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EL ESPÍRITU SANTO EN EL LIBRO DE LOS HECHOS EN

CONEXIÓN CON LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Alumno: Ezequiel Pérez Osorio


1180172@alumno.um.edu.mx
Asesor: Dr. Abimael Lozano Reyes
alozano@um.edu.mx
Facultad de Teología, Universidad de Montemorelos
Montemorelos, Nuevo León, México

Aprobado el 12 de abril de 2023

Resumen

El Espíritu Santo es uno de los tres personajes de la Deidad, conocido en el

Antiguo Testamento como “Espíritu de Dios”, “Espíritu del Señor”, y “Espíritu de

Jehová”. Es Cocreador del mundo, todas las cosas que hay en él y capacita a los

líderes escogidos para el pueblo de Dios.

En el Antiguo Testamento no es posible encontrar la frase “Espíritu Santo”,

en el Nuevo Testamento si se puede apreciar en muchos versículos, porque el

Nuevo Testamento amplía la revelación que el Antiguo Testamento vislumbra del

Espíritu Santo, mostrándolo como una de las tres personas de la Divinidad, y

arrojando nueva luz acerca de su obra en el mundo.

Las funciones que el Espíritu Santo hace en el Nuevo Testamento son las

siguientes: ser el Consolador, Maestro, Mentor, Intercesor, Operador de la vida

cristiana y Encargado de dar dones y frutos. También es el encargado de

transmitir mandamientos, empoderar a los discípulos para ser testigos de la obra

misionera, expandir la obra de Dios, infundir valor para testificar, capacitar a los

líderes de la iglesia, causar encuentros salvadores, elegir y llamar a los

misioneros, y seleccionar a los dirigentes de la iglesia.

1
Palabras claves. Deidad, Espíritu Santo, Misión, Evangelismo, Iglesia,

Apóstoles, Dios, Jesús.

Abstract

The Holy Spirit is one of the three persons of the Godhead, known in the Old

Testament as the "Spirit of God," the "Spirit of the Lord," and the "Spirit of

Jehovah." He is co-creator of the world and all that is in it, and He equips the

chosen leaders for God’s people.

The phrase "Holy Spirit" cannot be found in the Old Testament; however, it

can be found in many verses in the New Testament. The New Testament expands

the revelation found in the Old Testament in regards to the Holy Spirit, showing

Him as one of the three persons of the Godhead and shedding new light on His

work in the world.

Some of the functions that the Holy Spirit performs in the New Testament

include being the Comforter, Teacher, Counselor, Mediator, Overseeing the

Christian life, and being responsible for the anointing of fruits and gifts of the spirit.

He is also responsible for transmitting commandments, empowering disciples to be

witnesses of the missionary work, expanding the work of God, instilling courage to

testify, equipping church leaders, causing salvific encounters, choosing and calling

missionaries, and selecting church leaders.

Keywords: Deity, Holy Spirit, Mission, Evangelism, Church,

Apostles, God, Jesus.

2
Introducción

Cuarenta días antes de su ascensión al cielo, según Hechos. 1:81 Jesús

prometió empoderar a los discípulos para el cumplimiento de la misión con la

venida de la persona del Espíritu Santo. Ante tal expectativa el relato bíblico

informa que alrededor de 120 creyentes, esperaron el cumplimiento de la promesa

en un edificio conocido como el Aposento Alto en la ciudad de Jerusalén. (Hch.

1:15). Durante diez días los apóstoles junto con los creyentes escudriñaron su

corazón, se arrepintieron de su incredulidad respecto a Cristo, y tomaron la

resolución de confesarlo voluntaria y valientemente delante del mundo, “pidiendo

capacidad para encontrarse con los hombres, y en su trato diario hablar palabras

que condujeran a los pecadores a Cristo”.2

En días de la celebración de la fiesta del pentecostés estaban todos

unánimes, en convivencia unos con otros, y después sucedió que, “vino del cielo

un estruendo como de viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde

estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose

sobre cada uno de ellos y todos fueron llenos del Espíritu Santo” (Hch. 2:2-3).

Como resultado del empoderamiento del Espíritu Santo se añadieron a la

iglesia aquel día como tres mil personas, (Hch. 2:41). El cumplimiento de la

promesa de Cristo de enviar un Consolador marcó la inauguración de un

movimiento misionero que comenzó como una pequeña e insignificante secta

judía, en el año 30 d.C. Hasta convertirse en una religión de categoría mundial

1 La versión utilizada, a menos que se indique lo contrario, es Reina-Valera 1995 ©

Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Coedición © Sociedad Bíblica de España, 1995.

2 Elena G. de White, Los hechos de los apóstoles (Mexico: Gema Editores, 2010), 19–20.

3
alrededor del año 60 d.C. El cristianismo creció con rapidez sorprendente, en

Palestina, Siria, Chipre, Grecia, Egipto, y Roma.1

Las Sagradas Escrituras consideran al Espíritu Santo como una de las tres

personas de la Deidad. También es llamado en el Nuevo Testamento, “Espíritu de

Dios”, “Espíritu de verdad” o “Paráclito”.2 Existen dos promesas dadas por Jesús

con relación al Espíritu Santo. La primera, que vendría como Consolador. La

segunda, que sería dado para empoderar las acciones de la proclamación del

Evangelio. Mucho se ha escrito del papel del Espíritu Santo como Consolador,

pero poco con relación a su papel con la misión de la iglesia.

En el libro de Los Hechos, el Espíritu Santo es mencionado cincuenta

veces, lo que no deja lugar a dudas sobre su papel fundamental en la dirección y

las acciones del proyecto de la evangelización mundial.3 Se reconoce que el libro

de Los Hechos es un manual de misión de la iglesia. Sus lectores suelen poner

más atención a la aportación de los Apóstoles que a la contribución del Espíritu

Santo a la misión de la iglesia.

El propósito de esta investigación es profundizar en el papel del Espíritu

Santo en la misión de la iglesia mediante el estudio del registro histórico que

presenta el libro de Los Hechos. Por lo tanto, esta investigación plantea la

1 Jesse Lyman Hurlbut, Historia de la Iglesia Cristiana, Hacia un nuevo milenio (Miami, Fla:
Editorial Vida, 1999), 10.

2
William Barclay, Palabras griegas del Nuevo Testamento: su uso y significado (El Paso,
Tex: Casa Bautista de Publicaciones, 1977), 89.

3 Juanleandro y Manola Garza Marroquín, Comentario sobre los hechos de los apóstoles

(México: Publicaciones El Faro, 1957), 11.

