Hebreos

Hebreos 1:1-2
Programa No. 0980

Hebreos 1:1-2

Regresamos hoy, amigo oyente, a la epístola a los Hebreos. En nuestro programa anterior,
simplemente pusimos la base, el fundamento, para esta epístola a los Hebreos. Tuvimos que dedicar
un programa completo para esto, porque es necesario tener una buena base cuando uno tiene que
colocar o construir una gran estructura sobre ella. Y tenemos una gran estructura en la epístola a los
Hebreos. Al concluir en el programa anterior, vimos un breve bosquejo y ese bosquejo usted lo puede
encontrar en nuestras notas y bosquejos. Ahora, los primeros diez capítulos nos revelan que Cristo es
mejor que lo que llamamos “la economía del Antiguo Testamento”. Esa es la sección o la parte
doctrinal de la epístola.

Y luego, la última sección está formada por los capítulos 11 al 13, donde Cristo provee mejores
beneficios y obligaciones. Ese es el lado práctico. De paso, digamos que esa es la norma que el apóstol
Pablo utiliza en sus cartas. Creemos que hay bastante evidencia de que Pablo fue el autor de esta
epístola. No podemos decir dogmáticamente que él fue el autor, pero sí podemos decir de una manera
muy dogmática, que estamos tratando aquí con la Palabra de Dios, con aquello que el Espíritu de Dios
nos ha dado, y a causa de eso entonces, el autor humano y la fecha de la Escritura son cosas
secundarias. Estamos tratando aquí con la Palabra de Dios, y con una de las más sobresalientes
epístolas que tenemos en la Palabra de Dios.

Ahora, debemos hacer una declaración aquí y no queremos aparecer como demasiado
santulones, digamos. Ya hemos dicho esto y creemos que lo mencionamos en tres o cuatro libros de
la Biblia. Lo podemos decir en realidad, de los 66 libros de la Biblia. Pero lo decimos enfáticamente en
cuanto a estos cuatro libros de la Biblia. Y es que no nos sentimos dignos ni competentes para tratar
con ellos. Es por eso que permitimos en nuestro programa anterior, que cuatro eruditos bíblicos nos
presentaran la introducción a esta epístola. Y si usted se fijó cada uno de ellos la abordó desde un
punto de vista diferente. Pero, aun así, cada uno de ellos enfatizó la persona del Señor Jesucristo. Por
tanto, el día de hoy nosotros reclamamos esta promesa de nuestro Señor, quien dijo que cuando el

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Espíritu de Dios viniera, Él tomaría las cosas de Cristo y nos las haría saber, como dice allá en el
evangelio según San Juan, capítulo 16, versículos 12 al 15. Bueno, leamos esa porción que dice: Aún
tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de
Verdad, Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo
que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y
os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Y a menos que Él haga eso, amigo oyente, no vamos a avanzar mucho en esta epístola, de eso estamos
seguros.

Ahora, vamos a entrar en este momento al primer capítulo de este libro. Y la primera sección se
divide de la siguiente forma: Cristo se ve aquí como mejor que todo lo que se encuentra en el Antiguo
Testamento. Todo lo que allí se encuentra por supuesto, señala hacia Él. Pero ahora podemos apreciar
en los primeros tres versículos del capítulo 1, que Cristo es superior, que es mejor a los profetas. Y
luego, comenzando con el versículo 4 del capítulo 1 y hasta el capítulo 2, encontramos que el Señor
Jesucristo es superior o mejor que los ángeles. Él, por cierto, que es superior. Estas cosas son
importantes, y debemos mantener esto en mente y pensar también que esta epístola es dirigida a los
creyentes hebreos. Los creyentes hebreos que estaban unidos en un punto donde había dos grandes
dispensaciones. Allí se unían. La dispensación de la ley ahora llegaba a su fin; los sacrificios en el
templo que habían sido tan significativos para ellos ahora ya no tienen ningún significado, y lo que
antes Dios había requerido se convierte ahora en pecado para el creyente al volver a hacerlo.

