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Historia de las persecuciones


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políticas y religiosas ocurridas en ...

Fernando Garrido
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

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HISTORIA
DE

LAS PERSECUCIONES
POLÍTICAS Y RELIGIOSAS
EN

EUROPA.
1
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BIBLIOTECA UNIVER
DONACIÓN DE EXC 0 .
M. ). J. 1. CALADEO
1894
MADRID
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HISTORIA
DE

LAS PERSECUCIONES
POLÍTICAS Y RELIGIOSAS,
OCURRIDAS

EN EUROPÁ DESDE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DIAS.


OBRA ÚNICA EN SU GÉNERO .

GALERÍA POLÍTICA FILOSÓFICA Y HUMANITARIA


IMPARCIAL
y concienzudamente escrita ; recopilada de las
historias de todas las naciones de Europa , de las do sus religiones, sectas,
escuelas y partidos, revoluciones, reacciones, procesos y tribunales célebres, publicadas
por los mas sabios filósofos , estadistas, é historiadores de
todas las épocas, y de los documentos que
se encuentran en las principales
bibliotecas de Europa.

POR

D. ALFONSO TORRES DE CASTILLA.

EDICION DE GRAN LUJO

ilustrada con profusion de magnificas láminas abiertas eu acero,, debidas al buril


de los mas cilebres artistas de Inglatera, Francia y España

LE
TOMO I. BE . D. . . Au

BARCELONA :
IMPRENTA Y LIBRERÍA DE SALVADOR MANERO,
Rambla de Sta . Mónica, núm 2, frente á Correos ,

1863 .
ES PROPIEDAD DE SALVADOR MANERO .
DEDICATORIA
À tOS INTOLERANTES

DE 100OS LOS PARIIDOS Y CRIENCIAS.

Si os dedico , exponiéndolos ante vosotros, el terrible cuadro de los horrores de la intolerancia


y de los crimenes perpetrados en nombre de las ideas buenas ó malas, no lo hago con intento de in
duciros al abandono de las que profesais, que yo no tengo aquí la mision de juzgarlas, sino con el
propósito de convenceros de la inutilidad de las persecuciones contra los que profesan distintas
ideas que vosotros .
Las enseñanzasde la Historia, esa gran maestra de verdades, nunca bastante consultada: ni sufi
cientemente comprendida, que reunidas os presento en un elocuente conjunto, os harán ver que la
intolerancia , arrojando la oliosidad de las crueldades que lleva siempre consigo sobre las ideas y
doctrinas, en cuyo nombre se ejercian, ha redundado en definitiva en perjuicio de los mismos in
tereses en cuya defensa se emplearon. No me propongo, por lo tanto debilitar vuestros medios de
defensa , impeliéndoos al abandono de las armas odiosas de que la intolerancia os provée, antes
al contrario, me anima el deseo de preservar vuestras ideas,cualesquieraque sean, de la responsa
bilidad que sobre ellas arroja la intolerancia , de que un celo mal dirigido os induce á serviros con
tra los que no participan de vuestras convicciones .
Si vuestras doctrinas ó creencias fuesen erróneas no merecen la pena de que por ponerlas á cu
bierto de la crílica persigais á nadie por ellas, ni que imponiéndolas prohibais la manifestacion de las
ideas de los otros. Con intolerancia ó sin ella están fatalmente condenadas á borrarse de la mente
del hombre y á ejercer tan solo una influencia precaria y desvanecerse cual ligera niebla a los ra
yos del astro de la luz. Si son verdaderas , la intolerancia ejercida en su nombre contra los que no
las tuvieren portales, ni las hará mas verdaderas de lo que ya son , ni será bastante á alcanzarles
mas sólida victoria , ni necesitarán para concluir por enseñorearse del humano entendimiento y
convertirlo en instrumento dócil , que tome posesion en su nombre del tiempo y del espacio para
esterminar a los que tienen la desgracia de estar poseidos del error .
Las persecuciones contra los hombres por las ideas que proſesan , dan falsa vida y apariencia de
verdad á los errores por que son sacrificados, y manchan y deshonran á las verdades en cuya de
ſensa se ejerce la persecucion .
Si lograra convenceros de estas verdades, obtendria la mas grata recompensa, y llonaria el prin
cipal objeto á que aspiro al publicar esta obra .
Aceptadla en gracia del humanitario sentimiento que la ha inspirado.

Alfonso Torres de Castilla .


PROLOGO .

Grandes han sido los errores de hombres y de pueblos ; repug


nantes sus vicios , sus crímenes horribles, inauditas sus iniquida
des. Por cualquier parte que abramos el libro de la Historia, no
vemos mas que páginas escritas con sangre ; persecuciones y lá
grimas, desolacion y esterminio, y los papeles de víctima y de ver
dugo alternativamente representados por los defensores de todas
las ideas buenas ó malas, grandes ó mezquinas, sublimes ó ridícu
las, á que las humanas sociedades han debido ora su fundacion ó
su decadencia, ora su progreso, su estancamiento ó su ruina .
En nombre de las religiones y de los dioses y sus cultos , cuyos
derechos é intereses pretendian salvar, los politeistas paganos mar
tirizan , degüellan y esterminan centenares de miles de cristianos,
en los primeros siglos de nuestra Era. Nada basta á saciar su fa
natismo ni la saña de su odio contra los que profesan la nueva fé .
Todo sacrificio les parece pequeño para aplacar á sus irritadas di
vinidades.
Vencedores á su turno, los cristianos cambiaron el papel de víc
timas por el de verdugos, y persiguieron con implacable furor a los
vencidos paganos y gentiles primero, á judíos y mahometanos des
VIII PRÓLOGO .
pues, y, lo que es mas repugnante todavía, se persiguieron unos á
otros, multiplicando los tormentos ; y excediendo en fanática cruel
dad á sus antiguos adversarios, hicieron cuanto estuvo en su mano
para comprometer y deshonrar la religion de amor y de paz reve

lada por elRedentor, que pedia á su Padre en el Calvario el per


don de sus enemigos .
Los espantosos horrores del fuego , de la sed y del hambre, del
quebrantamiento de los huesos y descoyuntamiento de las articula
ciones , para destruir á los que reciprocamente se llamaban malos
cristianos, reemplazan á los acerados dientes y agudas garras de los
tigres y leones que desgarraban vivos aun y palpitantes á los hom
bres , en los siglos precedentes, no por ser malos, sino por ser bue
nos cristianos.
No hay raza ni pueblo que deje de llevar su contingente a esta
gran hecatombe: no hay rincon de tierra que se libre de su furia.
No hay principio político ni fe religiosa en cuyo nombre no se co
metan crímenes horrorosos, sangrientas carnicerías, persecuciones
injustas que deshonran á la humanidad y que oscurecen y man
chan los gloriosos timbres de sus mas brillantes civilizaciones ; de
tal suerte que , si por sus efectos debiéramos juzgar á los principios
políticos y á las creencias religiosas que han sucesivamente regido
la conciencia de los hombres y las humanas sociedades, preciso se
ria hacerlas responsables de un cúmulo de errores, vicios , críme
nes y miserias tales, que exceden á cuantas á las malas pasiones se
atribuyen, y que han afligido y degradado a las razas humanas,
para mengua suya , segun vemos , lo mismo en los antiguos que en
los modernos fastos de la Historia. Pero no: buenos ó malos, erro
neos ó verdaderos, efímeros ó eternos, humanos ó divinos , los prin
cipios y doctrinas que han iluminado la mente del hombre no son
responsables de sus vicios ni crímenes, que de mas hondos manan
>

tiales proceden. Y no se crea que pretendamos menguar la impor


tancia, grande por cierto, de ideas ni doctrinas, siquiera entren en
>

la esfera de efectos ó causas secundarias. La responsabilidad perte


nece en primer lugar a la ignorancia de la humanidad, que solo bajo
PRÓLOGO . IX

la accion del tiempo se desenvuelve y perfecciona, comprendiendo


y aplicando de diverso modo creencias, principios y doctrinas, y
abandonando las que por buenas equivocadamente tuvo a medida
que se ilustra su inteligencia y su razon se esclarece. Es la igno
rancia quien le ha hecho tomar por luz las tinieblas, por mentira
la verdad; quien le ha inducido á interpretar torpemente las nocio
nes mas sencillas y claras; quien , confundiendo en su mente la idea
de la rectitud con la de la intolerancia, le ha llevado a la consagra
cion de tan funestos estravíos .
Hé aquí por qué , aunque la consideremos como un efecto, no po
demos menos que denunciar la intolerancia ante el tribunal de la
razon ,como el vicio mas temible y que mas daños ha causado á
1

las sociedades de todos los tiempos y de lodas las latitudes.


La intolerancia ha sido la mas funesta emanacion de la ignoran
cia, el mas peligroso de los vicios que han corroido las entrañas de
los hombres, llinando de espanto sus almas y desolando sus hoga
res, precisamente por no haberse presentado con el odioso y re
pulsivo carácter de crímen ó de vicio , sino antes bien cubierta con
el blanco cendal de la virtud y rodeada de la aureola del heroismo,
supuesta defensora de los sentimientos y creencias mas caras al
hombre .
Los crímenes perpetrados por la intolerancia se han cometido con
objeto de defender ya la libertad ó la religion, ya la patria ó la pro
piedad, ora la tradicion ó la ciencia, ora el órden ó el progreso, lo
mismo los privilegios que la igualdad ante la ley .
Verdad es que muchas veces los perseguidores, solo usaban con
tra sus víctimas la influencia de objetos , de instituciones ó doc
trinas tan amadas, como una careta tras de la cual procuraban
esconder con refinada astucia sus intereses personales, sus mal sa
tisfechas pasiones , su codiciosa ambicion . Mas si tales fueron las
secretas miras de no pocos, no es menos cierto que la mayoría ba
perseguido y quemado, ó contribuido á perseguir y quemar vivos
á sus semejantes, abreviando con cruentas torturas su miserable
vida, con la mejor buena fe: no por el placer de destruirlos ni ani
Томо І. 2
х PRÓLOGO .
quilarlos, no por saciar un bajo instinto de venganza , impulsada
por el móvil de los intereses personales, sino con la pretension de
servir a los sagrados derechos de la justicia, de labrar la ventura de
>

la sociedad y de asegurar á sus víctimas en la otra vida la felicidad


eterna ; convirtiendo de este modo la mas bárbara de las cruelda
des, el mas repugnante é irreparable de los crímenes, la destruc
>

cion de sus semejantes, en un acto laudable y meritorio, por la fu


nesta conviccion de que , no solo la sociedad, sino tambien sus mis
mas víctimas recibian un señalado favor; de que los verdugos ha
cian una obra de caridad , un acto misericordioso á los ojos del
mundo y á los de su propia conciencia.
En nombre de la libertad, como en nombre del órden , en la es
fera política; por la salud de la patria lo mismo que por el presti
gio y autoridad de los reyes ó de los gobiernos imperantes en las
naciones , con el noble objeto de servirlos , de salvarlos tal vez , la
intolerancia ha santificado los crímenes mas estupendos y vergon
zosos, dándoles toda la apariencia de virtudes, de acciones sublimes,
dignas de encomio , de recompensa, de eterna memoria .
Incendios de campos y ciudades; grandiosos monumentos del arte
demolidos; templos profanados; niños arrancados del seno de sus
madres afligidas; castas doncellas prostituidas y arrojadas cual bes
tias hediondas al lodo de los lupanares; ancianos decrépitos pasa
dos al filo de la espada; extrañamientos y expatriaciones en masa;
razas esparcidas en los desiertos como torbellinos de arena arreba
tados por los huracanes; naciones subyugadas por el hierro y el
fuego ; pueblos sumergidos en lo profundo del mar, arrojados á la
corriente de los rios y sepultados bajo las derruidas techumbres de
sus moradas, y saqueos , ruinas , esterminios y desolaciones infini
tas, cuya contemplacion horroriza y aflige al alma, haciéndola des
esperar del humano entendimiento, que á tantos estragos se acos
tumbra y que tales horrores santifica; tal es el espectáculo que las
obras de la intolerancia nos ofrecen á cualquier lado que volvamos
la vista para estudiar la vacilante marcha de la humana especie al
través de los siglos.
PRÓLOGO . XI

¿Y sobre quien han caido sus golpes mas furibundos? ¿Quienes


han sido las víctimas preferidas, inmoladas en su holocausto?
Desde la cicuta que puso fin á la noble vida del mas grande de
los filósofos de la antigua Grecia, hasta los potros de la Inquisicion
española en que tantos infelices padecieron y espiraron ; desde la
hoguera en que murió Savonarola hasta los calabozos y destierros
en que á Gallardo , Argüelles , Martinez de la Rosa y á tantos otros
ilustres patricios sumió el intolerante fanatismo de los realistas ven
cedores en 1814 y 1823 , y los homicidios y deportaciones en que
el segundo imperio francés fundó su restauracion, los estigmas de
la intolerancia se han descargado siempre sobre las mas claras in
teligencias; han ensangrentado los pechos mas varoniles ; han man
cillado las almas mas puras, los espíritus mas elevados ; martiri
zando los corazones mas tiernos y sensibles, lo mismo que las mas
indomables voluntades.
La intolerancia ha buscado en la destruccion del hombre la des
truccion de la idea, yУ arrancando con tenazas ardientes los pedazos
de su carne palpitante, y descuartizándolo , crucificándolo , reducién
dolo á cenizas, ó arrojándolo á la arena del Circo para alimento de
las fieras, ha esperado que con él se estinguiria la idea que acari
ciara en su mente . Pero las ideas no tienen sangre que verter, car
ne que desgarrar, ni huesos que quemar, y escapaban ilesas, á pe
sar de la intolerancia , lo mismo de entre las llamas del auto de fe,
que de entre las garras de los leones del circo romano ; si eran er
róneas ó injustas, para comparecer ante el tribunal de la razon hu
mana y ser arrojadas de su alma y condenadas , por el único medio
con que las ideas pueden serlo, por la comparacion con ideas mas
justas y verdaderas; no por la destruccion del hombre, en cuya men
te se abrigaban, sino por el convencimiento y la demostracion ; que
las ideas solo con ideas se combaten y destruyen .
El pensamiento es inmaterial como el alma de quien emana, y no
pueden llegar basta él las ofensas inferidas a la materia . Si la idea
es verdadera, el martirio de su poseedor solo puede servir para pu
rificarla y santificarla; y elevándola sobre la helada atmósfera del
XII PRÓLOGO .
calabozo en que espira , sobre los negros torbellinos del humo de la
hoguera en que queman vivo, ó sobre la cruz en que clavan al que
por ella perece, se ostenta cual radiante aureola, lávaro de fuego
en que se fijan las atónitas miradas del mundo, y burlando la rabia
impotente de la ciega intolerancia, penetra en todas las inteligencias
precisamente por los mismos medios empleados para estirparla. Así
la intolerancia solo ha logrado hacer odiosas las instituciones que
defendia, convertir en templos sus mazmorras, y entregar á la ailo 3

racion de los hombres los instrumentos de sus suplicios Yy la me


moria de sus víctimas, y á la execracion de los venideros tiempos
los nombres de sus perseguidores.
¿Quién al penetrar en esos múslios y sombríos monumentos, cu
yos nombres están en la memoria de todo el mundo, mansiones del
crimen y de la iniquidad, conocidas como prisiones de Estado, ó ba
>

jo cualquiera otra denominacion, desde los Plomos de Venecia hasta


la Inquisicion de Sevilla, desde la torre de Londres hasta el castillo
de Spielberg, desde la Bastilla hasta la Cárcel de corte, desde Bice
tre a las minas de Siberia , de la ciudadela de Amberes hasta la de
Barcelona, desde el calabozo de las Tiranías secretas hasta los pre
sidios de Lambesa , no ha sentido conmovida su alma por un pro
fundo sentimiento, mezcla de odio y de piedad, de horror y de ve
neracion, al recordar los nombres, y la triste historia con ellos , de
tantos varones ilustres, que honran á la humanidad, por sus virtu
des ó su energía, su abnegacion ó su ciencia, y que sufrieron en
ellas martirios tan crueles, pareciéndole que el eco los repetia ,
como una eterna é inapelable condenacion de las oscuras y bárba
ras edades atravesadas por la sociedad, en que las ideas, las opi
niones ó creencias han podido ser consideradas actos criminales;
perseguidos y condenados los que las profesaban, y á tratamientos
mas duros sometidos, que los asesinos , ladrones, incendiarios Y
parricidas?
Molay, Juana de Arco, Jerónimo de Praga, Tomás Moro, Fisher,
Miguel Serveto, Savonarola, Campanella, Vanini, Antonio Perez ,
Juana Grey, Fray Luis de Leon , Galileo, Spinosa , Silvio Pellico,
PRÓLOGO . XIII

Madama Roland , Gallardo , Martinez de la Rosa , Riego y todos cuan


tos de la intolerancia fueron víctimas, son dignos de las ardienles
simpatias que han inspirado, cualesquiera que fuesen sus errores ó
la falsedad de sus ideas ú opiniones sobre cosas humanas ó divinas,
y por mas que pudiesen ser condenables sus doctrinas; que yo no
tengo mision de examinar, ni mucho menos de juzgar aquí.
Al escribir la historia de sus persecuciones, al referir sus marti
rios y padecimientos, no pretendemos hacer la apología de las doc
trinas que sustentaban ni de la ſefe religiosa ó política á que debie
ron los honores de la persecucion; la Historia уy la Filosofia las han
juzgado ó las juzgarán . No es la histo : ia de las ideas , sino la de los
hombres que por ellas padecieron la que vamos á referir, con obje
to de ofrecer a nuestros contemporáneos, reunidos en un cuadro
general , los horrores, la injusticia, la inutilidad y los desastrosos
efectos de las persecuciones, á fin de inspirarles repugnancia hácia
ellos , para que puedan apreciar bajo su verdadero aspecto hom
bres y acontecimientos, oscurecidos ó desfigurados por la mala fe ó
la pasion que guiaron la pluma de muchos de sus historiadores y
biógrafos, y probarles que el uso de tan bárbaros medios empleados
para estirpar el crror, producen siempre efectos opuestos a los que
sus autores se proponen .
Como no vamos aá juzgar sus ideas ; como para nosotros los per
seguidos son igualmente víctimas dignas de respeto , independiente
mente de la bondad de las creencias ó instituciones que represen
taban, fuesen cristianos ó judíos, católicos , protestantes ó maho
metanos, realistas ó constitucionales, monárquicos ó republicanos,
no podemos menos de ser imparciales, colocándonos á tal altura,
que nos permite considerar con el mas frio y severo criterio el
variado y grandioso objeto, asunto de nuestros históricos estu
dios . La intolerancia, los medios que ha empleado para estirpar el
mal , es lo que, por los sucesos mismos, mas que por nuestros jui
cios , resultarán condenados ; y confiamos en que será tal la luz que
arrojen de sí , que llevarán al ánimo del lector la certidumbre de
que la estirpacion del mal, ó en otros términos, del error, con to
XIV PRÓLOGO .
das sus consecuencias , no puede obtenerse por el martirio del cuer
po , sino por la educacion del alma ; que la violencia nada enseña, y
que la ciencia moderna ha demostrado teórica y prácticamente cuan
absurdos, anticristianos Уy antihumanitarios son los argumentos so
bre que pretenden sus partidarios sustentarla .
La experiencia de dos mil años debe ser suficiente para enseñar
á todos los fanáticos, que la intolerancia solo ha logrado, en defini
>

tiva, hacer pasar por las horcas caudinas á los que tuvieron en
ella 'mas fe y que mas confiaron en su eficacia, para dominar ó es
terminar á cuantos no participaban de sus creencias.
No hablemos de gentiles ni paganos, a quienes no salvó de la ex
tincion de sus religiones en Europa, la sanguinaria intolerancia con
que persiguieron a los discípulos del Redentor, como facineroso en
un oscuro rincon de Judea crucificado. El ejemplo seria conclu
yente ; pero los hay mas modernos y mas eficaces todavía por ser
mas humanos. Vengamos á tiempos mas recientes y fijemos la
vista en las funestas discordias que desde los primeros siglos de
la era cristiana produjeron el error, y las falsas interpretaciones
dadas á los libros santos por los que profesaban la religion de
Jesus .
Mientras que en los países en que , durante muchos siglos, la
persecucion contra los protestantes, como en Italia, por ejemplo,
ha sido implacable, el pueblo se transforma de religioso en faná
tico, de fanático en supersticioso, y de supersticioso en escéptico,
suprime los conventos, y en la misma Roma se rebela contra el Pa
9

pa; en los Estados Unidos y en Inglaterra, donde no pueden impo


ner sus creencias, donde no tienen mas armas que la persuacion ,
el número de católicos aumenta cada dia . La intolerancia no solo
tiene la virtud de inspirar simpatías hácia los perseguidos y sus
ideas, sino de hacer odiosas las ideas en cuyo nombre se llevan á
cabo las persecuciones, haciéndolas responsables de las faltas ó de
la ignorancia de sus fanáticos defensores.
¿Quién no sabe que aá los escesos de la intolerancia, en sus nom
bres perpetrados, han debido muchas instituciones su ruina ?
PRÓLOGO . XV

Quién mas que la intolerancia , encarnada en todos sus elemen


tos constitutivos, originó á la Monarquía borbónica de Francia los
horrores de su caida ? ¿Qué mayores enemigos tuvo la República
francesa de los últimos años del pasado siglo, que los horrores por
muchos de sus defensores cometidos?
¿Quién mas que el ciego fanatismo уy la bárbara crueldad del tri
bunal de la Inquisicion , manifestacion la mas perfecta del espíritu
9

de intolerancia, perjudicó a la religion católica, de quien se supo


nia salvaguardia ?
Y no hemos visto sucesivamente a realistas, republicanos é in
quisidores católicos esterminados por los defensores de las mismas
ideas que habian tan ferozmente perseguido primero , por idénticos
medios que los empleados por ellos para esterminar á los que pen
saban de diversa manera? ¿No hemos visto la Inquisicion y sus ins
trumentos y defensores , quemados y esterminados a la luz del dia,
en las mismas poblaciones, teatros en otros tiempos de sus autos
¿ profundos calabozos en que nobles y reyes sepultaban vi
de fe ? ¿los
vos y dejaban olvidados , sin mas forma de proceso , á los que no
creian en su procedencia divina , ó a los que mejor les venia en ta
lante , llenos de reyes , principes y nobles ; y morir, en la guillotina ,
á los que, cortando cabezas con su tajante cuchilla , querian estir
par las rancias ideas que condenaban en las personas de nobles y
de reyes?
¿ De qué les sirvieron a unos y á otros sus crueldades , ni los efi
meros triunfos de sus ideas a la intolerancia debidos? ¿Y á cuántas
doctrinas falsas no ha dado la intolerancia, con sus injustas perse
cuciones , una popularidad que sin ellas no hubieran alcanzado ja
más? Así pues , no escribimos estas páginas solo en beneficio de los
que se ven por sus ideas perseguidos, sufriendo los violentos ar
ranques ó la sistemática opresion de sus verdugos: tan presentes
tenemos á los verdugos como á las víctimas, á los perseguidores
como á los perseguidos.
No guia nuestra pluma el odio contra los que en lágrimas y san
gre se empaparon , extraviados por su ciega ignorancia, que les ha
XVI PRÓLOGO.
cia buscar el bien por caminos en que solo perdicion podian encon
trar; nó, ¡harto fueron y serán maldecidos y execrados, y sobre
ellos y sus descendientes recaen las espantosas consecuencias de sus
faltas! Ni se crea tampoco que pretendamos negar su responsabili
dad ; pero justo es dar la importancia que se merecen , tanto al in
>

flujo de los tiempos en que vivieron , cuanto a los errores que ma


maron en la cuna , y que se acostumbraron á considerar como ver
dades inconcusas y máximas incontrovertibles. Por eso no vamos á
presentarlos a la humanidad por blanco de sus odios, sino como
víctimas de sus errores; como enfermos atacados de un mal conta
gioso, aá cuyos estragos al fin habian de sucumbir, sin valerles el
ser sus agentes propagadores.
Considerando la intolerancia como carencia de ilustracion, y exa
minándola en su aspecto histórico, encontraremos en su estudio el
criterio á cuya luz podamos apreciar los grados de verdadero pro
greso alcanzados por cada pueblo.
Decidnos hasta donde llega la intolerancia de una nacion y las
formas con que se presenta , y os diremos hasta que altura se halla
sumergida en los antros tenebrosos de la barbarie.
Si la intolerancia está arraigada en las conciencias, bien puede
asegurarse, que no solo se manifestará en las instiluciones y las
leyes, bajo las formas mas depresivas de la dignidad humana, sino
que , y es lo peor, las costumbres estarán de tal modo impregnadas
de su letal espíritu, que serán insuſi ibles para todos los que de él
no participen. Por el contrario, si el alma logró emanciparse de la
tiranía de este mal espíritu, las ſalsas ideas ó las viciosas interpre
taciones que lo engendiaron habı án perdido su perniciosa influen
cia en las costumbres; y las instituciones en que todavía se revele,
vendrán á ser como letra muerta . Asi vemos en Europa modificar
se los códigos y las leyes en sentido inverso de la intolerancia, que
durante muchos siglos fué el rasgo característico de todos los pue
blos ; y gracias alinflujo de la ilustracion que nos facilita mejor in
teligencia de las ideas, cuyas falsas interpretaciones nos condujeron
simultáneamente a los estragos de la intolerancia del fanatismo, del
PRÓLOGO . XVII

embrutecimiento y de la miseria que son su inevitable cortejo , va


mos aunque muy lentamente progresando y oponiendo al intole
rante espíritu, de que aun no han podido desprenderse, las obras
de los legisladores, la accion eficaz de la opinion pública, que nos
hace concebir las mas lisongeras esperanzas para el porvenir de
las razas europeas.
En vano sistemas é instituciones, resto de nuestra antigua bar
barie, se levantan como un triste recuerdo y como un obstáculo
opuesto á la satisfaccion del espíritu del siglo. Esos restos de un
pasado sombrío y vergonzoso no son mas que cuerpos sin alma,
cuyas manifestaciones son un puro anacronismo, incapaz de hallar
eco en el alma de las generaciones contemporáneas, áa pesar de los
inauditos esfuerzos de los insensatos que quisieran galvanizarlos ,
para sumergirnos de nuevo en un periodo de tinieblas, aislamiento
y atraso, semejante a los que tan negro borron imprimen en la bis
toria de las naciones .
Por fortuna y honra de la época actual, el espíritu de tolerancia
ha penetrado en la mente de los hombres con el aura de la nueva
vida á que el progreso conduce a todas las naciones, yy volvieron
para siempre la espalda á los viejos ídolos, en cuyas sangrientas
aras sacrificaron tantas vidas y tesoros; y los desaforados gritos de
los falsos profetas que quisieran volverlos al sendero de perdicion
abandonado , son voces que claman en desierto y se pierden en el
aire sin eco que las repita.
Las hogueras de la Inquisicion no volverán ya á arrojar en tor
no nuestro sus fatídicos resplandores; y si las persecuciones políti
cas y religiosas son todavía posibles en Europa, gracias a la letra
de antiguas leyes ó reminiscencias de un rancio fanatismo desliza
das en las modernas; influyamos en cuanto las leyes lo permitan
sobre la conciencia de los legisladores y sobre el espíritu público
que debe revelarse en ellas , para que desaparezcan de entre noso
tros los desastrosos residuos de la intolerancia, que pudo esplicarse,
pero nunca justificarse en otros tiempos: los que echan de menos
las hogueras de Torquemada y los esterminios de Tolosa у de la
Tomo I. 3
XVIII PRÓLOGO .
noche de San Bartolomé , son los que mas han de ganar en ello .
Hemos hasta aquí sumariamente expuesto el objeto altamente hu
manitario que guia nuestra pluma, la idea que nos proponemos des
envolver y las razones en que se fortalece nuestra profundísima
conviccion de que en la historia de las persecuciones políticas y re
ligiosas mas importantes de nuestra era se encuentra la confirma
cion de la tesis que hemos procurado demostrar, á saber:
Que las persecuciones contra las personas, fundadas en las opi
niones que profesan, son contrarias al mas simple buen sentido y
producen efectos contrarios á los que sus autores se proponen . Rés
tanos ahora iniciar al lector en el plan ó método que hemos segui
do para el desenvolvimiento de nuestro trabajo .
Confesamos ingenuamente, que áa pesar de ser una idea por lar
go tiempo en nuestra mente acariciada, de haber durante muchos
años reunido materiales de inestimable precio, y de infundirnos
aliento para llevarla á cabo las instancias y consejos de amigos
competentes en la materia, siempre nos ha parecido una empresa
muy superior á nuestras débiles fuerzas; y mas de una vez, desa
lentados por su magnitud y sus dificultades, la hemos abandonado
y deseado encontrar una cooperacion eficaz, que aligerando la car
ga facilitara el llevarla á término feliz . El estado en que hace algun
tiempo se encuentra la vieja Europa nos ha hecho comprender que
hoy mas que nunca es una necesidad , agrabada por las circunstan
cias , la publicacion de una obra de la indole de esta que hace tiem
po teníamos comenzada; y aguijoneados por el sentimiento del de
ber, hemos dado de mano á nuestros escrúpulos de insuficiencia, У
concluido el tantas veces interrumpido trabajo, contando para su
éxito mas con la benevolencia del público que con su escaso mé
rito .

Una materia tan vasta, como que abraza la Historia de Europa en


los doce últimos siglos, requeria un trabajo especial de condensa
demás el peligro de que fuese difusa y que ado
cion, corriéndose además
leciese de confusion si se seguian los sucesos por datas : teniendo
esto en cuenta , hemos creido que el método mas sencillo y el mas á
PRÓLOGO. XIX

propósito al mismo tiempo para poner de relieve los acontecimien


tos y los hombres mas importantes que figuran en nuestra Historia,
era el de agrupar en cada libro cuanto se refiere a la persecucion
contra los que profesaban una idea política, una verdad ó un er
ror religioso, siquiera perteneciesen á diversos países y no pudiera
seguirse rigurosamente el orden cronológico. De este modo ndestro
trabajo se desenvuelve en cuadros históricos, cada uno de los cua
les forma un cuerpo , ú obra especial , que es independiente de los
otros , áa pesar de estar ligado al conjunto por la idea dominante.
Este sistema tiene , entre otras ventajas, la de hacer la lectura mas
fácil y atractiva .
Así, pues, tanto por el objeto como por la variedad de materias
que abraza, de ideas, hombres, épocas y países que describe, co
mo por el método con que están escritos estos estudios históricos,
son una obra completamente nueva , sin precedente en la literatura
histórica, y cuya importancia y magnitud son a nuestro juicio mas
que suficientes para disculpar las imperfecciones de que adolezca .
LIBRO PRIMERO .

LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES.

270-1236 .
LIBRO PRIMERO .

LOS MANIOUEOS Y LOS ALBIGENSES.


270_1236 .

INTRODUCCIÓN.

SUMARIO .

Ineficacia de las persecuciones de los paganos contra los progresos del cristianis
mr . - Persecuciones y destruccion del paganismo por los cristianos. - Consolida
cion del poder de la Iglesia por su alianza con los principes:-Dulzura empleada
por los cristianos en los primeros siglos, para atraerse a los hereges. - Origen y
aumento de la violencia de las persecuciones de la Iglesia contra les heroges.

I.

De qué manera fueron los cristianos perseguidos en los primeros


siglos de nuestra Era, no tenemos necesidad de recordarlo aquí. Las
mismas persecuciones contribuian al arraigo de sus creencias y al
aumento de su número , acrisolando su fé. Irritando su acrecenta
miento
viol
á los gentiles , los impulsaba á la perpetracion de nuevas
encias
para destruirlos.
Mas, ¿ por qué los perseguian ? Porque profesaban creencias reli
giosas contrarias á las admitidas como legales . Verdad es , que á ។

esta acusacion agregaban las de sediciosos , a eos, y otros crímenes


de nefanda inmoralidad ; pero todos estos cargos eran secundarios,
4 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

emanados del primero y fundamental , del de sectarios de una nue


va religion .
La intolerancia religiosa de los politeistas paganos inundó el
mundo de sangre cristiana durante tres siglos , y su crueldad en
definitiva solo produjo efectos contrarios á los que de ella espe
raban .
Natural parecia que los cristianos no incurrieran en la misma
intolerancia , en la crueldad de que habian sido víctimas; pero no
menos rígidos que los paganos, en cuanto pudieron ejercer sobre
los poderes públicos la influencia que sus antiguos perseguidores
habian perdido, la emplearon en tomar la revancha, llevando á una
extremidad sin ejemplo su saña contra el paganismo. Impusieron por
fuerza sus creencias; impusieron pena de muerie á los que persis
tieran en profesar su antigua religion , y destruyeron cuanto pudie
ra recordarlas a las nuevas generaciones, reduciendo á polyo sus
templos , maravillas del arte de la civilizacion griega y romana . Las
ruinas de algunos , que por acaso sobrevivieron a la general des
truccion , son considerados todavía como los mas perfectos modelos
del arte .

II .

He aquí el estracto de algunas leyes y ordenanzas sacadas de los


códigos de los emperadores Constantino, Honorio , Teodosio y
otros protectores del Cristianismo, que sirvieron de instrumentos,
por sus miras políticas, á la intolerancia y al espíritu de venganza
de los cristianos de su tiempo.
« Que la supersticion cese . Que la locura del culto pagano sca
vabolida. Que á cualquiera que se atreva a contravenir esta orden
»se le apliquen las penas impuestas por la ley. » ( 1 )
Y mas adelante :
» Nosotros queremos que todos renuncien al ejercicio del culto
»pagano . Si alguno desobedece , que caiga bajo el hacha vengado
vra . » « Ultore gladio steruntur ! »
Estas muestras bastan en cuanto al culto : he aquí algunas dis
posiciones respecto á las personas:

( 1 ) Véase todo el libro 16 del Código Teodosiano.


LOS MAVIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 5

« Prohibicion de aproximarse á los templos paganos en ningun


ositio ni ciudad.
» Pena de muerte contra cualquiera que visite los templos, en
» cienda el fuego en los aliares, haga libaciones, queme incienso ó
»adorne las puertas con flores.
( Los que vuelvan á su antigua religion mueran civilmente, y
ventréguense sus bienes á sus parientes mas próximos.
« Los sacerdotes paganos sean expulsados de la metrópoli y vigi
» lados. Sean casligados con la muerte aquellos que sean cogidos
pen infraganti delito de practicar el culto .
« Los gobernadores de las provincias y oficiales públicos son
» responsables de la ejecucion de estas leyes bajo pena capital y
» confiscacion de bienes.
Como quien quita la ocasion quita el peligro , mandaron destruir
cuanto pudiera incitar a la práctica del culto prohibido.
« Ciérrense, destruyanse, arrásense los templos.» Y añade la ley:
» Porque estirpando los edilicios, se estirpa la materia misma de la
» supersticion ( 1 ) .
« Orden de derribar en todas partes las estátuas, imágenes y al
» lares . Que se cierren las escuelas y se arrasen sus edificios .
«Conságrense las rentas del clero pagano á pagar los sueldos
»de la tropa . »
« Los edificios consagrados á la religion , que no sean destruidos,
ventren en el dominio del Estado y destinense á usos civiles y pú
» blicos.
Toda propiedad privada en que se practique el culto antiguo ó
psc
» se qucme incienso , sea confiscada en beneficio del Estado . »

III .

Como el lector comprenderá fácilmente , los cristianos iban , en


sus persecuciones contra los paganos , mucho mas allá de lo que
estos fueron con ellos. Las persecuciones contra los cristianos,
si bien terribles en muchas épocas, no estuvieron organizadas y
regularizadas de una manera tan perfecta. No es una persecucion
lo que se proponen con estas leyes, es la estirpacion completa, y el
( 1 ) His enim dejectis atque sublatis, omnis superstitionis materia consumetur. Dat. III id. Jul. Da
masco; Theodosio . V. C. Cons .

Tomo I. 4
6 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

resultado probó su eficacia. Si la religion pagana hubiese sido me


nos decrépita , hubiera sin duda resistido mas largo tiempo á tan
fuertes medidas. El paganismo, como el imperio, habia dado de sí
cuanto podia dar , y los emperadores que creyeron prolongar su
existencia protegiendo la religion cristiana y ayudándola á esten 1

derse yy aa destruir á sus rivales por los medios que acabamos de ver, 1

no pudieron conseguir su objeto. Apresuraron la destruccion del


paganismo, pero no salvaron el imperio.
«Que todos los templos y santuarios, que no hayan sido aun
»destruidos , lo sean por orden de los magistrados , y purificados
» por la Cruz . Si alguno contraviniere á esta ley , que sea castigado
con la muerte .»
Este fué el último golpe dado al paganismo por Teodosio II . So
bre su ruina se consolidó el poder de la Iglesia católica, que ha se
guido patrocinada por los emperadores y reyes de la Europa mo
derna , como lo fué por los emperadores del Bajo imperio .

IV .

Pero en su honor sea dicho , no incurrieron todos los cristianos


en el funesto error de la intolerancia : grandes lumbreras de la cris
tiandad predicaron opuesta doctrina , mas conforme con las creen
cias que profesa ban.
San Pablo en su epístola á Tito , obispo de Creta, que lepregun
taba la conducta que debia seguir con los hereges, le dice que, si no
los puede persuadir, se contente con evitar su presencia .
Apenas habian transcurrido algunos siglos , cuando olvidando tan
saludables consejos , en lugar de contentarse con esquivar su pre
sencia, llegaron los católicos al estremo de quemar vivos á los que
no participaban de sus creencias.
Podria decirse que la heregía nació con la Iglesia, pues se re
monta al tiempo de los apóstoles y de los santos Padres. Conforme
con las palabras de Cristo á san Pedro, « se debe perdonar y recon
ciliar al que cayó en el error, no solo siete , sino setenta y siete ve
ces si es necesario . » En los primeros siglos de la Iglesia, siguióse
siempre esta doctrina, y no se excomulgaba á los hereges sino des
pues que se habian empleado todos los medios de dulzura para
volverlos al buen camino.
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 7

Para impedir la propagacion de las heregías, los Padres de la


Iglesia encontraban mas prudente y mas lógico demostrar de pa
labra ó por escrito sus errores, que quemar vivos á los que los te
nian por verdades. Los escritos de san Ignacio , san Yrineo, san
Clemente de Alejandría, san Dionisio de Corinto, y muchos otros
que podríamos citar, son buena prueba de ello .
Siempre que era posible, antes de excomulgarlos, se procuraba te
ner con ellos una conversacion ó discusion pública, de las cuales
recordamos ahora las de san Justino con Triphon; la de Rodon con
Apeles, sectario de Marcion ; la de Caius con Proclus, herege mon
tanista de Roma; la de Origenes con el heresiarca Berile, obispo de
Bokara en Arabia, sobre la divinidad del Verbo; la del mismo Ori
genes con los árabes , que negaban la inmortalidad del alma ; la de
Archelaus obispo de Caschara con Manés , jefe de los maniqueos , y
otras muchas que podríamos citar, de que hacen mencion la Histo
ria de los concilios y los Padres de la Iglesia.
En 235 , por ejemplo, el herege Ammonius se convirtió en las
discusiones que tuvieron con él los teólogos en el concilio de Ale
jandría . Pero ya antes de concluir el siglo ili , en 272 , el concilio
reunido en Antioquía acudió al emperador Aureliano contra su
obispo , el berege Pablo , depuesto por él , y que no queria someter
se á sus decisiones . Y habiendo el emperador remitido la cuestion
al papa san Felix I , este confirmó la decision del concilio y Aure
liano la mandó ejecutar ( 1 ).

V.

Como dice con muchisima razon un historiador de la Inquisicion ,


en este primer paso dado contra la doctrina de san Pablo , se en
cuentra el origen del establecimiento de tribunal tan horrible ; por
que introduciéndose la costumbre de castigar á los hereges con
penas corporales, aunque fuesen ciudadanos pacíficos, sometidos á
las leyes , obligaba á aumentarlas desde el momento en que se con
sideraba á la heregía como un crimen contra las leyes civiles . La
mayor o menor severidad de las penas no eran mas que una con
secuencia de esta medida.

( 1 ) Eusebio, Historia Eclesiástica, Lib, VII , p . 21,


8 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Los castigos impuestos á los hereges por instigacion de los obis


pos y papas cristianos , tanto en el imperio de Oriente, como en el
de Occidente , fueron sucesivamente creciendo desde la nota de in
famia , la privacion de empleos y de honores, la confiscacion de
bienes , la de testar, la de heredar, la de destierro, la de deporta
cion , hasta la pena de muerte, que se empleó por primera vez
contra los maniqueos.
Fué el emperador Teodosio quien en el año 382 promulgó tan
bárbara ley contra los maniqueos, agregándole la creacion de in
quisidores y delatores que descubrieran a los culpables.
El noveno concilio de Toledo estableció, en 655, que los hereges
serian condenados, segun su edad y circunstancias, á la abstinencia
ó á los azotes .
Como los jueces seglares eran legos en materias religiosas y por
consecuencia en la calificacion de los delitos de heregía, el clero
obtuvo, del siglo iv al vii , de reyes y emperadores, tales privi
legios, que en muchos casos el poder judicial fué un derecho del
Episcopado.
Con el poder temporal de los Sumos Pontifices creció el rigor de
las persecuciones contra los hereges. Indulgencias concedidas á fa
vor de los que morian combatiéndolos primero; despnes, á los que
se consagraban a perseguirlos; obligacion de delatarlos impuesta á
todos los cristianos , bajo penas de excomunion primero y corpora
les despues ; impunidad del secreto ofrecida á los delatores ; con
fiscacion de bienes de los culpables; el tormento, y por último la
hoguera y los degüellos en masa , tales han sido las rigurosas me
didas empleadas sucesivamente contra los hereges , y mas de una
vez por estos contra los católicos, aunque en menos proporciones ,
hasta que una sangrienta historia de muchos siglos de horribles y
repugnantes carnicerías, yy los progresos de la ilustracion , han con
vencido á la inmensa mayoría de los católicos y á las diferentes
sectas protestantes, que tambien cayeron en los mismos estravíos,
de que la violencia no alcanza á donde la benevolencia, la tolerancia
y la tranquila discusion pueden llegar. Pero entretanto, comencemos
el triste relato de las persecuciones contra los hereges, al siniestro
resplandor de las hogueras encendidas para esterminar los sectarios
de Manes .
CAPITULO PRIMERO .

SUMARIO.

Origen de los maniqueos.-- Sus doctrinas. - Dualismo; el mal y el bien . - Les ele
gidos . - Crimenes imputados a los inaniqueos. - Leyes de los emperadores roma
nos contra losmaniqueos.- Persecuciones.

I.

Pierdese en las profundas oscuridades de la mente del hombre el


origen de las ideas que al producirse se formulan en doctrinas, en
reglas á que somete su razon, y que engendran á su turno los ac
tos de su vida. Así , cuando la idea primordial es falsa. lo son fatal
mente todas sus consecuencias, y el absurdo es mayor a medida que
se aparta de su origen. En las sectas religiosas es donde mas terri
bles resultados dan los errores de la humana inteligencia.
Segun las crónicas mas autorizadas, el maniqueismo procede del
Asia , cuyas religiones fatalistas quiso adaptar a la doctrina de Jesus,
y se remonta á los primeros siglos de la Iglesia.
El nombre de esta secta proviene de Manes, su fundador, el cual
primitivamente se llamó Cubricus, y que se supone era persa de
nacimiento .
Estendióse desde el siglo in de nuestra Era, con gran inquietud
10 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de la Iglesia , por Asia , Africa Yy Europa, encontrándose sus parti


darios hasta en la misma Roma.
Gnostismo ó filosofía religiosa , no es mas que un dualismo. Dios
ó reino de la luz , opuesto al demonio ó reino de las tinieblas . Ellos
llamaban á estos dos opuestos principios Horomazen al uno y Ari
manes al otro .
La luz , dispuesta á manifestarse, pero detenida por las tinieblas,,
se emancipa de ellas por la accion de la potencia celeste .
El hombre es una creacion del demonio , un compuesto de tinieblas
y de luz . La aparicion de Cristo sobre la tierra tenia por objeto li
brar en el hombre la parte de luz de la accion de las tinieblas , dan
do á aquella el predominio sobre estas; pero la humanidad física de
Cristo no era real , era solo una apariencia, un medio de hacerse
visible á los humanos.
La redencion se cumplia á la vez por la doctrina Уy la atraccion
de Jesucristo ; mas desconocido y mal interpretado hasta por los
mismos apóstoles, decian que añadieron a las doctrinas de Cristo los
errores del judaismo, y estraviaron a la humanidad, apartándola de
la verdadera senda de la redencion . Ellos solos , ni mas ni menos,
como han pretendido siempre todas las sectas, eran los verdaderos
depositarios y poseedores de las doctrinas de la redencion .

II .

La iglesia de los maniqueos se dividia en dos categorías de adep


tos : los elegidos Electi, á los cuales se ponia en posesion de todos
los secretos de la secta, y los Auditores, á quienes podríamos lla
mar legos .
De entre los elegidos escogió Manes los doce apóstoles que de
bian predicar por la tierra su doctrina.
Tambien profesaba esta secta algunas ideas de los pitagóricos.
Creían en la Metempsícosis: el alma humana podia habitar no solo
en cuerpos de animales , sino en las plantas y hasta en los elementos,
y en todas las cosas de este mundo, debiendo padecer en la otra
vida, permaneciendo encerrada en los cuerpos de plantas ó animales
á quienes antes hiciera padecer.
Los cristianos llamaban Aplanarios a los que tales fábulas creían .
A estos sectarios les estaba prohibido cuanto al reino animal per
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 11

tenecia , debiendo cuidar de no lastimarlo en lo mas mínimo, y lo


mismo sucedia con plantas y árboles : el respeto a estos últimos era
todavía mayor, pues creian que la prision de sus almas duraria tan
to tiempo cuanto tuviese el árbol de vida . ¿De qué se mantenian,
pues, los maniqueos? De la fruta que caia de los árboles, ó que
ellos arrancaban cuando estaba muy madura , y que los elegidos
bendecian antes de comer .
De esta manera acusaban a los cristianos de ser los mayores ene
migos de Jesucristo , cuando les veian comer y beber su cuerpo y su
sangre en la Eucaristía .
A pesar de la sobriedad que parece la legítima consecuencia de
sus ideas, se cuentan horrores de sus orgias, y se dice que sus mis
mas doctrinas los autorizaban a dar libre curso a todos los vicios .
El mismo San Agustin, que fué maniqueu antes de su conversion,
dice que si todos no llevaban una vida disoluta, entregábase á ella
una parte á la que llama los Çhataristas, los cuales creian que no
podían mortificar la carne , sino por el ejercicio de todos los malos
instintos y deseos sensuales, puesto que la carne procedia del de
monio ( 1 ) .

III .

No es la razon quien produce las acciones de los hombres : ema


nadas de las disposiciones de su misma naturaleza, modificadas,
fortalecidas ó debilitadas por las circunstancias exteriores y por la
educacion , determinadas por la posicion de cada uno, es decir, por 9

sus relaciones con cuanto le rodea en la sociedad de que es miem


bro, las acciones humanas son el resultado de las pasiones y de las
causas externas ; y la razon, inclinándose en favor de las mas domi
nantes , tiende siempre a justificarlas despues de pesar la importan
cia de cada una . Muchas veces la inteligencia no es llamada á juz
gar , ni á iluminar ni dirigir las acciones humanas: hasta tal punto

( 1 ) Los clubs de los maniqueos son forzados en virtud de la execrable supersticion que los alu
cina , á participar de la Eucaristia empapada en esperma humana, a fin de que esta sustancia divi
na sea purificada del mismo modo que las de que se alimentan . Ellog niegan el caso y lo imputan á
no sé qué sectarios que usurpan el nombre de maniqueos. Algunas jóvenes han confesado que fue
ron violadas con objeto de contribuir a los preparativos de esta práctica . Los agentes de esta opera
cion preliminar se llamaban Catharistas ó Purificadores . »
San Agustin . De hæres. ad quod vultd . cap. 46, t . 6 , p. 10.
12 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

es forzado y violento el impulso que las mueve y se encuentra


el hombre arrastrado por acontecimientos yy causas que la inteligen
cia se cree incapaz de impedir ó modificar.
De esta manera el hombre vive en perpetua contradiccion entre
sus principios y sus acciones, entre la perfeccion que se propone y
los errores á que si naturaleza le arrastra ; las faltas que sus pa
siones comprimidas ó abortadas y las incesantes provocaciones de
los vicios de la organizacion social no cesan de impulsarle á come
ter. Hasta cuando esplota la mentira y medita la iniquidad, respela
en su fuero interno la verdad y rinde homenaje a la justicia. Y
cuando parecen estar de acuerdo las doctrinas que profesa y su con
ducta, no es aá aquellas, sino á un conjunto de circunstancias, entre
>

las que debe contarse la disposicion naliva , á quienes corresponde


la gloria .
La inteligencia, incapaz de dominar las pasiones, les ha servido
de lógica ; y su papel se ha reducido á justificar sus consecuencias
deduciéndolas de una conviccion nacida á posteriori.
Los sectarios de todas las escuelas mas o menos heréticas , racio
nales ó absurdas, han tenido siempre el instinto de estas verdades
cuando han querido fundar ó propagar una religion , un dogma ó
una moral. Y en tesis general, con la historia en la mano , puede
asegurarse, que al frente de todos los errores, absurdos У neceda
des han colocado la virtud mas pura , mas severa y hasta mas exa
gerada. Todos los hombres aspiran a la perfeccion .
La mayoría , que apenas se preocupa de parecer consecuente
consigo misma, sigue con tanto mas entusiasmo al apóstol que le
promele regenerarlo completamente, cuanto que no obedeciendo
menos sus impulsos habituales, espera compensar por sus méritos
en teoria la practica realidad de sus defectos y de sus vicios .
Simpleza grande seria pensar que la santidad es verdaderamente
el patrimonio de todos los miembros de una asociacion religiosa ó
moral por el mero hecho de haber escrito la palabra santidad en su
Código, de la misma manera que es absurdo suponer que puedan
hacerse prosélitos predicando alta y abiertamente el crimen yу la li
cencia. Nunca los fundadores ó jefes de secta hicieron de la doc
trina del crimen un instrumento de propaganda, ni obtuvieron par
tidarios predicando el desbordamiento y eldesorden : por hipocre
sía ó por buena fé, la moraly sus virtudes mas o menos sabiamente
interpretadas, han sido el cebo que ha atraido prosélitos al error, lo
mismo que a la virtud.
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 13

Por otra parte, la historia de los vencidos, contada por los ven
cedores no ofrece las mayores garantías de imparcialidad, y este es
justamente el caso de los maniqueos. Los errores de su doctrina,
bajo cualquier punto de vista que se la considere son gravísimos y
están juzgados ; pero tambien lo están los excesos cometidos con
tra ellos por sus adversarios y las calumnias con que quisieron
agravar sus heregías para hacerlos mas odiosos y repugnantes. Las
acusaciones de los cristianos contra los supuestos crímenes de los
maniqueos son tan parecidas a las que los paganos dirigieron du
rapte siglos á los discípulos de Jesus, que caen por su propia mag
nitud en la esfera de lo ridículo sin que por eso dejen de ser odiosas.

IV .

Sea ó no verdad la relajacion que se imputa á los maniqueos, lo


cierto es que escribieron contra ellos gran número de hombres doc 4

tos, seglares y eclesiásticos , y que llegaron á ser odiados y cruel


mente perseguidos: pero el mas célebre entre sus adversarios fué
San Agustin, que escribió mucho contra sus antiguos camaradas, en
lo cual no encontramos mal algano, antes por el contrario , nos pa
rece muy bien que escribiera contra los errores en que él mismo ha
bia estado sumido, para apartar de ellos á sus prójimos. Pero á los
escritos de los Padres de la Iglesia siguieron las leyes de estermi
nio de los emperadores.
Los paganos , como Diocleciano, confundian á los maniqueos con
los demás cristianos en sus persecuciones, y los emperadores cristia
nos , entre otros Teodosio , Honorio y Justiniano, se ensañaban cruel
mente con ellos . El último añadió á su Código, libro 1. ' , títu
lo 5. ' , ley 11 , « que si se encontrase un solo maniqueo en el sue
>

lo romano , fuese inmediatamente decapitado .») ) Ya mucho tiempo an


tes , sus predecesores los habian declarado incapaces de servir de tes
tigos ante la justicia y de hacer contratos legales, de ejercer ningun
cargo público, civil ó militar, i mponiendo grandes penas áá todo ciu
dadano romano que los ocultara ó albergara .
No obstante tantas persecuciones, no pudieron estirparlos, y el
maniqueismo subsistió , sobre todo en el Oriente, hasta que desbor
dado el mahometismo, destruyó , absorbió ó hizo desaparecer de
una ú otra manera á todos sus rivales . En Europa, el fuego y el
Томо 1 . 5
14 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

hierro concluyeron con la secta en los siglos posteriores, como ve


remos en el capítulo siguiente . Mas aunque concluyeron con el ma
niqueismo, convirtiendo en humo y cenizas á sus fanáticos adeptos,
no por eso concluyó la Iglesia con las heregias, que renacieron suce
sivamente como el fénix de sus cenizas .
Veamos , entretanto , como el poder Real y el eclesiástico trataron
á los maniqueos en Francia, preludiando la Inquisicion y la regu
laridad de sus horrores jurídicos .
CAPITULO II. 1

SUMARIO.

Propaganda del maniqueisino en Orleans en 1022. - Estéban y Lisois. - Revela


ciones del padre Heriberto . Bajeza de la conducta del rey y sus secuaces. - Fir
mcza de los sectarios. - Crueldad de la reina Constanza . - Suplicio de catorce ma
niqueos en Orleans y de otros en Tolosa.

1.

En tiempo del rey Roberto y de la reina Constanza , cuyo nom


bre, segun los cronistas é historiadores, bramaba de verse aplicado á
mujer tan liviana , por los años de 1022 , descubrióse en Orleans la
existencia de una secta de maniqueos.
Cuenta la Crónica, que esta heregia se introdujo en Francia por
una mujer procedente de Italia. Y parece que los sacerdotes de mas
saber y reputados como mas ortodoxos, no estuvieron al abrigo de
su propaganda. Durante su permanencia en Orleans, reclutó nu
merosos prosélitos, entre los cuales se contaban los hombres mas
eminentes del clero orleanés. Lisois, el mas distinguido de los re
ligiosos de Santa Cruz , y Estéban , escolar de San Pedro , se pu
sieron al frente de la secta .
Estéban habia sido confesor de la reina Constanza . Lisois У Es
téban eran muy queridos del Rey y de los oficiales de Palacio , y su
16 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

alta posicion , unida a su instruccion y á su elocuencia, no contri


buyeron poco á facilitarles la propaganda de su heregía entre las
gentes ignorantes, tanto de la corte como de la plebe .

II .

Quisieron ambos comunicar sus doctrinas al padre Heriberto,


que habia ido á Orleans a estudiar teología, y allí comenzó la série
de sus tribulaciones .
Reveló Heriberto cuanto le habia pasado con los jefes de la nue
va secta á un señor normando llamado Arefart, de quien era cape
llan , y este á su turno declaró el complot al piadoso duque Ricar
do de Normandía. Hubiera este querido tomar la cosa por su cuen
ta У escarmentar por sí mismo á los que se atrevian a profesar otra
fé que la suya; pero como esto tenia lugar en el dominio real ,
el duque Ricardo se apresuró á descubrirlo todo al rey Roberto
para que detuviese el contagio que secretamente infestaba en
su reino al rebaño de la Iglesia, ya que él no podia estirpar el mal
por sí mismo, como era su deseo .
¡Grande fué la afliccion del bueno del rey Roberto !
Reuniéronse en secreto conciliábulo el Rey, el Duque y el-obispo
de Chartres, ante quienes compareció Arefart y declaró cuanto le
habia ocurrido con los hereges; y aquellas tres dignidades del Es
tado acordaron, que no debia procederse inmediatamente contra los
hereges, sino averiguar secrela y cautelosamente cuanto fuese posi
ble acerca de su dogma y de su culto . Al efecto convirtieron al se
ñor Arefart en espía , haciéndole seguir las lecciones de Estéban y
de Lisois , á fin de conocer á fondo sus errores y denunciarlos á un
concilio .
La táctica podia ser eficaz; pero de seguro era innoble, é inicia
ba los medios inquisitoriales que no tardaron en ponerse por obra
de una manera normal y jurídica.
Los maniqueos, que procedian de buena fe en medio de su fana
tismo y de sus errores , cayeron fácilmente en el lazo que se les ha
bia tendido
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 17

III .

Cuando todo estuvo preparado , fué el Rey á Orleans : convocó los


obispos, los abades y los señores que le parecieron mas adictos á
la Iglesia; y ordenó inmediatamente las persecuciones contra los
autores y sectarios de opiniones tan perversas .
La primera medida fué prender á Lisois y Estéban.
Como á pesar de sus errores en materias teológicas, Lisois y Es
téban gozaban de la mejor reputacion, por la inocencia de sus cos
tumbres, y la probidad de que siempre habian dado ejemplos, fue
ron ante todo interrogados por el Rey, el arzobispo de Sens y otros
prelados.
Ambos respondieron al principio con evasivas, temerosos sin
duda de la mala voluntad de los que ellos consideraban jueces y
partes. Pero cuando Arefart, el espía delator declaró en su presen
.

cia todo lo que ellos le habian enseñado , entonces , viendo que na


da ganarian con sus respuestas evasivas , confesaron de plano , y mu
>

chos de los eclesiásticos que estaban presentes anunciaron que


ellos tambien participaban de sus opiniones, y que estaban dispues
tos á correr la suerte de sus maestros. Ejemplo patente del
prestigio que adquieren los hombres que tienen el valor de sus
convicciones, falsas ó verdaderas , benéficas ó funestas; y de la con
fianza que inspiran hasta las supersticiones mas groseras, las mas
absurdas creencias, cuando se emplean para estirparlas la violencia
y la mala fé. A la conciencia, como a la inteligencia del hombre, le
repugna la idea de que la verdad y la justicia tengan necesidad
de recurrir á tales medios para destruir el error, dado que este no es
mas que una ilusion incapaz de convertirse en realidad, cuando se vé
forzado á comparecer ante la verdad , cuya realidad es eterna.

IV .

Las opiniones de los hereges de Orleans eran las de los mani


queos, que las persecuciones del Bajo imperio no habian podido sin
duda destruir completamente, y que empezaban a propagarse de
nuevo.
18 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Hé aquí en resúmen las doctrinas de Lisois y de Estéban de Or


leans .
Pretendian , en primer lugar, que Dios no habia creado el mundo .
Que el hijo de Dios solo en apariencia se habia encarnado en el
vientre de María .
Que un fantasma y no el Verbo eterno habia sido crucificado.
Que Jesucristo no estaba presente en la Eucaristía .
Que invocar los confesores y los mártires era un acto de idola
tria .
Que las obras no salvaban a los pecadores, sino la fé.
Que no debia comerse carne.
Y por último, condenaban el matrimonio.
Segun el autor á que Fleury se refiere, la doctrina de los mani
queos de Orleans podia resumirse en las siguientes heréticas má
ximas , que pueden agregarse á las antes citadas::
« El Bautismo no lava el pecado .»
«El cuerpo y la sangre de Jesucristo no se hacen por la consa
gracion del sacerdote. »
« Es inútil rogar á los santos , sean ó no mártires y confesores .»
« Las obras piadosas son un trabajo inútil , del que no
no debe espe
l'arse ninguna recompensa , ni hay pena alguna que temer por las
voluptuosidades mas criminales .»
Natalis resume así los errores de estos hereges :
« Niegan el misterio del Santo Bautismo ; los Sacramentos de la
Eucaristía , de la penitencia y del matrimonio . No conceden ningun
culto a los confesores , ninguna veneracion a la Cruz del Señor , á
las imájenes de los santos , á los templos, ni á los altares. Niegan
el Purgatorio, y dicen que una sepultura cristiana' no es de utili
dad alguna para los difuntos. »
Dupin agrega á estas heregías imputadas á los maniqueos del si
glo XI , «que no hacian caso de las campanas, de la Uncion , ni del
exorcismo . »
No obstante , segun dice Radulfo Ardens, hablando de los ma
niqueos de Agennois :
C
« Ellos pretendian seguir la vía de los apóstoles , diciendo que no
mentian ni juraban jamás . »
Protestantes modernos pretenden que los maniqueos del siglo xi
no eran tales maniqueos , ó sea discípulos de las doctrinas de Ma
nes , sino protestantes , ó sectarios cristianos , procedentes de los
>
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 19

Valdenses del Piamonte , cuya existencia hacen remontar, como ve


>

remos en otro libro , al siglo de Constantino ; pero esto , aunque im


portante para la historia del Cristianismo, no lo es para nosotros :
9

fuesen maniqueos ó sectarios mas o menos estraviados del Evange


lio, no por eso era justificable la crueldad con que los trataban sus
adversarios, á causa de sus creencias religiosas.
7

V.

Fácilmente se comprende el escándalo que tales opiniones pro


ducirian entre los católicos . La heregía no podia ser mas manifies
la, ni los errores mas groseros. Sin embargo, si aquellos fanáticos se
hubiesen arrepentido y abjurado sus creencias, se hubieran librado
de las persecuciones y de la muerte ; pues, segun cuenta la Crónica,
se emplearon todos los medios que ofrece la persuasion para apar
tarlos de su funesta ceguedad .
Hombres de buena fé debieron de ser , cuando prefirieron los tor
mentos y la muerte á abjurar sus errores . Su fanatismo llegó hasta
el punto de responder, cuando les amenazaron con quemarlos vivos
por órden del Rey , si no querian volver al seno de la Iglesia, que
ellos entrarian en el fuogo sin miedo alguno.
No sabemos cual era el fanatismo mas grande , si el de aquellos
desgraciados que arrostraban una muerte tan horrible, por no retrac
tarse, ó el del Rey ó de los obispos, que los quemaron vivos , cuando
vieron que no podian convencerlos á que abandonasen sus erro
res. El de los maniqueos era no obstante mas noble, como inspirado
por un sentimiento de dignidad y de honor, y condenando por gro
seras y ridículas sus creencias, confesamos que nos inspiran mas
simpatías que sus perseguidores. Tenian el erroſ por verdad, y su
frieron la muerte , segun su conciencia, por la verdad , no por el er
ror. Sus contrarios zhubieran hecho otro tanto, si se hubiesen cam
biado los papeles? El fanatismo religioso conduce al hombre á los mas
deplorables escesos, y una de sus peores consecuencias es el es
travío de la conciencia, que dejando de ser guiada por la sana razon ,
llega á encontrar cosa muy natural el ser juez y parte á un mismo
tiempo .
20 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

El Rey y sus asesores hicieron encender la hoguera delante de los


sectarios de Manes . Esperaban que a su vista el temor triunfaria de
la dureza de los hereges .
— « Renunciad á vuestras diabólicas doctrinas, ú os arrojarán á
las llamas, les decian el Rey yy los obispos; y ellos respondian:
1

-Arrojadnos enhorabuena. » Y así diciendo, se adelantaban im


pasibles hacia la hoguera ...
El juicio habia tenido lugar en la catedral de Orleans : acto pú
blico en que tomaron parte como actores el clero , el rey Roberto Y
la reina Constanza, los duques y señores de la corte , y el pueblo
como espectador.
Despues de condenados los sectarios y entregados al brazo secular,
el Rey, la Reina y la corte se colocaron en los pórticos del Palacio,
para ver desfilar la lúgubre procesion.
Los condenados eran catorce y habia entre ellos una mujer уy
seis canónigos : marchaban uno tras de otro entonando cánticos con
fervoroso acento . Cuando llegaron delante de los reyes , la reina
Constanza reconoció á Estéban su antiguo confesor, y adelantándose
en medio de la calle, levantó el baston que habitualmente usaba y
descargó en la cabeza del pobre Estéban tan terrible golpe , que le
ecnó un ojo fuera...
La Crónica no dice si acto tan brutal recibió la reprobacion ó el
aplauso del Rey y de su pueblo .
Sigió su carrera la procesion hasta el lugar del suplicio, donde
fueron los catorce hereges amarrados á las estacas, en torno de las
cuales habíase amontonado la leña, a la que prendieron fuego in
-mediatamente .
En cuanto las llamas empezaron su obra devoradora , aquellos
infelices exhalaron lamentos desconsoladores y dieron gritos espan
tosos. Muchos pedian por piedad que les librasen del suplicio , pro
metiendo abjurar del demonio y de sus artificios: otros, como Lisois
y Estéban , tenian la vista fija en el cielo , y parecian sordos á las ex
ortaciones de los sacerdotes , que les predicaban, mostrándoles el
crucifijo, se arrepintieran para alcanzar perdon de Dios, ya que no
lo habian logrado de los hombres .
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

MUERTE DE ESTEBAN PRIMER HEREJE QUEMADO VIVO EN ORICANS EN 1022


LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 21

Algunos espectadores, conmovidos a la vista de tan horrible espec


táculo, al oir á los que pedian que los librasen de las llamas, ofre
ciendo arrepentirse, quisieron salvarlos; pero todo fué inútil : cuando
pudo estinguirse el fuego, los hereges habian dejado de existir!

VII.

El sacrificio de aquellas víctimas no ſué solo obra del Rey , y


del clero católico ; el fanatismo del pueblo tuvo no poca parte .
La ignorancia es el mayor enemigo de la justicia, y el ignorante
está dispuesto á creer absurdos é imposibles , sobre todo, si se atri
buyen a los que no participan de sus creencias. En aquella, como
en otras muchas ocasiones , los que se creian mas directamente in
teresados en la perdicion de los maniqueos, esparcieron los mas fu
nestos rumores entre la plebe.
He aquí como cuenta Fleury , el gran historiador de la Iglesia ca
tólica los horrores y misteriosos crímenes á que los maniqueos de
Orleans se entregaban .
» Reuníanse ciertas noches en una casa destinada al efecto . Cada
uno llevaba una lámpara en la mano, y recitaban los nombres de
los demonios en forma de letanías , hasta que veían bajar de repen
te , en medio del círculo , á un demonio en forma de un animalucho
7

inmundo. En seguida apagaban las luces , y cada uno echaba mano


de la mujer que tenia á su lado y abusaba de ella , y el niño que
nacia de este coito , lo llevaban en medio de ellos , ocho dias
despues de su nacimiento ; metíanlo en una gran hoguera y redu
cianlo á cenizas . Estas cenizas eran recogidas y guardadas con tan
ta veneracion como los cristianos guardan el cuerpo de Jesucristo
para el viático de los enfermos. Esta ceniza tenia tal virtud, que era
cosa poco menos que imposible convertir al que hubiese tragado la
particula mas minima.»
Parece tan absurdo este cuento , que el mismo historiador cató
lico añade :
« Esta relacion se parece tanto a las calumnias con que cargaban
á los primeros cristianos , que parece no ser mas que una imita
cion ; pero un autor de aquel tiempo lo refiere así . Otro autor con
temporáneo dice solamente, que aquellos hereges llevaban consigo
Томо І. 6
22 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

polvo de niños muertos , y que si podian hacerlo tomar a cualquiera,


se convertia en seguida en maniqueo como ellos . »
Bueno es advertir que los historiadores a quienes Fleury se re
fiere, aunque no dando crédito á sus cuentos , no pertenecian á los
vencidos , sino á los que quemaban ; y que las víctimas no podian
encontrar defensores, que indudablemente hubieran sufrido la mis
ma desastrosa muerte.

VIII .

Rara vez se ha perseguido á los hombres por sus ideas , que no


se hayan esparcido rumores semejanles, referentes á actos repug
nantes y punibles. Parece como que los perseguidores comprendian
la injusticia de perseguir á nadie por sus ideas, y que buscaban en
supuestos hechos, mas o menos horribles, la disculpa de su cruel
dad ante la opinion pública.
Segun Ademar, citado por Fleury las hogueras de Orleans fueron
reproducidas en Tolosa y otros puntos de Francia , donde parece
que habia echado raices el maniqueismo; y como dice muy bien un
moderno historiador, aquellas hogueras « marcan una data fúnebre
»en nuestra historia . Es la apertura de la era sangrienta de las per
» secuciones y esterminios por causas religiosas.»
Tambien en Italia fueron perseguidos los partidarios de esta sec
ta y quemados los que no transigieron , reconciliándose por miedo
>
á
la hoguera con la Iglesia católica.
Cuenta Rodulpho Glaber, que en 1028 se habia introducido en
el castillo de Monteforte, de la diócesis de Asti , en el Piamonte, una
secta que renovaba los votos judíos y paganos, ó por mejor decir
maniqueos, segun Muratori.
El obispo de Asti y su hermano el marqués de Suse, reunidos
con otros prelados y señores de la provincia, se armaron en guerra
y fueron al castillo para esterminar á los hereges; pero estos se de
fendieron tan bien , que sus reiteradas acometidas no dieron el re
>

sultado que se prometian. Pero cuenta Landolfo el Mayor, que Ari


bert ó Eribert, arzobispo de Milan, hizo prender, encontrándose en
Turin , á un herege, procedente de la secla que tenia su asiento en
Monteforte, llamado Gerard , y habiendo sabido por él que se tra
taba de los dogmas del maniqueismo, envió tropas en bastante núme
>
LOS MANIQUEOS I LOS ALBIGENSES. 23

ro para apoderarse del castillo y de sus moradores, lo que consi


guieron . Algunos hereges abjuraron sus errores: la mayor parte
fueron quemados vivos en la plaza de la catedral . Pocos años
despues , en 1016 , otros cismáticos se descubrieron en Francia , en
la diócesis de Chalons sobre el Marne, y segun afirma Rogerio II ,
obispo de Chalons , seguian el dogma perverso de los maniqueos y
tenian conventiculos secretos. Asegura Rogerio JI , que si hombres
groseros é ignorantes entraban en esta secta , adquirian mayor elo
cuencia que los católicos instruidos, de manera que parece que su
charlatanería llevaba ventajas a la verdadera elocuencia de los hom
bres doctos .
Mas de doscientos años pasaron antes que la Iglesia católica aho
gara en el humo de innumerables hogueras y de guerras sangrien- '
tas é interminables el maniqueismo esparcido por Europa, mas no
por eso se libró de heregías que le arrebataron la mitad de sus cre
yentes, cuando mas segura era su victoria basada en el rigor de las
persecuciones. Pero volvamos la vista á los sangrientos dramas que
comienzan en el Mediodía de Francia .
CAPITULO III.

SUMARIO.

Modificacion de las doctrinas de los maniqueos . - Insuficiencia de los rigoies de los


reyes y del clero para extirpar la heregia .-Reaparicion de dos heregias en el
Mediodía de Francia . - Influencia de la conducta del clero católico de la Edad me
dia en el desarrollo de la heregia . - Tolosa . - Raimundo VI .

1.

La crueldad con que fueron tratados los sectarios de Manes, le


jos de extirpar la heregia, babia contribuido á generalizarla, si
quiera en parte se presentase bajo nuevas formas. Mas o menos
confundidos, aparecian a mediados del siglo xii los maniqueos y las
sectas cristianas disidentes de la Iglesia católica en el Mediodía
de la Francia , donde unos y otros fueron denominados albigen
ses , nombre derivado de uno de los sitios donde pululaba el ma
yor número. Una cosa , no obstante la diversidad de origen de
ambas sectas, habia de comun en aquellos sectarios; y era la ri
gidez de sus costumbres, la pobreza erigida en ideal y regla de
conducta .
El lector ya conoce la doctrina de Manes, que hemos bosqueja
do á grandes rasgos en los capítulos anteriores, y que se propagaba
por las faldas de los Pirineos de uno á otro mar ,
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 25

Con el tiempo , sin embargo , se habian modificado las ideas de


los maniqueos.
Los dos principios del bien y del mal , fundamento de su doctri
na, tuvieron para ellos primitivamente un sentido mas cosmogonico
que moral . En Platon se vé cierta tendencia á buscar el mal en la
materia, y en los maniqueos esta tendencia se convierte en princi
pio . La materia es el mal, el espíritu el bien . Ahriman , es el Dios
malo, el Mal eterno, que ha dicho y que dirá siempre : Nó. Dánle
1

los atributos del Jehová de los hebreos, creador del mundo visible
y de todo lo que cambia; Dios de las tinieblas , eternamente opues
to al Dios del cielo invisible y de la luz , creador de todo lo que es
puro,de todo lo que no cambia ni se modifica. Lejos de ser Jehová,
el Padre Eterno que Jesucristo ha enseñado á los hombres á invo
car con la gran oracion del Padre Nuestro, era para los maniqueos
el Gran Satán, pero un Satán increado , eterno .
Segun ellos , los habitantes del cielo babian sido creados para la
inmortalidad . Cada hombre celestial , formado de un alma y un
7

cuerpo inalterables , estaba asociado á un Espíritu , á un ángel , re


vestido tambien de una forma, de un cuerpo espiritual : este era el
único matrimonio del cielo, porque aquellas existencias abstractas
no tenian sexo .
El Dios malo , no contento con reinar sobre el mundo material,
que,dirigido por él , gobernaban sus hechuras, los ángeles de las ti
>

nieblas, se introdujo en el cielo bajo la apariencia de un ángel de


luz, sedujo á los hombres y los arrastró á la tierra, que segun ellos
es el infierno . Sus asociados los ángeles , los Espíritus Santos, lejos
de seguirle, se quedaron en el cielo . Las almas de los hombres
perdieron sus cuerpos celestes, y fueron encerradas por su nuevo
Señor, en cuerpos de tierra , sugetos á modificaciones y á la muer
te. Caidas todas a la vez , empezaron á recorrer aquí abajo una se
rie de existencias , pasando de uno á otro cuerpo humano yy descen
diendo algunas veces hasta los de los cuadrúpedos y de las aves .
Por esto fue por lo que el Dios malo inventó los sexos y la gene
racion .Jehová ó Satán , hizo gobernar sus esclavos por demonios
revestidos de humana apariencia: tales fueron los patriarcas ; y des
pues les dió su Ley por medio de Moisés , uno de sus Espíritus mas
malos. La Ley anligua es la de un Dios celoso y voluble , que se
venga y se arrepiente , que engaña y se engaña, que prescribe el
esterminio de sus enemigos, ordena el homicidio á los sacerdotes y
CAPITULO III.

SUMARIO.

Modificacion de las doctrinas de los maniqueos. - Insuficiencia de los rigoies de los


reyes y del clero para extirpar la heregia .- Reaparicion de dos heregias en el
Mediodía de Francia . - Influencia de la conducta del clero católico de la Edad me
dia en el desarrollo de la heregia . - Tolosa . Raimundo VI .

1.

La crueldad con que fueron tratados los sectarios de Manes , le


jos de extirpar la heregía, habia contribuido á generalizarla , si
quiera en parte se presentase bajo nuevas formas. Mas ó menos
confundidos, aparecian a mediados del siglo xii los maniqueos y las
sectas cristianas disidentes de la Iglesia católica en el Mediodía
de la Francia, donde unos y otros fueron denominados albigen
ses , nombre derivado de uno de los sitios donde pululaba el ma
yor número. Una cosa, no obstante la diversidad de origen de
ambas sectas, habia de comun en aquellos sectarios ; y era la ri
gidez de sus costumbres, la pobreza erigida en ideal y regla de
conducta .
El lector ya conoce la doctrina de Manes, que hemos bosqueja
do á grandes rasgos en los capítulos anteriores, y que se propagaba
por las faldas de los Pirineos de uno á otro mar ,
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 25

Con el tiempo , sin embargo, se habian modificado las ideas de


los maniqueos .
Los dos principios del bien y del mal , fundamento de su doctri
na, tuvieron para ellos primitivamente un sentido mas cosmogonico
que moral. En Platon se vé cierta tendencia á buscar el mal en la
materia, y en los maniqueos esta tendencia se convierte en princi
pio . La materia es el mal, el espíritu el bien . Ahriman, es el Dios
malo , el Mal eterno , que ha dicho y que dirá siempre : Nó. Dáple
los atributos del Jehová de los hebreos , creador del mundo visible
y de todo lo que cambia ; Dios de las tinieblas , eternamente opues
to al Dios del cielo invisible y de la luz, creador de todo lo que es
puro , de todo lo que no cambia ni se modifica . Lejos de ser Jehová ,
el Padre Eterno que Jesucristo ha enseñado á los hombres á invo
car con la gran oracion del Padre Nuestro, era para los maniqueos
el Gran Satán, pero un Satán increado , eterno .
Segun ellos , los habitantes del cielo babian sido creados para la
inmortalidad. Cada hombre celestial, formado de un alma y un
>

cuerpo inalterables , estaba asociado á un Espíritu , á un ángel , re


vestido tambien de una forma, de un cuerpo espiritual: este era el
único matrimonio del cielo , porque aquellas existencias abstractas
no tenian sexo .
El Dios malo , no contento con reinar sobre el mundo material,
que , dirigido por él , gobernaban sus hechuras, los ángeles de las ti
9

nieblas , se introdujo en el cielo bajo la apariencia de un ángel de


luz, sedujo á los hombres y los arrastró á la tierra, que segun ellos
es el infierno. Sus asociados los ángeles , los Espiritus Santos, lejos
de seguirle, se quedaron en el cielo . Las almas de los hombres
perdieron sus cuerpos celestes, y fueron encerradas por su nuevo
Señor, en cuerpos de tierra , sugetos á modificaciones y á la muer
1

te . Caidas todas a la vez , empezaron a recorrer aquí abajo una se


rie de existencias , pasando de uno a otro cuerpo humano yy descen
diendo algunas veces hasta los de los cuadrúpedos y de las aves.
Por esto fue por lo que el Dios malo inventó los sexos y la gene
racion . Jehová ó Satán , hizo gobernar sus esclavos por demonios
revestidos de humana apariencia: tales fueron los patriarcas; y des
pues les dió su Ley por medio de Moisés , uno de sus Espíritus mas
malos. La Ley antigua es la de un Dios celoso y voluble, que se
venga y se arrepiente, que engaña y se engaña , que prescribe el
7

esterminio de sus enemigos, ordena el homicidio á los sacerdotes Y


26 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

á los jueces, y a todos la obra de la generacion a fin de prolongar


la existencia del mundo malo . El antiguo Testamento es , pues ,, el
Testamento de Satán, al menos en los libros históricos y en el de
la Ley.
El Dios bueno, que habia criado los hombres para el bien , no
podia dejarlos eternamente bajo el yugo'del malo . No bay penas
eternas , y el infierno terrestre no es mas que un purgatorio .
La doble predestinacion la tenian por creencia abominable : todas
las criaturas del Dios bueno están predestinadas a la salvacion , y
solo las criaturas del Dios del mal deben quedar en él , estos son
los ángeles de Satán. El Dios bueno envió , pues, al socorro de sus
criaturas el primero de los ángeles de luz , Jesucristo , llamado Hi
>

jo de Dios, á causa de su preeminencia. Cristo no podia reves,


tirse en verdad de la materia, que es maldita . Él no se revistió de
la carne mas que en apariencia , en el seno del ángel María, des
cendido como él del cielo yy revestido como él de un cuerpo fantásti
co . Él no sufrió mas que en apariencia sobre el Calvario ; y no sal
vó á los hombres con su pasion y muerte , sino recordándoles su
naturaleza y su origen olvidado, y enseñándoles los medios de vol
ver al ciclo .
Estos medios consisten en la separacion del alma y del cuerpo.
Hacer obra carnal, es prolongar la duracion del imperio de Satán ,
>

trayendo las almas á encarnar en el seno de las mujeres . No de


bia comerse ninguna sustancia animal , porque este alimento pro
viene de la generacion, que es cosa impura. Nada de propiedad ,
porque es ligarse á las cosas de la tierra. Nada de comunicaciones
con los mundanos , a no ser para convertirlos. No debian matar á
>

nadie , ni aun en caso de su propia defensa; porque no debian tocar


á los cuerpos , lo mismo para destruirlos que para engendrarlos; y
no debian mentir ni jurar, porque esto supone que la palabra no
obliga.
« La Iglesia católica romana, decian , por su participacion en las
»riquezas , en las pompas materiales y ambiciones de este mundo ,
»por su intervencion en el gobierno de la tierra, por las persecu
»ciones y los homicidios que prescribe, ha abandonado á Cristo por
» Satán, y no hay por lo tanto salvacion mas que en la iglesia de
>

puros yy de los perfectos .»


»los puros
Cuando el discípulo ó creyente estaba bien instruido y bien de
cidido a la mortificacion universal de la carne , recibia por la im
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 27

posicion de las manos y la oracion , la Consolacion : es decir , el bau


tismo espiritual, opuesto al bautismo por el agua, que San Juan
Bautista, que era uno de los demonios de Jehová, inventó para enga
ñar á los hombres. El creyente se convertia de este modo en per
fecto, y el Espíritu Santo, ángel en otro tiempo asociado al alma
caida y de este modo rehabilitada, descendia á unirse con ella, y si
no recaia en el pecado, la conducia al cielo luego que la muerte la
libraba de la carne .
Mientras que el creyente no babia recibido la Consolacion , le to
leraban la vida ordinaria, es decir, el matrimonio, la propiedad,
los empleos y la pompa de este mundo ; pero preparándole pa
ra que renunciase á ella . La mayor parte de los creyentes no po
dian resignarse á tan rígida austeridad , y se contentaban con pedir
la Consolacion, cuando se veian en peligro de muerte . Si el enfermo
recobraba la salud , debia conformarse á la vida de perfecto. Los
que morian sin ser consolados, ó que rebuian despues de la Consola
cion , en lugar de ir al cielo al morir, tomaban otro cuerpo terrestre
y recomenzaba su carrera de penitencia . Y cuando el perfecto no
tenia bastante confianza en sí mismo y temia caer de nuevo en el
pecado, podia dejarse morir y hasta darse una muerte violenta .
>

II .

Tales eran en resúmen las creencias de los maniqueos del siglo


Xm , que fueron tambien conocidos con el nombre de Cátbaros; pe
ro no se reducian á estas, aunque fuesen las principales, las here
gias de aquel siglo: tambien habia Dualistas mitigados, que admi
tian un solo Dios de Cristo y de Satán; Judaizantes , que eran como
la antitesis de los maniqueos; Materialistas, que atribuian á Dios un
cuerpo material y que decian , que la fornicacion simple no era pe
cado. No nos detendremos, porque no entra en nuestro plan , áa juz
gar tales errores; hemos dado un brevísimo resúmen para que el
lector pueda apreciar la relacion que hubo entre ellos y las perse
cuciones de que fueron víctimas los que tenian la desgracia de pro
fesarlos.
Los rigores de Felipe Augusto y del conde de Flandes no bas
taron á detener los progresos de la heregía. En 1198 , el dean de
>

la Catedral de Nevers vу el abad de San Martin de la misma ciudad


28 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

comparecieron por hereges ante un Concilio provincial , reunido en


Sens , yy tres años despues , el señor de Evraud, bailio del conde de
Nevers , fué quemado vivo en la plaza de la misma ciudad, que ha
bia gobernado durante mucho tiempo.
La Provenza , lo mismo que la Aquitania, estaba maravillosa
mente preparada para dar los frutos de la heregía . Su extremada
libertad de espíritu y de costumbres, su cultura intelectual , tan origi
nal como brillante , todo contribuia á hacerle odioso é insoportable
el despotismo religioso , y en general toda pretension de imponerle
por la fuerza creencias é instituciones.
Las relaciones íntimas de la Provenza con los musulmanes y
los judíos, contribuyeron a emanciparla de las ideas dominantes
en su época entre los pueblos occidentales; pero desgraciadamen
te la entregaron sin defensa y sin criterio á la invasion desorde
nada de todas las ideas extrangeras, y con la impetuosidad carac
terística en los pueblos del Mediodía, se precipitó en, los errores del
maniqueismo y de otras sectas. La conducta del clero provenzal,
cuyo lujo, corrupcion y orgullo contrastaban con la humildad y po
breza sistemática de los hereges, no contribuyó poco a la generali
zacion de las heregías .

III .

Las crónicas y poesías de los trobadores provenzales, venian ya


desde el siglo xi , llenas de amargas críticas del clero provenzal. La
conducta de los prelados era , segun ellos, mas desordenada que la
de los señores feudales. El arzobispo de Narbona recorria los cam
pos cazando ó haciendo cosas peores, acompañado de sus canoni
gos y archidiaconos , y seguido de una banda de aventureros ara
goneses, que tenia á sueldo, y que cometian impunemente toda cla
se de excesos . Los otros obispos y abades , segun dice un trobador
provenzal , « gustaban mucho de los vestidos lujosos y de los her
» mosos caballos, viviendo ricamente, en tanto que Dios habia que
» rido vivir pobre. » El clero inferior, es decir, los frailes y los clé
rigos , se reclutaban entre los labradores mas pobres é ignorantes,
porque las clases acomodadas tenian á menos dedicar sus hijos á
la carrera de la Iglesia, y era tal el desden que habian llegado á
inspirar por su ignorancia, que era cosa vulgar el decir: « mejor
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 29

» quisiera ser tal ó cual cosa , que capellan .» Los clérigos no se


atrevian á mostrarse en público sin ocultar sus tonsuras. ¿ Qué
tenia , pues, de extraño que con tales pastores se descarriaran las
ovejas?
Desgraciadamente, Las severas costumbres de los perfectos ma
niqueos contrastaban con las del clero en general : aquellos se ha
cian amar porque solo afectaban emplear la persuacion y la cari
dad. La sociedad provenzal los aplaudia sin imitarlos, flotando
alternativamente entre la extrema licencia y el ideal caballeresco , y
entre este y el ascetismo de los maniqueos .
El aspecto de aquella sociedad era extraño é indefinible como un
sueño . En la superficie todo era riqueza, industria y libertad en las
ciudades; fiestas, canciones, galanterías , elegancia y voluptuosidad
en los castillos. Pero aquella florescencia, aquella poética y original
civilizacion , podia compararse á la exuberante vegetacion que cu
bre a veces los volcanes, revelándose en amenazadoras explosiones.
Los mismos que se embriagaban en los placeres y el sensualismo,
por un raro contraste , admiraban el ascetismo de los hereges, y se
gun Puy Laurens y Pedro de Vaux Cernai, « los tenian en tan gran
» reverencia , que los maniqueos construian cementerios donde en
vterraban públicamente a los que habian pervertido , y recibian le
» gados mas abundantes que las gentes de Iglesia, y no estaban obli
» gadosá cargas personales. Tolosa, á quien deberian llamar Dolosa ,
vó fraudulenta , añaden estos cronistas, Bezieres, Albi , Foix , Car
»casona y su territorio , rebosan de hereges, y el contagio se estiende
vá la Gascuña, Cataluña y Aragon . Esclarmonde, hermana del conde
»de Foix, recibió solemnemente la imposicion de las manos de un
»perfecto , en presencia del conde su hermano, y este ejemplo fué
» seguido por muchos nobles y ciudadanos. La otra hermana del.
conde y su mujer eran valdenses. »

IV .

Tolosa era la capital del maniqueismo , y su dominio se estendia


hasta el otro lado de los Pirineos . Ya no pagaban el diezmo ni ha
cian ofrendas á las Iglesias, aunque muchas gentes no profesaban
otra heregia que la de no dar su dinero al clero, yy el mismo duque
de Tolosa , Raimundo VI , mostraba su benevolencia á los mani
Tomo I. 7
30 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

queos hasta el punto de pasar en la opinion de muchos por uno de


ellos . Imputábanle toda clase de profanaciones heterodoxas, y un
dia que esperaba á algunas personas y que no llegaban , exclamó
segun cuentan los citados cronistas :
« Bien se vé que es el Diablo quien ha hecho este mundo ; nada
» nos sale como deseamos . »
Otra vez dijo:
C
« Mas quisiera parecerme á un herege de Castres, á quien han
» cortado los miembros y que arrastra una vida miserable , que ser
»rey ó emperador.»
Otro dia , jugando al ajedrez con un capellan , le dijo:
1

« El Dios de Moisés, en quien creeis no os ayudará á ganar este


»juego. » Y añadió : « Que ese Dios no me ayude jamás.»
Hizo un viaje al Aragon donde cayó gravemente enfermo, y se
hizo conducir á Tolosa en litera sobre la marcha ; y como le pre
guntasen porque se ponia en camino con tanto apresuramiento, á
pesar de la gravedad del mal , respondió:
« En esta tierra no hay hombres buenos, en cuyas manos pueda
» morir ...)
« Yo sé , dijo en otra ocasion , que perderé mi tierra por estos
» buenos hombres ; y bien , la pérdida de mi tierra y aun la de mi
» cabeza, no me importa y estoy pronto áa perderla .»
Si Raimundo VI tenia la fé de los creyentes, no aspiraba á imi
tar las obras de los perfectos. Segun los bistoriadores católicos, se
entregaba á una licencia desenfrenada ; se divorciaba y se casaba
á su antojo ; tuvo tres mujeres á la vez : la hermana del vizconde
de Bezieres , la hija del rey de Chipre, y la hermana del rey Cárlos
de Inglaterra. Cuando murió esta, se casó con la hermana del rey
de Aragon , y las dos últimas eran sus primas en grados en que la
Iglesia prohibia el matrimonio: acusábanlo además de incesto con
su hermana, y de haber, desde su infancia, cortejado con prefe
rencia á las concubinas de su padre .
CAPITULO IV.

SUMARIO .

Tolerancia de los señores del Mediodía de Francia con los hereges . - Propaganda
delos hereges. - Preparativos de Inocencio III para la cruzada contra los hereges.
-Principio de las persecuciones . - Poca eficacia de los principes en secundar á
los legados del Papa . - Persecuciones contra los prelados. - Arnaud Amauri .-El
obispo Folquet. - Santo Domingo de Guzman y el obisp , D, Diego Aceves.- l’ro
pa ganda y discusion .-Su eficacia . - Entusiasmo de Santo Domingo . - Pedro de
Castelnau .-Su muerte .

1.

No era solo en Tolosa , donde estaban los hereges tolerados: tam


bien lo estaban en el Albigeois, el marquesado de Provenza, el
Rouergue, el Agenais , y los demás estados de Raimundo VI , les
ofrecian ancho teatro y completa impunidad ; no tenian menos li
bertad en los señoríos de los Pirineos, en las tierras del jóven viz
conde de Bezieres, Raimundo Roger, en Carcasona, y en el pais de
Limoux. Solo la casa de Barcelona afectaba gran celo por la causa
del catolicismo.
Los estados de Alfonso II se habian dividido entre sus dos hi
jos: el mayor, Pedro II , reinaba en Aragon, Cataluña y el Rosellon ,
y algun tiempo despues , reunió á esta rica herencia el Señorío de
Montpeller, casándose con la hija del último Señor de esta podero
sa ciudad .
Su hermano Alfonso , era conde de Provenza. Pedro, al subir al
>
32 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

trono en 1197 , ordenó á los valdenses y á otros hereges , que aban


donaran sus estados en un breve plazo , bajo pena de muerte y con
fiscacion de bienes. Esto no obstante y otras muestras de acendrado
catolicismo y sumision al Papa , don Pedro II se ocupaba mas de
galantear las damas que de perseguir hereges, y estos se sustrajeron
á las persecuciones en sus Estados, rebrotando sus creencias algo
mas cuidadosamente que lo hicieron antes .
Como chispas escapadas de aquel volcan , la heregía se manifestó
en algunos puntos de Francia y de Alemania, y el celo de los cató
licos empezó á mostrarse , diciendo que eran peores enemigos de la
fé los que habitaban en el Mediodía de Francia, que los musulmanes
contra quienes guerreaban los cruzados en las orillas del Nilo y del
Jordan .
Inocencio III , que ocupaba entonces la silla pontifical, preparó há
>

bilmente y con ahinco , durante mucho tiempo, la cruzada , que


como un espantoso huracan , se precipitó al fin sobre los malha
dados paises provenzales.

II .

El resultado de la lucha no podia ser dudoso . La unidad de ac


cion , condicion indispensable de la victoria , no era posible entre los
encontrados elementos que iban á ser atacados. El espíritu de se
paracion y de antagonismo imperaba en todas las comarcas donde
se hablaba el provenzal , y en el orden político , la unidad de idio
ma no fué bastante para constituir un centro de nacionalidad : Poi
tiers y Burdeos cayeron bajo el yugo de los reyes del Norte ; Tolosa
y Barcelona continuaban su antigua querella de supremacia política .

y social .
En el orden religioso ya hemos dicho qué caos de ideas habia
reemplazado en el dominio de las almas á la Fé católica. Las sectas
heterodoxas, que mas preponderaban , eran incapaces de gobernar y
de constituir un Estado .
¿Cómo habian de gobernar la tierra los que la maldecian como
obra del demonio y solo pensaban en salir de ella para volverse al
cielo ? La victoria de la Roma católica y de Francia sobre el mani
queismo y la Provenza, era inevitable , ¿pero á qué
que precio ?...
Los males que llevará consigo, los estragos á que dará lugar ,
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 33

los católicos que perecerán en ella, serán un precio barto caro,


aun bajo el punto de vista del catolicismo , por grandes que sean los
males que se remediarán .
Pocas veces se habia visto aplicado con tanto rigor ni en mayor
escala el terrible sistema de destruir por el hierro y el fuego un
gran cuerpo , bajo el pretexto de la corrupcion de algunos de sus
miembros .
Todo se conjura para convertir en campo de desolacion , las bellas
comarcas del Mediodía de Francia, donde la civilizacion y la cul
tura habian llegado, á principios del siglo xiii, á mayor altura que
en los otros paises de Europa.

III .

La tempestad se amontonó lentamente sobre el horizonte : el papa


Inocencio III esperaba poder ahogar la heregía con los mismos
elementos del catolicismo provenzal . Los Cistercenses llamados
monjes blancos, fueron los primeros instrumentos de que se sirvió ,
delegando, desde el año de su advenimiento, 1198 , á los dos frailes
del Cister, Gui y Regnier , la mision de perseguir y extirpar la
beregía en el Mediodía de Francia . Ordenó á los prelados que les
secundaran con todo su poder : su circular, dirigida a los arzobis
pos de Lyon , Viena, Embrun , Aix , Arles , Narbona , Auch y Tar
ragona y sus sufragáneos terminaba así :
«Nos intimamos a todos los principes, condes y señores de vues
otras provincias , que asistan a nuestros enviados contra los here
»ges , expulsando de sus Estados a los que excomulgue el herma
» no Regnier, confiscándoles sus bienes y usando con ellos el ma
»yor rigor , si persisten en permanecer en el pais despues de su ex
»comunion . Nos hemos dado al hermano Regnier plenos poderes
» para obligar á los señores , ora excomulgándolos, ora lanzando el
ventredicho sobre sus tierras, y Nos intimamos tambien á todos los
»pueblos de vuestras provincias , que se armen contra los hereges ,
» cuando el hermano Regnier y el hermano Gui los llamen , y con
»cedemos á los que tomen parte en esta espedicion para el man
» tenimiento de la Fé , la misma indulgencia que a los peregrinos
»que visitan San Pedro de Roma, ó Santiago de Compostela. »
La mision de Gui y de Regnier no produjo grandes resultados
34 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

del lado allá de los Pirineos , esceptuando , sin embargo , los Estados
del rey de Aragon. Los otros príncipes, no desterraron á los here
ges, ni los pueblos se pusieron a las órdenes de los legados del
Papa tomando las armas.
A fines de 1203 , el Papa nombró dos nuevos legados, Pedro de
Castelnau y Ravul , que obraron con mas rigor , aunque no con me
jores resultados. El Papa les habia dado poderes extraordinarios
que llegaban hasta el de suspender y deponer los obispos, cuya
conducta escandalosa ó indiferencia contribuyeran al progreso de la
heregía.
El 13 de diciembre de 1203 , Pedro y Ravul reunieron los bai
líos y vicarios del condado de Tolosa , los cónsules y notables de
esta ciudad , y amenazándoles con la indignacion de los príncipes y
la pérdida de sus bienes , obtuvieron de ellos, en nombre de toda la
ciudad, el juramento de guardar la Fé católica y de arrojar de su
seno los buenos hombres y los albigenses; pero el pueblo de Tolo
sa no se atuvo á la promesa de su magistrado; los perfeclos cam
biaron las horas de sus predicaciones , haciendo de noche lo que
antes hacian de dia , y á esto se redujeron las consecuencias de la
reunion del 13 de diciembre . Los legados, entretanto , no dejaron
en paz al alto clero ; trabajaron por deponer todos los prelados ti
bios ó corrompidos, reemplazándolos con hombres animados de un
celo ardiente. Comenzaron informaciones contra el arzobispo de
Narbona, depusieron al obispo de Biziers y suspendieron al de Be
zieres , porque se negó á excomulgar á los cónsules de su ciudad
episcopal , infestada de heregia .

IV .

El Papa les envió un refuerzo con el famoso Arnaud Amauri,


abad del Cister, a quien llamaban el abad de los abades, cuya into
lerancia dejó atrás cuanto hasta entonces se habia conocido en ma
teria de crueldad y de rigorismo: él justificaba á sus propios ojos su
ambicion con la sinceridad de su fé, y abrigaba bajo su hábito de
fraile el génio destructor de Genserico y de Atila .
En vano habia el Papa exigido del rey de Francia y de su hijo
Luis , que obligaran a los barones del Languedoc a perseguir los he
reges : el rey Felipe no era hombre para abandonar la Lombardia
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 35

á medio conquistar, é irse á guerrear por cuenta del Papa . Los tres
delegados de este , se agregaron un auxiliar ardiente , capaz de en
tenderse con Arnaud Amauri . Llamábase Folquet, genovés de ori
gen y marsellés de nacimiento. Este hombre , despues de haber sido
trobador y de haber cantado sus amores a la vizcondesa de Marsella ,
á sus dos cuñadas y á la señora de Montpeller; despues de haber
brillado en las cortes poéticas y caballerescas de Poitiers y de To
losa , se retiró á un convento del Cister , en el que se hizo notable por
su rigorismo, basta merecer que los legados del Papa le nombrasen,
en 1206 , obispo de Tolosa, deponiendo á su antecesor por causa
>

de simonia . El nuevo obispo no encontró buena acogida entre sus


ovejas.
Ocho años habian pasado desde el envio de los primeros comi
sarios de Inocencio III ; pero su obra adelantaba poco . Los poderes
seglares no resistian abiertamente , cuando los legados apretaban
mucho , Raimundo de Tolosa y los otros señores hacian protestas
de ortodoxia y hasta juraban expulsar á los hereges ; mas no cum
plian sus palabras, ni prestaban auxilios eficaces á los enviados del
Papa. No pudiendo perseguir , encarcelar , ni proscribir, los misio
peros procuraban persuadir y convertir á los hereges; mas la con
ducta desordenada del clero, cuyo mal ejemplo era contagioso , per
judicaba notablemente al efecto de las predicaciones por mas elocuen
tes que fuesen.
Entretanto, los legados del Papa se vieron reforzados por dos es
2

pañoles muy notables , uno de los cuales fué despues canonizado


por la Iglesia : estos eran Diego de Azeves, obispo de Osma, y Do
mingo de Guzman , canónigo de la Iglesia de Osma , que se encon
traron en Montpeller con los legados del papa, viniendo de Roma.
Estaban estos tan disgustados del resultado de su mision, que que
rian abandonarla ; pero los dos sacerdotes españoles los reanimaron
inspirándoles nuevo aliento .

V.

« No economiceis sudor ni fatigas, les dijeron , para esparcir con


pardor la buena semilla : renunciad á esos suntuosos aparatos,
»á esos ricos vestidos: cerrad la boca á los malvados, obrando y
36 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»enseñando como el divino Maestro , andando con los pies descal


»zos, sin plata ni oro, imitando a los apóstoles . »
« Esa seria una novedad muy grande, replicaron los legados, y
»nosotros no podemos cargar con la responsabilidad de la inicia
» tiva; pero si alguna persona de suficiente autoridad quisiera to
»marla , nosotros la imitaríamos con la mejor voluntad . »
La respuesta de D. Diego, fué mandar a España sus caballos ,
equipage y domésticos, y empezar su piadosa campaña descalzo,
sin otro compañero que Domingo de Guzman . Ejemplo digno de
imitarse, y que nos ahorraria escribir esta historia , si nunca se
hubieran empleado otros medios de destruir el error y hacer pre
valecer la verdad .
Los legados del Papa confiaron al obispo don Diego la direccion
de su mision, y como él , se pusieron á predicar y a disputar con
tra los perfectos por pueblos y campiñas , sin preocuparse de sub
sistencias ni de albergues , con vario suceso . Arnaud de Amauri,
hizo venir poco despues en su ayuda doce abades de la regla de los
Cistercenses.
Todo el Mediodía de Francia estaba conmovido con las con
troversias religiosas. Húbolas en Montreal , donde duraron quince
dias, entre perfectos y misioneros ; en Pamiers la discucion fué
entre los valdenses y los prelados. Un pueblo inmenso asistia á
aquellos debates; pero el obispo de Osma murió al cabo de pocos
meses , y tuvo por sucesores en la direccion de la mision , primero á
Francisco Gui , abad de Vaux Cernai, y despues á su antiguo com
pañero Santo Domingo , el célebre fundador de la Inquisicion , que
se proponia exterminar á los hereges que no podia convencer con la
palabra y el ejemplo.
Santo Domingo era, segun los testimonios de su época, hom
bre de buena fé, amante del progimo y cuyo espíritu de destruc
cion contra los que no participaban de sus creencias , pudo ser
hijo de un exceso de celo que extraviaba, su buen juicio sobre los
verdaderos medios que debia emplear para apartar del error a los
sectarios de la heregía. El sentimiento de la caridad se combinaba
en su alma con el de la severidad contra los que andaban descar
riados de la verdadera Fé . Cuéntase que , mientras estudiaba en
Palencia, vendió sus libros para dar de comer á los pobres en una
época de escasez, y quiso un dia venderse á sí mismo para rescatar
7

un cautivo . Él se imaginaba servir al género humano persiguiendo


LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 37

sin piedad á aquellos « abortos del infierno, que perdian tantos mi


» llares de almas , » y obrando así , creia obedecer la voz de Dios .

VI .

Lejos de producir los resultados que se esperaban , los sermones y


las controversias con los hereges sobreexitaron los ánimos de una y
otra parte: los legados apostólicos llegaron á convencerse de que
el rigor alcanzaria á donde no llegaba la persuasion ; error funesto ,
que ha comprometido y aun perdido las mejores causas y al cual
en aquella, como en otras ocasiones fueron inducidos los que en él
cayeron , por el despecho y el amor propio ofendido, de ver que su
elocuencia no alcanzaba tan prontamente como creian el apetecido
triunfo .
El entusiasmo de Santo Domingo por la causa de la Iglesia era
tan grande, que cifraba su ventura en hacer los mayores sacrificios,
У Pedro de Castelnau no le iba en zaga. Este , segun cuenta Pedro
de Vaux Cernai , historiador latino de la guerra de los albigenses ,
exclamaba con frecuencia: « La causa de Jesucristo no triunfará en
veste pais hasta que alguno de nosotros muera en defensa de la
»Fé . Dios quiera que yo sea la primera víctima del perseguidor de la
»religion . »
Jordan, en el Acta sancti Dominice, página 549 dice: «que Santo
» Domingo representaba los mismos sentimientos: con una exaltacion
» delirante. Atravesaba un dia cantando alegremente cierto lugar, en >

» que suponia le habian preparado una emboscada... Mas tarde, in


» formados de esto los hereges, le dijeron:- «No tienes miedo de la
» muerte? ¿qué hubieras hecho si te hubiésemos atrapado?—Os hu
» biera pedido, replicó él , que no me mataseis de un solo golpe, sino
» que prolongáseis mi martirio, mutilando mis miembros unos tras
potros ; que pusiérais ante mis ojos los pedazos arrancados del cuer
»po y que me sacáseis los ojos despues, dejando el tronco por últi
»mo rodando, envuelto en su sangre, hasta que expirase, á fin de
» merecer la mas rica corona del martirio ! »
Como se vé , estaba tan dispuesto á verter su propia sangre como
la de los otros .
A Pedro de Castelnau , se le cumplió su deseo de morir á manos
9

de los hereges . Se propuso obligar al conde de Tolosa á hacer la


Tomo I. 8.
38 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

paz con los señores de Vaux y otros barones de Provenza, y unirse


á ellos, para exterminar á los enemigos de la Iglesia ; pero Raimun
do reusó deponer las armas, y Pedro de Castelnau lo excomulgó.
El papa Inocencio III ratificó la sentencia el 29 de mayo de 1207,
tratando al conde Raimundo de malvado, insensato y hombre pes
tilencial .
Raimundo VI , aturdido por los rayos de Roma y acosado por una
coalicion de barones provenzales , juró obedecer al Papa é hizo la
paz con sus adversarios ; pero no se resolvió á despojar y á quemar
á sus vasallos, de cuyas opiniones tal vez participaba, y durante
muchos meses siguió eludiendo las instancias de los comisarios del
Papa .
Pedro de Castelnau , salió , como suele decirse , de sus casillas ,
у fué à reprochar á Raimundo su perjurio, excomulgándolo de nue
vo con mil imprecaciones . Raimundo exasperado salió tambien de
quicio y amenazó de muerte al legado y á sus compañeros . El abad
de San Giles , donde tuvo lugar esta escena , los cónsules y ciuda
danos , temerosos de una catástrofe, hicieron escoltar á Castelnau
hasta las orillas del Rhcna; mas al siguiente dia por la mañana , en
el momento en que el legado iba á atravesar el rio , trabóse de pa
labras con un hidalgo de los de Raimundo, quien tirando de la es
pada , lo atravesó de parte á parte . Pedro cayó expirante diciendo :
«Dios te perdone : en cuanto á mí , ya te he perdonado . » Este asesi
nato ocurrió el 15 de enero de 1208 , y el asesino huyó á Beaucaire
9

У de allí á las montañas del conde de Foix .


Castelnau queria á todo trance que el conde de Tolosa estermi
nara á sangre y fuego á los que no profesaran la religion católica ,
apostólica romana, y el crímen que dió prematuro fin á su vida pa
la
reció menor á los ojos del vulgo por el encarnizamiento con que
víctima exigia el derramamiento de sangre humana.
CAPITULO V.

SUMARIO .

Consecuencias funestas de la muerte de Pedro de Castelnau . - Raimundo VI exco


mulgado. - Predicacion de la cruzada . - Perdones é indulgencias. - Fanatismo,
corticia y ambicion de los cruzados . - Raimundo en el concilio de Aubenas.- Nue
volegado del Papa . - Grandes ejércitos de los cruzados .---Flaqueza de Raimundo
ante sus enemigos . - El vizconde de Bezieres . - Preparativos de defensa . - Sitio
de Bezieres. - Toma y saqueo de la plaza . – Deguello de todos sus habitantes. - Fa
moso edicto del legado . - Número de víctimas. - Sitio de Carcasona . - D . Pedro de
Aragon. - Traicion de los cruzados para con el vizconde de Bezieres . - Prision y
muerte del vizconde . - Rendicion de Carcasona . - Quema de cuatrocientos here
ges . - Simon de Montfort.

I.

Antes del asesinato de Pedro de Castelnau , Inocencio III habia


escrito al rey de Francia, con fecha 17 de noviembre de 1207 , y
tambien al duque de Borgoña y á los principales barones de Fran
cia, exortándoles á extirpar la heregía y ofreciéndoles los bienes de
los hereges y las indulgencias acordadas á los peregrinos de la Tier
ra Santa.
¿Qué no pasaria en el alma de aquel pontífice al llegar á su no
ticia el asesinato de su legado? Sus anatemas resonaron en toda
Europa.. Ordenó que Raimundo de Tolosa fuese excomulgado en
todas las Iglesias .
« La fé no debe guardarse jamás con quien no la guarda á Jesu
»cristo, y por lo tanto, decia su Santidad , desligamos de su fé á
»todos los que han hecho juramento de obediencia al conde de To
»losa, sea como señor feudal, asociado, ó cualquiera otra alianza,
40 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» y concedemos á todo católico, salvo el derecho del Señor Sobe


» rano, la libertad de perseguir la persona de dicho Conde y de ocu
»par y retener sus tierras. ¡ Adelante , pues, soldados de Cristo ! Es
»terminad la impiedad por todos los medios que Dios os haya reve
»lado ; estended el brazo á lo lejos y combatid con mano vigorosa á
plos sectarios de la heregía , haciéndoles mas cruda guerra que áa los
» sarracenos , porque son peores que ellos . En cuanto al conde Rai
» mundo de Tolosa , aun cuando viniera á buscar el nombre de Dios ,
» ofreciendo dar satisfaccion á Nos , no desistais por ello de hacer pe
»sar sobre él la carga de opresion que ha merecido . Arrojadlos á él
»y á sus fautores de sus castillos y privadlos de sus tierras, á fin de
» que los católicos ortodoxos se establezcan en todos los dominios
»de los hereges . »
Este breve fué expedido el 10 de marzo de 1208. Al mismo
tiempo envió el Papa plenos poderes al abad del Cister y á sus re
ligiosos para predicar la cruzada contra « la gente apestada de Pro
venza , »» y los innumerables frailes de mil ciento ó mil doscientos
conventos del Cister y Bernardos, se desparramaron por toda la
Francia, Alemania é Italia , llamando a los fieles a las armas por la
santa causa .

II .

«Tan grande fué el número de los cruzados, dicen las crónicas,


» que ningun hombre podria estimarlo ni contarlo, todo á causa de
» las grandes indulgencias y absoluciones que el legado concedia
Þá los que se cruzaban . »
Los perdones é indulgencias consistian en la remision de todos
los pecados, desde el nacimiento del cruzado , y en la autorizacion
de no pagar interes de ninguna deuda, aunque se hubiera prome
tido con juramento, mientras durase la empresa. La esperanza de
no pagar las deudas, y sobre todo la de saquear las ricas ciudades
y opulentos castillos feudales del Mediodía de Francia, sin escrú
pulo de conciencia, eran causas mas que suficientes para arrastrar
á todos los nobles y aventureros de la cristiandad ; y si á los que iban
impulsados por estos móviles se agregan los que inspiraba un ver
dadero celo , y aquellos en cuyas almas germinaban uno y otro mó
vil, se comprenderá qué desencadenamiento de pasiones violentas
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 41
amenazaba caer como un torbellino asolador sobre las bellas comar
cas del Languedoc . Tantas ventajas espirituales y materiales en
cambio de cuarenta dias de campaña, que apenas equivalian al ser
vicio feudal ordinario, eran en verdad un atractivo irresistible .

III .

El autor de la Historia de los hechos de armas y guerras de To


losa dice :
«Cuando llegaron al conde Raimundo las noticias de la Cruza
»da, se admiró y alarmó extraordinariamente y no sin causa . Sa
»biendo que el legado Arnaud Amauri habia convocado un gran
»concilio en Aubenas, del Vivarais , tomó consigo una noble y her
» mosa compañía , entre otros su sobrino, el vizconde de Bezieres,
»y partió para ir a demostrar al dicho concilio , que si querian acha
» carle la dicha muerte ó la heregía , él era inocente en todo y por
»todo. El legado y el concilio le respondieron, que ellos no podian
»hacer nada ; que era necesario se presentase en Roma ante el Pa
»dre Santo, si queria reconciliarse con la Iglesia. Al conde Raimun
do le supo muy mal esta respuesta , y el vizconde de Bezieres le
»dijo: que su opinion era mandar sus amigos , parientes y vasallos
» contra el legado y su ejército, poner buena guarnicion en todas
»sus tierras y plazas, y prepararse bien á la defensa; pero el conde
»Raimundo no quiso acceder a esta proposicion , y al vizconde le
»incomodó tanto su negativa, que empezó por hacer la guerra á
»su tio . »
Raimundo encargó al arzobispo de Aux, y al ex -obispo de Tolo
sa, de ir á llevar su justificacion al Papa, y obtener el envio de un
>

legado menos hostil para él que Arnaud de Amauri . El Papa, en efec


to , nombró legado ad latere á su notario Milou , aunque prescribién
dole que siguiese en todo los consejos del Abad de Amauri . Inocen
cio III no queria todavía llevar las cosas con Raimundo hasta la
última estremidad. « Mas vale, escribia á sus delegados, no em
»prenderla por el pronto con el conde y atacar separadamente a los
potros hereges. Si persevera en su maldad, será mas fácil comba
»tirle cuando se encuentre solo y que sus adherentes no se hallen
»en estado de darle ningun socorro . »
El legado Milou , en lugar de ir directamente á Provenza ,se unió
42 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONÉS .

con el abad del Cister, en Auxerre , y juntos se fueron á Villanueva ,


sobre el Yonne , donde el rey Felipe tenia una conferencia con los
principales barones; pero el Rey , « respondió al nuncio del señor ,
»Papa , que tenia á sus costados dos grandes y terribles leones; á sa
»ber : Othon, que se decia emperador,, y Juan , rey de Inglaterra; y
» que cada uno por su parte trabajaba con todas sus fuerzas, para
»turbar su reino de Francia; y por tanto , queniél , ni su hijo podian
»salir de sus Estados, y que harto hacía concediendo por el momen
»to licencia á sus vasallos para marchar á Narbona contra los per
turbadores de la Fé . »
De las orillas del Yonne , pasó el legado Milou , á Mentelmont, en
el marquesado de Provenza, «y reunió buen número de arzobispos
»y obispos , con los cuales convino en la manera de proceder en los
»asuntos de la Fé y de la paz, principalmente en lo que concernia al
»conde de Tolosa . Despues de esto , mandó al dicho conde ir á ver
»le en la ciudad de Valencia. Llegó el conde el dia convenido , y
»prometió al legado obrar en todo segun su voluntad, El legado
»le obligó áa entregar, como rehenes de su buena fe, siete de sus
>

»mas fuertes castillos a la Santa Iglesia romana ; despues, el padre


»Milou y el conde pasaron a la villa de San Gilles , donde fueron
»perfectas la reconciliacion y la absolucion del conde, en la forma si
»guiente : El conde fué conducido ante la puerta de la Iglesia del
»bienaventurado S. Gilles , y aquí , delante de mas de veinte arzobis
»pos y obispos , juró sobre el cuerpo de Cristo y sobre las reliquias
»de los Santos , obedecer en todo los mandamientos de la Santa
»Iglesia romana : en seguida le echaron al cuello una estola , y ti
» rando de ella , el legado lo introdujo en la Iglesia azotándolo . Des
»pues, el conde, que temia que fuesen sus tierras infestadas por los
»cruzados de Francia , pidió él mismo poner la cruz en su pecho .
» El conde , entre otras faltas, se confesó culpable de haber dado
>

vá los Judíos cargos públicos . Juró quitarles el manejo de los ne


»gocios públicos, y arrojar á los guerrilleros aragoneses citados ,
»que tenia á sueldo, garantizar la seguridad de los caminos reales
»y castigar como hereges áa los que le fuesen denunciados por los
vobispos y curas. Los cónsules de Aviñon y Montpeller prestaron
»iguales juramentos ; y los de muchas ciudades principales juraron
» tambien abandonar al conde, si faltaba á sus compromisos. »
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 13

IV .

El conde habia cedido al terror de los grandes preparativos de la


Cruzada. Además del principal cuerpo de ejército francés, norman
do, borgoñon y champañés , que se reunió en Lyon á las órde
nes del abad Amauri, el obispo de Puy y el arzobispo de Burdeos
reunieron otras dos bandas de cruzados; y á unos y otros se agre
garon en gran número los católicos del mismo país que iban á de
vastar.
Elejército de Lyon bajó, siguiendo el curso del Rhona, hasta Avi
ñon , pasó el rio y entró en la Septimania en el mes de junio
de 1209 .
El conde Raimundo , con la muerte en el alma , se fué á Valencia,
donde se unió á las bandas furiosas que iban a desolar su patria ,
y contra las cuales no luvo el valor necesario para luchar . «El abad
» del Cister, dice la Historia de las guerras de Tolosa , ordenó á
» Raimundo, que lo condujera á las tierras del vizconde de Bezie
» res, para tomarlas y destruirlas, porque estaban llenas de hereges
» y de aventureros. El conde Raimundo obedeció , por lo cual fué
»despues muy mal recompensado.»
El ejército hizo alto en Montpeller, ciudad católica y vasalla del
rey de Aragon .
«Allí se presentó muy bien acompañado , segun dice la historia
vantes citada, el joven vizconde de Bezieres, y representó al legado
» que él no tenia culpa ni babia obrado mal con la Iglesia, y supli
» có allegado y á su consejo que le hicieran gracia, porque él era
vservidor de la Iglesia y por ella queria vivir y morir con todos y
» contra todos . El legado Arnaud Amauri, que habia tomado su an
»tiguo título, por la muerte reciente de Milou, le respondió: que no
» perdiera sus palabras, y que se defendiera lo mejor que pudiera
»y supiera, porque no se le concederia perdon . El joven vizconde
»se volvió á Bezieres, reunió los principales de la ciudad, y los se
»ñores de las inmediaciones y todos fueron de opinion de que él
»mandase lo mas pronto posible a todos sus parientes , aliados y va
» sallos, que defendieran las tierras del vizconde , que el legado y su
vejército venian á tomar, saquear y despojar. Al mandamiento del
» vizconde,acudió gran golpe de gente al socorro de Bezieres. Con
IN

44 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»tento el vizconde , puso grandes guarniciones en todas sus plazas y


» castillos, y escogiendo despues la gente mas brava que pudo, fué
»á establecerse en Carcasona, que le pareció la plaza mas fuerte de
»su señorío, con lo cual se disgustó mucho la gente de Bezieres . »

V.

El gran ejército cruzado marchaba de Montpeller hácia Bezieres ,


donde los habitantes de todos los pueblos y aldeas de la llanura
se habian refugiado con sus familias y sus bienes . Los jefes de la
Cruzada mandaron al obispo de Bezieres hacia sus ovejas escar
riadas.
«El obispo, reunió los habitantes de la ciudad, yy otros que no lo
» eran en la Catedral , y les representó el gran peligro en que esta
»ban , aconsejándoles que rindieran la ciudad al legado , y le entre
»gáran los hereges , que el obispo conocia muy bien , y cuyos nom
»bres tenia escritos ; pero ellos se negaron y dijeron , que primero se
»comerian sus hijos que hacer tal cosa . El legado , al saber esta res
»puesta, juró que no dejaria en Bezieres piedra sobre piedra ; que
vél haria meterlo todo á sangre y fuego, hombres , mujeres y niños,
» y que no haria gracia ni á uno solo . »
Aumentado con las dos bandas llegados de Agenais , y de Velai,
que habian tomado muchos castillos y quemado una porcion de he
reges, el ejército plantó sus tiendas é innumerables pabellones al re
dedor de Bezieres .
En el campamento de los católicos estaban los arzobispos de
Sens y de Burdeos , con ocho obispos, el duque Eudes , de Bor
goña , Simon , conde de Montfort, los condes de Nevers y de Saint
Pol, y una infinidad de señores y caballeros de Francia , de Lorena,
de Alemania de Borgoña, de Lombardía, de Aquitania y de la mis
>

ma Provenza. Segun el poema provenzal de la cruzada, mas de


veinte mil hombres de armas y doscientos mil campesinos , sin con
tar los clérigos y la gente de las ciudades, seguian los estandartes
del papa.
A la vista de tantos enemigos, empezó áa flaquear la confianza de
los de Bezieres. No obstante , cuando vieron que no habia mas re
medio que defenderse ó morir , se animaron mútuamente, se arma
ron lo mejor que pudieron y acometieron a los sitiadores. Entonces
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 45

las huestes de los católicos se pusieron en movimiento, de tal suer


te que hacian estremecer y temblar la tierra.
Los caballeros cruzados, no tuvieron tiempo de tomar parte en
el combate ; los aventureros , que en número de mas de quince mil
acompañaban á los cruzados, y la gente de áa pié se precipitaron tan
furiosamente sobre los de Bezieres, que entraron mezclados con los
fugitivos en la ciudad, y esta fué invadida en pocos instantes por
muchos millares de rabiosos enemigos. «Allí tuvo lugar la mayor
» carnicería que se vió en el mundo ; ni ancianos ni mujeres , ni ni
»ños de pecho respetaron . Entonces fué cuando los vencedores
»preguntaron al nuncio del Papa , cómo harian para distinguir los
» hereges de los fieles, y éste les respondió aquellas célebres pala
» bras: matadlos á todos,, que Dios conocerá á los suyos.
» Los de la ciudad , que pudieron , se retiraron á la gran iglesia de
» San Nazario, cuyos canónigos hicieron sonar las cam panas hasta
»que todo el mundo fué muerto : ni campanas , ni capellanes reves
»tidos con sus hábitos sacerdotales , pudieron impedir que todos
»fuesen pasados á cuchillo ; ni uno solo se salvó : aquella fué la lás
»tima mayor que se haya visto y oido . Una vez saqueada la ciu
» dad, le pusieron fuego, yy todo fué devastado y quemado, como to
»davía se puede ver: de suerte , que no quedó cosa viviente . »
Segun el cronista Alberic de Trois Fontaines , se elevó á sesenta
mil el número de las personas degolladas, entre ellas siete mil ca
tólicos en la iglesia de la Magdalena. Estos desgraciados deberian
estar muy agradecidos al abad Amauri, por el consejo que dió á
sus soldados de degollar á los inocentes católicos lo mismo que a los
hereges.
El contemporáneo Bernardo Ithier de Limoges, dice que fueron
treinta y ocho mil los muertos . Arnaud Amauri, confesó que eran
veinte mil, en la carta en que dio cuenta al Papa de su victoria ob
tenida el 22 de julio de 1209. Tal fue el comienzo de esta famosa
campaña .

VI .

El sanguinario furor que hacia condenar al mismo trágico fin á


amigos y enemigos , se manifestó muchas veces entre los cruza
dos . Cogieron en Castres dos hereges ; un perfecto y un creyente: el
Tomo I. 9
46 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

perfecto persistió en su heregía; el creyente contestó que estaba


pronto a convertirse. Se lo dijeron así á Simon de Montfort, que
respondió:
«Quemad á los dos : si el que se arrepiente habla de buena fé, 7

vel fuego le servirá para expiar sus pecados ; y si miente , sufrirá la


» pena de su impostura .»
Los cruzados se alejaron de Bezieres, que dejaron convertido en
un informe monton de escombros y de ruinas, y marcharon cami
no de Carcasona . El silencio de la muerte les precedia, porque al
rumor de su llegada, huian las gentes despavoridas dejando desier
tos los campos y lugares, corriendo á buscar un refugio en Carca
sona y otros en los montes de las Cebenas:
Los cruzados acamparon, el primero de agosto de 1209 , delante
de Carcasona , y el vizconde de Bezieres no esperó el asalto ; hizo
frecuentes salidas , que no tuvieron tan malos resultados como la
que hicieron los de Bezieres, y disputó enérgicamente las inmedia
ciones y arrabales de la ciudad . La ventaja de la posicion contra
balanceaba la inferioridad del número . Carcasona está construida
como un nido de águilas, en la cumbre de una montaña escarpada,
en cuya pendiente están los arrabales, y era entonces mas fuerte
que cuando los reyes visigodos le confiaron el depósito de sus te
soros .

El arrabal mas bajo fue prontamente perdido, y los cruzados lo


arrasaron ; pero el segundo, construido en el declive de la montaña,
resistió toda una semana, y al abandonarlo, lo quemaron los sitia
dos para impedir á sus enemigos establecerse en él .

VII .

El Rey don Pedro de Aragon , supo con tanto dolor como alarma
la invasion de los franceses en los paises provenzales ; los degue
llos de Bezieres, y el peligro del jóven vizconde, que era sobrino У
vasallo suyo, y corrió al campo de los cruzados, esperando conseguir
un acomodo entre los sitiadores y el vizconde . El legado y los va
rones cruzados no reusaron abiertamente la mediacion de aquel
príncipe poderoso , y le permitieron entrar en Carcasona para con
ferenciar con su sobrino .
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 47

El vizconde de Bezieres recibió con gran satisfaccion al Rey su


señor, y le dijo :
«Si no hubiera aquí mas que yo y mi gente de armas, os juro
»señor, que nunca me rendiria, y que preferiria dejarme morir de
»hambre ; pero el pueblo que está aquí encerrado, hombres, muje
»res y niños , que caen muertos de hambre á bandadas todos los
»dias , me obligan á tener piedad de ellos : por esto , señor , yo y los
>

»mios nos ponemos en vuestras manos : haced por nosotros lo que


»haríais por vos mismo . »»
Volvió el Rey á ver al legado y á los cruzados , У les preguntó
cuales eran sus condiciones de paz . El abad del Cister , Amauri,
replicó en nombre de todos diciendo : « que por la intercesion del
»Rey de Aragon , dejarian salir salvo al vizconde y á doce de los
»suyos , que él podria elegir , con armas, caballos y bagages ; pero
» que los cruzados harian con los demás lo que mejor les viniera
»en talante . )
El Rey Don Pedro participó al vizconde esta proposicion , previ
niéndole que, si se negaba á aceptarla, no le harian otra. Cuando el
vizconde oyó esta proposicion, sin aconsejarse con nadie, dijo al Rey
don Pedro :
«Mejor que acceder á lo que proponen el legado y los cruzados,
» me dejaria desollar vivo , antes de abandonar al mas pequeño y
» miserable de mis compañeros ; porque todos están en peligro por
» causa mia . »
El Rey apreció mucho mas al vizconde por esta resolucion , que
si hubiese aceptado las proposiciones de los cruzados, y le dijo que
pensara en defenderse bien ; porque el que bien se defiende, consi
gue al fin buena composicion , y despues se fué á su reino muy
disgustado por no haber podido traer al vizconde y á sus enemigos
á un acomodamiento .

VIII .

Continuó el sitio con vigor por ambas partes ; pero la falta de


agua atormentaba mucho á los de Carcasona: no por eso desmaya
ron ; su valor y las trincheras casi inespugnables de la plaza triun
faron de todos los ataques á viva fuerza. El legado pensó entonces ,
18 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que «no debia guardarse la fé prometida a quien no la guarda á


»Dios . »
Encargó á un caballero que se introdujese como parlamentario
en Carcasona, é insinuase al vizconde que los cruzados estaban dis
puestos á concederle una capitulacion honrosa.
«Si los señores y príncipes, respondió Raimundo Roger , quie
»ren darme seguridad para que pueda ir á hablar con ellos, me
» parece que nos pondremos de acuerdo fácilmente . »
«Señor vizconde , le replicó el otro, no temais nada : yo os pro
»meto y juro por mi fé de caballero , que si quereis venir al cam
la
»pamento y paz no se ajusta, os volveré á traer sano y salvo sin
»ningun peligro para vuestra persona y bienes . »
El joven y leal vizconde , sin ninguna sospecha, salió de la ciu
dad con cien caballeros, y se fué derecho a la tienda del legado ,
donde todos los principes y caballeros se admiraron grandemente
de su visita. Allí expuso como él ni los suyos no habian nunca for
mado parte de la congregacion de los hereges, y que no tenia mé
rito el arruinarlo y despojarlo de sus bienes de aquella manera vio
lenta .
Cuando concluyó estas palabras, el legado se llevó aparte á los
señores que no estaban en el complot y convino con ellos en que el
vizconde quedase prisionero, hasta que la ciudad se entregara: Pue
de comprenderse fácilmente cuan grande seria la indignacion del
vizconde y de sus caballeros al saber esta traicion .
El 15 de agosto de 1209 , permitieron los jefes de los cruzados
á los habitantes de Carcasona abandonar la ciudad, dejando en ella
todos sus bienes у sin llevar mas ropa que la camisa y los calzo
nes. Aquellas pobres gentes hambrientas, casi desnudas y afligidas,
fueron á buscar un refugio en las tierras del conde de Tolosa, Ara
gon y Cataluña. Los cruzados se desquitaron de su clemencia ahor
cando y quemando, como hereges , cuatrocientos ó quinientos prisio
neros recogidos acá y allá en las campiñas y muchos caballeros del
vizconde.
La ocupacion de Carcasona y la cautividad de su señor, á quien
encerraron en una torre del castillo , facilitaron la sumision de las
fortalezas de Montreal y de Faujaux, de la ciudad de Castres У de
la mayor parte de las tierras del vizconde .
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 49

IX .

Solo faltaba á los cruzados repartirse el botin . El legado reunió


en consejo a todos los principes y señores para acordar á quien se
daria el vizcondado de Bezieres y sus dependencias . Los caballeros
franceses hubieron de escuchar en esta ocasion la voz de la huma
nidad y de la conciencia . Los mas anhelaban abandonar aquellos
lugares manchados de sangre en gran parte inocente . El duque de
Borgoña, reusó las ofertas que le hicieron del vizcondado, y declaró
«que tenia demasiadas tierras y señoríos, sin necesidad de aque
» llas, ni de desheredar al vizconde, y que le parecia le habian he
»cho bastante mal , aunque no le arrebatáran su herencia. » Los
condes de Nevers y de Saint Pol dijeron lo mismo que el duque de
Borgoña, y el legado , mal contento y embarazado, ofreció en últi
mo lugar el señorío á Simon , conde de Montfort, que lo deseaba Уy
>

que lo aceptó; pero antes se hizo mucho de rogar, y el abad Amauri


yotros seis comisarios delegados por los jefes del ejército del Papa
tuvieron que arrojarse á los pies de Simon , para obligarle a here
dar en vida al despojado vizconde.

X.

Simon de Montfort, fué puesto en posesion de la tierra y vizcon


dado de Bezieres , Carcasona y Raser, y se hizo prestar juramento,
como señor feudal, por los pocos habitantes que habian quedado ,
obligándose á pagar a la corte de Roma un tributo anual en señal
de vasallage.
La eleccion del hombre escojido por el legado para jefe perma
nente de la Cruzada era inmejorable para su intento , como lo pro
baron los sucesos posteriores. Heredero de la casa de Montfort, que
teniendo del Rey de Francia el condado de Montfort Уy del de Ingla
terra el de Evreux , habia desempeñado un gran papel en las luchas
de ambas coronas , Simon habia heredado además, de su madre, el
condado de Leicester en Inglaterra.
Hacia tiempo que era Simon un veterano de la Cruz ; se habia
ilustrado por sus hazañas en la tierra Santa, y se cruzó de nuevo
50 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

en 1200 , con el ejército que tomó á Constantinopla ; pero, cuando


sus compañeros se hicieron , aá pesar del Papa , instrumentos de la
política veneciana, se separó de ellos y se fué derecho a Palestina,
sin volver atrás la cara para ver quien le seguia. Esta inflexibili
dad en la obediencia lo recomendó á la atencion de la corte ponti
ficia , y la guerra contra los Albigenses acabó de revelar la firmeza
у la energía de su carácter. Estaba dotado de todas las cualidades
militares y políticas, era prudente é intrépido, previsor y acertado
en el consejo , perseverante é infatigable en la ejecucion , á lo cual
agregaba la pereza del alma, el vigor, la hermosura y la agilidad
del cuerpo .
Tenia para todos los cruzados sus compañeros , pequeños
grandes , la solicitud que el devoto tiene por sus correligionarios
y el capitan por sus soldados . Un dia que habia atravesado á ca
ballo, con sus hombres de armas, un rio , cuyas aguas crecian con
la lluvia; viendo que dos peregrinos , que iban á pié, se quedaban
expuestos á caer en manos del enemigo , volvió a pasar el torrente
para participar de su suerte . De este modo inspiraba una adhe
sion sin límites y ejercia sobre sus mismos adversarios una espe
cie de fascinacion : identificando su interés y su fé, sacaba de la
conviccion de su mision fatal una fuerza mas terrible .
CAPITULO VI.

SUMARIO .

Resistencia de los meridionales a dar cumplimiento a las órdenes de persecucion .


- Sospechosa muerte de Raimundo Roger.-Sentimiento causado por su muer
te.- Elconde de Tolosa en Roma .-Nuevo analema .- Buenos oficios del rey de
Aragon . - Carta del legado . - El Conde y el Rey corren a las armas . - Nueva
cruzada .-Capitulacion de Minerva .- Quema de ciento cuarenta hereges . - Sitio
de Termes . - Sumision de Albi y Cabaret. - Incertidumbre de Raimundo VI.
Autoridad de los papas. - Apojeo del Catolicismo . - El obispo Folquet en Tolosa .
-Resolucion del Conde.-El conde de Foix derrota los cruzados . - Toma de La
baur por los cruzados . - Quema de cuatrocientos hereges. - Muerte de Girauda
y de ochenta caballeros .

1.

El objeto de la cruzada estaba al parecer conseguido : con


quistados los estados de Bezieres , y los condados de Tolosa y
de Provenza, el rey de Aragon , y el arzobispo y el vizconde de
Narbona habian publicado contra los hereges cuantos decretos exi
gió el legado . El conde de Foix , despues de ver á Montfort entrar
triunfante en Castres , Albi , Pamiers y Mirepoix , se resignó a tratar
con él . Los príncipes y barones cruzados que no se comprometieron
mas que para una campaña de cuarenta dias, tuvieron por mas que
bien cumplido su voto y se fueron retirando con su gente . La tor
menta que habia desolado la Septimania se desvaneció, dejando á
Simon reinar sobre ruinas con un puñado de soldados. A mediados
del otoño, sus fuerzas se reducian á algunos caballeros franceses,
vasallos de su familia ó de la de su mujer Alís de Montmorenci, y
tres ó cuatro mil borgoñones y alemanes.
52 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
.

Los meridionales empezaron a volver de su estupor. La ejecucion


de los crueles decretos lanzados contra los hereges, encontró resis
tencia ó frialdad en la mayor parte de los señores y de los magis
trados municipales . Mas de veinte insurrecciones brotaron contra el
nuevo vizconde de Bezieres , de quien el rey de Aragon su soberano
no quiso recibir el juramento de homenaje.
El infortunado Raimundo Roger , fué puesto en manos de su suce
sor Simon , y como podia llegar aá ser temible , segun la adhesion
que le manifestaban sus antiguos vasallos , y como los espesos mu
ros de Carcasona no pareciesen bastante fuertes para responder de
su persona, una disenteria sobrevenida muy á propósito para Simon
de Montſort, arrebató repentinamente al cautivo de este mundo , el 10
de noviembre de 1209 .
«Murió prisionero,—dice el cronista provenzal—y por toda la
» tierra corrió el rumor de que el conde de Montfort le bizo morir.
»En todo el ámbito de la tierra , -exclama el poeta de la cruzada
»no hubo mejor caballero, ni mas valiente , ni de carácter mas abier
»to ni cortés. Fué grandemente llorado y sentido de muchos , y fué
»cosa muy lamentable y lastimosa ver el dolor que manifestó el
» pueblo por la muerte del vizconde en su prision , y de tan triste
>

» manera . )
Raimundo Roger dejó un hijo de corta edad , llamado Trencavel,
en cuyo nombre siguió luchando contra Simon de Montfort una
parte de los que fueron vasallos de su padre. Simon recibió, en la
primavera de 1210 , refuerzos suficientes para sostenerse ; pero no
bastantes para atacar á Tolosa , objeto final de sus ardientes espe
ranzas .
El conde de Tolosa por su parte habia prometido mas de lo que
podia cumplir, al jurar el esterminio ó la espulsion de los hereges
y de los aventureros armados , que constituian su ejército y la mitad
de sus vasallos .
Tres meses despues de la ceremonia de San Gilles , el Conde se
encontró en las mismas perplegidades que antes . Exigieron los le
gados del Conde y de los cónsules de Tolosa , que les entregasen
cuerpos y bienes de todos los sospechosos de heregía: los cónsules
ó capitulares de Tolosa respondieron que no habia hereges en su
ciudad .
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 53

1 .

El legado Milou , en un concilio reunido en Valencia en 1209 ,


excomulgó al conde y á los magistrados, y lanzó el entredicho so
>

bre la ciudad de Tolosa y los dominios de Raimundo . El Conde , es


perando encontrar menos dureza en el Papa que en sus ministros,
se decidió a ir a Roma, con muchos de sus barones y uno de los ca
pitulares excomulgados. Dirigióse primero à Paris , donde obtuvo
una carta del Rey su soberano para el Santo Padre , y se presentó á
Inocencio III , ante el Sacro Colegio romano .
No están de acuerdo los dos historiadores provenzales y Pedro de
Vaux Cernai , sobre la acogida que obtuvo el Conde ; pero lo cierto
es, que el Papa relevó provisionalmente á Raimundo de la excomu
nion lanzada contra él por su legado , y lo envió para obtener su
absolucion definitiva á un concilio que los legados debian presidir
en San Gilles, en el término de algunas semanas. Raimundo debia
purgarse con juramento del crimen de heregia y del asesinato de
Castelnau cometido por uno de los suyos , justificándose con el cum
plimiento de sus promesas.
Cuando Raimundo compareció en San Gilles ante el concilio,
Theodiseo , canónigo genovés, que habia reemplazado á Milou como
legado , rehusó recibir sus juramentos tocante á la heregía y á la
muerte de Castelnau, porque no habia destruido los hereges tolo
sanos , ni restituido diversos derechos que habia cobrado de las igle
sias de sus estados , y que Roma calificaba de exacciones. Las lá
grimas salieron a los ojos del Conde. « Por grande que sea el des
obordamiento de las aguas, dijo irónicamente el legado, no llega
» rán hasta el Señor.»
En lugar de absolucion, sacó el conde Raimundo del concilio un
nuevo anatema.
En vano entregó al abad Amauri la ciudadela de Tolosa, llamada
castillo narbonés : el legado la recibió ; pero no para tenerle en
cuenta aquel acto de confianza como prueba de su buen deseo , sino
para hundirlo con mayor seguridad.
Intentó por segunda vez el rey de Aragon interponerse sirviendo
de mediador; recibió el homenaje feudal de Simon, casó á su hijo
7

Jaime, con la hija de este y una de sus hermanas con el joven Rai
Tom. I.
54 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mundo , hijo del conde de Tolosa , y acompañó al conde Raimundo


hasta Arlés, donde en febrero de 1211 hizo una tentativa de paz
dirigiéndose al legado y á los obispos .
El Rey y el Conde tuvieron que esperar al aire libre, á que los
prelados redactasen las condiciones que se dignaban ofrecer á Rai
mundo .
Hé aquí los principales artículos de la carta que los legados pu
sieron en manos del Conde .
«El Conde licenciará inmediatamente a todos los que hayan ve
»nido ó puedan venir en lo futuro á prestarle socorro, sin retener
» ni uno solo .

» Arrojará de su señorío a todos los judíos, y entregará en manos


»del legado y del conde de Montfort todos los hereges que estos le
»designen , para que hagan de ellos lo que mejor les parezca.
»En todas las tierras del Conde , ningun hombre noble ni villa
» no usará vestido de lujo, sino gruesas capas pardas .
» El Conde mandará demoler todos los castillos y fortalezas que
»hay en sus tierras.
» Ningun caballero ó hidalgo del país podrá establecerse ni habi
» tar en ninguna ciudad ni plaza , sino fuera en los campos, como
» si fuese villano ó siervo .
»Cada cabeza de casa pagará al legado cuatro dineros tolosanos
val año .
» Los hidalgos ya no levantarán mas los peajes en los caminos,
»sino lo que antiguamente se acostumbraba.
»Cuando al conde de Monfort le plazca andarse por las tierras y
» país del conde Raimundo, ó á cualesquiera de los suyos, pequeño
»ó grande , no les pedirán nada por las cosas que tomen , ni les con
» tradecirán en nada, y los del país se remitiran en todo á la ley del
vrey de Francia .
»Cuando todo esto se haya hecho y cumplido, el conde Rai
wmundo se irá á Ultramar á guerrear contra los turcos é infieles, y
» nunca mas volverá por acá, si el legado de su santidad no lo llama.
» Una vez que todo esto se haya hecho y cumplido , entrará en la
vórden del Templo ó de San Juan , despues de lo cual se le de
»volverán sus tierras y señoríos ; y si no hace todo esto , se le des
» pojará de todo y no le quedará nada. »
El rey de Aragon y el conde de Tolosa se hicieron leer la carta
por dos veces .
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 55

« Conde Raimundo, -le dijo el rey Pedro , - ;bien os han paga


»do! ¡ Por Dios todopoderoso que esto necesita enmienda ! »
Los legados habian significado á los dos principes que no salie
ran de Arlés sin permiso del concilio; pero ellos , sin tenerlo en
cuenta, montaron á caballo , y se fueron sin responder ni despedir
se de nadie .
Raimundo VI se fué con la carta en la mano por todos los pue
blos de su condado , haciéndola leer en alta voz en las plazas públi
cas. Los
. caballeros y los habitantes de las ciudades y pueblos se
indignaban al oir leer la carta del concilio, y la resolucion de de
fenderse á todo trance fué unánime. El conde de Foix y la mayor
parte de los señores de los Pirineos franceses alzaron el estandarte,
y el conde de Tolosa hubiera dado entonces sus mejores dominios
por volver a la vida á su valiente sobrino el de Bezieres y á tantos
otros bravos caballeros que él habia dejado perecer sin darles so
corro ,

Su vanguardia , el vizcondado de Bezieres , estaba destruida,


y Aragon , que él consideraba como su retaguardia, no podia ir en
su ayuda; porque todos los principes cristianos de España tenian
que habérselas en aquel momento con una formidable invasion de
berberiscos : la posicion del conde de Tolosa y de sus adeptos no
podia ser mas crítica .

III .

Trabajaron con actividad los legados del Papa á fin de llevar a cabo
la sentencia de espoliacion lanzada en Arlés contra Raimundo , y
confirmada despues en Roma . Una multitud de misioneros , frailes
de diversas órdenes, recorrieron de nuevo la Europa , para reanimar
el fanatismo por la cruzada. El obispo de Tolosa abandonó su dió
cesis para correr a sublevar las poblaciones de Francia contra los he
reges del Mediodía; y en la primavera de 1211 , se encontró Simon
de Montfort con fuerzas suficientes para invadir el condado de To
losa .
El año precedente lo habia empleado en conquistar los casti
llos de su vizcondado, cuyos señores no lo habian reconocido ó se
habian sublevado. Su mujer que no le era inferior en valor y en
ambicion , y los obispos de Chartres y de Beauvais le trajeron un
56 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

ejército en el estío de 1210 , y los doctores de los hereges y los mas


>

valientes caballeros de Carcasser y de Bedarres, se tuvieron que


refugiar en las fortalezas de Minerva , Termes y Cabaret . Simon
acometió primero á Minerva , fortaleza situada sobre una escarpada
roca a la entrada de las Cebenas. La defensa fué heróica durante
siete semanas ; pero la falta de agua y de víveres obligó a la guarni
cion á capitular. El castellano obtuvo para sí y para los suyos la
conservacion de la vida y de sus bienes, inclusos los hereges, tanto
perfectos como creyentes , á condicion de que se convirtiesen á la Fé
católica .
Cuando el conde de Montfort y el legado ratificaron esta capitu
lacion , un noble cruzado exclamó:
( --¿Cómo es esto? quereis salvar á los hereges , para cuya ruina
» nos hemos todos cruzado?
»-No temais nada , -le respondió el abad ,-porque yo creo

»que muy pocos se convertirán . »


En efecto, los hereges, tanto hombres como mujeres, rechazaron
unánimes las exhortaciones del abad de Vaux Cernai y del conde
de Montfort, y estos mandaron encender una hoguera tan grande
que arrojaron en ella de una vez y fueron quemados á un tiem
po ciento cuarenta perfectos. « No tuvieron necesidad de llevarlos,
»—dice el abad de Vaux Cernai;—porque todos se precipitaron
» en las llamas llenos de alegría .»
Este horrible sacrificio de criaturas humanas se efectuó el 23 de
julio de 1210. Los creyentes, aterrorizados , se convirtieron . En
efecto, los argumentos de sus enemigos no dejaban de ser irrefuta
bles y contundentes .
El sitio de Termes , situado en los confines del Rosellon , costó a los
cruzados muchas mas penas y sangre: cuatro meses resi- tió a sus
ataques , y en una oscura noche fué evacuado por la guarnicion sin
>

ser descubierta por los sitiadores. Montfort no encontró en la plaza


nada mas que mujeres, y mandó respetar su honor y sus vidas .
Albi У Cabaret se sometieron al saber la ocupacion de Termes por
los cruzados .
De esta manera , al concluir el año de 1210 , Simon de Monfort
habia domeñado los vasallos que le regaló el Papa, y se preparaba
para adquirir otros nuevos por los mismos medios
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 57

IV.

En la primavera llegaron del Norte á Simon de Montfort nume


rosos refuerzos; pero antes de atacar directamente al conde Rai
mundo, puso sitio á Labaur, plaza fuerte situada sobre el Agout, á
ocho leguas de Tolosa, perteneciente a una dama herética vasalla
de Raimundo . Este príncipe habia caido de nuevo en su antigua in
certidumbre, y ni sabia someterse á la voluntad del Papa y de sus
legados, entregándoles sus estados y sus vasallos para que los que
maran por hereges , ni representar su papel de soberano indepen
diente, tratando como enemigos á los que intentasen despojarlo bajo
un pretexto cualquiera. La vida de este hombre se pasaba en alter
nativas de flaqueza y de fuerza , de apatía y actividad, que fueron
la causa principal de su ruina y de la desolacion y desmembramien
to de sus Estados.
Ni sabia ser herege ni católico; y aunque los partidarios mas adic
tos al Catolicismo romano en nuestros dias no tolerarian á los Papas
el derecho de quitar y poner reyes, concediendo las coronas y se
ñoríos á los que les parecieran mas adeptos , no por eso es menos
cierto que la mayoría de los católicos del tiempo de Raimundo de
Tolosa y de Inocencio III creian legítima la conducta de los Sumos
Pontífices y que en realidad no podia considerarse como buen ca
tólico al que á ella no se sometia. Aquella autoridad de los Papas
sobre los reyes , considerada bajo el punto de vista de la religion ca
tólica, apostólica, romana, está en nuestra humilde opinion plena
mente justificada, y si al partir de aquella época, los diversos Es
tados católicos de Europa se han sustraido á ella , es solo porque ban
perdido la fé, porque las creencias católicas en pueblos y reyes han
menguado visible y progresivamente, aun en aquellos reinos que
se han conservado en apariencia hasta nuestros dias, mas adictos
á la religion católica y á la autoridad é infalibilidad de los Papas: y
en efecto, todas las leyes é instituciones de las naciones modernas,
aun las mas conservadoras, son contrarias á la autoridad temporal
de los Sumos Pontífices y del todo incompatibles con las atribucio
nes que ejercieron en la Edad media, época del apogeo del Catoli
cismo
.
56 HISTORIA DE LAS PEL

ejército en el estío de 1210 , y los doc


valientes caballeros de Carcasser y
refugiar en las fortalezas de Minerva
acometió primero á Minerva, fortaleza
roca á la entrada de las Cebenas. LA
siete semanas ; pero la falta de agua
cion á capitular. El castellano obtuvo
conservacion de la vida y de sus bien
perfectos como creyentes, á condicion
católica .
Cuando el conde de Montfort y el
lacion , un noble cruzado exclamó: raditahan
« —¿Cómo es esto? quereis salvaj
»nos hemos todos cruzado ? spo Folque,t
»—No temais nada, -le respond
- -

Apr
»que muy pocos se convertirán . » elegamná
En efecto, los hereges, tanto hom வர்
unánimes las exhortaciones del abad frasen
de Montfort, y estos mandaron enceng
que arrojaron en ella de una vez y ſu
po ciento cuarenta perfectos. « No tuvie
» -dice el abad de Vaux Cernai: -pos
»en las llamas llenos de alegría .»
Este horrible sacrificio de criaturas hun
julio de 1210. Los creyentes , aterrori
efecto, los argumentos de sus enemigos
bles y contundentes .
El sitio de Termes , situado en los conti
cruzados muchas mas penas y sangre : cu.
ataques, y en una oscura noche fué evacula
ser descubierta por los sitiadores. Montfort
nada mas que mujeres, y mandó respetar
Albi y Cabaret se sometieron al saber la oci
los cruzados .
De esta manera, al concluir el año de 1210
habia domeñado los vasallos que le regaló el Pa
para adquirir otros nuevos por los mismos medi
NIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 59

llo . Ochenta fueron los hereges ahorcados

in un pozo , que llenaron de piedras, á Gi


hermana de Aimeri y herege como él, lo
y gran lástima; porque nadie era de mas
irácter mas franco que aquella señora . Los
te estractamos así lo afirman y Girauda,
liereges y un borron en la historia de Si

cesos confirman la vulgar opinion, que


lejores las víctimas preferidas. En aquella
el fanatismo ciego de los vencidos fué gran
ncedores los sobrepujó con exceso .
58 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

V.

Raimundo dejó entrar en Tolosa al obispo Folquet, à la vuelta


de su viaje a Francia , y en reconocimiento de la tolerancia de su se
ñor, el Obispo encendió en Tolosa la guerra civil , organizando una
hermandad con objeto de perseguir á viva fuerza los hereges , ju
dios , usureros y aventureros. La hermandad no paró hasta saquear
У demoler las casas de sus enemigos ; pero muchos se atrinchera
ron y convirtieron sus casas en fortalezas. Los católicos dominaban
en la ciudad y los hereges en el arrabal , donde los nobles habitaban
en gran número.
Los católicos organizados para la lucha por el obispo Folquet,
se llamaban hermandad blanca y los del arrabal organizaron por
oposicion otra llamada hermandad negra y muchas veces llegaron á
las manos blancos y negros con banderas desplegadas . El legado y
el obispo Folquet pidieron a la hermandad de los blancos que fuesen
á ayudarles en el sitio de Labaur , á cuyo efecto salieron de Tolosa
mas de cinco mil , a pesar del conde Raimundo . Este señor concluyó
por arrojar de Tolosa al obispo Folquet, prohibió llevar víveres
al campo de los cruzados , y permitió á la flor de sus hombres de
armas entrar en campaña áá las órdenes de su antiguo aliado el con
de de Foix .
Su resolucion era bien necesaria .
Cinco mil cruzados alemanes y belgas mandados por el duque
de Austria y los condes de Mons y de Juliers , se dirigieron desde
9

Carcasona al campamento de Montfort: pero el conde de Foix se


emboscó en la selva de Monjoyre, cerca de Puy Laurens, y cayendo
de improviso sobre el enemigo , lo deshizo completamente . Miles
de campesinos habian ofrecido al conde de Foix su cooperacion ; pero
esta victoria no salvó á Labaur, que fué tomado por asalto , des
7

pues que una terrible máquina llamada la gata abrió ancha brecha
en su sólida muralla .
Los cruzados encontraron en la plaza cerca de cuatrocientos here
ges perfectos y los quemaron á todos con gran alegría , segun ase
gura Pedro de Vaux Cernai ..
Simon de Montfort hizo morir en la horca al poderoso Aimeri,
señor de Montreal y de Laurac, y á muchos otros caballeros que
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 59

habian defendido el castillo. Ochenta fueron los hereges ahorcados


por Simon .
Montfort hizo arrojar en un pozo, que llenaron de piedras, á Gi
rauda , señora de Lavaur, hermana de Aimeri y herege como él , lo
>

que produjo mucho duelo y gran lástima; porque nadie era de mas
elevada alcurnia, ni de carácter mas franco que aquella señora. Los
cronistas de la cruzada que estractamos así lo afirman y Girauda,
fué una mártir entre los hereges y un borron en la historia de Si
mon de Montfort.
Muchas veces los sucesos confirman la vulgar opinion , que
supone siempre son los mejores las víctimas preferidas. En aquella
ocasion si el heroismo y el fanatismo ciego de los vencidos fué gran
de , la crueldad de los vencedores los sobrepujó con exceso .
CAPITULO VII.

SUMARIO .

Entrada de los cruzados en el condado de Tolosa .-Union de los tolosanos contra


los cruzados, sin distincion de religiones . - Sitio de Tolosa . - Retirada .---Destro
zos causados por los cruzados en los alrededores de Tolosa . - Disolucion del ejér
cito católico.--Modo como Simon le pagaba . - Raimundo y sus aliados toman la
ofensiva . - Victoria de Simon en Bordes. - Retirada de Raimundo.-Montfort to
ma la ofensiva principios de 1212.- Decretos del parlamento de Pamiers.-- Am
biciones entre los vencedores . - D . Pedro de Aragon en Tolosa .-- Inutilidad de
sus reclamaciones al Papa en favor de Raimundo . - Nueva cruzada .- Sitio de
Muret. - Muerte del rey Pedro . - Derrota de los meridionales.

1.

Los cruzados entraron al fin en los dominios del conde de Tolosa ,


quemando , asesinando y destruyendo cuanto encontraban al paso
hasta llegar a las puertas de la capital, donde el conde Raimundo los
esperaba. Este Señor con los condes de Foix y de Cominges y los sol
dados navarros, que tenía asalariados, dió en las huertas y jardines
que rodean á Tolosa un terrible combate a los cruzados , matándo
les mucha gente antes de encerrarse en la ciudad y sus arra
bales.
La proximidad del peligro produjo la union de las facciones en
que estaban divididos los habitantes de Tolosa . Los mismos católi
cos, cuando vieron de cerca al ejército de los cruzados , no pudieron
menos de abrir los ojos sobre el abismo a que su prelado arrastra
ba su patria . Abandonando á Montfort, se reconciliaron lealmente
con sus antiguos adversarios de la hermandad negra , alistándose
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 61

como ellos bajo la bandera del Conde y de los cónsules de la ciu


dad .
Folquet, salió de Tolosa procesionalmente y con los pies desnu
dos , seguido del clero; pero la hermandad blanca, en la que esta
ban alistados los católicos , se quedó en la ciudad , con lo cual el
ejército cruzado tuvo que renunciar por entonces á apoderarse de
Tolosa .
El legado del Papa vió aumentarse el número de los defensores
de la ciudad con los mismos católicos que esperaba se pondrian á
sus órdenes para destruirla .

II .

Aunque numeroso el ejército de Montfort, no bastaba para blo


quear la ciudad ni para tomarla á viva fuerza, desde que la union
de sus habitantes privó á los sitiadores de la cooperacion de los ca
tólicos; así fué que al cabo de quince dias, despues de sufrir las vi
gorosas salidas de los sitiados , tuvieron que retirarse. Esto ocurria
á fines de junio de 1211 , y aquellos se vengaron de su derrota ar
rasando las huertas, viñas y arboledas de la hermosa campiña que
circunda á Tolosa , no dejando en pié nada de cuanto habia sobre
aquella tierra privilegiada.
Dirigiose Montfort en seguida hacia Querci, y la ciudad de Cahors
y su obispo renunciaron á la obediencia del conde de Tolosa, para
reconocer á Simon por soberano . Aquel fué el último triunfo que
obtuvo en aquella campaña el jefe de los cruzados. La mayor par
te de sus soldados, lo abandonaron en cuanto pasaron los cuarenta
dias que debia durar la cruzada, y solo quedaron á su servicio al
gunos miles de mercenarios.
Segun las Cansos de la Cruzada, que tenemos a la vista , Si
mon pagaba á su gente , con las telas , muebles y toda clase de bo
tin tomado en las plazas conquistadas.
El conde de Tolosa y sus aliados, aprovecharon el invierno pre
parándose para la próxima campaña. Savari de Mauleon , Senescal
del rey Juan de Inglaterra en la Guyana , se unió al conde de Tolosa
á la cabeza de una legion de aquitanios y de gascones, y la pobla
cion exasperada se levantó en masa en todos los dominios del con
de y señoríos de los Pirincos.
Tomo I.
62 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El conde de Montfort, se metió en Castelnaudari , una de sus pla


zas menos fuertes, y ordenó á Bouchard de Montmorenci que manda
ba en Labaur, que le llevase el resto de sus tropas y un gran convoy
de víveres preparado en Carcasona; pero el conde de Foix se ade
lantó para sorprenderlo en un lugar llamado San Martin de Bordes:
el convoy fué arrebatado despues de un terrible choque; mas los
aventureros navarros se desbandaron por apoderarse del botin , y
estó hizo perder la ventaja y empeñarse una batalla general en la
cual tomó parte Simon de Montfort, saliendo de Castelnaudari con
sus hombres de armas, y obligando á los tolosanos, áa pesar de la
superioridad de su número , á retirarse . Fué aquel un combate de
caballería, en el cual no tomaron parte las legiones de infantería
del conde de Tolosa, que permanecieron espectadoras, amontonadas
en su campamento.
Al dia siguiente de la derrota levantó Raimundo sus tiendas
y se replegó hacia el Albigeois , el Agenais y el Querci, donde reco
bró muchas aldeas y fortalezas , débiles ventajas que no compensa
ron la triste prueba de la inferioridad de los meridionales ante aque
llos hombres de hierro, que pasaban su vida desarrollando su fuerza
con el contínuo manejo de las armas. La leva en masa del Mediodía
no pudo acabar en campaña rasa con un puñado de hombres del
Norte .

II .

Simon tomó la ofensiva á principios de 1212 , ayudado por los


arzobispos de Reims , y de Ruan , los obispos de Laon y de Foul ,, el
preboste de Colonia, y otros que le trajeron muchos cruzados : in
vadió el Agenais y despues los paises de Cominges de Foix У de
Bearn , con objeto de destruir uno tras otro los apoyos del conde
Raimundo antes de acometerle en Tolosa, A la fuerza de las armas
agregó las argucias de la política : renovó la poblacion militar del
país , repartiendo los señoríos y los cargos públicos , arrebatados á
los del Languedoc , entre los franceses y otras gentes del Norte que
le acompañaban .
Entre otras medidas hizo decretar á un parlamento de hechuras
suyas que reunió en Pamiers en el mes de noviembre; mandó que
durante 10 años, las mugeres que no perteneciesen á la clase de
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 63

siervos no podrian casarse con sus conciudadanos , teniendo por


fuerza que tomar por maridos á extrangeros ó permanecer solte
ras. Los nobles y ciudadanos indígenas se vieron obligados á en
viar delegados á Pamiers, para sancionar con su presencia las le
yes hechas por los conquistadores. Como todo opresor que nece
sita buscar popularidad para hacer olvidar su propia tirania. Si
mon de Montfort probibió á los señores feudales las exacciones ar
bitrarias y abolió los peages indebidamente establecidos. Prohibió
á los nobles reconstruir los castillos desmantelados sin consentimien
to suyo .
Los obispos no fueron tampoco mejor tratados : la gente de iglesia
que dirigia y acompañaba la cruzada , se repartió aá su gusto las se
ñorías eclesiásticas, ni mas ni menos que habian hecho los cruza
dos seglares con los feudos de los vencidos . El abad del Cister , le
gado del Papa, fué elegido obispo de Narbona, y tomó el título de
duque del mismo nombre con pretensiones á la soberanía de toda
la provincia, lo que no hizo mas gracia al de Montfort que al conde
Raimundo.
El abad de Vaux Cernai obtuvo el obispado de Carcasona, y
otros monges del Cister no salieron peor provistos ; solo el archidiá
cono de Paris fué bastante desinteresado para rehusar el obispado de
Bezieres .
Esta avidez de los vencedores se mostró tan al descubier
to , que muchos católicos de buena fé empezaron áa abrir los ojos,
comprendiendo que , para aquellos señores, el celo religioso que ma
nifestaban no era mas que una hipócrita careta para encubrir su
ambicion y sórdida avaricia .

IV .

El clamor de un pueblo entero violenta é injustamente deshere


dado, despojado, diezmado, encontró un eco al otro lado de los
montes , y un gran acontecimiento ocurrido en la península Ibérica
devolvió la esperanza
á los oprimidos. Las hordas agarenas venci
das en las Nayas de Tolosa por castellanos , navarros y aragoneses , >

auxiliados por numerosas legiones de cristianos de allende los Piri


neos, dejaron libre al rey de Aragon para intervenir en favor del
64 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONÉS .
Languedoc, donde mas de un estado le reconocia por señor yу donde
era muy popular .
Raimundo de Tolosa salió al encuentro de Pedro de Aragon , y pu
so en sus manos sus tierras, su hijo y su mujer, (esta era hermana
de Pedro) para que los defendiera ó los abandonase al usurpador ex
trangero.
Pedro recibió solemnemente en Tolosa el homenage de los dos
Raimundos padre ée hijo, y despachó á Roma una embajada con car
tas para el Papa, denunciándole enérgicamente las iniquidades de
Montfort y de sus propios legados , el asesinato del vizconde de Be
zieres,, el saqueo de tantas ciudades, castillos y ciudadanos católi
cos , la violenta invasion de los estados del conde su cuñado, á quien
habian quitado todo menos Tolosa y Montauban , y que sin embar
go deseaba hacer la paz con la Iglesia é ir á guerrear contra los in
fieles en Palestina ó en España , á condicion de que devolviesen á
su hijo los señoríos usurpados. Tambien reclamó Pedro de Aragon
la restitucion de las tierras arrebatadas á sus vasallos, los condes
de Foix , y de Cominges , y el vizconde de Bearn.
Inocencio III no podia dudar de la buena fé del rey Pedro y es
cribió varias cartas , á cual mas severa , á sus legados y al de Mont
fort, reprendiéndoles sus violencias y su avaricia, é intimándoles
que se entendieran con el rey de Aragon para terminar los asuntos
de Tolosa y evacuar las tierras de los vasallos de la corona de dicho
rey ; y no contento con esto , suspendió hasta nueva órden , en enero
de 1213 , la predicacion de la cruzada contra los albigenses .
Graye era esta nueva actitud que tomaba el Papa , y parecia anun
ciar una política mas tolerante. Sin embargo, no fué así . Legados,
jefes, soldados , obispos nuevamente establecidos en la provincia de
Narbona y sus amigos de Gascuña y de Provenza, que habian es
plotado la cruzada contra los hereges ó que esperaban esplotarla ,,
no tuvieron escrúpulo en desobedecer al Papa, áa pesar de titularse
católicos; desobedecieron audazmente al Soberano Pontífice, y rehu
saron admitir la justificacion del conde Raimundo y de sus aliados ,
escribiéndole para disculparse carlas furibundas, en las cuales daban
la religion por perdida en el Mediodía, si se concedia el menor res
piro á los tolosanos y á sus protectores .
«Armaos del celo de los Macabeos, Señor Papa , le escribian los
prelados católicos , destruid , acabad con todos los malvados que
encierra esta Sodoma, esta Gomorra llamada Tolosa . Que este tira
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

RAIMUNDO VI . DE TOLOSA
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 65

no , que este berege Raimundo lo mismo que su hijo no puedan ya


volver á levantar su cabeza medio aplastada! ¡Aplastadlos con ma
yor fuerza todavia ! »

V.

Entre las reclamaciones del rey de Aragon y el furioso clamor de


tantas pasiones e intereses conjurados , Inocencio III se decidió por
estos y revocó lo que habia escrito en favor de Raimundo У de sus
amigos, mandando a su querido hijo el de Aragon separarse del To
losano у de sus adherentes; pero la voz del Pontífice no fué escu
chada por el rey Pedro . « El brillante y caballeresco D. Pedro , dice
el historiador francés de quien estractamos estas líneas, era dema
siado generoso para abandonar la causa de sus hermanos del Lan
guedoc . » Cuando perdió toda esperanza de un acomodamiento hon
roso , envió á Simon de Montfort un cartel de desafío rehusando su
vasallage, y se fué al otro lado de los montes, que volvió áa repasar
bien pronto trayendo un millar de lanzas catalanas y aragonesas .
Puso sitio á Muret, pequeña plaza sobre el Garona á cuatro leguas
Sud-Oeste de Tolosa , guarnecida por los cruzados .
El conde Raimundo , entretanto , entró en Tolosa con los de Foix ,
de Cominges y el vizconde de Bearn , despues de haber tomado por
asalto el castillo de Pujols y ahorcado en él á sesenta caballeros fran
ceses en represalias de las crueldades cometidas por Montfort . Para
corresponder al arrojo de su cuñado el aragonés , bizo pregonar áá
son de trompetas en toda la ciudad , que todo hombre corriese á las
armas y fuese á unirse al rey de Aragon delante de Muret. « Tantas
gentes se reunieron , que nadie hubiera podido contarlas ..... y se
marchó derecho á Muret , donde provenzales, gascones y aragone
ses se agasajaron grande y reciprocamente .»
Esto ocurria el 10 de setiembre de 1213.–Supo Simon en Sa
.

verdun el ataque de Muret, y aunque sus fuerzas eran muy escasas


á consecuencia de la guerra entre Francia é Inglaterra, que entre
tenia los hombres de armas en el Norte corrió al encuentro del ene
migo.
Aunque se habia cruzado contra la voluntad de su padre, Luis
de Francia, hijo del rey Felipe , no pudo tampoco acudir al socorro
de Simon , que tuvo que contentarse con las gentes de armas de los
66 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

obispos de Orleans y de Auxerre , y algunos caballeros. Entre es


tos se contaban el terrible Guillermo de Barres, el Rolando de su
siglo , hermano uterino de Simon , y Badouin de Tolosa , hermano
de Raimundo que habia desertado de sus banderas , porque no ob
tenia en ellas el rango que creia corresponderle .
«Los campeones del Crucificado, dice Guillermo de Puy Laurens ,
vescojieron para dar la batalla el dia de la exaltacion de la Santa
»Cruz : confesaron sus pecados, se fortificaron con el pan saludable
vdel altar y se prepararon al combate . »
Dirigióse Simon á Muret con mil hombres de armas y otros tan
tos de Iglesia entre obispos, misioneros y frailes de varias órdenes
y categorías.

VI .

No tenian todos los cruzados la misma confianza que Simon en el


triunfo de su causa : en el camino un clérigo trató de apartar al
Conde de su empresa; pero élle enseñó una carta diciéndole :-Leed
.

lo que ha caido en mis manos .


El cura vió que la carta estaba dirigida por el rey de Aragon á
una dama tolosana, casada con un hidalgo tolosano . El aragonés le
decia que venia por solo su amor á arrojar á los franceses de su
país, y otras cosas del mismo jaez .
-Y bien , le dijo el clérigo despues de leerla, ¿qué quereis decir
con esto?
-Qué quiero decir! exclamó Simon : que no debo temer á un
rey que marcha contra Dios por una mujer perdida (pro uná mere
trice, dice el cronista ).
Los principes coligados, al saber la marcha del de Montfort,
suspendieron el asedio de Muret, y le dejaron entrar sin obstáculo
en la plaza , con objeto segun decian , « de acabar de una vez la par
tida . »
Simon pasó la noche pensando en los medios de triunfar de sus
enemigos .
EI rey de Aragon , la pasó en los brazos de una de sus queridas,
segun afirma la crónica.
Al despuntar el alba, los jefes del ejército del Mediodía se reu
nieron en un prado en conferencia. El conde Raimundo que habia
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 67

tenido ocasion en Castelnaudari de apreciar lo que valía la gendar


mería francesa, fué de opinion de atrincherarse y esperar áá los cru
zados en su campamento; pero los caballeros españoles , fieros y
orgullosos de sus proezas contra los moros, trataron aquel prudente
consejo de cobardía, gritaron «á las armas» , y todos se precipitaron
sobre los cruzados que salian de la plaza á guisa de reconocimien
to : obligáronlos á entrar en ella mas que de prisa ; pero cuando
creian entrar tras ellos , se vieron rechazados con energía , y se vol
vieron á su campamento para comer, dejando el asalto para mejor
ocasion.
Viendo Simon la torpeza y el desórden de sus adversarios , puso en
armas toda su gente sin perder un momento . El obispo Folquet ,
vestido de pontifical, con un pedazo de la verdadera Cruz en la ma
nó , arengó á los cruzados, que adoraron uno tras otro la reliquia:
mas como la adoracion individual y sucesiva durase mucho , el obis
po de Cominges tomó de manos del de Tolosa el sagrado leño , su
bió sobre un poste y bendijo el ejército, prometiendo en nombre de
Jesucristo, que el que muriese en aquella jornada iria derecho al
Paraiso, sin pasar por el Purgatorio .
Concluida la ceremonia , el ejércitó se formó en tres líneas « en ho
»bor de la Santísima Trinidad , » segun dice un escritor contempo
ráneo de la cruzada , y se dirigió sobre los meridionales , mientras
las gentes de Iglesia volvian á la ciudad á rezar en los templos por
el triunfo de las armas católicas . Contábase entre ellos nuestro com
patriota Santo Domingo de Guzman, y sus plegarias fueron tales, y
tantos sus lamentos y gritos que atronaban el templo .
Muchos creyeron ver una aparicion de Cristo , lo que no contri
buyó poco á aumentar el fervor de sus plegarias y la confianza en
el esterminio de los hereges .

VII .

Salieron al campo los cruzados por la puerta oriental de la for


taleza, como si pretendieran escapar en direccion á Carcassez ; pero
haciendo una rápida conversion , cayeron sobre el campamento ene
>

migo.
« Los provenzales comian y bebian descuidados sin guardas ni cen
linelas . »
68 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Los de Tolosa corrieron a las armas fuera del campamento « sin


escuchar Rey ni Conde, » y los cruzados no encontraron un ejército
en batalla dispuesto a recibirlos, sino una masa en el desórden mas
complelo .
«Los guerreros del conde Simon , llegaron dispuestos en tres filas,
segun el orden y costumbre de la disciplina militar; los últimos
cuerpos apresuraron el paso cargando al mismo tiempo que los pri
meros, pues de la simultaneidad del choque dependia la victoria, y
arrollaron de tal manera á los caballeros del conde de Foix , que los
arrojaron ante ellos, como el viento lleva ante si el polvo leve . Re
volviendo despues hácia donde estaba el rey de Aragon, cuyo es
tandarte babian reconocido , se precipitaron sobre él con tal violen
cia, que el choque de las armas y el ruido de los golpes resonaron
á lo léjos, como si un bosque entero hubiera caido bajo mil bachazos
simultáneos . »
Todos los esfuerzos de los cruzados se dirigian contra la perso
na del rey de Aragon : el conde Alain de Rouci, el Señor Florent
>

de Ville y muchos otros caballeros franceses se habian puesto de


acuerdo para no combatir mas que contra el rey D. Pedro y no de
jarlo hasta arrancarle la vida .
El aragonés habia presentido este complot y cambiado de arma
dura con uno de los suyos. Alain y Florent se precipitaron á un
tiempo sobre el caballero que llevaba la armadura real del rey de
Aragon, y lo desarmaron al primer bote de sus lanzas .
-Ese no es el Rey, exclamó el conde de Rouci: el Rey es mejor
-

jinete .
-No , respondió Pedro , no es el Rey; pero vedlo aquí ! Y así di
ciendo, se arrojó sobre sus adversarios dando su grito de guerra :
« ¡Aragon! ¡ Aragon ! »
Cercado al instante, cayó cubierto de heridas . «Los otros que lo
vieron , se dieron por perdidos: » un lamento general resonó en toda
>

la llanura. « ¡ El rey Pedro ha muerto ! »


El combate ya no fué mas que una derrota: nobles y plebeyos
huyeron hacia el Garona , y mas de quince mil , segun los cronis
2

tas de la época, perecieron en sus turbias ondas ó á manos de los


cruzados vencedores en la memorable jornada del 12 de setiembre
de 1213 . .

Pedro de Vaux Cernai confiesa, que el feroz corazon de su hé


roe Simon de Montfort se enterneció ante el cadáver desnudo y en
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 69

sangrentado del bravo aragonés. « Simon se apeó de su caballo y llo


ró sobre el cuerpo del difunto . »

VIII .

El ejército cruzado ya no tuvo necesidad de ganar nuevas bata


llas. La derrota de Muret desanimó de tal modo á los meridionales,
que las armas cayeron de casi todas las manos . Los principes ven
cidos fiaron su última esperanza en la sumision sin condiciones a la
Iglesia romana .
Los condes de Tolosa , de Foix, de Cominges, el vizconde de
Bearn y los cónsules de Tolosa , en nombre del Comun, se entregaron
« cuerpos y bienes) , á la direccion de Pedro de Benevento , nuevo
2

legado del Papa.


Raimundo VI y su hijo abandonaron su residencia señorial para
vivir en mas humilde mansion , esperando la decision del Papa y
del próximo concilio ,
Como se desprende de la marcha de los sucesos que ocurrian en
el Mediodía de la Francia y que brevemente referimos, aquella puc
de contarse como la edad de oro del poder de los pontífices roma
nos: todo les estaba sometido; pueblos y reyes se postraban ante
ellos. Disponian de las coronas de los soberanos y de los destinos
de las naciones : levantaban ejércitos, que sus legados mandaban en
jefe; y los mismos que defendian contra las armas de la Iglesia ca
tólica su libertad ó sus privilegios, reconocian la autoridad del su
mo Pontifice y no le negaban el derecho de mandar en lo temporal,
y en lo eterno , como sucedia al malogrado rey de Aragon y á los
condes y señores del Mediodía de la Francia desde Bayona á Mont
peller.
Todos se creian católicos, lo mismo que los cruzados, que les
hacian la guerra, yy la diferencia estaba en que unos obedecian cie
2

gamente al Papa y sacaban de su obediencia el mejor partido posi


ble
para sus intereses personales, y otros creian sus intereses per
judicados con la obediencia: pero en el fondo ,los verdaderos senti
2

mientos católico -romanos de unos y de otros no pueden menos de


sernos sospechosos , puesto que los intereses materiales se mezclaban
é influian visiblemente en su conducta .

Tomo I. 12
CAPITULO VIII.

SUMARIO.

Asesinato de Baudouin . - Entrada de Folquet en Tolosa . - Concilio de Montpeller.


-Tentativa de Montfort para a poderarse de la ciudad . - Sumision de todo el Me.
diodía de Francia á Montfort. - Cuarto concilio de Letran . - Heregias condenadas
por el concilio . - Amauri. - Esfuerzos del concilio para esterminar los hereges.
El concilio y los principes destronados en el Languedoc - Simon en sus nuevos
Estados . - Desolacion .

1.

No se sometió Raimundo VI sin tomar antes la mas sangrienta


venganza de su hermano Baudouin , que haciendo traicion á su causa ,
bajo pretextos poco nobles, habia puesto su espada al servicio de
los enemigos de su familia. Segun Cernay, el cronista de la cruza
da , lo sorprendió en el castillo de Querci y lo hizo colgar de un
nogal .
El conde de Foix y su hijo le pusieron el nudo corredizo con sus
propias manos .
Venganza inútil , por cierto, que en nada mejoraba el estado de
sus asuntos, que les hace bien poco honor, pero que no inspira
gran compasion hácia su víctima: tan ruin y baja habia sido su con
ducta .
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 71

II .

El obispo Folquet entró triunfante en Tolosa , despues que doce de


sus veinte y cuatro cónsules le fueron entregados en rehenes por la
ciudad .
Segun afirma el poeta de la cruzada , agitose en el consejo de los
jefes si se destruiria Tolosa por el hierro y el fuego , y su prelado
Folquet queria que se tomase esta violenta resolucion .
Pero Simon , que al principio consintió , reflexionó que destruir seria
perder y no ganar el señorío, y se contentó con que se demolieran
las fortificaciones y se desarmara á los vecinos . La idea de que los
muros no eran responsables de la defensa de los tolosanos y de que
lo mismo podian servir a su causa , que habian servido a la de sus
contrarios, le ocurrió naturalmente, pasado el primer impulso de su
ódio vengativo, y las murallas no se derribaron.

III .

En enero de 1215 se reunió en Montpeller el concilio que debia


decidir de la suerte de los vencidos . Tomaron parte en él los arzo
bispos de Narbona, Auch , Embrun, Arlés y de Aix, con todos sus
sufragáneos, y Simon, el defensor de la Fé católica , quiso aprove
charse de la reunion del concilio para apoderarse de Montpeller ,
aunque sus habitantes eran fieles católicos , apostólicos y ro
manos .

Aquella rica y libre ciudad habia renunciado á la soberanía de la


corona de Aragon , que ya no podia defenderla, para ponerse bajo
la proteccion del rey de Francia .
Gracias a la connivencia del legado , Simon introdujo en la ciudad
buen número de gente de armas; pero los ciudadanos corrieron á
las suyas, levantaron barricadas, rodearon la iglesia donde el con
cilio se habia reunido, y arrojaron al conde de la ciudad ignominio
samente .
El de Montfort no se atrevió á vengarse abiertamente , y el con
cilioque disponia aá su antojo de los bienes de los vencidos le in
demnizó mas que ampliamente del aborto de su usurpacion de
Montpeller .
72 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES,

Verdad es que el legado y los prelados no se creyeron con po


deres suficientes para disponer definitivamente de las conquistadas
señorías; pero al confiarlas a la custodia de Simon, suplicaron al
Papa que estableciera al dicho Simon como principe y soberano del
pais.
ElPapa Inocencio confirmó la posesion provisional y suspendió
la resolucion definitiva hasta la reunion del gran concilio ecumeni
co , que debia reunirse en Roma en el próximo mes de noviembre
de 1215 .
Sin resistencia fué Simon recibido en Tolosa, Narbona y Mon
tauban .
Su dominacion señorial se estendia sobre todo el condado de To
losa, la Septimania, salvo Montpeller, la mitad de la Guyana•Yy de
la Gascuña, todo el Mediodía de la Francia enmudecia ante él , у el
silencio del terror y de la muerte reinaban en torno del ortodoxo
vencedor.
Su ambicion no estaba satisfecha , sin embargo, y preparó la reu
>

nion del Viennois á sus vastos dominios, casando á su hijo Amauri


con la heredera del delfin Guigues VI. Su obra estaba consumada ;
y la llegada en la primavera próxima del principe Luis de Francia ,
con numerosas legiones de cruzados, le causó mas inquietud y dis
gusto que placer .
El clero , lo mismo que Simon , temia que el principe, como re
presentante de la soberanía real no se diese por satisfecho con el
reparto hecho de los despojos de la victoria en sus propios estados
y alcanzada con la sangre de sus vasallos ; pero el hijo del rey de
Francia era mas soldado que político, dióse por satisfecho con las
razones del de Montfort y del cardenal de Benevento y se marchó
despues de cumplir su voto , pasando cuarenta dias en la provincia
de Narbona .

IV .

Abrióse el gran concilio el 11 de noviembre de 1215 en la igle


sia patriarcal de Letran , mas conocida bajo el nombre de Basílica
de Constantino. Setenta y nueve arzobispos, cuatrocientos doce
obispos y mas de ochocientos abades y priores acudieron a la lla
mada del Papa, y se reunieron bajo su presidencia en presencia de
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 73

los embajadores de la mayor parte de los príncipes de la cris


tiandad .
El cuarto concilio de Letran fué la asamblea mas imponente que
reuniera el Catolicismo en la Edad -media y tambien su espresion
mas fiel y perfecta.
Los doctores del Catolicismo no tenian solamente que condenar
el dualismo de los maniqueos, y la heregia de los valdenses : una
tercera secta habia levantado su cabeza en el seno de la cristian
dad: el unitarismo panteista. Esta secta procedia de Aberroes , el
comentador árabe de Aristóteles , que negaba la individualidad del
alma, afirmando un alma universal intermediaria entre Dios y las
individualidades aparentes , de las que era la única esencia . Par
tiendo de esta base llegaron otros mas atrevidos hasta el panteismo
puro .
El Concilio de Letran despues de afirmar los dogmas de la Igle
sia, condenó las heregías colectiva é individualmente y sancionó el
principio de la persecucion por medio de la fuerza y de los castigos
corporales contra los que no aceptasen el dógma católico , óó renega
sen de él ó lo interpretasen torcidamente.
«Los hereges condenados, se entregarán á los poderes seculares ,
» para que reciban el condigno castigo, los bienes de los seglares se
»rán confiscados, los de los clérigos devueltos á sus Iglesias. Si no se
»justifican plenamente, los sospechosos de heregía serán escomul
» gados yУ si permanecen un año en tal estado , condenados como
»hereges. El Señor temporal , que suficientemente amonestado, no
» se cuidare de purgar su tierra de hereges, será excomulgado por el
» concilio provincial, y si no da satisfaccion en un año , el Papa de
» clarará sus vasallos desligados del juramento de fidelidad, y dará
>

»su tierra al primer ocupante católico . »

V.

Con razon puede decirse que jamás la autoridad de la Iglesia ca


tólica llegó á mayor grado de esplendor y poder que bajo el pon
tificado de Inocencio III , y que aá partir de aquella época de gran
deza, la decadencia de la autoridad del papado ha sido cada vez
mayor, ya por la aparicion de heregias que no ha sido posible des
truir, ya por la disminucion de la fé entre los católicos, ya por la

1
74 HI STORIA DE LAS PERSECUCIONES .

creacion de grandes imperios , cuyos jefes desafiaban las iras del


Vaticano , ya por la revolucion de las ideas y por las tendencias
materialistas y racionalistas que han impulsado los espíritus en
la direccion de los bienes terrenales , apartándolos de la idea del
sufrimiento y de la pobreza , como medios de ganar la vida eterna,
que es una de las doctrinas profesadas por el sentimiento católico .
A estas causas que mas ó menos directamente han contri
buido á rebajar la influencia de los Papas con perjuicio mani
fiesto de la Religion católica , debe agregarse otra no menos impor
tante y que tal vez merece , entre todas, el primer lugar, y es la
adopcion del principio de la persecucion contra las personas, la
confiscacion de sus bienes , la pérdida de sus estados, no solo por
ser hereges , sino por no prestarse á esterminarlos. La violencia de
las persecuciones siempre contribuyó al aumento del fanatismo de
los perseguidos y rodeó á los ojos de sus adeptos de una aureola
de gloria las ideas por que sufrian el martirio , despertando á ve
ces las simpatías de las personas poco apasionadas en materias de
religion .
Si los católicos de la Edad -media se hubieran contentado con
aumentar su celo y elocuencia para convertir los bereges, agre
gando á la predicacion el ejemplo de todas las virtudes , para ins
pirarles confianza en su ardiente fé, es probable que hubiesen ob
tenido mejores resultados en bien de la religion á que creian servir
por otros medios, y evitado que decayese la influencia de los re
presentantes del dogma que defendian .

VI .

«Los creyentes fautores y ocultadores de hereges, serán exco


» mulgados , declarados infames, excluidos de todos los empleos , in
» capacitados de testar, de heredar, de servir de testigos , etc. , etc.
>

» cualquiera que comunique con un herege excomulgado, lo será


o tambien ...
»Cada obispo escogerá tres hombres de buen nombre, ó mas , y
»les hará jurar que le denunciarán los hereges, las gentes que ten
»gan conventículos secretos, ó que lleven una vida singular, dife
» rente de la del comun de los fieles .»
A partir de esta época, la Inquisicion puede considerarse como
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 75

regularmente establecida, si bien sus procedimientos como tribu


nal no fueron tan atroces como los de la Inquisicion moderna es
tablecida dos siglos mas tarde en España.
Los obispos eran los jueces naturales de los hereges; no existia
el secreto ; se confrontaban los delatores con el acusado ; en una pa
labra, el procedimiento se asemejaba al de los tribunales ordina
rios.

VII .

El Concilio de Letran debió aplicar él mismo el principio de la


espoliacion de los hereges уy de sus fautores, que acababa de esta
blecer .
Los principes espoliados del Languedoc, acudieron á pedir justi
cia en nombre de un pueblo entero , entregado, so pretexto de reli
gion , al furor de sus enemigos. Los dos condes de Tolosa , padre é
hijo ; los condes de Foix y de Comminges, y muchos otros nobles ,
señores de la Septimania y de la Gascuña, se presentaron en la
>

barra del concilio, mostrando sus miserias, y las iniquidades de sus


tiranos a la vista de los padres de la cristiandad . » Vencedores y
vencidos, oprimidos y opresores, se encontraban allí frente a frente.
El conde de Foix, acusó al obispo Folquet de haber hecho perder
la vida , el cuerpo y el alma á mas de diez mil de sus ovejas; un
caballero del vizcondado de Bezieres, pidió gracia para el hijo del
vizconde:: « Fiel cristiano muerto por los cruzados y por Simon de
Montfort, » y emplazó al Papa para el dia del juicio, « si no devol
via al hijo su tierra . » Toda la Provenza alzaba su voz acusadora
contra el obispo de Tolosa. « Este obispo, exclamaba el archidiá
» cono de Leon , es causa de la desgracia de mas de medio millon
ode hombres, cuyas almas lloran y cuyos cuerpos vierten san
gre ... )
La emocion producida por estas graves acusaciones fué pasa
gera. En vano muchos prelados reclamaron los derechos de la ca
ridad y de la justicia . En vano el mismo Papa se enterneció á la
vista del jóven Raimundo de Tolosa, heredero de tantos señoríos , y
que no poseia la tierra que hubiera podido abarcar de un sal
to . Las pasiones que intervinieron en la cruzada, y los intereses
que se apoyaban en estas pasiones , salieron triunfantes. Simon fué
76 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

confirmado en la posesion del condado de Tolosa, salvo el marque


sado de Provenza . El conde de Foix y sus vecinos de los Pirineos
debian recobrar sus posesiones , rindiendo homenage al de Montfort,
lo que no llegó a efectuarse.

VIII .

Así concluyó el primer período de la desastrosa guerra de los


albigenses.
En la primavera de 1216 , Simon fué á Francia y pidió al Rey,
su señor , la investidura del condado de Tolosa yУ del ducado de Nar
bona .
El clero francés, seguido del pueblo, salió á recibirlo á la en
trada de los pueblos, aclamándole como enviado de Dios para res
taurar la Fé . Segun Guillermo el Breton , se consideraban felices
cuando podian tocar el ribete de sus vestidos .
El rey Felipe lo recibió muy bien , aunque en el fondo de su
alma sentia que la Iglesia se hubiera arrogado facultades contrarias
á sus derechos soberanos, haciendo y deshaciendo en sus estados,
como si él no existiera en el mundo.
Volvió a sus nuevos dominios el de Montfort, y la acogida de
sus vasallos fué bien diferente de la que habia encontrado en Fran
cia .
La devastacion de aquellas comarcas, antes tan florecientes, era
tremenda: los campos estaban desiertos, y solo se veian alzarse
ruinas ennegrecidas por el incendio, castillos desmoronados, aldeas
saqueadas y abandonadas.
Aquí y allá , se tropezaba con los antiguos caballeros , los cónsu
les y regidores célebres en los torneos y en los combates, sobre ro
zines de mala catadura, y caballeros en mohinos jumentos, tristes y
cabizbajos, bajo el peso de la excomunion y de los despojos que
Jos habian arruinado en beneficio de sus enemigos. Ya no se escu
chaban los cantos alegres de los trovadores.
Jamás aquellas comarcas se recobraron de los desastres causa
dos por la cruzada, áa pesar de los esfuerzos tentados por sus no
bles hijos, como veremos mas adelante .
La Provenza conservó durante algun tiempo su independencia;
pero el genio nativo de la raza meridional estaba herido de muer
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 77

te: su fecunda literatura no sobrevivió á su libertad : su mismo


idioma, tan rico, debia extinguirse poco a poco con los luminosos
9

centros literarios que alimentaban la inspiracion, sin dejar tras sí


mas que dtalectos abandonados á las clases pobres, ignorantes y su
midas en la rutina .

Tomo 1. 13
CAPITULO IX.

SUMARIO .

Primera campaña de Raimundo VII, contra Simon de Montfort.-- Discordia pro


ducida por la ambicion entre los cruzados -Entusiasmo de losmeridionales por
Raimundo VII .-Su padre busca auxiliares en España .-Sitio de Beaucaria por
Raimundo. Toma dela plaza ,derrota y retirada de Simon sobre Tolosa . – Trai
cion de Simon hecha i los tolosanos . - Consecuencias funestas para él. - Trai
cion de Folquet . - Terribles persecuciones . - Nueva cruzada . - Rebelion de Tolo
sa .-- Derrota de Gui de Montfort.-- Los catalanes y aragoneses baten á Simon de
lante de Tolosa .-La gata . - Muerte de Simon .

I.

Apenas habia vuelto de su viaje a Francia Simon , cuando tuvo


que acudir a las armas para defender los estados que el Papa y su
espada le habian conquistado. El heredero legítimo entraba en Pro
venza decidido á recobrar la herencia de sus mayores, sin cuidarse
del Papa ni de sus excomuniones que creia injustas; porque siendo
él menor de edad , no era responsable de que su padre no se hubie
se prestado al exterminio de los hereges.
Raimundo VII encontraba sus enemigos descontentos unos de
otros y divididos á causa de la reparticion del botin .
Simon y Amauri, querian el ducado de Narbona . El primero en
tró en la capital á viva fuerza , porque los vecinos preſerian el le
gado, y la desmanteló . El legado Arnaud Amauri se vengó exco
mulgándolo.
La Provenza propiamente dicha, recibió con entusiasmo á los
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 79

dos Raimundos , padre e hijo . Marsella , que era entonces una repú
blica independiente , los recibió entregándoles las llaves de la ciudad
y ofreciéndoles toda clase de auxilios en la primavera de 1216 .
Aviñon los invitó por la mediacion de sus notables á que fuesen á
visitarla y se entregó á ellos en cuerpo y alma, y el poeta proven
zal que ha cantado aquellas guerras, supone que mil cumplidos
caballeros уy cien mil paisanos se confederaron para reconquistar los
estados de la casa de Tolosa .
Ni los marselleses, ni los aviñoneses , ni los de tantos otros pueblos
y comarcas, que generosa y espontáneamente tomaron partido por
los Raimundos de Tolosa , eran hereges, y áa pesar de las excomu '
niones y de los peligros y despojos á que se exponian , consideraban
2

mejor sostener una causa que creian justa , que ver impasibles la
iniquidad triunfante so pretexto de servir una religion que ellos
profesaban , y á la que no creian sin duda faltar desobedeciendo al
Papa y al concilio, que habian sancionado el despojo de los prínci
pes que no prestaron mano fuerte á la persecucion de los hereges
en sus tierras.

En verdad se equivocaban si pensaban así; porque la obedien


cia a los preceptos papales y á los de los concilios debe ser obliga
toria para todo católico; ¿pero cuán grande no era la responsabili
dad de los que, empleando medios violentos y dando ocasion á que
se cometiesen las injusticias que estos llevan consigo , exponian á
tantos fieles á ponerse en lucha abierta con los mismos que consi
deraban jefes de sus iglesias ?
Otra reflexion que no podemos menos de hacer, es la de cuan
poco valor debia tener á los ojos de Simon la concesion de unos
dominios que tenia incesantemente que disputar con riesgo de su
vida, y diremos mejor á costa de su vida , pues pereció á manos de
los tolosanos, que le daba la Iglesia por vasallos . La ambicion que
ciega y extravía á los mas grandes talentos, lo arrastraba como á
>

tantos otros por el camino de su perdicion.

II .

Los vasallos del conde de Provenza corrieron por todas partes á


alistarse en las banderas de Raimundo VII , y su padre fué á Bar
celona en busca de auxilio, que no le negaron los ricos homes de
80 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Aragon y Cataluña, que no habian olvidado la muerte de su rey


Pedro en Muret .
Raimundo VII entre tanto, despues de rechazar la faccion de los
Baux, armada contra él por el de Orange, con gente de Nimes y al
guna caballería , emprendió directamente la guerra contra el conde
Simon de Montfort.
Los caballeros proscritos salieron de los bosques y de las
montañas para unirse al jóven Raimundo á orillas del Ródano. El
ejército libertador pasó el rio cerca de Tarascon, entró en Beau
caria y puso sitio al castillo , ocupado por el senescal y los mejores
caballeros de Simon .
El de Montfort, que acababa de volver de Francia, al saber el
peligro de su senescal , reunió á toda prisa el resto de su gente ,
marchó sobre Beaucaria y sitió á su turno á los que sitiaban el cas
tillo .
De una y otra parte combatieron como si dependiese de la pose
sion de aquella plaza la suerte de toda la Provenza. Simon y los
suyos se sobrepujaron á sí mismos; pero sus adversarios , dueños
del curso del rio , y bien parapetados detrás de los muros de la
plaza, tuvieron tiempo para recibir refuerzos y víveres, que abun
daban en la plaza mientras escaseaban en el castillo .
Simon fué batido en varias salidas , y no pudo salvar á su senes
cal sino autorizándole á capitular, saliendo del castillo sin caballos,
sin víveres y sin armas . El estandarte de Montfort, la terrible ban
dera del leon , retrocedió por primera vez , y Simon emprendió su re
tirada sobre Tolosa á marchas forzadas, despues de concluir una tre
gua con su enemigo el excomulgado Raimundo . Alas hubiera que
rido dar á sus soldados para llegar á Tolosa, que temia cayese an
tes de su arribo en manos del viejo Raimundo VI , que acudia á li
bertarla con gran golpe de gente de armas de Aragon y Cataluña.
Simon llegó antes que su adversario , que se retiró al aproximarse
el de Montfort, y los tolosanos aterrorizados le enviaron una comi
sion de ciudadanos, para suplicarle que no entrase como enemigo.
Gui de Montfort, hermano de Simun y los otros varones de su sé
quito, le dijeron que debia conceder gracia á los de Tolosa y con
tentarse con imponerles una contribucion extraordinaria ; pero el
obispo Folquet fué de otro parecer, y dijo á Simon :
«Una vez dentro de la ciudad , no deben respetarse vidas ni ha
»ciendas , sino tomar lo que se encuentre; y sabed, señor conde ,
»que tendreis que arrepentiros si no lo haceis así . »
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 81

El conde siguió el consejo del obispo, y empezó por arrestar á


los diputados que los tolosanos le habian enviado . Despues Folquet
entró en la ciudad , tratando de persuadir al pueblo á que saliera al
encuentro de su Señor , para aplacar su enojo.
«El pobre pueblo se dejó cojer en la red . Salió en masa ó recibir
» á Simon ; pero aá medida que los notables se le aproximaban para
» saludarle, los hacía prender y amarrar . » Algunos lograron esca
parse y corrieron á decir lo que pasaba á la multitud que los se
guia. El pueblo, lleno de furor, volvió á la ciudad , á tiempo que la
vanguardia del ejército del conde introducida por el obispo Folquet
comenzaba áá saquear las tiendas y áá violar las mujeres, y corrien
do á las armas, levantaron barricadas en las puertas de las casas y
descargaron sobre las hordas de Simon , desde las ventanas y terra
dos, una lluvia de piedras , maderos, y cuantos proyectiles pudieron
haber á las manos .
Gui de Montfort y el obispo Folquet , que habian entrado al fren
te de la vanguardia , fueron rechazados con grandes pérdidas, y el
obispo hubiera sido muerto por sus mismas ovejas, si no se hubiera
apresurado á buscar un asilo en el castillo Narbonés . Simon acudió
con el grueso de su ejército al socorro de la vanguardia, y apoderán
dose de varios puestos ventajosos, puso fuego á la ciudad ; mas los
tolosanos apagaron el incendio , rechazaron dos ataques dirigidos por
el conde en persona , y despues de combatir un dia entero, Simon
tuyo que refugiarse con sus tropas al amparo del castillo , mientras
los restos de la vanguardia mandada por su hermano Gui se encon
traban bloqueados por los patriotas en el palacio del conde de Com
minges.

III .

Cuando el obispo y el conde vieron que no podrian reducir У do


minar a los de Tolosa á fuerza de armas , «Folquet imaginó una
»grande traicion . » Envió el abad de San Cernin á los tolosanos para
que les propusiera, que se entregasen á discrecion, garantizándoles
en nombre de Dios , del apostolado , y de todo el clero, que no per
derían ni sus cuerpos , ni sus bienes, ni su libertad ; pero, que si se
negaban , los rehenes que Simon tenia en su poder moririan de mala
muerte. Aunque conocian bien de lo que Folquel era capaz, los to
82 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

losanos no creyeron que faltase á los juramentos que les hacia « en


»nombre de Dios, de la Virgen María y del Salvador, » y prefirieron
creerlo á permitir con su negativa el asesinato de ochenta ó ciento
de sus principales conciudadanos de que Simon se habia apodera
do por traicion y que tenia bien guardados en el castillo Narbonés.
Los diputados de Tolosa vieron á Simon en su campamento, y con
sintieron en que los prisioneros que tenian en la ciudad fuesen de
vueltos al conde; este , en lugar de dar libertad a los que tenia en
rehenes, mandó á los incautos diputados para que les hiciesen com
pañía en los calabozos del referido castillo . Ocupó la ciudad sin re
sistencia, prendió en - sus casas á dos mil ciudadanos de los mas influ
yentes , los reunió en el mercado y les obligó á declarar que rerun
ciaban a las garantías dadas por el obispo. Todos los ciudadanos
que no pudieron escapar en el primer tumulto fueron presos, y
gran número pereció en los calabozos de hambre y de miseria , sin
que sus verdugos se tomasen la pena de separar los muertos de los
vivos .
La ciudad se vió obligada á entregar las armas, y no pudo
librarse de ser destruida sino pagando a sus opresores un rescate
de treinta mil marcos de plata .
Las torres y fortalezas, las casas que tenian barbacanas ó terra
dos almenados , y cuantos edificios fueron considerados como suscep
tibles de defensa menos las iglesias , fueron demolidos hasta los ci
mientos ,
A este propósito se lée en las Cansos de la Cruzada, « Ricos y
»maravillosos palacios, suntuosos edificios , torres antiguas y cons
» trucciones modernas, » cayeron bajo el martillo de los demoledores.
Simon habia ordenado en octubre de 1216 una leva de trabajado
res en sus estados para destruir el « honor » de Tolosa ,

IV .

El desastre de Tolosa devolvió por algun tiempo al de Montfort


su prestigio comprometido, volvióse á predicar en Francia la cru
zada, y en la primavera de 1217 , el arzobispo de Bourges y el
obispo de Clermont le llevaron numerosos cruzados, con cuyo auxilio
obtuvo algunas ventajas sobre el conde de Foix . Despues llevó la
guerra á orillas del Ródano, que atravesó invadiendo gran parte del
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 83

marquesado de Provenza; pero mientras él guerreaba á la orilla iz


quierda del rio, la desgraciada Tolosa logró romper el férreo yugo
que la oprimia.
Al fin, el viejo Raimundo VI , el conde de Comminges y el
hijo del de Foix marcharon sobre Tolosa, arrollaron un cuerpo de
tropas francesas que salia á cerrarles el paso , y aprovechándose de
una espesa niebla, entraron en la ciudad, banderas desplegadas
y al son de clarines y tambores: el pueblo se levantó en masa al
grito de «Viva el conde Ramon! » Armóse de piedras, palos y cu
chillos y mató cuantos soldados de Montfort no pudieron refugiarse
en el castillo Narbonés.
Raimundo obtuvo esta fácil é inesperada victoria el 13 de setiem
bre de 1217 .

V.

Gui de Montfort acudió presuroso desde Carcasona con cuantos


hombres del Norte habia en el país . Los de Tolosa levantaron apre
suradamente defensas provisionales, para reemplazar las murallas
destruidas por Simon ; pero Gui penetró en la ciudad salvando fá
cilmente aquellos débiles muros mal consolidados, si bien encontró
en el interior tan vigorosa resistencia , que salió mas de prisa que
habia entrado y con las manos en la cabeza, como se dice vulgar
mente .
En cuanto supo Simon la derrota de su hermano y el peligro que
, corria su mujer, sitiada en el castillo Narbonés , abandonó el mar
quesado de Provenza , y tomó el camino de Tolosa acompañado del
>

e gado del Papa, que no hablaba mas que de destruir la ciudad con
odos sus habitantes .
Todos los meridionales alistados por fuerza en el ejército de Si
mon desertaron en el camino: los tolosanos , por el contrario , reci
bieron numerosos refuerzos del Albigeois , de Querci , del Agenais y
de los Pirineos .
Simon tentó apoderarse de la ciudad por asalto antes que hubie
sen podido reconstruir las murallas; en la primera acometida, Gui
de Montfort cayó atravesado de un dardo disparado por el conde
de Comminges; un hijo de Simon , á quien su padre habia hecho
conde de Bigorre, fué tambien gravemente herido, y sus soldados
84 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

fueron rechazados de tal suerte, que Simon tuvo que renunciar á


tomar la ciudad por asalto . Emprendió el asedio en regla , forman
do á cada lado del Garona un campo atrincherado ; dos ciudades
contra la ciudad de los Raimundos, que los rechazaba, y juro por
el Olio Santo tomar la herética Tolosa , 6ó perder la vida en la de
manda.
La victoria parecía cada vez menos probable . Una « gran compa
ñía» de Navarros, Aragoneses y Catalanes obligó á Simon á levan
tar el campo atrincherado de la orilla izquierda. Mientras su gente
corría á las barcas que debia trasportarla á la otra orilla, los tolosa
nos y sus aliados salieron de la ciudad y cayeron sobre los de Mont
fort con tal furia, que el mismo Simon estuvo á punto de perecer, su
caballo se ahogó y él fué sacado del agua con mucha dificultad .
Para llegar al campamento de la orilla derecha tuvo que retirarse
hasta Muret y hacer un gran rodeo , perdiendo muchos de sus me
jores soldados.
A pesar de su mala estrella, Simon guardó su juramento, y pasó
2

el invierno encerrado con sus partidarios en el campamento que le


quedaba, mientras su mujer, el obispo Folquet y Santiago de Vitrí ,
uno de los historiadores de la cruzada , recorrian la Francia excitan
do el celo de los católicos , ofreciendo indulgencias, botin y toda
clase de bienes temporales y eternos á los que fuesen á combatir en
el Mediodía por la causa de la Iglesia.
Considerablemente reforzado Simon pudo restablecer el campa
mento perdido , y la toma y saqueo de Montauban, que se habia
sublevado, reanimaron un poco el abatido espíritu de sus fatigadas
huestes .
Los tolosanos , que habian reconstruido sus fortificaciones, eran
mas bien sitiadores que sitiados , y no contentándose con batir con
sus máquinas el castillo Narbonés, acometian con frecuencia el
campamento de la orilla derecha. El joven Raimundo VII fué á la
cabeza de sus provenzales á unirse a los tolosanos , y el dia de su lle
gada, por un accidente sin duda, cayó de la almena en que se apo
yaba el estandarte de Simon , lo que tomaron por presagio de vic
toria los unos , de derrota los otros .
Nueve meses duraba ya aquel sitio homérico, señalado por cien
combates . Simon sucumbia bajo el peso de su empresa: el desa
liento se apoderó al fin de aquella alma indómita. « Enfermo de fa
tiga y de aburrimiento , dice Guillermo de Puy Laurens, arruinado
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 85

por tantos gastos , concluyó por perder su antiguo ardor, y el lega


do le aguijoneaba sin descanso, acusándole de pereza y de impre
vision... y Simon solia rogar á Dios que le concediese la paz de la
muerte. »

VI .

Habiendo abortado en todas sus tentativas para apoderarse del


curso del rio y reducir por hambre la ciudad, el de Montfort recur
rió á la fuerza abierta, y cifró todas sus esperanzas en una enorme
gata de madera cubierta de hierro, destinada á derribar los nuevos
muros de Tolosa, llevando en su seno la flor de los soldados fran
ceses, que penetrarian por la brecha en la plaza. Aquella máquina
terrible fué conducida hasta el foso ; pero una mañana, antes que la
pusieran en movimiento, los sitiados salieron en masa para apode
rarse de ella , é hicieron gran destrozo en los soldados que la guar
daban .
Cuando le llevaron esta noticia, Simon estaba oyendo misa y no
quiso abandonar los divinos misterios. Un segundo mensajero
llegó algunos momentos despues diciendo: « ¡Apresuraos, apresu
raos, señor, vuestra gente ya no puede sostenerse !! —No saldré de
aquí,respondió Simon , hasta que vea á mi Salvador. Y cuando
el sacerdote elevaba la hostia , Simon se arrodilló exclamando :
« Ahora, señor , licenciad en paz á vuestro servidor, segun vuestra
palabra !»
Montó á caballo , corrió con todo el ejército al lugar del combate
y arrolló á los tolosanos al primer choque hasta los fosos de la
plaza. Allí se hicieron firmes bajo la proteccion de sus arqueros y
de sus máquinas de guerra , que desde lo alto de los muros descar
gaban un diluvio de flechas y de piedras sobre los cruzados.. Gui
de Montfort y su caballo cayeron heridos por dos flechas. Al as
pecto de su hermano herido y rodando ensangrentado á sus piés ,
Simon se apeó diciendo con amargura:
«-Hermano, Dios está airado contra nosotros . »
« Y en tanto que él conversa y se lamenta con él , hé aquí que
habia en la ciudad un pedrero, cerca de San Cernin, y que las mu
>

jeres, y las hijas, y las esposas de los de la ciudad lo dispararon y


la piedra fué derecha á donde convenia, (é vene tot dret la peira lai
Томо І.
86 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ou era menestiers.) Dió al conde de Montfort sobre la regilla de ace


ro de su casco con tanta violencia que le aplastó los ojos y el cére
bro Уla frente, y las quijadas salieron á pedazos , y él cayó en tier
ra muerlo . Esta tragedia ocurrió el 25 de junio de 1218. )

VII .

« Cuando los de la ciudad supieron la muerte de Simon de Mont


fort, fueron tan contentos, que jamás se vió igual alegría. Campa
nas y esquilones se echaron á vuelo , toda la ciudad resonó con cla
rines y trompetas, tambores y gritos de júbilo. Todos , grandes y
pequeños salieron á pegar fuego á la gata, y despues corrieron á
dar gracias a Dios que los habia librado del conde . »>

Los cruzados consternados levantaron el sitio de la otra parte del


rio, y se concentraron en su principal campamento, donde perma
>

necieron muchos dias sin dar señales de vida . De repente salieron


de sus pabellones y dieron una arremetida desesperada contra la
plaza, mas fueron rechazados y perseguidos por los sitiados hasta
sus trincheras.
CAPITULO X.

SUMARIO.

Proclamacion de Amauri de Montfort. - Levantamiento del sitio de Tolosa el 25


de julio.-Sublevacion general en el Mediodía . - Nueva cruzada .-Luis de Fran
cia al frente de los cruzados. - Capitulacion de Marmande . - Los cruzados violan
la capitulacion , ahorcan y queman á los vencidos en número de cinco mil.
Raimundo VII derrota á los cruzados en Bazieges.-Nuevo sitio de Tolosa.
Los Tolosanos obligan á los franceses a levantar el sitio y recobran gran nú
mero de plazas.-Sitio de Castelnaudari por Amauri de Montfort. - Inútiles es .
fuerzos del legado para levantar gente en el Mediodia en favor de su causa.
Amauri cede al rey de Francia sus derechos. - Muerte del Rey . - Reaparicion
de la heregía .

I.

Con la muerte de Simon , los cruzados perdieron la esperanza de


triunfar. Aquellos hombres intrépidos no podian resolverse al aban
dono de la conquista de Tolosa y a dejar de vengar áá su jefe. Amau
ri de Montfort fué proclamado conde de Tolosa y vizconde de Be
zieres; y el 25 de julio, un mes despues de la muerte de Simon ,
abandonaron su campamento y el castillo Narbonés , llevándose el
>

cadáver de su antiguo jefe, que enterraron en la iglesia de San Na


zario de Carcasona. Su epitafio dice, «que fué santo y mártir, que
resucitará y heredará el reino de los cielos . »
La muerte de Simon fué la señal de una sublevacion general : el
Querci, el Agenais, el Rouergue, el Condomois , el Armagnac y Ni
mes se levantaron á la llamada del jóven Raimundo , y las guarni
ciones de una porcion de plazas y castillos fueron arrojadas fuera
del país ó esterminadas. La Provenza volvió a tomar las armas.
88 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Guilhem , príncipe de Orange , jefe de la casa de los Baux, fué des


pedazado por el pueblo de Aviñon , y sus partidarios perseguidos
como enemigos de la patria y aliados de los tiranos extrangeros .
El poder de los Montfort cayó con la misma rapidez que se habia
levantado , y la ruina de la dominacion francesa en el Mediodía pa
reció consumada . Pero Roma no se dió por vencida..
Honorio III creyó ver la restauracion de la heregía, que torren
tes de sangre no habian bastado á estinguir; en la caida de los
Montfort, y tomando al hijo de Simon bajo su proteccion , suplicó al
rey de Francia que le ayudara eficazmente contra los herejes pro
venzales .
Predicóse otra vez la cruzada : hiciéronse nuevas concesiones á
los que tomasen parte en ella , y parte del dinero que el clero fran
cés daba para sostener la guerra contra los mahometanos en Asia ,
se consagró al esterminio de sus compatriotas del Mediodía . El rey
Felipe no se cruzó ; pero no queriendo indisponerse con el Papa,
mandó á su hijo Luis con el duque de Bretaña, el senescal de An
jou, el conde de San Pol , otros treinta condes, veinte obispos , seis
cientos caballeros y diez mil arqueros. Luis se unió con Amauri
delante de Marmande, que este sitiaba en la primavera de 1219. La
guarnicion capitulo ; pero cuando el conde de Astaraz se entregó
con su gente segun el convenio para marcharse libremente, el obis
ро de Saintes У otros prelados lo reclamaron , « para que fuese que
mado ó ahorcado, y tambien la ciudad para ser destruida con sus
habitantes, cuya mayor parte eran hereges. » El anciano conde de
San Pol , el héroe de Bovines y el arzobispo de Auch se opusieron á
traicion tan infame y salvaron al conde y á los caballeros cautivos;
pero mientras pasaba esto en la tienda del hijo del rey de Francia ,
el ejército de los cruzados, escitado por los obispos y por los frai
les , se precipitó en desórden sobre la ciudad, la saqueó y pasó á cu
chillo la mayor parte de los inermes habitantes, sin respetar sexo
ni edad. Fué aquella carnicería una repeticion de las iniquidades de
Bezieres. Cinco mil personas indefensas perecieron á manos de los
cruzados .

II .

Luis de Francia y el conde Amauri tomaron juntos el camino de


Tolosa , que se habia preparado para recibirlos dignamente.
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 89

Mientras los cruzados degollaban en Marmande una poblacion in


defensa, Raimundo VII y el conde de Foix destruian en Bazieges los
principales lugar - tenientes de Amauri, y corrian despues á encer
rarse en Tolosa , donde se supo á un mismo tiempo la victoria y la
derrota.
Mas de mil caballeros acudieron de todo el Languedoc al llama
miento de Raimundo VII, y los bravos tolosanos guarnecieron sus
casas de torres y aspilleras , de pedreros y bombardas: «jóvenes y
jovencillas , niños y niñas trabajaban á porfía en los fosos, en los
puentes y murallas, y esperaron á pié firme al enemigo , que insti
gado por el legado Bertrand, habia jurado no dejar alma viviente ,
ni piedra sobre piedra en venganza de la muerte del conde Simon ,
á quien llamaban el Macabeo , el héroe de Dios . »

III .

Empezó el sitio el 16 de junio de 1219 : un año despues de la


muerte de Simon .
Despues de seis semanas de sangrientos combates , sin resul
tados, la mayor parte de los cruzados que habian cumplido el tiem
po de su voto, no quisieron continuar la empresa y el príncipe,
obligado á levantar el sitio quemó sus máquinas de guerra , « y se
fué como vino con gran confusion y pérdida, el 1. ° de agosto
de 1219 .
Esta campaña tan gloriosa para los tolosanos dió al partido na
cional una superioridad incontestable . Amauri perdió Montauban , >

Castelnaudari, casi todo el Albigeois , la provincia de Tolosa, y el


>

Bedarrez : la bandera de Montfort dejó de flotar sobre las infortuna


das ruinas de Bezieres y fué reemplazada por el estandarte de Tren
cabel .
El hijo, aun menor, del vizconde Raimundo Roger fué reinstala
do en la señoría de su padre bajo la tutela del conde de Foix.
Amauri reunió los restos de sus fuerzas para recobrar á Castelnau
dari , y se obstinó durante ocho meses en el bloqueo de la plaza, en
el que vió morir á su lado á su hermano Gui conde de Bigorre, y

á sus mas bravos soldados, viéndose por último obligado a retirarse


á Carcasona, única ciudad importante que en union de Agde y Nar
90 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bona le quedaban de todas las conquistas de los cruzados del tiem


po de su padre .
En vano el legado Bertrand fundó en Carcasona, bajo los auspi
cios del Papa, « la orden de la Santa Fé de Jesucristo , especie de mi
licia religiosa semejante á la antigua « Compañía blanca , » fundada en
Tolosa por Folquet ; en vano los frailes y los clérigos se consagra
ron á propagar entre franceses y provenzales esta institucion , cuyo
objeto era « ayudar á socorrer á Amauri de Montfort y los suyos ,
comprometerse á descubrir y destruir los hereges , los rebeldes á la
Iglesia y todos los otros cristianos ó infieles , que hicieran la guerra
contra el dicho conde . » Todos los provenzales , sin distincion de
creencias, manifestaron el mismo horror contra el hijo de Simon , y
como la cruzada fué friamente recibida en Francia , donde lo que
pasaba en la Tierra Santa conmovia mucho mas profundamente los
ánimos. Amauri desanimado, sintiéndose incapaz de reconquistar
los dominios que la Iglesia dió á su padre, se decidió á enviar los
obispos de Nimes y de Bezieres á Felipe Augusto, para ofrecerle la
cesion de todos los dominios concedidos á Simon por el concilio de
Letran .
El conde Amauri daba generosamente lo que no poseia; ce
dia lo que no le querian dar; y el Papa escribió al Rey de Francia
para que aceptase para su gloria y su salvacion , en 1222. Felipe
pretestó la expiracion de las treguas que tenia hechas con el jóven
rey de Inglaterra, y no aceptó. Agobiado de cuerpo y de alma solo
aspiraba á morir en paz . Guillermo de Puy Laurens, pretende que
el Rey añadió á su negativa estas palabras proféticas:
«Yo sé que, despues de mi muerte, los clérigos, trabajarán con
todo su poder para que mi hijo Luis se mezcle en los asuntos de los
Albigenses; pero teniendo en cuenta que él es débil yy de poca salud,
no podrá soportar tanta fatiga y morirá bien pronto dejando el rei
no en manos de una mujer y de niños, de modo que no se verá li
bre de peligros . »

IV .

En tanto que vivió el rey Felipe, el hijo de Simon se vió obligado


á guardar, á pesar suyo , los títulos de conde de Tolosa y de viz
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 91

conde de Bezieres, por cuya posesion cometió y autorizó su padre


tantos desastres y devastaciones .
Podría decirse que habia un castigo providencial en el abatimiento
de un orgullo á tanta costa satisfecho . Solo faltaba que Simon hu
biese vivido lo bastante para ver que su hijo daba y no querian
recibir los títulos por cuya conservacion él perdió la vida de un
modo tan desastroso .
Amauri pasó su tiempo defendiendo como mejor podia los pocos
castillos y plazas que le quedaban contra Raimundo VII y Roger
Bernard, conde de Foix, que acababan de heredar los títulos de sus
>

padres .
El viejo Raimundo VI murió repentinamente en agosto de 1222 ,
y aunque murió como católico , en los brazos del abad de San Cer
nin,y bajo el manto de los caballeros hospitalarios de San Juan , no
fué enterrado, por estar bajo el peso de la excomunion, y su cuer
po permaneció insepulto en la casa de los hermanos hospitalarios
de Tolosa trescientos años, en un cofre de madera.

V.

El porvenir parecia al fin presentarse risueño para las bellas


comarcas del Languedoc tanto tiempo devastadas; y el joven héroe
que habia reconquistado la herencia de sus antepasados se prome
tia mas felices destinos que su padre; pero desgraciadamente para
el pais y para su señor, la corte pontificia no podia sufrir impasible
el restablecimiento en el poder de los que ella habia anatematizado
y derribado ; porque además de comprometer su prestigio , la tole
rancia de los antiguos señores y el gobierno popular de las ciuda
des dejaba impunes á los hereges, que volvian á practicar sus
errores sin temor de ser perseguidos.
Con la independencia nacional reapareció la heregía, oculta bajo
las ce nizas amontonadas por la persecucion romana pero no estin
guida .
Los perfectos que pudieron escapar de la furia de los cruzados se
ha bian ocultado, dispersándose en diversas naciones de Europa , so
bre todo en los paises eslavos que baña el Danubio, centro y punto
de partida de su religion . A la noticia de la caida de los de Montfort,
creyeron concluidos para siempre los dias de la persecucion , y vol
92 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

vieron á Provenza . Uno de sus principales doctores llamado Barto


lomé de Carcasona, dicen que volvió desde los confines de la Bulga
ria , la Dalmacia y la Croacia , con el título de servidor « de los ser
vidores de la Santa Fé , » y se propuso reorganizar las iglesias Cat
haras del Languedoc.
Otro jefe de la misma secta , llamado Gilaberto de Castres, secun
daba á Bartolomé y ordenó un obispo de Rasez en una reunion de
un centenar de perfectos, que tuvo lugar en un sitio llamado Pien
ssaut .
Apesar del misterio de que se rodeaban los maniqueos, el clero
católico y sobre todo los frailes dominicos, tenian demasiado bien
>

organizado su espionaje para ignorar los pasos que daban los he


reges ; é informado el Papa, reiteró sus demandas al rey de Fran
cia para que tomase posesion del Languedoc, cuya investidura le
ofrecia á condicion de estirpar los hereges. El legado pontificio
Conrad, convocó en Sens un concilio dėl clero galicano por medio
de una circular, en que pintaba con los mas vivos colores los pe
ligros del catolicismo . El Rey debia asistir y se esperaba aprovechar
la ocasion para comprometerlo en la nueva lucha contra los infor
tunados provenzales. Pero Felipe estaba materialmente imposibili
tado de acceder á los deseos del Papa. Desde 1222 , una fiebre lenta
lo consumia , y viendo menguar cada dia sus fuerzas, hizo testamen
to , y se dispuso á morir . Su último servicio á la causa del catoli
cismo fué un legado de veinte mil libras á Amauri de Montfort
«para ayudarle a la estirpacion de la heregía . »
Muerto Felipe , la Iglesia volvió las miradas á su hijo Luis VIII ,
cifrando en él sus esperanzas de triunfo en el Languedoc.
CAPITULO XI.

SUMARIO.

Instigado por el Papa , emprende Luis VIII la cruzada contra los albigenses en
1224. - Levantamiento del sitio de Carcasona por Amauri. - Los aventureros
abandonan á Amauri, que capitula con Carcasona -Fin de la dominacion de los
Montforts . - Cesion de sus derechos al rey de Francia . - Convenios entre el Rey
y el Papa . - Sumision de Raimundo VII.-- Desacuerdo entre Luis y el sumo P'on
' ifice . - Pónense al fin de acuerdo . - Concilio de Bourges. - Sumision del conde
Raimundo ante el Concilio.-Su condenacion.- Su marcha . - Su excomunion.
Predicacion y cruzada . - Abandono de Raimundo por todos sus parientes y alia
dos . - Sitio de Aviñon . - Heróica defensa . - Pérdidas de los cruzados. - Capitula
cion . - Crueldad de los vencedores. - Muerte del rey de Francia .

I.

Apenas Luis VIII se habia sentado en el trono de su padre , cuan


do se vió exhortado por el Papa « para ofrecer á Dios las primicias
de su reinado » aceptando las ofertas de Amauri de Montfort y en
cargándose en cambio del condado de Tolosa y del vizcondado de
Bezieres, de la destruccion de los hereges. Luis no se hizo el sordo:
empezó por satisfacer al de Montfort el legado de su padre, y animó
á este á no tratar con sus adversarios, antes bien a romper de nuevo
las hostilidades, abandonando el proyecto de pacificacion por el ca
samiento de Raimundo VII con una hermana suya que estaba en
vias de arreglarse.
Amauri siguió los consejos del Rey ; pero la nueva guerra empe
zópara él bajo malos auspicios. A su vuelta de Paris encontró si
tiada á Carcasona por los condes de Tolosa y de Foix y por el jóven
vizconde de Bezieres , Trencavel. Con ayuda del dinero que le habia
Томо І. 45
94 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dado el rey de Francia , el de Montfort reunió mucha gente aventu


rera y logró desembarazar la sitiada plaza y tomar la ofensiva; pero
en cuanto se le concluyó el dinero, sus soldados lo abandonaron , y
>

los franceses que se habian establecido en las tierras del Mediodía ,


apoderándose de los bienes de los hereges excomulgados, y de los
que no lo eran : viendo que no podian conservarlos , se volvieron a su
patria dejando á Montfort en tal estremidad , que tuvo que capitular
en Carcasona con solo veinte caballeros que le fueron fieles..
El 14 de enero de 1224 firmó un tratado por el cual restituia
Carcasona y las fortalezas de Minerva y de Peune de Agenais á los
herederos de sus antiguos señores, estipulando un armisticio de
seis (meses para Narbona y Agde, comprometiéndose además á
ejercer su influencia con el rey de Francia y el Papa para recon
ciliar con la Iglesia á Raimundo VII y sus aliados .
Al siguiente dia , Montfort tomó el camino de Francia con los res
tos de los vencidos opresores del Mediodía .
La dominacion de los Montfort pesó durante catorce años sobre
las ricas comarcas del Languedoc, dejando tras de sí ruinas y miseria,
que muchos siglos no bastarian á reparar; pero un triste presenti
miento impidió á los bravos meridionales entregarse á la natural
alegría de su emancipacion.

II .

Apenas llegado a la corte del rey de Francia, Amauri cedió por


auto otorgado en público, al rey Luis y sus herederos, los privile
gios yy dones concedidos por la Iglesia romana al conde Simon « de
gloriosa memoria » sobre el condado de Tolosa y los otros paises
Albigenses .
El rey Luis subordinó su aceptacion al resultado de los conve
nios que habia propuesto al Papa , y prometió al de Montfort el
título de condestable de Francia á la muerte de Montmorenci que
lo disfrutaba.
Como se vé , el conde Amauri no sostuvo las promesas hechas
á los provenzales en su capitulacion de Carcasona de intervenir
para reconciliarlos con Luis y con el Papa . El famoso arzobispo de
Narbona, Arnaud Amauri, y los prelados del Languedoc , mas com
prometidos por sus crueldades , se habian retirado a la ciudad neu
1

LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 95

tral de Montpeller , y escribieron al Rey excitándolo á que no su


friera que el espíritu inmundo levantase de nuevo la cabeza en la
provincia de Narbona, y á que empleara la fuerza que de Dios re
cibiera, para conquistar una tierra que la Iglesia le ofrecia en su
nombre.
Luis no necesitaba tales excitaciones. Las plegarias de Raimun
do VII , sus protestas y peticiones de ser admitido á prestar home
naje, no cambiaron las resoluciones de Luis VIII, que apremió al
Papa para que concediese indulgencias plenarias á los que se alis
tasen en la cruzada contra los tolosanos y excomulgase á los baro
nes y á cualesquiera otros que no siguiesen las banderas de su so
berano, fundándose en que los vasallos se comprometian á defender
á su señor contra sus enemigos y que este no tenia otros mas ter
ribles que los hereges .
No contento con estas demandas Luis VIII pidió al Papa una bula
en que declarase á Raimundo VII , al jóven Trencavel y a todos sus
adherentes para siempre excluidos de sus dominios , los cuales per
lenecerian á perpetuidad al rey de Francia y sus herederos ; y ade
más, que le garantizase una tregua de diez años con el rey de In
glaterra.
Creia Luis que el Papa accederia inmediatamente á sus preten
siones ; pero, gracias a una singular peripecia, fué el Papa quien
apartó momentáneamente el brazo pronto a descargar el terrible
golpe sobre el Languedoc.

III .

Raimundo VII no habia querido nunca entregar sus vasallos á


merced de los inquisidores y de sus secuaces . Los grandes prepara
tivos que contra él hacia el rey de Francia le hicieron comprender la
inutilidad de la resistencia , y prefirió entenderse con el Papa y de
jar obrar á los inquisidores con entera libertad á perder sus esta
dos hereditarios .
EI papa Honorio III , que á la sazon esperaba reconquistar la
Tierra Santa por las armas del emperador Federico II , que hacia
grandes preparativos en el reino de Nápoles y en Sicilia, no creyó
conveniente distraer las fuerzas de la cristiandad con la cruzada
contra los albigenses que le pedia el rey de Francia, y suspendió
96 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

las indulgencias concedidas á los que se cruzaban contra los here


ges , resolucion que su legado comunicó al concilio reunido en Pa
rispor el Rey en mayo de 1224 , pidiendo al Rey al mismo tiem
9

po que se contentase con vigilar el cumplimiento de las promesas de


Raimundo VII .
El rey Luis se resintió mucho de la que él llamaba defeccion del
Papa : « Puesque el señor Papa, dijo, no juzga conveniente la con
cesion de las demandas razonables que nos le hicimos sobre el
asunto de los albigenses, nos protestamos ante todos los prelados
y barones de Francia , que declinamos la carga éé intimamos al le
gado de su Santidad que no nos hable mas sobre este asunto en lo
futuro . »
Sin el apoyo del Papa , verdadero rey de reyes, Luis no se atre
vió á continuar la empresa y volvió contra los ingleses las armas
preparadas contra los tolosanos.

IV .

En cuanto los agentes del Papa hablaron de nuevo á Luis VIII de


la conquista del Mediodía de la Francia para esterminar los here
ges, Luis olvidó su amenaza de declinar el ocuparse del asunto en
lo futuro ; y como la guerra de Aquitania no habia sido para él mas
que una diversion, así que el Papa se le mostró propicio , cambió de
resolucion .
Como el emperador Federico II retardase por dos años su espe,
dicion contra los mahometanos de la Tierra Santa, el papa Honorio
creyó conveniente aprovechar este tiempo en la destruccion de los
hereges del Languedoc. Como hombre previsor, áa pesar de no ha
ber concedido al rey de Francia por las razones ya dichas la
ayuda que reclamaba, entretuvo, dando largas al asunto de su re
conciliacion , á los príncipes provenzales , y aá pesar de que Raimun
do VII juraha y afirmaba solemnemente sus promesas , la corte pon
tificia encontró siempre pretestos mas o menos especiosos para dife
rir la conclusion ,
En noviembre de 1225 se reunió en Bourges , bajo la presiden
cia del cardenal legado Saint- Angel un concilio, que intimó á Rai–
mundo de Tolosa y á Amauri de Montfort comparecieran ante él .
El Rey y los arzobispos de Lion, de Reims, de Ruan , de Bourges,
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 97

de Tours y de Auch , mas de cien obispos y de ciento cincuenta aba


des y priores tomaron parte en aquella asamblea.
El conde Raimundo renovó ante el concilio todas sus ofertas:
Amauri reclamó los derechos concedidos á su padre por el concilio
de Letran y por el rey Felipe , é intimó á su rival que sufriera el
juicio del tribunal de los pares..
«Que el rey reciba antes mi homenaje, replicó Raimundo , y es
toy pronto a someterme al juicio : si no temeré que los pares no me
consideren como igual suyo . »
El asunto no fué sometido áa la decision de los pares de Francia :
el legado del Papa prohibió toda discusion pública, intimó á los
prelados que diesen por escrito su opinion , amenazando con la ex
munion al que no guardase el secreto, y se encargó de comunicar
>

al Rey las resoluciones del concilio .


Marchóse el conde de Tolosa sin conocer la sentencia , y el silen
cio que guardaron con él , le presagiaba la suerte que le reservaban.
El legado apostólico declaró al Rey de parte del concilio, «que
Raimundo no debia ser absuelto en gracia de sus promesas; que el
rey de Francia solo seria encargado por la Iglesia de aquel asunto,
porque nadie mejor que él tenia los medios de purgar de hereges
Y de sus maldades la tierra del Languedoc, y que para subsanar
los gastos que deberia hacer, el diez por ciento de todas las rentas
eclesiásticas le seria concedido por cinco años , hasta la suma de
>

cincuenta mil marcos de oro, si la espedicion duraba este espacio


de tiempo. »

V.

El 28 de enero de 1226 se reunió en Paris otra asamblea de


prelados y barones , y el cardenal legado excomulgó á Raimundo
de Tolosa y todos sus adherentes, declarándolos hereges condenados
y adjudicando sus dominios al rey de Francia y sus herederos, en
virtud de la renuncia hecha por Amauri de Montfort, que recibió
el cargo de condestable de Francia . Despues el legado mandó una
cohorte de frailes dominicos á predicar por toda la Galia la cruzada
contra el tolosano y sus fautores.
Veinticinco altos barones, entre los cuales se contaban el duque
de Bretaña y el conde de Boloña, hermano del Rey , se compro
98 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

metieron por cartas patentes á prestarle ayuda con todo su poder


en el asunto de los albigenses , y el 30 de enero una multitud de
clérigos y de seglares tomó la cruz , por temor del rey de Francia ó
por obtener las mercedes del legado mas que por amor á la justi
cia y á la religion en cuyo nombre se iba a emprender la guerra .
Muchos consideraron á Raimundo como buen católico , y no com
prendian que el Rey ni el Papa no admitieran su sumision , y supo
nian que solo la mundana ambicion los guiaba .
Nadie ignoraba que Raimundo VII habia suplicado en el concilio
de Bourges al legado del Papa , que fuese con él á cada una de
las ciudades de sus estados para averiguar la fé de sus habitan
tes, ofreciendo hacer justicia con cualquiera que manifestase opi
niones contrarias al dogma católico . Él mismo prometió someterse
á un examen de su fé; pero , segun Mathieu de Paris , el legado des
preció estas ofertas y no quiso hacer al conde gracia alguna , aunque
fuese sinceramente católico , á menos que no renunciara á la heren
cia de sus mayores , reconociendo en la Iglesia el derecho de dispo
ner de ella .

VI .

Los cruzados fueron convocados para reunirse en Bourges el cuar


to domingo despues de la Pascua .
El legado preparó al rey de Francia el terreno de sus conquistas
en el Mediodía, aterrorizado al saber los preparativos de los cruza
dos, dividiendo a los meridionales y privando al de Tolosa de varios
de sus mejores aliados .
El rey de Inglaterra se vió amenazado con una excomunion si
rompia sus treguas con el de Francia mientras este guerreaba en
el Languedoc . Enrique III vacilaba y parecia dispuesto á intentar
una diversion por el lado de la Gascuña; mas, segun la tradicion ,
desistió de su intento , porque un sabio astrólogo le predijo que el
rey de Francia moriria en la empresa ó no escaparia de ella sino
con grandes pérdidas y deshonor.
El conde de la Marcha y de Angulema , padrastro de Enrique III ,
habia pedido para su hijo una hija del conde de Tolosa, y devolvió
la princesa á su padre .
El rey Jaime de Aragon , hijo de D. Pedro, muerto en Muret, el
LOS MÁNIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 99

conde del Rosellon , su vasallo , y basta Raimundo Berenguer, conde


de Provenza y de Forcalquier, jefe de la rama menor de la casa de
Barcelona, cedieron unos despues de otros á las amenazas de la cor
le de Roma y abandonaron torpemente á sus parientes y aliados
naturales .
La casa de Aragon bajaba su estandarte ante el oriflama de
Francia , abdicando su supremacia sobre las tierras provenzales
por escrúpulos de conciencia.
Raimundo de Tolosa quedó solo , acometido por uno de sus dos
soberanos, abandonado por el otro , sin mas aliados que el conde
de Foix уy el vizconde de Bezieres .

VII .

« El ejército reunido en Bourges para esterminar la heregía» era


mucho mas numeroso que el levantado en Bovines para salvar la
Francia. Cuando supieron en Provenza que el rey Luis se ponia en
marcha al frente de sus vasallos armados en número de cincuenta
mil caballos é innumerables peones , y que habia jurado destruir y
abrasar la tierra del conde de Tolosa sin dejar uno solo de sus va
sallos con vida , un terror pánico se apoderó de todos: la resistencia
parecia imposible: señores y ciudades se apresuraron á enviar al
Rey sus diputaciones para someterse á su voluntad y á la del
Papa.
Aviñon tan adicta á Raimundo VII , la misma Aviñon , que habia
participado de su excomunion durante diez años, bajó la cabeza
ante la tempestad, y mandó una diputacion de sus podestás al Rey,
ofreciendo pasaje por el famoso puente de Aviñon , á él , el legado,
los prelados y cien caballeros, con promesa de abastecer de víveres
á precios moderados al ejército que pasaria el Ródano mas abajo de
la ciudad .

VIII .

El ejército de los cruzados se dirigió á Lion y descendió el valle


del Ródano hasta cerca de Aviñon . El marquesado de Provenza se
habia sometido sin resistencia .
100 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Los de Aviñon dejaron pasar el rio por un puente de madera cons


truido fuera de la ciudad , á una vanguardia de tres mil hombres,
mandada por Gautier de Avesnes, conde de Blois , pero el Rey
significó a los cónsules de Aviñon , en cuanto llegó ante sus muros ,
que él intentaba pasar por el gran puente de piedra y entrar en la
plaza con la lanza en la cuja seguido de su ejército. Los magistra
dos se negaron, cerraron las puertas y se prepararon a la defensa ,
prefiriendo morir con las armas en la mano unidos á sus conciuda
nos , antes que entregar la ciudad al legado y á las hordas rapaces
y fanáticas que componian el ejército francés. Furioso el Rey, juró
que no se iria hasta entrar en la ciudad , y tomando posiciones hizo
preparar sus pedreros, ballestas , galas y otras máquinas de guerra
de que iba bien provisto . El legado lo afirmó en su resolucion, inti
mándole en nombre de la Iglesia que purgase de hereges á Aviñon ,
y el sitio comenzó el 10 de junio, cuatro dias despues de la llegada
del ejército ante la plaza.
Aviñon estaba bien provista de víveres y municiones, bien de
fendida por sus altas torres, su doble cintura de murallas, sus an
chos fosos llenos de agua corriente, su fuerte ciudadela y sobre to
do por el valor de sus ciudadanos y de los caballeros encerrados con
ellos en su recioto .
Los furiosos ataques de los cruzados fueron sin resultados, ó por
mejor decir les salieron enteramente al revés de lo que espera
ban .