4
siguiente pregunta, ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en el libro de Los Hechos

en conexión con la misión de la iglesia?

Metodología

Esta investigación se cataloga de corte temática de teología aplicada,

donde se hace un estudio documental usando la Biblia y fuentes de eruditos que

aportan respecto al tema. De acuerdo con Vyhmeister “en un estudio de corte

temático se investiga un tema e identifica una pregunta. Luego, se responde la

pregunta”.1 En resumen esta investigación es temática bíblica porque “sigue el

proceso de la verdad a través de los diversos libros de la Biblia” en este caso la

doctrina del Espíritu Santo con relación a la misión de la iglesia.2

La presente investigación plantea la siguiente pregunta: ¿Cuál es el papel

del Espíritu Santo en el libro de Los Hechos en conexión con la misión de la

iglesia? Para responderla, primeramente, se analizará de manera general la

persona del Espíritu Santo en las Sagradas Escrituras. Luego, se abordará su

papel en la misión a la luz de la fuente bíblica del libro de Los Hechos de los

Apóstoles. Finalmente, se estudiará la aportación de análisis realizado por

distintos autores que son autoridad en la materia.

1 Nancy W. De Vyhmeister, Manual de investigación teológica (Miami, Fla: Editorial Vida,


2009), 39.

2 Myer Pearlman y Benjamin E. Mercado, Teología bíblica y sistemática (Deerfield, Fla:

Editorial Vida, 1992), 8.

5
El estudio es también un análisis teórico con aplicación práctica porque

cumplirá su función de enseñar a los dirigentes de la iglesia el papel que

desempeña el Espíritu Santo que desempeña en la misión.

Las fuentes de la bibliografía fueron consultadas de la Biblioteca

Universitaria, software de investigación bíblica y fuentes autorizadas en la internet.

La persona del Espíritu Santo

Una de las enseñanzas más debatidas en el cristianismo, ha sido la doble

naturaleza de Jesús y también la doctrina del Espíritu Santo.1 Sin embargo, este

artículo asume la Divinidad del Espíritu Santo, pues resulta claro que el Nuevo

Testamento muestra que el Espíritu Santo es una de las tres personas de la

Trinidad.2

En cuatro ocasiones Jesús habló de la persona del Espíritu Santo. En Juan.

15:26 dijo: “Él dará testimonio acerca de mí”; en Juan. 16:7, declaró: “os lo

enviaré”; en Juan. 16:13, anticipó: “Él os guiará a toda verdad”; y en Juan. 16:14,

afirmó: “Él me glorificará”. Por su parte, los escritores neotestamentarios coinciden

en señalar que fue el Espíritu Santo quien inspiró tanto a los escritores del Antiguo

Testamento (Mc. 12:36; Hch. 28:25, 1 P. 1:10; 2 P. 1:21), como a ellos mismos (1

Ti. 4:1; Ap. 1:10).3

1
S. Michael Houdmann, Questions about the Holy Spirit: The 100 Most Frequently Asked
Questions about the Holy Spirit (Bloomington, Ind: WestBow Press, 2014), 10.

2
Stephen R. Holmes, The quest for the Trinity: the Doctrine of God in Scripture, History,
and Modernity (Downers Grove, Ill: IVP Academic, 2012), 51.

3 Miguel A Valdivia, Creencias de los adventistas del séptimo día (Florida: Asociación Casa

Editora Sudamericana, 2007), 14.

6
El papel del Espíritu Santo a lo largo de la Biblia es evidente, por esta razón

para tener un contexto más amplio acerca de esta persona de la Deidad es

necesario hacer un recorrido a través del Antiguo Testamento, Nuevo Testamento

y en el pensamiento paulino, todo con el objetivo de fundamentar bases sólidas al

momento de abordar el tema del Espíritu Santo en el libro de Los Hechos.

El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento no es posible encontrar la expresión “Espíritu

Santo” porque la enseñanza de su persona es una revelación posterior que ocurre

en el Nuevo Testamento.1 Sin embargo, teólogos cristianos ven alusiones directas

a su persona en el Antiguo Testamento.2 Algunas de estas expresiones son tales

como “Espíritu de Dios” (Gn. 1:2), “Espíritu del Señor” (Ju. 14:6), y “Espíritu de

Jehová” (Is. 11:2).

La presente investigación describirá dos de las grandes funciones que hizo

el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. La primera, como agente Cocreador

(Gn. 1:2). La segunda, como capacitador de personas escogidas para la

realización de tareas especiales (Ex. 31:3; Ju. 13:25).

1 Fernando Luis Canale, Dios en tres personas: entendiendo el grupo pequeño de la


Deidad en los grupos pequeños de la Iglesia, 2011a ed. (Doral, Fla: Asociación Publicadora
Interamericana, 2011), 91.

2 Woodrow Whidden, Jerry Moon, y John W Reeve, La Trinidad, 1ra edición (Colonia
Narverte, Del. Benito Juárez, México, D.F. 03020: México DF, 2008), 84–85; Norman R. Gulley,
Systematic Theology: God as Trinity (Berrien Springs, Mich: Andrews University Press, 2011), 24–
25; Canale, Dios en tres personas, 90–91.

7
El Espíritu Santo como Cocreador

Según Justin Bowers, la creación fue un acto trinitario.1 En este acto

creativo, el Espíritu Santo irrumpe por primera vez en la narrativa bíblica,

moviéndose sobre la faz de las aguas (Gn. 1:2) para preparar toda la actividad de

la Palabra creadora de Dios.2

Job asigna al Espíritu Santo un papel creador al declarar: “el Espíritu de

Dios me hizo y el aliento del Todopoderoso me dio vida” (Job. 33:4). El rey David

hace una afirmación similar en (Sal. 104:30), “envías tu espíritu, son creados y

renuevas la faz de la tierra”.

Francis D. Nichol atinadamente comenta que, a lo largo de todas las

Escrituras, el Espíritu Santo tiene la función de ser el agente divino en “todos los

actos creadores; ya sea de la tierra, de la naturaleza, de la iglesia, de la nueva

vida o del hombre nuevo”.3

El Espíritu Santo como capacitador de líderes

En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo se manifiesta capacitando a

líderes del pueblo de Dios para ciertas funciones. En cierta ocasión otorgó a

Bezaleel capacidades especiales para el diseño y la elaboración de todo lo

Justin R Bowers, “The Creativity Behind Creation: The Trinity in Genesis 1:1-2:3 and
1

Group Creativity” 10, núm. 2 (2016): 2.

