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Seminario Teológico de Sevilla

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Tarea de investigación
El decreto de Dios: Libre albedrío

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Presentado en cumplimiento de los requisitos del curso


ET-301 Teología I: Dios Trino
Profesor: Dr. Paco Echevarría Álvarez

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Por
Ezequiel Pérez Serrano
Octubre 2023
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................1
LIBRE ALBEDRÍO..........................................................................................................2
CONCLUSIÓN.................................................................................................................5
BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................................6

ii
INTRODUCCIÓN

El decreto de Dios abarca múltiples áreas de investigación interesantes para la

humanidad a fin de un mejor conocimiento de Dios para que podamos regocijarnos,

deleitarnos y entablar una relación personal con él; sin embargo, el objeto de estudio de

esta investigación es la posición en la que queda la libertad humana o “libre albedrío”

cuando hacemos referencia a los designios o decretos de Dios. Primeramente, hay que

definir a qué nos estamos refiriendo con este término tan amplio, por lo que podríamos

decir que el decreto de Dios es el plan eterno perfectamente medido, que ha ejecutado y

controla absolutamente todo lo que sucede, incluida la creación, con la finalidad de

gloriarse. De hecho, Dios muestra su buena gobernanza teniendo este plan controlado y

ya hecho, aunque nosotros no hayamos experimentado todas las secuencias de eventos a

causa de nuestra concepción del tiempo, pero nos da seguridad de que tanto el presente

como el futuro están en sus manos, y que el pasado ayuda a nuestro bien. Como

resumen, este decreto viene a mostrar su soberana voluntad y gloria. Este decreto es

aquello que Dios se ha propuesto; y como comenta el Dr. Paco Echevarría en la

asignatura en cuestión, citando a Francisco Lacueva “Entramos ahora en un tema difícil,

pero importante. Difícil, porque se trata de lo que Dios se ha propuesto desde toda la

eternidad respecto a todo lo creado, lo cual es un misterio que no podemos desentrañar,

porque entonces dejaría de serlo, pero es un misterio revelado. ¿con qué objeto? A fin

de que sepamos que Dios tiene el control perfecto del universo”1 El decreto eterno es

incondicional y absoluto porque Dios no puede ser afectado por nada, ni responder a

nada externo a él.

1
Paco Echevarría, El decreto de Dios (Seminario Teológico de Sevilla, Santiponce, Sevilla, 10
de octubre de 2023) [Sesión de conferencia].

1
LIBRE ALBEDRÍO

Cuando hablamos del libre albedrío dentro del contexto de un decreto eterno de

Dios, existe, desde mi punto de vista algo parecido a una antinomia, que se da cuando

dos principios son o parecen irreconciliables pero que ambos son innegables. Y la forma

de mezclar las dos ideas o principios parece imposible o incomprensible, también

comentar que la Biblia hace uso del antropomorfismo; dicho de otra manera, la Biblia

usa un lenguaje en forma de hombre para que lo podamos entender. Para introducir el

tema analizaremos las palabras de Charles Hodge “Para decidir si dos cosas son

consistentes se tiene que determinar la naturaleza de cada una de ellas. Por los decretos

de Dios se tiene que entender el propósito de Dios que hace cierto el acaecimiento de

acontecimientos futuros. Por un acto libre se entiende un acto de autodeterminación

racional por parte de una persona inteligente. Si tal acto es por su misma naturaleza

contingente o incierto, entonces está claro que la preordenación es inconsistente con la

libre agencia”2

Lo primero que debemos comentar es que este tema se puede ver desde dos

áreas que se solapan entre sí y que según Berkhof son perfectamente compatibles “se

puede decir que la Biblia ciertamente no se basa en el supuesto de que el decreto divino

sea incompatible con la acción libre del hombre. Revela claramente que Dios decretó

los actos libres del hombre, pero también que sus factores no son menos libres y, por

tanto, responsables de sus actos”3. Si nos centramos en el área divina, donde sabemos

que Dios en su providencia y su decreto eterno ha establecido todas las cosas, la libertad

humana tal y como la conocemos queda relegada a una libertad coartada por lo que Dios

ya ha establecido, como dice Hodge “La Biblia declara de manera especial que las

2
Charles Hodge. Teología sistemática. Volumen 1. (Terrassa: Editorial CLIE, 1991), 391
3
Louis Berkhof. Teología Sistemática. (Michigan, Gran Rapids: Editorial Libros desafío, 1949),
143

2
acciones libres de los hombres están determinadas de antemano”4 Dios ha decretado lo

que se va a hacer y la forma en la que se va a hacer, dentro de su sabiduría se hará todo

de la mejor forma posible a través de eventos sobrenaturales y naturales como nuestras

acciones. En palabras de Erickson “Se tiene la sensación de que todos los días han sido

diseñados y ordenados por el Señor”5, y esto se aplica a todo; por ejemplo, en la

salvación tenemos pasajes como Juan 6:37 o Hechos 13:48 donde vemos que depende

del Padre la entrada de los creyentes a la vida eterna. ¿Puede haber seres genuinamente

libres y que Dios asegure que todo lo que ocurrirá, incluso las elecciones libres de esos

seres, está determinado por él?, Dios puede decidir qué va a ocurrir o qué debe ocurrir,

en el primer caso el ser humano no actuará de manera contraria y en el segundo no

puede actuar de manera contraria, “Dios desde la eternidad ha decidido que el individuo

potencial que llega realmente a existir es el que responderá a esta serie de circunstancias

precisamente como Dios quiere” 6se presenta muy difícil, entonces, conciliar la

soberanía divina con el libre albedrío. Sin embargo, para Hodge esta conciliación no es

tan difícil “El decreto sólo hace cierto el acontecimiento; y por ello si la certidumbre no