IX .

La energia de los aviñoneses no se comunicó á las otras ciuda


des . El terror era tal, que muchos pueblos y castillos de la Septi ,
mania y de la Provenza recibieron guarniciones francesas; la misma
república de Marsella renegó de la causa provenzal y los de Carca
sona, apenas vueltos á su ciudad natal de donde habian sido espul
sados en masa por los cruzados de Montfort, no se atrevieron a re
sistir a los extrangeros , aá pesar de que el intrépido y constante
conde de Foix ocupaba la ciudadela dispuesto a deſenderse á todo
trance.
Los condes de Provenza y de Comminges , seguidos de una porcion
de señores y caballeros, se presentaron en el campamento del rey de
Francia para ofrecerle sus homenages y asistencia.
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSÉS. 101

En medio de esta general defeccion , cuando todos juraban obe


diencia , aunque en falso, al que creian vencedor , todos los co
razones pertenecian aun á Raimundo VII , y sus menores triunfos
regocijaban á los mismos que corrian á someterse al campo de
los cruzados .
La resistencia de los sitiados, dirigida por Guillermo Raimun
do y por Raimundo Real, podestás de la ciudad y bailios del conde
de Tolosa, redobló de energia . Antes que llegáran los cruzados, el
conde se llevó de los alrededores de Aviñon hombres y ganados, é
inutilizó cuanto podia serles útil , inclusos los pastos . Cuando con
cluyeron los forrages que trajeron para su numerosa caballería , los
soldados del rey de Francia tuvieron que emprender peligrosas y
lejanas espediciones para buscarlos. Raimundo los acechaba y sor
prendia con su gente, escasa para presentar la batalla á las nume
rosas buestes de sus enemigos; pero bastante para luchar ventajo
samente con las columnas que se desviaban demasiado del grueso
del ejército.
El hambre, las enfermedades y la muerte se cebaron bien pron
to en las masas de fanáticos y de aventureros ganosos de botin
que cercaban a la ciudad de Aviñon , cuyos alrededores se vieron
cubiertos de cadáveres de hombres y caballos . «De aquellos cuer
» pos esparcidos en la llanura, se levantaban enjambres de moscas
»que infestaban el campamento, no dejando libres ni las mesas de
»los principes, y que esparcian la peste emanada de tantos cuer
»pos en putrefaccion .»
Doscientos barones y veinte mil cruzados perecieron de la peste
y en los combates.
Las violentas y victoriosas salidas de los de Aviñon obliga
ron á los cruzados á abrir un foso al rededor de su campamento ,
como si ellos fuesen los sitiados. Tentaron un ataque contra la pla
za, por el puente de madera que comunicaba con la isla en que se
apoyaba el famoso puente de piedra ; pero al pasar por el de ma
dera, con el peso de los cruzados se vino abajo, y la mayor parte
de ellos pereció en las aguas del Ródano .
Otra causa se juntó á la epidemia y á los combates para aclarar
las filas de los cruzados: el Rey no tenia derecho para exigir de sus
feudatarios , y el legado de los cruzados, mas que cuarenta dias de
servicio. Muchos de los grandes barones , que veian con inquietud
pasar los estados del Mediodía á manos del Rey , mas poderoso ya
Томо І. 16
102 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de lo que ellos quisieran , resolvieron no hacer mas que lo exigi


do por sus compromisos .
El joven Thibaud VI conde de Champaña , cuyas poesías le va
lieron gran renombre, y que se asemejaba por el carácter y las cos
tumbres a las gentes del Mediodía contra quienes guerreaba, se puso
de acuerdo con el duque de Bretaña y el conde de la Marcha y fué
á pedir al rey que le licenciase . Luis se negó á darles su consenti
miento; pero Thibaud se marchó sin él , despues de sostener con el
Rey una entrevista acalorada y arrostrando sus amenazas.

X.

Las fuerzas del Rey eran, sin embargo, todavia mas que suficien
tes para combatir con ventaja á Raimundo y á los aviñoneses y él
estaba resuelto á llevarlo adelante á cualquier precio . Los recursos
de los sitiados empezaban á escasear : hicieronles esperar una capi
tulacion honrosa , y consintieron al fin en abrir sus puertas á los
cruzados .
La crónica de Tours dice , que se remitieron al arbitraje del le
gado en cuanto se referia á las condiciones, esperando ablan
darlo con esta confianza: pero las condiciones fueron rigurosas. Los
de Aviñon se vieron obligados á entregar trescientos rehenes y á
pagar una gran suma . Cegáronse los fosos , derribáronse las mura
llas , las casas guarnecidas de torreones en número de trescientas
cayeron tambien bajo el martillo de los demoledores, y el doce de
setiembre fueron degollados los pecheros de la corona y del conda
do de Tolosa. Y supone un autor que aun hubiese sido mayor la
crueldad de los vencedores sin la consideracion de que Aviñon y la
Provenza dependian del emperador Federico, que veia de bien mala
gana la invasion de la Septimania por el rey de Francia .
Despues de una victoria tan caramente pagada , recorrió Luis VIII
la Septimania sin encontrar enemigos que combatir ni hereges que
quemar.
Solo un pobre anciano llamado Isarn , antiguo predicador per
fecto, pudo ser habido en un oscuro retiro del que fué arrancado
para ser quemado en Narbona . El conde Raimundo estaba en Tolo
sa , y todos los hereges habian abandonado el país.
Adelantóse el rey hasta cuatro leguas de Tolosa ; pero sin inten
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 103
cion de atacarla , por lo adelantado de la estacion , y terminó su cam
paña en el mes de octubre, despues de recibir en Pamiers el jura
mento de fidelidad de los obispos de la provincia de Narbona. Dejó
por gobernador del país conquistado á Humberto de Beaujeu, y
marchó a Francia contando volver al siguiente año para dar cima
á la comenzada obra .
¡ Vana esperanza ! Al llevar la destruccion y la muerte al país
provenzal, se destruyó á sí mismo. Las fatigas y penalidades de la
guerra minaron su débil constitucion , la fiebre se apoderó de él
de tal modo , que al llegar á Montpensier no pudo seguir adelante ,
de modo que el ocho de noviembre de 1226 murió , dejando áa la
famosa reina Blanca de Castilla , la pesada carga de la tutela de su
bijo yУ de su corona .
Segun Mathieu de Paris, Luis no murió de la fiebre, sino de un
veneno que le dió el conde de Champaña, que amaba á la reina
Blanca con un amor carnal é ilícito , y que temia además la ven
ganza del Rey por su retirada del sitio de Aviñon .
La conducta posterior del conde no deja duda sobre el amor
que profesaba á la Reina , áa pesar de que ella tenia ya treinta y ocho
años y él apenas veinticinco. Guéntase que la Reina , aá pesar de su
edad , conservaba las gracias y el espíritu de su juventud , lo que es
plica la pasion que supo inspirar al jóven señor.
La ambicion de agrandar sus estados costó á Luis la reduccion
de su vida á breves años . Su muerte no salvó al Mediodía de las
garras de los inquisidores , á tal estremo lo habian reducido las
guerras; pero Luis no vió acabada la obra de iniquidad á que con
sagró en mal hora su poder .
CAPITULO XII .

SUMARIO.

Continuacion de la lucha . - Medidas del clero para poner en práctica las prescrip
ciones del concilio de Letran . - Destruccion de la campiña de Tolosa por los cru
zados . - Raimundo busca mediadores para dirimir la contienda . - Tratado de
Meaux . - Absolucion de Raimundo .- Imperio de la Inquisición en todo el Medio
dia de Francia . - Disposiciones del concilio de Tolosa en 1220. - Sentencia dada
por Santo Domingo de Guzman . - Muerte de Folquet. - Recompensas dadas á
Kaimundo VII por la Iglesia en premio de su sumision .

I.

Los disturbios que siguieron a la muerte del rey , y la debilidad


de la Francia feudal gobernada por una regente no aprovecharon
gran cosa á los estados del Languedoc, desanimados y devastados
por tantas guerras .
La lucha continuó , no obstante , y en el mismo año 1227. Rai
mundo VII , reconquistó á Rivas altas , ventaja contrabalanceada por
la pérdida del castillo de Becede , donde el arzobispo de Narbona у
Folquet de Tolosa, á quien los meridionales llamaban «el obispo del
diablo » unidos á Beaujeu, quemaron vivos gran número de hereges.
En marzo del mismo año un concilio provincial reunido en Nar
bona tomó diversas medidas para poner en práctica los mas rigo
rosos decretos del concilio de Letran . Contábanse entre otras el es
tablecimiento de « testigos sinodales, » especie de espías de la Inqui
sicion , en todos los pueblos : prohibicion a los escribanos de recibir
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 105
ningun testamento, sin la presencia del cura ó del vicario , para ase
gurarse de la fé del testador , y prescribieron a los judíos llevaran
sobre el pecho , como una marca inſamante , la figura de una rueda
>

amarilla .
La prolongacion de las turbulencias en Francia y la campaña de
1228 fueron favorables á los meridionales . Raimundo recobró á Cas
tel Sarrasin y muchos otros castillos; pero la Reina y el legado , alar
mados por los progresos del tolosano, hicieron cuanto estuvo en su
mano para reanimar el espíritu fanálico y aventurero bien caracte
rístico de la época , y lograron mandar á Beaujeu multitud de cru
zados mas furiosos que nunca .
El ejército católico marchó sobre Tolosa , y sin atreverse á ata
carla de frente , empezó por ejecutar un proyecto sugerido por Fol
quet para abatir el orgullo de los tolosanos. El trece de junio
de 1228 , las ricas campiñas que rodean á Tolosa , llenas de casas de
campo y de bellas propiedades y que generalmente estaban fortifi
cadas, fueron destruidas; pero no fueron solo los edificios: las mie
ses, los árboles, todo fué arrancado de raiz ; cegaron las acequias
y convirtieron las huertas y pequeños jardines, en medio de los que
se levantaba la reina de las ciudades del Mediodía, en un de
sierto inhabitable . En esto se ocuparon durante tres meses conse
cutivos .
Este vandalismo que parecia el remate de diez y siete años de
devastacion , sumergió al Conde y á los tolosanos en el mas pro
fundo estupor .
¿De qué les habia servido la muerte de Simon de Montfort , si
nuevos enemigos renacian sin cesar para renovar sus calamidades?
¿ Seria necesario combatir hasta que no quedase piedra sobre pie
dra ni alma viviente del Ródano á los Pirineos ? Al saber el abati
miento de los tolosanos, la reina Blanca y el legado del Papa creye
ron la ocasion favorable, y enviaron al Conde y á la ciudad proposi
ciones de paz .
Raimundo aceptó la mediacion del abad de Grandselve y del
conde Thibaud de Champaña, que nunca participaron de la saña
implacable de los barones franceses contra su familia , dándoles en
diciembre de 1228 plenos poderes, y él mismo fué à Meaux , ciu
dad del conde Thibaud , seguido del arzobispo de Narbona, de los
obispos de toda la provincia y de los capitulares de Tolosa, donde
los esperaban el legado y los prelados de Francia.
106 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

II .

Cuando las condiciones de la paz estuvieron arregladas, la Asam


blea se trasladó á Paris, á fin de que el jóven rey ratificara el tra
lado .
El Jueves Santo , 12 de abril de 1229 , el Rey , el conde Raimun
do VII , el legado del Papa Уy los prelados fueron al atrio de la Ca
tedral , ante la gran puerta, donde se leyó el acta de la pacifica
cion que el Conde juró observar .
« Las cláusulas eran tales , dice Guillermo de Puy Laurens, que
» cada una de ellas hubiera bastado como garantía ó rehenes , si el
» Rey se apoderara del Conde en el campo de batalla; y aun el Conde
»hubiera pasado por escesivamente despojado y maltratado . »
Raimundo prometió:
1. ° Perseguir en sus tierras y en las de los suyos á los hereges
perfectos, sus creyentes, fautores, y ocultadores, sin excluir sus pa
rientes, vasallos y amigos , y pagar dos marcos de oro á cualquiera
que prendiese un herege.
2. ° Guardar y hacer guardar por sus vasallos las sentencias de
excomunion, y confiscar los bienes de los que permaneciesen un
año excomulgados, para obligarlos á volver al seno de la Santa
Iglesia católica, apostólica, romana.
3. ° No nombrar ningun funcionario que no fuese católico , y
destituir los judíos Уy los sospechosos de heregía.
4. Tomar de manos del legado la cruz, é ir durante cuatro
años á combatir á Ultramar contra los infieles.
« El Rey, queriendo despues hacerme gracia , dará en matrimonio
mi bija que yo le remitiré á uno de sus hermanos, y me dejará toda
la diócesis de Tolosa ; pero despues de mi muerte , Tolosa y su dió
cesis pertenecerán al hermano del Rey que se case con mi hija y á
sus herederos, con exclusion de los otros que yo pueda tener; y si
mi hija muere sin posteridad , los dichos estados pertenecerán al Rey
У á sus sucesores . El Rey me dejará el Agenais , la Rovergue, la
parte del Albigeois que está al norte del Tarn y el Querci, sal
vo la ciudad de Cahors . Si yo muero sin otros hijos nacidos de
legítimo matrimonio, estos estados pertenecerán á mi hija , que
se casará con un hermano del Rey y á sus herederos . Yo cedo al
rey á perpetuidad todos los otros estados que poseo del lado acá
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 107

del Ródano, en el reino de Francia ; en cuanto al marquesado de


Provenza yo lo cedo á perpetuidad á la Iglesia romana. Yo arrasaré
hasta los cimientos los muros de Tolosa , y rellenaré sus fosos, y
haré lo mismo con otras treinta plazas y castillos . Como garantía
del cumplimiento de estos artículos entregaré al Rey el castillo Nar
bonés y otras nueve fortalezas que el Rey guardará durante diez
años . »

Raimundo se obligaba además áá pagar en cuatro años á la Igle


sia y al clero 10,000 marcos de plata y otros 10,000 al Rey , y á
mantener en Tolosa durante diez años doce profesores de teología ,
derecho canónico , etc. etc. á fin de dar a los estudios una direc
cion completamente católica .
Cuando Raimundo juró cumplir en todas sus partes este tratado
lan desastroso para él , fué introducido en la Iglesia ...
« Daba lástima, dice el cronista Laurens, ver á un hombre tan
»grande y que habia resistido durante tanto tiempo á naciones tan
»poderosas , conducido hasta el altar en camisa con las mangas re
»mangadas y descalzo . »
Allí el legado pontificio le concedió al fin la absolucion tan cara
mente comprada y le reconcilió con la Iglesia . Despues de esta ce
remonia, Raimundo prestó homenaje al Rey por los dominios que le
restaban .
De este modo se llevó a cabo la anexion à la Francia de las be
llas provincias del Mediodía, á costa de su prosperidad y de sus
artes y civilizacion , tan adelantadas y bellas relativamente á la épo
ca en que florecieron .
No queriendo asistir a la demolicion de aquellas fortalezas, testi
gos en otros tiempos de su gloria, Raimundo se constituyó volun
lariamente prisionero en el Louvre, hasta que su hija Juana, que
tenia nueve años y sus castillos hubiesen sido entregados al Rey .
Juana de Tolosa fué desde luego desposada con Alfonso de Francia,
tercer hijo de Luis VIII .

II.

El tratade de Meaux agravó extraordinariamente las desgracias


de los paises provenzales. La Inquisicion y la intolerancia mas cruel
no encontraron ya obstáculos en su omnimoda y sangrienta domi
nacion .
108 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Desde el mes de abril de 1229 , un real decreto ordenó la mas


severa aplicacion de los cánones del concilio de Letran en todos los
dominios adquiridos por la corona ,, y desde entonces el Languedoc
se vió entregado sin defensa á los agentes de la Inquisicion.
Cualquiera que hubiese ocultado ,, defendido ó favorecido á los be
reges no podia ser apto ni para dar testimonio, ni para poseer dig
nidad alguna , ni para testar, ni heredar: todos sus bienes muebles
ó inmuebles debian ser confiscados, y sus herederos legilimos no po
dian jamás recobrarlos.
En noviembre de 12 29, el legado del Papa, Roman de San An
gel , presidió en Tolosa un concilio, que tenia por objeto organizar
la Inquisicion.
Entre otras cosas atroces aquel concilió mandó que los obispos
nombrasen un sacerdote y dos ó tres seglares en cada localidad ,
que investigasen y descubriesen cuidadosamente los hereges y sus
fautores. « Deben visitar todas las casas de cada parroquia sin des
cuidar sótanos, sublerráneos ni bohardillas, y los escondrijos que
encuentren deben destruirlos, y á los hereges ó sus fautores que des
cubran les impedirán fugarse y los denunciarán inmediatamente al
obispo, ó al señor , ó á su bailío . »
« Los señores , por su parte, harán tambien registrar sus aldeas ,
las casas aisladas y los bosques. Si se le prueba a alguno que per
mitió á un herege vivir en sus tierras, las perderá, y su persona
será puesta á la disposicion de su señor para que haga justicia.
El bailío que no sea activo en descubrir los hereges, perde
rá sus bienes. La casa en que se descubra un herege, será demo
lida y confiscado el terreno. En cada parroquia se inscribirán los
nombres de todos los feligreses ; y los hombres desde la edad de ca
torce años y desde la de doce las mujeres, jurarán ante el obispo ó
sus delegados, renunciar a toda heregia y delatar a todos los he
reges. )
Este juramento debia renovarse cada dos años y el que se ne
gase á prestarlo seria reputado y tratado como sospechoso de he
regía.
Parece imposible que pudiera imaginarse nada mas terrible que
enseñar y prescribir como un deber religioso á muchachas de doce
y catorce años á delatar personas áa quienes costaria la vida su de
lacion .
Pero las prescripciones del concilio de Tolosa no lo son tanto
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 109

como las de Federico II . Este señor publicó un edicto en 1224 ,


por la mediacion de su canciller Pedro de las Viñas , en que man
daba, que los hijos de los hereges , hasta la segunda generacion ,
fuesen privados de todos los beneficios temporales y de todos los
empleos públicos, á menos que no denunciasen á sus padres. Es
te documento se encuentra en la historia eclesiástica de Fleuri,
tomo XVI , página 524 .
Continuemos la enumeracion de las prescripciones de los pre
lados reunidos en Tolosa .
« El que no se confiese y comulgue, al menos tres veces al año,
será considerado como sospechoso (el sospechoso se juzgaba como
culpable si no se justificaba en un año . ) Los hereges que se arre
pintiéran y se denunciaran á sí mismos espontáneamente, serian
libres; pero deberian llevar sobre sus vestidos dos cruces de color
diferente como signo de la sinceridad de su arrepentimiento. »
« Los hereges convertidos por temor de la muerte ó por otros
motivos interesados serán encerrados bajo la vigilancia del obispo . »
«Los seglares no podrán tener los libros del antiguo y del nuevo
Testamento, menos el breviario ó las horas de la bienaventurada
María, sino á condicion de que no estén traducidas en lenguaje vul
gar. »
Raimundo VII y sus principales barones asistieron al concilio, y
pasaron por todo lo que quisieron lo mismo que la municipalidad de
Tolosa .

IV .

Aquel concilio provincial, fué mas allá que el de Letran; pues


suprimió las garantías concedidas aun en aquellas edades de tinie
blas á los acusados; tales como el derecho de defenderse, careo con
los acusadores, pruebas , etc. etc.
La Inquisicion victoriosa se estableció en Tolosa, con las mismas
condiciones que mas tarde en España : el secreto mas riguroso , la
impunidad , el anónimo de las delaciones , la incomunicacion y to
dos los errores que han contribuido á producir el odio que inspira
semejante tribunal aun á los mas ardientes católicos.
La historia ha conservado aquellos monumentos engendrados
por el genio de la intolerancia. ¿Qué era, en efecto, la severidad de
Томо І. 47
110 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Santo Domingo de Guzman, comparada con la de los que le siguie


ron en tan funesto camino? Santo Domingo era blando y humano
cuando se le pone en parangon con el obispo Folquet y sus socios
de 1229. Y sin embargo , léase la siguiente sentencia impuesta por
el fundador de la orden de los predicadores á un herege expontá
neamente arrepentido, y cuya autenticidad es incontestable.
Sentencia dada por Santo Domingo de Guzman , contra Ponce
Roger. Este documento está extractado de Origine et progresso In
quisitionis.
«A todos los fieles cristianos á cuyo conocimiento lleguen las pre
»sentes letras, Fray Domingo, canónigo de Osma, el último entre
»los predicadores, salud en Jesucristo .
»En virtud de la autoridad del Sr. Legado de la Santa Silla Apos
»tólica , que estamos encargados de representar, hemos reconciliado
»al portador de estas letras, Ponce Roger, que abandonó, por la gra
»cia de Dios , la secta de los hereges ; y le hemos ordenado despues
»que nos ha prometido bajo juramento ejecutar nuestras órdenes ,
» que , tres domingos sucesivos , se deje conducir desnudo por un
»sacerdote que lo azotará con cuerdas , desde la puerta de la ciudad
»hasta la de la iglesia. Le imponemos igualmente por penitencia
»no comer carnes, huevos, queso , ni otro alimento alguno sacado
2

»del reino animal en toda su vida, esceptuando los dias de las pas
»cuas de Pentecostés y de la Natividad de Nuestro Señor , en los
»cuales le ordenamos que los coma en signo de aversion á su an
» tigua heregía ; hacer tres cuaresmas en el año , absteniéndose de
»pescado , aceite y vino tres dias en la semana durante toda su vi
»da, menos en caso de enfermedad y de trabajos forzados. De lle
»yar un hábito religioso, tanto por la forma como por el color , con
»dos crucecitas cosidas á cada lado del pecho; oir misa todos los
»dias , asistir á vísperas los domingos y las fiestas , recitar con pun
» tualidad el oficio del dia y de la noche y el pater noster siete ve
»ces durante el dia , diez por la tarde y veinte y cinco á media no
»che . Vivir castamente y enseñar una vez cada mes la presente
»carta al cura de Fereri, su parroquia, al cual ordenamos que vi
»gile la conducta de Roger, quien deberá cumplir fielmente todo lo
» que se le ordena, hasta que el Sr. Legado nos haga conocer su
» voluntad: Уy si eldicho Ponce falta á su juramento, ordenamos,
»que sea considerado como perjuro, herege y excomulgado ... )
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 111

V.

Uno de los efectos mas funestos del sistema tenebroso establecido


para los procedimientos inquisitoriales , fué el que poco á poco se
fuese adoptando por los otros tribunales en reemplazo del rudo , pe
ro leal sistema antiguo , fundado en la buena fe .
Los legistas reales que , antes de concluir el siglo xiii , reempla
zaron en los tribunales á los señores feudales, tomaron de los pro
cedimientos de la Inquisicion los mas bárbaros , odiosos y tirá
nicos .
La muerte del obispo Folquet en 1231 , no alivió la opresion que
>

sufrian Raimundo VII y sus antiguos estados. Un dominicano, com


pañero de Santo Domingo reemplazó á Folquet, y amenazado, ator
mentado por él y por el legado del Papa, Raimundo tuvo que ir á
Melum y dar al Rey nuevas garantías de su sinceridad en la perse
cucion de los hereges . Para librarse de una nueva excomunion y de
sus desastrosos efectos, tuvo que ayudar eficazmente, á los inqui
sidores convirtiéndose en esbirro , y haciendo actos odiosos que le
repugnaban . Su obediencia le fué recompensada con el marquesado
de Provenza , que el Papa Gregorio IX se dignó devolverle en 1234 ,
á condicion de jurar obediencia y prestar homenage á la corte pon
tificia. Además fué relevado del juramento de ir en peregrinacion á
la Tierra santa .
CAPITULO XIII.

SUMARIO.

Rigores de la Inquisicion . - Rehelion en Narbona . - Expulsion de los inquisidores


de Tolosa . - Excomunion de los tolosanos. - Suspension por el Papa de la Inqui
sicion de Tolosa . - Retoños de la heregia en diversos paises.- Los hereges de
Montvimer . - Nueva guerra on 1242 en el Languedoc . - Sumision de los rebeldes
al rey de Francia . - Último episodio de la guerra de los albigenses. - Destruccion
del castillo de Montseguir . - Quema de los hereges, de la señorita Esclarmonde
y del obispo Bertrand Martin .

I.

Las poblaciones de los antiguos estados de Raimundo no saca


ron ventaja alguna de la nueva posicion de su señor , á pesar de
que estaban tan sometidos como él al dominio de la Iglesia .
El Papa Gregorio IX dió mas fuerza á la Inquisicion, confiándo
la expresamente por decreto de 1233 á los dominicanos, y desde
entonces esta órden religiosa yy el tribunal no volvieron a separarse ,
hasta que el último se hundió bajo el anatema de la humanidad en
época no lejana.
Dos dominicanos recibieron en cada ciudad los poderes inquisi
toriales, lo que no impidió al episcopado rivalizar con ellos en celo
por el esterminio de los hereges .
El concilio provincial de Nimes, reunido en 1233 , autorizó á to
do individuo á detener, arrestar y entregar al obispo de su dióce
>

sis, cualquier persona que creyese sospechosa de heregía .


LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 113

El concilio reunido en Narbona, en 1235 , promulgó á peticion de


los frailes dominicos un reglamento , del cual extractamos los si
guientes pasages :
«Los hereges que de uno ú otro modo se han hecho indignos de
»indulgencia y que no obstante se sometan á la Iglesia , deben ser
pencerrados en un calabozo durante el resto de su vida; pero como el
vnúmero es tan grande, que no es posible construir casas para todos,
» podreis, en caso de necesidad , dispensarlos del encierro , hasta que
vel señor Papa sea ampliamente informado . En cuanto a los rebel
odes que reusen entrar ó permanecer en la prision , ó cumplir cual
»quiera otra penitencia , los abandonareis al juez secular, sin escu
»charlos mas , y del mismo modo tratareis á los relapsos .»
Como se ve por el párrafo precedente, la menor tentativa para
escapar, el menor descuido en el cumplimiento de las penitencias
impuestas por el tribunal eran castigados con la muerte .
Pero continuemos el extracto .
«Ningun hombre sospechoso puede ser dispensado de la prision , >

»por consideracion á su mujer, ni esta por la de su marido; ni los


»padres por los hijos , ni los hijos por los padres; ni nadie en fin
»por causa de los que de él dependen ; ninguno debe excusarse de
» sufrir el encierro por su edad , ni debilidad ú otras causas se
»mejantes ...
» Teniendo en cuenta la enormidad del crímen de heregía , deben
»ser admitidos á declarar contra los que de él sean 'acusados , para
»convencerlos , los malechores , los infames, y todos los que están
vexcluidos en justicia ... El que continue negando, cuando hay prue

» ba suficiente contra él por testigos, ó de otro modo, debe ser ca


vlificado sin vacilar herege impenitente , a pesar de todo cuanto
»haga para mostrar que se ha convertido. Guardaos por la volun
vtad prudente de la Silla . Apostólica de revelar los nombres de los
vtestigos.

II .

Con semejantes leyes, puestas en práctica por tales intérpretes,


nadie tenia segura su libertad ni su vida, por mas que fuese buen
católico .
El resultado de las violencias cometidas por los inquisidores y
114 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

sus secuaces , fué provocar una rebelion á mano armada, inspira


da por la desesperacion , mas que por la esperanza del triunfo, en
aquel país aniquilado y devastado por tan sangrientas guerras, si
tiosy matanzas .
La violencia engendra la violencia , y los tolosanos recurrieron al
puñal para deshacerse de espías y delatores; de verdugos y des
pojadores.
En marzo de 1234 , se sublevó el arrabal de Narbona á causa de
las exigencias del prior de los dominicos, que quiso llevar preso á
uno de los principales ciudadanos. En vano el arzobispo y el viz
conde de Narbona intervinieron para hacer cesar la rebelion : la
gente del arrabal los arrojó yу arrostró impávida la excómunion lan
zada contra ellos por el arzobispo, y los ataques á mano armada
de sus enemigos .
Los cónsules del arrabal escribieron a los de Nimes pidiéndoles
auxilio, y les decian entre otras cosas : « Los inquisidores no piensan
»mas que en apoderarse de los ricos, sean ó no hereges; y sin to
» marse la pena de sentenciarlas , han hecho morir á varias personas
» en los calabozos . »
Una rebelion violenta tuvo tambien lugar en Albi, a causa de la
violencia del tribunal de la Inquisicion .
En Tolosa, cuarenta dominicos no se daban hora de reposo en el
descubrimiento y condena de hereges, supuestos ó verdaderos, y en
su furor, ni la tumba respetaban: formaban procesos á los muer
tos, los condenaban por las heregias que hubiesen cometido en vi
da, quemaban los huesos y confiscaban los bienes despojando a sus
legítimos poseedores , aunque hubiesen ya pasado por herencia ó
venta á muchas manos .
Al fin, la indignacion pública se manifestó, y no por medio de
asonadas como en Narbona , sino por la intervencion legal de la mu
nicipalidad , que intimó á todos los inquisidores y frailes dominicos
saliesen de la ciudad ó «cesasen en todas sus persecuciones y proce
dimientos . »
Los dos inquisidores Guillermo Arnaud y Pedro Cellani y los otros
treinta y ocho frailes dominicos del convento de Tolosa, salieron
procesionalmente de la ciudad , con el obispo que habia sido de su
órden , y todos los capellanes y curas de las parroquias .
Algunos dias despues , el 10 de noviembre de 1235 , la excomu
nion fué lanzada contra los tolosanos , y aunque estaba ausente el
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 115

conde Raimundo, fué incluso en el entredicho. En la alternativa de


sostener á los tolosanos ó á los inquisidores, el Conde se decidió por
lo último: hízolos volver, y á este precio alcanzó que la excomunion
le fuese alzada, aunque no lo obtuvo sino despues de mucho nego
ciar.
Por sus actos posteriores , parece que la corte de Roma compren
dió el peligro de dejar carta blanca á los inquisidores , que espar
cian en el Mediodía la desesperacion y el ódio contra la religion de
que se suponian defensores, y en 1237 , el legado del Papa , para tem
plar el rigor escesivo de los frailes dominicos, que desempeñaban
las funciones de inquisidores, mandó que áa cada uno de estos se le
agregara un fraile franciscano, « que debia templar su rigor por su
»mansedumbre ; » y despues , por una orden de la corte de Roma, se
suspendió , á instancias de la municipalidad , la Inquisicion en Tolo
?

sa. ¿A qué estado no deberian haber llegado las cosas para que esta
medida fuese adoptada ?

IU .

Si el Languedoc se sublevaba todavía, no era en verdad inspira


do por los hereges, sino excitado por la mas violenta de las tiranías.
La heregía habia sido ahogada en aquel pais en torrentes de sangre ,
y sus restos , reducidos á algunos perfectos, se ocultaban á la sana
de sus enemigos en las asperezas de las cavernas y de los Pirineos,
mientras los valdenses se refugiaban en los valles de los Alpes, de
donde procedian , y donde los hemos visto perpetuarse hasta nues
tros dias á pesar de las persecuciones.
Despues de tantos esfuerzos, solo se habia conseguido cortar una
rama de la heregía : el tronco subsistia aun en pié entre el Danubio
y el Adriático, en los paises eslavos y la Bulgaria, y sus retoños
crecian con rapidez amenazadora en la misma Italia .
El papa Gregorio IX descubrió en Roma numerosos sectarios, y
supo con horror que la heregía se propagaba en el norte de Ale
mania, infestando distritos enteros de la baja Sajonia y de la Frisia
oriental, que se negaban á pagar el diezmo y arrojaban á los sa
cerdotes y á los frailes . En 1233 el Papa hizo predicar en Alema
nia y en Bélgica la cruzada contra hereges, á quienes llamaban Sta
116 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dingen, del nombre de la ciudad de Stade , situada sobre el bajo


Elba .
Multitud de ellos fueron quemados vivos ; pero el grueso de los
Stadingen se atrincheró en los pantanos del bajo Weser y sostu
vieron el choque de los cruzados ,, hasta que agoviados por el nú
mero de sus enemigos murieron todos combatiendo con heróico
valor .

IV .

Los frailes dominicos y franciscanos descubrieron y entregaron á


los últimos suplicios , en 1236 , muchos hereges llamados Pate
rinos y Búlgaros , en Flandes y en el norte de Francia . Un fraile do
minico, llamado Roberto , y por apodo el Búlgaro, porque habia
participado de la misma heregia de que fué perseguidor encarniza
do, y hasta ocupado un puesto entre los perfectos maniqueos, llegó
á ser el azote de sus antiguos correligionarios. Jactábase de que
solo en dos o tres meses , por su ministerio, cincuenta hereges ha
bian sido quemados ó sepultados vivos . Llamábanle el Martillo de
los hereges .
Mathieu de Paris dice , « que envolviendo a los inocentes y á los
» simples en el suplicio de los culpables, abusó de tal manera de su
» poder, que concluyó por ser condenado á prision perpétua . »
En 1239 tocó su turno á la Champaña. En Montvimer hubo
una espantosa carnicería .
Ciento ochenta y tres maniqueos fueron quemados vivos en pre
sencia de Enrique de Braine, arzobispo de Reims, que los habia
perseguido con saña , y del conde Thibaud , que sin duda sentia en
el fondo de su alma no poderlos salvar . Diez y siete obispos y mas
de cien mil personas asistieron á tan espantoso sacrificio de vícti
mas humanas, entre las que solo se encontraba uſ. perfecto. Todos
se hicieron absolver por aquel prelado al pié de la hoguera, y hom
bres y mujeres, murieron heróicamente , segun cuenta Raquet , en
los Anales Eclesiásticos de Chalons.
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 117

V.

Tantas crueldades irritaron los ánimos, y una insurreccion estalló


en el Languedoc en mayo de 1242 , aprovechando la oportunidad
de la guerra que á la sazon sostenia el rey de Francia contra los
ingleses.
Los condes de Foix , de Armagnac, de Comminges, de Rhodes y
otros, reunieron sus hombres de armas á las milicias tolosanas:
Trencavel el desheredado llegó por el Rosellon con sus proscritos , y
se entregaron á sangrientas represalias.
El inquisidor Guillermo Arnaud, famoso por los actos rigurosos que
habia cometido en Tolosa , tenia establecido su tribunal en Abigno
net, no lejos de San Papoul. El bailio , que representaba al conde
Raimundo en dicho pueblo , introdujo secretamente a los hereges,
que habian encontrado un refugio en el castillo inaccesible de Mont
segur, y degollaron con sus hachas al inquisidor Arnaud, á otros tres
frailes dominicos , dos franciscanos y siete familiares del santo ofi
cio, entre los que se contaba un archidiácono de Tolosa.
Pocos dias despues , el conde Raimundo y sus aliados entraron
por las tierras cedidas al rey de Francia : Albi, Minerva, Nimes y
Rasez se sublevaron : el vizconde de Narbona entregó su ciudad á
Raimundo VII, y el arzobispo se refugió en Bezieres, desde donde
lanzó una escomunion contra Raimundo y sus aliados, el 21 de
julio.
La derrota de Enrique III de Inglaterra en Saintes y la marcha
triunfante de los franceses sobre la Gironda desconcertaron a los
meridionales: su empresa empezó á parecerles irrealizable y no en
contrándose sostenido, Raimundo VII tomó el partido de ir á Bur
deos para estrechar mas los lazos de la coalicion con los ingleses,
que la ocupaban ; pero volvió con menos esperanzas que sacó de su
pais.
Un concilio galicano reunido en Paris decretó, que se destinase
el cinco por ciento de todas las rentas eclesiásticas para atender á
los gastos de una nueva cruzada contra los albigenses, y que dos
cuerpos de ejército marchasen sobre Tolosa.
Cuando estas noticias llegaron al mediodía , empezaron áá mani
festarse las defecciones .
Tomo I, 18
118 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.

El conde de Foix, hijo y sucesor del mejor amigo de Raimundo


VII, renunciando á la soberanía del condado de Tolosa, se declaró
vasallo inmediato del rey de Francia. El desaliento fué universal.
Raimundo se entregó á la merced del rey Luis IX, con los aliados
que le quedaban fieles , prometiendo esterminar los hereges y cas
tigar a los asesinos de los inquisidores .
Luis les concedió su gracia, y Raimundo cumplió su palabra: los
hereges fueron esterminados .

VI .

La campaña de 1242 terminó la larga lucha emprendida so pre


texto de religion, con ventaja de la monarquía y de la Iglesia cató
lica que pudo á mansalva perseguir los hereges. El conde Raimun
do fué perdonado por el Papa y el Rey ; mas no sucedió lo mismo
á sus vasallos.
« Intimad, dijeron los obispos del Mediodía, reunidos en un con
cilio al comenzar el año de 12/4 en Narbona, á los inquisidores ;
>

intimad á los hereges y á sus fautores, que habiéndose acusado á sí


propios no han sido presos, que lleven dos cruces amarillas sobre sus
vestidos, que se presenten todos los domingos á sus curas - párrocos
durante la misa, entre la epístola y el evangelio , llevando desnuda
una parte de su cuerpo y un látigo en la mano para ser azotados
con él ... Estos penitentes visitarán el primer domingo de cada mes
las casas donde trataron ó conocieron a los hereges y se azotarán .
Se construirán cárceles para encerrar por toda su vida á los que se
han convertido despues de arrestados. Como hay pueblos en los
cuales el número de los que deben ser encerrados es muy grande,
tanto que no se encuentran bastantes materiales para construir las
cárceles necesarias , aconsejamos á los inquisidores que esperen so
bre esto las órdenes del señor Papa. »

Vil .

Todavía poseian los hereges un asilo donde se encontraban al


abrigo de las persecuciones: este era el castillo de Montsegur, en
las gargantas de los Pirineos , sobre una empinada roca poco menos
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES . 119

que inaccesible, en la extremidad meridional del condado de To


losa.
Allí se habian retirado los señores proscritos de Mirepoix y de
Peyrele yУ muchos otros caballeros despojados de sus dominios, y
cerca de doscientos hereges vestidos, es decir , declarados públi
camente como tales hereges con su obispo Bertrand Martin .
Desde aquel nido de águilas, los caballeros desheredados se ar
rojaban contínuamente sobre la llanura , arrollando con sus deses,
peradas acometidas á los señores extrangeros y á los que los ha
bian proscrito. Durante la ausencia del conde Raimundo, el arzo
bispo de Narbona , el obispo de Albi y el senescal francés de Car
casona resolvieron destruir «aquel público refugio de todos los ma
» lechores, de todos los enemigos de Dios, y fueron a destruirlo
»

seguidos de fuerzas considerables .


Los sitiados hicieron heróica resistencia, hasta que una banda
de montañeses armados escalaron de noche las rocas escarpadas
que protegian y dominaban el castillo .. Entonces se rindió la guar
nicion, estipulando la vida para los hereges que consintiesen en
convertirse.
5 Los albigenses , tanto hombres como mujeres, no quisieron con
servar la vida á tal precio .
Encerráronlos en un vayado , y los quemaron á todos con su obis
po y la noble doncella Esclarmonde de Peyrele , hija de uno de los
señores de Montsegur. Aquellos horribles sacrificios, que segun
el cronista Laurens tuvieron lugar en marzo de 1211, terminaron la
guerra de los albigenses, despues de treinta años de espantosas ca
lamidades. Los perfectos habian perecido ó desaparecido; la fé de los
creyentes, como se calificaban á sí propios , no pudo resistir á tan
rudas pruebas , y el número de los maniqueos disminuyó tan rápi
damente , que , segun una relacion del inquisidor Reinerus , herege
convertido, en 1250 no se encontraban ya mas que doscientos im
penitentes en todo el Languedoc .
Sin embargo , durante un siglo no faltó á los inquisidores pasto
que dar á las llamas , so pretexto de maniqueismo .
120 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VIII .

Habíanse tambien esparcido los maniqueos por Italia, donde fue


ron , como en el resto de las cristiandad, perseguidos á muerte,
confundidos con los otros sectarios reformadores. En 1230 el Po
destá de Plasencia hizo quemar vivos gran número de ellos .
La misma Roma no estaba libre de hereges, y el papa Grego
rio IX recurrió al hierro y al fuego para purgarla de sectarios. Co
mo estos encontraban protectores, el Papa mandó que los oculta
dores y encubridores de hereges fuesen castigados con la misma
severidad que estos.
La sentencia de excomunion que lanzó con este motivo Su San
tidad era mucho mas severa que las que contra los hereges lanza
ron sus predecesores y los Concilios en épocas diversas.
Segun esta sentencia , todo aquel á quien alcanzaba era conside
rado infame y muerto civilmente ipso facto, entendiéndose por esto
que no podia ser admitido como testigo ante los tribunales, ni he
redar, ni hacer testamento, ni ser juez, ni proteger a sus clientes
como abogado, ni los escribanos debian admitir sus escrituras, ni
validar sus contratos.
El juez que admitiese sus reclamaciones contra cualquiera que
le hubiese ofendido ó que le debiera, perdia su empleo. El abogado
que le defendiera no seria ya admitido ante los tribunales. Los sa
cerdotes no podian administrarles los sacramentos, aunque estuvie
sen enfermos, ni concederles sepultura si morian . Bajo pena de in
currir en esta excomunion, debian denunciar á los hereges, para
que sufrieran las penas impuestas ellos y sus hijos hasta la segun
da generacion inclusive.
Estos rigores no bastaban para extinguir la heregia.
En 1233 el famoso fraile Juan de Vicenza , que, segun Gerard
Mauriemes su historiador, resucitaba los muertos, hizo quemar se
senta paterinos , hombres y mujeres en tres dias .
Segun la Crónica de Verona , eran los mejores ciudadanos de la
villa .
En la misma época, el Podestá de Milan , primero que arrastró
los hereges al suplicio en la capital de Lombardia , mereció que,
LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES. 121

despues de su muerte, se perpetuara el celo con que esterminaba


los cathari en una inscripcion grabada en su tumba .
En el Norte de Italia , y sobre todo en los paises eslavos del Da
nubio, en Bulgaria persistió el maniqueismo á pesar de las perse
cuciones , hasta el siglo xv , desapareciendo bajo la presion de la
conquista musulmana ; y en Italia absorvida por las otras sectas
religiosas, protestantes y cismáticas , que se han perpetuado hasta
nuestros dias en Europa.
El maniqueismo murió como idea falsa al influjo de otras y no por
el hierro y el fuego, ni por los tormentos y las conquistas; y las
crueldades cometidas para arrancar el error de las inteligencias re
cayeron sobre las cabezas de los que las cometieron . Si la heregia
desapareció por la violencia de algunos lugares, reapareció mas
tarde en naciones enteras; y los reyes de Francia que por agrandar
sus estados se hicieron los instrumentos de la persecucion , han te
nido despues, para conservar su trono, que admitir como derecho
en sus súbditos la libre práctica de las heregías y falsas religiones
antes proscritas, haciéndolo reconocer y sancionar en sus concor- ,
datos.
.
LIBRO SEGUNDO .

LOS JUDÍOS.

330-1863 .
LIBRO SEGUNDO.

LOS JUDÍOS.
330-1863 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO .

Paciencia de los judíos para sufrir las persecuciones. - Fuerza pasiva de los ju
dios para perpetuar y estender su raza . - Llegada de los judios á España y pri
meras persecuciones que sufrieron . - Birbaras leyes promulgadas contra ellos .
-La guerra contra los moros fue favorable å ellos.

1.

No ha existido ni parece probable pueda existir pueblo alguno


sobre la faz de la tierra que haya resistido ni fuese capaz de resis
tir las persecuciones crueles que padecieron los judíos, en el largo
periodo de mas de dos mil años que cuentan de historia. El tipo
primitivo de su raza, el idioma, carácter, traje, usos y costum
bres, todo lo han conservado pasando al través de los siglos y de
vicisitudes sin cuento , de persecuciones á cual mas horrorosas,
viviendo en medio de pueblos en que todo les era adverso, opuesto
y contrario y estendidos cual granos de movediza arena en todas
las latitudes de la tierra .
Tomo I. 19
126 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Los judíos vencidos, perseguidos, maltratados, inermes se han


conservado y salido incólumes de las catástrofes y cataclismos so
ciales mas espantosos .
Las razas y pueblos mas arrogantes , los mas preponderantes
imperios, que pretendieron aplastar y esterminar á los judíos con
9

todo el peso de sus fuerzas, bajo el doble impulso de su orgullo y


de su ódio , han pasado y desaparecido cual rápidos metéoros de
jando solo ruinas que atestiguen su paso por la tierra, mientras los
judíos han resistido las tempestades é inundaciones saliendo con
mas vitalidad de los abismos en que los fuertes y poderosos se su
mergieron .

II .

Industriosos, especuladores y comerciantes fueron desde su ori


gen los judíosуy han seguido siéndolo de generacion en generacion
hasta nuestros dias .
Los judíos fueron y son en todas las naciones , en todo el mundo,
los mas grandes capitalistas; y los reyes y emperadores cristianos
tuvieron Уy tienen que recurrir á ellos , en cuyas manos están la pros
peridad, la paz y la guerra y por tanto la política y la suerte del
mundo civilizado .
Los ministros y los representantes de los reyes y emperadores,
lo mismo de la católica España que de la cismática Rusia y de la
cristianísima Francia, tienen que hacer antesala á los banqueros
judíos, quienes abriéndoles ó cerrándoles sus arcas han hecho subir
y bajar gobiernos , sostener reacciones y provocado revoluciones,
y los mismos Papas que los anatematizan han tenido que servirse
en las vicisitudes por que han pasado del oro que les ban prestado
los judíos . ¿Quiénes son hoy mismo los reyes de la banca y de la
especulacion ? Rostchild , Pereire , Mirés, todos judíos .
El padre de los archimillonarios Rostchild actuales era un po
bre y oscuro comerciante aleman , y en medio siglo entre padre é
hijos han acumulado por la especulacion un capital de seis milmi
llones de reales , que no lo tuvo nunca igual el mayor potentado de
la tierra. No hay nacion , empezando por España , que no sea su
deudora .
LOS JUDÍOS . 127

Y si en las épocas de tinieblas por que las sociedades humanas


han pasado, épocas de opresion , de intolerancia , de bárbaro fana
tismo en que los judíos eran despreciados y perseguidos de muerte,
saqueados y despojados de sus bienes, han sabido perpetuarse, con
servar su religion , su idioma y todos los rasgos distintivos de su
raza y acumular riquezas sin cuento , ¿ cuál no será su porvenir en
la era de civilizacion , de cultura y de tolerancia , de respeto á to
das las creencias , que parece empieza por ventura á lucir para el
mundo civilizado ?
La bajeza y la astucia que los distingue no puede ser conside
rada como innata en ellos , siquiera hayan llegado a formar una se
gunda naturaleza.
Las persecuciones y el ódio de que los judíos han sido víc
timas , la conciencia de su propia debilidad y el miedo de verse
despojados por la fuerza trasmitido de una en otra generacion , son
las causas producentes de estas repugnantes faces del carácter del
pueblo judío.
Siglos de respeto a la personalidad humana garantizado por las
leyes y encarnado en las costumbres, son necesarios para que
desaparezcan estos vicios que las desgracias engendraron en el pue
blo de Israel.
Vamos entretanto á referir sumariamente el largo catálogo de
sus vicisitudes,
víctimas
de sus cruentas persecuciones Уy los crímenes de que
han sido .

IV .

Dispersados los judíos sobre la tierra despues de la destruccion


deEspaJerusalen
ña
por Tito, gran número de hebreos se refugiaron en
.
El primer dato que justifica su establecimiento en la península
ibérica es ya una muestra de las persecuciones que empezaron á
sufrir;asíresulta del cánon cuarenta y nueve del concilio de llibe
ris,celebrado por los años 300 y 301 de nuestra Era, que dice así::
128 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

« Se advierte á los dueños de haciendas, que no permitan á los


»judíos bendecir los frutos que Dios les dá para no hacer supérflua
» nuestra bendicion .
» El clérigo ó fiel que coma con los judíos , deberá ser alejado de
»la comunion para que se corriga .»
El mismo concilio llegó hasta prohibir toda relacion con los is
raelilas.
El tercer concilio de Toledo prohibió á los judíos desempeñar
empleos públicos, casarse con cristianas ni tomarlas como barra
ganas ó esclavas . Obligáronles á vivir desde entonces en barrios
separados , que recibieron el nombre de Juderías.
El cuarto concilio de Toledo ordenó, « que se quitaran los hijos
»á sus padres para instruirlos en la religion cristiana, » concedién,
doles la irrisoria declaracion , de que « los judíos no podian ser
>

» obligados á creer por fuerza . » Pero el año 620 , Sisebuto lanzó


>

un edicto forzando á los judíos á abrazar la religion cristiana , so


pena de salir de la península. Los que se negaron á recibir el
bautismo sufrieron penas y suplicios atroces; entre otros el de ar
rancarles el cabello , con toda la piel del cráneo, el de azotarlos y
por último confiscarles sus bienes.
Muchos de ellos abandonaron á España y se refugiaron en las
Galias, ocupadas en parle por los francos . Mas de noventa mil se
convirtieron , ó al menos consintieron en recibir el bautismo para
librarse de las persecuciones. A la muerte de Sisebuto , la mayor
parte se apresuró á volver á su religion primitiva
En honor de San Isidoro, arzobispo de Sevilla, gran cronista de
aquellos tiempos, debemos decir que condena las violencias de Si
sebuto , de la manera mas enérgica al par que digna de un hóm
bre humano.
«« Sisebuto, dice San Isidoro, no obró en su piadoso celo , se
» gun la prudencia, y obligó por la violencia á los que debia per
»» suadir por el razonamiento . »
Toda accion violenta va siempre seguida de una reaccion , y esto
>

sucedió entonces en España, respecto á los judíos , a la muerte de


Sisebuto .
El sexto concilio de Toledo, celebrado el año 633 , se mostró
mas humano con ellos , prohibiendo que se les obligase á creer por
fuerza. Esta tolerancia no duró, sin embargo, mucho tiempo : los
padres del concilio declararon de nuevo : « que los hijos de los ju
LOS Judíos . 129

»díos deberian ser separados de sus padres , si estos querian cir


» cunscidarlos , y en todo caso , para educarlos en la fé cristiana . Que
» eljudio bautizado no tendria ningun trato con los judíos infieles,
»so pena de ser azotado y vendido por esclavo , y por último, que
»serian excluidos de todos los empleos . )

V.

El año 637, no solo se pusieron en vigor todos los cánones de los


concilios precedentes contra el pueblo judío, sino que se decidió que:
« En adelante á ningun rey se le daria posesion del trono, sin que
»hubiera jurado expresamente no favorecer á los judíos, ni aun per
» mitir á ninguno que no fuese cristiano vivir libremente en el reino. »
Esta disposicion del concilio prueba bien claramente que aque
lla era una sociedad teocrática , puesto que el poder residia en el
clero, y que los reyes eran únicamente los ejecutores de sus volun
tades soberanas.
Diez y siete años despues del edicto de 637 , los israelitas diri
gieron una peticion al rey Recesvinto, para que les permitiera: «no
»» comer carne de puerco, porque sus estómagos no estaban acostum
» brados á ella y no podian soportarla.» ¡ La tiranía se ejercia hasta
en los alimentos ! Afirmaban además que no era por escrúpulos de
conciencia , y ofreciar como prueba de su buena voluntad, tomar
otros alimentos guisados con manteca de puerco . El rey accedió á
la peticion , dejándolos en libertad de no comer tocino.
Como sucede generalmente, la intolerancia y las persecuciones ,
convierten en conspiradores á los que las sufren . Así los judíos de
España, viendo que los que se habian refugiado al otro lado del es
trecho de Gibraltar vivian en paz, mediante un impuesto moderado,
se entendieron con ellos , para que indujeran a los árabes á con
quistar España , ofreciéndoles ayuda á condicion de que les deja
sen practicar libremente su religion. Seguro es que los judíos, de
suyo pacíficos, no se hubieran metido en tales empresas , si los es
pañoles hubieran respetado sus creencias y costumbres en lugar de
someterlos á duras vejaciones.
Descubrió el rey el complot, y en el concilio décimoséptimo de
Toledo, presentó una memoria exponiendo la necesidad de arrojar
de España á los judíos. Esta medida pareció a los padres del con
130 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cilio demasiado benigna , y decidieron «que todos los israelitas se


» rian vendidos como esclavos y sus bienes confiscados.)
Quitáronlęs los hijos menores de siete años para educarlos en la
religion cristiana, mas no por eso lograron concluir con el ju
daismo .
La persecucion disminuyó al ocupar Witiza el trono por muerte
de su padre . El nuevo rey convocó un concilio que, bajo su in
fluencia, revocó los decretos dados anteriormente contra los judíos ;
pero los escritores eclesiásticos no quisieron reconocer su legalidad .
Aquel concilio no se contentó con devolver la libertad á los is
raelitas , sino que pretendió reformar las costumbres asaz corrom
pidas del clero de su época .
Apenas hacia dos años que D. Rodrigo ocupaba el trono de To
ledo , cuando los moros invadieron la Penítsula, por la traicion del
conde D. Julian y del obispo D. Opas; y desde entonces comenzó .
para los judíos una nueva era , cambiando de dueños , pero nó de fa
náticos opresores, siquiera los musulmanes fuesen con ellos mas
tolerantes que los cristianos .

vi .

Permitieron los moros á los judíos practicar su religion , y gra


cias a la prodigiosa actividad de que están dotados , dieron gran im
pulso al comercio, contribuyendo eficazmente al desarrollo de la
prosperidad de la España musulmana.
Distraidos en parte de su odio contra los israelitas , con la por
fiada lucha de la independencia sostenida contra los moros , los cris
tianos se ocuparon menos que antes de los judíos , y estos pu
>

dieron trabajar y comerciar mas libremente y con no pocas venta


jas ; porque los cristianos despreciaban estas ocupaciones que les
dejaban abandonadas , consagrándose exclusivamente a la milicia y
á la iglesia , únicas profesiones que consideraban nobles y verdade
ramente dignas de ellos . De aquí resultaba el empobrecimiento de
los cristianos y las riquezas de los judíos y un odio profundo de
aquellos contra estos .
Consagrábanse tambien los judíos al estudio de las ciencias, y sus
progresos fueron tales, que los cristianos ignorantes y crédulos de
LOS judíos. 131

aquellos tiempos, los acusaban de brujos y nigrománticos. En con


cepto de tales quemaron gran número de judíos el año 845 .
1 Para formarse una idea del desprecio que inspiraban á los cristia
nos , baste decir que en el privilegio concedido en 1091 á los Mozá
rabes por D. Alfonso el VI , autoriza en una de sus cláusulas, á estos
moros convertidos al cristianismo, á que en caso de que roben ó ma
ten á un judío , no pague mas que la quinta parte de la multa ordi
naria. Este rey , conquistador de Toledo , concedió no obstante , lo
mismo á los israelitas que á los moros que se le sometieron en gran
número, el derecho de practicar su religion y de regirse por sus
leyes especiales ; pero el Papa Gregorio VII , protestó enérgicamente
contra la tolerancia con que el rey de España tralaba á los judíos.
En la pragmática de Sepúlveda, dada quince años antes por el
1
mismo Alfonso VI , la pena impuesta al asesino de un judío era una
multa de cien maravedís . En cuanto al judío que mataba á un cris
1
tiano, sufria la pena de muerte , confiscacion de bienes , y otros
>

castigos impuestos a sus hijos y á toda su familia; pero en aquella


época sufrieron los judíos en toda Europa tales persecuciones, que
bien merecen los honores de un capítulo aparte .

1
CAPITULO II.

SUMARIO.

Destruccion por los musulmanes del sepulcro de Cristo en 1009 ,-Consecuencias


funestas para los judios de Occidente . - Calunnias contra los judios de Orleans.
-Persecuciones en toda Europa . - Proteccion que les prestó el Conde de Sens.
Bárbaras costumbres de los cristianos . - Crueldades cometidas en Toledo.
Establecimiento de los mas sabios judíos del Oriente en la España musulmana .
-Proteccion dispensada por Alfonso el Sabio á los judíos. - Las tablas Alfon
sinas.- Prosperidad y acrecentamiento de los judios.

I.

Destruyeron los musulmanes en 1009 y 1010 el santo Sepul


cro de Jerusalen , y la noticia llenó de consternacion é indignó pro
fundamente á la Europa cristiana. Pero el califa Hakim , perpetra
dor de tal sacrilegio, estaba demasiado lejos y era muy poderoso
para hacerle fácilmente pagar como merecia la destruccion del se
pulcro de Jesucristo á que su ciego fanatismo le habia en mal hora
inducido .
La saña de los cristianos buscó en torno suyo víctimas fáciles de
inmolar en que saciar su espíritu de venganza, y las encontró en
los judíos, que no habian destruido sepulcro alguno. Mas ¿quién
pide al furor de los fanáticos raciocinio , justicia ni lógica? ¡ Con ra
zon pintan ciego al fanatismo ! ¿No habian los antepasados de los
judíos mil y pico de años antes crucificado barbaramente al Reden
tor del mundo?
LOS Judíos . 133

¿No profesaban distinta religion que los cristianos, perseverando


en rendir culto á Dios, segun lo aprendieron de sus mayores? ¿Pues
qué mas razones eran necesarias para hacerles pagar la culpa de
los mahoinetanos de Oriente , que, y sea dicho entre paréntesis, lo
mismo exterminaban judíos que cristianos , y no respetaban mas
las sinagogas que las iglesias? Además los judíos eran gentes pa
cíficas, tan inofensivas é indefensas como guerreros y temibles los
musulmanes, yy esto bastó para que, precipitándose sobre ellos en
toda la cristiandad , los saquearan y degollaran sin piedad , en ma
sa, hombres, mujeres y niños .

II .

Por absurdos, no se desecharon los pretextos . En Francia hízo


se correr el rumor de que los judíos de Orleans, que eran por cier
to muchos y ricos , habian escrito al califa Hakim , excitándole á
destruir el templo de Jesus en Jerusalen . Como si los mahometanos
necesitasen tales recomendaciones para destruir cuantos templos de
infieles, que así llaman ellos a los que no profesan la religion de
Mahoma, habian á las manos ; y como si fuese justo exterminar á
todos los judíos de Europa, porque algunos de los que vivian en Or
Jeans hubiesen escrito la supuesta carta.
He aquí como Glaber cuenta este suceso, que tampoco honra á
los cristianos de aquella época:
«Cuando se divulgó este secreto en el universo , los cristianos
>

» resolvieron de comun acuerdo que expulsarian de sus estados Y


» ciudades a todos los judíos sin dejar uno solo . De estos miserables
» unos fueron expulsados y desterrados ; otros asesinados , arrojados
vá los rios, ó ejecutados con suplicios diversos: para escapar de las
vatrocidades que con ellos hacian , muchos se mataron con sus pro
» pias manos , de suerte que , despues de la justa venganza en ellos
vejercida, apenas quedaron algunos para contarlo en el mundo ro
mano .

»Un decreto de los obispos prohibió á todo cristiano que tuvie


»se relaciones con tales infieles, á menos que no abjurase antes las
» prácticas del judaismo . »
La Europa cristiana se dispuso á la conquista de la Palestina, ó
Tierra Santa de los cristianos, y para hacerlo dignamente , se entre
Tomo I. 20
134 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tuvieron en esterminar los judíos de Europa . La matanza fué gene


ral . Solo en Francia pasaron de cien mil los asesinados . Los anales
de aquella época están llenos de persecuciones y matanzas en ma
sa . En muchas ciudades los judíos se refugiaron en las iglesias, pen
sando así escapar á una muerte atroz: ¡ vana esperanza! Al pié de
los altares, en el templo mismo fueron degollados .
Para salvar la vida no tenian otra alternativa que dejarse bauti
zar . El cronista Bouquet , gran católico , lo refiere en las siguientes
palabras :
« Los cristianos corrieron sobre los judíos , por todas partes don
» de sabian que podian encontrarlos, y los forzaron á creer en
» Dios. Todos los que quisieron creer fueron bautizados , los que no
»quisieron fueron muertos y mandados á los diablos . »

III .

Aunque la persecucion fué general , algunos judíos de Francia


hallaron amparo en un caballero cristiano , señor feudal, llamado
Regnard, conde de Sens, el cual les vendió su proteccion á peso
de oro , y segun el mismo Glaber, citado antes, el conde era « uno
de esos espíritus sin freno y sin fé, enemigo de los clerigos , y ateo
» por instinto , semejante en esto a muchos piratas normandos y ta
2

»les como suelen encontrarse entre los barones, que son los peores
» entre los tiranos feudales: el conde Regnard, opresor de sus vasa
»llos cristianos , no se apiadaba sino de los judíos ricos , y se hacia
»] lamar el rey de los judíos. »
Entretanto que el conde de Sens judaizaba de esta manera, el
clero aconsejó al rey Roberto, que no dejase impune por mas tiem
po tamaño escándalo tan perjudicial á la fé, y que reuniese á la so
beranía de la corona la baronia de la gran ciudad de Sens, para bien
de la religion . El rey Roberlo no se hizo el sordo á tales insinuacio
nes puesto que veia el medio de acrecentar su poder aumentando sus
estados y vasallos , y envió sus tropas para arrojar de sus estados al
protector de los judíos .
Apoderáronse de Sens , los soldados del rey Roberlo, asesinaron
á diestro y á siniestro judíos y cristianos, violaron donc ellas y ca
doncellas
sadas , robaron cuanto hubieron a las manos , redujeron á cenizas
la mitad de la ciudad , todo en justo castigo del crimen cometido por
LOS Judíos . 135

su Señor, y creyendo con esto la religion bien vengada, el Rey se


apropió la señoría de Sens , de la cual dió la mitad al arzobispo
Leudri, que habia suscitado esta empresa contra su señor el conde
Regnard; pero fué el caso que este no se dió por vencido, y aliado
con el terrible conde de Chartres, fué á levantar la fortaleza de
Montereau -Faut - Yonne en las tierras de Sens , cuya ciudad , aco
metieron despues .
Pusieron los dos condes en tan apurado aprieto al rey Roberto,,
que se vió forzado á tratar con ellos y á devolver al de Sens su
condado , que debería poseer durante su vida , á condicion de >

que el Rey y la Iglesia diocesana se lo repartirian despues de su


muerte como legitimos herederos, para escarmiento de los condes
que en lo sucesivo cometiesen el delito de dar hospitalidad á los ju
dios, cuando al Rey y á la Iglesia le viniese en talante el perse
guirlos.

IV .

(1 ) «Sin embargo, continúa el cronista , los judíos errantes y


» fugitivos que habian logrado sobrevivir al desastre ocultándose en
»ignorado retiro empezaron á reaparecer de nuevo en corto núme
»ro en las ciudades , cinco años despues de la destruccion del tem
» plo de Jerusalen; porque era necesario que algunos quedaran 80 so
» bre la tierra como testimonio del crimen de su raza , que habia ver
» tido la sangre divina de Jesucristo . »
Esto dice Glaber sin duda con la mejor buena fé del mundo ; pe
ro la verdad es que si no podian sufrir á los judíos, tampoco po
dian pasarse sin ellos .
Gracias a su actividad , á su industria , á su comercio y á las vas
tas relaciones establecidas entre ellos de un estremo al otro del
mundo conocido, los judíos eran los primeros negociantes y corre
dores , y podria decirse tambien que eran los únicos capitalistas de
Occidente.
Durante toda la Edad media no hicieron otra cosa que arrojar
los y volverlos á llamar alternativamente aquellos cristianos fa
náticos é ignorantes , que solo sabian ser frailes ó soldados cuando

(1) Chronic. Sancti Petrii vivi Senoncensis. Rhadulfo Glaber.


136 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

no eran las dos cosas á un tiempo. Cruelmente hicieron pagar á los


desgraciados judíos el derecho de respirar el mismo aire que los
cristianos .
Obligábanlos á vestirse de una manera especial y extraña, encer
ráronlos en calles y barrios que han conservado hasta nuestros dias
el nombre de Juderia ; pero estas humillaciones cotidianas eran
poca cosa en comparacion de lo que les hacian sufrir en las gran
des solemnidades religiosas .

V.

Instituyó el clero ceremonias simbólicas , que , recordando a los


judíos su degradacion, despertaban contra ellos el ódio popular.
En Tolosa, por ejemplo, se estableció , que el domingo de Pascua
de Resurreccion un cristiano daria una bofetada á un judío en la
puerta de la catedral .
Cuenta Adbmar.de Shabannais, que en 1018 el vizconde de Ro
chechouart, que habia ido á pasar las pascuas en Tolosa, recibió del
clero como un acto de política deferencia el que su capellan Itugues
diese la bofetada al judío, y el tal capellan lo ejecutó de tal manera,
que de un solo puñetazo hizo saltar los ojos y los sesos del pacien
te con gran aplauso de los circunstantes, que lo tuvieron y reputa
ron por hombre tan forzudo como buen cristiano . Y esto era en
Tolosa, una de las ciudades que estaban en aquella época al frente
de la civilizacion , país de caballeros y de trovadores . ¿Qué seria en
regiones atrasadas y bárbaras , como eran en aquellos tiempos las
sociedades cristianas de Occidente y en que la perniciosa influencia
del fanatismo no estuviese contrapesada por la cultura y la ilus
tracion ?

VI .

En España la persecucion no fué menos feroz que en Francia.


En el mes de agosto de 1108 , los cristianos se precipitaron sobre
los israelitas en la ciudad de Toledo, y robaron, saquearon y de
gollaron cuanto se les puso por delante sin piedad alguna , sin res
LOS Judíos . 137

petar sexo ni edad . Un populacho ébrio de sangre y de rábia inva


dió la sinagoga y asesinó á los rabinos al pié de los altares.
Los israelitas no pudieron encontrar amparo contra la implaca
ble furia de aquellos fanáticos en los poderes del Estado, sino ofre
ciendo pagar nuevos y mas onerosos tributos que los pesados á que
estuvieron hasta entonces sujetos.
Ellos esperaban desarmar de este modo el ódio que les profesa
ban los cristianos ; pero estos , con una mano tomaban sin escrú
pulo el oro de los infieles, y con la otra afilaban los puñales con que
debian in molarlos .
Con frecuencia veremos estas escenas sangrientas repetirse en el
trascurso de este triste relato , concluyendo todas de la misma ma
nera .

En la ocasion á que nos referimos, los nuevos tributos ofrecidos


por los judíos á un rey de Castilla , no sirvieron mas que para pro
longar su martirio . Los reyes dieron á sus favoritos el derecho de
percibir, por su propia cuenta, los tributos voluntarios á que los ju
díos se habian sometido . Los cortesanos perseguian por avaricia á
los israelitas, usando y abusando de su poder, para arrancarles por
la fuerza sumas considerables, y la justicia se hacia sorda a las
quejas de aquellos desgraciados.

VII .

Las persecuciones que sufrieron en Oriente los judíos bajo la do


minacion del califa Kader, obligó á muchos de ellos a buscar un
refugio en España, donde sus correligionarios vivian comparativa
2

mente mejor á la sombra de la dominacion musulmana .


Los hebreos mas sabios del Oriente fueron a establecerse en
Córdoba, donde fundaron en 948 , la primera academia judía. Sus
miembros mas importantes fueron el Rabi Moseh y su hijo Hanoc ,
los dos sabios mas ilustres de las academias de Pombeditah у de
Mehasiah en Persia . Toledo acogió tambien algunos de aquellos
ilustres proscriptos .
La reconquista de toda España menos del reino de Granada, que
siguió á la victoria de las Navas de Tolosa acaecida en 1212 , puso
de nuevo los hebreos españoles bajo la férrea dominacion de los
cristianos.
138 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Cuando España tenia la inapreciable ventaja de estar regida por


un rey prudente é ilustrado, los judíos lo pasaban relativamente
bien, como aconteció bajo el dominio de D. Alfonso el Sabio , honra
y gloria de la dinastia castellana. Este buen rey , se mostró lleno
de benevolencia hacia los israelitas. Dióles para que se establecie
ran uno de los mejores barrios de Sevilla y tres mezquitas, para
que las convirtiesen en sinagogas . En testimonio de su reconocimien
to los hebreos dieron al Rey una llave de un mérito extraordina
rio, rodeada de inscripciones hebraicas, que se conserva todavía
en la catedral de Sevilla .
El mismo rey D. Alfonso les permitió fundar cátedras de hebreo
en Sevilla, Toledo y otras ciudades principales . Sin embargo, en
1256 , D. Alfonso se vió obligado á conceder a la iglesia metropoli
tana de Sevilla el derecho que disfrutaba la mayor parte de las
otras iglesias , sobre los judíos que habitaban su diócesis. Consistia
este derecho en un tributo de treinta dineros, que cada israelita de
bia pagar á la Iglesia desde la edad de diez años.

VIII.

Desde la época de Alfonso VIII , el Fuero Viejo de Castilla conte


nia algunas disposiciones legales , que tenian por objeto asegurar á
los judíos el libre goce de sus propiedades. Pero la gloria de con
cederles la entrada en los cargos públicos y de permitirles conquis
tar los honores lo mismo que los cristianos , estaba reservada al sa
bio autor de Las Siete Partidas.
Para conformarse con los acuerdos del cuarto concilio de Letran ,
celebrado al principio del siglo trece , Alfonso el Sabio , prohibió á
los judíos predicar públicamente sus doctrinas, reunirse el Viernes
Santo , ni salir dicho dia de sus casas ó Juderias, bajo pena de ver
se expuestos a las injurias y ultrages del pueblo . Prohibió además
á los cristianos vivircon los judíos, y á estos tener esclavos cris
tianos. Obligábales tambien á llevar una marca por la que fuesen
conocidos á primera vista .
Hechas estas concesiones a la intolerancia del siglo , Alfonso el
Sabio, levantó el anatema que pesaba sobre los judíos, autorizán
dolos para que reedificasen sus sinagogas, aunque con algunas
LOS Judíos . 139

restricciones; pero imponiendo al mismo tiempo las penas mas se


veras á los cristianos que los turbaran en el ejercicio de su culto .
Tampoco permitia que los judíos fuesen perseguidos por la justicia
en dia de sábado, que para ellos es fiesta , salvo los casos de robo
ó de muerte.
Para componer sus Tablas, se sirvió Alfonso el Sabio, de los ju
dios y de los árabes mas ilustrados: en el prólogo de una antiqui
sima coleccion de las Tablas Alfonsinas , se leen estas curiosas pa
labras :
«El Rey ordenó á Abel Rajel y áá Alquibicio, sus maestros de To
»ledo, reunirse, lo mismo que á Aben Mucio y Mahomat de Sevi
»lla y Joseph Aben-Alí y Jacobo Abvena de Córdoba y mas de cin
» cuenta otros que hizo venir de Gascuña y de Paris con grandes
» recompensas, y les ordenó traducir el Cuadripartito de Tolomeo,
»y reunir los libros de Mentesam y de Algazel . Él confió este cui
»dado á Samuel y Jehuda, el Conheso Alfaquí de Toledo, encargán
»dole ir al Alcázar de Galiana y discutir sobre el movimiento del
»firmamento y de las estrellas. Cuando el Rey no estaba, Aben Ra
»jel y Alquibicio presidian. Ellos tuvieron muchas discusiones
»desde el año 1258 hasta 1262 , Уy al cabo hicieron unas Tablas lan
»ilustres como es sabido. Despues que hicieron esta grande obra, y
»de darles muchas recompensas, el Rey los despachó satisfechos á
» sus países , colmándolos de riquezas y exceptuándolos á ellos y
» sus descendientes de gabelas é impuestos .)
La benevolencia con que Alfonso X , trató á los israelitas produ
jo los resultados mas excelentes . La tolerancia consiguió lo que la
persecucion no ha podido alcanzar jamás, la conquista de las al
mas; y gran número de sabios judíos se convirtió al cristianismo
expontáneamente , contándose entre ellos rabinos famosos en las sa
gradas letras, en la astronomía que cultivaba el monarca y en la
medicina .

La fortuna de los israelitas y su número aumentaron considera


blemente , y en la misma proporcion las rentas de las iglesias, que
recibian de ellos cuantiosos impuestos. Tal fué la obra de la tole
rancia del mas sabio de los reyes de Castilla .
Segun el censo que se hizo en la ciudad de Huete á fines del si
glo trece y principio del catorce , la poblacion hebrea en Castilla
solamente ascendia á ochocienlos cincuenta y cuatro mil nuevecien
tos cincuenta y un habitantes , y pagaba a los capítulos y prelados
140 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

la enorme suma de veinte y cinco millones seiscientos cuarenta y


ocho mil quinientos dineros .
Si esta sabia política hubiera continuado , otra hubiera sido la
suerte de España, sin que nada perdiese por ello la Iglesia , cuyos re
presentantes empujaron al país en la opuesta vía, que conducia á
la ruina, á la despoblacion y al atraso mas completo .
La leccion fué severa, el escarmiento ha sido terrible : ojalá sean
provechosos para todos .
1

CAPITULO III.

SUMARIO .

Leyes del sucesor de Alfonso el Sabio contra los judíos.- Desprecio con que los
cristianos mirában á los judios . – Tolerancia del rey D. Pedro.-Saqueo de las
juderias de Toledo por el bastardo Trasta mara . - Inscripcion de una sinagoga de
Toledo en honor del rey D. Pedro . - Predicaciones del arcediano de Sevilla Her
nando Martinez contra los judios -Sus efectos . - Matanza y saqueos sufridos
por los judíos en toda España .-Castigo de algunos asesinos . - Despojos . - Ruina
del tesoro real á consecuencia de la de los judíos.

1.

Doña María de Molina, logró conservar para su hijo Fernan


do IV el Emplazado la herencia de Alfonso X ; pero el nuevo rey
no siguió con los judíos la sabia política de su predecesor. Valién
dose del pretexto de que los judíos de Segovia babian procurado
sustraerse al pago del impuesto personal que percibian los obispos
y capítulos, publicó una ley de la cual vamos á extractar algunos
párrafos.
« Sabed que el obispo y el dean se me han quejado diciendo que
»no quereis darles ni remitirles á ellos ni á sus agentes los treinta
»dineros, que cada uno de vosotros, con motivo del recuerdo de la
»muerte de nuestro señor Jesucristo, que los Juilios crucificaron ; y
»como yo quiero que lo pagueis en oro, me parece conveniente
»que se lo deis en esta moneda ...
»Y si para el cumplimiento de este decreto necesitasen ayuda,
Tomo I. 21
142 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» ordeno a todos los Consejos , alcaldes , juzgados , justicias, algua


»ciles y á todos los otros aportellados que vean está órden ó copia
» certificada por notario público, que los ayuden con objeto de que
» se cumpla lo que yo mando . »
» Dado en Palencia á 29 de agosto de 1340. »

II .

En el reinado de Alfonso XI , el Tesoro publico fué administrado


por un judío de raro mérito llamado Yusaph de Écija. « Hacia mu
» cho tiempo, dice un cronista, estaban acostumbrados á ver en
»Castilla tesoreros judíos en la mansion de los reyes. Con lo cual
»Don Alonso, por súplica del infante Don Felipe, su tio , tomó un
» judío por tesorero . Llamábase Yusaph de Écija y tuvo un empleo
velevado en la casa del Rey, y gran poder en el reino, gracias al
»favor que le concedia . »
Este diestro israelita hizo cuanto pudo en favor de sus correli
gionarios.
En 1327 , los judíos de Sevilla se quejaron de que el dean y el
Capítulo, no se contentaban con el pago del impuesto de los treinta
dineros fijados por Alfonso X : el rey mandó que se averiguase lo
que habia en ello , y el resultado fué ventajoso para los judíos; pues
además de convenirse en que solo pagaran la antigua contribucion ,
esta no debia pagarse hasta la edad de dicz y seis años en lugar de
la de diez .
Esta medida favorable á los judíos no tardó en dar por resultado
que, escitadas contra ellos las iras populares, el Rey tuvo que des
tituir a su consejero, cuya administracion no se encontró muy pura
decidiéndose además que ningun israelita fuese tesorero del Rey.
Segun Mariana, solo el desprecio que inspiraba la raza judía
pudo salvar la vida á Yusaph ; pero aá pesar de la respetable auto
ridad de Mariana, no podemos creer que el desprecio que en tan
tas ocasiones condujo a los cristianos á derramar forrentes de san
gre judía, fuese entonces la causa de un efecto contrario.
Los cristianos odiaban y despreciaban a los judíos; pero no po
dian pasar sin ellos . El médico del Rey, era un judío, que áá precio
de oro obtuvo el privilegio de acuñar moneda : llamábase Samuel
Abenhuer, y como los resultados no fuesen favorables al pueblo ,
LOS Juvios. 113
urdióse una terrible conjuracion contra Samuel y sus correligiona
rios que no habian acuñado moneda.
Para impedir una catástrofe, el Rey tuvo la prudencia de romper
el contrato .

III .

Don Pedro el justiciero , que sucedió á su padre Don Alonso XI ,


no se mostró con los judíos menos tolerante que su padre. Encargó
al judío Samuel Levi , la administracion de los bienes de la corona,
y este , como era natural, empleó la influencia que le daba su po
sicion en proteger áa sus correligionarios. Así, en la guerra provo
cada por Don Enrique de Trastamara contra su hermano Don Pe
dro, los judíos fueron adictos á su protector, y el bastardo excitó
contra ellos y contra Don Pedro el envidioso y ciego fanatismo de
los cristianos.
En 1355 , Don Enrique y su hermano don Fadrique, á la cabeza
de sus parciales, penetraron de noche por traicion en Toledo, con
objeto de saquear la judería, y en efecto, penetraron en la pequeña
llamada la Alcana , donde asesinaron mil doscientos judíos , tanto
hombres como mujeres y niños , apoderándose de cuanto poscian .
Dirigiéronse despues á la judería mayor; pero los judíos estaban ya
prevenidos y se defendieron con intrepidéz. A los gritos acudió la
tropa de Rey, y huyó aquella banda de foragidos.
Para indemnizarlos de las pérdidas sufridas, concedióles el rey
D. Pedro el derecho de construir una Sinagoga , que existe todavía
convertida en Iglesia católica , con el nombre de Nuestra Señora del
Tránsito .
En testimonio de su reconocimiento por el Rey , que les concedió
favor tan estimable, los judíos hicieron grabar muchas inscripciones
en su alabanza. Hé aquí la traduccion de una de ellas, grabada de
lengua hebraica en dicha sinagoga.
«Ved el santuario que ha sido santificado en Israel, yy la casa que
» ha construido Samuel, y la torre de madera para leer la Ley es
» crita y las leyes ordenadas por Dios y compuestas para iluminar la
pinteligencia de los que buscan la perfeccion.
»Ilé aqui la fortaleza de las letras perfectas, y las palabras y las
144 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» obras que han sido hechas ante Dios para reunir los pueblos que
»vienen a sus puertas para oir la Ley de Dios en esta casa. )
«Las misericordias que Dios ha querido hacernos dándonos jue
»ces y príncipes para librarnos de nuestros enemigos y persegui
»dores, no teniendo rey en Israel que pudiera libertarnos despues
»de la última cautividad de Dios, que por la tercera vez fué levan
» tado por Dios en Israel , dispersándonos, los unos en este país, los
»otros en diversas comarcas donde se encuentran ellos deseando su
» tierra y nosotros la nuestra. Y nosotros habitando este país cons
»truimos esta casa con un brazo fuerte y una alta potencia. El dia
»en que fué construida fué grande y placentero para los judíos , los
»cuales por la fama del suceso , han venido de los confines de la
»tierra para ver si habia alguna esperanza de ver levantarse entre
» nosotros un Señor que fuese para nosotros como la torre de una for
»taleza , con la perfeccion del entendimiento para gobernar nuestra
» república. No se ha encontrado semejante cosa entre los que está
»bamos en esta comarca . Pero Samuel se ha levantado entre noso
» tros para ayudarnos, y Dios fué con él y con nosotros. Era un
»hombre de combate y de paz : poderoso entre todos los pueblos y
» gran arquitecto. Esto ha sucedido en tiempo del rey Don Pedro .
« ¡Qué Dios le ayude, que engrandezca su Estado , que lo haga pros
»perar, que lo levante y coloque su trono por encima de los otros
» príncipes ! ¡Que Dios sea con él y con toda su casa; y que todo
» hombre se humille ante él , y que los grandes y los fuertes que son
»sobre la tierra lo conozcan ! ¡Que todos los que oigan su nombre
»se regocijen al oirlo en todo su reino , y que sea manifiesto que él
»se ha hecho el defensor y el apoyo de Israel ! »
»Con su socorro y su permiso es como nos hemos determinado
»á construir este templo. ¡Qué la paz sea con él y con toda su ge
» neracion, y que le sirva de alivio en todos sus trabajos! Ahora Dios
»nos ha librado del poder de nuestra cautividad , y no ha llegado
votro refugio para nosotros ...... )
»Esta es la casa de la oracion, que sus servidores levantaron
» para invocar el nombre de Dios su redentor . »

IV .

La tranquilidad relativa de que gozaban los judíos castellanos


LOS judíos . 145

no duró mucho tiempo . D. Pedro murió asesinado por su hermano


D. Enrique , y este al empuñar el cetro siguió con los judíos una
conducta opuesta a la de su víctima . Doce mil judíos fueron sacri
ficados en Toledo por el hierro y el fuego de una manera tan bár
bara, que el recuerdo se ha conservado vivo en el pueblo , al través
de tantas generaciones. Desde entonces, plazas , puertas y calles
han conservado el nombre horrible de la sangre inocente que en
ellas hicieron derramar el fanatismo y la codicia . Casas, tiendas, al
macenes, sinagogas, todo fué saqueado é incendiado . El Rey pu
blicó una órden por la cual imponia á los judíos una multa de veinte
mil doblas de oro , por la ayuda que habian prestado á los traidores.
El pago de tan enorme suma , exigida con gran rigor , consumó la
ruina de los judíos .
La muerte de D. Pedro , fué ocasion de nuevas venganzas contra
los discípulos de la ley de Moisés , y las antiguas leyes y ordenan
zas dadas por reyes y concilios contra ellos volvieron a ponerse en
vigor. La desesperacion reinaba en ellos , y sin embargo sus enemi
gos no estaban satisfechos.
El arcediano de Sevilla Hernando Martinez decia en sus sermo
nes: « No es una locura el alistarse en la cruzada para ir a Oriente
»á combatir á los enemigos de Jesucristo , cuando están entre nos
votros los descendientes de los que lo crucificaron? »»
El furor de aquel obcecado fanático era tan grande , que hasta
elcabildo eclesiástico se quejó al Rey , el cual se contentó con res
ponder,« que procurase que el arcediano no inflamara las pasiones
»populares, siquiera su celo fuese santo y bueno . )»
El Arzobispo, no obstante , comprendió sus deberes mejor que el
Rey, y sea dicho en honor suyo , prohibió á Martinez predicar, con
fesar y ejercer ninguna de las funciones del sacerdocio. Pero el fa
natismo es mal consejero; furioso por la prohibicion del Arzobispo, >

el Arcediano arengó al pueblo en la plazapública excitando a las


turbas á la destruccion de los judíos. El populacho acomete á cuan
tos encuentra , se precipita sobre las juderías en donde los hebreos
>

se parapetaron .
Afortunadamente para los judíos el conde de Niebla y Alvar Pe
rez de Guzman , alguacil mayor de Sevilla, llegaron áa tiempo , é hi
>

cieron arrestar algunos sediciosos que azotaron en medio de la pla


za.El pueblo se precipitó sobre la guardia del conde, y despues de
un combate desesperado y sangriento puso los presos en libertad .
146 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Durante algunos dias reinó una tranquilidad aparente ; pero el 6


de junio, por la mañana, la Judería fué invadida por una multitud
armada, sin que se supiese el motivo. Demasiado débiles para opo
ner una resistencia seria, los judíos no pudieron luchar contra aquel
torrente desbordado , y fueron víctimas del furor de la multitud , ex
citada por las predicaciones de Martinez. La carnicería fué espantosa.
Pocos hebreos pudieron ocultarse y escapar á la saña de aquellos
bárbaros .
Cuando las autoridades, intervinieron , la Juderia de Sevilla no
era mas que un vasto cementerio , y los asesinos salian cargados
del botin y de los despojos de sus víctimas. De las tres sinagogas
que habia en la Juderia de Sevilla, dos fueron convertidas en igle
sias católicas bajo la advocacion de Santa Cruz y de Santa María la
Blanca. La tercera lo fué tambien mas tarde, y hoy es la iglesia de
San Bartolomé.

V.

Bien puede asegurarse que los judíos fueron entonces víctimas de


una conjuracion general, fraguada con el objeto de saquearlos, so
pretexto de religion , y sirviéndose como instrumento del fanatismo
del pueblo .
El 5 de agosto del mismo año, las Juderías de Burgos, Valencia ,
Córdoba , Toledo y las de las islas Baleares sufrieron la misma suerte
que las de Sevilla en 6 de junio. Esta simultaneidad revela bien la
premeditacion del acto .
Lozano , en sus Reyes Nuevos de Toledo, refiere de la siguiente
manera los horrores de aquellos alentados:
« El pueblo estaba tan sublevado é indocil, la codicia tan desen
» frenada, tan escuchada la voz del predicador, que pudieron en
»buena conciencia robar y matar... y sin respeto ni temor á los
» jueces ni á los ministros ,, saqueaban , robaban у mataban que
»causaba espanto . Cada una de estas ciudades fué aquel dia una
» Troya . Los gritos, lamentos y gemidos de los que sin motivos se
»veian arruinados y degollados, al mismo tiempo que desolaban á
» los que no tomaban parte, excitaban todavía mas la crueldad de los
» perversos. Solo tenian clemencia y conservaban la vida y los bic
»nes á los que querian ser cristianos y pedian á gritos el bautis
LOS Judíos. 117

»mo. Juicio inícuo so color de religion , funesto error, causa de mil


verrores , porque muchos judíos , viendo que los perdonaban á con
»dicion de dejarse bautizar, pedian hipócritamente el bautismo con
»servando siempre la voluntad de quedar en su secta : de este mo
»do, cristianos en apariencia, judaizaban cada dia: por último, por
» mucho cuidado que los jueces pusieran en vigilar y castigar , de
» nada servian . »
Las mismas escenas se produjeron en Aragon . Entre las ciudades
en que las matanzas fueron mas terribles, es preciso citar á Barce
lona .
En el mes de agosto de 1391 , despues de una gran fiesta reli
giosa , á la cual acudió no solo la poblacion de la ciudad sino la del
campo, el fanálico populacho excitado por los sermones de los frailes
dominicos, salió de la Iglesia é invadió el barrio de los judíos, y como
si Dios pudiese aplaudir crímenes semejantes cometidos en su nom
bre, degollaron miles de israelitas y quemaron cuanto les pertene
cia y que no podian llevar consigo .
El consejo y las autoridades locales mas ilustrados y teniendo el
sentimiento de sus deberes, hicieron prender a los principales cul
pables; pero lejos de calmarse el furor del pueblo, que creia sus
crimenes obras meritorias, se amolinó y luchó durante muchos dias
contra las milicias del gobierno. Los judíos que sobrevivieron al
asalto de la juderia se refugiaron en el castillo nuevo, abandonan
do sus riquezas á la rapacidad de las turbas. Los que quedaron
con vida fueron obligados á abjurar la religion de sus mayores y
abrazar la católica , recibiendo el bautismo en medio de la sangre ,
de las angustias y agonias de sus padres y hermanos.
Muchas de sus casas fueron demolidas, la miseria , las sospechas,
las injurias, las amenazas y la hoguera, fueron la suerte reservada
á aquellos infelices.
El rey D. Juan I , despues que la inicua obra estaba consumada,
castigó severamente á los principales culpables; pero lejos de in
demnizar á los judíos que quedaban, se apropió la herencia de los
asesinados y repartió entre sus cortesanos y criados la mayor parte
de las casas de la judería.
Veinte У seis asesinos fueron ahorcados ó decapitados .
148 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

Tales atentados tantas veces repetidos , contra una de las partes


mas industriosas de la poblacion , no podian menos de ser funestos
á la riqueza del pais. Los tejedores de Toledo y de Sevilla se vie
ron arruinados y los bazares en que los judíos amontonaban los
tesoros del Oriente, las sedas de Persia y de Damasco , las pieles de
Tafilete y las joyerías de los árabes , fueron periódicamente saquea
dos , so pretesto de religion .
En Navarra fueron los judíos víctimas de las mismas persecucio
nes que en el resto de España . La sangre israelita habia inundado
las calles de Estella, de Funes y de San Adrian. Como en Sevilla, el
populacho excitado por las predicaciones de un fraile llamado Pedro
Olligoyen , se entregó á toda clase de escesos y violencias . Segun el
avalista Moret, solo en el año de 1329 , fueron asesinados diez mil
judíos.
Las rentas públicas sufrieron considerablemente, y el Rey im
puso á los pueblos una multa de diez mil libras. Las juderías de
Pamplona, Estella y Tudela, que eran las mas pobladas de Navarra,
pagaron en el año de 1375 doscientos sesenta florines la primera, 2

ciento veinte la segunda y quinientos veinte y cinco la tercera . La


consecuencia inmediata de estas exacciones, fué que los contribu
yentes ó pecheros de Pamplona, se vieron reducidos de quinientos
á doscientos y estos muy pobres. Las rentas reales sufrieron como
se ve gran reduccion , y fué preciso eximir á los judíos no solo de
las contribuciones ordinarias sino del encabezamiento .
Para evitar las persecuciones, los hebreos procuraron interesar en
su favor á los grandes, prometiéndoles nuevos tributos, á condicion
que los dejasen vivir en paz retirados en sus juderías.
En el reinado de D. Juan I , los judíos imploraron la proteccion
de la reina doña Leonor, cuyos generosos sentimientos eran gene
ralmente alabados; pero su fanatismo le impidió ver prógimos y se
mejantes suyos en los afligidos judíos, y rechazó la mano supli
cante que le tendia el pueblo isrraelita, diciendo :
«Que no me pidan ningun servicio porque me maldecirán en
( secreto . »
CAPITULO IV.

SUMARIO.

Semejanza de las acusaciones dirigidas contra los judíos en todos los paises. - Per
secuciones en Munich y en Lorena siglo XIII.- Oposicion del Rey Rodolfo.
Absurdas acusaciones lanzadas contra los judios en Francia á principios del si
glo XIV . - Esterminio de leprosos y judios. - Peste en Provenza y esterminio de
los indios. - Crueldad de Renado I , duque de Lorena . - Falsedad de Felipe el
.
herinos ) -Tolerancia de Luis Hutin . - Dureza d Felipe el Largo :-Avaricia de
Cirlos IV . - Esplotacion de los judíos por obispos y señores . - Peajes i que los
sometian . - Los pastorcillos.- Esteriminio de los judios . - Inutil protesta del Papa .

1.

En todas partes los judíos han sido acusados de los mismos crí
, ó por mejor decir, tales acusaciones sirvieron de pretexto
menes,
para cometer contra ellos crímenes verdaderos. A lo ya referido
vamos a añadir algunos rasgos de la historia de Francia y de Ale
mania, no menos característicos que los ya conocidos por la Histo
ria de España,
Acusados en Munich de haber asesinado un niño, fueron perse
guidos, no solo los supuestos criminales, sino todos los de su raza,
y muchos arrastrados al suplicio .
En la Lorena sufrieron la misma suerte .
En 1287 esparcióse el rumor en Vesal , diócesis de Tréveris,
de que habian azotado у dado muerte à un niño cristiano de doce
años de edad el Viernes Santo, y bebido su sangre en conme
moracion de la de Jesus, derramada hacia doce siglos por sus an
Томо І. 22
150 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tecesores . El pueblo se levantó en masa , y los judíos se ocultaron ;


>

mas desgraciadamente para ellos se descubrió el cadáver de un ni


ño abandonado, que fué considerado como la víctima, trasportado á
la ciudad con gran pompa y enterrado de la misma manera, en me
dio de mil aclamaciones.
Desde su tumba hizo el muchacho, que se llamaba Verdier, mu
c hos milagros, segun afirmaban los creyentes, en malbora para los
judíos; porque los fanáticos tuvieron los tales milagros del difunto
por pruebas irrecusables de la culpa bilidad de los israelitas y los
asesinaron á todos .
El rey Rodolfo se opuso enérgicamente a su furia, impulsado por
sentimientos de humanidad hácia aquellos infelices; pero los cató
licos lo acusaron , con razon ó sin ella, de haber recibido de los ju
>

díos 20,000 marcos de oro para que los defendiera. Las mismas
acusaciones cayeron sobre el arzobispo de Maguncia, que predicó
contra tales actos de barbarie .
La devocion popular aumentó constantemente y Verdier fué ca
nonizado en 1428 .

I.

Esparcióse la voz en Francia á principios del siglo xiv de que los


reyes moros de Túnez y de Granada se habian propuesto envenenar
todos los pozos yy fuentes de aquel reino para impedir las cruzadas
de cristianos contra los musulmanes, y de que habian encargado á
los judíos la ejecucion de un plan tan inicuo. Estos lo aceptaron y se
dirigieron a los leprosos, gente que en aquellos tiempos abundaba , y
que estaba excluida de toda sociedad y roce con los que no padecian
su repugnante enfermedad, y les dijeron que las drogas que les
daban para echarlas en fuentes y pozos no debian producir otros
resultados que cubrir de lepra a todos los franceses, con lo cual
desapareceria la odiosa distincion que los separaba. Los leprosos
aceptaron á su turno el proyecto y no tardaron en verse muchos
casos de envenenamiento .
Que todo esto era una fábula ridícula no necesitamos afirmarlo;
pero lo que no es fábula fué el suplicio de leprosos y judíos que
quemaron en masa en 1320 .
LOS Judíos . 151

III .

En la ciudad de Dekendorf en Baviera, fueron acusados los ju


dios en 1337, de haber martirizado el Santo Sacramento , por lo
cual fueron quemados vivos cuantos pudieron ser habidos.
Algunos años despues de 1348 á 1350 , se declaró una mortífe
ra epidemia en varios paises del Mediodía , de la cual nos ha con
servado Bocacio una animada descripcion .
Penetró la peste en Marsella y en toda la Provenza, y el pueblo
fanático acusó á los judíos de alimentar la plaga por medio de sus
sortilegios: para tales acusados no eran necesarias muchas pruebas;
la muerte de Cristo por sus antepasados , 1300 años antes , era mas
que suficiente para demostrar su culpabilidad ; y tomándose la jus
ticia por su mano , saquearon sus casas , violaron sus mujeres é hi
jas y degollaron cuantos hubieron a las manos. Solo en Tolon ma
taron cuarenta en una noche .
En Baviera los enfermos sucumbian al tercer dia de ser invadi
dos
por la peste . La desesperacion era general, y para aplacar la
cólera divina, que suponian les enviaba el mal, degollaron y que
maron á los judíos en toda Alemania , lo mismo en las ciudades que
enmianlas aldeas; y en Austria , no contentos con matarlos, se los co
.

IV .

Renato I , duque de Lorena y rey de Nápoles, hizo castigar á un


judío de la manera mas terrible, por haber dicho una blasfemia
contra la Santa Vírgen ; condenólo á ser desollado vivo , y rebusó
20,000 florines que le ofrecieron los correligionarios del acusado
para obtener su perdon, á pesar de hacerle mucha falta el dinero ,
y de que sus favoritos y consejeros, ganados ya por los judíos , le
aconsejasen la aceptacion de las proposiciones y el precio que las
acompañaba .
«¡Cómo, respondió Renato á sus cortesanos; quisiérais que olvi
»dase las injurias hechas á la Madre de Dios yy que redimiese el cas
»ligo por un poco de oro! ¡Quiera Dios que yo no hagajamás ofen
152 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»sa semejante al honor de nuestra casa, y que nunca sea dicho que
» durante mi reinado quedó impune tal crímen ! »
Pero lo que hay de infame en este asunto es que los ministros de
Renato encontraron medio de poner de acuerdo su avaricia con la
cruel entereza de su señor. Amenazaron a los judíos con hacerles
ejecutar á ellos mismos la sentencia pronunciada contra su compa
ñero en castigo de la insolente temeridad que les habia inducido á
ofrecer dinero al principe para aparlarlo del camino de la justicia.
Para librarse de la horrible tarea de desollar vivo á su correligio
nario , se vieron obligados á dar á los cortesanos los 20,000 flori
nes ofrecidos por su vida . Y segun el historiador de la Lorena don
D. Calmet , algunos hidalgos enmascarados se prestaron a desollar
ellos mismos al judío , inspirados sin duda por su devocion a la San
tísima Virgen .

V.

A partir del siglo xui, el estado político de los judíos en Fran


cia no presenta mas que una série de vejaciones. Desterrados y lla
mados, porque no podian pasar sin ellos; despojados de sus bienes;
reintegrados en parte, se les ve comparecer en las fronteras del
país que los arrojó de su seno, comprando, ora á los reyes, ora al
clero algunos años de tolerancia y piedad : aunque respiraban, su
suerte parecia empeorar áa medida que se mejoraba la de los pue
blos , cuando se constituian los comunes independientes del régimen
feudal, favorecidos por la autoridad real..
Al principio del reinado de Felipe el hermoso, el porvenir apare
ció menos sombrío para los judíos ; pero sus esperanzas duraron
poco .
Protegiólos contra los inquisidores en el Languedoc , reser
vándose el derecho de que solo fuesen juzgados por los tribunales
ordinarios , y tomó algunas medidas para obligar á sus deudores á
que les pagasen .
Esta proteccion no era sincera : lo que el avaro y falso Rey que
ria era solamente, como lo probaron sus actos posteriores, que
los judíos tuviesen la mayor suma posible de riquezas, para despo
jarlos de un solo golpe. Jamás se vió latrocinio mas hábilmente
urdido. En 1306 ordenó, sin otra forma de proceso, que todos sus
LOS Judíos . 153

bienes fuesen confiscados y vendidos, y que su valor entrase en las


arcas del Estado; es decir, del Rey: y es lo bueno, que para justi
ficar el despojo, acusaba á los judíos de usureros y estafadores. Co
mo si en tal caso no fuese su cómplice, por haber obligado a sus
deudores á pagarles sus deudas: mas aun , por apropiarse el pro
ducto de sus usuras, en lugar de devolverlo a las víctimas de que
parecia condolerse.
Los judíos salieron de Francia despojados de cuanto poseian . El
rigor empleado para apoderarse de sus bienes fué extremado. En
Orleans produjo su venta , sin contar el oro y las pedrerías, 33,700
libras .

Aquellos infelices, muchos de los cuales vivieron en la opulencia,


fueron errantes, hambrientos y desnudos por los caminos reales ,
perseguidos por la multitud que, inspir ada por el fanatismo y alen
inspirada
tada por la impunidad, se entregaba á los mas deplorables excesos
contra gentes inofensivas é inocentes .

VI .

Apenas muerto Felipe el hermoso, volvieron a Francia. Luis Hu


tin les concedió permiso para permanecer durante doce años, so
met éndolos, no obstante, á reglas vejatorias.
Hé aquí algunas bien curiosas.
«Deberán vivir del trabajo de sus manos, ó vender buenas mer
» cancias.
»Llevarán sobre el vestido una marca que los distinga del resto
o de los hombres .
»Se les devolverán sus libros, menos el Thalmud.
»Podrán recobrar sus sinagogas yy cementerios, pagando su valor
vú los compradores.
»Podrán recobrar sus deudas: un tercio será para ellos, ข dos
»para el Rey .»
Elpreámbulo de aquella ley, decia que el Rey obraba movido
por sentimientos de humanidad y cediendo al comun clamor de los
pueblos: añadiendo, que « considerando que la Santa Iglesia de Ro
»ma nuestra madre, los sufre... y que mas se goza Nuestro Señor
»de un pecador arrepentido, que demuchos otros justos, etc. )
Una vez que estuvieron de vuelta en Francia, el Rey entregó á
151 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

los señores feudales los que antes les habian pertenecido como sier
VOS .

Una de las leyes de los señores, era que cuando los judíos se
hacian cristianos, los señores se apropiaban sus bienes. De modo
que el Rey los despojaba y expulsaba por ser judíos , y los señores
porque se hacian cristianos . Si no estuviera probado con documen
tos históricos irrecusables , no podríamos creerlo .
Felipe el Largo , abolió esta ley , y los libró de la servidumbre;
pero él y sus sucesores los siguieron despojando so pretexto de
usura .

VII .

Carlos IV les obligó á pagar 150,000 libras, suma enorme pa


ra la época ; y como encontró dificultades en el cobro, la sacó á al
gunas familias ricas , dejándoles que se entendiesen como pudiesen
con sus correligionarios.
Mientras que los esterminaban ó expulsaban de unas provincias,
los recibian y aun los llamaban en otras .
Segun Valbounois , en sus Pruebas de la historia del Delfinado,
el obispo de Valencia les permitió establecerse en su diócesis y
practicar el comercio, mediante un florin de oro y algunas libras de
velas .
Humberto I permitió á los judíos del Delfinado establecer un
banco , y les concedió otros privilegios , en cambio de gruesas su
mas ; pero el delfin Humberto II necesito dinero , y no encontró me
jor medio de obtenerlo, que retirar á los judíos los privilegios tan
caramente comprados, si no querian recobrarlos mediante un dona
tivo de 1000 florines de oro .
En muchos pueblos los sometieron, como si fuesen bestias de car
ga , á pagar peazgos y pontazgos, y en Puy eran justiciables de los
niños de coro de la iglesia .
En los archivos de dicha ciudad existe una sentencia de los ni
ños , condenando á un judío á pagar 300 libras.
>
LOS JUDÍos . 155

VIJI .

Hemos dicho que los sometian á pagar derechos de peaje como


las bestias:
A propósito de esto dice Denisart, en su Coleccion de jurispruden
cia: « Yo habia considerado como un error popular la opinion espar
cida en Francia , de que los judíos estaban sometidos á un derecho
de peaje como los animales; pero acabo de encontrar una nota de
los derechos que se pagaban en Chateauneuf sobre el Loira, im
presa en 1576 , en virtud de un decreto del tribunal, del 15 de
marzo de 1558. Dice así :
Item , un judío debe . 12 dineros.
La judía preñada, 9 »

Una simple judía. 6 »

Item , un judio muerto. 5 sueldos .


Una judía inuerta, 30 dineros .

El mismo hecho se reproduce en la tarifa de peaje percibido por


el obispo de Maguelonne sobre las barcas que entran en los estan
ques dependientes de la señoría de Manquio.
Hé aqui el texto :
Todo judío que entre ó salga en el dicho estanque . 3 sueldos.
Una judía preñada. 6

Una judía que no esté preñada. 3

En el último período de la Edad media, casi todos los reyes ven


dian privilegios á los judíos , haciéndose de este modo responsables
de las nuevas usuras que hacian para desquitarse.
Elduque de Borgoña les otorgó en 1375 el privilegio de residir
en sus Estados, de dedicarse al comercio y de prestar con interés,
mediante una suma de 1000 libras al año . Este interés podia ele
varse á cuatro diperos por libra á la semana .
En 1367 , el obispo de Bezieres hizo un tratado con los judíos,
por el cual , mediante 24 libras tornesas, que debian pagarle anual
mente,yy una fraccion de libra por familia, les permilia tener es
cuela, cementerio y sinagoga .

IX .

El fanatismo ha ido muchas veces , sobre todo en las masas


156 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ignorantes, mas lejos que hubieran deseado los mismos á quienes


mueve el celo religioso . Uno de los ejemplos mas notables fué la su
blevacion llamada de los Pastorcillos, ocurrida en Francia en 1320 .
Contra los deseos de la Iglesia , se empeñaron una porcion de pas
tores y otras gentes ignorantes , arrastradas por el fanatismo, en ir
á conquistar la Palestina. Para llevar a cabo tal empresa, abando
naban sus rebaños, y sin mas armas que sus cayados, ni mas equi
paje que su morral, atravesaban el país viviendo de la caridad pú
blica. Su número creció hasta convertirse en un formidable ejérci
to , al cual, como puede suponerse sin miedo de equivocarse, se
>

agregaron no pocos aventureros y gentes de mal vivir , sin excluir


bandidos y salteadores.
Como su número creció tan rápidamente y las limosnas dismi
nuyeron en la misma proporcion, aquellos salvadores de la Tierra
Santa, comenzaron á apropiarse lo que no les ofrecian contra la vo
luntad de sus dueños, y si estos defendian sus propiedades, ellos
las saqueaban sin mas ceremonia. Prendió á cierto número de Pas
torcillos el preboste de Paris; pero ellos entraron en la capital en
número de cuarenta mil y mas , y forzaron las prisiones de San
Martin de los campos y el gran Chatelet, y arrojando por una ven
tana al preboste, pusieron los presos en libertad y se marcharon
camino de Aquitania, sin que el Rey se atreviese á salir á su en
cuentro .

X.

A medida que se aproximaban al Mediodía, encontraban enemi


gos de Dios, a quienes despojar y destruir . ¿Y quiénes podian ser
estos mas que los judíos, gentes además indefensas y ricas? En va
no aquellos infelices reclamaron la proteccion que se les debia co
mo vasallos del Rey: las antoridades creyeron que no merecia la
pena de exponer el menor de los cristianos, por defender á los ju
díos , y dejaron hacer. El destrozo fué terrible . Quinientos judíos
tolosanos se refugiaron en la torre de Verdun sobre el Garona; los
Pastorcillos le pegaron fuego, esperando obligar por este medio á
sus víctimas á capitular; pero los judíos desplegaron en aquella
ocasion una energía extraordinaria. Fuese por librarse de los ultra
ges y suplicios que les preparaban, ó por desprecio de la vida, pre
LOS Judíos . 157

firieron degollarse unos á otros á rendirse . Ejemplo de bravura ra


ro en la historia de los judíos .
La impunidad de que gozaron los Pastorcillos mientras se entre
tuvieron en saquear y degollar judíos, concluyó en cuanto el Papa , 9

que residia en Aviñon , creyó peligroso para su persona dejar apro


ximarse á su residencia aquella nube de langostas. Anatematizó á
los que querian ir á conquistar la Tierra Santa antes que él lo man
dase , y por si el anatema no bastaba, el senescal de Carcasona to
mó las medidas mas eficaces, reuniendo contra los Pastorcillos fuer
zas respetables para impedirles la entrada en Aguas Muertas , don
de pretendian embarcarse para la Palestina, y los acorraló en los
pantanos que rodean la ciudad , obligándolos a dispersarse por falta
de medios de subsistencia .
« Muchos fueron muertos ó hechos prisioneros , el senescal los hi
»zo ahorcar de los árboles, veinte acá, treinta acullá , para dar á
»los otros una terrible leccion ...))

Tomo I.
CAPITULO V.

SUMARIO.

Barbaras leyes de la reina gobernadora doña Catalina contra los judíos. - Predi
cacion de San Vicente Ferrer. - Asamblea de los rabinos en Tortosa en 1407.
Conversion al cristianismo de la mayor parte de los rabinos. - Persecuciones
contra los que no se convirtieron . - Los papas Pablo IV y Pio V estienden la
persecucion á todo el orbe cristiano . - Resignacion de los judíos con su mala
suerte.

I.

Durante el reinado de Enrique III , la suerte de los judíos espa


ñoles fué algo mas tolerable; pero á su muerte, la reina gobernado
ra doña Catalina, renovó las persecuciones. En enero de 1/12, pú
blicó un ordenamiento sobre el encerramiento de los judíos y de los
moros .

El primer artículo ordenaba:


« Que todos los judíos viviesen lejos de los cristianos en un lugar
» separado de la ciudad, villa , ó aldea de que fuesen vecinos, y que
vestuviese cercado de una tapia, en la que solo habrá una puerta
» para que entren y salgan .»
El segundo artículo les prohibia vender á los cristianos comesti
bles de ninguna especie , ni tener tiendas ni boticas.
El artículo quinto los declaraba inhábiles para ejercer los em
pleos públicos y les prohibia usar armas en poblado.
LOS JUDIOS . 159

Elartículo séptimo les obligaba á someter sus procesos y pleitos,


tanto criminales como civiles, a los alcaldes del Rey.
El duodécimo artículo les prohibia usar de la particula Don de
palabra y por escrito .
Los tres articulos siguientes les marcaban los trages que debian
usar !y los que les estaban prohibidos, y todo judío ó judía que con
traviniese estas prescripciones debia perder su vestido inclusa la ca
misa. Y no se contentaba la buena doña Catalina con someter a los
judíos a las modas de su capricho, sopena de desnudez, sino que
determinaba la calidad de las telas, sometiendo á igual pena al
que usára paño que valiese á mas de treinta maravedís la vara .
El artículo décimo sesto , prohibia á los judíos cambiar de resi
dencia, y el siguiente, recomendada á los señores que les negasen
hospitalidad, si pasaban por los pueblos y lugares de su jurisdiccion ,
haciéndoles volver con lo que llevasen al lugar de su domicilio.
El artículo décimo octavo les prohibia cortarse la barba y los ca
bellos.
El vigésimo les prohibia ser veterinarios, carpinteros, sastres,
curtidores,zapateros, medieros, ni carniceros.
El vigésimo primero les prohibia vender miel , aceite , arroz y
otras mercaderías.
Para dar una idea exacta del sentimiento que habia inspirado la
ordenanza de doña Catalina contra los judíos, citamos el artículo
décimo primero, que dice así:
« Que ninguna cristiana casada ó soltera , barragana ó prostituta ,
» no sea osada á entrar en la cerca en que viven los judíos , de no
» che ni de dia. Toda cristiana que penetre, si es casada , pagará
» tantas veces cien maravedís cuantas haya entrado en dicha cerca .
»Si es soltera ó barragana, que pierda el vestido que lleve puesto.
» Si es una mujer pública, se le darán en justicia cien azotazos y
»será arrojada de la ciudad ó lugar en que viva.
Dos años despues D. Fernando de Antequera, se vió obligado á
revocar las disposiciones de esta ley que por lo absurdas no habian
podido ponerse en práctica.

II .

A los degüellos en masa de los judíos, y á las leyes y orde


hanzas reales dirigidas contra ellos , se agregó tambien alguna
160 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

vez el único medio á que debieron recurrir los cristianos , es decir,


á la predicacion ; pero este remedio evangélico llegaba despues , ó
coincidia con los despojos y asesinatos : así es que las conversio
nes , eran poco sinceras, porque el miedo tenia en ellas mas parte
que la conviccion.
San Vicente Ferrer convirtió en Toledo cuatro mil judíos solo en
el año de 1407 .
Uno de los catecumenos del Santo, llamado Josué Halorqui, cé
lebre rabino y médico distinguido , fué escogido por el anti-papa
Benedicto XIII , D. Pedro de Luna , residente en Aviñon á la sazon .
El recien convertido tomó el nombre de Gerónimo de Santa Fé y se
própuso probar á los israelitas por el examen del Talmud, que él
conocia perfectamente, que el verdadero Mesías habia venido en la
>

persona de Jesus .
Con este objeto , obtuvo del Papa autorizacion para convocar
una asamblea compuesta de los mas célebres rabinos y de los ju
díos mas instruidos de España. Consintió el Papa y designó la
ciudad de Tortosa para las conferencias . Acudieron al llamamiento
los judíos de las principales sinagogas y escogieron á Vidael Ben
venista, uno de los mas sabios rabinos de la época , para que ha
blase en su nombre. El mismo Benedicto XIII fué á Tortosa, reci
bió á los judíos con mucha afabilidad y procuró que fuesen trata
dos con la mayor consideracion y que nada les faltase durante su
permanencia en la ciudad .
El dia siguiente de la llegada de los rabinos se tuvo la primera
conferencia, el 7 de febrero de 1407 .
Aquello era un verdadero concilio ó congreso, presidido por el
mismo Papa, á que asistieron los cardenales, obispos y algunos pre
lados de importancia , con otras personas de alto rango además de
los judíos en número de unos sesenta.
Gerónimo de Santa Fé abrió las sesiones con un discurso en la
tin , y no concluyeron hasta el mes de noviembre del mismo año .
Sesenta y nueve veces se reunieron , y se discutieron las siguientes
diez y seis proposiciones capitales.
1.' Puntos sobre los que están de acuerdo cristianos y judíos
respecto á la fé , y sobre los que difieren .
2. ' De las veinte y cuatro condiciones atribuidas al Mesías.
3. " Como los términos señalados para la venida del Mesías se
han cumplido en el tiempo.
LOS JUDÍos. 161
4. A saber si en la época de la destruccion de Jerusalen el
Mesías habia ya nacido .
5. Que cuando fué profetizada la destruccion del templo de
Jerusalen, ni el Mesías habia nacido ni habian anunciado su ve
nida.
6. Que el Mesías habia ya venido al mundo el año en que
ocurrió la pasion y muerte del Salvador , nuestro Señor Jesucristo .
7.' Que los profetas que hablan de las obras del Mesías, lo
mismo que de la reparacion del templo y de la reduccion de Israel
en un pueblo y de felicitar á Jerusalen, deben entenderse en el sen
tido moral y no en el material .
8.' De doce preguntas dirigidas á los judíos sobre las acciones
delMesías durante su permanencia sobre la tierra.
9. Que la ley de Moisés no es perfecta ni perpétua.
10. Del santo Sacramento de la Eucaristía .
11.' De la época y del motivo por que se compuso el tratado
conocido bajo el nombre de Talmud.
12. ' A saber si los judíos están obligados áá creer todas las co
sas contenidas en el Talmud , tanto las glosas de la ley , juicios, ce
remonias, oraciones, presagios, como las glosas ó invenciones he
chas sobre el dicho Talmud, ó si les está permitido negar alguna de
estas cosas.

13. ' De lo que debe entenderse por artículo de la ley ; probar


que no es un artículo de la ley hebraica el que el Mesías no ha ve
nido .
11.' De lo que es la ley , de lo que es la Escritura y de lo que
es un artículo .
15. Sobre las abominaciones, las inmundas heregías y las inu
tilidades que contiene el libro titulado Talmud .
16. ' Que los judíos no sufren la presente cautividad, sino por
el pecado del ódio voluntario que han desplegado contra el verda
dero Mesias nuestro Señor Jesucristo .

III .

Solo dos de los rabinos que asistieron a las conferencias no se


convirtieron . ¿ Hubiera producido la violencia iguales resultados?
La historia ha demostrado que no .
162 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Si el espiritu propagandista de los católicos hubiera sido mas


conforme con las prácticas de los cristianos en los primeros siglos
de nuestra era , es mas que probable que, repitiendo en las pobla
ciones en que habia judíos conferencias como las de Tortosa, la ge
neralidad de los hebreos hubiera seguido las huellas de los doce
rabinos convertidos en la libre discusion de las citadas conferencias.
Los dos rabinos á quienes no pudo convencer Gerónimo de Santa
Fé, llamabanse Ferrer y José Albo.
El rabi Astruch leyó en la última sesion una cédula, por la cual
su nombre y en el de todos los judíos se declaraba estar entera
mente convencido de los errores de la religion judía.
« Y yo Astruch Levi, con la humildad debida, la sumision y la
» reverencia a la reverendísima paternidad y dominacion del señor
» cardenal y de los otros reverendos padres y señores aquí presen
» tes , respondo diciendo: que se permita que las autoridades Tal
» múdicas alegadas contra el Talmud, tanto por mi reverendisimo se
» ñor limosnero, como por el digno Gerónimo de Santa Fé, tales como
» aparecen literalmente, sean rechazadas. Tanto porque en primer
» lugar parecen heréticas, cuanto porque ofenden las buenas cos
» tumbres, y por último por ser erróneas. Y todo lo que por la tra
»dicion de mis maestros he sabido, lo que ellos saben ó deben sa
» ber en otro sentido, yo confieso que lo ignoro tambien . Por esta
»razon no doy yo fé alguna á las dichas autoridades ni ninguna
» otra , ni creo en ellas, ni intento defenderlas. Yo revoco toda res
» puesta dada en este lugar por mí que no este conforme con esta
» mi última respuesta , y ténla por no dicha en todo lo que contra
» diga esta declaracion . )
Todos los rabinos menos los dos antes citados, respondieron en
alta voz .
» Y nosotros tambien nos conformamos á esta , adhiriéndonos á
»ella . »

IV .

Hasta aqui todo iba bien : la conversion de los doce rabinos pa


rece espontánea y sincera; pero antes que la asamblea se separase ,
creyó el Papa deber suyo declarar que, « aunque él habia querido
» dar prueba de tolerancia, permitiendo la discusion de las creen
LOS JUDÍos . 163

» cias respetadas por todos los cristianos , como dogma Santo , él no


»podia disimular su cólera contra los que, cerrando las ojos á la luz ,
»persisten en errores reconocidos, abjurados y condenados por to
»dos los de la raza judía que estaban allí presentes . »
El 11 de mayo de 1115 , expidió el Papa una bula en la ciudad
de Valencia, cuya observancia debia reducir á los judíos á la últi
ma estremidad.
Hé aqui un estracto de esta bula, cuyo texto ha conservado, en
la Biblioteca de los rabinos españoles , el señor Rodriguez de Cas
tro .
1. « Se prohibe a todo el mundo sin escepcion de persona oir,
»leer,ó enseñar en público ó en secreto la doctrina del Talmud, y
» se manda reunir en el término de un mes en la Iglesia catedral
» de cada diócesis todos los ejemplares que puedan encontrarse del
» Talmud, de sus glosas, comentarios, resúmenes y compendios,
vcualesquiera otros escritos , que directa ó indirectamente tengan
» relacion con esta doctrina . Los diocesanos y los inquisidores de
» berán vigilar por la ejecucion de este decreto, visitando por sí mis
»mos, ó por otro, al menos cada dos años sus jurisdicciones en que
»haya judíos, y castigar á los culpables con toda severidad . »
2.° « Que á ningun judio se le permita tener, leer ú oir leer el
»libro titulado Var Var Jesu, porque está lleno de blasfemias con
» tra nuestro redentor Jesucristo , ni cualquiera otro libro ú escrito
»injurioso para los cristianos, o que hable contra cualquiera de sus
»dogmas, ó contra los ritos de la Iglesia, en cualquier idioma en
» que esté escrito . Que el contraventor á este decreto sea castigado
» como blasfemador . »
3. « Que ningun judío pueda hacer, ni componer , ni aun te
» ner en su casa bajo ningun pretesto, cruces , cálices ó vasos sa
» grados. Que no pueda encuadernar libros de cristianos en que esté
Þescrito el nombre de Jesucristo ó de la santísima Vírgen . » Y que
» sea excomulgado el cristiano que por cualquier motivo que sea de
vá los judíos alguno de estos objetos.
1.' « Que ningun judío pueda ejercer el cargo de juez , ni aun
» en los pleitos que ocurran entre ellos .
5. » Que se cierren todas las sinagogas erigidas ó reparadas
» nuevamente . Que en los lugares en que no haya mas que una ,
» subsista, á condicion de que no sea suntuosa. Si hay dos ó mas,
» que solo quede abierta la mas pequeña. Pero si se prueba que al
164 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»guna de dichas sinagogas haya sido iglesia en los tiempos anti


»guos, que se cierre al instante.
6.° Que ningun judío pueda ser médico, cirujano, boticario,
»droguista, proveedor ni ejercer ningun empleo público que nece
»site la obligacion de mezclarse en los asuntos de los cristianos .
» Las judías no podrán ser comadronas ni tomar cristianas para edu
» car sus hijos. Los judíos no podrán tener cristianos á su servicio ,
» ni venderles ni confiarles las vituallas de cada dia , ni tomar parte
»con ellos en ningun banquete . Se prohibe á los judíos bañarse en
» la misma agua en que lo hagan los cristianos . No pueden ser in
» iendentes ni agentes de los negocios de estos , y se les prohibe tam
»bien aprender en las escuelas de los cristianos ninguna ciencia ,
»arte , ni oficio.
7. ° »Que en cada ciudad , aldea ó lugar en que se hallen ju
»dios , se les reserven para vivir barrios separados de los cristia
» NOS .

8. ° »Que todos los judíos y judías lleven en sus vestidos una


»divisa encarnada y amarilla del tamaño y forma indicado en la
»bula. Los hombres, en el pecho y las mujeres en la frente ( 1 ) .
9. ° »Que ningun judío pueda hacer el comercio, ni hacer contra
»tos con los cristianos , para evitar los engaños de que habitual
» mente se hacen culpables, lo mismo que las usuras que cobran de
» ordinario .
10. »Que todos los judíos ó judías convertidos á la fé, у todos
»los cristianos que tengan parentesco de sangre con los judíos no
»convertidos , puedan heredarlos, aunque por testamento, codicilos,
púltimas voluntades ó donaciones entre vivos hubieran sido escluidos
» de la herencia de sus bienes .
11. »Que en todas las ciudades , aldeas, y lugares donde se
pencuentre reunido el número de judíos determinado por el dioce
»sano se prediquen tres sermones ; uno el segundo domingo de ad
»viento , otro el dia de Pascua de Resurreccion, y el tercero el do
» mingo en que se canta el evangelio Cum apropinquasset Jesus Je
» rosolimam videns civitatem , flevit super eam . Que se obligue á
» todos los judíos mayores de doce años á asistir a estos tres sermo

(1 ) En el epilome de la crónica de Don Juan 11, por José Martinez de la Puente : Madrid 1678 se vé
lo que sigue: «Por los consejos de San Vicente Ferrer, se obligó á los judíos de ambos reinos á
»llevar labardos, con una marca encarnada.
LOS Judíos . 165

»nes, cuyos asuntos tendrán por objeto demostrarles, en el primero


»la venida al mundo del verdadero Mesías , sirviéndose para esto de
»los verdaderos pasages de la Santa Escritura y del Talmud deba
»tidos en la asamblea de Tortosa; en el segundo deberá hacérseles
» comprender los errores, locuras, y frivolidades contenidos en el
» Talmud; y en el tercero se les predicará la destruccion de la ciu
»dad y del templo de Jerusalen y la perpetuidad de su esclavitud ,
»segun las palabras de Jesucristo y de los santos profetas. Al con
» cluir cada sermon , se les leerá esta bula , a fin de que si contravi
» niesen , no sea por ignorancia .»
El efecto de esta bula, que condenaba á los judíos españoles al
ostracismo dentro de su propia patria, fué verdaderamente grande ;
pero no glorioso para la religion en cuyo nombre se dió.
Muchas fueron las conversiones pero los sucesos probaron mas
tarde en muchos casos la falta de sinceridad de los judíos converti
dos .
Los rabinos mas sabios de la península , se hicieron cristianos,
En Zaragoza, Calatayud y Alcañiz , mas de doscientos rabinos
abandonaron la fé de Moiscs. En Daroca , Fraga y Barbastro, pasa
ron de ciento veinte las familias que abjuraron el judaismo. En Cas
pe y en Maella , el número de convertidos pasó de quinientos. To
dos los habitantes judíos de Tamarit y Alcolea , recibieron el bau
tismo .

V.

España era el único país que reconocia por Papa á Benedicto XIII ,
y por el pronto solo los judíos españoles , se vieron sometidos á la
persecucion que la bula llevaba consigo ; pero el concilio de Basilea
en su sesion decima nona, Pablo IV y mas tarde Pio V aprobaron la
bula, y este último ordenó que se egecutase con el mayor rigor en
todo el mundo cristiano .
Mientras que en Aragon se celebraban las conferencias de Torto
sa, se reunió en Castilla un concilio de obispos el 10 de enero de
1413, al cual asistieron los de Santiago , Soria, Ciudad Rodrigo , Pla
>

sencia y Avila .
Estos prelados creyeron que , en lugar de convencer a los judíos,
era mejor esterminarlos. El resultado de sus conferencias fué pro
Tomo I. 24
166 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mulgar trece decretos parecidos á los de la bula de Valencia . He


aquí en qué términos se espresaban los piadosos obispos reunidos
en Zamora en el preámbulo de sus decretos:
«Nós ordenamos sobre todo lo aquí contenido. Primeramente, co
»mo Don Clemente V , por la gracia de Dios obispo de la Santa Igle
»sia de Roma, entre las otras constituciones que dió en el concilio
»de Viena, ha querido que los judíos no usaran los privilegios que
» hubieren obtenido de los reyes , ó principes seculares, de no poder
»ser condenados en juicio en ningun tiempo por el testimonio de
»cristiano y que advirtiesen los dichos reyes y principes secula
vres que no concedan nuevos privilegios ñi respeten los ya conce
» didos » ...
En cuanto a las prescripciones dadas contra los judíos eran igua
les á las del concilio de Tolosa . Uno de sus decretos les prohibia
salir de sus casas los miércoles de tinieblas , y les ordenaba cerrar
sus puertas y ventanas el Viernes Santo , a fin de que no pudiesen
mofarse de los cristianos, que en tales dias estaban sumergidos en la
tristeza .
La paciencia y resignacion de los judíos era tan grande como el
ódio y crueldad con que los trataban los católicos.. A todo se some
tian , y como los cristianos despues de todo no podian vivir sin
ellos , pasada la primera efervecencia del fanatismo , las absurdas
leyes y reglas á que los sometian se alteraban ó caian en desuso.
Los judíos volvian á acumular tesoros que escitaban la envidia de sus
enemigos , avivaban su ódio , y volvian á empezar las persecucio
nes con nueva saña , sin que jamás los dejasen tranquilos Уy sin po
der esterminarlos, aunque muchas veces se lo propusieran , como
veremos en los capítulos sucesivos .
CAPITULO VI.

SUMARIO .

Proteccion concedida por Don Juan II á los judíos. - Renovacion de las persecucio
nes bajo el reinado de Enrique IV . - Fanatismo de los grandes . - Acusacion con
tra los judios de ha er crucificado un niño en Sepúlveda . — Proceso y martirio
de los supuestos culpabl s.-Deguellos de judíos en Sepúlveda, Segovia , Córdo
ba, Jaen , y otros puntos.- Atentados contra los cristianos nuevos ó judios con
vertidos. - Impuestos pagados por los judíos en Castilla . - Miseria general. - Ad
venimiento de Isabel la Católica al trono de Castilla .

1.

El rey Don Juan II y su célebre ministro Don Alvaro de Luna


fueron comparativamente humanos con los judíos. En abril de 1443 ,
publicó Don Juan en Arévalo una pragmática , en la cual declaraba
que tomaba bajo su proteccion y salvaguardia, como cosa suya y
de su cámara á todos los judíos de su reino.
Esta ley revocaba las disposiciones de los concilios de Zamora y
de Tortosa .
EL papa Eugenio IV habia ratificado con una bula todas las me
didas violentas contra los judíos ; pero Don Juan creyó ver en ella
un atentado á sus derechos reales, ó acaso cediendo a sus propias
inspiraciones ordenó á sus vasallos , «que trataran en adelante a los
judíos con humanidad ; como lo exigian de ellos sus derechos y sus
leyes.»
Levantó además todas las prohibiciones que pesaban sobre los
168 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

los judíos concediéndoles el derecho de ejercer toda clase de oficios


y profesiones.
Bajo penas muy severas prohibió á los ayuntamientos que hicie
ran ordenanzas de proscripcion contra los israelitas; pero desgra
ciadamente , los sentimientos de justicia que abrigaba el Rey dista
ban mucho del ánimo de sus vasallos católicos , y los judíos no pu
dieron gozar los beneficios de la nueva ley .

II .

Acusaron de sacrilegio á los rabinos de una de las sinagogas de


Segovia, y el obispo Juan de Tordesillas los condenó á ser arrastra
dos y descuartizados, y su sinagoga fué confiscada y consagrada al
culto católico con el nombre de Corpus Christi.
Apenas muerto Don Juan el II , se renovaron las persecuciones
contra los judíos : los grandes del reino impusieron á Enrique IV el
impotente, como condicion de su reconocimiento como rey , la expul
sion de sus estados de los judíos y de los moros. Esto pasaba en el
або 1460 .
Habia el rey D. Juan confiado á los judíos la cobranza de las
rentas reales , cargo odioso para los pueblos sobrecargados de im
puestos, y faltos de ilustracion , que acusan de la maldad de la ley á
los que la ejecutan y no á los que la hacen . En Tolosa de Gui
púzcoa, fue asesinado el judío Gaon , al querer cobrar un impuesto
conocido bajo el nombre de pedido, y no solamente este asesinato
quedó impune , sino que los judíos que ejercian el mismo cargo
en Navarra y Castilla, sufrieron las mas sangrientas persecuciones
por parte del pueblo , que se vengaba en ellos de la antipatía que
sentian por el Rey que los nombraba..
Cuenta Mariana, que estando Enrique IV en Segovia, hubo una
gran discusion en el púlpito entre dos frailes, sobre la manera con
que debian ser tratados los judíos. Tronaba el uno contra la tolerancia
que con ellos se tenia . El otro condenó la violencia como odiosa é
indigna de verdaderos cristianos . Este buen hombre se apoyaba
además en las leyes de Castilla, cuyo objeto era poner freno a las
injustas persecuciones ejercidas contra los judíos. Pero no tardó un
suceso imprevisto en reavivar los ódios populares.
Esparcióse el rumoren Sepúlveda, el domingo de Pasion de 1468 ,
LOS JUDÍos . 169
de que los judíos habian crucificado á un niño, por instigacion de
rabino Salomon Picho . Corrió la noticia con rapidéz , y la indigna
cion fué general . A pesar de lo improbable del hecho , el ódio de los
cristianos viejos contra los judíos contribuyó á que se tuviera por
cierto . Juan Arias, obispo de Avila , hizo averiguaciones y formó
proceso; llevó diez y seis judíos á Segovia, los puso en el tormento,
>

y despues ahorcó á unos y quemó á otros .


Si el crimen hubiera sido cierto , nos parece que estaba mas que
vengado con el sacrificio de las víctimas del obispo de Avila ; pero
los fanáticos no se dieron por contentos , acusando de blandura á su
llustrísima , y los católicos de Sepúlveda se precipitaron furiosos en
las juderías y degollaron cuantos judíos hubieron a las manos : solo
se libraron de aquella carnicería los que pudieron huir .

II .

Hasta entonces se habia respetado á los judíos que se hacian


católicos ; mas pronto los cristianos viejos no distinguieron entre los
convertidos y los que no lo eran .
Las sangrientas escenas de Sepúlveda se reprodujeron en Va
lladolid . En vano los judíos maltratados y perseguidos recurrieron
al rey Enrique, que se encontraba en Segovia: solo vagas promesas
pudieron obtener .
Los sucesos de Segovia fueron notables por mas de un con
cepto.
Habia caido en la desgracia del Rey, don Juan Pacheco , y creyó
recobrarla si lograba arrojar del alcázar á su alcaide Andrés de
Cabrera , marido de doña Beatriz de Bobadilla , dama de honor de la
princesa Isabel, cuya confianza poseia . Con este objeto, sedujo Pa
checo á muchos hidalgos segovianos , que entraron en sus planes.
So pretexto de armarse contra los judíos perseguidos por el pueblo ,
debian los conjurados apoderarse del alcázar y hacer prisionero á
Cabrera ; pero este tuvo á tiempo noticia de los proyectos de sus ene
migos.
A la hora convenida , los conjurados corrieron a las casas de los
cristianos nuevos ó judíos convertidos, y degollaron á cuantos en
contraron indefensos ; y la matanza hubiera sido aun mayor, si Ca
brera que estaba prevenido no acudiese al socorro de los nuevos
170 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

católicos, haciendo pagar su crímen , como merecia , al instigador


Juan Pacheco.
Segun el Tizon de España , este Pacheco que queria esterminar á
los judíos convertidos , era nieto de una judía llamada María Fernan
dez Tavira , lo que hacía su crímen aun mas odioso.
Dos años habian pasado apenas cuando tocó el turno á los judíos
de Andalucía, y sus ciudades mas importantes fueron teatro de los
mas horribles atentados .
La tempestad estalló en Córdoba. Sin temor de castigo , el pueblo
se lanzó furioso sobre los judíos y los esterminó sin piedad; pero
lo mas fuerte de la tormenta cayó en Jaen . El condestable Iranzu
hizo lo que pudo para proteger las vidas y haciendas de aquellos
infelices, aunque sin gran resultado . Los asesinos de los judíos, que
.

se escudaban con su amor á la religion cristiana para derramar san


gre inocente, no tuvieron escrúpulo en vengarse de Iranzu , asesi
nándolo en la iglesia mientras oía misa . Bien puede asegurarse que
el fanatismo religioso es el peor consejero del hombre у el mayor
enemigo de la razon y de la justicia. El asesinato del condestable
quedó impune, y en Andújar, Córdoba y otros pueblos de Andalu
cía, sobreexcitados con tan odiosos ejemplos, robaron y asesinaron
á los hebréos, sin que la autoridad interviniese ni castigase á los
culpables .
No tardó Castilla en imitar á Andalucía .

IV .

Para formarse exacta idea del estado y situacion de los judíos de


España á mediados del siglo xv , debe verse la Reparticion hecha
entre las Aljamas de la corona de Castilla del servicio y del medio
servicio, que los israelitas debian pagar el año de 1474 , en el cual
>

ocurrió la muerte de Enrique IV .


Hé aquí el principio :
«Señores contadores mayores del Rey nuestro señor : la reparti
»cion que yo rabí Aben -Nuñez, físico del Rey nuestro señor , y su
» juez mayor y repartidor de los servicios y medio servicios, que
»las asambleas de estos reinos y señoríos deben dar á su señoría
» cada año , subiendo á cuatrocientos cincuenta mil maravedises que
LOS judíos . 171

»las dichas asambleas deben dar á Su Alteza por el servicio y medio


» servicio de este año de 1471 ... )
Este documento revela dos cosas: primera, que los judíos eran
médicos, tesoreros y jueces del Rey, aá pesar de las bulas papales y
ordenanzas reales yу del odio que les profesaban los católicos; y se
gunda, que cada vecino judio pagaba al Rey por la contribucion
llamada servicio y medio servicio , la suma de cuarenta y cinco
maravedises; suma enorme, teniendo en cuenta el valor de la mo
neda en aquellos tiempos , y que seguramente no hubiera podido
pagar cada vecino católico .
Toledo , Córdoba, Sevilla , Burgos , que anteriormente pagaron
grandes cantidades al Rey , solo figuraban aquel año por sumas in
significantes , á causa de las repetidas matanzas y de las conversio
nes , que el miedo á la ruina y la muerte y la elocuencia de San Vi
cente Ferrer habian alcanzado.
La corona de Castilla contenia mil doscientas diez y siete sina
gogas, y la poblacion judía se componia de doce mil vecinos , ó
sean sesenta mil almas ( 1 ) .
Hé aquí el cuadro de la reparticion del servicio y medio servicio
hecho por Aben -Nuñez.

Sinagogas del Obispado de Burgos. 30,800 maravedises .


del Obispado de Calahorra. 30,100 »

)
de Palencia . 54,500
de Osma . 19,600 »

de Siguenza . 15,500 >

de Segovia .. 19,750
de Avila . 39,950 »

de Salamanca y Ciudad -Rodrigo. 12,700 »


> de Zamora.. 9,600 >>

» de Leon yy Astorga . 37,100


de Arzobispado de Toledo. 64,300 »

del Obispado de Placencia . 57,300


de Andalucia y baja Estremadura 59,800

Total . 454,000 »

V.

Triste era el espectáculo que España ofrecia en aquella época.


( 1 ) ¡ En tiempo de Alfonso el Sabio, como ya hemos visto, el reino de Castilla contaba una pobla
cion de ochocientos cincuenta y cuatro mil novecientos cincuenta y un judíos , que pagaban veinte
y cinco millones seiscientos cuarenta y ocho mil quinientos dineros!
172 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Verdad es que habia esterminado el pueblo como enemigos de Dios ,


muchos miles de inocentes pero en cambio el comercio estaba pa
ralizado, porque los judíos aterrorizados ocultaban el dinero en lu
gar de emplearlo en útiles especulaciones . La ruina del comercio lla
maba tras de sí la de la industria y agricultura, cuyos productos no
bastaban para alimentar al pueblo, y la escasez de numerario con
tribuia á aumentar todos los valores, y con ellos la miseria públi
ca. De esta manera puede decirse que los esterminadores de los ju
dios llevaban en el delito la penitencia .
Enrique IV recurrió a la tasa y fijó los precios de los comestibles,
sin tener en cuenta su relacion con la cantidad y con los otros va
lores , y no consiguió, como era natural, otro resultado, que aumen
tar la miseria; pues los comestibles se retiraban del mercado desde
que sus precios se fijaban de antemano arbitrariamente.
Hé aquí algunas líneas de la pragmática á que nos referimos:
« Atendido que Nos estamos obligados al buen gobierno y utili
»dad de nuestros vasallos , y á la guarda y conservacion de nues
?

»tros reinos y señoríos , mandamos уy ordenamos que en todo el rei


»no y en nuestra córte la fanega de trigo valga de quince á diez y
»ocho maravedís ; la de avenaá seis maravedís viejos; la de cebada á
»doce ; la libra de carnero dos maravedís , la de vaca uno , la de man
» teca de vaca cuatro, la de puerco tres maravedises viejos, la per

»diz cinco maravedices, la liebre tres , el conejo dos , la gallina


»cuatro , el pollo dos , el pato seis , el lechon ocho, la paloma dos
» maravedises viejos, el toro de Guadiana criado en el Guadiana ,
» valdrá doscientos maravedises viejos; el del pais, ciento ochen
» ta , etc. , etc. )

VI .

La miseria se hizo general ; era milagro ver circular una moneda


de oro . Cuasi todos los banqueros y cambistas de moneda eran
judíos convertidos. Tambien habia algunos cristianos viejos que se
dedicaban á estos negocios, aunque por cuenta de los judíos , que no
se atrevian á dar la cara . Las apariencias de miseria, de que los ju
díos sabian rodearse tan hábilmente, no bastaban á librarlos de la
animosidad de los cristianos , los cuales los acusaban con notoria in
justicia de la miseria que sufrian, porque acaparaban el oro, y sa
7
LOS Judíos. 173

ciaban en ellos su furia saqueándolos y esterminándolos . Pero la


hora se acercaba del mayor de sus infortunios .. La muerte de Enr:
que IV , dió el trono de Castilla á Isabel la Católica despues de una
breve lucha con el rey de Porlugal, que representaba los derechos
de su mujer doña Juana hija de Enrique IV , llamada la Beltraneja,
porque la voz pública la suponia hija de D. Beltran de la Cueva y
de doña Juana de Portugal, mujer de Enrique IV, llamado el Impo
tente: sea de esto lo que quiera, la fuerza de las armas fué la últi
ma razon á que apelaron los pretendientes, y la batalla de Toro fa
tal á doña Juana probó que la razon estaba de parte de doña Isabel .
El matrimonio de la reina de Castilla con D. Fernando de Aragon
uniópara siempre los dos Estados mas grandes de la Península,
cuyo poder dió a España una preponderancia decisiva en la política
europea, que, por mal dirigida, fué causa de su ruina .
La expulsion de los judíos y el establecimiento de la Inquisicion
oscurecen el brillo del reinado de los Reyes Católicos, y fueron ori
gen, de la funesta política de sus sucesores, áá quienes debió España su
decadencia y la pérdida de sus fuerzas en luchas tan estériles como
injustas . A su celo religioso sacrificaron á España , y lo que es
mas sensible, los principios de equidad que su ciego fanatismo les
oscurecia .

Tomo 1 . 25
CAPITULO VII.

SUMARIO.

Nuevas persecuciones . - Leyes de los Reyes Católicos contra los judíos.- Espul
sion .-Generosos ofrecimientos de los judíos para que les dejasen en paz.- Fu
nesta intervencion de los inquisidores . - Supuesta carta de los judíos de Espa
ña á los de Constantinopla y su respuesta.- Fanatismo del pueblo y su animosi
dad contra los judíos.- Esfuerzos del clero por bautizará los judíos á fin de que
no emigráran . - Ruina de los judios . - Numero de expatriados.-Sensata opinion
del Gran Turco sobre la expulsion de los judíos de España .

I.

Las persecuciones de la Inquisicion, ejercidas desde el siglo xiit ,


no satisfacian ya, a pesar de sus rigores, al celo de los fanáticos, y
á la codicia de los que esplotaban el fanatismo del pueblo: por esto ,
como veremos en otro libro, establecieron los Reyes Católicos la que
se llamó Inquisicion moderna,en 1481 , cuyo objeto inmediato era
perseguir y castigar á los cristianos nuevos de origen judío, que por
haber sido bautizados por medios violentos, reincidian en usos y
prácticas de su antigua religion .
Pocos años pasaron , desde el establecimiento del célebre tri
bunal , sin que, no contentos con perseguir a los judíos que abra
zaron el catolicismo, se propusieron arrojar de España á todo el
que no se convirtiera; como si no supiesen la ineficacia de conver
siones hechas por tales medios.
« ( Vosotros sabeis y debeis saber ,» decian los Reyes Católicos en
LOS JUDIOS . 175

el decreto de expulsion de los judíos , dado en marzo de 1492 , para


que salieran de España el 31 de julio del mismo año, «que , como
»ſuimos informados que en nuestros Reinos hay y habrá algunos
» malos cristianos, ordenamos en las Córtes, que reunimos en la
» ciudad de Toledo, el año pasado de 1489, separar los judíos en
» todas las ciudades, villas y lugares de nuestros reinos y señoríos ,
»dándoles juderíasy lugares reservados, donde podrian vivir en su
»pecado,a fin de que en su retiro se arrepintiesen , y además hemos
»decidido Уy dado órden , como hacía la Inquisicion en nuestros rei
» nos , y señoríos, la cual , como vos sabeis desde hace doce años
» que está instituida y que funciona , ha encontrado gran número
»de culpables, como es notorio, y de lo que estamos informados por
»muchos inquisidores y personas piadosas, eclesiásticas y seculares :
pes manifiesto y parece que es muy grande el daño que sufren у
»han sufrido los cristianos , por las relaciones, conversaciones y co
»municaciones que han tenido y tienen todavía con los judíos , los
» cuales se jactan de los esfuerzos que hacen siempre por todas las
» vias y medios que están á su alcance para apartar á los cristianos
»de nuestra santa Fé católica ....»
«Y á fin de que dichos judíos durante el dicho tiempo, hasta el
» fin de julio, puedan disponer lo que mejor les convenga respecto á
»sus bienes y haciendas, por la presente los tomamos y recibimos
»bajo nuestro amparo y proteccion yy defensa real ; y aseguramos
vellos y sus bienes, á fin de que durante el dicho tiempo hasta el
ndicho dia, fin del dicho mes de julio, puedan ir y estar con toda
vseguridad, á fin de que puedan vender, cambiar y enagenar todos
»sus bienes muebles, y que durante el dicho tiempo no se les haga
»mal alguno, ni perjuicio, ni ofensa en sus personas ni en sus bie
mnes, contra la justicia, bajo las penas en que incurran los que
» violen nuestra proteccion real. Y de la misma manera damos li
» cencia y permiso á los dichos judíos y judías para bacer salir de
»nuestros reinos y señoríos todos los bienes que posean por mar y
"por tierra, siempre que no sean de oro , ni plata, ni moneda acu
Ȗada
>
, ni otras cosas prohibidas por las leyes de nuestros rei
» nos .....)

II .

Un historiador moderno, de raro mérito, y que se habia hecho


176 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

famoso escribiendo historias de nuestra patria y de sus grandes


hombres, el americano Prescott, dice que la mayor parte de los
capitales que poseian los israelitas salió de España en letras de
cambio , burlando así la vigilancia de los empleados del fisco .
Este terrible decreto de expulsion que forzaba a los judíos á en
trar en el gremio católico ó salir de España en el término de cuatro
meses, se publicó en Granada en 31 de marzo de 1492 , y era la
>

medida de la ingratitud de los Reyes Católicos á quienes los judíos


ayudaron eficazmente, con dinero y provisiones , á la conquista de
Granada.
Cuéntase que , al saber los judios lo que contra ellos se proyec
taba, encargaron á uno de sus correligionarios ir á ver á los Reyes
Católicos y ofrecerles una suma de treinta mil ducados , so pretexto
de subvenir á las necesidades del tesoro, exhausto con los gastos de
la guerra; pero en realidad para comprar una vez mas el derecho
de que no los arrojáran del suelo que los vió nacer . No desagradaron
á los reyes los treinta mil ducados, y parecian mas favorablemente
dispuestos hacia los judíos, cuando entró justamente en la cámara
real , donde tenia lugar la conferencia , el inquisidor Torquemada, y
presentando a los reyes un crucifijo, les dijo con voz sombría y
amenazadora:
« Judas Iscariote vendió a su Dios por treinta dineros, y vosotros
»vais á venderlo por treinta mil. ¡Aqui lo teneis , vendedlo ! » Di
ciendo esto , salió tan bruscamente como habia entrado .
Esta escena teatral produjo el resultado que su autor se habia
propuesto .
¿Qué relacion habia entre la traicion de Judas , y la conducta de
los reyes , para que Torquemada comparase el acto de vender a su
maestro , para que lo prendiesen y le quitasen la vida, con el de
arrojar de sus hogares a vasallos fieles , que no contentos con pagar
puntualmente las contribuciones, hacian á sus reyes cuantiosos do
nativos ?
La publicacion del fatal decreto arrebató á los judíos toda espe
ranza, sumiéndolos en la mas profunda desesperacion. La alterna
tiva era cruel : ó la espatriacion , el abandono de la tierra que los
vió nacer , donde reposaban los restos de sus antepasados, ó la ab
juracion , el abandono de la religion de sus padres, por la cual ha
bian sufrido tanto , y que estaba á sus ojos rodeada de la aureola
que dá la persecucion.
LOS JUDÍos . 177

III .

Segun la tradicion, al verse en tal aprieto , los judíos de Toledo


escribieron a los de Constantinopla pidiéndoles consejo . Hé aquí la
carta que tiene visos de ser apócrifa :
Carta de los judíos de España á los de Constantinopla.
« Judios honrados , salud y gracia. Sabed que el Rey de España, >

»por pregonero público, nos obliga a abrazar el cristianismo, y nos


» quiere arrebatar los bienes, y nos quita la vida, y nos destruye
»las sinagogas , y nos causa otras tantas vejaciones, que nos tie
»nen confusos é indecisos sobre lo que debemos hacer. Por la ley
»de Moisés os suplicamos, que tengais á bien venir en nuestra ayu
»da, enviándonos rápidamente la deliberacion que tomeis sobre
Desto .
« CHAMORRO principe de los judios en España.
Respuesta de los judios de Constantinopla.
« Amados hermanos en Moisés, hemos recibido vuestra carla ,
»que nos hace conocer los tormentos é infortunios que sufrís, en
»los cuales tomamos una parte tan grande como la vuestra . La
»opinion de los grandes sátrapas y rabinos es la siguiente :
«A
A lo que decís que el Rey de España os fuerza á abrazar el
» cristianismo, hacedlo, puesto que no podeis esquivarlo. A lo que
»decís que os ordena perder vuestros bienes, haced á vuestros
»hijos mercaderes, á fin de que les tomen los suyos. ΑA lo que decis
»que os quitan la vida, haced vuestros hijos médicos y boticarios
» para que les tomen la suya . A lo que decís que destruyen vues
» tras sinagogas , haced á vuestros hijos sacerdotes á fin de que des
» truyan su religion y sus templos. En cuanto a las otras vejaciones
»que os causan , procurad que vuestros hijos entren en los em
» pleos de la república, á fin que, sometiéndolos, podais vengaros de
vellos. Y no salgais de esta regla que os damos , po rque vereis
porque por
vexperiencia , que pasareis de vencidos á ser importantes en algo . »
« Ysuff principe de los judíos de Constantinopla .»
>

El texto de estas dos cartas, sin duda apócrifas, lo citan D. Adolfo


de Castro en su Historia de los judíos, y el señor Amador de los Rios
en sus Estudios históricos, y se encueatran originales en los manus
2

critos de la biblioteca de Madrid . Preténdese que estas cartas fueron


178 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

supuestas por el cardenal Siliceo, para escitar el ódio popular contra


los judíos; pero fuera ó no el cardenal el inventor, bien puede asegu
rarse que son apócrifas, pues los consejos dados en la supuesta car
ta de los judíos de Constantinopla , mas parecen sátiras de Quevedo
que otra cosa . De todos modos , la intencion de esta carta es bien
manifiesta contra los cristianos nuevos, 0ó judíos convertidos por in
terés ó miedo.

IV .

El clero y la ignorante plebe acogieron con entusiasmo el decreto


de expulsion de los judíos .
Un cronista contemporáneo esplica de la siguiente manera las
causas de la animosidad de los cristianos viejos contra los judíos.
« Esta raza maldita se negaba á llevar sus hijos para que los bau
» tizaran . » ¿Qué hubiera dicho el cura de los Palacios, autor de la
crónica, si los judíos hubiesen odiado á los cristianos llamándolos
raza maldita porque no llevaban sus hijos a las sinagogas para ser
circuncidados? ¿Cómo habian los judíos de llevar sus hijos á bau
tizar, si no eran cristianos ? Otra de las razones del ódio que les pro
fesaban los cristianos viejos , era , segun el citado cronista , porque
aguisaban sus comidas con aceite en lugar de manteca fresca y por
qué no comian carne de puerco . » Parece que á pesar de la antipalía
que inspiraban los judíos á los cristianos viejos , por preferir el
aceite á la grasa , estos no han tenido escrúpulo en imitar su cos
tumbre empleando el aceite en lugar de la manteca , uso que en
muchas provincias es general, sin que por eso dejen de ser tan bue
nos católicos como aquellos eran buenos judíos.
Tambien los acusaba el cronista de comer carne en la cuaresma,
en lo cual tendria razon si fueran católicos .
« Eran , dice, gentes estremadamente hábiles y ambiciosas , que se
» apoderaban de los empleos mas lucrativos . Preferian adquirir su
» subsistencia por el tráfico , en el cual obtenian beneficios enormes,
» mucho mejor que por el trabajo manual, ó las artes mecánicas ...
» Y por último habiendo amontonado grandes riquezas, por tan
» malos medios, se esforzaban para unirse por matrimonio a las
» nobles familias de cristianos . »
Para los fanáticos del siglo XV, esta conducta de los judíos era
LOS Judíos. 179

objeto de ódio, pero bien:laro se vé que este ódio era hijo de la


envidia, pues aunque la lligion católica les prescribia renunciar á
los bienes de este mundo, o podian tolerar ni llevar en pacien
cia, que otros obtuviesen fr medio de ellos los beneficios á que de
bian su posicion social y la eyacion que en todos tiempos llevan con
sigo las riquezas. El tráfico que se entregaban los judíos, era una
funcion social necesaria , y slevaba consigo la usura, esto no de
pendia de los judíos, sino de's absurdas leyes que hacian los
cristianos . Estos no aprendh mas que á pelear, la aritméti
ca les olia á pecado, y luego extrañaban de que por el tráfico
que ellos despreciaban se enriqcieran los judíos... El remedio de
esto lo encontraron en la expulin ó en bautizarlos, sin que pre
cediera el consentimiento ni la 1 Pero el mas simple raciocinio
basta para comprender, que ni 6 era medio eficaz para hacerlos
cristianos, ni aquel para estirpar usura ni el tráfico que conde
naban.

V.

Durante el plazo concedido á los jos para su conversion ó su


salida de España , el clero redobló su a para hacerles abandonar la
religion hebráica; pero su elocuencia tvirtió á muy pocos. La ver
dad mas grande se hace odiosa cuando acompañada de amenazas ,
que son una ofensa, tanto para aquel á ien se quiere imponer, co
>

mo para la verdad misma, que degradásuponiendo necesaria la


violencia para hacerla aceptar.
Los judíos persistieron en conservar leligion de sus padres,
aun á trueque de aceptar el martirio del tierro. Los mas ricos
ayudaron á los pobres, y cuando llegó la ha fatal, todos estuvie
ron dispuestos . El feroz Torquemada agravuanto pudo la cruel
dad del decreto de expulsion. En el mes Gbril se publicó un
nuevo decreto prohibiendo a los judíos todaacion con 'los cris
tianos , y á estos darles alimentos ni cosa aha necesaria , bajo
las penas mas severas .
La ruina de los judíos fué completa: porquemo los cristianos
sabian que esperando á la última hora compra, sus haciendas
por poco mas de nada, no quisieron entrar en hs hasta el últi
mo momento, y aquellos infelices tuvieron que día una casa por
180 HISTORIA DE LAS PERSECUCONES.

un burro, ya una viña por algunas vara depaño ó de lienzo . Ge


neralmente, en España se tienen por juíos á los usureros y á los
logreros; pero la verdad es que no vaan mas los unos que los
otros : ¿qué mas hubieran podido hair los judíos en igualdad de
circunstancias?
Cuenta Tiego de Colmenares en siðistoria de Segovia, que an-
tes de abandonar esta ciudad, pasan los judíos tres dias tres
noches en el cementerio donde repoban sus parientes, derraman
do abundantes lágrimas, que entaecieron a todos los cristianos
testigos de su desesperacion.

Mas de tres mil judíos salpn de España dirigiéndose bácia


Braganza de Portugal; otros finta mil entraron en este reino por
Zamora; treinta y cinco mil p Ciudad - Rodrigo, quince mil por
Alcántara y diez mil por Bad 2. De Castilla solamente, mas de no
venta mil judíos entraron en )rtugal.
Dos mil judíos de Rioja siirigieron a Navarra, y cien familias
de Vizcaya se embarcaronn Laredo. Ocho mil hebreos andalu
ces se embarcaron en Cádi
«Gracias a esta santa ygurosa ley, dice un historiador espa
» ñol, mas de veinte y atro mil familias de judíos salieron de
» Castilla . Los israelitas adieron todo lo que tenian, y si sa
» lian por mar , pagah al Rey dos ducados por cabeza. Mu
» chos se fueron a Portul, de donde tambien fueron arrojados mas
» tarde. Otros se fuero, Francia, Italia, Flandes y Alemania . Yo
» mismo conocí en Roy uno de ellos que habia sido vecino de To
» ledo. Gran número : ellos pasó á Constantinopla, á Salónica ó
» Tesalonica, al Cairi á Berbería . Ellos transportaron nuestra len
» gua y la conservarodavía y se sirven voluntariamente, y es po
>

»sitivo que en las dades de Salónica, Constantinopla, Alejandría


» y el Cairo y en os ciudades comerciales, como en Venecia, no
»compran
» , ni vena , ni hacen sus negocios sinó sirviéndose de la
» lengua español:Yo he conocido en Venecia judíos de Salónica ,
» que hablaban pañol, como personas distinguidas, tan bien y me
» jor que yo. Esuy gran beneficio el que saca el gran Turco de
» estos pueblos or los tributos que le pagan . Así se dice que Ba
LOS Judíos. 181

» yaceto, que vivia cuando estos judíos se vinieron a estas comar


vcas, tenia la costumbre de decir cuando le ponderaban á los Re
» yes Católicos como muy prudentes y hábiles:
» Yo no sé como los reyes de España son tan prudentes, cuando
vtenian en su país esclavos tales como estos judíos y los han arroja
» do . »
Esto dice Gonzalo de Illescas, en su Historia pontifical, y es pro
bable que al escribir las últimas líneas que citamos no pensaba que
hacia la crítica mas sangrienta de la torpe política de los Reyes Ca
tólicos , á quienes tanto glorifica en su obra, por la expulsion de los
judios.
¡ Qué leccion puesta en boca del turco Bayaceto !

Tomo I. 26
CAPITULO VIII.

SUMARIO.

Divergencia de opiniones sobre el número de judios expulsados. - Crueldad del rey


de Portugal con los judics que se refugiaron en sus Estados . - Benevolencia del
papa Clemente VII con los judíos. - El Papa y los principes de Italia les ofre
cen un asilo . - Calamidades que sufrieron en sus viajes los judíos expulsados de
España y Portugal. - En todo el Noite de Europa fueron bien acogidos. - Supros
peridad.

I.

Difieren los autores acerca del número de judíos expulsados de


España por los Reyes Católicos. Refiriéndose á un rabino español,
dice Bernaldez que pasan de ciento sesenta mil: segun Zurita, fue
ron cuatrocientos mil; y Pedro Abarca dice, en los Anales de la Co
rona de Aragon , que fueron ciento sesenta mil familias, lo que cle
varia á setecientos selenta mil el número de individuos. Mariana,
por último, piensa que llegaron á ochocientos mil los judíos que se
vieron obligados á abandonar su ingrata patria. Los modernos
historiadores de los judíos de España no creen posible determinar
el número que pueda considerarse como exacto. La opinion de
Mr. Rosseeuw Saint Hilaire reduce el número de los expulsados á
dos ó trescientos mil ; y Prescott, cuya erudicion es incontestable
adopta la cifra mas baja como la verdadera.
Hé aquí las razones en que la funda.
LOS judíos . 183

« El número total de judíos expulsados de España por Fernando


» é Isabel se ha calculado con mucha variedad, desde ciento sesenta
» ocho mil personas, hasta ochocientas mil... Pero el exámen de
» todas las circunstancias de este suceso nos conduce naturalmente
»Y sin vacilar á adoptar el cálculo mas moderado, ( 1 ) cuya exac
» titud se encuentra además fuera de duda por el testimonio esplici
oto del Cura de los Palacios.
Cuenta este escritor, que un rabino, doctor de la ley y emigra
do, volvió en seguida á España y se hizo bautizar por él . Elogia
Bernaldez su talento y dice : que él calculaba el número total de sus
hermanos no bautizados en los estados de Fernando y de Isabel en
treinta y seis mil familias. Otro autor judío citado por el mismo cu
ra aseguraba ser treinta y cinco mil : y estas cifras, tomando por
base cuatro individuos y medio por familia , componen un total de
ciento sesenta mil próximamente, lo que está conforme con los cál
culos de Bernaldez . Parece poco razonable que esta suma haya si
do disminuida por este escritor ó por el rabino; porque este último
debia mas bien exagerar, á fin de excitar mayores simpatías en fa
vor de sus compatriotas, en tanto que el primero á su turno, debe
ria naturalmente inclinarse á engrandecer los gloriosos triunfos de
la cruz .
Por los cálculos mas reducidos, se vé cuan considerable fué el
número de los judíos expatriados .

II .

Segun el analista Abarca , los judíos de España enviaron algu


nos emisarios á Portugal para conocer el espíritu de sus habitantes
á propósito de ellos . Estos emisarios respondieron :
1 De un curioso documento que existe en los archivos de Simancas, y que consiste en una re
-lacion hecha a los soberanos españoles, por su contador mayor Quintanilla, en 1192 , resulta que la
spoblacion del reino de Castilla , con exclusion del de Granada, se valuaba entonces en 1.'00,000 ve
cinos, que á razon de cuatro y medio por familia da un total de 6.750,000 habitantes. Segun la aser
cion de Bernaldez , resulta que el reino de Castilla , contenia cinco sextos de la totalidad de los ju
ridios que poseia la monarquía española ; y sngun estos datos, si se considera el número de 800,000,
como el total de estos últimos, se elevaria en Castilla á 670,000, ó sea un diez por ciento de la
opoblacion general del reino. Es por consecuencia inverosimil que una parte tan considerable de la
nacion , notable además por sus riquezas y por su ilustracion , ſuera estima la en tan poco , como los
judios lo fueron , ó que sufriesen en silencio durante lantos años tan gran les persecuciones como
que sufrieron , ó que el gobierno español en fin se deciliera á tomar una determinacion tan
alrevida, como era el destierro de clase tan numerosa y opulenti, y esto con tan pocas precaucio
shes, al menos en apariencia, cual si se hubiera tratado de arrojar del país una horda errante de gi
alanos.-Prescoll,Historia del reinado de los Reyes Catolicos,
184 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

« La tierra es buena , la nacion tonta, el agua es para nosotros;


» hareis bien en venir, porque todo concluirá por ser nuestro. »
Si esto es cierto , las noticias debieron satisfacerles; por que segun
cuenta Mariana, gran número de israelitas pasaron á Portugal con
permiso del rey D. Juan II, que se lo concedió á condicion de que
cada uno pagaria ocho escudos de oro en precio de la hospitalidad que
iban á recibir, y que en un plazo que él fijó saldrian del reino , so pe
>

na de ser vendidos como esclavos, lo que al cabo sucedió á muchos


de ellos .
Por lo que precede se vé que el rey de Portugal , no le iba en
zaga al rey de España, en crueldad y en avaricia .
Afortunadamente para los cautivos,, al ocupar el trono de Portugal
el reyD. Manuel, les devolvió la libertad . Pero el piadoso rey don
Juan II , no se contentó con estos malos tratos.
>

El gobernador de la isla de los Lagarlos nuevamente descubierta,


y conocida despues con el nombre de Santo Tomás, pidió gente al
Rey para poblarla: ¿y qué hizo D. Juan? Arrebató por la fuerza sus
hijos menores á gran número de familias judías, y los envió para
poblar la nueva colonia . ¿ Cabe mayor barbarie ? ¿Cuáles eran las
nociones de equidad y humanidad de aquellos reyes?

III .

El nuevo rey D. Manuel puso en libertad a los cautivos , cuyo


único delito consistia en no haber podido salir del reino por falta de
buques en la época prefijada; pués por tierra no podian salir, á no
ser que vinieran a entregarse á la Inquisicion de España; pero fué
á condicion de abandonar á Portugal en el espacio de tres meses, ó
convertirse á la religion cristiana . Los judíos se apresuraron á ir
á los puertos que les habian designado para embarcarse; mas alli
no encontraron buques que los trasportaran , áa pesar de sus recla
maciones , y pagaron con el sacrificio de su libertad la salvacion de
su conciencia .
No concluyeron aquí las persecuciones; no bastó á los católicos
portugueses hacer esclavos á los que no quisieron bautizarse: llevá
ronlos amarrados á las iglesias y echáronles el agua del bautismo
por fuerza . Muchos de ellos, exasperados y reducidos al colmo de la
desesperacion por tantas violencias, se suicidaron degollándose, ó
LOS JUDÍos. 185

arrojándose en los pozos y algibes, donde encontraron una muerte


horrible.
El deseo del rey Don Manuel, sin embargo, habia sido bueno,
puesto que los bautizó por fuerza , creyendo que así salvaria sus al
mas. Error lamentable hijo de un ciego fanatismo y de una igno
rancia generales en los pueblos católicos de aquel tiempo.
Despues de las persecuciones del Rey vinieron las del clero . Du
rante el mes de abril de 1506 , conmovíase profundamente el po
pulacho de Lisboa por un supuesto milagro fraguado por dos frai
les dominicos.
Tratábase nada menos que de un Cristo, de cuya cabeza salia una
luz muy viva . Un judío convertido tuvo la desgracia de observar
que esta luz era producida por la reververacion del sol en una cor
tina, y para no perder los beneficios del milagro, los frailes sobreex
citaron los ánimos de la plebe contra los judios, y fueron estos ase
sinados indefensos en gran número; pero el rey Don Manuel hizo
prender a los promovedores del motin, que fueron severamente cas
tigados.
Los dos frailes dominicos, que habian excitado al pueblo á
la sedicion, murieron ahorcados; fué cerrado el convento , y la ciu
dad de Lisboa privada durante tres años del derecho de llamarse
muy noble y muy leal ..

IV .

Reservado estaba al papa Clemente VII , que regia á la sazon la cris


tiandad , el dar una gran leccion de tolerancia á los católicos de aquel
y de todos los tiempos.
Conmovido el sumo pontífice con las persecuciones injus
tas á
que un mal entendido celo por la religion , mezclado a las
bajas уy sórdidas pasiones de la envidia y de la avaricia de los reyes,
sometía á los judios, tanto de España como de Portugal, los auto
rizó para que fuesen á buscar un asilo en sus Estados, donde po
drian vivir conforme á la ley de Moisés. Si los reyes de España y
Portugal hubieran tenido sentido comun, reparáran sus faltas si
guiendo las huellas del Papa, y abriendo a los judíos las puertas de
sus Estados, habrian ganado honra y provecho. Que el papa Cle
mente VII bacia bien , no puede dudarse: sus sucesores hasta nues
186 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tros dias han permitido á los judíos vivir en sus Estados y practicar
su culto: ¿qué mejor prueba, de que hacian mal los que en lugar de
seguir su ejemplo, los arrojaban de sus Estados ó los bautizaban
por fuerza ?
Pero lejos de imitar al Papa, los reyes de la península ibé
rica persistieron en su funesta intolerancia, y Don Juan III de
Portugal ſué aun mas allá : oponiéndose á la voluntad del Pontífice,
prohibió por un edicto á los judíos salir del reino sin su autoriza
cion especial . Esta resolucion dió lugar á serias dificultades entre
las cortes de Roma y de Portugal.

V.

Los principes soberanos de Italia, el gran duque de Toscana,


Cosme de Médicis, Hércules de Ferrara y Manuel de Saboya fueron
mas sensatos, y siguiendo el humanitario ejemplo del Pontífice die
ron á los judíos libre entrada en sus Estados.
Llenos de esperanza se dirigieron a Italia muchos judíos; pero al
llegar á Nápoles en una porcion de buques que los trasportaban,
se declaró entre ellos la peste á consecuencia de haber estado amon
tonados largo tiempo en estrechos bajeles con escaso y mal alimen
to. Estalló la epidemia con tal violencia, que solo en Nápoles pe
recieron en un año veinte mil habitantes y despues se estendió por
toda Italia .
Un escritor de aquel tiempo nos ha conservado la relacion de los
sufrimientos á que aquellos desgraciados proscritos se vieron ex
puestos:
« Nadie podia asistir sin conmoverse á los infortunados judíos :
» gran parte pereció de hambre, sobre todo los niños... las ma
» dres casi sin fuerzas para sostener sus cuerpos desfallecidos, lle
» Vando sus hijos en brazos, morian con ellos, estrechándolos con
» tra su corazon desesperadas. Muchos murieron de frio, otros de
» una sed devoradora, porque sus enfermedades se habian agravado
» con las incomodidades inherentes á un penoso viaje por mar á que
ono estaban acostumbrados. No me detendré á hablar de la cruel
» dad y avaricia de los patrones de los buques que los trasportaron
» desde España y que les hicieron sufrir horriblemente: no solo ase
» sinaron á varios judíos por satisfacer sus apetitos ó su avaricia,
LOS JUDÍOS. 187

»sino que áá muchos les obligaron á vender sus hijos para pagar
» los gastos del viaje. Arribaron á Génova y saltaban en tierra á
»bandadas. Las antiguas leyes de la República solo permi
»tian á los viajeros judíos permanecer tres dias en la ciudad ;
»pero en aquella ocasion , los magistrados les permitieron perma
»necer el tiempo necesario para carenar los buques y reponerse de
»las fatigas del viaje . Hubiéransc tomado por espectros al verlos
utan flacos , con los ojos hundidos , las fisonomías cadavéricas ; en
prealidad no se diferenciaban de los cadáveres, mas que en la fa
»cultad de moverse que, puede decirse, apenas conservaban . Gran
» número de ellos murió en la Mala , único sitio en que les permi
» tieron desembarcar , por estar aislado en el mar. Mas la infeccion
» producida por tantos muertos y moribundos produjo entre los ju
»dios, en cuanto pasó el invierno, una plaga de úlceras que poco á
» poco se estendió por la ciudad degenerando en epidemia .)

VI .

Los judíos que habitaban el Mediodia de España quisieron bus


car en Africa un asilo .
Veinticuatro buques cargados de israelitas salieron de Cádiz
del Puerto de Santa María con rumbo hácia Oran . Diez y siete de
y
ellos mandados por Pedro Cabron, fueron sorprendidos por una es
pantosa borrasca , que les causó gruesas averías, y tuvieron que ar
ribar a Cartagena . Por no salir otra vez al mar , ciento cincuenta de
aquellos infortunados imploraron el bautismo y se dirigieron hácia
Castilla la Vieja. El resto dióse á la vela; pero arribaron á Málaga ,
donde vencidos por tantos sufrimientos yy miserias, mas de cuatrocien
tos se hicieron cristianos. Otros llegaron a Fez , y tuvieron que atra
vesar el Atlas á pié, caminando sin guia y cuasi sin víveres, acosa
dos por las fieras y las hordas salvages, hasta encontrar á sus cor
religionarios , que los recibieron como hermanos con transportes de
alegría.
Los que pudieron embarcarse en el litoral del Océano , se dirigie
ron á los paises del Norte , en los cuales recibieron mas humana
hospitalidad.
Desembarcaron otros en Francia , y fueron perfectamente reci
188 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bidos, estableciéndose en Marsella , Tolon , Lyon, Perpiñan , Burdeos


y Nantes.
Enrique Il les concedió el estado civil en agosto de 1550 , y el
parlamento de Burdeos, en 1571 , prohibió molestar á los judíos
españoles y portugueses domiciliados en el territorio de su juris
diccion .
No pocos se establecieron en Londres, Douvres, York, y otras
ciudades de Inglaterra. Otros pasaron á Amberes, Leyde, Amster
dam , y diversos puntos de los Paises Bajos , á Dinamarca y áá Ale
mania .
En estas nuevas residencias, los israelitas se apresuraron á fun
dar sinagogas y sus sabios se consagraron al estudio de sus es
crituras , é hicieron numerosos comentarios sobre la Biblia . Ellos
fueron los primeros en servirse del gran descubrimiento de la im
prenta, estableciendo muchas a mediados del siglo xvi en Alema
nia .
Las familias judías mas ricas de España y Portugal se estable
cieron principalmente en Amsterdam , Amberes уy Bruselas, y no
tardaron en adquirir en aquellas ciudades industriales una gran
influencia . Fundaron en ellas 'sinagogas que llegaron á gozar
mucha fama. En sus imprentas reimprimieron enormes cantidades
de libros en español, que se esparcian despues por todos los rinco
nes de Asia, Africa y Europa, donde sus correligionarios se habian
refugiado, contribuyendo esto en gran manera á la conservacion del
idioma español hasta nuestros dias entre sus descendientes.
Los israelitas que se refugiaron en Suecia adquirieron el bien
estar y la fortuna, ayudados por la proteccion que recibieron. Al
subir al trono la reina Cristina, dió vigoroso impulso á las ciencias
у á las letras, y los judíos españoles que se distinguieron en este
ramo de los conocimientos humanos, participaron de los favores
que dispensaba la mano generosa de la nueva reina. De esta ma
nera muchos de entre ellos obtuvieron toda clase de distinciones y
honores. Bossio , cuyo padre habia sido arrojado de España, fué
nombrado gentil-hombre de cámara y secretario de la Reina; Isahac
Tejeira fué su ministro residente en la importante ciudad de Ham
burgo.
LOS Judios. 189

VII .

La experiencia ha mostrado que, en ninguno de los paises donde


los judíos han encontrado acogida respetándose su libertad de con
ciencia, la religion cristiana no ha tenido nada que sufrir. En todas
partes han sido y son muchos los casos de judíos que han abando
nado espontáneamente su religion para hacerse cristianos; conver
siones sinceras, porque la violencia no tenia en ellas parte alguna:
los cristianos que han abandonado su religion para hacerse judíos,
son rarísimos : apenas conocemos ejemplos de casos semejantes.
Los judíos se casan con judías, y en los paises en que han prac
ticado libremente su religion , la mezcla de su sangre con la de
las otras razas ha sido imperceptible: en España, por el contrario , la
mezcla de la raza hebrea con las otras que componen la poblacion
fué muy considerable, á consecuencia de las conversiones forzadas,
que á tantos centenares de miles de judíos impusieron el bautismo
en diversas épocas, destruyendo así los obstáculos que se oponian
á su mezcla con españoles . Así fue como las antiguas noblezas de
Castilla yу Aragon se impregnaron de sangre judía, por el matrimo
nio de nobles arruinados con las hijas de judíos opulentos recien
convertidos ; sobre esto pueden encontrarse curiosos detalles en el
Tizon de España.

Tomo I.
CAPITULO IX .

SUNIARIO .

Falsa posicion de los judíos que prefirieronel bautismo a la expatriacion . - Cainbio


de la opinion pública en E - pana respecto á los judíos.-- Los cristianos nuevos de
Sevilla y la reina doña Juana . - Funestas consecuencias que trajo para España
la expulsion de los judios . - Superioridad de la libertad y de la benevolencia pa
ra atraer y asimuilar, sobre la violencia y la fuerza bruta .

I.

Los judíos que consintieron en recibir el bautismo por no salir


de España. llegaron apenas á treinta y cinco mil, y recibieron la
denominacion de cristianos nuevos . Someliéronlos á una vigilancia
incesante y bochornosa , y no pocas veces fueron excluidos de los
cargos públicos.
La division de cristianos nuevos y viejos, con todas sus funestas
consecuencias para los primeros, no desapareció de España hasta
el siglo XVIII .
La expulsion de sus vasallos judíos no satisfizo á los Reyes Cató
licos .
Todavía quedaban en España algunos judíos extrangeros, atrai
dos por los negocios de su comercio, que hacian frecuentes via
jes . Pretendian no sin razon , que siendo ellos extrangeros, y no va
sallos de los Reyes Católicos, no les alcanzaba el decreto de expul
LOS judíos . 191

sion ,estando bajo la salvaguardia del derecho de gentes; pero al


fanatismo le son antipáticos toda clase de derechos, y el 5 de se
tiembre de 1199, dieron los Reyes Católicos una pragmática, por la
cual se estendian las duras ordenanzas del decreto de Granada á todos
los judíos que llegasen á España, condenando a los contraventores
á la pena de muerte yУ á la confiscacion de bienes. Aunque ha caido
en desuso a la hora en que escribimos, en 1860, no ha sido dero
gado este bárbaro decreto.

II .

En 1511 , los cristianos nuevos , dependientes de la jurisdiccion


del Santo oficio de Sevilla , hicieron un acuerdo con la reina doña
Juana, durante la regencia de su padre D. Fernando, del cual va
mos á dar un estracto .
Este curioso documento se encuentra en la biblioteca imperial de
Paris .
« En la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, hoy lunes 28
»de noviembre de 1511, ante mí Diego Lopez, notario público de
» Sevilla, y de Gonzalo Matute, alcalde ordinario de esta ciudad de
» Sevilla , por sus Altezas, Alonso Hernandez, secretario de sus Al
»tezas compareció y presentó al dicho alcalde una carta de la Reina
» nuestra señora firmada por el rey don Fernando nuestro señor :
» Doña Juana , por la gracia de Dios, reina de Castilla , etc. , etc. ,
» etc... Atendidlo á que de parte de los vecinos y habitantes de la
»ciudad de Sevilla y de su arzobispado y obispados , que fueron re
»conciliados en nuestra Santa Fé católica del crimen de herética
»depravacion, y de parte de los hijos y nietos de los condenados
> por dicho delito, desde hace treinta años, hasta este momento .....
vinhábiles é incapacitados para ejercer y usar los oficios y honores
» que usan y ejercen los cristianos católicos no manchados, aá pesar
»de que sois desde vuestras reconciliaciones buenos católicos y cris
»tianos , y teniendo esto en consideracion, los inquisidores apostoli
» cos os dieron dispensas a fin de que pudierais usar y serviros de
»las cosas cualesquiera que ellas fueren arbitrariamente prohibidas
» y que vosotros las ejerzais y useis: Vosotros nos habeis suplicado
»y pedido , que considerando lo dicho y todo lo que habeis sufrido,,
»usando de misericordia y clemencia, os dispensáramos para que
192 HISTORIA DE PERSECUCIONES ,

»quedaseis hábiles y capaces para todas las cosas que os habian


»sido prohibidas por el derecho , las leyes , las pragmáticas y de
»cualquiera otra manera, y que pudiéseis usar y gozar de ellas, co
» mo usan y gozan los fieles católicos cristianos.
» Habiendo visto vuestra súplica y queriendo usar con vosotros
»de benignidad y clemencia, á fin de que podais vivir en mis reinos
»entre los fieles católicos cristianos, sin ninguna marca , ni infamia ,
»ni mancha de las antes dichas, y porque vosotros me servis cierta
»suma y cantidad de nuestros pagos hechos segun los otros acuer
»dos. Que se pague y se compren las rentas yY tributos que bastan
трага el pago de los salarios de los inquisidores yy de los otros ofi
»ciales de la santa Inquisicion de esta ciudad de Sevilla y de su ar
»zobispado, para que sea siempre el castigo de los que viven y es
» tán fuera de nuestra Santa Fé católica .
» Habiendoconsultado y de acuerdo con el reverendisimo y esce
»lentísimo padre cardenal de España, arzobispo de Toledo, inquisi
»dor general de mis reinos y señoríos y de mi Consejo, y con los
» otros inquisidores generales, fué convenido que Nos debíamos con
»ceder esta Carta. Yo he tenido la dicha razon por agradable, y por
»mi propio conocimiento y poder real y absoluto de que yo quiero
»en esta parte usar y del que uso para hacer el bien yy ordenar las
» cosas siguientes :
» Primeramente: a todos los reconciliados, é hijos y nietos de los
preconciliados por el dicho delito de herélica depravacion y aposta
» sía y á los hijos y nietos de los condenados por el mismo, que
»usen en adelante y sean hábiles y capaces de usar todos los ofi
»cios públicos y las cosas y derechos que las pragmáticas de nues
»tros reinos ordenan y prohiben : yo os repongo en el estado en que
»estábais antes que cayéseis en la dicha incapacidad, y como sija
»más hubiéseis caido : acepto, sin embargo, la prohibicion de ser
» en estos reinos Asistentes , Corregidores, ni Alcaldes con jurisdic
» cion criminal .
»Y yo os concedo perdon de las penas en que hayais podido in
»currir por haber violado pública ó secretamente las pragmáticas
» ú otras ordenanzas reales o de los reverendos inquisidores .
»De la misma manera, que si el padre ó madre de cualquiera de
»las personas que goce de este acuerdo y de esta aptitud fueren
» condenados a partir desde este momento, no caigan por ello en nue
» ya incapacidad .....
LOS Judíos . 193

»De la misma manera , que podais traficar con los indios y per
» manecer durante dos años desde el dia en que llegueis, y que po
»dais viajar por mar y por tierra , en cualquier pais de cristianos y
» serviros de todas las cosas que os han sido prohibidas, lo mismo
»que los otros fieles y católicos cristianos.
ordeno que el receptor Pedro de Villacis , con uno ó dos
» YY yo
»de los que os serán enviados , os den a cada uno de vosotros una
» carta de habilitacion , y tambien mi carta para que la guardeis y
» tengais como garantía de vuestros derechos: y yo ordeno al Asis
vtente , Alcalde, Arzobispo y Obispos, etc. etc. de mis reinos y se
»ñoríos, que os cumplan y guarden , y os hagan cumplir y guardar
» todos los capítulos contenidos en esta carta ...
»Dado en la ciudad de Sevilla el 11 de junio de 1511.-Yo el
»Rey.—Yo Juan Ruiz de la Serna, secretario de la Reina nues
»tra señora, que lo hizo escribir por orden del señor Rey su pa
» dre. »
La impunidad por lo pasado, concedida á los cristianos nuevos
por esta carta , acrecentó , si esto era posible, la vigilancia de la Inqui
sicion sobre los judíos convertidos. Gran número de ellos perecie
ron en las llamas, y no pocos se expatriaron para unirse á sus cor
religionarios , contentos de haber encontrado asilos hospitalarios don
de ejercian libremente los ritos hebráicos y podian dedicarse á sus
industrias favoritas .

III.

Antes de examinar las consecuencias de la expulsion de los ju


dios, conviene tener en cuenta las causas que determinaron a los
Reyes Católicos a tomar medida tan cruel y contraria á los intereses
del país .
Parece cosa evidente que el fanatismo religioso fué el móvil prin
cipal ; Уy debemos confesar que la intolerancia , digan lo que quieran
los
que la condenan por contraria á los derechos del hombre y á la
sana razon , es una consecuencia poco menos que inevitable de la
religion, desde que se la convierte en poder político y en ley del Es
>

tado .
Por lo demás, la falta de los Reyes Católicos no fué solo suya:
el fanatismo era general ; y mas o menos, todos los cristianos viejos
194 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de España fueron sus cómplices , cosa bien probada por la general


alegría con que fué recibida por do quiera la noticia de la expulsion
de los judíos.
Este espíritu de intolerancia, ni era tan violento ni tan general en
Europa, como pretende un historiador de los judíos , lo que se deja
ver por la acogida que tuvieron los fugitivos de España en diversos
países, inclusos Roma y Turquía sus dos mortales enemigos .

IV .

La expulsion de los judíos privó á España de hábiles comercian


les é industriales, precisamente cuando por el descubrimiento del
Nuevo Mundo tenia mas necesidad de ellos . Gracias a esta medida,
al establecimiento de la Inquisicion, á la expulsion de los moriscos
que vino mas tarde , y á la funesta política exterior á que la casa
de Austria nos condujo, el descubrimiento de la América, en lugar
de contribuir al bienestar de España y al desarrollo de su prospe
ridad, fué una de las causas de su decadencia, siendo las otras na
ciones de Europa que dieron asilo á los judíos , las que sacaron el
fruto, absorviendo los tesoros que los españoles traian de América;
porqué estando arruinada nuestra industria, teníamos que mandar
á Ultramar, los productos de la extrangera.
De esta manera , se veia con dolor que cuanto mas oro venia de
América , mas pobre estaba España, y la expulsion de los judíos , le
jos de disminuir la usura, no fué mas que ocasion de que aumen
tase .
CAPITULO X.

SUMARIO .

Benevolencia de les papas Martin V y Paulo III para con los judíos.- La corrup
cion como medio de propaganda y sus consecuencias. - Rigorismo del Papa
Paulo IV . - Elpapa Pio IV alivia la suerte á que sus puedecesores lalian relli
cido á los ju iios .- Pio V deshizo la obra de su antecesor .-- Dureza de Gregorio
XIII. - Suavidad de Sisto V.- Incousecuencias de Clemente VII . - Medidas del
Senado de Venecia en el siglo XVII . - Ventajas de los judíos en Florencia . - Los
judios en Saboya y en Napoles. - Luis XIV de Francia y los judíos. - Los judíos
en Alsacia .

1.

Las disposiciones benévolas de Martin V para con los judíos, atra


jeron á los Estados pontificios gran número de los expulsados de Es
paña.
Paulo III les confirmó los privilegios acordados por sus predece
sores , y entre otras razones decia en la bula , del año 1563 , que se
los confirmaba, “ porque habian pagado fiel y exactamente los im
puestos . »
Esto no impedia que los Papas procurasen por medios mas ó
menos eficaces convertirlos al cristianismo. Clemente V ordenó que
les obligasen á escuchar los sermones, que padres misioneros pre
dicaban con objeto de apartarlos de la religion que profesaban:
ofrecian gratificaciones a los que querian abjurar, dábanles dere
chos de ciudadanía desde que recibian el bautismo; les bacian pre
sentes; concediaples distinciones honoríficas y los lítulos de nobleza
196 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

no se escaseaban a los neófitos. No creemos que estos medios fue


sen los mas oportunos para hacer buenos cristianos ; mas al fin,
menos malos eran que la violencia y las persecuciones generalmen
te empleadas.
Preciso es no obstante confesar, que la corrupcion que llevaban
consigo estos medios no podia menos de dar los mas amargos frutos
tanto para la Iglesia como para los judíos .
Las disensiones en las familias fueron una consecuencia de esta
propaganda corruptora , que aá trueque de hacer algunos malos cris
tianos seducidos por la codicia y los halagos de la ambicion , hacia
odiosa á los judíos una Iglesia , cuyos sacerdotes recurrian á tales
medios para engrandecerla. Los padres desheredaban á los hijos,
los matrimonios se separaban , y Paulo III se creyó obligado á
mandar que los judíos no pudiesen desheredar á sus hijos si se
hacian cristianos.
En 1564 mandó el mismo Papa que todas las sinagogas paga
ran un tributo de diez escudos de oro anualmente para sostener un
hospicio, donde debian ser educados los judíos que abandonaban la
religion de sus antepasados para hacerse cristianos.
Esto era malo, pero aun cabia mucho peor; Paulo IV les obligó
á vivir en un barrio de la ciudad llamado el Ghetto, de donde aun no
han salido: redujo á una sus sinagogas demoliendo las demás; pro
hibióles adquirir bienes inmuebles, y les obligó á vender los que
tenian .
Sometiólos á llevar marcas distintivas ; probibióles trabajar el
domingo y llevar sus libros de cuentas en otras lenguas que no
fuesen en italiano ó en latin ; vivir, comer ni aun hablar con los
cristianos , asistirlos como médicos, ni recibir de ellos gaje alguno,
y por último que solo pudieran ganar la vida vendiendo y com
prando ropa vieja.
Estas órdenes fueron severamente ejecutadas. Los bienes mue
bles de los judíos, cuyo valor era de 500,000 escudos de oro ,
fueron vendidos á la vez por fuerza y apenas produjeron 100,000 .
Pensó el clero romano que la destruccion de los libros seria un
medio eficaz para hacerles abandonar su religion , y quemó cuantos
pudo haber á las manos , despojando de ellos sin ceremonia á sus
dueños . Mas de mil doscientos fueron los quemados, número con
siderable para aquella época.
Tantos vejamenes no aumentaron las conversiones . Los judíos se
LOS JUDÍos. 197

resigparon conformándose con las condiciones que se les imponia;


pero persistieron en la fé que profesaban .

II .

El advenimiento de Pio IV á la silla pontificia alivió la suerte


de los judíos de Roma. Este Papa les permilió adquirir bienes in
muebles hasta la suma de 1.500 ducados por familia, agrandar
sus casas , vender toda clase de mercancías, conversar honradamente
con los cristianos, llevar sombrero negro en lugar de amarillo ,
cuando iban de viaje, establecer tiendas fuera del Ghetto y lo que
es mas, obligó a los que les compraron sus bienes, haciendo con
tratos leoninos, á devolvérselos con las rentas percibidas, y á reci
bir lo que habian pagado por ellos. No contento con esto, prohibió
á los cristianos que tenian casas en el Ghetto , que las alquilasen
á los judíos á mas precio del justo.
La alegria de los judíos romanos no duró mucho : apenas Pio V
ocupó la silla apostólica , deshizo la obra de su predecesor, man
dando en 1568 restablecer en todo su vigor la bula de Paulo IV , y
añadiendo nuevos rigores de su invencion.

III .

Los judíos habian hasta entonces vivido en todas las ciudades


de los Estados pontificios. Pio V los arrojó de todas obligándoles á
expatriarse sino querian encerrarse en los Ghettos de Roma y de
Ancona .
Esta medida no se llevó a cabo rigurosamente, porque muchos
judios pagaron rescates considerables, con lo cual se les dejó tran
quilos en sus casas.
Gregorio XIII se mostró mas duro que sus predecesores; pero
Sisto V los trató con benevolencia yy algunas veces con distincion ,
tanto que los poetas judíos hacian versos en honor suyo .

Este Papa autorizó á los banqueros judíos á prestar a los cris


tianos á 18 por 100 de interés.
Clemente VIII no creyó peligroso para la religion católica permi
tirles la práctica del comercio en todos sus estados, en bula de 1595 ;
Tomo I , 28
198 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

pero en julio del mismo año , no solo les retiró esta concesion , sino
que les obligó, como lo habia hecho Pio V, á encerrarse en los Ghet
tos de Roma, Ancona y Aviñon .
Decia en este último documento, que los conservaba en Roma
para que fuesen mas fácilmente convertidos; en Ancona por conser
var las relaciones con el Oriente, y en Aviñon, porque hubiese ju
díos hasta mas allá de los Alpes. Los de Carpentras y del resto
del condado de Benaissin debian abandonar el pais : no obstante, ob
tuvieron un plazo de dos años para cobrar lo que les debian. Es
te plazo fué despues alargado, y la revolucion de 1789 los encon
tró en sus hogares en Carpentras, Cavaillon, y Lille.

IV .

En los estados de Parma podian consagrarse libremente los judíos


á todas las profesiones mediante una suma de 15.000 libras de plata.
La division de Italia en pequeños Estados independientes ofrecia
contrastes extraños y ridiculos. Mientras en Chiezi el Obispo cer
raba las puertas al célebre médico Balum , porque era judío, Siena
tomaba por médico y pagaba muy bien á otro judío.
Entre las medidas adoptadas contra los judíos, merece contarse
como única la del senado de Venecia en el siglo XVII , que les obli
gaba á tener cinco bancos de préstamos sobre efectos y valores, en
los que debian prestar dinero a los cristianos á un interés mas bajo
que el declarado legal por las leyes. De este modo no podia acusár
seles de usureros ; pero esto no impidió que fuesen expulsados al
fin de dicho siglo. Verdad es que encontraron medio de resistir, y
de quedarse, siquiera fuese á condicion de someterse a las vejacio
nes á que estaban sometidos en los Estados del Papa sus malhada
dos correligionarios.
Mientras en el resto de Italia eran maltratados Toscana fué el
verdadero paraiso de los israclitas en los últimos siglos . En Pisa,
en Florencia y en Liorna, no solo eran libres, sino que á la sombra
de la tolerancia de los poderes constituidos y de la opinion pública,
llegaron a formar una especie de gobierno ó consejo, que resolvia
segun la ley hebraica los procesos civiles, y sus decisiones tenian
fuerza ejecutoria entre los judíos.
LOS Judíos . 199

V.

Cárlos Manuel, de Saboya, les permitió por una ley en el si


glo xvni, practicar su culto en sus Estados, y establecer bancos de
descuento que no podia pasar del diez y ocho por ciento. Todas las
profesiones les eran permitidas; pero no podian poseer inmuebles,
ni construir nuevas sinagogas, ni vivir mezclados con los cristianos ,
ni tener criados que no fuesen judíos. Estas restricciones estaban
compensadas con las ventajas anteriores, y con la seguridad de que
nadie podia perseguirlos ni insultarlos a causa de sus ritos, ni ha
cerles aceptar por fuerza la religion Católica como acontecia en
otros paises.
La dinastía austríaca arrojó de Nápoles como de España los ju
dios en el siglo xvnt ; pero Carlos III los llamó á Nápoles el pasado
siglo , y les permitió establecerse y profesar libremente su religion ,
dedicarse al comercio y á la medicina; mas esta ley tolerante no de
bia durar mas que cincuenta años , condicion que no llegó á cum
plirse; pues fueron espulsados antes que el plazo expirára por el
sucesor de aquel rey prudente.
En Francia, el mismo Luis XIV , esterminador de protestantes,
concedió a los judíos por una acta del Parlamento de junio de 1729
y otra de 7 de setiembre del mismo año , que les costaron ciento
diez mil francos por el derecho de vivir y practicar su culto en sus
estados. Verdad es , que este permiso debia renovarse al principio
de cada nuevo reinado.

VI .

En Alsacia hasta en el siglo xvii, fué precaria la suerte de los


judíos.
Pagaban al Rey veinte y un francos por familia en cambio del
permiso de residir en sus Estados; pero los señores y barones
tenian el derecho de no recibirlos en sus dominios, lo que en gran
parte hacia ilusoria la concesion real. A cada cambio de domicilio
tenian que pagar al dueño de la tierra donde iban a vivir una su
ma, que muchas veces era mayor que la pagada al Rey , lo que no
impedia á los señores arrojarlos de sus dominios despues que les
200 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

habian pagado el derecho de permanecer. Quejáronse los israeli


tas, y despues de muchas demandas, obtuvieron que los señores
no pudiesen arrojarlos, una vez pagado lo convenido, sino por
mala conducta; pero eran los señores los jueces ....
El consejo soberano de Alsacia encontró justo que una viuda, que
se habia vuelto á casar, no pudiese hacer participar á su marido del
derecho de residencia que ella disfrutaba, y el cónyuge no pudo
participar del lecho conyugal . Un yerno que fué á prestar asis
tencia á su suegro enfermo en su casa , fué arrojado de ella ; por
que no tenia el permiso de residir, Yy los huérfanos se veian expul
sados de la casa paterna en cuanto el cadáver salia de ella : por la
misma razon , todo se volvia por parte de los señores ingeniarse
para expoliar y vejar á los judios.
He aquí una resolucion del tribunal Alsaciano:
«El judío no tiene ningun domicilio fijo: está condenado á errar
» perpetuamente. Esta pena le sigue á todas partes y le dice sin ce
» sar que no puede prometerse ninguna estabilidad en lugar algu
»no: es por lo tanto repugnante que un particular de esta nacion
» proscrita quiera obligar á su señor á reconocerle y á concederle su
» proteccion, por la razon de que dicho señor haya tenido á bien
» recibir al padre de dicho judío en sus tierras y que él sca nacido
»en ellas . »
El consejo soberano de Alsacia encontraba justas estas razones
del tribunal, y arrojaba al hijo de la casa paterna, al yerno de la de
su padre político, sin respeto por las leyes de la naturaleza: y no
eran solo los señores y los tribunales los que fundándose en la dife
rencia de religion maltraian a los judíos: los comunes no les iban
en zaga . Cuando los señores no encontraban repugnante que un
hijo viviese en la casa de su padre, los pueblos tomaban la inicia
tiva . El de Vintzenheim sostuvo un proceso contra el señor , que
habia permitido aumentarse de cuatro á veinte y cinco el número
de familias judías, que vivian en su jurisdiccion. El consejo so
berano reconoció que el señor no tuvo derecho para autorizar á las
familias judías á establecerse en sus dominios, pero teniendo en
consideracion las relaciones de intereses y los contralos que ya ha
bian hecho con muchos habitantes de la ciudad, se les toleraria , aun
que prohibiéndoles adquirir propiedades en el pais. Este curioso
decreto lleva la fecha de 1732 .
La suerte de estas familias era no obstante envidiable.
LOS Judíos . 201

Arrojáronlos de la ciudad de Strasbourg despues de quemar


vivos dos mil en su cementerio, donde los encerró el populacho fa
natizado, acusándolos de uno de esos actos absurdos que en mu
chas ocasiones han servido de pretexto para cometer las mayores
iniquidades; supusieron que habian envenenado las fuentes y arro
yos para deshacerse de todos los cristianos .
Todas las desgracias emanadas del fanatismo religioso concluye
ron en Francia para los judíos en 1789. La gran revolucion que
acabó con tantas injusticias y odiosos privilegios no podia menos de
ser útil parala raza de Israel proscrita y perseguida como no lo fué
jamás otra alguna.
CAPITULO XI .

SUMARIO .

La revolucion francesa del pasado siglo fuo favorable á los judios. - Las reac
ciones han respetado la obra de la revolucion . - Asamblea de judios convo
cada por Napoleon en Paris en 1808. - Discurso de Mr. Molé . - Preguntas
dirigidas á los judíos en nombre del Emperador .-- Respuestas. - El judio
Furtado . - Respuesta de Napoleon . - Apertura del Sanhedrin . - Discurso de
Furtado .- Confirinacion por el Sanhedrin de las respuestas dadas por la
Asamblea . - España es el único pais que resta intolerante con los judios.
Buena acojida hecha por el pueblo en 1839 á los judíos fugitivos de Tanger.

1.

En la sesion de la Asamblea constituyente del 28 de setiembre


de 1789 , se decidió la suerte de los judíos; la cuestion se reprodujo
en las sesiones del 21 y 28 de enero siguientes , en las cuales la
elocuencia de Mirabeau, de Gregoire , Clermont Tonnerre y Rabaud
Saint Etienne se esgrimió como poderosa arma en favor de los ju
díos y los derechos de ciudadanos les fueron concedidos у la abo
licion de todas las cargas y restricciones que pesaban sobre ellos
decretadas. Sin duda aquel acto de justicia, cuya ejecucion defini
tiva tuvo lugar en 1791 , fué una de las nobles obras de la revo
lucion francesa del pasado siglo .
El espíritu público ha obligado a las reacciones de diversos
géneros que han dominado despues en Francia durante setenta años
á respetar la obra de los demagogos; lo que no ha impedido á los
católicos franceses poder serlo tanto y tan bien ó mejor que cuando
proscribian, degollaban , quemaban y saqueaban a los israelitas.
1

LOS JUDIOS . 203

ul .

Napoleon convocó por decreto de 30 de mayo de 1806 una asam


blea de judíos en Paris. La asamblea se reunió en una sala de la
casa del Ayuntamiento. Tres comisarios del gobierno se presentaron
ante ella: los señores Molé, Portalis y Pasquier, para someter á su
deliberacion varias cuestiones.
A continuacion estractamos las mas importantes:
« Vosotros sabeis, les decia Molé, que la conducta de algunos de
» los vuestros ha dado lugar á quejas que han llegado hasta los piés
» del trono. Las leyes que se han impuesto á los individuos de vues
»tra raza difieren como los paises en que habeis vivido. Pero así
» como esta asamblea no tiene ejemplo en los fastos del cristianis
» mo, así por la primera vez vais á ser juzgados con justicia y vais á
»ver fijada vuestra suerte por un príncipe cristiano.»
Las cuestiones que los comisarios del gobierno imperial les so
metian eran las siguientes :
« Si era lícito á los judíos casarse con muchas mujeres á la
» Vez . )

« Si el divorcio era permitido en la religion judaica . )


« Si era válido el matrimonio aunque no llenara las condiciones
»reclamadas por el código civil. »
« Si una judía podia casarse con un cristiano y una cristiana con
»un judío, ó si estaba prescrito á los judíos el no poder casarse mas
que entre ellos.»
« Si á los ojos de los judíos, los franceses eran hermanos ó extran
» geros. )
« Si los judíos nacidos en Francia y tratados por la ley como ciu
» dadanos consideraban la Francia como su patria . »
« Si se creian obligados á defenderla y á someterse á las leyes . »
« Si hay profesiones que su religion les prohibe. »
Hé aquí algunos párrafos de la respuesta que el presidente de la
Asamblea dió á los comisarios del gobierno.
Este presidente, como lo indica su nombre, era descendiente de
los judíos arrojados de España ó de Portugal, y que se establecieron
en Burdeos: llamábase Abraam Furtado.
« Organo de los sentimientos de esta Asamblea, debo deciros, en
» nombre de todos los que la componen , que vemos con alegría inex
204 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»plicable esta ocasion como un medio de disipar mas de un error y


»de hacer cesar muchas preocupaciones . Solo en un lejano porvenir
»habíamos entrevisto el momento en que las costumbres contraidas
» por efecto de una larga opresion se perderian ; pero ahora vemos
vese porvenir acercarse á nosotros . »
En su respuesta á las cuestiones propuestas por los comisarios ,
decia :
« Los diputados israelitas declaran que su religion les ordena
» considerar como ley suprema, la ley del príncipe en materia civil
» y política, de modo que aunque su código religioso , ó sus inter
» pretaciones contuviesen prescripciones contrarias á las leyes del
» Estado, ellos no estaban obligados a guardarlas.» ...
« Las relaciones , añadian (despues de declarar que se considera
» ban como ciudadanos franceses) que la ley judaica nos permite con
»los cristianos , son las mismas que con los judíos. Nosotros no ad
» mitimos otra diferencia que adorar al SÉR SUPREMO, cada uno
» á su manera . »
Tambien declararon que la ley de Moisés permitia la repudiacion
de la mujer, no la repudiacion de mujeres, y que estaba sometida á
los códigos del país en que vivieran .
Todas sus respuestas fueron consideradas satisfactorias por el
gobierno .

II .

Mr. Molé les habló de la siguiente manera , al llevar á la Asam


blea la respuesta del emperador.
« Su Majestad ha visto con satisfaccion vuestras respuestas.
»>Presentándonos de nuevo ante vosotros, volvemos á encontrar
» las impresiones y pensamientos que nos agitaron cuando nos reci
» bísteis por la primera vez. En efecto, ¿quién no se sobrecogeria
»
»de admiracion a la vista de esta reunion de hombres ilustrados ,
»escogidos entre los descendientes del pueblo mas antiguo de la
» tierra? Si algun personage de los siglos pasados volviese á la vi
»da y presenciase tal espectáculo , ¿no se creeria trasportado á los
» muros de la ciudad santa . ó no pensaria que una terrible revolu
»cion ha renovado hasta en sus fundamentos todas las cosas huma
»nas? ...
LOS Judíos. 205

» Agobiados por el desprecio de los pueblos y á la merced de la


pavaricia de los principes, los judíos no han sido hasta ahora tra
» tados con justicia .
» Todavía hoy los judíos esplican su antipatia por la agricultura
DY las profesiones útiles, por la poca confianza que podian tener
» en el porvenir hombres cuya exisiencia dependia hacia tanios si -
vglos del espíritu del momento, y del capricho del poderoso. En
padelante no teniendo de qué quejarse tampoco podrán justificarse.
» 5u Majestad ha querido que no quede escusa aiguna á los que
» no entran en la categoria de ciudadanos: ella os asegura el libre
vejercicio de vuestra religion y el pleno goce de vuestros derechos
»políticos.»

IV .

El discurso de Mr. Molé tenia por objeto provocar entre todos


los judíos de Francia la aceptacion general de las respuestas dadas
por la asamblea reunida en la casa del Ayuntamiento a las diez y
seis preguntas, que le habian dirigido los comisarios. Al efecto,
propuso la reunion del gran Sanhedrin , que segun el orador, « cayó
» con el templo, y reaparecerá para ilustrar por todo el mundo el
» pueblo que gobernará .»
En la respuesta decia el presidente de la Asamblea :
Sujetos desde su dispersion á una política á un tiempo falsa é
vinsegura; juguetes de las preocupaciones y caprichos del momento ,
» se observa con sorpresa, que entre tantos principes como han
» reinado en los diferentes Estados, entre los mismos que han pa
» recido animados del deseo de mejorar nuestra condicion , nin
» guno ha concebido con energia y grandeza la idea y el medio de
varrancar á hombres sobrios, activos é industriosos á la nulidad
» civil y política en que están retenidos . )
« Siempre fuera de la sociedad, objetos de la calumnia , víctimas
» inocentes de la injusticia, no tuvieron otro destino durante muchos
»siglos , que sufrir y callar, »
V.

Reunióse el Saphedrin, y al abrir sus sesiones el señor Furtado


decia :
Tomo I. :9
206 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

« Contemplando esta asamblea de hombres recomendables por su


»piedad , su saber y sus virtudes, nos creemos trasportados á aque
»lla antigüedad venerable , tan bien descrita en nuestros libros san
» tos . Llenos de admiracion y de respeto por la majestad de la reli
»gion y trayendo á la memoria todos los recuerdos que nuestros
vanales han conservado sobre los hermosos dias de la ciudad san
» ta , nos parece encontrar en vosotros, despues de tantos siglos y
» revoluciones, aquel Areopago augusto instituido para ayudar ai in
»térprete de la voluntad de Dios á soportar el peso de su árdua
» mision .
« Si nuestra existencia entre todas las naciones de la tierra , si la
» antigüedad de nuestro origen , si nuestras prolongadas adversida
»des, presentan uno de esos fenómenos políticos que fijan la aten
»cion é imponen por decirlo así , la sorpresa , nuestra convocacion
» en la capital de Francia , bajo la proteccion del mas grande entre
»los principes cristianos, la existencia inesperada de este Sanhedrin ,
»de este cuerpo antiguo, cuyo orígen se pierde en la noche de los
»tiempos , este interés de benevolencia que se observa por todas
» partes en favor de los restos dispersos de Israel , son circunstancias
» tan raras y lan nuevas que nos ofrecen un fenómeno no menos
»notable . »
El Sanhedrin confirmó las respuestas dadas por la asamblea; y
las sinagogas de todo el imperio, que en aquella época se extendia
mas allá de los Alpes y del Rhin, recibieron con respeto las deci
siones de su Areopago .

VI .

Imposible seria referir las persecuciones que en todos tiempos


sufrieron los judíos en diversos paises de Europa sin escribir mu
chos volúmenes, lo que no entra en el plan de esta obra; pero con
los progresos de la civilizacion, su suerte ha mejorado, han sido ad
mitidos al goce de los derechos políticos en todas partes menos en
los Estados del Papa, donde están tolerados; pero sujetos a las pres
cripciones de la Edad media , que les obligan á vivir en barrios se
parados de los cristianos, y donde se ven expuestos todavía á per
secuciones y gavelas indignas de nuestro siglo y en España que ha
conservado respecto á los judios los decretos de expulsion á pesar
LOS JUDÍos. 207

del ridículo papel que gracias a esta y otras leyes representa ante
el mundo civilizado.
Por un real decreto del 22 de julio de 1800 , que no ha sido de
rogado, pero que lo está en parte por la costumbre, se prohibió de
nuevo la entrada de los judíos en España, « cualquiera que pudiese
» ser el motivo de su viaje, » intimando á los gobernadores y auto
ridades de las fronteras, que arrojasen á los que se hubiesen intro
ducido. «Desde hace mucho tiempo, decia el decreto, las leyes del
»reino niegan á los judíos el derecho de pasar ó de establecerse.
»Una infraccion reciente ha probado la necesidad de dar á estas
»leyes nuevo vigor . »

VII .

Los judíos fugitivos de Tanger , con motivo de la guerra de Mar


ruecos, han sido acogidos en Tariſa y otras poblaciones del litoral
con tolerancia y benevolencia por el pueblo; y solo algunos sacer
dotes, mas dignos de vivir en los tiempos de Torquemada que en
Jos nuestros , han dado visible muestra de intolerancia hacia aque
llos desgraciados, que despues de todo eran sus prógimos, y me
recian ser tratados como tales. Pero, como todavia la ley de los
Reyes Católicos está vigente , no se les ha permitido establecerse en
España como hubieran deseado . Esto no obsta para que aá los judíos
ricos se les reciba en España , no solo por los particulares, sino
tambien por el gobierno con los brazos abiertos y con honores y dis
tinciones .
Si mal no recordamos, el ayuntamiento de Bilbao recibió no
hace mucho con gran ceremonia al famoso banquero judío Isaach
Pereira, que tanta parte ha tomado en la construccion de los ferro
9

carriles españoles . El deber del alcalde bilbaino era mandarle vol


verse por donde habia venido, en lugar de obsequiarlo , como lo
hizo.
Lo mismo decimos de Mirés el del famoso empréstito de 1858
y podríamos decirlo de otros muchos; ejemplos patentes de que los
intolerantes de nuestro siglo son dignos émulos de los de la Edad
media, que pasaban por encima de sus propias leyes , cuando nece
sitaban á los judíos, sin derogarlas por ello .
208 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

No hace mucho tiempo aun que Europa entera se escandalizó con


el célebre asunto del niño Mortara , bautizado en secreto sin que su
padre tuviese noticia de ello, por su propia criada , la cual declaró
al confesor lo que habia hecho: el clero lo aplaudió y encontró en
ello motivo suficiente para robar el niño á sus padres, llevarlo se
cretamente a Roma, y entregarlo a los jesuitas para que lo educa
sen en los principios de la Religion católica. De este modo, por un
mal entendido celo religioso, no han tenido escrúpulo en cometer
un delito castigado por las leyes de todos los países . Que el lector
se ponga por un momento en lugar de los padres del secuestrado
niño , y estamos seguros de que, por grande que sea su fervor re
ligioso , condenará semejante violencia con toda la energia de sus
almas.
Por mas que conozcamos y reprobemos los errores de la ley de
Moisés, no podemos menos de reconocer cuan admirables han sido
el sufrimiento y la perseverancia con que sus adeptos la han con
servado al traves de tantos siglos y a pesar de tan cruentas perse
cuciones ,que no tuvieron semejantes, por lo generales y continuadas.
Esparramados en tan opuestas latitudes y entre razas lan distintas,
no han podido ser asimilados á ninguna, conservando sus tradicio
nes con una energía proporcional a la violencia ejercida contra
ellos . Asi vemos que, mientras en Africa , en los Estados del Papa y
en general en los países en que se les ha despreciado y perseguido,
han conservado sus costumbres y trages peculiares, en Inglaterra,
en Francia, en Holanda, en Dinamarca y en los países en que se les
han guardado mas consideraciones, han ido entrando insensiblemen
le en los usos y costumbres generales, hasta el punto de no ser fá
cildistinguirlos como no sea por el tipo especialde su fisonomia,
prueba evidente de que la libertad liene sola el poder de la asimila
cion , que á la opresion equivocadamente se atribuye.

IX .

La difusion de la moderna filosofia basada en la naturaleza del


LOS judíos . 209

hombre, de la cual emanan sus derechos, ha contribuido y contri


buye poderosísimamente á extirpar cual telarañas que oscurecen y
nublan el entendimiento , las preocupaciones encarnadas durante
miles de años en la mente del hombre y esperamos que, no solo los
restos de ódio y de persecucion y de intolerancia de que aun son
víctimas los judíos , sino los vicios y errores de este pueblo sin igual
en el mundo, desaparecerán con ellos para gloria de la huma
nidad.
Recientemente, el parlamento de Holanda ha dado á los intoleran
tes una severa y bien merecida leccion, negándose á concluir con la
Suiza un tratado de amistad y comercio , porque la antigua Repú
blica conserva aun el principio de la intolerancia de otros siglos
contra los judíos en las constituciones de algunos cantones, negán
doles los derechos de que gozan los ciudadanos que profesan otras
religiones .
Hablábase en el tratado de la reciprocidad de derechos que los
ciudadanos de ambas naciones debian gozar, y los suizos excluian
á los holandeses que profesasen la religion de Moisés. ¿No es esto
extraño en un país en que se toleran toda clase de sectas? El prin
cipio de la tolerancia en materia de religiones deberia en honor de
la justicia elevarse á ley internacional.
La historia del pueblo judío es la mas brillante condenacion de
la intolerancia no solo por injusta sino por inútil.
1

E
LIBRO TERCERO .

PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS.

340—418.
1
LIBRO TERCERO.

PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS.


340–418 .

mo w

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Los Gnósticos . - Sus doctrinas . - Acusaciones terribles dirigidas contra ellos.


Sus tendencias al misticismo.- Misterio de que se rodeaban . - Semejanza de
los crimenes imputados á todos los hereges o sectarios de ideas nuevas .-- Do
blez de su conducta . - Los Cainitas. - Absurdo de sus creencias. - Tenden
cia de las mujeres á la supersticion y á aceptar las ideas de las nuevas ser
tas ,

1.

Los gnósticos fueron una secta que brotó del seno de la Iglesia
cristiana en los primeros siglos de nuestra Era: Segun varios auto
res católicos respetables y grandes lumbreras de la Iglesia, como San
Clemente de Alejandría, los gnósticos verdaderos adoraban á Dios
como él quiere ser adorado y amado y solo se ocupaban de sus al
mas ; solo ellos eran piadosos y religiosos. Otros por el contrario,
como San Epifanio se muestran siempre dispuestos a adoptar las
fábulas populares inventadas para perderlos por la ignorancia y el
ódio. Los cuentos mas absurdos los aceptan como verdades incon
cusas .

Tomo I. 30
214 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Con mas o menos variantes, los crímenes imputados a la secta


>

cuyas persecuciones vamos á referir son los mismos de que siempre


se supuso autores á los partidarios de las nuevas doctrinas y creen
cias , por mas que estas fuesen entre sí del todo diferentes y con
trapuestas .
Por esto nos contentaremos con citar un ejemplo, que bastará pa
ra probar la credulidad del escritor que no tiene excrúpulo en afir
mar como positivo lo que no puede menos de ser falso.
Hablando de los gnósticos en general, despues de regalarles el
epíteto de asquerosos, dice que cuando concluian sus comidas mis
ticas se mezclaban hombres y mujeres: el licor seminal del hombre
У lasangre menstrual de la mujer,, eran ofrecidos á Dios como la
verdadera Pascua, cuerpo y sangre de Jesucristo y despues los tra
>

gaban.
Si á pesar de sus constantes precauciones para impedir de esta
manera que las mujeres concibiesen , alguna quedaba embara
zada , la hacian abortar, machacaban el feto en un mortero , y agre
gándole miel, se lo comian . Esta era , segun ellos, la ofrenda mas
agradable que podian hacer áá Dios , y la hostia pascual mas per
fecta .
Tenian libros apócrifos, en los cuales decian que el mismo
Cristo habia practicado tales abominaciones con su madre Maria,
quien al principio se asustó mucho; pero que al fin fué convencida
por él , á fuerza de condenar su falta de ,
fé, уy de probarle que era el
único medio de merecer la felicidad y la gloria eternas . »
San Epiſanio, que refiere estos cuentos , estuvo segun él mismo
dice, áá punto de ser catequizado por los gnósticos, y sin duda por
esto conocia tan á fondo y detalladamente sus viles V odiosas ini
quidades .

JI .

Como tan groseras imputaciones se hicieron siempre contra to


das las sectas óó partidos nuevos , no solo en los siglos de ignoran
cia cuyos extravíos referimos, sino en los modernos tiempos de cul
tos calificados , no podemos dar gran crédito á tales suposiciones,
que tienen mas la apariencia de conseja ó cuento de viejas que de
realidad .
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS . 215

Lo que podemos decir de mas positivo , es que los gnósticos eran


místicos, que procuraban penetrar el espíritu de los preceplos y de
los dogmas anunciados á sus discípulos por los primeros fundado
res del cristianismo y á seguir con exactitud rigurosa la impulsion
que Jesucristo dió al mundo. El caso es, no obstante , que las bue
nas intenciones no bastan para el acierto , y los gnósticos se per
dieron y extraviaron en sus sutilezas de metafísica, que no todas
las inteligencias podian penetrar. De aquí el dividir su comunidad
en dos clases muy distintas; la de los iluminados, ó elegidos, para
quienes el sentido íntimo de las cosas estaba despojado de todo velo ,
la de los creyentes, ó simples fieles , cuyos conocimientos se re
ducian á saber las nociones mas groseras y maleriales . Los prime
ros eran lo que los iniciados en los misterios entre los gentiles; los
segundos la turba multa de adoradores de los dioses.
Hé aquí por qué los gnósticos , mas aun que los o !ros cristianos, se
rodeaban del misterio, sobre todo para sus ceremonias, atribuyen
do , como sus hermanos, efectos sobrenaturales á ciertos actos óó pa
labras , debidos en realidad á las causas mas naturales , sencillas y
ordinarias.
Cuanto mas sagrado era el secreto de sus misterios para los adep
lus, mas abominable y odioso parecia a los profanos, que inventaban
1 toda clase de fábulas á cual mas tremenda por cuenta de las secre
tas reuniones de los gnósticos, en que no podian penetrar .
Alejados de aquellos tiempos deplorables y desinteresados en
querellas que no tienen hoy para nosotros la menor importancia,
podemos ser mas imparciales que los autores que vivieron en épo
cas cercanas a los sucesos cuya historia trazamos.
El secreto absoluto , que formaba la base de las asociaciones de
los gnósticos, no podia menos de engendrar con el tiempo desórde
nes que solo la publicidad puede evitar. Las tinieblas del misterio
debian necesariamente favorecer el violento desarrollo de las pasio
nes,que una falsa moral comprimia, mientras la exaltacion de la
mente y el clima les daban nuevas fuerzas . Pero estos desórdenes,
masó
menos individuales, no pueden con justicia ser imputados á
lalacidoctrina de los gnósticos ; pues su dogma se fundaba en la reve
on cristiana .
216 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Los gnósticos tuvieron por maestros y por jefes á Simon llamado


el Mago, á Menandro, Ebion , Segundo Colorbase , Prodicus, Nico
lás , Saturnino, Basilides , Carpocrates, Cerinthe, Marcion, Valentin ,
Hermogenes, Cerdon y otros menos célebres. Las opiniones de to
dos ellos, aunque con nombres diferentes , eran poco mas o menos
las mismas, y sirven para probar la debilidad y la flaqueza del es
píritu humano , cuando no toma por guia la razon .
La mayor parte reconocia una infinidad de poderes sobrehuma
nos ó sobrenaturales, áa los que llamaban fuerzas ó virtudes someti
das á un principio único , supremo y absoluto . A estas virtudes da
ban el nombre de éons .
Tertuliano hablando de ellos dice que, segun los gnósticos , « na
cian despues de los ángeles y de los demonios , » y los llama « hijos
de la torpeza , frutos de abrazos obscenos y de conjunciones exe
crables » у de muchas otras cosas mas horribles todavía que seria
prolijo referir.
«Las fábulas de los gnósticos, dice el mismo escritor , se parecen
á los cuentos con que las nodrizas adormecen a los niños. Es una
infinidad de nombres de éons , todos diferentes ; matrimonios, naci
mientos , muertes y sucesos múltiples, ya felices, ya desgraciados
y funestos , de una divinidad fraccionada y esparcida doquiera y sin
fin . » ( 1 )
De este modo los gnósticos procuraban esplicar los vicios que
creian descubrir, sea en la disposicion universal de las cosas, sea en
la organizacion particular del entendimiento humano. Los mundos
y las criaturas inteligentes que los habitan no eran , segun ellos ,
obras directas del Sér supremo , sino de estas potencias secundarias ,
de estos éons, de cuya imperfeccion no podia menos de participar
su obra .
A estas potencias ó éons daban nombres grotescos, y su genea
logía es lo mas ridículo y absurdo de todas las fábulas religiosas
de la antigüedad .
Seguian y profesaban rigorosamente la ley de Moisés algunos de

1 ) Tertuliano, de præscript . hæret. cap . 17 , p . 250: adv. Valentin , cap. 3, p. 200 .


PRISCILIANO Y LOS GNÓSticos. 217

estos sectarios; a otros inspiraba horror y la rechazaban con des


precio, segun los historiadores católicos; pero esta contradiccion es
solo aparente , y consiste en que confunden los cristianos judaizan
tes con los gnósticos verdaderos.
Tal secta no veia en Cristo mas que su divinidad , y le hacia des
cender del cielo con su cuerpo tan inmortal como él mismo ; su en
voltura terrestre no habia sido mas que una ilusion de los sentidos
del hombre . Otra , por el contrario , no reconocia en el mas que la
parte humana, suponiéndolo nacido de la misma manera que todos
los hombres, del matrimonio de José y de María, ó todo lo mas del
comercio carnal de esta con el Espíritu Santo ...
Casi todos estaban de acuerdo en negar la resurreccion de los
muertos como la entienden los católicos ; y los que no la negaban
babian inventado, para hacerla admisible, una especie de cuerpo
particular, aéreo , y que podia llamarse espiritual , comparándolo
al cuerpo material que tenia mision de reemplazar en el dia del
juicio.

IV .

Vengamos ahora á los crímenes imputados á los gnósticos por


las otras sectas cristianas y por los católicos .
Acusábanles de haber sustituido abominables matrimonios, tan
contrarios á las leyes de la naturaleza como á las de toda religion ó
moral .
Segun sus acusadores , proscribian los matrimonios ordina
2

rios como un resto impuro de la antigua alianza y propios sola


mente á perpetuar la materia , principio de toda corrupcion, de to
do mal, de toda maldicion, lo mismo que la raza humana, tambien
esencialmente manchada, tanto por la materia inmunda de que está
formada, como por su impuro orígen . Tenian en gran veneracion la
virginidad , entendiendo por virginidad la esterilidad del comercio
sexual .
Segun San Agustin , ( 1 ) habia gnósticos que se exponian á las
mas fuertes tentaciones sin caer en ellas . Tales eran los adamiens ó
adamitas, que hombres y mujeres se reunian, asistiendo a los ser

( 1 ) De hæres. cap. 81 , t. 6, p. 8.
218 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mones , y tomaban parte en los misterios enteramente desnudos, sin


por esto cometer ninguna accion deshonesta .
Impútanles tambien su creencia en la mágia, que cultivaban co
mo ciencia , componiendo filtros, interrogando el espíritu de pro
fecía, dando fe á los prestigios y yendo siempre cubiertos de amu
letos, de abraxas y de otras imágenes y caractéres á que atribuian
efectos milagrosos.
Despues de acusaciones tan graves, parece supérfluo detenerse
en reproches menos importantes, tales como su asistencia a las
fiestas de los gentiles , alimentarse con lo que habia sido sacrificado
á los ídolos y otras transgresiones del mismo jaez . Añadiremos al
gunas palabras sobre cierta fraccion de la secta , que no contenta ,
segun los autores católicos , con baber organizado sus propios vi
cios y abominaciones, erigiéndolos en sistema, procuraban dar en
cierto modo á su código un efecto retroactivo, proponiendo á la ve- .
neracion de los fieles los hombres de quienes la tradicion y la his
toria han trazado los mas repugnantes retratos: tales eran los cai
nitas. Sus héroes y sus santos se llamaban Cain , Esaú , Coré y sus
correligionarios y compañeros los habitantes de Sodoma , Judas Iz–
>

cariote etc. etc.


Detestaban á los hombres buenos y virtuosos como seres sin
fuerza y sin energia, porque la virtud no era á sus ojos mas que
una vergonzosa é indigria debilidad. Cada pecado tenia para los
cainitas su ángel particular, que presidia á su perpetracion; y al co
meterlo, aquellos sectarios decian . « Angel... tal ó cual, ya desem
» peño tu ministerio. »
Al cxaltar á Cain, rebajaban a su hermano Abel , diciendo que ha
bia sido procreado menos vigorosamente , y que por consecuencia le
?

era inferior.
Al defender y admirar á Judas Izcariote , decian que él habia he
cho traicion á Cristo con buena intencion , sabiendo que si no era
vendido ó crucificado, no podia salvar al hombre del pecado y redi
mirlo, y que él lo habia hecho por contribuir a la redencion , facili
tando la obra de Cristo y haciendo precisamente lo mas difícil, lo que
nadie queria hacer, la parte mas repugnante y odiosa, la que lejos
de gloria debia llevar la execracion de los hombres. Por esto algu
nos lo consideraban como mas grande , digno de alabanza y de ado
racion que el mismo Salvador .
Tambien elogiaban la serpiente hasta colocarla por encima del
PRISCILIANO Y LOS GNÓSticos . 219

mismo Jesucristo, suponiendo que sin ella no haríamos diferencia


entre el mal y el bien , y que á ella , que nos hizo pecar, debe Cristo
la gloria de habernos redimido y de ser por los hombres conocido
y adorado.
Fundándose sin duda en los mismos principios, suponian, segun
los autores católicos áá que nos referimos, que Cristo bajó al Infier
no para sacar á Cain , Coré, Datham y Abiron , y cuantos les ha
bian parecido , y abandonar sin esperanza en sus antros profundos
á Abel , Enoch, Noé, Abraham , Isaach y todos los hombres, á quie
nes los libros sagrados de los judíos y de los cristianos han con
dido la palma de la virtud y de la perfeccion .

V.

Fuesen ciertas ó calumniosas las acusaciones que sus adversarios


dirigian contra los gnósticos , lo cierto es que se propagaron y es
parcieron con rapidez en todas las provincias del imperio y en las
deOriente sobre todo.
En tiempo del obispo é historiador Epifanio, es decir á fines del
siglo iv, los eucraties, discípulos de Talien sucesor de Marcion y de
Saturnino, se habian establecido en la Frigia, en las provincias de
Asia
ba , Antioquía y
ida y la Persia .
Roma, Palestina, Arabia, Siria, Chipre, la Te
7

El gnostismo, como todas las supersticiones conocidas, se habia


principalmente
hombre
propagado por medio de las mujeres y por aquellos
s cuya movilidad
у credulidad ofrecen a los entusiastas y á
los intriganles la misma facilidad para apoderarse de ellos que de
las personas del otro sexo .
Los gnósticos fueron agradecidos con el sexo hermoso: siendo al
mismo tiempomas lógicos que otras sectas, admitieron á las mu
condiácitodos
jeres on q
los grados de la gerarquía sacerdotal, con las mismas
es ue á los hombres. Los gnósticos quintilianos son de este
número: otros, comolos marcionitas, solo les permitian administrar
el bautismo.
Los catafrigios, (gnósticos habitantes de la Frigia) , reconocian en
divialgunos
trecasiellas nidades. séres superiores, que eran para ellos profelisas ó
220 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Hemos expuesto en este primer capítulo las doctrinas y crímenes


que imputaban a los gnósticos: su nacimiento en el seno del Cato
licismo y su desarrollo en diversos países. En el siguiente veremos
empezar para ellos las persecuciones y las desgracias y tras ellas
su estincion ó refundicion en otras heregías.
CAPITULO II.

SUMARIO.

Severidad inusitada para extirpar la heregia de los gnósticos en el Oriente.


Partiei : acion delasungeres en el sacerdocio de los gnósticos.- Persecucion .
-Traicim del patriarca de Antioquia .- Elgatismo en España . - Prisciliano .
-Increinent de la secta . - Opinion de San Agustin y de Sulpicio Severo sa
breios gnostic s.- Inutilidad de las medidas de rigor tomadas contra los : ri
cilianistas.- P’riseiliano obispodeAvila . - Expulsion de los bereges. - Su via
je a Roma . - Repulsa .

I.

Nada podia hasta entonces compararse á la severidad empleada


para destruir la heregia de los gnósticos.
En el reinado de Teodosio hubo en Sida un concilio de vein
ticinco obispos, presidido por Amphilochius , obispo de Icora, que
proscribió
salianos. especialmente la doctrina gnósticade los mesalienes ó me
Llamábanlos tambien los entusiastas, y en verdad lo eran . Pasa
bansacrelamtiempo
entos, y
en contemplacion, y no concedian valor alguno á los
solo consideraban clicaz la oracion , porque segun
ellos la plegaria era el único medio de arrojar al demonio, al que
todos los hijos de Adan están sometidos, en castigo de la falta de
su primer padre, demonio que se adhiere á ellos fuertemente des
deeldia de su nacimiento. Negaban que el agua del bautismo, ni
cualquier otro rito sacramental consiguiese el mismo resultado que
la oracion .
31

Tomo I.
222 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Decian aquellos sectarios que, cuando el diablo estaba expul


sado , el hombre que tomaba posesion del Espíritu Santo sentía el
mismo placer que las mujeres con los goces del amor físico. San
Epifanio añade , que los mesalienes rechazaban el dogma de la Tri
nidad , y que cuando no rezaban se acostaban á dormir hombres y
mujeres revueltos .....
Perseguidos , se refugiaron en Antioquía, cuyo patriarca Flavien
aparentó recibirlos muy bien , haciéndoles una favorable acogida, y
hasta elogiándolos para mejor engañarlos , y hacerles caer en el la
zo que les habia tendido. Adelfius, Sabas , Daodés , Simeon y Her
mas , sus jefes, cayeron en el lazo ; entregáronse llenos de confian
za al Patriarca fiados en sus halagüeñas palabras , y así que aquel
los tuvo á su disposicion , los arrojó de su diócesis y de toda la Syria:
la Panfilia fué su asilo y refugio .
El concilio de Sida condenó a cualquiera que profesára en lo su
cesivo semejante doctrina, ó que se sospechara que la profesaba,
aunque solo fuese por palabras y no por actos ; y ninguna peniten
cia podria borrar mancha tan abominable é indeleble, segun lo afir
ma Thodorit, Hist. ecles . 1. cap. II . t. 3. p.. 161. Pero las perse
cuciones que los gnósticos sufrieron en Asia están fuera de nuestro
cuadro .

II .

Pasemos ahora á los gnósticos de Occidente .


España fué el teatro donde aquella famosa heregía se desarrolló
con mas fuerza.
Un egipcio nacido en Ménfis y llamado Marc introdujo en Es
paña á mediados del siglo iv los dogmas del gnostismo .
Agapa , dama notable del país , y el rector Herpides, fueron sus
primeros discípulos. Pronto se les unió Prisciliano, y no tardó en
>

merecer el título de jefe de toda la secta . Desde entonces gnosticos


y priscilianistas fueron nombres comunes á la secta, y por el últi
mo fué mas generalmente conocida .
Prisciliano estaba dotado de todas las cualidades necesarias para
hacer en poco tiempo numeroses sectarios á su doctrina.
El mérito de las opiniones propuestas a la creencia de los pue
blos, parece siempre á estos en relacion directa con el mérito del pre
PRISCILIANO Y LOS Gnósticos. 223
dicador que las propaga. Prisciliano era jóven , de hermosa presencia
Y de una familia distinguida. Su imaginacion era ardiente é inquie
ta, y con grandes facultades para discutir y cuestionar: tan diestro
era en aprovechar las ocasiones favorables que se le presentaban,
como inquebrantable en la resistencia valerosa que oponia á los
reveses de la fortuna: nada le faltaba para desempeñar dignamen
te la árdua mision de jefe de secta que habia echado sobre sus hom
bros .
Sufria paciente, y casi podria decirse que de buena gana, el
hambre, la sed , y las vigilias . Las privaciones mas grandes y mas
penosas no le costaban nada , cuando la necesidad las imponia, ó
cuando le parecian útiles á su causa y propias para atraerse el res
pelo del vulgo .
Sobre todo tuvo el arte de atraer las mujeres á sus designios
y sacó de ellas un partido inmenso para estender sus doctrinas.

III .

Sus trabajos no pasaron mucho tiempo desapercibidos para los


católicos.
En el tiempo que precedió a la conversion de los emperadores,
cualquiera secta podia crecer, desarrollarse y fortificarse en el si
lencio , como habia sucedido a la misma religion de Jesus , antes
de llegar al conocimiento de la autoridad , aquella época habia ya
pasado para no volver .
Todos los cristianos se veian reciprocamente al descubierto , y se
vigilaban unos á otros. Cada miembro de la gran comunidad era
un testigo siempre vigilante de las acciones de los demás: todos los
fieles vivian en contacto inmediato con sus jefes. El mismo poder
civil, como parte integrante de una religion que antes habia él mis
mo perseguido, creia que debia tener un cuidado especial en que
nada pasara fuera del alcance de su vista y de su mano, y siempre
tenia a su disposicion los medios necesarios para ser pronta y exac
tamente instruido de lo que con mas cuidado quisieran ocultarle.
El priscialismo fué prontamente descubierto en España, cuasi en la
cuna .

Sulpicio Severo, que nos lo dice , califica á los priscilianistas de


secta execrable de gnósticos , que envuelven en el misterio mas im
224 HISTORIA DE PERSECUCIONES .

penetrable su vergonzosa supersticion , ocultando hasta sus meno


res actos .
Prisciliano habia mezclado á los dogmas del gnostismo , los del ma
niqueismo que ya conoce el lector, lo que ha dado lugar áá que fuese
por varios autores confundido con los partidarios de aquella secta.
Dice San Agustin, que las abominaciones de las otras sectas se
habian confundido en la de los priscilianistas, y el papa San Leon
añade, que no era otra cosa que un conjunto de todas las heregías
que habian desgarrado y afligido á la Iglesia ortodoxa, hasta aque
lla fecha .
Sulpicio Severo dice , que como regla de conducta necesaria en
las circunstancias en que se encontraban , Prisciliano les habia au
torizado , y aun mandado mentir, prestar toda clase de juramentos
contrarios á sus creencias y hacer, en fin, cuanto creyesen necesa
rio para ocultarlas, guardar sus secretos y obtener la impunidad,
escapando á las persecuciones y pesquisas de los enemigos de la
nueva doctrina У de sus sectarios.
De este modo los priscilianistas del siglo iv , se mezclaban sin
escrúpulo en todo lugar y ocasion con los que profesaban distintas
ideas ; se sometian á sus costumbres y tomaban parle en sus cere
monias sin que nadie se apercibiese. Observaban ritos contrarios á
los suyos, y condenaban públicamente sus propias creencias.
«Jurad , perjurad, decia Prisciliano á sus adeptos ; pero no ha
9

gais traicion al secreto que se os ha confiado.

IV .

La primera medida que tomaron los obispos católicos reunidos


en concilio , fué prohibir toda ceremonia particular y oculta. Des
pues añadieron , que cualquiera que recibiese en adelante el pan de
la Eucaristía en la Iglesia , sin consumirlo , incurriría en un anatema
irrevocable y perpéluo.
Estas medidas de rigor no impidieron al priscilianismo propa
garse con rapidez. Muchos obispos españoles, entre otros Instanceo
y Syloiano, abrazaron los nuevos dogmas y conspiraron unidos al
jefe de la secta, rivalizando con el en zelo y ardor para fundar su
Iglesia y propagarla.
Desde el año 383 , los católicos habian lenido muchos sínodos
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS. 225

contra los hereges y gnósticos: el mas notable fué el concilio de Za


ragoza , donde fueron excomulgados los dos célebres personages de
quienes acabamos de hablar.
El obispo ortodoxo Idacio, dice Sulpicio Severo, habia aumen
tado el mal considerablemente , haciendo de una chispa un gran in
cendio, por el furor y la saña con que persiguió á su colega Instan
ceo y sus adherentes. El obró , no obstante , mas por instigacion de
2

Adigino obispo de Córdoba , que descubrió la secta herética, que


>

por voluntad propia .


Los obispos Instanceo y Syloiano, lo mismo que los seglares
Prisciliano y Helpido, fueron condenados y anatematizados, aunque
ausentes, y la misma sentencia recayó sobre los otros católicos que
se hubiesen atrevido à admitirlos de nuevo en la comunion cris
tiana .
Itacio, pastor ortodoxo fué encargado por el concilio de ejecu
tar en todas partes el decreto de los padres, y especialmente de no
tificar la sentencia de escomunion al obispo Adigino, quien de per
seguidor de los priscilianistas se habia declarado uno de sus mas
ardientes partidarios .
Lejos de perderlos, la condenacion lanzada por el senado zara
gozano sirvió maravillosamente a la causa de aquellos fanáticos.
Prisciliano fué propuesto al rebaño gnóstico de Avila , por los
obispos , sus adherentes, infatuados con tener un colega en el mas
celoso y firme de su naciente comunidad .
Prisciliano era todavía seglar cuando fué elevado por sus com
pañeros á la silla episcopal de Avila .
Por último los ardientes católicos Itaceo é Idacio tomaron el
partido, para oponer un dique al torrente de la heterodoxia que in
vadia á España, de recurrir al poder temporal. Dirigiéronse al go
bierno pidiéndole el esterminio de los priscilianistas, ó al menos que
los arrojara del país.
Sulpicio Severo condena sin vacilar la conducta de los obispos
sus correligionarios, y se queja con vehemencia de que, despues de
muchas vergonzosas demandas, Idacio consiguiera arrancar al Em
perador la orden de expatriacion contra todos los nuevos sectarios
de toda España. Los obispos fueron los únicos que obedecieron , por
ser mas conocidos y estar por tanto mas expuestos a las miradas del
público .
El temor dispersó sus rebaños . Instanceo, Salviano y Prisciliano
226 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

se fueron á Roma, donde esperaban disculparse fácilmente ante el


obispo Damaso , que el Emperador, movido probablemente por el
mismo sentimiento de deferencia y de respeto que ya hemos visto
manifestar á otros príncipes hacia esta heregía, habian provisto de
plenos poderes para resolver sin apelacion en el asunto .

