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Consejo Editorial
Presidente: Dr. Arnel Medina Cuenca
Profesor titular de Derecho penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de
La Habana y vicepresidente de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales.
E. mail: arnel@lex.uh.cu
Artículos / 1
Un acercamiento a los derechos de autor de las obras científicas / 2
Dr. Francisco Xavier García Jiménez y Ms. C. Miriela Sosa González
Reflexiones desde la academia cubana en torno a la protección
al consumidor y sus relaciones con la Propiedad Industrial / 37
Dra. Nancy de la Caridad Ojeda Rodríguez y Dra. Yeney Acea Valdés
El profesor principal de año.
Lider interdisciplinario en la enseñanza superior en Cuba / 54
Iracema Gálvez Puebla y Ivonne Pérez Gutiérrez
La constitución de usufructo de vivienda en Cuba.
Retos a la convivencia / 66
Dra. Marta Fernández Martínez y Ms.C. Katiuska Hernández Fraga
Una aproximación al principio romano: favor debitoris.
Su expresión en el Código Civil cubano actual / 95
Lic. Yunier Jorge Feito Alba y Lic. Yuneisy Boada Pérez
Breves aproximaciones a la teoría de la imputación objetiva
en los delitos cometidos por imprudencia (A propósito de recientes
criterios del Tribunal Supremo de la República de Cuba) / 111
Lic. Harold Bertot Triana
El fundamento ideológico de la ley de protección integral española / 133
Mª Auxiliadora Díaz Velázquez
Feminicidio, mujer y educación en Colombia:
perspectivas para su comprensión / 147
Omar Huertas Díaz, Angie Lorena Ruíz Herrera,
Mayda Goite Pierre, Arnel Medina Cuenca y Rodolfo Fernández Romo
Notijurídicas / 235
Sumario
1. Introducción
2. Fundamentos teóricos del derecho de autor
2.1. Sistema de derechos autorales
2.2. Contenido del derecho de autor
2.2.1. Derechos morales
2.2.2. Derechos patrimoniales
3. Antecedentes de las obras científicas
3.1. Antigüedad
3.2. Edad Media
3.3. Edad Moderna
4. Impacto de la globalización en la sociedad de la información científica
5. Reflexiones finales
Resumen
En este artículo se ofrece un breve estudio preliminar sobre las particularidades
de las obras científicas como creaciones intelectuales protegidas por el derecho de
autor. Particularidades que conllevan en la práctica un tratamiento disímil del resto
de las obras literarias y artísticas, puesto que sus autores, mayormente, ejercen sus
derechos patrimoniales persiguiendo la obtención de una justa compensación eco-
nómica por la divulgación y la comunicación pública de sus obras, mientras que los
autores científicos llevan sus móviles a una máxima divulgación y comunicación de
los resultados de sus investigaciones, sin importar la remuneración económica por
la cesión de sus derechos patrimoniales. Para lo cual, en primera instancia, se realiza
un análisis de los fundamentos teóricos de este tipo de obras dentro del derecho de
autor. Se desarrolla un estudio histórico de sus antecedentes; y finalmente se exami-
na su situación en el entorno de la globalización. Por último, se aportan reflexiones
sobre la realidad de estas obras. El contenido de este artículo forma parte de los
resultados parciales de la tesis de doctorado “Protección de los derechos de autor en
las revistas científicas digitales en un mundo globalizado”, que se encuentra desarro-
llando la doctoranda y coautora.
Palabras clave
Obras científicas, derecho de autor, cesión de derechos.
Abstract
A brief preliminary study about scientific work peculiarities as intellectual creations
protected by copyright is offer in this article. Peculiarities that involve a different treatment
than other literary and artistic works, given that the authors of these works exercise their
copyrights looking for a fair economic compensation for the public communication of their
work, while the scientific authors take their priorities to the most public communication of
their research results, no matter remuneration for the transfer of their copyrights. First, an
analysis of theoretical foundations of this kind of works inside the copyright is carried out.
A historical study of its antecedents is developed and finally, its situation in the globaliza-
tion era is examined. Finally, reflections on the reality of these works are provided. The
partial results shown in this article are part of the Doctorate Thesis “Copyrights protection
in scientific journals in a globalized world” that the co-author is currently developing.
Keywords
Scientific works, copyrights, transfer of rights.
1. Introducción
Dentro de las creaciones producidas por el intelecto humano se encuentran las
obras científicas, referidas a la expresión de los resultados del trabajo investigativo
de los científicos, y estos son propiamente considerados como autores, según lo
establecido en el Artículo 2o, apartado 1 del Convenio de Berna para la Protección
de las Obras Artísticas y Literarias1, que estipula que “Los términos “obras literarias
y artísticas” comprenden todas las producciones en el campo literario, científico2 y
artístico (…)”, confiriéndole así protección autoral a las obras científicas.
1
Fue adoptado el 9 de septiembre de 1886 en Berna, Suiza. Ha sufrido modificaciones más
o menos cada veinte años a través de las Actas de Revisión, que han sido las siguientes: 4
de mayo de 1896: Acta adicional de París (que entró en vigor el 9 de diciembre de 1897);
13 de noviembre de 1908: Revisión de Berlín (que entró en vigor el 9 de septiembre de
1910); 20 de marzo de 1914: Protocolo adicional de Berna (que entró en vigor el 20 de
abril de 1915); 2 de junio de 1928 : Revisión de Roma (que entró en vigor el 1 de agosto
de 1931); 26 de junio de 1948: Revisión de Bruselas (que entró en vigor el 1 de agosto de
1951); 14 de julio de 1967: Revisión de Estocolmo (cuyas disposiciones administrativas
entraron en vigor a principios de 1970); 24 de julio de 1971 : Revisión de París (que entré
en vigor el 10 de octubre de 1974). Para más información puede consultarse la página de
la OMPI donde se relacionan dichas actas. Disponible en: http: //www.wipo.int/treaties/
es/ip/berne/, consultada el 11 de noviembre de 2015.
2
A pesar de establecerse el término expresamente en el Convenio y no haber sido modificado
ni suprimido en las sucesivas revisiones del contenido, hay autores como Mihály Ficsor,
que consideran innecesaria tal distinción, aduciendo que una obra en el ámbito científico
no está protegida por su índole científica sino porque es una creación intelectual en forma
de una obra escrita, un dibujo o una obra audiovisual, o de otra producción en el ámbito
literario y/o artístico. Por el adjetivo “literarias” debe entenderse las producciones en todos
los lenguajes destinadas a la información, expresadas en letras, números o cualesquiera
otros símbolos similares, independientemente de si son legibles por todos o si están en
código (y, por lo tanto, accesibles únicamente para quienes conocen y pueden utilizar el
código, o mediante la utilización del equipo pertinente). El adjetivo “artístico”, en este
contexto, abarca todos los modos y formas posibles de expresión diferentes de los que son
“literarios”. Para más información consultar Ficsor, Mihály, Guía sobre los Tratados de
Derecho de Autor y Derechos Conexos administrados por la OMPI, OMPI, 2003, p. 18.
3
Cfr. Bercovitz Rodríguez Cano, Rodrigo, Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual,
3ª edición, Tecnos, Madrid, 2007, p. 164.
4
Se refiere al instrumento que mide la repercusión que tiene una publicación en la literatura
científica a partir del análisis de las citas que ha recibido. Además, sirve para comparar
publicaciones y evaluar la importancia relativa de una publicación dentro de un mismo
campo científico.
5
Sistema de revisión por expertos, que consiste en que dos o más revisores leen y analizan
los artículos para determinar tanto la validez de las ideas y los resultados, como su impacto
potencial en el mundo de la ciencia. Campanario, Juan Miguel, “El sistema de revisión
por expertos (peer review): muchos problemas y pocas soluciones”, en Revista Española de
Documentación Científica, vol. 25, núm. 3, 2002, p. 267. Disponible en: http: //www2.
uah.es/jmc/an24.pdf, consultada el 12 de noviembre de 2015.
6
Pago por ver o acceder a un artículo determinado de la revista.
7
Pago por suscripción para acceder a todo el contenido de la revista.
8
Alonso-Arévalo, J., F. Carbajo-Cascón y J. A. Cordón-García, La propiedad
intelectual y los derechos de autor en bibliotecas y centros de información: revistas digitales
y acceso abierto, El copyright en cuestión: Diálogos sobre propiedad intelectual, Deusto,
Madrid, 2011, p. 151.
9
Cfr. Castillo Esparcia, Antonio, “El rol de las publicaciones científicas en Comunicación
en el EEES: indexación e impacto”, en Revista Internacional de Relaciones Públicas,
núm. 1, vol. 1, 2011, p. 152.
10
Larrea Richerand, G. E., “La Convención para la Protección y Promoción de la
Diversidad de las Expresiones Culturales en México. Protección del acervo cultural,
que se encuentra en los conocimientos, tradiciones, costumbres y obras de los pueblos
originarios o autóctonos de nuestro país a través del Derecho Intelectual”, en Larrea
Richerand, G. E. y R. E. Larrea Soltero (Coord.), Derecho de la Propiedad Intelectual,
Porrúa, Centro de Investigación e Informática Jurídica, México, 2012, p. 461.
efecto que existe y siempre ha estado presente, entre la sociedad y el Derecho, o sea
las consecuencias que se producen de las complejas relaciones humanas y que exigen
necesarias y continuas transformaciones en el marco jurídico. En efecto, como seña-
la NEVADO AGUIRRE11, “si la evolución de todas las instituciones jurídicas corre
paralela a la propia de los valores de la sociedad a lo largo de la historia, en el derecho
de autor se hace más evidente esa estrecha interdependencia, quizá porque el objeto
de protección encarna algo tan complejo como la propia creación humana”.
Precisamente, en el caso del derecho de autor, se ha afirmado y con razón, que
el requerimiento de protección para las creaciones intelectuales, llegó asociado a
la posibilidad de su reproducción. Realidad propiciada por la invención de la im-
prenta perfeccionada de tipos móviles por Johannes Gutenberg hacia el año 1440,
aproximadamente, lo cual significó un avance tecnológico sin precedentes hasta ese
momento de la historia. Por ello, enfatiza CÁRDENO SHAADI12, que “cuando
Gutenberg perfeccionó la imprenta de tipos móviles, jamás imaginó que además de
crear la invención que dio vida a la revolución cultural e industrial de la humanidad,
procreaba también el origen de la formal regulación de los derechos autorales”.
Al hablar en general de las producciones del ingenio humano, deben conside-
rarse tanto las creaciones artísticas y literarias como las invenciones y creaciones de
índole industrial. La necesidad de su tutela jurídica y su perfeccionamiento a través
del tiempo se han desarrollado de forma independiente. Sin embargo, la tendencia
a englobar todos los productos intelectuales en un mismo espacio jurídico, surge ya
con la premisa de varios siglos de evolución histórica a su espalda, dando lugar a la
moderna concepción de la propiedad intelectual. Concepción que abarca, por una
parte el derecho de autor y derechos conexos y por la otra, la propiedad industrial.
11
Nevado Aguirre, J. M., “Una cuestión a debate: La remuneración compensatoria
del derecho de autor”, en La Ley Revista jurídica española de doctrina, jurisprudencia y
bibliografía, t. 4, 1992, p. 934.
12
Cárdeno Shaadi, J. R., “La copia privada remunerada como figura jurídica actual del
Derecho Autoral Mundial”, en Larrea Richerand, G. E. y R. E. Larrea Soltero
(Coord.), Derecho de la Propiedad Intelectual, Porrúa, Centro de Investigación e
Informática Jurídica, México, 2012, p. 353.
Se trata de un caso sui generis en materia jurídica, como lo asevera Solorio Pérez13,
al referir que es un caso peculiar donde los elementos que integran el género surgie-
ron antes que el género mismo.
13
Cfr. Solorio Pérez, O. J., Derecho de la Propiedad Intelectual, 4ª reimpresión, Oxford,
México, 2014, p. 2.
14
Cfr. Lipszyc, D., Derecho de autor y derechos conexos, 2ª edición, UNESCO/CERLALC/
ZAVALIA, Argentina, 2006, p. 18.
15
Cfr. Delgado Porras, A., Panorámica de la protección civil y penal en materia de
propiedad intelectual, Civitas, Madrid, 1988, p. 9.
16
Cfr. Antequera Parilli, R., Manual para la enseñanza virtual del derecho de autor y los
derechos conexos, Escuela Nacional de la Judicatura, República Dominicana, 2001, p. 79.
17
Cfr. Massé Fernández, A., “El derecho de autor. Génesis y Apocalipsis”, en Larrea
Richerand, G. E. y R. E. Larrea Soltero (Coord.), Derecho de la Propiedad Intelectual,
Porrúa, Centro de Investigación e Informática Jurídica, México, 2012, p. 485.
18
Cfr. Colombet, C., Grandes principios de los derechos de autor y derechos conexos en el
mundo, UNESCO/CINDOC, Francia, 1997, pp. 44-45.
19
Cfr. Magaña Rufino, J. M., Curso de Derechos de Autor en México, Novum, México,
2013, p. 39.
una valoración patrimonial, poseen una connotación intelectual y, por esta razón,
no forman parte de los bienes del autor ni pueden ser objeto de transmisión, pues
su naturaleza hace que se encuentren fuera del comercio.
Además, se le reconocen de forma general, por las leyes y la doctrina de orienta-
ción latina o continental, las siguientes características:
• Absoluto, pues debe ser respetado por todos los demás sujetos, inclusive el
propietario del soporte que contiene la obra o el cesionario en exclusiva del
derecho de explotación.
• Esencial, contiene un mínimo de derechos exigibles en virtud de la creación,
sin los cuales la condición de autor perdería su sentido.
• Inalienable, ya que las facultades que lo conforman permanecen con el autor
aun cuando haya transferido, por acto entre vivos, total o parcialmente, el as-
pecto patrimonial de su derecho. En este sentido la Suprema Corte de Justicia
de la Nación20 sostiene que se trata de un derecho cuyo ejercicio no es trans-
misible inter vivos, por lo que corresponde única y exclusivamente al autor su
defensa según las leyes de cada país.
No obstante, debe tenerse presente que aun cuando el derecho moral no pue-
da transferirse en vida del autor, algunas de sus facultades sí pueden transmi-
tirse después de su muerte a las personas que establezca la ley.
• Irrenunciable, de manera que es nula cualquier cláusula contractual por la
cual el autor se obligue a abstenerse de ejercer ese derecho.
• Inembargable, pues no tiene en sí mismo un contenido patrimonial –aunque
sí derivaciones económicas- y, en consecuencia, no es susceptible de ejecu-
ción. Por lo que sería contrario a la naturaleza de las cosas que se decretara
el embargo de la paternidad de la obra o del derecho a su integridad, por
ejemplo, aunque la inembargabilidad no estuviera prevista explícitamente en
la ley.
• Inexpropiable, como una consecuencia de su inalienabilidad, puesto que si no
es posible su transmisión entre vivos de forma voluntaria, nada justifica que
sea objeto de una transferencia forzosa.
20
Cfr. Tesis P/J102/2007, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
t. XXVI, octubre 2007, p. 6, registro IUS 170786.
21
Delgado Porras, A., Los derechos morales del autor, Documento OMPI/CNR/
PRY/93/17, Paraguay, 1993, p. 30.
22
Cfr. Lipszyc, D., op. cit., nota 8, pp. 159-160.
23
Colombet, C., op.cit., nota 15, p. 49.
24
Lipszyc, D., “Los diseños industriales y el derecho de autor. La teoría de la unidad del
arte”, en Larrea Richerand, G. E. y R. E. Larrea Soltero (Coord.), Derecho de la
27
Cfr. Antequera Parilli, R., op. cit., nota 10, pp. 156-159.
28
Cfr. Massé Fernández, A., op. cit., nota 14, p. 484.
29
Fernández Ballesteros, C. A., “Tendencias actuales para la prevención y represión
de la piratería en el medio digital”, en Larrea Richerand, G. E. y R. E. Larrea
Soltero (Coord.), Derecho de la Propiedad Intelectual, Porrúa, Centro de Investigación
e Informática Jurídica, México, 2012, p. 410.
30
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31
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32
Ficsor, M., “El derecho de comunicación al público (y puesta a disposición del público)
a la luz de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea”, en Revista
Iberoamericana de derecho de autor, CERLAC, Año vii, núm. 14, enero-diciembre
2014, p. 87.
33
Existen numerosas obras de diversos autores que han abordado la historia y evolución del
derecho de autor desde la Antigüedad, aunque no existe total consenso por la doctrina
en considerar la existencia de antecedentes del derecho de autor en esta etapa histórica.
Para más información puede consultarse: Antequera Parilli, R., op. cit., nota 10,
pp. 69-76; Massé Fernández, A., op. cit., nota 14, pp. 481-485; Sol Muntañola, M.,
“El origen de los límites al derecho de autor”, en Larrea Richerand, G. E. y R. E. Larrea
Soltero, (Coord.), Derecho de la Propiedad Intelectual, Porrúa, Centro de Investigación
e Informática Jurídica, México, 2012, pp. 299-308; Rengifo García, E., “El derecho
de autor en el derecho romano”, en Revista de Derecho Privado, núm. 16, Universidad
3.1. Antigüedad
En la Antigüedad, en general se ha considerado a la civilización griega como la
cuna de la ciencia. De hecho, no son pocos los autores que señalan, como Ortega35,
que los griegos fueron los inventores de la ciencia. No obstante, y sin negar su gran
contribución a la cultura y la ciencia del mundo; a veces se subestima el papel juga-
do por otros pueblos y civilizaciones.36
En este sentido, anteriores al desarrollo de la ciencia en Grecia, y que deben ser
consideradas como hitos importantes en el nacimiento de obras producto del pen-
samiento cognitivo y creativo del ser humano, son las civilizaciones egipcia y babi-
lónica, cuyos resultados científicos se consideran nutrientes para la consolidación de
diversas ciencias griegas posteriores.
En el caso de Egipto, las ciencias se desarrollaron para ofrecer soluciones eficaces
a los problemas prácticos. Pero aun tratándose más bien de un conjunto de reglas
e instrumentos que se utilizaban de manera empírica, o sea sin haber desarrollado
la abstracción teórica que desplegaron posteriormente los griegos, y sin contar con
un método científico en el sentido moderno del término, ello no significa que los
resultados a los que arribaron no constituyan una creación del intelecto humano,
justamente en el sentido de su iniciativa y creatividad para resolver problemas prác-
ticos. De hecho, dichos resultados fueron retomados y sirvieron de base a muchas
de las investigaciones desarrolladas por los griegos.
Por otra parte, en este periodo no se puede hablar de un sentido de la autoría de
un determinado resultado obtenido, pues normalmente las ciencias estaban domi-
nadas y organizadas por sacerdotes y escribas cultos, quienes transcribían ese cono-
cimiento alcanzado. Sirva de ejemplo, el documento científico más antiguo, escrito
sobre papiro, que data del año 1650 a. C., conocido como el papiro Rhind37, y cuya
supuesta autoría se atribuye al escriba Ahmes. Sin embargo, el propio Ahmes relata
35
Cfr. Ortega, I., La historia que vivieron los matemáticos, Letra Buena, Argentina, 1993,
p. 10.
36
Cfr. Ruiz, A., Historia y filosofía de las matemáticas, EUNED, Costa Rica, 2003, p. 29.
37
Se conoce como papiro Rhind, debido a que fue adquirido por el egiptólogo escocés A.
Henry Rhind en 1858 en Luxor, Egipto. Fue encontrado en el siglo XIX entre las ruinas
de un antiguo edificio en Tebas.
al principio del texto que los resultados expuestos en el papiro tienen más de tre-
cientos años de antigüedad, lo que refuerza la idea de que las creaciones intelectuales
eran plasmadas en determinado soporte material por escribas, sin importar quien o
quienes hubieran sido los autores.
También se conoce que los textos de contenido científico se empleaban en la en-
señanza en las escuelas, lo que suponía una difusión de los avances obtenidos. De las
aproximadamente 500 000 tablillas de arcilla que constituyen las fuentes principales
de la cultura babilónica, al menos unas 500 son de interés para las matemáticas, las
cuales datan, más o menos alrededor del 2 500 a.C.38
El acontecimiento siguiente en el hilo conductor de la historia de la ciencia se
refiere a lo que se ha dado en llamar el “milagro griego”, como expresión que en-
cierra la idea de un surgimiento de la ciencia, del arte y de la filosofía como de la
nada, por generación espontánea.39 Y es que con el desarrollo y esplendor alcanzados
por la civilización griega, ya se puede hablar de una sistematización de las ciencias
en general, de un sentido abstracto y profundo de reflexión y comprensión de los
problemas y fenómenos que les preocupaban.
Para efectos esclarecedores, es preciso referir que las contribuciones de los grie-
gos al desarrollo de la ciencia, tuvieron lugar en un vasto período, que se extiende
aproximadamente desde al año 600 a. C. hasta el 600 d. C. De acuerdo a la frag-
mentación aceptada por la mayoría de las historiadores, dicho periodo se divide en
tres etapas específicas: el periodo anterior al filósofo Sócrates o también llamado de
los filósofos presocráticos; la etapa de desarrollo y esplendor de Atenas, como centro
hegemónico de Grecia o también llamada de los sofistas; y por último, la Grecia he-
lenística o alejandrina, en la cual Atenas, es reemplazada por Alejandría, en Egipto,
como eje dominante de la vida griega.
Dadas las relaciones comerciales existentes entre los griegos y la civilización egip-
cia y babilónica, se deduce que quizás la forma más común de divulgar los resultados
obtenidos en las investigaciones, se centraba en la vía establecida por estas relacio-
nes existentes entre los pueblos y civilizaciones. Divulgación muy simple y quizás
sin el ánimo de un reconocimiento real fuera de las fronteras de cada territorio en
específico.
38
Cfr. Ruiz, A., op.cit., nota 43, p. 23
39
Cfr. Rey Pastor, J., Babini, J., Historia de la matemática, vol. 1, Gedisa, 1985, p. 35.
40
Cfr. Mason, S. F., op. cit., nota 41, p. 41.
41
Cfr. Ruiz, A., op.cit., nota 43, pp. 32, 33.
42
Mason, S. F., op. cit., nota 41, pp. 72, 73.
43
Cfr. Ruiz, A., op.cit., nota 43, p. 168
44
Cfr. Mason, S. F., op. cit., nota 41, p. 92
45
Cfr. Buitrago Díaz, E., op. cit., nota 34, p. 139.
46
Ídem, pp. 138, 139.
pero en general no existía una concepción de autoría propia, como se instituyó pos-
teriormente por el derecho de autor, excepto el desarrollo mostrado por el derecho
romano en cuanto a la propiedad material de la obra y el reconocimiento moral
del plagio. Siendo aceptado mayormente por la doctrina como un antecedente del
derecho de autor.
Las investigaciones se desarrollaban muchas veces de forma colectiva, en las es-
cuelas o sociedades establecidas para la enseñanza, o en forma de colaboración entre
varios individuos. La difusión de los resultados obtenidos solo era vista en función
del intercambio entre científicos y discípulos de diferentes pueblos, y no siempre
de igual forma, ya que hubo periodos de mayor interrelación como en la Grecia
helenística.
47
Cfr. Ortega, Isabel, op.cit., nota 42, p. 13.
48
Cfr. Ruiz, Ángel, op.cit., nota 43, p. 169.
49
Cfr. Mason, Stephen F., op. cit., nota 41, p. 173.
50
Cfr. Ruiz, A., op.cit., nota 43, p. 176.
51
Cfr. Mason, S. F., op. cit., nota 41, p. 162.
52
Una de tales disputas fue el caso de los matemáticos italianos, Niccolo Fontana (1499-
1557), más conocido como Tartaglia, y Gerolamo Cardano (1501-1576), con relación
a la solución de la ecuación de tercer grado. Durante varios años, ambos científicos
se enviaron cartas dando a conocer los resultados de determinadas investigaciones,
como era costumbre en la época, al no existir aun espacios de reunión de científicos.
Tartaglia consigue resolver la ecuación en 1534 y se la comunica a Cardano, en 1539,
bajo previo juramento de guardar el secreto, pero Cardano, faltando a su palabra,
54
Cfr. Ruiz, A., op. cit., nota 43, p. 249.
55
Cfr. Mason, S. F., op. cit., nota 41, p. 403.
56
En ello coincide Ruiz al referir que las sociedades favorecían el contacto entre los
científicos de la época y el intercambio de las ideas, pero además crearon diferentes
revistas académicas. La primera revista, aunque no fue creada por una sociedad, sirvió
a los mismos propósitos: Journal des Savants (Revista de Sabios) se inició en 1665. En
el mismo año se creó Philosophical Transactions of the Royal Society. La Academia de
Ciencias de Paris inició Histoire de l’Académie Royale des Sciences avec les Mémoires de
Mathématique et de Physique. También publicó Mémoires de Mathématique et de Physique
Présentés à l’Académie Royale des Sciences par Divers Sçavants et Lus dans ses Assemblées. Ya
hemos mencionado el Acta Eruditorum fundada por Leibniz en 1682. La Academia de
Berlín apoyó Histoire de l’ Académie Royale de Sciences et Belles-lettres. Ruiz, A., op. cit.,
nota 43, p. 249.
Concluyendo, en este último periodo, tuvieron lugar los cambios más esenciales
y trascendentes para el desarrollo de las ciencias, y constituyen los cimientos de los
mecanismos, a través de los cuales, funciona la ciencia hoy en día.
En esta etapa se dan ya los primeros pasos en el reconocimiento del derecho de
reproducción. Como señala BECERRA RAMÍREZ57, a finales de 1460, los go-
biernos de Venecia y Roma otorgaron una serie de privilegios relativos a los libros
y las impresiones de estos, con lo que Venecia asumió el liderazgo de la industria
editorial italiana y permitió que una unión de impresores entre 1469 y 1517 usaran
esas prerrogativas.
Posteriormente, en los inicios del siglo XVIII cobra vida la primera ley moderna
de derechos de autor, el llamado “Estatuto de la Reina Ana”, cuyo título original es
“An act for the encouragement of learning, by vesting the copies for printed books in the
authors or purchasers of Duch copies, during times there in mentioned”58. Dicha ley,
promulgada en 1710 en Inglaterra, designa al autor como dueño de los derechos
intelectuales sobre su obra, y limita la protección de sus trabajos publicados a un
plazo fijo.59
Como se analizó anteriormente, aun cuando no existía todavía el derecho de
autor en la concepción que surgiría poco después, -con los Decretos de 1791 y 1793
de la Revolución Francesa, que centraron la atención en la persona del autor, decla-
rando que el derecho reconocido a los autores era “la más sagrada, la más personal
de todas las propiedades”, y que dieron lugar al nacimiento del sistema del derecho
57
Becerra Ramírez, M., La propiedad intelectual en transformación, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 2004, p. 16.
58
“Una Ley para el enriquecimiento en el aprendizaje, al otorgar la protección a los
ejemplares de libros impresos, a los autores o a los compradores de dichas copias, durante
la vigencia mencionada en la misma”. Traducción de los autores.
59
Este principio que prioriza el rol del creador en vez del editor es recogido más tarde por
la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787, que incorpora expresamente
la protección de los derechos del autor y también del inventor. La primera ley de derecho
de autor de Estados Unidos –U.S. Copyright Law– se publica poco tiempo después, el 17
de julio de 1790. Schmitz Vaccaro, C., Evolución de la regulación internacional de la
propiedad intelectual, La Propiedad Inmaterial, num. 17, noviembre de 2013, pp. 67, 68.
60
Antequera Parilli, R., op. cit., nota 10, p. 73.
61
Flores Olea, V. y A. Mariña Flores, Crítica de la globalidad. Dominación y liberación
en nuestro tiempo, Fondo de Cultura Económica, México, 2004, p. 11. Al respecto de
la globalización, existe una vasta producción de obras que abordan su estudio. Solo a
modo informativo pueden consultarse: Stiglitz, J. E., El malestar en la globalización,
Taurus, Buenos Aires, 2010, p. 3; Gilpin, R., Global political economy: understanding
the international economic order, Princeton University Press, 2001, pp. 3-24; Garrido
Gómez, M. I., Las Transformaciones del Derecho en la Sociedad Global, Aranzadi, Madrid,
2010, p. 17; Bauman, Z., Mundo consumo. Ética del individuo en la aldea global, 1ª
edición, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 44.
62
La ciencia está siendo monopolizada por grandes grupos editoriales donde se concentran
las más prestigiosas revistas académicas. Algunos datos económicos al respecto, pueden
ilustrar en alguna medida, esta situación: Desde 1984 hasta 2002, el precio de las revistas
de ciencia se incrementó cerca de un 600%. Elsevier, Springer y Wiley, tres de los
grupos editoriales más poderosos a nivel mundial, dan cuenta de alrededor del 42% de
todos los artículos publicados en el mercado de más de 19000 millones de dólares de
publicaciones de ciencia, tecnología, ingeniería y temas médicos. Tan solo la compañía
editorial Elsevier, cada año publica 250000 artículos en 2000 revistas, sus ingresos en el
2012 alcanzaron los 2700 millones de dólares, y sus beneficios por encima de los 1000
millones de dólares conforman el 45% del Reed Elsevier Group, su compañía madre.
Datos tomados del artículo publicado en Priceconomic, mayo, 2013 por MAYYASI, A.,
Why is Science Behind a Paywall?, en: http://blog.priceonomics.com/post/50096804256/
why-is-science-behind-a-paywall, consultado el 12 de noviembre de 2015.
miento de las investigaciones y luego van a parar a manos de empresas privadas para
obtener el acceso a los resultados de las mismas publicados como obras científicas.
En efecto, el impacto de los avances en tecnología digital y la Internet, como
manifestaciones de la globalización, ha sido contundente para el derecho de autor y
también en específico para la divulgación de la ciencia a nivel internacional. Por lo
cual, se deben buscar y proponer soluciones para lograr un equilibrio que facilite la
convivencia del derecho de autor en el entorno global y digital de la información.
Como respuesta a este reclamo también de los investigadores en todo el mundo,
ha surgido el sistema de acceso abierto63 como la libre disponibilidad de informa-
ción científica en la red. Sistema que se contrapone al sistema tradicional de divulga-
ción de la ciencia y defensa de los autores científicos ante las grandes corporaciones
editoriales de las revistas científicas digitales, pero que no resulta completamente
eficaz debido a los costos que deben sufragar los propios autores y otros obstáculos
también por parte de la propia comunidad científica internacional en cuanto a la
aceptación de este nuevo canal de divulgación.
Por otra parte, está latente la problemática de la cesión gratuita de los derechos
patrimoniales de los autores a los editores de las revistas científicas64, como se expresó
63
Para abundar en el estudio de las publicaciones científicas bajo el sistema de acceso
abierto (Open Access), puede verse, Suber, P., Una introducción al acceso abierto, en
publicación: Babini, Dominique; Fraga, Jorge CLACSO, Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, Argentina, 2006, pp. 15-33, disponible en: http://bibliotecavirtual.
clacso.org.ar/ar/libros/secret/babini/Peter%20Suber.pdf, consultada el 15 de noviembre
de 2015; Villarroya, A., et. al., Modelos de negocio de las editoriales de revistas científicas:
implicaciones para el acceso abierto, El profesional de la información, vol. 21, núm. 2,
marzo-abril, 2012, disponible en: http://www.elprofesionaldelainformacion.com/
contenidos/2012/marzo/02.html, consultada el 15 de noviembre de 2015; Morales
Montes, M. A., “Análisis normativo de las limitaciones al Derecho de Autor bajo los
principios del derecho de acceso a la información, libertad de expresión y la educación”,
en DE JURE Revista de investigación y análisis, México, núm. 4, mayo 2010, pp. 200-213.
64
En sentido general, esta gratuidad trae aparejados ciertos beneficios indirectos, de
suma importancia para los autores en el mundo académico, pero aportados por las
instituciones científicas a las que pertenecen y no por las grandes editoriales de revistas
científicas, cuya rentabilidad económica se deriva directamente de la explotación de las
obras cedidas gratuitamente. Como expresa Muñoz Tinoco, lo que básicamente recibe
5. Reflexiones finales
Las obras científicas como creaciones intelectuales protegidas por el derecho de
autor, se presentan como un tipo de obra peculiar, cuya singularidad viene dada
–entre otros factores– tanto por el contenido de los resultados científicos que se dan
a conocer como por la dinámica específica que se sigue para la divulgación de la
ciencia, muy diferente a los canales de distribución de las industrias creativas.
Entre las problemáticas en torno a este tipo de obras, resalta el hecho de que la
divulgación de la ciencia se encuentre en manos de grandes corporaciones editoria-
les que concentran las revistas científicas digitales de mayor impacto en la comuni-
dad científica internacional, lo que deriva en una relación inequitativa entre autores
científicos y editores en cuanto a la debida protección de sus derechos autorales.
Esta situación de conflicto amerita una profundización en el estudio de sus par-
ticularidades, con el objetivo de proponer soluciones para lograr una relación de
equilibrio entre autores y editores que permita una gestión adecuada de los derechos
autorales y una divulgación de los resultados científicos sin onerosas restricciones.
Sumario
I. Introducción
II. El Derecho del Consumo en Cuba y la Propiedad Industrial
II.1. Principales problemáticas de la protección al consumidor en el contexto
nacional
III. La Propiedad Industrial en Cuba desde la visión del Derecho del Consumo
IV. Conclusiones
Resumen
La protección al consumidor en Cuba se encuentra presente en diversas normas de
carácter sectorial puesto que no existe una legislación única al efecto. Entre los diversos sec-
tores que dedican una atención al derecho de los consumidores se encuentra la Propiedad
Industrial, cuyas herramientas constituyen una base sólida en pos de evitar acciones como:
el uso de signos erróneos o confusos en el mercado, el patentamiento de invenciones que
impidan el desarrollo tecnológico o la comisión de actos desleales que obstaculicen la selec-
ción de productos adecuados.
Palabras clave
Protección al consumidor, Derecho del Consumo, Propiedad Industrial, competencia des-
leal, patente, marca, Cuba.
Abstract
The consumer protection in Cuba is present in several sectorial laws because there is not a
special law in this way. From many contexts is possible to find a reference to the consumer pro-
tection, such as, from the Industrial Property. The Industrial Property system offers a solid base
to avoid the use of erroneous and confused signs, patents against the technology development or
disloyal acts in relation to products selection.
Keywords
Consumer protection, Consumer Law, Industrial Property, disloyal concurrence, patent, trade-
mark, Cuba.
I. Introducción
En el mundo moderno el ser humano es consumidor durante un grupo importante de
horas al día, ya sea de la radio, la televisión, el internet, los servicios telefónicos, los de elec-
tricidad, de alcantarillado, de acueducto, de viales, entre tantos otros.
Resulta prácticamente imposible sustraerse del mundo del consumo, pues constituye
una especie de maquinaria que devora todo lo que encuentra a su paso; de una u otra
forma, la mayoría de los seres humanos son consumidores la mayor parte del tiempo, reali-
zando esta actividad a través de los actos de consumo1 por medio, fundamentalmente, de
la contratación; de ahí la preocupación del Derecho por brindar protección al consumidor:
contratante débil que inmerso en la maquinaria del consumo no siempre sabe qué elegir, en
qué condiciones o con qué garantías.
La noción abstracta y amplia de consumidor2, para una política de protección e informa-
ción, implica que el consumidor no solo sea considerado como un comprador o un usuario
1
El acto de consumo es un acto jurídico [generalmente un contrato] que permite al
consumidor entrar en posesión de un bien o disfrutar de un servicio, con vistas a satisfacer
una necesidad personal o familiar, que se caracteriza, además, por ser un acto material
consistente en utilizar el bien o servicio, objeto del contrato.
