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Equipos de Radiofrecuencia
Índice:
2. Sistemas de RF
2.1. Transmisores
2.2. Receptores
2.2.1. Receptor superheterodino para AM
2.2.2. Receptor superheterodino para FM
2.3. Reemisores y repetidores
2.4. Radioenlaces
En este apartado, vamos a denominar módulos funcionales a aquellos bloques o elementos básicos
que van a formar parte integrante de los distintos sistemas de radiofrecuencia.
Se describirán los amplificadores y los osciladores que, junto a los filtros (descritos en la unidad 2),
constituyen los circuitos básicos que están presentes en cualquier equipo de radiocomunicaciones.
También se describirán otros circuitos como los moduladores, codificadores, transmoduladores y
procesadores de canal.
Dejando para la siguiente unidad temática la descripción y análisis de un elemento básico y
fundamental como son los sistemas radiantes.
1.1 Amplificadores
1.1.1 Concepto de amplificación
La ganancia es un número adimensional, puesto que expresa la relación entre dos valores de la misma
magnitud, por ejemplo:
40 W
Ap = = 4
10 W
Sin embargo es más habitual expresar la ganancia en dB, especialmente cuando ha de acumularse a
otras pérdidas o ganancias:
Rendimiento o eficiencia
Expresa la relación entre la máxima
potencia de señal entregada a la carga
(PLmax) y la potencia dada por la fuente de
alimentación (PCC).
Ejercicio práctico
Un amplificador, a plena potencia, entrega una señal alterna a su salida de 34 voltios eficaces
sobre una carga de 50 ohmios. Si sabemos que la fuente de 48 voltios de la que se alimenta está
suministrando una corriente de 800 mA, ¿Cual es el rendimiento del amplificador?
Solución:
Impedancia de salida (Zo): Cualquier dispositivo emisor que entregue una tensión se puede reducir a
una impedancia, llamada de salida, en serie con una fuente de tensión (teorema de Thévenin):
El conocimiento de los valores de las impedancias de entrada y salida de un amplificador tiene gran
importancia a la hora de realizar el correcto acoplamiento del mismo a los dispositivos o líneas de
transmisión que tiene conectados en ambos extremos.
El acoplamiento óptimo entre un dispositivo que entrega una señal y otro dispositivo que la recibe tiene
lugar cuando la impedancia de salida del primero tiene el mismo valor que la impedancia de entrada
del segundo.
La adaptación de impedancias es fundamental en la transmisión de señales para evitar pérdidas y,
sobre todo, reflexiones que provoquen la presencia de ondas estacionarias.
Ambos parámetros se definen como las frecuencias a las cuales la ganancia del amplificador se
reduce en 3 dB, o bien la potencia de la señal de salida se reduce a la mitad o bien el nivel de la
tensión de salida se reduce en un factor 0’707; todo con respecto a los niveles de salida del
amplificador a frecuencias medias.
El ancho de banda del amplificador o bandwidth (BW) se define como:
Para señales analógicas, el ancho de banda es la magnitud, medida en Hz, del rango de frecuencias
en el que se concentra la mayor parte de la potencia de la señal; dicho rango es el comprendido entre
las frecuencias de corte.
Linealidad
Se define la linealidad como la capacidad para realizar la amplificación sin alterar ningún parámetro de
la forma de onda de la señal; ésta característica es importante, ya que en dicha forma de onda está
contenida la información que se transmite.
Sí entendemos por distorsión cualquier tipo de alteración de una señal, podríamos decir que un
amplificador tiene mayor linealidad o fidelidad cuanto menor sea la distorsión que presenta.
Ruido
Puede definirse el ruido como cualquier señal no deseada e impredecible que se suma o añade a la
señal útil, es decir a la señal que se pretende comunicar. Generalmente es una señal muy pequeña
(del orden de microvoltios) pero es un problema en los receptores, porque son muy sensibles, y
también en los amplificadores.
Las señales analógicas van siempre “acompañadas” de cierta cantidad de ruido y cuando son
amplificadas se amplifica todo por igual: la señal (léase información) y también el ruido. Pero como,
además, cualquier amplificador introduce en la señal ruido generado en sus propios circuitos, la
relación señal/ruido (SNR – Signal/Noise Relation) en la salida siempre es peor que en la entrada;
dicho de otra forma, la relación señal/ruido de una señal empeora cada vez que pasa por una etapa
amplificadora, por lo que existe una limitación en el número de amplificadores que pueden disponerse
a lo largo de una línea de transmisión.
Ante la existencia de ruido en una señal, no existen acciones posibles para disminuirlo o eliminarlo, por
lo que éste debe ser controlado donde se genera.
El ruido eléctrico puede tener los siguientes orígenes:
Ruido térmico o ruido interno: es inevitable. Proviene de la agitación electrónica en la red cristalina
del conductor. Es crítico en las primeras etapas de un amplificador donde la señal es más pequeña.
