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DIDÁCTICA DE LA MATERIA Y LA ENERGÍA

Prácticas de Laboratorio

Anexo I: Densidad y Flotabilidad


Densidad

Se denomina densidad d (ρ) a la relación entre la masa m y el volumen V de un cuerpo.


En el SI se expresa en kg/m3, pero es bastante frecuente expresarla en g/cm3:

d = m/V (1)

La densidad es una propiedad específica de las sustancias. Cada sustancia pura tiene
una densidad que es característica de la misma. La densidad es, además, una
magnitud intensiva, pues no depende de la cantidad de sustancia considerada.
Podemos calcular la densidad de cualquier sustancia material, ya se encuentre en estado
sólido, líquido o gaseoso. Por ejemplo, la masa de un sólido podemos determinarla con
una balanza. Y si el cuerpo es regular, midiendo sus dimensiones podemos calcular su
volumen. A partir de la masa y el volumen de cuerpo podremos calcular la densidad.
También se puede determinar el volumen del sólido utilizando el Principio fundamental
de la Hidrostática o Principio de Arquímedes, que dice: “Un cuerpo total o parcialmente
sumergido en un fluido en reposo experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual
al peso de la masa del volumen del fluido que desaloja”. El agua, con una densidad de
1 g /cm3, nos proporciona un método para determinar el volumen de un cuerpo sólido
aun cuando no tenga una forma geométrica definida. Una vez calculada su masa y su
volumen podemos calcular la densidad.
Una técnica para determinar la densidad en líquidos es mediante el uso del densímetro,
sin necesidad de calcular antes la masa y el volumen. Normalmente, está hecho de vidrio
y consiste en un cilindro hueco con un bulbo pesado en su extremo para que pueda
flotar en posición vertical. Los densímetros son varillas flotadoras huecas, con lastre en
la parte inferior y graduadas en densidades. Se fundamentan en el principio de
Arquímedes. Cuanto menor es la densidad de un líquido tanto más se hunde en él el
densímetro.

Figura 1. Densímetro

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Flotabilidad
La densidad es una propiedad importante, que nos permite explicar ciertos hechos,
como por ejemplo por qué determinadas sustancias flotan sobre otras (el petróleo en el
mar se queda en la superficie).
La flotación es un fenómeno muy conocido: un cuerpo sumergido en agua parece pesar
menos que en el aire. Si el cuerpo es menos denso que el fluido, entonces flota. El cuerpo
humano normalmente flota en el agua, y un globo lleno de helio flota en el aire.

De acuerdo con el principio de Arquímedes, mencionado anteriormente, cuando un


sólido entra en un fluido (líquido o gas) desplaza una porción del mismo para poder
entrar en él. El sólido desplaza al fluido ejerciendo una fuerza sobre él. La fuerza con la
que el fluido empuja es el peso del fluido al que el sólido ha empujado (fluido
desalojado).

El volumen del fluido desplazado es igual al volumen del objeto. Un objeto


completamente sumergido siempre desplaza un volumen de líquido igual a su propio
volumen.

Esto quiere decir que, si yo sumerjo un objeto de


un volumen de 2 m3, el objeto desplazará un
volumen de 2 m3 de fluido y la fuerza de
flotabilidad (también conocida como empuje) será
el peso de 2 m3 de fluido.

Así, tendremos que el empuje será el peso del fluido desalojado.

Empuje = Pesof = mf g = df Vf g (2)

donde el subíndice f se refiere a fluido desalojado por el sólido, y hemos aplicado la


expresión (1) de la densidad.

Observa cómo la fuerza de flotación solo depende de la densidad del fluido en la que el
objeto está sumergido, la aceleración de la gravedad g y el volumen del fluido
desplazado Vf.

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Para predecir lo que le sucede a un cuerpo al sumergirlo en un fluido, el empuje sólo es


una parte de la cuestión. Pueden existir otras fuerzas sobre el cuerpo y, de hecho, si
existe empuje seguro que hay al menos una fuerza más: el peso del objeto. Para saber
qué le sucede al objeto debemos preguntarnos cuál de las dos fuerzas es mayor: peso
del objeto o el empuje. Un objeto flota o se hunde en un fluido dependiendo de si su
peso, dirigido hacia abajo, es mayor o menor que la fuerza de empuje, dirigida hacia
arriba:

- si el peso del objeto sumergido es mayor que el empuje (P > E), el objeto se hundirá
hasta que la suma de las fuerzas sea igual a cero;
- cuando el peso del objeto sumergido es igual a la fuerza de empuje (P = E) se tiene
un equilibrio, esto es, la suma de las fuerzas es igual a cero y, por lo tanto, no hay
movimiento;
- por último, si el peso del objeto sumergido es menor que la fuerza de empuje (P < E),
el objeto flotará.

Figura 2. Flotabilidad de un objeto según su peso y su empuje

De la expresión anterior (2) podremos relacionar el peso del sólido y el empuje del fluido
desalojado:

𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸 = 𝑑𝑑𝑓𝑓 · 𝑉𝑉𝑓𝑓 · 𝑔𝑔 (2)

𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 = 𝑚𝑚 · 𝑔𝑔 = 𝑑𝑑𝑠𝑠ó𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 · 𝑉𝑉𝑠𝑠ó𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 · 𝑔𝑔 (3)

El empuje depende simplemente de la densidad del fluido y el volumen del cuerpo


(volumen del fluido desalojado). Pero ¿de qué depende el peso del objeto? De su masa,

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es decir, de su volumen y su densidad. El volumen del objeto es el mismo en ambos


casos. Lo único que puede diferenciar ambas fuerzas –peso y empuje– es, por tanto, la
densidad. Si el objeto es más denso que el fluido se hundirá, y en caso contrario flotará.
Podemos decir entonces que “un objeto sumergido en un fluido se hunde si su
densidad es mayor que la del fluido y flota si su densidad es menor que la del fluido”.

Que un objeto pese mucho no quiere decir que se hunda, lo mismo que el hecho de que
sea ligero no quiere decir que flote. Algo puede tener una masa de cientos de toneladas
y flotar en el agua sin el menor problema, o tener una masa de una décima de gramo y
hundirse.

Un trozo de corcho pequeño flota, no porque pese poco, sino porque pesa menos que
el agua que desaloja. Si unimos un millón de trozos de corcho idénticos a ese, el corcho
gigante tendría una masa descomunal, pero seguiría flotando porque el agua que
desaloja pesa aún más.

Piensa en un barco descomunal que flota en el agua sin problemas, aunque pese mucho.
¿Cómo es posible que flote algo tan pesado? El empuje que experimenta el casco hacia
arriba (fuerza que lo mantiene a flote), es igual al peso del agua desplazada. Si la
embarcación fuera totalmente maciza, la densidad del material debería ser inferior a la
del agua para asegurar su flotación (por ejemplo, determinadas maderas). Sin embargo,
en la práctica, la totalidad de las embarcaciones son huecas por dentro, con lo que
desplazan un gran volumen de agua, siendo su peso mucho menor. De esta forma
pueden construirse buques de acero (casi 8 veces más denso que el agua) sin que se
hundan.

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