2John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo:


Antiguo Testamento, tomo 1: Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.,
1996), 30.

3 Francis D. (Francis David) I. Nichol et al., eds., Comentario bíblico adventista del séptimo

día: la Santa Biblia con material exegético y expositorio (Argentina: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1992), 221.

8
relacionado con el tabernáculo del desierto. “Y lo he llenado del espíritu de Dios,

en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Ex. 31:3). Nichol

comenta: “El Espíritu Santo le impartía a Bezaleel «ciencia», es decir información

fidedigna; «inteligencia» estrategias para aplicar el conocimiento y «sabiduría»

discernimiento, buen juicio y discreción”.1

En el período de los Jueces, el Espíritu Santo capacitó de manera especial

a Sansón para conducir a su pueblo “En los campamentos de Dan, entre Zora y

Estaol, el espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él” (Ju. 13:25). Para que

Sansón cumpliese con el ministerio encomendado por Dios, el Espíritu Santo lo

dotó de una fuerza inexplicable. Anthony Palma y George Wood comentan: “La

fortaleza de Sansón no se debió al desarrollo de la cultura física, sino a la

presencia y al poder del Espíritu Santo que tomó posesión de él y que obró en él,

(Ju. 13:25), siempre en función de una misión a favor del pueblo”.2

Como se ha visto anteriormente, en el Antiguo Testamento, la palabra

Espíritu Santo no es mencionada como tal, pero hay evidencias de su actividad,

particularmente, se destacan su coparticipación en la creación del mundo, y

otorgando capacitaciones especiales a hombres escogidos por Dios para tareas

especiales.

1 Víctor E. Ampuero Matta y Nancy W. De Vyhmeister, trads., Comentario bíblico adventista


Génesis a Deuteronomio, Primera edición, vol. 1 (Mountain View, Calif: Publicaciones
Interamericanas, 1978), 673.

2 Anthony D Palma y George O Wood, El Espíritu Santo (Miami: Editorial Vida, 2005), 36.

9
El Espíritu Santo en el Nuevo Testamento

En el Antiguo Testamento se puede encontrar alusiones al Espíritu Santo,

pero es en el Nuevo Testamento donde se amplía la revelación, mostrando al

Espíritu Santo como una de las tres personas de la Divinidad. Tanto en los

Evangelios como en las Cartas Paulinas es posible notar como se revela nueva

luz acerca de la obra del Espíritu Santo en la iglesia, tanto a nivel individual como

colectivo, pues el ministerio del Espíritu Santo se expande a todo el mundo.

El Espíritu Santo en los Evangelios

En los Evangelios encontramos distintas declaraciones de Jesús sobre la

persona del Espíritu Santo. Según nuestro Señor Jesucristo, la obra del Espíritu

Santo consistiría en ser el Consolador, Maestro, y Mentor. A continuación, se

abordan cada una de estas funciones.

El Espíritu Santo como Consolador

En sus distintas declaraciones, Jesús aportó revelaciones sobre la obra del

Espíritu Santo como Consolador. En Juan 14:16 declaró; “yo rogaré al Padre y os

dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”.

El comentarista Alvah Hovey explica que la palabra Consolador significa

“abogado”, uno que obra, ruega, intercede con el Padre por los suyos que han

pecado.1 Elena de White afirma que el Espíritu Santo como Consolador es el

representante de Cristo, otro de su misma naturaleza, es quien está como sucesor

1 Alvah Hovey, Comentario sobre el evangelio de Juan, Tercera edición (Buenos Aires,

Argentina: Casa Bautista de Publicaciones, 1973), 355.

10
en la tierra, y está accesible a todos para ayudarlos en cualquier necesidad.1

Hovey coincide con White al señalar que el Espíritu Santo sería el representante y

abogado de los discípulos, los haría verdaderos cristianos de Cristo, amantes de

la justicia y aborrecedores de la maldad, capaces de sufrir trabajos como soldados

firmes y constantes creciendo en la obra del Señor siempre.2

El Espíritu Santo como Maestro

En Juan 14:26 Jesús declaró que el Espíritu Santo sería enviado por el

Padre con una función magisterial, enseñando “todas las cosas” y recordando a

los creyentes todas sus enseñanzas. Elena White comenta que el Espíritu Santo

sería su maestro mientras él estuviera ausente.3

El Comentario Bíblico Bacon comenta que el propósito del Espíritu Santo de

recordar las enseñanzas de Jesús era librar a sus discípulos de la arrogancia y el

error de pensamiento.4

El Espíritu Santo como Mentor

Otra función del Espíritu Santo descrita por Jesús es la que se menciona en

Juan 16:8, “cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, justicia y de juicio”.

Mario Veloso dice que la palabra “convencer” es una palabra forense que significa,

1Elena G. de White, El deseado de todas las gentes (Buenos Aires, Argentina: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2007), 622.

2 Hovey, Comentario sobre el evangelio de Juan, 355.

3 Elena G. de White, Cristo nuestro salvador, 2a ed. (Mountain View, Calif: Pacific Press
Publishing Association, 1977), 88.

4 Joseph H. Mayfield y Ralph Earle, Comentario Bíblico Beacon Tomo 7 (Lenexa, Kans:

Casa Nazarena De Publicaciones, 2010), 117.

11
“amonestar, reprender, iluminar, revelar, convencer de error por prueba o por

demostración de las cosas que estarían contrarias a la voluntad de Dios. 1 Esta es

una tarea de mentoría divina necesaria para conducir al humano pecador a Cristo,

con el propósito de poner a la conciencia en sintonía con Dios.

Sacundin Castro dice que “la misión del Espíritu Santo no consistía en

revelar algo nuevo a sus discípulos sino en clarificar el ministerio de Cristo en sus

vidas y que descubrieran lo más íntimo de sus palabras de acuerdo con la nuevas

circunstancia y momentos”.2

El Espíritu Santo según el apóstol Pablo

En las epístolas del apóstol Pablo, es posible encontrar declaraciones

acerca del Espíritu Santo y su obra en esta tierra.3 Algunas de las más

destacables colocan al Espíritu como intercesor, defensor y guiador, también

como dador de los dones espirituales. A continuación, se aborda cada uno de

estos puntos, con el objetivo de comprender la posición del Espíritu Santo y de

esa forma terminar de colocar los fundamentos teológicos al momento de abordar

el libro de Los Hechos.

