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Discurso 5 min (13)

¿Qué aprendemos del pacto que hizo Josué con los gabaonitas?

Usted probablemente sabe que Gabaón se empezó a destacar poco


después que Josué introdujo a Israel en la Tierra Prometida y
derrotó a Jericó. Los cananeos de Gabaón sabían que no podían
hacer frente a Israel, quien obviamente tenía el respaldo divino.
¿Qué harían entonces?

Leamos por favor lo que se registra en Josué 9:3, 4, 6 Si


ya lo tienen allí dice: 3 “Los habitantes de Gabaón también se
enteraron de lo que Josué les había hecho a Jericó y a Hai. 4 Así
que fueron astutos y cargaron a sus burros con provisiones que
pusieron en costales desgastados, y con odres de vino gastados
que ya se habían reventado y estaban remendados. . 6 Entonces
se dirigieron a Josué en el campamento, en Guilgal, y les dijeron a
él y a los hombres de Israel: “Hemos venido de una tierra lejana.
Hagan un pacto con nosotros”.

aquí podemos apreciar que los gabaonitas se pusieron


ropa gastada, fueron a ver a Josué y le dijeron que venían
de una tierra lejana, que habían oído acerca de Jehová y
que por eso querían que los israelitas hicieran un pacto con
ellos.
Como pueden notar Aquel esfuerzo por buscar la paz surtió
efecto, pues Israel celebró un pacto con ellos. Esta palabra
aparece unas 280 veces en las Escrituras Hebreas, y más
de 80 de esos casos se dan en los primeros cinco libros de
la Biblia, ¿Qué significa pacto?, pues bien, la obra
Perspicacia lo define como un acuerdo entre dos o más
personas para emprender cierta acción o abstenerse de
llevarla a cabo; sus sinónimos son convenio o contrato.
Para los israelitas, un pacto era un trato muy importante, de
hecho, fue uno de los temas centrales de la adoración pura
y en su vida cotidiana. Justamente en esta ocasión
analizaremos uno de esos tratos, el pacto de Josué con los
gabaonitas y también veremos que podemos aprender de
ese pacto.
Primero pongámonos en situación, cuando las naciones de
Canaán se enteraron de lo que había pasado en Jericó
decidieron unirse para pelear contra los israelitas, pero a
los habitantes de Gabaón se les ocurrió una idea,

La respuesta de los israelitas a esa proposición lo


encontramos en Josué Capitulo 9 versículo 15 Allí dice: “ Así
que Josué acordó la paz con ellos e hizo un pacto con
ellos para dejarlos con vida, y eso fue lo que los jefes del
pueblo les aseguraron en un juramento.”

Tiempo después Josué descubrió que en realidad los


gabaonitas no eran de una tierra lejana, sino que eran de
Canaán, ¿Qué hizo Josué? cumplió su promesa
y no les hizo nada, ¿Por qué mantuvo el pacto a pesar de
lo sucedido?

Pues los gabaonitas eran cananeos y los israelitas tenían


que destruirlos, pero el pacto que Israel celebró con ellos
imponía sobre ellos una obligación tan inevitable que
debían ser fieles a su palabra y por eso permitieron a los
gabaonitas permanecer vivos haciéndolos leñadores y
aguadores para la asamblea de Israel, de esa manera se
respetó el pacto que celebraron.

¿Qué aprendemos del pacto que hizo Josué con los


gabaonitas?, pues que, si nosotros entablamos un
convenio o un contrato con otra parte, nuestra obligación
moral seria respetar dicho acuerdo siempre y cuando no
afecte nuestra adoración o relación con Jehová, el ejemplo
de Josué nos deja claro que a pesar todo debemos ser
personas con palabra de honor, de esa forma no solo
demostraremos ser personas honorables, sino también,
buenos cristianos.
En resumen, mis hermanos, Pensemos en cómo actuaron
Josué, sucesor de Moisés, y los ancianos de Israel cuando
unos astutos gabaonitas se les acercaron en son de paz.
Sin preguntar a Jehová, Josué y sus hombres sellaron un
pacto de paz con ellos. Y aunque es cierto que Jehová
aprobó en última instancia aquel acuerdo, se aseguró de
que para beneficio nuestro se registrara en las Escrituras el
hecho de que no buscaron su dirección. Esto nos enseña
una excelente lección que, aunque todos somos
imperfectos, no debemos dejar de buscar la dirección de
Jehová al tomar decisiones.