La epístola nos aclarará este punto de una manera muy directa. Por tanto, debemos decir que
está dirigida a los creyentes hebreos. Aquí queremos agregar que hemos visto que todos los
expositores bíblicos asumen la posición de que esto fue escrito por y para los creyentes hebreos. Pero
las enseñanzas que encontramos aquí son para todos los creyentes; tiene mucho significado para
usted y para mí hoy. Es por tanto necesario que mantengamos estas dos cosas en mente al estudiar
esta epístola a los Hebreos. Si se le dice a un pagano que Cristo es mejor que los profetas, eso no tiene

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para él ningún significado, porque los profetas no significan nada para él, pero sí que tiene mucho
significado para los hebreos. Bueno, veamos ahora lo que dice aquí el primer versículo de este capítulo
1 de Hebreos:

1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, (Heb. 1:1)

Ahora, hay varias cosas que debemos decir en cuanto a este versículo. Usted ha notado que
comienza con la palabra “Dios”. Y esta epístola tiene cierta tesis en la cual descansa. Usted sabe que
cuando uno estudia geometría, hay ciertos axiomas con los cuales uno debe comenzar. Si uno no
comienza con ellos, entonces no puede avanzar. Si dos más dos no son igual a cuatro, entonces,
estamos muy lejos en cuanto a lo que se refiere a la matemática. También se nos enseña que una línea
recta es la distancia más corta entre dos puntos. Ellos pueden probar eso, de eso estamos seguros.
Pero usted lo acepta. Eso es verdad. Y cuando se presenta eso, entonces usted comienza a avanzar y
luego puede probar otra cosa.

Ahora, la Palabra de Dios en esta epístola, lo mismo que en el libro de Génesis, no trata de
ninguna manera de probar la existencia de Dios. Si usted no cree en Dios, debemos decirle honesta y
cariñosamente, como dice el salmo 14: “Dice el necio en su corazón, no hay Dios”. Ahora, nosotros no
somos quienes decimos eso, amigo oyente, Dios lo dice. Esa palabra necia, en realidad quiere decir
una persona que es demente. Y hay varias formas de enajenación mental. Una de esas formas es la de
negar la existencia de Dios. Y hay muchas personas alrededor nuestro que sufren de este mal en el
presente. Una de las razones para ello es que esta gente no cree en Dios. Pero encontraremos en esta
epístola, cuando lleguemos al capítulo 11, el cual es llamado el capítulo de la fe, que “es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Digamos que, esto
es algo que se asume en esta epístola, se da por sentado y lo mismo ocurre en el libro de Génesis. Eso
es lo que asume la Palabra de Dios. La Biblia no hace ningún esfuerzo por tratar de probar la existencia
de Dios. En el presente existen algunos cursos en colegios y seminarios en los cuales se trata de

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construir algún sistema filosófico por medio del cual uno puede probar la existencia de Dios. Y allí,
amigo oyente, se está perdiendo el tiempo. Si usted no puede ir allá afuera y mirar las montañas, o
dirigirse a la costa y observar el mar, o mirar hacia los cielos que declaran la gloria de Dios, y estas
cosas no le están diciendo algo a usted, amigo oyente, en cuanto al Creador, como dice allá en
Génesis: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, entonces, amigo oyente, usted no está
observando las cosas con una mente clara. Hay algo que anda completamente mal con su forma de
pensar.

Ahora, la segunda cosa que se asume aquí es que Dios ha hablado. Amigo oyente, si nosotros no
tuviéramos la revelación de parte de Dios, y estuviéramos sin ella, creemos que dándonos cuenta que
Dios es una persona inteligente, y que Él le ha dado a la humanidad cierto grado de inteligencia, Dios
nos hablaría. Y si nosotros no tuviéramos una revelación, entonces sugeriríamos que esperemos y
veremos que Él nos hablaría. El Creador nos enviaría un mensaje. Él es una inteligencia y nos ha dado
cierta inteligencia también. Él puede comunicarse y se ha comunicado con nosotros. También
debemos indicar que la revelación que tenemos de parte de Dios es la Palabra inspirada de Dios. Eso
es algo más que debemos decir, que usted debe asumir que estas Escrituras son inspiradas
divinamente.