VI .

Como suele suceder , la persecucion y el destierro de los fautores


y jefes del gnostismo español, los hicieron simpáticos para el pueblo
á quien indigna la violencia, cuando él no participa de los sentimien
tos y pasiones que la inspiran . El viaje de los desterrados de Es
paña á Roma fué un triunfo continuado .
En las Galias, la multitud salia á su encuentro y los seguia por
todas partes . Las mujeres, sobre todo, abandonaban casa y familia,
por seguir sus huellas. Entre las que los acompañaron, llamaban
principalmente la atencion Eufrosia , mujer del rector Helpido , cele
brado por el poeta Ausonio , y Prócula su hija.
Cuenta Sulpicio Severo, que la voz pública acusaba á Prisciliano
de haber vivido con esta última en una intimidad , que su secta no
consideraba lícita; y que encontrándose preñada, áa pesar de las le
yes fundamentales de la secta , necesario les fué durante el viaje,
recurrir á ciertos brevages , para desembarazarla de un peso tan
inoportuno, en aquellas circunstancias , como contrario al espíritu
de su dogma .
Lejos de recibir a los priscilianistas en su comunion, Damaso ni
aun quiso escucharlos cuando llegaron á Roma . Dos razones inspi
raban su conducta: ni podia condenarlos, estándolo ya y lan severa
mente por el concilio de obispos españoles, ni anular el juicio de
estos en nombre del Emperador , sin ir contra los intereses de cuer
po que representaba por su categoría , mas aun que los del poder
temporal en cuyo nombre obraba: esto , dejando aparte lo que su
conciencia pudiera dictarle respecto a la heregía de los españoles.
De regreso en Milan, por donde volvian á las Galias, los desterrados
>

hicieron, aunque vanamente, esfuerzos para atraerse al obispo Am


brosio .
Desengañados los priscilianistas de la inutilidad de sus esfuer
zos , para que les fuesen propicios los obispos, tornaron los ojos há
>
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS. 227

cia la córte , donde fueron mejor acogidos, obteniendo resultados


que no les dejaban nada que desear ..
Macedonius, ministro del Emperador, sobornado por las largue
zas de los hereges, segun dicen los historiadores católicos de quie
nes estractamos esta historia, obtuvo del Emperador la prohibicion
de que nadie impidiera la libre entrada de los gnósticos condenados
en España.
Al recibir esta noticia , su perseguidor Itaceo voló á las Galias,
y pidió justicia al prefecto del pretorio, que se apresuró á mandar
arrestar a los hereges . Hecho esto , dió parte al Emperador; pero
tanto pudieron las dádivas de los priscilianistas, que no solo fué
desoida, en aquella corte corrompida en que todo se vendia y com
praba, como en tantas otras, la peticion del prefecto Gregorio, sino
que se le mandó hiciese buscar por todas partes al obispo ortodoxo
y le obligase á volver a su patria. Avisado este á liempo, la his
toria no dice por quien, aun que puede suponerse que seria el mis
mo prefecto que tan servicial se mostró con él prendiendo a los pris
cilianistas por darle gusto, pudo escaparse y ponerse en salvo.
Pero, como veremos en el siguiente capítulo, la suerte de las ar
mas y la marcha de los sucesos políticos fué funesta á los hereges
españoles perseguidos por los católicos y protegidos por el Em
perador.
CAPITULO III.

SUMARIO.

Instabilidad de los poderes en la decadencia del Imperio romano.- Máximo


nombrado emperador por las legiones de las Galias. - Itaceo se aprovecha
para perseguir á los priscilianistas.-- Co icilio con vocado por el Empera
dor .-- Comparecencia de los princi' ales hereges . - Discusion . - Recusacion
del tribunal por Prisciliano.- Vanejos de sus ene nigos. - Protestas de los
catolicos contra la intervencion del Emperador en sus fasuntos . - Inutili.
dad de la intervencion del obispo de Tours en su favor. - Sentencia y
muerte de Prisciliano y sus amigos . - Terror de sus adeptos.

I.

En aquella época de decadencia, la instabilidad de los gobiernos


ejercia una perniciosa influencia sobre la política, lo mismo que so
bre las costumbres: la corrupcion era general y el desórden no le
iba en zaga .
El ejército de Bretaña proclamó emperador á Máximo, que no
tardó en extender su poder por lodas las Galias. Ilaceo, viendo
la ocasion favorable, se dirigió á él en Treves, y solicitó la venganza
que esperaba saciar hacía ya tanto tiempo.
El usurpador encontró tambien la ocasion propicia de darse aires
de justiciero y ortodoxo, para popularizar su autoridad improvisa
9

da : acogió favorablemente las demandas del obispo contra los he


reges , que no solo los acusaba de profesar doctrinas erróneas, sino
de perpetradores de crímenes nefandos.
En vista de la acusacion del obispo, el Emperador faccioso
PRISCILIAVO Y LOS GNÓSTICOS . 229

reunió en Burdeos el año 385 un concilio , ante el cual citó y em


plazó á los principales gnósticos .
Odiosa era la persecucion ; pero no podemos menos de reconocer
que los medios eran infinitamente mas humanos que los empleados
en los siglos posteriores por la Inquisicion . No se les prendia antes
de ser juzgados. Se les cilaba a comparecer ante un tribunal que
escucharia su defensa y que discutiria su culpabilidad. Lo repug
nante y absurdo es que, una vez reconocido que los acusados no
participaban de las creencias de los acusadores, estos no se dieran
por satisfechos con separarlos de su comunidad, yу acudieran al po
der civil para que les aplicase penas corporales, entre las que se
contaba la muerte. El procedimiento era menos violento; pero el re
sultado no era menos inmoral y cruel.

II .

Los gnósticos acudieron valerosamente á la cita , aunque pudie


ran escusarlo .
Instanceo habló el primero.
Escucharon su defensa; pero tal debió parecer á sus jueces , que
juzgado indigno del episcopado, fué inmediatamente depuesto.
Despues tocó el turno á Prisciliano. Viendo este lo que habia pa
sado á su colega, se negó á defenderse; recusó la competencia del
concilio como tribunal para juzgarlo, y pidió ser enviado al juicio
del Emperador.
Esta apelacion, dice Sulpicio Severo, debió el concilio declinarla
con firmeza, bien contentándose con condenar á los hereges por no
querer defenderse, ó encargando á otros obispos ortodoxos la de
cision; pero nunca debieron permitir ni pedir que el Emperador in
terviniera como juez y árbitro en asuntos religiosos de la indole de
aquel .
La opinion del católico historiador no es ciertamente sostenible,
y parece olvidar que era el Emperador quien, á peticion del obispo
Itaceo , convocó el concilio en sus estados yу emplazó á los hereges
á
que compareciesen ante él . La autoridad del concilio procedia pues
de Emperador: los hereges comparecieron ante el tribunal, porque el
Emperador los citaba, y estaban naluralmente en su derecho ape
lando á su autoridad contra la competencia de sus jueces. El ver
Tomo I. 32
1

230 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dadero error de los católicos ortodoxos estaba en convertir cuestio


nes de conciencia en crímenes civiles , y en acudir al brazo secular
para castigarlos.
La cinsecuencia de la funesta intolerancia que los llevó á recla
mar contra los que no participaban de sus creencias el hacha del
poder temporal, fué que acusados y acusadores debieron com
parecer ante el Emperador, hecho juez y arbitrio en materias teoló
gicas de que no es probable supiese mucho. Verdad es que su jui
: cio fué favorable á la Iglesia católica , ó por mejor decir á las pre
tensiones de cierto número de obispos; pero, ¿dónde hubiera estado
el derecho de estos para quejarse, si ellos y su causa hubiesen sido
los condenados por el Emperador ?

III .

Los gnósticos y sus acusadores Idaceo é Itaceo comparecieron


ante Máximo, y los primeros sostuvieron las opiniones que babian
adoptado y por las que fueron perseguidos. Sulpicio Severo el gran
historiador católico, de quien estractamos este libro, confiesa abier
tamente que los obispos, en aquella ocasion , le parecieron tan con
denables como los sectarios contra quienes se ensañaban tan sin
medida .
En efecto : dice , « si los priscilianistas sostenian doctrinas falsas y
» peligrosas, sus adversarios no estaban animados mas que por el
»deseo de vencer á los enemigos que odiaban, yУ de vengarse de ellos
»despues de anonadarlos en aquella deplorable lucha . »
Segun este autor, el obispo całólico Itaceo era un hombre audaz,
arrebatado, charlatan , imprudente, dado al lujo y á los placeres de
la mesa .
Para ocultar mejor su sensualismo á los ojos de la multitud, de
claraba contaminados y hasta convencidos de los crímenes que se
imputaban a los priscilianistas, á todos los hombres, cuyo aspecto
grave y severo los presentaba como poseedores de las virtudes de
que él carecia. Llamaba á las virtudes las caretas de la heregía , y á
sus ojos, bastaba amar el estudio, ayunar y practicar otras auste
ridades religiosas, para ser sospechoso de gnostismo y con el de lo
da clase de crímenes
Entre otros acusó sin titubear de herege, partícipe de los erro
PRISCILIANO I LOS Gyósticos. 231

res de los priscilianistas , al célebre Vartin , obispo de Tours , que


segun Sulpilio Severo, en su Historia ecl . L. 2 cap. 50. p . 288 .
aera permitido, sin incurrir en el reproche de adulacion ni de exal
tacion, compararlo á los mismos apóstoles . »

IV .

Encontrábase Martin en la corte , trabajando con el mejor deseo


y buena voluntad para que Itaceo abandonase la acusacion у de
jase de reclamar la intervencion del poder temporal contra los here
ges. Suplicaba sin cesar al emperador Máximo que respetase la vi
da yy los bienes de aquellos desgraciados hereges, que consideraba
bastante castigados con haber sido arrojados por los obispos del seno
de la Iglesia yу de la comunion de los fieles, y que no diese lugar
á la mas peligrosa y al mismo tiempo á la mas inicua de las inno
vaciones, la de abandonar al juez secular la decision de un asunto
eclesiástico y dogmático.
El santo varon tenia razon .
El Emperador pareció convencido por los argumentos y súplicas
del severo Martin de Tours: ya sea que cediese al influjo de su
elocuencia, óó que disimulase sus proyectos verdaderos , prometióle
que no permitiria jamás que se pronunciara contra los priscilianis ,
tas la sentencia de muerte , ni mucho menos que fuese ejecutada en
donde el mandase .
A pepas fueron dadas estas seguridades por el Emperador, los ca
tólicos Rufo y Magno le hicieron variar de resolucion tan prudente
como humana .
Máximo, bueno por carácter, aunque era seducido por las cul
pables solicitaciones de aguellos fanáticos sacerdotes , encargó del
proceso de los sectarios á su prefecto Evodes , hombre duro y
cruel , y pronto la espada de la ley amenazó la cabeza de los he
9

reges de Iberia .
Convencidos de maleficios, de haber enseñado y practicado una
doctrina obscena . de haberse reunido de noche en asambleas de des
órden con mujeres perdidas y de malas costumbres, de haberse des
pojado de todos sus vestidos para dirigir en comun sus plegarias á
Dios , muchos priscilianistas fueron condenados á muerte y ejecu
tados: los demás fueron arrojados del pais , y sus bienes confiscados
232 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

en beneficio del tesoro imperial; porque, segun afirma Sulpicio Se


vero , el Emperador, además de los motivos indicados para obrar con
tal vigor, tenia el de codiciar los despojos de los gnósticos.
En codiciar los bienes de los vencidos y de los débiles podria de
cirse que pocos emperadores no fueron Máximos.

V.

Cuando la revocacion de la sentencia de muerte era ya imposi


ble , Itaceo, agobiado por los reproches de los obispos, sus cole
gas , que alzaban la voz públicamente contra él , renunció á su odio
so papel de acusador. Máximo lo reemplazó por un oficial del fisco,
que no dejó de cumplir con el deber de su estado para correspon
der à la confianza que habia merecido.
El obispo de Ávila, Prisciliano, Asarin , Aurelio, Felicísimo, Ar
menio , Latronanio, y hasta la mujer de Helpido, Eufrosia, fueron
arrastrados al suplicio y ejecutados : Instanceo, Tibeien y muchos
otros fueron arrojados del imperio. Tertullo, Polamio y Juan , como
personas de baja estraccion y que habian conſesado y denunciado los
secretos de su secta , solo fueron arrojados de las Galias. Recompen
sa merecida.
La conducta de Itaceo , a quien una larga costumbre de perse
cucion y tiranía no le habia bastado para justificarlo á los ojos de
los católicos como regular y santa , indignó á casi todos los obispos
de su tiempo. Pero como él estaba bien en la corte, protegido por
poderosos personajes y por el mismo Emperador, no le faltaron par
tidarios y defensores .
«Delatores, obispos solo de nombre , dice Pacace, pero verdade
» ros satélites de delacion y de los verdugos, no contentos con haber
varrojado á aquellos desgraciados de sus casas y del seno de sus
»familias , los persiguieron con sus calumnias, hasta pedir su muerte,
»despues de haberlos reducido á la última extremidad de la mise
»ria .
» Despues de haber asistido al juicio, en que se jugaban las ca
» bezas de los hereges; despues de haberse saciado en sus angus
» tias , presenciando los tormentos que les hacian sufrir y los gritos
» que el dolor les arrancaba; despues de haber palpado los instru
» mentos del suplicio y los cadáveres de aquellos a quienes acaba
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS. 233

» ban de dar el golpe mortal , fueron repugnantes como estaban , por


pcontacto tan sacrilego, a celebrar los santos misterios, y á profa
» nar todavía con su impia presencia ceremonias que habian des
»honrado con sus ideas de venganza y de sangre» .
Co obispo llamado Teoquisto, encontró tan abominable la con
ducta de su colega Itaceo, que sin convocar un concilio, excomulgó
al culpable, de su propia autoridad privada, y tambien á los que
no hiciesen cuanto estuviese en su mano para no tener contacto al
guno ni relacion con él . A esta excomunion debió seguir una sen
tencia mas personal ; pues, segun San Isidoro, no solo fué depuesto
del episcopado, sino que murió en un destierro.
Nardaceo, obispo del partido de Itaceo y que habia imitado su
conducta, evitó el castigo que le esperaba presentando espontánea
mente su dimision, «accion hija de un recomendable arrepenti
miento, dice Sulpicio Severo , y que es lástima manchase despues,
>

pidiendo volver áa ocupar su puesto recobrando su dignidad y ho


nores . »

Pacace, el obispo Teoquisto, Martin de Tours y el historiador


Sulpicio Severo, todos ardientes católicos y lumbreras de la Iglesia ,
condenaron la conducta de los perseguidores de los hereges . Pero
su ejemplo ha tenido despues pocos imitadores entre las autoridades
del catolicismo ó al menos los Itaceos han estado entre ellos en ma
yoria .
El mismo papa Leon, llamado el grande, fué de opinion contra
ria á los obispos que excomulgaron a los perseguidores, cuando se
decidió a perseguir a los gnósticos de España.

VI .

El principio de que por causa de heregia debe condenarse al reo


á perder la vida es doctrina en la Iglesia católica, practicada duran
te muchos siglos , sea que la Iglesia lo ejecute , sea que el brazo se
cular reciba de su mano al herege para quemarlo . Muchos son los
escritores que apoyaron esta doctrina.
Nos contentaremos con citar aquí algunos párrafos de un autor ca
tólico y jesuita , tomado al acaso entre muchos autores católicos.
Elpadre Suarez dice en su Trip. Virtut. Theolog. parte 2. ", disp.
23 , sect . 1. ' , núm . 1. ' , p . 350 : sect . 2. ', p . 352 , obra publica
> >
234 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

da con aprobacion del inquisidor general, del ordinario y de los


provinciales de los jesuitas de Portugal y de Alemania . « Fué una
» antigua heregia creer que la Iglesia no puede condenar los here
»ges áà la pena de muerte , ni servirse del brazo secular para infligir
»Jes el último suplicio. Los donatistas fueron de esta opinion .
« —La pena de muerte se pronuncia contra los hereges por el
»derecho civil y canónico . —Cuando se trata del pecado de he
» regía , no solo la delacion del culpable es permitida, sino de estricta
» obligacion, aunque el denunciador solo conozca el pecado. Este
» axioma es posilivo y generalmente reconocido por tal. En conse
» cuencia, el padre debe denunciar al hijo, el hijo al padre, el mari
» do á la esposa, y esta al esposo. Si el denunciador fuese culpable,
» será perdonado en gracia de la obediencia . » >

Esta opinion es la de Cajetan, Navarro , Castro , Mascardi, Luis


de Paramó, Tolet , Farinacci, Rojas, Penha y otros muchos autores
católicos , que seria prolijo enumerar, y cuyas obras son además
muy conocidas .

VII .

De todas maneras , el rigor desplegado contra los priscilianistas


de España y el suplicio de sus jefes no fueron bastantes á extinguir
la secta ; al contrario , segun el escritor católico , varias veces citado
en este libro, « los suplicios, como debia esperarse, no hicieron mas
que inflamar el celo de los sectarios y aumentar el número de sus
prosélitos . »
Los mutilados restos de los que sufrieron la muerte fueron ob
jetos de veneracion para sus hermanos perseguidos. Prisciliano fué
honrado como márlir y santo , y se juró por su nombre, juramento
considerado como el mas in violable y sagrado.
En vano el emperador Honorio promulgó leyes severísimas con
tra los gnósticos, viéronse forzados á doblegarse, pero no á conver
tirse.
La ley de Honorio era en verdad una espada de dos filos. Consa
gra el principio subversivo del orden social Уy de la paz pública, de
que las ofensas contra la divinidad son un crimen contra el Estado.
Principio, repetimos, que si se generalizase y practicase , llevaria
consigo la destruccion de la sociedad ; porque cada secta, dueña
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS . 235
delpoder, y cuenta que pasan de mil las falsas religiones que im
peran en el humano entendimento, declararia crimen contra la di
vinidad la creencia en cualquiera de las otras nuevecientas noventa
y nueve.
Además Honorio declaraba confiscados en beneficio de su tesoro
los bienes de todos los sectarios maniqueos, priscilianistas, etc., etc. ,

si no dejaban herederos ortodoxos del primer y segundo grado.


Tambien permite que despues de muertos los acusen del crimen de
gnostismo, y confisca los edificios en que los hereges se hubiesen
reunido.
Desde entonces la persecucion fué general, y por lo vago de sus
prescripciones respecto á la culpabilidad de los acusados, se con
virtió en un arma de despojo Уy de venganzas privadas en manos de
los malvados que explotaban la intolerancia del poder y su codicia .
Nadie estaba seguro; la inocencia no era una garantía; el que te
nia bienes que perder estaba expuesto á ser denunciado por sus
enemigos de practicar ó de creer en la heregía; yy el poder que de
bia apoderarse de sus bienes si resultaba culpable, lenia medios de
sobra para hacerlo aparecer mas enemigo de la religion del estado,
ó de la divinidad , que era lo mismo, que los que la víctima podia
1

acumular en su defensa .
Preparados los priscilianistas á la defensa desde hacia mucho
tiempo, y siempre prontos á ocultar o disfrazar la verdad, escapa
ban a todas las pesquisas, y desafiaban todas las pruebas: los cató
licos sucumbian al menor esfuerzo .
Al concluir el último capítulo de su Historia sagrada , dice Sulpi
cio Severo : « no se veian mas que turbulencias , desordenes y per
» secuciones de todos géneros. Los fieles no sabian á quien escuchar.
» Los obispos se empeñaban entre ellos en disputas interminables,
»en que las pasiones humanas jugaban el principal papel». El odio,
la envidia, la versatilidad, la turbulencia , la avidez, y la cobardía se
disputaban la palma, luchando entre sí con furia terrible. El mayor
número, es decir. la masa de los pícaros y de los tontos, se conjuraba
coni . a la minoría de hombres de mérito, y virtuosos, que agobia
dos por la multitud, se veian insultados, despreciados y persegui
dos por todas partes ...
El priscilianismo creció a partir de la época en que sufrió las
mayores persecuciones, y desde 118 tomó una fuerza que no se
babia conocido nunca .
236 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VIII .

Antes de concluir la historia de los gnósticos españoles, debemos


hacer mencion de la conducta del célebre obispo de Tours, Martin ,
respecto á los personajes que de manera tan horrible se habian dis
tinguido en los tristes procesos que tuvieron lugar en aquella
ёроса.
Los partidarios de Itaceo y otros denunciadores y acusadores de
los priscilianistas se babian puesto al abrigo, bajo la inmediata
proteccion del emperador Máximo, de los reproches y censuras de
los obispos católicos, justamente escandalizados de su saña vergon
zosa y atroz contra los sectarios del gnostismo.
Los partidarios de Itaceo , en pugna abierta contra muchos obis

pos , habian logrado de tal modo fascinar al principe, que acababa


de establecer en Treves el asiento de su corte, que creyó deber suyo
protejerlos contra la Iglesia de las Galias, que se mostraba dispues-
ta á lanzar contra ellos sus rayos espirituales.
Esta proteccion del Emperador tan decidida, concluyó por atraer
algunos pastores al partido de Itaceo, quienes, por congraciarse con
el Emperador y entrar en la córte, se habian puesto a las órdenes
del obispo español.
Un nuevo edicto estaba ya firmado para recomenzar las persecu
ciones contra los hereges de España y llevarlos del tribunal al su
plicio. Muchos santos varones tan ortodoxos como virtuosos,habian
sido envueltos en el decreto de proscripcion general: la palidez de
sus facciones, sus miradas siempre bajas y fijas en la tierra, y la
humildad de sus vestidos debian deponer en aquellas circunstancias
en contra suya y exponerlos a una muerte segura .
Entonces fue cuando el obispo Martin ſué á presentarse al empe
rador Máximo.
Los obispos temblaron al verlo llegar: temian el efecto que sus
palabras producirian sobre el espíritu público, y se creyeron perdi
dos sin remedio, si Martin rehusaba sostenerlos entrando en su co
munion.
La situacion les parecia tan grave, que pusieron en juego su
influencia para que el Emperador interpusiera su soberana autori
dad , á fin de parar el golpe que temian. Máximo envió al encuentro
PRISCILIANO Y LOS GNÓSTICOS . 237

del obispo de Tours un oficial encargado de pedirle categóricamente


la paz para los pastores que la corte habia tomado bajo su protec
cion , ó en caso de que vacilase privarle la entrada en la ciudad.
Martin, que á cualquier precio queria ver al Emperador, prome
tió todo lo que le pidieron.

IX .

Admitido en la presencia del emperador, Martin solo habló en


defensa de los desgraciados: empezó por implorar el perdon para
dos partidarios de Graciano, que por haber sido fieles hasta el úl
timo momento á su antiguo señor , se habian atraido el ódio del nue
vo soberano .
Despues de hacer esta demanda, habló calorosamente en favor
de los hereges que debian ser juzgados, solicitando su perdon, ó al
menos la seguridad de que no les quitarian la vida. Máximo eviló
durante mucho tiempo responder al obispo. Muchas causas le im
pulsaban á no satisfacer sus humanitarios deseos.
Eran las principales la necesidad y la codicia, que lo aguijonea
ban á confiscar los bienes de los hereges en beneficio propio, con
tanta vehemencia como á Itaceo la de verter su sangre. Este y los
suyos se apresuraron á representar al Emperador cuan funesto po
dria ser para su autoridad el ejemplo dado por Martin .
Sin cesar repetian que la muerte de Prisciliano, no solamente
seria inútil , sino funesta , si el obispo de Tours, despues de su su
plicio, hacia su defensa y se constituia en apologista y vengador de
los hereges .
¡ Que el príncipe tenga cuidado! decian : la menor condescenden
cia de su parte armará con toda la autoridad de un pastor tan teme
rario la audacia de Teoquisto , que se ha atrevido él solo , у sin
consultar á nadie, á condenar obispos católicos Уy á Máximo mismo,
por cuyas órdenes los obispos habian juzgado y condenado a los
bereges ( 1 ) .
El Emperador procuró seducir al obispo de Tours; á aquel varon
respetable, que solo por salvar la vida á los enemigos de su fé se
exponia á arrostrar la ira del Emperador.

1) San Sulpicio Severo. Diálogo 3 , c . 12 , p . 198.


Tomo I. 33
238 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Aseguróle que los priscilianislas habian sido condenados por sus


crímenes contra el Estado, y no por sus opiniones religiosas, ni á pe
ticion de los obispos: que Teoquisto fué movido al escomulgar á Ita
ceo por su ódio y no por amor á Dios, Ꭹy por último que Teoquis
to no habia encontrado apoyo en los otros obispos en su condena
cion de las persecuciones .
Este tejido de falsedades fué despreciado por Martin , que no cedió
en lo mas mínimo; y el Emperador mandó á los verdugos ejecutar
las sentencias , que ya habian sido pronunciadas contra los nuevos
acusados .
A este golpe inesperado, Martin no pudo resistir . Sacrificando
sus convicciones á sus sentimientos de piedad , ofreció participar de
la comunion religiosa de los Itacianos, si le garantizaban la vida de
los infelices á quienes iban á inmolar en medio de terribles tor
mentos . El Emperador accedió a sus deseos : los hereges no fueron
ejecutados; y al siguiente dia Martin asistió á la consagracion de
Félix , santo varon, que merece á Sulpicio Severo la mayor sim
>

patía .
Desde aquel momento , Martin de Tours creyó deber llorar como
un crímen el acto de humanidad á que habia sacrificado sus escrú
pulos religiosos, y el digno obispo galo se retiró del mundo, se ne
gó á tomar parte en los concilios para que fué invitado y pasó ba
ciendo penitencia el resto de sus dias.
No cuenta la crónica el fin de Itaceo yy de los perseguidores de los
hereges; pero los Itaceos , se han sucedido sin interrupcion desde los
primeros siglos de nuestra Era en que este libro concluye hasta
nuestros dias .
LIBRO CUARTO .

LOS ICONOCLASTAS .

435—886 .
1
1
LIBRO CUARTO.

LOS ICONOCLASTAS .
435—886 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO .

Origen de la secta de los Iconoclastas ó destructores de imigenes . - Engrande.


cimiento del clero en tiempo de los emperadores cristianos . - Medidas tirá
nicas de Leon III y Teodoro contra los judíos y montanistas . - Destruccion
de las imágenes por el árabe Izid y su persecucion contra los cristianos .-El
emperador Leon III persigue a su vez á los adoradores de imágenes . - Lucha
entre el Emperador y el papa Gregorio II, y separacion de Italia del Imperio
griego .

I.

Por mas que la severidad de los juicios de la Historia deba ser


relativa á las circunstancias de las épocas que describe y juzga, hay
actos, sin embargo , que en todos tiempos deben ser juzgados de
la misma manera por todo escritor digno del verdadero nombre de
filósofo .
Entre estos actos deben contarse á nuestro modo de ver los que
emanando de los poderes públicos, ejercen una influencia inmensa
por la autoridad y prestigio de que los rodea la elevada esfera de
donde emanan .
La historia de las persecuciones contra los adoradores de imáge
242 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nes por el emperador Leon y algunos de sus sucesores, Уy la de otros


contra los que se negaban á adorarlas, dan pruebas irrecusables
que justifican lo que acabamos de decir .
Generalizóse entre la mayor parte de los cristianos desde los pri
meros siglos, segun la tradicion y los anales eclesiásticos , el culto
>

de las imágenes , especialmente entre los que procedian de las re


ligiones politeistas de origen griego .
El vulgo ignorante y considerable número de sacerdotes que no
lo eran menos, exageraban este culto de tal manera , que muchos
cristianos lo creian contrario al espíritu y la letra de los libros san
tos, y cada uno de los dos bandos queria imponer al otro su creen
cia sobre la materia .
Unos á otros se excomulgaban, y reunian concilios que anatema
tizasen por herética é impía la doctrina de sus adversarios.
La Iglesia católica siempre sostuvo y adoptó la adoracion y ve
neracion de las imágenes como doctrina ortodoxa, condenando y
persiguiendo como hereges á cuantos no participaban de ella; pero
varias veces los iconoclastas fueron testas coronadas, principes po
derososos , que despreciando los anatemas fulminados por papas y
concilios, tomaron la revancha destruyendo en sus Estados las está
tuas y toda clase de imágenes y con ellas á sus adoradores que re
sistian á viva fuerza sus órdenes soberanas .
Las víctimas producidas por estas persecuciones y los crímenes
cometidos so pretexto de religion por uno y otro bando durante mu
chas generaciones en todo el imperio, son innumerables, y como
vamos á ver , dieron origen á la division y fraccionamiento del im
perio griego de Constantinopla, preparando su total ruina у el en
grandecimiento de los francos que , declarándose protectores del ca
tolicismo , fundaron el imperio que Carlomagno hizo famoso.

II .

En los siglos II, i y iv de nuestra Era recurrieron los cristianos


al poder civil para destruir los templos y cuanto se referia al culto de
la religion de los gentiles: como los emperadores empleaban su au
toridad en beneficio de su religion , no encontraban nada que decir
contra sus actos opresivos ni contra las persecuciones a los que pro
fesaban la religion pagana , antes bien los estimulaban y enaltecian ,
LOS ICONOCLASTAS . 213

asegurándoles que sus leyes de proscripcion estaban dentro del


círculo de sus atribuciones; pero , como veremos en este libro, cuan
do los emperadores griegos emplearon su autoridad en contra suya,
los cristianos no encontraron bastantes anatemas contra ellos y re
currieron a la sublevacion , resistiendo á viva fuerza las órdenes de
la autoridad constituida .
Desde que los emperadores se hicieron cristianos , crecieron de
tal modo el poder y las riquezas del clero , que los mismos empera
dores tuvieron que ponerles cortapisas, si bien inútilmente.
El emperador Juliano procuró en vano reprimir la avidéz con
que los sacerdotes buscaban donativos de toda especie. Valentinia
no su sucesor se vió en el caso de impedir á las corporaciones reli
giosas la adquisicion de demasiadas riquezas, á cuyo efecto prohi
bió á los plebeyos ricos el sacerdocio, en el cual todo el mundo
queria entrar en aquella época, mas por participar de sus inmuni
dades y privilegios, que por verdadera vocacion . Tambien quiso que
los frailes, fieles á sus instituciones, en lugar de vivir en las ciu
dades frecuentando el trato del mundo, fuesen á vivir á los de
siertos.
Los emperadores eran sin embargo incapaces de detener el en
grandecimiento y el poder del clero cristiano, que resultaba de la ge
deralizacion , tanto en Oriente como en Occidente, de la religion cris
tiana. La lucha fué no obstante larga y terrible como vamos á
ver .

III .

Sin detenernos aquí en las disputas ocurridas en Oriente hacia el


año 435 con motivo de las imágenes y del culto que se les rendia,
disputas en que este culto fué atacado y defendido con calor , em
9

pezaremos por los graves sucesos del reinado de Leon III , llamado
el Isauriano , primer antagonista verdaderamente temible de la ido
latria cristiana, como llamaban sus enemigos á la adoracion de las
imágenes , y verdadero fundador de la secta de los iconoclastas ó des
tructores de imágenes, declarada herética mas tarde. Sucedió Leon
III á Teodoro en el imperio , y la primera hazaña del monarca grie
go fué obligar á los judíos y á los sectarios llamados montanistas á
214 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

aceptar el cristianismo, y á recibir el bautismo de buena ó de mala


gana .
Como esta medida tiránica la creian los cristianos favorable á su
religion, lo mismo los ortodoxos que los hereges, no tuvieron nada
que objetar, y la apoyaron con todas sus fuerzas. Los resultados,
sin embargo , probaron que los medios violentos y la intervencion
del poder en asuntos de conciencia producen resultados funestos.
Los judíos prefirieron conservar la vida á trueque de recibir el bau
tismo , salvo purificarse despues , segun sus ritos Уy creencias , de un
acto que consideraban como un crimen nefando . Los montanistas,
con un entusiasmo y una fé dignos de mejor causa , se reunieron y
se quemaron vivos espontáneamente para purificarse de la mancha
que suponian les habia impreso el bautismo. ¡ Cuán arraigadas no
deberian estar en sus almas las creencias religiosas de aquellos he
reges , para quienes la pérdida de la vida era poca cosa al lado del
horror que les inspiraba el agua del bautismo!
A esta escena terrible sucedieron las persecuciones crueles que
hizo sufrir á los cristianos que estaban bajo su dominio el mabo
metano Izid , jefe de los árabes que conquistaron entonces parte del
imperio romano , imponiéndoles con su dominio sus creencias .
Tenia este árabe por favorito un judío, el cual le persuadió que
haria una cosa agradable á los ojos de Dios destruyendo el cul
to de las imágenes, para lo cual deberia destruir cuantas hallase en
los templos . En recompensa de este servicio prestado á la pureza
del verdadero culto de Dios , le ofreció en nombre de este cuarenta
años de un reinado brillante , feliz y libre de accidentes . Apresuróse
el árabe á publicar el edicto que debia valerle la proteccion del cie
lo, persiguiendo de muerte a los que se oponian á su cumplimiento;
pero la muerte no tardó en poner fin á sus esperanzas y á su obra
de violencia .
El ejemplo estaba dado : en aquellos tiempos de ignorancia el culto
de las imágenes tenia para el vulgo fanático un sentido distinto del
que la Iglesia le ha dado , pareciéndose mas á la grosera idolatría,
que vé en la imágen, no una representacion mas o menos fiel ó ale
górica, sino el Dios ó la encarnacion misma del poder celeste que
adora. Así es que, para muchos de aquellos ignorantes, fanáticos y
supersticiosos , perdieron las imágenes su prestigio cuando las vie
ron derribadas de los altares, rotas, pisoteadas y quemadas impu
nemente .
LOS ICONOCLASTAS . 245

Para los que no veian en la adoracion de las imágenes mas que


la supersticion y el grosero fanatismo del vulgo , y que considera
ban comprometida la pureza de la religion cristiana con un culto
que suponian asemejarla á la idolatría del destruido paganismo , el
ejemplo de la destruccion de las imágenes dado por Izid los arras
tró á seguir la senda abierta por el mahometano. Ellos no sabian
que la violencia á nada bueno conduce, y contribuyeron á perpe
tuar con ella lo que se proponian extinguir.
IV
.

Segun un historiador que tenemos a la vista , el emperador Leon III


sirvió de instrumento á dos judíos que le habian predicho su ele
vacion al trono muchos años antes, para la destruccion del culto
rendido á las imágenes por los cristianos .
Hé aquíen qué términos supone nuestro historiador que habla

ron los judíos á Leon III para obligarle a destruir las imágenes que
detestaban .
«Señor: como es Dios solamente quien del miserable estado en
» hace treinta años os encontramos en Isauria, os ba elevado por
» una maravilla de su omnipotencia sobre el trono imperial , y como
» por nuestra parte no hemos hecho mas que descubriros los desig
» pios ocultos de la providencia sobre vos , que plugo á Dios reve
» Jarnos, lo que tenemos que pediros no debe ser en manera alguna
» por nuestro interés, sino por la gloria de Dios y por la vuestra .
» No os pedimos, pues, ni oro , ni piedras preciosas, ni señoríos, ni
»dignidades, ni empleos, ni parte alguna en el gobierno de vuestro
» imperio. No es justo que partamos con vos el don que Dios os ha
» hecho y que debeis guardar entero; y lo que es mas, queremos que
» lo que os pidamos sea el medio único de que lo conserveis largos
vaños en un estado muy floreciente. Ahora bien , este medio, que
»es la cosa que nosotros deseamos con mas ardor , que es lo que
» nos proponíamos cuando os predecíamos el imperio, y á la cual
»os comprometísteis por un juramento solemne que no podeis vio
» lar, es, señor, que estermineis la idolatría en vuestro imperio
» que los cristianos han desgraciadamente restablecido en sus igle
»sias , erigiendo idolos pintados, tallados y esculpidos con perjuicio
Tomo J. 34
246 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»del culto que se debe a Dios solo . ¡ Arrancad del mundo estas abo
» mipaciones que Dios no puede sufrir y que prohibe tan formal
»mente en el primero de sus mandamientos! Si así lo haceis, os pro
» metemos de su parte que reinareis felizmente hasta el año ciento
»de vuestra vida . La primera que os hicimos puede serviros de ga
»rantía del feliz cumplimiento de la segunda si cumplís vuestra
» promesa ; pero si os negais á ello, debeis temer que destruyendo
» la causa de vuestra felicidad, no perdais tambien los benefi
»cios . »
El emperador creyó á sus consejeros, Уy la persecucion contra las
imágenes y los que las adoraban ó resistian dieron principio en to
do el imperio .

V.

Por si la influencia que los judíos susodichos ejercian sobre el


emperador no era suficiente, se les agregó un cristiano tan enemigo
de la adoracion de las imágenes como los israelitas. Fué este el
obispo de Nacolia en la Frigia, hombre tan ignorante como malva
do , segun afirma Teofanes, el católico historiador de cuya obra to
mamos este libro . Este obispo herélico se hizo el auxiliar del em
perador y sus dos acólitos .
En 726 publicó Leon III su primer edicto contra las imágenes, y
encargó al clero, empezando por el papa de Roma su vasallo, la
ejecucion . Gregorio II , que ocupaba á la sazon la silla pontificia,
escribió al Emperador en cuanto supo su resolucion; pero Leon le
ordenó expresamente que prohibiese en todas partes la idolatría é
hiciera desaparecer inmediatamente las estátuas, imágenes y en ge
neral todos los signos que, segun él, fomentaban la supersticion
entre los cristianos. si queria continuar mereciendo su gracia y go
zar de su proteccion en lo futuro.
Lejos de obedecer el Papa respondió en términos violentos, lle
no de indignacion, y por consecuencia poco á propósito para disua
dir al Emperador de su temeraria empresa .
Dijole que un soberano, por poderoso que sea, no tiene autoridad
2

para desgarrar las santas decisiones de la Iglesia , y lo anatematizó


7

en un sinodo reunido en Roma al efecto .


Del anatema del Pontífice á la rebelion del vasallo no hubo mas
LOS CONOCLASTAS . 247

que un paso . Bajo pena de excomunion prohibió á romanos y grie


gos que pagaran los tributos ordinarios al Emperador, y no contento
con esto , se alió con los francos, á los que facilitó el apoderarse de
Roma y de Italia cuando bien les pareciese .
Furioso Leon envió asesinos que le desembarazasen del Papa;
pero estos abortaron en su criminal intento; y los romanos , obede
ciendo los preceptos conminatorios del Papa, negaron los impuestos
al Emperador, se rebelaron contra su autoridad, y fundaron un go
bierno independiente que separó la Italia para siempre del dominio
de los emperadores griegos .
De este modo , la persecucion religiosa produjo la revolucion po
lítica y el desmembramiento del imperio de Constantinopla .
Entusiasmados los romanos con la facilidad de su triunfo , parece
que pensaron en nombrar un nuevo Emperador y llevarlo a la con
quista de Constantinopla, para poner en su cabeza la corona de
Leon III ; pero concluyeron por detenerse en sus ambiciosos proyec
tos, adoptando un plan mas realizable, que la influencia de los pa
pas contribuyó sin duda á hacer dominar.
El primer resultado fué un cisma entre los partidarios de la au
toridad civil ó sea del Emperador, y los de la influencia eclesiástica
ó pontifical; y para vencer y dominar á sus adversarios , el Papa se
alió con los lombardos, nacion guerrera, que los romanos habian
despreciado y que los papas calificaban de bárbara é infame.
CAPITULO II.

SUNIARIO .

Redohla la persecucion de Leon III contra las imágenes y sus adoradores.


El pueblo se amotina y es subyugado . - El Emperador apoya sus ideas en
la opinion de algunos santos . - Reunion de un concilio en que los iconoclas
tas se hallaron en naycria . - Elevacion de Anastasio á la silla patriarcal de
Constantinopla y separacion de las dos Iglesias . - Muerte de Gregorio II. - Su
sucesorGregorio III depone al Emperador.-- Muerte de este, sucediéndole su
hijo Constantino V, llamado Copronymo.

I.

Mientras en Roma prevalecia la fé ortodoxa, gracias a la ener


gía del Sumo Pontífice y al mayor número de los fieles , las perse
cuciones y las malanzas comenzaron en la capital del Imperio con
tra los adoradores de imágenes ó idólatras, como los llamaban sus
enemigos que resistian á las órdenes de la autoridad constituida .
Tal era el fanatismo del Emperador y de sus consejeros, que se
imaginaron dependia la salud del Imperio de la destruccion del cul
to de las imágenes, y que nada tendrian que temer si lograban des
truirlo .
Cuantas estátuas , cruces é imágenes pintadas habia en los para
ges públicos , fueron por el gobierno destruidas, y no se detuvieron
en esta medida grave sin duda. Las escuelas en que se enseñaban
los dogmas repudiados por el Emperador, ó por servirnos de la es
presion del historiador católico antes citado , todas las escuelas cris
LOS ICONOCLASTAS . 249

tianas , fundadas por San Constantino, fueron cerradas у arrasadas


en un dia .
Una de estas escuelas era el monasterio de los Studites, fundado
por Studius, y cuyo superior lleva el título de doctor ecuménico.
Por órden del Emperador el convento fué entregado a las llamas
con los frailes que habia dentro . Todo fué reducido á cenizas, in
cluso su inmensa biblioteca .

IL

Irritado el pueblo , se sublevó; queria ir á asesinar á Leon en su


propio palacio, y preludió su venganza matando á los funcionarios
del Emperador, que no habian cometido otro crimen que obedecer
las órdenes de su soberano , al querer arrancar la estátua del Sal
vador de lo alto de la puerta de acero , donde estaba colocada.
Los soldados acudieron y dispersando á los sediciosos, restable
cieron el órden. Entonces empezó el castigo de los culpables por
los medios bárbaros propios de la época: azotes, mutilaciones, tor
mentos de toda especie, expatriacion y muerte. Los culpables, se
gun la ley , fueron mártires para sus correligionarios, y santos que
perecieron en defensa de sus creencias.
Despues de esta sangrienta escena ocurrida en Constantinopla,
otras semejantes tuvieron lugar en las Cicladas. Los habitantes de
estas islas eran partidarios del culto de las imágenes: fanáticos en
extremo, su ódio contra el Emperador los arrastró á conspirar con
tra su autoridad y su vida ; pero su plan fracasó . Esta vana tenta
tiva, léjos de amenguarla, aumentó la saña de la persecucion con
tra las imágenes y contra los que las defendian .
Los reformadores no se detuvieron ya en condenar el culto de
ellas, atacaron el mismo dogma en lo que tenia relacion con el
tributado á las mismas. El gobierno negó á un tiempo la efi
cacia de la intercesion de la Virgen, de los santos y de los már
, y la virtud Уy la fuerza que hasta entonces se habia atribuido
tires
á las reliquias.
Leon III declaró idólatras á todos los emperadores cristianos que
magistprecedido
lmae habian ratura . y
al pueblo que los habia elevado á la supre
250 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Para justificar su oposicion al culto de las imágenes , el Empera


dor, que lo hacia á título de cristiano, y de cristiano ortodoxo, que
queria purificar el cristianismo de la que él llamaba gentílica idola
tría, se apoyaba en la opinion de santos Padres y otras autoridades
de la Iglesia de los siglos anteriores, que interpretaba en sentido fa
vorable á sus creencias .
Decia San Clemente de Alejandría, que nos está expresamente
vedado hacer representaciones de lo que está en el cielo sobre la
tierra ó en su seno .
Orígenes justifica la aversion de los cristianos de su tiempo por
las imágenes, diciendo que con frecuencia eran obra de hombres in
crédulos , depravados y pervertidos.
San Clemente de Alejandría reprochaba á los gentiles la adora
cion que prestaban a las imágenes de sus dioses, para las que les
habian servido de modelo mujeres prostituidas y deshonradas .
San Epifanio censuraba duramente a los carponcianos, porque te
nian en sus casas imágenes y estátuas de plata y otras materias re
presentando á Jesus á la manera de los gentiles . Este obispo de Chi
pre , cuyas imágenes se veneran en el mundo católico en los alta
res , se pronunció con energia contra tal adoracion a fines del si
glo iv.
Leon III citaba estos testimonios y otros semejantes para supo
nerse autorizado, á título de príncipe cristiano, á prohibir el culto
rendido á las imágenes , y no se prestaba á escuchar las explica
ciones de los católicos .

IV .

German , el patriarca de Constantinopla , despues de vivir largo


tiempo en buena armonía con el Emperador, áa pesar de su heregía,
se indispuso con él , y llegó á merecer los mayores ologios de los
católicos, por la energía con que defendió la causa de la fé orto
doxa .
En los tiempos en que vivió en buena armonía con el Empera
LOS ICONOCLASTAS . 251

dor, tuvo en la pila bautismal á su hijo, que despues fué empera


dor del imperio griego bajo el nombre de Constantino Coprónymo .
Un accidente, que nada tenia de extraño en un niño , hizo pre
decir á German que Constantino enturbiaria un dia por sus crí
menes la paz de la Iglesia , como acababa con sus inmundicias de
enturbiar el agua del bautismo. Y desde entonces Constantino fué
conside rado como el precursor del Anticristo.
Estaba el Patriarca tan intimamente convencido de la infalibili
dad de su profecía, que quiso renovarla ante el mismo Emperador.
Sondeado por Leon sobre sus intenciones respecto al culto de las
imágenes , el Patriarca se mostró partidario inflexible de ellas y acusó
al Emperador del mal que ya habia hecho á la Iglesia, mostrándole
en un porvenir poco lejano un príncipe de quien el Anticristo dis
pondria mucho mas completamente que del príncipe reinante...
Fuera de sí Leon , que no podia presumirse se atreviese nadie á
ultrajarle en su propio palacio , amenazó al Patriarca con hacerle
desterrar por turbulento y sedicioso. La amenaza, sin embargo, no
llegó á realizarse, y dos años despues German asistia á un concilio
en que se encontraron en mayoría los iconoclastas. Viendo entonces
la inutilidad de sus esfuerzos, el Patriarca tomó el partido de abdi
car, para librarse de toda responsabilidad y no verse al ſin obligado
á ceder á las exigencias cada dia mas apremiantes del Emperador.
Despues de decir á la asamblea que , sin el consentimiento de un
concilio general de toda la Iglesia , su conciencia le prohibia contri
buir á innovar nada en la fe y las ceremonias de la religion cristia
na, se retiró tranquilamente.
Mientras el patriarca German combatia en Constantinopla por el
culto tradicional de las imágenes, el papa Gregorio, mas fuerte en
Roma, arrancaba la Italia y todo el Occidente á la dominacion
9

griega.
Leon III fué anatematizado por los orientales, que permanecieron
fieles a la tradicion , y por los occidentales en masa. El Papa conso
lidó la revolucion política, á cuyo frente se habia puesto, con la uná
>

nime aprobacion de un concilio que representaba todas las fuerzas


de la cristiandad en el Occidente .
252 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

V.

Al recibir estas noticias el furor de Leon desbordó como un tor


rente que no tiene diques.
Empezó por elevar á Anastasio á la silla patriarcal de Constan
tinopla.
El nuevo pastor se apresuró á escribir al Papa anunciandole su
nombramiento ; pero Su Santidad le respondió con aspereza , mani
festándole su desagrado; y como el nuevo Patriarca persistiese en
continuar en el puesto áá que el Emperador le habia elevado, Grego
rio II , lo depuso y anatematizó, reprochando al Emperador los que
llamaba abusos de autoridad y heregías, y afirmándose en su re
solucion de sublevar el Occidente contra la autoridad del soberano .
Leon entonces, instigado por Anastasio, quiló á la jurisdiccion
del patriarcado romano á los obispos de la Sicilia , la lliria y las Ca
labrias, no queriendo permitir que el Papa que se rebelaba contra
su autoridad soberana, siguiese ejerciendo su jurisdiccion eclesiásti
ca en las provincias occidentales del imperio que le restaban fieles.
Esta medida del emperador Leon III hizo mas honda la division
entre los cristianos de Oriente y Occidente y puso mas de relieve el
gran cisma que debia separar para siempre á griegos y latinos .
La resistencia del Papa á los decretos del Emperador la pagaron
los cristianos de Oriente, que estando mas directamente bajo la fé
rula del Emperador iconoclasta , sufrieron su saña que descargó en
ellos , ya que se encontraba flaco para vengarse del Papa mismo.
AA las excomuniones y anatemas que le lanzaban desde Roma res
pondia con nuevos decretos de proscripcion contra los que llamaba
idólatras y malos cristianos, impregnados de paganismo, y manda
ba exterminarlos sin piedad; sacerdotes y monges, seglares, ancia
nos y mujeres.
Mientras libraba su imperio ó al menos las provincias que obe
decian su autoridad de los que calificaba de hereges, preparaba una
poderosa escuadra, que debia ir á Roma á pedir cuenta al Papa y al
pueblo que seguia su política, de la rebelion de que se habian hecho
culpables: pero las alborotadas ondas del Adriático sumergieron ó
despedazaron sus galeras, y Roma se vió libre del inminente peli
gro de caer en manos del irritado y fanático Leon.
LOS ICONOCLASTAS . 253

VI .

Gregorio III , que sucedió en la silla pontifical al II del mismo


nombre, continuó la obra de su predecesor. Mandó al Emperador un
legado, el padre Gorge, con el encargo de reprocharle su heregía y
la impiedad con que destruian las imágenes, y con ellas los objetos
mas caros del culto de los cristianos.
El enviado del Papa, cuando llegó a Constantinopla, desvanecido
con la magnificencia y poder de que vió rodeado al Emperador, no
tuvo el valor necesario para desempeñar su peligrosa mision , y to
mó la vuelta de Italia sin haber hecho nada de lo que le habian
mandado .
El Papa lo degradó; pero el concilio reunido en Roma, mas in
dulgente, lo condenó solamente á volver á Constantinopla segunda
vez y cumplir la mision que se le habia confiado. El padre Gorge
emprendió en cfecto el camino; pero no pudo llegar al término de
su viaje: los griegos, dueños aun de la isla de Sicilia , lo detuvieron
prisionero.
El Papa convocó un nuevo concilio, en el que tomaron parte no
venta y tres obispos y gran número de abades y otras dignidades
de la Iglesia; y el clero en general, lo mismo que el pueblo, asistió
á sus sesiones.
De aquella asamblea salió confirmado el culto de las imágenes
de Dios - Cristo, su santísima Madre y de todos los Santos, y la ex
comunion contra cuantos.no lo creyesen ortodoxo ó se opusieran
al decreto .

El Papa depuso al emperador Leon , aunque la deposicion que


dó sin efecto , y las decisiones del concilio fueron enviadas á Italia
y á Oriente . Mas no pasaron de Sicilia, donde los que las lleva
ban fueron maltratados y expulsados ignominiosamente del pais .
Escribió el Papa al Emperador y al patriarca Anastasio directa
mente ; pero ni uno ni otro se dignaron responder. Leon estaba de
masiado ocupado en aquella época para dar importancia á intereses
que consideraba lejanos y secundarios; y el segundo solo pensaba
en las ventajas que le procuraba su posicion y trabajaba con todo
el ardor de que era capaz para asegurarse los donativos hechos has
TUMO I. 35
254 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ta entonces á la Iglesia romana por griegos , lombardos y otras na


ciones, aumentarlos cada dia, y recuperar los que habia perdido.
Las provincias del imperio griego estaban en contínuo desórden ,
y Leon III murió en 741 , dejando á su hijo Constantino V , llamado
Copronymo , sus ódios inveterados y la realizacion de sus terribles
venganzas .
CAPITULO III.

SUMARIO .

Carácter de Constantino . - Destronale Artabasdo, su cuñado... Vuelve Constanti


á no ocupar el trono y comete crueldades inauditas contra sus enemigos . - El pa
pa Estéban III pide ayuda a Constantino contra los lornbardos; recháza le este y
celebra un concilio en que se decreta la abolicion del culto de las imágenes.
Acude el Papa á Pepino rey de los francos, y con su ayuda vence á los lom
bardos. - Constantino obliga a casarse a todos los frailes y sacerdotes de su impe
rio.–Tormento y muerte del Patriarca .-Muerte de Constantino.

I.

Segun los autores católicos , Constantino Copronymo era un móns


truo engendrado por la cohabitacion nefanda de muchas bestias fe
roces .

Ni era cristiano , ni judío, ni pagano, sino brujo y hechicero


que consultaba las entrañas palpitantes de sus víctimas para evo
car sus manes... No hay crímen de que él no fuese capaz y culpa
ble.
Sin necesidad de dar mucho crédito á las exageraciones de sus
enemigos, bien puede creerse que Constantino V fué un tirano, co
mo todos los que tienen medios de serlo en épocas en que las opi
niones opuestas luchan con encarnizamiento, y en que la ignorancia
V el fanatismo excluyen toda nocion de derecho, de humanidad Y
tolerancia.

!
256 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El Emperador participaba, como casi siempre sucede, de las preo


cupaciones y del carácter de su pueblo.
Las persecuciones y las crueldades á que dió rienda suelta con
tra los que no participaban de sus creencias, por algunos honores
mas o menos concedidos á las imágenes, prueban bien claramente
la mezquindad de su espíritu y la barbarie de su indómito ca
rácter.
Si creia que el que llamaba por desprecio culto de los ídolos
cristianos era contrario al dogma que él profesaba, ó tal como él
lo comprendia, el remedio debia prepararlo lentamente , por la ins
truccion , por la propagacion de la doctrina que tenia por verdade,
ra, y en la cual su confianza no podia vacilar un momento , por
tenerla por divina y revelada. Esperando que sus pueblos renun
ciáran á sus supersticiones, debió sufrir entre tanto con resig
nacion la vista de sus extravíos; porque nadie puede hacer por
medio de leyes y decretos cambiar las opiniones yy creencias y un
gobierno menos que nadie. La fuerza de que dispone sirve para ha
cer hipócritas ó esclavos , pero no prosélitos. Solo la difusion de las
luces puede disipar progresivamente las tinieblas de las falsas
doctrinas. El remedio suele ser lento , pero seguro . Mas aunque fue
se incapaz de obtener este resultado, seria menos malo dejar el
mundo entregado al error, que pretender reformarlo por la injusti
cia , la violencia y la tiranía .
Por grandes que sean los males que nacen de la ignorancia, los
que engendra la fuerza brutal son mucho mayores: curar matando
es un remedio peor que la enfermedad , y las persecuciones contra
las creencias ni pueden justificarse, ni disculparse siquiera. Para
que las leyes en tales materias surlan efecto deben no preceder sino
seguir á la pública opinion de la que solo deben ser reflejo.

II .

Apenas habia Constantino V ocupado el trono heredado de su pa


dre , cuando se vió forzado á descender de sus doradas gradas. Ar
tabasdo, su cuñado, manifestó sus pretensiones al imperio, y la suer
te de las armas le fué favorable.
El patriarca Anastasio , olvidando el reconocimiento que lo liga
ba á Constantino y las opiniones iconoclastas que habia sostenido,
LOS ICONOCLASTAS . 257

que fueron la causa y condicion de su fortuna , anatematizó al Empe


rador vencido, al saber que habia perecido en un combate, exaltan
do su muerte como un beneficio que el cielo dispensaba á la nacion ,
y adulando al Emperador triunfante y la doctrina católica que con él
vencia á su rival .
No contento con esto , para asegurarse las gracias del nuevo mo
narca, el Patriarca elevado por Leon III yУ anatematizado por el
Papa , juró sobre un pedazo de la verdadera cruz en que murió Je
sucristo, que tenia en la mano, que Constantino habia querido que
prevaleciese en la Iglesia el dogma en otro tiempo sostenido por
Pablo de Samosates , y que se habia atrevido á decir anle él que
Cristo era un hombre como los otros, nacido de María , como él
mismo habia nacido de la emperatriz María su madre, que era hijo
del hombre y no del Espíritu Santo
El pueblo, entonces sublevado, contra la heregía de semejante
.

proposicion , declaró á Constantino y sus descendientes excluidos


del trono para siempre .

Desgraciadamente para la causa ortodoxa, la muerte del Empe


rador fué desmentida, y el odio levantado contra él por la declara
cion falsa ó verdadera del Patriarca , no le impidió alcanzar dos años
despues una completa victoria sobre sus adversarios , volver á su
capital y ejercer las mas sangrientas venganzas contra los que no
pudieron escapar de su cólera ..
La muerte misma no ponia sus enemigos al abrigo de su furor:
hasta las tumbas llevó su ódio y sus manos sacrilegas.
Hizo sacar los ojos al patriarca Anastasio y lo expuso ante el
pueblo sentado en un burro , de espaldas á la cabeza y agarrado
á la cola del cuadrúpedo . De este modo lo entregó á los insultos y
ultrajes del populacho ... Pero el último acto de su venganza para
con el Patriarca fué todavía mas terrible. En lugar de desterrarlo,
lo restableció en la silla patriarcal de Constantinopla como prueba
del desprecio que le inspiraban él y los que de sus opiniones par
cipaban, y para que asistiese á sus fiestas, cantase sus triunfos у
ensalzase sus glorias el mismo que lo habia anatematizado y ce
258 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

lebrado su muerte como un beneficio hecho á su pueblo por la pro


videncia .
La guerra contra las imágenes y sus defensores fué continuada
con mas encarnizamiento por Constantino despues que recuperó
el trono de su padre , y ayudó eficazmente á la peste que desola ba
las provincias del imperio á despoblarlo, arrancando la vida a los
que no creian que adorar las imágenes era ser idolatras , ni mas ni
menos que paganos y gentiles .
A la violencia unia Constantino V la palabra corruptora , arma
siempre poderosa en manos de los fuertes.
Convocó al clero en reuniones parciales y poco numerosas para
preparar un gran concilio que esperaba proclamaria sus opiniones
como católicas ó universales , y trabajó casi siempre con buenos re
sultados en atraer al clero y al pueblo á su partido , segun nos lo
asegura San Teofanes.

IV .

Los sucesos de Italia le fueron favorables mas de lo que cons


tantino podia prometerse y vió al papa Estéban III acudir a él , be
he
rege iconoclasta , excomulgado y depuesto , á pedirle socorro contra
los bárbaros lombardos , con los cuales pudo el papa Gregorio su
antecesor entenderse y aliarse contra su padre Leon III ; pero que
despues de amigos se habian convertido en opresores de los católi
cos romanos .
El momento parecia favorable para entronizar de nuevo el poder
de los griegos en Italia ; pero el Emperador prefirió á este alto inte
rés político la pueril discusion de algunas cuestiones especulativas;
y en lugar de acudir al Occidente, reunió en 751 un concilio gene
ral , compuesto de trescientos treinta y ocho obispos , que tuvo sus
sesiones en el palacio imperial de Constantinopla. Teodosio , obispo
de Efeso, y Patillas, obispo de Pergis , presidieron el concilio por
muerte del patriarca de Constantinopla Anastasio.
El primer acto del Emperador, en los seis meses que dura
ron las sesiones del concilio , fué nombrar y proclamar él mismo,
patriarca ecuménico de Constantinopla al fraile Constantino que
era obispo de Siléa .
Elconcilio , por su parte , decretó la abolicion del culto de las
LOS ICONOCLASTAS. 259

imágenes , y los miembros que defendieron lo que llamaba la mayo


ría idolatría , fueron arrojados de su seno y públicamente anatema
tizados . Estos fueron German , Jorge de Chipre, y Juan Crisóstomo
llamado Damasceno .
Pronto veremos los resultados de estas decisiones de los hetero
doxos en Oriente. En Occidente , la conducta que su fanatismo ins
piraba al Emperador lo perdió para siempre .

V.

Al verse el Papa rechazado por los griegos , cuyo auxilio reclamó


contra los lombardos, se dirigió a Pepino, rey de los francos; y para
mas asegurar el éxito , fué en persona á implorar el socorro de
aquel poderoso monarca .
Los lombardos fueron vencidos, y el poder temporal asegurado á
los Papas .
Constantino , en cuya mente dominaban las ideas teológicas sobre
las políticas, en lugar de combatir contra las usurpaciones de los
francos, procuró conciliarse las simpatías del rey Pepino , para ha
cerle adoptar su idea dominante , la destruccion del culto de las
imágenes .
El rey de los francos parece que consintió en reunir un concilio ,
que tuvo sus sesiones en Gentilly , y al cual asistieron obispos fran
cos y griegos . Pero ocupándose de otras cuestiones menos impor
tantes, nada definitivo resolvieron respecto al devastado culto de las
imágenes. El Emperador, fuerte con la decision de su concilio á que
llamaron séptimo concilio general de la Iglesia cristiana , á pesar de
Jas protestas de los católicos que nunca lo han reconocido por tal ,
recomenzó con nuevo furor en Constantinopla las persecuciones con
tra las imágenes y sus adoradores .
Pasó el obispo Epifanio al partido del Emperador, y fué inme
diatamente anatematizado y depuesto por Teodosio patriarca de
Antioquía, por Cosmas de Alejandría, y por sus obispos sufragá
neos .

Para destruir de un solo golpe é irremisiblemente las imágenes


que detestaba, Constantino pensó en atacar por su base para , ar
rancar de raíz el respeto que los católicos profesa ban á la Virgen y
á los Santos servidores de Dios , la creencia de que la madre de Cris
260 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

to era madre de Dios; proponiendo, como Nestorio , llamarla simple


mente, Madre de Cristo. Pero el Patriarca le hizo ver que atraerían
sobre sus cabezas la odiosidad que pesaba sobre Nestorio, y Cons
tantino desistió de su empresa, aunque imponiendo al Patriarca el
mas inviolable secreto sobre tan delicado asunto .

VI .

Este abandono de su idea, verdadero acto de prudencia, no fué


obstáculo para que siguiese adelante con ardor en su plan de abo
lir el culto de las imágenes. Para alcanzar el triunfo definitivo no
descuidó ningun medio conducente á envolver en su ruina cuanto
podia sostener ó propagar el odiado culto.
Despues de exigir del clero que se sometiese á sus voluntades
por juramento, en que reconocian su autoridad sin límites, juramen
to que el Patriarca prestó sobre un pedazo de la verdadera cruz
en que murió Jesucristo, segun afirman los historiadores, Constan
tino V suprimió por un edicto la institucion de los monjes, y obligó
á los solitarios y anacoretas á volver al mundo.
Además del sello de la violencia, todas las medidas de aquel Em
perador llevaban el de la ridiculez.
No contento con forzar a los frailes y monges á dejar sus cláus
tros y retiros, les obligó á casarse inmediatamente ; y al que no
encontró mujer que lo quisiera, él lo proveyó de una esposa . El acto
de los casamientos fué público y solemne, y las nuevas parejas fue
ron pasadas en revista procesionalmente ante el pueblo de Constanti
nopla, reunido al efecto en elcirco . El Emperador esperaba por este
medio impedir que volviesen á caer en lo que él llamaba sus deplo
rables supersticiones.
Casi todos obedecieron .
Matrimonio ó muerte, decia el Emperador. El celibato es un crí
men contrario a la naturaleza y á las leyes divinas .
Los que se negaban á casarse perecieron en los suplicios y tor
mentos mas espantosos. Los que conservaron la vida fué á costa
de perder los ojos, la nariz ó la lengua; y mutilados de esta manera
horrible, fueron expatriados.
Los monasterios despoblados carecian de dueños por la supresion



HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

ASESINATO DEL PATRIARCA DE CONSTANTINOPLA .


LOS ICONOCLASTAS . 261

de las órdenes monásticas: el Emperador los confiscó, los vendió en


beneficio suyo.
Esto no fué todo.
Mandó derribar las cruces que coronaban las iglesias ; prohibió
á los sacerdotes y á los fieles que se reuniesen de noche; hizo que
mar los escritos de los padres de la Iglesia que creia contrarios á
sus creencias ; abrogó las plegarias dirigidas á la Virgen y á los
Santos, sea escritas, sea tradicionales y orales.
«Ampárame Madre de Dios , » eran palabras castigadas con seve
ridad extremada; no solo con la muerte, sino con tormentos y mu
tilaciones terribles.
Como en tiempo de Neron , el pagano Constantino y sus secuaces ,
en nombre de Dios yy de Jesucristo y de su religion, cuya pureza
queria restablecer, aquellos monstruos de fanatismo hacian tragar á
sus víctimas líquidos inflamables en grandes cantidades, y luego les
pegaban fuego por la boca haciéndoles perecer en medio de torturas
atroces con las entrañas abrasadas.

VII .

La destruccion de las reliquias siguió bien de cerca á aquella odio


sa persecucion .
Como impío enemigo de la religion cristiana castigaban al que
le encontraban reliquias sobre su persona ó en su casa : con este
molivo recomenzaron con nuevo furor los destierros , las mutilacio
nes y los suplicios.
Todo el mundo debió firmar el Tomo sinódico y los decretos del
concilio de Constantinopla, llamado por ellos, séptimo ecuméni
co : los que se negaron , perdieron la vida en medio de tormentos
atroces.
Acusado el Patriarca de haber hablado mal del Emperador, y de
hacer revelado el proyecto de quitar a la Virgen María el título de
Madre de Dios, fué puesto en el tormento. Descoyuntáronle los hue
sos hasta el punto de no poderse tener derecho, y en tal estado fué
conducido á la Iglesia ante el que debia sucederle , y allí acusado
por sus adversarios, fué azotado y tratado de la manera mas cruel.
Derribóle á fuerza de golpes yУ heridas una soldadesca desenfrenada .
Le arrancaron la barba y los cabellos, lo cubrieron de saliva, de
Томо І. 36
262 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tierra y de inmundicias; fué anatematizado y despues paseado ig


nominiosamente atravesado sobre un asno , que llevaba por el
cabestro su propio sobrino, al que habian cortado la nariz у las
orejas.
Despues de sufrir este martirio, le obligaron á renegar de sus
creencias, á reconocer las del Emperador como divinas, y luego mu
rió arrojado en el muladar como un perro rabioso ...
El eunuco Nicetas ocupó su puesto de patriarca de Constantino
pla por nombramiento del Emperador, áa pesar de los cánones de la
Iglesia , que escluye del sacerdocio á los eunucos .
Despues de hacer muchos miles de víctimas, el fanático empera
dor Constantino Coprónymo murió en 775. Los principios en que
fundaba sus persecuciones religiosas son los mismos que antes y
despues han servido á los fanáticos de todas las sectas y religio
nes para inundar el mundo de sangre.
CAPITULO IV.

SUMARIO.

Leon IV , sucesor de Constantino, aparenta favorecer el culto de las imágenes . - Su


muerte . - Sucédele Constantino VI bajo la tutela de su madre Irene. - Proclama
esta el culto de las imigenes , -Poder del papa Allriano . - Reúnese un concilio
en Constantinopla , que es disuelto por el pueblo .-- Trasládase el concilio á Ni
cea , y alli condena la secta de los iconoclastas . - Division entre Constantino y su
madre. Tomaaquel las riendasdel poder , y se declara iconoclasta .-Apodérase
Irene de su hijo y le manda dar muerte .

1.

Leon IV, Chazaro, sucesor de Constantino V , se declaró al prin


cipio católico y partidario del culto de las imágenes. Mostróse ami
go de la Virgen María y de su culto, segun nos dice Teófanes , y
escogió para obispos los abades mas respetables .
La alegría de los ortodoxos no tuvo límites .
Juraron solemnemente , sobre un pedazo de la verdadera cruz ,
no reconocer en adelante por soberanos y señores legítimos mas que
á Constantino, hijo de Leon IV , y sus descendientes.
Para colmo de su felicidad , el católico Pablo sucedió al eunuco
Nicetas en el patriarcado de Constantinopla.
El culto de las imágenes , no obstante, no se habia oficialmente
restablecido, y cuando menos se esperaba, el Emperador mandó dar
>

tormento á algunos magnates, acusados de haberlas rendido culto.


264 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

No se contentó el Emperador con hacerles dar tormento , sino


que fueron expuestos a la vergüenza pública y ajusticiados... y pron
to , de uno a otro confin del imperio griego, solo se oyó hablar de
persecuciones religiosas , de justicias y de suplicios por causas de
idolatría .
Podria decirse que la aparente ortodoxia del nuevo Emperador
fué solamente una celada diestramente tendida para descubrir los
enemigos de las creencias de Leon IV y exterminarlos mas fácil
mente .
Esta política , duró lo que el corto reinado de Leon , que murió en
780 , dejando el trono á Constantino VI , bajo la tutela de su ma
dre Irene .

II .

Hemos dicho que esta política duró lo que el corto reinado de


Leon IV , y lo cierto es que siguió hasta la extincion del imperio
griego , alternando entre la heregia yy la ortodoxia, segun las creen
cias de los emperadores, de sus tutores y favoritos.
La emperatriz regente Irene era ortodoxa, y su ódio contra los
enemigos del culto de las imágenes y contra los conventos se mani
festó con tanta mas violencia , cuanto mas oculto tuvo necesidad de
tenerlo durante la vida de su marido.
Apresuróse á reparar el mal que aá su partido habian hecho los dos
últimos emperadores, lo que no impidió la existencia de la antigua
devocion, el ódio recíproco entre hereges y ortodoxos У la guerra
civil mas desenfrenada : antes al contrario , todo estos males aumen
taron ,
En cuanto la Emperatriz se declaró enemiga de los iconoclastas,
el patriarca Pablo hizo públicamente penitencia, y se arrepintió del
crimen que habia cometido, jurando al tomar posesion de la silla
patriarcal no adorar nunca las imágenes.
Antes de morir, aconsejó á la Emperatriz que convocase un con
cilio , que restableciese la paz entre los fieles y remediase los males
de la Iglesia .
Tarasio, patriarca designado para suceder á Pablo, siguió las
huellas de su predecesor.
De acuerdo con Irene, rehusó tomar posesion, hasta que le prome
>
LOS ICONOCLASTAS . 265

tieron la convocacion de un sínodo ecuménico para dentro de un


breve plazo, y al efecto la Emperatriz y el Patriarca griego escri
bieron al Pontífice romano y á varios obispos de la cristiandad .

III .

Adriano ocupaba entonces la silla de la antigua capital , y habia


llegado al mas alto grado de gloria y de poder á que ninguno de
sus predecesores pudo aspirar.
El poder del Papa sobre las conciencias era tal , que Desiré, rey
de los lombardos habia suspendido toda hostilidad contra Roma, por
miedo al efecto que las excomuniones pontificales podrian causar en
sus vasallos.
Carlomagno, por su parte, despues de la victoria que acababa
de alcanzar sobre los lombardos , habia plenamente confirmado las
donaciones que su padre Pepino hizo al Papa.
Los intereses espirituales y los temporales de la Iglesia se con
fundian cada vez mas; y el rey de los francos escribia á la empe
ratriz Irene , movido por sus sentimientos religiosos, instándole al
restablecimiento del culto de las imágenes, justamente á tiempo en
que ella convocaba un concilio .

IV .

Los patriarcas Juan de Antioquía y Tomás de Alejandría se apro


vecharon de la tregua que tenia aun suspendidas las hostilidades
co n los árabes, para ir a Constantinopla; pero, al menos por el mo
mento, el celo y los esfuerzos de los ortodoxos para restablecer el
culto de las imágenes fueron inútiles.
La proteccion concedida desde el principio por los emperadores á
los iconoclastas los habia engrandecido y alentado, y las persecu
ciones
posteriores no hicieron mas que fortificarlos en sus opiniones .
Una vez establecidos y consolidados como secta , no pudieron sufrir
tranquilamente que de un solo rasgo de pluma se anulasen sus pre
tensiones y el sistema en que se apoyaban.
Apenaslos patriarcas y los otros Padres del concilio se reunieron
en Constantinopla en presencia de los emperadores y los catecúme
266 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nos , a fin de examinar y de consultar las santas Escrituras sobre


la cuestion que se debatia, cuando excitados por algunos obispos
iconoclastas, grupos de gente armada У todo el pueblo llegaron en
masa y amenazaron de muerte a los pastores y abades presentes en
el concilio , si no se retiraban al momento de aquella asamblea , que
llamaban impía, y opuesta a la enseñanza de la religion verdade
ramente cristiana, y al santo concilio séptimo ecuménico, reunido
por el emperador Constantino V.
La Emperatriz mandó buscar sus legiones para reprimir el tu
multo у restablecer el órden ; pero los soldados amotinados se unie
ron á las turbas , en lugar de dispersarlas .
El patriarca de Constantinopla, los prelados y abades católicos,
viendo el peligro y la inutilidad de la resistencia, abandonaron el
local de sus sesiones pacíficamente , y se refugiaron en el santuario
mas retirado de la Iglesia .
El pueblo y el ejército cantaban su victoria, y por una fortuna
hasta entonces sin ejemplo en las luchas teológicas , y en medio de
fanáticos groseros y bárbaros, la escena pasó sin que corriera una
sola gota de sangre .
Los amotinados no maltrataron á nadie , y cada uno se retiró pa
cíficamente a su casa .

V.

Los católicos no renunciaron á sus proyectos de restablecer el


culto de las imágenes obligatoriamente. El concilio se trasladó de
Constantinopla á Nicea , donde pudo sin obstáculos reunirse en
787 .
Para los católicos ortodoxos este fué el séptimo concilio ecuménico,
y no el reunido en Constantinopla por el herege Constantino V, co
mo pretendian los iconoclastas .
Componíase el concilio de Nicea de mas de trescientos cincuenta
padres, y deliberaba en presencia de los legados del papa Adriano,
bajo la presidencia de Taraiso, nuevo patriarca ortodoxo de Cons
tantinopla.
Proscribió el concilio la nueva heregía, y fueron anatematizados
los tres patriarcas de Constantinopla ya difuntos, Anastasio , Cons
tantino y Nicetas , todos tres por iconoclastas .
LOS ICONOCLASTAS . 267
Formose un cánon o decreto con todas las decisiones del concilio ,
que fueron para su sancion enviadas á los emperadores á Constan
tinopla, y traducidas al latin y mandadas al papa Adriano. Mas los
sucesos políticos de aquella época fueron tales , que absorvieron toda
la atencion , á pesar de la importancia del movimiento religioso con
el cual estaban enlazados.

VI .

No habia pasado mucho tiempo desde que el famoso concilio de


Nicea condenó tan enérgicamente a los iconoclastas, cuando se ma
nifestó la desidencia entre el emperador Constantino VI y su madre
la emperatriz Irene.
La madre triunfó al principio, y se vengó cruelmente de los cor
tesanos que habian logrado despertar la ambicion del jóven princi
pe; pero su victoria fué de corta duracion . El ejército se avergonzó
de obedecer á una mujer: los soldados pedian á gritos su jóven Em
perador, y la ambiciosa Irene se vió obligada á ceder, bien á pesar
suyo, el campo a su hijo. En cuanto este se vió dueño del poder, se
vengó en los partidarios de su madre del mal trato que antes dieron
á los suyos por complacerla, con actos de barbarie que no desme
recian de los que hicieron tristemente célebres á su padre y su abue
lo.Solo respetó a su madre, cosa rara en siglo tan bárbaro, aun
que ella era el verdadero móvil de la odiosa conducta de sus ene
migos.
Jóven , sin tacto ni experiencia y mal aconsejado, Constantino VI
acumuló falta sobre falta, que su astuta madre supo explotar en
beneficio propio .
Al dejar la regencia la emperatriz Irene supo conservar su influen
cia sobre los católicos y los monjes que su hijo desdeñaba y miraba
de mal ojo, porque veia en ellos los sostenedores de la política de su
madre y los enemigos tradicionales de la de sus antepasados que él
veneraba .
El nuevo Emperador añadió a sus faltas una mas grave, aunque
comun en todos tiempos á los principes despóticos: divorcióse de su
primera mujer, María, para casarse con Teodeta, dama de honor de
su esposa .
Su madre Irene favoreció al principio, la criminal inclinacion de
268 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

su hijo , siendo en realidad la instigadora y la verdadera causa de


la inconsiderada conducta del joven Emperador, y contribuyendo por
este medio eficazmente á su ruina. En cuanto el mal estuvo hecho,
de manera que ya no era posible retroceder, la Emperatriz madre
cambió de lenguaje y de conducta.
Ella fué la primera á denunciar, so pretexlo de rigorismo reli
gioso , el crímen de bigamia cometido por su hijo, y á sublevar con
tra él todos los descontentos del imperio.

VII.

El patriarca Tarasio no se atrevió al principio á contrariar al


Emperador, temeroso de las innovaciones que hubiera podido intro
ducir en la Iglesia, si lo exasperaban. La llaga abierta por los ico
noclastas estaba aun demasiado reciente, para que no temiesen se
volviese abrir á una señal del príncipe, y recobrara su antiguo vi
gor la heregia mal vencida y peor domeñada..
ElPatriarca prefirió autorizar el divorcio del príncipe, en nombre
de la religion, justificándolo con el adulterio supuesto ó verdadero
de la Emperatriz y hasta con una tentativa de asesinato contra su ma
rido y señor .
Impulsado por el mismo móvil, á lo que parece, José, primer
dignatario de la Iglesia de Constantinopla, asistió solemnemente al
matrimonio del Emperador con Teodeta , y colocó con sus propias
manos la corona imperial en la cabeza de Constantino . Pero el cle
ro y sobre todo los frailes fueron de distinta opinion que el Patriar
ca y sus dignatarios.
Platon , superior de uno de los principales monasterios de la ca
pital , se separó abiertamente de la comunion religiosa del Patriarca ,
porque este comunicaba con el Emperador Уy con los sacerdotes que
asistieron a la ceremonia del matrimonio de Teodeta y porque habia
permitido se encerrase en un convento á María , la primera mujer
de Constantino .
Constantino VI desterró al Patriarca y á los frailes; mas esta se
veridad, lejos de amedrentar á los otros abades y dignidades de la
Iglesia griega, los irritó y animó. Teodoro, entre otros, jefe de la
comunidad de los Studitas, excomulgó al Emperador por causa de
bigamia, y justificó su severidad fundándose en que el mal ejemplo
LOS ICONOCLASTAS . 269

es tanto mas pernicioso y produce mas funestos resultados á me


dida que está mas elevada la persona que lo comete. La multitud
de divorcios que siguieron al de Constantino eran buena prueba de
la justicia de la severidad del Patriarca . Irene vió claramente en
tonces que habia llegado el momento de manifestarse, y ayudada
por los descontentos , la mayor parte clérigos y frailes, se apoderó
de la persona del Emperador en 797 , y le hizo arrancar los ojos,
de un modo tan cruel , que el desgraciado sucumbió pocos dias des
pues en medio de los sufrimientos mas terribles ...
Lo mejor de todo esto era que , así como su marido difunto y su
suegro el emperador Leon , la emperatriz Irene no hablaba mas que
de religion y de su pureza y de respeto por sus venerandas tradi
ciones al cometer crímenes tan atroces. Una madre que por ambi
cion y fanatismo llega á ser tan desnaturalizada, ¿de qué no es ca
paz? ¿Cuáles serian las perfidias y maldades que cometeria para ob
tener aquella victoria basada sobre el martirio de su propio hijo?

Tomo I. 37
CAPITULO V.

SUMARIO.

Concilio reunido en Francfort por Carlomagno . - Libros Caroninos. - Interpre


tacion dada por el concilio á la adoracion de las imágenes.- Inutilidad de las
tentativas de reconciliacion entre los cristianos de Oriente y los de Occiden
te . - Caida de la piadosa Irene . - El emperador Nicéforo . - Cisma entre los
griegos .-El Emperador protege los iconoclastas.- Raugave sucede á Nice
foro y protege á los ortodoxos . - Guerra civil. - Destruccion de los iconoclas.
tas en Oriente .

I.

Mientras la cuestion de si las imágenes debian adorarse por los


cristianos ó no daba origen á tan horrendos crímenes en Oriente,
en el Occidente se debatia mas pacíficamente el mismo asunto en un
concilio reunido en Francfort por el emperador Carlo - Magno.
Trescientos obispos francos, germanos , italianos y españoles se
reunieron en dicha ciudad para juzgar en última instancia á Felix
obispo de Urgel, quien despues de haber retractado ya su casi nes
torianismo, acababa de manifestar de nuevo sus antiguas opiniones
heréticas, y lo que es mucho mas grave, de enseñarlas pública
mente .
Los padres de Francfort examinaron además las decisiones del
séptimo concilio ecuménico , de Nicea , condenando la adoracion de
las imágenes tal como aquel la habia decretado. Los cánones del
concilio general, segundo de Nicea, fueron derogados solemnemente,
LOS ICONOCLASTAS . 271

y Carlo -Magno envió a Roma las decisiones de los obispos , conoci


das con el nombre de libros Caroninos.
Hé aquí las palabras de los padres reunidos en Francfort .
«En lo que toca á la cuestion de la adoracion de las imágenes,
»tal como la han considerado los griegos en su último concilio , en
vel que han anatematizado á cualquiera que no las adorara de la
»misma manera que á la Santísima Trinidad, nuestros santos padres
»repudian bajo todos conceptos esta adoracion y este culto , con
» denándolo unánimemente . (Omnimodis adorationem et servitutem
» renuentes contempserunt, atque consentientes condemnaverunt.) »

II .

Esto no queria decir que el culto de las imágenes era por los
cristianos de Occidente condenado en principio , sino que establecian
diferencias entre la adoracion y culto que debian rendirse á las imá
genes , segun lo que representaran .
Solo á Dios y sus imágenes debia rendirse una especie de culto
llamado latria .
A las imágenes de la Virgen otro llamado hyperdulia :
A las imágenes de los santos un culto distinto llamado dulia (1 ) .
Algunos años despues , el emperador griego Miguel escribió á
Luis, rey de los francos, exponiéndole los abusos del culto de las
imágenes.
El rey Luis convocó a su turno una asamblea de obispos, y su
decision , conforme a la de los padres del concilio de Francfort Уy á la
opinion del papa Gregorio I , fué que ni debian adorarse las imáge
nes como habia ordenado el segundo concilio ecuménico de Nicea ,
ni destruirlas , como hacian los iconoclastas. Pero este término me
dio , este eclecticismo contemporizador no satisfizo , ni las exigen
cias de los orientales , ni las de los cristianos de Occidente . Los pa
pas continuaron anatematizando á los orientales que persistian en
su antipatia por la adoracion de las imágenes, y estos persiguiendo
á los que las adoraban .
Las tentativas de conciliacion abortaron .

( 1 ) Véase el concilio Trident . Ses. de invocatione , veneratione et reliquiis Sanctorum et sacris


imaginibus 14, p. 895.
272 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Volvamos la vista al Oriente , y veremos las consecuencias de la


horrible tragedia antes referida.
«Cansado Dios de tantos pecadores , dice Teofanes, la caida de
la misma piadosa Irene siguió al asesinato de su hijo. »
Aquella mujer, monstruo de ambicion y de crueldad , hizo depo
ner de sus funciones y carácter sacerdotal al economo José , que
habia casado al difunto Emperador ; y el patriarca Tarasio , á quien
Teofanes llama Santo, se prestó á este acto arbitrario , siempre dis
puesto á cambiar papeles, con la misma facilidad con que poco
despues se prestó á la coronacion de Nicéforo.
Cuando este reemplazó en el trono á la cruel Emperatriz y otro
Nicéforo ocupó la silla patriarcal de Constantinopla por muerte de
Tarasio , el economo José fué repuesto en su antiguo destino ,
lo que dió lugar á que los frailes Platon y Teodoro se separasen de
nuevo de la Iglesia Constantinopolitana.
Además de la reposicion del economo José en el ejercicio de sus
funciones, fundaron los dichos padres su cisma en que el Empera
dor habia elevado al primer puesto de la Iglesia griega á su ho
mónimo , sin ser sacerdote, pasando de seglar al patriarcado sin
mas ceremonia . El Emperador alegaba que no era la primera vez ;
pero aunque tuvo deseos de vengarse de ellos desterrándolos, no se
atrevió , teniendo en cuenta el gran número de parciales de que los
frailes disponian , todos poderosos y colocados por la emperatriz
Irene en los primeros empleos y funciones del Estado . Teodoro el
Studita contaba con mas de setecientos frailes .
La blandura del Emperador, ó su impotencia para resistir á sus
adversarios los animó, Vy José obispo de Tesalónica, y hermano del
Studita Teodoro , se unió abiertamente a los descontentos. Entonces
el Emperador hizo reunir un concilio , que mandó salir de la capital
á los sediciosos y descontentos .
Las ideas religiosas de Nicéforo eran harto confusas : mas supers
ticioso que religioso; católico y con tendencias al maniqueismo, cu
yas misteriosas prácticas le inspiraban en ciertas ocasiones mucha
confianza, dejaba que predicasen contra el culto de las imágenes
abiertamente.
LOS ICONOCLASTAS . 273

Entre los iconoclastas destructores de imágenes descollaba enton


ces un eremita llamado Nicolás , al cual concedia el Emperador toda
su confianza, protegiéndolo , lo mismo que á sus partidarios y cor
religionarios.
Esta proteccion del Emperador ocasionó mil disgustos , porque
proteccion para unos era sinónimo de persecucion para los otros.
Apoderóse de los bienes de la Iglesia ortodoxa; y las riquezas de
los obispos y de los frailes le sirvieron para recompensar á los mi
litares ; y por último , declaró que no conocia otro límite á su autori
dad que la obligacion de bacer de ella un uso prudente y defender
con vigor su poderío .

IV .

Miguel Rangavé sucedió á Nicéforo en 811 y fué coronado por


elpatriarca Nicéforo, que le hizo prometer solemnemente que con
tinuaria siendo ortodoxo y que no derramaria sangre cristiana .
Por un cambio, que se habia hecho tradicional, al principio de
cada nuevo reinado, el nuevo Emperador empezó siguiendo una po
lítica diametralmente opuesta a la de su predecesor. Persiguió al
partido que mereció la proteccion del último Emperador, y protegió
el que aquel habia perseguido.
Bajo su reinado , el Patriarca y los frailes se reconciliaron . Nicé
foro pudo libremente comunicar con el papa Leon III , cosa que el
Emperador, su homónimo, le tenia vedada.
Por instigacion del Patriarca y de algunos otros devotos у faná
ticos, el Emperador condenó á muerle á cuantos maniqueos y he
reges de diversas sectas se encontrasen en su imperio , gentes que
se habian aumentado considerablemente durante los reinados ante
riores, especialmente en el último .
Entre las sectas condenadas al exterminio por el Emperador or-
todoxo, se contaban los gitanos, á quienes entonces llamaban en
Oriente Athinganes, raza que aun existe y que en Italia se llama
Zingaris y en Francia Boemios.
El historiador griego Teofanes se queja de que consejeros pérfi
dos disuadieran alEmperador de llevar a cabo con demasiado rigor
su cruel decreto, que él llama laudable severidad, porque podian
aparentar que se arrepentian y entraban en la Iglesia ortodoxa, lo
274 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que consideraba un mal mayor que si persistian públicamente en


sus heregías .
«Estos innovadores, dice el historiador ya citado, pretenden que
»la autoridad religiosa no puede pronunciar la pena de muerte con
» tra los hereges , ni aun pedir al poder civil que lá pronuncie,,á pe
» sar de que el apóstol San Pedro hizo morir á Ananias y á Safiro ,
» y que San Pablo declaró que los hereges eran dignos del último
»suplicio ... )
« La funesta doctrina de Teofanes triunfó en aquella ocasion en
»la corte y en la Iglesia de Constantinopla; » pues segun el mismo
afirma en su Chronogr. anno 804 , p. 419 , y Zonaro , Anñal. in
Michael . Raugave , l . 15, núm . 17 , p. 125 , « muchas cabezas de
»hereges cayeron en aquella ocasion ... )
Aquellos asesinatos jurídicos produjeron tumultos y revueltas .
Los maniqueos y los athinganes se unieron a los iconoclastas , y for
maron un gran partido, que levantó el estandarte de la rebelion
contra el órden establecido. Así se vió una vez mas, que el rigor y
la intolerancia contra las creencias religiosas, lejos de extirparlas,
no hizo otra cosa que aumentarlas y encender la guerra civil mas
desastrosa .

V.

Desde el séptimo concilio ecuménico de los iconoclastas ó destruc


tores de imágenes, bajo la emperatriz Irene de odiosa memoria, los
iconoclastas no habian dejado de organizarse y de prepararse á to
mar la revancha: forzados á defenderse por la medida del Empera
dor, que los condenaba á muerte sin escepcion , so pena de conver
tirse y adorar las imágenes, se unieron como hemos visto , con los
otros sectarios incluidos en la misma proscripcion, y rompieron las
hostilidades .
El hijo de San Constantino Coprónymo, (así llamaban los icono
clastas á aquel Emperador anatematizado por los católicos,) se pu
so al frente de la rebelion . Derribaron y destruyeron las imágenes,
y cuantos frailes pudieron encontrar fueron asesinados . Todas las
calamidades cayeron sobre aquella desgraciada sociedad , gracias al
fanatismo y á la intolerancia religiosa de ambos partidos, alternati
vamente dueños del poder, perseguidores y perseguidos, víctimas
LOS ICONOCLASTAS . 572

y verdugos. Todos los crímenes y vicios tuvieron rienda suelda en


medio del caos de la guerra civil y de las disensiones religiosas :
el adulterio, la violacion , el perjurio, el estupro , el asesinato , el
despojo y toda clase de venganzas .
Los católicos triunfaron al fin .
Miguel I , vencedor, exterminó á los iconoclastas : otros fueron ex
pulsados. Hizo arrancar los ojos al hijo de Constantino, jefe de los
amotinados; y al cremita Nicolás le cortaron la lengua.
CAPITULO VI.

SUMARIO.

Persecuciones contra los adoradores de imágenes por Leon V. - Resistencia


del Patriarca y del clero.- Hipocresia del Emperador . - Su astucia . - Corrup
cion de los obispos . - Nuevo Patriarca . - Su politica . - Asesinato de Leon V.
Su sucesor . - Carácter del emperador Teofilo . - Los iconoclastas en Francia
y en Roma . - Advenimiento de Miguel III. - Persecuciones contra los icono
clastas. - La regente Teodora .- Destruccion de los iconoclastas en Oriente .
-Historia de la impotencia del patriarca Metodius . - Destruccion del imperio
griego por los mahometanos . - Su tolerancia en materias religiosas.--Des
membramiento de la Iglesia católica por nuevos iconoclastas.

I.

El año 813 subió al trono de Constantinopla el emperador Leon


V, y los papeles de la tragedia religiosa cambiaron al instante y
completamente.
Los búlgaros sitiaban á Constantinopla, y el nuevo Emperador
creyó que las derrotas de los soldados del imperio procedian de la
ira de Dios, á quien no agradaba que adorasen imágenes hechas
por hombres pecadores y representando criaturas humanas, уy fun
daba su creencia en que la fortuna de las armas no abandonó á sus
antepasados mientras fueron iconoclastas, y que sus desgracias em
>

pezaron cuando se hicieron defensores de la llamada idolatría roma


na. Lleno de estas ideas absurdas , en lugar de reunir sus fuerzas
para arrojar á los extrangeros de delante de su capital, Leon V se
consagró con ardor a la destruccion de las imágenes levantadas por
todas partes en los últimos reinados.
LOS ICONOCLASTAS . 277

Tomó por consejeros á dos fanáticos iconoclastas, el monge An


tonio é Hilylas.
Recogió los libros que trataban de las imágenes ; los hizo expur
gar y corregir con esmero, y despues declaró que quedaba plena
mente probado que no existia en ninguna parte el supuesto pre
cepto de adorar las imágenes.
Contento con este resultado, Leon V hizo llamar al Patriarca á su
presencia, y le declaró que, puesto que solo por creerlo precepto
divino se habian adorado las imágenes , y felizmente se habia des
cubierto ser falso, era menester que él empleara su autoridad entre
sus correligionarios para que abandonaran dicho culto. Negóse el
pastor a entrar en discusion sobre la materia. El Emperador , irri
tado, le dijo, que todo el pueblo griego era enemigo de la idolatría ,
y que estaba resuelto á concluir con ella, y mandó salir á sus sol
dados y empalar, apedrear y cubrir de lodo á cuantos partidarios de
imágenes pudiesen encontrar .
Mandoles derribar la famosa estátua del Salvador que el empe
rador Leon el Isáurico habia hecho quitar de una de las puertas de
la ciudad , y que la emperatriz Irene de triste memoria, mandó co
locar de nuevo .

II .

Los obispos y monges que se encontraban en Constantinopla, so


metieron al Patriarca sus dudas sobre el culto en cuestion , yу le ex
pusieron los pasages que habian sido explicados de un modo favo
rable á los hereges .
El patriarca Nicéforo no se descuidó en rectificar sus errores y
aclarar sus dudas, y los obispos juraron en manos de su jefe perse
verar hasta la muerte en las opiniones que él les imponia como
únicas ortodoxas .
Leon V reunia al fanatismo y la hipocresía lo que se llama entre
los hombres de estado habilidad y diplomacia. Sintiéndose fuerte
con la fidelidad prometida por los obispos , el Patriarca no creyó
necesario ocultar su opinion al Emperador, y le reprochó ágriamen
te su conducta respecto á la religion y sus ministros; y Leon , que
no creia oportuno el momento para mostrarse tal cual era, respon
dió al obispo, adorando una imágen que llevaba encima pública
mente .
Tomo I. 38
278 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Calmada la tempestad , el Emperador hizo sobornar á los obis


pos aisladamente, y uno despues de otro, y aá pesar de su solemne
juramento , casi todos se dejaron seducir y le ofrecieron secundarle
en sus planes .
Cuando estuvo todo preparado, Leon V hizo desaparecer en una
noche al Patriarca, á quien los católicos llamaban el divino, y apa
rentando creer que él se habia marchado por su propia voluntad,
procedió á la eleccion de su sucesor, «mas inteligente y cuidadoso
de los intereses de su rebaño. »
Este inteligente Уy cuidadoso pastor fué el ignaro y grotesco Teo
dosio, segun el retrato que de él hacen los historiadores de su
época .
Secundando el golpe de estado del Emperador, el famante Pa
triarca se consagró á corromper, en medio de lujosas fiestas y ban
>

quetes suntuosos, á los prelados que creia mas intratables y since


ros en sus opiniones.
Seguro de hacer lo que queria sin obstáculo, reunió un concilio,
en el cual los adoradores de imágenes fueron anatematizados como
hereges .
Segun los historiadores católicos que extractamos, los obispos que
no participaron de las opiniones de la mayoría vendida y corrom
pida , fueron tratados ignominiosamente, pisoteados, cubiertos de
heridas y ultrajados y por último entregados á la soldadesca y ex
pulsados .
IV . .

En virtud de los decretos de aquella asamblea de iconoclastas ,


las imágenes fueron arrancadas de los altares y quemadas en todas
partes.
Tener en su casa la estátua de un santo era un crímen digno de
muerte, como lo fué el no tenerla en el reinado anterior , y muchos
católicos á quienes se les probó que las guardaban, áa pesar de las
órdenes yу preceptos del concilio ejecutados por el Emperador, su
frieron el último suplicio.
LOS ICONOCLASTAS . 279

Los vasos sagrados que tenian esculturas corrieron la misma


suerte ; los agentes del poder recibieron órden de destruirlos y no se
descuidaron en cumplirla.
Bajo la pena de que le cortáran la lengua, se prohibió á todo el
mundo hablar mal de la religion del Estado ó propagar cualquiera
otra .
Los iconolatras, ó católicos , fueron perseguidos como hereges y
réprobos, encarcelados y despojados , y bastaba una vaga denuncia
para ser trasportados.
Las pruebas se consideraban cosa supérflua para aplicar los cas
tigos mas atroces á los criminales. En fin, aquella era la revancha
de las persecuciones del reinado anterior .
Los iconoclastas no se contentaban con no adorar las imáge
nes: á todo trance querian que nadie las adorase, del mismo mo
do que los católicos no se daban por satisfechos con adorarlas,
cuando mandaban : todos de buena ó de mala gana las habian de
venerar y adorar.

V.

Leon V no gozó mucho tiempo de su triunfo : una conspiracion


se fraguó en su mismo palacio contra su trono y su vida, y en 820
fué asesinado .
Miguel el tartamudo tomó las riendas del imperio , y mas judío
que cristiano , segun dice Zonaro, aparentó en sus discursos la to
>

lerancia , pero en realidad persiguió á los ortodoxos y siguió, du


rante los ocho años de su reinado , la política de su predecesor .
Sucedióle en el trono del imperio griego su hijo Teófilo, que rei
nó durante el período de doce años ; y segun el mismo historiador
Zonaro fué , aunque severo, justo.
Bautizado y no circunciso , practicaba no obstante mas los ritos
>

de Moisés que los de Cristo : honraba , con todo á este y á su ma


dre ; pero detestaba el culto de las imágenes , y castigó con dureza á
los que
las adoraban; lo que prueba que, a pesar de los sentimien
tos de justicia que le atribuye su historiador, no tenia mejores no
ciones del derecho y del respeto que se merece la conciencia huma
na que sus predecesores .
Y en verdad , no era la supersticion y el fanatismo lo que perse
280 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

guia en los adoradores de imágenes; pues él mismo era supersticio


so y fanático, aunque de otra especie .
Juan el Syncelle, amigo del último Patriarca , y que ocupó des
pues su silla, sin dejar segun decia de ser católico, era brujo, y se
habia dado al estudio de la mágia y sus supersticiones. Invocaba
para el Emperador, los demonios y otros malos espíritus , en cuya
existencia como cristiano creia , y le predecia lo futuro .

VI .

La heregía de los iconoclastas penetró entre tanto en el Occiden


dente , particularmente en Francia y en la misma Roma. Reunióse
en Paris el año 824 un concilio numeroso, que se declaró contra
varias de las decisiones del segundo concilio de Nicea . Sobre todo ,
los padres se pronunciaron contra los abusos á que daba lugar el
culto rendido á las imágenes, poco mas ó menos del mismo modo
2

que un año antes lo hicieron los obispos griegos enviados por el


emperador Miguel á la corte occidental.
Treinta años despues, Constantino, que disputó la tiara á Bene
dicto III , apenas se vió reconocido por los delegados del Empera
>

dor griego , hizo romper todas las estátuas y borrar las imágenes
pintadas en la iglesia de San Pedro .
Esta tentativa de los iconoclastas no tuvo consecuencias у abortó
en Occidente .

VII .

Despues de doce años de reinado y de persecuciones contra los


adoradores de imágenes , y contra los artistas que las hacian У los
monges que propagaban su culto, Teófilo murió , y su hijo , Miguel
III renovó, bajo la tutela de su madre Teodora, la misma revolu
cion teológica que antes se llevó a cabo por la emperatriz Irene , du
rante la minoría de Constantino V.
Como Irene , Teodora adoraba las imágenes , en vida de su mari
do , y en cuanto se vió al frente del poder, restableció el culto , lla
mó á los obispos desterrados por el difunto Emperador,, y restable
LOS ICONOCLASTAS . 281

ció los conventos que aquel habia cerrado ; y para colmar la medida
de su adhesion al culto de las imágenes , no encontró otra cosa me
jor que hacer , que mandar degollar á los maniqueos y otros here
ges, tarea en que sus ministros tuvieron que ayudar a los verdugos
que no daban abasto.
El número de las víctimas sacrificadas por su fanatismo pasó de
cien mil .
Unos murieron empalados, crucificados otros. Los bienes cuan
tiosos de todos aquellos hereges fueron confiscados por la corona .
El Patriarca fué encerrado por orden de Teo y el ortodoxo
Metodius, á quien dieron su puesto , fué acusado poco despues de ha
ber violado una jóven , y se defendió probando que , gracias á la
divina intervencion de San Pedro hacia ya mucho tiempo que era
impotente.
Hé aquí la historia , segun la cuentan , los historiadores católicos
Zonaro y Cedrenus.
Metodius, dicen, mostró públicamente sus partes naturales en la
iglesia, ante una numerosa asamblea; y todos pudieron ver que es
taban frias, consumidas y atrofiadas , y como caidas en un maras
mo. Esto admiró al público y causó al mismo tiempo mucho placer
á las personas piadosas. Él contó que, estando en Roma, sintió el
aguijon del amor y se vió constantemente atormentado por deseos
carnales ; y para librarse de la tentacion, recurrió á los santos Após
toles San Pedro y San Pablo, que se le aparecieron a la noche si
guiente; y San Pedro, tomando en su mano las partes genitales del
pecador, se las quemó con solo su contacto, librando de este modo
al Patriarca de nuevas tentaciones de la carne ...
Hemos dicho que su predecesor, el Patriarca iconoclasta, fué en
cerrado; pero no que, en castigo de haber mutilado las imágenes
de la virgen, la Emperatriz lo condenó á sufrir la pena del talion;
si bien , gracias a las súplicas de algunas personas humanas, su
magestad se contentó con que le dieran doscientos azotes .

VIII .

Los iconoclastas cristianos no volvieron desde entonces á levan


tar en Oriente la cabeza ; pero en cambio, los ortodoxos, triunfan
tes de los hereges , no supieron defenderse de los mahometanos,
282 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

iconoclastas mucho mas temibles , que subyugaron á Constantino


pla y la mayor parte de las provincias europeas del imperio griego.
Menos intolerantes , sin embargo, que los fanáticos cristianos ven
cidos, si bien los hicieron esclavos políticamente, les toleraron que
adorasen á Dios segun sus creencias, sin imágenes ó con ellas, con
tentándose con despreciar á los que , segun ellos , eran tan idólatras
como los gentiles .
Menos feliz hasta cierto punto , la Iglesia de Roma vió , despues de
su separacion de la Iglesia griega , brotar en su seno multitud de
herezías enemigas , aunque en diversos grados , de la adoracion de
las imágenes: nuevos iconoclastas que han llegado áá separar de la
fé católica mas de 100 millones de fieles.
Aunque enemigas de la adoracion de las imágenes, estas nuevas
sectas no fueron ya conocidas bajo la denominacion de iconoclastas.
Mas complexas, sus heréticas doctrinas han sido calificadas con otros
nombres , y sirven de asunto asaz interesante á varios libros de las
persecuciones que escribimos .
LIBRO QUINTO .

LOS VALDENSES .

1100-1863 .
LIBRO QUINTO .

LOS VALDENSES .
1100—1863 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO .

Los valdenses . - Suposiciones sobre su origen .-Pedro Valdo.-Resistencia


de los valdenses å toda clase de persecuciones .-- Doctrinas de los valden
ses, segun Pedro el Venerable . - Heriberto . - Arnaldo de Brescia . - Sus doc
trinas y su muerte.- Opinion de Polichdorf sobre el origen de los valden
ses .-- Persecuciones contra los valdenses por el obispo de Lion . - Diversas
opiniones sobre las costumbres y moralidad de los valdenses . - Anologías
entre los valdenses y los vascus . - Duran de Huesca .

I.

Son los valdenses una secta compuesta de aldeanos y pastores,


que apacientan sus rebaños en los sombríos valles y agrestes co
linas de las vertientes francesa é italiana de los Alpes .
Su poblacion llega apenas áá veinte mil almas, y está esparcida
en una porcion de caseríos y de aldeas . Al Occidente del Piamonte
se encuentran los valles , célebres por las persecuciones sufridas
por sus habitantes. Llámanse Perusa, Angrogne, Lucerna y San
Martin .
Pretenden sus partidarios que data esta secta desde la predica
cion de los Apóstoles , en tanto que sus contrarios hacen coincidir
Tomo I. 39
286 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

su nacimiento con la heregía de los albigenses del Mediodía de la


Francia .
Desde el tiempo de Constantino llamado el grande, protector de
los cristianos, y perseguidor de los paganos y gentiles, cuyos tem
plos destruyó ó hizo consagrar al culto de la religion de Jesus ,
creen los historiadores valdenses, que data su secta , por no haber
querido adoptar las reformas introducidas en la Iglesia por papas
y concilios, tanto respecto al órden У creencias eclesiásticas, como
al culto y al mismo dogma.
Segun ellos , la denominacion de Valdenses, no proviene del nom
7

bre de uno de sus sectarios llamado Pedro Valdo , del que hablare
mos despues, ni tampoco de ser habitantes de unos Valles, - Vallen
ses, de la palabra Vallis, Vallis - densa, como pretenden otros auto
res , sino de la palabra Vodes, que quiere decir, brujos, hechiceros,
dignos de castigo.
Pero sea de ello lo que quiera , en lo que todos están conformes,
es , en que empezaron sus persecuciones á principios del siglo XII,
en que duraron hasta hace poco mas de una centuria, y en que esta
secta, compuesta de pobres y humildes montañeses, ha encontrado en
sí misma energias morales y materiales y vitalidad suficientes
para resistir á todos los grandes poderes que la han rodeado, con
servándose hasta nuestros dias , al traves de degüellos, destierros,
excomuniones y hogueras.

II .

Aunque conocidos con diversas denominaciones, los valdenses


consideran como miembros de su secta á los hereges perseguidos
por la Iglesia católica en los siglos anteriores al xi , en que em
pezaron á serlo bajo la denominacion de valdenses, fundándose en
la semejanza de sus doctrinas. Ellos se vanaglorian de ser los fun
dadores de la secta de los albigenses en el Mediodía de la Francia ,
debida á las predicaciones de dos valdenses que, desde el año 1100,
propagaron sus doctrinas en el Dellinado, la Provenza, el Languedoc
y Gascuña, desde donde su heregia penetró hasta España é Inglaterra.
Llamábanse Pedro de Bruis y Enrique, á quien denominaban con
frecuencia sus enemigos el falsoprofeta. El primero fué quemado en
San Giles de Languedoc, en 1126 , y su compañero, despues de
LOS VALDENSES . 287

sufrir muchas persecuciones y ser condenado como herege por obis


pos y concilios , fué entregado en 1117 al obispo de Tolosa , quien
lo condujo al concilio de Reims el año siguiente. Condenado de nuevo,
fué sumido en un calabozo, en donde murió al poco tiempo.
Su heregía echó tales raices, que en una historia del Languedoc,
escrita por dos benedictinos, encontramos las siguientes frases que
lo confirman :
« San Bernardo tuvo la fortuna de volver a la fé á los que de ella
» se habian apartado; pero a pesar de todo su cuidado, la heregía de
» los Enriquistas permaneció oculta , y se renovó con tanta violencia
»algunos años mas tarde , que causó por último una desolacion ex
» tremada . »
Segun Pedro el Venerable, abate de Cluny , que escribió contra
los hereges, los principales puntos de la doctrina de Pedro у de
Enrique eran los siguientes :
( 1. ° Niegan que los niños puedan, antes de la edad de la inte
»ligencia , ser salvados por el bautismo de Cristo, ni que pueda serle
» útil la fé de otro; porque no es la fé de otro la que salva, sino
» la propia fé de cada uno con el bautismo, segun lo que dice el
»Señor : El que crea y haya sido bautizado será salvado; pero el
» que no crea no será salvado.»
2. « El segundo punto consiste en que no debe construirse ni
» templo ni iglesia, sino derribar los que existen : que los sitios sa
» grados no son necesarios á los cristianos para orar; porque Dios ,
»que es el invocado , atiende y escucha a los que son dignos , lo
»mismo en una taberna que en una Iglesia , en la plaza pública ó
pen un templo, en un establo lo mismo que ante un altar . »
3.° « El tercer articulo prescribe que deben romperse las cru
» ces sagradas y quemarlas, porque es la forma ó instrumento que
»sirvió para torturar y arrancar tan cruelmente la vida á Jesu
»cristo : por tanto , que no es digna de veneracion , ni de adoracion ,
» ni de súplica alguna ; antes por el contrario , en venganza de los
» tormentos У de la muerte que Jesucristo padeció en ella , la cruz
»merece el deshonor de ser rota, acuchillada y quemada. »
1. « No solamente Bruis niega que el verdadero cuerpo y la
»sangre del Señor sean ofrecidos diaria y continuamente en la Igle
» sia en el Sacramento, sino que declara que este Sacramento no es
»nada, y que no debe ofrecerse á Dios . »
5. « El se burla de los sacrificios, de las plegarias, de las li
288 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

» mosnas y de otras buenas obras hechas por los fieles vivos en fa


»vor de los fieles muertos, afirmando que estas cosas no pueden
vayudar á nada en manera alguna á los difuntos . »
«Yo he respondido á estos cinco puntos , añade Pedro el Venera
»ble, segun la gracia que Dios me ha concedido, en la carta que he
» dirigido á Vuestra Santidad ; pero despues que el celo de los fieles,
» quemando á Pedro de Bruis en una hoguera cerca de San Giles ,
»ha vengado el fuego que él habia encendido y que habia quemado
» la cruz del Señor, despues que este impio pasó del fuego de la ho
»guera al fuego eterno, el heredero de su heregía Enrique, con
»yo no sé cuantos otros , lejos de corregir su doctrina diabólica, la
» refuerza todavía mas . )
La heregía no puede ser mas manifiesta : entre las doctrinas de
la Iglesia católica y las de Pedro y Enrique hay un abismo ; pero
tambien lo hay entre la doctrina cristiana y la crueldad de haber
hecho quemar vivo al desgraciado Bruis por los errores de que se le
acusa .

III .

Los citados anteriormente eran los principales, pero no los únicos


puntos de las doctrinas de aquellos hereges.
Segun el mismo Pedro el Venerable, no creian en otros cánones
que en la Sagrada Escritura; y segun San Bernardo , que les lla
maba apostólicos ó enriquistas , eran sus dogmas los siguientes :
» 1. ° Que no debe bautizarse á los niños . »
»2.° Que ellos tienen el poder de consagrar cada dia el cuerpo
»» yla sangre de Jesucristo en sus mesas , para alimentarse, por ser
vellos el cuerpo de Cristo y sus miembros . »
» 3. ° Que solo las personas vírgenes pueden casarse, porque
»Dios ha criado vírgenes al hombre y á la mujer .»
» 4. ° Que es preciso seguir la continencia en el matrimonio . »
» 5. ° Que no existe Purgatorio. El alma separada del cuerpo
» pasa al reposo ó aá la condenacion eterna..»
» 8.° Que el que es pecador no puede ser obispo . »
» 9. Que no debe tomarse leche , ni nada de lo que de ella
» proviene, ni nada de lo que proviene de procreacion . »
LOS VALDENSES . 289
» 10. No reconocen la Iglesia de Roma , y aseguran que ellos son
»la Iglesia . »
» 11. Que los juramentos están prohibidos.))
San Bernardo cita otros puntos de las doctrinas уy opiniones de
los apostólicos, y dice :
«Que despreciaban las órdenes de la Iglesia, que no recibian
>

» sus instituciones , que despreciaban sus sacramentos y no obede


» cian sus preceptos .»
Otro autor contemporáneo, Heriberto, monje de Angulema, con
firma lo que dice San Bernardo sobre las doctrinas de aquellos he
reges :
« Se han levantado , dice Heriberto , en la comarca de Perigueux,
» un gran número de hereges , que pretenden llevar una vida apos
» tólica . No comen carne y solo beben vino dos veces por semana ,
» y eso con moderacion. No reciben dinero. Su secta es muy per
» Versa y oculta . No hacen caso de la misa , y dicen que no es ne
»cesaria la comunion, sino un pedazo de pan : no adoran la cruz ni
» la imágen de Jesucristo , antes bien procuran impedirlo a los que
»lo hacen . Muchas gentes han sido ya zeducidas, contándose entre
vellas no solamente nobles que abandonan sus riquezas, sino cléri
»gos , monges y religiosos. » (Mabillionis Analecta.) t. III p . 467 á
183 .
El analista de Morgan, Tomás Gale , con la fecha de 1163 , se
explica poco mas o menos de la misma manera .
Una Confesion de fé de los valdenses , que se supone hecha en
el año de 1120 , dice : « que son una abominacion de que no
vdebe hablarse delante de Dios todas las cosas inventadas por los
»hombres , tales como las fiestas y vigilias de los santos , el agua
»que se llama bendita, lo mismo que abstenerse ciertos dias de
»carne y otros alimentos ; y en fin , todas las cosas semejantes y
» principalmente las misas .
»Nosotros , continúa , creemos y conservamos firmemente todo lo
»que está contenido en los doce artículos del símbolo de los Após
»toles , considerando como heregía todo lo que no está conforme con
pellos.
» Nosotros creemos en un Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
»Nosotros creemos que Cristo es vida, verdad, paz y justicia,
» pastor y abogado, víctima y sacrificador; y que ha muerto por la
»salvacion de todos los creyentes , y resucitado para nuestra justi
» ficacion .
290 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» Nosotros creemos que los sacramentos son signos ó formas vi


»sibles de gracias invisibles. Y sostenemos que es bueno que los fie
»les usen algunas veces de estos signos ó formas visibles , si esto
»puede hacerse ; y sin embargo, creemos уy sostenemos que los fieles
» pueden salvarse , aunque no reciban los dichos signos, cuando no
»se encuentran en lugar propio ó no tienen medios de usarlos.
» Nosotros no conocemos otros sacramentos que el Bautismo la
» Eucaristía .
» Nosotros debemos honrar al poder secular, con sumision , obe
»diencia y buena voluntad , y pagando los tributos .
» Todos los hombres buenos son sacerdotes por el mismo hecho
»de ser buenos , y cualquier individuo en estado de gracia tiene
» tanto poder para absolver, como los católicos reconocen en el Pa
» pa . » (Ricain, Dissertatio Secunda , cap . III , de Valdensibus, in li
bros Mosieta .-- RAINIER УY POLICHDORF, cap . XXXII . )
Entre los apóstoles de su secta , se apropian los valdenses al fa
moso heresiarca Arnaldo de Brescia, que se atrevió a predicar sus
doctrinas en la misma Roma .
Era Arnaldo natural de Brescia en Lombardia, viajó por Francia
y fué discípulo de Abelardo. Llevó una vida aventurera y se con
sagró á la política tanto como á la religion . Vuelto á Italia , se hizo
fraile, y empezó a predicar su doctrina. Fué excomulgado en el con
>

cilio de Letran , en tiempo de Inocencio II , año de 1139 ; pero per


sistió en la heregía y tuvo que fugarse á Suiza , donde continuó
predicando. Denunciado por San Bernardo al obispo de Constanza,
fué de nuevo perseguido, yy volvió a Italia y á la misma Roma , donde
9

se encontraba en 1145 .
San Bernardo de Clairvaux escribia contra él al cardenal Gui
don , advirtiéndole: «que su conversacion era de miel, y su doc
7

»trina era un veneno . Tiene cabeza de paloma y cola de escor


»pion . »
En su carta al obispo de Constanza, al mismo tiempo que el
Santo condenaba las doctrinas de Arnaldo por heréticas , hacia la
apología de su conducta privada, diciendo :
« Yo quisiera que Arnaldo de Brescia tuviera una doctrina lan
»sana como austera es su vida, y si quereis conocerlo, sabed que
»es un hombre que ni es comedor ni bebedor ; solo como el diablo,
»está hambriento y sediento de la sangre de las almas . »
Predicaba mucho contra los abusos , el poder y las riquezas
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

ARNALDO DE BRESCIA
OTECA UNIVE
BIBLI
DIL FCO.
1. CAX
LOS VALDENSES . 291

del clero, y segun Otton de Freisingen, decia , «que los clérigos que
» tenian propiedades, los obispos que vivian con regalo , y los frai
» les que tenian posesiones, no podian salvarse. Que todas estas co
»sas pertenecian al príncipe, y que su beneficencia no debia con
» cederlas mas que á los seglares.»
Gúncherus, añade : « que Arnaldo despreciaba los alimentos de
» licados, los vestidos brillantes, las chanzas y ruidosos placeres
» del clero , el fausto de los pontífices, las costumbres enteramente
»desordenadas de los abades y el orgullo de los frailes. )
Estas predicaciones le valieron en 1155 el ser preso y quemado
vivo por órden del prefecto Pedro. Sus cenizas fueron arrojadas al
Tíber, á fin de que sus adeptos no pudieran convertirlas en reli
quias.
Durante los siglos once y doce , los hereges llamados evangelis
tas eran designados por las localidades en que residian ó por los
nombres de sus jefes, enriquistas de Enrique , arnaldistas de Ar
naldo de Brescia , petrobruisistas de Pedro de Bruis, leonistas de
Leon , etc. etc. Hasta el siglo xiu en que todos fueron conocidos
bajo la denominacion de valdenses , segun resulta del libro del in
quisidor Rainier, contra dichos hereges.

IV .

Otros , no obstante , dan á la secta de los valdenses un origen mas


moderno .
Hé aquí como cuenta Polichdorf, en su libro contra la heregía de
los valdenses, el origen de esta secta :
«El nacimiento y origen de los valdenses fueron tales como yo
voy a referir, aunque estos hijos de perdicion imponen á los sim
ples y á los ignorantes diciéndoles que su secta existe desde la
época de San Silvestre . Es decir, desde los tiempos en que la Igle
sia empezó á tener posesiones terrenales, de lo cual le hacen un
crimen ; pero la verdad es que hasta 800 años despues del papa
San Silvestre , en tiempo de Inocencio II , esta secta no tuvo prin
>

cipio .»
« En 1143 , vivia en el Walden, sobre las fronteras de Francia,
un rico ciudadano llamado Pedro Valdo, que leyó ú oyó leer en el
Evangelio estas palabras que el Señor dijo a un joven opulento:—« Si
292 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

quieres ser perfecto, vende todos tus bienes y dalos á los pobres.» —
Y que habiéndose retirado este jóven pensativo y triste, porque era
rico y tenia muchas propiedades , añadió el Señor:—Que era mas
difícil la salvacion de un rico , que hacer pasar un camello por el
ojo de una aguja .» — Y que San Pedro dijo entonces al Señor. « Por
esto lo hemos abandonado todo y te hemos seguido.» — Este Pedro
Valdo , leyendo , ó escuchando la lectura de estas palabras de la Es
critura , se imaginó que no habia otra norma de vida apostólica so
bre la tierra ; y pensó por tanto en renovarla . Vendió sus bienes,
distribuyó su precio á los indigentes y empezó a vivir pobremente.
Entre los que presenciaron este ejemplo , muchos entrando en sí
mismos y tomándolo por modelo, lo imitaron . » ¡Tal fué el origen
?

de esta secta que ha escandalizado á la Iglesia con sus errores !


Si sus errores no hubieran sido mas que el de huir de las rique
zas por temor de perder el cielo , no sabemos como un buen cris
tiano pudiera escandalizarse de ello .

V.

Otro autor cuenta del siguiente modo las primeras consecuen


cias que surgieron de la nueva vida emprendida por Valdo yу sus
discípulos :
«Habia en Leon de Francia ciertas personas , que infatuadas de
»celo y llenas de presuncion , se vanagloriaban de querer vivir de
»un modo enteramente conforme con la doctrina evangélica , obser
»vándola rigurosamente al pie de la letra . Dirigiéronse al Papa con
» objeto de obtener para ellos y sus adherentes la aprobacion de
»este género de vida , reconociendo todavía en Su Santidad la supre
»macia del poder que en él reside . Deseando mas tarde darse á co
» nocer como discípulos de Cristo , se arrogaron el ministerio de la
» predicacion , fundándose en que Jesucristo ordenó á los Apósto
»les la predicacion del Evangelio. Como tomaban al pie de la letra
»los libros Santos, y veian que nadie los observaba de la misma
» manera, se creian los solos imitadores verdaderos de Jesus . Viendo
»la Iglesia que usurpaban el ministerio de la predicacion que ella
»no les habia confiado, y no encontrando en sus filas mas que ig
»norantes y seglares, les prohibió que ejerciesen este ministerio;
»y como rehusaran , los excomulgó. Despreciaron de nuevo el poder
LOS VALDENSES . 293

»de la Iglesia , diciendo que el clero no los condenaba mas que por
venvidia, y añadiendo , que al predicar como lo hacian la doctrina
»de Jesucristo , no hacian mas que una cosa buena y aun perfecta
»en sísi misma; por lo cual, nadie debia ni podia excomulgarlos, ni
vellos debian obedecer a un hombre, cuando les vedaban una cosa
» mandada por Dios mismo. )
El mismo autor dice mas adelante : « Así esta orgullosa presun
»cion de santidad , esta pretension de singularizarse los arrastró
»al estado de ceguedad y de tinieblas, hasta caer en la heregía,
»destruyendo el Evangelio que les enseñaba consistir la perfec
»cion en obedecer humildemente a los doctores y pastores que go
»biernan la Iglesia , de la cual no deben separarse por un espíritu
»de orgullo . »
«Juan , arzobispo de Leon, les advirtió que cesaran en sus pre
»dicaciones ; pero como rehusasen , fueron excomulgados y arro
»jados de la ciudad. Y como en un concilio tenido en Roma antes
»del de Letran mostrasen la misma terquedad , fueron condenados
»como cismáticos primero, y como hereges despues. »
No siendo bastante á convertirlos la severidad de estas penas ,
en 1178 el concilio general de Letran los condenó de nuevo por
sus abominaciones, y arrojados de sus hogares y perseguidos, se
refugiaron, parte en Allobrogne , de Saboya ; parle , segun Paladin yУ
Alberli, en Angrogne y en otras comarcas montañosas de las in
mediaciones de Lucerna.

VI .

A decir verdad, no ha faltado quien los acusara de crímenes tre


mendos . Belvedere, refiriéndose á Bernard de Luxemburg, dice :
«El astuto Valdo inducia á sus discípulos casados á que cediesen
sus mujeres para uso comun , pretendiendo indemnizar á sus par
ciales, de esta manera , de las privaciones que su pobreza llevaba
consigo. Daba esto lugar, como es de suponer , á los mas graves
desórdenes ; pero los sectarios de Valdo se justificaban con la ne
cesidad de aumentar los santos en su religion . »
No obstante, Thamús, historiador católico, afirma lo contrario
diciendo : « Que los valdenses , lo que mas guardan es el honor y
la castidad, hasta el punto de que sus vecinos , que por cierto no
Токо І. 40
294 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

profesaban su religion , para asegurar sus hijas contra la violen


cia de las gentes de guerra , las confiaban al cuidado y buena fé de
los valdenses . »
«Entre otros rasgos análogos se vió , en 1560 , cuando las tropas
>

del conde de la Trinidad entraron en el pueblo de Latour , que los


católicos de esta aldea enviaron sus hijas á los valdenses, que se
habian refugiado en lo mas alto de las montañas. Sucedió entonces ,
que una jóven valdense , perseguida por un soldado, se arrojó desde
un encumbrado risco, prefiriendo la muerte al deshonor de ser víc
tima de su lujuria. Estos rasgos no se encuentran fácilmente en
pueblos corrompidos. »
A estos testimonios podrian agregarse otros no menos respeta
bles , como el del cardenal Baronio , que dice : – « Los valdenses hu
yeron todo comercio ilícito con las mujeres.» Y el del inquisidor
Rainier Sacco , que dice : – « Mientras los otros sectarios inspiran
horror por las blasfemias que vomitan contra la divinidad, estos
tienen una gran apariencia de piedad: sus partidarios son honestos
y humildes. »
« Evitan el orgullo en los vestidos, que ni son de telas finas, ni
» despreciables. No se entregan al comercio por no verse expuestos
» á la mentira, á los juramentos y á los fraudes ; viven de su tra
» bajo como artesanos, y sus Barbas, ó sacerdotes, son hasta zapa
» teros. Ellos no amontonan riquezas, sino que se contentan con lo
» necesario. No frecuentan las tabernas ni los bailes, ni se entregan
»á otras vanidades. Están en guardia contra la cólera . Trabajan
» constantemente, estudian y enseñan : por lo tanto, rezan muy po
» co ... -Se les conoce tambien por sus discursos concisos y mo
» destos. Se guardan de proferir palabras burlescas, de maldecir
» de jurar. » (Maxima Biblioth . P., P., t . XXV, col . 263 , 264 ,
272. )
Un arzobispo de Turin , Claudio de Seissel , en 1517 , decia de
los valdenses :
« Por su vida y sus costumbres, ellos han vivido sin reproches
ventre los hombres, consagrándose con todo su poder á la obser
»>vancia de los mandamientos de Dios. »
Carlos Botta, en su llistoria de Italia , publicada en Paris en 1832 ,
dice :: « que los valdenses han conservado costumbres integras , que
» no podria decirse que hubiesen rechazado el freno de la autoridad,
» para obedecer a la impeluosidad de las pasiones.»
LOS VALDENSES . 295

Estos testimonios se refieren á diferentes épocas del siglo xii


al xvn ; pero como la secta ha llegado hasta nuestros dias , y he
mos tenido ocasion de observar sus usos y costumbres en las mis
mas montañas , teatro de sus persecuciones, podemos agregar
nuestra propia opinion a la de las autoridades antes citadas . Los
valdenses de la segunda mitad del siglo xix son unos pobres mon
tañeses, cuyas sencillas costumbres tienen mucha analogía con
las de los vascos españoles. El clero ejerce sobre ellos una
poderosísima influencia : la frialdad del clima y la energía que
se ven forzados á desplegar para arrancar el sustento á una tier
ra ingrata, absorven su tiempo y deprimen su inteligencia en
la misma proporcion en que se desarrolla su fuerza física ; y se
necesita observarlos muy atentamente , para descubrir la diferencia
de resultados que en ambos pueblos debe dar , el que los unos pro
fesen la religion Católica , Apostólica, Romana , y vejeten bajo la in
fluencia moral de la casa de San Ignacio de Loyola que se alza en
medio de sus montañas, y los otros bajo la vigilancia de sus pos
tores, secta exigua por el número, y cuyas creencias son librus,
como todas sus manifestaciones religiosas . Sus principios , máximas
y prácticas son muy distintos ; pero la honradez y la moralidad de los
habitantes de ambas comarcas son proverbiales .

VII.

Duran de Huesca y algunos otros valdenses se sometieron al


Papa , abjurando sus errores, y formaron con su autorizacion la ór
den mendicante, conocida primero con el nombre de pobres meno
res y mas tarde con el de hermanos menores , que usaban el mis
mo hábito , sombrero, baston y sandalias que los valdenses , pre
dicando la doctrina ortodoxa . De esta manera siguieron su voca
cion de pobreza y de predicacion, agregándoles el voto de casti
dad , sin salir del seno de la Iglesia .
7

La inmensa mayoría de los valdenses condenó á Duran y sus


compañeros como apóstatas ; pues ellos veian en el celibato un
voto contrario , no solo a la naturaleza, sino á la religion cristiana ,
y en la sumision al Papa una abdicacion de su propia conciencia ,
creyéndolo falible y sujeto á error como todos los mortales. Su per
sistencia en estas doctrinas anti -católicas no podia menos, on vista
296 HISTORIA DE PERSECUCIONES .

de su escaso número y pobreza y de su posicion ante las grandes


naciones del Mediodía de Europa , que acarrearles las mas duras
9

persecuciones . Pero ellos han visto alzarse y hundirse en torno


suyo imperios y repúblicas, antiguas y nuevas dinastías, en un
período que llega cuasi á milaños, y las tremendas persecuciones
de que unos tras otros los han hecho víctimas , no han podido es
tinguirlos y hacerles abandonar sus ideas . Unica secta que no ha
trocado nunca su papel de vencida por el de vencedora .

1
CAPITULO II.

SUMARIO.

Simratias de otras sectas herèticas por los valdenses . - Incompatibilidad


de las doctrinas de los valdenses con las de la Iglesia catolica . - Espiritu
propagandista de los valdenses .-Reglas adoptadas por la Inquisicion en
el siglo XII contra ell s . - Decretos de Otton IV contra los valdenses. - Es
terminio de mil quinientos hereges en Italia en 1307. - Colonias valden
ses en la Calabria y en la Pulla .

1.

Todas las sectas disidentes de la Iglesia católica consideran á


los valdenses como sus predecesores , y en muchas ocasiones les
han manifestado sus simpatías y ofrecidoles ayuda en sus desgra
cias, siquiera no todas hayan seguido sus doctrinas, ni adoptado
la rígida severidad de sus costumbres .
Pretenden los valdenses , que las obras son antes que las pala
bras, y que el verdadero cristiano debe conocerse en que sigue los
preceptos de Jesus conservados en las Sagradas Escrituras, y no
en que obedecen los mandamientos de la Iglesia católica represen
tada por sus papas y concilios ; doctrina que la Iglesia católica no
puede aceptar sin peligro de disolucion ; pues si cada uno fuese li
bre para interpretar las palabras de Cristo, las interpretaciones se
>

rian tan distintas como los entendimientos, y la conducta tan di


ferente como las interpretaciones,
298 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Un rasgo característico de esta secta es su espíritu de proselitis


mo . Un autor católico del siglo xii , llamado Bernard de Foncald ,
hablando de los valdenses esparcidos en Francia , dice :
« Todos predican acá y acullá sin distincion de edad ni sexo, y
»sostienen que cualquiera que conozca la palabra de Dios, debe
» esparcirla entre los pueblos por la predicacion ..»
Otro autor del siglo siguiente se explica en estos términos , en
su tratado de La heregia de los pobres de Lyon :
« Ellos emplean todo su celo en arrastrar á muchos con ellos en
verror : enseñan á los niños el Evangelio y las epístolas de los
»Apóstoles á fin de que se habituen desde la infancia á abrazar el
»error, y tan pronto como han aprendido algo en estos libros, con
» sagran todos sus esfuerzos á enseñar á otros en cualquier lugar
»donde se encuentren» ... (Maxima Biblioth ., P. P. t. XXIV, col.
1586 á 1600. )
Sin duda por esto, los magistrados de Pignerol , en 1220 , prohi
bieron a los habitantes, bajo pena de una multa, dar hospitalidad
á un valdense de cualquier sexo que fuera .
Para facilitar la propaganda de sus creencias, los valdenses re
currian á la práctica de las mismas profesiones de que huyen habi
tualmente , por librarse de las tentaciones que llevan consigo . Dice
el inquisidor Rainier, que ya hemos citado antes, que se hacian mer
caderes para poder acercarse á los grandes señores. « Ofrecen á los
»señores y señoras algunas preciosas mercancías ... Despues de la
»venta , si le preguntan al mercader : -¿Teneis otras mercancías
-

» que vender ?
»—Tengo otras joyas mas preciosas , y yo os las daré , si me ase
» gurais que no me delatareis al clero .
»Cuando ha recibido esta seguridad, añade :
» —— Tengo una perla tan brillante, que el hombre por su medio
paprende a conocer a Dios; tengo otra tan deslumbradora, que en
» ciende el amor de Dios en el corazon del que la posee .
»Le habla de las perlas metafóricamente , despues recita algun
»texto que le es familiar, por ejemplo el de San Lucas, que empieza:
» El ángel Gabriel fué enviado etc., ó algun otro semejante.
»Cuando ha comerzado á cautivar al oyente, recita otros textos
»de San Mateo ó de San Marcos, y si le preguntan a quien dirige
»sus imprecaciones, responde: al clero y á los religiosos. Despues el
»herege compara el estado de la Iglesia romana con el de la suya.
LOS VALDENSES . 299
» -Vuestros doctores , dice , son fastuosos en sus trages y cos
» tumbres ; les gusta ocupar en la mesa los puestos preferentes y
»desean que les llamen amo; pero nosotros no buscamos tales
vamos : además, ellos son incontinentes ; pero cada uno de nosotros
»tiene su mujer, con la cual vive castamente . Ellos son esos ricos ,
pesos avaros á los cuales dice: - ; Desgraciados de vosotros , ricos ,
»que buscais aquí bajo vuestro consuelo ! Nosotros estamos contentos ,
»y tenemos con que alimentarnos · y vestirnos. Ellos son esos vo
oluptuosos á los cuales ha dicho: ¡Desgraciados de vosotros que de
»vorais las casas de las viudas !... Nosotros mismos , por el contra
prio, procuramos satisfacer nuestras necesidades . Ellos combaten ,
» suscitan guerras, hacen matar y quemar á los pobres. De ellos
» pues se ha dicho: Quien use la espada, morirá por la espada. Nos
»otros , al contrario , sufrimos por ellos las persecuciones de la justi
»cia . Ellos quieren ser los únicos doctores ; por esto es de ellos de
»quien se ha dicho : ¡Desgraciados de vosotros que teneis las llaves
» de las ciencias !... Entre nosotros , las mujeres enseñan como los
» hombres , y un discípulo de siete dias , enseña á otro . Es raro
ventre ellos encontrar un doctor que sepa literalmente tres capítu
olos del Nuevo Testamento ; pero entre nosotros es raro que una
»mujer no sepa comunmente, tan bien como un hombre, recitar el
» conjunto del texto , en lengua vulgar. Y porque nosotros profesa
»mos la verdadera fe cristiana , enseñamos todos una doctrina pu
ora
»
y recomendamos una vida santa , los escribas y fariseos nos
»persiguen hasta la muerte, como bicieron con Jesucristo.
» Además de esto , ellos dicen y no hacen ; y cargan pesados far
»dos sobre las espaldas de los hombres , y ni siquiera se toman el
» trabajo de mover un dedo para descargarlos; pero nosotros hace
»mos lo que enseñamos. Ellos se esfuerzan por guardar las tradi
»ciones humanas mas que los mandamientos de Dios ; ellos obser
» van los ayunos los dias de fiesta, las horas de ir al templo , y mu
» chas otras reglas prescritas por los hombres ; en cuanto á noso
»tros ponemos nuestros cuidados en observar la doctrina de Jesu
»cristo y de los Apóstoles . De la misma manera , ellos cargan de
»penitencias y castigos muy graves á los penitentes , y nosotros ,
vimitando á Jesucristo , decimos al pecador : » Vete ahora y no peques
» mas ; y les perdonamos sus pecados por la imposicion de las ma
»nos ; y á su muerte , enviamos sus almas al cielo , en tanto que ellos
» envian todas las almas á los infiernos . »
300 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Después de este discurso ó de otros semejantes, el herege dice á


su auditor :
« Examinad y pesad cual es la religion mas perfecta, la fe mas
» pura , la nuestra ó la de la Iglesia romana , y escoged ... De este
»modo apartado de la fe católica , por tales errores se nos abandona.
»EI que da crédito á tales discursos, y admite semejantes errores,
»concluye por hacerse su partidario y defensor, oculta al herege
»en su casa , y se inicia en todo lo que concierne á su secta . » (Rei
NERUS , Maxima Biblioth ., P. P. , t. XXV , col . 275 y siguientes.)

II .

Gracias a este espíritu de propaganda, en los siglos doce y trece,


los valdenses hicieron numerosos prosélitos en diversos países; lo
que contribuyó á avivar las persecuciones contra ellos .
A pesar de que hay un abismo entre condenar una doctrina que
se tiene por errónea y quemar vivo al que la profesa , el fanatismo
de nuestros antepasados los cegó hasta el punto de salvarlo de un
solo brinco . Y para poder dar al lector una idea de los tormentos y
persecuciones sufridos por los valdenses , vamos á insertar algunos
curiosos documentos , conservados por la historia .
Segun dice Leger, en las páginas cinco y seis de la segunda par
te de su obra sobre los valdenses, las reglas adoptadas por la In
quisicion en el siglo xii contra ellos , eran las siguientes :
1. ° Que no deben disputar sobre puntos de religion en presen
cia del pueblo .
2.° Que nadie puede ser admitido como penitente , ni recibir la
absolucion sacramental, si se sospecha directa o indirectamente que
oculta alguna heregía .
3.° Que el que no las revele , debe ser arrancado de la Iglesia
como un árbol podrido, sospechoso é infestado de heregía , para que
no infeste ni corrompa á otros .
4.° Cuando se ha puesto al herege en las manos del brazo se
cular, no debe permitirsele que se justifique ante el pueblo, no
sea que, con lo que diga para justificarse , haga creer á las gen
tes sencillas que es víctima de una injusticia, y que, si se escapa,
la religion católica no tenga que sufrir ningun perjuicio.
5.° Es preciso guardarse de perdonar á un hombre que ha si
LOS VALDENSES . 301

do condenado ante el pueblo , aunque se retracte de su heregía y


prometa convertirse ; porque nunca podria ser quemado un he
rege, si se les permitiese evadirse, fiándose de sus promesas; pues
siéndoles arrancadas por miedo de sus tormentos, nunca las guarda
rian bien , lo que no impide que si ante el pueblo se les deja ofre
cer la enmienda y luego se les quema , se piense que es mal hecho.
Por lo cual es lo mejor, que no se les permita hablar delante del pú
blico .
6. Es preciso que, cuando el inquisidor toma la declaracion, su
ponga que todo se sabe, y que solo interroga para averiguar algu
nas circunstancias particulares, como por ejemplo: « Puesto que
» estás convencido de heregía , dime: já qué habitacion se retiraban
plos Barbas ( 1 ) cuando te visitaban ? »
7. ° El inquisidor debe tener siempre un libro abierto cuando in
terroga al acusado, y mirarle antes de preguntar y despues que le
ha respondido, como si confrontase la declaracion con el conteni
do del libro; como si en él estuviese escrita la vida del preguntado
y muchas declaraciones convincentes contra él .
8. Es preciso amenazarle constantemente con la muerte, si no
declara paladinamente renunciando a su heregía. Si respondiere:
« Prefiero morir en esta fe que en la de la Iglesia romana , » enton
ces no se pierda un momento: entréguesele á la justicia y apresú
rese la ejecucion.
9. No debe procurarse convencer a los hereges por medio
de la Escritura; porque abusan de las palabras con tanta destreza,
que con frecuencia confunden a los que discuten con ellos: de don
de viene que se hacen tercos y suelen arraigarse en ellos los erro
res , viendo que personas doctas no saben qué responderles.
10. Si hay algunos dispuestos á protestar de su inocencia, di
ciendo que no abrazaron nunca la heregía de los valdenses, es pre
ciso que el inquisidor les prevenga, diciéndoles, que no ganarán
nada con jurar en falso ; porque él tenia pruebas en la mano suli
cientes para producir la conviccion. Por este medio, viendo que no
hay apariencia de poder salvar la vida, concluirán por confesar . Y
lo harán tanto mas fácilmente, cuanto con mas habilidad se les deje
entrever que, si confiesan francamente su crímen, pueden esperar
gracia. De esta manera algunos confesarán .

(1) Nombre que dan los valdenses á sus pastores ó sacerdotes.


Tomo I.
302 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Si no fueran estos documentos auténticos , nos pareceria imposi


ble que nuestros antepasados calificaran con el nombre de procedi
mientos judiciales las reglas que preceden , verdaderas emboscadas
У lazos tendidos á la buena fé de las víctimas .
En 1198 , Otton IV fué á Roma para ser coronado por manodel
Papa, y accediendo a las demandas del obispo de Turin , dió un de
creto de persecucion contra los valdenses, del cual extractamos al
gunos pasages dignos de memoria .
« Otton, por la gracia de Dios, emperador siempre augusto, á su
» bien amado y fiel obispo de Turin, etc. etc. etc.
» Nos queremos, que todos los que no marchen en el camino recto
»y que se esfuerzen por apagar en nuestro Imperio la luz de la fé
» católica con la perversa heregía, sean castigados con severidad im
» perial, y que en todas las partes de mi Imperio sean separados del
» trato de los fieles. Nos os mandamos por la autoridad de las pre
»sentes, á propósito de los hereges valdenses y de todos los que
»siembran la zizaña de la mentira en la diócesis de Turin y que
»atacan la fé católica enseñando algun error, que los expulseis de
» toda la diócesis de Turin, apoyado en la autoridad imperial que al
efecto os conferimos, etc. etc. (Monumenta historia patriæ , t. III,
p . 488. Archivos de Turin . )
Algunos hechos aislados, salvados del olvido, pueden darnos una
idea de las persecuciones religiosas que ensangrentaron en aquel si
glo y en el siguiente la hermosa Italia.
El suplicio de una herege, llamada la Tudesca, que tuvo lugar en
Parma en 1277 , produjo tal irritacion en el pueblo, que el conven
to de dominicos inquisidores ſué saqueado.
El heresiarca Dolcigno, y mas de mil trescientos sectarios, que
le seguian, fueron exterminados, pasándolos á cuchillo en Domo de
9

Ossola , en 1307 .
Las persecuciones contra los albigenses del Mediodía de la Fran
cia, dieron ocasion á que muchos de ellos buscasen un refugio en
7

tre sus correligionarios, los valdenses de los Alpes piamonleses;


pero su número fué tan grande, que se vieron obligados á emigrar
LOS VALDENSES . 303

á diversos paises, formando colonias en las Calabrias y en la Pulla,


á donde les siguieron las persecuciones de sus adversarios.
Una ordenanza del Emperador Federico II , fechada en Padua,
en 1214, dice entre otras cosas : « Nosotros debemos perseguir a los
»valdenses con tanto mas vigor que audacia emplean ellos para
» combatir con sus supersticiones al cristianismo У la Iglesia roma
»na, en los confines de Italia y de la Lombardia, donde sabemos de
»ciencia cierta que su malicia ha ejercido los mas grandes destro
» zos: ellos se han esparcido ya hasta en nuestro reino de Sicilia . »
(Histoire de l' Inquisition en France.... t. II , p . 538.)

VI .

Los emisarios de los valdenses del Piamonte hicieron tratos ven


tajosos con los señores feudales de la Calabria , y un número con
siderable pasó á establecerse en aquella comarca agreste y pintores
ca. Antes de emigrar, los jóvenes valdenses se casaban , llevando
consigo á sus esposas á su nueva patria .
Sóbrios , honrados y activos trabajadores , pronto fundaron una
aldea llamada Borgo de los Oltramontani, ó ultramontanos, porque
habian venido del otro lado de los montes Apeninos . La colonia
prosperó, continuó la emigracion, y no tardaron en formar otro lu
gar llamado San Sixto ; y sucesivamente fundaron los de Argentina ,
La Rocca , Vacarisso y San Vicente . Por último , el marqués de Spi
nello les permitió construir la Guardia, villa cercada, que ha con
servado el nombre de Guardia Lombarda, situada en una eminen
cia cerca del mar, y concedió privilegios importantes á los que se
establecieron en ella , de tal manera, que con el tiempo fué una
>

ciudad muy poblada y rica .


Los valdenses ó ultramontanos, como los llamaban los calabreses ,
se aumentaron y prosperaron considerablemente en su tranquila
colonia .
Mas de un siglo despues , en 1400 , á consecuencia de los rigores
de la Inquisicion , que desolaba la Provenza y el Delfinado, los val
denses se refugiaron en los valles de los Alpes, de donde partieron
nuevas emigraciones para el reino de Nápoles. Estableciéronse en la
Pulla, donde fundaron las cinco aldeas de Monlione, Montanato ,
Faito , La Cella y la Motta, y por último, hacia el año 1500 , los val
2
304 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

denses de Fraissiniere y de otros valles , huyendo de las persecu


ciones de los católicos , fueron á establecerse en las inmediaciones
de sus correligionarios en el valle de Volturata. Desde estos cen
tros se fueron poco áa poco estendiendo en los reinos de Nápoles y
de Sicilia, segun cuenta Gilles en su Historia eclesiástica .
Hacia el fin del siglo xiii , se establecieron tambien otras colonias
de los valdenses en la Durance y al oriente de Cavaillon, donde les
fueron concedidas por los señores feudales tierras incultas, que ellos
convirtieron en fértiles y productivas, con su proverbial laboriosi
dad , construyendo pueblos y aldeas importantes , tales como Cabrie
res , Merindol, Lormarin, Cadenet , Gordes, y otros muchos, cuya
prosperidad fué tan grande, que cuando Francisco I los hizo perse
guir y degollar por el famoso Oppede , en 1545 , no fueron arruina
dos menos de veinte y dos pueblos y aldeas.
Todas las colonias sostenian relaciones con los valles del Piamon
te , que era el centro de la heregía, donde residian los pastores ó
Barbas elegidos en sus sínodos, y los Barbas de los valles tenian ca
sas en Florencia, Génova y Venecia, donde se reunian sus secta
rios que viajaban ó vivian en estas ciudades.
Segun se vé , las persecuciones no habian impedido á los val

.iná
denses estenderse y prosperar; pero como veremos en los capítulos
siguientes, una nueva era de calamidades empezaba para aquellos
infelices, cuyos errores se pretendia extirpar por el hierro y el fue
go que destruyen , en lugar de recurrir a la palabra y á la persua
cion que vivifican .
CAPITULO III.

SUMARIO.

Esterminio de los albigenses y sus consecuencias para los valdenses . - El


papa Juan XXII lanza á los inquisidores de Marsella y de Turin contra
los valdenses . - Clemente VI continua la obra de sus predecesores . - Resis
tencia de los señores á que persigan á sus vasallos . - Resistencia de los
valdenses á los inquisidores. - Asesinato de un inquisidor en Susa.- Cen
tenares de valdenses son quemados vivos en venganza de la muerte del
inquisidor. - Crueldales del inquisidor Alberto de Roselli. - Iniquidades de
Veleti .- Bula de Inocencio VIII. - Cruzada de Capitaneis. - Derrota de los
Católicos . - Nuevas persecuciones.

I.

Una vez destruidos en el Mediodía de Francia los albigenses, em


prendieron los católicos el esterminio de los valdenses que ocupa
ban las dos vertientes de los Alpes á igual distancia de Turin y de
Grenoble . Retirados en los sombríos valles yy laderas de aquellas
ásperas montañas, en sus humildes caseríos , parecia que su pobre
za , su honradez y lo apartado de su retiro debian ponerlos al abri
go del ódio de sus adversarios , dueños absolutos de las conciencias,
del poder, y de las riquezas , en las mas populosas y bellas ciuda
desy en las comarcas mas fértiles y risueñas.
ΕΙ papa Juan XXII continuó la obra empezada por Inocencio III ,
ordenando a Juan de Badis, inquisidor de Marsella , unir sus esfuer
zos á los de Alberto de Cadellatio , inquisidor en el Piamonte; desig
nándole en su bula , expedida en 1332 , como objetos principales de
su atencion , los valdenses de Lucerna y de Perusa. Quéjase en ella
306 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

del aumento de los hereges y de sus frecuentes asambleas en las


cuales se reunian hasta quinientas personas . Acúsalas de haber ase
sinado al rector Guillermo en un sitio llamado Villa , porque los ha
bia delatado al inquisidor Castellar , y de haberse sublevado contra
este cuando queria ejercer su oficio.
En 1352 , viendo el Papa Clemente VI , la persistencia de los val
denses en su heregía, encargó á Guillermo, arzobispo de Embrun y
al inquisidor Pedro de Mont, que hicieran desaparecer la heregía de
aquellas comarcas. Los señores , jueces y síndicos debian prestar
les su apoyo . Pero tampoco esta vez los resultados correspon
dieron a los deseos del Sumo Pontífice. Las autoridades civiles y los
señores , en cuyas tierras vivian los valdenses, no se mostraban muy
escrupulosos en ayudar a los inquisidores á esterminar los hereges
que pagaban puntualmente sus rentas y que, á parte de su heregía,
eran modelos de honradez y de laboriosidad . Esto dió lugar á que ,
en 1373 , escribiese Gregorio XI al rey de Francia Cárlos V , que
jándose de que sus oficiales ponian obstáculos á los inquisidores en
el Delfinado, diciéndole:
«Ellos ponen obstáculos al trabajo de los inquisidores, obligán
»doles á establecer el tribunal en lugares expuestos a los ataques de
»los enemigos de la ſé; no permitiéndoles proceder contra los here
» ges sin el concurso de los jueces civiles, y forzándoles á revelar
vel secreto de sus procedimientos. Sacan de la prision á los secta
»rios condenados, y rehusan hasta prestar juramento de perseguir
»á los pertinaces. Apresuraos á remediar tal conducta, so pena de
vatraeros la indignacion de los apóstoles San Pedro y San Pablo.
»(DE LA Mothe LANGON , t . III , p . 270 y 271. )

Aunque mal secundados por el poder civil , los inquisidores no


dejaban de perseguir la heregía. En 1375 , sus violencias arrastra
ron a los valdenses á actos de represalias en el pueblo de Susa , don
de forzaron el convento de los dominicanos y asesinaron al inquisi
dor. Este crímen fué ocasion de muchos mas, cometidos por los in
quisidores, que fueron aá ocupar el puesto del difunto.
El inquisidor Borelli citó ante su tribunal a todos los habitantes
de Fraissiniere , de Argentiere y del Valle de Loyse, уy mandó pren
LOS VALDENSES . 307

der á muchos de ellos . Ciento cincuenta hombres y casi otras tantas


mujeres, jóvenes y hasta niños , todos del valle de Loyse fueron
conducidos á Grenoble y quemados vivos . Ochenta hombres y mu
jeres de los valles de Argentiere y de Fraissiniere, sufrieron la mis
ma suerte . Dábanse tanta prisa á juzgarlos , que bastaba una simple
declaracion para mandarlos a la hoguera .
Durante las fiestas del año 1400 , el inquisidor Borelli , al frente
de mucha gente armada, ejerció en Susa las mayores crueldades, y
llevó la desolacion al valle de Prágela. Asaltados de improviso en
medio de los rigores del invierno, cuando se creian mas seguros á
causa de las nieves que cubrian montes y valles , no pudieron ha
cer otra cosa que procurar salvarse por la fuga, del fuego y del
hierro de sus enemigos . Los que escaparon de su furia, hombres,
mujeres y niños, treparon sobre las rocas mas escarpadas, donde
murieron de hambre y de frio. Una porcion de fugitivos huyeron
en direccion de Macel; pero obligados á pasar la noche en lo alto
de una montaña, que ha conservado hasta nuestros dias el nombre
de albergan , perecieron helados ochenta niños en los mismos bra
zos de sus madres, muchas de las cuales murieron de la misma ma
nera .

Durante aquella noche terrible, sus enemigos saquearon sus ca


sas, y se retiraron al dia siguiente llevándose cuanto pudieron. En
contraron en su camino una pobre anciana llamada Margarita At
hode, y la ahorcaron de un árbol en la montaña de Meane.
Esta sangrienta excursion llenó de espanto á los pueblos del
Delfinado у del Piamonte, al mismo tiempo que los inflamó en in
7

dignacion.

III .

En 1460 , el arzobispo de Embrun encargó al fraile franciscano


Juan Veleti proceder contra los valdenses escapados de Fraissinie
re, Argentiere y del valle de Loyse. Desempeñó su comision con
tanta crueldad , con tal parcialidad y mala fé, que llenó de irrita
cion á todo el pais sin distincion de religion , dando lugar á que se
dirigiesen quejas contra él al rey Luis onceno .
En el interrogatorio de los acusados alteraba y desnaturalizaba
sin escrupulo sus respuestas y cuestiones . Decia , por ejemplo, á
308 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

un acusado :—¿Creeis que, despues que las palabras sacramentales


se han pronunciado por el sacerdote en la misa, el cuerpo de Dios
esté en la hostia?
- Nó, respondia el herege . Y Veleti escribia ó dictaba la res
puesta de esta manera .
« El acusado ha confesado que no creia en Dios . »
De esta manera hizo quemar á muchos infelices .
¿No era bastante para ser declarado herege que negara el acu
sado la presencia de Dios en la hostia consagrada ? já que suponer
que no creia en Dios ?
Bajo el gobierno de Luis de Saboya, fueron quemados en Coni
veinte y dos valdenses , naturales de Bernezzo, por relapsos desde
9

1440 á 1465 .
Por instigacion del obispo de Turin , Juan Compecio, y del inqui
sidor Andrés de Aquapendente , que habian publicado ya el 28 de
noviembre de 1475 , bulas muy severas contra los valdenses, la
duquesa Yolante , viuda de Amadeo el bienaventurado y tutora de
su hijo Cárlos, ordenó en enero de 1976 á los castellanos de Pig
nerol y de Cavour, al podestá de Lucerna y á otros oficiales, que
proveyeran activamente a la represion de la heregía . Sus órdenes
fueron ejecutadas, y sucedió con frecuencia que los valdenses , á
quienes sus negocios obligaban á salir de sus montañas, fueron
presos y entregados á los inquisidores. Apenas hay en el Piamonte
pueblo ó ciudad en que algun valdense no fuera quemado. El pas
tor Jordan Tertian fué quemado en Susa ; Hipolito Roussier , en
Turin ; Villermin Ambroise fué ahorcado en Meané ; la misma
suerte sufrió Antonio Hiun . Ugon Chiamp de Fenestrelles , preso en
Susa, fué conducido á Turin , donde lo amarraron á una estaca,y
>

abriéndole el vientre, le arrancaron las entrañas , segun afirma


Leger .
Como aquella guerra lenta , aunque contínua , no bastase para ex
tirpar la heregía de los valdenses , el papa Inocencio VIII, se pro
puso concluir con ellos de una vez , armando una cruzada á que
concurrieran con sus fuerzas los príncipes católicos. Al efecto, en
cargó á Alberto de Capitaneis, archidiácono de Cremona, la ejecu
cucion de sus proyectos , dándole por auxiliar y cólega al inquisidor
Blaise de Bena, de la orden de predicadores. Acreditólos cerca del
rey de Francia, del duque de Saboya, y de todos los señores , como
nuncios y comisarios apostólicos en sus Estados, y especialmente
LOS VALDENSES . 309

en el Delfinado y el Piamonte , para proceder contra « esta pernicio


» sísima y abominable secta de hombres malvados, que se llaman
»pobres de Lyon ó valdenses . »
A continuacion damos un extracto de la bula de Su Santidad Ino
cencio VIII , dirigida desde Roma , en 1477 , á Alberto Capitaneis,
archidiácono de la iglesia de Cremona , nuncio de Su Santidad y co
>

misario en los Estados de Carlos duque de Saboya.


Dice en ella el Papa , « que los sectarios de esta pérfida y abomi
>

»nable secta de hombres malignos , llamados valdenses, que des


» graciadamente se ha acrecentado desde hace tiempo en el Piamon
»te y en las comarcas vecinas, dicen , hacen y cometen muchas co
» sas contrarias á la fé ortodoxa ; ofensivas á los ojos de la divini
»dad y muy perniciosas para la salvacion de las almas . »
« Y viendo, en consecuencia , la inutilidad de los esfuerzos hechos
>» porlos misioneros para convertir á los valdenses, y creyendome
»obligado por el deber de mi cargo á desarraigar completamente
vde la Iglesia católica esta maldita secta y todos cuantos estén con
»tagiados por su maldita heregía; ordeno a todos los Obispos, Ar
»zobispos, Vicarios y demás oficiales generales , que obedezcan al
»inquisidor, que lo asistan en todo , y que tomen con él las armas
>

» contra dichos valdenses y contra todos los demás hereges , a fin de


vaplastarlos como á víboras venenosas, con objeto de fortificar en
» los pueblos que les están confiados la profesion de la verdadera
» fé. Nada debe descuidarse para llevar a cabo una obra tan santa ,
»como lo es el esterminio de todos estos hereges. »
Mas adelante recomienda la bula al inquisidor : « que exhorte á
» los Príncipes á embrazar el escudo de la fé ortodoxa, y áá que le
» presten socorro, lo mismo que á los Obispos, Arzobispos, etc. ,
” para destruir у esterminar completamente a todos esos execrables
» hereges.»
Despues ordena á todos los predicadores: «que prediquen esta
» cruzada, que inflamen, que exciten á los fieles á extinguir esta
»peste , por la fuerza y por las armas, y que a todos los que se alis
» ten , combatan y contribuyan á un esterminio tan santo , los ab
»suelvan de todas las penas , censuras y sentencias eclesiásticas . »
Concede tambien en la Bula á los cruzados dispensa por las irre
gularidades que pudieran haber cometido , mezclando las cosas divi
nas con cualquiera clase de apostasía. Recomienda á los inquisidores
que se arreglen con los que tengan bienes mal adquiridos á con
Tomo I. 42
310 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dicion de que los empleen en el esterminio de los hereges; agre


gando á los que combatieran contra ellos una indulgencia plenaria
y la remision de todos los pecados que hubiesen cometido hasta la
hora de su muerte.
Ordenaba tambien en la Bula de la cruzada, que se confiscasen
los bienes muebles é inmuebles de los hereges, debiendo mandar á
cuantos estan al servicio de estos , «que los abandonen inmediata
» mente en cualquier sitio ó lugar, y que obedezcan las órdenes
» apostólicas, bajo pena de excomunion , ó de cualquier otra que
»tengan á bien imponerles .)»
«Todos los que hubiesen contraido deudas con los hereges, aña
»dia la Bula, ó que tuvieren alguna promesa que cumplirles, no
» estarán obligados áá pagarlas ni á cumplirlas .»
« Los que no obedezcan estas órdenes, cualesquiera que sean su
»estado , clase , órden ó categoria , perderán, si fuesen sacerdotes,
»sus dignidades y beneficio, y si seglares, sus honores, títulos, fue
» ros y privilegios , y serán declarados infames, y quedarán inu
» tilizados para ocupar cualquier empleo en adelante . »
Provisto de esta Bula, Alberto de Capitaneis obtuvo del duque
de Saboya, del rey de Francia y de otros principes vecinos, diez y
ocho mil soldados, á los que se agregaron cinco ó seis mil piamon
teses , que se alistaron voluntariamente en la santa cruzada.
Emprendióse entonces una de esas guerras de esterminio , seme
jante a la de los albigenses . Guerra á muerte, pues los cruzados
creian ganar los bienes del cielo y de la tierra , esterminando a los
valdenses , como si fuesen bestias feroces, y estos defendian con el
mayor teson sus creencias, sus hogares, sus familias y sus vidas ; es
decir, cuanto puede haber de mas grato para el corazon del hombre.

IV .

Dividióse en varios cuerpos el ejército de los cruzados para aco


meter por diversos puntos á los bereges en sus ásperas montañas.
Una division á las órdenes del conde Varax, señor de La - Palu ,
trepó por las montañas del Delfinado, é invadió el valle de Loyse.
Todos los horrores de la guerra se desencadenaron a la vez sobre los
consternados habitantes de aquel valle , hasta entonces tan tranqui
lo y feliz . Los primeros que cayeron á los filos de la espada fueron
los menos desgraciados.
LOS VALDENSES . 311
Hombres , mujeres y niños huyen á bandadas á buscar un refu
gio en las cavernas de las montañas; pero los cruzados , guiados
por los inquisidores, los siguen, descubren sus refugios, y encen
diendo grandes hogueras en las bocas de las cuevas, les hacen mo
rir ahogados ó los arrojan vivos en las llamas si el humo los
obliga á salir . Mas de tres mil personas perecieron en aquellas
jornadas horribles, y se hace subir a cuatrocientos el número de
niños ahogados por el humo en las cavernas .
Los desastres del valle de Loyse libraron de otros semejantes á sus
vecinos de Argentiere y de Fraissiniere. Viendo la suerte que les
esperaba, se decidieron á resistir á la invasion, y lo hicieron con
tanto heroismo, defendiéndose en los desfiladeros de sus montañas.
que obligaron a los cruzados á retirarse por algun tiempo.
Del ejército que operaba en el Delfinado se destacó un cuerpo
que, atravesando las gargantas elevadas de las montañas, fué á caer
por Cesane sobre la vertiente oriental en el valle de Prágela, que
es el que se encuentra mas al Norte de todos los ocupados por los
valdenses. Estos no esperaban el ataque. Sorprendidos en sus tra
bajos campestres, fueron asesinados sin defensa, saqueados é in
cendiados sus caseríos y aldeas, y esterminados los que huyeron á
ocultarse en las cavernas de las montañas, con la misma crueldad
que sus correligionarios del valle de Loyse.
Lospocos que pudieron escapar con vida se reunieron en las
cumbres de aquellos montes, y animados por el frenesí de la de
sesperacion, favorecidos por la disposicion del terreno, se defen
dieron y obligaron á retroceder á sus enemigos.
El ejército reunido en el Piamonte á las órdenes del legado del
Papa, no constaba de menos de diez y ocho mil hombres, sin contar
los piamonteses que acudian á la cruzada para ganar la indulgen
cia plenaria prometida por el Papa y su parte de botin . Una divi
sion de este ejército penetró sin gran dificultad en el valle de Lu
cerna , y como el terreno es llano, y los cruzados podian maniobrar
reunidos , la resistencia fué imposible. San Juan , Latour , El Villar,
Bbobi y todas las cabañas aislacadas que rodean estos pueblos, ca >

yeron en poder de los católicos.


Setecientos hombres destacados del ejército del Papa, que ocupa
ban el valle de Lucerna, subieron desde Bbobi por los senderos
abiertos por los pastores hasta la cumbre de la garganta Giulian ,
desde la cual descendieron atravesando prados y bosques hasta la
312 . HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

aldea de Prali, cuyas cabañas están esparcidas en un pequeño lla


no, rodeado de ásperas montañas, esperando sorprender á sus pací
ficos habitantes. Al principio pudieron creer que habian conseguido
su objeto: pero pronto se vieron acometidos por los pralinos , y co
mo estaban fatigados, despues de una larga y penosa marcha por
entre breñas , malezas y empinadas cuestas, no pudieron resistir el
empuje de aquellos vigorosos montañeses, y todos, menos uno, pe
recieron á sus manos. Era el que escapó un abanderado. Deslizóse
á lo largo de un torrente , y permaneció oculto en una especie de
cueva formada por la nieve , de donde le obligaron á salir pidiendo
misericordia á los mismos á quienes hubiera querido quemar vivos.
Perdonáronlo y lo dejaron ir en paz, para que anunciase á los cru
zados la derrota y la muerte de sus compañeros .

V.

Los esfuerzos del ejército católico se dirigieron principalmente


sobre el valle de Angrogne, que puede ser considerado como el cen
tro у el corazon de los valles ocupados por los valdenses , como su
lugar de refugio y su fortaleza natural . Este valle , solo puede ata
carse por el lado de la llanura de san Juan, á la entrada del valle de
Lucerna, donde las pendientes y laderas de los Alpes son me
nos pendientes . Subiendo por ellas en la direccion del norte , há
cia la Mesa de Angrogne por las alturas de Roccamaneot, un ejército
enemigo puede caer sin obstáculo como un alud sobre el valle .
Por este camino se preparó el ejército de los cruzados para inva
dir el valle central de Angrogne .
Los valdenses sostuvieron en aquellas colinas los mas rudos com
bates. Preparábanse á la defensa de sus familias y hogares arrodi
llándose y orando con fervor. La resistencia parecia imposible,
pues habian de batirse uno contra diez ; pero un accidente les ase
guró la victoria cuando menos la esperaban .
Uno de los jefes de mas influencia entre los cruzados , llamado
el Negro de Mondoví, sofocado por el calor en medio del combate,
alzó la visera del casco para respirar con mas libertad , Уy al mismo
tiempo una flecha le hirió en la frente: cayó rodando por la ladera ,,
y los que le seguian huyeron espantados , arrastrando en su fuga á los
que subian tras ellos . Los valdenses , precipitándose sobre sus ene
migos , no les dejaron tiempo de rehacerse y volver caras .
LOS VALDENSES . 313

Irritado por sus pérdidas y por la verguenza de su derrota, el


ejército del inquisidor Capitaneis se reorganizó y volvió a empren
der el camino desandado, obligando á los hereges áá retirarse , aun
que siempre combatiendo y aprovechando cuantas ocasiones se les
ofrecian paraofender al enemigo . En un sitio de los mas inaccesi
bles y escarpados, llamado Pradotour, célebre en la historia de los
valdenses, por haber sido en las épocas de persecucion escogido por
ellos como último refugio , se habian ocultado gran número de fa
milias , llevando consigo lo que habian podido salvar de mas pre
cioso. Subiendo del valle inferior de Angrogne, como lo hacia el
ejército victorioso de los cruzados, no puede penetrarse en el Pra
dotour mas que por un desfiladero abierto al pié de rocas inaccesi
bles , cortadas cuasi perpendicularmente,, para dar paso á un torrente
que corre por medio de ellas y á un estrecho sendero. El ejército de
los cruzados penetró por este desfiladero, que dá vuelta, teniendo á
sus piés el torrente y enormes rocas perpendiculares sobre la cabe
za. La vanguardia del ejército estaba ya áa punto de salir del desfi
ladero , en el cual habia entrado la retaguardia , cuando fueron en
vueltos por una niebla tan espesa que no se veian unos a otros ,
Suspendieron la marcha llenos de confusion, y los valdenses, cono
cedores del terreno aprovecharon aquel incidente que creian provi
dencial , los acometieron y derrotaron , alcanzando una victoria tan
grande como fácil. Unos caen arrastrados por sus compañeros fu
gitivos en el torrente , otros son aplastados bajo las enormes pie
dras que sus enemigos arrojan desde lo alto de las montañas . Entre
los que cayeron en las aguas del Angrogne , se cuenta uno de los
jefes de los cruzados , el capitan Saquet de Paloughera , hombre de
una talla colosal .
La derrota de los cruzados no les impidió continuar la guerra;
porque , á pesar de sus pérdidas, su número era siempre muy supe
rior al de los valdenses . Rechazados en un punto , acometian otro , y
con varias alternativas , aquella guerra desastrosa duró mas de un
año , y destruyó sembrados y arboledas , aldeas y rebaños , inundan
do de sangre y esparciendo la desolacion y la ruina en aquellos va
lles antes tan felices y tranquilos .
314 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

Por fortuna de los valdenses, un nuevo príncipe, Carlos II , que


apenas contaba veinte años , tomó las riendas del gobierno del Pia
monte, y considerando aquella guerra de religion perjudicial para
sus vasallos , quiso hacer la paz con ellos .
A instancias suyas , una docena de valdenses, comisionados por
sus compañeros, tuvo en Pignerol una entrevista con él : recibió
los con bondad y les dijo, que lo habian engañado haciéndole creer
cosas horribles, tanto sobre sus personas , como sobre sus creencias.
Quiso que le trajeran sus hijos para verlos, porque le habian ase
gurado que todos nacian deformes , que no tenían mas que un ojo
en la frente , cuatro filas de dientes negros y otras cosas por el esti
lo . Habiendo encontrado los niños que le presentaron bien forma
dos y hermosos, se indignó de que le hubieran hecho víctima de
tales supercherías. Aceptó el presente que le ofrecieron los valden
ses , en nombre de sus correligionarios, confirmóles sus libertades, y
les prometió dejarlos en paz en adelante .
Tal fué el término de aquella cruel cruzada; pero la paz de 1489
no tardó en ser turbada por nuevos ataques dirigidos contra los
valdenses.
El año de 1500 , fueron atacados los del marquesado de Saluce .
Margarita de Foix , viuda del marqués, se propuso esterminar á
sus vasallos hereges de Pravilhelm , de Biolets y de Bietoné, lugares
situados en el valle alto del Pó. Asaltadas y perseguidas con encar
nizamiento, aquellas pobres gentes fueron inhumanamente sacrifica
das, y las que pudieron escapar, buscaron un asilo en el valle de
Lucerna. Durante cinco años no cesaron de dirigir peticiones á la
Marquesa, pidiéndole les permitiese volver á tomar posesion de sus
casas y haciendas , de las cuales habian sido tan injustamente des
pojados. « Abandonad vuestros errores y haceos católicos , y se os
( CO

» devolverán los bienes de que fuísteis despojados.» Tal fué siem


pre la respuesta de la Marquesa á las justas demandas de sus vasa
llos ; pero ellos persistieron en su heregía, creyendo indigno de
gentes honradas vender su conciencia por bienes terrenales .
Cansados de sufrir, determinaron recobrar por la fuerza las ca
bañas y tierras de que los habian despojado so pretexto de religion.
LOS VALDENSES , 315

Armáronse , y dirigidos por uno de entre ellos , acometieron á los ca


tólicos que se habian instalado en sus casas , los arrojaron fuera de
su territorio , y la Marquesa, viendo que no tenia fuerza para some
terlos, accedió a las peticiones de los habitantes de los valles inme
diatos, para que dejasen á los valdenses vivir en sus casas con las
mismas condiciones que antes .
CAPITULO IV.

SUMARIO.

Influencia de la heregía de Lutero en los valles del Piamonte . - Suplemento á


su profesion de féen 1552 .-- Persecuciones bajo Carlos III. - Muerte de Ca
telan Girardet y de Martin Guin . - Persecuciones bajo el reinado de Fran
cisco I de Francia . - Crueldad de Oppede, encargado de su exterminio.- Inú
tiles tentativas para que los valdenses abandonasen la heregia .-- Muerte de
Geofroi en la hoguera .

I.

Tantas guerras y persecuciones habian arruinado á los valden


ses y reducido considerablemente su número. Sus iglesias del valle
del Pó habian sido destruidas, y la misma suerle sufrieron sus con
gregaciones establecidas en las comarcas limítrofes. So pena de ser
quemados por la Inquisicion , no podian descender de los Alpes y
aventurarse en las llanuras , donde los agentes de los inquisidores
los denunciaban . En muchas de sus aldeas se establecieron tem
plos católicos , y se vieron obligados á llevar sus hijos á bautizar, en ?

lo cual consintieron muchos, no porque hubiesen abandonado sus


heréticas creencias, pues en tal caso hubieran entrado ellos mismos
en el seno de la Iglesia católica , sino para librarse de nuevas per
secuciones . El temor bizo tambien á otros asistir a los sermones y
fiestas religiosas de los católicos, aunque sin dejar de oir las predi
caciones de sus barbas ó pastores.
LOS VALDENSES . 317

Tal era el estado de los valdenses, cuando la heregía de Lutero


las persecuciones y sangrientas guerras á que dió lugar , turbaron
de una manera radical y profunda el estado religioso y político de
Europa á principios del siglo xvi .
La alegría de los valdenses fué grande, como puede suponerse, al
ver extenderse en Francia, Alemania , Suiza , Inglaterra y otros
paises doctrinas y creencias tan semejantes a las suyas. Los anti
guos hereges del Piamonte procuraron desde luego estableeer re
laciones directas con sus correligionarios alemanes y suizos, envian
do al efecto en comision á sus barbas ó pastores de mas nombradía .
Mas no todos pudieron llevar á buen término su mision. Uno de
ellos , Pedro Masson, fué descubierto en Dijon , encarcelado y con
denado á muerte .
Estas misiones y las relaciones que de ellas resultaron dieron de
si la reunion de una especie de sinodo, áá que asistieron los barbas
>

de los valdenses yy los emisarios de los protestantes suizos . La reu


nion tuvo lugar en Chanforans, aldea del valle de Angrogne, el 12
de setiembre de 1532; y despues de seis dias de discusion , á la cual
asistió gran número de ancianos además de los barbas, establecieron
la siguiente profesion de fé , como suplemento á la de 1120 , que ya
conoce el lector .
al .
Nosotros creemos que el servicio divino debe hacerse en
Despíritu y en verdad ; porque Dios es espíritu , y quiere que los que
» lo adoran lo adoren en espíritu y en verdad ;
» 2. Que todos los que han sido y serán salvados, han sido ele
» gidos por Dios , antes de la fundacion del mundo;
» 3. Que es imposible que los que han sido destinados á sal
» varse, no se salven ;
» . Que cualquiera que establece el libre albedrío del hombre,
vniega enteramente la predestinacion y la gracia de Dios ;
» 5. Que no hay mas obra buena que la que Dios ha ordena
» do, ni otra obra mala que la que él ha prohibido;
» 6. Que un cristiano puede jurar por el nombre de Dios , sin
» contravenir á lo que está escrito en el capítulo V de San Mateo, á
» condicion de que el que jura, no tome el nombre del Señor en va
» no . Por tanto, no se toma en vano, cuando el juramento tiende a
» la gloria de Dios y á la salud del progimo. Además se puede jurar
» delante del magistrado; porque, sea fiel o infiel , su poder procede
de Dios;
Tomo I. 43
318 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»7. Que la confesion auricular no está mandada por Dios , ni


» determinada por la Santa Escritura: que la verdadera confesion
»del cristiano ha de ser con Dios solo , al cual pertenece el honor
»y la gloria: que hay otra clase de confesion, que consiste en recon
» ciliarse con su prógimo, de la cual habla San Mateo en el c. V;
»que hay otra tercera confesion , cuando alguno ha cometido una
» falta pública y la confiesa públicamente ;
»8. Que el domingo debemos suspender nuestras obras terre
»nales por celo hácia Dios, por amor hácia nuestros servidores Y
»para consagrarlo á oir la palabra de Dios;
»9. Que no está permitido al cristiano vengarse de sus ene
»migos de cualquier manera que sea ;
» 10 . Que un cristiano no puede ejercer el oficio de magistrado
» sobre los otros cristianos;
» 11 . Que la Escritura no determina al cristiano tiempo algu
» no para ayunar ;
»12. Que el matrimonio no está prohibido á ninguna persona
»de cualquier condicion que sea;
13 . Que cualquiera que prohibe el matrimonio, enseña una
>

»doctrina diabólica ;
» 11. Que cualquiera que no tenga el don de la continencia ,
» debe casarse ;
» 15 . Que los ministros de la palabra de Dios no deben ser
» trasladados de un lugar á otro, si no es para un gran bien de la
» Iglesia ;
» 16 . Que no es incompatible con la comunion apostólica el
»que los pastores posean algunos bienes particulares para alimen
» tar su familia;
» 17 . Tocaníe á los Sacramentos , la Sagrada Escritura demues
» tra que no hay mas que dos , que Jesucristo nos ha dejado; á sa
»ber: el Bautismo y la Eucaristía: que recibimos esta, como testi
» monio de que perseveramos en la fé, segun el deber que nos im
»pone el Bautismo, y para celebrar el recuerdo de la pasion de Je
»sucristo, que murió por nuestra redencion y nos lavó de nuestros
» pecados con su sangre preciosa .) >

La mayor parte de los diez y siete artículos que preceden, prue


ban bien claramente que los valdenses persistian en su heregía, re
forzada con la de Lutero y sus secuaces ; y lo que es mas grave
aun , por las persecuciones á que deberia exponerlos, resolvieron de
LOS VALDENSES . 319

comun acuerdo abandonar toda clase de disimulos, y practicar pú


blicamente las creencias y doctrinas que profesaban .

II .

Dos años habian pasado apenas, despues de la reunion de los


valdenses en Angrogne, cuando comenzaron de nuevo las persecu
ciones ; en Provenza primero, en 1531, por instigacion de los obis
pos de Sisteron, de Apt y de Cavaillon, y el año siguiente en el
Piamonte por el arzobispo de Turin. El duque de Saboya Cár
los III , cediendo á sus instancias, dió el encargo de perseguir a los
hereges á Pantaleon Bersour, señor de Rocheplatte, que por vivir
en las inmediaciones de los valles ocupados por los valdenses , co
nocia bien sus lugares y personas.
Con objeto de obtener las mas detalladas noticias , el señor de
Rocheplatte , provisto de cartas ducales para el parlamento de Pro
venza , se presentó en aquella provincia, donde habia comenzado la
persecucion. Obtuvo copia de las declaraciones de los acusados,
asistió a los interrogatorios, y adquirió por este medio noticias cir
cunstanciadas sobre lo que pasaba en los valles del Piamonte; por
que las relaciones entre los valdenses de ambas provincias eran
muy estrechas.
Vuelto al Piamonte, el comisario ducal sometió a los inquisidores
listas de los valdenses denunciados, y recibió del duque Carlos , el
28 de agosto de 1535 , la orden de proceder inmediatamente contra
los hereges .
Reunió una tropa escogida, que no bajaba de cinco mil hombres,
y penetró en el valle de Angrogne por Rocheplatte, cuyos caminos
conocia ; pero la empresa no le salió muy bien. Advertidos á tiem
po los valdenses abandonaron las aldeas y caseríos que no eran
defendibles, y esperándolos en las encrucijadas por donde debian
pasar, les causaron muchas pérdidas y rescataron parte del botin .
Viéndose además contrariado por la actitud que tomó contra él la
condesa Blanca , viuda del señor de Lucerna y de Angrogne , que le
reprochó la falta de respeto con que acometió sus tierras y sus va
sallos, el comisario del de Saboya dejó en paz á los valdenses de
Angrogne, y llevó la guerra y la persecucion a los otros valles. Lle
nó de cautivos su castillo de Mirandol, las prisiones y convento de
320 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Pignerol y la Inquisicion de Turin , donde Solarif con sus asesores


los procesaba, quemando vivos á cuantos persistian en la heregía.
Uno de ellos , llamado Catelan Girardet, arrestado en Revel en 1535,
fué conducido al suplicio; pero una vez en él , suplicó que le dieran
dos piedras . Diéronselas , y frotándolas con violencia una contra
otra, se dirigió á la multitud , estupefacta al ver aquel acto singu
>

lar , y dijo:
— « Pensais con vuestras persecuciones abolir nuestras iglesias;
»pero no será para vosotros esa empresa mas fácil, que para mí
»destruir estas piedras con mis manos ó tragármelas.»

III .

La marcha de los sucesos políticos , en Francia como en Italia ,


detuvo un poco las persecuciones contra los valdenses. Francisco I
de Francia amenazaba con una invasion, fundada en supuestos de
rechos, al ducado de Milan ; Уy temeroso el Duque de que los val
denses que vivian en las asperezas de los Alpes facilitasen la inva
sion francesa , mandó á Bersour suspender las persecuciones; pero
los valdenses, á quienes la guerra podia favorecer accidentalmente
suspendiendo la persecucion , tenian bastantes motivos para saber
que no podian esperar mas tolerancia para sus creencias del rey de
Francia que del duque de Saboya.
Precisamente uno de los barbas que ellos mas querian y respe
taban , llamado Martin Gouin , que venia de Suiza, atravesando el
Delfinado , fué preso y conducido á Grenoble, suponiéndolo espía del
gobierno piamontés . Encontrólo el parlamento inocente , y ya iban
á ponerlo en libertad, cuando el carcelero encontró en los vestidos
del preso unas cartas que hablaban de religion, y lo denunció como
herege . No necesitaron ponerlo en el tormento para que confesara
su heregía, y lo condenaron á morir ahogado en el rio Isere, cuyo
suplicio se ejecutó la noche del 26 de abril de 1536.
La muerte de aquel desgraciado, ó el asesinato por mejor decir,
llenó de consternacion a los valdenses que amaban a la víctima, y
no debió disponerlos muy favorablemente hacia los franceses; tanto
mas, cuanto no era aquel un caso aislado; pues durante el reinado
de Francisco I , habian sido ya cruelmente perseguidos sus corre
ligionarios de la Provenza, que eran además su propia sangre;
LOS VALDENSES . 321

porque los pueblos y aldeas de Cabrieres, Merindol, Lormarin , Ca


denet, Gordes y otros eran colonias fundadas por los emigrados
piamonteses.
El año de 1531 recomenzaron para estas colonias las mas crue
les persecuciones por causa de sus creencias. El parlamento de
Aix, instigado por los obispos de Sisteron , Apt y Cabaillon , proce
dió con gran rigor contra los valdenses, condenándolos por último,
en 1510 , á una destruccion general, a perder vida y bienes Y á
ser arrasadas sus casas. La intervencion de Guillermo Bellay , go
bernador del Piamonte desde la ocupacion francesa , retardó la eje
cucion de este decreto, haciendo ver al Rey que , a pesar de ser be
reges , aquellas gentes eran honradas , castas , fieles, amantes del tra
bajo, hospitalarias y piadosas, aunque sin supersticion . Francisco I
no firmó la sentencia ; pero los que la habian dado y los altos per
sonajes que le rodeaban , especialmente el cardenal de Tournon , es
>

parcieron tales calumnias contra ellos y ejercieron tal accion sobre


el Rey, que al fin autorizó la destruccion de los valdenses .
En vano sus correligionarios de Suiza intercedieron en su favor;
el Rey les respondió secamente , que no se metieran en negocios
agenos. Una vez dictada la orden de destruir a los hereges de Pro
venza , se dieron prisa á ejecutarla.
Juan Meinier, baron de Oppede, lugarteniente del Rey en Pro
venza por ausencia del conde de Grignan , fué el encargado de aque
lla obra de destruccion .
A la cabeza de dos mil soldados de línea y de una numerosa mi
licia provenzal, acometió á los valdenses en abril de 1545. Aque
la pobre gente, que él habia pintado al Rey como rebelde у dis
puesta a sublevarse para esterminar á los católicos , ni siquiera
pensó en defenderse , y recurrió a la fuga para librarse del ester
minio .
Hé aquí como refiere un autor moderno aquel lamentable su
ceso :

« El ruido de trompetas , cuernos y agudos gritos , y otras señales


» usadas en aquel tiempo para anunciar la aproximacion del ene
»migo, advirtieron a los valdenses la llegada del terrible Oppede .
» Cada uno abandonó su casa y su pequeña fortuna , y huyó llevando
pen brazos á sus hijos pequeños , seguido de sus ancianos padres ,
» de su mujer y de sus hijos mayores. Errantes por las montañas y
»por el fondo de los precipicios , esperaban que una vez satisfecha
32 2 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»con el saqueo la codicia de sus enemigos , no pensarian en perse -


»guirlos .
»Entre tanto , las bandas católicas incendiaban y demolian las ca
»sas , cegaban los pozos , arrancaban las viñas y los árboles, no de
»jando en ninguna parte piedra sobre piedra: arrasaron huertas,
»hospicios, puentes, en una palabra , cuanto encontraron sobre
» aquella tierra desgraciada. Los valdenses, muriendo de hambre y
»de dolor, extenuados por las fatigas y las intemperies,, continuaban
»su marcha insegura al traves de las montañas, seguidos de cerca
» por sus enemigos. Las mujeres, los niños y los ancianos, vencidos
» por el cansancio, se quedaban atrás. La soldadesca, guiada por los
1

» inquisidores, se precipitaba sobre aquellos desventurados y los


»degollaba , despues de haber saciado en las mujeres sus brutales
» pasiopes .)
» La espedicion comenzó el 11 de abril por el saqueo de Cadenet .
» El 16 tocó el turno á Pepin, La Mothe y San Martin , pertenecien
» les a la condesa de Cendal, que habia rehusado á Oppede su con
» curso . Allí los pobres labradores fueron asesinados, sin hacer re
»sistencia ; sus mujeres é hijas fueron violadas , Vy el estar embara
»zadas no las libró de la muerte. No contentos con arrancarles la
»vida, las mutilaban, cortándoles los pechos. A muchos niños los
»dejaron morir de hambre sobre los cadáveres de sus madres. El
»baron de Oppede habia amenazado con dar carreras de ba
»queta al que diera alimentos á cualquier miembro de aquella raza
» maldita . De la poblacion de aquellos lugares solo quedaron vivos
valgunos individuos , que encontraron bastante robustos para man
»darlos á remar en las galeras . El 17 de abril, á la cabeza de un
» cuerpo de piamonteses enganchados por cuenta de Francia , se ade
» lantó Oppede hasta Lormarin , Ville-Laure Yy Trezemines, que
»destruyó al dia siguiente, arrasando las casas y los campos. Una
» banda de católicos armados, procedentes de Arle, incendiaron en
» tretanto , al otro lado de la Durance , las aldeas de Gerson y La
» roque.
Precedido por el terror que inspiraba, llegó Oppede á Merin
»dol , donde no encontró mas que un joven simple, llamado Maurici
» Blanc, el cual se entregó prisionero á un soldado, á condicion de
» rescatarse por dos escudos. Oppede los pagó al soldado, hizo
vamarrar á Blanc á un árbol y lo fusiló...
» El 18 fueron incendiadas las doscientas casas de Merindol, y al
LOS VALDENSES . 223

» dia siguiente arrasadas las paredes que el incendio no babia der


» ribado.
» Ya no quedaba mas que Cabrieres, pueblo fortificado á tres
» leguas de Cabaillon . Sus habitantes cerraron las puertas, al acer
» carse los católicos; pero estos llegaron el dia 19 con artillería, y á
»las primeras descargas , los sitiados dijeron que ellos no querian
» resistirse á las órdenes del Rey , y que habian cerrado las puertas
» para prevenir los desordenes de la soldadesca desenfrenada: que
»si los dejaban salir para ir al extranjero, donde pudieran rendir
» culto á Dios segun su conciencia, las abririan sin dificultad. El se
»ñor de Cabrieres que acompañaba á los sitiadores: habló en favor de
vsus vasallos, y obtuvo de Oppede, que no se ejerceria sobre ellos
»ninguna violencia , y que serian juzgados por el Parlamento . Con
» cluida esta capitulacion , se entregó Cabrieres. Mostrando entonces
» Oppede toda la maldad de su alma, hizo coger á los sesenta hom
» bres que habia en el pueblo, y los mandó despedazar en un prado
» inmediato : Despedazar, es la verdadera palabra, porque les hizo
» cortar la cabeza y los miembros; operacion ejecutada en medio de
» horribles gritos de victoria y de blasfemias espantosas. Sin dis
»tincion de edades ni estado , encerraron á las mujeres en una granja
» y le pegaron fuego ...
» Un soldado, conmovido a la vista de tan bárbara crueldad , abrió
» un boquete en la pared para que se escaparan ; pero sus compa
» ñeros, con las puntas de sus picas y alabardas , las obligaron á
ventrar en el fuego...
»Muchos valdenses que se habian ocultado en los sótanos , fue
pron descubiertos y conducidos al gran salon del castillo , donde los
pasesinaron en presencia del baron de Oppede...
» Muchos cientos de infelices de ambos sexos se habian refugiado
ven la iglesia ; y los católicos de Aviñon , que formaban parte de
vaquella horda de caribes, recibieron el encargo de degollarlos sin
»dejar uno .
»En La Coste y otros lugares habitados por valdenses se perpe
» traron horrores semejantes. La pluma se resiste á continuar
pesta relacion ... Sin embargo , aun añadiremos una palabra. Los
» que se habian ocultado bicieron decir á Oppede , que se conten
» tase con sus bienes y los dejase retirarse á Ginebra. Él les res
»pondió :
- » Yo os enviaré al infierno con los diablos, á vosotros, vues
224 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» tras mujeres y vuestros hijos, de tal suerte , que no quedará por


» acá memoria alguna.
» Veintidos aldeas valdenses fueron quemadas; cerca de cinco
» mil personas perdieron la vida , y setecientos hombres fueron en
»viados á galeras. El nombre de valdense desapareció de Pro
» Venza . ))

IV .

El mismo Francisco I , que de manera tan inicua esterminaba los


valdenses de Francia , para dar gusto al fanatismo del cardenal de
Tournon y de los inquisidores, toleraba, por convenir á sus miras
políticas, á los valdenses del Piamonte , reino usurpado por él á su
legitimo soberano. Eso no quiere decir, que de cuando en cuando
no quemase vivo alguno de ellos .
En 1555 , dos pastores valdenses volvian de Ginebra acompaña
dos de tres franceses, de su misma secta : llamábanse Juan Vernou
y Antonio Labori , y los franceses Giraud Taurau , Juan Frigalet
7

natural de Nimes y docto jurisconsulto y Beltrand Bataille , estu


diante gascon : fueron arrestados en la garganta de Tamiers y
quemados en Chambery a fines de abril de 1555 , por no haber
querido retractarse de sus heréticas creencias.
Algunas semanas antes, el Parlamento de Turin hizo quemar en
la plaza del Castillo al librero Bartolomé Iléctor de Poitiers, denun
ciado á la Inquisicion por algunos hidalgos del valle de San Mar
tin , como vendedor en dicho valle de libros prohibidos, procedentes
de Ginebra. El desgraciado confesó sus creencias, y murió con re
signacion . La multitud que presenció su suplicio derramó abundan
tes lágrimas, y condenó la crueldad de los inquisidores con amar
gas invectivas .
En 1556 , se propusieron los franceses, que hacia ya veinte años
dominaban el Piamonte , convertir los hereges á la fé católica , em
pleando alternativamente la persuasion y la amenaza . El Parlamen
to de Turin dió la comision à dos de sus miembros, el presidente
Saint Julien , y el consejero Dellachiesa, que salieron en el mes
de marzo con un numeroso acompañamiento de frailes, inquisido
res y otras gentes , que creyeron á propósito para conseguir su ob
jeto. En el valle de Perusa, huyeron al verlos llegar. Subieron al
LOS VALDENSES . 325

valle de San Martin, donde publicaron un edicto amenazador para


los que resistieran , conciliador para los que abandonaran la here
gia. No habiendo obtenido ningun resultado, bajaron á Pignerol,, é
bicieron comparecer ante ellos una porcion de acusados, á muchos de
los cuales condenaron á diversas penas. Despues fueron á Angrog
ne, convocaron a los hereges en sus propios templos y les predica
ron ,exhortándoles á reconocer la autoridad del Papa. El presidente
se dirigió despues á la asamblea en nombre del Rey, del mariscal
de Brissac, su lugar teniente en el Piamonte, y del Parlamento de
Turin , intimándoles que se hicieran católicos, apostólicos romanos ,
y que entregasen sus pastores; amenazándoles, si se negaban , con
una ruina semejante á la de sus hermanos de Provenza .
Los valdenses respondieron , que estaban resueltos á obedecer á
sus superiores, en todo lo que no fuese ofensivo para Dios : y res
pecto á su religion, que estaban dispuestos á corregirse, si por me
dio de la palabra de Dios les probaban que era errónea. Las mis
mas escenas se reprodujeron en todas las aldeas del valle de Lucer
na. Viendo la inutilidad de sus esfuerzos , el presidente Saint Julien
recurrió á los mas influyentes entre los hereges, con los cuales tuvo
conferencias privadas, en las que mezcló las ofertas con las ame
nazas ; pero sin obtener ningun resultado. Intimó de nuevo á los
valdenses que entregasen sus pastores y maestros de escuela , mas
siempre se negaron . Entonces se volvió á Turin , desde donde el
Parlamento mandó á Francia comisarios, que hiciesen saber al Rey
las respuestas de los valdenses .
Un año se pasó antes de que estos supieran la resolucion de la
corte de Paris .
En el mes de marzo de 1557 , salieron de Francia los comisarios
del Parlamento de Turin , con órden de hacer entrar por fuerza á
los valdenses en la Iglesia católica . Repitieron las excursiones , aren
gas , edictos y amenazas del año anterior; pero los valdenses res
pondieron unánimemente que estaban dispuestos á obedecer al prin
cipe en todas las cosas terrenales, pero que en las de religion , no
seguirian mas impulsos que los de su conciencia .
Amenazándoles con las penas mas graves, mandaron que se pre
sentaran en Turin, el 29 de marzo de 1557 , todos los pastores y
maestros de escuela de los valles ; pero estos , temerosos, enviaron
una carta en lugar de presentarse ellos mismos, y el Parlamento
mandó prenderlos y conducirlos todos á Turin , conminando a los
Томо І. 44
326 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

sindicos de los pueblos con las pérdidas de la vida y de sus bienes


si no lo hacian .
Los valdenses se negaron , y como el rey de Francia tenia enton
ces muchas cosas á que atender para ocupar militarmente los va
lles , cedió á las súplicas de los cantones suizos У de algunos prín
cipes protestantes , que pidieron gracia para los valdenses . Esto no
obstante, continuaron como siempre las persecuciones en detalle.

Nicolás Sartoire, de Quiers, en el Piamonte , era un joven estu


diante, que seguia su carrera áá expensas de la república de Berna.
Quiso volver á su país natal durante las vacaciones; pero apenas
pasó la frontera, lo arrestaron y lo metieron en un calabozo . Hu
>

biera podido salvar su vida retractándose de sus creencias heréticas,


alternativa en que lo pusieron sus enemigos. El persistió en no re
tractarse , y a pesar de las reclamaciones de Berna para obtener su
libertad, fué quemado vivo en Aoste , el 4 de mayo de 1557 , en la
flor de su vida .
Geofroi Baraille, originario de Busca , en el Piamonte , pertenecia
á una familia católica : su padre tomó parte en la cruzada contra los
valdenses , en 1488 , y él entró en un convento y fué luego enviado
como predicador á diversas partes de Italia, en compañía de Ochino
de Siena, fundador de la orden de capuchinos. Pasó despues á Fran
cia , agregado al legado del Papa, gozando muchos honores y be
neficios, hasta que, en 1556 , abandonó su puesto y su religion, y
huyó á Suiza, donde se hizo protestante. Pasó de Ginebra á la al
dea de San Juan, en el valle de Lucerna, en calidad de pastor de
los valdenses; pero no tardó en ser preso, porque, habiendo hecho
un viaje al Piamonte, fué reconocido y denunciado por unos frai
les . Preso bajo palabra de honor en Bargé , hubiera podido escaparse;
pero no solo no quiso hacerlo, sino que se opuso á que los valden
ses de Bubbiana , que eran de su parroquia, fuesen á libertarlo , di
ciéndoles que dejasen obrar á Dios..
El arzobispo de Turin, el presidente Saint-Julien y otros elevados
personages que lo habian conocido , hicieron cuanto estuvo en su
mano para que volviese al seno de la Iglesia católica que habia
abandonado . Geofroi rehusó , y fué condenado al suplicio del fuego
LOS VALDENSES . 327
que sufrió en Turin el 29 de marzo de 1558. Al ir a la inuerte , su
fisonomía revelaba mas alegría que pesar por dejar la vida; y antes
de morir, pronunció un discurso , que llenó de admiracion hasta á
sus mismos verdugos .
Otro pastor tambien del valle de Lucerna escapó entonces de
una manera extraña á los tormentos de la hoguera. Arrestado en
Susa, fué conducido á Turin , donde debia ser ejecutado : habia en
la ciudad dos verdugos italianos y uno aleman . Uno de los prime
ros se fingió enfermo , el otro se escapó y el aleman se negó áá ma
tarlo. Forzoso fué suspender la sentencia, y el herege se fugó de la
cárcel y no pudo ser habido.

+
CAPITULO V.

SUMARIO .

Vuelta de los valdenses al doi : inin ile la casa de Saboya . - Persecuciones ha .


jo Manuel Filiberto . - El conde de la Trinidad . - Sus inutiles crueldades.
Resistencia a las tropas del Duque . - Los frailes de Pignerol. - Sus bandi
dos. - Conferencias.- Principio de las hostilidades . - Derrotas de loscatolicos.
-El conde de la Trinidad recurreá la intriga.- Los valdenses toman la ofen
siva . - Ataque del Pradotour por los catolicos . -Heroica defensa de los valden
ses . - Derrota de los catolicos: - Auxilios de España y Francia al duque de
Saboya contra los valdenses .-- Derrota de los católicos , --Tratado de paz
entre el Duque y los hereges en 1501.

1.

Despues de haber estado sometido á Francia durante veinte y


ocho años, el Piamonte volvió al dominio de la casa de Saboya en
1559. En el tratado de paz , que produjo la restitucion, se compro
metieron reciprocamente á perseguir la heregía.
Apenas hacia un año que Manuel Filiberto recobró el gran du
cado de sus mayores, cuando publicó en Niza, el 15 de febrero de
1570 , un edicto de persecucion contra los valdenses y demas he
reges de sus Estados. Prohibia á todos sus vasallos asistir a las pre
dicaciones de los hereges, bajo la pena de cien escudos de oro por la
primera vez, y presidio perpétuo por la segunda. La mitad de la
>

multa era para el denunciador.


A este primer edicto, siguieron otros aun mas severos: en uno de
ellos , se condenaba á la hoguera á todos los que no fueran á misa.
La ejecucion de estas órdenes se confió á Felipe de Saboya, pri 7
LOS VALDENSES . 329

mo del duque, y á Jorge Coste , conde de la Trinidad , á quienes de


bia auxiliar Tomás Jacomel, inquisidor general, hombre cruel y di
soluto, y el consejero Corbis. Este último resignó sus poderes y se
retiró en cuanto empezaron las escenas de barbarie que vamos á re
ferir . El preboste general de la justicia quedó acompañando al in
quísidor.
Las órdenes de persecucion empezaron áa ponerse en práctica en
Carignan . La primera víctima fué un extrangero llamado Maturin.
Tres dias le dieron de término para retractarse y decidirse á asistir
á la misa. Su mujer, lamada Juana, obtuvo permiso para verlo en
el calabozo, y apenas entró en él , cuando en presencia de los carce
leros empezó a exhortar á su marido á permanecer firme en sus
creencias y á no retractarse aunque le costara la vida..... El mari
do y la mujer fueron quemados en el mismo dia y en la misma ho
guera .
Muchos hereges aterrorizados consintieron en ir á misa por sal
var sus vidas y haciendas: otros buscaron su salvacion en la fuga,
abandonando sus bienes, que fueron confiscados .

I.

Las comarcas de Meani y de Matti, en las inmediaciones de Susa ,


fueron saqueadas, sus habitantes condenados á galeras y á otras pe
nas y su pastor quemado á fuego lento . El valle de Barcelonette, y
otros nuevamente sometidos al duque de Saboya, sufrieron trata
mientos análogos .
Las noticias de estas devastaciones y confiscaciones, prisiones y
sentencias infamantes, suplicios y abjuraciones, llegaban de todas
partes á los valles primitivos, que veian acercarse la tormenta que
estaba destruyendo á sus hermanos. En tan críticas circunstancias ,
los pastoressyy los principales de entre ellos se reunieron, y acorda
ron escribir al Duque, á la Duquesa y al consejo , exponiéndoles el
estado de los asuntos y la justicia de su causa , é implorando la cle
mencia de un soberano á quien nunca tuvieron ánimo de ofender.
Tres meses pasaron antes de que el memorial llegase á manos del
Duque; y entretanto , los estragos de la persecucion continuaban en
los valles contra los hereges, rivalizando en crueldad los hidalgos y
señores con los inquisidores y comisarios del Duque.
330 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

En el mes de abril de 1560 , acometieron de improviso las caba


ñas de la aldea de Rioclaret, esparcidas en las pendientes de las
montañas , saqueando y matando á diestro y siniestro. Apenas aso
maba el dia , sorprendidos en el lecho, unos perecian sin defensa ,
otros se escapaban desnudos dando gritos para advertir á sus veci
nos del peligro que corrian , é iban a buscar un refugio en las cum
bres de los montes aun cubiertos de nieves, donde no pocos pere
cieron de hambre y de frio .
Uno de sus pastores, recien vuelto de la Calabria , quiso trepar
>

por aquellas asperezas para llevar á los fugitivos algun consuelo;


pero fué reconocido, arrestado y conducido á la abadía de Pignerol,
donde fué condenado á las llamas por Jacomel y Corbis. Afortuna
damente para el condenado , sus correligionarios del valle de Clu
son , sometidos entonces á la Francia , al saber la suerte que espe
raba á su pastor, que debia ser sin duda muy popular entre ellos ,
se armaron , y en número de cuatrocientos pasaron los montes, sor
prendieron a los católicos entretenidos en el saqueo , y los derrota
ron completamente, libertando á los presos . Los jefes fueron á Ni
za á contar al duque su desastre y á pedir refuerzos.
Hacia fin de junio, Felipe de Saboya y el conde de la Trinidad
volvieron al valle de Lucerna; reunieron los pastores y los síndicos ,
y les dijeron que el Duque habia mandado sus cartas á Roma, y que .

esperaba respuesta del Papa. Despues añadieron, dirigiéndose á los ·


síndicos, que la persecucion cesaria inmediatamente, si querian es
cuchar los sermones que predicarian los sacerdotes católicos , envia
dos por el Duque al efecto, prohibiendo entretanto que predicaran
sus pastores . Los síndicos respondieron , que si los predicadores que
les anunciaban predicaban las palabras de Dios , ellos los escucha
rian ; mas que no podian prohibir la predicacion á sus pastores, has
ta no estar convencidos de que los nuevos eran verdaderos predi
cadores del Evangelio .
Tambien exigieron de ellos los emisarios del Duque que echaran
de los valles á los pastores extrangeros, y tambien se negaron.
Los comisarios les pidieron las respuestas por escrito, lo cual
hicieron . Esta negativa indignó al Duque y á su adlátere: publica
ron de nuevo los edictos, y la persecucion volvió a empezar mas
violenta que nunca .
LOS VALDENSES . 331

Entre los mas grandes enemigos de los valdenses, deben contar


se los frailes de la abadía de Pignerol, convento bastante rico para
mantener una fuerza armada, que se dedicaba á la caza de hereges.
La ocasion era oportuna para dedicarse en grande escala á esta ca
za , que sin duda creerian agradable á los ojos de Dios , y empeza
ron por la sorpresa de la aldea de San German, situada á legua y
media del convento . Cogieron al pastor, y muchas mujeres y algu
nos hombres fueron tras ellos con la esperanza de rescatarlo ; pero
no pudieron conseguirlo. Al principio lo siguieron voluntariamente;
pero cuando estuvieron lejos de la aldea, los llevaron en calidad de
prisioneros; y por un refinamiento de maldad verdaderamente dia
bólico, obligaron con horribles amenazas á aquellas mujeres á lle
var los haces de leña para formar la hoguera, donde quemaron de
lante de ellas á su querido pastor.
Esta expedicion fué seguida de otras, en que los soldados de la
abadía de Pignerol, que no bajaban de trescientos, devastaron las
aldeas de San German , Villar de la Perusa, Prarustin y San Barto
lomé, llegando en sus excursioneshasta Fenil, Campillon y otros luga
res de la llanura en que desemboca el valle de Lucerna. Su obra pre
dilecta era el saqueo ; y la
mayor parte de los prisioneros que hacian
eran enviados á galeras. Aquellos acusadores de hereges infundian
un terror tan grande, que todos huian al acercarse : apenas se atre
vian á salir al campo á recoger sus cosechas los habitantes de los
valles, Уy el hambre y la desolacion eran generales en las montañas
inmediatas á Pignerol.
Llenos de compasion por las calamidades que sufrian sus herma
nos , los valdenses del valle de Lucerna les enviaron un destaca
mento de hombres armados, para que los protegieran mientras re
cogian sus cosechas; pero apenas se retiraban , volvian los soldados
del convento de Pignerol á sus acostumbradas excursiones . En una
de ellas llegaron a la aldea de San German, seguros de saquearla ;
pero por casualidad , los Angrognenses estaban en las alturas inme
diatas recogiendo sus cosechas, y á los gritos de alarma de sus her
manos, cayeron como un alud sobre sus enemigos, derrotán
dolos completamente y cortándoles la retirada. Para salvarse , tuvie
332 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ron que arrojarse á un rio , en el cual perecieron muchos alcanzados


por las balas de sus contrarios. La noticia aterrorizó á los frailes, de
tal manera, que abandonaron el convento y se retiraron á Pignerol,
llevándose á los cautivos que tenian en las mazmorras .
Los valdenses del valle de Perusa, sometidos á la Francia, tam
bien sufrieron muchas tribulaciones en aquella época, y tuvieron
algunas veces , como sus vecinos , que recurrir a la fuerza para de
fenderse.

IV .

Esta guerra , que podria llamarse de guerrillas, iba pronto á con


vertirse en una lucha de grandes proporciones. El duque de Sabo
ya , creyendo que Dios no le perdonaria si toleraba por mas tiempo
en sus Estados la lepra de la heregía, reunió grandes fuerzas para
esterminarlos. Antes de emprender la campaña, les envió algunos
teólogos para que discutiesen con los mas sabios de entre ellos , y les
probasen los errores de sus doctrinas. Las discusiones tuvieron lu
gar en presencia de muchos personages católicos; pero resultó lo
que podia esperarse de antemano en discusiones en que la razon
У la lógica estaban sometidas á las creencias y á la fé. Despues de
mucho hablar, los teólogos católicos y valdenses se separaron tan
enemigos irreconciliables como antes.
La guerra contra los hereges se hacia de cuenta y mitad entre el
Duque y el Papa: éste , contribuia con cincuenta mil escudos men
suales y el abandono de sus rentas, durante un año , de todos los
bienes eclesiásticos de los Estados de aquel principe.
No quedaba pues á los valdenses mas remedio que abandonar su
heregía ó prepararse á morir ; pero aquellos hombres tenian la con
viccion de que su causa era justa, y creian que Dios no los aban
donaria. Preparáronse con oraciones y ayunos á sufrir los males que
les amenazaban y despues de varias deliberaciones, acordaron pre
pararse á la defensa .
El primero de noviembre de 1560, el ejército piamontés en nú
mero de cuatro mil infantes y doscientos caballos, tropa veterana
mandada por el conde de la Trinidad, llegó áa Pubbiana, tierra val
dense, y desde el siguiente dia empezó sus operaciones en el valle de
LDS VALDENSES . 333

Lucerna , por un ataque contra las alturas de Angrogne , inmediatas


á San Juan .
Los valdenses no podian oponer aá aquellas tropas aguerridas y
disciplinadas mas que algunos cientos de hombres armados, sin
órden ni conocimientos militares.
De mil doscientos hombres constaba la columna que atacó las al
turas de Angrogne, que solo defendian doscientos valdenses, dife
rencia que no impidió el triunfo de estos y retirada de aquellos,
dejando sesenta muertos sobre el campo de batalla.
El mismo dia ocupó el ejército católico La Tour, pequeña aldea
de la llanura en el centro del valle de Lucerna, la mayor parte de
cuyos habitantes eran católicos. El conde de la Trinidad hizo repa
rar el castillo, situado sobre una colina en la desembocadura del
valle de Angrogne , y puso una fuerte guarnicion que se distinguió
despues por sus crueldades. Tambien tomó posesion de los castillos
de Villar , en el mismo valle, y de Perusa, en el de este nombre, y
el de Perrier en el de San Martin .
El 1 de noviembre acometió el conde de la Trinidad la aldea de
Colombe, situada en una altura inmediata á Villar ; pero sus solda
dos tuvieron que retirarse con pérdidas, y lo mismo le sucedió en
otro ataque que dirigió contra Taillaret, al norte de La Tour.

V.

Viendo el conde de la Trinidad lo difícil que seria conseguir


su objeto á fuerza de armas , recurrió a la intriga y engañó á los
valdenses , gentes ignorantes y sencillas , incapaces de comprender
la astucia y la bajeza de los cortesanos . Sirvióse de su secretario
íntimo llamado Gastaud, el cual hizo creer á los principales valden
ses de Angrogne que profesaba sus doctrinas , que el Duque y la
Duquesa estaban muy dispuestos en su favor, que todo se arre
glaria amigablemente si ellos se prestaban á cubrir por mera for
mula ciertas apariencias. De este modo logró engañarlos y consi
guió hacerles depositar en casa de uno de sus síndicos cierto núme
ro de armas, de las cuales se apoderó, y dejar que dijesen una misa
en el templo de Angrogne , y lo que es mas grave, que condujesen
al general enemigo á Pradotour, fortaleza natural y refugio de los
Tomo I. 48
331 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

valdenses en tiempo de persecucion. Para coronar la obra los indu


jo á que mandasen en comision para ver al Duque, que estaba en
Verceil , á los principales de entre ellos para obtener la paz . Hicié
ronlo así , y apenas salieron para Verceil, cuando el Conde empezó
de nuevo las hostilidades, hizo muchos prisioneros que cojió desar
mados, y permitió a sus soldados cometer toda clase de excesos en La
Tour, en Villar y en cuantas aldeas ocupaban .
Entonces fue cuando ocurrió el caso que hemos citado al princi
pio de este libro de una joven que, para librarse de la lujuria de los
soldados que acababan de asesinar á su abuelo, respetable anciano
de ciento tres años de edad, se dió la muerte arrojándose en un
>

precipicio.
El conde de la Trinidad impuso a los valles una contribucion de
diez y seis mil escudos, y recurrió á todas clases de ardides para
apoderarse de los pastores, lo que no pudo conseguir. Destruyó el
vino y las cosechas que no pudo llevar consigo , derribó los mo
linos y se retiró á cuarteles de invierno, dejando guarnecidos los
castillos anteriormente citados.
Los emisarios enviados al Duque volvieron al fin consternados,
abatidos y avergonzados de sí mismos. El secretario del general
los habia intimidado de tal suerte, que les obligó á presentar al Du
que otra carta muy distinta de la que les habian dado sus herma
nos. Habian pedido perdon á su alteza y al legado del Papa, y los
maltrataron de tal modo, que concluyeron por someterse á cuanto
exigieron de ellos. En resumen, los diputados de los valdenses traian
á estos la órden formal de recibir en sus aldeas á los sacerdotes
católicos, de mantenerlos yУ de permitir el culto romano so pena de
exterminio .
Como en los casos análogos ocurridos anteriormente, los valden
ses persistieron en su heregía, aun á riesgo del exterminio que les
amenazaba.
Enviaron emisarios á sus correligionarios del valle de Pragela
que pertenecia á la Francia , cuyo rey Francisco 11 habia dado
tambien orden de perseguirlos, y establecieron una alianza defen
siva ; y sin mas esperar, tomaron la ofensiva, acometiendo la forta
leza de Villar para poner en libertad á sus parientes presos en ella .
Los hidalgos católicos de la comarca , unidos á la guarnicion, hicie
ron una vigorosa defensa. La guarnicion de La Tour envió algunas
fuerzas para socorrerlos; pero fueron batidos tres veces consecuti
(
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

A foco

ATAQUE DE PR A DOTOUR
LOS VALDENSES . 335

vas , y la guarnicion del castillo de Villar tuvo que capitular al


sexto dia . Los valdenses demolieron el fuerte. En el interin se ha
bian reunido los diputados de las aldeas y ratificaron el tratado de
union . Entre otras medidas, tomaron la de formar una compañía
de cien mosqueteros escogidos, áá que llamaron la compañía volante,
porque tenia por mision acudir inmediatamente á cualquier punto
que atacase el enemigo.
El conde de la Trinidad llegó á Villar con sus tropas un dia
despues de la capitulacion del castillo, el 2 de febrero de 1561:
trató de dividir a los valdenses, haciendo promesas á los del valle
de Angrogne; pero como estos no le diesen oidos, se preparó á
atacar el Prodotour, montaña poco menos que inaccesible en la
>

parte superior del valle . Comprendia muy bien que , mien


tras no se apoderase de aquel retiro hasta entonces sagrado, no
podria concluir con los valdenses . Dos combates sangrientos nece
sitó para apoderarse de la parte baja del valle de Angrogne ; y
el 16 de febrero atacó el Prodotour por tres puntos diferentes. En
dos de ellos fué rechazado; y cuando ya se creyeron victoriosos ,
vieron los valdenses una masa considerable de enemigos bajar por
las pendientes de las altas montañas que separan el Prodotour por
el norte del valle de San Martin . La mayor parte de los combatien
les estaban léjos del nuevo punto de ataque, persiguiendo á los ſu
gitivos, de modo que la masa de gente indefensa se creyó perdida.
Veinte y cinco ó treinta hombres solamente salieron al encuentro
de mas de mil que bajaban sobre ellos, mientras otros corrian á ad
vertir a los que perseguian á los fugitivos del nuevo peligro que les
amenazaba. Aquel puñado de hombres se lanzó sobre los soldados
del Duque, que descendian rápidamente; la compañía volante y los
que habian rechazado los otros ataques no tardaron en llegar, y
segun su costumbre , se arrodillaron y entonaron una plegaria á
Dios en presencia de sus enemigos.
El combate fué sangriento ; pero los católicos no pudieron resis
tir á su impetuosidad, y huyeron trepando aquellas ásperas cuestas
con la misma rapidez que las habian bajado. Dos veces volvieron
caras al enemigo que los perseguia, y otras tantas tuvieron que
huir en dispersion con grandes pérdidas. Entre estas se contaron dos
de sus jefes mas importantes. Carlos Truchet señor de Rio Claret,
que habia perseguido por hereges á sus propios vasallos y que era
uno de los promovedores de aquella guerra , cayó derribado de una
336 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

- pedrada lanzada con una honda, y con su propia espada le cortaron


la cabeza . Su general y todo el ejército católico sintió su muerte;
porque era un capitan bravo y experimentado. El otro jefe que per
dieron se llamaba Luis de Monteil: huyó de los primeros, y ya ba
bia pasado la cumbre de los montes, cuando fué alcanzado sobre la
nieve por un jóven de diez y ocho años que le dió muerte..
Esta victoria valió á los valdenses un botin considerable de ar
mas , municiones y vestidos .

VI .

No habiendo conseguido su objeto en Pradotour, el conde de la


Trinidad descargó su cólera sobre las aldeas del valle de Lucerna .
Sorprendió á Rora, compuesta de ochenta familias; pero se defendie
ron tan heróicamente, que no pudo apoderarse de ella sino despues
de tres dias de combate , y gracias al socorro que les dió la compa
ñía volante, pudieron escapar todos sus habitantes que hallaron en
Villar una fraternal hospitalidad salvando parte de sus bienes. Des
pues tocó el turno á esta última aldea, que fue atacada por el conde
de la Trinidad en persona , y de la cual se apoderó despues de ru
dos combates, incendiándola á la vista de sus moradores, que pre
senciaron el estrago desde las inmediatas alturas de la Paloma, de
las que no pudieron desalojarlos sus adversarios, áa pesar de sus
desesperados esfuerzos .
En estas operaciones se pasó el mes de febrero, y viendo el Du
que muy debilitado su ejército, lo reforzó y pidió ayuda a los re
yes de España y Francia , que le mandaron cuerpos auxiliares . Do
bladas con esto las fuerzas del ejército, se creyó seguro del triunfo,
y el 17 de marzo emprendieron de nuevo el ataque del Prodotour
por tres puntos distintos , como la primera vez , y con el mismo re
sultado . El conde de la Trinidad vió morir á su lado á sus mejores
oficiales y diezmados á sus soldados , debiendo retirarse precipita
damente , y no debiendo la salvacion de sus desbandadas huestes
mas que á la parsimonía de sus enemigos, que habian jurado no
combatir mas que para defender sus vidas .
Estas derrotas inesperadas y repetidas consternaron á los cató
licos : el Duque hizo proposiciones de paz á los hereges, y estos
LOS VALDENSES . 337

respondieron que la aceptarían de buena gana , si les permitian ado


rar á Dios segun su conciencia .
Durante estas negociaciones , el ejército católico pasó al valle de
San Martin , para librar el castillo de Perrier, sitiado por los val
denses . Al saber su llegada, los sitiadores se retiraron á las alturas
inmediatas , de donde no pudieron ser desalojados durante mas de
un mes que continuó la lucha .
Retirados á las localidades mas agrestes y salvajes, y amonto
nados con sus familias en un pequeño número de cabañas, los val
denses veian disminuir sus provisiones, al mismo tiempo que su nú
mero se aumentaba con los fugitivos de los valles inferiores, que
subian buscando un asilo . La primavera se aproximaba , y el conde
de la Trinidad queria á cualquier precio apoderarse del Pradotour.
Esta vez se propuso sorprenderlo por el Taillaret; pero para con
seguirlo, era necesario llegar sin ruido con toda la columna espedi
cionaria á la meseta de Costa Roussina, antes que la alarma cun
diera entre los valdenses; pues debian subir una cuesta de mas de
dos leguas , donde una docena de hombres que arrojasen piedras
desde la cumbre podian derrotarlos . La operacion se llevó a cabo
con mucha habilidad ; mas, aunque tarde, fueron descubiertos, y al
salir el dia, la compañía volante corrió a su encuentro , esperando lle
gar antes que los católicos á lo alto del Taillaret.
Los católicos en su marcha ascendente sorprendieron todas las
cabañas y aldeas , que por cierto no esperaban su visita, cometiendo
los
mayores excesos , en lo que se distinguió mucho un regimiento
de españoles, y por último llegaron á la cumbre antes que los val
denses, descubriendo á sus piés el gran óvalo del Pradotour. En
menos de una hora de bajada por las cuestas de Barfé hubieran
podido alcanzar su objeto; pero prefirieron seguir una senda de
donde podrian atacar el Pradotour de alto á bajo, y esto los
perdió.
Apenas concluian su oracion de la mañana, cuando los valdenses
descubrieron las tres columnas del ejército de los católicos que
avanzaban en distintas direcciones, por la meseta de que acabamos
de hablar, y por los dos caminos que suben al Norte y al Sur de
9

la Rocciailla . Doce hombres solamente salieron al encuentro de la


columna
que descendia de la meseta por un estrecho sendero, y
bastaron
para detenerla mientras llegaba la compañía volante , cu
yos certeros tiros obligaron á volver la espalda á sus contrarios,
338 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que buscaron un refugio en la meseta , y despues de haber intenta


do con mal éxito tomar la ofensiva, se retiraron en direccion de La
Tour , no atreviéndose á bajar por el Taillaret .
Las otras dos columnas que habian avanzado por Angrogne, pa
ra llamar la atencion , se retiraron en cuanto vieron frustrado el ata
que por el lado de Taillaret.
Tal fué el resultado del último combate librado entre católicos У
hereges en aquella campaña. El conde de la Trinidad , temiendo que
los intrépidos montañeses tomasen la ofensiva, no se contentó con
retirarse á La Tour , sino que se fué hasta Cavour con una parte de
sus tropas, donde se vió acometido y postrado de una peligrosa en
fermedad .

VII .

Los valdenses se aprovecharon de esta circunstancia para reanu


dar sus relaciones con Felipe de Saboya, y gracias áa sus victorias,
lograron que sus implacables enemigos tratasen con ellos y firma
sen un tratado de paz despues de un mes de negociaciones.
Concedióseles un perdon general a todos los que habian tomado
las armas contra el Duque ó contra sus señores por causas de reli
gion . Libertad para construir nuevos templos y consagrarlos á su
culto , y para reunirse en todos los lugares acostumbrados y celebrar
todos los actos de su secta , en la mayor parte de las aldeas de los
tres valles .
Prohibíaseles predicar y reunirse fuera de los límites indicados en
la capitulacion
Todos los fugitivos de los dichos valles y todos los que por me
dios violentos se hubieran visto forzados á entrar en la religion ca
tólica, ó hubieran prometido hacerlo antes de la guerra, quedaban
en libertad de volver á sus casas con sus familias yy de practicar su
antigua religion . Sus bienes debian serles devueltos , al menos to
dos los que les hubieran quitado durante la guerra.
Tambien se aseguraba a todos la restitucion de sus muebles y
ganados, menos los robados por los soldados, y la devolucion de los
objetos vendidos por el mismo precio á que se vendieron . Los mis
mos derechos se aseguraban a los católicos contra los valdenses.
LOS VALDENSES . 339

Se confirmaba á los de los valles todas sus franquicias é inmu


nidades, todos los privilegios generales ó particulares , concedidos
por su alteza , sus antecesores y señores , siempre que constasen en
documentos públicos .
El Duque se reservaba el poder de construir un fuerte en el Vi
llar, aunque dando la seguridad de no servirse de él en perjuicio de
los bienes y de las conciencias de los habitantes de los valles .
El Duque exigia de sus vasallos que hicieran salir de los valles á
los pastores que él les indicaria , permitiéndoles en cambio reempla
zarlos de antemano con los que ellos quisieran . Martin de Pragela
quedaba excluido de la eleccion .
El Duque se reservaba el derecho de hacer decir misas y otros
oficios del culto católico apostólico romano, en todas las parroquias
de los valles , reconociendo en sus habitantes el derecho de no asis
tir.
El Duque dispensaba á los valdenses de los gastos de la guerra y
del pago de ocho mil escudos, que aun no habian satisfecho de los
diez y seis mil que les impuso el conde de la Trinidad, como con
tribucion extraordinaria .
Todos los prisioneros que quedasen en manos de las tropas del
Duque serian puestos en libertad, pagando un rescate moderado; pe
ro todos los que habian sido condenados á galeras por causas de re
ligion deberian ser puestos en libertad gratuitamente.
Los valdenses de Meane y de los otros lugares mencionados en
la capitulacion , podrian detenerse , ir y venir, comprar, vender y
traficar en todos los Estados de su alteza, á condicion de que estu
viesen domiciliados en los valles y de que se abstuvieran en sus
viajes de disputar, predicar y de reunir asambleas.
Este tratado de paz fué firmado en Cavour el 5 de junio de 1561 ,
á nombre del duque de Saboya, por su primo Felipe conde de Ra
conis , y á nombre de los habitantes de los valles , por los dos pasto
res Francisco Val, del Villar, y Claudio Berge, de Taillaret, y por
dos de los principales diputados, Jorge Monastier sindico de An
grogne y Miguel Reymondet.
En la Storia di Pinerolo , publicada en Turin en 1834 , y en la
obra de LEGER que hemos citado , se encuentra completo el docu
mento que acabamos de extractar, y que fué calificado de conde

nable debilidad por los del partido contrario .


El duque de Saboya observó este tratado durante algunos años;
310 AISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

pero, segun dice Carlos Botta en su Historia de Italia , no lo hizo re


gistrar por el senado y el tribunal de cuentas , formalidades indis
pensables para que el edicto tuviera fuerza ejecutoria. Esto no obs
tante , aquel tratado fué la base de las relaciones futuras del Duque
у de sus vasallos de los valles : pero dejemos á los valdenses de los
Alpes , para asistir a la destruccion de sus colonias de la Calabria.
CAPITULO VI.

SUMARIO .

Prosperidad de las colonias valdenses de Calabria .- El pastor Pascal. - Per


secuciones de los inquisidoros . - Conversion forzosa . - Resistencia .-- Fuga
de los valdenses á los montes . - El Virey y sus soldados los cazan como fie
ras . - Horrores cometidos por los inquisidores en Guardia . - Muerte de Es
télan Negrin . - Suplicio de Pascal en Roma .

I.

No habia comarca alguna mas floreciente en el reino de Nápoles


que la cultivada en Calabria por los valdenses. La actividad infati
gable de aquellos labradores, su órden y sus buenas costumbres,
fuentes para ellos de bienestar, les habian granjeado las simpatías
de sus señores, á quienes pagaban mas elevadas rentas , y con mas
puntualidad que el resto de sus vasallos.
Dice Perrin en su historia de los valdenses, página 157 que:
« Los curas y sacerdotes solamente, segun un autor antiguo , se
»quejaban de que no viviesen en materia de religion como los otros
»pueblos; pues no hacian sacerdote á ninguno de sus hijos , ni á
»sus hijas monjas, ni se cuidaban de cánticos , cirios , luminarias,
» campanas, ni aun misas para sus difuntos: habian hecho construir
» ciertos templos en que no querian poner ninguna imágen; no iban
» á las peregrinaciones; mandaban sus hijos a las escuelas de cier
Tomo I. 46
342 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» tos extrangeros desconocidos , á los cuales concedian mucho mas


» honor que áá ellos , y no les pagaban otra cosa mas que el diezmo,
» segun habian tratado con los señores . Ellos sospechaban que esta
» gente debia tener alguna creencia particular , que les impedia
» aliarse ni mezclarse con los pueblos originarios del pais , y que no
»debian de ser muy buenos católicos . »
Sin embargo , la abundancia de los diezmos , y la regularidad
>

conque los pagaban , unido al temor de desagradar á los señores,


habian contenido hasta entonces el disgusto con que el clero los
miraba .

II .

La revolucion religiosa, que desde fines del siglo xv se manifestó


en muchos países de la católica Europa, avivó las sospechas y rea
nimó el celo de los católicos contra los hereges. La Inquisicion des
plegó por do quiera su terrorífico aparato, encendiendo sus sinies
tras hogueras al menor asomo de un pensamiento poco ortodoxo .
¿Cómo era posible que los valdenses de la Calabria se librasen de
sus furores ? Agréguese á esto que las grandes proporciones que
adquirió la heregía en Alemania , Holanda y otros países por aquel
tiempo, y la resolucion tomada por sus correligionarios del Piamon
te en la reunion que celebraron en Angrogne en 1532 , contribuye
ron á confirmarlos en sus errores , predisponiéndolos á arrostrar por
ellos toda clase de sacrificios. Se adhirieron a las resoluciones de di
cha reunion, aceptaron y guardaron entre ellos al pastor Estéban
Negrin , enviado por sus correligionarios del Piamonte, y mandaron
á uno de sus notables, llamado Marcos Uscegli, para que obtuviera
de Calvino un pastor de su escuela, eleccion que recayó en Juan
Luis Pascal, jóven piamontés que acababa sus estudios en Lausa
na. Este jóven entusiasta habia sido católico y militar, y abandono
su carrera y sus primeras creencias para adoptar las de los calvinis
tas . Dejó en Ginebra su jóven esposa, que no debia volver á ver
mas, y partió con su compañero para la Calabria ..
Era Pascal tan elocuente como fanático ; y sus sermones, al mismo
empo que exaltaban á sus sectarios, irritaban al clero , hasta el pun
to de alarmar al marqués de Spinello, principal señor de los valden
ses de la Calabria. Temiendo ser acusado de heregía, el Marqués,
LOS VALDENSES . 313

basta entonces tan indulgente, recurrió a medidas de rigor. Ilizo


comparecer á su presencia á los principales valdenses y á Pascal.
Censuró su conducta y les amenazó, si persistian, con encerrar en
los calabozos de Foscalda á Pascal y á su amigo Uscegli, amenaza
que llevó a cabo incontinenti.
Esto ocurria en 1558. El obispo diocesano de Cosenza , no con
tento con la prision de los dos hereges, tomó el asunto en sus ma
nos, y procedió a convertirlos por fuerza, persiguiendo al mismo
tiempo á los aldeanos, a pesar de los esfuerzos secrelos del mar
qués de Spinello , que deseaba parar el golpe.

III .

El proceso de Pascal y la pasiva resistencia que opusieron los


valdenses de la Calabria á los esfuerzos y violencias del clero para
apartarlos de la heregia, llamaron la atencion del Papa, el cual de
legó en el cardenal Alejandrino , inquisidor general, la mision de
estirpar la heregia del reino de Nápoles.
El primer ensayo de conversion forzada se llevó a cabo en la pri
mavera de 1560 en San Sixto , aldea muy poblada en las inmedia
ciones de Montalto . Promesas, exhortaciones, amenazas, todo fué en
vano: los valdenses persistieron en sus creencias, con la misma fir
meza que sus correligionarios del Piamonte habian manifestado tan
tas veces . Su fanatismo era tan grande, que prefirieron abandonar
sus hogares y huir á los montes , á escuchar los sermones de los
frailes é ir á misa .
Los inquisidores los dejaron por el momento en sus selváticos
asilos, y corrieron á Guardia, pueblo valdense fortificado á unas tres
leguas de San Sixto . Hicieron cerrar las puertas en cuanto entra
ron , reunieron el pueblo en la plaza, y lo engañaron diciéndole que
sus correligionarios de San Sixto habian abjurado sus errores con
virtiéndose al catolicismo, y que era preciso seguir tan buen ejem
plo. El marques de Spinello, que acompañaba á los inquisidores ,
.

unió sus súplicas y exhortaciones a las de estos, ofreciéndoles al


mismo tiempo muchas ventajas temporales si lo hacian . Al princi
pio cedieron a las instancias de su señor y de los inquisidores; pero
tan pronto como supieron que habian sido engañados en lo tocante
344 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
á la conversion de sus hermanos, la mayor parte de los habitantes
de Guardia corrieron a los montes á reunirse con ellos .
Dos compañías de soldados salieron en su persecucion. En vano
aquellos infelices pidieron tratar con sus señores para que les per
mitiesen emigrar del reino de Nápoles: los soldados les respondie
ron con gritos de muerte , y obligados á defenderse con las armas,
los valdenses derrotaron á sus opresores.
Esta victoria les produjo algunos dias de reposo ; pero el virey
don Pedro de Toledo , marqués de Villafranca del Bierzo, fué en
>

á
persona la cabeza de los tercios españoles y persiguió á los val
á
denses de bosque en bosque y de monte en monte , siguiéndoles la
pista con perros enseñados al objeto, que los descubrian en las
cuevas, en los matorrales y espesuras donde se ocultaban : cuasi
todos fueron muertos ó hechos prisioneros.
Los inquisidores prendieron mas de mil seiscientas personas;;
acusándolas no solamente de hereges, sino de entregarse en sus
reuniones ó asambleas á los vicios mas vergonzosos. Para obligar
les á confesar los crímenes que les imputaban, les hicieron sufrir
los tormentos mas horribles; pero no hubo uno solo que confirma
se por sus declaraciones los excesos de que les acusaban .
Uno de ellos , llamado Charlin , expiró en el potro; otro lla
mado Vezminel, sufrió el tormento durante ocho horas consecuti
vas ; Marzon fué azotado con cadenas de hierro hasta que expiró .
Uno de sus hijos fué estrangulado y el otro precipitado de lo alto
de una torre . Bernardo Conte, por haber arrojado lejos de sí un
crucifijo que le dieron, fué conducido á Cosenza , donde le hicieron
morir en un suplicio inventado por Neron . Lo desnudaron , lo cu
brieron de pez y le pegaron fuego .
Sesenta mujeres fueron puestas en el tormento ; unas murieron
en él , ó á consecuencia de los descoyuntamientos de huesos y horri
bles dolores que sufrieron ; otras fueron quemadas por no querer
retractarse de sus heréticas creencias.
Ochenta y ocho hombres del pueblo de Guardia fueron degolla
dos en Montalto por requirimiento del inquisidor Panza.
« Francamente , dice un testigo de esta escena, católico romano
» por cierto , yo no puedo comparar estas ejecuciones mas que á una

» carnicería. Elejecutor ha venido, ha hecho adelantarse á uno de


»estos desgraciados, y despues de liarle la cabeza en un trapo, lo
» ha conducido á un terreno inmediato al edificio, le ha obligado á
LOS VALDENSES . 315

»doblar la rodilla , y lo ha degollado con un cuchillo . Despues ha


»quitado al cadáver el paño ensangrentado con que le habia cu
»bierto la cabeza , y ha ido á buscar otro con el cual ha repetido
»la misma operacion . Ochenta y ocho personas han sido degolladas
» de la misma manera . Dejo a vuestra imaginacion el formarse idea
» de este terrible espectáculo... aun ahora mismo puedo apenas con
»tener mis lágrimas... Nunca podrá representarse la dulzura y la
» paciencia con que estos hereges han sufrido el suplicio de la
» muerte ... Algunos , en el momento en que iban á morir, han de
» clarado que abrazarian la fé católica; pero la mayor parte han
» muerto en su infernal terquedad . Todos los ancianos han muerto
»con una calma imperturbable; solo los jóvenes han manifestado
valgun temor. Todos mis miembros tiemblan todavía cuando re
»cuerdo al verdugo con el cuchillo ensangrentado entre los dientes ,
» y el lienzo tambien manchado de sangre en la mano , entrar en la
» casa con el brazo rojo de sangre, agarrar á los prisioneros uno
»despues de otro, como hace el carnicero con los corderos que va
»á degollar.» (Porta, Historia reformationis ... t. II, p. 310 á 312 .
PANTALEON, Rerum in Eccles. gestarum , p . 337 y 338 .
Sus cuerpos hechos cuartos fueron puestos sobre grandes postes
en los caminos de Montalto y otros inmediatos, en un espacio de
doce leguas , para espanto de hereges y satisfaccion de cató
licos .
Los que sobrevivieron , y no quisieron abjurar sus errores, fue
ron destinados á remar en las galeras del rey de España.

IV .

Algunos aunque pocos pudieron buir y llegar a los valles del


Piamonte , entre ellos bastantes mujeres vestidas de hombres , su
friendo en el viaje las mayores miserias y aflicciones; pues no se
atrevian á entrar en poblado, y tenian que alimentarse de raices у
frutos salvages , lo cual no impidió que muchos fueran presos y en
tregados á sus perseguidores .
Para impedir que se escaparan , el virey de Nápoles, las autori
dades pontificias y las del duque de Saboya mandaron á todos los
pontoneros, barqueros , posaderos y á cuantas personas tienen re
lacion con los que viajan, que exigieran de cuantas personas des
316 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

conocidas llegasen á ellos una papeleta del cura de la parroquia de 1


donde procedian , en que se atestiguara que eran buenos católicos,
y que entregasen á las autoridades al que viajase sin ella . Para
mayor desgracia, los fugitivos llegaron a los valles de los Alpes en 1

lo mas recio de las persecuciones que hemos referido en el capítu


lo anterior .
Los valdenses sintieron mucho la destruccion de sus colonias de la
Calabria, y recibieron a los fugitivos como verdaderos hermanos.
Esteban Negrin , encerrado en la prision de Cosenza , en la cual
murió, despues de sufrir tormentos atroces, se negó á retractarse,
persistiendo en sus creencias hasta el último momento.
A su compañero Luis Pascal lo enviaron á Roma, donde fué
quemado vivo en la plaza del Castillo de San Angelo , en presencia
del Papa y de los cardenales y de un público numeroso , el 9 de se
tiembre de 1560 .
Para dar mayor solemnidad á aquel auto de fé, se levantó no
lejos de la hoguera un gran tablado en forma de anfiteatro, rica
mente adornado, en el cual se colocaron el Santo Padre, los carde
nales , los inquisidores y gran número de frailes de todas las ór
denes .
Tenia Pascal un hermano católico , el cual hasta el último mo
mento unió sus súplicas a las exhortaciones de los sacerdotes que le
instaban para que, abandonando la heregia, volviese al seno de la
Iglesia católica , apostólica , romana; pero Pascal resistió con la mis
ma energía á las súplicas de su hermano, que lo habia hecho á los
dolores del tormento y á los malos tratos y sufrimientos de todas
clases que padeció durante la prision.
Hé aquí como su hermano refería mas tarde la escena de su su
plicio :
« Era cosa repugnante el verlo con la cabeza desnuda, con los
» brazos y las manos amarradas con tanta fuerza, que las delgadas
» cuerdas le penetraban en las carnes, como si lo llevasen á la hor
» ca. Viéndolo en tal estado, quise abrazarlo; pero cai sin sentido,
» lo cual aumentó su mal . »
Luis Pascal apareció en la plaza , donde debia morir, cargado de
cadenas que apenas le permitian moverse . Como todos los fanáticos
por una idea , siquiera sea errónea , fué al suplicio sin miedo, tran
quilo y resignado. Al llegar ante la hoguera, aprovechando un mo
mento de silencio , se dirigió al pueblo , diciendo :
LOS VALDENSES . 347

«Que si moria , no era porque hubiese cometido ningun crímen ,


»sino por haberse atrevido á confesar con pureza y franqueza, la
»doctrina de su maestro y salvador Jesucristo . En cuanto a los que
»tienen al Papa por Dios en la tierra y vicario de Jesucristo , se en
»gañan mucho , visto que en todo y por todo él se muestra enemi
»migo mortal de su doctrina , de su verdadero servicio y de la pu
vra religion , y que sus actos lo denuncian como verdadero anti
Cristo . »
No pudo decir mas , El verdugo, alzándolo de la tierra, lo estran
y echó su cuerpo en la hoguera que lo redujo á cenizas.
La fé en sus creencias , revelada en su conducta por Luis Pascal,
es una prueba mas de que , sean falsas ó verdaderas las creencias
religiosas, tienen el poder de exaltar la mente del hombre hasta
unpunto que ningun otro sentimiento iguala. Pero de la misma
manera que hacen capaz al hombre del mayor heroismo, endurecen
su corazon y lo inducen á perpetrar los crímenes mas espantosos,
como si fuesen actos loables y meritorios, por poco que se deje ar
rastrar en la fatal pendiente del fanatismo . Así vemos cometerse
atrocidades increibles en nombre de las mas puras creencias , y
amalgamar á la sana moral del Evangelio máximas odiosas, de to
do punto incompatibles con ella .