Asimismo, los gabaonitas manifestaron fe en el poder de Jehová para cumplir


su palabra y efectuar una liberación tanto al buscar un pacto de paz con Israel
como al acudir a Josué por ayuda cuando estuvieron amenazados, algo por lo
que se había encomiado a Rahab de Jericó y que había resultado en la
conservación de su vida y la de su casa. Además, los gabaonitas demostraron
tener temor piadoso al Dios de Israel.

Como todos somos imperfectos, nadie —ni siquiera los ancianos


experimentados— debe dejar de buscar la dirección de Jehová al tomar
decisiones. Pensemos en cómo actuaron Josué, sucesor de Moisés, y los
ancianos de Israel cuando unos astutos gabaonitas se les acercaron en son de
paz. Estos se habían disfrazado para dar la apariencia de que venían de un
país distante. Sin preguntar a Jehová, Josué y sus hombres sellaron un pacto
de paz con ellos. Y aunque es cierto que Jehová aprobó en última instancia
aquel acuerdo, se aseguró de que para beneficio nuestro se registrara en las
Escrituras el hecho de que no buscaron su dirección (Jos. 9:3-6, 14, 15).

Poco después se descubrió el ardid, pero el pacto permaneció en vigor;


romperlo hubiera puesto en tela de juicio la confiabilidad de Israel y hubiera
hecho que entre las otras naciones se despreciase el nombre de Jehová.
Cuando Josué recriminó a los gabaonitas su ardid, de nuevo reconocieron la
relación de Jehová con Israel y se pusieron a su merced, diciendo: “Ahora, aquí
estamos, en tu mano. Tal como sea bueno y recto a tus ojos
hacer con nosotros, hazlo”. Después se les hizo aguadores y leñadores para la
asamblea y para el altar de Jehová. (Jos 9:16-27.)
Aunque los gabaonitas engañaron a Josué y los otros principales para que
hicieran un pacto con ellos, parece claro que tal acción estaba en
armonía con la voluntad de Jehová. (Jos 11:19.) En prueba de lo susodicho se
observa que, cuando cinco reyes amorreos intentaron
acabar con los gabaonitas, Jehová bendijo la operación de rescate de Israel,
haciendo caer grandes piedras de granizo sobre el enemigo y extendiendo
milagrosamente la luz del día para la batalla. (Jos 10:1-14.) Asimismo,
los gabaonitas manifestaron fe en el poder de Jehová para cumplir su
palabra y efectuar una liberación tanto al buscar un pacto de paz con Israel
como al acudir a Josué por ayuda cuando estuvieron amenazados, algo por lo
que se había encomiado a Rahab de Jericó y que había resultado en la
conservación de su vida y la de su casa. Además, los gabaonitas demostraron
tener temor piadoso al Dios de Israel. (Compárese con Jos 2:9-14; 9:9-
11, 24; 10:6; Heb 11:31.)

Excavadores hallaron en este montículo un hoyo o estanque profundo cavado


en la roca sólida. Los gabaonitas podían bajar por escalones a ese estanque
para obtener agua de una cámara subterránea. ¿Pudiera ser este el “estanque
de Gabaón” que se menciona en 2 Samuel 2:13? Arqueólogos también
descubrieron bodegas cavadas en la roca y muchísimo equipo para hacer vino.
Sí, parece que Gabaón era un centro vinícola.
En los días de David la tienda o el tabernáculo del Dios verdadero se hallaba
en este lugar. El rey Salomón fue allí a ofrecer sacrificios. Jehová se le
apareció a Salomón en un sueño y le prometió “un corazón sabio y entendido”,
así como riquezas. (1 Reyes 3:4-14; 2 Crónicas 1:3.) El artículo de las
páginas 12 a 17 de este número muestra que los descendientes del pueblo que
moraba en Gabaón recibieron privilegios especiales entre la nación de Dios en
tiempos posteriores. ¿Sabe usted cómo?

Como todos somos imperfectos, nadie —ni siquiera los ancianos


experimentados— debe dejar de buscar la dirección de Jehová al
tomar decisiones. Pensemos en cómo actuaron Josué, sucesor de
Moisés, y los ancianos de Israel cuando unos astutos gabaonitas se
les acercaron en son de paz. Estos se habían disfrazado para dar la
apariencia de que venían de un país distante. Sin preguntar a
Jehová, Josué y sus hombres sellaron un pacto de paz con ellos.
Y aunque es cierto que Jehová aprobó en última instancia aquel
acuerdo, se aseguró de que para beneficio nuestro se registrara en
las Escrituras el hecho de que no buscaron su dirección (Jos. 9:3-
6, 14, 15).

Acuerdo entre dos o más personas para emprender cierta acción o abstenerse
de llevarla a cabo; convenio; contrato.

