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Cinco propuestas del Instituto Anticorrupción para

el Congreso y el Gobierno en el Día Internacional de Lucha Contra la


Corrupción
9 de diciembre de 2023

Este documento pone a consideración del Congreso, el Gobierno Nacional y la


opinión pública, cinco propuestas que podrían contribuir a la prevención,
persecución y sanción efectiva de la corrupción: (i) Crear juzgados y tribunales
especializados anticorrupción; (ii) reformar el proceso de selección de los fiscales
encargados de los casos de corrupción más importantes; (iii) adoptar una ley de
relacionamiento transparente entre el Congreso y el Gobierno Nacional, (iv) crear la
figura de los acuerdos de persecución diferida y acuerdos de no persecución para
beneficiar a las empresas que denuncien y colaboren eficazmente con la
investigación de actos de corrupción cometidos por sus empleados o
administradores, y (v) aprobar el proyecto de ley de protección de reportantes de
actos de corrupción, que actualmente cursa trámite en el Congreso, introduciendo
algunas reformas necesarias para su fortalecimiento.

1. Crear juzgados y tribunales especializados anticorrupción

Los casos de corrupción son conocidos por jueces que tienen competencia sobre muchos
otros delitos: homicidios, extorsiones, secuestros, lavado de activos, estafas que superan
cierta cuantía y demás. Esto genera demoras significativas en el trámite de los casos de
corrupción. Es común ver casos prescribir por el paso de los años, lo cual genera
desconfianza en la integridad de nuestros jueces. Además impide la especialización en el
conocimiento necesario para que puedan resolver con solvencia los casos puestos bajo su
conocimiento.

Para enfrentar ese desafío, Colombia podría crear juzgados y tribunales especializados
anticorrupción, constituidos a través de procesos especiales de selección que garanticen su
funcionamiento como auténticos oasis de integridad, que incrementen la confianza en el
sistema judicial y que aseguren un mayor nivel de conocimiento técnico de ese tipo de
fraudes por parte de los jueces. La selección de los jueces anticorrupción podría contar con
la participación de expertos internacionales independientes y de organizaciones de la
sociedad civil con un recorrido comprobable en lucha en contra de la corrupción.

Esta medida, que aplicaría sólo hacia el futuro, podría derivar en la selección de jueces
idóneos, que cuenten con la confianza plena de la sociedad, y que puedan resolver los
casos más importantes de corrupción en corto tiempo.

El impacto fiscal de la medida tendría que revisarse con detalle, pero consideramos que el
impacto positivo para el país sería muy significativo toda vez que aumentaría la confianza

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en nuestras instituciones y en el Estado de Derecho, y debido a que el nuevo sistema
contribuiría a evitar la pérdida del patrimonio público.

2. Reformar el proceso de selección de los fiscales encargados de los casos de


corrupción más importantes

Los Fiscales Especializados Anticorrupción y los Fiscales Delegados ante la Corte Suprema
de Justicia son elegidos por el Fiscal General de la Nación. Lastimosamente, desde la
creación de la Fiscalía General de la Nación en 1991, muchos de ellos han sido duramente
cuestionados. Si bien muchos son personas competentes y con una integridad intachable,
también es cierto que otros han sido puestos ahí por consideraciones turbias y para hacer
mandados políticos, los cuales responden, en algunos casos, a intereses directos del Fiscal
General de turno.

El proceso de selección de esos fiscales debería ser sometido a un nivel de escrutinio,


transparencia y meritocracia superior. En algunos países, los Fiscales Anticorrupción son
escogidos tras un intenso proceso de escrutinio público, que cuenta con la participación de
una comisión de veto, conformada por expertos internacionales. Las audiencias de
entrevistas a los candidatos son transmitidas por internet y cualquier ciudadano puede
opinar sobre los aspirantes. Además, el patrimonio, trayectoria profesional y competencias
de los candidatos son auscultados con lupa. Colombia podría estructurar algo similar.

3. Ley de relacionamiento transparente entre el Congreso y el Gobierno

Características particulares de la evolución de nuestro sistema democrático, generaron un


cierto tipo de relacionamiento entre el Congreso y el Gobierno Nacional que con frecuencia
carece de transparencia y de los niveles de integridad que la sociedad necesita. Algunos
congresistas usan su poder para negociar con el gobierno, exigiendo puestos y contratos a
cambio de votos a favor de las reformas de iniciativa gubernamental. Otros, se benefician
de ofertas variopintas de los gobiernos de turno, que buscan consolidar la «gobernabilidad»,
es decir, el control de las mayorías parlamentarias.

Los acuerdos entre el Congreso y el Gobierno se materializan muchas veces a puerta


cerrada, en las oficinas de los ministerios, en los corredores del Congreso, en restaurantes,
bares o casas de recreo. Y el público no tiene forma de saber quién se relaciona con quién
ni para qué.

