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Libertad

 La libertad del Espíritu

La Biblia dice que donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad (2 co 3.17). Dios
ha prometido libertad a todos aquellos que crean en su Hijo Jesús; no ha sido su
plan vernos en cadenas, opresiones o aflicciones, y es a través del poder del
Espíritu Santo que esa libertad se manifiesta en nuestras vidas.

 La autoridad sobre el diablo y las tinieblas

Jesús dijo que el nos daba potestad sobre toda fuerza del enemigo, para hollarlo, y
que nada nos dañaría. La palabra “potestad” significa poder o autoridad para hacer
conforme a uno le plazca, libertad para escoger. El Señor nos delegó ese poder
sobre el diablo para vencerlo y dejar sin efecto la obra del enemigo. Dice 1 Juan
3:8 que Jesús se manifestó para deshacer las obras del diablo. “Deshacer” significa
desatar o dejar ir a alguien que estaba amarrado, soltar a alguien que estaba en
cadenas o prisiones, anular o disolver.

Cristo nos envió para que toda persona se convierta de la potestad de Satanás a
Dios (Hc 26-18). La potestad que Satanás pueda tener sobre alguien de muchas
otras circunstancias a través de las cuales le rendimos derechos de nuestra vida: los
pactos, las creencias, las prácticas ocultistas y otros. De todo ello debemos
convertirnos, renunciando expresamente y sometiéndonos al reino del Hijo de
Dios. Dios ha declarado que podemos convertirnos de la potestad del diablo a la
potestad de Dios, y además ha declarado que El mismo nos ha delegado potestad
sobre el diablo. Por eso dice que el aplastará a Satanás bajo nuestros pies. (Ro
16:20). Por la autoridad delegada por Cristo hoy podemos echar los demonios de
los endemoniados (Mr 16.17).

 La verdad sobre la mentira

Una forma muy común como el diablo mantiene cautivos a las personas es a través
de engaños o mentiras acerca de Dios y su voluntad, de nosotros, de otros, de
circunstancias, de nuestro pasado o de nuestro potencial. Para ser libre de ello
debemos conocer y creer la verdad (Jn 8:32).

 Cortando herencias generacionales

La promesa de la libertad de maldiciones generacionales: Un nuevo pacto en la que


la herencia de los padres no es transmitida (Jr 31:27-31), y el cumplimiento de la
promesa: La sangre de Cristo nos rescata de la vida que heredamos de nuestros
padres (1 Pd 1:18-19).

 Renunciando a todo pacto con las tinieblas

La manifestación de Jesús produce que las personas sean desatadas y liberadas de


las obras del diablo. Cristo dijo que si el Hijo nos liberta, seremos verdaderamente
libre (Jn 8:36). En el momento de recibir a Jesús entramos en un nuevo pacto con
Dios, renunciando a todo convenio hecho con las tinieblas. En ese momento nos
convertimos de la potestad de Satanás a Dios (Hc 26.18), renunciando en Jesús a
todo derecho que por cualquier causa se le haya otorgado al diablo.

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