DERECHO CONSTITUCIONAL 1

La Justicia Constitucional Basada en la Inteligencia Artificial

Tomás Pérez

Carrera de Derecho – Paralelo A

Pontificia Universidad Católica del Ecuador Sede Ambato

Miñarica, Ambato

Antonio Clavijo

0987701023

dtperez@pucesa.edu.ec

Dr. Edgar Fiallos

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La Justicia Constitucional Basada en la Inteligencia Artificial

En la actualidad, muchos países enfrentan una mora judicial significativa. Esta situación es

especialmente palpable en los países latinoamericanos, donde se cultivan conflictos de diversa

índole, incluidos aquellos de carácter constitucional. Una de las causas principales de esta

mora es la escasez de jueces, a menudo debido a la falta de recursos. Esta combinación de

factores ha llevado a que las decisiones judiciales carezcan de la efectividad que deberían

poseer. La mora judicial es un fenómeno que afecta a numerosos países alrededor del mundo.

Específicamente, en los países latinoamericanos, se enfrentan a una serie de conflictos, entre

los cuales se incluyen aquellos de carácter constitucional. Existen diversos modelos de control

de constitucionalidad, como el difuso, el dual y paralelo, el concentrado y el mixto. En

Latinoamérica, el modelo híbrido ha ganado prominencia. Sin embargo, el desarrollo del

modelo integral busca garantizar el cumplimiento de los mandatos constitucionales. Una

legislación extensa puede generar vacíos legales, lo que representa un desafío adicional

Modelo Difuso:

Este modelo, también conocido como "modelo americano", se originó en el sistema

angloamericano. En él, cualquier juez, independientemente de su jerarquía, tiene la facultad

de analizar la constitucionalidad de una norma y, en caso de encontrarla contraria a la

Constitución, puede decidir no aplicarla en el caso concreto que tiene ante sí. El caso

paradigmático que dio origen a este modelo es Marbury vs Madison en Estados Unidos,

donde se estableció que, si una ley es contraria a la Constitución, entonces no debe ser

aplicada.

Modelo Dual y Paralelo:

En este modelo coexisten dos sistemas de control: el difuso y el concentrado. Es decir,

mientras que cualquier juez puede decidir no aplicar una norma por considerarla

inconstitucional (control difuso), también existe un tribunal o corte específica que tiene la
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competencia exclusiva para declarar la inconstitucionalidad de normas (control concentrado).

Este sistema permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad a diferentes situaciones jurídicas.

Modelo Concentrado:

Propuesto por el jurista Hans Kelsen, en este modelo, la revisión de la constitucionalidad de

las leyes está reservada exclusivamente para un tribunal o corte constitucional. Es decir, solo

este órgano tiene la competencia para declarar la inconstitucionalidad de una norma. Este

sistema se adoptó en muchos países europeos y permite una uniformidad en las decisiones

sobre constitucionalidad, ya que se centraliza en un único órgano..

Modelo Mixto:

Como su nombre indica, este modelo combina características de los modelos difuso y

concentrado. Aunque cualquier juez puede analizar la constitucionalidad de una norma, las

decisiones tomadas en este sentido no tienen efecto vinculante o general. Para que una norma

sea declarada inconstitucional de manera general y vinculante, es necesario que intervenga el

tribunal o corte constitucional.

Modelo Híbrido:

Predominante en muchos países latinoamericanos, este modelo combina elementos de varios

de los modelos anteriores. Por un lado, cualquier juez puede realizar un control de

constitucionalidad (difuso), pero, por otro lado, existen tribunales especializados que también

realizan este control, ya sea de oficio o a petición de parte (concentrado). Además, en algunos

casos, se incorporan mecanismos políticos o parlamentarios de control. Este modelo busca

adaptarse a las particularidades y necesidades de cada sistema jurídico, ofreciendo múltiples

vías de control de constitucionalidad.

La introducción de la inteligencia artificial en el ámbito judicial plantea interrogantes

fundamentales. Uno de los más relevantes es cómo la IA podría actuar como guardián de la

Constitución y de los derechos fundamentales. La supremacía constitucional es esencial para

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evitar decisiones que vayan en contra de la Constitución. Es crucial diferenciar entre los

derechos individuales y el derecho en sí, poniendo especial énfasis en los derechos

constitucionales. La justicia constitucional tiene como objetivo principal garantizar esta

supremacía y asegurar que se respeten los derechos consagrados en la Constitución.

Una legislación extensa puede generar vacíos legales, lo que representa un desafío adicional.

El control de constitucionalidad puede ser ejercido tanto por figuras políticas como por

entidades judiciales. Mientras que algunos argumentan que debería residir en el parlamento,

otros defienden la autonomía e imparcialidad de los jueces. Históricamente, figuras como

Smith y Kelsen han debatido sobre quién debe ser el verdadero defensor de la Constitución,

ya sea el parlamentario, el presidente o la corte constitucional. El modelo híbrido

latinoamericano, con su multiplicidad de controles, ha encontrado en la IA una herramienta

valiosa. En Colombia, por ejemplo, se han implementado sistemas de IA como Promenea y

Pretoria, que resuelven hasta 2700 fallos al día. Estas herramientas clasifican y priorizan casos

basándose en criterios específicos, optimizando el proceso judicial. Sin embargo, la IA

también presenta desafíos, especialmente en cuanto a la veracidad de las pruebas generadas

por ella. El futuro de la abogacía parece estar íntimamente ligado a la evolución y adaptación

de la inteligencia artificial en el ámbito judicial. La justicia constitucional enfrenta desafíos

significativos en la actualidad, especialmente en países latinoamericanos donde la mora

judicial es alta debido a conflictos, incluidos los de carácter constitucional, y a la escasez de

jueces por falta de recursos.

Esta situación ha mermado la efectividad de las decisiones judiciales. Sin embargo, la

irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito judicial plantea una oportunidad

revolucionaria. Si bien surgen interrogantes sobre cómo la IA podría actuar como guardián de

la Constitución y los derechos fundamentales, su potencial para mejorar la eficiencia y

precisión en la toma de decisiones es innegable.

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En Colombia, la implementación de sistemas de IA, como Promenea y Pretoria, ha

demostrado ser prometedora, resolviendo miles de fallos diariamente y optimizando la gestión

judicial. Sin embargo, la integración de la IA en el sistema judicial no está exenta de desafíos,

especialmente en relación con la veracidad de las pruebas generadas por estas tecnologías. A

pesar de estos retos, el futuro de la abogacía y la justicia parece estar cada vez más

entrelazado con la evolución y adaptación de la inteligencia artificial.