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Caso paradigmático que pone a prueba el sistema de justicia

Se ha dado un caso delicado, en la justicia, sobre abuso sexual de un menor con autismo
por parte de un hombre adulto al que su defensa lo presenta como una personas con
discapacidad auditiva.

Este es un caso que sucedió en el aeropuerto de Mérida, donde un chico de 15 años,


quien vive con autismo y su mamá regresaban de sus vacaciones y al estar en la sala de
espera, el chico le dijo a su mamá que iría al baño para cambiarse su short por unos
pantalones y se dirigió a los sanitarios de hombres.

Como tardó en salir, la mamá se preocupó y le gritó para que saliera. Entonces el menor
salió, desconcertado, y le dijo que un hombre lo quiso meter al baño de personas con
discapacidad, y ahí abusar del menor.

La madre pidió apoyo y llamó a un supervisor de la vigilancia privada contratada por el


aeropuerto, quien, reportó que se puso a platicar con el presunto agresor y se burló de lo
sucedido.

La mamá insistió: pidió que fuera la Guardia Nacional, que tiene presencia en los
aeropuertos.

La madre como abogada que es, presentó una denuncia ante la Fiscalía del Estado, quien
inició una investigación. El comunicado de la dependencia reportó un día después que el
presunto agresor fue detenido.

Dos días después del incidente el presunto agresor se presentaría a una “audiencia de
vinculación”, el primer paso. Pero esta se suspendió porque alegó que necesitaba
“ajustes razonables”. “La defensa del presunto agresor argumentó que es sordo y no
entiende nada”.

Fíjese qué cosas: el presunto agresor de este joven con autismo también alegó
¡discapacidad!

Un caso paradigmático
 Las personas con discapacidad(pcd) tienen derecho a “ajustes razonables” y a
“ajustes de procedimiento” en el acceso a la justicia, de acuerdo con la Convención
sobre los derechos de las personas con discapacidad en su Artículo 13.
 Es decir: se tienen que hacer accesibles los procesos judiciales para que las mismas
pcd puedan participar en el acceso a la justicia (ajustes razonables) y que puedan
participar en él (ajustes al procedimiento).
 También tienen derecho a “sistemas de apoyos”: otras medidas que permite el
juez para que las pcd puedan participar.
 El papel que tiene una persona facilitadora de justicia es importante para las PCD
 Se trata de eliminar las barreras que puedan tener en el acceso a la justicia. En el
caso del presunto agresor, cuya defensa dice que es sordo, habría que ver qué
necesita para entender de lo que se le acusa. Podría ser un intérprete en Lengua
de Señas Mexicana.
 Pero también el chico con autismo necesitaría ajustes razonables y al
procedimiento en razón de edad. También, para no revictimizarle, le podrían dar
medidas de protección sobre todo porque se trata de un caso de abuso, de
violencia.

¿Qué podría necesitar el chico con autismo y a qué tiene derecho?

 Él necesitará determinarlo pero tiene derecho a muchas cosas: a que le expliquen


de manera sencilla lo que pasó, quizá con pictogramas o algún otro medio
aumentativo.
 Que no se caree con el agresor, que lo haga con apoyo de algún psicólogo o
psicóloga. Que incluso las personas que juzgarán este caso lo vean no en un
ámbito legal, sino en otro lugar para que se sienta cómodo.
 Es decir, es un caso en el que, por partida doble debe implementarse un
documento que actualizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace un par de
años, el “Protocolo para juzgar con perspectiva de discapacidad” y que pondrá a
prueba al sistema de justicia.

Un apunte final
 Las personas con discapacidades en general son mucho más vulnerables a la
violencia.
 Los niños y niñas con discapacidades tienen cuatro veces más probabilidades de
ser víctimas de violencia en general que sus pares sin discapacidad.
 En materia de abuso sexual también es así y los niños y sobre todo las niñas sordas,
con discapacidad intelectual, psicosocial o dentro del trastorno del espectro autista
son las más usuales víctimas.

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