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LIBRO 2
DONNA FLETCHER
TRADUCCIÓN: KALIA2101
LECTURA FINAL: Susana
Traducción: Kalia2101 2
El beso del señor de la guerra de
las Highlands
Trilogía Mitos de las Highlands, # 2
Traducción: Kalia2101
Lectura Final: Susana Portada: Sol Rivers
Algunos dicen que la isla de Outerson alguna vez fue parte del continente cuando un
día las manos de un gigante la arrancaron y la dejaron a la deriva, donde se instaló en un
gran lago. Según el mito, el gigante sigue residiendo allí protegiendo la isla y al clan que la
habita, el feroz Clan Norham. Sin embargo, hay un problema: el gigante acecha la torre del
homenaje.
Lord Torin es el señor actual y necesita una esposa. No está particularmente interesado en
el matrimonio, pero tiene un deber para con su clan. Quiere una esposa que sea agradable a
la vista, que obedezca su palabra y que se calle. No tolerará a una esposa habladora.
Entonces, cuando se encuentra accidentalmente con Flora del clan Strathearn, que apenas
pronuncia una palabra, cree haber encontrado a la esposa perfecta y le propone un arreglo
matrimonial que es rápidamente aceptado.
Flora no puede creer que apenas llega a la casa de su tío en las Highlands cuando él la casa
con un completo desconocido. Ella nunca había querido venir a las Tierras Altas, pero con
la muerte de sus padres no tuvo otra opción. Ella también tenía poco que decir,
literalmente, ya que una enfermedad le había robado todo menos una voz susurrante que
continuaba sanando. Normalmente, le encantaba conversar, desafiar opiniones, adquirir
conocimientos como le había enseñado su erudito padre. No sabía cómo sobreviviría
alguna vez a las Highlands, y mucho menos a su matrimonio.
Luego, por supuesto, está el fantasma que Flora cree que no existe y se propone
demostrarlo.
Abundan los obstáculos, los desafíos que se enfrentan, y cuando a Flora se le da la
oportunidad de abandonar la isla y disolver el matrimonio, ¿la aprovecha? ¿O Torin
finalmente admitirá que la ama y se negará a dejarla ir? ¿O el fantasma decidirá su destino?
Traducción: Kalia2101 3
¡Para nuestros lectores!
El libro que estás a punto de leer, llega a ti debido al trabajo desinteresado de lectoras
como tú. Gracias a la dedicación de los fans este libro logró ser traducido por amantes
de la novela romántica histórica—grupo del cual formamos parte—el cual se encuentra
en su idioma original y no se encuentra aún en la versión al español, por lo que puede
que la traducción no sea exacta y contenga errores. Pero igualmente esperamos que
puedan disfrutar de una lectura placentera.
Es importante destacar que este es un trabajo sin ánimos de lucro, es decir, no nos
beneficiamos económicamente por ello, ni pedimos nada a cambio más que la
satisfacción de leerlo y disfrutarlo. Lo mismo quiere decir que no pretendemos plagiar
esta obra, y los presentes involucrados en la elaboración de esta traducción quedan
totalmente deslindados de cualquier acto malintencionado que se haga con dicho
documento. Queda prohibida la compra y venta de esta traducción en cualquier
plataforma, en caso de que la hayas comprado, habrás cometido un delito contra el
material intelectual y los derechos de autor, por lo cual se podrán tomar medidas
legales contra el vendedor y comprador.
Como ya se informó, nadie se beneficia económicamente de este trabajo, en especial el
autor, por ende, te incentivamos a que sí disfrutas las historias de esta autor/a, no
dudes en darle tu apoyo comprando sus obras en cuanto lleguen a tu país o a la
tienda de libros de tu barrio, si te es posible, en formato digital o la copia física en caso
de que alguna editorial llegué a publicarlo.
Esperamos que disfruten de este trabajo que con mucho cariño compartimos con todos
ustedes.
Atentamente
Traducción: Kalia2101 4
CAPÍTULO 1
Flora sintió la penumbra del día nuboso. Caía tan pesadamente sobre ella como la nieve
sobre los altísimos pinos. Su mirada fue hacia la línea de guerreros avanzando lentamente
frente a ella, sobre sus caballos. Ellos urdieron un camino a través de la zona boscosa, sus
cabezas arriba, sus ojos vigilantes, y sus armas cercanas a la mano.
Se arregló la capa con más fuerza para protegerse del frío y la penumbra penetrante, y estiró
el cuerpo sobre la silla de montar para ver si podía ver a su esposo.
Esposo.
No viéndolo, se relajó sobre el caballo. ¿Cómo era que ella tenía un esposo? Ella movió la
cabeza. Todo había pasado tan rápido que ella todavía estaba tratando de entender. Ella no
había estado mucho tiempo en el hogar de su tío Newlin, el jefe del Clan Strathearn, cuando
se encontró forzada al matrimonio. Su partida había sido apurada después de que su esposo
recibiera un mensaje, el contenido de éste él no lo había compartido, eso los tuvo partiendo
inmediatamente.
Otra mirada y ella vio a su esposo cabalgando delante de ella… Lord Torin del clan Norham.
Él estaba lejos de ser difícil de mirar, sus facciones bastantes atractivas y parecía que la
mayoría de las mujeres pensaban de esa manera ya que cuando se encontraban con mujeres
en granjas en las que se detenían o viajeros con los que se encontraban, no había una mujer
que pudiera quitarle los ojos de encima. Por supuesto, su sonrisa que parecía tentar y
provocar en una sola mirada, ayudaba. Él era también delgado y musculoso y tenía los ojos
negros más intensos que ella había visto. Ellos tentaban y provocaban tanto como su sonrisa,
y su cabello negro que caía sin cuidado a sus hombros, solo agregaba más a su innegable
atractivo.
Finas facciones o no, Flora no había tenido intenciones de casarse y ser dictada por el resto
de su vida, y, aun así, aquí estaba ella, casada, y aun tratando de comprender cómo se metió
ahí. Su mamá se lo había advertido, no debía ser tan rápida en rechazar la oferta de
matrimonio de Herny, apuntando que él era un hombre maleable que no haría demandas
irracionales a ella. Flora había discutido que ella veía a Henry como nada más que un amigo.
Su mamá le aconsejó que casarse con un amigo podría ser el inicio de un buen matrimonio.
Flora estaba en desacuerdo, principalmente, porque ella no había tenido planes de casarse.
Traducción: Kalia2101 5
Su mamá le recordó que ella y Pa no estarían para siempre a su lado y que la vida no era tan
fácil para una mujer soltera. Su mamá había estado en lo correcto acerca de ambas cosas.
Su esposo le dirigió una sonrisa cuando captó su mirada y ella se encontró devolviéndola.
La sonrisa del hombre tenía que ser contagiosa ya que ella lo encontraba irresistible de
ignorar, su sonrisa respondiendo a la suya de la misma manera cada vez. No que a ella le
importara sonreír. Una sonrisa hacía bien al alma, como ahora, levantando la melancolía que
había caído sobre ella.
Aun así, pensó, ella no había querido un esposo, y de todos modos ella tenía uno.
— ¿Todo bien, esposa? — Él preguntó mientras volteaba su caballo para cabalgar a su lado.
— Suficientemente bien, esposo.
— Sin quejas, un buen signo en una esposa— dijo demasiado complacido.
Ella asintió y sonrió como una obediente esposa, deseando no tener que permanecer en el
matrimonio, pero pensando que no quedaba nada más para ella. El matrimonio con Torin
había sido su único recurso.
—También contienes tu lengua, lo cual es algo que aprecio ya que no soy partidario de las
mujeres parlanchinas.
Si tan solo el supiera, solo que no pasaría mucho tiempo antes de que descubriera que ella
rara vez se mordía la lengua. Le habían enseñado a expresar sus pensamientos y opiniones,
y era solo por una reciente enfermedad que aquejaba su garganta por lo que había tenido
que limitar su habla.
Ella pensó que era justo darle alguna advertencia.
— Hablo mi parte, mi señor.
Su sonrisa bromeó, pero sus ojos oscuros advirtieron.
— Aunque no muy a menudo.
Las palabras podrían producir una batalla si uno las dejaba, y algunas batallas simplemente
no valía la pena pelear. Ella mantuvo una sonrisa agradable cuando preguntó:
— ¿Nos dejará pronto el sacerdote que viaja con nosotros? Creo recordar que dijiste que
viajaba con nosotros por motivos de seguridad.
— Eres observadora— dijo Torin, viendo a su esposa con una inclinación interrogante de
su cabeza.
— Solo curiosa mi lord— corrigió ella suavemente.
Traducción: Kalia2101 6
— Curiosidad puede traer infinidad de preguntas, otra cosa que no toleraré de mi esposa—
advirtió.
— Haré lo mejor— ella ofreció.
— ¿Y el sacerdote?
— No debes preocuparte— dijo él, su sonrisa se desvaneció un poco.
— ¿Dime, esposa, tu curiosa preocupación se extiende al lecho nupcial?
Si él pensaba tenerla tímida por la vergüenza, estaba muy equivocado. Ella estaba ansiosa
por responder, pero un feroz grito atravesó los bosques y la siguiente cosa que ella supo, era
su esposo arrojándose sobre ella, sus brazos cerrándose fuerte alrededor de ella
tumbándolos a ambos al suelo.
— Mantente abajo— ordenó y se puso de pie en un instante, tirando de su espada desde la
vaina en su espalda, y columpiándola hacia el hombre que descendía sobre él con un grito
vicioso y su espada en alto.
El miedo congeló a Flora. Había oído a su Pa y sus amigos cuando las batallas habían sido
discutidas, pero palidecían en comparación cuando estabas en medio de una batalla en vivo.
Los rugidos feroces que perforaban el aire eran peores que un poderoso trueno. El continuo
ruido metálico de las espadas chocando ensordecedor, los angustiosos llantos de dolor de
los heridos y muertos era terrorífico, la vista de cuerpos cayendo uno después de otro una
pesadilla, la lluvia de sangre manchando el blanco puro de la nieve espantoso, y el horroroso
olor que le retorcía el estómago y que rezaba para no volver a oler nunca más, la mantenía
demasiado temerosa para moverse.
Ella se mantenía acurrucada en el suelo mientras su esposo peleaba frente a ella venciendo
a cualquiera que se atreviera a desafiarlo.
El highlander ostenta una gran belleza y un gran peligro.
Le había dicho eso su tío y se lo recordó Lord Cree. Él le aconsejó aprender cómo sobrevivir
en las Tierras altas. ¿Cómo aprende uno a sobrevivir a tal salvajismo?
Para ella, la batalla parecía durar para siempre mirando guerrero tras guerrero caer mientras
ella rezaba y rezaba para que todo terminara.
— Flora. Flora — Torin decía y sacudía a su esposa mientras la ponía de pie.
— ¿Estas bien?
Flora lo miró fijamente, sin estar muy segura de nada, aunque sus ojos se abrieron cuando
vio la sangre goteando a un lado de su rostro.
Traducción: Kalia2101 7
— Estás sangrando.
— No es nada. ¿No estás herida? — Preguntó.
Cuando ella no respondió inmediatamente, la mano de su esposo se deslizó debajo de su
capa y recorrió su pecho y su cintura.
— ¡Nay1! ¡Nay! Dijo ella rápidamente, su toque intimo la había conmocionado.
— ¿Se terminó?
— Aye, una pequeña banda de mercenarios que imprudentemente atacaron a expertos
guerreros— explicó Torin, su mano permaneciendo en su delgada cintura.
— ¿Por qué atacaron? — Preguntó ella.
— Para robarnos, sin duda — Dijo Torin.
Flora pensó que captó una nota interrogante en su voz como si él no estuviera
completamente seguro. Normalmente, ella se demoraría en eso, trataría de descubrir más,
pero su mente estaba demasiado concentrada en la mano de él en su cintura. Nunca había
sido tocada con tal familiaridad por un hombre, se encontró a sí misma curiosa de que no lo
sintiera desagradable.
Sus ojos pronto vieron varios cuerpos tirados en el piso sin vida y rápidamente preguntó:
— ¿Tus guerreros?
— Unas pocas heridas menores, nada más. — La acomodó contra él.
— Estás temblando.
— Mi primera batalla, — ella dijo, y sorpresivamente su cuerpo se relajó, casi
instintivamente, contra él y descansó su mano, más como un agarre, sobre su brazo como si
necesitara atarse a él.
— Lo hiciste bien, esposa, — la elogió y lo dijo en serio. Ella estaba pálida y obviamente
asustada, sin embargo, ella no derramó una lágrima.
— Me acobardé, — dijo ella como avergonzada.
— Nay, hiciste lo que te ordené y eso me agrada. Si hubieras permitido que el miedo
arraigara y hubieras corrido, entonces eso definitivamente hubiera resultado desastroso. —
Traducción: Kalia2101 8
— El pensamiento nunca entró en mi cabeza, — admitió ella, molesta de que no hubiera
pensado en algo para poder ayudar. Había permitido al miedo, controlarla y eso la
inquietaba.
— Bien. Eso significa que confías en mí y eso también me agrada, — dijo Torin, pensando
que había sido sabio al elegir tomarla a ella como esposa, como si él nunca tomara decisiones
tontas. Él había sido enseñado mejor que eso.
— Seguiremos. Quiero llegar a casa mañana por la mañana, — dijo él, manteniendo su brazo
alrededor de su cintura mientras la acompañaba a su caballo.
— ¿Qué pasa con los muertos? — preguntó ella, dando una mirada alrededor para ver al
sacerdote rezando sobre ellos.
— Los animales del bosque se ocuparán de ellos, — dijo él.
— Sigues temblando. ¿Necesitas descansar?
— No necesito descansar, — dijo ella y se apresuró a quitarle la mano. Ella bajó su voz.
— No mostraré debilidad frente a tus hombres. —
— Me enorgulleces, esposa, — dijo él, sorprendido de que ella hubiera pensado incluso en
no avergonzarlo y la levantó sobre su caballo.
No era tanto por orgullo sino terquedad, pero ella no le diría eso a él. Además, ella lo haría
mejor montando sola, permitiéndose tiempo para calmar sus temblores y su estómago
revuelto.
— Nosotros hablaremos luego, — dijo Torin después de montar su caballo.
— Tus heridas necesitan ser limpiadas, — le recordó ella.
— Veré que se haga, — dijo él y cabalgó lejos, repartiendo ordenes al sacerdote al pasar
junto a él.
— No gaste su tiempo en ellos Sacerdote. No merecen rezos. —
Un profundo escalofrío estremeció a Flora. Estaba empezando a ver el inesperado peligro
que acechaba en las Tierras Altas, y se preguntó si tendría la fuerza o la habilidad para
sobrevivir.
Traducción: Kalia2101 9
Flora observaba cómo guerreros extra eran apostados alrededor del campo esa noche.
Incluso el sacerdote parecía al límite, como esperando algo para saltar fuera de la oscuridad,
por forma en la que miraba nerviosamente hacia el bosque oscuro. ¿Y dónde había estado su
esposo? No lo había visto hasta que hicieron el campamento, e incluso entonces, él no se
había acercado a ella. Solo ahora, después de que el campamento fue establecido él caminó
hacia ella.
— ¿Hay alguna razón para preocuparse por otro ataque? — Flora preguntó cuando él se
agachó junto a ella frente a la fogata. Él había limpiado la herida de su cabeza, ya solo un
pequeño corte como recordatorio.
— Nay, no te preocupes, — le aseguró él.
— Entonces ¿por qué doblaste la cantidad de guardias y por qué el clérigo observa con
miedo dentro de los bosques oscuros?
— Esas son preguntas con las que no necesitas molestarte, — dijo Torin.
La firmeza en su voz le advirtió que dejara estar el tema, pero ella lo ignoró.
— Pero si me preocupan. ¿Hay alguna razón para esperar otro ataque? —
La miró de forma extraña y ella supo sus pensamientos. Él se preguntaba por qué ella no era
tan callada y curiosa cuando la conoció por primera vez en el Clan Strathearn.
— Es una precaución extra, eso es todo, — dijo Torin, sorprendido por sus preguntas. Había
visto solo una pizca de curiosidad de ella en el Clan Strathearn y poca plática. Pero podría
ser el miedo por el ataque por lo que ella lo cuestionaba.
— Mantengo a salvo lo que es mío. No hay nada por lo que temer. —
Lo que es mío.
¿Era ella simplemente una propiedad para él? Una posesión para hacer con ella lo que
deseara. Esa era una de las razones por las que ella no deseaba casarse. No quería ser
reclamada como una posesión. Sus padres se habían casado por amor, pero no era común
para la mayoría de las parejas, Los matrimonios eran arreglados, las parejas se casaban,
extraños el uno con el otro, como ella estaba ahora.
Atrapada. Eso era lo que ella estaba… atrapada.
Torin se detuvo.
— Tengo cosas que debo atender. Duerme. Nos vamos al amanecer y cabalgaremos hasta
llegar a casa.
Traducción: Kalia2101 10
Ella lo vio unirse a dos guerreros que charlaban, entonces sin una mirada hacia atrás
desapareció dentro del bosque con ellos. Él nunca se había unido a ella antes de dormir, pero
en la mañana lo encontraba junto a ella. Estaba empezando a darse cuenta de que él era un
esposo que guardaría secretos a su esposa. Ellos no serían compañeros y compartirían todo
como su ma’ y pa’ habían hecho. No sería más que una posesión para él y eso no le sentaba
bien a ella.
Flora aprendió a parecer desinteresada cuando las conversaciones la rodeaban para que los
amigos y conocidos de su pa mantuvieran conversaciones frente a ella, pensando que ella no
les prestaba atención. Ella había aprendido mucho habiendo adquirido tal habilidad y ella
intentaba hacer uso de eso ahora.
Ella se levantó y caminó lentamente alrededor del campamento mirando alrededor,
estirando los hombros hacia atrás, empujando la nieve en el piso con sus pisadas como si
ella descubriera algo importante, todo mientras escuchaba.
— ¿Crees que él lo encontrará?
— Él lo encontrará.
— Si está vivo.
— Dios ayude a quien sea que lo haya podido herir.
— O peor, matarlo.
— Lord Torin lo despedazará pieza por pieza.
— Él encontrara a Kinnell no tengas duda.
Flora se volvió a acomodar sobre la manta junto a la fogata. Ella conjeturó lo que pudo de lo
que había escuchado. Kinnell había llegado con Torin al Clan Strathearn. Había aprendido
que no era solo el rastreador de Torin sino un viejo amigo. No lo había visto mucho durante
su viaje. Pensándolo bien, él debió haber estado fuera buscando si había alguna pista de
cualquier tipo que pudiera probar alguna amenaza contra ellos. Que ellos hubieran sido
atacados sin advertencias significaba que algo debería haber impedido a Kinnell de
advertirles. Y como solo había visto a su esposo por un corto tiempo después de que ellos
habían acampado, ella concluyó que él había estado buscando a su amigo todo el tiempo y
ahora continuaba haciéndolo.
Su mirada fue hacia el clérigo, que seguía mirando hacia el bosque oscuro, y decidió ver si él
sabía algo.
Traducción: Kalia2101 11
Caminó hacia él, estudiándolo mientras se acercaba. Era bajo, tenía una apariencia
despeinada y el olor que desprendía era prueba de que sus ropajes y cuerpo, ambos,
necesitaban una buena lavada.
— No quiero molestarlo clérigo, — dijo suavemente.
— Pero podría necesitar su consejo.
— Por supuesto hija mía, siéntate, — ofreció y palmeó el asiento a su lado.
Flora se sentó feliz por el fuerte olor de la madera quemándose que ayuda a enmascarar el
olor del sacerdote.
— Estaba esperando que usted pudiera darme alguna orientación, sobre como servir mejor
a mi esposo.
Tuvo que aclararse la garganta ya que sentía como si se ahogara con sus falsas palabras.
— Sométete hija mía, — dijo el clérigo. — Sométete a la sabiduría de tu esposo.
— ¿Él sabe lo que es mejor de todas las cosas? — Preguntó ella con un tono inocente.
— Aye2, él sabe qué es lo mejor. Sométete a su voluntad y sé una buena esposa.
— Él es sabio y debo confiar en él, — dijo Flora.
El clérigo asintió.
— Aye, hija mía, lo entiendes.
— Yo confío en él. Confío en que él te trajo al Clan Norham por una razón, una buena razón,
— dijo ella, mirando a los ojos del clérigo, viendo miedo y tuvo una corazonada.
— ¿Usted nos ayudará?
Gotas de sudor brotaron de la frente del clérigo.
— Lo intentaré, pero si el mito es real, hay muy poco que yo pueda hacer.
— Aye, el mito, — dijo Flora, asintiendo como si ella supiera de lo que estaba hablando.
— Aye, el gigante podría resultar problemático.
¿Gigante? ¿Había un gigante en su nuevo hogar? Tenía que saber más, así que tomó su
oportunidad.
— Y por una buena razón.
Traducción: Kalia2101 12
— Algunos lo creen. Después de todo, él fue quién arrancó parte del continente con sus
enormes manos para formar la Isla de Outerson y la dejó a la deriva para asentarse en medio
del lago. El gigante continúa residiendo allí para siempre protegiendo la isla y el clan que la
habita, el feroz Clan Norham.
— ¿Él aún habita en la isla? — preguntó, pareciendo temerosa, pensando que no podía creer
tal cuento.
— Este fantasma lo hace. Él reside en la torre y no deja a nadie en paz.
Traducción: Kalia2101 13
CAPITULO 2
Flora despertó esa mañana por las voces no tal lejanas a donde ella yacía. Dos hombres
charlaban y ella reconoció una voz como la de su esposo. Miró a través de los ojos
entrecerrados para ver que él estaba sentado frente al fuego, Kinnell cerca de él. Era claro
por su ojo ennegrecido y su labio partido que había estado en una pelea. Cerró sus ojos y
escuchó.
— No vi sus huellas hasta que fue demasiado tarde, — dijo Kinnell.
— Él es un buen rastreador, aunque no un luchador. Yo hubiera clamado mi victoria y les
hubiera evitado la batalla si alguien no me hubiera golpeado desde atrás.
— Tienes un bulto de buen tamaño, — dijo su esposo. — Ve qué dice Iona cuando lleguemos
a casa.
Kinnell rio.
— Yo puedo decirte, ya lo que la bruja de curandera dirá… está lejos de tu trasero.
— Ella tiene una lengua afilada, pero pregúntale de todos modos.
— ¿Afilada? Una lengua malvada eso lo que ella tiene, — dijo Kinnell, risa aún en el tono.
El silencio siguió por un momento antes de que Torin dijera:
— Este ataque me preocupa. Esta zona del bosque es poco transitada. No hay un camino
pisoteado para ser encontrada. Así que, ¿qué estaba haciendo una banda de mercenarios con
un rastreador aquí?
— Yo me pregunto lo mismo, — admitió Kinnell.
— No hay nada para ser encontrado aquí, excepto tú en tu camino a casa con tu nueva
esposa.
Sus palabras volvieron silenciosos a ambos hombres por unos segundos.
— ¿La has hecho consciente del fantasma? — preguntó Kinnell.
— Aún no.
— Ustedes no pueden dormir en la fortaleza a nuestro regreso. Ella correrá gritando desde
el lugar, — aconsejó Kinnell.
Traducción: Kalia2101 14
— Nos quedaremos en la cabaña cerca a la fortaleza, — dijo Torin, sonando no muy feliz.
— ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que alguien ha dormido en la fortaleza?
— Un sinfín de meses, — admitió Torin — Una vez que la noche cae, nadie quiere
permanecer ahí.
— ¿Puedes culparlos? Gemidos, un frío extraño y arrollador, puertas encontradas abiertas
después de que habían estado cerradas o cerradas después de haberlas dejado abiertas. Los
fuegos encendidos en los hogares se encuentran fríos cuando se han encendido. El fantasma
del gigante quiere el lugar para sí mismo. —
La voz de Kinnell bajó de volumen, y Flora se alegró de que el fuego se hubiera extinguido y
el crepitar de las llamas no fuera tan fuerte.
— Y no me digas que tú no crees en fantasmas. Los dos vimos una aquel día en el bosque.
Tu abuelo, Hamish. El miraba directamente hacia ti, te saludó con la mano, y se alejó,
desvaneciéndose en el aire. Cuando regresamos a la fortaleza, descubrimos que él había
muerto horas antes. Si solo uno de nosotros lo hubiera visto ahí seguramente habría dudas,
pero ambos lo vimos, tan claro como el día. —
— Pero el gigante no se muestra a sí mismo. — argumentó Torin.
— Nunca lo ha hecho, así que ¿por qué sería diferente ahora? Sigo diciendo que él está
enojado por algo y si encontramos qué es, podría calmarse y tu podrías ocupar la fortaleza
otra vez y tendríamos las reuniones ahí. El clan extraña las reuniones, especialmente las de
invierno cuando estamos atrapados en nuestra propia casa y necesitamos la compañía de
otros. —
— El clérigo podría ayudarnos. Puede bendecir la fortaleza y rezar para que el fantasma del
gigante pueda descansar. — dijo Torin, sonando esperanzado.
La voz de Kinnell se volvió más baja.
— Él luce como si no se pudiera ayudar ni a sí mismo. —
— Fue el único dispuesto a venir aquí. —
Kinnell resopló.
— Ya veremos cuánto aguanta. —
Flora los escuchó levantarse y caminar sin platicar. Abrió los ojos, pero no completamente,
hasta que vio que ellos estaban a una buena distancia de ella, sus espaldas hacia ella. Otros
estaban empezando a despertar, lo cual debió haber sido el motivo del final de su
conversación.
Traducción: Kalia2101 15
Un fantasma, debería ser un desafío y un desafío siempre traía consigo una ganancia:
conocimiento. Este matrimonio podría resultar interesante después de todo.
La salida por la mañana fue apresurada, nada de comida se ofreció, todos montando
ansiosamente sus caballos, listos para irse. Era obvio que todos ellos querían llegar a casa.
Flora esperó junto a su caballo a su marido.
Él llegó con una sonrisa que pretendía encantar y, por supuesto, lo hizo, para consternación
de Flora. Debía tener más cuidado en dejarse seducir por su sonrisa. Hizo poco para
ayudarla a ver lo que su marido escondía detrás de su sonrisa.
Era cerca de medio día cuando Torin maniobró su caballo para ponerlo junto a la yegua de
su esposa.
— No pasará mucho tiempo antes de que lleguemos a casa.
Flora asintió, esperando a ver qué discutiría con ella, y el tema la tomó con la guardia baja.
— Nunca llegaste a responderme ayer… acerca de tu curiosidad, — dijo Torin, dirigiendo
una maliciosa sonrisa a ella.
— ¿Esa curiosidad se extiende a la cama matrimonial?
Tomada con la guardia baja o no, ella fue rápida en responder:
— ¿Qué nueva esposa no está curiosa?
— ¿Entonces, no huirás?
— ¿No depende de ti? — preguntó ella con fingida inocencia y continuó ya que él parecía
perplejo:
— El clérigo dice que debería someterme a ti porque eres sabio. Si es así, ¿entonces no sería
cuán bueno eres en la alcoba que me tendrás disfrutando en lugar de huir de ti?
— ¿Hablaste con el clérigo? — preguntó, dándose a si mismo tiempo para pensar en la
sorpresiva respuesta de su esposa.
Flora por otro lado, no necesitaba tiempo para responder.
— Busqué consejo. ¿No fueron sus palabras sabias? —
Traducción: Kalia2101 16
— Nay. Él está en lo correcto. Es el deber de una esposa someterse a su esposo— dijo Torin,
pero cuestionándose a sí mismo. ¿Quería él una esposa que se sometiera a su toque por deber
o una que lo hiciera por deseo? Pero él tenía experiencia cuando se trataba de mujeres.
— Lo hare más que agradable para ti. —
— Por favor, dime qué es lo que esperas, no soy ignorante acerca de lo que compartiremos,
— ella instó, queriendo que él pensara que ella estaba ansiosa. Su madre, Dios bendiga su
alma, había hablado con ella acerca de la intimidad entre hombre y mujer. Ella le dijo que no
la tendría ignorante en su lecho matrimonial como ella lo había estado, sin embargo, ella
nunca había estado más agradecida de que su esposo hubiera estado tan bien versado y lo
hubiera hecho tan satisfactorio para ella.
— Ya habrá tiempo para ese tipo de plática cuando lleguemos a casa, — dijo Torin.
