Está en la página 1de 1

¿Alguna vez encontraron a alguien cuya vida se destrozó por un vicio?

Bueno, hoy les contaré la


historia de Martin.

Martin tenía como propósito en la vida convertiste en un gran médico, desde que tuvo uso de
razón supo que ese era su sueño, día a día estudiaba duro, completamente enfocado en cumplir su
meta de ayudar a las personas, darles una esperanza de vida, de hacer todo lo posible por salvar a
quien lo necesitase. Mientras otros dormían o estaban de fiesta, él se ocupaba estudiando.

En una tarde veraniega, iniciando el cuarto semestre de su carrera, conoció a un grupo de personas
que no eran tan buena influencia en su vida, sin saberlo, Martin estaba dándole un inicio a su
decadencia. Estos chicos, a quienes consideraba sus amigos, comenzaron a atraerlo hacia un
mundo de vicios, opuesto a lo que él acostumbraba. De un momento a otro, Martin se encontraba
ensimismado en drogas, fiestas y alcohol.

Él, decidido con que podía manejarlo, afirmaba que su estudio seguiría siendo su prioridad, que
era capaz de sobrellevar su segundo mundo descontrolado… Lastimosamente, esto no fue así.
Eventualmente dejó su carrera, como era de esperarse desarrolló una adicción, casi dependencia a
toda sustancia que lo desconectara de sí mismo. Llegó a vender todas sus pertenencias para
obtener dinero e invertirlo en drogas o licor, en un punto sus supuestos "amigos" lo dejaron a un
lado. Martin estaba completamente solo.

No sabía cómo seguir adelante, quería salir, pero a la vez le era tan difícil encontrar un camino, no
tenía propósito en la vida para seguir, le destrozaba darse cuenta de que todo por lo que luchó ya
no existía, no quedaba ni su sombra, se había perdido a sí mismo. Un día coincidió con Angélica, su
mejor amiga del colegio con la cual perdió contacto años atrás, una chica que en su momento le
había sido de gran ayuda y lo impulsó a lograr sus sueños. Angélica al reconocerlo se emocionó, sin
embargo, esto se mezclaba comuna sensación amarga que ni ella pudo describir, ya que nunca
pensó ver a su querido amigo en ese estado.

Día a día lo buscaba, deseaba que Martin supiera que no estaba solo, que ella no le daría la
espalda. Angélica lo convencía de que no todo estaba perdido, que aún podía retomar sus sueños,
su propósito de vida, pero esto sólo era posible si él decidía ayudarse a sí mismo, permitirse una
nueva oportunidad para buscar su camino de vuelta y recuperarse. Martin necesitaba ayuda
profesional, pero el primer paso dependía solamente de él.

Finalmente, un día accedió a la ayuda de ingresar a un centro de rehabilitación, para así empezar el
proceso a su propia libertad y dejar atrás todas sus adicciones. De esta manera podría
reencontrarse con sí mismo, volver a ser su mejor versión y reconstruir lo que creía perdido.

También podría gustarte