1Mario Veloso, Comentario del evangelio de Juan, 1ed ed. (Idaho: Pacific Press Publishing
Association, 1997), 263.

2Secundino Castro Sánchez, Evangelio de Juan (España: Editorial Desclée de Brouwer,


2008), 287, https://elibro-net.ezproxy.interamerica.org/es/ereader/bvainteramerica/47858.

3 John T. Carroll, The Holy Spirit in the New Testament, Core biblical studies (Nashville,

Tenn: Abingdon Press, 2018), 99.

12
El Espíritu Santo como Intercesor

El Apóstol Pablo declara que debido nuestra debilidad de no saber pedir

como conviene, “el Espíritu Santo nos ayuda intercediendo por nosotros con

gemidos indecibles” (Ro. 8:26). Carroll comenta que no es suficiente orar en el

nombre de Jesús, sino que es necesaria la motivación e inspiración del Espíritu

Santo.1 En este sentido es que White comenta:

“Cristo, nuestro Mediador, y el Espíritu Santo están intercediendo


constantemente en favor del hombre, pero el Espíritu no ruega por
nosotros como lo hace Cristo, quien presenta su sangre derramada
desde la fundación del mundo. El Espíritu actúa sobre nuestro
corazón instándonos a la oración y al arrepentimiento, a la alabanza
y al agradecimiento. La gratitud que fluye de nuestros labios es el
resultado de la acción del Espíritu sobre las cuerdas del alma en
santos recuerdos que despiertan la música del corazón”.2

William Barclay expresa que debido a que no sabemos qué pedir cuando

oramos, nuestras oraciones son ofrecidas por el Santo Espíritu ante Dios. 3 C. H.

Dodd lo expresa de la siguiente manera. “Nosotros no podemos conocer nuestra

real necesidad; no podemos con nuestras mentes finitas comprender el plan de

Dios, es el Espíritu Santo que traducirá a Dios por nosotros cuando elevamos

nuestras oraciones”.4

1Elena G. de White, La oración (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora


Sudamericana, 2006), 90.

2 Elena G. de White, Mensajes selectos Tomo 1 (Mountain View, Calif: Publicaciones


Interamericanas, 1966), 403.

3 William Barclay, Romanos, vol. 8 (Buenos Aires, Argentina: La Aurora, 1973), 126.

4 Barclay, 8:127.

13
El Espíritu Santo como operador de la vida cristiana

El Apóstol Pablo termina la carta a los Romanos de la siguiente manera, “Y

el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en

esperanza por el poder del Espíritu Santo (Ro. 15:13). El Comentario Bíblico

Adventista al comenta que el gozo, la paz y la esperanza son el resultado de la

presencia del Espíritu Santo”. Lutero a su vez llegó a comentar el libro de

Romanos y escribió:

“Nuestro gozo y nuestra paz no se basan en cosas que podemos ver,


sino en las que no se ven, en la esperanza, porque Dios es un Dios
de esperanza, que da bienes, alegría en tiempos de tristeza, paz en
momentos de angustia. Todo es operado por el poder del Espíritu
Santo, no es por nuestra propia fuerza que “la prueba produce
esperanza porque en tal caso nos veríamos débiles e impotentes en
las persecuciones, sino que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra
debilidad” (Ro. 8:26), y con su ayuda podemos soportar, ser
perfeccionados y obtener la victoria.1

El Espíritu Santo es el único que puede dar eficacia a nuestras palabras,

ayudar a ganar la victoria, guiarnos en el camino de la fe para salvarnos por medio

del sacrifico de Cristo, nos da sabiduría divina a fin de que nada nos incite a

descarriarnos del camino.2

El Espíritu Santo y sus Frutos

El apóstol Pablo enseña que la obra del Espíritu Santo genera frutos en el

creyente: “Más el fruto del Espíritu, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

1 Martin Luther y Erich Sexauer, Carta del apóstol Pablo a los Romanos, Comentarios de
Martín Lutero (Barcelona: Editorial CLIE, 1998), 463,
https://archive.org/details/cartadelapostolp0000luth.

2 Elena G. de White, Joyas de los testimonios: consejos para la iglesia seleccionados de

los testimonios (Mountain View, Calif: Pacific Press Publishing Association, 1979), 47.

14
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gál. 5:22-

23). Estos frutos son opuestos a los resultados de vivir conforme a los designios

de la carne (Ro. 8:7-8), “por cuanto los designios de la carne son enemistad contra

Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven

según la carne no pueden agradar a Dios y eso es enemistad contra Dios, es lo

opuesto a los furtos del Espíritu Santo (Gál. 5:17).

John Carroll, teólogo de Nuevo Testamento comenta: “lo que el mundo

hace creer que es bueno, es lo que el Espíritu Santo nos descubre como opuesto

a Dios. En un mundo donde el pecado contamina incluso nuestro sentir, nuestra

sensibilidad, nuestro conocer, caminar según el Espíritu (Gál. 5:16) significa

identificarse con Cristo crucificado.1

El Espíritu Santo y los dones espirituales

Otra enseñanza importante del apóstol, respecto a la obra del Espíritu

Santo es la enseñanza de los dones espirituales. Él escribió: “No quiero

hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales” (1 Corintios 12:1). El

apóstol presentó el asunto a tres grupos de creyentes distintos; a los Romanos

(Rom. 12), a los Corintios (1 Cor. 12), y a los hermanos de Éfeso (Efe. 4).

Los dones que aparecen en la Biblia son los siguientes: Revelación,

Testimonio, Juicio, Conocimiento, Sabiduría, Enseñanza, Exhortación,

Predicación, Fe para sanar, Fe para ser sanado, Milagros, Profecías. Visiones,

Discernimiento de espíritus, Hablar en lenguas, Interpretación de lenguas. Sam

1 Francisco Ramírez Fueyo, Gálatas y Filipenses, 2012a ed. (España: Editorial Verbo

Divino, 2014), 97, https://lectura.unebook.es/viewer/9788499454689.