2
Vid. Bercovitz, Alberto, “La protección jurídica de los consumidores, la Constitución
española y el Derecho mercantil”, en Estudios Jurídicos sobre Protección de los Consumidores,
Madrid, 1987, pp. 21-22; Rentería Arozena, Alfonso e Ignacio Pagola Villar, La
seguridad jurídica contractual medio de protección del consumidor, Consejo General del
Notariado, España, 1995, p. 68.
de bienes o servicios para uso personal, familiar o colectivo, sino también como una persona
a la que conciernen los diferentes aspectos de la vida social que pueden afectarle directa o
indirectamente.
Si en un principio se consideró indispensable proteger al consumidor en sentido estric-
to3, hoy esa finalidad tuitiva se ha ampliado a otros muchos supuestos, tal es el caso de la
protección que se le brinda a los utilizadores de los servicios; lo que nació como protección
al consumidor-comprador, se está convirtiendo en protección al individuo particular4.
De esta forma puede considerarse que la protección del consumidor no se refiere solo
a la protección del individuo en el mercado, sino que se extiende a todas las situaciones en
que pueda encontrarse, encaminadas a satisfacer todas las necesidades que el individuo par-
ticular tiene y que si bien la mayoría de esas necesidades se satisfacen a través del mercado,
otras no, como por ejemplo la protección al medio ambiente.
En Cuba, el sistema de protección jurídica adoptado -en el orden sustantivo de los
derechos de los consumidores- hasta el momento es el de una protección fraccionada5, en-
caminada a reglamentar la actividad de diferentes organismos de la Administración Central
del Estado y la observancia por las entidades de sus disposiciones, que en última instancia
confieren protección, en diferentes aspectos, a los consumidores o usuarios. Así también,
otros organismos reglamentan de forma particular determinados contratos, por lo general
de servicios públicos que se prestan masivamente y de forma estable, determinándose a
priori las condiciones en que se ofrecen, aunque el objetivo central de dicha regulación no es
el de proteger al consumidor, sino el de darle el servicio, según las posibilidades e intereses
de las entidades.
En el terreno de la Propiedad Industrial resulta interesante el tratamiento del tema, ya
que entre los fines principales de este tipo de propiedad está la concesión de derechos de
exclusiva, de manera que el centro de atención se encuentra en los titulares de derechos;
no obstante, existen otros que van en paralelo, tales como la organización del mercado y
el desarrollo tecnológico. De manera que esta concesión resulta imposible desarrollarse al
margen de los derechos de los consumidores; sujetos a quienes, en definitiva, va dirigida la
creación intelectual.
3
El adquirente de bienes de consumo tales como medicinas y alimentos.
4
Vid. Bercovitz, Alberto, ob. cit., p. 17.
5
La protección fraccionada actúa sobre determinados tipos contractuales, al tutelar a las
personas que los suscriben de los posibles abusos que pudieran cometerse, sin importar
si son o no consumidores, pues la finalidad de esta forma de protección es reglamentar
objetivamente ciertos actos jurídicos para evitar que en ellos se cometan abusos que
lesionen a algunas de las partes y correr el riesgo de que queden impunes.
Entre los espacios que se destacan, en el marco de la Propiedad Industrial, por brindar
especial atención al consumidor, se encuentran: la represión de la competencia desleal cuan-
do los actos afectan al consumidor, la prohibición al registro de marcas que pueden inducir
a error o confusión, las limitaciones a los derechos exclusivos, así como todas aquellas que
de una u otra forma limitan el actuar del titular en favor de los intereses del consumidor.
El presente ensayo constituye un análisis de las principales normativas vigentes en Cuba
en sede de Propiedad Industrial y que resultan de aplicación en función de la protección al
consumidor.
6
Vid. Ojeda Rodríguez, Nancy de la C. y Lisbeth Infante Ruiz, “La protección al
consumidor: una visión histórico-jurídica”, en El Derecho como saber cultural. Homenaje
al Dr. Delio Carreras Cuevas, UH y Ciencias Sociales, La Habana, 2011, p. 466.
7
Santos Rodríguez, Manuel, Protección Ambiental y Producción más limpia. Consumo y
Consumidor, Curso impartido por Centro de Investigación y Desarrollo del Comercio
del Interior, La Habana, Febrero del 2008.
8
Botana García, Gema y Miguel Ruiz Muñoz [Coordinadores], Curso sobre protección jurídica del
consumidor, Ediciones Jurídicas, Madrid, 1999, p. 56.
9
Corchero Pérez, Miguel y Amaya Hernández torres, “La protección de los
consumidores y la radical transformación del Derecho Español”, La Ley Nexus.
Com, disponible en el sitio https://www.boe.es/publicaciones/anuarios_derecho/
abrir_pdf.php?id=ANU-C-2006-10036700401_Anuario_de_Derecho_Civil_Revistas_
espa%F1olas Consultado el 12/3/2016.
10
Corchero Pérez, Miguel y Amaya Hernández torres, La protección de los consumidores
y la radical...cit.
11
Vid. Entre otros que pudieran ser citados: artículo 9 inciso a) pleca # 4, artículo 14
2do párrafo, artículo 16 y artículo 41 de la Constitución de la República de Cuba,
proclamada el 24 de Febrero de 1976, modificada el 12 de julio de 1992, publicada en
la Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Extraordinaria No.7 de 1 de Agosto
de 1992. Última modificación publicada en Gaceta Oficial de la República de Cuba,
edición Extraordinaria No. 3 de 31 de enero del 2003.
12
Vid. artículo 17 del Decreto-Ley Nº 304 de 1 de noviembre de 2012, publicado en
Gaceta Oficial de la República de Cuba, Edición Ordinaria No. 062 de 27 de diciembre
de 2012.
13
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados
por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Resolución del VI Congreso
del Partido Comunista de Cuba de fecha 18 de abril del 2011.
14
Vid. Rodríguez Palacio, Edith, El consumidor y el usuario en Cuba, Ministerio de Justicia, La
Habana, 1987, p. 8; y, Horta Herrera, Emilia, et al., “Los derechos de los consumidores y su
protección jurídica”, en Lecturas de Derecho de Obligaciones y Contratos, Félix Varela, La Habana,
2000, p. 318.
15
Se encuentra en el Capítulo I, Fundamentos Políticos, Sociales y Económicos del Estado.
16
En todos los casos, tiene el deber de tramitar el planteamiento, gestionar la solución
y darle respuesta al consumidor afectado. En igual sentido, la Fiscalía General de la
República tiene el papel rector en el control y preservación de la legalidad, lo que se hace
extensivo a la defensa de los consumidores, la que se promueve a través del departamento
de atención a los derechos ciudadanos. Ley No. 83 de 11 de julio de 1997, Ley de la
Fiscalía General de la República, publicada en Gaceta Oficial de la República de Cuba,
edición Extraordinaria No. 8 de 14 de julio de 1997.
17
Ley No. 87 de 1987 modificativa de la Ley No. 62 de 29 de diciembre de 1987, Código
Penal, publicada en Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Extraordinaria
No. 1 de 15 de marzo de 1999 y la Ley 62 de 29 de diciembre de 1987 fue publicada
en Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Especial No. 3 de 30 de diciembre
de 1987.
el hecho de que es la Fiscalía la que ha de ejercitar la acción penal, según refiere el artícu-
lo 273 de la Ley de Procedimiento Penal18; de manera que los consumidores de forma di-
recta no pueden accionar el aparato judicial, en defensa de sus derechos.
La promulgación del Código Civil en 1987 produjo un cambio sustancial en la regula-
ción de las relaciones jurídicas civiles y, en especial, en materia de protección al consumidor,
pues significó un paso de avance, al incluirse contratos destinados a satisfacer las necesida-
des de la población que hasta el momento de su promulgación no eran considerados civiles,
con el objeto de brindarles a los ciudadanos las garantías inherentes desde la legislación
civil19. Indudablemente se refiere a los contratos de prestación de servicios, que muestran su
estrecha vinculación con los cambios de la infraestructura económica.
De forma explícita, el artículo 353 alude a la figura del consumidor como parte del con-
trato de compraventa; sin embargo, desde el punto de vista procesal no existe correlación en
la Ley de trámites, pues no se dispone de un procedimiento para hacer efectivos los derechos
o reclamos que se deriven de este contrato, dígase de otra forma, no existe un procedimiento
con carácter específico, por lo que resulta habitual que ante la lesión de derechos a los con-
sumidores se aplique el procedimiento administrativo.
En Cuba existe un Sistema de Protección al Consumidor que está integrado por el
conjunto de principios, disposiciones y acciones dirigidos a orientar, amparar, educar, in-
formar, auxiliar y fortalecer los intereses económicos y sociales de los consumidores y el
reconocimiento de sus derechos, para que puedan ser ejercidos frente a los proveedores en
el acto de intercambio. Sistema que se caracteriza por su alcance nacional y que pretende
lograr procedimientos ágiles y eficaces en correspondencia con los requerimientos de los
consumidores. En la actualidad se encuentra en fase de desarrollo y ha sido implementado
a través de indicaciones metodológicas de la Dirección de Protección al Consumidor20 que
tiene como objetivos: a) desarrollar su estructura organizativa y funcional; b) integrar, crear
18
Cfr. Ley No. 5/1977 de 13 de agosto, Ley de Procedimiento Penal (actualizada), Ministerio
de Justicia, La Habana, Cuba, 2003.
19
Cfr. Por Cuanto SEGUNDO in fine de la Ley No. 59/87 de 16 de julio, Código Civil (actualizado),
Ministerio de Justicia, La Habana, Cuba, 2003.
20
Unidad organizativa del Ministerio de Comercio Interior, encargada de ejecutar la
misión asignada a este Ministerio, en virtud del Acuerdo # 3529, de 17-8-99 del Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros que modificó los Acuerdos # 2841 y 3107 sobre
la reorganización de dicho Ministerio, de fechas 25-11-94 y 6-2-97, respectivamente;
en virtud del cual al Ministerio de Comercio Interior se le confiere, además, la misión
de atender la protección del consumidor, educarlo en el conocimiento y defensa
de sus derechos, prepararlo para un consumo responsable y racional; establecer las
21
La Propiedad Intelectual abarca un amplio sector de creaciones intelectuales referidas
a obras de arte, fijaciones de fonogramas, interpretaciones y ejecuciones emisiones de
radiodifusión, soluciones técnicas, variedades vegetales, signos que distinguen productos,
servicios, establecimientos o empresarios, así como la represión de la competencia desleal.
22
En este caso constituye una institución y no una modalidad de la Propiedad Industrial en
tanto no otorga derechos exclusivos sino que, constituye un segundo muro de contención
al ofrecer una protección secundaria a las modalidades, ya sea por ausencia de legislación
especial o por insuficiencia de la misma. Vid. Vázquez D´Alvaré, Dánice de la C., La
Competencia Desleal en el mercado Cubano, Tesis en opción al grado científico de Doctor
en Ciencias Jurídicas, La Habana, 2004, p. 12.
23
Vid. Bercovitz, Alberto, “Historia y teoría de la protección de la Propiedad Industrial y
su importancia para el desarrollo económico”, en Moreno cruz, Marta y Emilia Horta
Herrera, Selección de Lecturas de Propiedad Industrial, tomo 1, Félix Varela, La Habana,
2003, pp. 38 y ss.
límites en función de los intereses generales de los ciudadanos, espacio donde puede encon-
trar cabida la protección al consumidor, ya que las distintas instituciones que comprende la
Propiedad Industrial se relacionan de una u otra forma con el consumidor. De manera que
su protección debe extenderse a situaciones en las que intervienen, por su presencia en el
acto de consumo, las creaciones técnicas y otras; espacio al cual se dedicarán a continuación
nuestras reflexiones.
El análisis que se presenta tiene por base las normas de Propiedad Industrial que gozan
de mayor aplicación dado el amplio conocimiento que existe sobre el objeto de las mismas,
ellas son las referidas al derecho de invenciones, derecho marcario y derecho de las indica-
ciones geográficas.
El Decreto-Ley No. 290 de 2012, De las invenciones y dibujos y modelos industriales24,
en su POR CUANTO quinto establece entre los fines de la norma, la adopción de las “…
medidas necesarias para proteger la salud pública y, en particular, el derecho de promover
el acceso a los medicamentos tal y como fue reconocido en la Declaración de Doha, relativa
al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública en noviembre de 2001; asimismo proteger
la nutrición de la población (…)”. De dicho postulado se desprende el interés del poder
público en relación con la protección de ese destinatario final de las invenciones, que no es
otro que el consumidor. Del texto de la norma se reitera esta intención, no de forma expresa
en cada uno de los casos, pero sí de forma tácita o indirecta, según se refleja a continuación.
En el artículo 22 se excluye dentro de las materias patentables las soluciones cuya ex-
plotación comercial en el país deba impedirse necesariamente para proteger los intereses
sociales, el orden público y la moral, cfr. Artículo 22 inciso f).
En el marco de los límites al ejercicio de los derechos de los titulares, el artículo 47 esta-
blece a los actos realizados con fines educativos o investigativos, inciso a); los actos privados
sin fines comerciales, (inciso b); la preparación de medicamentos bajo receta y por unidad
por facultativos, inciso d); y, los actos realizados a los fines de preparar la explotación futura
de un medicamento, inciso g).
El artículo 50 reafirma lo referido en el POR CUANTO quinto, al prohibirse la ex-
plotación de toda invención que atente contra intereses sociales, contra la salud o el medio
ambiente.
En la sección séptima se regulan Otros usos sin autorización del titular, lo que reviste
particular importancia, ya que se estipula lo referido a la licencia obligatoria, cuyo fin es
remediar los efectos negativos que de los derechos exclusivos del titular pueden derivarse,
ya sea porque existe ausencia o insuficiencia en el mercado, porque los precios son altos o
24
Decreto-Ley No. 290, De las invenciones, dibujos y modelos industriales, publicado en Gaceta
Oficial de la República de Cuba No. 2, edición Ordinaria de 1ro. de febrero de 2012.
discriminatorios, o cuando la explotación por el titular haya sido interrumpida por más de
un año, entre otras causales, cfr. Artículo 53.1 al 57.
En lo referente a los modos de extinción de los derechos, se establece la acción de nuli-
dad para los supuestos en que se violen las disposiciones vigentes, lo que guarda relación con
todo lo preceptuado en el Decreto–Ley No. 290 así como con otras normas. Dicha acción
es imprescriptible y sus efectos estriban en dejar sin valor la patente desde el momento en
que se presentó la solicitud, cfr. Artículo 67.
En igual sentido, el artículo 71 regula lo referente a la cancelación cuando han transcu-
rrido dos años con posterioridad a la concesión de una licencia obligatoria y esta no haya
podido reducir los efectos negativos que del ejercicio del derecho de exclusiva se derivan.
A partir del Capítulo V se regula lo concerniente a los modelos de utilidad, para los
cuales rige lo preceptuado para las invenciones en lo que atañe a la materia no patentable, al
procedimiento de registro de la invención en lo que resulte aplicable, así como a los límites
al ejercicio de los derechos.
El Título III de la propia norma preceptúa lo relativo a los dibujos y modelos industria-
les, donde también se manifiesta la protección al consumidor en lo que atañe a las creacio-
nes no registrables, incorporándose aquellas que resultan contrarias a los intereses sociales,
al orden público o a la moral. Igualmente como parte del procedimiento de registro es posi-
ble presentar oposiciones conforme a lo establecido para las invenciones. En lo que respecta
a las limitaciones, el artículo 109 comprende aquellos actos educativos o que se desarrollan
de forma privada y sin ánimo de lucro.
Ante la violación de derechos sobre dibujos y modelos industriales, en lo concerniente
a la actuación ante los tribunales, se le confiere la facultad al fiscal cuando se afecten los
intereses sociales, según reza el artículo 135 apartado 3.
En el terreno de las marcas resulta de aplicación en el territorio nacional el Decreto-Ley
No. 203 de 200025 y su reglamento, que entró en vigor a través de la Resolución No. 63
de 2000.
Con respecto a los signos que pueden constituir marcas existe un grupo de prohibiciones
al registro que aparecen refrendadas en el artículo 16, dentro de las cuales reviste particular
interés, a los efectos de este estudio, la correspondiente al inciso f) ya que prohíbe el regis-
tro de los signos que puedan inducir al público a error sobre la procedencia de los productos
o prestación de los servicios, las cualidades, la aptitud para el empleo o el consumo, la cantidad
25
Decreto-Ley No. 203 de Marcas y otros signos distintivos en Gaceta Oficial de la República
de Cuba No. 3, edición Extraordinaria, publicado el 2 de mayo del 2000.
o alguna otra característica del producto o servicio al cual se aplique; asimismo el inciso k)
prohíbe los supuestos donde se atente contra la dignidad de las personas, ideas, religiones
o símbolos de cualquier país o entidad nacional o extranjera; y, el inciso l), por su parte,
prohíbe los signos contrarios a la ley, la moral o el orden público.
En lo que atañe a las prohibiciones relativas, según el artículo 17 inciso d) no es posible
el registro de un signo que constituya una reproducción, imitación, traducción, transliteración
o transcripción, total o parcial, de una marca notoriamente conocida que pertenece a un tercero,
cualesquiera que sean los productos o servicios a los que se aplique el signo, cuando su uso podría
causar un riesgo de confusión o de asociación con la marca notoria (…); asimismo, el inciso j)
excluye del registro todo signo que implique la comisión de actos de competencia desleal,
dentro de los cuales están los que afectan a los consumidores, entre ellos, el engaño, la con-
fusión, la inducción a error, el aprovechamiento del esfuerzo ajeno, la imitación, entre otros.
En el marco del procedimiento de registro, el artículo 23 incorpora la figura de la obser-
vación para aquellos interesados que, sin tener un derecho previo en relación con el signo
que se pretende registrar, se pronuncien sobre la pertinencia o no de la concesión, en este
caso no forman parte del proceso pero las observaciones aportadas se tienen en cuenta al
momento de realizar el examen de fondo.
En cuanto al ejercicio de la acción de nulidad, el artículo 57 inciso c) la reconoce para
aquellos supuestos donde la marca registrada sea igual o semejante, fonética o gráficamente, a
una marca u otro signo distintivo solicitado o registrado anteriormente o a una marca notoria-
mente conocida en Cuba, y se utilice para productos idénticos o similares, de forma tal que exista
un riesgo de confusión en los consumidores, conocido como riesgo de asociación.
En relación con las marcas notorias, se establece la denegación, igualmente, para aque-
llos supuestos en los que el signo puede incurrir en alguna de las prohibiciones al registro,
puede afectarse el orden público, así como para los casos en que se puede inducir al público
a error, cfr. Artículo 92.
En el Título V referido a otros signos distintivos se establecen elementos que se dirigen
a la salvaguarda del acto de consumo. En lo que respecta a los nombres comerciales, el
artículo 98 excluye de la acción registral los nombres que sean iguales o parecidos a otros
signos que se encuentren registrados o solicitados que causen confusión o induzcan a error,
inciso a), así como aquellos que puedan causar engaño o confusión en relación con la acti-
vidad que desarrolla la empresa, inciso f); respecto a los emblemas empresariales les resulta
aplicable también lo antes referido, cfr. Artículo 103.3; en igual sintonía el artículo 106 a),
prohíbe el registro de rótulos que causen engaño, error o confusión.
A diferencia de la norma de invenciones, la acción judicial puede ser entablada por el
fiscal y también por una asociación, federación, sindicato u otra entidad en representación
de los interesados, lo que da la posibilidad a las organizaciones de defensa de los derechos
de los consumidores, cfr. Artículo 123.3.4.
En la misma línea de signos distintivos se encuentran las indicaciones geográficas, in-
tegradas por denominaciones de origen e indicaciones de procedencia, reconocidas en el
Decreto-Ley No. 228 de 200226. El artículo 16. 1 ofrece la posibilidad a todos los intere-
sados de presentar observaciones ante la solicitud de registro de denominaciones de origen;
entre las obligaciones que se le imponen a los titulares del derecho de uso de las denomi-
naciones de origen se encuentra la de preservar las cualidades de los productos a los que se
refiere la denominación, a partir de los factores naturales o humanos de la zona geográfica
que posibilitaron el registro, cfr. Artículo 29.d). En cuanto a las indicaciones de proceden-
cia, el artículo 45.2 inciso d) prohíbe aquellas que atenten contra las personas, religiones
o símbolos de cualquier país o entidad, así como las que transgredan la moral, la ley y el
orden, cfr. los incisos c) y d).
En sede de represión de la competencia desleal, Cuba no cuenta con una norma especial
que regule el tema; no obstante, resulta de aplicación el sistema de Derecho Civil, o sea, el
Código Civil que en virtud de su carácter supletorio27, surte efectos en sede de Propiedad
Intelectual mediante la figura del acto ilícito reconocida en el artículo 81 y siguientes (en
lo atinente).
En principio, el fin del derecho de represión de la competencia desleal fue la protección
del empresario honesto, posteriormente se reconoció la importancia de la protección al
consumidor, aunque existen legislaciones que se refieren al público en general.
Las normas de represión de la competencia desleal, deben contener cierta corrección
ética y deben estar dirigidas hacia puntos medulares como son: estimular la competencia
leal entre competidores, impedir que se afecten innecesariamente los intereses de los consu-
midores e impedir que se dañe la economía en general.
Los actos de competencia desleal se pueden clasificar de diferentes maneras, en depen-
dencia del criterio aplicado un acto puede ser considerado desleal por más de una razón,
sobre la base del enfoque adoptado para caracterizarlo, de ahí que pueda quedar dentro de
dos o más categorías o criterios de clasificación.
26
Decreto-Ley No. 228, De las indicaciones geográficas, publicado en Gaceta Oficial
Ordinaria de la República de Cuba, No. 11, de 22 de febrero de 2002.
27
Artículo 8: Las disposiciones de este Código son supletorias respecto a materias civiles u otras
reguladas en leyes especiales.
Disposición Final Primera: Sin perjuicio del carácter supletorio de este código, se rigen por
la legislación especial las relaciones jurídicas relativas a (...) los descubrimientos, inventos,
innovaciones, racionalizaciones, creaciones de obras científicas (...).
Según la clasificación que ofrecen algunos autores, se manifiestan tres ámbitos de recep-
ción del daño y/o perjuicio28, ellos son:
– El de los competidores, donde se revelan actos como el de imitación, explota-
ción de la reputación ajena, denigración, inducción a la infracción contractual
y violación de secretos.
– El de los consumidores, díganse los actos de confusión, engaño, promoción
en especie y comparación.
– El de los actos contra el mercado en sentido lato, donde pueden manifestarse
actos de discriminación y abuso de poder de mercado, venta a pérdida y prác-
ticas predatorias y violación de normas.
Como resulta apreciable, los actos desleales pueden estar dirigidos a diferentes sectores
o grupos, a los competidores, consumidores o al mercado en sentido general; a los efectos
de este trabajo, se centra la atención en aquellas prácticas que afectan principalmente a los
consumidores.
La imitación tiene lugar cuando se reproducen, ya sea de manera total o parcial, los
elementos distintivos de una creación inmaterial, aunque en principio la imitación es libre,
lo que se sanciona por esta disciplina es precisamente la imitación que puede llegar a con-
fundir al consumidor.
El aprovechamiento injusto del esfuerzo ajeno se manifiesta ante la utilización de crea-
ciones prestigiosas o notorias, en este particular se condena el hecho de hacer como suyo el
éxito ajeno, el riesgo que ocasiona a la reputación de la cual se beneficia, así como la confu-
sión en el consumidor a partir de la falsa asociación.
En tal sentido, es válido apuntar que la intención de crear confusión carece de importan-
cia a los fines de determinar si un acto es desleal. No obstante, la mala fe por parte del imi-
tador puede tener efectos en cuanto a las sanciones que se apliquen. En el caso de los signos
distintivos, los factores que con frecuencia se consideran para determinar la confusión son
el grado de distintividad del signo, el tamaño y la reputación de su titular, la satisfacción de
los consumidores interesados, así como la similitud de las marcas y los productos o servicios
involucrados.
La confusión respecto a las indicaciones puede consistir en cualquier signo, símbolo o
elemento figurativo que transmita al consumidor el mensaje que un producto o servicio en
el mercado proviene de una fuente comercial particular, incluso si esta fuente no es conoci-
da por su nombre. Las indicaciones pueden estar compuestas por signos bidimensionales o
tridimensionales, etiquetas, lemas comerciales, embalajes o colores. La protección contra la
28
Vázquez D’Alvaré, Dánice, ob. cit., p. 42.
confusión suele estar presente en las legislaciones en la parte correspondiente a las prohibi-
ciones al registro, especialmente en el ámbito de los signos distintivos.
De cualquier forma, la vía de la represión de la competencia desleal suple la ausencia de
protección o deficiencia en las legislaciones específicas. En otro sentido, la protección especial
que se ofrece a las marcas notoriamente conocidas contra la confusión, tal y como establece el
artículo 6 bis del Convenio de París29, contribuye a reforzar la atención al consumidor.
El engaño, por su parte, es la creación de una impresión falsa de los productos o servicios
de un competidor. El consumidor, al basarse en informaciones incorrectas, puede sufrir
perjuicios financieros. Paralelamente, el competidor honesto pierde clientes y la transpa-
rencia del mercado se afecta, aunque los actos de engaño están dirigidos, especialmente, al
consumidor. El engaño se demuestra mayormente a través de métodos empíricos, entién-
dase por tales, encuestas de consumidores.
Las formas usadas para trasmitir el mensaje resultan irrelevantes, el foco de atención re-
cae en el efecto que se produce sobre el destinatario, de manera que han de tenerse en cuenta
todos los medios de comunicación: escritos, orales o simbólicos.
En otro sentido, no se puede dejar al margen que una comunicación engañosa no nece-
sariamente tiene que ser positiva: una verdad a medias es también una media mentira. Aun
cuando el empresario no está obligado a revelar las características negativas del producto
que ofrece, puede existir engaño si el público, a falta de información expresa, supone que
existen ciertas propiedades que se convierten en el móvil para la adquisición del producto.
Sobre la publicidad comparativa hay que resaltar sus dos aristas: una referencia positiva al
producto de un tercero (cuando se afirma que el producto propio es tan bueno como el otro)
o una referencia negativa (cuando se afirma que el producto propio es mejor que el otro).
En el primer caso, cuando normalmente el producto del competidor es bien conocido,
la cuestión crucial se refiere a la posibilidad de apropiación indebida del prestigio ajeno; en
el segundo supuesto, cuando se critica el producto del competidor surge la cuestión de la
denigración, de cualquier forma ambos casos implican una referencia a un competidor, ya
sea porque se menciona un nombre o porque el público puede identificarlo.
29
Artículo 6 bis 1): Los países de la Unión se comprometen, bien de oficio, si la legislación del
país lo permite, bien a instancia del interesado, a rehusar o invalidar el registro y a prohibir
el uso de una marca de fábrica o de comercio que constituya la reproducción, imitación o
traducción, susceptibles de crear confusión, de una marca que la autoridad competente del
país del registro o del uso estimare ser allí notoriamente conocida como siendo ya marca de una
persona que pueda beneficiarse del presente Convenio y utilizada para producto idénticos o
similares. Ocurrirá lo mismo cuando la parte esencial de la marca constituya la reproducción
de tal marca notoriamente conocida o una imitación susceptible de crear confusión con esta.
Tal y como expresa Vázquez D’ Alvaré, es necesario para que se configure el acto
desleal que dicha comparación sea hecha de forma pública y no privada30, así como tampoco
contra la generalidad. A los efectos del consumidor, resulta perjudicial el acto de compara-
ción negativa ya que vicia la posibilidad de seleccionar los productos.
En el caso de la discriminación se entiende desleal con respecto al consumidor en mate-
ria de precios sin que medie causa justificada31. En el supuesto de que a dos consumidores de
“igual categoría” se les imponga un precio diferente, plazo de pago, tiempo de entrega, tasa
de interés u otra categoría comercial, entonces se configuraría un acto desleal con relación
a uno de ellos.
Sin embargo, el acto que comúnmente se encuentra en el mercado se configura como
de discriminación es la explotación de la dependencia económica32 entre empresas clientes y
proveedoras, al no disponerse de otra alternativa por parte de la empresa afectada.
En síntesis, hay que tener presente que todos estos actos, sean dirigidos a quien fuere,
pueden manifestarse conjuntamente, o superponerse en un único acto y, contrariamente,
puede también un acto lesionar varios intereses, como por ejemplo la publicidad desleal,
que afecta tanto a competidores y consumidores como al público en general.
IV. Conclusiones
En el contexto patrio la protección al consumidor puede ser atendida desde varias aris-
tas, pero existe una franca dispersión en diversas normas sectoriales, entre ellas, las normas
de Propiedad Industrial ocupan un espacio importante.
En el ámbito nacional se destacan las prohibiciones al registro de signos distintivos que
puedan inducir al consumidor a error o confusión en relación con el origen empresarial de
los productos o servicios, la represión de actos desleales que pueden afectar al consumidor,
así como las limitaciones en relación con la protección de invenciones, modelos de utilidad
y diseños industriales y facultades de sus titulares; todas ellas redundan de una u otra forma
en la protección a los consumidores en el acto de consumo en que se manifiesten las distin-
tas modalidades de la propiedad industrial analizadas.
30
Vid. Vázquez D’Alvaré, ob.cit. pp. 44-45.
31
Entre las causas justificadas que comúnmente encontramos en el marcaje de diferencia de los
precios de acuerdo al tipo de consumidor y que por tanto no están catalogadas de desleal están: el
volumen de compras, la consideración de cliente habitual o de cliente antiguo, lo cual trae como
consecuencia el establecimiento de ofertas de pagos y descuentos en el precio final.
32
Se trata de dependencia de clientes o proveedores con determinada empresa, sin la
cual no pueden desarrollar su actividad comercial. Este caso se ve mucho en materia de
tecnología entre países en vías de desarrollo y países desarrollados.
Sumario
Introducción
1. El Profesor Principal de Año. El trabajo metodológico y su incidencia
en el proceso docente
2. La Junta de año. Interrelación imprescindible en pos del desarrollo
del aprendizaje
3. Especial mención al Ejercicio Jurídico
4. Conclusiones
Resumen
La incorporación del profesor principal como eje central de la pirámide estructu-
ral del año académico, permite la transformación y el enriquecimiento de las poten-
cialidades del año, las cuales se logran fundamentalmente desde la brigada y hasta
la junta, mediante el despliegue de planes de trabajo metodológico, educativo y
político que se complementan; aplicando un grupo de acciones que permitan supe-
rar las deficiencias que se detectan desde la caracterización individual del estudiante
hasta los análisis de los cortes evaluativos que muestran el rendimiento académico
individual y colectivo. La interdisciplinariedad, como estrategia de integración en
el año, permite cumplir con los objetivos horizontales y verticales, así como valorar
también la complejidad del conocimiento adquirido.
Palabras clave
Profesor principal de año, enseñanza superior, objetivos horizontales, integración.
Abstract
The incorporation of the head professor as the central axle in the structural pyramid
of the academic level provides, unfolding a plan of methodological work, the enrichment
and transformation of the potentialities of the year, which are mainly achieved from the
brigade that tributes to the level’s board, applying several actions in order to overcome
deficiencies detected from the individual characterization of the student up to the analy-
sis of the evaluative phases that show the individual and collective academic outcome.
Interdisciplinary projection, as strategy of integration in the level, allows fulfilling the
horizontal and vertical targets, also valuing the complexity of the acquired knowledge.
Keywords
Head teacher of the academic year, higher education, objectives horizontal, interdisci-
plinary.
Introducción
Escribir sobre lo que a diario hacemos, ha resultado tarea compleja para las auto-
ras, porque no se trata de publicar los resultados de una investigación científica en
las específicas materias jurídicas en que nos desempeñamos –Criminología y Dere-
cho Procesal– sino de compartir nuestras experiencias como lo que esencialmente
somos: profesoras. Así, nuestra meta –en tanto operadoras de justicia y pedagogas de
la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana- estriba en formar estudian-
tes capaces de asumir los retos de su tiempo con una mejor preparación técnica; y,
para cumplir ese anhelo, utilizamos las herramientas instructivas a nuestro alcance,
siempre con la idea central de que la enseñanza actual no puede circunscribirse a un
rol director del profesor y a uno pasivo del estudiante.
De manera que comenzamos por precisar que la segunda mitad del siglo XX
puede considerarse como el punto de partida hacia la expansión de una enseñanza
superior de nuevo orden, sin precedentes, que se asienta en la concepción de una
instrucción-educación desarrolladora. Tipo de enseñanza con fundamento en la in-
vestigación, el enfoque integrador y el intercambio con los estudiantes, y ello en con-
cordancia con lo previsto en los planes de Estudio, así como en una concepción de
actividades acordes con la sociedad en que vivimos y el profesional a que aspiramos.
La capacidad de transformación y cambio que signa la enseñanza superior han
permitido incorporar otros agentes formadores, en aras de cumplimentar y combi-
nar los llamados objetivos verticales de cada asignatura y disciplina jurídica, con los
horizontales por año académico. Precisamente, el Reglamento Docente Metodoló-
gico1 acentúa la idea de que la carrera se organiza desde un punto de vista vertical
en disciplinas y, horizontalmente, en años académicos. Postulado que desarrolla al
concebir al colectivo de año como uno de los subsistemas o niveles organizativos
para el trabajo metodológico; estructura que permite interactuar con los colectivos
de disciplina y de las asignaturas que se corresponden con el año en cuestión.
La factibilidad de esa interrelación entre lo horizontal y lo vertical está dada
porque no se realiza trabajo aislado, sino que pertenecen al colectivo de año los pro-
fesores de cada asignatura que se imparte y se interactúa con las disciplinas que les
comprenden y con las afines.
El trabajo metodológico de ese colectivo ha de tributar a la consagración de los
objetivos horizontales y en ese trabajo, la figura del profesor principal de año devie-
ne en artífice impulsor del cumplimiento de las estrategias y un propulsor de valores
universalmente aceptados. Con su actividad pretende y busca fórmulas para lograr
una interdisciplinariedad entre las diferentes asignaturas que se imparten durante el
curso para la integración de los conocimientos que debe adquirir escalonadamente
el estudiante y ello según los objetivos declarados para cada año académico.
La interdisciplinariedad surge como unidad de la ciencia y del conocimiento,
cuestión que va superándose a medida que se diversifica la ciencia; sin embargo, esa
multiplicidad abre paso –inexorablemente- a la interconexión y puntos de contacto
entre ellas, lo cual ha de proporcionar no solo el alcance de superiores metas educa-
tivas y pedagógicas, sino también la respuesta a complejos problemas de la práctica.
De manera que con el presente estudio nos proponemos fundamentar teórica-
mente el papel que desempeña el profesor principal de año en el logro de la inter-
disciplinariedad en la enseñanza superior, a partir de las experiencias adquiridas en
la carrera de Derecho.