También se le conoce como ruido blanco porque aparece de igual manera en todas las frecuencias
del espectro. También se le conoce como AWGN (Additive White Gaussian Noise).
Ruido externo: es impredecible y difícil de luchar contra él. Todo lo que podemos hacer es tratar de
apantallar nuestras líneas y aparatos o buscar frecuencias donde sea menos abundante (a mayor
frecuencia menor probabilidad de encontrarlo). El ruido externo puede, a su vez, provenir de:
Ruido impulsivo o artificial, creado por el ser humano a través de motores eléctricos,
transformadores, fuentes de alimentación, máquinas de aire, ascensores, metro, etc.
Atmosférico, proveniente de otras telecomunicaciones. Cuando una comunicación afecta o se
introduce en otra recibe el nombre de Interferencia.
Espacial, viene de más allá de nuestro planeta, producido por la radiación del sol y del resto de
estrellas del universo. Todas las estrellas transmiten constantemente energía sobre un amplio
espectro de frecuencias, generando ruido de esta forma.
El nivel del ruido no lo vamos a medir en términos absolutos, sino siempre referido o comparado con el
nivel de la señal a la que acompaña. La medida que se emplea es la relación señal/ruido (SNR) y es
definida como la relación entre la potencia de la señal y la potencia del ruido, es decir:
El ruido generado por un amplificador, se puede expresar mediante el factor de ruido (F), que es el
resultado de dividir la relación señal/ruido en la entrada (S/R)ent por la relación señal/ruido en la
salida (S/R)sal, cuando los valores de señal y ruido se expresan en números simples:
Sin embargo, como los valores de la relación señal/ruido suelen expresarse en forma logarítmica,
normalmente en decibelios, el factor de ruido en decibelios se llama figura de ruido (NF) y será, por
tanto, la diferencia entre las relaciones S/R en la entrada y en la salida del amplificador:
NF =
En definitiva, la figura de ruido de un amplificador son los decibelios que disminuye la SNR de una
señal al ser amplificada por el mismo. Cuanto mas bajo sea el valor de la figura de ruido, estaremos
ante un amplificador mejor, al menos en cuanto al ruido interno que genera.
No todos los amplificadores son iguales; existen diferencias entre unos y otros, dependiendo, por
ejemplo, de la magnitud de la señal que van a amplificar, de la configuración, de la clase, del
acoplamiento o de las aplicaciones para las que se han diseñado.
Existen muchas aplicaciones donde el uso de una sola etapa amplificadora no es suficiente para
elevar la señal de entrada al nivel deseado. Por esta razón, se emplean varias etapas
amplificadoras convenientemente acopladas, con el fin de aplicar en cada una de ellas el nivel de
amplificación adecuado. Así, por ejemplo, la señal recogida en la antena de un receptor de radio
posee un nivel de unos pocos milivoltios o incluso microvoltios. En estos casos, son necesarias,
por lo menos, dos, tres o más etapas amplificadoras. La primera etapa, que recibe una señal
extremadamente débil, suele recibir el nombre de preamplificador o amplificador de pequeña
señal, mientras que a las etapas finales, que manejan niveles altos de señal, se las suele
denominar amplificador de potencia.
Los módulos que aparecen “pegados” a las antenas son Amplificador-Transmisor de 1 kW de tecnología MOSFET
amplificadores LNA de estado sólido
Por su configuración
Una etapa amplificadora puede clasificarse en función de la configuración en que trabaja el elemento
activo, generalmente un transistor, que realiza la amplificación. Cuando se trata de un transistor bipolar
(BJT), un terminal es usado como entrada de la señal, otro como salida y el tercero está conectado a la
masa del circuito que sirve de masa común tanto para la señal de entrada como para la de salida.
El terminal que se utiliza como masa común es el que da nombre a la configuración, de tal forma que
tenemos tres tipos de configuraciones: Colector común, Base común y Emisor común.
Del tipo de configuración dependen algunos de los parámetros que caracterizan a un amplificador.
Por poner un ejemplo, la impedancia de entrada (Zi) es elevada en un amplificador colector común, de
valor intermedio en un emisor común y muy pequeña en un base común. Otros importantes
parámetros dependientes de la configuración son la Ganancia en tensión y la Ganancia en corriente de
la etapa.
Clase AB, 180º < θ < 360º (conducen menos de un periodo y mas de un semiperiodo)
Clase C, θ < 180º (conducen menos de medio periodo)
Amplificadores de clase A: En este tipo de amplificador el transistor está siempre en la zona activa,
lo cual hace que la corriente de salida circule durante todo el período de la señal de entrada. De todos
es el que produce menos distorsión, consiguiendo amplificadores muy lineales, pero también es el que
tiene peor rendimiento, que en la práctica suele estar alrededor del 15%. Se utiliza en las etapas
amplificadoras en audio de alta fidelidad.