1
CAPITULO VII.

SUMARIO.

Castrocaro . - Su ingratitud . – Su saja contra los valdenses.-Embajada de los


principes protestantes de Alemania en favor de los valdenses. Los inquisido
res prenden por lerege al secretario del Embajador. - Carta del Elector Palatino
alduque de Saboya en favor de los valdenses . - Electos de la S. Barthelemy prac
ra los valles del Piamonte . - Luis de Virague. - Resistencia de los valdenses.
Sus victorias. - Desgracia de Cistrocaro y su muerte en un calabozo –Recon
ciliacion de Carlos Manuel con los valdenses.- Nuevas persecuciones.

I.

La paz firmada en Cavour el 5 de junio de 1561 por Felipe de


Saboya , habia disipado los temores de los valdenses, y dias apaci
bles volvieron á lucir para aquella tierra desolada. Como general
mente sucede , la guerra fué precursora de la miseria ; y las fatigas
y trabajos que pasaron los habitantes de los valles, antes de recons
truir sus casas incendiadas y de sacar producto de sus campos ta
lados, son indescriptibles. Felizmente para ellos, sus correligionarios
de Suiza, Alemania y otros paises acudieron a su socorro envián
doles sumas respetables.
El Duque nombró gobernador de las valles á Sebastian Graliol
de Castrocaro , que habia hecho la guerra contra los valdenses co
mo coronel de milicias , á las órdenes del conde de la Trinidad . Los
valdenses lo habia hecho prisionero en un combate , y desp ues de
tratarlo con toda clase de atenciones, lo pusieron en libertad por
LOS VALDENSES . 349

consideracion á la Duquesa , de quien se decia gentil-hombre .


La generosidad de los valdenses , lejos de conmoverlo y de en
gendrar en su alma un sentimiento de gratitud , aumentó su ódio
contra ellos, creyendose rebajado por deber su libertad á aquellos
rústicos montañeses .
Las primeras palabras que Castrocaro dirigió á los valdenses, al
llegar al valle de Lucerna en la primavera de 1505, fueron amena
zadoras.
Supuso que el Duque les retiraba las concesiones del tratado de
paz; pero ellos recurrieron al Duque, y el gobernador modificó sus
pretensiones, insistiendo, sin embargo, en que firmasen ciertas pro
testas y renuncias redactadas por élel mismo, que restringian consi
derablemente sus libertades; amenazándoles, si se negaban , con la
ocupacion de los valles por la caballería y con la continuacion de
la guerra . Gracias a la proteccion de la Duquesa, los valdenses se
vieron por entonces libres de los estragos de una injusta lucha, á
pesar de que se negaron á firmar el documento de Castrocaro .

ll.

El gobernador, vencido en parte en sus pretensiones por la ener


gia de los valdenses, se situó con una fuerte guarnicion en el cas
tillo de la Cruz , del valle de Lucerna, desde donde no perdonaba
ocasion ni pretexto para causar toda clase de vejaciones y disgustos
á los pacilicos hereges de los valles : estos recurrieron pidiendo pro
teccion a los principes protestantes de Alemania , quienes enviaron
á la corte del duque de Saboya a Juan Junius, consejero de Estado
del Elector Palatino, para que intercediese por sus correligionarios
del Piamonte .
Apenas babian puesto el pié en Turin el Embajador y su secre
tario David Chaillet, cuando el fiscal general de la Inquisicion pren
dió á este por herege. Presentóse el Embajador al Duque quejándose
de tan grosera violacion del derecho de gentes, y el Duque mandó
poner en libertad á Chaillet y prender al fiscal, cuyo celo religioso
le hacia olvidar las inmunidades de las embajadas. Ofreció S. A.
tratar con alguna indulgencia á sus súbditos disidentes de la Iglesia
Católica, y observar con exactitud su último convenio con los val
denses, poniendo en libertad algunos presos y entre otros al minis
Томо І.
350 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tro Gilles; mas apenas habia partido de Turin la embajada, cuando


el gobierno olvidó sus promesas, y el gobernador Castrocaro publicó
en el valle de Lucerna dos órdenes, por las cuales bajo pena de
muerte y confiscacion de bienes mandaba salir de los valles á todos
las babitantes que no fuesen nativos de ellos , y prohibia á los pas
tores de unas parroquias ir á predicar en otras . Llenó de prisione
ros los calabozos del castillo de la Cruz; pero en aquella ocasion,
como en la anterior, los valdenses hallaron amparo en la Duquesa,
>

y Castrocaro tuvo que soltar á sus víctimas y dejar caer en desuso


sus bárbaras órdenes. No pudiendo otra cosa, el gobernador se pro
puso mortificarlos poniendo obstáculos a todos sus actos públicos,
asistiendo á sus reuniones y asambleas é interviniendo en sus dis
cusiones , persiguiéndolos en detalle , ya que no podia hacerlo en masa ,
dando ocasion á que el Elector Palatino se quejase de nuevo al du
que de Saboya por lo mal que habia cumplido las promesas hechas
anteriormente a su enviado .
Un historiador nos ha conservado la carta del Elector de la cual
vamos á estractar algunos párrafos .—«Sepa V. A. que hay un Dios
ven el cielo , que no solo tiene en cuenta los actos , sino que sondea
» los corazones , y para el cual no hay nada oculto .
» Tenga en cuenta V. A. de no hacer voluntariamente la guerra
vá Dios , y de no perseguir á Cristo en sus hijos ; porque si él sufre
»esto durante algun tiempo, para egercitar la paciencia de los su
»yos , castigará sin embargo en última instancia a los perseguido
»res con penas horribles. No se deje V. A. engañar por los persua
»sivos discursos de los papistas, que acaso le prometan el reino de
» los cielos y la vida eterna , á condicion de que , bajo cualquier pre
» texto, destierre, aprisione y estermine á esos hugonotes (que asi
» llaman ellos ahora á los buenos cristianos); porque puede estar
seguro de que las crueldades, los actos inhumanos y las calumnias
» no conducen al reino de los cielos . Para entrar en él es preciso se
»guir otro camino .....
»La persecucion además no aprovecha á la causa que quiere de
» fender ...
» Considere V. A. que la religion cristiana se estableció por la
» persuasion y no por la violencia . »»
Se ignora el efecto moral que produjo esta carta en el ánimo del
Duque ; pero es lo cierto que los valdenses de los valles del Piamon
te vivieron mas tranquilos durante algun tiempo.
LOS VALDENSES . 351

III .

Los valdenses de la vertiente de los Alpes, pertenecientes enton


ces al rey de Francia, de cuyo territorio era gobernador el duque
de Nevers , se encontraron sumidos en la mayor consternacion por
un edicto del 19 de octubre de 1567 , que obligaba á salir del país
con sus familias, en el término de tres dias, á los habitantes extran
geros que no fuesen católicos , en cuyo caso se encontraba gran
parte de la poblacion procedente de los valles del Piamonte .
Para sustraerse á la emigracion, no pocos ocultaron sus creencias;;
pero cuando el terror llegó entre ellos a su colmo, fué al recibir la
noticia de la S. Barthelemy, nombre con que se conoce en el mun ,
do la horrible carnicería con que los católicos de Paris estirparon á
los protestantes , en la celebre noche del 21 de agosto de 1572 .
El subgobernador de los valles piamonteses Luis de Virague re
cibió órden de hacer prender y degollar á los principales disidentes
de la Iglesia católica .
Hizo en efecto prender á muchos de ellos ; otros emigraron ; pero
fué bastante humano para no degollar á gentes inofensivas y pací
ficas, á pesar de las escitaciones de los fanáticos, dando con esto
lugar áá que pasara el violento huracan, y aá que la reaccion produ
cida en los ánimos por los excesos á que se entregaron los católicos
en toda la Francia, se manifestase produciendo sus naturales efectos.
Su prudencia salvó la vida á centenares de infelices ; porque los
mismos de quienes habia recibido órden de esterminarlos le manda
ron despues suspender las ejecuciones , si aun era tiempo.
En los valles sugetos al duque de Saboya celebraron con grandes
demostraciones de júbilo los mal aconsejados católicos las matanzas
de la noche del 24 de agosto y siguientes, y el terror de los val
denses fué proporcional a la alegría de sus adversarios. Conduje
ron sus familias á las mas encumbradas asperezas de los Alpes, y
ellos esperaron la acometida de los católicos; pero el Duque, teme
roso de nuevas guerras civiles, procuró tranquilizarlos, desapro
bando públicamente la conducta de la corte de Francia en aquella
ocasion .
Á consecuencia de las matanzas de la noche de San Bartolomé,
Luis de Virague gobernador del valle de Perusa , que desde 1562
354 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

V.

Los valdenses se veian por entonces reducidos á no poder salir de


sus valles sin correr el riesgo de caer en manos de los inquisidores.
Fuera de los valles , la religion católica era obligatoria y exclusiva en
el Piamonte . El menor acto óó gesto que revelase otra creencia ú
otro culto , la posesion de un libro de religion que no fuese católico ,
una palabra que denunciase al que la decia como sectario de cual
quiera religion anti-católica , bastaban para ser perseguido y conde
nado por la Inquisicion , á pesar de que los valdenses estaban ex
cluidos de estos rigores por la capitulacion de 1561 .
El siglo xvii principio para los valdenses con nuevas persecucio
nes. Los de los valles comprendidos en el marquesado de Saluce,
recibieron en 1601 la orden de abjurar sus errores, ó de salir del
marquesado en el término de dos meses, en cuyo tiempo se les da
ba libertad para que pudieran vender sus bienes. Ante medida tan
dura, unos se sometieron , prefiriendo quedar en su patria á true
que de ir á misa y otros en gran número emigraron á Suiza , á los
valles que estaban bajo la dominacion francesa , y á algunos les per
mitió el duque de Saboya establecerse en los otros valles del Pia
monte , y por último el marqués de Saluce no completó la obra á que
lo indujo su fanatismo, permitiendo que algunas iglesias y caseríos
valdenses de la montaña permaneciesen practicando su culto como
antes.
Confiando en la popularidad que el Duque disfrutaba entre los
valdenses, quiso el clero servirse de él para hacerlos entrar en la
Iglesia católica. Al efecto, el Duque invitó sucesivamente a los val
denses mas influyentes de diversos valles á que fuesen á verle, ins
tándoles para que abandonasen sus errores. El primero que com
pareció ante S. A. fué Valentin Bolla, quien despues de oir res
petuosamente las afectuosas palabras del principe, le suplicó que le
permitiese morir fiel á Dios segun su palabra. El Duque no insistió,
y le permitió retirarse diciéndole:
- « Seguramente me hubiera causado mucho placer veros seguir
(

» mis consejos; pero yo no quiero violentar vuestra conciencia. »


Mientras tenia lugar esta entrevista , los clerigos hicieron creer á
tres compañeros de Bolla , que lo habian acompañado á Palacio ,
LOS VALDENSES . 355

que este habia abjurado sus errores y entrado en la religion cató


lica,convencido por el Duque ; y ellos , creyendolo verdad , abjura
ron los tres. Otros casos semejantes tuvieron lugar aquel mismo
año; pero como tales conversiones no podian ser sinceras , muchos
se retractaron .
Lo mismo sucedió con la mayor parte de los que el clero creyó
convertir, dándoles recursos durante la miseria producida en 1602
por la pérdida de la cosecha. Lo misma persistencia de los católi
cos, y los medios violentos unas veces, é inmorales otras á que re
currian con tanta frecuencia en su proselitismo, contribuian en nues
Iro juicio á apartar mas cada dia á los valdenses del dogma cató
lico, Yy como veremos en el capítulo siguiente, todavía la intoleran
cia provocó aunque inútilmente la guerra en la cumbre de los Al
pes, refugio de los pacíficos valdenses.

1
CAPITULO VIII .

SUMARIO.

Invasion de los valles en 1024 por los ejercitis piamonteses . - Resistencia


de los valdenses . - Armisticio con el conde de Taffin . - Guerra entre Fran
cia y el Piamonte en 1026.- Fidelidad y bravura de los valdenses al duque
de Saboya. - Propaganda de los catolicos en los valles.-- Vezquindad de los
medios empleados para apartar á los hereges de sus errores.--Horrores co
metidos en los valles por los valdenses. - Epidemia . - Sus estragos - Vue
vas persecuciones en 1055,-Expatriacion .- Fidelidad de los valdenses al
soberano legitimo . - Nuevas persecuciones.- Guerra civil. - Derrotas de los
católicos.--Suspension de hostilidades :-Jala fé de la Duquesa Cristina .
Entrada de los franceses en los valles. - Crancé.

1.

Habian los valdenses prosperado á fuerza de laboriosidad y eco


nomía , y el aumento de la poblacion de algunos valles les habia obli
gado á ensanchar varios de sus templos y á construir otros nuevos:
empeñáronse los católicos en que los habian de demoler, incluso los
campanarios añadidos á los antiguos, y como rehusaran, fundándo
se en los derechos que les daba la capitulacion de 1561, les inti
maron la orden perentoria de derribar seis templos, sopena de obli
garlos á ello á fuerza de armas. La accion siguió á la amenaza, !
en los primeros dias de Enero de 1621, un regimiento francés ocupó
en son de guerra la aldea de San German, una de las mas impor
tantes del valle de Perusa. Tras de esta vanguardia no tardó en
llegar un ejército de seis á siete mil hombres.
Los señores de la tierra y el duque de Saboya procuraron indu
cir los valdenses a la sumision ; pero estos se armaron y acudieron
LOS VALDENSES . 357

en pelotones á los puntos amenazados: mas, ¿qué esperanza podian


abrigar de resistir con sus escasos medios á tantos enemigos? Des
pues de meditarlo bien , resolviéronse á demoler los seis templos;
pero una vez conseguido esto , el conde Taffin , que mandaba el ejér
cilo católico, exigió que los valdenses les entregaran las armas, y
que destruyeran ellos mismos las barricadas y otras defensas cons
truidas en las alturas de San German , á la entrada del valle Pra
mal.
Tal exigencia dió a conocer á los valdenses , que aumentarian las
pretensiones de sus adversarios á medida que fuesen cediendo á
ellas, y se. negaron a entregar las armas. El ejército los acome
tió en sus trincheras con gran energia; pero ellos rechazaron todos
los ataques, y los católicos tuvieron que tocar retirada.
La situacion del ejército era harto desagradable. La estacion era
crudísima, y su mismo número dificultaba sobremanera el procurar
le alojamiento y víveres: las enfermedades menguaban sus filas en
tanto que aumentaban las de sus enemigos, que como hijos del país,
estaban connaturalizados con sus rudas intemperies. El conde Taflin
se vió en consecuencia precisado á concluir un armisticio con los
hereges, y á retirarse con sus tropas mas que de prisa.
Los valdenses mandaron comisionados al Duque para pedirle per
don de haber batido á sus soldados en jusla defensa de la libertad
religiosa , que el mismo Duque les habia garanlizado al ocupar el tro
no de sus mayores, y para suplicarle además que les permiliesen
levantar los seis templos en cuestion, lo que les fué concedido , visto
que no podian impedirselo.
Lo que hay en esio mas notable es que los valdenses, precisa
mente a causa de las heréticas doctrinas que profesaban, lejos de
aprovecharse de las derrotas de sus contrarios para proclamarse
independientes, en sus inaccesibles montañas, siempre fueron fie
les ó sus señores . Si aquellas rudas gentes hubieran querido, imi
tando á sus vecinos los suizos, constituir un Estado independiente
¿ quién duda que no lo hubieran conseguido?

Il .

En 1628 declaróse la guerra entre Francia y el Piamonte, y


este se vió amenazado de una invasion francesa. Esta guerra dió
Tomo I. 48
358 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ocasion á los valdenses de probar su fidelidad al duque de Saboya.


Confiáronles la defensa de muchos pasages de sus montañas, ame
nazados por el enemigo, y á instancias suyas concedieronles que
no se les mezclaria con el ejército del Duque, y que de capitan abajo
ellos nombrarian sus oficiales : solo los jefes superiores debian ser
nombrados por el Duque.. Hizose así en efecto , y se batieron con
tanta bizarría, que el ejército francés, mandado por el marqués de
Irel, fué batido en todos los encuentros y obligado á retirarse.
Mientras los hereges batian los enemigos del duque de Saboya ,
guardando las fronteras de sus Estados, este introdujo en los valles
un ejército de frailes con la pretension de establecer un convento en
cada aldea, para lo cual debian los mismos valdenses facilitar edi
ficios. En cambio, los frailes traian grandes provisiones para repar
tirlas entre los pobres durante el invierno, cuyos rigores, agrega
dos á los de la guerra, habian producido una general miseria . Por
si estos donativos no bastaban , el heredero del trono, Victor Ama
deo , escribió una carta á cada aldea, recomendando que acogiesen
bien á los frailes , de los cuales deberian recibir trigo, arroz y otros
socorros con que aplacar el hambre. La indignacion de los valden
ses fué general: en Angrogne se negaron a dar hospitalidad a los
capuchinos ni una noche siquiera. En Bobbi, en Villar y en Rora,
ellos mismos, viendo la antipatia que inspiraban, se marcharon al
poco tiempo. El plan aborto de la misma manera en el valle de Peru
sa , en San German y en Pramal. Pero hé aquí que, en la primavera
de 1630 , los extrangeros amenazan de nuevo al Piamonte, y un ejér
cilo de mas de quince mil hombres de infantería y mil de á caballo,
á las órdenes del mariscal de Schomberg, acomete los valles , sa
quea y tala las partes mas asequibles, se apodera á viva fuerza de
Pignerol, cuyo castillo estaba defendido por las milicias valdenses,
y ocupa áá Briqueras con el grueso de sus tropas, concediendo solo
á los valles cuatro dias para someterse á su Rey. El duque de Sa
boya, lejos de acudir al socorro de los montañeses, se retiró con sus
tropas detrás del Pó . En tal con licto , los habitantes de los valles,
con sus señores católicos á la cabeza , se sometieron firmando una
capitulacion , por la cual obtuvieron el libre ejercicio de su culto, У
que no se les obligaria á combatir contra el duque de Saboya.
Un año prevaleció en los valles la dominacion francesa, durante
el cual se vieron agobiados por el continuo paso de ejércitos que
descendian á Italia, y que llevaban consigo una horrible epidemia,
LOS VALDENSES . 359

que llenó el pais de desolacion , reduciendo su poblacion á menos de


la mitad .
Horror causa y espanto leer en los autores contemporáneos las
terribles escenas de aquella calamidad . Hubo aldeas en que pere
cieron de la enfermedad la mayor parte de los habitantes; y el resto,
sobre todo, ancianos y niños, enfermos tambien, sin tener quien los
socorriera, perecieron de necesidad, quedando todos insepultos meses
enteros. En muchas partes quemaron las casas con los cadáveres
que contenian. Los caminos estaban sembrados de víctimas, que
huyendo de la epidemia , perecian faltas de auxilios al rigor de las
intemperiessyy de la enfermedad. Las cosechas se pudrieron en los
campos por falta de brazos que las recogieran.
Convencidos de que el mal no tenia remedio humano, los val
denses ponian en Dios su esperanza y se reunian al aire libre para
orar y dirigirle sus plegarias; pero las reuniones facilitaban la es
tension del contagio, de modo que aumentaba sus estragos con lo
mismo que hacian para preservarse de él , sin que por esto dismi
nuyera su fé en la divina providencia.

III .

La reduccion de su número y la miseria en que los sumieron la


peste y los ejércilos franceses durante el año de su dominacion ,
debilitaron de tal manera las fuerzas de los valdenses, que apenas
retirados los extrangeros en 1631, se vieron perseguidos con nuevo
rigor por los católicos .
Quedaban en las montañas del marquesado de Saluce , hacia los
manantiales de Pó , algunos restos de las antiguas iglesias valden
>

ses . Su aislamiento en aquellas alturas, que poseian desde tiempo


inmemorial, sus apacibles costumbres y su pobreza los habian
hasta entonces preservado de la ruina que destruyó á sus demás
correligionarios. La peste habia reducido considerablemente su nú
mero, y sus enemigos ya no temieron su resistencia .
Por un edicto del 23 de setiembre de 1633 , se les hizo saber,
que en el término de dos meses , debian emigrar para siempre ó ha
cerse católicos, y si se marchaban sin vender sus casas y hacien
das, serian confiscadas y perderian todos sus derechos sobre ellas .
Aquellos infelices, amenazados de sufrir tan inicuo despojo, so
360 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

licitaron , aunque en vano que los dejasen morir en su fé y en las


tierras cullivadas por sus antepasados durante cientos de gene
raciones. El obispo de Saluce hizo cuanto estuvo en sus manos por
convertirlos, aunque sin resultado, y al cumplirse el término fatal ,
abandonaron sus aldeas, llevando consigo sus ganados y muebles,
llorando al despedirse de aquellas tierras que no debian volver á
ver jamás, y entonando cánticos yУ alabanzas al Ser supremo, por el
cual se creian á tan rudas pruebas sometidos.
Sus hermanos del valle de Lucerna los recibieron con los brazos
abiertos, repartiendo a los desterrados en sus aldeas y proveyendo
los de lo necesario .
Dos de ellos se atrevieron a volver algun tiempo despues al mar
quesado de Saluce para evacuar negocios particulares que habian
dejado pendientes, y ambos fueron presos, librándose uno en cam
bio de un rescate considerable, y muriendo el otro, llamado Peillon,
en galeras.

IV .

Murió Víctor Amadeo en octubre de 1637 , dejando á su viuda


Cristina de Francia por regente, durante la menor edad de su hijo,
que solo tenia cinco años . Pero los hermanos del principe difunto,
Mauricio yУ Tomás, sostenidos por el gobierno español, se apode
raron del Piamonte, y Cristina y su hijo tuvieron que buscar un
refugio en Saboya. Su causa parecia perdida, y menos los here
ges de los valles Alpinos, todos la abandonaron . Los valdenses fue
ron los únicos que quedaron fieles al Duque, teniendo que sufrir
el antagonismo de sus propios señores, que siguieron la causa de
Mauricio y Tomás. Aunáronse , preparándose á la defensa contra
los ejércitos de los principes y de España que los amenazaban, é
hicieron al Duque un gran servicio conservando libres los pasos de
los Alpes , por donde los ejércitos franceses, mandados por el conde
Harcourt Уy el mariscal de Turena , pudieron penetrar en el Pia
monte y arrojar al ejército español, restableciendo al Duque y á su
madre en la plena posesion de sus Estados.
En aquella como en otras ocasiones , los duques de Saboya no se
manifestaron muy agradecidos á los valdenses por su fidelidad y
bravura .
LOS VALDENSES . 361

In comisario ducal fué mandado á los valles , para arrojar á la


orilla izquierda del Pelicé a todos los valdenses domiciliados en la
orilla derecha, en la entrada del valle , en Lucerna, Bubbiana,
Fenil, y para hacer entrar en sus límites á los establecidos en Bri
queras, que compondrian entre todos de seiscientas á setecientas
personas.
Antonio Leger, pastor de los valdenses, uno de los que mostra
ron mas energía en defensa del Duque y de su madre, fué conde
nado á muerte y sus bienes confiscados, debiendo solo su salva
cion á los amigos que le facilitaron la fuga , yendo á morir lejos de
su patria.
Era Leger hombre de grandes conocimientos, sobre todo en teo
logía y en lenguas orientales, y los valdenses lo tenian en gran
estima.
El concejo para la propagacion de la fé y estirpacion de los he
reges, establecido en Roma, protegido en sus Estados por la Du
quesa, y mas tarde por su hijo, que tomó las riendas del gobierno
en 1648 , mandó á los valles á Andrés Gastaldo , con objeto de
reducir á los valdenses á la última estremidad, arrojarlos de sus
aldeas , obligándolos á vender sus haciendas en el término de quince
dias ó hacerse católicos. Segun sus instrucciones, debia perseguir
como criminal á todo valdense que tuviese armas de fuego, sin le
ner en cuenta que aquellas armas manejadas por aquellos crimina
les habian contribuido eficazmente, aun no hacia muchos años , á
devolverle la corona ducal y su dominio en el Piamonte.
Tambien debia obligar a las aldeas de Angrogne, Villar, Bobbi,
7

Rora y otras á facilitar en el término de tres dias una casa , en que


los padres misioneros pudiesen habitar y decir misa ; y por último,
debia prohibir a los valles dar asilo á ningun extrangero que no
fuese católico, apostólico, romano, bajo pena de dos mil escudos de
>

oro, que pagaria la aldea donde fuese hallado el extrangero, y para


este la muerte y la confiscacion de bienes.
Estas órdenes están fechadas á 15 de mayo de 1650 , yy llevan la
firma del duque Carlos Manuel.
El auditor Gastaldo, no contento con el rigor de órden tan dra
coniana, redujo á tres los quince dias de plazo concedidos por el
Duque para expatriarse ó hacerse católicos. Sin embargo, como no
contaba todavía con bastante fuerza para contener á los valdenses,
se contentó por el pronto con establecer en la mayor parte de las
362 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

aldeas los frailes y jesuitas , propagadores de la fé y estirpadores


de la heregia, que emprendieron su obra mezclando sermones y
amenazas, y confiando en definitiva en las alabardas yy mosquetes
de los soldados del Duque.

V.

Los valdenses del Villar, fanáticos como sus contrarios, incendia


ron el convento establecido en su aldea, y los católicos, aprovechán
dose del crimen cometido por algunos individuos, se propusieron
servirse de él como pretesto para esterminarlos a todos.
El gobierno de Turin mandó reunir toda la tropa disponible,
púsola á las órdenes del coronel Tedesco, quien con cinco ó seis mil
infantes y gineles se puso en marcha para sorprender al Villar y
reducirlo á cenizas.
Por su parte, el pastor Leger, acompañado de otros valdenses
principales, se presentó al magistrado del valle residente en Lucer
na , ante quien condenó el atentado de sus correligionarios, protes
tando de su inocencia , y ofreciendo en su nombre y en los de
sus compañeros, auxiliar a la justicia en el castigo de los culpa
bles .
Estas declaraciones fueron inmediatamente mandadas á Turin .
No obstante esto , el 26 de abril, el conde Tedesco llegaba delante
de la aldea del Villar á la cabeza de mil doscientos ginetes bien
montados , seguido de cerca por la infantería, con tal diligencia ,
que atravesó las aldeas de Fenil, Bubbiana, San Juan y Latour, sin
encontrar la menor resistencia .
Afortunadamente para los habitantes del Villar , llovió tan copiosa
mente en las últimas horasde marcha de las tropas ducales, que nin
gun fusil estaba en disposicion de servir, y los soldados se hallaban
tan fatigados y la lluvia los molestaba de tal manera , que veinte y
cinco tiradores valdenses parapetados á la entrada del pueblo bas
taron para impedirles la entrada ; y como el dia llegaba a su fin y
al ruido del fuego empezaban á acudir con ligero pié los valdenses
por ambos flancos, el conde Tedesco tuvo que retirarse á buen
paso .
Al dia siguiente , todos los habitantes del valle estaban sobre las
armas .
LOS VALDENSES . 363

Los mas siniestros rumores les llegaban del lado del Piamonte.
Varios cuerpos de ejército estaban en marcha, dispuestos á ester
minarlos.
Los alcaldes de las aldeas y los pastores se reunieron á toda pri
sa. Los de los lugares de las faldas de los montes, y en particular
los de San Juan, opinaban por la sumision, temerosos por sus bie
nes y familias que estaban ya en poder del ejército católico. Como
en todas las grandes crisis por que habian atravesado, los valden
ses pusieron su esperanza en Dios, oraron , cantaron sus salmos, y
despues resolvieron defenderse basta morir .
Esta resolucion admiró al conde Tedesco , que no habiendo con
tado con ella, a pesar de su arrogancia y de la superioridad de sus
fuerzas, se vió forzado a parlamentar con los hereges, cuyo ester
minio le habia confiado su gobierno.
Conviniéronse el conde y los valdenses en una suspension de hos
tilidades, y en que una comision de valdenses llevaria á Turin una
declaracion firmada por los representantes de todas las aldeas, se
mejante á la dada por Leger y sus compañeros ante eljuez de Lu
cerna, suplicando al soberano que se contentase con castigar á los
culpables, y pidiéndole perdon por haber tomado las armas para de
fenderse.
El Duque concedió una amnistia general, á condicion de que se
expulsara del Villar al ministro Manget y su mujer, acusados de
fautores del incendio, уy de que se daria á los misioneros un nuevo
convento en el Villar.
Además una comision de valdenses debia personarse en la corte ,
y pedir al Duque perdon por su resistencia armada contra sus tro
pas. Con esto se retiró el conde Tedesco con sus tropas, desvanecién
dose por el momento los peligros de la guerra ; pero la opresion de
que eran víctimas estaba aun lejos de haberse concluido.

VI.

La maldad de la Duquesa regente , su ingratitud y su vehemente


deseo de estirpar á Jos valdenses, se revelan bien claramente en el
siguiente suceso .
En 1651, convino la duquesa Cristina con sus compatriotas los
franceses, en que una parte del ejército francés, que operaba en Ita
364 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

lia , estableciese sus cuarteles de invierno en los valles Alpinos ha


bitados por los valdenses. Dos regimientos fueron alojados en las
aldeas del valle de Lucerna . Este onerzo servicio personal y ma
terial lo hubieran soportado con paciencia los valdenses por servir
á su principe; pero se esparcieron por todas partes rumores de que
los franceses se habian establecido en los valles sin permiso de la
Duquesa, y que esta extrañaba que los valdenses se someticsen á las
tropas extrangeras , sin órdenes precisas firmadas de su mano. El
objelo no era otro que lanzar a los valdenses en la revuella contra
el ejército francés, que este los pasara á cuchillo y despues lavarse
las manos como Pilatos, y que los franceses cargaran con la res
ponsabilidad. Y poco faltó para que así sucediera.
El gobernador de los valles , Ressan, escribió á los jefes de los val
denses, diciéndoles para tranquilizarlos, que el general francés tenia
la aprobacion de su alteza ; pero un momento despues les envió su
secretario para advertirles de su parte, que el general francés le ha
bia obligado a escribir aquella carta , mas que no era verdad su
contenido. En consecuencia de esta advertencia, las aldeas de La
tour, Bobbi У Villar se negaron aá dar alojamiento a las tropas fran
cesas , y cel gobernador se presentó al mariscal de Grancé, que man
daba el ejército francés, aparentando gran irritacion contra los val
denses por el desprecio que le hacian , no dando crédito á su carta ,
y animando al mariscal á reunir su ejército y meter en razon á los
barbillas, mote desprecialivo que ponian los católicos á los valden
ses , derivado de Barba, nombre que daban ellos en otros tiempos á
sus pastores ó sacerdotes.
El general francés , que no necesitaba muchas escitaciones, se
presentó el 2 de febrero con sus tropas delante de Lalour, y los ha
bitantes del valle se prepararon a la defensa, aá pesar de su escaso
número yy de estar desprovistos de caballería y artillería , que abun
daban en el campo enemigo.
Una casualidad libró á los valdenses de una muerte segura , y sir
vió para descubrir mas tarde el secreto de la falaz política de la
Duquesa.
En las primeras filas del ejército francés habia un capitan pro
testante llamado Corcelles, amigo personal del pastor Leger ; y
viendo á este entre los vaidenses, corrió hacia él : este , agarrándose
á la cola del caballo de su amigo, le hizo que lo condujese á pre
sencia del mariscal, atravesando las columnas francesas; y en cuad
LOS VALDENSES . 365

to estuvo junto a él, arrodillóse y le dijo : — « Mostrad el mas peque


Ȗo billete de su Alteza Real , que pruebe su consentimiento, y ha
peed despues de los valles lo que mejor os parezca; sus habitantes
vlo sufrirán con paciencia , aunque marchen por encima de ellos,
»con tal de que no incurran en la indignacion de su principe. »
El mariscal consintió en suspender sus operaciones hasta la vuel
ta de un correo que mandó en el momento á Turin, y volvió al dia
siguiente trayendo una carta de la Duquesa dirigida a los valdenses,
por la cual autorizaba el alojamiento del ejército francés en sus al
deas.
Co año despues, hablando el mariscal Grancé con el pastor Le
ger, le decia :
— «Señor pastor, yo conozco ahora muy bien , y ya lo habia co
»nocido antes, que queria servirse de mí para degollaros a todos у
»despues hacerme degollar á mí tambien , cuando la Duquesa me
»decia :-—- Alojad vuestras tropas en los valles . » « Y sin embargo
pamenazaba á los valles con su desagrado si las recibia , como vos
»mismo me disteis la saludable advertencia á tan buena hora de
plante de Latour . »
Pero siuna casualidad libró á los valdenses del valle de Lucerna
de un esterminio completo en 1651, no siempre tuvieron la misma
fortuna
para librarse de las acechanzas de sus adversarios y de sus
ingralos principes, como veremos en las páginas siguientes .

Томо І. 49
CAPITULO IX.

SUMARIO.

Proyectos de esterminio -- Mision del doctor Gastaldo . - Sus edictos . - Extir .


pacion de la heregia . - Orden de expatriacion . - Inutilidad de las peliciones
dirigidas al Duque . - Cruzada de varias naciones contra los valdenses.
El marqués de Pianezza . - Hipocresia y crueldad del marques de Pia
nezza .-- Degüello en masa .-- Saqueos e incendios . - Josné Jannavel. - Hero
ca defensa de Rora - Derrota de los catrilicos . - Nueva victoria de Janna
vel. - Nuevo ataque de Rora por los catolieos. - Destruccion de Rora -Res
puesta de Jannavel á Pianezza . - Los valdenses toman la ofensiva .-- Der .
rota de los católicos . - Intervención de las potencias protestantes. - Vedia
cion de Luis XIV y tråtallo de paz en 105 ) .

1.

La calma que sucedió á los sucesos referidos en el último capi


tulo fué la precursora de una gran catástrofe . Mientras los valden
ses gestionaban en Turin para que registrase el Senado los cuatro
decretos dados por el Duque en 1653 y 1657, confirmando sus pri
vilegios, el gran consejo propagador de la fé y extirpador de la he
regia preparaba nuevos medios de esterminio contra los hereges del
Piamonte .
El doctor Gastaldo fue nombrado conservador general de la San
ta fé, encargado de asegurar la observancia de las órdenes publica
das contra la pretendida religion reformada, de los valles de Lucer
na , Perusa y San Martin . Presentóse en Lucerna, donde publicó en
?

25 de enero de 1653 la órden siguiente:


« Se intima y ordena a todos los particulares y cabezas de fami
((

» lias de la pretendida religion reformada, de cualquier estado y con


LOS VALDENSES . 367

»dicion que sean , sin ninguna escepcion, habitantes y propietarios


» de los lugares y territorios de Lucerna, Lucerneta, San Juan , La
» tour, Bubbiana, Fenil, Campillon, Briqueras y San Segundo, que
» se alejen de los dichos lugares y territorios, y que los abandonen
» con todas sus familias, en el término de tres dias, desde la publi
»cacion del presente edicto, para trasportarse al interior de los li
»mites donde su alteza real tiene á bien tolerarlos, y que son , Bob
.
»bi,Villar, Angrogne , Rora, y el distrito de los Bonetes. Los con
» traventores que sean hallados fuera de dichos límites incurrirán en
Dla pena de muerte y confiscacion de todos sus bienes, á menos que
ven los veinte dias siguientes no prueben ante nos, que se han he
» cho católicos ó que han vendido sus bienes á los católicos . »
»

El número de personas áa quienes alcanzaba esta ley cruel varía,


segun los autores, de mil quinientos á dos mil.
Si se tiene en cuenta que estaban en el rigor del invierno , y el
plazo de tres dias en que debian abandonar sus hogares con ancia
nos, enfermos, mujeres y niños en un país cubierto de nieve y con una
temperatura de muchos grados bajo cero , podrá formarse una idea
de la consternacion que se apoderó de aquellos desgraciados. Aque
lla bárbara órden llevaba consigo un inicuo despojo, pues no solo
condenaba á expatriacion á los valdenses, sino que les impedia dis
poner de sus bienes, so pena de abandonar su religion para adop
tar la de sus perseguidores. Bien se vé que los mal llamados pro
pagadores de la fé, esperaban que sus adversarios abandonarian
sus errores por conservar sus bienes, áa pesar del poco resultado
que les habia dado en otras ocasiones; y el que obtuvieron en la
ocasion que referimos, deberia bastar para convencerlos de que no
hay buen fin por mal camino .

II .

Por mas lejos que nos hallemos de profesar las doctrinas de los
valdenses , no podemos menos de admirar la heróica energía, la su
blime abnegacion con que se resignaron á la expatriacion y á la
miseria en medio de un invierno terrible, antes que someterse á ab
jurar sus creencias sin estar convencidos de la bondad de la que por
lan indignos medios querian imponerles. La conciencia puede extra
368 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

viarse tomando el error por verdad ; pero aun así , es respetable el


hombre quesacrifica sus intereses , su bienestar y sus afecciones mas
caras á lo que cree justo y verdadero. ¿Cuándo comprenderán los
partidarios de la intolerancia que los medios violentos contrarios
á la moral y á la equidad, lejos de ser útiles á las ideas en cuyo
beneficio se emplean , contribuyen á infundir hacia ellas ódio y
repulsion , por mas que sean verdaderas y santas?
Ni uno solo entre tantos infelices sacrificó sus convicciones á sus
intereses. Abandonaron sus hogares dejando los bienes muebles
que no querian llevar, prefiriendo, como era justo, cargar sus bes
tias Уellos mismos con los ancianos, enfermos y débiles.
Sus correligionarios de los otros valles los recibieron fraternal
mente, y en definitiva, el gran consejo de la propagacion de la fé y
la extirpacion de la heregía, solo consiguió en aquella ocasion ro
bustecer lo que se proponia destruir.
Recurrieron los valdenses como otras veces con solicitudes á su
alteza, pero les ſué imposible llegar á presencia del Duque. Gas
taldo , los señores católicos y el alto clero que rodeaban al Duque
les cerraron siempre las puertas, diciéndoles , que no pidiesen mas
libertad de conciencia sino perdon al Duque y sometiéndose para
el porvenir á la bondad de su alteza.
Los señores de las tierras abandonadas, sobre todo el conde de
Lucerna, escitaron a los emigrados á que volviesen á cultivar sus
haciendas, por la cuenta que les tenia , aunque dejando sus fami
lias en su nueva residencia. Los valdenses cayeron en el lazo : Gas
taldo y los suyos dijeron con razon , que transgresaban el edicto, y
los señores se guardaron bien de decir que ellos los habian induci
dos y que era en su beneficio .
El consejo para la propagacion de la fé y extirpacion de la he
regía encontró buena ocasion en aquella desobediencia para exter
minar a los que no habia podido catequizar por el terror . Elmar
qués de Pianezza, alma del consejo , reunió sus tropas, en tanto que
entretenia con vagas esperanzas en Turin á los diputados val
denses.
Fué aquella una especie de cruzada en que tomaron parte las
tropas de varias naciones católicas. A un núcleo de piamonteses y
saboyanos, se agregaron un regimiento irlandés , seis franceses y
algunas compañías de bávaros.
LOS VALDENSES . 369

III .

La expedicion se preparó con el mayor secreto . Pianezza dejó


la comision de los valdenses en Turin, diciéndoles que aun no po
dian tener el honor de ser recibidos por S. A. y entró por sorpresa
en el valle de Lucerna al frente de quince milhombres, ocupando á
San Juan, Latour, y otros lugares abandonados por los valdenses.
Los fugitivos los veian desde lo alto de las colinas saquear é in
cendiar sus aldeas y campos abandonados. Cuando la obra de de
vastacion estuvo concluida, el marqués de Pianezza dividió sus tro
pas en cuatro columnas, y trepó á las alturas, desde San Juan,
Latour, Angrogne y Biqueras. Habian resuelto los valdenses deſen
derse, y como siempre que fueron antes acometidos, rechazaron á
sus contrarios a pesar de su exiguo número.
El 19 de abril vinieron a las manos por primera vez , y despues
de inútiles esfuerzos, el ejército llamado de la fé se retiró, volviendo
aldia siguiente para sufrir un nuevo descalabro. Entonces el mar
qués de Pianezza recurrió á la astucia para conseguir lo que no po
dia por la fuerza. Invito á una reunion, para tratar pacíficamente,
á los principales valdenses del valle de Lucerna, y estos aceptaron,
concurriendo al convento de Latour el miércoles 21 por la maña
na. Dióse tal maña el general del ejército católico, que logró con
vencerlos de que solo combatian para someter la rebelion , y que
bastaria para deponer las armas con que ellos, en señal de obe
diencia, admitiesen en cada una de las aldeas durante dos ó tres
dias un regimiento de infantería y dos compañías de caballería . A
las seguridades que el Marqués dió aá los comisionados agregó la mas
franca cordialidad y llaneza, convidándolos á comer con él , y con
cluyó por convencerlos de la sinceridad de sus buenas intenciones .
A la vuelta á sus aldeas, los comisionados hicieron creer à la ma
yor parte de sus correligionarios en la buena fé del Marqués, á pe
sar de los esfuerzos de los hombres previsores y prudentes , y en
particular del pastor Leger.
El 22 de abril, el ejército se puso en marcha para ocupar las al
deas pacíficamente.
Los regimientos tomaron posesion de Villar y de Bobbi en la lla
nura Уy de los caseríos mas bajos de Angrogne.
370 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Apoderáronse al mismo tiempo de los principales desfiladeros,


penetrando hasta las cabañas de los valles mas elevados.
En lugar de algunos regimientos yУ escuadrones, se alojó en las
habitaciones de los valdenses todo el ejército de la Fé.
Su confianza en la palabra del general los perdió. En su sen
cilla honradez no comprendian tan baja y cobarde aslucia . ¡Cuán
tas veces los mas honrados sentimientos han sido causa de la ruina
de los hombres!

IV .

La preci; itacion con que algunos soldados ejecutaron las órdenes


secretas de sus jeſes, reveló á los valdenses lo que debian temer de
su ciega confianza .
Una columna que subia á toda prisa desde Latour para penetrar
en el Pradotour, ciudadela naturalde Angrogne, célebre ya en la
historia de las persecuciones de los valdenses, incendió las casas
que encontraba á su paso , despues de saqucarlas y de asesinar sin
distincion de sexo ni edad a los pacíficos habitantes que caian en
sus manos . La noticia se estendió rápidamente, y las voces de trai
cion, sálvese el que pueda, resonaron de aldea en aldea y de valle
en valle .
En el de Angrogne aun tuvieron tiempo la mayor parte de los
hombres y sus familias de salvarse en las montañas, gracias a la
oscuridad de la noche, buscando un relugio en el valle de Perusa,
que pertenecia á Francia ; pero muchos enfermos, ancianos y niños,
y las mujeres que los cuidaban, quedaron á la merced de sus im
placables enemigos.
Los dos primeros dias , los soldados que ocupaban los lugares de
la llanura se dieron por contentos con comer y beber áá expensas
de sus patrones, exhortándoles á llamar a los fugitivos , diciéndoles
que no les harian ningun mal , y muchos cayeron en el lazo . Los del
Villar, Bobbi y las otras aldeas que caian al Occidente se encontra
ron en peor situacion que los de Angrogne; porque a pesar de la in
quietud que dominaba á sus habitantes desde la entrada de las
tropas, estos no podian atravesar la frontera y salvarse en Francia ,
porque los dos caminos por donde podian hacerlo , que son las gar
gantas de la Cruz de San Julian, estaban guardadas, además de ser
LOS VALDENSES . 371

en aquella estacion in transitables por las profundas nieves que Jas


cubren .
El tercer dia de ocupacion, cuando creyeron que todos los desfi
laderos y retiros de los valdenses estaban ocupados, dieron la señal
convenida para la destruccion de las aldeas y el degüello de sus
habitantes .
Son tales los horrores cometidos por aquellos canibales, que aá pe
sar de los testimonios de la historia contemporánea , la conciencia
humana se resiste á creerlos, avergonzada de que los hombres pue
dan perpetrar impunemente y á sangre fria semejantes iniquidades.
Pero dejemos hablar á un historiador contemporáneo, que fué al
mismo tiempo testigo presencial.

V.

«Apenas se hubo dado la señal desde la colina de Latour, que se


» llama Castelus, todas las inocentes criaturas que se encontra
» ban en poder de aquellos canibales se vieron degollar, como los
» corderos en el matadero. No fueron pasados á cuchillo como ene
»migos vencidos á quien no se da cuartel, ni ejecutados por el ver
» dugo como los criminales mas infames....
» Arrancaban los niños del seno de sus madres, y cogiéndolos por
» un pié los estrellaban contra las paredes y las rocas, donde deja
» ban los sesos aplastados, arrojando luego los cadáveres al mula
» dar. Otras veces, un soldado agarraba uno de aquellos inocentes
» por un pie otro por otro y tirando cada uno por su parte lo abrian
»por el medio del cuerpo, arrojándose unos á otros los pedazos
» y azotando con ellos á las madres, y despues los echaban al
ocampo . »
» Los enfermos y ancianos, tanto hombres como mujeres, ó6 eran
» quemados en sus propias casas, ó descuartizados vivos á fuerza
» de hachazos, ó amarrados reuniendo piés y manos en el mismo
» nudo, y arrojados desde las montañas por entre rocas y precipi
»cios . Despues de violar á jóvenes y matronas , les llenaban el
» vientre de piedras, ó bien de pólvora, y luego le pegaban fuego.
» Otras desgraciadas fueron empaladas, y en esta espantosa pos
olura, desnudas por supuesto, colocadas por los caminos. Otras
372 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»fueron mutiladas de diversas maneras; cortábanles sobre todo los


» pechos, que aquellos antropófagos guisaban y comian . »
« Los hombres fueron ó descuartizados vivos á hachazos, ó col
»gados por sus genitores, ó desollados vivos ...)
» Muchos niños fueron conservados vivos y llevados al Piamonte
» por los asesinos de sus padres; y algunos valdenses de los mas
»notables de ambos sexos fueron conservados vivos con la esperanza
»de obtener un buen rescate ó por otras causas; pero la mayor parte
»de estos pereció miserablemente en los calabozos, y el marqués de
» Lucerna y Angrogne llevó su barbarie hasta dejar los cadáveres
» de los presos entre sus compañeros que les sobrevivian . Puede
» comprenderse lo que debieron sufrir en su salud y en sus senti
» mientos aquellos hombres, esperando la muerte cada dia, obligados
» á respirar , comer y dormir durante el verano en medio de los ca
á
» dáveres en putrefaccion de sus conciudadanos. )
» Despues de la matanza general, diéronse los soldados á perse
»guir á los fugitivos que no habian podido atravesar las fronteras,
»y que andaban errantes por bosques y montañas cubiertas de
»nieves eternas , estenuados por falta de fuego y de alimento. Perse
» guíales la muerte bajo sus formas mas horribles: ¡desgraciados los
» que eran descubiertos y alcanzados!
» Despues de saqucaulas las casas, se divirtieron en quemarlas;
»aldeas, cabañas, templos, casas aisladas, granjas, establos, nada
»se libró del fuego ó de las llamas por grande ni pequeño. El her
»moso valle de Lucerna, (esceptuando el Villar y algunas casas,
» reservadas para los soldados irlandeses, a quienes pensaban esla
»blecer en los valles , ) antes tan rico, se asemejó muy pronto a los
vardientes arenales del Egipto ( 1 ).» »

Petitbourg, comandante del regimiento francés, horrorizado al


ver tales excesos , dió su dimision, declarando lo siguiente :
« Ile sido testigo de muchas y grandes violencias y estremadas
» crueldades, ejercidas por los desterrados ( 2) del Piamonte y por
»los soldados, sin distincion de edad, sexo ni condicion : yo he vis
( 1 ) Los detalles de estos horrores se encuentran en la segunda parte de la historia de Leger en
las páginas 116 á 139 , quien los recogió y consignó por mano de notario y testimonios de tes
tigos oculares interrogados en todos los valles:
(2) Estos desterrados á que se refiere el comandante francés, eran una porcion de malbechores
piamonteses, a quienes habian ofrecido el perdon de sus crímenes si contribuian al esterminio de
los hereges. El lector apreciará en su buen juicio la moralidad de los que se servian de tales gen
tes y que empleaban medios semejantes para servir à la ' religion de Jesucristo, y los estragos que
causarian en los valles aquellos desalmados .
LOS VALDENSES . 373

» to degollar , descuartizar, ahorcar, quemar, violar y muchos es


»pantosos incendios. Cuando le presentaban los prisioneros al mar
»qués de Pianezza, le he visto dar órden de matarlos a todos;
»porque su Alteza no queria gentes de aquella religion en sus
otierras. »
Esparcióse en toda Europa la noticia de aquellos crímenes: las
naciones protestantes, Inglaterra, Holanda, Suiza y varios Estados
alemanes, enviaron socorros de dinero á los valdenses , é intervinie
ron con el Duque en su favor; y este , lo mismo que sus agentes,
hicieron lo posible por ocultar la verdad de lo ocurrido.

VI .

De todo el valle de Lucerna , solo la pequeña aldea de Rora, que


contaba apenas veinte y cinco familias, se libró de la destruccion del
dia 24 de abril. Quinientos soldados recibieron órden de trepar con
el mayor sigilo posible el tortuoso desfiladero que conduce á Rora,
y hubiera sido destruida y esterminados sus cien habitantes, si Jo
sué Jannavel que se retiraba con su familia por el mismo camino ,
acompañado de seis hombres armados, no los hubiera descubierto
á bastante distancia . Emboscose con sus compañeros en un lugar
tan bien escogido, que al llegar la cabeza de la columna enemiga
cerca de ellos , mataron á seis de la primera descarga; sin que pu
diesen descubrirlos ni saber cuantos eran los que les acometian .
Como el camino era estrecho, y no se veian unos á otros por las
muchas vueltas que daba, los certeros tiros de sus invisibles ene
migos esparcieron el terror en la columna , que retrocedió en la
mayor confusion, atropellándose unos á otros en la fuga , de tal ma
nera , que dejaron sesenta muertos en la senda y en los bar
rancos .

De esta manera escaparon los valdenses de Rora de la destruc


cion que les amenazaba, y al dia siguiente mandaron una comision
que llevase sus escusas junto con sus quejas al marqués de Pianez
za. Aquella astuta zorra , para adormecerlos y atraparlos mas fácil
mente , les dijo que él no habia mandado ninguna columna contra
ellos; que sin duda serian los bandidos piamonteses quienes les ha
bian asaltado; que habian hecho muy bien en castigarlos, y que él
daria las órdenes mas severas para que nadie les incomodase en lo
TOMO I. 50
374 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

futuro. Apenas se retiraron los valdenses de su presencia , escogió


seiscientos soldados entre los mas aptos para la guerra de montaña,
У los mandó á Rora por la via del Cassulet .
Jannavel y sus compañeros los descubrieron á tiempo. Su ejército
se habia aumentado hasta el número de doce pastores armados de
fusiles, pistolas y cuchillos, y de seis que solo estaban provistos de
hondas y cayados. Emboscáronse por el frente y flanco del camino
que seguian las católicos , y cuando los tuvieron bien cerca , arroja
ron sobre ellos tal lluvia de balas y de piedras, y tan bien dirigi
das que en pocos momentos hicieron morder el polvo á cincuenta ó
sesenta de sus adversarios; y el resto de la columna, no pudiendo
revolverse en el desfiladero en que estaba empeñada, buscó la sal
vacion en la fuga como el dia anterior. ¿Quién crecria que el mar
qués de Pianezza repitió aquella noche á los valdenses las mismas
seguridades que el dia anterior , y que á la siguiente mañana
mandó nuevecientos hombres en varias columnas para tomar la re
vancha de las vergonzosas derrotas sufridas por sus sicarios!
Imposible parecia que Rora pudiera salvarse. Una de las colum
nas llegó á apoderarse de algunas casas y del ganado ; pero los ca
tólicos, seguros de la victoria , se diseminaron mas de lo que de
bieran , y Jannavel y los suyos los acometieron con tanta fortuna, en
un sitio llamado Damasser , que les obligaron á retirarse sobre La
tour y el Villar , rescatando el botin У el rebaño que se llevaban .
Irritado Pianezza por tantas derrotas, reunió todas las tropas
disponibles para una cuarta acometida, agregándoles cuantos pai
sanos armados pudo recoger en Bagnols, Bargé, Famolace, Cavour
y otros pueblos inmediatos. El dia designado para el ataque , la co
lumna reunida en Bagnols, mandada por el fogoso Mario , llegó al
lugar de la cita antes que las otras, y deseando llevarse la gloria de
la jornada , se adelantó sin esperarlas, llegando sin encontrar re
sistencia hasta Rummer, donde las familias de Rora se habian re
fugiado. Mas allí se encontraron con Jannavel y sus diez y siete
compañeros , perfectamente parapetados. Cada uno de sus tiros de
piedra ó bala mataba un enemigo, y Mario vió su columna diez
mada sin poder desalojar á sus contrarios. El terror se apoderó
de sus soldados los cuales huyeron desordenamente, dejando sesenta
У cinco muertos en el campo de batalla.
Llegaron en el mayor desórden á un sitio llamado Petrocapello,
donde intentaron rehacerse ; pero Jannavel y sus heróicos compañe
LOS VALDENSES . 375

ros los habian seguido , sin que ellos se apercibieran, y acometién ,


dolos de repente, los pusieron en la mas desordenada fuga. Preci
pitándose unos sobre otros en el estrecho yY elevado sendero, á cuyos
piés corre entre rocas el rio de Lucerna, caian despedazados de ro
ca en roca, á la rápida corriente, que arrastraba sus mutilados ca
dáveres. Tal fué la muerte de Mario, á quien sacaron de las aguas
para ir a expirar en Lucerna, en medio de los mayores tormentos
físicos уy morales, causándose horror á sí mismo por las atrocidades
que habia cometido en aquel valle .
Apenas habian tenido tiempo Jannavel y su partida de sentarse
en una altura y tomar un ligero refrigerio, despues de su inespe
rado triunfo, cuando vieron otra columna enemiga procedente del
Villar, que trepaba la montaña por el opuesto lado, ignorando sin
duda el desastroso fin de la de Mario , y creyendo coger á los val
denses entre dos fuegos .
Jannavel corrió á situarse de la manera mas conveniente , descu
briólo el enemigo y destacó un peloton para que se adelantase, á
guisa de reconocimiento: dejáronlo llegar tan cerca, que les pidieron
9

el santo y seña . En lugar de responder, Jannavel y los suyos, los


llamaron para que se acercasen; y creyéndolos sin duda paisanos
católicos de la expedicion combinada, llegaron á ellos, y los valden
ses mataron á la mayor parte. Alguno que pudo escapar llevó
el desórden á la division , que se encontraba al descubierto en una
cuesta muy pendiente, y sin esperar a conocer el número de sus
enemigos, dieron a correr cuesta abajo, seguidos de los valdenses ,
que mataron gran número de ellos .
Despues de esta victoria, Jannavel, segun su costumbre, reunió
sus compañeros sobre una altura, y poniendo rodilla en tierra , die
ron gracias a Dios , áá cuya intervencion atribuian con la mejor buena
fé su fácil triunfo .

VII .

Tres dias despues de los sucesos que acabamos de referir, el


marqués de Pianezza intimó á los habitantes de Rora que fuesen á
misa en el término de veinte y cuatro horas, bajo pena de muerte.
-- « Preferimos cien mil veces mas morir, que ir á misa, » res
pondieron los montañeses .
376 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El marqués reunió ocho mil soldados de línea y dos mil paisanos


armados para esterminar aquellas veinte yy cinco familias, que tan
resueltamente se negaban á ir á misa. Y en verdad no sabemos que
admirar mas, si la tenacidad del vice -presidente del consejo para
la propagacion de la fé y la extirpacion de la heregia , ó la firme
za de aquellos humildes pastores que arrostraban tan espantosa
muerte por conservar ilesa en sus almas la creencia de sus ma
yores, que tenian por la verdadera .
El marqués dividió su ejército en tres columnas que se dirigieron
á Rora simultáneamente, una por el camino del Villar , otra por el
de Lucerna y la tercera atravesando las montañas que separan á
Rora de Bagnol.
En tanto que Jannavel y su gente resistian á la primera division ,
las otras dos llegaron al lugar donde sus familias se habian refu
giado , y reprodujeron en ellas los horrores del 21 de abril. Ciento
veinte personas de todo sexo y edad fueron asesinadas, prolongando
su agonía con los tormentos mas espantosos.
La mujer y las tres hijas de Janavel y algunos otros refugiados
de Vignes y Lucerna fueron guardados en rehenes.
Saquearon é incendiaron las casas , llevándose cuanto encontra
ron .

Pianezza escribió á Jannavel, ofreciéndole el perdon y la vida de


>

su mujer é hijas, si renunciaba á la heregía , y amenazándole en caso


contrario con poner a precio su cabeza y hacer morir en las llamas
á toda su familia .
He aquí la breve respuesta de Jannavel :
« No hay tormentos por crueles que sean , ni muerte lan bárbara,
» que yo no prefiera á la abjuracion. Si el Marqués hace quemar á
» mi mujer y mis hijas , las llamas no podrán quemar otra cosa que
» sus pobres cuerpos; y en cuanto a sus almas, las recomendaré á
» Dios lo mismo que la mia, en el caso en que le plazca permitir
» que caiga en poder de mis verdugos .»
Uno de los hijos de Jannavel, que apenas contaba ocho años de
edad, no cayó en poder de sus enemigos, y su padre lo condujo en
brazos , acompañado de su pequeña partida, al través de las neve
ras de las mas altas cumbres, á tierra de Francia, de donde volvió
despues de algunos dias de reposo , reforzado con algunos emigra
dos de los valles piamonteses bien armados y provistos de muni
ciones . Algunos fugitivos de las matanzas del 24 de abril se ha
LDS VALDENSES . 377

bian refugiado en las montañas de Bobbi , del Villar y de Angrog


ne , y se apresuraron á unirse á Jannavel .
Durante los combates de Rora , los otros valles fueron tambien
amenazados. Los señores del de San Martin hicieron lo posible por
inducirlos á someterse á la ley de la necesidad, advirtiéndoles que
una division del ejército estaba pronta á invadir sus pueblos , si no
cedian ; pero lejos de someterse, los valdenses tomaron las armas, y
se libraron por su enérgica actitud de la catástrofe que sufrieron los
de Lucerna. Los del valle de Perusa tambien tuvieron que sufrir
en aquella ocasion , aunque sus males no sean comparables á los pa
decidos en el valle de Lucerna .

VIII .

A mil quinientos hombres llegó la fuerza que reunieron los val


denses en sus montañas, á fines de mayo, si bien rara vez se vieron
juntos en un mismo campo de batalla . En combates sin cesar re
novados, obligaron á sus contrarios á descender de las montañas,
cuyas aldeas habian devastado ; y tomando la ofensiva , los acome
tieron repetidas veces con varia fortuna en sus mismos reales , y con
grandes pérdidas de los católicos . Sorprendieron la aldea de San Se
gundo llena de enemigos, la mayor parte irlandeses, de los que mas
atrocidades habian cometido en aquel desgraciado país, y los pasa
ron todos á cuchillo , incendiando el pueblo despues de saquearlo, ó
por mejor decir de recuperar lo que les habian robado; pues en él
habian amontonado los soldados católicos su botin. Poco despues ,
bloquearon á Latour, y se apoderaron de Crussol , que abandona
ron sus enemigos al verlos llegar, dejando en su poder su rebaño,
que los valdenses se apresuraron á conducir á los Alpes del Villar .
Tambien intentó Jannavel un golpe de mano sobre Lucerna ; pero
rechazado en dos ataques, tuvo que retirarse á las alturas de An
grogne, donde con trescientos hombres resistió los repetidos ataques
de mas de tres mil católicos . Ya habian estos perdido mas de qui
nientos hombres, cuando el capitan Jayer con su tropa vino á re
forzar á los valdenses, y a pesar de que el dia estaba ya muy ade
lantado , persiguieron al enemigo en la llanura , obligándole á reti
rarse á Latour y Lucerna , y matándole una cincuentena de soldados
378 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y tres capitanes de nombradía. Al final de la batalla, Jannavel cayó


herido, atravesado de una bala, y creyendo que iba áa morir, hizo que
lo condujeran á donde estaba Jayer, a quien entregó el mando. Lle
varon al herido al valle de Perusa en tierra de Francia, donde se
restableció pocoáa poco .
Jayer cayó en una emboscada con cincuenta de los suyos, y ro
deado por la caballería de Saboya , murieron todos menos uno , com
batiendo heróicamente .
Estas desgracias no desanimaron a los valdenses : el capitan Lau
rent , del valle de San Martin , un hermano de Jayer y muchos otros
se apresuraron á ocupar los peligrosos puestos de los que habian
caido combatiendo, y al principio de julio se vieron reforzados por
muchos correligionarios del Languedoc y el Delfinado. Descombies,
oficial de nombradía, obtuvo el mando en jefe, y Leger, de vuelta
de un rápido viage á Francia y á Suiza, se presentó con el coronel
Audrion en la montaña de Angrogne , en un paraje llamado la Ba
quera, en donde los valdenses habian construido algunas trincheras.
Temerosos de que se fortificáran y organizáran mas militarmente
que hasta entonces, las tropas católicas se apresuraron á acometerlos.
Advertidos los valdenses, se concentraron en un punto fortificado
llamado las Casses .

El ejército del Duque, dividido en cuatro cuerpos, dejó uno de re


serva, y acometió por tres puntos á un mismo tiempo; y despues de
un combate de diez horas, rompió las trincheras, persiguiendo a los
valdenses en su retirada hasta el pié de una altura tambien atrin
cherada, de donde no pudieron desalojarlos, aá pesar de que empeza
ban á faltarles pólvora y balas. Antes que rendirse, recurrieron á
las piedras, y desgajando de lo alto de las montañas, con sus hercú
leos brazos, grandes trozos de roca, les dejaban caer rodando sobre
sus enemigos , causándoles enormes destrozos; porque como una
vez lanzados, nada podia detenerlos en su velosísima caida, saltando
de pico en pico bajaban hasta el llano , donde llevaban el estrago has
ta las mismas reservas de los católicos . Viendo los valdenses el de
sórden introducido en las filas enemigas , salieron todos á un tiempo
de sus trincheras, y arrojáronse sobre ellos denodadamente con el
cuchillo en una mano y la pistola en la otra . Su victoria fué com
pleta . El ejército del Duque perdió mas de cuatrocientos hombres
entre muertos у heridos .
Al verlos entrar en Lucerna fugitivos , descontentos yy heridos , el
LOS VALDENSES . 379

síndico Bianqui, muy católico por cierto , tuvo , en mal hora para él ,
>

la ocurrencia de decir:
«En otros tiempos, se comian los lobos á los barbetas, pero aho
ora estos se comen á los lobos . »
Estas palabras le costaron la vida .

IX .

El 18 de julio por la noche, los valdenses en número de mil ocho


cientos hombres, de los cuales setenta ú ochenta iban a caballo, aco
metieron á Latour, y probablemente se hubieran apoderado de él por
sorpresa , si su nuevo general Descombies, que los mandaba por pri
mera vez , hubiera conocido mejor la intrepidéz de aquellos monta
ñeses . Perdió el tiempo en reconocimientos, yУ á la señal de alarma,
acudieron á socorrer el pueblo los regimientos piamonteses acanto
nados en Lucerna y en sus inmediaciones. Los valdenses desistie
ron de su empresa y se retiraron , incendiando antes el convento de
capuchinos y parte del pueblo, y llevándose algunos frailes prisio
neros .

Conociendo el Marqués de Pianezza la imposibilidad de reducir á


los valdenses por la fuerza , irritados como estaban hasta el último
estremo por las sangrientas traiciones de que habian sido víctimas
y temeroso de que, dirigidos por jefes militares inteligentes, lo pu
sieran en gran aprieto, propuso una tregua, que concluyó mas tar
de por un tratado de paz .
Entretanto, las grandes potencias protestantes de Europa babian
hecho oraciones y plegarias por la libertad de sus correligionarios,
y pedido por medio de sus embajadores á luis XIV , y á Carlos Ma
nuel , que dejasen en paz á los valdenses. Echándola de generosos,
el rey de Francia y el duque de Saboya les vendieron el favor de
tratar con los valdenses por consideracion á ellos , aunque fuese en
realidad por la imposibilidad de esterminarlos á fuerza de armas .
Luis XIV, cuya terrible conducta con los hereges verémos en
otra parte de esta obra , representó el papel de mediador con su pri
mo el duque de Saboya ; y este , por deferencia al unico rey cató
lico que parecia interesarse por los valdenses , rechazó las ofertas
de mediacion de los principes protestantes, y envió á Pignerol , pue
380 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

blo entonces francés, para que redactara el tratado, al embajador


de Francia en union con los comisionados de los valdenses,
Muchos dias duraron las conferencias, y hasta el dia 18 no se
firmó la paz .
Ni unos ni otros se dieron por satisfechos con el tratado: los ca
tólicos , porque se garantizaba á los valdenses la libre práctica de
su religion, y se les eximia de contribuciones durante cierto nú
mero de años ; y los valdenses , porque perdian el derecho de prac
ticar su culto en las aldeas fronterizas, dónde el número de católicos
era mayor que el de vecinos protestantes, prohibiéndoles además
habitar en otras donde vivieron sus antepasados en otro tiempo.
Como en los tratados precedentes, reservóse el Duque el derecho
de celebrar misas y mantener sacerdotes y monjas en los lugares
donde lo tuviese por conveniente; y para cubrir las apariencias, los
valdenses pasaron por la humillacion de que , en el preámbulo del
tratado, fuesen considerados como rebeldes á quienes su principe
perdona sus faltas .
El gobierno de Turin imprimió despues el tratado, é intercaló en
él un artículo que no estaba en el original, y que consistia en la
construccion de un nuevo fuerte en Latour. En vano protestaron
contra tal supercheria: ellos eran demasiado pobres y humildes
para que sus quejas fuesen oidas en Turin y en Versalles, una vez
depuestas las armas.
Así terminó en 1655 el proyecto del consejo de la propaga
cion de la fé católica y de la extirpacion de la heregía , de ester
minar por el hierro y el fuego los hereges de los Alpes piamonte
ses ; verdadera humillacion de la fuerza bruta , que se vió reducida
á tratar como de potencia á potencia con los representantes de unos
pobres y humildes pastores, teniendo que reconocerles en solemnes
tratados el derecho de adorar á Dios como mejor les pareciese, con
perjuicio notable del prestigio y propagacion de la religion misma,
en cuyo beneficio pretendian emplear las armas condenadas por ella.
CAPITULO X.

SUMARIO .

Reconstruccion del fuerte de Latour . – Atropellos y maldades de la guarni


cion ,-Procesos contra los valdenses en Turin .- Prohibicion del culto he
rético en San Juan . - Desobediencia de los valdenses. Leger y su influencia .
-Persecucion de los valdenses por los bandoleros, protegidos por el duque
de Saboya . - Fuga á los montes .-- Ordenes del gobernador para que volvie
ran . - Susefectos . - Luchas. - Buena fé de los valdenses .-Derrota del ejército
católico mandarlo por Fleuri .- Intervencion de las naciones protestantes y
de Luis XIV en favor de los valdenses . - Conferencias en Turin .- Edicto de
pacificacion . - Defensa de la causa del Duque por los valdenses contra los
genoveses .

1.

Despues de tantas inútiles tentativas para destruir a los valden


ses ó hacerles abandonar sus errores por la fuerza ó por la astucia;
despues de haber sufrido tantas humillaciones, como lo eran el
verse obligados á tratar con ellos, reconociéndoles como un derecho
la práctica de su religion , que consideraban como un crímen , pare
cia probable que los dejasen en paz cultivar sus campos , apacen
tar sus ganados y adorar a Dios á su manera . Mas no fué así : el
último tratado de paz, lo mismo que los precedentes, no eran en el
ánimo de sus adversarios otra cosa que treguas, hijas de las cir
cunstancias, durante las cuales debian prepararse para continuar
de nuevo su obra de destruccion .
Ya hemos dicho que introdujeron fraudulentamente en el tratado
de Pignerol un artículo, por el cual se reservaban el derecho de re
construir el fuerte de Latour, demolido por los franceses en 1593.
Tomo I. 51
382 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.

Apenas firmado el tratado, emprendieron la construccion , no de un


fuerte, sino de una verdadera ciudadela.
Los valdenses , que recordaban los males que desde el demolido
fuerte les causaran el conde de la Trinidad, Castrocaro, y otros
capitanes mandados por el Duque ó por el Papa , reclamaron inne
diatamente , y recurrieron a la mediacion de los representantes de
los cantones suizos en la corte de Turin . Pero sabido es que, para
los gobiernos constituidos, el disimulo y otros vicios análogos son
á veces medios habituales de gobierno, que la diplomacia convierte
en virtud .
Hé aquí en resúmen la respuesta de los gobernantes de Turin :
« No se alarmen ustedes por las obras emprendidas en Latour:
» probablemente no se acabarán nunca, y solo se han comenzado
» por salvar el honor del Duque .»
Los agentes suizos, que debian ser demasiado sencillos para ser
buenos diplomáticos, creyeron á los de Turin al pié de la letra. Los
valdenses, desengañados por tantas traiciones, no los creyeron tan
fácilmente ; pero , sin embargo. obedientes comosiempre a su sobe
rano , se sometieron por no ver en ello ningun atentado contra
su fé.
Antes de un año , la fortaleza estaba concluida, armada y provista
de una fuerte guarnicion, que se entregaba impunemente a los ma
yores escesos. Si los valdenses se quejaban, el gobernador les decia
que, cuando sufriesen algun ultraje, arrestasen á los culpables y se
Jos presentarán; y cuando lo hacian así , los ponia en libertad en
cuanto los valdenses volvian la espalda.

I.

No contentos con tales atropellos, intentaron deshacerse de los


principales habitantes de los valles por otro medio.
Treinta y dos de ellos , entre los que se contaba el capitan Janna
vel , fueron citados judicialmente para dar una declaracion en Turin,
y aquella vez fueron bastante cautos para no caer en el lazo . I'na
vez dentro del territorio donde estendia su jurisdiccion la Inquisi
cion , ¿ quién hubiera podido librarlos de sus garras? Fuera de sus
valles, como súbditos del Duque, estaban sometidos á las leyes del
Piamonte, y mientras que á fuerza de paciencia y de armas habian
LOS VALDENSES . 383

conquistado el derecho de practicar su religion en sus hogares li


bremente, el profesar esta misma religion en Turin era un crímen,
cuyo conocimiento incumbia á la Inquisicion, siquiera no se hubiera
manifestado por ningun acto externo. Bastaba que el acusador es
pusiera que no era católico romano, para ser quemado vivo .
Pasado el término, citaronlos segunda vez , y no presentándose,
les intimaron en la tercera que serian condenados en contumacia ,
si no se presentaban. Uno solo entre los treinta y dos , llamado
Juan Fina, de Latour, se presentó ante el senado de Turin, quien
lo tuvo un año en prision, de la cual salió sin que lo hubiesen ca
reado con sus acusadores.
Los otros fueron condenados por contumacia , unos á galeras , y
otros á muerte. Todos sus bienes fueron confiscados y sus cabezas
puestas á precio. Prohibieron bajo graves penas que se les diese
asilo, y todo el mundo estaba obligado á perseguirlos y á presen
larlos .
Esta condena fué un nuevo pretesto para violar el domicilio
y causar á los valdenses toda clase de vejámenes, que estos lleva
ron con paciencia segun su costumbre. Mas no sucedió así cuando
en 1657 se les prohibió, en toda la estension de la Iglesia y aldea
de San Juan , el ejercicio público de su cullo, incluyendo los cate
cismos, las oraciones y hasta las escuelas. Esta medida, obra del
Consejo para la propagacion de la fé y la extirpacion de la heregia,
era contraria á los tratados, y aunque inútilmente , los valdenses
reclamaron contra ella. Por consejos de Leger y otros paslores y
notables resolvieron no obedecerla, continuando como anterior
mente la práctica de su culto .
Leger y otros siete valdenses fueron citados judicialmente á Tu
rin , y como no se presentaran a la primera ni la segunda citacion ,
en la tercera especificaban el delito de que los acusaban , y que con
sistia , el del pastor en haber enseñado su doctrina , y el de los
>

otros en haberla escuchado .


Conociendo la suerte que les esperaba, puesto que sus enemigos
eran jueces y parte , no se presentaron. Leger se ocultó y fué con
denado á muerte, y á seis años de galeras y confiscacion de bienes
sus consortes. Pero no considerándolos seguros en los valles , sus
correligionarios mandaron á Leger al extrangero para que obluviese
la mediacion de los gobiernos protestantes para con el duque de
Saboya .
384 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Apenas supieron en Turin el viaje de Leger al extrangero, lo con


denaron por segunda vez á ser ahorcado y su cadáver colgado
por un pié en la horca durante veinte y cuatro horas, cortada des
pues la cabeza y expuesta al público en la aldea de San Juan . Su
nombre puesto en el registro de los bandidos mas famosos, sus ca
sas quemadas y arrasadas. La sentencia se ejecutó en su efigie.
Sus bienes fueron confiscados y arrasadas sus casas . Lo mismo hi
cieron con el capitan Jannavel .

III .

Los escesos de la soldadesca y de sus jefes comenzaron con nue


vo ardor en los valles . Paolo de Berges, condenado por asesino é
indultado por el Duque , se estableció en el valle con otros trescien
tos bandidos seguros de la impunidad, mientras no acometian mas
que á los valdenses ; y segun algunos historiadores, obraba de
acuerdo con Bagnols , gobernador de Latour .
Las atrocidades de unos y otros fueron tales que , en 1662 , los
habitantes de San Juan , Latour, Rora , y Vigne de Lucerna , tuvie
ron que abandonar la parte baja de los valles y refugiarse á las
cumbres sin tener tiempo siquiera de recoger las cosechas .
Los soldados se apoderaron de sus casas y las saquearon ; y como
si su fuga fuese un crímen, Bagnals ordenó el 19 de mayo
de 1663 , en nombre de S. A. y bajo las penas mas severas, que
2

volviesen en el término de tres dias a sus hogares, óo que se presen


taran arrestados en el fuerte sin distincion de sexo ni edad .
Algunos cometieron la imprudencia de volver á sus hogares en
el término prefijado por el gobernador, y se vieron inmediatamente
acometidos por sus tropas. A Esteban Gay le cortaron la cabeza, y
á su hermano herido lo encerraron en el fuerte con mujeres y ni
ños , a quienes hicieron sufrir tormentos indecibles . El 25 de junio
se repitieron las mismas escenas ; hasta que agotada su paciencia,
los valdenses recurrieron a las armas otra vez para defenderse
contra sus opresores .
Jannavel y los condenados por contumacia formaron el núcleo de
la resistencia . Reunidos en número de dos á trescientos , se hicieron
temer de Bagnals y de los bandidos de Paolo de Berges; y se ven
garon en las aldeas habitadas por los católicos de los saqueos
!
LOS VALDENSES . 385
y despojos de que habian sido víctimas , proveyéndose de ví
veres .

Ya hemos dicho que el comandante del fuerte de Latour ordenó


á las familias fugitivas que volvieran á sus hogares el 25 de junio :
Jannavel se lo prohibió, y el marqués de Fleury y de Angrogne apa
reció entretanto á la entrada del valle de Lucerna, al frente de un
ejército, que cercó la aldea de San Juan . Los valdenses, indecisos
basta entonces , corrieron de todas partes á las armas, engrosando
la pequeña hueste de Jannavel , y la guerra se desarrolló en mas vas
tas proporciones.
Varios hechos de aquella campaña prueban de tal manera la
buena fé de los valdenses y su amor al Príncipe contra cuyas tro
pas habian tomado las armas , que no podemos menos de citar al
gunos .
Los valdenses cerraban el paso del camino que conduce al fondo
del valle de Lucerna, de tal modo que las tropas del Duque no po
dian abastecer de víveres el fuerte de Mirebouc, situado en las mon
>

tañas hacia la frontera de Francia , y á la sazon desprovisto de vi


veres y municiones .
Los generales del Duque recurrieron a los naturales de las aldeas,
pidiéndoles que dieran a su soberano una prueba de su lealtad y
buenas intenciones, conduciendo el convoy al castillo, asegurándo
les que,, si consentian en ello , se restableceria la paz . La oferta fué
aceptaba : los valdenses llevaron á Mirebouc los víveres y muni
ciones , que debian poner á sus enemigos en estado de cerrarles el
camino de Francia . Prefirieron comprometer su libertad mas de lo
que estaba , á negar al Duque una prueba mas de sus pacíficas in
tenciones .
Fleury entretanto se dirigió al corazon de los valles , para atacar
las alturas de la Baquera entre Angrogne y Pramol.
El 6 de julio al romper el dia, treparon por cuatro puntos dife
rentes, San Segundo, Briqueras , la Costiere de San Juan y el Ciabas.
Los dos primeros cuerpos á las órdenes de Fleury formaban un
efectivo de cuatro mil hombres , y se reunieron sobre la colina de
Pians , entre el valle de Lucerna y el de Perusa , donde formaron un
campo atrincherado antes de intentar forzar el estrecho paso llama
puerta de Angrogne , ocupado por los valdenses . Los otros dos
cuerpos de la misma fuerza, mandados por Bagnals, treparon las
cuestas de Angrogne por el lado de San Juan y de Latour, llevan
386 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

do ante ellos siempre en retirada seis ó setecientos valdenses, hasta


que subieron a las rocas de Roccamaneot, donde se hicieron fuer
tes , rechazaron al ejército católico diezmándolo y persiguiéndolo has
ta la llanura, en la que no se atrevieron á entrar por miedo á la nu
merosa caballería que los aguardaba. Dejando en observacion so
bre las alturas una parte de sus fuerzas, el resto voló al socorro de
los que atacaba Fleury del otro lado. En cuanto el pequeño grupo
que defendia la puerta de Angrogne vió llegar á sus correligiona
rios vencedores, se dispuso á tomar la ofensiva.
Boirat de Pramol y otro se adelantaron, arrastrándose por el
suelo tras de las rocas, hasta el campo atrincherado; y matando ca
da uno un centinela, entraron dando gritos de victoria y adelante,
empezando por matar otros cuatro soldados. Sus compañeros baja
ron precipitadamente y penetraron en el campamento . Sorprendi
dos y desconcertados, los piamonteses no pudieron llegar á formar
se en batalla, y cada uno buscó su salvacion en la ligereza de sus
piernas. El mismo Fleury no fué de los últimos en apelar á la
fuga.
El ejército ducal , tan fácilmente vencido, tomó la revancha algu
nos dias mas tarde, sorprendiendo á Rora, degollando un destaca
mento de veinte y cinco valdenses y reduciendo á cenizas las vein
te y cinco casas de la aldea de Santa Margarita.
A pesar de estas pequeñas ventajas, que no compensaban sus
anteriores derrotas, Fleury fué separado del ejército, cuyo mando
entregó al marqués de San Damian, quien nada sin embargo pudo
hacer, aunque recibiera nuevos refuerzos; porque la corte de Turin ,
como otras tantas veces , entró en negociaciones, de las que espera
ba sacar mejor partido que de la fuerza de sus armas .

IV .

Holanda, Inglaterra, Suiza y el mismo Luis XIV , deseoso de com


placer á los gobiernos de dichos países , influyeron con sus recla
maciones en favor de los valdenses en el ánimo del duque de Sa
boya.
Serbient, embajador del rey de Francia , que fué uno de los fir
mantes del tratado de Pignerol, fué á Turin con objeto de procurar
una avenencia por ambas partes en el verano de 1663. Tambien acu
LOS VALDENSES . 387

dieron los representantes de Suiza; pero no fueron admitidos como


árbitros , sino como defensores y protectores de los valdenses . Es
tos enviaron á Turin mas tarde ocho diputados; pero á penas hacia
ocho dias que habian llegado, cuando se esparció la noticia de un
ataque dado el 25 de diciembre en toda la línea de defensa de los
valdenses.
Mas de doce mil hombres habian acometido á mil dos cientos ,
que los habian rechazado en todas partes con grandes pérdidas ;
pero se indemnizaron saqueando y destruyendo algunas aldeas del
llano en el valle de Perusa, entrando en territorio francés para co
gerlas de sorpresa . Los representantes suizos se quejaron amarga
mente á Luis XIV , aunque sin gran provecho para los valdenses.
Los representantes de los valles quisieron retirarse al saber la vic
toria de sus correligionarios; pero el gobierno de Turin los tran
quilizó proponiendo y firmando una tregua de doce dias, que se fué
renovando de ocho en ocho, hasta la conclusion de las negociaciones
en febrero de 1661.
Las conferencias empezaron en el Ayuntamiento de Turin, el 17
de diciembre de 1663. Por parte del Duque asistian el astuto y
cruel marqués de Pianezza y los consejeros de Estado Truchi de
Gresy y Perrachino, que nueve años antes representaron al Duque
en las conferencias de Pignerol. Los embajadores de los cantones
suizos asistian como testigos y defensores de los valdenses, que es
taban representados por ocho delegados.
Los ministros del Duque acusaban a los valdenses de rebelion ,
imputando á la poblacion entera la resistencia y los crímenes de los
fugitivos de la justicia que babian sido condenados en rebeldía, di
ciendo que debieron entregarlos á sus jueces, y quede no hacerlo así
se hacian responsables y cómplices de sus delitos. Tambien consi
deraban los ministros como un crimen baberse retirado a las mon
tañas , abandonando sus hogares contra las terminantes órdenes de
Bagnals, y por último, haber tomado las armas contra las au
toridades del Duque. Facil fué á los valdenses demostrar, que los
responsables de esto eran dichas autoridades por sus ilegalidades y
atropellos . De esta manera parecia poco menos que imposible lle
gar á entenderse; unos pedian la sumision de los rebeldes, otros
pedian que se les hiciese justicia para deponer las armas, y solo á
los perseverantes esfuerzos de los embajadores suizos se debió el po
nerse de acuerdo sobre algunos puntos, que sirvieron de base para
388 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

el edicto de pacificacion ó patente , concedida por Carlos Manuel el


14 de febrero de 1664 á sus vasallos valdenses .
El edicto tenia la forma de una amnistía .
El soberano consentia en perdonar .
Sin embargo, por el interés de su gloria y el mantenimiento de
su autoridad, se reservaba una satisfaccion y una garantía de obe
7

diencia , que deberian darle los valdenses ,, consintiendo su Alteza en


someter la decision de estos dos puntos al arbitrio de S. M. Luis
XIV, por consideraciones á los Príncipes y Repúblicas que habian
intercedido por ellos .
Con algunas restricciones respecto al culto en la aldea de San
Juan , este edicto sancionaba las principales ventajas en materia de
religion obtenidas por los valdenses en el tratado de Pignerol ; mas
era desventajoso para ellos en otras cosas .
Quedaban excluidos de la amnistía los treinta y tantos condena
dos en rebeldía anteriormente, y se prohibia para lo sucesivo á las
corporaciones de los valles ponerse de acuerdo ni obrar en comun
para solicitar ni reclamar nada del Duque .
La satisfaccion y la garantía de obediencia que el Duque recla
maba de los valdenses , se reducian á la friolera de dos millones de
francos y á los puntos siguientes:
« 1. ° Que un delegado católico asistiese á todos los sínodos ó
» asambleas de los valdenses.
» 2.° Que los ministros no pudieran ocuparse de asuntos políticos ,
» y que las corporaciones no pudiesen tratar de sus intereses civiles
» y políticos mas que separadamente.
» 3.° Que se construyesen á expensas de los valles tres ó cuatro
» fuertes, cuyas guarniciones, compuestas de soldados del Duque,
» deberian ser mantenidas por los habitantes de los valles . »
Los gobiernos de Inglaterra, Holanda y Suiza se dirigieron á
Luis XIV , quejándose de la exorbitancia de las pretensiones de su
primo de Turin . El rey de Francia , que deberia tener por en
tonces sus motivos para no desairar á los gobiernos de las naciones
mencionadas , dió largas al asunto , dando al cabo de tres años su
sentencia . Al mismo tiempo que declaraba culpables de rebeldía á
los valdenses, reducia á cincuenta mil francos pagaderos en diez
años los dos millones que reclamaba el Duque y la garantia de obe
diencia á un juramento de fidelidad yУ á la presencia de un diputado
del Duque en las asambleas de los valdenses.
LOS VALDENSES . 389

Rebajar de esta manera las exigencias del Duque , ¿no equivalia


á reconocer que la razon estaba de parte de los hereges?
Por entonces cumplió el Duque lo pactado, y no tuvo por qué ar
repentirse. En la lucha que sostuvo contra los genoveses en 1672 ,
los bravos valdenses tomaron las armas en su defensa, y se condu
jeron tan admirablemente, que el Duque no pudo menos de mani
festarles su aprobacion en una carta llena de alabanzas.
El resto de su reinado, que concluyó con su muerte el 3 de ju
nio de 1678 , fué para los valdenses una época de paz y de tran
quilidad como hacia mucho tiempo no habian gozado otra . Pero la
revocacion del edicto de Nantes por Luis XIV dió origen á nuevas
persecuciones, que arrastraron los valles á su ruina , como tendre
mos ocasion de ver en el capítulo siguiente.

Tomo I. 52
CAPITULO XI.

SUMARIO.

Revocacion del edicto de Nantes y sus efectos en el Piamonte.- Alianza de


Luis XIV y del duque de Saboya contra los valdenses . - Inutiles esfuer
zos de los gobiernos protestantes para conjurar la tempestad . - Mediacion
de la Suiza . - Preparativos de guerra . - Desigualdad de las fuerzas . - Pri
mera victoria de los valdenses contra los franceses . - Deguello de las mu
jeres y niños y saqueo general del valle de San Martin por los franceses.
Capitulacion de los defensores de Angrogne . - Crueldad y barbarie de los
solidados piamonteses,-Prision de catorce nil valdenses.- Suplicio de Lei
det. - Destruccion de las aldeas y de las haciendas de los valdenses en los
valles . - Desesperada lucha de los valdenses fugitivos . - Nuevas instancias
de los cantones suizos en favor de los prisioneros.-- Expatriacion en masa .
-Viaje á Suiza en el rigor del invierno . - Caridad de los comisionados suizos .

1.

Un rey tristemente célebre, á quien su siglo dió el sobrenombre


de Grande, quiso expiar las faltas de su vida disoluta, obligando á
los protestantes de sus reinos á adoptar por fuerza la religion católi
ca. Y no contento con arrebatar á sus vasallos que no profesaban esta
religion sus derechos civiles, y con revocar el edicto de Nantes que
les garantizaba su libre culto, escribió á su primo el joven duque
de Saboya, incitándole al esterminio de los valdenses. Victor Amadeo
rehusó al principio; pero haciéndole comprender el embajador de
Francia que , si él no se consideraba bastante fuerte para tal empre
sa, su amo se comprometia con catorce mil hombres á arrojar á los
valdenses de sus valles , salvo guardar para sí las tierras que sus
tropas ocupasen , el duque de Saboya prefirió acometer la hazaña á
sufrir los perjuicios que le resultarian de que fuese su poderoso
vecino el perpetrador.
LOS VALDENSES . 391

Un tratado se concluyó entre Luis XIV yy Amadeo II , por el cual


Luis se comprometió a ayudarle con un ejército para extirpar los
hereges de los alpinos valles .
Con el conocimiento que tenemos de la firmeza, de su carácter
yV del profundo sentimiento de la fé religiosa que los animaba, po
dremos formar idea del efecto que produciria á los valdenses el edic
to del 31 de enero de 1686 , ordenando la supresion de todo culto
religioso que no fuese católico , apostólico y romano, bajo pena de
la vida y confiscacion de bienes; la demolicion de sus templos, la
proscripcion de sus sacerdotes y maestros de escuelas y el bautismo
de todos los niños, que deberian ser entregados al clero católico para
>

educarlos en su fé.
El terror se apoderó de todos los corazones . Si no podian con
mover al Duque con sus súplicas , no les quedaba otro recurso que
tomar las armas para defender su libertad consignada en leyes ,
edictos y tratados y perecer en la demanda .
Todo lo que pudieron obtener fué un plazo en el cumplimiento
del edicto, y como las tropas francesas y piamontesas empezaban á
concentrarse al pié de los valles , los valdenses tomaron algunas
precauciones y se prepararon a la defensa .
En vano los gobiernos protestantes de Europa acudieron al Du
que en favor de los valdenses. Los representantes de los cantones
suizos presentaron una larga Memoria a la corte de Turin , en la que
se demostraba la bajeza de su conducta bajo cualquier punto de
vista que se juzgase. El ministro de Estado de Amadeo II les dió á
entender bien claramente , que el rey de Francia le obligaba, á pesar
suvo, al esterminio de los hereges en sus Estados.
La asamblea de los delegados valdenses oyó consternada las es
plicaciones que los agentes suizos les dieron sobre la imposibilidad
de obtener cosa alguna de la corte de Turin . Lo único que se les
concedia , á peticion de los suizos, era la emigracion en masa á la
República helvética . Pero , ¿cómo era posible que quince ó diez y
seis mil personas , casi en su totalidad labradores, abandonasen sus
casas y haciendas para ir á vivir de la caridad agena en pais ex
trangero y harto pobre por sí mismo ? Difícil era aunar todas las vo
luntades. Unos querian defenderse á todo trance; otros esperaban
ablandar al Duque, y no faltaban quienes estuviesen dispuestos á
emigrar . Sin resolverse á nada definitivamente, mandaron una car
ta á los delegados suizos , facultándoles para entenderse con el Du
392 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

que , y sometiéndose de antemano á lo que ellos resolvieran . Pero el


gobierno de Turin no quiso entenderse con los enviados suizos , si
no directamente con los valdenses , á los cuales prometió dejar emi
grar á los que quisieran . De esta manera esperaba que , libre de los
mas fanáticos y recalcitrantes, podria obligar al resto a entrar en la
religion católica . Lejos de desunir á los valdenses con este plan
solo consiguió unirlos y excitarlos a la resistencia .
Segun su costumbre, empezaron por orar, ayunar y comul
gar .

II .

Víctor Amadeo pasó al pié de los Alpes revista á su ejército, el


mas numeroso de que hasta entonces hubieran tenido que defen
derse los valdenses, y á las tropas francesas mandadas por Cati
nat , compuestas de varios regimientos de caballería, siete ú ocho
batallones de infantería y parte de las guarniciones de Pignerol y de
Casal .
Los valdenses reunieron dos mil quinientos hombres. A penas
llegaban á ser uno contra doce, desventaja mayor de lo que pa
rece; porque debiendo ser atacados por muchas partes á un tiempo,
tenian que diseminar sus fuerzas .
El 22 de abril, los ejércitos combinados se pusieron en marcha
>

divididos en varios cuerpos. Los del Duque entraron en el valle de


Lucerna, conducidos por Gabriel de Saboya, tio de su Alteza . Los
franceses tomaron el camino de los valles de Perusa y San Martin .
Estos siguieron la orilla izquierda del Cluson , y al llegar cerca de
>

gran aldea de San German , Catinat destacó una division de infan


tería y caballería para arrojar de ella á los valdenses, mientras él
marchaba adelante con el grueso de sus fuerzas.
Los defensores de San German eran doscientos, y no pudiendo
defender la aldea, se parapetaron cerca de Pramol. Atacoles el co
ronel francés Villevieille con la impetuosidad característica del sol
dado francés : diez horas duró el ataque , y aunque los valdenses se
batian uno contra seis , les obligaron á volver caras , persiguiéndolos
sin dejarles rehacerse hasta mas allá de Cluson . Villevieille tuvo ,
para salvarse , que guarecerse con cincuenta ó sesenta hombres en
LOS VALDENSES . 393

la iglesia de San German, donde bubiera tenido que rendirse , si du


rante la noche no hubieran ido sus compatriotas á socorrerlo con
fuerzas considerables . Quinientos hombres costó á los franceses
aquella derrota.
Catinal encontró sin defensa el valle de San Martin . Los babi
tantes habian mandado comisionados á Turin , diciendo que se so
>

metian al ediclo del 9 de abril, y que estaban prontos á expatriar


se; pero los franceses no los trataron mejor que si se hubieran
sublevado . No se contentaron con saquear, quemar y violar: asesi-
naron , sin distincion de sexo ni edad , á cuantos no pudieron bus
>

car en los montes un amparo contra sus barbaries.


Dejando en el valle de San Martin parte de sus tropas, Catinat
pasó los montes por su izquierda y fué á caer sobre el valle de Pra
mol donde sus soldados cometieron los mismos excesos .
Al saber estas noticias los doscientos valdenses atrincherados en
tre San German y Pramol , viéndose cortados, abandonaron el pues
to y se reunieron en el distrito de Peumion á sus hermanos de Pra
mol , San German , Prarustin y Rocheplatte.
El ejército de Saboya atacó entretanto el valle de Lucerna. Lle
gó el 22 de abril á San Juan: con su artillería y caballería des
pejó el llano de valdenses, y acometió en seguida el valle de Angrog
ne defendido por quinientos montañeses. Un dia entero duró aque
lla lucha sin igual, sin que el ejército del Duque lograra apoderarse
de las trincheras defendidas por sus enemigos. Desgraciadamente
para estos , al saber el dia 21 que sus hermanos del valle de San
Martin no se habian defendido y que los doscientos de San German
tuvieron que retirarse para no verse cortados por los franceses, y
que ellos mismos no tardarian en verse atacados por la retaguardia,
parlamentaron con Gabriel de Saboya , ofreciendo rendirse, si les ga
rantizaba la retirada del Piamonte, ofrecida en el edicto del 9 de
abril. El tio del duque de Saboya se lo prometió por escrito en una
carta en que les decia :
« Entregad las armas y confiad en la clemencia de su Alteza real :
»con estas condiciones , os doy la seguridad de que se respetarán
«yuestras personas y las de vuestras mujeres é hijos. »
Los valdenses entregaron las armas , y el ejército piamontés ocu
pó sus trincheras. So pretexto de conducirlos á presencia de su Alte
za para hacer ante ella su sumision, se llevaron los hombres á Lu
cerna, donde los retuvieron prisioneros , mientras las mujeres yy ni
394 AISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
ños fueron víctimas de la salvage brutalidad de la soldadesca , que
repetia en presencia del tio de su Alteza crímenes no menos horren
dos que los descritos en otros capítulos de este libro .
En el Pradotour, antiguo baluarte de los valles , donde habian re
tirado sus familias y sus bienes mas preciosos los de Angrogne, San
Juan y Latour, se repitió la misma maldad. Engañados con falsas
promesas, y desanimados al saber la capitulacion de sus correligio
narios de los otros valles , depusieron las armas para ser tratados de
la manera mas indigna. Por último, lo mismo sucedió en todos los
valles . Los postreros que depusieron las armas , fueron los de Bob
bi , despues de una heróica defensa.
Si nos detuviéramos á referir los horrores á que se entregaron
aquellos soldados que tomaban el título de propagadores de la
fé, necesitariamos un volúmen y lectores de corazon empedernido
para poder llegar hasta el fin. Las historias de donde extractamos
este libro , están llenas de detalles espantosos, que parecerian increi
bles, si no estuvieran conformes en atestiguarlo los autores de am
bas parcialidades.
Todos los prisioneros fueron amontonados en las cárceles de Lu
cerna. Habíanles prometido que despues de hacer juramento de
sumision ante su Alteza , los enviarian á sus casas , donde podrian
decidirse por la expatriacion ó por el catolicismo.
En lugar de esto, los repartieron en las plazas fuertes en número
de catorce mil almas; pero no reunidos por familias, sino separados
por sexos . ¡Las
i madres no sabian donde estaban sus bijos, los ma
ridos ignoraban el paradero de sus esposas, los hijos no sabian el
de sus padres !
Cerca de dos mil niños de ambos sexos fueron repartidos en
tre las familias católicas del Piamonte . Muchas ejecuciones tuvieron
lugar , sobre todo de pastores.

III .

Leidet, ministro de Prali, fué ahorcado, resistiendo cuanto hicieron


una docena de religiosos desde el dia de su prision hasta el momento
de su muerte , para que abandonase su heregía y adoptase la religion
católica. La tranquilidad con que aquel hombre subió al cadalso y
LOS VALDENSES . 595

el fervor con que dirigió al cielo su última plegaria, concluyendo


por exclamar como Jesucristo : « Padre mio, en tus manos encomien
» do mi alma , » admiraron y conmovieron a todos los circuns
tantes .
Victor Amadeo habia triunfado.
Luis XIV debia estar contento .
Desde los jardines del palacio de Lucerna, á donde el Duque de
Saboya fué á saborear el placer de la victoria, pudo contemplar la
obra de sus soldados. Las campiñas estaban desiertas, los árbo
les talados , ni hombres ni ganados interrumpian con sus voces
y balidos el lúgubre silencio de la escena . Las aldeas parecian ce
menterios, y si el humo se elevaba en los aires, no era el del alegre
hogar á cuyo alrededor se agrupaba una familia tranquila, sino el del
incendio mal apagado. Acá y acullá , los lobos y las aves de rapiña
buscaban los cadáveres de las víctimas insepultas en las calles y
en los caminos.
Entonces creyeron los enemigos de los valdenses en la eficacia
del hierro y el fuego para la extirpacion de la heregía, pareciéndoles
purgados para siempre de tan negra mancha los valles alpinos.
¡Cuánto se engañaban! El hierro y el fuego no llevan al alma el
convencimiento , y la heregía se burlo de su violencia , re
toñando de nuevo en aquellas asperezas, donde seiscientos años de
persecuciones no bastaron á extinguirla y donde todavia sobrevive
á sus perseguidores .
No todos los valdenses se habian entregado: en los bosques , en
las cavernas y en las rocas mas encumbradas se ocultaron algunos
fugitivos, y cuando los franceses y una parte de las tropas piamon
tesas se retiraron , salieron de las madrigueras, se pusieron de
acuerdo y se ayudaron reciprocamente. Obligados con frecuencia á
bajar á los sitios habitados, para buscar alimento, pronto llegaron á
hacerse temibles á sus adversarios, que nunca lograron intimidar
los ni alcanzarlos .
No pudiendo deshacerse de ellos , ofreciéronles salvo -conductos
para emigrar al extrangero; pero no los admitieron desconfiando con
razon , sino á condicion de que pusieran en sus manos cierto nú
mero de rehenes que unas bandas guardaban en los montes , basta
que las otras habian traspuesto la frontera. Tambien exijieron y
obtuvieron la libertad de sus parientes y de otras personas que de
396 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bian acompañarlos . De esta manera llegaron á Suiza en el mes de


noviembre tres bandas de expatriados.

IV .

Los cantones suizos renovaron sus instancias cerca de la corte


de Turin , de la cual obtuvieron, en setiembre de 1686, que los val
denses presos serian puestos en libertad y conducidos á las fronte
ras de Suiza, á expensas del Duque, quien daría además salvo
conductos áa los que aun erraban por las montañas. Los suizos se
comprometian en cambio á internarlos en su país para que no pu
diesen volver atrás .
El otoño tocaba a su fin, la nieve blanqueaba ya los pasages de
los Alpes y pronto debia cubrir los caminos y amenazar con sus
aludes Уy rápidos torbellinos á los viajeros imprudentes ó retrasa
dos , el gobierno de Turin no se daba prisa á soltar sus víctimas.
Catorce mil poco mas óo menos fueron encerrados en las fortale
zas durante la primavera. Quinientos de los mas robustos los habia
regalado el Duque al rey de Francia, en agradecimiento del sercicio
que le habia prestado, para que remáran en las galeras de su ma
gestad cristianísima.
Otros en gran número habian muerto de pena y de enfermedad en
sus calabozos . Un cambio de vida tan completo habia encorvado hacia
la tumba á aquellos hombres acostumbrados al aire puro de las
montañas , á la vida de los campos y sobre todo á la libertad. Agre
guese á esto los malos y escasos alimentos уy peor calidad del agua ,
su amontonamiento en salas estrechas sobre paja podrida, el calor
sofocante del verano, los insectos que cubrian sus entlaquecidos
cuerpos, y se comprenderá fácilmen !e el que sus enfermedades se
agravaran y degenerasen en epidemia.
Cuadra hubo en que se encontraron a la vez setenta enfermos,
en medio de los cuales debian vivir los que aun estaban sanos.Mu
chos niños perecieron de viruelas por falta de asistencia ...
Para aumentar el escaso número de los que abjuraban la here
gía se retardó su viaje a Suiza hasta el invierno. ¿Cuanta fé no se
necesitaba para emprender semejante viaje en una estacion en que
los hombres mas robustos no se atreven á ello , cuanto menos gente
enferma y estenuada, entre los que se contaban gran número de
LOS VALDENSES . 397

mujeres y niños? El miedo á una muerte casi segura influyó en la


abjuracion de algunos; pero la masa prefirió exponerse á la muer
te, á renunciar á sus creencias ó á mentir, haciendo una falsa ab
juracion.
Muchos niños , diseminados en todo el Piamonte entre las familias
católicas, perdieron para siempre áá sus padres, y en muchas pri
siones no se dió conocimiento del convenio á los presos, y espe
cialmente en Lucerna , Asti y ciudadela de Turin .
Hasta las cinco de la tarde de la víspera de Navidad , no se co
municó a los presos de Mondoví que estaban libres para marchar
á Suiza , añadiendo que si no se ponian en marcha en el momento,
corrian peligro de volver á ser presos el dia siguiente. Para que el
lector pueda apreciar en todo su valor tamaña iniquidad, debe sa
ber que el frio era tan intenso, que ciento cincuenta de aquellos
desgraciados murieron en el camino durante aquella horrible no
che, sin que pudieran recibir socorro humano.
Al llegar á Novalece , al pie del Mont-Cenis, una columna de
valdenses, algunos de ellos hicieron observar al oficial de la escolta
que se preparaba una gran tempestad sobre la montaña, y que to
dos se exponian á perecer, si continuaban el camino. Eloficial se
negó á detener la marcha, y antes de la noche habian perecido bajo
las nieves y los torbellinos de hielo ochenta y seis valdenses, la
mayor parte ancianos enfermos, mujeres y niños. Igual suerte tu
vieron siete soldados de la escolta .
Las columnas de expatriados que siguieron el mismo camino los
dias siguientes, encontraron los cadáveres extendidos sobre la nieve .
Cuando los primeros valdenses llegaron á Suiza y refirieron la
crueldad con que los trataban, tanto en las prisiones como en el via
je , los magistrados de la República mandaron agentes, que se esta
cionaron en todos los pueblos del tránsito con los medios necesarios
para socorrer a los viajeros, proyeyéndoles de capas de abrigo,
calzado , medicinas, alimentos, y asistiéndolos en cuanto necesita
ban. Conducta noble y generosa que honra á los magistrados de
aquella pequeña república. No contentos con esto , los comisionados
acompañaron algunas veces durante todo su viaje a aquellos pobres
expatriados, a fin de infundirles aliento y de atender mejor á sus
necesidades. La mayoría de ellos se componia de ancianos en
fermos, mujeres y niños, lo cual aumentaba las dificultades de la
marcha .
Tomo I. 53
398 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El gobierno de Turin miró aquella obra de caridad con el ma


yor desagrado, y para vengarse , se negó á dar libertad á los pasto
res y á sus familias, que mandó desde la ciudadela de Turin á la de
Niza mezclados con bandidos condenados á galeras, á pié y condu
cidos con el mayor rigor. Tal fué la respuesta del gobierno ducal á
las peticiones de los señores Roy y Forestier, que en nombre de su
gobierno pidieron les entregasen, para conducirlos á Suiza, los pas
tores y otros prisioneros de nota que hasta entonces habian gemido
en los calabozos de Turin .
CAPITULO XII.

SUMARIO.

Favorable acogida que recibieron los valdenses en Suiza-Generosas ofer


tas de los principes alemanes . - Primera intentona de los valdenses para
volver á sus valles . - Aborto del plan . - Nueva tentativa y nuevo aborto.
Establecimientos valdenses en Aleinania . - Guerra europea en 1688.- Ter
cera tentativa de los valdenses para volver á sus valles .-Expedicion de
los valdenses al través de la Saboya . - Extraordinaria marcha . - Arnaud.
Peligros . - Sufrimientos increibles . - Rehenes . - Combate desesperado y vic
toria .- Entrada en los valles . - Primeros triunfos . - Juramento de union .

I.

Dos mil seiscientos valdenses , tanto hombres como mujeres y ni


ños, recibieron la hospitalidad en Ginebra; y todos los que penetra
ron en Suiza apenas llegaron á tres mil , la mayor parte enfermos y
extenuados por las fatigas , los disgustos y las privaciones. Los
habitantes de Ginebra salian á recibirlos a la frontera, y rivalizando
en nobles sentimientos de fraternidad , cada uno queria llevar á su
casa los mas debiles y los mas enfermos; y cuando estaban tan
malos que no podian marchar por sus piés , los llevaban en brazos
á sus hogares .
Las escenas que presenció Ginebra aquel invierno fueron verda
deramente conmovedoras .
El lector recordará que los lazos de familia no habian sido teni
dos en cuenta por los vencedores. Familia hubo cuyos miembros
fueron encerrados en siete prisiones diferentes. Cuando una colum
400 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

na de expatriados llegaba á Ginebra, los que habian llegado antes


buscaban en ella sus parientes, y no se oian mas que estas pre
guntas y respuestas
-¡Esposa mia! ;dónde están nuestras hijas!
¡Me las han robado !
-¿Y mi padre ?
¡Ha muerto en el camino !
-¿Dónde está mi marido?
¡ En las galeras del rey de Francia !
-¿Dónde habeis dejado á mi madre, por qué no viene?
-¡Tu madre, hijo mio , está con Dios ; pero yo ocuparé su
puesto!
—¿No viene mi esposa con vosotros? ¿Dónde están mis hijos ?.
- Tu esposa ha renunciado á nuestra religion, para que no la
separáran de sus criaturas ....

II .

A medida que los valdenses se iban reponiendo de sus fatigas,


los fueron internando en los otros cantones suizos y en Alemania ,
donde fueron perfectamente recibidos, vestidos y alojados.
El elector de Brandenbourg les ofreció tierras en sus Estados. Ho
landa propuso establecerlos en el cabo de Buena Esperanza ó en
América; pero á los valdenses no agradaba la idea de alejarse de su
patria.
El deseo de volver a pisar el suelo natal germinaba en todos los
corazones, y cuando un desco se arraiga en el corazon del hombre
no tarda mucho en creerlo realizable..
El primero que manifestó la idea, fué el ministro Arnaud; pero
se atribuyó al intrépido Jannavel, retirado en Ginebra desde que fué
sentenciado á muerte en Turin . Los magistrados de la República,
que habian obtenido del duque de Saboya la libertad de los val
denses, comprometiéndose á internarlos, para que no pudieran vol
ver atrás, expulsaron al antiguo capitan , lemerosos de verse com
prometidos con sus vecinos de Italia .
No obstante, los valdenses intentaron volver a sus valles , aun
que su empresa fué un aborto completo.
LOS VALDENSES . 401

Los que tomaron parte , llegaron tumultuosamente á Lausana y


sus alrededores desde Zurich , Basilea , Argovia y Neufchatel á fines
de julio de 1687. Reuniéronse en número de trescientos cincuenta ;
pero al ir á embarcarse en Ouchy, el bailío de Lausana se opuso en
nombre de la ley: y los expedicionarios se sometieron volviendo á
sus cantones, aunque sin abandonar sus proyectos que dejaron pa
ra mejor ocasion .
Descontentos los suizos de sus huéspedes, por su imprudente
tentativa, activaron sus tratos con los principes protestantes alema
nes para que los desembarazasen de ellos .
El elector de Brandenbourg, Federico Guillermo, ofreció recibir
en sus Estados dos mil valdenses de los mas aptos para trabajar;
pero estos , que solo pensaban en los medios de volver á su patria ,
no se dieron mucha prisa áá alejarse de ella . El elector palatino , el
conde de Waldeck y el duque de Wurtemberg pusieron tambien en
sus respectivos Estados tierras cultivables á disposicion de los val
denses ; lo que no impidió que se llegase á la primavera de 1688 ,
sin que se resolvieran á separarse y áa partir para sus nuevas co
lonias.

« Parece que estas pobres gentes, decia Remigio Merian, presi


» dente del elector de Brandenbourg en Francfort, cambian todos los
» dias de plan y no pueden fijarse en ninguno ... Suspiran sin cesar
» por su país y los suyos... y abusan de los favores que les ofrecen
» los principes . »
Al fin , obligados a decidirse, cerca de mil se resolvieron a pasar
á Brandenbourg, debiendo los otros repartirse entre el Palatinado y
Wurtemberg

INI .

Ya estaban á punto de ponerse en marcha, cuando volvieron de


los valles tres emisarios secretos que habian enviado para que les
informaran del estado de su patria. Los valles estaban habitados
por extrangeros y los emisarios habian reconocido los caminos apar
tados por donde una expedicion bien dirigida podria volver sin ser
descubierta. Los directores tuvieron una reunion, en la que se acor
dó intentar la vuelta á su país .
La pequeña ciudad de Bex, situada en la extremidad meridional
402 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

del canton de Berna , al pié de las montañas y cerca de un puente


sobre el Ródano , fué escogida como punto de la reunion que debia
tener lugar la noche del 9 al 10 de junio de 1688 .
A la cabeza de aquel movimiento estaba un pastor, que tenia
mas de guerrero que de ministro de una religion , en cuanto recurria
á las armas sin catarse de la prescripcion de Jesucristo, de quien
se decia discípulo . Llamábase Enrique Arnaud , y era nativo del Del
finado y muy amado de los valdenses , tanto por su elocuencia, por
la severidad y rigidez de sus costumbres, cuanto por la energia de
su carácter.
Esta segunda tentativa abortó como la primera. Un secreto
guardado entre tantos no podia menos de descubrirse. Los mas
valientes, atravesaron de noche la Suiza para dirigirse al punto de
reunion: sesenta que servian en la guarnicion de Ginebra deserta
ron con el mismo objeto; pero el Concejo de esta ciudad , y los Se
nados de Zurich y de Berna se pusieron en movimiento, é impidie
ron la realizacion del plan ; y para mayor desgracia, no llegó a su
destino una barca cargada de armas.
De seis á setecientos valdenses habia ya reunidos en Bex , cuan
do el Bailío del Agiula , Thormann, les intimó la orden de no pasar
adelante . La escena fué patética . El representante de la ley simpa
tizaba con ellos , y les arengó con lágrimas en los ojos, para que
no comprometiesen en una guerra extrangera á la nacion que tanto
habia hecho por ellos , y que los habia recibido como hermanos.
Arnaud habló en nombre de sus compatriotas, y comprendiendo
la justicia de los razonamientos del Bailio, aconsejó á los suyos de
sistir de la empresa .
Esta segunda tentativa causó profundo disgusto á los protecto
res de los valdenses, que por último debieron resolverse á aceptar
la hospitalidad de los principes alemanes. Mas de ochocientos de
ambos sexos se embarcaron en el Rhin , para dirigirse á Branden
bourg, donde fueron muy bien recibidos por Federico III . Otros
ochocientos pasaron al Palatinado, y setecientos á Wurtemberg. Al
gunas centenas de ellos quedaron en Suiza y en el país de los Gri
sones , y Arnaud, despues, de haber presidido á la diseminacion de
sus compatriotas, partió para Holanda acompañado de un capitan
valdense, con ánimo de consultar sobre sus planes secretos á Gui
llermo de Orange .
LOS VALDENSES . 403

IV .

En el otoño de 1688 estalló la guerra entre Francia Уy Alemania ,


у los ejércitos de Luis XIV invadieron el Palatinado . Los valden
ses,que recuerdan muy bien los crímenes cometidos por los solda
dos del Rey cristianisimo en sus valles , no se atrevieron á esperar
los y se retiraron á Suiza; ejemplo que no tardaron en seguir mu
chos de los de Wurtemberg .
Saboya estaba desguarnecida y Francia atacada por el Empera
por
dor y por la Holanda,. ‫ ܕ‬y temerosa de Inglaterra, de cuyo trono aca
baba de apoderarse por medio de una revolucion el príncipe de
Orange, no podia socorrer al duque de Saboya contra los valden
ses, quienes una vez apoderados de sus montañas , sabrian defender
2

las hasta que sus protectores obtuviesen para ellos una honrosa ca
pitulacion .
En aquella ocasion , las dificultades no venian para los valdenses
de sus enemigos, sino de sus amigos los suizos , cuya política de
neutralidad era en cierto modo garantia de su independencia . El
gobierno de los cantones estaba alerta y los vigilaba : no obstante,
la experiencia de las dos tentativas infructuosas del año precedente
les sirvió de mucho; de modo que cuando las autoridades llegaro
á apercibirse, no pudieron impedirlo.
Reuniéronse en el bosque de Prangins, inmediato á la frontera de
Saboya, desde donde partieron la noche del 16 de agosto de 1689,
en quince barcas, que hicieron varios viajes para trasportarlos á to
dos á la otra parte del lago. Doscientos hombres, sin embargo, no
pudieron embarcarse, y otros veinte llegados muy tarde á Morges,
fueron arrestados; pero la pérdida mas lamentable fué la de ciento
veinte y dos hombres procedentes de los Grisones, San Gall y Wur
temberg , arrestados en los cantones católicos á peticion del conde
de Govon , residente en Saboya, que fueron conducidos a las prisio
nes de Turin , de donde no salieron hasta que se firmó la paz .
Novecientos hombres componian la columna de temerarios que
intentaba atravesar la Saboya, trepando por los Alpes para volver á
sus valles nalivos , donde solo podian prometerse una vida desastro
sa y la muerte bajo sus formas mas terribles. Pero ellos saben bien
404 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
á donde van , á lo que van y lo que les espera . Ninguno retrocede
ni se espanta .
Arnaud dividió sus novecientos hombres en tres cuerpos, y es
tos en veinte compañías.
Antes de emprender la marcha, se descubrieron y arrodillaron
cerca del lago que los separaba de la hospitalaria Suiza, y oraron
con fervor pidiendo a Dios que les ayudase en la reconquista de sus
hogares.
Elprimer lugar poblado á que llegaron fué Iboire, donde no en
contraron resistencia . No obstante, lanto de esta aldea como de otras
en que penetraron despues, se llevaron algunos señores y magis
trados en rehenes y para que les sirviesen de guias. Aunque los
trataron bien, el país empezó á alarmarse contra ellos, y al trepar
la montaña que conduce á Boëge, encontraron doscientos paisanos
armados, que aunque fueron facilmente puestos en ſuga, les hicie
ron comprender la necesidad de no alarmar las poblaciones del
tránsito . Al efecto se sirvieron de una extratagema, que dió el re
sultado que se prometian.
Desde Boëge hicieron escribir á uno de los caballeros que lleva
ban en rehenes una carta concebida en estos términos:
« Estos señores han llegado aquí en número de dos mil, y nos
» han suplicado que los acompañemos para que podamos dar cuen
» ta de su conducta, que podemos asegurar es bien moderada; pa
»gan todo lo que toman y no piden mas que el paso libre. Por es- .
» to os suplicamos que no toqueis á somatev, y que hagais retirar
» vuestra gente si está ya sobre las armas.»
Esta carta , firmada por los caballeros que llevaban en rehenes,
fué enviada á Viù , donde llegaron al ser de noche y fueron bien re
cibidos . Gracias a esta carta, ya no encontraron resistencia en ade
lante , antes bien acudian á venderles lo que tenian. Otra carta pa
recida enviaron despues á San Joyre, donde los recibieron amiga
blemente; pero no se atrevieron á detenerse, siguiendo su mar
cha hasta media noche, que hicieron alto en campo raso .
La segunda jornada no pasó tan pacíficamente. Cluse les cerró
las puertas , y como no podian pasar adelante sin atravesar la aldea ,
el combate era inminente , pero la intervencion de los rehenes faci
litó una capitulacion. Los habitantes del pueblo les vendieron cuan
to quisieron comprar, y les dejaron seguir su camino.
Siguiendo la orilla oriental del Arve, llegaron al gran puente de
LOS VALDENSES . 405

San Martin , delante de Salenche, donde les esperaban preparados á


la defensa mas de seiscientos hombres. Los valdenses mandaron
decir al Concejo de la villa que los dejasen pasar por el puente y
por medio del pueblo; pero como fuese la respuesta evasiva , se
precipitaron en columna sobre el puente yУ lo pasaron, lo mismo que
el pueblo, sin que sus antagonistas se atreviesen á eslorbarles , y en
trando en una garganta que se abre al Mediodía de Salenche ; fue
ron á pasar la noche en Cablan, donde apenas encontraron que co
mer y un poco de fuego donde secar sus vestidos , que habian reci
bido la lluvia durante diez y ocho horas.
Estaban al pié de los gigantes de los Alpes, y debian trepar el
majestuoso Mont- Blanc por senderos de cabras, cubiertos de nieve ,
sin víveres y huyendo de los lugares habitados para no alarmar á sus
enemigos. Las fatigas , el hambre, los peligros é intemperies que su
frieron, son indescriptibles.
Despues de muchos dias de marcha por asperezas verdaderamen
te intransitables, llegaron al camino del Mont - Cenis, donde se apo
deraron de los caballos de postas y de las mulas cargadas del equi
page del cardenal Ranuzzi, legado del Papa, que volvia á Italia .
Quejáronse los muleteros á los oficiales , que hicieron á sus solda
dos restituir el botin .
Ocho dias llevaban de marcha al través de las montañas de Sa
boya, cuando al querer atravesar el Doria, á una legua de Susa, se
2

encontraron con el enemigo coronando las alturas. Una parte de la


guarnicion francesa de Exiles y gran número de aldeanos estaban
aposta los ventajosamente para impedirles el paso .
Enviaron los valdenses para parlamentar al capitan Pelenc , y los
franceses lo retuvieron prisionero. La vanguardia compuesta de cien
hombres se adelantó entonces, y fué rechazada. Viendo la imposibi
lidad de forzar el paso, resolvieron los valdenses volver a subir las
montañas de donde habian bajado ; lo cual colmó la desesperacion
de las personas que llevaban en rehenes, que agoviadas por tantas
fatigas apenas podian tenerse en pié .
« Matadnos aquí: ya no podemos andar mas:) exclamaban aque
llos infelices. Muchos de ellos quedaron atrás y se escaparon . Los
mismos valdenses treparon de nuevo el Mont-Cenis con tanta dificul
tad , que mas de cuarenta se extraviaron, y muchos fueron hechos
prisioneros y conducidos á Francia yy á Turin .
Guiados por Arnaud, dieron un rodeo de muchas leguas con
Tomo I. 54
406 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

objeto de pasar el rio por el puente de Salabertrand. Cerca de una


aldea, á una legua del puente que esperaban forzar, encontraron un
campesino áa quien preguntaron si ballarian víveres en la aldea pa
gándolos, á lo que respondió el preguntado:
—«Andad , que os darán lo que querais y os preparan una
» buena cena . »
Estas palabras parecian amenazadoras; pero ya no era tiempo de
vacilar .
Cenaron en la aldea y se pusieron en marcha : á media legua del
puente, descubrieron en el llano treinta hogueras, indicios de un
gran campamento , y un cuarto de hora mas tarde , su vanguardia
era detenida por una avanzada del enemigo . Reuniéronse todos , y
á favor de la oscuridad de la noche , marcharon sobre el puente . Al
llegar junto a él , respondieron al quien vive diciendo , amigos; pero
el enemigo respondió con un fuego terrible , que no obstante, no cau
só daño , porque los valdenses se habian arrojado en tierra á tiempo
para que las balas pasaran por encima. En aquel momento crítico,
se vieron acometidos por una columna que les cortó la retaguardia,
y cuando parecian perdidos, todo lo ganaron. Algunos de entre ellos
bien inspirados gritaron: « ¡ Valor, compañeros, el puente se ha ga
» nado ! » Esto no era verdad, pero lo fué en seguida; porque todos
se precipitaron sobre el puente que era su única salida , y los fran
ceses, arrollados, huyeron hasta de sus trincheras perseguidos por
los valdenses . La victoria de estos fué completa. Apenas llegaban á
ochocientos, y los franceses eran dos mil quinientos y estaban bien
parapetados.
El marqués de Larrey, que los mandaba y que salió herido en un
brazo , no pudiendo conformarse con su desgracia , exclamaba:
« ¿Es posible que haya perdido el combate Уy el honor? »
Los franceses perdieron mas de seiscientos hombres: los valdenses
veintiocho ó treinta entre muertos y heridos ; pero durante el
combate , de los treinta y nueve rehenes que llevaban , se escaparon
treinta y tres . Los vencedores se proveyeron de municiones de guer
ra, y cogieron un gran botin . Arrojaron al rio lo que no pudieron
llevar y pegaron fuego áa la pólvora; y el espantoso estruendo ,, re
sonando en las montañas, unido al eco de las bélicas trompetas de
los valdenses, anunciaron su victoria al mundo entero .
Si su alegría era grande , su fatiga lo era mas . La falta de sueño
y el cansancio de tan penosas marchas eran para ellos un enemigo
LOS VALDENSES . 407

mas difícil de vencer que los franceses. Ochenta hombres quedaron


.

dormidos en el camino , escapando en la oscuridad de la noche á la


vigilancia de la retaguardia que debia recogerlos , y despertaron en
poder de sus enemigos.

V.

Al noveno dia de marcha , descubrieron los expedicionarios


>
por
primera vez las lejanas cumbres de sus valles , y su alegría fué in
mensa. Arrodilláronse y dieron gracias a Dios , que les permitia ver
de nuevo su pais natal, orando y confesando en voz alta sus peca
dos . Algunas horas despues pasaron el Cluson , descansaron en la
Traverse, y fueron a dormir á la aldea de Jaussaud, al pie de la
>

garganta del Pío. Al dia siguiente pusieron en fuga un destacamen


to de piamonteses , y se apoderaron de un rebaño de seiscientos car
neros, que les sirvieron de alimento durante algunos dias, bien que
sin pan , y al onceno dia de marcha, el 27 de agosto de 1689,
ocuparon la Balsilla , primera aldea valdense en la estremidad Nor
oeste del valle de San Martin .
Mas de novecientos atravesaron el lago Leman , doce dias antes,
y apenas llegaron á setecientos los que pasaron revista en la Bal
silla . Mas de doscientos habian, pues , quedado atras entre muertos,
heridos , prisioneros , extraviados У desertores .
El pais estaba en armas contra los valdenses . Sus antiguas ha
bitaciones ocupadas por extrangeros , de quienes solo á fuerza de
armas podian obtener asilo , y que los entregarian á los soldados
franceses y piamonteses que de todas partes acudian contra ellos .
Su situacion era desesperada , y adoptaron la bárbara resolucion de
no dar cuartel á sus enemigos, esperando suplir en parte por el ter
ror la enorme diferencia del número . Antes de entrar en la Balsilla,
fusilaron seis soldados del Duque, y en esta aldea cuarenta y seis
milicianos de Cavour y dos valdenses de los que se habian hecho
católicos, que los acompañaban. Condujeronlos dos á dos sobre el
puente de la Germanesca, y despues de ejecutados, los arrojaban
al rio .
Dividió Arnaud su gente en dos cuerpos , y descendiendo a lo lar
go del torrente hasta Macel, mandó uno por la montaña hacia Ro
doret y el otro á Fontaine por lo mas bajo del valle . Reuniéronse
408 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

en Guigon , donde encontraron todavía en pié su antiguo templo, en


el cual su pastor y capitan Arnaud les echó una arenga, que ellos
tuvieron por muy evangélica .
Las aldeas superiores del valle de San Martin estaban desguar
necidas y apenas habitadas por algunas familias católicas, y los
valdenses se apresuraron á apoderarse de ellas , pasando al valle de
Lucerna por la garganta Julian , que encontraron defendida por
doscientos soldados piamonteses. Arnaud, á la cabeza de sus tropas,
los acometió y derrotó en algunos minutos con pérdida de un solo
hombre, apoderándose de sus víveres , municiones y bagajes y ma
tándoles en la fuga mas de treinta hombres. Una vez libre la gar
ganta Julian, subieron a las montañas y bajaron al valle de Lucer
na ; sorprendieron á Bobbi y arrojaron á los nuevos habitantes.
Siendo ya dueños del pueblo , se constituyeron en asamblea religiosa
y política; escucharon con recogimiento las exhortaciones de su
pastor Montous; deliberaron en consejo nacional sobre sus intere
ses , y se impusieron á símismos leyes y juramentos, garantias del
órden y de la justicia .
Todo esto se ejecutó con la mayor solemnidad . El juramento de
sumision У fidelidad á la causa comun , á su restablecimiento en la
herencia de sus padres, con la libre práctica de su religion, fué
prestado en nombre, de Dios por los pastores , capitanes y otros ofi
ciales à la tropa, y por esta á sus jefes y pastores. De esta manera
fortificaron sus almas para la lucha desigual y los padecimientos
de todo género que les esperaban, superiores por cierto a los que
puedan sufrir la generalidad de los hombres.
CAPITULO XIII.

SUMARIO .
Ataque del Villar . - Retirada . - Deserciones . - Retirada a las cumbres.- Ocul
pacion militar de los valles por franceses y piamonteses . - Retirada á la
Dalsilla por sitios inaccesibles .- Fortificacion de les valdenses en la Bal
silla . - Primera derrota de los catolicos el 29 de octubre . - Retirada de los
catlicos . - Han : bre y diserias del inviern '': - Carta del s valdenses alDil
que :-Nuevo ataque de la Balsilla prr Catinat con veintidos milhombres
- Derrota de los aliados ante la Balsilla el 10 de mayo . - Retirada . - Nueva
acometida desde el 10 de mayo . - Efectos de la artilleria . - Inminente peligro
de los sitiados.- Escapada á favor de la niebla . - Guerra entre franceses y
Tiamonteses . - Paz de estes con los valdenses:-Libertad de los prisioneros .
-Arnaud es nombrado coronel por el Duque . - Los valdenses recobran su
libertad religiosa y con baten contra les franceses. - Pr testa del Papa
contra la libertad religiosa concedida í los valdenses . - Expatriacion de Ar
naud y de otros valdenses por su origen francés . - El Duque se refugia
en los valles .- Paz de l'trech .-- Expatriacion de quinientos valdenses á
Suiza . - La revelucion francesa . - Fin de laspersec
uciones religio
sas por la
incorporacion del Piamonte á la Francia . - Tolerancia despues de la
racion .

1.
Aunque la gran aldea de Villar estaba guarnecida, los valden
ses salieron de Bobbi , resueltos á acometerla . Parte de la guarni
cion huyó en direccion al valle de Guichard , y otra se encerró en el
convento , donde hubiera tenido que capitular sin la llegada de gran
des refuerzos, que obligaron á los valdenses á retirarse sobre Bobbi.
El pastor Montous cayó prisionero, y fué conducido á las cárceles de
Turin , y Arnaud se vió seis veces rodeado de enemigos , escapan
do con vida poco menos que milagrosamente .
Esta derrota cambió la situacion de los valdenses. Redujéronse á
la defensiva, retirándose á las alturas de Bobbi , donde se batieron
repetidas veces heróicamente. Cerca de la Baquera , una columna de
un centenar de ellos hizo frente á seiscientos soldados, matándoles
ciento sin perder mas de cuatro . Pero estas victorias no mejoraban
su situacion. Su miseria era estremada, y muchas veces se les pasa
410 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ban los dias en claro , sin tomar alimento . La situacion de sus ene
migos no era mas lisonjera . Las familias católicas establecidas en
las aldeas de las montañas , de que los valdenses habian sido despo
jados, tuvieron que abandonarlas , y las tropas debian llevar con
sigo sus provisiones, de que con mucha frecuencia les privavan los
valdenses sorprendiendo sus convoyes . Recogieron los valdenses las
cosechas de granos , nueces , manzanas, y castañas , que los católi
cos dejaron abandonadas en el campo, y las llevaron á la aldea de
Rodoret , donde establecieron sus almacenes.
Trece valdenses de los valles franceses, con el capitan Turel, de
sesperando del porvenir de la expedicion , desertaron para librarse
de las fatigas, privaciones y peligros que los rodeaban ; pero una
vez que sus compatriotas les echaron mano, los llevaron á Greno
ble , donde descuartizaron vivo al capitan y ahorcaron á sus doce
compañeros. Mas nada bastaba á desanimar á los valdenses . Una
columna operaba en el valle de San Martin , otra en las alturas de
Bobbi y otras llamadas campo volante, compuestas de los hombres
9

mas ágiles y resueltos , corrian en todas direcciones molestando al


enemigo y procurando sorprenderlo. Incendiaron y demolieron el
convento de los capuchinos de Villar; redujeron Rora á cenizas; ar
rasaron su iglesia católica ; mataron mas de treinta de sus adversa
rios y se llevaron los ganados.
Reforzados los piamonteses con fuerzas suficientes para ocupar
militarmente las montañas, obligaron a los valdenses á retirarse á
un sitio llamado Pausettes, especie de promontorio fácil de defender,
en el cual construyeron algunas casas de piedra para depositar
los víveres . Defendiéronse en aquel retiro hasta mediados de octu
bre ; mas al fin fueron forzados por los piamonteses, en cuyo poder
dejaron sus repuestos de municiones y sus ganados. Perseguidos de
roca en roca y de caverna en caverna , pasaron infinitos trabajos,
hasta que pudieron reunirse á la columna principal que operaba en
el valle de San Martin .
Mandaban el ejército combinado de franceses y piamonteses , el te
niente general marqués de Parelle y Monsieur de Ombraille, y sus
tropas eran lan numerosas, que ocupaban todas las aldeas y pasa
ges . La desercion volvió a comenzar en los valdenses de los valles
franceses, áa quienes no bastó á detener el trágico fin del capitan Tu
rel y sus compañeros. El capitan Foudrede, su teniente y veinte
LOS VALDENSES . · 411

hombres de su compañía huyeron á Pragela, donde pronto fueron


presos y ahorcados por los católicos .

II .

El 22 de octubre, dos mil franceses pasaron de Pragela al valle


de San Martin , y establecieron su campamento en Champ- la -Salse.
Los valdenses , que estaban en Rodoret, tuvieron consejo á prima
noche sobre el partido que habian de tomar. Unos querian ir á las
montañas de Bobbi, otros á las de Angrogne; pero su capitan Ar
naud propuso retirarse á la Balsilla, y su consejo fué adoptado por
unanimidad . Pusiéronse en marcha dos horas antes del dia, por si
tios tan inaccesibles que, segun Arnaud , cuando ellos mismos vie
ron en otras ocasiones los sitios por donde pasaron , les pareció
imposible, pudiendo asegurarse que nadie lo ha hecho antes ni
despues de ellos .
La Balsilla es el último punto habitable en la estremidad Noroes .
te del valle de San Martin, sobre el torrente llamado la Germanesca.
Inmediato a la aldea se levanta un monte escarpado, dividido en pla
taformas , que se elevan unas sobre otras , formando una verdadera
fortificacion natural, y en cuya cumbre se alza un espeso bosque.
Sobre esta roca establecieron los valdenses su campamento resueltos
a defenderse en él hasta la última estremidad. Al eſecto construye
ron trincheras, caminos cubiertos, fosos y murallas y mas de ochen
ta cabañas , que rodearon de canales para librarlas de inundaciones
Sobre el torrente de la Germanesca habia un molino abandonado :
compusieronlo. y les sirvió de gran auxilio. Construyeron un fortin
sobre una roca mas elevada que su campamento, en el cual vigi
laban constantemente para descubrir los movimientos del enemigo.
No tardaron en verse rodeados de batallones franceses, que em
pezaron su ataque el 29 de octubre, acometiendo con gran energia
el puente de la Germanesca, donde fueron rechazados con pérdida
de sesenta hombres. Renunciando por entonces á nuevos ataques ,
convirtieron el sitio en bloqueo, basta que el rigor de la estacion les
obligó á retirarse á cuarteles de invierno , destruyendo antes casas,
árboles y cuanto creyeron podia ser útil á sus enemigos .
Gracias a esta retirada, los valdenses pudieron salirde la Balsilla,
y recorrieron libremente el país abandonado por los franceses. Sus
412 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

fuerzas llegaban apenas á seiscientos hombres : cuatrocientos en el


valle de San Martin , un centenar en los montes de Angrogne y otros
tantos en pequeñas partidas en las salvages asperezas del valle de
Guichard y los montes de Bobbi. El invierno se pasó en excursiones
á los valles de Pragela y de Queira para sorprender las aldeas ca
tólicas en busca de provisiones. Afortunadamente para ellos , habia
quedado en muchas partes sin cojer la cosecha de avena, y cubier
ta por la nieve , se habia conservado intacta . Rompiendo la helada
capa , los hambrientos valdenses la recogian para alimentarse con
ella .

III .

Entre los episodios de aquella campaña, merece citarse el si


guiente. Una docena de valdenses se habian retirado á una gruta
aislada en el territorio de Bobbi; pero el hambre les obligó á des
cender para procurarse víveres. Vueltos á su asilo , temieron que las
huellas de sus pasos fijas en la nieve los descubriesen , y se decidie
ron á trepar mas alto buscando un nuevo asilo en la caverna de la
Biava, cuyo acceso era mas difícil. Su resolucion fué prudentísima;
porque, apenas puestos en marcha, vieron venir hacia ellos una ban
da de ciento veinticinco hombres armados. Abandonando su baga
ge , treparon á una altura inmediata, y rompieron el fuego contra
sus enemigos, matándoles doce hombres é hiriéndoles trece, con lo
cual les obligaron á capitular, volviéndose los católicos hacia el lla
no y continuando los valdenses monte arriba . La caverna á donde
se dirigian era inaccesible aun para ellos mismos: una vez en ella ,
estuvieron seguros de no ser alacados, pero el frio era tan intenso,
que despues de dos dias de un verdadero martirio, tuvieron que
abandonarla á pesar del peligro de caer despeñados en los precipi
cios ó de perecer envueltos por los torbellinos de nieves ó arras
trados por los aludes. Los infelices no podian salvarse de estos pe
ligros, sino para caer en otros; porque sus enemigos los esperaban
armados al pié de los montes .
Apenas descendidos á clima mas tolerable , descubrieron una
banda armada, y desesperados, prefiriendo morir mejor que trepar
otra vez á la nieves eternas de donde bajaban , rompieron el fuego
y mataron á uno de los que creían sus contrarios: mas, ¿cuál no
LOS VALDENSES . 413

fué su sopresa al reconocer que era una columna de valdenses, que


los recibieron con los brazos abiertos? Derramando lágrimas cor
rieron á sus brazos, y fueron conducidos, al través de la garganta
Julian, á su ciudadela de la Balsilla, donde encontraron el reposo ,
abrigo , alimento y seguridad, que habian creido perdidos para
siempre.
Pasóse el invierno preparándose para la defensa y buscando vi
veres, en tanto que sus enemigos les mandaban emisarios para in
ducirles á capitular y alejarse para siempre de sus montañas , ame
nazándoles en caso contrario con una completa destruccion cuando
Megase la primavera.
A estas amenazas, ellos se contentaron con responder con una
carta dirigida al marqués de Parelle, á quien suplicaban la hiciese
llegar á manos del Duque.
Decian en esta carta, que reclamaban la posesion de las tierras
que les habian pertenecido desde tiempo inmemorial. Que siempre
habian pagado el impuesto y sido leales á su principe, dando á
Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, lo que no
les libraba de verse perseguidos y errantes por el mundo. Esto los
justificaba de volver á tomar posesion de sus hogares del modo que
mejor pudiesen , y que solo en defensa de sus vidas hacian uso de las
armas. Que ellos estaban resueltos á permanecer en sus tierras pa
ra ser como antes fieles súbditos de su Alteza real , por cuya pros
peridad y la de su familia pedirian á Dios en sus oraciones .
Esta carta no produjo resultado alguno .

IV .

Apenas las nieves dejaron algo transitables los caminos y gar


gantas de los Alpes, los franceses se dirigieron a la Balsilla desde
San Martin y Pragela.
Catinat, con un ejército de veintidos mil hombres, franceses y
piamonteses, emprendió el ataque contra quinientos įvaldenses, es
perando cogerlos a todos prisioneros.
Empezó el fuego el 1. ° de mayo de 1690 por la mañana. Los
dragones acampados en un bosque, á la izquierda del castillo,
atravesaron el rio y se emboscaron a lo largo de sus orillas , bajo
una lluvia de balas que les causó muchas pérdidas . Centenares de
Tomo I. 55
414 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

soldados de su Alteza, quedaron en el primer puesto que ocuparon .


El grueso de sus fuerzas se aproximó á las casas de la Balsilla, al
pié de la roca fortificada; pero se retiró mas que de prisa , dejando
muchos muertos en el campo y llevándose gran número de he
ridos .
Observando un ingeniero los alrededores de la roca fortificada,
creyó que podia asaltarse por la derecha, y al efecto dispusieron una
columna de quinientos hombres escogidos del regimiento de Artois
y setecientos aldeanos de Pragela y Queyras, que debian ayudarles
arrancando las empalizadas y parapetos, protegidos por el fuego de
siete mil infantes convenientemente colocados .
Los franceses no habian contado con la buéspeda. El ingeniero
se habia equivocado , gracias á la ingeniosa industria empleada por
los valdenses para construir sus parapetos, por aquella parte que
era en efecto la mas accesible de su roca . Habian arrancado árbo
les muy corpulentos y los colocaron unidos horizontalmente sobre
el terraplen, de modo que las ramas se adelantasen por encima de
la rápida pendiente por donde los enemigos debian subir, en la
cual además abrieron fosos y colocaron empalizadas. Para sugetar
los árboles , pusieron sobre la parte mas gruesa del tronco y sus
raices, que descansaban en el terraplen , grandes pedazos de roca.
De esta manera , la columna de asalto se vió detenida por una bar
rera insuperable, y los valdenses la destruyeron impunemente. Los
mas jóvenes cargaban los fusiles yу los mejores tiradores los des
cargaban con gran rapidez sin perder tiro, á pesar de la nieve que
caía en abundancia ;y en cuanto la columna volvió cara y empezó á
bajar la cuesta en desórden, los valdenses salieron tras ellos y die
ron tan buena cuenta , que solo diez ó doce sin armas ni sombreros
2

escaparon con vida. Su comandante Parat, que cayó con dos heri
das, y dos sargentos que no quisieron abandonarlo, fueron hechos
prisioneros. ¡Cosa sorprendente é increible, si no estuviera atesti
guada por verídicos historiadores! Los valdenses no tuvieron ni un
solo herido . »
Consternados sus enemigos, se retiraron aquella misma noche,
los franceses á Marcel, y los piamonteses que asistieron al combate,
pero que no tuvieron ocasion de tomar parte en él , á Champ-la
Salse .
Despojando los muertos, encontraron los valdenses sobre sus ca
dáveres gran número de escapularios y otras medallas, que los sol
LOS VALDENSES . 115

dados de Luis XIV consideraban como eficaces preservativos contra


la muerte y las malas artes del diablo, que suponian encarnado en
los valdenses .
El general Catinat, mortificado con la derrota sufrida en presen
cia de los valdenses, no quiso exponerse á otra , y delegó la ejecu
cion de la empresa al marqués de Feuquieres, embajador del Rey
en la corte de Saboya.

V.

El 10 de mayo , los valdenses vieron de nuevo aproximarse al


enemigo, y se replegaron a su roca fortificada .
Aquella misma noche acampó el ejército de los católicos cerca de
la Balsilla , en número de doce mil soldados y mil cuatrocientos
montañeses. Procediendo con mas cautela que en su ataque prece
dente, divididos en cinco columnas ó brigadas, cercaron completa
mente el fuerte, y construyeron parapelos, á favor de los cuales fue
ron estrechando el cerco hasta aproximarse por algunos lados á
tiro de mosquete. Los valdenses procuraban destruir sus obras, ha
ciendo de noche enérgicas salidas.
Viendo Feuquieres la dificultad de dar un asalto y la inutilidad
del fuego de fusilería , hizo conducir algunos cañones de á ocho
hasta aquellas alturas.
El dia 11 tronó el cañon toda la mañana con tan buen éxito , que
abrieron tres brechas practicables, á las cuales se lanzaron tres
columnas simultáneamente. Los valdenses las recibieron con un nu
trido fuego y arrojándoles enormes piedras. El lector recordará que
las rocas formaban una porcion de escalones hasta llegar a la me
sela superior, y que habian construido caminos cubiertos que faci
litaban la retirada de las mesetas inferiores a las mas altas. No pu
diendo los valdenses defender la plaza de tres asaltos simultáneos, se
retiraroná los parapelos mas elevados, matando primero á los desgra
ciados prisioneros. Afortunadamente para los sitiados , el dia tocaba
á su fin, y aunque posesionados los franceses de la parte inferior de
la fortaleza, remitieron la continuacion del ataque para el siguiente
dia. La posicion de los sitiados no podia ser mas crítica; sus defen
sas no servian contra la artillería ; su número no era suficiente para
resistir un asalto general, en el cual tendrian que batirse uno contra
416 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

veinticuatro . Tampoco podian contar con escapar durante la noche


al través de las trincheras enemigas ; porque los franceses encendian
para calentarse tantas y tales fogatas que todas las inmediaciones
estaban iluminadas. Los franceses celebraban ya su victoria, y les
enseñaban las cuerdas con que habian de ahorcarlos; pero una den
sa niebla se extendió a la entrada de la noche por todo el país, y
aprovechando aquella circunstancia que tuvieron por providencial,
los valdenses se escaparon á la desfilada, guiados por el capitan
Poulat, que era de la Balsilla y conocia el terreno palmo á palmo.
Hasta bien entrado el dia siguiente no fueron descubiertos tre
pando una montaña cubierta de nieve , en la que tenian que hacer
agujeros con sus armas para meter los piés . Los franceses manda
ron una columna en su persecucion, pero ya era tarde .
Dos dias corrieron al través de montañas , barrancos y precipi
cios, siempre perseguidos , hasta que el 17 invadieron la aldea de
Pramol , donde sostuvieron un combate con la guarnicion yу los ha
bitantes , que despues de perder cincuenta y siete hombres tuvieron
que encerrarse en el cementerio y en la iglesia . Los valdenses pe
garon fuego al pueblo é hicieron prisioneros al comandante Vig
naux y tres oficiales que quedaron en rehenes. Al siguiente dia, 18
de mayo de 1690 , en las alturas de Angrogne, cuando menos po
dian esperarlo, llegaron los enviados del baron de Palavicini, gene
ral de su Alteza, á ofrecerles en su nombre la paz.
¿Quién podrá explicar la alegría de los valdenses al recibir tal
noticia? En nueve meses de una lucha desigual y en medio de tra
bajos y miserias increibles , su número se babia reducido de nove
cientos á cuatrocientos, y todo lo que podian prometerse era una
>

muerte desastrosa, despues de algunos meses mas de combates, fa


tigas y miserias. ¿Pero cuál era el secreto de aquella paz inespera
da? Helo aquí : se habia formado una coalicion en que tomaron par
te Inglaterra, Holanda , España, el imperio de Austria y otros Es
tados de Alemania , contra Luis XIV : este obligó á su primo de
Saboya á estar con él ó contra él , y el Duque se decidió por lo úl
timo. Por esto, desde que necesitó su auxilio contra los franceses,
ya no vió hereges y enemigos de Dios en los valdenses , y á trueque
de que sirviesen á sus órdenes contra el Rey cristianísimo, les de
volvió sus casas y haciendas y el derecho de practicar libremente
su religion . Puso en libertad a todos los prisioneros encadenados en
los calabozos de Turin, diciéndoles antes de partir á reunirse con
LOS VALDENSES . 417

sus compañeros , « que en adelante , no solo les dejaria predicar su


»religion en los valles sino en el mismo Turin . »
Arnaud fue nombrado coronel, y enviado á Turin con una comi
sion del general en jefe, y Víctor Amadeo II le dijo en presencia de
otros valdenses :
« Vosotros no teneis que servir mas que á un Dios y á un princi
»pe. Servid á uno y á otro con fidelidad . Hasta hora hemos sido
venemigos: en adelante debemos ser buenos amigos. Otros han si
»do la causa de vuestras desgracias; pero si , como debeis , exponeis
»vuestras vidas por servirme, yo expondré lambien la mia por vo
»sotros ; y en tanto que tenga un pedazo de pan , no os faltará vues
»tra parte . »
Volvieron los emigrados y sus familias, esparcidas en Suiza y otros
paises , á tomar posesion de los valles , donde se reedificaron los tem
plos derribados por los católicos. El Papa protestó en vano y ame
nazó con excomuniones á Víctor Amadeo : este se hizo el sordo a las
demandas del clero católico romano sacrificando á sus intereses po
líticos la obediencia al Papa, que le dictaba su conciencia .

VI .

Los historiadores del Piamonte hacen grandes elogios de la bra


vura con que los valdenses sostuvieron en aquella ocasion la causa
de Amadeo II contra Luis XIV , en las gargantas de los Alpes, uni
dos al ejército piamontés. Sin embargo , hasta 1694 no publicó
Víctor Amadeo el edicto , por el cual los restablecia en sus antiguos
derechos y privilegios. Entonces fue cuando el papa Inocencio XII,
en una bula del 19 de agosto del mismo año , declaró el edicto con
cerniente á los valdenses nulo y de ningun valor , ordenando a los
inquisidores que no lo tuvieran en cuenta para perseguir á los he
reges. El Senado de Turin confirmó el 31 del mismo mes la eje
cucion del edicto, y prohibió la bula del Papa .
Mas aun no habian concluido las tribulaciones de los valdenses .
Algun tiempo despues, el duque de Saboya abandonó la coalicion , y
se pasó al lado de Luis XIV; y en el tratado concluido en Loreto á
principios de 1696 , estipularon que los valdenses de los valles per
7

tenecientes al rey de Francia, refugiados hacia tiempo , y ligados


por lazos de intereses y de familia con los de los valles piamonteses ,
418 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

donde se ballaban establecidos, serian expulsados; y que los here


ges , súbditos del duque de Saboya , no tendrian relacion alguna con
los vasallos del rey de Francia . Suiza les ofreció un asilo , y su com
pleta expulsion duró dos años , que el clero católico empleó en indu
cirlos al abandono de sus errores , con cuya condicion podian que
darse en el seno de sus familias y amigos. Sus esfuerzos produje
ron escaso frulo, y mas de tres mil franceses fueron á buscar en la
República helvética la tolerancia para su culto que se les negaba en
su patria . Juzguese cual seria el dolor de los valdenses al saber que
siete de sus mas queridos pastores, entre ellos Montous, compañero
de Arnaud en su última campaña, y Arnaud mismo, fueron incluidos
en la proscripcion por su origen francés. En aquella ocasion aban
donaron los valles para no volverlos á ver, y los proscritos se esta
blecieron en Suiza y Alemania, donde fueron muy bien recibidos ,
y en donde fundaron colonias que subsisten aun en nuestros
dias .
Arnaud se retiró á Schoemberg, donde murió pobre y rodeado de
sus hijos, á la edad de ochenta años , el 8 de setiembre de 1721 ,
habiendo renunciado los honores y la gloria con que le brindaba
Guillermo III de Inglaterra, que le mandó un diploma de coronel de
sus ejércitos, ofreciéndole el mando de un regimiento.
La expatriacion de tantos valdenses de origen francés redujo con
siderablemente el número de los habitantes de los valles piamonte
ses, lo que no contribuyó poco á que el clero católico Уy los agentes
del gobierno les causáran toda clase de vejaciones; pero un cambio
en la política de la corte de Saboya, al principio del siglo xviii , me
joró su estado .
Con motivo de la guerra de sucesion de España, Víctor Amadeo
se coaligó con el emperador de Alemania, y con Inglaterra y Holanda
contra Luis XIV ; y para complacer á sus aliados protestantes, apro
bó la proteccion y los subsidios que estos mandaban á los valdenses
para remediar su pobreza y atender a las necesidades del culto .
Una vez comenzada la guerra , los valdenses corrieron á alistarse
en las banderas del Duque; pero la suerte de las armas fué á este
fatal. Perdió muchas plazas fuertes , y en 1706 fué sitiado en su
propia capital, donde se vió en tal aprieto, que tuvo que escapar á
la cabeza de un cuerpo de caballeria, seguido por los sitiadores, en
direccion de los valles habitados por los valdenses.
Mas de una vez estuvo á punto de caer prisionero y alcanzado
LOS VALDENSES . 419

cerca de Saluce : apenas tuvo tiempo para llegar a las montañas


donde, segun el conde de Saluce, en la Historia militar del Piamonte,
que por cierto no es muy favorable a los valdenses, estos se le reu
nieron en gran número, y replegándose á Lucerna, se fortificó tan
bien , que el general francés tuvo que renunciar á su presa.

VII .

La paz de Utrech , firmada en 1713 , convirtió en real la corona


ducal de Saboya, aumentando considerablemente sus estados, y de
volviéndole el valle de Pragela, que gimió cerca de dos siglos bajo
la dominacion de Francia . Muchos pragelanos, que por librarse
de persecuciones habian adoptado la religion católica, creyeron, al
verse incorporados al Piamonte, que podrian disfrutar de la misma
libertad religiosa que sus compatriotas, y abandonaron un culto á
que se sometieron de miedo , para practicar públicamente su anti
gua heregía. El clero católico , cuya direccion espiritual abandona
ban , se quejó al gobierno, quien publicó en 1730 un edicto, ex
pulsándolos del territorio, so pena de abjurar de nuevo . El rey de
Prusia intervino en su favor aunque inútilmente, y trescientos he
>

reges tuvieron que abandonar sus hogares y trasladarse á Suiza y


á las colonias valdenses establecidas en Alemania por sus compa
triotas en las expatriaciones precedentes. Como siempre que tan
cruel medida se habia tomado, no todos tuvieron el valor suficiente
para expatriarse, y algunos volvieron a abjurar sus errores tan fal
samente como la primera vez ,esperando tiempos mas propicios pa
ra practicarlos libremente. Lo mismo sucedió con los valdenses que
adoptaron el catolicismo cuando la expulsion general. Creyéndose
comprendidos en el tratado de pacificacion de 1694 , volvieron a su
antigua religion , abandonando la católica . Víctor Amadeo no quiso
nunca considerarlos inclusos en dicho tratado, y en consecuencia , tu
vieron que volver á abandonar su religion , para continuar someti
dos aunque de mala gana al culto católico , ó abandonar su patria.
Quinientos de entre ellos prefirieron este último camino, y tomaron
el de Ginebra, á donde llegaron en medio de los rigores de diciem
bre .
Esta fué la última emigracion forzada que sufrieron los valden
ses por sus creencias religiosas .
420 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Aquel mismo año abdicó Amadeo II en su hijo Cárlos Manuel III ,


quien publicó en 1740 un edicto , que debia servir de regla á las
>

autoridades judiciales respecto á la libertad religiosa concedida á


los valdenses y á sus prescripciones. Desde entonces vivieron en
paz, sirviendo á sus reyes en la guerra con bravura y sometiéndose
á toda clase de vejámenes, que solo atacaban sus intereses á true
que de conservar la libertad de su culto .

VIII .

La revolucion francesa de 1789 mejoró considerablemente la


suerte de los valdenses . En 1798 , el Piamonte incorporado á la Re
pública francesa, vió desaparecer los antiguos abusos y privilegios
feudales y señoriales уy establecida la igualdad civil y la libertad re
ligiosa. De esta manera cayeron en un momento las barreras
que encerraban a los valdenses en los estrechos límites de sus
valles. Hasta entonces no habian podido ejercer ningun cargo pú
blico , ni las profesiones de escribanos , abogados уy otras semejantes:
fieles no obstante á la casa de Saboya , si bien disfrutaron bajo la
dominacion francesa derechos que nunca les concedieron sus sobe
ranos, la mayor parte de ellos los defendieron cuando las alternati
vas de la dominacion y de la guerra les ofrecieron ocasion con su
proverbial bravura.
La caida de Napoleon hizo retroceder la situacion de los valden
ses al estado en que se hallaba al empezar la revolucion francesa ,
si bien el espíritu del siglo no era el mas simpático á las persecu
ciones religiosas; y el mismo gobierno de la restauracion aunque
restableciendo las antiguas leyes, no fué en su aplicacion tan severo
como podia temerse, y el rey Carlos Alberto y su sucesor Victor
Manuel se han mostrado con ellos tolerantes, dejánles adorar a Dios
á su manera , no solo en los agrestes valles de los Alpes, sino en Tu
rin y en otras poblaciones de sus Estados.
Con la paz ha vuelto á prosperar y aumentar considerablemen
te el número de esta poblacion de bombres laboriosos y honrados ,,
contra cuya constancia se estrellaron durante muchos siglos las fuer
zas y violentas persecuciones de sus poderosos enemigos.
Léjos estamos de defender sus errores y de aplaudir sus creen
cias; pero la constancia sobrehumana con que las defendieron, de la
LOS VALDENSES . 421

manera heróica que hemos visto en esta sucinta historia, son admi
rables; no nos pertenece á nosotros la mision de juzgarles ; y no ha
cen ciertamente la apología de sus enemigos los medios que em
plearon tantas veces para apartarlos de ellas .
Y si desde la eternidad pudieran venir á este valle de lágrimas
para dar a los intolerantes modernos las instrucciones y consejos
de su experiencia, les dirian sin duda que escarmentasen en sus
cabezas y en lo estéril de sus violencias para destruir á sus seme
jantes sin mas razon qne profesar diferentes opiniones.

Tomo I. 56
LIBRO SEXTO .

LOS BRUJOS ,
HECHICEROS , MAGICOS , ENDEMONIADOS Y HECHIZADOS .

813-1790.
LIBRO SE TO .

LOS BRUJOS,
HECHICEROS, MAGICOS, ENDEMONIADOS Y HECHIZADOS.
813–1790 .

CAPITULO PRIMERO .

SUMARIO .

El diablo.- Supresion de su testimonio , en los codigos criminales. - Origen


del espiritu maligno.-- Prohibicion de creer en la influencia de la mágia.
--Consideraciones sobre las causas que acrecentaban la creencia en el
poder de las brujas.

I.

La creencia en el diablo y en su poder tentador, en sus relacio


nes con las crialuras humanas, es esencialmente cristiana .
El ángel caido, arrojado del paraiso por rebelde, reina en los in
fiernos donde Dios lo ha relegado, utilizando su maldad para que
sirva de verdugo á los pecadores condenados á las llamas eternas.
No solo sirve de verdugo yy de carcelero en la eterna mansion del
dolor; sino que tambien viene áa tentar á los cristianos para hacer
les caer en el pecado y llevarlos deeste modo á sustartáreos do
minios ; y aunque los cristianos tienen cada uno su ángel custodio
que vela por la salvacion de sus almas y los sostenga contra las
426 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tentaciones de Satanás, este ayudado por la humana flaqueza pro


vinente del pecado de Adan , se deja arrastrar, aunque no sin lu
cha, al camino de su eterna perdicion .
Tal es la creencia cristiana y tal el origen de los pactos con el
demonio, de las brujerías, hechizos, sortilegios y demás maleficios
que han turbado tantos espíritus, dado ocasion á tantos fraudes,
mas é menos inmorales y ridículos , aumentando la supersticion de
una manera prodigiosa, y lo que es peor, servido de pretexto para
quemar, empalar, emparedar y perder a centenares de miles de
criaturas humanas , la mayor parte inocentes de todo crímen digno
de este nombre .

II .

Durante muchos siglos , como vamos a ver , los diablos , que ha


blaban por boca de los por ellos poseidos , fueron admitidos como
testigos válidos en los tribunales eclesiásticos y civiles, y sus de
posiciones hacian fé.
El siglo pasado desapareció esta práctica de todos los tribunales,
menos de los eclesiásticos , que no pueden hacerlo sin abjurar las
creencias que representan y que tienen mision de defender.
Si de los códigos criminales desapareció el diablo , es obra de la
incredulidad del espíritu anti-católico que en toda Europa se habia
generalizado desde hace siglo y medio : y que parecia destinado á
arrojar al demonio de sus últimas trincheras.
Personas hay que no han visto para la religion cristiana un pe
ligro en esta incredulidad ; pero preciso es no hacerse ilusiones ; el
diablo es reconocido como entidad real por la religion católica; no
puede suprimírsele; y acaso la creencia en Dios pudiera correr pe
ligro de verse debilitada en las almas de los fieles en la misma pro
porcion en que la creencia en el diablo y el miedo á sus malas
obras se extingan en ellos . Los católicos que pierden la creencia en
Satanás, no están lejos de pasar de el indiferentismo al ateismo, ó
al deismo cuando menos .
LOS BRUJOS . 427

ul.

No en vano se alarmó el Parlamento de Normandía , con su buena


lógica normanda, cuando Colbert, en 1672 , destituyó á Satanás de
su vida legal y de su intervencion en los tribunales franceses, pro
hibiendo a los jueces que se inhibieran de procesos de brujería . Ne
mostrando al ministro audaz las peligrosas consecuencias de tal de
cision , le expusieron que « El diablo no es nada menos que un dog
»ma ligado a todos los otros . ¿Atentar al eterno vencido no es lle
» var la sacrilega mano al eterno vencedor? Dudar de los actos del
»primero conduce á dudar de los del segundo, de los milagros que
ȃL hizo precisamente para combatir al diablo. Las columnas que
vsostienen el cielo tienen su base en los profundos abismos: el atur
» dido que remueva la base se expone á quebrantar la techumbre .»
Colbert no escuchó las advertencias del Parlamento breton : los
negocios de este mundo lo preocupaban demasiado para que quisie
se pensar en los del otro .

IV .

La creencia en los malos génios, en el maligno , no nació con la


religion de Jesus, ni con la de Moisés. Viene del Oriente, de sus re
ligiones fundadas en el dualismo, de dos principios eternos , el uno
bueno y el otro malo, rivales , enemigos irreconciliables, que se
disputan el dominio de las almas y del universo. Pero este dualis
mo no existe en la religion cristiana ; en ella el diablo , el génio del
mal no es eterno ni tan poderoso como el del bien.
Dios es el único principio eterno, omnipotente, y el diablo es solo
su criatura, una rueda de la inmensa máquina de su creacion, de la
nada salida por su voluntad y gracia. El diablo, segun nos enseña
el dogma católico , lucha en el corazon del hombre contra el bien , y
alguna vez vence ; mas nada puede contra la voluntad de Dios . Esta
diferencia entre las costumbres asiáticas y el dogma católico sobre
el origen y los atributos del diablo es fundamental en principio,
pero en la esfera de las creencias religiosas de las masas esa diferen
cia no es tan perceptible ; cuanto mas profunda es la creencia en
428 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Dios y en su infinito poder, mayor considera el hombre su peque


ñez У si cree á Dios mas fuerte que el diablo, cree á este mucho
mas fuerte que él mismo; y basta que se crea abandonado por Dios,
para que se considere preso del demonio. Así resulta que la con
viccion en la accion de este sobre el espíritu humano aumenta en
proporcion que la fé en el dogma católico. Esto explica porque,
cuando la religion revelada por Jesucristo llegaba a su apogeo en
Europa, en la Edad media , el diablo tambien preocupaba los espí
ritus y daba que hablar y que pensar al mundo , infinitamente mas
que en la época de las ciencias exactas , de racionalismo y exámen
filosófico que atravesamos.

V.

Aunque la creencia en el poder del demonio, y por consecuencia


en la mágia se funde en las biblias y haya sido alimentada por los
santos padres y por las mismas penas que la Iglesia ha impuesto
contra la brujería , la magia y otras creencias , eso no impide que
haya prohibido desde hace muchos siglos creer en tales cosas. Res
petables asambleas eclesiásticas habian sentado y proclamado alta
mente cuan ridículo era suponer que el hombre pudiese ejercer un
poder sobrenatural, proviniese ó no del diablo . Ya desde el año 813
el concilio de Tours mandaba á los sacerdotes enseñar al pueblo,
que la mágia, las prácticas supersticiosas, los encantos, etc. , no
podian hacer mal á los animales ni á los hombres, y que tampoco
podian alejar los males que les amenazaban , ni curarles los que
padecian .
El derecho canónigo prohibe formalmente creer en la realidad de
la mágia, y califica esta creencia de impiedad. El penitencial ro
mano sanciona esta prohibicion imponiendo una penitencia de un
año a los que crean en las promesas de las brujas de cambiar por
medio de sus encantos los sentimientos del corazor humano inspi
rándoles ora el ódio , ora el amor, ni arrebatarles por los mismos
medios la vida ó la fortuna . Las mismas penas se imponen a los
que creen en las asambleas de demonios, hombres y mujeres, la
mados sábados y á las mujeres que dicen haber ido volando caba
lleras sobre animales diabólicos. Esto es en otros términos lo mis
mo que en los primeros siglos de la Iglesia habia sostenido San Ci
LOS BRUJOS . 429
priano, á saber; « que los prestigios de la brujería son la locura de
los ignorantes . »

VI .

Pocas creencias han causado mas males á los hombres, bajo el


punto de vista puramente humano y terrestre, que la del diablo у
su intervencion en las cosas de este mundo: el número de víctimas
inmoladas por esta causa parece fabuloso é increible .
Las leyes mas crueles se han hecho contra los que entra
ban en relaciones con el demonio, en todos los países : los del
Norte no fueron mas humanos que los del Mediodía, y no obstante
tantos tormentos, sangre vertida y millares de hogueras, no pudie
ron extirpar la creencia en la influencia del diablo en las cosas de
la vida humana. Fué la ciencia positiva , los progresos de las cien
cias físicas y naturales los que paulatinamente acabaron con la
brujería y todas las creencias en la accion de séres sobrenaturales
en el mundo visible y en el espíritu del hombre,
llé aquí entre tanto los rasgos mas importantes de la historia de
las manifestaciones de la creencia diabólica, tomados de la legisla
cion de los pueblos cristianos y de la historia eclesiástica antigua y
moderna.

VII .

Es cosa averiguada que en todos los países las brujas fueron nu


merosísimas comparadas con los brujos. Sprenger decia antes de
1500 : « Debe decirse la heregía de las brujas y no de los brujos:
estos son poca cosa . » Y otro autor francés del tiempo de Luis XIII ,
añadia : « Para un brujo hay diez mil brujas. »
La falta de educacion, la mayor ignorancia y por consiguiente
flaqueza de entendimiento de la mujer, explican el por qué fueron
mas crédulas y predispuestas á ligurarse poseidas por el demonio , ó
que este entraba en tratos con ellas y les trasmitia su poder ó les
auxiliaba .
Tambien puede decirse que generalmente las ideas supersticiosas
son compañeras, no solo de la ignorancia, sino de la desgracia ; y
Томо 1 . 57
430 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

la suerte de las mujeres, en la época en que la brujería se desar


rolló en Europa, no podia ser peor. El hombre era siervo, máqui
na pegada al terruño; la mujer del siervo era menos que nada ; la
importancia que se daba á su moralidad , á su dignidad , puede de
ducirse del odioso derecho de pernada, que los señores feudales dis
frutaban sobre sus siervas. Derecho que algunas veces redimian
con dinero ó frutos , pero que los señores feudales, cobraban en es
pecie generalmente.
El ascetismo de las creencias católicas , que excluia todo go
ce mundano, que ofrecia como un beneficio , como un don del
cielo los sufrimientos y miserias de la vida , sufrimientos y miserias
en aquellos tiempos infinitamente mayores que los que hoy nos
afligen , todo contribuia á dar importancia al diablo, y á que se bus
case en sus impuras relaciones remedio á los males que se supo
nian emanados de Dios . La ciencia no existia ; el dogma católico
dice que Dios manda los males que alligen al pueblo, y se los man
da para que sufriéndolos ganen la otra vida, la vida eterna , la
verdadera, de la cual la mundana solo es un preludio, una prepa
racion ; pero la carne se rebelaba contra esta idea ; y en esta lucha
entre el hombre y sus inclinaciones nativas У las doctrinas del pe
cado, de la expiacion y de la salvacion eterna, la naturaleza solia
rebelarse y vencer ; y como todas las puertas del remedio le estaban
en lo humano cerradas , recurria al diablo, que segun sus creencias
le ofrecia alivio para sus enfermedades, para su miseria , y para
la venganza de las injusticias de una sociedad organizada sobre las
bases de la fuerza bruta y del privilegio mas cínico y cruel . Tales
fueron las causas principales del desbordamiento de la brujería en
Europa durante la Edad media .
Las relaciones sobre las supersticiones, costumbres yу fanatismo
de las brujas y de todos sus adherentes que nos ha conservado la
historia, y la de las persecuciones que sufrieron, son uno de los ma
yores padrones de ignominia para las sociedades de aquellos tiempos
y dignas de ser conocidas por todos los amantes del progreso y de la
tolerancia. Pocos extravíos del humano entendimiento prueban mejor
los peligros de la ignorancia, madre de la supersticion y del fanatismo.
CAPITULO II.

SUMARIO.

Librujeria progresa con la Inquisicion .--Dequemanera califica esta los delitos


de brujeria . - El baile de San Victor - Billa de Arriano VI contra los bru
116.- La Inquisicion de Calahorra quema treinta y tantas de estas infeli
ces. Procedimientos de un oidor contra las brujas de Navarra . - El cura
Bargota .

1.

Así como la heregía pululaba por todas partes en el seno de la


Iglesia en elsiglo xm , la brujería y toda clase de mágias domina
ron en el xiy .
La primera mencion que encontramos de pactos con el diablo,
data de 1222. Ya no se contentaban con ser hereges, ó católicos á
medias; dábanse al diablo en cuerpo y alma, convertíanse en satá
nicos , y la furiosa ronda del sábado aparece ya en 1353 , como pue
de verse en el Proceso de Tolosa, por L. Langon .
Las hogueras de la Inquisicion lejos de extirpar los que no creian
en el dogma católico , los convertia en adoradores del diablo . La ma
nía de la brujería se desarrolló paralelamente á la Inquisicion y el
prestigio de ambas decayó paralelamente tambien.
432 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

II .

Entre los crímenes que juzgaba y condenaba la Inquisicion an


tigua contábanse los de brujería , especificados del modo siguiente:
Sortilegio y adivinacion , cuando para pronosticar lo futuro bau
tizaban un muerto , rebautizaban un niño, usaban del agua bendita
del bautismo, del santo crisma de la confirmacion , del aceite ben
dito para los catecumenos ó para la extrema- uncion, de la hostia
consagrada , de los ornamentos y vasos sagrados del culto y de
>

otras cosas que indiquen desprecio ó abuso de los sacramentos y


de las cosas relativas a la religion y sus ritos.
Los que invocan los demonios para sus adivinaciones, y los que

hacen otra cualquiera supersticion con el objeto indicado.


La invocacion directa de los demonios.
En el siglo xui y siguientes eran frecuentísimos los procesos por
invocar los diablos para pedirle auxilio como poder sobrenalural.
Fray Nicolás Eimeric manifiesta que, como inquisidor, habia re
cogido por sí mismo y quemado despues de leidos dos libros: d
uno titulado Clavícula de Salomon y el otro Tesoro de necro
mancia .
En ambos se trataba del poder de los demonios, suponiéndolo
muy grande , del culto que se les debia dar y de las oraciones que
se habian de hacer para conseguir su patrocinio. Los que creian su
contenido , si tenian que jurar entre sí mismos, lo hacian sobre las
palabras del libro de la Clavícula de Salomon. Añade Eimeric, que
tuvo en su liempo en Cataluña muchos procesos del crimen de in
vocacion del demonio , y que de ellos resulta haberle rendido culto
con cuantas acciones, signos y palabras lo dan á Dios los católicos,
porque , como los que proſesan las falsas religiones orientales, lo
consideraban como divinidad contraria, tanto ó mas poderosa que
Dios mismo; otros solo creian que los diablos eran iguales á los án
geles buenos , y á los santos , en cuyo concepto los veneraban, dis
tinguiendo entre los diablos á Lucifer como jefe, en quien suponian
mayor poder.
Las creencias en la intervencion del diablo y en su poder se ge
neralizaron en la Edad media y alcanzaron a todas las clases. Las
mas altas dignidades civiles ó eclesiásticas no estaban libres del con
LOS BRUJOS . 133

tagio. Como veremos en otro libro, los templarios fueron entre otras
cosas acusados de brujería.
En Aragon conocian los inquisidores en causas de heregia, ni
gromancia, hechizos etc. , desde el pontificado de Juan XXII , años
de 1322 á 1334 , y en 1512 los aragoneses pidieron al rey Fer
nando V en las cortes de Monzon, que en cuanto al crímen de ni
gromancia, no se propasaran los inquisidores á conocer fuera de
los casos de la bula Super illius specula , expedida por Juan XXII .

III .

Entre los efectos extravagantes de la brujería, se cuenta el baile


que en unos países lamaron de San Juan, en otros de San Victor , y
que se atribuia á diablerías.
En 1374 , los habitantes de Metz y de las cercanías fueron alaca
dos de una manía extraordinaria, procedente de las orillas del Rhin ,
donde se habia extendido desde el año anterior.
Personas de todo sexo y edad, sin distincion de clase ni catego
ría, el sacerdote en el allar, el juez en su tribunal, el labrador en
su campo, el artesano en su laller, el señor en la holganza, canta
ban Yy sobre todo bailaban sin descanso , hasta que caian faltos de
aliento, rendidos de fatiga .
Bastaba que uno solo bailara para arrastrar á todo el mundo á
bacer otro tanto. Algunos bailaban sin interrupcion ocho у diez
dias . Solo en la ciudad de Metz pasaron de quinientos los atacados ,
Los enfermos sentian un horror invencible hacia los zapatos pun
tiagudos y de color rojo.
No faltó quien biciese creer al vulgo que el mal tenia un origen
sobrenatural, que el diablo andaba metido en la danza, y los espi
ritus dispuestos a la credulidad diéronlo por cosa cierta; con lo cual ,
en lugar de disminuir, aumentó considerablemente . A fuerza de
exorcismos pretendíase curar á los enfermos, librándolos de los dia
blos bailadores. Las mujeres, sobreexcitadas por la frenética danza,
sentian deseos y necesidades menos diabólicas, pero mas lúbricas, y
sebreentregaban á los mayores desórdenes, dándose al primer hom
que encontraban , fuese ó no conocido, extraño ó pariente. Los
magistrados luvieron que imponer los castigos mas severos para re
primir tales escándalos en los Paises Bajos y la Lorena. En Tréve
431 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ris , la danza recomenzó con nueva fuerza en 1381 , concluyendo al


fin en romerías y peregrinaciones á ermitas у monasterios .

IV .

El sumo pontífice Adriano VI , ex -inquisidor general de España,


>

expidió en 1523 una bula, en la que decia, que en tiempo de su an


tecesor Julio II , papa desde 1503 hasta 1513 , se habia descubierto
en Lombardía una secta muy numerosa , cuyos adeptos apostataban
3

de la religion católica , pisando y ultrajando la cruz, abusando de


los sacramentos y cosas á ellos relativas , especialmente del de la
Eucaristía .
Reconocian al demonio por su señor y patrono ; prometíanle obe
diencia y rendíanle culto . Hacian daño á las bestias y frutos de la
tierra por medio de encantos, sortilegios yy otras neſandas supersti
ciones , y cometian otros muchos crímenes por instigacion del mis
mo demonio. Añadia la bula que, habiendo querido proceder contra
ellos un inquisidor, lo impedian los jueces eclesiásticos y seglares
ordinarios, por lo cual Julio II habia decretado pertenecer áa la in
quisicion el conocimiento de las causas de estos errores , lo mismo
que las de cualquiera otra heregia: por todo lo cual mandaba Adria
no se tuviese así entendido en las inquisiciones de los otros reinos
de la cristiandad .
La secta estaba por todo el mundo cristiano estendida , Уy á cual
quiera parte que volvamos la vista, solo vemos los efectos desarro
llarse en causas célebres, si bien muchas de ellas revelan la super
cheria y la explotacion de las creencias diabólicas por gentes de
desmesurada ambicion .
La Inquisicion de Calahorra quemó en 1507 treinta y tantas mu
jeres por brujas; y en 1527 se descubrió en Navarra una multilud
de sectarios de la brujería.
Cuenta don fray Prudencio de Sandoval, monge benedictino,
Obispo de Pamplona, en su Historia de Cárlos V , que dos mucha
chas una de once y otra de nueve años, se delataron á sí mismas,
ante los oidores del Consejo Real de Navarra, confesando baber
pertenecido a la secta de los brujos, y prometiendo que, si las per
donaban, dirian el modo de averiguar cuantas personas hacian par
te de la secta .
LOS BRUJOS . 435

Prometiéronles la impunidad y dijeron que , solo con ver el ojo


izquierdo á cualquiera, dirian si era bruja ó no . Declararon cual era
el pais en que habia mayor número y en que solian celebrarse las
asambleas.
El consejo comisionó un oidor para que acompañase á aquel par
de alhajas, yу escoltado por cincuenta soldados de caballería fuese al
distrito denunciado por ellas .

V.

Hé aquí los procedimientos de aquel señor oidor, segun el histo


riador de Carlos V los refiere .
Cuando llegaba á un pueblo, hacia encerrar á las muchachas en
casas distintas, se informaba por las justicias de quienes eran las
personas sospechosas de brujería, mandaba conducirlas a las casas
V las bacia colocar de modo que las muchachas solo pudiesen des
cubrirles el ojo izquierdo.
Cuando ellas decian que las personas cuyo ojo veian eran brujas,
estas eran presas; se tomaban informes y siempre resultaba que las
delatoras tenian razon ; y las que acusaron , no solo se probó que
eran brujas, sino que ellas lo conſesaron.
Su número pasó de ciento cincuenta .
Segun sus declaraciones, cuando alguna entraba en su congre
gacion, si era mujer, le daban un demonio en figura de jóven her
moso y robusto, para comercio sensual, renegando ella de Jesucris ,
to Yy de su religion .
Entonces aparecia en medio del círculo un cabron negro , que
andaba al rededor y hacia música con voz ronca , y todas las bru
jas concurrentes bailaban al son de la que parecia trompa, besaban
al cabron en el orificio, cenaban pan, vino y queso, cabalgaba cada
una sobre su amigo, que aparecia convertido en cabron , untándo
se antes con unguento de excrementos de un sapo, un cuervo y
varias sabandijas, y volaban por los aires á donde cada una queria
hacer mal.
Parece que lo que precede resultó de sus propias confesiones ;
pero Sandoval que lo refiere, no dice como les tomaron las decla
raciones, ni si les aplicaron el tormento para obligarlas á confesar
que seria lo mas probable.
136 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

No solo confesaron lo que antecede, sino que habian matado á


tres ó cuatro personas con veneno , por órden del demonio , quien
>

las introducia en las casas abriendo puertas y ventanas, y cerrán


dolas despues de acabado el maleficio.
Dijeron tambien que tenian asambleas ó juntas generales en las
noches de Pascuas y fiestas principales del año ; que hacian en ellas
muchas cosas deshonestas é irreligiosas; que, cuando asistian á misa,
les parecia negra la hostia; pero que si alguna vez tenian propósito
de abandonar su mala vida, la veian en su color natural.
Queriendo el comisionado cerciorarse de si era verdad lo que con
fesaban , hizo comparecer ante él á una bruja vieja , y le ofreció exi
mirla de todo castigo si hacia sus brujerías de modo que él las vie
se ; para lo cual le permitia fugarse si podia.
La bruja admitió la oferta : pidió el bote de sus unguentos, que
le habian quitado; se puso con el juez en lo alto de una torre aso
mada á la ventana, se untó a la vista de muchas gentes, en la pal
ma de la mano izquierda, en la muñeca, en el juego del codo, bajo
el brazo, en la ingle y en el lado izquierdo del cuerpo: luego gritó
en voz muy alta : ¡Mú! Todas las gentes oyeron otra voz que res
pondió en el aire: Si, aquí estoy . Y la vieja comenzó a bajar por la
pared de la torre, la cabeza abajo, andando con las manos y los
piés, como una lagartija, hasta la mitad de la altura, desde la cual
se echó a volar por los aires a la vista de todos, quienes no la de
jaron de ver hasta que traspuso el horizonte .
Todos, dice el Obispo historiador, se llenaron de admiracion; el
Juez comisionado mandó pregonar á la voladora bruja, poniéndola
á precio, y pasados dos dias se la presentaron unos pastores.
Preguntóle el Juez por qué no habia volado á donde no pudiese
ser cogida, y ella respondió: « que su amo no quiso llevarla mas
allá de tres legnas ... )
El resultado inmediato y positivo de la delacion ó delaciones de
las dos muchachas fué, que mas de ciento cincuenta mujeres fueron
sentenciadas, despues de una larga prision, á doscientos azotes ca
da una y á un encierro de muchos años, de lo que no pudieron li
brarse con unguentos diabólicos, ni por arte del diablo .
El obispo Sandoval refiere con la mayor buena fé el cuento de
la vieja que bajó de la torre y voló á la vista de todos: él no du
daba, que los diablos existian, y que podian hacer volar a todos,
cuanto menos á una vieja bruja.
LOS BRUJOS . 437

No obstante los azotes, prisiones, hogueras y tormentos la bru


jeria tomó un incremento tal , especialmente en Vizcaya. que el em
perador Carlos V quiso ponerle remedio, mandando, en diciembre
de 1527 , al obispo de Calahorra y á los Provinciales dominicanos,
que enviasen buen golpe de predicadores á todos los pueblos don
de la idea del poder del diablo mas se habia propagado. La cesarea
magestad no comprendia que aquel remedio solo podia agravar la
enfermedad; ó de otro modo, que creyendo los predicadores, tanto
como las brujas, en el diablo y en su poder, y estando de acuerdo
con el espíritu de aquellos tiempos, tan convencidos como ellas de que
podia introducirse en el cuerpo humano , vivir en él , dirigir sus ac
ciones y dictar sus palabras, no era fácil que pudiesen destruir una
creencia de la coal participaban, con tanta mayor fé cuanto mejores
católicos eran .
Citaremos entre otros muchos sacerdotes de aquel pais y de aquel
tiempo, el famoso cura de Bargota , cuya memoria se ha trasmitido
entre el vulgo hasta nuestros dias.

VII .

Bargota es un lugar de Navarra, cercano a la ciudad de Viana ,


perteneciente al obispado de Calahorra .
Cuéntase , entre otras cosas , de aquel cura , que habiendo sido
brujo famosisimo en Rioja y Navarra, tomó el gusto de hacer lar
guísimos viajes en pocos minutos, viendo de este fácil modo todas
las guerras de Fernando V en Italia, y algunas de Carlos V, y dan
do en Logroño y en Viana noticia de las victorias de las armas es
pañolas el mismo dia en que eran ganadas.
Añaden que una vez engañó á su diablo familiar, para evitar
la muerte al pontifice Julio II . Segun las memorias particulares
inéditas de su historia , un marido, que se creia ultrajado en su
honor, formó una conjuracion contra su Santidad ; y el demonio
reveló al cura de Bargota la muerte que el Papa debia sufrir aque
lla misma noche. Quiso el cura evitarlo ; y sin revelarlo á su espi
ritu familiar, le propuso que lo llevase inmediatamente á Roma,
porque deseaba estar al tiempo de hacerse y publicarse la muerte
del Pontifice. Llevólo el diablo, y el cura, en cuanto se vió en Roma,
corrió al Vaticano y , venciendo todos los obstáculos, logró ver al
Tomo I. 58
438 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Papa y revelarle el secreto del inminente riesgo que le amenazaba.


El Papa en premio de tan señalado servicio le perdonó y absolvió de
su pasada vida , á condicion de no volver á reincidir .
Mas tarde fué llevado a la inquisicion de Logroño ; pero salió
pronto y bien , gracias a los méritos contraidos .
CAPITULO III.

SUMARIO .

El brujo Torralba .-Sus relaciones con el ángel Zequiel.-- Correría de Torral


ba por diferentes paises . - Milagros del ángel .–Torralba es delatado á la
Inquisicion . - Su proceso.-Indulgencia del Santo Oficio .

I.

Mas de un capítulo mereceria la historia del famoso brujo Tor


ralba, aunque segun todas las apariencias solo fué un impostor.
Citólo en el inmortal Quijote, Miguel de Cervantes , y nosotros va
mos á reseñar brevemente sus aventuras y farsas, y la manera
como salió libre de la Inquisicion , donde tantos miles perecie
ron .

Nació el doctor Eugenio Torralba en la ciudad de Cuenca , y de


claró en su proceso que , siendo de edad de 15 años, pasó a Roma,
donde sirvio de page á don Francisco Soderini , obispo de Volterra
y despues cardenal en 1503. Estudió en Roma filosofía yy medicina
con el médico Cipion y los maestros Mariana , Avanselo y Maque
ra , con los cuales tuvo , cuando fué médico , muchas discusiones
sobre la inmortalidad del alma , sosteniendo esto , su inmortalidad
como dogma de física, sin que lograsen arrancar la fé de su pecho,
440 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

siquiera tampoco pudiesen arrancar de él la duda. Siendo ya mé


dico , por los años de 1501 , contrajó amistad en Roma con un
maestro Alfonso , que renegó del judaismo para bacerse mahome
tano, de Mahoma por Jesucristo y de este por la religion natural.
Bien podia al tal maestro Alfonso aplicársele el adagio que dice:
«De parecer muda el sabio . » Decia Torralba, que Alfonso creia era
Jesus un hombre puro, pero no un Dios , y que lo sostenia con ta
les argumentos , que llegó á dudar de un artículo tan esencial á la
fé del cristiano.
Tambien decia Torralba haber conocido en Roma un fraile do
minico llamado Pedro, y que este le dijo un dia que tenia por ser
vidor un ángel bueno , espíritu de inteligencia, llamado Zequiel, tan
gran sabedor de cosas ocultas y futuras , que era maravilla , aun
que de condicion tan particular que , lejos de querer pactos para
comunicar sus noticias , los aborrecia , diciendo que queria ser li
bre y servir por su amistad al hombre que pusiera en él su con
fianza, y baria esto con libertad plena de revelar ó no los secretos;
por que si le exigieran que los revelase con importunidades, se re
tiraria de la sociedad del hombre á que se hallase agregado.
Ofrecio el dominicano á Torralba la amistad y servicios de su án
gel Zequiel , y el doctor los aceptó. Dejóse ver el ángel en figura de
jóven blanco y rubio, vestido de encarnado y con un manto negro,
y dijo a Torralba:
-« Seré tuyo mientras vivas , y te seguiré á donde quiera que
vayas . »
El tal Torralba , que refiere todo este cuento , afirmó que desde
entonces se le dejaba ver en los novilunios cuadrantes de Luna ,
plenilunios , y cuando mejor le parecia, unas veces en el mismo
traje, otras en el de peregrino ó en el de ermitaño. Decia que Ze
quiel no le hablaba nunca contra la religion católica , ni le habia in
ducido en error ni á malas obras; antes por el contrario , solia re
prenderle sus pecados y lo acompañaba a la iglesia cuando iba á
misa ; lo que Torralba, segun decia , tomaba por pruebas irrecusa
bles de la bondad del ángel.
Añadia el doctor, que Zequiel le hablaba siempre en latin ó ita
liano , y aunque estuvo con él en España, Francia y Turquía, no ha
blaba los idiomas de estos paises. Afirmaba además, que continuaba
haciéndole visitas en las cárceles del Santo Oficio despues que fué
preso , si bien de tarde en tarde y no para revelarle secreto alguno;
LOS BRUJOS . 441
por lo que deseaba que lo dejase en paz, pues sus entrevistas solo
servian para turbar su alma. El ángel no por esto dejó de visitarlo
ni de hablarle de cosas que le disgustaban .

II .

Estuvo Torralba en España en 1502;; mas no permaneció mucho


tiempo; volvióse á Italia y fijó su domicilio en Roma, donde fué
protegido por el cardenal Volterra, á lo que debió fama de gran
médico Уy el trato de varios cardenales.
Segun sus declaraciones, parece que habiendo leido algunos li
bros de quiromancia , gustó conocerla por principios, y llegó á en
tenderla, hasta el punto de que varias personas lo buscaban para
que les revelase lo futuro por las rayas de las manos. Decia que
Zequiel le enseñó la virtud oculta de muchas yerbas y plantas para
curar ciertas enfermedades , lo que probó curando de ellas y con
ellas á varias personas que le pagaron bien , y que Zequiel le re
prendia porque tomaba el dinero, cuando ningun trabajo ni estudio
le habia costado el remedio.
Cuando no tenia el doctor dinero y estaba triste por tal causa ,
el ángel le decia :-«; Por qué estas triste por no tener moneda ? Y
luego encontraba bajo la almohada seis ducados ; lo cual le hacia
pensar, que era Zequiel quien se los daba , aunque este no respon
dia á sus preguntas sobre el asunto .
Suponiéndolos emanados de su ángel, hizo el doctor brujo varios
pronósticos y vaticinios , que él suponia se habian cumplido. Es
tando en la corte de España en 1510 , dijo al cardenal Cisneros ,
y al gran capitan Gonzalo de Córdoba que, pronto , segun le anun
ciaba el ángel , recibiria el rey Fernando el Católico una mala nue
va ; y en efecto, aquel mismo dia trajo un correo la noticia de la
muerte en Africa de don Garcia de Toledo , hijo del duque de Alba,
en una desgraciada expedicion contra los moros .

III .

Dijo Torralba, que el mismo cardenal Gimenez de Cisneros, sa


biendo que el cardenal Volterra habia conseguido ver al ángel Ze
442 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

quiel , quiso verlo tambien , para adquirir por sí mismo conocimiento


de las calidades de su espíritu .
Deseando complacerle , suplicó al ángel se dejase ver del carde
nal inquisidor en figura humana; pero el picarillo del ángel no
tuvo empacho de hacer un desaire á tan ilustre personaje , siquiera
para consolarlo le anunció que con el tiempo llegaria á ser rey;
cosa que si en el nombre no se realizó, le faltó poco,, pues fué go
bernador soberano de España é Indias .
Tambien vaticinó lo mismo al cardenal valenciano Francisco Re
molinos, y si no fué rey , fué virey de Nápoles .
Volvió a Roma Torralba en 1513 , y tres años despues anunció
al cardenal Volterra y otros la muerte del rey Fernando el Católi
co , en el mismo dia en que ocurrió ..
Dijo tambien que, paseando un dia por el muelle de Nápoles con
Tomás Silva de Salcedo , natural de Cuenca , fué invitado por este a
concurrir á cierta broma, y que Zequiel lo disuadió en aceptar,
debiendo la vida á seguir el consejo del ángel ; porque Salcedo
fue asesinado en la tal broma , que no era mas que una emboscada.
Vuelto á Roma, anunció tambien Zequiel a su amigo que Pedro
Margano perderia la vida, si salia aquel dia de Roma. Buscó Tor
ralba á Margano para advertirle, y no pudo hallarlo, y al dia si
guiente halló su cadáver descuartizado fuera de Roma.
Anuncióle Zequiel que el cardenal de Sena tendria un fin de
sastroso ; y poco despues, en 1517 , murió ajusticiado por órden del
papa Leon Å .
Camilo Rufino, napolitano, amigo de Torralba, le encargó pi
diese á Zequiel algun medio para ganar en el juego. Condescendió
Torralba, y Zequiel le dicto una cédula con ciertos caractéres ex
traños, merced á la cual ganó Camilo cien ducados. Zequiel le dijo
que se contentase con ellos , porque si jugaba al siguiente cuarto
de luna perderia .
Deseaba mucho Torralba ver á su amigo Tomás Becara , que se
hallaba en Venecia. Supo Zequiel su deseo, y lo llevó у lo volvió
á Roma con tal velocidad , que no dió lugar á que 'nadie lo echase
de menos .
El cardenal de Santa Cruz , don Bernardino de Carvajal , dijo á
Torralba en 1516 que fuese á pasar una noche en compañía de su
médico el doctor Morales en casa de cierta española llamada la Rosa
les, porque deseaba saber lo que hubiese de cierto : especto á lo que
LOS BRUJOS . 443

ella decia, de que todas las noches se le aparecia un fantasma en fi


gura de hombre muerto á puñaladas. El doctor Morales habia pa
sado una noche en compañía de la Rosales esperando al fantasma;
pero el buen doctor veia tan росо claro que no lo percibió , a pesar de
que la Rosales gritaba como una desesperada que lo estaba viendo
y lo tenia delante . Torralba vió mas claro ; pues la noche que pasó
en casa de la Rosales acompañado del doctor Morales, á cosa de la
una , vió un hombre como muerto y otro fantasma detrás que pa
recia mujer . — ¿ Qué buscas aquí? preguntó con teson . - Un tesoro,
-

respondió , y desapareció.
Preguntaron á Zequiel lo que habia de cierto en aquel enigma, y
respondió que en efecto habia enterrado en aquella casa un hom
bre muerto á puñaladas.
Muerto el rey Fernando el Católico, anunció Zequiel á Torralba
que habria en España guerra civil. Torralba lo comunicó al carde
nal Volterra y al duque de Béjar, quien lo escribió á Cisneros, go
bernador del reino á la sazon . Y en efecto , las guerras civiles de los
comuneros no tardaron en brotar.

IV .

Volvió Torralba á España en 1519 , en compañía de don Diego de


Zúñiga, y durante el viaje les ocurrió lo siguiente :
Paseando en la Barceloneta, cerca de Turin, con el secretario Ace
vedo , se asustaron este y Zúñiga , y dijeron que habian visto pasar
junto á Torralba una cosa que no podian esplicar. Torralba les di
jo que seria su ángel Zequiel, que se le habia aproximado para co
municarle cierto asunto . Descó Zúñiga conocerlo ; pero Zequiel se
negó á dejarse ver, aunque se lo pidieron encarecidamente.
Paseando Torralba con el mismo Zúñiga en Saboya, cierto niño
se aturdió al ver en los dedos del doctor Torralba un anillo , en que
habia una cabecita de negro. Preguntóle don Diego si el anillo es
taba hechizado, y el farsante del doctor le respondió que el diaman
te principal estaba labrado en viernes Santo con sangre de cabron .
Estando ya en Barcelona, Eugenio de Torralba vió en casa del
canónigo Juan García un libro de quiromancia, y en élunas notas
para ganar en el juego; y don Diego de Zúñiga, á quien, segun pa
rece, todo se le antojaba, quiso conocerlas . El doctor Eugenio se las
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

copió , y le previno que deberia copiarlas él mismo en una cédula


con sangre de murciélago en dia de miércoles , dedicado á Mercurio,
y tenerla en su poder cuando jugase.
La señora en cuya casa vivia en Barcelona les dijo haber oido
que habia en ella un tesoro escondido , y manifestando Zúñiga de
seos de saber si era cierto, el doctor lo preguntó á Zequiel, y este
>

dijo que sí ; pero que no habia llegado el tiempo de descubrirlo,


por haber dos espíritus encantados por los moros . ¡Lástima de mo
ros y de encantamientos!
Estando en Valladolid en 1520 , el doctor Eugenio dijo a Zúñiga,
que deseaba volverse á Roma , porque tenia ocasion de hacerlo por los
aires , caballero en una caña y guiado por una nube de fuego... Y en
efecto, regresó á Roma, donde el cardenal Volterra , y el prior de la
órden de San Juan le rogaron les cediese su espíritu familiar. Tor
ralba lo propuso á Zequiel y se lo rogó encarecidamente , aunque
sin resultado.
En 1525 , le dijo Zequiel áa su protegido , que deberia volver á
España, porque lograria ser médico de la infanta doña Leonor, rei
na viuda de Portugal , y despues mujer del rey de Francia Francis
co I. El doctor comunicó al duque de Béjar la oferta de Zequiel , y
estos señores le proporcionaron con su influjo, en el espacio de un
año , lo que el ángel le habia ofrecido ...
A principios de abril de 1517 , hallándose Torralba en Vallado
lid , le anunció Zequiel que la emperatriz pariria varon . Apresuró
se el doctor a participarlo á don Diego de Zúñiga, y á su hermano
don Pedro , y en efecto, la emperatriz dió á luz en 22 de aquel mes
al príncipe don Felipe .
Y por último, decia Torralba , como fin y postre de todos sus
embustes y patrañas , que Zequiel le comunicó en 5 de mayo de
aquel mismo año, que á la mañana siguiente seria tomada la ciu
dad de Roma por las tropas imperiales ; y deseando presenciar su
ceso tan grande, ocurrido en el pueblo que miraba como su segun
da patria, rogó al ángel lo condujese á Roma á tiempo de ver la
entrada de los imperiales . Condescendió Zequiel , y ambos salieron
de Valladolid paseándose á las once de la noche . Cuando estuvieron
fuera de la ciudad, Zequiel dió un palo lleno de nudos á Torralba, y
le dijo :
pada
- Cierra los ojos; no tengas miedo ; no sueltes el palo y
malo te sucederá ...
LOS BRUJOS , 445

Cuando llegó el caso de abrirlos, creyó estar tan cerca del mar
que podia tocar sus aguas y metido en una nube muy oscura , la
cual no tardó en iluminarse, hasta el punto que Torralba, como San
cho sobre Clavileño, temió chamuscarse las barbas. Visto lo cual
por Zequiel, este le dijo:
-No temas, bestia licra .
Vueltos á cerrar los ojos y pasado algun tiempo, creyó estar ya
en tierra .
Zequiel le mandó descubrirse, y le preguntó si conocia donde es
taba.
-En Roma , le respondió el doctor, despues de reconocer los ob
jetos que le rodeaban . Estamos en la Torre de Nona ...
Y sonó entonces el reló de San Angelo, dando las cinco de la
noche, que corresponden a las doce de la noche en el estilo espa
ñol. De modo que hicieron el viaje en una hora.
Pascó Torralba con Zequiel las calles de Roma, y al dia siguiente
vió morir al condestable de Francia , Carlos de Borbon , encerrarse
el Papa en el castillo de San Angelo, degollar los cardenales, sa
quear las iglesias, jugarse al cane Santos y reliquias y todo lo de
más ocurrido en aquel terrible dia .
Volvióse por la tarde á Valladolid de la misma manera que habia
ido á Roma, y Zequiel le dijo:
-Desde ahora va deberás creer cuanto yo te diga.
Comunicó el doctor estas noticias, y como saliesen ciertas , su fa
ma creció de tal manera , que en la corte era tenido por brujo, he
chicero y mago .

IV .

Era por entonces Torralba médico del almirante de Castilla.


Su fama parece que produjo la delacion que le valió ser encer
rado en la inquisicion de Cuenca , á principios de 1528 .
Salió al auto general público de fé del dia 6 de Marzo de 1531 ,
despues de mas de tres años de cárcel, y se leyó el estracto de su
proceso , que mereció del público español mas atencion que todos
los de los otros tribunales del reino en los autos de fé de aquel año .
Mandáronse á la corle muchas relaciones, harto diferentes unas
Tomo I. 59
446 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de otras , segun los oidos que debian escucharlas. A estas relacio


nes hay que agregar lo que añadió y alteró Luis Zapata en su poe
ma de Cárlos Famoso, escrito treinta años despues del suceso, y las
que contó Cervantes ochenta años despues; pero la relacion mas
exacta es la estractada del proceso mismo por un secretario de la
Inquisicion , y á la cual vamos á referirnos.
El delator fué su amigo don Diego de Zúñiga , quien , como la ma
yor parte de los nobles de su época , despues de ser en su juventud
un calavera y algo peor , concluyó por ser fanático y supersticioso.
Bizo confesion general don Diego con un fraile misionero apostóli
co , y no contento con confesar todos sus pecados, le dijo al confe
>

sor los de todas las personas que conocia , sacrificando así , las
vidas , honras y haciendas de sus prójimos; porque el fraile confe
sor á su turno debia delatar á la Inquisicion las heregías que lle
gaban á su noticia .
Era ya , sin embargo, general en España la fama de las brujerias
de Torralba, porque este loco habia hecho las mas eficaces diligen
cias para conseguirlo, jactándose públicamente de sus supuestas
relaciones con el ángel Zequiel. La prueba de sus jactancias fué
completa, y si no hubiera mentido tanto por capricho ó por otras
causas , no hubiera dado lugar á la prision. Claro es que no ha
biendo perjuicio de tercero en sus pronósticos Уy vaticinios , fueranó
no invenciones suyas hechas por mero capricho ó por otra causa ,
debian ser cuando mas motivos de lástima ; pero nunca objeto de
persecucion . Pero dada la existencia del tribunal de la Inquisicion ,
la prision de Torralba fué merecida y en ninguna manera corres
pondió lo que con él hicieron a lo que estaban acostumbrados á
hacer con cuantos caian bajo sus garras.
El doctor confesó desde luego todo lo relativo al ángel Zequiel y
sus efectos, creyendo al principio que solo se trataria de esto y na
>

da respecto á las dudas y disputas sobre la inmortalidad del alma


y la divinidad de Jesucristo.
у
Hubo discordia en la sentencia, que fué mandada al Consejo de
la Suprema, el cual decretó el 1 de diciembre de 1522 su devolu
cion , mandando dar tormento al doctor Eugenio Torralba en cuan
to la calidad y la edad de su persona lo permitiese, para que de
clarase cual habia sido la intencion con que recibió y conservó el
espíritu Zequiel; si conocia de veras que era un espíritu malo, co
mo algun testigo dice haberle sido manifestado; si hubo pacto para
LOS BRUJOS . 447

recibirlo ; cual fué este ; como se verificó el recibimiento; si enton


ces ó despues usó de conjuros para invocarlo .
Despues de evacuado este acto , debia sentenciarse de nuevo .
Sufrió Torralba el tormento , y en ocho distintas declaraciones,
se contradijo muchas veces, como acontece a todos los que mienten
mucho.
Siempre habia dicho que su familiar era un espíritu bueno; pero
en el tormento declaró que ya lo tenia por malo , y que lo miraba
como el origen de su actual desgracia.
Preguntáronle los inquisidores si su ángel le habia vaticinado
que seria preso por el Santo Oficio, yУ el respondió que bastante le
habia dicho si él hiciera caso ; pues le tenia advertido que si volvia
á Cuenca lo pasaria mal.
Para sentenciarlo partieron los inquisidores del principio de ser
verdad cuanto el doctor habia dicho respecto á sus relaciones con el
ángel , á sus revelaciones y viajes imposibles. Para ellos nunca fué
cuestion lo de la posibilidad ó imposibilidad de ir de Valladolid á Ro
ma por los aires, y volver en menos de veinte y cuatro horas ca
ballero sobre un palo .Los padres inquisidores de Cuenca no podian
menos de creer en la posibilidad de tales milagros realizados por
medios sobrenaturales. La cuestion para ellos se reducia á saber, si
era ó no obra del diablo, y esperando descubrir algo con el tiempo,
le tomaron nueva declaracion en 6 de marzo de 1529, y lo guarda
ron un año mas en sus calabozos.
Sobrevino un testigo , que dió algunas noticias sobre las opinio
nes antiguas de Torralba, con cuyo motivo declaró, en 29 de enero
de 1530, lo que hemos referido al principio, y acabó de explicarlo
en 28 de enero de 1531.
Informado el consejo de la Suprema, encargó buscar personas sa
bias y timoratas que procurasen convertir al reo y persuadirle que
abandonase de corazon la nigromancia y cuantos pactos tuviera, con
fesando estos y todos los hechizos, para descargo de su conciencia.
Predicáronle mucho Francisco Antonio Barragan, prior de los
dominicos de Cuenca, y Diego Manrique, canónigo de su catedral.
Respondia el doctor que estaba arrepentido de todas sus culpas;
pero que no podia confesar pactos ni hechizos, porque jamás ha
bian intervenido, ni desprenderse de la vista del ángel Zequiel, por
no estar en su mano impedirle el presentarsele; que solo podia pro
meler no llamarle nunca, ni descar que viniera ni condescendiera á
448 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

sus propuestas . Pero he aquí lo bueno, y es, que los inquisidores


de Cuenca quisieron tambien entrar en relaciones con el ángel Ze
quiel, y por medio de Torralba le preguntaron lo que el pensaba
acerca de las personas y doctrinas de Martin Lutero y Desiderio
Erasmo .
El doctor Torralba, que sabia durmiendo mas que los inquisido
res despiertos , respondió que Zequiel reprobaba á los dos, con la
diferencia de que calificaba á Lutero de muy mal hombre y á Eras
mo de muy astuto para gobernar, y que ambos estaban en relacio
nes íntimas. Qué mas podian descar los inquisidores?
Sentenciaron la causa el 6 de marzo de 1531, condenando al
doctor Eugenio Torralba á la penitencia de cárcel y sambenilo por
el tiempo de la voluntad del inquisidor general; no hablar ni comu
nicar con el ángel Zequiel, ni dar oidos á lo que él pudiera decirle,
porque así le convenia para bien de su alma y seguridad de su con
ciencia .
El cardenal inquisidor general Manrique no tardó en dispensarle
la penitencia, teniendo en cuenta su arrepentimiento yY lo sufrido en
la cárcel por espacio de cuatro años de prision .
Hemos referido la historia del brujo Torralba y de su ángel Ze
quiel, precisamente por el contraste que presenta la blanda con
ducta que con él tuvo la Inquisicion con la crueldad con que
siempre trató los casos de brujería. La razon de esta blandura sal
ta á la vista. La proteccion de la corte y en particular la del almi
rante de Castilla don Fadrique Henriquez , próximo pariente y ami
go del inquisidor general , de quien Torralba habia sido médico y
de quien volvió a serlo, contribuyeron á librarlo de los horrores de
la hoguera que habia merecido, teniendo en cuenta las fútiles cau
sas, por que otros morian en ella . Que él era un farsante embau
cador parece cosa evidente, yy la impunidad que resultó para él de
la sentencia de la Inquisicion, es una prueba mas de que aquel
>

tribunal, si algunas veces servia contra los malvados, otras guar


daba todos sus rigores para las gentes sencillas que creian de buc
na fé. Prosigamos la historia de las causas de brujería, que for
maron durante los dos últimos siglos el escándalo de la Europa
cristiana .
CAPITULO IV.

SUMARIO .

La inquisicion de : aragoza quema á varias mujeres .- Edicto del inquisidor


Manrique contra Ics brujos . - Don Diego Fernandez de Herelia es proce
sado por brujn . - In Ginebra es quemada por bruja una muchacha llama
da Micaela Chaulron . - Don Felipe de Arason es condenado por la inquisi
cion de Murcia i destierro .

1.

La inquisicion de Zaragoza tuvo en 1536 una causa de brujería,


en la cual ocurrió un suceso digno de mencion .
Fueron las víctimas algunas mujeres, que escaparon peor libra
das que sus correligionarias de Navarra, de que hemos hablado
antes.
Por testigo de oidas, y opinion comun y vulgar, fueron conven
cidas de brujería y hechicería; pero no confesaron á gusto de los
inquisidores, ni estos las tuvieron por penitentes. El proceso llegó
al estado de sentencia definitiva en 1536 .
Reunidos los jueces con el Diocesano y los consultores para la
conferencia de votos, discordaron . La mayoría votó por la relajacion
( hoguera ); la minoría por admitirlas á reconciliacion y cárcel per
pétua . Segun las ordenanzas vigentes, debian , á causa de esta dis
cordancia , mandar la sentencia á la resolucion definitiva del consejo
450 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de la Suprema: pero esta disposicion no gustó nunca á los inquisi


dores , bien hallados con su secreto despotismo sobre vidas, honras
y haciendas, y en lugar de cumplirla los que antes votaron por la
conservacion de la vida, cedieron y sacrificaron á aquellas infelices,
votando de nuevo lo contrario de lo que antes creyeron justo, á fin
de que por la unanimidad fuese definitiva la sentencia del tri
bunal.
Las víctimas murieron en las llamas.
Supo la contravencion el Consejo de la Suprema, y cualquiera
creerá que castigó severamente a los inquisidores, tanto por faltar
á las leyes, cuanto por el sacrificio de aquellas vidas, injusta y vio
lentamente arrancadas; pero no fué así : contentose con espedir en
23 de marzo del mismo año 1536 , una órden, para que los tribu
nales inferiores se atuvieran en lo sucesivo á las prescripciones vi
gentes.

II .

El cardenal inquisidor Manrique, para concluir con la secta de


los brujos, que a pesar de la persecucion se propagaba y estendia
por la Peninsula , mandó añadir al edicto prescriptivo de las dela
ciones varios artículos referentes á los brujos, que copiamos con
las agregaciones de los sucesores del famoso inquisidor.
« 1.° Si sabeis ó habeis oido decir que alguno haya tenido familia
» res , invocando demonios dentro de círculos; preguntándoles, es
» perando respuesta ; siendo brujos con pacto espreso ó tácito; mez
» clando cosas santas con profanas y atribuyendo a la criatura lo que
ves propio del Creador.
» 2. ° Que alguno haya sido astrólogo judiciario, adivinando lo
» futuro por medio de observaciones de los astros hechas en el mo
» mento de nacer los hombres, ó de ser engendrados, y pronosti
»cando por ellos lo futuro, contingentes físico Уy moral, adverso y
» próspero, que ha de suceder á la persona objeto de sus investi
» ciones.
» 3.° Que alguno por saber cosas ocultas ó futuras haya profc
» sado la geomancia, ó adivinado por observaciones de la tierra; hi
» dromancia, por el agua; acromancia, por el viento ; piromancia
» por el fuego; onomancia, por las uñas de las manos; necromancia,
LOS BRUJOS . 451
»por los cadáveres; ó sortilejios por suertes de habas , dados ó gra
» nos de trigo.
» 1.° Que alguno haya hecho pacto expreso con el demonio , en
» cantamientos del arte mágico, con instrumentos, cercos , hechizos,
» trazando ó dibujando caractéres ó signos diabólicos, invocando y
» consultando a los diablos, esperando y creyendo sus respuestas,
» dándoles incienso , ú otras zalamerias de buenos ó malos aromas,
vofreciéndoles sacrificios, poniéndoles por culto candelas encendi
» das, abusando de los santos sacramentos ó cosas bendecidas, pro
» metiéndole obediencia , rindiéndole adoraciones, hincando las rodi
» las ó dándole culto y veneracion en otra cualquiera forma.
O

» 5.° Que alguno haya contribuido ó tenga espejos, anillos, re


» domas ú otras vasijas para traer, cerrar y conservar algun demo
» nio que responda á sus preguntas y satisſaga sus pasiones, ó
» preguntado cosas ocultas ó futuras á los demonios posesionados de
»personas energúmenas; ó que haya querido conseguir el mismo
» fin invocando el demonio bajo la denominacion de ángel santo
» y ángel blanco; pidiéndoselo con humildad y oracion У haciendo
» cosas supersticiosas, en vasos y vasijas de vidrio llenas de agua,
pen candelas bendecidas, en las uñas ó palmas de la mano untadas
»con aceite ; ó procurando representar objetos por medio de fantas
»mas y visiones aparentes, anunciando así cosas ocultas y futuras ,
» y practicando cualesquiera otros encantamientos.
» 6.° Que alguno haya tenido ó leido, ó tenga ó lea de presente
»libros ó papeles impresos ó manuscritos que traten de los objetos
» indicados y de todas las adivinaciones que no sean por causas na
» turales y físicas .»)
La delacion de cualquiera de estas cosas conducia al delatado á
la Inquisicion, al tormento y á la hoguera.

III .

Las llamadas artes diabólicas, mágia, hechiceria, etc. además


de ser esplotadas, para engañar á los tontos, por truanes de todas
clases y categorías, volvieron maniáticos ó locos, á muchos, que
de buena fé se consagraron á ellas. Uno de estos fué don Diego
Fernandez de Heredia, señor de Bárboles, hermano y sucesor del
conde de Fuentes, grande de España. Fué delatado al Santo Oficio
152 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de Zaragoza por crímen de nigromancia, en 9 de mayo de 1591 , y


resultó que tenia libros escritos en árabe, que le habia dado un
morisco, difunto ya , vasallo de su hermano el conde, gran nigro
mántico en opinion del vulgo. Don Diego comunicó estos libros á
otro morisco llamado Marquina, natural de Africa , Jomiciliado en
Calanda, con fama de sabio encantador. Este le dijo, que uno de
los libros era del arte mágica, y que contenia conjuros para descu
brir tesoros ocultos al que los leia con gran fé .
Don Diego tuvo al nigromántico algun tiempo en su casa , y en
su compañía y la de otros hombres fué con el libro de los conjuros
á la ermila llamada de Matamala , cerca del Ebro y del lugar de
Quinto, en una oscurísima noche de verano de 1582 ; porque, se
gun el libro, habia sepultado allí un gran tesoro de monedas de
oro y plata. El nigromántico leyó los conjuros, y al momento se
oyeron grandes truenos en un montecillo inmediato á la ermita :
adelantóse el conjurador, habló con los diablos, volvió a donde es
laban sus compañeros, mandó cavar debajo del altar de la ermila
y se volvió á la conferencia diabólica . Cavaron en presencia de don
Diego, yencontraron unas linajas de barro, pero vacias, don Diego
salió y dijo á Marquina que refiriese á los diablos el suceso y les
hiciese decir la verdad. El morisco los conjuró, y en nombre de los
demonios respondió, que el tesoro era cosa cierta ; pero que se ha
llaba siele ú ocho alturas humanas mas profundo, y no era posi
ble sacarlo entonces, porque no se habia cumplido el tiempo de los
encantamientos, en cuya virtud se habia deposilado allí.
Otra noche hicieron igual expedicion á cierto montecillo y barranco
entre los lugares de Velilla y Gelsa. Despues de iguales ó pareci
dos conjuros, hubo escavacion y hallaron muchas vasijas de barro
con ceniza y carbon . pero sin plata ni oro; dando los oráculos in
fernales una explicacion semejante á la que dieron en Matamala. A
la vista salta que el tal Francisco Marquina era un embustero, que
esplotaba al crédulo don Diego con promesas. y esperanzas.
La Inquisicion de Zaragoza descubrió estos sucesos nueve años
despues de ocurridos, á consecuencia de las esquisitas diligencias
que practicó para encontrar pretexto de prender a don Diego , segun
las órdenes secretas de Felipe II , que le buscaba el bulto por ser
protector del famoso Antonio Perez ; pero el procedimiento contra
don Diego por su creencia en la nigromancia no pasó de sumario;
porque, sobreviniendo los grandes tumultos que ocurrieron en Za
LOS BRUJOS . 453

ragoza con motivo de la prision de Antonio Perez , tuvo el fin trá


gico que veremos en el segundo tomo de esta obra.

IV .

En el año de 1652 quemaron en Ginebra á una muchacha lla


mada Micaela Chaudron , á quien llegaron á persuadir de que era
hechicera. El extracto del proceso es este : labiéndose Micaela
Chaudron encontrado con el diablo á las puertas de la ciudad , el
diablo le dió un beso , la recibió por suya , le imprimió en el labio
superior y en el pecho derecho la señal que acostumbra ponér á
aquellas personas a quienes mas particularmente favorece . Este
sello del diablo es una marca que deja insensible la parte en que
está, como lo afirman todos los jurisconsultos demonógrafos.
Vandó el diablo a la pobre Micaela que fuera y hechizase á dos
muchachas que le indicó , lo cualella hizo con la mayor diligencia
y puntualidad. Los parientes de las maleficiadas acusaron a la Chau
dron , y esta y las otras fueron interrogadas, y presentadas al careo ,
confesaron que sentian cierto prurilo ó comezon en algunas partes
de su cuerpo, y que, por consecuencia precisa, estaban endemo
niadas. Llamáronse médicos, ó á lo menos doctores en medicina, y
visitaron á las tres muchachas, buscaron ca la Micaela el sello in
fernal, y para hallarle le metieron por distintas partes una aguja
muy larga; salió mucha sangre y la pacienie manifestó con sus ala
ridos que los signos diabólicos no la habian dejado insensible.
Viendo pucs los jueces que aun no estaba plenamente probado que
fuese hechicera, la aplicaron á cuestion de tormento, secreto infa
lible para obtener cuantas pruebas se necesitan . Cedió la infeliz á
la violencia de la tortura ; confesó cuanto exigieron de ella ; pero
como quiera que los médicos no estaban satisfechos todavía con la
operacion judicial, repitieron las suyas en busca del sello del dia
blo. Tanto hicieron, que llegaron a descubrir un pequeño lunar en
un muslo de la muchacha; metieron de nuevo la aguja, y como las
mortificaciones del potro habian sido tan terribles, apenas sintió
aquella victima desdichada las pruebas que estaban haciendo. Esto
fué bastante para que la medicina y la jurisprudencia diesen por
averiguado el delito ; bien que como ya empezaban à suavizarse
TOMO I. 60
454 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mucho las costumbres, aunque es cierto que la quemaron , usaron


de la cortesía de ahorcarla primero .

V:

Todavía durante la segunda mitad del siglo xvn continuó con ar


dor la persecucion contra brujos , hechiceros y gente que hacia pac
>

to con el diablo .
En el auto de fé que tuvo lugar en Murcia en 20 de mayo
de 1663, salió penitenciado don Felipe de Aragon, hijo del empera
dor de Fez y de Marruecos. Siendo muy jóven, habia venido á Es
paña y abrazado el catolicismo, teniendo por padrino á don Fer
nando de Aragon , virey de Valencia, duque de Calabria é hijo pri
mogénito del rey de Nápoles Federico III .
Parece que , despues de bautizado, habia tenido sus dudas sobre
su nueva fé y aun favorecido á algunos moriscos que apostataban.
Segun el proceso, habia hecho pacto con el demonio, y fué nigro
mántico , bechicero y deshechizador.
Llamábase su diablo Xaguax , yy cuando don Felipe le invocaba in
censándole con estoraque, el diablo se le aparecia en figura de hom
bre pequeño y moreno, vestido de negro, y le instruia , diciéndole
lo que necesitaba hacer para sus hechizos y brujerías. Dicen que
curó á varios enfermos con hechizos; pero no lo acusaron , como á
otros brujos , de matar niños y de otras atrocidades por el estilo .
Ni ser hijo de emperador, ni tener por padrino al hijo de un rey
le libraron de la Inquisicion, ni de salir en un auto penitenciado,
con coroza terminada en dos cuernos muy grandes con diablos
pintados en ella. Fué reconciliado con la penitencia de reclusion en
un convento por tres años y destierro perpétuo de la villa de Elche,
donde se habia establecido, y de los reinos de Valencia , Aragon,
>

Murcia y Granada .
Dijeron los inquisidores, que le impusieron sentencia tan benigna
teniendo en consideracion que don Felipe pudo escaparse y no lo
hizo, antes al contrario se presentó él mismo al Santo Oficio .
Teniendo en cuenta lo que con otros hacian bien podia decirse
que fueron benignos con aquel brujo los inquisidores de Murcia.
CAPITULO V.

SUNIARIO .

La brujeria sirve de pretexto á los vicios . - La ursulina Magdalena y su con


fesor Gauffridi. - Luisa Capeau .-- Acusa a su rival Magdalena de tener amo
res con Gauffridi. - La inquisicion de Aviñon manda instruir proceso y
exorcisar a Luisa . - Delata Magdalena á su amante . - Careo de este con
Luisa . - Discordia entre los inquisidores .-- Estado deplorable de Magdalena.
--Prision de Gauffridi en Marsella . - El parlamento y el clero hacen com
parecer á los tres acusados . - Gauffridi es condenado á morir en la hogue
ra . - Su suplicio en 1611. - Magdalena es trasladada a Aviñon .

1.

Con el progreso de las luces disminuyó la creencia en el dia


blo У en su poder, y sobre todo en su intervencion en los negocios
humanos, de la manera que se habian creido en la Edad media: pero
entonces empezaron en grande escala las supercherías. Ya no fueron
gentes fanáticas, que con la mejor buena fé se creian poseidas por el
diablo, y que este apoderándose del cuerpo y del alma de sus vícti
mas, les proveia de las facultades sobrenaturales que distinguen á
los brujos, hechiceros y otros que hacian pactos con él : fingióse la
intervencion del diablo para ocultar los vicios y excesos mas repug -

nantes . Los escándalos fueron frecuentes, y aunque mas lentamente


de lo que hubiera
hu convenido, acabaron por destruir tan ridículas
como funestas supersticiones.
Muchas de las farsas en que se hizo representar al demonio un
456 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

papel principal concluyeron para sus fautores y actores, menos afor


tunados que Torralba, en tragedia ; y como prueba de nuestro aser
to vamos á referir algunas de las mas notables.

U.

El padre Romillion, hombre grave y entrado en años , protestan


te convertido al catolicismo, fundó varios conventos de ursulinas,
en el Mediodía de Francia, á fines del siglo xvi .
En uno de los conventos habia una joven llamada Magdalena, á
quien dieron por director espiritual un sacerdote provenzal llamado
Gauffridi, de quien , segun cuenta la historia de donde estracta
mos esta relacion, enamorose Magdalena y sus compañeras to
maron los estravíos de su razon, hijos de su pasion , por maleficio
obra de un poder diabólico. El mal fué contagioso: el amor se ma
nifestó en algunas y el terror en todas.
Las imaginaciones se exaltaron ; perdieron el buen sentido , si es
que por acaso lo tuvieron anles, y media docena de entre ellas , se
dieron a llorar, cantar y bramar alternativamente , diciendo que
tenian el diablo en el cuerpo.
Si las ursulinas hubieran estado enclaustradas, incomunicadas
con el mundo, se hubiera podido ponerlas de acuerdo y remediar el
mal por medio de los sanos principios religiosos, pero segun su ins
titucion , las ursulinas recibian en el claustro á sus amigos y parien
tes quienes contribuian á fomentar semejantes aberraciones. El funda
dor estaba indignado y desesperado , y hubiera querido sofocar el
escándalo. Como buen creyente, hizo exorcisar en secreto á las jó
venes endiabladas; pero los diablos, sin embargo no se dieron con
ello por vencidos .

III .

Entre las poseidas habia una joven predilecta del padre Romi
llion , de veinte á veinticinco años de edad , inteligente, instruida y
versada en la controversia. Era de origen protestante; pero habien
do quedado huérfana, la instruyó el padre Romillion, como ella
protestante convertido. Llamábase Luisa Capeau. Esta jóven reu
LOS BRUJOS . 157

nia á un ingenio prodigioso una pasion vehementísima. Anádase


una fuerza sobrenatural y se podrá comprender de cuantas diabluras
era capaz. Durante tres meses sostuvo una lucha desesperada, que
hubiera matado al hombre mas fuerte en ocho dias, ademas de su
batalla interior con el diablo. ¿ El diablo ? ¡Los diablos deberíamos
decir, porque ella dijo que tenia tres nada menos!...
¡ Uno se llamaba Verrine y era bueno y católico...! ¡Diablo ca
tólico y bueno !... Además de católico, Verrinc era lijero y uno de
Jos demonios del aire.
Leviatan era el segundo; diablo malo, razonador y protestante:
y otro ,que confesaba ser el de la impureza y de los celos ; pero ha
bia olvidado su nombre .
Esta tres veces endiablada monja, odiaba cruelmente á Magda
lena, jóven delicada, rubia , preferida y orgullosa señorita de noble
familia .
Magdalena en sus accesos decia, que habia estado en el sábado y
que en el fué reina, que la habian adorado y que habia entregado
su cuerpo al Principe... ¿Quién era el Principe?... Esta revelacion
fué para Luisa una puñalada, y en su furor la tuvo por verdadera,
,
y segun afirmó todos sus demonios, católicos ó protestantes, bue
nos ó malos, la incitaron á creer que Gauffridi era el rey de los
brujos.
No tardó en esparcirse el rumor de que se habia hecho una gran
captura, un sacerdote rey de los magos, principe de la mágia. Tal
fué la falsa y espantosa diadema de hierro y de fuego que seme
jantes demonios femeninos clavaron en la frente del pobre con
fesor.

IV .

Todo el mundo perdió la cabeza, incluso el anciano Romillion . Fue


se ódio hácia Gauffridi ó medida de la Inquisicion , sacó el asunto de
entre las manos del obispo y llevó sus dos endiabladas, Luisa y
Magdalena, al convento de la Sainte - Baume, cuyo prior era el do
minicano Michaëlis inquisidor del Papa en Aviñon .
Michaëlis el inquisidor delegó al doctor Dompte, dominico fla
menco , el poder de los exorcismos, reservándose resolver en la ho
guera el problema de los diablos yy de su principe.
458 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

La cosa se redujo á un duelo entre los diablos que poseian á


Luisa у el de Magdalena .
Magdalena fué para el inquisidor exorcista un terrible auxiliar:
su furor contra Gauffridi era inextinguible , su elocuencia ardiente,
pintoresca , á veces extravagante, pero siempre extremecedora , co
mo una llama infernal .
Las gentes sencillas y crédulas acudian en peregrinacion á la Sain
te -Baume para ver con la boca abierta la lucha de los demonios ...
Terrible espectáculo era aquella lucha desigual, en que la de mas
edad, la fuerte y robusta provenzala, abatia, aplastaba como si
fuera una muñeca á su rival , débil como un niño .
Luisa estaba medio loca, si no lo estaba del todo; pero tenia ins
tantes de terrible lucidez durante los cuales procuraba desgarrar el
corazon de Magdalena.
La venerable Catalina de Francia primera de las ursulinas, fué á
ver á Luisa , la interrogó y empezó por encontrarla en un embuste;
pero la impudente se contentó con responder que el diablo que ha
blaba por su boca era el padre de la mentira .
Un mínimo, hombre de muy buen sentido que estaba presente,
le dijo :
-Entonces tú mientes, » Y volviéndose á los exorcistas , aña
dió :
« ¿Por qué no haceis callar á esta mujer?» y les citó la historia
de cierta Marta , falsa poseida que hubo en Paris.

V.

Uno de los medios de Luisa consistia en aterrorizar a la asamblea,


diciendo:
- ; Yo veo los májicos !...
Todos los presentes temblaban por sí mismos.
Victoriosa en el convento, Luisa extendió su poder hasta Marse
lla . Su exorcista ſlamenco, reducido al extraño papel de secretario
y conſidente del diablo, escribió cinco cartas dictadas por el mismo
Satanás.
A los capuchinos de Marsella para que intimaran á Gauffridi, a
que se convirtiera;
LOS BRUJOS . 159
A los mismos, para que arrestasen á Gauffridi, lo amarraran
bien y lo encerraran en la casa que él les indicaba;
Además escribió á los Moderados, á Catalina de Francia , á los
padres de la doctrina cristiana, que se declaraban contra ella .
En fin, aquella furia desencadenada, insultó á su propia supe
riora, diciéndole en una de sus cartas:
— « Vos me dijísteis al partir, que fuese humilde у obediente ...
Yo os devuelvo el consejo . »
Un dia se burló del inquisidor Michaëlis, diciendo:
-Pobre Michaëlis, tú pierdes tu tiempo ¡ redicando en Aix , don
de nadie te escucha , mientras todos acuden aquí para oirme: tú
dices la verdad, pero avanzas poco ... Mientras Luisa sin estudios
ha alcanzado y comprendido en poco tiempo el sumario de la per
feccion . »
Esta salvaje alegría provenia de haber destrozado, vencido á
Magdalena.
Una palabra habia producido mas efecto que cien sermones : pa
labra bárbara : « Tú serás quemada .»
Desde aquel dia , Magdalena perdió la cabeza; dijo todo lo que
Luisa quiso, y la sostuvo con bajeza. Ilumillóse ante todos , y si
damos crédito á Luisa, la cobarde le suplicó en secreto que tuviese
piedad de ella , y que no la castigara demasiado.
La otra, tierna como una roca , clemente como un escollo , com
prendió que era suya por el miedo y la envolvió, la aturdió y le
arrancó el poco espíritu que le quedaba. Aquella fué una segunda
brujería, realizada por medio del terror. De este modo la cruel Lui
sa se sirvió de su rival para asesinar al hombre que ella aborrecia
y que Magdalena amaba todavía .

VI.

Todo el mundo estaba contra Luisa, y si Magdalena hubiera re


sistido, Gauffridi se habria salvado.
El mismo Michaëlis, ofendido y eclipsado por ella , hubiera dete
nido la marcha del proceso antes que dejar á Luisa el honor del es
cándalo.
Marsella defendia á Gauffridi, espantada de ver aá la inquisicion
460 HISTORIADE LAS PERSECUCIONES .

papal de Aviñon exiender hasta dentro de sus muros el poderoso


brazo y prender un marsellés.
El Obispo y el capítulo defendian su sacerdote.
Las damas sobre todo estaban indignadas, y lloraban por Gau
ffridi, diciendo que solo el demonio podia acusar á aquel cordero
pascual .
Los frailes capuchinos tomaron parte resueltamente en favor de
Gauſfridi.
Una mujer, que hacia dos años habia perdido su hijo, fué acusa
da por Luisa de haberlo asesinado. La mujer, temiendo el tormento,
se oculló. Sa marido y su padre, vertiendo lágrimas, fueron al con
vento, sin duda para ablandar á los inquisidores. Magdalena repi
lió la acusacion .
¿ Quién estaba seguro? Nadie. Y por ello en aquel tiempo, todo el
mundo soñaba noche y dia con la hoguera .
El inquisidor que deseaba no se le escapase Gauffridi, pues que
mar un brujo no era un título que los inquisidores tenian oca
sion de alegar todos los dias, en lugar de ir a buscarlo á Marsella
por su cuenta y riesgo , fuera de su jurisdiccion , tuvo la precaucion
de encargar del asunto al parlamento de Aix , con lo cual conseguia
dos cosas : impedir que este mismo parlamento por cuestion de com
pelencia entorpeciese el proceso, dando asenso á las reclamaciones
de Marsella , y asegurar la severidad del castigo que los jueces no
dejarian de imponer al supuesto brujo, siquiera no fuese mas que
por probar que, en caso necesario , los juecos seglares sabian hucer
justicia, tan bien como los inquisidores. Agregábase á esto , que
dando tal paso, los inquisitores establecian un precedente contrario
á su jurisdiccion, lo que no podia menos de halagar al parlamento;
y predisponerlo á dar gusto á la Inquisicion . Equivalia á un tratado
de paz entre dos tribunales rivales durante largo tiempo, y cuyo
tratado como sucede siempre habia de resultar en perjuicio de sus
víctimas.

VIL

Jueces, escribanos y alguaciles se presentaron en el convento pa


ra interrogar á las poseidas.
LOS BRUJOS . 461

Luisa no perdió su presencia de ánimo, aá pesar del aspecto grave


que tomaba el asunto .
Denunció á los capuchinos, defensores de Gauffridi, y el diablo
dijo por su boca que serian castigados temporalmente, en su espíri
2

tu y en su carne .
Despues fué la justicia ordinaria á ver al Obispo para decirle
que debia enviar á Gauffridi al convento á fin de carearlo con sus
acusadoras .
La vista de Gauſfridi turbó á Luisa, y enterneció su cora
zon . Nada hay mas tierno que la plegaria que dirigió á Dios en
aquel instante de arrepentimiento para que salvara al mismo
hombre que ella habia empujado hácia el suplicio con sus conti
nuas acusaciones
« Gran Dios , decia, yo os ofrezco todos los “sacrificios que se os
han ofrecido desde el origen del mundo y os serán ofrecidos hasta
el fin ... todo por Luis ! Yo os ofrezco todas las lágrimas vertidas
por los santos , todos los éxtasis de los ángeles... todo por Luis! ...
Yo quisiera que hubiese mas almas todavía para que la oracion
fuese mayor ... Todo por Luis! Pater de cælis Deus , miserere Lu
dovici!... Filii redemptor mundi Deus , miserere Ludovici !! etc. etc.
¡ Vana piedad y funesta además!
Ella misma estaba poco menos que perdida. El inguisidor Michaë
lis humillado por no haber triunfado mas que por ella , é irritado
contra el exorcista Namenco , que subordinándose á ella demasiado
habia dejado entrever los secretos resortes de la tragedia , pensaba
salvar á Magdalena y si era posible reemplazarla en aquel drama
popular por su rival. Magdalena pertenecia á una familia distingui
da: la nobleza y el parlamento de Provenza se interesaban por
ella .

VIJI .

Gauffridi fué conducido al convento de la Saint-Baume .


Era hombre de talento , pero débil : presentia el trágico fin, la ca
tástrofe que le esperaba, viéndose abandonado y sin amigos. Aban
donose á sí mismo, y cuando lo presentaron a Luisa , ella apareció
como un juez , como un viejo doctor sutil y escolástico .
La endiablada presentó a su endiablador cuestiones de doctrina
Томо І. 64
462 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cristiana, y él anonadado Уy sin saber lo que se decia respondió sí á


todo , concediendo hasta las cosas mas detestables, como por ejem
plo : « que el diablo puede ser creido en justicia bajo su palabra y
juramento .»
Gauſfridi se hallaba en una triste posicion ; pero no era mejor la
de sus enemigos. Hasta los dos inquisidores estaban discordes .
La parcialidad del uno por Luisa, del otro por Magdalena pasó
de las palabras á las vías de hecho.
El caos de acusaciones, de sermones, de revelaciones que el dia
blo habia dictado por boca de Luisa y que el flamenco habia escrito,
era sostenido por este como palabra de Dios, y temia que nadie lo
tocase. Manifestó gran desconfianza del otro inquisidor, su jeſe, te
miendo que en interés de Magdalena alterase sus papeles de mo
do que sirviesen para perder a Luisa. Defendiólos cuanto pudo, en
cerrándose en su habitacion, en la que sostuvo un sitio contra Mi
chaëlis. Este que contaba con el parlamento, recurrió a su autoridad
para hacerse abrir la puerta por fuerza y tomar los manuscritos en
nombre del Rey.
Luisa que no lemia a nadie, quiso oponer el Papa al Rey.
El Namenco apeló contra su superior al Papa y á su delegado.
La córte pontificia no apoyó al flamenco , que no tuvo mas reme
dio que someterse. Michaëlis, para hacerle callar, le restituyó los
papeles.
Los papeles de Michaëlis, que forman un segundo proceso, solo
se ocupan de Magdalena.
Para calmarla tocan instrumentos ante ella .
Dicen si come ó deja de comer, y se ocupan de ella, en fin, de
una manera poco edificante muchas veces .
Pregúntanle en qué partes del cuerpo tiene el brujo Gauffridi la
marca del diablo. Ella misma es reconocida dos veces, para ver don
de tiene la funesta marca ; una en Aix por el parlamento, olia en
el convento por el mismo inquisidor, que especifica en el proceso sus
observaciones...
Inquisidores y jueces tenian en la audaz Luisa un juez implaca
ble , que reveló y juzgó estos reconocimientos.
«Los que el diluvio sumergió, decia, no habian hecho tanto
como estos..... Sodoma, nada semejante se dijo nunca de ti ......
Magdalena se ha entregado á la impureza ... !»
Esto era en efecto lo mas triste . La pobre loca , escitada por Ja
LOS BRUJOS . 463

alegría de no ser quemada , y por un confuso sentimiento de la in


fluencia que ejercia sobre sus jueces , cantaba, bailaba, con la li
bertad mas vergonzosa , impúdica y provocativa. El anciano Romi
llion se avergonzaba por la ursulina, y como los jueces admiraban
la larga, rubia y sedosa cabellera de Magdalena, mandó que le cor
tasen lo que él llamaba mundana vanidad .
Por su parte , el inquisidor Michaëlis aseguró que habia ya sa
cado del cuerpecito de la rubia endiablada, ó poseida, la mayor
parte de los diablos que en él tenia .
El público quedó convencido: Magdalena , como se vé se hallaba
en buena via de salvacion : el obstáculo existia en ella misma. La
infeliz decia cosas comprometedoras é inoportunas, inspirada por su
locura . « Esta noche, decia, estuve en el sábado , los mágicos ado
9

raban mi estátua dorada: cada uno de ellos para honrarla le ofrecia


sangre, que sacaban con lancetas de sus propias manos. El estaba
alli de rodillas, con la cuerda al cuello, suplicándome que volviese
á él y no le hiciese traicion ... Yo resistia ... Entonces él dijo: ¿ Hay
aquí alguno que quiera morir por ella ? — Yo,dijo un jóven: y el má
gico lo inmoló . )
Ella aseguraba que siempre resistia á sus tentaciones ; pero un
dia que encontró la puerta abierta , corrió desalada en busca de su
amante .
Encontráronla y la recobraron; pero no su razon : la infeliz estaba
loca ó le faltaba poco . Creyendo el buen inquisidor que la obstina
cion de la jovencita provenia de los brujos que se introducian
furtivamente en su cuarto , le puso un soldado de centinela de vis
ta, hombre sólido, armado de su espada, que esgrimia á diestro У
siniestro para acuchillar á los diablos invisibles..

IX .