— Aye, mi señor. Espero con ansias... y también instalarme en la fortaleza. — Ella lo vio. Era
ligero, pero vio que su sonrisa titubeó en las esquinas de su boca, aunque rápidamente se
mantuvo.
Desde que supo por el clérigo, lo del fantasma, sabía que tendría que aprender por sí misma
lo que estaba sucediendo.
Un guerrero estaba de repente sobre ellos.
— Mi señor, usted es necesitado al frente. —
Torin asintió.
— Estaré ahí. —
Tomó las riendas, listo para cabalgar, pero se detuvo.
— Hablaremos después, esposa, aunque creo que sería mucho mejor si te muestro en lugar
de decirte como someterte en el lecho matrimonial. —
Flora no estaba sorprendida por la sensación de revoloteo que le había causado su
aseveración. Su mamá le había advertido de eso. Explicando que era natural y cómo te
envolvería dentro de incluso más placer si el momento era el correcto y las habilidades del
hombre eras suficientes para verlo florecer en ella. Ella tenía que admitir que estaba curiosa
acerca de eso desde que su mamá le había explicado el acto en sí mismo, ella pensó que era
bastante desagradable. ¿Cómo sería del todo placentero él clavando su eje en ella? Su madre
le había asegurado lo contrario. Seguía sin estar completamente segura acerca de eso, pero
estaba curiosa. Y qué mejor manera de satisfacer su curiosidad que descubrirlo ella misma.
La única cosa que la preocupaba era que su mamá le había explicado que esas sensaciones
salen a flote cuando te sientes atraída por un hombre, preferiblemente el esposo de una, y
Traducción: Kalia2101 17
especialmente su toque. A ella no le importaba su toque, para nada. Fue suficientemente
placentero y él no fue rudo con ella como ella había oído que algunos esposos podrían ser.
¿Podría ella estar más atraída hacia él de lo que se daba cuenta? Pero ¿no sería una cosa
buena si ella estaba destinada a darle hijos y pasar el resto de su vida con él?
Darle hijos.
No estaba lista para darle hijos. Ella apenas lo conocía y aunque su sonrisa atraía, también
enmascaraba secretos. No tendría hijos hasta pasar tiempo con él y aprender más acerca de
él. Ella sabiamente había obtenido una mezcla de Hertha, la joven curandera en el Clan
Strathearn, antes de partir, que prevendría que la semilla de su esposo enraizara. Había
empezado a tomarla y continuaría haciéndolo hasta que creyera que era seguro hacer lo
contrario.
Una hora después, un guerrero la dirigió al frente de la línea para cabalgar junto a su esposo.
— ¿Está todo bien esposo? — preguntó.
— Si. No estamos lejos de casa, — dijo él, y en cuanto ellos doblaron en la curva, el bosque
desapareció y un lago apareció frente a ellos, la Isla de Outerson justo en medio de él.
El lago parecía más pequeño de lo que Flora imaginó que podría ser, pero entonces ella se
dio cuenta que era la enormidad de la isla la que hacía parecer más pequeño al lago. Estaba
sorprendida, aunque aliviada, al ver un puente de piedra, lo suficientemente ancho para que
dos jinetes lo montaran lado a lado y bajo hacia el agua, conectando la isla con el continente.
A ella no le gustaba el pensamiento de que estaría atrapada en una isla sin caminos de salida
excepto por bote. Escapar había estado en su mente en esos momentos y procurar un bote
había sido una preocupación para ella, al igual que un marido que podría resultar intolerable
o el matrimonio en sí. Debía tener un plan de algún tipo, pero no había surgido ninguno, y
continuaba advirtiéndose a sí misma para aceptar su destino y aprovecharlo al máximo.
Torin podría decir por la forma en que los ojos de su esposa brillaban, en el momento en el
que pisaron el puente, que estaba sorprendida.
— Mi abuelo empezó el puente, y fue terminado en el tiempo de mi pa. Hace más fácil
transportar cosas a la isla, y con solo un camino de entrada y salida, se hace más fácil para
defender. —
— Está bajo, hacia el agua. ¿Nunca se inunda? — preguntó, algo que ella sintió que era bueno
saberlo.
— En ocasiones, — Torin dijo, aunque no dio más detalles.
Traducción: Kalia2101 18
Flora sintió la emoción de la tropa cuando cruzaron el puente. Lo alto de la torre de
vigilancia se podía ver sobre lo alto de los árboles y eso fue lo que ellos alcanzaron primero
a su llegada a la isla. Los guerreros saludaron a Lord Torin y a la tropa con gritos de vítores
cuando pasaron junto a ellos. Granjas pronto comenzaron a aparecer, y los ocupantes
gritaron vítores de bienvenida a casa. El pueblo continuó siguiéndolos, y todos fueron
igualmente entusiastas en su bienvenida. Los guerreros comenzaron a dispersarse por el
camino y solo Flora, su esposo, Kinnell y el clérigo llegaron frente a la fortaleza.
— Ha sido un viaje agotador, mi señor, — dijo el clérigo.
— Lo mejor será que vea la fortaleza mañana. —
— Kinnell te llevará a una cabaña, tuya mientras estes aquí, lávate a ti mismo y tus ropajes.
No puedo soportar la inmundicia, — Comandó Torin.
El poderoso comando en su voz hizo que Flora pensara que él no sonaba tan autoritario en
el Clan Strathearn. Sin embargo, estaba ahora en su hogar, y él gobernaba aquí.
No quería que él supiera que ella sabía acerca del fantasma en la fortaleza, pero estaba
ansiosa porque él le contara al respecto, lo cual le hizo preguntar:
— ¿Por qué el clérigo debe ver la fortaleza?
— ¿Otra pregunta, esposa? — Preguntó él, su sonrisa provocando, pero sus ojos advirtiendo.
— Te recuerdo mencionando su intención no era viajar todo el camino con nosotros y aun
así aquí está. No puedo evitar preguntarme ¿por qué?
— Acomodémonos primero, — dijo él.
— Aye, me vendría bien el calor de una chimenea y un brebaje caliente, — dijo ella y se alejó
de él para hacer su camino hacia las escaleras de la fortaleza.
Su mano agarró su brazo, deteniéndola.
— Están trabajando en la fortaleza. Nos quedaremos en una cabaña por ahora. —
— ¿Qué tipo de trabajo? — preguntó ella mientras su firme sujeción la forzaba a alejarse del
camino hacia la fortaleza.
— Trabajo de reparación, — dijo él y encabezó hacia una cabaña cercana a la fortaleza.
Ella continuó con sus preguntas.
— ¿Qué tipo de reparaciones y cuánto tiempo tomará? —
— No te preocupes por eso. —
Traducción: Kalia2101 19
— Pero ¿no es el deber de una esposa la administración de la fortaleza? — preguntó ella, su
prima Tavia trató de explicarle en el poco tiempo que pasaron juntas, qué se esperaba de
ella como esposa del señor de un Clan.
— Te haré saber tus deberes, — dijo Torin, tratando de calmar su molestia.
— Cuanto antes esté al corriente de ellos, antes podré atenderlos, — dijo ella.
Se preguntaba dónde había desaparecido la mujer callada que él había conocido en el Clan
Strathearn. Apenas había pronunciado una palabra y había hecho pocas o ninguna pregunta.
¿Lo habían engañado para que pensara que su esposa era algo que no era?
— ¡Suficiente! —chasqueó él.
— Te diré cuando esté listo para decirte.
Empujó la puerta de la cabaña y la dejó precederlo dentro. Era un lugar de buen tamaño,
aunque la chimenea era pequeña, y ella temía que no fuera suficiente para calentar la
habitación. Una mesa y bancos suficientes para dos, estaba en el centro de la habitación
mientras una cama donde cabían dos personas cómodamente estaba escandida en una
esquina. Había perchas en la pared para colgar la ropa y un baúl abrazaba el lado de la cama
que no estaba pegado a la pared.
— Traerán tus cosas enseguida, — dijo.
— ¿No tienes idea de cuándo se completará el trabajo en la fortaleza? — Esperó, viendo si
él finalmente confesaría sobre el gigante y la fortaleza.
— No. — dijo él.
¿Por qué no le diría acerca del supuesto fantasma? ¿Sintió que ella retrocedería con miedo y
se negaría a poner un pie en la fortaleza? Eso no pasaría. Estaba curiosa acerca del gigante y
su historia. Podría imaginar cuán emocionados estarían su pa' y su ma' por descubrir la
verdad, para probar que la historia no era nada más que eso, una historia o probar que el
mito es real. Entonces, ¿cómo se libraría uno de un fantasma? La perspectiva era
emocionante para ella, una distracción del dolor que continuaba acosándola desde la muerte
de sus padres. También le ofrecía una manera de estar más cerca de sus padres una vez más,
compartir una aventura, como habían hecho antes.
— Haré que envíen bebida caliente y comida aquí y regresaré tan pronto como pueda, —
dijo, — luego hablaremos. —
— ¿Cómo está Kinnell? Se veía como que había estado en una pelea y sé que él no estaba con
nosotros durante el ataque, — dijo, agregando la última parte desde que supo que él usaría
el ataque para explicar las heridas en su amigo.
Traducción: Kalia2101 20
Una vez más, quedó impresionado por la aguda capacidad de observación de su esposa y se
preguntó sobre su verdadera naturaleza. Él había creído que era la esposa perfecta, de
modales recatados, tranquila, obediente. Estaba empezando a pensar que se había
apresurado a entrar en el matrimonio., pero él necesitaba una esposa. Tuvo que aplazar el
casarse, tiempo suficiente. Además, la encontró atractiva desde que posó sus ojos en ella, y
esa atracción había crecido durante su viaje.
— No necesitas preocuparte por eso, — dijo él. — Ahora, siéntate y descansa. Bebidas y
comida estarán aquí, pronto. Habrá tiempo para hablar después. —
Salió por la puerta sin decir nada más o permitiéndole a ella otra palabra. Ella se quedó
mirando la puerta, un crujido de su frente, preguntándose cómo podría colarse en la
fortaleza y explorar en lugar de considerar que esta noche tendría que compartir una cama
con su esposo, hasta que… se volteó, y su mirada captó la cama, y entonces se dio cuenta de
lo que pasaría ahí, esta noche.
Traducción: Kalia2101 21
CAPÍTULO 3
— ¿El clérigo ya está instalado? — preguntó Torin, viendo que Kinnell se aproximaba a él.
— Aye, pero creo que es inservible para nosotros, — dijo Kinnell.
— Pensé que eso podría pasar, — admitió Torin y negó con la cabeza. — Debí haberlo
sabido mejor una vez que me enteré de que había sido despedido del monasterio, demasiado
imbuido en la bebida como para realizar sus deberes. —
— Estabas desesperado. —
— Aye, todavía lo estoy, — admitió Torin, — ¿Has visto a Iona? —
Kinnell se encogió.
— Esa mujer me pone nervioso. —
— Vamos, ¿tengo que ir contigo? —
— ¿No tienes una esposa que instalar? — preguntó Kinnell con una sonrisa divertida.
— Ella se está acomodando en la cabaña y lo hace bien, aunque está llena de preguntas. —
— Raro. No parecía del tipo curioso, — dijo Kinnell. — Era tranquila, apenas diciendo algo
cuando estábamos en Clan Strathearn. —
— Lo sé, y eso me hace preguntarme si había una razón por la que Newlin estaba tan ansioso
por aceptar mi propuesta de matrimonio, — Confesó Torin, habiéndose aprovechado de su
mente con cuántas preguntas hizo últimamente.
— Podrías esperar y descubrir más acerca de ella antes de sellar los votos de matrimonio.
Entonces sería fácil disolver el matrimonio, — aconsejó Kinnell. — Aunque cualquier
hombre no se cansaría de mirarla, si eso te importara. —
— Es una belleza, eso seguro, pero un hombre podría terminar cansado de ella rápidamente
si habla sin fin y siempre tiene preguntas. — el pensamiento lo tenía ceñudo.
— Suficientemente cierto. Pero ¿quieres empezar otra vez la búsqueda de esposa? Siempre
podrías enseñarle a refrenar sus palabras. —
Torin asintió.
Traducción: Kalia2101 22
— Ella hablo con el clérigo, y él aconsejó someterse a la sabiduría de su esposo. —
— Ahí tienes. Imparte tu sabiduría marital y ve que todo esté bien. —
— Ella parece ceder fácilmente, así que tal vez estoy preocupado por nada, — dijo Torin. —
Y no tengo deseos de buscar por una esposa otra vez. Esta tendrá que ser. Voy a tener que
enseñarle a seguir mis reglas. —
— Un buen plan, — dijo Kinnell.
Torin tenía la intención de hacerlo funcionar desde que Kinnell mencionó la disolución del
matrimonio, él había sentido un nudo en el estómago. Apenas conocía a su esposa, pero
admitiría, a sí mismo claro, que ella le gustaba y curiosamente, algo dentro de él no quería
perderla. Así que, aunque se preguntara por qué no parecía tan tranquila como al principio
pensó, su atracción hacia ella no había cambiado, en todo caso, había aumentado con su
viaje a casa.
Había disfrutado observando la manera en que estiraba su cuerpo al despertar en la mañana
y sonrió mirando al cielo como si estuviera feliz de recibir el día. También había disfrutado
la forma en que ella fácilmente regresaba sus sonrisas como si no se pudiera resistir.
Entonces había habido una sacudida de placer que lo golpeó cuando pasó sus manos por su
pecho y a lo largo de su cintura para ver que no había sido herida después del ataque. No
había esperado eso, tampoco había esperado experimentar una excitación repentina. En ese
momento, él había querido a su esposa, había anhelado tenerla y eso había sido una sorpresa
y una agradable.
— ¿Qué te pasó —
La fuerte y demandante voz tenía a Kinnell encogiéndose y a Torin sonriendo.
— No es nada. Olvídalo, — Kinnell insistió cuando la sanadora se acercó hacia él, y
retrocedió, lo que la hizo mantenerse tras él hasta que finalmente se rindió y se quedó en su
lugar para que ella pudiera plantarse cerca de su rostro para examinar sus heridas.
Torin observaba, siempre disfrutando el intercambio de empuje y tirón entre los dos. Iona
intimidaba con su naturaleza abrupta y su apariencia salvaje. Ella sobresalía una cabeza
sobre la mayoría de los hombres, y aunque estaba a la altura de Kinnell, no de Torin. Él tenía
estatura sobre ella y sobre la mayoría de los otros. Ella era delgada pero musculosa y tenía
características agudas que capturaban el ojo o forzaron a uno a mirar hacia otro lado. Su
pelo rojo llameante se negaba a permanecer contenida sin importar lo que le hiciera, por lo
que lo mantenía corto sobre sus hombros y le dio a los rizos su libertad. Era joven para una
sanadora siendo solo unos pocos años mayor que los veintidós años de Kinnell. Aunque
joven, era una sanadora excepcional.
Traducción: Kalia2101 23
— He visto cosas peores, — dijo Iona, alejándose de Kinnell para su alivio.
— Y eso está lejos de tu trasero. —
Kinnell miró hacia Torin, una sonrisa en su rostro le hizo saber en silencio que había tenido
razón sobre lo que la sanadora le diría.
— Sonríe así y te partirás el labio otra vez, tonto, — amonestó Iona, sus audaces ojos verdes
entrecerrándose mientras se enfocaban en Kinnell.
La risa de Torin se agrandó mientras la sonrisa de Kinnell se desvaneció.
Iona cambió su atención a Torin y Kinnell casi suspira de alivio.
— Entonces, esta esposa tuya, ¿es del tipo fuerte o mimada? — preguntó Iona, cruzando los
brazos sobre su amplio pecho.
— Por lo que he visto hasta ahora, tiene fuerza en ella, aunque las Tierras Altas le son ajenas.
Su padre era un erudito, habiendo estudiado y enseñado en una universidad en ciernes en
Inglaterra y también vivió en Edimburgo por un tiempo. — Al menos eso era lo que él había
aprendido mientras estuvo en el Clan Strathearn. Todavía tenía que discutir el pasado de
Flora con ella y eso podría ser un error de su parte, no haber aprendido lo suficiente de ella.
— Lugareños de las tierras bajas, no tienen fortaleza en ellos, — dijo Iona, arrugando la cara
con disgusto.
— Las salvajes Tierras Altas no solo serán ajenas para ella, sino también aterradoras. Le
tomará tiempo adaptarse. Vas a necesitar mucha paciencia con ella, así como el clan. Me
presentaré a ella y la ayudaré en todo lo que pueda.
— Aprecio eso Iona, — dijo Torin.
— ¿Qué tiene que decir sobre el fantasma? — preguntó Iona.
— Eso no es de tu incumbencia, — dijo Kinnell.
— Lo es si voy a ayudarla, — argumentó Iona.
Torin puso fin rápidamente a sus disputas respondiendo a su pregunta.
— Ella aun no sabe. —
Iona sacudió su cabeza.
— No esperes mucho para decirle o ella lo oirá de otros primero y eso no es algo que quieras
que pase. Debería saberlo por su esposo no por un extraño. —
Ella caminó alejándose y Kinnell sacudió su cabeza a su espalda mientras se alejaba.
Traducción: Kalia2101 24
— Esa mujer puede ser exasperante. —
— Quizá deberías casarte con ella y enseñarle a someterse, — sugirió Torin bromeando.
Kinnell lanzó una afligida a Torin.
— Ni siquiera bromees con eso. Nunca me casaría con tan increíblemente irritante mujer.
— Se sacudió ante el pensamiento. — Pero tiene razón acerca de decirle a tu esposa antes
de que ella oiga sobre el fantasma de alguien más. —
— Sí, tiene razón. — dijo Torin. — Camina conmigo de regreso a la cabaña. El mensaje que
nos trajo de vuelta a casa dejó claro que había muchas cosas que necesitan atención aquí. —
Flora necesitaba una distracción de lo que la esperaba esa noche en la cama con su esposo y
qué mejor distracción que el fantasma. Esperó un poquito después de que se fue su esposo,
luego fue a la puerta y se asomó. Cuando estuvo segura de que su esposo no estaba a la vista,
se deslizó fuera y manteniendo vigilancia de que nadie la mirara avanzó hacia la fortaleza.
— No debería ir ahí mi lady. —
Flora se detuvo y giró para ver a una mujer bajita y gordita parada cerca de la esquina trasera
de la fortaleza, con una canasta cubierta sobre su brazo.
— He traído comida y bebidas para usted. Déjeme servirle en la cabaña donde estará a salvo
y calientita y pueda descansar de su largo viaje. —
Flora permaneció como estaba, sin moverse en ningún sentido.
— Y ¿tú eres? —
— Verena, mi lady, — dijo la mujer con un movimiento de su cabeza.
Flora sonrío. — Derivado del Latín para Vera, que significa verdad, un nombre encantador
y estoy segura de que te queda muy bien. —
Verena parecía perpleja. — Gracias, mi lady. —
— Por favor, deja la comida en la cabaña Verena, lo comeré en mi descanso, — dijo Flora y
giró para continuar hacia la fortaleza.
Traducción: Kalia2101 25
— De verdad, mi lady, no debería ir ahí. No es seguro, y el señor Torin prohíbe a cualquiera
entrar a la fortaleza sin su permiso, — dijo Verena, con preocupación en su redonda cara y
en voz gentil.
Si solo Verena no le hubiera dicho eso. ¿Cómo se las arreglaba ahora para no obedecer a su
esposo, aunque probablemente sería prudente obedecerlo de vez en cuando?
— Ya sé que se cree que el fantasma del gigante reside ahí, y tengo curiosidad de verlo por
mí misma. —
Verena sacudió su cabeza. — No es que solo se crea eso, es verdad. El fantasma del gigante
reside en la fortaleza, aunque nunca se muestra a sí mismo, pero se deja escuchar, se siente
su aliento. —
Eso intrigó a Flora, incluso más. — ¿Alguien ha resultado herido? —
— Nay, mi lady, en su mayoría asusta, pero uno nunca puede saber si perderá los estribos y
hará daño. Por eso es mejor mantenerse alejado, no molestarlo o provocarlo y causarle más
problemas de los que ya existen. —
Era considerado que la mujer se preocupara por ella, pero Flora no podía dejar que eso la
detuviera.
— Agradezco tu advertencia, Verena, pero una vez que mi curiosidad toma control, no hay
forma de detenerla. Hablaremos otra vez y gracias por la comida y la bebida. —
Flora dejó a una atónita Verena mirándola mientras subía a toda prisa los escalones de la
fortaleza y desaparecía en el interior.
Flora estaba de pie en una habitación estrecha, con antorchas apagadas en soportes a cada
lado de una puerta doble, cerrada. Había un olor a humedad como si la habitación hubiera
estado cerrada durante algún tiempo. Ansiosa por explorar, abrió un lado de las puertas
dobles, las bisagras de hierro crujieron, y entró en una habitación grande, la única luz
provenía de una contraventana de madera rota que colgaba suelta en una ventana en lo alto
de una de las paredes de piedra. Una gran chimenea de piedra ocupaba casi una pared y
numerosas mesas de caballete y bancos corrían a ambos lados de la habitación en línea recta
y hasta la mesa larga en el otro extremo, aunque no se unían a ella. Un paño blanco, cubierto
de polvo, estaba cubriéndola. Entonces se dio cuenta de que estaba en el Gran Comedor.
Tapices, que necesitaban una buena limpieza, colgaban de dos paredes, así como pancartas
de colores. Había lámparas de aceite colocadas sobre altos pedestales en varios lugares de la
habitación que proporcionarían suficiente luz, además de la luz del fuego en el hogar grande
y frío, que aún no había sido limpiado de sus cenizas.
Traducción: Kalia2101 26
Pasó unos momentos escuchando cualquier sonido extraño, un gemido o la sensación de un
aliento en ella, pero no escuchó ni sintió nada.
Se dirigió a la esquina izquierda del pasillo y atravesó una puerta hacia un pasillo corto y
oscuro. Pudo ver otra puerta a la izquierda. Probó la manija, pero estaba bien cerrada.
Regresó al Gran Salón y vio una escalera curva a un lado. Las escaleras desaparecieron en la
oscuridad, pero eso no detuvo a Flora. Apoyó la mano en la pared y subió con cuidado. Llegó
a un rellano donde había una puerta, o podías seguir subiendo las escaleras. Ella optó por
abrir la puerta.
Una luz tenebrosa inundó la habitación, así como un profundo frío. Miró hacia arriba para
ver que una vez más las persianas colgaban rotas y se preguntó si el fantasma tenía algo que
ver con el daño. Era un dormitorio pequeño, lleno de polvo, lo que significaba que no se
había utilizado en algún tiempo. Apliques de metal, con sus antorchas apagadas, estaban
montados en las paredes junto con armas, y cofres, algunos apilados de tres en tres, metidos
aquí y allá.
Se detuvo un momento y prestó atención, pero no oyó nada. Continuó explorando, subiendo
al siguiente piso con pasos cuidadosos ya que apenas podía ver frente a ella, para llegar a un
dormitorio. Estaba oscuro y no había ni una pizca de luz, aunque vio una luz en una pared
y se dirigió con cuidado hacia ella, golpeándose la pierna solo una vez con una silla al
sentirla. La tenue luz intentaba abrirse paso a través de las persianas. Flora alargó la mano
para abrirlos, pero sus dedos no tocaron la barra que los mantenía cerrados. Volvió con
cuidado por donde había caminado y volvió a tropezar con la silla. Se las arregló para
empujarlo hacia la ventana chocando una vez contra un cofre. Se subió a la silla y tiró de la
delgada barra de hierro hacia atrás y abrió las persianas.
Aunque el cielo estaba sombrío, todavía había suficiente luz para revelar la habitación. Era
una habitación grande con una cama grande que ocupaba una buena parte de ella. El polvo
lo cubría todo y el olor a humedad que había olido abajo era más prevalente aquí arriba.
Se bajó de la silla y la empujó con más facilidad esta vez hacia otra ventana cerrada y la abrió.
Un aire ligero, fresco y frío inundó la habitación y Flora sonrió. Esto era algo que ella podía
hacer, devolverle la vida al torreón y resolver el misterio del fantasma.
— Estoy aquí, Gigante, intento encontrarte para que podamos hablar, — llamó ella y brincó
cuando un sonido como un gemido barrió la habitación con un viento frío.
— Entonces, me escuchas. Habla conmigo.
Sus palabras fueron recibidas con un completo silencio, y lo pensó. Su papá no creía en
fantasmas mientras que su mamá no estaba segura. Su pa insistió en que había una
Traducción: Kalia2101 27
explicación para todo si uno buscaba lo suficiente y no cedía a pensamientos fantasiosos.
Sopesaría las opiniones de sus padres sobre esto y vería adónde la llevaban.
— Habla conmigo o no, Gigante, — dijo y se quitó la capa y la dejó sobre la silla.
— Estoy aquí para quedarme y no me asusto fácilmente. — Ella pensó un momento.
— Excepto en la batalla, la batalla me asusta. Ahora a trabajar. — Ella empezó jalando la
ropa de cama de la cama.
El regreso de Torin hacia su esposa tomó más tiempo del que le hubiera gustado. La gente
lo detuvo para desearle lo mejor en su matrimonio y bendecirlo con muchos herederos.
Algunos también tenían problemas que le consultaron, su culpa ya que se había ido
demasiado tiempo de casa. Escuchó pacientemente, aunque estaba impaciente por volver
con su esposa. Debería haberle dicho la verdad sobre por qué se quedarían en la cabaña. Si
bien no tenía intenciones de discutir ciertos asuntos del clan con ella, debería haber sido
honesto sobre la fortaleza. Esperaba que nadie le hubiera dicho una palabra sobre el
fantasma y tuviera tiempo para explicárselo todo.
— No te preocupes, Phillip, — dijo Torin al hombre mayor cuya fuerza ya no era lo que
alguna vez fue y asintió con la cabeza a Kinnell.
— Kinnell verá que tu techo sea reparado mañana.
— Gracias, mi señor. Sabía que te ocuparías de eso de la forma correcta. Eres un buen
hombre. Tu abuelo, el señor Hamish, estaría orgulloso de ti, — dijo Phillip.
— Me alegro de oír eso. Mi abuelo significaba mucho para mí, — dijo Torin.
— Y tú para él, mi señor, — dijo Phillip.
Torin se alejó con Kinnell, pensando en su abuelo y preguntándose cómo un hombre tan
bueno tuvo un hijo que a veces podía ser cruel.
— No te pareces en nada a tu padre, el señor Evander, — dijo Kinnell. — Tu eres como tu
abuelo hasta las buenas facciones y la hermosa sonrisa que roba todos los corazones de las
muchachas.
Traducción: Kalia2101 28
Torin rio. — Me conoces muy bien. — Y lo hacía. Kinnell y él habían sido amigos desde que
eran jóvenes y también estaba familiarizado con el tipo de hombre que había sido el padre
de Torin, regañando a menudo con la boca y rápido con la mano.
— Aye, por eso puedo ser sincero contigo.
— Y soy feliz por eso, — dijo Torin, agradecido por su amistad, aunque era más una
hermandad lo que ellos compartían. — Ahora es tiempo de volver a mi esposa.
Torin se detuvo frente a la fortaleza y la miró fijamente.
— Parece triste, — dijo Kinnell.
— Y descuidado, — dijo Torin, molesto consigo mismo por permitir que el problema se
saliera de control.
—Mi señor, —dijo Verena, apresurándose hacia él.
A Torin no le gustó la preocupación en los ojos de la mujer, y echó un rápido vistazo a la
cabaña.
— ¿Le pasa algo a mi esposa, Verena?
— Espero que no, ¿mi señor? —dijo Verena, torciendo sus manos frente a ella.
—Dime, — ordenó Torin, con el estómago apretado por la preocupación.
— Le advertí que no fuera. Le dije que le prohibías a cualquiera entrar sin tu permiso, pero
ella fue de todos modos. — Verena miró hacia la fortaleza.
— ¿Mi esposa está en la fortaleza? — preguntó atónito.
— Sí, desde hace un tiempo y todavía no ha salido.
Torin corrió hacia los escalones, Kinnell a su lado cuando la puerta del torreón se abrió y su
esposa salió. Las mangas de su ropa interior estaban arremangadas, su trenza desordenada,
los mechones oscuros cubiertos de polvo como la mayor parte de ella, pero lucía la sonrisa
más grande que iluminaba su rostro y la hacía parecer aún más hermosa.