Esta visión diferente en el modelo de enseñanza ha permitido que el estudiante
sea protagonista, que actúe y desarrolle su propia creatividad. Perspectiva que con-
cibe y desarrolla una visión integral de paradigmas educativos, instructivos y susten-
tables. Perspectiva que, con independencia de fundamentos teóricos y normativos
que le sustentan, ha impuesto la necesidad de “reinventar” la labor de los colectivos
de año, en los que –sin lugar a la duda- el profesor principal desempeña un papel
de liderazgo que no se puede soslayar. Y ese desempeño encuentra apoyatura en el
Decálogo del Abogado elaborado por el maestro Couture cuando nos invitaba a
considerar la abogacía – agreguemos y la enseñanza- de tal manera que el día que
nuestro hijo –leamos alumno- nos pida consejo sobre su destino, consideremos un
1
Cfr. Art. 22 del Reglamento Docente Metodológico Resolución 210/2007, MES.
honor proporcionarle que sea abogado; pero, en el entendido de que ser abogado
comprende una formación docente y en valores tal que enaltezca el ejercicio del
Derecho.
a) Banco de problemas
El banco de problemas subsistentes en el año se elabora a partir de la información
que se adquiere tanto a nivel de base como por los docentes, mediante las reuniones
2
Hernández Díaz, Adela, Una visión contemporánea del proceso de enseñanza apren-
dizaje, CEPES, La Habana, 2000, p. 2. Documento en soporte digital, cortesía de la
autora.
b) El PITE
Para potenciar la intercomunicación entre todos los factores que colaboran en el
año y la incidencia en la colectividad de nuestros estudiantes, el Proyecto Integral
de Trabajo Educativo (PITE) constituye una herramienta eficaz que ha posibilitado
que,en cada brigada, los estudiantes y su profesor guía confeccionen desde las tres
dimensiones (curricular, extracurricular y política- ideológica), sus propias inicia-
tivas y puedan cumplimentar y ampliar las actividades programadas, teniendo en
cuenta que este instrumento es dinámico y puede ser perfeccionado a lo largo del
curso académico. A partir de los planes de cada brigada se confecciona, por el pro-
fesor principal, una propuesta de Proyecto Integral de Trabajo Educativo a nivel de
año, cuya discusión y aprobación se verifica en la reunión coordinadora; de forma
tal que en dicho plan se vean reflejados nuestros estudiantes y profesores, todo lo
cual tributa a estrechar los lazos de trabajo y respeto que permiten funcionar al año
académico cual unidad indisoluble. Válido puntualizar que el PITE no se considera
un documento estático, inmóvil, pues los dirigentes de la Federación Estudiantil
Universitaria de la brigada en las reuniones de la junta de año, deben evaluar pe-
riódicamente su cumplimiento y ampliación, mediante la rendición de informes de
cumplimiento en que se precisen las actividades que hasta ese instante no han sido
desarrolladas y, por tanto, han de ser reprogramadas.
c) Caracterización
Otra de las cuestiones que merecen un especial detenimiento es la caracterización
que se realiza en la brigada, porque refleja las peculiaridades y conformación del
año, para enfatizar en aquellas cuestiones puntuales que pueden repercutir en los
resultados del trabajo, en el sentido de marcar a aquellos estudiantes con situaciones
de discapacidad o de menores posibilidades económicas que requieren de mayor
atención; al mismo tiempo, obtenemos la información sobre el potencial deportivo,
cultural y de cualquier índole de quienes pueden coadyuvar a un trabajo integrado
como colectivo.
El profesor principal ha de trabajar de forma permanente con esta caracterización
que le permite “explotar” las habilidades del alumnado, por supuesto, si se elabora
con seriedad. Igualmente, puede encauzar a aquellos que no manifiestan inclinacio-
nes específicas, pero que muestren interés por participar en las distintas actividades.
De manera que un estudiante puede iniciar el curso con una determinada caracteri-
zación y concluir con otra, en dependencia del desarrollo que haya alcanzado.
e) Plan de Acciones
La elaboración de un plan de acciones ha comprendido tanto las exigidas por
parte de la Coordinación del año como aquellas que implican un compromiso de
la brigada para con sus integrantes. En tanto lo metodológico se pone en función
del proceso docente, no puede ignorarse el papel de los dirigentes estudiantiles que
intervienen en las juntas, quienes participan en estos talleres y aportan sus criterios
al respecto.
De manera que la delineación de tareas se proyecta no solo hacia los profesores,
sino también hacia estudiantes con buen rendimiento docente, lo que fomenta las
relaciones de compañerismo y el sentido de responsabilidad, como valores ineludi-
bles y propios del estudiante universitario.
Acciones a nivel de año:
• Orientación de actividades docentes de acuerdo a los objetivos de los temas
que forman parte del programa analítico de cada asignatura, las que son valo-
radas de conjunto con el profesor.
• A partir de la guía de estudio de las asignaturas -obrante en la Intranet de la
Facultad-, los profesores controlan individualmente la realización de las acti-
vidades previstas.
• Desde las diferentes materias que prestan servicio en los primeros años de la
carrera, como por ejemplo el Inglés, parte de la orientación de la búsqueda
de textos académicos relacionados con materias propias de la carrera, aunque
pueden utilizar los que se ubican en la intranet de la Facultad y, a partir de
ello, realizan resúmenes de los materiales consultados, que permiten el de-
sarrollo de habilidades de comprensión y expresión, tanto orales (pronuncia-
ción, entonación, ritmo) como escritas (redacción, gramática y ortografía).
• Examen exploratorio o de autoevaluación a partir del estudio individual del
estudiante.
• Horarios de consulta para repitentes y arrastres, con independencia de los
habituales concebidos para todos los estudiantes.
Plan de acciones desde la brigada:
• Selección en la brigada de los estudiantes de mejores resultados docentes en
las diferentes asignaturas, para apoyar mediante las tutorías a los compañeros
que presentan problemas académicos.
• Utilización de los alumnos ayudantes por colectivos de año, para colaborar en
la explicación de los contenidos por materias.
f) Evaluaciones integrales
La realización de las evaluaciones de los estudiantes por semestre académico,
según las orientaciones que son exigidas por la máxima dirección de la Universidad
y del Ministerio del área, coadyuva a la atención personalizada del profesor guía que
es una herramienta importante, pues resulta el primer eslabón que enlaza a la briga-
da con el profesor principal de año y que proporciona información en lo atinente al
estado real e individual de los grupos que conforman el año académico.
Al cierre del primer semestre, se realiza esa especie de evaluación parcial con re-
comendaciones concretas sobre la base de las deficiencias detectadas que posibilita
una individualización del trabajo profesor-estudiante, de estudiante-estudiante y de
profesor principal-estudiante, con vistas a confeccionar una evaluación integral del
curso que identifique las debilidades y fortalezas desde la brigada hasta las del año.
Cuestiones que conllevan a elevar el trabajo metodológico y educativo en el segun-
do semestre, pero desde una mirada focalizada en aquellos aspectos que ameritan
detenimiento mayor del colectivo de año para incidir en un efectivo proceso de
enseñanza- aprendizaje.
control del profesor principal de año en cuanto al tratamiento especial que los mis-
mos demandan, logra potenciar la participación en exámenes de premio, jornada
científica y eventos nacionales e internacionales, lo que contribuye a elevar el nivel
investigativo del año. Contar con alumnos ayudantes que colaboren con el colectivo
de año posibilita el despliegue de un mejor trabajo, pues tienen la visión de estu-
diante, pero de un estudiante que realiza un esfuerzo mayor y se compromete con
los resultados docentes del año al que pertenece.
El profesor principal de año también favorece el desarrollo de actividades de
impacto social y económico a partir de la incorporación en actividades de extensión
universitaria, contribuyendo a la formación de cualidades superiores en el orden
técnico, profesional y la preparación político- ideológica, mediante las tareas de im-
pacto en la batalla contra la corrupción, las ilegalidades, las indisciplinas sociales, su
trabajo en proyectos comunitarios como el que se realiza actualmente entre algunas
Facultades de la Universidad de La Habana y el Ministerio del Interior (Proyecto
Alma Mater, en el caso de la Facultad de Derecho se ha denominado Derecho en
las Comunidades).
Asimismo han sido utilizados nuestros estudiantes en este periodo de elecciones
parciales como supervisadores, en el apoyo a las Casas de Orientación a la Mujer y la
Familia, en la conformación de bibliotecas comunitarias y en labores de verificación
fiscal; tareas que no solo logran un mayor compromiso y sentido de pertenencia con
la Facultad y con la sociedad, sino que también enfatizan el perfeccionamiento del
proceso docente- educativo, pues de eso se trata de que se trabaje como colectivo
unido, con un enfoque integrador intencionado, con evaluaciones que rompen la
forma esquemática escrita de preguntas y respuestas, al introducir modalidades tec-
nológicas, talleres, con empleo del idioma inglés y que se propicie la combinación
de lo instructivo con lo histórico y la formación de valores.
Durante el desarrollo del ejercicio, los estudiantes aplican e integran los conoci-
mientos adquiridos en las asignaturas ya cursadas, lo que se evalúa en el examen final
de la asignatura. De manera que se compone de varias fases: una teórica, dirigida a
los contenidos fundamentales que serán verificados, una práctica que se lleva a cabo
en las Unidades Docentes del sector jurídico a nivel provincial (ONBC, Tribunales
y Fiscalías) y una de evaluación, consistente en un examen final escrito para lo cual
cada estudiante entrega la evaluación de su tutor. La nota final de la asignatura se
conforma entre la calificación propuesta por el tutor y la que obtiene en la evalua-
ción escrita.
Para medir los resultados alcanzados se aplican encuestas a los estudiantes y la
valoración ha sido muy positiva, con precisión de las siguientes:
Fortalezas
• Los tutores son profesionales bien preparados.
• Vinculación de teoría con la práctica.
• Preparación para el ejercicio profesional.
Debilidades
• Imposibilidad de rotar por diferentes organismos.
A partir de estos resultados, los colectivos de año nos trazaremos nuevas metas
para que cada curso sea superior.
Conclusiones
La implementación del profesor principal de año ha permitido demostrar la im-
portancia y utilidad que ejerce en la dirección del proceso enseñanza-aprendizaje.
Dentro de sus funciones se encuentra la realización de talleres metodológicos que
permitan lograr una interdisciplinariedad entre las diferentes asignaturas que se im-
parten durante el curso y que tributan a los objetivos horizontales trazados para la
integración de los conocimientos que debe adquirir escalonadamente el estudiante
en relación con el año académico que cursa.
Permite una interconexión entre todos los factores que forman parte del colec-
tivo de año, para detectar las debilidades y fortalezas, así como la implementación
de un grupo de acciones que permitan superar las deficiencias de cualquier índole.
A modo de reflexión final, retomamos la voz de Eduardo Galeano cuando afir-
maba: “Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Cami-
no diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”. Y es que
en este largo camino que implica el perfeccionamiento del proceso de enseñanza-
aprendizaje, la labor del profesor principal de año ha dejado de ser una utopía para
convertirse en una alcanzable realidad.
Utopía o meta de trabajo, lo cierto es que la formación de nuestros estudiantes
constituye ineludible deber de los profesores y, en ello, no puede obviarse el trabajo
del colectivo de año que está llamado a cumplir un especial desempeño: integrar co-
nocimientos y promover actividades de forma tal que los futuros juristas visualicen
la realidad desde sus propias experiencias.
Sumario
Preámbulo
1. El Derecho real de usufructo. Apuntes sobre su naturaleza jurídica
1.1. Caracteres del Derecho real de usufructo en el Código civil cubano
1.2. Formas de constitución del usufructo
1.3. Pluralidad de usufructuarios
1.4. Formas de constitución en el Código civil cubano. Voluntad de las partes.
Actos inter-vivos y mortis-causa. Por disposición legal. Por disposición judicial
2. Usufructo de vivienda y personas con discapacidad. Retos del actuar notarial
3. Usufructo de vivienda y convivientes
Reflexión final
Resumen
El derecho de usufructo como derecho real típico e histórico ha tenido un de-
sarrollo tímido en Cuba después de 1959. Su desarrollo práctico se ha visto mutila-
do, mal aplicado y restringido por lo general a la propiedad rustica y cuando el nudo
propietario es el Estado. Las modificaciones legislativas radicales acaecidas desde
el 2011 en materia inmobiliaria urbana ha generado una mirada diferente, desde el
estatuto de la autonomía de la voluntad, a las facultades de disposición del propieta-
rio, diversificándose el contenido de dominio de la vivienda urbana.
Palabras clave
Constitución de usufructo, convivencia.
Abstract
The constitution of the right of use like typical and historical royal right has had a
shy development in Cuba after 1959. Its practical development has been mutilated, not
well applied and restricted in general to the rustic property, and when the knot propri-
etor is the State. The legislative radical modifications that have happened since 2011 in
urban real estate matters have generated a different approaches, from the statute of the
autonomy of the will, to the abilities of the proprietor’s disposition, having diversified the
domain content of the urban housing.
Keywords
Constitution of the right of use, co-existence.
Preámbulo
El usufructo nace en el Derecho Romano como consecuencia del abuso de las
manus1, la difusión del matrimonio libre y como un medio de proveer a la viuda de
lo necesario para su subsistencia. Sin embargo, el derecho real que se menciona no
afecta a la parte que deben recibir los hijos en la herencia de su padre, por lo que se
conserva a través de su evolución la función alimentaria que motiva su nacimiento.
En esencia, el usufructo surge como una servidumbre personal para asegurar, en
1
Manus: potestad del pater familias sobre sus súbditos, familiares y, en especial, del marido
sobre la mujer.
virtud del uso y la percepción de los frutos de un bien ajeno, la subsistencia de una
familia.
La clasificación del usufructo en servidumbre personal se rechaza en Francia,
pues la Revolución Francesa, en vista de que tal denominación era un residuo feudal
y podía inducir a confusión, la suprime. Lo anterior sirve de base para que después el
Código Napoleónico no la mencionara y tratase el usufructo, el uso y la habitación
como derechos reales autónomos2. La regulación independiente de la institución
como derecho real es seguida por el Código Civil argentino, Código Civil peruano,
Código Civil chileno, el Código Civil cubano, entre otros.
El Derecho Histórico cubano no aporta una doctrina sistémica acerca de los
derechos reales, ni determina, de modo taxativo, cuáles ostentan el mencionado
carácter. En la Ley Hipotecaria de 14 de julio de 1893 se menciona en el apartado
segundo, de su artículo 2, que se consideran derechos reales el usufructo, el uso, la
habitación, la enfiteusis, la hipoteca, el censo y las servidumbres. De forma paula-
tina, en leyes posteriores como la Primera y Segunda Ley de Reforma Agraria, se
suprime o limita la constitución de usufructos sobre las propiedades recibidas de
forma gratuita. La medida anterior ofrece continuidad al proceso de liberación de
la propiedad y eliminación de sus gravámenes, que se inicia desde la promulgación
de la Constitución de 1940 y se reproduce por la Ley Fundamental de 7 de febrero
de 19593.
El jurista cubano Rapa Álvarez4 afirma que la actual ley sustantiva civil, reco-
noce de modo explícito distintos tipos de derechos reales que, aunque revisten los
caracteres comunes de todos ellos, pueden agruparse en atención a los fines que
cumplen en: en cosa ajena de aprovechamiento, de garantía y de adquisición prefe-
rente. El propio autor es del criterio que representa nota distintiva del Código Civil
patrio, caracterizar en numerus clausus el sistema de creación de derechos reales, a
diferencia del Código Civil cubano de 1889, vigente hasta abril de 1988, que se
encontraba bajo el sistema de numerus apertus.
2
Machado, José, Comentarios al Código Civil, tomo I, s. ed., Puga, Guanabacoa, 1950,
p. 250.
3
Rapa Alvarez, Vicente, Propiedad y otros Derechos sobre Bienes, s. ed., Félix Varela, La
Habana, 1990, pp. 6-8.
4
Ídem, pp. 9-10.
5
Ibídem, p. 19.
6
Los derechos reales antes enumerados por el profesor Vicente Rapa Álvarez en su libro:
Propiedad y otros Derechos sobre Bienes son: la propiedad, la copropiedad, la posesión,
el usufructo, la superficie, el tanteo, el retracto, la prenda, la retención, hipoteca naval y
la hipoteca aérea.
7
Rivero Valdés, Orlando (coordinador), Temas de Derechos Reales, 2da reimpresión, Félix
Varela, La Habana, 2005, p. 23.
8
Mariani de Vidal, Marina, Derechos Reales, tomo I, 7ma edición actualizada, Leograf
S.R., Buenos Aires, 2004, p. 79.
9
Tulio, Marco, Compendio de Derecho Civil de España, s. ed., Imprenta de Ricardo F. de
Rojas, Madrid, 1893, p. 226.
10
Molinario, Alberto D., Derecho Patrimonial y Derecho Real, s. ed., La Ley, Buenos
Aires, 1965, p. 49.
11
Díez- Picazo, Luis y Antonio Gullón Ballesteros, Sistema de Derecho Civil, volumen
III -Derecho de Cosas y Derecho Inmobiliario Registral-, 6ta edición, Tecnos, Madrid, 1997,
p. 45.
12
Jorge Musto, Néstor, Derechos Reales, tomo I, s. ed., Astrea, Buenos Aires, 2000,
p. 128.
13
Mariani de Vidal, M., Derechos… I, cit., pp. 23-24.
14
Rapa Álvarez, Vicente, Propiedad …, cit., p. 18.
15
Rivero Valdés, Orlando, Temas…, cit., p. 15.
16
Lasarte, Carlos, Propiedad y derechos reales de goce, tomo IV -Principios de Derecho Civil-,
8va edición, Marcial Pons, Madrid, 2008, p. 15.
17
Venezian. G., Usufructo, Uso y Habitación, tomo I, anotado por José Castán Tobeñas,
s. ed., Librería General de Victoriano Suárez, Madrid, 1928, p. 3.
18
Albaladejo García, Manuel y José A. Doral García de Pazos, Comentarios al Código
Civil y Compilaciones forales, tomo VII, volumen I, artículos 467-529, s. ed., Revista de
Derecho Privado, Editoriales de Derecho Reunidas, Barcelona, 1980, pp. 2-3.
real en cosa ajena que supone dos derechos: uno de ellos preexistente, el de propie-
dad; y el otro, el derecho a disfrutar de cosas ajenas consistente en el usufructo.
Autores como Wolff19, Sánchez Cordero20, Topasio Ferretti21, Mariani
de Vidal22, González Castillo23 y Carlos Lasarte24 de igual forma consideran
al usufructo como el derecho real de uso y disfrute de cosas ajenas, de forma per-
petua o por un tiempo establecido sin variar su sustancia. Sobre la propia defini-
ción autores nacionales como Triay León25, Cantón Blanco26 y Rapa Álvarez27
siguen el criterio de los anteriores autores extranjeros y agregan que el mismo se
extingue a la llegada de un término o al cumplimiento de una condición, donde el
usufructuario tiene facultades para defenderse de todo perturbador. A lo anterior
añade el Código Civil cubano la gratuidad y al seguir al Código Civil español, que
rigió en Cuba, prevé que el título de constitución o la ley puedan autorizar otra cosa.
Aunque no con respecto a la gratuidad, pero sí a devolver el bien conservando la
forma y sustancia.
El estudio del derecho real de usufructo en Códigos Civiles como el de Argen-
tina, Chile, Perú, Francia, España y Cuba permite concluir que en el Código Civil
19
Wolff, Martín, Tratado de Derecho Civil, tomo III, volumen I -Derecho de Cosas-,
traducido por Blas Pérez González, 1ra edición, Bosch, Barcelona, 1944, p. 68.
20
Sánchez Cordero Dávila, Jorge A., Introducción al Derecho Mexicano. Derecho Civil,
1ª edición, Offset Setenta, Universidad Nacional Autónoma de México, México. D.F.,
1981, p. 11.
21
Topasio Ferretti, Aldo, Derecho Romano Patrimonial, 1ª edición, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. D.F.,
1992, p. 29.
22
Mariani de Vidal, Marina, Derechos Reales, tomo II, 7ma edición actualizada, Leograf
S.R.L, Buenos Aires, 2004, p. 406.
23
González Castillo, Joel, Los Bienes, s. ed., Jurídica de Chile, Pontificia Universidad
Católica de Chile, s.f., p. 148.
24
Lasarte, C., Propiedad…, op. cit., p. 262.
25
Triay León, A., Derechos Reales, volumen II, 3ra edición, Librería Martí, La Habana,
1951, p. 69.
26
Cantón Blanco, Luis E., Conferencias de Propiedad y Derechos reales, s. ed., ENSPES,
La Habana, s. f., p. 240.
27
Rapa Álvarez, V., op. cit., p. 162.
28
Vid. artículo 2129 del Código Civil argentino.
29
Vid. artículo 764 del Código Civil chileno.
30
Vid. artículo 999 del Código Civil peruano.
31
Vid. artículo 467 del Código Civil español.
32
Vid. artículo 578 del Código Civil francés.
33
Vid. artículo 208.1 del Código Civil cubano.
34
Vid. artículo 214 del Código Civil cubano que regula la constitución del usufructo
concedido a personas naturales, el cual no puede exceder el término de su vida.
35
Vid. artículo 215 del Código Civil cubano que regula el término de 25 años para el
usufructo concedido a personas jurídicas, el cual es prorrogable por igual término a
solicitud del titular del derecho.
36
Vid. artículo 468 del Código Civil español.
37
Vid. artículo 1000 del Código Civil peruano.
38
Vid. artículo 2134 del Código Civil argentino.
39
Vid. artículo 579 del Código Napoleónico.
40
Vid. artículo 766 del Código Civil chileno.
41
La ley sustantiva civil argentina en su artículo 2502 regula que los derechos creados
por las personas en el ejercicio de la autonomía de la voluntad deben ser considerados
generadores de derechos personales cuando no se acojan a algunas de las figuras típicas
de derechos reales; con lo cual se salvaguarda la rigidez del régimen legal y la libertad de
obligarse.
42
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, Comentarios al Código Civil y
compilaciones forales, tomo VII…, óp. cit., pp. 27-33.
43
Jorge Musto, Néstor, Derechos Reales…, óp. cit., pp. 26-27.
44
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, op. cit., p. 27.
45
Vid. artículos 2900 y 3717, ambos del Código Civil argentino y artículo 610 del Código
Napoleónico.
46
Molinario, A. D., op. cit., p. 127.
expresan los Códigos Civiles de España47, Perú48, Argentina49 y Chile50. Sin em-
bargo, nada impide que se constituyan en Cuba usufructos simultáneos a favor de
diversos sujetos por partes separadas o indivisas, pues el Código Civil cubano no
excluye de forma expresa o tácita la pluralidad de sujetos en el goce o disfrute de
un bien, se admite la figura de la copropiedad y su inclusión no pone en peligro la
separación indefinida entre la propiedad y el usufructo.
El problema más complicado que puede presentar el usufructo simultáneo radica
en determinar su duración. La solución ofrecida por los Códigos Civiles en análisis
es impugnar el carácter vitalicio51 del usufructo con relación al fallecimiento del
último titular que sobreviviere. Sin embargo, se respeta la tendencia seguida, pero
se considera que pueden incluirse, en el título de constitución del usufructo, reglas
diferentes a la anterior que determinen su duración por acuerdo de voluntades de
todos los intervinientes.
En el caso de la duración del usufructo simultáneo hasta el fallecimiento del
último de los cotitulares, se plantea el problema de saber si mientras subsiste el usu-
fructo la cuota del fallecido acrece al resto de los usufructuarios, o por el contrario,
forma parte de la herencia de aquel. Sobre el particular se coincide con Fernández
Luis52, Albaladejo García53 y Carlos Lasarte54 al referir que salvo que otra cosa
pudiera deducirse en contrario del título de constitución del usufructo, la cuota del
fallecido no se integra a su caudal hereditario, sino que opera el derecho de acrecer
47
Vid. artículo 469 del Código Civil español.
48
Vid. artículo 1022 del Código civil peruano.
49
Vid. artículo 2132 del Código Civil argentino.
50
Vid. artículo 772 del Código Civil chileno.
51
El carácter vitalicio del usufructo en relación al fallecimiento del último titular que
sobreviviere es regulado en: artículo 521 del Código Civil español; artículo 1022 del
Código Civil peruano y artículo 780 del Código Civil chileno.
52
Fernández Luis, Emilio, Estudios prácticos sobre el Derecho Civil y la Legislación
Hipotecaria, primera parte -Tratado de los Derechos reales sobre bienes inmuebles-, s. ed.,
Centro editorial de Góngora, Madrid, 1891, p. 94.
53
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, op. cit., p. 41.
54
Lasarte, C., op. cit., p. 267.
55
El Código Civil español regula en sus artículos 521 y 982 el derecho de acrecer entre
usufructuarios. El Código Civil chileno y el Código Civil peruano regulan el acrecimiento
entre usufructuarios en los artículos 780 y 1022 respectivamente.
56
Fernández Luis, E., op. cit., p. 95.
57
Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Derechos Reales, tomo II, s. ed., Abeledo-
Perrot, Argentina, 1992, p. 30.
58
Díez- Picazo, L. y A. Gullón Ballesteros, Sistema…, cit., volumen III, p. 389.
59
Vid. artículo 769 del Código Civil chileno.
60
Vid. artículo 1022, primer párrafo del Código Civil peruano.
61
Vid. artículo 469 del Código Civil español.
No obstante, se considera que puede ser admitido en Cuba toda vez que no existe un
pronunciamiento en contrario. En los usufructos sucesivos no existe un solo derecho,
sino varios que se articulan desde el punto de vista de su entrada en vigor.
El problema fundamental del usufructo sucesivo se presenta por el hecho de que
la consideración de un elenco interminable o largo de usufructuarios, diera al traste
con el carácter temporal del mismo. La solución seguida por la doctrina española,
criterio con el que concuerda Carlos Lasarte62, es considerar de aplicación ana-
lógica al caso las reglas sobre las sustituciones fideicomisarias, como en el caso del
artículo 781 del Código Civil español.
Como se expresa con anterioridad, puede suceder que la facultad de uso se ejerza
por una pluralidad de sujetos, para lo cual resulta necesario establecer bajo funda-
mentos legales o convencionales recogidos en el título de constitución, fórmulas de
uso y límites a esa facultad. Las fórmulas de uso más conocidas son: división del uso
del espacio (uso dividido por zona), división temporal del uso (uso dividido por
tiempo) y uso indirecto (recibir remuneración por no usar). Los límites principales
se centran en: usar con fines distintos al creado, usar para perjudicar al titular, usar
para perjudicar el interés de la copropiedad y la no prohibición por parte de los
titulares a otros sujetos de su ejercicio de la facultad de uso.
No es necesario indicar en norma alguna cuáles son las variantes de uso sobre to-
dos y cada uno de los bienes posibles y existentes en el tráfico jurídico. Basta recor-
dar que las conductas prohibidas son la excepción a la autonomía de la voluntad o
libertad del sujeto y que, por tanto, lo que se debe afirmar es que el uso de los bienes
en propiedad es determinable por su titular excepto normas jurídicas imperativas o
prohibitivas. Resulta necesario aclarar que si en el título constitutivo del usufructo,
testamento o contrato de donación con reserva de usufructo, no se hace referencia a
las fórmulas de uso que regirán la pluralidad de usufructuarios, se puede acudir a la
instancia notarial para dejar constancia en otro instrumento público de las variantes
de uso que regirán la relación interna de cotitularidad usufructuaria.
Teniendo en cuenta lo anterior, de constituirse en Cuba usufructos simultáneos
y generarse conflictos entre los usufructuarios por el uso, disfrute y administración
del bien común, pudiéramos preguntarnos: ¿ante qué autoridad se resolvería el con-
flicto suscitado, qué proceso sería el aplicable y si guardaría relación la solución del
conflicto con el título de constitución del usufructo?
Ante tales interrogantes podría plantearse que para ofrecer una adecuada respues-
ta es necesario distinguir los sujetos que conceden el usufructo. En ese sentido, si
62
Lasarte, C., op. cit., p. 267.
el nudo propietario es una persona natural, el bien objeto del usufructo es mueble
o inmueble y se constituye mediante testamento o contrato de donación y en el
título de su constitución no se especifica nada referente sobre el uso, disfrute y ad-
ministración del bien, se considera competente para conocer del asunto el Tribunal
Provincial Popular (TPP) a través de un Proceso Sumario, amparado en los artícu-
los 358.5 en relación con el artículo 6.7, ambos de la Ley de Procedimiento Civil,
Administrativo, Laboral y Económico (LPCALE).
En el supuesto que el usufructo se constituya mediante contrato de donación y
en el título constitutivo del mismo se establezcan las reglas de uso, disfrute y admi-
nistración del bien, se considera competente para conocer los conflictos que pueden
suscitarse el Tribunal Provincial Popular, pero en este caso mediante un Proceso
Ordinario por incumplimiento de las obligaciones contractuales referente al uso,
disfrute y administración del bien, amparado en los artículos 223.3 en relación con
el artículo 6.7, ambos de la LPCALE.
En el caso del usufructo de Cuartos, Habitaciones o Accesorias que es concedido
por la administración a varios sujetos, son competentes para conocer las Direcciones
Municipales de la Vivienda (DMV), amparadas en la Disposición Final Tercera de
la Resolución 38/98 del Instituto Nacional de la Vivienda (INV) en relación con
el artículo 5, cuarto párrafo, de la propia Resolución, mediante el correspondiente
procedimiento administrativo.
63
Triay León, A., Derechos… II, cit., p. 73.
de usufructo, de no preverse otra cosa, según Albaladejo García64, tiene que ser
puesto en posesión del bien por el heredero y le son aplicables los requisitos y efectos
de los legados; así como la representación y sustitución de los mismos.
Pueden existir dos maneras de constituir el usufructo por acto jurídico: 1. Con-
stitución directa, por medio del cual se crea el beneficio a favor de una persona que
no tenía el goce del bien; y, 2. Constitución indirecta, cuando el propietario del
bien retiene en su poder la nuda propiedad o en la hipótesis inversa, dona la nuda
propiedad y retiene el usufructo.
El usufructo puede constituirse por contrato típico o atípico, máxime cuando el
Código Civil cubano autoriza en su artículo 312 la posibilidad de celebrar contratos
atípicos. El artículo referido acoge el principio de autonomía de la voluntad en la
concertación de un contrato. En ese caso, si el usufructo se constituye por un acto
voluntario, se admite el reconocimiento de la voluntad siempre que a consecuencia
de su aplicación no resulte creada una figura que no coincida en lo básico con la del
usufructo, e incluso, aun cuando se asuman consideraciones lícitas, si se crea una
figura que no conserve los rasgos esenciales del usufructo, se rompe con el régimen
jurídico.
El contrato de constitución de usufructo no se legitima como contrato autónomo
en nuestro Código Civil, ni se le ofrece un nombre específico. En la práctica jurídica
se ha constituido cuando de vivienda familiar se refiere, últimamente, por un típico
contrato de donación, con inclusión de la reserva de usufructo y con adquisición
del derecho de forma derivada. Las variantes en las que pudiera presentarse dicho
contrato son: 1. El propietario enajena la nuda propiedad reservándose el uso y
goce (usufructo por retención); 2. El propietario enajena el uso y goce reservándose
la nuda propiedad (usufructo por transmisión); y, 3. El propietario enajena a una
persona la nuda propiedad y a otra el uso y goce.
Albaladejo García65 explica que en el usufructo por retención, cuando el
propietario enajena la nuda propiedad y se reserva el usufructo de los bienes cedidos
se pueden suscitar dos interrogantes: 1. ¿Si dicha forma de constitución supone dos
negocios jurídicos, uno traslativo y otro constitutivo, o solo uno? 2. ¿Si es a título
derivativo u originario? En el primer caso se argumenta que se está en presencia de
un acto único con doble efecto: traslativo respecto de la propiedad y constitutivo
respecto del usufructo. Por lo anterior se afirma que se realiza a título derivativo. El
propio autor afirma que el problema se complica si la reserva se realiza a favor de
64
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, op. cit., p. 27.
65
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, op. cit., pp. 25-26.
un tercero y plantea que el usufructo adquirido por un tercero es distinto del que
tenía el nudo propietario, pasa de un titular a otro, y su adquisición depende de un
auténtico negocio, no de una simple reserva.
La donación con reserva de usufructo puede hacerse en favor de un tercero ex-
traño al negocio; que por sí sola es insuficiente para que el tercero devenga en titular
del derecho de usufructo, sin su aceptación. Si no lo quiere puede extinguirlo, pero
sino está allí en el titulo formal, aunque no se ejerza, pero sigue la carga para el
propietario y este unilateralmente no lo puede extinguir. La misma puede efectuarse
además en favor de varios sujetos siempre que todos acepten y sean capaces al mo-
mento de su constitución. Los menores beneficiados tienen que estar representados
por sus padres o tutor. En la práctica cubana el contrato de donación con reserva
de usufructo es una vía para favorecer a menores, incapaces e incluso a la figura del
conviviente.
2. Por disposición legal: el usufructo pudiera constituirse en Cuba por dis-
posición legal, donde la ley asigna a cierta persona el uso o disfrute de bienes ajenos,
sin necesidad de que para su constitución concurra la voluntad del propietario. El
llamado usufructo legal, según refiere Albaladejo García66 no nace directamente
de la ley, sino de forma incidental a consecuencia de hechos o circunstancias previs-
tas en la norma que tienen que concurrir para darle origen.
3. Decisión judicial. Albaladejo García67, al referirse al tema, plantea que nada
obsta y puede ser posible la constitución del usufructo por sentencia dictada en
cumplimiento específico de la obligación resultante del precontrato de constitución
de usufructo, y el constituido por fallo firme en juicio divisorio de cosas comunes
que no tienen fácil división. Así lo establece el Código Civil chileno.
En Cuba existen pinceladas del reconocimiento de la constitución del usufructo
por decisión judicial, debido a que al interpretarse el artículo 379 de la LPCALE, se
observa que en la sentencia que declare el divorcio se incluyen los pronunciamientos
que procedan respecto a la separación de los bienes comunes; cuestión que pudiera
servir de asidero para constituir un usufructo sobre los bienes comunes de difícil
división. Asimismo, en el artículo 41 de nuestro Código de Familia, se regula que el
tribunal al proceder a la liquidación de la comunidad matrimonial de bienes, puede
disponer que determinados bienes domésticos de propiedad común necesarios para
la educación de los hijos menores se adjudiquen en propiedad al cónyuge que posee
la guarda y cuidado de los menores, y en caso que excediere de su participación se le
66
Albaladejo García, M. y J. A. Doral García de Pazos, op. cit., p.13.
67
Idem, p. 14.
otorga el uso y disfrute de ese exceso sin perjuicio de que el otro cónyuge conserve
su derecho de propiedad sobre la expresada participación.
Similar a lo que sucede con las formas de constitución, el Código Civil cubano
no regula los tipos de usufructo que pueden constituirse. En Cuba existen normas
de derecho administrativo que reconocen tipos de usufructo donde la administra-
ción puede conceder, en virtud de resolución, la puesta en práctica de esa tipología
real. Resulta importante entender que tanto los preceptos legales relativos al usu-
fructo, como los negocios jurídicos que lo establecen, deben interpretarse de forma
restrictiva y, en caso de duda, hay que inclinarse por el menor alcance del texto y la
menor extensión del usufructo.
68
Cfr. artículo 138 del Código de Familia.
69
Valdez Díaz, Caridad, “Capacidad, discapacidad e incapacitación en clave
carpenteriana”, p. 17, en soporte digital, cortesía de la autora.
más digna. Los Estados están obligados a ello, pero también en virtud del derecho
privado se pueden establecer mecanismos que permitan esa tuición.
70
Ver obligadamente artículo “La nulidad de la compraventa por desprotección a
convivientes vulnerables”, Roselló Manzano, Rafael, en La Compraventa como
paradigma contractual, coordinado por Leonardo Bernardino Pérez Gallardo, Editorial
Rubinzal- Culsoni, Argentina, 2012.
tuario. Solamente cuando se extinga el derecho en cosa ajena que gravita sobre ese
nudo propietario, es que se extingue el derecho a convivir con el nudo propietario.
