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DERMATOLOGÍA

GUÍA SERVET
DE MANEJO CLÍNICO

PRURITO EN
PERROS Y GATOS
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Y MANEJO TERAPÉUTICO
Gustavo Machicote Goth

1
Propiedad de:
© 2021 Grupo Asís Biomedia SL
Plaza Antonio Beltrán Martínez, nº 1, planta 8 - letra I
(Centro empresarial El Trovador)
50002 Zaragoza - España

Primera impresión: abril 2021

Ilustrador:
Jacob Gragera Artal

ISBN: 978-84-18498-92-3
eISBN: 978-84-18498-93-0
DL: Z 694-2021

Diseño, preimpresión e impresión:


Servet editorial - Grupo Asís Biomedia SL
www.grupoasis.com
info@grupoasis.com

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Advertencia:
La ciencia veterinaria está sometida a constantes cambios evolutivos, del mismo modo que la farmacología y el resto
de las ciencias también lo están. Así pues, es responsabilidad ineludible del veterinario clínico, basándose en su
experiencia profesional, la determinación y comprobación de la dosis, el método, el periodo de administración y las
contraindicaciones de los tratamientos aplicados a cada paciente.
Ni el editor ni el autor asumen responsabilidad alguna por los daños o perjuicios que pudieran generarse a personas,
animales o propiedades como consecuencia del uso o la aplicación correcta o incorrecta de los datos que aparecen
en esta obra.

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Dedico este libro a mis pacientes, a los que espero seguir aliviando, a mis
colegas, a los que espero seguir ayudando, y a mi familia, a la que tengo tanto
que agradecer.

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AUTOR
GUSTAVO MACHICOTE GOTH
Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Buenos Aires. Veterinario en la Clínica Veterinaria
Vilanova y responsable del servicio de Referencia en Dermatología DERMAPET en Santiago de
Compostela (A Coruña) y en Vilanova de Arousa (Pontevedra). Con una experiencia de más de
25 años en dermatología, especialidad que ejerce en exclusividad en la actualidad.

Es miembro del Comité Científico del GEDA (Grupo de Dermatología de AVEPA, Asociación de
Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales), del que fue secretario durante los
años 2004 a 2008, full member de la ESVD (European Society of Veterinary Dermatology),
certificado en dermatología por la ESAVS (European School for Advanced Veterinary Studies) y
acreditado en la especialidad de dermatología por AVEPA.

Ha impartido numerosos cursos de formación en Dermatología en diferentes países de


Sudamérica, Norteamérica y Europa. Ha publicado diferentes artículos sobre dermatología en
revistas nacionales e internacionales. Es coautor en diferentes libros y autor de Dermatología
canina y felina, del Atlas de dermatología canina y felina y de la Guía Servet de Manejo Clínico:
alergias. Es consultor en dermatología para diferentes empresas con asesoramiento al
veterinario.

Premio Miguel Luera de AVEPA en 2005 y 2017. Máster en Oncología por AEVA y la Universidad
Europea Miguel de Cervantes.

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PREFACIO
El prurito como signo clínico, junto a la alopecia, son los dos grandes motivos dermatológicos que
hacen que los propietarios consulten al veterinario. Pero si somos realistas, del posible grado de
agotamiento y estrés que se puede tener al final del día atendiendo pacientes con problemas de
piel, el picor es el mayor culpable.

El disgusto que provoca el prurito en el paciente no se limita solo a este, sino que se transmite a
toda la familia, y no se queda solo ahí, sino que desafía hasta al mejor de los veterinarios.

La gran incidencia de alergias y parásitos en los animales de compañía hacen del picor el gran
protagonista de un día de trabajo en dermatología, tanto es así que a veces nos planteamos de
forma irónica si no estaremos abocados en un futuro a instaurar la subespecialidad de
“pruritólogos” dentro de nuestra querida profesión.

Si he de ser sincero, escribir un libro basado en el prurito como tema central puede dar para un
número abundante de enfoques y puede aportar al veterinario un aspecto más de los numerosos
puntos de vista con los que se puede apreciar este síntoma.

Es difícil ser novedoso o estar “a la última” cuando se escribe sobre un tema del que se sabe
cada minuto más, pero del que aún queda muchísimo por saber. Mientras se escribe este libro se
avanza en la investigación y surgen novedades.

Lógicamente intentaré ser lo más actual y útil posible a la hora de explicar todos los diferentes
aspectos relacionados con el prurito, pero seguramente uno de los temas más importantes que
intentaré desarrollar al respecto no depende del futuro por descubrir, sino de los tal vez
demasiados años de experiencia que tengo en relación con esta temática y de su lucha diaria de
la mano de los sufridores propietarios.

Gran parte del éxito del veterinario que se enfrenta a este signo clínico está en la sapiencia
técnica y en la actualización permanente en la materia, pero también, y no menos importante,
dependerá de la buena comunicación que tenga con la persona que lidia día a día con el animal
que sufre de esta sensación y que necesita de nuestro consejo, de nuestra comprensión y de un
mensaje claro y lo más definitivo posible.

Al escribir este libro espero lograr que sea claro en sus notas, útil en sus ideas y que ayude a
lograr el objetivo principal de todos nosotros como veterinarios, que no es otro que aliviar un
síntoma tan frecuente entre nuestros queridos animales.

Gustavo Machicote Goth


España, marzo de 2021

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

EL PRURITO COMO SIGNO CLÍNICO


IMPORTANTE EN LA VETERINARIA DE
PEQUEÑOS ANIMALES
Definición
Etiopatogenia molecular
Evolución histórica
Clasificación del prurito según su origen
Enfoque clínico del prurito

EL PRURITO DE ORIGEN PARASITARIO


Pulgas
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Piojos: pediculosis
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Garrapatas
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Cheyletiella
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Demodex
Características del prurito y de la presentación fenotípica

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Diagnóstico
Sarcoptes scabiei var. canis: escabiosis
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Notoedres: sarna felina
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Otodectes
Características del prurito y de la presentación fenotípica
Diagnóstico
Otros parásitos
Utilización de las últimas novedades antiparasitarias
Antiparasitarios más utilizados
Control del picor producido por los diferentes parásitos

EL PRURITO DE ORIGEN ALÉRGICO


Dermatitis alérgicas en perros
Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP)
Dermatitis de contacto
Dermatitis atópica canina
Reacción adversa/alérgica a alimentos
Dermatitis alérgicas en gatos
Tratamientos tópicos mejoradores de la piel
Infecciones secundarias exacerbantes del prurito
Métodos diagnósticos del sobrecrecimiento de microorganismos
Enfoque terapéutico de estos procesos

CAUSAS MENOS FRECUENTES DE PRURITO


Endocrinopatías

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Hipotiroidismo
Hiperadrenocorticismo canino (HAC)
Alteraciones de las hormonas sexuales
Otras alteraciones hormonales
Manejo terapéutico de las endocrinopatías
Trastornos queratoseborreicos primarios
Enfermedades autoinmunitarias
Neoplasias
Causas víricas y neurogénicas
Prurito de origen vírico
Prurito neurogénico
Causas etológicas
Persecución de la cola en el perro
Succión compulsiva del flanco
Dermatitis acral por lamido
Alopecia autoinducida felina
Dermatitis de cabeza y cuello de origen psicógeno en el gato

MANEJO TERAPÉUTICO DEL PACIENTE CON


PRURITO
Las últimas novedades terapéuticas
Medicación tópica
Dietas y nutracéuticos
Medicación sistémica antipruriginosa específica
Tratamiento de pacientes difíciles
Tendencias terapéuticas futuras

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RELACIÓN PROPIETARIO-VETERINARIO ANTE EL
PROBLEMA DEL PRURITO
La importancia del propietario en el manejo del prurito
Grado de cumplimiento
Responsabilidad y toma de conciencia

CONCLUSIONES Y RESUMEN FINAL


Algoritmo general para el diagnóstico del prurito
Características del prurito según su origen
Abordaje diagnóstico del prurito según las lesiones
Causas más probables de prurito según la edad
Características diferenciadoras de dermatosis nodulares que pueden
causar prurito
Patrones reactivos felinos
Profundidad del raspado según la sospecha
Círculo vicioso posible en muchas forunculosis caninas
Tratamientos sistémicos del prurito
Sumatoria de opciones terapéuticas según el nivel de prurito

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS

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DEFINICIÓN
El prurito es una sensación en la piel o en algunas mucosas que provoca la necesidad de ser
mitigada con el rascado de la zona afectada. Con este rascado se estimulan nociceptores y por
una inhibición circundante se alivia la sensación. Es el signo clínico más frecuente que se
presenta en la clínica dermatológica.

ETIOPATOGENIA
MOLECULAR
El prurito está mediado por fibras C no mielinizadas o finamente mielinizadas. Las fibras
mencionadas se originan a partir de cuerpos celulares en el ganglio de la raíz dorsal.

Algunos pruritógenos generales (inducen la sensación de picor) endógenos y exógenos son la


histamina, 5-hidroxitriptamina, proteasas, sustancia P y cloroquina.

Existen sustancias químicas producidas por factores externos como parásitos, hongos y bacterias
que pueden inducir el prurito. Estos agentes pueden generarlas directamente por su actividad
metabólica o porque inducen la producción de sustancias de la piel, que también pueden ser
digeridas por ellos. Son, por ejemplo, los péptidos, los ácidos grasos monohidroxilados y las
enzimas endopeptidasas y proteasas varias.

Cada pruritógeno media la sensación de picor a través del receptor específico y se ha


demostrado que con la ablación genética de algunos de estos receptores en ratones, las
neuronas atenúan las respuestas de rascado producidas por la cloroquina y la histamina sin
afectar a las conductas del dolor.

El mecanismo neuronal de la sensación de prurito no se conoce completamente, aunque cada día


se avanza más en su conocimiento. Se puede afirmar que las fibras conductoras de la sensación
de prurito son, en general, independientes de las del dolor. Sin embargo, se sabe que el dolor
enmascara o bloquea la sensación de picor, por esto el rascado es un mecanismo de provocación
de un tipo de dolor que intenta aliviar esta sensación.

Además de los mediadores químicos exógenos antes mencionados, existen los endógenos
producidos por las células del organismo que se activan y producen citocinas como la interleucina
31 (IL-31) y su receptor que actúa como mediador de prurito. De hecho, la administración
sistémica y local de IL-31 induce el comportamiento de rascado en roedores, perros y el macaco
cangrejero (Macaca fascicularis) (Oyama et al., 2018).

Se conocen más de 30 mediadores capaces de actuar sobre las neuronas y generar prurito (tabla
1). En los últimos años, además de la IL-31, se han descrito nuevos mediadores de gran
importancia en los perros como la linfopoyetina estromal tímica (TSLP: thymic stromal
lymphopoietin), que es una citocina de origen epitelial muy importante en los procesos alérgicos y
que, además, provoca la liberación de otras citocinas (IL-4, IL-5 e IL-13) que también pueden
desencadenar indirectamente la señal del prurito (Ferrer, 2016). Lógicamente, otras citocinas
proinflamatorias como la IL-17 también pueden contribuir a desencadenar prurito por otras vías.

Se sabe que la acción prolongada de algunas citocinas pruritógenas o de sustancias exógenas


puede estimular el desarrollo de nuevas fibras nerviosas conductoras de la sensación del picor, lo

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que provocará que la piel del individuo tenga mayor sensibilidad o un menor umbral de prurito
(Laprais et al., 2017).

La gran cantidad de mediadores inducen a pensar que probablemente existe una gran variedad
de mecanismos de producción de prurito que varían según la enfermedad, el endotipo
individual y la especie. Esto explicaría el porqué de la eficacia o no de algunos medicamentos
en los diferentes pacientes.

TABLA 1. PRURITÓGENOS MÁS IMPORTANTES Y SUS RECEPTORES


(Furue et al., 2017).
Pruritógeno Receptor
Histamina Receptor H1 y H4
5-hidroxitriptamina Receptor de 5-hidroxitriptamina 2
Proteasas (triptasa, calicreínas, catepsina S) Receptor activado de proteasa 2 y 4
Sustancia P Receptor de neuroquinina 1
Leucotrieno B4 Receptor 1 de leucotrieno B4
Tromboxano A2 Receptor tromboxano-prostanoide
Endotelina 1 Receptor de endotelina tipo A
Ácido lisofosfatídico Receptor del ácido lisofosfatídico
TSLP Receptor IL-7Ra/TSLP
Interleucina 31 IL-31Ra/OSMR

EVOLUCIÓN
HISTÓRICA
Es interesante reseñar algo de la evolución histórica del enfoque del prurito como síntoma y de su
tratamiento, ya que esto permite comprobar cómo, a medida que se sabe más del mecanismo de
esta sensación, los tratamientos afinan su espectro y se especifican mucho más.

En los primeros libros de dermatología veterinaria de los años 60 del siglo XX, ya se habla de la
picazón como un síntoma grave que produce un gran malestar no solo en el animal sino también
en su propietario.

Los corticoesteroides, descubiertos por Addison en 1855, habían empezado a utilizarse en el ser
humano entre los años 1930 y 1945 (enfermedad de Addison y reuma), y no fue hasta pasados
largamente los años 50 cuando se empezaron a usar en dermatología veterinaria. En los años 60
comienza su uso en pequeños animales, principalmente de forma inyectable. Hasta esta época, el
picor era tratado principalmente, en animales grandes, con linimentos de azufre, con trementina y
con frío.

En los años 70 del siglo pasado estaba generalizada la utilización de corticoesteroides para el
control del picor en pequeños animales, principalmente la triamcinolona y la metilprednisolona de
depósito. Con el tiempo, se empezaron a ver los inconvenientes de su uso, como la taquifilaxia y
los efectos secundarios cushingoides. En aquella época y después durante más de cuarenta
años, se han combinado este tipo de medicamentos con otros para intentar bajar su dosis, como
los antihistamínicos, ansiolíticos, tratamientos tópicos, etc., sin lograr mejoras importantes.

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La ciclosporina pasa a ser un nuevo recurso para el tratamiento del prurito, principalmente
alérgico, a partir de los años 90.

Es en el segundo decenio del siglo XXI cuando se producen dos grandes avances en el
tratamiento del prurito en perros (2014 y 2017): un inhibidor del receptor JAK (Janus-cinasa) y
un anticuerpo monoclonal bloqueante de la IL-31.

Se ha comprobado que cuanto mayor sea el espectro de acción de una medicación


antipruriginosa, más mecanismos se cubren para bloquear el picor, pero también más efectos
secundarios se provocan al intervenir en otras funciones no deseadas. Por ejemplo, los
corticoesteroides cubren un amplio espectro que bloquea algunas vías deseadas, pero también
otras no deseadas.

Para reducir el espectro se pueden utilizar otras moléculas que se podrían denominar de espectro
no tan amplio como los inhibidores de las calcineurinas y, afinando más, con un espectro medio
se podrían incluir los bloqueantes de receptores. Finalmente, se podría afinar al máximo y utilizar
moléculas de espectro reducido o muy específico como los anticuerpos monoclonales.

La historia de los antiparasitarios externos relacionados con el tratamiento de las ectoparasitosis,


que son otra causa importante de prurito, también es muy interesante, ya que se pasó del uso de
los componentes azufrados y los aceites hidrogenados, que actuaban gracias a su acción
queratolítica y por causar el ahogamiento del parásito, a los derivados clorados con una alta
toxicidad de depósito. Después se evolucionó a los fosforados para pasar a los piretroides, que
fueron mejorando según su generación. Más tarde se produjo un gran avance con los
fenilpirazoles (fipronil) y las lactonas macrocíclicas, productos que siguen en vigencia y fueron
una revolución en el momento de su lanzamiento.

En los últimos años se ha producido otra gran revolución terapéutica con las isoxazolinas, que
han sido una gran novedad en la lucha contra ácaros e insectos.

También hay nuevos recursos terapéuticos ante causas pruritógenas variadas y que se pueden
resumir en los suplementos nutricionales basados en fitonutrientes, ácidos grasos esenciales e
inmunomoduladores (nucleótidos), los pre- y probióticos y las terapias tópicas con fines
hidratantes y emolientes, y los antisépticos combinados en una base limpiadora.

CLASIFICACIÓN
DEL PRURITO SEGÚN SU ORIGEN
Aunque la mayoría de las causas del prurito se considera que asientan sobre la piel, se puede
decir que existen otros diferentes orígenes que se pueden detallar según el cuadro 1.
Cuadro 1. Tipos de prurito según el origen (basado en Olivry y Baumer, 2015).
1. Dermatológico
Derivado de “enfermedades de la piel” producidas por:
Ectoparásitos (sarna, pulgas, etc.).
Alergias (dermatitis atópica, urticaria, dermatitis alérgica a las pulgas, etc.).
Infecciones (foliculitis estafilocócica, dermatitis por Malassezia, etc.).
Neoplasias (linfoma epiteliotrópico de linfocitos T, mastocitoma, queratosis actínica, carcinoma de células
escamosas —CCE—, etc.).
2. Sistémico
Derivado de enfermedades de órganos distintos de la piel (ninguno reconocido hasta ahora en perros).

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3. Neurológico
Derivado de enfermedades o trastornos del sistema nervioso central o periférico:
Siringomielia (malformación similar a Chiari).
Síndrome de mutilación acral y similares.
Virus de la enfermedad de Aujeszky.
4. Psicogénico/psicosomático
Dermatitis por lamido acral (a veces).
Persecución de la cola.
Algunas alopecias autoinducidas felinas.
Patrón facial y cervical felino (a veces; Cochet-Faivre, 2017).
5. Coexistencia de varios procesos
Dermatitis atópica con foliculitis estafilocócica, etc.
Endocrinopatías con xerosis y sobrecrecimientos.
6. Otra fuente de origen indeterminado

ENFOQUE
CLÍNICO DEL PRURITO
Se puede decir que el prurito, como toda sensación padecida por un individuo, es totalmente
subjetiva y en los pacientes se puede manifestar con diferentes tipos de conductas y con lesiones
características.

En los animales, estos comportamientos son la base para sospechar que padecen prurito, lo que
en algunos casos puede llevar a la confusión con otras causas de movimientos similares, como
por ejemplo:
La presencia de un cuerpo extraño, por ejemplo en el oído.
La formación de nudos en el pelo que provoquen tirantez cutánea.
Sensación de dolor focal.
El tenesmo rectal también puede provocar el arrastre anal tan frecuente en el prurito de esta
zona.
Movimientos estereotipados, por alteraciones de comportamiento.
Acicalamiento.

Los comportamientos realizados por perros y gatos ante la sensación de prurito suelen incluir
rascado, lamido, mordisqueo, frotamiento contra superficies, revolcarse, sacudirse y arrastrarse.

Existe una delgada línea que separa el prurito considerado fisiológico o normal del patológico. El
primero puede ser una reacción normal como mecanismo de defensa del individuo con la
intención de repeler o aliviar una sensación eventual (insectos, irritaciones por contacto, etc.).
Pero en otras situaciones, cuando esta sensación se perpetúa o se intensifica, se puede convertir
en una molestia que pone en juego la calidad de vida del paciente, alterando sus
comportamientos y provocando lesiones que pueden ser de diferente gravedad, desde simples
irritaciones o excoriaciones hasta la mutilación.

Las alteraciones cutáneas o lesiones más importantes producidas por el paciente que sufre picor
se pueden resumir en:
Excoriación (fig. 1).
Heridas por debajo de la membrana basal que dejarán cicatriz (fig. 2).
Tricorrexis (fig. 3.)

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Alopecia (fig. 4).
Mutilación (fig. 5).

Siempre que se habla del prurito en un animal de compañía se debe analizar al mismo tiempo la
implicación que tiene para el propietario o responsable del mismo. Existen niveles de picor que
por su gravedad no son aceptables desde ningún punto de vista, pero de alguna manera existe un
límite o umbral que puede ser visto con diferente preocupación por el propietario en función del
tipo de convivencia y apego hacia el animal o de su propia sensibilidad.

Aunque realmente no existen estudios en veterinaria que confirmen la importancia o influencia del
estrés y la ansiedad del animal sobre el grado de prurito, todos los que trabajamos en la clínica
diaria y tratamos con los responsables de los pacientes sabemos que estos factores pueden tener
una influencia importante en el desarrollo y la intensidad de esta sensación pruriginosa. También
se sabe que otras sensaciones como el dolor, el tacto, el calor y el frío pueden atenuar o
exacerbar el picor (Miller et al., 2014).

La subjetividad en la forma de apreciar la importancia del prurito por parte de los responsables
puede expresar los distintos niveles de inquietud que estos manifiestan a la hora de acudir al
veterinario. Las causas más importantes por las que una persona lleva a su animal a consulta
relacionadas con el prurito son:
La presencia de lesiones y el sufrimiento del animal.
La molestia de los ruidos producidos.
Preocupación por la posibilidad de presencia de parásitos externos.
Posibilidad de padecer una zoonosis.
Por la vergüenza ocasionada ante otras personas.
Por los signos que acompañan al picor como el olor rancio, la alopecia, la descamación, las
costras y la seborrea grasa.

Como visión general del prurito, se podría establecer que las causas más probables de prurito
son las alérgicas (80 %) y las parasitarias (10 %), con un 10 % restante debido a causas menos
frecuentes (fig. 6).

Teniendo en cuenta estos porcentajes y de acuerdo con el nivel de facilidad del diagnóstico y
tratamiento y las probabilidades de incidencia, se podría decir que el protocolo mental básico con
el que un veterinario debe enfrentarse al prurito de perros y gatos sería:
1. Descartar pulgas, para lo que se tratarán aunque no se hayan encontrado (lógicamente en
zonas donde su presencia sea posible).
2. Descartar otros parásitos externos.
3. Considerar si las hipersensibilidades son factibles (analizar si se cumplen los criterios de
Favrot).
4. Considerar las endocrinopatías y alteraciones cutáneas pruritógenas.
5. Considerar enfermedades sistémicas o neoplasias (generalmente el prurito se verá agravado
por sobreinfecciones o por mediadores de las células neoplásicas).
6. Causas etológicas.
7. Causas neurológicas, dolor.
8. Causas indeterminadas. Observar la respuesta a medicamentos que se utilizan en situaciones
desesperadas.