Flora se paró en el escalón más alto, feliz de ver a su esposo y gritó:
— Las reparaciones deben haber terminado en tu ausencia. He empezado a limpiar nuestro
dormitorio. Podemos dormir en la fortaleza esta noche.
Traducción: Kalia2101 29
CAPÍTULO 4
Torin estaba listo para hacerle saber su enojo, ¿cómo se atreve a ir en contra de sus
órdenes?, cuando vio que la curiosidad había atraído gente más cerca para escuchar.
— Sé cuidadoso con lo que dices, —advirtió Kinnell en un susurro. — No quieres que tu
esposa parezca más valiente que tú.
Torin dejó que una agradable sonrisa escondiera su disgusto cuando gritó:
— Después de limpiar a fondo.
Flora se cepilló la ropa, después de mirarse a sí misma y una columna de polvo se levantó
de ellos.
— Supongo que tienes razón. Tomará más de unas pocas horas limpiar la fortaleza de este
abandono.
Eso dolió y, sin embargo, Torin no percibió ni una pizca de desaprobación o reprimenda en
su comentario. Ella simplemente había declarado lo obvio, la verdad de la situación... la
fortaleza había sido descuidada.
Flora se apresuró a bajar las escaleras de piedra, el polvo volaba de ella.
— Es una fortaleza preciosa y espero devolverle la vida y, por supuesto, librarla del
fantasma. — Deslizó su brazo en el de él, emocionada que tener finalmente algo
interesante y desafiante para discutir.
— Ven, vamos a discutirlo mientras comemos. Estoy famélica.
Torin escuchó la risa de Kinnell mientras se alejaba, y también escuchó una charla. Las
lenguas no perdían el tiempo moviéndose, y se preguntó qué estarían diciendo.
— ¿Dónde está tu capa? — preguntó Torin mientras caminaba junto a su esposa.
Flora se detuvo abruptamente y se miró una vez más.
— Me olvidé. Debo haberla dejado en la fortaleza. Iré a buscarlo.
Torin la detuvo con una mano firme en su brazo.
— Veré que la traigan.
Traducción: Kalia2101 30
— ¿Quién la traerá si todos temen entrar en la fortaleza? — preguntó, pero no le dio
tiempo de responder. En lugar de eso ella continuó con más preguntas.
— ¿Por qué no me dijiste acerca del fantasma? ¿Cuánto tiempo ha embrujado la fortaleza?
¿Lo has visto o lo has oído? — Respondió algunas preguntas ella misma.
— Bueno, claro que debes haberlo visto u oído si estabas lo suficientemente temeroso para
abandonar la fortaleza y con todo ese polvo y telarañas acumulados parece que tu ausencia
no ha sido una corta. Pero tu ausencia podría también haber sido forzada por la falta de
personas dispuestas a trabajar en la fortaleza.
Su interminable charla tenía su mente dando vueltas y la forma en que preguntaba y
respondía sus propias preguntas con precisión le hizo darse cuenta de que su esposa tenía
una mente aguda y rápida.
— Debes contarme todo sobre el fantasma, el mito, todo de ello, así tendré lo que necesito
para resolver el misterio. No debería tomar mucho tiempo. Una vez que la información es
examinada y lo inservible o mentiras descartadas, la verdad brillará.
Entraron en la cabaña y Flora fue hacia la mesa ansiosa por una bebida caliente, el frío de
la fortaleza se sentía como si se hubiera filtrado en ella.
—Las Tierras Altas son de lejos, muy diferentes las Tierras Bajas. Las Tierras Altas tienen
misterio para su gente, y ellos lo aceptan y respetan. Permite que todas las criaturas
sobrevivan y prosperen aquí, de lo contrario, la vida sería difícil, — dijo Torin.
— Es bueno saberlo. Dime más, — le dijo ella y ansiosamente tomó asiento a la mesa para
rápidamente llenar dos jarros de una jarra, el distintivo olor de la sidra fresca.
— ¿Cómo surgió este mito?
Torin se reunió con ella en la mesa, su estómago gruñendo le recordaba que no había
comido en mucho tiempo. Atravesó un trozo de carne de venado con su cuchillo.
— Es la historia del nacimiento de la Isla de Outerson, hogar del Clan Norham.
— Entonces, tú crees que un gigante ¿arrancó un trozo de tierra para flotarlo en el lago y
crear una isla? — preguntó ella, repitiendo lo que el clérigo le había dicho.
— Eso no parece plausible, pero puedo ver como tal mito serviría para crear una poderosa
leyenda para un clan y desde que el gigante lo protege, también sirve para mantener a
otros alejados.
— Somos guerreros feroces y aguerridos y …
Traducción: Kalia2101 31
— Nacidos de un mito que tiene un gigante protegiéndolos a todos, lo que hace que un
ataque sea poco probable ya que, como dijiste, hay un misterio en las Tierras Altas que
todos respetan. Entonces, quienquiera que haya creado la leyenda fue sabio al hacerlo.
Otra vez, estaba maravillado que ella hablara sin censura y este tiempo con una pista de
admiración. También se dio cuenta en ese momento que lo había involucrado en una
conversación que él no tenía intenciones de tener con ella. Casi se rasca la cabeza
preguntándose ¿cómo había hecho eso?
Recuperó el control de la situación que había perdido con demasiada facilidad.
— Desobedeciste una orden mía. Verena te informó que prohibí a cualquiera entrar a la
fortaleza sin mi permiso y sin embargo entraste de todos modos.
Flora se encogió de hombros.
— No fui educada para ser obediente. Fue formada para preguntar, para aprender, para
buscar conocimiento y ganar sabiduría. Si la fortaleza va a ser mi responsabilidad,
entonces no deseo perder tiempo en su cuidado. No quise faltarte al respeto, esposo, pero
estaba curiosa por ver la fortaleza y cuando supe del fantasma, mi curiosidad aumentó y
no podía esperar.
Una explicación razonable y aun así… — Necesitas obedecerme, esposa.
— ¿Por qué? — preguntó y tomó otro trozo de queso y pan.
— No preguntes por qué, — chasqueó él. — Te sometes a mi sabiduría como el clérigo te
aconsejó.
— ¿Qué si yo soy más sabía que tú, entonces tú te someterías a mí?
Su respuesta dejó a Torin sin palabras.
— Eso sería lo lógico, ¿cierto? —preguntó. — La persona más sabia es la que sabe qué es lo
mejor, por lo tanto, debería mandar.
Torin recuperó sus sentidos.
— Tengo el conocimiento para liderar este clan.
— Por supuesto que sí, y tengo el conocimiento para resolver el misterio, — dijo y sonrió.
— Solo si yo lo permito, — comandó, molesto porque para él se sentía como si ella le
hubiera tendido una trampa, dejándolo sin otra opción que aceptar que él le permitiera
resolver el misterio, mientras que ella simplemente lo veía como lógico.
— Bueno, tú eres un líder sabio y sin duda ves la sabiduría de eso, — dijo ella.
Traducción: Kalia2101 32
No había una pista de sarcasmo en su respuesta. Él casi niega con la cabeza preguntándose
cómo se había metido en esta conversación con ella y cómo él se las arregló para elegir a
una mujer que era completamente lo opuesto a lo que él quería en una esposa. ¿Había
permitido que su belleza lo cegara? ¿Había llegado a estar tan cansado de buscar esposa
que falló en encontrar más a cerca de ella? ¿O admitió que había habido algo sobre ella
cuando por primera vez puso sus ojos en ella que tiró de él de una manera que ninguna
mujer lo había hecho nunca?
— ¿Cuándo abandonaste la fortaleza? — preguntó ella, continuando su interrogatorio.
Respondió sin pensar.
— Han sido meses, los sirvientes estaban muy temerosos del lugar y con el incidente — él
paró abruptamente.
— ¿Qué incidente? — preguntó Flora ansiosa.
— Una mujer estaba aterrorizada por el gigante.
— ¿Quién? Yo hablaré con ella. Puede decirme todo lo que pasó. — La ansiedad de Flora
aumentó.
— ¡Nay! — dijo Torin cortante.
Los ojos de Flora se ampliaron, sorprendida por su respuesta mordaz. Se había dado
cuenta en el viaje a aquí que su esposo tenía presencia de mando y eso era necesario para
que alguien gobernara. Pero él no había tenido una lengua cortante con ella, lengua de
mando, aye, pero una cortante, nay.
Tal como era su estilo, ella no paró de preguntar, — ¿Por qué?
—Porque yo lo ordeno, — espetó y frunció el ceño, molesto por haber ofrecido alguna
explicación.
—¿Por qué no querrías que yo supiera si eso ayudaría a resolver el misterio del gigante?—
Ella parecía preguntar la cuestión más para sí misma que para él, mientras miraba
fijamente hacia el fuego por un momento y como si de repente lo comprendiera dijo:
—Deseabas ocultarlo de mí.
— Preguntas demasiado y esperas demasiadas respuestas.
— Las preguntas están hechas para ser respondidas, — argumentó ella.
— No todo el tiempo y ciertamente no cuando un esposo le dice a su esposa que ha tenido
suficiente de sus preguntas.
Traducción: Kalia2101 33
— ¿Oh, así que no deseas hablar más conmigo? — preguntó ella, decepcionada porque
estaba disfrutando la discusión. No había tenido una conversación tan interesante y
desafiante en algún tiempo. Por supuesto, ella siguió hablando antes de que él pudiera
responder.
— Creo que podrías estar interesado de oír lo que yo sé acerca de fantasmas.
— ¿Tú sabes sobre fantasmas? — preguntó sin pensar, ahora si tenía curiosidad.
Ella siguió hablando.
— Hay diferentes creencias y opiniones sobre los fantasmas. Algunos creen que el espíritu
permanece después de la muerte por algo que quedó inconcluso y luego hay quienes
cuestionan su muerte, quienes aún no la han aceptado. También están aquellos que se
niegan a creer que los fantasmas son otra cosa que demonios. Por eso es importante que
aprenda tanto como sea posible sobre el gigante si se quiere restaurar la fortaleza en todo
su esplendor. Y creo que una forma efectiva de comenzar es ver la torre limpia de arriba a
abajo y sus habitantes restaurados.
¿Tenía elección? Torin no tenía muchas esperanzas de que el clérigo lograra mucho, pero
¿cómo se arriesgaba a dejar que su esposa se ocupara del problema? No quería verla
asustada y definitivamente ilesa. Pero no había nadie más dispuesto a hacer lo que ella
ofrecía, y sonaba bien informada.
Temía arrepentirse, pero dijo.
— Después de que el clérigo bendiga la fortaleza puedes iniciar la limpieza.
Torin casi se queda sin aliento cuando la cara de su esposa se iluminó con una sonrisa
brillante y sus ojos resplandecían y sus mejillas cambiaron a un suave tono de rosa,
resaltando su belleza.
— Estoy más que agradecida, esposo, y haré que te sientas orgulloso, — dijo Flora con
entusiasmo. Tal vez, solo tal vez este matrimonio no sería tan malo o aburrido como ella
había anticipado.
Torin sintió la necesidad de calor.
— Mantendrás tu lengua para una charla razonable.
— ¿Qué es razonable? — preguntó.
Él la miró.
— Sin preguntas y…
— ¿Cómo puede ser razonable no preguntar? —preguntó ella perpleja.
Traducción: Kalia2101 34
— ¿Cómo voy a descubrir cosas si no hago preguntas?
— De mí. — dijo Torin palmeando su pecho.
— Pero ¿cómo voy a descubrirte (conocerte), mi esposo, si no se sobre ti, tus gustos y lo que
no te gusta y
— No me gustan las preguntas sin fin, — cortó él.
— Así que, ¿cuántas preguntas tengo permitido hacerte en un día? Si sé eso entonces puedo
tener la certeza de que haré las preguntas pertinentes y no perderé el tiempo con las
preguntas sin sentido, aunque yo no creo que haya preguntas sin sentido. Uno nunca sabe
lo que va a aprender.
Torin se levantó de la silla mientras su esposa continuaba hablando, se acercó a ella, tomó
su rostro entre sus manos, se inclinó y le ordenó silencio con un poderoso beso. Era su
intención mostrar dominio sobre ella, hacerla obediente a su palabra, a su regla y no había
respiro. Ella se sometería a su voluntad.
Con lo que no contaba era con la forma en que ella le devolvía el beso… con la misma
exigencia con la que él se lo había entregado. Y maldita sea si su eje no estuvo a la altura de
las circunstancias.
Atónita, Flora no supo qué hacer, pero dejó que su instinto gobernara como su madre le
había dicho que hiciera cuando llegara el momento en que la besaron por primera vez. El
instinto la hizo responder del mismo modo a la orden de su esposo de besarlo, lo cual fue
fácil para ella ya que encontró que su beso era bastante placentero. Amaba el poder de eso,
la forma en que él exigía, sin dejar que ella se asustara, pero obligándola a participar, a
permanecer en la alegría de eso.
No estaba segura de cuándo su lengua entró en su boca, pero le dio la bienvenida junto con
una sensación que la excitaba por todas partes antes de instalarse entre sus piernas. Lo
único que su madre le había dicho sobre el coito, el eje de su esposo deslizándose dentro de
ella, que ella había pensado que era repugnante ahora parecía plausible y agradable.
Flora jadeó cuando su esposo terminó su beso abruptamente. No había estado lista para que
terminara. Ella quería más.
— Has besado a un hombre antes que, a mí, — acusó Torin, su ansiosa y alentadora
respuesta no es algo que se encuentre en una mujer inocente.
— No. Ese fue mi primer beso, aunque mi madre me dijo que siguiera mi instinto y eso fue
lo que hice ya que encontré el beso bastante agradable. También me aconsejó sobre el
apareamiento y cómo el eje de un hombre se desliza entre las piernas de una mujer y dentro
Traducción: Kalia2101 35
de ella y debo decir que, al principio, pensé que era bastante repugnante, pero tu beso me
hizo pensar de manera diferente y estoy ansioso por experimentarlo”.
Torin sacudió su cabeza. Nunca había conocido a una mujer que pudiera hablar tanto y decir
cosas que ninguna mujer se atrevería a decir.
Acercó tanto su cara a la de ella, pero no lo suficiente donde ella lo pudiera besar.
— No hablarás cuando copulemos, esposa.
— ¿Cómo sabré si lo estoy haciendo bien si no puedo hacer preguntas? —
Él presionó sus labios contra los de ella.
— Ni una palabra cuando copulemos, grita si te agrada, pero no hablarás ni una sola palabra.
— ¿Por qué gritaría? ¿Me vas a lastimar? — preguntó ella, recordando eso que su mamá le
había explicado, pero no recordaba que mencionara nada sobre gritar.
— Placer. Gritarás de placer, — explicó Torin y se preguntaba por qué continuaba
respondiendo sus preguntas.
— ¿De verdad? ¿Será tan placentero que gritaré con deleite? — preguntó ella, emocionada
ante el prospecto de dicho sentimiento. Luego pensó en algo que su mamá le había dicho.
— Pero ¿eres hábil en eso? ¿No se necesita un hombre habilidoso para dar a una mujer
placer? Por supuesto, creo que es justo que aprenda a darte placer a ti también.
Torin no sabía si arrepentirse de haberse casado con ella o estar encantado de tener una
esposa que quisiera aprender a complacerlo.
Flora golpeó su barbilla con un dedo.
— Por supuesto, si tú eres hábil al copular eso significaría que has copulado con otra mujer.
Tal vez yo podría hablar con ellas para ver qué puedo aprender.
Torin negó con la cabeza, horrorizado por el pensamiento.
— Absolutamente no. Yo te enseñaré todo lo que necesites aprender.
— Tú me enseñarás todo. No dejarás nada fuera. — Insistió ella.
Ahora él estaba pensando que era un hombre afortunado.
— Todo. Tienes mi palabra, esposa.
— Podemos empezar esta noche, — dijo ella con un firme asentimiento de su cabeza como
si lo decretara.
Traducción: Kalia2101 36
Él no iba a discutir eso con ella.
— Esta noche. —confirmó.
Ella se levantó abruptamente.
— Necesito algunas personas que me ayudarán a tener las ventanas abiertas en la fortaleza.
Está mohoso y necesita aireación.
Ella lo tomó del brazo y caminó hacia la puerta.
— Inundaremos la fortaleza con aire fresco y luz para que sea más fácil para el clérigo, y es
necesario encender fuego en los hogares, ya que llevará tiempo calentar el lugar y ahuyentar
el frío.
Estaban afuera antes de que Torin se diera cuenta. Sacudió la cabeza para aclarar sus
pensamientos y estaba listo para recordarle que debía esperar hasta que el clérigo terminara
con el torreón antes de comenzar algo allí.
En cambio, el aire gélido y la ligera nieve que caía lo hicieron decir:
— Necesitas tu capa.
Ella asintió con la cabeza como si fuera suficiente respuesta y siguió hablando.
— Si tú y yo nos instalamos en la fortaleza, estoy seguro de que alentará a otros a que, al
menos, no teman trabajar allí. ¿Crees que Verena sabrá quiénes están dispuestos a
ayudarme? — Vio a la mujer y gritó: — Verena, un momento, por favor.
La mujer miró atónita cuando Flora soltó el brazo de su esposo y corrió hacia ella.
Se movió tan rápido que Torin no tuvo oportunidad de detenerla. Él la alcanzó antes de que
llegara a Verena y la agarró del brazo deteniéndola.
— No vas a un sirviente, el sirviente viene a ti, — dijo y rápidamente agregó, — y no me
preguntes por qué.
Flora dejó que la palabra se deshiciera en su lengua y esperó en silencio, viendo a Verena
corriendo hacia ellos.
— ¿Cómo puedo ayudar, mi señora? — Verena preguntó cuando llegó a ellos.
— Necesito que algunas personas me ayuden a abrir las ventanas de la fortaleza y se
encarguen de quitar las cenizas de las chimeneas.
Los ojos de Verena se abrieron como platos y miró a Torin.
— ¿Usted permite esto, mi señor? ¿Usted y Lady Flora residirán en la fortaleza?
Traducción: Kalia2101 37
Era su hogar, el lugar al que pertenecía, y ya era hora de que regresara a él.
— Sí, Lady Flora y yo residiremos allí tan pronto como la fortaleza esté lista.
— ¿Eso significa que la puerta de la cocina estará abierta? — Verena preguntó nerviosa.
— Cuando llegue el momento adecuado, — dijo Torin.
— Trae a los sirvientes y hazles saber que los necesitan en la fortaleza.
— Reúnalos en el Gran Comedor. Hablaré con ellos allí, — dijo Flora y vio que Verena una
vez más miró a Torin en busca de aprobación.
Supuso que les llevaría tiempo acostumbrarse al hecho de que ella estaba a cargo de la
fortaleza. Pero entonces su esposo siempre tendría la última palabra... aunque no
necesariamente.
— Finalmente, la fortaleza estará abierta como debe ser.
Flora se volvió con su esposo para ver a una mujer alta con ojos verdes audaces y una cabeza
llena de rizos escandalosos de color rojo fuego. Kinnell se acercó por detrás de ella
sacudiendo la cabeza, su rostro revelaba claramente que desaprobaba su comentario.
— Flora, esta es Iona, la sanadora del clan, — dijo Torin.
— Encantada de …
— ¡Una sanadora! — Flora sonrió emocionada. — Una sanadora del Clan Strathearn me
ayudó cuando perdí la voz.
Torin se preguntó brevemente si tal vez Iona podría revertir la ayuda del sanador y devolver
a Flora a la mujer tranquila que había conocido por primera vez.
— Hay tantas cosas que deseo preguntarte, — dijo Flora cuando Iona fue a hablar.
— Estoy interesada en los tipos de curación de las Tierras Altas comparándolo con los
médicos en las ciudades pobladas y tengo curiosidad por las plantas que usas para ayudar a
curar a las personas, de las que los médicos no saben nada. — Corrió hacia la mujer y
enganchó su brazo con el de ella y continuó hablando, impidiendo que Iona volviera a
hablar.
— He aprendido que algunos curanderos de las Tierras Altas también tienen otras
habilidades únicas, aunque la única curandera que tuve el placer de conocer fue considerada
una bruja. Por supuesto, eso era una tontería, ella era simplemente una mujer sabia. — Sus
palabras se desvanecieron mientras se alejaban de Torin y Kinnell hacia la fortaleza.
Traducción: Kalia2101 38
— ¿Me estoy imaginando cosas o tu esposa simplemente silenció a Iona y no le dejó más
remedio que irse con ella? — preguntó Kinnell, mirando a la pareja.
— Ella lo hizo, — dijo Torin, sorprendido él mismo.
Kinnell esbozó una gran sonrisa y le dio una palmada en la espalda a Torin.
— Cualquiera que pueda comandar a Iona solo con su lengua es un premio. Elegiste a la
esposa perfecta.
— ¿Lo hice? — Se preguntó Torin. — Ella habla sin parar.
— Entonces encuentra una manera de calmarla, — aconsejó Kinnell.
Una sonrisa se extendió lentamente por su hermoso rostro al pensar en su beso.
— Podría haberla encontrado.
Traducción: Kalia2101 39
CAPITULO 5
— Debemos encontrar tiempo para hablar sobre la forma de curar de las Tierras Altas, pero
por el momento me gustaría conocer su opinión sobre el fantasma en la fortaleza, — dijo
Flora cuando entraron en el Gran Comedor, donde los sirvientes comenzaban a reunirse de
mala gana.
— Una cosa que aprendí al escuchar los muchos mitos de las Tierras Altas desde que era
joven, es que en algún lugar dentro del mito hay una pizca de verdad, — dijo Iona.
— Eso tiene sentido, — dijo Flora asintiendo.
— Así como un grano crece y florece, también lo hace un cuento después de compartirlo
repetidamente hasta que se convierte en…
— Un mito, — Iona se apresuró a terminar, — y uno de los muchos mitos que formaron las
Tierras Altas.
Pensando de esa manera, fue fácil para Flora entender cómo un hombre extremadamente
grande sería considerado un gigante para la mayoría de la gente. Él podría haber reclamado
esta isla, así comenzó la historia, creció a medida que se compartió, hasta convertirse en un
mito. Sin embargo, incluso en su corto tiempo aquí en las Tierras Altas, entendió que la
gente no sería receptiva a una sugerencia tan razonable. Preferían sus mitos y por eso se
guardó el pensamiento para sí misma. Aunque, ella podría discutirlo con su esposo.
— Existe la creencia, aunque muchos historiadores la refutaron, de que los gigantes
realmente existieron en algún momento. Desafortunadamente, no hay pruebas. Se
necesitaría encontrar algunos huesos grandes para demostrar que los gigantes alguna vez
caminaron por esta tierra, pero es una teoría interesante y da una pausa para pensar.
Iona miró a Flora con interés.
—Estás bien informado para una mujer y algunos hombres para el caso.
Flora sonrió. — Mi pa creía diferente sobre el conocimiento. Él creía que todos los hombres,
mujeres y niños deberían obtener tanto conocimiento como fuera posible si la sociedad no
solo quería sobrevivir sino también madurar y prosperar. Me enseñó a leer a una edad
temprana, me dijo que nunca perdiera la curiosidad, que nunca temiera cuestionar o debatir.
— Carpe diem —dijo Iona.
Traducción: Kalia2101 40
— Aprovecha el día. Tú sabes latín y conoces al poeta romano Horacio, — dijo Flora
emocionada. — Eres la segunda mujer aquí en las Tierras Altas que conozco que habla latín.
— Solo sé algunas frases que me enseñó mi abuela y esa era su favorita. Desearía haber tenido
tiempo con ella para aprender más.
— Puedo enseñarte. Aprendí de los escritos de mi padre y de los de sus amigos y, por
supuesto, de los monjes eruditos, que no me permitían leer los pergaminos. Los monjes
pensaron que tenía muy buenos modales para ser una joven cuando llegué a un monasterio
y me quedé al lado de mi pa mirando por encima de su hombro los pergaminos que los
monjes le permitieron leer. Le dijeron que sería una esposa paciente y obediente. Ni una sola
vez consideraron que estaba leyendo las palabras junto con mi papá.
— Qué emocionante y aventurero debe haber sido para ti y qué aburrida será para ti ser la
esposa de un señor de las Tierras Altas.
— En absoluto, — dijo Flora, su sonrisa se volvió brillante. — Hay aventura en todos los
días si uno elige buscarla.
— Creo que vamos a ser buenas amigas, Lady Flora, — dijo Iona, con un asentimiento de
complicidad.
— Me gustaría mucho eso, Iona. Hablaremos de nuevo pronto. Debo hablar con los
sirvientes ahora.
— Sí, mi señora. Espero volver a hablar con usted, — dijo Iona con una respetuosa
inclinación de cabeza.
Flora se acercó al grupo estrechamente reunido. Había muchos menos sirvientes de los que
esperaba.
— Este es un grupo pequeño para cuidar de una fortaleza tan grande, Verena.
— Los trabajadores de la cocina están ocupados y hay algunos que simplemente tienen
demasiado miedo para entrar en la fortaleza, milady, — explicó Verena.
— Bueno, tendremos que ver cómo cambiar eso, — dijo Flora con confianza y se volvió hacia
el grupo acurrucado.
— Soy la nueva dama de la fortaleza… Flora, y quiero agradecerte por venir aquí, — dijo
Flora con una sonrisa generosa y todos los ojos se abrieron como platos.
Verena se inclinó y susurró: — No es necesario que les agradezcas, milady.
— Me educaron de manera diferente, — dijo Flora y miró las caras curiosas del grupo. — Se
merecen elogios y reconocimiento por un trabajo bien hecho y seré generosa con ambos.
Traducción: Kalia2101 41
Además, si tienen alguna inquietud o problema, tráiganmelo y me ocuparé de que se
resuelva. — Una vez más, todos los ojos se abrieron como platos, pero Flora siguió hablando.
— Entiendo que hay un problema con un fantasma en la fortaleza que hace que muchos de
ustedes y otros se muestren reacios a trabajar aquí. Tengo la intención de ver el problema
resuelto y el fantasma enviado a un lugar de descanso. — Ese comentario hizo que los ojos
se abrieran aún más.
—Hoy veremos dos tareas realizadas… se abrirán las persianas, se repararán las rotas y se
limpiarán las cenizas de las chimeneas y se prepararán para encender. Si alguien se resiste a
trabajar en alguna habitación, por favor hágamelo saber y lo acompañaré. Los fantasmas no
me asustan.
Los ojos no podían agrandarse más, pero las bocas se abrieron.
— Comenzaremos con esta habitación, aunque también tendré al menos dos voluntarios
para ir conmigo a los dormitorios de Lord Torin, — anunció Flora.
Nadie dio un paso adelante.
Flora se volvió hacia Verena.
— Hubo un incidente en la habitación que obligó a Lord Torin a cerrar la fortaleza.
— ¿Qué incidente? — preguntó Flora y vio que Verena parecía reacia a responder.
— Me ayudaría saberlo, Verena, — animó Flora, y los ojos de la mujer se dirigieron a alguien
en el grupo de sirvientes. Flora miró para ver a quién había mirado Verena.
Una mujer cuyo cabello oscuro caía desordenadamente alrededor de su cabeza y a los lados
de su hermoso rostro rápidamente desvió la mirada.
— ¿Su nombre? — Flora llamó, señalándola.
— Anwen, mi señora, — dijo la mujer, y los demás se apartaron de ella.
Flora sintió una inquietud que pareció apoderarse de todos y rápidamente dijo:
— Mientras hablo con Anwen, busca lo que necesitas para comenzar aquí en el Gran
Comedor.
Todos huyeron rápidamente e Iona se dirigió lentamente a la puerta.
Flora se acercó a Anwen y recordó que su esposo mencionó algo sobre una mujer que había
sido asustada por el gigante.
— Supongo que tuviste un encuentro con el fantasma.
Traducción: Kalia2101 42
— Ah, mi señora.
— ¿Y dónde sucedió esto? — Flora preguntó y cuando Anwen dudó en responder, ella
animó.
— Por favor, comparte lo que pasó conmigo. Realmente me ayudaría saberlo para poder
purgar la fortaleza del fantasma.
— Fue en el dormitorio de Lord Torin, milady, — dijo Anwen, manteniendo la mirada baja
mientras respondía.
— Cuéntame sobre eso. —
La cabeza de Anwen se disparó.
Flora vio miedo en los ojos de la mujer y buscó consolarla.