Este supuesto no trae consigo mayores dificultades cuando estamos ante el su-
puesto de constitución cuando el donante antiguo propietario, se reserva el uso y
disfrute y pasa de propietario a usufructuario. En este supuesto por lo general hay
una relación de convivencia anterior y lo que se busca en el imaginario popular es
proteger, precisamente la convivencia en la vivienda. Caso distinto y más problemá-
tico se presenta cuando, nudo propietario y usufructuario, no tienen un vínculo an-
terior de convivencia entre sí, ni con el titular dominico anterior y hoy a la luz de la
constitución del derecho tienen que convivir. Y caso distinto es también cuando el
usufructuario arrienda el inmueble a otro sujeto, en virtud del derecho que ostenta
a disfrutar; supuesto en el cual el nudo propietario tampoco puede dar por termi-
nada la convivencia del arrendatario, pues el vínculo jurídico ha nacido lícitamente
en el ejercicio del ejercicio del derecho del usufructuario y no con el propietario.
¿Cómo organizar esa relación? ¿Qué derechos tienen cada uno de los sujetos que la
integran? ¿Cómo evitar y resolver los conflictos? ¿Quién puede arrendar la vivienda
y determinar quién convive?
Ciertamente ante la imposibilidad de acudir a la norma común con efecto suple-
torio, por no contar con una referencia a los derechos y deberes de los sujetos de la
relación jurídica usufructuaria, resulta imprescindible que el título de constitución
establezca claramente su contenido que, de manera general, puede ser, a saber:
71
El inventario es una garantía establecida por la ley para la protección de los derechos del
nudo propietario. El mismo cumple una función protectora de los intereses de quien
recibe la cosa al extinguirse el usufructo. No se trata de señalar de forma exclusiva que
bienes se recibe, sino su valor o estado según sean muebles o inmuebles. Lo anterior
permite al propietario el resarcimiento en caso de incumplimiento de la obligación de
entrega de los bienes muebles o de medir el grado de incumplimiento de la obligación de
conservación de los bienes inmuebles. Esta obligación es anterior a la tradición del bien,
requisito ineludible para adquirir los derechos reales, por lo que no se puede hablar de
usufructuario sino solo en el caso del usufructo testamentario.
El inventario es un deber para el usufructuario que se encuentra regulado en el artículo
2137 del Código Civil argentino, artículo 491.1 del Código Civil español, artículo
1006 del Código Civil peruano, artículo 775 en relación con el artículo 778 del Código
Civil chileno y artículo 600 del Código Civil francés. Sin embargo, en el ordenamiento
civil español y francés no se determina la forma en que se lleva a cabo el inventario
(documento público o privado) ni se refiere a quién ha de soportar los gastos que se
originen, estableciéndose en el caso de España la posibilidad de dispensa tanto del
propietario como de la autoridad judicial si no provoca perjuicio para nadie. El Código
Civil peruano es omiso respecto a lo anterior, aunque regula en su artículo 1006 el
inventario y tasación judicial en caso de usufructo legal y testamentario.
El Código Civil argentino en su artículo 2137 resuelve lo anterior al establecer que los
gastos de inventario corren por parte del usufructuario y siempre que los sujetos sean
mayores de edad y capaces, el inventario y el estado de los inmuebles puede ser hecho en
instrumento privado; en caso contrario el inventario se realiza ante escribano público y
dos testigos. El artículo 775 del Código Civil chileno coincide con lo regulado y establece
que los gastos de inventario corresponden al usufructuario, pero nada regula referente a
la formalidad del mismo.
El análisis precedente nos permite seguir la tendencia asumida por el Código Civil
argentino y ofrecer la posibilidad de que se incluyan en Cuba las figuras del inventario y
evalúo. Se coincide con el criterio de que los gastos del inventario y evalúo corresponden
al usufructuario y que la formalidad del acto se realice mediante documento privado y
que se acuda a la vía judicial en caso de desacuerdo o de menores e incapaces.
72
Como refiere Borda es una solución tradicional que se funda en el hecho de que al
tener el usufructuario la ventaja de poder gozar una cosa ajena es justo que soporte los
gastos necesarios para proveer al propietario de un medio de control. (Criterio expresado
en: Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Derechos Reales, tomo II, s. ed.,
Abeledo-Perrot, Argentina, 1992, p. 49).
No existe razón para que el propietario renuncie a su derecho de exigir al usufructuario la
realización de inventario, lo anterior no es una cuestión de orden público, sino de mero
interés privado.
73
Es cuestionada la terminología fianza para denominar esta obligación, pues es difícil que
pueda efectuar fianza el mismo usufructuario, cuando la misma implica la intervención
de un tercero no deudor en favor y beneficio del usufructuario. Sin embargo, se coincide
con el criterio de Carlos Lasarte, al plantear que el vocablo fianza está utilizado en
sentido genérico como garantía de las obligaciones que competen al usufructuario; y en
tal sentido la expresión legal no es incorrecta. La utilización del término en castellano
permite afirmar que el usufructuario debe afianzar o garantizar el cumplimiento de
las obligaciones impuestas por ley o por el título constitutivo del usufructo. (Criterio
expresado en: Lasarte, Carlos, Propiedad y derechos reales de goce, tomo IV -Principios de
Derecho Civil- 8va edición, Marcial Pons, Madrid, 2008, p. 272).
Los cuerpos normativos regulan la posibilidad de dispensa de efectuar fianza tanto para
el propietario como para la autoridad judicial sin que de ello resulte perjuicio para nadie.
Al igual que en el inventario, la dispensa de ambos puede realizarse al constituirse el
usufructo o de forma posterior. El retraso de la prestación de fianza no determina la
extinción del usufructo, ni su ineficacia, ni la pérdida por parte del usufructuario de los
derechos que le competen.
Se coincide con el criterio de Borda en caso de pluralidad de propietarios al afirmar que
para que la dispensa a la fianza sea válida tiene que ser acordada por todos. El propio
autor refiere que si son varios los usufructuarios por cuotas indivisas es posible que solo
algunos de ellos sea dispensado. En cuanto a los restantes los gastos de inventario se
comparten con el propietario o propietarios que exime a algunos de los usufructuarios
del gasto. Criterio expresado en: (Criterio expresado en: Borda, Guillermo A., Tratado
de Derecho Civil. Derechos Reales, tomo II, s. ed., Abeledo-Perrot, Argentina, 1992, p. 51)
Al tenerse en cuenta lo antes referido, puede incluirse en el Código Civil cubano la
obligación al usufructuario de prestar fianza suficiente, personal o real, con la excepción
de su aplicación al donante que se hubiese reservado el usufructo de los bienes donados.
No se considera atinado aplicar la limitación seguida por los Códigos Civiles de España
y Francia, referente al usufructo legal, pues la conservación de los bienes de los hijos
menores por parte de los padres representa una obligación que se desprende de las
relaciones paterno-filiales.
74
A los fines de la presente publicación se consideran mejoras necesarias aquellas sin las
cuales el bien no podría ser conservado.
75
Son mejoras útiles las de manifiesto provecho para cualquier poseedor. Ver artículo 1015
del Código Civil peruano.
76
Son mejoras voluntarias las de mero lujo o recreo, o de exclusiva utilidad para quien las
realizó.
77
Se consideran reparaciones ordinarias aquellas que exigen los deterioros o desperfectos
que procedan del uso natural de las cosas y sean indispensables para su conservación.
Ver artículo 500 del Código Civil español, artículo 1014 del Código Civil peruano y
artículo 797 del Código Civil chileno.
78
La infracción de la norma anterior obliga al usufructuario a responder de los daños y perjuicios.
• Pagar los gastos, costas y condenas de los pleitos sostenidos sobre el usufructo,
así como los impuestos y contribuciones anuales ordinarias sobre el bien79.
• Responder de los menoscabos o deterioros que sufran los bienes por culpa o
negligencia de la persona que le sustituye en caso de enajenación o arrenda-
miento del bien entregado en usufructo80.
• Cumplir las obligaciones impuestas por la ley o las establecidas en el título de
constitución.
• Cualquier otro deber que se incluya en su título de constitución.
Derechos de usufructuario
• Amplias facultades en materia de posesión, uso y goce de la cosa.
• No ser perturbado en el uso y disfrute del bien durante el término del usu-
fructo.
• Usar el bien y percibir los frutos naturales81, industriales82 o civiles83.
79
Vid. artículo 613 del Código Civil francés y artículos 504 y 512, ambos del Código Civil
español.
80
Es necesario aclarar que esta obligación del usufructuario permite al mismo mantenerse
en la relación jurídica real existente hasta entonces.
81
Se entiende por frutos naturales aquellos que se producen de forma natural sin
intervención alguna del hombre. El Código Civil napoleónico regula en el artículo 583
que los frutos naturales son aquellos que constituyen el producto espontáneo de la tierra,
así como el producto y las crías de animales.
82
Se entiende por frutos industriales aquellos que se desprenden del bien cuando la persona
desarrolla una labor sobre ellos. El Código Civil napoleónico los regula en el propio
artículo 583.
83
Se entiende por frutos civiles las producciones económicas del bien. El artículo 584
del Código Civil napoleónico establece que constituyen frutos civiles los alquileres, los
atrasos de las rentas y el precio de los arrendamientos rústicos. Por su parte, el artículo
2141 del Código Civil argentino, artículo 474 del Código Civil español, artículo 790 del
Código Civil chileno y artículo 586 del Código Civil francés, establecen que los frutos
civiles se adquieren día por día mientras dura el usufructo.
84
Vid. artículo 2141 del Código Civil argentino, artículo 781 del Código Civil chileno,
artículo 585 del Código Civil francés y artículo 1016 del Código Civil peruano.
Borda refiere que la solución ofrecida por la norma civil argentina no resulta conveniente
porque no es justo que quien cultiva la tierra se vea privado del fruto de su esfuerzo y
es probable que el propietario dispuesto a conceder su tierra en usufructo no la cultive
si la cosecha se produce después de su constitución. (Criterio expresado en: Borda,
Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Derechos Reales, tomo II, s. ed., Abeledo-Perrot,
Argentina, 1992, p. 35).
85
Se encuentra regulado en el artículo 2142 del Código Civil argentino, artículo 480
del Código Civil español, artículo 793 del Código Civil chileno y artículo 595 del
Código Civil francés. En todos los casos el usufructuario que ha cedido el ejercicio del
usufructo responde ante el propietario de los menoscabos que tengan los bienes por
culpa o negligencia de la persona que le sustituye. Es necesario destacar que el Código
Civil chileno establece como limitación a esta facultad la prohibición al usufructuario
de arrendar y ceder su usufructo si el propietario la hubiera prohibido, a menos que el
mismo lo releve de la prohibición.
Respecto a la facultad de enajenar Triay León refiere que la doctrina científica se
encuentra dividida en tres posiciones: 1era: pueden enajenarse todos los usufructos e
incluso los legales (el artículo 480 del Código Civil español no hace distinciones). 2da:
pueden enajenarse solo los usufructos voluntarios. Valverde es seguidor de esta tesis y
la fundamenta en que los usufructos legales conceden el derecho por ministerio de la
ley y por consiguiente no pueden transmitirse a otras personas en las que no concurran
la causa de su otorgamiento. 3era: existen usufructos legales no enajenables como por
ejemplo en España el concedido a los padres sobre los bienes de los hijos. (Criterio
expresado en: Triay León, Andrés, Curso de Propiedad y Derechos Reales, segunda parte,
s. ed., F. Sabin, La Habana, 1942, p. 423). La tesis más aceptada en España es la última
y consta en Sentencias de julio 7 de 1892 y septiembre 27 de 1893, ambas del Tribunal
Supremo de España donde se declara que no es enajenable el usufructo de los padres
sobre los bienes de sus hijos.
En criterio de las autoras, se ha de incluir como derecho del usufructuario la posibilidad
de ceder o enajenar el bien sujeto a usufructo siempre que exista acuerdo de voluntades
entre los sujetos. La admisión del derecho a enajenar no encuentra prohibición expresa
en la norma civil sustantiva cubana, ni contradice la esencia del usufructo que consiste
en el uso y disfrute que el usufructuario hace del bien. Sin embargo, al entrar un nuevo
sujeto en la relación jurídica real se requiere dejar claro la responsabilidad de los mismos,
coincidiéndose con el criterio seguido en todos los Códigos Civiles estudiados, al
regularse que corresponde al usufructuario que cede el ejercicio del usufructo responder
ante el nudo propietario de los menoscabos que tengan los bienes por culpa o negligencia
de la persona que le sustituye.
86
Se encuentra regulado en el artículo 2142 del Código Civil argentino, artículo 480 del
Código Civil español, artículo 793 del Código Civil chileno y artículo 595 del Código
Civil francés. Se considera que por las mismas razones expuestas en el caso anterior,
puede ser incluido como derecho del usufructuario en el Código Civil cubano.
87
Se refiere a las acciones extrajudiciales, posesorias y reales. Pueden ser ejercitadas la acción
reivindicatoria, la acción negatoria, la acción de deslinde y la acción confesoria si sobre el
fundo que recae el usufructo se reconoce a su favor una servidumbre y le fuera impedido
o dificultado por el propietario del fundo sirviente o un tercero el ejercicio de la misma,
a fin de que el derecho se haga efectivo.
88
Vid. Artículo 522 del Código Civil español.
89
El artículo 501 del Código Civil español no define qué se considera reparaciones
extraordinarias, sino que se limita a regular que dichas reparaciones corresponden
al propietario. Por su parte, el artículo 798 del Código Civil chileno entiende por
reparaciones mayores o extraordinarias las que ocurren por una vez o a largos intervalos
de tiempo y que conciernen a la conservación y permanente utilidad del bien fructuario.
El artículo 606 del Código Civil francés regula que son consideradas reparaciones
extraordinarias las de las paredes maestras y bóvedas, el restablecimiento de las vigas y
las techumbres completas; así como las reparaciones de diques y muros de contención
y de cierre por completo. El artículo 2146 del Código Civil argentino establece que
se consideran reparaciones extraordinarias las que fueran necesarias para restablecer o
reintegrar los bienes que se hayan arruinados o deteriorados por vejez o por caso fortuito.
Los Códigos Civiles que se comparan refieren que dichas reparaciones corren a cargo del
nudo propietario pero no obligan al mismo a realizarlas y en caso de ejecutarlas tiene el
derecho de exigir al usufructuario el pago de los intereses de la cantidad invertida. Sobre
ese último particular, ver artículo 502 del Código Civil español.
90
Vid. Artículos 2141 del Código Civil argentino.
91
Vid. Artículo 2142 del Código Civil argentino, artículo 472 del Código Civil español,
artículo 781 del Código Civil chileno, artículo 585 del Código Civil francés y artículo
1016 del Código Civil peruano. La tendencia seguida por los ordenamientos jurídicos
civiles es considerar que los frutos pendientes al momento de extinguirse el usufructo
pertenecen al propietario. Sin embargo, el Código Civil cubano regula en el artículo
217 lo contrario, o sea, tienen derecho a percibir el importe de los frutos pendientes el
usufructuario o, en su defecto, los herederos o causahabientes.
Reflexión final
La constitución del derecho de usufructo sobre vivienda familiar en Cuba por
voluntad de las personas naturales es perfectamente posible. Ciertamente para ello
es necesario perfeccionar o incluir en el Código Civil cubano los rasgos identificati-
vos de este derecho real, a saber: naturaleza real de la definición, sus caracteres pro-
pios, los tipos de usufructos, las formas de constitución y sobre todo los elementos
constitutivos de la relación jurídica real. Ante esta laguna el título de constitución
debe ser explícito para evitar situaciones de conflicto en el ejercicio del derecho. Por
ello hoy es un reto y desafío en Cuba el asesoramiento y la autorización notarial de
estos contratos.
Sumario
1. Consideraciones iniciales
2. Elementos a tener en cuenta para la aplicación del favor debitoris por los ordena-
mientos jurídicos
3. A la luz del Código Civil cubano
4. A modo de epílogo
Resumen
La evolución del Derecho en Roma evidenciado a través de sus instituciones ju-
rídicas, los sistemas procesales que utilizaron y los principios enunciadores del mis-
mo, conjuntamente con la humanización de las penas y la desaparición del nexum,
hicieron que surgiera el favor debitoris; un principio del derecho de las obligaciones
que opera cuando se evidencia un desequilibrio en la relación jurídica que afecte al
deudor. Su utilización en Roma y permanencia para el Sistema de Derecho Roma-
no-Germano-Francés, ha hecho que el Código Civil cubano regule la protección a
los deudores débiles, aún y cuando no se explicita el principio en dicha ley ni en
ninguna otra que integra el Ordenamiento Jurídico.
El principio puede ser aplicable en Cuba, tanto para casos de ambigüedad o falta
de claridad en una cláusula contractual, como para los de ausencia o previsión de las
partes, ya que se levanta como protector de la parte débil de un contrato, frente a las
amplias potestades de los acreedores públicos o privados, salvaguardando el derecho
de igualdad.
Palabras clave
Favor debitoris, parte débil, obligaciones.
Abstract
The evolution of the Law in Rome evidenced through their juridical institutions, the
procedural systems that used and the principles of the same one, jointly with the human-
ization of the hardships and the disappearance of the nexum, they made that the favor
debitoris arose; a principle of the right of the obligations that operates when an imbal-
ance is evidenced in the obligatory artificial relationship that affects the debtor. Their use
in Rome and permanency for the System of Law Roman-German-Frances, it has made
that the Cuban Civil Code still regulates the protection to the weak debtors, and when
not you explicit the principle in this law neither in any other that integrate of the Law
Classification.
The principle can be applicable in Cuba, so much stops cases of ambiguity or lack of
clarity in a contractual clause, like for those of absence or forecast of the parts, since the
principle roman of the favor debitoris rises as protective of the weak part of a contract,
in front of the wide imperiums of the public or private creditors, safeguarding the right
of equality.
Keywords
Favor debitoris, leaves weak, obligations.
1. Consideraciones Iniciales
Los romanos no tuvieron tendencia a elaborar conceptos, lo que no significa que
desconocieran la esencia de las instituciones que iban creando. Por lo que el término
“favor debitoris” fue concebido a través de las manifestaciones casuísticas evidenciadas
en las fuentes del Derecho Romano consultadas y en interpretaciones respecto a tér-
minos como favor, que en opinión de Mota1, el vocablo expresaba lo que se desviaba
1
Mota, Mauricio, “A proteção do devedor decorrente do favor debitoris como princípio geral
do direito das obrigações no ordenamento jurídico brasileiro”, en www.dirittoestoria.it/5/
contributi/Mota-Favor-Debitoris-Principio-Geral-ordenamento-brasileiro. Fecha de
consulta 15 de diciembre de 2012, p. 12.
del rigor del Derecho Romano, del iuris rigor, que no era más que lo dispuesto en
las normas. Este favor viene a atenuar lo que una vez fue regulado, pero que ya no
respondía a las exigencias sociales. No obstante, pudiera considerarse que el favor
debitoris es un principio del Derecho de Obligaciones que ante situaciones ambiguas,
contradictorias u omisas se configura como garante protector del deudor en tanto
parte más débil de una relación jurídico-obligatoria dada, en pos de su equilibrio.
Sus orígenes se remontan a la antigua Roma, en un inicio como vestigio de un
posible amparo al deudor, manifestado en la Ley de las XII Tablas, lo que hace que
posteriormente se configure firmemente el principio favor debitoris, en razón de
que el Derecho es un producto eminentemente social, que cambia constantemente
adaptándose a las nuevas necesidades. De esta forma, aunque la ejecución perso-
nal del deudor caracterizó toda la etapa arcaica y preclásica del Derecho Romano,
encontramos pasajes del Digesto que fundamentan la consolidación del principio
favor debitoris en la época justinianea del Derecho Romano, al decir de Ulpiano:
“en las cosas oscuras, nos atenemos siempre a lo que es menos”,2 o Marcelo y Gayo que,
respectivamente, sentenciaron: “en los casos dudosos no solamente es más justo, sino
más seguro, atenerse a la interpretación más benigna”,3 y “en los casos dudosos se ha de
preferir siempre lo más benigno”.4
Pero esta reafirmación del favor debitoris pasó por distintos estadios; primera-
mente, con la humanización de la condición del deudor a raíz de la eliminación del
nexum, principal figura del nacimiento de las obligaciones en la época arcaica. Su
fundamento, un tanto especulativo todavía hoy, debió ser a causa de los infortunios
que afrontaban los deudores, que perdían hasta su libertad o la propia vida si no
pagaban la deuda, lo que llevaba en ocasiones, no obstante el rigor de esa pena y la
excesiva explotación de los deudores convertidos en esclavos, a la insatisfacción de
su crédito por parte del acreedor.
La promulgación de la Lex Poetelia Papiria en reclamo de las clases menos fa-
vorecidas, y que limitaron la responsabilidad del deudor hasta el límite de su pa-
trimonio, es un elemento que incide en la aparición del principio, pues supuso la
mutación del sentido de la obligación de personal a real.
Por otra parte, entre otros elementos históricos y de carácter económico-social
que hicieron aparecer el principio, pudiéramos mencionar a la expansión territorial
2
D. 50, 17, 9 Ulpiano.
3
D. 50, 17, 192, 1 Marcelo.
4
D. 50, 17, 56 Gayo.
5
Schipani, Sandro, “Principios Generales del Derecho para un “Código Tipo” de los Contratos
en América Latina”, p. 5, en www.edictum.com.ar/miWeb4/Cuba1997.doc. Fecha de
consulta 15 de diciembre de 2012.
6
Rinaldi, Norberto Darío, “En busca de una definición del concepto y contenido de
los “Principios Generales del Derecho”, ponencia presentada en el XV Congreso
Latinoamericano de Derecho Romano, Morelia, Méjico, celebrado los días 16, 17 y 18
de Agosto de 2006. p.13.
7
Ídem, p. 5.
8
Delgado Vergara, Teresa, “El favor debitoris y la protección al contratante débil. Raíz
romanística y referencia a la legislación positiva cubana”, ponencia presentada en el XIII
Congreso Latinoamericano de Derecho Romano, La Habana, Cuba, celebrado en agosto
de 2002, en Matilla Correa, Andry (coordinador), Panorama de la Ciencia del Derecho
en Cuba, Ed. Coedición Universidad de la Habana y Lleonard Muntaner, 2009, p. 46.
9
Neme Villarreal, Martha Lucía, “Los Principios Generales del Derecho y el Problema
de los riesgos por pérdida de la cosa debida”, ponencia presentada en el XV Congreso
Latinoamericano de Derecho Romano, Morelia, Méjico, celebrado los días 16, 17 y 18
de Agosto de 2006, p. 26.
10
Silvana Mederos, Andrea y Emiliano Jerónimo Buis, “Prácticas usurarias, anatocismo
y la protección de la parte más débil del contrato en el derecho grecorromano: la defensa
del deudor como principio jurídico común”, ponencia presentada en el XV Congreso
Latinoamericano de Derecho Romano, Morelia, Méjico, celebrado los días 16, 17 y 18
de Agosto de 2006, p. 8.
11
Schipani, Sandro, “Principios Generales del Derecho para un Código Tipo” de los
Contratos en América Latina”, p. 5, en www.edictum.com.ar/miWeb4/Cuba1997.doc.
Fecha de consulta 15 de diciembre de 2012.
12
Calvo Leal, María Angélica, “Defensa del deudor. El deudor la parte más débil en
la relación contractual”, ponencia presentada en el XV Congreso Latinoamericano de
Derecho Romano, Morelia, Méjico, celebrado en los días 16, 17 y 18 de Agosto de 2006,
p. 19.
13
Bierzychudek, Laura y Andrea Silvana Mederos, “La humanitas como fundamento
de protección a la parte débil del contrato. Del Derecho Romano al Argentino”, ponencia
presentada en el XIV Congreso Latinoamericano de Derecho Romano, Buenos Aires,
Argentina, celebrado en los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2004, pp. 17-20.
14
Silvana Mederos, Andrea y Emiliano Jerónimo Buis, “Prácticas usurarias, anatocismo
y la protección de la parte más débil del contrato en el derecho grecorromano: la defensa
del deudor como principio jurídico común”, ponencia presentada en el XV Congreso
Latinoamericano de Derecho Romano, Morelia, Méjico, celebrado en los días 16, 17 y
18 de Agosto de 2006.
15
Álvarez, Mirta Beatriz, “El Favor Debitoris: Origen romanístico del principio de
protección a la parte más débil”, ponencia presentada en la II Jomada sobre el origen
Romanístico de los Principios Generales del Derecho que organizara el “Instituto
LapiezaElli de Estudios de Derecho Romano, Lenguas Clásicas y Cultura Latina”
conjuntamente con la Universidad Católica de Salta en el mes de Agosto de 2009, en
Argentina, en Lecturas de Derecho Romano V, Ediciones Edictum, p. 7.
16
Ídem, p. 11.
17
Ídem.
18
Castán Vázquez, José María, “El favor debitoris en el Derecho Español”, en Anuario
de Derecho Civil, 1961-IV, p. 20.
19
Colectivo De Autores, “Favor Debitoris”, ponencias presentadas por la Comisión
Nº 2 sobre el tema, en las X Jornadas Nacionales sobre Derecho Civil, celebradas en
Corrientes, en 1985, p. 1.
20
Ídem, pp.1-2.
21
Vid. Delgado Vergara, Teresa, “El Favor debitoris y la protección al contratante débil.
Raíz romanística y referencia a la legislación positiva cubana”, ponencia presentada en el
XIII Congreso Latinoamericano de Derecho Romano, La Habana, Cuba, celebrado en
Agosto de 2002, en Matilla Correa, Andry (coordinador), Panorama de la Ciencia del
Derecho en Cuba, Ed. Coedición Universidad de la Habana y Lleonard Muntaner, 2009,
p. 45.
reconoce a favor del fiador, y tiene como fin eludir el pago mientras no se acredite
la insolvencia del deudor22.
Otro favor que se otorga al deudor es la extinción de la obligación cuando sin
haber mediado culpa suya se extravía o destruye el bien específico objeto de la obli-
gación. El legislador fue perspicaz al incluir en un segundo apartado un elemento
procesal al disponer que recaiga la carga de la prueba de su inculpabilidad sobre el
deudor, previendo así que la causa alegada pudiera tratarse de un engaño del mismo
para librarse de su obligación.
Obligada referencia si de protección al deudor hablamos, hay que hacer a la
protección al consumidor. Máxime si se departe sobre un principio que tiene su
ámbito de aplicación en el Derecho de Obligaciones y Contratos. Precisamente, son
consumidores aquellos que conforman el elemento pasivo de los contratos que por
su naturaleza están dirigidos a satisfacer necesidades de la población.
Así, en los artículos del Código Civil cubano sobre los contratos de prestación de
un servicio, la compraventa en establecimientos del comercio minorista, el contrato
de transporte de pasajeros, contrato de hospedaje, servicios bancarios y contrato de
seguros, son ejemplos de contratos donde estamos en presencia del consumidor,
aunque no se le identifique como tal, por adoptar la nomenclatura de los contratos
en específico, por ejemplo en el caso del contrato de hospedaje y de seguro se le
conocen como huésped y asegurado, respectivamente.
Por ejemplo, en el Capítulo III sobre las: “Disposiciones Comunes a los Con-
tratos de Prestación de un Servicio”, específicamente en el artículo 321 se establece
que “Antes de la concertación del contrato, el que ha de prestar el servicio está obligado
a informar al usuario acerca de sus características, tarifas, tiempo de ejecución y demás
particularidades, y a hacerle las recomendaciones pertinentes de modo que le resulte lo
más beneficioso”. Ello posibilita la transparencia de la relación jurídica ya que es
necesario que el usuario como deudor tenga todo este conocimiento, en evitación
de que el prestador del servicio pueda cambiar posteriormente las condiciones del
contrato y le resulten más gravosas al consumidor del servicio.
Además, del análisis minucioso de las regulaciones de la ley sustantiva civil sobre
el tema, se aprecia la falta de sistematicidad y la existencia de lagunas en cuanto
a los contratos por adhesión; negocio jurídico que evidencia en la mayoría de las
veces, una desproporción en las prestaciones a cumplir por las partes y un marcado
22
Vid. Ojeda Rodríguez, Nancy de la C. y Teresa Delgado Vergara, Teoría General de
las Obligaciones: Comentarios al Código Civil Cubano, Ed. Félix Varela, La Habana, 2005,
p. 175.
4. A modo de epílogo
Las instituciones del Derecho Romano han subsistido más allá del tiempo para el
que fueron creadas y el lugar en el que iban a operar originalmente. Ello fue posible
gracias a distintos factores, entre ellos, la expansión del Imperio Romano por toda
Europa, ya que a la vez que diseminaron su poderío militar extendieron también su
Derecho. Si a ello unimos la amplia influencia adquirida por la Iglesia, y el trabajo
de los glosadores y los postglosadores en el redescubrimiento del Corpus Iuris Civilis,
y posteriormente su asentamiento con el proceso de codificación decimonónica,
entenderemos cómo llegan a la actualidad instituciones romanas, entre ellas el prin-
cipio de favor debitoris.
Resulta importante conocer el régimen jurídico del principio del favor debito-
ris, pues ayuda a entender su utilidad cuando se trata de equilibrar las relaciones
jurídica-obligatorias; de ahí su permanencia como fundamento de la equidad. Sin
embargo, su reconocimiento en nuestra legislación positiva civil todavía es insufi-
ciente y su regulación no es expresa. Sirva este ejercicio académico para magnificar
el legado histórico-jurídico del Derecho Romano y como tributo para una posible
reforma al Código Civil cubano.
Sumario
I. Introducción
II. Los presupuestos de la teoría de la imputación objetiva
III. La imputación objetiva en los delitos cometidos por imprudencia
IV. Conclusiones
Resumen
El artículo ofrece una breve exposición sobre los presupuestos teóricos que sus-
tentan la teoría de la imputación al tipo objetivo en los delitos cometidos por im-
prudencia, tomando como base la necesidad de comprender su plexo categorial y
conceptual a partir de recientes pronunciamientos de la Sala de lo Penal del Tribu-
nal Supremo de Cuba. Brinda no solo una visión de esta teoría en el marco de la
determinación del nexo causal, sino a partir de entender sus presupuestos desde una
aproximación teórica que concibe la teoría del delito como un problema de impu-
tación. Problematiza algunas conclusiones teóricas de esta teoría en ejemplos de la
práctica judicial para la determinación de la responsabilidad penal
Palabras clave
Imputación objetiva, responsabilidad penal, imprudencia.
Abstract
This article provides a brief discussion of the theoretical assumptions underlying the
theory of the imputation in the crimes committed by imprudence, based on the need to
understand the categorical and conceptual plexus from recent pronouncements of the Su-
preme Court of Cuba. It provides not only a vision of the theory in determining the caus-
al link, but from understanding their theoretical lines from a theoretical approach that
conceived the theory of crime as a problem of imputation. Problematize some theoretical
conclusions of this theory in examples for the determination of criminal responsibility
Keywords
Causation, criminal liability, imprudence.
I. Introducción
En los debates actuales que en la teoría del delito se promueven en el mundo aca-
démico, la teoría de la imputación al tipo objetivo ocupa un lugar importante. En
la década del 90, el profesor alemán de la Universidad de Bonn, Günther Jakobs,
afirmaba que “probablemente, la imputación objetiva es aquel instituto de la teoría
jurídico-penal de la imputación que ha recibido el tratamiento más intenso en las
últimas dos o tres décadas.”1 Esta no solo ocupa un lugar en la solución de los di-
ferentes casos que se agrupan en la dirección de las diferentes teorías sobre el “nexo
causal”, sino que en muchos autores la pretensión sistémica de brindar soluciones
teóricas, o por lo menos complementarlas, donde la teoría tradicional ha apelado a
determinadas construcciones doctrinales en las causas de justificación, en la dogmá-
tica de la imprudencia, etc., a partir de una consideración que en el fondo concibe,
aunque solo se pueda reconocer implícito, la determinación general de la existencia
de un delito como problema de imputación.
1
Jakobs, Günther, La Imputación objetiva en el Derecho Penal, Ad-Hoc, Buenos Aires,
Argentina, 1997, p. 9.
2
Vid. Colectivo de Autores (responsables de redacción José A. Grillo Longoria y Iuri
A. Krasikof), Derecho Penal Parte General, Segunda Parte, Tomo I, s/f, pp. 51-60.
3
Quirós Pírez, Renén, Manual de Derecho Penal, Tomo I, Félix Varela, La Habana,
2007, pp. 256-260.
4
Reyes Alvarado, Yesid, “Fundamentos teóricos de la imputación objetiva”, en
Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Tomo XLV, septiembre-diciembre, 1992,
pp. 933-934.
5
En el sentido apuntado, Vid. Jescheck, Hans-Heinrich y Thomas Weigeng, Tratado
de Derecho Penal, Parte General, Trad. Miguel Olmedo Gardenete, Comanes, S.L.,
Granada, 2002, p. 295-310; Bacigalupo, Enrique, Manual de Derecho Penal, Parte
General, Temis S.A., Santa Fé de Bogotá, Colombia, 1996; Muñoz Conde, Francisco
y Mercedes García Arán, Derecho Penal, Parte General, 5ta edición, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2002, pp. 225-231; Torío López, Ángel, “Naturaleza y ámbito de
la teoría de la imputación objetiva”, en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales,
Tomo XXXIX, enero-abril, 1986, pp. 33-48; Gimbernat, Enrique, “Causalidad, omisión
e imprudencia”, en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Tomo XLVII, septiembre-
diciembre, 1994, pp. 5-60; Alcácer Guirao, Rafael, “El juicio de adecuación de la
conducta. Consideraciones sobre la teoría de la imputación objetiva y sobre la tentativa”,
en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Tomo XLIX, mayo-agosto, 1996,
pp. 473-508; Hilgendorf, Eric, “Relación de causalidad e imputación objetiva a través
del ejemplo de la responsabilidad penal por el producto”, Anuario de Derecho Penal
y Ciencias Penales, Tomo LVMMII, Madrid, 2004, pp. 91-107; Roxin, Claus, La
a una conducta que pone en peligro bienes jurídicos protegidos y que, por tanto,
ponen en riesgo de lesión los objetos de protección de las normas, con sustento en
el principio de ofensividad o de lesividad.6
Para desarrollar este trabajo nos concentraremos fundamentalmente en las ideas
desarrolladas sobre la teoría de la imputación objetiva por el profesor de Derecho
Penal de la Universidad de Múnich, Claus Roxin, quien consideró a la teoría de la
imputación objetiva una pieza central de su concepción.
Como es conocido, Roxin y Jakobs han sido los autores más renombrados en el
desarrollo de lo que se ha denominado un sistema teleológico o funcional del De-
recho Penal, cuyas ideas iniciales fueron expuestas por Roxin en 1970 en su libro
Política Criminal y Sistema de Derecho Penal,7 el cual convenía en rechazar el punto
de partida del sistema finalista, que devino en un método ontológico que vinculaba
al legislador y a la Ciencia a las estructuras lógico-objetivas y de tratar los problemas
jurídicos como cuestiones lógico-abstractas, a partir de sujetar la formación del sis-
tema jurídico penal a las finalidades del Derecho Penal. En este sentido se propuso
orientar la dogmática del Derecho Penal a la interpretación de las normas jurídico
penales a partir de los principios político-criminales. Con ello no pretendió modi-
ficar el sistema de la teoría del delito, sino completar con nuevos contenidos a las
categorías en los contornos de un Derecho Penal Moderno.