El prurito también se puede diferenciar por parámetros como la intensidad, la zona de más picor,
la frecuencia y el tipo. En otro capítulo se detallarán estas diferencias reseñables, pero la
intensidad del picor es un parámetro subjetivo muy importante que se debe tener en cuenta, ya

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que nos permitirá evaluar en su justa medida la importancia que le da el propietario y la evolución
del prurito en función de los tratamientos implementados.

Existe una famosa guía visual incluida en muchos libros de dermatología y que se detalla también
aquí (tabla 2).

TABLA 2. GUÍA VISUAL SOBRE LA INTENSIDAD DEL PRURITO.

Para terminar este capítulo de generalidades del prurito se enumeran las señales que pueden
presentarse en un paciente, perro o gato, y que pueden sugerir la presencia de prurito cuando su
existencia no está del todo clara:
Excoriaciones (marcas de rascado como arañazos).
Dermatitis piotraumática (autoinducida generalmente por mordisqueo o con las uñas) (fig. 7).
Pelos entre los dientes (por el mordisqueo).
Vómitos de pelos.
Fecalomas por tricobezoares (fig. 8).
Presencia de Dipylidium en heces (prurito debido a las pulgas).
Marcas por la oxidación de la saliva en las extremidades a causa del lamido (fig. 9).
Tricorrexis (mordisqueo del pelo) y pelos rotos en el tricograma (fig. 10).
Otohematoma (sacudidas frecuentes o rascado de pabellones auriculares).
Costras o necrosis en los extremos o puntas de los pabellones auriculares (por sacudidas y
golpeteo de estos contra la cabeza).
Lesiones en la lengua o el paladar en gatos.

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Figura 1. Excoriación. Lesiones lineales que indican rascado.

Figura 2. Lesiones por rascado facial agresivo que dejarán cicatriz.

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Figura 3. Tricorrexis. Alopecia por mordisqueo del pelo.

Figura 4. Alopecia autoinducida en un gato alérgico.

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Figura 5. Automutilación acral en el miembro de un perro Pinscher.

Figura 6. Porcentajes de las causas más probables de prurito.

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Figura 7. Dermatitis piotraumática en la zona de la cadera. En estos casos es importante diferenciar el prurito del
dolor.

Figura 8. Una radiografía puede ayudar a observar los fecalomas.

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Figura 9. La coloración marrón indica la zona que el animal se está lamiendo.

Figura 10. Tallo roto de los pelos.

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En este capítulo nos referiremos solamente a las características más importantes de los parásitos
externos en lo concerniente al picor que producen y al aspecto de las lesiones asociadas.
Asimismo, haremos un repaso somero de los distintos antiparasitarios externos utilizados
actualmente.

Es importante destacar que los parásitos externos suelen ser la causa de prurito que primero
debemos descartar en el algoritmo diagnóstico.

El prurito debido a la acción de parásitos externos puede estar causado por:


La acción directa del parásito en el momento de la succión.
El movimiento o erosión sobre la piel.
La introducción de sustancias irritantes pruriginosas.
El desarrollo de una hipersensibilidad a corto/largo plazo a sustancias producidas por los
parásitos.

Los mecanismos biomoleculares que producen este prurito ya se han explicado someramente en
el capítulo anterior, pero es importante que seamos conscientes de que estos mecanismos
pueden variar según la forma de actuar del parásito y la reacción que provoca, que puede ser:
Por la irritación directa de terminaciones nerviosas.
Por inducir la liberación de citocinas pruritógenas por parte de las células epiteliales o de los
mastocitos directamente.
Por la captación de antígenos producidos por el parásito y el desarrollo de la cascada
inflamatoria de la hipersensibilidad.

De acuerdo con este último punto, se puede decir que, en general, el contacto del hospedador
con la saliva de los parásitos, principalmente en el momento de la succión o la masticación,
puede desencadenar cuatro tipos diferentes de respuesta según el mecanismo de reacción del
huésped. Algunos componentes de la saliva son de bajo peso molecular y no pueden actuar
como antígenos normales, por lo que necesitan unirse a péptidos del colágeno del animal para
actuar como haptenos y desencadenar una respuesta Th1. Este puede ser el primer paso para
que en exposiciones posteriores se produzcan reacciones retardadas. Algunas partículas
salivales más grandes pueden actuar como antígenos al ser captadas por las células de
Langerhans y producir una reacción de hipersensibilidad Th1 por sí solas, estimulando a los
basófilos.

Pero la reacción más importante como inductora del prurito es la tercera, en la que los antígenos
salivales inducen una respuesta Th2, con infiltración de eosinófilos y liberación de IgE, con la
consecuente cascada de reacción de tipo I que produce el picor (Tizard, 2018).

Todo esto puede desencadenar la cuarta reacción que es la inflamación que se retroalimenta con
el rascado y puede complicarse con la alteración del microbioma y la producción de piodermas
secundarios y sobrecrecimientos de levaduras.

Los parásitos externos más habituales que sabemos que producen picor por acción directa son
las pulgas, piojos, Otodectes, Cheyletiella, Notoedres y Sarcoptes. Pueden inducir también
reacciones de hipersensibilidad, principalmente las pulgas, Otodectes y Sarcoptes.

Pero muchos otros parásitos pueden irritar o producir infección secundaria, lo que también induce
prurito. Por ejemplo, los ácaros Neotrombicula, cuyas larvas pueden provocar rascado de orejas y
lamido de patas.

Lo importante del origen de este prurito parasitario es que si nuestro manejo terapéutico tiene
éxito lograremos resolver el problema. Algunos parásitos son relativamente fáciles de erradicar,

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principalmente aquellos que son parásitos obligados, pero otros no lo son tanto, sobre todo los
que hacen parte del ciclo fuera del hospedador o se mantienen latentes cuando hay poblaciones
grandes de animales en convivencia.

PULGAS
Son parásitos insectos muy relacionados con el prurito y muy frecuentes en amplias regiones del
mundo, y su control siempre han sido un gran reto para los veterinarios y los responsables del
paciente.

El ciclo de este insecto, su capacidad para permanecer en el entorno sin necesidad de


hospedador por largos periodos, la hipersensibilidad a largo plazo que provocan, la dificultad para
localizarlo por el acicalamiento de los gatos o la muerte pospicadura debida a los tratamientos
hacen que muchas veces nuestro único recurso sea el diagnóstico terapéutico.

No es infrecuente comprobar que, a pesar de que muchos propietarios nos manifiestan con total
seguridad que su animal no padece de infestación por pulgas, que nunca se las han visto y que
los miembros de la familia no han sido picados, al aplicar un tratamiento, a corto o medio plazo el
paciente mejora claramente.

Con frecuencia los propietarios aducen que su animal no puede tener pulgas ya que si las
tuvieran ellos tendrían picaduras y lo notarían con una gran reacción en su propia piel.

CARACTERÍSTICAS DEL PRURITO


Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
Es importante diferenciar el prurito provocado por la presencia de pulgas en el animal del
provocado por la alergia que estas provocan. Nos referimos a la pulicosis y a la dermatitis alérgica
a la picadura de pulgas (DAPP). Las características del picor y las lesiones que se producen
pueden cambiar y a veces ciertos detalles nos indican una de las dos opciones.

El prurito por la presencia de pulgas en un principio se caracteriza por el mordisqueo en los


perros y el lamido en los gatos con la intención de eliminar al insecto. En los perros este
mordisqueo realizado con los incisivos se produce, principalmente, en los antebrazos y en los
glúteos y extremidades posteriores. Este picor suele ser de un nivel medio-alto. Esta acción
produce una tricorrexis localizada que se podrá observar en las zonas mencionadas (fig. 1). En
los gatos suele detectarse un lamido mayor que el acicalamiento normal, con humedecimiento y
desorden del pelo.

26
En cambio, cuando existe una reacción de hipersensibilidad, es decir, cuando el paciente padece
una DAPP, el fenotipo de presentación cambia y en los perros suele producirse un prurito más
generalizado, con lamido ventral, con pápulas principalmente en este sitio y con alopecia y
descamación dorsolumbar e hiperplasia cutánea y seborrea. La hiperplasia crónica por esta
alergia en los perros puede llegar hasta la formación de nódulos (fig. 2). En los perros,
principalmente, se puede presentar como un picor nocturno y de inicio brusco, por accesos. Esto
se percibe sobre todo cuando duermen sobre la alfombrilla del lado de la cama, donde puede
haber formas juveniles del insecto que suben al hospedador. También es bastante frecuente la
presentación de dermatitis piotraumática en zonas del tren posterior. Esta debe diferenciarse de
las producidas por problemas articulares, principalmente en las caderas, o por picor anal y
alteraciones de los sacos anales.

En los gatos alérgicos suele presentarse un patrón de dermatitis miliar, sobre todo en la zona
dorsolumbar y en la cola, aunque puede manifestarse cualquiera de los otros tres patrones (figs. 3
y 4).

Figura 1. Tricorrexis en la zona del glúteo de un perro con infestación de pulgas.

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Figura 2. Dermatosis clásica de una dermatitis alérgica a la picadura de pulgas en un perro.

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Figura 3. Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas en un gato. Se observa la región afectada y el pelo
desordenado.

Figura 4. Detalle de la cola del gato de la figura anterior donde se observa el patrón miliar debido a la dermatitis
alérgica a la picadura de pulgas.

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DIAGNÓSTICO
El diagnóstico principal de este parásito suele realizarse con:
Cepillado con peine ultrafino y recogida del contenido en un papel blanco humedecido (fig. 5).
El uso de insecticidas efectivos en una zona corporal para intentar ver el desplazamiento de las
pulgas. Se aplica en el dorso y se observa su movimiento hacia la zona glabra ventral.
Detección de la presencia de Dipylidium.
Respuesta terapéutica.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Las pulgas suelen diseminarse a través del entorno. Es muy poco frecuente el contagio de
animal a animal.
Los gatos pueden ser los grandes diseminadores, por ejemplo en las colonias callejeras o por
formas juveniles en el felpudo de entrada de las casas si se les alimenta allí.
La pulga suele morir tras haber ingerido el antiparasitario, por lo que da tiempo a que el
hospedador entre en contacto con la saliva. Una buena carga de antiparasitario en la secreción
sebácea del animal puede tener efecto repelente y evitar las picaduras.
Si conviven varios perros, que solo uno padezca esta parasitosis no suele significar que el
resto no esté parasitado, sino que el que presenta síntomas es el que padece la DAPP y el
resto una pulicosis sin hipersensibilidad.
Los animales con dermatitis atópica suelen tener más sensibilidad a este parásito y su
presencia puede sumarse a las causas de prurito.
Las pruebas diagnósticas inmunológicas pueden tener reacción cruzada con cucaracha, mosca
negra y hormiga negra (Rodríguez Beltrán y Manzuc, 2013).
Los animales geriátricos, obesos o con artrosis pueden no manifestar prurito por la
imposibilidad de rascarse, pero igualmente estar parasitados.
Los seres humanos que conviven con el animal parasitado pueden sufrir lesiones muy
pruriginosas con pápulas y ronchas, principalmente en las piernas y en la cintura.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
No se ha controlado bien el entorno.
El paciente convive con animales no desparasitados.
Lo han bañado y han eliminado la medicación tópica.
Ha vomitado la pastilla.
Diagnóstico equivocado.

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Figura 5. Heces de pulgas que destiñen en el papel humedecido.

PIOJOS:
PEDICULOSIS
Los piojos son insectos de ciclo completo en el huésped cuya incidencia es escasa en general y
que se observan cuando el animal padece malas condiciones de manejo.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
En el perro, el nivel de prurito debido a piojos puede ser medio-alto y su presencia se evidencia
por descamación y alopecia difusa, algo de seborrea y pelos lamidos y con liendres.
Generalmente los piojos más frecuentes son los masticadores en gatos y los chupadores en
perros. Pueden producir un picor con mordisqueo y mucha incomodidad en el animal.

En el gato son mucho más difíciles de ver y en general se observan pelos desordenados, nudos y
reacciones de tipo miliar en algunos casos. Suelen afectar más a gatos debilitados o con
obesidad y enfermedades articulares que les impiden acicalarse.

DIAGNÓSTICO
Los métodos de diagnóstico más utilizados para este insecto son:
Observación a simple vista (fig. 6).
Peinado ultrafino.
Cinta adhesiva para buscar liendres.
Tricografía.

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Detección de la presencia de Dipylidium.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


No suelen producir lesiones directas en la piel, sino que estas son indirectas por efecto del
rascado o lamido.
Un lugar interesante para buscar a los piojos es la superficie cóncava de las orejas y en su
base. También debajo de los nudos de pelos.
Es un insecto con alta sensibilidad a los antiparasitarios, por lo que los tratamientos en general
suelen afectarle.
Pueden ser insectos alergénicos. En estos casos pueden generar reacciones cutáneas
importantes.
En el tratamiento debemos incluir a todos los animales que conviven con el paciente.
Puede ser característico el aspecto de “pelo peinado” que produce el lamido sobre zonas de
pelo humedecido.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
No se han desinsectado los enseres.
Tratamiento equivocado o ineficaz.
Diagnóstico equivocado.
Convive con animales no tratados.

Figura 6. Piojo entre los pelos.

GARRAPATAS
Son ácaros de distribución mundial y de ciclo mixto. La hembra deposita sus huevos en el suelo.
Estos, después de un tiempo, maduran y dan lugar a las larvas que rápidamente se ubican en lo
alto de hierbas o arbustos pequeños para trepar a su hospedador, donde comienzan a
alimentarse de su sangre durante unos pocos días.

Posteriormente bajan para continuar su desarrollo en el suelo y convertirse en ninfas, que suben
nuevamente al hospedador para continuar con un ciclo similar al de la larva. Así terminan

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convirtiéndose en adultos y se alimentan para aparearse, volviendo con el tiempo las hembras a
desovar nuevamente en el suelo.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
Es un parásito que en general no se caracteriza por la provocación de prurito, pero cuando se
instala a succionar en ciertas localizaciones como los pabellones auriculares o en los párpados sí
puede producir una molestia que hace que el animal se rasque o frote (fig. 7). En la zona
periauricular es característica la manifestación de dermatitis piotraumáticas en el perro debido a la
molestia que siente. Es muy importante buscar estas garrapatas en el pabellón, ya que a veces
se esconden en el saco cutáneo marginal. Debe diferenciarse del rascado producido por dolores
molares o por picor auricular de otitis.

En los gatos estos parásitos son muchas veces difíciles de localizar.

El contacto de la saliva del aparato succionador y la regurgitación pueden desencadenar


hipersensibilidades pruritógenas.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Sus efectos sobre el hospedador pueden compararse a los de un cuerpo extraño.
Son parásitos que utilizan hierbas altas en zonas de matorrales para subir al hospedador. El
helecho suele ser una de sus plantas más frecuentadas.
Los tratamientos son efectivos y eliminan la garrapata, aunque esta puede tardar un tiempo en
soltarse. Esto puede confundirse con la ineficacia del producto por parte del propietario.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
No se ha controlado bien el entorno (hierbas altas, leña, etc.). A veces este entorno es
inaccesible, como por ejemplo una finca descuidada junto al jardín de la casa.
Tratamiento equivocado o ineficaz.
La garrapata está muerta pero sigue molestando al paciente.

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Figura 7. Parasitosis por garrapatas con abundantes formas juveniles alrededor inductoras de prurito.

CHEYLETIELLA
Ácaro que se alimenta de la descamación y los productos de las glándulas anejas y que afecta
tanto a perros como a gatos, entre otras especies.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
El cuadro que provoca su parasitación se caracteriza por la abundante descamación y la
presencia de ácaros que transportan estas escamas (“caspa ambulante”) y depositan huevos que
se adhirieren a los pelos (fig. 8). Los ácaros adultos pueden vivir entre las escamas y cavar
pseudogalerías en la epidermis. También pueden provocar una hipersensibilidad en el
hospedador que tiene reacción cruzada con los ácaros del polvo (Miller et al., 2014).

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Figura 8. Abundante descamación en la piel de un perro con cheyletielosis.

El aspecto del animal afectado puede ir desde cuadros insignificantes o muy leves con dificultad
para encontrar ácaros, como ocurre en los gatos que los eliminan deglutiéndolos, hasta la
presencia de una gran eritrodermia descamativa, como ocurre en algunos perros. El grado de
prurito en ambas especies puede ser de medio a muy alto y suele manifestarse principalmente
con mordisqueo en perros y lamido en gatos.

Son ácaros muy sensibles a cualquier tratamiento antiparasitario externo, por eso es una
enfermedad poco frecuente.

DIAGNÓSTICO
Los métodos diagnósticos más fiables son:
Cepillado y recogida de muestras.
Análisis de heces.
Toma de muestras con cinta adhesiva.
Tricograma: se observan huevos adheridos al pelo (fig. 9).

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Es importante resaltar que puede afectar al ser humano con pápulas, pústulas y costras
amarillentas en tronco y cintura.
El ácaro puede refugiarse en las narinas y resistir al tratamiento tópico.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
Tratamiento antiparasitario equivocado o ineficaz.
No se han tratado los enseres o han quedado zonas del animal sin tratar donde se esconde
el ácaro (alas de la trufa).
Diagnóstico equivocado.

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Figura 9. Huevo de Cheyletiella adherido al pelo.

DEMODEX
El ácaro Demodex no es un parásito que en principio provoque prurito, salvo Demodex gatoi en
los felinos.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
En perros, principalmente, la demodicosis se puede acompañar de prurito cuando se producen
cuadros de forunculosis o infecciones secundarias (figs. 10 y 11).

En gatos con Demodex gatoi llama la atención la capacidad de contagio y el cuadro de


alopecia y dermatitis miliar con costras que se produce.

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Figura 10. Afección por demodicosis en los miembros delanteros de un Shar Pei, lo que provoca un lamido insistente.

Figura 11. Forunculosis facial con mucho prurito en un perro con demodicosis.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de este parásito se basa en general en el raspado profundo con compresión
folicular y en el tricograma. En el caso de Demodex gatoi su situación es mucho más superficial y
puede obtenerse con raspados menos profundos (fig. 12).

La incidencia de estos parásitos ha bajado muchísimo desde la aparición de los nuevos


tratamientos con isoxazolinas.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


En los perros la anamnesis suele revelar la predisposición hereditaria.
Existen razas indudablemente predispuestas.
Los antibióticos suelen ayudar mucho a resolver los cuadros graves, junto al producto
antiparasitario.

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SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE
ESTAR SUCEDIENDO?
No se ha controlado la forunculosis por infección secundaria.
El tratamiento ha resultado ineficaz.
Diagnóstico equivocado.

Figura 12. Aspecto del ácaro Demodex gatoi.

SARCOPTES
SCABIEI VAR. CANIS: ESCABIOSIS
Ácaro obligado específico de los cánidos que debe ser eliminado de los enseres además del
paciente. Puede ser transmitido por los pelos, descamaciones y costras retenidos en los cepillos y
las mantas.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA

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Este parásito se caracteriza por un nivel de prurito alto-muy alto, por ser difícil de detectar en los
raspados y porque muchas veces no “da la cara” claramente en su presentación clínica,
posiblemente por la atenuación que le provocan algunos tratamientos de pulgas y garrapatas no
específicos.

El cuadro clásico es el prurito inicial con rascado y mordisqueo, principalmente en los codos,
tarsos, alrededor de los ojos y en los pabellones auriculares (fig. 13). Con el paso de los días se
va desarrollando una hipersensibilidad que agrava el cuadro y las alopecias se convierten en
eritema, costras, excoriaciones, hiperqueratosis en las zonas afectadas y hasta decaimiento (fig.
14).

Figura 13. Afección grave y extremadamente pruriginosa en el pabellón auricular y la cara de un perro afectado por
Sarcoptes scabiei.

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Figura 14. Hiperqueratosis muy marcada en un caso de escabiosis crónica.

DIAGNÓSTICO
Los métodos empleados son:
Raspado semiprofundo.
Análisis serológico de IgG a los 21 días de la parasitación.
Reflejo otopodal (alta sensibilidad y baja especificidad).
Respuesta al tratamiento.
Ayuda saber si existe prurito en otros perros que conviven con el paciente.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Una diferenciación importante con la dermatitis atópica está en la afección de los bordes de los
pabellones auriculares, muchas veces con alopecia y costras descamativas.
La anamnesis es un paso fundamental en el proceso diagnóstico de esta enfermedad, ya que
debemos indagar si ha habido contacto con algún animal desconocido, si se han compartido
utensilios de peinado o se ha ido al monte y el perro ha “desaparecido” durante un lapso de
tiempo, lo que a veces permite el contacto con algún animal muerto (zorros). La simple visita de
otro perro a la casa del animal afectado puede ser el origen de la infestación.
Los bordes auriculares y las costras amarillentas suelen ser los mejores lugares donde raspar.
Es muy importante extender bien en el portaobjetos el contenido del raspado de profundidad
media con aceite mineral. Esto evita que el ácaro se esconda debajo del contenido.
En las personas puede causar pápulas transitorias pero muy pruriginosas, principalmente con
el calor, por ejemplo después del baño.
Es un parásito difícil de detectar en los raspados. El porcentaje de resultados negativos es alto.
Es paradójico saber que el uso de corticoesteroides para controlar el picor antes de
diagnosticar esta parasitosis puede favorecer la proliferación del ácaro y facilitar su detección.
En algunos perros puede ocurrir que el prurito no sea tan evidente, por ejemplo en animales
inmunodeprimidos. En medicina humana, este tipo de forma clínica se denomina sarna
noruega.

Si se sigue rascando a pesar del tratamiento, ¿qué puede estar


sucediendo?

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Diagnóstico equivocado. Es frecuente no tratar la sarna por no detectar el ácaro en el
raspado.
No tratar el prurito por pensar que con el antiparasitario es suficiente.
No tratar los enseres.
Acceso del paciente a otros animales afectados (a veces hasta un animal muerto).

NOTOEDRES:
SARNA FELINA
Es un ácaro característico de zonas tropicales y que afecta principalmente a los gatos. La
enfermedad se suele denominar sarna felina.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
Produce un cuadro muy pruriginoso principalmente facial, con la formación de galerías con
costras e hiperqueratosis importante. Suele empezar afectando el borde medial de los pabellones
auriculares. Con el tiempo el hospedador también puede desarrollar hipersensibilidad.