Cuando se descubrió su engaño, los gabaonitas llegaron a ser recogedores de


leña y sacadores de agua.

Es obvio que Dios no estaba disgustado con aquel pueblo que buscó la paz.
Apoyó a Josué cuando este defendió a los gabaonitas contra el ataque de
cinco reyes. Jehová hasta ejecutó el milagro de extender la luz del día durante
aquella batalla. (Josué 9:3-27; 10:1-14.)
Un "pacto" es un acuerdo promulgado entre dos partes en el que una o ambas
hacen promesas bajo juramento de cumplir o abstenerse de ciertas acciones
estipuladas de antemano. Acuerdo entre dos o más personas para emprender
cierta acción o abstenerse de llevarla a cabo; convenio; contrato

INFORMACION DEL LIBRO PERSPICACIA


Josué y los principales de Israel pactan con los habitantes de la ciudad de Gabaón a
fin de permitirles seguir con vida. A pesar de que los cananeos habían sido maldecidos
y los israelitas tenían que destruirlos, se consideraba que un pacto imponía una
obligación tan ineludible que se permitió a los gabaonitas permanecer vivos; la
maldición se satisfizo haciéndolos leñadores y aguadores para la asamblea de Israel.
(Jos 9:15, 16, 23-27.) b) Josué hace un pacto con Israel para servir a Jehová. (Jos
24:25, 26.) c) El pacto de los hombres de mayor edad de Galaad con Jefté en Mizpá
para nombrarlo cabeza sobre los habitantes de Galaad si Jehová le daba la victoria
sobre los ammonitas. (Jue 11:8-11.) d) El pacto entre Jonatán y David. (1Sa
18:3; 23:18.) e) Jehoiadá, el sacerdote, con los jefes de la guardia de corps caria y de
los corredores. (2Re 11:4; 2Cr 23:1-3.) f) Israel pacta con Jehová para despedir a las
esposas extranjeras. (Esd 10:3.) g) Jehová da a su siervo como pacto del pueblo o
para el pueblo. (Isa 42:6; 49:8.) h) David hace un pacto en Hebrón con todos los
ancianos de Israel. (1Cr 11:3.) i) Un pacto del pueblo, durante el reinado de Asá, para
buscar a Jehová con todo el corazón y toda el alma. (2Cr 15:12.) j) Josías hace un
pacto con Jehová para guardar sus mandamientos de acuerdo con la Ley. (2Cr 34:31.)
k) Los “fanfarrones” que gobernaban Jerusalén creyeron equivocadamente que por
haber hecho un “pacto con la Muerte” estaban seguros. (Isa 28:14, 15, 18.)

Acuerdo entre dos o más personas para emprender cierta acción o abstenerse de
llevarla a cabo; convenio; contrato. La palabra hebrea beríth, de etimología incierta,
aparece unas 280 veces en las Escrituras Hebreas, y más de 80 de esos casos se dan
en el Pentateuco de Moisés. Las tablillas cuneiformes encontradas en Qatna en 1927
(antigua ciudad cananea al SE. de Hamat) permiten comprobar que el significado
primario del término hebreo es “pacto”, comparable al del vocablo legal moderno de
“contrato”. “El contenido de dos de las [quince] tablillas es sencillo. La tablilla A
contiene una lista de nombres [...]. La tablilla B, una lista de víveres [...]. Por lo tanto, la
lista A es un compromiso por el que las personas mencionadas [...] acuerdan ponerse
al servicio de otra o cumplir con determinadas obligaciones. La lista B, de la mano del
mismo escriba, explicita la naturaleza del compromiso: los que suscriben el acuerdo
recibirán a cambio de sus servicios una cantidad específica de víveres. [...] El
concepto israelita de berit, ‘pacto’, fue un tema central en la teología yavista. Aquí
aparece escrito este término por primera vez en un documento extrabíblico de tiempos
antiguos, no posterior al primer tercio del siglo XIV a. C.” (Bulletin of the American
Schools of Oriental Research, febrero de 1951, pág. 22.)