Amplificadores de clase B: En el amplificador clase B el transistor está en la zona activa la mitad del
tiempo en cada ciclo de la señal. Para conseguir amplificar la señal completa se recurre a utilizar dos
transistores complementarios (amplificador clase B complementario), de forma que uno conduce en un
semiperiodo y otro en el otro semiperiodo, sin embargo, en ausencia de señal de entrada por ninguno
de los dos circula corriente. Tiene un mejor rendimiento que el clase A, pero presenta un tipo de
distorsión denominada distorsión de cruce que se produce en el momento en que se conmuta la
conducción de un transistor al otro, lo que lo hace poco apto para aplicaciones que requieran
linealidad.
Amplificadores de clase AB: son, por así decirlo, una mezcla de los dos anteriores, un amplificador
funciona en clase AB cuando la corriente de salida circula durante menos de un período y más de un
semiperíodo de la señal de entrada; de esta forma se corrige la falta de linealidad asociada a la
distorsión de cruce, manteniendo un rendimiento similar al clase B. Es la clase más común en
amplificadores de audio, al tener un buen rendimiento y una calidad aceptable.
Amplificadores de clase C: En ellos, el elemento activo conduce menos de 180º, es decir, que
amplifica sólo una porción de un semiperiodo. Ello le confiere un alto rendimiento en potencia, cercano
al 90%, pero a costa de una muy baja linealidad, de hecho se puede afirmar que el clase C no es un
amplificador lineal, lo que limita mucho sus aplicaciones. El amplificador clase C se utiliza
exclusivamente en radiofrecuencia (RF), más concretamente en transmisores de FM o PM, porque al
emplearse una portadora de amplitud constante y ‘viajar’ la información en las variaciones de
frecuencia o fase, la falta de linealidad no es influyente.
En función de los rangos de frecuencia con los que son capaces de trabajar y para los que han sido
diseñados, los amplificadores pueden ser de CC, de audiofrecuencia, de videofrecuencia o
radiofrecuencia, de UHF, etc.
Un oscilador es un dispositivo electrónico capaz de generar una señal alterna que varía de forma
periódica en el tiempo, partiendo de una alimentación de corriente continua.
Las oscilaciones que produce un circuito oscilador pueden ser senoidales, cuadradas, triangulares,
etc., dependiendo de la forma que tenga la onda producida. Al oscilador que genera una onda
cuadrada se le denomina multivibrador, quedando reducido el uso del término oscilador, por lo
general, a los circuitos que generan una onda senoidal.
Los tipos de osciladores que se utilizan para obtener una señal senoidal suelen ser los RC para las
bajas frecuencias y los LC y los de cristal para las frecuencias altas; lo que diferencia a unos de otros
son los componentes utilizados para fijar la frecuencia de oscilación. También pueden conseguirse
osciladores de frecuencia variable, básicamente, de dos formas: incorporando una resistencia, un
condensador o una bobina variables o con los VCO (osciladores controlados por tensión). Los
osciladores variables son la base de los circuitos de sintonía presentes en los receptores de radio.
Osciladores RC
Dos ejemplos, uno realizado con un amplificador mediante FET y el otro con un amplificador
operacional:
Oscilador en puente de Wien: este oscilador genera ondas sinusoidales dentro de un amplio rango
de frecuencias. El circuito oscilante consta de un circuito serie RC conectado con un circuito
paralelo RC del mismo valor. La frecuencia de oscilación coincide con la de resonancia y viene
dada por la expresión que aparece a continuación:
Este tipo de osciladores, también conocidos como amplificadores sintonizados, a diferencia de los
anteriores, funcionan bien con frecuencias altas, del orden de los MHz, es decir en la banda de la
radiofrecuencia (RF). El principio de funcionamiento de estos osciladores se basa en combinar un
circuito oscilante (circuito tanque LC) con un amplificador con el fin de que se mantenga la oscilación.
Como se ha indicado anteriormente, al alimentar los circuitos LC se produce una oscilación a la
frecuencia de resonancia, generándose una señal senoidal, que iría amortiguándose sí no fuera por la
acción auto-regeneradora de un amplificador con realimentación positiva.
Existen diversos diseños de circuitos osciladores LC: oscilador Colpitts, oscilador Hartley, oscilador
Meissner, oscilador Clapp y otros. A continuación se presentan los dos primeros, con el valor de la
frecuencia de oscilación para cada uno de ellos:
Oscilador Colpitts Oscilador Hartley
Osciladores de cristal
Existen multitud de aplicaciones en las que es necesario que la frecuencia de la señal generada por el
oscilador sea mucho más estable que la generada por los osciladores LC (puede comprobarse cómo
en un oscilador de RF es fácil modificar la frecuencia de la señal de salida simplemente acercando un
objeto al circuito tanque). En estos casos, los osciladores de cristal proporcionan una frecuencia de
oscilación muy estable.