Como bien apuntó Schunemann: “Ésta se caracteriza por un total alejamiento
del razonamiento lógico-objetivo del finalismo y debe contemplarse como un desa-
rrollo ulterior del neokantismo. En efecto, el moderno pensamiento teleológico tiene
en común con aquella corriente la deducción de los diferentes niveles sistemáticos
de los valores y fines que desempeñan el papel rector. Sin embargo, se diferencia
sustancialmente de la misma por la superación del relativismo axiológico mediante
una diferenciación exhaustiva, apoyada en las ciencias sociales, del fin de prevención,
que constituye hoy el valor rector, reconocido de modo general, de la Administra-
ción de la justicia penal.”8
9
En los marcos del neokantismo se desarrolló la teoría de la adecuación, dirigida a proporcionar
una limitación de la responsabilidad a los casos “adecuados”, en los que se pretendió sustituir el
concepto general de causalidad hasta ese momento utilizado por los teóricos de las distintas teorías
del nexo causal, por un concepto jurídico causal especial que debía limitarse a las condiciones
apropiadas, comprendidos en lo que denominó “teoría de la adecuación”, cuyos representantes
fueron Bar, Kries, Rumelin, Trager, Tarnowski, Hippel y Sauer. La teoría de la adecuación,
iniciada por la jurisprudencia en materia civil, tuvo amplio impacto en la restricción de la
responsabilidad de los delitos cualificados por el resultado. Vid. Mezger, Edmund, Derecho
Penal, Libro de Estudio, Parte General, Bibliográfica Argentina, S.R.L. Buenos Aires, 1958, p. 112.
10
Roxin, Claus, Derecho Penal, Parte General, Traducción y notas Diego-Manuel Luzón Peña,
Miguel Díaz y García Conlledo, Javier de Vicente Remesal, Tomo I, Civitas, 1997, p. 361.
11
Roxin, Claus, Derecho Penal…Ob. cit., pp. 365-366. El autor se sustrae de solucionar
este tipo de situaciones con la aceptación de un estado de necesidad, porque “eso
presupondría que se empezara por considerar la aminoración del riesgo como lesión del
bien jurídico típica de un delito, y eso es precisamente lo que falta.”
12
Ídem, pp. 366-367.
13
Ídem, p. 369.
14
Ídem, p. 371.
15
Ídem, p. 387. Vid. también a Frisch, Wolfgang, “La imputación objetiva: Estado de la cuestión”,
en Sobre el estado de la teoría del delito (Seminario en la Universitat Pompeu Fabra), Civitas, 2000,
p. 28.
16
Roxin, Claus, Derecho Penal…Ob. cit., p. 350. A ello se suma lo que en su momento argumentó
el propio autor de que en realidad la fórmula de la supresión mental presupone ya lo que debe
averiguarse. Así también como en su momento advirtió Welzen, la teoría de la equivalencia
podía inducir a error, en casos de causalidad hipotética y alternativa.
17
Vid. Quirós Pírez, Renén y José Antonio Grillo Longoria, en Colectivo de Autores, Ob. cit.,
pp. 256-260 y 51-60, respectivamente.
18
Vid. Cancio Meliá, Manuel, “Algunas reflexiones sobre lo objetivo y lo subjetivo en la teoría
de la imputación objetiva”, en El Funcionalismo en Derecho Penal, Libro en Homenaje al Profesor
Gűnther Jacobs, Coordinador Eduardo Montealegre Lynett, Universidad Externado de Colombia,
2003, p. 219. También a Frisch, Wolfgang, Ob. cit., p. 43.
19
Struensee, Iberhard, “El tipo subjetivo del delito imprudente”, en Anuario de Derecho Penal y
Ciencias Penales, Tomo XL, mayo-agosto, 1987, pp. 423-450.
20
Roxin, Claus, Derecho Penal… Ob. cit., p. 1000.
relevante, y por tanto la falta de creación de riesgo “caracteriza de modo más exacto
la razón de la exclusión de la imputación”. De modo que “sólo la referencia a la
observancia del riesgo permitido hace posible una fundamentación exacta de la ex-
clusión de la imprudencia.” En otro tanto falta una infracción del deber de cuidado,
en casos como la colaboración a la autopuesta en peligro dolosa de otro o cuando
puede invocar el principio de confianza, en virtud de que el fin de protección del
tipo correspondiente no abarca tales resultados.21
Roxin considera que la referencia al concepto de la infracción del deber de cui-
dado lleva a una interpretación errónea como un delito de omisión. De este modo
objeta que al sujeto no se le reprocha haber omitido algo sino el haber creado un
peligro no amparado por el riesgo permitido y sí abarcado por el fin de protección
del tipo que se ha realizado en el resultado típico. “Además, el fijarse en el deber de
cuidado induce a la suposición errónea de que de la infracción de prohibiciones de
puestas en peligro abstractas o de normas de tráfico extralegales se deriva eo ipso una
imputación imprudente.”22
En igual sentido, los elementos de previsibilidad, cognoscibilidad o advertibili-
dad y la evitabilidad, relacionados con el concepto de infracción del deber objetivo
de cuidado, se refieren a que todos ellos tributan a la consideración de que se ha
creado un peligro jurídicamente relevante o cuando falta la realización del peligro
creado.23 De modo que el propio Roxin ha manifestado que “la determinación de
lo que se ha de considerar “creación de un peligro no permitido”, se puede y se debe
tener en cuenta todo lo que la jurisprudencia y la doctrina científica han ido preci-
sando para la constatación de la infracción del deber de cuidado.”24
Para Frisch la cuestión esgrimida por autores como Küpper, sobre lo innece-
sario de la teoría de la imputación en los delitos imprudentes, a partir de que las
soluciones adecuadas se arriban en la dogmática del delito imprudente con concep-
tos tales como infracción del deber de cuidado y relación de contrariedad a deber,
se refiere a una objeción de carácter esencialmente terminológico. Así, sostiene que
“(E)n efecto, la presencia de la creación del peligro desaprobado se presupone en la
infracción del deber de cuidado; y que el resultado deba atribuirse a la contrariedad
al deber de la conducta, se corresponde con el requisito de que todo peligro des-
aprobado, en virtud del cual la conducta está prohibida y es contraria al deber de
21
Ibídem.
22
Ibídem.
23
Ídem, pp.1000-1001.
24
Ídem, p. 1001.
25
Frisch, Wolfgang, Ob. cit., pp. 43-44.
las acusadas o el resto de los alumnos se percataran, al sacar del agua a quien
auxiliaron, que la otra niña no había logrado subir a la superficie. Situación
que era previsible por lo riesgoso que resulta el baño en un río junto a un
colectivo de niños sin siquiera permanecer entre ellos adoptando las debidas
medidas de atención y vigilancia requeridas, por demás, era también evitable
de no haberse excedido en la autorización que le había sido concedida, de ahí
que no se trate de una mera infracción administrativa. Es por lo que el actuar
de las tres acusadas integra el delito de homicidio a título de imprudencia,
y ello determina el rechazo del motivo de infracción de ley establecido por
cada una, a tenor del ordinal primero del artículo sesenta y nueve de la Ley de
Procedimiento Penal.
Para los delitos cometidos por imprudencia, la determinación de la creación del
peligro no permitido, se apela a la “figura-baremo”, que consiste en la pregunta de
cómo se habría comportado en la situación concreta una persona consciente y cui-
dadosa del ámbito en que se desarrolló el sujeto. Si un electricista ha causado lesión
de bienes jurídicos en el ejercicio de su profesión, se parte del baremo o parámetro
de la conducta de un electricista consciente y cuidadoso. “Si la actuación se mantie-
ne dentro del marco establecido por la figura-baremo, no concurre una creación de
peligro o al menos no se supera el riesgo permitido; por tanto no procede la impru-
dencia. Si en cambio el sujeto ha creado un riesgo mayor al que habría producido la
persona ficticia que sirve de comparación, entonces se realiza el tipo imprudente.”26
Pero las dificultades pueden surgir en el caso concreto de que las capacidades del
sujeto sean menores o mayores de las exigencias generales. Como apunta Cancio
Meliá, en la perspectiva ex ante es donde comienzan los problemas, pues la posición
mayoritaria la hace depender de un “sujeto ideal” perteneciente al contexto social
en el que actúa. Por ejemplo, qué valoración riesgo permitido-riesgo no permitido
hubiera hecho un “conductor racional” en el delito imprudente, ante el estado de
la calzada, teniendo en cuenta la iluminación, etc. Pero en ocasiones, como sostiene
el propio Cancio Meliá, se puede tratar de un sujeto ideal que no se corresponde
con el sujeto concreto. Puede que este sepa más: en un delito cometido con dolo el
sujeto “ideal” desconoce que la persona a la que va a dar un puñetazo es hemofílico,
el sujeto concreto lo sabe. Puede que tenga mayores facultades: el conductor pro-
fesional puede frenar allí dónde el “conductor ideal” colisione irremediablemente.
Puede que sepa menos: el conductor inexperto, en lo que se refiere a la conducción,
v. gr., en el norte de Europa (por ejemplo, es caribeño), no sabe cómo debe com-
26
Roxin, Claus, Derecho Penal… Ob. cit., p. 1009.
27
Cancio Meliá, Manuel, Ob. cit., p. 221.
28
Roxin, Claus, Derecho Penal…Ob. cit., p. 1015; Cancio Meliá, Manuel, Ob. cit.,
pp. 221-222.
29
ROXIN, Claus, Derecho Penal…Ob. cit., p. 373.
tampoco se puede manejar de modo distinto la imputación del resultado.”30 Esta so-
lución es tendente a reforzar el criterio, correcto en mi consideración, de que la pu-
nibilidad de la imprudencia cobra sentido si las consecuencias lesivas eran evitables.
En relación con los llamados delitos de tránsito, los criterios de la imputación
objetiva han ofrecido fundamentaciones no desdeñables, a partir de insuflar de un
contenido normativo lo que se comprende en el campo propio de los delitos co-
metidos por imprudencia. En la Sentencia No.3064 de 31 de octubre de 2014 del
Tribunal Supremo, como ponente María Caridad Bertot Yero, se concluye:
CONSIDERANDO: Que si consta del componente histórico de la senten-
cia, que el acusado NBV era el titular de la licencia operativa de la camioneta
de transporte de pasajeros que conducía, propiedad del padre de su ayudante,
persona esta que por su juventud no tenía el tiempo requerido en la categoría
inferior “B” como chofer, para obtener la que le permitía conducir el vehículo
del que era poseedor, y no obstante a conocer de esta situación el inculpado
le permitió conducir el mencionado vehículo cargado de pasajeros, situación
por la que fueron multados administrativamente ambos conductores, por un
agente de patrullas de la Policía Nacional Revolucionaria, durante el trayecto
de su recorrido procedente de Santiago de Cuba a La Habana, específica-
mente en el poblado de Ranchuelo, en la provincia de Villa Clara, lo que no
corrigieron ninguno de ellos, pues continuó al volante el ayudante POI hasta
llegar, en horas de la madrugada, a su destino en la capital del país, lugar don-
de permaneció en la cabina durmiendo el recurrente, mientras su ayudante,
sin tomar descanso alguno, volvió a ocupar con pasajeros la camioneta y se
dispuso a seguir viaje de retorno, con la anuencia del encausado, que decidió
continuar descansando, en tanto su asistente, sin la experiencia requerida para
la conducción, se colocaba al volante y así se desplazó por la autopista nacio-
nal a velocidad mayor a la establecida para la vía, por lo que llegar al kilómetro
228, producto del agotamiento físico, se durmió, lo que provocó que se des-
plazara fuera de la carretera, perdiera el control y al tratar de incorporarse a la
vía ejecutó, por su ineptitud, una brusca maniobra, que provocó un vuelco y
se proyectó contra unos árboles hasta detener su marcha, y de esta forma se
produjo la muerte de cuatro personas, incluida el conductor inexperto, doce
lesionados y daños de elevada consideración a la camioneta; entonces no es
de dudar que el hecho es constitutivo de delito, porque entre el actuar del
acusado y el resultado lesivo se manifiesta una conexión, es decir, el resultado
30
Ídem, p. 376.
31
Bodes, Jorge L., Comentarios sobre Sentencias Penales, Ciencias Sociales, La Habana,
2014, pp. 79-80.
32
Roxin, Claus, Derecho Penal… Ob. cit., p. 1003.
33
Ídem, p. 378.
34
Quirós Pírez, Renén, Derecho Penal, Parte General, Tomo II, Félix Varela, La Habana,
2007, pp. 56-60.
35
Roxin, Claus, Derecho Penal…Ob. cit., p. 379.
36
Ídem, pp. 379-380.
37
Jakobs, Günther, Ob. cit., p. 121.
38
Ver los comentarios de Roxin sobre efectos similares de esta teoría en la resolución de
determinados casos por los tribunales alemanes y la discusión de estas cuestiones por
autores alemanes como Krumpelmann y Ranft, en lo que denomina una combinación
de la teoría del incremento del riesgo y la del fin de protección. Roxin, Claus, Derecho
Penal…, Ob. cit., pp. 383-386. Referencias sobre la teoría del incremento del riesgo en
Frisch, Wolfgang, Ob.cit., pp. 30-31.
39
Roxin, Claus, Derecho Penal… Ob. cit., p. 381.
conductor del camión pudiera exigírsele que pudo o debió prever que aquel ciclista
caería al suelo en el instante en que acometió el adelantamiento.
En este sentido, el juicio de imputación objetiva no puede obviar tomar en consi-
deración el juicio sobre la capacidad del sujeto en ese momento de prever el alcance
lesivo de su conducta. El incremento del riesgo resulta objetivizado en extremo, si
el juicio se limita a constatar la concurrencia de riesgos a partir de la simple vulne-
ración de normas de cuidado. Habremos advertido que no se trata de imputar un
resultado en los delitos de tránsito por la simple violación de una norma de tránsito.
Este es solo un elemento (aunque muchas veces decisivo), para la formulación de
un juicio sobre el peligro creado mucho más amplio, que tome en cuenta tanto los
aspectos objetivos como subjetivos concurrentes en los hechos.
En el ejemplo citado por Roxin, del cirujano que provoca la muerte del paciente
por burdos errores técnicos, operaría la misma lógica. Si se trata de “burdos errores
técnicos” lógicamente advertiríamos la sustitución de un riesgo que se realizaría en
el resultado, y que por su entidad, independientemente de la experiencia del médi-
co, podía haber sido previsto, o dicho de otro modo, se produce una interrupción
de la imputación objetiva, que radica en la sustitución del riesgo inicialmente creado
realizado finalmente en el resultado.40
Las posiciones de Roxin, como he expuesto, puede conducir a posiciones in-
aceptables, como corroboraremos si la aplicamos a un caso extraído de la práctica
judicial cubana por el profesor José Antonio Grillo Longoria:
El acusado U.N. conducía un camión pipa por la carreta de maleza, término
municipal de Santa Clara, cuando advirtió que frente al aeropuerto militar se
había originado un incendio en la cuneta, por lo que se situó con el camión en
lugar adecuado y se puso a sofocar el incendio, sin que pusiera señales a ambos
lados del camión ni encendiera sus luces. El acusado R.S., quien conducía un
camión Zil 130 por la referida carretera, en la misma dirección en que estaba
estacionado el camión pipa, donde había gran cantidad de humo por el incen-
dio y por el agua que se estaba echando, no tomó las precauciones necesarias
y continuó la marcha, penetrando en la cortina de humo, sin que pudiera
percatarse de la pipa, proyectándose contra su parte trasera y comprimiendo
entre ambos vehículos al ciudadano B.C., que se encontraba con la manguera
40
Vid. Bolea Bardón, Carolina, “Interrupción de la imputación objetiva por intervención
posterior de terceros”, en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, Tomo XLVII,
septiembre-diciembre, 1994, pp. 375-394.
detrás del camión pipa sofocando el incendio, causando a este ciudadano le-
siones de tal gravedad que falleció instantáneamente.
El Tribunal de instancia consideró a ambos choferes culpables y los sancionó
por delito de homicidio en ocasión de conducir vehículos por la vía pública a dos
años de privación de libertad. Por su parte la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo
Popular declaró Con Lugar el recurso de casación establecido por el acusado U.N.
y lo declaró libremente absuelto, basado en que “este resultado no está casualmente
(debió decir, causalmente) ligado con su omisión de encender las luces de la pipa de
agua con la que pretendía sofocar un incendio en la cuneta de la carretera frente a
un aeropuerto militar, sino la evidente imprudencia del otro chofer, que continuó
sin marcha sin adoptar las medidas de precaución que el caso requería y pretendió
atravesar la espesa masa de humo que el fuego producía, sin temer, como era razo-
nable, que esta ocultara equipos de extinción de incendios y personas que luchaban
por extinguirlos, o animales que huían del fuego, o algún árbol derribado, u otro
peligro cualquiera, previsible por demás, pues la culpa o imprudencia no puede
consistir en la simple omisión de un cuidado innecesario o superfluo que, dentro
de las circunstancias de urgencia del caso, no era de esperar que adoptara un chofer,
empeñado en tareas peligrosas.”
Aunque está muy lejos el Tribunal Supremo de razonar en los términos de la teo-
ría de la imputación objetiva, si sometiéramos el presente caso a las conclusiones de
la teoría del incremento del riesgo de Roxin, la decisión de la máxima Sala no tendría
cabida. La infracción de la norma de cuidado del acusado U.N., según las conclu-
siones de Roxin, rebasaría el riesgo permitido y se entendería entonces la produc-
ción del resultado como consecuencia del peligro existente en no haber tomado las
precauciones de poner señales a ambos lados del camión ni encender sus luces, y por
tanto sería imputable como realización de un peligro prohibido por un incremento
relevante jurídicamente de la posibilidad de un accidente mortal.
IV. Conclusiones
PRIMERA: En la moderna teoría de la imputación del tipo objetivo, se distinguen
dos momentos a tener en cuenta, y que devienen perspectivas metodológicas impor-
tantes: lo que constituyen relaciones del mundo objetivo, causales o casuales, even-
tos o hechos “naturalísticos”, “ontológicos”, y lo que devienen lo que pudiéramos
llamar una “causalidad jurídica”, que determina a partir de criterios jurídicos o nor-
mativos la imputación de un resultado (como creación de un peligro no permitido,
realización del peligro en el resultado, etc.).
SEGUNDA: En igual sentido, el aparato conceptual de la imputación objetiva es
válido para los delitos imprudentes, en virtud de que los criterios normativos sobre
los cuales se construye no solo toman en cuenta los presupuestos de la dogmática
Sumario
I. Introducción
II. La Ley Orgánica de protección Integral 1/2004 de 28 de diciembre
- Antecedentes
- Estructura de la ley
- Objeto de la ley
- Ley Integral
III. Perspectiva de Género: Respuesta Legal Española
IV. Tutela Institucional
- Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer
- Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer
- Unidades especializadas en la prevención de la violencia de género y en el
control de la ejecución de las medidas judiciales adoptadas, en las Fuerzas y
cuerpos de Seguridad
- Planes de colaboración y protocolos de coordinación institucional
- Protocolos de actuación forense
- Fiscales contra la Violencia sobre la Mujer
- Juzgados de Violencia sobre la mujer
V. Conclusiones
Resumen
El presente trabajo tiene por objeto un acercamiento a la Ley española 4/2008 de
28 de diciembre, Ley Orgánica de Protección Integral (LOPI) en lo referido al tra-
tamiento de la violencia de género. Se ofrece una reflexión sobre las novedades más
importantes incorporadas en dicha norma y se profundiza en la tutela institucional.
Palabras clave
Violencia doméstica, violencia de género, legislación, mujeres.
Abstract
The present work aims at closer to Spanish law 4/2008 of 28 December, organic law
on comprehensive protection (LOPI) in regard to the treatment of gender-based violence.
Offers a reflection on the most important innovations incorporated in this standard and
deepens in the institutional custody.
Keywords
Domestic violence, gender-based violence, legislation, women.
I. Introducción
La Violencia de Género es un problema social de gran magnitud, una cuestión
de Estado que debe ser conocida y debatida para, entre todos, buscar soluciones a
esta lacra social. La igualdad de género significa igual visibilidad, empoderamiento,
responsabilidad y participación tanto para las mujeres como para los hombres en
cualquier ámbito de la vida pública o privada. También significa igualdad en el
acceso y en la distribución de los recursos entre mujeres y hombres1.
La situación de las mujeres en Europa ha mejorado en las últimas décadas, pero
la igualdad efectiva está aún muy lejos de ser una realidad; de hecho la O.N.U
se ha pronunciado recientemente en torno a que nos faltan todavía doscientos años
para llegar a esa igualdad real y efectiva2.
1
Estrategia de Igualdad de Género 2014-2017.
2
The World’s Women Report, de Naciones Unidas.
3
Instrumento de ratificación del Convenio del Consejo de Europa sobre la violencia contra la mujer
y la violencia doméstica, hecho en Estambul el 11 de mayo de 2011.
- Antecedentes6
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Inte-
gral contra la Violencia de Género, se publicó en el Boletín Oficial del Estado el día
29 de diciembre del año 2004. Entró en vigor a los treinta días de su publicación,
4
Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección Integral contra la Violencia
de Género. BOE núm. 313, de 29/12/2004.
5
Constitución Española de 1978, BOE núm. 311, de 29 de diciembre de 1978.
6
Montalban Huertas, Inmaculada, “Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas
de protección integral contra la violencia de género. Un Instrumento normativo novedoso”,
en Cuadernos de Derecho Judicial, Año 2005, Nº. XXII, 2006, Madrid, pp. 5-93.
7
BOE, núm. 281, de 24 de noviembre de 1995.
- Estructura de la Ley
El texto legislativo presenta la siguiente estructura: Exposición de Motivos, un
Título Preliminar, cinco Títulos, veinte Disposiciones Adicionales, dos Disposi-
ciones Transitorias, una Disposición Derogatoria, siete Disposiciones Finales y un
Anexo. En el Título Preliminar se recoge el objeto de la ley, fines y principios
que la inspiran y articula medidas que tratan de conjurar las diversas causas de esta
violencia.
La Ley, consciente de una realidad social anclada en el sistema patriarcal, refor-
ma varias normas trascedentes como las leyes de educación, con el objetivo de que
las nuevas generaciones crezcan en el valor de la igualdad y en técnicas de
resolución pacífica de conflictos.
Tal y como sostiene Inmaculada Montalbán:8 “La ley también es conscien-
te de que, a pesar del mensaje formal y constitucional de igualdad entre hombres y
mujeres, se siguen transmitiendo estereotipos de mujeres “objetos”, por ello realiza
la reforma de la ley de publicidad y permite que las Asociaciones de mujeres
más representativas o el Ministerio Fiscal puedan solicitar que cese la divulgación
de los mensajes vejatorios”.
El Título I regula las medidas de sensibilización en el ámbito educativo, de la
publicidad, de los medios de comunicación y en el ámbito sanitario
Un gran número de estas mujeres, han dedicado su vida al cuidado y atención de
sus hijos y de su familia, no accediendo al mercado laboral, lo que supone que no
han podido recibir formación para afrontar esa nueva vida sin violencia; por ello,
se han articulado ayudas estatales que les permitan romper esa dependencia econó-
mica. Si bien la cuantía no es suficiente, ya que son solo 426 euros mensuales, eso
no impide que puedan mirar a un futuro con otra perspectiva, que les permita ir
“tirando” hasta que llegue el momento de su total emancipación.
8
Montalbán Huertas, Inmaculada, “Ley Orgánica… ob. Cit.
También se han articulado recursos formativos para estas mujeres, con el fin
de que puedan acceder al mercado laboral.
En el Título II se recogen los derechos de las mujeres víctimas de violencia.
En el Capítulo I se regula la garantía de los derechos de las víctimas, el derecho a
la información, el derecho a la asistencia social integral y la asistencia jurídica
gratuita. El Capítulo II regula los derechos laborales y de seguridad social. El
Capítulo III se ocupa de los derechos de las funcionarias públicas. Esta materia
se ha visto ampliada con la aparición de la Ley 4/2015, del Estatuto Jurídico de la
víctima, donde se desarrollan de forma pormenorizada tales derechos.
Por último el Capítulo IV regula los derechos económicos en el se inclu-
yen ayudas sociales y se establece la prioridad para el acceso a la vivienda.
También, se pretende reforzar la coordinación institucional, con forma-
ción específica de los operadores jurídicos. Esta cuestión, a día de hoy, necesita
un desarrollo normativo, ya que no existe un temario específico, que determine
cual es la formación necesaria de los distintos operadores jurídicos. Deberíamos
plantearnos la necesidad de incorporar desde la escuela hasta la Universidad, la
existencia de una asignatura transversal que conciencie a los hombres y mujeres del
futuro, que sin igualdad, seguiremos contando víctimas de violencia de género.
El Título III se refiere a la tutela institucional y en él se prevé la creación
de la Delegación Especial del Gobierno contra la violencia sobre la mujer y el
Observatorio Estatal de violencia sobre la mujer, a la vez que la creación de
unidades especializadas en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la
colaboración de las Policías locales, elaborando planes de colaboración entre las
distintas Administraciones con competencias en la materia. Un paso adelante ha
sido la creación de los juzgados especializados de violencia sobre la Mujer en todos
los partidos judiciales, los cuales son juzgados mixtos, con competencias en el ám-
bito penal y civil.
El Título IV se dedica a la tutela penal, modificando varios preceptos del Códi-
go Penal, ya que muchas conductas que hasta ese momento, se consideraban faltas
(hoy en día delitos leves) pasan a ser consideradas delitos, ya que el Código
Penal debe proteger los bienes jurídicos importantes, como son la integridad física
y moral y la libertad. También se establece la obligación de los Centros Penitencia-
rios de realizar programas específicos para los internos condenados por violencia
de género.
El legislador debería pensar e n esta cuestión, ya que tales programas no son
obligatorios para los condenados que cumplen prisión y solo lo son para
aquellos a los que se les suspende la pena. No estamos dando una respuesta efectiva
al problema, ya que se nos olvida uno de sus puntos focales más importantes, que es
la reeducación del maltratador, el cual, una vez que cumpla su pena, se incorporará
a la sociedad y podría repetir tales conductas con otras mujeres, que podrían ser
víctimas y estaríamos de nuevo en el punto de partida.
- Objeto de la Ley
La Ley incorpora la perspectiva de género al regular de forma destacada la
violencia contra la mujer en el ámbito de pareja. Su objeto viene determinado en
el apartado 2º del art. 1 de la LOPI “… la adopción de medidas de protección
integral con la finalidad de prevenir, sancionar, erradicar y prestar asistencia a las
mujeres, a sus hijos menores y a los menores sujetos a su tutela, o guarda y custo-
dia, víctimas de esta violencia”.
Estas víctimas son las “mujeres que sufren violencia por parte de quienes sean o
hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por
relaciones similares de afectividad aún sin convivencia” (Art. 1.1 de la LOPI).
Este artículo se ha visto reformado por la Ley 8/2015, de modificación del siste-
ma de protección a la infancia y a la adolescencia. Ello ha supuesto la consideración
de los menores como víctimas directas de este tipo de delitos y por fin se ha arribado
a la concepción de que son simples testigos del maltrato, lo que supone un
avance importante, ya que van a beneficiarse de las medidas de protección y asis-
tencia que se dispensan a las víctimas de este tipo de delitos, de conformidad con el
Estatuto jurídico de la Víctima.
Esta norma tutela no solo a las mujeres víctimas sino también extiende su protec-
ción a “los descendientes propios o de la esposa o conviviente o sobre los menores
o incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la patria potestad,
tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, cuando
también se haya producido un acto de violencia de género”. (Art. 44.1 y 58 LOPI).
- Ley integral
Es una norma integral porque, a semejanza de otras leyes latinoamericanas y
siguiendo recomendaciones internacionales, intenta profundizar en las causas de
esta lacra social y buscar respuestas legales multidisciplinares. Es una norma que
conlleva reformas en todas las jurisdicciones (civil, penal, contencioso y social) y
que intenta dar soluciones a una realidad social transversal.
de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce
sobre éstas (…)”.[sic]. La legislación española ha optado por la creación de una
ley integral que, en atención a las diferentes causas de las violencias de género -edu-
cacionales, culturales, sociales-, articula de manera sistemática una serie de medidas
preventivas, sociales y coactivas en función de las características del problema y sus
protagonistas.
Otra forma legislativa puede ser la creación de leyes específicas y autónomas de
prevención que permiten adoptar medidas de protección y reeducación aún antes de
la apertura del proceso penal –como el caso de Austria- y que reservan este tipo de
respuesta a los Códigos Penales o legislaciones específicas en esta sede.
Una fórmula posible es la de Planes legislativos con vigencia temporal, en ejecu-
ción de los cuales se modifican o reforman leyes que tratan de conjurar las causas
de la Violencia Doméstica o se dirigen a su represión. Siguen esta fórmula países
como Portugal, Francia y España hasta el año 2004.
La introducción de la perspectiva de género en la legislación y en la
práctica judicial se fundamenta en la obligación que tienen los poderes públicos de
promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos que lo
integran sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que impidan o dificulten
su plenitud (art.9.2 CE).
9
Real Decreto 237/2005, de 4 de marzo, BOE 8 marzo de 2005.
10
La Comisión de seguimiento de la implantación de la orden de protección de
las víctimas de Violencia doméstica, aprobó el 10 de junio de 2004 un protocolo
de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Coordinación con los
órganos judiciales para la protección de las víctimas de violencia doméstica y de
género, el cual ha sido revisado el 8 de julio de 2005.
V. Conclusiones
En los últimos tiempos, la violencia de género se ha convertido en un proble-
ma social de primera magnitud, una cuestión de Estado, que debe ser conocida
y debatida, para -entre todos- buscar soluciones a esta lacra social. Se trata de un
tipo de violencia específica y distinta de otras, pues constituye una manifestación de
Sumario
1. Introducción
2. Problema de investigación
3. Metodología
4. Resultados
4.1. Retrospectiva de la violencia contra la mujer
4.2. El concepto de femicidio/feminicidio
4.3. El feminicidio en Colombia: el camino hacia la tipificación
4.4. Implicaciones de la Ley 1761 de 2015
5. Conclusiones
Resumen
Este trabajo cuestiona el tratamiento brindado al fenómeno de la violencia con-
tra la mujer, el que se ha caracterizado por la importancia de las medidas represivas
sobre las educativas. En este sentido, se analizan las implicaciones derivadas de la
Ley 1761 de 2015 y su potencial efectividad a la luz de las nociones de género ges-
tadas a lo largo de la historia; derivando en las construcciones estereotipadas que
tanto hombres como mujeres conservan sobre sí, lo cual dificultaría su aplicación,
así como su objetivo de erradicar el fenómeno.
Palabras clave
Feminicidio, prejuicios, estereotipos, educación, violencia contra la mujer.
Abstract
This paper questions the treatment provided to phenomenon of the violence against
women, which has been characterized by the importance of the repressive over the educa-
tional measures. In this sense are analyzed the implications derived by Act 1761 of 2015
and its potential effectiveness to the light of the gender notions engendered in the course
of history. Resulting in the stereotypical constructions than both men and women retain
about themselves, which hinders its applications as well as its objective of eradicate the
phenomenon.
Keywords
Femicide, prejudices, stereotypes, education, violence against women.
1. Introducción
La naturalización de la discriminación contra la mujer deriva de su concepción
histórica como sujeto pasivo, legitimando la violencia que contra ella se ha ejercido.
Si bien la violencia contra la mujer ha sido transversal a la evolución de la huma-
nidad, es en la segunda mitad del siglo XX que se visibiliza, tanto por el auge de
los movimientos feministas, como por el reconocimiento de sus derechos median-
te la implementación de diferentes herramientas internacionales como la Conven-
ción sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
(CEDAW por sus siglas en inglés) en 1979 o, más recientemente, la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(también conocida como Convención Belem Do Pará) en 1994.
No obstante, tales luchas desde el feminismo y el reconocimiento de los dere-
chos de las mujeres bajo el marco de la igualdad, no han garantizado la extinción
de las formas de violencia contra estas; por el contrario, se denota un aumento de
tal problemática, un recrudecimiento del actuar violento frente a las mismas y el
mantenimiento de los esquemas de pensamiento que reproducen la discriminación
y la violencia contra la mujer1.
En este sentido, el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el
Caribe encuentra que para el año 2011 se registraron 1.139 homicidios por razones
de género en los siguientes países de la región: Chile, Costa Rica, El Salvador, Ni-
caragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay; de estos homicidios,
el 29,4% fueron perpetrados por los compañeros sentimentales actuales o pasados
de la víctima2.
Uno de los casos más problemáticos se encuentra en México donde se reporta-
ron, para el año 2010, 2.335 homicidios cometidos contra mujeres, principalmente
entre las edades de 20 a 24 años. Además, dentro del periodo comprendido entre
1985 y 2010 se cometieron en México 36.606 homicidios contra mujeres, hallán-
1
CONSUELO, Ramón, “La protección internacional de la mujer: Un camino sin retorno”,
en MARIÑO, Fernando, Feminicidio el fin de la impunidad, tirant lo blanch, Valencia, 2013,
pp. 85-93.
2
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, “Los bonos en la mira. Aporte y carga
para las Mujeres. Informe anual 2012 del Observatorio de igualdad de género de América Latina y
el Caribe, 2013”. Disponible en: http://www.cepal.org/publicaciones/xml/7/49307/2012-1042_
oig-issn_web.pdf. Consultada el 23/10/2015, a las 22.12.
dose un aumento preocupante a partir del 2005, pues desde tal año se conocen
9.385 muertes3.
En Colombia, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IN-
MLCF) reporta para el año 2013 un total de 14.294 homicidios. De esta cifra, se
registran 1.163 casos cometidos contra mujeres (8%), principalmente en el rango
de edad de 20 a 34 años (44,63%), los cuales son en su mayoría perpetrados por
desconocidos (68,08%). Además, cabe rescatar que la actividad realizada por las
mujeres en el momento del homicidio en el 21,69% de los casos consistía en acti-
vidades domésticas, con el agravante de que en el 71,46% de los casos no se cuenta
con información respecto a esta variable, lo cual lleva a suponer que son mayores
los índices de homicidios cometidos contra mujeres en el cumplimiento de los roles
tradicionalmente asignados. Apoyando tal presunción, el INMLCF informa como
segundo escenario principal en el que se cometen estos homicidios el de la vivienda
de la víctima (11,56%), lo que significa, tal como se reporta, que se trata de homi-
cidios relacionados con violencia intrafamiliar4.
En idéntico sentido, el INMLCF reporta para el mismo año 63.230 casos de
violencia intrafamiliar de los cuales el 65,58% corresponden a violencia de pareja
en donde las mujeres -en la mayoría de los casos- eran las víctimas (87,21%). La
edad en la cual se presentan mayores índices de violencia de pareja en contra de la
mujer, oscila entre los 20 y los 29 años con un 44,08% de los casos reportados. Cabe
resaltar que este tipo de violencia es perpetrada principalmente por la pareja actual
(44,98%) y en un segundo lugar por el excompañero permanente (20,61%). Re-
sulta interesante encontrar que los móviles del maltrato por parte de la pareja hacia
la mujer fueron en primer lugar la intolerancia (28,53%) y la celotipia (18,53%)5.
3
ONU MUJERES, INMujeres, Instituto Nacional de mujeres, LXI Legislatura, Cámara de
Diputados, “Violencia feminicida en México. Características, tendencias y nuevas expresiones en
las entidades federativas, 1985-2010”, 2012. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/
documentos/igualdad/mexnal.pdf. Consultada el 13/10/2015, a las 12.42.
4
INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES,
“Comportamiento del homicidio, Colombia, 2013” en Forensis, 2014. Disponible en: http://
www.medicinalegal.gov.co/documents/10180/188820/FORENSIS+2013+2-+homicidio.
pdf/2af79b03-2a12-4341-a9a7-c3d9a251c38f. Consultada el 3/9/2015, a las 10.20.