Sin embargo, cuando los gabaonitas, que


eran de la tribu de los heveos, supieron lo
que Josué había hecho en las ciudades de
Ai y Jericó, decidieron engañarlo. Algunos
de ellos fueron a buscar alimentos, y los
cargaron sobre sus asnos en bolsas ya
gastadas y pusieron vino en viejos
recipientes de cuero remendados. Se
pusieron ropas y sandalias viejas y
gastadas. Solo llevaban pan seco y hecho
pedazos, para hacer creer que venían de
lejos. Cuando llegaron al campamento en
Guilgal, les dijeron a Josué y a los
israelitas: —Venimos de un país muy
lejano. Queremos hacer un trato con
ustedes. Pero los israelitas les
preguntaron: —¿Por qué quieren hacer un
trato con nosotros? ¿Cómo podemos saber
que no viven cerca de aquí? Los
gabaonitas le respondieron a Josué: —
Queremos ponernos al servicio de ustedes.
Josué volvió a preguntarles: —Pero,
¿quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen?
Entonces los gabaonitas le contaron esta
historia: —Estimado señor, nosotros
venimos de un país muy lejano, porque
hemos sabido de las maravillas que ha
hecho el Dios de ustedes. Nos enteramos
de todo lo que él hizo en Egipto, y también
de lo que hizo con los dos reyes amorreos
del otro lado del Jordán, es decir, con
Sihón rey de Hesbón y con Og rey de
Basán, que vivía en Astarot. Nuestros
líderes y toda la gente que vive en nuestro
país nos dijeron: “Llévense alimentos para
un viaje largo, y vayan a encontrarse con
el pueblo de Israel. Pónganse al servicio
de ellos y pídanles que hagan un trato con
nosotros. ¡Fíjense en nuestro pan! Cuando
salimos de nuestras casas todavía estaba
caliente, pero ahora está seco y hecho
pedazos. Cuando llenamos estos
recipientes de cuero con vino, eran
nuevos; pero ¡mírenlos! ¡Están todos
remendados, y nuestras ropas y sandalias
están gastadas por tan largo viaje!” Los
israelitas aceptaron comer de esas
provisiones, sin consultar a Dios. Fue así
como Josué hizo un pacto con los
gabaonitas y prometió dejarlos vivir en
paz. También los líderes de los israelitas
se comprometieron a respetar ese
acuerdo. Tres días después de haber
confirmado el pacto, los israelitas
descubrieron que en realidad los
gabaonitas eran vecinos suyos, pues
llegaron a las ciudades donde vivía esa
gente. Pero los israelitas no pudieron
matarlos, porque sus líderes habían
prometido en el nombre del Dios de Israel,
que no los matarían. Entonces el pueblo
protestó contra sus líderes, y ellos se
defendieron diciendo: —Recuerden que
prometimos en el nombre del Dios de
Israel, que no les haríamos daño. Tenemos
que dejarlos vivir, pues de lo contrario,
Dios nos castigará. Pero ellos tendrán que
trabajar para nosotros cortando leña y
acarreando agua. Pero Josué mandó
llamar a los gabaonitas y les preguntó: —
¿Por qué nos engañaron diciendo que
venían de lejos, cuando en realidad viven
aquí cerca? Por esto, Dios los condena a
ser esclavos, y de ahora en adelante
cortarán leña y acarrearán agua para el
santuario de mi Dios. Ellos le
respondieron: —Si mentimos, fue porque
teníamos miedo de perder la vida.
Nosotros sabemos bien lo que el Dios de
ustedes prometió a Moisés y a todo el
pueblo de Israel. Prometió que les daría
toda la tierra, y mandó matar a todos sus
habitantes. Estamos en sus manos. Haga
usted con nosotros lo que mejor le
parezca. Así fue como Josué protegió a los
gabaonitas y no permitió que los israelitas
los mataran. Pero los puso a trabajar como
esclavos, cortando leña y acarreando agua
para los israelitas y para el altar de Dios.
Hasta el momento de escribir este relato
los gabaonitas siguen haciendo estos
trabajos en el lugar que Dios eligió para
vivir

Estratagema de los gabaonitas


En el capítulo 9 del libro de Josué relata como los habitantes de Gabaón cuando
supieron que las ciudades de Jericó y Hai habían sido derrotadas por los ejércitos
de Israel planearon una estratagema para lograr un pacto con los hebreos y evitar
así su derrota.
Lo que hicieron fue pasarse por un pueblo pobre y lejano, vistiendo y llevando todo
lo más viejo que tenían, y presentarse en el campamento de Josué para decirles
que eran siervos de Israel y que venían de tierras muy lejanas por la fama
de Yahvé por todas la victorias que había conseguido para su pueblo, para demos-
trar que venían de lejos, y que no eran de una ciudad cercana, como en realidad
eran, les enseñaron sus pertenencias, las viejas que habían traído y Josué, sin
consultar con Yahvé le concedió la paz y concertó con ellos que les dejaría la vida,
y también los príncipes de la asamblea les juraron.

