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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACION LABORAL

SECCION SEGUNDA

MAGISTRADO DR.

JOSE ROBERTO HERRERA VERGARA

Referencia: Expediente No. 7.507

ACTA No. 47

Santafé de Bogotá, D.C., sep,embre cuatro de mil


novecientos noventa y cinco.

Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por BLANCA


LIBIA VASCO GAVIRIA contra la sentencia proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín, el 7 de octubre de 1994, en el juicio seguido por la recurrente contra la CORPORACI0N
CLUB CAMPESTRE y MARIA DOLORES ZAPATA SANCHEZ

I- ANTECEDENTES

Ante el Juzgado Octavo Laboral del Circuito de Medellín la


recurrente en casación demandó a la Corpora¬ción Club Campestre y a María Dolores Zapata
Sánchez para que previo el trámite del proceso ordinario se condenara a la primera a pagar la
pensión de jubilación que venía disfru¬tando su compañero permanente Antonio de Jesús Mesa
Vasco, a par,r de sep,embre de 1989, y las costas del juicio.

Manifestó la demandante que hizo vida marital con Antonio de Jesús Mesa Vasco desde
1956 hasta el 17 de mayo de 1989, fecha de su fallecimiento; que procrea¬ron a Octavio de Jesús,
Blanca Nubia, Luz Dary y José Alonso nacidos el 8 de noviembre de 1957, el 29 de marzo de 1959,
el 12 de sep,embre de 1961 y el 19 de noviembre de 1963, respec,va¬mente; que Antonio de
Jesús Mesa Vasco fue pensionado por la Corporación Club Campestre a par,r de agosto de 1977 y
después de su muerte recibió durante cuatro meses la pensión pero le fue suspendido el pago.
También expresó que en el año de 1961 su compañe¬ro, por un mo,vo fú,l, se alejó por tres
semanas y contrajo matrimonio con María Dolores Zapata Sánchez. Que con anterioridad al
presente proceso demandó a la Corporación Club Campestre, pero el Tribunal Superior de
Medellín dictó un fallo inhibitorio por no haber demandado a María Dolores Zapata Sánchez. Que
interrumpió la pres-crip¬ción el 12 de noviembre de 1993.

El demandado -Corporación Club Campestre- al responder la


demanda aceptó que pensionó al señor Antonio de Jesús Mesa Vasco y que pagó a la actora
durante cuatro meses le pensió¬n sin acreditar la calidad de beneficiaria en los términos de la Ley
4a. de 1976. Expresó que pagaría la pensión de jubilación a quien se indique mediante sentencia
judicial, se opuso a las pretensiones de la demanda y propuso las excepciones de pago,
compensación y prescripción.

La demandada María Dolores Zapata Sánchez manifestó ser


acreedora de la sus,tución pensional, se opuso a las pretensiones de la demanda y propuso la
excepción de falta de legi,mación en la causa por ac,va. Solicitó se declarara que la actora no es
beneficiaria del derecho pretendido por exis,r cónyuge y estar vigente la sociedad respec,va, y
que la actora devolviera los dineros que le pagaron por la sus,tu¬ción pensional.

El Juzgado del conocimiento mediante fallo del 2 de sep,embre de


1994 condenó a la Corpora¬ción Club Campestre a pagar a la demandante la pensión de jubilación
que percibía el señor Antonio de Jesús Mesa Vasco a par,r del 12 de noviembre de 1992 en
cuanGa no inferior al salario mínimo legal, declaró probada parcial¬mente la excepción de
prescripción y no impuso condena en costas.

II .- SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Por apelación de la demandada María Dolores Zapata conoció el


Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín que mediante sentencia del 7 de octubre de
1994 revocó el fallo de primera instancia y en su lugar absolvió a la Corporación Club Campestre de
las pretensiones de la demanda inicial y no condenó en costas.

III- DEMANDA DE CASACION


Inconforme la demandante interpuso oportunamente el recurso de
casación el cual una vez concedido por el Tribunal y admi,do por esta Sala se procede a resolver
junto con el escrito de réplica presentado por la Corpora¬ción Club Campestre. La demandada
MARÍA DOLORES ZAPATA SANCHEZ no presentó escrito alguno.