Gauffridi habia vuelto á Marsella donde se veia seguro ; pero el


cinco de febrero, el parlamento mandó que fuese arrestado.
Magdalena y Gauffridi llegaron á Aix cada uno por su lado. Ella
estaba tan agitada , que fué preciso amarrarla . Su turbacion era tal ,
que temian lo comprometiera todo. Encerráronla en una oscura ca
verna donde el sol no penetraba, y donde habia esqueletos de presos
muertos: en aquel antro la exorcisaron , le restregaron por la cara
464 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

las calaveras y huesos que la rodeaban, y si no murió de horror,


consiguieron que se entregase á discrecion ; que muriese moral
mente . Convirtióse en un instrumento pasivo y obediente , dispuesto
á todo lo que sus verdugos quisieran .
Mostraronle algunos hugonotes y los injurió. Pusiéronla ante
Gauffridi, y le dijo al dedillo todos los cargos , mejor que lo hubie
ra hecho el fiscal del parlamento . Esto no le impedia convertirse
en una furia cuando la llevaban á la Iglesia , ni amotinar al pueblo
contra Gauffridi haciendo blasfemar á su diablo en nombre del bru
jo. Belzebú decia por su boca. «Yo renuncio á Dios en nombre de
Gauffridi, » y como era el diablo quien hablaba por boca de Mag
dalena , y, segun ella falsamente afirmaba, quien la habia entregado
al diablo era Gauffridi , sobre este caia la responsabilidad de cuanto
2

ella decia : él era en definitiva quien hablaba por su boca ... y la mul
titud espantada tenia cada dia mas deseos de ver quemar el brujo,
que habia endiablado á tan linda muchacha .
Los exorcistas le preguntaron: ¿ Por qué Belzebú, hablas tan
mal de tu gran amigo?
Ella respondió estas palabras espantosas:
-«Si hay traidores entre los hombres, ¿por qué no los habrá
entre demonios? Cuando me siento con Gauffridi, le pertenezco y no
puedo negarme á decir cuanto él quiera: y cuando vosotros me obli
gais, yo le hago traicion y me burlo de él . »
Las fuerzas le faltaron ; y al fin avergonzada de sí misma intentó
suicidarse ; pero el valor la abandonó.
¿ Y Gauffridi? El inquisidor, que se extiende tanto sobre lo que se
refiere a las dos endiabladas monjas, es muy parco hablando del
brujo.
Vendáronle los ojos; é introduciéndole lentamente agujas en to
das las partes de su cuerpo , buscaron el lugar insensible , marca in
falible del diablo .
Cuando le desvendaron supo lleno de horror, que tres veces le
habian clavado las agujas sin que él lo sintiera ni se apercibiera de
ello ... Prueba concluyente de que estaba tres veces marcado porel
infierno .
El inquisidor dijo entonces :
—«Si estuviéramos en Aviñon , (Estado del Papa) , este hombre
seria quemado mañana . )
Comprendió que estaba perdido , y ya no se defendió mas.
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELICIOSAS EN EUROPA .

MAGDALENA CONFESANDO SUS SUPUESTOS CRIMINES ,


1
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1
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-
1
LOS BRUJOS . 465

X.

En una gran asamblea del clero y del Parlamento comparecie


ron las dos mujeres y el padre Gauffridi.
Los exorcistas hicieron al diablo salir definitivamente del cuerpo
de Magdalena.
Despues compareció Luisa . Pero antes de arrojar de su cuerpo
los diablos preguntaron los frailes al famoso Verrine , el demonio
bueno .
-¿Dónde está el diablo que acabamos de arrojar del cuerpo de
-

Magdalena?
-Yo lo veo distintamente al oido de Gauffridi...
Solo faltaba saber lo que el brujo diria en el tormento .
Se lo aplicaron ordinario y extraordinario .
El Parlamento guardó el secreto de su declaracion ...
El inquisidor fué llamado por su órden á Paris, y no asistió al
suplicio de Gauffridi.
El brujo confesor fué quemado vivo en Aix , el 30 de abril de
1611 .
¿Qué fué de las dos monjas rivales? Magdalena, ó su sombra por
mejor decir, fué guardada en tierra de Aviñon país papal en aque
lla época. Algunas veces aparecia en pública penitencia como un
ejemplo de arrepentimiento. Sus parientes avergonzados de ella la
repudiaron .
Luisa habia dicho durante el proceso , que una vez terminado
moriria... Pero no cumplió su promesa: lejos de morir, todavía fué
un instrumento de muerte . El diablo asesino que la animaba estuvo
mas furioso que antes. Delató á los inquisidores con todos sus pe
los y señales , nombres y apellidos, á cuantos imaginó afiliados á
la mágia, entre otros una pobre muchacha ciega llamada Honoria ,
que fué quemada viva . « Roguemos á Dios dice el padre Michaëlis,
al concluir su relacion de la cual hemos hecho un breve estracto,
que todo redunde en su gloria y en la de su Iglesia . »
CAPITULO VI.

SUMARIO.

Auto de fé contra brujos celebrado en Logroño . - Extracto de los procesos


leidos en este auto, sobre la vida y costumbres de los brujos.

I.

Vamos á consagrar un capítulo entero á la relacion del auto de


fé celebrado en Logroño , en los dias 7 y 8 de noviembre de 1610 ,
por los inquisidores don Alonso Becerra Holguin , licenciado Juan Va
lle Alvarado y licenciado Alonso de Salazar y Frias; cuya relacion
fué publicada por el impresor Juan de Mogaston con todas las licen
cias necesarias , en 7 de enero de 1611 ; y anotada y comentada por
don Leandro Fernandez de Moratin con mucha gracia y oportuni
dad . ( 1 ) . Este documento es tanto mas notable, cuanto que revela
claramente el carácter de la Inquisicion española en uno de sus ac
tos mas importantes , y comprueba todo lo que llevamos dicho so
bre la secta de los brujos y sobre el modo como era considerada y
tratada por la Inquisicion . He aquí el documento :

(1) V. Biblioteca de Autores Españoles, tomo II, Obras complelas de D. Leandro Fornandez de Moralin.
Rivadeneira , Madrid .
LOS BRUJOS. 467

AUTO .

« Este auto de fé es de las cosas mas notables que se han visto


en muchos años , porque á el concurrió gran multitud de gente de
todas partes de España y otros reinos ; y sábado 6 dias del mes
de noviembre se comenzó el auto con una muy lucida y devotísi
ma procesion, en que iban , lo primero, siguiendo un rico pendon
de la cofradía del Santo Oficio, hasta mil familiares , comisarios y
notarios de él , muy lucidos Y bien puestos todos con sus pendien
tes de oro y cruces en los pechos. Despues iba gran multitud de
religiosos de las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, la
Merced, la Santísima Trinidad y la Compañía de Jesus , de los cua
les bay conventos en la dicha ciudad; y para ver el dicho auto , de
todos los monasterios de la comarca habia acudido tanta multitud
de religiosos, que vino á ser tan célebre y devota esta procesion
como jamás se haya visto. Al cabo de ella iba la Santa Cruz ver
de, insignia de la Inquisicion, que llevaba en hombros el guar
dian de San Francisco, que es calificador del Santo Oficio, y de
lante iba la música de cantores y ministriles, y cerraban la pro
cesion dos dignidades de la iglesia colegial y el alguacil del Santo
Olicio ( 1 ) con su vara y otros comisarios y personas graves, mi
Distros del Santo Oficio, que todos en muy buen órden llevaron á
plantar la Santa Cruz en lo mas alto de un gran cadalso de ochen
ta y cuatro piés en largo y otros tantos en ancho, que estaba pre
venido para el auto, y con vistosos faroles y familiares de guarda
estuvo toda la noche, hasta que al dia siguiente, luego que ama
neció, salieron de la Inquisicion: Lo primero cincuenta y tres per
sonas que fueron sacadas al auto en esta forma: Veinte y un hom
bres y mujeres que iban en forma y con insignias de penitentes,
descubiertas las cabezas , sin cinto y con una vela de cera en las
manos, y los seis de ellos con sogas á la garganta con lo cual se
.

sigoifica que habian de ser azotados. Luego seguian otras veinte ·


y una personas con sus sambenitos y grandes corozas con aspas

(1 ) Con esta dignidad se honraban los primeros personajes de la nobleza española , y en los últi
mos años de la Inquisicion se vió en Madrid á los nietos de los infantes de la Cerda ocuparse , ayu
dados de otros esbirros y de sus robustos lacayos, en saltar de noche boardillas y zahurdas, y arras
trar á los calabozos de la Inquisicion tunos, libertinos, frailes y viejas.
468 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de reconciliados, que tambien llevaban sus velas en las manos y


algunos sogas en la garganta. Luego iban cinco estátuas de per
sonas difuntas con sambenitos de relajados, y otros cinco ataudes
con los huesos de las personas que se significaban por aquellas
estátuas . Y las últimas iban seis personas con sambenito y coro
zas de relajados; y cada una de las dichas cincuenta y tres per
sonas entre dos alguaciles de la Inquisicion, con tan buen órden у
lucidos trajes los de los penitentes , que era cosa muy de ver . Tras
ellos iba , entre cuatro secretarios de la Inquisicion en muy lucidos
caballos , una acémila que en un cofre guarnecido de terciopelo
llevaba las sentencias; y en lo último iban a caballo los señores
inquisidores doctor Alonso Becerra Holguin , licenciado Juan de
Valle Alvarado y licenciado Alonso Salazar y Frias, llevando en
medio al mas antiguo , acompañados del estado eclesiástico al lado
derecho , y de la justicia y regimiento al lado izquierdo, y un po
co delante iba en medio de la procesion el doctor Isidoro de San
Vicente con el estandarte de la Fé , puestos en muy buen orden,
que representaba todo grande autoridad y gravedad.
» Llegados al cadalso los penitentes , fueron puestos en unas gra
das muy altas que estaban en él , por bajo de la Santa Cruz; las
once personas que habian de ser relajadas , que eran cinco hom
bres y seis mujeres, en la mas alta grada, y luego los reconcilia
dos, y en lo mas bajo los que habian de ser penitenciados. Y de
la otra parte del tablado, enfrente, se subia por once gradas al si
tial donde se pusieron los señores inquisidores, teniendo el estado
eclesiástico á la mano diestra, y la ciudad y caballeros á la si
niestra; y en lo mas alto de la grada primera se sentó el fiscal del
Santo Oficio con el estandarte . Y los consultores y calificadores, y
los religiosos y eclesiásticos , se acomodaron en dichas gradas , que
cabrian hasta mil personas . Todo lo restante del tablado estaba
lleno de caballeros y personas principales , y en medio se levanta
ba un púlpito cuadrado en que se ponian los penitentes cuando se
les leian las sentencias por los secretarios del Santo Oficio, que
para leerlas se subian en otros dos púlpitos que estaban en partes
cómodas del tablado .
» Comenzóse el auto por un sermon que predicó el prior del mo
nasterio de los dominicos, que era calificador del Santo Oficio, y
aquel primer dia se leyeron las sentencias de las once personas
que fueron relajadas á la justicia seglar, que por ser tan largas y
LOS BRUJOS . 469

de cosas tan extraordinarias, ocuparon todo el dia, hasta que que


ria anochecer , que la dicha justicia seglar se entregó de ellas, y
las llevó á quemar, seis en persona y las cinco en estátuas con
sus huesos, por haber sido negativas, convencidas de que eran
brujas y habian cometido grandes maldades; excepto una que se
llamaba María de Zozaya, que fué confitente, y su sentencia de
las mas notables y espantosas de cuantas allí se leyeron . Y por
haber sido maestra y haber hecho brujos á gran multitud de per
sonas, hombres y mujeres, niños y niñas , aunque fué confitente,
se mandó quemar por haber sido tan famosa maestra y dogmati
zadora .
« El lunes siguiente, cuando amaneció, estaban ya puestos en el
cadalso los demás penitentes, y debajo de su dosel los señores
inquisidores con el estado eclesiástico y ciudad, y todo lo de
más dispuesto en la forma del dia atrasado, y se volvió á prose
>

guir el auto por un sermon que predicó el provincial de la órden


de San Francisco, y luego comenzaron á leer la primera sentencia
de dos famosos embusteros, que fingiendo ser ministros del Santo
Oficio, habian cometido grandes maldades. Uno de ellos fué dester
rado de todo el distrito de la Inquisicion, y el otro á que pagase y
restituyese gran cantidad de dinero que habia estafado; diéronle
doscientos azotes, y fué desterrado perpétuamente de todo el distrito
de la Inquisicion y cinco años á las galeras, á remo y sin sueldo;
otros seis fueron castigados por blasfemos con diversas penas ; otros
ocho, por diversas proposiciones herélicas, fueron castigados con
abjuracion de levi, destierro y otros castigos, conforme á la gra
yedad de sus delitos; otros seis, cristianos nuevos de judíos, los
cuatro de ellos porque guardaban los sábados y en ellos se ponian
camisas y cuellos limpios y mejores vestidos, abjuraron de levi con
destierro y otras penitencias; y otro que habia cantado este
cantar :

» Si es yenido, no es venido,
» El Mesías prometido.
» Que no es venido .
y por otras proposiciones erróneas, fué castigado con la misma
pena. El otro por haber sido judío judaizante por tiempo de veinte
у cinco años, y haber pedido misericordia con lágrimas y demos
traciones de arrepentimiento, fué admitido á reconciliacion con
sambenito y cárcel en la casa de la penitencia del Santo Oficio. Un
Tomo I. 62
470 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

moro que confesó haberlo sido con apostasía , fué reconciliado con
sambenito y cárcel perpétua, y se le dieron cien azoles. Las diez
y ocho personas restantes fueron reconciliadas por haber sido toda
su vida de la secta de los brujos, buenos confitentes y que con
lágrimas habian pedido mise,icordia y que querian volverse á la
fé cristiana. Leyéronse en sus sentencias cosas tan horrorosas y
espantosas cuales nunca se han visto ; y fué tanto lo que hubo que
relatar, que ocupó todo el dia , dende que amaneció hasta que llegó
la noche. Con todas la dichas personas se usó de mucha miseri
cordia ( 1 ) , llevando consideracion mucho mas al arrepentimiento
de sus culpas que a la gravedad de sus delitos; agravándoles el
castigo á los que confesaban mas tarde.
» Acabado el auto al punto que anochecia, las veinte y una per
sonas que habian de ser reconciliadas fueron llevadas a las gia
das de la parte donde estaba el dosel y tribunal del Santo Oficio,
y puestas de rodillas en la grada mas alla , se hizo un solemnisi
mo y devotísimo acto, con que fueron recibidas á reconciliacion y
absueltas de la excomunion en que estaban por el señor doctor
Alonso Becerra yV llolguin, inquisidor mas antiguo; y esio se hizo
con tanta gravedad y autoridad , que toda la gente estaba admira
da y suspensa con la grande devocion . Y luego que se acabó el
dicho solemne acto , el señor inquisidor ya nombrado quitó el
sambenito á una de las brujas, que se llamaba María de Yurrete-
guia , diciendo que se le quitaba porque fuese ejemplo a todos la
misericordia que con ella se usaba por el dolor con que habia sido
buena confitente Yy el ánimo con que habia "perseverado en se de
fender de las grandes molestias que las brujas la habian hecho
para volverla á reducir á su secla y bandera; lo que causó tan gran
devocion y piedad en todos, que no cesaban de dar mil bendicio
nes (2) y alabanzas á Dios y al Santo Oficio, con que se acabó
aquel solemne acto . Y el chantre de la colegial llevó la Santa Cruz
á la Iglesia con mucho acompañamiento y música que iban can
tando el Te- Deum , tras todos los penitentes, que acompañados de

(1) Yo lo creo. ¿ Qué tribunal ha sido jamás tan piadoso ? El no hacia otra cosa que aprisionar,
atormentar, desterrar, confiscar, afrontar, excomułgar, azolar, ahorcar y quemar á los misera
bles que cogia debajo . Si se le morian en los calał ozos , los conden :ba en estátua y les quemaba los
huesos. Ni estos de bieron llamarse tribunales, sino congregaciones filantrópicas.
(2 ) Es cosa sabida que a Dios se le deben dar gracias por lui! o; démoselas nosotros por habernos
hecho nacer un poco mas tarde , y no ser contemporáneos del doctor Vergara de Porres, ni del doc
lor Alonso Becerra y Holguin .
LOS BUJOS . 471

»familiares fueron vueltos á la Inquisicion; y se acabó todo buen


»rato despues de haber anochecido . »

II .

Hasta aquí la relacion del auto , que hemos copiado textualmente.


Vamos ahora á extractar una especie de reseña ó espíritu de los
procesos leidos en aquel auto publicada á continuacion de la ya
transcrita, por el mismo autor, y aprobada igualmente por la cen
sura eclesiástica; y que forma, digámoslo así, el catálogo de los su
puestos crímenes de aquellos inſelices . Empieza así este curiosísimo
documento :
« Y porque se tenga noticia de las grandes maldades qne se co
meten en la secta de los brujos, pondré tambien una breve relacion
de las cosas mas notables que apuntamos algunos curiosos, que con
cuidado las ibamos escribiendo en el tablado, y son las si
guientes:
» El demonio, para propagar esta abominable secta , se aprovecha
de los brujos mas ancianos , que se ocupan en ser maestros y en
señadores de ella , y á los que persuaden que sean brujos no los
pueden llevar al aquelarre sin que primero consientan en ser brujos
y prometan el reniego. Y habiéndo consentido y prometidolo así ,
en una de las noches que hay aquelarre va la persona maestra que
lo ha convencido á que sea brujo, á su cama ó parte donde está
dormido, como dos horas antes de media noche, y habiéndole pri
mero despertado, le unta con una agua verdinegra y hedionda las
manos, sienes, pechos, partes vergonzosas y plantas de los pies, y
luego le lleva consigo por el aire, sacándolos el demonio por las
puertas ó ventanas ó por cualquier agujero ó resquicio, y con gran
de velocidad llegan al aquelarre y campo diputado para las jun
tas , donde lo primero presenta el brujo antiguo al novicio al de
monio, que está sentado en una silla , que unas veces parece de oro
y otras de madera negra, con gran tono, majestad y gravedad , y
con un rostro muy triste, feo y airado; los ojos tiene redondos,
grandes , muy abiertos, encendidos y espantosos; la barba como de
cabron, el cuerpo y talle entre hombre y cabron, las manos y pies
con dedos como de persona, sino que son todos iguales, agudos há
cia las puntas , con uñas rapantes, y las manos corvas como ave
472 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

de rapiña y los piés como si fuesen de ganso . Y tiene la voz espan


tosa , desentonada, y cuando habla suena como un mulo cuando
rozna: solo que la voz es baja y las palabras que habla son mal
pronunciadas, que no se dejan entender claramente, y siempre habla
con una voz triste , ronca , aunque con muy gran novedad y arrogancia,
y su semblante es muy melancólico y parece que siempre está eno
jado ( 1 ) . Y cuando la bruja maestra le presenta el novicio, le dice:
Señor, este os traigo y presento; y el demonio se le muestra agra
decido (2) y dice que le tratará bien, para que con aquel vengan
otros . Y luego le mandan hincar de rodillas en presencia del de
monio, y que reniegue en la forma, y de las cosas que la bruja su
maestra le lleva industriado, y diciéndole el demonio las palabras
con que ha de renegar, las va repitiendo; y reniega lo primero de
Dios , de la Virgen María su madre, de todos los santos y santas,
del bautismo y confirmacion y de ambas crismas, y de sus padrinos
y padres, de la fé y de todos los cristianos, y recibe por su dios y
señor al demonio, el cual le dice que de allí adelante no ha de tener
por su dios y señor al de los cristianos, sino á él, y luego le adora
besándole la mano izquierda, en la boca y en los pechos, encima
del corazon y en las partes vergonzosas; y luego el diablo se re
vuelve sobre el lado izquierdo y levanta la cola (que es como la
que tienen los asnos) Уy descubre aquellas partes que las tiene siem
pre sucias y muy hediondas, Yy le vuelve á besar en ellas por debajo
de la cola .
»Y luego el demonio tiende la mano izquierda , y bajándosela
por la cabeza hacia el hombro izquierdo ó en otras diferentes par
tes del cuerpo le hace una marca hincándole una uña , y saca san
gre , que recoge en algun paño ó vasija , y el novicio siente muy
gran dolor que le dura todo un mes , y la marca toda la vida ; y
despues en la niñeta de los ojos con una cosa caliente , como si
fuese de oro , le marca (sin dolor) un sapillo que sirve de señal (3)
con que se conocen los brujos unos a otros.

( 1 ) S. M. diabólica no debió quedar muy satisfecho del retrato, y seguro es que no le faltarian
ganas de ir a quejarse á la Inquisicion . ¿Pero quien se atrevia con los inquisidores de Logroñolu
bieran achicharrado al mismo Lucifer.
(2 ) Al menos, si el diablo era feo , no era descortés.
(3) Dedúcese de aquí que las seis desventuradas brujas achicharradas por el inquisidor Holgnin
tendrian cada una su sapito en el ojo: y que era una de las pruebas admitidas como válidas por aquel
famoso tribunal,
LOS BRUJOS . 473

»Y luego el demonio da á la maestra ciertas monedas de plata


por aquel esclavo y un sapo vestido, que es un demonio de aquella
figura , para que sirva como de ángel de guarda al novicio. Y el
sapo siempre persevera en poder de los brujos, teniéndole y sus
tentándole la maestra mucho tiempo, hasta que el demonio lo man
da entregar al brujo novicio.
»Y es cosa notable que la marca que le hace el demonio con la
uña es de tal condicion que con ella se amortigua la parte por don
de entra la uña del demonio ; de manera que aunque por ella les
metan una aguja ó alfiler no sienten dolor ninguno .
» En la sentencia de Joanes de Echalar, herrero, se refirió que ,
habiendo declarado que la marca se la habia puesto el diablo en la
boca del estómago, los señores inquisidores le mandaron mirar, y
hallando la señal, hicieron que por ella le metiesen un alfiler, y
apretaron tanto que el alfiler se quedó hincado y derecho, diciendo
siempre que no sentia cosa alguna.
» Es caso notable y de gran maravilla el suceso que dió principio
á descubrirse estas maldades y secta de brujos en el lugar de Zu
garramurdi ( 1 ) , segun que se refirió en la sentencia de María Yur
reteguia, y es que una bruja, habiendo ido á Francia con su pa
dre, una mujer francesa la persuadió á que fuese con ella á un
campo donde se holgaria mucho industriándola y dándole noticia
de como habia de renegar; y habiéndola convencido, la llevó al
aquelarre, y puesta de rodillas en presencia del demonio renegó, de
Dios, y no se pudo conseguir de ella que renegase de la Virgen
María , aunque recibió por su dios Y señor al demonio , por lo cual
todos los demás brujos la tomaron sobre ojo, y la perseguian , te
miéndose que los habia de descubrir, no habiéndose allanado á re
negar de nuestra Señora. De lo cual resultó que, en un año que fué
bruja, siempre andaba con recelo de parecerle que no podia ser
Dios aquel demonio á quien adoraban, y le daba algun deseo de
dejar aquella vida ; y llegado el tiempo de la cuaresma, en que se
habia de confesar, se determinó á no confesar aquellos pecados que
cometia co mo bruja, por la vergüenza que de ello tenia, y porque
todos los brujos la maltrataban y la tenian amenazada; y habién ,
dose confesado , al tiempo de recibir el Sacramento , como no vió

(1 ) Lugar pequeño del reino de Navarra en el valle de Bastan, á doce loguas de Pamplona,
474 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

la forma consagrada que el sacerdote le dió , comenzó a estar muy


confusa; porque es cosa asentada У confesada por los brujos, que
desde el punto en que lo comienzan á ser, dejan de ver el Santísi
mo Sacramento del altar ( 1 ) . Propúsose pues de confesarse luego
que pudiese ir a otro lugar en que habia un sacerdote, hombre doc
to , y habiéndolo cumplido , el sacerdote le dió muy buenos conse
jos, y la consoló , mandándole que nombrase a menudo á Jesús , y
desde entonces volvió a ver claro la hostia consagrada y no la per
siguieron mas los brujos.
» Y sucedió que, volviendo al lugar de Zugarramurdi, dijo áa su
marido como allí habia aquelarre y junta de brujos, que ella habia
ido dos o tres veces y visto á ciertas personas, entre ellas á Maria
Yurreteguia ; y áá todo esto afirmaba que ella no era bruja. Fuése
el marido y algunos deudos suyos á ver a la María, que despues
de haberlo negado muchas veces , confesó públicamente que era
· bruja.
» Y sintiendo el demonio el gran daño que le podia venir, con
sultó con sus brujos, y decidieron ir á casa de María Yurreteguia y
llevarla al aquelarre; y para ello se transformaron en perros, ga
tos , puercos y cabras, y se fueron a casa de Maria . Abriéndoles el
demonio puertas y ventanas, se metieron en la cocina , donde ha
llaron á María rodeada de mucha gente que la guardaba; yy el dia
blo se puso detrás de un escaño por donde sacaba la cabeza (2)
para ver á María Yurreteguia, haciéndole señas para que se fuese
con ellos , y los demás brujos subidos en la chimenea tambien le ha
cian señas y le amenazaban, y ella gritaba señalando á los brujos
y diciendo:
— »Dejadme, traidores, no me persigais mas, que harto he ya
>

seguido al diablo.
» Mas los que estaban allí no veian nada, porque el diablo los
tenia encantados. Viendo y mucho que la apuraban, sacó un ro
sario con una cruz , y desaparecieron con gran estrépito por lo alto
de la casa y por el tejado.
»Gran tristeza demostró el demonio porque no habia podido ar
rebatar á María, pegándose grandes golpes en el pecho ; y para

(1 ) Esta era otra de las pruebas de que se valia la Inquisicion para condenar á los que caian en
sus manos .
(2 ) De suorle que el pobre diablo si no sacaba la cabeza por encima del escaño, no veia gota.
LOS BRUJOS . 475
vengarse, arrancaron las berzas y los árboles de la huerta, y se
fueron á un molino que tenia arrendado el suegro de María , y lo
desbarataron y rompieron y echaron la piedra al agua; y luego el
demonio y todos los brujos levantaron en alto el molino, que esta
ba puesto sobre cuatro pilares, y lo llevaron á lo alto de un cerro
de allí junto, donde lo tuvieron un rato con gran regocijo y risa.
Despues volvieron todo el molino entero como lo llevaron , dejando
roto el rodezno y el husillo ( 1 ) .
» Cuando los maestros quieren hacer brujos á los que no han
llegado á edad de discrecion, (si tienen de cinco ó seis años arriba ),
les ganan primero el consentimiento dándoles algunas manzanas,
nueces ó golosinas, y diciéndoles que si quieren ir á una parte don
de se holgarán mucho con otros niños. Y en los aquelarres los ocile
pan en guardar una manada de sapos, que los brujos con los de
monios recogen por los campos, para hacer venenos y ponzoñas,
advirtiéndoles que los traten con mucha veneracion, y á los que así
no lo hacen los castigan cruelmente.
» Estos sapos son demonios en figura de sapo, que acompañan
á los brujos para inducirlos aá que cometan siempre mayores mal
dades; están vestidos de paño ó de terciopelo de diferentes colo
Tes ( 2) , ajustado al cuerpo con una sola abertura, que se cierra
por lo bajo de la barriga, con un capirote como á manera de capi
llo, y nunca se les rompe , y siempre permanece en el mismo ser ;
v los sapostienen la cabeza levantada y la cara del demonio, de la
misma cara y ligura que la tiene el señor del aquelarre y al cuello
traen cascabeles. Jánlos de sustenlar, y les han de dar de co
mer pan , vino y de las demás cosas que tienen para su sustento ,
y lo comen llevándolo con sus manos a la boca, y si no se lo dan,
lo piden. Y Beltrana Jarque refiere que daba el pecho á un
sapo .
»Los sapos tienen cuidado de despertar áá sus amos y avisarles
cuando es liempo de ir al aquelarre; y el demonio se los da entre
otras cosas para que saquen de ellos el agua con que se untan

1 ¡ Todo esto hicieron los brujos! ¿Y no les tenia miedo el Santo Tribunal?
(2. La tiiste bruja que tuviera que vestir á tanto sapito de paño y terciopelo , y traerlos a todos
ellos decentes y aseados , como es regular, se veria muy apura ia ; pero el demonio removió este
obstácu o , disponiendo que los vestidos, nis : lesempuerquen , ni se les rompan . Con su camisolita
de percal, su chaqueta, su pantaloncito , sus medias botas y su gorro á cada uno , los tiene ya equi
pados para toda la vida . Es gasto : pero al fin se hac ? de una vez.
476 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

para ir al aquelarre y para hacer los polvos y ponzoñas con que


causan tantos daños.
»Y siempre que han de ir a los aquelarres, (que son los lunes
miércoles У viernes de todos las semanas, despues de las nueve de
la noche), se untan con dicha agua , y el sapito los acompaña
abriendo las puertas ó ventanas , ó metiéndolos por resquicios ó
>

agujeros muy pequeños.


» Además de los bailes se divierten cuando están en el aquelarre
saliendo á espantar á los pasajeros en figuras diferentes para no
ser conocidos. Y en la dicha forma confiesan todos que salieron á
espantar al molinero Martin de Ayamur, una noche en que iba
desde el pueblo á su molino, y defendiéndose él con un palo que
llevaba, alcanzó un golpe á María Presona, quien al recibirlo dió
un gran grito y estuvo muy mala por algunos dias ( 1 ) . Y todas
las brujas confiesan que, consolando á dicha María Presoná por el
golpe que habia recibido, le decian que ella se tenia la culpa por
haberse llegado lan cerca . Y refieren otros muchos males y burlas
que hacian para espantar en la dicha forma, y que el diablo les
decia las personas que no echaban la bendicion cuando comian y
cenaban y no daban gracias a Dios para que fuesen á sus casas á
hacerles daño (2 )
» Mientras que están en el aquelarre no pueden nombrar el santo
nombre de Jesús, ni de la Virgen María, si no es para renegar, y
Maria Iriarte refiere que, estando una noche en el aquelarre, vino á
él una moza francesa (del aquelarre de Trapaza, reino de Francia)
que era gran bailadora , y como en el baile daba unos saltos tan
altos como los altos tejados, ella recibió mucha admiracion y dijo :
Jesús, que es esto ! y al punto todo desapareció, quedándose ella
sola á oscuras. Y lodas refieren cosas y sucesos notables que han
visto por haberse nombrado el santo nombre de Jesús.
» En las vísperas de ciertas fiestas del año se juntan en el aque
larre á hacer solemne adoracion del demonio , уy todos se confiesan
con él , y se acusan por pecados de las veces que han entrado en la

( 1 ) Parece que su cualidad de bruja, no la libró del vapuleo. Por lo demás , se conoce que el tal
molinero acertó con el único remedio que existe para librarse de brujas. Nac'a . No hay sino enco
menda rse á Dios y garrotazos en ellas.
( 2) Hé aqui un demonio muy cuidadoso de que los fieles cumplieran con sus deberes de cris
tianos. Lo natural era que maltratasen á los que duban gracias a Dios y no á los que daban muestras
de no creer en él.
1

LOS BRUJOS . 477

Iglesia, y de los males que pudiendo hacer no han hecho. Y el de


monio las reprende por ello , y entre tanto los criados del demonio ,
que son seis ó siete demonios del mismo talle y figura que él , aun
que un poco mas pequeños, ponen un altar con un paño negro,
viejo, feo Уy deslucido, por dosel, y en él unas imágenes de figura del
demonio , cáliz , hostia , misal y vinageras , y unas vestiduras como
las que usan en la Iglesia para decir misa, sino que son negras,
fcas y sucias ; y el demonio se viste, ayudándole sus criados, y ofician
su misa cantando con unas voces bajas, roncas y desentonadas, y
él la canta por un libro como misal y les predica un sermon en
que les dice que no sean vanaglorios en pretender otro dios sino él ,
que los ha de salvar yУ llevar al paraiso , y que hagan á los cris
tianos cuanto mal pudieren. Y luego prosigue su misa y le hacen
ofertorio, sentándose para ello en una silla negra que allí ponen , y
la bruja mas antigua se pone á su lado con un portapaz en la ma
no , en que está pintada la figura del demonio , y en la otra mano
una vacinilla como las que usan en las iglesias con que piden para
alumbrar los santos , y todos los brujos van á ofrecer cada uno por
sí haciendo tres reverencias al demonio con el pie izquierdo hasta
llegar á hincar las rodillas en el suelo , y luego besan en el porta
paz la figura del demonio, y echan en la vacinilla el dinero que
llevan para ofrecer, y las mujeres tambien ofrecen tortas de pan y
luego se hincan junto á él y le besan la mano izquierda y los pe
chos, y los cauda larios le alzan las faldas para que le besen en
las partes vergonzosas , y revolviéndose el demonio le alzan la cola
y descubre aquellas partes que son muy sucias, y al tiempo que
le besan debajo de ellas , tiene prevenida una ventosidad (que les
da) de muy horrible olor ( 1 ) . Y hecha la ofrenda, prosigue su misa
y alza una cosa redonda como si fuera suela de zapato , en que
está pintada la figura del demonio, diciendo: este es micuerpo, y
todos los brujos puestos de rodillas le adoran dándose golpes en los
pechos, diciendo: Aguerragoyti, Aquerrabeyli , que quiere decir : Ca
bron arriba, cabron abajo, y lo mismo hacen cuando alza el cáliz,
que es como de madera , negro y feo , y come la hostia y bebe lo
que hay en el cáliz, y despues los va comulgando á todos; dándoles
un bocado negro, que es muy áspero y malo de tragar, y una be

(1) ¡Buen provecho!


Tomo I. 63
478 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bida muy amarga, y en tragándola , les enfria mucho el cora


zon .

» Luego que el demonio acaba su misa, los conoce a todos , hom


bres y mujeres , carnal y sodomíticamente ( 1 ), y Graciana de Bar
renechea , la reina, iba señalando las brujas que habian de ir con el
demonio para dicho acto carnal, y Estebania de Iriarte su hija, era la
que mas continuaba en ir á los dichos actos , y luego que su ma
dre le hacia señal para que fuese , Joanes de Goyburu su marido
con el tamboril iba á sacarla y la llevaba donde estaba el demo
nio , que luego ... la conocia sodomíticamente, estándole haciendo
el son el dicho su marido Joanes Goyburu ( 2 ) . Y luego que el
demonio ha cometido todas estas maldades y otras que se dejan de
referir, los brujos se mezclan unos con otros, hombres con muje
res , hombres con hombres, sin consideracion á grados ni á pa
rentescos, y el demonio los aparea y señala con cuales se han de
juntar para aquellos torpísimos actos, y se juntan en el aquelarre
у fuera de él á torpísimas maldades, en su casa , en el campo y en
todas partes, y el demonio se les presenta en espantosa figura...
y á las mujeres... muy de ordinario se les va á la cama. Maria de
Zozaya refiere que casi todas los noches le tenia en su cama, Уy le
abrazaba, trataba, hablaba y comunicaba en la misma forma que
si fuera su marido. Y estas mismas maldades ejercitan todas las
noches que van al aquelarre, y despues muchas veces de dia des
pues de haber comido.
« En la noche de San Juan , despues de acabada la misa , va el
demonio con los brujos á la iglesia , .y quedándose el demonio
fuera, los brujos hacen muchas ofensas y ultrajes á la santa Cruz
y á las imágenes de los santos ( 3 ).
»Y Miguel de Goyburu refiere que, algunas veces en el año,
él y las brujas mas ancianas hacian al demonio una ofrenda que le
era muy agradable, y para ello iban a las iglesias Vy desenterraban
á los difuntos que ya están gastados , y de ellos sacaban los hue
sesillos de los piés , las ternillas de las narices y todos los huese
sillos que hay alrededor y los sesos hediondos; y estas partes de
los cuerpos de los difuntos, que son para él muy sabrosas, las

(1 ) ¡Estraño modo de desayunarse !


(2 ) ¡Pobre Juan !
(3) Y eso que María de Yurreteguia consiguió ahuyentar de la cocina al demonio y á los brujos
con solo enseñarles la cruz de su rosario. ¿Quién entiende a esta gente ?
LOS BRUJOS . 479
recogian en unas cestillas , y volvian á cubrir las sepulturas, lle
vando consigo luz que declaran es muy oscura. Y Joanes de Eicha
lar dice que , cuando los brujos van solos sin el demonio á hacer
dichas cosas, la luz que llevan es una hacha hecha del brazo de
un niño que haya muerto sin ser bautizado, y la encienden por
la parte de los dedos y da luz como si fuera una hacha, y que es
de tal condicion que los brujos ven con ella . Despues de presen
tan aquellos huesos al demonio, que los come con unos dientes
que tiene muy grandes y tan blancos como los tienen los ne- .
gros.
»El demonio les enseña á hacer, con los sapos y huesos de muer
tos y otras cosas , unos polvos y ponzoñas que usan para destruir
los frutos en la época de las cosechas y hacer mal a las personas
ó á sus ganados .
»Y entre mas de veinte muertes, males y venganzas que la dicha
Graciana de Barrenechea, reina del aquelarre , confiesa haber
cometido por medio de aquellos polvos, dice : que al tiempo que
ella comenzó á tener amores con el demonio y ser privada suya,
cobró de ella grande énvidia, y celos Marijuan de Odia , bruja que
tambien tenia amores con él y era la mas favorecida de todas , У
por esta competencia ( 1 ) comenzaron á tener entre sí emulacion y
pesadumbre, sintiendo mucho que á la dicha bruja le pesase de
que ella fuese favorecida del demonio ; por lo cual determinó de
tomar contra ella venganza ; y una noche en el aquelarre dió cuen
ta al demonio de sus celos , y de como queria vengarse de ella
matándola, y que el demonio le respondió: Pues vos lo quereis ,
hágase así. Y que estando en su cama otra noche , que no era de
aquelarre, el demonio con otras brujas ancianas la fué à desper
tar, y le dijo se levantase luego, porque habian de ir á ejecutar la
venganza que le habia pedido; y habiendo ido en compañía del
demonio, entraron en su casa y ejecutaron su venganza, dándole
un pedazo de pellejo de sapo en que iban envueltos unos pocos de
dichos polvos , y luego estuvo tan mala, que dentro de tercero dia
murió (2) . Y todas confiesan gran número de muertes y males
que han ejecutado en la dicha forma . )

(1) ¡Y cómo se holgaria el bellaco de ver celosas a la Marijuan y á la Barrenechea!


(2) Como seria lástima que se perdiese tan famoso asunto para la poesia dramática, llamamos
la atencion de los aficionados, y les ofreceremos, si gustan, el plan de una tragedia de mágia y bru
jeria, cuyos personajes serán:
480 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» Y á los niños que son pequeños - los chupan por el seso y por
la natura; apretando recio con las manos y chupando fuertemente
les sacan y chupan la sangre; y con alfileres y agujas les pican
las sienes y en lo alto de la cabeza, y por el espinazo y otras par
tes y sus miembros de su cuerpo; y por allí les van chupando la
sangre; de lo cual mueren los niños, ó quedan enfermos pormu
cho tiempo; y otras veces los matan luego, apretándoles con las
manos y mordiéndoles en la garganta hasta que los ahogan ; y re
· fieren gran número de personas que han muerto y causado gra
vísimas enfermedades, y muy gran cantidad de niños que han
chupado y ahogado, declarando sus nombres y los de sus padres.
»Y Miguel de Goyburu, entre muchas personas, hombres, mu
jeres y criaturas que confiesa haber muerto en la dicha forma,
declara que chupó por el sieso y la natura, hasta que le mató,
un sobrino suyo, hijo de su hermana; y la dicha María de Iriar
te , que chupó y ahogó de la misma manera nueve criaturas, y con
los polvos mató tres hombres y una mujer, declarando los nom
bres de lodos ellos y los males que padecieron hasta morir dentro
de pocos dias, y otro gran número de niños, hombres y mujeres,
á quienes causó diferentes males y enfermedades, refiriendo las
causas de su venganza . Y Estebanía de Iriarte, su hermana y
Graciana de Barrenechea, su madre, refieren cosas muy (notables
que han hecho, que por ser tantas no se declaran en particular en
sus sentencias. Y Estebanía de Telechea refiere haber muerto una
nieta suya solo porque habiéndola tomado en brazos se ensució en

ElGran Cabron, Sultan y capellan mayor del aquelarre de Zugarramurdi.


Graciana de Barrenechea. Bruja , reina y papisa del aquelarre,
Marijuan de Odia . Bruja , concubina del Gran Cabron , jubilada y sin sueldo.
Estebania de Iriarle. Bruja , concubina del mismo, con ejercicio y gajes,
Juan Goyburu. Su esposo , brujo y maestro de capilla del aquelarre.
Miguel de Goyburu. Barba brujo , tamborilero y acólito del Gran Cabron .
Martin de Vizcar. Barba brujo y alcalde del aquelarre .
Juan de Echalar. Brujo, verdugo del aquelarro y bufon de la reina .
Maria de Echalar. Bruja graciosa.
Marlin de A yamur. Buen cristiano, hombre de bien y molinero tonto .
Maria Chipia . Bruja vieja , tullida y maestra de novicios.
Socarradillo. - Centella .-- Rabilargo. - Garrillas.-- Diablos monacillos .
D. Fermin de Iparraguirre. Natural de Yurre de Arratia , vicario de Zugarramurdi.
D. Ignacio Javier Maria de Erretarchecojaunarena. Sacristan de idem.
Cuatro docenas do niños chupados.
Acompañamiento de puercos, gatos, cabritos, zorros y garduños. Pajes del Cabron.
Acompañamiento de murciélagas, grajas, cernicalas, mochuelas y lechuzas. Camaristas de la
reina.
Coro de perros.
Coro de sapos .
1

LOS BRUJOS . 481

un delantal nuevo que llevaba; y que á un muchacho grande por


que le dijo: ¡ah, puta vieja! el pescuezo te se tuerza , le aguardó
en cierta parte, y llevando la mano untada del ungüento ponzoño
so , se la pasó por la cara y cabeza, y á los pocos dias murió . Y
>

María Preconá y María Joanto, hermanas, refieren: que el demo


nio en el aquelarre las acusó diciéndolas que hacia mucho tiempo
que no hacian males ; por lo cual ambas se concertaron de matar
un hijo de la una y una hija de la otra , ambos de edad de ocho á
nueve años; y para ello les echaron unos pocos de dichos polvos
en un caldo que debian tomar , con que dentro de ocho dias mu
rieron ambos : y que esto lo hicieron solo por dar contento al de
monio, y que despues se les mostró agradecido.
» Siempre que mueren algunos brujos , ó los brujos han muerto
alguna persona, se juntan los brujos con el demonio y sus cria
7

dos, y llevando consigo azadas, van á las sepulturas y desentier


ran los tales muertos, y quitándoles las mortajas, los abren con
unos machetes, y sacan las tripas y lo descuartizan encima de la
sepultura, y luego cubren esta cuidadosamente , y toman á cues
tas al difunto los parientes mas cercanos, llevándoselo con mucho
regocijo yy contento al aquelarre , donde lo despedazan , y lo divi
den en tres partes: una cuecen , otra asan y la otra dejan cruda.
Y sobre una mesa tienden unos sucios manteles , y los parientes
mas cercanos lo van repartiendo entre los demás brujos, y se lo
comen asado , crudo y cocido ; comiendo el demonio el corazon y
los criados la parte que les cabe , ý á los sapos vestidos tambien
les dan su parte. Y afirman todos que por mas podridas que es
tén las carnes les saben mejor que carnero, capones y gallinas. Y
de la misma manera desentierran y comen otras muchas personas
que no son brujos y mueren de sus enfermedades .
» Y por dar fin á tan espantosas maldades con la burla de la ca
za , declara María de Zozaya , que habiendo en la villa de Rentería
un clérigo cazador , muchas veces cuando iba de caza le decia: Se
ñor compadre, mate muchas liebres, para que nos dé lebrada á to
dos. Y luego se iba á su casa, y untándose con el agua hedionda,
caminaba hacia donde iba el clérigo, y el demonio la ponia en fi
gura de liebre; y arremetiendo contra ella los perros , corria por
los campos haciéndoles muchas burlas, y al clérigo y demás ca
zadores que le acompañaban , hasta que cansados la dejaban y
burlados y sin caza ninguna, se volvian á sus casas . Y tras haber
482 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

oido tantas y tan grandes maldades en dos dias que duró el auto,
despues de orar rato de la noche nos fuimos todos santiguándonos
á las nuestras . »
Ahora bien por estas burlas y las que se han referido, condenó
la Santa Inquisicion de Logroño á cincuenta y tres personas , á cin
co estátuas y á cinco esqueletos. Y por estas burlas hubo prision,
tormento , sambenito , corozas , sogas , velas verdes , burro , azotes,
multas, confiscacion de bienes , destierro , cárcel perpétua, afrenta
pública, pena capital , garrote y bracero ; y eso que perdonó y
alivió el castigo á diez y ocho, porque fueron buenos confiten
tes .

3
CAPITULO VII.

SUMARIO .

Relajacion de las costumbres monacales en Francia . - Descubrimiento de la


seeta de los aalumbrados ó quietistas .» - Grandier : -Su orgullo y libertinaje .
-Las ursulinas de Londun .- Grandier es denunciado como brujo y profa
nador del convento de las ursulinas . - El tribunal eclesiástico le condena
á salir desterrado y el civil le absuelve . - Preséntase orgulloso en Londun .
--Las ursulinas poseidas del demonio .-- Cunde la epidemia diabólica por
toda la ciudad.- El escándalo llega á la corte , preocupando estraordinaria
mente á los Reyes.- (' n magistrado de Londun hace callar al diablo . - EI
consejero Lambardemont recibe el encargo de procesar á Grandier.- Este
es reducido á prision .-- Le atormentan clavándole agujas por todo el cuer
po . - Los exorcistas y exorcisados se entregan á los mayores excesos. - De
látanse unos á otros.---Grandier es condenado á ser quemado vivo por bru
jo y hechicero . - Prométenle ahorcarle primero para ahorrarle el tormento
de las llamas, y despues le engañan.-Es quemado vivo.

I.

Otro proceso análogo, por la categoría de los personages, al re


ferido en un capítulo anterior, pero mas escandaloso, provocaron
los diablos en Francia algunos años despues .
La relajacion de la vida de los conventos debia ser en el vecino
reino cosa general y grave cuando hasta el tiempo de Luis XIII no
pudo llevarse á debido efecto y con todo rigor la reforma de la vida
monástica del concilio de Trento. Segun parece, en tiempo del con
vertido Enrique IV las monjas recibian en los conventos , tenian ter
tulias , daban bailes y bailaban ellas mismas. Al fin las puertas de
los conventos se cerraron , solo el director espiritual entraba.
Por aquel tiempo se esparció una heregía satánica, de puro mís
tica, el Quietismo.
En sus Memoires d'Etad, el famoso capuchino, padre José, dice
que en 1633 él tuyo la fortuna de descubrir en Francia una here
484 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

gía inmensa en la que habian caido un número considerable de con


fesores y directores.
Los capuchinos , legion admirable de guardianes de la Iglesia ,
descubrieron , sorprendieron en Chartres, en Picardía, en todas par
tes , unas fieras terribles los alumbrados, iluminados ó Quietistas, de
España, que perseguidos aquende el Pirineo se habian refugiado
en Francia y que entre las mujeres y sobre todo en los conventos
deslizaban un veneno, que mas tarde se llamó de Molinos.
Los capuchinos juraban, que solo en Picardía la locura del amor
místico contaba con setenta mil profesores.

II .

Impulsadas en esta direccion las imaginaciones de las monjas


encerradas y sin comunicacion, muchas de entre ellas se volvieron
locas furiosas de amor.
Wiger, famoso médico del siglo xvı habla en el libro III , de su
obra de un español , que entró por casualidad en un convento de
monjas y salió loco diciendo que las esposas de Jesus lo eran su
yas, y las del padre vicario de Jesus: y haria decir misa ya porque
Dios le hiciera la gracia de casarlo pronto con todo el convento .
Por aquí puede presumirse cual seria el peligro del director espiri
tual , que debia estar con ellas solo, todos los dias: escuchando la
confesion de sus debilidades, tentaciones y flaquezas. La beregia
del amor místico, del quietismo denunciada por los celosos capu
chinos no podia menos de producir estragos .
La muerte de la voluntad es el gran principio místico, Desma
rets nos da bien claro el sentido moral .
(
« Los adeptos , dice , inmolados , no existen mas que en Dios . Des
« de entonces no pueden hacer nada malo. La parte superior es alta
» mente divina, que no sabe lo que hace la otra . »
Doctrina antigua que reapareció con frecuencia en la Edad media
y que se generalizó en los pueblos católicos en el siglo xvn .
En Louviers florecia esta doctrina, desde 1623 , profesada por un
viejo director llamado David .
El fondo de su enseñanza era este .
«Hacer morir el pecado por el pecado, para entrar mejor en la
inocencia . »
LOS BRUJOS . 185

Extensamente esplicado puede verse en la curiosa obra titulada:


La pieté afligée, 1645 .

III .

Bien podia suponerse que el ſerviente capuchino José que habia


denunciado la heregia , no se detendria en su camino. A pesar de sus
investigaciones, nada pudo hacer para preveer la existencia de la he
regia, a pesar de que segun él decia, mas de sesenta mille rendian
culto en una provincia. No obstante entre quietistas, brujería y dia
blería un proceso célebre ſué el resultado.
lle aquí la historia de los diablos de Londun, tal como la refiere
el celoso capuchino.
Grandier, sacerdote vordelés fué á dicho pueblo, y por su faci
lidad, su agradable figura, y su elocuencia cautivó las simpatías de
todo el pueblo que corria presuroso á oir sus sermones. La influen
cia del clero se repartia entre los frailes y los curas. El que per
tenecia á estos, se burlaba de los otros, hasta en el púlpito. El pa
dre Grandier sacerdote indigno, se pascaba de dia por las calles de
Londun y de noche se deslizaba furtivamente en las sombrías ala
meilas y penetraba en las mora:las por las puertas falsas.
Parece que la mujer del fiscal ſué sensible á sus halagos, y
mas ann la hija del procurador del tribunal, que tuvo de él un
hijo. Pero no balagándole bastante estos triunfos, el libertino quiso
llevar la seduccion y el escándalo al tranquilo hogar de la inocencia.

IV .

Habia en Londun un pequeño convento de ursulinas, todas seño


ritas pobres, pero nobles. La superiora, señora noble y bien em
parentada, descaba elevar su convento, engrandecerlo y darlo á
conocer .
El director del convento era un canónigo llamado Mignon, que
gozaba de la entera confianza de la abadesa. Esta confesaba á sus
educandas, y ella se con esaba con el canónigo, de este modo él supo
TOMO I. 64
486 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que el convento entero ardia en deseos de ver y oir al famoso pa


dre Grandier. Entre las monjas, y las señoritas que educaban, las
ideas de diablos , apariciones y brujerías dominaban, y unas á otras
se hacian miedo con los diablos y sus tentaciones .
La crónica escandalosa de la ciudad , penetraba en el convento,
el nombre del libertino Grandier solia mezclarse á las aventuras mas
misteriosas de broma ó de veras, el caso fué que Grandier fué
entre aquella bandada de reclusas é inocentes palomas, el diablo
que se aparecia y las tentaba, encantando á unas y asustando á
: otras .
En sus confesiones, unas decian que lo habian visto , otras que
habia entrado en sus celdas cuando dormian y que se habian
despertado demasiado tarde, para librarse de sus satánicas cari
cias....
Unas estaban enfermas de imaginacion , y en realidad veian vi
siones , otras suponian que las veian. ¿Decian las novicias la ver
dad ? ¿Habia en efecto el libertino sobornado á la portera para esca
lar el convento ? jamás pudo saberse .
El resultado de las visiones de las novicias y de las señoritas
educandas fué que los que se creian ultrajados por Grandier apro
vecharon la ocasion y se coaligaron para castigar sus escándalos y
brujerías .
Varias personas piadosas declararon que no podian conservar co
mo cura de almas un hombre corrompido, brujo, demonio, incré
dulo , que en la Iglesia doblaba solo una rodilla en lugar de las dos.
Tras la acusacion de aquellas vino una paliza que le dieron cier
ta noche por mandato y pago de uno de los agraviados. En aquel
tiempo de desafios y cuchilladas por quitame allá esas pajas, los
garrotazos fueron para Grandier un golpe mortal porque lo desau
torizaron y rebajaron en concepto del vulgo.

V.

Grandier no se paró en chiquitas como suele decirse fuese á la


corte, hechóse á los pies del Rey, y pidió venganza para el ul
traje que le habian inferido. El Rey se la hubiera dado; pero hubo
allí gentes que le dijeron que la paliza era merecida, y que no
pasaba todo ello de ser cuestion de amoríos yу celos .
LOS BRUJOS . 487
En el tribunal eclesiástico de Poitiers, Grandier, fué condenado á
hacer penitencia y á salir desterrado de Londun ; pero el tribunal
civil lo declaró inocente y el arzobispo de Burdeos, de que depen
dia el tribunal eclesiástico, marino y guerrero mas que sacerdote,
se encogió de hombros y dijo qne aquellos pecadillos no merecian
la pena que se hablase de ellos . Declaró que su curila era inocente
pero le aconsejó que fuese á vivir donde quisiera, menos en Lon
dun, para evitar escándalos.
Esto fué precisamente lo que Grandier se guardó de hacer.
Quiso gozar de su triunfo sobre el campo de batalla, volvió á
Londun y entró en medio del dia llevando en la mano un ramo de
laurel.
No contento con esta locura quiso reparacion .
Sus adversarios se acordaron en mal hora para él del asunto de
Gauffridi , en el cual el diablo , padre de la mentira habia sido hon
rosamente reabilitado, y aceptado por los tribunales como un testi
go verídico, al que la Iglesia y el Rey daban crédito y audiencia.
Invocaron pues al diablo y el maligno se puso áa su disposicion apa
reciendo entre las ursulinas armado de sortilegios, maleficios y apa
riciones .

VI .

Las brujerias de Londun empezaron por la superiora de las ursu


linas уotra monja que la era adicta , Dijeron que tenian el diablo en
el cuerpo: las convulsiones , ahullidos y palabras diabólicas comen
zaron en el convento. No les faltaron imitadoras, una sobre todo,
mas atrevida, representó el papel de la Luisa de Marsella.
Toda London se conmovió . Frailes de todas las órdenes posi
bles examinaron las monjas , y las exorcisaban de tres en tres У de
cuatro en cuatro . Dividiéronse las iglesias . La multitud acudia á
ver como sacaban áa las monjas los diablos del cuerpo. Las muje
res sobre todo , formaban la mayoria de aquel auditorio aterroriza
do, palpitante . De entre la masa anhelante solian escaparse gritos
estraños, y mas de una de las mujeres que iban por ver salir los
diablos, gritaban en medio de horribles convulsiones que tambien
ellas los sentian en su seno . Seis jovencitas de la ciudad se vieron
488 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

poseidas del demonio y la relacion de las hazañas del malig no bas


tó para que otras dos jóvenes de Chinon se vieran tambien acome
tidas de sus malas artes.
En todas partes, en París y en la misma corte no se hablaba de
otra cosa . La Reina, española y devota , envió su capellan para que
reconociera por sí mismo á las poscidas y la llevase noticias direc
tas del diablo , y lo que es mas todavia, Lord Montagne, antiguo
católico, que vió en Londun los estragos que hacia Satanás infor
mó de lodo al Papa. El mismo vió las llagas de una monja, las mar
cas impresas por el diablo en las manos de la superiora.
¿ Qué decia de todo esto el rey de Francia ? Su magestad no pen
saba mas que en el diablo y en los infiernos. Dícese que Richelieu
estaba encantado con poder entretener á tan poca costa el rey cris
tianísimo. La cosa es no obstante dudosa, porque los diablos, ó los
que de su nombre se servian pertenecian al partido español y Ri
chelieu debia temer que hablasen contra él si se les antojaba ocu
parse de la política mundana. Tal vez les tuvo miedo. Lo cierto es
que les rindió homenage mandando su sobrina en testimonio del
interés que la cosa le inspiraba .

VII .

La corte creia; pero en Londun sucedió todo lo contrario .


Aquellos pobres diablos, serviles imitadores de los de Marsella,
repetian por la noche lo que les enseñaban por la mañana.
Un magistrado firmeé independiente, el bailio del pueblo sor
prendió a los farsantes, les amenazó y concluyó por denunciar
les .
Tal fué tambien cl juicio tácito del arzobispo de Burdeos, á quien
Grandier acudió . Su Eminencia envió un reglamento al que debian
someterse los exorcistas y además su cirujano, que visitó a las su
puestas poseidas, y ni las encontró poscidas, ni locas, ni enſer
mas . ¿Qué eran pues? Enbusteras, es lo mas seguro. Otro doctor
llamado Duncan, fué del mismo parecer y publicó un escrito dicien
do que el asunto de las endiabladas de Londun era risible y ridi
culo .
La ciencia parece que asustó al diablo que no volvió a desplegar
LOS BRUJOS . 489

los labios . Pero las pasiones estaban demasiado excitadas para que
la cosa pudiera detenerse . La marea subia para Grandier con tal
violencia que se cambiaron los papeles. La superiora se creyó per
dida. Fácilmente se hubiera visto lo que mas tarde probó un testi
go que sus marcas diabólicas eran pintadas y que lejos de ser in
delebles era necesario renovarlas todos los dias . Afortunadamente
para ella, tenia un pariente consejero real , llamado Lauvardemont,
que la salvó .
Este señor habia justamente recibido del rey la mision de arra
sar los fuertes de Londun , escribió á la corte y se hizo dar la es
pecial comitiva de juzgar á Grandier. Para esto puso la política al
servicio de los diablos, diciendo al cardenal Richelieu que el cura
endiablado era amigo y secretario de la Zapatera de Londun , agen
te de María de Médicis; que bajo su nombre habia escrito un li
bello ignoble .

VIII .

Lauvardemont llegó el 6 de diciembre de 1633. Con él entró en


Londun el terror. Sus facultades eran ilimitadas. El representaba
al Rey; era el rey mismo; como dice oportunamente el historiador
de quien estractamos el capítulo, era una maza para aplastar una
mosca .
Los magistrados se indignaron , y el teniente civil advirtió á
Grandier que lo arrestaria al dia siguiente.
Él no hizo caso y se dejó prender .
Al instante lo llevaron á un calabozo de Augers , despues lo de
volvieron á Londun y le dieron por cárcel la casa de uno de sus
mayores enemigos que lo incomunicó completamente, tapiándole
hasta las ventanas .
Sometiéronlo al horrible martirio de clavarle agujas por todo el
cuerpo para buscar la marca del diablo , distinguible, como hemos
visto en otro capítulo, por su insensibilidad . ¿Y quienes fueron los
encargados de esta operacion? Sus mas implacables enemigos .
Concluido el infernal tormento lo arrastraron á las iglesias don
de lo carearon con las endiabladas á quienes Lauyardemont habia
devuelto la palabra .
490 HISTORIADE LAS PE RSECUCIONES .

Despues de las monjas hechizadas siguieron otras mujeres deses


peradas que no contentándose con acusarle de toda clase de male
ficios y sortilegios, pasaron á vias de hecho y costó trabajo sacarlo
vivo de entre sus uñas .
No pudiendo imitar la elocuencia de Luisa, la hechizada de Mar
sella , so pretexto de que era el mismo diablo quien hablaba por
sus bocas, hicieron resonar en las iglesias palabras yу desoripciones
indignas de ser trasladadas á nuestra historia .
No contribuia esto poco á aumentar el auditorio.
Lo ridículo y grotesco se mezclaba á lo odioso y cruel. Las mu
jeres endiabladas repetian por la noche lo que les habian ense
ñado por la mañana, como al principio de la farsa ; pero como no
sabian el sentido de la mayor parte de las palabras, y además la
memoria no siempre les era fiel , soltaban cada disparate capaz de
hacer reir á un santo de piedra. Afortunadamente para ellas el vul
go estaba convencido de que el diablo jugaba en todo aquello .
Farsa risible si no se jugase en ella la vida de un hombre.

IX .

Vista á sesenta leguas de distancia , desde San German у el Lou


vre, aquella tragi- comedia parecia milagrosa y terrible . La corte
admiraba y temblaba; Уy Richelieu, sin duda por agradar, hizo pa
gar á los exorcistas y á las exorcisadas; tan distinguido favor exaltó
á los farsantes y les hizo perder la cabeza .
Despues de las palabras insensatas, vinieron los actos vergon
ZOSOS .

Los exorcistas , so pretexto de la fatiga de las monjas , las hicie


ron pasear fuera del pueblo: ellos las acompañaban y parece que una
de ellas volvió con todas las apariencias de la preñéz ; verdad es que
segun se cuenta en una interesante obra titulada el Espíritu de Bos
suet , pág . 135 , á los cinco ó seis meses la indicada monja volvió
á su estado normal y el diablo de quien estaba poscida, dijo por su
propia boca que era él quien le habia hecho aquella falsa apariencia.
LOS BRUJOS . 491

X.

Despues de aquella terrible orgía de furores sensuales y de gritos


impúdicos, vino una esposicion generaldirigida por la ciudad al rey
en favor del acusado . Todo fué inútil.
El 18 de agosto de 1631 Urbano Grandier fué condenado á ser
quemado vivo , por brujo y hechicero.
Antes de llevarlo á lo hoguera, para asegurarse bien de la ver
dad de su pacto con Satanás, lo sometieron al tormento de las agu
jas .
Uno de los jueces propuso que le arrancasen las uñas ; pero el
cirujano se opuso .
Temiendo que lo que pudiese decir en el cadalso no alentase á
sus partidarios para promover un motin procuraron engañarlo.
Ofreciéronle que si era prudente en lugar de quemarlo le ahor
rarian el tormento de las llamas y le ahorcarian primero á condi
cion de que no hablaria ni una sola palabra . Grandier sacrificó por
última vez la dignidad áa la carne, á la que tanto habia rendido
homenaje en su vida y prometió callarse: condujéronlo al suplicio
en medio de un público inmenso; y cuando estuvo bien amarra
do al palo en lugar de ahorcarlo , lo rodearon de leña У le pega
ron fuego.
El paciente sorprendido, no tuvo tiempo mas que para decir:
--¡Ah! me habeis engañado !...
Los torbellinos de humo lo envolvieron ; la llama apagó su voz y
su vida у solo sus desesperados gritos pudieron escucharse.

XI.

Richelieu en sus Memorias cita este suceso con visible vergüen


za . El se escusa diciendo que siguió las relaciones que le hicie
ra por la voz de la opinion pública.
Esta disculpa suele oirse con frecuencia en boca de los que tie
nen en sus manos las riendas del poder, cuando hacen algo malo :
492 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
«el pueblo es bárbaro, la opinion pública es exigente y hay que
darles gusto ; » pero cuando les vemos ainetrallar al pueblo y desoir
la voz de la opinion si piden cosas razonables y justos, Richelieu y
los que se le parecen nos permitirán que no creamos en la sinceri
dad de las disculpas con que pretenden cohonestar su mala política.
El dió alas á los exhortistas, sometió el juicio á un arbitrio
nombrado de real órden sacando al reo de su jurisdiccion, y des
pues hecha sobre la opinion la responsabilidad del hecho.
Creemos que los procesos que sobre brujería se sustanciaban en
aquella época en lugar de darpor resultado la extincion de aquella,
solo contribuian á dar pávulo á la supersticion y hacian renacer
preocupaciones y creencias que tendian á desaparecer de los espi
ritus como veremos en los capítulos siguientes .

1
CAPITULO VIII.

SUMARIO .

Los directores del convent de Louviers - Vlagdalena . - Sii creencia en la


brujería . - Laatoriuentan con las agujas en busca de la marca del diablo .
-Es enterrada viva en una caverua subterranea . - Ibelin descubre la su
percheria . - Bajeza de Magilalena .- Su confesion . - Decreto del Parlamento ,

1.

Si Richelieu no se hubiera negado a la demanda del padre José


de hacer una investigacion sobre la conducta de los malos directo
res espirituales que habia en Francia , es muy probable que se hu
bieran descubierto historias bien edificantes.
A falta de lo que aquella investigacion nos hubiera revelado, la
historia de los diablos de Louviers que vamos a referir nos mues
tra que el director, aunque tuvo en el iluminismo un nuevo medio
de corrupcion , no dejó de recurrir a los fraudes de la brujería y de
las apariciones diabólicas y angélicas..
De los tres directores sucesivos del convento de Louviers, el pri
mero, David, fué iluminado ; el segundo, Picart, se sirvió del diablo
y de la brujería, y el tercero, Boule, de apariciones angélicas .
Hé aquí la historia escrita y publicada por un sacerdote en
Ruan en 1652, bajo el título de Historia de Magdalena Babeut.
Tomo I. 65
494 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

II .

Nació Magdalena en Ruan en 1607 y quedó huérfana á los nue


ve años . A los doce entró de aprendiza en casa de una costurera.
El confesor de la casa , hombre indigno y depravado, hacia creer
á las costureras , sin duda por medio de la velladona y de otros
brebajes diabólicos, que las llevaba al sábado y las casaba con el
diablo Dagon .
De esta manera habia perdido á tres y Magdalena á los catorce
años fué la cuarta .
Acababa de fundarse en Louviers un monasterio de franciscanos,
por una señora de Rian, viuda del procurador lleunequin, ahor
cado por hurto . Esta señora consultó para su establecimiento al
padre David conocido por un libro violento contra los abusos
que manchan los claustros, titulado fonet des paillars.
Este hombre tan severo tenia ideas estrañas sobre la pureza.
Era adamita y predicaba la desnudez de Adan en el tiempo de su
inocencia ,
Dóciles á sus lecciones, las religiosos de Louviers, para domar У
humillar á las novicias y acostumbrarlas á la obediencia, las obli
gaban á no usar otro traje que el que llevaban en el paraiso. Éstos
ejercicios se hacian en un jardin reservado y en la misma capi
la .

UL.

Magdalena entró como novicia en este convento á los diez y seis


años y no quiso someterse á tan extrañas condiciones.
Porque al tomar la comunion quiso cubrir su seno con una
punta del paño del altar fué severamente reprendida. La misma re
pugnancia que sentia al verse obligada á mostrar su cuerpo la ins
piraba para ocultar sus pensamientos al confesarse con la superiora,
segun la costumbre del convento . Ella preferia confesarse con el
viejo David, que la separó de las otras. El anciano y la novicia se
inspiraron recíproca confianza, y él llegó á ponerse en sus manos
cuando estaba enfermo.
LOS BRUJOS . 495

Como puede suponerse no la ocultó su doctrina que era la del


iluminismo.
« El cuerpo no puede manchar el alma. Por el pecado que hace
el hombre humilde y baja su orgullo es preciso malar el pecado .)
Las religiosas imbuidas en estas pésimas doctrinas las practica
ban entre ellas sin ruido, y su depravacion era tal que espantaron á
la misma Magdalena, la que por estar mas libre de su contacto pi
dió У obtuvo la plaza de tornera . Dos años despues murió David .
El padre Picart su sucesor la persiguió con frenesí lo que fué causa
de que ella no lo quisiera por confesor .
Pero las religiosas la prohibieron dirigirse á otro temerosas de
que divulgara sus secretillos; por fuerza tuyo pues que confesarse
con el padre Picart. Este no tuvo piedad de ella y aprovechando
la ocasion de hallarla algo enferma, sin dolerse de su estado , se es
forzó en dominarla por el miedo, haciéndola creer que antes de
morir David , le habia revelado ciertas fórmulas diabólicas .
Despues procuró concluir su obra inspirándole piedad, á cuyo
efecto se hizo el enfermo y la suplicó que fuese á verlo en su casa .
Desde entonces parece que le turbó el espíritu con brebajes diabó
licos ó poco menos . La pobre concluyó por ver visiones ; creyó
ser levantada en los aires, asistir al Sábado y ser altar yy víctima .
Lo último por desgracia suya era demasiado verdad .

IV .

El padre Picart envejecia, y cada dia , impulsado por los remor,


dimientos, tenia mas miedo de que la ligereza de Magdalena le per
diese , revelando a otro confesor su conducta .
El temor le inspiró un procedimiento execrable para dominarla
completamente. Exigió de ella un testamento por el cual prometia
morir cuando él muriese y estar donde él estuviese. Grande fué el
terror de aquella pobre mujer. Ella era joven y él viejo ¿debia él
arrastrarla á la fosa? ¿Debia y podia conducirla al infierno ? Creyóse
perdida para siempre.
Esto ocurria precisamente el año en que Urbano Grandier fué
quemado. En toda Francia no se hablaba mas que de los diablos de
Londun . El penitenciario de Evreux, que habia sido uno de los ac
lores de aquel drama, llevó á Normandía la terrible relacion. Mag
496 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dalena se sintió poseida y á merced de los diablos; un gato de ar


dientes ojos enamorado de ella la perseguia incansable . Poco á po
co las otras religiosas, por un movimiento contagioso ,, sintieron ,ó
creyeron sentir extrañas agitaciones sobrenaturales, y Magdalena
pidió auxilio á un capuchino, yу despues al obispo de Evreux.
El Obispo, que sabia bien que Richelieu , queria concluir con los
escándalos diablescos, no hizo caso . Pero algun tiempo despues el
cardenal y el Rey murieron , y la Reina Уy su sucesor Mazarino dieron
rienda suelta á los diablos . Picart babia muerto tambien . Las vi
siones de Magdalena aumentaron con el temor de seguirle al infier
no . Para combatir sus visiones se la puso al lado á otra visionaria .
Entró en el convento cierta Ana de la Natividad, sanguínea é
histérica, á veces furiosa y medio loca , basta creer sus propias
1

mentiras, y la lucha se estableció entre aquellas dos mujeres. Ca


lumniáronse reciprocamente . Ana veia al diablo al lado de Mag
dalena . Esta juraba que habia visto á Ana en el sábado con la su
periora, la madre vicaria y la madre de las novicias .
En todo esto nada habia de nuevo : era una repeticion de las dia
bluras de Aix y de Londun cuyas relaciones impresas seguian casi
al pie de la letra.
A instancias del penitenciario de Evreux el Obispo ordenó que
desenterraran á Picart para que su cuerpo, alejado del convento,
llevase consigo los diablos.
Magdalena fué condenada, y para descubrir las marcas del diablo,
la sometieron a las mismas odiosas pruebas que á Grandier: la de
gradaron ; desnudáronla y le clavaron agujas en todas las partes
de su cuerpo. La superiora y sus mismas compañeras fueron los
verdugos encargados de someterla á tan atroz martirio . La marca
no pareció , pues la infeliz lanzaba gritos agudos cada vez que la
clavaban las agujas, y la insensibilidad era la prueba concluyenle
que se buscaba .
La hermana Ana no se dió por satisfecha con la prueba, y áá pe
ticion del diablo que segun ella decia la poseia , Magdalena fué con
denada á ser encerrada viva en una caverna subterránea. Esta
bárbara resolucion no libró de diablos al convento : despues de su
partida una veintena de diablos se apoderaron de otras tantas mon
jas : unas profetizaban, otras sufrian convulsiones, todas en fin es
taban dadas al diablo .
Tal espectáculo atraia los curiosos no solo de Ruan sino del mis
mo Paris .
LOS BRUJOS . 497

Un jóven cirujano de Paris llamado Ibelin , que ya habia visto las


brujerías de Londun , fué á ver las de Louviers, llevando consigo un
magistrado inteligente. Durante diez y seis dias estudiaron el asun
to de cerca y sin ruido. Desde el primer dia descubrieron la super
cheria con que se pretendia explotar la supersticion de ciertos es
píritus en aquellos tiempos. Al entrar en el pueblo tuvieron una
conversacion con la propia Ana . Mezclados con la multitud asis
tieron á las sesiones que daba el diablo en el jardin del convento .
Todo estaba dispuesto hábilmente. Las sombras de la noche , las an
torchas humeantes, todo contribuia á producir efectos fantásticos,
que no entraron en el drama de Londun .
Por lo demás el método era sencillo : una de las poseidas , por
ejemplo, decia :
«—En tal punto del jardin se encontrará un hechizo.
Cavaban el sitio indicado y lo encontraban .

V.

Por desgracia de los diablos el amigo de Ibelin el magistrado de


Ruan , no se apartaba un instante de la hermana Ana; y al borde
del agujero que habian abierto, le cogió de improviso las manos y
le arrebató de ellas el supuesto hechizo en el momento en que iba á
dejarlo ver en el agujero .
Todos los espectadores quedaron llenos de confusion . El intrépi
do Ibelin, por su propia autoridad, emprendió una investigacion y
descubrió el fondo del fondo.
Entre cincuenta y dos religiosas habia, segun él , seis poseidas que
debieran recibir una correccion ; diez y siete encantadas, que eran
víctimas, rebaño de pobres ovejas ignorantes, crédulas y enfermas
de lo que él llama el mal del claustro. El principal remedio que él
proponia era separarlas.
Despues examinó los signos en que ciertas gentes pretendian re
conocer el carácter sobrenatural de las poseidas . Ellas predicun;
convenido, pero cosas que no se realizan , traducen del griego y
del latin ; es verdad, mas solamente para los habitantes de Lou
viers , que no saben ni uno ni otro, y cuando les preguntan perso
nas inteligentes que quiere decir ó significar una frase determinada
contestan un solemne disparate. Dan saltos y vueltas, pero no tam
498 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bien como cualquier muchacho de cinco ó seis años. Por último,


lo que ellas hacen de terrible y verdaderamente contra la natura
leza, es decir tales indecencias , que un hombre no diria jamás .
Sin duda aquel digno cirujano bacia un gran servicio a la huma
nidad arrancando la máscara á los hipócritas que daban pábulo á
las supersticiones y fanatismo del vulgo.
No solo encontraban encantos y sortilegios, sino lo que es peor,
papeles que atribuian á David ó á Picart, en que diferentes perso
nas aparecian como brujos; y sin mas prueba los prendian y conde
naban á la muerte .
Nadie estaba seguro. El terror de los diablos ganaba terreno ca
da dia .
Aquel era el tiempo corrompido del cardenal Mazarino y de la
débil Ana de Austria .

VI .

Magdalena entre tanto fué encerrada en un lóbrego y asqueroso


subterráneo En aquella caverna llena de ratas y de in mundicias, la
arrojaron , sin ropa para abrigarse ni para mudarse, como un perro
muerto que se arroja á un muladar. Sus úlceras, la suciedad y la
falta de aire la hicieron sufrir dolores terribles. Aumentaba el hor
ror de su situacion el que todos los dias iban a la boca del subter
ráneo á amenazarla para obligarla á que delatára á otras perso
nas .

Negábase á comer, y temerosos de que la muerte concluyese


con ella la sacaron á la cava superior; pero esto no duró mucho
tiempo. Cuando la volvieron a descender al negro subterráneo la
desesperacion se apoderó de su alma é hizo cuanto pudo para ma
tarse; pero no lo consiguió: comió arañas y vidrio , pero todo se re
dujo á vómitos mas o menos violentos; hízose varias heridas , pero
todas se curaron, hasta las úlceras que tenia antes de ser tan inhu
manamente enterrada viva. Su robnstez triunfó de todos sus males;
y como era joven y agradable , a pesar de la lobreguez é inmundi
cia quela rodeaba sus brutales guardianes no se desdeñaban de ba
jar á aumentar su degradacion y su miserable situacion . Cuando
se trataba de la bruja á todo se creian autorizados ... Ella se de
fendió como pudo de las ratas y de los hombres no menos asquero
LOS BRUJOS. 499
sos y feroces. Defendióse de los otros , pero no de sí misma . La pri
sion depraba el espíritu . Magdalena soñaba con el diablo y lo lla
mahaimplorándole
satánicos
para que la visitase y le devolviese los placeres
que habia gozado en Louviers. El diablo no se dignaba
acudir á su llamada ni responderle siquiera. La idea del suicidio
surgió de nuevo en su cerebro. Un carcelero le habia dado una
droga para matar las ratas: decidióse á comérsela, pero fue deteni
da en su obra de destruccion, segun ella por un ángel ; mas tenien
do en cuenta lo que hizo despues, podria mejor suponerse que fué
un diablo.
Desde entonces cayó en el estado de bajeza mayor que puede
imaginarse: formó interminables listas de crímenes que no habia
cometido.. ¿ Valia la pena de que la quemaran viva ? Cuando se que
ria perder a un hombre la arrastraban á Louviers. ¡Sombra mal
dita de una muerta que solo estaba viva para matar !!
Cierto dia acusó á un pobre hombre llamado Duval , á quien no
habia visto nunca , de haber estado con ella en el sábado .... y lo
quemaron vivo. Despues se arrepintió la miserable y confesó su es
pantosa calumnia... El desprecio que llegó á inspirar fué tal que
ya no se dignaban guardarla, la puerta de su calabozo estaba abierta
y algunas veces le confiaban las llaves. Su nombre solo bastaba para
inspirar repugnancia y horror. ¿Dónde iria que fuese recibida? su
mundo
bo
se reducia á los lóbregos y estrechos límites de su cala
zo.

VII .

Durante el gobierno, ó por mejor decir,, anarquía de Mazarino y


de la reina Ana, los parlamentos fueron la única autoridad res
petable. El de Ruan hasta entonces favorable al clero, se indignó
por la facilidad y manera con que juzgaba y quemaba a los acusa
dos de brujería. Una simple decision del Obispo habia bastado pa
ra desenterrar á Picart y arrojar sus huesos en un muladar y sin
contar con el Parlamento emprendian el proceso del vicario Boullé.
Los parientes de Picart acudieron en queja á este tribunal que
fué escuchada y el Obispo tuvo que reponer á sus expensas el ca
dáver en su tumba. Llamó á sí el proceso del vicario Boullé y con
este motivo sacó á Magdalena del calabozo en que estaba y la lle
vó á Ruan.
500 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Semejante conducta por parte del Parlamento disgustó al clero


hasta tal punto que acudió en queja á Mazarino. Este no encontró
otra salida que poner todo el asunto en poder del consejo del Rey ,
tribunal indulgente cuya mision fué dejar dormir los procesos y
echar sobre ellos tierra, como suele decirse.
Además desde que Magdalena salió de la prision los que tanto
daño la bicieron la colmaron de halagos y toda clase de atenciones,
á condicion de que no diria nunca nada contra sus antiguas com
pañeras las monjas de Louvier : ni contra sus perseguidores.
De esta manera se creyó el asunto terminado; pero en 1617 el
parlamento les aguó la fiesta decretando:
1.° Que se destruyera el convento de monjas de Louviers y fue
ran las monjas enviadas á sus familias.
2. ° Que en lo sucesivo los obispos enviasen cuatro veces por
año confesores extraordinarios á los conventos de monjas de su dió
cesis respectiva , para averiguar si abusos tan inmundos se repe
tian .
No sabemos si estas decisiones del parlamento se llevaron á
debido efecto ; lo que si sabemos que los huesos de Picart fueron
desenterrados de nuevo, y quemados, y que el vicario Boullé fué que
mado vivo el 21 de agosto de 16 17 ... Magdalena murió en la cár
cel de Ruan .
1

CAPITULO IX.

SUMARIO.

Carácter de Cirlos II . - Su impotencia .-- Atribuyenla á hechizos.- Exorcis


mos . - Las endemoniadas de Cangas. - Las de Alemania y Madrid . - Gracio
sa relacion de Moratin sobre estos exorcisinos.- Muerte del inquisidor Ro
caberti.-- Proceso de Froilan Diaz.-- Reflexiones sobre el estado de la nacion
a la muerte de Carlos II .

1.

Una de las últimas y mas famosas causas en que intervino el


demonio, á fines del siglo xvii , fué sin duda alguna, la de Cárlos II ,
último rey de la dinastía austriaca en España.
Sabido es que Carlos II empezó a reinar en 17 de setiembre de
1665 , por muerte de su padre, á la edad de cuatro años, bajo la
tutela y regencia de María Ana, su madre. Sabido es tambien que
la descendencia de Carlos V degeneró rápidamente , hasta el punto
de que el malaventurado Carlos II fuese un mal engendro, en el que
apenas habia aliento vital ni un átomo de inteligencia, muriendo
agotado en la edad en que los otros hombres llegan apenas a la
plenitud de su desarrollo y virilidad; á los treinta y seis años se
le caian los dientes y los cabellos , y se hallaba tan poco instruido
que ni siquiera sabia donde estaban situadas las ciudades mas im
portantes de su vasto imperio.
Tomo I. 66
502 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Casáronlo con María Luisa de Borbon , hija del duque de Orleans ,
sobrina carnal de Luis XIV ; pero su flaqueza física era tal que no
llegó á tener sucesion .
La decadencia de España comenzada con el primero de su raza ,
que la oprimió, llegó a su colmo durante su reinado, ó por mejor
decir, del de su madre y de los inquisidores; que eran los verdade
ros reyes de España. ¡ Terrible argumento contra la monarquía he
reditaria , ofrece á sus enemigos, al ver una noble nacion como la
española durante tanto tiempo sometida a un hombre como Cár
los II! Pero dejando estas consideraciones, vamos al objeto principal
de este capítulo, que es referir los hechizos y exorcismos á que dió
lugar su imbecilidad.

II .

Era el confesor del Rey el famoso Froilan Diaz, religioso domini


co y obispo electo de Avila . Como el Rey no tenia hijos , y su madre
veia con dolor la extincion de su raza, y con ella la del dominio de
su familia sobre España, dióse en compañía del confesor, del car
denal Portocarrero y del inquisidor general Rocaberti, á cabilar so
bre las causas de su impotencia, y aunque estas se revelaban bien
claramente en la escualida persona del Rey , imagináronse que el
demonio, por mal de sus pecados, debia andar en la danza . Los
cuatro convinieron en que el Rey debia estar hechizado, razon por
la cual no podia tener hijos. Dijéronselo, y le suplicaron se dejase
exorcisar, segun los ritos eclesiásticos, para destruir el hechizo.
Puede el lector imaginarse el efecto que semejante declaracion hecha
por su madre y por aquellas lumbreras de la Iglesia producirian en
el ánimo de aquel pobre bombre. La conviccion de que tenia el
diablo dentro del cuerpo debia agravar sus males y aumentar la
perturbacion de su flaco entendimiento.
Conformóse con cuanto le propusieron, y Froilan Diaz lo exorci
só muchas veces , aunque por lo visto sin resultado. Las fuerzas vi
riles no le volvieron , si es que alguna vez las tuvo, sin duda porque
el diablo que lo poseia no lo queria abandonar..
LOS BRUJOS . 503

III .

Divulgóse la noticia del hechizo del rey por toda España, dando
lugar á mil hablillas y comentarios del vulgo. Merced á ellas, su
po Froilan Diaz que habia otro fraile dominico en Cangas de Tineo,
que se entretenia en exorcisar á cierta monja, con objeto de arrojar
de su cuerpo los demonios, que parecia la tenian obesa ó hinchada.
De acuerdo con el inquisidor general Rocaberti, el confesor del
Rey encargó al exorcista de la energúmena asturiana, hiciese que
el demonio , por medio de los conjuros eclesiásticos, declarase si era
cierto que Carlos II estaba hechizado, y en caso de que el diablo
respondiese afirmativamente, que dijese cuales habian sido los he
chizos ; si estos eran permanentes; si estaban en cosas de comida ó
bebida, imágenes ú otros objetos, donde se hallarian estos ; si habia
medio natural de anular los efectos , y cual fuese, con otras muchas
preguntas y curiosidades relativas al asunto , sobre el cual encarga
ba reiterar los conjurados y esforzarlos con tanta constancia y vigor
cuanto merecia la importancia del caso para bien del Rey y del Es
lado .
El exorcista de Cangas , se negó al principio diciendo no ser li
cito lo que le pedian ; pero el inquisidor se lo mandó asegurándole
serlo en aquel caso , y el asturiano lo hizo.
Despues de muchas ocurrencias, se supone que el demonio con
cluyó por manifestar por boca de su poseida ser cierto que habian
intervenido hechizos á instancia de persona determinada con otras
cosas mas delicadas, que alarmaron al padre Froilan tanto como
puede presumirse, é hizo renovar los exorcismos hasta descubrir
mas luces para deshacer los supuestos hechizos del Rey.

IV .

No solo fué consultado sobre los hechizos que pretendian el in


quisidor y sus amigos ser causa de la impotencia del Rey el diablo
encarnado en la asturiana de Cangas de Tineo, sino otros dos de
monios que tambien habian tomado posesion de los cuerpos de dos
mujeres, una en Madrid y otra en Alemania. El exorcisado en Ma
504 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

drid prometió decir verdad en el templo de Atocha, que era con


vento de dominicos ; pero no sabemos que la dijese, Como el de la
asturiana, el de Madrid dijo que el hechizo del rey provenia del
abandono en que se tenian las cosas santas, y su compadre el de
>

Alemania dijo lo mismo poco mas o menos; de manera que no pa


recia sino que todo el infierno se habia puesto de acuerdo para ser
vir áá Dios y á la Iglesia, á los conventos y otras comunidades y con
especial a los dominicos.
Los tres exorcistas, lo mismo que el inquisidor general , pertene
cian á esta órden .
No contentos con los hechizos del Rey, uno de los tres diablos
dijo que tambien la Reina tenia parle en ellos; pero no es creible
que la Reina quisiera contribuir a privar al Rey de la facultad ne
cesaria para dar á España un sucesor de su trono.
Si los demonios exorcisados creian que los males del Rey y su
impotencia física, eran un castigo por lo poco que protegia á la re
ligion y á la Iglesia, a pesar, de que bajo su reinado llegó esta en
España á su apogeo y de que él mismo llevaba la leña para que
mar los hereges en los autos de fé, ¿qué deberian bacer los reyes
para protegerla lo bastante, siquiera fuera por no esponerse á su
frir los hechizos de Carlos II y sus funestas consecuencias?

V.

Pero dejemos la palabra sobre este asunto de los hechizos del


rey Carlos II al clásico y erudito don Leandro Fernandez de Mora
tin , que en una nota del famoso Auto de fé de Logroño , inserto en
el capítulo V, de este libro , que como dijimos en otro lugar, for
ma parte de sus obras completas , publicadas por el editor Riva
deneira , nos da una relacion circunstanciada de él . Biblioteca de Au
tores Españoles, tomo II . Por la propiedad y gracejo con que está
escrita la consideramos digna de llamar la atencion de nuestros lec
tores. Dice así :
« Sabrás pues, ¡oh lector inerudito y torpe que hacia los años
de 1696 , óó poco mas acá, se empezó á difundir la voz de que el
Rey estaba hechizado , y tanto se dijo y se repitió, que el mismo Rey
>

llegó á creerlo . Habia por entonces en un convento de dominicos


en la villa de Cangas tres monjas endemoniadas , y el padre vica
LOS BRUJOS . 505

rio, como era de su obligacion , las conjuraba muy á menudo para


sacarlas los demonios . El padre Froilan Diaz , confesor de S. M. ,
instó al dicho vicario á fin de que apretase á los diablos de aque
llas madres á que declarasen , bajo juramento, cuanto se deseaba
saber acerca de los hechizos del soberano . El vicario , poniendo las
manos de una de las energúmenas sobre una ara , y exorcisán
Jola y mojándola de piés á cabeza con agua bendita, logró que el
demonio le respondiese que efectivamente el rey estaba hechizado
y que se le dió el maleficio en bebida líquida á los catorce años de
su edad, et hoc , ad destruendam materiam generationis in rege, et
al eum incapacem ponemdum ad regnum administrandum .
» Era el padre vicario gran preguntador y volviendo a la carga
de allí á pocos dias , tuvo con el demonio el diálogo siguiente:
Vicario .— » ; En que se le dió el hechizo al rey ?
Demonio . - » En chocolate .
Vicario.- » ¿De qué se habia confeccionado ?
Demonio.- » De los miembros de un hombre muerto .
Vicario.— » ¿Cómo ?
Demonio.— » De los sesos de la cabeza para quitarle la salud , y
de los riñones para corromperle el semen é impedirle la gene
racion .

Vicario.— » ¿Hay original fuera ó seña! esterior que se pueda


quemar?
Demonio . — » No por el Dios que crió á tí y á mí .
Vicario.— » ¿Qué persona fué, macho ó hembra ?
Demonio.- » Está ya juzgada.
Vicario .- » ¿ Y a qué fin ?
Demonio.- » A fin de reinar .
Vicario.— » ¿En qué tiempo fué ?
Demonio . — » En tiempo de don Juan de Austria, á quien sacaron
de este mundo con los mismos hechizos , pero mas fuertes .
» Vuelto á preguntar el diablo en otra ocasion (porque ya he di
cho que el padre vicario no le dejaba sosegar) , respondió: que al
Rey le habian dado hechizos en dos veces , por mandado de su ma
dre Mariana de Austria . Que la que se los dió primero « se llamaba
»Casilda ; fué casada y tuvo dos hijos . Cuando se los mandaron ha
»cer (no los hijos sino los hechizos) ya era viuda . La misma he
» chicera fué quien los hizo, sin otro algun cómplice mas que Lu
» cifer. Ella propia buscó el cadáver de un ajusticiado en la mise
506 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»ricordia . » La segunda toma de demonios que le dieron al rey la


dispuso « una hechicera famosa, que vivia en la calle Mayor, era
» casada, tenia hijos y se llamaba María . » Diéronse á buscar por
Madrid Marías y Casildas; pero por mas que hicieron no hallaron
las que deseaban , y entre tanto el bueno del rey que no era lerdo,
eligió por su especial abogado y protector á San Simon, patriarca
de Jerusalen , gran santo y pariente suyo , áá quien particularmente
encargó que le sacara con bien de tan enrevesado negocio.
» El señor Rocaberti, inquisidor general, y el padre confesor,
aconsejador del vicario de Cangas, se iban todos los dias á palacio
luego que amanecia, y apenas despertaba S. M. le hacian desayu
nar con un gran cuenco de aceite bendito, poníanle en cueros,
como su madre le parió, y estregándole primero muy bien la cabe
za con el mismo aceite , le ungian despues lo restante del cuerpo
como á un atleta, sin dejar parte ni resquicio que no bendijeran ni
pringaran , y áá mayor abundamiento le propinaban de cuando en
cuando una buena purga , en que además de los diluentes y la
>

xantes que son de estilo , habia incienso bendito, pedacillos de Ay


nus Dei, huesos de mártires pulverizados, y tierra del Santo Sepul
cro . Bebíase el rey esta pócima con una devocion ejemplar, y lo que
es bien admirable, áa pesar de todas estas diligencias, aun no se ha
bia muerto .
» Entretanto el diablo de Cangas, á quien el vicario seguia pre
gunlando de cada vez mas, llegó á decirle que no se cansara en
repetir conjuros, porque no responderian á derechas á nada de lo
que le preguntasen, sino se lo demandaban en la capilla de Nues
tra Señora de Atocha de Madrid , y esto « a fin de que se restituyese
» devocion á aquella santa imágen, que estaba muy resfriada en
»la
wtre los fieles . »
» Acerca de lo cual tengo que advertir que aquel demonio parecia
un demonio muy devoto, y que las tres monjitas endiabladas, el
padre vicario, el padre confesor, y el inquisidor general , todos eran
>

dominicos .
»Cansado pues el señor Rocaberti de las reticencias У dilatorios
del diablo , determinó morirse, y lo hizo como lo pensó : el vicario
de Cangas se fastidió de preguntar, y el padre Froilan , viendo que
ni el cangilon de aceite bendito , ni los conjuros, ni el parentesco
de San Simon, ni las unciones, ni la purga servian de nada , llegó
casi á desesperar de la empresa . Cuando veis que un dia se pre
LOS BRUJOS 507
senta muy oficioso en la cámara del rey el embajador de Alemania
con unos pliegos en que venia una informacion , hecha por el obis ,
po de Viena de lo que habian declarado los demonios por boca de
unos energúmenos en la iglesia de Santa Sofía de aquella ciudad ,
y todo lo remitia el emperador Leopoldo I á Cárlos II para su con
suelo é instruccion. La declaracion de los tudescos decia : que al
rey le habia maleficiado una mujer llamada Isabel, que vivia en la
calle de Silva , y que los instrumentos del maleficio estaban en
>

cierta pieza de palacio, y debajo del umbral de la puerta de la casa


en que vivia la picarona Isabel. El Rey envió estos papeles á la In
quisicion , y á pocas diligencias se hallaron debajo de tierra en los
sitios indicados algunos trastos de endiablar, y envoltorios y mu
ñecos que inspeccionados por los peritos, les parecieron cosa mala,
lo quemaron todo. Vino de Alemania á toda priesa, llamado, y
rogado y pagado áá peso de oro, un fraile capuchino, el mas furi
bundo exorcista de cuantos florecian entonces . Maravillas se con
taban de él ; no habia demonios que resistieran á la eficacia de sus
conjuros y tan poderosamente los atacaba y afligia, que al fin
soltaban la criatura, y se marchaban zumbando á los infiernos por
no sufrirle. Pues este bendito fraile, que se llamaba fray Mauro
Tenda, emprendió la cura del rey , y para proceder con el acierto
necesario en tan delicadas materias, le pareció esencialísimo inter
rogar á unas endemoniadas que andaban en aquella sazon por Ma
drid haciendo visajes. Pillólas un dia entre puertas, y compeliendo
á la mas habladora, hizo que el diablo le respondiese á cuanto le
quiso preguntar; y la conversacion que pasó entre los dos fué la si
guiente, sin mudar letra .
Fray Mauro.- » Quién malefició al Rey?
Diablo.— » Una mujer bella .
Fray Mauro.— » ¿ Es la Reina?
Diablo.- » Si.
Fray Mauro .-- » ¿Quién le hizo el maleficio á la Reina?
Diablo.- . » Don Juan Palia .
Fray Mauro.— « ¿ De qué nacion es?
Diablo .— » De los allegados á la Reina.
Fray Mauro. —¿En qué se dió el maleficio ?
Diablo.- » En un polvo de tabaco.
Fray Mauro.- » ¿Ha quedado mas ?
Diablo.— » Sí, y está guardado en un escritorio.
508 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Fray Mauro.-- » ¿ Qué Reina dió el maleficio al Rey?


Diablo.- » La que murió.
Fray Mauro.-— » ¿Hay mas maleficio que aquel que dijiste esta
mañana?
Diablo.-- » Sí.
Fray Mauro.- » Quién los bizo?
Diablo.— » Una mujer llamada María de la Presentacion .
Fray Mauro.— » ¿Dónde vive ?
)

Diablo.- » En el cuarto alto de la casa en que me conjuras.


»
Fray Mauro .—»¿Quién le mandó hacer el maleficio á esta
mujer ?
Diablo.-- » Doña Antonia de la Paz .
Fray Mauro.- » Lo que se sacó del umbral de la calle de Silva ,
¿ era maleficio ?
Diablo.- » Sí.
Fray Mauro.— » ¿De qué se componia?
Diablo.- » De un hueso de perro .
Eray Mauro.- » :Qién le puso?
Diablo.--» Antonio Cabezas .
Fray Mauro.— » ¿En dónde está?
Diablo . » En Berberia .
» No es fácil ponderar la contradiccion que resultaba de las de
claraciones de aquellos enemigos ; porque ¿ cómo era posible con
certar lo que habian dicho de Cangas con lo que aseguraban los de
Viena, y lo que nuevamente deponian los de Madrid ? Todo era em
brollo y behetría, y todo resultaba en perjuicio del augusto ende
moniado que cada vez estaba peor.
» Obtuvo el empleo de inquisidor general el cardenal Córdoba у
como alcalde nuevo , juraba y perjuraba que él acertaria lo que
habian errado los demás, y que él sacaria los malos al rey , ó ha
bia de poder poco. Pero ¿qué sucedió? que los diablos llegaron á
enfadarse de veras de tanto preguntar, y tanto aceite bendito, y
tantas reliquias , y determinaron tomar solemne venganza . Por de
contado al padre fray Mauro le hicieron perder la decantada ha
bilidad de compeler, ligar y espeler, al cardenal le introdujeron
la forma cadavérica en el mismo dia en que llegaron las bulas de
su nueva dignidad ; al obispo de Segovia , á quien nombró el rey
inquisidor general , le volvieron loco . Persiguió á los consejeros
de la Suprema ; los depuso, los desterró y metió en encierros у cas
LOS BRUJOS . 509

tillos ; la Suprema y toda clerequicia , amotinose contra él y tanto


hizo, que le obligó á volverse á Segovia á cuidar de su obispado,
que fué sin duda la mayor pesadumbre que pudieron darle.
» Cárlos II , lleno de aceite y jalapa por de dentro, y de nóminas
y escapularios por de fuera,, viendo que los demonios no trataban
de dejar la posada, se fué á la gloria, y le llevaron en ceremonia
al Escorial. Siguió no obstante la discordia entre el clero y los frai
les y en tanto que el padre Froilan, desterrado, ſugitivo, perseguido ,
preso , acusado, de berege, pasaba su triste vida de cárcel en cárcel ,
la Inquisicion andaba revuelia con el nuncio, que queria avocar á
>

Roma la causa de los hechizos, para que el pontilice , en su infali


ble sabiduría , declarase si los diablos del diſunto Rey habian sido
verdaderos y legitimos diablos, y si el padre Froilan era un here
siarca ó un solemne majadero. Los frailes dominicos, divididos en
parcialidades y provincias, unos querian ver quemado á su her
mano el padre Froilan , y otros le defendian y recomendaban. El
general de aquella orden envió dos emisarios desde Roma para pro
tegerle, y los demonios, que lo supieron , se apoderaron de ellos
así que se apearon de la calesa; á los dos los pusieron á morir,
que faltó poco para enterrarlos, y al uno le dejaron luerto .
» Si la guerra de sucesion no hubiese interrumpido tan grave
asunto , lodavia duraria el proceso del padre Froilan y la feroz
venganza de los diablos, justamente ofendidos por tanta pregunta
como les bizo el vicario de Cangas.»
Hasta aqui la relacion de Moratin; pero los altibajos del proceso
de Froi'an Diaz me ecen algunas líneas .

Desgraciadamente para los exorcistas, murió el inquisidor gene


ral Rocaberti, y le sucedió Mendoza, obispo de Segovia, enemigo
de Froilan Diaz, que se apresuró á persuadir al Rey de que no ba
bia tales hechizos, y que todo se reducia á celo imprudente de su
confesor, cuya separacion le propuso. El Rey, que, como hombre
sin voluntad propia, seguia la opinion del último que le hablaba, se
deshizo de su confesor, nombrándolo obispo de Avila; pero el nue
vo inquisidor general, no solo impidió que se expidieran en Roma
las bulas del obispado, sino que procesó al electo obispo como sos
Томо І. 67
510 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

pechoso de heregía, por supersticioso y reo de doctrina condenada


por la Iglesia , dar crédito á los demonios y valerse de ellos para
.

descubrir cosas ocultas. El nuevo confesor del Rey, Torres Palmo


sa, provincial de los dominicos, originario de Alemania, era tam
bien del partido contrario al de Diaz y ayudó al inquisidor general
contra él , entregándole todas las cartas del fraile exorcista de Can
gas de Tineo, balladas en la habitacion de su predecesor.
El inquisidor general hizo examinar testigos, de cuyas declara
ciones, de las citadas cartas y del exámen del mismo Diaz, estrac
tó lo que pareció mas oportuno para que resultase reo . Despues reu
nió cinco teólogos de su confianza, presididos por don Juan de Ar
zemendi consejero de la Inquisicion , ante don Domingo de la Can
tolla , caballero de la orden de Santiago y oficial de la secretaria
del consejo de la Inquisicion ; pero a pesar de las sugestiones del
inquisidor general, declararon unánimes los cinco calificadores no
haber en el proceso proposicion ni hecho alguno que mereciesen
nota teológica.

VII .

Descontento quedó el obispo de Segovia de los teólogos, pero no


desistió de su propósito. Confiado en el influjo de su autoridad, lle
vó el espediente alconsejo, proponiendo el decreto de prision con
tra Froilan Diaz. Los consejeros se negaron por considerarlo con
trario á justicia y á las leyes del Santo Oficio , aleniéndose al juicio
de los calificadores. El inquisidor general entonces hizo estender el
decreto , lo firmó y envió al consejo, mandando a los consejeros que
lo rubricasen. Ellos respondieron que no podian rubricar lo que la
mayoría habia desechado, y hubo de parte á parte ágrias contes
taciones.
Froilan Diaz , entre tanto, noticioso del peligro, tomó la vuelta
de Roma, á donde llegó sin tropiezo, pero el inquisidor general au
xiliado por el confesor del Rey , hizo creer á este que el viage á Ro
ma de Froilan Diaz era un nuevo crimen , una ofensa á los derechos
del trono, por estar prohibido todo recurso á Roma contra la in
quisicion de España; y el Rey dió órden para que el duque de Uce
da , embajador en Roma, se apoderase de la persona de Diaz Уy lo re
mitiese preso á la plaza de Cartagena. Hizolo así el embajador. El
LOS BRUJOS . 511

antiguo confesor del Rey fué puesto á buen recaudo, conducido á


España, y por orden del inquisidor general lo encerraron en la in
quisicion de Murcia, á cuyo tribunal envió el espediente.
Los inquisidores de Murcia nombraron para calificadores á los
nueve teólogos de mas fama en el obispado. Estos resolvieron por
unanimidad conformarse con la calificacion de los cinco de la corte;
en vista de lo cual los inquisidores decretaron no haber lugar á la
prision del padre Froilan Diaz, comunicándolo así al inquisidor ge
neral. Este señor, lleno de cólera, envió á Murcia una legion de fa
miliares del Santo Oficio, que condujeron al preso con estrepitoso
aparato al convento de dominicos de Santo Tomas de Madrid, don
de lo encerró en una celda sin comunicacion , yy abocándose la cau
sa dispuso que el fiscal de la Inquisicion don Juan Fernando de
Frias Salazar, le acusase de herege y hasta de heresiarca dogma
lizante de creer cosa lícita tratar con los demonios, so pretesto de
curar enfermos, y de dar crédito al padre de la mentira, confor
mándose con sus dichos y siguiendo sus inspiraciones.

VIII.

La muerte de Carlos II Уy la guerra de sucesion que fue su con


secuencia , hicieron olvidar durante algun tiempo al antiguo confe
sor del Rey difunto ; pero al fin , el nuevo Rey, despues de oir á va
rios consejeros de gabinete, consultó en 14 de diciembre de 1703 ,
al consejo de Castilla, y este propuso al Rey , en 21 de enero del
año siguiente , que Froilan Diaz estaba preso de hecho y contra
derecho, practica, constitucion y leyes del Santo Oficio, con abuso
despótico de poder, cuya fuerza y violencia corresponde al sobera
no quitar, declarando por nulo todo lo hecho despues de la censura
de los calificadores en cuyo estado debia declararse se hallaba la
causa y proceder en adelante conforme á derecho y justicia, para lo
cual se debia mandar bajo gravísimas penas al inquisidor general
que remitiera lo actuado en Murcia y Madrid al consejo de la Inqui
sicion , el cual determinaria lo que fuese justo.
El Rey lo mandó conforme lo pedia el consejo de Castilla , y el
de la Suprema de la Inquisicion mandó poner en libertad a Froilan
Diaz absolviéndolo de la instancia .
512 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

IX .

El proceso consta de cuatro piezas de mas de mil hojas cada una


y seria muy digno de ver la luz pública. Ilay en él cosas curiosi
si mas . Decia el demonio que poscia á la energúmena de Cangas de
Tineo , que :
« Dios babia permitido que fuera hechizado el rey, y ahora no
» permite que sean deshechos los hechizos, porque Su Majestad 10
» lera que el Santísimo Sacramento de la Eucaristía esté sin lumi
»naria de cirio ni de lámpara; que los religiosos de algunos con
» ventos mueran de hambre; que los hospitales estén cerrados sin
» abrirse para los enfermos pobres; que las almas de los fieles pa
»decen graves penas en el purgatorio porque no se ofrecen misas en
» sufragio suyo , y que el rey es negligente sobre administracion de
»justicia , permitiendo que no se haga lo que corresponde en favor
»de un crucifijo que la tiene solicitada . »
Hé aquí un diablo que se preocupaba bastante de los intereses del
clero y de la Iglesia. En verdad que aquel debia ser un buen diablo .
Se nos ocurre que si en aquellos tiempos, que eran los mas flore
cientes de la religion católica , segun algunos, los frailes se morian
de hambre, ¿ qué tal andarian los que no lo eran ? Pero el cómo an
daban puede verse en cuantos historiadores nacionales y estrangeros
han escrito sobre aquel reinado calamitoso para la prosperidad de
España . A fuerza de no pensar mas que en las cosas del otro mun
do , los españoles habian llegado á olvidar de tal modo las de este ,
que sin la muerte de Carlos II , y las ideas y el espíritu francés
que se introdujeron en España con la nueva dinastia , la disolucion
de la monarquía hubiera sido inevitable . ¿Qué estraño es que hasta
los frailes se quejasen de que se morian de hambre, cuando la mis
ma corte carecia de lo necesario ? Dice á este propósito un historia
dorque « en la segunda mitad del siglo xvii, las cosas llegaron á
ponerse tan mal, que la miseria yy desventura del.pueblo sobrepu
jaban a todo encarecimiento . En las aldeas inmediatas á Madrid, los
vecinos estaban literalmente hambrientos ; y los labradores que
tenian algo que comer se negaban á venderlo, porque á pesar de
carecer de dinero , temian ver á sus familias sucumbir en torno su
yo por falta de sustento. La consecuencia de esto fué que la ca
LOS BRUJOS . 513

pital se viese espuesta á padecer hambre, y que no produciendo


efecto las amenazas, hubiese necesidad, en 1661 , de que el mis
mo presidente de Castilla , acompañado del verdugo y seguido de
fuerza armada, recorriese los lugares circunvecinos para obligar á
los labriegos ó que llevasen sus frulos al mercado de Madrid . Igual
escasez se dejaba sentir en toda España ...
» El mismo gobierno carecia de los recursos mas indispensables,
У los recaudadores de contribuciones se veian forzados para cubrir
el déficit á recurrir á los mas desesperados arbitrios. No solamente
embargaban y vendian los muebles y hasta las camas, sino que
destechaban las casas para vender las tejas ...
» Los habitantes veianse forzados á escaparse,, los campos que
daban sin cultivo; gran número de infelices morian de necesidad y
al rigor de las intemperies; muchas aldeas quedaron desiertas, y
en no pocos pueblos al concluir el siglo xvii , las dos terceras par
tes de las casas se habian venido á bajo ...
» La poblacion de Madrid perecia de hambre; muchas personas
caian estenuadas en medio de las calles , muriendo en donde
caian ...
»Al fin , el pueblo, lleno de desesperacion, rompió la valla de las
7

leyes, y en 1680 , no solo los trabajadores de Madrid , sino las mis


mas gentes del comercio, se organizaron en bandas, que forzando
las puertas de las casas, robaban y asesinaban a los vecinos á la
luz del dia . Durante los últimos veinte años del siglo xvii, si la
capital no estuvo en estado de insurreccion, vióse sumida en la anar
quía . La sociedad , ſuera de quicio, parecia disolverse en sus pro
pios elementos... )
Pero dejemos este triste cuadro del estado en que se encontraba
España á fines del siglo xvii , y concluyamos este libro refirien
do en su postrer capítulo las últimas persecuciones sufridas por
brujos y endiablados, y la desaparicion de Satanás de códigos yy tri
bunales civiles .
CAPITULO X.

SUMARIO.

Secta de Molinos :-Su propagacion entre las monjas de Logroño por Juan de
Longas . - Prodigios de la madre Agricda y de su director espiritual Juan
de la Vega . - Corrupcion , hipocresia y crimeues . - Doña Vicenta de Loya y
Luua. - Prision y leve castigo de los culpables. - Pacto en el diablo de un
cojo madrileño en tiempo de Cirlos IV . - Sus crimenes y castigo . - Inútiles
esfuerzis de un carpinter ) de Matriil para hacer pacti con el diablo).- SI
arrepentimiento y castigo . - L'Itima bruja quemada por la Inquisicion . - Des
aparicion oficial del diablo de los tribunales civiles .

I.

Si el arzobispo de Toledo, el confesor del Rey y otros altos dig,


natarios de la Iglesia alimentaban la creencia en el diablo á pro
pósito de los hechizos del rey Carlos II , ¿qué no harian sus subal
ternos ? Ya hemos visto varios de los muchos procesos escandalosos
que tuvieron lugar en diversos paises en los siglos anteriores, y de
la manera con que se explotó por ciertas personas depravadas la
creencia en el diablo para buscar satisfaccion á la lujuria y otras
pasiones: en España se prolongaron mas que en otras naciones,
como vamos a ver por algunos de los procesos mas célebres, á
que dió lugar la secta de Molinos en el pasado siglo.
Fundó Molinos una secta de quietistas que llevó su nombre. Su
doctrina consistia en suponer que . elevando el alma á Dios , se lle
gaba á aislar de tal manera del cuerpo que la envuelve, que era in
sensible á las sensaciones carnales y necesidades físicas de la
LOS BRUJOS . 515

materia ; de lo que deducia que, se podia mancillar el cuerpo sin


manchar la pureza del alma, que, arrobada en éxtasis sublime no
tomaba parte alguna en los apetitos y satisfacciones de la carne .
¡Extraña amalgama de espiritualismo y de sensualismo en una
misma persona! Como si fuera posible separar el espíritu de la ma
teria abstrayendo el uno de la otra , cuando ambos forman por su
union el ser humano . Esta doctrina, obra de un mal fraile se pro
pagó entre frailes, monjas y clérigos con gran rapidez y , como era
justo sufrieron las persecuciones de la Iglesia. Sin embargo, segun
ramos á ver , la Inquisicion no procedió con ellos con todo el rigor
que merecian , sobre todo si se tiene en cuenta que además de per
seguirlos por la doctrina que profesaban se les probó haber ſal
tado á sus votos y cometido crímenes de infanticidio y otros no
menos atroces.

Antes de fijar su residencia en Roma dejó Molinos en España


muchos discípulos, entre ellos el obispo de Oviedo, que fué condu
cido a Roma y preso en el castillo de San Angelo en 1716, y el ra
cionero de Tudela don Juan de Cansadas, discípulo predilecto de
Molinos , gran propagador y celoso dogmatizante de su misticismo,
que tuvo peor suerte, porque fué quemado vivo en la inquisicion de
Logroño .
Cansadas dejó por sucesor en la propaganda de la doctrina de
Molinos, á Juan de Longas, su sobrino, carmelita descalzo, cono
cido todavía en las provincias que baña el Ebro con el nombre de
hermano Juan. La inquisicion de Logroño le condenó, en 1729 , á
doscientos azotes, galeras por diez años y cárcel perpétua. La doc
trina de los molinistas, gracias a la actividad de los propagadores,
ecbó raices entre los carmelitas, que sedujeron a varias monjas de
los conventos de Lerma y de Corella , con lo cual dieron no poca
ocupacion y entretenimiento al Santo Oficio de Valladolid y de Lo
groño, que celebraron muchos autos y autillos desde el 20 de oc
tubre al 22 de noviembre de 1713 .
516 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

II.

He aquí un curiosísimo estracto sacado de varias relaciones im


presas en diversas obras de aquellos tiempos y de otros mas re
cientes, que están contestes en todo lo principal.
En 1712 entró de monja carmelita descalza en el convento de
Lerma doña Agueda de Luna, natural de Corella , hija de padres
nobles , con fama de grandes virtudes y aun de santidad desde sus
primeros años; pero al siguiente de entrar en el convento ya
seguia y practicaba la doctrina de Molinos, como maestra consu
mada. Mas de veinte años vivió allí aumentando de dia en dia su
fama de santa , con éxtasis y aun con el don de hacer milagros,
>

segun decian el hermano Juan de Longas, el prior de Lerma, el


provincial y otros frailes de gran autoridad y rango, porque todos
eran cómplices y tenian gran interés en publicar la santidad de la
madre Agueda .
Trató la dicha madre de fundar un convento en su patria , y los
prelados la nombraron fundadora y prelada. En su nuevo estable
cimiento continuó su vida entregada como siempre á los éxtasis y
prácticas molinistas, y creció tanto su fama, que todas las gentes
de la comarca imploraban su proteccion ante Dios en sus necesi
dades .
Entre los prodigios con que la madre Agueda llamaba la aten
cion de las gentes ignorantes y groseras y como tales crédulas y
fanáticas, que formaban la inmensa mayoría, entraba como prin
cipal la supuesta expulsion por las vias urinarias de ciertas piedras
de color de sangre , que tenian señalada una cruz por un lado y
una estrella por otro. Despues se probó que eran fabricadas por
olra monja cómplice suya, con polvos de ladrillos y otros aromáti
cos. Y ella y sus cómplices, hacian creer a la gente que Dios, en
premio de su heróica virtud, la concedió la gracia de expeler, á
costa de intensos dolores como si fuese parto de una criatura hu
mana, aquellas piedras prodigiosas para la curacion de toda enfer
medad .
Los éxtasis y las mortificaciones de la materia á que la somelian
sus directores molinistas, no bastaron ya a la madre Agueda, que
quiso entrar en relaciones con cl diablo en persona, y segun resul
LOS BRUJOS . 517

tó en el proceso, hizo pacto con él , dándole cédula de donacion de


su alma y adorándole por señor suyo y verdadero Dios poderoso,
apostatando de Jesucristo, su religion y demás que se acostumbra
ba en tales casos . Mas de treinta años vivieron la madre Agueda y
los frailes y monjas que participaban de sus opiniones, practicán
dolas cotidianamente, pero como no hay bien ni mal que cien años
dure, ni cuerpo que lo resista, tiró el diablo de la manta y la In
quisicion tomó cartas en el asunto .
El Santo Oficio de Logroño hizo encerrar a la madre Agueda en
sus cárceles secretas. Diéronle tormento , y murió de sus resultas
antes de que su causa fuera sentenciada.
Confesó todas sus culpas y extravios en la tortura, arrepintióse
al tiempo de morir y fué absuelta sacramentalmente .

IV .

El director espiritual de la madre Agueda , cómplice suyo desde


1715 á 1743, llamábase fray Juan de la Vega ; era natural de Liér
ganes en las montañas de Santander, y provincial de los Carmelitas
descalzos . Fué tambien preso , y su autillo se celebró el 30 de oc
tubre de 1743. Segun consta de su proceso, confesó ser padre de
cinco hijos que parió la madre Agueda. Fué dogmatizante y cor
ruptor de otras monjas, á las que enseñaba ser esta la verdadera
virtud, y escribió la vida de la madre Agueda , presentándola como
un modelo de santidad , refiriendo en ella multitud de milagros he
chos por su discípula. Él consiguió tambien tan gran fama de san
to, que le llamaban el estático, y solian los frailes sus cómplices
propalar la voz de que despues de San Juan de la Cruz , no hubo
religioso mas penitente. No contento con esto, hizo retratar á la
madre Agueda y colocar su retrato en el coro, con la siguiente re
dondilla al pie :
Planta Jesus con tu mano ,
La flor en mi corazon ,
Y dará fruto en sazon
Pues está el campo lozano .
El tal fray Juan de la Vega era hombre de sutil ingenio , como se
deja ver por el doble sentido de estos versos . ¿Y qué mucho, si se
gun la declaracion de sus cómplices, de monjas inocentes y de otras
Tomo I. 68
518 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

personas, tuvo familiar pacto con el demonio? Pero él lo negó todo ,


aun en el tormento , que venció a pesar de sus muchos años , con
fesando solamente haber recibido limosna de once mil y ochocien
tas misas, como provincial , y no estar celebradas.
Fué declarado sospechoso con sospecha vehemente y encerrado
en el convento de Duruelo, donde murió á poco tiempo.
El provincial y secretario de aquella época y dos que habian si
do secretarios en trienios anteriores fueron tambien presos, puestos
en el tormenlo, donde negaron lo principal, y condenados á los con
ventos de Mallorca , Bilbao , Valladolid y Osma. El cronista confesó,
por lo cual le hicieron gracia de salir al auto sin sambenito .

V.

Doña Vicenta de Loya y Luna , sobrina carnal de la madre Ague


da , entró piña de nueve años en el convento de Corella , cuando fué
su tia como fundadora, y esta la enseñó su doctrina con el auxilio
del provincial fray Juan de la Vega . La sobrina confesó paladina
mente sin tormento todas sus culpas y las agenas , afirmando que
jamás admitió en su corazon error alguno -herético con conocimiento
de ser doctrinacondenada por la Iglesia , y que habia tenido por Ti
citas las cosas que practicaba, porque se lo enseñaban sus confe
sores y su tia, personas reputadas por virtuosas y su tia hasta por
santa .
Gracias a su espontánea declaracion, no la hicieron salir al auti
llo con sambenito . Otras cuatro monjas, acusadas de los mismos
crímenes , negaron en el tormento; una sola confesó haber apren
dido en su niñez la doctrina por enseñanza del hermano Juan de
Longas . Todas salieron al auto con sambenito .
Doña Vicenta de Loya declaró el sitio donde estaban sepultados
los niños recien nacidos y asesinados. El Santo Oficio mandó esca
var en el sitio denunciado y se hallaron huesos que confirmaron el
suceso .
Las monjas condenadas, se repartieron en diferentes conventos. De
modo, que a pesar de haber muchos infanticidios y otros críme
nes nefandos, la Inquisicion , tan severa en cuestiones de fé, fué es
cesivamente blanda, en el castigo de dichos frailes y monjas, que
lo hubieran pasado mucho peor , á ser juzgados por la justicia or
dinaria .
LOS BRUJOS 519

Los procesos de este género, así en España como en el extran


gero, fueron tantos durante los tres últimos siglos que bastarian
para llenar numerosísimos volúmenes.

VI .

Todavía á lines del siglo pasado habia quien explotara la creen


cia en la intervencion del diablo en las cosas humanas y su apari
cion entre los mortales.
A principios del reinado de Carlos IV tuvo lugar un auto de fé
en la iglesia del convento de monjas de Santo Domingo el Real de
Madrid, en el cual fué sentenciado un cojo por haberse fingido he
chicero , para seducir á mujeres jóvenes , buenas católicas , que
creían en el diablo y sus tentaciones.
Procuraba el cojo persuadirlas que si ejecutaban lo que él les di
jese , serian amadas por los hombres que ellas quisieran. Muchas
cayeron en el lazo , y algunas pertenecian á familias distinguidas .
7

Dábales el supuesto brujo unos polvos que afirmaba ser de huesos



molidos de cerca de las partes pudendas de un ahorcado jóven y
robusto, que debian tomar disueltos en agua , y que les vendia ca
rísimos, suponiendo haberle costado mucho dinero conseguir de los
dependientes de la parroquia de San Ginés el permiso para desen
terrar el muerto . Debian llevar ellas siempre consigo un pedacito
de hueso de que habia sacado los polvos. Cuando viesen al hombre
de quien deseaban ser amadas, debian tomar en la mano el hueso ,
que podian llevar en una bolsita, y decir ciertas palabras, que
afirmaba ser conjuros de un moro gran encantador, y por último , У
esto es lo peor , que debian permitir hiciese con ellas cosas muy
obscenas , diciendo al mismo tiempo las palabras del hechizo; lo
cual debia ser cuando menos tres veces antes que notasen ellas el
efecto . Encontráronse en poder del cojo ciertos huesos , pequeñas eſi
gies de hombres y de mujeres en cera, y figuras de las partes pu
dendas de ambos sexos en la misma materia .
Confesó el reo que todo era embuste para sacar dinero y sa
tisfacer su lujuria engañando ; lo cual , como el lector ha podido com
prender, podria aplicarse á las nueve décimas partes de los casos
de brujería, dejando la otra décima á los esplotadores políticos , co
mo sucedió en el caso de Carlos II . Jamás,decia el cojo de Madrid,
habia sido brujo ni hechicero, aunque fingia serlo .
520 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

Diéronle doscientos azotes y le mandaron por diez años á presi


dio , sentencia que agradó mucho al público de Madrid.
Hemos dicho que el auto se celebró en la iglesia del convento de
monjas de Santo Domingo el Real , ante cuyas religiosas se leyó el
proceso mas lleno de palabras obscenas que puede imaginarse. En
ellos se leia lo mismo que se habia escrito para formar cargos al
reo , y las declaraciones de los testigos , en que habia todas las se
ñas posibles de obras y palabras .

VII .

En la misma época , ocurrió en la inquisicion de Madrid un caso


enteramente opuesto al del cojo que fingia pactos con el demonio,
en el cual un pobre hombre dejó de creer en Satanás porque no
quiso acudir á llevarse su alma que le daba .
Cosa curiosa y digna de llamar la atencion es que el diablo ha
dejado de hacer ruido en el mundo a medida que amenguaban las
persecuciones contra los que con el trataban . La incredulidad ha
aumentado en la misma proporcion , llegando las gentes á burlarse
de los que creen en el diablo y mas aun en la posibilidad de sus
apariciones Уy de hacer pactos con él .
Venia el diablo en otros tiempos á tentar á los mortales y á ofre
cerles la satisfaccion de sus deseos en cambio de sus almas, segun
se refiere en infinitas historias ; pero hoy se hace sordo a las invo
caciones de los desesperados , y no acude a sus voces .
Como prueba de ello , vamos á referir un suceso curioso acaecido
en la inquisicion de Madrid en tiempo de Carlos IV.

VIII .

Prendió la Inquisicion á un artesano por haber dicho que no ha


bia demonios , diablos ni otros espíritus infernales que desearan lle
var las ánimas al infierno . Cuando le tomaron la declaracion con
fesó ser cierto, y que lo creia tal como lo babia dicho, aunque es
taba dispuesto si le convencian de lo contrario, á renunciar á su
error, recibir la absolucion y cumplir la penitencia que le impu
sieran .
LOS BRUJOS , 521
Hé aquí, segun sus declaraciones, en qué fundaba su opinion:
« Experimenté tantas desgracias en mi persona, familia, bienes y
oficio , que llegué á perder la paciencia , y desesperado , llamé al
demonio para que me socorriese en mis necesidades , y me vengase
de ciertas personas, á cuyo fin le ofrecí mi alma. Repetí muchas
veces este ofrecimiento en distintos dias y jamás vino el demonio .
Lo comuniqué á un hombre pobre , que tenia opinion de brujo, y
me dijo viese á cierta mujer , que era mas hábil que él en brujería .
Estuve con ella, y me aconsejó que saliese tres noches seguidas á
lo alto de las Vistillas de San Francisco , y llamase á Lucifer á gri
tos con el nombre de ángel de luz , renegando de Dios y de la reli
gion cristiana y ofreciéndole mi alma . Hícelo como me lo dijeron ;
llamé repetidas veces á Lucifer , y Lucifer no vino ...
» Informada la mujer, me encargó arrojase de mí los signos de
cristiano que llevase , como rosarios, medallas, escapularios, etc. ,
1
y que abandonase de veras en mi corazon la fé de Dios , poniéndola
en Lucifer, y que una vez hecho esto , sin engañarme á mí mismo ,
volviese á ləs Vistillas de San Francisco tres noches seguidas, y re
pitiera las invocaciones anteriores ... Hícelo así , y Lucifer no vino .
»La bruja me dijo entonces que sacase sangre de cualquier par
te de mi cuerpo, y escribiese con ella en un papel que entregaba
mi alma al diablo como señor absoluto de ella , y que con la cédula
en la mano , volviese á las Vistillas y llamase de nuevo á Lucifer...
Todo lo hice yу el diablo no vino .
»Combinando en mi mente lo que me habia pasado , discurri de
esta manera . Si hubiera diablos , y tuvieran el ansia que nos pintan
de llevarse las almas de los hombres , no tenian ocasion mejor que
la que yo les ofrezco, pues he deseado de veras darles la mia : lue
go es mentira que haya demonios, y el brujo y la bruja no han
hecho pacto con el demonio , y son unos embusteros . »
Esto fué en sustancia lo que dijo, y los inquisidores se conven
cieron de su buena fé. Procuraron hacerle comprender que nada
probaba contra la existencia del diablo , el que no hubiese acudido
>

á las Vistillas de San Francisco , lo cual seria porque Dios le negó


el permiso , en premio de algunas buenas obras hechas por el reo en
tiempos anteriores; y como estuvo humilde y fué buen confitente
desde el primer dia, salió mejor librado que esperaba.
Absolviéronlo con penitencia de un año de cárcel, confesarse y
comulgar en las tres pascuas todos los años de su vida , tener por
522 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

confesor al que la Inquisicion le designara, y rezar el rosario y ha


cer actos de fé, esperanza y contriccion todos los dias .

IX .

A las brujas pertenecieron los honores del último auto de fé en


que la Inquisicion española quemó viva á una criatura humana, y
creemos que esta última víctima del mas feroz fanatismo fué tambien
la postrera que murió en tan horrible suplicio en toda Europa .
Este auto de fé tuvo lugar en Sevilla reinando Carlos III en 1781 ,
y la persona quemada fué una vieja acusada de brujería y pacto con
el demonio .
La opinion pública, robustecida é ilustrada con sentimientos é
ideas mas humanitarias, ha hecho imposible la perpetracion de ta
les crímenes desarmando a los explotadores del fanatismo , que,
gracias a ellos , prolongaron su poder de uno en otro siglo.
LIBRO SÉPTIMO .

LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS.

1048-1313 .
LIBRO SÉPTIMO .

LOS

HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS.


1048-1313 .

CAPITULO PRIMERO.

SUNIARIO .

Origen de los hospitalarios y templarios . - Razon de ser histórica de estas


ordenes . - El mahometismo y su engrandecimiento.- Establecimiento del
primer hospital y de la primera iglesia de los cristianos latinos en Jeru
salen . - Persecuciones de los turcomanos contra los cristianos de la Tier
ra Santa y primera cruzada .--Grandes servicios prestados á los cruzados ,
por los hospitalarios de Jeruzalen , veneracion que inspiraron á los cristia
nos y principio de su engrandecimiento ,-Fundacion de la órden religiosa
de los caballeros hospitalarios de San Juan de Jerusalen . - Su generaliza .
cion en Europa.-- Transformacion de los hospitalarios en guerreros. - Orga
nizacion aristocrítica de los hospitalarios.

I.

Entre las grandes organizaciones políticas nacidas en el seno de


la sociedad civil en el mundo cristiano, ninguna fué mas famosa
que la orden de los templarios. Empezó por ser una orden de hos
pitalarios, cuyo objeto era asistir a los peregrinos cristianos que
iban á Jerusalen para visitar el sepulcro de Jesucristo ; convirtióse
despues en órden militar de caballería que tomaba sobre sí la mi
sion de la defensa del Santo Sepulcro, pasando por último á consti
tuir un poder soberano cuyas inlinitas ramificaciones se extendian
por toda la Cristiandad siendo sus fortalezas y sus legiones el ter
Tomo I. 69
526 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ror de sus enemigos y cebo á la envidia de poderosos reyes sus


inmensas riquezas.
Sin dejar de ser enfermeros ni soidados los hospitalarios pasaron a
ser señores á cuya sombra nacieron los templarios, que concluyeron
por una catástrofe espantosa, tan extraordinaria como habia sido su
elevacion y su grandeza; inesperada como lo son siempre los gran
des cataclismos que sumerjen las instituciones humanas.
Si buscamos en la filosofia de la historia la razon de ser , las cau
sas fundamentales de la creacion y engrandecimiento de los Tem
plarios, encontraremos, que, como todos los organismos militares
engendrados en la Edad media , en el seno de la sociedad cristiana,
nacia y se desarrollaba como elemento de resistencia contra la in
vasion sarracena , cuya organizacion religioso militar solo podia ser
contrarestada por otras organizaciones semejantes.

II .

Si fuera nuestro objeto escribir la bistoria de los templarios, equé


campo tan vasto no encontrariamos en ella para caulivar la aten
cion del lector? No hay romance de caballeria, novela fantástica, ni
maravillosa fabula inventadas por las ardientes imaginaciones de los
mas grandes poetas, no hay epopeya mas digna de ser cantada que
la historia de los templarios.
Forma pasagera, hija de las circunstancias de una época, vivió
lo que las necesidades que la engendraron ; pero el mundo está lle
no de su nombre, las negras ruinas de sus almenados castillos se
alzarán todavia durante muchos siglos, admirando á las generacio
nes venideras, y el eco de sus hazañas, de sus luchas heróicas, y
de sus cruentos martirios, resuenan todavia, y se repetirán indefi
nidamente del Adriático al Ponto cujino, del uno al otro confin del
Mediterráneo, de Jerusalen á Malla , de las llanuras de la Palestina
á las de Valencia y de Castilla , campos que regaron con su sangre
y que corrió mezclada á torrentes con la de los hijos de Mahoma.
Su historia es la de la cristiandad durante la Edad media .
Mas no nos proponemos describir sus combates ni cantar su en
grandecimienio, nuestra mision es mas trisle: vamos á contar en
breves páginas la historia lamentable de sus persecuciones, el de
sastroso é inesperado término de su poder , el martirio de su gran
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 527

maestre Jacobo de Molay, mas valiente, mas heróico en los tor


mentos y en la hoguera que lo habian sido sus célebres predecesores
en sangrientas luchas contra los mahometanos sostenidas. Gran
de fué la ingratitud de los reyes y potentados de las naciones
cristianas á quienes sirvieron; de cuyos inmensos bienes sin em
bargo, se apoderaron , enriqueciéndose con sus despojos despues de
haber sido levantados y sostenidos sobre el pedestal de su bravura.

III .

Pero antes de referir la tragedia que puso lin al poder de los


templarios, preciso es consagrar algunas líneas á los grandes su
cesos que en Oriente y Occidente la precedieron.
Creando una nueva religion ó por mejor decir reformando la an
tigua, babia Mahoma revolucionado el Oriente, empezando en la
Arabia y estendiendo su dominio á casi toda el Asia menor . Sus su
cesores , que tomaron el título de Caliſas , es decir, de vicarios del
profeta, marcharon de conquista en conquista: arrojaron de Arabia
á persas y griegos ; y Damasco, Jerusalen, Palestina, y Egipto en
una palabra, fueron sometidos á su imperio levantado sobre las rui
nas de la monarquía persa y del imperio bizantino. Amparáronse
de la Media, del Korassan, de la Mesopotamia; entraron en Africa,
y subyugaron todas las regiones que bordan las orillas del Medi
terráneo hasta la Mauritania , con la misma facilidad que el Egip
lo. Saquearon ó se hicieron dueños de las islas de Chipre, Cadia,
Sicilia yy Malta. Conquistaron á España, penetraron en las provin
cias meridionales de las Galias que debió su salvacion a las victo
rias de Carlos Martel. La cristiandad entera , parecia como amena
zada de muerte, corriendo acaso peligro de ser ahogada entre los
robustos brazos de los hijos del profeta .
Subyugados los cristianos de Oriente , sufrieron toda clase
de persecuciones, y solo bajo la influencia del emperador Carlo
Magno, pudieron obtener el establecimiento de un hospitaly de un
albergue , en donde pudiesen encontrar un asilo seguro los peregri
nos cristianos que acudian de todas partes de Europa á visitar pe
riódicamente el Santo Sepulcro en Jerusalen .
La muerte del califa Aaron puso fin á la tolerancia ; los cristianos
lalinos volvieron á ser perseguidos, hasta que en el siglo xi , el ca
528 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

lifa Monstaser-Billah , seducido por las dádivas de unos ricos co


merciantes napolitanos, permitió el establecimiento de un hospi
cio en las inmediaciones del Santo Sepulcro,' establecimiento , que
en muy corto tiempo se aumentó con una capilla qne llamaron San
ta Maria la Latina , para distinguirla de las iglesias de los cristia
nos griegos , establecidas en el mismo lugar, un convento de la ór
den de San Benito y dos hospicios. Tal fué el origen de la orden de
los caballeros hospitalarios.
Apenas habian pasado diez y siete años desde la fundacion de tan
piadosos establecimientos , cuando estuvieron á punto de perecer por
la invasion de los turcomanos que conquistaron la Palestina, que
tomaron por asalto la ciudad de Jerusalen , pasando á cuchillo la
guarnicion egipcia. Estos nuevos conquistadores persiguieron a los
cristianos con nuevo encarnizamiento, y solo consintieron en la con
servacion de sus hospicios é iglesia , á trueque de los mas onero
sos tributos.
Entonces fue cuando Pedro el ermitaño predicó la primera cru
zada contra los in fieles que oprimian la Tierra Santa, arrastrando
al Occidente en masa á una desesperada lucha en las apartadas re
giones del Oriente para reconquistar la tumba de Jesucristo ...

IV .

Despues que los cruzados a las órdenes de Godofredo de Bouillon


se apoderaron de Jerusalen , el hospital en que los cristianos latinos
cuidaban sus enfermos , prestó servicios tan importantes en aquellas
críticas circunstancias que convirtió en la mas profunda veneracion
el respeto que á los cruzados inspiraban los caritativos hospitala
rios que con un desinteres sin ejemplo, se consagraban á su asis
tencia. El mismo Godofredo de Bouillon , los visitó , y muchos caba
lleros renunciaron á volver á su patria y se dedicaron en él al ser
vicio de los pobres peregrinos. Godofredo cedió la propiedad del
señorío de Montboire con todas sus dependencias al hospital; la
mayor parte de los cruzados siguieron su ejemplo, con lo cual,
aquel establecimiento se encontró enriquecido con gran número de
tierras y de señoríos, tanto en Europa como en Asia.
Los hospitalarios, que habian sido hasta entonces simples segla
res, se convirtieron en una órden religiosa, cuyos votos consistian
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 529
en consagrar su vida en el hospicio de San Juan de Jerusalen al
servicio de los pobres y de los peregrinos.
El papa Pascual II aprobó el nuevo instituto eximiéndole además
de pagar el diezmo á la Iglesia y autorizó las fundaciones y dona
tivos que le habian hecho, y las que pudieran bacerle en adelan
te , mandando, que despues de la muerte de Gerard , fundador de la
órden , los hospitalarios tuvieren el derecho de elegir su nuevo supe
rior sin que ningun poder secular ni eclesiástico pudiese ingerirse
en su gobierno.
Legalizados y enriquecidos de esta manera los hospitalarios. eri
gieron en Jerusalen un magnífico templo bajo la advocacion de San
Juan Bautista , y en las principales ciudades marítimas de Occiden
te construyeron hospitales y asilos con objeto de asistir y facilitar
su viaje a los numerosos peregrinos que las cruzadas llevaban á la
Tierra Santa . El zelo que los hospitalarios desplegaban contribuia
eficazmente á aumentar sus riquezas, lloviendo sobre ellos por to
das partes de las mas apartadas comarcas de Europa donativos y
herencias ,

V.

El padre Gerard fundador y primer director de la orden religio


sa de los hospitalarios murió en 1118. despues de haberla visto
crecer en influencia y extender los beneficios de su instituto en las
comarcas mas lejanas. Mas con la muerte de este santo varon , el
objeto primitivo para que su órden fué creada, quedó oscurecido
por otro mas brillante y tal vez no menos útil al poder de los cris
tianos en Oriente .
Los caballeros hospitalarios agregaron á su mision de enfermeros
el ejercicio de soldados , reuniéndose así en las mismas personas la
doble y opuesta funcion de restaurador y de destructor; mas como
veremos mas adelante la caridad y la violencia no cupieron en la
misma mano, y clasificando las funciones repartiéndolas entre ellos,
y gerarquizándolas, concedieron a las de guerrero las mayores dis
tinciones, y creyendo las otras mas humildes y bajas, colocaron en
el último peldaño de su escala la de hospitalario .
La anomalía parece grande, y solo puede encontrar disculpa y
530 DISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

esplicarse por la influencia de los tiempos, y por la mayor necesi


dad de soldados que se sentia en el nuevo reino cristiano, fundado
en la Palestina por Godofredo de Bouillon despues de la toma de
Jerusalen .
Habia infundido Gerard en sus hermanos el espíritu de caridad
que lo animaba; pero desde que la orden fué celebre yУ rica , nuevos
elementos animados de ideas mas ambiciosas entraron en él . Nom
brado Raimundo Dupuy por los hospitalarios, sucesor de Gerard,
noble frances , nacido mas para manejar la lanza ó regir un ejér
cito , que para curandero de un hospital, infundió bien pronto su
espíritu en sus hermanos. Propúsoles añadir a los estatutos de su
órden la regla de combatir en defensa de los santos á las órdenes
del rey de Jerusalen . El capítulo aprobó sus proyectos , y el Papa
los sancionó poco despues.
Como quien dice milicia, siquiera sea la del cielo, dice gerarquía,
los hospitalarios se dividieron en tres categorías. Primera la noble
za , categoría militar; segunda el clero, categoría espiritual y hasta
cierto punto administrativa; y tercera la plebeya con el nombre de
Caballeros sirvientes, consagrada á la asistencia de los enfermos y
demas funciones subalternas .
Cada una de estas tres categorías, pedia por supuesto su unifor
me distinto .
La forma de gobierno de la orden siguiendo el mismo espíritu
fué aristocrática. La autoridad suprema residia en el consejo del que
era presidente nato el Gran Maestre.
La juventud aristocrática de la Europa feudal corrió á alistarse
en la célebre órden , que simbolizaba en aquella época la faz poli
tica y guerrera del catolicismo , y cuyo poder é influencia aumen
taban cada dia .
CAPITULO II.

SUMARIO .

Fundacion de la orden religioso militar de los templarios . - Rápido acredenta


miento de la nueva orden y su rivalidad con la de los hospitalarios. - In
trig as del rey de Francia para destruir la (rden de los templarios. - Pro
cedimientos inquisitoriales . - Viaje a Francia de Jacobo de Molay y favo
rable acojida que le hizo el Papa. - Opinion de Molay sobre la fusion de todas
las ordenes religioso -militares . - Delaciones contra los įtemplarics y parte
que tomo contra ellos el rey de Francia Felipe el Hermoso.

I.

La mezcla de los tres elementos distintos que constituian aquel


gran campo no podian satisfacer completamente á todos los caba
lleros quelos cruzados llevaban a las ardientes rejiones del Asia.
Por los años de 1128 Hugo de Payens, Godofredo de San Alde
mar, y otros siete caballeros franceses, cuyos nombres no ba con
servado la Bistoria, se consagraron á escoltar los peregrinos cristia
nos que cruzaban la Judea para ir a Jerusalen . Este servicio volun
fario era de la mayor importancia en un país en que los cristianos
tenian tanlos enemigos y en que los bandidos pululaban. Supone la
tradicion que aunque estos caballeros no pertenecian á la orden de
los hospitalarios , les estaban agregados, y se sostenian de los recur
sos que ellos les facilitaban . Vivian en comun en una casa inmediata
al templo de San Juan , de donde vino el que les llamasen templarios
>

ó caballeros del Templo.


532 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Enviado Hugo á Roma por el rey de Jerusalen para solicitar


socorros del Pontífice y una cruzada si fuese posible , llevó consigo
á sus compañeros y los presentó al Papa, pidiéndole permiso para
fundar una órden religioso-militar a imitacion de la de los hospi
talarios.
El Papa y el concilio, reunido á la sazon en Troyes, aprobaron
la idea y encargaron á San Bernardo la redaccion de las reglas y
estalutos .
El objeto de la nueva órden religioso -militar era la escolta de los
peregrinos y la defensa de la Tierra Santa . Como estos objetos es
taban satisfechos por la orden de los hospitalarios, parece lo mas
regular que los que descasen consagrarse á tales empresas hubieran
entrado a formar parte de esta órden en lugar de crear otra nueva .
Pero, la ambicion de una parte y una hábil política en la otra, de
bieron andar mezcladas en este asunto con el deseo de consagrarse
á causa tan santa que animaba á los fundadores de la nue va ór
den , y al Papa y al concilio que se apresuraron á darles gusto .
>

Aun la nueva órden no estaba constituida y sancionada y ya


acudian de todas partes los representantes de las mas poderosas fa
milias de Europa á alistarse en las sagradas lejiones de los templa
rios. Su número y sus riquezas aumentaron tan rápidamente, que
pronto oscurecieron a los hospitalarios. Este dualismo establecia en
tre ellos una emulacion sin duda provechosa á la santa cau sa que
defendian cuando estaban delante del enemigo. El espíritu de cuer
po era un poderoso auxiliar del entusiasmo religioso: pero, cuando
se trataba de influencia, de adquisicion de propiedades yy de la crea
cion de nuevos establecimientos, la noble emulacion , no pod ia me
nos de convertirse en rivalidad de la peor especie .

II .

Con varia fortuna, luchando siempre contra los mahome tanos,


pero , acrecentando cada dia en Europa su influencia y la acu mula
cion de enormes propiedades legadas por los creyentes de las na
ciones católicas , estas dos órdenes religioso -militares llega ron á
mediados del siglo xil sin cesar en sus celos y rivalidades , á que
tal vez con razon se atribuia en parte la pérdida de la Tierra
Santa .
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 533

El concilio general recomendó eficazmente al Papa que para


impedir que se renovase là antipatia entre hospitalarios y templa
rios, los uniese en un solo cuerpo cuyo gran maestre deberia ser
nombrado por el sumo Pontiſice.
Clemente V , elegido papa en 1305 por la influencia de Felipe el
Hermoso rey de Francia , y establecido en Aviñon, convino con es
te en la destruccion de los templarios de cuyo poder estaba el Rey
zeloso. Pero procediendo inquisitorialmente se propusieron hacer
informaciones secretas, para descubrir algo que pudiese servir de
pretexto á la persecucion .
Para llevar a cabo sus proyectos , con la excusa de preparar los
medios para una nueva cruzada consagrada á la reconquista de la
Tierra Santa, mandó el Pontifice venir á Europa á los dos grandes
maestres de los hospitalarios y de los templarios, acompañados de
los principales caballeros de sus órdenes respectivas.
He aquíalgunas líneas de la carta dirigida por el Papa al gran
maestre de los hospitalarios en 1306 :
« Los reyes de Chipre y de Armenia nos solicitan con instancia
para que les procuremos algun socorro , en vista de lo cual hemos
resuelto deliberar con vos y con el maestre del Templo, sobre el
modo mas eficaz de llevar adelante la empresa : visto que , por vues
tro conocimiento del pais podreis aconsejarme mejor que otro cual
quiera, y además, porque despues de la Iglesia Romana, nadie es
tá mas interesado que vosotros, en el buen resultado ... )
« Por tanto os ordenamos, que os prepareis à venir aquí lo mas
»secreto que podais y con muy poco acompañamiento. »
El Gran Maestre de los hospitalarios se excusó de abandonar su
puesto por entonces por estar preparando una gran empresa de la
mayor importancia para su orden y para la cristiandad.

Jacobo de Molay, gran maestre de los templarios, acudió a la ci


ta, presentándose en Poitiers donde el Papa tenia á la sazon su re
sidencia .
Supone la tradicion que Molay y los caballeros que le acompa
ñaron de la isla de Chipre trajeron inmensos tesoros, que deposi
taron en el convento de los templarios en París .
Tomo 1 . 70
534 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Recibiólos el Papa con la mayor cordialidad , guardándose bien


de dejarles adivinar el verdadero motivo que le habia inducido á
llamarlos; antes por el contrario, llevó el disimulo hasta el punto de
darles una memoria a la cual debian responder cuando hubieran des
cansado de las fatigas de su viaje. Suponiendo siempre la exis
tencia del proyecto de una cruzada, pedíales el Papa en la tal me
moria que le diesen las noticias mas exactas, tanto del socorro que
podrian esperar los latinos del rey de Armenia, cuanto sobre los
puertos, radas y plazas de la Palestina, en que podrian los cruza
dos desembarcar mas fácilmente.
En otra memoria separada añadia el Papa que no babiendo
contribuido poco á la pérdida de la Tierra Santa las disensiones
con frecuencia renovadas entre templarios y hospitalarios, le ha
bian aconsejado, por el bien comun de ambas órdenes y para edi
ficacion de los fieles, que los uniera para siempre en un solo cuer
po sometiéndolos á una regla comun y á un solo gran maestre.
Ordenábale el soberano Pontífice que le manifestase su opinion
con franca sinceridad .
La Historia nos ha conservado la respuesta del gran maestre de
los templarios.
Como no interesa al objeto de nuestra narracion , lo que Jacobo
de Molay dijo á propósito de la primera memoria, siquiera ſueran
sus observaciones de la mas alta trascendencia , nos concretaremos
>

á su respuesta a la segunda.

IV .

Recordole el gran maestre de los templarios que el mismo pro


yecto , pero en una escala mucho mas grande, habia existido ya
bajo el pontificado de Gregorio IX , y que el concilio de Leon
se propuso reunir en una todas las órdenes militares que seguian
las banderas de la Iglesia de Roma. El Papa y el Rey que asistian
á este concilio, quisieron conocer la opinion del padre Guillermo
Beaujeu, gran maestre de los templarios, y del padre Guillermo
de Courcelles , que era uno de los principales caballeros de la orden
de San Juan allí presentes.
El padre Guillermo Beaujeu, respondió que los reyes de Es
paña, obligados á sostener una guerra continua contra los moros ,
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 535

sacaban las principales fuerzas de las órdenes militares estableci


das en sus estados, y que jamás consentirian que sus caballeros es
pañoles, que dependian de ellos , pasasen bajo la autoridad de un
jefe estranjero, ni que se les unieran con otras órdenes militares
que tenian objetos y estatutos diferentes. Estas explicaciones del
Gran Maestre bastaron para que tal designio se abandonase .
Convino Jacobo de Molay en que , despues de la pérdida de San
Juan de Acre, se habia agitado la misma cuestion, suponiendo el
papa Nicolás IV que las supuestas disensiones entre ambas órdenes
habian producido la pérdida de la plaza; pero que nadie ignoraba,
lo mismo los cristianos que los infieles, que el Gran Maestre de los
templarios, el Mariscal de los hospitalarios y mas de 400 de sus
caballeros habian muerto defendiendo la plaza , de la que solo diez
templarios salieron con vida. Por tanto, que no se perdió por
culpa de los defensores, sino por carencia del socorro que debió en
viar el Papa, y que el pontífice Bonifacio VIII, aficionadísimo a las
órdenes militares, habia trabajado tambien para unirlas, pero tuvo
que abandonar el proyecto .
Despues de exponer estos ejemplos, el Gran Maestre entraba en
el fondo de la cuestion , manifestando lo primero el peligro á que
se exponia la salvacion de los religiosos militares , obligándoles
á abandonar su primera regla para sujetarlos á otra, para la cual
no habian recibido la gracia de la vocacion . Lo segundo, que supo
niendo la union realizada , la mezcla de los caballeros pertenecien
tes á órdenes distintas que se verian obligados a vivir en comun ,
no podria menos de producir graves cuestiones y querellas, engen
dradas por las reminiscencias del espíritu de cuerpo. Lo tercero, que
cada convento de templarios daba una limosna general tres veces
á la semana , y todos los dias los restos del refectorio; en tanto
que los hospitalarios, fundados en el ejercicio contínuo de la cari
dad, la ejercian mas exclusivamente con los enfermos У los pere
grinos en sus propios conventos ; y por consecuencia , que si dos
conventos de diferentes órdenes se refundian en uno , seria con per
juicio de los pobres que ya no recibirian mas que una sola limos
na , sucediendo lo mismo con el oficio divino y con todos los ejer
cicios piadosos que practicaban las dos órdenes, aunque de diferente
manera .

Lo cuarto, que cada órden tenia un gran maestre y muchos


priores, mariscales, grandes comendadores y otras dignidades, y que
536 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

si en la union que se proyectaba se conservaban los mismos car


gos, se encontrarian para cada uno dos personas con igual derecho
á ejercerlo , y que si á uno de ellos se despojaba seria abrir la
puerta á la injusticia y al favor con todas sus funestas conse
cuencias .
«Yo sé bien, continuaba el Gran Maestre, que esta union tiene
por objeto extinguir los celos del honor que se encuentran con
tanta frecuencia entre los guerreros que aspiran a la misma gloria.
Pero yo digo, que los caballeros latinos han sacado de esta emu
lacion las mayores ventajas y que nada ha aumentado tanto el va
lor de una órden como el que veia desplegar á la otra : habiéndose
observado siempre que si los hospitalarios enviaban al socorro de
la Tierra Santa buques, soldados, armas y víveres, los templarios
los sobrepujaban si podian.
«No quiere esto decir, santísimo padre, que yo no convenga en
que , en los tiempos que corren , cuando todo el mundo, principes,
prelados , eclesiásticos y seglares, envidian los grandes bienes de las
dos órdenes , y procuran apoderarse de ellos bajo diferentes pretextos,
no seria una gran ventaja el unirnos para resistir mas fácilmente á la
codicia de los usurpadores. Pero es á Vuestra Santidad a quien cor
responde pesar esta ventaja contra las razones que acabo de expo
ner. Si os parece bien, yo puedo reunir en vuestra presencia un
capítulo de priores, bailios y grandes comendadores que se en
cuentran á este lado del mar, y podreis conocer por vos mismo,
>

Santísimo padre , lo que piensan de esta union . Despues de escu


charlos , Vuestra Santidad, segun sus luces , y en la plenitud del
poder que ha recibido de Dios, decidirá lo que le parezca mas con
veniente para el bien de toda la cristiandad . »

V.

Las razones en que el Gran Maestre de los templarios se fundó


para no aprobar el proyecto de la fusion de hospitalarios y tem
plarios, debieron convencer al Papa , pues no volvió a hablar mas
del asunto , si es que él llegó á creer alguna vez en su posibilidad ;
no faltó quien pensara que solo propuso la union de ambas órde
nes, como una especie de reforma de la primera, y como un pre
texto para evadir la discusion que el rey de Francia queria provo
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 537

car á todo trance sobre los supuestos crímenes que le habian de


latado en secreto .
Cosa frecuente en casos tales es ver á los poderosos servirse de
ruines instrumentos para perder á sus adversarios, ó al menos para
buscar pretextos que oculten los verdaderos motivos de su con
ducta .
Las causas reales del ódio de Felipe el Hermoso contra los tem
plarios , eran sus riquezas que codiciaba y las simpatías que mani
festaron por el último Papa, que tan encarnizada lucha habia sos
tenido contra él .
Los crímenes que les imputaban fueron revelados á la justicia
del Rey de una manera tan sospechosa, sabiéndose sobre todo la
antipatía que él les profesaba, que la opinion pública no estuvo in
decisa un solo instante y se volvió contra Felipe tan pronto como les
puso la mano encima.
CAPITULO III .

SUM ARIO.

Absurdas acusaciones dirigidas contra los templarios. - Verdaderos moviles


que impulsaban al Rey á la persecucion . - Juicio desfavorable de la opi
nion popular á propósito de la conducta del Rey . - Probables consecuen
cias que hubiese tenido para la cristiandad la fusion de las órdenes reli
gioso-militares .

1.

Un templario apóstata de su órden y un tal Squin de Florian por


no sé qué crímenes horrendos , habian sido presos en Bezieres y
encerrados en el mismo calabozo . Cuenta la crónica que estos dos
malvados, desesperando de salvar su vida , confesáronse reciproca
el
mente sus pecados, segun usanza de aquellos tiempos, en que
sacramento de la penitencia no se administraba á los criminales
condenados al suplicio .
Segun Squin de Florian , parece que el templario apóstata no se
confesó de sus propios crímenes , sino que acusó al gran maestre
Jacobo de Molay y á todos los caballeros de la orden de pecados
tan estupendos que parecen increibles.
Hizo llamar un oficial del Rey, y le dijo, que él revelaria al rey
de Francia un secreto tan importante que podria valerle mas que
la conquista de un reino , pero que solo a S. A. lo descubriria.
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 539

Algunos historiadores atribuyen esta revelacion á un templario


prior de Montfaucon y á otro religioso de la misma órden llamado
Nosfodei, condenados por el Gran Maestre y por el Consejo de su
órden á ser emparedados á causa de sus impiedades y de haber
arrastrado una vida infame.
Mandó Felipe el Hermoso que condujeran inmediatamente á Pa
ris al delator, y no solo le ofreció el perdon de sus delitos, sino
grandes recompensas si le descubria el secreto. Entonces Squin
repitió lo que suponia haberle confesado su compañero de prision .
De su relato resultaba, segun nuestro historiador el padre Mariana,
que toda la orden de los templarios se componia de ladrones,
idolatras , sodomitas y asesinos. Que cuando un neólito era admi
tido en la orden le obligaban á renegar de Jesucristo y de la Vír
gen su madre y de todos los santos y santas del cielo . Negaban
que por Cristo habian de ser salvos y que fuese Dios . Decian que en
la cruz pagó las penas de sus pecados mediante su muerte; ensu
ciaban la cruz y la imagen de Cristo con saliva , con orines y con
los piés ; y en especial , para que fuese mayor el vituperio y afrenta ,
en aquel sagrado tiempo de la Semana Santa , cuando el pueblo cris
tiano, con tanta veneracion , celebra la pasion y muerte de Jesu
cristo ; que en la Santísima Eucaristía no está el cuerpo de Cristo ,
el cual y los demás sacramentos de la santa madre Iglesia , los ne
gaban y repudiaban ; los sacerdotes de aquella religion no profe
rian las sagradas palabras de la consagracion, cuando parecia que
decian misa, por que decian que eran cosas ficticias y sin prove
cho alguno; que el maestre general de su orden yу todos los
demás comendadores que presidian en cualquiera casa ó con
vento suyo , aunque no fuesen sacerdotes, tenian potestad de per
donar todos los pecados : que solia venir un gato á sus juntas; á
este acostumbraban arrodillarse у hacerle gran veneracion , como
cosa venida del cielo y llena de divinidad; además de esto tenian un
ídolo , unas veces de tres cabezas , otras de una sola : algunas veces
tambien con una calavera , y cubierta de una piel de un hombre
muerto ; de este reconocian las riquezas, la salud y todos los demás
bienes, y le daban gracias por ello ; tocaban unos cordones á este
ídolo , y como cosa sagrada los traian revueltos al cuerpo por de
vocion y buen agüero; desenfrenados en la torpeza del pecado ne
fando, hacian y padecian indiferentemente ; besábanse los unos á
los otros las partes mas sucias y pudendas de sus cuerpos , seguian
510 HISTORIA DE LAS PERSEGUCIONES .

sus apetitos sin diferencia , y esto con color de honestidad como


cosa concedida por derecho y conforme á razon ; juraban de pro
curar con todas sus fuerzas el aumento de su órden , sin tener res
peto á cosa honesta ó deshonesta . »

II .

La misma enormidad de tantos crímenes imputados á toda una


corporacion tan numerosa , es en nuestro concepto una prueba de
su falsedad . Hubiéranlo dicho de algunos individuos solamente y
no nos repugnaria el creerlo. ¿Mas como era posible que el secreto
de tales infamias hubiera sido guardado por lanto tiempo por miles de
personas y que todas ellas fuesen bastante corrompidas y estúpidas
para que contra su antigua fé, sus convicciones, su honor y sus
intereses, apostataran de la religion cristiana convirtiéndose en se
cretos servidores de Mahoma? La acusacion cae por sí misma de
puro absurda. Sin embargo, el Rey la tuvo por buena, púsola en
conocimiento del Papa é hizo un viaje exprofeso ó Poitiers , donde
se pusieron de acuerdo sobre tan grave asunto .
El Papa, no obstante, solo concedió que se hiciese una averigua
cion secreta para descubrir la verdad. El Rey continuó instando al
Pontifice por medio de sus embajadores para que condenara la ór
den entera, y existe una carta de Clemente V de fecha 9 de julio,
dirigida al Rey, en que le declara resueltamente, que si la corrup
cion de que se acusaba á los templarios era tan general como el
lo suponia y fuere necesario suprimir la órden , sus bienes debian
ser consagrados a la reconquista de la Tierra Santa Vy que él no su
friria se dedicase á otros usos ni la menor particula .
Bien claro se vé por esta carta hasta que punto creia el Papa que
para el Rey la extincion de los templarios era mas que un objeto
de moralidad, una tentacion de su codicia para apoderarse de sus
inmensas riquezas.

III .

Felipe que era impaciente , y á quien no acomodaban la lentitud


y miramientos del Papa, decidióse al fin á prender los templarios
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 541

y á confiscar sus bienes de su propia cuenta y riesgo . El viernes,


13 de octubre de 1307 hizo arrestar secretamente al Gran Maestre
у á todos los templarios que se hallaban en Paris y en las diferen
tes provincias de sus Estados , cuyo número no bajaba de mil qui
nientos .
Ni Jacobo de Molay ni caballero alguno opusieron la menor resisten
cia. Tan extraordinaria conducta por parte del rey de Francia, causó
profunda y general sorpresa en la cristiandad . Atribuyéronla unos
al resentimiento que este príncipe naturalmente vengativo conser
vaba contra los templarios, quienes durante sus cuestiones con
Bonifacio VIII , se habian declarado en favor del Papa . Pretendíase
tambien que le proveyeron de grandes sumas de dinero, y para
mas disgustar á Felipe , añadian , que su tesorero , que era tem
plario , habia sido bastante desleal á su amo hasta extraer el di
nero de los mismo cofres del Rey para darlo á su enemigo .
Sin remontarse hasta las cuestiones suscitadas entre el papa Bo
nifacio y Felipe el Hermoso, otros historiadores pretenden que este
príncipe , habiendo aumentado la liga de la moneda sin reducir su
valor , á fin de poder sostener la guerra contra los flamencos, ofen
dió á los templarios que sufrian pérdidas considerables con este
arreglo, por lo cual habian instigado secretamente una sedicion en
Paris, fomentándola despues con sus discursos y palabras dirigidas
contra el Rey .
La opinion popular sostenia por el contrario, que la prision de
los templarios y el embargo de sus bienes , no tenian mas funda
mento que la avaricia del Rey y de sus ministros.
El vulgo recordaba, á propósito de los templarios, el ejemplo
reciente de los judíos, tolerados en el reino hasta el año precedente,
á los cuales Felipe sin causa alguna los habia mandado prender,
y despues de despojarlos de cuanto poseian, los arrojó de su reino,
tanto á los hombres como a las mujeres y niños , medio desnudos
y hambrientos.
Recordaban tambien lo que habia pasado en Italia, en la misma
residencia de Bonifacio VIII , cuyo rico tesoro , el mas considerable
de su época, robaron los aventureros franceses é italianos que el
Rey tenia secretamente a las órdenes de Nogaret y de Colonna , al
otro lado de los montes . Suponíase que Felipe se habia apropiado
la mayor parte del tesoro .

Tomo I.
512 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

IV .

Existe una curiosa Memoria de aquel tiempo, de la cual puede


deducirse cuan interesados eran los motivos que incitaban a sus
perseguidores al exterminio de los templarios. Apenas fueron presos,
presentóse al Rey una Memoria, cuyo objeto era la formacion de
una nueva Orden real de caballería, de la cual harian gran maestre
al reyde Chipre, quien no teniendo herederos directos, nombraria
heredero de su trono y de la direccion suprema de la nueva órden
al hijo del rey de Francia , debiendo además refundirse en la nueva
órden real la de los caballeros hospitalarios y las demás existentes en
Europa. Las pretensiones de Felipe no eran muy modestas que diga
mos . Léjos de conseguir el apoyo moral para la prision de los tem
plarios suscitó contra él la animadversion de la cristiandad. Eduar
do II , rey de Inglaterra, escribió al Papa y á la mayor parte de
los soberanos de Europa, suplicándoles no diesen crédito á las ca
lumnias que se esparcian contra los caballeros templarios , de quien
toda Inglaterra reverencia la pureza de la fé, las buenas costumbres
y el zelo por la defensa de la religion .
Aunque no creamos que fuesen los templarios tan santos como
nos los pinta el bueno de Eduardo II , pues es indudable, segun
todos los testimonios contemporáneos, que esta órden habia perdido
en el segundo siglo de su existencia gran parte de su primitiva ri
gidez de costumbres, achaque de su época, y no vicio peculiar de
la institucion, no por eso eran menos infundados los cargos que los
secuaces de Felipe les dirigian. ¿ Acaso los potentados que los con
denaban por inmorales podian presentarse como modelos de sobrie
dad , templanza y demás virtudes cristianas?
Reprochaban á los templarios su ambicion; pero no en nombre
de la humanidad, sino de otras ambiciones que habiéndose tropezado
en el mismo camino se encontraron faltas de terreno en que des
envolverse, y chocaron entre sí acusándose reciprocamente. Pero
esta ambicion no procedia especialmente de las personas, sino de
la organizacion, de la institucion misma á que pertenecian. Poder
independiente, de carácter militar yy religioso, constituian una igle
sia dentro de la Iglesia , un Estado soberano cuyos miembros esta
ban esparcidos en todas las naciones de cuyos gobiernos eran
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 513

independientes. ¿Puede darse un organismo capaz de excitar en ma


yor escala la ambicion de los hombres, cuando el organismo á que
pertenecen es la encarnacion de la ambicion misma?
Las órdenes religiosas de caballería, cuya mision era local y que,
á pesar de su independencia relativa, tenian sobre sí la suprema au
toridad del Estado, como sucedia a las órdenes de caballería espa
ñolas , podian ser fácilmente absorvidas por el gobierno represen
tante de la nacion ; mas no era fácil esperar lo mismo de las órde
nes soberanas, que como la de los templarios, no eran sus miem
bros súbditos de ningun rey .

V.

Si el proyecto repetidas veces iniciado por los papas de reunir


en una todas las órdenes religiosas militares existentes en la cris
tiandad , hubiera podido realizarse, su poder hubiese sido tan grande ,
que la absorcion de todas las naciones cristianas por la iglesia de
Roma habria sido la inevitable consecuencia. Basta para confirmar
nos en esta opinion el considerar que, además de las grandes rique
zas territoriales, fortalezas y vasallos que poseian, además de la
influencia moral ejercida por ellas en el mundo cristiano , las órde
nes religiosas militares eran los únicos ejércitos permanentes de
aquellos tiempos .
Su union hubiera eficacisimamente contribuido á convertir la Eu
ropa en una federacion católico - feudal, teniendo al Papa por cabeza ,
y por jefes de los diversos estados los maestres de las órdenes. Si
la fusion hubiese llegado á verificarse, los reyes habrian que
dado desarmados ante la formidable liga de todos los elementos de
la aristocracia feudal У de la Iglesia, representados por las órdenes
religiosas militares .
El pueblo de los campos componia la mayor parte de la pobla
cion , era siervo de los señores feudales, seglares ó eclesiásticos ; la
emancipacion de los comunes empezaba apenas á iniciarse, de modo
2

que el poder real hubiera carecido de punto de apoyo para resistir


la absorcion en nombre de la independencia nacional, en una época
en que el espíritu religioso ejercia tan preponderante influencia.
Como vemos por la verídica narracion de los hechos que tene
mos a la vista, la destruccion de los templarios no pudo llevarse á
544 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cabo por el poder real , sino gracias a la circunstancia fortuita


de residir el Papa en Francia, á merced del rey Felipe el Her
moso , con lo cual usó y abusó de su autoridad , aparentando ligar
hasta cierto punto los intereses de la tiara y de la corona para la
realizacion de sus planes , envenenando además cuanto estuvo en
su mano las viejas rivalidades que la diferencia y oposicion de sus
respectivos fueros y privilegios engendrara entre obispos y templa
rios , como se probará en el curso de los sucesos que vamos á re
ferir en los capítulos siguientes.
CAPITULO IV.

SUMARIO .

Sorpresa del Papa al saber la prision de los templarios .-Su queja al rey Fe
lipe . - Respuesta de este al Papa . - Su fervor por el episcopado. - Cede el Pa
pa . - Exigencia de Felipe . - Bula de Clemente V. - Proceso de los templa
rios . - Interrogatorio á setenta y dos templarios . - Comparece Molay ante
el Papa .-Revocacion de los templarios de las confesiones arrancadas en
el tormento .- Supresion de la órden . - Escriben los templarios de Aragon
al Papa pidiendo se les permita defenderse segun la costumbre de la épo
ca.-Responde Jaime II haciéndoles prisioneros y apoderándose de sus
bienes .

1.

Sorprendióse extraordinariamente el Papa cuando supo la pri


sion del Gran Maestre y de todos los templarios. Consideró la con
ducta del inquisidor y del Obispo que intervinieron en ella como
atentatoria de su dignidad pontificia, y en el primer calor de su re
sentimiento, suspendió sus poderes á Guillermo de Paris, é interdijo
á los obispos de Francia el conocimiento de esta causa que reservó
para sí . Escribió al mismo tiempo al Rey quejándosele de la prision
de unos religiosos que solo á él estaban sometidos, y añadiéndole
que enviaba á los cardenales Berenger de Frédole y Esteban de Su
sy, pidiéndole que a estos ó á su legado el nuncio apostólico en
tregase inmediatamente las personas y los bienes de los templa
rios .
Respondióle Felipe que él no los habia mandado prender, sino á
consecuencia de una requisitoria del inquisidor oficial de la corte
546 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de Roma y diputado en su reino por el mismo Papa; que la suspen


sion de los poderes de los religiosos y de los obispos, jueces natos
en puntos de doctrina, seria muy perjudicial á la religion . Los tem
plarios, decia Felipe, no dejarian de prevalerse contra él del apoyo
que encontraban en la corle pontificia. Quejábase despues de que
el Papa procedia con mucha lentitud en secundarlo en tan justa per
secucion , representándole, en términos que tenian la apariencia de
un reproche, que Dios no detestaba nada tanto como la tibieza , y
que no castigar prontamente a los culpables, era, en cierto modo,
disculpar sus crímenes, y por último, que lejos de poner en entre
dicho á los obispos como él lo habia hecho , debia por el contra
rio excitar su celo para la extirpacion de una órden tan corrom
pida.
Este Príncipe se manifestaba en esta ocasion fervoroso partida
rio del Episcopado, y metiéndose á teólogo, discutió con el Padre
Santo, en los términos siguientes :
«Se cometerá, Santísimo Padre, una cruel injusticia con estos
»prelados , lo que Dios no permita , si se les pone el entredicho de
» un ministerio que han recibido inmediatamente de Dios y si se
»les priva de su derecho de defender la fé. Ni merecen tan injusto
» tratamiento, ni podrian sufrirlo ; y nosotros mismos no podríamos
» tolerarlo , sin violar el juramento que hicimos al ser consagrados.
» Tambien seria un gran pecado el despreciar hasta tal punto á los
»que Dios nos ha enviado . Porque el señor dice : «El que os des
»precia me desprecia » ¿Quién es , pues, Santísimo Padre, el sacri
>

» lego bastante temerario para aconsejaros el desprecio de estos pre


»lados , ó por mejor decir, de Jesucristo que los ha enviado ? »
Concluia el Rey su carta con máximas y expresiones mas duras
todavía. Segun él, el Papa estaba sujeto a las leyes de sus prede
cesores , hasta el punto , añadia, de haber sostenido algunos, que el
Papa puede encontrarse comprendido ipso facto, en el cánon de
una sentencia pronunciada sobre materia de fé .
Esta carta , publicada por Pedro Dupuy , revela bien claramente
con cuanta impaciencia soportaba el Rey el menor retardo en la
realizacion de sus designios .
La conducta que observó con el papa Bonifacio estaba bien pre
sente en la memoria de su sucesor, para que este se atreviera á decla
rarse en abierta oposicion contra un Principe tan firme y constante
para llevar a cabo sus empresas. Cedió el Papa, y por la mediacion
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELICIOSAS EN EUROPA

JACOBO DE MORLAT EU EL TORMENTO .


LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 547

de los cardenales se pusieron de acuerdo el sacerdocio y el im


perio.
Convínose en que el Rey entregaria al nuncio del Papa las per
sonas y bienes de los templarios, aunque permanecerian siempre
guardados y vigilados por los vasallos del Rey.
Para tranquilizar al Papa , se dijo que estaban guardados por la
Iglesia y en su nombre, tanto los acusados como sus bienes ; pero
la verdad es que estos estaban administrados por Guillermo Pis
done y René Bourdon , ayudas de cámara del Rey ; lo que prueba
que en el fondo, los prisioneros continuaban en las mismas manos
que el primer dia de su arresto .

II .

Felipe el Hermoso, por su parte , en cambio de satisfaccion tan


exigua, exigió del Papa que levantará la suspension hecha de los
poderes de su confesor , á fin de que este religioso pudiese continuar
asistiendo al proceso de los templarios.
«Aunque esto sea contra mi autoridad, prometo al Rey, puesto que
él lo quiere. dijo Clemente en una de sus bulas, que el Inquisidor
podrá proceder con los Ordinarios, pero á condicion que cada Obis
po no pueda examinar mas que á los templarios que pertenezcan á
su diócesis. Que los templarios serán juzgados por los metropolita
nos y en un concilio de cada provincia, y que ningun prelado podrá
conocer mas que delproceso referente á su respectiva jurisdiccion , re
servándose el Santo Paulre el exámen yY juicio de lo concerniente á
la persona del Gran Maestre y á los principales oficiales de la 0 ;
den . »
Una vez de acuerdo el Papa y el Rey , empezaron á trabajar en
la instruccion del proceso .
¡Qué proceso! Apenas bastahan las prisiones para contener tan
gran número de caballeros: para obligarles á confesar, aplicáronles
los tormentos mas atroces ; por todas partes no sc oian mas que gri
los y lamentos de los infelices á quienes descoyuntaban en el po
tro, ó cuyos pies metian en braceros encendidos. Para librarse de
tan crueles tormentos, muchos declararon todo cuanto quisieron sus
enemigos; pero la mayor parte de los templarios negaron en medio
de tan horribles sufrimientos los crímenes que les imputaban.
518 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Es tal la oscuridad que sobre este famoso proceso nos deja la


Historia , son lan opuestas entre sí las descripciones y noticias
dadas por los autores que de él se han ocupado, que difícilmente
puede encontrarse la verdad y esclarecerse los hechos referentes al
proceso .
Los autores contemporáneos, defensores de la política de Felipe el
Hermoso, deben sernos demasiado sospechosos para que no veamos
un poco la calumnia mezclada en su relato.

III .

El Papa interrogó por sí mismo á mas de setenta y dos templa


rios de los que se habian reconocido culpables en el tormento . Or
denó en seguida Su Santidad que llevaran a su presencia al gran
maestre, á los grandes priores y á los principales comendadores de
Francia y de Ultramar , de Normandía, de Aquitania y de Poytou.
« Teniendo en cuenta, dice en una de sus bulas, que muchos ca
» balleros han quedado enſermos en Chinon y en Turena , y que ni
»á caballo ni de ninguna otra manera pueden ser conducidos á
» Poitiers, hemos delegado la mision de que les tomen declaracion
» en los cardenales Berenger, Esteban У Landolfo . )
Bien claro se vé , aunque Su Santidad no lo dice , que los caba
leros que no habian podido ser conducidos á Poitiers á caballo ni
de ninguna otra manera , eran los que salieron peor librados del
tormento .
Al fin el gran maestre Jacobo de Molay y muchos de sus caba
lleros fueron conducidos á Poitiers .
Molay compareció ante el Papa, acusado de crímenes atroces,
cargado de cadenas, martirizado ; sin embargo, dice un historiador,
.

el Papa rodeado de sus cardenales y sentado en su silla apostólica,


no podia sostener la mirada á la par tranquila y acusadora del tem .
plario . No obstante, hay otros historiadores que aseguran haber Mo
jay confesado en presencia del Papa la mayor parte de los crímenes
de que le acusaban : otros que suponen los habia ya confesado en
Paris, y hasta que escribió una carta circular á todos sus religiosos
exhortándolos áa que lo imitasen en la confesion y en la penitencia.
La conducta posterior del Gran Maestre, hasta el último momen
to de su vida, son buena prueba de la falsedad de los que tales
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 579

confesiones le imputan. Secuaces de Felipe el Hermoso, interesados


en el exterminio de la órden, y pudiendo calumniar á mansalva á sus
víctimas, ¿cómo es posible que dejasen de hacerlo ? La opinion pú
blica se habia manifestado desde un principio tan favorable a los
templarios, que sus perseguidores se veian forzados á recurrir á la
calumnia para extraviarla y cohonestar su conducta.
Los comisarios apostólicos volvieron de Chinon y de Turena, lle
vando al Papa el proceso verbal de su declaracion .
Por su parte Felipe el Hermoso, aprovechando la primera im
presion producida por la supuesta confesion de muchos templa
rios, corrió á Poitiers, para obtener la completa extincion de la
órden .

IV .

Convino el Papa con las pretensiones de Felipe, á cuya merced


estaba, y continuaron la obra fundando sus medidas principal
mente en las conſesiones de los acusados; cuando supieron con la
sorpresa que podemos suponer, que los caballeros las habian re
vocado , sosteniendo que solo se las arrancaron á fuerza de tor
7

mentos , y que rehusaban altamente la amnistía que los oficiales


del Rey les habian ofrecido en nombre de Su Alteza , considerán
dola como el precio de su infidelidad y de la vergonzosa recom
pensa de su prevaricacion , tan perjudicial á su honor como á su
conciencia .
¿Qué mayor prueba puede buscar una persona imparcial de la
inocencia de los templarios, que esta retractacion de las palabras
que les arrancaban el doble estimulante de una horrible muerte en
medio de tormentos espantosos, si no las decian , y la vida У la li
bertad en el caso contrario ? ¿ Cuántos hombres hay capaces de
tanta abnegacion ? Y téngase en cuenta que los templarios no acce
dieron a las instancias de sus contrarios en la última extremidad ,
cuando el mismo Papa confiesa , que no estaban ya en estado de
poder ser conducido á Poitiers .
No teniendo ya amparo sobre la tierra y sabiendo que su retrac
tacion debia acarrearles nuevos tormentos y áá continuacion la muer
te , los templarios prefirieron arrostrarlos á vivir con la mancha de
los crímenes de que se habian declarado reos, y con el remordi
Tomo I. 72
550 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

miento de haber dicho una falsedad . Tal conducta no puede es


perarse mas que de personas de honor .
Teniendo en cuenta el efecto que las declaraciones de algunos
templarios que se declaraban reos, y la impulada al Gran Maes
>

tre , debian haber producido en la cristiandad, apresuróse el Papa


á instar a los principes cristianos para que suprimieran la órden
de los templarios. Y como en todas partes eran poderosos y ricos ,
y por lo tanto temidos y envidiados , los reyes se apresuraron á
sacar partido de tan favorable coyuntura .
Los soberanos de Inglaterra, de Castilla, de Aragon, de Sicilia ,
el conde de Provenza y la mayor parte de los principes de Europa
prendieron á mas de catorce mil templarios que se encontraban en
sus estados respectivos; pusieron guarniciones en sus fortalezas; se
apoderaron de sus bienes, y con la mayor actividad llevaron ade
lante sus procesos: es decir, que los atormentaban sin piedad para
obligarles á confesar los crímenes que les imputaban, pues de esta
confesion debia resultar para ellos la legitimidad de la usurpacion
de sus inmensas riquezas.
La declaracion de su inocencia dada por los concilios de obis
pos en Castilla y en Alemania no bastaron á librarles de tantas
calamidades. Los reyes pasaron por encima de las declaraciones de
los concilios .

V.

En Aragon , sin embargo, rehusaron los templarios someterse á


tales tratamientos; refugiáronse en las fortalezas levanladas á sus
propias espensas para defender el país contra la invasion de los mo
ros, y escribieron al Papa para justificarse.
Dijéronle que era pura su ſé , y que nadie habia sospechado nun
ca de sus sentimientos cristianos, cuya confesion habian muchas ve
ces sellado con su propia sangre. Que al mismo tiempo que se les
perseguia lan cruelmente por suponerlos sectarios de Mahoma y
sus secrelos agentes, gran número de templarios gemian cautivos
en las mazmorras de los moros, sufriendo resignados los peores
tratamientos, cuando los moros les ofrecian la libertad si querian
adoptar su religion .
De este modo, decian los iemplarios aragoneses al Papa, resultaba
LOS I1OSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 551
que mientras los moros los martirizaban por ser cristianos, la Iglesia
los quemaba vivos, acusándolos de ser en secreto mahomelanos .
« Si algunos de su órden , añadian, se hubiesen declarado cul
pables de tan grandes crímenes, sea que realmente los hubiesen
cometido, ó por librarse del tormento, justo era que los castigasen
como culpables ó como cobardes, capaces de hacer traicion á su
conciencia, al honor de su religion y á la verdad ; pero que una ór
den tan respetable, que habia prestado durante dos siglos lan gran
des servicios á la Iglesia, no debia pagar los crímenes, la debilidad
ó la prevaricacion de algunos individuos, que la verdadera causa
de la persecucion que sufrian iniciada por el rey de Francia era el
proyecto de apoderarse de sus inmensas riquezas, y concluian pi
diendo al Papa que les prometiese defender su inocencia , soste
niéndola con las armas en la mano segun el uso de su época, en
campo abierto ó reservado, como correspondia hacerlo á caballeros,
contra los malvados y calumniadores.
La historia no nos ha conservado la respuesta del Papa á esla
hidalga misiva de los templarios de Aragon . Lo mas probable es ,
que no encontrando que responder , se contento , como se dice yul
garmente, con darles la callada por respuesta .
Lo que si nos ha conservado la historia, es , que Jaime II que á
la sazon reinaba en Aragon, los sitió en sus castillos que tomó á
viva fuerza , se apoderó de sus bienes , y mandó los templarios pri
sioneros á las cárceles de Valencia, poniéndolos á disposicion del
arzobispo, quien les formó causa por orden del Papa .
CAPITULO V.

SUMARIO.

Absurda jurisprudencia que se adoptó para juzgar á los templarios . - Jacobo


de Molay ante el tribunal. - Su indignacion y respuestas. - Representa á
los comisarios, el procurador general de la orden hermano Pedro de Bolo
na .-Desestiman su demanda .-- Suplicio á fuego lento de cincuenta y nueve
iemplarios que mueren quemados desoyendo las súplicas de sus parientes
y amigós . - El concilio de Viena primera sesion . - Lectura de los procesos.
-Pregunta el Papa al concilio su opinion sobre la extincion de los templa
rios . - Supuesta negativa del concilio . - Segunda sesion . - Sentencia del
papa Clemente V extingiendo definitivamente la orden del templo.
i
I.

Era de presumir que los tribunales eclesiásticos que juzga


ban en Francia á los templarios tomarian en cuenta en favor de los
acusados su retractacion de las primeras confesiones arrancadas en
el tormento : pero fué precisamente todo lo contrario . Despues de
deliberar largo tiempo los jueces , adoptaron la mas singular de las
jurisprudencias. En la revindicacion de su inocencia que los tem
plarios sostenian , declarando que su primera confesion les habia si
1

do arrancada por los dolores mas atroces, los jueces encontraron


motivo suficiente para reconocer su crímen declarándolos relapsos
que habian renunciado á Jesucristo .
Una vez tomada tan absurda resolucion , los comisarios del Papa
hicieron desde luego comparecer á su presencia al gran maestre Ja
cobo de Molay.
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 553

- « Teneis algo que decir en defensa de los acusados ,»» le pre


guntaron .
-« Yo tomaria de buena gana su defensa , respondió : para de
.

mostrar a la faz del Universo la inocencia de nuestra órden : pero yo


no soy letrado , y pido que se me permita aconsejarme con uno que
lo sea , aunque para proveer á los gastos de un proceso tan gran
de, añadió con amarga ironía, no me han dejado ni siquiera cua
tro dineros . »
Como la mayor parte de los nobles de su época , Jacobo de Mo
lay no sabia leer ni escribir.
-«En materias de heregia , le respondieron ; no se concede á los
acusados abogados defensores. Reflexionadlo bien antes de acome=
ter la empresa de defender a los culpables . Recordad la confesion
que vos mismo habeis hecho en Chinon de vuestros propios críme
nes y de los de vuestra órden ...
— » ¿De que confesion hablais? preguntó Molay admirado.
-
-»De cual ha de ser , sino de la que vos hicisteis en Chinon ante
los tres comisarios de su Santidad.
- -» Leedla pues , respondió el gran maestre . »
Leyéronla y cuando concluyeron, Jacobo de Molay, hizo el signo
de la cruz y exclamo:
- » Silos tres comisarios , ante quienes comparecí en Chinon y que
firmaron mi interrogatorio , fueron de otra calidad , yo se bien lo
que deberia decir. )»
Y como los comisarios le instasen á que se esplicase sin mas ro
deos , añadió , no pudiendo dominar su resentimiento :
2

- »Digo que merecen el mismo suplicio con que los sarracenos y


los tártaros castigan á los embusteros y á los falsarios.
--» ¿ Cuales son esos suplicios? preguntaron los comisarios indig
-

pados.
--- » Les abren el vientre y les cortan la cabeza , les respondió
Molay . »

II .

Segun varios historiadores antes de su interrogatorio de Chinon


se habia Molay declarado culpable dos veces de los crímenes que
le imputaban , con la esperanza segun ellos , de la impunidad
>
554 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que le habian ofrecido en nombre del Papa y el Rey; pero la im


parcialidad de tales autores nos es muy sospechosa. Uno de ellos es
plica el suceso de esta manera , acaso para poner áá cubierto la res
ponsabilidad de los tres comisarios que firmaron en Chinon el in
terrogatorio:
» Probablemente el escribano de la curia que redactó la declaracion
dada por Jacobo de Molay en Chinon, para aumentar sus cargos y
hacerlo aparecer mas criminal, añadió circunstancias agravantes, y
puede ser tambien que aumentara su confesion agregándole todos
los crímenes, generalmente imputados á su orden , guardándose
bien de leérselos para ocultar la superchería .» >

Negóse el Gran Maestre á esplicarse mas abiertamente sobre su


confesion, contentándose con decir, que puesto que el Papa se ha
bia reservado el conocimiento de lo que le concernia, lo remitiesen á
él ; yУ concluyó diciendo:
— - « Tres cosas solamente tengo que representar anle vosotros en
defensa de mi orden. Primera, que esceptuando las iglesias cale
drales no hay ninguna otra en toda la cristiandad donde se celebre
el servicio divino con mayor devocion ; donde se encuentren mas
reliquias ni mas ricos ornamentos que en las de los templarios.
Segundo, que en todas sus casas se hace una limosna general tres
veces por semana. Tercera, que no hay órden militar ni nacion
alguna cuyos caballeros hayan expuesto mas generosamente sus
vidas en defensa de la religion cristiana que lo han hecho hasta
ahora los templarios.
— « Todo está muy bien, le respondieron; pero es inútil sin
la fé .
—-« Los templarios, replicó Molay; creen firmemente en todo
lo que cree la Iglesia católica . ¿ Acaso no es por sostener tan santas
creencias , por lo que tan gran número de estos religiosos caba
lleros han vertido su sangre, combatiendo contra los sarracenos, los
turcos y los moros en las tres partes del mundo?

El hermano Pedro de Boloña, procurador general de la orden,


representó por su parte á los comisarios. diciendo; « Que para ha
cer confesar á sus hermanos los crímenes que les imputaban, ha
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 555

bian empleado simultáneamente los tormentos y las ofertas de im


punidad, diciéndoles que su órden estaba ya tácitamente proscrita;
que el Papa debia abolirla de una manera solemne en el próximo
concilio ; que á muchos acusados de los que soportaron valerosa
mente el tormento , para inducirles á confesar sus supuestos críme
nes, les habian mostrado cartas patentes del rey con su firma y se
llo ; en las que les ofrecia , si declaraban sus crímenes y los de la
órden en general, el perdon , la libertad y una pension vitalicia:
poniendo de nuevo en el tormento hasta dejarlos medio muertos á
los que habian resistido la tentacion de tan seductoras promesas.
Que era mucho menos sorprendente ver á hombres debiles que
para librarse de los suplicios, confesaban, lo que sus atormentado
res querian, que ver un número tan grande de templarios sufrir
los dolores mas espantosos antes que faltar á la verdad. Que mu
chos de estos caballeros habian muerto en el fondo de los calabozos
á consecuencia de los sufrimientos producidos por e descoyunta
miento de los huesos y otras atrocidades de que habian sido vícti
mas. Y que el pedia que se interrogase á sus verdugos y carcele
ros, para averiguar cuales eran sus sentimientos a la hora de la
muerte, y si no era cierto que en los últimos instantes, cuando los
hombres no tienen nada que
( esperar ni que temer, que ellos persis
tieron hasta el último suspiro cu sostener su inocencia yy la de la
orden en general.
« Suplicaba despues á los comisarios que hiciesen venir á su pre
sencia á un templario llamado hermano Adam Valincourt, á quien
el deseo de oblener una perfeccion mayor le habia hecho abando
nar á los templarios para entrar en los cartujos; pero que no ha
biendo podido soportar la austera severidad de esta orden habia so
licitado volver a entrar en la primitiva. Añadia que los superiores
y los hermanos de este religioso haban considerado su cambio de
orden como una apostasia, yV antes de volverlo á recibir, le obliga
ron á presentarse en camisa en la puerta del templo. Que despues
de haber tomado otra vez el hábito le obligaron a comer en el sue
lo durante un año entero y á recibir la disciplina todos los domin
gos de mano del padre que oficiaba.
«El procurador preguntaba si era posible, que este templario se
hubiese sometido á semejante correccion y á una penitencia tan
larga y lan austera, si hubiera visto en la orden las abominaciones
de que la acusaban .
556 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

«Seguro de la justicia de su causa , el procurador de los templa


rios , concluia pidiendo, que se le oyera en pleno concilio , en union
con sus superiores y con los discípulos de toda la órden , á fin de
que su inocencia fuese conocida por la Europa entera.

IV .

La peticion del procurador general fué desoida , y sin mas dila


cion se procedió a juzgar los acusados.
Los que confesaron los crímenes que Felipe el Hermoso impu
tara á la órden , declarándose culpables , fueron absueltos, ó con
2

denados cuando mas á penitencias canónicas y puestos despues en


libertad. A los que por el contrario revocaron sus primeras confe
siones, protestando de su inocencia , los trataron con el mayor rigor
imaginable .
Cincuenta y nueve fueron degradados como relapsos por el
obispo de Paris y entregados al brazo secular.
Condujeronlos fuera de la puerta de San Antonio y fueron que
mados á fuego lento.
Y lo mas sorprendente, lo que convertia aquel espectáculo hor
rible en una sublime hecatombe capaz de borrar las manchas que
hubiesen podido oscurecer la gloria de los templarios, fué la paté
tica escena que apenas encontramos palabras con que describir.
Los parientes y amigos de aquella legion de mártires de su fé,
obtuvieron del Rey el perdon de todos los que se retractaran de sus
protestas de inocencia durante la importante ceremonia de desnu
darlos, amarrarlos a las estacas, y encender bajo sus piés los ha
ces de leña amontonados; padres, madres, hermanos y amigos
suplicábanles llorando y con la espresion de los mas tiernos afec
tos que salvasen sus vidas, reconociendo su error. ¡ Una palabra
bastaba, y ni uno solo la pronunció ! No solo resistieron los agudos
dolores de una muerte semejante sino las caricias, los halagos del
mundo, los encantos de la vida con que las mas tiernas afecciones
les brindaban en aquellos instantes supremos. Todos murieron in
vocando el santo nombre de Dios dejando en cuantos los contem
plaron la profunda conviccion de su inocencia.
Mas de mil templarios perecieron en Francia de la misma mane
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 557

ra . Ni halagos , ni tormentos , ni los horrores del suplicio pudieron


arrancarles la confesion de los crímenes que se les imputaban.
« Cosa sorprendente , exclama el obispo de Lodevre, historia
dor contemporáneo ; estos desgraciados, entregados á los mas crue
les suplicios, no fundaron la persistencia de su retractacion en otra
causa que en la vergüenza y en los remordimientos de haber
confesado en el tormento crímenes que no habian cometido . »

V.

Fácilmente comprenderá el lector hasta que punto contrariaria


los deseos del Rey la firmeza con que la mayor parte de los tem
plarios preferian morir á servir de instrumento á sus miras.
Rodeado de un poderoso ejército y acompañado de su hijo mayor
el rey de Navarra , de Carlos de Valois , de Luis conde de Evreux
У de una brillantísima corte fué á Viena , en el Delfinado, donde
asistió a la apertura del concilio el 16 de octubre de 1311. Com
poníase aquella imponente asamblea de mas de trescientos prelados
y de gran número de doctores, priores y. abades, procedentes de
todas las naciones del mundo católico .
Propuso el Papa las tres causas que lo habian inducido á la
convocacion del concilio , entre las cuales, la de los templarios fi
guraba la primera.
Leyéronse los procesos formados á los caballeros del Templo en
diferentes paises ; y el Papa preguntó á cada padre por su turno ,
si no encontraba conveniente la supresion de una órden en que
tan grandes abusos y enormes crímenes se habian descubierto .
Un prelado italiano dirigióse al Papa , exhortándole a abolir in
mediatamente y sin otra formalidad una órden , contra la cual ha
bian declarado ya mas de dos mil testigos en diferentes paises cris
tianos . Pero los arzobispos y obispos del concilio y los mas céle
bres doctores allí presentes, se opusieron, representando unáni
memente al Papa, que antes de suprimir una órden tan ilustre
que tan grandes servicios prestara á la cristiandad desde su funda
cion , ellos creian que debia oirse la defensa del Gran Maestre y de
los principales de la órden, conforme a justicia, y á lo que ellos
mismos habian tan repetidas veces demandado.
Tomo 1 . 73
558 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Los prelados de España, de Alemania , de Dinamarca, de Ingla


terra, de Escocia y de Irlanda, y la mayor parte de los de Francia,
estuvieron de acuerdo sobre este asunto . Solo el obispo italiano
que habia pedido la supresion inmediata de la órden y los arzo
bispos de Reims , de Sens y Ruan fueron de distinta opinion . De
suerte , que en un concilio compuesto de mas de trescientos prela
dos , solo hubo cuatro que se atrevieran á oponerse á lo que re
clamaban las mas sencillas leyes de la equidad natural á pesar de
la influencia de Felipe el Hermoso y Clemente V.

VI .

La audiencia que pedian en favor de los acusados, embarazaba


grandemente al Rey que preveia cuan funestos resultados podria
tener para la realizacion de sus planes. Por grande que fuese la
autoridad de que estaba revestido , comprendia muy bien que le se
ria difícil negarse á escucharlos sobre las diferentes causas de su
retractacion y rehusarles la confrontacion con sus acusadores y tes
tigos , procedimientos, que ocuparian mucho tiempo , comprome
tiendo además el resultado de proceso tan extraordinario.
Viendo pues las disposiciones hostiles del concilio , dieron largas
al asunto, empleando el tiempo entre tanto en procurar atraerse las
voluntades de los mas influyentes.
Cuenta Alberic de Rosate , célebre jurisconsulto, que cuando los
padres del concilio sostenian la imposibilidad de condenar á los
acusados sin haberlos oido, exclamó el Papa: —«Si por falta de al
gunas formalidades legales no se puede condenar judicialmente á
los templarios, la plenitud del poder pontifical suplirá la falta , »
prefiriendo condenarlos por medio de un expediente, que disgustar
á su muy amado hijo el rey de Francia.
Despues de haberse asegurado de la modificacion que se habia
efectuado en algunas opiniones sobre la materia, abrióse solem
nemente la segunda sesion del concilio el veinte y dos de mayo
de 1312. Apenas abierta se leyó la sentencia del Papa por la cual
extinguia definitivamente la Orden de los caballeros templa
rios .
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 559

• « Y aunque no hayamos podido, dice su Santidad en un párrafo


de su sentencia, pronunciar segun las fórmulas del derecho, los con
denamos por provision y por autoridad Apostólica, reservando á
Nos y la Santa Iglesia Romana, el disponer de las personas y de
>

los bienes de los templarios . )


CAPITULO VI.

SUMARIO .

Proceso de Jacobo de Molay y de tres grandes priores .-Léenles la sentencia


en público . - Jacobo de Molay habla al pueblo .- Su suplicio . - Sus últimas
palabras emplazando á Felipe y al Papa.- Mucren estos en la época fijada
por Molay . - Dispone el concilio de los bienes de los templarios en favor
de los caballeros de Rodas . - Acusaciones hechas á los templarios.- Opi
nion de Mariana sobre este asunto . - Perpetúase la orden de los templa
rios convertida en sociedad secreta.

1.

Cuatro templarios solamente quedaban en Francia por juzgar; el


gran maestre Jacobo de Molay, cuya dignidad equivalia á la de
príncipe real ; Guy, hermano del príncipe soberano del Delfinado;
Hugo de Peralde , gran prior y visitador del priorato de Francia y
el gran prior de Aquitania.
En 1313 despues de la disolucion del concilio , tuvo lugar el
trágico fin de los templarios. Habíase reservado el Papa el conoci
miento de su causa ; pero no queriendo condenarlos por sí mismo,
despues de haberles ofrecido una completa impunidad, delegó su po
der en dos cardenales , en el obispo de Sens y en algunos otros
prelados de la Iglesia Galicana . Reunidos en Paris los comisarios
hicieron que el preboste de la ciudad condujese á su presencia á los
acusados. Leyéronles la sentencia del Papa, diciéndoles después,
que si persistian en su primera declaracion en que confesaron sus
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS , 561

crímenes , serian condenados á prision perpétua , y quemados vivos


si confirmaban su retractacion posterior .
Por lo que se vé los comisarios continuaron el proceso siguiendo
los mismos trámites con que habia empezado. Ni los carearon con
los testigos ni ampliaron las declaraciones .
Esta escena pasaba en público, porque esperando que se retrac
tarian , querian por este medio convencer al pueblo de Paris de
la justicia con que tantos otros templarios babian sido quemados
vivos .
Por dar al acto mayor solemnidad , habíase construido un cadalso
ante las gradas de la catedral , donde cargados de cadenas y rodea
dos de soldados aparecieron los presos; y para decidirlos por el ter
ror encendieron una hoguera ante el tablado como si fuesen á que
marlos inmediatamente si no accedian á los deseos de sus jueces .
Uno de los legados pontificios subió al pulpito y abrió esta
triste ceremonia, exponiendo en un largo discurso todas las im
piedades y abominaciones de que se acusaba á los templarios Уy de
las cuales muchos de ellos se habian reconocido culpables. Y para
no dejar duda alguna á la asamblea, intimó al Gran Maestre y á sus
compañeros que renovaran ante el pueblo la confesion de sus erro
res y de sus crímenes .
Los grandes priores de Francia y de Aquitania espantados sin
duda al ver la hoguera que creian debia inmediatamente consumirlos
si persistian en su retractacion, confirmaron la confesion que hicieron
en el tormento .

II .

Cuando llegó su turno de hablar al Gran Maestre, arrastrando sus


pesadas cadenas, adelantóse al borde del tablado y con tranquilo
continente y con voz firme y segura que impusieron respeto a todo
el mundo, exclamó , dirigiéndose al pueblo :
«Justo es que en un dia tan terrible, que es de los últimos de mi
vida, descubra toda la iniquidad de la mentira y haga salir triun
fante la verdad . Declaro, pues , á la faz del cielo y de la tierra, y
confieso para mi eterna vergüenza, que he cometido el mas grande
de todos los crímenes . Este crímen ha consistido en reconocer co
mo verdaderos los que se imputaban á una órden , que la verdad
. 562 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
me obliga hoy á reconocer como inocente , santa y católica. Yo no
he aceptado la declaracion que exigian de mí mas que para librar
me de los horribles dolores del tormento y ablandar á los que me
los hacian sufrir. Sé bien los suplicios en que han perecido cuantos
tuvieron valor para desdecirse de una confesion por tales medios
arrancada; pero el espantoso espectáculo de la hoguera que me
presentan no será capaz de hacerme confirmar la primera con una
segunda mentira. Prefiero renunciar a la vida que conservarla acep
tando condicion tan infame. ¿ De qué me serviria prolongar los
amargos dias de una existencia que ya me es odiosa , si tuviera
que agradecerlos á la calumnia ? » ..
Mas hubiera dicho sin duda pero como el pueblo aplaudia su dis
curso, obligáronle á callar por fuerza .
El hermano del príncipe Delfin, habló despues poco mas o menos
en los mismos términos que el Gran Maestre.
Dando por concluida su mision los legados del Papa, entregaron
al Rey los prisioneros para que los hiciese quemar vivos; y Felipe
que deseaba desembarazarse de ellos lo mas pronto posible , mandó
que fuesen inmediatamente ejecutados á fuego lento.

III .

Tuvo lugar el cruento sacrificio en la islita existente en el Sena


entre el jardin del Rey y el convento de los agustinos.
Condujeron á los reos con grande aparato militar en medio de
un inmenso concurso al sitio del suplicio .
Jacobo de Molay aunque cargado de cadenas, macerado y ani
quilado por tantos padecimientos físicos y morales, fué por su pié
con ademan tranquilo y la frente alta . Y en medio de los dolores del
suplicio , mostró la misma fuerza y energía que el dia anterior en la
catedral .
A las asíduas instancias para que retirara su retractacion re
petia siempre las mismas protestas de su inocencia y de la de su
órden ; añadiendo :
-«Si merezco la muerte, es por haber mentido en el tor
mento . »
Cuando despojado de los vestidos de su órden amarrado fuerte
mente á la estaca se vió rodeado de llamas que devoraban sus miem-,
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 563

bros y de humo que lo ahogaba, Jacobo de Molay gritó en alta voz :


-« ;Clemente, yo te emplazo para que comparezcas dentro de
cuarenta dias ante el tribunal del Soberano Juez! ¡ Y tú Felipe , pre
párate tambien para comparecer ante Él dentro de un año ! » ....
Tales fueron las últimas palabras de aquel hombre valeroso,
víctima de la ambicion y de la avaricia del rey de Francia.
Lo verdaderamente estraordinario del caso es que precisamente
al cumplirse las épocas del emplazamiento, murieron el Papa y el
Rey .
Teniendo en cuenta el supersticioso fanatismo de aquella época,
bastó la muerte de Clemente V en el plazo prefijado por Molay ,
para que creyendo Felipe que las palabras del templario eran una
sentencia dictada por la Providencia misma, se conturbase su espí
ritu y se alterase su salud hasta el punto de sucumbir arrastrado
por la creencia en la fatalidad de su muerte. De todos modos la im
presion producida en su alma por la muerte del Papa no podia me
nos de acrecentar sus remordimientos acibarando los últimos dias
de su vida.
Lloró el pueblo el trágico fin del Gran Maestre y de su compa
ñero ; arraigándose en la conciencia de todos la conviccion de su
inocencia por el espectáculo de su muerte. Muchos religiosos y
otras personas devotas recogieron sus cenizas conservándolas como
preciosas reliquias.
Los dos malvados, viles instrumentos cuyas declaraciones sirvie
ron de pretexto al rey de Francia para comenzar los inquisitoriales
procedimientos contra los templarios, recibieron el castigo de su
infamia ; Squin, acusado de nuevos crímenes fué ahorcado y sus
enemigos asesinaron al templario apóstala .....

IV .

El concilio debia decidir acerca el empleo que se daria á los bie


nes de los templarios.
El Papa , representó al concilio , que estando consagrados
á la defensa de los Santos Lugares y de los peregrinos que los vi
sitaban , no podia hacerse de ellos mejor uso que darlos á los ca
balleros de Rodas , que así se llamaban entonces los primitivos
hospitalarios, á tan santas tareas dedicados y que acababan justa
564 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mente de dar nuevas pruebas de su celo y de su valor conquistan


do la Isla de Rodas .
El rey de Francia por medio de sus agentes sostenia la conve
niencia de la creacion de una nueva orden áa la que debería reunir
se la de los hospitalarios. Mas el Papa, á quien la fundacion de una
nueva órden real de caballería , que absorviese las órdenes religio
so -militares existentes no podia convenir porque menguaria su po
der, privándole de la direccion de las fuerzas organizadas y mili
tantes de la Iglesia, se opuso enérgicamente. En cambio ofreció re
formar la orden de los hospitalarios al concederles los bienes de la
recientemente estinguida.
La mayor parte de los padres del Concilio aceptaron las prome
sas del Pontífice , y Felipe el Hermoso no tuvo mas remedio que
transigir .
Adjudicáronse á los caballeros de Rodas todos los bienes de los
templarios á escepcion de los que habian en España, los cuales de
bian aplicarse a la defensa de este país contra los moros que ocu
paban todavía el reino de Granada.
De esta manera el Rey que tanto habia trabajado en destruir los
templarios, para apoderarse de susbienes y acrecentar su poder, vió
frustrados sus deseos, encontrándose con que solo sirvió con su
conducta los intereses del Papa, de quien quiso hacer un instru
mento de sus planes, aunque los hospitalarios tuvieron que pa
garle sumas considerables para que les devolviese sus posesiones
confiscadas .
La disminucion del entusiasmo de los cristianos que ya no pensa
ban en la conquista de la Tierra Santa, el gradual acrecentamiento
del poder real en las grandes naciones de Europa y la posterior ſla
queza del imperio turco, hicieron desaparecer las causas principa
les de la existencia de las órdenes religioso -militares, las que se
extinguieron lenta y gradualmente en la conciencia pública y en
su poder, hasta no dejar de ellas mas que nombres y títulos , cuyo
significado es un oscuro enigma para el mayor número У la satis
faccion de una vanidad pueril para los que se adornan con sus
títulos y distinciones.
Tal hubiera sido la suerte que cupiera á los templarios, sin la
violenta destruccion operada por los mismos poderes á quienes sir
vie ron .
LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS . 565

V.

Extraordinario , romancesco es el drama cuyos principales acon


tecimientos hemos rápidamente trazado. Difícilmente pueden encon
trarse asesinatos jurídicos, cuyos pretextos fuesen mas fútiles , las
acusaciones mas increibles y absurdas. A pesar de la oscuridad de
los tiempos en que tuvo lugar y de la parcialidad de los historiado
res, de los documentos oficiales conservados por la bistoria puede
deducirse que la catástrofe de los templarios fué obra de una intri
ga inicua .
Aunque vagamente, los acusaron de haber vendido San Juan de
Acre á uno de los sucesores de Saladino, cuando todos los escrito
res contemporáneos afirman que trescientos templarios murieron
defendiendo la plaza, que su gran maestre Beaujeu murió en la
brecha y que solo escaparon con vida diez caballeros, que arroján
dose en una barca, pudieron refugiarse en la isla de Chipre . Estos
hechos destruyen tan vaga acusacion.
Que se habian en secreto convertido en mabometanos, es una
acusacion tan ridícula, que nos contentamos con recordar al lector
lo que sobre esto decian en su carta dirigida al Papa los templarios
aragoneses .
Los acusaron tambien de haber faltado al voto de castidad . Pero
si á todos los que habiendo hecho tal volo y no lo cumplieron , en
tiempo de los templarios y en otros, hubieran debido quemarlos, no
hubiera sido cosa fácil para Felipe el Hermoso encontrar bastantes
jueces que los condenaran.
Lo mismo puede decirse respecto a la acusacion sobre la osten
tacion y el lujo.

VI .

Es tan curiosa la opinion que sobre la extincion de los templa


rios y sus suplicios dá nuestro historiador Mariana, que no pode
mos menos de concluir con ella este verídico concienzudo relato es
tractado de los autores católicos mas respetables.
« Necesario es que conſesemos que las riquezas con que se en
Tomo I. 74
566 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

grandecieron sobre manera fueron causas de su perdicion. Sea por


haberse con tanta sobra de deleites amortiguado en ellos aquella
nobleza de virtudes y valor con que dieron cabo á tan esclarecidas
hazañas , así en el mar como en la tierra, sca que el pueblo ardie
2

se de envidia al ver su pujanza, y que los principes por esta via


quisiesen gozar de aquellas riquezas...
».Verdad es que el naufragio y desastre de estos caballeros dió á
todos aviso para huir semejantes delitos, mayormente á los cele
siásticos , cuyas fuerzas mas consisten en una austera y loable opi
>

nion de bondad que en otra cosa alguna .»


De modo , que para el bueno del padre Mariana la justicia ó in
justicia con que fueron condenados los templarios escosa secundaria
y de poco momento; y sobre todo, inicua ó no , su destruccion fué
útil en cuanto pudo apartar á otros de los torpes delitos imputados
á los templarios .
Si los autores que afirman el emplazamiento que hizo Jaco bo de
Molay á Felipe el Hermoso y al papa Clemente V hubiesen estado
en lo cierto, siguiendo la lógica de historiador español, podrian de
cir á su turno:
«Fuesen justas ó injustas las persecuciones de los templarios
llevadas á cabo por el Papa y el Rey , su emplazamiento y muer
te en las épocas predichas por el Gran Maestre debieron dar á los
príncipes aviso para huir de condenar á los criminales en lo lu
turo . »

VI .

Cuando vió Jacobo de Molay que el rey de Francia y el Papa se


proponian la extincion de los templarios, trató de perpeluar la ór
den como sociedad sccrela , esperando tiempos mejores, y dió el en
cargo de reemplazarlo en elc puesto de gran maestre con las ins
trucciones necesarias á Juan Marcos Larmenio, el cual, de acuerdo
con otros caballeros que escaparon á la malanza ,convinieron en di
ferentes signos de palabra y obra para conocerse reciprocamente y
recibir nuevos miembros en la órden en secreto , por grados de no
viciado, primera profesion , sin conocimiento de todos los objelos
>

que se proponia la sociedad relativos á su conservacion , restaura


LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEVPLARIOS . 567

cion de su antiguo esplendor, y venganza de la muerte del Gran


Maestre y de los otros caballeros.
Los signos secrelos de reconocimiento fueron inventados por Lar
menio para no reconocer como hermanos á los caballeros templa
rios, que retirándose á Escocia en aquel tiempo de persecucion,
formaron cisma y se negaron á reconocerlo por gran maestre, pro
poniéndose restaurar la orden por sí mismos. Protegióles el rey de
Escocia Roberto Bruces, que perpetuó la órden , la que desde entonces
7

se llamó escocesa, desde 1314. Pero los que quedaron en Francia


7

reconocieron á Larmenio como gran maestre, el cual espidió el di


ploma de la sociedad en 13 de febrero de 1324 , y al pié de su fir
ma han ido añadiendo las suyas, hasta nuestros dias, sus suce
sores .

Dos de los principales objetos que se proponian los continuado


res de la orden de los templarios eran vengarse del rey Felipe el
Hermoso y del papa Clemente V. Por esto , en la recepcion del grado
treinta, ó sea de gran inspector, que unos llamaban gran escogido,
olros caballero Kadosch y otros caballero del águila blanca y ne
gra , se decora la lógia con todos los geroglíficos de la muerte de Ja
cobo de Molay, gran maestre de la orden de los templarios, deca
pilado el 11 de marzo de 1314, y con los emblemas del propósito
de venganza que ha de manifestar el recipiendiario ; descollando en
tre ellos la cruz roja y el puñal; la señal de reconocimiento del
grado es sacar de la vaina un puñal y hacer la amenaza de dar un
golpe, y entre las ceremonias del recibimiento al grado , hay la es
cena siguiente :
PREGUNTA. ¿A qué hora comienza la conferencia capitular?
RESPUESTA . Al comenzar la noche.
P. ¿Cuántas personas conoceis ?
R. Dos que son abominables.
P. ¿Cómo se llaman ?
R. Felipe el Hermoso y Beltran de Goth, (que siendo papa se
llamó Clemente V. )
Muertos el papa Clemente V , el rey Felipe el Hermo
so y los acusadores de Jacobo de Molay y de los otros ca
balleros quemados, carecia de objeto el proyecto de venganza
y solo pudo permanecer el deseo de restaurar el esplendor de la
órden, idea que se borró tambien antes de un siglo con la muerte
de los fundadores y de sus primeros discípulos , y como ten
568 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dremos ocasion de ver en el libro consagrado a las persecucio


nes que ha sufrido la fracmasonería, solo como alegorías y ritos
simbólicos se han trasmitido hasta nuestros dias los medios y ob
jetos de todas aquellas asociaciones secretas fundadas en la Edad
media .
LIBRO OCTAVO .

ABELARDO ,
ARNALDO DE BRESCIA, AMAURI, JOAQUIN ,LOS POPELICANOS.

1079-1279 .
IN

{
LIBRO OCTAVO .
COXC

ABELARDO,
ARNALDO DE BRESCIA , AMAURI, JOAQUIN Y LOS POPELICANOS .
1079--1279 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Nacimiento de Abelardo .-- Sus triunfos en las aulas de Nuestra Señora de


Paris . - Su doctrina . - Establece una cátedra en Paris que se ve obligado
á cerrar por orden de la autoridad. - Si establecimiento en la colina de
Santa Genoveva .-- Dedicase á los estudios teológicos . - Discusiones con el
archidiaco no Anselnico Vuelve al claustro de Nuestra Señora de Paris
como profesor de dialectica y de teologia .- Sus triunfos oratorios. - Sus
desgraciados amores con Eloisa . - Popularidad de esta 11 ujer en Francia .

I.

Célebre es Abelardo por la desgracia de sus amores con Eloisa


y por la horrible iniquidad de que fué víctima; pero no son las
aventuras del hombre lo que vamos áa referir, sino las persecucio
nes y las ideas del filósofo lo que es en efecto , menos conocido,
aunque mas interesante.
Nació Abelardo en una época de renovacion , en que las ideas y
el órden social yy político sufrieron profundisima perturbacion, y re
presentó en el gran drama un papel brillante, siquiera fuese á costa
de su reposo y de su felicidad.
Pedro Abelardo, ó Abeilard, nació en 1079 en Pallet, entre Nan
572 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tes y Clisson , y su padre fué un noble caballero breton , que , cosa


> >

rara en aquellos tiempos, quiso que sus hijos se instruyeran antes


en las letras que en las armas .
Por los años 1100 apareció en las aulas de Nuestra Señora de
Paris el joven Abelardo para ser pronto el rival de sus maestros.
De hermosa fisonomía, lleno de gracia y de altivez, elocuente, tanto
por el gesto y la actitud , como por la fluidez de su palabra, sútil yУ
fuerte en la discusion, anunció desde el principio una de esas po
derosas naturalezas que dominan y encantan las inteligencias y la
imagicion .
Una vez entrado en la esfera de las letras, el joven Pedro no pen
só jamás en abandonarla por el palenque de las armas , única pro
fesion que se consideraba digna de un noble; y para ser mas libre,
cedió a sus hermanos su parte de herencia .
Entregóse en cuerpo y alma á la dialéctica, y recorrió las provin
cias , yendo de escuela en escuela, estudiando yy disputando.

II .

Comparó á Rosselin perseguido con Guillermo triunfante, y sin


renovar los escesos del nominalismo, tomó á su cargo contra los
corifeos del realismo, la causa de la individualidad humana.
Despues de combatir á Guillermo en su propia escuela, á pesar de
todos los obstáculos, obtuvo la autorizacion de abrir una escuela en
Melun, y pasando entonces de la crítica al dogmatismo, fundó su doc
trina . Esto ocurria en 1102 , cuando el filósofo solo contaba veinte
y tres años . ¿Y cuál era esta doctrina que se alzaba como una no
vedad entre el nominalismo y el realismo?
Como no entra en nuestro plan exponer detalladamente las doc
trinas á que debió sus persecuciones Abelardo, nos contentaremos
con hacer algunas indicaciones generales.
Segun Abelardo, los universales, ni son seres reales ni vanas
palabras; son concepciones fundadas sobre las realidades , que ex
presan relaciones verdaderas entre los seres.
Todos los hombres son formados de una materia semejante; pero
cada uno tiene su esencia individual, y la especie no es mas que
una coleccion de individuos semejantes. Sin embargo, todas las
esencias proceden de una esencia pura y simple que es superior á
ABELARDO . 573
las especies, géneros y categorías, y á la materia, á la forma y á la
sustancia misma; y en la cual el espíritu no puede distinguir nin
gun atributo, y esta esencia es el fin , el único universal verdadero .
Al través del abismo de la abstraccion , Abelardo descubre la nega
cion de la abstraccion, la realidad absoluta, el sér en sí mismo.
De esta manera llega á reconocer dos realidades: la individual y
el absoluto ; y entre ambas los conceptos necesarios del espíritu, lo
cual hace dar á su teoria el nombre de conceptualismo. Él pretende
llegar a la verdad entre los dos conceptos erróneos yу opuestos del
realismo y del nominalismo.
Llegado por la vía puramente lógica, que arrastra siempre hacia
la identidad , parece que no aseguraba suficientemente uno de sus
dos términos : el individuo, que podria resolverse ó absorverse en
universal; lo que convertiría su sistema en un panteismo puro , si
no se comprendiese bien, que este universal, esta pura esencia des
de que se quiere definirla , aparece, por una parte, como el absolu
to, como lo indeterminado, como lo sobrenaturalmente libre , y por
consecuencia sin necesidad de producir el contingente y el relativo,
y por otra aparece como personal é individual tanto como univer
sal, por que ella es lo real por escelencia, por que toda realidad
es individual.
Esta definicion parece excluir el panteismo. Abelardo establece ,
en efecto , claramente la personalidad de Dios .

III .

El jóven filósofo se elevó con su doctrina, que exponia con la


mayor brillantez, por encima de las dos contrarias opiniones que
combatia simultáneamente .
Durante mas de seis años la victoria le acompañó constantemen
te en los combates de la ontologia.
De Melun trasladó su escuela á Corbeil, y no tardó en estable
cerse en Paris .
Guillermo de Champeaux se habia retirado á su priorato de
San Victor, en un arrabal de Paris, donde estableció en 1108 una
nueva escuela . Abelardo fué á combatirlo y vencerlo en su misma
aula , y despues fué á establecerse triunfalmente en la misma ilustre
cátedra donde Guillermo brillara tanto tiempo. Su vencido rival re
Tomo I. 75
574 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

currió a la autoridad, y logró por medios poco dignos de un filósofo


que se cerrara la cátedra de Nuestra Señora al peripatético del Pa
llet.
Arrojado de la ciudad, Abelardo se estableció en la montaña de
Santa Genoveva , fuera del recinto de muros que Luis el Gordo
levantaba entonces en torno de Paris.
La colina de Santa Genoveva estaba destinada a ser el asilo don
de se refugiaba el espíritu de independencia. En ella se establecie
ron escuelas, mas bien toleradas que autorizadas, por el canciller
de la iglesia de Paris, á las cuales acudian numerosos auditores que
las de la ciudad no podian contener .
Allí , como él mismo decia , estableció Abelardo su campamento
ante los muros de la ciudad . Era la inteligencia que no cabia dentro
de la futura capital del mundo civilizado.
Guillermo de Champeaux abandonó definitivamente el campo de
aquella batalla del espíritu en 1113, Уy ocultó bajo la mitra episco
?

pal de Chalons las heridas de su amor propio .


Abelardo reinaba como monarca absoluto sobre la enseñanza de
la dialéctica; pero ya aquella corona no bastaba á su altiva frente.
Quiso invadir un dominio mas peligroso para la filosofia: empeñó
se en aplicar la dialéctica á la teologia positiva, y abandonó sus
discípulos á los treinta y cinco años de edad, para convertirse en
estudiante de teología en Laon, donde tenia su cátedra el archidiá
cono Anselmo. Lo mismo que en Paris, el estudiante no tardó en
derrotar al maestro .
Anselmo comentaba las Sagradas Escrituras con una erudicion
fundada en las tradiciones de la Iglesia ; Abelardo se propuso ha
cerle esplicar los profetas segun su genio y los medios de que
puede disponer la razon . Anselmo le prohibió enseñar , y Abelardo,
desterrado de Laon , entró triunfante en Paris y se instaló en la cá
tedra del claustro de Nuestra Señora en medio de entusiastas acla
maciones , como profesor de dialéctica y de teologia á un mismo
tiempo.
Su celebridad aumentaba cada dia : de todos los paises de Occi
dente acudian hacia él millares de discípulos, ávidos de oir y empa
par su espíritu en la prodigiosa elecuencia del filósofo . La misma
Roma enviaba sus hijos à Paris como á una nueva Atenas. Paris
veia afluir á su seno una nueva poblacion, que no conocia otro señor
ni principe que el catedrático de Nuestra Señora, y las orillas del
ABELARDO . 575

Sena, todavía semi-bárbaras, solo resonaron en palabras que parecian


escapadas de los ecos del Partenon ó de la Academia . Ningun filó
sofo de la antigua Grecia babia ejercido tal imperio sobre la juven
tud de su tiempo. Los escritos que se conservan aun de Abelardo
no pueden darnos ninguna idea del magnetismo que sus palabras,
su voz y su radiante fisonomía debian producir sobre su auditorio.
Hasta entonces la Iglesia lo habia aceptado ó tolerado al menos.

IV .

A los treinta y seis años , Abelardo habia agotado las satisfaccio


nes de la inteligencia y de la gloria . Una tardía juventud brotó en
su corazon , haciéndole sentir otras emociones.
Quiso vivir ; y el drama que la poesia debia reproducir mas tarde
en el fabuloso Fausto tuvo lugar entonces en el mundo real . Las
figuras de la historia son en este caso mucho mas grandiosas y poé
ticas que las de la ficcion.
El dominador intelectual de su siglo, el rey del pensamiento es
bien pequeño por el corazon al lado de la sublime criatura que en
cadenó á su destino , y que por el espíritu supo elevarse al nivel de
su maestro .
En aquellos amores , eternamente famosos, uno solo buscaba la
emocion egoista . Este era Abelardo.
Preciso es, sin embargo, no desconocer ni rebajar su pasion has
la creer que solo buscaba en el amor un pasatiempo: él se consa
gró durante algun tiempo a su pasion; mas fué à la manera de los
artistas de las épocas reſinadas. Dió á su corazon y á su imagina
cion un vuelo distinto ; pero no entregó su alma al objeto amado :
no por eso aquel fué uno de los períodos menos esenciales de su
vida : el filósofo, el orador se convirtió en poeta. Descuidando su
cátedra, ya no exponia nuevas ideas, y gastaba toda la vivacidad
de su espíritu en componer canciones de amor en lengua vulgar
(barbarizada ,como él mismo decia ), y el héroe de la filosofía esco
lástica fué uno de los creadores de la poesía nacional en Francia,
uno de sus primeros trovadores. Desgraciadamente, sus versos en
romance , tan cantados en su tiempo, no han llegado hasta el nues
tro . Eloisa ofrece al mundo el ejemplo del amor verdadero, de esa
576 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

donacion de sí mismo, de esa adhesion sin fin y sin límites que con
fundiria dos existencias en una sola , si fuera reciproco .

V.

La importancia de Eloisa , en la historia moral de la humanidad ,


>

no proviene solamente de sus extraordinarias facultades, que desde


su infancia la hicieron célebre en su pais , ni de las circunstancias
conmovedoras y trágicas de su vida , ni tampoco de los rasgos de su
carácter , ni del empleo de su inteligencia que la asemejan mas bien
que á la mujer católica de la Edad media, á las mujeres célebres de
la antigüedad y de la época del renacimiento, ninguna de las cua
les la iguala tal vez . El rasgo esencial que constituye su supe
rioridad, consiste en que, arrastrada en la catástrofe de su amante,
>

voluntariamente sumergida en el fondo de un monasterio á la edad


de veinte años por imitarle y obedecerle, respetada, admirada por
la Iglesia entera en su austera condicion, que ilustró con la pureza
de sus costumbres, con su saber, con la dulce y cuerda dignidad
de su carácter, no cambió interiormente, no sufrió la muerte mís
tica del claustro ; nunca se arrepintió mas que de sus faltas; jamás
de su amor, que guardó en su corazon como un don del cielo , que
no debiese arrojar de su alma .
Francia ha comprendido siempre la grandeza de Eloisa , y el
instinto popular ha hecho de la amada de Abelardo una de sus glo
rias nacionales .
Como por un último postrer efecto de su adhesion, que fué mas
allá de la tumba, Eloisa ha hecho participar de su popularidad al
hombre que amó, y por el cual supo sacrificarse. El nombre de Abe
lardo , solo , estaria ignorado: los hombres estudiosos serian los úni
cos que lo conocerian : unido al de Eloisa, está y estará en la me
moria de todas las generaciones .
El siglo xvi y su revolucion terrible, que odiaban la Edad me
dia, han reanudado la tradicion de Eloisa con la misma pasion que
empleaban en borrar los recuerdos de los tiempos feudales y del
monarquismo .
Los hijos de los discípulos de Rousseau van aun en romeria al
monumento de la santa del amor, y todas las primaveras, piadosas
ABELARDO . 577

manos renuevan las coronas de siemprevivas en la tumba donde


la revolucion ha reunido las cenizas de los dos amantes .
Nos hemos anticipado al orden de los tiempos, y debemos volver
la vista á la segunda mitad de la vida de Abelardo; vida separada
en dos por la bárbara venganza del canónigo tio de Eloisa .
CAPÍTULO II.

SUMARIO .

Mutilacion de Abelardo . - Retírase á un convento . - Vuelve Abelardo á empe


zar la enseñanza . - Sus doctrinas teológicas. - Comparece y es condenado
por el concilio de Soissons . - Huye de Paris . - Retirase á un desierto a donde
le siguen sus discipulos . - Predicacion de Abelardo en el Paracleto.

El lector sabe bien, sin necesidad de que se lo repitamos aquí, de


qué cobarde venganza fué víctima Abelardo, y de qué modo salva
je ſué mutilado por los sicarios pagados por el tio de su amada,en
venganza del supuesto ultraje que su amor le inferia .
En el primer abatimiento de su catástrofe, Abelardo solo pensó en
abandonar el mundo para siempre, y fué á San Dionisio á tomar el
hábito monástico , que Eloisa tomó tambien por su órden en Argen
teuil .
La soledad no se hizo para tales hombres , que llevan en sí mis
mos una eterna tempestad , de la que solo por la accion pueden li
brarse .
Estándole en adelante cerrada toda otra manifestacion de su inte
ligencia se volvió hacia la teología y absorvióse por completo en sus
oscuras sutilezas.
ABELARDO . 579

JI .

Ni podia , ni queria volver á Paris; pero tenia necesidad de un


auditorio que conmover y seducir con la magia de su palabra, y
en 1120 abrió una escuela en la aldea de Maisoncelle, en la Brie.
Tres mil discípulos acudieron a su llamada, é hicieron de aquel lu
garejo un campamento de la ciencia.
Esta vez no fueron ya torneos de dialéctica, ni ontología abstrac
ta, ni comentarios mas o menos ingeniosos de las oscuras visiones
de los profetas los que entretuvieron al audaz pensador; fué la teo
dicea cristiana , los misterios de la fé lo que el maestro abordó abier
tamente .
Abelardo no decia como San Anselmo:
« Creer para comprender, sino comprender para creer. »
Él no queria ir de la fé á la razon, sino de la razon á la lé .
En el fondo , él las identificaba; pues suponia que la fé era la esti
macion , es decir, el exámen , la apreciacion de las cosas invisibles.
9

La metafísica tendria importantes objeciones que hacer sobre la


identificacion que Abelardo establecia entre la fé y la razon ; pero
de todos modos, sus ideas revelan la gran audacia de su espí
rilu .
La razon es para Abelardo una revelacion interna yy permanente ,
« la luz que ilumina á todo hombre que viene á este mundo . » Ella
ha guiado hácia Dios los sabios de la antigüedad , y por tanto pue
de esperarse su salvacion .
El Verho es la sabiduría (sophia): los amigos de la sabiduría (fi
lósofos) son sus amigos: los hombres lógicos son los hombres del
Verbo ( lógico de Logos) . De esta manera Abelardo caia en la he
regia que la Iglesia no tardaria en condenar, poniendo la revela
cion universal é interior en presencia de la revelacion exterior y es
pecial del dogma católico.

II.

Semejante apoteosis de la razon , esta razon que segun él trata de


igual á igual con la fé y tiende a absorverla, sublevó en la Iglesia
580 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

una extraordinaria agitacion . Abelardo daba armas a las pasiones


celosas y á los creyentes sinceros .
«Comprender para creer , » decia él ; y aunque no comprendia
bastante , se apresuró á aplicar su lógica á la interpretacion de los
dogmas fundamentales de la Iglesia .
En su introduccion al estudio de la teología , no penetra Abelar
do como lo hicieron, por ejemplo, sus predecesores San Agustin y
San Anselmo . Parece que no veia mas que el eterno sicológico; la
potencia engendrando la sabiduría , y el amor emanando de la po
?

tencia y de la sabiduría . Tomando estos tres términos en su rígida


expresion , el Padre solo seria poder ó potencia ; el Hijo sabiduría, y
>

el Espíritu Santo amor ; de lo cual resultaria que las tres personas


no serian mas que tres atribulos. El misterio de la divina Trinidad,
tal como lo ha comprendido la teodicea cristiana, es cosa bien distin
ta de la interpretacion de Abelardo.
El inventor del conceptualismo caia en la extremidad opuesta á
la que abrazó Rosselin . La heregía era manifiesta y no tardaron
en verse los resultados.

IV .

Abelardo fué citado y debió comparecer ante un concilio provin


cial , reunido en Soissons por un legado del Papa .
En lugar de acusarlo , escuchar su defensa y juzgarlo despues,
lo condenaron sin oirle, lo que era, si no mas justo, mas breve
7

y sencillo , condenando en él , no la heregía en sí misma , es decir,


la falsa interpretacion del dogma de la Trinidad , sino la razon, el
principio del libre exámen . No lo condenaron por el libro, sino por
haberlo escrito y repartido y propagado sin autorizacion del Papa y
de la Iglesia .
Condenáronlo á arrojar el libro á las llamas con sus propias ma
nos , У á ser encerrado para siempre en la abadía de San Medardo
de Soissons .
Abelardo reconoció en sus jueces el derecho de juzgarlo ; mas el
espíritu público se sublevó contra la sentencia , encontrándola iní
cua, en cuanto Abelardo no se habia negado á rectificar sus erro
res y que , segun la opinion contemporánea, solo la obstinacion, la
persistencia en el error constituian la heregia digna de castigo. Ta
ABELARDO . 581

les debieron ser los clamores, que el legado apostólico levantó la re


clusion perpétua impuesta al filósofo, y le permitió volver á San
Dionisio; pero la guerra seguia por todas partes á aquel hombre, 9

que parecia la polémica encarnada.


Dejando los misterios del dogma, cuya interpretacion le puso en
el peligro de una reclusion perpétua , se propuso demostrar el er
ror histórico de la leyenda de San Dionisio , patron del reino de
Francia, que confunde este Santo con el del mismo nombre, llama
do el Areopagita de Atenas .
Los frailes, indignados de que se tratase de disminuir la gloria
de su santo patron , le acusaron de traidor á la patria prote
gida del eanto .
Poco faltó para que esta investigacion histórica le costase bien
cara ; perseguido y azotado, segun parece por orden del abad de San
Dionisio , tuvo que huir de Paris, y no le costó poco poder alcanzar
permiso para vivir donde le acomodase , sin abandonar el hábito de
su órden .
Retiróse á un lugar desierto de la diócesis de Troyes. Mas la so
ledad no tardó en animarse en torno suyo. Sus discípulos supieron
descubrir y seguir sus huellas , y obligar a abrirse y hablar á aque
lla boca resuelta á ocultarse y callar .

V.

Una porcion de jóvenes acudieron al desierto , y empezaron á


construir cabañas alrededor. de la del maestro : la soledad concluyó
por convertirse en una ciudad . La rústica ciudad tuvo un templo ú
oratorio dedicado á la Santísima Trinidad.
Abelardo, como para defenderse de la acusacion de haber nega
do las tres personas divinas, hizo esculpir una imagen de la San
tísima Trinidad, única en el simbolismo cristiano.
La imágen se componia de tres figuras esculpidas en la misma
piedra vueltas de espaldas unas á otras , como si cada una ocupara
la punta de un triángulo: una representaba el Padre eterno con la
corona cerrada y el globo , como signos de la omnipotencia; otra el
Hijo llevando la corona de espinas , emblema de su pasion ; y la ter
cera el Espíritu Santo con una corona de olivas, como pacificador y
consolador. Segun parece , es la primera vez que el Espíritu Santo
Toxo I. 76
582 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

se vió representado en forma humana. Aquel oratorio ó rústica capi


la fué mas tarde transformado en iglesia , consagrada al Espíritu
Santo , bajo el nombre de Paracleto ó consolador.

VI .

No estaba el sentimiento de Abelardo de acuerdo con su lógica,


que tendia á negar la realidad de las personas divinas, y la mane
ra como concebia ó comprendia e Espíritu Santo se reſeria á
una persona real y no á un simple atributo . El Espiritu Santo , el
amor divino, vida del mundo (spírilus vivificans) es el centro de to
da su teologia y de toda su moral; y es curioso ver que es del apos
tol de la razon de donde procede en principio la mística religion del
Espíritu Santo, que agitó durante tanto tiempo los profundos limbos
del humano pensamiento durante la Edad media . El racionalismo
de Abelardo produjo una teoría fundada esencialmente en el amor.
Esta falta de lógica, ¿no nos revela los misterios del alma tormen
losamente ajitada del filósofo , dejándonos entrever la influencia de
otra alma mas fuerie y mas tierna, que pudo inspirarle, en cambio
de las luces que recibia ?

VII .

Abelardo desenvolvió en el Paracleto y durante todo el resto de


su vida inmensas cuestiones morales y religiosas: indiquemos los
puntos mas extraordinarios, sus mas atrevidas tendencias.
Segun él, el pecado no es mas que el desprecio de Dios; es decir,
>

el consentimiento de lo que es contrario a la ley de Dios: el bien y


el mal solo existen en la intencion . Para merecer la salvacion , es
preciso hacer el bien por el amor de Dios solo, no por las re
compensas exteriores. El amor divino es su propia recompensa . La
sustancia del bien es el amor.
Predicando el amor puro y desinteresado, Abelardo enseña lo
>

que él ha visto practicar: es Eloisa quien habla por la voz del filó
sofo.
ABELARDO . 583

El mal sin voluntad y sin conocimiento no es el mal. Dios juzga


los corazones y no las acciones. « El mal no es una sustancia , » aña
de. No ve mas que una negacion, como san Anselmo, Juan Scott
y San Agustin. Abelardo llega al optimismo, absolutamente en el
mismo sentido que Leibnitz . Todo lo que Dios hace está tan bien
que no es mejorable. El mal que Dios permite, para las causas fina
les, concurre al bien del conjunto.
Nosotros llevamos, añadia , la pena y no la culpa del pecado de
Adan .
El pecado original es para él , mas un estado de ignorancia y
de impotencia, que no tiene nada de absoluto, que una altera
cion sustancial de la humana naturaleza. Es un estado moral , que
mejora por un efecto moral tambien, por el ejemplo mas sublime
del amor y del sacrificio , la predicacion y la pasion de Cristo ; pe
ro ya podia obtenerse la salvacion anteriormente, por la ley natu
ral , que la ley de gracia solo perfeccionaba y completaba.
San Bernardo reprochó,en consecuencia de estas proposiciones , á
Abelardo, que colocaba la salvacion no en la virtud milagrosa de la
cruz y en el precio de la sangre, sino en el progreso de nuestra con
version y en nuestra imitacion de Jesucristo. En efecto, Abelardo
establecia que Jesucristo nos ha iniciado mas bien que regenerado
(instituit potius quam restituit.)
Necesario es añadir, que aquel gran defensor de la individuali
dad sostenia plenamente el libre albedrío .
No estando la naturaleza humana corrompida esencialmente por
el pecado original, añadia el filósofo del Paracleto , el placer carnal
no es el pecado, y puede gozarse sin pecado, cuando el acto no es
contrario á la ley . Las inclinaciones naturales son legítimas por sí
mismas.
No necesitamos insistir mucho sobre las consecuencias de una
doctrina que ponia la rehabilitacion y santificacion del hombre en
él mismo, en su alma, negando todo valor intrínseco á los actos
puramente exteriores ,
Esta doctrina tendia á realzar la libertad humana , como sien
do У habiendo sido siempre capaz de ganar á Dios por la ra
zon y por el amor; zapaba el misticismo por la rehabilitacion de la
naturaleza , y propendia á transformar á Cristo de redentor en
indicador .
A pesar de todas sus reservas, restricciones y hasta contradic
584 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ciones, que la atenuan , contradicciones y reservas sinceras en un


hombre demasiado honrado para engañar , aunque no bastante in
teligente para no equivocarse, las ideas de Abelardo no cabian en el
cuadro de la teología positiva . Su doctrina era herética, y como ve
remos en el siguiente capítulo no se hicieron para él esperar las
consecuencias.

1
CAPITULO III.

SUMARIO .

Entusiasmo de los discipulos de Abelardo . - San Bernardo combate las doctri


nas de Abelardo .- Carácter de San Bernardo . - Diferencia entre su doctri
na y la de Abelardo.- Retirase este á la abadia de San Gildas . - El Paracle
to bajo la direccion de Eloisa . - Vuelve Abelardo á su cátedra de Paris.
El concilio de Sens condena á Abelardo y; sus obras, y este apela á Roma.
El Papa confirma la sentencia del concilio.- Muere Abelardo el 21 de abril
de 1142.–Pedro el Venerable le reconcilia antes de morir con Bernardo.

1.

Las alarmas y clamores de una parte del clero católico volvieron


á comenzar contra Abelardo con mas violencia que nunca ; el entu
siasmo de sus adeptos y sectarios creció en la misma proporcion , >

y un gran cisma parecia inminente, lucha terrible, no entre los in


crédulos ó racionalistas como algunos han pretendido , sino entre
dos ideas morales opuestas; la ortodoxa de la teologia positiva , y
las doctrinas espiritualistas de Abelardo que acabamos de bosque
jar, aunque ligeramente.
El entusiasmo era igual por ambas partes. En la escuela de
Abelardo , el espíritu humano se despertaba con una sencilla buena
fé y un ardor, que difícilmente se comprenderán cuando el espiritu
se amortigüe fatigado por largos siglos de combates. Los sectarios
de Abelardo amaban la razon , como los caballeros de su época la
dama de sus pensamientos, y muchosde ellos estaban mas resueltos
á morir por su idea, que el mismo maestro.
586 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

Podrán condenarse los errores de sus doctrinas; pero con jus


ticia no podrá acusarse de incrédulos á aquellos jóvenes discipu
los , que abandonaban familia, patria, bienes y placeres, para seguir
al peripatético del Pallet en un árido desierto de Champaña, con
vertido en Tebaida de la filosofía por el entusiasmo y la ſé de aque
llos nuevos anacoretas.

