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5to Susana Higuchi y su aterrador calvario

Ficha 1
Existen muchos rumores que el matrimonio Higuchi-Fujimori estaba resquebrajado
a inicios de los 90, pero lo cierto es que la fisura recién se hizo evidente cuando
Susana denunció el 24 de marzo de 1992 ante la opinión pública que los hermanos
de su esposo, Rosa y Santiago Fujimori, estaban traficando con las donaciones de
ropa entregadas por el Japón para los niños pobres del país.
Un escándalo, por donde se le mire. Por supuesto que esta declaración pública debió
incomodar al presidente Fujimori, quien trató de minimizar lo dicho por Susana y sin
embargo el escándalo estaba desatado y la noticia llegó al ámbito internacional. Hay
que agregar que de Japón no solo llegaba ropa, sino también millones de dólares.
Así se marcó el inicio de una etapa oscura, de torturas y privaciones ¿Quién la
reemplazó? Su joven hija de 19 años, Keiko Fujimori, inició en aquel tiempo su labor
como primera dama. Mientras el presidente buscaba truncar la carrera política de su
esposa, comenzaron las aspiraciones de su hija, que se mantienen hasta el
momento con pretensiones presidenciales. 12 días después de la denuncia
de Susana Higuchi, el 5 de abril de 1992, se perpetró el autogolpe de Estado. Se
disolvió el Congreso, tanques y militares tomaron las calles y se le impidió a
senadores y diputados cumplir con sus labores. Con estos atentados a la libertad,
¿qué podía esperar la primera dama Susana Higuchi?
En octubre del 2001, en el Congreso de la República, la exprimera dama confirmó
las torturas y el encierro en el SIE:
“Sufrí tortura con electroshock en dos oportunidades: una en el año 1992 y otra en el
año 2000. El electroshock fue luego de la denuncia de la ropa donada, luego del
autogolpe, y dentro de esos cuatro meses que me mantuvieron encerrada en el
Pentagonito (Cuartel General del Ejército), en el Servicio de Inteligencia del Ejército
(SIE), me torturaron con electroshock. Todavía pueden ser visibles ciertas huellas de
quemadura hasta en la cara y en todo el cuerpo. en noviembre del 2001
el mismo [Alberto] Fujimori de manera personal echó Paratión —que creo que es 10
o 100 veces más potente que el Folidol y puro— en los aires acondicionados de la
alcoba presidencial que mide más o menos un metro por 70 centímetros, y en dos
máquinas de aire ¿Quién la reemplazó? Su joven hija de 19 años, Keiko Fujimori,
inició en aquel tiempo su labor como primera dama
LAS ESTERIZACIONES FORZOSAS EN EL PERU
Entre 1980 y 2000, las peruanas y peruanos sufrimos un extenso conflicto
armado interno. Fue un período de violencia muy intenso y la población
campesina e indígena fue la principal víctima. El 5 de abril de 1992, a casi dos
años de asumir la presidencia de modo constitucional, Alberto Fujimori dio un
golpe de Estado. Esta dictadura persistió hasta el 2000 y fue durante estos
años cuando se perpetró uno de los crímenes más dolorosos de nuestra
historia: las esterilizaciones forzadas de miles de mujeres indígenas.
Desde su inicio, el gobierno fujimorista tuvo como uno de sus principales
objetivos reducir el índice poblacional y para ello utilizó de modo cínico el
discurso de los derechos de las mujeres. El año 1991 fue declarado “Año de la
Planificación Familiar” y se aprobó el Programa Nacional de Población
1991-1995, el cual tuvo como meta reducir la tasa de natalidad al 2% y la tasa
global de fecundidad al 3.3%1. Además, uno de sus programas específicos era
el de salud reproductiva y planificación familiar. entre los años 1996 y 2001
(inclusive) se realizaron 272.028 ligaduras de trompas a mujeres, mientras
que el número total de vasectomías realizadas a hombres fue de solo 22.004,
es decir, menos del 10% del total de intervenciones quirúrgicas llevadas a
cabo a mujeres. gran número de estas intervenciones quirúrgicas se
realizaron en zonas rurales y lugares alejados de las ciudades, donde las
mujeres tenían un idioma distinto al castellano. De este modo, miles de
mujeres esterilizadas no sabían leer ni escribir y se encontraban en situación
de vulnerabilidad económica. En la práctica, la política estuvo dirigida en su
gran mayoría a mujeres indígenas. La información cobra una gravedad mayor
cuando los Informes de la Defensoría señalan que se reportaron 19 casos de
personas muertas debido a complicaciones postoperatorias producto de las
esterilizaciones, tal es el caso de María Manerita Mestanza Chávez tenía 33
años, vivía en Cajamarca, estaba casada y tenía siete hijos cuando falleció
ocho días después de realizarse una esterilización quirúrgica por
complicaciones postoperatorias. Su esposo denunció el caso ante la Fiscalía
y el fiscal provincial lo archivó . Sin embargo, el caso se llevó a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CID El Estado reconoció su
responsabilidad internacional por la violación de los derechos de Mestanza
Chávez reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
De este modo, se comprometió a “adoptar medidas de reparación material y
moral por el daño sufrido e impulsar una exhaustiva investigación, y sanción a
los responsables de ello. El Estado fue responsable de implementar esta
política pública que esterilizó de manera masiva y forzada a miles de mujeres
peruanas. . A pesar del enorme número de denuncias sobre intervenciones
quirúrgicas hechas a la fuerza o sin las debidas condiciones de sanidad, el
Estado peruano se ha negado a un tratamiento igualitario al de las víctimas
del conflicto armado. Las demandas de las víctimas de esterilizaciones
forzadas aún no han sido escuchadas y, a la fecha, no han tenido acceso a
sus derechos a la verdad, la justicia o la reparación.

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