— No te preocupes. El fantasma no te hará daño. Ahora dime, ¿fue mientras hacías tus tareas
que el fantasma se te apareció?
Iona escuchó desde las sombras mientras se deslizaba hacia la puerta y sonreía.
Las mejillas de Anwen se sonrojaron y su boca se abrió, pero no salió ninguna palabra.
Flora estaba a punto de sugerir que salieran para ver lo temerosa que se veía Anwen cuando
se le ocurrió un pensamiento, y ella habló sin pensar.
— ¿Estabas en la habitación con mi esposo en ese momento?
— Sí, milady, pero no es lo que muchos suponían. No pasó nada entre nosotros, — dijo
Anwen con un temblor nervioso. — Por favor, mi señora, por favor no me castigue.
La frente de Flora se arrugó en cuestión.
— ¿Por qué te castigaría? Yo no estaba casado con Lord Torin en ese momento. Podía hacer
lo que quisiera al igual que tú.
Anwen la miró sin palabras.
Un sinfín de preguntas comenzaron a abarrotar la cabeza de Flora. Había mucho que esta
mujer podía contarle no solo sobre el fantasma sino también sobre Torin. Con todas las
preguntas que podía hacer, se sorprendió a sí misma con la que se le escapó de los labios.
— ¿Irías a la cama de Lord Torin ahora que está casado?
Anwen jadeó.
— Nunca, mi señora, nunca me acostaría con un hombre casado y nunca me acosté con Lord
Torin.
Traducción: Kalia2101 43
— ¿Pero hay mujeres aquí que lo harían? — preguntó Flora, sin haberlo pensado ya que creía
que un esposo y una esposa permanecían fieles el uno al otro tal como lo habían hecho sus
padres. Aunque sabía de algunas parejas, amigos de sus padres y nobles que apoyaban a los
eruditos en sus esfuerzos académicos, que no se habían mantenido fieles a sus votos, y eso
incluía tanto al marido como a la mujer. Había visto por sí misma que esas parejas en
particular nunca parecían satisfechas o felices.
Una vez más, Anwen se mostró reacia a responder.
— Por favor, comparte conmigo lo que sabes o piensas, Anwen, sería de gran ayuda, —
animó Flora con una sonrisa amable.
Anwen asintió.
— He visto por mí misma que hay mujeres y hombres por igual que no se adhieren a sus
votos. También sé de algunos hombres que encuentran que una mujer no es suficiente para
ellos.
— ¿Podría ser que todavía tienen que encontrar el amor? — preguntó Flora, encontrando la
discusión esclarecedora.
Anwen suspiró suavemente, sacudiendo la cabeza. — El amor es raro, milady. La lujuria es
lo que comparten la mayoría de las parejas y cuando se va no queda nada.
Iona asintió para sí misma mientras salía silenciosamente por la puerta.
— Ahí está Iona y lleva una sonrisa. Nunca la he visto sonreír, — dijo Kinnell.
Torin se giró para ver a Iona bajar las escaleras y se sorprendió a sí mismo al verla sonreír, la
sanadora tenía una naturaleza estoica, y por alguna razón que ella sonriera lo preocupaba.
— Me gusta tu esposa, — dijo Iona cuando llegó junto a los dos hombres.
— Ella dice lo que piensa y es sabia en sus palabras. — Su sonrisa creció.
— Sin embargo, es posible que desee entrar allí ya que su esposa está hablando con Anwen
y tiene algunas preguntas interesantes para ella.
Torin pasó corriendo junto a Iona y subió las escaleras de dos en dos, apresurándose para
entrar en la fortaleza.
Traducción: Kalia2101 44
— ¡Flora! — gritó una vez que entró en el Gran Comedor y ella y Anwen se giraron para
mirarlo.
— Anwen, puedes despedirte para que te ocupes de tus tareas.
— No he terminado de hablar con ella, — dijo Flora. —Deseo preguntarle sobre el fantasma
o, dado que usted estaba presente en el momento del incidente, tal vez pueda contarme al
respecto.
Torin despidió a Anwen con un gesto y la mujer salió apresuradamente de la habitación.
Fue hacia su esposa, deteniéndose frente a ella.
— Te ordené que no hablaras con la mujer involucrada en el incidente.
— Tampoco me dijiste que la mujer estaba contigo en tu dormitorio en ese momento, —
dijo Flora y se apresuró a continuar antes de que su esposo pudiera ordenarle que se callara.
— No es que importe ya que no estábamos casados en ese momento, pero debo preguntar…
¿serás un esposo fiel? ¿O serás un marido que no se contenta con una mujer y con una que
no es fiel a tus votos?
Torin vaciló, pensando en su padre, que tuvo una buena cantidad de mujeres mientras
estaba casado, aunque a su madre no parecía importarle. Había llegado a la conclusión de
que una vez que su madre había producido un heredero varón para su esposo, ella había
hecho lo que se esperaba de ella y ella y su padre nunca volvieron a tener intimidad. No
podía culparla ya que su padre podía ser un hombre cruel.
— ¿Necesitas pensar en ello? — Flora preguntó cuando su respuesta no llegó.
— Tu vacilación es respuesta suficiente.
Torin se preguntó sobre su vacilación. ¿No había respondido? ¿Había necesitado reflexionar
sobre ello? ¿Se parecía más a su pa de lo que quería creer?
Flora continuó, preocupada de que aún no hubiera respondido.
— Solo sé del matrimonio de lo que he visto entre mi mamá y mi papá. Eran una pareja
amorosa y aunque no tenía pensado casarme, si algún día decidía hacerlo, entonces deseaba
tener un matrimonio basado en el amor, un matrimonio amoroso y fiel, no basado en la
lujuria. Creo que hasta que determinemos cuál será nuestro matrimonio, debemos esperar
para consumar nuestros votos, dejando que cualquiera de nosotros se aleje de nuestro
apresurado matrimonio si es necesario.
Era extraño que ella sintiera una inquietud en la boca del estómago, casi como si estuviera
perturbada por la idea de que su matrimonio terminaría. Después de todo, apenas había
comenzado. ¿Por qué debería molestarla? Apenas conocía a su esposo, aunque lo poco que
Traducción: Kalia2101 45
sabía lo creía un hombre bueno y fuerte, alguien que ya demostraba que no dudaría en
protegerla.
La mano de Torin saltó para agarrar la nuca de su esposa, no bruscamente sino con firmeza.
— Escucha bien, esposa. Estamos casados y seguiremos casados. No tengo ningún deseo de
comenzar otra búsqueda de una esposa. ¿En cuanto a ser fiel? No me des ninguna razón para
no ser así.
Flora soltó su cuello de un tirón, aunque no era tan tonta como para creer que había tenido
la fuerza para hacerlo. Él la había soltado cuando ella se apartó.
— ¿Y harás lo mismo... no me darás ninguna razón para serte infiel? — ella desafió.
— No toleraré a una esposa infiel, — advirtió, con el rostro tenso por la molestia.
Flora levantó desafiante la barbilla. — Y yo no toleraré a un marido infiel.
— Tolerarás todo lo que te exija, — ordenó, cada vez más molesto de que ella se atreviera a
hacer demandas.
— Ni hablar, — dijo, — ahora, tenga la amabilidad de despedirse, tengo deberes que
cumplir.
— Tu deber es para mí en primer lugar. Vengo antes que todos los demás y no me mandas,
— advirtió, con ira en su poderosa voz.
— Yo tampoco tomo bien obedecer, — argumentó, con una ira desconocida agitándose en
ella cuando se dio cuenta de la libertad que había perdido con este matrimonio.
— Aprenderás, — dijo como si lo declarara así.
Flora no pudo contener su lengua. — Lo dudo mucho.
— Yo no, y comenzarás por moderar tu lengua, — ordenó.
— Una posibilidad poco probable ya que se puede aprender mucho y resolver los asuntos a
través de una discusión civilizada.
— ¿Estás sugiriendo que no soy civilizado? — Torin espetó de nuevo, encontrando difícil
moderar su molestia.
Como era su costumbre, Flora dijo lo que pensaba.
— Cuando haces demandas tontas como pareces hacer tan a menudo, parece que sí.
El brazo de Torin salió disparado para agarrar a su esposa por la cintura y tirar de ella contra
él.
Traducción: Kalia2101 46
— Ten cuidado, esposa, porque puedo mostrarte lo incivilizado que puedo ser.
Se escucharon voces cuando la puerta se abrió.
Antes de que Torin se alejara de su esposa, susurró:
— Discutiremos la consumación de nuestros votos más tarde.
Los sirvientes que entraron se detuvieron cuando vieron el ceño fruncido en el rostro de
Lord Torin.
— Seguirán las órdenes de mi esposa en la fortaleza, pero si tienen algún problema con
cualquier cosa que Lady Flora exija, me buscarán de inmediato y me ocuparé de que se
resuelva, — ordenó y salió de la habitación.
Su esposo se aseguró de dejarle un recordatorio de que su palabra era definitiva y que su
palabra importaba poco en todas y cada una de las decisiones. Perdió todo deseo de ver la
fortaleza devuelta a la vida y el fantasma despachado. ¿Por qué molestarse cuando tendría
que buscar aprobación para todo lo que hacía o saber que, si un sirviente no estaba de
acuerdo con ella, podría cuestionarlo de inmediato?
Estuvo a punto de despedir al pequeño grupo, usando el largo viaje hasta aquí como una
excusa para su repentina fatiga y que las tareas podrían esperar para otro día, pero se mordió
la lengua. Sus padres estarían decepcionados con ella si simplemente se rindiera a su destino
en lugar de aprovecharlo, aprender de él y obtener el conocimiento que necesitaba para
tener una buena vida para sí misma, independientemente de las circunstancias que el
destino le había impuesto.
Flora sonrió y estaba a punto de dar órdenes cuando un rugido agonizante resonó en el Gran
Comedor seguido de una ráfaga de viento gélido que hizo temblar a todos los presentes.
Todos los sirvientes palidecieron, corrieron, arrojaron escobas y cubos mientras se
tropezaban unos con otros mientras huían de la habitación lo más rápido que podían.
No así Flora… Ella permaneció donde estaba.
Traducción: Kalia2101 47
CAPITULO 6
Flora no prestó atención a los sirvientes que se retiraban. Miró alrededor de la habitación
esperando a ver si algo se materializaba mientras se abrazaba contra el frío que se
arremolinaba en la habitación. Se dio la vuelta rápidamente cuando escuchó un ruido
extraño y descubrió que la contraventana que se había roto estaba en peor estado que antes,
casi a punto de soltarse de su bisagra.
Curiosa, tiró de un banco metido debajo de la mesa de caballetes más cercana para colocarlo
debajo de la ventana. Al ver que no le daría la altura suficiente para alcanzar la ventana,
acercó otro banco y con esfuerzo logró equilibrarlo encima del primero. Luego movió un
taburete pequeño hacia los dos bancos para poder subirse a los bancos sin dificultad. Aun
así, sin embargo, los bancos se balancearon un poco una vez que se subió encima de ellos.
Se mantuvo en el centro del banco, sabiendo que, si pesaba demasiado en un lado, los dos se
caerían.
La persiana rota tembló contra la pared de piedra y Flora sonrió, sintiendo que la ráfaga de
aire que entraba por la ventana era la causa de ello. Luego hizo todo lo posible para examinar
la ventana, una teoría comenzaba a formarse en su cabeza.
Torin casi había llegado al campo de práctica con Kinnell, su amigo lo había esperado,
curioso por saber qué había pasado en la fortaleza. Kinnell se había reído cuando Torin
terminó de explicarle.
— Bueno, siempre te encantaron los desafíos y parece que Lady Flora definitivamente va a
ser eso.
— Tranquila y obediente, eso era todo lo que quería en una esposa, — argumentó Torin. —
No estamos en casa ni un día, y ella ya crea estragos.
— Nunca te aburrirás de ella como esposa, — dijo Kinnell con más risas.
Torino negó con la cabeza. — No eres de ayuda, pero pronto lo serás cuando enfrentes mi
frustración en el campo de práctica.
Traducción: Kalia2101 48
—¡EL FANTASMA! ¡EL FANTASMA!
Torin y Kinnell se giraron ante el coro de gritos y corrieron hacia las personas que vieron
huir de la fortaleza.
Cuando Torin alcanzó a dos de ellos, los detuvo con una orden.
— Dime lo que pasó.
La mujer se estremeció mucho y sacudió la cabeza, dejando que el hombre hablara.
—El gigante se dio a conocer. Nos rugió y envió su poderoso aliento por todo el Gran
Comedor.
— ¿Dónde está lady Flora? — preguntó Torin.
Ambos negaron con la cabeza.
— ¿Se apresuró a salir contigo? — preguntó Torin con dureza y un poco de ansiedad, y
ambos negaron con la cabeza. — ¿Nadie vio por su seguridad?
El hombre y la mujer negaron con la cabeza de nuevo, luego las bajaron, evitando la mirada
furiosa de Lord Torin.
Torin corrió hacia la fortaleza, Kinnell justo detrás de él. Subió las escaleras a toda
velocidad, el miedo por la seguridad de su esposa le oprimía el pecho e irrumpió en el Gran
Salón, gritando:
— ¡FLORA!
Su grito repentino sobresaltó a Flora y ella perdió el equilibrio sobre los bancos y cuando el
único banco se cayó debajo de ella, gritó:
— ¡Torin!
Torin corrió hacia ella y la tomó por la cintura para apartarla del banco que caía y fuera de
peligro.
Su corazón latía con locura en su pecho, temiendo que no la alcanzaría a tiempo cuando ella
había gritado su nombre. Temeroso de en lo que podría meterse si él la dejaba ir, mantuvo
su brazo firme alrededor de su cintura.
— Maldita sea, mujer, ¿qué estabas haciendo encima de esos bancos? — el demandó.
— Investigando, — dijo ella como si fuera obvio, manteniendo su mano en su brazo, un poco
temblorosa por su casi caída.
Traducción: Kalia2101 49
— ¿Por qué no corriste con los demás cuando el gigante se dio a conocer? — preguntó y se
molestó porque su pensamiento era besarla, agradecido de que ella no hubiera sido
lastimada. ¿Qué tenía esta mujer que encontraba tan atractiva cuando no le había causado
más que problemas desde que llegaron a casa?
— No era un gigante, ni un fantasma, nada más que el viento que azotaba el Gran Comedor,
— dijo Flora y señaló la ventana. — Eso es por lo que se rompió el postigo. El viento lo azotó
y sin duda sirvió para que el sonido pareciera más un aullido angustiado que un simple golpe
de viento frío.
Kinnell enderezó un banco y se subió a él alcanzando fácilmente el postigo roto de la
ventana para examinarlo y pensó: — Ella podría tener razón sobre eso.
— Explicaría el rugido fantasmal de hoy y vale la pena considerarlo mientras sigo
investigando, — dijo Flora.
Kinnell sacó el postigo roto y sonrió. — Iré a ver que esto se repare.
— Eso sería maravilloso, — dijo Flora.
— Hay otras persianas que también requieren reparaciones, pero no creo que nadie regrese
a la fortaleza hoy. El resto puede esperar hasta mañana.
Kinnell se rio entre dientes mientras dejaba a la pareja.
— Debería ir a buscar mi capa, — dijo Flora, con el brazo de su esposo todavía alrededor de
su cintura y su mano aun descansando sobre ella.
— Iré contigo. ¿Dónde lo dejaste? — Torin dejó caer su brazo alrededor de ella con desgana.
Le gustaba la sensación de ella encerrada en su brazo sana y salva, ya que no había forma de
saber en qué podría meterse. Pero en sus brazos, podía mantenerla protegida, mantenerla a
salvo, mantenerla como su esposa.
—Tu dormitorio — dijo, notando con curiosidad la forma en que sus ojos se habían posado
sobre ella de una manera casi posesiva.
— Nuestro dormitorio, — corrigió.
— ¿Cómo podría ser nuestro cuando has tenido otras mujeres allí? — preguntó mientras se
dirigía a las escaleras.
Le llamó la atención la forma en que ella no acusó, sino que simplemente declaró un hecho,
un hecho al que ella intentó dar sentido, y él no supo cómo responderle y, sin embargo, lo
hizo, sus inesperadas palabras lo sorprendieron.
— ¿Preferirías elegir otro dormitorio para nosotros?
Traducción: Kalia2101 50
Flora se detuvo abruptamente y se volvió hacia él.
— Creo que eso me vendría mucho mejor. Puedo dormir allí y tú puedes quedarte en tu
dormitorio hasta que decidamos qué hacer para consumar nuestros votos.
Él tomó su barbilla.
— Eres mi esposa, y no dormiremos ahora ni nunca en camas separadas.
— Aprendí que los esposos y esposas nobles tienen dormitorios separados. ¿Esa no es una
práctica en las Tierras Altas? — preguntó y siguió hablando. —Mi mamá y mi papá siempre
compartieron un dormitorio. No recuerdo que nunca hayan dormido juntos.
— Mis padres no compartían dormitorio. Mi papá tenía el suyo y mi mamá tenía el suyo.
Después de que ella me dio a luz, nunca volvieron a acostarse juntos, — dijo mientras subían
las escaleras y Torin se preguntó por qué había compartido esa información sobre él con
ella. ¿Cómo era que hablaba tan fácilmente con ella cuando nunca lo hacía con ninguna
mujer?
— ¿No se amaban? — preguntó Flora, una tristeza arrastrándose en su corazón por él. Si su
papá y su mamá no se amaban, ¿cómo podría su hijo saber y aprender cómo era el amor entre
un esposo y una esposa?
— No, no había amor entre ellos, — dijo y se dio cuenta de que era la primera vez que había
dicho en voz alta lo que sabía que era verdad. De una manera extraña, se sintió aliviado de
haberlo admitido abiertamente.
— Qué tristeza por ellos y por ti, — dijo Flora y sintió que su esposo la tomaba de la mano
cuando llegaron al piso de su alcoba.
— Está oscuro, debes tener cuidado. No te veré herida.
Ella sonrió y se apoyó contra él para decir: — Me has mantenido a salvo dos veces. Eres un
buen marido.
— Y, sin embargo, no me obedeces, — la regañó, aunque ligeramente mientras entraba en
su dormitorio, tirando de ella. Se detuvo una vez dentro, haciéndola detenerse a ella
también. — ¿Qué quisiste decir con lo triste que es para mí que mis padres no se quisieran?
Ella explicó ansiosamente. — ¿Cómo podrías aprender qué es el amor entre un esposo y una
esposa si nunca llegaste a verlo? Solo viste indiferencia entre tus padres y muy
probablemente obediencia de tu madre ya que es algo que me exiges. Y ciertamente nunca
experimentaste el amor con las mujeres con las que te has emparejado. Anwen comentó que
el amor es raro y que la lujuria es lo que la mayoría de la gente comparte y una vez que se va,
Traducción: Kalia2101 51
no queda nada. Es más sabia de lo que cree, pero tuvo suerte de haber encontrado el amor y
comprende su importancia.
— Cada día es una lucha por sobrevivir en las Tierras Altas. No hay tiempo para pensar en
cosas tan absurdas. Se necesita una esposa por muchas razones, siendo el amor la menor de
ellas. Dame lo que necesito y te daré lo que necesitas, un esposo que pueda mantenerte a
salvo y protegida.
Flora fue a buscar su capa de donde la había dejado, se la echó sobre los hombros y se
estremeció de alivio, el dormitorio estaba más frío que la última vez que lo dejó. Regresó a
Torin y golpeó su pecho varias veces, la fuerza de sus músculos debajo envió una extraña
pero placentera sensación a través de ella.
— Tú, mi esposo, necesitas amor, — dijo y salió de la habitación.
Torin negó con la cabeza y corrió tras ella para precederla por la oscura escalera para
mantenerla a salvo y no pudo evitar preguntarse cómo se sentiría enamorarse de su esposa.
— ¿Te has quedado sin aliento para hablar, esposa? — Torin bromeó cuando ella apenas le
dijo unas pocas palabras después de la cena.
Ella rio suavemente. — Eso nunca sucederá. El agotamiento me ha alcanzado desde el viaje
hasta aquí. Me siento como si pudiera dormir un día entero, pero con tanto que hacer
mañana en el torreón, creo que debería buscar mi cama temprano. Sin embargo, hay que
considerar la consumación de nuestros votos. Tu beso hizo que me sintiera más que curioso
acerca de la pareja, pero honestamente creo que nos debemos el uno al otro para asegurarnos
de que este matrimonio sea lo que queremos. No nos hará daño esperar un mes o más para
estar seguros.
Él se rio a carcajadas. — De ninguna manera esperaré un mes o más para acostarme contigo.
Te daré una semana, no más, para que te adaptes a mí ya tu nuevo hogar. Después de eso,
nuestros votos se sellan y seremos marido y mujer para siempre.
— Una semana no parece suficiente para un compromiso tan serio.
— No negociaré contigo sobre esto, esposa. Te daré una semana ya que para entonces tus
interminables preguntas y curiosidad te harán saber todo lo que necesitas saber sobre lo
que te espera como mi esposa y la vida aquí en las Tierras Altas.
Traducción: Kalia2101 52
Flora se puso de pie con un estiramiento. — Acepto, esposo, y me complace que seas
tolerante con todas mis interminables preguntas y respondas sin vacilación ni molestia.
La sonrisa de Torin se desvaneció. — ¿Cuándo acepté eso?
— Cuando dijiste que mis interminables preguntas y mi curiosidad me harán saber todo lo
que necesito saber, lo que significa que estarás dispuesto a responder todas y cada una de
las preguntas que te haga. — Ella bostezó mientras estiraba los hombros hacia atrás.
— Usas mis palabras en mi contra, — argumentó.
— ¿No dijiste la verdad?
— Por supuesto que lo hice, — dijo. — No tengo ninguna razón para mentirte.
— Entonces, lo admites y me complace saber que serás sincero conmigo, ya que siempre
seré sincero contigo, incluso cuando no te guste lo que digo.
— Eso, mi querida esposa, probablemente será más frecuente de lo que me gustaría.
— Al menos no será inesperado, esposo. — Flora sonrió y fue a sentarse en la cama.
— ¿Dónde dormirás esta noche?
Fue el turno de Torin de sonreír. — A tu lado. — Su conmoción en realidad le impidió
responder y él pasó a explicar. — Te dije que de ahora en adelante siempre compartiríamos
cama. Eso no significa que siempre me acostaré contigo.
— ¿Qué pasa si quiero que lo hagas?
Por supuesto, su eje saltó a la atención en eso.
— Haré todo lo posible para que así sea, — dijo.
— ¿Y si no me importa el apareamiento? — ella preguntó.
Su eje se marchitó de decepción al igual que él. — Quiero niños al menos cuatro de ellos,
acuéstate conmigo cuando sea necesario y no te molestaré de otra manera.
— ¿Buscarás a otras mujeres entonces?
— Los hombres tienen necesidades, Flora, al igual que las mujeres, pero si eres una mujer a
la que no le gusta copular, no te lo obligaré. Pero eso no significa que no cumpliré con mis
necesidades.
Flora se tocó la barbilla. — Todo esto es notablemente interesante, y estoy ansioso por ver
cómo resulta. Sin embargo, debo admitir que no me gusta la idea de que te acuestes con
Traducción: Kalia2101 53
otras mujeres. Eres mi marido y debería poder complacerte. ¿Me darás tiempo para aprender
y no te importará darme tutoría si es necesario?
Su eje volvió a la vida. — Sí, haré eso. Te dije antes que te enseñaré todo lo que necesitas
saber.
— Aprecio eso, y debes saber que aprendo rápido. — Ella bostezó de nuevo.
Esperaba que no demasiado rápido, ya que sería divertido enseñarte.
— Usted está cansado. Dormir. — Se puso de pie y se dirigió a la puerta.
— ¿Adónde vas?
— Necesito revisar algunas cosas antes de jubilarme, — dijo y se apresuró a salir antes de
que ella pudiera interrogarlo más.
Respiró hondo y dejó que el aire helado de la noche lo envolviera y lo refrescara. Su inocente
pregunta lo había puesto duro, y no podía meterse en la cama con ella y hacer que sintiera
su duro eje empujándola, y ella lo haría con la cama tan estrecha. Ella le haría un sinfín de
preguntas y sin duda lo volvería aún más duro, ¿entonces qué haría él? Sufrir una noche
dolorosa.
¿Por qué diablos había accedido a una semana?
Pero ¿y si ella tenía razón? ¿Y si no fueran adecuados el uno para el otro? Hablaba demasiado
y era demasiado curiosa. ¿Quería lidiar con eso todos los días? La encontró atractiva, pero
habían pasado semanas desde la última vez que copuló, ya que había encontrado una mujer
dispuesta cuando estaba en el clan de Lord Bhric.
Pensó en las palabras de Anwen a su esposa sobre la lujuria y una vez que se fue, no quedó
nada. Anwen tenía razón. Una vez satisfecha la lujuria, ¿qué necesidad tenían el uno del otro
un hombre y una mujer?
Sacudió la cabeza. ¿Qué hacía él cuestionándose interminables preguntas? Necesitaba una
esposa y se la consiguió. Lujuria, amor, lo que sea, estaban casados y aprenderían a vivir
juntos tal como lo hacían las parejas interminables.
Su esposa podría tener su semana, después de eso él satisfaría la lujuria de ambos.
Traducción: Kalia2101 54
CAPITULO 7
La nieve crujía bajo las botas de Torin mientras caminaba por el pueblo con Kinnell. Anoche
había caído una buena parte, pero no lo suficiente como para distraer a la gente de sus tareas.
—Asegúrate de que Philip reciba suficiente turba para su hogar cuando los hombres
terminen de reparar el techo, junto con todos los ancianos —ordenó Torin, al ver a dos
hombres trabajando en el techo de paja.
— Ya estoy viendo que se atendido, mi señor, — dijo Kinnell.
— ¿Están abastecidos los cobertizos de alimentos? El invierno empeorará muy pronto y no
quiero escasez de comida para el clan.
—Uno es bajo. Envié un grupo de caza temprano esta mañana, — dijo Kinnell.
— La avena y la cosecha escasa fueron excepcionales este año y proveerán bien para el clan,
y Verena me asegura que hay abundancia de verduras secas y en escabeche. Al clan le irá
bien este invierno.
Torin se detuvo y echó un vistazo rápido a su alrededor, asegurándose de que nadie
estuviera lo suficientemente cerca para escuchar lo que diría.
— Necesitamos averiguar si fuimos atacados al azar o marcados para un ataque, aunque me
temo que no fue al azar. Sin embargo, no veo ninguna razón para ello. El clan Norham goza
del favor de los clanes cercanos. Hemos ayudado muchas veces a defenderlos de los
enemigos. Además, no ha habido disturbios entre los clanes locales últimamente.
— Ese podría ser el problema. Los líderes de los clanes no necesitan renegados y están
desesperados por tomar lo que puedan, — dijo Kinnell.
— Siempre hay una necesidad de aquellos que pueden llevar a cabo actos secretos, ya sean
pequeños o grandes. Uno nunca sabe qué traman los nobles, si aumentar su riqueza o
deshacerse de un pariente molesto o exigente o tratar de derrocar a un gobernante. Si el
ataque no fue al azar, significaría que alguien quiere hacernos daño. La pregunta es... ¿por
qué?
— Smyth y Elden conocen bien a los renegados, habiendo sido parte de ellos. Los enviaré a
ver qué pueden averiguar.
Traducción: Kalia2101 55
— Ya no son jóvenes y con la llegada del invierno, incluso un breve viaje sería duro para
ellos. No los veré dañados. Elige dos guerreros fuertes y haz que hablen con los dos hombres
y aprendan lo que puedan sobre los renegados, luego envíalos.
— Aye, mi señor, — dijo Kinnell.
Una fuerte tos captó su atención y Kinnell sonrió al ver a dos mujeres, escobas en mano,
golpeando tapices que habían sido colocados sobre las ramas bajas de un pino alto que
crecía cerca de la fortaleza.
— Parece que pronto volverás a vivir en la fortaleza, aunque las lenguas predicen que no
será por mucho tiempo, — dijo Kinnell con su habitual sonrisa burlona.
— Mi esposa no solo habla demasiado, sino que también es tenaz cuando se propone algo.
— Torin negó con la cabeza. —Cómo no vi su verdadera naturaleza me preocupa.
Kinnell se apresuró a dar su opinión. — Su belleza te robó tus sentidos.
