Está en la página 1de 7

“UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE

QUINTANA ROO”

EQUIPO: JAVIER MORALES Y


JOSE SANCHEZ.

TRABAJO: ENSAYO:
“Sistema Político Mexicano: Desarrollo y Reacomodo del
Poder.”

FECHA DE ENTREGA: DOMINGO 12 DE NOVIEMBRE DEL


2023.

FACILITADOR: JORGE GERARDO FLORES DIAZ.

MATERIA: SISTEMA POLITICO DEL ESTADO MEXICANO.

TERCER CUATRIMESTRE

LICENCIATURA EN GOBIERNO Y GESTIÓN PÚBLICA


Introducción

En este ensayo, exploraremos el reacomodo del poder en el sistema político


mexicano, abordando temas cruciales. El impacto y funciones de las reformas al
sistema electoral y el fin del sistema de partido hegemónico, dando paso a una
nueva transición hacia una democracia más transparente y real, son aspectos clave
que analizaremos a continuación.

Desarrollo

Las reformas electorales han tenido un significativo impacto en la vida política de


México, como destaca Juan Pablo Navarrete Vela, Doctor en Estudios Sociales.
Estas reformas, imperativas desde 1968, marcaron una fisura controlada en el
sistema político, evolucionando gradualmente hasta 1977, cuando se reconoció
oficialmente a los partidos políticos mediante modificaciones en las leyes
electorales.

En 1979-1982, se introdujo a los partidos pequeños en el poder legislativo con 100


diputados, basados en 300, totalizando 400. Estas reformas a la Ley de
Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LFOPPE) calmaron la
efervescencia de la izquierda. Sin embargo, en 1988, surgió una nueva fisura
evidenciando deficiencias y la pérdida de consenso político, llevando a la
instauración de una nueva ola democrática.

Las modificaciones continuaron con la Reforma de 1989-90, creando el Instituto


Federal Electoral (IFE), aunque manteniendo el poder ejecutivo. La autonomía del
IFE se consolidó en 1993, marcando un hito en la democratización. La Reforma de
1994 buscó equidad e imparcialidad, reflejándose en la elección de Zedillo como
presidente sin impugnaciones.
La trascendental Reforma de 1996, consensuada por PAN, PRD y PRI, reconfiguró
la Cámara de Diputados con 300 de representación de mayoría, 200 de
representación proporcional y un 2% de votación para representación. Además, se
permitió a los ciudadanos elegir al regente capitalino en lugar de ser designado por
el presidente, marcando un avance en el proceso democratizador.

La Reforma Electoral de 2007 abordó los excesivos gastos de campañas,


respondiendo a la falta de control en 2006. Este cambio, resultado del consenso de
los partidos predominantes, contribuyó positivamente a la vida pública y política,
buscando equilibrio y mayor transparencia en las elecciones venideras.

Fin del sistema de partido hegemónico:

El sistema de partido hegemónico, caracterizado por la supremacía del PRI en todas


las instancias gubernamentales, prevaleció desde 1952 hasta 1988. Durante este
periodo, el presidente en turno ejercía un poder considerable, y la hegemonía del
PRI no era cuestionada por otras fuerzas políticas (Santiago, 1999: 49). Sin
embargo, a partir de 1988, se observa una apertura democrática que no encaja
fácilmente en modelos tradicionales, dando lugar a un presidencialismo acotado por
el Congreso y un sistema de partidos más plural.

Las elecciones de 1994, a pesar de la alta legalidad del triunfo del PRI, se vieron
empañadas por un contexto de violencia política. A partir de 1997, se vislumbran
condiciones para considerar el sistema de partidos como uno de pluralismo
moderado, con la presencia de tres partidos electoralmente importantes y la efectiva
alternancia (Salazar, 1998). La contienda electoral de 2000 marca un hito al
evidenciar la derrota del PRI y el ascenso del PAN, rompiendo con la larga tradición
de un solo partido en el poder.

A pesar de la pérdida presidencial, el PRI se mantiene como una fuerza importante


en diversos niveles gubernamentales para el periodo 2000-2006. Los resultados de
2000 confirman que México cuenta con los requisitos jurídicos e institucionales de
una democracia electoral, aunque el proceso de consolidación aún está en marcha
(Salazar, 2001: 414).

El sistema político mexicano, aunque ha avanzado significativamente en términos


de legislación electoral, financiamiento equitativo y competencia entre partidos, se
caracteriza por un "pluralismo moderado-excluyente" donde la competencia se
limita a tres partidos.