II .

Arnaldo de Brescia, el fiel compañero, el escudero de Abelardo,


el Savonarola del siglo xii , aquel hombre que parecia ignorar las
necesidades de la materia , que hablaba con el tono inspirado de
un profeta á los cardenales de Roma, y que aplicando a la política
la doctrina de la emancipacion del pensamiento humano que recibia
de su maestro, predicaba á un mismo tiempo en las ciudades de
Italia el Evangelio y la República , y que como pronto veremos,
murió en la hoguera como un héroe, despues de haber vivido como
tribuno, y con la austeridad de un justo; Arnaldo de Brescia, deci
mos, no era un incrédulo sino un creyente acérrimo, siquiera fuesen
falsas, incompletas y herélicas sus creencias. Táctica fué siempre en
todas las persecuciones religiosas acusar de materialismo á las víc
timas que morian por su fé.
Y no son los católicos solamente los que incurrieron en esta
injusticia ; con harta frecuencia fueron sus adversarios antes y des
pues que el poder civil ſuese su instrumento , los que siguieron la
misma táctica funesta .

III .

El campo de la razon , ó de la fé razonada , estaba en el Paracle


to : el del ascetismo y de la fé absoluta en Clairvaux, nuevo centro
de accion bastante fuerte para combatir tales adversarios. La Igle
sia opuso san Bernardo á Abelardo y en verdad que bien necesita
ba recurrir á tal lumbrera para ahuyentar el peligro que parecia
amenazarla .
Nació Bernardo cn 1091 , cerca de Dijon. Fueron sus padres el
ABELARDO . 587

señor de Fontaines y una hija del de Montbard : tenia por consi


guiente doce años menos que Abelardo.
Desde la adolescencia, mostró un espíritu exaltado y contem
plativo , tierno y violento .
Atormentada su mente por la idea del problema de la vida, se
preguntaba con frecuencia: « Bernardo, qué has venido a hacer aquí
bajo . » Pronto encontró la respuesta. No pasó como Abelardo por el
aula y el profesorado; hízose fraile á los veinte y dos años en el se
vero convento de Citeaux, arrastrándo tras de sí al claustro á su
tio, sus seis hermanos, su padre, su hermana y á la mayor parte
de sus amigos.
San Bernardo no comprendia la vida cristiana, en lo que esta
mos muy inclinados á darle la razon , fuera del ascetismo del celi
bato , y de la vida monástica .
Si hubiera podido. habria cambiado la tierra en un convento uni
versalyу la humanidad en una comunidad religiosa, consagrada á la
penitencia y á conquistar la gloria eterna por la oracion y los silicios .
Su conviccion cra tan profunda, que se revelaba en todos los
actos de su vida y en su brillante elocuencia : el santo varon
ejercia tal fascinacion por la elocuencia de su palabra, que cuantos
lo escuchaban abandonaban el mundo para sepultarse en los monas
terios y conventos . La vida humana y real y todos los sentimientos
tan dulces al corazon del hombre, llegaron a experimentar temor
tan grande de la influencia de aquel celoso campeon de la Iglesia,
que las madres que amaban a sus hijas y no querian perderlas de su
lado las ocultaban al aproximarse elmisionero, temerosas de que,
arrastradas por su brillante é inspirada palabra, abandonaran el ho
gar paterno para correr al claustro, y lo mismo sucedia a las esposas
con sus maridos.
Segun sus biógrafos, Bernardo, agotado por las privaciones y ma
ceraciones, animado apenas de un soplo vital, ejercia tal encanto
sobre su auditorio, que aun antes de hablar convencia por la es
presion de su mirada. Cuando hablaba á los rústicos habitantes del
campo, sabia dar á sus discursos las formas sencillas y claras, ne
cesarias para ser comprendido por aquellas inteligencias incultas y
groseras; podria decirse que habia pasado su vida entre ellos, segun
sabia servirse de las frases y ejemplos locales, del lenguaje llano y
vulgar, y por el contrario cuando se dirigia á gentes instruidas, su
erudicion era superior y profunda.
588 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

En 1115 , cuando apenas contaba veinte y cuatro años de edad,


Bernardo fué puesto por su director el abad de Citeaux al frente de
una colonia monástica, que fué á poblar una soledad de la diócesis
de Langres, llamada el valle de Absintha , que á consecuencia del
establecimiento católico , tomó el nombre de Clairveaux , ó Valle
ilustre (Clara Vallis .) Pero el fundador no pudo sepultarse en aquel
oscuro retiro como al principio parecia desearlo con el mayor ar
dor .
En 1128 , fué llamado al concilio de Troyes , para redactar los
reglamentos y estalutos de la Orden militar y religiosa de los tem
plarios.
En 1130 estalló un cisma en la Iglesia , que duró ocho años , y al
cual puso ſin la intervencion de San Bernardo , que llevó á Víctor á
arrojarse á los pies de Inocencio II . Concluida esta obra de union
y concordia , volvió a Francia , en donde ofreciéronle sucesivamente
cuatro ó seis obispados, pero él los rehusó todos , con lo cual su
poder aumentó extraordinariamente .
Tal fué el hombre , que al llegar al apojeo de su influencia en el
mundo cristiano, alzó la voz y el látigo de la persecucion contra el
Paracleto, donde imperaban y se propagaban las doctrinas de Abe
lardo .

IV .

Las ideas de ambos eran, como ya dejamos indicado, diametral


mente opuestas.
En teología, San Bernardo era realista: en moral , llevaba tan le
jos la condenacion de la carne, que toda sensacion agradable era
un crímen á los ojos de los monjes de Clairveaux , que llegaron á
imputarse como pecado el placer que sentian al aplacar su hambre
con un pedazo de pan negro y duro , despues de un largo y rígido
ayuno. Sobre la cuestion de la gracia , San Bernardo profesaba la
doctrina de San Agustin y Abelardo tendia a la de Pelajio. Bernar
do oponia la predestinacion , en todo su rigor, al libre albedrío de

su rival .
Bernardo encontró un auxiliar contra el partido de la dialéctica
en el célebre Norberto, abad de Premontré . San Norberto fué un no
ble teuton , del país de Cleves , que fundó en 1120 , la abadia de
ABELARDO . 589

clérigos regulares de Prémontre , en un sombrío valle del bosque de


Couci . Norberto no tenia el genio ni el sentido práctico de San Ber
nardo ; lo que no impide que, segun los historiadores imparciales,
se equivocara Abelardo al acusarlo de impostura .
Los ortodoxos, no obstante, no entraron en discusion con los que
profesaban las doctrinas sospechosas, y no sin razon temia Abelar
do que , lo que no hacian con las armas de la discusion , lo harian con
las de la autoridad , y que se renovarian aun las escenas del concilio
de Soissons . El terror se apoderó de su alma : Abelardo tenia mas au
dacia de espíritu que de corazon , y abandonando el Paracleto , se
retiró á su patria, la Bretaña, donde los frailes de San Gildas lo
acababan de elegir su abad en 1125 .

V.

En su retiro no encontró Abelardo mas que nuevas miserias:


áa pesar de su gerarquía, abad, púsose en guerra abierta con sus
monjes, del mismo modo que siendo monje se habia encontrado en
lucha con su abad. Diez veces estuvo á punto de perecer á las ma
nos de aquellos frailes bretones que creian muy santo y católico
resistirse con vias de hecho á aceptar las reformas y el celibato
que su abad pretendia imponerles, hasta que en 1131, despues de
haber tenido que escapar varias veces de la abadía, tuvo al fin
que abandonarla para nunca mas volver .
Durante el tiempo que permaneció en Bretaña, ocurrió uno de los
sucesos mas graves de su vida. El Paracleto fué puesto bajo la di
reccion de Eloisa, y sus relaciones se reanudaron, aunque bajo
condiciones bien diferentes de las primitivas,
La direccion espiritual de las religiosas del Paracleto fué el con
suelo de los últimos años de la vida de Abelardo, y valió áa la pos
teridad las inmortales cartas de Eloisa, provocadas por la historia
de sus desgracias escrita por Abelardo en 1134 , que como dice Re
musat , recuerda a San Agustin, y presagia á Rousseau , y que mos
tró á la Edad media sorprendida un melancólico y sutil análisis del
alma , hecho por ella misma .
Carácter de otra época y de otra literatura, las cartas de Eloisa,
bien superiores á la lamentable historia de su amante , no pertene
cen , sin embargo, á ninguna época : como todo lo que es verdade
> >

Tomo I. 77
590 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ramente grande, están por encima de el tiempo, que no las enveje


ce ; porque no son una forma accidental del alma, sino que se re
vela en ellas su eterna esencia .

VI .

En 1135 y 1136 reapareció Abelardo en el antiguo teatro de sus


glorias, en las escuelas de Paris , y una inmensa aclamacion le pro
bó que la popularidad de su talento oratorio no habia dejado de
aumentar.
Solo un momento ocupó la cátedra; pero sus libros corregidos y
recopilados, unos públicamente, otros bajo el manteo de los estu
diantes, llevaron por todas partes su pensamiento. En una de sus
obras , titulada el Sí y el No. ponia la duda metódica como el cami
no de la verdad: en otro titulado , Conócete á lí mismo ( Scito te ip
sum ) abordaba las cuestiones mas prácticas y ardientes. A tacaba con
estrema violencia el tráfico de las absoluciones in artículo mortis y
otras prácticas que desautorizaban al clero , segun él , con perjuicio
de la religion y de la moralidad; y citando á San Agustin ,decia:
« Pensad en ligar justamente, porque la justicia romperá los lazos
injustos. » « El penitenle, añadia , puede abandonar su superior in
digno para buscar mejor médico á su alma.»»

VII .

Como era de esperar la tormenta contenida algunos años an


tes , a causa de su retirada a San Gildas, estalló al fin sobre su ca
beza .
Un doctor realista, Guillermo abad de San Thierri, denunció la in
minencia del peligro á San Bernardo, intimándole que tomara la
defensa de Dios y de su santa Iglesia . « Los libros de Abelardo, de
cia, pasan los mares y vuelan mas allá de los Alpes: sus dogmas
se esparcen por todas las provincias; los publican , enseñan y sos
tienen públicamente; su doctrina es favorablemente acogida hasta
en la misma Roma. »
Otro testigo dice : « En casi toda la Galia, los estudiantes , no
solo en las escuelas, sino en las plazas , y no solo los estudiantes,
ABELARDO . 591

sino hasta los niños y los simples de espíritu , disertan en todas par
tes sobre el misterio de la Santísima Trinidad . »
San Bernardo respondió á la llamada del abad Guillermo, denun
ciando á su turno á Abelardo al Papa y al Sacro Colegio. Segun sus
propias palabras, era el mismo espíritu humano lo que denunciaba.
« El espíritu humano, exclamaba, lo usurpa todo, no dejando na
» da á la fé. — Investiga hasta las entrañas los secretos de Dios . »
El concilio de Letran acababa de condenar , en 1139 , á Arnaldo
de Brescia, que recorria las provincias de Italia predicando á los
clérigos que renunciaran á los bienes temporales, á los privile
gios feudales, y que se contentasen con vivir de donativos volunta
rios . La condenacion del discípulo era triste aunque seguro presa
gio de la del maestro .

VIII .

Abelardo corrió al encuentro del peligro: sabiendo que en Sens


debia reunirse un concilio , escribió al arzobispo de la diócesis ofre
ciéndole ir á defender públicamente la ortodoxia de sus libros con
tra el abad de Clairvaux. San Bernardo aceptó el desafío , aunque
no sin repugnancia.
El 2 de julio de 1140 se abrió el concilio en presencia del rey
Luis el Jóven , sucesor de Luis el Gordo; pero el solemne debate que
se esperaba no luvo lugar; y, cosa singular, ſué Abelardo que lo habia
provocado, quien retiró su proposicion de discutir.
¿Por qué tomó esta inesperada resolucion ?
Sus biógrafos no están de acuerdo; ó le faltó el valor y la con
fianza en sí mismo ; ó sospechó que estaba de antemano condenado y
que la defensa no seria libre.
Al momento en que acabaron de leer la acusacion redactada por
San Bernardo, Abelardo protestó; apeló al Papa y se retiró . El
concilio tomó en cuenta la apelacion en cuanto a la persona , mas
condenó las obras.
La débil esperanza que Abelardo tenia en su apelacion a Roma
se desvaneció bien pronto .
Muchos sacerdotes romanos y hasta cardenales habian sido sus
discípulos; pero su apoyo no le salvó.
El Papa respondió a la apelacion de Abelardo, confirmando la sen
592 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tencia del concilio , é imponiendo al autor un silencio eterno y encer


rándolo en un monasterio por el resto de sus dias; Уy sentencia igual
fué lanzada contra su discípulo Arnaldo de Brescia; pero este se es
capó y sostuvo sus ideas , negando la autoridad del Papa: Abelardo
inclinó su cabeza y se resignó : su sentencia no se llevó á cabo con
rigor . Asignáronle para encierro en lugar de algun oscuro monas
terio el famoso monasterio de Cluni, cuyo abad era Pedro el Venera
ble, uno de los hombres mas ilustrados y una de las mas nobles al
mas de su época, admirador y digno corresponsal de Eloisa.
Abelardo murió dos años despues de su condenacion , en 21 de
abril de 1142. Pedro el Venerable lo reconcilió con San Bernar
do , antes de dejar este mundo.

IX .

Desde el dia de su última condena, Abelardo dejó de hablar; pero


no de escribir , hasta el último dia de su vida conservó su fé en
la razon y en la libertad de la humana inteligencia .
El último pensamiento de Abelardo fué para el Paracleto .
Al morir , al menos , pensó en la que le habia consagrado su co
razon .

La Iglesia respetó el místico lazo del filósofo y de la gran aba


desa .
Pedro el Venerable, que habia escrito para Abelardo un epitafio
en que lo llamaba el Sócrates Galo , el Platon y el Aristóteles de
Occidente , remitió sus restos mortales á Eloisa .
« El señor, le decia, os lo guarda para devolvéroslo por la gracia. »
Eloisa sobrevivió á su desdichado amante hasta el 16 de mayo de
1164 .
Despues de veinte y dos años, fué enterrada al lado de su
amante .
Desde entonces viven ambos en la memoria de todas las gene
raciones ,
CAPÍTULO IV.

SUMARIO.

Arnaldo de Brescia . - Sus ideas.- Su emigracion . - Vuelve á Italia . - Predica


r
la libertad al pueblo romano .--Emancipase Roma de la autoridad del Pon
tífice y se constituye en republica . - El papa Eugenio III excomulga á Ar
naldo . - Adriano IV pone en entredicho á Roma . - Arnaldo se refugia en la
cainpi a . – Federico de Suavia lo prende y entrégalo al Papa . - Arnaldo de
Brescia es quemado vivo en 1155.

I.

Arnaldo de Brescia, cuyas ideas, pretensiones y trájico fin va


mos á referir, fué hombre de gran talento y de energía extraordi
dinaria .
Era fraile, y natural de Brescia : fué discípulo del célebre Abe
lardo , y se propuso predicar contra el clero romano , acusándolo de
corrompido y de otros vicios que desdecian de la pureza de los pri
mitivos cristianos ; así como sobre sus inmensas riquezas.
Para mejor conseguir su objeto, se estableció en Roma, esperan
do que la opinion pública aceptaria sus doctrinas y sus planes de
reforma eclesiástica .
Segun dice Sigurinus , Arnaldo era elocuente y popular. Odiaba
á los clérigos y era enemigo declarado de los frailes: y ni aun el
mismo Papa se libraba de la severidad de sus críticas y censuras.
594 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

II .

Empezó, pues, á prelicar en la capital del mundo católico sus


ideas.
Pretendia aquel reformador, que el goce de los dominios tem
porales es incompatible con la mision de apóstol del Evangelio , y
que tantos clérigos que poseian tierras, y obispos que se atribuian
derechos Уy regalías, y monges que poseian bienes propios, no po
dian aspirar a la salvacion eterna .
A estas proposiciones añadía otras contrarias á los dogmas de la
Iglesia católica, apostolica, romana, respecto al Sacramento del altar
y al bautismo de los niños .
Segun Othon de Hesinga, su objeto, al pretender disminuir la im
portancia de los sacramentos , debia ser para amenguar la influen
cia espiritual del clero, á fin de destruir su poder en lo temporal y
su autoridad en lo civil .
Sea de esto lo que quiera, lo cierto es que las predicaciones del
fraile de Brescia fueron escuchadas con gusto y hasta con entusiasmo
en la mismaRoma . Créese que su influencia debió llegar a ser grande,
cuando el papa Inocencio II se apresuró á excomulgarlo é impo
nerle silencio por el concilio general de Letran , segundo de este
nombre y décimo ecuménico, reunido en el año de 1139. Además
ordenó que se quemaran en todas partes los libros de Arnaldo de
Brescia y de Pedro Abelardo su maestro .
A consecuencia de la persecucion de que se vió objeto Arnaldo,
tuvo que marcharse de Italia : pasó á Francia, y despues visitó á Sui
za y Alemania , dejando esparcidas por todas partes, como semilla
de que esperaba recoger ópimos frutos para la causa á cuyo triunfo
se consagraba, las ideas de reforma condenadas ya por el Papay
por el concilio.

III .

Su emigracion no duró mucho tiempo.


El. famoso Bernardo, abad de Clairvaux, contrarrestaba las heré
ABELARDO . 595

ticas doctrinas de Arnaldo con sus escritos; y aunque confesaba


que el fraile italiano llevaba una vida irreprensible y hasta áuste
ra , decia de él cosas absurdas, como, por ejemplo, que no comia , ni
bebia ; pero que, á semejanza del diablo , estaba sediento de la sangre
2

de las almas; que su enseñanza era un veneno , aunque su conversa


cion era dulce como la miel; que tenia cabeza de paloma y rabo de
escorpion ; que Brescia lo habia vomitado; que Roma le odiaba;
que habia sido arrojado de Francia y que hacia temblar la Alema
nia .
Arnaldo preferia las persecuciones domésticas a las que sufria
en el extrangero, y se decidió á tentar de nuevo la fortuna en
Italia .
En 1115 volvió a comenzar con mas ardor que nunca su tarea
de orador del pueblo romano, y mezclando lo profano y lo religio
so con intencion de cortar el mal en su raiz, segun él decia, se
aprovechó de algunas simpatías por la libertad, que el pueblo de
Roma sentia entonces como muchas otras ciudades de Italia, que
ya habian vuelto á recobrar el ejercicio de sus derechos políticos
y civiles, y concibió el atrevido proyecto de reorganizar la repú
blica romana .

IV .

Sus predicaciones no fueron estériles .


A su voz , los romanos se apresuraron á reconstruir el Capitolio
y á restablecer la dignidad del senado, reformando el orden ecues
tre; porque imbuido en las ideas de su época , Arnaldo no cesaba
de repetirles, que la prudencia y sabiduría de los senadores, y la
energía de los jóvenes caballeros habian producido el esplendor del
imperio .
El papa Eugenio III , que ocupaba la silla apostólica, no conser
vó a consecuencia de las reformas introducidas por la influencia de
las ideas del fraile Arnaldo de Brescia, mas que la jurisdiccion
eclesiástica .
Desde Viterbo, donde se habia establecido, Su Santidad excomul
gó al patricio que se habia puesto al frente de la paciente repú
blica. Las cosas no obstante continuaron en tal estado durante el
pontificado de Eugenio III , y de su sucesor Anacleto IV .
596 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Arnaldo, protegido por el pueblo y por los senadores puestos á


la cabeza de la república, continuó viviendo en Roma respetado y
tranquilo .

V.

Apenas ocupó la silla de San Pedro Adriano IV, puso en entre


dicho la ciudad de Roma, fundándose en que un partidario de las
ideas de Arnaldo habia herido al cardenal de Santa Potenciana, y
por primera vez desde el establecimiento del culto cristiano en Ro
ma, se suspendieron sus ceremonias , lo que pareció a los romanos
escesivamente duro , porque antes que todo eran católicos . El clero
hizo comprender al pueblo , que el reformador de sus instituciones
políticas era el verdadero responsable de los rigores que contra los
romanos desplegaba el Papa. La irritacion no tardó en manifestarse
contra Arnaldo entre los fieles católicos , y los senadores , teniendo
mayores males, le aconsejaron que se ausentase temporalmente de
Roma, lo que él hizo sin vacilar al aproximarse la pascua del año
de 1155 .
Aunque salió de Roma bajo la acusacion de heregía, los barones
de la campiña lo acogieron por todas partes muy favorablemente,
tratándole con distincion, y los pueblos creian ver en él un profeta
y un santo .

VI .

El Papa volvió á Roma; las ceremonias del culto, interrumpidas


por el entredicho, continuaron, yy todo marchaba á gusto y voluntad
del Pontífice . La mayor tranquilidad reinaban en la capital del mundo
cristiano , y hubiera probablemente seguido del mismo modo has
ta que Arnaldo hubiese creido conveniente volver á empezar la
propaganda de sus ideas políticas y religiosas, cuando Federico I,
duque de Suavia, jefe de la liga germánica y rey de Italia, despues
de sus grandes hazañas contra las repúblicas Lombardas, se ade
lantó á grandes marchas sobre Roma, pidiendo con arrogancia la
ABELARDO . 597

corona del imperio . El Papa no tenia fuerzas que oponerle capaces


de detenerlo, y se conformó con otorgarle la corona ambicionada de
Emperador de romanos; pero en cambio de su complacencia, man
dó al principe tudesco que le entregara al famoso herege Arnaldo
de Brescia, que traia inquietos todos los espíritus y revuelto el país.
La órden se cumplió . Federico de Suavia arrebató al reformador
italiano de entre los señores romanos que lo protegian , y se lo re
>

mitió al Papa con buena escolta.


El Sumo Pontílice no se descuidó en ponerlo en manos del poder
secular para que hiciese justicia de sus funestas doctrinas , políticas
y religiosas.

VII .

Gouthier pretende que Arnaldo fué crucificado y despues quema


do por sentencia del clero; pero otros historiadores dicen que lo
entregaron para que lo quemase á la justicia ordinaria , y nos pare
ce que esto es lo mas probable.
En consecuencia de las órdenes del Papa, el poder civil hizo que
mar vivo en una plaza de Roma al desgraciado Arnaldo, por herege
>

y enemigo de la Iglesia, en 1155 .


Murió impávido, firme en sus creencias heréticas, y como el
pueblo viese en él un mártir de su fé, arrojaron al Tíber sus ceni
zas, para impedir que fuesen recogidas por el pueblo y guardadas
como reliquias dignas de adoracion.
Tal fué el desastroso fin del primero entre los discípulos de Pe
dro Abelardo: ni su suplicio sirvió de escarmiento a los reformado
res, ni el borror de la hoguera que lo consumió pudo ahogar las
ideas contrarias á la ortodoxia, que han pululado despues con ener
gía, casi siempre proporcionada al furor de las persecuciones .

Tomo I. 78
CAPITULO V.

SUMARIO .

Amauri y sus sectarios .- Condénanlos el papa y el concilio de Paris en 1210.


-Varios de ellos mueren en la hoguera.- La Iglesia católica quema las
obras de Aristóteles . - Joaquin abad de Flora . - El Evangelio Eterno.-El
abad y su evangelio rerecen en la hoguera . - La Inquisicion de Italia en
1226.- Pedro de Berna perseguidor de la heregia. - Su muerte.- Motin en
Parma. - Los popelicanos en Inglaterra . - Mueren todos de frio y miseria.
La persecucion acaba con los hereges pero no con la heregia . - Refundese
esta en la de los valdenses.

1.

Entre los filósofos que siguieron las huellas de Pedro Abelardo,


queriendo reunir y asociar en un maridaje el cristianismo y la filo
sofía aristotélica, debemos contar á Amalric ó Amauri, fundador
de secla, natural de los alrededores de Chartres, hacia el fin del
>

siglo xii .
Su error se asemejaba al de los que, en el siglo 111 , quisieron
acomodar la doctrina de Jesucristo á los dogmas de la escuela de
Platon .
Amauri pretendia que todo cristiano debe considerarse miembro
de Jesucristo; doctrina que fué condenada por la universidad de Pa
ris y por el Papa .
Amauri era hombre sincero en sus creencias : él creia que su
doctrina era católica , y cuando la vió condenada como herética, no
ABELARDO . 599

pudo sufrir la humillacion, enfermó y murió de vergüenza y de


dolor .
¡ Que destinos tan diferentes tuvieron los tres filósofos cuyas doc
trinas referimos en este libro ! Abelardo , Arnaldo yy Amauri.

JI .

Pero si el fundador murió , los discípulos quedaron para conti


nuar su obra yу desenvolver sus ideas.
Despues de muerto el maestro , inventaron sus adeptos el reina
do de Dios Padre , para los judíos; de Dios Hijo, para los cristia
nos ; y el de Dios Espíritu Santo , que comenzaba para la huma
nidad .
Fundándose en esta frívola distincion , abolieron toda gerarquía
eclesiástica ; el uso de los sacramentos; y el culto exterior , como
formas muy imperfectas para ellos , y tolerables solo en el orden de
cosas que acababa de tener fin : es decir, en el reinado de Cristo .
Otra consecuencia de la ley de caridad que decian debia reem
plazar a todas las virtudes y buenas obras, era una licencia desen
frenada, con la cual caritativamente satisfarian sus pasiones.
De esto á decir que el Papa era el Anticristo y Roma la Babi
lonia, que la Eucaristía no es mas que pan ordinario , y que no hay
infierno ni paraiso materiales, que Dios no habló mas por la boc
de San Agustin que por la de Ovidio, y á renovar, en una palabra,
todas las proposiciones avanzadas por las reformadores que les pre
cedieron , no habia mucho camino que recorrer, y aquellos secta
rios no se detuvieron en él .

III .

La universidad de Paris y el papa Alejandro III se apresuraron


á condenarlos; el concilio de Paris , reunido en 1210 , hizo lo mis
mo ; y la condenacion de sus doctrinas y su expulsion de la comu
nion católica nos parece natural y justa; pero los enemigos de sus
doctrinas no se contentaron con calificarlos de hereges, y recurrie
ron á medios innobles de que ya el clero se habia servido contra
los maniqueos en Orleans,.
600 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Enviáronles un clérigo católico que, fingiéndose su correligiona


rio, sorprendió todos sus secretos . Contó en seguida á sus superio
res cuanto sabia, y muchos hereges, entre ellos algunos clérigos,
>

fueron arrestados y quemados vivos , con los huesos de su maestro


Amauri, desenterrados para tal objeto, aunque habia muerto en la
comunion de la Iglesia .
Los tratados de física de Aristóteles , que fueron origen de su teo
ría especulativa , fueron quemados en la misma hoguera; las mu
jeres partidarias de la doctrina de Amauri llamadas aristotélicas, se
libraron de las llamas, siendo consideradas como seducidas.
Quién habia de decir entonces á los católicos que algunos siglos
mas tarde habian de perseguir y quemar por hereges á los filóso
fos quecombatian la filosofía de Aristóteles aceptada ya como orlo
doxa por los católicos y por Santo Tomás.
Esta persecucion y exterminio de sectarios y de libros no libró
tampoco á la Iglesia católica de la heregía .

IV .

Joaquin , abad de Flora, en Calabria, vino despues de Amauri y


sus discípulos , y como los anteriores , dando á sus errores un carác
ter original .
Fué el abad hombre célebre, puesto que los mismos reyes lo
consultaban como un oráculo; segun unos fué santo, un impostor y
un herege segun otros . Segun parece, Joaquin profetizaba, y como
sucede á los que predicen lo futuro, acertaba unas veces y erraba
otras.
El tratado que publicó nuestro héroe contra el famoso libro de
las sentencias de Pedro Lombardo, dió origen á una secta , cuyos
>

miembros componian lo que se llamaban el Evangelio eterno, funda


do en la idea de los tres reinos , y , segun aseguran sus enemigos
9

que los exterminaron, y que son los que nos ha transmitido su his
toria, se entregaban á los mayores desórdenes, ni mas ni menos
que los discípulos de Amauri.
Su muerte fué cosa resuelta prontamente: el partido de quemar
los vivos con su evangelio eterno, se tomó en seguida. El papa Ale
jandro IV y el concilio de Arles, reunido en 1260 , tomaron sobre
sí esta responsabilidad .
ABELARDO . 601

Muchos fueron los quemados , pero la crónica no nos ha trasmi


tido el número exacto .

V.

Algunos de aquellos hereges debieron quedar, y la Inquisicion se


encargó de continuar la obra de su exterminio.
Desde 1226 obtuvo Honorio III la introduccion de la Inquisicion
en las ciudades libres de Italia . Las primeras sentencias del terrible
tribunal en aquel pais datan de Milan en 1228 y 1231 , con confis
cacion de los bienes de los hereges.
Mas entonces no era solo la Inquisicion quien los perseguia y ex
terminaba cruelmente. Los reyes y poderes civiles hacian otro
tanto .
La historia nos ha conservado dos leyes de aquel tiempo contra
los hereges: una de las autoridades de Roma,, que mandaba demo
ler la casa en que un herege habia habitado y prohibia reedificarla
jamás . La otra es del emperador Federico, que mandó quemar todos
los hereges y cortar la lengua a los que blasfemasen .
San Luis rey de Francia no les iba en zaga . Este santo Rey , se
gun su historiador Joinville , martirizaba á los blasfemos de una
manera horrible .
Hé aquí sus propias palabras:
« El Rey amaba tanto á Dios y á su dulce madre, que hacia que
mar la lengua y los labios con un hierro ardiente á los blasfema
dores, que eran despues mostrados al pueblo amarrados sobre una
escalera con el cuerpo y el cuello envueltos en tripas de puerco . »
(Joinville, Histoire de Saint Luis, pág. 111, 233 , 234 , 306 y
386. )
Las hogueras no tardaron en encenderse por todas partes , Уy la
resistencia aumentaba los rigores de la persecucion.

VI .

Pedro de Verona, dominico inquisidor en Milan, que , segun su his


toriador fué enviado por el papa Inocencio IV como un perro que
debia cazar los lobos, cumplió tan bien su mision de perseguidor
602 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

de los hereges, que en 1252 fue asesinado , por cuenta de los sec
tarios que perseguia, y que creyeron justo cambiar el papel de
víctimas por el de asesinos . Su fervor en la extirpacion de los he
reges le valió el martirio y el título de santo , canonizado por la Igle
sia con el nombre de San Pedro Mártir.
Segun parece , entre los perseguidos por el santo se encontraban
muchos nobles y familias distinguidas: á una de estas pertenecia el
asesino , que fué preso; pero el podestá , que era uno de tantos,
lo dejó escapar .
Los fieles se indignaron de tal modo al ver la impunidad del
asesino del inquisidor, que provocaron un gran motin en que se
mezclaron al fanatismo las pasiones populares , y el podestá fué
cruelmente maltratado y su palacio saqueado y devastado, esca
pando con vida por una gracia particular.

VII .

En Parma, algunos años despues ocurrió un suceso semejante,


aunque los papeles fueron diversamente representados, y que prue
ba como la política se mezclaba en aquellas luchas entre el cato
licismo y la heregía.
En 1279 , una mujer del pueblo, llamada Tedesca , fué quemada
viva en Parma por herege, y sus conciudadanos , que no estaban,
como los del de Milan , excitados por el ódio contra una nobleza am
biciosa, tomaron á pecho la defensa de la infortunada Tedesca. Cor
rieron en tumulto al convento de los dominicanos, y asesinaron a
cuantos inquisidores pudieron atrapar. Los dominicos abandona
ron al siguiente dia la ciudad , y aunque el ayuntamiento fué a toda
prisa á darles toda clase de satisfacciones, la ciudad entera fué pues
ta en entredicho y excomulgada por el nuncio apostólico , que se
encontraba en Florencia, y al cual los frailes expusieron sus quejas
y le pidieron reparacion .
La Inquisicion volvió a entrar triunfante en Parma , y los asesinos
y acaso algunos que no lo eran pagaron cara la venganza de la
muerte de Tedesca saciada en los inquisidores.
ABELARDO . 603

VIII .

En la misma época se dió generalmente el nombre de popelica


nos a las diferentes sectas reformadas esparcidas por Europa.
Los maniqueos fueron no pocas veces confundidos con estos sec
tarios; pero sus doctrinas eran distintas. Los verdaderos popelica
nos eran fanáticos de buena fé, que pretendian volver la Iglesia cris
tiana á su pureza y costumbres primitivas, y que sufrian los mayo
res tormentos antes que renunciar á sus quimeras.
Las actas de un concilio reunido en Oxford nos rebelan , que los
popelicanos esparcidos en Francia , España, Italia y Alemania ha
bian penetrado hasta en la misma Inglaterra.
Eran estos unos treinta entre hombres y mujeres, todos alemanes
que vivian bajo la direccion de uno de ellos llamado Gerard. Este
era el único que habia recibido educacion, y parece que hablaba
muchos idiomas.
Una mujer inglesa se dejó coger en las redes de la heregía y
adoptó sus doctrinas : el clero se alarmó; reunióse, y conoció por las
declaraciones de Gerard, que era ortodoxo en sus opiniones sobre
>

la divinidad; pero que rehusaba los sacramentos, sobre todo el


bautismo de los niños, la eucaristia y el matrimonio , segun lo en
tendemos los católicos .
El jefe de la secta rehusó entrar en discusion sobre cuanto con
cernia á sus creencias. Escuchó con placer las amenazas de los sa
cerdotes, y dijo que él , lejos de temer, ambicionaba la gloria de ser
mártir.
Entonces el clero lo entregó a los jueces seculares, que lo conde
naron á ser marcado con un hierro ardiendo en la frente y en la
barba, y á sus discípulos solo en la frente .
La inglesa se retractó ante el concilio ; pero los popelicanos ale
manes marcharon al suplicio alegremente .
Además de la marca ignominiosa , los azotaron en público hasta
dejarles exánimes y luego fueron arrojados de Oxford.
Esto no pareció bastante, y prohibieron bajo las penas mas seve
ras que fuesen recibidos ni socorridos por los fieles.
Aquellos desgraciados cuyo crímen eran sus ideas , vagaron sin
604 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

asilo por los campos, y como el clima de Inglaterra es malo y la es


tacion era cruda, murieron todos en poco tiempo.
Guillermo de Newridge , que cuenta el suceso, añade :
« Aquella piadosa severidad purgó á Inglaterra de una secta pes
tilencial . »
Aquellas heregías desaparecieron, pero no fué el fuego de las
hogueras de la Inquisicion quien las estinguió. En verdad no fueron
destruidas sino absorvidas en otras nuevas ; renovadas, por mejor
decir, bajo formas diferentes como vimos ya en el libro de los
valdenses , quienes áá pesar de las persecuciones á ſuego y hierro se
perpetuaron hasta nuestros dias .
LIBRO NOVENO .

LA INQUISICION ESPAÑOLA .

1253-1820 .

79
Tomo I.

+
LIBRO NOVENO.

LA INQUISICION ESPAÑOLA,
1253-1820 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Establecimiento de la Inquisicion por el papa Inocencio HII. - Breve de Grego


rio IX .-El Arzobispo Espárrago establece en Lérida la primera Inquisi
cion que hubo en España .- Sucesos de Urgel .-Breve de Inocencio IV.
Sentencias de los Inquisidores de Barcelona .-Breve del papa Urbano IV
mandando que únicamente sean inquisidores los frailes dominicos. - Mue
reapedreado el inquisidor de Barcelona fray Pedro de Cadireta .- Esta
blecimiento de la Inquisicion en Navarra y Castilla .

1.

Como hemos tenido ocasion de ver en la historia de las perse


cuciones contra los maniqueos y albigenses, el establecimiento de
la Inquisicion , como tribunal independiente de los obispos , perte
nece al papa Inocencio III, y comenzó sus sangrientas ejecucio
nes en 1208 .
En 1215 , el mismo papa Inocencio celebró el décimo concilio
general , cuarto lateranense, en el cual se estableció que los conde
nados como hereges impenitentes se entregasen á la justicia secu
lar para su condigno castigo, degradándolos antes si fuesen clérigos ,
con otras medidas de que antes hemos hablado.
608 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Inocencio III murió en 16 de julio de 1216 , dejando á sus su


cesores la tarea de consolidar el tribunal de la Inquisicion y de es
parcirle por todo el mundo cristiano .
Los frailes dominicanos fueron desde el principio de la fundacion
los predilectos de los papas para desempeñar los cargos de inqui
sidores , y por las recomendaciones de la corte de Roma y la pro
7

teccion de los reyes , establecieron en todas las naciones sus con


ventos é inquisiciones . Segun Reinaldo, continuador de los Anales
eclesiásticos de Baronio, el papa Honorio escribió á San Fernando ,
rey de Castilla y de Leon , recomendándole eficazmente los frailes
predicadores , y lo mismo hizo en el breve dirigido a todos los obis
pos de la cristiandad en 8 de diciembre de 1219 , en el cual pon
dera el gran mérito de dichos frailes en favor de la pureza de la
religion católica, y les encarga mucho que los socorra con lo nece
sario para que puedan cumplir bien con su santo ministerio .
Gregorio IX , que subió al sólio pontificio en 19 de marzo de
1227 , continuó fomentando el tribunal de la Inquisicion con santa
eficácia, que le dió forma estable ; pero hasta 1233 no la tuvo en
Francia , y esto fué por la voluntad del rey San Luis y con arreglo
á las disposiciones de los concilios de Tolosa , Narbona y Be
zieres .

II .

Estaba entonces dividida España en cuatro reinos cristianos,


Castilla , Navarra, Aragon y Portugal . Reinaba en Castilla San Fer
nando , que poco despues reunió á su corona los reinos de Sevilla ,
Córdoba y Jaen . En Aragon imperaba Jaime I , que tambien con
quistó el reino de Valencia y la isla de Mallorca . En Navarra man
daba Sancho VIII que murió el año siguiente dejando por sucesor
á Teobaldo I , y en Portugal Sancho II . En todos estos reinos habia
conventos de frailes dominicos desde los primeros tiempos de su
institucion ; pero no consta por documentos auténticos que hubiese
Inquisicion en ellos hasta el año de 1253 , en que el papa Grego
rio IX dirigió á Espárrago , arzobispo de Tarragona, y á otros obis
pos comprovinciales suyos, en 26 de mayo, un breve en el cual
despues de un pomposo exordio, les decia haber llegado á su noti
cia que se introducia la heregía en sus diócesis , y para evitar su
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 609

propagacion , les exhortaba y mandaba que por sí mismos y por


medio de los frailes dominicos , inquisiesen contra los hereges y
propagadores de la heregía y procediesen contra ellos y contra los
ocultadores, defensores y fautores, conforme a los estatutos pro
mulgados por él mismo, de que remitia copia inserta en la bula
que espidió el año anterior. Añadia que si algunos hereges que,
rian volver a la unidad católica , les absolviesen en la forma usa
da por la Iglesia , imponiéndoles las penitencias acostumbradas, cui
dando mucho de no conceder este favor sin asegurarse bien de la
Sinceridad del convertido, para evitar la reincidencia , practicando
á este fin las cautelas que su discrecion les dictase, tenieudo pre
sente los indicados estatutos.
El arzobispo Espárrago envió cn 1. ° de agosto la bula á don
Bernardo obispo de Lérida, quien la puso en ejecucion al instante,
habiendo sido alli establecida la primera Inquisicion española.
El arzobispo de Tarragona comunicó el breve tambien á Fray
Suero Gomez, primer provincial de frailes dominicos en España, y >

uno de los primeros discípulos de Santo Domingo, encargándole de


signase los religiosos que juzgase mas á propósito para inquisido
res delegados del Papa, por eleccion del arzobispo á nombre de Su
Santidad .
Murió el arzobispo de Tarragona Espárrago, y su sucesor Gui
llermo Mongrin consultó con el Papa algunas dudas que le ocurric
ron sobre el modo de proceder. Su Santidad le respondió en 30 de
abril de 1235, mandándole una instruccion de inquisidores, escri
la por San Raimundo de Peñafort , su penitenciario , religioso domi
co español.

III .

Este mismo arzobispo, auxiliado de Fray Pedro de Planellir, in


quisidor dominicano, y del obispo de Urgel, se dió prisa á perse
guir á los hereges de esta última diócesis. Pero su celo por extirpar
la heregia costó la vida á fray Pedro, que hoy se venera por santo
en la catedral de Urgel. El arzobispo se vengó conquistando á fuer
za de armas la fortaleza de Castellon, perteneciente á Guillermo
Remon, conde Forcalquiert, hijo de Raimundo, conde del mismo ti
tulo y de Timborosa , su mujer.
610 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Tambien el obispo de Barcelona , de Berenguer de Palau , admi


tió en su diócesis la Inquisicion , cuya obra completó despues de su
muerte el gobernador del obispado en sede vacante .
En 1212 , don Pedro Albalate , arzobispo de Tarragona, sucesor
de don Guillermo Mongrin, celebró un concilio en que se arregló
el modo de proceder los inquisidores contra los hereges en causas
de fé, y las penitencias canónicas de los reconciliados, muy supe
riores á las de la Inquisicion moderna española, y entre otras la
que imponia á los reconciliados la presentacion todos los domingos
de cuaresma por espacio de diez años, en las puertas de la iglesia
con un vestido penitencial, llevando dos cruces delante del pecho
de tela de distinto color que el vestido, y de manera que las pudie
sen ver todos . Se mandó tambien que los impenitentes fuesen en
tregados á la justicia secular para que los castigase como tales.

IV .

Al papa Inocencio IV, gran fomentador de la Inquisicion , le me


recieron los dominicos españoles una confianza particular , segun
vemos por un breve librado en 20 de octubre de 1218. Está diri
gido al prior provincial de los frailes predicadores de España y áá
Raimundo de Peñafort, individuo del mismo instituto . En dicho
breve manifiesta el Papa lo mucho que los dominicos españoles se
han distinguido, y autoriza al provincial y á Raimundo para que
elijan de entre ellos los inquisidores que deban ir á la Galia Narbo
nense á dar buena cuenta de los hereges que allí pululaban, y en
7 de abril de 1254 espidió otro breve dirigido á los priores de los
conventos de dominicanos de Lérida, Barcelona y Perpiñan para
que de entre los frailes de su instituto , nombrasen inquisidores pa
ra los estados de don Jaime I de Aragon, donde aun no los hu
biese .
Eran inquisidores en Barcelona fray Pedro de Tonenes y fray
Pedro de Cadireta, los cuales, en 11 de enero de 1257, en union
con Arnaldo , obispo de Barcelona, pronunciaron sentencia definiti
va contra la memoria de Raimundo, conde de Forcalquiert y de Ur
gel, declarándolo herege relapso, mediante haber fallecido en la he
regía despues que la tenia abjurada en tiempos del cardenal Pedro
de Benevento, ante el obispo de Urgel don Poncio, y mandanelo en
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 611

su consecuencia desenterrar sus huesos y privarlos de sepultura ecle


siástica, ( 1 ) En la misma sentencia se reconciliaba a doña Timbo
rosa, su viuda, y á su hijo primogenito el conde Guillermo, á quien
hicieron la gracia de conceder los bienes y señoríos del padre.

V.

Viendo el celo especial de los frailes dominicos, el papa Urba


no IV mandó por un breve librado en 28 de julio de 1262 : que no
hubiera en aquel reino mas inquisidores que los del instituto de
predicadores, á quienes autorizó para abocarse todos los procesos
pendientes ante cualquier inquisidor, concediéndoles facultad para
prender de acuerdo con el obispo, no solo á los hereges, sino á los
fautores, ocultadores y favorecedores, para privarlos de beneficios
eclesiásticos, excomulgarlos y proceder contra los que impidieran el
uso libre de su Inquisicion.
En 3 de agosto inmediato concedió a todos los provinciales de
España autoridad para nombrar dos inquisidores, removerlos y
sustituirlos con otros .
En 1 del mismo mes les agregó el privilegio de no poder ser ex
comulgado ni suspenso sino por el Papa mismo ó en virtud de co
mision especial y de que se pudieran absolver los inquisidores unos
á otros de cualquiera excomunion.
Los inquisidores de Barcelona que ya conoce el lector, fray Pe
dro de Tonenes y fray Pedro de Cadireta , en 1269 dieron senten
cia en Barcelona contra Arnaldo vizconde de Castelbó y Cerdaña, y
contra Herinesinda, condesa de Fox su hija, mujer del conde Rogerio
Bernardo II , condenando la memoria de ambos como muertos en la
heregia , mandando desenterrar sus huesos y arrojarlos en lugar
profano, si podian conocer se entre los demas del cementerio. Ambos
habian fallecido antes de 1211 .
Esta excomunion y profanacion de los huesos del difunto conde
de Rogerio no han impedido que los historiadores le dieran el nom
bre de grande.
Fray Pedro de Cadireta murió apedreado, y es tenido en el Ur
gel por mártir.
( 1 ) Esta sentencia se encuentra en la Crónica dominicana , provincia de Aragon , capítulo 4." , es
crita por fray Francisco Diago .
612 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.

VI .

Favorecieron constantemente la Inquisicion los reyes aragoneses,


y Jaime Il espidió real cédula, en 22 de abril de 1292 , man
dando salir de sus dominios a todos los hereges de cualquiera
secta, y encargando á las justicias de sus reinos prestar auxilio á
los frailes dominicos, inquisidores por oficio, encerrar en la cárcel
á todos aquellos por cuya prision fuesen requeridos, ejecutar las
sentencias que pronunciasen dichos inquisidores, remover todo obs
táculo que se opusiera á la práctica de su oficio, y asistirles en sus
viajes con alojamiento, caballerías y víveres.
La odiosidad que llevaba consigo el oficio de inquisidor produjo
en el primer siglo de la Inquisicion terrible venganza contra ellos,
y muchos frailes dominicos yу algunos franciscanos perecieron á ma
nos de sus víctimas y de las iras populares. Las crónicas de estas
dos órdenes religiosas expresan sus nombres, patrias , tiempos y lu
gares de sus desgracias, y adjudican a todos los honores del mar
tirio ; pero los papas solo han canonizado á San Pedro de Verona,
muerto en 1252 , siquiera tenga culto aprobado en Urgel fray Pon
cio de Espira, envenenado en 1242, y el padre Cadireta, que mu
rió apedreado por los hereges en 1277 .

VII .

En Navarra no tardó en establecerse la Inquisicion. El papa Gre


gorio II eligió en 23 de abril de 1218 para inquisidores de este
reino al guardian de los frailes Franciscos del convento de Pamplo
na, y á fray Pedro de Leodegaria, religioso dominico.
Segun el registro de las epistolas de Gregorio IX y los Anales
Eclesiásticos de Reinaldo, continuador de Baronio, parece qne se
trató de introducir la Inquisicion en Castilla en 1236 , por medio de
un breve, dirigido al obispo de Palencia . Aunque los historiadores á
que nos referimos dan esta noticia con aire duvitativo , sin duda de
bió establecerse entonces , porque dice Don Lucas de Tuy que el rey
San Fernando llevaba en sus propios hombros la leña para quemar
los hereges . Pulgar, en su historia de Palencia , tomo II , libro II ,
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 613

dice lo mismo . El rey de Castilla, despues canonizado por la Igle


sia, era digno émulo de San Luis rey de Francia, y no pocos de sus
sucesores , reyes de Castilla У de España y sus Indias , siguieron
durante muchos siglos el ejemplo del santo Rey católico .

Tomo I. 80
CAPITULO II.

SUMARIO.

Procedimientos de la Inquisicion antigua . - Crimenes en que conocia . - Pe


nas y penitencias que imponia .

1.

Establecióse en España , como ya hemos dicho en el capítulo


>

que antecede, el tribunal de la Inquisicion el año 1232, ( 1 ) en virtud


de una bula del papa Gregorio IX . El siguiente año se añadieron
á este código nuevos artículos en los concilios de Melun y Bezieres:
sobre estos fundamentos, el concilio de Tarragona , estableció para
los inquisidores de España en 1242 , la instruccion primitiva del
Santo Oficio de la Inquisicion española . Este código fué sucesiva
mente aumentado con las decretales de los papas. Agregándoles
todas las ordenanzas y reglamentos posteriores al siglo v, forma
rian un volúmen de no pocas páginas.
Como bajo su punto de vista histórico y jurídico estos curiosos
documentos son poco conocidos, vamos á dar aquí un breve resú
men de ellos, para que se vea hasta que absurdas extremidades con
duce el querer imponer por la fuerza las creencias.

( 1 ) En la cabecera del libro hemos puesto equivocadamente 1 263—1820, léase 1232—1820.

i
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 615

1. -Cuando era nombrado un sacerdote inquisidor por el Papa ó


por cualquiera de sus delegados, escribia al Rey noticiándole su
nombramiento . Expedia este un real decreto , mandando a todos los
tribunales de los pueblos por que pasara el inquisidor para ejercer
su ministerio , que le auxiliaran y le facilitaran todos los recursos de
que tuviera necesidad, bajo las penas mas severas . Que prendieran
á cuantas personas él les designara como heréticas ó sospechosas de
heregia, enviándolas á los sitios que él dijera, y haciéndoles sufrir
las penas que él les hubiese impuesto. La misma real órden obligaba
á los tribunales y magistrados áá proveer al inquisidor de un alojamien
to y á procurar para él , su cólega, notario y demás familiares las
comodidades y cuanto fuese necesario para su viaje, y á impedir
que se les hiciese el menor insulto ni causase el menor perjuicio.
II . -Cuando el inquisidor llegaba al pueblo en que debia fun
cionar, anunciaba de oficio su llegada al magistrado, diciéndole el
dia y la hora en que lo recibiria , á fin de poner en su conoci
miento el objeto de su mision . A la hora designada, la primera au
toridad del pueblo debia presentarse ante el inquisidor y prestar
juramento en sus manos de hacer guardar las leyes contra los he
reges, y sobre todo, de facilitarle los medios necesarios para descu
brirlos y arrestarlos . Si el magistrado no le obedecia , el inquisidor
lo excomulgaba suspendiéndolo además del ejercicio de sus funcio
nes , hasta que la excomunion fuese levantada . Si esto no bastaba,
publicábase la excomunion, aplicándola á cuantos tomasen parte en
la desobediencia . La desobediencia de la autoridad al inquisidor
bastaba para que este pusiese al pueblo en entredicho, suspendiendo
la celebracion de la misa. Si las autoridades cumplian con su deber,
el inquisidor les designaba un dia de fiesta para que concurriesen
con todo el pueblo á la iglesia, y en la cual , desde la cátedra del
Espiritu Santo les anunciaba la obligacion que les imponia de de
nunciar á los hereges, leyendo en seguida un edicto en que les orde
naba bajo pena de excomunion el plazo concedido para que hicieran
las denuncias. Inmediatamente despues anunciaba el inquisidor, que
los hereges que se presentasen expontáneamente , confesando su crí
men antes de ser juzgados y de expirar el término de gracia, obten
drian la absolucion y solo se les impondria una pena canónica;
reservando todos los rigores de la persecucion para los que an
tes de la expiracion del plazo no le hiciesen así . Por lo genera
el plazo era de un mes .
616 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

III .—Si durante este intervalo tenian lugar las denuncias , regis
trábanse en un libro especial , pero no tenian efecto hasta ver si los
denunciados se presentaban por sí mismos . Tan pronto como el
término expiraba llamaban al denunciador y le decian que habia
tres maneras de proceder para descubrir la verdad : la acusacion ,
la denuncia y la inquisicion . Si preferia la primera lo invitaban á
acusar al delatado , pero advirtiéndole que , si no se le probaba el
crímen , él sufriria la pena del talion por calumniador . La mayor
parte se contentaba con denunciar, declarando que la causa de su
denuncia era el temor de incurrir en las penas con que amenazaba
la ley á los que no revelasen al Santo Oficio io que supiesen de los
hereges ; y que deseaban que su delacion quedase secreta por
el peligro de muerte á que se verian expuestos si se les conociese;
pero decian los nombres de las personas que a su juicio conocian
mejor la heregía del acusado. El tercer caso en que la Inquisicion
procedia de oficio era cuando el denunciante manifestaba que él 00
sabia fuese herege la persona que denunciaba, pero que habia lle
gado á sus oidos el rumor que lo acusaba de sospechoso en mate
ria de fé.
IV.— Interrogaba el inquisidor á los testigos , asistido de un no
tario y de dos frailes , encargados de que las declaraciones fuesen
redactadas con fidelidad. Si la sospecha de heregía se probaba en
la instruccion preparatoria , se procedia á arrestar al acusado con
duciéndolo a la prision eclesiástica, donde se le interrogaba , com
parando sus respuestas con los testimonios del sumario .
V. —En la primera época de la Inquisicion no habia fiscal, cuya
funcion desempeñaba verbalmente el inquisidor despues de oir á los
testigos . La confesion del acusado servia de acusacion y de res
puesta. Si el acusado se reconocia culpado de una heregía, no podia
probar su inocencia á propósito de las otras. Desde que se le pro
baba uno de los crímenes por que se le habia procesado, ya no podia
defenderse . Preguntábanle si estaba dispuesto a abjurar la heregia
confesada. Si consentia, se reconciliaba , y pagaba su error con una
penitencia canónica y alguna otra pena leve . En el caso contrario.
se le declaraba herege obstinado, entregándolo á la justicia secular
con copia de la sentencia .
VI . —Si el acusado negaba los cargos y queria defenderse le da
ban una copia del proceso; pero suprimiendo los nombres de los
testigos y las circunstancias que pudieran facilitar su descubri
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 617

miento. Esto , sin embargo, solo tuvo lugar al principio del estable
cimiento del tribunal y no era obligatorio , quedando á discrecion
del inquisidor concederla ó negarla . Los papas no tardaron en pro
hibir definitivamente que los acusados viesen sus procesos en copias
ni extractos . El acusado podia recusar al inquisidor, exponiendo los
motivos . Si este lo creia conveniente , nombraba una tercera perso
na que decidiese ; con lo cual se vé claramente cuán imaginario era
el lal derecho de recusacion , pues el inquisidor mismo debia , segun
>

su voluntad, ó rehusar ó nombrar otro que lo hiciera .


VII. — Tambien hubo al principio otra práctica de corta duracion .
Podia el acusado apelar ante el Papa de los actos del tribunal, y de
los procedimientos del inquisidor, y este acepla ba ó no la apelacion,
segun las reglas del derecho. Si la apelacion era aceptada , los in
quisidores podian ir á Roma á defender su conducta. Suprimióse
esta práctica, fundándose en que, entre otros inconvenientes, tenia
el de red ucir á los jueces á la condicion de partes .
VIII.- El procedimiento de la Inquisicion no tenia nada de regu
lar : los jueces no concedian á los acusados término para la prueba .
Si negaban los cargos , los ponian en el tormento para obtener la con
fesion, quedando al arbitrio de los jueces el apreciar si la confesion
era ó no necesaria para sentenciarlos segun lo que el proceso hu
biese dado de sí .
IX . -Si el crimen no se probaba, lo declaraban así en la sen
tencia, de la cual daban copia al acusado alponerlo en libertad .
X. -La sospecha de criminalidad se dividia en tres categorías ,
que designaban por los nombres de leve, vehemente y vehementisima.
XI .—Al acusado declarado sospechoso, aunque fuese en el grado
de leve, le preguntaban si consentia en adjurar las heregías y par
ticularmente lo que de él sospechaban.. Si respondia que si , levan
taban el anatema y lo reconciliaban segun la forma ad cautelam , im
poniéndole penas y penitencias; si rehusaba retractarse, lo excomul
gaban , y si al cabo de un año no se habia presentado á pedir ab
solucion ni prometido abjurar, lo consideraban como herege obs
tinado y lo trataban como tal .
XII. — Cuando el tribunal reconocia en el denunciado un herege,
pero pronto áa abjurar y que no era reincidente, concedíanle la re
conciliacion, imponiéndole penas y penitencias . Consideraban como
>

reincidente ó relapso al que habia sido antes condenado como he


rege ó como vehementemente sospechoso. Aunque no estuviese en
618 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

esta misma condicion , si rehusaba abjurar , lo entregaban á la justi


cia secular, que era lo mismo que áa las llamas , aunque no hubiese
habido contra él mas que una sospecha leve la primera vez .
XIII . Las abjuraciones se hacian en la residencia misma del in
quisidor, en el palacio episcopal ó en el convento de los dominicos,
tambien se hacian en las iglesias , é iban acompañadas de ce
remonias que variaban segun las circunstancias. El domingo pre
cedente al en que debia tener lugar la ceremonia, la anunciaban en
todas las iglesias, exhortando á los fieles á concurrir a la hora y sitio
señalado , para escuchar el sermon que no dejaba nunca de predi
car el inquisidor con tal motivo. En el dia y hora indicada, elero y
pueblo se reunian al rededor de un tablado donde se veia al acusa
do levemente sospechoso, en pié , con la cabeza descubierta para que
todo el mundo lo viese bien . Cantábase la misa, que interru mpia
despues de la Epístola el inquisidor para predicar contra las here
gias que daban lugar á aquella ceremonia. Despues de combatirlas
enérgicamente, anunciaba que contra la persona que estaba en el
9

tablado habia una leve sospecha de haberse dejado arrastrar por


ellas. Para convencer al público, el inquisidor referia las acciones,
las palabras y escritos de que el proceso daba cuenta, terminando
con la agradable noticia de que el culpadoestaba pronto á aa bjurar.
Presentábanle en seguida la cruz y los Evangelios , y le hacian leer
su abjuracion que debia firmar si sabia, y el inquisidor le daba la
absolucion, y pronunciaba la sentencia, en la que se exponi an su
,

cintamente las heregías que se sospechaban cometidas por el con


denado, concluyendo con las penas y penitencias que juzgaba útiles
para su salvacion .
XIV . Cuando la sospecha era vehemente, el auto de fé tenia
lugar en domingo ó dia festivo . En ninguna iglesia podia pre dicar
se aquel dia á fin de atraer mayor concurso á la ceremonia . Ad
vertian en ella al culpable que no solamente debia conducir se co
mo buen católico en lo futuro, sino portarse además con la mayor
prudencia para no ser acusado segunda vez; pues si reinci Jia en
lasmismas heregías, no podria librarse de la muerte, aunque ab
jurara y obtuviera su reconciliacion .
XV. Cuando las sospechas eran vehementisimas, el culpable
era tratado como herege; conducíanlo a la iglesia con un hábito de
penitente, burdo y pardo,, de cuyo capuchon pendia unescapu lario,
con una gran cruz de bayeta amarilla en el pecho y otra en la es
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 619

palda. Cuando debia reconciliarse á un herege declarado , se obser


vaban las mismas ceremonias.
XVI . Cuando el prevenido debia pasar por la prueba canónica,
el acto se efectuaba en la catedral ó en la iglesia principal del pue
blo , un domingo ó dia de fiesta mayor. El escribano leia el proceso
del que resultaba justificada la sospecha de heregía, que pesaba
sobre el acusado y su refutacion . Despues del sermon , anunciaba el
inquisidor desde el púlpito, que el acusado debia destruir la acu
sacion con su juramento, y el de doce testigos dignos de fé que lo
hubieran conocido y frecuentado, durante los últimos diez años .
Cuando él habia declarado que no era herege, los testigos declara
ban con juramento, que era verdadera su protesta . Despues de cum
plir esta doble formalidad, abjuraba todas las heregías en general , y
en particular las que produjeron la sospecha que lo expuso á la
difamacion .
XVII . Si el acusado estaba arrepentido y pedia que lo reconci
liasen , encontrándose en la clase de los relapsos ó reincidentes, lo
relajaban Yy lo entregaban á la justicia secular para que le quitase
la vida . Encerrábanlo de nuevo en un calabozo, donde acudian va
rios frailes у sacerdotes para inducirlo á que solicitase del inquisi
dor la gracia de ser admitido al sacramento de la penitencia y á la
comunion. Anunciábase entre tanto en toda la provincia el auto de
ſé que se celebraba en la plaza principal del pueblo. Conducido el
reo ante la hoguera y colocado en un tablado construido al efecto,
leíanle la sentencia, en virtud de la cual lo entregaban á la justicia
ordinaria, y cuyo último párrafo consistia en una súplica al juez pa
ra que tratase al reo con humanidad.
XVIII. Cuando el acusado era un herege impenitente y no re
lapso, condenábanlo á la relajacion; pero el auto de fé no tenia lu
gar sino despues que se habian agotado todos los recursos para
volverlo á las creencias católicas . Usaban alternativamente i rigor
У la dulzura: permitíanle recibir en su prision á sus parientes, ami
gos y compatriotas, eclesiásticos y otras personas conocidas por sus
luces. El inquisidor y el mismo obispo iban á exhortarlo á que vol
viese al seno de la Iglesia . Cuanla mas obstinacion manifestaba el
reo con mas bondad y miramiento lo trataban, aparlando de él todo
lo
que pudiese inspirarle horror , y esforzándose en hacerle creer que ,
si se convertia , evitaria la muerte , lo condenarian á prision per
pétua á no ser que fuese relapso,
620 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

XIX . Si el desgraciado herege era relapso, en vano manifesta


9

ba su arrepentimiento ; la única gracia que le concedian era la de


morir decapitado ó ahorcado, en vez de consumido por las llamas..
2

XX . Condenaban por contumacia á los acusados que se habian


puesto en salvo , y celebraban el auto de fé quemando en su lugar
una estátua de paja, lo que no le libraba de ser quemado en perso
na, si podian echarle mano .
>

En la guia para los inquisidores compuesta por el inquisidor


F. Nicolás Eimerich , de donde extractamos los párrafos preceden
tes , encontrará el curioso lector mas extensos detalles sobre la ma
teria .

II .

Crímenes que entraban en la jurisdiccion de la inquisicion anti


gua de España.
«Al establecer la Inquisicion , los papas se propusieron el descu
brimiento y el castigo del crímen de heregía. Sin embargo, desde
el principio recomendaron a los inquisidores que persiguiesen asi
duamente á cuantos creyesen sospechosos, fundándose en que este
medio, era el único que podia facilitar el descubrimiento de los ver
daderos hereges . Todo infeliz cuya reputacion no era muy buena,
podia estar seguro de que la Inquisicion emplearia sus grandes me
dios en averiguar hasta que punto era merecida: generalmente, es
tas averiguaciones producian delaciones mas ó menos graves.
Aunque los crímenes que no se relacionaban con las creencias reli
giosas no podian ser juzgados por la Inquisicion, sino por los jueces
ordinarios, los papas, considerando que muchos de ellos, no se co
meterian sino estuvieran los perpetradores imbuidos en perniciosas
ideas religiosas, dispusieron que su conocimiento estuviese en las
atribuciones del Santo Oficio para averiguar si la causa que los
habia inducido á cometerlos consistia en falsas creencias religiosas,
en cuyo caso debian ser castigados como hereges . Entre estos deli
tos habia lo que llamaban blasfemias heréticas, cometidas contra
Dios y los santos .
»La segunda especie de delitos que llevaba consigo la sospecha
de heregía era el sortilegio y la adivinacion . Muchas veces , segun
los medios empleados por los hechiceros y adivinos para descubrir
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 621

lo futuro , eran considerados como hereges y no como sospecho


SOS .

» La misma sospecha caia sobre las personas que se dirigian á


los demonios en sus prácticas supersticiosas y otros procedimientos
parecidos.
» Habia una cuarta clase de crímen que daba lugar a la sospecha
de heregía, y consistia en pasar un año sin haber solicitado la ab
solucion ni cumplido las penitencias impuestas.
» El cisma era el quinto caso de sospecha; pues si bien se puede
ser cismático sin ser herege, es probable la simultaneidad de los
dos crímenes. A la primera categoria pertenecian los cismáticos que,
admitiendo todos los artículos de la fé , negaban la obediencia al Papa.
La segunda se componia de los que pensando como los cismáticos
citados, rehusaban creer en algunos de los artículos definidos; como
los griegos, por ejemplo, que no creian procediese el Espíritu San
to del Padre y del Hijo, sino del Padre solamente . La Inquisicion de
bia perseguir a los primeros como sospechosos de querer mal al
padre de la Iglesia , y ser por tanto enemigos de la pureza del dogma .
» Tambien debia proceder la Inquisicion contra los ocultadores,
fautores y adherentes de hereges, porque ofendian á la Iglesia ca
tólica y fomentaban la heregía, lo que justificaba la sospecha de
que sus opiniones debian ser contrarias al dogma. Estos constituian
la sexta clase de sospechosos.
»La séptima categoría estaba compuesta de los que se oponian á
la Inquisicion ó impedian á los inquisidores el ejercicio de su mi
nisterio .
» Estaban en la clase oclava los señores á quienes habiéndoles in
timado los oficiales de la Inquisicion que arrojaran á los hereges de
sus dominios, se resistian á hacerlo, pues no podia menos de ser
considerado como herege y fautor de heregías el que se oponia al
exterminio de los que las profesaban .
» La novena comprendia los gobernadores de reinos, provincias
y ciudades que no acudian á perseguir a los hereges, cuando eran
al efecto requeridos por la Inquisicion .
» La décima clase de sospechosos abarcaba todos los habitantes
de las ciudades que se oponian á modificar las leyes, ordenanzas y
reglamentos municipales, cuando a juicio de los inquisidores difi
cultaban ó impedian llevar a cabo las medidas que ellos tomaban
para la extincion de la heregía.
Томо І. 84
622 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»El onceno caso que daba lugar a la sospecha de heregía refe


ríase á los abogados, notarios y gentes de ley que favorecian la
causa de los hereges, aconsejándoles, defendiéndolos, ó contribu
yendo por cualquiera otro medio á que escapasen de mano de los
inquisidores; y tambien si ocultaban papeles, procesos ó escrituras
que pudiesen revelar sus errores, su estado , el sitio de su domici
lio ó contribuir de cualquier modo al descubrimiento de las here
gias .
«La duodécima clase de los sospechosos se encontraba en las per
sonas que daban sepultura eclesiástica á los hereges conocidos pú
blicamente como tales por su propia confesion ó por una sentencia
definitiva .
» La décima tercia se componia de los que en los procesos rehu
saban jurar sobre cualquier punto que los jueces les proponian:
esta resistencia bastaba para considerarlos culpables de oposicion
al régimen del Santo Oficio .
» Preciso es colocar en la clase décima cuarta de sospechosos, los
muertos denunciados como hereges. Cuando la Inquisicion averi
guaba que los difuntos cometieron durante su vida acciones que
pudieran poner en duda su fé, formábanles un proceso como si es
tuviesen vivos, y si de él resultaban condenados, lo que sucedia ge
neralmente, exhumaban los cadáveres y los quemaban ; confiscaban
los bienes que poseyeran durante su vida y condenaban á la inſa
mia su memoria .
» En la décima quinta categoría podemos colocar los escritos que
contenian una doctrina herética ó que podian conducir á ella, y los
autores que los habian escrito . Eimerich refiere diversos juicios y
condenaciones de libros pronunciadas por el mismo y otras por el
obispo de la diócesis en que él ejercia su ministerio. Cita, entre
otros, los de Raymond Lull, famoso fraile franciscano de Mallorca,
>

Raymond Tarrago, fraile dominico, nuevamente convertido del


judaismo. Los de Arnaldo de Villanueva, médico catalan, y los de
Gonzalo de Cuenca y Nicolás de Calabria , hereges virgilianos.
» Podemos considerar como la última clase á los moros y judios,
cuando trataban de inducir á los cristianos á abandonar su reli
gion para que adoptasen la de ellos.»
Como se vé , la lista es larga: pero tenia algunas excepciones, que
eran : el Papa , sus legados, nuncios, oficiales y familiares, que aun
que fuesen denunciados como hereges al inquisidor, este no tenia
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 623
derecho á condenarlos y se debia contentar con recibir la delacion y
remitirsela al Papa. Tambien estaban esceptuados los obispos ; pero
no los reyes, ni sus familias, ni delegados.
Los obispos eran inquisidores ordinarios de derecho divino ; pero
no podian procesar á los inquisidores apostólicos, a quienes los pa
pas hicieron independientes de la jurisdiccion ordinaria .
Aunque los inquisidores tenian el derecho de reclamar el auxi
lio de la justicia secular, que no podia rehusarlo sin incurrir en la
pena de excomunion y en la persecucion como sospechosa de he
regía, los inquisidores tenian su milicia propia compuesta de al
guaciles y de hombres armados..
Los primeros inquisidores no disfrutaban sueldo fijo; cuando
crecieron sus gastos con la importancia y multiplicacion de sus
funciones, los papas decretaron que estuvieren á cargo de los obis
pos en cuyas diócesis trabajaban, hasta que por último la Inquisi
cion se sostuvo con la venta y alquileres de los bienes confiscados
á los hereges, y con las multas que imponian en ciertos casos .

III .

Penas que imponia la Inquisicion antigua :


I. — Como el tribunal de la Inquisicion era eclesiástico , no podia
imponer por sí mismo á las personas mas que las penas espiritua
les de excomunion, de degradacion, de suspension y de deposicion ;
У á los pueblos las de entredicho y cesacion del Oficio divino. Pero
las leyes de los emperadores cristianos del siglo iv y siguientes; las
opiniones establecidas durante y despues del vin , la corrupcion ge
neral de las ideas y de los principios canónicos predominantes en
el xi y que tan monstruosamente se acrecentaron en los posteriores;
el miedo que las censuras eclesiásticas inspiraban a los soberanos;
la general ignorancia respecto á los verdaderos límites de las au
toridades civilyy eclesiástica , todas estas circunstancias contribuyeron
á
que los inquisidores en el siglo xin se creyeran autorizados para
imponer toda clase de penas corporales, esceptuando la de muerte .
Escepcion puramente nominal, puesto que tenian á su disposicion
el tormento y la relajacion, que llevaba consigo la declaracion de
herege, delito que las leyes condenaban con pena de la vida, y cu
ya sentencia no podian menos de ejecutar los jueces cuando el San
624 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

to Oficio se la entregaba con el reo. Además, si el juez por sa


tisfacer la súplica hipócrita con que concluia la sentencia , de que
trataran al reo con humanidad , no lo quemaba inmediatamente , la
Inquisicion lo juzgaba como sospechoso de heregia, fundándose en
su negligencia para cumplir las leyes civiles contra los hereges.
II.—Las sentencias que daban los inquisidores imponian á los
culpables multas y penas personales que variaban segun los casos
y circunstancias y la naturaleza de los procesos: como por ejem
plo, la confiscacion total o parcial de bienes, la prision temporal ó
perpétua, la expatriacion , la infamia, la pérdida de empleos, títulos
y dignidades, la prohibicion de pretender, y por último, todas las
establecidas por la Santa Sede , por los concilios y las leyes civiles.
El juez seglar no tenia el derecho de conocer el delito , sino cuan
do el culpable era entregado al brazo secular, lo que no suce
dia sino despues de la relajacion para ser quemado ó ajusticia
do ; en todos los otros casos el inquisidor hacia de tribunal
eclesiástico у civil . Verdad es que esta segunda parte de la senten
cia no podia ejecutarse sino con el consentimiento del poder tempo
ral ; pero este se oponia tan rara vez á su ejecucion , que su apro
bacion tácita llegó a convertir la costumbre en derecho, y en om
nímoda la libertad de accion del Santo Oficio .
III .—Los culpables que abjuraban, como levemente sospechosos
de heregía, eran condenados á una larga prision; pero si la sospe
cha era vehemente, la prision era perpétua óó poco menos : los in
quisidores , no obstante , se reservaban el derecho de disminuir su
duracion cuando creian al preso verdaderamente arrepentido; pero
si la abjuracion era de una heregía declarada, la prision era perpe
tua, y el inquisidor no podia mitigarla ni reducirla.
IV .-- Entre las penas que se imponian al condenado debe con
tarse la de llevar el hábito de penitente conocido en España con el
nombre de sambenito, corrupcion de saco bendito .
Su verdadero nombre español era no obstante zamarra . El pri
mero se vulgarizó mas, porque desde el tiempo de los hebreos se
llamaba Sac el hábito de penitente . Antes del siglo xiii acostumbra
base á bendecir el saco que debia llevarse como penitencia públi
ca , de donde le vino la calificacion de saco bendito. Consistia en
una túnica cerrada como la sotana de los sacerdotes, y fué adoptado
por la Inquisicion desde su origen .
Para poder apreciar cumplidamente hasta qué punto llegaron á
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 625

|
apartarse los cristianos de los consejos de la tolerancia de los Após
toles y Padres de la Iglesia, m podemos menos de volver á citar
aquí la frase de San Pablo, en su Epístola á Tito, obispo de Creta,
capítulo III : « Procura convencer al herege de su error una y dos
» veces , y si no se convence , procura en adelante evitar su pre
»sencia . »
Veamos ahora los progresos que hizo la Inquisicion en España
durante los siglos xiv y xv .
CAPÍTULO 111.

SUMARIO .

Nueva division de España en dos distritos inquisitoriales . - Autos de fé celo


brados en Zaragoza . - Persecucion contra los templarios en Aragon y Cas
tilla . - Auto con asistencia del rey D. Jaime. - Jacobo Justis condenado por
docmatizante . - El heresiarca Raimundo Castelli es quemado vivo . - El le
rege Nicolis muere tambien en las llamas . - Bartolomé Janovesio es recon
ciliado . - Auto de fé en Valencia.- Gran cisma de Occidente. - Estableci
miento de la inquisicion provincial en Valencia . - Begardos descubiertos y
quemados en Vizcaya . - Especie de interregno en la inquisicion de Casti
lla .-- Calma que augura una gran tempestad .

I.

Durante todo el siglo xiv continuó estendiéndose la Inquisicion


en España, gracias a la proteccion de los reyes y á la actividad de
los frailes dominicos. Estos acordaron en capítulo general el año de
1301 que hubiera dos provincias, las cuales se titularan de Es
paña , y fuese primera en honores, voz y voto , la que habia de com
prender Castilla y Portugal ; la otra, segunda en órden llamada de
Aragon , debia comprender los reinos de Valencia, Cataluña, Rose
llon , Cerdaña, Mallorca, Menorca é Ibiza. Dice fray Hernando del
Castillo, que se dió la preferencia y denominacion de España á Cas
tilla por respeto al santo patriarca Domingo de Guzman , que fué
castellano , natural de Caleruega , diócesis de Osma.
El reino de Navarra no figura en esta distribucion; pero segun
Monteiro, historiador de la Inquisicion de Portugal , fué unida á la
provincia de Aragon.
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 627

II .

En 1301, el inquisidor de Aragon fray Berdardo celebró auto de


fé en Zaragoza, reconciliando varios hereges y entregando otros á
la justicia secular; y en 1301, fray Domingo Peregrino, nuevo in
quisidor de Aragon y Valencia , celebró nuevo aulo , y con autori
dad del rey Jaime II desterró de sus dominios a los que no entregó
al poder secular.
La prision y ejecuciones de los caballeros templarios tuvieron lu
gar en Aragon en 1308 por orden del papa Clemente V, y los do
minicos como inquisidores fueron encargados de la ejecucion. Fray
Juan Lotgerio, inquisidor general de la Corona de Aragon , y fray
Guillermo, confesor del Rey , dispusieron en 3 de diciembre del
mismo año , que todos fuesen encerrados en su convento de Valen
cia , para inquirir sobre su fé y conducta .
Tambien en Castilla, la Inquisicion recibió comision del papa
Clemente V , dada en 31 de julio de 1308 , para perseguir á los
templarios por causa de heregía, en union de los arzobispos de To
ledo y Santiago . El mismo Papa escribió al rey de Portugal en 30
de diciembre de dicho año de 1308, dándole igual encargo sobre los
templarios de su reino, si es que aun hubiese alguno sin prender.
En Aragon se descubrieron muchos bereges en 1314 , siendo in
quisidor general del reino fray Bernardo Puigcercós, y en diversos
autos de fé desterró á algunos y entregó muchos al brazo secular
para ser quemados; pero reconcilió al heresiarca fray Bonato y á
otro dogmatizante llamado Pedro de Olerio , con muchos seducidos
por estos , que abjuraron sus errores. El desgraciado Bonato fué al
fin quemado vivo en 1331, por órden de fray Guillermo de Costa ,
inquisidor general, por haber reincidido en la heregía, yу al mismo
tiempo fueron reconciliados muchos á quienes habia pervertido .
Generalmente los reyes acostumbraban á dar autoridad al espec
táculo con su presencia. En las Crónicas dominicanas de Fontana y
de Diago encontramos; que fray Arnaldo Burguete, inquisidor ge
neral de la Corona de Aragon, mandó prender y entregar á la jus
ticia secular para ser quemado como herege relapso á Pedro Du
rando de Baldach, cuya justicia se ejecutó en 12 de julio de 1325 ,
en presencia del rey don Jaime, de sus dos hijos y de dos obispos .
628 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

U.

En 1350 , el inquisidor general de Aragon fray Nicolas Roselli,


que despues fué cardenal, consultó al Papa sobre cierta mala doc
trina que se esparcia respecto al sacramento de la Eucaristia.
El Papa la condenó, y Roselli prendió en Valencia al dogmatizan
te Jacobo Justis, á quien reconcilió en auto de fé público, conde
nándolo á cárcel perpétua . Además mandó desenterrar y quemar
los huesos de tres hereges muertos en la pertinacia.
Los inquisidores fray Juan Gomis y fray Nicolás Eimerich pren
dieron y penitenciaron á muchos hereges en Aragon y Valencia,
por los años de 1356 , y un famoso heresiarca de Empurias, llama
do Raimundo Castelli fué condenado a las llamas por el primero
de estos inquisidores.
En el mismo año , habiendo sido promovido fray Nicolás Roselli á
la dignidad de cardenal , nombró el papa Inocencio VI inquisidor ge
neral de Aragon áá fray Nicolás Eimerich . Este señor admitió á re
conciliacion con penitencia de sambenito perpétuo, á un herege
calabrés llamado Nicolás; pero pareciéndole despues que su abjura
cion le habia sido dolorosa , lo bizo quemar vivo el 30 de mayo de
1357, degradándolo primero de sus órdenes eclesiásticas .
Mejor librado salió de entre las manos del inquisidor Eimerich
el fanático Bartolomé Janovesio . Este pobre hombre predicaba y es
cribia en 1359, que el dia de Pentecostes del año inmediato ven
dria el Anticristo, cesarian los sacramentos y el culto de la Iglesia
católica, Уy los que se adhiriesen al Anticristo no podrian convertirse
ni esperar perdon . Su error fué creido por muchos ; prendieronlo,
se arrepintió, y el inquisidor Eimerich lo admitió á reconciliacion
contentándose con quemar sus libros .

IV .

El comisario inquisidor de Valencia fray Bernardo Ermengol hizo


gran destrozo entre los hereges de esta ciudad, celebrando auto pú
blico de fé en 1360. No sabemos el número de sus víctimas; pero
Fontana , en sus Monumentos Dominicanos , dice que los procesos sen
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 629

tenciados fueron muchísimos; unos reos fueron reconciliados con


penitencia cumplidera en el mismo pueblo; muchos desterrados del
reino y bastantes entregados á la justicia ordinaria para ser que
mados vivos .
El inquisidor Eimerich escribió una obra titulada Directorio de
inquisidores, y en la cuestion XLVI de su segunda parte, sobre si los
no bautizados pueden estar sujetos á la Inquisicion , dice que de su
órden y de la del obispo de Barcelona fué puesto en los calabozos
de la Inquisicion un judio llamado Astucho de Piera , por habérsele
justificado que invocaba á los demonios y les daba culto , preten,
diendo que no se le debia dar solo á Dios; que la justicia secular qui
so inhibirse de la causa y quitar el preso; que se entregó por via
de secuestro al obispo de Lérida, y que habiendo consultado al pa
pa Gregorio XI , vino la resolucion que consta en letras dirigidas
con fecha 10 de abril de 1371, por los cardenales Guido y Egidio
al obispo de Lérida, mandándole restituir el preso á la orden del
obispo de Barcelona y del inquisidor Eimerich, los cuales admitie
ron al judío su abjuracion en 1.º de enero de 1372 , en la catedral
>

de Barcelona, con la pena de cárcel perpétua; de lo cual resulta


que la Iglesia , no solo se creia autorizada á castigar á los católicos
que fallasen á su fé, sino á los que nada lenian que ver con la re
ligion católica por haber siempre profesado otra .
Este señor inquisidor Eimerich continuó ejerciendo el empleo de
inquisidor general de los reinos de la corona de Aragon , hasta su
muerte acaecida en 1393; y si hubiéramos de referir las sentencias
que él y sus subalternos impusieron a los hereges, yY de las cuales
da cuenta en su Directorio de inquisidores, no bastaria un volumi
noso tomo para contenerlas.

V.

A la muerte del papa Gregorio XI , ocurrida en 27 de marzo de


1378, principió el gran cisma de Occidente por la eleccion -de dos
papas , hecha en el mismo año , una en 8 de abril en Urbano VI ,
elegido por los romanos, y otra fuera de Roma en 20 de setiembre,
que produjo á Clemente VII , cisma que duró hasta la eleccion de
Martin V , hecha en el concilio general de Constanza, el 11 de diciem
bre de 1417. Pero aquella lucha intestina, que desgarró la Iglesia
TOMO ) . 82
630 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

católica durante diez y nueve años , no alivió en nada la suerte de


los hereges ; pues todos los bandos estaban unánimes en su exter
minio .
De esta manera comenzó el siglo xv , y en el año de 1406 vemos
el oficio de inquisidor ejercido en la ciudad de Segovia contra el sa
cristan de la parroquia de San Facundo y algunos judíos que ha
bian profanado la hostia consagrada; y en el reino de Aragon ve
mos á Benedicto XII, reconocido en aquella corona por papa legi
timo , crear en 1.° de abril de 1913 una nueva Inquisicion para la
isla de Mallorca , y nombrar inquisidor á Guillermo Segarra, de
jando en las provincias de tierra firme á fray Bernardo Pagés . Uno
y otro hicieron algunos autos de fé, reconciliando algunos here
ges y entregando no pocos á la justicia secular para ser quemados.
Creyó el rey de Aragon Alfonso V que habiendo inquisiciones
provinciales en Cataluña, Rosellon y Mallorca, era una vergüenza
que Valencia careciese de tal beneficio; y á instancias suyas, elpa
pa Martin V expidió una bula el 27 de marzo de 1120, en que da
ba gusto á Su Alteza .
El primer inquisidor provincial de Valencia fué fray Andrés Ros,
que emprendió el exterminio de los moros y judíos que pretendian
pervertir á los cristianos.
Sucedióle en 1425 fray Domingo Cors, y despues fray Antonio de
Cremona, confesor de la reina , y uno y otro castigaron á muchos
que habian incurrido en la heregía de los valdenses. Su sucesor
fray Martin Trilles reconcilió á algunos sectarios de Wicleff y relajó
á muchos que entregó á la justicia secular para ser quemados.
Descubrióse en Durango de Vizcaya , en 1142 , la secta de los
begardos practicada y defendida por Alfonso Mella, fraile francisca
no , hermano del obispo de Zaragoza don Juan de Mella, que des
pues fué cardenal. Sabiéndolo el rey de Castilla Juan II , envió des
de Valladolid á Vizcaya para exterminarlos á fray Francisco de So
ria y á don Juan Alonso Chernio, abad de Alcalá la Real y conse
jero del Rey . Alonso Mella huyó á Granada con algunas mujeres, y
allí murió entre los moros desgraciadamente. Todos los que no su
pieron ó no quisieron huir murieron quemados, unos en Vallado
lid y otros en Santo Domingo de la Calzada .
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 631

Vi .

Pareceque no habia Inquisicion en Castilla por los años 1460 .


fray Alonso Espina, religioso franciscano, se quejaba al rey don
Enrique IV del gran daño que sufria en concepto suyo la religion
por no haberla, suponiendo que los hereges y judíos la vilipendia
ban sin temor del Rey ni de sus ministros .
Lleno de celo el tal fray Alonso, prometió á varios obispos ser
virles de comisario para inquirir, lo cual, segun asegura Paramo, se
verificó en algunas diócesis ; pero los historiadores dominicanos di
cen que poco despues, en el pontificado de Paulo II , fué inquisidor
de Castilla por espacio de siete años fray Antonio Riccio, provin
cial de su órden en el reino .
En 1473, el arzobispo de Toledo don Alonso Carrillo, ayudado de
cincuenta у dos teólogos que reunió en Alcalá de Henares,, juzgó al
profesor Pedro de Osma por los errores teológicos que manifestó en
sus obras. Osma abjuró todo error : elArzobispo condenó ocho pro
posiciones, y el papa Sixto IV confirmó la condena sin interven
cion de inquisidor alguno.
En 1474 , por orden del Sumo Pontífice, nombró el general de
los dominicos inquisidores para todas las provincias de España, me
nos para la de Castilla ; pero no tardó esta en tenerla y la mas ter
rible de todas, gracias a los reyes católicos Fernando é Isabel .
Pronto veremos, sin embargo, que todos los horrores cometidos
por la intolerancia religiosa, inclusos los de la Inquisicion, desde
el siglo xir á fines del xv , quedan oscurecidos y como anulados
por las iniquidades cometidas por la Inquisicion llamada moder
na , de que vamos á ocuparnos en los capítulos siguientes.
CAPITULO IV.

SUNIARIO .

Establecimiento de la Inquisicion moderna . - Disgusto ron que miraron los


españoles su establecimiento . - Avaricia del Rey cat lico . - Oposicion de la
Reina. - Pedro de Osma . - Las cirtes de Toledo en 1-190 , - Sombramiento
de los primeros inquisidores . - Sus primeras medidas - Sus efectos . - Gran
número de victimas . - Demandas de la Reina al Papa . - H rr res coleti
dos en Valencia por el inquisidor Galvez .- Recursos á Roma

I.

Establecióse la Inquisicion antigua contra los albigenses, como


hemos visto en otros libros, y la moderna se estableció en España
contra los judíos convertidos al catolicismo, que reincidian en su an
tigua fé y á los que llamaban judaizantes. Esta nueva Inquisicion,
fundada por los Reyes Católicos en 1481, no ha sido abolida defini
tivamente hasta 1820 , en que el pueblo, en Madrid, Sevilla , Va
lencia, Múrcia y otras muchas poblaciones, tomó á viva fuerza los
edificios que llevaban su nombre, destruyó muchos de ellos y puso
en libertad a los presos, como veremos en el libro consagrado á la
última época de la Inquisicion restaurada por Fernando VII en 1820 .
Entre ambas fechas mediaron trescientos treinta y nueve años de
horrores , que no bastarian á referir cien volúmenes, y so pretexto
de religion , se causaron mas ruinas, se vertieron mas lágrimas y
corrió mas sangre que en las guerras y conquistas mas desastrosas
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 633

y funestas para la humanidad. La Inquisicion española fué el en


gendro mas espantoso, la encarnacion mas perfecta del fanatismo, y
sus estragos deben representarse con todo su horrible aspecto á
cada nueva generacion
Aunque los españoles concluyeron por someterse á tan injusto
tribunal, en honor de ellos debe decirse que no de todos fué bien
recibido, siendo en muchas partes su instalacion ocasion de disgus
tos graves , asonadas yy crímenes.
El tribunal de la Inquisicion dependia directamente del Papa,
juzgaba y condenaba en secreto ; entregaba sus víctimas al Rey
para que ejecutase la sentencia y partia con él los bienes que les
confiscaba .

II .

Fray Alonso de Ojeda, prior del convento de dominicos de Se


villa y fray Felipe de Barberis inquisidor siciliano, ayudados por el
obispo de Trevisa Nicolás Franco , nuncio del Papa, fueron los ins
tigadores de esta idea con la reina Isabel, y para cohonestar sus pre
tensiones, echaron mano de los mismos medios empleados en otras
ocasiones para inducir a la plebe al saqueo y degüello de los judíos.
Esparciéronse siniestros rumores contra los cristianos nuevos : ya
de que azolaban imágenes de Jesucristo; ora , como en Sepúlveda
en tiempos anteriores, de que crucificaban niños cristianos para es
carnecer la pasion de Jesucristo.
No necesitaba Fernando V lantas persuaciones para llevar a cabo
el proyecto que hacia tiempo abrigaba; como dice con razon un his
toriador: bastábale la esperanza de aumentar sus riquezas con las
confiscaciones у de ganar la voluntad del Papa para los desig
nios ambiciosos que alimentaba en su mente. La dificultad estaba
en la reina Isabel, cuyo consentimiento era indispensable para Cas
tilla.
Un célebre bistoriador dice á este propósito bablando de la rei
na Isabel :
« La suavidad de carácter de esta excelente reina era obstáculo
para establecimientos de rigor ; pero se la atacó por donde siem
pre renunciaba á su propio dictámen .
»Se la persuadió ser obligacion de conciencia ; y así se la hizo
634 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

consentir en que se pidiera a Roma una bula para poner en Cas


tilla el tribunal de la Inquisicion . »
El 1. ° de noviembre de 1478 expidió el papa Sixto IV la solici
tada bula, concediendo á Fernando é Isabel facultad de elegir dos
ó tres prelados ú otros varones próvidos y honestos , presbíteros, se
culares ó regulares, para que inquiriesen en todos los reinos y se
ñoríos de dichos monarcas contra los hereges, apóstatas y fautores ,
á cuyo fin desde entonces daba Su Santidad a los elegidos la juris
diccion necesaria para proceder conforme á derecho y costumbre,
autorizando á los reyes para revocar los nombramientos y poner
otras personas en lugar de los primeros.
Repugnaba á la Reina recurrir á medios violentos, y suspendió la
ejecucion de la bula , basta ver si el mal se remediaba por otros mas
suaves . Al efecto, dispuso que el cardenal Mendoza, arzobispo de
9

Sevilla , publicase un catecismo dedicado a los cristianos nuevos,


recomendando mucho á los párrocos la explicacion frecuente y clara
de la doctrina cristiana á los neólitos en conferencias particulares,
y áá don Diego Alonso de Solis , obispo de Cádiz , y gobernador del
arzobispado de Sevilla , á don Diego de Merlo, asistente y goberna
dor de esta ciudad, y á fray Alonso de Ojeda, prior del convento de

dominicos, velar mucho é informar a los reyes del efecto que pro
ducia su benigna providencia. Sus informes fueron los que podian
presumirse ; pues los frailes dominicos, el nuncio del Papa y el
Rey querian el establecimiento de la Inquisicion. Si no hubiera sido
esta una resolucion definitiva, debiera probarles las ventajas del sis
tema propuesto por la Reina un suceso ocurrido por aquel entonces.
Hubo necesidad de proceder contra Pedro de Osma, doctor de Sa
lamanca, acusado de heregía por haber escrito ciertas proposiciones
teológicas contra el dogma, Segun vimos en el capítulo anterior ,
don Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo á quien fueron delatados,
formó una junta de teólogos, los cuales calificaron de erróneas las
proposiciones. El arzobispo hizo al autor comparecer en la junta ,
recon vínole sobre su mala doctrina y él se conformó en retractarla,
si se le convencia con razones : así sucedió en efecto , y el Papa
aprobó la conducta del prelado toledano.
Otro suceso de índole diferente debió bastar tambien para que los
Reyes Católicos no se valieran de la autorizacion del Papa para es
tablecer la Inquisicion .
A principios de 1480 , reunierónse en Toledo las cortes de Cas
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA .

A Roca

YSABEL , I
FUNDADORA DE LA INQUISICION MODERNA EN ESPAÑA
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 635

tilla , y aunque se componian de varones tan fanáticos, que para im


pedir las relaciones entre judíos y cristianos, restablecieron las an
tiguas pragmáticas y bulas que ya conoce el lector , ni pidieron el
establecimiento de la Inquisicion , ni dijeron que podria ser útil , ni
se ocuparon de ella para nada. Pero como el Rey y el Papa que
rian establecerla, y la Reina, en materias de religion sometia su
juicio al de los frailes dominicos y al nuncio del Papa , su resis
tencia no fué larga. El 17 de setiembre de 1480, nombraron por
primeros inquisidores á fray Miguel Morillo y fray Juan de San
Martin , frailes dominicos, y por consultor y asesor, al doctor Juan
Ruiz de Medina, abad secular de la iglesia colegial de Medina de
Rio Seco , consejero de la Reina, y por fiscal á Juan Lopez del Barco
su capellan.
El 9 de octubre dieron una real cédula , mandando a los gober
nadores del tránsito para Sevilla, que diesen á los dos inquisidores
у demás ministros del nuevo tribunal bagajes y alojamientos en
camino; pero el espíritu de los pueblos les era tan contrario, que
los inquisidores no pudieron ejercer su oficio por falta de auxilio
de parte de las autoridades,
Necesario fué que los reyes expidieran nueva real órden en Medi
na del Campo, el 27 de setiembre, mandando al asistente de Sevilla
у demás autoridades de los pueblos de su arzobispado y del obis
pado de Cádiz, que diesen á los inquisidores los auxilios necesa
rios ; pero aun asi se interpretó la real órden de manera que solo
tuviese efecto en los pueblos realengos .
Con esto los cristianos nuevos se refugiaron en los de señoríos
pertenecientes al duque de Medinasidonia , marqués de Cádiz, conde
de Arcos y otros.
Los inquisidores recurrieron al Rey , que aplicó remedio, decla
rando que las atribuciones de la Inquisicion no excluian los lugares
de señoríos; y á la Inquisicion le bastaron simples cambios de do
micilio para perseguir y condenar como hereges á los cristianos
nuevos .

III .

Establecieron los dos frailes su tribunal en el convento de los


dominicos de Sevilla , y el dos de enero de 1481 realizaron su pri
636 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mer acto inquisitorial , promulgando un edicto en que decian « ha


» ber llegado a entender el cambio de domicilio de los cristianos
» nuevos ; y en su consecuencia mandaban al marqués de Cádiz , al
»conde de Arcos y á todos los demás señores de los reinos de Cas
» tilla , que en el término de quince dias prendiesen y enviasen á
7

» Sevilla todos los fugados y les secuestrasen sus bienes ; y faltando


» á cualquiera de estas cosas , incurrian en excomuniones y en las
» penas impuestas por derecho contra los fautores de heregia, par
» ticularmente las de confiscacion y privacion de dignidades y oficios,
» además de relevar á sus vasallos de la obediencia y vasallaje, no
» obstante cualquiera promesa jurada ó pleito homenaje, reservando á
» los inquisidores y al Papa la absolucion de la censura. »
El nuevo tribunal empezaba su carrera usurpando a los prelados
sus poderes.
Fueron tantas las prisiones, que no bastando el convento, cedie
ron á la Inquisicion el castillo de Triana, en cuya fachada , para
testimonio eterno del mal gusto literario de los inquisidores, pusieron
mas tarde una inscripcion bárbaro -latina que vertida al castellano
dice así :
« El Santo Oficio de la Inquisicion contra iniguidad de los hereges
» comenzó en Sevilla año 1481 , siendo sumo pontilice romano Six
»to IV, que concedió su institucion, y reinando en España Fernan
» do V é Isabel, que se lo suplicaron. El primer inquisidor general
» fué fray Tomas de Torquemada, prior del convento de Santa Cruz
»de Segovia , órden de predicadores. Quiera Dios que dure hasta el
» fin del mundo, para proteccion y aumento de la fé . — Levántale
» Señor, y juzga tu propia causa . -Cogednos las zorras . »
Publicaron despues los flamantes inquisidores otro edicto que ti
tularon de gracia exhortando á los cristianos nuevos judaizantes, á
delatarse á sí mismos ; ofreciéndoles en este caso la absolucion, si
lo hacian con propósito de enmienda, pero si dejaban pasar el tér
mino de gracia y eran delatados por otros, se procedería contra ellos
con todo rigor .
A primera vista , parece que este edicto tenia un fondo de bon
dad y revelaba el deseo de evitar mayores males; sin embargo, no
era mas que un lazo astutamente tendido á la buena fé de los que
se declararon culpables del delito por que se les ofrecia la absolu
cion . Los inquisidores no los absolvian si antes no declaraban con
juramento los nombres, oficios, residencia y señas de los que Jos
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 637

confesos hubieren visto, oido ó entendido, que habian judaizado, >

prometiéndoles el secreto de tales preguntas y declaraciones, con lo


cual procedieron en cuanto pasó el término de gracia contra innume
rables cristianos nuevos que no se babian delatado á sí mismos . De
modo, que la delacion á que aseguraban la impunidad por el secre
to, era condicion indispensable de su absolucion. ¡Cuantas delacio
nes falsas , cuantas venganzas particulares no provocaria este ini
cuo procedimiento!
No contentos con esto, apenas expirado el término de gracia, pu
blicaron un nuevo edicto mandando bajo pena de pecado mortal,
excomunion mayor y otras , delatar las personas de quienes se su
piese habian judaizado, previniendo que si dejaban pasar seis dias
sin hacerlo , incurririan en excomunion, reservada á los mismos in
quisidores.
Desde entonces, la amonestacion para que el herege abandonase sus
errores, desapareció, y la primera noticia que tenia de los procedi
mientos el acusado, era entrar en los calabozos de la Inquisicion .
Lo mismo sucedia al infeliz cristiano nuevo, que sin haber vuelto
aljudaismo, conservaba ciertas costumbres adquiridas en la infan
cia, que se le interpretaban como testimonio de la apostasia ju
daica, aunque no fuesen contrarias al dogma cristiano. Los inquisi
dores especificaban en su edicto articulos qne debian ser materia de
delacion, tales como estos:
1.' « Si ha guardado la fiesta de sábado por honra de la ley de
Moisés; de lo cual será prueba haber usado camisa limpia y vestido
mas decente que los otros dius y manteles limpios en la mesa , y ha
berse abstenido de hacer lumbre en su casa ......
5. «Si ha quilado de las carnes que ha de comer el sebo y
grasa , y la ha purificado en agua desangrándola, ó ha sacado la
glandulilla de la pierna de carnero ú otro animal muerto para
comer .
6.° « Si ha degollado á este, ó las aves que haya de comer : re
conociendo antes el cuchillo en la uña para ver si tiene mella ...
12. « Si ha celebrado la Pascua de los ácimos , de lo cual será
prueba comenzar a comer aquellos dias con apio , lechugas, ó dis
tintas hortalizas ó verduras.
13. « Si ha observado la Pascua de las Cabañas; que haya
puesto ramos verdes, y convidadose á comer ó enviado manjares
de regalo ugos á otros aquellos dias ,
Tomo I , 83
638 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

16. «Si ha bebido vino Caser, cuya palabra proviene de la hebrea


Cacer, que significa legal; y se reputaba vino legal entre los judíos
el que haya sido hecho por personas que profesan la ley de Moises.

18 . « Si ha comido carne degollada por mano de judío .


19. « Si ha comido los manjares que acostumbraban los judíos
y en una misma mesa con ellos .
26 . «Si ha hecho decir á sus hijos la buena-ventura.
27 . « Si alguno ha hecho la ruaya. Los judíos españoles en
tendian por esto convidar á sus amigos y parientes á comer la
víspera de un viaje largo.
30. « Si alguno , estando en el artículo de la muerte , se ha vuel
to , ú otro le ha hecho volver la cabeza a la pared para mirar en
esta postura .
32. « Si alguno ha endechado al difunto . Endechar significa en
sentido literal decir Endechas ó versos sueltos tristes : pero aquí
alude á la costumbre que los judíos tienen de pronunciar alguna
oracion ó recitar versos en alabanza de los difuntos .
« ¿Y tambien esto es heregía ? ¡Adios sermones fúnebres! ¡ Adios
elogios académicos! » Así esclama un historiador de la Inquisicion.
No se necesita gran criterio para conocer lo ridículo y lo extra
vagante de algunos artículos, lo inicuo de otros y la arbitrariedad
de casi todos. ¡ Sin embargo, una delacion secreta acusando á un
cristiano de cualquiera de ellos , bastaba para conducirlo al calabo
zo , al tormento y á la hoguera !
¿Qué podia esperarse de un establecimiento que comenzaba de
tal modo ? dice el historiador antes citado ; lo que sucedió y nada
mas. La historia lo descubrirá con verdades amargas, pero dignas
de saberse .

IV .

Los fundadores de la Inquisicion consiguieron el objeto que se


habian propuesto . El 6 de enero de 1481 fueron quemados seis in
felices.
El 26 de marzo diez y siete .
El 21 de abril muchos, aunque no sabemos cuantos; y hasta el
4 de noviembre doscientos noventa y ocho quemados y sesenta y
nueve condenados á cárcel perpélua.
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 639

Esto solo fué en la ciudad de Sevilla : en el resto de su arzobis


pado y el obispado de Cádiz , dice el padre Juan de Mariana en su
Historia de España, que solo en el año de 1481 fueron quemados
en persona dos mil judaizantes y en estátua muchísimos cuyo nú
mero no consta , además de haber sido penitenciados diez y siete
mil : lo que supone mas de veinte mil familias arruinadas y diez
madas , entre las que se contaban las mas ricas , cuyos bienes pa
saron á manos de la Inquisicion y del Rey .
Fué preciso establecer un cadalso permanente de mampostería ,
llamado el Quemadero, que ha subsistido hasta nuestros tiempos,
en el campo llamado la Tablada. Habia en el cuatro grandes está
tuas huecas de yeso, conocidas con el dictado de los cuatro profetas,
dentro de los cuales metian vivos á los impenitentes, y encendien
do la hoguera al rededor de ellas morian á fuego lento .
El temor de tales martirios hizo emigrar áá gran número de cris,
tianos nuevos á Francia, Portugal y hasta al Africa; pero muchos
de los quemados en estátua, ricos por supuesto , acudieron á Ro
ma quejándose de la injusticia de los procedimientos, en vista de
lo cual ei Papa escribió en 29 de enero de 1482 á los reyes Fer
nando é Isabel, ser infinitas las quejas dadas contra los inquisido
res fray Miguel Morillo y fray Juan de san Martin, especialmente
porque no se sujetaban a las reglas del derecho y declaraban hereges
á los que no la eran .
Decia Su Santidad que los hubiera privado de oficio, si no fuera
por atencion al nombramiento real, pero que revocaba las faculta
des dadas de nombrar otros, supuesto que habia quien pudiera
ejercer el oficio entre los nombrados por el general ó provincial de
los padres dominicos, a quienes pertenecia el privilegio , contra
9

cuyo tenor estaba expedido el anterior de los reyes, por falta de ex


presion en los que habian intervenido para su expedicion .
De modo que segun este breve, se anulaba el anterior por el
cual debian los reyes nombrar los inquisidores; y por otro del 11
de febrero el Papa los nombraba por sí mismo, con lo cual queda
ba sin efecto la cláusula del penúltimo en que decia pertenecer este
privilegio á los dominicos.
Los inquisidores nombrados por Su Santidad fueron Pedro de
Ocaña, Pedro Murillo , Juan de Santo Domingo, Juan del Espíritu
Santo , Rodrigo de Segarra, Bernardo de Santamaría y Tomás de
Torquemada.
640 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

La reina Isabel pidió al mismo tiempo al Papa que diese al tri


bunal una forma estable ; con la cual se administrase justicia sin
motivo de quejas, y que los juicios feneciesen en España sin ape
lacion a Roma ; con cuya ocasion la Señora manifestaba pena de
que algunos interpretasen su celo por codicia de los bienes conlis
cados . El Papa respondió á la Reina en 23 de febrero de 1433 col
mándola de elogios por su celo en favor de la Inquisicion , tranqui
lizando su conciencia en cuanto a las confiscaciones, prometiéndola
acceder á su propuesta , si no hallaban inconvenientes invencibles
los cardenales y varones doctos con quienes trataria el asunto:
exhortábala á seguir protegiendo la Inquisicion y á conducirse de
manera que las bulas pontificias expedidas á Sicilia , y á cuyo cum
plimiento habian puesto obstáculo el virey y otros magistrados
supremos de aquel reino, tuviesen entero cumplimiento.
Bien claramente se vé por esta correspondencia que el Papa al
hagaba á la Reina haciéndola entrever que conseguiria lo que de
seaba si mandaba al virey de Sicilia que no pusiese obstáculos á
las bulas pontificias sobre la Inquisicion, á cuya ejecucion se habia
opuesto en tanto que Isabel , ó por mejor decir, Fernando V por
boca de su mujer, pasaba por el bochorno de que el Papa le reti
rase la facultad de nombrar inquisidores de manera tan brusca,
con tal de que los procesados de la Inquisicion no pudiesen apelar
á Roma, pues de este modo perdia la Inquisicion las confiscaciones
de los ricos que podian acudir á Roma .
Decia su Santidad que habia deseado mucho el establecimiento de
la Inquisicion en Castilla, lo cual confirma la eficacia oficiosa con que
su legado pontificio Nicolás Franco contribuyó al establecimiento de
Ja Inquisicion en Sevilla cinco años antes.
Sometió el Papa la demanda de la reina Isabel á una porcion de
prelados y clérigos españoles, residentes en Roma, y entre otras
9

cosas acordaron poner en España un juez pontificio de apelaciones


para conocer de las que se interpusieran á las sentencias del tribu
nal de los inquisidores; que no intervinieran en estos juicios ni en
otros asuntos de Inquisicion los obispos, provisores y vicarios ge
nerales descendientes de judíos por línea masculina ó femenina, y
otras cosas secundarias que fueron aprobadas por el Papa en dis
tintos breves .
Por el primero dirigido á los reyes nombraba juez único de ape
laciones en las causas de fé á Domingo Manrique, arzobispo de Se
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 641

villa : por el segundo dirigido al Arzobispo dábale instrucciones so


bre su nuevo cargo ; por el tercero y cuarto encargaba á los arzo
bispos de Santiago y de Toledo que si algun obispo descendia de
judío se abstuviese de ser juez en las causas de fé disponiendo que
fuese inquisidor ordinario su provisor, oficial principal y vicario
general que no tuviese igual origen . En el breve dirigido al arzo
bispo de Toledo le daba el mismo encargo para el arzobispado de
Zaragoza, del cual era administrador perpétuo don Alonso de Ara
gon , niño de catorce años, hijo natural del rey Fernando.

V.

Tales horrores cometió en Valencia el inquisidor fray Cristóbal


Galvez , que ni el Rey ni el Papa quisieron cargar con la responsa
bilidad de ellos . En la carta dirigida por el Papa á la Reina , citada
anteriormente , decia Su Santidad ; « que estaba noticioso de lo mal
que se conducia fray Cristóbal Galvez, inquisidor de Valencia ,
pues procedia con tanta imprudencia é impiedad , que merecia un
grave suplicio .»
Cualquiera creeria que en vista de esto debió ser encerrado en
algun calabozo ó mandado á galeras; nada de esto , Su Santidad se
contentaba con privarle de oficio .
Zurita en los Anales de Aragon , dice que el 20 del mismo mes de
mayo habia escrito el rey Fernando al Papa proponiéndole la desti
tucion de Galvez . ¿Qué iniquidades no cometeria el fraile inqui
sidor, cuando lo trataban de impío y lo consideraban digno de un
grave suplicio los mismos que encontraron bueno á Torquemada y
que sancionaban el tormento y bárbaros suplicios de tantos miles
de criaturas humanas, juzgadas y condenadas como lo hacia la In
quisicion ? Sin embargo, el Rey y el Papa, de comun acuerdo, se
contentaron con quitarle el empleo.
A pesar del breve por el cual se nombraba único juez de apela
ciones al arzobispo de Sevilla, siguieron recibiendo en la secretaría
pontificia de Roma todos los recursos de apelacion y otros que se
habian interpuesto, con lo cual quedaba sin valor la bula del 25 de
:

mayo; y en efecto, el 2 de agosto expidió Su Santidad otra con la


cláusula de motu -propio ad perpetuam rei memoriam ,diciendo haber
acudido muchos habitantes de la ciudad y arzobispado de Sevilla
642 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

exponiendo que no les convenia recurrir al juez de apelaciones por


que se les trataria con un rigor mucho mayor que el correspondien
tc
te por derecho; y además no podian ir á dicha ciudad porque los
pondrian presos áa pesar de que unos tenian obtenida su absolucion
en la penitencia apostólica y otros comisiones para ser absueltos;
pero que estas gracias pontificias estaban desestimadas en Sevi
Jla , donde se formaban los procesos contra unos, así como se ha
bian seguido las de otros, hasta el estremo de quemārlos en es
tátua infamando sus nombres; por lo cual recelaban que se haria lo
mismo con sus personas si volviesen á dicha ciudad ; en vista de
lo cual Su Santidad decretó que los auditores del sacro colegio co
nocieran de sus causas , sin embargo de las facultades concedidas
al arzobispo de Sevilla; hiciesen valer las observaciones dadas en
el tribunal de la penitencia y en las comisiones para absolver, cor
tando los procesos en el estado que estuviesen y mandando al arzo
bispo de Sevilla y demás arzobispos y obispos de España, y áá los
que residian en Roma, admitir á reconciliacion secreta , con peni
tencia oculta, cuantos la pidiesen, aun cuando estuviesen disſama
dos, procesados, convictos, confesos y condenados á relajacion para
la muerte de fuego, y la sentencia se hubiera ejecutado en estátua; ab
solver áá los que presentasen comisiones para ello,; y tener por ab
sueltos los que ya lo fuesen por la penitenciaria apostólica, prote
giéndolos contra todas las potestades que procediesen en sentido
contrario .
Hacia Su Santidad presente a los reyes Fernando é Isabel , cuan
to mas agradable cra á Dios la piedad que el rigor, segun el ejem
plo de la oveja perdida; y les exhortaba á que favoreciesen todos
los que hicieran estas conversiones voluntarias, y les dejasen vivir
en Sevilla y demás pueblos de sus dominios con el goce de sus
bienes, como si nunca hubiesen incurrido en el crimen de he
regia.
Esta bula del 2 de agosto era contraria á lo dispuesto de acuer
do con los cardenales en la del 25 de mayo ; y previendo el Papa
el desagrado del rey Fernando que con ella perdia los cuantiosos
bienes confiscados á los cristianos nuevos en cuvo beneficio se habia
dado, le escribió el 13 del mismo mes diciéndole: « haberse exce
» dido sin bastante reflexion ; por lo que suspendia todos sus
» efectos. »
Juan de Sevilla, uno de los que contribuyeron á obtener la bula
LA INQUISICION ESPAÑOLA. 643

del 2 de agosto , la presentó el 7 de enero de 1184 á don García


de Meneses, arzobispo de Evora, pidiendo que conforme áa lo pre
venido en una cláusula, mandase sacar copia auténtica que sirviese
de original á cualquiera interesado, para presentarla ante los jueces
de las causas de fé de Sevilla y de otras partes. Mandó el Arzo
bispo dar cuantas copias legalizadas fuesen necesarias; pero todo
fué inútil : Juan de Sevilla y los demás condenados en rebeldia
tuvieron que acudir al juez de apelaciones y sufrieron la suerte que
podia presumirse estando interesado el rey Fernando en que se con
solidasen las confiscaciones, y los inquisidores en que se diera por
recto su modo de proceder ; con lo cual las absoluciones dadas por
la penitenciaria apostólica quedaron nulas y sin efecto para los que
las habian recibido .
CAPITULO V.

SUMARIO.

Torquemada . - Sus instrucciones.- Monstruosidad de los preceptos y reglas


que en ellas establecia . - Funestos efectos del establecimiento de la Inquisi
cion . - Guerras civiles . - Opinion del parlre Mariana sobre el tribunal del
Santo Oficio .

1.

Por la bula del 2 de agosto se dió á la Inquisicion la forma de


tribunal colegiado permanente, con un gefe general de quien de
pendiera la jurisdiccion de todos y de cada uno de los inquisidores.
Dióse este empleo á Torquemada, y por breve del 17 de octubre de
1483 , se le nombró tambien inquisidor general de la corona de
Aragon , y sus facultades amplísimas fueron confirmadas por Inocen
cio VIII en 11 de febrero de 11186 , y por los otros pontífices que
hubo durante su vida. El éxito probó que no podia encontrarse
hombre mas á propósito para llenar los deseos del rey Fernando,
para multiplicar confiscaciones, defender y extender la jurisdic
cion romana y para inſundir terror con autos de fé.
Creó Torquemada inmediatamente cuatro tribunales subalternos
en Sevilla, Córdoba, Jaen y Ciudad - Real; y tomó por asesores y
consejeros á Juan Gutierrez de Chaves y Tristan de Medina.
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 645
Conociendo los reyes el gran interés de su hacienda en el modo
de gobernar el nuevo establecimiento, crearon un consejo real lla
mado de Inquisicion, nombrando á Torquemada presidente y por
consejeros al obispo electo de Mazzara en Sicilia, á Sancho Velasquez
de Cuellar y Poncio de Valencia, doctores en derecho. Los conseje
ros tenian voto decisivo y definitivo en los asuntos pendientes de la
potestad real, aunque solo consultivo en los de jurisdiccion espiri
tual que residia en el inquisidor general por las bulas pontificias.

II .

El 29 de octubre de 1481 se promulgaron en Sevilla las pri


meras leyes de la Inquisicion moderna. Dignas son estas leyes de
ser por todos conocidas ; pero nos contentaremos con dar un ex
tracto, por el cual pueda el lector apreciar hasta que punto llegaba
la audacia de los que las bicieron y de la época que las toleraba .
El artículo primero decia ,,que se habia de anunciar y establecer
el tribunal de la Inquisicion en todas partes en la misma forma en
que se habia hecho en Sevilla .
El segundo mandaba publicar en la iglesia un edicto con cen
suras contra los que habiendo apostatado no se delatasen á sí mis
mos dentro del término de gracia, y contra los que pusieren obstá
culo al Santo Oficio .
El tercero señalaba treinta dias de término de gracia para dela
tarse á si propios los hereges.
El cuarto que las confesiones voluntarias de los que se delatasen
dentro de dicho plazo , fuesen por escrito en audiencia de los in
quisidores, por testimonio de notaría y de modo que respondiesen
á todas las preguntas y repreguntas del inquisidor sobre lo con
fesado, cómplices, o de otras personas de cuyas apostasías tuviesen
noticias ó sospecha.
El quinto que no se diera en secreto la absolucion al que se de
lataba, excepto el único caso de que nadie hubiese sabido su caida
en el error, ni temiese la publicidad .
No es necesario discurrir mucho para conocer la crueldad de este
artículo, pues se sacaba en auto público de fé al que manifestaba
voluntariamente su pecado. ¡Cuán al contrario procedió Jesucristo
con la mujer adúltera , con la Samaritana y con la pecadora pública !
Tomo I. 84
646 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El resultado de este artículo fué que acudiesen á Roma millares


у millares de cristianos nuevos , ofreciendo su confesion sencilla de
lo pasado y propósito de enmienda para lo futuro, si se les absolvia
en secreto , para lo cual obtenian breves pontificios.
El artículo sexto decia, que parte de la penitencia del reconciliado
fuese la privacion del ejercicio de todos los empleos honoríficos, y
del uso del oro , plata, perlas, seda y lana fina, de manera quetodo
el mundo conociese la infamia en que habia incurrido por el crimen
de la heregia .
El resultado de esta terrible disposicion fué que los cristianos
nuevos reconciliados expontáneamente y sometidos á tan duras con
diciones acudiesen á Roma pidiendo breves de rehabilitacion, hasta
que, aá peticion de los reyes, mandó el Papa, el 17 de setiembre de
1489 , que la facultad de rehabilitar perteneciese al inquisidor ge
neral , anulando todas las rehabilitaciones concedidas hasta la fecha.
El séptimo encargaba imponer penitencias pecuniarias á los con
fidenles voluntarios para defensa de la santa fé católica.
El octavo, que el confesado expontáneamente, despues de pasado
el término de gracia, no se libre de la pena de confiscacion de bie
nes , en que por derecho habia incurrido al cometer el crimen de
apostasia 6 heregia .
El noveno , que si las personas menores de veinte años se exponta
neaban pasado el término de gracia, y constaba que habian incur
rido en el error por enseñanza de sus padres , se les impusieran
penitencias leves.
Los inquisidores entendian por penitencias leves, llevar durante
uno ó dos años el sambenito en público y asistir con él todos los
dias festivos á la misa mayor á las procesiones, y otras cosas tan
sonrojosas ó mas que estas .
El décimo decia , que los inquisidores , al reconciliar, declarasen
el tiempo en que el absuelto habia incurrido en la heregía, para que
se viese cuales bienes correspondian al fisco.
La consecuencia de este artículo era, que si el reconciliado ha
bia vendido parte de su hacienda ó dado dotes á sus hijos, en el
tiempo transcurrido desde que incurrió en la heregía hasta que se
delató á la Inquisicion , esta despojaba á los poseedores inocentes.
Si tenemos en cuenta que llegaron a centenares de miles las confis
caciones, podrá formarse una idea del general desconcierto y ruina
que tan atroz medida no podia menos de producir .
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 647
El undécimo, que si un herege preso en cárceles del Santo Oficio
pidiere reconciliacion con verdadero arrepentimiento, se le pueda
conceder imponiéndole por penitencia cárcelperpétua.
El duodécimo , que si los inquisidores creyesen fingida la conver
sion , no concedieran la reconciliacion , sino que le condenasen como
?

impenitente á la relajacion , esto es , á morir en las llamas .


De esta manera la vida del acusado estaba á merced de la vo
Juntad de los inquisidores, por mas que el infeliz estuviese de ve
ras arrepentido .
El décimo tercio , que si un absuelto á consecuencia de confesion
expontánea se jactase de haber ocultado crímenes, ó si por procesos
resultare que habia cometido mas que los confesados, se le conde
nase á la relajacion.
El décimo cuarto , que si el convicto está negativo , aun despues
de la publicacion de testigos , sea condenado como impenitente.
Este artículo llevó á las llamas millares de personas, porque se
reputaron convictas no estándolo, y porque bastaban declaraciones
anónimas y truncadas, que no podian refutar, porque no se les con
fiaba el proceso para tenerlos por convictos.
El décimo quinto , que cuando la prueba no es plena contra el
negativo , se le dé tormento : si confiesa en él y despues ratifica su
confesion se le castigue como convicto: si se desdice , se le pueda re
petir el tormento, como haya justo motivo, y si no , se le impon
ga pena extraordinaria .
La crueldad de repetir el tormento fué prohibida mas tarde por
el consejo de la Inquisicion : cosa ineficaz, porque los inquisidores
repetian el tormento dos ó mas veces, llamando suspension al tiempo
que mediaba entre las repeticiones.
El décimo sexto , que no se dé á los procesados copia integra de
las declaraciones de los testigos , bastando la noticia de lo que estos
declararan contra él , ocultando las circunstancias por donde se pue
da venir en conocimiento .
Este artículo bastaria por sí solo para hacer detestable el tribu
nal de la Inquisicion. Esta bien que no se comunique el proceso en
sumaria al acusado, pero negarlo tambien en plenario, es cerrar
las puertas á la defensa .
El décimo séptimo, que los inquisidores examinen por sí mismos
á los testigos , si no están impedidos .
La medida en sí no era mala si todas las demás correspondieran
648 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y si no se tratase de castigar con penas corporales los supuestos


delitos de conciencia; pero tenia el inconveniente de que raras ve
ces podia cumplirse , porque en pocos casos vivian en el mismo pue
blo inquisidores y testigos .
El décimo octavo , que asistiesen los dos inquisidores a la tortura
del reo , ó uno por lo menos , á no ser que haya tal impedimento,
que sea forzoso delegar en un tercero el recibimiento de las decla
raciones en caso de tortura .
El décimo nono , que citando al ausente por edicto con término fijo
y no compareciendo , se le pudiese condenar como herege convicto.
En aquellos tiempos en que las comunicaciones eran difíciles y
lentas, y en que no habia medio de publicidad , esta medida era in
justisima. Si la noticia llegaba al acusado fuera de tiempo para pre
sentarse antes de la terminacion del plazo, era condenado sin ser
oido y. quemado por herege aunque no lo fuese, si lo babian a las
manos , pues ya no cabia defensa pasado el término. ¿Y quién se
presentaba expontáneamente estando lejos, aunque tuviese tranqui
la la conciencia , para ser juzgado por semejante tribunal ? De este
modo los inquisidores de mala fé podian condenar y confiscar los
bienes de todos los que se alejasen de su país, seguros de que, fue
sen ó no hereges , no se presentarian á reclamar.
El vigésimo, que si por libros ó procesos resultaba haber sido
herege algun difunto , se le formase causa hasta condenarlo por
herege, exhumar su cadáver y despojar á los herederos de su he
rencia .
Este capítulo revela bien claramente que en el ánimo de los fun
dadores de la Inquisicion, si la religion entraba por algo, era solo
un pretexto . Puede creerse que el deseo de convertir á los hereges
dictase contra estos persecuciones y tormentos; pero ¿ cómo podia
convertirse á un difunto ? ¿No dice nuestro dogma católico que
al morir comparecemos todos ante Dios que nos juzga segun nues
tras obras? ¿Pues á qué venia juzgar y condenar al que ya no po
dia arrepentirse y á quien Dios mismo habia ya absuelto ó conde
nado? ¿Qué culpa tenian sus herederos para verse reducidos á la
miseria é infamados, siendo buenos católicos, por la supuesta here
gía de un antepasado de quien ya solo Dios era legitimo juez? ;X
dónde estaba la equidad de juzgar á un difunto que no podia defen
derse?
El artículo vigésimo primero, establecia que la Inquisicion luvie
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 649

se lugar en los pueblos de señoríos , como en los realengos , y si los


señores populares negaban el auxilio , se procediese contra ellos .
Este artículo produjo la humillacion y sonrojo de los señores de
vasallos y de sus justicias, pues tuvieron que sufrir penitencias ver
gonzosas bajo pretexto de que ponian impedimento al Santo Ofi
cio .
El vigésimo segundo , que si el condenado á la relajacion dejaba
hijos menores de edad , los reyes les darian por limosna algo de los
bienes confiscados al padre, sin perjuicio de lo cual los inquisidores
buscasen personas honestas que recibiesen á dichos hijos, les sus
tentasen y enseñasen la doctrina cristiana.
Dice el historiador de donde extractamos este capítulo , que á pe
sar de haber leido muchísimos procesos antiguos, no vió en nin
guno la noticia de diligencias hechas por los inquisidores á favor de
los hijos infelices de un condenado. La pobreza y la infamia eran
su patrimonio. Y dado caso que los inquisidores los pusieran en
manos de gentes de su confianza, sin dificultad se comprende cuan
desgraciada seria la suerte de los hijos de los condenados como he
reges, en poder de personas intolerantes que los mirarian con bor
ror echándoles en cara á cada momento , y por la mas leve falta, la
heregía y trágico fin de sus padres .
El vigésimo tercio, declaraba que si algun herege reconciliado sin
confiscacion en el término de gracia tuviese bienes procedentes de
otra persona a quien se le hubiesen confiscados los suyos , no le al
can zase la gracia .
De modo que no bastaba arrepentirse y confesarlo con sinceri
dad dentro del término prefijado por los inquisidores , si se poseian
bienes de uno á quien se le hubiesen confiscado los suyos , aun
que la posesion datase de una fecha anterior á la en que cometió la
heregía el confiscado, siquiera el convertido no tuviera conocimiento
de ello. ¿ No bastaria este solo articulo para convencer de que la
codicia era el verdadero móvil que los guiaba?
El vigésimo cuarto , que los esclavos cristianos que tuviera el re
conciliado sin confiscacion consigan su libertad, pues con esta li
2

mitacion habia hecho la gracia el rey .


A primera vista esta disposicion revela bondad por parte del Rey
Católico ; pero haremos observar que teniendo en su mano eman
cipar a todos los esclavos de sus vasallos no lo hizo, que era lo que
parecia mas natural y estaba mas en armonía con aquel acto .
650 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El vigésimo quinto, que los inquisidores Уy demás individuos del


Santo Oficio no recibiesen regalos bajo las penas de excomunion
mayor, privacion de oficio, restitucion de lo recibido y una multa
de cantidad doble .
El vigésimo sexto , que los inquisidores viviesen en paz y armo
nía sin pretender el uno preferencias sobre los otros, y aunque tu
viese los poderes del ordinario diocesano‫ ;ܪܙ‬y si ocurriese motivo de
disputa, las decidiera en secreto el inquisidor general .
Este artículo revela que algunos obispos delegaban sus poderes
en uno de los inquisidores, de lo que resultaba un juez de me
nos, generalmente con mas luces y humanidad que los inquisido
res pontificios, que parecian complacerse en confirmar al tiempo
del plenario la mala opinion formada contra el acusado en el su
mario .
El vigesimo septimo, que los inquisidores celasen el cumplimiento
de las obligaciones de los subalternos .
Y por ultimo , el vigésimo octavo , dejaba al prudente arbitrio de
los inquisidores, la decision de lo que no constase prevenido en los
artículos anteriores.

III .

Hé aquí la constitucion que dieron al famoso tribunal , de acuerdo


con el Rey , Torquemada y sus compañeros .
Monstruoso es imponer penas corporales por errores de la inle
ligencia; pero , ¿cabe nada mas monstruoso y que repugne mas á la
conciencia que los medios empleados por la Inquisicion para des
cubrir el error y castigarlo ? La impunidad , asegurada por el se
creto de los procedimientos y por el terror que inspiraban, ởno seria
ocasion de que se cometieran atentados y crímenes mas graves que
los que por tales medios se pretendia extirpar ?
Esta constitucion fué muchas veces adicionada, pero nunca se al
teró la sustancia en el orden de proceder, ni el reo tuvo medios de
hacer una defensa digna de este nombre.
Muchos son los católicos que han condenado como se merecia el
odioso tribunal; pero algunos le atribuyen como un honor el haber
librado á España de guerras religiosas y asegurado su unidad ca
tólica. Mas esta suposicion es falsa en todas sus partes . La Inqui
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 651

sicion provocó las guerras civiles, que fueron religiosas , de Gra


nada y Valencia , y las de Flandes tan funestas para España.
No queremos concluir este capítulo sin ver como el jesuita Ma
riana, que escribia cuando mas patentes y mayores eran los estra
gos de la Inquisicion , referia su establecimiento.
«Mejor suerte y mas venturosa para España fué el establecimien
C

to que por este tiempo se hizo en Castilla de un nuevo y santo tri


bunal de jueces severos y graves á propósito de inquirir y casti
gar la herética pravedad y apostasía...
Llamarónse estos jueces inquisidores , por el oficio que ejerci
taban de pesquisar é inquirir: costumbre ya muy recibida en otras
provincias , como en Italia, Francia, Alemania y en el mismo reino
de Aragon . No quiso Castilla que en adelante ninguna nacion se
le aventajase en el deseo que siempre tuvo de castigar excesos tan
enormes y malos.
«Si los delitos eran de mayor cuantía, despues de estar largo
tiempo presos y despues de atormentados, los quemaban; si lige
ros, penaban á los culpados con afrenta perpétua de toda la fa
milia .
«A no pocos confiscaron sus bienes y los condenaron á cárcel
perpétua , á los mas echaban un sambenito , para que entre los de
más anduviesen señalados , y fuese aviso que espantase y escar
mentase por la grandeza del castigo y de la afrenta ; traza que la
experiencia ha demostrado ser muy saludable, magüer que al
principio pareció muy pesada á los naturales. Lo que sobre todo
extrañaba era que los hijos pagasen por los delitos de los padres:
que no se supiese pi manifestase el que acusaba , ni le confronta
sen con el reo , ni hubiese publicacion de testigos; todo lo con
trario aá lo que de antiguo se acostumbraba en los otros tribuna
les. Demas de esto les parecia cosa nueva que semejantes pecados
se castigasen con pena de muerte .
« De esta manera entonces hubo pareceres diferentes : algunos
sentian que á los tales delincuentes no se debia dar pena de muer
te ; pero fuera de esto confesaban era justo fuesen castigados con
cualquier otro género de pena. Entre otros fué de este pare
cer Hernando del Pulgar, persona de agudo y elegante ingenio , >

cuya historia anda impresa de las cosas y vida del rey don Fer
nando : otros cuyo parecer era mejor y mas acertado, juzgaban que
no eran dignos de la vida los que se atrevian á violar la religion
652 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

у mudar las ceremonias Santísimas de los Padres , antes que debian


ser castigados, demás de dalles la muerte , con perdimiento de bie
nes y con infamia , sin tener cuenta con sus hijos, ca está muy bien
proveido por las leyes en algunos casos quepase á los hijos la pena de
sus padres , para que aquel amor de los hijos los haga á todos mas
recatados ...
· Tales son las máximas que de generacion en generacion han ve
nido enseñándose al pueblo español por sus moralistas é historia
dores .
CAPITULO VI.

SUMARIO .

Establecimiento de la Inquisicion moderna en Aragon . - Antipatía de los ara


goneses contra el establecimiento del nuevo tribunal.-- Ventajosa posicion
de los «cristianos nuevos » de Arigon en la corte del Rey Católico .- Opo
sicion de las Cites de Aragon y sus recursos al Papa contra el estable
cimiento de la Inquisicion . - Prinieros autos de fé en Zaragoza. - Indigna
cion popular .- Conspiracion contra el inquisidor Arbués . - Precauciones
del inquisidor . - Su asesinato . - Reaccion de la opinion contra los asesinos .
-Sepulcro del inquisidor . - Supuestas apariciones del difunto . - Castigo
de los culpables . - Nuevos alborotos .

I.

Del siglo xiu databa el establecimiento de la inquisicion en Ara


gon, y aunque menos violenta que lo fué despues, no estuvo ocio
sa, por lo cual debe presumirse que acostumbrados los aragoneses
despues de tanto tiempo a este tribunal, se someterian fácilmente
á las reformas que acababan de introducirse en él . Los sucesos pro
baron, sin embargo, lo erróneo de tal prevision .
Cn código tan injusto como sanguinario, puesto en práctica por
hombres que creian servir a Dios entregando a las llamas miles de
sus semejantes, no podia menos de hacerse odioso .
Nuestro historiador el padre Juan de Mariana, Lorenzo Galindez
de Carvajal , capellan del inquisidor general Deza y otros escritores
católicos , cuyo testimonio no puede ser sospechoso, confirman la
antipatía con que los aragoneses miraron las reformas de la Inqui
sicion . Pero lo que todavía lo prueba mejor son los acontecimientos
TOMO I. 85
651 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que se sucedieron inmediatamente despues en todo el reino. No hubo


provincia de la monarquía aragonesa desde Zaragoza á Sicilia, de
Cataluña á Mallorca , de Cerdeña á Valencia que no respondiera con
asonadas, crímenes y asesinatos al establecimiento de la Inqui
sicion .
La Inquisicion antigua no habia podido sobreponerse á las leyes
aragonesas. La confiscacion de bienes no pudo ponerse en práctica
por estar en contradiccion con los privilegios de los pueblos . Lo
mismo sucediera con el secreto de las declaraciones y los nombres
de los lesligos en la mayor parte de los casos . Fernando V, no obs
>

tante , decretó en abril de 1484 la reforma del tribunal, y en su con


secuencia el padre Tomás de Torquemada nombró para inquisido
res al arzobispo de Zaragoza, á fray Gaspar Juglar, religioso do
minico, y al doctor Pedre Arbués, de Epila, canónigo de la igle
sia metropolitana. Una real órden prescribió á las autoridades de
las provincias que les prestasen su auxilio , lo que prometieron bajo
juramento el 19 de setiembre del mismo año el gran Justicia de
Aragon y muchos otros funcionarios públicos. Esto no impidió que
continuasc la resistencia y que se generalizase hasta el punto de
poderse calificar de general .

II .

No contribuyó poco á generalizar la oposicion y darle impor


tancia el que fuesen -hijos de cristianos nuevos los principales mag
nates y empleados de la corte de Aragon . De este número eran Luis
Gonzalez , secretario del Rey; Felipe de Clemente, protonotario; Al
fonso de la Caballería, vice canciller y Gabriel Sanchez gran teso
rero ; todos descendientes de judíos condenados en sus tiempos por
la Inquisicion. Ellos y muchos otros de la misma procedencia ,que
ejercian en la corte los cargos mas honoríficos, casaron sus hi
jas , hermanas y sobrinas con los primeros nobles del reino, de los
cuales descienden muchos de los grandes de España de nuestros
dias .
A provecháronse de las ventajas que les ofrecia su influencia para
conseguir que los representantes de la nacion reclamasen delPapa
у del Rey contra la introduccion del nuevo código inquisitorial.
Mandaron emisarios a la corte de Roma con objeto de obtener al

1
}
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 655

menos la suspension de los artículos que se referian á la confisca


cion de bienes, por ser contrarios á las leyes del reino .
Mientras que los diputados de Aragon gestionaban en Roma y
cerca del Rey para obtener satisfaccion de sus justas demandas, los
recien nombrados inquisidores, Arbués y Juglar, unidos á Juan de
Gomedes, vicario general de Zaragoza é inquisidor ordinario , en 9

nombre del arzobispo de dicha ciudad , don Alfonso de Aragon, que


no tenia entonces mas de diez yy seis años , pusieron manos á su obra
de exterminio , y condenaron algunos cristianos nuevos como here
ticos judaizantes, que en los meses de mayo y junio fueron quema
dos vivos en diferentes autos de fé que tuvieron lugar en Zara
goza.
Tales suplicios aumentaron la irritacion de los cristianos nuevos
aragoneses, que temian, y no sin fundamento, se renovasen con
ellos las horribles escenas que pasaban en Castilla , donde el san
guinario tribunal , bajo la direccion de frailes y de sacerdotes faná
ticos , habia in molado millares de víctimas en los tres últimos años .
Creian los aragoneses que el Papa no dejaria de aprobar la de
sicion de los Reyes Católicos, si se resolvian á suspender la ejecu
cion de los artículos referentes á la confiscacion de bienes; pero lo
infructuoso de sus pasos los traia muy exasperados, cuando los
autos de fé de que acabamos de hablar llevaron al colmo su in
dignacion .
Exaltados al estremo, para librarse de calamidad tan grande , re
solvieron aplicar la pena del talion , respondiendo a la hoguera con
el puñal, prueba evidente de que uno de los peligros de la violen
cia es engendrarla y multiplicar sus horrores.

III .

Conjuráronse una porcion de nobles y otras personas, la mayor


parte de posicion independiente , y se propusieron asesinar al inqui
sidor principal de Zaragoza, con ánimo de hacer otro tanto con el
asesor Martin de la Raga y otros .
Para comprometer á todos los cristianos nuevos y facilitar la eje
cucion , determinaron los principales directores del Crímen en Zara
goza imponer una contribucion voluntaria , pagadera por todos los
aragoneses descendientes de judíos, y con efecto consta de los pro
656 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
1
cesos formados en la inquisicion de Zaragoza contra Sancho de Pa
ternoy, Juan Abadia y otros , que don Blasco de Aragon , señor de
>

Sástago recibió diez mil sueldos procedentes de parte de esta con


tribucion voluntaria para favorecer a los asesinos del maestro Epi
la , nombre con que designaban al inquisidor Arbués .
En el proceso de Juan Pedro Sanchez, quemado en estátua el 30 .

de junio de 1486 , consta que además de haber sido autor del pro
yecto , fué depositario de quinientos florines para pagar el asesi
nato .
Encargóse de dirigir la ejecucion Juan de Abadía, noble arago
nés descendiente de judío por línea femenina. Fueron los asesinos
Juan de Esperaindeo y Vidal de Uranso su criado, natural de un pue
blo francés de la Gascuña , Mateo Rau , Tristan de Leonis, Antonio
Grau y Bernardo Leofauto .
El inquisidor Arbués llegó á sospechar el proyecto de sus ene
migos; estos lo acechaban diligentes , hasta que la noche del 15 de
setiembre de 1485 , dieron con él en la iglesia de la Seo, á cosa de
las once. Estaba el inquisidor arrodillado, inmediato al púlpito del
lado de la epístola, tenia cerca de si el farol que habia llevado a la
iglesia y una cachiporra arrimada á la columna.
De las declaraciones de algunos reos , y particularmente de la del
gascon Vidal Uranso , que contó el suceso lata y metódicamente,
resulta que el inquisidor llevaba cota de malla bajo la chupa y so
tana clerical , y un casquete tambien de hierro ó de acero en la ca
beza, oculto bajo un gorro .
Cuando se perpetró el crímen , habia algunos canónigos que re
zaban maitines en el coro .
El primero que le hirió fué Juan de Esperaindeo, dándole una
fuerte cuchillada en el brazo izquierdo . Vidal de Uranso, prevenido
por Juan de Abadía de dar los golpes en el cuello, por hallarse
noticioso de que llevaba el casquele en la cabeza, le dió por detrás
un golpe tan fuerte que hizo saltar al suelo las barrillas de hierro
del casquete. De esta herida que recibió en la cabeza, y no de las
otras aunque fueron muchas, murió el inquisidor á las veinte y cua
tro horas , el 17 de setiembre.
La misma noche del 16 se hizo público el suceso, y los resulta
dos fueron tan contrarios á lo que esperaban los conjurados, que si
lo hubieran previsto no lo hubieran perpetrado. La plebe amolina
da supuso , no sin fundamento, que eran cristianos nuevos los ase
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 657

sinos , уy corrió por todas partes en tumulto á vengar el atentado .


Creció el motin sobremanera, y hubieran sido innumerables los de
?

sastres, si eljoven arzobispo don Alfonso de Aragon , el hijo bas


tardo del rey don Fernando, no hubiera recorrido á caballo la ciudad
conteniendo a las turbas, y prometiendo que los culpados serian per
seguidos y sufririan la merecida pena .

IV .

Los conjurados y sus protectores se amedrentaron y escondieron ,


y el inquisidor Juglar y otros produjeron una reaccion favorable al
nuevo tribunal del Santo Oficio, que fue aclamado como bueno y aun
necesario contra los cristianos nuevos de origen hebreo.
El rey Fernando supo sacar partido de las circunstancias, y con
solidó su establecimiento. El y la reina Isabel honraron la memoria
del difunto con demostraciones particulares , que contribuyeron
mucho á que se formase opinion de santidad del inquisidor: con
el tiempo llegó á ser venerado en los altares, habiendo sido bea
tificado ó declarado mártir por el papa Alejandro VII , en 17 de
abril de 1661. Los reyes hicieron fabricar un sepulcro magnífico, el
cual se colocó el 8 de diciembre de 1987 , con una inscripcion en
ocho versos latinos, que traducidos al castellano dicen así :
» ¿Quién descansa en este sepulcro ? Una segunda piedra fortisi
»ma cuya virtud aleja de sí á todos los judíos; pues el sacerdote
» Pedro es la piedra ſortísima sobre la cual Dios ha edificado la obra
» (de la inquisicion) ¡Oh Zaragoza feliz! Alégrate de tener sepultado
paquí al que es gloria de los mártires. Y vosotros, ¡oh judíos! huid
vde aquí, huid pronto , porque la piedra preciosa del jacinto tiene
»ļa virtud de auyentar la peste. »
La estátua de piedra, hecha por orden de los reyes para el cita
do sepulcro, tenia la siguiente inscripcion latina que reproducimos
en castellano:
« El reverendo maestro Pedro de Epila, canónigo de esta santa
» iglesia, ejerciendo con constancia el oficio de inquisidor contra los
» hereges, fué matado por ellos mismos en este propio sitio de su
» sepulcro, dia 15 de setiembre de 1485. Este monumento se ha
» hecho por órden de Fernando é Isabel, reyes de las dos Espa
» ñas . »
658 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Debajo de la estátua se puso un relieve que representaba parte


de la historia del Santo , el cual se conserva todavía en la capilla
que hay en el mismo lemplo con advocacion de San Pedro Arbués,
y permanece la inscripcion que dice así :
« La misma reina Isabel mandó construir para memoria perpétua
veste monumento á su confesor, ó por mejor decir , al mártir Pedro
» Arbués, por un efecto de su piedad singular . »
Para los que extrañen el dictado de confesor de la reina que se
dá en la inscripcion á Pedro de Arbués, debe saberse que Fernan
do é Isabel dieron honores y título de confesores suyos á todo in
quisidor.

ས:

El inquisidor don Diego García de Trasmiera escribió la vida de


San Pedro Arbués, poco despues de la beatificacion, y publicó por
apéndice de su obra un papel , que decia, ser copia de una declara
racion jurada hecha por Blas de Galvez , vicario de Aguilon y ca
pellan del doctor Martin García vicario general del arzobispado de
Zaragoza , por el arzobispo don Alfonso de Aragon . En esta decla
racion cuenta el vicario de Aguilon , que el inquisidor Pedro Arbués
se le habia aparecido varias veces en los años 1487 yУ siguientes, y
habládole de muchas cosas , y entre otras le encargaba decir al ar
zobispo , que dijese á los reyes no destruyesen la Inquisicion, pues
él aseguraba que, por solo haberla establecido, habian conseguido ya
sillas en el cielo entre las de los mártires, lo que tambien habia su
cedido á algunos grandes de España , que seguian la corte de sus
magestades.
Es de advertir que el tratamiento de magestad no se dió á los re
yes de España hasta Carlos V , lo que dá lugar á suponer que la
declaracion de Blas Galvez , es apócrifa y fabricada por el inquisi
dor Trasmiera, ó al menos corregida y aumentada; pues además
contiene otros errores en que no podia incurrir un contemporáneo
de los Reyes Católicos . Supone que San Pedro Arbués daba á la rei
na Isabel el título de madre del arzobispo don Alonso , y esto no es
creible, porque el rey Fernando tuvo este hijo antes de casarse con
la reina Isabel.
Tambien encargaba el beato al capellan Galvez decir al arzobis
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 659

po, que prosiguiese la Inquisicion sin hacer caso de los que afir
masen lo contrario ; porque Dios se lo premiaria, disponiendo que
fuese querido por aquel á quien él tenia miedo entonces. Parece
que la persona designada en esta última expresion era el rey Fer
nando padre del arzobispo.
Encargaba además á Galvez decir á los inquisidores que tenian
preparadas en el cielo sillas gloriosas entre los mártires, por la
constancia con que sostenian la Inquisicion ; y que no debian dudar
que habian hecho bien en enviar a las llamas las muchas personas
condenadas por ellos ; pues todas , menos una, estaban condenadas
al infierno .
Encargó igualmente decir á los inquisidores, hiciesen quitar de
los caminos los cuartos y restos de los cadáveres de sus asesinos, y
no dejasen ni aun el polvo de las cenizas de los que habian que
mado, sino que mandasen á los borreros recogerlo todo y arrojarlo
>

al Ebro, porque así no caeria tanta piedra en el reino.


Galvez , ó el que fingió su declaracion , cuenta haberle dicho Pe
dro Arbués, que se libraria de la landre, epidemia muy propagada
á fin del siglo xv, cualquiera que acudiese á su sepulcro y arrodi
llado en el hiciese la señal de la cruz , orase á Jesucristo y á Ma
ría Santísima, y despues dijese : Ruega por mi, bienaventurado Pe
dro Arbués , para que yo sea digno de la promesa de Cristo .
Continuaba Galvez diciendo en su declaracion , que habiendo pa
decido por espacio de muchos años de una quebradura y hecho
inútilmente varios remedios, se encomendó muy de veras y con de
vocion humilde al patrocinio del bienaventurado Pedro Arbués, y lo
gró curarse por su intercesion .
Extraño parece, que si el alma del difunto inquisidor tenia ta
les recomendaciones que hacer áa los Reyes Católicos y al arzobispo
de Zaragoza, se dirigiese á un cura de aldea, que probablemente
no tendria acceso con ellos , y a quien podian muy bien no dar cré
dito, en lugar de aparecerse á las mismas personas a quienes inte
resaban sus revelaciones; pero hay en la declaracion de Galvez co
sas tan absurdas, que bien pueden tenerse por apócrifas , en honor
del mismo difunto aparecido y despues canonizado. Por ejemplo:
¿ podia ignorar el beato Pedro Arbués, al recomendar que quilasen
de los caminos los restos de sus homicidas, que no era á los inqui
sidores, sino al juez secular á quien competia y á quien debia dar la
recomendacion? ¿Y qué relacion podia haber entre la piedra que cayó
660 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

en Aragon y el que los restos de los quemados por la Inquisicion ,


estuviesen sobre la tierra ó en el fondo del Ebro ? Dice tambien que
una las víctimas de la Inquisicion habia alcanzado la salvacion
eterna . ¿Cómo, pues, podia el bienaventurado inquisidor recomen
dar un tribunal que condenaba inocentes?
Tambien aseguraba al rey Fernando que iria al cielo y estaria
colocado entre los mártires por haber fundado el tribunal de la In
quisicion . ¿Cuál habia sido su martirio ? Si acaso sufrió alguno, no
fué otro que el de los remordimientos que no podria menos de su
frir por su escesiva ambicion y por las innumerables víctimas que
sacrificó .
Hemos visto como honraron los católicos viejos la Inquisicion y
los reyes al inquisidor mártir: veamos ahora como vengaron su
muerte .

VI.

La Inquisicion prendió á diestro y siniestro y castigó, como com


plices del homicidio, hereges, judaizantes ó sospechosos de serlo é
impedientes del Santo Oficio ; en una palabra á cuanlos cristianos
nuevos pudo echar mano. No es ponderable el número de familias
que hicieron desgraciadas. En poco tiempo reunieron doscientas y
tantas víctimas.
El reino de Aragon se llenó de luto al ver morir tantas personas
en las llamas. y perecer en los calabozos y en los tormentos un nú
mero mayor. Apenas hubo familia noble de primero, segundo y
tercer órden , que por lo menos no sufriera el sonrojo de ver uno
de sus miembros salir en auto público de fé con el hábilo infaman
te de penitenciado. El indicio mas leve se reputaba prueba de
complicidad , y dar hospitalidad á un fugitivo bastaba para ser con
denado .
Don Jaime Diez de Armendariz , señor de la villa de Cadreita,
caballero muy ilustre de Navarra y progenitor de los duques de Al
burquerque por linea femenina, fué penitenciado por solo haber ad
mitido en su casa una noche á García de Moros el mayor, Gaspar
de Santacruz, Martin de Santangel y otros que huian de Zaragoza.
Lo mismo sucedió á Fernando de Montesa, Juan de Magallon, Juan
de Carriazo, Fernando Gomez, Guillermo Forbas, Juan Vasquez y
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 661
Juan y
у Martin de Aguas, por haber dado socorro en Tudela á otro
fugitivo llamado Juan de Pedro Sanchez .

VII .

¿Pero qué tiene de extraño que se cargase con el sambenito á di


chas personas por dar hospitalidad á algunos amigos que huian de
los potros y hogueras de la Inquisicion, cuando no pudo librarse de
llevarlo el mismo infante de Navarra, sobrino carnal del rey Fernan
do, que fué llevado preso á los calabozos de la Inquisicion de Zara
goza y penitenciado por haber dado auxilio á algunos de los que
huian de Aragon ?
La misma suerte sufrieron don Lope Gimenez de Urrea, primer
conde de Aranda; don Blasco de Alagon , señor de Sástago ; don
Lope de Rebolledo, don Pedro Jordan de Crries, Juan de Bardagí , Bea
triz Santangel, mujer de don Juan de Villalpando , señor de Sisamon ;
Mosen Luis Gonzalez , secretario del Rey; don Alonso de Caballería,
vice canciller del reino; don Felipe de Clemente, protonotario de Ara
gon ; don Gabriel Sanchez, tesorero general del Rey ; Sancho de Pa
ternoy ; Alfonso Dara y Pedro Lacabsa vecinos de Zaragoza; Fer
nando de Toledo penitenciario de la iglesia metropolitana; don Luis
de la Caballería , canónigo y dignidad de camarero de la misma ;
Hilaria Ram , mujer de Alfonso Liñan ; Luis de Santangel, Juan
Doz, Pedro de Silos, Galacian Cerdan, y otros muchos caballeros
ilustres de Zaragoza, Tarazona, Calatayud, Huesca y Barbastro.
Juan de Pedid Sanchez, fué quemado en estátua, gracias á que
pudo fugarse á Francia. Lo mismo sucedió á Antonio Agustin , que
llegó á ser despues canciller de Aragon, padre de don Antonio, ar
zobispo de Tarragona y de don Pedro, obispo de Huesca y suegro del
duque de Cardona.
Gaspar de Santacruz huyó á Tolosa, donde murió despues de ha
ber sido quemado en estátua en Zaragoza. Los inquisidores de esta
ciudad prendieron a su hijo por haber auciliado al padre en su fu
ga. Lo cargaron con el sambenito, lo afrentaron en auto público y
lo condenaron á llevar testimonio de la condena del difunto Gaspar
á los frailes dominicos inquisidores de Tolosa, requerirles que des
enterrasen el cadáver de su padre lo hiciesen quemar y volver á
Zaragoza con el testimonio para los inquisidores. ¡ El hijo lo hizo
Tumo I. 86
1

662 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

como se lo mandaron! ¿Cabe condena mas injusta, odiosa y repug


nante? Ella por sí sola bastaria para inspirar horror hacia al tribu
nal que la daba.

VIII .

Juan de Esperaindeo y sus cómplices fueron arrastrados por las


calles de Zaragoza, se les cortaron las manos ; despues fueron ahor
cados ; sus cadáveres descuartizados y sus miembros puestos sobre
altos palos en los caminos públicos.
Juan de Abadía se mató en la cárcel la víspera del suplicio; pe
ro no se omitieron por esto las ceremonias de la justicia, como si es
tuviese vivo .
A Vidal de Uranso no le cortaron las manos hasta despues de
muerto , por haberle prometido hacerle gracia si lo confesaba todo
con claridad.
Las espadas con que se hizo el asesinato del inquisidor Arbués
fueron colgadas en el templo de la Seo de Zaragoza, donde perma
necieron por mucho tiempo, lo mismo que las inscripciones de to
das las personas quemadas y penitenciadas. Estas inscripciones se
ponian con letras muy grandes en lienzo, teniendo encima pintadas
las llamas , que indicaban haber sido condenado al fuego el suge
to de quien se trataba; ó una cruz en figura de aspa color de fue
go , que demostraba haber sido penitenciada la persona .
Algunas familias ricas de Zaragoza obtuvieron mas tarde bulas
pontificias para quitar de la iglesia las inscripciones de sus parien
tes, cuyo cumplimiento permitió por gracia especial el rey Fernan
do; pero los inquisidores lo llevaron muy á mal, tanto que conmo
viendo el ánimo de muchos cristianos viejos de la infima plebe, oca
sionaron un motin , diciendo ser contrario a la pureza de la religiou
católica la supresion de dichas inscripciones, siquiera fuesen por
bula del Papa. Tal es la fuerza del fanatismo, cuando se le da pá
bulo por personas de alta posicion interesadas en desfigurar la ver
dad y pervertir las ideas.
Las inscripciones que quedaban fueron colocadas mas altas, para
impedir que pudiesen leerlas gentes indiscretas y publicar especies
contrarias al decoro de las familias; no porque hubiese causa justa
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 663

para ello, sino por los perniciosos efectos que producian las vulga
res preocupaciones.
No hay razon para que padezca el honor de una familia , porque
un antecesor suyo fuese quemado ó penitenciado, antes bien debe
ser un motivo para respetarla por haber sufrido la desgracia de ser
víctima de semejante tribunal. Respecto á los condenados á conse
cuencia del asesinato del inquisidor Pedro Arbués, bien puede ase
gurarse á ciencia cierta, que la mayor parte cran inocentes, por
ser imposible que miles de personas, esparcidas en todo el reino,
fuesen cómplices del homicidio .
Lo mismo puede decirse respecto de las familias de origen judío .
Todos descendemos de idólatras, de mahometanos ó de judíos; pero
por un trastorno de ideas, hijo de la animosidad y odio hácia maho
melanos y judíos, que eran coctáneos de los cristianos viejos del
siglo xv y xvi , preferian proceder de idólatras gentiles .
No influyó poco la Inquisicion en que se confundieran estas no
ciones tan sencillas como justas .

IX .

No fué solo en Zaragoza donde se resistieron al establecimiento


del nuevo tribunal; la antipatía que inspiraba la Inquisicion se ma
nifestó en casi todos los pueblos y provincias de la corona de Ara
gon .
En Teruel fueron tales los tumultos que provocó el estableci
miento de la Inquisicion moderna, que fué necesario todo el teson de
Fernando el Católico para extinguirlos y vencerlos , lo que no tuvo
lugar hasta marzo de 1483 , en virtud de reales órdenes muy ter
ribles dadas en Sevilla el 7 de febrero anterior .
Lo mismo y en el propio tiempo sucedió en la ciudad y arzobis
pado de Valencia, sin mas diferencia que haber sido allí los caballe
ros y señores de vasallos quienes hicieron la mas enérgica oposi
cion; y no es de extrañar, pues siendo cristianos nuevos gran nú
mero de sus vasallos , temian no sin fundamento quedarse sin ellos
por efecto de la persecucion.
La ciudad y obispado de Lérida, y á su ejemplo los demás pue
blos del principado de Cataluña, se resistieron tambien al estableci
miento de la nueva Inquisicion , y con mayor energía y constancia
664 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que valencianos y aragoneses, pues no pudo el Rey sujetarlos é im


ponérsela hasta 1487.

X.

La ciudad de Barcelona no se dió , sin embargo , por vencida , sos


>

teniendo que no debia reconocer á Torquemada ni á ningun inqui


sidor delegado suyo , aá pesar de las bulas de Sixto IV é Inocencio
VIII , por tener privilegio para impedir el ejercicio á quien carecie
se de título de inquisidor creado especialmente para Barcelona. El
Rey venció el obstáculo escribiendo al Papa, quien , no obstante ha
ber confirmado el 11 de febrero de 1986 el nombramiento de Tor
quemada para inquisidor general en todos los dominios de los Re
yes Católicos, lo nombró á mayor abundamiento inquisidor espe
cial de la ciudad y obispado de Barcelona, con facultades de ejercer
su oficio por medio de delegados de su satisfaccion , áá cuyo fin des
tituyó los inquisidores antiguos y autorizó á los obispos de Córdo
ba y de Leon y al abad de San Millan de Burgos, para hacer eje
cutar esta providencia , aunque se interpusiera apelacion. Con esto
los catalanes no tuvieron pretexto para quejarse, pues se habia sa
tisfecho el que opusieron al reconocimiento de la autoridad inquisi
torial de Torquemada . Su resistencia debió recomendarlos a las
simpatías de este señor.
El mismo empeño necesitó el Rey Católico para introducir la In
quisicion en Mallorca, donde no empezó á funcionar hasta 1190;
para Cerdeña, que no la recibió hasta 1492, y para Sicilia, donde
se admitió mas tarde, y en todas partes, solamente despues de tu
multos y de otras muchas pruebas de general desagrado, logró es
tablecerse el odioso tribunal.
La verdad mas constante de nuestra historia , es haberse puesto
la Inquisicion contra la voluntad de los habitantes de todas las pro
vincias , menos la de los frailes dominicos y algunos clérigos inte
resados ó fanáticos , ó ambas cosas a la vez.
CAPITULO VII.

SUMARIO .

Nuevos reglamentos y ostatutos de la Inquisicion moderna, obras de Torque


mata.- Numero de personas condenadas por la Inquisicion bajo la direc
cion de Torquemarla - Opinion de escritores católicos sobre la Inquisicion.
-Procedimientos de la Inquisicion en Toledo .

1.

No bastaron las instrucciones ó constituciones del Santo Oficio


que ya conoce el lector, por lo cual Torquemada las aumentó el
9 de enero de 1985. La mayor parte de los nuevos preceptos y re
glas se referian á la administracion de los bienes con fiscados, entre
los cuales hay algunos que revelan los abusos que cometian los in
quisi !ores.
Dice la sexta de estas nuevas instrucciones, que los notarios
de la Inquisicion tengan libro de registro donde asienten las no
tas de los bienes de los procesados .
La novena prescribe que los receptores no hagan secuestros de
bienes de nadie sin órden escrita del tribunal; y aun con ella deben
llevar un alguacil y depositar los bienes en tercera persona con in
ventario .
Esta órden revela el desórden que habria habido hasta entonces
666 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

en las confiscaciones, verdaderos despojos que se hacian con una


simple órden verbal .
Decia la décima , que el receptor diese á los inquisidores y demás
empleados del tribunal sus sueldos por trimestres adelantados.
¿Cuándo se vió á los funcionarios públicos cobrar de esta mane
ra? Añadia la misma cláusula, que era voluntad de los reyes se
pagasen todos los gastos del Santo Oficio con el producto de los
bienes confiscados.
En 27 de octubre de 1488 , mandó Torquemada, que no se cu
brieran las libranzas reales sino despues de pagar los sueldos de
los inquisidores y gastos del Santo Oficio , sobre lo cual pediria á
sus magestades espidiesen real cédula; pero no consta que la conce
dieran , y en 1498 dió Torquemada una nueva órden, por la que
consta que a causa de faltar dinero para los sueldos, imponian los
inquisidores á los reconciliados penas pecuniarias á favor del fisco
del Santo Oficio, lo que prohibió el inquisidor general para lo suce
sivo.
Los receptores de la Inquisicion , viéndose oprimidos por la falta
de caudales para sueldos y gastos , mortificaban á muchos con de
mandas de revindicacion de bienes, que pertenecieron antes á perso
nas condenadas á confiscacion, diciendo que su venta fué fraudulenta
y en perjuicio del fisco. Esto multiplicó tanto las quejas , que el mis
mo consejo de Inquisicion tuvo que librar real cédula, de acuerdo
con los reyes , en 27 de mayo de 1191, mandando a los receptores
>

no incomodar á terceros poseedores de bienes enagenados antes de


1479 , y no habiendo bastado esto á impedir los abusos que ha
cian los receptores de la Inquisicion, fué forzoso volverlo á mandar
con real probibicion en 5 de junio de 1502 .
No es extraño que los receptores aumentasen por medios tan in
justos el cúmulo de bienes confiscados por la Inquisicion, cuando
los mismos inquisidores disminuian el capital, disponiendo á su ar
bitrio de los bienes raices del fisco, con tan enorme abuso , que á pe
ticion de los reyes les prohibió el Papa hacerlo en adelante, bajo la
pena de excomunion mayor , en breve de 18 de febrero de 1495.
Indagóse y se averiguó ser muy considerables las cantidades de
fraudadas, y el cardenal Cisneros recibió en 26 de marzo de 1496
la orden de liquidar y de exigir lo defraudado; pero sin duda por
no desprestigiar al tribunal ante el pueblo , no se ejecutó la orden.
La falta de los inquisidores era tanto menos disculpable, cua ndo la
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 667

necesidad no tenia en ella la menor parte; en 6 de febrero de 1986 ,


habia librado el Papa una bula mandando que los inquisidores y
demás empleados del Santo Oficio gozasen prebendas y beneficios
sin residir en sus iglesias, con lo cual tenian dos sueldos sin ejer
cer mas que un empleo.

II .

Todavía en 27 de octubre de 1.188 se aumentaron las ordenan


zas por Torquemada, de acuerdo con el consejo de la Suprema.
Decia la tercera, que no se dilatase la prosecucion de los procesos
por esperar prueba plena; pues la causa de heregía es de tal natu
raleza . que aunque esté sentenciada en favor del procesado, se pue
de promover de nuevo si despues se adquiriesen pruebas.
Prendian á un infeliz sin motivo, y en lugar de ponerlo en liber
bertad en seguida, lo guardaban años enteros en un calabozo, espe
rando descubrir algo que justificase su prision . El preso, viendo
dilaciones tan enormes y no sabiendo la causa , reclamaba, pidien
do en vano la terminacion de proceso; pero ni se terminaba, ni se le
decia por qué se le habia preso, con lo cual se entregaban muchos
á la mas negra desesperacion .
Agréguese á esio , lo que dice el párrafo quinto de la nueva or
denanza .
« Que no se permita á personas de fuera tratar con los presos,
esceplo á los sacerdotes que los inquisidores consideren oportuno
para consuelo de aquellos y descargo de sus conciencias . »
Segun se vé , la incomunicacion de los presos duraba tanto como
su prision, y no podia ser mas rigurosa. En todos los tribunales
despues de tomada la confesion con cargos, concluye la incomunica
cion y no hay pretexto que disculpe la bárbara disposicion de Tor
quemada.
La sexta disposicion de las nuevas ordenanzas decia así:
« Que cuando se reciben declaraciones de testigos , no estén pre
((

sentes mas personas que las precisas, porque conviene el se


creto . »
El secreto era en efecto el alma del sistema inquisitorial . Sin él ,
668 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

no seria tan terrible, ni podrian triunfar la arbitrariedad, ni la ig


norancia , de los jueces y subalternos . Suprimiendo el secreto, la
Inquisicion hubiera perdido todo su terrorífico prestigio, y hubiera
sido poco menos que imposible condenar tan gran número de víc
timas inocentes .
La séptima ordenanza dice : «que las escrituras y papeles de la
Inquisicion estén donde los inquisidores residen depositados en un
arca, cuya llave tenga el notario del tribunal bajo privacion de
oficio . »
Los papeles de que se trata son los procesos : si estos se hubie
ran formado conforme á derecho, ¿cómo podrian caber en un arca
los de tantos millares de personas como iban sacrificadas en cada
provincia en 1488?
Aunque indirectamente, prueba bien claro lo que precede, el poco
papel y tinta que los inquisidores empleaban ó gastaban para afren
tar una familia ó para quemar á un ser humano. Dice un escritor
hablando de la Inquisicion de España, haber visto en 1813 en Za
ragoza, los procesos de mas de trescientas personas de las cas
tigadas por el asesinato del inquisidor Arbués, yy cuasi todos estaban
formados en hojas de cuartilla, sin embargo de lo cual los mas no
llegan á cuarenta hojas. ¡Pero qué procesos ! exclama el historia
dor. La delacion , un certificado de prision , confesion del reo, acu
sacion del fiscal, respuesta verbal del preso y sentencia ;... y así se
disponia de la vida, honra y bienes de honrados y úliles ciuda
danos .
Tan grande debió ser el número de presos, que dice la décima or
denanza, que no habiendo cárceles bastantes para los penitenciados
á cárcel perpétua, se puede permitir á cada uno su propia casa
por cárcel , bajo la condicion de castigarle conforme á derecho si
saliese de ella .
Pero esta medida, que tenia algo de bueno para los presos , to
mada únicamente por la imposibilidad de guardarlos áa todos, solo
cra de un carácter transitorio , pues la ordenanza décima cuarta te
nia por objeto pedir á los reyes la construccion en cada pueblo don
de hubiese tribunal de la Inquisicion de «un circuito cuadrado con
sus casillas, donde habite cada uno de los penitenciados, con una
capilla donde se les diga misa alguna vez , para que dure poco la
providencia indicada de que habitasen en sus casas propias; pre
viniendo que las casillas fuesen tales que pudieran los penitenciados
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 669

ejercer en ella su oficio y ganar de comer escusando á la Inquisi


cion los grandes gastos que ahora causa . »
Este artículo dió origen a los edificios que en las provincias so
lian llamarse casais de penitencia , contiguas á las del tribunal de la
Inquisicion.

III .

Los abusos y las quejas seguian , y Torquemada aumentó las cons


tituciones con diez y seis artículos en 25 de mayo de 1498 .
Cada nueva constitucion revela los abusos mismos que prelen
dia corregir.
Decia el primer artículo de este último decreto, que de los dos
inquisidores de cada tribunal, fuese uno jurista y otro teólogo, y
que no procediesen el uno sin el otro á pronunciar decreto de pri
Sion , tormentos y comunicacion de las declaraciones de los tes
ligos.
El primero, como se vé , es grave; pero es mucho mas el segun
do que dice así :
« Que los inquisidores no permitan á sus empleados armas veda
das, sino en casos de oficio, y no admitan sus demandas en casos
civiles , sino solo en los criminales . »
Estas breves líneas demuestran el cúmulo del poder a que llegó
la Inquisicion y su incompatibilidad con la justicia y con el buen
gobierno del Estado. Los dependientes de la Inquisicion se habian
abrogado el uso de armas vedadas, y lejos de prohibírselas, los au
torizan á que las usen en casos de oficio. Los inquisidores no solo
intervenian en casos de fé para castigar hereges, sino que se con
vertian en tribunales civiles y criminales, cuando sus dependientes
les pedian desagravios de las ofensas que recibian. ¡Cabe mayor
monstruosidad !
El articulo precedente reducia su intervencion a los casos crimi
nales; pero esto sirvió de poco ó nada. Los inquisidores siguieron
cubriendo con el manto de la impunidad á sus dependientes, dan
do ocasion á querellas, pleitos odiosos, discordia de familias, son
rojos de magistrados y otros infinitos daños. Ellos profesaban la
máxima de que el honor del cuerpo inquisitorial dependia de que
siempre se declarase que lenian razon .
Томо І. 87
670 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Eltercero decia, que no se prendiese á nadie sin suficiente prue


ba del delito , y que sentenciaran pronto los procesos por lo que

resultase , sin dilatarlo por la esperanza de mayores justifica


ciones .
El repetir esto que ya estaba mandado, como hemos visto , prue
ba que no se habia cumplido, y como despues veremos , tampoco
se cumplió en lo sucesivo . Pero lo gracioso es el encargo de no
prender sin pruebas suficientes dado en 1498 , á cuya fecha iban ya
sacrificadas mas de ciento catorce mil cuatrocientas una personas que
hacen otras tantas familias, á cuyos individuos en número de cerca
de quinientas mil alcanzaban las consecuencias de las condenas.
Cuando habian quemado diez mil doscientas veinte personas y seis
mil ocho cientas sesenta en efigie por haberse fugado , y condenado á
diversas penitencias, sambenito, prision temporal ó perpétua y con
fiscacion de bienes á 97,321 , las mas de ellas sin otras pruebas que
la declaracion de algun mal intencionado ó de quien estaba su
friendo tormento para que declarase quienes sabia ó presumia que
hubiesen judaizado, ¡entonces recomendaba Torquemada que no se
prendiese sin suficientes pruebas!
Decia el quinto, « que aunque falte dinero para los sueldos, no se
impongan mas penitencias pecuniarias que las que se impondrian
si los sueldos estuviesen pagados .»
Es decir, que los inquisidores acostumbraban cobrar sus sueldos,
imponiendo penitencias pecuniarias injustas, ó lo que es lo mismo,
despojando á sus víctimas so pretexto de crímenes que no habian
cometido, ó por los que no merecian tales castigos. Lo justo hubic
ra sido, una vez que se conocia el delito de los inquisidores, impo
nerles un castigo severo, y hacerles devolver el importe de las pe
nitencias impuestas sin otro motivo que la falta de fondos para
cobrar sus sueldos; pero se dejaba la carne en la boca del lobo, y
así no se hacia caso de las ordenanzas cuando los inquisidores po
dian cohonestar sus determinaciones .»
El artículo sexto revela el mismo género de abuso; dice asi : « que
no conmuten las penitencias de cárcel ni otra personal en pecunia
ria , quedando reservado al inquisidor general el dispensar del uso del
sambenito, y habilitar é los hijos y nietos de los condenados para
usar vestidos honrosos .»)
Calcúlese si estas dispensás serian solicitadas por tantos miles de
personas que habia infamadas por la Inquisicion .
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 671

Dice el octavo , « que los inquisidores castiguen con pena públi


ca á los que constase que son testigos falsos. »
Para los inquisidores habia dos maneras de ser testigo falso :
una calumniando, otra negando saber hechos ó dichos heréticos so
bre que fuesen preguntados, referentes á la causa de otro procesado.
Al testigo que delataba, era cosa poco menos que imposible pro
barle la calumnia de su delacion,, porque al infeliz acusado nunca
se le revelaba el nombre del que declaraba contra él , y si llegaba
á adivinarlo, se lo negaban.
Decia el décimo tercio , « que haya para las mujeres cárcel apar
tada de la de los hombres . »
¿Qué no pasaria en la Inquisicion cuando fué necesaria la pro
mulgacion de esta ley , que por cierto no cortó los abusos; pues so
lieron ocurrir cosas, como diremos en otra ocasion , que hacian poco
honor al tribunal?
Estas fueron las últimas ordenanzas hechas por fray Tomás de
Torquemada. Pero don fray Diego Deza , su sucesor, añadió la quin
ta instruccion ,en Sevilla, en 17 de junio de 1500. Constaba de sie
te artículos .
El sexto decia: «« que cuando alguno abjura como sospechoso con
sospecha vehemente, prometa no juntarse con hereges , perseguir
los cuanto estuviese de su parte, delatarlos á la Inquisicion , y cum
plir su penitencia, consintiendo que se le castigue como relapso si
faltare á ella . »
El relapso era condenado al fuego , aunque se arrepintiese.

IV .

Tales fueron las primeras leyes con que comenzó en España la In


quisicion moderna; leyes atroces y que produjeron mas desastres
á la nacion española en los primeros años de su establecimiento ,
que muchas guerras juntas, leyes que hicieron emigrar mas de cien
mil familias á paises extranjeros. Hasta los cristianos viejos tembla
ban al ver un rigor tan excesivo , y aunque guardaban el silencio
pavoroso de quien recela ser comprendido en la persecucion, han
llegado hasta nuestros dias algunos testimonios de que la nacion
desaprobaba el modo con que se procedia en asunto de tan grave
672 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

interés como son las vidas de las personas , la honra у los bienes de
las familias , la prosperidad ó la desgracia de toda una nacion .
Hernando del Pulgar, coetáneo de aquellos sucesos, manifestó su
opinion en la Crónica de los Reyes Católicos fundadores de la Inqui
sicion, diciendo: « que algunos parientes de los presos reclamaron,
porque aquella inquisicion y ejecucion era rigorosa mas de lo que
debia ser , y que en la manera que se tenia de hacer los procesos
y en la ejecucion de las sentencias, los ministros mostraban pa
sion de ódio . »
Mas claro habló en cartas particulares, citadas en la obra titula
da: Claros varones de Castilla, escritas al cardenal Mendoza, á la
sazon arzobispo de Sevilla, sosteniendo: « que el crimen de heregia
no debia ser castigado con pena capital, sino con multas pecunia
rias , como lo habia defendido San Agustin , tratando de la causa
de los donatistas, y de las leyes promulgadas acerca de ellos por
los emperadores Teodosio I y Honorio I su hijo . »
Hernando del Pulgar no fué escuchado en tiempo de Torquemada:
ey qué mucho, si lo que él proponia era mas humano, no solo que
las leyes de aquel tiempo, sino que las vigentes en España en 1863
7

en que escribimos estas líneas?

V.

Las víctimas se multiplicaron de tal manera, que su número mis


mo es testimonio eterno de que no habia tiempo para forma r pro
ceso , cuanto menos para proseguirlo conforme á derecho .
Para dar una idea de tan importante verdad , baste recordar lo
sucedido al establecerse la Inquisicion en Toledo.En mayo de 1485,,
publicóse el edicto de gracia con término de cuarenta dias ; na uchos
cristianos nuevos se expontancaron confesándose reos de h eregu
judáica. Pasado el plazo , los inquisidores publicaron otro cdicto
mandando á lodos delatar dentro de setenia dias, y despues olro
tercero que señalaba treinta , bajo graves penas á cuantos sospie
chasen culpables de heregía . Durante este plazo hicieron com pare
cer ante si á los judíos rabies de la sinagoga de Toledo ; les hicieron
prometer con juramento , tomado segun la ley de Moisés, que da
rian noticia de todas las personas que supiesen profesar el judaisma
despues de recibir el bautismo,conminándolos con varias penas, y entre
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 673
ellas la de muerte; mandándoles además poner en las sinagogas ex
comunion segun el rito mosáico, contra los que no delatasen lo que
supieran sobre este punto.
il cuán tristes reflexiones no da lugar la lectura de este decreto!
Obligados á delatar, ¿uo parece probable que los judios lo hicieran
contra sus antiguos correligionarios que abrazaran de buena fé el
catolicismo, y no contra los que persistian secretamente en su an
ligua religion? ¿ A quién mas que a los inquisidores podria ocurrir
seles perseguir a los cristianos por las delaciones de los judíos? Por
la delacion de un hebreo prendian y ponian en el tormento á un
católico, al cual quemaban vivo por herege judaizante, si los dolo
res de la tortura le arrancaban la confesion de cualquier acto ino
cente en sí mismo; pero que baslaba, por la circunstancia de ser
cristiano nuevo, para que los inquisidores lo condenasen . Y sabe el
lector que para esto bastaba lavarse en ciertos dias, poner manteles
limpios en la mesa, no comer tocino, guisar con aceite, lavar las
aves despues de degolladas y otras cosas por el estilo .
Lo notable es que los inquisidores que perseguian de muerte á
los cristianos nuevos que suponian poco firmes en la fé católica,
y por lo mismo predispuestos á reincidir en sus antiguos errores ,
dejaban en paz á los judíos que los profesaban abiertamente у los
hacian jurar por la ley de Moisés.
Los inquisidores abrieron el campo á las venganzas particulares
de los judíos, y las delaciones fueron tantas, que el 12 de febrero
de 1486 celebraron auto de fé, sacando en él setecientas cincuenta
personas de ambos sexos á reconciliar con sentencia pública, des
calzas , en cuerpo y con una vela en la mano .
Un escritor contemporáneo, testigo de vista, dice que cuando iban
á la catedral para oir la sentencia, lloraban á grandes gritos por el
sonrojo que padecian a la vista de un concurso numeroso de los
pueblos de la comarca , en los cuales se habia anunciado de oficio ,
por pregones, quince dias antes. Muchas de las personas condena
das eran de alta categoría.
El 2 de abril se celebró auto de fé con novecientas personas ; el
7 de mayo se celebró otro con seteciertas cincuenta ; el 16 de agosto
se repitió la funcion quemando á veinle y cinco, y al dia siguiente
17 á dos clérigos. La trajedia de aquel año no concluyó en Tolc
do hasta el 10 de diciembre, en que hubo un auto de fé de nove
cientos penitenciados; que hacen 27 quemados y 3300 penitencia
674 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dos . Que son 3327 procesos formados, seguidos y sentenciados en


tan breve plazo por solo dos inquisidores. Pero todavía, como ya
hemos visto , despacharon mas pronto sus procesos los inquisidores
de Sevilla , puesto que , segun Mariana, en 1781, quemaron 2,000
personas, á mas de otras tantas en efigie y de penitenciar á 17,000 .
¡ Veinte y un mil procesos en un año! Aquellos, pues, no eran pro
cesos , sino asesinatos y despojos cometidos en nombre de una re
ligion de paz que ultrajaban con su conducta.
CAPITULO VIII.

SUNARIO.

Disidencias entre las cortes de España y Roma sobre la Inquisicion y sus


atribuciones. - Lenidad del Santo Oficio con algunos magnates . - Conducta
de la curte de Roma con los españoles que recurrian á ella contra la In
quisicion .-- Auto de fo de espauoles judaizartes en Roma ante el Papa.
Persecuciones de la Inquisicion contra los obispos .- Muerte de Torque
mada . - Ciliulo de sus víctimas ,-Persecuciones y quemas contra los li
bros .-- Carácter de Torquemarla y su obra . - Autos de fé en Toledo , Valen
cia y Barcelona .

I.

Las cuestiones entre las cortes de Roma y España yy la Inquisicion


con ellas, fueron gravísimas y continuas. Todos estaban de acuer
do en perseguir a los cristianos nuevos , por su reincidencia en el
judaismo; pero cada uno queria apropiarse los beneficios que re
sultaban de la persecucion .
Los cristianos nuevos acusados de judaizantes, ó que temian serlo,
y que contaban con los recursos necesarios, acudian á Roma de
donde venian absueltos: el Santo Oficio reclamaba diciendo que de
tal modo quedarian impunes todos los hereges; como si no hubiera
sido mucho mejor evitarles gastos y penalidades de largos viajes
absolviéndolos en su casa, que, puesto que en Roma lo hacian sin
?

perjuicio de la fé católica, no podia menos de ser con perjuicio de


ella como se condenaban en España. Para satisfacer á un tiempo á
todos, encontró la córle pontificia un medio, que consistia en impo
676 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ner como penitencia a los que reconciliaba el no volver a España


sin licencia expresa de los reyes. Nosotros creemos , sin embargo ,
que hubiera sido lo mas cuerdo y equitativo suprimir un tribunal
que se empeñaba en ser mas católico que el Papa .
El rigor del tribunal de la Inquisicion no estaba inspirado tanto
como parece por el fanatismo y el desco de extirpar la heregia: tor
cíase con harta frecuencia guiado por los mas bastardos intereses,
y mientras quemaba á diestro y siniestro inocentes que carecian de
influjo, solia inclinarse ante los malvados poderosos.

II .

Dice un sabio historiador haber visto el proceso original de


don Alonso de la Caballería , cristiano nuevo , encausado como
sospechoso de judaizante, y como cómplice en el asesinato del
inquisidor Arbués, del cual resultaban bastantes pruebas de
haber sido uno de los que mas parte tuvieron en el consejo y
proyecto de matar á dicho inquisidor, yY de que contribuyó con di
nero á pagar los asesinos . No obstante, como este scñor era vice
canciller de Aragon y uno de los favoritos del rey Fernando, y ri
quísimo por añadidura, salió bien en la causa , y eso que era hijo
de julio, nieto de abuela quemada como herege judaizante, viudo
de mujer penitenciada en la Inquisicion de Zaragoza, y reconciliado
y absuelto él mismo ab cautelam anteriormente.
Este señor acudió al Papa, recusando a los inquisidores de Ara
gon , alinquisidor general y al obispo juez de apelacion ; y el Papa
expidió breve el 28 de agosto de 1188 , avocándose el conocimiento
de la causa , y fué absuelto . Casóse en segun las nupcias con doña
Isabel de Haro, turo dos hijos y dos hijas que casaron con personas
de las primeras familias del reino de Aragon. Su primogénito don
Sancho de la Caballería, procesado en la Inquisicion de Zaragoza
por sodomita , contrajo matrimonio con doña Margarita Cerdan, hija
del señor de Castelar ; y don Francisco de la Caballería , hijo de don
Sancho, casó nada menos que con doña Juana de Aragon , nieta
del Rey, hermana del conde de Ribagorza y prima del emperador
Carlos V. De alli proceden los duques de Villa -Hermosa y otros
grandes de Aragon .
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 677

Otros casos hubo como este dignos de mencion , aunque no los


creemos necesarios para probar que algunas veces quien hace la
ley hace la trampa; y que segun el refran allá van leyes do quieren
reyes.

III .

Los Reyes Católicos y la Inquisicion obtuvieron del papa Ale


jandro VI una bula , el 17 de setiembre de 1498 , por la cual anu
laba las gracias concedidas por él y por sus antecesores , añadiendo
que si desde aquella fecha en adelante fuesen expedidas algunas gra
cias de esta clase , pudiesen los inquisidores reputarlas nulas é inefi
caces, delegando en el inquisidor general la facultad de recibir las
recusaciones de inquisidores y demás que hasta entonces se habian
dirigido á Roma. Cualquiera, creerá que con esto concluyeron las
competencias y que en Roma se cerró la puerta á las reclamacio
nes de los súbditos españoles contra la Inquisicion : sin embargo, no
fué así . Admitiéronse en Roma por segunda vez en el mismo año á
muchos fugitivos de la península , que pedian ser reconciliados. Fi
jaron su domicilio en Roma; y habiendo dado posteriormente moti
vos para ser procesados, hubo delante de la basílica de San Pedro
el 29 de julio del citado año de 1498 un auto de fé, con doscientos
cincuenta judaizantes , en presencia del gobernador de Roma , del em
bajador de España , de muchos obispos y eclesiásticos italianos y es
pañoles , yy del mismo papa Alejandro VI , que lo presenció desde una
tribuna . Se les impuso entre otras penitencias el salir cubiertos con
el sambenito, y despues de absueltos y reconciliados con la Iglesia
católica , entraron de dos en dos á orar en el templo de San Pedro;
de donde pasaron en procesion al de Santa María de Minerva . Deja
ron los sambenitos y se retiraron á sus casas , sin llevar por mas
tiempo ningun signo exterior de penitenciados por el tribunal de la
Inquisicion .
El Papa lo avisó á la Inquisicion de España , el 5 de octubre , ad
virtiendo que una de las penas impuestas habia sido la de no poder
volver a España sin permiso especial de los reyes : estos , el 2 de
agosto del mismo año , habian ya cerrado la entrada á los judaizan
tes refugiados en Roma, imponiendo pena de muerte У confiscacion
de bienes al que volviera ..
TUMO I. 88
678 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Ni al Rey, ni á la Inquisicion , ni á los cristianos nuevos que


acudian á Roma, negaron nunca los papas las bulas ó breves que
solicitaron,, por mas contradictorias que fuesen entre sí , anulándose
unas á otras sucesivamente, aunque por lo general en perjuicio de
los menos poderosos : siempre se vió quebrar la soga por lo mas
delgado . Nunca faltaron ocasiones para admitir las reclamaciones
de los apelantes : absoluciones penitenciales , absoluciones secretas
ante notaría , absoluciones en Roma, exenciones de jurisdiccion , re
cusaciones , abocaciones de causas , rehabilitaciones de fama y de
memorias, dispensas del cumplimiento de penitencias y otras mu
chas cosas de la misma índole sirvieron para que gran número de
perseguidos por la Inquisicion española , obtuviesen en Roma me
dios de resistir las resoluciones del Santo Oficio , siquiera con fre
cuencia fueron estériles, so pena de renunciar á volver á España ,
á mas de que siempre llevasen consigo la ruina y la miseria .

IV .

La osadía de los inquisidores llegó en tiempo de Torquemada á


procesar por judaizantes á los obispos . Cuéntase entre ellos don
Juan Arias Ávila , obispo de Segovia . El Papa reclamó su proceso,
у el obispo pasó á Roma con él . Era don Juan hijo de don Diego
Ávila, judío convertido ; y fué contador mayor de hacienda de don
Juan II У de Enrique IV . Este último le hizo noble y le dió el se
ñorío de Puñonrostro , con el de varios pueblos que hoy componen
el condado de Puñonrostro con grandeza de España, poseido por
sus descendientes, desde Pedro Arias Ávila, primer conde, hermano
del Obispo , y contador mayor que tambien fué de los reyes Enri
rique IV y Fernando V , y marido de doña Mariana de Mendoza ,
hermana del duque del Infantado. Torquemada hizo recibir infor
macion de que Diego Arias Ávila habia muerto incurso en la he
regia judaica, para condenar su memoria, confiscar sus bienes,
desenterrar sus huesos y quemarlos con una estátua efigie de su
persona.
Como en este género de causas los hijos eran citados , don Juan
Arias Ávila salió a la defensa, para la cual y para la suya propia
pasó a Roma en 1490 , a pesar de su ancianidad , pues ya llevaba
7

treinta años de obispo de Segovia .


LA INQUISICION ESPAÑOLA . 679

Recibiólo muy bien el papa Alejandro VI, tanto que lo eligió en


1490 para sócio de su subdiácono el cardenal de Monreal, que pa
saba á Nápoles para representar al Papa en la coronacion del rey
Fernando II . El Papa rehabilitó la memoria de su padre, compro
metida con el proceso que le formó Torquemada y este nada pudo
contra él .

V.

El 16 de setiembre de 1998 , murió Torquemada; pero su nom


bre vivirá en la memoria de los hombres tanto tiempo cuanto
dure en sus almas el ódio á la crueldad y á la intolerancia .
Durante el período que fué inquisidor general, hizo perecer en las
llamas 10,220 individuos.
En efigie 6,860 :
Y castigar con infamia, confiscacion de bienes, cárcel perpé
tua, incapacidad para servir empleos, con título de penitencia,
97,321 . Las tres categorías reunidas hacen la suma total de
114,401 familias perdidas para siempre. ¿ A cuánto subiria este
número, si se agregaran las familias de parientes , deudos , y las re
lacionadas por intereses dependientes de una manera mas o menos
directa de los condenados? Calcúlese si es posible el número de ta
lleres y de fábricas cerrados y de trabajadores que quedarian sin
jornal , los campos abandonados, y dígase si podia caer mayor ca
lamidad sobre un pueblo .

VI .

No se contentaba Torquemada con perseguir a los hombres por


sus ideas; los libros que las trasmiten fueron tambien objeto de sus
persecuciones.
En 1490 hizo quemar muchas biblias hebreas, y despues en
Salamanca mas de seis mil libros en auto de fé público celebrado
en la plaza de San Esteban. Segun los inquisidores, todos eran ju
daicos, de hechiceria, mágias, brujerias y cosas supersticiosas.
¡ Cuántas obras estimables, dice el autor de quien tomamos estos
apuntes, perecerian reputadas malas por no entenderlas.
Cuarenta años antes, poco mas o menos, hizo igual barbarie con
680 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

los libros de don Enrique de Aragon, marqués de Villena, otro frai


le dominico , llamado fray Lope de Barrientos , confesor del rey de
Castilla don Juan II , quien en premio le hizo nombrar obispo de
Cuenca .
La Inquisicion gustó siempre de ampliar su poder en estas causas
como en las otras . Los inquisidores antiguos de la corona de Ara
gon babian condenado a las llamas diſerentes obras ; mas lo hicie
ron por comision pontificia, la cual no existia en Castilla en 1490,
en que Torquemada hizo este primer ejemplar, cuyo principal au
tor fué el rey don Fernando , como su suegro lo fué del de Bar
rientos . Despues de esto, tanto el Rey Católico como sus sucesores,
esclavizaron el pensamiento, dictando medidas á cual mas rigurosa
contra los libros, sujetándolos á toda clase de aprobaciones y de
censuras civiles y eclesiásticas, imponiendo graves penas á los con
traventores . Tener un libro prohibido, bastó muchas veces para
que un hombre pasara el resto de sus dias en un lóbrego calabozo
y hasta para morir en la hoguera.

VII .

De todos estos daños y de muchos otros fué causa y origen el


sistema que adoptó y que dejó recomendado el primer inquisidor
Torquemada. Vivió y murió generalmente aborrecido , necesitando
para defender su vida de sus enemigos descubiertos obtener de los
Reyes Católicos una escolta de cincuenta caballos y doscientos in
fantes, para que lo acompañasen en sus viajes. Para precaverse de
sus enemigos ocultos, tuvo continuamente en su mesa un asta de
unicornio, que creia tener virtud para manifestar y neutralizar la
fuerza de los venenos. ¿ Y qué tiene de extraño que inspirara ódio
y tuviera enemigos el autor de tantas víctimas?
Si á las referidas aquí añadimos las que resultaron de la expul
sion de los judíos , que el lector habrá visto en el libro II de esta
historia, podrá formarse idea de la gran parte que este hombre fu
nesto lomó en la obra de la ruina y despoblacion de España, que
debimos á la intolerancia religiosa y á la poca prevision política de
los reyes .
Las quejas mandadas á Roma contra él fueron tantas y lan
contínuas, que se vió en el caso de enviar ante el Papa tres ve
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 681
ces en distintas épocas , á su sócio fray Alonso Badaja para
que lo defendiese de las acusaciones dirigidas contra él ; hasta
que llegó el caso de que Alejandro VI, cansado de oir quejas,
se propuso despojarlo de la potestad que le habia dado , y dejó de
hacerlo solamente por consideraciones al rey Fernando , contentán
dose con librar un breve el 23 de junio de 1494 , diciendo que
Torquemada era de mucha edad yу sufria varios achaques , por lo
cual nombraba inquisidores generales para que procediesen junta
mente con Torquemada y con potestad igual á la suya , á don Mar
tin Ponce de Leon , arzobispo de Medina de Sicilia residente en Es
paña , don Iñigo Manrique , obispo de Córdoba, don Francisco San
chez de la Puente, obispo de Ávila y don Alfonso Suarez de Fuen
telsá obispo de Mondoñedo , previniendo que cada uno de los cinco
pudiera obrar por sí lo conveniente y concluir el uno los expedien
tes comenzados por los otros.

VIII .

Muerto Torquemada , fue nombrado su sucesor Diego Deza, el


cual no persiguió con menos encarnizamiento que su predecesor á
los cristianos nuevos . El 16 de agosto de 1499 , mandó el consejo
de Inquisicion , que los cristianos nuevos convertidos del judaismo
acreditasen estar bautizados , y viviesen mezclados con los cristia
nos viejos; los que habian sido rabies , ó maestros de la ley , trasla
dasen su domicilio á distinto pueblo de aquel en que ejercieron su
ministerio, concurrieran los domingos y fiestas á la iglesia, y se
instruyesen bien en la doctrina cristiana ,
Deza manifestó el mismo celo que Torquemada contra los cris
tianos nuevos ; y en su tiempo ocurrió un suceso que sirvió de pre
texto para nuevas persecuciones .
De treinta y ocho personas que preparó para la hoguera el Santo
Oficio de Toledo , en auto de fé de 22 de febrero de 1501 , natura
les de las villas de Herrera y Puebla de Alcover, una fué cierta
moza por cuya confesion y la de otro reo constaba que , por con
sejo de su padre y de un tio, se habia fingido profetisa con tanto
>

primor, que la reconocieron por tal todos los judíos de la comarca


de Toledo, y fué origen de la apostasía de muchos bautizados . Su
682 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

ponia raptos, visiones, éxtasis y apariciones de Moisés y de varios


7

ángeles, por los cuales decia saber que Jesus no habia sido el Me
sías prometido en la ley , y que cuando viniera el verdadero, habia
de llevar a la tierra de promision á todos los que padecieran per
secuciones como las que ellos sufrian entonces.
El Santo Oficio de Valencia sacó á reconciliar con penitencia en
auto público y general de fé aquel mismo año á Juan Vives; y la
sentencia mandaba entre otras cosas derribar su casa , por haber
servido de sinagoga judaica, y haberse averiguado, con ocasion de
haber oido gritos de un niño el Viernes Santo del año anterior, en
trado gente en ella yу visto que iban a repetir las escenas de la pa
sion de Jesucristo .
El rey Fernando escribió á los inquisidores, admirándose de que
no hubieran averiguado antes la existencia de la sinagoga ; mandó
en real cédula de 23 de mayo de 1501 , que se formase una plaza
donde estuvo la supuesta sinagoga: pero los ministros del Santo
Oficio consiguieron despues edificar con los despojos una basilica
para los congregantes de San Pedro Mártir, y ahora se titula de la
Cruz nueva,

IX .

En la inquisicion de Barcelona fué castigado , en noviembre de


1506 , cierto judaizante, que decía ser discípulo del famoso Ja
9

cobo Barba. Se jactaba de ser Dios uno y trino ; que las declaracio
nes del Papa eran nulas sin su aprobacion ; que él seria matado en
Roma, resucitaria al tercero dia y se salvarian cuantos creyesen
cn él .
Este ipfeliz debia estar loco, y aunque fué castigado por judai
zante , bien se vé que no lo era .
Estos sucesos y otros semejantes sirvieron de pretexto para acrc
centar las persecuciones contra los judíos convertidos y para am
pliar las atribuciones de la Inquisicion; que se entrometia en juzgar
toda clase de crímenes. La inquisicion de Sevilla , en 1506 , quemó
diez sodomitas; resultando competencia de jurisdiccion entre la In
quisicion yу otros tribunales y autoridades, estas quedaban siem
pre desairadas, por estar dispuesto que en caso de dudas las re
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 683

solviera el consejo de la Inquisicion , con lo cual ellos eran juez y


parte. Esta impunidad daba tal audacia á los inquisidores , que áá
los excesos que resultaban de la existencia del tribunal, aun funcio
nando dentro de sus propios límites, hay que agregar los que pro
ducian sus pasiones como vamos a ver en el siguiente capítulo .
CAPITULO IX.

SUMARIO .

El inquisidor Lucero de Córdoba . - Proceso mas monstruoso que muchos


otros . - Asonadas. - Quejas . - Conducta de Felipe I. - Ataque de la Inquisicion
de Córdoba . - Fuga del inquisidor Licer ) , - Libertad de los presos . - El in
quisidor general Cisneros . - Proceso de Blanquina en Valencia . - Vietimas
del inquisidor general Deza .

1.

Era inquisidor de Córdoba el canónigo Lucero, á quien un con


temporáneo suyo llamaba por antítesis tenebrero, y su inhumani
dad tuvo consecuencias gravísimas .
A casi todos los que caian en sus manos los declaraba confitentes
diminutos; llamaban así á los que declaraban parte de los crímenes
imputados, pero negaban otros de cuya perpetracion tenian indicios
los inquisidores, y por consiguiente los declaraban penitentes fictos,
lo que equívalia á convictos , aunque no confesos: de esta manera
condenaba á la hoguera tantos inocentes, que cuantos él mandaba
prender se daban por perdidos sin remedio . Como el pretexto para
condenar era que confesaban menos que lo que sabian , algunos tu
vieron la infeliz ocurrencia de confesar mas de la verdad , y fragua
ron el chisme de que habia en Granada, Córdoba y Andalucía si
nagogas de judíos en casas que designaron ; que concurrian á ellas
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 685
muchas personas hasta frailes y monjas, que venian de Castilla en
procesiones para celebrar fiestas judaicas y predicar sermones con
gran solemnidad; progresando tanto, que asistian familias de cris
tianos viejos , las cuales tambien nombraron con el objeto de envol
ver á gentes respetables en esta calumnia, pensando tal vez que los
resultados serian perdonar á todos y entre ellos á los declarantes, ó
acaso vengarse de sus enemigos.
Si este enredo hubiera sido fraguado solo contra personas oscu
ras de escaso valer é influencias, hubiera tal vez pasado desaperci
bido; pero la calidad de las personas fué origen de gran escándalo,
У hubiera debido bastar para suprimir el Santo Oficio.
Prendió Lucero á tantos, que la ciudad de Córdoba estuvo á punto
de sublevarse contra la Inquisicion . No lo hizo entonces ; pero el ayun
tamiento , el obispo, el cabildo catedral y la nobleza de primer ór
den , á cuyo frente se pusieron el marqués de Priego y el conde de
Cabra, pariente próximo de Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitan , á
la sazon vencedor de los franceses en Nápoles , enviaron diputados
al inquisidor general Deza, pidiendo que quitase de allí á Lucero :
Deza se negó á ello mientras no justificasen la crueldad que le impu
taban .
Teniendo en cuenta que el inquisidor general cambiaba á los in
quisidores de un tribunal á otro cuando le parecia que la reclama
cion era muy justa y que todas las corporaciones y autoridades ci
viles y religiosas de la provincia se la pedian, la negativa podia
considerarse como una insolencia hija de un desatentado orgullo.
Noticioso Lucero, se insolentó hasta el extremo de infamar como
fautores de judaismo á caballeros, señores, frailes, canónigos, mon
jas y personas graves de todas clases y categorías .

II .

Llegó en esto á España el rey Felipe I , y tomó las riendas del


gobierno de Castilla en junio de 1506. El obispo de Córdoba Juan
Daza le dio cuenta de lo que pasaba con la Inquisicion , y los pa
rientes de los innumerables presos por Lucero pidieron que sus
causas pasasen á otro tribunal. Felipe I inauguró su breve reina
do procediendo contra la Inquisicion con una energía que le honra.
TOMO I. 89
686 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Mandó al inquisidor general Diego Deza retirarse á su arzobispado


de Sevilla y delegar sus facultades de inquisidor general en don
Diego Ramirez de Guzman , obispo de Catania , residente en la corte .
Dispuso luego que todos los procesos y papeles del asunto fuesen
vistos en el real y supremo Consejo de Castilla, con asistencia del in
quisidor general, y suspendió de oficio á Lucero y demas ministros
de la Inquisicion de Córdoba. Por desgracia , murió Felipe I el 25
de setiembre del mismo año , y el asunto tomó en seguida otro as
pecto .
Apenas supo su muerte el arzobispo de Sevilla, revocó la dele
gacion hecha sin su voluntad en el obispo de Catania, y volvió á
ejercer su potestad de inquisidor general , desbaratando el plan for
mado; pero no contaba con la huéspeda; y fué esta el pueblo de
Córdoba, que con el marqués de Priego á la cabeza, abrió las cár
celes de la Inquisicion el 6 de octubre de 1506 ; sacó todos los pre
sos que eran innumerales; prendió al fiscal , á uno de los dos se
cretarios, á varios ministros subalternos del tribunal, y hubiera pre
so tambien al inquisidor Lucero, si no se hubiese puesto en salvo
con tiempo. Acobardóse con este suceso de tal modo el arzobispo
de Sevilla , que temeroso de morir, renunció el empleo de inquisidor
general y se retiró con mil precauciones á residir en su iglesia, con
lo cual renació la tranquilidad en la ciudad de Córdoba.

III .

Llegado á España desde Nápoles el rey Fernando V , nombró in


quisidor general de Castilla al cardenal arzobispo de Toledo, y de
Aragon á fray Juan Enguero, obispo de Vich .
Empezó áá ejercer Cisneros su nuevo encargo áá principios de oc
tubre, cuando se habia generalizado la conjuracion contra el Santo
Oficio de resultas de los sucesos de Córdoba. Volvió a ocuparse de
ellos el consejo de Castilla , y se singularizaron contra la Inquisicion
una porcion de obispos, particularmente el de Osma don Alfonso
Enriquez , bijo bastardo del almirante de Castilla, el de Palencia,
don Juan Rodriguez de Fonseca , y don Juan de Manuel , embajador
en la corte del emperador, del Papa y de otros soberanos, y varios
grandes de Castilla. Gimenez de Cisneros conoció ser necesario pro
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 687
ceder con tiento, para no perder el nuevo destino por alguna convo
catoria extraordinaria de Cortes .
No es de extrañar el miedo de Cisneros, en vista de la polvoreda
levantada por los sucesos de Córdoba . Pedro Martir de Anglería en
sus Cartas latinas , y el caballero cordobés Gonzalo de Ayora en
carta dirigida el 16 de julio de 1507 á Miguel Perez de Almazan ,
secretario principal del rey Fernando, se pronunciaban de una ma
nera muy enérgica contra la Inquisicion y sus abusos . Esta últi
ma decia.
« En lo de la Inquisicion, el medio que se dió fué confiar tanto
del señor arzobispo de Sevilla, de Lucero y Juan de la Puente,
que infamaron todos estos reinos y gran parte de ellos sin Dios y
sin justicia, matando, robando y forzando doncellas y casadas con
gran vituperio y escarnio de la Religion cristiana... Los daños y
agravios que los malos ministros de la Inquisicion han hecho en
mi tierra son tales y tantos , que no hay persona que sabiéndolo
no se duela . »
Esta carta se halla inédita en la biblioteca nacional de Madrid .
El consejero Anglería escribia en 1508, á propósito del proceso
de Córdoba, formado por Lucero, la siguiente carta impresa con el
?

número 375 en el Epistolarum libri.


« Apenas se puede fingir cosa mas estólida que los viajes de don
cellas , vistas de contínuo en casa de sus padres, á Córdoba des
de Castilla , atravesando gran parte de España para restaurar la
religion hebrea. ¿ Qué fondo de instruccion y doctrina tendrian unas
virgenes reclusas? ¿ Qué ventajas podian esperar para viajar sin
ostentacion ni comodidad ? Ya veo que se les atribuye la mágia,
suponiendo que viajaban sobre cabritos en lugar de caballos , y
que lo hacian estando embriagadas. ¿ Quién sino Lucero pudo dar
oido á tales fábulas, que no tanto son cuentos de niños , cuanto del
infierno, para condenar á nadie y producir la infamia á toda la
España? El senado está indagando el origen del mal; los senado
res leen todos los procesos y revisan con un contínuo trabajo las
sentencias de tantos quemados y de tantos multados . »

IV .

El reconocimiento de los procesos hizo creer al cardenal Cis


688 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

neros, que el asunto merecia tratarse con cuanta consideracion fuese


posible para el acierto, por haber sido tan ruidoso y tener que dar
satisfaccion a multitud de familias honradas de toda España, encau
sadas por Lucero. Al efecto, de acuerdo con el Rey , formó una jun
ta con el nombre de Congregacion católica , compuesta de altas dig
nidades de la Iglesia y de la magistratura para que examinaran y
sentenciaran lo que creyesen justo .
Comenzó la junta sus sesiones en Burgos el dia de la Ascencion
de 1508 , y el 3 de julio pronunció sentencia, declarando: « que
los testigos no merecian crédito por ser personas despreciables,
haber sido varios y contrarios entre sí , quedando singulares , y con
notoria sospecha de falsedad, porque deponian causas inverosimi
les , increibles y opuestas al sentido comun, y tales que ninguna
persona prudente debia condenar á nadie por sus deposiciones; que
en su consecuencia , se pusieran en libertad los presos, se restitu
yesen á estos y á los muertos su honor y fama, se reedificasen
las casas demolidas y se borrasen de los libros y registros las sen
tencias y notas escritas contra las personas interesadas.»
Esta resolucion se publicó en Valladolid en 1.° de agosto del mis
mo año con grande aparato y solemnidad, en presencia del Rey, de
cuya órden asistieron muchos grandes de España y prelados del rei
no, y el presidente y todos los oidores y alcaldes de la real chan
cillería , con otras personas de todos estados.
Cuatro dias despues de la publicacion, 'escribia Pedro Má rlir de
la Anglería, desde Valladolid , al conde de Tendilla, una carta, in
presa en la obra ya citada, en que decia:
«Que se habia mandado guardar con mucho cuidado en la pri
sion al inquisidor Lucero, por haber atormentado tantos cuerpos,
perturbando las almas y llenando de infamia innumerables fami
lias. ¡Oh desdichada España, madre de tantos varones ilu stres,á
ahora infamada infamemente con tan horrible mancha !.... Ġ Podr
por ventura este Térsites satisfacer con una muerte tantas ca lami
dades de los Héctores? En fin, el hacerse público que los in felices
fueron condenados sin razon por un juez inícuo , servirá de algun
>

alivio y consuelo á los interesados . )


¿Cual piensan nuestros lectores que fué el castigo impuesto al
inquisidor Lucero ?... Lo mandaron á Almería á continuar de sem
peñando su dignidad de canónigo de aquella diócesis : ¿puede esto
en justica considerarse como castigo?
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 689

V.

Entre los procesos formados á los cristianos nuevos, so pretexto


de heregia judáica, merece contarse el de Blanquina, viuda de Gon
zalo Ruiz , formado por los inquisidores de Valencia. Esta señora te
nia ochenta años de edad, cuando fué encerrada en las cárceles se
cretas del Santo Oficio , áa pesar de haber vivido siempre en opinion
de buena católica . La causa para cometer tal inhumanidad con una
anciana respetable , fué porque, siendo muchacha, hizo , segun la
delacion , cosas sospechosas de judaismo .
Unos parientes de la víctima recurrieron al Papa, quejándose de la
dilacion ó prolongacion de la causa y Su Santidad mandó sentenciar
pronto . Como los inquisidores de Valencia dieran largas al asun
to , el Papa se abocó la causa en 4 de marzo de 1518 , y sometió
su conocimiento á don Luis , obispo Lavelino , auxiliar de Valencia,
уá Olfio de Prócita, canónigo de su Iglesia , mandándole sacar de la
cárcel á la respetable anciana , ponerla en un convento con como
didad , examinar de nuevo los testigos , valerse de notarios y fiscal
distintos de la Inquisicion, dar libertad á Blanquina, para elegir
procurador y abogado de su confianza y sentenciar la causa.
Noticiosos los inquisidores sentenciaron el proceso antes que se
les intimase la órden del Papa , condenando á Blanquina como sos
pechosa; y lograron carta del emperador Carlos V á su embajador
don Luis Carroz, en que con fecha 18 de mayo de 1518 , le encar
gaba decir de su parte al Papa, que diera por bueno lo ejecutado
por los inquisidores; «pues habia sido la sentencia muy benigna, res
pecto de que no habian condenado á Blanquina mas que á cárcel per
pétua y á la confiscacion de bienes . »
Algun historiador ha tratado de disculpar este acto de barbarie
suponiendo que el emperador Carlos V firmaba cuanto queria su
maestro el cardenal Adrian , que era entonces inquisidor general ;
pero los actos posteriores de aquel tristemente célebre tirano , acre
ditan que era capaz de cometer las mayores iniquidades sin nece
sidad de consejo.
El Papa sometió la causa entonces al inquisidor general el 5 de
julio, encargándole juzgar sobre nulidad ó el valor de la sentencia
pronunciada; pero el dia 7 libró un nuevo breve, diciendo al carde
690 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nal estar informado de que , siendo Blanquina de ochenta años , y ha


biendo habido siempre inquisidores en Valencia, no habia estado
difamada por nadie ; que en su consecuencia, era justo restituirla al
ser y estado en que se hallaba el dia 4 de marzo, en que Su Santi
dad habia quitado la jurisdiccion á los inquisidores actuales, y co
nocer del fondo de la cuestion bajo el concepto de ser nulo cuanto
ellos habian decretado contra Blanquina desde aquella fecha y tal vez
antes. Para que la infeliz anciana no muriera de pesadumbre de lle
var el sambenito y sufrir cárcel, mandó Su Santidad se le quitase
aquel y se la sacase de esta , poniéndola en casa de algun pariente
ó persona honesta de la eleccion de Blanquina .
No contento con esto Leon X , libró otro breve con la misma
fecha, dirigido al cardenal, diciéndole que habia visto un extracto de
la confesion de Blanquina y conocido ser muy leves los indicios,
porque los hechos eran cosas de la edad pueril en que los ejecutaba,
y se debian interpretar por diversion indiscreta de personas jóvenes
y no por signos de heregia judaica; por lo cual , para evitar que
muriese con prision tan dilatada, renovó el precepto de sacarla de
la cárcel y encargó al cardenal que, si su opinion fuere conforme á
esta , absolviese é indemnizase á Blanquina, y si pensare que debia
ser condenada, lo suspenda y consulte á Su Santidad .
El último resultado de todo esto fué declararla levemente sospe
chosa, y absolverla ad - cautelam sin sambenito, confiscacion de bie
nes , ni cárcel.
Aquella señora deberia ser muy rica , cuando los inquisidores de
Valencia la prendieron y condenaron á prision perpétua y confis
cacion de bienes, y cuando el mismo inquisidor general desaprobó
la sentencia dejándola libre y sin confiscacion , á pesar de su natu
ral deseo , como inquisidor general , de justificar la conducta de sus
subordinados. Si sus parientes, que naturalmente eran sus herede
ros, no hubieran tenido recursos para acudir al Papa y obtener el
breve que sacó el proceso de manos de los inquisidores de Valencia ,
la iniquidad de encerrar por el resto de sus dias y despojar de sus
bienes á una anciana de ochenta años se hubiera consumado. No
concluiríamos nunca si hubiéramos de referir las persecuciones de
este género, cuyos resultados fueron menos satisfactorios que el
del proceso de Blanquina .
LA INQUISICION ESPAÑOLA . 691

VI .

Ocho años fué inquisidor fray Diego Deza, en cuyo período sa


criſico 38,110 víctimas, á saber:
Quemados en persona, 2,592.
En estátua , 896 .
Penitenciados , 31,952 .
Entre ellos bubo muchas personas de distincion, consejeros y
secretarios del Rey y de la Reina, y dignidades eclesiásticas.
Tal fué el trato que merecieron los judíos convertidos.
Los rigores de la Inquisicion fueron tales , que la denominacion
de cristianos nuevos , dada á los judíos bautizados, vino á desapare
cer, si bien ha llegado hasta nuestros dias un resto de los efectos
de aquella denominacion . Nos referimos á la limpieza de sangre, re
quisito exigido aun para entrar en ciertas carreras dependientes del
Estado, especialmente en los colegios de artillería y de guardias
marinas .
Entendíase por limpieza de sangre,, no lo que podria creerse to
mando la palabra en su sentido directo, sino el descender de cris
tianos viejos sin mezcla de sangre judía ó mahometana , como si la
sangre tuviera alguna relacion con las creencias del alma , y como
si fuese un obstáculo el descender de judío para ser buen arti
llero por mar ó por tierra. Pero de estas contradicciones, monstruo
sas unas, y ridículas otras, encontramos á cada paso en las costum
bres, en las creencias y en las instituciones humanas.

VII .

En un período de treinta y seis años, desde el establecimiento de


la Inquisicion moderna hasta la dimision del arzobispo Deza del
cargo de inquisidor general , el número de personas quemadas fué
de
¡ DOCE MIL OCHOCIENTOS !
692 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El total de víctimas en el mismo período , condenadas á diversas


penas fué de
¡ CIENTO CINCUENTA Y DOS MIL OCHOCIENTOS Y CINCO ! ( 1 )

(1) Siguiendo el órden establecido en esta obra, concluimos en la época del Emperador Carlos V
las persecuciones de la Inquisicion Española; no porque concluyeran en este reinado, sino para re
latar á su tiempo con la debida estension en sus respectivos libros, las que sostuvo contra los Pro
testanles españoles en la época de Felipe II; contra santos, obispos, y otras dignidades de la Igle
sia, defensores del catolicismo; contra emperadores, reyes, principes, y grandes personages cató
licos, y contra filósofos y hombros de estado, etc. etc. Estos libros abrazarán desde el reinado de
Cárlos V hasta el año 1820 , en que ſué abolido este odioso tribunal por las manos del pueblo.
LIBRO DÉCIMO .

LA INQUISICION EN PORTUGAL .

1233-1809.

90
Tomo 1 .
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1
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LIBRO DÉCIMO .
VG

LA INQUISICION EN PORTUGAL,
1233-1809 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Establecimiento de la Inquisicion en Portugal. - Primeros inquisidores . - Mo


ros portugueses . - Expulsion de los moros . - Persecuciones contra los ju
dios.- Nombramiento de varios inquisidores . - Prituer auto de fé celebrado
en Portugal.-Destierro de los judios la isla de Santo Tomás .--Nueva ex
pulsion de moriscos . - Plazo concedido por el Rey para la conversion de los
judíos.

Como todos los reinos de la cristiandad , ó al menos de aquellos


que reconocian la supremacia de los papas, Portugal recibió la In
quisicion para perseguir la heregía en 1233. Sabido es que el papa
Gregorio IX generalizó á toda la cristiandad , por su bula fechada
en 8 de noviembre de 1235 , la constitucion hecha contra los here
7

ges de Roma cuatro años antes .


En un principio dividióse la Inquisicion peninsular en cuatro
provincias, que correspondian á otras tantas de los conventos de la
órden de Santo Domingo, y que se denominaban Castilla, Navarra,
Aragon y Portugal, y segun afirma el padre Monteiro , autor de la
696 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

1.1
Historia de la Inquisicion de este último reino, fué su primer inqui
11
sidor fray Socivo Gomez , discípulo de Santo Domingo , con quien
habia predicado en el Mediodía de Francia para la conversion de
los infieles. Varios conventos de dominicos é inquisidores se exten
dieron con ellos desde entonces por aquel reino.
Sucedió al padre Socivo el beato Gil, como inquisidor generalde
la provincia de Portugal en 1233, y en 1246 fué elegido por muer
te del beato Gil, el santo fray Pedro de Huesca, con autorizacion del
papa Inocencio IV para poder nombrar inquisidores en Portugal ,
concedida en bula del mismo año .
A la muerte de este santo varon , ocurrida en 1252 , parece que la
provincia dominicana ó inquisitorial de Portugal se refundió en la
de España, cuyo inquisidor general: recibió del Papa autorizacion
para nombrar inquisidores en aquella, que lo era á la sazon el ve
nerable fray Arnaldo Segarra. En 1277 fué reemplazado por el ge
neral de la orden de dominicos.
En 1267 murió en su convento de Lisboa el inquisidor general
fray García Vulcos, que fue nombrado por el infante don Alfonso ,
bijo del rey don Jaime de Aragon, por su testamentario , despues que
servia el cargo de provincial de los conventos de dominicos del
reino de Portugal y de todos los demás de España antes de la se
paracion de las provincias.

II .

Los moros vivieron en paz en Portugal varios siglos , sometidos


á los reyes cristianos y á sus leyes , cultivando la tierra con su
proverbial laboriosidad, y fuera de algunas vejaciones propias de
la ignorancia de los tiempos, fueron respetados en sus personas y
propiedades y lo que es mas en su religion , permitiéndoles los cris
tianos tener mezquitas en Lisboa y otros pueblos, y además nom
brar jueces de entre ellos que dirimiesen sus contiendas. Los mo
ros en cambio contribuian á la pública prosperidad con su trabajo
y con los no pequeños impuestos que pagaban .
Pero la Inquisicion lo dispuso de otro modo . Imitando el mal
ejemplo de los Reyes Católicos de España, el rey don Manuel de
Portugal , en 1496 , aconsejado por su confesor el inquisidor gene
>

ral fray Jorge Vogado , « lanzó fuera esta gente , al entrar en el se


LA INQUISICION EN PORTUGAL. 697

gundo año de su reinado feliz, debiendo considerarse que al mismo


tiempo que lanzaba de sí y perdia tantos vasallos, porque eran ene
migos de Cristo , entonces nuestro Señor iba a abrirle el mar para
hacerlo rey de reyes y de reinos opulentísimos en la mejor y mas
rica parte del mundo , como es el Oriente . »
Esto dice el padre Monteiro en su Historia de la Inquisicion de
Portugal, suponiendo que las conquistas de los portugueses en la
India fueron una recompensa de Dios por haber expulsado a los
moros de sus reinos , idea absurda como cuantas inspira el fanatis
mo ; y lo poco que la religion cristiana ha ganado en Asia con tales
descubrimientos, como veremos en otros capítulos de este libro , es
buena prueba de lo temerario de los juicios del bistoriador portu
gués. ¿No era mas fácil convertir á los moros al catolicismo tenién
dolos en Portugal, que desterrándolos al África ? ¿No tenian a la vis
ta la experiencia de que muchos moros se habian hecho cristianos ,
en tanto que estos no se hacian mahometanos ? Pronto veremos los
frutos que la intolerancia religiosa dió á los portugueses.
Lo mismo que á los moros acontecia en Portugal á los judíos .
Hasta que la Inquisicion se arraigó, vivieron relativamente bien :
practicaban su culto; no intervenian en el de los cristianos ; obede
cian sumisamente las leyes de estos уy seguian pagando sin quejar
se cuantos impuestos les exigian ; pero la Inquisicion , omnipotente
en los consejos de los reyes , se empeñó en que habian de ser cató
licos, y como vimos en el libro segundo, los hicieron esclavos y los
expulsaron de una manera bárbara y cruel, si no se hacian cristia
nos. No les bastaba el ejemplo de los papas , en cuyos estados vi
vian pacíficamente, y las bulas de los pontífices en que les recomen
daban tratarlos con dulzura .

En 1389 expidió el papa Bonifacio IX una bula desde Aviñon , en


la cual incluia otra del papa Clemente VI , fechada el 5 de julio del
quinto año de su pontificado 1247 , en la cual prohibia en favor de
los judíos, que ningun cristiano los violentase para recibir el bau
tismo , y que no les impidiesen sus fiestas yy solemnidades , que no
violasen sus cementerios y que no les impusieran tributos nue
vos , fuera de aquellos que se acostumbraban en las provincias en
donde residian. «Y el Rey mandó por ordenanza de 17 de julio del
mismo año , que se hiciese con los judíos lo que decia la bula de Su
Santidad . »
698 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

SII .

Con motivo de las guerras entre Castilla y Portugal , los inquisi


dores de aquella no tuvieron acceso en la última, y en 1370 fué
nombrado por el obispo don Antonio Agapito , ' para inquisidor del

reino, el padre maestro fray Martin Vazquez .


En 1380, el inquisidor general de la provincia de Portugal, fray
Vicente de Lisboa, de la orden de predicadores, para desterrar las
supersticiones gentílicas dominantes entre el vulgo de las gentes ,
persuadió al gobierno de Lisboa á que hiciese voto de arrancar los
abusos supersticiosos que habia de echar suertes, robar aguas, y
trocar en santas y devotas procesiones las que no eran mas que
profanaciones con que el pueblo acostumbraba festejar ciertos dias
del año por título recibido de la idolatría, con otras malas costum
bres que por mandato de este inquisidor general fueron desterradas
del reino . »
« Estas fueron las causas , añade el padre Monteiro, que obliga
ron al rey de Portugal don Juan I á pedir al papa Bonifacio IX, que
instituyese á fray Vicente de Lisboa inquisidor general , indepen
diente de la Inquisicion española, lo que el Papa concedió en bula
fechada en 1399. ))
Engrandecido Portugal en el siglo xv por sus conquistas en Afri
ca y otros paises , los papas separaron definitivamente su Inquisi
cion de la española, como vemos por una bula del papa Juan XXII ,
fechada en el año tercero de su pontificado , y aunque la Historia
no da noticias detalladas del resultado de su celo en perseguir la
heregia, bien puede suponerse que no se descuidaria en el exter
minio de los que no participasen de sus creencias .

IV .

. Las primeras noticias circunstanciadas que tenemos de persecu


ciones sangrientas en aquel reino fueron las que sufrieron los ju
díos expulsados de España por los Reyes Católicos, y que dejamos
>

referidas en el segundo libro de este tomo .


LA INQUISICION EN PORTUGAL . 699

Entonces precisamente, en el reinado de don Juan II, tuvo lugar


en Lisboa el primer auto de fé de que la historia hace mencion cele
brado por la Inquisicion , regida por el provincial de los dominicos
fray Blas de Ebora, en el cual dice Monteiro, « que muchos reos
que se hallaban comprendidos en el crimen de heregía, compare
cieron , y de estos fueron muchos relajados y entregados á la justi
cia secular y quemados, otros condenados á cárcel perpétua y otros
castigados con diversas penitencias, conforme á sus culpas.»
El lector recordará que áa los judíos que se negaron á ser cristia
nos por fuerza , segun hemos visto en el libro consagrado a las per
secuciones contra los judíos , los separaron violentamente de sus bi
jos , que fueron bautizados y mandados á la isla de Santo Tomás .
Hé aquí como refiere esta atroz disposicion el anteriormente citado
padre Monteiro, página 425 del segundo tomo de su Historia de la
Inquisicion portuguesa .
«En el año de 1493 hizo el rey don Juan merced á Alvaro de Ca
minha, caballero de su casa, de la capitanía de la isla de Santo
Tomás, de juro y heredad, con 100,000 reis de renta, pagados ca
da año en la casa de la Moneda; y á los dichos judíos cautivos ,
mandó que les quitasen los hijos é
hijas pequeños , y persuadir á
los que ya eran grandecitos á quese hicieran cristianos, y á los
que aun no tenian uso de razon los mandó bautizar y embarcar
unos y otros para la isla de Santo Tomás, para que estando sepa
rados de los suyos , y de sus doctrinas, y de quien pudiese hablar
les en la ley de Moisés, fuesen buenos cristianos, y tambien para
que creciendo y casándose, se pudiese poblar con ellos la dicha isla;
que por esta causa de allí para adelante se aumentó .. »
¿Qué hubiera dicho el padre Monteiro, si la suerte lo hubiera dis
puesto de manera que fuesen los mas fuertes los judíos y hubiesen
sido ellos los que arrancasen á los cristianos sus hijos para llevar
los á una isla desierta, donde solo tuvieran conocimiento y práctica
de la religion judaica ?

V.

Aprovechando la ocasion de la expulsion de los judíos y sobre


excitado el fanatismo, tambien expulsaron á muchos moros que vi
vian tranquilos en Portugal sometidos á sus reyes y leyes y pagan
S
( 700 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONE .

do fielmente los impuestos; pero dice Monteiro que, aunque tambien


pensaron quitarles sus hijos como á los judíos para hacerlos cris
tianos , contra la voluntad de sus padres, no lo hicieron , «conside
rando para esta desigualdad , que los judíos no tenian en ninguna
parte fuerzas para vengarse, y los moros tenian muchas ... )
Llamáronse , como en España , los judíos convertidos por tan po
co evangélicos medios, cristianos nuevos , y reconociendo el mismo
Rey que no podian serlo de buena fé, les concedió un plazo de vein
te años , en el cual no podian ser perseguidos por sus culpas. Este
>

curioso documento merece ser conocido : hé aquí uno de sus prin


cipales párrafos .
«Don Manuel por la gracia de Dios , rey de Portugal y de los Al
garbes, Mar en Africa, señor de Guinea, de la navegacion y co
mercio de Etiopía , Arabia , Persia é India, etc. , Hago saber a todos
los que vieren las presentes letras, que Nos concedemos á los ju
dios de nuestros reinos que se conviertan á nuestra Santa Fé Cató
lica un privilegio, segun nuestra voluntad , cuya data fué en 30 de
mayo de 1497 , que durante los veinte próximos años no se haga
inquisicion contra ellos para que libremente puedan pasar la vida,
para que en este tiempo se aparten de los hábitos de que tuvieren
costumbre y se confirmen en nuestra Santa Fé Católica . Y si cuando
sean pasados los dichos veinte años en que no pueden ser acusa
dos , si alguno de ellos cae en algun error , que se proceda segun el
órden de nuestra religion , contra los reos , que criminalmente fue
ren acusados , enseñándoles los testimonios para que puedan ver su
juramento y defenderse. Y de la misma suerte , que todo el que
quiera acusar á los dichos cristianos nuevos , pueda hacerlo dentro
de los veinte dias y.no despues.
Juan III confirmó el privilegio del rey don Manuel; mas como ve
remos en los capítulos siguientes, el establecimiento de la Inquisi
cion moderna, ó á la española , por un aventurero andaluz en los
reinos de Portugal , dió al traste con la proteccion real de que dis
frutaron los que no seguian los ritos católicos.
CAPITULO II.

SUMARIO .

Juan Perez de Saavedra . - Su habilidad como falsificador . – Falsifica un bre


ve del Papa y se presenta en Portugal. - Instituye la Inquisicion moderna
como nuncio del Papa . - Sus actos como inquisidor . - Los inquisidores de
España descubren su engaño y lo hacen prender . - El inquisidor general lo
protege . - Su proceso .- Condénanlo á galeras .- Intercesion del Papa en su
favor . - Recobra la libertad. Su conversacion con Felipe II.--- Reflexiones
sobre este hecho.

I.

La manera como se estableció la Inquisicion moderna en Por


tugal , tiene trazas de una de las aventuras de Guzman de Alfarache ,
siquiera sus consecuencias fueran mas propias de una horrible tra
gedia que de una picaresca superchería.
Extractaremos aquí la historia de nuestro protagonista de la que
él mismo escribió para el cardenal Espinosa en 1577 .
El protagonista de nuestra historia se propuso establecer en Por- .
tugal la Inquisicion á la manera de la moderna española en 1510 .
Juan Perez de Saavedra , nuestro héroe , fué natural de Córdo
ba, hijo legítimo de un caballero del mismo nombre , capitan de in
fantería y regidor perpétuo del Ayuntamiento por derecho de naci
miento , y de doña Ana de Guzman su mujer , ambas familias ilus
tres. Dotado de ingenio , talento é instruccion , aprendió .a fingir bu
las pontificias , cédulas reales , provisiones de los consejos y tribu
Tomo I. 94
702 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nales, letras de cambio yy firmas agenas con tal perfeccion, que


usando de ellas sin que nadie dudase de su autenticidad , se bizo
caballero comendador de la orden militar de Santiago , cobró su en
comienda de tres mil ducados de renta por espacio de un año y
cerca de medio , con la cual y nombramientos reales fingidos , juntó
en poco tiempo trescientos sesenta mil ducados , lo que jamás se
hubiera descubierto , segun su confesion , si no por haberse vestido
de encarnado, segun él decia, para fingirse cardenal legado ad la
>

tere del Papa .


Dice que , estando en el Algarbe , á poco tiempo de la confirmacion
del instituto de los Jesuitas , dada por el papa Pablo III , llegó un
individuo de esta orden con breve pontificio relativo á fundar un
colegio de la misma en Portugal ; y habiéndole oido predicar un
sermon el dia de Sanctudres, se aficionó tanto al predicador, que le
convidó á comer y lo tuvo muchos dias en su compañía ; con cuyo
motivo , el jesuita , enterado de la habilidad de Saavedra , le mani
festó deseo de tener de su mano una copia del breve sacada con toda
semejanza. Lo hizo Saavedra tan áá gusto del jesuita , que lo creyó
capaz de pasar plaza de original; y de una en otra especie vinieron
á parar en que, supuesto que se habia de fundar en Portugal up
colegio de los nuevos predicadores apostólicos de la Compañía de
Jesus , convendria mucho para la felicidad completa del reino es
tablecer tambien el tribunal de la Inquisicion , conforme al sistema
y plan de los de España. Adoptó el proyecto Saavedra, y se retiró
al pueblo de Tabilla , en el citado reino de los Algarbes, y auxiliado
del mismo jesuila, redactó la bula pontificia necesaria para el obje
to , y unas cartas del emperador Cárlos V y del principe Felipe su
hijo para el rey de Portugal Juan III . Se suponia la bula dirigida
al mismo Saavedra , como cardenal legado á latere, para establecer
la Inquisicion en Portugal, precediendo el consentimiento del mio
narca portugués.
Llorente, en su Historia crítica de la Inquisicion de España, ha
probado que todo lo que dijo Saavedra respecto al jesuita fué puro
cuento , siendo invencion suya, tanto el plan , como su ejecucion.

II .

Pasó Saavedra de Tabilla á Ayamonte , pueblo español del reino


LA INQUISICION EN PORTUGAL . 703

de Sevilla ; donde hallándose por acaso el provincial de los frailes


franciscanos de Andalucía, venido de Roma poco antes, quiso hacer
Saavedra una experiencia para asegurarse de si la bula pasaria ó
no plaza de auténtica . Le dijo haber hallado por el camino aquella
vitela caida á unos bombres que corrian la posta para Portugal , y
que deseaba le dijera si era cosa de importancia; pues siéndolo
no tendria reparo en correrla tambien y darla al interesado. El
provincial tuvo por original y verdadera la bula , y le dijo su con
tenido, ponderando la utilidad que podia resultar de su ejecucion .
Saavedra se fué á Sevilla , cligió dos confidentes , uno para que
aparentase servirle de secretario y otro de mayordomo: compró li
teras y vagilla de plata y dispuso el modo de tener vestidos de car
denal romano . Envió á Córdoba y Granada sus dos confidentes á
tomar criados y providenciar lo necesario á que se reuniesen todos
con ellos y el equipaje en Badajoz, haciendo correr la voz de ser
familiares de cierto cardenal, que debia pasar de Roma por allí á
Portugal, para establecer la Inquisicion, y que llegaria pronto por
que viajaba en posta .
A pareció a su tiempo Saavedra en Badajoz , donde le besaron
públicamente el secretario, el mayordomo y los criados, como á
cardenal legado á látere del Papa. Pasó á Sevilla, donde se hospedó
en el palacio arzobispal del cardenal Loaisa, residente en la corte
por su empleo de comisario general apostólico de la Santa Cruza
da ; le obsequió mucho el provisor vicario general don Juan Fer
nandez de Temiño, que luego ascendió á obispo; se le detuvo diez y
ocho dias, durante los cuales cobró de los testamentarios del mar
qués de Tarifa mil ciento treinta ducados, en virtud de obligaciones
ſalsas. Pasó á Llerena donde se habia fijado ya elSanto Oficio de
Estremadura, se hospedó en las casas del tribunal ocupadas por los
inquisidores don Pedro Alvarez Becerra y don Luis de Cárdenas, á
quienes dijo que, usando de las facultades de legado á látere , queria
visitar aquella Inquisicion , y que luego le acompañarian ellos á
Portugal, pues llevaba comision de fundarla en aquel reino segun
el sistema de la de España .
Volvió a Badajoz, desde cuya ciudad envió a su secretario á
Lisboa con las bulas y papeles, para que la corte preparase su re
cibimiento. Ocurrieron muchas dudas y confusiones en el ánimo de
aquella corte, con ocasion de novedad tan inesperada; por fin el
Rey envió á la frontera un duque para recibir al cardenallegado ;
704 HISTORIA DE LASPERSECUCIONES .

Saavedra pasó á Lisboa ; estuvo tres meses recibiendo muchos у


grandes obsequios ; y despues visitó el reino por espacio de otros
tres meses haciendo inquisicion en varios obispados, y hubiera pro
seguido mas tiempo si no se hubiese descubierto la ficcion.

III .

La Inquisicion de España supo la verdad , en ocasion de que el


inquisidor general arzobispo de Toledo , cardenal Tavera, era go
bernador del reino juntamente con el príncipe de Asturias, desde
el 20 de diciembre de 1539 , en que Carlos V habia salido para
Francia , Bruselas, Italia y Argel. El cardenal tomó sus medidas de
>

manera, que el marqués de Villanueva de Bazcarota , gobernador


de Badajoz prendió á Saavedra en territorio portugués el 23 de
enero de 1541 , en el lugar de Nieva de Guadiana , comiendo en
casa del cura párroco , que le habia rogado le hiciese la señalada
honra de visitar su pueblo cuando lo hacia con otros de aque
lla comarca , siendo esta estratagema fraguada ya para facilitar su
prision .
Diçe Saavedra, que prendieron asimismo tres tesoros que lle
vaba consigo : uno con veinte mil ducados , recibidos de penitencias
pecuniarias para el Santo Oficio; otro con ciento cincuenta mil du
cados destinados en su intencion a favor de la Iglesia y obras pías,
y otro con noventa mil ducados propios suyos . Conducido á la corte
de España por órden del gobernador del reino , fué recluso por de
pronto en la cárcel de corte , cuyos alcaldes habian intervenido en
la prision y formalizaron el proceso : no habia aun en la corte tri
bunal provincial de la Inquisicion ; el de Toledo ejercia su autori
dad en Madrid . Los inquisidores pretendieron pertenecerles aquel
reo y el conocimiento de su proceso, que decian suponer sospecha
de apostasía y falta de fé católica en el hecho mismo de semejantes
ficciones para robar, porque si tuviera religion , no hubiera podido
atreverse á tanto .
Siendo lugarteniente del soberano el jefe de los inquisidores,
no podia el Santo Oficio perder su pleito ; y el cardenal , para con
tentar a todos, determinó que los alcaldes de corte retuvieran en su
cárcel á Saavedra y prosiguieran su proceso relativo á las estafas
de dinero , ficciones de diplomas y otros delitos políticos que hu
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 705
biese; y que el Santo Oficio conociera de los crímenes cometidos
bajo el concepto de cardenal legado del Papa .
Tavera formó concepto de que Saavedra era persona de talento
extraordinario, digna de aprecio por esta circunstancia y la de no
haber hecho daño personal en sus inquisiciones, sino aquello mis
mo que hubieran practicado los verdaderosjueces y con mayor suavi
dad, contentándose tan solo con sacar multas, que habian pagado con
tentos los que redimian así la infamia y el sonrojo de los autos de fé
y sambenitos.
Por este principio , dice Saavedra , que el cardenal quiso cono
cerlo personalmente. Lo hizo llevar a su presencia , se aficionó á él ,
ofreciéndole proteccion en cuya prueba elegiria por juez al inquisidor
que se le indicase ; que Saavedra manifestó el deseo de que lo fuera
el licenciado Arias inquisidor entonces de Llerena , y con efecto fué
nombrado, por lo cual se murmuró del cardenal en la corte , susur
rándose que habia participado de los noventa mil ducados cogidos á
Saavedra como pertenecientes á su persona propia. El inquisi
dor Arias le condenó á servir al Rey, en las galeras de España, por
espacio de diez años , y luego los alcaldes de corte , despues de dos
años de cárcel y proceso , sentenciaron entre otras cosas que , cum
plidos los diez años del servicio de galeras, no fuese libre ni pudiera
salir de ellas, sin permiso del Rey , pena de la vida; para cuyo
cumplimiento lo sacaron de Madrid en 1544. Su tiempo se cumplió
en 1554 y no logró la libertad ; por lo cual , pensando que todo
penderia de la Inquisicion , mas que de los alcaldes de corte, pro
curó inducir al Sumo Pontífice á tomar parte en el asunto á su fa
vor , alegando haber hecho muchas cosas buenas utilísimas á la re
ligion y al Estado, en el ejercicio de su falsa mision ; y Pablo IV
le remitió breve inscrito al inquisidor general don Fernando Valdés ,
encargándole dirigir este negocio de manera que lograse la libertad
de Saavedra. Lo recibió este hallándose las galeras en el puerto de
Santa María, y lo mandó al obispo auxiliar de Sevilla, y este á su
>

arzobispo , que lo era el citado inquisidor general Valdés; y habién


dolo este comunicado al rey Felipe II , mandó S. M. que se diese li
bertad á Saavedra, con la prevencion de que fuese vía recta y sin
tardar a la corte y se le presentase personalmente: lo que se verificó
en 1562 , despues de haber sufrido diez y nueve años el servicio de
galeras . Verificada su presentacion , oyóle el Rey contar su historia
y quiso tenerla por escrito , y la escribió Antonio Perez , oyendo á
706 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

Saavedra la narracion de los hechos; y despues este la hizo por si


mismo en 1567 para el cardenal inquisidor general don Diego Espi
nosa .

El suceso de Saavedra sirvió de materia para la comedia titula


da El falso nuncio de Portugal.

IV .

