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Asistencialismo
El segundo gobierno de Alberto Fujimori generó un bolsón de partidarios fieles en los
sectores populares, tradicionalmente excluidos de los planes del gobierno. Muchos de
los programas sociales y proyectos fueron de corte asistencialista. Es decir, atendían
problemas sociales urgentes; pero a largo plazo no generaban soluciones estructurales.
Por ejemplo, el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) creado en
1992, tenía la función de combatir la desnutrición en los sectores de extrema pobreza y
brindar asistencia alimentaria a escolares de 3 a 12 años de edad en las escuelas
públicas1. Pero este tipo de medidas debe ser temporal mientras se trabaja a largo plazo
en la solución estructural de la extrema pobreza. De lo contrario se constituye una
relación paternalista entre el Estado y los ciudadanos, una relación de permanente
dependencia.
Improvisación en evidencia
La poca planificación e improvisación del propio presidente Fujimori, también jugó en su
contra durante el fenómeno de El Niño del año 1998: al no contrastar históricamente
posibles escenarios de afectación de este fenómeno con lo que serían las zonas donde
podría llegar, no se desarrolló un plan cabal para responder a estos hechos. Buena parte
del público nacional observó a un Fujimori sin ideas, sin detalles y sin estrategia para
enfrentar este desastre (Zapata, 1998).
1A mediados de 2012 el programa fue desactivado por el gobierno de Ollanta Humala, después de un
escándalo de corrupción y la entrega de alimentos en mal estado que ocasionó la muerte de tres niños
y la hospitalización de 90. El PRONAA fue reemplazado por el programa Qali Warma.
El 18 de julio de 1992, dos días después del atentado de Tarata, el Grupo Colina ingresó
al campus de la Universidad Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta”, secuestró y ejecutó
a diez personas (nueve alumnos y un profesor). Estas personas habían sido señaladas
por agentes infiltrados como terroristas. La información era errónea y estaba basada en
rumores. Ninguna de las víctimas era terrorista.
Estas son las dos masacres más conocidas del Grupo Colina, pero es responsable de
más crímenes. El 29 de enero de 1992 asesinaron a seis personas en la ciudad de
Pativilca, en Barranca. El 2 de mayo de 1992 asesinaron a nueve campesinos en la
provincia de Santa, departamento de Ancash. En ambos casos las víctimas habían sido
señaladas como terroristas. Posteriormente se determinó que las masacres habían sido
instigadas por intereses privados vinculados al general Nicolás de Bari Hermoza Ríos2.
2 En el caso de la masacre de Pativilca un empresario que tenía una disputa de terrenos con las
víctimas las señaló como terroristas. En el caso de la masacre de Santa otro empresario señaló a
algunas de las víctimas como terroristas después de una marcha de campesinos sin tierra y el
incendio de una fábrica. Ambos empresarios eran amigos del Comandante General EP Nicolás
Hermoza. En el contexto de las posteriores investigaciones de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación un colaborador reconoció que la masacre de Santa se entendía en el Grupo Colina
como un “trabajo particular” para el general Hermoza.
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En 1997 la agente del Servicio de Inteligencia Nacional y también miembro del Grupo
Colina, Mariela Barreto, filtró a la prensa el “plan Bermudas”. Se trataba de una
conspiración para asesinar a periodistas opositores del régimen de Fujimori, entre ellos
César Hildebrandt. Por esta filtración Mariela Barreto fue torturada, asesinada y
descuartizada. Santiago Martín Rivas fue señalado como sospechoso del crimen, pero
este señaló a Vladimiro Montesinos como el autor.
Entre 1996 y 2000 alrededor de 272 000 mil mujeres recibieron ligaduras de trompas y
22 000 hombres, vasectomías, en el marco de un Programa Nacional de Salud
Reproductiva y Planificación Familiar. De esa cantidad, al menos 2 166 mujeres
denunciaron que esos procedimientos quirúrgicos no contaron con su consentimiento.