5
INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES.
“Comportamiento de la violencia intrafamiliar, Colombia, 2013”, en Forensis, 2014. Disponible
en: http://www.medicinalegal.gov.co/documents/10180/188820/FORENSIS+2013+7-
+violencia+intrafamiliar.pdf/dd93eb8c-4f9a-41f0-96d7-4970c3c4ec74. Consultada el 23/9/2015,
a las 10.30.
2. Problema de investigación
En Latinoamérica se han consolidado diferentes medidas de carácter represivo
como respuestas al fenómeno de la violencia contra la mujer. Sumándose a esta ten-
dencia, en Colombia el pasado 6 de julio fue promulgada la Ley 1761, que tipifica
6
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, “Exámenes médico legales por presunto
delito sexual, Colombia, 2013”, en Forensis, 2014. Disponible en: http://www.medicinalegal.gov.
co/documents/10180/188820/FORENSIS+2013+8-+delito+sexual.pdf/b733218a-c476-4215-
989d-e490635af6c6. Consultada el 19/10/2015, a las 20.28.
3. Metodología
Desde una perspectiva cualitativa y mediante el método de análisis documental,
tanto de fuentes primarias como secundarias, se abordará en un primer momento
la problemática de la violencia contra la mujer a lo largo de la historia, así como
sus intentos de tipificación en América Latina, desembocando en la problemática
de la violencia contra la mujer en Colombia y la promulgación de la Ley 1761. De
este modo, se analizan algunas de las implicaciones subyacentes a tal tipificación,
cuando no se considera como estrategia principal la reconfiguración de las ideas que
sustentan la violencia de género, lo que se evidencia en el fenómeno de la violencia
intrafamiliar, así como en los prejuicios asociados a los órganos de justicia en la
aplicación de las leyes penales. A partir de lo cual se postula que la erradicación de
la violencia contra la mujer y, por ende, de su máxima expresión, dependerá de la
implementación de medidas educativas que intervengan sobre las raíces mismas del
fenómeno.
4. Resultados
7
COSIO, Virginia, “Consecuencias socio jurídicas del feminicidio”, La Paz, 2010. Trabajo de
grado (Abogada), Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia, Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas, Carrera de Derecho.
8
LORENTE, Miguel, José LORENTE y Manuel LORENTE, Agresión a la mujer: maltrato,
violación y acoso, Comares, S.l., Granada, 1999.
9
Ídem, p. 13.
10
COSIO, Virginia, op. cit., pp. 22-24.
11
LORENTE, Miguel, José LORENTE y Manuel LORENTE, op. cit., p. 14.
12
COSIO, Virginia, op. cit., p. 29.
13
Ídem, pp. 36-38.
14
KLUGER, Viviana, “Casarse, mandar y obedecer en el Virreinato del Río de la Plata:
Un estudio del deber-derecho de obediencia a través de los pleitos entre cónyuges”, en
19
Ídem, p. 47.
20
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, “Convención Belem Do Pará”.
Departamento de Derecho Internacional, Washington D.C. Disponible en: http://www.oas.org/
juridico/spanish/tratados/a-61.html. Consultada el 17/9/2015, a las 15.40.
21
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. OFICINA DEL ALTO COMISIONADO
PARA LOS DERECHOS HUMANOS, “Declaración sobre la eliminación de la violencia
contra la mujer”, 1993. Disponible en: http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/
ViolenceAgainstWomen.aspx. Consultada el 27/10/2015, a las 13.10.
mismos agentes del Estado22. De igual forma, dispone el derecho de toda mujer
a una vida libre de violencia, con impacto en materia legislativa en los diferentes
Estados de la región.
Pese a la defensa de los derechos de las mujeres por parte de entidades internacio-
nales, se encuentran casos de violencia contra la mujer que llaman la atención sobre
la necesidad de la reestructuración de los estándares culturales y de los roles adjudi-
cados a los sexos. Uno de los ejemplos más claros de violencia contra la mujer, son
los asesinatos sucedidos en Ciudad Juárez en México; tal situación fue llevada ante
la CIDH, en cuya sentencia de 16 de noviembre del 2009 -relativa al caso campo
algodonero- se relata y se concluye sobre cómo el contexto de discriminación basado
en género que imperaba en la región, influyó en la comisión de tales crímenes23.
Aunque es desconocido el número de mujeres asesinadas, la CIDH -basándose
en diferentes reportes de organismos, tanto nacionales como internacionales- da
cuenta de un rango entre 260 y 370. Tales muertes, evidenciaron signos de violencia
sexual, demostrando los motivos misóginos que subyacieron por lo que se les catalo-
ga de feminicidios24. Determinación que se ve apoyada por la Corte cuando señala
que la falta de voluntad por parte del Estado en el esclarecimiento de los hechos, se
dio en razón de los prejuicios mantenidos desde los organismos de justicia relacio-
nados con los roles de los sexos y los rasgos característicos de las víctimas25.
En esta sentencia, por primera vez la CIDH se refiere específicamente a la violen-
cia de género como factor decisivo en las violaciones a los derechos humanos, si bien
con anterioridad se habían emitido pronunciamientos sobre las torturas o muertes a
mujeres26, en la que emerge el género de la víctima como factor determinante de la
22
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, Convención Interamericana para
Prevenir… cit., p. 1.
23
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, “Sentencia González y otras vs.
México (“Campo Algodonero”)”, de 16 de noviembre de 2009. Disponible en: www.corteidh.
or.cr
24
LAGARDE, Marcela, “Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos
humanos de las mujeres”, en BULLEN, Margaret y Carmen DIEZ, Retos teóricos y nuevas
prácticas, 2008, pp. 209-239. Disponible en: http://www.ankulegi.org/wp-content/
uploads/2012/03/0008Lagarde.pdf. Consultado el 30/10/2015, a las 13.50.
25
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Sentencia González… cit.
26
NA: Por ejemplo en la Sentencia Anzualdo Castro vs. Perú, de 22 de septiembre de 2009.
27
GARCÍA, Sergio, “Violación de derechos de mujeres y violencia de género en la jurisprudencia
interamericana sobre derechos humanos”, en MARIÑO, Fernando, Feminicidio el fin de la
impunidad, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, pp. 225-243.
28
RUSSELL, Diana y Jane, CAPUTI, “Femicide’: Speaking the unspeakable”, 1990. Disponible
en: http://www.unc.edu/~kleinman/handouts/Femicide.pdf. Consultado el 12/10/2016, a las
20.45.
29
HUERTAS, Omar, Gladis RUIZ y Carlos ARCHILA, Mirada retrospectiva al delito del feminicidio,
Grupo Ibáñez, Bogotá, 2013.
30
LAGARDE, Marcela, “El feminicidio, delito contra la humanidad”, 2005, p. 214. Disponible
en: http://mujeresdeguatemala.org/wp-content/uploads/2014/06/Feminicidio-delito-contra-la-
humanidad.pdf . Consultado el 22/9/2016, a las 10.05.
31
Ídem, p. 216.
32
Ídem, p. 18.
Modelos restrictivos
Los modelos restrictivos de tipificación se refieren a aquellos delitos cometidos
dentro de la esfera íntima o privada. Ejemplos de este tipo de tipificación se encuen-
tran en el Código Penal de Costa Rica, donde el feminicidio se limita a aquel come-
tido dentro del contexto de las relaciones de pareja y se sanciona con la misma pena
de homicidio agravado por parentesco; también se le visualiza como figura dentro
del delito de parricidio tanto en Chile como en Perú, conservándose en ambos casos
la misma pena34.
Esta breve descripción de la tipificación del feminicidio desde la acotación al
ámbito privado, demuestra que no se realizan verdaderos esfuerzos –o no son sufi-
cientes- en pos de erradicar la violencia contra la mujer y su máxima expresión: el
feminicidio; pues si la idea de tal tipificación es persuadir al ciudadano para que se
abstenga de cometer el hecho, evidentemente no se conseguirá cuando la figura del
feminicidio se incluye dentro de figuras tendientes a desaparecer o cuando se con-
servan atenuantes como el estado de emoción violenta, tal como sucede en Chile, lo
cual deja inoperativa la figura del feminicidio.
Asimismo, la inclusión de este tipo penal aparenta que los Estados están cum-
pliendo con las disposiciones internacionales en lo relativo a los esfuerzos por erra-
dicar tal fenómeno, cuando en realidad no se está atendiendo ni a su prevención ni
castigo y se desechan esfuerzos adicionales que conlleven realmente a la disminución
del fenómeno por medio del cambio o reestructuración de los patrones culturales
que lo sustentan.
Modelos amplios
Los modelos amplios de tipificación conciben que el feminicidio puede ser co-
metido tanto en la esfera pública como privada, ampliando el tipo de autores que
33
TOLEDO, Patsilí, op. cit., p. 205.
34
Ídem, pp. 213-218.
pueden incurrir en tal delito. Por ejemplo, Guatemala por medio de la Ley contra
el feminicidio y otras formas de violencia contra la mujer, incorporó a la normativi-
dad nacional en el 2008 el delito del femicidio, de manera semejante a los casos ya
expuestos, se le condena con pena igual que al parricidio y al homicidio agravado.
Según la mencionada ley, para que un homicidio contra una mujer se conciba como
feminicidio, deben concurrir las siguientes características a) que el homicidio se
enmarque dentro de las relaciones de desigualdad de poder entre hombres y mujeres
b) que el móvil del asesinato sea la condición de mujer de la víctima c) que concu-
rran circunstancias como ritos grupales, mutilación o la presencia de los hijos de
la víctima35.
Como se evidencia, la definición del feminicidio como aquellas muertes a muje-
res por su condición de ser tales, es de índole meramente subjetivo, lo que dificulta
tanto la interpretación como la aplicación de las leyes que lo conciben de esta mane-
ra. En este sentido, en Guatemala se ha aplicado esta figura especialmente cuando a
priori del hecho existía una relación íntima entre las partes36, acotándose la norma-
tividad ante las dificultades en la determinación de las causales.
Por medio de La ley especial integral para una vida libre de violencia para las mu-
jeres del 2012, El Salvador no solo tipifica el feminicidio, sino además el feminicidio
agravado y el suicidio feminicida por inducción o ayuda. Teniendo en cuenta el
contexto de desigualdad y prejuicios en razón del comportamiento de la mujer, tam-
bién se tipifica la obstaculización en el acceso a la justicia y demás tipos de violencia
contra la mujer como la pornografía37.
Para el caso del feminicidio simple se contempla una pena privativa de la liber-
tad de 20 a 35 años, agravándose a 35 cuando concurran las siguientes causales: a)
cuando el feminicidio se realice por un funcionario o empleado público, b) cuando
es realizado por dos o más personas, c) cuando se comente frente cualquier familiar
de la víctima, d) cuando la víctima es menor de edad y e) cuando a priori prevalecie-
ren relaciones de confianza o amistad38. Otros países en la región que han tipificado
el feminicidio en sentido amplio han sido: Bolivia, Nicaragua, Honduras, México,
Argentina y Colombia39.
35
HUERTAS, Omar, Gladis RUIZ y Carlos ARCHILA, op. cit., pp. 121-122.
36
TOLEDO, Patsilí, op. cit., p. 239.
37
HUERTAS, Omar, Gladis RUIZ y Carlos ARCHILA, op. cit., p. 114.
38
Ídem.
39
TOLEDO, Patsilí, op. cit., capítulo 3.
40
VILLEGAS, Luis, “Educación de la mujer en Colombia entre 1780 y 1930”, en Foro Academia
antioqueña de historia, 31 de agosto de 2006. Disponible en: http://www.lestonnac.org/doc_
noticias/villegas.pdf. Consultado el 21/10/2015, a las 11.35.
41
PEDRAZA, Zandra, “La educación de las mujeres: el avance en las formas modernas de feminidad
en Colombia”, en Revista de Estudios Sociales No. 41, 2001, p. 75. Disponible en: http://res.
uniandes.edu.co/view.php/727/index.php?id=727. Consultado el 11/9/2015, a las 21.55.
42
Ídem, p. 77.
43
GONZÁLEZ, Yolanda, “Movimiento de mujeres en los años 60 y 70”, en VELÁSQUEZ,
Magdala, Las mujeres en la historia de Colombia, Consejería presidencial para la política social,
Presidencia de la República de Colombia, Bogotá, 1995, p. 258.
44
VELÁSQUEZ, Magdala, “La república liberal y la lucha por los derechos políticos y civiles de
las mujeres”, en VELÁSQUEZ, Magdala, Las mujeres en la historia de Colombia, Consejería
presidencial para la política social, Presidencia de la República de Colombia, Bogotá 1995, p. 183.
45
REYES, Catalina y Magdala VELÁSQUEZ, “Proceso histórico y derechos de las mujeres, años 50
y 60, en VELÁSQUEZ, Magdala, Las mujeres en la historia de Colombia, Consejería presidencial
para la política social, Presidencia de la República de Colombia, Bogotá, 1995, p. 229.
zadas, pues a pesar del reconocimiento de los derechos ya mencionados, fue hasta
el año de 1974 mediante el Decreto 2820 cuando se establece la igualdad jurídica
entre los sexos46.
Evidentemente, la expedición de una ley no va a cambiar las concepciones res-
pecto a la realidad que conservan los seres humanos, tal razonamiento se deriva de
los registros que Martha Lucía URIBE47 revela para finales del siglo, donde muestra
las primeras formas de violencia contra la mujer, primeras no porque el fenómeno
comenzara a presentarse, sino porque es en este momento que Colombia presta
atención a dicho fenómeno.
En este sentido, documenta cuatro formas de presentación de la violencia contra
la mujer, las cuales subyacen a la particular relación de subordinación entre los sexos
que ha llevado a la degradación y discriminación de las mujeres. Tales manifesta-
ciones son:
a) Repercusión de otras violencias: en donde el lugar subordinado de la mujer la
hacen víctima de las confrontaciones sociopolíticas, pues al estar confinada al
hogar se convierte en víctima antes que en sujeto político.
b) Violencia proveniente de condiciones estructurales: hacen referencia a la femi-
nización de la pobreza y su subsiguiente dependencia que la hacen especial-
mente vulnerable a agresiones por parte de su pareja y a la permanencia con el
agresor, por la seguridad económica que este le brinda a ella y sus hijos.
c) Violencia sexual: no se agota a la violación, se manifiesta también en otra clase
de abusos como el proxenetismo, la prostitución forzada y el hostigamiento
sexual por quienes ostentan la autoridad.
d) Violencia intrafamiliar o doméstica: se concibe de normal ocurrencia entre las
relaciones de pareja, en donde es naturalizado el hecho de la mujer maltratada
caracterizada por el miedo, la angustia, la culpa, la baja autoestima y la victi-
mización social por ser la destructora del hogar.
En este recorrido se debe mencionar un tipo de violencia particular: la violen-
cia sociopolítica, producto de la confrontación armada en el país que a su vez se
46
Decreto 2820 de 1974, por el cual se otorgan iguales derechos y obligaciones a las mujeres y a los
varones, acordado con las modificaciones introducidas por el Decreto 772 de 1975.
47
URIBE, Martha Lucía, “Mujeres y violencia”, en VELÁSQUEZ, Magdala, Las mujeres en la
historia de Colombia, Consejería presidencial para la política social, Presidencia de la República de
Colombia, Bogotá, 1995, p. 348.
nutre de diferentes grupos armados tanto de derecha como de izquierda; esta afecta
principalmente a las mujeres colombianas, alimentando los estereotipos de género,
ratificándolos como la forma de relación entre los sexos. Al respecto, Amnistía In-
ternacional48 tras estudiar el caso colombiano, hace hincapié en la cosificación de la
mujer como “trofeo de guerra”, pues se la violenta bajo el sustrato de pertenecer al
bando enemigo, haciéndole un llamado al estado colombiano para que tome medi-
das al respecto.
Por otro lado, en el informe de Casa de la Mujer, Mujeres que Crean, Ruta Pa-
cífica y Vamos Mujer presentado ante la CIDH49, se expone claramente las muertes
producidas en el periodo de 2005 al 2007 como consecuencia del conflicto arma-
do colombiano, documentando las cifras registradas por medicina legal que hablan
de 3.857 muertes en tal periodo, de las cuales más de 600 casos se produjeron en el
contexto del conflicto armado.
Pero más allá de las cifras y de los hechos fácticos o palpables de esta violencia, el
conflicto armado ha reproducido un tipo de violencia invisible, la cual se manifiesta
en la construcción de imaginarios de género y pautas de socialización que permi-
ten la permanencia del fenómeno de la violencia contra la mujer, pues como se ha
documentado, la presencia de actores armados implica la imposición de normas
estereotipadas, en donde el niño empieza a desear ser parte de la guerra y la niña ser
poder del combatiente50.
En este sentido y a pesar de los esfuerzos por combatir la violencia contra las
mujeres, especialmente con la Ley 1257 de 2008 que más adelante se expondrá, se
necesita una intervención no solo sobre las raíces culturales de la discriminación de
la mujer provenientes desde la constitución en república de Colombia, sino tam-
bién en la reestructuración de las nociones de género alimentadas y construidas en
razón de las situaciones de violencia que identifican a este país, de lo contario, la
48
AMNISTÍA INTERNACIONAL, “Violencia sexual contra las mujeres dentro del conflicto
armado”, p. 1 Disponible en: https://www.es.amnesty.org/paises/colombia/violencia-sexual-
contra-mujeres-dentro-del-conflicto-armado/. Consultado el 11/9/2015, a las 13.40.
49
CASA DE LA MUJER, “Mujeres que Crean. Ruta Pacífica y Vamos Mujer. Informe sobre
violencia sexual y feminicidios en Colombia”, presentado a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, Washington, 23 de octubre de 2008.
50
ESTRADA, Ángela, Carolina IBARRA y Estefanía SARMIENTO, “Regulación y control de
la subjetividad y la vida privada en el contexto del conflicto armado colombiano”, en Revista de
Estudios Sociales No. 15, 2003, p. 148. Disponible en: http://res.uniandes.edu.co/view.php/480/
index.php?id=480. Consultada el 6/9/2015, a las 20.14.
imposición de normas se quedará como una estrategia corta ante la gran tarea que
este conflicto ha dejado.
Ante tal panorama de violencia y ante las repetidas demandas de entidades in-
ternacionales por la garantía de los derechos humanos de las mujeres, diferentes
organismos promotores de los derechos humanos, junto con la bancada de mujeres
en el congreso durante el periodo legislativo 2006-2010, presentaron el proyecto
de ley 302 de 2007 Cámara – 171 de 2006 Senado “por la cual se dictan normas de
sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las
mujeres, se reforman los códigos penal. Procedimiento penal, la ley 294 de 1996 y se dic-
tan otras disposiciones” el cual se convirtió en la Ley 1257 de 2008, ley de la violencia
contra la mujeres51.
Dentro de los puntos más importantes de esta ley se encuentra la definición de
la violencia contra las mujeres, como aquella acción u omisión que “cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición
de mujer”. Además, establece los tipos de daño de los cuales pueden ser víctimas las
mujeres, en este sentido, estipula los daños psicológico, físico, sexual y patrimonial;
con esta última clasificación se reconoce el daño producido a la mujer por su su-
jeción al hombre y por la imposición de autoridad en el destino de los recursos de
la mujer.
Al reconocerse en la ley que los derechos de las mujeres son derechos humanos,
se le impone al estado la obligación de prevenir, proteger, atender y sancionar la
violencia contra las mujeres, por lo cual compromete a diferentes órganos estatales,
así como a la familia y a la sociedad. Para estos fines, la ley establece la implemen-
tación de programas de promoción y prevención en conjunto con la aplicación de
las sanciones penales pertinentes; ejemplo de estas, es la inclusión de la causal de
agravación del homicidio número 11, por la cual las penas para este delito se ven
aumentadas de 400 a 600 meses de privación de la libertad cuando el móvil del acto
sea la condición de mujer de la víctima52.
51
SISMA MUJER, “Crónica del proceso de formulación y aprobación de la ley sobre violencia
contra la mujer”, experiencia de la mesa por la ley, 2008. Disponible en: http://www.bdigital.
unal.edu.co/48773/1/cronicadelprocesodeformulacion.pdf. Consultada el 27/9/2015 a las 11.45.
52
CONGRESO DE COLOMBIA, Ley 1257, de 4 de diciembre de 2008, Diario Oficial 47193
de diciembre 4 de 2008. Disponible en: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/
Norma1.jsp?i=34054. Consultada el 17/10/2015 a las 19.30. Por la cual se dictan normas
de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las
A pesar del gran avance a nivel normativo que significó esta ley, el Decimoctavo
informe de la Defensoría del Pueblo expresa que aunque se reconocieron los de-
rechos de las mujeres como derechos humanos, aún persiste la resistencia desde la
sociedad por reconocer estos derechos como tales, lo que deriva en manifestaciones
sistemáticas de violencia contra la mujer, específicamente la relacionada con la vio-
lencia sexual, donde se registra con preocupación que en la mayoría de las ocasiones
(más de un 84% para el 2010) tal violencia es perpetrada por conocidos e inclusive
por miembros de la misma familia53.
En cuanto a la agravación punitiva del artículo 104 del código penal54, relativa
al feminicidio, se constata que es precaria la aplicación de esta circunstancia de ade-
cuación, principalmente por el desconocimiento de los criterios que involucran tal
conducta y se recurre a la agravante por parentesco55, con lo que se obvian las bases
constitutivas de discriminación y se relega dicha conducta al ámbito meramente pri-
vado. De manera que existe –en la práctica- una escasa aplicación de la ley y a ello se
une la carencia –o al menos insuficiencia- de programas de prevención efectivos, los
cuales cinco años después de promulgada no han encontrado adecuada formulación
ni plasmación normativa56.
Cabría esperar que la promulgación de una ley que castiga severamente los casos
de feminicidios, cumpliera con el fin general del derecho penal de persuadir a la
sociedad, específicamente al potencial agresor de la comisión de una conducta como
estas; sin embargo, la presencia cierta de casos57 refuerza la idea de que resulta poco
mujeres, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y
se dictan otras disposiciones.
53
DEFENSORÍA DEL PUEBLO, “Decimoctavo informe del defensor del pueblo al Congreso de la
República”, Imprenta Nacional, Bogotá, 2011, pp. 189-196.
54
SENADO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA, Ley 599 del 2000, Código Penal colombiano,
Artículo 104, publicado en el diario oficial número 44.097 del 24 de julio de 2000. Disponible
en: http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/legislacion/l_20130808_01.pdf. Consultado
el 30/10/2015, a las 16.40.
55
DEFENSORÍA DEL PUEBLO, Decimoctavo informe…cit., p. 200.
56
MESA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIAS,
LEY 1257 DE 2008. LEY 1257 CINCO AÑOS DESPUÉS, II Informe de seguimiento a la
implementación de la Ley 1257, Ediciones Antropos Ltda, Bogotá, 2013, p. 1.
57
EL TIEMPO, “Hombre que asesinó a su esposa en centro comercial fue encarcelad”, en El
Tiempo, 1 de abril de 2012. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/
CMS-11478001 Consultado el 10/9/2015, a las 21.30. Se trata del caso de Vivian Paola Urrego
(de 250 a 500 meses de pena privativa de la libertad) cuando sea antecedido o con-
comitante con las siguientes circunstancias:
a) Tener o haber tenido una relación familiar, íntima o de convivencia con la
víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de un
ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial que antecedió el
crimen contra ella.
b) Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de
género o sexual o acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vitales
y su sexualidad.
c) Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas
sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica, sexual,
militar, política o sociocultural.
d) Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere ene-
migo.
e) Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o amenaza
en el ámbito doméstico, familiar, laboral o escolar por parte del sujeto activo
en contra de la víctima o de violencia de género cometida por el autor contra
la independientemente de que el hecho haya sido denunciado o no.
f) Que la víctima haya sido incomunicada o privada de su libertad de locomo-
ción, cualquiera que sea el tiempo previo a la muerte de aquella.
Por otra parte, reiterativamente se ha mencionado que el propósito de la presente
investigación no es deslegitimar las medidas de carácter punitivo encaminadas a la
erradicación de la violencia contra la mujer, pues claramente tendrán algún tipo
de incidencia sobre la comisión de tales delitos. No obstante, se ha defendido que
las medidas que pretendan erradicar la violencia contra las mujeres, no solo deben
basarse en estrategias punitivas, sino que deben verse acompañadas por medidas que
incidan no solamente en el agresor, sino de la misma manera, en los órganos de jus-
ticia y la comunidad para una aplicación efectiva. Pero más aún, se debe acompañar
de medidas de carácter preventivo, que contemplen estrategias educativas y rompa
con los estereotipos y prejuicios que –históricamente- se han construido y consoli-
dado como las bases del tratamiento entre los sexos.
Adicionalmente, se debe reconocer que tales estereotipos y prejuicios sociales son
los que han configurado y propiciado las conductas de los varones hacia las mujeres,
así como la reacción de las mismas frente a los hechos de abuso. Esto se manifiesta,
principalmente, en los eventos que configuran la violencia intrafamiliar, donde la
mujer sujeta a maltratos recurre a su justificación, permaneciendo en un ciclo de
violencia que ante la escalada de los hechos, pueden terminar con su vida.
Tal como lo contempla la Ley 1761, la presencia de antecedentes de violencia
-ya sean denunciados o no- constituye uno de los elementos conformadores, y ante
59
RUSSELL, Diana y Jane CAPUTI, op. cit., p. 425.
60
CAMPBELL, Jacquelyn, et. al., “Risk Factors for Femicide in Abusive Relationships: Results from a
Multisite Case Control Study”, en: American Journal of Public Health No. 93 (7), 2003. Disponible
en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1447915/. Consultada el 9/10/2015, a las
10.45.
61
ECHEBURÚA, Enrique, Pedro AMOR y Paz CORRAL, “Mujeres maltratadas en convivencia
prolongada con el agresor: variables relevantes”, en Acción psicológica, No. 2, 2002, p. 66.
Disponible en: http://tiva.es/articulos/3.pdf. Consultada el 19/9/2015, a las 20.43.
62
DUTTON, Mary Ann, “La mujer maltratada y sus estrategias de respuesta a la violencia. Función
del contexto”, en JEFFREY, Edleson y Zvi EISIKOVITS, Violencia doméstica: La mujer golpeada
y la familia, Ediciones Granica S.A., Barcelona, 1997, pp. 153-179.
63
Vid., GÓMEZ, Claudia, Rocío MURAD y María Cristina CALDERÓN, Historias de violencia,
roles, prácticas y discursos legitimadores. Violencia contra las mujeres en Colombia 2000-2010, 2013,
p.33. Disponible en: http://www.profamilia.org.co/encuestas/Profamilia/Profamilia/images/
stories/ENDS%201990%20-2010/Estudio%20Violencia%20contra%20las%20mujeres.pdf.
Consultada el 28/9/2015, a las 11.40.
64
Ídem, p. 26.
65
ECHEBURÚA, Enrique, Pedro AMOR y Paz CORRAL, op. cit., p. 26.
66
ECHEBURÚA, Enrique y Paz CORRAL, Manual de violencia familiar, Siglo XXI de España
editores S.A, Madrid, 2009, p. 65.
67
Además de los ya mencionados, referencias similares se encuentran en VALOR-SEGURA,
Inmaculada, Francisca EXPÓSITO y Miguel MOYA, “Atribución del comportamiento del agresor
y consejo a la víctima en un caso de violencia doméstica”, en Revista de Psicología Social, No. 23
(2), 2008. Disponible en: http://www.researchgate.net/publication/233498317_Atribucin_del_
comportamiento_del_agresor_y_consejo_a_la_vctima_en_un_caso_de_violencia_domstica_
Attribution_of_aggressor’s_behavior_and_advice_to_the_victim_in_a_case_of_domestic_
violence. Consultado el 24/9/2015, a las 23.45.
68
MONTERO, Andrés, “Síndrome de adaptación paradójica a la violencia doméstica: una
propuesta teórica”, en Clínica y salud No. 12 (1), 2001. Disponible en: http://www.caminos.org.
uy/sindromedeacomodacionparadojicavd.pdf. Consultado el 4/9/2015, a las 13.55.
69
CAMPBELL, Jacquelyn, et. al., op. cit., p. 6.
70
GÓMEZ, Claudia, Rocío MURAD y María Cristina CALDERÓN, op. cit; p. 36.
71
CAMPBELL, Jacquelyn, et. al., op. cit., p. 7.
la sexualidad como requisito de virilidad, inciden en las ideas y los roles adjudicados
a cada uno de los sexos72.
Asimismo y desde una perspectiva predominantemente psicológica, ECHE-
BURÚA y CORRAL73 aluden a diferentes factores que influyen en el comporta-
miento agresivo del hombre, entre los cuales se encuentra un estado emocional de
ira, estereotipos sexuales machistas que se relacionan con la necesidad de sumisión
de la mujer, la percepción de indefensión de la víctima, celos y la legitimación
subjetiva de la violencia. Estos factores desencadenan una conducta de hostilidad
que, acompañada por un déficit en la comunicación y estrategias de resolución de
problemas, terminan en la agresión a la pareja74.
Es importante resaltar que luego del primer episodio de violencia, el hombre
realmente cree que puede cambiar y promete a la mujer cambiar de actitud, la cual
por lo general continúa en tal situación; sin embargo, se ha encontrado que luego
del primer episodio de violencia es muy probable que tales conductas se repitan75.
Ante estos hechos, el maltratador niega los sucesos o busca justificaciones basadas en
los prejuicios de género, por ejemplo se apoya en la presunción de que la violencia
es normal que ocurra dentro de una relación, así como es normal que el hombre
ejerza su dominio sobre la esposa pues esto es parte del rol masculino en la educa-
ción y manejo de la mujer. Ello con el fin de restarle importancia a las consecuen-
cias negativas de su conducta, lo que pone de relieve cómo los roles de género son
estructurantes y legitimadores de la reproducción de la violencia contra las mujeres.
A pesar de estas características, especialmente las de carácter psicológico, las mu-
jeres deben ser capaces de identificar los factores a priori a la convivencia con el
potencial agresor, en tanto claro resulta que existen factores de riesgo que al ser
prevenidos pueden significar la protección de la vida de las mujeres. De manera que
la educación a las mujeres debe ir más allá de concepciones basadas en la belleza o
72
RUSSELL, Diana, “Causas socioculturales del incesto y abuso contra las mujeres”, en
ORGANIZACIÓN DE MUJERES SALVADOREÑAS POR LA PAZ, Violencia de género
contra las mujeres y feminicidio: un reto para el Estado salvadoreño, Imprenta Criterio, San Salvador,
2008, pp. 75-81.
73
ECHEBURÚA, Enrique y Paz CORRAL, op. cit., pp. 75-78.
74
TORRES, Andrés, Serafín LEMOS y Juan HERRERO, “Violencia hacia la mujer: características
psicológicas y de personalidad de los hombres que maltratan a su pareja”, en Anales de psicología
No. 29 (1), 2013, p. 12. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/167/16725574002.pdf.
Consultada el 17/9/2015, a las 21.56.
75
ECHEBURÚA, Enrique, Pedro AMOR y Paz CORRAL, op. cit., p. 136.
76
GÓMEZ, Claudia, Rocío MURAD y María Cristina CALDERÓN, op. cit., p. 96.
77
ESPINAR, Eva. “Las raíces socioculturales de la violencia de género”, en Escuela Abierta No. 10,
2007, p. 31. Disponible en: www.dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2520021.pdf.
78
Ídem, pp. 31-32.
79
ECHEBURÚA, Enrique y Paz CORRAL, op. cit., p. 80.
80
RUSSELL, Diana, op. cit., pp. 75-76.
81
Ídem, pp. 75-76.
82
ONU Mujeres, Innovar para la Educación de las niñas: empoderamiento para lograr la igualdad-
Phumzile Mlambo-Ngcuka, 8 de octubre de 2013, p. 1. Disponible en: http://www.unwomen.
org/es/news/stories/2013/10/ed-message-for-international-day-of-the-girl-child. Consultado el
4/10/2015, a las 15.55.
83
ONU MUJERES Y ASOCIACIÓN MUNDIAL DE LAS GUÍAS SCOUTS, “Programa de
Educación-Voces contra la violencia”, p. 1. Disponible en: http://www.stoptheviolencecampaign.
com/es/takeaction/educationprogramme. Consultado el 14/9/2015, a las 21.35.
84
Ley 1761 de 2015. Disponible en: http://wp.presidencia.gov.co/sitios/normativa/leyes/
Documents/LEY%201761%20DEL%2006%20DE%20JULIO%20DE%202015.pdf.
Consultada el 23/10/2015, a las 21.34.
los procesos de inducción y reinducción en los que deban participar, de acuerdo con las
normas que regulen sus respectivos empleos85.
Los casos de abuso sexual y de violencia intrafamiliar ejemplifican los prejuicios
mantenidos desde los operadores de justicia, pues en algunos casos la víctima es la
principal responsable de los mismos, ya sea por su forma de vestir o por el incumpli-
miento de sus labores como esposa. Además, se encuentran decisiones diferenciadas
cuando la víctima cumple con las características asociadas a tal prototipo, por ejem-
plo en los casos de violencia intrafamiliar, la mujer sumisa y débil86.
Si bien existen características de la mujer maltratada como se evidenció en apar-
tados anteriores, hay que reconocer que la mayoría de las muestras con las cuales se
realizaron las investigaciones citadas, corresponden a mujeres que habían acudido a
centros de ayuda a causa del maltrato, lo cual significa que son muchas las mujeres
que no se acogieron en estos registros, implicando la no generalización de tales resul-
tados, pues nos podemos encontrar con mujeres que contrario a tal perfil de mujer
sumisa y débil, comprenda dentro de sus estrategias de afrontamiento una defensa
activa frente al agresor.
MOYA y EXPÓSITO87en una explicación sobre la forma en que jurados y jueces
resuelven conflictos en torno al ejercicio de la violencia que habían finalizado con
la muerte del esposo a manos de la esposa, encuentran -apoyándose en diferentes
investigaciones- factores psicosociales desencadenantes como creencias, estereotipos
o esquemas mentales involucrados en la toma de decisiones, son los responsables de
que tanto jurados como jueces evalúen los casos considerados como típicos (mujer
maltratada sumisa y débil) de manera diferente a los atípicos (mujer maltratada que
se defendió activamente) para tomar las decisiones, encontrándose pronunciamien-
tos de legítima defensa o atenuantes en los casos típicos, pero de homicidio en los
casos atípicos.
Lo anterior obedece a la teoría de la prototipicalidad de ROSCH que contempla
que entre más características pertenecientes a un prototipo estén presentes, ma-
yor ajuste se tendrá con el mismo, influenciando de esta manera las decisiones88.
85
Ley 1761 de 2015, cit.
86
MOYA, Miguel y Francisca EXPÓSITO, “Percepción de Personas y de sus acciones”, en
MORALES, Francisco, Elena GAVIRIA y Miguel MOYA, et. al., Psicología social, McGraw Hill,
Madrid, 2007, pp. 267-294.
87
Idem, pp. 289-293.
88
Idem, p. 290.
89
LANDY, David y Elliot ARONSON, “Influence of the character of the criminal and his victim
on the decisions of simulated jurors”, en Journal of Experimental Social Psychology No. 5, 1969,
pp. 141-152, Disponible en: http://www4.uwsp.edu/psych/s/389/landy69.pdf. Consultado el
4/9/2015, a las 22.12.
90
MOYA, Miguel y Francisca EXPÓSITO, op. cit., p. 293.