La insignificancia de la sentencia dada por la Inquisicion contra


Saavedra, comparada con la enormidad de sus crímenes, que las
leyes civiles de aquel tiempo condenaban con la pena de muerte y
con la de hoguera la Inquisicion puede solamente explicarse dicien
do, que tuvieron mas en cuenta el supuesto servicio prestado por
aquel falsario á la religion católica, que los criminales medios de
que se sirviera. Los jueces ordinarios como acabamos de ver lo en
contraron ya sentenciado por la Inquisicion al concluir su proceso
y agravaron la pena lo que estuvo en su mano , remitiendo su liber
tad á una gracia especial del Rey . El Papa mismo tuvo en cuenta
los servicios que Saavedra alegaba haber prestado á la religion pa
ra tomar la iniciativa en las medidas necesarias á fin de alcanzar su
libertad, que el severo Felipe II no tuvo escrúpulo en conceder.
¿Qué importaba en efecto que el móvil de su crímen fuese apro
piarse lo ageno contra la voluntad de su dueño? ¿No resultaba de este
crímen , el establecimiento de la Inquisicion, con las crueles reglas
>

de la española, en el reino de Portugal? ¿Por qué pues no habian de


ser indulgentes con el falsario siquiera para ello se atreviera á fal
sificar las firmas de Carlos V, Felipe II y del Papa, y estafar cerca
de trescientos mil ducados ? El artífice era un malvado , y malos los
medios que adoptó para realizar su obra, pero esta la considera
ron útil los omnipotentes partidarios de la intolerancia y se lo tu
vieron en cuenta . Si la falsificacion de firmas tan respetables y el
apropiarse la categoría de cardenal y de legado del Papa lo hubiera
hecho con objeto, no de establecer, sino de suprimir la Inquisicion ,
es bien seguro que en lugar de condenarlo por diez años á galeras,
lo hubieran quemado vivo .
Pero al fin él fué á galeras, y la intolerancia no tuvo escrúpulo
en declararse su heredera, dando por bien establecida la Inquisi
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 707

cion portuguesa y por bien condenados y penitenciados los que él es


tafó bajo el supuesto de ser legado del Papa, encargado de estable
cer la Inquisicion en Portugal .
Decia el cardenal Tavera, que debia tenérsele en cuenta el no
2

haber impuesto mas que penas pecuniarias, lo cual encontraba bue


no ; pero como veremos en los casos de que nos vamos a ocupar en
los capítulos siguientes, los sucesores de Saavedra no siguieron su
ejemplo, y quemaron tantas víctimas, que estamos bien seguros de
que los portugueses echarian de menos al falso inquisidor cordobés,
que se contentaba solamente con sacarles el dinero , mientras los
verdaderos inquisidores portugueses, además de confiscarles sus bie
nes , los quemaban vivos.
CAPÍTULO III.

SUMARIO .

Diversas opiniones sobre la intolerancia .-Persecuciones contra los cristianos


nuevos en Portugal. - Breve del Papa mandando ponerlos en libertad.- Juan
IV.-Su tolerancia . - Acto notable de este monarca . - Muerte de Juan IV y
venganza de los inquisidores . - Continúa la persecucion . - Robo sacrilego.
Atribuyénselo a los cristianos nuevos .-Descúbrese el culpable,

I.

Juliano llamado el apóstata dirigia en su carta número cincuen


ta y dos á los de Bostra las siguientes notables palabras:
« Por la razon , por la fuerza de las pruebas , y no por la de gol
pes , insultos y violencias , es como deben ser los hombres instrui
dos en la verdad , y convencidos de sus extravíos. Por esto ordeno
de nuevo á los sectarios de la verdadera religion , que no injurien, >

molesten ni afrenten al pueblo galileo. »


Comparad los humanos sentimientos de aquel príncipe pagano
con esta monstruosa máxima de Leo Allatius , que hallamos en el
libro V, capítulo 15 de su Perpétua confesiones:
«Los hereges deben ser proscriptos, castigados, arruinados Уy si
son pertinaces , condenados á morir en el fuego sin otra forma de
proceso . »
Si de la bondad de las doctrinas y creencias se hubiera de juz
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 709

gar por la conducta de los hombres que dicen profesarlas, es indu


dable que en este caso quedaria la religion católica muy inferior al
paganismo en cuyo nombre dictaba Juliano , tan sabias y pruden
tes medidas .

II .

Quintin, profesor de derecho canónico en la Sorbona , dirigia en


nombre del clero, a los estados reunidos en Orleans , el año de
1560 , en presencia del rey y de la reina de Francia, un discurso
furibundo contra los hugonotes, en el cual decia entre otras cosas,
estas palabras .
« Teniendo Su Majestad la fuerza en la mano , y estando armado
de hierro, debe oponerse á los hereges, y siendo incontestable que
son malos hasta un grado supremo, se les debe someter á la cuchilla
del magistrado y castigar de muerte . »
Y no se crea que este espíritu perseguidor haya sido patrimonio
exclusivo del clero católico apostólico romano; la mayor parte de
las sectas protestantes , cuando el poder secular las ha convertido
en iglesias nacionales, han perseguido tambien por causas de reli
gion en mayor óó menor escala segun los tiempos y circunstancias.
Díganlo Servet, quemado en Ginebra por los hereges mismos como
veremos mas adelante; Juan Pablo Alciat, el médico italiano Jorge
Blandrata, Gribaldi, sabio jurisconsulto y otros de que hablaremos
en su lugar. Los luteranos de Sajonia y los calvinistas de Holanda,
no trataron con mas dulzura á los anabaptistas, que la empleada
con ellos por los católicos.
Célebre es la conducta que tuvo el ministro Jurieu , en Rotter
dam , excitando al magistrado á perseguir a los socinianos y armi
nianos diciéndole : « Que era deber del magistrado extirpar la here
gía; que la Iglesia no podia florecer sin estar sostenida por el brazo
secular, y que el cristianismo no se hubiera jamás extendido tanto ,
>

si los emperadores cristianos y otros monarcas no lo hubieran se


cundado destruyendo los ídolos, desterrando á los sacerdotes paga
nos y derribando sus templos . »
Quien decia esto , era un herege perseguido y condenado
condenado por la
Iglesia católica , á quien negaba el derecho de atacar su libertad de

conciencia, que no encontraba justo conceder á los que pensaban de


9

Томо І. 92
710 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

diferente modo que él y contra los cuales aconsejaba a su gobierno


emplease los medios que reprobaba en los católicos .
Notable prueba de que nada ofusca tanto la razon del hombre,
como el fanatismo religioso .
Veamos entre tanto como procedian los católicos portugueses con
los que no profesaban sus creencias .

II) .

Sabido es, que los judíos españoles refugiados en Portugal, fue


ron obligados a adoptar el cristianismo bajo pena de muerte, y que
la mayor parte de ellos lo hicieron de mala fé, como no podia me
nos de suceder, y aquellos desgraciados, llamados como en España
cristianos nuevos , eran las víctimas preferidas con que la Inquisicion
llenaba sus calabozos y celebraba sus autos de fé. Los estragos que
hizo el tribunal fueron tanlos, que algunos ministros del Rey llega
ron á alarmarse, y por su influencia hizo este venir secretamente de
Roma un breve, por el cual concedia Su Santidad un perdon general
á todos los acusados de judaizantes, y ordenaba á los inquisidores
abrir sus prisiones y soltar sin escepcion a todos los presos. Y
aquí se nos ocurre una reflexion bien sencilla . Cuando Su Santidad
tomaba esta resolucion , era porque a su juicio debia ganar en ello
la religion católica: ¿por qué , pues , no generalizar la medida á todas
las inquisiciones de Europa y América ? ¿ Qué razon podia haber pa
ra que la fé de los católicos españoles pudiese perder con lo mis
mo con que el Papa creia ganaba la de los portugueses?
Los ministros del Santo Oficio no pudieron prescindir, aunque de
mala gana, de obedecer el breve apostólico; pero los inquisidores no
eran gentes para abandonar su presa así como quiera . Su Santidad
les habia mandado poner los presos en libertad; pero no les habia
prohibido el volverlos á prender; así es, que no solo llevaron de
nuevo á sus calabozos los que habian soltado, sino otros muchos
que cometieron la imprudencia de aplaudir el breve pontificio que
devolvia la libertad y la vida á tantos infelices .
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 711

IV .

Muerto por entonces don Juan III , ocupó el trono don Juan IV ,
antes duque de Braganza.
A juzgar por los actos del nuevo Rey , no puede dudarse que
> le
era la Inquisicion tan antipática como á su predecesor. Este prin
cipe ilustrado conocia perfectamente los abusos que se cometian á
la sombra del inviolable secreto de los procedimientos inquisitoria
les . Veia que la ostentacion y la avaricia dominaban en los inquisi
dores mas que la justicia y la piedad; y sabiendo que de todas las
confiscaciones hechas por la Inquisicion solo una porcion mínima
llegaba á su tesoro, mandó que en lo sucesivo no se confiscasen los
bienes de los condenados penitenciados.
Esta declaracion del Rey admiró y llenó de alarma á los inquisi
dores, que se encontraban por ella privados de las principales ven
tajas de su empleo . Pusieron en juego cuantos medios pudieron
emplear para volver las cosas á su primilivo estado, y concluyeron
por obtener un breve del Papa , por el cual ordenaba Su Santidad
que continuasen las confiscaciones como antes de la declaracion del
Rey , bajo pena de excomunion para todos los que se opusieren á la
ejecucion del breve.
Los inquisidores se presentaron en cuerpo en palacio , cuando el
Rey acababa de hacer la comunion pascual. Recibiólos Su Alteza ,
y uno de ellos le pidió que le permitiera leer un breve de Su Santi
dad el soberano pontífice en presencia de toda la corte . Accedió el
Rey y leyóse el breve .
—«¿Y quién es—preguntó Su Alteza , –el que debe aprove
charse de las confiscaciones ?
»-Es vuestra Alteza , -respondió el inquisidor que llevaba la
palabra.
. -

» -Entonces , -replicó el Rey , -puesto que cada uno puede ha


cer de lo suyo lo que mejor le parezca , para no contravenir á las
órdenes del Papa, y para que vea el profundo respeto que me
inspira, consiento en que confisqueis los bienes de los hereges, á
condicion de que se haga un inventario muy exacto: pero declaro
desde ahora, que los cedo á ellos y á sus familias, entendiéndose
712 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

que se les han de devolver fielmente, cualquiera que sea la pena


á que creais justo condenarlos . »
A pesar del disgusto que causó esta orden a los inquisidores, no
tuvieron mas remedio que someterse , y mientras don Juan IV vivió,
los bienes confiscados por la Inquisicion fueron devueltos á los
penitenciados ó á sus legítimos herederos.
¿Cual distinta hubiera sido la suerte de España si los sentimien
tos y la política de los Reyes Católicos se hubieran parecido al des
prendimiento y á la prudencia de don Juan IV de Portugal?
Los inquisidores se vengaron de la firmeza y de la prudencia de
don Juan , abusando de la flaqueza de entendimiento de la Reina su
viuda.
Apenas muerto el Rey , los ministros del Santo Oficio se presen
taron á la Reina, y le representaron, que habiendo incurrido su di
funto esposo en la excomunion papal, por haber desobedecido el bre
ve sobre las confiscaciones, era necesario que fuera absuelto por ello ,
y aquella pobre mujer tan ignorante como fanática, consintió en
que la ceremonia de absolver el cadáver de su marido tuviese lu
gar en su presencia y la de sus hijos don Alfonso y don Pedro, lo
cual hicieron los inquisidores vestidos con sus hábitos sacerdota
les y con el mayor aparato .
El objeto de los inquisidores era amedrentar á los grandes del
reino y al pueblo para dar prestigio á la autoridad del Santo Oficio;
porque en realidad don Juan no habia incurrido en la excomunion
papal, disponiendo como mejor le parecia de bienes que , una vez
confiscados, eran suyos .

Animados los inquisidores por la impunidad de este atentado,


continuaron las persecuciones con extraordinario rigor durante el
reinado de don Alfonso y una parte del de don Pedro . Durante la
menor edad de este , en 1672 , fueron robados de una de las igle
sias de Lisboa los vasos sagrados , y las hostias consagradas espar
cidas por el suelo .
Apenas se apercibieron de esta profanacion al abrir la iglesia por
la mañana , cuando el pueblo acudió en masa , y todos los cristianos
LA INQUISICION EN PORTUGAL. 713

viejos creyeron firmemente que aquel sacrilegio no podia menos de


ser obra de los cristianos nuevos .
Las autoridades civiles acudieron las primeras y mandaron hacer
visitas domiciliarias en casa de los sospechosos, no solo para buscar
los objetos robados , sino para averiguar escrupulosamente si habian
pasado la noche fuera de su casa , donde, por qué causa y en qué
compañía . Por los mas leves indicios, prendieron á una infinidad de
personas de todo sexo y edad , que fueron conducidas á la cárcel
pública, donde los magistrados recibieron sus declaraciones, sin po
der llegar á vislumbrar quienes pudiesen ser los autores del alen
tado .
Los inquisidores llevaron muy á mal que el poder civil se mez
clase en un asunto que creian corresponderles de derecho , haciendo
creer á los fanáticos que ellos hubieran descubierto y castigado á
los culpables , si los magistrados de la ciudad no se anticiparan.
Los cristianos viejos, cuyo ciego fanatismo les inspiraba un odio
profundo contra los nuevos , se propasaban con ellos á toda clase
de excesos , amenazándoles con exterminarlos a todos .
A tal punto llegaron las cosas, que el Rey y su consejo creyeron
seria lo mas prudente hacer salir del reino a todos los cristianos nue
vos. ¡Mas quién lo creyera! Los inquisidores se opusieron a esta
medida, diciendo , « que no debian enviarse á paises extranjeros, don
de todo el mundo vivia como se le antojaba , personas cuya fé va
cilante correria el mayor peligro de perderse, no teniendo quien los
sujetase en ella por temor del castigo . »
Hasta los mas ignorantes y fanáticos, a quienes repugnaba la
presencia de los cristianos nuevos en el reino , comprendieron , que el
verdadero móvil que dictaba aquellas palabras á los inquisidores,
era el temor de que su oficio fuese inútil por falta de víctimas que
despojar y sacrificar.

VI .

La opinion de los inquisidores prevaleció, y ya no se habló mas


de expulsar á los cristianos nuevos . Los jueces siguieron prendién
dolos y examinándolos escrupulosamente para descubrir los autores
del sacrilegio, cuando gracias áa un incidente casual, se hizo público
>

que era un cristiano viejo el autor .


714 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Sorprendido un hombre infragante delito de robo, en una al


dea inmediata á Lisboa, fué conducido á la cárcel; y al registrarlo,
le encontraron algunos de los vasos sagrados de cuya desaparicion
acusaban los fanáticos á los cristianos nuevos . Aquel miserable
confesó que él era el único culpable.
El ladron pagó con la muerte su delito , y los cristianos nuevos
presos por sospechas fueron puestos en libertad .
Este suceso debia ser favorable á los cristianos nuevos y lo fué
en efecto en la opinion pública; pero no así en concepto de los in
quisidores, que arremetieron contra ellos con nueva crueldad, mul
tiplicando en todo el reino el número de las víctimas.
Los primeros á quienes echaron mano fueron precisamente los
inocentes presos por el asunto del sacrilegio, y tales fueron las atro
cidades de la Inquisicion , que como veremos en el capítulo siguien
te , los grandes del reino , los obispos, los arzobispos y el mismo Rey
>

creyeron deber recurrir al Papa pidiendo remedio.


CAPITULO IV.

SUMARIO .

Reclamaciones de los nobles contra la Inquisicion . - El Papa excomulga á los


inquisidores . - Estos le niegan la obelicncia . - Ahsuélvelos el Pontifice.
Los inquisidores hacen destituir al embajador en Roma y nombran uno de
su partido. - Procedimientos de la Inquisicion portuguesa . - Jorge Francis
co de Mela . - Maria Mendez.- Santiago Mello .-- Alonso Noble .-- Juan Siquei
ra y su hermano quemados todos por el Santo Oficio , -- Validez de las tecla .
raciones,

1.

Entre las personas que representaron al rey don Pedro contra


las crueldades de la Inquisicion contábanse los marqueses de Ma
rialva y de Gonza, don Pedro de Mendoza, arzobispo de Lisboa,
don Cristóbal de Almeyda, obispo de los Mártires y tambien el
obispo de Portalegre, los marqueses de Tavira y de Fontes, el con
de de Villaflor, don Sancho Manuel y varios otros célebres docto
res y religiosos de diversas órdenes.
En sus representaciones demostraban al Rey, que la manera de.
proceder de la Inquisicion arruinaria sus Estados, y tales fueron las
razones aducidas por ellos , que el Rey ordenó á su embajador en
Roma solicitase un breve que permitiese á los cristianos nuevos ex
poner las razones que podian tener para quejarse del Santo Oficio .
Obtenido el breve , la Inquisicion suspendió sus ejecuciones, y los
cristianos nuevos pudieron nombrar procuradores que obrasen en su
716 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nombre , tanto en Roma como en Portugal. Estos dirigieron al Papa


una peticion acompañada de memorias justificativas , pidiéndole que
reclamase los procesos originales de hereges condenados á la ho
guera por la Inquisicion , áa fin de que Su Santidad se convenciera
con su lectura de la justicia con que los cristianos nuevos reclama
ban que la Inquisicion se sujetase en sus procedimientos a las reglas
del derecho comun .
Accedió el Papa á su deseo , expidiendo el breve que solicita
ban .
Los inquisidores , comprendiendo que la obediencia á esta medida
descubriria sus iniquidades , no se apresuraron á darle cumplimien
to , dando lugar á que el Papa expidiese un nuevo breve suspendien
9

do al inquisidor general en el ejercicio de sus funciones y exco


mulgando á los otros , y ordenándoles además que entregasen á los
ordinarios las llaves de las inquisiciones . Los inquisidores que
quemaban vivos centenares Уy miles de cristianos solo por sospechas
de no reconocer la infalibilidad del Papa , se negaron á obedecer sus
terminantes órdenes , contentándose con enviarle dos procesos esco
gidos al efecto entre mas de mil ... El Papa se dió por contento , y
los absolvió ; y aunque hizo algunos reglamentos para moderar los
rigores del Santo Oficio , este continuó como antes persiguiendo á
diestro y siniestro á quien mejor le parecia , so pretexto de judaismo
y de toda suerte de heregías .
El mismo rey don Pedro sirvió de instrumento á los inquisidores,
poniéndoles á cubierto del enojo de la corte pontificia .
Los inquisidores le hicieron ver en la reclamacion que de sus pro
cesos hacia el Papa una intervencion intempestiva y arbitraria en
los asuntos del reino, diciéndole que si dejaba que el Papa llamase
á sí los procesos de la Inquisicion de Portugal, era abrirle la puer
ta para que hiciese despues otro tanto con los eclesiásticos y hasta
con los civiles , todo lo cual era contrario a la prerogativa real . El
rey don Pedro tuvo por buenos estos argumentos, y contribuyó por
medio de su embajador en Roma á que Su Santidad se contentára
con los dos procesos mencionados y absolviese á los inquisidores.
De esta manera don Pedro, que empezó por ser muy favorable a los
cristianos nuevos, concluyó por dar carta blanca á los inquisidores
para perseguirlos .
Como el embajador del rey de Portugal en Roma no era tan
adepto á los inquisidores como estos deseaban , cuando vieron que
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 717

les era imposible sobornarlo, influyeron para que el Rey nombrara


en su lugar al obispo don Luis de Souza , que fue nombrado arzo
bispo de Braga tan pronto como don Verisineo de Alencastro dejó
este puesto por el de Inquisidor general.
Este nuevo embajador lo era mas de los inquisidores que del
Rey ; pues estando secretamente de acuerdo con ellos , desfiguraba á
los ojos del Papa lo mismo que á los del Rey las intenciones у de
seos del uno y otro, suprimiendo o modificando al mismo tiempo las
razones y hechos quc los cristianos nuevos alegaban en su favor ,
avisando á los inquisidores de lo que pasaba en Roma у dándoles
los medios de eludir las órdenes de Su Santidad.
Hizo creer ad Papa que todos los buenos portugueses estaban es
candalizados de que se pasiera en duda la rectitud de los procedi
mientos del Santo Oficio, y que empeñarse en que se mandasen á
Roma los procesos, produciria la tácita introduccion del judaismo
en el reino de Portugal; que sí , como era de temer, el pueblo
llegaba a sublevarse, podia el Rey verse obligado á recurrir á re
medios que serian muy desagradables a la corte de Roma, como por
ejemplo, la creacion de un patriarca en Portugal. Estos y otros ar
tificios del embajador de don Pedro facilitaron la victoria de los in
quisidores.

II .

Dificil es conocer los procedimientos de la Inquisicion de Portu


gal Yy las crueldades ejercidas con los infelices encerrados en sus
calabozos. El secreto in violable que se observaba y que puede con
siderarse como el principal sostén del poder del Santo Oficio, impe
dia que ni aun los mismos perseguidos pudiesen penetrar y conocer
todas sus particularidades. Preciso es convenir ante todo en que
sin duda es muy malo lo que mucho se oculta , y que como la ma
yor parte de los encerrados en sus calabozos perecian en los tor
mentos ó en la hoguera , ó salian llenos del terror que habian logra
do inspirarles sus verdugos, era poco menos que imposible penetrar
tan inicuos misterios.
Quitabanles hasta la libertad de llorar y de quejarse, y si se oian
sus lamentos en los calabozos inmediatos, los castigaban severa
mente y les ponian una mordaza. De manera que despues de desco
Томо 1 . 93
718 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

yuntar á un infeliz los huesos en el tormento , todavía le considera


ban un crímen los ayes que el dolor le arrancaba. Y para intimidar
á los otros presos , mientras castigaban á algunos porque se queja
ban, un calabocero pregonaba en los corredores la causa de su cas
7

tigo . Este castigo solia ser tan bárbaro, que muchos quedaban es
tropeados para toda su vida ; sucediendo con frecuencia, que cuando
no podian averiguar de que calabozo habian salido las voces y la
mentos, castigaban para no equivocarse a todos los presos que se
hallaban en los calabozos contiguos, sin distincion de sexo ni edad ,
desnudando y azolando con la misma impudencia y rigor al hombre
robusto que á la casta y tímida doncella .
En la Inquisicion de Portugal daban abogados defensores á los
acusados que los pedian ; pero hé aquí las condiciones . El inquisi
dor decia al abogado escogido por él y no por el preso : « El hom
»bre que veis aquí presente ha pedido que le den un consejero
»que lo defienda : nosotros os permitimos que os encargueis de su
» defensa y de hacer en su favor las peticiones, observaciones y sú
» plicas que creais justas y necesarias. Sin embargo, os apercibimos
» que, si él quisiera usar de fraude ó malicia en su defensa, lo pon
» gais inmediatamente en conocimiento del tribunal. »
Despues enviaban al acusado y su letrado á una habitacion
apartada para que conferenciasen sobre la defensa ; pero acompa
ñados de una tercera persona que presenciara y oyera cuanto pa
sara entre ellos .
No entraremos en detalles minuciosos sobre los demás procedi
mientos , que eran muy semejantes á los de la Inquisicion de Espa
7

ña que ya conoce el lector . No obstante, por los efectos que produ.


cian , citaremos algunos.
Llamaban diminutos a los que hacian una confesion defectuosa é
incompleta , y se dividian en tres clases . Era la primera la de los
que se confesaban antes de ser condenados y que tenian por lo
tanto el tiempo necesario para hacer un examen de conciencia y
una declaracion completa. La segunda clase la componian los que
esperaban áa que les leyesen la sentencia para confesar, y la tercera
los que no confesaban hasta que tenian las manos amarradas y ha
bian sido entregados á los confesores que debian acompañarlos al
suplicio.
En los dos primeros casos los ponian en el tormento , donde de
bian completar y ratificar sus declaraciones; pero en el tercero ya
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 719

no se libraban con el tormento ; era preciso que nombrasen á todos


sus acusadores uno por uno y que delatasen á todos sus cómplices
para librarse de la hoguera. Muchos condenados reducidos á la
desesperacion, por librarse de una muerte horrorosa y prematura,
delataban á cuantas personas conocian , esperando que entre ellos
se encontrarian sus acusadores que los inquisidores se apresurahan
á prender. De aquí venia un proverbio muy comun entonces en
Portugal, que decia : «Maoos atadas, terras abrasadas» , que tradu
cido libremente quiere decir : « El pais arde desde que le amarran
las manos al condenado. »
Sucedia con frecuencia que esta clase de acusados no delalaban
á sus padres, mujeres é hijos; y como en el caso de que hubiese
culpables entre ellos, no podia achacarse á ignorancia ú olvido, los
inquisidores los condenaban considerando un crimen , el no haber
>

delatado sus propios padres e hijos . Monstruos hubo que , por con
servar una miserable vida , no tuvieron escrúpulo en sacrificar las
de todos sus parientes.

III .

Jorge Francisco Mela, habitante de Villaviciosa , fué arrestado y


conducido a la inquisicion de Évora; y para librarse, se acusó á sí
mismo voluntariamente delatando como sus cómplices á todos sus
conciudadanos y forasteros, cuyos nombres recordó, inclusos su mu
jer, hijos y hermanos, y una hija monja, que habia entrado en el
convento de la Esperanza de su mismo pueblo y en el cual habia
profesado llevando una vida ejemplar.
Los inquisidores, no se dieron por satisfechos, y sin dejar de pren
der y atormentar a los delatados por Mela , condenaron á este á la
hoguera. Viendo entonces que su inicuo artificio de nada le servia,
pidió ampliar su declaracion y dijo, que todos los delatados por él
cran inocentes y que solo el deseo de salvar la vida le habia indu
cido á acusarlos. En la sentencia lo calificaron de diminuto revocan
te; es decir, de convicto que confiesa en parte y luego se desdice .
720 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

IV .

Vivia en Elba María Mendez, natural de Fronteira , viuda de


Gaspar Gomez Jacinto , y habiéndola preso el Santo Oficio , em
pezó por confesar el crimen de que la acusaban delatando como cóm
plices á mas de seiscientas personas, entre ellas sus hijos y sobrinos:
esto no impidió que fuese condenada a la hoguera: viéndose perdida,
hizo como Francisco Mela, declaró que habia mentido, acusándose á
sí misma y á los otros solo con la esperanza de salvar su vida.
Cuando apareció en el auto de fé con el horrible sambenito de los
condenados á ser quemados vivos, una de sus hijas se le acercó y
le dijo los nombres de algunos de sus parientes, temerosa de que
los hubiese olvidlado en su delacion, y esperando sin duda que si su
madre los delataba á la Inquisicion aun podria librarse de las lla
mas. Pero aquella madre infortunada le respondió :
-No he olvidado, hija mia , á los que acabas de nombrarme:
he recorrido Portugal y Castilla , pero todo ha sido inútil. »
Solo la Inquisicion podia tener por buenas las delaciones de los
que , despues de condenados, recurrian á lales medios para escapar
de la muerte .

V.

Lo que pasaba con los acusados llamados negativos no era me


nos terrible. Ilé aquí un ejemplo.
Santiago Mello, natural de Lisboa, hidalgo distinguido y cabra
llero de la orden de Cristo, habia servido al Rey muchos años como
capitan de caballería. Era en parte cristiano nuevo, y tenia mujer y
dos hijos. Sea por fanatismo ó por un exceso de prudencia, era par
tidario de la Inquisicion y se habia manifestado muy contento cuan
do el tribunal perseguia á los cristianos nuevos. Alguno de estos,
sin duda, viéndose preso, lo delató por espíritu de venganza; y él,
su mujer y sus hijos fueron llevados á la Inquisicion. La mujer !
los hijos , sea por consejos de los inquisidores ó por los dolores del
tormento, declararon que habian sido presos con justicia y que lo
dos eran culpables, y fueron reconciliados con penitencia, saliendo
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 721

libres , mientras su marido y padre fué quemado vivo , como convicto


negativo, aunque protestando que era cristiano é invocando el nom
bre de Jesucristo hasta exhalar el último suspiro.
Alonso Noble, natural de Villaviciosa, hidalgo distinguido que
habia sido alcalde y prior de la Misericordia , ſué preso en Coimbra ,
acusado de judaizante, y poco despues prendieron su hijo y su hija,
los cuales , intimilados ó engañados por malos consejos , se acusaron
á sí mismos y á su propio padre, que salió para ser quemado vivo
en un auto de fé .
Su hijo le salió al encuentro, cuando iba al suplicio para pedirle
que lo perdonara y le diese su bendicion .
-Yo os perdono, respondió el padre, de haberme reducido al
estado en que me veo por vuestra cobardía; porque quisiera y es
pero que Dios perdone mis pecados: pero no os doy mi bendicion ,
porque no reconozco como hijo mio al que se ha deshonrado á sí
mismo, declarándose judío, siendo cristiano; y pido á Dios que tenga
á bien convertiros y perdonaros.»
Y así diciendo, marchó á la muerte con demostraciones de la mas
sincera piedad , dejando convencidos á cuantos le vieron de que, aun
que nuevo, era cristiano de la mejor buena fé.
De este modo la Inquisicion, que se habia impuesto por tarea li
brar la sociedad de malos católicos , quemaba á los buenos y con
servaba la vida a los que se acusaban de haber sido malos , y exci
taba á todos con sus procedimientos á mentir y calumniar personas
inocentes .

VI .

Juan Siqueira y su hermano, naturales de Torres Alva, hijos de


una planchadora, fueron presos en la Inquisicion de Lisboa, al mis
mo tiempo que Juan Travassos da Costa, que durante muchos años
habia sido vicario general del arzobispado de Lisboa, en cuya cali
dad asistió con frecuencia á las declaraciones y otros actos secretos
del Santo Oficio . Los dos hermanos sostuvieron su inocencia; pero
fueron condenados, en tanto que el vicario general, que conocia bien
los procedimientos, confesó y acusó una porcion de personas, entre
las cuales figuraban los dos hijos de la planchadora. Estos llegaron
722 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

á saberlo y uno de ellos , estando en la audiencia, dijo a los inquisi


dores :
-¿Cómo pueden ustedes pensar que todo un vicario general
del arzobispo de Lisboa se haya franqueado conmigo en cosa tan
grave , siendo yo un pobrete que ni aun me querria él para lacayo? Si
Travassos ha depuesto contra mí, será sin duda porque habrá crei
do que yo haya hecho otro tanto con él ; pero yo le perdono de bue
na gana , como quisiera que Dios perdonará mis pecados , aunque no
haya hecho en toda mi vida nada de lo que me acusan en este
tribunal . Si fuera judío como suponeis, ¿por qué me negaria á sal
var mi vida confesándome y arrepintiéndome , puesto que siendo
pobre no tengo bienes que me confisquen ? Pero yo creo que Dios
me ofrece esta ocasion para salvar mi alma , y no quiero per
derla .
Los dos hermanos fueron quemados como convictos negativos, dan
do muestras hasta el fin de la ſé mas viva en Jesucristo .
El vicario general salió penitenciado con el sambenito en el mis
mo auto de fé en que fueron quemados los hijos de la planchadora,
y vivió despues miserablemente, corriendo á su muerte el rumor de
haber declarado falsas las declaraciones y confesiones que hizo en
la Inquisicion .

VII .

Las declaraciones de los cristianos viejos eran válidas contra los


nuevos; pero las de estos no se admitian contra los viejos.
La injusticia no podia ser mayor , mucho mas si se tiene en cuen
ta que, para los efectos legales, se consideraban como cristianos nue
vos los descendientes de judíos bautizados,aunque llevasen muchas
generaciones sucesivas de ser cristianos sus ascendientes.
Así vemos á Bautista Fangueiro Cabios , natural de Elvas y de la
primera nobleza del país, que fué arrestado como cristiano nuevo,
aunque solo lo era en octavo grado . Procesado y condenado, no con
fesó hasta que tuvo las manos atadas para ir al suplicio. Y que
riendo salvar su vida á cualquier precio, acusó á cuantas personas
le vinieron a las mientes , entre las cuales se contaba una in ulata
descendiente de la familia desu tio, de quien procedia en su fa
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 723

milia la rama judaica, y por este medio salvó la vida, siendo con
denado á salir en un auto de fé con sambenito y á galeras.
Prendieron despues á la mulata que probó ser cristiana vieja, y
fué puesta en libertad; pero Cabios tuvo que volver aá los calabozos
del Santo Oficio por haber delatado á un cristiano viejo, y apareció en
un auto de fé con coroza, sufrió en las espaldas una buena tunda
de azotes que le aplicó en público el verdugo, y volvió a remar en
las galeras del Rey .
Cuando los cristianos viejos eran acusados, bastábales probar que
lo eran para no tener que responder a los cargos . Con esto pensaba
el vulgo que solo eran hereges los cristianos nuevos, y acrecentába
se su ódio contra ellos .
Un cristiano nuevo convencido de testigo falso, si acusaba uno
viejo, era reputado por verídico si acusaba uno nuevo .
Imposible parece que el pueblo portugués, de suyo pacífico y de
suaves costumbres , se sometiera á un tribunal tan odioso é in
justo .
CAPITULO V.

SUNIARIO .

El frajle Travassos se convierte al judaismo y es quema lo por la Inizuizi.


cion . - Varioscendenados judaizantes ; -El fanatico Meya Soile acusato dir
los judíos y muerto en la hoguera . - Descripcion de las prisiones de Sant
Ofico en Lisboa.

1.

Habia en el convento de recolelos de Lisboa, situado en el cam


po del Corral, un fraile con fama de sabio , llamado Travassos da
Costa, cristiano viejo; tuvo el bueno del fraile la funesta ocurrencia
de hacerse judio, y lo que fué peor para élel de querer inducir á suis
compañeros á que hiciesen otro tanlo . Ilicieron estos lo posible por
que abandonase sus ideas y como no lo consiguieran , lo delataron al
Santo Olicio. Procesáronlo , sosiúvose firme en sus creencias, y en el
primer auto de ſé fué quemado vivo . Pero en la sentencia de muerte
que se le leyó en alta voz antes de morir , se decia, que corria por
sus venas sangre de cristiano nuevo . Súpolo su familia, y recurrió á
la Inquisicion probando lo contrario; no por honor del difunto cier
tamente , sino por conservar los privilegios de cristianos viejos !
librarse de la deshonra y de los peligros que pesaban sobre los
nuevos. La Inquisicion luvo por buenas las pruebas, y los miem
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 725

bros de la familia de Travassos se libraron quizás por este medio


de morir en las llamas .

II .

Veamos otros casos bien curiosos por cierto , resultado del siste
ma de procedimientos de la Inquisicion portuguesa .
Francisco da Alevido Cabras, natural de Elva , en cuyo pueblo
vivia , era un cristiano viejo de los que mas odiaban a los nuevos y
que no perdonaba ocasion de maltratarlos y perseguirlos; pero cor
rió un dia el rumor de que , por parte de uno de los abuelos de su
madre, procedia de cristianos nuevos , y algunos de los que él habia
>

perseguido lo delataron como judaizante juntamente con su tia do


ña Britta da Sigueira, hermana de su madre.
Ambos fueron presos. Francisco , creyendose perdido, dijo que
en efecto él era judaizante , y salió reconciliado con penitencia de
sambenito en un auto de fé. Volvió libre á su casa ; pero su padre
Andrés Martin lo arrojó de ella indignado por haberse reconocido
judío, cuando no lo era , y cristiano nuevo sin serlo, echando dos
manchas indelebles sobre su familia. Francisco se fué á España ,
donde se hizo fraile franciscano , y no tardó en volver á Portugal;
pero los frailes de su órden le obligaron á quitarse el hábito , so pre
texto de que habia estado en la Inquisicion y salido de ella confe
so del crimen de judaismo. Cuando se firmó la paz entre Espa
ña y Portugal , continuó viviendo en Elva, usando siempre traje de
seglar .
Su tia doña Britta siguió distinta ruta. Alegó para justificarse,
que era cristiana vieja: reconocióla por tal la Inquisicion , y la dejó
2

libre . Mas su justificacion envolvia la de su sobrino , y quedaban por


testigos falsos los que los delataron por cristianos nuevos, y fueron
azotados por el verdugo, saliendo con coroza en un auto de fé y en
viados á galeras. Tambien prendieron otra vez á Francisco Alévido,
que despues de permanecer mucho tiempo en un calabozo , salió
desterrado de Portugal, por dos años, por haberse acusado de ju
daizante, siendo cristiano, y haber originado con su declaracion la
desgracia de muchas personas .
El tal Francisco sufrió, pues, dos condenas: la primera , porque
Tomo I. 94
726 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

acusado de judaizante confesó que lo era por librarse de mayores


males ; y la segunda, por confesar un crímen que en realidad no ha
bia cometido .

III .

Era conocido en Elva por cristiano viejo Francisco Lopez Mar


galho ; pero habiendo sido arrestada en la Inquisicion su mujer, te
meroso sin duda de verse acusado por ella , resolvió presentarse er
pontáneamente, acusándose de un crímen que no habia cometido .
Consultó antes el caso con un sobrino suyo , llamado Manuel Lopez
Torra, procurando convencerlo á que se delatase él tambien para
salir mejor librado. Negóse el sobrino, primero, porque era inocente;
y segundo, porque era cristiano viejo , lo que no impidió al tio cor
rer al Santo Oficio y delatarse conforme lo habia proyectado. Su
sobrino, que era hijo del hermano de Margalho, probó su limpieza
de sangre como decian en España, y quedó tranquilo en su casa,
en tanto que su tio fué penitenciado en auto público por la Inquisi
cion .

IV .

Pero el caso mas curioso de todos es el de un hombre llamado


Meya Noite , cristiano viejo y enemigo acérrimo de los nuevos , ene
mistad que fué causa de su pérdida.
Tenia fama de valiente, aunque tal vez superaba su fanatismo á
su bravura. Cuando llevaban cristianos nuevos á la Inquisicion , ó
salian de ella , seguíalos llenándolos de insultos é imprecaciones; y
como el que siembra vientos recoge tempestades, sucedióle que los
cristianos nuevos, indignados de sus insolencias, resolvieron ven
garse.
Coaligáronse doce y convinieron en que acusarian á Meya Noite de
haber judaizado con ellos , poniéndose de acuerdo de antemano so
bre todo lo que habian de decir, de suerte que sus declaraciones fue
sen conformes .
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 727

Presentóse uno de los conjurados á la Inquisicion y se delató á sí


mismo У á los otros doce, incluso Meya Noite y los otros se presen
taron tambien expontáneamente ó fueron presos, dando todos decla
raciones semejantes. Todos ellos habian oido decir á Meya Noite , que
profesaba la ley de Moisés . Corrian , sin embargo un peligro; y era el
de acusar á su víctima de ser cristiano nuevo ; pero todos se libra
ron de él diciendo que , si lo tenian por tal , era por habérselo dicho
él mismo y creerlo bajo su palabra.
El desgraciado Meya Noite se encontró, pues, encerrado en los ca
labozos de la Inquisicion , acusado por doce testigos conformes, lo
que bastaria para que condenase á un santo aquel tribunal, que en
viaba a la hoguera inocentes á centenares por leves sospechas . Para
mayor desgracia suya, no pudo presentar las fées de bautismo de al
gunos bisabuelos , y aunque en concepto de todos era cristiano viejo,
fué quemado vivo por herege judaizante , contra cuya iniquidad mu
>

rió protestando con energía .


Los casos que hemos citado creemos bastan para probar que la
Inquisicion de Portugal no desmerecia de la de los otros paises , y
que no les iba en zaga en crueldad, arbitrariedad y en todo génè
ro de abusos. ¿ Pero acaso es posible perseguir á los hombres por
sus creencias sin cometer abusos? Si aun en materias de actos es
difícil averiguar la verdad y apreciar con exactitud la conducta de
las personas y la mayor óo menor ilegalidad de sus acciones, equé
no sucederá con los llamados delitos de la conciencia , con la fé y las
creencias , de que el alma misma apenas puede darse cuenta ?

V.

De la relacion de monsieur Dellon , que padeció en las prisiones


de la Inquisicion de Lisboa por haber sido condenado en la de Goa,
cuyas persecuciones veremos en los capítulos siguientes, vamos á
extractar aquí la descripcion de aquellas prisiones, á donde el San
to Oficio de Portugal mandaba muchas de sus víctimas.
« Los criminales están allí confundidos; no solo van los condena
dos por causas de conciencia ó de fé , sino los malhechores juzgados
por los tribunales ordinarios, no siendo raro encontrar sujetos á la
misma cadena un hombre honrado, condenado como sospechoso de
728 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

judaismo por no comer tocino , con un bandolero de los caminos


reales .
Los condenados van de dos en dos , amarrados con una misma ca
dena que no baja de ocho piés de larga.
» Todos los dias van á trabajar al arsenal , á donde se les emplea
en los trabajos mas duros; tales como acarrear madera, cargar
y descargar los buques y otros semejantes. Además de los conde
nados por la Inquisicion y por los jueces ordinarios, hay tambien
esclavos, cuyos dueños los envian allí para castigarlos de sus fal
tas y turcos cautivos cogidos en buques berberiscos. Y todas estas
personas, sin distincion de clases ni delitos , se ven entregadas á la
merced de los capataces y jefes de las galeras, de quienes son ver
daderos esclavos , que los tratan con la mayor crueldad , si no tienen
dinero para ablandarlos .
» Esta galera terrestre está construida á la orilla del rio , y con
siste en dos pisos con dos grandes cuadras, una alta y otra baja,
que están generalmente llenas, y donde los presos duermen en es
teras .
» Todos los meses les afeitan la barba y la cabeza, y su vestido se
reduce á una túnica y un capote de jerga, que de dia les sirve de
capa y de noche de cobertura.
»Con el alba se levantan y van al taller, que está a media legua
de la galera, en el que trabajan sin descanso hasta las once que co
men y descansan , para volver a continuar el trabajo desde la una
hasta la noche .
»En la galera hay una capilla, en donde se dice misa todos los
domingos , y varios sacerdotes caritativos van con frecuencia á pro
veerlos de pasto espiritual :
»Si alguno comete una falta , lo azotan de la manera mas cruel .
Lo ponen boca abajo en el suelo , desnudo , en cuya postura lo su
7

jetan varios hombres y otros lo azotan con cuerdas embreadas, ar


rancándole la carne á pedazos, de tal modo que luego tienen que
hacerle sajaduras que degeneran en úlceras peligrosas y que les
imposibilitan de trabajar durante mucho tiempo .
»Los que tienen dinero consiguen alguna vez permiso para ir a la
ciudad á sus negocios , para lo cual han de pagar al guardian que
los acompaña , además de gratificar al alcaide, cargando cada uno
>

con la cadena de ocho piés, á cuyos dos extremos hay habitual


LA INQUISICION EN PORTUGAL . 729

mente dos forzados sugetos , porque cuando uno sale , separan á su


compañero que se queda en la galera . )
Tal fué la suerte que cupo á monsieur Dellon durante algunos
años, por haber dicho en Goa algunas palabras desagradables para
los inquisidores, y cuyas persecuciones vamos a referir en el ca
pítulo siguiente extractándolas de una relacion escrita y publicada
por el mismo acusado .
CAPÍTULO VI.

SUMARIO .

Establecimiento de la Inquisicion en las colonias portuguesas . - Curiosa rela .


cion de un proceso on la Inquisicion de Goa .

1.

Los portugueses, lo mismo que los españoles , tuvieron la infeliz


ocurrencia de llevar la Inquisicion á sus colonias, con lo cual hi
cieron gran daño á la causa de la civilizacion y sobre todo á la pro
pagacion de la religion cristiana entre los naturales.
Tanto en Asia como en América , el número de europeos era muy
pequeño comparado con el de los nativos, y como estos veian que ,
mientras no se convertian al cristianismo , estaban fuera de la ju
risdiccion del Santo Oficio , que solo tenia por mision perseguir á
los malos cristianos , ellos se guardaban muy bien de hacerlo por
temor de ser víctimas de sus furores.
El tribunal de la Inquisicion de Goa extendia su jurisdiccior á
todas las posesiones portuguesas del otro lado del cabo de Buena
Esperanza.
La autoridad del gran inquisidor de Goa era mayor que la del
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 731

Virey y la del Arzobispo, á los cuales podia prender y enviar á


Lisboa,dando aviso al gobierno y segun las órdenes secretas del
consejo supremo de la Inquisicion de Portugal .

JI .

Monsieur Dellon , que estuvo preso en la Inquisicion de Goa ,


dejó una curiosa relacion , de la cual vamos á extractar algunos pár
rafos.
La prision de la Inquisicion de Goa es la mas súcia , oscura y
horrible que puede haber. Es una especie de caverna , donde apenas

entra la luz por una tronerilla, que jamás atravesaron los rayos del
Sol. El aire mefítico , corrompido que allí se respira , puede imagi
narse cual será , sabiendo que sirve de letrina un pozo seco siempre
abierto que está en medio de la cuadra donde viven los presos en
cerrados, y cuyas emanaciones no tienen otra salida que la pequeña
claraboya que dá luz al calabozo . Puede por lo tanto decirse sin
exageracion , que los presos viven en una letrina .
» Viendo ,—dice monsieur Dellon, —que me habian dejado en
aquel receptáculo de inmundicias las veinte y cuatro horas que si
guieron a la de mi prision, creí que me dejarian en él hasta que
mi asunto concluyese; pero no fue así . El dia 16 , á las ocho de la
mañana, entró un oficial de la Inquisicion , con órden de conducirme
con otros presos a la santa casa, órden que fue ejecutada en se
guida . Como llevaba grillos y cadenas , me costó mucho trabajo
atravesar á pié desde la prision a la santa casa .
»Ayudáronme á subir las escaleras, y entré con mi compañero en
la gran sala, donde encontramos algunos dependientes que nos qui
taron los grillos y cadenas. Terminada esta operacion , me hicieron
entrar solo en la sala de audiencia , pequeño gabinete al que se lle
ga atravesando dos ó tres habitaciones . Los portugueses llaman á
este sitio de audiencia , la mesa del Santo Oficio. Las paredes es
taban tapizadas de tafetan, formando listas azules y amarillas. En
el fondo habia un crucifijo de relieve, que llegaba hasta el techo , y
en medio de la habitacion una mesa colocada sobre un estrado ,
que no tendria menos de quince pies de largo: al rededor de la me
sa habia dos sillones y muchas sillas , y junto al crucifijo estaba
sentado el secretario en un taburete .
732 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» Colocáronme al otro estremo enfrente del secretario, y á mi de


recha estaba el gran inquisidor de Indias, Francisco Delgado y Ma
tos, sacerdote regular y secular: este señor estaba solo, porque el
otro inquisidor ordinario de Goa habia sido llamado á Portugal.
Apenas entré en la sala de la audiencia, me arrojé á los piés del
inquisidor, esperando conmoverlo; pero él me mandó levantar.
Preguntóme mi nombre y profesion, y si sabia por qué me babian
preso, exhortándome á declararlo sin dilacion , como él único medio
de recobrar prontamente la libertad .
» Despues de satisfacer sus dos primeras preguntas, le dije que
>

creia saber la causa de mi prision , y que si él tenia la bondad de es


cucharme, estaba pronto á declararlo . Mezclando lágrimas y súpli
cas, me arrodillé segunda vez á sus piés ; pero mi juez , sin con
moverse , me dijo que no corria prisa, que él tenia otros asuntos
que terminar mucho mas importantes que los mios, y que áa su tiem
po me haria llamar. Diciendo esto, locó una campanilla, y entró el
alcaide, quien me condujo á una larga galería que no estaba lejos
de la sala de audiencia , á donde nos siguió el secretario. Trajeron
mi baul , que abrieron y registraron minuciosamente, registráron
me á mí tambien quitándome cuanto llevaba encima, incluso una
sortija y los botones de la camisa . Por fortuna aunque me hicieron
quitar los zapatos , no sucedió lo mismo con las medias , y de esta
manera salve algunas monedas de oro que llevaba cosidas en una
cinta , que tuve la feliz ocurrencia de ocultar dentro de las medias.
De todo lo que tomaron, hicieron un minucioso inventario , que de
nada ha servido; porque al volverme la libertad, se quedaron con
todo lo que valia algo , aunque me aseguró el secretario que cuan
do saliera me seria todo devuelto, promesa que el inquisidor me
confirmó despues .
» Al dia siguiente , cuando los carceleros me trajeron el desayu
no , les pedí libros y mis peines, y me respondieron que los prime
ros no se daban a nadie, ni aun el breviario á los sacerdotes , y
que los segundos no me hacian falta: y en efecto , tenian razon , por
que en seguida me cortaron los cabellos por ser regla del esta
blecimiento , á la cual someten a las personas de ambos sexos de
cualquier clase y condicion que sean . Dijéronme que,. cuando ne
cesitase cualquier cosa, llamase suavemente á la puerta, ó lo di
>

jese á los calabozeros cuando me trajesen la comida, y que me di


rigiese al alcaide cuando quisiera pedir audiencia ; pero á pesar
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 733

de mis peticiones , no obtuve esta gracia hasta el 31 de enero


de 1674 .
» El alcaide , acompañado de un guardia, vino á buscarme a las
dos de la tarde ; me vestí como él me dijo , y salí de la prision des
calzo y con las piernas al aire. El alcaide marchó delante de mí y
detrás el guardian , y en este órden llegamos á la puerta de la sala
de audiencia .
»Entró primero el alcaide, hizo una profunda reverencia, y vol
vió á salir dejándome entrar solo . El inquisidor y el secretario
ocupaban los mismos puestos que la primera vez ; me arrodillé, pero
el inquisidor me mandó sentar en un banco que estaba del otro lado
de la mesa . Sobre esta habia un misal, y me mandaron poner la
mano derecha sobre él y jurar que diria verdad y guardaria secreto
de cuanto allí pasara : preguntarónme de nuevo si sabia la causa
de mi detencion, y si estaba dispuesto á declarar.
» Respondí que no descaba otra cosa, y referí una conversacion
que habia tenido en Goa sobre cuestiones religiosas, especialmente
sobre el bautismo y las imágenes, aunque nada dije por no acor
darme entonces, de algunas palabras á propósito del tribunal de la
Inquisicion .
»» Mijuez me preguntó si no tenia nada mas que decir : respon
dile que no ; pero , léjos de ponerme en libertad , puso fin á la au
diencia diciéndome: que habia seguido un buen consejo acusándo
me voluntariamente, y que me exhortaba de parte de nuestro Señor
Jesucristo , a declarar sin tardanza el resto de mis palabras, á fin de
que pudiera conocer la bondad y misericordia que se usa en este
tribunal con los que se arrepienten de sus crímenes, confesándolos
sincera y espontáneamente. Mi declaracion y su exhortacion fue
ron escritas por el secretario, quien me las leyó mandándome fir
marla. El inquisidor dió por concluida la audiencia, tocó la campa
nilla Уel alcaide me condujo a la prision , donde permanecí, hasta
el 15 de febrero, en que me volvieron á llevar ante el inquisidor,
sin que yo lo solicitara , lo que me hizo creer que seria para po
nerme en libertad .
» El inquisidor me preguntó si no tenia nada mas que decirle ,
exhortándome á no disfrazar las cosas y á confesar ingenuamente
todas mis faltas. Yo respondí que, a pesardemis esfuerzos, no ha- .
bia podido acordarme de otra cosa mas que de las dichas en mi
primera declaracion. Preguntóme en seguida los nombres mios y
Томо І. 95
734 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

los de mis padres y abuelos, padrinos y madrinas. Si yo era cris


tiano de ocho dias, (en Portugal no bautizan los niños hasta el oc
tavo dia de su nacimiento ). Mi juez pareció muy sorprendido cuan
do le dije que en Francia no se esperan ocho dias para bautizar á
los niños .
» Preguntóme despues el nombre del cura que me habia bautiza
do, y los de la diócesis уy del pueblo de mi naturaleza, y por últi
mo si estaba confirmado y por qué obispo.
» Despues que respondí á todas estas preguntas, me mandaron
arrodillar, santiguarme y recilar el Padre nuestro , el Ave Maria y
el Credo , los mandamientos de Dios y de la Iglesia y la Salve.
»Exhortóme despues , por las entrañas y la misericordia de
nuestro Señor Jesucristo , á confesar sin tardanza las faltas de
que yo no me habia aun acusado. Escribióse todo , lo firmé y me
despidieron.
»Desde el momento que entré en las cárceles de la Inquisicion,
mi afliccion fué grande y no habia cesado de llorar. Pero al volver
al calabozo despues de esta tercera audiencia, el pesar me dominó
completamente, viendo que exigian de mí cosas imposibles; porque
mi memoria no se acordaba de nada de lo que querian que con
fesara .
» Mi afliccion llegó á ser tal , que resolví dejarme morir de ham
bre, y como los calaboceros daban de palos á los que les devolvian
los platos sin haber tomado lo bastante para alimentarse, yo
echaba la mayor parte de la comida en la letrina. La debilidad me
hizo perder el sueño, y la pasion de ánimo que se apoderó de mi
fué tal , que no hacia mas que verter lágrimas. En aquellos dias
de afliccion yo no dejé de reflexionar sobre los estravios de mi vida
pasada y de reconocer que mi caida en aquel abismo de miserias y
de infortunios era un justo castigo de Dios, llegando á creer que
acaso queria servirse de este medio para convertirme. Iabiéndome
fortificado un poco con estos pensamientos, imploré de todo corazon
la asistencia de la Virgen Santisima , que no es menos la consola
dora de los afligidos que el asilo y refugio de los pecadores...
»Despues de hacer un examen de todo lo que yo habia dicho ó
hecho durante mi permanencia en la India portuguesa, recordé la
opinion que habia manifestado respecto á la Inquisicion y5 á su in
tegridad, y pedí una audiencia que no me fué concedida hasta el
16 de marzo .
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 738

» Yo no dudaba, al ir á presentarme por cuarta vez al inquisidor ,


que mis penas terminarian aquel dia, y que despues de mi nueva
confesion me devolverian la libertad . Mas cuando yo creia mis de
seos próximos á realizarse, mi esperanza se desvaneció de repente;
porque habiendo confesado todo lo que habia dicho sobre la Inqui
sicion , me respondieron que no era lo que esperaban saber de mí , y
como no tenia otra cosa que decir, me volvieron al calabozo, sin
tomarse la pena de escribir mi confesion.»

III .

La desesperacion llevó á monsieur Dellon á atentar a su vida , y


en cuanto lo supo el inquisidor mandó que lo condujeran entre
cuatro .
» Tendieronme en el suelo, continua nuestro protagonista, por
que mi extremada debilidad no me permitia ni siquiera sentarme, y
el inquisidor me reprochó amargamente mi atentado, mandando que
me pusiesen esposas en las manos para impedir que me arrancase
las vendas, agregando una armazon de hierro con que me sujetaban
los brazos. Esto me exasperó mas: revolqueme en el suelo y me di
tales golpes en la cabeza, que sin duda hubiera muerto, si no me
hubiesen vigilado de cerca . Viendo el mal estado en que me halla
ba , me quitaron los hierros, me condujeron á otra prision y procu
raron consolarme con esperanzas engañosas. Diéronme tambien un
compañero de calabozo, que debia responder de mi persona. Era
este un negro medio salvaje. Pero Dios que me habia preservado
de tan gran desgracia, alivió por su misericordia la desesperacion en
que estaba sumido; mas feliz en esto que muchos otros que se han
dado con frecuencia la muerte en la Inquisicion , cuya puerta está
cerrada a los consuelos humanos.
» El negro permaneció conmigo durante dos meses: en cuanto me
vieron un poco mas tranquilo, me dejaron solo , aunque era tanta
mi languidez, que apenas podia llegar hasta la puerta del calabozo
para recibir el alimento. Cerca de un año pasé de esta suerte , du
rante cuyo tiempo me dió Dios bastante paciencia para no volver á
aten tar contra mi vida .
» Diez y ocho meses hacia que estaba preso, cuando mis jueces
me creyeron en estado de responderles: me hicieron conducir á la
736 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

audiencia y me preguntaron si estaba al fin resuelto á decir todo lo


que esperaban de mí . Habiendo respondido que no me acordaba de
otra cosa que de lo dicho, presentóse el fiscal del Santo Oficio, y
leyó la acusacion dirigida contra mí. En todas las otras audiencias
yo me habia acusado y se contentaron con oir mi declaracion sin
entrar en discucion conmigo, despidiéndome en cuanto decia que
no tenia mas que declarar ; pero en aquel interrogatorio fuí acusado
y me dieron tiempo para defenderme.
» Leyéronme las acusaciones que no eran otra cosa que lo con
fesado por mí . Los hechos eran verdaderos, y como los habia con
fesado expontáneamente, nada tuve que objetar ; pero creí convenien
te mostrar á mis jueces que mis palabras no eran tan criminales
como suponian, estando corformes en un todo con las doctrinas de
la Iglesia y el santo concilio de Trento , tanto respecto al bautismo
como á la adoracion de las imágenes, y cité al efecto un texto latino
del Evangelio de San Juan y otro de la seccion veinte y cinco del
dicho concilio .
»
» El gran inquisidor pareció muy admirado de que las palabras en
que se fundaban para acusarme de herege, fuesen las mismas de
San Juan y del concilio de Trento, y á mí no me extraño menos su
sorpresa , que me revelaba su profunda ignorancia de la misma re
ligion de cuyas infracciones era juez.
» Pidió el inquisidor que le trajesen el Nuevo Testamento y el
concilio de Trento, y yo le supliqué que si habia entendido mal di
chos textos que me los explicase; pero él se contentó con leerlos pa
ra sí .
» Hay algo de incomprensible en que llegue á tal grado la igno
rancia de las personas que se atreven a juzgar á los otros en ma
terias de fé.
» El fiscal dijo, al leer la acusacion con cargos , que además de lo
que yo habia confesado, él me acusaba de convencido de haber
hablado con desprecio de la Inquisicion y de sus ministros, y de ha
ber hablado con poco respeto del Sumo Pontifice y de su autoridad.
Y concluyó diciendo , que la pertinacia que habia mostrado hasta en
tonces despreciando los plazos y advertencias caritativas que me ba
bian dado, era prueba convincente de que tenia designios pernicio
sos, y que mi intencion habia sido enseñar y fomentar la heregía ,
incurriendo en consecuencia en la pena de excomunion mayor, con
fiscacion de mis bienes y ser quemado vivo .
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 737
» Dejo a los que lean esto, pensar el efecto que producirian en mi
ánimo las crueles conclusiones del fiscal del Santo Oficio. Sin em
bargo, puedo asegurar que , por terribles que fueran sus palabras, la
muerte con que me amenazaba me causaba menos aprension que
la continuacion de mi cautiverio . Así fué que áa pesar de la opresion
que sentí en el pecho al escuchar sus palabras, no dejé de respon
der á las nuevas acusaciones que me dirigia diciendo: que mis in
tenciones habian sido siempre buenas; que siempre habia sido muy
católico, y que todas las personas con quien habia vivido en las In
dias podian justificarlo; y particularmente el padre Ambrosio y el pa
dre Ives , capuchinos franceses que me habian oido muchas veces en el
tribunal de la penitencia . ( Despues supe que el padre Ives se hallaba
en Goa, cuando lo citaba como testigo de mi inocencia .) Tambien dije,
que algunas veces anduve diez y seis leguas para cumplir con el pre
cepto pascual , que si yo hubiera sido berege me hubiera sido fácil
establecerme en otras ciudades de la India donde hubiera podido vi
vir y hablar con libertad, en lugar de fijar mi residencia en los es
tados del rey de Portugal; que muchas veces habia disputado con
los hereges en defensa de la religion católica ; que en verdad recor
daba haber hablado con demasiada libertad del tribunal que me juz
gaba y de las personas que lo componian, pero que me sorprendia
que viesen un gran crimen en una cosa que trataron de bagatela
cuando yo quise declararlo bacia mas de año y medio ; y por último,
que respeto al Papa , no recordaba haber hablado de la manera que
se me imputaba en la acusacion; no obstante lo cual, si él tenia á
bien determinar con mas precision el cargo , yo confesaria de buena
fé la verdad .
» Tomó entonces la palabra el inquisidor y me dijo: que me da
ban tiempo para pensar en lo que se referia al Sumo Pontífice; pero
que estaba escandalizado de la impudencia conque aseguraba ha
ber confesado mis ultrajes á la Inquisicion, puesto que él estaba
muy seguro de que yo no habia dicho palabra sobre el asunto , y que
si hubiese dado mi declaracion como suponia, no hubiera permane
cido tanto tiempo encerrado .
» Estaba yo tan seguro de lo que habia dicho y de lo que me res-,
pondieron , y tan fuera de mí al ver como se burlaba de mi buena
fé, que si no me hubieran hecho retirar en el acto despues de fir
mar mi declaracion, acaso no hubiera podido contenerme y hubie
ra dicho al juez lo que se merecia.....
738 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»Tres ó cuatro veces me hicieron comparecer despues ante los


inquisidores, intimándome que confesara las supuestas injurias con
tra el Papa; y el fiscal me leyó una nueva prueba que pretendia
tener contra mí sobre este asunto ; pero que en realidad se reducia
á una repeticion de lo dicho anteriormente. La prueba de que solo
era una invencion para hacerme hablar, es que no quisieron darme
detalles y que no apareció en el proceso que leyeron en público
cuando me sacaron al auto de fé.
»En las dos últimas audiencias, se empeñaron en hacerme con
venir en que habia intentado propagar la heregia, falsedad en que
no pudieron hacerme convenir.
» Durante los meses de noviembre y diciembre escuchaba todas
las mañanas los gritos y lamentos de los que ponian en el tormento,
y despues ví á muchos de los que habian sufrido, que quedaron
extropeados, entre ellos mi primer compañero de prision.
»La Inquisicion no distingue de edad, sexo , ni calidad; con el
mismo rigor trata al hombre robusto que á la tímida doncella: todos
son puestos en el potro casi desnudos. »
La Inquisicion practicaba la igualdad en la crueldad; pero siga
mos hasta el fin el interesante relato de monsieur Dellon , que con
>

tiene curiosas enseñanzas .


CAPITULO VII.

SUNIARIO .

Continua el relato del prisionero de Goa .

1.

Continuemos el relato de Mr. Dellon .


(Acordábame de haber oido decir antes de entrar en los calabozos
del Santo Oficio , que los autos de té se celebraban ordinariamente el
primer domingo de Adviento; porque en dicho dia se lee en la Igle
sia un pasaje del Evangelio, donde se habla deljuicio final, que los
inquisidores pretendian remedar , representándolo á lo vivo. Pero
cuando yo vi que pasaron el primero y segundo domingo de Ad
viento sin novedad , temí que el dia de mi libertad ó de mi suplicio
tardase todavía un año en llegar . Sin embargo, cuando menos lo
esperaba, me encontré en vísperas de salir de la dura cautividad que
sufria hacia mas de dos años.
» Una causa , al parecer insignificante, me reveló la proximidad
del auto de fé. El sábado 11 de enero de 1676 dí la ropa súcia al
guardian, como de costumbre, y se negó á recibirla, lo cual me hi
740 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

zo creer que el auto de fé deberia celebrarse al dia siguiente, y pasé


parte de aquel dia y de la noche en la mayor angustia. Trajéron
me la cena que rehusé, y contra la costumbre, no me forzaron á to
marla, y á poco mas de las once de la noche , los carceleros en
traron con luz , precedidos del alcaide , que me presentó un vestido
compuesto de chaqueta Уy calzones negros con listas blancas, man
dándome vestirme y estar dispuesto para cuando me llamaran.
Confieso que en aquella ocasion no tuve fuerza para levantarme ni
aun para responder, apoderándose de mí un temblor tan violento,
que no pude dominarlo durante mas de una hora. Al fin pude le
vantarme, me arrodillé ante una cruz que yo mismo habia pintado
en la pared y me encomendé à Dios, poniendo mi suerte entre sus
manos .

»A las dos de la mañana volvieron á buscarme , y me conduje


ron á una larga galería, donde encontré alineados contra la pared
una porcion de mis compañeros de infortunios, y despues que yo
ocupé mi puesto entre ellos , todavía trajeron nuevas víctimas. Era
mos mas de doscientos , entre los que no habia mas que doce blan
cos : el silencio y la inmovilidad de tantos infelices eran tales, que
podia tomárseles por estátuas , y como la galería apenas estaba
>

iluminada por algunas lámparas, cuya luz era en estremo lúgubre,


que solo dejaba ver objetos negros y tétricas fisonomías , parecia
que todo aquel aparato tenia solo por objeto celebrar algunos fu
nerales.
« Las mujeres estaban vestidas de la misma tela que nosotros y
ocupaban una galería contigua. En un dormitorio inmediato habia
varias personas que llevaban largos ropones ,, las cuales se paseaban
de tiempo en tiempo. Algunas horas mas tarde supe que en aque
llas habitaciones estaban los que debian ser quemados, y que los
que se paseaban eran sus confesores. Como yo ignoraba esto , te
nia mucho miedo de pertenecer al número de los que debian ser
quemados .....
» En medio de mi inquietud, pensaba que no era posible fuése
mos quemados todos los que estábamos en la galería , y como
nuestros vestidos eran iguales Уy yo sabia que,, segun la penitencia es
el traje, la esperanza alternaba en mi corazon con la desesperacion .
» A cada uno de los que estábamos en la galería nos dieron un
cirio amarillo. Trajeron despues paquetes de hábitos en forma de
dalmáticas ó grandes escapularios de tela amarilla, con cruces en
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 741

carnadas, ladeadas en forma de aspas, llamados sambenitos , con los


cuales salen al auto los condenados por enemigos de la fé de Jesu
cristo .
» Distribuyeron una veintena de ellos a otros tantos negros acu
sados de mágia y á un portugués condenado por el mismo delito, y
como no querian vengarse de mí á medias y querian insultarme
hasta el fin, me obligaron á ponerme un sambenito semejante a los
de los brujos y hereges, aunque yo habia profesado siempre la re
ligion católica , apostólica y romana .
» Mi aprension se aumentó cuando me ví adornado con aquel
mamarracho,al ver que solo eramos veinte y dos , entre mas de dos
cientos, los que merecíamos aquella distincion .
» Trajeron despues cinco bonetes de carton muy altos у rematados
en punta , con muchos diablos y llamas y un letrero que decia : Bru
jo. Estos bonetes se llaman corozas, y los llevan los condenados por
magia, y como estaban juntos á mí los cinco á quienes los dieron,
temí que me regalasen uno, lo que por fortuna no se les ocurrió.
Entonces creí que aquellos cinco infelices debian ser quemados, y
como no estaban mejor instruidos que yo de las fórmulas del santo
Oficio , ellos tambien lo creyeron, pasando las crueles angustias del
hombre que sabe va á morir en una hoguera en el término de bre
ves horas. Cuando todos estuvimos aderezados, nos permitieron
sentarnos en el suelo mientras llegaban nuevas órdenes.
» A las cuatro de la mañana, vinieron los dependientes de la
santa casa acompañados de guardas, y repartieron á todos pan éé
higos, y como yo me negase á tomar mi racion, uno de los guardas
me dijo :
- » Tomad vuestro pan, y si no quereis comerlo, guardarlo, que
no os faltará hambre antes de volver.
» Las palabras de aquel hombre me sirvieron de gran consuelo,
disipando mis temores con la esperanza de volver; y siguiendo su
consejo, guardé el pan en los bolsillos.
» El dia amaneció antes que nos moviesemos de la galería, y pude
observar los semblantes de los condenados , la expresion de ver
güenza de unos , de pena y de temor en otros, la alegría de ver
- concluirse para ellos los horrores de la prision y el temor de lo que
iba a ser de ellos ; porque ninguno conocia su sentencia : todos es
tos y otros sentimientos podian leerse en las fisonomías de mis
compañeros de infortunio.
Tomo I. 96
742 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

» Para despertar al pueblo y llamarlo á presenciar el auto de fé,


triunfo de la Inquisicion , echaron á vuelo la campana grande de
la catedral al salir el sol .
» Hiciéronnos salir uno a uno de la galería ; el inquisidor estaba
sentado á la puerta del gran salon para vernos desfilar; junto á el
estaba de pié un secretario y el salon se hallaba lleno de habitantes
de Goa, cuyos nombres se hallaban en una lista que tenia el secretario
en la mano ; y al pasar ante la puerta cada prisionero , leia un non
bre de la lista y el nombrado se apresuraba á marchar al lado del
condenado , al cual debia servir de padrino en el auto de fé, y de
representante despues de la fiesta, siendo responsable de su ahijado
á la Inquisicion . Los señores inquisidores pretenden hacer un gran
honor a las personas que escogen para este cargo. Yo tuve por pa
drino algeneral de la escuadra portuguesa en las Indias. Sali con
él y cuando estuve en la calle, ví que la procesion empezaba por
los frailes dominicos, privilegio que deben al fundador de su orden
Santo Domingo, que tambien lo fué de la Inquisicion . Iban prece
didos por la bandera del Santo Oficio, en la que se veia la imágen
del fundador y una inscripcion que decia : Justicia y misericordia.
Seguian los penitenciados uno tras de otro con el cirio en la mano
acompañados de sus respectivos padrinos.
» Los menos culpables marchaban los primeros, y yo no debia
pasar por muy inocente, porque iban mas de ciento delante de mí.
Las mujeres iban mezcladas con los hombres. Todos íbamos des
calzos, y como era la primera vez que me sucedia desde que supe
andar У las calles de Goa están muy mal empedradas, los pies se
me ensangrentaron durante la eterna hora que duró la procesion.
» Nos llevaron por las calles y silios principales, donde una abi
garrada multitud se apiñaba por contemplarnos. Al fin , cubiertos
de vergüenza y de confusion y muy fatigados, llegamos a la iglesia
de San Francisco donde de bia representarse el auto de fé. El altar
mayor estaba cubierto de negro , y en seis candelabros de plata lu
cian otros tantos cirios. A la derecha del altar habian colocado una
especie de trono para el inquisidor y sus consejeros y otro á la iz
quierda para el virey y su corte.
»A alguna distancia, frente al altar mayor habia otro altar , en
donde se veian dież misales cubiertos y una especie de tablado cerca
de la puerta con sus bancos correspondientes, donde se sentaban los
criminales y sus padrinos.
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 743

» Tan pronto como estuve sentado , procuré ver el orden con que
marchaban los que venian de tras de mí. Los que llevaban las coro
zas , venian los últimos , y detrás de ellos un gran crucifijo, cuya faz
miraba a los que le precedian. Detrás del crucifijo venian dos per
sonas y cuatro estátuas de tamaño natural, y junto á cada estátua
marchaba un hombre con una caja en la mano, llena de huesos de
las personas que las estátuas representaban. La faz de Cristo diri
gida á los que la preceden; revela la misericordia que han usado
con ellos librándoles de la muerte que habian justamente merecido;
у el mismo crucifijo volviendo la espalda á los que le siguen , indica
que aquellos desgraciados ya no tienen gracia que esperar .
» La manera como estaban vestidos los condenados á muerte no
era menos á propósito para inspirar horror que piedad .
» Lo mismo los condenados vivos que las estátuas de los con
denados muertos llevaban zamarra de tela oscura , en que se veian
pintados diablos, llamas y tizones encendidos, sobre lo cual estaba
representada por detrás y por delante la cabeza del paciente y de
bajo escrito en gruesos caractéres el resúmen de la sentencia con
su nombre, su patria y el crimen por que se les condenaba. En la
cabeza llevaban enormes corozas , cubiertas , como los vestidos , de>

Namas y de diablos .
» Las cajitas en que llevaban los huesos de los hereges muertos
antes ó despues de ser procesados, estaban tambien pintadas de
negro y cubiertas de llamas y diablos. Y aquí es bueno observar
que el Santo Oficio no concreta su jurisdiccion á los vivos , sino
que con frecuencia forma procesos a gente muerta muchos años
antes, en cuyo caso los desentierran , y si son condenados , queman
sus huesos en un auto de fé y confiscan los bienes que poseian en
vida, despojando de ellos á sus actuales poseedores sin mas cere
remonia .
» Yo no digo aqui nada que no viera practicar, porque entre las
estátuas que aparecieron cuando sali de la Inquisicion , habia la de
un hombre muerto hacia ya mucho tiempo, á quien acababan de
procesar y de confiscar los bienes , y cuyos huesos ó acaso los de al
gun otro encerrado en su misma fosa, fueron quemados.
» Cuando todos los condenados entraron y ocuparon sus puestos,
tomó posesion del suyo el inquisidor seguido de sus oficiales, á la
derecha del allar, en tanto que el virey y los suyos se colocaron á
la izquierda. Colocaron el crucifijo en el altar en medio de los seis
744 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

candelabros , y el provincial de los agustinos subió al púlpito y pre


dicó un sermon que duraria media hora .
» A pesar de la turbacion en que se hallaba mi espíritu , no dejé
de prestar atencion al discurso del padre provincial , y me parece
digna de notarse la comparacion que hizo entre la Inquisicion y el
arca de Noé . Así como cuantos entraron en el arca , decia , se salva
ron de perecer en el diluvio , de la misma manera salvan sus almas
de la condenacion eterna los que entran en la Inquisicion ; pero con
una diferencia de los que entran en esta y es , que los que fueron

encerrados en el arca salieron como entraron , mientras que la In


quisicion tenia la admirable propiedad de cambiar de tal suerte á
los que encerraba , que veian á salir dulces y mansos como corde
ros , los que tenian al entrar la crueldad de los lobos y la fiereza de
los leones .
»Concluido el sermon ocuparon sucesivamente el púlpito dos
· relatores que leyeron los procesos y penas impuestas a todos los
condenados, y mientras leian el proceso de cada uno, el alcaide lo
conducia en medio de la galería, donde permanecia de pié frente al
púlpito hasta que concluian de leer su sentencia. Y como se supo
nia que todos los condenados habian incurrido en excomunion ma
yor , despues de la lectura los llevaban al pie del altar, donde esta
ban los misales, les hacian arrodillarse y poner las manos cruzadas
sobre uno de ellos , hasta que habia tantos condenados como misa
les . Entonces suspendia el relator la lectura de los procesos y pro
nunciaba en alta voz una confesion de fé, despues de exhortar li
bremente á los culpables , a repetirla de corazon y de palabra, ter
minado lo cual volvian á sus puestos y continuaba la lectura de los
procesos.
» Cuando me tocó el turno , supe que mi condena se fundaba en
tres cargos : El primero, por haber sostenido la invalidez del bau
tismo Flamini; la segunda, por baber dicho que no debian adorarse
las imágenes y por haber blasfemado de una de Cristo , diciendo de
un crucifijo de marfil que no era mas que un pedazo de marfil,
y por último por haber hablado con desprecio de la Inquisicion
y de sus ministros; pero mas que todo por la mala intencion que
tuve al decir estas cosas, por cuyos crímenes estaba excomulgado;
y para reparacion, confiscaban mis bienes y me arrojaban de las
Indias, condenándome á servir cinco años en las galeras del Rey
además de otras penitencias. De todas estas penas, la que mas we
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 745

desagradó fué la de verme en la necesidad indispensable de aban


donar las Indias , donde me habia propuesto viajar aun largo tiempo.
» Mi pena no era , sin embargo, tan grande que no tuviese alivio
con la esperanza de verme pronto fuera de las garras de la loqui
sicion . Cuando concluyó mi confesion de fé, volví á mi puesto y me
aproveché del consejo que me habia dado el carcelero de guardar el
pan; porque como la ceremonia duró todo el dia, no hubo persona
que no comiese aquel dia dentro de la iglesia .
»Una vez leidos los procesos de todos los que recibian la gracia
de conservar la vida , dejó su puesto el inquisidor y se revistió del
alba y de la estola , y acompañado de una veintena de sacerdotes ,
cada uno de los cuales llevaba una caldereta de agua bendita y un
hisopo en la mano , vino al medio de la iglesia, donde despues de
recitar varias oraciones , fuimos absueltos de la excomunion en que
se suponia habíamos incurrido , mediante algunas gotas de agua
bendita echadas sobre nuestros sambenitos.
» Nopuedo menos de referir aquí una cosa que hará ver hasta
donde llega la supersticion de los portugueses en todo lo que se
refiere á la Inquisicion. Durante la marcha y las ceremonias que
tuvieron lugar en la iglesia , el que me servia de padrino no quiso
responder á mis preguntas y hasta me negó un polvo de tabaco; pero
despues que fui absuelto, me abrazó, dióme tabaco y me dijo que
me reconocia por su hermano.
» Terminada esta ceremonia , volvió el inquisidor á ocupar su
trono y entraron uno detrás de otro los desgraciados condenados á
muerte .
» Habia un hombre, una mujer y las estátuas de cuatro difuntos
con las cajas donde estaban sus huesos . El hombre y la mujer eran
indios, negros y cristianos, acusados de mágia y condenados como
relapsos, aunque en realidad fuesen tan poco mágicos ó hechiceros
como los jueces que los condenaron .
» Dos de las cuatro estátuas representaban dos hombres tenidos
por brujos, y las otras dos , cristianos nuevos que se suponian ju
daizados . Uno de ellos murió en las prisiones del Santo Oficio , y el
otro en su casa bien ageno de que al cabo de mucho tiempo saca
rian sus huesos del cementerio de la parroquia para quemarlos.
Este último dejó una gran fortuna que fué confiscada.
» Leyeron los procesos de aquellos infortunados, que terminaban
todos con estas palabras: Que no pudiendo hacerles gracia el Santo
746 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Oficio á causa de su impenitencia y estando indispensablemente


obligado á castigarlos, segun el rigor de las leyes, los entregaba
al brazo secular para ser quemados.
» Al oir estas últimas palabras, un notario de la justicia ordina
ria se adelantaba para tomar posesion de los infortunados; però
antes recibian un golpecito en el pecho de manos del alcaide del
santo Oficio, en muestra de que este los abandonaba.
»Así se terminó el auto de fé; y en tanto, que aquellos misera
bles fueron conducidos á orillas del rio , donde se reunieron el vi
rey y su estado mayor, y en donde las hogueras en que debian in
molarse estaban preparadas desde el dia anterior , á nosotros nos
condujeron á la Inquisicion acompañados de nuestros padrinos .»
» En cuanto los que debian ser quemados llegaron al sitio donde
los esperaban los jueces seculares, les preguntaron en qué religion
querian morir, sin informarse de sus procesos que suponen perfec
tamente formados y ellos bien condenados, porque no es permitido
dudar de la infalibilidad de la Inquisicion . Los que responden que
quieren morir como cristianos, son amarrados a la estaca, en cuyo
alrededor han amontonado la leña que ha de quemarlos, y los es
trangulan antes de pegarles fuego : los que persisten en sus errores
son quemados vivos .
»Al dia siguiente de la ejecucion llevan a la iglesia de los do
minicos los retratos de los que murieron y los colocan en la fa
chada y en otros sitios , pintando al rededor tizones y llamas, sus
nombressyy los de sus padres y país, el crimen por que fueron con
denados y la fecha de la ejecucion.
»Si la persona quemada incurrió dos veces en el mismo crímen ,
escriben debajo del retrato: Murió quemado por herege relapso. Si
no fué acusado mas que una vez y persistió en su error, escriben
estas palabras: por herege contumaz, y si murió convicto , pero no
confeso, el letrero dice : murió quemado por herege negativo; pu
diendo asegurarse que,, de cien negativos, hay noventa y nueve que
no solo son inocentes del crimen que niegan, sino que tienen, ade
más de la inocencia, el raro mérito de preferir la muerte á mentir ,
confesándose culpables de crímenes que no cometieron.
» Todos estos retratos, llamas y letreros llenan las paredes de la
iglesia , y se consideran como ilustres trofeos consagrados á la gloria
de la Inquisicion . En la iglesia de los dominicos de Lisboa se cuen
tan estas tristes pinturas por centenares.
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 747

»Estaba tan fatigado y abatido á mi vuelta del auto de fé, que


no tenia menos prisa para entrar á descansar en mi prision, que la
que tuve antes por salir. Mi padrino me acompañó hasta la sala ; y
habiéndome llevado el alcaide à la galería , yo mismo me encer
ré en micalabozo, mientras él conducia á los otros á los suyos res
pectivos .
» Arrojéme en el lecho esperando la cena, que se compuso de pan
é higos, y dormí mucho mejor que las noches precedentes; pero en
cuanto asomó el dia , desperté esperando con impaciencia lo que ha
rian de mí.
»A las seis de la mañana se presentó el alcaide á pedirme la cha
queta y los calzones que llevé al auto de fé: yo quise tambien darle
el sambenito, pero go quiso recibirlo, diciéndome que era mi vestido
de gala, que debia usar los domingos y fiestas de guardar durante el
tiempo de mi penitencia.
» Trajéronme el almuerzo á las siete, advirtiéndome que hiciese
un paquete de mis efectos y estuviese pronto á salir cuando me lla
máran. Obedeci esla órden con toda la diligencia posible, y á las
nueve un guardian me abrió la puerta y me mandó cargar con mis
bártulos a la espalda, y lo segui al salon donde ya estaban reuni
dos la mayor parte de los presos. Poco despues entraron veinte
que faltaban y que venian de recibir en las calles de la ciudad, no
sé cuantos azotes de manos de el verdugo.
» Entró luego el inquisidor y todos nos arrodillamos al pasar jun
to á nosotros echándonos bendiciones. Ordenaron á los negros que
no tenian equipajes ó que tenian muy poco, que cargasen con los
de los blancos . Los prisioneros que no eran cristianos fueron en
viados al momento á sus respectivos destinos, unos expatriados,
otros á galeras y los demás á trabajar en los polvorines; y á los
que eran cristianos, sin distincion de color, los condujeron á una ca
sa alquilada á propósito en la ciudad para instruirlos durante algun
tiempo.
Las salas y galerías fueron destinadas para que durmieran
los negros , y á los blancos nos dieron habitaciones separadas. De
dia podiamos recorrer toda la casa v recibir visitas : de noche nos
encerraban en nuestros respectivas habitaciones. Todos los dias ha
bia leccion de catecismo y se celebraba misa á que todos asistia
mos , lo mismo que aá las oraciones que tenian lugar por la mañana
y por la noche .
748 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

»Mientraspermanecí en aquella casa , que podria llamar prision,


me visitó con frecuencia un fraile dominico antiguo amigo que co
nocí en Doman, donde habia sido prior. Este buen padre, agoviado
de achaques y de años , se hizo conducir en un palanquin en cuanto
supo mi libertad . Lloró mis desastres abrazándome tiernamente,
manifestándome que habia temido mucho por mí, yy que habia pre
guntado por el estado de mi salud y de mis asuntos al padre pro
curador de los presos , que era su amigo y de su misma órden , y
que sin embargo, habia pasado mucho tiempo antes de obtener una
respuesta reducida á decirle que estaba vivo . De mucho consuelo
fueron para mí las visitas de aquel buen religioso , que me instó á
volver a las Indias en cuanto estuviese en libertad, y además de con
suelos, me mandó provisiones para el viaje .
» Permanecimos en aquella reclusion hasta el 23 de enero , en
»

cuyo dia nos hicieron de nuevo comparecer en la sala de la Inqui


sicion para recibir de manos del inquisidor un papel conte
niendo las penitencias que habia tenido á bien imponernos, conclu
yendo la ceremonia por hacernos arrodillar unos tras otros y jurar
con las manos puestas sobre los evangelios el mas inviolable secre
to sobre cuanto habia pasado ó hubiésemos oido durante nuestra
prision .
»Héaquí las penitencias contenidas en el documento que recibi
de manos del inquisidor:
» En los tres próximos años confesará y comulgará todos los me
ses , y en los dos siguientes , en las fiestas de pascua de Pentecos
tés , de Navidad y de la Asuncion de Nuestra Señora .
»Oirá misa y sermon los domingos y fiestas , si tiene oportunidad
para ello .
»Recitará durante los dichos tres años,, cinco veces cada dia, el
Padre nuestro y el Ave María, en honor de las cinco llagas de Nues
tro Señor Jesucristo .
»No tendrá amistad ni comercio alguno particular con hereges
ni personas cuya fé sea sospechosa, que puedan perjudicar áá su sal
vacion .
» Guardará exactamente el secreto ó secretos sobre todo lo que
ha visto, dicho ú oido , ó que se ha tratado con él , tanto en la Me
sa , como en los demás lugares del Santo Oficio .»
Esta verídica relacion no necesita comentarios. Relato minucioso
de una víctima inocente, es la mejor prueba de la inseguridad en
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 749

que estaban la libertad y la vida de los hombres en los paises don


de imperaba el odioso tribunal que tanto daño ha causado á la re
ligion cristiana y al progreso de los pueblos condenados á vegetar
bajo su yugo. Y a pesar de que la sociedad contemporánea está
bastante lejos todavía de practicar los principios de justicia que
proclama el respeto a la conciencia humana , creemos nuestra
suerte muy feliz si la comparamos con la de nuestros padres.

Томо І. 97.
CAPÍTULO VIII.

SUMARIO.

El mejicano don Estevan de Jerez . - Su prision en , el Santo Oficio . - El negro


Zamora .- Intervencion del cónsul francés -Zamora salva ingeniosamen .
te á su amo. - Evasion y muerte de don Estevan . - El jesuita Malagrida.
Sus famosas obras, y piadosos consejs. - Condénale la Inquisicion por
herege .-Sentencia y muerte del padre Malagrida en la hoguera.--Abolicion
de la Inquisicion en Portugal.

I.

En 1702 , llegó á Lisboa, desde Méjico, un rico comerciante lla


mado don Estevan de Jerez , de paso para España. Llevaba consi
go grandes riquezas, y el posadero en cuya casa se apeó. deslum
brado, concibió el proyecto de apoderarse de ellas . La cosa no era
difícil . Ir á la inquisicion a delatarlo, diciendo que le habia oido pro
posiciones heréticas , que no habia visitado las iglesias desde su lle
gada á Lisboa , y otras picardías semejantes, era mas de lo que se ne
cesitaba para que el Santo Oficio se apoderan de su persona . A ma
yor abundamiento el posadero tenia un hijo digno de su padre que
habia estado en América , y que podia delatarlo de toda clase de he
regías practicadas en lejanas tierras . Puestos de acuerdo, convinie
ron en que , en el momento en que uno haria la delacion , el otro
ocultaria la mayor parte posible de los baules y cajas llenas de me
tales preciosos que don Estevan habia traido, y lo hicieron como lo
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 751

pensaron. Al dia siguiente de haber sido denunciado fué preso al


bajar de un coche para entrar en la posada.
Los inquisidores confiscaron lo que de las riquezas de su victi
ma no habia tenido tiempo de ocultar el posadero , y solamente se
>

escapó de la confiscacion un cofrecito lleno de piedras preciosas y


de letras y billetes , que un joven negro llamado Zamora , criado del
preso, pudo poner á buen recaudo, huyendo con él al barrio de la
ciudad opuesto al en que habian preso á su amo .
Acordándose el negro de haber visto á este visitar al cónsul fran
cés, corrió a su casa , refirióle lo ocurrido, y le entregó en depósito
la caja, diciéndole , que él estaba resuelto á no abandonar á su se
ñor en tal desgracia. El cónsul preguntó cual podia ser la causa
de su prision , y Zamora le manifestó sus sospechas sobre el amo de
7

la posada y su hijo , con lo que estaba el negro en lo cierto .

II .

Don Estévan habia asegurado su fortuna en una compañía de


seguros de Burdeos, de la que el cónsul tenia poderes, y se presen
tó en la posada en el momento en que los familiares del Santo Ofi
cio hacian el inventario de lo que encontraron en la cámara del
supuesto herege , y en nombre de los intereses de la compañía de
seguros, mandó registrar la casa para recojer todo lo que pertene
ciera al preso, sobre lo cual tenia derechos anteriores , y que sus
sellos fuesen puestos sobre los que la Inquisicion pusiera , guar
>

dándose todo de este modo hasta el fin del proceso.


El posadero, que sabia que la Inquisicion no se chanceaba con
los que ocullaban algo de lo que ella pudiese apropiarse, se apre
suró á presentar las cajas y cofres ocultados, diciendo , que eran
tantos los que aquel señor habia traido , que habia sido necesario
meterlos por todos los rincones de la casa .

II .

No conocemos los detalles del proceso de don Estevan ; pero, se


gun relacion del cónsul francés, Zamora, introduciéndose hábilmen .
te en casa del inquisidor general, le hizo creer que no estaba bau
752 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tizado, y que su amo le habia prometido hacerlo bautizar cuando


llegasen a Europa, y que habiendo sido preso , él habia pensado,
que nada le estaria mejor que ponerse en manos del señor inquisi
dor , que no podia menos de ser un santo varon . Ganó con esto su
confianza, y además con darle para que las guardára cincuenta
onzas de oro , que el cónsul con quien estaba de acuerdo , le habia
dado al efecto .
Entró á su servicio , despues fué empleado en las cárceles del
Santo Oficio y logró facilitar á su amo los medios de escaparse y
de buscar un refugio secretamente en la casa del consul ; pero la
prision y los tormentos y violentas emociones por que habia pasado
le habian puesto en estado tal , que murió a los pocos dias У fué
enterrado con el mayor sigilo en la misma casa del consulado , donde
el negro Zamora estuvo oculto , hasta que pudo embarcarse para
Francia sano y salvo .
Los inquisidores creyeron siempre que su víctima se habia fuga
do en compañía del negro..
La historia no nos dice lo que fué de los bienes del difunto , do
blemente embargados por la Inquisicion de Lisboa y por el consul
francés .
Esta sucinta y verídica historia, bastaria para probar, á falta de
otras, hasta que punlo el tribunal de la Inquisicion era un peli
gro para la hacienda y la vida de las personas mas pacíficas é ino
centes.

IV .

Por causas políticas fueron perseguidos y expulsados los jesuitas


de las naciones católicas de Europa y la Compañía de Jesus ex
tinguida por el Papa , como veremos en otro libro de esta historia;
los de Portugal no fueron escepcion de esta regla: pero mezclán
dolos con causa de beregía, como hallamos en la persecucion del
jesuita Malagrida que lo llevó a los calabozos de la Inquisicion y
mas tarde á la hoguera en 21 de setiembre de 1761 .
Parece, segun cuenta Santeüil en su Historia de Portugal, que
este desdichado jesuita era confesor del duque de Aveiro y de va
rios miembros de la familia de Tavora, comprometidos en una cons
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 753

piracion para asesinar al Rey, y que estos señores le consultaron so


bre si era pecado matar al soberano. El confesor, que debia profesar
sobre este delicado asunto las opiniones de nuestro historiador el
jesuita Mariana, les respondió que, matar al Rey , si ellos lo consi
deraban enemigo de la fé, era permitido .
Este buen jesuita era un pobre viejo de setenta y dos años de
edad , que pasó su vida escribiendo malos libros, y aun haciendo
milagros en sus ratos de ócio, segun él pretendia , y otros tales
como él .
Los inquisidores examinaron sus obras , entre las que se contaba
un tratado sobre la vida del Anticristo : otro se titulaba Vida herói
ca y admirable de la gloriosísima Santa Ana , madre de la Santa Vir
gen María y de su Santísimo Hijo.
En la primera de estas dos obras decia el padre Malagrida , que
el Anticristo naceria en 1920 , del comercio incestuoso de un fraile
У de una monja ; que seria bautizado , y que llegaria á ser esposo
de Proserpina .
A pesar de la supuesta colaboracion de Cristo y de la Santa Vír
gen , la vida de Santa Ana no era menos extravagante , ó lo era mu
cho mas que la vida del Anticristo .
Entre otras lindezas, decia las siguientes :
« Santa Ana fué santificada en el vientre de su madre , de la mis
ma manera que la Vírgen fué santificada en el de Santa Ana ; pri
vilegio que solo á ellas fué concedido.
» Santa Ana , estando todavía en el vientre de su madre, concibió el
piadoso designio de consagrarse á Dios, y con el fin de que nadie lo
adivinase y hubiese celos, hizo al Padre voto de pobreza, al Hijo voto
de obediencia y al Espíritu Santo voto de castidad .
»Cuando le llegó el turno de estar preñada, Santa Ana oyó dis
tintamente que la hija que debia parir le dirigia el siguiente discurso
milagroso : Consolaos, querida madre, porque el Señor os ha he
cho gracia. Cuando me hayais parido, me dareis el nombre de Ma
ría . El espíritu del Señor reposará sobre mí, y me cubrirá con
su sombra, y yo concebiré en mí al Allísimo, que salvará al pue
blo de la esclavitud del pecado.»
754 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

V.

Ni en la prision , ni en las audiencias con sus jueces quiso retrac


tarse el padre Malagrida de estas cosazas y de otras semejantes,
contenidas en sus libros; porque decia , que eran dictadas y escritas
bajo la inspiracion de Cristo y de su Madre.
Ese fanatismo habia trastornado aquella pobre cabeza .

VI .

Durante su proceso oyó un dia en su encierro tocar á muerto las


campanas, y hacer salvas la artillería de los castillos de la plaza, é
imaginándose que aquellos lúgubres honores no podian otorgarse
mas que á la muerte del Rey, pidió audiencia á sus jueces y les di
jo : « que venia de parte de Dios para probarles que no era un fal
so profeta, puesto que la muerte del Rey le habia sido revelada, y
que él habia visto en un sueño las penas que el rey José sufria en
el infierno, por haber perseguido á los jesuitas. »
Las honras fúnebres, cuyos ecos llegaron al oido del jesuita pro
feta, eran por la muerte del gobernador de Estremadura marqués
de Teneos .
Despues refirió otras visiones y conversaciones que habia tenido
con la Virgen y los apóstoles.
Los inquisidores lo condenaron de impostura y de heregía, y sin
referirse en lo mas mínimo al atentado contra la vida del Rey, die
ron la siguiente sentencia :
« Que seria depuesto y degradado de sus órdenes, segun las dis
posiciones y las órdenes prescritas por los santos cánones, y entre
gado con coroza , sambenito y cartel de heresiarca al brazo se
>

cular . »
En 20 de setiembre de 1761 , el tribunal llamado de la Relacion
confirmó esta sentencia , condenándolo:
« A ser entregado al ejecutor de la álta justicia , yy conducido con
la cuerda al cuello por las calles principales de Lisboa, por la plaza
del Rocio para ser ahorcado, hasta que fuese muerto, y su cadáver
LA INQUISICION EN PORTUGAL . 755

arrojado al fuego , y reducido á cenizas , á fin de que nada quede de


él ni de su sepultura .»
Si las ideas del fanático Malagrida eran heréticas, ¿no hubiera
bastado con enseñarle otras, con amonestarlo, y en último recurso ,
con separarlo de la comunion calólica ?
Su ancianidad no le libró de las garras de sus enemigos , que no
eran menos fanáticos que él . El habia considerado cristiano que no
se debia negar la absolucion a los asesinos de los reyes, y sus ver
dugos encontraron cristiano tambien el arrancar la vida á un hom
bre de setenta y dos años , porque creia de buena fé que Santa Ana
у la Virgen , su hija , hablaron desde el vientre de sus madres res
pectivas .
¿Quién habia de decir á los jesuitas, ayudantes desde su origen
los mas eficaces de la Inquisicion , que llegaria un tiempo en que
serian sus víctimas?

VII .

En Portugal , como en España, la mas refractaria de todas las


naciones católicas á las ideas de tolerancia , como tendremos en otros
libros ocasion de ver , los furores y las iniquidades de las persecu
ciones inquisitoriales fueron gradualmente menguando en la segun
da mitad del siglo xviii , llamado de la filosofía y de la tolerancia .
Los autos de fé fueron menos frecuentes y los inquisidores estuvie
ron mas sometidos al poder civil, y por último de religiosa que
era , la Inquisicion se convirtió en política , sirviendo de instrumento
de opresion contra los ciudadanos, como lo habia sido antes contra
la heregía .
El tribunal de la Inquisicion, cuya existencia no podia compren
derse en el siglo xix , fué abolido en Italia, España y Portugal, por
el decreto siguiente :
« Napoleon , emperador de los franceses , rey de Italia, protector
de la federacion del Rhin , decreta :
Artículo 1. El tribunal de la Inquisicion queda abolido, como
atentatorio á la soberanía y á la autoridad civil .
0

Artículo 2. Los bienes pertenecientes á la Inquisicion serán


secuestrados y reunidos al servicio de España, para servir de ga
rantia á los vales y á todos los demas efectos de la deuda pública .»
756 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Este decreto fué expedido en Chamartin, cerca de Madrid, el 21


de diciembre de 1808 .
Solo en Portugal quedó en adelante abolida la Inquisicion . En
Roma subsiste todavía , y en España no desapareció hasta que, ha
ciéndose el pueblo justicia por sí mismo, la destruyó en todas las
ciudades del reino en 1820 , como tendremos ocasion de ver en otro
libro .
LIBRO UNDÉCIMO.

LOS FLAGELANTES ,
FRAILECILLOS , DULCINISTAS Y OTROS SECTARIOS .

1218-1 * 12 .

Tomo I. 98
.
LIBRO UNDÉCIMO .
Dra

LOS FLAGELANTES,
FRAILECILLOS, DULCINISTAS Y OTROS SECTARIOS.
124841442 .

CAPITULO PRIMERO .

SUMARIO .

Penitencias extravagantes . - Procesiones de hombres desnudos. - Ley bárba


ra del país de Gales . - Romerias escandalosas .-Origen de la flagelacion ó
azotamiento . - Flagelantes en Alemania . - La flagelacion se propaga por Ita
lia .-El papa Clemente IV manda quemur á los flagelantes . - Mueren mu
chos en la hoguera . - Los peregrinos blancos . - Congregaciones de azota
dores en Florencia . - La flagelacion , sancionada por el Papa, subsiste aun
en nuestros dias.

I.

El ſervor religioso habia llegado en la Edad media á tal grado de


exallacion , que los papas mismos eran acusados por los mas ar
dientes devotos de poco católicos. La Santa Sede condenó algunas
fervientes prácticas que se oponian á su autoridad, adoptando otras
que han sido mas tarde consideradas por los mismos católicos por
tan absurdas y extravagantes como las condenadas entonces .
Tales eran las penitencias procesionales que la Iglesia autorizaba
ó prescribia, á condicion de que no fuesen practicadas nunca sin el
consentimiento de los superiores eclesiásticos . Impuso además la
Iglesia, entre otras muchas, una penitencia al que maltratase á un
760 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

clérigo, la cual consistía en la asistencia del culpable áá una proce


sion religiosa , desnudo , sin calzado y azotado durante la ceremo
nia. La mujer, noble ó villana , que hiciese algun mal á la Iglesia en
sus bienes , sufria la misma pena y del mismo modo. Algunas ve
ces el penitente ó la penitente eran azotados por los sacerdotes en
el interior de las iglesias .
Celebrábanse además procesiones para obtener la cesasion de las
calamidades que se creian próximas , y votos para hacerse dignos
de los favores que se deseaba obtener del cielo .
De esta clase era el voto de ir á visitar las reliquias de Santo
Domingo con los pies descalzos y sin camisa ; y la procesion en que
tomaban parte los habitantes de los campos para que la cosecha
fuese buena, y en que los hombres iban enteramente desnudos, y las
mujeres vestidas , pero descalzas .
Semejantes procesiones, votos y penitencias públicas, que la
Iglesia ordenaba ó consentia, tenian por objeto mantener el fervor
>

religioso de los católicos, y estaban muy conformes con las doctrinas


de la misma.
Segun hemos visto en otros libros de esta obra, las prácticas re
ligiosas introducíanse en casi todas las disposiciones legislativas, su
jetando á los fieles á formalidades del género de las procesiones de
que acabamos de hablar . Entre las disposiciones de esta clase, me
rece citarse la ley bretona , del país de Gales , que obligaba á la
mujer que iba a quejarse á los tribunales de haber sido violada, á
jurar por los santas reliquias , que el hecho negado por el acusado y
del cual ella no podia suministrar pruebas , era cierto.
Las romerías ó peregrinaciones á ermitas, monasterios y otros
lugares sagrados, fué una de las prácticas mas recomendadas por
la Iglesia romana. Las consecuencias que produjeron estos actos de
devocion, fueron no obstante muchas veces el desórden y la desmo
ralizacion. En el domingo Oculi de los sermones conocidos con el
título de Dormi secure, impresos en Colonia en 1625 , se lee :
« Muchas jóvenes van vírgenes á Santiago de Compostela y vuel
ven cortesanas. Esto se vió claramente el año del jubileo : los pe
regrinos y las peregrinas que iban á Roma, se acostaban juntos so
bre la paja: hay tambien memoria de las dos viudas de Valencia ,
que hicieron la romería de Santiago . »
LOS FLAGELANTES . 761

II .

De estas prácticas y penitencias extraordinarias fueron resultado


natural los hereges , llamados flagelantes ó azotadores, cuyo error
consistia , segun la Iglesia ,en considerar como eficaz para el perdon
de los pecados la penitencia de los azotes, con preferencia á otras
prácticas . Tuvieron su origen los flagelantes, segun Thierri ó Teodo
rico Denien, en unos impostores escoceses que poscian el arte de ha
cer sudar y llorar á los crucifijos y de hacerles arrojar sangre para
engañar al pueblo, y añaden que uno de ellos decia ser el profeta
Elías , y anunciaba el fin del mundo, con objeto de animar la su
persticion y excitar el miedo. »
« Por la noche, continua Teodorico, los desórdenes mas espanto
sos se cometian en las iglesias, donde los penitentes se acostaban
todos revueltos, hombres, mujeres y muchachas, como uno de ellos ,
preso en Aquapendente, confesó antes de ir al suplicio .)>

La penitencia de la flagelacion fué introducida en Europa hácia


mediados del siglo xii; aunque ya, dos siglos antes, habia sido san
tificada esta práctica por Domingo el Coracero y Pedro Damien .
No siempre se habian contentado con aporrearse á si propios por
el espíritu de penitencia y maceracion, sino que habian creido que
abrian el camino del cielo á sus prójimos aporrcándoles á su sabor.
Vicente de Beuavais refiere, que á fines del siglo x , los maestros
de escuela del monasterio de Glascou, ó Glastembury, azotaban pe
riódicamente a todos sus discípulos el quinto dia antes de Navidad,
no para castigarlos de ninguna falta, dice Banisais, sino por peni
tencia que estaba en uso . Fué necesario un milagro de San Dums
tan para hacer á aquellos frailes mas humanos.
El año de 1218 viéronse ya algunos de estos azotadores en Ale
mania , Lorena, Flandes, y en el Hainaut.
« En aquel mismo año , dice la Crónica de Saint- Thiebaut, fueron
los aporreadores por todo el mundo .

II .

Iban de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo procesional


762 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

mente , de dos en dos , desnudos hasta la cintura , y algunas veces


enteramente desnudos , orando, recitando salmos y azotándose casi
sin descanso , para obedecer á una carta llegada, segun decian ellos,
del cielo , y llevada por un ángel á la iglesia de San Pedro en Ro
ma, en la cual leíase que Jesucristo, muy irritado contra los hom
bres , habia cedido á los ruegos de la Virgen su madre y de los San
tos , y habia perdonado á los pecadores, con la precisa condicion
de que habian de azotarse, cada cual fuera de su casa , por espacio
de treinta y tres dias y doce horas : la milagrosa carta era leida en
público á los concurrentes despues de cada operacion , y servia efi
cazmente para aumentar la banda de azotadores, conforme iba dis
minuyéndose por la salida de los que habian llegado al término de
su voluntaria expiacion . Esceptuando esta extraña manía de des
garrarse la piel y ensangrentarse las carnes por calles y campos, no
hallamos en los escritos de los autores contemporáneos ninguna
prueba de que los flagelantes hubiesen adoptado error ni doctrina
contraria al dogma de la Iglesia católica, áa pesar de que estos auto
res los baulizan casi todos con los epitetos de hereges, endemoniu
dos, etc.
Para que no se crea que ocultamos ó desnaturalizamos los
hechos , copiaremos las mismas palabras del fraile de Santa Justina
de Padua, cuya crónica fué publicada por Cristian de Ursituis en
1585. He aquí como describe lo sucedido en Bolonia y en los paí
ses circunvecinos hacia el año 1260 :
»Cuando toda Italia , dice , estaba sumergida en toda clase de vi
cios y de crímenes, presentóse una supersticion nunca oida entre
los perusinos, luego entre los romanos y de aquí esparcióse por
toda la Italia : hombres, mujeres y hasta los niños de cinco años iban
por las calles de la ciudad completamente desnudos , á escepcion de
las partes naturales , que cubrian, y sin sufrir ninguna vergüenza,
marchaban de este modo en procesion , llevando cada uno sus disci
plinas de correas en la mano y azotándose las espaldas , hasta que
salia sangre... Por la noche iban con cirios encendidos durante los
frios mas rigurosos del invierno , llevando cruces y con sacerdotes
á la cabeza, y así iban a visitar las iglesias y se prosternaban ante
>

los altares... Hasta las mujeres mas delicadas, las mas nobles ma
tronas sigui eron esta devocion extraordinaria... Entonces casi todos
los que tenian alguna enemistad entre sí se hacian amigos, los
usureros yy los ladrones apresurábanse á restituir los bienes usur
LOS FLAGELANTES . 763

pados; todos los que estaban manchados de algun crímen iban á


confesar humildemente sus pecados...)
Como se ve por estas palabras , aquellos fanáticos penitentes no
hacian daño á nadie mas que á sus costillas; respetaban y seguian
los dogmas de la Iglesia, y predicaban las prácticas de la virtud y
de la abstinencia .

IV .

Conformándose el rey de Francia con la opinion de sus teólogos ,


que habian consultado al papa Clemente VI , no permitió que los
>

flagelantes entrasen en Paris y se diesen en espectáculo al pueblo


de la capital. El Papa mismo condenólos formalmente, y dió órden á
Baudouin, arzobispo de Tréveris de que tratase de descubrirlos y los
castigase si se obstinaban . Este prelado, sin duda por no perder
el tiempo inútilmente en ensayos de conversiones que él creia im
posibles , persiguió á los azotadores con extraordinario encarniza
miento y crueldad .
Calmet, de quien tomamos los principales detalles de esta perse
cucion, advierte prudentemente á sus lectores que no deben con
fundirse los azotadores condenados por la Santa Sede , con los que
andando el tiempo se establecieron con su permiso y bajo su pro
teccion . Tanto mérito tienen los últimos en azotarse , como culpa
los otros por practicar igual ejercicio de devocion sin autorizacion
del Papa .

V.

Dada por Roma la señal de la persecucion , los actos crueles del


arzobispo de Tréveris se reprodujeron en diversos puntos. Doscientos
flagelantes llegaron á Spira en Suavia; hombres, mujeres, ancia
nos , niños , nobles , villanos, sabios , ignorantes, todos daban gritos
y lloraban , oraban por sí propios, sus bienhechores y sus enemi
gos y se azotaban públicamente .
« Aquella devocion errónea y herética , exclama un autor contem
poráneo , dió la vuelta por Alemania, Hungría y hasta Polonia.
Pero no se tardó mucho en poner coto á locura tan presuntuosa ,
764 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

quemando a los que se habian azotado , conforme autorizacion con


cedida por el papa Clemente VI á los principes y á los magis
trados. »

VI .

De las naciones del norte , pasó la heregía de la flagelacion á di


versas provincias de Italia, segun ya hemos visto. Son varias las
opiniones de los historiadores de este pais, sobre los primeros fla
gelantes que se establecieron en él , y aun hay quien pretende que
un ermitaño de Perusa se alababa de haber tenido revelaciones di
vinas, y formado antes que nadie el proyecto de esparcir por el
mundo las devotas prácticas del azolamiento ; mientras que no fal
taban farsantes que aseguraban que fué un niño en la cuna el que
predicó milagrosamente la susodicha penitencia á los perusinos.
Sea como fuere, no tardó mucho en verse á lodo el pueblo de Pe
rusa, hombres , mujeres y niños, con las espaldas al aire y la cabeza
cubierta trasladarse en masa á Spoleto disciplinarse con riguroso
fervor gritando misericordia y rogando a la Virgen que interce
diese por los pecadores con su santísimo hijo . Los habitantes de
Spoleto trasladáronse de la misma manera á la ciudad cercana; y
en un instante Italia entera no fué mas que una gran procesion de
flagelantes que , en número de quince á veinte mil, iban de un punto
á otro, lanzando agudos gritos y lastimeros gemidos .
« Los buenos políticos de aquella época , dice un historiador mo
derno , principalmente los Della-Torre, de Milan y Manfredi, rey de
Nápoles apresuráronse á prohibir la entrada en sus estados á los
penitentes , por temor de que anduviese oculta alguna innovacion
>

peligrosa para ellos bajo aquel exterior de piedad y de macera


cion . »
Habiendo pasado los devotos azotadores de Italia á Provenza , Fe
lipe IV de Valois mandó castigar la flagelacion con la pena de
muer te ; y los prelados católicos se dieron prisa en condenar aque
lla gran efervescencia de devocion, sin dar mas razones en apoyo
de su condena que el no hallarse aprobadas aquellas prácticas por
la Santa Sede .
LOS FLAGELANTES . 765

VII .

A pesar de tan encarnizada persecucion, ó mejor dicho, á


causa de ella , lo mismo que hemos ya observado en la historia
de las diferentes heregías, renováronse las devotas peregrinacio
nes cerca del año de 1389. Los peregrinos que entonces las pu
sieron en uso vistiéronse todos de blanco , y desde la Proven
za hasta los confines de Italia , empezaron sus correrías con tal
ardor , que se contaron hasta veinte y cinco mil modeneses que ,
guiados por su pastor, trasladáronse á Bolonia ; y de cuarenta mil
florentinos que habian emprendido la penitencia, mas de veinte mil ,
con el obispo de Fiesola á la cabeza llegaron hasta el confin de la
peninsula vestidos todos con el traje que llevamos dicho ; por lo
que fueron llamados penitentes blancos.
Aunque se contaban muchos y extraordinarios milagros obrados
por intercesion de aquellos pacilicos yУ devotos peregrinos; aunque
se aseguraba que algunos muertos habian resucitado por hacer
honor á los blancos penitentes, el duque de Milan les negó el paso
de sus fronteras, y el senado de Venecia mandó arrojar ignomi
niosamente a los que se babian introducido en territorio de la re
pública.
Pero la crueldad que no habian empleado estos príncipes por
considerar á los penitentes como personas fanáticas é inofensivas,
llevóla el pontilice romano hasta el último extremo, segun vemos en
la biografía de Bonifacio IX , escrita por Bartolomé Platina . Dice
este historiador que el año de 1400 prohibió el papa Bonifacio IX
la entrada en Roma de los penitentes blancos, y aun hizo prender
y quemar gran número de ellos con su jefe en Vilerto . Acto que
el biógrafo y apologista de aquel Papa está muy lejos de aprobar,
puesto que deja al lector en la incertidumbre de si el suplicio del
sacerdote director de los blancos fué el castigo de sus crímenes,
ó si Bonifacio lo hizo quemar por envidia de su virtud , y por te
mor de que le suplantase en la dignidad de pontifice supremo.

Tomo I. 99
766 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.

VIII .

¡ De cuán poco sirvieron estas violentas é injustas persecuciones


cometidas en nombre de la religion católica , contra fervorosos cre
yentes que no habian hecho sino poner en práctica con la mejor
buena fé los principios del catolicismo!
En Florencia fueron los scopatori ó penitentes blancos el plantel
de un sin número de congregaciones religiosas que se establecie
ron sucesivamente en aquel pais . Reuniánse algunas de ellas por
la noche , y las llamaban buche (agujeros) á causa de los lugares
subterráneos en que se celebraban sus reuniones .
En 1419 creyendo la república estas asociaciones, en parte se
cretas , peligrosas para su existencia, suprimiólas á escepcion del
agujero ó cueva de San Gerónimo . No tardaron en volverse á abrir
por la devocion de los hermanos ; pero fueron nuevamente cerra
das de orden del papa Clemente VII y de Cárlos V. Léese en un an
tiguo manuscrito que en 1630 habia en Florencia ciento cuarenta
y nueve congregaciones religiosas legas.
¡Ejemplo elocuente de la esterilidad de las persecuciones!

IX .

La corte romana , que en uso de su derecho de hacer y deshacer en


7

la Iglesia católica , excomulgó á los flagetantes ó azotadores, y hasta


quemó muchos de ellos , segun en otro lugar hemos visto , no tuvo
reparo , además de establecer ó consentir congregaciones legas de
penitentes que se azotaban á su sabor, en aprobar mas tarde la re
forma de casi todas las reglas de las comunidades religiosas , por
las cuales se autorizaba á frailes y monjas para que se desgarrasen
las carnes del modo que mejor les pareciese con bergajos, correas,
ó cuerdas con nudos , dando lugar este poco agradable ejercicio á la
clasificacion de disciplina de arriba y disciplina de abajo , segun la
parte del cuerpo que sufria el devoto vapuleo. Hoy mismo existen
en España conventos de monjas, en donde la regla permite a las
buenas madres azotarse con bergajos ó cuerdas, dentro ó fuera de
sus celdas, y aplicando el piadoso azotamiento á aquella parle de
LOS FLAGELANTES . 767

sus cuerpos que crean mas propia para el caso ; y subsiste aun ,
(lo que quizás ignoran nuestros lectores) en la corte y otras ciuda
des de España , la congregacion seglar llamada hermandad de la
cueva , establecida en ciertos subterráneos á donde van los fieles á
descargarse fuertes y no pocos latiga zos.. Pero preguntamos ahora,
į valia la pena de haber perseguido con tan odiosa inhumanidad á
los llamados hereges flagelantes , para venir algunos años mas tarde
á consagrar y establecer como buena la doctrina que ellos profe
saban ?
CAPITULO II.

SUMARIO .

Frailecillos, beguinos y degardos . - Persecucion contra los frailecillos . - Rati


ranse i Sicilia . - Los beguinos se crean un papa . - Los huesos de este para
son quemados por Juan XXII .- Los frailecillos divididos en dus sectas.
Varios de ellos son entregados al verdugo . - Toda la orden de San Fran .
cisco se declara por la pobreza absoluta de Jesucristo , en contra de
Juan XXII .-El Papa y los frailes se condenan recíprocarente - Luis de
Baviera se aprovecha de esta disension para operar un cisma . - El jefe de
los nominalistas . - Guillelmina .

1.

Los fratricelli (frailecillos) ó hermanos de la vida pobre, los


bizzochi, bichini, pinzocheri ó pinzocari, los beguinos y beguinas y
los begardos , eran frailes menores ó religiosas de la órden tercera
de San Francisco, aprobada por el papa Nicolás IV , en 1280. Des..
>

pues de haberse separado de sus hermanos, con objeto, segun de


cian , de observar sus reglas con mas regularidad , habian querido
reformar las prácticas de la vida monástica, y sobre todo, la de los
religiosos mendicantes , poniendo en vigor en toda su fuerza las que
>

se ha convenido por los autores católicos en llamar virtudes cristia


nas ; esto es , el ascetismo, la pobreza , la maceracion y otros actos
>

establecidos por el dogma católico. Pretendian además que su re


gla estaba confirmada por el papa Celestino V , lo que los autores
eclesiásticos no han podido hasta ahora negar .
Los begardos y beguinos eran acusados de muchos errores , entre
LOS FLAGELANTES . 769

otros sobre el dogma de la Trinidad. Las beguinas (las que no fue


ron exceptuadas por la sentencia de Juan XXII , ) eran quietistas , y
profesaban la peligrosa doctrina que ya conocen nuestros lectores .
Fueron condenadas en nombre del concilio de Viena , con «cual
quiera que favoreciese su beguinería ó beguinage.»
Nos parece bastante curioso el siguiente pasage de un autor
contemporáneo y compatriota de todos estos frailes acusados de he
reges , sobre sus costumbres, si bien debemos observar, que tal
como nos las presentan, parecen estar en contradiccion con sus as
piraciones a la perfeccion y con sus reflexiones a la pobreza abso
luta ; pero estas contradicciones se han visto y ven con tanta fre
cuencia en las cosas humanas , que bien podrian haberse repetido
una vez mas en estos reformadores.
«Los frailes eran en otro tiempo hombres muy santos y de gran
mérito , pero los que se dan hoy por religiosos , y quieren ser |

tenidos por tales , no tienen de frailes mas que el hábito ... En


tanto que los antiguos frailes deseaban la salud de los hombres ,
los de nuestros dias solo desean sus riquezas ; procurando espan
tar el ánimo de los tontos con varios rumores é imágenes ri
dículas . Pretenden probar que se lava uno de todos sus pecados
dándoles limosnas y pagándoles misas , á fin de que , como no se
han hecho religiosos por devocion , sino tan solo por la holgazane
ría, y para no tener que trabajar, á fin digo , que de todas partes
2

les lleven pan , de otras les envien vino , y un tercero les prepare
de comer , todo por el alma de sus abuelos ... Echan en cara la lu
juria de los hombres, condenan la usura y las ganancias ilegi
timas para que, cuando se les restituya lo que decian habia de
conducir á la perdicion eterna , ellos puedan vestirse mejor, y as
3

pirar á los obispados ú otros beneficios ... Los frailes de hoy dia nos 5

mandar hacer lo que ellos dicen , esto es , llenar sus bolsas de dine
ro , confiarles nuestros secretos , conservar la castidad , ser pacien
tes, perdonar las injurias , no hacer mal á nadie, cosas todas muy
buenas, honradas y santas; pero ¿ qué móvil es el que los guia?
el de poder hacer ellos lo que les seria imposible si las gentes
mundanas lo hiciesen . ¿ Quién ignora que sin dinero su holga
zanería no podria durar mucho tiempo ? Si nosotros gastamos
nuestro caudal para satisfacer nuestros goces , el fraile no podrá
ya hacer el perezoso en su convento ; si no ponemos en prác
tica la paciencia ni el perdon de las injurias , el fraile no se atre
770 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.

vera á frecuentar nuestras casas, ni á empañar la honra de nues


tra familia . »

II .

Los frailecillos experimentaron tambien , como los valdenses ó


pobres de Lyon , todos los rigores de la Santa Sede , y lo mismo
que aquellos , concluyeron por adoptar, con el ódio contra la Igle
sia romana , muchas otras opiniones sostenidas por los hereges re
formados, perseguidos igualmente en aquella época.
En 1297 condenó Bonifacio VIII á los frailecillos , quienes «á se
mejanza de las lámias, dice el Papa, descubrian sus tetas y alimen
taban á sus hijuelos .» Por la bula de Bonifacio , vemos que habia áá
la sazon en la Iglesia muchas especies de bizzochi, pero que todos
estos hereges, «aunque de distinta fisonomía, estaban ligados entre
>

sí por la cola. » Por cuya razon los encomienda eficazmente á la


severidad de los inquisidores .
Estos , que no necesitaban muchas insinuaciones, persiguieron ri
gurosamente en Italia y en Francia á los frailecillos, que se vieron
obligados a retirarse á Sicilia donde fundaron conventos , nombra
ron superiores , y adoptaron una forma particular de hábito . Seña
lábanse en su predicacion por los desembozados ataques que di
rigian á la corte de Roma, á la que llamaban cortesana merce
naria .
De Sicilia pasaron á Grecia ; pero el pontífice romano, que no
tardó en descubrirlos, reclamó contra ellos, y fueron expulsados
por los arzobispos de Patrás y de Atenas .
Sin embargo, los frailecillos y beguinos no habian abandonado
la Italia, puesto que consiguieron elevar uno de sus adeptos á la
gerarquía de pontífice. El beguino Pedro Juan fué elegido Papa en
Roma por cinco sectarios de su comunidad y por trece mujeres, y
desde el puesto á que habia llegado , dictó leyes á los begardos sus
discípulos . Distinguióse muy pronto por sus virulentas declamacio
nes contra la Iglesia romana , Iglesia carnal , segun decia , en com
paracion de la espiritual de que él se llamaba jefe. Enseñó tambien
un dogma particular que, aunque parecia poco importante, habia
sido ya condenado por la Iglesia ; y era que Jesucristo vivia aun,
cuando Longinos le atravesó el costado con una lanza .
LOS FLAGELANTES . 771

Continuó Bonifacio XIII persiguiendo á los frailecillos por do


quiera que podia descubrirlos . Pero Pedro Juan libróse de sus perse
cuciones , sin que sepamos como, y basta despues de la muerte de
este Papa, y de la suya propia , no logró la Inquisicion apoderarse
del cuerpo del papa beguino. El pontífice romano Juan XXII hizo
desenterrar sus huesos , y mandó que fuesen quemados junto con
sus escritos ; el mismo Papa excomulgó repetidas veces á los frai
lecillos, begardos, beguinos y hermanos de la vida pobre , y los
separó enteramente de la Iglesia católica , abandonándolos a toda
la severidad de las leyes , y aun excitando á menudo al poder se
' cular contra ellos ,

III.

Distinguíanse ya , á principios del siglo xiv , dos especies muy di


ferentes de frailecillos ; los unos eran los que tenian por institutor
al maniqueo Armando Pungilapos. Los dogmas mas absurdos,
atribuíanse á esta secta por los escritores católicos ; suponíase que
los frailes apóstatas predicaban la comunidad de bienes y de muje
res , y que cuando nacia un niño del trato carnal de uno de sus sa
cerdotes con una vírgen , se lo echaban de mano en mano alrede
dor de la asamblea, observando escrupulosamente el momento en
que espiraba la desventurada criatura, para agregar á su bár
baro sacerdocio aquel entre cuyos brazos moria el recien nacido.
Los otros frailecillos eran los que antes hemos mencionado , У
entre los cuales distinguíase uno llamado Enrique Cerba. Este
fraile, despues de haber adoptado tan solo la reforma de los hábi
tos franciscanos, llegó áá querer reformar toda la Iglesia , exaltando
con este objeto el espiritualismo de la comunidad que intentaba
alzar sobre las ruinas de la Iglesia romana, material segun él , y
corrompida por el lujo y la molicie. Los frailecillos sostuvieron
que el Papa no tenia poder para hacerles llevar hábitos largos , ni
mucho menos para obligarles á abjurar su herética interpretacion
del Evangelio .
Encargó Juan XXII á fray Miguel , inquisidor general, que ins
truyese el proceso « de aquellos heréticos pestíferos, hijos de Be
lial , y émulos del obstinado Faraon . » El resultado de este proce
so fué la condenacion y anatema de los errores de los frailecillos;
772 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

siendo ellos mismos degradados y entregados al brazo secular, es


decir , al verdugo . Esto no hizo á sus partidarios mas ortodoxos;
muy al contrario: de los principios generales que acabamos de exa
minar , pasaron los frailecillos á detalles en los cuales se hallaron
de acuerdo con los valdenses, enemigos como ellos de la corte ro
mana . De manera que los rigores del Papa y del inquisidor gene
ral fray Miguel no consiguieron sino unir dos sectas bien diferentes
en su principio, y fortalecer con esta alianza las huestes enemigas
de la Iglesia católica .

IV .

La disputa de los frailecillos con la Santa Sede , poniendo á dis


cusion muchos puntos del dogma , dió ocasion á una polémica
general , cerca del año 1322 , en que toda la orden de San Francis
>

co se puso abiertamente en contra del papa Juan XXI . Versaba es


ta disputa sobre la pobreza absoluta de Jesucristo , sostenida por
los franciscanos con el general Miguel de Cesena á la cabeza , y que
el pontífice romano, apoyado por los frailes predicadores , contradijo ,
con lo cual contradecia al mismo tiempo a los papas Gregorio IX ,
Inocencio IV, Nicolás III , Martin IV y Nicolás IV, celosos partida
rios todos ellos de la pobreza absoluta , sin restricciones . Los do
minicos, especialmente Juan Belvas, inquisidor, y los prelados
de la corte romana afirmaban que Jesucristo habia tenido en pro
piedad algunos muebles y dinero, puesto que Judas Iscariote era
su procurador y su agente de negocios; que sus discípulos siguie
ron este ejemplo, etc.
Los frailes menores, reunidos en capítulo general en Perusa el
año de 1322 , declararon lo contrario, y hallaron una decision del
papa Nicolás III que aseguraban serles favorable y opuesta en to
das sus partes a las muchas bulas del papa Juan XXII , cuya deci
cion papal fué declarada por este papa errónea, herética, condena
da , blasfematoria y pestífera. Miguel de Cesena, citado ante el Pa
pa , sostuvo con altivez y obstinacion sus opiniones .
Indignado Juan XXII , hizo presidir el capítulo 372 de los frailes
menores por su propio hijo, Bertran Dupayet, que les intimó la ór
den de elegir otro general: los menores reeligieron á Miguel de Ce
sena, quien , abandonando todo género de contemplaciones, traslå
LOS FLAGELANTES . 773

dóse á Pisa , y abrazo abiertamente la causa del emperador Luis de


Baviera , del papa Nicolás V y de los doctores políticos Juan de
Jandum Berenger, de Pisa, Bonagracia de Bergamo, Enrique de
Tahalem , y Marcelio de Padua, todos ellos opuestos al sacerdotalis
mo de aquella época . Además viendo que Juan XXII no cedia ni á
sus amenazas ni á sus clamores, los menores rebeldes predicaron
públicamente que era un falso papa, herético , escomulgado, con
3

todos los cardenales, homicida y depuesto .


Castigólos el Papa dándoles por el flaco, esto es, imponiéndoles
por decreto pontificio la pobreza absoluta porque tanto habian cla
mado y prohibiéndoles que en adelante pudiesen poseer en propie
dad ni legar la menor cosa por testamento; añadió que tampoco po
drian en ningun caso dirigirse á los tribunales civiles en reclama
cion de sus derechos .
La nueva actitud del Papa ofreció un pretexto á muchos señores
y príncipes gibelinos para someterse á la Santa Sede , y esta encon
trándose fuerte, apeló á la fuerza. Muchos de los frailes menores,
que tan ardorosamente habian defendido la pobreza absoluta de Je
sus , cedieron á tan eficaces argumentos y se reconciliaron ; pero
otros mas firmes en sus opiniones sufrieron los rigores de la perse
cucion , siendo muchos de ellos presos, sometidos al tormento , y la
mayor parte murieron en el suplicio.
Por último , el capítulo de los menores , celebrado en París en
1329 , declaró la catolicidad del Papa y la heregia de Miguel de
Cesena, y mediante un leve cambio en la forma de la capucha,
á fin de distinguirlos, los frailes menores fueron de nuevo recono
cidos por el Papa, como hijos legítimos de la Iglesia romana .

V.

Unióse igualmente a los rebeldes frailes menores el teólogo


O‘Ckara, gefe de la secta filosófica de los nominalistas, pero abrazó
principalmente el partido de la política y publicando muchas in
jurias contra el Papa, para defender, segun decia , los derechos de
los soberanos , contribuyó á que el emperador Luis de Baviera le
emplease útilmente cuando este trató de aprovechar las disputas en
tre los frailes yУ el Papa, para hacer condenar á Juan XXII , y colo
Tomo I. 100
774 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

car en la silla de San Pedro al fraile menor Pedro de Corbara, con


el nombre de Nicolás V.
« No habiendo podido probar los hermanillos , dice el obispo An
tonin , la divinidad de su reforma con ningun milagro, quemáron
los en todas partes sin la menor resistencia. »
Por una bula del papa Benito XII , en contra de los frailecillos,
que lleva la fecha de 1336, vemos que a pesar de tan crueles me
didas adoptadas por los católicos , los frailecil os no dejaban de pros
perar; y en otra de 1372 , Gregorio XI prohibió rigurosamente
que los fieles adorasen la reliquias de sus santos, de los hermanos
de la vida pobre y de los dulcinistas.
En 1356 , Guillermo , inquisidor general , persiguió tan severa
mente á los frailecillos, que el papa Inocencio VI le dió en pre
mio el capelo de cardenal .
A estas crueles persecuciones, de que los frailecillos fueron obje
to , débese indudablemente la memoria que desde entonces guarda
ron religiosamente de la sentencia diſamatoria pronunciada contra
el Papa por el Emperador. Lo cierto es que en el año 1382 predi
caban aun en Florencia que todos los papas desde Juan XXII eran
heterodoxos , lo mismo que los cardenales ; que únicamente en su
órden se encerraba la verdadera doctrina y la Iglesia en toda su
pureza , esto es , reformada por ellos ; y por último , que solo ellos
podian dignamente administrar los sacramentos y conseguir la sa
lud de los fieles.
Medio siglo mas tarde , por los años de 1425 á 1427 , dos fran
ciscanos llamados Santiago de Marchia y Juan de Capistrano , fueron
comisionados por el papa Martin V, para perseguir a los fraileci
llos , y obedecieron tan bien las órdenes de Su Santidad , que en dos
años que duró su cruenta persecucion, quemaron algunos cientos,
y expulsaron a los demás por medio de las armas de la península
itálica .

VI .

Mencionaremos aquí á una pobre fanática, muerta en Milan en


1381 , y llamada Guillermina ó Guillermeta, que se creia el Espí
ritu Santo en cuerpo y alma , y que pretendia por lo tanto que de
bia sucederle precisamente lo mismo que le habia sucedido á la
LOS FLAGE LANTES . 775

segunda persona de la Santísima Trinidad . Maifreda, monja de la


órden de las humilladas, fué el San Pedro de Guillermeta, y sus
discípulos mantuviéronse bajo la obediencia de esta nueva preten
dida papesa , hasta que en el año de 1400 mandó la Iglesia desen
terrar a la supuesta diosa , y quemar sus huesos con la mayor par
te de sus sectarios .
CAPITULO III.

SUMARIO.

Recrudescencia de la persecucion contra nuevas heregias. - Dulein de Nova


ra . - Guerra á muerte contra los dulcinistas.-- Estos se defienden i mano ar
mada .- Son vencidos. - Horrible supliciode Dulcin y de su mujer Margarita.
- Exterminio de casi todos los dulcinistas . - Los restos se confunden con los
valdenses .-Los pastorcillos. - Forman iglesia aparte . - De perseguidores pa
san á ser perseguidos.-- Los turlupinos.- Gregorio XI los entrega a las lla.
mas.- Ceceo de Ascoli quemado vivo en Florencia . - Otra prueba de la este.
rilidad de la persecucion .

I.

La rápida propagacion de las diferentes sectas de frailecillos de


que acabamos de ocuparnos, dió lugar á una recrudescencia de se
veridad en las autoridades eclesiásticas contra todo lo que presen
taba apariencias de heregía. El proceso intentado á la memoria del
maniqueo Armando de Pungilapo, y otros actos demostraron hasta
la evidencia que los hereges se hallaban en gran número en Vero
na , Vicencio , Mantua , Bérgamo , en la Romanía y particularmente
>

en Rimini ; que tenian sus vigilantes ú obispos , sus visitadores,


cuestores , nuncios , etc.
Ningun medio se perdonó, pues , para destruir á los hereges; decla
raron los prelados culpables de heregía á los colegios y universidades
que no se hubiesen opuesto con todas sus fuerzas á los innovadores;
declararon igualmente infames como perjuros, fautores de heregias,
sospechosos en la fé, é incapaces de ejercer ningun empleo á los

!
LOS FLAGELANTES . 777
magistrados que no los hubiesen perseguido , y se declaró por úl
timo á los simples particulares infames é incapaces para ejercer
cualquiera dignidad ú oficio . Establecióse (a tal extremo llegaba en
aquellos tiempos la autoridad de la Iglesia católica , ) que sus
declaraciones no fuesen válidas , que sus testamentos fuesen nu
los y que no pudiesen recoger ninguna herencia: que como jueces
su sentencia quedase sin efecto , como abogados inútil su clientela ,
como notarios falsos todos sus actos . Concluyóse por acudir al bra
zo secular para borrar de la tierra «el oprobio de que la heregía la
habia cubierto . »
No se tardó en hallar ocasion propicia para emplear estas vio
lencias contra una nueva secta de reformadores.

II .

Los dulcinistas se distingieron , despues de los frailecillos, por la


constancia en sus opiniones , y mas que nada por las terribles per
secuciones que sufrieron y por el carácter enérgico y audaz de su
fundador Dulcin de Novara .
Era este herege hijo de un sacerdote llamado Julio , y nació en
Novara á mediados del siglo xi .
Aunque la doctrina de Dulcin ha sido calificada de diversas ma
neras, suponiéndole distintos y contradictorios principios y colocán
dole entre los maniqueos , 6 mas bien , como dicen los autores ca
tólicos , entre los perros, nos es de todo punto imposible conocer la
sencilla razon , de que los
verdad de estos diferentes juicios, por la sencilla
dulcinistas se negaron siempre á confesar y nunca respondieron di
rectamente a las preguntas que se les hacian , negando todos los
hechos que se les imputaban.
Segun los autores mencionados , predicaba este herege durante el
pontificado de Bonifacio VIII , la comunidad de bienes y de mujeres,
dogma contrario a la austeridad de costumbres de todos los here
ges de los siglos xi y xiv , á menos que no se quiera suponer que
lo derivasen de la humildad con que algunos de aquellos hereges
renunciaban á toda propiedad particular . A los anteriores precep
tos, añadió Dulcin rudos ataques contra el Papa Уy los cardenales, y
encargaba sobre todo á sus sectarios que mirasen su doctrina como
la única verdadera y apostólica .
778 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Como era de esperar, empezó la persecucion contra Dulcin y sus


discípulos , dándose órden a todas las autoridades eclesiásticas para
que encarcelasen á aquellos endiablados innovadores . Pero Dulcin ,
que se creyó con bastantes fuerzas para resistir á aquel acto vio
lento, tomó igualmente las armas y devolvió á los católicos mal por
mal, retirándose á los Alpes , quemando y destruyendo cuanto ha
llaba á su paso . Fortificóse en una montaña cerca de Vercelli con
unos mil quinientos , ó como aseguran otros escritores, con tres mil
У hasta seis mil discípulos , confiando en que lo inaccesible del ter
reno le salvaria del ódio de sus enemigos .
En 1307 publicó el papa Clemente V una cruzada contra los va
lientes dulcinistas, ofreciendo grandes indulgencias a los que qui
sieran ir á exterminarlos en el lugar de su refugio . Reunióse un
ejército de cruzados católicos y pusieron sitio al campo donde Dul
cin se habia fortificado, defendiéndose este desesperadamente por
espacio de un año, hasta que á principios de 1307 fué cojido con el
resto de sus sectarios уy conducidos á Vercelli. En vano ofrecieron á
los dulcinistas el retractarse: los que habian escapado á los horro
res de la guerra,, el hambre Уy el frio, prefirieron morir en la ho
guera .
El suplicio de Dulcin y de su mujer Margarita, que tuvo lugar
en 1.° de junio de 1308 , fué horroroso . Ella, fué primero cruci
ficada y descuartizada delante de su marido; en seguida, hizose
igual operacion con él sobre los restos ensangrentados de su es
posa , y por último fueron ambos arrojados al fuego, donde tuvo
fin aquella extraordinaria firmeza . El resto, dispersado como vil ca
nalla, parte murió huyendo entre las nieves de los Alpes, parte en el
fuego y en los tormentos.
Las anteriores líneas que á propósito hemos subrayado, se en
cuentran en la página 426 del tomo tercero de la Storia di tutte
l'heresie, publicada en Roma en 1707 por Dominico Bornino у de
dicada al papa Clemente XI .
A renglon seguido añade el historiador Bornino con admirable
candidez :
« No pudiendo purgar ni las nieves, ni el fuego, el mal de la he
?

regia, pues cuanto mas se combatia, abaliase menos, llegó el caso


de que el humo de las cenizas de los heresiarcas se dilatase tanto,
que por toda Italia corria la voz de haber cesado la ley rigurosa del
Evangelio y venido la otra mas agradable del Espíritu Santo, que
no queria otro amor que el de la libertad del espíritu .»
LOS FLAGELANTES . 779

Dispersados de este modo los dulcinistas concluyeron por con


fundirse con los valdenses segun ya en otro lugar de este libro he
mos explicado.

III .

Cerca del año de 1320 , reaparecieron en Francia los pastorcillos;


segun el lector ha podido ver en el libro de las persecuciones contra
los judíos, eran los mismos que en 1251 se habian reunido por la
primera vez en número de setenta y hasta de cien mil con objeto al
parecer de conquistar la Tierra Santa y libertar al rey Luis IX de
su cautiverio; pero en realidad para perseguir a los judíos á quie
nes mataban sin misericordia robándolos por añadidura, áá menos
que se dejasen bautizar .
Mientras cometieron estas atrocidades contra los infelices judíos
y bajo la direccion de las autoridades eclesiásticas , el Papa nada tu
vo que decir . Muchos príncipes católicos les ayudaron en su prado
sa empresa , y hasta la reina Blanca recibiólos en Paris con las ma
yores muestras de consideracion ; pero los pastorcillos numerosos,
fuertes , y contando con el apoyo de los fanáticos, y mas que todo
de los avarientos que aspiraban á apoderarse de la riqueza de los
judíos , sacudieron el para ellos importuno yugo de las autorida
des eclesiásticas , y formaron iglesia á parte.
Ignoramos cuales serian los dogmas de estos nuevos hereges , sino
el del saqueo y la matanza en nombre de la religion . Tenian un gefe
á quien llamaban el maestro de Hungría; nombraban superiores
eclesiásticos que bendecian los matrimonios y los anulaban cuando
era necesario .
Estos furiosos , compuestos en su mayor parte de soldadesca , no
tenian reparo , siempre que se les presentaba una ocasion , de apro
piarse los bienes del clero católico, contra su voluntad. Alarmado
el clero de Lorena al ver la audacia de estos impíos que tan poco
respeto guardaban a las propiedades de la Iglesia, ni mas ni menos
que si fueran bienes de judíos, acudieron al papa Juan XXII , quien
envió para convertirlos á su propio camarero con buena escolta de
soldados católicos , los cuales empezaron su conversion ahorcando
en un solo dia á sesenta pastorcillos en Tolosa . Con esto y con la
muerte de su gefe, que fué descuartizado en Bourges , los heréticos
780 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

pastorcillos quedaron sino convertidos , exterminados y dispersos al


poco tiempo .

IV .

Los turlupinos, hereges algo parecidos á los valdenses , apare


cieron en Francia en el reinado de Carlos V , año de 1372. Aunque
>

muy lejos de ser tan peligrosos como los pastorcillos, sino muy
al contrario inofensivos propagadores de una heregía , usose con
ellos desde el principio de un rigor extremado , pues generalmente
se les condenaba á morir en la hoguera .
Profesaban los turlupinos los mismos errores que los begardos,
у si hemos de creer á los escritores católicos , pretendian que el

hombre no debe avergonzarse de nada. Conformes con este 'princi


pio , aseguran aquellos escritores que descubrian ante todo el mun
do lo que la decencia aconseja tener oculto, y satisfacian en públi
co todas las necesidades naturales.
El papa Gregorio XI escribió con este motivo al rey Carlos en
1373 , suplicándole que obligase á los turlupinos por medio del
terror de los suplicios á entrar de nuevo en la via de la religion y
la piedad . Tambien escribió á otros príncipes y magistrados para
que persiguiesen además á los begardos y beguinos, que reapare
cian de tiempo en tiempo , y á los lollars , de los cuales en otro li
bro hemos tratado . Obedeció el rey Carlos sin vacilar , y numerosos
turlupinos, entre los cuales habia una mujer llamada Juana Dau
benton , fueron condenados y murieron en las llamas. El cuerpo
de uno de aquellos desgraciados, que habia muerto en la prision,
y que sus verdugos habian tenido el cuidado de conservar en cal
viva , fué quemado públicamente con sus compañeros .

V.

Cerraremos esta série de espantosos suplicios y crueles persecu


ciones que nos ofrecen los anales eclesiásticos, con las de un sabio
que algunos años antes de la aparicion de los turlupinos fué que
mado por la Inquisicion , y el cual, aunque no pudo ser comprendi
do en ninguna de las heregías conocidas, ni perteneció a las escue
LOS FLAGELANTES . 781

las filosóficas de aquel tiempo , le damos cabida en este libro por ha


7

ber coincidido su persecucion con las de algunos hereges sus com


patriotas .
Francisco Habile , llamado comunmente Cecco de Ascoli , profesor
de filosofia y de astrologia en Bolonia, se habia hecho famoso por
su pretendida ciencia de las estrellas, por medio de las cuales de
cia saber cuanto habia de suceder en público ó secreto, asegu
rando que los espíritus malignos en los momentos de ciertas con
junciones astronómicas, podian bajar a la tierra y operar prodigios
estupendos. De sus observaciones inferia, que Cristo al venir al
mundo estuvo forzosamente sujeto al dominio de los planetas , com
binándose su vuelta al Cielo con el curso de la esfera celeste, por
la totalidad de cuyas leyes debió vivir con sus discípulos como co
barde У morir de la muerte infame que murió . De la misma mane
ra, opinaba el astrólogo italiano, debia el Anticristo nacer rico,
7

vivir rodeado de aplausos, y morir triunfante.


Prohibiósele publicar su libro en Florencia, cuya órden obedeció
sumiso; pero los inquisidores , no satisfechos aun con su silencio , le
prendieron , y acusándole de herege, le condenaron á las llamas
donde pereció á fines del año de 1327 .

VI .

Citaremos para conclusion de este libro , en que por tan diversas


heregias y en tan distintos paises hemos visto perseguir á miles de
criaturas humanas, sin mas delito que profesar doctrinas mas ó
menos contrarias al dogma católico, el renacimiento de la secta de
los begardos en Vizcaya en 1912 , segun queda referido en el libro
de la Inquisicion española. Esta secta, que al cabo de mas de cien
años de destruida en Italia, reapareció con nuevo vigor y fuerza
en las montañas vascas, nos suministra una prueba mas en apoyo
de la opinion que venimos sustentando; esio es, que la persecu
cion , en vez de destruir las ideas, hace al contrario que cundan y
prevalezcan ciertas doctrinas que, por erróneas, caerian en el des-,
crédito y en el olvido dejándolas discutir libremente.

Tomo I. 104
LIBRO DUODÉCIMO .

GUILLERMO TELL
Y LA FUNDACION DE LA REPÚBLICA HELVETICA.

1270-1380 .
1
LIBRO DUODÉCIMO .

GUILLERMO TELL
Y LA FUNDACION DE LA REPÚBLICA HELVÉTICA ,
1270-1380 .

CAPITULO PRIMERO.

SUMARIO.

Estado de los cantones suizos bajo el protectorado de los emperadores de Ale


mania . - Rodolfo de Habsbourg . - Su politica en Suiza . - Su hijo Alberto ,
duque de Austria .- Si politica ambiciosa . - Primer destello de la indepen
dencia de los cantones -Negativa del Emperador á respetar sus fueros.-
Resistencia de los cantones. - Derrota de los imperiales delante de Berna .

I.

Con cuanta satisfaccion despues de las tragedias y sombríos cua


dros de los libros precedentes, emprendemos el relato de la inmor
lal epopeya que hace seis siglos asombró al mundo, realizando en
los pintorescas valles, agrestes y heladas cumbres de los Alpes las
mas nobles acciones que pueden inspirar la virtud, el patriotismo
y el amor de la libertad.
La historia de la fundacion de la república Helvética no está
seguramente exenta de persecuciones, horrores y víctimas , pero se
nos presenta á la vista con mas risueños colores que los asuntos
desenvueltos en los primeros libros de esta obra, porque el triunfo
de la justicia, el castigo de los culpables, la recompensa de la vir
786 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tud , son los actos sucesivos de un drama que concluye por el triun
fo del derecho , y la apoteosis de la inocencia.
Rara vez , en efecto, ofrecen los anales de las sociedades huma
nas el cuadro conmovedor y sorprendente de reunir en la misma
persona la víctima y el juez de su verdugo . Por esto Guillermo Tell
es una de las mas bellas encarnaciones , uno de los tipos mas sim
páticos que la historia registra en sus anales . Hasta el teatro en que
tienen lugar las escenas del drama tiene algo de profundamente ma
gestuoso y grave que contribuye á aumentar el interés de sus pe
ripecias, el explendor de su desenlace .
Las magestuosas y elevadas cumbres de los Alpes, los bosques
sombríos, los tranquilos lagos , los torrentes y profundos rios de la
antigua Helvecia , fueron en todos tiempos asuntos preferidos de la
9

poesía y de la leyenda; y maravillas de la naturaleza, rodean de un


encanto misterioso y poético las tradiciones de los pueblos sencillos
y enérgicos que las pueblan .
Pastores ó cazadores, libres y ágiles como las gacelas de sus
montes, los suizos fueron en todos tiempos famosos por su hon
radez, su laboriosidad y su carácter independiente .
>

II .

En la época en que comienza nuestro relato, el feudalismo y la


organizacion de los comunes , participaban en Suiza del carácter ge
neral dominante en los pueblos de origen latino .
Señores feudales, seglares y eclesiásticos que tenian por siervos
á los pastores y los cultivadores de la tierra , clase media gobernan
te y privilegiada en las ciudades , tales eran los rasgos característi
cos de los cantones en el siglo xii . Las ciudades para garantizar
se contra la soberanía que los señores , los obispos y monasterios
habian ejercido sobre ellas , se ponian bajo la proteccion del imperio
>

germánico . El Emperador nombraba un bailío que lo representaba,


y su influencia moral bastaba generalmente para contener á los se
ñores feudales , que como los buitres que desde las escarpadas rocas
acechan en el valle la víctima inocente que debe satisfacer sus en
trañas insaciables , descendian de sus castillos almenados para lan
zarse sobre los pueblos indefensos , pacíficos y laboriosos .
Pero á la sombra de la proteccion del imperio germánico aumen
GUILLERMO TELL . 787

lándose la seguridad de los habitantes de los pueblos, las artes y la


industria florecieron y con ellas la prosperidad, la instruccion y
la vida pública, y atraidos por tales ventajas los siervos del feuda
lismo huian de sus selváticos montes para buscar los beneficios de
la civilizacion y el respeto áa la dignidad del hombre, en Basilea en
Berna , Friburgo y otras ciudades de los primitivos cantones . Los
señores feudales veíanse obligados á su turno á conceder á sus sier
vos y colonos garantias y privilegios capaces de retenerlos en sus
tierras. De esta manera amenguose el feudalismo y crecieron las
libertades y derechos de los pueblos . En cambio de estas ventajas
los suizos pagaban al Emperador un tributo y concedian al bailío
que lo representaba, el derecho de juzgar las causas capitales ante
la asamblea del pueblo .
Para aumentar su medios de defensa las ciudades se ligaban en
tre si defendiéndose reciprocamente, y de este modo, despues de
un largo período de dependencia y de servidumbre feudal, lució para
la Suiza la aurora de la libertad de en medio de los monasterios
y de los torreones iluminando aquellos pueblos con sus primeros
rayos.

III .

Rodolfo de Habsbourg elegido emperador de Alemania en 1273


fué extremadamente popular en Suiza . Suizo de nacimiento , apesar
de ocupar el primer trono de la cristiandad en aquella época, no
olvidó nunca su país natal , garantizó los derechos y libertades que
disfrutaban a su ascencion al trono y les concedió otros nuevos .
Dió á Zuric , Schafouse y Soleure el privilegio de nombrar sus jue
ces y de que juzgaran segun sus propias leyes. A los habitantes de
Laupen y de Lucerna concedió franquicias iguales a las que disfru
taban los de Berna, y de este modo no hubo pueblo ni canton sui
zo que no le debiera algo.
Mas aquel período feliz concluyó para la Helvecia con la muerte
del emperador Rodolfo en 1292. Su bijo mayor Alberto, duque de
Austria , que le sucedió en el trono, estaba bien lejos de poseer las
virtudes y la ciencia de su padre . Su reinado fué para sus pueblos
una no interrumpida série de calamidades. Llevábalo su ambicion
á ensanchar sus estados hereditarios á expensas de la independen
788 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES,

cia de sus vecinos y á oprimir á sus súbditos pisoteando sus dere


chos. El primer cfecto de su tiranía fué reavivar en los suizos el
sentimiento de su independencia. Preveyendo los peligros que ame
nazaban su libertad, los pueblos de Undervald, Uri y de Schwytz se
reunieron en asamblea general juraron entre ellos una estrecha
alianza , comprometiéndose á sostenerse reciprocamente hasta der
ramar en la defensa comun la última gota de su sangre. Desde en
tonces fueron designados con el nombre de Eidgenossen que quiere
decir confederados, ú hombres unidos por un mismo juramento.
Los habitantes de estas tres comarcas, escaparon durante muchos
siglos á los crímenes y á las desgracias, producidas por la desen
frenada ambicion y por las querellas intestinas de los gefes bárba
ros que fundaron una porcion de pequeños estados sobre las ruinas
del romano imperio y que usurpando los derechos de los hombres
imperaron por la fuerza bruta sobre los pueblos vencidos. Encara
mados en sus inaccesibles montañas, pobres y contínuamente ocu
parlos en sus rudas faenas y acaso despreciados ú olvidados por los
devastadores del mundo, los laboriosos pastores de Suiza , conser
varon al través de los siglos sus antiguas leyes y austeras costum
bres.
Tranquilos y contentos con sus rebaños, en sus humildes chozas
envejecian en paz, amándose y respetándose reciprocamente.
La ambicion del nuevo Emperador, provocó una guerra general
en toda la Alemania. Vencedor al fin el tirano despues de muchas
alternalivas, los conſiderados suizos enviáronle una diputacion su
plicándole, que á ejemplo de su padre, de gloriosa memoria , respe
tase sus antiguas libertades. Pero el Emperador no se tomó el tra
bajo de ocultarles que no pensaba seguir tal ejemplo. Un grito de
girerra resonó en toda la llelvecia Occidental, de Soleure á Léman;
y los señores feudales, enemigos de las ciudades cuya creciente
prosperidad veian con envidia, haciendo causa comun con el Em
perador, marcharon contra Berna. Pero los bravos ciudadanos de
esta ciudad, ayudados por los de otros pueblos vecinos y capita
neados por Ulrich de Erlach, derrotaron en la sangrienta batalla de
Donnerbull, acaecida en 1292 , á un enemigo fuerte y superior en
número , tomando y arrasando despues una porcion de castill os y
torres fortificadas de la nobleza .
Acudió el emperador Alberto en persona, al frente de un pode
roso ejércilo, para reparar los descalabros de sus satélites, l'e
suelto á consolidar su opresion en las montañas de la Helvecia.
GUILLERMO TELL . 789

Acampó delante de Zurich sobre una colina que domina la ciu


dad. Aunque estaban preparados para una vigorosa resistencia, los
vecinos no cerraron las puertas; antes bien enviáronle una diputa
cion diciéndole , que estaban prontos á reconocerlo como soberano ,
si él se comprometia á respetar sus libertades. Como el astuto ti
rano no traia bastantes catapultas y máquinas de guerra con que
derribar las murallas, y viese además la poblacion llena de defen
sores bien armados y dispuestos á la lucha, pues hasta las muje
res babian tomado las armas, disimuló su despecho y confirmó los
fueros de la ciudad , aparentando las disposiciones mas benévolas y
pacíficas.

IV .

Comprendiendo la dificultad de dominarlos por la fuerza ,el Empe


rador procuró engañar y seducir con las mas halagueñas promesas
á los tres cantones confederados. Díjoles que él los adoptaria como
á los hijos queridos de su real familia, esperando que se someterian
como fieles vasallos de la casa de Austria; recibiendo, en cambio de
su sumision , fueros, riquezas y honores. Esta brillante perspectiva
no bastó á seducir á los fieros montañeses, que le respondieron di
ciéndole , que preferian á los honores y las riquezas , la conserva
cion de los derechos imprescriptibles, y la ventaja de depender in
mediata y directamente del imperio germánico.
Alberto desistió, en apariencia, de su pretension de convertir en
vasallos de su familia a los confederados; pero en nombre del im
perio germánico que representaba como Emperador, envióles como
bailios imperiales hombres crueles y avaros, con especial encargo
de hacerles sufrir todos los rigores de la tiranía , con objeto de obli
garlos á fuerza de vejaciones á separarse del imperio para someter
se á su yugo .
Eran delegados del Emperador Hermaan Gesler de Bruneg y el
caballero Berenger de Landenberg. Llegaron a los cantones confe
derados en 1301. Landenberg se estableció en el castillo imperial
de Sarnen , en el país de Underwald ; Gesler mandó construir en
Uri un castillo expreso para él.
Los dos satélites del Emperador fueron verdaderas plagas asola
doras para los pobres suizos .
Tomo 1 . 102
790 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Brutales, feroces, implacables, no solo martirizaban, sino que


ofendian en lo mas profundo de su alma el sentimiento de la digni
dad de aquellos honrados y pacíficos montañeses .
Aumentaron los portazgos y peajes, las faltas mas leves fueron
castigadas con prisiones y grandes multas y trataban a todos los
habitantes con la mayor altanería yy desprecio .

V.

Pasaba Gesler un dia delante de una casa que Stanffacher


acababa de construir en la aldea de Steinen , cerca de Schwytz, y
exclamó con la expresion del insulto y del mas solemne despre
cio :
—«No hay paciencia que baste á sufrir el ver á estos misera
bles destripa -terrones construir tan magníficas casas . »
Era este hombre de un carácter impetuoso é inquieto: devorába
lo una actividad que solo en el mal encontraba satisfaccion . Ator
mentábase á sí mismo para perfeccionarse en el arte de atormentar
á los otros. Temblando al oir el nombre de libertad , Gesler se pro
puso ahogar sus gérmenes y borrar este nombre de la mente de los
suizos . Todo lo permitia á sus satélites y él mismo les daba el ejem
plo de la rapiña y del asesinato . En vano se quejaba el pueblo:
sus quejas eran desoidas, si no castigadas . La desgracia , la afliccion,
el terror se extendian sobre los tres cantones como un velo fúnebre
sostenido por la mano de Gesler.
CAPÍTULO II.

SUMARIO.

Morada de Guillermo Tell . - Suamistad con Arnolll. - Esto hiere à un soldado y


huye a los montes.--Lan lenberg manda sacar los ojos al padre de Arnold .--
Multiplicanse las violencias contra los suizos .-- Conrado de Baumgarten da
muerto a un caballero que habia atentado al honor de su esposa . - Guillermo
Tell salva á Conrado de una muerte segura . - La mujer de Vernerincita á
su esposo á sacudir el yugo extranjero . - Guillermo, Werner y Arnold se
unen para libertar la patria . - Lugar en que se reunian los conjurados ,

I.

Una alta montaña se alza á orillas del lago de Altorf, que da


nombre á la capital de los tres cantones . En la cumbre de esta
montaña habia una pobre choza, rodeada de un campo, de un vi
ñedo y de una huerta.
Descubríase desde aquella elevacion una magnífica perspectiva;
valles cortados por montes y rocas desgajadas, arroyos y rápidos
torrentes , ora cayendo en hirviente cascada al través de las peñas ,
ora serpenteando en lechos de fina yerba, regaban anchas praderas
y se precipitaban en los lagos .
Aquella cabaña, tan pintorescamente situada en medio de una na
turaleza agreste y magestuosa, era la morada de Guillermo Tell .
Robusto , activo , justo, amante, buen amigo y buen patriota ,
Guillermo Tell ejercia la influencia de la virtud y de la energía en
medio de sus sencillos compatriotas . Encontrábalo el alba, ó al pié
792 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

del arado ó cazando en los bosques . Su puerta siempre abierta , su


mesa siempre servida eran a todas horas el refugio y el amparo de
los pobres .
Rara vez se encontraron reunidas en tan magnífica armonía la
grandeza del alma , la nobleza de los sentimientos y las fuerzas fi
sicas .
Casóse con una pobre huérfana, de la cual tuvo un hijo, y á los
goces del amor y de la paternidad , Guillermo era bastante feliz
para poder unir las dulzuras de la amistad que profesaba á Arnold
Anderhalden , labrador como él , establecido con su padre y su hija
en uno de los montes que separan á Urí de Underwald .
Un dia fué Arnold condenado por una ligera falta á perder dos
bueyes, como multa, y el satélite de Landenberg , que los desuncia
>

para llevarlos á su amo, dijo :


-Los gañanes pueden ellos mismos tirar muy bien del arado.
Indignado de fal insolencia, arremetió Arnold contra el soldado,
le cortó los dedos de una mano, y huyó á los montes .

II .

Landenberg, no pudiendo vengarse de Arnold , mandó prender a


su anciano padre y le hizo sacar los ojos.

En tal estado, el hijo de Guillermo Tell condujo al infeliz anciano


á casa de su padre .
La escena es desgarradora: la mujer de Guillermo pierde el co
nocimiento , y su marido tiene que apoyarse en una roca para no
caer .

¡ Quién pudiera describir las sensaciones producidas en su alma


por tan cruento espectáculo !
-¡Ah ! esclama el anciano ; huis horrorizados de mi pre
sencia , temeis que os manche la sangre que inunda mi rostro .
Guillermo Tell se arroja en sus brazos llorando , y cuando des
pues de algunos minutos puede dominar su emocion , le dice :
-¡Oh , tú , el mas virtuoso de los hombres! ¡ Tu desgracia no
puede aumentar el respeto que me inspirabas, pero aumenta mi
ternura у estrecha el lazo que nos unia ! ¿ &Por qué, cómo, dónde
GUILLERMO TELL . 793

esos malvados han cometido crímen tan espantoso ? ¿Qué les has
hecho? ¿ Tu hijo habrá muert: en tu defensa ? Pero yo le reempla
zaré: yo heredo hoy para títi su cariño filial y el deber de ven
garte .
-No acuses á mi hijo, respondió el anciano : vive , aunque
no está á mi lado. Sentadme entre vosotros , y escuchad el relato
de mi desgracia. Estábamos en el campo desde bien temprano esta
mañana mi hijo, mi nieta Clara y yo , cargando en la carreta los
haces de la mies, cuando de repente se presentó un soldado que ,
hollando nuestras mieses , llegó hasta el carro , lo examinó , уy desun
ciendo los bueyes , se disponia á llevárselos. ¿Con qué derecho ,
le dijo Arnold , te llevas estos animales que son el único bien con
que alimento la familia y con que pago áa tu gobernador el tributo
que le sirve para pagar tu salario?—Obedece, respondió el solda
do , y no interrogues á tus amos: ganapanes como tú, pueden
muy bien uncirse al arado y la carreta .—Al oir estas palabras, ví
-

que el furor inqlamaba los ojos de mi hijo, y arrebatando con vio


lencia el yugo de los desuncidos bueyes que el soldado tenia en la
mano, descargó con él un golpe sobre el insolente esbirro, que le
bizo brolar la sangre de la mano al quererlo parar. Huyó el mise
rable , y yo retuve á Edmundo por los brazos , suplicándole corriese
á ocultarse en los montes contra la saña de nuestros implacables
opresores . Él no queria , y tuve que emplear toda mi autoridad
para obligarle á partir. Volvimos inmediatamente a la cabaña;
proveyóse de lo necesario , y corrió á esconderse en las montañas
de Underwald , y yo mismo me disponia a ir a ver al tirano en Altorf,
para ver si todo sentimiento de justicia se hallaba extinguido en su
corazon , cuando de repente fué la cabaña cercada é invadida por
una porcion de soldados que buscaban inútilmente a mi hijo, y que
no pudiendo encontrarlo, se apoderan de mí , me cargan de cade
nas , y me conducen á la capital . Presentanme ante Gesler, que ex
clama al mirarme. — ¿Dónde está tu hijo? Es preciso entregarlo, ó
pagar por él . —¡ Hiere ! le dije, yo daré gracias a Dios , si debo á
.

tu barbarie , el darle dos veces la vida . Fijó en mi su terrible mi


rada , y sin responderme ni una palabra, despues de una breve pau
sa , hizo un signo á sus verdugos , y en su presencia, me derriba
en tierra y me clavaron un acero en los ojos.
-Basta, dijo entonces Gesler , dejad vivir a ese pobre ciego , para
que vaya en busca de su hijo . - Me arrastran fuera de su presen
794 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cia , y extendiendo los brazos en las tinieblas , voy á caer sin sentido
>

en los de mi nieta Clara .


Despues de madura deliberacion , la desolada familia tomó el
partido de enviar á Clara, la hija de Arnold , acompañada del bijo
de Guillermo , á llevar víveres é instrucciones al fugitivo ; y Gui
llermo, abrazándolos tiernamente y á su esposa antes de partir , mar
chó en distinta direccion.

II .

Las maldades del género de las que acabamos de describir, se


multiplicaban por do quiera .
Mientras que los ciudadanos y campesinos gemian bajo la mas
dura opresion , y eran víctimas de toda clase de ultrajes, los seño
res feudales , partidarios de la casa de Austria , estaban seguros de
encontrar en los bailíos una indulgencia sin límites , y en cambio
de la servil sumision á sus caprichos , tenian la seguridad de en
contrar siempre de su parte el tribunal imperial .
Verdad es que , muchas veces la complicidad de los jueces no
bastó.para asegurarles la impunidad , porque las víctimas ultrajadas
tomaron la justicia por su mano.
El señor del castillo Schwanaud , situado en una isla del lago
Lowertz, se habia propasado a las mas culpables violencias con una
jóven de Art, hija de honrados padres, y el culpable pereció á ma
nos de los hermanos de la joven deshonrada.
El señor de Wolfenschiers, en el país de Underwald , amigo de
Landenberg , vió á Alzellen , hermosa mujer, casada con Conrado
Baumgarten , y averiguando que su esposo estaba ausente, dirigióle
>

las proposiciones mas ultrajantes exigiéndole que le preparase un


baño. Apenas habia entrado en él , corrió la mujer á llamar á su
marido , refiriéndole lo que pasaba. Lleno de indignacion , entró
Conrado en su casa y dió muerte al audaz caballero .
Fugóse Conrado para librarse de la saña de Landenberg, mas
perseguido por los arqueros del bailio al través de los montes, cor
rió á orillas del lago en busca de una barca en que ponerse en
salvo . Pero la tempestad se habia desencadenado sobre el lago,
bramaba el huracan, y las olas embravecidas no consentian bagel
alguno sobre sus crestas espumosas. Los barqueros consideran
IUSTORIA
LAS
CUOIONISDE
PEHSK
POLITICAS
RELIGIOSAS
EUROPA Y
EN
BAUMGERTEN.
SALVANDO
A
GILLERMO
TELL
GUILLERMO TELL . 795
como una temeridad el embarcarse, y ni los ruegos ni el oro son
bastantes à inducirlos á arrostrar una muerte segura . Entre tanto
los soldados del bailío se aproximan, y Conrado el vengativo es
poso no puede escapar de sus manos. Su perdicion es infalible;
pero no : Guillermo Tell , el célebre marino , el gran cazador de
Uri, aparece a su lado como por encanto , y le dice :
>

-Sígueme y estas salvado.


-

Conrado por toda respuesta le señala los soldados que esparcidos


por la montaña se adelantan formando un círculo que se extiende
por ambos lados hasta la orilla del revuelto lago . Guillermo tomán
dolo por la mano lo conduce a una roca al abrigo de la cual habia
un esquife amarrado, y desamarrándolo con una mano , se lo señala
con la otra diciéndole : - ; entra y serás libre!
- Amigo Guillermo, le dice Baumgarten estrechándole afectuo
samente la mano: esa barca seria nuestro ataud , porque no ha
liabido un solo marinero que quiera embarcarse por ningun precio
y yo no debo aceptar el inútil sacrificio de tu vida que debes á la
patria .
– Ten confianza en Dios y en mí, y no perdamos un momento ,
que ya llegan aquí las flechas de los soldados. Y diciendo esto lo
tomó con sus atléticos brazos, entró con él en el esquife, y apoyan
do un remo con toda la fuerza de que era capaz contra la roca, lo
hizo engolfarse rápidamente en el lago, precisamente cuando los ar
queros llegaban á la orilla .
La tempestad se calmó poco a poco ; apaciguáronse las ondas del
lago y Guillermo remando con incansable ardor condujo al fugitivo
á puerto seguro .
En tal estado de cosas, cuando no habia mas ley que la fuerza ,
y cuando el recurso de los tribunales era no solo estéril sino peli
groso , era imposible que no estallaran desórdenes y venganzas por
todas partes .
En lugar de contemporizar, los bailíos insultaban al pueblo hasta
conducirlo a la desesperacion , perseverando en sus tiránicas medi
das . No contentos con atentar á los fueros concedidos por los em
peradores á los suizos, hollaban los fueros de la naturaleza, mil
veces mas sagrados que las concesiones de los poderes sociales; de
rechos que están grabados en la conciencia con caracteres eternos.
796 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

IV .

En tanto que los pueblos de estos valles , tan venturosos en otros


tiempos , gemian bajo el yugo de la opresion extranjera , y que los
orgullosos déspotas añadian la irrision al ultrage, una mujer enér
gica , la esposa de Werner-Stauffacher, de Steinen, encendia en el
corazon de su marido el ódio contra la tiranía .
-¿Hasta cuándo veremos gemir al oprimido, y al opresor in
sultando su miseria? ¿Estaremos condenados á ver al extranjero
dueño de estas tierras y heredero de nuestros bienes? ¿ Qué esperan?
¿por qué no obran nuestros montañeses? ¿Hemos de vernos reduci
dos á amamantar nuestros hijos para consagrarlos á la mendicidad
у á educar nuestras hijas para que sirvan de mancebas á los opreso
res de la patria? ¡ Lejos de nosotros la idea de tan humillante des
tino !
Werner no respondió a su mujer; pero descendió a la aldea de
Brunnen, á la orilla del lago , donde se embarcó para dirigirse á
Urí á casa de Walther Furst , en Attinghausen , donde encontró á
Arnold , que huyendo de la venganza del bailío habia corrido á
buscar allí un refugio .
Deploraron juntos los males de su país , la barbarie de los go
bernadores extranjeros, que con desprecio de sus fueros heredita
rios les impusiera el Emperador. Recordaron la inutilidad de las
reclamaciones que le habian dirigido contra la tiranía de sus repre
sentantes, y las amenazas con que respondió a sus quejas. Alli
formaron la resolucion de libertar á su patria de tales calamidades,
conviniendo en que no habiendo concedido Dios á nadie la facultad
de pisotear los derechos de los pueblos, ellos debian revindicar los
suyos á riesgo de su vida , antes de consentir en legar á sus hijos
tan vergonzosa herencia.
Despues de tomar resolucion tan digna , convinieron en que cada
uno en su respectivo canton se concertaria con los hombres mas de
cididos y sondearia la opinion de sus amigos, para saber lo que es
taban dispuestos a hacer por la libertad y la salvacion comun .
GUILLERMO TELL . 797

V.

Reuniéronse otras muchas veces favorecidos por la oscuridad de


la noche en una solitaria montaña á orillas del lago de los cuatro
cantones .
La tradicion ha rodeado de un misterioso respeto el lugar en que
las citas de los conspiradores tuvieron lugar. Era un estrecho prado ,
cercado de espesos matorrales, en los límites de los tres cantones de
Urí , Underwald y la aldea de Brunnen . Era conocido con el nom
bre de Valle de Rutli ó Grutli, derivado de una palabra alemana
>

suiza , que significa desmontar. Reuníanse allí , lejos de las miradas


y de las habitaciones de los hombres, y muy pronto, por sus recí
procas comunicaciones, llegaron a convencerse de que no habia
uno solo entre todos sus compatriotas que no prefiriese la muerte á
la esclavitud .
La noche del 17 de noviembre de 1307 , acudieron a la cita Gui
llermo, Arnold y Werner, acompañado cada uno de diez hombres
de honor y de una fidelidad á toda prueba , resueltos á sacrificar su
vida por la libertad de su país.

VI .

Los tres primeros, levantando las manos al cielo , juraron vivir y


morir para la defensa de los derechos del pueblo injustamente opri
mido , y no emprender nada sino de comun acuerdo, resignándose
los tres á correr la misma suerte ; no soportar ni someterse á nin
guna injusticia ; respetar los derechos yy propiedades del conde Habs
bourg y no hacer mal alguno á los bailíos imperiales ; pero impe
dirles desolar el país y continuar tiranizándole . Los otros treinta
conjurados levantaron tambien las manos y repitieron el mismo ju
ramento .

La escena era imponente , y allá entre sueños debieron presen


tarse entre las angustias de la pesadilla, á los opresores de la Hel
vecia , las treinta y tres fantásticas figuras de los patriotas monta
ñeses, que alzaban las manos al cielo jurando desde lo mas hondo
de su conciencia librar á si patria de la opresion extranjera.
Tomo I. 403
798 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Espectáculo admirable ofrecian en efecto aquellos bravos ciuda


danos , que nos trae á la memoria los asturianos uniendo sus es
fuerzos en las cumbres de Covadonga para librar a la patria del
yugo extranjero.
Los conjurados escogieron la primera noche de año nuevo para
llevar a cabo su designio , y abrazándose fraternalmente , se sepa
raron volviéndose á sus respectivos cantones , para preparar en se
creto los elementos de la lucha .
CAPITULO III.

SUMARIO .

Prision de Clara Arnold y de Gemmi, hijo de Guillermo . - El sombrero del bai


lío.-Los conjurados se deciden i dar el grito de emancipacion . - Guillermo
se niega á saludar el sombrero de Gesler . - Es preso y conducido á presencia
del bailio . - Anuncia Guillermo al tirano la suerte que le aguarda.- Presén
tanle Gemmi y Clara , que aparentan no conocerlo . - Feroz sentencia de Ges
ler . - Guillermo Tell arrebata con una flecha la manzana de la cabeza de su
hijo . - Terror de Gesler.- Manda pronder de nuevo á Guillermo . - El pueblo
se amotina.

1.

Volvian Clara, la hija de Arnold , y Gemmi , hijo de Guillermo , de


llevar instrucciones y víveres al padre de la primera por senderos
extraviados, a través de las montañas del canton de Uri , cuando
fueron alcanzados por un hombre armado y cubierto con una larga
capa, que les dijo:
-Ved aquí , amigos , á un cazador extraviado en la montaña :
he perdido á mis compañeros y la noche ha cerrado tan oscura ,
que no podria volver á Altorf si no me acompañais. Hacedlo , y re
cibireis una buena recompensa .
—- » La recompensa está en la buena accion , le respondió Cla
ra . Nosotros sabemos el camino de Altorf y tendremos tanto gus
to en volveros á vuestra familia, como lo tendriais vos en devol
vernos a nuestros padres.
Así diciendo, continuaron los tres su camino . Observaba el caza
>
800 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

dor en silencio á sus jóvenes guias , y por último dijo al jóven :


-¿Quiénes son vuestros padres? ¿Habitais en Altorf?
-Mi padre es un labrador y no vive en la ciudad .
-¿En dónde vive , pues?
-En las montañas , en una soledad , donde cultiva su campo y
practica la virtud .
-¡La virtud! exclamó el cazador sonriendo irónicamente. Nun
ca hubiese creido que conociéseis tal palabra á vuestra edad.
¡Es la primera que me han enseñado!
-¿Y sabeis lo que significa?
-Creo que sí .
-Esplicádmela, pues.
– Tres palabras bastarán : temer á Dios, amar al prójimo co
mo á sí mismo, y odiar á sus opresores .
-Y quienes son esos opresores? preguntó el misterioso ca
zador .
-Los tiranos y sus satélites .
-En Suiza no hay tiranos .
El hijo de Guillermo Tell no respondió, y los tres continuaron en
silencio su camino .
Al llegar a las puertas de Altorf, el desconocido , deteniéndose
de repente , preguntó al hijo de Guillermo por su padre .
: -0s hemos acompañado hasta aquí sin preguntaros quien
sois ; pero nuestra confianza no irá mas adelante .
Al escuchar esta respuesta el desconocido, dirigiéndose á los sol
dados que guardaban la puerta de Altorf, mandó que los conduje
sen á un calabozo .
El desconocido era Gesler .

II .

Las respuestas de Gemmi fueron para Gesler una revelacion .


¡ Cuán grande no debia ser el ódio que inspiraba al pueblo cuan
do hasta los muchachos se expresaban en tales términos anle gen
tes desconocidas! Los jóvenes dicen lo que sus padres y abuelos les
han enseñado. Estas consideraciones turban su reposo y llenan su
alma de inquietud, y para ocultar su terror, prepara nuevos alar
des de fuerza, capaces, en su concepto, de aterrar á los suizos.
GUILLERMO TELL . 801

Para asegurarse la sumision de los habitantes y poder reconocer


á los enemigos del Austria , ocurriósele entre otros medios el de co
>

locar en la plaza de Altorf su sombrero sobre un palo, publicando


una órden por la cual se obligaba a todos los que pasasen por de
lante á descubrirse humildemente. En vano algunas de las perso
nas que lo rodean le representan lo absurdo de semejante órden ;
Gesler nada escucha, y su voluntad se cumple .
Sus soldados guardan las avenidas de la plaza, y obligan á cuan
tos
pasan á descubrirse é inclinar la cabeza con respeto ante aquel
signo del poder despótico de la casa de Austria sobre los suizos .
Sarnem , ministro secreto y fiel de sus deseos , está al frente de los
soldados, espiando , no solo las acciones , sino las miradas у la ex
presion de los semblantes de los que cruzan la plaza.
El pueblo , entre indignado y aterrorizado , se apartaba de aquel
siniestro lugar , donde á cada momento esperaba ver los horrores
de una tragedia ó la perpetracion de algun crímen .
¡Cuán cierto es que el poder enorgullece y ciega á los hombres ,
conduciéndolos á la insensatez y tras ella á su ruina!

III .

Mientras que los soldados del bailío levantaban en la plaza de


Altorf el mástil coronado con el sombrero de Gesler, Guillermo
Tell llegaba a casa de Werner cargado de flechas y lanzas, que
ambos ocultaban en parage seguro, consagrando despues el dia
á repartirlas á sus amigos .
Apenas tiende la noche su negro manto , cuando Werner y Gui
llermo , despues de tomar algun alimento, se dirigen á la caverna
de Grutly. La nieve cae en abundancia , los caminos están solita
rios . Buscando en la oscuridad, á orillas del lago encuentran una
barca barada . Guillermo quiere ponerla á flote, pero la tempestad
.

arredra á Werner .
-Arnold nos espera, dice Guillermo ; no sé si podremos lle
gar , pero sé que debemos intentarlo.
Werner no le responde, pero arrima la espalda á un costado de
la barca : Guillermo le imita , y empujándola con todas sus fuerzas,
la botan al agua y pronto navegan sobre sus agitadas olas, y re
mando con vigoroso esfuerzo, calados de agua, cubiertos de nieve ,
802 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

llegaron á la caverna á cuya entrada los esperaba Arnold . Al es


cuchar sus voces, este se adelanta y los abraza derramando un tor
rente de lágrimas .
-¡Mi padre , mi hija! balbucea entre sollozos .
-

-Están vivos y en mi casa , al cuidado de mi mujer, le responde


Guillermo .
-¡Que Dios sea loado ! esclamó Arnold. Ahora solo pensemos
en redimir la patria de la esclavitud . En el silencio de esta sombría
V solitaria caverna ,' he meditado un plan audaz, pero indispensable :
pasado mañana al romper el dia debemos estar los tres en la plaza
de Altorf, seguidos de los patriotas de los tres cantones ; atacar la
ciudadela y apoderarnos de los tiranos, ó morir en la demanda .....
Despues de maduras deliberaciones , el plan fué adoptado .

IV .

El sol brillaba ya en el horizonte , cuando Guillermo Tell entró


en Altorf. Llega á la plaza, y el primer objeto que atrae sus mira
das es el palo y la gorra bordada de oro con que remata, y al re
dedor los centinelas paseándose en silencio . Adelántase admirado, у
observa que , al pasar ante el palo , los paisanos se descubren y pros
ternan .
Indignado de ver tanta insolencia de una parte yУ tanta humilla
cion de otra , detiénese sin poderse dar apenas cuenta de lo que vé .
Silencioso , inmóvil, apoyado en su gran arco mira estupefacto aquel
espectáculo degradante .
Su actitud digna y noble forma tal contraste con la escena que
le rodea, que todas las miradas se fijan en él . Sarnem que mandaba
9

la guardia, poniéndosele delante, le dijo con tono altanero y ame


nazador :
-¿No sabes la ley que se ha proclamado obligando á todo ha
bitante de Altorf á inclinarse ante ese signo del poder de Gesler ?
¡ Quien quiera que seas descúbrete ó tiembla !
–Ignoraba esa ley, respondió Guillermo; y jamás hubiera crei
do que la embriaguez del poder pudiese conducir á este exceso de
tiranía y de demencia ... ¡ La cobardía de este pueblo parece justi
ficarla , sin embargo ! Yo escuso y aplaudo á Gesler: él debe tratar
nos como esclavos , y nunca podrá despreciar bastante á hombres
GUILLERMO TELL . 803 1

tan bajos, que se someten á un capricho tan degradante . En cuanto


á mí, añadió fijando en Sarnem una mirada llena de fiereza, nunca
inclino la cabeza mas que ante Dios .
-¡Temerario! esclamó el jefe de la guardia; arrodillate y pide
perdon, ó prepárate á expiar tu audacia.
-Primero me arrancaria la vida que cometer tal bajeza, res
pondió Tell .
Apenas pronunció estas palabras , los soldados que se habian
acercado durante el diálogo precedente , á un signo de Sarnem , se
arrojaron sobre él , lo desarmaron, y se apoderaron de su per
>

sona .

Algunos minutos despues, rodeado de picas y alabardas, 'compa


recia ante Gesler .
La saña brillaba en los ojos del tirano ; el mas profundo desden
se revelaba en la fisonomía del prisionero .
Sarnem refiere al bailio lo que acaba de pasar y la audacia de
las palabras de Guillermo.
Su aspecto y la imponente tranquilidad de su semblante turbaron
al gobernador. Un terror involuntario, un secreto presentimiento
parecia advertirle que tenia delante al que debia castigar sus crí
menes .

-¿Quién te ha inducido á desobedecer mis órdenes y á rehusar


al emblema de mi autoridad el homenage que me debes? Habla,
defiendete y podrás obtener tu perdon .
Mirólo atentamente Guillermo , sonriendo con amargura.
-¡Castígame, le dijo , pero no pretendas que te descubra mi
pensamiento ! La verdad no llegó nunca á tu oido y no podrias so
portarla.
-Quiero escucharla de tu boca: habla .
—Yo no instruyo tiranos ; pero el horror que me inspira su pre
sencia no debes confundirlo con el miedo. Yo les recuerdo sus críme
nes , y les pronostico su suerte: escucha , puesto que quieres oirme.
La medida de nuestro sufrimiento desborda por todas partes; pero el
dia de la justicia está cercano . Escucha el grito de los inocentes que
gimen en los calabozos; los ayes de los niños y las viudas que te
piden sus esposos y sus padres que espiraron en los tormentos; su
sangre brota de tus manos, y te hace despertar sobresaltado en
medio de las tinieblas de la noche. En vano se cierran tus ojos para
no verla . Los que sobreviven á tus crueldades , abandonan sus bie
804 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

nes y el fruto de su trabajo á tu insaciable avaricia, y huyen á


ocultarse en los bosques y en las cavernas . ¿Y qué hace ese pueblo
temeroso á quien tu solo nombre , infunde mas terror que el estruendo
de las abalanchas de nieve que se precipitan de las montañas para
sumergir nuestras aldeas? De rodillas sobre las rocas eleva al cielo
las manos pidiendo venganza. Y bien , Gesler, yo te lo anuncio, las
plegarias de todo un pueblo , los gritos de tantos inocentes perse
guidos é inmolados por tu órden , no han podido menos de llegar al
Todopoderoso , y su justicia va á herir al culpable y á librar á mi
patria . Tales son mi esperanza , mis votos y mi pensamiento: pues
to que deseabas te dijera la verdad, ya la has oido.

V.

Mientras Guillermo hablaba, Gesler confrontó las palabras de Gem


>

mi con las del hombre audaz que tenia delante, y adivinó que sus
jóvenes prisioneros debian pertenecer á la familia del que arrostra
ba su furia en aquel momento. En lugar de responder á Guillermo
Tell , dió secretamente la orden de que trajesen á Gemmi y á Clara,
y ocultando entretanto su emocion, como si no le hubieran produ
cido el menor efecto las palabras que acababa de escuchar , le in
terrogó acerca de su estado, su familia y la posicion social que
ocupaba en Urí .
Guillermo no le ocultó su nombre, y el bailío, que lo conocia de
fama, no pudo menos de exclamar:
-¿Conque tú eres el montañes, cuyas flechas dan siempre en
el blanco; el marino tan hábil en conducir una barca?
-Yo mismo, le respondió Tell , en el momento en que Sar
nem entraba conduciendo á Clara y á Gemmi.
En cuanto Guillermo percibió a su hijo, corrió hacia él excla
mando : -; Hijo mio , quién te ha traido aquí!
Pero cual no fué su admiracion , cuando oyó á Gemmi que le
decia :
-Yo no os conozco , ni sé quien sois .
Guillermo quedó con los brazos extendidos hácia su hijo, inmó
vil y sin poder darse cuenta de lo que oia; pero su admiracion cre
ció aun mas al ver que Clara confirmaba las espresiones de su hijo.
Sin embargo lo que no ha podido comprender en la confusion del
GUILLERMO TELI.. 805

momento, Gesler lo adivina. Gemmi niega a su padre, deseoso de


salvarlo , y una feroz alegría se revela en el semblante del tirano.
—Este jóven es tu hijo, y en vano tratais de ocultarlo . Él , como
tú , me ha ofendido, y voy á imponeros una pena que iguale á
vuestra temeridad. Escucha, yo quiero al castigarte rendir home
nage á esa rara habilidad de que tan orgulloso está tu país: quiero
que contemplando mi justicia, el pueblo de Altorf admire tu des
treza . Prepara tu arco ; colocarán á tu hijo delante de tí á cien pa
sos de distancia con una manzana sobre la cabeza , que deberá ser
vir de blanco a tu flecha. Si tu mano es bastante segura para ar
rebatar la manzana sin herir a tu hijo , ambos sois libres ; si te resis
tes á esta prueba, uno y otro morireis al instante .
Bárbaro! esclamó Guillermo ; i; qué demonio ha podido
inspirarte tan espantosa idea! No, no esperes que yo acepte la prue
ba : antes morir que ser el asesino de mi hijo. Escucha, Gesler: ni
tus soldados, ni el ejemplo de un pueblo, ni el temor del suplicio
han podido obligarme á descubrirme en la plaza ante tu sombrero;
líbrame del peligro de matar á mi hijo, y abogando mi orgullo, do
blaré ante tí la rodilla .
-No hagais tal cosa, padre mio , gritó Gemmi; yo acepto la
prueba. Y dirigiéndose á Gesler añadió: suceda lo que quiera , tú
has prometido la vida de mi padre, y mi padre será libre . —Y arro
jándose en brazos de Guillermo , le dijo entre sollozos: — Tranqui
lízate, padre mio : el cielo guiará tu mano .
Gesler, insensible en medio de escena tan conmovedora, repite la
órden : jó aceptad la prueba, ó morid ambos!
Guillermo lo escucha con la cabeza baja, y sin soltar á Gemmi de
los brazos; pero levantándola despues de algunos instantes, miró
fijamente al gobernador, con los ojos bañados en lágrimas, y dijo
con voz grave y firme:
-;Obedezco : que me conduzcan a la plaza!

VI .

Llevando a su hijo de la mano, rodeado de guardias y seguido de


Gesler, llegó Guillermo Tell a la plaza. Informado el pueblo de lo
ocurrido, acudió en tropel por todas partes .
Un triste y sombrío silencio, hijo del temor y de la ansiedad que
TOMO I. 104
806 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

embargaban los ánimos , aumentaba la solemnidad de la escena .


Todas las miradas estaban fijas en Guillermo y en su hijo, todos
los corazones palpitaban temerosos de una catástrofe espantosa.
Mídese el espacio y cierran los tres frentes del cuadrilátero con
dobles filas de soldados . Colocan á Gemmi en la extremidad , en pié
>

y con los ojos vendados . Gesler, rodeado de sus guardias, á algu


na distancia detrás de Tell , observa con secreta inquietud el lúgu
bre aspecto que el pueblo ofrece; y Guillermo, en pié , inmóvil , y
con la vista fija en tierra, espera la órden .
Gesler , hizo la señal y Guillermo pidió su arco ; pero se lo ne
garon , diciéndole que escogiese uno entre los de los arqueros presen
tes . Temian sin duda, que sirviéndose del que estaba acostumbrado
á usar, saldria airoso de la prueba. Confórmase él con cualquiera
que le den ; pero como solo le ofreciesen una flecha, rompió la
punta adrede al probarla y pidió que le trajesen su aljaba para es
coger otra . Hicieronlo así уy entonces con el mayor disimulo ocultó
una bajo su túnica .
>

Armado el arco, fijó en su hijo una larga y penetrante mirada ,


alzó los ojos al cielo, y , arrojando arço y flecha, pidió que le deja
ran hablar con Gemmi. Condujeronlo hasta el cuatro soldados, y
procurando aparentar una firmeza que no tenia , le dijo :
—Abrázame y haz con la mayor exactitud lo que voy a decirte. No
te muevas, pon una rodilla en tierra y así estarás mas seguro de
no hacer involuntariamente ningun movimiento .
Despues que Gemmi se colocó segun su padre le habia dicho este
puso sobre su cabeza la manzana, y volviéndose bruscamente, cor
>

rió á su puesto, y recogió el arco y la flecha .


Dos veces levantó el arco con la cuerda tendida y dos veces lo
volvió á bajar sin apartar entretanto la mirada de su hijo . Por úl
timo, reuniendo toda su destreza, su valor y sus fuerzas , é invo
cando al Todopoderoso, lanza la flecha que , resbalando sobre los
cabellos de su hijo , con un silbido semejante al de una serpiente ,
va á arrebatar la manzana , clavada en su punta.
Resonó en la plaza un grito universal de alegría. Gemmi corrió
á abrazar a su padre. Pálido, inmóvil, agotada su alma por el es
fuerzo que acababa de hacer, Guillermo parecia insensible , por
último, con el sentido trastornado, vacila y cae en los brazos de
su hijo, que se apresura á socorrerlo, descubriendo involuntaria
mente la flecha que Tellocultara bajo su túnica. Gesler, que se
GUILLERMO TELL . 807
habia aproximado entretanto , se la arrebató, y al ver que Guiller
mo se recobraba , le dijo :
- Arquero sin igual , yo cumpliré mi promesa; pero antes di
me para que querias esta flecha, que guardabas bajo tu vestido .
Puesto que no debias tirar mas que una vez , ¿para qué querias
dos ?
- ; Tirano ! le respondió Guillermo; para partirte el corazon
con ella , si hubiera tenido la desgracia de matar á mi hijo .
Al oir estas palabras, Gesler lleno de espanto, corre á refugiarse
en medio de sus soldados, revoca su promesa y ordena á Sarnem
que arreste a Guillermo , y lo conduzca á los calabozos del cas
tillo .
Murmura el pueblo y se amotina, Gesler se apresura á retirar
se , y pone sobre las armas sus soldados, disponiendo que nume
rosas patrullas de austriacos recorran la ciudad, obligando á los ha
bitantes á refugiarse en sus casas . ¡ El terror reina en Altorf, y los
verdugos se preparan á hacer nuevas víctimas!
CAPÍTULO IV.

SUMARIO.

TIer: jca resolucion de la faniilia de Guillermo . - Gesler abandona el cusullo


llevándose á Guillerino . - Tempestad en el lago . - Ofrece Gesler la libertad
á Guillermoc n tal que le salve de la borrasca.muillermo se aprusecha
de aquella circunstancia y logra saltar á tierra . - Persignele el bailio y sus
soldados:-Guillermo Tell da muerte Gesler . - Reunese lueg ) i sus amigos
y juntos atacan y toman el castillo de Altorf - Los suizos victoriosos por
claman la república federal.

I.

Gemmi lleva áa la cabaña de sus padres la triste nueva de la


prision de Guillermo. La afliccion es grande, pero el anciano cie
go , la débil mujer y el jóven imberbe toman una resolucion he
róica. Segun los conjurados habian convenido , encendiendo hogue
ras en determinados sitios de las montañas, debian darse á cono
cer reciprocamente sus alzamientos; y seguros de que al ver el fue
go encendido en la colina de Guillermo, los patriotas de los otros
cantones se armarian para volar á su defensa , pegaron fuego á su
propia cabaña, y dando un adios á sus humeantes ruinas, corrie
ron á llamar á las puertas de sus amigos excitándolos al combale.
Werner descubre desde Schuytz las llamas que arrojaba la ca
baña ; Arnold, se regocija al contemplarlas, y Furst, desde en medio
de Urseren, no duda que Guillermo al frente de los bravos de Al
torf ha dado la señal y los llama a su socorro .
GUILLERMO TELL . 809

Los tres patriotas, como movidos de un solo resorte , se arman y


corren en busca de sus fieles amigos, llamándolos a la defensa de
la libertad . A sus voces , todos se arman , se reunen en silencio , se
organizan en batallones y casi en un mismo instante los tres jefes
marchan cada uno por su lado hacia Altorf seguidos de legiones,
ſlacas por el número, aunque fuertes por el valor, y resueltas á pe
recer ó libertar á su país .
Todos apresuran el paso . Retardados en su marcha por las nie
ves , por los torrentes y el mal estado de los caminos, todos temen
llegar tarde al temible castillo , que deben atacar simultáneamen
te y que ha de caer en sus manos, junto con el tirano y con su
víctima.

II .

Inquieto Gesler У alarmado por el movimiento que observaba en


el pueblo, temia por su prisionero y por su propia vida . Receloso
y precavido, lomó varias medidas, entre las cuales una bastaba para
inutilizar los refuerzos de los conjurados que deseaban apoderarse
de su persona, Al oscurecer de aquel mismo dia, reflexionando el
bailio , que en su fortaleza llena de reclutas, no habia víveres sufi
cientes para sostener un largo sitio , y temiendo verse sin comuni
caciones con su ejército que estaba esparcido en los alrededores de
Lucerna, llamó á Sarnem , y le dijo :
-Esta noche marcho, y tú mandarás en mi ausencia. Te con
fio mis bravos soldados que a nadie obedecen mas que á tí, Voy á
buscar refuerzos para castigar a esa vil canalla que murmura; pre
párame una barca grande acompañada por cincuenta soldados es
cojidos de mi guardia. En cuanto cierre la noche haz conducir á la
barca á ese temerario Guillermo, á quien no arredra mi poder, car
gado de cadenas уy bien custodiado. Quiero conducirlo yo mismo al
castillo de Kusnack, en la extremidad del lago de Lucerna , donde
mejor guardado que aquí esperará en un calabozo á que yo vuelva
con mis tropás, y que pueda ponerlo en el tormento, para enseñar
á los habitantes de Altorf lo que se gana en ultrajarme.
Orgulloso Sarnem de verse escojido por el gobernador para reem
plazarlo, se apresuró á obedecer sus órdenes.
Pronto la barca estuvo preparada; cincuenta arqueros escogidos
810 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

conducen á Guillermo Tell cargado de cadenas, que apenas le per


miten moverse , y Gesler, disfrazado y solo , acude al embarcadero .
Manda arrojar al prisionero en el fondo del buque rodeado de ar
У dinero á marineros y soldados y se aleja
queros ; reparte licores
la barca sin ser percibida .
Voló la barca sobre las olas impelida por una brisa del Sur, que
temperaba el rigor del frio, que la noche, la estacion y la nieve ha
cian insoportable . Era puro el aire, tranquilas las ondas Уy las es
trellas brillaban en la sombría bóveda del cielo .
Todo favorece á Gesler : cruzan el primer lago de los cuatro can
tones en la direccion de Brunnen para atravesar el estrecho que de
be conducirlos al segundo lago .
Guillermo entre tanto, cargado de cadenas, y arrojado en el fon
do de la barca reconoce , al pasar sobre la ribera de la izquierda,
>

las rocas desiertas de Grutly en cuya caverna el dia anterior me


ditaba con sus amigos sobre la libertad de su patria . ¡ Esta vista y
este recuerdo hace vacilar su valor hasta el punto de arrancarle lá
grimas! Devorándolas en secreto se contenta con volver los ojos al
cielo que parece abandonarle , cuando del lado de Altorf descubre
un resplandor rojizo, que pronto se convierte en grandes llamara
das que se elevan por encima de Uri . No hay duda que la hogue
ra arde en la montaña donde está su casa , y halagada su mente por
esta idea , siente trocarse en alegría su desesperacion; porque si
las llamas que parecen alzar al cielo sus lenguas ardientes no pue
den reanimar en su alma la esperanza de salvar la vida, le presa
gian al menos la libertad de la patria .

III .

Tambien Gesler y sus secuaces han percibido las llamas; sor


prendiéronse al principio, pero atribuyéndolas á algun incendio ca
sual , no se preocuparon de una desgracia que no les alcanzaba .
Pero impaciente por llegar , el bailío manda a los marineros que re
doblen sus esfuerzos .
La barca vuelve al occidente, pasa el estrecho , y navega en las
aguas mas profundas del peligroso lago de Underwald . De repente,
cesa el viento Sur, y el Aquilon y el Oeste se desatan con furia so
bre el lago . El uno huracanado amontona las olas, las arroja y
GUILLERMO TELL . 811

las estrella contra los costados del bajel que, cediendo a su furia ,
derriba áa pesar de los esfuerzos de los remeros , corriendo á estre
llarse contra la costa . El otro hiela la almósfera y arroja torbelli
nos de viento y de granizo , envuelve el lago en densa oscuridad ,
azota y hiere la cara y manos de los marineros , obligándoles a aban
donar la maniobra, y arrastrada por los remolinos de ambos vien
tos, la frágil nave dá vueltas sobre sí misma, suspendida sobre los
abismos que amenazan tragarla.
Los soldados, llenos de consternacion y seguros de perecer, caen
de rodillas implorando el perdon de sus pecados .
Gesler, mas acobardado que ninguno , pregunta temblando á los
1

marineros si tienen esperanza de salvar la vida , ofreciéndoles te


soros y recompensas si lo libran del peligro...
Los remeros inmóviles y silenciosos no encuentran respuesta que
darle. Lágrimas de afliccion bañan por primera vez los ojos del fe
roz gobernador.
Guillermo , sin poderse mover del fondo de la barca medio ane
gada, no piensa en la muerte inminente que le amenaza , y la idea
de que la muerte del bailio librará á su patria de muchas afliccio
nes regocija su alma en medio de tantas angustias . Los gemidos y
los tormentos de Gesler , á quien horrorizaba la idea de la muerte
que le amenazaba, contrastaban con la calma y la resignacion de
su víctima.

IV .

Un marinero , dirigiéndose á Gesler, le dijo:


-Estamos perdidos, si no podemos contener la barca , que im
pelida por el Norte se estrellará dentro de algunos instantes contra
las rocas . Solo un hombre, el mas célebre, el mas diestro de los
tres cantones en el arte de arrostrar las tempestades del lago , po
dria salvarnos de la muerte; y este hombre está aquí ...
--¿Dónde , quién es? esclamó Gesler.
-; Vedlo allí cargado de cadenas: ó ponedlo en libertad, ó pe
recemos irremisiblemente!
Gesler se estremece al oir estas palabras: el ódio que Guillermo
Je inspira combate en su alma pusilánime con el amor que sien
le por la vida. Todavía vacila algunos minutos, pero las súplicas
812 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de soldados y marineros que le instan á que se salve y los salve


poniendo en libertad al prisionero; el temor de una rebelior si se
opone á los votos de todos, y la tempestad que acrecienta su furia
por momentos , todo se conjura para obligar á Gesler á pedir la
salvacion de su vida á su propia víctima.
: -Romped sus cadenas, vijo; le perdono todos sus crímenes y le
concedo la vida y la libertad, si tiene bastante destreza para con
ducirnos á puerto seguro .
Soldados уy marineros se apresuran á desembarazar de sus cade
nas al cautivo. Levántase, y sin decir una sola palabra se apodera
del timon; y semejante al caballo desbocado que corre á la ven
tura , pero que regulariza sus movimientos, cuando una mano ágil
maneja la rienda, así la barca obedece al timon desde que la gobier
na Guillermo. Aprovechando en seguida un momento de calma, vira
en redondo y áa pesar de los vientos y de las olas, dirigiendo los es
fuerzos de los remeros, hace rumbo bácia el estrecho que acababan
de pasar.
El miedo y las tinieblas impiden que Gesler se aperciba de que
navegan hácia su punto de partida. Antes que asome el dia se en
cuentran en el lago Urí, y Guillermo descubre en el horizonte el res
plandor de la señal, estrella que lo gnia. Descubre Guillermo el
primero las rocas de Altorf y antes que el tirano se aperciba impele
hacia ellas la barca con la mayor rapidez posible.
Gesler , que ha recobrado si ferocidad aá medida que el peligro
pasaba, observa á Guillermo con una mirada llena de desconfianza:
él queria, pero no se atreve todavía á volverlo á cargar de cadenas.
Sus soldados reconocen el sitio en que se encuentran y se lo dicen:
у acercándose entonces al diestro piloto con fiero ademan le pre
gunta , por qué la barca ha cambiado de rumbo y vuelto hácia
Altorf.
Guillermo no le responde, pero lanza la barca hacia una roca
poco distante de la orilla , y cogiendo al vuelo un arco y una lle
cha de manos de un arquero, saltó con la rapidez del relámpago
desde la barca á la roca , y de otro salto dado con la agilidad de un
gamo de las montañas, llegó á la orilla; mostrándose en seguida
sobre la cumbre, semejante al águila de los Alpes, cuando cernién
dose en las nubes pasea su penetrante mirada en lo mas profundo
de los valles .
GUILLERMO TELL . 813

V.

Repuesto del primer asombro , ordena el bailío que se desembar


quen, y rodeando por todas partes la roca sobre que han visto á
Guillermo , lo traigan vivo ó muerto á su presencia.
Obedecen , atracan la barca y todos saltan en tierra , y organiza
dos en pelotones , corren en busca del fugitivo .
Guillermo á su turno forma tambien su plan de campaña . Viendo
de lejos adelantarse a los enemigos que han jurado su exterminio,
contemplando la flecha que tiene en la mano, reflexiona sobre la
justicia del acto que medita.
-Yo no puedo huir de la venganza del tirano, dice para sí mis
mo; porque si me es fácil librarme de su saña, ¿ cómo podré preser
var de ella á mi mujer y á mi hijo ? Si porque Arnold, en justa de
fensa rompió dos dedos á uno de sus satélites, mandó arrancar los
ojos á su anciano padre, ¿por qué horribles tormentos no haria pa
sar á mi mujer y á mi hijo, si no pudiese encontrarme á mí? ¿Ante
qué tribunal podria yo acusar á Gesler de sus crímenes, cuando el
Emperador, único juez de quien depende, se niega á oir las justas
quejas de un pueblo entero? Pues bien , puesto que las leyes son
hoy letra muerta y no hay juez que decida entre Gesler y yo, no
reconozco desde ahora otra ley que la que arma al oprimido contra
su opresor. Y si debo poner en un platillo de la balanza la existen
cia de mi mujer yу de mi hijo y la independencia de la patria, y en
el otro la sangre del bárbaro tirano, la conciencia me dicta en que
platillo debo poner esta llecha. Muera Gesler , expie sus crímenes
con su sangre y sálvese la libertad .
Conociendo á palmos el terreno que pisa, deja á los soldados
acercarse, y desaparece de cuando en cuando para atraerlos al si
tio que juzga mas seguro para destruir de un solo golpe al enemigo.
Gesler se adelanta rodeado de sus soldados por entre breñas y
desfiladeros; mas al dar vuelta á un recodo del camino, Guillermo
aparece en lo alto de una escarpada roca inmediata, y fijando en él
su mirada de águila que deja al tirano petrificado, lanza la flecha
que va á clavarse en el corazon del bailío , que cae muerto instantá
2

neamente . Tell desaparece de la vista de los soldados consternados,


Tomo I. 105
814 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y saltando de roca en roca , deslizándose sobre el hielo , corre hácia


Altorf como atraido por un iman irresistible .
Pronto reconoce en la nieve las recientes huellas de los numero
sos amigos con que Werner ha salido aquella misma noche de
Schwytz. Acelera sus pasos , y cada vez llega mas distinto á su
oido el rumor de las voces y de las armas de los amigos que le
preceden ; pero la velocidad de su marcha no puede impedir que los
libertadores entren en Altorf antes que él .

VI .

Werner a la cabeza de los guerreros de Schwytz, Furst con los


bravos de Urí, y Arnold seguido de las tropas de Underwald han
invadido la plaza, y Gemmi armado de una lanza pregunta ba á to
dos por su padre , enseñándoles la prision en que todavía le creia
encerrado .
De repente aparece Guillermo entre las legiones de los patriotas
y una aclamacion universal resuena en la plaza y el eco la repite
hasta la cumbre de las montañas. Un silencio profundo sucede al
general clamoreo.
- ; Amigos! exclama el héroe; Gesler ya no existe: este arco y
esta mano acaban de castigar sus crímenes. La patria está venga
da , pero aun no es libre, y no lo será mientras exista una sola pie
dra de la ciudadela que teneis delante. Ataquemos esa temible for
taleza, única esperanza , único asilo de los austriacos.
Y así diciendo, alzó con la mano izquierda el estandarte de Uri, y
empuñando un hacha con la derecha, se dirigió á la montaña. A
su voz las tres legiones se pusieron en marcha.
Sarnem los esperaba preparado, y una nube de flechas y dardos
arrojados desde las troneras y de lo alto de los torreones los reci
ben en cuanto están á tiro. El combate se empeña, pero de una ma
nera bien desigual: los patriotas de los tres cantones combaten á
pecho descubierto sin las máquinas necesarias para abrir brechas,
en tanto que los austriacos arrojan impunemente sobre ellos agua
hirviendo y flechas. Mas el entusiasmo suple por todo, y los solda
dos de Guillermo van adelante á pesar de todos los obstáculos. La
matanza es grande, pero por último pueden rodear el castillo en me
dio de una lluvia de proyectiles que los diezma. El hacha formida
GUILLERMO TELL . 815

ble de Arnold derriba una puerta, y penetra el primero en la for


taleza . Nada resiste aá los golpes de su hacha, y Sarnem que le sale
al encuentro, cae sin vida de un solo golpe que asegura la victoria
á los suizos .
-; Libres sois! dice entonces Guillermo á sus legiones; la ba
jeza con que durante tanto tiempo sufrimos la mas injusta opre
sion , nos ha impuesto el sacrificio de la preciosa sangre de nuestros
compañeros. ¡Antes juremos morir ó ser libres! Juremos ahora por
lasangre de tantas víctimas inmoladas en aras de la patria morir
primero que dejarnos imponer de nuevo la opresion extrangera ni
la opresion interior ,que legar a nuestros hijos tal padron de infamia !
La proteccion que el Emperador nos daba contra la opresion de los
señores feudales se convirtió en la mas insoportable de las tiranías:
protejámonos nosotros mismos en adelante , fundando una república
federal: puesto que la federacion nos ha dado la fuerza para ven
cer, busquemos en ella las garantías de conservacion para nuestra
independencia. »
Las mas ardientes y unánimes aclamaciones acogen las palabras
de Guillermo .

VII .

La lucha no habia sin embargo concluido todavía . Landenberg ,


ocupaba el castillo imperial de Sarnen . Antes que llegase á su oido
la noticia de la muerte de Gesler, fué sorprendido de una manera
ingeniosa al tiempo de salir á misa.
Veinte hombres del canton de Underwald se le presentaron ofre
ciéndole un regalo de aves, cabritos y corderos, y el bailio los invitó
á entrar en su castillo. En cuanto entraron, uno de ellos locó un cuer
no , señal convenida de antemano, y sacando cada uno un bierro pun
tiagudo que llevaban oculto, lo fijaron en la punta de sus bastones y
se apoderaron por sorpresa del castillo ayudados por otros treinta
que esperaban emboscados en las inmediaciones. Landenberg huyó
lleno de espanto por los prados de Alpnach, los conjurados le al
canzaron , y le hicieron jurar solemnemente, que él y los suyos
9

abandonarian para siempre los tres cantones. Despues le permi


tieron retirarse libremente à Lucerna sin sufrir malos tratamientos;
los vencedores se contentaron con celebrar su triunfo, encendiendo
hogueras en las cumbres de sus montañas.
816 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Stauffacher á la cabeza de los patriotas de Schwytz, marchó hácia
el lago de Lowertz y destruyó el castillo de Schwanau.
Uno de los jóvenes que prestaron juramento en Grutly entró en
el castillo de Rossberg de un modo ingenioso . Era su novia una
criada , la cual , con ayuda de una escala de cuerda lo introdujo en
la fortaleza por una ventana de su habitacion . Sirviéndose de la
misma escala hizo él entrar veinte compañeros que le esperaban al
pié del muro . Conducidos por la criada , sorprendieron al castella
no en su propia alcoba , y hubo de entregarse sin resistencia. De
la misma manera se apoderaron de los defensores del castillo que
quedó en su poder.
El primer domingo de 1308 se reunieron los diputados de los tres
cantones y juraron de nuevo su antigua alianza sobre mas sólidas
bases .
CAPITULO V.

SUMARIO.

El emperador Alberto se prepara para castigar á los suizos. Es asesinado en


el camino por el luque de Suabia . - Consecuencias horribles de este cri
men . - Leopoldo, hijo de Alberto, marcha contra los suizos.-Batalla de Mor
garten . - Los austriacos son completamente destrozados . - Solemne pacto ce
lebrado por los suizos en 8 de diciembre de 1516.- Desarrollo progresivo de
la república helvética . - La Europa reconoce por un tratado la independencia
de la Suiza .--Reflexiones .

I.

Al saber el Emperador la revuelta de los suizos , reunió sus tro


pas y marchó al frente de ellas en direccion á Argovia, acompaña
do de la flor de su nobleza .
Entre los principes que le acompañaban, contábase el duque de
Suabia , su sobrino y pupilo , de quien habia retenido injustamente
la herencia paterna .
El 1 .: de mayo salió Alberto de Baden , y al atravesar el Reuss ,
cerca de Windisch , el duque Juan , empuñando su lanza, se la cla
vó al Emperador en el cuello , diciendo: « ¡ Toma el premio de tu
>

injusticia !»
Otros señores sus cómplices siguieron su ejemplo. El caballero
Rodolfo de Balm clavó la lanza en el pecho de Alberto . Walther de
Eschenbach le abrió la cabeza .
Los que presenciaron el asesinato , consternados , no hicieron nada
818 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

para impedirlo , y en cuanto se repusieron de la primera sorpresa se


dispersaron en todas direcciones , dejando abandonado y moribundo
en medio del camino á su augusto Emperador.....
Y aquel hombre que era pocos momentos antes uno de los pri
meros potentados de la tierra, cuyo solo nombre hacia temblar á una
porcion de millones de criaturas humanas, no encontró amparo en
el momento de morir, mas que en una pobre mujer del pueblo, con
ducida por una casualidad al lugar de la catástrofe.

II .

Esta muerte violenta excitó una indignacion general. Los asesinos


arrastraron desde entonces una vida errante , y fueron hasta la muer
te objeto de la execracion de los hombres. Zuric les cerró las puer
tas , y hasta los tres cantones rehusaron un asilo á los asesinos de
su adversario . Pero los hijos de Alberto, Leopoldo , duque de Aus
tria é Inés reina de Hungría, lo mismo que su madre la emperatriz
Isabel envolvieron sin distincion en su sangrienta venganza á los
culpables y á los inocentes.
Inés , sobre todo, sobrepujaba a su madre y á su hermano en
crueldad . La mas leve sospecha de complicidad le bastaba para re
ducir á cenizas grandes castillos como los de Wart, Fahrwangen ,
Maschwanden yУ de Altburen . Preténdese que . viendo en Fahrwangen
correr á sus piés la sangre inocente de sesenta y tres caballeros,
exclamó descalzándose y mojando en ella el pié :
-Yo me baño con delicia en este rocío de mayo.
En vano la esposa del caballero de Wart se prosternó ante ella
pidiéndole entre sollozos la gracia de su marido. A su vista lo amar
raron á una rueda, y lo entregaron vivo á la voracidad de las aves
de rapiña. Y en medio de los horrores del suplicio, todavia procuraba
consolar á su desventurada esposa, que permaneció arrodillada á su
lado, orando y derramando un torrente de lágrimas hasta el mo
mento en que espiró el infeliz caballero .
Inés y su madre fundaron en el mismo sitio en que fue asesinado
el Emperador el rico convento de Koenigsfelden, que traducido lite
ralmente quiere decir campo del rey,, y la madre se retiró á él con
objeto de concluir sus dias entregada á la devocion .
GUILLERMO TELL . 819

Solia invitar a los pasajeros á entrar en su iglesia, y el fraile


padre Bertoldo Strebel de Oftringen le dijo apartándose horrori
za do : .
-¡Mujer, no se sirve á Dios, derramando sangre inocente y
fundando conventos con lo que se roba á sus familias!

III .

Pero la independencia de los suizos no estaba todavia asegurada.


Los sangrientes resultados y la inutilidad de la tiranía del padre, no
bastaron á escarmentar a los hijos.
Leopoldo , hijo segundo del emperador Alberto, no pensaba mas
que en vengarse de la revuelta de los cantones contra su padre, y
estos recurrieron al emperador Luis de Baviera y se pusieron bajo
su proteccion.
En 1313 marchó Leopoldo sobre la Suiza , á la cabeza de un
ejército considerable y acompañado de una gran parte de su no
bleza ,
El conde Othon de Strassberg, uno de sus generales, pasó el mon
te Brunig, con un cuerpo de 1000 hombres, para atacar el alto Un
derwald . Los bailios de Willisan, de Wollhausen y de Lucerna ar
maron mas de mil hombres para acometer el bajo Underwald por
la parte del lago , y Leopoldo en persona, á la cabeza de su reser
va , se dirigió sobre Morgarten en el país de Schwytz: muchos de .
sus soldados iban cargados de cuerdas para ahorcar á los suizos
insurrectos. Para rechazar esta formidable invasion , los confede
rados no pudieron reunir mas que mil trescientos hombres en las
montañas que rodean el territorio de Nuestra Señora de los Ere
mitas. Los guerreros de Schwytz componian la fuerza mas nume
rosa . Uri contribuyó con cuatrocientos hombres y Underwal con
trescienlos.
Cincuenta voluntarios del canton de Schwytz, que habian sido
desterradospor faltas ó delitos cometidos en su país, se presenta
ron armados para combatir por la independencia de su patria y re
habilitarse ante sus conciudadanos. ¡Digna conducta que revelaba
no se habia extinguido en sus almas el sentimiento del honor , y
que los hacia acreedores al olvido de sus pasados es travíos!
820 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

IV .

El 15 de noviembre de 1315 , bien de mañana , muchos miles de


2

caballeros armados de todas armas, comenzaron a subir la monta


ña , en cuya cumbre los confederados se habian atrincherado en una
eminencia aislada y cubierta de verdura. Las masas de pesada ca
ballería treparon no sin dificultad hasta una pequeña llanura, al
pié de la posicion ocupada por los confederados, y en la cual ape
nas podian revolverse.
Los suizos, aprovechando la inevitable confusion de sus enemigos ,
que no podian ascender hasta la cumbre que ocupaban , ni desen
volverse en la estrecha llanura á que habian llegado, y que tenian
detras largas cuestas mas difíciles todavia de bajar que lo habian
sido de subir , se precipitaron en masa sobre ellos con espantoso
vocerío , al mismo tiempo que los cincuenta espulsados de Schwytz,
apareciendo repentinamente sobre una colina por un flanco de los
austriacos, arrojaron sobre ellos grandes peñascos, que rodando
con espantoso fragor aplastaban caballos y caballeros , desordenan
do completamente sus escuadrones. Desconcertados por tan repen
tino é inesperado ataque, los caballeros se desordenaron, empeza
ron á replegarse y bien pronto la batalla se convirtió en una espan
tosa carnicería .
Los confederados los persiguieron alentados por la voz de Enri
que de Ospenthal y los hijos del viejo Reding de Bibereg , que habia
dado el plan de la batalla .
Elenemigo fué arrojado en completa confusion y desórden en un
estrecho camino que conduce al lago Aegery.
La flor de la nobleza austriaca cayó en los campos de Morgarten
bajo las herradas mazas y alabardas de los bravos pastores de la
Helvecia. El mismo Leopoldo no debió su salvacion mas que a la
fuga.
Así terminó aquella batalla sangrienta, en que un puñado de mon
tañeses destruyeron un poderoso ejército mandado por el duque de
Austria y por la mas brillante nobleza de su reino, encontrando su
sepultura los ambiciosos opresores , en el mismo país que querian
someter á su yugo , y de manos de los mismos hombres sencillos , la
boriosos y honrados á quienes querian esclavizar.
GUILLERMO TELL . 821

Por desgracia de la humanidad, no ha servido de escarmiento este


palpable ejemplo á los dominadores, cuya funesta ambicion les ha
inducido á seguir las huellas de Leopoldo.

V.

Animados por victoria tan importante, los confederados atravesa


ron al dia siguiente el lago de los cuatro cantones , para dirigirse á
Underwald . Apenas desembarcaron , derrotaron la columna salida de
Lucerna, la mayor parte de cuyos soldados se ahogaron en el lago .
Strassberg , que presenció la derrota, huyó aterrorizado .
Despues de dos victorias tan gloriosas, los confederados se apre
suraron á renovar su antigua alianza . El pacto fué solemnemente
jurado en una asamblea que tuvo lugar en Brunnen , el 8 de diciem
bre de 1315 .
Segun los términos del juramento, la causa de cada ciudadano
>

debia ser la causa de todos , y la causa de todos la de cada uno .


Ninguno podia contraer compromisos con los extranjeros sin el
consentimiento general ; y por último, todo confederado debia con
siderar tan sagrados como su propiedad y sus bienes los derechos
que los extranjeros poseian en el pais .
De esta manera , el nombre de suizos ó habitantes de Schwytz , in
mortalizado por los trofeos de Morgarten y de Underwald tuvo el
honor de ser el nombre colectivo desde que se consolidó la federa
cion de los tres primeros cantones, hasta nuestros dias que han lle
gado á ser veinte y dos.
La reputacion militar de los suizos se extendió bien pronto mas
allá de sus fronteras, y en las guerras del imperio, se buscó su
alianza y el apoyo de sus armas, y su intervencion salvó la inde
pendencia de las ciudades de Zuric y de San Gall , que el emperador
Luis de Baviera, abusando de su lítulo de protector, habia dado en
prendas al Austria, como si fueran muebles de su uso , ó moneda
corriente. Menos afortunadas las ciudades de Schaffouse, de Rhin
feld y de Neuchatel cayeron como hipotecas bajo la dominacion aus
triaca, con no poco sentimiento de sus habitantes .

Tomo I. 106
822 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

De 1340 á 1360 los tres primitivos cantones se aumentaron bas


ta el número de ocho, venciendo de nuevo al Austria en prolonga
das luchas y sangrientos combates para asegurar su indepen
dencia .

.
La aristocracia noviliaria y religiosa de los cantones suizos , unién
dose al Austria por conservar sus señoríos y privilegios feudales,
hizo muchas veces traicion á su patria en Suiza como en otras par
tes de Europa. No obstante , aumentándose sus fuerzas con su nú
mero , los cantones consolidaron su independencia, y de las naciones
vecinas Alemania , Francia é Italia, se les agregaron sucesivamente
nuevas provincias que en 1790 hicieron subir á trece el número de
los cantones confederados.
A medida que se acrecentaba el territorio y la poblacion , la pro
teccion del imperio era mas nominal, hasta que en 1648 , el Empe
a
rador y las otras potencias que tomaron parte y firmaron el tratado
de Wesfalia reconocieron la independencia y la soberanía de la Con
federacion Suiza .
Al empezar la revolucion francesa del pasado siglo , la República
contaba diez y nueve cantones ó estados confederados. Napoleon I , que
uso y recompuso y volvió á componer alternativamente el
mapa político de Europa, pesó con su inmensa influencia sobre los
destinos de la pequeña república Helvética; pero no pudo extinguir
su nacionalidad ; y la reaccion europea, triunfante en 1815 del pri
·mer imperio Napoleónico, reconoció la independencia de la Suiza,
que ha contado desde entonces veinte y dos cantones ; declaracion
que fué firmada por Austria, España , Francia, Inglaterra, Portu
gal, Prusia, Rusia y Suecia .
La dieta suiza se adhirió a esta declaracion el 27 de mayo y las
naciones mediadoras reconocieron la neutralidad perpétua de la con
federacion У la inviolabilidad de su territorio ; estrechando así los
lazos que unen las veinte y dos repúblicas que hay entre los Alpes
y el Jura .
GUILLERMO TELL . 823

VII .

Lejos de amortiguarse con el tiempo y con la estabilidad de su


existencia el sentimiento de la independencia nacional y de la li
bertad han echado profundas raices en el corazon de los suizos ;
sin que sean obstáculos para ellos la diferencia de religiones, de
idiomas У de origen y la sencillez y libertad de sus costumbres , la .
honradez de su carácter, la economía de su sistema de gobierno ,
>

su relativa prosperidad y el órden espontáneo hijo del sentimiento


de la justicia y del principio de libertad, encarnado en sus institu
ciones , ofrecen á las naciones de Europa, durante tanto tiempo tur
badas por el yugo de la opresion ypor las rebeliones que provoca,
un modelo digno de imitarse , un ejemplo que seguir.
La tiranía de la casa de Austria yУ las crueldades de sus bailios
no sirvieron mas que para despertar en los suizos el sentimiento de
su dignidad , para arraigar en sus almas el amor de la independen
cia . La traicion de los señores feudales, que se asociaban a los opre
sores extranjeros contra sus mismos compatricios, despertó en la
mente de los suizos la idea de las libertades y derechos políticos,
uniendo la idea de las libertades políticas , locales y cantonales á la
de la independencia nacional ; de modo que en la nacion suiza, como
en todos cuerpos políticos, la opresion interior yy exterior contra los
elementos aislados ha contribuido á darles cohesion , homogeneidad
y vida de una manera que podríamos llamar proporcional a la ac
cion de las fuerzas arbitrarias que se oponian á su existencia y des
envolvimiento .

VIII .

El espíritu de Guillermo Tell , transmitiéndose de generacion en


generacion , ha llegado hasta nuestros dias , siendo el alma que ani
ma, el espíritu que sostiene, liga y fortifica los lazos que unen á
sus descendientes , reducidos en número , pero grandes y respetados
entre los mas grandes de la tierra .
Bien lejos estaba Gesler de creer que sus persecuciones y atroci
dades serian el estimulante á cuyo calor debia encenderse la eléc
824 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

trica chispa de que brotarian las veinte y dos radiantes estrellas que
brillan hoy en torno de las heladas cumbres de los Alpes .
¡ Con cuánta razon no podria decirse a los conquistadores y opre
sores , á los Geslers y Albertos de nuestros dias : ved vuestra obra,
y si vuestra fiereza os conduce á despreciar la fiereza de un Gui
llermo Tell , mirad de las tinieblas de la opresion cómo brotan las
estrellas de la libertad !
LIBRO DÉCIMO TERCIO .

WICLEF
JUAN HUS, GERÓNIMO DE PRAGA Y SUS SECTARIOS.

1373-1430 .
1
LIBRO DÉCIMO TERCIO .
xe

WICLEF.

JUAN HUS, GERONIMO DE PRAGA Y SUS SECTARIOS .


1373-1450 .
vann

CAPITULO PRIMERO .

SUMARIO .

Origen comun de las heregías .- " ' iclef, sus doctrinas. - Eximen y condena
cion de esta doctrina .--Costumbres de los liclelistas o lollars.-- Son pro
tegidos por el duque ile Lancaster.-- Muerte de Wiclef. - Propagacion de
su doctrina . - Los lollars protegidos por la Reina . - Peticion de lus lollars
al parlamento .

1.

En Inglaterra, como en los demás pueblos de la cristiandad , brotó


la heregia en la Edad media del seno mismo de la Iglesia , y como
en todas partes , una de las causas que la motivaron fué el lujo, la
simonía , la avaricia y toda clase de vicios de que acusaban al cle
1

ro : por lo cual los hereges se presentaban al pueblo ostentando to


das las virtudes cristianas, tales como la pobreza , la humildad, la
caridad y el desprecio de todos los bienes y satisfacciones munda
nas . Sesenta años antes de las predicaciones de Wiclef los mismos
católicos, sin separarse del dogma de la Iglesia, habian demostrado
en el concilio de Viena la necesidad de una reforma de las costum
828 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bres del clero ; pero como la reforma no se habia llevado a cabo y


los males de que se quejaban habian seguido aumentando, muchos
pretendieron hacer revolucionariamente lo que legalmente no se
hacia .
En ciertos paises la relajacion llegó á ser tan grande en aquellos
tiempos que el respeto que generalmente han inspirado los sacer
dotes se convirtió en desprecio y ódio . Hasta los frailes mendican
tes , haciéndose cómplices de la tiranía feudal, participaban de sus
latrocinios y la ayudaban á oprimir al pueblo.
Los ingleses sobre todo , de quienes vamos á ocuparnos princi
palmente en este libro , los acusaban de haberse enriquecido , á pe
sar de su voto de pobreza , halagando los vicios de los grandes se
ñores y ayudándoles á engañar y esplotar á los siervos, convir
tiendo el mal en bien por su propio interés, y el bien en mal para
arruinar á los otros , hasta el punto de llegar a ser sinónimos los
epitetos de fraile y de impostor . Sea lo que quiera de tales acusa
ciones , lo cierto es que en la época en que mas exacerbadas pare
cian las pasiones , comenzó Wiclef á predicar su heregia por los
años de 1377 .

II .

Wiclef, como la gran mayoría de los enemigos de la religion ca


tólica, apostólica , romana era miembro de ella y desempeñaba en
la citada época una cátedra de teología en Oxford.
El conjunto de sus doctrinas puede reasumirse de esta manera:
« Las riquezas del clero son el mayor obstáculo para la regula
ridad de su conducta , y los sacerdotes y frailes propietarios han
perdido el verdadero carácter y espíritu de su estado .
« No hay purgatorio ; la tradicion es inútil , y lo mismo sucede á
la observancia de las reglas monásticas y á la invocacion de los
santos .
« El papa no es mas que un obispo, un sacerdote como todos los
demás , y San Pedro no recibió de Jesucristo autoridad mas lata
que los otros apóstoles sus compañeros , y por lo tanto no ha po
dido trasmitirla á sus sucesores .
« Los príncipes seculares pueden despojar á los soberanos ponti
fices de sus bienes temporales, cuando estos hagan mal uso de
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA .

WICLEFF
1

1
1

H
1
WICLEF . 829

ellos , Lejos de ser un atentado , esto no es mas que un acto de


justicia meritorio, y los poderes públicos están obligados en con
ciencia y bajo penitencia de condenacion á tratar de esta manera á
los miembros de la Iglesia que delinquen.
» El clero ni individualmente ni como corporacion, en nombre de
la Iglesia, tiene el derecho de arrestar a los culpables ni aun por
delitos religiosos , ni mucho menos el de castigar á nadie corporal
mente . »
Por último, el doctor en teología de Oxford sostenia abierta
mente , en union con sus discípulos, « que el pan y el vino consa
grados no representaban mas que la imágen del cuerpo y de la
sangre de Jesucristo . »
La heregia de Wiclef no podia ser mas manifiesta, su doctrina era
incompatible con la de la Iglesia católica , y el papa Gregorio IX
condenó veinte y tres de sus proposiciones, llamándole sectario de
Marsilo de Pádua yУ de Juan de Jaudun , y ordenó á Guillermo de
Courtenas, obispo de Catorbery Yy al obispo de Londres que lo
examinaran rigurosamente.
Los dos prelados fueron ayuda dos en sus tareas por la universi
dad de Oxford, que recibió la orden de perseguir a los partidarios
de Wiclef, para hacerles abjurar sus doctrinas en manos del arzo
bispo de Cantorbery; á quién deberian además entregar todos los
libros y papeles concernientes á religion.
El exámen tuvo lugar; pero Wiclef persistió con energia negán
dose á desdecirse de las proposiciones que habia adelantado , y
como estaba eficazmente sostenido por el duque de Lancaster y el
conde Marechal, el resultado de aquella inquisicion ſué condenar de
nuevo sus obras por heréticas é imponerle á él silencio para
siempre.
Los autores partidarios del catolicismo no encuentran epitetos
bastante duros con que condenar la firmeza con que Wiclef se negó
á retractar sus errores, mientras que los escritores protestantes y
los indiferentes en materia de religion admiran y aplauden su con
ducta, que califican de moral, puesto que en aquella famosa confe
rencia no se negaba a abandonar sus errores, si le demostraban que
eran tales; en tanto que sus adversarios, que eran jueces y parte ,
se negaban á poner en discusion los fundamentos de la fé católica ;
lo cual creemos nosotros no podian ellos menos de hacer, porque
hubieran dado muestras de poca ſó y de respeto hacia lo que creian
Tomo I. 107
830 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

obra de Dios mismo , admitiendo el que pudiese ser discutido y juz


gado por la humana inteligencia falible y sujeta á error . Ellos no
podian menos de decir : hé aquí el dogma ; ó lo reconoces como
verdad inconcusa, en cuyo caso te reconciliaremos, ó lo niegas, en
cuyo caso serás excomulgado y separado de nuestra comunion. 11

El duque de Lancaster, que asistia á la conferencia y que era


gran admirador y protector de Wiclef , sostuvo una gran cuestion
con el obispo de Londres, tratándole con mucha dureza hasta el
punto de que los católicos, que creyeron un momento ver su
Obispo en peligro, se arrojaron sobre el Duque y le obligaron á
huir, no dándose por satisfechos hasta que saquearon su palacio.
A la influencia del Duque, sin embargo, debió Wiclef no ser con
denado mas que á guardar eternamente silencio en materia de re
Jigion.

La obediencia del heresiarca inglés á la sentencia de los prela


dos no fué de mucha duracion . Sus discípulos aumentaban de dia
en dia , У unido con ellos , comenzó de nuevo á declamar pública
mente contra los bienes temporales del clero y contra sus desórde
nes y simonías.
Para hacer resaltar mejor el lujo y fausto de los sacerdotes ca
tólicos los Wiclefistas iban con los pies desnudos y cubiertos de an
drajos, lo que dió lugar áá que los llamasen lollars, nombre con
que fueron conocidos ciertos sectarios que aparecieron sesenta años
antes de aquella época en Alemania y Bohemia , predicando contra
la misa , la virginidad de Maria Santísima, el bautismo, la confe
sion , la presencia real de Dios en la Eucaristía , el sacramento del
matrimonio , la extremauncion , el ayuno, las abstinencias, las
fiestas y las bendiciones de las iglesias , del agua y de las palmas.
A pesar del desprecio y del ódio de los católicos , y sobre todo
del clero , contra el cual habló y escribió cuanto pudo , Wiclef no
fué encarcelado , y , cubierto de excomuniones, vivió basta 1383 en
su curato de Latterworth , en la diócesis de Luicoln , condado de
Leicester, aclamado por unos como un santo varon y llamado por
otros órgano del diablo, enemigo de la Iglesia, confusion del vul
WICLEF . 831

go, ídolo de los hereges, espejo de los hipócritas, causa del cisma,
suma de ódios y fabricante de mentiras .

IV .

Segun se desprende de la historia , la muerte del jefe de la secta


no fué obstáculo á la propaganda de su doctrina , puesto que dos
años despues habia en Londres un número tan considerable de
lollars, la mayor parte pertenecientes a las familias mas distingui
das de la capital, que fueron ocasion de grandes turbulencias . Sus
prosélitos aumentaron hasta el punto de nombrar curas ó ministros
que sirviesen el culto a su manera , por los años de 1389 ; los cua
les se dieron gran prisa á predicar en todas partes contra las prác
ticas de la Iglesia romana, principalmente contra las indulgencias.
Concedian la absolucion de los pecados y consagraban el pan y el
vino para la eucaristía .
Protegialos la Reina, y el clero no tenia bastante poder ni para
intimidar á esta ni para perseguir á los hereges por su propia
cuenta ; pero la Reina murió en 1391 , y como su antiguo protector
el duque de Lancaster estaba ausente, sus enemigos se aprovecha
ron de aquella coyuntura para perseguirlos por cuantos medios es
tuvieron á su alcance .

V.

Un año despues se dirigieron al parlamento de Inglaterra pi


diendo la reforma de la Iglesia bajo la base de los artículos si
guientes:
1. Supresion del celibato de los sacerdotes.
2.' De la creencia en la transubstanciacion .
3. ' De los exorcismos.
4. ' De los ornamentos eclesiásticos.
5. • De la bendicion del agua, del pan y de las palmas .
6.° De las oraciones por los muertos .
7. De las romerías y peregrinaciones .
8. ° De las ofrendas.
832 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

9. ° De la confesion auricular ; y de otras cosas menos impor


tantes .
Aquellos fanáticos pedian al Parlamento que decretase la aboli
cion de las creencias como si las leyes pudiesen tener accion sobre
la conciencia. Ellos no sabian que las creencias no se imponen, y
ellos mismos eran buena prueba de esto que es hoy una verdad in
concusa . Y cuando se veian perseguidos por sus opiniones, que es
taban proscritas por las leyes , en lugar de pedir al Parlamento la
abolicion de las que se oponian á la libertad de su conciencia , re
clamaban de él que impusiera la suya á los otros. Pocos son los
sectarios de las diversas heregías que han nacido en el seno de la
Iglesia católica, protestando contra la autoridad de esto , y llaman
do tiránicas las leyes civiles que la imponen á las naciones, que no
hayan recurrido á los mismos medios para imponer sus doctrinas.
Funestísimo error que, bajo el punto de vista de la sana razon , los
ha desautorizado , dando hasta cierto punto nueva autoridad y fuer
za á sus contrarios, disculpando ya que no justificando su conduc
ta y contribuyendo poderosísimamente á perpetuar la opresion y la
violencia en materias religiosas.
De la misma manera que los wiclefistas recurrieron al Parlamen
to para que promulgara los artículos de su fé como ley del reino,
Yorck y el obispo de
los católicos , representados por el arzobispo decontra
Londres, imploraron la proteccion del Rey los lollars el
Parlamento , pidiéndole que conservase intactos los privilegios de
la Iglesia católica en el caso en que los representantes de la nacion
se mostrasen dispuestos áa acoger las peticiones de los hereges.
La alternativa era terrible: ó imponer sus creencias á los otros,
persiguiéndolos yy exterminándolos si se permitian criticarlas ó no
observar sus preceptos, ó verse reducidos á sufrir el yugo de las
creencias agenas y correr el riesgo de ser perseguidos y quemados
vivos, si se atreviesen á manifestar las que profesaban. Colocada en
este terreno la cuestion , bien claro se ve que era un problema in
soluble y que las cuestiones religiosas , en medio de los otros infi
nitos males qne acarrean á la sociedad , no podian menos de ser
>

origen de disturbios, de guerras civiles sangrientas , de opresion


política y sobre todo teocrática, que es la mas odiosa de las opre
siones , por ejercerse contra la conciencia , esencia la mas noble y
elevada del alma humana .
1
1

CAPÍTULO II.

SUMARIO .

Advenimiento de Enrique V al trono de Inglaterra . - Decreto del Parlamento


contra los lollars . - Persecucion encarnizada contra ellos . - Procedimientos .
-Guillermo de Santrée y Guilleruo Atrop quemados vivos . - Juan Oldeas
tell protege y da asilo á los lollars . - El bispo de Londres manda compare
cer å Oldcastell ante un concilio . - Niégase este. - Su prision . - El Rey que lo
protegia le abandona . - Comparece ante un concilio . - Su profesion de fé.
Es condenado á relajacion . - Su fuga .-- Fortificase en sus tierras, en union
con los lollars y prese: ta batalla a los católicos. Los lollars son vencidos
y deshechos . - Juan Oldcastell cae en manos de sus enemigos . - Su horriblo
suplicio ,

1.

Al empezar el siglo xv , Enrique IV rey de Inglaterra, se decla


ró abiertamente protector de los católicos , lo que era lo mismo que
perseguidor de los protestantes, é hizo adoptar por el Parlamento
una ley por la cual se mandaba hacer una pesquisa con objeto de
descubrir todos los lollars del reino y entregarlos á disposicion de
los obispos de sus respectivas diócesis , quienes deberian juzgarlos .

segun los cánones de la Iglesia , entregando despues al brazo secil


lar los sectarios que no hubiesen abjurado las opiniones de su
maestro .
Los obispos católicos no se descuidaron en cumplir la ley que
encontraban perfectamente justa. ¿ Qué hubieran dicho si el Rey y
el Parlamento , en quienes reconocian el derecho y la autoridad de
hacer leyes sobre tales materias, hubieran hecho á los lollars sus
jueces? Es bien seguro que en tal caso hubieran negado el derecho
834 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

del Parlamento y del Rey, siquiera no hubieran tenido razon para


ello , desde el momento en que acudian á su autoridad como árbi
tro legítimo para resolver sobre la materia.
La mayor parte de los hereges, por librarse de las llamas, se
ocultaron ó abjuraron sus doctrinas públicamente , siquiera guarda
sen incólume su fé en el secreto de sus conciencias .
La persecucion fué sangrienta , y , como veremos , muchos los
encarcelados y no pocos los que murieron en el suplicio ,, lo que
prueba que no faltaron entre ellos quienes tuvieran el valor de sus
opiniones, aun á riesgo de la muerte, que revela la sinceridad de
su fé .

II .

La historia nos ha trasmitido los procesos y nombres de muchos


de los perseguidores .
Contrariamente á las prácticas de la Inquisicion , los obispos ca
tólicos de Inglaterra , hacian prender a los conocidos públicamente
por hereges,, los bacian comparecer ante ellos y discutir con teólo
gos católicos sobre los dogmas que negaban ; y solo cuando , des
pues de largas controversias , se resistian abiertamente á renunciar
á sus errores , eran condenados y entregados al brazo secular. Si
los obispos se hubieran contentado con excluirlos del gremio de la
Iglesia de cuya fé no participaban,, nada tendríamos que decir; pero
de todos modos , por bárbaro que fuese el entregar á la justicia or
dinaria como criminales á hombres cuyo único delito consistia,
cuando mas , en creer verdad el error , aquel sistema era infinita
mente menos cruel é injusto que el de la Inquisicion española y
romana ; á cuyas víctimas no les bastaba abjurar sus errores para
librarse de las llamas .
El arzobispo de Cantorbery hizo quemar en 1100 á Guillermo
Santrée, sacerdote que prefirió la muerte á abjurar su heregía .
De la misma manera y por el mismo arzobispo fué condenado y
quemado vivo , segun unos autores , ó muerto de hambre , segun
otros , en agosto de 1407 , Guillermo Thorp .
WICLEF . 835

III .