Los cristales que se utilizan en los osciladores se
construyen mediante materiales, como el cuarzo, que
poseen propiedades piezoeléctricas. El espesor con el
que se corta y talla el cristal determina su frecuencia de
resonancia, que suele ser muy delgado, especialmente
para trabajar en altas frecuencias. El cristal de cuarzo
puede sustituir al circuito tanque en cualquier oscilador
LC, con la ventaja de aportar estabilidad y precisión en
el valor de la frecuencia. La figura de la derecha
muestra el símbolo y el circuito resonante equivalente
de un cristal de cuarzo.
Aplicaciones típicas de los VCO’s son: generadores de funciones, producción de música electrónica,
sintetizadores de frecuencia y circuitos PLL. En la siguiente imagen se muestra un VCO comercial de
microondas, que trabaja entre 12 y 18 GHz:
El componente fundamental de un VCO es el diodo Varicap, que es un diodo que cuando está
sometido a una tensión de polarización inversa se comporta como un condensador de capacidad
variable con dicha tensión, a mayor tensión menor capacidad.
Un PLL (phase-locked loop) es un circuito con realimentación negativa cuyo objetivo principal consiste
en generar una señal de amplitud fija y frecuencia y fase coincidentes con la de entrada.
En la siguiente figura, las dos señales tienen la misma frecuencia pero distinta fase, están desfasadas
un tiempo td o una determinada porción de ángulo:
El detector de fase realiza la comparación de las dos señales que le llegan y genera una señal
proporcional a la diferencia de fase (frecuencia), que es amplificada y que acaba llegando en forma de
tensión continua a la entrada del VCO, estabilizando una frecuencia de oscilación que será coincidente
con la de entrada al PLL o con un múltiplo de ella (xN), sí es que está actuando el divisor de frecuencia
situado en el lazo de realimentación.
Los PLL’s son muy utilizados en los circuitos de sintonía para generar la frecuencia que se mezclará
con la portadora para obtener la señal de frecuencia intermedia (FI).
Modulador
Es un dispositivo electrónico, presente en los sistemas transmisores, que lleva a cabo el proceso de la
modulación, consistente en modificar algunas características o parámetros de una onda senoidal de
alta frecuencia, llamada portadora, en función de la información que se quiere transmitir, llamada
señal moduladora.
El modulador es, por tanto, un circuito con dos entradas (para la señal moduladora y para la onda
portadora, proveniente de un oscilador) y una salida, en la que se obtiene la señal modulada en
radiofrecuencia.
La demodulación en FM se lleva a
cabo en 3 pasos:
El limitador asegura no detectar
envolvente de ruido, garantizando
una amplitud constante
Se realiza una conversión
frecuencia-tensión en un circuito
denominado discriminador
Se lleva a cabo una detección de
envolvente (similar a la
demodulación de AM)
Un codificador (códec), es un circuito que efectúa una serie de transformaciones sobre una señal o
información, con diferentes finalidades: incorporar una protección contra errores, cifrar o encriptar la
información, alterarla para conseguir una transmisión más eficiente o más segura o juntar en una única
señal dos o más fuentes de información.
La señal entregada se dice que es una señal codificada y, una vez transmitida, requerirá en el destino
de un circuito decodificador que realice la función inversa al codificador para extraer la información en
su forma original.
Una aplicación típica en transmisión de datos son los codificadores utilizados en archivos multimedia
para comprimir audio, imagen o vídeo, ya que la forma original de este tipo de archivos es demasiado
grande para ser procesada y transmitida por los sistemas de comunicación malgastando ancho de
banda y recursos de procesamiento. En transmisión de video digital es muy habitual utilizar la
codificación mpeg 2 o mpeg 4, que comprimen notablemente el volumen de la información a transmitir,
a costa de eliminar información redundante o poco útil.
Podemos dividir los codificadores en códecs sin pérdidas y códecs con pérdidas, según si la
información que se recupera coincide exactamente con la original o es una aproximación.
Ejemplo de sistema donde la señales de vídeo y audio son codificadas en el origen y decodificadas en
el destino:
Transmodulador
Es un dispositivo electrónico diseñado para recibir una señal modulada de acuerdo a una técnica
específica, extraer la información que transporta la señal, y modularla de nuevo por medio de una
técnica distinta a la empleada en su origen.
Un transmodulador está compuesto internamente de un demodulador y un modulador, además de
los circuitos eléctricos intermedios de tratamiento de la señal.
Sí se escoge el mismo canal como entrada y como salida, en lugar de realizar una conversión de canal
estaría haciendo la función de amplificador.
Existen procesadores de canal programables, de tecnología digital, que son capaces de reordenar
numerosos canales dentro de una banda.
2.1 Transmisores
Filtrado inicial: la señal de información generalmente se filtra para eliminar las componentes
frecuenciales no deseadas y ajustarla al ancho de banda disponible en el canal. Sí no se hace esto,
pueden aparecer posteriormente problemas de intermodulación.