5. Conclusiones
La discriminación contra la mujer es una conducta naturalizada que se sustenta
en nociones gestadas a lo largo de la historia, tales como la concepción de vulnera-
bilidad y pecado subyacentes a su sexo. Estas presunciones han justificado la asig-
nación de roles que la han excluido de la vida pública y la han sumido en la vida
privada al cuidado del hogar.
Esta exclusión restringió a la mujer de derechos civiles que en el siglo XX, con el
auge de los movimientos feministas, se recuperaron. En este sentido, la mujer empe-
zó a participar en la vida pública, pero conservando las nociones sobre los roles que
91
CARCEDO, Ana, “No olvidamos ni aceptamos: femicidio en Centroamérica 2000-2006”,
Asociación Centro Feminista de Información y Acción (CEFEMINA), San José de Costa Rica,
2010, p. 84.
lación con la vulneración de los derechos de las víctimas, tal como sucedió con los
hechos de Campo algodonero en México.
Las raíces mismas de la problemática de violencia contra la mujer, requieren me-
didas de carácter educativo que reconfiguren las premisas sobre las cuales hombres
y mujeres se conciben. Estas medidas no se deben agotar en mensajes de castigo a
los victimarios, sino que se deben insertar en la educación social y familiar desde los
primeros años de vida, pues es ese el momento en que los menores conforman la
esencia de sus concepciones sobre cómo deben comportarse en el mundo y el papel
que les corresponde. Lograr un impacto favorable de los contextos socializadores en
que los menores se desenvuelven, demanda el compromiso de diferentes institucio-
nes sociales, como la familia, la escuela y la comunidad para que la erradicación de
todas las formas de violencia contra la mujer sea una realidad en construcción y una
aspiración realizable.
Sumario
1. Notas introductorias
2. El concurso de acreedores y el principio de la pars conditio creditorum.
Sus excepciones
3. De los créditos y su gradación. Especial referencia a los créditos privilegiados
4. Las formas de intervención de terceros en el proceso
4.1. Las tercerías
4.1.1. Los tipos de tercería: tercería de dominio y tercería de mejor derecho.
Su regulación en la Ley rituaria cubana
5. A guisa de cierre
* Estudiante de 3er Año. Alumna Ayudante del Departamento de Derecho Civil y de Familia.
Facultad de Derecho, Universidad de La Habana. lfundora@lex.uh.cu
** Estudiante de 3er Año. Alumna Ayudante del Departamento de Derecho Civil y de Familia.
Facultad de Derecho, Universidad de La Habana. gmperez@lex.uh.cu
Resumen
El concurso de acreedores, por sus efectos y las particularidades que posee, es
una de las instituciones más interesantes del mundo jurídico. Si bien se considera
que todos los acreedores deben recibir el mismo tratamiento en virtud del principio
de la pars conditio creditorum, por razones de justicia se presentan un conjunto de
excepciones a este ya sea por conferirle a determinados créditos, por el carácter que
estos poseen, la condición de privilegiados o por la intervención de terceros en el
proceso de ejecución a través de las tercerías, fundamentalmente la de mejor dere-
cho, que constituye la de mayor relevancia frente a la igualdad –ab initio- de todos
los acreedores.
Palabras clave
Concurso de acreedores, pars conditio creditorum, terceros, tercerías, proceso.
Abstract
The competition of creditors is one of the most interesting institutions in the juridical
world because of its effects and peculiarities. Although it is considered all the creditors
should receive the same treatment because of the principle of the pars condition credi-
torum, due to reasons of justice there´s a group of exceptions that confer certain credits
because of the characters that these possess. These are the condition of privileged or due
to the fact of the intervention of third people during the execution of the process, mainly
through the intervention of a third party to demand better law as a manifestation of the
breakdown of the initial equality of all creditors.
Keywords
Competition of creditors, pars conditio creditorum, third, intervention of a third party
to demand better law, process.
1. Notas introductorias
En sede de Derecho de Obligaciones el acreedor cuenta, como sujeto activo de la
relación jurídica obligatoria, con un conjunto de mecanismos tendentes a garantizar
la defensa y protección de su crédito. Entre estos medios se encuentra el concurso de
acreedores, el cual forma parte de las llamadas medidas de ejecución encaminadas a
la satisfacción directa del interés de los acreedores frente al patrimonio del deudor.
La posibilidad de que todos los acreedores ejecuten sobre el patrimonio del deu-
dor se convierte en una facultad inherente a sus respectivos derechos de créditos, lo
o liquidación) que se diera al mismo”1. Pero, para proceder a esta liquidación del
patrimonio del deudor resulta necesario, primero, el reconocimiento de los créditos
y luego valorar el orden de prelación que la ley establece para el cobro. Este procedi-
miento colectivo está sometido a la intervención judicial.
Para la consecución del concurso de acreedores se exigen varios presupuestos
desde el punto de vista objetivo y subjetivo.
El presupuesto objetivo del concurso de acreedores lo constituye, precisamente,
la situación de insolvencia del deudor que puede ser actual o inminente. El concepto
de insolvencia, más que jurídico deviene en contable. En tal sentido, Diez-Picazo
aduce que la fórmula de este término no es la simple operación aritmética que su-
pone un pasivo mayor que el activo, sino como pasivo exigible mayor que el activo
realizable2.
Una vez que se produzca el estado de insolvencia se producen una serie de con-
secuencias. Primeramente, se inicia un procedimiento de ejecución colectiva que
pudiera ser el concurso de acreedores o la quiebra, quedando limitada la capacidad
de hecho de la persona y su patrimonio pasa a ser administrado por un tercero y se
somete a un proceso de liquidación. Este procedimiento da lugar a ciertas medidas
de defensa de los acreedores ante actos perjudiciales que ejecute el deudor, como es
el caso de las acciones subrogatoria y pauliana. Igualmente, puede determinar una
alteración sobrevenida de las circunstancias que se tuvieron en cuenta por las partes
al momento de concertar el contrato o una relación jurídica, sobre todo, cuando se
basaron en la persona. Por último, cuando el estado de insolvencia se produce de
forma dolosa o negligente deriva en la materialización del tipo penal de insolvencia
punible que regula el artículo 337 apartados 1, 2 y 3 del Código Penal cubano vi-
gente, con la consecuente responsabilidad que de este actuar se desprende.
Todos los acreedores se encuentran, en principio, en igualdad de condiciones
frente al patrimonio del deudor y deben recibir el mismo tratamiento. Lo ante-
rior da lugar al conocido principio de la pars conditio creditorum, que cobra mayor
1
Arnau Moya, Federico, Lecciones de Derecho Civil II. Obligaciones y Contratos, 1ª edi-
ción, Ediciones Publicacions de la Universitat Jaume I, s.l., 2008, p. 116.
2
Diez-Picazo, Luis, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, Vol. II, Las relaciones
obligatorias, 5ª edición, Civitas, Madrid, 1996, p. 748.
3
Cfr. artículo 463 de la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y Económico
(LPCALE).
4
Ídem, p. 749
5
Lasarte, Carlos, Derecho de Obligaciones. Principios del Derecho Civil II, 16ª edición,
Ediciones Jurídicas y Sociales, Madrid, 2012, p. 218.
6
Tal es el caso de los artículos 2.3, 6.1 y 164 de la Ley Concursal española. Precisamente,
el último de los preceptos citado regula que de no hacerlo se declarará por el órgano ju-
dicial el concurso como culpable. Vid. Ley No. 22, de 9 de julio de 2003, https://www.
administraciondejusticia.gob.es/paj/PA_WebApp_SGNTJ_NPAJ/descarga/LEY%20
222003%20DE%209%20DE%20JULIO%20CONCURSAL.pdf?idFile=0d61cc20-
1a5e-4bf5-b90b-00c507ff30e6, consultado el 26 de marzo del 2016.
7
En este sentido, vid. Aníbal Alterini, Atilio, Oscar José Ameal y Roberto M. López
Cabana, Derecho de Obligaciones civiles y comerciales, 1ª edición, Abeledo-Perrot, Bue-
nos Aires, 1996, p. 309; Diez Picazo, Luis y Antonio Gullón, Sistema de Derecho Ci-
vil, Vol. II, 6ª edición, Tecnos, Madrid, 1996, pp. 241-250; Llambías, Jorge Joaquín,
Patricio Raffo Benegas y Rafael A. Sassot, Manual de Derecho Civil. Obligaciones,
11ª edición, Perrot, 1997, p. 191.
8
Diez-Picazo, Luis, Fundamentos..., Op. Cit., p. 101.
9
Álvarez Caperochipi, José Antonio, Curso de Derecho de Obligaciones. Teoría General
de la Obligación. vol. I, 1ª edición, Civitas, Madrid, 2000, p. 187.
10
Ídem, p. 188.
cualquiera de los bienes. Por tanto, se deduce que los privilegios especiales serán
aquellos que recaen sobre bienes determinados y concretos.
Estos créditos privilegiados destacan por su carácter legal, pues no pueden nacer
de la autonomía de la voluntad. Asimismo, por su accesoriedad, en razón de su
condición de garantía, por lo que sigue la suerte del crédito y no puede trasmitirse
autónomamente. Constituyen derechos renunciables, que no significa privarles su
categoría de privilegiados, pero el acreedor puede no ejercitarlos. A su vez son indi-
visibles, pues subsisten aun cuando el crédito al que garantizan se divida entre varios
acreedores. Por último, su excepcionalidad, ya que la norma que crea el privilegio
constituye una excepción al principio general de la pars conditio creditorum. En vir-
tud de esta característica la interpretación que se realiza de las normas que estable-
cen estos privilegios tiene que ser restrictiva, sin cabida para aplicar la analogía o la
interpretación extensiva11.
La existencia de un crédito privilegiado constituye, como se dijo al inicio de este
acápite, una cuestión excepcional, dado que el sistema crediticio se funda en el prin-
cipio de la igualdad de los acreedores o pars conditio creditorum. Como bien indica
Arnau Moya: “El efecto del privilegio es que los créditos investidos con esa cualidad
gozan de un derecho de preferencia para ser pagados antes que los denominados cré-
ditos ordinarios o que los privilegiados de rango inferior. Así pues, la regla de la pars
conditio decae cuando alguno de los créditos tiene la condición de privilegiado”12.
El carácter excepcional de los privilegios crediticios deviene consecuencia lógica
de su definición taxativa en la norma, de conformidad con los principios de legali-
dad y tipicidad, ya que, por lo general, se encuentran respaldados por títulos de legi-
timación públicos13 que no dejan margen a interpretaciones extensivas que vulneren
la regla general de la igualdad de los acreedores.
Los principios de legalidad y tipicidad en esta materia resultan de vital impor-
tancia, precisamente porque la ley constituye la fuente de los privilegios además de
11
Sobre las características de los privilegios vid. Arnau Moya, Federico, Op. cit., p. 128.
12
Ídem, p. 126.
13
Decimos por lo general porque la publicidad, como principio, en esta materia no se ma-
terializa de manera absoluta. Así, la doctrina reconoce la existencia de créditos privilegia-
dos que no gozan de publicidad, que son los llamados superprivilegios inmobiliarios, los
privilegios refaccionarios y las llamadas cargas del concurso. Para profundizar más vid.
Álvarez Caperochipi, José Antonio, Op. cit., pp. 196-213.
14
Ambas modalidades de intervención de los terceros en el proceso encuentran amparo
normativo en los artículos 92 y 94, respectivamente, de la LPCALE.
15
Enrique Palacio, Lino, Manual de Derecho Procesal Civil, 17ª edición, Abeledo-Perrot,
2003, p. 284.
16
Ídem, p. 285.
pretensión de uno de los litigantes. Su actuación está limitada por la que realiza la
parte principal y, si bien se le concede la capacidad para realizar actos procesales,
estos serán eficaces siempre que no sean incompatibles o afecten el interés de la parte
principal. Los requisitos o presupuestos fundamentales para la intervención prin-
cipal del tercero están dados, de una parte, en virtud de la acreditación de interés
legítimo en el proceso, y de otra, en la conexidad de su intervención con el objeto
del proceso.
La intervención adhesiva simple o coadyuvante y la principal o excluyente en-
cuentran puntos divergentes que merecen ser analizados. En la primera, el tercero
ingresa en el proceso como nuevo sujeto de la acción –no como nuevo sujeto de liti-
gio-, constituyéndose en parte en sentido formal, mientras que en la segunda, devie-
ne en parte esencial, pues interpone su propia pretensión, la que debe resolverse por
el órgano juzgador. En la intervención adhesiva, el interventor apoya una pretensión
ajena; en la intervención principal, el tercero persigue una pretensión propia.
En lo referente a la intervención obligada o coactiva hay que decir que esta ocurre
cuando el tribunal, de oficio o a instancia de parte, ordena que se cite a un tercero
para que participe en el proceso, tercero al que le puede ser opuesta –eventualmen-
te-, a raíz de su intervención en el mismo, la sentencia que pone fin al litigio.
La intervención obligada podrá producirse, también, a partir de dos modalida-
des, a saber: la nominatio o laudatio auctoris, que ocurre cuando, iniciado un proceso
en que se reclama una pretensión contra quien tiene de forma temporal la posesión
de una cosa ajena, el demandado denuncia en el proceso el nombre y domicilio del
poseedor mediato a fin de que el litigio continúe con la intervención de este. La se-
gunda se centra en el llamado del tercero pretendiente que procede cuando, al cono-
cerse de la existencia de un tercero con interés sobre la cosa que constituye el objeto
del proceso, se le llama con la finalidad de que pueda hacer valer su pretensión.
Otra manera de hacerse efectiva la intervención obligada es la citación para el
juicio de evicción, la que puede producirse tanto por el actor, al momento de in-
terposición de la demanda, como por el demandado durante el plazo fijado para la
contestación.
17
Peláez Varona, Eilsel, “Las tercerías como especial cuestión ejecutiva”, en Pérez Gu-
tiérrez, Ivonne, Derecho Procesal Civil, en proceso de edición, p. 432.
18
Ídem, p. 438.
19
Al respecto cfr. los §§ 862, 1004, 1065 y 1227 del BGB alemán.
20
Goldschmidt, James, Derecho Procesal Civil, 2ª edición, Ed. Labor, Barcelona, 1936,
p. 596.
21
Briseño Sierra, Humberto, Compendio de Derecho Procesal, 1ª edición, Humanitas
Centro de Investigación y Posgrado, México D.F., 1989, p. 354.
22
Vid. Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto, Cuestiones de terminología procesal, 1ª edi-
ción, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 1972, pp. 179-181.
23
Peláez Varona, Eilsel, Op. cit., p. 436.
24
Goldschmidt, James, Op. cit., p. 593.
25
La tercería de mejor derecho puede ser vista como una garantía del crédito entendiendo
como tal toda “… medida especial capaz de asegurar la efectividad del crédito”. Vid.
Ojeda Rodríguez, Nancy de la Caridad y Teresa Delgado Vergara, Teoría Gene-
ral de las Obligaciones. Comentarios al Código Civil Cubano, 1ª edición, Félix Varela, La
Habana, 2005, p. 151.
de estar taxativamente referido en la ley. Ese orden de prelación de los créditos está
reflejado en la normativa vigente cubana en el artículo 307 del Código Civil.
Por la vulneración del principio antes enunciado es que se concibe a la tercería
de mejor derecho como una situación excepcional e incidental en el proceso de
ejecución. Debido a su carácter excepcional es que se considera, al igual que la de
dominio, como forma de oposición al proceso de ejecución que se ventila.
En relación con la tercería de mejor derecho nos ilustra Armenta Deu que el
tercerista no intenta paralizar la ejecución, sino todo lo contrario, su deseo es que
se ejecute pero dándole preferencia a su crédito26. Esta idea se constata en el Artícu-
lo 520 de la LPCALE que regula que se continuará la vía de apremio hasta realizar
la venta de los bienes embargados y su importe se depositará en la oficina bancaria,
o, en su defecto, otra oficial que señale el tribunal para hacer pago a los acreedores
por el orden de preferencia que se determine en la sentencia del proceso de tercería.
Se puede decir que la tercería de mejor derecho logra cierta independencia en
su ejecución respecto a la pretensión del primer actor, a diferencia de lo que ocurre
en la de dominio. En este sentido, cabe afirmar que cuando el actor desiste de la
demanda, en el caso de la tercería de dominio, no habría razón de ser para ella, pues
cesa el peligro de ejecución en cuanto al embargo de los bienes ajenos al patrimonio
del demandante. No sucede lo mismo en la de mejor derecho, en que el desistimien-
to del primer actor no pone en peligro la ejecución del crédito del tercerista y ello se
debe a que en la tercería de mejor derecho el tercerista busca, por un lado frenar la
ejecución del crédito del actor que demandó primero, y, por otro, que se ejecute su
crédito de forma preferente.
Ahora bien, para llevar a cabo las demandas de tercería se exigen una serie de re-
quisitos, los cuales estarán en correspondencia con los que se establezcan para el tipo
de demanda que se realice, según el proceso de que se trate, al amparo del artícu-
lo 224 para el proceso ordinario y del 358 para el sumario, ambos de la LPCALE. A
estos requisitos que estarán acompañando al tipo de proceso en cuestión se le suma
un requisito adicional y es el referido al título en el que se funda el ejercicio de la ter-
cería -artículo 521 LPCALE-, que en el caso de la de dominio sería la certificación
de propiedad del bien en cuestión; mientras que, para la de mejor derecho, sería la
existencia de una garantía real sobre el crédito y a partir de ahí cualquier prueba
que evidencie el orden de prelación en que se ubica el crédito, según lo previsto en
26
Armenta Deu, Teresa, cit. pos. Peláez Varona, Eilsel, Op. cit., p. 434.
el artículo 307 del Código Civil, que permitan demostrar la preferencia de dicho
crédito. No obstante bastaría, a los fines de admisibilidad de la demanda, acreditar
la seriedad de la pretensión deducida, sin necesidad de mostrar documento alguno.
Sobre la legitimación para llevar a cabo la tercería hay que decir que la legiti-
mación activa corresponde al tercero que pretende formar parte de la ejecución
(artículo 516 de la LPCALE) y la legitimación pasiva le pertenece al ejecutante y al
ejecutado (artículo 523 de la LPCALE). Está legitimado activamente para interpo-
ner la demanda de oposición el tercero que haya experimentado un perjuicio en sus
derechos o que se amenace con la producción de un daño en los mismos.
El tercerista se convierte así en parte del proceso y ello acontece desde el instante
en que fue admitida la tercería por el tribunal, con base en el título que la acredite
que, como se dijo supra, basta con la seriedad de la pretensión.
Ahora bien, la consideración del tercerista como parte del proceso no rompe con
la bilateralidad de partes que caracteriza al proceso en el que solo hay una parte de-
mandada y una actora. La cuestión estriba en que el tercero que interviene se coloca
en uno de los dos polos de la relación, ya sea como parte pasiva o como parte activa,
según sea su intención la de satisfacer un crédito preferente o la de oponerse a la eje-
cución del actor por verse afectado en sus bienes. La situación se vislumbra como un
litisconsorcio que puede ser activo cuando hay varios demandantes, pasivo cuando
hay varios demandados o mixto cuando se concentran varios sujetos en ambos polos
de la relación jurídica procesal.27
En cuanto a la competencia para conocer de tercería, nuestra ley asume tanto la
competencia funcional como la vertical, y ello se desprende del análisis del artícu-
lo 518 de la norma rituaria.
En lo que al efecto de la cosa juzgada se refiere, la ley de trámites se limita a re-
gularla solo en su aspecto formal, por lo que se podrá litigar en proceso posterior lo
concerniente al dominio definitivo de los bienes objeto de la tercería. Ello se deduce
del artículo 498 de nuestra ley adjetiva y por otro lado del carácter incidental ya
apuntado que distingue el mecanismo de las tercerías.
27
Briseño Sierra, Humberto, Op. cit., p. 351.
5. A guisa de cierre
El principio de igualdad cobra vida en diferentes ámbitos del Derecho. Muestra
de ello lo constituye el principio de la pars conditio creditorum en el campo del De-
recho de Obligaciones. La igualdad de trato a todos los acreedores se funda, precisa-
mente, en la igualdad que supone el poder de exigibilidad que tienen los acreedores
respecto a su deudor.
Así, el concurso de acreedores constituye un procedimiento de ejecución frente
a la insolvencia del deudor, de carácter colectivo, de manera tal que todos los bienes
del deudor quedan reservados para satisfacer los créditos de la masa de acreedores.
Como mecanismo de protección y de defensa de los derechos de crédito, no en-
cuentra –lamentablemente- regulación en el ordenamiento jurídico cubano, ni en el
orden sustantivo, ni en el procesal.
A tono con esta situación es que puede afirmarse que en el contexto nacional
se carece de una de las principales garantías -de carácter procedimental- que tribu-
ta a una eficaz realización del crédito, con base, precisamente, en el principio de
igualdad de trato de los acreedores. Este se erige, en consecuencia, en una forma de
protección jurisdiccional de los derechos subjetivos de la pluralidad de acreedores
frente a una eventual insolvencia del deudor común, lo que puede conducir al esta-
blecimiento de un estado de indefensión, que si bien encuentra mayor arraigo en el
ámbito del proceso, trasciende –igualmente- al orden sustantivo.
Pero el principio de la pars conditio creditorum también se relativiza cuando con-
curren, sobre un mismo deudor, varios acreedores con diferentes créditos que gozan
de diferente condición de cara a su satisfacción. Es así que se presentan los denomi-
nados créditos privilegiados –susceptibles de gradación según la condición de mayor
o menor prerrogativa de los acreedores-; situación que se torna interesante cuando
reclaman su pago dos o más acreedores privilegiados.
En este sentido, la tercería de mejor derecho constituye, en clave procesal, otro
claro ejemplo de la ruptura del principio de igualdad de trato a los acreedores, como
muestra de la imbricación indisoluble entre el Derecho procesal y el material, en
virtud del principio de instrumentalidad que rige las relaciones entre ambos. Por
supuesto, todo ello en sede de proceso ejecutivo en el cual interviene un tercero en
reclamo de un derecho preferente.
Hasta aquí, hemos hecho alusión a un principio de vital importancia en el mun-
do de las obligaciones, en relación con su cumplimiento y la defensa de los derechos
del acreedor frente a situaciones especiales que lo desdibujan y ponen de manifiesto,
una vez más, la importancia de su estudio, como consecuencia del amplio número
de instituciones que se ponen de manifiesto en su virtud.
Legislación
Decreto No. 327 “Reglamento del Proceso Inversionista”, de 11 de octubre de
2014, publicado en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, Extraordinaria,
No. 5, de 23 de enero de 2015. Obedece a la necesidad de dotar al proceso inver-
sionista de un decreto que, acorde con las condiciones de la actualización del modelo
económico, regule sus elementos esenciales y ponga fin a la dispersión legislativa en esta
materia. Entra en vigor, de conjunto con las disposiciones complementarias dictadas,
en su caso, por el Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y los ministros de
la Agricultura; Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; Comercio Interior; Comunica-
ciones; de la Construcción; Energía y Minas; la Industria Alimentaria; Industrias; del
Interior; Salud Pública; del Transporte y del Turismo, y del Presidente del Instituto de
Planificación Física, a los 60 días naturales siguientes al de su publicación en la Gaceta
Oficial de la República de Cuba.
Es de aplicación a todas las inversiones que se realicen en el territorio nacional
por las personas jurídicas estatales y sociedades mercantiles de capital totalmente
cubano. Las empresas mixtas, las partes en los contratos de asociación económica
internacional y las empresas de capital totalmente extranjero, una vez constituidas al
amparo de la legislación vigente para la inversión extranjera, para emprender proce-
sos inversionistas en el territorio nacional, aplican este Decreto en lo que correspon-
da y con las precisiones previstas en él. Las restantes personas jurídicas no estatales y
las personas naturales que realizan inversiones, solo aplican lo relativo a los permisos
previstos en el Decreto, y deben cumplir, además, las normativas de los organismos
estatales con funciones rectoras en el proceso inversionista.
nacional que sirva a los objetivos de dirección del desarrollo del país. Modifica el
artículo 3 del Decreto-Ley No. 179, de 28 de octubre de 1997, y deroga el Decreto
No. 16, de 16 de diciembre de 1977, y el Acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo
de Ministros, de 31 de marzo de 1982.
A su vez, el Decreto No. 331/2015 de 29 de julio, “Reglamento del Decreto-
Ley sobre Organización y Funcionamiento del Catastro Nacional”, publicado
en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, Extraordinaria, No. 37, de 9 de
noviembre de 2015, en vigor, de conjunto con el Decreto-Ley No. 332/2015. Es-
tablece la información que contiene la certificación catastral, las relaciones entre el
catastro y los registros públicos, la participación del Instituto de Planificación Física
en el estudio y asesoramiento sobre las modificaciones de los límites a la división
político administrativa, y el procedimiento ante las inconformidades con las infor-
maciones que brinda el catastro.
Resolución No. 857/2015, de 31 de agosto, del Ministro de Salud Pública,
publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, Extraordinaria, No.
33, de 17 de septiembre de 2015, modificada a su vez, por la Resolución No.
979/2015, de 26 de noviembre, del propio Ministro de Salud Pública, publicada en
la Gaceta Oficial de la República de Cuba, Extraordinaria, No. 43, de 23 de diciem-
bre de 2015.
Reglamenta los procesos para que en las instituciones del Sistema Nacional de
Salud donde funcionan los servicios de coordinación de dación y trasplante de órga-
nos y tejidos, atiendan con resolutividad los casos admitidos y consideren
como dadores candidatos a personas vivas con diferentes grados de relación con
el paciente, a saber: parientes consanguíneos hasta el cuarto grado (según la modi-
ficación que introdujera al artículo 3 la segunda de las resoluciones referenciadas),
tanto en la línea recta como en la colateral, el cónyuge y los hijos de los cónyuges res-
pecto al otro cónyuge receptor (reconocimiento implícito de la familia ensamblada).
Igualmente, a los fines de garantizar la libertad y la ausencia de vicios en la ma-
nifestación de voluntad de disponer de los órganos y tejidos, se establece la instru-
mentación por vía notarial del acto de dación de órganos y tejidos humanos con
carácter solemne-constitutivo, y su posible revocación, lo cual genera una indudable
responsabilidad al notario que, en ejercicio de su fe pública, ha de garantizar la li-
bre manifestación de voluntad del dador, ajena a toda compensación de naturaleza
económica, precisamente por la naturaleza altruista del acto que protagoniza. Las
copias de los documentos públicos que autorice el notario, vinculados con el proce-
der técnico-quirúrgico de la ablación e implante de órganos y tejidos humanos, en
principio, han de ser aportadas al personal médico actuante para que se archiven en
la historia clínica del paciente, con los efectos que ello tiene, no solo en el campo
de la Medicina, sino también en los del Derecho. A tal fin, el artículo 20 de la Re-
solución No. 857/2015 responsabiliza a los comités de ética hospitalaria del control
sobre la constancia en la historia clínica correspondiente, de la copia de la escritura
pública de dación. Nuevamente resulta el notario la pieza clave en la seguridad jurí-
dica preventiva que reclama un Estado de Derecho.
Jurisprudencia
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo
Apreciación de la especial protección respecto del cónyuge supérs-
tite aunque percibe pensión por jubilación a la muerte del testador,
lo que conduce a la nulidad de la institución de heredero, al no ser
reconocida como tal en el testamento
Sentencia No. 22 de 30 de enero de 2015. Único Considerando
Primera sentencia
Ponente Arredondo Suárez
“… es cierto, como afirma la recurrente, que las pruebas han sido apreciadas con
error que trasciende al fallo, puesto que las declaraciones de los testigos examina-
dos a su instancia resultan coincidentes en cuanto a su convivencia con el testador,
quien fuera su esposo, desde el dos de julio de mil novecientos noventa hasta fecha
próxima al deceso de aquel, el catorce de diciembre de dos mil doce, en que por
ínfimo período los hijos se hicieron cargo de atenderlo, lo que unido a la no aptitud
para trabajar en razón de la edad, permite colegir que, aunque la otrora demandante
percibía una pensión ascendente a doscientos pesos, lo exiguo de dicha prestación
con vista a los gastos corrientes de un núcleo familiar integrado por dos personas
de la tercera edad, requería para su subsistencia, de manera decisiva, del aporte
económico de su cónyuge, con el que conformó una unidad económica de la que
dependía (…)”.
contenido negocial, como de aquellos otros que han de servir solo como prueba pre-
constituída, de conformidad con lo establecido en la Ley; así en su función ejecutiva
instrumental, el notario, a semejanza de los Tribunales, debe subsumir la voluntad
de las partes, en las normas que regulan el negocio a autorizar, e incluso analizar y
calificar las minutas presentadas por éstas en la audiencia notarial, ajustándolas a las
normas legítimas que regulan el negocio de que se trate (…)”.
Apreciación de los requisitos de la especial protección en una madre con-
currente en el primer llamado sucesorio, a pesar de la pensión por segu-
ridad social que recibía el padre del causante, cónyuge de dicha señora
Sentencia No. 190 de 31 de marzo de 2015. Primer Considerando
Primera sentencia
Ponente Arredondo Suárez
“… es cierto, como afirma la recurrente, que las pruebas han sido apreciadas
con error que trasciende al fallo, puesto que las documentales aportadas por dicha
inconforme permiten colegir que, unido a la no aptitud para trabajar en razón de
su edad, esta dependía económicamente del causante, y es que aunque el esposo
de quien recurre percibe una pensión ascendente a doscientos pesos mensuales, lo
exiguo de dicha prestación con vista a los múltiples gastos corrientes, acreditados
de manera fehaciente e indubitada en el pleito, de un núcleo familiar integrado por
dos personas de la tercera edad, que cuentan con ochenta y tres y ochenta y nueve
años respectivamente, requería para su subsistencia, de manera decisiva, del aporte
económico del hijo, con el que se conformó una unidad económica compensatoria
de la que dependía la casacionista, por lo que yerra la sala juzgadora al estimar que
se configura la interesada nulidad de la institución de heredero contenida en el do-
cumento notarial cuya eficacia se discute, por estimar erróneamente que no están
presentes los presupuestos legales para considerar meritoria la especial protección
que de este dimana (…)”.
Intrascendencia a los fines de la eficacia del documento público notarial,
de dejar espacios en blanco
Sentencia No. 193 de 31 de marzo de 2015. Segundo Considerando
Ponente Arredondo Suárez
Y Sentencia No. 164 de 31 de marzo de 2015. Segundo Considerando
Ponente Acosta Ricart
“… vale apuntar que aunque el artículo treinta y dos del Reglamento de la Ley de
las notarías estatales estipula la forma en que debe redactarse el documento notarial,
con la precisión de no dejar espacios en blanco, la lectura del artículo treinta y tres
del propio Reglamento trasluce que incurrir en la falta imputada es de orden formal
medio superior, y aunque había optado con éxito por carrera de nivel superior, se en-
contraba cumpliendo la etapa de servicio militar en la brigada de lucha antivectorial,
actividad socialmente útil por cuyo desempeño recibía retribución, de lo que colige
que se encontraba apto y con edad para trabajar, pues podía matricular estudios
universitarios en las novedosas modalidades que le permitirían estudiar y trabajar;
afirmaciones con las que los sentenciadores se desentienden de la provisionalidad
de la situación narrada, pues el llamado al cumplimiento del servicio militar activo,
impedía a quien recurre integrarse a la reserva laboral y procurarse empleo, además
de que la aludida matrícula, indudable fruto de esfuerzos personales, familiares y
sociales, lo era para el curso regular diurno, conforme a la planificación a cargo del
Ministerio de Educación Superior, una vez vencida la etapa de sujeción a su deber
patriótico-militar, lo que debe asimilarse a la no aptitud para trabajar, por tratarse
de circunstancia externa y ajena a su voluntad, manteniéndose entonces la situación
de dependencia económica de sus padres, parientes obligados legalmente a darle
alimentos y, al no interpretarlo así, la sala de instancia resolvió con desacierto (…)”.
No supone ir contra los propios actos, ni tampoco contra la buena fe, el
ejercicio de la acción de nulidad de un acto jurídico, tras el transcurso de
determinado período en que dicha acción no había sido ejercitada
Sentencia No. 278 de 22 de mayo de 2015. Segundo Considerando
Ponente González García
“… el transcurso de determinado período sin que la parte legitimada para ello
estableciera la correspondiente demanda dirigida a alcanzar la declaración de in-
eficacia de acto nulo de pleno derecho en modo alguno puede interpretarse como
consentimiento o actuación propia que después pueda considerarse contrariada con
la promoción; sino legítimo ejercicio por parte interesada de dicha acción, por de-
más imprescriptible según refrenda el artículo sesenta y ocho, apartado primero, del
citado Código (…)”.
No es esencial para asegurar la validez y eficacia de un anticipo la forma
escrita del acto jurídico
Sentencia No. 300 de 29 de mayo de 2015. Primer Considerando
Ponente Arredondo Suárez
“… no es esencial para asegurar la validez y eficacia de un acto jurídico de la na-
turaleza del que se analiza, el cumplimiento de lo estipulado en el artículo doscientos
ochenta y seis, apartado cuarto, en relación con el apartado quinto y la disposición
contenida en el artículo cincuenta y uno, inciso b) todos preceptos del Código Civil
que se citan como infringidos por aplicación indebida, toda vez que si bien es cierto,
como se razona por la impugnante, que la forma escrita para los actos a que se contrae
el motivo, resulta una garantía importante para salvaguardar los intereses de los suje-
tos intervinientes a lo que cabe agregar que tributa también a facilitar la inscripción
en los registros públicos en el tráfico jurídico, el enunciado de que ‘deben constar por
escrito’ que se emplea en los referidos preceptos, no excluye la posibilidad de que,
como acontece en el presente, se demuestre por otros medios la existencia de un acto
jurídico contractual del que se derivan consecuencias jurídicas en el orden patrimo-
nial, referida precisamente a la existencia de una deuda por elevada suma de dinero,
entregado como anticipo de una compraventa de vivienda (…)”.
Tribunal Supremo, Sala de lo Civil y de lo Administrativo Apreciación de
los requisitos de la especial protección, respecto de la esposa del causante
Sentencia No. 428 de 17 de julio de 2015
Primer Considerando
Ponente DÍAZ TENREIRO
“… no se constatan los errores que se denuncian, ante los irrefutables razona-
mientos que contiene la sentencia que se combate en los fundamentos que sirven
de base al fallo, en el sentido de que considera que la heredera que se ha declarado
como merecedora de la especial condición de especialmente protegida, tiene los
requisitos que para ello se exigen en la vigente legislación, porque consta que estaba
unida en matrimonio con el causante desde el año mil novecientos setenta y cinco,
que siempre tuvo la condición de ama de casa, siendo atendida económicamente por
quien fuera su esposo, quien no estuvo conforme con que la misma laborara fuera
del hogar por sus padecimientos de salud; que al producirse el deceso de su esposo
contaba con sesenta años de edad, lo que si bien no constituye un límite forzoso
para dejar de laborar por quien normalmente lo viene realizando y no desee acogerse
a los beneficios de la jubilación por edad, si resulta una circunstancia que unida a
la quebrantada salud, constituyen restricciones atendibles en el caso concreto, que
objetivamente la sitúan en la condición de no apta para trabajar, todo lo que con
acierto ha sido valorado por el tribunal de instancia”.