DIAGNÓSTICO
Su diagnóstico se realiza mediante raspados y en algunas circunstancias debe establecerse un
diagnóstico diferencial con cuadros de pénfigo foliáceo felino, principalmente en la afección facial.

Se puede observar un patrón reactivo en cabeza y cuello con un nivel alto de prurito, que deberá
diferenciarse también del producido por Otodectes o por una alergia grave.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Este ácaro puede causar lesiones transitorias en perros y humanos.
El acicalamiento del propio animal disemina la afección.
El raspado no debe ser necesariamente profundo.
Los tratamientos actuales de antiparasitarios externos han hecho que sea una enfermedad
muy poco frecuente.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
Diagnóstico equivocado.
Tratamiento ineficaz del parásito.
Convive con animales parasitados.

OTODECTES

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Este parásito afecta tanto a perros como a gatos. Se disemina en poblaciones con facilidad y
suele iniciar su parasitosis en el canal auricular externo.

CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO Y DE LA PRESENTACIÓN FENOTÍPICA
Suele provocar prurito auricular, con el típico cerumen oscuro producido por las glándulas
ceruminosas reactivas (fig. 15). El parásito puede desencadenar una hipersensibilidad que agrava
el picor y puede diseminarse a todas las regiones del cuerpo. El picor producido por Otodectes
como es lógico comienza en los oídos, pero luego puede generalizarse. Es de un nivel medio-alto
y puede ser difícil de diagnosticar si no se hacen las pruebas al inicio del proceso.

Otodectes muchas veces puede desencadenar una otitis, pero cuando el microbioma cambia y
se desarrolla una infección puede desplazarse a otras zonas del cuerpo.

Figura 15. Gato con otitis por Otodectes. Se observa el cerumen característico.

DIAGNÓSTICO
Se suele diagnosticar en los oídos con las siguientes pruebas:
Toma de muestras mediante hisopo del cerumen y microscopía.
Simple visualización de los ácaros en el cerumen adherido al cono del otoscopio.

Observaciones de interés para el diagnóstico y tratamiento del problema:


Puede afectar también a los hurones con cierta frecuencia.
El parásito puede invadir el oído medio cuando existe rotura timpánica. Esto puede dar cuadros
graves de ataxia y síndrome de Horner.
Deben tratarse todos los animales que conviven con el afectado.
Hay que extender bien el cerumen en el portaobjetos para evitar que el ácaro quede cubierto
por el mismo y no sea localizado.

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SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE
ESTAR SUCEDIENDO?
Diagnóstico equivocado. No se ven Otodectes en el oído pero puede haberlos en otras
partes del cuerpo.
Tratamiento erróneo o ineficaz.
Permanece el prurito por hipersensibilidad a pesar de la eliminación del parásito.

OTROS
PARÁSITOS
Para terminar la descripción somera de los parásitos externos más pruritógenos, hay que indicar
que existen otros ácaros, insectos o helmintos que pueden afectar al perro y al gato produciendo
un prurito variable, pero su incidencia no es tan importante como la de los anteriores.

La cara puede verse afectada por la picadura de mosquitos en los gatos, que produce una
reacción pruriginosa papular y costrosa en el puente nasal principalmente, y por himenópteros
en los perros, que causan una forunculosis eosinofílica pruriginosa de gravedad variable,
principalmente también en el puente nasal.

Las moscas y sus picaduras pueden afectar a los perros principalmente en el pabellón auricular
con la producción de lesiones pruriginosas, costrosas y ulcerativas debido a la vasculitis. En
individuos de orejas péndulas esto puede ocurrir en la piel del área de flexión del pabellón
auricular; y es curiosa la predilección que pueden mostrar algunas moscas por los perros de raza
Pastor Alemán y las puntas de sus pabellones.

Como particularidad hay que comentar que Straelensia cynotis es un trombicúlido folicular que
se caracteriza por la producción de dolor al tacto más que por picor. Produce un cuadro papular y
costroso en el dorso de la cabeza y el tronco que causa una reacción muy marcada en el perro
afectado en el momento de acariciarlo (fig. 16).

Algunos helmintos de migración cutánea pueden desarrollar cuadros de dermatitis y prurito, como
ocurre con Pelodera strongyloides. Existe una parasitosis cutánea muy pruriginosa que se
puede observar en perros nadadores, al día o dos días de haberse bañado, producida por
cercarias que pueden estar en el agua dulce y con menos frecuencia en la salada. Estas
cercarias en forma de esquistosomas provocan cuadros de hipersensibilidad y pueden tratarse
con prazicuantel (Bardagi, 2019).

Se ha descrito también el prurito desencadenado por hipersensibilidad a parasitosis helmínticas


intestinales. Son alergias muy poco frecuentes, ya que los animales de compañía suelen estar
bien desparasitados internamente, aunque se suele sospechar de esta enfermedad cuando un
cachorro muy joven y en malas condiciones de cuidado presenta prurito y no se puede demostrar
la presencia de parásitos externos. Estos casos suelen responder bastante rápido a los
tratamientos antihelmínticos (Miller et al., 2014).

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Figura 16. Lesión clásica de la estraelensiosis en el dorso de la cabeza.

UTILIZACIÓN
DE LAS ÚLTIMAS NOVEDADES ANTIPARASITARIAS
Los tratamientos antiparasitarios han evolucionado enormemente en los últimos años y su
eficacia podrá depender de:
Si el parásito es obligado o tiene parte de su ciclo fuera del hospedador.
El buen tratamiento del entorno.
Si convive con otros individuos en los que no se puede garantizar el tratamiento.

Actualmente se siguen utilizando moléculas de probada eficacia, que ya cuentan con años de
experiencia contrastada en su uso, y otras de aparición reciente que han demostrado una gran
eficacia en insectos y ácaros y a las que cada vez se les encuentra más espectro de acción en
otras parasitosis.

Es muy importante remarcar que, aunque una molécula se defina como antiparasitario externo, la
gran mayoría de ellas tienen un espectro limitado de actividad, lo que hace que en muchas
presentaciones comerciales se combinen dos o más moléculas para ampliar el campo de acción.

La elección de estos diferentes tratamientos, según los países, podrá depender de:
Su disponibilidad en el mercado.
Coste económico.

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Necesidad de espectro amplio que incluya repeler insectos vectores (leishmaniosis, filariosis).
Facilidad de aplicación.

Existen múltiples formas de aplicación, como pipetas, lociones, aerosoles, comprimidos orales,
collares o champús. La elección de la aplicación dependerá mucho de la preferencia del
propietario de acuerdo con el comportamiento del animal y de sus experiencias.

Lógicamente, además del tratamiento antiparasitario también debe tratarse el prurito o la


hipersensibilidad que puede ocasionar la presencia de estos parásitos. Se pueden utilizar
antipruriginosos de medio o amplio espectro para su manejo terapéutico, aunque los anticuerpos
monoclonales suelen ser útiles en diferentes tipos de hipersensibilidad en los que medie la IL-31.

La medicación tópica antiparasitaria suele adherirse a los queratinocitos y a los tallos pilosos. La
medicación administrada por vía sistémica (ya sea por boca o por la penetración cutánea de la
pipeta) llega a la superficie de la piel, folículos y anejos a través de las secreciones sebáceas o
sebo. Este sebo puede servir como diseminador del producto en las superficies con las que
contacte el animal y así permitir también el tratamiento del entorno.

ANTIPARASITARIOS
MÁS UTILIZADOS
Podemos decir que, debido a su toxicidad y su eficacia relativa en comparación con las
medicaciones actuales, algunos antiparasitarios han caído en desuso o están dejando de
utilizarse. Es el caso de los organoclorados y los inhibidores de la colinesterasa.

El D-limoneno es un derivado natural con acción insecticida. Sin embargo, se han descrito
reacciones medicamentosas con su uso, llegando hasta la necrólisis epidérmica tóxica, con lo que
su utilización está en entredicho. También existen lociones y champús que utilizan la citronela
como otro recurso natural repelente, pero de corta acción.

El amitraz se sigue usando en algunas especies animales, pero, a pesar de su relativa eficacia
acaricida, sus efectos secundarios lo han desplazado como acaricida elegido.

A continuación se muestran los insecticidas/acaricidas que se vienen utilizando en los últimos


años.

DINOTEFURÁN
Insecticida utilizado actualmente en forma de pipetas. Su uso se dirige principalmente a las
pulgas. Suele ir combinado con otras sustancias que amplían su espectro a ácaros y entorno.

FIPRONILO
Insecticida y acaricida que se puede aplicar en forma de pipeta o aerosol. Presenta buena acción
frente a pulgas y garrapatas con acción muy variable frente a otro tipo de ácaros. Es ineficaz
frente a Demodex y Sarcoptes, aunque puede enmascarar en parte el cuadro clínico de esta
última enfermedad. Es altamente tóxico en conejos. Existen combinaciones que lo potencian para
ampliar su espectro incluyendo otros vectores.

IMIDACLOPRID
Es un insecticida disponible en forma de pipetas. Puede ir combinado con un regulador del
crecimiento y en algunos casos con piretrinas o con moxidectina.

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PIRIPROL
Insecticida y acaricida con acción por contacto con el parásito. Se ofrece en pipetas.

PIRETRINAS
Se caracterizan por una acción rápida de derribo en insectos, pero con poco poder residual. Son
un insecticida orgánico bastante natural que no deja residuos y respeta el medio ambiente. Se
suelen potenciar con butóxido de piperonilo, lo que aumenta su toxicidad en gatos. Se
administran habitualmente frente a pulgas, piojos, moscas y ácaros del oído.

Las piretrinas son una buena herramienta diagnóstica en la mesa de consulta por su rápida
acción.

PIRETROIDES
Son productos químicos sintéticos derivados de las piretrinas. Tienen la ventaja de ser
fotoestables comparados con las piretrinas, pero su toxicidad aumenta un poco. Suelen ir
combinados. La permetrina suele utilizarse en aerosol o pipeta como repelente principalmente de
insectos. La deltametrina y la flumetrina suelen ser otros derivados muy importantes por su uso
como repelentes del flebótomo. En el mercado pueden presentarse en combinación con otras
moléculas para ampliar su espectro a insectos y ácaros.

ROTENONA
Sustancia similar a las piretrinas que es componente de algunos champús combinada con estas.

REGULADORES DEL CRECIMIENTO DE INSECTOS (IGR)


Los más utilizados son metopreno, fenoxicarb y piriproxifeno. Estas moléculas impiden la
maduración de formas juveniles de pulgas y solo actúan sobre ellas, sin afectar a las formas
adultas. Existen formas de utilización sobre el animal o en el ambiente.

INHIBIDORES DEL DESARROLLO DE INSECTOS


El más conocido de este grupo es el lufenurón, que evita la eclosión de las pulgas.

NITEMPIRAM
Insecticida de pulgas adultas que se administra por vía oral. Es muy efectivo pero de corta acción.
Útil para su uso diagnóstico en la clínica o antes del ingreso de un paciente sospechoso de
padecer pulgas.

ESPINOSAD
Insecticida de acción sistémica muy efectivo y de duración mensual.

LACTONAS MACROCÍCLICAS
Suelen denominarse endectocidas, y son insecticidas y acaricidas de acción sistémica que se
pueden presentar para su administración en forma de pipeta, oral o inyectable. Se dividen en dos
grupos:
Avermectinas: ivermectina, doramectina, abamectina, selamectina y eprinomectina.
Milbemicinas: moxidectina y milbemicina.

Suelen utilizarse para combatir Otodectes, Sarcoptes, Notoedres, Cheyletiella, Demodex, piojos,
pulgas, nematodos y microfilarias. Sin embargo, cada uno de los fármacos de estos dos grupos

46
tiene sus características propias en lo que se refiere a espectro y toxicidad. Por ejemplo, algunos
son ineficaces contra algunas garrapatas y Demodex.

Son medicamentos con diferentes grados de toxicidad dependiendo de la dosis y de si el paciente


sufre de una mutación en el gen MDR1.

Existen pipetas que incluyen alguno de ellos en su composición, generalmente combinados con
otros productos para completar su espectro.

ISOXAZOLINAS
Son un grupo de moléculas antiparasitarias de acción sistémica y de administración oral o
mediante pipeta. Se pueden definir como acaricidas-insecticidas de acción sistémica. Son muy
efectivas frente a pulgas y otros insectos y frente a una gran variedad de ácaros.

En inicio, su lanzamiento al mercado tenía como objetivo la acción frente a pulgas y garrapatas.
Sin embargo, con el paso del tiempo, además de ampliarse su uso a gatos, se ha extendido su
administración frente a una gran cantidad de otros ácaros. Existe algún estudio que amplia este
uso hasta la estraelensiosis (Machicote, 2017).

Actualmente existen algunas combinaciones de estos fármacos con otro tipo de antiparasitarios
como milbemicina, moxidectina, selamectina y algún antihelmíntico.

Dentro de esta familia, a día de hoy existen cuatro componentes que pueden variar en su periodo
de acción, desde 1 mes hasta 3 meses, y en la velocidad de esta acción:
Afoxolaner.
Fluralaner.
Lotilaner.
Sarolaner.

La aparición de estas sustancias ha provocado cierta revolución en el mercado debido a su


efectividad y también, indirectamente, debido al gran cambio en la prevalencia de ciertas
enfermedades que en poco tiempo han pasado a ser eventuales. Por ejemplo, son moléculas muy
efectivas para la demodicosis y la escabiosis, por lo que su uso puede condicionar el diagnóstico
diferencial previo del veterinario. Debemos tener mucha precaución a la hora de prejuzgar la
ausencia de una enfermedad por el simple hecho de haber administrado estas isoxazolinas,
asumiendo que la enfermedad está controlada.

OTROS
No deberíamos terminar este apartado sin mencionar al azufre como buen antiparasitario,
queratoplástico y calmante del prurito. A pesar de ser una sustancia muy antigua, su uso tiene la
ventaja de la inocuidad y puede ser útil en algunas parasitosis que afectan a cachorros muy
pequeños. Su solución al 2 % en combinación con la cal fue utilizada durante años, pero ha
desaparecido del mercado en numerosos países.

47
CONTROL DEL PICOR
PRODUCIDO POR LOS DIFERENTES PARÁSITOS
Como hemos comentado anteriormente, los parásitos pueden provocar prurito por diferentes
mecanismos, con la ventaja de que, al ser eliminados, la causa de la sensación normalmente
también cesa. Es verdad que en algunos casos la hipersensibilidad cruzada con algunos ácaros
ambientales podría exacerbar el prurito de alguna alergia.

Por tanto, el control del prurito en estas parasitosis se basa en la eliminación del parásito según
su ciclo y su diseminación y en el tratamiento del picor específicamente, cortando el ciclo de
inflamación y rascado. Según el grado de inflamación establecido podremos elegir el espectro de
la medicación antipruriginosa, desde los corticoesteroides en casos muy graves al oclacitinib en
casos donde prefiramos un periodo de tratamiento un poco más prolongado sin los efectos
indeseados de los anteriores.

En algunas parasitosis será necesaria la utilización de antibióticos para controlar las infecciones
secundarias y la champuterapia para favorecer la acción del resto de medicamentos y aliviar al
paciente.

Podemos concluir que, aunque no sea muy académico, es preferible tratar a los pacientes si
sospechamos de un parásito aunque no lo podamos confirmar (principalmente sarna sarcóptica y
pulgas). Actualmente existen recursos terapéuticos que ya nos permiten prevenir muchas
parasitosis diversas solo con su uso contra pulgas y garrapatas.

48
49
50
En este capítulo analizaremos el picor de origen alérgico, que es el más frecuente sin duda, ya
que ronda el 80 % de las causas de prurito en general.

La importancia de llevar a cabo el correcto diagnóstico del origen alérgico radica en que, aunque
se ve frecuentemente en la clínica, también puede ser el que más diagnósticos erróneos provoca.
Muchos cuadros de prurito de origen parasitario o de otro tipo pueden confundirse con alergias, y
es por esto que en dermatología es fundamental seguir los pasos del algoritmo diagnóstico sin
saltarnos ninguno de ellos.

También las alteraciones del microbioma producidas por las enfermedades alérgicas y
retroalimentadas por el propio picor, en las que incluimos los piodermas y los sobrecrecimientos
por Malassezia, pueden ser una causa muy importante de prurito que, aunque muchas veces se
inician por una hipersensibilidad, nos pueden hacer también cometer errores al tratar la alergia
olvidándonos de los microorganismos o justamente al revés, tratar el picor por la infección sin
tratar la alergia de base.

DERMATITIS ALÉRGICAS
EN PERROS
Las hipersensibilidades en general producen prurito y es muy importante diferenciarlas en su
origen y comprender el carácter multifactorial de los endotipos causantes para que el tratamiento
sea más específico y efectivo.

Es importante tener en cuenta en este punto el concepto de umbral del prurito (fig. 1). Este se
puede definir como la línea imaginaria que al superarse se inicia el prurito. Para alcanzar esta
línea se pueden sumar diferentes causas de prurito en distintas proporciones según el individuo.

Por ejemplo, puede haber un paciente que se rasque por estar padeciendo una hipersensibilidad
a pulgas, a estafilococos de un sobrecrecimiento y a un alérgeno ambiental. Muchas veces,
solucionando solo alguna de estas causas podremos bajar de la línea umbral y evitar que el
paciente se rasque.

Cuando hablamos de dermatitis de origen alérgico nos referimos principalmente a:


Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP).
Dermatitis de contacto.
Dermatitis atópica canina (DAC).
Dermatitis por reacción adversa a alimentos (RAA).

Igualmente, como vimos en el capítulo anterior, debemos recordar que algunos parásitos pueden
inducir reacciones de hipersensibilidad, incluyendo algunos ácaros (Sarcoptes, Cheyletiella) y
otros insectos además de las pulgas, como pueden ser los piojos y los himenópteros (fig. 2).

También se podrían desarrollar reacciones de hipersensibilidad a estafilococos, por lo que un


sobrecrecimiento podría colaborar a incrementar el cuadro de alergia y a superar el umbral del
prurito.

En algunas circunstancias se presenta la duda de si los piodermas pueden ser consecuencia o


causa de una reacción alérgica.

51
Todas las reacciones alérgicas pueden compartir lesiones como pápulas, excoriaciones, eritema,
hiperplasia cutánea y picor como signo clínico. Lo que las diferencia en general es la distribución
de estas lesiones o presentación fenotípica, que depende del mecanismo de producción de esta
alergia, de la raza y su condición genética y de una combinación de factores que interactúan y
terminan produciendo el cuadro clínico. El tiempo luego va modificando la presentación al
producirse sobreinfecciones y al retroalimentarse por el propio rascado. Así es como surgen las
erosiones, las pústulas, las costras, la alopecia, la seborrea, etc.

Figura 1

52
Figura 2. Lesiones en el plano nasal por hipersensibilidad a la picadura de avispas.

DERMATITIS
ALÉRGICA A LA PICADURA DE PULGAS (DAPP)
Ya se ha hablado en el capítulo anterior sobre este tipo de alergia. Debemos insistir en que la
presencia de pulgas en el hospedador no implica alergia y el cuadro clínico es diferente si el
individuo es hipersensible o no.

La localización principal de las lesiones y el prurito en este tipo de alergia es la base de la cola
(fig. 3), la zona dorsolumbar, el abdomen ventral y las ingles.

El comportamiento de reacción ante la sensación de prurito característico de esta enfermedad es:


Mordisqueo de la zona lumbar e ingles.
Lamido de la misma zona.
Arrastre de la zona anal contra el suelo.

Recordemos que es una causa que se puede sumar a otros tipos de alergia para alcanzar el
umbral del prurito.

Siempre se ha hecho hincapié en que, en las regiones con cuatro estaciones climáticas, la DAPP
es una alergia relativamente estacional debido a que las pulgas eclosionan principalmente en
primavera y verano. Pero este concepto puede ser engañoso, ya que los animales de compañía
cada vez más comparten el hábitat de la familia y, por lo tanto, conviven en una temperatura
controlada y constante todo el año, lo que permite que el insecto pueda desarrollar su ciclo sin
interrupción.

El prurito de este tipo se puede controlar evitando la picadura de las pulgas y actuando con
antipruriginosos de acción corta y durante el periodo necesario. Los corticoesteroides en dosis
antiinflamatorias siempre han sido una herramienta eficaz para cortos periodos de tiempo, pero,
teniendo en cuenta los antecedentes del paciente y los posibles efectos secundarios de estos, el

53
oclacitinib puede ser la molécula ideal. Al incluirse la DAPP dentro de los tipos de alergia, el uso
de lokivetmab también podría estar indicado, dependiendo de las condiciones del paciente y de
su propietario.

Evitar que la pulga pique significa no solo tratar al paciente, sino un control eficaz del entorno, lo
que a veces requiere de un tiempo.

La posibilidad de la presencia de formas juveniles en una vivienda, ya sea en alfombras, sillones,


zócalos, etc., implica el uso de inhibidores del crecimiento durante un plazo de tiempo, que puede
alcanzar los seis meses. Además, debemos contar con el control permanente de los individuos
que puedan entrar en ese entorno y traer más pulgas. Por lo tanto, el manejo del prurito por
DAPP incluye:
Antipruriginosos de corta acción.
Antiparasitarios externos.
Tratamiento del ambiente.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
Continua habiendo pulgas en el entorno.
La DAPP era solo parte de una alergia mayor (ambiental, alimentaria, de contacto).
No han esperado el tiempo necesario para bañar al perro tras la aplicación del
antiparasitario tópico.
Ha vomitado la pastilla antiparasitaria.
La dosis de antiparasitario es errónea.
La dosis de antipruriginoso no es correcta o la medicación no es la indicada.
Se ha desarrollado un pioderma o un sobrecrecimiento de malassezias por el rascado y la
inflamación.
Diagnóstico equivocado.

Figura 3. Zona lumbar de un perro afectado por dermatitis alérgica a la picadura de pulgas.

DERMATITIS

54
DE CONTACTO
Este tipo de reacción cutánea no es frecuente o tal vez no siempre se confirma con total
seguridad debido a que es difícil de diagnosticar. En este apartado nos referimos también a los
gatos.

Es importante distinguir entre reacción irritativa y reacción alérgica.

