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CON SU PERMISO PRESIDENTA, SALUDO A LAS Y LOS INTEGRANTES DE

ESTE PLENO Y A LAS Y LOS POBLANOS QUE NOS ACOMPAÑAN Y VEN
DESDE LAS DISTINTAS REDES SOCIALES DE ESTE CONGRESO:

El día de hoy, hago uso de esta tribuna para invitarlos compañeras y compañeros a
hacer una reflexión sobre la importancia de las personas de la tercera edad en nuestras
vidas…
Es a través de ellas que podemos materializar el ejemplo y guía para muchos temas
fundamentales en nuestras vidas, además, es de considerar que nosotros en un futuro
también formaremos parte de este sector de la población, tan es así que se estima que
entre los años 2015 y 2030 el número de personas adultas mayores se incrementará
sustancialmente en todo el planeta.

Sin embargo, resulta indispensable observar que los derechos humanos de nuestros
ancianos algunas veces son violentados, por medio de maltrato físico, sexual, psicológico
o emocional violencia por razones económicas o materiales; abandono; desatención, y
menoscabo grave de la dignidad y, por supuesto, en la falta de respeto.

De esta forma, la Organización Mundial de la Salud dio a conocer que, en el último

año, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de
abuso en entornos comunitarios.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a través del Instituto Nacional de

las Personas Adultas Mayores, ha dado a conocer que existen distintas causas de riesgo
de violencia en contra de dicho grupo poblacional, encontrándose dentro de estos los
antecedentes de violencia familiar, la cual está compuesta por tratamiento de indiferencia
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o franca hostilidad, como expresión de molestia hacia las personas mayores, golpes,
manipulación, no suministro de medicamentos, apropiación de sus bienes, entre muchas
otras.

Ante este contexto, me encuentro sumamente preocupada, ya que muchas personas

adultas mayores del distrito local que represento o, en su caso, vecinas y vecinos o
personas que las conocen, me han compartido de la violencia y maltrato que, en muchos
de los casos, reciben, lo que las afecta en salud física y mental, estado de ánimo, ganas de
vivir y claramente les vulnera sus derechos humanos.

A pesar de lo anterior, la violencia y, de manera específica, la violencia familiar en

contra de las personas adultas mayores sigue siendo uno de los tipos de violencia menos
tratados en los estudios que se llevan a cabo a nivel nacional, y de los de menor abordaje
en los planes, programas y políticas públicas, sin embargo, cierto también es, que la
misma ha comenzado a ganar visibilidad , y con ello incrementan los abusos de los que
esta población es víctima…

Por todo lo que les he compartido, es que en esta sesión presento esta iniciativa
para reformar las fracciones VI y VII y adicionar la fracción VIII al artículo 41 de la Ley
de Protección a las Personas Adultas Mayores, con la finalidad de incluir dentro de los
tipos de violencia contra las personas adultas mayores a la violencia familiar y definirla
como todo acto abusivo de poder o, en su caso, toda omisión intencional, que se realiza
en lo individual o colectivo, de manera reiterada, con el propósito de dominar, someter,
controlar o agredir a las personas adultas mayores, dentro o fuera del domicilio familiar,
sea que la persona tenga o haya tenido una relación de parentesco por consanguinidad o
afinidad, de matrimonio, concubinato u cualquier otra análoga con la víctima.
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ES CUANTO, MUCHAS GRACIAS.