La mayoría de las víctimas eran campesinas quechuahablantes. Se denuncia que
Alberto Fujimori y tres ministros de Salud, Marino Costa Bauer, Eduardo Yong y
Alejandro Aguinaga, planificaron la esterilización de todas estas personas con el fin de
reducir drásticamente la población peruana en condiciones de pobreza o extrema
pobreza. La defensa de Fujimori sostiene que algunas malas prácticas médicas no
implican una política pública de reducción poblacional sin respeto de los derechos
humanos. La acusación a Fujimori sostiene que el expresidente y sus ministros tenían
pleno conocimiento de lo que estaba ocurriendo.
Respecto a las masacres de la Cantuta y Barrios Altos Alberto Fujimori fue hallado
culpable, declarado coautor mediato de los crímenes y condenado a 25 años de cárcel.
Respecto al caso de las esterilizaciones forzadas después de intentos de archivarlo, en
diciembre de 2021 un juez abrió una investigación a Fujimori y tres de sus exministros
de Salud. Alberto Fujimori fue extraditado desde Chile en 2007 para ser procesado en
el Perú por diversos delitos, pero no estaba contemplado el caso de las esterilizaciones
forzadas. Se solicitó al sistema de justicia chileno que se amplíe la extradición de
Fujimori para poder ser procesado por este delito. El 19 de mayo de 2023 la Corte
Suprema de Chile citó a Alberto Fujimori a declarar por estas acusaciones con miras a
ampliar su extradición.
3El caso de Alberto Fujimori ni siquiera es comparable con los de Slobodan Milošević (expresidente
de Serbia y Yugoslavia) o Charles Taylor (expresidente de Liberia), quienes fueron juzgados por
violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra en tribunales internacionales.
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Búsqueda de un tercer mandato
Después de su reelección en 1995, Alberto Fujimori desestimó la posibilidad de postular
a un tercer mandato. De hecho, la propia Constitución de 1993 lo impedía:
Esta ley fue duramente criticada y enviada al Tribunal Constitucional (TC), un organismo
que se creó con la Constitución de 1993, que velaría por el orden constitucional (la
interpretación de las normas) en caso de que no se logre algún tipo de acuerdo (por lo
regular entre el ejecutivo y el legislativo). El Tribunal emitió un dictamen sentenciando
que Fujimori no podría postularse a los comicios del 2000. El Congreso, controlado por
la mayoría fujimorista, defenestró a los tres miembros del Tribunal Constitucional que
no respaldaron la propuesta fujimorista y los reemplazaron por otros magistrados que
les dieran la razón.
Esto motivó una serie de protestas que fueron consideradas, por el propio
candidato/presidente, como intentos de atentar contra de la estabilidad y el crecimiento
alcanzado (EFE, 1999). La oposición convocó a la ciudadanía, desarrolló plantones y
distintas dinámicas de protesta. Uno de los líderes de la oposición y candidato
presidencial, Alejandro Toledo, capitalizó la protesta y lideró múltiples manifestaciones
en contra del régimen de Fujimori.
4Actualmente, después de una reforma aprobada por la ley 27365, el 2 de septiembre de 2000, la
Constitución Política del Perú ya no admite la reelección presidencial inmediata.
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habilitaba la convocatoria a un referéndum donde los mismos ciudadanos determinen si
Fujimori podía volver a postular a la Presidencia de la República el año 2000. Se
consiguieron las firmas, pero el Congreso aprobó —de manera rápida— un cambio en
la norma. Se exigió además de las firmas, contar con la aprobación de 48 miembros del
Congreso (Marcus-Delgado, 2001). Debe tenerse presente que el Congreso era de
mayoría fujimorista. Esto fue inaceptable para la oposición y la opinión pública.
Nuevamente los ciudadanos salieron a las calles a protestar contra lo que a todas luces
era un deliberado proyecto de perpetuación en el poder.
Para postular por tercera vez Alberto Fujimori no solo necesitó al Congreso. Fue
necesario el control del Poder Judicial y otros organismos importantes. Se destituyeron
varios de sus miembros claves: jueces, a los miembros del Tribunal Constitucional,
miembros de la Academia Nacional de la Magistratura y del Jurado Nacional de
Elecciones (JNE). Se nombraron nuevos miembros provisionales en la Corte Suprema,
quienes culminaron la labor de ‘purgar’ el Poder Judicial. Los gobiernos regionales,
pasivo recibido del gobierno del expresidente García Pérez, fueron eliminados y la
jurisdicción que les correspondería, pasó a manos del Ministerio de la Presidencia. De
ese modo pudo disponer directamente de los recursos antes distribuidos entre los
gobiernos regionales.