15
Storms, comenta que los dones “son manifestaciones concretas de actividad

divina y humana, del Espíritu mismo viniendo en forma relativamente clara, y Dios

manifestándose públicamente entre su pueblo”.1 Alfonso Valenzuela define a los

dones espirituales como una “habilidad especial conferida al cristiano por el

Espíritu Santo para la realización de uno o varios servicios para el bien común y

adelanto del cuerpo de Cristo”.2

El Espíritu Santo en Hechos de los Apóstoles

El libro de Hechos de los Apóstoles se encuentra en el Nuevo Testamento,

después de los cuatro Evangelios. Su ubicación es apropiada, pues sigue a la

narración evangélica que cierra el relato de la ascensión de Jesús al cielo. Es a

partir de allí que comienzan “Los Hechos de los Apóstoles”.3

Los eruditos reconocen que el libro de los Hechos de los Apóstoles es la

segunda parte del Evangelio según San Lucas, escrito entre el año 62 a 63 d. C.4

Sam Storms, The Beginner’s Guide To Spiritual Gifts (Minneapolis, Minn: Bethany House,
1

2013), 14, http://rbdigital.oneclickdigital.com.

2 Alfonso Valenzuela, Los dones espirituales (Pasadena Calif: Living Ministry, 2005), 29.

3Giuseppe Ricciotti y J. Riera Simó, Los hechos de los apóstoles: traducción y comentario,
2a ed (Barcelona, España: Luis Miracle, 1970), 10.

4 Ernesto Trenchard, Los hechos de los apóstoles (Grand Rapids, Mich: Editorial Portavoz,

1962), 45.

16
Fue escrito por Lucas, quien lo dedicó a Teófilo.1 Ambos libros tienen un

preámbulo similar en su introducción, señalando a su destinatario; Teófilo.2

Los eruditos señalan que el libro pudiera llamarse, Los Hechos del Espíritu

Santo. Jorge Parker declara que se ha sugerido este título porque, es el Espíritu

Santo quien ocupa la posición central de todo el contenido del libro. Es quien mora

con los discípulos, obra milagros, inspira, enseña, ordena y guía, continuando el

mismo ministerio del Salvador.3

Peter Warner comenta que el libro de los Hechos de los Apóstoles es un

verdadero manual de misiones para el cumplimiento de la Gran Comisión, en el

cual el Espíritu Santo es el principal protagonista.4

Siendo que los eruditos reconocen que el Espíritu Santo es responsable de

proporcionar dirección a las acciones encaminadas a dar cumplimiento a la Gran

1 F. F. Bruce, Hechos de los apóstoles: introducción, comentario, y notas (Grand Rapids,

Mich: Eerdmans Publishing, 1998), 23–26.

2 “Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre
nosotros han sido ciertísimas, tal como nos las enseñaron los que desde el principio las vieron con
sus ojos y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber
investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, excelentísimo
Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Luc. 1:1-
4).

La introducción del libro de Los Hechos reza así:

“En mi primer escrito, Teófilo, me referí a todas las cosas que Jesús hizo y enseñó desde
el comienzo, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el
Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. A ellos también, después de haber padecido, se
presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y
hablándoles acerca del reino de Dios” (Hch. 1:1-3).

3 Jorge G. Parker, Estudios sobre Los Hechos (Grand Rapids, Mich: Editorial Portavoz,
1998), 9.

4 G. Parker, 7.

17
Comisión; surge la pregunta, ¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en el Libro de

Los Hechos en conexión con la misión de la iglesia?

Empoderamiento para la testificación

Existen cinco versiones diferentes de la Gran Comisión; una en cada uno

de los Evangelios1 y la última en el libro de Los Hechos. Esta última versión reza

así: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y

me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de

la tierra” (Hch. 1:8). Esta versión de Lucas agrega la promesa del empoderamiento

para las acciones de la misión por el Espíritu Santo.

Esta promesa tuvo su cumplimiento inicial en los incidentes narrados en el

capítulo dos, en la celebración judía del Día del Pentecostés. En ese día, los

apóstoles se encontraban en el segundo piso de la casa de uno de los creyentes.

Mientras estaban sentados, repentinamente se escuchó el estruendo como de un

viento fuerte y como lenguas de fuego se posaron sobre las cabezas de los

creyentes (Hch. 2:1-3). Así descendió el Espíritu Santo sobre el naciente grupo de

los primeros cristianos.

Como resultado de aquella manifestación, el Espíritu Santo les capacitó

para dar cumplimiento a la Gran Comisión dada por Jesús. ¿En qué consistió ese

empoderamiento? El contexto inmediato (v. 4-6) señala que una primera manera

de empoderamiento fue la capacitación para predicar el Evangelio a otras

personas en idiomas antes desconocidos para ellos.

1 Mt. 28:19,20; Mr. 16:14-18; Lc. 24:36-49; Jn. 20. 19-23

18
Mario Veloso, añade que el poder que recibieron los discípulos les capacitó

para el cumplimiento de la misión; tarea que demandaba más capacidades de las

que naturalmente poseían, incluyendo el aumento de fortaleza física y espiritual,

destrezas e ingenio para vencer los desafíos, agilidad para discernir la verdad,

dotes de talentos, y medios económicos para llevar a cabo la obra.1

F. F. Bruce, comenta que este poder hizo que los discípulos comprendieran

que el Espíritu había descendido para la obra evangelizadora.2 Frederic Chase

está de acuerdo con Bruce de que “en el momento que el Espíritu Santo fue

derramado sobre la iglesia primitiva, los apóstoles estarían listos para testificar de

las maravillas del Evangelio”.3

LeRoy E. Froom, afirma que el Espíritu Santo empoderó a los discípulos

con capacidades y proveyó la facultad de realizar actos sobrenaturales en la obra

misionera en distintos lugares.4 Estos ocurrieron en Mesopotamia, Judea,

Capadocia, El Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, África, Cirene, Roma, y Creta

(Hch. 2:9,10).

Ernesto Trenchard, comenta que la meta de la testificación es universal,

llegaría a todos por la disposición de los apóstoles llenos del Espíritu Santo y

darían un nuevo ofrecimiento del Mesías a Israel: esta vez como Jesús resucitado.

1 Mario Veloso, “El Espíritu Santo en el libro de hechos de los apóstoles”, DavarLogos 13,
núm. 2 (2014): 82,83.

2 Bruce, Hechos de los apóstoles: introducción, comentario, y notas, 66.

3Frederic Henry Chase, The Credibility of the Book of the Acts of the Apostles: Being the
Hulsean Lectures for 1900-1901 (Barcelona, España: BiblioLife, 2009), 35.

4 Le Roy Edwin Froom, La venida del consolador (Doral, Fla: Asociación Publicadora

Interamericana, 2010), 143–44.