Pretende la recurrente se case la sentencia impugnada, para que,


en sede de instancia se confirme la del a-quo.

Para tal efecto formuló un solo cargo con el que acusa la sentencia
impugnada de violar de manera indirecta, en el concepto de aplicación indebida los arGculos 3° de
la Ley 71 de 1988 y 7o. del Decreto 1160 de 1989, en relación con los arGculos 194, 195 y 197 del
Código de Procedimiento Civil y 25 y 145 del Código de Procedimiento Laboral.

Manifestó la recurrente que el ad-quem incurrió en los siguientes


errores de hecho:

"- Dar por demostrado sin estarlo que el señor Antonio de Jesús
Mesa Vasco fue quien abandonó a la señora María Dolores Zapata Sánchez en sus obligaciones
como cónyuge.

"- Dar por demostrado sin estarlo que fue el señor Antonio de
Jesús Mesa Vasco quien abandonó sin justa causa el hogar que tenía cons,tuido con su cónyuge
María Dolores Zapata Sánchez."

Sostuvo que los yerros anteriores se originaron en la indebida


apreciación del escrito de demanda y de la pretendida confesión contenida en la misma.

En la demostración del cargo, luego de transcribir apartes de la


sentencia atacada, expresó la censura que el Tribunal concluyó que la compañera demandan¬te no
tenía derecho a la sus,tución con base en lo afirmado en los hechos 8° y 9° de la demanda inicial,
de los cuales dedujo lo previsto en el arGculo 7° del Decreto 1160 de 1989.

Afirmó la impugnante que de la lectura de los hechos 8 y 9 de la


demanda inicial se desprende que Antonio de Jesús Mesa Vasco abandonó a la compañera
permanen¬te por un mo,vo fú,l pero que tres semanas después regresó donde la primera.
Expresó que los citados hechos no indican ni pueden referirse a las
causas que determinaron la separa¬ción del señor Antonio de Jesús Mesa Vasco de su cónyuge,
circunstancia por la cual se equivocó el Tribunal al concluir, con base en las supuestas confesiones
contenidas en la demanda, que Mesa Vasco abandonó sus obligacio-nes de cónyuge.

De otra parte afirmó que la carga de la prueba de los supuestos de


hecho que por excepción permiten que el cónyuge supers,te -que no vivía con el causante-
sus,tuya la pensión de éste se encuentra radicada en cabeza del cónyuge y no del compañero
permanente. Cita en su apoyo la sentencia de esta Sala del 13 de diciembre de 1994.

IV .- OPOSITOR

A su turno la Corporación Club Campestre manifestó que la


sentencia del Tribunal se fundamentó en el correcto análisis de la confesión contenida en el escrito
de la demanda sobre la existencia del vínculo matrimonial del causante con María Dolores Zapata
Sánchez y expresó las razones por las cuales no se presentan los yerros atribuidos al sentenciador.

Como se anotó atrás la demandada MARÍA DOLORES ZAPATA


SANCHEZ no presentó escrito de réplica.

CONSIDERACIONES

El Tribunal, para revocar la condena impuesta por el a quo a la


Corporación Club Campestre de pagar a la actora la pensión que gozaba el señor Antonio de Jesús
Mesa Vasco, es,mó que lo afirmado por ella en los hechos 8 y 9 de la demanda inicial cons,tuyen
confe¬sión por lo que pierde el derecho a la pensión de jubila¬ción.

Textualmente expuso:

"Para el caso que nos ocupa se ,pifica plenamente el elemento


tratado por el numeral 2. del citado arGculo 195 del C. P. Civil, ya que la confesión hecha por el
apoderado judicial de la demandante en los hechos que fueron materia de transcripción, produce
situaciones jurídicas adversas para la confesante, como quiera que se pierde el derecho a la
pensión de jubilación sus,tución".
Los hechos objeto de controversia a que alude el fallo atacado
textualmente son:

“En abril de 1961 Antonio de Jesús Mesa Vasco se disgustó con su


compañera Blanca Libia Vasco, porque al llegar de su trabajo esta le sirvió la cena y la encontró
demasiado caliente. Esto mo,vó que se alejara de la casa durante tres (3) semanas, al cabo de las
cuales regresó, para con,nuar la convivencia normalmente y hasta el momento de la muerte del
señor MESA VASCO.