Modulación: a continuación, la señal se modulará sobre una onda portadora de radiofrecuencia,
generada por el oscilador, aplicando un determinado tipo de modulación.
Amplificación: una vez modulada la señal, es necesario amplificarla para dotarla de suficiente
potencia y compensar las pérdidas del medio radioeléctrico, consiguiendo un buen alcance.
Filtrado posterior: ya que el amplificador puede introducir distorsiones y productos de
intermodulación (frecuencias) no deseados, en algunos sistemas se vuelve a filtrar la señal antes de
entregarla a la antena transmisora, evitando así posibles interferencias en canales contiguos.
Este esquema es una versión muy simplificada, ya que cada una de estas fases podrá realizarse de
forma distinta en cada transmisor o tecnología. Así, por ejemplo, es habitual dividir el proceso de
amplificación en dos fases: amplificación en una frecuencia intermedia y amplificación en
radiofrecuencia. Del mismo modo, algunos transmisores sencillos pueden omitir alguno de los
procesos de filtrado o ambos.
Para analizar y describir, con más detalle, los bloques funcionales que intervienen, vamos a tomar
como base un transmisor de radio de FM estéreo:
2.2 Receptores
Desde el descubrimiento de las comunicaciones por medio de las ondas
electromagnéticas hasta nuestros días, los receptores de radio han
evolucionado de una forma sorprendente, pasando de unos equipos de
gran tamaño con una gran cantidad de componentes, a receptores de muy
pequeño tamaño que ofrecen una gran calidad de recepción. A la dcha.
antiguo receptor de tubos de vacío. Abajo, moderno receptor de FM del
tamaño de una uña.
Sin embargo, esta forma de construir un receptor de radio presenta algunos problemas debido a que
su circuito de sintonía no ofrece la selectividad suficiente. Puede ocurrir que, sí en la zona de
recepción existe una emisora que emite con gran potencia, el circuito de sintonía de nuestro receptor
no sea capaz de rechazarla, por lo que aparecerá dicha emisión como una gran interferencia.
Para evitar los problemas de selectividad de los circuitos sintonizados, se recurre, desde hace ya
muchos años, a los receptores superheterodinos.
El receptor superheterodino
Este tipo de receptor trabaja trasladando a una frecuencia única el canal sintonizado. A esta frecuencia
fija se la conoce como frecuencia intermedia o FI. Así, por ejemplo, en los receptores de emisoras de
radio comercial, se utiliza una FI de 455 KHZ para la AM, y una FI de 10’7 MHz para la FM.
El diagrama de bloques genérico de cualquier receptor superheterodino sería como se muestra:
La antena recoge todas las señales de RF que se encuentran en su radio de acción; en nuestro caso,
para AM estas frecuencias irán de 525 KHz hasta 1650 KHz.
Gracias al circuito de sintonía, podemos seleccionar con el dial la emisión deseada. En nuestro
ejemplo esta emisión tendrá una portadora de 1000 KHz con una envolvente de audio de 3 KHz. Dicho
circuito trabaja en conjunción con el oscilador local con el fin de producir en el mismo una señal de
alta frecuencia que sea siempre superior en 455 Khz a la portadora de RF sintonizada. En el ejemplo,
al sintonizar la emisión de 1000 KHz, el oscilador local generará una frecuencia igual a:
1000 KHz + 455 KHz = 1455 KHz
El circuito mezclador lo que hace es combinar la señal de RF sintonizada con la señal generada por el
oscilador local. En la salida del mezclador se filtra la banda lateral inferior producto de la mezcla, es
decir la diferencia entre la frecuencia del oscilador local y la sintonizada de RF, obteniéndose la FI:
1455 KHz - 1000 KHz = 455 KHz
Además de los bloques comentados, se suele añadir al receptor superheterodino un circuito auxiliar,
llamado control automático de ganancia (CAG). La función de este circuito es la de mantener
constante el nivel de la señal recibida por el amplificador de audio, de tal forma que, aunque en la
antena se reciba una señal de más o menos amplitud, esto no provoque una variación en el volumen
del altavoz.
En este caso se utiliza una frecuencia intermedia de 10’7 MHz muy superior a la utilizada en AM. Sí se
observa el diagrama se puede comprobar que es muy similar al del receptor de AM. Aquí se ha
añadido una etapa limitadora entre el amplificador de FI y el circuito de detección o demodulación.
La función del limitador es la de eliminar los parásitos que la señal de RF pueda contener debido a
interferencias. Este circuito opera de tal forma que reduce la amplitud de la señal de RF, sin que por
ello se vea alterada la información que contenga esta señal, puesto que está contenida en las
variaciones de la frecuencia de la portadora y no de la amplitud.
No han sido comentados aquellos bloques que tienen una función idéntica a los del receptor
superheterodino de AM, por haberlos descrito anteriormente.
En éste último caso, cuando queda fijado el emplazamiento de un transmisor, pueden existir áreas que
no reciben señal. A estas zonas se las denomina “zonas de sombra”.