A pesar de los avances, la democracia mexicana necesita una reforma integral del
Estado para lograr un equilibrio real de poderes. Los presidentes enfrentan
limitaciones impuestas por un Congreso más plural, pero aún persisten prácticas
intervencionistas en asuntos legislativos. La propuesta de académicos como
Nohlen, Lujambio y Valadés destaca la necesidad de un presidencialismo reformado
a través de ajustes institucionales para consolidar la eficacia democrática.

¿Transición Concluida?

Aunque las elecciones de 2000 marcaron el fin de 71 años de monopolio del PRI, la
transición no se considera completa. La consolidación democrática requiere
consensos, fortalecimiento institucional, estabilidad democrática, un sistema de
partidos consolidado y eficacia gubernamental. Aunque ha habido avances,
persisten desafíos estructurales y prácticos, como fallas en el sistema de
procuración de justicia y prácticas tradicionales como la corrupción.

Avances en la Democracia Mexicana

Las prácticas monopólicas que caracterizaron al sistema político mexicano han


experimentado una notable disminución a lo largo del tiempo, gracias al
perfeccionamiento de las instituciones. Aunque persisten deficiencias, los logros en
la democracia electoral son significativos. Se ha avanzado en la mejora de los
mecanismos para garantizar la confianza en los resultados electorales, marcando
un descenso en la capacidad del régimen para alterar e imponer resultados.

La competitividad de la oposición había aumentado, reflejando una democracia


electoral casi efectiva. El expresidente Ernesto Zedillo destacó que "la democracia
no se reduce a las elecciones", enfatizando la necesidad de ir más allá de los
procesos electorales para consolidarla. La consolidación democrática implica la
participación de ciudadanos con alta cultura política y una sociedad vigilante y
comprometida.

Competencia por el Poder (2003-2008)

El gobierno de Vicente Fox, aunque llegó al poder con alta legitimidad político-
electoral, enfrentó serios problemas en su administración. A pesar de sus desafíos,
se observa una reorganización del sistema de equilibrio de poderes, con mayor
independencia política lograda por los Poderes Legislativo y Judicial. Sin embargo,
la independencia del Poder Judicial se vio amenazada durante el caso del desafuero
de Andrés Manuel López Obrador, poniendo de manifiesto la intransigencia política.

La competencia entre los partidos se intensificó, concentrándose principalmente


entre el PAN y el PRI. La relación entre los partidos en el Congreso fue intensa, y la
nueva legislatura continuó dividida en mayorías absolutas, abriendo oportunidades
para acuerdos políticos y consensos clave para el gobierno de Felipe Calderón. La
esencia de la democracia, que implica respeto a las minorías y negociación, sigue
siendo fundamental.

Retos para la Consolidación Democrática

A pesar de los avances, existen retos para consolidar la democracia en México. La


democracia va más allá de las elecciones y requiere ciudadanos participativos y una
sociedad activa y vigilante. Aldo Muñoz Armenta destaca que la democracia
consolidada debe garantizar legalidad, tolerancia y pluralidad, con autoridades
políticamente responsables y eficientes en sus decisiones.

La competencia política entre los partidos se ha mantenido en tres importantes, pero


se ha limitado la formación de un cuarto partido fuerte. La discusión se centra en la
efectividad y eficacia gubernamental, superando la etapa de represión y fraudes
recurrentes. Sin embargo, la remoción de consejeros del IFE ha afectado la
legitimidad y credibilidad, planteando preocupaciones sobre la independencia y
equilibrio de poderes en el futuro.
Conclusión.

Las reformas electorales han permitido una mayor competencia política y


representación equitativa. El sistema político mexicano ha experimentado una
transformación significativa desde el sistema de partido hegemónico hasta la
consolidación de una democracia en vías de desarrollo. La alternancia en el poder
y la competencia entre partidos han sido pasos cruciales, sin embargo, persisten
desafíos, y la apertura gradual hacia un proceso democratizador debe continuar. La
vida pública y política ha experimentado mejoras, pero la consolidación democrática
requiere esfuerzos continuos para lograr un sistema plenamente democrático y
transparente.
REFERENCIAS

Salazar, L.(1998), (Coord.) Elecciones y transición en México. México, Cal y


Arena.

Santiago Castillo, J. (1999), “El poder Legislativo: de la hegemonía al pluralismo,”


en Diálogo y Debate núm. 9, julio- diciembre de 1999.

Navarrete Vela, J. P., (2008). SISTEMA POLÍTICO MEXICANO: DESARROLLO Y


REACOMODO DEL PODER. Iberoforum. Revista de Ciencias Sociales de
la Universidad Iberoamericana, III(6), 131-148.

También podría gustarte