es inconsistente con la libertad, entonces la preordenación no lo es. El hecho de que un

acontecimiento pueda ser libre, y sin embargo cierto, puede ser demostrado fácilmente” 7

y esto otro “Por ello, los decretos de Dios, que sólo aseguran la certidumbre de los

acontecimientos, no son inconsistentes con la libertad en cuanto al modo de su

acaecimiento. Aunque su propósito comprende todas las cosas, y es inmutable, sin

embargo, no por ello <<se violenta la voluntad de las criaturas, ni es eliminable la

libertad ni la contingencia de las causas segundas, sino que más bien queda todo ello

establecido>>”8

4
Charles Hodge. Teología sistemática. Volumen 1. (Terrassa: Editorial CLIE, 1991), 389
5
Millard, J. Erikson, Teología Sistemática (Barcelona, España.: Editorial CLIE, 2008), 371
6
Ibíd, 381
7
Charles Hodge. Teología sistemática. Volumen 1. (Terrassa: Editorial CLIE, 1991), 392
8
Charles Hodge. Teología sistemática. Volumen 1. (Terrassa: Editorial CLIE, 1991), 392

3
Desde el punto de vista humano, el libre albedrío se entiende mejor cuando nos

otorgamos libertad, el ser humano es libre en su voluntad y decisiones, pero esas

decisiones están causadas por algo, la biblia no dice que no haya causa para nuestras

decisiones. La máxima capacidad de libertad, más allá de la libertad que tiene Dios, que

es completa, se encuentra en el ser humano, culmen de su creación. No somos

conscientes de ninguna restricción a la hora de tomar decisiones. De lo contrario, no

tendría sentido pensar que lo que hacemos tiene repercusión alguna o sirvan para algo,

de hecho, solemos confiar en Dios sabiendo que se cumplirá su plan para nosotros, pero,

libremente, trabajamos como dice Gruden “simplemente decir que estamos confiando

en Dios en lugar de actuar responsablemente es holgazanería y una distorsión de la

doctrina de la providencia”9. Personas como Pinnock dicen que es blasfemia mantener

que la rebelión del hombre contra Dios en cierto sentido es producto de la voluntad

soberana o causalidad primaria de Dios, argumentando que si la providencia divina

anula la libertad humana somos robots que haremos exactamente aquello que Dios nos

hace hacer, entonces esas decisiones que tomamos no son decisiones verdaderas.

Pinnock sigue afirmando que la relación personal de la que presume el cristianismo no

puede estar fundamentada si no es en una decisión libre, tanto de Dios de amarnos y

rescatarnos y del ser humano en aceptarlo y seguirlo. El pecado y la caída surgiría

porque Dios no quiso mecanizar al hombre y hacerlo robot imponiendo su voluntad en

él. Estos argumentos arminianos representan lo que intuitivamente sabemos respecto a

nosotros mismos, explicando nuestras acciones y responsabilidad desde un plano

humano.

9
Wayne Grudem, Teología Sistemática, una introducción a la doctrina bíblica (Miami, Florida,
EE.UU.: Editorial Vida, 2007), 349

4
CONCLUSIÓN

Para finalizar esta investigación, haré acopio de un término Agustiniano que se

llama” Autodeterminación razonable” porque es el que mejor ha unido, desde mi punto

de vista, este dilema entre el libre albedrío y el plan divino de su decreto. Consiste en

que el ser humano es capaz de pensar lo que hace y decide después de razonarlo de

manera consciente y seguimos el curso de la acción que hemos escogido. Entonces los

acontecimientos no ocurren independientemente de lo que decidamos o no, sino que se

determinan en función de lo que consciente y razonadamente hacemos,

independientemente de que seamos libres o no. Entonces el ser humano, pudiendo

actuar de manera diferente a lo que Dios quiere que ocurra, no lo hará. El ser humano es

libre de hacer lo que quiera, pero, eso que el ser humano quiere, ¿no será aquello que

Dios le ha puesto en su corazón hacer, frente a aquellas cosas que no desea hacer?

nosotros tenemos opciones y decidimos en base a lo que mejor nos conviene o más nos

guste, sea para bien o para mal. Pero ese abanico de cosas que “nos placen”, no las

hemos puesto nosotros en la mente, sino que responden a un diseño divino. Las cosas

que me atraen no podemos controlar en cuánta medida nos atraen. O sea, las decisiones

que tomo libremente están influenciadas por deseos fruto de mis características que no

soy capaz de alterar por libre elección. Todos esos factores, genéticos, sociales,

culturales, psicológicos que hacen ser quien soy no los he creado yo, no al menos de

forma consciente o premeditada, sino que lo ha hecho Dios. Si la libertad es la habilidad

para escoger distintas opciones, entonces esa libertad existe y es compatible con un Dios

soberano con un pan divino. Entonces esos seres morales pueden decidir qué hacer

dentro de las opciones que tengan, pero en lo que no han sido libres es en saber por qué

han llegado a querer elegir aquello que eligieron.

5
BIBLIOGRAFÍA

BERKHOF, Louis. Teología Sistemática (Michigan, Grand Rapids: Editorial Libros


Desafíos, 1949)

ECHEVARRÍA, Paco. El decreto de Dios (Seminario Teológico de Sevilla, Santiponce,


Sevilla, 10 de octubre de 2023) [Sesión de conferencia].

ERICKSON, Millard J. Teología Sistemática (Barcelona, España.: Editorial CLIE,


2008).

GRUDEM, Wayne. Teología Sistemática: una introducción a la doctrina bíblica


(Miami, Florida, EE. UU: Editorial Vida, 2007).

HODGE, Charles. Teología Sistemática volumen I (Terrassa: Editorial CLIE, 1991)

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