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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA CLÍNICA
El trastorno de estrés postraumático se define como una reacción emocional intensa ante un
evento traumático que implica alteraciones en la sensación, la conciencia y el
comportamiento que ponen en peligro el bienestar y la vida de una persona. (TEPT) es una
enfermedad mental provocada por un trauma. Si un niño o adolescente experimenta un
trauma eso provoca una conmoción espiritual, biológica y mental que técnicamente se
describe como el inicio del trastorno de estrés postraumático, dependiendo del impacto del
evento traumático, este puede retrasarse por 6 meses o más. A un niño o adolescente se le
puede diagnosticar un trastorno de estrés postraumático si ha experimentado un trauma y sus
síntomas de estrés son graves y duran mucho tiempo después de que haya concluido el suceso
traumático (Campos, 2016).
¿Qué es Sintomatología?
Son síntomas psiquiátricos que consisten en trastornos emocionales, conductuales y del
pensamiento, se caracterizan por síntomas físicos persistentes que están asociados con
pensamientos, sensaciones y comportamientos excesivos e inadaptados en respuesta a estos
síntomas y problemas de salud, son angustiantes y a menudo interfieren con la funcionalidad
social, laboral, académica o de otro tipo. Los niños pueden presentar deterioro de la coordinación
o el equilibrio, debilidad, parálisis de un brazo o una pierna, pérdida de sensibilidad en una parte
del cuerpo, convulsiones, falta de respuesta, ceguera, diplopía, sordera, afonía, dificultad para
tragar, sensación de una masa en la garganta y retención urinario.
Códigos
Estos diagnósticos incluyen el trastorno de estrés postraumático con el código 309.81 en el DSM
IV y F43.1 en la CIE -10.
Criterio A: Dividido en dos partes e incluye tanto la definición de un factor estresante traumático,
denominado criterio A1, como el miedo extremo, la impotencia y las reacciones subjetivas ante el
miedo o poco después, denominado criterio A2 que en los niños puede ser expresado como un
comportamiento agitado.
•B1: Recuerdos del evento traumático que son recurrentes, intrusivos y angustiantes. En los niños
el juego repetitivo reproduce temas o aspectos del trauma.
• B2: Repetición de sueños angustiantes del evento traumático. : En los niños, puede haber sueños
aterradores sin reconocer el contenido.
• B3: Actuación como si el evento traumático estuviese ocurriendo de nuevo, en los niños la
recreación del trauma específico puede ocurrir.
• C1: esfuerzos para evitar pensamientos o sentimientos asociados con el evento traumático.
• C2: esfuerzos para evitar actividades o situaciones que evocan recuerdos del evento.
• C3: incapacidad para recordar un aspecto importante del evento (amnesia psicogénica).
• C4: interés marcadamente disminuido en actividades significativas, que en los niños pequeños
pueden tomar la forma de una regresión en las habilidades de desarrollo previamente
establecidos, tales como el control de esfínteres o lenguaje receptivo o expresivo
• C6: capacidad limitada o no pueda sentir la mayoría de las emociones, tales como sentimientos
amar (embotamiento emocional).
Criterio E: Debe experimentar B, C, D durante al menos 30 días. Durante este período, no todos
los síntomas aparecen todos los días. De hecho, algunos síntomas pueden aparecer sólo una vez,
pero la suma de los síntomas durante ese período puede causar deterioro.
• Criterio F: Requiere que los síntomas tengan un efecto adverso sobre la actividad social, laboral
u otros aspectos importantes de la capacidad de la persona para tener una exitosa y satisfactoria
vida o sea sobre su funcionamiento.
4. Cómo afrontarlo
Antes de tratar el TEPT se tiene que contextualizar: la edad, la salud global e historial
médico, la extensión de los síntomas, la tolerancia a medicamentos o terapias específicas, las
expectativas o curso del trastorno y la opinión de los padres del niño.
Para poder tratar el TEPT es importante lograr una intervención temprana ya que esta puede
reducir la severidad de los síntomas y mejora el crecimiento y desarrollo normal del niño.
Hay varias formas de tratamiento que resultan eficaces en el tratamiento de estrés
postraumático en niños empezando por las psicoterapias basadas en trauma estas implican
intervenciones a corto plazo que utilizan técnicas cognitivos conductuales para tratar de
modificar el pensamiento distorsionado, las reacciones negativas y el comportamiento. Si los
padres se educan apropiadamente puede ayudar muchísimo a reducir el estrés y a mejorar las
habilidades de comunicación.
Otro método que resulta efectivo es la psicoterapia de apoyo, ya que esta puede ayudar a los
niños que tienen problemas de adaptación asociados a traumas. Es posible utilizar terapia
conductista para desensibilizar sistemáticamente a los niños de situaciones que puedan hacer
que vuelvan a experimentar el evento traumático. Por esto la terapia conductista es una de las
mejores herramientas para reducir la angustia y la alteración en niños.
Uno de los estudios analizados concluye que la terapia grupal fue eficaz para la reducción de
síntomas y para promover conductas prosociales (McMullen, 2013). Esta afirmación puede
respaldarse con resultados positivos en la aplicación de terapia grupal, concretamente terapia
cognitivo-conductual grupal en niñas que habían sufrido abuso sexual. Se produjeron mejoras
no sólo en TEPT, también en depresión, ansiedad y ayudó a reestructurar creencias
disfuncionales gracias a que en el grupo se creaban vínculos de confianza, además se sentían
respetadas y experimentaron la credibilidad de este (Habigzang, 2009).
Así mismo, la psicoterapia psicodinámica de los pacientes niños con TEPT es un verdadero
reto para el terapeuta, ya que aunque es un trabajo muy gratificante, pero también hay
momentos muy angustiosos y dolorosos. Además de que el trauma debilita las defensas de
carácter e intensifica los conflictos previos, la crisis personal que induce puede también ser
una nueva oportunidad de resolverlos.
No hay medicamentos aprobados para el trastorno por estrés postraumático en los niños
porque aún no se han realizado ensayos clínicos adecuados. Sin embargo, en los jóvenes con
ansiedad comórbida, depresión o dificultades para dormir, los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS) pueden ser útiles Los fármacos antiadrenérgicos pueden
ayudar a aliviar los síntomas de hiperexcitación, pero los datos de aval son preliminares.
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