19
El Espíritu Santo empoderó a la gente para que fueran testigos de Jesús en

palabras y obras, (Hechos 1:8;4:8, 31; 7:55), y fue él Espíritu quien le dio vida a la

misión de la iglesia (8:29; 10:19; 11;28; 13:2; 15:28;16:6; 20:23; 21:4,11). 1

Elena White hace notar que también fueron empoderados con celo ferviente

para a testificar, y poder para acompañar su obra.2 Al respecto Erdman comenta

que la valentía de los apóstoles al testificar no dependió tanto de sus capacidades

naturales, sino de la manifestación del poder del Espíritu Santo en sus vidas,

quien les infundió valor para testificar en toda hora y lugar.3 Veloso añade; “el

Espíritu Santo conducía la acción de los dirigentes de la iglesia y también la acción

de sus miembros para que todos tuvieran la osadía espiritual necesaria y el poder

divino indispensables para la predicación del evangelio”.4

Demostraciones de poder

El libro de Los Hechos revela que el Espíritu Santo acompañó a la iglesia

apostólica en la obra evangelizadora con demostraciones de poder. La primera

referencia a estas demostraciones ocurre en Hechos 5:12-16; el relato bíblico lo

declara así:

“Por las manos de los apóstoles eran hechos muchos milagros y


prodigios en el pueblo… echaban los enfermos por las calles, y los
ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, por lo menos

1 Mark Allan Powell, Introducción al Nuevo Testamento: un estudio histórico, literario y


teológico (Grand Rapids, Mich: Publishing Group, 2020), 282.

2 G. de White, Los hechos de los apóstoles, 31.

3 Charles R. Erdman, Hechos de los apóstoles (Santa Anna Calif: The Westminster Press,

1974), 52.

4 Veloso, “El Espíritu Santo en el libro de hechos de los apóstoles”, 99.

20
su sombra tocase a alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas
concurría multitud a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de
espíritus inmundos; los cuales todos eran curados”.

Parker comenta que las demostraciones de poder tuvieron tres propósitos:

confirmar el mensaje de salvación, despertar la simpatía del pueblo a favor de los

discípulos, y que la proclamación del evangelio cumpliese su cometido de

multiplicar el número de creyentes.1

Trenchard comenta que como resultado del poder que obró el Espíritu

Santo, se unieron a la iglesia nuevos conversos, los apóstatas se convirtieron, y

los que habían llegado a ser grandes oponentes del Evangelio se convirtieron en

obreros.2

Otra demostración de poder es la manifestada en la vida de Esteban el

diacono; “Esteban lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales

entre el pueblo y algunos de la sinagoga llamada “de los libertos”, y los de Cirene,

de Alejandría, de Cilicia y de Asia, se levantaron para discutir con Esteban, pero

no podían resistir su sabiduría y el Espíritu con que hablaba” (Hch. 6:8-10).

Kistemaker señala que fue el poder y la sabiduría del Espíritu Santo lo que

hizo posible que Esteban fuera capaz de debatir con sus enemigos, y consiguiera

refutar los argumentos que habían levantado en contra suya.3 El Comentario

Bíblico Adventista remarca que por el poder dado por el Espíritu Santo, Esteban

poseía la gracia divina para convencer a los no convertidos, presentar el mensaje

1 G. Parker, Estudios sobre Los Hechos, 63.

2 Trenchard, Los hechos de los apóstoles, 178.

3 Simón J. Kistemaker, Hechos, Comentario al Nuevo Testamento (Florida: Libros Desafío,

1996), 246.

21
evangélico y poder para hacer milagros. Trenchard sugiere que esta demostración

de poder tenía como propósito contribuir al cumplimiento de la misión en

diferentes lugares, convencer a los incrédulos, y capacitar al discípulo para poner

su vida como testigo de Cristo.1

Una demostración de poder más es mencionada con relación a Felipe.

Hechos 8:5-8 refiere que en su viaje misionero a Samaria, las personas

atestiguaron del poder del Evangelio mediante la expulsión de demonios, y

sanamiento de paralíticos y cojos. Como resultado se manifestó un gozo salvador

entre los habitantes de dicha ciudad. Parker comenta que los milagros fueron el

resultado de predicar de Cristo tras lo cual el Espíritu Santo demostró poder

realizando señales para confirmar el oficio de los apóstoles, y a los misioneros

como siervos de Dios.2 De igual modo, Rafael Aguirre afirma que las

demostraciones de poder que realizó el Espíritu Santo fueron para avalar a los

enviados del Dios en quien creían, dirigir la misión de la iglesia en diferentes

lugares, y mostrar el camino de la Salvación.3 Por otro lado, Giuseppe Ricciotti

declara que por el poder del Espíritu Santo, muchos habitantes de la ciudad se

convirtieron al cristianismo.4 Acertadamente Weldon Viertel afirma que la

predicación de Felipe en Samaria no tuvo tanto éxito por sus talentos naturales o

1 Trenchard, Los hechos de los apóstoles, 178.

2 G. Parker, Estudios sobre Los Hechos, 84.

3 Pablo María, Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles, Introducción al estudio de


la Biblia / consejo de dirección: José Manuel Sánchez Caro 6 (La Estrella España: Verbo Divino,
1992), 346.

4 Giuseppe Ricciotti, Los hechos de los apóstoles, traducción y comentario (Barcelona:

Editorial Luis Miracle, 1970), 167.

22
su carisma, sino por el poder del Espíritu Santo que obró en ese momento, a

través de ese poder fueron echados muchos espíritus inmundos, sanados

paralíticos y cojos.1

Encuentros salvadores

El libro de Los Hechos registra dos encuentros salvadores, Felipe y el

Etíope, y el caso de Pedro y Cornelio, estos encuentros salvadores fueron una

experiencia de transformación y poder sobrenatural. José Espinoza lo define así;

los encuentros salvadores se pueden entender como un antes y un después en la

vida de las personas. Fueron efectuados por el poder del Espíritu Santo y dieron

pie a la misión de la iglesia.2

Felipe y el Etíope

Respecto al encuentro de Felipe con el Etíope registrado en Hechos 8:26-

40 se sabe que mientras viajaba en su carruaje, un funcionario Etíope volvía de

Jerusalén tratando de entender un pasaje mesiánico del profeta Isaías. Un ángel

instruyó a Felipe para encontrarse en el camino con él. Felipe le explicó las

Escrituras y como resultado el funcionario Etíope creyó y fue bautizado.

El Etíope estaba cansado de buscar la verdad, y por años iba a adorar a

Jerusalén, buscando al Dios vivo. William Barclay comenta que el Etíope movido

por el Espíritu en su regreso de Jerusalén, empezó a leer las Escrituras y allí

1 Weldon E Viertel y Ruben O Zorzoli, Los hechos de los apóstoles (El Paso, Tex: Casa
Bautista de Publicaciones, 1988), 61.