“Para sorpresa de mi poderdante, durante este corto lapso el señor


ANTONIO DE JESUS MESA VASCO contrajo matrimonio en el Municipio de Envigado con la señora
MARÍA DOLORES ZAPATA SANCHEZ, de quien mi poderdante no conoce ninguna información.
Según me lo ha afirmado, no conoce que su compañero haya, dejado descendencia diferente de la
que tuvieron en común".

Los hechos transcritos de la demanda inicial no configuran


confesión, porque de ellos no se infiere lo que dedujo el ad-quem y ninguno produce
consecuen¬cias jurídicas adversas a la demandante ni favorecen a la demandada (numeral 2 Art.
195 C. de P. C.). De la declaración de la actora no se desprende que el fallecido, Antonio de Jesús
Mesa Vasco, abandonó sin justa causa a la cónyuge ni que le impidió su acercamiento o compañía,
o que el transitorio alejamiento de tres semanas sea imputable a la demandante, quien además,
no puede confesar hechos ajenos a ella. Y la afirmación de que el causante en aquella época
contrajo matrimonio con otra persona, no la despoja per se del derecho a la sus,tución pensional,
toda vez que, a pesar de ello, después de ese breve interregno -tres semanas- prosiguió la
convivencia con su compañero permanente hasta el deceso de éste, la que tuvo una duración total
de más de treinta años y procrearon cuatro hijos en común.

Lo anterior pone de manifiesto el yerro ostensible del Tribunal,


pues con base en una confesión inexistente dió por establecido, sin estarlo, una de las causales de
pérdida del derecho a la sus,tución pensional. Lo anterior es suficiente para la infirmación de la
senten¬cia recurrida y conduce a la confirmación de la condena fulminada por el a-quo.

No sobra resaltar que de acuerdo con las previsiones del arGculo 7


del Decreto 1160 de 1989, la cónyuge sobreviviente pierde el derecho a la sus,tución pensional
cuando en el momento del deceso del causante no hiciere vida en común con él, salvo de hallarse
en imposi¬bilidad de hacerlo por haber abandonado éste el hogar sin justa causa o haberle
impedido su acercamiento o compañía, excepción que no le corresponde demostrar a la
compañera permanente y tampoco está esclarecida en el sub-lite.

De otra parte, una vez más la Sala enfa,za que no existe li,s
consorcio necesario entre quien reclama la sus,tución pensional en calidad de compañera
permanente y la cónyuge, como erradamente lo decidió el Tribunal Superior de Medellín en
proceso anterior iniciado por la actora contra la Corpora¬ción Club Campestre. El li,s consorcio
necesario se presenta cuando no puede resolverse sobre los hechos o actos jurídicos planteados
sin la comparecencia de las personas que sean sujetos o que intervi¬nieron en dichos actos (art. 83
C.P. C.). En el presente reclamo de sus,tución pensional ese no es el caso dado que la sentencia no
,ene similar resultado para la compañera y la cónyuge, y por lo tanto puede resolverse frente a
una sola pe,cionaria sin necesidad de citación de la otra. En el evento de concederse la pensión a
favor de un beneficiario por estar demostrados los supuestos fác,cos respec,vos, si después otro
acredita un mejor derecho, nada im¬pide la aplicación analógica del ordinal 7o del arGculo 294 del
código sustan,vo del trabajo, como lo ha expresado esta Sala, solución que no solamente es la que
más se ajusta al contexto de la norma,vidad aplicable, sino la que mejor consulta la equidad tanto
para los eventuales beneficiarios como para el obligado al pago de la pensión.

Tampoco existe solidaridad entre la demanda¬da empresa deudora


de la pensión y la cónyuge, ni la apelación de la segunda favorece a la primera. En el caso bajo
examen, contra la cónyuge no se efectuó declara¬ción o condena alguna por cuanto no se solicitó
en la demanda inicial. Por lo anterior, erraron los juzgado¬res de instancia al conceder y trami¬tar
el recurso de alzada interpuesto únicamente por la cónyuge, contra la decisión condenatoria de la
empresa demandada, quien se conformó con esa resolución, pues no apeló.

