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UNIDAD 2: TEORIA GENERAL

ACUSTICA
...el fluir del sonido se desliza gentilmente, o bien salta
con gracia o se agita con violencia, con su primitiva
vivacidad, trae al alma del oyente una disposición
inimaginable, que el artista ya había escuchado en si
mismo.
H. L. F. von Helmholtz

¿Qué es el sonido?
Todo el mundo cree saber qué es un sonido, pero son relativamente pocos aquellos que
tienen una idea exacta de la naturaleza de este fenómeno físico. En los libros de acústica
se encuentran definiciones diversas del sonido. Por ejemplo, Leo Beranek, en su libro
“Acústica”, dice que hay sonido cuando un disturbio. que se propaga por un medio elástico,
causa una alteración de la presión o un desplazamiento de las partículas del material, que
pueden ser reconocidos por una persona o por un instrumento.
En el origen de todo sonido hay una vibración mecánica. Todos sabemos que si queremos
hacer sonar una campana. debemos darle un golpe para que vibre. Esa vibración de la
campana se trasmitirá luego a las moléculas del aire que la rodea y allí comienza el
fenómeno de la “propagación”, es decir, la puesta en vibración de otras moléculas
cercanas. Así, el disturbio que se originó en la campana al ser golpeada, se va alejando de
la fuente, propagándose por el medio elástico, el aire.
Para que exista la propagación del sonido es imprescindible que haya un medio elástico,
que en el caso descripto es el aire, pero que también podría ser un líquido o un sólido, ya
que el sonido también se propaga a través de estos materiales, como veremos más
adelante.
Pero sin la presencia de ese medio elástico no puede haber sonido. Si un astronauta
golpeara una campana en la luna, no generaría ningún sonido, ya que la ausencia de
atmósfera haría que las vibraciones de la campana no pudieran propasarse.
Sobre la superficie de la tierra, en cambio, existe una atmósfera formada por la capa de aire
que nos rodea. Este aire está comprimido a una cierta presión, la presión atmosférica, que
al nivel del mar tiene un valor de 100.000 Pascal. (La unidad de presión en el sistema MKS
o Técnico es el “Pascal”, resultante de dividir una fuerza de un Newton aplicada sobre una
superficie de un metro cuadrado).

Presión sonora
La presencia del sonido produce en el aire pequeñas variaciones de presión que se
superponen a la presión atmosférica. A esas variaciones de presión se las conoce como
“presión sonora”. La presión sonora actúa sobre nuestros oídos, tal como veremos en el
Capítulo III y produce la sensación de oír.

Frecuencia, velocidad de propagación y longitud de onda


Cuando la campana de nuestro ejemplo anterior vibra, lo hace cumpliendo un movimiento
oscilatorio que se repite varias veces por segundo. Al número de ciclos completos de

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vibración por unidad de tiempo se lo denomina “frecuencia” y su unidad de medición es el
Hertz (Hz). Para que un sonido sea oído por el hombre su frecuencia tiene que estar dentro
del rango de 20 Hz a 20.000 Hz, ya que éstos son los límites de audibilidad del ser humano,
como se verá con más detalles en el Capítulo IV.
Se denomina “velocidad de propagación del sonido” a la velocidad con que las ondas
sonoras se alejan de la fuente. Esta velocidad se expresa en metros/segundos, y su valor
varía según el medio de propagación. Para el sonido que se propaga en el aire, a
temperatura ambiente, la velocidad del sonido es del orden de 344 m/s. Se la suele
determinar con la letra “c”. Esta velocidad depende de la temperatura del medio y se la
puede calcular en forma exacta con la siguiente fórmula:
c = 20,06 ˚C + 273 [m/s]
donde: ˚C es la temperatura en grados centígrados.
En medios sólidos y líquidos, las velocidades de propagación son mayores. Por ejemplo:

agua salada: 1.500 m/s


aluminio: 5.200 m/s
hierro: 3.400 m/s
acero: 5.000 m/s

Se denomina “longitud de onda” a la distancia que existe entre dos puntos de máxima
presión, correspondientes a la onda sonora que se está propagando. Ya hemos dicho que
el sonido se manifiesta como variaciones de presión en el ambiente. Si estuviéramos
parados en un punto del espacio observaríamos “pasar” a la onda sonora, como rápidas
variaciones de presión, que se suceden a una frecuencia “f”. Si en cambio tomáramos una
fotografía instantánea de qué es lo que pasa en el ambiente, en la dirección de propagación
del sonido, veríamos zonas en que la presión sonora es positiva y otras en que es negativa.
Esta configuración no Permanece quieta sino que se mueve en la dirección de propagación,
con la velocidad del sonido “c”. La longitud de onda “l” se puede calcular así:
c
= [m]
f
Si hemos dicho que el sonido en el aire, a temperatura ambiente, se propaga con una
velocidad de 344 m/s, se puede calcular qué valores tendrá la longitud de onda para las
frecuencias que corresponden a los límites del rango audible: 20 Hz y 20.000 Hz:
344 m / s
 (20 Hz) = = 17.2m
20 Hz
344 m / s
 (20.000 Hz) = = 0.0172 m = 17.2mm
20.000 Hz
Puede comprobarse así qué diferentes son dos sonidos de frecuencias bajas y altas, desde
el punto de vista de sus longitudes de onda. Más adelante se verá cómo estos sonidos
poseen características físicas muy diferentes.
A los sonidos de frecuencias bajas y grandes longitudes de onda se los llama “graves”. En
cambio, a los sonidos de alta frecuencia y de pequeñas longitudes de onda se los llama
“agudos”. En la zona intermedia se ubican los sonidos de frecuencias “medias”.

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Nivel de presión sonora
Ya hemos dicho que la onda sonora se propaga en el aire en forma de variaciones de
presión. La intensidad de un sonido depende del valor que tenga esa presión sonora. Un
sonido muy débil, apenas audible por el hombre, tiene una presión sonora del orden de 20
millonésimos de Pascal (0,00002 Pa). A esta pequeñísima presión sonora se la denomina
“umbral de audición”, porque es el valor a partir del cual el ser humano es capaz de oír.
En cambio, se denomina “umbral de dolor” a una presión sonora muy elevada, del orden de
20 Pascal. La relación, entonces, entre la máxima y la mínima presión sonora que el oído
puede percibir, es de 1.000.000 de veces. (20 Pascal/20 millonésimos de Pascal.)
Todos los sonidos que oímos tienen presiones sonoras comprendidas dentro de estos
límites.
Como sería muy complicado expresar las intensidades de los sonidos midiendo sus
presiones sonoras en Pascal, es que se ha adoptado una nueva unidad de medida que es
el “decibel”.
El decibel es una unidad de tipo adimensional, que se obtiene calculando el logaritmo de
una relación entre dos magnitudes similares, en este caso, dos presiones sonoras. Se
compara la presión sonora del sonido que se desea medir con otra presión sonora que se
adopta como referencia, y se aplica la siguiente expresión matemática, que permite calcular
el así llamado “nivel de presión sonora”, expresado en decibeles:

p
N .P.S = 20 log
Pref
donde:
N.P.S.: nivel de presión sonora, expresado en dB.
p: presión sonora del sonido a medir, expresada en Pa.
Pref: presión sonora de referencia, que se adopta con valor: 0,00002 Pa = 2 x 105 Pa.
De esta manera, todos los sonidos comprendidos entre el umbral de audición y el umbral de
dolor, podemos expresar los en una escala que va desde 0 a 120 dB, tal como se muestra
en la Fig. 2-l.

20 Pa 120 dB

2 Pa 100 dB

0,2 Pa 80 dB

0,02 Pa 60 dB

0,002 Pa 40 dB

0,0002 Pa 20 dB

O,00002 Pa 0 dB

Fig. 2-1. Escala de los decibeles.

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Nivel sonoro
Se denomina así al resultado, expresado en dB, de una medición de sonido que abarca
todo el espectro audible, realizada con un instrumento denominado “medidor de nivel
sonoro”. En algunos casos, el medidor de nivel sonoro incorpora filtros con curvas de
respuesta que se asemejan a la respuesta del oído humano. En ese caso se dice que el
nivel sonoro ha sido compensado de acuerdo a diferentes curvas de compensación, como
por ejemplo, las curvas A, B y C. Entonces, el resultado de la medición se expresa en dBA,
dBB y dBC, según corresponda. El verdadero significado de estas curvas de compensación
se verá en el Capítulo IV cuando se estudie la respuesta del oído.