2 José M. Espinoza, “La iglesia apostólica y el cumplimiento de la misión”, Perspectivas

Teológicas 4, núm. 2 (2004): 21.

23
conoció al Dios de los judíos quien le dio sentido a su vida, y después de haber

sido enseñado por Felipe aceptó ser bautizado.1 Erdman resalta que ese

encuentro salvador provocado por el Espíritu Santo no sólo tuvo como resultado la

conversión de una persona, sino la expansión de la iglesia en diferentes lugares.2

Gerhard Krodel afirma que el Etíope, quien era un gentil, fue añadido a la

iglesia cristiana gracias a la intervención del Espíritu Santo. Como resultado,

muchos gentiles apreciaron el mensaje de Jesús y comprendieron el plan de

salvación.3

White afirmó que este Etíope simboliza una numerosa clase de personas

que necesita ser enseñada por misioneros como Felipe, hombres que escuchen la

voz de Dios [Espíritu Santo] y vayan a donde Él los envíe.4

Pedro y Cornelio

El caso de Pedro y Cornelio, referido en Hechos 10 es otro encuentro

salvador dirigido por el Espíritu Santo.

Cornelio, un centurión romano, temeroso de Dios, pero con escasa o

ninguna luz respecto a Jesucristo, recibió indicaciones a través de una visión de

traer a Pedro a su casa. El apóstol a su vez, a través de otra visión, recibió

1 William Barclay, Hechos de los apóstoles (Edimburgo, Reino Unido: Saint Andrew Press,
1968), 113.

2 R. Erdman, Hechos de los apóstoles, 88.

3Gerhard Krodel, Acts, Augsburg Commentary on the New Testament (Minneapolis, Minn:
Augsburg Pub. House, 1986), 168.

4 Elena G. de White, Testimonios selectos: tomo 2 (Keene, Tex: Gospel reproductions inc,

1927), 121.

24
instrucciones para atender la invitación de Cornelio. Luego de hablarles acerca de

Cristo, el Espíritu Santo se manifestó en Cornelio y los que con él de la misma

manera que en el día del Pentecostés.

Esa manifestación sobrenatural es un ejemplo de cómo el Espíritu Santo

interviene directamente, a través de “encuentros salvadores”, cuando se trata de

iluminar con el Evangelio a personas consideradas como parte de los “pueblos” o

“etnias” no alcanzadas. La intervención del Espíritu Santo permitió a Pedro

comprender que la salvación es para todos, no sólo para los judíos. Matthew

Henry comenta que hasta ese entonces ningún gentil había sido bautizado, y los

prejuicios de Pedro contra los gentiles le hubieran impedido ir a casa de Cornelio,

si el Espíritu Santo no lo hubiera preparado para este servicio.1

Por otro lado, Cornelio pudo entender la universalidad del Evangelio al

recibir el derramamiento del Espíritu Santo junto con los que se encontraban con

él. Jacques Dupont y Clifton Allen señalan que este hecho aconteció, como en el

primer derramamiento en el día del Pentecostés, para confirmar el poder del

Espíritu Santo a los gentiles. Como resultado de este encuentro salvador gestado

por el Espíritu Santo, ellos fueron bautizados.2

Veloso y John Fraser mencionan que otro propósito de este encuentro

salvador fue que a partir de allí la iglesia primitiva se expandiera

1 Matthew Henry, Comentario de la Biblia, Matthew Henry: en un tomo, 1. ed (Miami, Fla.:


Unilit, 1999), 894.

2 Jacques Dupont, The Salvation of the Gentiles: Studies in the Acts of the Apostles, An

Exploration Book (New York: Paulist Press, 1979), 25; Clifton J. Allen, ed., The Broadman Bible
Commentary (Nashville, Tenn: Broadman Press, 1969), 70.

25
geográficamente.1 En el mismo sentido, el Comentario Bíblico Adventista señala

que “la conversión de Cornelio señaló una nueva etapa en la expansión del

crecimiento de la iglesia”.

Marshall afirma que este hecho fue significativo en la historia de la iglesia

primitiva, porque a partir de ese momento los gentiles comenzaron a ser

evangelizados y bautizados, conociendo las grandes enseñanzas de la Palabra de

Dios, el testimonio de Jesucristo.2

Elección de líderes para la iglesia

El libro de Los Hechos registra dos casos donde el Espíritu Santo intervino

en la elección de líderes para la operación apropiada de la iglesia; el

nombramiento de los siete diáconos, y la ordenación al ministerio de Saulo y

Bernabé.

Elección de los siete diáconos

La primera intervención del Espíritu Santo en la elección de líderes para la

iglesia ocurrió en ocasión al nombramiento de siete hombres de buen testimonio,

llenos de sabiduría y que fueran capaces para ministrar en diferentes

necesidades, registrada en Hechos. 6:1-7.

1Veloso, “El Espíritu Santo en el libro de Hechos de los Apóstoles”, 102; Jean Calvin,
David W. Torrance, y Thomas Forsyth Torrance, The Acts of the Apostles 1-13 (Grand Rapids:
Eerdmans, 1980), 317.

2 I. Howard Marshall, Acts: an Introduction and Commentary (Downers Grove, Ill: IVP

Academic, 2008), 192.

26
El comentario bíblico adventista comenta que debido al crecimiento de los

creyentes en Jerusalén, se superó los recursos de la iglesia propiciando que

sectores desfavorecidos tales como las viudas fueran descuidadas. Esto desató

una fuerte protesta contra los judíos conversos nativos por parte de los judíos de

la diáspora que hablaban griego. Esta desatención pudo haber sido el resultado de

las diferencias de idioma y costumbres entre unos y otros.