Torin fue a discutir y se detuvo, el recuerdo de la primera vez que había visto a Flora
destellaba en su mente. Le había impresionado su belleza y la forma en que su cabello oscuro
caía en suaves ondas sobre sus hombros. Sus largas pestañas oscuras enmarcaban
perfectamente sus ojos oscuros y sus suaves labios rosados invitaban. Fue solo después de
que todo el alcance de su belleza lo golpeó, que notó la suavidad de su voz, una voz que
había estado sanando, un hecho que nunca le había sido revelado.
— Maldita sea, tienes razón, — admitió Torin, molesto consigo mismo por no saber más
sobre su esposa antes de casarse con ella.
— Al menos tus ojos tendrán un festín para disfrutar cada día.
—Esa es una pequeña compensación para mis oídos que se entumecerán con su parloteo
interminable, — se quejó Torin.
—Mi señor —gritó alguien y Torin se dio la vuelta. — Un comerciante con algunas noticias
que debería escuchar de inmediato.
Torin echó un vistazo a la fortaleza con la intención de averiguar qué estaba haciendo su
esposa tan pronto como terminara con el comerciante.
Traducción: Kalia2101 56
Flora miró alrededor del Gran Comedor, satisfecha con los resultados hasta el momento. El
hogar había sido limpiado de sus viejas cenizas y ahora ardía intensamente. Se habían
fregado las mesas y los bancos, así como el suelo de madera. El manto estaba forrado con
ramas de pino recién cortadas, el aroma impregnaba la habitación. Las persianas rotas
habían sido reparadas e instaladas. Se sacudía el polvo de los tapices y las antorchas, se
acomodaban en sus soportes de metal, se encendían a lo largo de las paredes y las numerosas
velas por toda la habitación. La mesa que estaba sobre el estrado ahora estaba cubierta con
un paño blanco y limpio. La habitación volvió a brillar.
Satisfecha con el aspecto de la habitación, Flora le indicó a Anwen que se acercara.
— Sígueme, — dijo cuando la mujer la alcanzó.
— ¿A dónde conduce esta puerta? — preguntó, deteniéndose frente a la puerta cerrada con
llave en el pasillo oscuro que había encontrado la primera vez que estaba aquí. Sin embargo,
el pasadizo ya no estaba oscuro, las antorchas lo iluminaban a lo largo.
— Va a la cocina, milady, — dijo Anwen.
Flora retrocedió al Gran Comedor.
— Que alguien me traiga a Verena. — Regresó con Anwen esperando en el pasillo.
— ¿Qué hay por aquí?
— El solar de Lord Torin está a poca distancia.
Flora se dirigió hacia la puerta contenta de haber encendido todas las antorchas en el
torreón para que todos pudieran ver por dónde caminaban. Ella entró en la habitación. Era
más pequeño de lo que pensaba que sería con sillas y mesas pequeñas ocupando la mayor
parte del espacio.
Deslizó su mano a lo largo de una de las mesas, una bola de polvo cubriéndola.
— ¿Esta habitación ha estado cerrada por más tiempo que las otras?
— Sí, mi señora. Lord Torin le presta poca atención, — dijo Anwen.
— Quiero que se quite el polvo, se limpie y se retiren todos los muebles, — ordenó Flora.
Nerviosa, Anwen preguntó: — ¿No debería obtener el permiso de Lord Torin primero?
— Preferiría que no lo hicieras, ya que deseo sorprenderlo con cambios más adecuados para
él, pero si sientes que debes hacerlo, no te detendré.
— Esperaré, milady, — dijo Anwen, mientras crecía la admiración por la mujer.
Traducción: Kalia2101 57
— Manejas bien las órdenes que te doy. Creo que serías perfecto para supervisar a los
sirvientes de la fortaleza, — dijo Flora. — Hablaremos más sobre tu nueva posición más
tarde. Aún queda mucho por ver. Únete a mí en el dormitorio de Lord Torin después de que
designe una tripulación para el solar.
Verena entró en el Gran Comedor mientras Flora regresaba a la habitación. —¿Deseaba
verme, milady?
— Sí, Verena. Por favor, asegúrese de que la puerta de entrada de la cocina al torreón esté
abierta, — instruyó Flora.
—Lord Torin ordenó que se cerrara —se apresuró a decir Verena.
Por la forma en que temblaba la voz de Verena y cómo se retorcía las manos, la mujer
obviamente estaba molesta. Flora no estaba segura de si era el miedo al fantasma o el miedo
a Torin lo que lo causaba. De cualquier manera, no quería molestar a la mujer que había sido
extremadamente cooperativa con ella.
— Se lo dejaré a Lord Torin entonces y te haré saber su decisión, — dijo Flora.
Verena asintió con la cabeza. — Gracias mi Señora. ¿Puedo conseguir algo para usted? ¿Un
brebaje caliente, tal vez?
— No por el momento, pero gracias, Verena, — dijo Flora.
—No tiene que agradecerme, milady —le recordó Verena.
— Es mi forma de ser. Me temo que tendrás que acostumbrarte, — dijo Flora con una
sonrisa.
— Eres muy considerada, milady. Será un placer atenderle.
Flora habló con algunos otros sirvientes antes de subir la escalera curva y encender braseros
para iluminar el camino. Entró en el dormitorio de su marido y pensó en lo que haría con la
habitación. Aunque, si ninguna otra habitación les convenía, tal vez no tuviera más remedio
que mantener esto como su dormitorio.
Todavía tenía que ordenar que se hiciera trabajo aquí arriba, concentrándose en preparar el
Gran Comedor. Ella era consciente de que los sirvientes eran reacios a trabajar en esta área
debido al último incidente de fantasmas que expulsó a todos de la fortaleza y obligó a Torin
a cerrarla. Ella misma esperaba una visita del fantasma, pero eso significaría que los
sirvientes serían más reacios a venir aquí. Se quedó mirando el espacio, varias ideas dando
vueltas en su cabeza sobre qué hacer con él.
Un pensamiento la golpeó, y se emocionó. ¿Sería posible? ¿Se opondría su marido? Era su
dormitorio. No podía hacer cambios sin su aprobación.
Traducción: Kalia2101 58
— Mi señora, — dijo Anwen.
Flora se volvió y la emoción brilló en sus ojos.
— ¿Qué otro dormitorio sería adecuado para mí y mi esposo?
Anwen pareció perpleja, pero respondió: — El dormitorio de Lady Amelia podría servir.
Anwen llevó a Flora a otro tramo de escaleras curvas y entró en una habitación. No era tan
grande como el dormitorio de Torin, y la cama era más pequeña, pero era lo suficientemente
grande como para caber en la cama de Torin. El hogar era de un tamaño decente y había
espacio para una mesa pequeña y una silla o dos. Varios cofres también ocupaban la
habitación polvorienta.
— ¿Sabes lo que contienen los cofres? — preguntó Flora.
— Mantas y ropa de cama que probablemente necesiten limpieza, — dijo Anwen.
— ¿Cómo era ella?
Anwen vaciló.
— Era una buena mujer, pero distante, — dijo Torin.
Ambas mujeres se giraron para verlo de pie en la entrada.
Flora quería saber más y sabiamente descartó a Anwen.
— Pide a los sirvientes que limpien las habitaciones de Lord Torin. — Una vez que Anwen
se fue, dijo:
— Háblame de tu madre.
Torin miró a su alrededor y, por la expresión de sus ojos, a Flora le pareció que estaba viendo
la habitación por primera vez.
— Mi madre viajó principalmente para ver a su hermana, aunque después de que ella
falleció, mi madre no viajó más. A menudo caminaba sola por el bosque. — Dejó de recordar
el momento en que pidió unirse a ella y ella rechazó su pedido. Pidió dos veces más después
de eso y se le negó en ambas ocasiones, no pidió más.
— Se mantuvo mayormente para sí misma.
El corazón de Flora se sintió pesado por él. No podía imaginar una madre tan distante. Ella
y su madre habían pasado mucho tiempo juntas junto con su padre. Sus muertes la habían
devastado. Había temido que nunca sería capaz de continuar sin ellos. Le tomó tiempo darse
cuenta de que estarían profundamente decepcionados de ella si no continuaba con su vida
y sacaba el máximo provecho de ella. Como ahora, resolviendo este misterio y devolviendo
Traducción: Kalia2101 59
la vida al torreón. Tenía la intención de involucrarse completamente con sus hijos como lo
habían estado sus padres con ella.
—Sofocaré a mis hijos con abrazos y besos y hablaré sin parar con ellos, —dijo con una
amplia sonrisa.
Torin amaba cuando ella sonreía. No era solo su belleza lo que lo cautivaba, sino su
entusiasmo cuando hablaba. Uno no podía evitar sentirse atraído por él.
—¿Te molestaría residir en esta alcoba? — preguntó Flora.
—Creo que nos vendría bien. Es de buen tamaño, más cómodo que grande y tu cama debería
caber aquí muy bien.
—Si prefieres este dormitorio, no tengo ningún problema. — Realmente no lo hizo y prefirió
cuartos cómodos de esa manera podría mantenerla cerca. Él no tendría que cerrar una gran
distancia entre ellos cuando la viera desnudarse, o cuando la levantara en brazos para
llevarla desnuda a su cama, y la habitación permanecería caliente cuando la inclinara
desnuda sobre el borde de la cama y la … sacudió la cabeza, obligándose a ignorar las
imágenes deliciosamente perversas que invadían su cabeza.
—Téngalo listo a más tardar al final de la semana.
—¿Deseas que sellemos nuestros votos aquí? — ella preguntó.
—Qué mejor lugar para demostrarles a todos que no le tenemos miedo al fantasma.
—No puedo estar en desacuerdo contigo en eso, pero ¿cómo puedes estar tan seguro de que
querrás tenerme como tu esposa?,— preguntó.
—Te dije que no hay debate sobre eso. Eres mi esposa y lo seguirás siendo. Solo te doy
tiempo para que te adaptes.
Flora arrugó el ceño, preguntándose si había decidido lo mismo desde que sus
pensamientos, lo que había hecho para la antigua habitación de su esposo, sugirieron
permanencia.
Torin pasó el pulgar por las arrugas entre sus ojos. —¿Qué te preocupa?
Él la tocó con tanta facilidad, una especie de intimidad, y ella recordó cómo su papá extendía
la mano y colocaba mechones sueltos del cabello de su madre detrás de su oreja o le
acariciaba la mejilla con el dorso de la mano o apoyaba su mejilla en la de ella para susurrarle
al oído, haciendo que su madre sonriera. Para Flora esos eran toques de amor y, sin embargo,
su esposo daba muestras de hacer lo mismo. ¿Tenía sentimientos por ella? ¿O estaba
tratando de encontrar su camino con ella?
Traducción: Kalia2101 60
Ciertamente no podía negar que le gustaba su toque, tal vez él sería un buen marido para
ella después de todo. No era lo suficientemente tonta como para pensar que tenía otras
opciones, entonces, ¿por qué había sugerido que esperaran cuando sabía que no le quedaba
nada para ella excepto estar casada con él?
Una elección.
Quería que fuera su elección, no algo forzado para ella. Pero eso, desafortunadamente, era
algo que ella nunca tendría.
—Dime, Flora — dijo suavemente cuando, para su sorpresa, ella se quedó en silencio.
Ella le habló honestamente. —Mi pensamiento era similar a que este matrimonio era
permanente, mi uso de tu habitación me hizo ver eso.
—Nuestro matrimonio es permanente, y te lo recordaré una y otra vez, si es necesario, pero
¿qué uso le puedes dar a mi antiguo dormitorio para hacerte pensar eso?
—Quiero una habitación similar al estudio de mi padre donde iría a registrar sus hallazgos,
guardar muestras de varias cosas de interés o cosas que creía que podrían resultar útiles. Un
lugar que me ayudará no solo a aprender sobre las Tierras Altas, sino también a comprender
el área.
—Tienes que ocuparte de la fortaleza, — le recordó, aunque al ver lo emocionada que estaba
ante la posibilidad de que quisiera concederle su pedido, se mordió la lengua. No se
precipitaría en ninguna decisión que concerniera a su esposa.
— He designado a Anwen para que supervise a los sirvientes de la fortaleza, lo que será de
gran ayuda y una vez que tenga la fortaleza funcionando correctamente, no debería tomarme
mucho tiempo. Además, mi sed de conocimiento nunca me abandonará y la habitación será
un gran alivio para ti.
—¿Cómo es eso, esposa? — preguntó, cautivado por su sonrisa juguetona.
—Mientras me mantenga ocupado en la habitación, estarás libre de mis interminables
preguntas y pensamientos.
—Ahora, esa es una excelente razón, — dijo Torin, su propia sonrisa burlona, pero la idea
de que ella estaría alejada de él en realidad lo perturbaba. — Pero ¿qué sucede cuando
lleguen los niños? Necesitarán tu atención, tu amor.
—Y mi conocimiento, — agregó. —Pasarán tiempo conmigo en la habitación aprendiendo
entre nuestros paseos por el bosque, donde para entonces espero haber adquirido
conocimiento sobre los árboles, plantas, hongos, animales autóctonos y cualquier otra cosa
que pueda aprender. Por supuesto, estarás con nosotros y podrás enseñar a los niños lo que
Traducción: Kalia2101 61
sabes. Y hay mucho que podrás enseñarles que yo no puedo. No sé pescar, ni sé manejar un
arma, y no sé nadar. ¿Tú? Creo que sería importante al vivir en medio de un lago.
—Yo sé cómo nadar, y puedo enseñarte en el verano si quieres, también a pescar, — ofreció,
aunque no podía entender por qué. Ella sin duda le haría un sinfín de preguntas, él no
tendría paz y, sin embargo... lo esperaba con ansias.
Flora extendió la mano y abrazó el brazo de su esposo, su voz llena de emoción.
—Eso sería maravilloso. Me encantaría aprender a hacer ambas cosas.
—También te enseñaré cómo defenderte en caso de que alguna vez te encuentres en una
situación que no te deje otra opción. De esa manera estarás a salvo hasta que tenga tiempo
de localizarte—dijo, y el pensamiento le provocó ira. Nunca querría ver a su esposa en una
situación tan peligrosa, pero no era lo suficientemente tonto como para creer que nunca
sucedería y la quería preparada.
—A mí también me gustaría eso, — dijo.
Él se rio. —Por supuesto, tus incesantes preguntas podrían ser armas suficientes para evitar
que te hagan daño, un enemigo que prefiere dejarte ir que escucharte hablar sin parar.
—Razón de más para permitirme tener tu dormitorio como un lugar al que puedo retirarme
para que no tengas que sufrir mi charla constante, — dijo Flora.
El rápido ingenio de su esposa continuó asombrándolo, convirtiendo sus bromas en algo
beneficioso para ella. Lo que ella sugirió fue una solución para ambos y, sin embargo, dudó.
¿Por qué? Esta fue una vez que una decisión con respecto a su esposa debería ser fácil.
—Puedes tener la habitación... por ahora, — concedió.
—¿Por ahora? — preguntó con una inclinación de su cabeza mientras todavía se aferraba a
su brazo.
—Veremos cómo funciona, cómo van las cosas en el torreón.
—Oh, te refieres al fantasma. — Ella soltó su brazo para agitar su mano en el aire.
—Lo despacharé lo suficientemente pronto. — Entonces hizo algo inesperado, más un
instinto, que la sorprendió a ella y a su esposo. Ella lo besó en la mejilla rápidamente y dijo:
—Gracias, esposo, te lo agradezco.
Torin la miró fijamente durante un breve segundo antes de que su mano se disparara a la
parte posterior de su cuello, la agarró con firmeza y tiró de ella hacia él para darle más de un
beso en la mejilla.
Traducción: Kalia2101 62
El impacto de su acción inesperada congeló a Flora por un momento, pero solo un momento,
ya que su beso tentaba demasiado como para ignorarlo. Fue un beso autoritario y ella
respondió de la misma manera. Nunca había pensado mucho en un beso, pero ahora que lo
había experimentado, descubrió que lo disfrutaba —demasiado.
Excitado hasta el punto de la incomodidad, Torin tuvo que apartar su boca de la de ella con
un gran esfuerzo.
—Para el final de la semana, esposa, no más tarde.
Se dio la vuelta y salió de la habitación para consternación de Flora, quien pensó que tal vez
vería que el dormitorio estuviera listo antes.
Traducción: Kalia2101 63
CAPITULO 8
Algo estaba pasando, Flora podía sentirlo. Había visto poco a su esposo en los últimos días
y al principio pensó que era a propósito ya que su beso ciertamente había despertado algo
en ambos. Pero al observar más de cerca vio que su marido parecía preocupado por algo. Ella
le había preguntado dos veces si algo le preocupaba, pero él había desestimado su pregunta
con una respuesta tranquilizadora.
—Nada de lo que debas preocuparte.
Para Flora, lo que significaba que algo le preocupaba, pero no estaba dispuesto a
compartirlo. Solo sirvió para aumentar su curiosidad, por lo que, naturalmente, tuvo que
investigar y descubrir por sí misma. La única persona que demostró ser útil e informativa
fue Anwen. Se había adaptado bien a su posición de ella en la fortaleza, los sirvientes
confiaban en ella y la respetaban. Y sin interferencias fantasmales desde el soplo de viento
que había asustado a los presentes en ese momento, nadie protestó por sus tareas en el
torreón.
Todo iba bien, Anwen actualmente ayudaba a Flora en el dormitorio que ella y Torin
compartirían. Las ventanas habían permanecido abiertas durante un día para eliminar el
olor a humedad. Hoy se retirarían todos los muebles, se barrería el suelo y se sacarían las
cenizas del hogar.
—La cama de Lord Torin será trasladada aquí, Anwen, y asegúrate de que se rellena y se
prepara un colchón nuevo y se lava la ropa de cama y se airean bien las mantas.
—Sí, mi señora, — dijo Anwen.
—Me proporcionas mucho de lo que necesito saber sobre la fortaleza y el clan en sí y te lo
agradezco profundamente. Dime si me equivoco, pero siento que algo anda mal en el pueblo.
Anwen se apresuró a negar con la cabeza. —Ni en el pueblo, milady, ni en la isla.
—¿Y qué?
—Dos hombres fueron encontrados muertos en el bosque no lejos del puente. Un
comerciante que se detiene aquí a menudo los encuentra y alerta a Lord Torin sobre su
ubicación.
—¿El comerciante todavía está aquí? — preguntó Flora, ansiosa por hablar con el hombre.
Traducción: Kalia2101 64
—Sí, mi señora. Hadwin a veces pasa el invierno aquí, la nieve dificulta el viaje. Siempre se
abastece de los artículos favoritos del clan. Él trae vino, especias, telas, pieles. Incluso tuvo
un pergamino con él una vez.
—¿Desplazarse? — repitió Flora, emocionada ante la perspectiva de que pudiera haber algo
para que ella leyera.
—¿Lord Torin lo compró?
—No, mi señora, nadie aquí sabe leer.
—¿Sabes si el comerciante todavía tiene el pergamino? —preguntó Flora ansiosamente,
dándole una buena razón para buscar al comerciante, no solo para averiguar sobre los dos
hombres muertos sino también sobre el pergamino.
—No lo sé, mi señora.
—¿Dónde puedo encontrarlo?
—¿Conoce su camino a través del pueblo, mi señora?
Flora negó con la cabeza, molesta porque todavía se había tomado el tiempo para explorar
el pueblo. Había estado demasiado ocupada con la fortaleza. ¿Qué fue lo que su papá le había
dicho? Siempre asegúrese de conocer la disposición del terreno a su alrededor. Nunca se
sabe cuándo es posible que deba abandonar el área a toda prisa.
—¿Puedes llevarme allí, Anwen? — preguntó Flora.
—¿Ahora, mi señora?
—Sí. Estoy ansiosa por ver si el comerciante todavía posee el pergamino, — dijo Flora,
apresurándose a la puerta.
Anwen siguió a Flora mientras bajaba corriendo las escaleras. Flora agarró rápidamente su
capa que había arrojado en un banco antes. Anwen recogió su capa y se apresuró a dar
instrucciones a un par de sirvientes sobre lo que había que hacer en el dormitorio de su
señoría, luego corrió tras Flora. Una vez fuera, con el viento gélido azotándolos y
mordiéndoles las mejillas, Flora se subió rápidamente la capucha y siguió a Anwen.
—La casa de campo de Hadwin no está lejos de la de Verena, — dijo Anwen y señaló una
casa de campo con un carro cubierto junto a ella. —Allá.
Flora estaba ansiosa por preguntarle sobre los dos hombres asesinados en el bosque, pero
aún más ansiosa por ver si todavía tenía el pergamino. Fue directamente al carro, retirando
la cubierta que mantenía los elementos fuera de su mercancía.
Traducción: Kalia2101 65
Rebuscó en el carrito repleto, horrorizada de que el pergamino pudiera estar entre el
desorden. El hombre no tenía idea del tesoro que poseía. Incapaz de cavar lo suficientemente
profundo, se subió a la rueda del carro y se inclinó, con la grupa levantada en el aire mientras
buscaba entre la abundancia de artículos.
—¡Deténgase! ¡Deténgase! ¿Qué estás haciendo? — gritó una voz.
Flora no prestó atención a la voz ansiosa, aunque escuchó a Anwen advertir al hombre que
estaba hablando con la esposa de Lord Torin. Su tono cambió, rogándole que lo dejara
encontrar lo que fuera que estaba buscando.
Flora siguió sin prestarle atención. Estaba demasiado emocionada para descubrirlo por sí
misma, y lo hizo. Su mano tocó una bolsa de cuero y por su tamaño supo que contenía el
pergamino. Con entusiasmo se inclinó más hacia abajo para agarrarlo.
Se sintió resbalar, pero no le importó, su descubrimiento era más importante.
Sin embargo, dejó escapar un grito ahogado cuando alguien la agarró firmemente por la
parte trasera para evitar que cayera de cabeza en el carrito. Solo una persona se atrevería a
hacer eso.
—¡Agárrame fuerte, esposo! — Flora gritó: —Casi lo tengo.
Apenas tuvo tiempo de agarrar el pergamino en su mano antes de que la sacaran del carrito.
—¿Qué diablos estás haciendo, esposa? — preguntó Torin una vez que la hubo puesto de
pie frente a él.
—¡Un pergamino! — dijo Flora, levantándola victoriosamente.
Torin miró a su esposa, su cabello oscuro desordenado y una mancha de tierra en su mejilla.
Cómo podía ser más atractiva tan despeinada lo desconcertaba, pero maldita sea si no le
revolvía las ingles.
—No vayas a cavar en el carro de Hadwin, — lo regañó Torin.
—Habría ido a buscar lo que quisiera mi señora, mi señor —dijo Hadwin con voz
preocupada—.
—No fue su culpa, — dijo Flora con un movimiento de su mano. —Simplemente no podía
esperar. Tenía que ver si tenía un pergamino. No he puesto mis ojos en uno en demasiado
tiempo. — De repente pensó en por qué más deseaba verlo. —Háblame de los cuerpos que
descubriste.
Hadwin se sorprendió por su pregunta y miró rápidamente a Torin.
—No te conciernen, — advirtió Torin y se sacudió la mancha de suciedad de la mejilla.
Traducción: Kalia2101 66
Flora fue a protestar, pero el dedo de Torin presionado firmemente contra sus labios la
detuvo.
—Ni una palabra más—advirtió Torin y tomándola con firmeza del brazo la obligó a
seguirle el paso.
—Debemos pagarle por el pergamino. Deseo quedármelo, — dijo Flora.
—Un regalo para la nueva novia, — gritó Hadwin.
—Qué considerado. ¡Gracias! — Flora volvió a llamar. —Debemos hablar. Quisiera saber
dónde lo conseguiste.
No obtuvo respuesta y se dio cuenta de por qué. El hermoso rostro de su esposo mostraba
una mueca de enojo y la gente se apartaba rápidamente de su camino, manteniendo la
distancia. Ella guardó silencio mientras él la apuraba hasta la cabaña que compartían en ese
momento, aunque ella pasaba más tiempo allí que él.
—¿Por qué no me hablaste de los dos hombres asesinados justo al pasar el puente? —
preguntó una vez que él cerró la puerta y soltó su brazo.
Él ignoró su pregunta. —Eres mi esposa y debes comportarte de cierta manera. Inclinada
sobre un carro con tu trasero en el aire no es como deseo encontrarte.
Excepto si estás inclinada sobre la cama desnuda.
El pensamiento hizo que Torin sacudiera la cabeza y lanzara juramentos en silencio. No era
un joven cachondo. Era un hombre que controlaba sus pensamientos y acciones y, sin
embargo, cuando estaba con su esposa luchaba por controlar ambos. Por el momento, deseó
no ser un hombre de palabra ya que nada le gustaría más que… sacudió la cabeza de nuevo.
—No entiendo por qué me ocultas esas noticias, — protestó Flora.
Con una gran fuerza de voluntad que seguramente le faltaría al final de la semana, tomó el
control de sus pensamientos errantes. No tienes por qué saberlo.
—¿Por qué no? Esta es mi casa y quiero saber todo lo que pasa en mi casa. ¿Cómo puedo
ayudarte si me ocultas cosas? — ella discutió y fue golpeada por un pensamiento repentino,
colocó el pergamino sobre la mesa y fue hacia su esposo para descansar una mano gentil
sobre su brazo. —Debería haberme dado cuenta.
Su hermoso rostro siempre parecía cautivarlo, mantenerlo prisionero, especialmente sus
ojos oscuros, tan grandes y expresivos. Lo invitaron a mirar más profundo y una vez que lo
hizo, lo tentaron y si los miraba demasiado tiempo, sabía que estaría perdido.
Casi volvió a negar con la cabeza, pero se detuvo. —¿Dar cuenta de qué?
Traducción: Kalia2101 67
—Tu mamá y tu papá llevaron vidas separadas. Tu mamá nunca ayudó a tu papá, así que no
esperas tal ayuda de tu esposa, mientras que mi papá siempre buscó el consejo de mi mamá.
Compartían opiniones y pensamientos y resolvían problemas juntos. Preferiría con mucho
ese tipo de matrimonio compartido a uno secreto. Entonces, estos dos hombres encontrados
en el bosque, ¿fueron encontrados juntos o separados?
—Juntos, — respondió sin pensar.
—¿Eran conocidos tuyos?
—Nay. No me eran nada familiares.
—¿Podrías decir si habían sido atacados o si posiblemente pelearon y se mataron entre ellos?
— preguntó Flora, su mente lanzando posibilidades mientras hablaba. —Las heridas en los
cuerpos podrían ayudar a determinar eso. Déjame echar un vistazo.
—¡Absolutamente no! — dijo Torin, su absurda sugerencia lo sacó de lo que le parecía un
aturdimiento. Su esposa tenía una manera de atraerlo a una conversación para discutir cosas
que él nunca tuvo la intención de discutir con ella. Sin embargo, no pudo evitar pensar que
ella tenía razón sobre por qué no discutía las cosas con ella. Nunca había visto a sus padres
hablar de nada. La palabra de su pa gobernó y eso fue todo. No había más opinión que la
suya y, en ocasiones, había molestado a Torin. Su pa no escucharía otra propuesta. Era su
camino y solo su camino. Y hubo momentos en que sus decisiones habían resultado
equivocadas.
—Pero puedo ver algo que te perdiste, — siguió argumentando Flora.
—No vas a mirar dos cadáveres, — ordenó Torin.
—¿Por qué no? — ella preguntó.
Torin le espetó. —Porque yo dije.
—Eso no tiene sentido, — dijo y sacudió la cabeza sin considerarlo una tontería.
—¿Necesito recordarte que mi palabra gobierna aquí?
Su respuesta fue rápida y contundente. —Entonces debería gobernar sabiamente.
Torin la miró fijamente. —¿Me estás diciendo que no soy sabio?
Nuevamente, Flora no perdió tiempo en responderle. —En esta situación, sí, lo soy, y tú
también eres terco.
—¿Cuida tus palabras conmigo, esposa? — Torin advirtió.
—¿Por qué? Eres mi esposo, debería poder decirte cualquier cosa sin miedo ni preocupación.
Traducción: Kalia2101 68
—Y debes obedecer mi palabra, entonces no tendrás miedo ni preocupación.
—Quieres un sirviente que obedezca ciegamente, no una esposa.
—Quiero una esposa obediente, — argumentó Torin.
Flora lo golpeó en el pecho mientras hablaba. —Y quiero un esposo que confíe y respete mis
opiniones y pensamientos lo suficiente como para compartir todo conmigo.