La reacción irritativa suele ser hiperaguda, con una respuesta más eritematosa y exudativa, hasta
erosiva, y puede producirse por sustancias tópicas, muchas veces medicamentos o insecticidas
(fig. 4). Suele provocar lesiones más dolorosas que pruriginosas, por lo que es más frecuente el
lamido que el rascado. El comportamiento de reacción ante la sensación de prurito característico
de esta enfermedad es:
Lamidos localizados.
Rascado en zonas donde no puede lamerse.
Arrastre del vientre contra el suelo.

En cambio, la dermatitis alérgica de contacto suele producirse a lo largo de los días por una
hipersensibilidad y produce lesiones no tan graves, con más eritema y pápulas, con picor
marcado y coincidiendo exactamente con la zona donde contacta la sustancia que la provoca.
Con el tiempo las lesiones pueden cronificarse produciendo liquenificación e hiperpigmentación.

Existen reacciones irritativas producidas por pipetas o gotas óticas y existen reacciones de
hipersensibilidad, por ejemplo, a collares antiparasitarios o a colorantes textiles (fig. 5).

Los dos tipos de reacción suelen resolverse al quitar la causa que las provoca. Sin embargo, las
irritativas no responden muy bien a los corticoesteroides y necesitan principalmente un
tratamiento de tipo cicatrizante.

El diagnóstico de este tipo de dermatitis no es sencillo, ya que a veces las lesiones no son tan
localizadas y pueden coincidir con toda la región ventral del cuerpo por contacto, por ejemplo, con
hierbas o moquetas.

En estos casos el diagnóstico consiste en evitar la causa sospechosa y luego producir una
provocación. La evitación debería prolongarse durante al menos 2 semanas y a veces es
necesario tener al animal ingresado en la clínica para evitar el acceso a algo que realmente no
conocemos bien, por ejemplo una planta. Por eso después es importante la provocación, es decir,
repetir las rutinas anteriores para intentar saber qué es lo que provoca la dermatitis, fase que
puede tardar de pocos minutos a más de dos días.

Esta prueba diagnóstica se puede hacer también con la sustancia sospechosa puesta debajo de
un parche en una zona glabra de la piel, por ejemplo en la zona medial del muslo. Esto se deja 48
horas y luego se quita para ver la reacción. El problema es que si el animal tiene alergia
ambiental (dermatitis atópica) al producto sospechado, puede dar una reacción positiva al
contacto debajo del parche (por ejemplo, polen presente en un parche, que dará reacción de
hipersensibilidad local como si fuera de contacto).

Como vemos, todo esto no es fácil y en algunas circunstancias se hace muy complicado llegar al
diagnóstico.

Entre las reacciones de contacto más frecuentes y complejas para el veterinario están las
escrotales, que provocan lesiones erosivo-costrosas y que hacen que el animal se lama con
insistencia. En estas circunstancias también a veces es necesario ingresar al animal para evitar el

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contacto con sustancias de casa (limpiadores, alfombras, barniz del parqué) o en otros casos está
indicado el uso de pañales de celulosa para comprobar la mejoría con la evitación (fig. 6).

El diagnóstico diferencial de las dermatosis escrotales incluye varias posibilidades:


Dermatitis de contacto.
Vasculitis de diferentes orígenes.
Lupus cutáneo.
Lamido excesivo por dolor referido (p. ej.: dolor en caderas).

Para resumir, el manejo terapéutico de la dermatitis de contacto se basa en:


Evitar el desencadenante.
Corticoterapia u oclacitinib.
Terapia tópica calmante.
Analgésicos.
El anticuerpo lokivetmab, como terapia de enfermedades alérgicas en general, puede controlar
el prurito de esta dermatitis, pero no la inflamación resultante de estados avanzados (Burton,
2020).

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
Sigue habiendo contacto con la sustancia desencadenante.
El diagnóstico ha sido erróneo.
No ha tomado la medicación.
Confusión entre alergia e irritación.

Figura 4. Reacción aguda y dolorosa por un collar insecticida en un gato.

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Figura 5. Oído con dermatitis de contacto por medicación tópica.

Figura 6. Dermatitis escrotal en un perro.

DERMATITIS
ATÓPICA CANINA
La dermatitis atópica canina (DAC) es una de las enfermedades que se ha estudiado más en los
últimos años como causa de prurito en perros. Probablemente su importancia se debe a su gran
incidencia y a que provoca una gran incomodidad en el animal y en su familia. Actualmente se
sabe que es una hipersensibilidad causante de dermatitis de origen sistémico. Se puede
considerar un síndrome donde se producen una serie de deficiencias genéticas que inducen la
sintomatología de esta enfermedad. Esta alteración poligénica lleva al mal desarrollo del cemento
intercelular y al aumento en la producción de citocinas proinflamatorias y de IgE específicas (en el
síndrome intrínseco o atopic-like estas no aumentan o no son detectables), acompañados de falta
de diversidad en el microbioma. Todo esto induce la producción de una bien llamada
neurodermatitis debido a la interacción entre la piel y sus terminaciones nerviosas que originan el
picor.

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En los gatos se sabe también que es una enfermedad compleja, también multifactorial, pero que
es distinta a la del perro con unas características que la diferencian de forma marcada. Aún falta
mucho por avanzar en el conocimiento de esta hipersensibilidad felina.

En el perro se sabe que existen cuatro pilares donde puede sustentarse la enfermedad:
Defecto estructural y de componentes en el cemento intercelular cutáneo.
Hiperproducción de IgE específicas de alérgeno.
Sobrecrecimientos por alteración del microbioma.
Reacciones alimentarias adversas que participan en el desarrollo del cuadro clínico.

Estas cuatro características de la enfermedad en el perro no tienen por qué estar presentes
siempre y lo pueden hacer en diferente medida según el paciente (fig. 7).

La figura 8 muestra los mecanismos biomoleculares que se conocen de esta enfermedad y que
explican bastante bien la forma en que se produce la inflamación y el prurito.

Figura 7. Este gráfico representa la idea actual de la dermatitis atópica canina donde se ponen de manifiesto las
cuatro alteraciones que deberían llamar nuestra atención y por las cuales podríamos decidir el manejo terapéutico.

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Figura 8. En este gráfico de flujos vemos que son muchas las citocinas que intervienen en estos mecanismos, lo que
explica por qué a veces necesitamos medicamentos de mayor espectro para controlar el picor. La importancia de la
microbiota y la genética del individuo son esenciales a la hora de desencadenar el prurito alérgico. La linfopoyetina
estromal tímica (TLSP) es una citocina muy importante compartida por varios mecanismos en cascada (adaptado de
Tizard, 2018).

La reacción de los perros ante la sensación de prurito característica de esta enfermedad es:
Lamido entre los dedos, principalmente de los miembros anteriores.
Mordisqueo entre los dedos en la zona palmar/plantar.
Sacudidas de la cabeza por picor auricular.
Rascado de la cara por frotamiento debido a picor palpebral o bucal.
Rascado de axilas con los miembros posteriores.
Lamido y mordisqueo de la zona ventral.

La dermatitis atópica suele ir acompañada de una alteración de los componentes del cemento
intercelular, incluyendo péptidos y defensinas, y la consiguiente alteración de la microbiota y su
genoma, que intercambia información citomolecular con las células de la piel. Todo esto
desemboca en una cascada de información inflamatoria y pruritógena que se retroalimenta a sí
misma cronificándose y haciendo del órgano diana que es la piel una estructura modificada en lo
que respecta a las terminaciones nerviosas del prurito, que aumentan en cantidad (Laprais et al.,
2017), y con la presencia de hiperplasia, liquenificación e hiperpigmentación.

Sin embargo, a pesar de que este endotipo se produce en todos los pacientes con DAC, existen
tendencias fenotípicas ligadas a la genética, como se ve en algunas razas caninas, que hacen
que los cuadros clínicos se presenten de forma variada. Por ejemplo, es raro ver que un Dálmata
desarrolle hiperpigmentación, ya que suelen mantener una presentación principalmente
eritematosa y, en todo caso, hiperplásica (fig. 9).

59
Las foliculitis bacterianas en diseminación anular, denominadas comúnmente en patrón apolillado,
son mucho más frecuentes en perros de pelo corto. El Bulldog Francés está mucho más
predispuesto a padecer eritema de pabellones auriculares, prurito facial y lamido podal, lo mismo
que el West Highland White Terrier. Sin embargo, el Pastor Alemán suele presentar un cuadro
más dorsolumbar con tendencia al pioderma y a la seborrea por afección de los anejos. Por otra
parte, el Shar Pei puede desarrollar mucinosis y en muchas ocasiones pequeñas vesículas del
líquido característico (fig. 10).

Como vemos, no solo varía la presentación en los tipos de lesiones, sino también en su
distribución. Esto fue muy bien desarrollado por Favrot y colaboradores en los gráficos de la figura
11.

Por lo tanto, el diagnóstico de la DAC debe hacerse solo desde el punto de vista clínico. Nos
podemos basar en unos criterios preestablecidos que tienen un valor predictivo negativo bastante
fiable. Es decir, si el paciente no cumple los criterios mínimos es menos probable que padezca
esta enfermedad (Favrot et al., 2010).

También puede ser un detalle muy importante la respuesta al oclacitinib y la alta recurrencia en
alteraciones del microbioma con sobrecrecimientos de bacterias o malassezias.

Si un paciente no cumple aunque sea cinco de los criterios de Favrot, es menos probable que sea
atópico.

CRITERIOS DE FAVROT (FAVROT et al., 2010)


Edad de aparición de la enfermedad antes de los 3 años.
Respuesta al tratamiento con glucocorticoides.
Hábitos principalmente de interior.
Prurito sin lesiones dérmicas (sine materia) al inicio.
Afectación de los miembros anteriores.
Afectación de los pabellones auriculares.
Sin afectación de los bordes de los pabellones auriculares.
Sin afectación de la zona dorsolumbar (hay excepciones como en el Pastor Alemán).

La terapia del prurito de origen puramente ambiental se basa en:


Evitar la exposición al alérgeno.
Antipruriginosos de espectro específico como el lokivetmab, de espectro medio como el
oclacitinib o la ciclosporina y de gran espectro como los corticoesteroides.
Terapia tópica para lesiones localizadas o para reacciones generales como la xerosis, los
sobrecrecimientos y las seborreas.
Dieta de alta calidad y reparadora cutánea como las formulaciones abundantes en ácidos
grasos omega-3 y 6 y con fitonutrientes diversos, mejoradores del cemento intercelular y que
ayuden a calmar el picor.
Inmunoterapia específica basada en un análisis de alérgenos.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
La dosis de antipruriginoso es insuficiente.
Las citocinas que intervienen en el prurito no son la diana del medicamento elegido.
Taquifilaxia a los corticoesteroides.

60
El diagnóstico ha sido erróneo.
Hay otras alergias que se suman (pulgas, alimentaria, contacto).
Hay sobreinfecciones no tratadas.
Posible presencia de sarna sarcóptica.

Recordemos que, en esta enfermedad y en la próxima que detallaremos, puede existir picor
auricular marcado sin evidenciarse ninguna alteración dentro del oído, salvo quizá un leve
eritema. A veces, si no se aprecia una otitis supurativa o exudativa podemos pensar que no hay
ninguna alteración auricular, pero el animal sí se sacude insistentemente. Este prurito debe
aliviarse, por ejemplo, con la aplicación proactiva de corticoesteroides por vía ótica 2 veces a la
semana.

Es importante mencionar que la DAC y la reacción alérgica a alimentos son dos de las causas
primarias más importantes de otitis en perros, que se inician con una alteración en la secreción
ceruminosa en cantidad y calidad bacteriostática, un consecuente desequilibrio del microbioma
ótico y la aparición de causas secundarias de otitis como las bacterias y levaduras que agravan el
cuadro y aumentan el picor.

Figura 9. Dálmata con un eritema por dermatitis atópica canina.

61
Figura 10. Mucinosis típica en forma de vesículas en un Shar Pei atópico.

62
63
Figura 11. Distribución de las lesiones de la dermatitis atópica en diferentes razas según el porcentaje de afectación
(modificado de Wilhem S, Kovalik M, Favrot C. Breed-associated phenotypes in canine atopic dermatitis. Vet
Dermatol, 2011; 22(2):143-149).

REACCIÓN
ADVERSA/ALÉRGICA A ALIMENTOS
El prurito y el cuadro clínico de la reacción adversa/alérgica a alimentos (RAA) en los perros suele
ser muy similar o hasta igual al de la DAC. Siendo estrictos, según las últimas tendencias, el
cuadro clínico se puede definir como dermatitis atópica que puede tener dos etiopatogenias, la
ambiental y la alimentaria.

Estadísticamente se ha demostrado que los alérgenos alimentarios más frecuentes en orden


descendente en el perro son la ternera, lácteos, pollo, trigo y cordero (Mueller et al., 2016).

La dermatitis por RAA exclusiva es una enfermedad bastante poco frecuente como manifestación
estrictamente cutánea. Sí es más habitual diagnosticarla como parte de una dermatitis atópica
sumada a componentes ambientales o dentro de una alteración digestiva donde se producen
reacciones cutáneas y prurito. Por lo tanto, una RAA se puede encuadrar como:
Dermatitis de origen exclusivamente alimentario sin afección gastrointestinal: poco frecuente;
son perros que responden al 100 % con una dieta de eliminación.
Dermatitis de origen ambiental y alimentario: es la más frecuente; son perros cuyo cuadro
cutáneo mejora algo con la dieta de eliminación.
Alteraciones gastrointestinales de origen inmunológico con afectaciones cutáneas o no: se
trata de una alergia alimentaria, no intolerancia; son perros que mejoran con la dieta de
eliminación en sus signos clínicos gastrointestinales y cutáneos.

Debemos tener en cuenta que algunos componentes alimentarios pueden compartir haptenos con
otros alérgenos alimentarios o ambientales y dar reacciones cruzadas.

Podríamos basarnos en algunas diferencias sutiles para intentar orientar el diagnóstico hacia una
dermatitis de origen alimentario, sin querer decir con esto que sean signos patognomónicos.
Estos detalles serían:
Signos gastrointestinales además de los dermatológicos (más del 20 % de los casos).
Prurito marcado en zonas relacionadas con el sistema gastrointestinal (zona anal y peribucal).
Prurito no estacional.
Inicio de la sintomatología en el perro joven antes del año o en el sénior de más de 6 años
(Fondati, 2020).
Presencia a veces de urticaria, angioedema o anafilaxia (fig. 12).

El manejo terapéutico del prurito de esta enfermedad es muy similar al de la DAC, con la
salvedad de que es muy importante evitar la ingestión de glucoproteínas que puedan
desencadenarlo.

El origen alimentario del picor puede provocar una mala respuesta a antipruriginosos en
algunos individuos.

64
La forma de saber si el origen de los signos clínicos se debe a un componente alimentario en su
totalidad o en parte, dentro de una dermatitis atópica, es con una dieta estricta de eliminación.
Esta se suele realizar durante 2 meses, controlando en el primer mes el prurito con
antipruriginosos como el lokivetmab que, cuando deje de actuar una vez concluido el primer mes,
permitirá ver si la dieta de eliminación es capaz de controlarlo en exclusiva en el segundo mes.

Favrot y colaboradores, en 2019, propusieron acortar este periodo de dieta a 1 mes, para
favorecer su cumplimiento por parte del propietario, utilizando corticoesteroides los primeros 15
días y viendo el efecto de la dieta en los restantes 15 días. En este estudio los autores buscan los
efectos antiinflamatorios y antipruriginosos de la prednisolona en los primeros 15 días. Este
objetivo tal vez se podría lograr utilizando el oclacitinib en dosis inicial administrado dos veces al
día.

En cualquiera de las dos formas, acortada o de 2 meses, si la dieta parece efectiva, es muy
importante realizar la prueba de provocación para confirmar el peso de los componentes
alimentarios en el origen de la sintomatología.

La figura 13 muestra la distribución de lesiones habitual de las diferentes reacciones de


hipersensibilidad descritas.

SI SE SIGUE RASCANDO A PESAR DEL TRATAMIENTO, ¿QUÉ PUEDE


ESTAR SUCEDIENDO?
El paciente come ingredientes no controlados.
Diagnóstico equivocado (parásitos, ambiental, contacto).
Presencia de sobreinfecciones.
Medicación antipruriginosa no indicada para las citocinas implicadas o dosis insuficiente.

Figura 12. Cachorro con angioedema de origen alimentario.

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Figura 13. Comparativa de distribución de lesiones de la sarna sarcóptica y las reacciones de hipersensibilidad más
frecuentes.

DERMATITIS
ALÉRGICAS EN GATOS
Dentro del síndrome atópico felino se podría incluir la forma cutánea llamada síndrome atópico
cutáneo felino, el asma felina y la alergia a alimentos, que se pueden relacionar, aunque no
siempre, con un aumento en las IgE (Halliwell et al., 2021). La alergia a la picadura de pulgas y a
los mosquitos deben considerarse aparte.

Desde el punto de vista etiopatogénico, todavía falta mucho por conocerse de las dermatitis
alérgicas en la especie felina. No obstante, sí pueden definirse ciertas características que le son
propias:
Paciente con una alta influencia comportamental (p. ej.: estrés) que puede exacerbar el prurito.
Componente respiratorio más importante que en el perro en lo que respecta a la entrada de
alérgenos y la afección del sistema respiratorio.
Las respuestas cutáneas que manifiesta son cuatro y pueden aparecer combinadas en
cualquier momento.
La lengua es una herramienta que utiliza muchísimo para acicalarse, matar pulgas y tragarlas,
arrancarse pelo e incluso autoagredirse (fig. 14).

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Animal muy reservado, que no se expresa claramente cuando padece prurito.
Responde mejor a varios medicamentos, no es tan sensible a los efectos secundarios de la
cortisona.
Que se sepa actualmente, suele tener pocos problemas estructurales cutáneos y pocas
alteraciones del microbioma. Es más frecuente la alteración inmunitaria mediada por
inmunoglobulinas y citocinas y las alteraciones autoinducidas, eosinofílicas y bronquiales.
Pueden ser pacientes difíciles de medicar de forma oral.
Los propietarios tienen características diferentes en cuanto a dedicación y seguimiento.

La especie felina reacciona con prurito ante diferentes tipos de hipersensibilidad, pero este picor
se manifiesta frecuentemente como lamido.

PRINCIPALES PATRONES REACTIVOS DEL GATO


Alopecia autoinducida.
Complejo de reacciones eosinofílicas:
Úlcera indolente.
Placa.
Granuloma (fig. 15).
Dermatitis miliar (fig. 16).
Dermatosis de cabeza y cuello (fig. 17).

Las enfermedades que pueden producir estos patrones pueden ser puramente parasitarias,
alérgicas, por dermatofitos o deberse a causas etológicas. Sin embargo, lo que hace de la
especie felina un verdadero reto diagnóstico es que puede haber combinaciones de ellas y en
algunos casos agravamientos por causas de estrés.

Sí se puede afirmar que ciertas enfermedades producen más frecuentemente ciertos patrones
como:
DAPP: dermatitis miliar, complejo granuloma eosinofílico felino.
RAA: dermatosis de cabeza y cuello.
Hipersensibilidad ambiental o síndrome atópico felino: la combinación de dos patrones es más
habitual, incluyendo alopecia autoinducida y dermatitis miliar como los más frecuentes.

Estas reacciones cutáneas no son exclusivas de cada enfermedad, solo más probables. También
se ha descrito la dermatosis de cabeza y cuello por causas de estrés (Cochet-Faivre et al., 2017),
lo mismo que la alopecia autoinducida (fig. 18).

Favrot y colaboradores (2012) también establecieron unos criterios para intentar facilitar el
diagnóstico de las alergias ambientales en gatos:
Presencia de prurito desde el inicio del problema.
Presencia de, como mínimo, dos de los siguientes cuadros clínicos: alopecia simétrica,
dermatitis papulocostrosa o dermatitis miliar, dermatitis en placa o nodular (lesiones del
complejo granuloma eosinofílico felino), erosiones o úlceras en la región cervical y facial.
Al menos dos localizaciones afectadas.
Dermatitis miliar como patrón más predominante.
Dermatitis eosinofílica, alopecia simétrica o erosiones y úlceras en región cervical, cabeza,
labios u orejas.
Alopecia no simétrica en la región dorsocaudal, cola o extremidades posteriores.
Alopecia simétrica en el abdomen.
Ausencia de erosiones o úlceras en las extremidades anteriores.

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Ausencia de lesiones en las regiones axilar y esternal.
Ausencia de nódulos o tumores.

Si se cumplen al menos 6 de estos 10 criterios podríamos estar ante un síndrome atópico felino o
como algunos prefieren llamarlo, hipersensibilidad no debida a pulgas ni a alimentos.

La complejidad de los signos clínicos presentados y del manejo de la especie felina ante este tipo
de problemas hace que debamos ser muy estrictos a la hora de realizar el algoritmo diagnóstico
de la enfermedad pruritógena.

Los gatos también pueden sufrir reacciones adversas al alimento puramente inmunológicas, por
lo que es acertado denominarlas alergias alimentarias (Halliwell et al., 2021), con más frecuencia
frente a alérgenos del vacuno, pescado y cordero (Mueller et al., 2016). La confirmación del
origen alimentario de la alergia se llevará a cabo también con una dieta de eliminación. Muchas
veces no es fácil restringir la dieta a una específica en la especie felina y se deberá buscar la que
más se adapte a sus costumbres.

La figura 19 muestra la distribución más probable de lesiones en el gato según la


hipersensibilidad se deba a pulgas, alimentos o alérgenos ambientales (Favrot, 2013). En esta
figura puede llamarnos la atención la importancia de la afección lumbar y en la cola en la alergia a
la picadura de pulgas y la mayor incidencia de lesiones en cuello y cara de la reacción adversa a
alimentos.

Figura 14. Tricorrexis en un gato con prurito.

68
Figura 15. Granuloma eosinofílico en la zona ventral e inguinal de un gato.

Figura 16. Patrón de dermatitis miliar en el vientre de un gato.

69
Figura 17. Caso grave de dermatosis de cabeza y cuello en un gato alérgico.

Figura 18. Dermatosis de cabeza y cuello en un gato a causa del estrés.

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Figura 19. Distribución de lesiones en el gato según el tipo de hipersensibilidad y el porcentaje de afectación (Favrot,
2013).

