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ASUNTO:
TITULACION:
ACCIÓN DE TUTELA - Principio de subsidiariedad y residualidad -
Improcedencia de la acción para resolver sobre la posesión y tenencia
del predio El Porvenir: otro mecanismo de defensa judicial - Eficacia de
las acciones policivas de lanzamiento por ocupación de hecho y de
perturbación de la posesión y la tenencia, la especial de amparo del
domicilio, el procedimiento administrativo de la Ley 60 de 1993 y el
procedimiento de la Ley 1448 de 2011
Tesis:
«(...) se advierte que la comunidad actora proviene de un grupo de
colonos que se asentaron en la zona rural de Puerto Gaitán - Meta, con
ocasión de la violencia desatada en la década de los 50. Desde
entonces, afirman, han ejercido la tenencia de forma quieta, pacífica,
pública e ininterrumpida del inmueble conocido como El Porvenir.
"No cabe duda a esta Corte que si la pretensión del petente era la
restitución del inmueble de su propiedad, la acción de tutela no es la vía
judicial procedente, por disponer el petente de otros medios idóneos de
defensa judicial para la protección de sus derechos, v. gr. las acciones
civiles o policivas establecidas en la ley. (Sentencia T-109 de 1993)"
Tesis:
«En lo tocante a los problemas de seguridad impera señalar que a
través del Decreto 1066 de 2015 "Por medio del cual se expide el
Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo del Interior» se
consolidaron los programas de defensa existentes en el ordenamiento
jurídico con el fin de garantizar de manera oportuna, idónea y eficaz la
prestación de los servicios a los ciudadanos que los requieran.
Tesis:
«En el sub examine, se presentan dos escenarios disímiles, uno
relacionado con MIGUEL BRICEÑO y otro con los demás miembros de la
comunidad. Frente a estos últimos, basta indicar que no han elevado
ninguna solicitud ante la Unidad Nacional de Protección y, por tanto, el
amparo deprecado resulta improcedente ante la existencia de otro
medio de defensa y la incuria con que han actuado los presuntos
afectos.
Sin embargo, se advierte que una vez surtido todo el trámite reseñado
frente MIGUEL BRICEÑO, Presidente de la Junta de Acción Comunal de
El Porvenir, el Grupo de Valoración preliminar ponderó el riesgo
extraordinario en 51.11%; determinación ratificada por el Comité de
Evaluación del Riesgo y Recomendación de Medidas -CERREM, en sesión
del 4 de noviembre de 2014.
[…] la escala de riesgo y amenaza que debe ser aplicada a casos en los
que es solicitada protección especial por parte del Estado, fue precisada
por este tribunal en los siguientes términos:
ii. existencia de un peligro cierto, esto es, con elementos objetivos que
permitan inferir que existe una probabilidad razonable de que el inicio
de la lesión del derecho se convierta en destrucción definitiva del
mismo. De allí que no pueda tratarse de un peligro remoto o eventual.;
iii. tiene que ser importante, es decir que debe amenazar bienes o
intereses jurídicos valiosos para el sujeto como, por ejemplo, el derecho
a la libertad;
iv. tiene que ser excepcional, pues no debe ser un riesgo que deba ser
tolerado por la generalidad de las personas y. finalmente,
Tesis:
«(...) resulta evidente que la Defensoría del Pueblo encontró
amenazados algunos derechos fundamentales de la comunidad
accionante, en tanto estableció que las familias allí asentadas viven en
circunstancias precarias, sin acceso a servicios públicos o a condiciones
dignas y óptimas de subsistencia, agudizadas por la insalubridad que
implica la falta de agua potable, acueducto y un debido manejo de
residuos orgánicos.
Así las cosas, la intervención del juez de tutela surge necesaria para
compeler la protección de los derechos fundamentales incoados,
especialmente a la vida en condiciones dignas.
CONSIDERACIONES:
11. Reevaluación.
Sin embargo, se advierte que una vez surtido todo el trámite reseñado
frente MIGUEL BRICEÑO, Presidente de la Junta de Acción Comunal de
El Porvenir, el Grupo de Valoración preliminar ponderó el riesgo
extraordinario en 51.11%; determinación ratificada por el Comité de
Evaluación del Riesgo y Recomendación de Medidas –CERREM, en sesión
del 4 de noviembre de 2014.
[…] la escala de riesgo y amenaza que debe ser aplicada a casos en los
que es solicitada protección especial por parte del Estado, fue precisada
por este tribunal en los siguientes términos:
ii. existencia de un peligro cierto, esto es, con elementos objetivos que
permitan inferir que existe una probabilidad razonable de que el inicio
de la lesión del derecho se convierta en destrucción definitiva del
mismo. De allí que no pueda tratarse de un peligro remoto o eventual.;
iii. tiene que ser importante, es decir que debe amenazar bienes o
intereses jurídicos valiosos para el sujeto como, por ejemplo, el derecho
a la libertad;
iv. tiene que ser excepcional, pues no debe ser un riesgo que deba ser
tolerado por la generalidad de las personas y. finalmente,
[…] 4.8 Hay que subrayar que los riesgos sobre un derecho
fundamental, en virtud de su carácter abstracto de su falta de certeza, y
la ausencia de elementos objetivos que permitan predicar su inminente
lesión consumada, no se pueden proteger vía acción de tutela. Nadie
puede reclamar del Estado una protección especial frente a un riesgo, ya
que éste es inherente a la existencia humana y a la vida en sociedad.
Sin embargo, se debe advertir que el juez constitucional debe ser
cuidadoso en la determinación de la gravedad, la certeza y la inminencia
de la vulneración del derecho amenazado, ya que la frontera entre el
riesgo potencial y una amenaza cierta es muchas veces difusa. Por esta
razón considera la Sala que en los casos de duda el material probatorio
resulta determinante.
4.9 Por otra parte hay que subrayar que la amenaza es de por sí una
etapa de la vulneración del derecho, pues en realidad ella misma supone
comienzo de vulneración dentro de la cadena evolutiva que implica la
violación de un derecho y que finaliza con la frustración definitiva del
mismo, o con lo que el artículo 86 superior denomina simplemente como
“vulneración” a secas. En efecto, la amenaza como elemento que
envuelve ya de por sí vulneración constituye una alteración o
perturbación en el goce tranquilo y pacífico del derecho y, por
consiguiente, se reputa como una violación cierta del derecho, así aún
no se haya consumado el daño completamente. Es decir, la amenaza de
un derecho es por si misma daño.
[…] Se han venido levantando cercas que han cortado el paso del
ganado de algunas personas que desarrollan esta actividad, impidiendo
el acceso hacia los sitios de pastoreo y bebederos naturales, además de
amenazas e intimidaciones contra los pobladores por parte de personas
que han llegado, al igual que se comenta que quienes están cercando ya
plantean negocios de venta de esos terrenos. Está [sic] situación puede
abocar a la comunidad a un desplazamiento colectivo al no tener
garantías para su vida e integridad. De hecho, por liderar las
reclamaciones de la comunidad sobre su derecho a estas tierras, el
presidente de la Junta de Acción Comunal tuvo que desplazarse
forzadamente para salvaguardar su vida y la de su familia; esta
situación se hace más compleja aún por la presencia de actores
armados en la zona.
Así las cosas, la intervención del juez de tutela surge necesaria para
compeler la protección de los derechos fundamentales incoados,
especialmente a la vida en condiciones dignas.