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Es una parte económica que no está sujeta a impuestos ni esta supervisada por el gobierno.
También se le conoce como sector informal, economía de sombra o economía gris. Este concepto
se aplicaba originalmente al autoempleo en empresas pequeñas no registradas. Se ha ampliado
para incluir el empleo asalariado en trabajos no protegidos. Abarca más del 60% de la fuerza
laboral activa mundial.
(También está la economía sumergida que muchos pretenden equivocarse, pero la economía
sumergida, abarca todo el dinero de un mercado o país que no son declaradas ante las
autoridades, un ejemplo de la economía sumergida es el comercio de drogas).
De acuerdo con el Servicio de Administración de Rentas, la economía informal equivale a cerca del
44% del PIB hondureño; traducido en producción, esto equivale a más de 300 mil millones de
Lempiras. Agravando el escenario, el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto Hondureño de
Seguridad Social revelan que el 74% de los trabajadores, más de 2.6 millones de hondureños,
operan en la informalidad, Una razón evidente para este panorama es la escasez de oportunidades
de empleo en el sector formal
En Honduras, la tasa de economía informal es extremadamente alta, con más del cuarenta por
ciento de la población poseyendo un trabajo informal y en más de un treinta por ciento las
mipynes se ven obligadas a inmigrar al mercado informal. Más de un millón y medio de
hondureños no tienen una oportunidad de empleo y una cifra cercana a los tres millones están en
el sector informal de la economía. La pobreza en Honduras, que afecta al 74 % de sus 9,5 millones
de habitantes, es consecuencia de los altos niveles de informalidad y un crecimiento económico no
sostenible debido al fuerte incremento de la deuda y la corrupción.