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Fundamentos de la Arquitectura

Facultad de Arquitectura y Urbanismo


Universidad de Chile

Profesor: Enrique Walker


Ayudantes: Catalina Briones, Nicolás San Martín

Entrega Final
Estudiante: Victoria Cayulef

Lectura [9] — El nuevo Trianon, 1957-1967 (1967)

El texto "El nuevo Trianon, 1957-1967" de Lina Bo Bardi proporciona una fascinante
exploración sobre la intersección entre la arquitectura moderna y la identidad cultural. Bo Bardi
comparte sus experiencias durante el proceso de implementación del proyecto del MASP (Museu
de Arte de São Paulo) en la Avenida Paulista, abordando la complejidad de adaptar la arquitectura a
las necesidades y particularidades de la comunidad. Este proyecto abarcó una década, evidenciando
la dedicación y el compromiso de la arquitecta con la integración de la arquitectura moderna en el
contexto cultural específico de São Paulo.
El relato de Bo Bardi desafía la noción de una arquitectura moderna universal y homogénea.
En lugar de imponer un estilo predefinido, aboga por una arquitectura que se enraíce en la cultura
local. Su enfoque destaca la importancia de comprender y respetar las necesidades y aspiraciones de
las comunidades a las que sirve la arquitectura moderna.
Esta perspectiva invita a reflexionar sobre el equilibrio necesario entre la innovación
arquitectónica y la respuesta a las demandas específicas de las comunidades locales. La pregunta
fundamental que surge es: ¿Cómo puede la arquitectura moderna satisfacer las necesidades y
demandas de las comunidades locales sin perder su carácter innovador y experimental?

Este interrogante no solo resuena en el contexto específico de Bo Bardi y su obra en São


Paulo, sino que plantea una cuestión más amplia que se extiende a nivel global. La arquitectura
moderna, con su énfasis en la experimentación y la innovación, a menudo se encuentra en una
encrucijada cuando se trata de integrarse con las identidades culturales locales. La reflexión sobre
cómo lograr este equilibrio es esencial para el desarrollo de un enfoque arquitectónico que no solo
sea estéticamente vanguardista, sino también auténticamente arraigado en las comunidades que
sirve.
En última instancia, el texto de Bo Bardi nos impulsa a considerar cómo la arquitectura
moderna puede ser un agente de cambio positivo al responder a las necesidades y demandas
específicas de las comunidades locales, al tiempo que mantiene su carácter innovador y
experimental. La integración de la diversidad cultural en la arquitectura moderna se presenta como
un desafío apasionante y necesario para la evolución de esta disciplina en constante transformación.

Lectura [6] — Una definición de la arquitectura como refugio con decoración superpuesta, y otro
alegato en favor de un simbolismo de lo ordinario en la arquitectura. (1978)

El autor plantea una perspectiva única sobre la arquitectura al argumentar que va más allá de la
simple creación de diseños innovadores. Según su enfoque, la arquitectura debería ser concebida
como la acción física de intervenir en un espacio, trascendiendo la mera estética. En lugar de
limitarse a un acto de diseño visualmente llamativo, la arquitectura debería incorporar detalles que
no solo sean estéticamente valiosos, sino que también aporten una identidad distintiva y una
sensación de contención. Este concepto se asemeja a la idea de que la arquitectura comparte
similitudes con el arte al tener la capacidad de comunicar sin necesidad de una exhibición explícita.
Implica establecer límites, pero sin imponer restricciones espaciales, permitiendo que la estructura
arquitectónica respire y se adapte a las circunstancias cambiantes sin perder su esencia original.

Dada la premisa de que la arquitectura es más que la simple creación de diseños innovadores,
sino la materialización física de intervenir en un espacio con detalles que aporten valor, identidad y
contención, surge la siguiente interrogante: ¿Cómo puede la arquitectura no solo intervenir en los
espacios de manera estéticamente atractiva, sino también garantizar la sostenibilidad a largo plazo
de su estructura y diseño? Además, ¿cómo puede esta intervención arquitectónica ser lo
suficientemente flexible como para adaptarse a diversas circunstancias sin comprometer su
identidad inicial? Este enfoque implica no solo la creación de estructuras visualmente atractivas,
sino también la implementación de soluciones que perduren y evolucionen con el tiempo,
manteniendo la coherencia con la identidad arquitectónica inicial.

Lectura [1] — Las nuevas barreras de la arquitectura: C.I.A.M de Otterlo (1959)

El autor reflexiona sobre el papel fundamental de la arquitectura como la manifestación física


de la intervención en un espacio. Más allá de la mera búsqueda de innovación en el diseño, aboga
por que esta intervención no sea simplemente estética, sino que se caracterice por la inclusión de
detalles significativos, valor intrínseco, expresión distintiva y una sensación de contención. De
manera similar al arte, la arquitectura, según el autor, tiene la capacidad de transmitir sin la
necesidad de exhibir de manera evidente, estableciendo límites, pero evitando imponer restricciones
espaciales. En esta perspectiva, la arquitectura se convierte en un medio de comunicación con el
entorno, incorporando elementos que van más allá de lo visual y que contribuyen a la identidad
única del espacio intervenido. Este enfoque implica no solo la creación de estructuras atractivas
visualmente, sino también la inclusión de elementos que otorgan significado y funcionalidad
duradera. La pregunta que surge a raíz de estas reflexiones es crucial para comprender el desafío
inherente a la arquitectura contemporánea: ¿Cómo puede la arquitectura intervenir en los espacios,
garantizar la sostenibilidad de su estructura y diseño, y al mismo tiempo ser lo suficientemente
adaptable para afrontar cualquier circunstancia que pueda surgir en su interior, manteniendo la
coherencia con su identidad inicial?
Esta interrogante profundiza en la dualidad que la arquitectura enfrenta: ser una expresión artística
y funcional que no solo busca la estética, sino que también debe afrontar las demandas cambiantes
del entorno y las circunstancias. La búsqueda de un equilibrio entre la innovación, la sostenibilidad
y la adaptabilidad se presenta como un reto esencial para los arquitectos contemporáneos, quienes
deben concebir espacios que no solo sean visualmente atractivos, sino que también sirvan como
entidades dinámicas capaces de resistir y evolucionar con el tiempo.

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