Ricciotti comenta que al principio la iglesia era sólo una comunidad fraternal

que no vio la necesidad de una organización, sin embargo con su multiplicación de

creyentes, tuvo que reorganizarse, como resultado, el Evangelio se extendió

rápidamente, y los sacerdotes del templo de Jerusalén se convirtieron a la fe

cristiana.1

Weldon Viertel agrega que para solucionar el problema, los discípulos

aconsejaron elegir a siete hombres llenos del Espíritu Santo para ministrar a este

sector de la iglesia, y ellos pudiesen dedicarse completamente a la predicación,

como resultado hubo una mejor organización en la iglesia, las viudas fueron

atendidas y dos de ellos, Esteban y Felipe llegaron a ser grandes evangelistas y

predicadores. El evangelio comenzó a salir de su centro hebreo en Jerusalén

hasta Samaria y lo último de la tierra”.2

White comenta que la elección de los siente diáconos, fue por el bien de la

iglesia en su organización, trabajar en otra modalidad en las labores, y cuidar

especialmente de las necesidades de los miembros, como resultado la obra en

1 Ricciotti, Los hechos de los apóstoles, traducción y comentario, 141,142.

2 Viertel y Zorzoli, Los hechos de los apóstoles, 48.

27
Jerusalén creció rápidamente.1 Bruce está de acuerdo con White al señalar que la

elección de los siete diáconos tuvo como propósito, la organización de la iglesia en

Jerusalén, la atención en las necesidades de los desfavorecidos, y la preparación

de líderes para el cumplimiento de su misión.2

Millard J. Erickson señala que el Espíritu Santo fue quien capacitó a estos

hombres para ser ayudadores con los necesitados, el liderazgo en la comunidad, y

la obra evangelística.3

Howard Marshall informa que otra cualidad de los diáconos fue expandir la

obra en Jerusalén, propagar el testimonio cristiano, y bautizar nuevas personas

para Cristo.4 Curtis Vaughan concuerda con Marshall que dicho acontecimiento

contribuyó a la preparación de la iglesia en la misión de evangelizar todo el

mundo.5

Elección de Bernabé y Pablo

La segunda intervención del Espíritu Santo en la elección de líderes ocurrió

en la iglesia de Antioquía, donde Pablo y Bernabé después de un año de trabajo6

1 G. de White, Los hechos de los apóstoles, 72.

2 F. F. Bruce, The Book of the Acts, The New International Commentary on the New

Testament (Grand Rapids, Mich: Eerdmans, 2009), 121.

3Millard J. Erickson, Teología sistemática, 2. ed (Viladecavalls, España: Editorial Clie,


2008), 278.

4
I. Howard Marshall, Acts: an Introduction and Commentary, Tyndale New Testament
commentaries, v. 5 (Downers Grove, Ill: IVP Academic, 2008), 136.

5Curtis Vaughan, Acts: A Study Guide Commentary, 6. pr, Study Guide Series (Grand
Rapids, Mich: Zondervan, 1979), 43.

6 Vidal, Cesar. Apóstol para las naciones, (spanish Edition) (p.62). B&H Publishing Group.

Edición de Kindle

28
fueron elegidos por el Espíritu Santo. Hechos 13:2 dice, “dijo el Espíritu Santo:

apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”

White comenta que la ceremonia de imposición de manos constituyó el sello

de la iglesia sobre la obra que Pablo y Bernabé realizarían.1

Sin duda, la iglesia de Antioquía fue la primera en ser guiada por el Espíritu

Santo para enviar misioneros a los gentiles. Bruce comenta que fue a través de la

iglesia como se reconoció el encargo dado a estos hombres para la tarea de la

obra misionera mundial. Así es que se dice, que fueron enviados por la iglesia

universal, y fue a toda la iglesia que tuvieron que informar cuando, a su debido

tiempo, volvieron de sus viajes misioneros.2

Bruce también subraya la importancia de notar que, en el Nuevo

Testamento hay claras evidencias de la sensibilidad mostrada por los primeros

cristianos para ser guiados por la voz del Espíritu Santo. De manera que, mientras

Pablo y Bernabé llevaban a cabo su ministerio señalado en la iglesia local, el

Espíritu Santo a través de los dirigentes les hizo conocer su voluntad.3

Simón Kistemaker señala que la razón por la que Pablo en sus epístolas se

presenta como “enviado no de hombres, ni por hombre, sino por Jesucristo y por

Dios el Padre” (Gál 1:1), es porque el apóstol tenía la certeza de haber sido

llamado por el Espíritu Santo.4 David Dockery afirma que la misión de la iglesia se

1 G. de White, El deseado de todas las gentes, 140.

2 Bruce, Hechos de los apóstoles: introducción, comentario, y notas, 291.

3 Bruce, 292.

4 Kistemaker, Hechos, 401.

29
proyectó a una dimensión global, gracias a la elección que el Espíritu Santo hizo

de Pablo para ser el apóstol para las naciones.1

Graig S. Keener comenta que fue el Espíritu Santo quien llenó de valor a

Pablo y Bernabé al ir de lugar en lugar sembrando la semilla del Evangelio. Como

resultado la iglesia creció geográficamente y hubo un incremento de discípulos

para Cristo.2

Conclusión

Orgánicamente, las Sagradas Escrituras son claras en la enseñanza del

Espíritu Santo como una de las tres personas de la Deidad. La develación de su

persona es progresiva del Antiguo al Nuevo Testamento, revelando nuevas

dimensiones de su operación para llevar ejecutar los planes de Dios y su obra a

favor de la humanidad.

El presente estudio encontró que la actividad del Espíritu Santo en el marco

del libro de Los Hechos de los Apóstoles está directamente relacionada con la

misión de Dios a favor de la humanidad, a través de la iglesia. El protagonismo del

Espíritu Santo en Hechos es tan evidente, que bien puede decirse que el libro

debiera llamarse “Los Hechos del Espíritu Santo”.

Concerniente a lo anterior, el estudio permitió determinar lo siguiente.

1 David S. Dockery, Comentario bíblico conciso Holman (Nashville, TN: B&H Publishing
Group, 2020), 497.

2 Craig S. Keener, Acts. An Exegetical Commentary (Grand Rapids, Mich: Baker Academic,

2014), 3029.

30
Primero; que el Espíritu Santo empodera para la testificación proveyendo

fuerza física y espiritual, habilidades de hablar en otros idiomas, agilidad para

discernir la verdad, y talentos para llevar a cabo la obra.

Segundo; que el Espíritu Santo acompaña a la predicación con actos

sobrenaturales para confirmar el mensaje de salvación, despertar la simpatía de

las personas a favor de los miembros, y que la proclamación del evangelio cumpla

su cometido de multiplicar el número de creyentes.

Tercero; que el Espíritu Santo obra para que se produzcan encuentros entre

agentes humanos con el conocimiento de la verdad, y personas no alcanzadas en

búsqueda de Dios, para llevarles la salvación. Para lograrlo, el Espíritu Santo

recurre al recurso de sueños o visiones.

Cuarto; que el Espíritu Santo llama y capacita a hombres escogidos e

instruye a la iglesia para enviar misioneros para expandir la obra del Señor en todo

el mundo.

31
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