Torin agarró su dedo punzante y fue a discutir, luego se detuvo. ¿Cuántas veces había tenido
una discusión similar con su pa? ¿Cuántas veces su padre se había negado a escuchar la
opinión de su hijo? ¿Con qué frecuencia su padre se había creído tener la razón por encima
de todos los demás y se demostró que estaba equivocado? Todo porque se negó a considerar
la opinión de otra persona, se negó a creer que podía estar equivocado.
—Es por eso que sugerí que le demos tiempo para ver si este matrimonio entre nosotros
funcionaría, — dijo Flora. —Soy diferente a la mayoría de las mujeres. Estoy deseosa de dar
mi opinión, de discutir asuntos triviales o importantes, de aprender de mi esposo y él de mí,
de compartir cosas sean buenas o malas y aceptar su palabra, cuando sea necesario, aunque
no sin discusión. Me temo que, con el tiempo, te enfadarás y llegarás a detestar mi
naturaleza curiosa. Entonces, ¿dónde nos dejará eso? ¿Para mí pasar mis días encerrado en
una habitación como lo hizo tu madre? Puedo decirte ahora, que es algo que no haré. Me
dices que estamos casados y que seguiremos casados, que eso no cambiará, y yo te digo que
no cambiaré lo que soy. Sabiendo eso, ¿todavía me quieres como esposa?
Flora sabía que su discurso haría poca diferencia. No tenía a dónde ir, su vida estaría aquí
en la Isla de Outerson como esposa de Lord Torin. Pero ella tendría su opinión, mantendría
su voz, no permanecería en silencio, y su esposo necesitaba saber eso.
—Te recuerdo como dije que lo haría. Eres mi esposa y seguirás siendo mi esposa, — dijo
Torin. —Y tú y yo, esposa, encontraremos una manera de hacer que funcione, lo que
significa…
—Nos comprometeremos, — dijo Flora con alegría y le dio un rápido beso en la mejilla. —
Una solución perfecta y una sabia elección de su parte. — Ella deslizó su dedo de su agarre
y tomó su mano. —Ven, debemos ver lo que los dos cuerpos pueden decirnos.
Torin salió por la puerta de la cabaña antes de que recobrara el sentido y trató de recordar
cuándo o si había accedido a permitirle ver los cuerpos.
—Antes de que veamos los cuerpos, debemos hablar con el comerciante, — dijo Flora y se
dirigió hacia allí.
—¿Interrogaste a Hadwin? ¿Podría haberlos matado?, aunque eso no parece probable ya que
te informó de los muertos.
Traducción: Kalia2101 69
Torin escuchó, aunque no tenía otra opción ya que su esposa siguió hablando. Pero aprendió
algo. En la conversación continua de su esposa, ella a menudo presentaba sus propias
respuestas y soluciones. Por lo tanto, sería prudente permitirle hablar de vez en cuando.
Era extraño, pero encontró interesante la forma en que ella ordenaba las cosas con su charla
constante. Mucho de lo que ella dijo le dio que pensar y lo hizo considerar cosas que quizás
no había considerado. Era otro aspecto de ella que encontraba atractivo. Normalmente, una
mirada rápida le decía si una mujer le atraía o no, que era exactamente la razón por la que
se había casado con Flora. Ahora, sin embargo, estaba descubriendo cosas diferentes sobre
su esposa que se sumaban a su atractivo.
—¿Han sido movidos? —preguntó Flora.
Torin se aclaró la cabeza con una sacudida. —¿Qué?
—Los cuerpos de los dos hombres, ¿han sido movidos?
—¿Por qué los habrían movido? — preguntó Torin.
—Supongo que por varias razones. El comerciante puede haber quitado cosas de sus
cuerpos para agregarlas a su mercancía. O tal vez un animal lo arrastró lejos de donde había
caído… oh, eso es otra cosa. ¿Habían llegado los animales a ellos?
Le daba vueltas la cabeza y temía que nunca dejaría de sacudirla alrededor de su esposa.
—Veamos primero qué tiene que decir Hadwin, — sugirió.
Habían dado solo unos pocos pasos cortos cuando estalló un grito, deteniéndolos
abruptamente. Vieron como sirviente tras sirviente salían corriendo del torreón.
—¡El fantasma! ¡El fantasma ha regresado! — gritaron varios sirvientes.
Flora soltó la mano de Torin y corrió directamente hacia la fortaleza.
Torin negó con la cabeza y corrió tras ella.
Traducción: Kalia2101 70
CAPITULO 9
Flora casi se topó con Anwen mientras corría hacia el Gran Comedor.
—¿Dónde? — le preguntó a la mujer ansiosamente.
—El dormitorio de su señoría.
Flora corrió hacia las escaleras y las subió corriendo.
Torin miró a Anwen después de que una mirada rápida mostró que su esposa no estaba a la
vista.
—Su dormitorio, mi señor, — dijo Anwen y rápidamente miró hacia la puerta.
—Puedes irte, Anwen, — dijo al ver el miedo en sus ojos y se apresuró a subir las escaleras
para alcanzar a su esposa. No estaba en ninguna parte de la curva de los escalones, y él se
maravilló de su velocidad.
La encontró de pie en medio de su dormitorio mirando alrededor. Un escalofrío recorrió la
habitación desde una de las dos ventanas cuyas persianas habían sido quitadas para
repararlas. Un rastro de cenizas iba desde el hogar parcialmente limpio hasta la puerta y los
muebles yacían desordenados.
Su esposa se acercó al hogar y se inclinó lo suficiente como para mirar hacia la chimenea de
piedra. Antes de que pudiera alcanzarla, la cabeza y los hombros de ella desaparecieron.
—¡Flora! — gritó cuando sus brazos se dispararon y también desaparecieron por la
chimenea. La mujer era tontamente intrépida. —Sal de ahí ahora mismo, — ordenó y
sacudió la cabeza frustrado cuando no obtuvo respuesta y estaba a punto de agacharse para
echar un vistazo a la chimenea para ver de qué se trataba cuando de repente se agachó.
El hollín le estropeaba la frente y una mejilla, y su cabello oscuro y brillante habitual estaba
salpicado de él y, sin embargo, sonreía.
—El viento. ¿No puedes sentirlo? — Levantó las manos, cubiertas de hollín, y señaló el suelo
con la cabeza. —Sin duda, el viento vino a toda velocidad por la chimenea, sopló el hollín
junto con las cenizas, como se puede ver por el sendero a lo largo del piso, y creó un sonido
de gemido.
Torin miró a lo largo del suelo y vio manchas de hollín.
Traducción: Kalia2101 71
—¿Te diste cuenta por casualidad si el fantasma se dio a conocer en días de fuerte viento?
— ella preguntó.
—No recuerdo, — dijo, pensando que ella podría tener razón.
—Hay que tomar nota de este día ventoso y ver qué sigue con su próxima visita. Les
explicaré a los sirvientes qué causó el gemido y haré que regresen a la fortaleza, aunque a
menos que regrese con ellos, es posible que no confíen en mi palabra, pero no quiero retrasar
la conversación con Hadwin. — Sus grandes ojos brillaron mientras resolvía el problema.
—Haré que tomen una comida hasta que regrese.
Torin la agarró del brazo cuando pasó junto a él. —Tienes hollín en la cara, en el pelo y en
las manos. Te refrescarás en la cabaña después de instruir a los sirvientes, luego iremos a ver
a Hadwin.
No le dio la oportunidad de discutir o estar en desacuerdo, la sacó rápidamente de la
habitación y de la fortaleza. Los sirvientes y muchos miembros del clan reflexionaban
afuera, curiosos y asustados.
Torin tiró de su esposa con fuerza a su lado cuando iba a hablar y él gritó en un tono
autoritario: —No era un fantasma. El viento se precipitó por la chimenea arrojando cenizas
y hollín. "Puedes tomar un refrigerio y cuando Lady Flora regrese a la fortaleza, también
podrás continuar con tus tareas. —
Susurros y murmullos se extendieron entre la multitud, pero no se escuchó ni una sola
protesta. Torin no esperaba ninguno. Todos sabían que él nunca enviaría a su esposa al
peligro y confiaron en su palabra.
Torin llamó a Anwen con un grito y un saludo y la mujer corrió hacia él. Le quitó la capa a
su esposa y se la entregó a Anwen. Trae una capa nueva para Lady Flora. Rápidamente
extendió su capa forrada de piel como el ala de un gran pájaro y la envolvió en ella mientras
la abrazaba contra su costado.
Flora no estaba segura de si era el frío o la forma instintiva en que él la protegía lo que le
provocó un escalofrío, y se relajó contra él mientras caminaban hacia la cabaña. Una vez
dentro, se alejó de él a regañadientes, preguntándose por qué su pequeño gesto de
consideración la había dejado sintiéndose… extraña, una sensación persistente que viajaba
a fuego lento dentro de ella. Un sentimiento que quería explorar. Un sentimiento que
disfrutaba y que no quería desaparecer. ¿Cómo podía sentir todo eso por su simple gesto?
Torin tiró su capa a una silla y fue al balde de agua guardado junto al hogar y lo movió a la
mesa. Cogió un trozo de tela que había junto con las toallas que les habían dejado y lo tiró
al agua. Se concentró en la tarea que tenía entre manos, tratando de ignorar lo mucho que
deseaba tomar a su esposa en sus brazos y mantenerla allí, dejar que su mano se demorara
Traducción: Kalia2101 72
en la curva de su cintura mientras la abrazaba con fuerza para poder sentir sus senos.
presionado contra su pecho.
El repentino y distintivo olor a hollín le llegó a la nariz y lo sacó de su ensimismamiento.
Enjuagó el paño y, cuando Flora le tendió la mano, él lo apartó, le tomó suavemente la
barbilla y le limpió con ternura las manchas de la cara.
—Eres tontamente intrépida, esposa —la regañó, mientras los ojos oscuros e inquisitivos
de ella lanzaban su hechizo habitual sobre él—. Unos días en casa y no podía dejar de pensar
en su esposa. Ella se colaría en casi todos sus pensamientos. No podía escapar de ella. Ella
se quedó allí, negándose a dejarlo.
Le tomó un momento responder, su toque, el simple acto amable de limpiar su rostro,
dejando que el agradable hervor que permanecía en ella se intensificara.
—No es así, — dijo, luchando por concentrarse, algo que nunca tuvo dificultad para hacer.
Tuvo que pensar un momento, su pensamiento casi se desvanece antes de agarrarlo.
—Me di cuenta de que no estarías muy lejos de mí y que me protegerías, si fuera necesario,
tal como lo hiciste durante el ataque cuando viajaba aquí.
Torin no percibió ni una pizca de duda en sus palabras. Estaba segura de su habilidad para
mantenerla a salvo incluso de un fantasma y eso lo deleitaba más de lo que esperaba.
Flora se encontró demasiado interesada en sus labios, recordando cómo se sintieron cuando
él la besó y pensando que no le importaría que la besara de nuevo. El pensamiento inusual
le devolvió el sentido. Este no era el momento de desear un beso.
Deseo.
¿Fue el deseo y no la curiosidad lo que le había traído el pensamiento a la mente? ¿Su beso
había despertado su deseo latente y la había dejado añorando por él?
¿Qué le pasaba a ella? Tenía cosas mucho más importantes en mente que un beso. ¿Por qué
entonces se negaba a dejar sus pensamientos?
Se obligó a hacer una pregunta que la inquietó aún más ya que las preguntas le llegaban de
manera tan natural.
—Una cosa que me intriga es por qué no se escuchó el sonido antes, aunque las piedras
podrían haberse movido en las chimeneas con el tiempo, o la intensidad del viento podría
haber aumentado.
Torin escuchó a su esposa preguntar y responder sus preguntas mientras terminaba de
limpiarle la cara, lo que había hecho hacía varios minutos. Continuó pasando la tela por su
rostro como una excusa para sostener su barbilla, para poder mirarla de cerca. Su belleza no
Traducción: Kalia2101 73
podía ser negada. Ella poseía la piel más impecable, ni una marca o mancha la estropeaba y
había una suavidad sedosa en ella que él no necesitaba tocar para sentirla. Sus cejas oscuras
se arqueaban perfectamente sobre sus ojos oscuros y los bordes de sus largas pestañas
oscuras tenían la más mínima curva y enmarcaban sus ojos maravillosamente. Pero fueron
sus labios los que más lo cautivaron, ya que tenía un deseo implacable de besarla. Era un
dolor que nunca parecía disiparse. Se quedó en él, y temía que nunca lo abandonaría. ¿Pero
fue tan malo? Ella era su esposa y podía besarla cuando quisiera.
Él captó una breve llamarada de deseo en sus ojos, sorprendiéndolo ya que era sobre todo
curiosidad lo que vio allí, pero no esto, no curiosidad. Fue un destello de pasión lo que vio.
¿Podría realmente querer que él la besara? Solo había una forma de averiguarlo y solo una
forma de silenciar la charla interminable de su esposa.
Bajó su boca hacia la de ella y la besó, no un beso suave y simple, sino uno fuerte y
significativo.
Flora se apresuró a rodearle el cuello con los brazos, su beso autoritario la dejó un poco
blanda sobre sus pies e instintivamente se apoyó contra él. Ella le devolvió el beso con igual
fervor, disfrutándolo y el hecho de que él hubiera querido besarla tal como ella quería que
lo hiciera.
Después de que sus labios se alimentaran hambrientos el uno del otro, sin acercarse a
satisfacer la sed implacable que Torin temía que nunca se apagaría, redujo la velocidad de
su beso a regañadientes. Cuando los brazos de ella cayeron de alrededor de su cuello, él le
tomó la cara y le bañó los labios con ligeros besos.
Sus ojos se abrieron, aunque no recordaba haberlos cerrado y cuando sus labios se apartaron
de los de ella y sus manos se apartaron de su rostro, ella sonrió.
—Realmente disfruto tus besos.
—Y yo realmente disfruto besarte, — admitió, rozando sus labios sobre los de ella por
última vez.
Suspiró con un placer que era nuevo para ella. —¿Está permitido que te bese, no un beso en
la mejilla, sino un beso como el que acabamos de compartir, y no esperar a que me beses?
—Tienes mi permiso para hacer eso en cualquier momento que quieras, — dijo
apresuradamente. Y tampoco me importan los besitos.
Flora presionó su mano sobre su pecho. —Sé que he mencionado esto antes, pero un
recordatorio siempre ayuda. Todo esto es muy nuevo para mí, y estoy ansiosa por aprender
todo lo que pueda.
—Y tengo planes para enseñarte, — recordó también.
Traducción: Kalia2101 74
—Me encanta adquirir conocimientos. Creo que alimenta la mente y el alma, lo que me
recuerda que debemos ir a hablar con Hadwin, luego puedo regresar con los sirvientes a la
fortaleza para que vean que no hay nada que temer. — Miró su mano sobre su pecho e hizo
una mueca cuando la apartó de él. —Puse hollín en ti.
—Mi camisa se puede lavar, no te preocupes, — dijo, habiéndole gustado que ella no hubiera
simplemente posado su mano sobre su pecho, sino que lo hubiera presionado con firmeza.
Su corazón ya había estado latiendo con fuerza por su beso, su simple toque lo había hecho
latir con fuerza y se había preguntado si ella podría sentirlo.
Flora se apresuró a lavarse las manos, luego se cepilló bien el cabello después de que su
esposo le recordara que lo habían rociado con hollín. Lo trenzó rápidamente y luego volvió
a lavarse las manos.
Sonó un golpe y Anwen entró después de que Torin le diera permiso y le entregó una capa
a Flora.
—Mi señora, — dijo con un suave movimiento de cabeza.
—Tan pronto como regrese, estaremos ocupados en la fortaleza una vez más, — dijo Flora.
Flora y Torin abandonaron la cabaña poco después de que Anwen se despidió y se dirigieron
a la cabaña de Hadwin.
Hadwin no pudo ocultar su sorpresa al ver a Lord Torin parado en su puerta, su esposa a su
lado, y los miró con los ojos muy abiertos, sin saber qué decir.
—Tenemos preguntas para ti sobre los hombres muertos con los que te encontraste en el
bosque antes de llegar aquí, y estoy más que agradecida de que me hayas regalado el
pergamino.
Lo último de su comentario pareció relajarlo un poco.
—Usted es muy bienvenida, mi señora. — Sacudió la cabeza como si finalmente se diera
cuenta de sus modales. —Por favor, por favor, sal del frío.
La cabaña era pequeña y estaba bien cuidada, con un buen fuego en la chimenea, que
mantenía caliente el escaso espacio.
—Por favor, siéntense, — ofreció Hadwin.
—No nos quedaremos mucho tiempo, Hadwin, algunas preguntas y nos pondremos en
camino, — dijo Torin.
Traducción: Kalia2101 75
Flora no estaba tan segura de eso y viendo la forma en que la presencia de Torin ponía
nervioso a Hadwin, consideró que podría ser beneficioso regresar y hablar con Hadwin sin
su esposo.
—Los dos hombres muertos con los que te encontraste, ¿habían caído cerca uno del otro?
— preguntó Flora.
Si Hadwin pensó que era extraño que Flora hiciera las preguntas en lugar de Torin, no lo
demostró. Respondió sin dudarlo.
—Estaban separados por una corta distancia, un hombre tendido en el suelo y el otro cerca
del tronco de un árbol no muy lejos de él.
—¿Qué pensaste cuando los viste? — preguntó Flora.
Hadwin se rascó la cabeza. —Es extraño que preguntes, ya que lo primero que pensé fue
que habían peleado, y un hombre mató al otro, pero después de haber sido herido, tropezó
con el árbol donde cayó muerto. Pero los dos también podrían haber sido atacados por una
banda de renegados. Es invierno y hay quienes tienen hambre y harán lo que sea necesario
para alimentarse. Es difícil decir qué les sucedió realmente a los dos.
—¿No te eran conocidos? — preguntó Flora.
—No, mi señora. No me eran familiares. — Hadwin ofreció más. —Me sorprendió cuando
me encontré con ellos. Esta zona es tranquila, pocos viajeros vienen por aquí, nada para ellos
aquí. Y nadie se atrevería a desafiar a Lord Torin. Sus excepcionales habilidades de batalla
son bien conocidas, al igual que sus guerreros.
Flora sin duda podría dar fe de haberlo visto pelear.
—Es una situación extraña, milady, muy extraña en verdad—, dijo Hadwin, sacudiendo la
cabeza.
—¿Y no hubo nada más que te llamara la atención sobre la escena? — preguntó Flora.
—Para ser honesto, milady, no me demoré allí por temor a que, si se trataba de un ataque,
los culpables aún pudieran estar dando vueltas. Me apresuré ansioso por cruzar el puente
hacia Outerson e informar a Lord Torin de lo que había encontrado y buscar seguridad aquí.
—Me alegro de que hayas llegado a salvo, Hadwin, y gracias por hablar conmigo. — Se
detuvo cuando se volvió y miró al hombre de nuevo.
—Tengo curiosidad. ¿Dónde conseguiste el pergamino?
—Es extraño cómo lo conseguí. Una fuerte tormenta me obligó a salir de mi camino
habitual. Me encontré en una zona muy boscosa, un poco sombría y allí fue donde me
Traducción: Kalia2101 76
encontré con un monasterio. Busqué refugio allí y me fui a la mañana siguiente después de
un buen desayuno. No fue hasta unos días después, cuando estaba lejos, que descubrí el
pergamino en mi carrito. Nadie mostró interés en él y aunque puedo leer algo, no puedo leer
latín y el rollo está en latín.
—¿Recuerdas el nombre del monasterio? — preguntó Torin.
—Nay, mi señor.
—¿Estás seguro de que era un monasterio? — preguntó Torin.
Hadwin volvió a rascarse la cabeza.
—Supuse que era porque un monje me saludó, aunque el lugar en sí parecía una fortaleza,
un alto muro de piedra lo rodeaba y una puerta de madera maciza por la que uno tenía que
pasar que ni siquiera era la entrada al monasterio en sí. Fui conducido a un largo edificio de
piedra con varias puertas a lo largo, aposentos privados para los monjes, supuse. Me dieron
una de las habitaciones para pasar la noche y me proporcionaron una generosa cantidad de
comida.
—¿Estás seguro de que fue un monje quien te saludó? — preguntó Torin.
—Llevaba una túnica oscura, — dijo Hadwin como si eso lo satisficiera.
Torin siguió con más preguntas.
—¿Llevaba una cruz de madera alrededor de su cuello? ¿La túnica estaba ceñida? ¿Qué te
dijo?
—No recuerdo haber visto una cruz ni un cinturón y creo que el monje había hecho voto de
silencio, ya que solo asentía o movía la cabeza, y con la capucha levantada apenas le veía la
cara. Me trataron bien, como en un monasterio. Incluso me dieron un saco de comida para
que me lo llevara cuando me fuera a la mañana siguiente. — Hadwin se estremeció.
—Debo decir, sin embargo, que cuando miré hacia atrás después de estar más allá del muro
de piedra, puse mi mirada en el monasterio mismo y fue una vista poderosa y aterradora lo
ancho que era y lo alto que se elevaba. Parecía más una fortaleza que un monasterio.
—Has sido útil Hadwin, — dijo Torin.
—Me alegro de poder ayudar de alguna manera, mi señor, — dijo Hadwin.
Torin tomó la mano de su esposa y mantuvo un paso apresurado.
—¿Por qué le preguntaste sobre el monje y el monasterio? — preguntó Flora, sintiendo que
algo andaba mal.
Traducción: Kalia2101 77
—Necesito que me digas qué dice ese pergamino, — dijo Torin.
—¿Por qué?
Torino negó con la cabeza. —¿Puedes hacer algo sin cuestionarlo?
—No, es lo que soy, y no puedo cambiar lo que soy, y no quiero cambiar lo que soy, — dijo.
—Ahora dime por qué necesitas que te lea el pergamino.
Permaneció en silencio hasta que llegaron a la fortaleza, luego llamó a los sirvientes reunidos
allí esperando a Flora.
—Lady Flora se retrasará.
Sin más explicaciones, muchos de los sirvientes sonrieron mientras caminaban hacia la
cocina por otro brebaje caliente, pensando que su señoría se estaba asegurando de que
pronto habría un heredero para el título.
Una vez dentro de la cabaña, explicó Torin.
—No creo que Hadwin se haya detenido en un monasterio.
—¿Dónde crees que se detuvo?
—Creo que llegó a la casa de Lord Varrick, una leyenda por derecho propio, y me preocupa
lo que pueda estar en el pergamino, ya que se ha dicho que un hombre con sus inmensas
habilidades solo podría provenir del poder del demonio.
—¿Me estás diciendo que crees que el pergamino es un pacto que hizo con el diablo?
Traducción: Kalia2101 78
CAPITULO 10
Torin señaló el pergamino sobre la mesa.
—Lee solo una pequeña parte de él. Si apunta a un pacto malvado, deja de leerlo.
—¿Y qué? — preguntó, preocupada por Fia, la mujer en la mazmorra del Clan Strathearn.
Lord Varrick la había reclamado y estaba en camino para recuperarla. ¿Cuáles eran sus
intenciones?
—Me encargaré de que se lo devuelvan a Lord Varrick, — dijo Torin.
—No, — protestó Flora.
—Las palabras tienen un gran poder y, dado que se descartaron en secreto, debe haber una
razón para ello.
—Es muy posible que haya causado daño y no permitiré que ese daño sea traído aquí, —
argumentó Torin.
—¿Y si alguien lo descartó por la razón opuesta? ¿Y si pudiera ayudar a Lord Varrick? —
Flora desafió nuevamente preocupada por el destino de Fia y si hubiera una posibilidad de
que pudiera ayudarla, lo haría.
—No lo sabremos hasta que lo leas. — Torin frunció el ceño a su esposa con la intención de
asustarla. Será mejor que me digas la verdad cuando lo leas.
Flora se sorprendió por su acusación.
—Me insultas al sugerir que te mentiría. ¿Te he dado razones para pensar que mentiría y no
te molestarías en mencionar cuándo nos conocimos? Pude haber guardado una lengua
silenciosa por enfermedad, pero ninguna mentira cruzó mis labios.
—Entonces asegúrate de que no lo haga ahora, — ordenó Torin.
—Espero lo mismo de ti, esposo, — replicó ella.
Parecía dispuesto a discutir y luego se detuvo.
—Ahora que hemos dejado en claro que no nos mentiremos ahora ni nunca, lea el rollo y
termine con eso.
Traducción: Kalia2101 79
Flora se quitó la capa para colocarla sobre una silla y tomó el pergamino para desenredarlo
lentamente y leerlo mientras lo hacía.
Torin vino a pararse a su lado, mirando las palabras en latín, pero sin poder leerlas. Sus
intenciones eran mantener a salvo a su esposa, pero si las palabras fueran armas, no tenía
defensa contra ellas.
—Habla de los demonios y de cómo viven en los confines del mundo y cómo intentan abrirse
camino hacia adentro y dentro de nosotros y, a menos que tengamos cuidado, encontrarán
una forma de entrar y sucumbiremos a sus malos caminos. Advierte de cuán fácilmente el
mal puede atraparnos y cuán difícil es escapar de él y cómo al final sufriremos los fuegos del
infierno si lo permitimos.
Hizo una pausa demasiado larga y Torin instó: —¿Qué más?
—Advierte que no se sufra levemente el toque de un demonio y que el lugar ofendido debe
ser quemado o cortado y si es demasiado tarde el único recurso es el fuego.
—¿Cómo sabe uno si está tocado por un demonio? — preguntó Torin.
—Habla de señales a las que hay que estar atento; Habilidades casi inhumanas,
impermeable al dolor, conocimiento más allá de los demás, duerme poco, pensamientos
perversos, surca como un animal, desafía la cruz. — Flora miró a su marido, que permanecía
en silencio a su lado.
—¿Qué se ha apoderado de tus pensamientos?
—¿Por qué alguien colocaría esto en el carro del comerciante? — preguntó Torin.
—Para librarse de él, para que no se vea, para que no se use contra alguien, para que no se
descubra un demonio. — Flora se estremeció de miedo.
—Esto no es un pacto con el diablo. Esta es la forma de defenderse de él, y alguien no quería
que otro supiera cómo hacerlo. Este pergamino está destinado a ayudar, no a dañar.
Deberíamos devolverlo.
—No, se queda aquí. No enviaré a uno de los míos a tal peligro. Esta es la batalla de Lord
Varrick. A él le corresponde defender.
—¿Cómo puede defenderse a sí mismo o a los demás sin esto?,— Preguntó Flora, señalando
el pergamino y luego jadeó.
—¡Fia! Por eso mandó llamar a Fia. Quién mejor para luchar contra un demonio que una
bruja.
—Ni siquiera pienses que puedes ayudarla, — dijo Torin antes de que pudiera sugerirlo.
Traducción: Kalia2101 80
—Las Tierras Altas son un lugar místico y Fia está familiarizada con su magia. Ella es mucho
más hábil que tú para lidiar con tales misterios.
—No puedo estar en desacuerdo cuando tienes razón, — dijo Flora.
—Fia habló con conocimiento de cosas que solo había oído hablar, pero nunca experimenté.
Al menos se enfrenta a su destino bien armada... su conocimiento de las armas.
Mantendremos el pergamino a salvo ya que quienquiera que se haya deshecho de él podría
buscar su devolución.
Torin asintió, contento de que su esposa entrara en razón y no discutiera el punto con él.
—Hay algo más que menciona el pergamino.
No era propio de ella detenerse cuando había algo que decirle, y rápidamente preguntó.
—¿Qué es?
—Fantasmas. Menciona fantasmas.
—Asegúrense de que el clérigo esté libre de alcohol, — ordenó Torin, sentado en una fogata
con Kinnell.
—Quiero bendecir la fortaleza y el pueblo.
—Sí, me encargaré de que se haga, pero dime… tienes una cabaña cálida con una esposa
cómoda en tu cama y te sientas aquí conmigo en el frío cada noche, hasta bien entrada la
noche, desde que llegaste a casa. Obviamente esperas a que se duerma antes de unirte a ella,
y debo preguntar por qué. Es una belleza que no solo deberías disfrutar, sino también
cumplir con tu deber de producir un heredero.
—No te preocupes, se hará.
La ceja de Kinnell se arqueó. —Entonces, ¿tus votos aún no se han sellado?
—Le estoy dando tiempo para adaptarse a su vida aquí.