PROTOCOLO DIAGNÓSTICO EN GATOS CON PRURITO


1. Debemos confirmar la ausencia de pulgas.
2. Asegurarnos de que el enriquecimiento ambiental sea el adecuado.
3. Comprobar la respuesta a los corticoesteroides (pueden responder menos los casos por
estrés o los de origen alimentario).
4. Si el paciente responde a los corticoesteroides puede tratarse de una alergia ambiental, pero
igual se debe pasar al punto siguiente.
5. Iniciar una dieta de eliminación estricta si es posible.
6. Si responde a la dieta, iniciar la prueba de provocación. Por la complejidad del manejo,
algunos responsables prefieren continuar alimentando con la dieta no alergénica.
7. Si no se observa una respuesta favorable con la dieta, evaluar si el paciente cumple los
criterios diagnósticos de una hipersensibilidad no debida a pulgas ni a alimentos. Luego
podríamos proceder a:
Detección de IgE específicas de alérgeno o pruebas de intradermorreacción (IDR) no
para diagnóstico, sino como orientación para el manejo terapéutico.

71
Los tratamientos sintomáticos del prurito en gatos son variados y muchas veces se utilizan con el
sistema prueba-error debido a la complejidad de los cuadros. Estos son algunos de los aspectos
que deben considerarse:
Los corticoesteroides pueden ser muy efectivos y no son tan nocivos como en el perro.
Como desventaja, pueden causar taquifilaxia. Se recomienda iniciar el tratamiento con
prednisolona o metilprednisolona y como segunda opción la dexametasona.
Para largos periodos de tratamiento es preferible la utilización de ciclosporina.
La palmitoiletanolamina es otro recurso que puede ser útil en algunos casos.
Los antihistamínicos, principalmente la difenhidramina o la cetirizina, pueden ser de ayuda
junto a otras terapias.
La feromonas y el enriquecimiento ambiental pueden ser muy efectivos combinados con otros
tratamientos o, en contadas ocasiones, de forma única.
El oclacitinib puede ser otra opción fuera de registro, que ha sido en ciertas ocasiones eficaz
en una dosis próxima a 1 mg/kg.
Los anticuerpos monoclonales antiinterleucina pruritógena son un recurso del que se podría
disponer en un futuro próximo.

Los gatos pueden seguir rascándose a pesar de los tratamientos, principalmente en casos de
dermatosis de cabeza y cuello, que parece ser el patrón más difícil de controlar. Esto puede
deberse a:
No hemos encontrado o eliminado la proteína alimentaria que desencadena el proceso.
Las pulgas siguen en el entorno.
El tratamiento no es efectivo frente al mecanismo desencadenante del prurito.
Permanecen las causas de estrés.
El paciente no se traga la medicación.
Taquifilaxia a los corticoesteroides.

TRATAMIENTOS
TÓPICOS MEJORADORES DE LA PIEL
En las enfermedades alérgicas en general se altera la piel por diversos mecanismos, sensibles a
tratamientos tópicos, como:
Defecto en la estructura del cemento intercelular de la epidermis.
Alteración del microbioma cutáneo.
Infecciones por sobrecrecimiento de bacterias o levaduras.
Xerosis.
Erosiones y profundización de las lesiones por el rascado.
Exudación y seborreas.

Con esto se infiere que la terapia tópica es un pilar fundamental como acción curativa y proactiva
para mantener a los pacientes controlados.

En la DAC se conoce perfectamente que se producen todas estas alteraciones mencionadas,


pero en otras alteraciones alérgicas o con cualquier desencadenante de irritación cutánea como
pueden ser parásitos, dermatofitos, levaduras/bacterias, desequilibrios del ecosistema cutáneo
por endocrinopatías, enfermedades autoinmunitarias, etc., esta terapia también estará siempre
indicada. En algunas situaciones puede ser suficiente con su uso en exclusiva y en otras como
adyuvante de la terapia sistémica.

72
La terapia tópica se caracteriza por actuar directamente sobre el órgano afectado con una
profundidad en general limitada, aunque en algunas ocasiones puede ser significativa por el uso
de sustancias penetrantes. Si lo analizamos microscópicamente, la terapia tópica tiene tres
objetivos fundamentales que son:
Mantener un microbioma sano.
Nutrir, renovar y reparar los queratinocitos y el cemento intercelular.
Eliminar alérgenos, descamación y detritos cutáneos.

Es muy importante concienciar a los responsables del animal de que con la aplicación de la
terapia tópica no solo están ejerciendo una acción cosmética y de limpieza, sino que es un
tratamiento tan necesario como la administración de otras terapias.

Sabemos que la terapia va dirigida específicamente a lo que causa el prurito o al síntoma en sí


mismo. Por lo tanto, en numerosas ocasiones en lo que respecta a la alergia, podemos tratar las
alteraciones que produce en la piel la enfermedad de base o, simplemente, tratar el picor con
antipruriginosos tópicos. Esto será analizado en el capítulo 5.

ACCIONES FUNDAMENTALES DE LOS PRODUCTOS DE APLICACIÓN


TÓPICA PARA EL CONTROL DEL PRURITO
Hidratante: retención de agua superficial.
Humectante: evita la evaporación de agua profunda.
Emoliente: ablanda durezas y aumenta la flexibilidad.
Queratolítico: destruye o elimina la queratina.
Queratoplástico: activa la cornificación de los queratinocitos.
Reestructurante: repara, sella y suaviza.

El tratamiento tópico se puede vehiculizar de diferentes formas como:


Champús.
Toallitas.
Discos de algodón.
Gel.
Crema.
Pomada.
Enjuague.
Espuma (mousse).
Loción/aerosol.
Pipeta (spot-on).

Elegiremos la forma de aplicación según la extensión de la zona afectada o la profundidad de la


afección.

INFECCIONES
SECUNDARIAS EXACERBANTES DEL PRURITO
Sabemos que las alteraciones de la flora principalmente bacteriana o de levaduras pueden
contribuir, y mucho, en el origen o exacerbación del picor. Estamos hablando de los piodermas y
de los sobrecrecimientos por malassezias, que podrían haber dado para un capítulo solo como

73
origen del prurito. Sin embargo, estas alteraciones raras veces son primarias y casi siempre se
deben a un desequilibrio del ecosistema producido por otra enfermedad.

Es importante aquí reconocer una parte fundamental de la piel que la cubre por fuera y podría
considerarse como otro órgano. Nos referimos a la microbiota, que podemos definir como la
totalidad de microbios, sus elementos genéticos (genomas) y la interacción medioambiental
dentro de un ambiente biofísico particular. Estas bacterias y levaduras, entre otros
microorganismos, se organizan de forma simbiótica para formar este microbioma, con funciones
defensivas/inmunitarias, de síntesis de vitaminas y de equilibrio antigénico.

En situaciones patológicas, sobrecrecen algunas cepas bacterianas o se favorecen otras con


características diferentes a las normales, o el hospedador sufre alteraciones que las favorecen.
Estas pueden desembocar también en el sobrecrecimiento de malassezias.

La alteración de este microbioma puede desencadenar cambios del ecosistema que pueden
aprovechar otras especies bacterianas, por ejemplo las enterobacterias.

En algunos casos las bacterias se pueden organizar en organismos más complejos, o pueden
mutar y volverse resistentes a los antibióticos siendo favorecidas por el mal uso de estos.
Estamos hablando de la formación de una biopelícula o biofilm que es un ecosistema microbiano
organizado, conformado por uno o varios microorganismos asociados a una superficie viva o
inerte, con características funcionales y estructuras complejas. Este tipo de conformación
microbiana se caracteriza por la excreción de una matriz extracelular adhesiva protectora. Allí las
células establecen relaciones y dependencias: viven, cooperan y se comunican a través de
señales químicas que regulan la expresión de genes de manera diferente en las distintas partes
de la comunidad, como un tejido en un organismo multicelular.

Un biofilm puede producirse en, por ejemplo, una otitis o en un intertrigo. Es importante tener en
cuenta la formación de esta estructura para reconocer casos en los que la terapia falla.

Volviendo a las modificaciones del microbioma, podemos referirnos a las alteraciones de


poblaciones bacterianas que pueden clasificarse en localizadas o diseminadas, y de superficie,
superficiales y profundas. Todas estas pueden ser importantes causas de prurito (fig. 20). Las
poblaciones de levaduras también se pueden localizar en algunas zonas específicas y en algunas
ocasiones se extienden afectando grandes regiones (fig. 21).

Las bacterias y las levaduras pueden actuar de forma mecánica, estimulando terminaciones
nerviosas pruritógenas, o pueden sensibilizar al sistema inmunitario con antígenos que
desencadenan también la cascada del prurito. Por lo tanto, pueden inducir picor por sí mismas o
contribuir a superar el umbral del prurito antes mencionado. Las bacterias pueden desarrollar sus
propios antígenos alergénicos, denominados superantígenos, y las levaduras pueden
desencadenar el mismo mecanismo a partir de sus enzimas alergénicas.

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Figura 20. Bulldog Francés con dermatitis atópica canina y pioderma diseminado.

Figura 21. Seborrea en la zona ventral del cuello de un perro por sobrecrecimiento de malassezias.

MÉTODOS
DIAGNÓSTICOS DEL SOBRECRECIMIENTO DE
MICROORGANISMOS
La muestra citológica obtenida mediante cinta adhesiva, hisopo o impronta nos permitirá saber la
profundidad de la afección. En las más superficiales solo veremos queratinocitos más agentes
infecciosos y, a medida que se profundiza, comienza a surgir más exudado con la presencia de
granulocitos, principalmente neutrófilos. En casos ya de superación de la membrana basal, se
observarán macrófagos y sus evoluciones de cronicidad (células epitelioides y gigantes) (figs. 22-
25).

La presencia de eosinófilos puede ser indicativa de lo que se llama “efecto cuerpo extraño”,
producido muchas veces por la exposición de pelo en la rotura folicular.

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En pacientes con muchas recidivas o resistencia al tratamiento se planteará la realización de un
antibiograma.

Existe una afección bastante frecuente y muy particular en razas medianas/grandes de perros de
pelo corto, en la que se produce un mecanismo retroalimentado y difícil de solucionar que
consiste en la producción de forúnculos por rotura folicular con exposición del pelo a la dermis.
Esto se suele producir por compresión en salientes óseos, por cepillados agresivos, por ejercicios
en zonas agrestes, etc., combinado con el lamido y rascado de estas lesiones. A su vez puede
existir una infección secundaria que muchas veces se profundiza y una posible alergia de base,
que en ocasiones puede iniciar todo el proceso. La formación de secuestros por la retención de
queratina y de microorganismos es el elemento sostenedor de la afección.

En el perro Bull Terrier es frecuente la dermatosis del puente nasal por su forma particular de
dormir con la cabeza apoyada sobre la pared o sobre una pata (fig. 26).

El gran reto para el veterinario es encontrar la causa desencadenante de estos cuadros.

Figura 22. Citología de una dermatitis de superficie con bacterias. Se observan queratinocitos y cocos.

Figura 23. Citología de sobrecrecimiento por malassezias con abundantes células queratinizadas.

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Figura 24. Citología superficial de profundidad media, con queratinocitos y neutrófilos.

Figura 25. Citología de una afección cutánea profunda, con neutrófilos degenerados, macrófagos y fibrocitos.

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Figura 26. Forunculosis facial muy pruriginosa en un Bull Terrier.

ENFOQUE
TERAPÉUTICO DE ESTOS PROCESOS
La citología, los antibiogramas y por supuesto, el cuadro clínico, nos permitirán decidir si utilizar
solo terapia tópica o sumar a esta la administración sistémica de antibióticos. Aquí es
fundamental tener en cuenta la idea de protección del microbioma y de no favorecer el
surgimiento de cepas resistentes. Cuanta más terapia tópica y menos sistémica, siempre que sea
posible, menos estaremos afectando el microbioma y más permitiremos que la flora “centinela” no
se altere y nos ayude a recuperar el estado de salud. Con ello estaremos actuando no solo desde
el punto de vista del individuo afectado, sino desde un concepto que va mucho más allá, el
denominado One Health.

MANEJO DEL AMBIENTE ALERGÉNICO


Anteriormente se han descrito los cuatro pilares en los que se puede basar el desarrollo
etiopatogénico de la dermatitis atópica (ver fig. 7)

Uno de estos pilares es el de la acción de los alérgenos ambientales directamente sobre el


individuo. Esta acción se produce principalmente a nivel cutáneo por el contacto con este órgano
y su captación a través de las células presentadoras de antígenos. Ciertamente es muy
importante conocer cuál sería ese alérgeno específico en cada individuo, pero, aunque en
algunos casos no podamos determinarlo o las pruebas resulten negativas, existen unas medidas
generales que igualmente se pueden aplicar y pueden ayudarnos mucho a la hora de evitar
recaídas y aminorar el prurito.

A continuación se muestra un resumen de las medidas válidas para todos los individuos.

MEDIDAS GENERALES PARA DISMINUIR EL CONTACTO CON


ALÉRGENOS AMBIENTALES
No sacudir, limpiar, ni levantar polvo al hacer las camas o mover los muebles delante del
paciente.

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Mantener el pelo corto del animal todo el año para que no se acumule polvo y polen en el
pelo y para que el baño, enjuague y secado sea más fácil.
Evitar causas de xerosis, como el uso del secador de pelo.
Pasar un paño húmedo por el cuerpo al volver del paseo para quitar el polen y polvo de la
calle.
Bañar al paciente al menos cada semana para mantener la piel libre de alérgenos. Estos
baños deberán durar el tiempo necesario, un mínimo de 5 a 10 minutos, para que los
principios activos actúen desde el punto de vista terapéutico.
Ser muy conscientes de realizar un perfecto aclarado y un buen secado, principalmente con
toalla. La utilización de champús de veterinaria con clorhexidina o cloroxilenol es una buena
forma de prevenir los sobrecrecimientos. La clorhexidina de medicina humana en solución o
jabonosa para lavar las manos no es lo mismo y puede resecar el pelo.
Proteger el microbioma con una correcta champuterapia y dieta, para evitar la proliferación
de superantígenos bacterianos o malassezias. El uso periódico de prebióticos y probióticos
también puede ser importante.
Recoger el césped recién cortado y evitar que el animal se revuelque en él.
Aclarar la sal tras un baño en el mar o en una piscina de agua salada. En el río también
puede haber mucho polen flotando que se deposita en la piel.
Evitar cepillados agresivos y técnicas de arrancamiento de pelo en la peluquería.
Utilizar el deshumidificador con frecuencia en los ambientes muy húmedos.
Evitar cambiar los filtros de los aparatos de aire acondicionado o las bolsas de las
aspiradoras delante del paciente.
Utilizar antiparasitarios externos todo el año, independientemente de si el animal sale a la
calle o es invierno (principalmente en gatos).
Evitar el estrés y favorecer su salud psíquica con enriquecimiento ambiental.

EL ENTORNO Y SU ENRIQUECIMIENTO COMO ATENUANTE DEL


PRURITO EN GATOS
Se ha comentado anteriormente que la especie felina con prurito manifiesta una serie de cuadros
clínicos comunes bastante característicos y que esto hace que el diagnóstico a veces se
complique un poco más que en el perro. Esto se debe a que los factores causantes del problema
pueden ser varios y a que entre ellos está el estrés, que afecta mucho a esta especie y muchas
veces de forma muy sutil y difícil de detectar.

Con respecto al entorno en el gato, es muy importante que:


El animal no tenga que competir a la hora de disponer de la bandeja de arena.
Que no se produzcan cambios importantes en lo referente a la disposición de los muebles de la
casa.
Las visitas reiteradas o la presencia de otro gato o perro cercano puede alterarlos.
La comida y la bebida deben estar lejos de los areneros.
Debe tener escondites a su disposición, tanto a nivel del suelo como elevados.
Debe disponer de rascadores abundantes y juguetes. Si es posible que la comida la obtenga
realizando ejercicio.
Las feromonas en forma de ambientador pueden ser útiles.
Algunos gatos prefieren o necesitan areneros con techo.

La recurrencia de síntomas dermatológicos, principalmente de alopecia autoinducida en los gatos,


y la falta de respuesta a los diferentes tratamientos puede hacer muy recomendable la consulta

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con un etólogo. La salud psíquica en los gatos es fundamental para controlar o disminuir algunos
problemas dermatológicos que incluyen picor.

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En este capítulo se hace un recorrido por el 10 % de causas de prurito que no por ser menos
frecuentes se deben obviar. Aquí estaremos entrando en muchas circunstancias en otras
especialidades, lo que nos sugiere que, muchas veces, remitir el caso al internista, al oncólogo, al
neurólogo o al etólogo puede ser lo más indicado.

Diagnosticar estas causas de prurito implica frecuentemente haber descartado las causas
dermatológicas primarias, que son las más frecuentes, es decir, parasitosis externas, alergias e
infecciones relacionadas con estas. Podríamos incluir aquí también la infección por dermatofitos
que, aunque no es una causa importante de picor, sí se considera una causa puramente
dermatológica y que en casos de forunculosis o infecciones secundarias puede inducir al rascado.

ENDOCRINOPATÍAS
Las alteraciones endocrinas que más frecuentemente pueden inducir dermatosis por alteraciones
metabólicas son:
Hipotiroidismo canino.
Hiperadrenocorticismo.
Alteraciones de las hormonas sexuales.

El prurito lógicamente rara vez lo produce directamente la falta o exceso de hormona circulante,
sino las consecuencias de la alteración de esta secreción en el metabolismo cutáneo, lo que
altera la homeostasis de la piel con exceso o falta de secreciones de las glándulas anejas,
cambios en la microbiota y la consecuente sensación de picor que por el rascado produce
lesiones que empeoran todo el cuadro.

También puede ocurrir que, en un paciente con una base alérgica genética, la endocrinopatía se
sume para poder superar el umbral del prurito y aumentar su intensidad.

Las alteraciones cutáneas que veremos con más frecuencia son:


Xerosis (fig. 1).
Alteraciones de la queratinización.
Alopecias.
Hiperpigmentación.
Sobrecrecimientos de bacterias y levaduras.
Atrofia cutánea.

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Figura 1. Aspecto de una piel canina con xerosis marcada.

HIPOTIROIDISMO
No suele ser una enfermedad que se caracterice por el prurito, al contrario, en un hipotiroidismo
puro no suele haber picor. Pero sí puede ser causa de otitis y desencadenar prurito ótico o puede
alterar las características de la piel con atrofia, sequedad y deficiencias inmunitarias en el
cemento intercelular, con lo que la flora alterada puede producir dermatitis por bacterias o
levaduras y despertar el acto de rascado (fig. 2).

Figura 2. Bulldog hipotiroideo con deficiente calidad del pelo y xerosis.

HIPERADRENOCORTICISMO
CANINO (HAC)
Esta alteración por exceso de cortisol en sangre produce lesiones que pueden ser muy
pruritógenas por la formación de forúnculos, la calcinosis cutánea (calcinosis cutis), los

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comedones y milias y la atrofia cutánea con xerosis. Además, el HAC iatrogénico ha estado muy
relacionado con el prurito durante años debido al uso excesivo de corticoesteroides como terapia.

El prurito producido por o relacionado con la calcinosis cutis es un gran problema médico, ya que
las placas de calcio en la piel se suelen agrietar e infectar y lo que comienza siendo picor se
agrava hasta el dolor y requiere de un tratamiento tópico frecuente basado en champuterapia
emoliente/hidratante y en muchos casos en la aplicación de dimetilsulfóxido (DMSO).

La ciclosporina, el oclacitinib y el lokivetmab han sido un gran avance en la terapia del prurito,
que han convertido la calcinosis cutis por síndrome de Cushing iatrogénico en una enfermedad
muy ocasional (fig. 3).

Figura 3. Calcinosis cutis iatrogénica por exceso de corticoesteroides.

ALTERACIONES DE
LAS HORMONAS SEXUALES
Estas alteraciones se producen por neoplasias, hiperplasias o quistes en las gónadas tanto en
machos como en hembras. La deficiencia de cualquier hormona sexual produce principalmente
sequedad cutánea y alopecia y, en caso de exceso, como ocurre con los estrógenos, abundante
seborrea oleosa que puede ser pruritógena.

En medicina humana esta descrita la hipersensibilidad a algunas hormonas, principalmente las


sexuales. En veterinaria, a pesar de no haber a día de hoy estudios sobre la relación de estas
hormonas con el prurito, sí se sabe que algunos animales pocos días después de ser castrados
reducen el nivel de rascado de forma notoria. Puede observarse un aumento del picor en el
momento del estro en las hembras (alergia a estrógenos) o en el estado de pseudogestación
(alergia a la progesterona). En los machos es muchísimo menos frecuente. El 90 % de los casos
ocurre en hembras enteras. Las lesiones comienzan por las zonas genitales, perianal y cara
interna de los muslos. La presentación es simétrica, bilateral y avanza hacia la parte delantera del
cuerpo (Miller et al., 2013).

OTRAS
ALTERACIONES HORMONALES

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Existen otras alteraciones hormonales que ocasionalmente pueden originar picor o signos de
rascado que suelen ser difíciles de diferenciar en su origen.

Por ejemplo, en la diabetes mellitus pueden manifestarse alteraciones cutáneas con milias en los
perros que provoquen el lamido por parte del paciente y, en los gatos, fragilidad cutánea que
también hace que se laman.

Los gatos con hipertiroidismo pueden sufrir de alopecia autoinducida que a veces no es fácil de
dilucidar hasta que se realiza el diagnóstico final.

MANEJO
TERAPÉUTICO DE LAS ENDOCRINOPATÍAS
Lógicamente se basa en la corrección de la deficiencia o aumento en la producción de la
hormona. Esto hará indirectamente que a medio plazo las alteraciones cutáneas se corrijan.

La terapia tópica con champús hidratantes y emolientes junto a las lociones hidratantes son un
muy buen recurso para aliviar la sintomatología.

Algunas lesiones específicas necesitarán de la acción de otras moléculas como el peróxido de


benzoílo en los comedones y los derivados del azufre y del ácido salicílico, las esfingosinas, los
extractos de la raíz de Ophiopogon japonicus, de la planta Epilobium angustifolium y los derivados
de la granada para el control de las seborreas.