La persecucion contra los hereges procedia de que los principes


hacian causa comun con los católicos: cuando principes ó señores
cambiaban de opinion, las creencias anti -católicas tomaban nuevo
vuelo y la persecucion cesaba. Así fué como, gracias a la protec
cion del poderoso señor Juan Oldcastell, de Cobham , por los años
de 1413 , los partidarios de Wiclef volvieron a predicar sus imáxi
mas públicamente, y , segun se dice, hasta fijar carteles en las
puertas de las iglesias de Londres llenos de amenazas contra todos
los que no se convirtieran abandonando la religion calólica .
Aquel señor Oldcastell gozaba de gran crédito en la corte , mas á
causa de su riqueza y poder que por la estima en que el Rey lo tu
viera . Su probidad , que todos se complacian en reconocer, no fué
bastante á borrar la tacha de herege yy de protector de hereges que
le imputaban, por el asilo que habia concedido en sus tierras á los
lollars, con plena libertad de enseñar y de practicar sus doctrinas,
estableciéndolos de este modo sólidamente en las diócesis de Lón
dres, de Rochester y de Hereford .
No contento con esto , Juan Oldcastell castigó severamente a los
católicos que se atrevieron á oponerse á la libertad religiosa que
habia concedido á los lollars en las tierras de su dominio, y si á
esto se agrega que lo veian asistir a los sermones y pláticas de los
hereges, se comprenderá dl odio que le profesaron los católicos,
que le llamaban el enemigo declarado de Dios. Él decia que ni el
arzobispo de Cantorbery ni ningun otro obispo sufragáneo suyo le
nia ningun poder superior al de los otros ministros del culto.
El obispo de Londres se apresuró á reunir el clero de su dióce
sis para excogitar el medio mas á propósito de deshacerse de aquel
partidario de la tolerancia; pero como era muy poderoso y estaba
además protegido por el Rey, no se atrevieron á pasar adelante,
sin tener primero de su parte al Rey. Este hizo cuanto pudo para
persuadir á Oldcastell á que abandonase á sus protegidos y que ab
jurase los errores que profesaba, y como se negase á uno y otro,
concluyó por autorizar al arzobispo á proceder contra él .
Su Eminencia empleó inútilmente súplicas y amenazas para in
ducirlo á presentarse ante un concilio y retractarse públicamente,
836 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y cuando se convenció de la inutilidad de sus esfuerzos, le intimó


con todas las formas canónicas que compareciese ante él , para res
ponder de la acusacion de heregia.
Oldcastell negó que el arzobispo tuviese autoridad para tanto , y
pidió al Rey el ser juzgado por una asamblea compuesta de cien
caballeros nobles como él , y si no queria concedérselo que al me
nos le permitiera defenderse con las armas, prometiendo no rehu
sar combatiente alguno, cualquiera que fuera, turco ó cristiano.
No es muy lógico esto de probar á lanzadas ó estocadas cual de dos
opiniones es la verdadera; pero cuando unos se abrogan el derecho
de quemar vivos á otros porque no participan de su opinion, nos
parece que Juan Oldcastell no iba tan descaminado cuando preten
dia probar la bondad de la suya contra turcos ó cristianos á punta
de lanza . Y como el Rey no accediese á su peticion se fortificó en
uno de sus castillos . El prelado lo excomulgó y decretó su prision ;
y diéronse tan buena maña los encargados de ejecutarla, que lo hi
cieron prisionero y lo encerraron en la torre de Londres.

IV .

El Rey que antes le temia , apoyó entonces al clero . Reunióse


una especie de concilio, compuesto de prelados y otros sacerdotes
católicos, ante el cual compareció el protector de los hereges. Le
yéronle el acta de acusacion y le ofrecieron un perdon completo si
se arrepentia. Pero él rehusó enérgicamente y prelendió justificarse
presentando una profesion de fé á su manera . El concilio encontró
que muchos artículos de la tal profesion de fé trascendian á here
gía y le obligó á que se explicara sobre ellos; pero él se negó tam
bien á dar explicaciones, protestando por lo demás de su respeto
por las leyes eclesiásticas, aunque rechazando al mismo tiempo las
decisiones de los papas, de los cardenales, arzobispos y obispos .
En una segunda audiencia dijo que creia en la presencia real de
Dios en la eucaristía, bajo la forma del pan y del vino; concedió
que la confesion auricular es cosa útil por los consejos que puedenla
recibirse para conducirse mejor en lo futuro, sosteniendo que
contricion sola bastaba para borrar los pecados. Añadió que adora
raba el cuerpo de Jesucristo : pero que confesaba que no honraria
la cruz mas que lo necesario para tenerla limpia y guardada en lu
WICLEF . 837

gar seguro . Llamaba al Papa Anticristo miembros у brazos suyos


á los arzobispos y obispos y cola á los frailes, afirmando que no
debia obedecérseles sino cuando imitaban á Jesucristo en palabras
y obras.
Haciendo semejante declaracion de doctrinas y opiniones tan con
trarias á las de la Iglesia católica , en poder de cuyos representan
tes se hallaba , Juan Oldcastell firmaba la sentencia de su muerte .
Y en efecto, como herege y fautor de beregías fué condenado y ex
7

comulgado por el concilio en union con sus fautores y adherentes,


y entregado al brazo secular.
Concedióle el Rey cuarenta dias para arrepentirse, renunciar á
sus errores y pedir ser admitido á reconciliacion; pero Oldcastell
se aprovechó de aquel plazo para escaparse del calabozo en que
estaba encerrado .

V.

Vuelto entre los suyos , armóse lo mejor que pudo : los lollars sus
protegidos se le reunieron y todos salieron á ofrecer la batalla á las
tropas mandadas por los católicos en contra suya . La suerte de las
armas fué favorable á sus enemigos; la mayor parte de los lollars
perecieron ó fueron hechos prisioneros para ser quemados vivos
mas tarde. Oldcastell fué uno de los pocos que escaparon del de
sastre y corrió a buscar un refugio en el pais de Gales , donde per
maneció oculto cuatro años . El clero hizo las pesquisas mas minu
ciosas para dar con él , y merced á ellas descubrieron muchos he
9

reges ocultos en diferentes partes despues de su última derrota . La


mayor parte de aquellos desgraciados perecieron en las llamas.
Segun varios escritores ingleses , el gobernador del pais de Ga
les llamado Powiz , ganado por las promesas y presentes de los
obispos , ganó á Juan Oldcastell , fingiéndose su amigo, hasta que
lo llevó á Lóndres, en cuya torre fué de nuevo encerrado.
Segun el edicto publicado anteriormente por Enrique V contra
los partidarios de la doctrina de Wiclef, Oldcastell fué condenado
por crímen de heregía y de lesa majestad , y quemado vivo en el
campo de San Giles , lugar destinado á la ejecucion de los malhe
chores .
Colgáronlo, desnudo y con las manos amarradas á la espalda,
Tomo I. 108
838 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

por la cintura á una horca , debajo de la cual encendieron la ho


guera, y segun las crónicas , persistió basta el último momento en
las creencias á que debió su trágico fin, acaecido en el año de
1418 .
Los fanáticos , que vieron consumir sus huesos y convertirse
en cenizas por el fuego devorador, creyendo extinguidas con él sus
erróneas doctrinas ; pero en aquella ocasion, lo mismo que en tan
tas otras que hemos visto en diferentes libros de esta historia, las
ideas no murieron con los que por ellas eran sacrificados. Los que
recurrieron al brazo secular para imponer á otros hombres sus
creencias sufrieron mas tarde la pena del talion , y los errores de
Wiclef, que los prelados católicos creian consumidos en las hogue
ras, retoñaron en Bohemia, en Suiza, en la misma Inglaterra y en
otros paises como animados de nueva vida , segun tendremos oca
sion de ver en los capítulos siguientes y en otros libros de esta
obra .
CAPITULO III.

SUMARIO .

Juan Hus , su origen , su carácter y sus doctrinas . - Influencia de las obras de


Wiclef sobre sus ideas . - Causas que facilitaron sus predicaciones .-He
regías contenidas en sus doctrinas . - Primeras persecuciones.-- Su exco
munion . - Su retiro .

1.

Nació Juan Hus en 1373 en la aldea de Hussinetz : fueron sus


padres humildes labradores ; gente honrada y sencilla, que creyó
asegurar a su hijo un porvenir de bienandanza no escaseando sa
crificios para proporcionarle una sólida instruccion , tanto en las
letras sagradas como profanas.
La historia nos ha conservado sobre la juventud de Juan Hus,
poquísimos de esos preciosos detalles en que a veces puede estu
diarse el desenvolvimiento de un gran carácter. Sin embargo , por
ellos se sabe que su fervor religioso y el entusiasmo que conducen
á los hombres al sacrificio y al cumplimiento de actos de sublime
abnegacion , se manifestaron desde bien temprano en el jóven
bohemio .
Leyendo en una noche de invierno cerca de la chimenea la vida
de S. Lorenzo, exaltose hasta tal punto su imaginacion al conside
810 HISTORIA DE LAS IERSECUCIONES .

rar el valor con que el santo sufria los dolores de su atroz martirio ,
que metió su propia mano entre las llamas.
Uno de sus condiscípulos interrumpiólo diciéndole, porque hacia
tal disparate : - Ensayaba, respondió Juan Hus, hasta donde seria
-

yo capaz de soportar los tormentos que sufrió S. Lorenzo.


Reconocian en él sus mismos adversarios, una elevada inteligen
cia, una palabra tan persuasiva como fácil y una moralidad ejem
plar.
« Juan Hus, dice el jesuita Balbinus, era todavia mas sutil que
elocuente; pero la modestia y la severidad de sus costumbres, su
vida austera é intachable , su pálida y melancólica fisonomía, la
dulzura y afabilidad con que trataba a todo el mundo, y particular
mente á los mas humildes persuadian mucho mejor que la mas
grande elocuencia ( 1 ) . »
Progresó Hus rápidamente en sus estudios, é imitando a la ma
yor parte de los sábios de su época entró en el sacerdocio hacién
dose desde luego notable en la Iglesia , como lo habia sido en la
universidad. Llegó su fama hasta la corte del rey Wenceslao , cuya
segunda mujer , Sofía de Baviera lo escogió por confesor. Sin em
bargo, como veremos mas adelante, la celebridad de este adversa
rio de la infalibilidad de los papas,, y de las instituciones y costum
bres del clero católico de la época no empezó hasta 1404 .

II .

Conoció Juan Hus por aquel tiempo las obras del gran heresiarca
inglés Wiclef. y sus opiniones sorprendieronle al principio, pero
no lograron convencerle sino mucho despues; y si damos crédito á
Teobaldo , su lectura llenó de espanto su alma , hasta el punto de
aconsejar que las quemase á un joven que le pidió su opinion acer
ca de ellas ( 2) .
El cisma que á la sazon devoraba las entrañas de la Iglesia , el
lujo y arrogancia de que los cardenales hacian alarde, la corrup
cion con que sacerdotes indignos comprometian su dignidad , contri
buyeron poderosamente no obstante á inclinar su espíritu , hácia las

(1 Balbinus .--Epit rer. Bohem ., p . 431 .


(2) Teobaldo, Bell. C. H. p . 2 .
WICLEF . 811

doctrinas del famoso herege escocés ; mas la idea de rebelarse contra


la autoridad de los papas , de provocar una revolucion religiosa ,
estaba todavia muy lejos de su mente ; siendo necesarias circuns
tancias extraordiuarias para arrastrarlo á una extremidad que debia
serle tan funesta .
Diversas causas favorecian en su tiempo la libre manifestacion de
las opiniones , en Bohemia y en otras partes de Alemania .
La célebre universidad de Praga , fundada por Carlos IV habia
convertido esta ciudad en un centro á que acudian los hombres in
teligentes é instruidos, los audaces pensadores de todas las extremi
dades de Alemania. Y si en ninguna otra parte llegó áa ser tan ma
difiesta la corrupcion del clero, en ninguna otra tampoco se com

batia mas rudamente en toda clase de escritos y discursos.


La enemistad del trono y del clero , que en todos tiempos y luga
res ha redundado en perjuncio de uno y otro , producia en Bohemia
los mismos efectos contribuyendo á la libre manifestacion de las
ideas .
El rey Wenceslao habia sido despojado de su dignidad imperial
por la dieta de Francfort , y no queria perdonar al Papa la aproba
cion con que sancionó tal medidą. No era pues por la simpatía que
inspiraban las doctrinas de los reformadores, cuyas consecuencias
por otra parte no preveia , por lo que las toleraba en sus estados,
sino por ódio y espíritu de venganza contra el Papa.
Como no contaba con el sosten del gobierno no podia el clero im
pedir la predicacion de las nuevas doctrinas ; y la calidad de con
fesor de la reina no contribuia poco á asegurar para Juan Hus una
impunidad todavia mayor.

JII .

Menos atrevido que Wiclef, Juan Hus , admitia en principio la ma


yor parte de los dogmas é instituciones de la Iglesia católica y lo que
quizá pasaba menos por su imaginacion era la idea de presentarse
como un innovador ó fundador de secta ; contentábase con predicar el
Evangelio en su capilla de Belen , con un celo infatigable, y mientras
>

Wiclef habia entrado en la categoría de los hereges, de la manera


que hemos visto en los capítulos anteriores, por no aceptar los dog
1

mas de la Iglesia católica, apostólica , romana , tales como la efica


842 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cia de las oraciones para sacar las ánimas del purgatorio, la adora
cion é intercesion de los santos У la abolicion y excomunion de los
sacerdotes, el protestante aleman condenaba mas los abusos que
creia introducia el clero en la Iglesia á su sombra, que los dogmas
mismos. Sin embargo, estaba de acuerdo con Wiclef en tres pun
tos principales. Era el primero el recurrir a las Sagradas Escrituras
como única autoridad infalible; el segundo el restablecimiento entre
el clero de la disciplina y de las buenas costumbres , á cuyo efecto
deberia prohibírsele toda intervencion en los asuntos temporales y
despojarlo de los bienes de que no bacia buen uso; y por último,
la concesion de los poderes espirituales á los sacerdotes por el Es
píritu Santo , en razon de la pureza de su alma , y solamente mien
tras fueren aptos para recibirlos, y dignos de hacer uso de ellos .
La primera de estas tres proposiciones no encerraba nada menos
que el gérmen de una revolucion; la segunda sublevaba al clero en
masa contra Juan Hus , y la tercera no fué nunca claramente ex
puesta ni definida por él , como no lo habia sido por Wiclef.

IV .

Cuando estas ideas llegaron , por desgracia suya áá apoderarse de


su espíritu, lo cual no sucedió sin una larga y violenta lucha inte
rior, creyó un deber de conciencia el predicarlas, y fuese por todas
partes escribiendo aquí , predicando allá, sin dar al cuerpo reposo,
ni descanso al alma. Tenia esto lugar en 1407 , y como era regular
que sucediera, no tardó en ser puesto en entredicho por el arzobis
po de Praga. En 1409 á mayor abundamiento el papa Alejandro V
publicó una bula condenando sus doctrinas . Ordenaba la bula al
arzobispo que fueran perseguidos como hereges los que persistieran
en ellas , con asistencia del brazo secular. Juan Hus respondió:
« De Alejandro mal informado, yo apelo á Alejandro informado
mejor . »
Esta respuesta prueba bien que Juan Hus creia de buena fé que
él no profesaba doctrina alguna contraria á la religion católica , y
que solo la conducta de los hombres era objeto de su crítica.
WICLEF . 813

V.

El arzobispo de Praga, habia exigido que todos los que tuviesen


las obras de Wiclef, se las entregasen ; hicieronlo muchos , y sin
otra informacion hizo quemar 200 volúmenes correctamente escri
tos y lujosamente encuadernados. Valian mucho los libros en aque
lla época, por ser manuscritos. Muchos de los libros quemados per
tenecian á los profesores de la universidad de Praga: quemándolos,
habia el arzobispo violado sus privilegios; defendiólos Juan Hus en
su calidad de rector de la universidad, protestando enérgicamente
contra la orden de Su Eminencia y sometiendo la decision del caso á
la universidad de Boloña . Por su parte el arzobispo, hizo compa
recer á Juan Hus ante su tribunal para responder de sus doctrinas.
Entre otros cargos imputóle, los de haber negado la virtud de las
sepulturas en tierra bendita y consagrada; haber dicho que los res
tos mortales podian reposar de la misma manera sepultados en bos
ques ó en prados, que en los cementerios , á lo que Juan Hus res
pondió :
«Si por error ó por olvido , he dicho alguna cosa contraria á la fé
cristiana yo prometo enmendarme . »
El arzobispo se dió por satisfecho con esta respuesta que áa pesar
de su laconismo era muy ambigua, pues el arzobispo podia inter
pretarta como arrepentimiento de sus errores , mientras que en la
mente de Juan Hus , significaba solamente, que él no creia fuesen
sus doctrinas contrarias á la religion católica, a pesar de que el Papa
las condenaba, pero que estaba dispuesto á rectificarlas , si segun
su conciencia encontrase en ellas algo contrario a la religion de Je
sus. Y la prueba de que ambos interpretaban su respuesta como
acabamos de decir, es , que Juan Hus, dijo en su primer sermon
despues de su entrevista con el arzobispo :
« Esas sepulturas particulares , esos cirios encendidos y ese tañer
de campanas , no sirven mas que para llenar el bolsillo á los sacer
dotes avaros y lo que llaman no es mas que confusion .
844 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

VI .

Murió el papa Alejandro V al empezar el año de 1410 , y su suce


sor Juan XXIII ordenó inmediatamente que Hus
las compareciese ante su
córte . Entonces pudo verse la prodigiosa influencia que el reforma
dor bohemio habia llegado a adquirir.
El Rey, la Reina , la universidad y una porcion de los principales
barones de Bohemia y Moravia enviaron de comun acuerdo una em
bajada al Papa suplicándole dispensase á Juan Hus el viaje, y que
en viára á Praga los legados pontificios ante quienes debia compa
recer , cuyos gastos serian de cuenta de la corona , El mismo arzo
bispo Sbinko , bajo la presion de la corte y de la opinion pública,
escribió tambien al Papa en favor de Hus, diciéndole que se habian
reconciliado y que ya no habia heregia en Bohemia. Pero sea que
el arzobispo desmintiese en secreto lo que decia en público , óó que
el Papa comprendiese que sus palabras eran hijas de las circuns
tancias especiales en que se encontraba , hizo continuar el proceso
sin dársele un ardite de las protestas de la familia real , de los no
bles y del arzobispo . Los procuradores de Juan Hus no fueron ad
mitidos por el tribunal romano, y como él no compareció fué exco
mulgado y Praga puesta en entredicho. Prohibióse celebrar la misa ,
bautizar a los niños y dar sepultura á los muertos, en tanto que
Juan Hus permaneciese en ella .
Esta sentencia , que hacia responsable a todo un pueblo de las er
róneas ideas de un hombre, y que hasta con los cadáveres se ensa
ñaba enjendró un ódio profundo contra el Papa, y dió ocasion á de
plorables tumultos.
En aquella solemne ocasion , mostróse tal como era el carácter de
Juan Hus; protejíale la córte, el pueblo estaba por él , y la indig
nacion contra sus enemigos era general. Veíase oprimido y ame
nazado de muerte, y sin embargo no se aprovechó de tantas ven
tajas para romper abiertamente con el Papa, Aunque condenaba el
uso que hacia de ella él seguia reconociendo y respetando su auto
ridad, probando así con su conducta, la sinceridad de sus creencias
y que la ambicion personal estaba muy lejos de ser el móvil que le
impulsaba. El Papa era siempre para él , el sucesor de San Pedro ;
y escribió á los cardenales en términos humildes, protestando que
HIS TORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA

A Roca 3

JUAN HUS
1
4
WICLEF . 845
era inocente y pidiendo a Dios , que iluminara al Pontífice su per
seguidor. Y por último tomó el partido de abandonar su capilla de
Belen y de retirarse á su pueblo natal.
Escribió alli un tratado por el cual se propuso demostrar que se
gun los padres de la Iglesia , los papas, los cánones y el sentido co
mun deben leerse y no quemarse los libros de los hereges ( 1 ) .
Escribió desde allí tambien á sus discípulos explicándoles elpor
que se habia retirado á la aldea que le vió nacer .
« Sabed, queridos mios, les decia; que si me he separado de
vosotros ha sido para seguir el precepto de nuestro Señor Jesucris
to , para no dar a los malos ocasion de incurrir en una condenacion
eterna y para librar á los buenos de aflicciones y persecuciones .
Tambien me he alejado de vosotros para no dar ocasion à malos sa
cerdotes de interrumpir durante mas largo tiempo la predicacion de
la palabra de Dios en esa ciudad; pero yo no os he abandonado pa
ra renegar de la verdad divina por la cual , con la asistencia de Dios
desco morir . »

VII .

La curiosidad, el deseo de conocer al herege, y las predicaciones


de sus enemigos, llevaban á Hussinetz en tropel jentes de las al
deas y pueblos inmediatos, á las cuales predicaba el Evangelio.
Maravillábanse que un hombre tan modesto, tan grave , y al mismo
tiempo de un carácter tan dulce , fuese considerado por el clero como
un demonio y arrojado de la Iglesia .
No obstante, los sucesos posteriores han probado que las ideas de
Juan Hus, tenian una significacion mucho mayor de la que el mis
mo imaginaba, y creemos que con la mejor buena fé se equivocase
pensando que no habia contradiccion entre su doctrina У los pre
ceptos de la Iglesia. En vano protestaba de su adhesion y de su res
peto por ella ; lo cierto es , que él quebrantaba las bases de su in
falible autoridad, queriendo que los fieles tuvieran el derecho de
examinar sus decretos antes de obedecerlos.
¿ Quién no vé que la obediencia
ob al papa, que es infalible, de una
(1) Hist. y monum . Hist. , t. Iº , p. 117.
Tomo I. 109
846 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

parte y de otra el libre exámen son cosas contrarias y que se exclu


yen? ¿Cómo pretendia Juan Hus poner ambas cosas de acuerdo? No
podemos comprender como podia hacerse ilusion sobre este pun
to ; pero es lo cierto que tentó la conciliacion de estos dos opuestos
principios; ¡ terrible problema, que agitó su vida y precipitó su
>

muerte !
CAPÍTULO IV.

SUMARIO .

Efectos de la retirada de Juan Hus. - Su popularidad . - Retirada y muerte del


arzobispo de Praga . - Funestos resultados para Juan Hus . - Fidelidad de
sus amigos . - Gerónimo de Praga -Juan Hus ante los delegados del arzo
bispo . - Su completa rebelion contra el Papa .-Su protesta contra la cruza
da y contra las bulas . - Discusiones y bandos producidos por las doctrinas
de Juan Hus. - primeras víctimas.

1.

La retirada de Hus no habia calmado los espíritus y en Bohemia


sucedió lo que en todas partes: cuando la persecucion no puede aho
gar una doctrina en la cuna solo sirve para darle nuevas alas.
La multitud pedia á gritos su predicador , á los gritos suceden
los tumultos. Corrió la sangre en Praga, los sacerdotes fueron in
sultados, y el arzobispo, colocado entre un monarca embrutecido y
un pueblo exasperado, abandonó la ciudad para implorar el apoyo
del nuevo emperador Segismundo hermano de Wenceslao y rey de
Hungría. Los partidarios de Juan Hus consideraron como un triun
fo su marcha, pero habiendo muerto envenenado en el camino , se
le imputó el crimen y el trágico suceso que habia librado á Hus de
un poderoso enemigo , le creó otros nuevos no menos irreconci
liables .
El historiador menos favorable a Juan Hus (1 ) no imputa á sus
(a ) Joan, Cochlée, Hist Hus. lib. 1.", p. 19.
818 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

partidarios el envenenamiento de Sbinko, pero el partido contrario ,


aunque no tenia el mas pequeño dato para justificar su acusacion ,
creyó siempre que solo los partidarios de las podian haber come
tido tal crímen. Al ódio y al rencor de sus enemigos bástales un
pretexto para desencadenarse.

II .

La hora de los peligros habia llegado para Juan Ius y en ella se


manifestaron la influencia moral, el profundo ascendiente que ha
bia sabido inspirar el célebre predicador de Belen . La mayor parte
de sus amigos le fueron fieles , contándose entre ellos gran parle
del pueblo y de la nobleza y la Reina misma. Entre sus amigos mas
adictos descollaban Gerónimo de Praga , doctor en teología, aun que
seglar, cuyo nombre ha quedado a los ojos de la posteridad insepa
rable del de Juan llus.
Carácter audáz y temerario , vasta inteligencia, palabra elocuen
te y entusiasta, tales eran las ventajas y defectos que se reunian en
Gerónimo. Habia estudiado en Oxford y sostuvo lésis atrevidas en
Paris contra Gerson . Visitó las mas famosas universidades que ha
bia en Europa, á la sazon , y no esperó su vuelta á Bohemia para
darse á conocer como enemigo de la corte de Roma. Preso en Viena
como propagador de las heregias de Wiclef, y puesto en libertad
por la intercesion de la universidad de Praga, reunióse con lus y
continuó en la senda que debia causar su muerte, combatiendo de
palabra y por escrito los que él llamaba abusos del clero romano.
Entre otros problemas proponia los siguientes: --- « ¿ Tiene el Papa
mas poder que cualquiera otro sacerdote ? ¿&El pan de la Eucaristía
ó el cuerpo de Cristo, tenia mas virtud en la misa del pontífice que
en la de cualquiera otro oficiante ?
Gerónimo y sus amigos entretuviéronse un dia en pintar en un
lienzo de pared los discípulos de Jesucristo siguiendo descalzos de
pié y pierna á su divino maestro , montado en una burra, y al otro
lado al Papa y á los cardenales rodeados de gran aparato, monta
dos en soberbios caballos, precedidos segun costumbre, de atabales
y trompetas . El público acudió en masa á contemplar el cuadro y
fácilmente se comprende el efecto que producirian tales pinturas en
la exaltada multitud .
WICLEF . 819

Tal era Gerónimo de Praga en quien sus contemporáneos reco


nocen una inteligencia superior a la de Juan Hus ; pero este , por
la pureza de sus costumbres y por la dulzura de su carácter, ejer
cia una autoridad tan grande, que Gerónimo vivió siempre so
metido á su ascendiente. Juan era el maestro, Gerónimo el discípulo,
y nada honra tanto á estos dos hombres, como la deferencia , la
humildad voluntaria del que tenia mayor inteligencia, ante el que
era mas virtuoso .

UI.

El nuevo arzobispo de Praga hizo comparecer á Juan Hus


ante él .
-¿Quereis obedecer la bula del Papa y predicar la cruzada, le
preguntaron los legados del Papa.
AA lo que Hus respondió :
—Yo no deseo nada mejor que obedecer los mandamientos
Apostólicos.
Los legados del Papa, para quienes los mandamientos del Padre
Santo y los de los Apostoles eran una misma cosa , volviéronse en
seguida hacia el arzobispo y le dijeron:
— Ya lo oís ilustrísimo señor, él está dispuesto á obedecer al
Papa.
Pero Hus no dejó la cuestion indecisa y deshizo el equívoco di
ciendo :
-Aunque debiera morir quemado declaró que no obedeceré
las órdenes del Papa, si fuesen contrarias á los preceptos de los
Apóstoles.
Así terminó esta entrevista que acabó de colocar á Juan Hus en
completa rebeldía con la autoridad de la Iglesia .
Publicó en seguida una refutacion de las bulas y de la cruzada;
pero en este escrito, notable por muchos conceptos , se rebela la
misma contradiccion de que antes hemos hablado. Toma la autori
dad de las sagradas escrituras y la del vicario de Jesucristo sucesor
de San Pedro como regla absoluta , reservándose la facultad de
comparar los preceptos de la segunda con los de la primera, para
ver si están conformes, sin reparar que esto es lo mismo que ne
gar la autoridad del Papa,declarar falible, y suponer su propio cri
850 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

terio superior al de la cabeza visible de la Iglesia en el conocimiento


é interpretacion del dogma.

IV .

Para que el lector comprenda , hasta que punto este lamentable


error se habia apoderado del protestante de Bohemia , que se creia>

sin embargo católico , apostólico , romano, citaremos algunos pár


2

rafos de su famosa refutacion .


«Yo no afirmaré nada , decia Juan Hus ( 1 ) que no sea conforme
C

á las Santas Escrituras, y en manera alguna pretendo oponerme al


poder concedido por Dios al Pontífice romano; yo me opongo sola
mente a los abusos de su autoridad . El precepto divino , prohibe ha
cer la guerra lo mismo al clero , que á los obispos , que al Papa. Y
si no fué permitido á los discípulos de Jesucristo el defender á
mano armada á su maestro , jefe de la Iglesia , contra los que se
apoderaban de él á viva fuerza, y si el mismo San Pedro , fué seve
ramente reprendido por esta causa , ¿ con cuánta mas razon no de
1

berá estar prohibido á un obispo el hacer la guerra por un domi


nio temporal, ó por riquezas mundanas ?
En apoyo de su argumento Juan Hus recurria al testimonio de
los santos padres.
San Gregorio no quiere unirse á los que exterminaron á los lom
bardos, diciendo :
- «Yo temo á Dios y no me atrevo á contribuir a la muerte de
ningun hombre . »
San Ambrosio decia, á propósito de la invasion de los godos.
-Mis lágrimas son mis únicas armas ; son la defensa de un sa
cerdote y yo no tengo otra fuerza con que resistir .
San Bernardo decia á Eugenio III .
- « Vos domareis los lobos , pero no dominareis á los corderos,
porque se os han dado para que los cuideis y no para que los opri
mais . »
«Si el Papa y los cardenales hubieran dicho á Cristo . Señor, si lo
permites , exhortaremos el mundo entero á: la destruccion de Ladis
dao y sus cómplices , el Salvador les hubiera sin duda respondido

(1 ) Hist. y monum. Hus. , t. XI, p. 215, 234.


WICLEF . 851

como á sus apostóles , que le preguntaban si se vengaria de los sa


maritanos . »
« Yo no he venido para destruir sino para salvar. (Luc. IX) . »
«Jesus no ha herido á su enemigo que marchaba contra él, el >

servidor del Gran Sacerdote , sino que ha curado su herida . »


« Diga quien quiera que obedecerá la bula del Papa hasta la ex
terminacion de Ladislao y los suyos, en cuanto á mí , sin una re
velacion , sin una órden positiva de Dios, me guardaré muy bien de
alzar la mano contra Ladislao y sus partidarios . Lo que yo hago
es pedir humildemente á Dios que vuelva al camino de la verdad á
los que se extravian, por que él , jefe de toda la Iglesia , oró por
sus perseguidores diciendo : « Padre, perdónalos que no saben lo
que se hacen ;» y yo creo que Cristo, su madre уy sus discípulos eran
mas grandes que el Papa y los cardenales. )

V.

Despues de refutar la cruzada, Hus atacaba las indulgencias


como una profanacion de la gracia evangélica. «Dios solo, decia él ,
puede perdonar los pecados de una manera absoluta , por que solo
él lee en los corazones y sabe si el pecador está realmente arre
pentido. No se puede conceder el perdon de los pecados , sino por
el tiempo que durará el arrepentimiento y esto solo Dios puede sa
berlo .
«Me preguntais una cosa bien difícil y cuyo conocimiento os es
inútil, decia San Gregorio á una señora que le conjuraba encareci
damente le asegurase si sus pecados estaban perdonados : difícil,
por que yo no soy digno de recibir semejante revelacion , é inutil,
por que vos no podeis estar tranquila, respecto á vuestros pecados,
hasta que llegue el último dia de vuestra vida, cuando no esteis ya
en estado de cometerlos.
«Dice San Agustin en el libro de la penitencia . Si un hombre es
pera al último término de una enfermedad mortal para desear y
para recibir el Sacramento de la penitencia, yo confieso que sin
atreverme áá negarle lo que desea , no tengo certidumbre alguna de
su salvacion . Haced, pues , penitencia, durante el tiempo en que
podeis pecar, porque de otro modo no sois vosotros quienes os qui
tais del pecado, sino el pecado quien os abandona.
852 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

aSi pues , estos dos grandes santos no se atrevieron á perdonar


los pecados, aun á los que habian hecho penitencia, ¿cómo el papa
Juan se atreve en su bula á prometer el mas completo perdon y la
recompensa de la salvacion eterna á los que tomen parte en la cru
zada contra el rey Ladislao y sus cómplices?
« Si á pesar del ejemplo de nuestro Señor Jesucristo , el Papa com
bate por su poder temporal, es evidente que peca lo mismo que los
que le asisten en la empresa .
« ¿Cómo podria ser válida la indulgencia concedida en gracia de
cometer un nuevo pecado ?»

VI .

Respecto al poder de atar y desatar , Hus no niega que pertenece


á los sucesores de los Apostoles ; pero el negaba que fueran tales
sucesores los que, despojándose de toda afeccion humana, no ata
ran ni desataran conforme a la ley divina.
« La absolucion de Jesucristo, dice Hus, debe preceder a la del sa
cerdote. Un sacerdote, dice San Agustin , no debe imaginarse que
todos los que él ha absuelto ó condenado lo sean efectivamente,
por que solo lo son , los que son absueltos ó condenados segun la
órden de Jesucristo . Este poder es por tanto condicional, y supone
el buen uso que de él se haga: condicion de que el mismo San Pe
dro no estaba dispensado. ¿Cómo pues sacerdotes ignorantes, lu
juriosos, avaros, podrán conceder el perdon de la culpa y de la
pena a voluntad de la avaricia de los distribuidores de indulgen
cias? No es , dice San Agustin , á usureros ni á gentes corrompidas
á quienes Cristo dá este poder, y San Gregorio enseña qué, el que
concede el perdon de los pecados segun sus pasiones y no segun el
estado del penitente, se priva á sí mismo del poder de atar de
desatar ( 1 ) .
« El Papa no puede saber, sin una revelacion particular si está
predestinado a la salvacion eterna, y no puede concederse á sí mis
mo tales indulgencias, no es por tanto contrario á la fé el decir
que muchos papas, que han concedido amplias indulgencias están

( 1 ) S. Gregorio, Hom . 26.


WICLEF . 853

condenados. Y en tal caso ¿qué valor pueden tener ante Dios sus
indulgencias ?»
«Ningun santo, en la Escritura, ha concedido indulgencias para
la absolucion de la pena y de la culpa, durante cierto número de
años У de dias : maestros doctores no se han atrevido á nombrar
ninguno de los padres de la Iglesia que las haya instituido ni pu
blicado, porque ignoraban su origen . Y si estas indulgencias que
se suponen tan saludables para los hombres han estado como ador
mecidas durante mas de mil años , será probablemente porque la
avaricia no habia , en aquellos tiempos como en los presentes, lle
gado á su colmo. Es preciso distinguir, entre un poder legítimo ,
regido por la ley de Dios, y un poder usurpado y ejercido durante
algun tiempo por permision divina: á este último órden pertenece
el del demonio .» Juan Hus aplica esta distincion al Papa; «si el Pa
pa, dice, usa de su poder segun la orden de Dios , no se le puede
resistir sin resistir á Dios mismo: si abusa de su poder prescribien
do cosas contrarias á la ley divina, entonces es un deber la resis
tencia ... )
« Mas vale sufrir una excomunion injusta que recibir una abso
lucion que realmente no absuelve de nada . Mas fácil es que sea
absuelto el que soporta la maldicion y el oprobio hasta la muerte
por la causa de Jesucristo, que el que obtenga una absolucion del
Papa , por perseguir a los cristianos , siguiendo la causa de Juan XXIII
contra el rey Ladislao . »

VII .

Como en la bula que condenaba á Ladislao la excomunion se ex


tendia hasta la tercera generacion, Juan Ius la considera como es
· candalosamente simoniaca, porque la hallaba contraria al precepto
de Dios que dice: El hijo no llevará las iniquidades del padre (Eze
quiel XXVIII.) « El pecado, añadia, no puede ser perdonado á un
ladron sino á condicion de restituir;; de lo que resulta que la con
tricion que no produce restitucion es falsa y que para conceder ple
namente la remision de los pecados seria necesario que los confe
sores pudiesen leer en el alma de los penitentes , lo cual no puede
suceder sin una revelacion . »
« Un hombre ha sido un malvado durante toda su vida , pero con
2

Tomo I. 110
854 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tal que de dinero , para que el Papa Juan XXIII haga la guerra á
los enemigos de la Iglesia , le perdona la pena y el pecado : otro
hombre ha sido siempre honrado , y solo cometió pecados veniales,
pero como no contribuye á la cruzada con su dinero , será conde
nado , de lo que resulta que si estos dos hombres mueren , el crimi
nal se salvará y se condenará el justo. Si tales indulgencias fueran
válidas en el tribunal del cielo , seria preciso pedir á Dios , que se
hiciese contínuamente la guerra al Papa para que siempre estuviera
concediendo indulgencias por cuyo medio tan fácilmente alcanza
rian los hombres la gloria eterna fuesen pecadores ó inocentes. )
Tal era en sustancia la célebre respuesta del herege bohemio á
las bulas de Juan XXII. Con ella acabó de ganar las simpatías del
pueblo, pero perdió las de la córte, porque estando en guerra con
Ladislao, prefirió las bulas del Papa que lo condenaban .

VIII .

Dividióse Praga en dos grandes partidos; los católicos fieles al


Papa, clero, corte y funcionarios que de una y otra dependian , y
husisas , señores, parte de los profesores de la universidad, estu
diantes y pueblo .
Entre las personas que se enemistaron con Juan Hus á conse
cuencia de la respuesta que dió a las bulas del Papa merece citarse
Paletz , clérigo influyente que habia sido hasta entonces su discípu
lo y su amigo, y que manifestó contra él desde aquel dia tanto ódio
como respeto y simpatias le habia profesado antes.
Tantos elementos de discordia acumulados, presagiaban nuevas
tormentas mas graves que las promovidas por el voluntario confi
namiento de Hus; pero nada bastó á apartarlo de la fatal carrera de
su perdicion . En las puertas de las iglesias y de los monasterios de
Praga, invitó por medio de carteles á doctores, sacerdotes,, frailes y
estudiantes, a discutir con él las tésis siguientes:
« Si segun la ley de Jesucristo, podian los cristianos en concien
cia aprobar la cruzada ordenada por el Papa contra Ladislao y sus
cómplices ; y si tal cruzada podia redundar en gloria de Dios, en la
salvacion del pueblo cristiano y en beneficio del reino de Bohe
mia . »
El dia señalado para la discusion la concurrencia fue inmensa y
WICLEF . 855
el rector alarmado procuro , aunque en vano , disolver la asamblea.
Un doctor en derecho canónico se levantó é hizo la apología del Papa
y de sus bulas y encarándose con Juan Hus le dijo :
( -Vos sois sacerdote y dependeis del Papa, que es vuestro pa
dre espiritual. Solamente las aves malas ensucian su propio nido ,
У Cham fué maldecido por haber revelado la deshonra de su pa
dre . »
El pueblo murmura y se agita al escuchar estas palabras: las
amenazas y las piedras volaban ya de uno aá otro bando , y solo la
autoridad de Juan Hus pudo apaciguar la tormenta.
Habló despues Gerónimo de Praga y terminó su vehemente dis
curso diciendo :
« Que los por nosotros se nos unan : Hus y yo vamos
que están
ahora al palacio y allí haremos ver la vanidad de las indulgen
cias . »
« Es verdad , tiene razon , » esclamaba el pueblo .
>

Intervino á su turno Marcos, el rector de la academia , conjuran


do á la multitud á que no fuera al palacio; deseando evitar mayo
res males , y por el pronto consiguió su objeto. Los estudiantes
acompañaron á Gerónimo, en quien veian el mas sabio, y el pueblo
acompañó á Hus hasta la capilla de Belen exhortándolo á mostrarse
firme é inquebrantable.

IX .

El domingo inmediato esparcióse un siniestro rumor, los magis


trados de la ciudad habian hecho prender a tres ciudadanos por ha
blar contra el Papa y sus indulgencias. Los estudiantes se amoti,
naron , el pueblo tomó las armas y fueron en tumulto á pedir al
ayuntamiento la vida de los presos. Juan Hus acudió tambien , y
los magistrados le ofrecieron acceder á sus deseos . Cuando Juan Hus
exhortó alpueblo á volverse en paz á sus hogares diciéndole de par
te de sus magistrados que los presos obtendrian perdon , la multitud
>

aplaudió y se retiró pacíficamente.


No pasó sin embargo mucho tiempo sin que los magistrados fal
taran á sus promesas haciendo que el verdugo degollara á los pre
sos secretamente en sus mismos calabozos. El pueblo furioso forzó
las puertas de la cárcel , sacó los cadáveres y los condujo en triunfo
856 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

á la capilla de Belen . Enterráronlos bajo la nave con gran pompa y


los estudiantes cantaron en coro sobre su tumba:
« Estos son santos que han dado sus cuerpos por el Evangelio de
Dios. »
La indignacion producida por estos asesinatos jurídicos , se es
parció rápidamente por toda la Bohemia contribuyendo á enajenar
las voluntades al Papa, mucho mas eficazmente que las predica
ciones de Juan Hus y las de sus parciales .

1
1

CAPITULO V.

SUMARIO.

El cisma . - Entredicho . - Nuevas publicaciones de Juan Hus . - Sus adversarios


y su poder . - Convocatoria del concilio de Constanza en 1414 y objetos para
que debia reunirse . - Viaje de Juan Hus à Constanza . - Salvo conducto
del Emperador . - Sus presentimientos . - Composicion del concilio .-- Arres
to de Juan Hus . - Indignacion de Juan de Chlum . - Traslado de Juan Hus
á la cárcel de los dominicanos .

1.

El cisma que á la sazon dividia la Iglesia católica, proporciona


ba cada dia nuevos argumentos á los partidarios de Juan Hus para
combatir la jurisdiccion del Papa. « ¿ Si nuestra obediencia ha de
ser pasiva , decian , á quien obedeceremos ? Baltasar Cossa , llama
do Juan XXIII está en Roma, Angel Corario , llamado Gregorio XII
está en Rimini y Pedro de Luna que se llama Benito XIII en Aragon.
¿Si uno de ellos , debe ser obedecido en calidad de Sumo Pontífice,
de donde viene que no pueda distinguirse de los otros y que no
empiece por someterlos? Jesucristo solo y no el Papa y el gefe de la
Iglesia; todos los fieles son sus miembros, y los tres papas están
en contradiccion consigo mismos cuando nos condenan porque para
todo nos referimos á las Santas Escrituras , siendo ellos y no noso
tros los verdaderamente condenables por pretender que debe en
todo obedecerse al Papa, cuando está demostrado que ha habido
muchos papas hereges . »
858 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

En el estado de exaltacion á que los ánimos habian llegado en


Praga, era muy difícil que el lenguaje de la razon fuese escuchado..
El arzobispo pasó de las amenazas á los actos, y puso en entredi
cho la ciudad y todos los lugares que recibieron á Juan Hus.
Esta medida no produjo sin embargo todo el resultado que se
prometiera el arzobispo, los bereges no dejaron de predicar en la
célebre capilla de Belen ! Hus no obstante, se retiró de nuevo al
lugar de su nacimiento, donde escribió muchos tratados , entre otros
el de la Iglesia, de donde despues se sacaron la mayor parte de los
artículos, cuerpos del delito por que fué condenado, Tambien pu
blicó un pequeño tratado con el título de seis errores.
Era el primero, segun él , el de los sacerdotes que se vanaglorian
de hacer el cuerpo de Jesucristo en la misa , y de ser por tanto los
2

creadores de su Creador .
El segundo consistia en creer en los papas y en los santos; Juan
Hus sostenia que no debia creerse mas que en Dios.
Era el tercero, la que él calificaba de pretension de los sacerdo
tes , que creen poder perdonar la pena y la culpa del pecado .
Elcuarto era el creer que se debe obedecer á los superiores cie
gamente , en cualquier cosa que manden .
Consistía el quinto en no distinguir el efecto de una excomunion
justa del de otra injusta.
El sexto , en fin , era la simonía, de que Juan Hus acusaba á la
9

mayor parte del clero .


Esta obrita se esparció rápidamente en Bohemia y obtuvo una
inmensa popularidad .
Escribió tambien por aquella época su tratado sobre la Abomina
cion de los frailes, cuyo título dice bien lo que seria la obra ; y por
último los Miembros del Anticristo, violenta diatriva contra el Papa
y su corte.

II .

A pesar de que con tales escritos se colocaba frente á frente,


como decidido adversario de la autoridad papal, Juan Hus, no
tenia la conciencia de la gran revolucion que preparaba con
ellos . Para comprender la importancia que representó hasta el
fin , con tanto valor como constancia, y la influencia que ejerció
WICLEF . 859

sobre los futuros destinos de Europa, basta recordar, quienes fue


ron sus enemigos y cual fué su poder.
El mas terrible era Juan XXIII . Venia despues el emperador Se
gismundo, bajo cuyos auspicios se reunió el famoso concilio de
Constanza en 1414, para extirpar la heregía que Juan Hus y sus
sectarios predicaban concluir con el cisina producido por la exis
tencia simultánea de Benito XIII , Gregorio XII y Juan XXIII , y pa
ra reformar la Iglesia .
Juan XXII, de concierto con el Emperador, invitó al concilio , á
cuantos ejercian influencia sobre la cristiandad .
Jamás desde los primeros tiempos del cristianismo se habian he
cho tantos esfuerzos por una reunion tan importante, ni cuestiones
tan graves, habian sido tan solemnemente debatidas.

III .

Mandose á Juan Hus comparecer ante el concilio ; dominado por los


mas tristes presentimientos, encaminose el heresiarca bohemio á
Constanza , siquiera fuese provisto de dos salvos conductos, uno de
Wenceslao rey de Bohemia yy otro del emperador Segismundo ( 1 ) .
En el mes de octubre de 1111, despidióse de sus amigos y dió
su último adios á su capilla de Belen, que no debia volver a ver
jamás.
Hizo Juan Ilus su viaje acompañado de muchos nobles y baro
nes , entre otros Wenceslao Duba y Juan Chlum .
No se hizo ilusiones sobre el riesgo que corria, y las mismas pre
cauciones que tomó antes de emprender el viaje , prueban que co
nocia bien toda la extension del peligro. En las cartas que escribió
á sus amigos y discípulos se despedia como quien no cuenta ya con
(1) El salvo conducto del Emperador decia así: «Segismundo, por la gracia de Dios, Rey de Roma
nos, etc., á todos los principes, eclesiásticos y seculares etc. y a todos los otros vasallos nuestros.
Salud . Nos, os recomendamos encarecidamente a todos en general y á cada uno en particular, al
honorable maestro Juan Hus, Bachiller en Teologia y doctor en artes , portador de las presentes,
que va de Bohemia al concilio de Constanza; el cual hemos tomado bajo nuestra proteccion y sal
vaguardia , y bajo las del imperio , deseando que nos lo reciba is bien y lo trateis favorablemente
facilitándole cuanto necesite para apresurar y asegurar su viaje , tanto por agua como por tierra ,
sin tomar nada de él , ni de los suyos á las entradas ni á las salidas, por cualquier causa que sea ,
y os invito A DEJARL , PASAR . QUEDARSE , DETENERSE Y VOLVERSE LIBREJENTE Y SEGURA
MENTE , proveyéndole , en caso necesario, de buenos pasaportes, por el honor y respetos debidos á
la Magestad imperial. Dado en Spire, á 18 de octubre de 1414, el tercer año de nuestro reinado de
Hungría y el quinto del de los Romanos .
860 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

volver . En una dirigida al padre Martin , su discípulo , encontramos


las siguientes recomendaciones:
« Que la gloria de Dios y la salud de las almas te preocupen y
no la posesion de beneficios y herencias. Procura no adornar mas
tu cara que tu alma y consagra sobre todo tus cuidados al edificio
espiritual. Se piadoso y humilde con los pobres y no consumas tu
fortuna en festines. Si no enmiendas tu vida y te abstienes de cosas
superfluas, temo que no seas severamente castigado, como lo soy
yo mismo, por haber usado tales cosas , seducido por la costum
bre , y turbado por el orgullo. Tú conoces mi doctrina; desde tu
infancia has recibido mis instrucciones y es inútil que te las reco
miende de nuevo ; pero te conjuro por la misericordia de nuestro se
ñor que no me imites en ninguna de las vanidades en que me has
visto caer . )
Concluye la carta disponiendo de muchos efectos que le pertene
cian y haciendo varios legados; y en el sobre decia:
« Te conjuro amigo, que no abras esta carta antes de adquirir la
certidumbre de mi muerte .))
El 3 de noviembre llegó á Constanza y se apeó en la casa de una
pobre viuda donde permaneció tranquilo durante algunos dias .

IV .

Los barones Juan de Chlum y Enrique de Latzembuch anuncia


ron al Papa su llegada, diciéndole que Juan Hus estaba provisto de
un salvo conducto del Emperador.
Juan XXIII , los recibió amigablemente y es fama que les dijo :
Aun cuando Juan Hus hubiera matado á mi propio hermano,
yo impediria que se cometiese con él ninguna iujusticia durante el
tiempo que permaneciese en Constanza , »
En los primeros dias , fiado en su salvo conducto, Juan Hus, obra
ba y hablaba azas libremente. Decia misa en su propia casa y la
gente acudia en tropel para verlo y oirlo .
La composicion del concilio fué digna de los grandes intereses
que iban a debatirse. Menos Escocia, los diversos reinos en que es
jaba dividida la península Ibérica y algunos pequeños condados,
que reconocian á Benito XIII como papa , y que no estuvieron re
presentados en el concilio hasta mucho tiempo despues, todos los
WICLEF . 861

reinos grandes y pequeños de Europa , enviaron á Constanza sus


delegados .
Dos papas lo presidieron; al principio Juan XXIII y Martin V al
fin . Concurrieron a él treinta cardenales , veinte arzobispos , cien
obispos y prelados, una multitud de abades У doctores y ochocien
tos curas. Entre los soberanos que asistieron en persona, se distin
guian el Elector Palatino , y los de Maguncia y de Sajonia; los du
ques de Austria, de Babiera y de Silesia . Habia además gran nú
mero de marqueses, condes }y barones, y multitud de nobles de di
versas categorías. Pero entre todos , el primero por el rango y el
poder descollaba el emperador Segismundo, el cual, á la apertura
del concilio, tenia 47 años , y la madurez de la edad aumentaba la
majestad natural de su persona .

པ.

Veinte y tres dias despues de la llegada de Juan Hus á Constan


za, dos obispos, acompañados del cónsul de la ciudad y de un caba
llero, se presentaron en casa de Juan Hus, diciéndole que eran envia
dos por el Papa y los cardenales para invitarle a ir en persona á
dar cuenta ante ellos de sus doctrinas ; á lo que Juan Hus res
pondió :
« No he venido con la intencion de defender mi causa privada
mente delante del Papa y de los cardenales , sino para comparecer
ante el concilio general, y en presencia de todos responder sobre todos
los puntos lo que Dios me inspire en mi defensa . Sin embargo, no me
negaré á presentarme antes delante de los cardenales, y si se con
dujeren mal conmigo, yo confiaré mi alma en manos de nuestro Se
ñor Jesucristo, y me consideraré mas dichoso muriendo por su glo
ria que viviendo por negar la verdad , tal como la enseñan las Sa
gradas Escrituras . »
Y diciendo y haciendo, siguiólos al palacio del Papa, acompañado
de Juan de Chlum .
Esperábaplo reunidos los cardenales , y le dijeron:
« Padre Juan Hus , hemos sabido acerca de vos muchas cosas que ,
si son verdaderas, no son tolerables . Nos aseguran que enseñais los
errores mas grandes y opuestos a las verdaderas doctrinas de la
Tomo I.
862 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Iglesia, y que ya los habeis propagado por toda la Bohemia, y os


hemos mandado comparecer para saber la verdad . »
A lo que Juan Hus respondió :
« Reverendos padres, sabed que mejor quisiera morir que ser
culpable , con conocimiento de causa , de un solo error. He venido
por mi propia voluntad á este concilio , dispuesto á recibir la cor
reccion que se me imponga por los errores en que se me pruebe
haber incurrido . »
«Esto es lo que se llama hablar bien , » dijeron los cardenales: V
así diciendo , se retiraron . Entonces entraron algunos soldados ar
mados, y Hus y Chlum quedaron bajo su custodia .

V.

Entró con los soldados un teólogo , del órden de los Minoristas,


el cual dijo a Juan Hus:
« Padre, yo soy un hombre sencillo é ignorante, y me dirijo á vos
para que me instruyais. Yo sé que se os atribuyen muchas opinio
nes contrarias á la fé católica, las cuales agitan mi espíritu que
ama la verdad. Suplicoos por tanto que enseñeis alguna cosa posi
tiva á este pobre pecador. Me aseguran en primer lugar, que segun
vos, despues de la consagracion del sacerdote, no queda en el sa
cramento del altar mas que un poco de pan comun . »
-Eso es falso , dijo Juan llus.
-¿Cómo, vos no lo creeis ? repitió el padre con insistencia .
.

-No , yo no lo creo, repitió Juan Hus.


Y como el fraile le dirigiera por tercera vez la misma cuestion,
Juan de Chlum terció en el debate, diciendo:
-¿A que vienen tantas importunidades? Si alguno afirmára ó
-«¿A
negára cualquier cosa una sola vez bastaria para creerlo . ¿Porque
pues , repetir inútilmente lantas veces la misma cuestion ? »
— « Noble señor, respondió el teólogo : perdonadme porque yo
no soy mas que un pobre hombre, ignorante y sencillo , y si he co
metido alguna torpeza ha sido con la mejor intencion, y por el de
seo de instruirme.» Y cambiando de tésis , preguntó, como la hu
manidad Y la divinidad estaban unidas en la persona de Jesu
cristo .
— « Me parece, dijo Juan Hus á Chlum , que este fraile no es tan
WICLEF . 863

ignorante como él pretende ; y volviéndose hacia el fraile, añadió:


Hermano, segun lo que decís, me parece que teneis mas de doble
que de sencillo. )>
Alterose el fraile, y Juan Hus añadió :
- « La simpleza requiere cierto acuerdo entre el espíritu y los
(

labios . Vuestra boca os presenta como un hombre sencillo é igno


rante ; pero vuestra pregunta atrevida basta y sobra para revelar
un espíritu sutil y agudo . »
El fraile le escuchó atentamente y desapareció en seguida .
Los soldados dijeron á Juan Hus que el fraile era Didacus , el
mas sútil teologo de la Lombardía .
Hus y su amigo Juan de Chlum permanecieron hasta las cuatro
de la tarde custodiados por los soldados, á cuya hora presentóse el
preboste de la corte Pontifical y dijo a Juan de Chlum que podia
marcharse libremente , mas que Hus quedaba preso.

VII .

Fuera de sí de indignacion y de cólera Chlum se quejó amarga


mente de que con falsas palabras hubiesen precipitado á su amigo en
una infame emboscada . Corrió á informar al Papa de lo que ocurria,
y le exhortó á que recordára las promesas que le tenia hechas; pero
todo fué inútil . Retiróse afligido y durante muchos dias no cesó de
quejarse del Papa privada y públicamente, acusándolo de haber co
jido á Juan Hus en un lazo indigno con menosprecio de su palabra
У de la dėl Emperador.

VIII .

Ocho dias quedó Hus encerrado en casa del Chantre de la cate


dral de Constanza, al cabo de los cuales fué conducido á la prision
del convento de Santo Domingo á orillas del Rhin .
Su calabozo se hallaba inmediato á un receptáculo de inmundi
cias: la atmósfera estaba tan viciada, que el prisionero cayó enfer
mo , acometido de una fiebre violenta que puso su vida en peligro .
Despues de haberse inútilmente dirigido al Papa , Juan de Chlum
864 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

escribió al Emperador, el cual dió órden á su embajador en la villa


de Constanza, para que hiciese poner inmediatamente en libertad á
Juan Hus, y que si se resistian , rompiera las puertas. Estas órdenes,
no obstante, no se efectuaron , y Juan Hus quedó prisionero en la
cárcel de los dominicos .
CAPITULO VI.

SUMARIO .

Indignacion causada en Bohemia por la prision de Juan Hus . - Intrigas de sus


enemigos para perderle . - Perplegidad del emperador Segismundo. - Decla
raciones contra Juan Hus. - Su proceso . - Niéganle un defensor . - Sus pade
cimientos en la prision . - Sus escritos . - Fuga del papa Juan XXIII .- Juan
Hus es trasportado al Castillo de Gotleben cargado de cadenas. - Geró
nimo de Praga en Constanza . - Su fuga .- Salvo conducto concedido por el
concilio . - Prision de Geronimode Praga - Su conduccion i Constanza -- Com
parece cargado de cadenas ante el concilio . - Suinterrogatorio . - Sustormen
tos en la prision .

I.

Cuando se supo en Praga la prision de Juan Hus, la conmocion


ſué general . Firmáronse numerosas protestas; muchos barones y
poderosos señores escribieron al Emperador cartas apremiantes, re
cordándole de una parte los certificados de ortodoxia dados á Juan
Hus por los prelados de Praga , y de otra el salvo-conducto que el
mismo le habia otorgado .
Los enemigos de Juan Hus no eran menos activos para perder
le que sus defensores para salvarlo. Rodearon á Segismundo y em
plearon uno despues de otro su elocuencia en convencerlo de que
estaba dispensado de sostener su palabra á un hombre acusado de
heregía ; de que no habia estado en su derecho, concediendo el sal
vo conducto , sin el consentimiento del concilio ; y que ejerciendo es
te un poder mas alto que el del Emperador, podia dispensarle del
cumplimiento de su promesa. Juan Hus estaba perdido irremedia
866 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

blemente; el Emperador , sin embargo, no lo abandonó sin resistir á


las exigencias de los cardenales , y en el libro IV de Cochlaeus en
contramos una carta que dos años despues escribia á los barones.
« Que no hubiera entrado conmigo en Constanza! No puedo yo
espresarlo , pero Dios sabe cuanto me afligió su desgracia. Aban
doné la ciudad ; pero los padres del concilio me mandaron á decir,
que si yo detenia el curso de su justicia, no tendrian nada que ha
cer en Constanza , y tomé la resolucion de abstenerme porque el
>

concilio no se disolviera .
El concilio por sus decretos declaró justa , legítima la conducta
de Segismundo.

II .

Pocos dias despues de su prision , designó el Papa tres prelados


para que interrogaran y procesaran á Juan Hus , nombrando ade
más una comision de doctores para que examinasen sus libros y le
diesen cuenta .
Muchos eclesiásticos de Praga declararon como testigos contra
Hus ante los comisarios . Despues fueron estos á su calabozo, donde
lo encontraron consumido por la fiebre , en la que no vieron un
obstáculo para leerle las declaraciones de sus acusadores. En se
guida. como cuerpo del delito , se presentaron una serie de artícu
los que Paletz habia extractado de su tratado de La Iglesia, di
ciéndole que pronto tendria que responder a todos estos cargos.
Privado de toda comunicacion libre, acabado por males físicos y
morales, pidió que le concedieran un defensor; pero este socorro,
que no se niega ni aun á los mas viles criminales, y que él solici
taba como una gracia, le fué negado, diciéndole que, segun los cá
nones, era un crímen la defensa de un hombre acusado de heregía .
« He pedido á los comisarios , decia Juan Hus, que me concedan
un abogado: me lo han ofrecido primero; pero me lo han negado
despues. Yo pongo mi confianza en nuestro Señor Jesucristo:que
él sea mi abogado y mi juez ( 1 ) . »
Su humildad y resignacion , la sencillez y elocuencia de sus pa
labras ganaron á Juan Hus las simpatías de sus mismos carceleros,

( 1 ) Epist XLIX.
WICLEF . 867

que acudian á pedirle en su misma mazmorra instruccion y con


sejo, y él escribió á peticion suya algunos tratados. Los principales
fueron los de los Diez mandamientos , de la Oracion dominical, del
Matrimonio, de los tres enemigos del hombre y por último, el del
2

cuerpo y de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, cuyo objeto era


probar que su creencia en el sacramento de la Eucaristía era exac
tamente la misma que la de la Iglesia católica romana. En las
portadas de estos tratados se leian los nombres de Roberto, Grego
rio y Jaime, que eran los de los carceleros á cuya peticion los ha
bia escrito .

II .

En una carta dirigida á sus amigos (1 ) , revela Juan Hus todo lo


que sus adversarios le hacian sufrir.
« Sabed, mis bien amados, les decia , que han traducido mis car
tas, añadiéndoles muchos embustes : escriben contra mí tantas fal
sedades , que apenas desde mi prision puedo desvanecerlas ... »
Rogad á Dios por mí , a fin de que no me abandone . En él у en
vuestras oraciones se cifran todas mis esperanzas. Suplicadle que
me conceda la asistencia de su espíritu para que pueda confesar su
nombre hasta la muerte : si entre tanto Él se digna recibirme,
¡cúmplase su santa voluntad ! Mas si quiere que yo viva y que os
sea devuelto , ique su voluntad sea tambien bendita ! Aunque yo es
tuviese seguro de que no seria tentado mas allá de mis fuerzas, no
por eso dejaria de necesitar su divino auxilio, y mucho mas toda
vía si no supiera que el peligro en que me veo es necesario á vues
tra salvacion y á la mia; porque para los que perseveran con fir
meza en la verdad , la tentacion opera la salud . »

IV .

Tres meses hacia que el herege bohemio estaba preso, cuando


un suceso extraordinario vino á agravar su estado: el 20 de marzo
de 1415, Juan XXIII se escapó disfrazado en medio de una fiesta
( 1 ) Epistola X.
868 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dada á propósito por el archiduque de Austria, bajo cuya protec


cion se puso, en la villa de Schaffousa.
Uniósele en ella el Archiduque, y muchos cardenales no tardaron
en seguirle .
Esta fuga inutilizaba cuanto se habia hecho para la extincion del
cisma; pero los padres del concilio se desquitaron del terreno per
dido en el remedio de esta calamidad de la Iglesia , acudiendo al re
medio de la otra . Antes de reunirse al Papa, sus oficiales pusieron
á Juan Hus bajo la custodia del Emperador y de los cardenales, en
cuyo nombre se hizo cargo de él el obispo de Constanza. Este pre
lado hízolo conducir rodeado de soldados al castillo de Gotleben , que
alza sus siniestras torres á orillas del Rhin . En una de ellas fué en
cerrado: pusiéronle grillos en los piés , y de noche lo amarraban á
una cadena sujeta a la pared .
En medio del sentimiento del pueblo y de la agitacion causada en
Praga por la cautividad de Juan Hus, su amigo y discípulo Geróni
mo estaba lleno de confusiones , sin saber que partido tomar: por
una parte deseaba seguir á su maestro , y por otra temia participar
de su desgracia . El mismo Hus en sus cartas le exhortaba á per
manecer en Praga y á no hacer nada que lo comprometiese. Al
principio no habia Gerónimo desesperado de la salvacion de su
amigo, confiando en los esfuerzos de los grandes señores de Bohe
mia y en la lealtad del emperador Segismundo; mas cuando vió
que eran desdeñadas las reclamaciones de los primeros, y que Se
gismundo olvidaba su palabra, Gerónimo recordó la suya, y se pro .

puso cumplirla. Acompañado de un solo discípulo y sin salvo-con


ducto, se fué á Constanza con la idea de presentarse ante el concilio
y defender á Juan Hus.

V.

Llegó el 4 de abril, y mezclándose entre la multitud sin darse á


conocer, escuchó los mas siniestros rumores . Decian que Juan Hus
no seria admitido ante el concilio ; que lo juzgarian en secreto ; que
no saldria del calabozo sino para morir . Estas noticias llenaron de
terror el alma de Gerónimo, que lo creyó todo perdido, y se fugó de
la ciudad con tanta prisa, que ni siquiera volvió a recoger su espa
da en la hospedería en que se habia apeado. El rumor de su llega
WICLEF . 869
da y de su fuga se esparcieron al mismo tiempo en Constanza, é
inmediatamente dióse la orden de prenderlo .
Desde Uberlinge , escribió Gerónimo al Emperador y al concilio,
diciéndoles que habia ido á Constanza por su voluntad, sin ser la
mado como Juan Hus, y pidiéndoles un salvo - conducto para volver :
1

la peticion decia así :


« Yo Gerónimo de Praga, doctor en artes en las célebres acade
mias de Paris, de Colonia y de Heidelberg, notifico a todos por este
escrito que voy á Constanza , expontáneamente y sin ser por nadie
obligado , con objeto de responder á mis adversarios y calumniado
res que difaman al muy ilustre у célebre reino de Bohemia y de
fender nuestra doctrina, que es pura y ortodoxa, exponiendo mi ino
cencia ante el concilio , clara como la luz del dia ... A fin de llevar
á cabo tan justo designio , suplico en nombre de Dios me concedan
un salvo -conducto para ir aá Constanza y retirarme libremente . »
Negoselo el Emperador, pero se lo concedió el concilio , aunque
en términos tales que lo hacian inútil .
Entre otras cosas decia así el salvo conducto concedido á Geró
nimo :
« Y para impedir que no se os haga alguna violencia, os conce
demos un pleno salvo -conducto; salvo sin embargo la justicia y en
tanto que de nosotros depende y que lo requiere la fé ortodoxa . )
Semejante documento no era una garantía, y Gerónimo tomó la
vuelta de Bohemia, lleno de aficcion por no haber podido socorrer
á su amigo y maestro, é inquieto por la manera como se interpre
taria su retirada. Pero el 24 de abril fué preso por órden de Juan
de Baviera , conde Palatino y príncipe de Saltzbach , en la ciudad de
Hirsaso, de donde fué trasladado á la prision de Saltzbach ,hasta que
reclamado por el concilio fué remitido á su disposicion .

VI .

Entró Gerónimo en Constanza amarrado, en una carreta , y ro


deado de soldados . Condujeronlo al palacio del elector Palatino ,
hermano de Juan de Baviera, donde lo retuvieron hasta que com
pareció ante la congregacion general de los miembros del concilio.
Paseáronlo primero por la ciudad cargado de cadenas y rodeado de
Tomo I. 112
870 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES.
soldados, ante los cuales marchaba como en triunfo el elector de
Baviera .
Preguntósele por qué se habia escapado, á lo que respondió :
«Me he retirado , porque no be obtenido un salvo conducto de vos
ni del Emperador, y porque sabia además cuántos mortales enemi
gos tenia yo aquí . Me habeis citado para que compareciera ante
vosotros cuando ya estaba en camino, y po he recibido vuestra ór
den , mas os juro, que aunque hubiera estado ya de vuelta en mi
país , habria venido , si hubiese llegado á mis manos . »
9

Al escuchar esta respuesta, levantóse la asamblea indignada , y


muchos de sus miembros declararon contra Gerónimo . Entre otros
Gerson le dijo:
«Cuando fuísteis á Paris , os imaginábais ser por vuestra elocuen
cia un ángel bajado del cielo , y habeis turbado la Universidad , emi
tiendo en sus escuelas muchas proposiciones falsas . )
« Maestro Gerson , respondió Gerónimo ; las proposiciones que yo
emitia y las respuestas que dí á los argumentos de los maestros,
fueron científicas уy filosóficas , y dadas en calidad de maestro que soy
de aquella Universidad . Si enseñé errores, probadlos y los retractaré.»
Un doctor de Colonia le interrumpió diciendo:
« Tambien en nuestra Universidad adelantásteis muchos argu
mentos erróneos . »
«Citadme uno , » respondió Gerónimo .
«No me acuerdo de ellos ahora; pero pronto se os recordarán,
respondió el doctor.
Levantóse á su turno un tercero y dijo á Gerónimo :
«En Heidelberg , habeis sostenido graves errores á propósito de
la Trinidad , presentándola como un triángulo y comparándola al
agua , á la nieve y al hielo . »
« Lo que yo he dicho en Heidelberg , respondió Gerónimo , estoy
pronto a repetirlo ahora mismo . Probad que son errores y los ab
juraré humildemente . »
Levantóse un murmullo general en la asamblea y muchas voces
gritaron : ¡ al fuego! ¡ al fuego!
«Si mi muerte os es agradable, replicó Gerónimo, cúmplase la
voluntad de Dios . »
«No , Gerónimo , dijo el arzobispo de Saltzburgo , porque está es
crito , yo no quiero la muerte del pecador , sino que viva y se con
vierta . »
WICLEF . 871

Cuando el ruido y las vociferaciones se calmaron , separóse el


concilio y Gerónimo fué conducido de nuevo á su prision.

VII .

Por la noche , Pedro Maldoniewitz, mas conocido con el nombre


de Pedro el Notario , fué á rondar alrededor de la casa en que Ge
rónimo estaba preso , y aproximándose á una ventana le llamó, y
reconociéndole por la voz , Gerónimo le dijo:
-« Bien venido seas , hermano . »
A lo
A que Pedro respondió :
(
- « Fortalece tu alma, y recuerda la verdad que con tanta elo
cuencia has proclamado cuando estabas libre. Yo te conjuro , amigo
y maestro, á desafiar por ella la muerte sin temor . »
.

—«Sí , respondió Gerónimo ; yo confirmaré la verdad que he di


cho . )
Los centinelas interrumpieron la conversacion con amenazas y
violencias , y Pedro dió un triste adios á su amigo, alejándose llena
el alma de afliccion .
Y como Vitus, criado de Juan de Chlum , se acercase despues ,
llamando á Gerónimo por la ventana , los soldados le arrestaron y
difícilmente pudo recobrar su libertad . Enterado el arzobispo de
Riga , á quien el concilio habia encomendado la guardia de Geróni
mo , hizo trasladarlo aquella misma noche á una torre del cemen
terio de San Pablo , mandando que fuese cargado de cadenas, amar
rando con ellas sus dos manos á una argolla puesta en un pilar,
mas alta que su cabeza, de tal manera , que sus mismos brazos le
obligaban á tenerla baja. En esta penosa situacion permaneció dos
dias , sin recibir otro alimento que pan y agua ; mas cayó tan grave
mente enfermo, que creyendose en peligro de muerte , pidió un con
fesor. Entonces aflojaron un poco sus férreas ligaduras. Un año en
tero permaneció encerrado, en la sombría torre del cementerio,
hasta que el suplicio puso término á sus males .
CAPÍTULO VII.

SUMARIO.

Resignacion de Juan Hus . - Gestiones de los barones de Bohemia en favor de


Juan Hus . - Su inmutabilidad ,-Firmeza inquebrantable del prisionero.
El concilio emprendi i la condenacion de las obras de Hus sin oirlo . - El Em
perador se opone y se suspende el juicio hasta la comparecencia del reo.
Interrogatorio de Juan Hus en el concilio . - Segundo interrogatorio en pre
sencia del Emperarlor . - Acta de acusacion . - Continuacion del interrogato
rio . - Exhortaciones del Emperador. .

I.

La prision de Gerónimo habia sido para Juan Hus una prueba


cruel. Negóseles el consuelo de estar juntos en la prision , y mientras
Gerónimo languidecia encadenado en la torre del Cementerio de
S. Pablo , Juan Hus estaba encerrado en Gotleben .
Todas las cartas de Juan Hus, lo mismo que las relaciones de sus
contemporáneos, demuestran que en esta última época de su vida ,
su resignacion y su dulzura estuvieron a la altura de su desgracia.
Si la indignacion se habia revelado en otros tiempos en algunos de
sus actos ó de sus escrilos, las virtudes opuestas vinieron á ocupar
su puesto , á medida que fué mayor el rigor de sus enemigos.
« Vosotros sereis felices, dijo Jesus , cuando los otros os aborre
cerán , y os despreciarán causándoos males crueles por causa mia:
Alegraos entonces , porque vuestra recompensa será grande en el
cielo . » « Eslas palabras del Salvador, decia Juan Hus en una de sus
>

cartas , son un gran consuelo para mí. »


WICLEF . 873

Como la mayor parte de los hombres de una piedad ardiente,


Juan Hus , unia , á un gran valor, ese entusiasmo , esa exaltacion de
alma con las cuales se hace el hombre superior a los mas grandes
dolores, sobreponiéndose á los mayores obstáculos.
II .

Sin embargo, el dia en que debia ser juzgado no llegaba: unos


temian el ascendiente de su elocuente palabra sobre la asamblea;
otros que una pública retraccion les arrebatase su víctima . El em
perador Segismundo , por otra parte , previendo el resultado del
proceso, daba largas ; porque el salvo-conducto que le habia dado
7

pesaba al fin y á la postre sobre su conciencia. Pero los barones y


nobles de Bohemia dirigieron las mas enérgicas instancias, tanto
al Emperador como al concilio , para que Juan Hus fuese puesto en
libertad . El Emperador no les respondió: el patriarca de Antioquia
hízolo en nombre del concilio , diciéndoles: « que los sucesos les
harian ver si la protesta de Juan Hus, en que fundaban su peticion ,
era verdadera ó falsa ; y que respecto a las garantías que ofrecian
dar en prendas de la libertad del prisionero, los diputados del con
cilio no podrian aceptarlas por buenas que fuesen , tratándose de
un herege. » Todo lo que prometieron fué, que Juan Hus seria con
ducido el 5 de junio de Gotleben á Constanza, donde seria públi
camente escuchado ante el concilio . El Emperador hizo á los baro
nes de palabra la misma oferta.
A pesar de tales ofrecimientos, los amigos de Juan Hus no esta
ban tranquilos, porque sus adversarios esparcian por do quiera el
rumor de que á su llegada á Constanza debia estallar una sedicion
popular, induciendo de este modo a los cardenales á que enviaran
á Gotleben diputados que interrogasen al cautivo y le arrancasen
alguna confesion que hiciese la audiencia pública innecesaria . No
se perdonó medio alguno en estos secretos interrogatorios para que
brantar su firmeza; pero aslucia , violencia , insultos fueron inútiles .
>

En una de sus cartas , escrita con objeto de tranquilizar á sus ami


gos , revélanse bien claramente los rigores é intolerancia de la in
quisicion secreta á que se veia sometido .
« Tranquilízense mis amigos y no se alarmen por mis respuestas.
Yo espero que lo que he dicho en la sombra será en pleno dia predi
cado mas tarde . Unos tras otros me han presentado los artículos, pre
874 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES ,

guntándome si persistia en quererlos defender: he respondido que


no queria ; pero que esperaba la decision del concilio . Dios me es
testigo de que es la respuesta que me pareció mas conveniente , des
pues de haber escrito yo mismo que no sostendria nada tercamente,
y que estaba dispuesto a recibir la instruccion del primero que qui
siere darla. »

III .

Entre los que se mostraron mas ensañados contra Juan Hus fi


guran los doctores franceses. Consultados por el concilio sobre diez
y nueve artículos que se le atribuian, dieron las conclusiones mas
severas, pidiendo para el autor una pena rigurosa.
Por último, el concilio pareció dispuesto á oirle , yУ el 5 de junio
condujéronlo al convento de franciscanos, donde permaneció carga
do de cadenas hasta el dia de su muerte . No obstante , sin esperar
el dia de la audiencia pública , reuniéronse los cardenales, prelados
y casi todos los miembros del concilio , y acordaron condenar los ar
tículos , cuerpo del delito , antes de oir á su autor .
Encontrábase allí el notario Pedro Maldoniewitz , amigo y disci
pulo de Juan Hus , el cual llevó corriendo á Juan de Chlum Уy á
Wenceslao Duba la noticia de que a su maestro le iban á condenar
sin oirlo . Ambos corrieron á su turno á informar al Emperador,
quien envió en el acto al marqués de Nuremberg al concilio, man
dando suspender el juicio de las obras de Hus hasta que él estuvie
ra presente y que le dieran conocimiento de los artículos acusados
á fin de hacerlos examinar por hombres doctos y honrados .
La asamblea acordó el primer punto, pero rehusó el segundo,
suspendiéndose la sesion hasta la llegada de Juan Hus .
Habiendo Juan Hus comparecido, presentáronle sus libros, y di
jéronle si los reconocia como suyos. Examinólos y dijo::
- « Mios son , y si alguno de vosotros me hace ver en ellos alguna
proposicion errónea , la rectificare con la mejor voluntad . »
Empezó la lectura y leyéronse sus artículos y los nombres de al
gunos testigos que sostenian la acusacion . Quiso Hus responder;
mas apenas habia dicho una palabra; cuando se alzaron de todas
partes tan confusos clamores, que fué imposible oir lo que decia.
Cuando se apaciguó el tumulto, hizo Juan Hus una cita de los San
tos Evangelios; pero interrumpiéronlo de nuevo diciendo: « Esa no
WICLEF . 875

es la cuestion . » Unos le acusaban , burlábanse los otros , y él tuvo


>

que guardar silencio .


-Ved , decian , como calla: pues que nada dice en su defensa,
claro es que ha enseñado esta proposicion herética.
A lo que elél respondió:
-- » Yo esperaba aquí otro recibimiento; creí que seria escucha
do , no puedo dominar tanto ruido, pero si me escucharan ha
7

blaria . »

IV .

Como el ruido continuaba y los mismos padres no podian enten


derse entre sí , tal era la agitacion que los dominaba , levantaron la
9

sesion .
Los nobles de Bohemia refirieron al Emperador lo ocurrido, con
jurándole á asistir a la próxima audiencia, con objeto de imponer
órden y tranquilizar los ánimos . Segismundo consintió en ello , y la
siguiente reunion tuvo lugar el 7 de junio.
Ocurrió aquel dia un eclipse total de sol , del cual se habló du
rante mucho tiempo en Alemania, y cuando el sol salió de nuevo,
reunióse el concilio en el refectorio de los franciscanos, á cuya pre
sencia fué conducido Juan Hus rodeado de una numerosa guardia
de soldados .
Estaba presente el Emperador, cuyo papel en la asamblea era
el mas penoso de todos. Ante él veia á Juan Hus, cargado de cade
nas, demacrado y macilento á causa de las penalidades de todo gé
nero sufridas en la prision, cuando él le habia dado un salvo - con
ducto que le garantizaba la libertad . Habia ido con la esperanza de
librar al hombre cuya desgracia se reprochaba, confiado en la in
fluencia que sobre él ejerceria. Pero aquel hombre fué inquebran
table, y el concilio estaba animado contra él , tanto como sus mas
crueles enemigos Causis y Paletz .
Miguel Causis leyó el acta de acusacion que comenzaba de esta
manera :

«Juan Hus , en la capilla de Bethleem , y en otros sitios de la ciu


dad de Praga, ha enseñado al pueblo muchos errores sacados en
parte de las obras de Wiclef y en parte de su propia invencion ,
defendiéndolos con la mayor pertinacia. Y el primero, que despues
876 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

de la consagracion de la hostia en el sacramento del altar, queda


en ella el pan material . »
Juan Hus juró que nunca habia enseñado semejante doctrina á
propósito de la Eucaristía .

V.

Tomó la palabra el cardenal de Cambrai, ardiente nominalista ,


que llevaba a los debates religiosos las sutilezas de la escolástica y
el rigor de una lógica inflexible, que le valió el sobrenombre de
martillo de los hereges. Interrogó á Juan Hus diciéndole :
-» ; Admitís los universales como parles de la misma cosa de que
son los universales? ( 1 )
- »» Los admito, respondió Juan Hus, porque San Anselmo y otros
grandes doctores los admitieron .»
- » Si es así , respondió el cardenal, preciso es convenir en que
despues de la consagracion , la sustancia del pan material desapare
ce , como voy á probarlo . »
El cardenal hizo una disertacion escolástica á la cual respondió
Juan Hus con la mayor sencillez , diciendo que la transubstancia
cion es un hecho contrario al órden natural, en el cual la substan
cia desaparece en tanto que resta en cualquiera otro caso, y en es
to Hus estaba de acuerdo con los teólogos Scotistas que todos ad
miten el universal á parte rei.
Algunos doctores ingleses tomaron despues por su cuenta al
acusado: uno de ellos , reproduciendo los argumentos del cardenal ,
añadió : que no le bastaba fuese la profesion de fé de Juan Hus so
bre la transubstanciacion conforme a la de la Iglesia romana; pues
no podia admitirse que un realista, un hombre que pensaba sobre
los universales lo que pensaba Juan Hus, pudiese creer que el pan
material desaparecia despues de la consagracion .
- » El argumento es pueril , replicó Hus , y un niño podria res
ponderlo. »
Un segundo doctor no estuvo mas feliz que el primero . Un ter

( 1 ) Los realistas admitian la realidad en lo que ellos llamaban los universales, es decir, en las
ideas generales, hecha abstraccion le li cosa misma . Esto es lo que en término de escuela llama
ban Universalia á purle rei. Los nominalista por el contrario no veian en los universales, mas que pa
labras, nombres y simples abstracciones mentales. .
WICLEF . 877

cero le reprochó el participar sobre esto de las opiniones de Wi


clef, y como él lo negase enérgicamente, preguntóle el doctor si
>

el cuerpo de Cristo estaba en su totalidad y realmente en el sa


cramento del altar, á lo que Juan Hus respondió:
--» Sí; está el mismo cuerpo de Jesucristo que nació de la vírgen
María, que ha sufrido, que ha muerto, que ha resucitado y que
está á la derecha de Dios Padre todopoderoso . »
Otro inglés llamado Stoches , reconociendo que la doctrina con
fesada por Hus era canonica, atacólo en sus escritos diciendo, que
él habia leido en uno de sus tratados, que el pan material restaba
despues de la consagracion en el sacramento del altar. Juan Hus
dijo que era falso y que presentase el libro.
Preciso fué recurrir a las declaraciones escritas . Juan Protiva,
cura de Praga, acusó á Juan Hus de haber hablado de San Gre
gorio con irreverencia . Hus respondió que tal acusacion era una
injuria; porque él habia tenido siempre á San Gregorio por uno
de los mas grandes santos y doctores de la Iglesia .
VI .

Tomó entonces la palabra el cardenal de Florencia, Zabarello y


le dijo :
- Maestro Juan Hus, bien sabeis y está escrito que lo que dicen
dos ó tres testigos debe admitirse como testimonio verdadero . Vein
te personas dignas de confianza declaran aquí que habeis predica
do la doctrina que se os imputa : la mayor parte traen pruebas ir
recusables en apoyo de sus declaraciones: ¿es posible que os defen
dais contra todos ?
—« Yo atestiguo ante Dios y mi conciencia, respondió Juan Hus ,
que nunca he predicado, y que no me ha pasado jamás por la
mente la idea de enseñar lo que aquí me imputan, y aunque esos
hombres se atrevan á decir lo contrario , yo afirmo que nunca lo
han oido de mi boca . Aunque fueran mucho mas numerosos , yo
haria siempre mas caso del testimonio de Dios y de mi conciencia
que del juicio de mis adversarios» .
— « Nosotros no podemos, respondió el cardenal, decidir segun
vuestra conciencia , sino juzgar segun testimonios evidentes ».
El segundo cargo de la acusacion se fundaba en que Juan Hus
habia enseñado y sostenido en Bohemia los errores de Wiclef. Si
Tomo I. 413
878 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

este cargo no era fundado, en lo que toca á los dogmas de la Igle


sia católica, rechazados por Wiclef, éralo sobre tres puntos que Hus
admitia, como ya hemos visto , con toda la sencillez de un alma
candida, sin comprender que la Iglesia católica, apostólica, romana,
descansa interior y esteriormente sobre los tres puntos que él re
chazaba , y que eran :
Primero, la infalibilidad de sus decisiones, fuesen ó no conformes
con los preceptos de las Santas Escrituras en concepto de cualquier
persona ó personas .
Segundo , la autoridad espiritual de los sacerdotes, fuese su vida
evangélica ó infame.
Tercero, su derecho á los bienes temporales, fuese bueno ó malo
el uso que de ellos hicieran .

VII .

Segun Juan Hus, los diezmos eran solo limosnas , y podian no pa


garse cuando los sacerdotes hiciesen mal uso de ellas .
Por lo demás, Juan Hus, no participaba de las atrevidas opinio
nes de Wicleſ sobre muchos dogmas de la Iglesia romana. Él los
admitia todos y solo reprobaba los abusos. Negó, pues,, enérgica
mente haber enseñado ó predicado los errores dogmáticos del gran
heresiarca inglés. Y como se le acusara de haberse opuesto á su
condenacion , dijo :
-alle rehusado reconocer por falsos y escandalosos todos los ar
tículos estraidos de las obras de Wiclef, porque muchos de entre ellos
los tengo por verdaderos; entre otros, el que dice que el papa Sil
vestre y el emperador Constantino cometieron un error dotando á
la Iglesia, como lo hicieron, y tambien el que afirma, que los diez
mos son puras limosnas, y de ninguna manera exigibles de derecho
divino . » 1

Hus añadió que no habia aprobado la condenacion de los artícu


los de Wiclef, porque no se habia hecho con razones sacadas de los
Santas Escrituras . Acusáronlo tambien de haber puesto en duda la
condenacion de Wiclef cuando se quemaron sus libros, á lo cual
replicó.
-

-« Hé aquí mis palabras. Yo no puedo afirmar si Wiclef se con


denará ó se salvará, mas quisiera, sin embargo, que mi alma estu
viere donde está la suya . »
WICLEF . 879

Acusado de haber dicho como Wiclef, que un sacerdote en peca


do mortal pi bautiza ni consagra , respondió , que él habia modifi
cado ese artículo en uno de sus libros , poniendo que el tal sacerdo
te bautizaba indignamente . Trajeron el libro У el concilio reconoció
que habia dicho la verdad .
Acusado de haber apelado á Jesucristo de la sentencia de los pa
pas Alejandro V y Juan XXIII , respondió:
-«Juro, que no creo pueda haber apelacion mas justa ni sa
grada. ¿La apelacion no es , segun la ley , el recurso de un juez
inferior á otro superior mas ilustrado? ¿Y qué juez puede haber
superior á Jesucristo? ¿ Puede encontrarse en ningun otro mas
justicia que en aquel en que no cabe falsedad ni error? ¿Hay en
parte alguna refugio mas seguro para los desgraciados y los opri
midos?

VIII .

Despues de otras acusaciones mas secundarias Juan Hus fué en


tregado al arzobispo de Riga quien debia ponerlo á buen recaudo,
y cuando ya los soldados se lo llevaban , el cardenal de Cambrai hi
zolo conducir ante el Emperador y le dijo:
-« Juan Hus , yo os he oido afirmar que si no hubiérais venido
(

á Constanza por vuestra propia voluntad , ni el Emperador ni el rey


de Bohemia hubieran podido obligaros . »
—« Reverendo padre, replicó Juan Hus, yo he dicho que en Bo
hemia hay muchos grandes señores que me quieren bien, y que hu
bieran podido guardarme y ponerme á cubierto de tal manera , que
nadie, ni el mismo Rey, ni el Emperador mismo, hubieran podido
obligarme à venir á Constanza . »
El cardenal de Cambrai volviéndose al Emperador, le dijo enton
ces :

«¿Qué os parece la audacia de este hombre? »


La asamblea murmuraba agitándose sordamente . Juan de Chlum
tomó resueltamente la palabra , atreviéndose á desafiar al Empera
dor por socorrer a su amigo.
- « Juan Hus, dijo, ha dicho la verdad. Comparado con lo que
otros pueden no valgo yo gran cosa en Bohemia, y sin embargo , si
880 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

me hubiese puesto á ello , no me hubiera sido difícil defenderlo un


año entero contra estos grandes soberanos. ¿Qué harian pues, los
que son mucho mas fuertes que yo y que disponen de fortalezas
inexpugnables . »
—«Basta, dijo el Cardenal indignado; en cuanto á vos Juan Hus,
yo os exborto á someteros á la sentencia del concilio como me lo
babeis prometido; hacedlo, que vuestra persona y vuestro honor
ganarán en ello . »

IX .

El mismo Emperador quiso justificarse con Juan Hus é inducirlo


á una pública retractacion de sus errores, esperando salvarlo y sal
varse á sí mismo de la vergüenza de que su salvo conducto no le
sirviese de nada. Pero desde sus primeras palabras se reveló la se
creta confusion que le agitaba .
- « Muchos pretenden, le dijo, que estábais preso hacia mas de
15 dias cuando obtuvísteis de mí un salvo conducto , mas yo decla
ro que este salvo conducto os fué concedido antes de vuestra salida
de Praga; él garantizaba la libertad de exponer francamente ante
el concilio vuestra doctrina y vuestra fé como acabais de hacerlo .
Yo doy las gracias a los cardenales y á los obispos por la indul
gencia con que os han escuchado, pero como me aseguran que no
podemos defender a un hombre acusado de heregía, os doy el mis
mo consejo que el cardenal de Cambrai. Someteos y procuraré que
os retireis en paz , despues de haber sufrido una lijera correccion:
si rehusais dareis armas al concilio contra vos ; y en cuanto á mí
sabed que mejor quisiera quemaros con mis propias manos que su
frir por mas tiempo la terquedad de que habeis dado tantas prue
bas . Nuestra opinion es, que os sometais sin reserva á la autoridad
>

del concilio.
- « Magnánimo Emperador, respondió Juan Hus, daré gracias a
V. M. por el salvo conducto que me ha concedido ... »
Temiendo la continuacion de tal exordio , Juan de Chlum , inter
rumpió áá su amigo diciéndole :
— -« OContentaos con justificaros de la obstinacion de que el Empe
rador os acusa . »
WICLEF . 881

Repitiendo entonces su defensa habitual, dijo Juan Ius:


—« Yo no he venido aquí, excelentísimo Príncipe, con la inten
cion de sostener nada tercamente ; que me enseñen cualquier cosa
mejor , mas santa que lo que yo he enseñado y estoy pronto á re
tractarme. »
Apenas habia dicho estas palabras los soldados se lo llevaron y
la sesion se levantó .
CAPITULO VIII.

SUMARIO .

Tercer interrogatorio . - Articulos en que se fundaba la acusacion . - Esfuerzos


de sus enemigos para arrancarle una retractacion . - Su firmeza inquebran
table . - Consejos de sus amigos .

I.

En la audiencia tercera tuvo Juan Hus que responder a una se


rie de artículos sacados de su tratado de la Iglesia, obra en la cual
protestaba que era católico, lo mismo que habia hecho en todos sus
discursos y sermones . Veinte y seis articulos se presentaron ante el
concilio extraidos de este libro, acusados de contener errores ó he
regías. Unos y otras podian reasumirse en dos principales: La pre
destinacion y el poder del Papa y de los sacerdotes. ( 1 )
I. No hay mas que una Santa Iglesia católica y universal que
encierra en su seno a todos los predestinados .
II . San Pablo no ha sido nunca miembro del diablo aunque co
metiera algunas acciones semejantes á las de los malos . Lo mismo
sucede con San Pedro quien por la permision de Dios cayó en gran
perjurio, á fin de que se levantara su fé con mayor fuerza que an
2

tes .

11) Artículos acusados ante el concilio, extractados de El libro de la Iglesia .


WICLEF . 883

II . Ninguna parte de la Iglesia se separa jamás del cuerpo por


que la gracia y la predestinacion que las liga no pueden dejar de
existir .
IV . Un predestinado que no está actualmente en estado de gra
cia por la justicia presente, es siempre miembro de la Santa Iglesia
universal .
V. No hay ningun puesto , ni dignidad , ni eleccion humana , ni
marca alguna exterior que pueda hacer á nadie miembro de la san
ta Iglesia católica .
VI . Un réprobo no es jamás miembro de la santa Iglesia cató
lica .
VII . Judas nunca fué verdadero discípulo de Jesucristo .
VIII . La asamblea de los predestinados esté ó no en estado de
gracia en cuanto a la justicia presente, es la santa Iglesia católica,
pura y sin mancha, santa é inmaculada y que Jesus llama suya .
IX . S. Pedro no ha sido nunca jefe de la santa Iglesia cató
lica .
X. Si el que es llamado vicario de Jesucristo imita la vida de
Jesucristo, es su vicario ; pero si sigue un camino opuesto es el
mensagero del Anticristo; contrario de Jesucristo y el vicario de
Judas Iscariote .
XI . Todos los simoníacos y los sacerdotes que viven en el cri
men son hijos infelices, y no pueden menos de profanar los siete
sacramentos, las funciones que ejercen, la disciplina, las ceremonias
y todo lo que hay de sagrado en la Iglesia ; la veneracion de las re
liquias, las indulgencias y las órdenes sagradas.
XII . La dignidad papal debe su origen á los emperadores ro
manos .

XIII . Sin una revelacion nadie puede asegurar razonablemente


que él es el gefe de una santa Iglesia particular.
XIV . No debe creerse que el que es pontífice de Roma sea por
esto gefe de niguna santa Iglesia particular si Dios no lo ha predes
tinado.
XV. El poder del Papa como vicario de Jesucristo es nulo si su
vida y costumbres no son conformes á las de Jesucristo y san Pe
dro.
XVI . El Papa no es muy santo porque ocupa la silla de san
Pedro sino porque posee grandes riquezas.
XVI . Los cardenales no son verdaderos sucesores de los após
884 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

toles de Jesucristo, sino viven como los apóstoles, observando los


mandamientos y los consejos de Jesucristo.
XVIII. Ningun herege despues de la censura de la Iglesia debe
ser entregado al brazo secular, para que lo castigue corporal
>

mente .
XIX . Los grandes del mundo deben obligar á los sacerdotes á
cumplir la ley de Jesucristo.
XX . La obediencia eclesiástica ha sido inventada por los sa
cerdotes, y no está autorizada espresamente en las Sagradas Escri
turas.
XXI . Cuando un hombre es excomulgado por el Papa , si ape
la á Jesucristo, sin tener en cuenta el juicio del Papa y de un con
cilio general, la apelacion impide que la excomunion le sea perju
dicial .
XXII . Un hombre vicioso, obra viciosamente , y honradamente
el hombre honrado .
XXIII . Un sacerdote que vive segun la ley de Jesucristo ; que
entiende la Escritura, y que edifica al pueblo con su celo , debe pre
dicar áa pesar de estar excomulgado.
XXIV . Todo sacerdote que fué autorizado para predicar debe
hacerlo á pesar de la excomunion .
XXV . Las censuras eclesiásticas inventadas por el clero para
enaltecerse yy sujetar el pueblo, son anti cristianas.
XXVI. No se debe poner al pueblo en entredicho porque Je
sucristo, que es el soberano pontífice no lo hizo contra los judios
cuando les persiguieron.

II .

De los veinte y tantos artículos, Juan Ilus dijo que no reconocia


como suyos cinco . Respecto á los otros, dió esplicaciones que el
concillo no creyó satisfactorias. Así , por ejemplo, dijo respecto al
décimo, en que afirmaba que un sacerdote que vive segun Jesucris
to debe predicar, á pesar de la excomunion , que él se referia al caso
en que la excomunion fuese injusta.
Pasose en seguida á los artículos del libro escrito por Hus en
respuesta á los ataques de Paletz. Estos artículos en número de
siete , eran una recapitulacion de los precedentes. En ellos se en
cuentra en gérmen la doctrina de la predestinacion.
WICLEF . 885

Juan Hus , en la respuesta á Paletz, condenaba enérgicamente


la costumbre de llamar santísimo á un papa indignísimo ; repitiendo
con Wiclef, que si un papa , un arzobispo ó un prelado, está en pe
cado mortal, ni es papa , ni arzobispo, ni prelado. Juan Hus invo
caba en apoyo de esta asercion la autoridad de los mas ilustres pa
dres de la Iglesia , como S. Agustin , S. Gerónimo, S. Gregorio, que
dicen : « no es cristiano el hombre que está en pecado mortal,» y>

por tanto, que mucho menos puede ser papa ni obispo .


?

- De estos hombres culpables, decia Juan Hus , hablaba el pro


feta al decir : ellos han reinado, pero no ha sido por mí : han sido
principes ; pero yo no los he reconocido. Yo concedo , sin embargo,
apoyado en estos grandes testimonios, que aunque un mal sacerdote
sea un ministro indigno de los sacramentos , Dios no obstante bau
tiza, consagra y opera por su ministerio . Y digo mas, yo afirmo
que un rey en pecado mortal, no es dignamente rey delante de Dios ,
2

como se vé en el decreto divino pronunciado por Samuel á Saul :


« Puesto que vos rechazais mi palabra, yo os rechazo tambien, y
vos no sereis ya mas rey . )
Mientras que Hus daba esta enérgica respuesta , el Emperador
hablaba en voz baja con el Elector Palatino y con el Burgrave de
Nuremberg, y se oyó que decia::
- « Jamás hubo herege tan peligroso. Y dirigiéndose al acusado ,
-

le mandó que repitiera las últimas palabras. Habiéndolo hecho Hus


con algunas restricciones, el Emperador se contuvo y respondió:
--« No hay nadie que esté libre de pecado .»
-

Irritado por tanto atrevimiento , el cardenal de Cambrai ex


clamo:
-«¡No os basta haber intentado conmover la Iglesia con vues
tras doctrinas, sino que tambien quereis atacar a los reyes?»
Paletz , uniéndose al cardenal , esplicó las palabras de Samuel á
Saul y dijo :
-- « Un papa puede ser verdadero papa y un rey verdadero rey, y
sin embargo no ser cristiano.
— « Si Juan XXIII , preguntó Juan , fué un verdadero papa , spor
qué lo habeis depuesto?

Tomo I. 414
886 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

III .

Seis artículos extractados de un tratado dirigido por Juan Hus


á su antiguo maestro Znoïma, se presentaron en seguida: el acu
>

sado reconoció cinco . Como la mayor parte de los precedentes, tra


taban de la autoridad del Papa. El primero de estos artículos decia :
1. No hay ninguna necesidad de que la Iglesia militante ten
ga siempre un solo jefe visible que la rija en lo espiritual.
II . Los apóstoles y los fieles ministros de Jesucristo han go
bernado muy bien la Iglesia en lodo lo que es necesario á la salva
cion , antes que se introdujera el oficio de Papa, y podrian bacerlo
hasta el dia del juicio final, cuando el Papa ya no existirá .
III . Jesucristo es el único jefe de toda la Iglesia ; él la gobier
na sin interrupcion, vivificándola con su espíritu hasta el dia del
juicio . La Iglesia ha subsistido sin jefe yy ha vivido en la gracia de
Jesucristo en tiempo de Inés, durante dos años y cinco meses: ino
podria continuar lo mismo mas tiempo? Jesucristo la gobernaria me
jor por sus verdaderos discípulos que están esparcidos por el mun
do , que por estas cabezas monstruosas ...
-- ») Yo afirmo que la Iglesia fué mucho mejor gobernada en tiem
po de los apóstoles que hoy. ¿ Y quién impediria á Jesucristo que
la gobernase por medio de sus verdaderos discípulos, sin necesidad
de esos jefes monstruosos? ¿Pero qué digo ? La Iglesia está hoy sin
cabeza visible , y sin embargo Jesucristo no deja de gobernarla. »
Habiendo concluido la lectura de los artículos y las declaraciones
de los testigos, el cardenal de Cambrai dijo a Juan Ilus :
-- » Acabais de oir de cuantos crímenes atroces sois acusado. Re
flexionad y escoged: si os someteis humildemente al juicio y á la
decision del concilio , os trataremos con humanidad , por conside
racion sobre todo hacia el Emperador aquí presente y á su her
mano el rey de Bohemia ; pero si , contra el deseo de tantos hombres
ilustres y sábios, quereis defender en todo ó en parte los artículos
que acaban de ser leidos, solo podreis hacerlo con gran peligro
vuestro . »
Hus respondió que no deseaba mas sino que lo instruyeran, y
el cardenal añadió :
El concilio exige tres cosas: Antes de todo debei : confesar
humildemente que habeis errado en todos los artículos que se os
WICLEF . 887

han presentado aquí: debeis jurar en seguida que no volvereis á en


señarlos , y por último abjurarlos públicamente.
Muchos otros miembros del concilio se unieron al cardenal , ex
citando á Hus áá que se sometiera : él respondió :
» Repito que estoy pronto á recibir con sumision las instruccio
nes del concilio . Mas en nombre de Dios os suplico y os conjuro,
que no me obligueis á hacer lo que me prohibe la conciencia; lo
que podria poner en peligro mi salvacion eterna . Yo he leido en la
doctrina católica, que abjurar es renunciar a los errores cometidos .
No habiendo nunca admitido ni enseñado muchos de esos artículos,
¿ cómo podria abjurar errores que no he cometido? En cuanto á los
artículos que he reconocido y confesado, estoy dispuesto á recibir
instrucciones de quien quiera enseñarme que son erróneos, y yo
haré con la mejor voluntad lo que exijais de mí. »
A lo que respondió el Emperador.
-» ¿Qué debeis temer abjurando todos esos artículos? En cuanto
á mí no vacilo en rechazar toda clase de errores: ese sigue de esto
que yo los haya cometido? »
-

- » Excelente Príncipe, replicó Juan Hus, rechazar no es ab


jurar . »
-»Se os presentará, dijo el cardenal de Florencia, una forma de
abjuracion que podreis admitir fácilmente : ¿quereis obedecer? »
Juan Hus repitió la misma respuesta.
- » Bastante edad teneis para comprenderme, dijo el Emperador ;
si sois cuerdo debeis someteros a todo lo que se os pida, si no sereis
juzgado segun la ley del concilio . »
Juan Hus respondió lo mismo por tercera vez .
Un sacerdote tomó la palabra y dijo :
— » No debemos consentir que se retracte, ni fiarnos en sus jura
mentos ; porque ha escrito á sus amigos que, si su lengua jura, su
corazon no juraria . »
- » Eso es falso, es una calumnia, exclamó Juan Hus ; y protesto
que mi conciencia no me acusa de ningun error . »

IV .

Paletz lo acusó de nuevo de haber aprobado públicamente mu


chos artículos de la doctrina de Wicleſ, y de haber pronunciado
888 HISIORIA DE LAS PERSECUCIONES .

el elogio fúnebre de algunos sediciosos decapitados durante las re


vueltas de Praga .
Juan Bus no rechazó esta doble acusacion .
Paletz se levantó entonces y exclamó :
- » Tomo á Dios por testigo , en presencia del Emperador y del
-

sagrado concilio, que nada he dicho contra Juan Hus inspirado por
ódio ni mala voluntad . »
Miguel Causis repitió el mismo juramento.
--- Vos habeis oido , dijo el Emperador, los errores que este hom
bre ha enseñado , muchos de los cuales son crímenes dignos de la
pena de muerte . Yo creo , pues , que a menos que no los abjure to
dos , debe ser quemado vivo . Si algunos de sus secuaces se encuen
tran en Constanza, tambien deben ser castigados , y su discípulo Ge
rónimo el primero . >

Apenas el Emperador hubo pronunciado estas palabras , sepa


róse la asamblea y Juan fué reconducido á su prision .
Solo podemos esplicarnos esta cruel amenaza del emperador Se
gismundo por el deseo de obligar á Juan Hus á retractarse , por
miedo al horrible suplicio con que le amenazaban , y sobre todo por
evitar á su amigo Gerónimo iguales tormentos. Pero en todo caso ,
la amenaza produjo efectos contrarios á los que su autor se pro
puso .

V.

Rendido de fatiga despues de tan largo interrogatorio y pudien


do apenas sostenerse, volvió Juan Hus á su cautiverio, seguido de
su fiel Juan Chlum , que procuraba reanimar su abatido espíritu
« ¡ Oh ! dice Juan Hus en una de sus cartas, recordando esta circuns
tancia; qué consuelo fué para mí en medio de mis penas , ver al
buen señor Juan de Chlum tenderme la mano ; á mi, herege mise
rable, que languidecia cargado de cadenas y que estaba por todos
condenado ( 1 ) . »
Lleváronle al dia siguiente la retractacion que debia firmar, y que
estaba concebida en los términos siguientes :

( 1 ) Epist. XXXII .
WICLEF . 889

«Yo , Juan Hus , además de las protestas que he hecho y á las


cuales me atengo , protesto de nuevo que , aunque se me imputan
muchas cosas en que jamás he pensado, me someto humildemente
á la misericordiosa ordenanza y correccion del sagrado concilio , to
cante á todas las cosas que se me han imputado y que han sido sa
cadas de mis libros ó provocadas por deposiciones de testigos , para
abjurarlas, revocarlas y retractarlas y para sufrir la penitencia mi
sericordiosa del concilio y hacer generalmente todo lo que en bon
dad juzgará necesario para mi salud, recomendándome á su mise
ricordia con entera sumision . »
» —Yo no puedo firmar este formulario , dijo Juan Hus ; pri
mero, porque me obliga á condenar como impías diversas pro
posiciones que yo tengo por verdaderas ; y despues, porque daria
un escándalo al pueblo de Dios á quien be enseñado estas verda
des . »
Un doctor polaco, amigo suyo , llamado Juan Cardenal , insistió
para que abjurara y Hus le respondió:
—«Si Eliazar que era un hombre de la antigua ley no quiso ir
nunca contra la verdad , diciendo que habia comido la carne pro
hibida , por miedo de ofender a Dios y de dejar un mal ejemplo á
la posteridad, yo que soy, aunque indigno , sacerdote de la nueva
ley, ¿cómo podria por temor de una pena pasajera infringir la ley
de Dios con un pecado tan grande como el perjurio? La muerte es
preferible , y como he apelado á Jesucristo , el juez Todopoderoso,
me atengo á su sentencia, seguro de que no me juzgará ni por fal
sos testimonios , ni segun concilios sujetos á error , sino segun la
verdad . »
Hus perseveró hasta el fin en las mismas disposiciones, sin afir
mar que sus escritos estuvieren exentos de error; pero rehusando
confesarlo antes que su conciencia los hubiera reconocido como
tales .

VI .

Desde entonces no tuvo Juan Hus otro pensamiento que el de


prepararse a la muerte y el de endulzar para con sus amigos en lo
posible la amargura de una separacion cruel, fortificando su con
890 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

fianza y su esperanza en Dios . En una carta que escribió á sus


amigos de Bohemia decia: ( 1 ) .
« Amados mios, os conjuro que obedezcais á Dios y que glorifi
queis su palabra. Os suplico que, si alguno de vosotros ha oido de
mi boca alguna palabra que le parezca contraria á la verdad,
la rechace. Y suplicó a cualquiera que hubiese observado lijereza
en mis palabras ó en mis acciones, que no la imite , sino que pida
á Dios me la perdone. Os conjuro que ameis y respeteis á los sa
cerdotes de buenas costumbres, y que honreis sobre todo á los que
sufren por la palabra de Dios....)
« Cuando con la ayuda de Cristo nos volvamos á ver en la dulce
paz de la vida futura , sabreis hasta qué punto se ha mostrado Dios
misericordioso conmigo, Уy cómo me ha sostenido en medio de mis
pruebas y tentaciones. Nada sé de mi buen amigo Gerónimo, si no
es que está como yo , preso, por causa de su fé y esperando la
muerte ... )
« Rogad á Dios por nuestros enemigos. »
C

« Amaos los unos á los otros. No aparteis á persona alguna de la


verdad divina ... »

VII .

Paletz habia sido primero discípulo y amigo de Juan Hus , des


pues habia sido su mas terrible adversario. Lo hizo llamar para
confesarse con él ; mas Paletz rehusó confesarlo, aunque no le negó
la entrevista .
-« Paletz , le dijo Juan Hus, yo he pronunciado ante el concilio
algunas palabras que han podido ofenderos: perdonádmelas. »
--Paletz conmovido le dijo : « Os conjuro á que no tengais en
cuenta la vergüenza de una retractacion , sino el bien que de ella
debe resultar . »
- « No es mas grande, respondió Juan Hus, ante los hombres
la vergüenza de una abjuracion falsa que el oprobio de la condena
cion y del suplicio? ¿Cómo podeis creer que sea un falso puntillo
quien me retiene? Decidme: ¿si os imputaran errores que creyeseis
no haber cometido, ¿os declararíais culpable abjurándolos? »
( 1 ) J. Hus. Hist. y Monum . 1. I. , epist , X , p . 77.
WICLEF . 891

- « Muy duro seria en efecto , » respondió Paletz llorando . .

Entre los que emplearon toda su influencia para obtener la re


tractacion de Juan Hus, el Emperador debe ser contado como uno
de los primeros. Por una parte, no podia olvidar que él le habia
dado un salvo - conducto, y por otra temia el efecto que su muerte
produciria en el pueblo : solo la abjuracion de Juan Hus podia sa +

carlo de tan crítica situacion , quedando bien con el público , con el


concilio y consigo mismo. Pero todo ſué en vano : ni súplicas, ni
seducciones, ni amenazas pudieron conmover al heresiarca bo
hemio .
Podria decirse que Juan Hus, por su firmeza ,,humilló al Empera
dor, arrebatándole él poder de librarlo de la hoguera.
9

Cosa extraña y digna de fijar nuestra atencion. Mientras el Em


perador y los cardenales no perdonaban medio para facilitar á Juan
Hus el retractarse, ofreciéndole la fórmula menos humillante posi
2

ble y empleando despues toda clase de influencia para inducirle á


aceptarla , los amigos y discípulos del herege condenado le exhor
taban á morir antes que retractarse.

VIII .

Esperando que sus votos serian conformes á los suyos y que ce


deria á sus instancias, el Emperador suplicó á Juan Chlum , y á
Wenceslao Duba que, acompañados de cuatro obispos, viesen á
Juan Hus, é inclinasen su ánimo á la sumision . Viéronlo en efecto , 1

y Juan Chlum le dirigió el primero la palabra de la siguiente ma


nera :

— «Querido maestro, yo no soy un hombre docto , ni puedo au


xiliaros con mis consejos . Vos debeis saber lo que os conviene Уy si
sois ó no culpable de los crímenes que se os impulan. Si estais
convencido de haber errado, no vacileis ni tengais vergüenza en
ceder; pero si segun vuestra conciencia os reconoceis inocente , te
ned cuidado; no jureis en vano ante Dios , ni calumniándoos aban
doneis el sendero de la verdad por temor de la muerte . »
Juan Hus respondió derramando un torrente de lágrimas:
- « Generoso señor y noble amigo, tomo por testigo á Dios To
dopoderoso de que , si yo supiera que habia enseñado ó escrito cosa .

alguna contraria a la ley ó á la doctrina ortodoxa de la Iglesia ca


892 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

tólica , me retractaria con la mejor voluntad . Yo no deseo mas que


instruirme mejor en las santas letras . »
-« ¿Creeis, le dijo un obispo , ser vos solo mas sabio que todo
((

un concilio ? »
—«Yo
— os pido en nombre de Dios Todopoderoso , respondió
Juan Hus, que me deis para instruirme, segun la divina palabra ,
el que considereis menor en el concilio ; yo suscribiré á lo que él
dirá y el concilio quedará satisfecho.»
— « Ved dijeron los obispos como es pertinaz en su heregía .»
Marcháronse, y Juan Hus volvió a ser conducido a su cala
bozo .
CAPITULO IX.

SUMARIO .

Últiina voluntad de Juan Hus . - Ultima comparecencia de Juan Hus ante el


concilio . - Confusion del Emperador . - Sentencia de Juan Hus. - Degrada
cion del condenado . - Su suplicio en la hoguera . - Funestas consecuencias
que tuvo su suplicio para la Iglesia católica .

1.

Aproximábase el dia en que debia ser juzgado, y Juan Hus con


tinuaba en su resolucion de morir, antes que faltar á su conciencia,
diciendo una falsedad. En una de sus últimas cartas se leen las si
guientes líneas :
«Mi última voluntad es que rehuso reconocer como erróneos los
artículos que han sido realmente extractados de mis obras , y que
rehuso abjurar los que me han atribuido falsamente. Detesto y con
deno cualquier falsa interpretacion , que contra mi voluntad se des
lizara en los primeros , someliéndome á la correccion de nuestro
Divino Maestro, en cuya infinita misericordia confio. (1 ) »
Antes de morir perdonó Hus á todos sus enemigos, el mas ar

( 1 ) Epist. XX.
Tomo I. 115
894 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

diente de los cuales era Miguel Causis. En una carta fechada el 23


de junio , decia :
«Miguel ha venido muchas veces á mi prision , y ha dicho á los
carceleros: Con ayuda de Dios, pronto quemaremos á este he
rege ... »

» Yo le perdono y pido á Dios encarecidamente le perdone tam


bien . )

II .

Treinta dias permaneció Juan Hus en la prision despues de ba


ber respondido públicamente á sus jueces, hasta que el 6 de julio
compareció por última vez ante el concilio para escuchar su sen
tencia .
Presidia el cardenal de Viviers, y el Emperador con todos los
principes de la sangre estaba presente. Una inmensa multitud acu
dió a presenciar este triste espectáculo .
En medio de la iglesia habia una gran mesa , sobre la cual esta
ban los hábitos y ornamentos sacerdotales con que debian por úl
tima vez revestir á Juan Hus . Hicierople sentar delante de esta me
sa , en un banco bastante elevado , para que pudiera ser visto por
todo el mundo .
El obispo de Lodi , predicador oficial del concilio , predicó un ser
mon alegórico á las circunstancias, tomando por texto este pasaje
de San Pablo: Que el cuerpo delpecado sea destruido, y concluyó con
las siguientes palabras, dirigidas al emperador Segismundo:
« Destruid las heregias y sus errores, y sobre todo este herege
obstinado , dijo señalando á Juan Hus. Esta, es , glorioso Príncipe,
una obra santa , cuyo cumplimiento está reservado á vos , á quien
han sido concedidas la autoridad y la justicia. Castigad , pues, á
estos grandes enemigos de la fé, á fin de que vuestras alabanzas
salgan de la boca de los niños y que sea eterna vuestra gloria. Que
Jesucristo siempre bendito se digne concederos esta gracia.»
Despues del sermon , leyó un obispo el decreto, por el cual im
ponia silencio á los presentes, y lo transcribimos á continuacion
para dar una idea del poder absoluto del concilio, y del papel que
representaban en él el Emperador y los reyes .
WICLEF . 895

El decreto decia así :


« El sacro concilio de Constanza , legítimamente reunido por la
influencia del Espíritu Santo ; decreta y manda, que todas las per
sonas , scan las que quieran las dignidades de que estén revestidas,
imperiales, reales, ó episcopales, se abstengan en la presente sesion
de toda palabra, murmullo ó ruido que pueda turbar la asamblea,
convocada bajo la inspiracion de Dios, bajo pena de incurrir en ex
comunion , de dos meses de prision y de ser declarados fautores de
heregías . » »

III .

Cuando la lectura de este decreto hubo concluido , levantóse En


rique Piron , fiscal del concilio, y pidió la condenacion de los escri
tos de Juan Hus .
Leyéronse treinta articulos , sobre los cuales quiso hablar sepa
radamente Juan Mus; pero el cardenal de Cambrai le impuso silen
cio, diciéndole que hablaria sobre todos a la vez ; y como replicara
que le seria imposible un esfuerzo de memoria tan grande, levantó
»
se el cardenal de Florencia y le dijo : « Vos nos aturdís , » y dió ór
den á los ugieres del concilio para que le obligaran á callar. En
tonces Juan Hus exclamó con las manos elevadas al cielo :
-« En nombre de Dios Todopoderoso os conjuro á que me oigais
con imparcialidad, para que pueda lavarme ante los que me rodean
de los errores que se me imputan . Concededme esta gracia, y haced
despues de mí lo que querais . »
Viendo que no se le permitia responder á sus artículos a medida
que los leian , arrodillóse , y elevando las manos al cielo, encomen
dó su causa al soberano juez del universo .
Despues de la lectura de los artículos, vinieron las declaraciones
de los testigos , que fueron designados por sus calidades y no por
sus nombres...
Y como lo acusaran de haber despreciado la excomunion del Pa
pa , dijo ;
-« No la he despreciado ; pero como no la creí fundada continué
(

las funciones de mi sacerdocio. Envié á Roma mis procuradores y


fueron presos , arrojados y maltratados. Por esto he venido á este
896 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

concilio , libre y expontáneamente, bajo la garantía de un salvo-con


ducto del Emperador que está presente . »
Al decir estas últimas palabras, Juan Hus miró fijamente al Em
perador, al cual le subieron los colores á la cara , ruborizándose
basta el punto de atraer sobre sí las miradas de todos los concur
rentes .

IV .

El recuerdo de este suceso se conservó durante mucho tiempo


en Alemania, y gracias a él conservó Lutero su libertad . Cuando
en la célebre dieta de Worms, sus enemigos instaban á Cárlos V pa
ra que lo hiciese prender sin tener en cuenta el salvo-conducto que
le habia concedido , el Emperador respondió:
-«No quiero que me salgan los colores a la cara como á Segis
mundo . »
Habiéndose leido en seguida la negativa de Hus á abjurar sus
errores , leyóse la sentencia concebida en estos términos :
»El concilio general, reunido hace poco en Roma, ha ordenado,
que la doctrina de Wiclef de odiosa memoria será condenada y sus
libros quemados, lo que se ha ejecutado. Sin embargo, un cierto
>

Juan Hus aquí presente , discípulo del heresiarca Wiclef y no de Je


sucristo, ha tenido el atrevimiento de enseñar y predicar muchos er
rores y heregías condenadas por la Iglesia , por obispos de diversos
reinos y por los doctores en teologia de muchas universidades...
» Por todo lo cual , despues de un pleno informe y de una madura
deliberacion de los cardenales , obispos , curas, prelados y doctores en
teología y en derecho, el concilio de Constanza declara y decide, que
los artículos que se espresan á continuacion , extractados de los li
bros de Juan Hus , entre otros , del que se titula de la Iglesia y por
él reconocidos como suyos en audiencia pública de este concilio, no
son católicos , sino erróneos unos , otros escandalosos , muchos teme
rariamente sediciosos , algunos notoriamente heréticos: el concilio
reprueba y condena dichos libros y otros tratados y opúsculos de
Juan Hus , estén escritos en latin , en aleman ó en bohemio , y or
dena que los ordinarios eclesiásticos los busquen cuidadosamente y
los hagan quemar en público, y que si alguno despreciare este de
WICLEF . 897

creto , los ordinarios inquisidores lo persigan como sospechoso de


heregía.
»Y además , visto el proceso hecho contra dicho Juan Hus por
causa de heregia y oido el relato de los comisarios y las declara
ciones de muchos testigos dignos de fé que se han leido pública
mente á Juan Hus , en presencia del concilio , pronuncia por esta
sentencia definitiva, que Juan Hus es manifiesta y verdaderamente
herege, que ha predicado muchos errores y que ha apelado á Nues
tro Señor Jesucristo como á su soberano juez , despreciando a todos
los jueces eclesiásticos y que en esta apelacion ha introducido dis
cursos falsos é injuriosos á la Santa Sede , tendiendo al desprecio
de las censuras y de las llaves de la Iglesia , por cuyas razones el
concilio rechaza la apelacion como injuriosa é ilusoria, y condena á
Juan Hus á ser degradado de las órdenes religiosas que ha recibi
do, cuya degradacion se hará en presencia del concilio, y como la
Iglesia no puede hacer nada mas..... lo entregamos al brazo se
cular . »

V.

Entonces empezó la ceremonia de la degradacion . Los obispos lo


revistieron con los hábitos sacerdotales, y le pusieron un cáliz en
la mano como si debiera celebrar la misa .
Una vez vestido, exhortáronle de nuevo los prelados á retractar
se por la salud de su alma y por su honor; pero él, volviéndose bá
cia el pueblo , declaró altamente que no queria escandalizar y sedu
cir á los fieles con una falsa abjuracion.
Los obispos lo hicieron bajar de su banquillo, y le arrebataron
de las manos el caliz , diciendo :
- « ¡ Oh , Judas maldito ! que abandonando el concilio de la paz ,>

has entrado en el de los judíos ; nosotros te arrebatamos este cáliz


lleno de sangre de Jesucristo . )
- -» Yo espero de la misericordia de Dios , respondió Juan Hus ,
que desde hoy beberé su cáliz en su reino, y que en cien años res
pondereis ante Dios y ante mí. »
Los vestidos sacerdotales le fueron arrebatados unos despues de
otros con el mismo ceremonial y variedad de maldiciones . Cuando
estuvo despojado, raspáronle con una navaja las yemas de los de
898 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

dos У el lugar de la tonsura, y le pusieron en la cabeza una coroza


piramidal de papel , en que habia pintados diablos espantosos con
esta inscripcion en medio : EL HERESIARCA . Entonces los prelados
entregaron su alma á los demonios diciendo : Animam tuam diabolis
commendamus. Pero Juan Hus encomendó su alma á Dios , y dijo en
voz alta :
-« Yo llevo con alegría esta corona de oprobio por amor del que
por ini la llevó de espinas . »

VI .

La Iglesia desde aquel momento se desprendió de él declarando


lo seglar, y lo entregó al Emperador, quien mandó al Elector Pala
tino , vicario del imperio , lo entregase a su vez al magistrado de
Constanza , el cual á su turno lo puso en manos de los verdugos.
Marchó al suplicio seguido de los principes , escoltado por 800
hombres armados y rodeado de un pueblo inmenso .
Al pasar delante del palacio episcopal , Juan Hus vió una gran
hoguera en la que se quemaban sus libros, y se sonrió al contem
plarla.
El sitio del suplicio era un prado inmediato al arrabal de la ciu
dad . Cuando llegaron , Hus se arrodilló y rezó algunos salmos fren
te á la hoguera que debia consumirlo . El sacerdote destinado á con
fesarlo le dijo que abjurara sus errores primero , porque un he
rege no podia dar ni recibir los sacramentos ; á lo que Hus res
pondió :
—«No me siento culpable de ningun pecado mortal, y pronto á
comparecer ante Dios no compraré mi absolucion por un perjurio .»
Quiso hablar al pueblo en aleman , pero el Elector Palatino se
opuso.
Mientras rezaba con los ojos alzados al cielo pidiendo el per
don de sus enemigos, cayósele la coroza de papel ; pero los solda
dos la recogieron y se la volvieron a poner , diciendo que debia ser
quemado con los diablos á quienes habia servido .
Clavaron en tierra una gran estaca , á la cual lo amarraron muy
bien , y como por casualidad estaba con la cara vuelta hacia el Orien
te, algunos tuvieron algo que decir por ser berege y lo volvieron
hácja Occidente. Pusieron hazes de leña y paja bajo sus pies y al
WICLET . 899

rededor de su cuerpo. El Elector Palatino , acompañado del conde


de Oppenheim , mariscal del imperio , invitóle por última vez á re
tractarse ; pero él respondió:
- « Tomo á Dios por testigo de que nunca he enseñado ó escrito
las heregías de que me acusan falsos testigos : yo he hecho mis dis
cursos y mis escritos con el único pensamiento , con el único objeto
de arrancar las almas á la tiranía del pecado . Por esto , yo sellaré
hoy alegremente con mi sangre la verdad que he enseñado , escrito
y publicado, y que está confirmada por la ley divina y por los san
tos Padres ...
Encendieron la hoguera.
-« ; Jesus , hijo de Dios vivo , ten piedad de mí ! » dijo Juan Hus .
Y en medio de sus crueles tormentos. se puso á cantar un bimno .
Las llamas lo rodearon por todas partes y todavía se le vió durante
algun tiempo moviendo los labios como si rezara , aunque el ruido
y chisporroteo de la hoguera impedian oirlo .
A medida que consumidos por el fuego se desprendian los miem
bros del tronco , los verdugos los metian de nuevo entre las llamas
hasta que no quedaron mas que cenizas, que fueron despues arro
jadas al Rhin .

VII .

La hoguera que habia consumido á Juan Hus, lejos de extinguir


en él su heregía, fué la antorcha que incendió la cristiandad y que
esparció la discordia precisamente allí donde el concilio habia que
rido ahogarla entre los torbellinos del humo que sofocaron la voz
del heresiarca bohemio .
Juan Hus vivo habia sido un católico extraviado, entre cuyas doc
trinas habia algunas inadmisibles para la Iglesia: Juan Hus que
mado vivo, fué á los ojos de sus sectarios un nuevo redentor: sus
doctrinas para ellos indiscutibles, y la Iglesia que lo habia quemado
un irreconciliable enemigo, encarnacion del Anticristo contra cuyas
hogueras respondian con incendios espantosos.
Como en la mayoría de los casos que llenan las páginas de esta
historia, la violencia de unos acrecentó la de los otros , arraigó la fé
y consolidó la existencia de las nuevas sectas en lugar de extinguir
900 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

las, volviendose en definitiva contra aquellos que habian hecho uso


de ella.
Cuando la noticia del suplicio de Juan Hus llegó á Praga, la
multitud exasperada corrió a la capilla de Belen y honró como á
un mártir, como á un santo del cielo , al herege quemado en Cons
7

tanza .
Y no fué solamente el vulgo quien consagró este homenage á su
memoria : los barones y grandes del reino se reunieron , y con la
mano sobre sus espadas juraron vengar al que desde entonces con
sideraron como el apóstol de Bohemia. Reunióse tambien la univer
sidad de Praga , y sus doctores dirigieron a la Europa entera un
manifiesto apelando ante ella de la sentencia del concilio .
Entre otras cosas decia la universidad las siguientes, en su céle
bre documento .
«A estos motivos se agrega todavía el recuerdo de la honradez,
la virtud de este hombre ... Nosotros deseamos con tanto mas ardor
que lleguen nuestras palabras á noticia de todos los fieles, cuanto
que la presencia de un hombre tan grande entre nosotros ha pro
ducido tanto bien ante Dios y ante los hombres ... Su vida se ha
deslizado a nuestra vista desde su mas tierna infancia y ha sido tan
santa y tan pura que nadie lo ha encontrado nunca culpable de una
sola falta . ¡ Oh hombre verdaderamente santo , verdaderamente hu
milde, y que brillaba con todo el esplendor de una piedad tan gran
de, que despreciaste las riquezas y socorriste a los pobres hasta ca
recer tú de lo necesario! ... Tú que en todos los corazones, y sobre
todo en los de un clero rico , avaro y soberbio combatías los vicios
y los arrancabas , aplicándoles el antiguo remedio de las Santas Es
crituras que parecia nuevo en tu boca; tú en fin , que siguiendo la
huella de los apóstoles , restableciste en el pueblo y en el clero las
costumbres de la primitiva Iglesia ... la naturaleza te habia colma
do de todos sus dones , y la gracia divina habia lan abundantemen
te descendido sobre tí , que puede decirse que eres, no solamente
virtuoso , sino la virtud misma... )
Los barones emplearon un tono mas fiero que la universidad:
reuniéronse y enviaron al concilio este guerrero desafío :
«Como por el derecho natural yy divino nadie debe hacer áa los
otros lo que no quisiera que hicieran con él , y como está escrito ,
«ama á tu prójimo como á tí mismo;» nosotros queremos aplicar este
precepto divino á nuestro muy caro y venerable maestro Juan Hus,
WICLEF . 901

bachiller en teología, predicador del Santo Evangelio , el cual ha


beis condenado a una muerte cruel y vergonzosa ... Poniendo nues
tra firme esperanza y nuestra fé ortodoxa en Jesucristo ... hacemos
saber por las presentes á vuestras paternidades y á todos los fieles,
que cualquiera, sin distincion de rango , dignidad ó condicion , que
pretenda que el error y la heregía se han esparcido en Bohemia y
que estamos contaminados, miente como un infame y traidor, co
mo un peligroso herege, hijo del diablo, padre de la mentira. Re
mitiendo la venganza á Dios , a quien pertenece , nosotros llevare
mos ulteriormente nuestras quejas al Pontífice apostólico, legítimo y
verdadero que esperamos dará Dios á sú Santa Iglesia, y al cual
obedeceremos respetuosamente en todo lo que sea justo , honrado,
conforme á la razon y á la ley divina... YY declaramos además que,
á pesar de todas las leyes humanas, sostendremos á los predicado
res humildes , adictos y fieles , que anuncien la palabra de nuestro
divino Señor Jesucristo y que los defenderemos sin miedo hasta
derramar nuestra sangre . »
Cincuenta y cuatro firmas se pusieron al pie de este documento.

Tomo 1 . 446
CAPÍTULO X.

SUMARIO.

El rey Wenceslao y Juan Ziska . - Tormentos de Gerónimo de Praga .-Su ab .


juracion . - El concilio se niega á admitirla y Gerónimo á hacer otra . - Com
parecencia de Ger nimo ante el concilio . - Su acusacion . - Su defensa . - Ten
tativas inútiles para hacerle retractarse . - Su suplicio . - Valor extraordina.
rio quemostro en sus últimos instantes .

I.

Ofendiose el rey Wenceslao de que entregara el concilio á los


verdugos uno de sus vasallos mas ilustres , sin consideracion algu
na á la proteccion que él le dispensaba. Tenia este principe entre
sus gentiles hombres un caballero llamado Juan de Trocznow , que
desde muy joven se habia distinguido en la guerra, y al cual lla
maban ziska por apodo , ( 1 ) porque en una batalla habia perdido
un ojo, y bajo este nombre fué despues, durante muchos años , el
espanto de una parte de Europa. La muerte de Juan Hus, á quien
amaba y consideraba como al gran doctor de la Bohemia , lo con
movió profundamente , y como el Rey le preguntase un dia que lo
vió pensativo , cual era el objeto de sus pensamientos , le respondió :
—« Pienso en el sangriento ultraje que han hecho á la nacion ,
con el suplicio de Juan Hus, y la prision de Gerónimo. »
(1 ) Ziska en lengua bohemia, significa tuerlo .

HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLITICAS Y RELICOSAS EN EUROPA

TONY
.
***

JEGONIMO DE FRAGA EN EL TORMENTO


WICLEF . 903

—« Nosotros , le respondió el Rey , no estamos en estado de to


mar venganza; sin embargo, si tú conoces un medio , anímate y ven
ga á tus bohemios . »

II .

La carta insultante de los señores de Bohemia produjo en el


concilio una viva agitacion . Hicieron cuanto les fué posible para
que Gerónimo abjurara. Seis meses hacia que languidecia Gerónimo
cargado de cadenas , sumergido en un profundo calabozo, tan in
fecto, que los piés se le habian llenado de úlceras incurables . Me
tiéronle los pies en un cepo mas alto que su cabeza, lo que le obli
gaba á tener cuerpo y cabeza en una posicion penosísima, y en tal
estado le propusieron el dilema, ó de abjurar ó de ser quemado vivo.
Gerónimo firmó un escrito sometiéndose al concilio y aprobando sus
actos . En esta retractacion condenaba los artículos de Wiclef уy de
Juan Hus, exeptuando las santas verdades que estos dos hombres
hubiesen enseñado, y añadiendo respecto á Juan Hus , que lo habia
amado desde su mas tierna infancia , y que habia estado siempre
>

pronto á defenderlo á causa de la dulzura de su palabra, y de las


buenas instrucciones que daba al pueblo ; pero que mejor informa
do despues, no queria ser partidario de sus errores .
Estas restricciones disgustaron á sus jueces, que exigieron una
retractacion mas terminante; y recobrando entonces nuevo vigor,
negóse á darla y pidió una audiencia pública para exponer en ella
todo su pensamiento .
Compareció ante el concilio el 23 de mayo. Los comisarios pro
dujeron contra él ciento siete cargos . Además otros lo acusaban de
profesar opiniones heréticas sobre la transubstanciacion , la presen
Tha real, el culto de imágenes y de reliquias , la autoridad de los sa
Ferdotes y la Trinidad .
El fiscal del concilio, Enrique Piron, enumeró estos últimos car
gos y añadió algunos otros, acusándole sobre todo de intemperancia
en su prision . Presentó su retractacion como sospechosa, insistien
do para que se le obligase á responder con un sí ó un nó sobre ca
da artículo, y pidiendo que en caso de necesidad se le aplicase el
tormento .
904 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

El concilio concedió lo que el fiscal pedia .


Pidió él, no obstante , que le dejaran esplicarse libremente, y res
pondiéronle que lo hiciese pronto y en pocas palabras.

II .

-« ¡ Dios de bondad ! dijo entonces: me habeis tenido encerrado


durante trescientos cuarenta dias , en una espantosa prision , ro
deado de inmundicia y de hediondez , careciendo de todo : prestais
atencion a lo que dicen mis mortales enemigos y os negais á escu
charme . ¿Qué tiene pues de extraño que os hayan persuadido de
que soy el mas pertinaz de los hereges ? Yo no he podido obtener,
á pesarde mis súplicas , un solo momento para justificarme, y an
tes de oirme , me habeis tratado como á un impío . Sin embargo ,
vosotros sois hombres y no dioses , podeis engañaros y ser enga
ñados . Si , en efecto, sois hombres sabios y las luces del mundo,
tened cuidado de no pecar contra la justicia . Yo no soy mas que
un débil mortal, mi vida vale bien poca cosa , y cuando os exhorto
á no dar una sentencia inicua , lo digo mas por vosotros que por
mí mismo . »
Estas palabras fueron interrumpidas por un tumulto general, y
Gerónimo se vió obligado á guardar silencio ; pero los padres le
prometieron , que se le permitiria esplicarse libremente cuando hu
biera respondido á cada artículo .
Dos dias, el 23 y el 26 de mayo, fueron empleados en este pe

noso exámen . Todos los historiadores, católicos ó protestantes di


cen que respondió con habilidad y presencia de espíritu maravillo
sas . Parece increible, dice el célebre Pogge de Florencia , testigo
ocular, el número de razones que alegaba, cuantas autoridades ci
taba en apoyo de sus opiniones .
Cuando se oyó designar como enemigo del pontífice romano,
de los cardenales y prelados, se levantó , y con voz dolorosa ex
clamó :
“ A qué lado me volveré? ¿De quién esperaré algun socorro ?
¿ Será de vosotros ? ¡ Ay ! mis crueles enemigos me han enagenado
de antemano vuestras voluntades, presentándome como vuestro
perseguidor. Ellos se han dicho : los cargos contra este hombre son
WICLEF . 905

muy leves para conducirle aá la muerte ; presentémosle como ene


migo de sus jueces y será condenado. ¡ Señor ! cúmplase tu santa
voluntad . »

IV .

Cuando todos los artículos fueron leidos , obtuvo Gerónimo el


permiso de dirigir la palabra al concilio .
espues de dirigir á Dios una plegaria, pidiéndole que iluminase
su alma , inspirándole palabras que le condujesen á la salvacion de
su alma, volviósę á la asamblea y dijo:
— « Reverendos padres: muchos hombres excelentes sufrieron en
todos tiempos tratamientos indignos y se vieron oprimidos por fal
sos testigos y condenados por jueces perversos. » Refirió en seguida
por su turno la muerte de Sócrates, la cautividad de Platon , la
fuga de Anaxagoras, los tormentos de Zenon , y las condenaciones
de muchos otros gentiles de quienes refiere Beocio la no merecida
muerte . Enumeró en seguida los males de Moisés, las pruebas de
José y de Isaias , de Daniel y de casi todos los profetas, vietimas de
resentimientos injustos y condenados como sediciosos y enemigos
de Dios ; y llegando en fin á los santos de la nueva alianza , mos
tró á San Juan Bautista y al Redentor mismo, condenados por fal
sos testimonios , y despues á los apóstoles perseguidos y castigados ,
como provocadores de desórdenes y enemigos de Dios. «Odioso es,
añadió , que un sacerdote sea condenado por otro sacerdote; pero
es el colmo de la iniquidad el serlo por un concilio , y sin embargo,
>

esto se ha hecho y se hace . »


Expuso despues los motivos por que declaraban contra él diversas
personas, con tanta elocuencia que conmovió á la asamblea. Geróni
mo, añadió, « que habia venido por su libre voluntad al concilio
para justificarse , diciendo además que en la Iglesia primitiva , los
doctores mas sabios y mas santos babian profesado diversas opi
niones, respecto á la doctrina, sin que estas disidencias produjesen
la ruina, sino por el contrario el progreso de la fé. San Agustin y
San Gerónimo pensaron de diversa manera , y manifestaron libre
mente sus opuestas opiniones sobre objetos importantes de la fé,
sin que por eso se acusaran de hereges ni pretendieran quemarse
reciprocamente. »
906 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

V.

Todos esperaban que concluiria retractándose é implorando su


perdon ; pero lejos de reconocerse culpable de ningun error , sostu
vo , que no era á él quien tocaba retractarse de las acusaciones de
sus enemigos ; y concluyó haciendo la apología de Juan Hus en los
términos siguientes :
-aLo he conocido desde su infancia, y jamás ví en el pensa
miento ni accion mala. Fué un hombre excelente , un justo , un
>

santo ; fué condenado áa pesar de su inocencia y subió al cielo como


Elias de en medio de las llamas y desde allí hará comparecer á sus
jueces ante el temible tribunal de Jesucristo . Tambien yo estoy
pronto á morir, y no retrocederé ante el suplicio que preparan mis
>

enemigos y esos testigos impostores, que darán un dia cuenta de


sus imposturas ante el Gran Dios, a quien nadie puede engañar. »
Como puede suponerse , tan audaces palabras produjeron un tu
multo entre los asistentes, entre los cuales habia muchos que hu
bieran querido salvar á un hombre de tal mérito . Mas él parecia
desprendido de los lazos de la vida уy que solo aspiraba á morir.
-
-«De todos los pecados que he cometido desde mi juventud,
ninguno me causa mas crueles remordimientos , que el que cometi
aprobando la inicua sentencia dada contra Wiclef, y contra el
santo martir Juan Ilus, mi maestro y mi amigo. Sí, lo confieso y
lo digo con horror. He flaqueado vergonzosamente por miedo á la
muerte, condenando su doctrina , la mayor parte de la cual lengo
por verdadera ; y pido á Dios Topoderoso que se digne perdonar
mis pecados y este sobre todo, que es el mas grave , segun las pro
mesas que nos tiene hechas diciendo , que no quiere la muerte , sino
el arrepentimiento del pecador. No habeis condenado á Wiclef y
á Juan Hus, porque hubiesen quebrantado la doctrina de la Iglesia,
sino porque condenaron los escándalos del clero , el fausto , el or
>

gullo y los vicios de los prelados y de los sacerdotes... )


—« El se condena á sí mismo , exclamaron de todas partes. ¡ Qué
mas pruebas se necesitan que sus propias palabras!
Cuando se apaciguó el tumulto, Gerónimo continuó así : »
—«¿Pensais que temo á la muerte ? Me habeis tenido un año en
c

tero encerrado en un calabozo , mas horrible que la muerte mis


WICLEF . 907

ma; me habeis tratado peor que si fuese un turco , un judío ó un


pagano. Mi carne se ha podrido viva sobre mis huesos , y sin em
bargo , no me quejo ; pero me sorprende que se tenga conducta tan
bárbara con un cristiano. »
Hablaba con un tono tan firme y tan fiero como si no hubiera
tenido nada que temer para sí mismo. Su voz, dice Pogge, era
conmovedora, sonora y clara; su actitud elocuente y digna, lo mis
mo cuando revelaba indignacion que cuando excitaba piedad, que
él , sin embargo, no parecia pedir ni desear. Estaba de pié en medio
de todos, con el semblante pálido, pero rebosando energía; despre
ciando la muerte y saliéndole al encuentro . Respondia á todas las
interrupciones, á todos los argumentos , con claridad yУ resolucion;
y cuando, despues de un larguísimo debate, no pudo quedar la me
nor duda sobre la pertinacia en sus doctrinas anti-católicas , lo
llevaron de nuevo al calabozo , donde lo amarraron y cargaron de
cadenas con mas rigor todavía que el usado anteriormente.

VI .

Gerónimo no tuvo , como Juan Hus , los consuelos de la amistad


en aquella hora suprema; solo , rodeado de sus enemigos, que es
peraban verlo retroceder de nuevo por miedo a la muerte , admiró
á todos por la firmeza con que sostuvo sus creencias.
Admirados de su elocuencia y de su génio, cardenales y obispos
lo visitaron en su calabozo, conjurándole á que salvase su vida,
abjurando las doctrinas de Juan Hus y reconociendo la justicia de
su sentencia .
—« Yo la abjuraré, respondió, si con las Santas Escrituras me de
mostrais que es falsa.
-- « ¡Hasta tal punto sois vuestro propio enemigo ? le dijeron los
obispos . »
« ¿ Cómo no sabeis, respondió Gerónimo, en vuestra calidad de
sacerdotes, que Cristo ha dicho: El que no renuncie á sí mismo por
mí no es digno de mí? »
El cardenal de Florencia visitólo el último y le dijo :
-- « Gerónimo, vos sois un hombre sabio , a quien Dios ha col
mado de sus mas grandes dones ; no los empleeis en vuestra perdi
cion , sino en bien de la Iglesia . El concilio tiene compasion de vos ,
908 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y teniendo en cuenta vuestro raro talento, sentiria teneros que en


viar al suplicio. Podríais aspirar á los mas grandes honores y ser
un poderoso sostenedor de la Iglesia de Jesucristo , si imitando á
San Pedro y San Pablo , quisierais convertiros . La Iglesia no es tan
cruel , basta el punto de rehusaros el perdon , si os haceis digno de
él , y yo os prometo toda especie de favor, cuando se reconozca que
>

no hay en vos ni obstinacion ni falsedad . Aun es tiempo, reflexio


nadlo , conservad vuestra vida y abridme vuestro corazon . )
- « La única gracia que pido, respondió Gerónimo, y la que he
pedido siempre es la de ser convencido por las Santas Escrituras.
Este cuerpo miserable que ha sufrido ya males tan espantosos, sa
brá soportar la muerte entre los borrores de la hoguera por amor
de Jesucristo . »
- « ¿Os creeis mas sabio que todo el concilio ?
-« El que desea instruirse, respondió Gerónimo, no está infa
(

tuado con su propia sabiduría . »


- « ¿ Y de qué manera quereis que se os instruya ?
-

-« Por las Santas Escrituras, que son nuestro Lávaro .


-“ ¿Pero no es preciso recurrir á los santos padres para interpre
tarlas? »
-
« ¡Qué oigo ! exclamó Gerónimo; ¡ las traducciones y las inter
pretaciones de los hombres son ya mas dignas de fé que la santa
palabra del Señor! San Pablo no ha exhortado á los sacerdotes á es
cuchar los ancianos sino que les ha dicho: « Las Santas Escrituras os
instruirán . » ¡Sagrados escritos inspirados por el Espíritu Santo , ya
los hombres os estiman menos que los que ellos forjan todos los
dias ! Bastante he vivido. ¡Gran Dios! ¡recibe mi vida , tú que has
podido darmela ! »
-« ;Herege ! dijo el cardenal , saliendo del calabozo; el diablo se
ha apoderado de tu alma , y me arrepiento de haber suplicado por
tí durante tanto tiempo. »

VII .

El 30 de mayo fué Gerónimo conducido por última vez ante el


concilio . En cuanto se esparció la noticia , el pueblo acudió en masa
para ver al herege , y el Elector Palatino , como protector del con
cilio , puso todas las tropas sobre las armas.
WICLEF . 909

El obispo de Riga intimó á Gerónimo á que se retractara de lo


que habia dicho en la última sesion del concilio .
Gerónimo respondió:
—-« Dios Todopoderoso, y vosotros los que escuchais , sedme tes
tigos : «Juro que creo en todos los artículos de la fé católica como
los cree y los observa la Iglesia ; pero rehuso suscribir a la conde
nacion de esos hombres justos y santos , que habeis injustamente
condenado porque denunciaron los escándalos de vuestra vida , y es
por Jo que yo voy á morir . »
Gerónimo recitó despues y en voz alta el símbolo de Nicea y la
confesion de Atanasio , discurriendo durante algun tiempo con
tanto saber como elocuencia .
Todos admiraron su ciencia y la belleza de su lenguaje: muchos
se le acercaron presentándole un nuevo formulario de retractacion,
exhortándole á someterse ; pero él no los escuchó .
Entonces , subiendo al púlpito el obispo de Lodi , pronunció un
sermon cuyo texto fué el versículo siguiente :
« Apareció por última vez á los once , y les reprochó su incredu
lidad уy la dureza de su corazon . »
« Reverendos padres , decia el Obispo , y vosotros señores , fieles,
católicos ortodoxos : como a veces sucede que una ligera correc
cion es insuficiente , y que produce mas efecto un severo castigo ,
es necesario que aquellos, sobre quienes no puede nada la dulzura,
sean tratados rigorosamente. San Isidoro ha dicho, «que para aque
llas llagas que no ceden á un tratamiento suave , es preciso emplear
medios violentos y dolorosos ... ) Cuando el hierro no se adapta
fácilmente a la forma que se le quiere dar , se somete a un fuego
mas activo y a un martillo mas pesado. Por esto , Gerónimo , viendo
7

tu prolongada obstinacion y habiendo escuchado tu última y per


versa respuesta , puedo decir de tí lo que dijo Isaías : « Yo sé que
eres duro, que tu cabeza es de hierro y de acero tu frente, mas es
pera lo que debe seguir . Tu corazon duró será colmado de dolores
hasta el fin, y el que ama el peligro en él perecerá. » (Eccle. III . ) 1

«Considera , sin embargo , que , aunque en apariencia mi voz se


eleva tan terrible, hay no obstante para ti en el fondo de mi alma
una ternura llena de amor y de caridad . No creas , pues , que yo
quiera aumentar la afliccion en el corazon del afligido, ni atizar el

fuego con la espada; pero á fin de que conozcas mejor, con qué
caridad te se ha reprendido, con qué amor , con qué piadosa man
Tomo I. 117
910 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

sedumbre te se ha exhortado, yo escogi por texto de mi discurso


estas palabras: « Él le reprochó su incredulidad y la dureza de su
corazon .»
El Obispo se extendió en su discurso largamente sobre todos los
males que resultan de una orgullosa presuncion que extravía á los
mas sábios , y en la cual era preciso ver la fuente de los errores de
Gerónimo y la causa de su ruina , concluyendo con estas palabras:
« ¡Qué mayor testimonio contra tí que el que has dado tú mis
mo, declarándote por tu revocacion embustero, perjuro, herético
y relapso ! Por esto el sacro concilio , á quien pertenece el juzgar
sobre toda la tierra, te juzgará segun tus actos .)
El patriarca de Constantinopla leyó la sentencia de Gerónimo,
fundada en su retractacion y en haber aprobado públicamente la
doctrina de Wiclef y de Juan Hus, exceptuando la opinion del pri
mero sobre el Sacramento del altar . « Como un perro se ha comido su
propia vomitadura; por lo cual ordena el sagrado concilio , que sea
arrancado de la viña como una rama estéril y podrida. Y lo decla
ra herege, relapso y excomulgado, lo condena como tal y lo anate
matiza, abandonándolo al brazo secular, para que reciba la justa
pena debida á tan gran crímen . Declarando, no obstante, que aun
que esta pena sea capital, el concilio desea que no sea agravada. »

VIII .

Repitióse entonces con Gerónimo la misma ceremonia que habia


tenido lugar con Juan Hus. Cuando vió traer la coroza de papel
llena de imágenes de demonios, tiró su sombrero al suelo en medio
de los cardenales, cogióla , púsosela en ! a cabeza, y repitió las pa
labras que lus habia pronunciado en semejante ocasion .
— -« Jesucristo llevó por mí una corona de espinas: yo llevaré es
-

ta de buena gana por su amor . »


Condujeronlo al suplicio rodeado de soldados. Durante el camino
recitó con voz firme, los ojos elevados al cielo y la frente radiante,
el símbolo de los apóstoles, y un himno en honor de la Virgen .
Cuando llegó al sitio en que Juan Hus habia sido quemado, cayó
de rodillas ante la imágen de su maestro esculpida en el poste á
que él mismo iba á ser atado , y oró con gran fervor.
Todavía rezaba, cuando los verdugos se apoderaron de él y lo
WICLEF . 911

amarraron al poste con cuerdas y cadenas, amontonando al mismo


tiempo paja y leña al rededor.
Gerónimo cantó el himno de : Salve, festa dies, toto venerabilis
ævo, etc .; repitió despues el símbolo, y dirigiéndose al pueblo , ex
clamo:
« Este símbolo es mi verdadera profesion de fé. Muero únicamen
te por no haber querido reconocer que Juan Hus habia sido conde
nado con justicia , y declaro que siempre he visto en él un buen
predicador del Evangelio . »
Viendo á un pobre labrador que traia un haz de leña para la
hoguera, sonrió y dijo :
-« ¡Oh! isanta simplicidad ! el que abusa de tí es aun mas cul
pable que tú . »
Como el verdugo encendia la hoguera por detrás , sin duda por no
encontrarse frente á frente con él , Gerónimo le dijo:
-
—«Adelante sin miedo,, que si yo lo tuviera no estaria aquí . »
Cuando la hoguera estuvo encendida, dijo en alta voz :
— « Señor, en tus manos encomiendo mi alma. »
Cuando las llamas se apoderaron de sus escuálidos miembros,
exclamó en lengua bohemia :
-« ; Señor, ten piedad de mí, y perdóname mis pecados : tú sa
bes que siempre he amado la verdad ! »
Tales fueron las últimas palabras del primer discípulo de Juan
Hus , que pereció en la hoguera. Cuando el fuego hubo carboniza
do su miserable cuerpo, trajeron de la prision cuanto le habia per
tenecido ó habia usado, yy arrojándolo al fuego, fué reducido á ceni
zas , y como las de Juan Hus arrojadas al rio, a fin de que sus sec
tarios no las convirtiesen en reliquias, haciendo de ellas un objeto
de su culto . Mas á falta de otra cosa , llevaron á Bohemia y guarda
ron como cosa sagrada la tierra sobre que su suplicio habia tenido
lugar .
CAPITULO XI.

SUMARIO .

Efectos producidos en Boliemia por la muerte de Gerónimo . - Reclamaciones


de los señores . - Guerra civil. - Cruza la de los católicos contra los bohemios.
- Victorias de Juan Ziska . - Fuga y derrota del Emperador . - Exterminio
de los frailes y conventos . - Dieta de Cza slaw . - Destitucion del Emperador.
-Eleccion de Coribut para rey de Bohemia .

I.

La muerte de Gerónimo llevó a su colmo la irritacion entre los


bohemios .
La Universidad , por un decreto firmado por su rector Juan Car
denal , estableció la comunion bajo las dos especies. En las iglesias
no se oyeron mas que lamentaciones. Señalose un dia de fiesta á
la memoria de Juan y de Gerónimo; acuñaron monedas con sus
efigies, los lloraron y los honraron antes de vengarlos ; y levantá
ronles altares , aunque sin inmolarles víctimas .
El concilio echó aceite al fuego , fulminando los célebres 21 ar
lículos contra los husitas , con los cuales no habia clase di ciuda
dano en el reino que no fuese mas o menos culpado . Un clamor ge
neral , inmenso, respondió á los decretos del concilio , y la tea y la
maza sucedieron a las discusiones teológicas . El incendio, el ase ។

sinato, el saqueo y el exterminio fueron como el eco y como el re


WICLEF . 913

flejo, durante mucho tiempo y áá largas distancias repetidos , de las


sentencias de Juan y Gerónimo y de las hogueras que los consu
mieron .
Donde la Iglesia católica habia extinguido por la violencia y el
exterminio la voz de humildes y pacíficos predicadores , siquiera ex
traviados, se levantó la tea incendiaria de Juan Ziska , que causó
mayores daños que el perdon de Juan y de Gerónimo hubieran po
dido nunca producir .
Reuniéronse los grandes del reino y enviaron una diputacion al
Rey pidiéndole que viniese á la capital á conjurar la tormenta, y
que diera á los husitas las iglesias que necesitaban . Fué en efecto
el Rey á Praga, y se mostró dispuesto á escuchar las pretensiones
de los husitas , á condicion de que fuesen armados y depusieran
las armas en su presencia.
Deliberaban los jefes lo que debian hacer, y uno de ellos dijo:
-« ;Qué simples sois ! Yo he vivido en la corte y conozco al Rey ;
comparezcamos ante él bien armados, y estad seguros de que nos
dejará las armas. »
El que así hablaba era Juan Ziska.
Siguióse su consejo.
- « llustrísimo y excelentísimo Príncipe: henos aquí , le dijo Ziska
C

cuando estuvieron en su presencia, dispuestos á obedecer lus ór-


denes . Dinos quienes son tus enemigos, y por tu vida y tu gloria
los combatiremos basta exhalar el último suspiro . »
— -« Has hablado bien , le respondió el Rey, pero vuélvete y llé
vale contigo á tus compañeros . )
Con esta conducta tan hábil como intrépida, ganó Juan Ziska la
confianza y el corazon de los bohemios.

II .

En tal estado estaban las cosas , cuando llegó el cardenal Juan


Domingo, legado de Martin V , encargado de la ejecucion de los 24
artículos del concilio , y de la bula del Papa.
>

Este inquisidor recurrió á las fogueras, para convencer al pue


blo de sus errores. Mas como no fué reconocida su autoridad y res
pondieron á sus mandatos con maldiciones, ultrages y gritos de
muerte, escapóse, buscando un refugio al amparo del Emperador,
914 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

y pidiéndole contra la herética Bohemia fuego y hierro con que so


meterla .
La cólera del pueblo desbordó entonces por todas partes . Ziska,
el hombre sanguinario, apareció como encarnacion de la rebelion
armada, Уy tirando de la invencible espada , no volvió á envainarla
mas .

Nunca hombre alguno reunió en tan alto grado las cualidades


de guerrero y de jefe de partido. Ninguno sobre el campo de bata
Ila tuvo mas génio para concebir , mas fuerza é ingenio para eje
cutar, ni conoció mejor el arte de someter á los hombres, de herir
su imaginacion y de conseguir su objeto por medio de resoluciones
populares y de movimientos decisivos y repentinos .
La Bohemia ha tomado las armas para defender la comunion del
cáliz ; Ziska muestra un cáliz a su ejército diciendo : « ; Ved aquí
nuestro estandarte ! » No tiene mas que gente de á pié , y por un golpe
de mano arrebata mil caballos al Emperador. Carece de plazas fuer
tes ; pero sube con sus soldados á una montaña y les dice : « ¿Que
reis casas? pues levantad aquí vuestras tiendas , y que este campo
se convierta en una ciudad . » Y en efecto, en ella se fundó la ines
pugnable ciudad de Thabor .
Las masas populares, dirigidas por tal hombre , no podian menos
que derribar cuanto encontraban á su paso . Como una inmensa ola
que todo lo sumerge, los husitas esparcen por todas partes la car
nicería y el estrago. Ciudad , castillo que no les abren sus puertas,
son arrasados y sus habitantes pasados á cuchillo; en los monaste
rios, sobre todo , no queda piedra sobre piedra. La vista de un sa
cerdote llena á Ziska de un sombrío furor, recordándole las hogue
ras de Juan y de Gerónimo; y hiere , quema y extermina, preten
diendo castigar el sacrilegio con mil sacrilegios .

III .

Los husitas se dividieron en dos bandos ; los Calistinos y los


Thaboritas. Los primeros profesaban doctrinas mas anti-católico
romanas que los segundos ; y las resumieron en un formulario muy
conciso , que se reducia á los cuatro artículos siguientes:
I. La comunion con las dos especies ; es decir, con el pan y el
vino; por lo cual los llamaron partidarios del cáliz , ó Calistinos.
1

WICLEF . 915
ll
La libre predicacion de la palabra de Dios .
III . El castigo de los pecados públicos, sin privilegios del clero.
IV. Que no poseyeran bienes temporales los sacerdotes, ni los
frailes .
La mayor parte de los hombres influyentes de Bohemia adopta
ron esios cuatro artículos, entre otros el arzobispo Conrado.
Se dió á los Thaboritas este nombre, porque componian la ma
yor parte del ejército que fundó la ciudad de Thabor. 1

Estos no admitian en la Iglesia ni gerarquías, ni sacerdocios; ni -


1

prácticas puramente ceremoniales, ni ornamento exterior.


La gran mayoría de los thaboritas pertenecia á las clases pobres. 1

La muerte del rey Wenceslao puso en cuestion la forma de go


bierno, Yy los thaboritas se declararon por la república.
El papa Martin V hizo predicar una cruzada contra la Bohemia ,
y mas de 140,000 hombres de las naciones alemanas se dirigeron
contra Praga. A la llamada de Ziska , acuden bajo sus banderas el 1

pueblo , la universidad , los thaboritas, los calistinos ; todos se unen


por solemnes juramentos; la Bohemia entera se arma, y el que pue
de y el que no puede, todos empuñan las armas; unos por el Papa
y el Emperador, otros por sus doctrinas religiosas.

VI .

Jamás se vieron en tan estrecho espacio tantas crueldades y sa


crilegios. Como en la guerra, el que mas tiene mas pierde, las igle
sias y los conventos fueron el recurso de ambos partidos, que los
destruyeron reciprocamente. Solo Ziska arrasó mas de 1,500 con
ventos, y muchos frailes y religiosos arrostraron con gran valor,
por su fé, los mas atroces tormentos y la muerte. Espantosas tra
diciones han perpeluado el recuerdo de escenas infernales. En Com
motau, junto a una iglesia en que miles de víctimas fueron dego
lladas por los soldados de Ziska , aseguran que el suelo se formó
con los restos de sus esqueletos, y que á cualquiera profundidad
que se excave no se encuentran mas quedientes humanos . Al prin
cipio de la guerra, el emperador Segismundo llegó hasta las puertas
de Praga, y penetrando en la célebre ciudadela de Wishrade, cuya
guarnicion le habia permanecido fiel , se hizo coronar rey de Bohe
mia por el arzobispo Conrado; mas , rodeado y acometido por los
916 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

bohemios, viose obligado a abandonar como fugitivo el reino en


que entrara como amo . A la derrota de su ejército y á la fuga del
Emperador siguió inmediatamente la rendicion del castillo de Wen
ceslao . La ciudadela resistió todavia mucho tiempo; pero reducida
á la última extremidad, capituló con los bohemios , y aun estaban
en la fortaleza, cuando se supo que el Emperador, con un nuevo ejér
cito reclutado en Hungría y en Moravia , llegaba a las puertas de
Praga para acometerla por segunda vez; mientras que los husitas,
parapetados en sus formidables trincheras, bloqueaban la ciuda
dela y defendian la ciudad. Subió á una colina el Emperador para
que la guarnicion de la ciudadela lo viese, y le hizo señas para que
hiciera una salida mientras que él embestia la ciudad . Mas la guarni
cion , que habia capitulado la víspera, no se movió, y el Emperador
recibió el consejo de alejarse de Praga. Acometió no obstante la ciu
dad ; pero fué rechazado , yY saliendo á su turno los husitas contra su
ejército , hicieron una espantosa carnicería , teniendo el mismo Em
perador que escapar á uña de caballo , dejando sobre el campo de
batalla la flor de la nobleza húngara y morava . El mismo dia abrió
la ciudadela sus puertas á los vencedores.

V.

Una flecha arrebató á Ziska el único ojo que le quedaba. Y la


ceguera , que hubiera sido para cualquiera otro el fin de su carrera
militar y política, fué para él un nuevo estimulante y la ocasion de
acrecentar su furor yу de mostrar facultades verdaderamente increi
bles . Recordaba los mas ligeros accidentes de los países y lugares,
aunque los hubiese visto una sola vez . Bohemia entera con sus
aguas , bosques y llanuras, estaban tan presentes á su pensamien
to, como antes lo habian estado á sus ojos. Espíritu de fuego en un
cuerpo de hierro , irritábale el reposo: no habia nada capaz de fati
garlo . « Todos los tiempos son iguales para un ciego , murmuraban
sus soldados : lo mismo vá de noche que de dia. » Donde habia un
convento que quemar,, un ejército que batir, una ciudad que tomar,
allí estaba Ziska , cumpliendo su mision de sangre con una fuerza
sobre - humana, y como agitado por un Dios exterminador .
La Dieta de Czaslaw se abrió en junio de 1421 , declaró la des
1

WICLEF . 917

titucion de Segismundo y nombró una regencia de cinco miembros ,


entre los que figuraba Ziska el primero.
El Emperador cambió de lenguaje y recurrió a las concesiones ,
cuando vió que la fuerza no daba resultados. Escribió á la Dieta
para justificarse, haciéndole ofrecimientos, y diciéndole que la cau
sa de su inaccion no era el temor, sino la conmiseracion que su pue
blo le inspiraba .
A lo que la Dieta respondió:
« Puesto que vuestra majestad nos asegura que, si ha sido la cau
sa del desórden en el reino de Bohemia , está dispuesto áa poner re
medio, ved aquí nuestros cargos. llabeis permitido que el maestro
Juan Hus fuese quemado, áa pesar de vuestro salvo -conducto. En
el concilio de Constanza se ha permitido hablar libremente a los que
se apartaban de la doctrina católica , menos a nuestros ilustres con
ciudadanos : para mayor mengua de la Bohemia , habeis permitido
que Gerónimo, cuyo talento era tan grande, fuese tambien quema
do vivo . Habeis autorizado que el reino de Bohemia fuese entrega
do al exterminio por el concilio , y excitado áa los estados convecinos
á destruirnos como hereges malditos. Los Principes extranjeros,
que os han acompañado, ban talado la Bohemia por el hierro y
el fuego ...
» Poned término á las invasiones ; devolved lo que nos habeis ar
rebatado ú ocultado; jurad el mantenimiento de los cuatro artículos
de nuestra fé , y conservad al reino de Bohemia y al marquesado de
Moravia sus instituciones y privilegios . »
Como el Emperador diese una respuesta evasiva, los bohemios
eligieron por rey á Segismundo Coribut, hijo del gran duque de Li
tuania .

Tomo 1 . 148
CAPITULO XII .

SUMARIO .

Division y luchas intestinas de los Husitas .-Derrota de los partidarios de


Ziska en Praga . - Entrada de los Thaboritas en Praga . - Tentativas del Em
perador para sobornar i Juan Ziska . - Su muerte . - Nuevos triunfos de los
Husitas despues de la muerte de Ziska . - Concilio de Basilea.- Los Husitas
en el concil10 . - Concordato y fin de la guerra por reciprocas concesiones.
El Emperador falta í sus compromisos con los Husitas . - Los hermanos
moravos .

1.

Divididos en partidos y fracciones cuando el enemigo no llama


ba á sus puertas, los husitas luchaban unos con otros . Coribut no
fué aceptado por todos, y en medio de estas revueltas en que la
sangre corria en abundancia, los partidarios de Zizka fueron ven
cidos en Praga. Mas el terrible ciego acudió a su socorro al frente
de sus thaboritas, y venció á sus adversarios en tres batallas su
cesivas . Al llegar a las puertas de la ciudad, los thaboritas victorio
sos, aquellos hombres que habian derramado tanta sangre y come
tido tantos excesos , sintieron conmoverse sus endurecidos corazo
nes , á la vista de aquella ciudad , para ellos santa , y áá la cual lla
maban la madre patria . Repugnábales la idea de entrar en ella en
son de guerra, y como llegasen á oidos de Ziska los murmullos de
sus soldados, subióse sobre un tonel para que le viesen los que él
no podia ver, y les dijo :
WICLEF . 919

-« Compañeros, ¿por qué murmurais? Yo no soy vuestro enemi


go , sino vuestro general; por mí habeis ganado tantas victorias y os
habeis hecho ilustres y ricos, y yo he perdido la vista por vosotros .
¿De qué me han valido á mí tantos trabajos? De nada. Por vosotros
he vencido, y no es mi interés quien me arma contra esta ciudad ,
que no tiene sed de la sangre de un hombre viejo y ciego como yo ,
sino porque teme vuestros corazones intrépidos, vuestros invencibles
brazos . Cuando me hayan cogido en sus redes , os tenderán lazos
de que no podreis desenredaros . Tomemos á Praga , ahoguemos la
sedicion antes que Segismundo tenga noticias de ella . Mas harán
contra el Emperador pocos hombres bien unidos, que una multitud
dividida ...
Escoged: ¿quereis la paz? sea en enhorabuena; pero tened cui
dado que no oculte una emboscada : ¿quereis la guerra? vedme dis
puesto . »
Estas palabras reanimaron al ejército, que se preparó para dar
el asalto . Praga aterrorizada envió á Ziska sus diputados para ablan
darlo, y se presentó á aquel nuevo Coroliano, suplicante y sometida,
la ciudad , que antes salvara y que no podia menos de amar, pron
ta á ser destruida por sus propias manos... Por primera yу última
vez en su vida, Juan Ziska renunció a la venganza y perdonó . La
ciudad le abrió sus puertas, lo recibió con grandes honores, y él
ejerció desde entonces un poder soberano .

II .

Viendo a los bohemios una vez unidos bajo los auspicios de este
jefe invencible, comprendió el Emperador que no reinaria en Bo
bemia, mientras tuviese á Ziska por enemigo ; y procuró seducirlo
con magníficas ofertas. « Me basta, decia el Emperador , con ser pro
clamado rey de Bohemia. Ziska gobernará el reino en mi nombre ,
у recibirá además honores y riquezas . »
Eneas Sylvius, historiador de Bohemia , se indigna al referir este
suceso , exclamando, en la página 98 de su libro: « ¡ Oh vergüenza !
¡ bajeza de la magestad real y de la gloria del imperio, y del mundo
cristiano ! A este Segismundo, señor de muchos reinos , descendien
te de emperadores y emperador, venerado en Francia y en Alema
nia, y temido por las naciones bárbaras, se le ha visto suplicando
920 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

á un hombre apenas noble de nacimiento , viejo , ciego , herege, sa


crílego y dispuesto a la perpetracion de toda clase de crímenes, y
ofreciéndole tesoros y honores supremos para que se dignase favo
recer su causa . »
Pero la carrera de Ziska habia llegado aá su término. El 11 de
octubre de 1124 murió de la peste que desolaba á la Bohemia,
prescribiendo á sus soldados en los últimos momentos de su vida,
que arrojasen su cadáver para pasto de aves de rapiña, y que hi
ciesen de su piel un tambor, cuyo ruido esparciria el terror entre
sus enemigos .
Tal fué el fin de un guerrero que no tiene igual entre los dias
famosos; que hizo, estando ciego , contra sus enemigos, cosas mas
grandes y sorprendentes que podian hacer los que tenian vista.
Resistió á las fuerzas coaligadas de toda la Alemania; libertó á su
pais; contuvo las facciones y venció en once batallas campales. Su
ascendiente provino de su genio, de su audacia , de los increibles
recursos que sabia encontrar. Segun los historiadores, su prudencia
y su astucia no eran menos notables que su actividad y su valor.
Pero el rasgo dominante de su alma ſué la venganza, que inspiraba
pavor aun en un siglo tan cruel. Este hombre terrible, que nunca
fué vencido, mereció muy bien la inscripcion grabada en su fum
ba : « ;Oh! ¡ Juan Hus! aquí descansa Juan Ziska lu vengador, y el
mismo Emperador se ha inclinado ante él . »

III .

La muerte de Ziska llenó de consternacion á los husitas; pero


no los desanimó: divididos en bandos despues de sus victorias so
bre los católicos, volvieron a unirse en presencia del peligro, y sus
triunfos obligaron á cambiar de tono á sus enemigos. Aquellos
mismos cardenales y prelados que habian quemado vivos á Juan
Hus Уy á Gerónimo de Praga , los mismos papas que habian lan
zado excomuniones , y armado cruzadas para exterminar los here
ges de Bohemia, se veian reducidos á reconocer, que la fuerza
bruta y la violencia son impotentes, invilando á los husilas á con
currir y discutir libremente en el concilio de Basilea, en diciembre
de 1431 , y el salvo - conducto que el concilio les remitió decia :
WICLEF . 921

« Que tendrian complela seguridad para permanecer en Basilea ,


para obrar, juzgar, decidir y tratar con el concilio ; que podrian ce
lebrar con loda libertad el culto divino segun sus costumbres; que les
seria permitido, tanto en público como en privado, probar los cuatro
articulos fundamentales de su fé por el testimonio de las Escrituras y
de los santos Padres : Y QUE NO SE PERMITIRIA A LOS CATÓLICOS PREDI
CAR CONTRA LOS CUATIO ARTÍCULOS ANTEDICHOS, MIENTRAS QUE LOS BO
HEMIOS PERMANECIESEN EN BASILEA .

IV .

A pesar de condiciones tan favorables, y de las promesas reite


radas del Papa, del Emperador y del concilio , los husitas no pare
cian muy dispuestos a tratar con los que habian condenado a sus
maestros Juan y Gerónimo; mas cediendo al fin á sus instancias,
aceptaron el salvo - conducto , y llegaron á Basilea en los primeros
dias de enero de 1133 .
Entraron en la ciudad formando una cabalgata de mas de tres
cientos, y su fiera actitud , y la manera como fueron recibidos У
tratados por los representantes de la Iglesia católica , ofrece un cu
rioso contraste con la humilde situacion de su maestro Juan Hus en
Constanza .
Juan Hus llegó sin otra fuerza que la de su alma y la fé ardiente
en las doctrinas que profesaba; viéndose desde el primer dia des
preciado y tratado con soberano desden, objeto de ultrajes y de
violencias ; y sus discípulos llegaban precedidos de la reputacion de
invencibles , despues de haber hecho temblar al imperio y al Em
perador. El habia tenido que responder de sus doctrinas como de
crímenes, y por tales habian sido condenadas, y él quemado vivo .
Despues de haberlo vengado, destruyendo y profanando iglesias y
templos católicos, degollando y quemando á miles de frailes y sa
cerdotes, sus discipulos llegaban ante el concilio, armados , y man
chados de sangre para tratar de potencia á potencia con los que
habian condenado sus doctrinas , para sostenerlas de palabra,
como lo habian hecho antes con la espada.
La presencia en Basilea de los exterminadores de los católicos
de Bobemia , de los defensores de los errores de Juan Hus y de Ge
rónimo de Praga, puede considerarse como la mas eficaz demostra
922 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

cion de que la violencia conduce siempre al fin y al postre áá re


sultados opuestos de los que sus autores se prometen .
El concilio mandó recibir con honores y distinciones á los ene
migos de la Iglesia católica . Oyóseles en muchas conferencias pú
blicas y particulares, y ellos se redujeron á sostener sus cuatro fa
mosos artículos, declarando, que no podian convenir en nada, sino
despues de obtener su reconocimiento : y como no pudieron po
nerse de acuerdo, se retiraron seguidos de una diputacion del con
cilio, encargada de llevar sus proposiciones al pueblo de Bohemia .

V.

Tres años despues celebróse un concordato entre el concilio y los


estados de Bohemia, cuyos artículos ó Compactata fueron firmados
por el Emperador el 12 de julio de 1436. Segismundo hizo ade
más á los bohemios concesiones particulares , aá pesar de que du
rante este tiempo los husitas habian concluido por ser vencidos , y
muertos sus jefes principales . Concedió a la ciudad de Thabor
grandes privilegios , y durante cinco años la completa libertad de su
culto. Prometió que no restableceria los conventos ni llamaria á los
religiosos expatriados, y que dejaria en paz á los posesores de los
bienes eclesiásticos ; pero cuando gracias a estas concesiones divi
dió á los husitas , muchos de los cuales, cansados de mas de veinte
años de guerras desastrosas , deseaban la paz al precio de tales ga
rantías, faltó á sus promesas é hizo cuanto pudo por restablecer
las cosas en el ser y estado que tenian antes de las predicaciones
de Juan Hus.

VI .

Los husitas , divididos en fracciones , cuyas doctrinas no se di


ferenciaban gran cosa , cuyos diversos grupos se llamaban calisti
nos , thaboritas, hermanos de la unidad Evangélica, moravos ( 1 )

( 1 ) La miseria , dice Joseph Droz es desconocida entre los Moravos: todos viven en paz y unidos
y sus numerosos establecimientos prosperan tanto en Europa como en América , y han penetrado
en Africa en Asia y en otros paises lejanos, y en todas partes están animados del mismo espíritu...
La fuente de sus bienes es el sentimiento religioso que domina sus almas . Ellos tienen la convic
WICLEF . 923

y otros, conservaron su culto mas ó menos públicamente, en sus


hogares , y lo llevaron á otros paises cuando redoblaban las perse
cuciones contra ellos , existiendo en nuestros dias , especialmente los
establecimientos de los hermanos moravos , en las cinco partes del
mundo .

cion de que no pueden obtener su salvacion eterna sino practicando el amor de Dios y de los hom
bres. Son fioles observadores de las leyes del pais en que viven. Sus ritos no se oponen á que re
clamen la proteccion de las leyes ; pero los ancianos se apresuran á impedir el escándalo de que
un hermano conduzca á otro á los tribunales, arreglando amistosamente sus cuestiones. Pregun
tando el autor de estas líneas á Mr. Raillard , sacerdote moravo, por qué medios podia establecer la
paz entre los hombres, le respondió: « No hay mas que dos ; la fé en Jesucristo y la práctica de sus
máximas: con estos dos medios, todo es fácil : pero nada puede suplirlas . » ( Pensees chretiennes, 1 vol.,
1811. )

FIN DEL TOMO PRIMERO .


ÍNDICE
DE LAS

MATERIAS CONTENIDAS EN ESTE PRIMER TOMO.

Págs.

Dedicatoria . . V

VII
Prólogo . .

LIBRO PRINIERO .

LOS MANIQUEOS Y LOS ALBIGENSES .

270-1236.

INTRODUCCION . - Inelicacia de las persecuciones de los paganos contra los


progresos del cristianismo.-Persecuciones y destruccion del
paganismo por los cristianos. — Consolidacion del poder de la
Iglesia por su alianza con los principes --Dulzura empleada
por los cristianos en los primeros siglos, para atraerse á los
bereges. — Orígen y aumento de la violencia de las persecu
ciones de la Iglesia contra los hereges. . 3

CAPITULO I.-- Origen de los maniqueos. - Sus doctrinas. - Dualismo; el mal


y el bien . - Los elegidos. - Crímenes imputados á los mani
queos. - Leyes de los emperadores romanos contra los ma
niqueos. - Persecuciones. 9
II.-- Propaganda del maniqueismo en Orleans en 1022.-Estéban
y Lisois . — Revelaciones del padre Heriberto . – Bajeza de la
conducta del Rey y sus secuaces . - Firmeza de los sectarios.
-Crueldad de la reina Constanza . - Suplicio de catorce ma
15

niqueos en Orleans y de otros en Tolosa .


Tomo I. 149
926 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Pags .

CAPÍTULO III.- Modificacion de las doctrinas de los maniqueos. - Insufl


ciencia de los rigores de los reyes y del clero para extirpar
la heregía . — Reaparicion de dos heregías en el Mediodía de
Francia .-Influencia de la conducta del clero católico de la
Edad media en el desarrollo de la heregía .–Tolosa .-Rai
mundo VI...
IV . -Tolerancia de los señores del Mediodía de Francia con los
bereges . - Propaganda de los hereges.- Preparativos de loo
cencio III para la cruzada contra los bereges . - Principio de
las persecuciones . - Poca eficacia de los principes en secun
dar á los legados del Papa . - Persecuciones contra los prela
dos. - Arnaud Amauri. — El obispo Folquet. - Santo Domingo
de Guzman Уy el obispo D. Diego Aceves. - Propaganda y dis
cusion . - Su eficacia . - Entusiasmo de Santo Domingo -Te
dro de Castelnau .-- Su muerte. 34
V. - Consecuencias funestas de la muerte de Pedro de Castel
nau . - Raimundo VI excomulgado . - Predicacion de la cruza
da. - Perdones é indulgencias. - Fanatismo, codicia y ambi
cion de los cruzados.-- Raimundo en el concilio de Aubenas .
-Nuevo legado del Papa -Grandes ejércitos de los cruza
dos. - Flaqueza de Raimundo ante sus enemigos. - El vizcon
de de Bezieres.- Preparativos de defensa. - Sitio de Bezieres .
-Toma y saqueo de la plaza . - Degüello de todos sus habi
tantes. - Famoso edicto del legado . - Número de víctimas.
Sitio de Carcasona . - D . Pedro de Aragon .-Traicion de los
cruzados para con el vizconde de Bezieres .--Prision y muer
te del vizconde . - Rendicion de Carcasona.-- Quema de cua
trocientos bereges . - Simon de Montfort. . 39
VI. — Resistencia de los meridionales á dar cumplimiento a las
órdenes de persecucion .-- Sospechosa muerte de Raimundo
Roger . - Sentimiento causado por su muerte. - El conde de
Tolosa en Roma. - Nuevo anatema. - Buenos oficios del rey
de Aragon . - Carta del legado . - El conde y el rey corren á
las armas . - Nueva cruzada. — Capitulacion de Vinerva.
Quema de ciento cuarenta bereges . - Sitio de Termes. - Su
mision de Albi y Cabaret. - Incertidumbre de Raimundo VI.
-Autoridad de los papas.-- Apojeo del Catolicismo. - El obis
po Folquet en Tolosa .-- Resolucion del Conde . - El conde de
Foix derrota los cruzados.- Toma de Labaur por los cruza
dus. - Quema de cuatrocientos hereges. - Muerte de Girauda
y de ochenta caballeros. . 51
VII. - Entrada de los cruzados en el condado de Tolosa . - Union
de los tolosanos contra los cruzados, sin distincion de reli
-

giones .-Sitio de Tolosa -Retirada. - Destrozos causados


por los cruzados en los alrededores de Tolosa . - Disolucion
del ejército católico.- Modo como Simon le pagaba . - Rai
mundo y sus aliados toman la ofensiva.- Victoria de Simon
en Bordes. - Retirada de Raimundo . - Montfort toma la ofen
siva privcipios de 1212. - Decretos del parlamento de Pa
miers . — Ambiciones entre los vencedores. -D Pedro de
Aragon en Tolosa . - Inutilidad de sus reclamaciones al Papa
en favor de Raimundo. — Nueva cruzada . - Sitio de Muret.
Muerte del rey Pedro.-Derrota de los meridionales 60
ÍNDICE. 927
Págs.

CAPÍTULO VIII . - Asesinato de Baudouin .-- Entrada de Folquet en Tolosa.


Concilio de Montpeller . - Tentativa de Montfort para apode.
rarse de la ciudad . - Sumision de todo el Mediodía de Fran
cia á Montfort. - Cuarto concilio de Letran .-Heregías con
denadas por el concilio - Amauri —Esfuerzos del concilio
para exterminar los hereges . - El concilio y los príncipes
destronados en el Languedoc . — Simon en sus nuevos esta
dos . - Desolacion , 70
IX . - Primera campaña de Raimundo VII , contra Simon de Mont
fort - Discordia producida por la ambicion entre los cruza
dos. - Entusiasmo de los meridionales por Raimundo VII . - Su
padre busca auxiliares en España. - Sitio de Beaucaria por
Raimundo . - Toma de la plaza , derrota y retirada de Simon
sobre Tolosa . -Traicion de Simon hecha á los tolosanos.
Consecuencias funestas para él. — Traicion de Folquet. — Ter
ribles persecuciones. — Nueva cruzada. - Rebelion de Tolosa .
-Derrota de Gui de Montfort. - Los catalanes y aragoneses
baten á Simon delante de Tolosa .-La gata .—Muerte de Si
mon . 78
X. — Proclamacion de Amauri de Montfort.-Levantamiento del
sitio de Tolosa el 25 de julio . - Sublevacion general en el
Mediodía .-- Nueva cruzada . - Luis de Francia al frente de los
cruzados. - Capitulacion de Marmande . - Los cruzados vio
lan la capitulacion, ahorcan y queman á los vencidos en nú
mero de cinco mil . - Raimundo VII derrota á los cruzados en
Pazieges . - Nuevo sitio de Tolosa. - Los tolosanos obligan á
los franceses á levantar el sitio y recobran gran número de
plazas. — Sitio de Castelnaudari por Amauri de Montfort. -

Inútiles esfuerzos del legado para levantar gente en el Medio


día en favor de su causa.- Amauri cede al rey de Francia sus
derechos . - Muerte del Rey . — Reaparicion de la beregía. .
• 87
XI. - Instigado por el Papa , emprende Luis VIII la cruzada con
tra los albigenses en 1224. - Levantamiento del sitio de Car
casona por Amauri . - Los aventureros abandonan á Amauri ,
que capitula con Carcasona . - fin de la dominacion de los
Montforts . - Cesion de sus derechos al rey de Francia . - Con
venios entre el Rey y el Papa .-Sumision de Raimundo VII.
-Desacuerdo entre Luis y el Sumo Pontífice . - Pónense al
fin de acuerdo . - Concilio de Bourges. - Sumision del conde
Raimundo ante el concilio .-Su condenacion .-Su marcha .
-Su excomunion . - Predicacion y cruzada .-Abandono de
Raimundo por todos sus parientes y aliados.—Sitio de Avi
ñon . - Heróica defensa .-Pérdidas de los cruzados . - Capitu
lacion . - Crueldad de los vencedores . - Muerte del rey de
Francia . 93
XII . - Continuacion de la lucha. - Medidas del clero para poner
en práctica las prescripciones del concilio de Letran .- Des
truccion de la campiña de Tolosa por los cruzados. — Raimun
do busca mediadores para dirimir la contienda . - Tratado de
Meaux. - Absolucion de Raimundo .-- Imperio de la Inquisi
cion en todo el Mediodía de Francia . — Disposiciones del con
cilio de Tolosa en 1229.-Sentencia dada por Santo Domingo
928 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Págs

de Guzman .-Muerte de Folquet. - Recompensas dadas á Rai


mundo VII por la Iglesia en premio de su sumision . 104
CAPITULO XIII .-Rigores de la Inquisicion . - Rebelion en Narbona. - Expul
sion de los inquisidores de Tolosa . - Excomunion de los tolo
sanos . - Suspension por el Papa de la Inquisicion de Tolosa .
-Retoños de la heregía en diversos países .-Los hereges de
Montvimer.-Nueva guerra en 1242 en el Languedoc. - Su
mision de los rebeldes al rey de Francia . Último episodio
de la guerra de los albigenses. Destruccion del castillo de
Montsegur.-Quema de los hereges , de la señorita Esclar
.

monde y del obispo Bertrand Martin. 112

LIBRO SEGUNDO.

LOS JUDÍos .

830-1863.

CAPITULO I.-Paciencia de los judíos para sufrir las persecuciones. - Fuer


za pasiva de los judíos para perpetuar y estender su raža.
Llegada de los judíos á España y primeras persecuciones
que sufrieron . — Bárbaras leyes promulgadas contra ellos.
La guerra contra los moros fué favorable á ellos . 425
II.-- Destruccion por los musulmanes del sepulcro de Cristo en
1009 -Consecuencias funestas para los judíos de Occidente .
-Calumnias contra los judíos de Orleans. - Persecuciones
en toda Europa .-Proteccion que les prestó el conde de Sens.
-Bárbaras costumbres de los cristianos. - Crueldades come
tidas en Toledo . -Establecimiento de los mas sabios judíos
del Oriente en la España musulmana.-Proteccion dispensa
da por Alfonso el Sabio á los judíos. - Las tablas alfonsinas.
--- Prosperidad y acrecentamiento de los judíos. . 432
III.-Leyes del sucesor de Alfonso el Sabio contra los 'udios.
Desprecio con que los cristianos miraban á los judíos . - To
lerancia del rey D. Pedro . - Saqueo de las juderías de Toledo
por el bastardo Trastamara .-Inscripcion de una sinagoga de
Toledo en honor del rey D. Pedro.--Predicaciones del arce
diano de Sevilla Hernando Martinez contra los judíos. - Sus
efectos. - Matanza y saqueos sufridos por los judíos en toda
España - Castigo de algunos asesinos.- Despojos. - Ruinadel
tesoro real á consecuencia de la de los judíos .
IV . - Semejanza de las acusaciones dirigidas contra los judíos en
todos los paises. - Persecuciones en Munich y en Lorena si
glo xuu.--Oposicion del rey Rodolfo.- Absurdas acusaciones
lanzadas contra los judíos en Francia á principios del siglo
XIV . - Exterminio de leprosos y judíos. - Peste en Provenza y
exterminio de los judíos .-Crueldad de Renato I, duque de
Lorena .-Falsedad de Felipe el Hermoso .-Tolerancia de
Luis Hutin .--Dureza de Felipe el Largo . — Avaricia de Carlos
IV .-Esplotacion de los judíos por obispos y señores. - Pea
jes á que los sometian - Los pastorcillos . - Exterminio de
los judíos . - Inútil protesta del Papa.
ÍNDICE 929
Pags

CAPITULO V. - Bárbaras leyes de la reina gobernadora doña Catalina con


tra los judíos . - Predicacion de San Vicente Ferrer.-Asam
blea de los rabinos en Tortosa en 1407. –Conversion al cris
tianismo de la mayor parte de los rabinos .-- Persecuciones
contra los que no se convirtieron .-Los papas Pablo IV y Pio
V estienden la persecucion a todo el orbe cristiano . - Resig
nacion de los judíos con su mala suerte .. 458
V1 .-Proteccion concedida por D. Juan II á los judios. - Renova
cion de las persecuciones bajo el reinado de Enrique IV.
Fanatismo de los grandes .-- Acusacion contra los judíos de
haber crucificado un niño en Sepúlveda .-- Proceso y marti
rio de los supuestos culpables . - Degüellos de judíos en Se
púlveda, Segovia, Córdoba, Jaen y otros puntos.-Atentados
contra los cristianos nuevos ó judíos convertidos --Impues
tos pagados por los judíos en Castilla .—Miseria general.
Advenimiento de Isabel la Católica al trono de Castilla. 467
VII .-Nuevas persecuciones.-Leyes de los Reyes Católicos con
tra los judíos . - Expulsion . - Generosos ofrecimientos de los
judíos para que les dejasen en paz. - Funesta intervencion
de los inquisidores. --- Supuesta carta de los judíos de España
á los de Constantinopla y su respuesta. - Fanatismo del 'pue
blo y su animosidad contra los judíos . - Esfuerzos del clero
por bautizar á los judíos á fin de que no emigráran . - Ruina
de los judíos. - Número de expatriados. - Sensata opinion del
Gran Turco sobre la expulsion de los judíos de España . 174
VIII . — Divergencia de opiniones sobre el número de judios ex
pulsados . - Crueldad del rey de Portugal con los judíos que
se refugiaron en sus Estados . - Benevolencia del papa Cle
mente VII con los judíos . - El Papa y los principes de Italia
les ofrecen un asilo . - Calamidades que sufrieron en sus via
jes los judíos expulsados de España y Portugal .--En todo el
Norte de Europa fueron bien acogidos.-Su prosperidad . 182
IX .-Falsa posicion de los judíos que prefirieron el bautismo á
la expatriacion.---Cambio de la opinion pública en España
respecto a los judíos . — Los cristianos nuevos de Sevilla y la
reina doña Juana . - Funestas consecuencias que trajo para
España la expulsion de los judíos. - Superioridad de la liber
tad y de la benevolencia para atraer y asimilar, sobre la vio
lencia y la fuerza bruta . 190

X. - Benevolencia de los papas Martin V y Paulo III para con los


judios.- La corrupcion como medio de propaganda y sus
consecuencias. - Rigorismo del papa Paulo IV . - El papa Pio
IV alivia la suerte á que sus predecesores habian reducido á
los judíos.- Pio V deshizo la obra de su antecesor.-Dureza
de Gregorio XIII . - Suavidad de Sisto V.-Inconsecuencias de
Clemente VII .-Medidas del Senado de Venecia en el siglo
XVII . --Ventajas de los judíos en Florencia .-Los judíos en
Saboya y en Nápoles. -Luis XIV de Francia y los judíos.
Los judíos en Alsacia... 495

XI.-La revolucion francesa del pasado siglo fué favorable a los


judíos . - Las reacciones han respetado la obra de la revolu
cion .-- Asamblea de judíos convocada por Napoleon en Paris
930 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Págs .

en 1806.-Discurso de Mr. Molé .--Preguntas dirigidas á los


judíos en nombre del Emperador. - Respuestas. - El judio
Furtado . - Respuesta de Napoleon -Apertura del Sanhe
drin . - Discurso de Furtado . - Confirmacion por el Sanbe
drin de las respuestas dadas por la Asamblea .-España es el
único pais que resta intolerante con los judíos . - Buena aco
gida hecha por el pueblo en 1859 á los judíos fugitivos de
Tanger. . 202

LIBRO TERCERO.

PRISCILIANO Y LOS GNOSTICOS .

340.- 418 .

CAPÍTULO I. - Los Gnósticos. - Sus doctrinas.-Acusaciones terribles diri


gidas contra ellos.-Sus tendencias al misticismo. - Misterio
de que se rodeaban . - Semejanza de los crímenes imputados
á todos los hereges ó sectarios de ideas nuevas.-Doblez de
su conducta . - Los Cainitas. - Absurdo de sus creencias.
Tendencias de las mujeres a la supersticion y á aceptar las
ideas de las nuevas sectas . 213
II . - Severidad inusitada para extirpar la beregía de los gnósti
cos en el Oriente . — Participacion de las mujeres en el sacer
docio de los gnósticos . - Persecucion . - Traicion del patriarca
de Antioquía. - El gnostismo en España.— Prisciliano. - Incre
mento de la secta --Opinion de San Agustin y de Sulpicio
Severo sobre los gnósticos . - Inutilidad de las medidas de ri
gor tomadas contra los priscilianistas. — Prisciliano obispo de
Avila . — Expulsion de los hereges --Su viaje a Roma. - Re
pulsa . . . 221
III. - Instabilidad de los poderes en la decadencia del imperio ro
mano . - Máximo nombrado emperador por las legiones de
las Galias.--Itaceo se aprovecha para perseguir a los prisci
lianistas. - Concilio convocado por el Emperador . — Compa
recencia de los principales hereges. - Discusion. - Recusa
cion del tribunal por Prisciliano . — Manejos de sus enemigos.
-Protestas de los católicos contra la intervencion del Empe
rador en sus asuntos. - Inutilidad de la intervencion del
obispo de Tours en su favor . - Sentencia y muerte de Pris
ciliano y sus amigos . - Terror de sus adeptos. 228

LIBRO CUARTO.

LOS ICONOCLASTAS .

438--886 .

CAPÍTULO 1.—Origen de la secta de los iconoclastas ó destructores de imá


genes . - Engrandecimiento del clero en tiempo de los empe
radores cristianos. - Medidas tiránicas de Leon III y Teodoro
ÍNDICE . 931
Page

contra los judíos y montanistas.-Destruccion de las imáge


nes por el árabe Izid y su persecucion contra los cristianos.
-El emperador Leon III persigue a su vez á los adoradores
de imágenes . - Lucha entre el Emperador y el papa Grego
rio JI, y separacion de Italia del imperio griego . . 241
CAPITULO II -Redobla la persecucion de Leon III contra las imágenes y
suis adoradores . - El pueblo se amotina y es subyugado. El
Emperador apoya sus ideas en la opinion de algunos san
tos. - Reunion de un concilio en que los iconoclastas se ha
llaron en mayoría . - Elevacion de Anastasio á la silla patriar
cal de Constantinopla y separacion de las dos Iglesias.- Muer
te de Gregorio II. - Su sucesor Gregorio III depone al Empe
rador. - Muerte de este, sucediéndole su hijo Constantino V,
llamado Coprónymo. .. 248
III. - Carácter de Constantino . - Destrónale Artabasdo , su cuña
do.- Vuelve Constantino á ocupar el trono y comete cruel
dades inauditas contra sus enemigos. - El papa Estéban III
piúe ayuda á Constantino contra los lombardos; rechazale
este y celebra un concilio en que se decreta la abolicion del
culto de las imágenes --Acude el Papa á Pepino rey de los
francos, y con su ayuda vence á los lombardos. - Constanti
no obliga a casarse á todos los frailes y sacerdotes de su jm
perio . - Tormento y muerte del Patriarca . - Muerte de Cons
tantino .. 255
IV . - Leon IV , sucesor de Constantino, aparenta favorecer el
9

culto de las imágenes. - Su muerte . - Sucédele Constanti


no Vl bajo la tutela de su madre Irene . - Proclama esta el
culto de las imágenes. - Poder del papa Adriano . - Reúnese
un concilio en Constantinopla, que es disuelto por el pueblo .
-Trasládase el concilio á Nicea, y allí condena la secta de
los iconoclastas. Division entre Constantino y su madre .
-Toma aquel las riendas del poder, y se declara iconoclas
ta . - Apodérase Irene de su hijo y le manda dar muerte. . , 263
V. -Concilio reunido en Francfort por Carlomagno.-- Libros Ca
ropinos. - Interpretacion dada por el concilio á la adoracion
de las imágenes . - Ioutilidad de las tentativas de reconcilia
cion entre los cristianos de Oriente y los de Occidente . - Cai- .
da de la piadosa Irene . - El emperador Nicéforo . - uisma en
tre los griegos . - El Emperador protege los iconoclastas.
Raugave sucede á Nicéforo y protege á los ortodoxos. - Guer
ra civil . - Destruccion de los iconoclastas en Oriente . . . 270
VI. - Persecuciones contra los adoradores de imágenes por
Leon V. - Resistencia del Patriarca y del clero . — Hipocresía
del Emperador . - Su astucia .-- Corrupcion de los obispos.
Nuevo Patriarca. - Su política.- Asesinato de Leon V. - Su
sucesor . - Carácter del emperador Teófilo . — Los iconoclastas
en Francia y en Roma. - Advenimiento de Miguel III.- Perse
cuciones contra los iconoclastas en Oriente –Historia de la
impotencia del patriarca Metodius.-- Destruccion del impe
rio griego por los maliometanos. - Su tolerancia en materias
religiosas --Desmembramiento de la Iglesia católica por nue
vos iconoclastas . 276
932 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Pags .

LIBRO QUINTO .

LOS VALDENSES .

1100. - 1863.

CAPITULO I.-Los valdenses. - Suposiciones sobre su origen.- Pedro Val


do. -Resistencia de los valdenses á toda clase de persecucio
nes. - Doctrinas de los valdenses, segun Pedro el Venerable .
- Heriberto . - Arnaldo de Brescia .-Sus doctrinas y su muer
te . — Opinion de Polichdorf sobre el origen de los valdenses.
-Persecuciones contra los valdenses por el obispo de Lion .
-Diversas opiniones sobre las costumbres y moralidad de
los valdenses . - Analogías entre los yaldenses y los vascos.
-Duran de Huesca . .. 286
II.--Simpatías de otras sectas heréticas por los valdenses. - In
compatibilidad de los doctrinas de los va'denses con las de
la Iglesia católica. - Espíritu propagandista de los valdenses.
-Reglas adoptadas por la Inquisicion en el siglo XII contra
ellos. -Decretos de Otton IV contra los yaldenses. - Extermi
nio de mil quinientos hereges en Italia en 4307 -Colonias
valdenses en la Calabria y en la Pulla. . . 297
III. - Exterminio de los albigenses y sus consecuencias para los
valdenses. - El papa Juan III lanza á los inquisidores de
Marsella y Turin contra los valdeoses. - Clemente VI conti
nua la obra de sus predecesores. - Resistencia de los seño
res á que persigan á sus vasallos.-Resistencia de los valden
ses á los inquisidores. - Asesinato de un inquisidor en Susa .
-Centenares de valdenses son quemados vivos en venganza
de la muerte del inquisidor . - Crueldades del inquisidor Al
berto de Roselli . - Iniquidades de Veleti. - Bula de Inocen
cio VIII.-Cruzada de Capitaneis .-- Derrota de los católicos.
-Nuevas persecuciones. 30,5
IV . - Influencia de la heregía de Lutero en los valles del Piamon
te . - Suplemento a su profesion de fé en 4332. — Persecucio
nes bajo Carlos III. —Muerte de Catelan Girardet y de Martin
Guin . — Persecuciones bajo el reinado de Francisco I de
Francia . - Crueldad de Oppede, encargado de su exterminio.
-Inútiles tentativas para que los valdenses abandonasen la
heregía . - Muerte de Geofroi en la hoguera . . 116
V. - Vuelta de los valdenses al dominio de la casa de Saboya ,
Persecuciones bajo Manuel Filiberto . - El conde de la Trini
.

dad .-- Sus inútiles crueldades. - Resistencia a las tropas del


Duque.- Los frailes de Pignerol. - Sus bandidos. - Conferen
cias .--Principio de las hostilidades. - Derrota de los católi
cos --El conde de la Trinidad recurre á la intriga.-Los val
denses toman la ofensiva.-Ataque del Pradotour por los
católicos .-- Heróica defensa de los yaldenses .-Derrota de
los católicos.-Auxilios de España y Francia al duque de
Saboya contra los valdenses. - Derrota de los católicos.
Tratado de paz entre el Duque y los bereges en 1561 . 328
.
INDICE . 933
Págs.

CAPITULO VI. — Prosperidad de las colonias valdenses de Calabria . -El pas


tor Pascal. - Persecuciones de los inquisidores .-Conversion
forzosa . - Resistencia . - Fuga de los valdenses á los montes .
-El Virey y sus soldados los cazan como fieras.-Horrores
cometidos por los inquisidores en Guardia.-- Muerte de Esté
ban Negrin . - Suplicio de Pascal en Roma.. 341
VII . - Castrocaro . - Su ingratitud . - Su saña contra los valdenses.
--Embajada de los principes protestantes de Alemania en fa
vor de los valdenses.- Los inquisidores prenden por herege
al secretario del Embajador.-- Carta del Elector Palatino al
duque de Saboya en favor de los valdenses.--Efectos de la
S. Barthelemy para los valles del Piamonte - Luis de Vira
gue. - Resistencia de los valdepses.-- Sus victorias.- Desgra
cia de Castrocaro y su muerte en un calabozo. - Reconcilia
cion de Carlos Manuel con los valdenses.-Nuevas persecu
ciones . . . . 348
VIII. - Invasion de los valles en 1624 por los ejércitos piamonte
ses . - Resistencia de los valdenses . - Armisticio con el conde
de Taffin . - Guerra entre Francia y el Piamonte en 1626. - Fi
delidad y bravura de los valdenses al duque de Saboya.
Propaganda de los católicos en los valles. - Mezquindad de
los medios empleados para apartar á los hereges de sus er
rores . - Horrores cometidos en los valles por los valden
ses. - Epidemia . - Sus estragos. - Nuevas persecuciones en
1633. - Expatriacion.--Fidelidad de los valdenses al soberano
legítimo.--Nuevas persecuciones. -Guerra civil .-Derrotas
de los católicos .-- Suspension de hostilidades . — Mala fé de la
duquesa Cristina . - Entrada de los franceses en los valles .
-Grancé. . 356
IX . - Proyectos de exterminio - Mision del doctor Gastaldo.
-Sus edictos. - Extirpacion de la beregía . - Orden de expa
triacion . - Inutilidad de las peticiones dirigidas al Duque.
Cruzada de varias naciones contra los valdenses. - El mar
qués de Pianezza . - Hipocresía y crueldad del marqués de
Pianezza . Deguello en masa . - Saqueos é incendios.- Josué
Jannavel. - Heróica defensa de Rora.-- Derrota de los católi
( os. - Nueva victoria de Jannavel. - Nuevo ataque de Rora.
-

Respuesta de Jannavel á Pianezza . - Los valdenses toman la


ofensiva .--Derrota de los católicos. - Intervencion de las po
tencias protestantes . - Mediacion de Luis XIV y tratado de
paz en 1655... 366
X. --Reconstruccion del fuerte de Latour .-Atropellos y mal
dades de la guarnicion . - Procesos contra los valdenses en
Turin -Prohibicion del culto herético en S. Juan . - Desobe
diencia de los valdenses. - Leger y su influencia. — Persecu
cion de los valdenses por los bandoleros, protegidos por el
duque de Saboya . - Fuga á los montes. - Ordenes del gober
nador para que volvieran .-- Sus efectos . - Luchas . - Buena
lé de los valdenses. - Derrota del ejército católico mandado
por Fleuri . - Intervencion de las naciones protestantes y de
Luis XIV en favor de los valdenses. - Conferencias en Turin .
Tomo 1 . 420
931 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Págs .

- Edicto de pacificacion . - Defensa de la causa del Duque por


los valdenses contra los genoveses. 381

CAPITULO XI. — Revocacion del edicto de Nantes y sus efectos en el Pia


monte . - Alianza de Luis XIV y del duque de Saboya contra
Jos valdenses -Inútiles esfuerzos de los gobiernos protes
tantes para conjurar la tempestad . - Mediacion de la Suiza.
-Preparativos de guerra .-Desigualdad de las fuerzas -Pri
mera victoria de los valdenses contra los franceses. - Degue
llo de las mujeres y niños y saqueo general del valle de San
Martin por los franceses. -Capitulacion de los defensores de
Angrogne --Crueldad y barbarie de los soldados piamon
teses .—Prision de catorce mil valdenses. - Suplicio de Lei
det.-- Destruccion de las aldeas y de las haciendas de los
yaldenses en los valles. - Desesperada lucha de los valden
ses fugitivos. - Nuevas instancias de los cantones suizos en
favor de los prisioneros -Expatriacion en masa . - Viaje a
Suiza en el rigor del invierno . - Calidad de los comisiona
dos suizos.. 390
XII . – Favorable acogida que recibieron los valdenses en
Suiza . - Generosas ofertas de los principes alemanes.
Primera intentona de los valdenses para volver á sus valles .
-Aborto del plan . - Nueva tentativa y nuevo aborto . - Esta
blecimientos valdenses en Alemania . - Guerra europea en
1688.—Tercera tentativa de los valdenses para volver a sus
valles. - Expedicion de los valdenses al través de la Saboya .
Extraordinaria marcha . - Arnaud . - Peligros . - Sufrimientos
increibles.-- Rehenes. — Combate desesperado y victoria.
Entrada en los valles.- Primeros triunfos . - Juramento de
union .. 399
XII.- Ataque del Villar -Retirada. - Deserciones.-Retirada á
las cumbres . - Ocupacion militar de los valles por franceses
y piamonteses. - Retirada á la Balsilla por sitios inaccesibles.
-Fortificacion de los valdenses en la Baisilla .-Primera
derrota de los católicos el 29 de octubre.-Retirada de los
católicos . - Hambre y miserias del invierno . - Carta de los
Valdenses al Duque - Nuevo ataque de la Balsilla por Catinat
con veintidos mil hombres . - derrota de los aliados ante la
Baisilla el 1.° de mayo . - Retirada . - Nueva acometida desde
el 10 de mayo . - Efectos de la artillería . - Inminente peligro
.

de los sitiados. - Escapada á favor de la niebla . - Guerra en


tre franceses y piamonteses . - Paz de estos con los valden
ses. - Libertad de los prisioneros . - Arnaud es nombrado co
ronel por el Duque.-- Los valdenses recobran su libertad re
ligiosa y combaten contra los franceses - Protesta del Papa
contra la libertad religiosa concedida á los valdenses. - Ex
patriacion de Arnaud y de otros valdenses por su origen
francés.-El Duque se refugia en los valles . - Paz de Utrech .
-Expatriacion de quinientos valdenses á Suiza . - La revolu
cion francesa . - Fin de las persecuciones religiosas por la
incorporacion del Piamonte á la Francia . - Tolerancia des
pres de la restauracion... 409
ÍNDICE . 935
Págs .

LIBRO SEXTO .

LOS BRUJOS , HECHICEROS, Mágicos , ENDEMONIADOS, Y HECHIZADOS .


813. - 1790 .

CAPITULO 1 -El diablo . - Supresion de su testimonio , en los códigos cri


minales.—Origen del espíritu maligno . — Prohibicion de
creer en la influencia de la ia .--Consideraciones sobre
las causas que acrecentaban la creencia en el poder de las
brujas. . . 125
11. - La brujería progresa con la Inquisicion . - De que manera
califica esta los delitos de brujería . - El baile de San Víctor.
-Bula de Adriano VI contra los brujos. - La Inquisicion de
Calaborra quema treinta y tantas de estas infelices. - Proce
dimientos de un oidor contra las brujas de Navarra.-El cura
Bargota . 431
III .-El brujo Torralba . - Sus relaciones con el ángel Zequiel.
--Correría de Torralba por diferentes paises .-Milagros del
ángel .—Torralba es delatado á la Inquisicion . - Su proceso.
-Indulgencia del Santo Oficio .. 439
IV .-La Inquisicion de Zaragoza quema á varias mujeres.
Edicto del inquisidor Manrique contra los brujos .-Don Die
go Fernandez de Heredia es procesado por brujo . - En Gine
bra es quemada por bruja una muchacha llamada Micaela
Chaudron . - Don Felipe de Aragon es condenado por la in
quisicion de Murcia á destierro . 449
V.-La brujería sirve de pretexto á los vicios . - La ursulina Mag
dalena y su confesor Gauffridi. — Luisa Capeau . — Acusa á su
rival Magdalena de tener amores con Gauffridi. - La Inquisi
cion de Aviñon manda instruir proceso y exorcisar á Luisa .
-Delata Magdalena á su amante . - Careo de este con Luisa .
Discordia entre los inquisidores . - Estado deplorable de Mag
dalena. - Prision de Gauffridi en Marsella . -El parlamento Y
el clero hacen comparecer á los tres acusados. - Gauffridi es
condenado á morir en la hoguera.- Suplicio en 1611. - Mag.
dalena es trasladada á Aviñon.. .
455
VI. - Auto de fé contra brujos celebrado en Logroño. - Extracto
de los procesos leidos en este auto, sobre la vida y costum
bres de los brujos. .. 466
VII.-Relajacion de las costumbres monacales en Francia . - Des
cubrimiento de la secta de los alumbrados ó quietistas »
Grandier . - Su orgullo y libertinaje .-Las ursulinas de Lon
dun . - Grandier es denunciado como brujo y profanador del
convento de las ursulinas. - El tribunal eclesiástico le con
dena á salir desterrado y el civil le absuelve . - Preséntase
orgulloso en Londun .-Las ursulinas poseidas del demonio .
-Cunde la epidemia diabólica por toda la ciudad .-El escán
dalo llega a la corte, preocupando extraordinariamente a los
reyes. -Un magistrado de Londun hace callar al diablo .-- El
consejero Lambardemont recibe el encargo de procesar á
936 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Págs.

Grandier?—Este es reducido á prision .-Le atormentan cla


vándole agujas por todo el cuerpo. Los exorcistas y exorci
sados se entregan á los mayores excesos . -Delátanse unos á
otros. - Grandier es condenado á ser quemado vivo por brujo
y hechicero . - Prométenle ahorcarle primero para ahorrarle
el tormento de las llamas y despues le engañan .-Es que
mado vivo . 183
CAPITULO VIII .-Los directores del convento de Louviers.-- Magdalena.
Su creencia en la brujería . -La atormentan con las agujas en
busca de la marca del diablo . Es enterrada viva en una ca
verna subterránea . - Ibelin descubre la superchería.--Bajeza
de Magdalena - Su confesion . - Decreto del Parlamento.. . 493
IX .—Carácter de Carlos II.-Su impotencia . - Atribuyenla á he
chizos. — Exorcismos . - Las endemoniadas de Cangas . - Las
de Alemania y Madrid . — Graciosa relacion de Moratin sobre
los exorcismos . - Muerte del inquisidor Rocaberti.-- Proceso
de Froilan Diaz . - Reflexiones sobre el estado de la nacion á
-

la muerte de Carlos II. 501


X.-Secta de Molinos . - Su propagacion entre las monjas de
Logroño por Juan de Longas. - Prodigios de la madre Ague
da y de su director espiritual Juan de la Vega . - Corrupcion ,
hipocresía y crímenes. - Doña Vicenta de Loya y Luna. — Pri
sion y leve castigo de los culpables . - Pacto con el diablo de
un cojo madrileño en tiempo de Carlos IV .-Sus crímenes y
castigo -Inútiles esfuerzos de un carpintero de Madrid para
hacer pacto con el diablo.-- Su arrepentimiento y castigo.
Ultima bruja quemada por la Inquisicion. - Desaparicion ofi
cial del diablo de los tribunales civiles . 514

LIBRO SEPTIMO.

LOS HOSPITALARIOS Y LOS TEMPLARIOS .

1048-1313

CAPÍTULO I --Origen de los hospitalarios уy templarios.-- Razon de ser his


tórica de estas órdenes .- El mahometismo y su engrandeci
miento .-- Establecimiento del primer hospital y de la prime
ra iglesia de los cristianos latinos en Jerusalen.-- Persecucio
nes de los turcomanos contra los cristianos de la Tierra Santa
y primera cruzada .-Grandes servicios prestados á los cruza
dos por los hospitalarios de Jerusalen, veneracion que inspi
raron á los cristianos y principio de su engrandecimiento.
Fundacion de la secta religiosa de los caballeros hospitala
rios de San Juan de Jerusalen .-Su generalizacion en Euro
pa. - Transformacion de los hospitalarios en guerreros. - Or
ganizacion aristocrática de los hospitalarios. . 525
II. - Fundacion de la órden religioso militar de los templarios.
Rápido acrecentamiento de la nueva órden y su rivalidad con
la de los hospitalarios.--Intrigas del rey de Francia para des
truir la orden de los templarios.- Procedimientos inquisito
riales. - Viaje a Francia de Jacobo de Molay y favorable aco
ÍNDICE . 937
Págs.

gida que le hizo el Papa .-- Opinion de Molay sobre la fusion


de todas las órdenes religioso-militares.-Delaciones contra
los templarios y parte que tomó contra ellos el rey de Fran
cia Felipe el Hermoso. 531
CAPITULO III . — Absurdas acusaciones dirigidas contra los templarios.
Verdaderos móviles que impulsaban al Rey á la persecucion .
--Juicio desfavorable de la opinion popular á propósito de la
conducta del Rey.- Probables consecuencias que hubiese te
nido por la cristiandad la fusion de las órdenes religioso-mi
litares. . 538
IV .-- Sorpresa del Papa al saber la prision de los templarios. - Su
queja al rey Felipe II -Respuesta de este al Papa. - Su fer
vor por el episcopado -Cede el Papa. - Exigencia de Feli
pe . - Bula de Clemente V .--- Proceso de los templarios. - In
terrogatorio á setenta y dos templarios.-- Comparece Molay
ante el Papa. - Revocacion de los templarios de las confesio
nes arrancadas en el tormento . - Supresion de la órden.
Escriben los templarios de Aragon al Papa pidiendo se les
permita defenderse segun la costumbre de la época. - Res
ponde Jaime Il haciéndoles prisioneros y apoderándose de
sus bienes . 515
V. - Absurda jurisprudencia que se adoptó para juzgar á los
templarios.-- Jacobo de Molay ante el tribunal. - Su indigna
cion y respuestas. - Representa á los comisarios, el procura
dor general de la órden hermano Pedro de Boloña. - Deses
timan su demanda.--Suplicio á fuego lento de cincuenta y
nueve templarios que mueren quemados desoyendo las sú
plicas de sus parientes y amigos. - El concilio de Viena pri
mera sesion . - Lectura de los procesos . - Pregunta el Papa al
concilio su opinion sobre la extincion de los templarios. - Su
puesta negativa del concilio . - Segunda sesion . - Sentencia
del papa Clemente V extinguiendo definitivamente la órden
del templo. 552
V1.-Proceso de Jacobo de Molay y de otros tres grandes priores.
-Léenles la sentencia en público.- Jacobo de Molay ha
bla al pueblo .--Su suplicio . - Sus últimas palabras empla
zando á Felipe y al Papa. - Mueren estos en la época fijada
por Molay. - Dispone el concilio de los bienes de los templa
rios en favor de los caballeros de Rodas . - Acusaciones he
chas á los templarios . - Opinion de Mariana sobre este asun
to . - Perpetúase la orden de los templarios convertida en so
ciedad secreta . " . 560

LIBRO OCTAVO .

ABELARDO , ARNALDO DE BRESCIA , AMAURI, JOAQUIN , I LOS POPELICANOS.


>

1070-1279 .

CAPITULO 1.-- Nacimiento de Abelardo.--Sus triunfos en las aulas de Nues


tra Señora de Paris . Su doctrina . - Establece una cátedra en
Paris que se ve obligado á cerrar por orden de la autoridad ,
938 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Page.

-Su establecimiento en la colina de Santa Genoveva . - De


dícase á los estudios teológicos .-Discusiones con el archidia
cono Anselmo . - Vuelve al claustro de Nuestra Señora de Pa
ris como profesor de dialéctica y de teología . - Sus triunfos
oratorios.-Sus desgraciados amores con Eloisa . - Populari
dad de esta mujer en Francia .' 571
CAPITULO 11. — Mutilacion de Abelardo . - Retírase á un convento . - Vuelve
Abelardo á empezar la enseñanza . - Sus doctrinas teológicas.
-Comparece y es condenado por el concilio de Soissons.
Huye de París. - Retírase á un desierto donde le siguen sus
discípulos. — Predicacion de Abelardo en el Paracleto . 578
III. - Entusiasmo de los discípulos de Abelardo . - San Bernardo
combate las doctrinas de Abelardo .-Carácter de San Ber
nardo . - Diferencia entre su doctrina y la de Abelardo. - Re
tírase este á la abadía de San Gildas . -El Paracleto bajo la
-
direccion de Eloisa . - Vuelve Abelardo á su cátedra de Paris .
-El concilio de Sens condena á Abelardo y sus obras , y es
te apela á Roma .-El Papa confirma la sentencia del concilio .
-Muere Abelardo el 24 de abril de 1142. - Pedro el Venera
ble le reconcilia antes de morir con Bernardo . 585

IV . - Arnaldo de Brescia . - Sus ideas. — Su emigracion . - Vuelve á


Italia .--Predica la libertad al pueblo romano.-Emancipase
Roma de la autoridad del Pontífice y se constituye en repú
blica . - El papa Eugenio III excomulga á Arnaldo.-Adriano
IV pone en entredicho á Roma.- Arnaldo se refugia cn la cam
piña .-Federico de Suavia lo prende y entrégalo al Papa.
Arnaldo de Brescia es quemado vivo en 1155. . . 593

V.-Amauri y sus sectarios. - Condénanlos el papa y el concilio


de Paris en 1240.-Varios de ellos mueren en la hoguera.
La Iglesia católica quema las obras de Aristóteles.- Joaquin
abad de Flora .-El Evangelio Eterno . - El abad y su evange
lio perecen en la hoguera . - La Inquisicion de Italia en 1226 .
-Pedro de Berna perseguidor de la heregía .-Su muerte.
Motin en Parma .-Los popelicanos en Inglaterra . - Mueren
todos de frio y miseria .-La persecucion acaba con los here
ges , pero no con la heregía . - Refúndese esta en la de los
valdenses . 598

LIBRO NOVENO.

LA INQUISICION ESPAÑOLA .

1253-1820 .

CAPITULO 1. - Establecimiento de la Inquisicion por el papa Inocencio III.


Breve de Gregorio IX .--- El arzobispo Espárrago establece en
Lérida la primera Inquisicion que hubo en España. - Suce
sos de Urgel. - Breve de Inocencio IV.-Sentencias de los in
quisidores de Barcelona . — Breve del papa Urbano IV man
dando que únicamente sean inquisidores los frailes domini
cos.-Muere apedreado el inquisidor de Barcelona fray Pedro
de Cadireta.- Establecimiento de la Inquisicion en Navarra
y Castilla . 607
INDICE. 939
Págs.

CAPITULO II.-Procedimientos de la Inquisicion antigua .- Crímenes en


que conocia .-Penas y penitencias que imponia . 614
III . - Nueva division de España en dos distritos inquisitoriales.
Autos de fé celebrados en Zaragoza . - Persecucion contra los
templarios en Aragon y Castilla . - Auto con asistencia del rey
D. Jaime. - Jacobo Justis condenado por docmatizante . - El
heresiarca Raimundo Castelli esquemado vivo . - El beregeNi
colás muere tambien en las llamas .--Bartolomé Janovesio es
reconciliado . - Auto de fé en Valencia . - Gran cisma de Oc
cidente -Establecimiento de la inquisicion de Castilla . - Cal
ma que augura una gran tempestad .. . 626

IV . - Establecimiento de la Inquisicion moderna . - Disgusto con


que miraron los españoles su establecimiento.--Avaricia del
Rey católico. - Oposicion de la Reina . — Pedro de Osma. - Las
cortes de Toledo en 1480.— Nombramiento de los primeros
inquisidores.-- Sus primeras medidas.--Sus efectos. - Gran
número de víctimas. - Demandas de la Reina al Papa. — Hor
rores cometidos en Valencia por el inquisidor Galvez.- Re
cursos á Roma. . 632
V. - Torquemada . - Sus instrucciones . - Monstruosidad de los
preceptos y reglas que en ellas establecia . - Funestos efectos
del establecimiento de la Inquisicion . - Guerras civiles.
Opinion del padre Mariana sobre el tribunal del Santo Oficio . 644
VI . - Establecimiento de la Inquis icion moderna en Aragon.
Antipatía de los aragoneses contra el establecimiento del
nuevo tribunal —Ventajosa posicion de los cristianos nue
vos de Aragon en la corte del Rey Católico . - Oposicion de las
Córtes de Aragon y sus recursos al Papa contra el estableci
miento de la Inquisicion .-- Primeros autos de fé en Zaragoza.
-Indignacion popular. - Conspiracion contra el inquisidor
Arbues. Precauciones del inquisidor. - Su asesinato.
Reacion de la opinion contra los asesinos . - Sepulcro del
inquisidor.-- Supuestas apariciones del difunto.--Castigo de
los culpables . - Nuevos alborotos . 653
VII .--Nuevos reglamentos y estatutos de la Inquisicion moder
na, obras de Torquemada . - Número de personas condena
das por la Inquisicion bajo la direccion de Torquemada.
Opinion de escritores católicos sobre la Inquisicion. - Proce
dimientos de la Inquisicion en Toledo. . 665
VIJI.-- Disidencias entre las cortes de España y Roma sobre la In
quisicion y sus atribuciones. - Lenidad del Santo Oficio con
algunos magnates . - Conducta de la corte de Roma con los
españoles que recurrian á ella contra la Inquisicion . - Auto
de fé de españoles judaizantes en Roma ante el Papa.-- Per
secuciones de la Inquisicion contra los obispos. - Muerte de
Torquemada .-- Cálculo de sus víctimas . - Persecuciones y
quemas contra los libros. - Carácter de Torquemada y su
obra . - Autos de fé en Toledo, Valencia y Barcelona. 675
IX .-El inquisidor Lucero de Córdoba . - Proceso mas monstruo
so que muchos otros.-- Asonadas . - Quejas.-- Conducta de
Felipe.--Ataque de la Inquisicion de Córdoba. - Fuga del in
quisidor Lucero.-- Libertad de los presos . - El inquisidor
940 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Págs.

general Cisneros .-Proceso de Blanquina en Valencia. - Vic


timas del inquisidor general Deza . 684

LIBRO DECIMO.

LA INQUISICION EN PORTUGAL ,

1233.-1809 .

CAPITULO 1.-- Establecimiento de la Inquisicion en Portugal. - Primeros


inquisidores. - Moros portugueses . - Expulsion de los moros .
-Persecuciones contra los judíos. — Nombramiento de va
rios inquisidores . - Primer auto de fé celebrado en Portugal.
-Destierro de los judíos á la isla de Santo Tomás.-- Nueva
expulsion de moriscos.-- Plazo concedido por el Rey para la
conversion de los judíos. 695
II. - Juan Perez de Saavedra . - Su habilidad como falsificador.
-Falsifica un breve del Papa y se presenta en Portugal. –
Instituye la Inquisicion moderna como nuncio del Papa.
Sus actos como inquisidor. - Los inquisidores de España des
cubren su engaño y lo hacen prender -El inquisidor gene
ral lo protege. - Su proceso .-- Condénanlo á galeras. - Inter
cesion del Papa en su favor -Recobra la libertad . - Su con
versacion con Felipe II . - Reflexiones sobre este hecho.... 701
JII. - Diversas opiniones sobre la intolerancia . - Persecuciones
contra los cristianos nuevos en Portugal.-- Breve del Papa
mandando ponerlos en libertad - Juan IV . - Su tolerancia -
Acto notable de este monarca. - Muerte de Juan IV y ven
ganza de los inquisidores.-- Continúa la persecucion.
Robo sacrilego . - Atribuyéseolo á los cristianos nuevos. - Des
cúbrese el culpable . 708

IV.- Reclamaciones de los nobles contra la Inquisicion . - El Pa


pa excomulga á los inquisidores . — Estos le niegan la obe
diencia.-- Absuélvelos el Pontífice.-- Los inquisidores hacen
destituir al embajador en Roma y nombran uno de su par
tido . - Procedimientos de la Inquisicion portuguesa.- Jorge
Francisco de Mela . – María Mendez . - Santiago Mello . - Alon
so Noble — Juan Siqueira y su hermano quemados todos por
el Santo Oficio.- Validez de las declaraciones. 7133
V.-El fraile Travassos se convierte al judaismo y es quemado
por la Inquisicion . - Varios condenados judaizantes. - El fa
nático Meya Noite acusado por los judíos y muerto en la ho
guera --- Descripcion de las prisiones del Santo Oficio en Lis
boa . . .
VI . - Establecimiento de la Inquisicion en las colonias portugue
sas. - Curiosa relacion de un proceso de la Inquisicion de
Goa ... 730
VII. - Continúa el relato del prisionero de Goa . 739
VIII.---El mejicano don Esteban de Jerez - Su prision en el Santo
Oficio . - El negro Zamora . - Intervencion del consul francés.
-Zamora salva ingeniosamente a su amo. - Evasion y muer
te de don Estevan .-- El jesuita Malagrida. - Sus famosas obras
ÍNDICE . 941
Págs.

y piadosos consejos. - Condénale la inquisicion por herege .


-Sentencia y muerte del padre Malagrida en la hoguera.
Abolicion de la Inquisicion en Portugal.. 750

LIBRO UNDECIMO.

LOS FLAGELANTES , FRAILECILLOS DULCINISTAS Y OTROS SECTARIOS .


1248. - 1942 .

CAPÍTULO 1.- Penitencias extravagantes.- Procesiones de hombres des


nudos. -Ley bárbara del país de Gales.-Romerías escanda
losas . - Origen de la flagelacion ó azotamiento. - Flagelantes
en Alemania . -La flagelacion se propaga por Italia.-El papa
Clemente IV manda quemar á los flagelantes - Mueren mu
chos en la hoguera.-- Los peregrinos blancos . - Congregacio
nes de azotadores en Florencia . - La flagelacion, sancionada
por el Papa, subsiste aun en nuestros dias . 769
11. - Frailecillos, beguinos y begardos. — Persecucion contra los
frailecillos .-Retíranse á Sicilia .-Los beguinos se crean un
papa. - Los huesos de este papa son quemados por Juan
XXII.--Las frailecillos divididos en dos sectas.- Varios de
ellos son entregados al verdugo . — Toda la orden de San
Francisco se declara por la pobreza absoluta de Jesucristo,
en contra de Juan XXII .—El Papa y los frailes se condenan
reciprocamente . - Luis de Baviera se aprovecha de esta di
sension para operar un cisma. - El jefe de los nominalistas.
-Guillelmina.. 768
III.-- Recrudescencia de la persecucion contra nuevas heregías.
-Dulcin de Novara. -Guerra á muerte contra los dulcinis
tas .-Estos se defienden á mano armada .--Son vencidos.
Horrible suplicio de Dulcin y de su mujer Margarita . - Exter
minio de casi todos los dulcinistas . - Los restos se confunden
con los valdenses. - Los pastorcillos. - Forman iglesia apar
te.-De perseguidores pasan a ser perseguidos.-- Los turlu
pinos . - Gregorio XI los entrega á las llamas. - Cecco de As
coli quemado vivo en Florencia. Otra prueba de la esteri
lidad de la persecucion . . 776

LIBRO DUODECIMO ,

GUILLERMO TELL Y LA FUNDACION DE LA REPÚBLICA HELVÉTICA.

1270. - 1380.

CAPÍTULO 1.- Estadode los cantones suizos bajo el protectorado de los


emperadores de Alemania . - Rodolfo de Habsbourg.-Su po
lítica en Suiza . - Su hijo Alberto, duque de Austria.-Su
política ambiciosa . - Primer destello de la independencia de
los cantones . - Negativa del Emperador á respetar sus fue
ros .-Resistencia de los cantones . — Derrota de los imperia
les delante de Berna . 785
Tomo I. 121
942 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .

Págs.

CAPITULO 11.-Morada de Guillermo Tell. --Su amistad con Arnold .-Este


hiere á un soldado y huye a los montes . - Landemberg man
da sacar los ojos al padre de Arnold .-Multiplícanse las vio
lencias contra los suizos . - Conrado de Baumgarten da muer
te á un caballero que habia atentado al honor de su esposa .
--Guillermo Tell salva á Conrado de una muerte segura . - La
mujer de Werner incita a su esposo á sacudir el yugo ex
tranjero.--Guillermo, Werner y Arnold se unen para liber
tar la patria . - Lugar en que se reunian los conjurados ... 791
III.---Prision de Clara Arnold y de Gemmi, hijo de Guillermo.
El sombrero del bailío . — Los conjurados se deciden á dar el
grito de emancipacion .--Guillermo se niega á saludar el
sombrero de Gesler . — Es preso y conducido á presencia del
bailio .-- Anuncia Guillermo al tirano la suerte que le aguar
da . - Preséntanle Gemmi y Clara , que aparentan no conocer
le . -Feroz sentencia de Gesler . - Guillermo Tell arrebata con
una flecha la manzana de la cabeza de su hijo .--- Terror de
Gesler. --Vanda prender de nuevo á Guillermo. - El pueblo
se amotina. 799
IV . - Heróica resolucion de la familia de Guillermo. - Gesler
abandona el castillo llevándose á Guillermo. —Tempestad en
el lago . - Oirece Gesler la libertad á Guillermo con tal que
le salve de la borrasca . - Guillermo se aprovecha de aquella
circunstancia y logra saltar á tierra . - Persíguele el bailio y
sus soldados . - Guillermo Tell da muerte á Gesler . - Reúnese
luego a sus amigos yy juntos atacan y toman el castillo de Al
torf. - Los suizos victoriosos proclaman la república federal. 808
V.-El emperador Alberto se prepara para castigar á los sui
zos.-- Es asesinado en el camino por el duque de Suabia.
Consecuencias horribles de este crímen . - Leopoldo, hijo de
Alberto , marcha contra los suizos.--Batalla de Morgarten.-.
Los austriacos son completamente destrozados . - Solemne
pacto celebrado por los suizos en 8 de diciembre de 1316.
Desarrollo progresivo de la república belvética . - La Europa
reconoce por un tratado la independencia de la Suiza .--Re
flexiones . 817

LIBRO DECINIO TERCIO.

WICLEF , JUAN HUS, GERÓNIMO DE PRAGA Y SUS SECTARIOS .


1373. - 1450 .

CAPITULO 1. - Origen comun de las hereg ías . - Wiclef sus doctrinas. - Exá
men y condenacion de esta doctrina . - Costumbres de los
Wiclefistas ó lollars . — Son protegidos por el duque de Lan
caster.- Muerte de Wiclef.- Propagacion de su doctrina.
-Los lollars protegidos por la Reina . - Peticion de los lo
llars al parlamento.. 827
II. -Advenimiento de Enrique V al trono de Inglaterra. - De
creto del Parlamento contra los lollars.--Persecucion en
carnizada contra ellos . - Procedimientos. - Guillermo de San
ÍNDICE. 943
Págs .

trée y Guillermo Atrop quemados vivos.- Juan Oldcastell


protege y da asilo á los lollars . - El obispo de Londres manda
comparecer á Olcastell ante un concilio.-Niégase este.
Su prision . - El Rey que le protegia le abandona. - Compa
rece anto un concilio .--- Su profesion de fé . - Es condenado á
relajacion . - Su fuga .--Fortifícase en sus tierras, en union
con los lollars y presenta batalla á los católicos -Los lollars
son vencidos y deshechos. - Juan Oldcastell cae en manos
de sus enemigos . - Su horrible suplicio. . 833
CAPITULO III. - Juan Hus, su origen , su carácter y sus doctrinas. - Influen
cia de las obras de Wiclef sobre sus ideas .-Causas que fa
cilitaron sus predicaciones.--Heregías contenidas en sus doc
trinas. — Primeras persecuciones . - Su excomunion .-- Su re
tiro .. 839
IV . - Efectos de la retirada de Juan Hus. - Su popularidad. - Re
tirada y muerte del arzobispo de Praga -Funestos resulta
dos para Juan Hus. - Fidelidad de sus amigos. -Gerónimo de
Praga. — Juan Hus ante los delegados del arzobispo.-Su com
pleta rebelion contra el Papa.--Su protesta contra la cruza
da y contra las bulas .-- Discusiones y bandos producidos por
las doctrinas de Juan Hus . - Primeras víctimas . , 847
V.-El cisma. - Entredicho. - Nuevas publicaciones de Juan
Hus . - Sus adversarios y su poder. ---Convocatoria del conci
lio de Constanza en 1444 y objetos para que debia reunirse .
– Viaje de Juan Ilus á Constanza -Salvo conducto del Em
perador . - Sus presentimientos.-- Compasion del concilio.
Arresto de Juan lus.-- Indignacion de Juan de Clum .-- Tras
lado de Juan Hus á la cárcel de los dominicanos. 857
VI. - Indignacion causada en Bohemia por la prision de Juan
Hus .-- Intrigas de sus enemigos para perderle . - Perplegidad
del emperador Segismundo.-- Declaraciones contra Juan
Hus. - Su proceso .--Niéganle un defensor.-- Sus padecimien
tos en la prision . - Sis escritos.-- Fuga del papa Juan XXIII.
- Juan Hus es trasportado al castillo de Gotleben cargado de
cadenas .--Gerónimo de Praga en Constanza . - Su fuga. - Sal
vo conducto concedido por el concilio . - Prision de Geróni
mo de Praga .-Su conduccion a Constanza .--Comparece car
gado de cadenas ante el concilio .-- Su interrogatorio .-Sus
tormentos en la prision . . 865
VII. -Resignacion de Juan Hus.--Gestiones de los barones de
Bohemia en favor de Juan Hus.-- Su inmutabilidad . - Firme
za inquebrantable del prisionero . - El concilio emprendió la
condenacion de las obras de Hus sin oirlo . - El Emperador se
opone y se suspende el juicio hasta la comparecencia del
reo . - Interrogatorio de Juan Hus en el concilio . - Segun
do interrogatorio en presencia del Emperador . - Acta de
acusacion. -Continuacion del interrogatorio . - Exhortacio
nes del Emperador. 872
VIII . - Tercer interrogatorio .-Artículos en que se fundaba la acu
sacion.- Esfuerzos de sus enemigos para arrancarle una re
tractacion .-Su firmeza inquebrantable. -Consejos de sus
amigos. 882
944 HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES .
Pags.

CAPITULO IX . - Última voluntad de Juan Hus.-Última comparecencia de


Juan Hus ante el concilio . - Confusion del Emperador. - Sen
tencia de Juan Hus . - Degradacion del condenado.-Su su
plicio en la hoguera . – Funestas consecuencias que tuvo su
suplicio para la Iglesia católica . . 893
X.-El rey Wenceslao y Juan Ziska.-Formentos de Gerónimo
de Praga . – Su abjuracion .-El concilio se niega á admitirla
y Gerónimo á hacer otra . -Comparecencia de Gerónimo ante
el concilio . - Su acusacion . - Su defensa --Tentativas inú
tiles para hacerle retractarse . - Su suplicio . - Valor extraor
dinario que mostró en sus últimos instantes. . 902
XI. - Efectos producidos en Bohemia por la muerte de Geróni
mo.-- Reclamaciones de los señores. - Guerra civil. - Cruza
da de los católicos contra los bohemios.- Victoriasde Juan
Ziska .-Fuga y derrota del Emperador. - Exterminio de los
frailes y conventos .-- Dieta de Czaslaw .-Destitucion del Em
perador. - Eleccion de Coribut para rey de Bohemia . , . . 912
XII . - Division y luchas intestinas de los husitas. - Derrota de los
partidarios de Ziska en Praga . - Entrada de los thaboritas en
Praga. — Tentativas del Emperador para sobornar á Juan Zis
ka.-Su muerte . - Nuevos triunfos de los Husitas despues
de la muerte de Ziska . — Concilio de Basilea .-Los husitas en
el concilio . - Concordato y fin de la guerra por recíprocas
concesiones. - El Emperador falta á sus compromisos con los
husitas . - Los hermanos moravos. 918
PAUTA
PARA LA COLOCACION DE LAS LAMINAS DE ESTE TOMO .

PÁG .

. PORTADA . . 3
MUERTE DE ESTÉBAN PRIMER HEREGE QUEMADO VIVO EN ORLEANS
EN 1022 . 20
RAIMUNDO VI DE TOLOSA 64
ASESINATO DEL PATRIARCA DE CONSTANTINOPLA . • 261
ARNALDO DE BRESCIA, SACERDOTE Y JEFE DE LOS VALDENSES . . . 290
ATAQUE DE PRADOTOUR. 335
MAGDALENA CONFIESA SUS SUPUESTOS CRÍMENES . . 464
JACOBO DE MOLAY EN EL TORMENTO . . . . 547
ISABEL I , FUNDADORA DE LA INQUISICION MODERNA EN ESPAÑA . 635
GUILLERMO Tell . . 795
Wiclef . . 828
JUAN Hus. 844
GERÓNIMO DE PRAGA EN EL TORMENTO . 903
BOSACICI DEL EX20 .
2. D. . I. CARAC513
1894
MADRID
ERRATAS MAS NOTABLES DE ESTE TOMO .

Pág. Linea . Dice . Debe decir.

50 10 pereza pureza
232 21 justificarlo justificarla
232 27 de delacion de la persecucion
244 14 en sus almas las creencias las creencias religiosas
religiosas en las almas
245 17 y 18 en hace en que hace
351 15
presumirse presumir
283 3 1100--1863 150-1863
285 3 1100—1863 450—1863
428 26 canónigo canónico
460 14 por ello por eso
605 3 1253-1820 1232-1518
607 3 1253-1820 1232-1518
754 6 Ese fanatismo El fanatismo
779 2 este libro esta historia
1
1

11

1
.
9

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