Análisis de frecuencia
En muchos casos, al hacer mediciones de sonido, se prefiere no medir sobre la totalidad
del espectro audible, sino hacerlo en zonas más restringidas de éste. En ese caso, se
realiza lo que se denomina un “análisis de frecuencia”.
Para ello se utilizan filtros que poseen un “ancho de banda” determinado, es decir, que sólo
dejan pasar las señales comprendidas en una pequeña zona del espectro audible. Los más
conocidos son los filtros de “octavas” y de “tercios de octava”. En los filtros de octavas, el
ancho de banda se extiende desde la “frecuencia inferior” f1 hasta la “frecuencia superior”
f2 existiendo la siguiente relación matemática:

f2
=2
f1
En cambio, en los filtros de tercios de octava, la relación es:
f2 3
= 2 = 1.26
f1
A los filtros de octavas y de tercios de octava se los identifica por su frecuencia central o
“frecuencia normalizada” y constituyen una serie que cubre la totalidad del espectro audible.
A continuación se indican las frecuencias normalizadas para cada tipo de filtro:

Filtro de octavas: 16 31.5 63


Filtro de 1/3 de
16 20 25 31,5 40 50 63 80 100
octava:
125 250 500 1000

125 160 200 250 315 400 500 630 800 1000 1250 1600

2000 4000 8000 16000

2000 2500 3150 4000 5000 6300 8000 10000 12500 16000

Para mediciones de ruido, generalmente se suelen utilizar sólo las bandas comprendidas
entre 125 Hz y 8.000 Hz.

Sonido y ruido

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Generalmente llamamos “sonido” a todas aquellas señales acústicas que nos producen una
sensación agradable. El sonido de una campana, el sonido de un piano, el sonido de una
voz conocida. Los sonidos tienen, por lo general, una composición armónica definida.
Llamamos “ruido” a aquellos sonidos desagradables. El ruido de una máquina, de un avión,
etc. Se trata de sonidos complejos, con una composición armónica no definida.

Infrasonidos y ultrasonidos
Cuando las vibraciones de una fuente producen variaciones de presión en el aire, con
frecuencias que se encuentran fuera del rango audible (de 20 a 20.000 Hz) nuestro oído es
incapaz de oírlas.
Llamaremos “infrasonidos” a todas aquellas señales de frecuencias menores que 20 Hz, y
“ultrasonidos” a las señales de frecuencias mayores que 20.000 Hz. Si bien los infrasonidos
y los ultrasonidos son inaudibles, se presume que. siendo de niveles importantes, pueden
causar efectos sobre el organismo.

El decibel
El decibel constituye una unidad creada por los ingenieros de la Bell Telephone System
(EE.UU.), ante la necesidad de tener que solucionar algunos problemas importantes, que
se presentaban en las líneas. durante la transmisión de señales desde una estación a otra.
En estas líneas se producían, como es lógico, efectos de atenuación (pérdida de energía),
haciéndose necesario, por lo tanto, establecer una unidad que permitiese expresar con
certeza esta reducción de potencia, a la salida de la línea, en relación con la entrada.
Muchos fueron los intentos efectuados para establecer tal unidad, debiéndose mencionar
entre ellos la “Milla de Cable Normal” y luego “Milla 800 ciclos”. Lamentablemente, ambas
unidades no resolvían íntegramente el problema, puesto que si bien, en un principio,
parecían constituir la solución buscada, resultaron inadecuadas cuando se amplió la gama
de frecuencias transmitidas.
Fueron los ingenieros de la Bell Telephone, como ya se indicara, quienes resolvieron el
problema en el año 1924. Partieron dichos profesionales del hecho comprobado de que si
por 10 millas de cable normal circula una corriente de 886 c/s. la atenuación que tiene lugar
es precisamente 10. Es decir:
siendo: I1 = entrada
I2= salida
I2
= 10
I1
De acuerdo con esto la atenuación producida por una sola milla de cable normal es de:
I2 1
= 10
I1 10
y en dos millas:
I2 2
= 10
I1 10
y para el caso de “n” millas:

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I2 n
= 10
I1 10

n I
Ahora bien, como el exponente , por definición es el logaritmo decimal de 2 puesto
10 I1
que el logaritmo decimal de un número es el exponente a que hay que elevar la base 10
para obtener dicho número, por lo tanto, podemos escribir lo siguiente:
n I
= log 10 1
10 I2

De esta expresión podemos despejar el valor de atenuación “n”:


I1
n(dB) = 10 log 10
I2
Esta fórmula nos proporciona el nivel de potencia eléctrica, fin perseguido por los
ingenieros de la Bell Telephone para hallar la disminución de potencia eléctrica en un cable
normal. Para nuestras aplicaciones a la acústica necesitamos una fórmula que nos
proporcione una relación entre presiones sonoras o dicho con más propiedad el nivel de
presión sonora expresada en decibeles.
De la fórmula (x) se obtiene a través de diversas equivalencias la fórmula fundamental de
uso en acústica y que es la siguiente:
P1
n(dB) = 20 log 10
P0

siendo: P1 = presión del sonido que se mide en dinas/cm2


P0 = base de comparación que en acústica corresponde a la presión del más débil
sonido audible por el oído joven y normal, con un valor de 0,0002 microbares o dinas/cm2.
También puede utilizarse una fórmula similar a la anterior para determinar el número de
decibeles presentes, pero en lugar de indicar la presión sonora en dinas/cm2. se expresa
en Watt/cm2. La relación entre las dos bases de comparación sería:
0.0002 dinas/cm2 = 10-16 watt/cm2
La fórmula sería la siguiente:
W1
n(dB) = 10 log 10
W0

siendo: W1 = presión del sonido que se mide en Watt/cm2.


W0 = base de comparación con un valor de 10-16 Watt/cm2.
Cabe agregar que la unidad decibel debe su nombre al insigne investigador Graham Bell.
Inventor del teléfono, pues deci significa décima parte y Bel apellido del físico citado. La
abreviatura de la unidad se expresa dB.

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Ejemplo:
La presión sonora de un ambiente de trabajo alcanza un valor de 2 dinas/cm2. ¿Qué nivel
en decibeles (dB) tendremos?
Aplicando la fórmula fundamental tendremos:
P1 2dinas / cm 2
n(dB) = 20 log 10  n(dB) = 20 log 10
P0 0.002 dinas / cm 2
 n(dB) = 20 log 10 10000  n(dB) = 20
 n(dB) = 80
Ese ambiente tendrá un nivel de presión sonora de 80. dB.

Curvas de igual sonoridad - Fones


Para evaluar o medir un ruido atendiendo a sus posibles consecuencias no basta el decibel,
como unidad de medida. En efecto, el nivel de ruido medido desde el punto de vista físico,
con un instrumento. es diferente del nivel de ruido que percibe el oído humano. Este órgano
no responde, en igual forma. a todos los tipos o de sonidos y puede ocurrir que dos niveles
sonoros iguales sean percibidos por el oído como de distinta densidad.
A fin de poder considerar debidamente estas características particulares que presenta el
oído humano, fue necesario crear una unidad que permita medir el nivel sonoro que
realmente percibe el oído. Esta unidad se denomina FON y mide el nivel del sonido en
forma análoga al decibel, pero sobre la base de frecuencia fija de comparación de 1000c/s.
El nivel de sonoridad de cualquier otro sonido se define como el nivel de presión sonora de
un tono de 1000 c/s que tiene tanta sonoridad como el sonido en cuestión. Por ejemplo, si a
una persona se le hace oír un ruido y se compara con un sonido de frecuencia 1000 c/s
hasta que los perciba iguales en intensidad y ocurre que el sonido de frecuencia 1000
puede alcanzar un nivel de 50 dB para la igualdad de percepciones, se dice que el ruido
tiene un nivel de intensidad de 50 fones,
Basándose en experiencias desarrolladas con conjuntos de personas debidamente
entrenadas, en la percepción de sonidos, se construyeron una serie de curvas llamadas de
sonoridad o curvas isofónicas (Fig. 78). Cada curva representa todas las combinaciones de
nivel, en dB, y de frecuencia, en c/s, cuyos sonidos provocan en el oído la misma sensación
audible como si todos tuviesen un mismo nivel sonoro.

Fig. 78: Curvas isofónicas

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Otra unidad importante es el SON que mide la intensidad de un sonido, a diferencia del fon,
que mide su nivel de intensidad. Por definición se tiene la intensidad de un SON cuando es
percibido con un nivel de intensidad de 40 fones.
A cada aumento de 10 unidades en el nivel de intensidad en fones se duplica a la
intensidad en sones.
1 son 40 fones.
2 sones 50 fones
4 sones 60 fones
8 sones 70 fones
16 sones 80 fones

Suponiendo que estamos en presencia de dos sonidos, uno de 90 fones y otro de 100
fones, si ambos sonidos se sumaran no tendríamos 190 fones sino 32 fones y 64 sones,
respectivamente, es decir, 96 sones, que representan 105 fones. (Se debe efectuar la
interpelación).
La relación entre fones y sones puede sacarse de la fig. nº 79.