Sobre el tema en cues,ón esta Sala en sentencia del 6 de marzo de


1995, radicación 7256, expuso:

"El Consejo de Estado en sentencia del 8 de julio de 1993 anuló de


dicho arGculo la frase que dice "...cuando se haya disuelto la sociedad conyugal o exista separación
legal y defini,va de cuerpos...", quedando consecuencialmente vigente como causal de "pérdida
del derecho" del cónyuge sobreviviente la no convivencia con el causante al momento del deceso
de éste, salvo el caso de hallarse en imposibilidad de hacerlo por haber abandonado el de cuyus el
hogar sin justa causa o haberle impedido su acercamiento o compañía.
"El arGculo 6º del decreto citado señala quiénes son los
beneficiarios de la sus,tución pensional, sin que de su tenor literal se infiera la imposición a la
compañera de la obligación de demostrar la ex,nción del beneficio de la cónyuge supérs,te.

"Tampoco los preceptos referidos imponen la obligación de llamar


a juicio a la esposa sobreviviente, ni establecen un li,s consorcio necesario que obligue su
comparecencia.

"De acuerdo con las Leyes 33 de 1973, 12 de 1975, 113 de 1985, 71


de 1988 y su Decreto Reglamentario, el cónyuge supérs,te ,ene prelación en la vocación como
beneficiario de la pensión de sobrevivientes. Y para hacerla valer, a par,r de la vigencia del
Decreto 1160 de 1989, él ,ene la carga de demostrar, cuando se haya ex,nguido la convivencia, la
excepción que la beneficia, es decir el abandono del hogar injus,ficado del causante o la
determinación de éste de impedirle el acercamiento o compañía.

"No es dable pretender, como lo entendió equivocadamente el


fallo acusado, que corresponde a la compañera permanente, ajena a la relación conyugal,
demostrar los supuestos de la excepción legal, los cuales ni siquiera fueron objeto de controversia,
y antes por el contrario, en el caso bajo examen no es materia de discu-sión que el causante
convivió durante más de 30 años con la actora y que en tal unión se procrearon 6 hijos.

"Lo anterior no obsta para que el cónyuge sobreviviente, que no


hace vida marital al momento del fallecimiento del causante, si considera que ,ene mejor derecho
pueda iniciar la respec,va reclamación, pueda demostrar la excepción antes mencionada y
obtener el pago de la pensión.

"En tal hipótesis debe aclararse que el empleador responsable del


pago de la sus,tución pensional nunca estará obligado a cancelar simultáneamente la pensión de
sobrevivientes a la cónyuge y a la compañera permanente, sino a una de las dos, con observancia
de las reglas establecidas en las disposiciones antes citadas y en el ordinal 7º del arGculo 294 del
Código Sustan,vo del Trabajo, aplicable por analogía.

En términos similares a los anteriores esta Sección se pronunció en


sentencia del 13 de diciembre de 1994 (Radicación 6.872).
Al prosperar el cargo, en sede de instancia, además de las razones
expuestas en casación, son valederas las planteadas por el a-quo en punto al monto y fecha de
efec,vidad de la sus,tución pensional impetrada por la demandante.

Por lo expuesto, la Corte Suprema de Jus,cia, Sala de Casación


Laboral, Sección Segunda, administrando jus,cia en nombre de la República de Colombia y por
autoridad de la ley, CASA la sentencia proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín el 7 de octubre de 1994, en el juicio seguido por Blanca Libia Vasco Gaviria contra
Corporación Club Campestre y María Dolores Zapata Sánchez, en sede de instancia, confirma la
proferida por el Juzgado Octavo Laboral del Circuito de Medellín, el 2 de sep,embre de 1994.

Sin costas en casación ni en la segunda instancia.

Cópiese, no,Pquese, y devuélvase el expediente al Tribunal de


origen.

JOSE ROBERTO HERRERA VERGARA

RAFAEL MENDEZ ARANGO HUGO SUESCUN PUJOLS

LAURA MARGARITA MANOTAS GONZALEZ

Secretaria

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