TRASTORNOS
QUERATOSEBORREICOS PRIMARIOS
Las alteraciones en la producción de las glándulas anejas o en el proceso de descamación de la
piel pueden causar desequilibrios en la barrera cutánea, en el microbioma y en todo lo
relacionado con el ecosistema de este órgano. Hemos visto que las enfermedades parasitarias,
alérgicas, por sobrecrecimientos de microorganismos y hormonales pueden desencadenar estas
mismas alteraciones de forma secundaria produciendo los mismos síntomas.

Las alteraciones primarias de la queratinización más relevantes pueden inducir prurito


generalmente por:
Xerosis.
Sobrecrecimiento de malassezias o bacterias.
Comedones.
Hiperqueratosis con grietas.
Forunculosis secundarias por taponamiento y rotura del folículo.

Dentro de estas alteraciones primarias podemos enumerar las siguientes:


Seborrea primaria idiopática.
Dermatosis sensible a la vitamina A.
Síndrome de los comedones del Schnauzer.
Hiperqueratosis nasodigital (fig. 4).
Dermatosis sensible al cinc.
Ictiosis canina.

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Acné.
Dermatosis del margen auricular canino.
Dermatosis liquenoide-psoriasiforme relacionada con infecciones.

El manejo terapéutico de estos desequilibrios consiste en aportar las sustancias deficientes en los
casos de la vitamina A y el cinc.

En el acné canino, la forunculosis ocurre muchas veces por traumatismos reiterados de la zona,
por ejemplo al comer, y debe tratarse con queratolíticos (peróxido de benzoílo), antiinflamatorios y
sistemas de alimentación que eviten la voracidad (comederos con salientes en su centro para
obligar a coger el alimento poco a poco).

Las otras enfermedades que tienen un origen genético o idiopático se tratan con champuterapia
queratolítica y queratomoduladora y con el aporte de ácidos grasos en la dieta, y en muchos
casos con antiinflamatorios.

En el gato existen procesos parecidos con el mismo mecanismo desencadenante del prurito,
aunque suelen ser mucho más localizados. Estos son:
Acné felino (fig. 5).
Dermatosis facial del gato Persa e Himalayo (“síndrome de la cara sucia”).
Hiperplasia de la glándula u órgano supracaudal (fig. 6).

En el acné debemos descartar Demodex o infecciones para determinar que es puramente un


trastorno queratoseborreico. Es una alteración que suele afectar al mentón y puede darnos
muchos problemas en la respuesta terapéutica. Se suelen usar lociones o champús queratolíticos
junto a pomadas que prevengan las infecciones y corticoesteroides para disminuir la producción
de sebo.

La dermatosis facial suele ser idiopática y se diagnostica tras haber descartado las causas
parasitarias, alérgicas e infecciosas. Habitualmente se administran tratamientos tópicos
antisépticos y ciclosporina, que suele ser la medicación más eficaz (fig. 7).

La hiperplasia de la glándula supracaudal puede causar prurito en forma de lamido intenso


cuando se producen infecciones o dermatitis.

Figura 4. Hiperqueratosis nasal con prurito en la trufa.

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Figura 5. Acné felino pruriginoso en una forunculosis por querion dermatofítico.

Figura 6. Zona de lamido frecuente por hiperplasia del órgano supracaudal, compuesto de glándulas sebáceas.

Figura 7. Prurito facial en un gato Exótico con “síndrome de la cara sucia”.

ENFERMEDADES
AUTOINMUNITARIAS

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En este tipo de enfermedades las alteraciones cutáneas pueden provocar una mezcla de
sensaciones en el paciente, desde el dolor al picor, dependiendo de la profundidad de la afección,
de las alteraciones de la estructura, de la inflamación secundaria y de las infecciones
oportunistas.

Las enfermedades autoinmunitarias que presentan cuadros clínicos donde puede estar presente
el prurito son:
Adenitis sebácea.
Complejo pénfigo.
Lupus cutáneo, principalmente en párpados y trufa.

De estas tres, probablemente el pénfigo foliáceo suele ser el que más puede complicar el
diagnóstico y producir un tipo de prurito que nos puede hacer confundir la enfermedad con algún
tipo de pioderma. Además, se sabe que los pacientes con pénfigo que a su vez son atópicos
pueden tener agravamientos del cuadro clínico en los brotes alérgicos.

En los gatos, el pénfigo foliáceo puede dar cuadros que solo se manifiestan con alopecias y
costras en la cara y leve descamación en los pliegues ungueales. Estas presentaciones clínicas
pueden ir acompañadas de picor y no suelen ser fáciles de diagnosticar sin una biopsia. Las
pústulas y los acantocitos en las citologías de estas son muy difíciles de detectar en este tipo de
pénfigo felino (fig. 8).

El lupus cutáneo principalmente es el que puede desencadenar picor en las uniones


mucocutáneas de la boca y de los párpados, generalmente por irritación actínica y por
alteraciones del microbioma.

La adenitis sebácea puede desencadenar prurito debido a la sequedad de la piel y la abundante


descamación.

Al tratar estas enfermedades suelen resolverse los síntomas asociados, lo que resalta la
importancia del diagnóstico de las alteraciones cutáneas específicas.

En el caso de la adenitis sebácea es fundamental hidratar la piel con lociones o champús. Están
indicados los que contienen derivados de la granada, Epilobium, glicerina, urea, propilenglicol,
fitoesfingosinas, complejos lipídicos, etc. También debemos frenar la pérdida de glándulas
sebáceas debidas a la enfermedad mediante inmunosupresión.

En el complejo pénfigo la irritación y el picor se resolverán cuando la enfermedad deje de producir


pústulas con el tratamiento de inmunosupresión. Además, estos mismos medicamentos
inductores de la remisión suelen ser antipruriginosos.

En el lupus cutáneo es fundamental controlar las infecciones concomitantes con antibióticos y


evitar el sol para que no se produzca el agravamiento actínico.

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Figura 8. Prurito facial grave en un gato con pénfigo foliáceo.

NEOPLASIAS
Toda neoplasia cutánea puede generar lesiones pruritógenas por estimulación de las
terminaciones nerviosas o por liberación de citocinas. También algunos tratamientos
quimioterápicos pueden ser pruritógenos, así como la radioterapia, que puede desencadenar una
radiodermitis muy pruriginosa.

Las neoplasias cutáneas más identificadas con el picor serían:


Linfoma epiteliotrópico de linfocitos T.
Mastocitoma.
Carcinoma de células escamosas y queratosis actínicas.

En estas neoplasias el prurito puede venir generado por las alteraciones estructurales y la
estimulación de terminaciones nerviosas cutáneas y por la liberación de sustancias inflamatorias,
como en el mastocitoma, e interleucinas pruritógenas como la IL-31 en el linfoma (fig. 9).

Las dermatosis de origen actínico y su evolución hacia el carcinoma in situ y el carcinoma de


células escamosas (CCE) se caracterizan por la formación de forunculosis con comedones
actínicos y con mucha xerosis y costras que pueden provocar mucho prurito (fig. 10).

Algunos síndromes paraneoplásicos como el hepatocutáneo en perros pueden desencadenar


xerosis e hiperqueratosis que también provocarían picor.

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El manejo terapéutico de este prurito provocado directa o indirectamente por estas neoplasias
puede aliviarse al tratar específicamente el cáncer o al utilizar ciertas moléculas como los
corticoesteroides, en el linfoma epiteliotrópico o el mastocitoma, y los anticuerpos monoclonales
como el lokivetmab, que puede ser utilizado por la participación de la IL-31 en estos cuadros
(Rook, 2017; Meichner et al., 2019).

Figura 9. Placas eritematosas en un perro con linfoma epiteliotrópico.

Figura 10. Eritema y prurito en la oreja de un gato con queratosis actínica.

CAUSAS
VÍRICAS Y NEUROGÉNICAS

PRURITO DE
ORIGEN VÍRICO
El prurito relacionado con enfermedades víricas casi siempre se produce por las lesiones
cutáneas y la estimulación de nervios periféricos que causan estas.

Podemos relacionar directamente el prurito con la enfermedad de Aujeszky o pseudorrabia, que


provoca un alto nivel de picor en la mitad de los casos en perros, pero que es raro en gatos. En
los perros afectados por este herpesvirus se puede encontrar hemorragia en la médula espinal.

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Estas lesiones generalmente se encuentran en la porción de la médula espinal que inerva el área
que sufre el picor automutilante. Suele ocurrir en una zona de la cara o del cuello.

En algunos casos de moquillo canino (distemper), la encefalitis producida puede producir tics o
movimientos estereotipados que pueden asemejarse al picor o la autolesión.

Estas dos enfermedades víricas suelen tener mal pronóstico y ningún tratamiento, salvo algunos
casos de moquillo que se pueden recuperar, algunas veces con secuelas.

PRURITO
NEUROGÉNICO
También llamado neuropático. Se sabe que una lesión en el sistema nervioso central (SNC) o en
una rama del sistema nervioso periférico (SNP) que tenga relación con la transmisión de la
sensación de prurito puede desencadenar picor en el paciente.

El síndrome de mutilación acral (SMA) es una neuropatía sensitiva hereditaria, autosómica


recesiva, poco frecuente, descrita en el Braco Alemán, Pointer Inglés, Springer Spaniel Inglés,
Spaniel Francés y Pinscher Miniatura (fig. 11). Esta enfermedad se caracteriza por una
automutilación progresiva de la parte distal de las extremidades que afecta a animales de meses
de edad y que no tiene un tratamiento efectivo. El paciente comienza perdiendo la sensibilidad
distal y se mordisquea las uñas y almohadillas, llegando a lesionarse y mutilarse.

Actualmente existe una prueba genética de ADN para poder descartar a los portadores como
reproductores.

Otro caso típico, algo más frecuente que el anterior, es la siringomielia, que se produce por una
alteración de la conformación de la articulación craneovertebral con una pequeña herniación
medular y una disfunción de la circulación o acumulación del líquido cefalorraquídeo. Esto puede
ocurrir también en algunas otras zonas del canal medular provocando retenciones del líquido
cefalorraquídeo.

Esta alteración provoca en el perro el rascado en el aire, como si fuera a un lado de la cabeza o
del hombro. Se puede observar en cualquier individuo, aunque existe cierta predisposición en los
Cavalier King Charles Spaniel y en los perros braquicéfalos.

El movimiento de rascado puede deberse a una sensación de picor o de dolor y puede producirse
no solo en la zona cervical, sino también a veces en el flanco.

El manejo terapéutico de estos casos casi siempre necesita de neurocirugía.

Con respecto a los felinos, el síndrome de hiperestesia felina es una patología que se caracteriza
por episodios intermitentes de inquietud, dilatación pupilar, vocalizaciones, golpeteos/latigueos de
la cola, “tics” en la piel del dorso (rolling skin), acicalamiento excesivo (hasta automutilación) e
incluso agresividad. Su origen podría ser por un tipo de epilepsia o un trastorno conductual.

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Figura 11. Mutilación acral en las extremidades de un perro Pinscher. Imagen cortesía del Dr. Francesco Albanese.

CAUSAS
ETOLÓGICAS
En medicina humana está largamente demostrada la relación entre el prurito y el estrés o los
trastornos psiquiátricos, pero, en veterinaria, aunque los clínicos muchas veces escuchan por
parte de los propietarios que sus animales se rascan más con el estrés, no existen hoy en día
estudios que lo corroboren.

Estos cuadros clínicos deben diagnosticarse solo cuando se ha descartado cualquier causa
orgánica. Después, también debemos tener en cuenta la posibilidad de un origen neurológico
como los comportamientos inducidos por epilepsias. Una vez descartados estos orígenes
podemos asumir que el problema tiene una base puramente etológica.

Asimismo, es importante tener en cuenta que una enfermedad orgánica puede desencadenar
comportamientos estereotipados cuando el individuo se encuentra predispuesto para ello.

En este apartado solo nos referiremos a los comportamientos que pueden ser confundidos con la
actitud que desarrolla un paciente al sentir la necesidad de rascarse o lamerse.

95
Se podrían relacionar claramente algunos cuadros clínicos con alteraciones de la conducta en
perros y en gatos, como:
Persecución de la cola en el perro.
Succión compulsiva del flanco.
Dermatitis acral por lamido en el perro.
Alopecia autoinducida felina.
Dermatitis de cabeza y cuello de origen psicógeno en el gato.

PERSECUCIÓN
DE LA COLA EN EL PERRO
En este caso debemos asegurarnos de que el animal no padece algún tipo de dolor referido, una
infección o parasitosis en la cola.

La persecución de la cola es bastante frecuente en algunos perros y puede llegar a la mutilación


de la punta. En algunas circunstancias no hay más solución que la amputación quirúrgica para
interrumpir el círculo vicioso de persecución y lesión.

SUCCIÓN
COMPULSIVA DEL FLANCO
Relacionado con el estrés y el mal manejo de los perros en lo que respecta al enriquecimiento
ambiental. Es más frecuente en Doberman y en Pinscher Miniatura. En estos casos es
fundamental la corrección del ambiente en lo relacionado a su enriquecimiento e intentar reforzar
las conductas positivas que tiendan a desviar este comportamiento patológico.

Un ambiente o entorno enriquecido es el que satisface las necesidades conductuales y mejora


el bienestar del animal.

La consulta con etólogos especialistas es una medida fundamental.

DERMATITIS ACRAL
POR LAMIDO
Es un síndrome en el que el perro se lame insistentemente una zona determinada produciendo
placas alopécicas, firmes, ovaladas y sobresalientes. El lugar afectado más frecuentemente es el
carpo, aunque puede ocurrir en el tarso, en los dedos o en algunas otras zonas distales de los
miembros. El lamido y la infección producen rotura folicular con forunculosis en placa.

La causa de este problema puede ser multifactorial y compleja, con una alteración de
comportamiento basada en problemas de dolor, picor, neuropáticos o simplemente etológicos.

Debemos descartar problemas ortopédicos, alérgicos o dolores por otras causas. Si al tratar estas
enfermedades primarias no logramos controlar el cuadro, se utilizan medicamentos para
trastornos neurogénicos o dolores neuropáticos, como la gabapentina, la amantadina o la
naltrexona. Los antibióticos y en algunos casos los corticoesteroides deben ser la primera opción,
lo mismo que los tratamientos tópicos incluida la capsaicina para bloquear la sustancia P.

96
Existen vendajes fabricados por casas de ortopedia veterinaria que pueden ayudarnos a controlar
el comportamiento, pero, a veces, un buen vendaje “indestructible” hecho por un zapatero o
talabartero puede ser la mejor manera de iniciar el control de la enfermedad. En algunas razas de
perros con mucha fuerza y poderío en sus mandíbulas, solo hacen falta pocos minutos para que
la venda sea destruida.

ALOPECIA
AUTOINDUCIDA FELINA
Este es uno de los cuatro patrones reactivos típicos de los gatos ante diferentes tipos de noxas en
la piel. El tricograma nos permitirá saber si la alopecia es autoinducida gracias a la observación
de pelos rotos.

Es un cuadro clínico donde se debe descartar cualquier tipo de alergia y parásitos antes de
pensar que el origen pueda ser etológico. En estos casos el enriquecimiento ambiental será
fundamental, permitiendo que el paciente disponga de todo lo necesario para no sufrir estrés.

El algoritmo diagnóstico iniciado con la utilización de corticoesteroides para comprobar la


respuesta puede ser el primer paso para lograr diferenciar el origen de este comportamiento (fig.
12).

Figura 12. Algoritmo diagnóstico diferencial de la dermatosis de cabeza y cuello felina según la respuesta a
corticoesteroides.

DERMATITIS DE CABEZA
Y CUELLO DE ORIGEN PSICÓGENO EN EL GATO
Siempre se ha asociado este patrón reactivo felino principalmente a parasitosis como Otodectes y
Notoedres y a las alergias relacionadas con alimentos como causas más probables, aunque,

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como hemos visto en capítulos anteriores, muchas otras patologías pueden provocar este cuadro
reactivo.

Sin embargo, y con poca frecuencia, este patrón se puede deber a un problema de estrés o
desequilibrio de la relación con el entorno en la especie felina (Cochet-Faivre et al., 2017).

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En los capítulos anteriores hemos citado los tratamientos más utilizados para el control del prurito
según la enfermedad que lo provoca. Es importante reseñar que cualquiera que sea la patología
que afecte al paciente, si esta es la causa primaria del picor, su control significará la desaparición
de la sensación, salvo excepciones, como en aquellos casos en que se produzcan cambios
irreversibles en la piel.

El problema surge frecuentemente cuando esta causa primaria solo puede controlarse, sin lograr
su curación total definitiva. En estos casos siempre habrá que estar pendiente de una medicación
de mantenimiento para que el prurito no se presente, pero el paciente estará expuesto a cambios
coyunturales que podrán desencadenar brotes o recaídas que nos obligarán a reajustar las dosis
o a cambiar de medicamentos.

En la tabla 1 se clasifican las causas de prurito y sus objetivos terapéuticos según sean curativos
o paliativos.

TABLA 1. OBJETIVOS TERAPÉUTICOS SEGÚN LA CAUSA DE


PRURITO Y EL TRATAMIENTO APLICADO.
Causa del prurito Manejo terapéutico Objetivo
Parásitos externos Antiparasitarios externos Curación
Infección bacteriana primaria Antisépticos/antibióticos Curación
(poco frecuente)
Infección micótica primaria Antimicóticos Curación
Si se evita la causa Control total
Si no se evita la causa (tratamiento sintomático) Control variable, en general
Hipersensibilidades bueno
Si se desensibiliza Control variable, a veces
muy bueno
Corrección de niveles hormonales Control total
Endocrinopatías Castración (si existe un exceso de hormonas Curación
sexuales de origen gonadal)
Trastornos queratoseborreicos Medicación específica y general Control variable
primarios
Enfermedades autoinmunitarias Inmunosupresión relativa Control variable
Neoplasias Medicación específica o sintomática Tratamiento sintomático,
control variable
Origen neuropático Cirugía/medicación Curación o control variable
Origen etológico Reeducación y manejo del entorno/medicación Curación o control variable
Errores de manejo Medidas correctoras Curación

También es interesante hacer un listado donde se vea cuáles son las causas más frecuentes por
las que un paciente controlado puede recaer en la sensación de picor.

Como vemos en la tabla 1, existen enfermedades pruriginosas que se pueden resolver


definitivamente logrando la curación (fig. 1), pero existen otras donde la ausencia de prurito
dependerá de una medicación permanente y de unos cuidados constantes que en algunos casos
serán variables, ya que muchas de estas enfermedades son multifactoriales y dinámicas y
requerirán permanentemente reajustes en la medicación (fig. 2).

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Figura 1. Sarna sarcóptica, que se resuelve totalmente con el tratamiento indicado.

Figura 2. Pénfigo foliáceo en un Shar Pei con mucho prurito facial.

CAUSAS DE RECIDIVA DEL PRURITO


Permanecen o aparecen parásitos en el entorno o desde otro animal.
Aumento temporal del nivel de alérgenos implicados.
Aumento de peso, lo que provoca que la dosis sea insuficiente si esta está en el límite
inferior.
Surgimiento de alérgenos alimentarios.
Acostumbramiento al medicamento, como la taquifilaxia en los corticoesteroides.
Anticuerpos contra anticuerpos monoclonales (muy infrecuente).
Nueva enfermedad que agrave el cuadro (infecciones, endocrinopatías, etc.).
Estímulo estresante, principalmente en gatos.
Errores puntuales en el manejo terapéutico:
Mal aclarado del champú, del agua salada o del agua con polen.
Relajación u olvido por parte del responsable en la administración del medicamento o en
su frecuencia.
Foliculitis coyunturales por cepillados agresivos o paseos por zonas agrestes.

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Dermatitis actínica que agrava el cuadro por permitir la exposición al sol.
Xerosis por uso de champús muy agresivos en su efecto detergente o sin hidratantes, o
por secado con secador de pelo muy cercano y con aire caliente.

LAS ÚLTIMAS
NOVEDADES TERAPÉUTICAS
Nos referiremos aquí a los últimos avances en la terapia contra el prurito respecto a:
Medicación tópica.
Dietas y nutracéuticos.
Medicación sistémica antipruriginosa específica.
Combinaciones de medicaciones para situaciones especiales.

MEDICACIÓN
TÓPICA
La tendencia actual en la dermatología es incidir principalmente en el objetivo único y real que es
la piel, y específicamente en la zona afectada, intentando que el tratamiento sea lo más
específico posible, sin actuar más allá de lo necesario. Con esto logramos especificidad de diana
terapéutica y menos efectos secundarios.

La profesión veterinaria de los últimos años ha experimentado un gran cambio debido al


desarrollo de la medicina de pequeños animales y a su relación estrecha con la familia de la
especie que los suele cobijar, que es la humana.

Se ha pasado de los tratamientos sistémicos para casi todo tipo de enfermedades a la utilización
de métodos tópicos que constituyen una terapia mucho más específica e inocua.

La evolución de la tendencia hacia estos tratamientos tópicos se podría deber a los siguientes
puntos:
El papel del perro y el gato como animales de compañía y su estrecha relación de convivencia
con nosotros.
El concepto del microbioma como un órgano más y que se debe intentar no perjudicar.
La participación de los propietarios y su implicación en el manejo terapéutico.
La progresión en los últimos años de este tipo de tratamientos con una gran mejora en su
forma de aplicación y su eficacia terapéutica.
El concepto de terapia adyuvante, que ha permitido con los tratamientos tópicos disminuir o
acortar la dosis de otros tratamientos, principalmente sistémicos.
El concepto One Health y la aparición de cepas bacterianas multirresistentes que pueden
seleccionarse favorablemente si se utilizan antibióticos sistémicos sin necesidad.

Si nos referimos únicamente a tratamientos sintomáticos tópicos que actúan directamente sobre
el prurito, estos se pueden basar en las moléculas recogidas en el cuadro 1.
Cuadro 1. Moléculas presentes en los tratamientos tópicos para el control del prurito.

Ácido salicílico.
Tacrólimus.

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Pimecrolimus.
Cal azufrada.
Mentol/alcanfor/timol.
Capsaicina.
Pramoxima.
Polidocanol.
Doxepina.
Canabinoides.
Antagonista del receptor TRPV1 (receptor de potencial transitorio vaniloide 1).
Corticoesteroides:
Aceponato de hidrocortisona (dermoesteroide).
Prednisona/prednisolona/triamcinolona (potencia media).
Betametasona/mometasona/fluocinolona (potencia alta).
Sustancias calmantes de origen vegetal como:
Coloides de avena.
Extracto de granada.
Aloe vera.
Derivados del coco.
Caléndula.
Romero.
Hipérico.