Intransmisibilidad a favor de la heredera testamentaria, de los derechos
patrimoniales derivados del reconocimiento de la condición de especial-
mente protegida de su causante directa, en relación con otra sucesión en
la cual no se le llega a atribuir tal cualidad
Sentencia No. 463 de 30 de julio de 2015
Segundo Considerando
Ponente VALDÉS ROSABAL
“… si bien la interpelada sentencia reconoce como cierta la condición de heredera
especialmente protegida que asistía a la fenecida Ofelia Sánchez Mendoza, circuns-
tancia que limita la libre voluntad del testador a la mitad de su haber hereditario,
no es menos veraz que, tal derecho es de eminente carácter asistencial para quienes,
no aptos para el trabajo, dependían económicamente del causante al momento de
su deceso; cualidad intrínseca a la persona, en vida, que por serle consustancial,
su ejercicio y consecuente disfrute es personalísimo y por ende intrasmisible a sus
sucesores; de tal suerte que aun ejercitada la acción impugnatoria por la titular del
derecho, fallecida que resultó a la postre del proceso por el que cuestionaba la dispo-
sición testamentaria de su causante en lo que concierne a la institución de heredero
que determinara sin tener en cuenta que a ella correspondía la mitad de la herencia,
ha de entenderse que con su muerte se extinguió la tutela que le era inherente sobre
preceptivas causas legales que obviamente respecto al testador (…), no concurren en
la representante procesal y heredera testamentaria (…); de ahí, que haya previsto el
legislador la posibilidad de que ante la muerte del heredero preterido asistido de la
aludida condición con anterioridad al deceso del testador, pueden los descendientes
del beneficiado con carácter asistencial, heredar por representación, pero siempre
que concurran en ellos los inexorables requisitos, sin que así se haya dispuesto para
quienes su defunción sea ulterior a la del testador, de lo que hay que entender que
no pueden concebirse amparados sino establece la ley específica distinción al respec-
to; de modo que el discutido derecho incorporado de forma privativa e individual
en la persona de (…), solo surtiría efectos en beneficio de sus herederos bajo la
previsión del artículo cuatrocientos noventa y cinco, apartado segundo del Código
Civil, a saber, acaecida su muerte antes de quien ejercitara, obviándola, el derecho
de testar, lo que no acontece en la controversia”.
No concurrencia de los requisitos de la especial protección
Sentencia No. 488 de 14 de agosto de 2015
Primer Considerando de la primera sentencia
Ponente DÍAZ TENREIRO
“… resulta cierto, como se afirma en el concepto de la infracción que se ofre-
ce, que se han valorado erróneamente las pruebas documentales aportadas a las
actuaciones, en el sentido de que no resultan suficientes para justificar de modo
indubitado que la no recurrente, (…) haya estado imposibilitada (…) de trabajar,
pues no había arribado a los sesenta años de edad, establecida para la mujer obte-
ner la jubilación, ni justificó de modo convincente que los padecimientos a que se
refiere el resumen de historia clínica aportado, resultaran de entidad suficiente para
impedirle dedicarse a alguna actividad laboral que le permitiera obtener su sustento,
y aunque dichas pruebas no necesariamente tienen que realizarse por comisiones
de peritajes especializadas asociadas a la legislación laboral para dictaminar sobre
el extremo referido a la capacidad para laborar, como también se afirma por quien
Año 2015
Instrucción 232. Sesión ordinaria celebrada el día veinte de noviembre
del año dos mil quince
Realiza las precisiones necesarias sobre las pautas a seguir por los tribunales para
la instrumentación de la videoconferencia para la práctica de pruebas en los pro-
cesos judiciales. En relación con el acuerdo No. 151 del Consejo de Gobierno de
este tribunal, adoptado en sesión ordinaria celebrada el día dieciséis de julio del año
dos mil quince, mediante el cual se aprobó el Dictamen No. 446 que incorporó la
utilización en los procesos judiciales de las nuevas tecnologías de la información
y las telecomunicaciones, como medios y herramientas para hacer más efectiva y
menos costosa la actividad jurisdiccional y establece la necesidad impostergable de
incorporar la videoconferencia como medio eficaz para escuchar testimonios o de-
claraciones de personas que se encuentren en sitios muy distantes o impedidos de
comparecer personalmente ante las autoridades judiciales, lo que supone su eficacia
como medio de prueba cuando se realiza dentro del territorio nacional o se solicita
para ser efectuada con otros países.
Entre los aspectos que establece se pueden señalar como los más relevantes: La
práctica de la prueba la realizará el tribunal de conocimiento, en la materia penal,
con intervención de acusados, cuando sea necesario y siempre con la asistencia de
sus abogados y el fiscal; y, en las demás materias, con las partes y abogados que las
representan. También señala que se habilitará un Registro electrónico que asiente y
salvaguarde la práctica de pruebas y sus resultas, de cara al efectivo control judicial
de su real diligenciamiento, así como estipula que en todos los casos, con indepen-
dencia de la naturaleza del medio probatorio objeto de la diligencia, se cumplirán,
de forma simultánea -tribunal de conocimiento y secretario actuante del órgano
de auxilio-, los términos y garantías procesales establecidos en las leyes de procedi-
miento y en las disposiciones aprobadas por el Consejo de Gobierno del Tribunal
Supremo Popular.
* Profesora Asistente de Derecho Civil Parte General, Derecho de Sucesiones y Derecho Notarial
de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Miembro de la Sociedad Cubana de
Derecho Civil y de Familia. Notaria en ejercicio. joanna@lex.uh.cu
Compañeras y compañeros:
La marcada vocación jurídica y revolucionaria de quien homenajeamos en el
día de hoy, al hacerle entrega del premio anual Carlos Manuel de Céspedes –el más
alto reconocimiento que confiere nuestra Unión Nacional de Juristas de Cuba–, se
evidenció desde su etapa vivida en las aulas de la Facultad de Derecho de la bicente-
naria Universidad de La Habana.
Como estudiante de esa Facultad, combatió la corrupción política y la trai-
ción a los ideales revolucionarios que llevaron a cabo los gobiernos de Grau San
Martín y Prío Socarrás. Ante el golpe de Estado encabezado por Fulgencio Batista
el 10 de marzo de 1952, Armando Hart Dávalos, como miembro de la Fede-
ración Estudiantil Universitaria, denunció y participó activamente en la agitación
estudiantil a favor de los principios democráticos. A nombre de la Asociación de
Estudiantes de Derecho denunció ante los tribunales la ilegitimidad del régimen.
Fue precisamente ese año, 1952, que defendió su tesis de grado. El tema esco-
gido, “La crisis del Derecho en el siglo xx”, constituye un valioso texto jurídico, en
el cual logra vincular conceptos de integralidad científica, al considerar al Derecho
como “el sistema nervioso de la sociedad”, expresión que en días recientes ha utiliza-
do, para darle validez actual a la importancia de las ciencias jurídicas.
Apenas habían transcurrido ocho meses de su graduación, cuando en abril de
1953, como integrante del Movimiento Nacional Revolucionario –de proyecciones
democráticas, patrióticas y antimperialistas–, ejerce la defensa del máximo dirigente
de esa organización, el profesor Rafael García Bárcena, acusado de conspiración.
En su ejercicio ante los tribunales, sostiene el derecho del pueblo a la rebelión, con-
cepto que ya había argumentado de manera brillante y valiente en su tesis doctoral,
expresando que: “El caso reciente de la sociedad capitalista cubana es un elocuente
ejemplo (…) en el que la norma jurídica en que se basaba la sociedad cubana, no
defendía los intereses de ninguna clase social, puesto que, si bien en nuestra demo-
cracia encontrábamos un dogmatismo socialista –refiriéndose a la Constitución de
1940–, no lo era en la organización de los Poderes del Estado, que conservaba las
formas de la democracia burguesa (…) la sociedad cubana (…) no veía sus intereses
defendidos en el régimen jurídico de la democracia cubana. En tal virtud –conclu-
ye–, las fuerzas conservadoras de la sociedad derribaron por la fuerza el régimen de
derecho y la sociedad cubana no tuvo fuerzas para defenderlo”.
familia como centro de los cambios que quedan por venir. En este sentido, se hizo
un llamado a la interdisciplinariedad de la materia familiar, destacando que la clave
está en el equilibrio, cometido fundamental del proceso evolutivo de esta rama.
Centro de atención en diferentes momentos fue la protección de los menores de
edad, con las peculiaridades propias de cada contexto nacional, y se puso de relieve
en todo caso su interés superior. Especial relevancia comportó el análisis del tópico
relativo al procedimiento familiar y la importante labor que ha desarrollado el Con-
sejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular de Cuba en el acondicionamiento
de la aplicación del Derecho a los cambios que han demandado las cuestiones fami-
liares en nuestro país.
Se analizaron temáticas variadas, con foco de atención en la violencia familiar y
sus diferentes manifestaciones; se trató la difícil situación de los procesos de alimen-
tos; salió a la luz la mediación como método alternativo de resolución de contro-
versias y como un paso previo a la presentación de los conflictos familiares ante los
tribunales.
Se hizo un recorrido por las técnicas de reproducción humana asistida más em-
pleadas en la actualidad, así como por el tema de la donación de órganos, del adulto
mayor, de los principales retos del DIPRI en Cuba, en el contexto del Derecho de
Familia.
Esta VIII Conferencia coadyuvó a la formación de un pensamiento familista
sólido y sobre la base del humanismo que caracteriza a esta rama del Derecho que
es, por antonomasia, la más hermosa de todas. Es, sin duda, el Derecho de Familia,
el más humano de todos los derechos, precisamente por la amalgama de intereses
imprescindibles que regula y protege, de ahí la necesidad de constantemente guiar
sus derroteros por el camino de la verdad y la justicia.
Las palabras de despedida estuvieron a cargo de la Dra. Olga Mesa Castillo,
presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Na-
cional de Juristas de Cuba.
X Conferencia Internacional
de Derecho e Informática de La Habana,
mayo 20 al 22 de 2015
La X Conferencia Internacional de Derecho e Informática de La Habana sesionó
bajo ellema “Por una sociedad tecnológicamente avanzada más justa e inclusiva y res-
petuosa de la dignidad humana. Valores humanos y cambio de paradigmas”.
La Dra. Celeste Pino Canales impartió otra conferencia relacionada con los
actos unilaterales de los Estados y terminó la sesión de esa tarde con una excelente
conferencia magistral a cargo del Dr. Néstor García Iturbe acerca de las relaciones
Cuba-Estados Unidos.
Los días que sucedieron tomaron importancia temas como la responsabilidad de
los Estados, las migraciones internacionales, los problemas de población, los refugiados
desplazados, los derechos humanos y otros.
Es bueno destacar que los doctores Ricardo Acevedo, canciller de El Salvador,
y Carlos Guerra,presidente de la Corte Centroamericana de Justicia, se manifes-
taron en sendas conferencias en la función, estructura y competencia de la Corte
Centroamericana de Justicia y la importancia de la integración centroamericana y
caribeña para el bien del área.
El Dr. Eric Tardif, del Comité Internacional de la Cruz Roja, Delegación Re-
gional, tuvo a su cargo la apertura de la sesión de Derecho Internacional Humani-
tario y a continuación se reseñaron los conflictos más emblemáticos que atraviesa el
mundo, tales como el conflicto de las Malvinas; el conflicto de Colombia, Palestina,
Siria, Libia, entre otros. Los embajadores acreditados en Cuba tuvieron una inter-
vención acerca de sus respectivos conflictos.
El día 13 de junio se realizó la clausura del evento. En esta sesión, la Dra. María
de los Ángeles de Varona, jefa de Difusión de la Cruz Roja Internacional, y el Dr.
Eric Tardif también se pronunciaron en la implementación del Derecho Interna-
cional Humanitario y su aplicabilidad necesaria.
La Mesa Redonda sobre la necesidad de la paz abrió sus puertas con las palabras
de Silvio Platero, presidente del Movimiento Cubano por la Paz, y la Dra. Dorys
Quintana Cruz, coordinadora del evento y secretaria de la Sociedad Cubana de
Derecho Internacional, hizo una intervención acerca de la declaración de zona de
paz de América Latina y el Caribe, en la II Cumbre de la CELAC, y su relación con
el Derecho Internacional Público y Humanitario.
El compañero Joaquín Bernal Rodríguez tuvo una excelente intervención an-
tes de terminar el evento, donde reflejó la importancia del Derecho Internacional, la
necesidad de conocerlo, la importancia de que eventos como este se susciten para el
desarrollo y conocimiento del Derecho Internacional Público y Humanitario. Salu-
dó y felicitó el éxito del evento y terminó sus palabras leyendo la intervención en la
Cumbre CELAC-UE, del vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros
Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
La clausura estuvo a cargo del Dr. Luis Solá Vila, presidente de la Sociedad
Cubana de Derecho Internacional.
en la celebración del acto y no otro posterior, buena fe que debe ser presumi-
da, al no existir regla especial en contrario. Se resalta la pertinencia de llamar
a la herencia al cónyuge supérstite putativo, aun cuando no haya premuerto
el cónyuge putativo.
11) La necesidad de reforma del ordenamiento jurídico cubano en pos de im-
plementar la figura de la unión de hecho en una nueva reformulación que
acceda mejor a la propia naturaleza de la institución y al unísono integrar a
las parejas del mismo sexo.
12) La determinación de la dinámica del derecho de transmisión en el ámbito
de la sucesión forzosa tendrá que atender a la coherencia con el régimen de
protección asistencial a la tutela legitimaria efectiva, a los sujetos que se per-
judiquen y se beneficien con la posible solvencia, al respeto de la voluntad
del causante y al sentido de justicia.
13) La disposición mortis causa de bienes gananciales, a razón del régimen jurí-
dico aplicable, depende de que dicha disposición siempre tenga como límite
la participación que al causante corresponda al patrimonio común, por lo
que su solidez dependerá de los resultados de la liquidación de la sociedad
conyugal.
14) La necesidad de repensar la adopción de técnicas de reglamentación del De-
recho Internacional Privado que posibiliten la integración social del emi-
grante tanto en el país de origen como en el país de destino. Todo ello en
estrecha relación con un replanteamiento de la noción que hasta hoy susten-
tamos respecto de la propiedad personal.
15) El cuestionamiento del alcance y fundamento de la incapacidad para suceder
de los parientes extranjeros y emigrantes en la actualidad cubana.
16) La necesidad de utilizar la técnica de adaptación del DIPRI, cuando se sus-
citen conflictos de leyes, con respecto a los derechos sucesorios del cónyu-
ge viudo si estos pertenecen a ordenamientos jurídicos diferentes, debiendo
proceder a una adaptación de estas normas eliminando tal contradicción
para una justa solución del problema.
XI Encuentro Internacional:
Escuela de Verano de La Habana 2015
sobre Temas Penales Contemporáneos,
en Homenaje al Profesor Dr. Luis Fernando Niño
y XI Congreso de la Sociedad cubana
de Ciencias penales, Universidad de La Habana
y Hotel Nacional de Cuba, julio 6 al 10 de 2015
La versión correspondiente al año 2015 de la Escuela de Verano de La Habana
2015 sobre Temas Penales Contemporáneos, y el XI Congreso de la Sociedad cuba-
na de Ciencias penales, auspiciado por la Sociedad Cubana de Ciencias Penales de la
Unión Nacional de Juristas de Cuba y la Facultad de Derecho de la Universidad de
la Habana, fue dedicada al Profesor Dr. Luis Fernando Niño, juez de Cámara Na-
cional de Casación en lo Criminal y Correccional, Doctor en Derecho cum laude de
la Universidad de Salamanca, profesor del ILANUD, Instituto Latinoamericano de
las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente,
con sede en San José de Costa Rica, desde 1986, miembro del Consejo Directivo del
Instituto Brasileiro de Ciências Criminais con sede en Sâo Paulo (Brasil), académi-
co de número de la Academia Argentina de Ética en Medicina, autor de múltiples
libros de Derecho Penal, Criminología y Bioética y de artículos de Derecho penal y
Criminología publicados en Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador, España, Italia, Mé-
xico, Uruguay y Venezuela.
La apertura se efectuó en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y
en sus palabras la Dra. Mayda Goite Pierre, presidenta de la Sociedad y Decana
de la Facultad de Derecho, destacó la trayectoria académica y profesional del Dr.
Luis Fernando Niño, destacando, entre sus múltiples méritos, entre los que resaltan
el haber organizado la primera Maestría en Criminología en la Argentina, porque
temprano entendió que la base de un buen Derecho penal, son los fundamentos
criminológicos que garanticen propuestas con respaldo científico y que el enfrenta-
miento al delito fue más allá de lo penal, tal como señalara, en una entrevista que
concedió al periódico Página 12, cuando respondió a la pregunta ¿cuáles considera
que son los caminos para que haya menos delitos? Y dijo “Un paso esencial son las
políticas generales que tiendan al pleno empleo y a una distribución más racional de
las riquezas. Este es un flanco importantísimo, pero debe ir acompañado por mayor
presencia policial en la comunidad, que no significa un control represivo sino una
mejor integración de las fuerzas de seguridad con la población”.
Año 2015
* Por Yeline Ramos González. Licenciada en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior
de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”, Habana. Máster en Relaciones Internacionales
y Derecho Internacional Público por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset,
Madrid, España. E. mail: yelineramos@gmail.com // yeline.ramos@nauta.cu
1
Disponible en: http://vlex.com/vid/migraciones-globalizacion-trafico-trata-559429830 y tam-
bién en: http://www.lex.uh.cu/sites/default/files/4.%20Migraciones%20internacionales%2C%20
tr%C3%A1fico%20y%20trata%20de%20seres%20humanos.PDF En la Serie Ciencias Penales y
Criminológicas: http://vlex.com/compilation/333763
legislación cubana actual”, de la Esp. María Caridad Bertot Yero y el Esp. Oscar
Manuel Silvera Martínez, ahonda en este tema, desde una mirada que toma como
punto de partida los cuerpos legales y el proceso penal cubano. Para ahondar más
en los pasos acometidos por Cuba en este aspecto, se incluye el “Informe de Cuba
sobre el enfrentamiento jurídico-penal a la trata de personas y otras formas de abuso
sexual (2013)”.
Por su parte, en “La trata de personas. Dilemas criminológicos y jurídico-penales”, se
observa un hilo conductor criminológico, mediante el cual la Dra. Tania de Armas
Fonticoba, destacada profesora e investigadora de la Facultad de Derecho de la Uni-
versidad de la Habana, alude a los temas de género y de la infancia que se vinculan
a la trata y tráfico de seres humanos, e insiste, como autores analizados previamente,
en ver el fenómeno desde un punto de vista transdisciplinario. En “Una mirada a la
trata de personas en México: La libertad y la dignidad vs la esclavitud humana” de la
Dra. Yesenia Guadalupe Crespo Gómez, se puede observar el fenómeno en este Es-
tado latinoamericano, donde confluyen otros crímenes de carácter trasnacional que
laceran profundamente su estabilidad, como por ejemplo, la esclavitud, el tráfico de
órganos y la explotación laboral. Sobre este último, la Ms C. Lydia Guevara Ramírez
hace una reflexión en “La migración abre las puertas a las indeseables formas modernas
de explotación laboral en el siglo XXI” donde incluye la visión de los organismos in-
ternacionales que regulan las relaciones laborales.
En general, “Migraciones internacionales, tráfico y trata de seres humanos. Una vi-
sión desde Cuba”, pone de manifiesto la visión de parte selecta de la academia cubana
sobre un asunto de primer orden en las agendas de organismos e instituciones in-
ternacionales, dado su ascenso vertiginoso y el número creciente de bienes jurídicos
que se afectan en este proceso; y se propone contribuir, tal como menciona la Dra.
Mayda Goite Pierre, en la Introducción “a una mejor compresión del fenómeno de la
trata y el tráfico de seres humanos, por el bien del Derecho, la sociedad y sobre todo de las
víctimas de estos delitos”.2
2
GOITE PIERRE, Mayda, Prefacio, En: MEDINA CUENCA, Arnel (Coordinador), Migracio-
nes internacionales, tráfico y trata de seres humanos. Una visión desde Cuba, Serie Ciencias Penal-
es y Criminología, Enero 2015, Nº 4. Editorial UNIJURIS, La Habana, p.5. Disponible en:
http://vlex.com/vid/migraciones-globalizacion-trafico-trata-559429830 Consultado el 21/9/2015,
a las 13.50.
Decía Foucault, mientras gestaba allá por el siglo XX la que sería su obra cum-
bre, “Vigilar y Castigar”4, que la técnica penitenciaria y el delincuente eran herma-
nos gemelos, pues la prisión no podía sino fabricarlos. En pleno siglo XXI, envueltos
en las antípodas vertientes de un Derecho penal que juró lealtad a las banderas de la
sociedad de riesgo, con una delincuencia atípica a esa definida por la ciencia penal
clásica, en un mundo cuyas distancias se acortan cada vez más, y sus diferencias se
acrecientan, pareciera que la Justicia y el Derecho están en extremos equidistantes.
Pero también este contexto ha generado francos debates desde el Derecho penal, que
buscan humanizar y limitar el ejercicio del ius puniendi del Estado. La academia cu-
bana de Derecho penal se hace eco de esta urgencia, por lo que conjuntamente con
amigos y colegas de otros lares, se reúne cada año para debatir sobre temas diversos,
como los presentados coherentemente y con maestría en este libro, reflejo fehaciente
del espíritu crítico emanado del X Encuentro Internacional: Escuela de Verano de
La Habana 2014 sobre Temas Penales Contemporáneos.
Como ya se ha hecho costumbre, cada año la Escuela de Verano de Derecho Pe-
nal dedica sus jornadas a un destacado penalista. En este caso, el homenajeado fue
el Dr. Juan María Terradillos Basoco, cuya impronta en los predios del Derecho es
afablemente presentada en el Prólogo de esta obra, por la Decana de la Facultad de
Derecho de la Universidad de la Habana, la Dra. Mayda Goite Pierre.
Las primeras piezas que el lector tiene ante sí, aportan una mirada desde la aca-
demia española de los procesos de reforma penal desarrollados en los últimos cinco
3
Disponible en: http://vlex.com/source/globalizacion-delincuencia-organizada-expansionis-
mo-penal-derecho-penal-economico-siglo-xxi-12779 // http://www.lex.uh.cu/sites/default/
files/2015%20.L.%20Hom.%20Terradillos-%20Serie%20CP%20y%20Crim.-%202015%20
-%205.pdf // http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2015/08/doctrina41638.pdf Y
también en la Serie Ciencias Penales y Criminológicas: http://vlex.com/compilation/333763
4
FOUCAULT, Michel, Vigilar y Castigar. El nacimiento de la prisión, Siglo XXI Editores, Argentina,
Buenos Aires, 2002.
años, los cuales han estado signados por la presencia de un discreto derecho penal
de autor. El primer artículo, hace énfasis en la reforma de marzo del 20155, y de-
nuncia la introducción en el Código penal español de la cadena perpetua, en tanto
es incongruente no sólo con la concepción del Estado de Derecho fundado en la
libertad como valor superior, sino también con el mismo principio del artículo 25.2
del propio Código por el cual las penas privativas de libertad deben velar por la
readaptación social del delincuente. Con “Prisión permanente revisable: una pena
injusta e inconstitucional” el Dr. Juan Carlos Carbonell Mateu, Catedrático de De-
recho penal de la Universitat de València, revisa detalladamente los vericuetos de
este tipo de pena privativa de libertad dentro de la legislación no sólo española, sino
también de otros países del sistema romano-germano-francés, así como dentro de
la jurisprudencia de Tribunales supranacionales, como el Tribunal Europeo de los
Derechos Humanos. Por su parte, “Peligrosidad social y Estado de Post-Derecho”, de
la Dra. María Acale Sánchez, Catedrática de Derecho penal de la Universidad de
Cádiz, dedica sus páginas especialmente al análisis de la propuesta dentro del Pro-
yecto de reforma de 20 de septiembre de 2013 de imponer conjuntamente penas y
medidas de seguridad, en violación del principio non bis in ídem, y que obedecen a
razones de mera oportunidad política, ya que a la vista de los índices de criminalidad
existentes en España son innecesarias. Por último, y abordando la dicotomía entre
la responsabilidad penal del individuo y la transferibilidad de esta responsabilidad a
la persona jurídica dentro del ordenamiento jurídico, se presenta “Responsabilidad
penal de las personas jurídicas en España. Breve análisis del alcance del artículo 31
bis del Código Penal, tras las reformas operadas por las leyes orgánicas 5/2010, de
22 de junio y 1/2015, de 30 de marzo”, del Dr. Ignacio F. Benítez Ortúzar, Catedrá-
tico de Derecho penal de la Universidad de Jaén.
Con los avances galopantes de la globalización, los cuales han ido entrelazando
al mundo en un entramado único no sólo en los aspectos vinculados a los movi-
mientos integracionistas (como los sociales, los académicos y los comerciales) sino
también en materia penal, el Estado-Nación clásico va perdiendo poder ante nuevos
conglomerados delictivos que cobran fuerza y capacidad de obrar cuasi ilimitada. Es
por ello, que se requiere una serie de instrumentos supranacionales especializados
en la lucha contra este tipo de criminalidad. En “¿Existe un Sistema Penal Trans-
5
Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, http://www.boe.es/boe/dias/2015/03/31/pdfs/BOE-A-2015-3439.
pdf Consultada el 25/10/2015, a las 22.15.
El siglo XXI, como se ha analizado previamente, está signado por las banderas de
la sociedad de riesgo, con los conceptos encarnizados que evalúan políticas penales
específicas para determinados sujetos sociales, que están cuasi-predeterminados para
la comisión de delitos, o cuya “peligrosidad social” pone en riesgo la seguridad pú-
blica. La violación de determinados derechos personalísimos, se ha hecho cada vez
más común en las acciones encaminadas a combatir el crimen organizado, justifica-
das socialmente por esta extrema sensación de peligro que los medios de comuni-
cación han logrado infundir en la sociedad. “La interceptación de las comunicaciones
en el enfrentamiento al crimen no convencional” del Dr. Rodolfo Máximo Fernández
Romo, Profesor Titular de Derecho Procesal Penal y Director del Departamento de
Ciencias Penales y Criminológicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de la
Habana, analiza la legalidad de la interceptación como forma lícita de lucha contra
el crimen de alto impacto, así como su valor probatorio en el acto del juicio oral.
Asimismo, analiza cómo se refleja en la práctica cubana esta problemática que tanto
quehacer ha dado en el ámbito internacional.
Retomando los debates más contemporáneos dentro del Derecho Penal, “De
nuevo sobre la Responsabilidad penal de las personas jurídicas. Ahora desde la mirada de
una sociedad de riesgo dieciséis años después” de la Dra. Mayda Goite Pierre, Profesora
Titular de Derecho penal y Presidenta de la Sociedad cubana de Ciencias Penales,
analiza la respuesta legislativa internacional en torno a la responsabilidad penal de
las personas jurídicas, esta vez analizado desde el tamiz de un derecho puesto a prue-
ba por la capacidad de obrar cada vez mayor de las organizaciones de personas (sean
delictivas o no), cuyas acciones son en extremo independientes de las personas que
las integran. Desde la misma trinchera, “El proceso penal contra las personas jurídicas.
Fundamentos jurídicos y propuestas de aplicación. Especial atención a la etapa inicial e
intermedia”, del Dr. Carlos Alberto Mejías Rodríguez, Profesor Titular de Derecho
penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana, explica los ante-
cedentes legislativos en el sistema continental relacionados con los procesos donde
se involucren personas jurídicas, y la necesaria salvaguarda de los principios básicos
ante la instauración de los mismos.
El ex presidente uruguayo Pepe Mujica asombró a la comunidad internacional
cuando abiertamente defendió la legalización de la marihuana como un mecanismo
efectivo para contrarrestar los crímenes vinculados al tráfico ilegal de drogas. Los
debates de la Escuela de Verano se vieron enriquecidos con la presencia del Dr. Die-
go Silva Forné, Profesor Adjunto de Derecho penal en la Facultad de Derecho de
la Universidad de la República Oriental del Uruguay y redactor del Anteproyecto y
Asesor parlamentario durante la discusión del texto que culminara siendo aprobado
en Uruguay como Ley Nº 19.172, de20.12.2013, de Regulación y Control del
Mercado de la Marihuana. Con su artículo, “Aproximación político-criminal a la Ley
6
Disponible en: http://vlex.com/source/globalizacion-delincuencia-organizada-expansionismo-
penal-derecho-penal-economico-siglo-xxi-12779 // http://www.pensamientopenal.com.ar/
doctrina/41638-globalizacion-delincuencia-organizada-expansionismo-penal-y-derecho-penal-
economico // http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2015/08/doctrina41638.pdf //
http://www.lex.uh.cu/sites/default/files/5.%202015-LIBRO%20TERRADILLOS.pdf En la Serie
Ciencias Penales y Criminológicas: http://vlex.com/compilation/333763
Carlos de Madrid, aporta luces sobre el significado e importancia del tiempo en las
obligaciones, así como sobre las consecuencias derivadas del incumplimiento o del
cumplimiento tardío en las obligaciones a término. Siguiendo con este tópico, en La
imposibilidad de cumplimiento de la obligación como modo de extinción de las
obligaciones. Especial referencia a las obligaciones de hacer, de Suset Hernández
Guzmán, Profesora Instructora de Derecho Civil de la Universidad de La Habana se
brinda una mirada preliminar a la relativa y estrecha línea entre el incumplimiento
y la extinción de la obligación cuando la causa es la imposibilidad de cumplimiento
o ejecución de la prestación.
Manteniéndose en materia de obligaciones, el abogado de la Dirección Provin-
cial de Justicia Pedro Luis Landestoy Méndez valora en La transmisión de la ti-
tularidad en las obligaciones reales. Novación o modificación de la obligación
que la transmisión de la titularidad en las obligaciones reales no es una modificación
subjetiva de la obligación pero tampoco comporta las características de la novación.
Así, observa que la transmisión de la titularidad como modo de extinción de la obli-
gación real debe seguir los derroteros del abandono o renuncia liberatorio.
Entrando en el Derecho de Contratos, La resolución contractual por incum-
plimiento ¿Sanción o medida de autodefensa? De Maidolis Labañino Barrera,
Profesora Titular de Derecho Civil de la Universidad de Oriente, brinda una mirada
histórica en torno a la resolución contractual y sus efectos en el ámbito del cumpli-
miento obligacional. La autora concluye enunciando que el estudio de la importan-
cia o gravedad del incumplimiento como requisito para la procedencia de la reso-
lución del contrato es un recurso que, afianzado en la doctrina y la jurisprudencia
del funcionamiento de la facultad resolutoria, ofrece posibilidades de adaptación en
cada caso concreto.
Para darle continuidad al tema, Los fines en la interpretación contractual y la
propuesta del artículo 52 del Código Civil cubano. Reseña crítica, de Arsul José
Vázquez Pérez, Abogado y Profesor Asistente de Derecho Civil de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Oriente, analiza el tránsito evolutivo en la interpreta-
ción contractual, así como las teorías que se han aplicado para tales efectos en Cuba,
y concluye con la defensa del predominio del realismo en la exégesis de contratos,
pues emplea todos los recursos hermenéuticos disponibles sin restricciones ni órdenes
de prelación. Igualmente, considera que el Código Civil cubano de 1987, con una
fórmula general y abstracta, sigue la postura del método propuesto, que puede apre-
ciarse en el devenir histórico de la construcción normativa del vigente artículo 52.
Adentrándose en las condiciones histórico-concretas por las que transcurre la
vida económica de la Cuba actual, en las que el contrato de compraventa ha adqui-
rido una relevancia considerable, la Notaria y Profesora Titular de Derecho Civil de
la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana Teresa Delgado Vergara trae
* Por Ivonne Pérez Gutiérrez, Doctora en Ciencias Jurídicas, Profesora Principal de Derecho Proce-
sal Civil en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
Así, el autor nos identifica cien dilemas que organiza bajo el método de preguntas
y respuestas que se mueven desde elementos básicos, como la carga de la prueba,
hasta el casuístico análisis de los diferentes medios probatorios; inclusive la polémi-
ca prueba de presunciones, que más de una cefalea ha provocado a los intérpretes
de la norma, hoy encuentra sus certeras valoraciones. A un tiempo, se auxilia de
soluciones soportadas en interpretaciones de la Sala de lo Civil y lo Administrativo
del Tribunal Supremo Popular cubano – recorre para ello un largo camino de pro-
nunciamientos desde 1999 hasta 2014-, de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo
español y en criterios doctrinales. Autores de reconocido prestigio en el tema como
el propio Picó i Junoy, Sentís Melendo, Taruffo, Sanchís Crespo, Montero
Aroca y Mendoza Díaz –entre otros-, están presentes en ilustrativas notas al pie
de página.
Algunas interrogantes llaman la atención de esta reseñadora y en ellas quiero
detenerme. La exclusión de actividad probatoria sobre hechos notorios y cómo en-
tender la notoriedad, con fundamento en la economía procesal y no como pudiera
pensarse en la fuerza de su evidencia, el momento para pronunciarse sobre prueba
en torno a hechos admitidos, qué hacer con la prueba extemporánea o qué relación
existe entre impugnación y fuerza probatoria de los documentos, motivan un repo-
sado estudio.
El colectivo de Derecho Procesal de la Facultad de Derecho de la Universidad de
La Habana y la Sociedad Cubana de Derecho Procesal, encuentran en Mantecón
Ramos un avezado exponente y sus aportes al Derecho Probatorio cubano, nos enal-
tecen. No puedo dejar de reconocer el inmenso placer que me ha proporcionado leer
esta obra. Comencé una tarde y no quería detenerme, es que se trata de una exqui-
sita investigación con un lenguaje despojado de petulancia. Logra motivarnos; para
mí, un mérito nada despreciable en una obra científica. Quisiera concluir, entonces,
con dos invitaciones: una, para los estudiosos del Derecho, a leerla; y otra, para el
autor, a continuar escribiendo.
*
Por Freddy Andrés Hung Gil.Doctor en Ciencias Jurídicas. Profesor Auxiliar a tiempo parcial del
Departamento de Derecho Civil y de Familia de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
Notario de La Habana.
Internacional
Secciones de la Revista
1. Artículos originales e inéditos.
2. Ensayos originales e inéditos.
3. Normas jurídicas comentadas.
4. Sección estudiantil para publicar trabajos de estudiantes de Derecho y también
reseñas de actividades científicas realizadas por los estudiantes.
5. Reseñas bibliográficas.
6. Crónicas de legislación.
7. Crónicas o comentarios de Sentencias.
8. Judiciales, dedicada a comentar las instrucciones, acuerdos y dictámenes del
Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular.
9. El jurista en la sociedad, dedicada a destacar los premios y reconocimientos
recibidos por los juristas, incluidos los concursos.
10. Selección de publicaciones de juristas cubanos, para divulgar los libros, ensayos
o artículos publicados por juristas cubanos en el semestre en que se publica la
Revista.
11. Notijurídicas.
Aclaración final
Los trabajos que se publiquen expresan la opinión de cada autor, por lo que no
constituyen criterios oficiales de la Organización.
Unidas el 15 de noviembre del 2000, Nueva York, 2004, p. 32. Disponible en:
http://www.cinu.mx/minisitio/Trafico_migrantes/Conv_Delincuencia_Org.pdf
Consultada el 23/9/2016, a las 21.00.
- SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN, Compilación de Tratados Internaciona-
les, erradicación de la esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso, Dirección Gene-
ral de Política Pública de Derechos Humanos, México, Distrito Federal, p. 24.
Disponible en: http://www.inap.mx/portal/images/pdf/dh/VIII.pdf. Consultada
el 23/9/2016, a las 22.00.
- PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
(PNUD), “Informe Sobre Desarrollo Humano 2013, El ascenso del Sur: Progre-
so humano en un mundo diverso”, UN Plaza, Nueva York, NY 10017, Estados
Unidos. Disponible en: http://www.undp.org/content/dam/venezuela/docs/
undp_ve_IDH_2013.pdf. Consultada el 23/6/2016, a las 18.00.