Fig. 79: relación entre fones y sones.

Ello se explica pues es necesario tener bien presente la clara diferencia entre el nivel de
intensidad que puede tener un sonido dado y la intensidad misma.
El fon es un valor relativo y no puede sumarse directamente, en tanto que el SON
representa energía y, por tanto, admite adición directa.

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Suma de decibeles
Tratándose de magnitudes logarítmicas, es evidente, que no se pueden sumar en forma
directa. Vale decir, que si una máquina sola produce un nivel de ruido de 70 dB en un punto
del espacio, y otra, también sola, ocasiona otro tanto, las dos juntas no producirán 140 dB
En el caso de ruidos de amplio espectro, o de sonidos de frecuencias diferentes, se obtiene
una presión resultante (Pres), que es:

2
Pres = P12 + P22

En nuestro casó es P1 = P2 o sea:


2
Pres = 2P 2 y Pres = P 2 , con lo cual

Pres P P
Pres (dB) = 20 log = 20 log 2 = 20 log 2 + 20 = 3dB + P(dB)
P0 P0 P0

o sea, que nuestra presión se ha incrementado en 3 dB solamente, ¡lo cual en el caso de


las máquinas citadas daría 73 dB.
La Fig. 2.3 ilustra el resultado de la suma de niveles sonoros. Este gráfico, resulta de suma
utilidad para el trabajo diario, donde generalmente se requiere medir el ruido que produce
una máquina, en presencia de ruido de fondo y determinar el incremento de nivel que se
produce por la introducción de otra máquina.
Ejemplificando ambos casos, supongamos tener un recinto cuyo ruido de fondo es de 78 dB
y dentro del cual tenemos ubicada una máquina, deseando saber que nivel de ruido
produce la máquina sola. Para ello habremos medido un nivel de 82 dB, funcionando la
máquina dentro del recinto.

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Nuestros datos son, entonces: ruido de fondo = 78 dB y ruido de fondo más ruido de
máquina = 82 dB. Nuestra incógnita es: ruido de la máquina sola = ?.
Para ello entramos en el gráfico con la diferencia que figura en abscisas (82 - 78 = 4 dB) y
leemos en la escala curva (1,8 dB). El ruido de la máquina resulta mayor que el ambiente
en 1,8 dB, o sea 79,8 dB.
El segundo caso es el inverso. ¿En cuánto se incrementará el ruido ambiente de 78 dB al
ser introducida una máquina cuyo ruido es de 79,8 dB?
Entrando con la diferencia (parte curva) de 79,8 - 78 = 1,8 dB podemos encontrar, hacia
abajo, la diferencia entre el nivel total (el nuevo) y el menor (el del ambiente) que es de 4
dB. Por lo tanto el nivel de ruido del ambiente resultará incrementado en 4 dB y el total será
78 + 4 = 82 dB.
Por otra parte partiendo del mismo dato (la diferencia), hacia la izquierda, observamos que
el nivel mayor (en este caso el de la máquina (= 79,8 dB) se incrementará en 2,2 dB,
llegando al mismo resultado de antes, o sea 82 dB. El gráfico 2.3 ilustra además algunos
aspectos muy importantes de la medición de ruidos.
Veamos qué sucede si queremos sumar dos niveles iguales: entrando en la escala curva
con la diferencia de ambos (= O) vemos que el incremento es de sólo 3 dB, de acuerdo a lo
visto antes. Pero por otra parte, si la diferencia es mayor de 6 dB, el incremento del nivel
mayor (hacia la izquierda) es de sola 1 dB. Siendo el error de medición de este orden,
llegamos a la conclusión, de que la introducción de una máquina dentro de un ambiente
ruidoso puede no modificar el nivel total en forma apreciable si la diferencia entre el nivel
existente y el propio es mayor de 6 dB.
Lo mismo vale a la inversa: pretendiendo medir el nivel de una máquina dentro de un sitio
ruidoso; si la diferencia es de 6 dB (o mejor que 10 dB), no es necesario corregir el valor
obtenido, ya que el error que se comete es mínimo.

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