Estos productos calman el picor localizado, refrescando, reconstruyendo, inhibiendo citocinas,


anestesiando o bloqueando receptores. Pero indirectamente también se puede tratar el picor
mejorando la piel en su estructura mediante hidratación, normalización del microbioma y
regularización de la producción de las glándulas anejas.

Las sustancias más utilizadas como antipruriginosos tópicos para afecciones localizadas son la
cortisona y el tacrólimus. También acaba de salir al mercado un inhibidor del receptor TRPV1 que
interrumpe la estimulación neuronal del prurito por la acción de la molécula HMBG
(hidroximetoxiyodobenzil glicoamida pelargonato).

El microbioma se puede normalizar gracias a su capacidad de resiliencia y estimulando la


producción de péptidos o aportándolos. Las defensas de la piel se pueden favorecer induciendo la
producción de péptidos y defensinas o aportando nutrientes o bacterias específicas al
microbioma. La xerosis es también un importante agravante del prurito (fig. 3). En el cuadro 2 se
describen los productos más utilizados actualmente para estos fines.

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Figura 3. Caso grave de xerosis en un perro con dermatitis atópica crónica.
Cuadro 2. Productos presentes en los tratamientos tópicos habituales para la mejora de la piel.

Antisépticos y antibióticos (antibacterianos y antimicóticos)


Ácido acético/ácido bórico.
Ácido fusídico.
Ácido hipocloroso.
Azoles.
Azufre coloidal.
Clorhexidina al 2 % o más.
Cloroxilenol.
Florfenicol.
Hipoclorito de sodio diluido.
Compuestos yodados.
Lactato de etilo.
Mupirocina.
Peróxido de benzoílo.
Piroctona olamina.
Polimixina/neomicina/gentamicina.
Quinolonas tópicas.
Terbinafina.
Triclosán.
Compuestos que aportan defensas a la piel
Péptidos.
Estimulantes de las defensinas: extracto de hoja de Peumus boldus, extracto de Spiraea (Filipendula) ulmaria.
Monosacáridos/alquilpoliglucósidos.
Aplicación tópica de Lactobacillus rhamnosus y L. reuteri: tiene una acción preventiva y puede reducir la
gravedad de la dermatitis en la DAC, promoviendo el reequilibrio y la diversificación de la microbiota cutánea.
Mejoradores de la barrera cutánea
Humectantes-emolientes:
Agua (el más importante).
Glicerina.
Pantenol.
Urea.
Alantoína.
Propilenglicol/etilenglicol.

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Sorbitol.
Ácido hialurónico.
Coloide de avena
Aloe vera.
Extracto de granada.
Gluconato de cinc.
Epilobium angustifolium.

Reparadores lipídicos:
Liposomas.
Fitoesfingosinas.
Ácidos grasos ω-6.
Ceramidas.
Microcápsulas de transporte de humectantes en profundidad.
Colesterol.
Escualenos.
Fosfolípidos.
Extractos de la raíz de Ophiopogon japonicus.
Ácido hialurónico.

Todos estos principios activos se pueden aplicar mediante diferentes vehículos. Cuando el
tratamiento debe administrarse en todo el cuerpo puede hacerse en forma de lociones o espumas
que no hace falta aclarar, o en forma de champús que al aclararse permanecen menos tiempo
actuando como terapia, aunque estos últimos ejercen mejor acción limpiadora y pueden penetrar
más.

Los champús ejercen su acción gracias a los tensoactivos, que son moléculas anfifílicas
(anfipáticas), es decir, dotadas de afinidad dual, tanto para el agua como para las grasas.

Los tensoactivos pueden clasificarse en cuatro grupos con arreglo a su naturaleza iónica:
1. Aniónicos (limpiadores y espumantes suaves).
2. Catiónicos (textura y volumen del pelo).
3. No iónicos (antiirritantes).
4. Anfóteros (limpiadores y espumantes).

Estas acciones son muy importantes para el control del picor, ya que sirven para arrastrar
impurezas y microorganismos según su carga iónica y su afinidad. Cuando indicamos que un
champú permanezca 5-10 minutos antes de ser aclarado, estamos permitiendo que estos agentes
se liguen con las impurezas para arrastrarlas en el momento del enjuague.

También existe la posibilidad de utilizar champús con agentes calmantes en baños de inmersión
combinados con burbujas de ozono (fig. 4). Se ha incrementado el uso de esta terapia
últimamente como alivio en pieles irritadas y con prurito y seguramente se necesiten más estudios
que amplíen la evidencia científica de su efectividad.

Es interesante reseñar algunas características de las lesiones pruriginosas para saber qué tipo de
medicación tópica aplicar (tabla 2). Algunas de ellas, según la profundidad de la afección,
necesitarán además terapia sistémica. Cuanto más profundas son las lesiones, menos prurito y
más dolor provocan (figs. 5 y 6).

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Figura 4. Baño de inmersión con burbujas de ozono como terapia calmante.

TABLA 2. TRATAMIENTO TÓPICO INDICADO SEGÚN EL TIPO DE


LESIÓN PRURIGINOSA.

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Figura 5. Blefaritis muy pruriginosa en un perro con reacción adversa a alimentos (RAA).

Figura 6. Pioderma facial grave en un perro con dermatitis atópica (DAC).

DIETAS Y
NUTRACÉUTICOS
En general, las dietas con componentes mejoradores y reparadores de la piel actúan de forma
indirecta aliviando el prurito al mejorar las alteraciones que lo provocan, como la xerosis y las
deficiencias de elementos intercelulares en su relación con el microbioma. Estos elementos
intercelulares son sustancias bacteriostáticas y micostáticas producidas por las células de la
epidermis que, junto a la variedad natural de cepas de la microbiota y los receptores de pared de
los queratinocitos, están implicados en el equilibrio de esta flora en general.

Los nutracéuticos en general persiguen el mismo fin. Lógicamente ambos medios terapéuticos
actúan a largo plazo y las grandes ventajas de su uso no se pueden ver reflejadas en los
pacientes al menos hasta un mes después del inicio de su administración.

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Los componentes reparadores y estabilizadores del cemento intercelular y la piel en general son:
Ácidos grasos ω-3 y ω-6.
Nucleótidos.
Oligoelementos como el cinc, manganeso, yodo y selenio.
Vitaminas como la biotina, vitamina D, betacaroteno y vitamina E.
Ácido hialurónico.
Aminoácidos esenciales.

Algunos componentes de la dieta y ciertos nutracéuticos pueden tener una acción antipruriginosa
directa:
Ácidos grasos ω-3: antiinflamatorios.
Fitonutrientes de acción antiinflamatoria o antipruriginosa como la quercetina y los polifenoles.
Palmitoiletanolamida (PEA).

Recordemos que una dieta con proteína novel o hidrolizada evita indirectamente el prurito dado
que no expone al paciente a proteínas alergénicas alimentarias.

Los probióticos y los prebióticos tienen un papel fundamental en la regeneración y el


mantenimiento de un microbioma intestinal sano, pero también en otros microbiomas como el
cutáneo puesto que están interrelacionados. Cada día se avanza más en el conocimiento de la
relación que pueden tener las alergias y la salud del microbioma, por lo que diferentes casas
comerciales de alimentación y nutracéuticos los están incorporando como otra herramienta
terapéutica de vanguardia.

Actualmente se están utilizando los lactobacilos L. rhamnosus y L. reuteri vivos liofilizados


(probióticos) microencapsulados por vía oral combinados con diferentes fitonutrientes y
polifenoles con estos fines (Craig, 2016).

Existen otros probióticos, algunos de origen específicamente canino, en comprimidos o en polvo,


basados principalmente en Enterococcus faecium y Bacillus subtilis combinados con
carbohidratos como la inulina que actúan como prebióticos para favorecer a estas cepas
bacterianas. También pueden estar acompañados de betaglucanos como inmunomoduladores.

Estos prebióticos también se pueden aplicar por vía cutánea en forma de aerosol.

La palmitoiletanolamida (PEA) es un canabinoide endógeno que se utiliza por vía oral y que ha
mostrado su eficacia farmacológica disminuyendo la inflamación y el prurito. Reduce la liberación
de los mediadores de la respuesta inmunitaria (histamina, prostaglandina D2 —PgD2— y factor de
necrosis tumoral —TNF-α—) procedentes de los mastocitos cutáneos caninos (Cerrato et al.,
2010).

MEDICACIÓN
SISTÉMICA ANTIPRURIGINOSA ESPECÍFICA
Este tipo de medicación es la que actúa bloqueando la sensación de prurito a través de la
interferencia en los diferentes mecanismos biomoleculares que lo producen.

En el primer capítulo hemos comentado que existen numerosos receptores y citocinas que
intervienen en la producción del picor, y que muchos de estos mecanismos están
interrelacionados y se repiten o entrelazan por diferentes vías.

111
Hemos visto también que existen diferentes causas de prurito, las más importantes, y que cada
una de estas activa uno o varios de estos mecanismos para producir la sensación pruriginosa.

A medida que avanzan las investigaciones se afina más en la especificidad de la diana que
provoca el picor en cada enfermedad, por ejemplo, la IL-31 en la dermatitis atópica canina (DAC).
Pero también se sabe que en esta enfermedad existen otras sustancias que pueden intervenir y
que, en el gato, también la IL-31 y otras citocinas son importantes. Actualmente se puede decir
que la IL-31 está implicada en todas las enfermedades alérgicas en general.

Debido a todo esto, en algunas situaciones podemos actuar directamente en la citocina específica
con una alta precisión, pero en otras ocasiones necesitamos bloquear receptores o varias
citocinas para controlar el prurito. Los antipruriginosos sistémicos se pueden definir según la
amplitud del espectro que abarcan, de mayor a menor espectro, es decir, de menos especificidad
a más especificidad (tabla 3).

Estos tratamientos que actúan en definitiva sobre el sistema inmunitario deben utilizarse en un
equilibrio óptimo que va desde la inmunomodulación a la inmunosupresión.
TABLA 3. ESPECTRO DE ACCIÓN Y EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS
PRINCIPALES FÁRMACOS ANTIPRURIGINOSOS.
Antipruriginoso Espectro de acción Efectos secundarios
Corticoesteroides Amplio-poco específico ++++
Ciclosporina Amplio-medio +++
Oclacitinib Medio ++
Lokivetmab Bajo-muy específico +

CORTICOESTEROIDES
Mediante la acción antiinflamatoria múltiple que producen (Jares y Pignataro, 2002) pueden
controlar el picor por diferentes mecanismos, entre los que destacan como más importantes:
Reducen el número y la activación de eosinófilos, desencadenando su apoptosis y
disminuyendo algunos de sus factores quimiotácticos como la IL-3 y la IL-5.
Reducen la proliferación de linfocitos T e inducen su apoptosis al disminuir la acción de la IL-2.
Reducen también la cantidad de monocitos (células presentadoras de antígeno), células
dendríticas, mastocitos y otras células inflamatorias y, por lo tanto, se disminuye la producción
de citocinas y de mediadores por parte de las células epiteliales.
Inducen la síntesis de proteínas con efecto antiinflamatorio e inhiben la síntesis de numerosos
factores proinflamatorios y de crecimiento.

Sin embargo, con la gran amplitud de mecanismos antiinflamatorios que abarcan para lograr el
cometido antipruriginoso producen abundantes efectos secundarios relacionados con la dosis y el
tiempo de administración.

Igualmente, los corticoesteroides son un recurso muy útil para tener en cuenta en ciertas
situaciones como:
El control de una inflamación importante y un prurito de alto nivel que necesite de la
combinación de varias herramientas terapéuticas (fig. 7).
Periodos cortos para controlar picores principalmente parasitarios.
Prurito alérgico acompañado de gran estenosis auricular o pododermatitis marcada.
Gatos de difícil manejo en forma de inyecciones de liberación lenta.
Utilización de corticoesteroides no tan habituales (dexametasona) en ciertos pacientes felinos
refractarios a otros corticoesteroides.

112
Posibilidad de realizar una dieta de eliminación diagnóstica acortada de un mes, utilizando
corticoesteroides los primeros 15 días (Favrot et al., 2019).

Figura 7. Edema angioneurótico en un Bulldog Francés que necesita la aplicación urgente de corticoesteroides.
Pueden observarse los habones en la cara.

Es importante reseñar que debemos evitar la aplicación de corticoesteroides inyectables de


liberación lenta debido a su absorción errática, sobre todo en perros. En gatos se pueden
utilizar, principalmente en aquellos animales de difícil manejo.

CICLOSPORINA
La ciclosporina disminuye la respuesta inmunitaria celular. También inhibe la producción y
liberación de linfocinas, incluyendo la IL-2, gracias a la inhibición de la calcineurina. La dosis
utilizada en perros y gatos en general busca un efecto inmunomodulador para evitar varios de los
efectos secundarios que puede producir.

Debemos tener en cuenta que su mecanismo de acción suele tardar más de 10 días en
evidenciarse, por lo que no es la medicación indicada para un brote agudo de picor, sino como
molécula de mantenimiento.

Puede ser una buena opción frente al uso de corticoesteroides en determinadas circunstancias.

Se utiliza principalmente en los siguientes casos:


Cuadros de forunculosis y trico/queratogranulomas con prurito.
Control de cuadros alérgicos en gatos a largo plazo.
Utilización en pulsos de forma proactiva algunos días a la semana.
En casos graves de DAC, principalmente cuando hay una alteración marcada de la estructura
cutánea por liquenificación y degeneración crónica.
En pastores alemanes con tendencia al pioderma profundo.
Utilización junto a corticoesteroides u oclacitinib para cubrir los primeros días en que no actúa.
Transcurridas aproximadamente dos semanas, se suspenden estas moléculas para dejar actuar
a la ciclosporina.

OCLACITINIB
El tratamiento con oclacitinib inhibe selectivamente las vías clave involucradas en el picor y la
inflamación asociados con diferentes tipos de prurito alérgico. Su acción se produce
selectivamente inhibiendo citocinas dependientes de la enzima Janus-cinasa 1 (JAK1), con

113
efectos mínimos frente a citocinas dependientes de la Janus-cinasa 2 (JAK2) implicadas en la
hematopoyesis.

Las actividades relacionadas con la enzima JAK1 desempeñan un papel importante en la


señalización de citocinas a través de los transductores de señal y activadores de la transcripción
(STAT). Participan en la transducción de señales de muchos procesos proinflamatorios,
proalérgicos y pruritógenos. En esta acción se incluyen las citocinas implicadas en la dermatitis
atópica, como son la IL-2, IL-4, IL-6, IL-13 e IL-31. Esta última se ha demostrado que es clave en
la señal del prurito.

Es una excelente herramienta muy utilizada en perros con prurito con efectos secundarios muy
infrecuentes (Cosgrove et al., 2013; Ríos et al., 2021).

Se indica administrarlo dos veces al día durante los primeros días para lograr un efecto
antipruriginoso y antiinflamatorio mayor para luego reducir a la mitad de la dosis diaria como
mantenimiento. Es importante administrar esta dosis justo antes del momento del día en que más
se rasca el paciente o, en muchos otros casos, repartir esta dosis en dos tomas diarias.

Fuera de prospecto y en casos individuales existen pacientes que pueden necesitar una dosis
siempre en el límite máximo y dos veces al día durante periodos más largos de los indicados
normalmente, que son dos semanas (Cosgrove et al., 2015). Se ha demostrado que su uso aun
con este régimen es muy seguro, ya que para lograr efectos inmunosupresores habría que
alcanzar diez veces la dosis (Banovic et al., 2019). Este régimen de uso dos veces al día, según
estudios recientes, incrementa su efecto antiinflamatorio asemejándose al efecto de la
prednisolona.

En los últimos años se están descubriendo otros usos de la molécula como en casos de
dermatopatías isquémicas (Olivry y Banovic, 2019) y en enfermedades autoinmunitarias (Burton
et al., 2020).

Un estudio reciente sobre la farmacocinética del oclacitinib en gatos ha demostrado que la dosis
terapéutica y la frecuencia de uso serían un poco mayores que en el perro, inhibiendo la IL-31
que también es importante en la especie felina (Ferrer et al., 2019).

El oclacitinib se puede utilizar principalmente en los siguientes casos:


En cuadros de prurito transitorio combinado con inflamación (DAPP, Sarcoptes), xerosis o
irritaciones extensas.
En pacientes atópicos que presenten mucha inflamación, principalmente en los oídos, en el
área interdigital o con seborrea.
En pacientes de primera consulta cuyos responsables estén desorientados y necesitemos
ganar su confianza con un control rápido del prurito. Después podremos pasar al lokivetmab.
En casos de DAC crónica con liquenificación e hiperpigmentación. Se puede usar en primera
instancia y a veces combinar con lokivetmab para luego reducir el oclacitinib una vez controlada
la inflamación.
Gatos alérgicos con prurito en los que la terapia tradicional no ha logrado efectividad (fuera de
prospecto actualmente).
Algunos casos de urticaria pigmentosa del gato Esfinge (experiencia del autor).
En fallos del lokivetmab.

LOKIVETMAB
El lokivetmab es un anticuerpo monoclonal caninizado (mAb) que se une selectivamente y
neutraliza la IL-31. Se caracteriza por su rápido inicio de actividad, dosificación mensual, falta de
restricción de edad en su uso, seguridad y compatibilidad con otros medicamentos. Este

114
anticuerpo monoclonal fue aprobado inicialmente para el tratamiento de la dermatitis atópica en
perros en una dosis objetivo de 1,0 a 2,0 mg/kg, según países, administrado por vía subcutánea.
Últimamente se ha ampliado su licencia también para prurito alérgico en general.

Se sabe por estudios recientes que la IL-31 tiene relación con el desarrollo de nuevas
terminaciones nerviosas de conducción del picor, por lo que, el uso proactivo de este anticuerpo
monoclonal puede frenar este proceso controlando el prurito (Banovic et al., 2019).

Además de su gran eficacia, la inocuidad es otra de sus valiosas características que le permiten
ser administrado a cualquier edad y con enfermedades concomitantes, incluidas neoplasias
(Souza et al., 2018).

Recientemente se ha publicado un estudio que confirma que la actividad óptima del lokivetmab se
puede alcanzar en algunos perros tras la segunda o, en algunos casos, la tercera inyección
(Schissler, 2020).

En cuanto a las indicaciones del lokivetmab:


Primera elección en prurito alérgico; primera opción de forma proactiva.
Primera opción en perros con inmunidad cutánea alterada (casos con pioderma y
sobrecrecimiento por malassezias).
Primera opción en cachorros con prurito alérgico.
Prurito alérgico sin diagnóstico muy claro y con poca inflamación.
Prurito por enfermedad neoplásica (mastocitoma, linfoma epiteliotrópico).
Prurito en síndrome de Cushing, otras endocrinopatías y otras enfermedades sistémicas.
Inicio de dieta de eliminación diagnóstica. El lokivetmab cubre los primeros 30 días de picor y
luego se deja actuar a la dieta para ver su eficacia.

Como vemos, se han encontrado otras aplicaciones donde la IL-31 desempeña un papel
importante en el origen del prurito, como en las mastocitosis caninas y en el linfoma cutáneo
epiteliotrópico de linfocitos T (fig. 8).

En medicina humana se sabe que la IL-31 está implicada también en el desarrollo de conjuntivitis
y alopecias alérgicas y se relaciona con colitis inmunomediadas, por lo que no sería extraño que
la utilidad de este producto se amplíe en el futuro (Burton, 2020).

115
Figura 8. Mastocitomas múltiples con prurito en un Boxer.

TERAPIA PROACTIVA
Una vez descritas las sustancias importantes en el tratamiento sistémico del prurito, podemos
comentar la importancia de la terapia proactiva, que significa actuar terapéuticamente antes de
que ocurran los eventos, es decir, de forma preventiva. En las alergias es mucho más importante
actuar en los periodos entre brotes que en los brotes mismos (tabla 4).

Antes de terminar esta parte del capítulo no debemos olvidar mencionar la inmunoterapia
específica de alérgeno (ASIT: allergen-specific immunotherapy) que, a pesar de no ser un
tratamiento sintomático específico del prurito de la dermatitis atópica, sí debemos tenerla muy en
cuenta para indirectamente reducir este síntoma a largo plazo cuando es efectiva. Recientemente
se ha evolucionado en la aplicación de esta inmunoterapia, desarrollándola para su
administración por vía oral o con una pauta más espaciada. También se están desarrollando
nuevas técnicas diagnósticas serológicas que reconocen la parte carbohidratada de la molécula
alergénica que puede ser importante en el origen de reacciones cruzadas en la hipersensibilidad
(Gedon et al., 2019).

Con respecto a los gatos, las pruebas serológicas específicas de alérgeno detectan IgE
circulantes que, en ocasiones, pueden estar presentes en menor cantidad debido a una respuesta
inmunitaria celular y humoral más compensada, lo que puede hacer que en un 30-50 % de los
gatos estas IgE sean indetectables. Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías estas IgE se
pueden exponer y detectar mejor.
TABLA 4. FORMAS MÁS HABITUALES DE TERAPIA PROACTIVA.
Fármaco y administración Indicaciones y efectos
Itraconazol sistémico bisemanal Previene el sobrecrecimiento de levaduras.
Lokivetmab mensual (Olivry y Previene los brotes de prurito y el desarrollo de nuevas terminaciones nerviosas
Banovic, 2019) cutáneas. Su aplicación desde cachorro podría frenar la evolución de la
enfermedad atópica.
Corticoesteroides sistémicos Como apoyo en casos refractarios.
bisemanales
Corticoesteroides tópicos Aceponato de hidrocortisona, principalmente en pruritos rebeldes como los
bisemanales podales o en los oídos.
Ciclosporina bisemanal tras un Pacientes con tendencia inflamatoria y forunculosis.
periodo de inducción
Antisépticos tópicos en los oídos Pacientes con tendencia a la inflamación y al sobrecrecimiento de
como Tris-EDTA, clorhexidina o microorganismos en el oído.
péptidos

TRATAMIENTO
DE PACIENTES DIFÍCILES
Estadísticamente los pacientes con prurito llamados difíciles son pocos, pero siempre nos tocará
algún perro o gato refractario a muchos tipos de tratamiento y con los que podemos llegar a
perdernos o desorientarnos. Debemos tener en cuenta que existen especialistas a nuestra
disposición que pueden tener una visión más profunda en ese campo específico y podrán
ayudarnos.