Kinnell se rio. —Ella no se está adaptando, está ajustando a todos a su alrededor a su
naturaleza franca e inquisitiva. Todo el mundo habla de cómo ella charla sin parar, hace
preguntas y, en su mayoría, las responde ella misma, y lo amable que es con ellos, a menudo
solicitando en lugar de exigir y ofreciendo su gratitud cuando cumplen una tarea asignada.
No saben qué hacer con ella.
Traducción: Kalia2101 81
—Ella es un poco como un rompecabezas.
—Tratando de hacer que todas las piezas encajen, ¿verdad? — dijo Kinnell con una sonrisa.
—¿Y por qué de repente tienes prisa por ver bendecido el torreón cuando tu esposa parece
haber descubierto una explicación razonable para el fantasma que gime y respira
pesadamente?
Torin miró a su alrededor.
—Solo los tontos estarían sentados afuera en el frío esta noche. No hay nadie y los centinelas
están demasiado lejos para oír nada. Dime qué te molesta.
—Entonces, me crees tonto, — acusó Torin.
—Aye, sella tus votos y termina con eso y dale a ti y al clan una buena vida, algo que tu padre
nunca hizo, — dijo Kinnell, manteniendo la voz baja solo para asegurarse de que nadie
pudiera escucharlo.
—No es mi esposa la que me preocupa, — admitió Torin, aunque las palabras de Kinnell
sonaron ciertas. Quería ser un mejor hombre que su pa y que su clan fuera tratado bien para
que todos pudieran prosperar.
—¿Entonces qué es? — preguntó Kinnell.
—¿Tiene algo que ver con ese pergamino que el mercader le regaló a tu esposa? La gente
tiene curiosidad por saber lo que lee.
—Su curiosidad no quedará satisfecha, — susurró Torin y bajó aún más la voz.
—Parte habla de cómo los fantasmas son almas demoníacas que no pueden encontrar
descanso y cómo traen su tormento a los vivos.
Kinnell lo miró en silencio por un momento antes de preguntar:
—¿Dice cómo deshacerse de ellos?
—El área que frecuenta el fantasma debe limpiarse bien y luego ser bendecida por un clérigo.
—Suenas dudoso de que funcione.
—Lo soy, ya que también establece que si el fantasma permanece demasiado tiempo en la
residencia, es posible que nunca se vaya y cause mucho caos, destruyendo a todos los que
residen con el. — Torin negó con la cabeza.
—Ignoré el problema demasiado tiempo. Debería haberlo hecho antes.
—Tonterías, — argumentó Kinnell.
Traducción: Kalia2101 82
—No lo ignoraste. Hiciste lo que pudiste e incluso fuiste en busca de un clérigo dispuesto a
viajar aquí. Y te conozco lo suficiente como para saber que no te rendirás al fantasma.
—Tienes razón, no lo haré. De una forma u otra lo veré expulsado no solo de la isla sino
también de la fortaleza. Solo me preocupa el daño que pueda causar antes de que pueda
hacer eso. — Torin miró las llamas que parpadeaban salvajemente por un repentino soplo
de viento.
Kinnell miró rápidamente a su alrededor para ver si alguien o algo lo había causado y se
estremeció cuando no vio nada más que oscuridad a su alrededor.
—Tu esposa lo leyó. ¿Qué pensó ella al respecto? — preguntó Kinnell.
—Ella estuvo de acuerdo en que hacer que el clérigo bendiga la fortaleza fue una sabia
decisión, pero aún tiene que aceptar que un fantasma realmente reside en la fortaleza. — Su
voz se hizo más baja, pensando que escuchó a alguien acercarse.
—Ella siente que se necesitan más pruebas. Sin embargo, ella dice que, si no se escucha al
fantasma después de la bendición, entonces el problema está resuelto.
Kinnell no se molestó en mantener su voz en un susurro.
—Ambos parecen tenerlo bajo control.
—¿Qué tienen bien guardado Lord Torin y su esposa?
Kinnell dio un respingo, no así Torin.
—Tienes que escuchar más atentamente, Kinnell, — lo regañó Iona.
—Te asusté, pero no a Lord Torin. Él escuchó mis pasos.
—Pisas demasiado suave, — lo regañó Kinnell.
—Tonterías, — replicó Iona.
—No escuchas lo suficientemente bien.
Mientras los dos continuaban lanzando acusaciones, Torin se despidió en silencio y se
dirigió a la cabaña. El chasquido y el estallido de las llamas parpadeantes del hogar lo
saludaron cuando entró. Kinnell lo conocía demasiado bien cuando lo cuestionó sobre evitar
a su esposa por la noche. Había pensado en tentarla y hacer que cambiara de opinión, pero
después de pensarlo, descubrió que no sería justo para ella. Había dado su palabra y la
cumpliría. Quería que supiera que podía confiar en él ya que parecía no tener problemas
para confiar en él. Compartió sus pensamientos de muy buena gana y discutió las cosas sin
cesar con él. Lo extraño era que estaba empezando a disfrutarlo.
Traducción: Kalia2101 83
Había intentado dormir en camisa, pero estaba demasiado acostumbrado a dormir desnudo
como para adaptarse. Era otra razón por la que evitaba su cama antes de que su esposa se
durmiera. Estaba seguro de que su curiosidad lo llevaría a romper su palabra con ella.
Desenredó suavemente las sábanas que la rodeaban y se deslizó en la cama y ella hizo lo que
había hecho desde que él se acostó con ella por primera vez, se giró y se envolvió alrededor
de él. Fue entonces cuando agradeció al cielo que ella llevara un camisón.
Con la cabeza apoyada en su pecho, su suave cabello le hacía cosquillas en la nariz y su
fresco y dulce aroma lo embriagaba. Maldita sea, temía que nunca sería capaz de quitarle las
manos de encima. Fue una agradable sorpresa darse cuenta de lo mucho que se sentía
atraído por su esposa y un alivio. Haría el matrimonio mucho más placentero.
Se obligó a sí mismo a cerrar los ojos y pensar en otra cosa, ya que su eje pronto estaría
completamente alerta si no lo hacía. Pensó en el pergamino, pero su esposa también entró
en ese pensamiento, la imagen de su trasero en el aire mientras buscaba a través del carro
del comerciante destellando en su mente. Sus pensamientos saltaban de una cosa a la
siguiente hasta que finalmente se quedó dormido.
Traducción: Kalia2101 84
La sombra parecía como si se estuviera acercando sigilosamente. Flora frunció los ojos para ver si podía
distinguir quién era, pero no vio nada más que una mancha gris oscuro que seguía acercándose a ella. Una
inquietud se apoderó de ella y sintió la necesidad de huir, pero por alguna razón sus piernas no se movían.
La sombra se acercó más y más cuando de repente golpeó, ¿un fuerte viento cálido o fue un gran aliento? La
derribó y se sintió caer, abajo, abajo, abajo, cayó. Hizo lo único que pudo, gritó.
—¡TORÍN!
—Te tengo. Te tengo. Estás a salvo, Flora, — dijo Torin, abrazándola con fuerza, con el
corazón latiendo alocadamente. Apenas había logrado abrir los ojos, su inquietud lo había
despertado, cuando ella gritó su nombre, agitando los brazos. Su corazón se sentía como si
hubiera golpeado contra su pecho, sus gritos estaban llenos de tanto miedo.
Ella se acurrucó contra él como si de alguna manera pudiera deslizarse dentro de él.
Fue una pesadilla, nada más que una pesadilla, mo ghràdh 3,— la tranquilizó, acariciando su
espalda con firmeza. Le pediría que se lo contara, pero no quería hacerla revivir el miedo.
Ella se lo diría a su debido tiempo. En este momento, solo se preocupaba por calmarla y
asegurarle que estaba a salvo.
—Se acabó. No tienes nada que temer.
—Cuando estoy contigo no lo hago, — dijo en voz baja.
Sintió un tierno apretón en su corazón como si de alguna manera, ella hubiera llegado a su
interior y lo hubiera tocado suavemente. Si sus palabras pudieran hacer eso, ¿cómo se
sentiría él cuando ella lo tocara íntimamente?
Se quedó en silencio esperando a ver qué más decía y después de unos momentos se dio
cuenta por la forma en que se recostó cómodamente contra él que estaba dormida.
El sueño no volvió inmediatamente a él. Él yacía allí, sosteniéndola cerca, protegiéndola lo
mejor que podía de cualquier otra pesadilla. Hasta que él también, finalmente sucumbió al
sueño.
Flora se quedó mirando el dormitorio vacío que compartiría el resto de sus días con su
marido. Su cama estaba siendo desmantelada y las partes serían traídas aquí para volver a
Traducción: Kalia2101 85
armarlas. El nuevo colchón estaba siendo terminado y estaría listo para cuando la cama
estuviera en su lugar. Ella había elegido varios muebles de todo el torreón para agregarlos
aquí y algunos tapices también. Todo se estaba juntando muy bien.
Se dio cuenta de cómo Anwen la había estado mirando fijamente, así como a algunos de los
sirvientes, desde que habían comenzado a trabajar temprano esta mañana. Sabía por qué,
aunque nadie lo mencionaría. No había hablado mucho excepto para dar órdenes y eso no
era propio de ella. Por lo general, bombardeaba a los sirvientes con interminables preguntas
no solo sobre la fortaleza sino también sobre ellos mismos. Si este iba a ser su hogar hasta el
día de su muerte, entonces quería saber todo lo que pudiera sobre él y sobre todos los que
estaban aquí.
La noche anterior, sin embargo, había mantenido su mente ocupada desde que se despertó
esta mañana. Revivió el sueño una y otra vez tratando de encontrarle sentido. ¿Por qué sus
padres necesitarían ayuda? Habían muerto de una enfermedad desconocida, los médicos que
los trataron afirmaron que la contrajeron mientras estaban en Francia. Una explicación
razonable ya que otros dos estudiantes con sus padres también habían muerto, mientras
que otros estaban enfermos, pero sobrevivieron. ¿Por qué sus padres posiblemente podrían
necesitar ayuda y cómo podría ayudarlos cuando estaban muertos? El sueño la hizo aún más
decidida a descubrir lo que pudiera sobre el fantasma. Si entendía lo que estaba sucediendo
aquí en la fortaleza, tal vez podría entender su sueño.
También tenía otro enigma que la desconcertaba. Ella pensó que escuchó a su esposo
llamarla mi amor, pero no estaba segura. Después de todo, ¿por qué se referiría a ella de esa
manera? ¿O era algo que hacía a menudo con mujeres con las que compartía la cama mientras
ella creía que tal declaración estaba destinada a alguien especial? Normalmente, cuando no
estaba segura, le preguntaba directamente a la persona, pero no se atrevía a hacerlo en esta
situación. Se había preguntado repetidamente por qué se resistía a hacerlo hasta que
finalmente admitió que no estaba segura de si le gustaría su respuesta. Con sus
pensamientos ya preocupados, no necesitaba agregar más problemas molestos.
—¿No se siente bien, mi señora? — preguntó Anwen, acercándose a ella mientras los
pedazos de la cama eran llevados a la habitación.
—Mis pensamientos son pesados hoy, Anwen, — dijo y, volviéndose para mirar a la mujer,
de repente se preguntó si su esposo alguna vez se había referido a ella como mi amor. Su
madre le advirtió que tuviera cuidado con las preguntas que algunas no eran apropiadas
para ella. Ella creía que esta era una de esas preguntas inadecuadas, entonces, ¿cómo se
enteró?
—¿Algo en lo que pueda ayudarla, milady? — preguntó Anwen.
Traducción: Kalia2101 86
Ahora había una invitación si alguna vez escuchó una y, sin embargo, podía escuchar a su
madre regañarla por pensar así. Entonces se dio cuenta y no perdió un momento en
preguntar:
—Tuve un sueño sobre mis padres anoche. Podía escuchar a mi papá llamando a mi mamá,
mo ghràdh4, y eso me hizo extrañarlos.— No necesitaba fingir tristeza o preocuparse por
una mentira, ya que su padre solía llamar así a su madre y supuso que era por eso que
significaba algo especial para ella.
Anwen suspiró.
—Entiendo, mi señora. A menudo creo que escucho a mi esposo llamarme mi amor y girarme
esperando verlo allí, pero, por supuesto, no es así, y mi corazón se rompe un poco más.
—Lo siento mucho, Anwen, — dijo Flora, extendiendo la mano para consolarla con un
toque pensativo de su brazo.
—No puedo imaginar lo difícil que debe ser para que eso suceda.
—En cierto modo lo es y, en cierto modo, no lo es, — admitió Anwen.
—Anhelo escuchar su voz amorosa llamándome así, aunque solo sea en mi mente. Siempre
trajo a mi corazón una inmensa alegría y nunca permitiría que otro hombre me lo dijera. No
parecería correcto. Era algo que compartía con mi esposo y solo con mi esposo. Además,
temo que, si otro hombre me llama, no volveré a escuchar la voz de mi esposo llamándome
como él lo haría y lo extrañaría terriblemente.
Esa fue respuesta suficiente para Flora y le complació saberlo. Entonces notó a tres
sirvientes susurrando entre ellos y lanzando miradas ansiosas a la puerta.
—¿Algo los molesta a los tres? — preguntó Flora mientras se acercaba a ellos.
Todos intercambiaron miradas nerviosas.
—Por favor dígame. No puedo ayudarte si no me lo dices, — dijo Flora.
La joven de cabello rojo claro habló, aunque en voz baja.
—Es el clérigo, milady. Se niega a entrar en la fortaleza. Si tiene demasiado miedo de entrar
aquí, entonces seguramente cree que ninguna bendición puede ayudar a este lugar.
Otro sirviente también habló. —Lo que significa que el mal reside aquí.
Flora creía que todas esas tonterías, pero se dio cuenta de que otros no lo creían y no
ignoraría ni descartaría sus miedos a la ligera.
Traducción: Kalia2101 87
—Continúa tu trabajo sin miedo. Iré a hablar con el clérigo y me aseguraré de que bendiga
la fortaleza, — les aseguró Flora.
—Él no obedecerá la orden de Lord Torin, — dijo un sirviente.
—Entonces, te preguntas por qué lo haría si se lo pidiera, — dijo Flora, con una sonrisa en
su rostro. —Tengo facilidad con las palabras si no te has dado cuenta.
Se apresuró a través del torreón y salió para ver a su esposo discutiendo con el clérigo.
—Haga lo que quiera conmigo, mi señor, pero no voy a entrar allí, — insistió el clérigo.
Flora bajó corriendo las escaleras, lista para luchar con las palabras cuando el clérigo corrió
hacia ella.
—Cuidado con el fantasma mi…— El clérigo jadeó, su boca se abrió y sus ojos se abrieron
como platos mientras caía hacia adelante contra Flora, y ambos cayeron al suelo juntos.
Traducción: Kalia2101 88
CAPITULO 11
Flora estaba teniendo problemas para respirar, con el clérigo encima de ella, pero no tuvo
problemas para escuchar un rugido feroz en el aire. Empujó al clérigo para apartarlo de ella
y se sorprendió cuando de repente lo arrancaron. Lo siguiente que supo fue que su esposo
estaba arrodillado a su lado.
—¿Estás herida? — preguntó Torin, su corazón latía furiosamente en su pecho, enojado
consigo mismo por no alcanzarla más rápido y evitar su caída.
—No lo creo, — dijo, dándose palmaditas en el pecho y el estómago y sin sentir dolor en
ninguna parte. Volvió los ojos desconcertados hacia su marido.
—¿Qué pasó? — Su mirada se desvió más allá de su hombro, y vio al clérigo boca abajo en el
suelo con una flecha clavada en su espalda.
—Bueno, Señor, el clérigo tiene una flecha en la espalda.
—Eso es lo que pasa, esposa. — Torin hizo que sus hombres cuidaran del clérigo, su única
preocupación era su esposa. Deslizó su brazo debajo de su espalda y la ayudó a sentarse,
todavía preocupado de que pudiera haberse lastimado.
—¿Quién? — preguntó Flora, sus ojos recorriendo rápidamente como si pudiera detectar al
culpable.
—No lo sé, — dijo, mientras aumentaba su ira porque alguien se había atrevido a atacar su
tierra.
—Aunque no pasará mucho tiempo antes de que lo encontremos. —
—¿Quién querría lastimar al clérigo? — preguntó, lanzando otra mirada hacia el clérigo para
ver a dos guerreros llevándoselo sin cuidado.
—Buen Señor, ¿está muerto?
—Me temo que si, — dijo Torin. —¿Estás seguro de que no has sufrido ningún daño?
Estaba a punto de descartar su preocupación sin pensarlo cuando sus ojos se encontraron
con los de él. Vio preocupación en ellos, verdadera preocupación. Estaba preocupado por
ella. Él realmente se preocupaba y le tocó el corazón saber que su preocupación era real.
Traducción: Kalia2101 89
Flora sonrió suavemente y apoyó la mano en su brazo, dándole un ligero apretón, al darse
cuenta de que la sensación de su músculo tenso siempre le daba una sensación de seguridad.
—Lo único que creo que sufrí fue una breve pérdida de aliento. De lo contrario, nada me
duele.
Con su brazo firme alrededor de su espalda, la ayudó a ponerse de pie y la sujetó hasta que
estuvo seguro de que se mantenía firme. Había visto a muchos guerreros caer al suelo por
otro guerrero solo para ponerse de pie y colapsar muertos momentos después.
—Me dirás si tienes algún dolor, — ordenó, su pensamiento lo dejó preocupado y temeroso
de dejarla ir. En sus brazos, podría mantenerla a salvo. Además, disfrutaba de tenerla pegada
a él, con la mano apoyada en la curva de su delgada cintura.
—Lo sabrías de inmediato, ya que hablaría sin parar al respecto mientras intentaba darle
sentido y determinar qué hacer.
Negó con la cabeza y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.
—Recordaré eso y sabré que cuando el silencio te golpee, es hora de preocuparte.
—Precisamente, — dijo ella. —Ahora tenemos otro misterio que resolver... ¿quién mató al
clérigo?
Torin estaba a punto de decirle que no debía preocuparse por eso cuando se dio cuenta de
que eso sería imposible para ella. Entonces, se mordió la lengua y continuó abrazándola.
Flora siguió haciendo preguntas.
—¿Por qué alguien querría matar al clérigo? — Sus ojos de repente se redondearon.
—¿Era el clérigo su objetivo? ¿Podría haber estado apuntando a otra persona y el clérigo se
interpuso en su camino? Ella jadeó y sintió que el brazo de su marido se apretaba alrededor
de ella.
—Se puso delante de mí. — Ella sacudió su cabeza. —Eso no tiene sentido. ¿Por qué alguien
me querría muerta?
A Torin no le gustaban sus preguntas y la dirección en la que iban. Pero ella tenía razón. Si
el clérigo no se hubiera puesto delante de ella, ahora mismo estaría muerta. La ira corrió a
través de él a una velocidad alarmante, y no quería nada más que atrapar al hombre
responsable y ver si era cierto... que su objetivo era Flora.
Los gritos hicieron que ambos se giraran para ver a Kinnell, junto con varios guerreros, que
marchaban como un gran hombre hacia ellos. La gente daba vueltas aclamando la rápida
captura del culpable.
Traducción: Kalia2101 90
—No está sujeto de ninguna manera y camina con confianza, sin miedo, y él y los demás no
parecen haber estado en una pelea. ¿Simplemente se rindió a ellos? — preguntó Flora.
Torin escuchó a su esposa, pensando casi lo mismo que ella.
—Y mira el tamaño de él. No es un hombre pequeño, alto y ancho, y su cabello cortado cerca
del cuero cabelludo, pero tiene una barba oscura y tupida. — Se calmó cuando se acercaron
y vio que el hombre tenía una cicatriz en una mejilla, otra en el cuello y una más pequeña en
la frente. Que él era un guerrero era obvio.
Una vez más, Torin pensó lo mismo que su esposa, aunque estaba familiarizado con el tipo
de hombre. Era un hombre a sueldo... un renegado.
—Este es Walsh, mi señor, y si dice una verdad o un cuento, no lo sé, — dijo Kinnell.
Más personas se unieron a las que se habían reunido después del incidente, susurrando,
preguntándose y preocupándose.
—También están trayendo a otro hombre aquí, pero desafortunadamente no puede contar
su historia porque está muerto, — dijo Kinnell.
—Solo tenemos la historia de Walsh.
—¿Cómo puedo creer la palabra de un renegado? — Torin desafió.
Walsh soltó una fuerte carcajada.
—De la misma manera que creería la palabra de un noble, en absoluto.
—Cuéntame tu historia, — ordenó Torin, viendo que el hombre no se dejaba intimidar
fácilmente.
—Hace frío y tengo sed. Un lugar cálido para descansar y una bebida caliente me ayudarían
mucho a contar mi historia, — dijo Walsh.
—Eso es cierto, — dijo Flora. —Un cuento se cuenta mucho mejor frente a una chimenea
con una infusión caliente en la mano. Le invitamos a compartir el calor de nuestro hogar y a
calentarse con un brebaje caliente y comida si tiene hambre. — Miró a Torin. —Con su
permiso, mi señor.
Torin se molestó cuando su esposa pareció tomar el mando hasta que se volvió hacia él y le
pidió permiso. Captó la ligera inclinación de su cabeza y la forma en que se iluminaron sus
ojos. Le hizo darse cuenta de que ella estaba tramando algo y si ayudaba a llegar a la verdad,
entonces la complacería.
—Sí, esposa, encárgate de hacerlo, — dijo Torin.
Traducción: Kalia2101 91
—¡Anwen! gritó mientras Flora se giraba en busca de la mujer que ya se dirigía hacia ella, y
ambas se apresuraron a las escaleras de la fortaleza.
—Ven, hablaremos, — dijo Torin y miró a Kinnell, quien se giró hacia los dos guerreros
detrás de él y susurró algo, luego alcanzó a Torin y Walsh para seguirlos hacia la fortaleza.
Torin se sorprendió de que la bebida ya estuviera en la mesa más cercana a la chimenea y de
que los sirvientes se demoraran si alguien necesitaba algo. Sin embargo, no se sorprendió al
ver a su esposa sentada a la mesa. Su mensaje era claro... ella no se quedaría fuera.
—¿Tu esposa se une a nosotros? — Walsh preguntó, sin ocultar su sorpresa.
Torino sonrió. —A mi esposa le encantan los buenos cuentos.
—No es ese tipo de historia, — susurró Walsh. —Puede que no sea adecuado para que ella
lo escuche.
—Ya he escuchado historias espantosas, — gritó Flora.
—¿Cómo me escuchó? Estaba susurrando, — dijo Walsh.
—No estaba susurrando, señor, y tengo muy buen oído, — le informó Flora. Ahora siéntate
y cuéntame tu historia, porque me impaciente por escucharla.
Torin negó con la cabeza mientras observaba al gran hombre obedecer a su esposa como si
la temiera. Fue y se sentó a su lado, lo suficientemente cerca como para que sus brazos se
tocaran, y le complació cuando ella se apretó aún más contra él y apoyó su pierna junto a la
de él.
Walsh bebió una buena parte de su bebida antes de estar listo para hablar y se detuvo
cuando vio a seis guerreros entrar al Gran Comedor y dividirse para sentarse en las mesas a
ambos lados de él, con Kinnell uniéndose a ellos.
—No traigo problemas a tu clan, Lord Torin, — dijo Walsh, reconociendo a Torin con
respeto.
—Me complace escuchar eso y espero que sea cierto. Soy tan impaciente como mi esposa…
cuéntalo.
Él asintió y mantuvo un agarre en su jarra mientras hablaba. —Tenía la esperanza de llegar
a las tierras bajas antes de que llegara el invierno, pero mi partida se retrasó. Puedo sentir
cuando una tormenta de nieve no está lejos y sintiendo que se acercaba, me apresuré a
buscar refugio. La isla de Outerson era el lugar más cercano y esperaba que me permitiera
pasar el invierno aquí, ya que tratar de viajar podría resultar mortal. — Tomó otro trago
generoso de su cerveza. —Fue cuando me acerqué al puente hacia la isla que una flecha
simplemente cayó de un árbol a unos pocos pies frente a mí. No había sido disparado desde
Traducción: Kalia2101 92
un arco. Simplemente se cayó del árbol. Curioso, miré hacia arriba y me pareció ver a un
hombre encaramado en lo alto de un pino. Fue necesario maniobrar un poco alrededor de la
parte inferior del árbol para verlo de manera clara y, efectivamente, estaba allí, con el arco y
la flecha en la mano.
—¿Estás diciendo que el hombre posado en el árbol disparó la flecha que mató al clérigo? —
preguntó Flora.
—No sabía en ese momento para quién estaba destinada la flecha o si posiblemente era uno
de los guerreros de Lord Torin que intentaba ver si tal disparo alcanzaría una distancia
particular. Esperé debajo del árbol y sorprendí al hombre que no estaba feliz de verme.
Peleamos y me di cuenta de que tenía toda la intención de quitarme la vida, así que no tuve
más remedio que matarlo. Lo dejé donde cayó y me apresuré a cruzar el puente para informar
a los guardias de lo sucedido. Me dijeron que los llevara al hombre muerto y luego me
trajeron aquí.
—Toda una historia. — dijo Torin.
—Un cuento chino seguro, — estuvo de acuerdo Kinnell.
—¿Puede una flecha viajar tan lejos con precisión? — Flora preguntó a nadie en particular.
—Un tirador habilidoso puede dar en el blanco incluso desde una distancia mayor, — dijo
Walsh, —aunque no lo habría creído si no lo hubiera visto una vez.
—¿Pero dio en el blanco? — preguntó Flora.
—Eso no lo sé, milady, — dijo Walsh. —No tuve tiempo de preguntarle qué estaba haciendo
aquí, y dudo que me hubiera ofrecido una explicación.
Torin permaneció en silencio, sabiendo que su esposa continuaría preguntándole y con
Walsh respondiendo tan fácilmente, decidió escuchar. Su esposa no lo defraudó, siguió
preguntando.
—¿Por qué esperaste y observaste al hombre en el árbol y no avisaste a los guardias
inmediatamente de su presencia? — preguntó Flora.
Walsh se rascó la espesa barba. —Supongo que en ese momento pensé que era lo correcto.
— Sonrió cuando colocaron tazones de comida sobre la mesa y rápidamente agarró un trozo
de queso. —Los busqué tan pronto como terminó la pelea.
—¿Viajas a menudo solo? — preguntó Flora.
Walsh negó con la cabeza mientras masticaba el queso y luego habló. —Nay, mi señora. A
menudo estoy con un grupo, pero como dije, mi partida se retrasó y los demás se fueron sin
mí.
Traducción: Kalia2101 93
—¿Por qué? — preguntó Flora y como era su costumbre siguió hablando. —Si estuvieras
con un grupo, ¿por qué el grupo no te esperaría? Por supuesto, podrían haber sido sabios,
sabiendo que el invierno dificultaría el viaje y no querrían perder el tiempo, pero eso podría
significar que pensaron que tu retraso era innecesario, por lo que se fueron sin ti. Pero qué
podría hacerles pensar que… ¡oh! Una mujer. Debe haber sido una mujer la que te retrasó.
Torin se rio cuando Walsh la miró con la boca abierta. —Mi esposa es hábil para deducir
cosas con bastante facilidad. —
—Ella está en eso, — estuvo de acuerdo Walsh.
Flora arrugó la frente. —Sin embargo, terminaste yéndote. ¿Por qué cuando podrías haber
invernado con la mujer?
Torin no había pensado en eso, pero su esposa tenía razón. ¿Qué le parecería a un hombre
que dejara la cálida cama de una mujer dispuesta cuando se instalara el invierno?
—A veces lleva tiempo descubrir que una mujer no es quien pensabas que era. Una vez que
descubrí que me despedí, — dijo Walsh y rápidamente cortó un trozo de carne con su
cuchillo y le dio un buen bocado.
Torin miró a su esposa y pensó en la similitud de su situación y la de Walsh y no pudo evitar
pensar que la mujer también podría resultar incluso más agradable de lo que se creía al
principio.
—Entonces, desafiaste el invierno en lugar de una mujer, — dijo Flora, mirándolo fijamente.
—Qué extraño para un hombre de tu tamaño y confianza ser asustado por una mujer.
Walsh echó los hombros hacia atrás y su pecho se expandió. —No me asusté. Elegí irme.
Ella estaba buscando un marido. Yo no estaba buscando una esposa.
—Hombre sabio, — gritó uno de los guerreros.