Por tanto creemos, amigo oyente, que Dios nos ha hablado aquí. Él trata aquí con esa revelación.
Y la revelación de la que Él está hablando aquí, por supuesto, es el Antiguo Testamento, y el Antiguo
Testamento como lo tenemos en el presente. Ahora, notemos lo que Él dice y cómo lo dice aquí en el
versículo 1 otra vez:

1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por
los profetas, (Heb. 1:1)

Hay quienes piensan que el Apóstol Pablo no escribió la epístola a los Hebreos, y uno de los
argumentos que utilizan es porque esta carta a los Hebreos se ha escrito en un idioma griego

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magnífico. Es algo muy suave, se ha escrito por una persona que era muy erudita en el idioma griego.
Y hay una belleza en esto que uno pierde en las traducciones que tenemos. Uno encuentra que aquí
mismo, al comienzo de esta carta, hay cierto juego de palabras. Comienza diciendo aquí: habiendo
hablado muchas veces. “Muchas veces”, la palabra en griego es “polemori”. Y de muchas maneras es
“polutropos”. Usted puede darse cuenta pues, de la belleza que tenemos aquí. Eso es algo casi
poético. Polumoros y polutropos. Hay cierta belleza en esto, pero hay mucho más que simplemente
belleza, tenemos una declaración que es muy cautivante e interesante presentada ante nosotros.

Cuando él dice: “muchas veces”, esto no se refiere a tiempo como podríamos pensar. Que Dios
habló hoy, y que Él habló ayer, y que Él habló en el día anterior. Ese no es el énfasis. El énfasis es éste:
que Dios habló a través de Moisés, pero antes de eso, Dios habló a Abraham. Él le habló a Abraham
aparentemente por medio de sueños, y enviándole el ángel del Señor. Ahora, cuando Él habló con
Abraham, no le dijo a Él lo que le dijo a Moisés. Él no le dijo nada a Abraham en cuanto a la ley. No le
dio los diez mandamientos. Pero Él le dio los diez mandamientos más tarde a Moisés. Y aún más tarde
Él le dijo a David que iba a nacer uno de su linaje que iba a ser un rey. Y que ese rey llegaría a ser el
Salvador. Y David dijo cuando ya era un hombre entrado en años: “Esta es mi Salvación. Viene uno que
será mi Salvador”. Dios no le dio esto a Moisés, tampoco se lo dio a Abraham. La realidad es que Él le
dijo a Moisés - le dio una ley - que no debían tener un rey, que deberían volverse a Dios. Pero Dios
conocía el corazón humano, y al pasar el tiempo ellos dijeron que querían ser como las otras naciones
que les rodeaban, y ellos pidieron un rey. Y es maravilloso ver la forma en que Dios actúa en ocasiones
como éstas. Él les dio lo que ellos pedían. Él envió esa flaqueza para sus almas, pero Dios utilizó eso
como el método de enviar el Mesías, el Salvador, a este mundo.

Así es que, lo que Él está diciendo aquí en esta maravillosa Palabra es que Dios no le dio todo a
Abraham. Fue en realidad “en el cumplimiento del tiempo, que Dios envió a su Hijo”, así es que, lo que
uno tiene aquí es un desarrollo de las cosas.

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La segunda palabra “polutropos”, de muchas maneras, indica que él usó diferentes métodos de
comunicación. Él se apareció en sueños a Abraham, pero a Moisés le dio la ley. Y más tarde Él hizo
ciertas promesas a Josué y habló a través de sueños. Él habló a través de la ley; habló a través de
diferentes tipos; habló a través del rito, a través de la historia, a través de la poesía, a través de la
profecía, y utilizó todas estas maneras o formas diferentes en un período largo de tiempo. Dios reunió
a unos 45 escritores y les comunicó Su palabra en un período de unos 1.500 años. Así es que el escritor
está diciendo aquí algo realmente maravilloso.

