primer lugar, en el caso de la mejora tecnológica en el rubro minero, este tuvo
mejoras significativas si lo comparamos con el pasado. Por ejemplo, el caso
Conga en Cajamarca, en el año 2011, la minera Yanacocha quería
desaparecer, y lo hizo, la laguna El Perol con el fin de desarrollar un proyecto
minero para la empresa. Esto trajo problemas de toda índole, social,
ambiental y cultural. Si bien lograron desaparecer, el proyecto no prosperó
porque no tuvo aprobación social ni legal, además, hubo mucha controversia
al respecto. Con esto, se trata de explicar que la tecnología si tuvo y tendrá
un impacto importante en el rubro minero, ya sea para bien o para mal en el
sentido estricto de lo ambiental, hasta el punto de desaparecer una laguna de
gran escala. En segundo lugar, mejorar la calidad de vida es algo que el ser
humano anhela, incluso es algo intrínseco en nosotros. Para ello, el dinero es
algo elemental para llegar a ese propósito (Urzúa & Caqueo, 2012). Las
comunidades, también con el pasar del tiempo, tuvieron mayor participación e
importancia al momento de decidir en los proyectos mineros cercanos a sus
tierras que se llevaron a cabo. De ese modo, si la comunidad estaba en
desacuerdo con la inversión sería difícil llevar a cabo el proyecto minero. Por
ejemplo, el caso Cuajone en Moquegua, las comunidades aledañas a la zona
minera de Cuajone iniciaron diversas protestas, sin embargo, de cierto modo,
la mayoría de estas protestas se fueron apaciguando. Porque, la minera
aumentaba los beneficios económicos para estas comunidades (Manrique &
Sanborn, 2021) y de este modo las empresas tenían “pase libre” socialmente
para que no hubiese quejas. Asimismo, esta acción de mayor beneficio
económico por menos protestas se practica, lamentablemente, en otros
proyectos mineros incluyendo en Yanacocha (Gestión, 2022). Dicho todo
esto, si las empresas mineras y comunidades siguen haciendo este tipo de
prácticas, en un futuro esto podría ser perjudicial para el medio ambiente y
para las mismas comunidades, porque las empresas mineras formales e
informales al no tener límites, agravaría más el medio ambiente con el fin de
encontrar más yacimientos mineros. Cuando la contaminación de la zona se
agrava, también lo hacen los seres vivos que viven en ella de tal manera que
habría otras protestas por contaminación, y la empresa aumentaría,
nuevamente, los beneficios económicos a dichas comunidades y esto se
convertiría en un círculo vicioso. En otras palabras, preferir los beneficios
económicos a corto plazo llevará a una contaminación a gran escala en la
zona y a futuros conflictos sociales a largo plazo. Sin embargo, si la empresa
minera, en el futuro, es responsable ambiental y socialmente, podría evitar
significativamente los conflictos y el medio ambiente del lugar no estaría en
peligro. Asimismo, las comunidades deberían, no solo pensar en el beneficio
económico, sino, del mismo modo, en el ambiental, ya que un ambiente sano
también mejora la calidad de vida de la persona.

CONCLUSIÓN:
Como se ha desarrollado en los apartados anteriores, podemos concluir que
es importante considerar que la minería tiene un impacto negativo en el
medio ambiente y comunidad. Siendo este último el que se está priorizando
más en los conflictos de nuestro país. Sin embargo, si bien los avances
tecnológicos han permitido que la actividad minera genera menos
contaminación y que incluso en algunos casos ya no contamine, está aún
genera un impacto producto de las prácticas o errores humanos de los que
ejecutan la actividad. Es está particularidad la que nos invita a tomar medidas
inmediatas para su mitigación. Para tal fin, se necesita que la participación
de los organismos fiscalizadores, principalmente estatales, sea activa. De
este modo se garantiza el cumplimiento de las evaluaciones de impacto
ambiental (EIA) previamente aprobadas. Además, se debe iniciar una
campaña de concientización en la población, pues si la población sigue
priorizando los beneficios económicos derivados de la actividad minera, a
largo plazo esta ocasionará serias consecuencias en el medio ambiente y en
su propia salud. Ya que el medio en donde viven estará contaminado y habrá
enfermedades debido a la tanta contaminación, entre otras cosas. Por otro
lado, si siguen priorizando lo económico no será lo mejor para el medio
ambiente ni para la comunidad a largo plazo. Ya que el medio en donde viven
estará contaminado y habrá enfermedades debido a la tanta contaminación,
entre otras cosas.

RECOMENDACIONES:

En base al análisis realizado, proponemos lo siguiente: el Estado debe


supervisar de manera más eficiente los procesos de negociación entre
empresa y comunidades. Esto, con el fin de llegar principalmente a dos
propósitos; la prevención de futuros conflictos sociales y la preservación del
medio ambiente en la zona. Además, en donde existen conflictos, el Estado
debería poner una cierta presión legal, es decir, si no hay un acuerdo hasta la
fecha establecida, el Estado regularía administrativamente ambas partes para
que imponga un acuerdo que deberá ser cumplido por ley y todo ese proceso
será de información pública para que sea transparente y justo, para que
ambas partes busquen soluciones a sus problemas de manera autónoma y si
necesitan ayuda Estatal, se les brindará apoyo. Asimismo, las empresas
mineras deberían dejar de dar “incentivos” económicos a las comunidades
para que los dejen hacer lo necesario para que un proyecto tenga luz verde y
preocuparse verdaderamente en el medio ambiente del lugar, ya que, si la
zona se contamina, son ellos mismos quienes serán perjudicados a largo
plazo, como dijimos anteriormente, será un círculo vicioso donde, si no se
detiene, será complicado salir en el futuro. Por otro lado, sugerirles a las
comunidades que enfaticen más el medio ambiente en donde viven, pensar y
reflexionar sobre su salud y la de otros seres vivos que viven en el lugar.
Cuando la comunidad sea consciente de ello, el Estado debería darle la
potestad de decidir a la comunidad si aparte de dar a la empresa aprobación
social, le den también la aprobación legal.
BIBLIOGRAFÍA:

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