La misión de los reemisores, también llamados gap filler, es la de proporcionar cobertura de radio a
áreas geográficas en las que, por la distancia o por estar situadas en zonas de sombra, recibirían una
señal demasiado débil.
Es común, y habitualmente se hace, que a los reemisores también se les llame repetidores, por
ejemplo, en las redes de radiodifusión de señales de televisión y de radio. Sin embargo, vamos a
introducir un matiz que los diferencia: los reemisores forman parte de una red de radiodifusión y, por
tanto, retransmiten en un esquema punto-multipunto y en modo simplex para dar cobertura a una zona,
mientras que los repetidores, aunque los elementos que los componen son básicamente los mismos,
retransmiten en un esquema punto a punto y generalmente en modo dúplex (bidireccional), formando
parte de un sistema de radioenlace. La función de los repetidores se describe más detalladamente en
el siguiente apartado.
2.4 Radioenlaces
Los radioenlaces son transmisores/receptores que se emplean dentro de la banda de las microondas.
Este tipo de transmisiones utilizan frecuencias que están comprendidas entre 2 y 50 GHz.
La frecuencia utilizada tiene una importante influencia en las características del radioenlace: cuanto
mayor sea la frecuencia, mayor será la capacidad para transportar datos y menor el tamaño de la
antena que se necesita, pero más energía demandará y peor será el alcance que tendrá, además de
que se verá más afectado por las inclemencias meteorológicas (lluvia, niebla, etc.)
La principal característica de éste tipo de transmisiones de radio es su directividad.
A medida que aumenta la frecuencia de transmisión, las ondas electromagnéticas se hacen más
directivas y eso significa que para su recepción es obligatorio que exista visión directa entre el
transmisor y el receptor.
Se puede considerar que un radioenlace es una transmisión punto a punto, que podrá ser simplex o
dúplex, y que sería como la transmisión que se realiza a través de un cable coaxial: el envío que se
realiza por un extremo sólo se puede recibir en el otro extremo del cable.
Los radioenlaces se emplean para transmitir todo tipo de información, se pueden utilizar para enviar
datos de un ordenador, canales telefónicos, señales de televisión y radio, etc.
Las principales ventajas e inconvenientes de los radioenlaces sí se comparan con los sistemas
guiados de cable son:
Ventajas:
La máxima distancia entre los puntos a enlazar es mayor que en el caso de los cables coaxiales.
Por ejemplo, en los radioenlaces la separación entre el transmisor y el receptor, que se
denomina vano, puede llegar a ser del orden de 50 km, mientras que en los cables coaxiales
esta separación está entre 1’5 y 9 km.
Resultan más económicos que los sistemas de cable ya que la inversión en material es menor y
la instalación es más rápida y sencilla.
La conservación, generalmente, es más económica y de actuación más rápida.
Otra ventaja que tienen los radioenlaces con respecto a los enlaces de cable es que pueden
enlazar dos puntos atravesando zonas irregulares de terreno como ríos, montañas, etc.
Inconvenientes:
Su utilización está restringida a tramos con visibilidad directa.
Para la instalación de estos equipos es necesario que exista algún tipo de infraestructura civil,
como por ejemplo, una pequeña edificación o caseta para que los equipos estén resguardados
de las incidencias climatológicas. También hay que disponer de suministro eléctrico y eso puede
A la vista de las ventajas mencionadas, los radioenlaces resultan muy eficaces y adecuados para
proveer de conectividad dos puntos muy alejados entre sí, hasta varias decenas de kilómetros, y en
cualquier tipo de terreno, con la única condición de que exista línea de visión directa.
También son muy utilizados para enlazar dos puntos en un medio urbano denso, como lo es una gran
ciudad. Por ejemplo, sí se echa un vistazo a las azoteas de algunos edificios donde exista una estación
base de telefonía móvil, en muchos casos, además de las antenas verticales que proporcionan la
cobertura radio para el servicio de telefonía, se puede observar la existencia de, al menos, una antena
parabólica orientada horizontalmente que forma parte del radioenlace que constituye el medio de
transmisión para conectar la estación base al resto de la red. Precisamente en el medio urbano es
donde se disparan los costes de despliegue e instalación de cualquier portador o medio guiado.
Cuando se quiere instalar un radioenlace directo (1 vano) para transmitir cualquier tipo de información
entre dos puntos, lo primero que hay que hacer es estudiar la ubicación física de los lugares donde se
va a realizar la instalación de las antenas, comprobando que existe visión directa entre ellos y
analizando la posible existencia de obstáculos cercanos a la línea recta que los une (consideración de
la zona de fresnel), así como calcular, en función de la distancia, la potencia de los transmisores y la
sensibilidad de los receptores, necesarias para hacer posible la comunicación.