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(El Chino, La Chuchi, El Chato, El Popular, El Men, El Tío, La Yuca, etc.). También se
compró la línea editorial de medios de comunicación, en televisión (América TV,
Panamericana TV, ATV, Cable Canal de Noticias, Red Global TV) y prensa escrita
(diario Expreso).
A pesar de todo este esfuerzo por legitimarse frente a la opinión pública, la caída del
régimen fujimorista fue inevitable.
Los resultados no fueron aceptados por Alejandro Toledo y convocó una inmensa
movilización para los días 26, 27 y 28 de julio, coincidiendo con la asunción de Fujimori
de su tercer mandato. Esta movilización fue conocida como la Marcha de los Cuatro
Suyos y aunque estaba visiblemente encabezada por Toledo, integraba también a
diversos partidos políticos de derecha, centro e izquierda, movimientos estudiantiles y
movimientos sociales en general. En una época en que no existían las redes sociales y,
por lo tanto, con las dificultades de coordinación, es significativo que la participación
nacional haya sido muy grande. Solo en Lima acudieron a la marcha más de 250 mil
personas. En medio de las protestas se produjo una explosión en la sede del Banco de
la Nación, y luego se determinó que fue provocada desde el interior5. A pesar de todas
las protestas Alberto Fujimori juramentó como presidente de la República por tercera
vez.
El 14 de setiembre del 2000 se convocó una conferencia de prensa para las 6.00 pm en
5Vladimiro Montesinos fue sentenciado a diez años de pena privativa de la libertad por la muerte de
seis vigilantes del Banco de la Nación, luego de ser hallado culpable como autor mediato de la
explosión y de infiltrar agentes en la movilización para instigar el delito contra la seguridad pública.
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el hotel Bolívar. Cuando el auditorio estuvo suficientemente lleno aparecieron los
congresistas Fernando Olivera y Luis Iberico del Frente Independiente Moralizador para
presentar un vídeo de 56 minutos. Las imágenes fueron transmitidas por Canal N. En el
vídeo se apreciaba con claridad, cómo el asesor presidencial Vladimiro Montesinos
sobornaba con 15 mil dólares al congresista Alberto Kouri de Perú Posible para que se
pase a Perú 2000. Todo esto ocurría en una sala del Servicio de Inteligencia Nacional.
El vídeo exponía con transparencia indiscutible la red de corrupción del régimen. Es
difícil explicar la velocidad del impacto que tuvo ese vídeo en una época donde no
existían redes sociales ni medios para compartir inmediatamente imágenes.
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por actos de corrupción, entre otros delitos, y el 19 de noviembre envió por fax, al
presidente del Congreso, su renuncia a la Presidencia de la República.
Logró copar un gran número de las instituciones públicas, usando la maquinaria del
gobierno para impulsar su carrera presidencial. Sus opositores fueron hostigados y/o
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hostilizados (incluso secuestrados): esto ayudó a lograr capturar los medios de
comunicación, donde aquellos que no estaban a su favor, ni dispuestos a recibir
prebendas, fueron tratados como enemigos del Estado. En esto intervino la figura de
Vladimiro Montesinos, encargado de desarrollar un sistema de inteligencia que podría
defender el régimen desde múltiples ángulos.
Bibliografía
Fair, Hernán (2012). “El discurso político de la antipolítica”. En: Razón y Palabra, (80).
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=199524426051
Godoy, J.A. (2021). El último dictador: Vida y gobierno de Alberto Fujimori. Lima:
Debate.
Nicho Zárate, Luis Alfonso. 2017. “A 25 años del golpe de Estado” [Archivo de vídeo].
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=TJwwon1pWMc
https://www.youtube.com/watch?v=TJwwon1pWMc
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