—Precisamente, — dijo Walsh y levantó su jarra.
Kinnell y los otros guerreros también levantaron las suyas, no así Torin.
Flora habló, asegurándose de que todos escucharan su voz. —Ten cuidado de a quién buscas
aquí para calentar tu cama, porque si desvías a la mujer de un clan, me encargaré de que te
cases con ella. Y recuerda que solo hay una salida de esta isla y está vigilada.
—No tienes poder para obligarme a casarme, — desafió Walsh.
Flora sonrió. —Nunca dije que te obligaría. Dije que me ocuparía de que te casaras con ella.
Y el poder no lo verá hecho, pero el conocimiento sí. Ahora los dejo, caballeros, para que
hablen entre ustedes. — Se puso de pie e hizo una mueca, su mano fue a su costado.
Traducción: Kalia2101 94
Torin parecía listo para ponerse de pie, pero su esposa apoyó la mano en su hombro para
evitar que lo hiciera.
—Voy a hacerle una visita a Iona. No tardaré mucho, — dijo Flora.
—Espérame allí, — ordenó Torin con una orden que debía ser obedecida sin cuestionar.
—Aye, mi señor, — dijo Flora.
—¡Anwen!— Torin llamó y la mujer corrió hacia él. —Ve con mi esposa.
—Aye, mi señor, — dijo Anwen y fue a buscar las capas de ambos.
A Torin le preocupaba que su esposa hubiera sufrido una lesión por la caída que solo ahora
se hizo conocida. Por otra parte, podría haber sido una excusa para dejarlo con Walsh para
hacerle preguntas que el hombre no respondería frente a ella. Él haría sus preguntas y
terminaría y lo averiguaría con seguridad.
—La cabaña de Iona está por ahí, milady, — dijo Anwen, señalando en la dirección opuesta
a donde se dirigía Flora.
—Lo sé e iremos allí tan pronto como terminemos en otro lugar, — dijo Flora.
La gente la llamaba mientras ella y Anwen atravesaban el pueblo.
—Bendiciones para usted, mi señora. —
—Encantado de ver que está bien, mi señora. —
Flora sonrió, saludó y dio las gracias mientras mantenía un ritmo rápido sin que nadie se
preguntara si había resultado herida en la caída.
—Milady, no creo que Lord Torin quiera que abandones el pueblo, — dijo Anwen mientras
se acercaban a la entrada.
—Entonces supongo que se molestará cuando descubra que dejé la isla, — dijo Flora con
total naturalidad. —Date prisa, Anwen. No tomará mucho tiempo.
Cuando llegaron al puesto de guardia junto al puente, dos guerreros la detuvieron.
—Deseo ver dónde se encontró al hombre muerto, — dijo Flora.
Ambos guerreros se miraron sin saber qué hacer.
Traducción: Kalia2101 95
—Es una solicitud simple y fácil. Simplemente acompáñame por el puente hasta donde
Walsh te llevó hasta el hombre muerto —instruyó Flora.
—No tardaré. — Cuando los dos no se movieron, levantó la voz con autoridad.
—¡Ahora!
Los dos guerreros saltaron y se apresuraron a hacer lo que les ordenó, Anwen sacudió la
cabeza mientras los seguía.
Flora miró a su alrededor una vez en el lugar. Sangre, pisadas y marcas de arrastre cubrieron
gran parte del área. Ella inclinó la cabeza hacia atrás para mirar hacia el gran pino.
—¿Tú trepas a los árboles, Anwen? — preguntó Flora.
—Nunca, mi señora, — dijo Anwen.
—Mi prima, Tavia, lo hizo una vez, aunque no más debido a una lesión, pero me dijeron que
era algo natural para ella. Me pregunto si fue lo mismo para el hombre muerto… una
habilidad natural.
—Está empezando a nevar, mi señora, debemos regresar ahora. El puente se vuelve
resbaladizo cuando nieva, — dijo el guerrero.
Flora se sorprendió al ver caer grandes copos de nieve. Había estado tan absorta mirando a
su alrededor que ni siquiera se había dado cuenta.
—Un momento más, — dijo Flora. —¿Se encontró una sola flecha en algún lugar del suelo?
—No, mi señora. — dijo un guerrero.
—Sepárense y busquen a su alrededor y vean si encuentran uno antes de que la nieve nos lo
oculte, — ordenó Flora.
Anwen se unió a los guerreros, sus cabezas inclinadas buscando.
Flora estaba a punto de darse por vencida cuando Anwen gritó.
—Lo encontré.
Flora miró para verla sosteniendo una sola flecha y sonrió.
—¡Maravilloso! Ahora podemos volver al pueblo.
—¡Nunca debiste haber dejado el pueblo en primer lugar, esposa!
Traducción: Kalia2101 96
CAPITULO 12
Flora agitó la flecha en el aire mientras se acercaba a su esposo.
—Encontramos la flecha que mencionó Walsh. Nos dice que al menos parte de la historia
del hombre es cierta.
Torin estaba de pie en medio del puente, con los brazos cruzados sobre el pecho y el rostro
fruncido por la ira.
—Me mentiste. Me dijiste que ibas a ver a Iona.
—No mentí, — dijo mientras se acercaba a él. —Planeaba ver a Iona, pero primero quería
ver dónde Walsh mató al hombre y también ver si se podía encontrar una flecha para
confirmar su historia.
—¿Y si él mismo simplemente arrojara una flecha al suelo para que su historia pareciera
verdadera? — Torin desafió.
—Pensé lo mismo, pero ¿por qué inventar tal historia cuando Walsh simplemente podría
haber dicho que se encontró con el hombre y pelearon?
Como de costumbre, su esposa dio una explicación razonable.
—Supongo que tienes un punto válido.
Flora sonrió y apresuró su paso hacia él, y su pie se enganchó en un parche de hielo y sus
pies se salieron de debajo de ella.
Torin no tenía intención de llegar demasiado tarde para evitar que su esposa cayera al suelo
por segunda vez hoy. Corrió hacia ella y le rodeó la cintura con el brazo justo a tiempo para
levantarla y evitar que golpeara el camino de piedra.
Flora hizo una mueca, un dolor punzante en su espalda.
Torin murmuró varios juramentos. —Te he lastimado.
—Nay, — le aseguró ella. —Sentí el dolor cuando me paré frente a la torre. Creo que algo
me golpeó en la espalda cuando me caí y me dejó magullado.
—¡Vamos a ver a Iona ahora! — ordenó, molesto por no haberla obligado a hacerlo
inmediatamente después de la caída.
Traducción: Kalia2101 97
Ella levantó la flecha.
—Si el hombre que disparó la flecha fuera un hábil tirador, entonces estoy seguro de que
sería cuidadoso con sus flechas. Esto debería coincidir con las flechas en su carcaj y ayudar
a confirmar la historia de Walsh.
—¡Anwen! — Torin llamó y la mujer dio pasos cautelosos una vez en el puente para
alcanzarlo.
—Llévale la flecha a Kinnell y dile que vea si coincide con las otras flechas en el carcaj del
muerto.
Anwen asintió con la cabeza y tomó la flecha que Flora le entregó.
Torin frunció el ceño a sus dos guerreros, que se habían colocado al final del puente.
—A mi esposa no se le permite cruzar este puente sin mi permiso.
—Aye, mi señor, — repitieron los dos juntos.
Flora se soltó de su abrazo y lo miró desconcertada.
—¿Soy una prisionera aquí?
—Por supuesto que no, — dijo Torin.
—Entonces, ¿por qué necesito tu permiso para salir de la isla?
—Para que pueda mantenerte a salvo. Para que nadie pueda arrebatarte de mí. Así no pierdo
la cabeza preguntándome y preocupándome de lo que te pueda pasar.
—¡Entonces, esposa, me obedecerás en esto! Torin ordenó con firmeza.
—¿Te volverías loco preocupándote por mí? — preguntó ella, esa parte de su comentario la
sorprendió y tocó su corazón.
Torin fue a decirle que ella era su esposa y que era su deber protegerla cuando se dio cuenta
de que no era todo. Habían pasado dos semanas desde que se casaron, pero la idea de que se
la quitarían le desgarraba el corazón. Que esta mujer habladora pudiera haber logrado
abrirse camino hasta su corazón de alguna manera lo sorprendió.
—Eres mi esposa y es mi deber protegerte, — dijo, pensando, aunque no podía razonar por
qué, que necesitaba defenderse a sí mismo.
—Sí, por supuesto, — dijo Flora, pero la mirada confusa en sus ojos oscuros la hizo
preguntarse si eso no era del todo cierto.
—Vamos a ver a Iona, luego regresaré a la fortaleza.
Traducción: Kalia2101 98
—Descansarás el resto del día, — ordenó Torin.
—Instruyo a los sirvientes, no es una tarea gravosa, y no quiero retrasarnos para que no nos
instalemos en la fortaleza.
Torin fue a discutir y se detuvo. Estaba ansioso por que se instalaran en su dormitorio.
—Descansarás cuando sea necesario.
Ella sonrió suavemente. —Sí, ahora que tu cama estará allí para que yo lo haga.
Torin la miró, una imagen de ella durmiendo en su cama, desnuda, se apoderó de su mente.
No se dio cuenta de que ella había enganchado su brazo alrededor del suyo antes de dirigirlo
a lo largo del puente, los guerreros siguiéndolos.
—¿Qué opinas? — preguntó mientras se acercaban a la cabaña de Iona.
Torin la miró perplejo. No había escuchado ni una palabra de lo que ella había dicho, su
mente se había demorado en ella en su cama y en lo que estarían haciendo allí una vez que
él se uniera a ella.
Afortunadamente, su esposa siguió hablando. —Yo mismo creo que hay algo de verdad en
la historia de Walsh, en los puntos que te dije, pero no estoy seguro de si todo es cierto, por
lo que creo que sería prudente vigilarlo...
Se molestó consigo mismo por no prestarle atención, pero al menos ahora entendía lo que
ella le había pedido. —Yo pensé lo mismo y ya he ordenado que se vigile a Walsh.
—Una sabia decisión, esposo, — elogió Flora.
Eso era algo más que notó que su esposa hacía con frecuencia, elogiar cuando se lo merecía,
no simplemente para apaciguar a una persona. Ella también lo felicitaba cuando lo merecía
y él había visto cómo los sirvientes comenzaban a admirarla. Pero lo que descubrió que más
le gustaba había sido escuchar su risa a veces en la fortaleza y escuchar reír a los sirvientes
también. Nunca hubo risas cuando su pa’ gobernaba y nunca una sonrisa en los rostros de
los sirvientes. No era así ahora. Fantasma o no, se podían ver más sonrisas que miedo en los
que estaban en la fortaleza.
También había visto cómo los sirvientes y la gente se juntaron preocupados por su esposa
cuando sucedió el incidente. Ninguno en el clan había derramado una lágrima cuando su
madre o su padre habían muerto. Su esposa estuvo aquí apenas una semana y ya la gente se
preocupaba por ella.
Las palabras salieron sin pensar. —Eres una buena mujer, esposa.
Traducción: Kalia2101 99
—Intento serlo, — dijo Flora. —Mis padres me enseñaron la importancia de la bondad, pero
también de la sabiduría, ya que me advirtieron sobre el equilibrio de las cosas, es decir, si
hay bondad, también hay maldad y donde hay sabiduría, también hay ignorancia.
—¿Y te enseñaron a combatir el mal y la ignorancia? — preguntó Torin, sorprendido de que
a veces encontrara esclarecedor el interminable parloteo de su esposa.
—Conocimiento. Es un arma poderosa, — dijo Flora con orgullo.
—Mi pa’ me enseñó a manejar un arma tan poderosa con cuidado y trato de hacerlo lo mejor
que puedo.
—Tuviste un padre sabio —dijo Torin con un poco de envidia.
—Mi papá me enseñó poco.
—Disparates. Él te enseñó algo particularmente importante —insistió ella.
Nada de lo que ella dijo podía probar que sus palabras eran correctas, pero él preguntó:
—¿Cómo es eso?
—El ejemplo de tu papá te enseñó cómo no ser un papá, una lección importante para que
sepas cómo ser un papá bueno y amoroso.
Torin se sorprendió en silencio. Ni siquiera había considerado eso, pero su esposa tenía
razón. Él no sería como su padre para sus hijos. Quería más con ellos. Quería amarlos y que
ellos lo amaran y les enseñaran lo que necesitaban saber no solo para sobrevivir en este
mundo sino también para tener una buena vida.
Miró a su esposa, sonriendo mientras extendía su mano para atrapar los copos de nieve que
caían y en ese momento se dio cuenta de lo perfecta que era para él. Ella no solo enseñaría
mucho a sus hijos, sino que también le enseñaría a él.
—Mi pa’ se rio de mí cuando era muy joven, cuando me vio tratar de atrapar un copo de
nieve. Pensó en burlarse de mí, diciéndome que, si podía atrapar uno, me lo podía quedar.
— Flora se rio.
—Se sorprendió cuando le informé que eso era una tontería ya que un copo de nieve se
derretiría al tocarlo. Ese fue el día en que comenzó a enseñarme a leer.
—Tu papá suena como si fuera un hombre increíble y un pa’ amoroso.
—Lo era, — dijo ella y abrazó su brazo. —Creo que es por eso que los sueños que tengo de
él y mi madre me perturban tanto.
—Me alegro de que estés aquí, — gritó Iona cuando se acercaron a su cabaña.
5 Abundancia.
CAPITULO 14
—¿No estás complacido? — Flora preguntó cuando su esposo permaneció en silencio
mientras miraba alrededor de la habitación.
—Si hay algo que no te gusta, puedo ver que sea cambiado, aunque creo que nos sentará
bien. Puede que la habitación no sea tan grande como la otra, pero contiene todo lo que
necesitamos y podemos crear recuerdos nuevos y felices aquí. Espero llenarlo de mucha
alegría y amor.
Torin silenció a su esposa con un beso, uno poderoso, dejándola un poco sin aliento.
—Es perfecto, absolutamente perfecto. No necesitamos un dormitorio grande ya que tengo
la intención de mantenerte cerca.
Él sonrió y se extendió mientras echaba otra mirada alrededor de la habitación. Su cama
encajaba bien y estaba vestida con ropa de cama limpia. Dos cofres, apilados uno encima del
otro, estaban a un lado de la cama, mientras que solo un cofre estaba al lado del otro. Las
velas estaban en candelabros de metal que habían sido limpiados. Tapices recién limpiados
cubrían las dos ventanas cerradas y el olor a pino llenaba el aire de las ramas recién cortadas
a lo largo de la repisa toscamente tallada. Una pequeña mesa con dos bancos metidos debajo
se encontraba al costado de la chimenea y se habían agregado varias clavijas a la pared y
sostenían no solo algunas de sus prendas, sino también algunas de las de su esposa.
Flora se sentó en el Gran Comedor, con las manos ahuecadas alrededor de una jarra
empapada en el calor del brebaje de manzanilla. Había sufrido un escalofrío por estar
sentada en el suelo cubierto de nieve y necesitaba calentarse. Sin embargo, lo que la calentó
más fue la risa que escuchó y las sonrisas que vio cuando entró al Gran Comedor. Había una
satisfacción y una alegría en el torreón que no se habían sentido durante mucho tiempo y
—Debemos acampar. Oscurece y esta nieve podría volverse pesada, — dijo Kinnell.
—Razón de más para volver a casa, — dijo Torin. —Además, me preocupa mucho que no se
encontró uno, sino dos campamentos y por lo que vimos habían acampado allí más de dos
hombres. Alguien tiene la intención de ver muerta a mi esposa y no tengo idea de quién o
por qué. ¿Qué beneficio tendría para alguien la muerte de mi esposa?
—Supongo que sería inútil de mi parte decirte que hablaré con Walsh a solas, — dijo Torin
cuando entraron en la fortaleza.
—Por supuesto que sí, — dijo Flora. —Puedo pensar en preguntas que no haces o las
preguntas que hago pueden hacer que hagas preguntas a otros que no habías pensado hacer
o lo mismo de ti para mí. Sería una tontería de nuestra parte no hablar con él juntos.
Como de costumbre, su esposa no se ofendió por su sugerencia, simplemente señaló la razón
por la que no era así.
—Trae un brebaje caliente a mi solar para mi esposa, Anwen, — gritó Torin, al ver a la mujer
en el Gran Comedor cuando entraron. —Un chal también— añadió al ver temblar a Flora.
Torin la llevó a su solar donde acercó una silla al fuego y la hizo sentarse. —Te calentarás.
Flora no discutió, un escalofrío se sintió como si le penetrara hasta los huesos. Se frotó las
manos para calentarlas mientras su mente se ocupaba con preguntas para Walsh y estaba
agradecida por el brebaje caliente cuando un sirviente le entregó una jarra.
Torin le quitó el chal a Anwen cuando ella entró al solar y lo colocó sobre los hombros de
su esposa.
—¿Todo va bien con el trabajo, Anwen? — Flora preguntó cuándo la mujer se volvió para
irse.
—Sí, mi señora. Los muebles que eligió se trasladarán a su solar y Hadwin tiene un mortero
que cree que se adaptará a sus necesidades. También tiene algunas otras cosas que cree que
podrían interesarte.
—Iremos a verlo tan pronto como tenga la oportunidad, Anwen, — dijo, ansiosa por ver qué
tenía el comerciante.
Anwen fue a irse y se detuvo, la puerta bloqueada por Walsh, Kinnell de pie detrás de él,
Torin lo había enviado a buscar al hombre.
Flora captó la forma en que Walsh miró a Anwen por un momento, luego asintió con la
cabeza y se hizo a un lado. Siempre parecía detenerse en Anwen cuando la miraba y ella se
preguntaba si Anwen lo notaba.
Torin examinó la piedra. —El mortero se está desmoronando. Puedo hacer que lo reparen.
—¿Qué pasa si no está destinado a ser reparado? ¿Qué pasa si está destinado a ser abierto,
finalmente abierto para liberar lo que haya estado encerrado todos estos años? — preguntó
Flora. —Sé que probablemente suene tonto, pero tengo la sensación de que me trajeron aquí
por una razón, y creo que esa razón es para que esta habitación se abra y se libere la fortaleza
de cualquier secreto que albergue.
—Escuché a mi abuelo advertir a mi papá repetidamente y mi papá me advirtió
repetidamente que nunca abriera la habitación.
—Se han ido, y tú estás aquí, y algo atormenta esta torre, y el clan ha sufrido con la
preocupación por el fantasma. La habitación demostrará que las ventanas de la torre
permiten que el aire entre a toda velocidad a través de la fortaleza y cree el sonido de gemido
que todos temen que sea un fantasma o, posiblemente, liberará lo que sea que haya estado
encerrado todos estos años.
—¿Y si no está destinado a ser liberado? ¿Qué pasa si hay algo allí que está destinado a
permanecer encerrado para siempre? — preguntó Torin, preocupado por la decisión que
tendría que tomar.
No había nevado en los últimos días y las cosas habían estado tranquilas alrededor del
torreón y en el pueblo. Muchos dudaron en creer que el fantasma se había ido, pero se
sintieron aliviados de que no se hubiera dado a conocer nuevamente. Para su alivio, no se
habían hecho más atentados contra la vida de Flora, aunque eso podría atribuirse a la
intensa vigilancia de su esposo. Fuera cual fuera el motivo del silencio, Flora lo agradecía.
Le permitió pensar con más claridad y sensatez.
Ella sonrió y se apresuró a la cabaña de Phillip al verlo parado afuera esperándola.
—Para usted, — dijo una vez dentro, entregándole una manta de lana y colocando un bulto
de tela que también llevaba sobre la mesa. —El invierno es demasiado frío aquí para
mantener el calor con una sola manta. — Ella miró su estrecha cama, habiendo notado la
única manta la última vez que estuvo allí.
—Eso es muy generoso de su parte, milady. Mis viejos huesos no soportan el frío tan bien
como cuando era joven, — dijo Phillip y colocó la manta doblada sobre la cama. —Por favor,
siéntese, mi señora, tengo un brebaje caliente listo para nosotros.
Flora desató el nudo del bulto de tela y lo abrió para dejar al descubierto su contenido. —Y
tengo un delicioso pan de miel del cocinero para acompañarlo.
Phillip sonrió con deleite. —El pan de miel ha sido mi favorito desde que era joven.
Ambos se sentaron para disfrutar del brebaje caliente, el pan y adentrarse en la
conversación.
—Mi mamá me dijo que fue la primera comida que comí cuando llegamos aquí al clan y que
nunca dejé de comerla, — dijo Phillip, sonriendo suavemente al recordarlo.
—Pensé que habías nacido aquí, Phillip.
—¿Quería verme, mi señor? — dijo Walsh con un movimiento de cabeza, luego se volvió
hacia Flora. —Mi señora.
—Aye, — dijo Torin, y antes de que pudiera decir otra palabra, intervino su esposa.
—Hemos ideado un plan para descubrir quién está detrás de esta recompensa por mi cabeza
y necesitamos su ayuda. — Flora no dio a nadie la oportunidad de hablar. Ella siguió
hablando. —Hemos sabido que solo a los líderes mercenarios se les dijo la identidad de la
persona con la que debían ponerse en contacto cuando hubieran cumplido la misión.
Creemos que los atentados contra mi vida han disminuido debido a su presencia aquí, que
otros mercenarios creen que está aquí para ver la misión cumplida y reclamar la recompensa.
Walsh la interrumpió rápidamente. —No tengo tal información y mi tropa no está conmigo,
como le dije, me fui a buscarle después de hablar con el rey".
—Tal vez sea así, — dijo Flora. —Pero no viajarías solo. Te esperan, sea de cerca o de lejos,
y saben que estás aquí, y sin duda esperan tus órdenes.
—Y sin duda deseas saber si se puede confiar en mí, — dijo Walsh molesto.
—¿Crees que funcionará? — Flora preguntó más tarde esa noche, acostada en la cama con
su esposo desnudo.
Flora vio a su esposo y sonrió, lo saludó con la mano y luego volvió a hablar con Enid.
Hablaba con todos, pero estaba particularmente interesada en hablar con los hombres y
mujeres mayores del clan. Esperaba averiguar todo lo que pudiera sobre la habitación de la
torre para que la decisión de su marido fuera menos problemática para él.
Ella había estado preocupada la noche anterior, después de haber sido despertada tan
abruptamente cuando sus brazos se apartaron de ella para encontrarlo sentado en la cama
mirando lo que ella pensó que era la puerta. Ella había asumido que estaba soñando cuando
le preguntó si había visto la aparición, pero al pensar en ello esta mañana, se preguntó si se
había equivocado. Había sido la razón por la que decidió hablar con los ancianos del clan
además de Phillip. Aunque no eran tan mayores como él, aún podrían saber algo que podría
ayudarla.
—Entonces, ¿naciste durante el reinado de Lord Hamish? — preguntó Flora.
Enid sonrió y asintió. —Lo fui y estoy agradecido por ello como lo estoy ahora que reina
Lord Torin. Es muy parecido a su abuelo, un hombre bueno y honorable. No es que hable
mal de Lord Evander o Lord Dermid. — Ella se apresuró a agregar.
—Di la verdad, Enid, ambos no eran buenos hombres.
Enid negó con la cabeza. —No es bueno hablar mal de los muertos, Marna.
Torin se sentó con Walsh a horcajadas sobre sus caballos esperando que Kinnell regresara
de explorar el campamento de Mordred.
—Tenías a Lester y Gordy peleándose por quién nos traería aquí, permitiéndoles pensar que
el que lo hiciera sobreviviría mientras que el otro encontraría su destino, — dijo Torin,
mirando a los dos hombres en la distancia discutiendo en silencio entre ellos.
—¿Y tu tío no mandó palabra alguna con este Henry? — preguntó Iona, habiéndose unido
a Flora en el estrado.
—Solo que Henry llegó allí con noticias importantes para mí y mi tío lo envió aquí, — dijo
Flora, observando a su esposo caminar por el Gran Comedor hablando con los guerreros de
Strathearn que habían sido invitados a cenar aquí junto con algunos de los guerreros del
clan y los hombres de Walsh también.
—Henry habla fácilmente con los hombres, — dijo Iona, al verlo conversando con un par de
mercenarios.
—Él busca aprender cosas de ellos. Será la comidilla de Edimburgo entre sus colegas cuando
regrese y esté invitado a dar charlas sobre su experiencia en las Tierras Altas.
—Entonces su viaje no será completamente en vano, — dijo Iona. —Te das cuenta de que
tu marido nunca dejará que nadie te aleje de él, ¿no? Él luchará por ti si es necesario.
—Yo mismo, nunca dejaría que nadie me alejara de él y no quiero que luche y se arriesgue a
perder la vida. Esto se resolverá civilmente, y Henry se marchará, — dijo Flora y apartó una
jarra que un sirviente había sentado frente a ella en la mesa.
—Piensas que estoy involucrado de alguna manera, pero te digo y continuaré diciéndote
que estoy aquí para hacer lo que el padre de Flora me pidió… para mantener a su hija a salvo,
— dijo Walsh.
Anwen fue a interrumpir por segunda vez y, una vez más, Torin agitó la mano para
silenciarla.
Flora chocó contra las cosas mientras se dirigía a la habitación oscura. Un toque rápido aquí
y allá los identificaba, un baúl, una silla, el borde de una cama. Su rápida evaluación le hizo
darse cuenta de que había sido un dormitorio, no un lugar de tortura. Palpó a lo largo de la
—Todavía no puedo creer que tengo un tío, — dijo Torin mientras él y Flora se acostaban
juntos más tarde esa noche. —Estoy tan contento de que haya vivido tantos años. Tengo
tantas preguntas para él.
—Le preguntaste bastantes en la cena— dijo Flora.
—Tengo hambre de saberlo todo, aunque me cuesta creer que mi abuelo, Lord Hamish, no
supiera nada al respecto. Tenía doce años y dos años en ese momento y sin duda era muy
curioso.
—Si lo sabía, sabiamente guardó el secreto, lo que significaba que mantuvo a su medio
hermano a salvo, — dijo Flora.
—Me preguntaba qué había convertido a mi bisabuelo en un hombre desagradable cuando
alguna vez había sido bueno. Es bueno saber que no era malo como decían algunos. Solo era
un hombre enojado por la pérdida de la mujer que amaba. Ojalá pudiera decir lo mismo de
mi pa. No tenía excusa para ser desagradable. Simplemente no se preocupaba por nadie más
que por sí mismo. — Se puso de lado para mirar a su esposa. —Lo siento por mi bisabuelo
porque estaría enojado si perdiera a la mujer que amo. No sé cómo vivió tantos años sin ella.
—Me imagino que ahora están juntos y felices, — dijo Flora.
—Eso espero. Espero que tengan en la muerte lo que no tuvieron en la vida… tiempo juntos
sin miedo ni confusión. — Él colocó un mechón de cabello que le había caído sobre la mejilla
El frío helado despertó a Torin. Le rodeó las piernas y se deslizó a lo largo de su cuerpo. Se
estremeció al abrir los ojos. Una luz emanó desde el final de la cama, y se sentó. Brillaba y
vio como empezaba a tomar forma. Un hombre y una mujer, una mujer bastante hermosa,
estaban parados allí, el brazo del hombre envuelto alrededor de ella.
Sonrieron y él podría haber jurado que escuchó al hombre decir: —Estoy agradecido,
bisnieto, y estoy orgulloso del hombre en el que te has convertido.
La mujer habló y él la escuchó claramente en su cabeza. —Serás bendecido con seis hijos
maravillosos, y ellos enorgullecerán al Clan Norham.
Comenzaron a desvanecerse cuando su esposa de repente se sentó a su lado.
—¿Los ves? — preguntó Torin, sin dejar de mirar mientras se desvanecían lentamente.
—¿Ver qué? — preguntó Flora, entrecerrando los ojos para mirar hacia donde él miraba, con
la esperanza de ver lo que sea que él veía.
—Mi bisabuelo y Annora. Están juntos y felices, — dijo con una gran sonrisa.
—¿De verdad? Eso es maravilloso y ¿los ves? — preguntó emocionada.
El asintió. —Se han ido ahora, pero los vi claramente.
—Mis padres también están en paz. Vinieron a mí en un sueño. Saben que estoy a salvo y
son felices.
Torin deslizó su brazo alrededor de su esposa y se recostó para descansarla contra él.
—Estoy feliz de que ellos también estén en paz.
FIN…
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The Legendary Highlander
(El Legendario Highlander)
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