Cada estación terminal de un radioenlace está formada por un transmisor, un receptor (ambos sí es
bidireccional) y las antenas correspondientes que tienen que estar convenientemente orientadas
debido a su directividad.
Los radioenlaces utilizan antenas muy direccionales, consiguiendo que el haz de la señal sea muy
estrecho y evitando así interferencias y obstáculos, además de ser antenas de mayor ganancia.
Cuando no existe visibilidad directa entre los dos puntos a conectar o, bien, la distancia entre ellos es
excesiva se recurre a implementar sistemas de radioenlace con repetidores intermedios entre las dos
estaciones terminales:
Una estación repetidora, a diferencia de las estaciones terminales, dispondrá de dos transceptores
(siempre que el enlace sea bidireccional), uno para cada sentido de la comunicación. En cada vano no
se puede emplear la misma frecuencia para transmisión y recepción porque se produciría una
realimentación de señal. En los dos vanos a los que da soporte un repetidor se emplearán frecuencias
diferentes o, bien, las mismas pero cruzadas de posición para evitar interferencias, como se muestra
en las siguientes figuras:
Los enlaces con estaciones repetidoras son estructuralmente sistemas en serie, de tal manera que si
una estación falla se corta todo el enlace. Por ello se le exige una alta disponibilidad y confiabilidad
utilizándose la redundancia de equipos frente a las averías y técnicas de diversidad frente a los
desvanecimientos. Esto también implica que es necesario sistemas de supervisión y control que
El suministro eléctrico desde la red de distribución suele hacerse en Baja Tensión, pero cuando los
condicionantes de situación de la estación lo impiden, la acometida se realiza en Media Tensión.
La acometida de Media Tensión comprende el tramo entre la línea de Media Tensión existente más
cercana y el exterior de la estación de radio. El centro de transformación (CT) se instala sobre poste o
mástil, salvo especificación expresa de la compañía eléctrica. Este convierte la tensión de llegada
(entre 13 y 30 KV) a los valores habituales de BT (400/230 V). Desde el CT, partirá en Baja Tensión la
acometida hasta la caja general de protección y módulo de medida en el exterior de la caseta o
edificación de la estación.
La instalación eléctrica de una estación de radiocomunicaciones deberá cumplir, como mínimo, los
requisitos exigidos por el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT).
Dadas las características de los servicios de radiocomunicaciones, la mayoría de las estaciones
requerirán el uso de sistemas que permitan la alimentación ininterrumpida de los equipos para
garantizar que el tiempo de indisponibilidad de servicio sea el mínimo posible.
Para medir la indisponibilidad de un servicio de telecomunicaciones suele utilizarse la “regla de los
nueves”, considerando que el nivel de disponibilidad es excelente cuando se alcanza la cifra de los
“cinco nueves” (99’999%). Este nivel de servicio equivale a un tiempo de indisponibilidad en torno a 5
minutos al año.
Los elementos que como mínimo deben componer el cuadro general eléctrico, son:
Interruptor general automático (IGA)
De corte omnipolar, que permite su accionamiento manual y con protección contra
sobrecargas y cortocircuitos (protección magnetotérmica). Se utiliza como elemento de corte
general de la instalación y debe situarse en el primer lugar del cuadro a la entrada de la
corriente.
Interruptor diferencial (ID)
Destinado a la protección contra contactos indirectos. Debe ser de alta sensibilidad (30 mA)
y estar dimensionado de acuerdo con la potencia máxima prevista en la instalación.
Protección magnetotérmica
Se dispondrán interruptores automáticos magnetotérmicos (PIA) como protección contra
sobrecargas y cortocircuitos de cada uno de los circuitos en que se individualice la
instalación. Sus características estarán de acuerdo con las corrientes admisibles en los
circuitos o elementos que protejan.
Borne de tierra
Conectado a la red equipotencial de tierras que todas las estaciones de radio deben poseer
y que está compuesta por cuatro arquetas y cuatro picas unidas entre sí por un cable
desnudo de 50 mm² de sección.
Además de los anteriores, en función de las características del sistema de alimentación implementado,
pueden aparecer otros elementos como un conmutador para conectar un grupo electrógeno, un
conmutador para realizar el bypass de un SAI, etc.
Habitualmente se emplean uno o varios arrays o bancos de baterías que suelen ser de plomo-ácido y
compuestas de unidades de 2 o de 12 V. Cada array estará constituido por varias baterías conectadas
en serie hasta alcanzar la tensión nominal de funcionamiento y los arrays se conectarán entre sí en
paralelo, para alcanzar la capacidad requerida; la capacidad total determinará el tiempo de autonomía.
Así, por ejemplo, en una estación con suministro de -48 Vcc dispondremos de uno o varios bancos
formados por 4 baterías de 12 V conectadas en serie que, a su vez, se conectarán en paralelo.
Los equipos de alimentación deberán generar las correspondientes alarmas externas cuando se
produzca un fallo en el suministro eléctrico de alguno de los elementos (rectificadores, baterías, etc.).