De paso, quisiéramos preguntarle, amigo oyente, si alguna vez usted se ha detenido a pensar
que esto en sí hace de la Biblia un libro muy notable. Los escritos de Miguel de Cervantes Saavedra
son algo fantástico en el nivel humano, pero fue él quien los escribió. Lo importante es que Dios utilizó
una serie de escritores humanos; hombres diferentes con diferente educación y antecedentes, con
estilos y competencia muy diferentes también. Podríamos pensar que Simón Pedro no era muy bueno
en cuanto al idioma griego, pero no lo vamos a criticar porque muchos de nosotros somos peores que
él. Pero Dios lo utilizó, amigo oyente. Y en esta epístola a los Hebreos, sí creemos que Pablo fue quien
la escribió, se revela que Pablo era un maestro en cuanto al idioma. Cuando él escribe a los Gálatas, y
cuando le escribe a los Corintios, él les habla de forma directa. De manera que ellos entiendan lo que
él está diciendo. Él usa el idioma de la gente de los puertos. Y Pablo había estado allí porque había
viajado mucho por barco. Así es que, lo que tenemos aquí es un versículo magnífico. Así es que esta
epístola comienza de una manera tremenda, y no hay nada aquí que trate de probar que Dios existe.
Leamos una vez más este versículo 1:

1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por
los profetas, (Heb. 1:1)

Esperamos que por lo menos hayamos podido comunicar este mensaje hoy. Si usted niega la
existencia de Dios, quizá esto le dé a usted algunos pensamientos nuevos en los cuales pueda
considerar lo que decimos. Quizá el problema está con usted y no con Dios. Muchas mentes pequeñas

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que han obtenido doctorados en la universidad niegan la existencia de Dios. Y nosotros nos
preguntamos quiénes son en realidad estas personas que colocadas al lado de Dios no tienen ninguna
relevancia; entonces no nos sorprende que Dios no haya perdido tiempo tratando de probar cosa
alguna, porque si usted se acerca a Él, es mejor que crea que Él es. Y aquí en este primer versículo de
esta epístola a los Hebreos, en el capítulo 1, dice:

1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por
los profetas, (Heb. 1:1)

Y quizá nos convenga preguntar aquí quienes son los padres. Bueno, Abraham, Isaac, Jacob,
Josué, Moisés, David, Isaías, estos son los padres, pero no son mis padres. Y quizá no sean los suyos
tampoco. Él es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, y gracias a Dios que Él también es nuestro Dios.
Pero aquí se dice que es el Dios de los padres. Y les estaba hablando aquí a personas que llaman a
Abraham, a Isaac y a Jacob sus padres. Y eso ha sido hablado por los profetas.

Ahora, Moisés era profeta. Y él no sólo habló de las cosas del futuro; y de paso digamos, esa no
es la definición primaria de un profeta. Un profeta, o una profetiza, es alguien que habla por Dios, es
su vocero. Y en el hablar por Dios, él podía hablar de las cosas que iban a ocurrir en el futuro. Pero eso
es algo secundario a su cargo. Nuevamente debemos decir que tenemos aquí un versículo
extraordinario. Ahora, Dios ha hablado en otros tiempos a los padres por los profetas. El Antiguo
Testamento fue dado a cierta gente. Y esperamos que antes de concluir con este primer versículo,
hayamos establecido esto, amigo oyente. Es importante leer la Escritura de manera correcta, y por lo
menos dejar que diga lo que dice. Y no hacer que diga algo que esté de acuerdo con cierta teoría o
doctrina. Ahora, en el versículo 2, el versículo siguiente, leemos:

2
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por
quien asimismo hizo el universo; (Heb. 1:2)

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Tenemos aquí otra declaración digna de consideración, por cierto, y estamos llegando ya al fin
de nuestro programa. Como usted puede apreciar, esta es una gran epístola en la cual estamos
entrando ahora. Solamente hemos podido considerar el primer versículo. Pero Dios finalmente ha
hablado por medio de Su Hijo. Y permítanos finalizar con esta nota: Él nos ha hablado por medio de
Su Hijo, y la traducción literal es que Dios nos habló en el Hijo. O como cierto expositor bíblico dice:
“Dios nos habló en alguien que tiene el carácter de que es un Hijo”. Dios finalmente nos ha hablado a
través de Su Hijo. Y escuche bien, amigo oyente, lo que decimos al finalizar: Dios ha hablado, por
última vez a este mundo, en Cristo. Si Él hablara en este día desde el cielo mismo, Él repetiría algo que
ya ha dicho, porque aquí tenemos la última palabra de Dios para este mundo en Cristo Jesús. Y ya
veremos esto, Dios mediante, en nuestro próximo programa.

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