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El POPOL VUH es una recopilación de varias leyendas de los quiché, el pueblo de la cultura maya

mayoritario en Guatemala, designándose como un libro sagrado. Es una narración en la que se explica el
origen e inicio del mundo, la civilización y los diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza.

Este libro, relata la inexistencia del mundo, donde dice que todo era silencioso, tranquilo y abundaba la
soledad, hasta que el creador y formador decidió hacer vida.

Se dice que en el principio, la tierra solo estaba cubierta de agua, no había vida alguna en ella y como
mencione anteriormente, todo estaba en suspenso, había clama, silencio, nada se movía, pues no se
manifestaba la faz de la tierra. Hasta que llegó el día en que los Dioses Tepeu y Gucumatz, los creadores
y formadores progenitores, antepasados y primeros seres en existir, eran tan sabios, creando poco a
poco todo lo que en ella habitaría, como pantas y los animales.

Estos dos Dioses empezaron separando las aguas, emergiendo la tierra, después hicieron la creación y
crecimiento de los árboles, el nacimiento de la vida y la claridad en acción del hombre. Una vez creado
todo esto, se dedicaron a la creación de los animales. pero había un problema en ellos: no podían hablar
ni adorar o invocar a los dioses, por lo cual todos estos fueron castigados y condenados, por lo que hubo
que hacer una nueva creación, la creación y formación del hombre.

Tras la creación de las plantas, animales y el fracaso en la creación del hombre y que los animales no los
veneraban, los dioses se dijeron entre sí mismos que tenían que crear algún ser que lo hiciera, pues
primero lo intentaron hacer de barro, pero este no se podía sostener y cuando llovía se deshacía. Otro
problema era que tampoco podía hablar, por lo tanto no podía adorar ni ofrecer sacrificios a los dioses.
Posteriormente lo hicieron de madera de un árbol, reproduciéndose entre sí, ya que este si podía andar
y hablar, pero no lo hacían con sus dioses, Pues no tenían memoria, ni emociones y mucho menos
entendimiento, dado el caso que no eran capaces de recordar quienes habían sido sus creadores. Hasta
que un diluvio logró terminar con la mayoría de estos, quedando solamente su descendencia: los
monos.

La creación del hombre definitivo: Para la creación de este, se buscó lo que debía entrar en la carne del
hombre. Cuando los tiempos de lluvia terminaron, los animales llevaron maíz blanco y rojo a los dioses,
haciendo una pasta con estos ingredientes, empezando a modelar el cuerpo del hombre con ella. Con el
maíz blanco hicieron la carne y con el maíz rojo la sangre.

Una vez creadas estas criaturas, los dioses se percataron que tenían gran inteligencia y que podían
entender absolutamente todo, pues su creación había sido un prodigio, ya que podían hablar, razonar,
ver, oír y andar, en sí, eran hombres perfectos y hermosos, cuya figura era semejante a la figura humana.

Tan grande era la sabiduría e inteligencia de estas creaciones que su genio se extendió en los bosques,
lagos, mares, montañas y valles, viéndose los dioses amenazados por esta nueva humanidad que se
reveló como demasiado inteligente.

Entonces, por tal motivo los dioses se empezaron a preocupar, pensando si ésta nueva humanidad se
querían parecer a ellos sus creadores, cuya inteligencia y sabiduría también se extendía y conocían de
todo a todo.
Hasta que un día el corazón del cielo llamado HURACAN, les sopló una gran nube de vapor sobre los ojos
de los nuevos seres creados, que hizo que su capacidad de ver de estos se redujera, disminuyendo de
igual manera su gran sabiduría.

Pasó el tiempo y todo resultaba bien, pero hacía falta la presencia de alguien: una mujer; por lo que la
hicieron casi de la misma forma que al hombre y con el mismo material, solo que un poco más frágil y
más hermosa.

Una vez estando en la tierra el hombre y la mujer, estos se empezaron a reproducir y fue así que el
mundo se empezó a poblar, este mundo creado por los dioses Tepeu y Gucumat.

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