¿Cuántas baterías de 12V 100Ah son necesarias para una estación alimentada a +24Vcc sí se
requiere una capacidad total de 500 Ah? ¿Cómo se conectarían?
Solución:
Aunque a primera vista podamos pensar que serán necesarias 5 baterías para alcanzar la
capacidad requerida, es importante recordar que no es la capacidad, sino la tensión nominal, lo
que sumamos al conectar baterías en serie.
Por tanto, deberemos montar un total de 10 baterías distribuidas en 5 arrays, formado cada uno de
ellos por dos baterías conectadas en serie, para obtener la tensión de 24V.
Ejercicio práctico 2
Realizar una estimación rápida de la autonomía que proporcionaría el montaje del caso anterior, sí
el consumo de los equipos cuando funcionan con baterías es de aproximadamente 3 KW.
Solución:
No siendo demasiado rigurosos y simplificando los cálculos, ya que se trata de una estimación
rápida:
E = 24 V · 500 Ah = 12 kWh
Por tanto, una estimación aceptable es que, como máximo, la estación podría funcionar unas 4
horas sin suministro eléctrico externo.
Los equipos de corriente continua han evolucionado en los últimos años de forma extraordinaria, tanto
en rendimiento como en densidad de potencia (potencia del equipo/volumen ocupado).
En la actualidad existen equipos muy compactos, que consiguen un importante ahorro de espacio,
capaces de manejar potencias elevadas y con rendimientos por encima del 90%.
Un ejemplo es el equipo de Corriente Continua Mepo utilizado en estaciones base de telefonía móvil:
En algunas ocasiones, las instalaciones de radiocomunicaciones, como, por ejemplo, las estaciones
repetidoras, han de situarse en lugares deshabitados y de difícil acceso, como en las cimas de cerros o
montañas. En muchos de estos casos resulta muy complicado y caro llevar hasta allí una línea de
suministro eléctrico, por lo que no queda otra solución que dotar a la instalación de un sistema de
alimentación autónomo, basado en el aprovechamiento directo de energías renovables como son la luz
solar o el viento.
En ambos casos, se trata de fuentes de energía que no aportan un suministro continuo, por lo que la
instalación deberá contar con un banco de baterías que permita almacenar la energía sobrante durante
el día (energía solar) o durante las horas en las que sopla el viento con mayor fuerza (energía eólica)
para poder utilizarse en ausencia de estas.
Debe tenerse en cuenta que cuanto mayor sea la profundidad de descarga de las baterías, menor será
la vida útil de estas. Por eso debe alcanzarse un compromiso entre el número de paneles y
aerogeneradores y el número de baterías, de forma que la instalación sea eficiente económicamente
tanto en su instalación inicial como durante su posterior mantenimiento.
Paneles fotovoltaicos y
aerogenerador en estación
de radiocomunicaciones
En zonas en las que no existe posibilidad económicamente viable de conexión a la red pública de
distribución, o bien en casos de despliegue rápido de estaciones, es posible utilizar grupos
electrógenos para suministrar la potencia necesaria a la estación.
Un grupo electrógeno es una máquina compuesta por un motor de combustión (normalmente diesel)
acoplado a un alternador. Una vez que el motor alcanza y estabiliza el régimen nominal de
revoluciones, el alternador entrega una tensión alterna senoidal de características similares a las de la
tensión de red.
Cuando se opta por instalar un grupo electrógeno en una instalación de comunicaciones, es necesario
tener en cuenta los siguientes factores:
La potencia del grupo electrógeno (expresada en kVA) debe ser adecuada al consumo total de la
estación, considerando tanto los equipos de transmisión como todas las Instalaciones auxiliares
(climatización, ventilación, seguridad, balizamiento, ...).
El tamaño del depósito del grupo electrógeno deberá permitir un mantenimiento razonable,
siendo mayor cuanto más difícil o costoso resulte el acceso para la reposición del combustible.
Además, deberán tomarse medidas de seguridad adecuadas para evitar el robo o sabotaje.
El grupo electrógeno deberá disponer de filtros adecuados para evitar el paso de transitorios y
armónicos a la tensión suministrada a los equipos electrónicos.
Debe verificarse que el nivel máximo de ruido (medido en dBA) no supere el establecido por la
legislación para esa zona.
En los casos en los que la instalación del grupo electrógeno responda a una emergencia de suministro
en una estación que normalmente está alimentada por la red eléctrica pública, debe conectarse el
grupo electrógeno a la toma que deberá existir en la estación para tal fin. Además, habrá que modificar
la posición del selector de alimentación en el cuadro de maniobra.
También se utilizan los grupos electrógenos para alimentar las estaciones móviles, normalmente
instaladas sobre camiones que incorporan todos los equipos de radio y el propio grupo electrógeno.
Este tipo de estaciones, sobre todo de telefonía móvil, se despliegan para dar cobertura a eventos de
forma temporal.