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LECTIO DIVINA Sábado. (25-Noviembre-2023)
LECTIO DIVINA Sábado. (25-Noviembre-2023)
Meditación-reflexión
Nuestro Dios no es un Dios de muertos sino de vivos. Con estas Palabras, Jesús
alude al episodio de la “zarza ardiendo” cuando Moisés “pastoreaba el rebaño de su
suegro Jetró, sacerdote de Madián” (Ex.3, 1-6). Este Moisés, perdido en el desierto de
la vida, con muchas preguntas y pocas respuestas; con muchos problemas y pocas
soluciones; con muchas dudas y pocas certezas…somos tú y yo. Pero, precisamente
ahí en el desierto tiene lugar la aparición de la zarza ardiendo. La zarza ardía y no se
consumía. Imagen sugerente, evocadora, de un Dios que arde en llamaradas de vida.
Arde y no puede consumirse. Un Dios que es Amor y este amor es eterno. Ante esta
visión, Moisés tiene una genial actitud: “Voy a acercarme” (v. 3). Acercarse es
recuperar el calor vital; alejarse es morirse de frío. Y ésta es la terrible situación de
nuestro mundo secularizado: lejos de Dios se muere de frío. Hoy más que nunca este
mundo necesita hombres y mujeres que quieran acercarse a esta zarza no sólo para
calentarse sino para “abrasarse en esta hoguera de amor”. Sólo así se cumplirá el
deseo de Jesús: “Fuego he venido a traer a la tierra y ¡cómo me gustaría que ya
estuviera ardiendo!” (Lc. 12,49). Jesús no es un pirómano. Jesús es ese hombre-Dios
que arde en “llamaradas de amor, en llamaradas de vida” y quiere contagiar al
mundo ese fuego.