Tres días después los israelitas descubrieron el engaño y fueron a las ciudades, la
principal Gabaón, pero no los destruyeron por respeto al juramento de los prínci-
pes pero toda la asamblea murmuraban por lo que los príncipes determinaron que
sirvieran de leñadores y aguadores para toda la congregación. Josué les preguntó
por qué les habían engañado diciendo que eran de lejos cuando eran vecinos cer-
canos y les dijo

Ahora, pues, malditos sois, y no dejareis nunca de ser esclavos, para cortar la leña y sacar
el agua para la casa de mi Dios.

Los gabaonitas respondieron a Josué

Es que supimos la orden de Yahvé, tu Dios, había dado a Moisés, su siervo, de que toda la
tierra se os entregara y de que todos sus habitantes fueran exterminados delante de
vosotros. Por eso tuvimos miedo de nuestras vidas y por eso hemos hecho esto. Estamos en
tus manos, trátanos como te parezca bueno y justo tratarnos.

Josué mantuvo la decisión de los príncipes de la asamblea, y los gabaonitas desde


entonces son los encargados de proporcionar leña y agua para la asamblea y para
el altar de Yahvé, hállese donde se halle.

La batalla de Gabaón
El mismo libro de Josué, en su capítulo 10, nos relata la batalla que tuvo lugar en
tierras de Gabaón y el fenómeno que allí ocurrió. Según dice el libro:

Cuando los reyes de Jerusalén se enteraron de que los Israelitas habían derrotado a
Jericó y a Hai y que los de Gabaón habían logrado hacer la paz y vivían entre ellos
y siendo Gabaón una ciudad mucho mayor y más importante que Hai y sus habi-
tantes eran valientes guerreros el rey Adonisedec de Jerusalén llamó a los otros
reyes de las ciudades de Hebrón, Jerimot, Laquis y Eglón para hacer una alianza y
atacar los gabaonitas por hacer las paces con los hebreos.

Las tropas de la alianza pusieron cerco a Gabaón y los habitantes de la ciudad pi-
dieron ayuda a Josué. Josué respondió subiendo a luchar contra la coalición de los
reyes amorreos y Yahvé le dijo:

No los temas porque te los mandaré en tus manos y ninguno de ellos podrá resistir ante ti.

Cuando llegó Josué después de caminar toda la noche desde su campamento de


Gálgala se echó de sorpresa sobre ellos. Yahvé echo sobre los amorreos la "turba-
ción" y los israelitas, junto a los ejércitos de Gabaón, derrotaron a los amorreos.
Las tropas de la alianza huyeron hacia Maceda y cuando iban por el camino de Be-
torón, el Dios de los Ejércitos arrojó sobre los que huían grandes piedras de grani-
zo desde el cielo que mataron más hombres que los que habían caído en la bata-
lla. Josué hablo a Yahvé delante de todos y dijo
Sol, detente sobre Gabaón; Y tu luna, sobre el valle de Ayalón.

El sol se detuvo, y se paró la luna hasta que los gabaonitas e israelitas consuma-
ron su venganza.

Un fenómeno como este no volvió a suceder nunca más, ni antes de ese día había
sucedido. Los cinco reyes que conformaron la alianza amorrea se escondieron en
la caverna de Maceda cuya boca cerró Josué con grandes piedras y una guardia
mientras acababa de aniquilar a las tropas enemigas. Una vez finalizada la batalla
Josué ordenó traer a los cinco reyes e hizo reunir a todos los hombres de Israel y
delante de ellos dijo
poner vuestro pie sobre su cuello. No temáis y no os acobardéis, sed firmes y valientes,
pues así trata Yahvé a todos vuestros enemigos, contra los que combatís

Luego de esto los mandó a ejecutar y enterrar en la misma caverna donde se ha-
bían escondido.

Donde podemos encontrar buenos consejos para la vida

¿Por qué es lógico recurrir a nuestro Creador? Pues bien, él sabe por qué nos hizo y
cuál debería ser nuestro objetivo en la vida. Conoce nuestra constitución física, mental
y emocional; de ahí que sepa qué normas nos convienen. Además, Dios es el amor en
persona, y por tal razón desea que seamos completamente felices (1 Juan 4:8).
¿Dónde podemos hallar sus consejos? En la Santa Biblia, el libro que escribieron más
de cuarenta hombres bajo su guía (2 Timoteo 3:16, 17).* Ahora bien, ¿podemos
fiarnos de lo que dice la Biblia?

1:26. Como han sido hechos a la imagen de Dios, los seres humanos
tienen la capacidad de reflejar los atributos divinos. Ciertamente,
debemos esforzarnos por cultivar cualidades como el amor, la
misericordia, la benignidad, la bondad y la paciencia. Así, imitaremos a
nuestro Hacedor.

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