La mejor manera de prevenir la mermelada corrupta y el tráfico de influencias, es


transparentando la interacción de los congresistas y el gobierno. Para esto, es necesario
que el Gobierno Nacional y el Congreso impulsen la adopción de una Ley de
relacionamiento transparente entre el Congreso y el Gobierno, para que esa interacción
opere de forma totalmente transparente.

4. Creación de los Acuerdos de Persecución Diferida y Acuerdos de No


Persecución

Las empresas que operan en Colombia se enfrentan a exigencias cada vez mayores por
parte del regulador de contar con sistemas de cumplimiento y prevención de la corrupción

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efectivos, así como de denunciar los actos de corrupción que conozcan oportunamente.
Pero algunas de las normas adoptadas por el Estado están generando el efecto contrario al
deseado. Debido a que las sanciones que puede imponer el Estado son cada vez mayores,
y en consideración a la dificultad que tienen las empresas para cumplir las condiciones que
en la actualidad les exige la ley para que puedan beneficiarse del desistimiento de la
investigación, dichas organizaciones tienen un incentivo para guardar silencio y no
denunciar. ¿Por qué habrían de denunciar, si las consecuencias les traerán un nivel de
afectación similar?

Colombia podría adoptar una ley que le permita a la Superintendencia de Sociedades


suscribir con las empresas objeto de investigaciones por casos de corrupción, Acuerdos de
Persecución Diferida y Acuerdos de No Persecución (similares a los No Prosecution
Agreements y a los Deferred Prosecution Agreements que utilizan el Departamento de
Justicia (DOJ) y el Regulador del Mercado de Valores (SEC) de los Estados Unidos) para
los casos de corrupción más significativos.

En Brasil, Inglaterra o Estados Unidos, estos acuerdos permiten a las empresas


beneficiarse de la no persecución o de la suspensión de la persecución, tras pagar unas
multas que acuerdan con el regulador. (eg. El acuerdo del DOJ y la SEC con Odebrecht y
Braskem ascendió a 3500 millones de USD, y el acuerdo con Airbus superó los 4000
millones de USD) y tras colaborar eficazmente en la investigación de los casos de
corrupción que denuncian o ayudan a destapar. Las empresas logran así un trato más
favorable que aquel que recibirían si no cooperasen y le permite al Estado detectar y
sancionar más fácilmente los casos de corrupción y recuperar los activos perdidos.

¿Por qué sería útil para Colombia? Porque Colombia tiene una muy baja capacidad de
detección de los actos de corrupción. Y porque su capacidad de investigación y acusación
de casos de corrupción también es muy limitada. Contar con la cooperación de las
empresas en este tipo de investigaciones puede ser muy útil y a veces es indispensable.

Una reforma como la que acá proponemos, convertiría a las empresas en auténticas aliadas
en la lucha contra la corrupción, fortaleciendo sus sistemas de cumplimiento y de
prevención del fraude. Y además, ayudaría a reducir el desgaste de la Superintendencia de
Sociedades y de la Fiscalía en investigaciones muy largas, que a veces no logran éxito
debido a la debilidad del material probatorio.

5. Aprobar una Ley de Protección de Reportantes de Actos de Corrupción

Cada año en Colombia son asesinados cientos de líderes sociales y periodistas


comprometidos con diversas causas, incluyendo la lucha contra la corrupción. La valentía
de esas personas es desestimada. Y sus peticiones de protección muchas veces son
ignoradas. Su denuncia franca y abierta contra la corrupción, muchas veces les lleva a la
muerte. La consecuencia es muy grave: perdemos un capital social de enorme valor, la
esfera pública de debate se encoge, y perdemos la capacidad de detectar e investigar
oportunamente graves actos de corrupción.

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Para esto, es indispensable priorizar el Proyecto de Ley 'Jorge Pizano' radicado el pasado 8
de noviembre, mediante el cual se adoptan medidas de protección para quienes denuncian
o reportan actos de presunta corrupción. Asimismo, es necesario que en este Proyecto de
Ley se incorporen mecanismos de incentivos económicos a quienes denuncien la
corrupción, como el pago de recompensas, tal como el Instituto Anticorrupción lo ha
propuesto a lo largo de estos últimos años.

Estos mecanismos de pago, permitirían darle mayor celeridad a los procesos con un acervo
probatorio más robusto y judicializar eficazmente a los perpetradores de este tipo de delitos.
El Instituto Anticorrupción considera que el pago que se realizaría por las recompensas no
debería provenir del erario público, sino de las multas que se impongan a los particulares o
empresas responsables de los actos de corrupción denunciados.

***

El Instituto Anticorrupción se pone a disposición del Congreso y del Gobierno


Nacional para desarrollar estas ideas con más precisión.
Los interesados pueden contactar al vocero del Instituto, Juan Pablo Contreras, en
el correo electrónico juan.contreras@instanticorrup.org.

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