Estos casos son los que muchas veces pueden necesitar la combinación de diferentes
tratamientos o la utilización de una dosis total algo fuera de prospecto.

116
Además de todas las medicaciones detalladas, puede haber casos en que se necesite recurrir a:
Psicofármacos o antidepresivos.
Gabapentina o amantadina.
Maropitant.
Antihistamínicos ansiolíticos como la hidroxicina.
Combinaciones como:
Lokivetmab y oclacitinib.
Ciclosporina y corticoesteroides.
Ciclosporina y oclacitinib.
Lokivetmab/oclacitinib y pulsos de corticoesteroides.
Inmunosupresores:
Azatioprina.
Clorambucilo.
Micofenolato de mofetilo.

Tener que mantener el collar isabelino para que un animal no se rasque porque el tratamiento
no está funcionando es uno de los mayores fracasos que podemos “sufrir” en nuestro trabajo.

TENDENCIAS
TERAPÉUTICAS FUTURAS
Según las últimas investigaciones, las dianas terapéuticas del prurito podrían centrarse en
determinadas sustancias que se ha visto que se elevan en la circulación en pacientes con
dermatitis atópica, como la IL-17, IL-31 y la IgE total, junto con anomalías en el leucograma
(Chaudhary et al., 2019).

Se ha relacionado el incremento de la IL-34 circulante con un aumento del prurito (Gow et al.,
2020).

También se están llevando a cabo estudios con anticuerpos monoclonales anti-IL-31 en gatos
para su uso terapéutico.

Otros estudios van dirigidos a lograr nuevos inhibidores de receptores celulares y nuevos
anticuerpos frente a otras citocinas o Ig que puedan intervenir en el mecanismo del prurito y de
las alergias. Por ejemplo, la inducción de anticuerpos IgG anti-IL-31 por vacunación con partículas
similares a virus en perros (Bachmann et al., 2018).

117
118
119
120
121
La persona responsable del animal que acude a la consulta es clave en el diagnóstico y en el
éxito del tratamiento de cualquier enfermedad.

Si nos referimos a la dermatología, a pesar de ser la piel un órgano expuesto que se supone que
nos da muchas pistas con solo mirarlo, la similitud de muchos patrones en diferentes
enfermedades y la subjetividad a la hora de evaluar la sensación del prurito hacen que la
interlocución con esta persona que convive con el paciente se pueda considerar esencial.

LA IMPORTANCIA
DEL PROPIETARIO EN EL MANEJO DEL PRURITO
Así como no existen enfermedades sino enfermos, tampoco existen dos propietarios iguales
respecto a una misma enfermedad animal.

El veterinario debe tener la suficiente empatía y habilidad para “sacar” de la persona responsable
la mayor información referente a la dolencia, de la forma más objetiva y mensurable posible.

Como hemos comentado en otros capítulos, la sensación de prurito es importante principalmente


por provocar una alteración negativa en la calidad de vida del paciente y de la gente que convive
con él. Con esto podemos establecer que, si el picor no provoca lesiones ni perjudica al paciente
en su conducta y no altera la tranquilidad del responsable no será objeto de consulta con el
veterinario.

Así, si el animal vive en el exterior, sin compartir vivienda con la persona, la inquietud que
provocará en esta podrá ser menor. Cuanto más cercana sea la convivencia, mayor será la
preocupación del propietario, no solo por las lesiones que se pueda provocar el animal, sino
también por el desagrado que pueden causar los ruidos y la imagen de un animal rascándose o
lamiéndose.

122
Por todo esto, siempre será muy importante que la persona que viene a consultar sobre el
problema sea la que convive más cercanamente o más horas con el paciente.

En el momento de la consulta, la información que pueda aportar el responsable sobre el paciente


será clave en los siguientes puntos:
Medir la intensidad del prurito.
Comentar en qué estación del año o en qué momento del día se rasca más.
De qué forma se rasca y en qué zonas del cuerpo.
A qué edad empezó este picor.
Qué medicamentos lo han controlado mejor.
Qué antiparasitarios externos utiliza.
Con qué otros animales se relaciona y cómo están estos.
Descripción de la vivienda y de las zonas por donde pasea.

Todos estos puntos mencionados son muy importantes porque a veces solo con una frase el
propietario puede orientarnos radicalmente en el diagnóstico.

El nivel de prurito se puede cuantificar en una escala visual que sugeriremos al propietario y que
es muy importante para evaluar la magnitud del problema y el éxito del tratamiento (fig. 1).
Debemos intentar no sugerir la respuesta al preguntar e indicarle la tabla para ver donde deciden
ubicar a su mascota (ver tabla 2 del cap. 1).

En los gatos esto no es tan sencillo, ya que esta especie es mucho más reservada a la hora de
acicalarse con la lengua o rascarse con las patas.

Para facilitar el trabajo de la persona responsable, se puede simplificar la escala de prurito en


gatos y reducirla de 10 a 4 puntuaciones como se observa en la figura 2.

Figura 1

123
Figura 2

GRADO DE
CUMPLIMIENTO
Debemos tener en cuenta, según el tipo de propietario, que puede haber indicaciones sugeridas
que a veces son casi imposibles de asumir por su parte. Por ejemplo:
Cumplir una dieta de eliminación de forma estricta cuando se está rodeado de niños o abuelos.
Bañar con frecuencia a un perro grande con mucho pelo y secarlo.
Darle comprimidos a un gato.
Medir cuánta agua bebe un perro braquicéfalo o uno de dos perros inseparables.
Darle dieta de eliminación a un gato con acceso al exterior.
Sugerir un manejo terapéutico muy oneroso a propietarios en situación económica difícil.

Es muy importante ser conscientes de que no hay peor tratamiento que el que no se puede dar,
por lo tanto, debemos prescribir el mejor manejo terapéutico que sea factible para el
responsable del animal.

Nuestro primer objetivo ante el prurito es lograr la mejor calidad de vida posible para esa pareja
que debemos considerar indivisible y que son la mascota y su “familiar” responsable. También
tenemos que considerar que muchas enfermedades pruritógenas son incurables pero
controlables, lo que implica que con cierta frecuencia se puedan producir recaídas o brotes. Esto
debe hacernos pensar que puede haber personas que estén muy cansadas y hasta se muestren
desconfiadas ante una lucha que a veces se hace larga o poco efectiva. Es muy importante que
siempre nos mostremos seguros, con la verdad por delante y con la garantía de que haremos
todo lo posible para que las recaídas sean pocas. Pero para esto necesitamos la participación
primordial del propietario del animal que debe seguir con total confianza nuestras indicaciones.

124
El resultado terapéutico de la primera visita a veces es esencial para ganar la confianza del
responsable, y en algunos casos puede ser más importante controlar el prurito, aunque no
terminemos de definir exactamente su origen.

En el cuadro inferior podemos contrastar los diferentes puntos de vista ante el prurito por parte del
veterinario y del propietario.

PUNTOS DE VISTA ANTE EL PRURITO


Veterinario Propietario
El prurito puede ser la primera causa de La mascota con prurito causa un ruido molesto al rascarse.
consulta en dermatología por parte del Mal olor.
propietario.
Provoca alopecia y un aspecto desagradable.
Detrás de este se puede citar la alopecia, los
Miedo a zoonosis.
parásitos, los nódulos/tumores y la
seborrea/mal olor. Reincidencia y cansancio ante reiteradas recaídas no solo
Es un signo clínico que se manifiesta con por el sufrimiento del animal, sino también por el coste
rascado, lamido, mordisqueo o arrastre, económico acumulado.
produciendo lesiones. Medicaciones de eficacia relativa y en algunos casos con
Nunca puede considerarse una enfermedad efectos secundarios.
en sí mismo, sino un signo clínico de otro Búsqueda de solución definitiva o duradera.
proceso patológico.
Se podría decir que el primer objetivo es
demostrar que no es una alergia.

La mejor manera de evitar las recaídas es mantener los tratamientos entre los brotes y no solo
actuar cuando estos se hayan producido. Por eso es clave seguir una terapia proactiva, sabiendo
que con esto se evitarán en gran medida las oscilaciones de la enfermedad alérgica, que
representa el 80 % de las causas de picor.

Es muy importante que la persona responsable no se relaje cuando vea que su mascota ya está
aparentemente bien, y para esto debemos insistir en que a los pacientes alérgicos no se les cura,
sino que se les controlan los síntomas, ya que son enfermos con una predisposición genética.

La terapia proactiva debe vigilar permanentemente las oscilaciones de prurito, inflamación y


alteraciones del microbioma. Por esto es fundamental seguir siempre los siguientes puntos,
adaptados al perfil de cada caso:
Dieta favorable para pieles sensibles o hipoalergénica, según la etiología del problema.
Tratamiento antiparasitario externo todo el año, aunque no sea una estación favorable al
parásito.
Si es un paciente muy predispuesto a los sobrecrecimientos de levaduras, administrar pulsos
de tratamientos orales con azoles o terbinafina (2 veces a la semana).
Baños una o dos veces a la semana con champús emolientes, hidratantes y calmantes, a los
que pueda incorporarse un antiséptico si hay tendencia a los sobrecrecimientos bacterianos o
de malassezias.
Evitar el prurito ótico o las alteraciones de la flora propia con limpiadores aplicados
semanalmente o en su caso con pulsos tópicos de corticoesteroides.
Lokivetmab aplicado mensualmente.
En casos específicos, ciclosporina las veces a la semana que sean necesarias, en gatos y
perros.
Enriquecer mucho el ambiente en los gatos para evitar el estrés como agravante del picor.
Uso de nutracéuticos específicos mejoradores de la estructura cutánea en forma de
suplementos o incorporados en la dieta. Algunos nutracéuticos también pueden ayudar a
disminuir el prurito actuando directamente, como ocurre con algunos fitonutrientes o con la
palmitoiletanolamida (PEA).

125
Controlar la salud del microbioma constantemente aportando prebióticos y en ciertas ocasiones
también probióticos e inmunomoduladores naturales como los betaglucanos.
Tomar conciencia de la penetración percutánea de los alérgenos ambientales y de la
importancia de quitar todo el polvo que puede contenerlos al volver de la calle. El simple uso de
un paño húmedo ya puede ser suficiente.

En algunos casos, no infrecuentes, puede haber propietarios que no puedan ajustar el


presupuesto para todas estas indicaciones, y es aquí cuando con nuestra experiencia y
conocimiento del paciente debemos priorizar algunas de las recomendaciones que sean más
importantes para ese paciente en especial.

RESPONSABILIDAD
Y TOMA DE CONCIENCIA
La información completa, como hemos dicho, es fundamental para que el propietario conozca el
problema al que se enfrenta. Esto lógicamente es para los casos de alergias de tipo ambiental o
alimentario que serán de por vida.

La causa por la que muchos propietarios cambian constantemente de veterinario buscando una
solución al problema del picor crónico se debe a que no hemos logrado transmitirles la idea de
que su mascota sufre una enfermedad que no curará.

Una vez informado el responsable sobre el diagnóstico y el pronóstico debemos explicarle que
necesitaremos más de una visita para reconocer bien al paciente y poder clasificarlo dentro de los
diferentes fenotipos y posibles endotipos que pueden presentarse:
En algunos pacientes, el cuidado de la dieta es fundamental por tener su enfermedad una
influencia alimentaria.
En otros, con un microbioma muy inestable, será clave la champuterapia y los antisépticos. La
administración de pre- y probióticos protegerá también el equilibrio de esta flora.
Otros pacientes son extremadamente sensibles a las pulgas.
Otros sufren otitis con mucha facilidad.
También tendremos pacientes que no sufren mucha alteración en la piel y el manto, pero sin
embargo padecen de un alto grado de picor y algo de eritema. En estos son prioritarios los
antipruriginosos.
Puede haber gatos que exacerban su picor y consiguiente lamido con el estrés.

Como puede verse, son pacientes en los que la misma enfermedad se manifiesta de diferente
forma debido probablemente a sufrir diferentes endotipos. Si tenemos la capacidad de diferenciar
estos tipos de pacientes —que seguramente padecerán una mezcla de estos puntos, aunque
probablemente con el predominio de algunos sobre otros— podremos seleccionar los
tratamientos prioritarios y ayudar a nuestro cliente a poder asumir el coste del tratamiento.

Siempre debemos tener en cuenta que existen especialistas en dermatología que están para
orientar estos casos y ayudar a los veterinarios generalistas con estos pacientes más complejos.

Muchos propietarios logran convencerse más y seguir más estrictamente un tratamiento después
de una visita con el especialista. Esto permitirá que el caso sea seguido luego por su veterinario
de origen con mucha más confianza y seguridad.

126
127
128
129
130
Este último capítulo puede servir como conclusión y resumen de todo lo desarrollado a lo largo
del libro. Consta de una serie de tablas y esquemas donde se analiza el prurito desde muchos
puntos de vista, como pueden ser la edad de afección más frecuente, el tipo de prurito según la
intensidad, zona de afectación y forma de rascado, etc.

Estos esquemas y resúmenes pueden ser interesantes desde el punto de vista didáctico ya que,
de un “pantallazo”, nos pueden servir de ayuda en el algoritmo diagnóstico.

Debemos aclarar que, como siempre, en veterinaria y medicina hablamos de probabilidades, y


que siempre habrá excepciones a todas las reglas planteadas en estos gráficos.

131
ALGORITMO GENERAL
PARA EL DIAGNÓSTICO DEL PRURITO
En este gráfico podemos ir siguiendo los pasos que a través de los métodos complementarios nos
pueden llevar a la causa del prurito.

Adaptado de González, 2007.

132
CARACTERÍSTICAS
DEL PRURITO SEGÚN SU ORIGEN
En esta tabla se pueden ver las diferentes características del prurito en lo que se refiere a
intensidad, zona afectada, frecuencia y tipo, según la enfermedad que lo produce.

133
134
ABORDAJE DIAGNÓSTICO
DEL PRURITO SEGÚN LAS LESIONES
En este esquema, el abordaje diagnóstico se inicia diferenciando entre prurito inflamatorio con
lesiones y prurito sin lesiones.

135
CAUSAS MÁS PROBABLES
DE PRURITO SEGÚN LA EDAD
La siguiente tabla clasifica las causas de prurito según la edad de inicio del problema en orden
descendente de probabilidad.

CARACTERÍSTICAS
DIFERENCIADORAS DE DERMATOSIS NODULARES
QUE PUEDEN CAUSAR PRURITO
Las lesiones nodulares pueden ir acompañadas de prurito.

DERMATOSIS NODULARES
Infecciosas Estéril en origen Neoplasias
Pioderma profundo (puntos de Forúnculos/quistes Mastocitoma
presión) tricolémicos Histiocitoma
Demodicosis nodular Cuerpo extraño Tumor de glándulas perianales o
Querion dermatofítico Dermatitis acral por lamido hepatoides
Dermatitis acral por lamido Granuloma eosinofílico Tumores de tejidos blandos
Leishmaniosis nodular Quistes Tumor de células basales/tricolémico
Micosis subcutánea o profunda Piogranulomas estériles Tumores glandulares
Estraelensiosis Paniculitis nodular Plasmocitoma
Nocardia Linfoma epiteliotrópico
Actinomyces Otros tumores

136
Mycobacterium
Actinobacillus

En la siguiente tabla vemos las características que diferencian a los distintos tipos de lesiones
nodulares.

137
PATRONES REACTIVOS
FELINOS
Los gatos suelen reaccionar ante las noxas en la piel de cuatro maneras diferentes en general.
Aquí vemos cuáles suelen ser los patrones más frecuentes según la enfermedad. Es importante
reseñar que cuando se producen dos o más patrones simultáneos puede ser más probable la
existencia de una enfermedad alérgica.

PROFUNDIDAD DEL
RASPADO SEGÚN LA SOSPECHA
Los raspados cutáneos pueden realizarse a diferentes profundidades según lo que estemos
buscando.

138
CÍRCULO VICIOSO POSIBLE
EN MUCHAS FORUNCULOSIS CANINAS
Como hemos visto en el capítulo correspondiente, la formación de forúnculos, su infección y el
rascado pueden desencadenar una reacción dérmica que se retroalimenta.

139
TRATAMIENTOS SISTÉMICOS
DEL PRURITO
Esta tabla muestra un listado de los fármacos más utilizados actualmente para el control del
prurito de diferentes etiologías, con las características de algunos de estos tratamientos y su uso
principal.

Fármaco de uso sistémico Indicaciones Observaciones


Ácidos grasos ω-3 y ω-6 Dermatitis atópica (DA) ω-3: efecto antiinflamatorio
ω-6: efecto reestructurante
Anticonvulsivos Prurito central neurogénico (gabapentina, Efectos secundarios
amantadina) gastrointestinales
Antidepresivos DA (fluoxetina, sertralina) En casos graves
Antihistamínicos DA Combinados; más en gatos
Ciclosporina DA Provoca efectos secundarios;
más uso en gatos
Corticoesteroides Prurito en general Provocan efectos
secundarios
Inhibidores de las enzimas JAK DA/dermatitis alérgica a la Inhibe la IL-31 principalmente
(oclacitinib) picadura de pulgas (DAPP)
Lokivetmab Tratamiento del prurito canino Primera opción; alta
inocuidad
Maropitant DA Inhibe la sustancia P
Opiáceos antagonistas de los DA, prurito neurogénico En casos graves

140
receptores µ y agonistas κ (naltrexona, naloxona, nalmefene)
Palmitoiletanolamida (PEA) DA Agonista canabinoide
Pentoxifilina Se ha sugerido para dermatitis atópica canina Combinada con otros
(DAC) y dermatitis de contacto fármacos

SUMATORIA DE OPCIONES
TERAPÉUTICAS SEGÚN EL NIVEL DE PRURITO
En esta tabla, basada en la escala de intensidad del prurito, se van integrando, de izquierda a
derecha, los recursos terapéuticos según necesidad. Los medicamentos que surgen se suman a
los anteriores.

141
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UfaBizPhoto: pág. 74
Vera Larina: pág. 13
Yuliya Evstratenko: pág. 1

144
Índice
Portadilla 1
Créditos 2
Dedicatoria 3
AUTOR 4
PREFACIO 5
ÍNDICE DE CONTENIDOS 6
1 EL PRURITO COMO SIGNO CLÍNICO IMPORTANTE EN LA
10
VETERINARIA DE PEQUEÑOS ANIMALES
Definición 12
Etiopatogenia molecular 12
Evolución histórica 13
Clasificación del prurito según su origen 14
Enfoque clínico del prurito 15
2 EL PRURITO DE ORIGEN PARASITARIO 23
Pulgas 26
Características del prurito y de la presentación fenotípica 26
Diagnóstico 30
Piojos: pediculosis 31
Características del prurito y de la presentación fenotípica 31
Diagnóstico 31
Garrapatas 32
Características del prurito y de la presentación fenotípica 33
Cheyletiella 34
Características del prurito y de la presentación fenotípica 34
Diagnóstico 35
Demodex 36
Características del prurito y de la presentación fenotípica 36
Diagnóstico 37
Sarcoptes scabiei var. canis: escabiosis 38
Características del prurito y de la presentación fenotípica 38
Diagnóstico 40
Notoedres: sarna felina 41
Características del prurito y de la presentación fenotípica 41
Diagnóstico 41
Otodectes 41
Características del prurito y de la presentación fenotípica 42
Diagnóstico 42
Otros parásitos 43

145
Utilización de las últimas novedades antiparasitarias 44
Antiparasitarios más utilizados 45
Control del picor producido por los diferentes parásitos 48
3 EL PRURITO DE ORIGEN ALÉRGICO 49
Dermatitis alérgicas en perros 51
Dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP) 53
Dermatitis de contacto 54
Dermatitis atópica canina 57
Reacción adversa/alérgica a alimentos 64
Dermatitis alérgicas en gatos 66
Tratamientos tópicos mejoradores de la piel 72
Infecciones secundarias exacerbantes del prurito 73
Métodos diagnósticos del sobrecrecimiento de microorganismos 75
Enfoque terapéutico de estos procesos 78
4 CAUSAS MENOS FRECUENTES DE PRURITO 83
Endocrinopatías 85
Hipotiroidismo 86
Hiperadreno­corticismo canino (HAC) 86
Alteraciones de las hormonas sexuales 87
Otras alteraciones hormonales 87
Manejo terapéutico de las endocrinopatías 88
Trastornos queratoseborreicos primarios 88
Enfermedades autoinmunitarias 90
Neoplasias 92
Causas víricas y neurogénicas 93
Prurito de origen vírico 93
Prurito neurogénico 94
Causas etológicas 95
Persecución de la cola en el perro 96
Succión compulsiva del flanco 96
Dermatitis acral por lamido 96
Alopecia autoinducida felina 97
Dermatitis de cabeza y cuello de origen psicógeno en el gato 97
5 MANEJO TERAPÉUTICO DEL PACIENTE CON PRURITO 101
Las últimas novedades terapéuticas 105
Medicación tópica 105
Dietas y nutracéuticos 110
Medicación sistémica antipruriginosa específica 111
Tratamiento de pacientes difíciles 116
Tendencias terapéuticas futuras 117
6 RELACIÓN PROPIETARIO-VETERINARIO ANTE EL PROBLEMA DEL
120
PRURITO

146
La importancia del propietario en el manejo del prurito 122
Grado de cumplimiento 124
Responsabilidad y toma de conciencia 126
7 CONCLUSIONES Y RESUMEN FINAL 129
Algoritmo general para el diagnóstico del prurito 132
Características del prurito según su origen 133
Abordaje diagnóstico del prurito según las lesiones 135
Causas más probables de prurito según la edad 136
Características diferenciadoras de dermatosis nodulares que pueden causar prurito 136
Patrones reactivos felinos 138
Profundidad del raspado según la sospecha 138
Círculo vicioso posible en muchas forunculosis caninas 139
Tratamientos sistémicos del prurito 140
Sumatoria de opciones terapéuticas según el nivel de prurito 141
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 142
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS 144

147

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