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Tema 2:

Técnicas del
comentario de texto
histórico-educativo
1. LECTURA COMPRENSIVA

2. CLASIFICACIÓN DEL TEXTO O ENCUADRE


(Formal-exterior)

3. ANÁLISIS DEL TEXTO (Contenido interno)

4. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA Y CRÍTICA

5. BIBLIOGRAFÍA: material utilizado para la


realización del comentario
NATURALEZA DEL TEXTO
Un texto puede estar incluido en más de un apartado

• SEGÚN SU FORMA

• SEGÚN EL TEMA O
CONTENIDO
SEGÚN SU FORMA: Históricos
SEGÚN EL TEMA O CONTENIDO:
FECHA Y CIRCUNSTANCIAS EN QUE FUE ESCRITO:
CONTEXTUALIZACIÓN
HISTÓRICA Y CRÍTICA
COMENTARIO HISTÓRICO
ERRORES QUE HAY QUE EVITAR

1. Digresión: Se tocan aspectos externos del texto a comentar pero no se


aporta nada importante para esclarecer el texto propuesto. El alumno
debe centrarse en torno al asunto del texto para evitar digresiones. Hay
que evitar la dispersión, alejándose de las ideas del mismo (no sería
válido "contar" el resumen del tema)

2. Paráfrasis: Es una simple repetición más o menos elaborada del texto,


no aporta nada positivo en sí, no se dice nada nuevo. Se pueden y se
deben citar algunos breves fragmentos como apoyo al comentario pero
no se pueden copiar las palabras del autor. NO SE PUEDE COMENTAR
UN TEXTO HISTÓRICO SIN HABER ESTUDIADO PREVIAMENTE EL
TEMA AL QUE CORRESPONDE.
ERRORES QUE HAY QUE EVITAR

3. Precipitación: El alumno no debe decir en pocas líneas todo el conjunto


de ideas que posibilita el texto. Es necesario dosificar, en los lugares
respectivos de nuestro comentario, las ideas que aportemas para evitar
reiteraciones.

4. Estilismo: Defecto que consiste en fijarse únicamente en los aspectos


formales del texto a comentar, esto es, realizar una redacción literaria de
un texto histórico.
ERRORES QUE HAY QUE EVITAR

5. Énfasis: Consiste en extraer del texto apreciaciones superiores


(tanto afirmativas como negativas) a las que realmente figuran en él.

6. Personalismo: En estos casos las redacciones o escritos contienen


expresiones en primera persona (opino, sé, diré, me parece, etc).
Resulta más conveniente utilizar la forma impersonal o el llamado
plural de cortesía (diremos, se sabe, opinamos, se opina, se dice,
parece que, etc).
Y te aseguro, Sócrates, que si un orador y un médico llegaran a una ciudad,
laque tú quieras, y tuvieran que contender entre sí por medio del discurso,
bien en la Asamblea popular, bien en cualquier otra asamblea, para ver cuál
de los dos resulta elegido como médico, el úl>mo no sería tenido en cuenta
en modo alguno, y sería elegido el hombre que posee la virtud de hablar
bien, si se lo propone. En efecto, no existe asunto alguno sobre el que no
pueda hablar con más persuasión ante una muchedumbre el hombre
elocuente que el de cualquier profesión. Tan grande es el poder de ese arte.
Ahora bien, amigo Sócrates: de la retórica hay que servirse como de
cualquier otro género de lucha. No debemos emplearlos, sean los que
fueren, contra todo el mundo indis>ntamente.

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