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MUJERES EN LA CIENCIA
Experiencias de las científicas y sus aportes en México
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES

Manuel Asensi Pérez


Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada
Universitat de València

Ramón Cotarelo
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

M.ª Teresa Echenique Elizondo


Catedrática de Lengua Española
Universitat de València

Juan Manuel Fernández Soria


Catedrático de Teoría e Historia de la Educación
Universitat de València

Pablo Oñate Rubalcaba


Catedrático de Ciencia Política y de la Administración
Universitat de València

Joan Romero
Catedrático de Geografía Humana
Universitat de València

Juan José Tamayo


Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones
Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web:


www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales
MUJERES ENLA
MUJERES EN LA
CIENCIA
CIENCIA
Experiencias
Experienciasde
delas
las científicas
científicas yysus
susaportes
aportes
en
en México
México

ANGÉLICA MENDIETA RAMÍREZ


Coordinadora
ANGÉLICA MENDIETA RAMÍREZ
Coordinadora

tirant humanidades
Ciudad de México,
Valencia, 20232022
Copyright ® 2023

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Eloísa Alcocer-Vázquez Angélica Mendieta Ramírez
Odet Lorena Alvarado-Rodríguez Marilú Méndez Correa
M.ª de Lourdes Amador-Martínez Isabel Mendoza Saldívar
Andrea Berenice Padilla-Contreras Jamie Joana Morales Delgado
Sandra Bustillos Durán Martha Elena Nava-Tablada
Juana Canul-Reich Diana Esperanza Oliveros Fortiche
Lucely Martina Carballo Solís Edith Estefanía Orenday-Tapia
Elvia Liliana Chaparro Vielma Claudia Panisello Gossweiler
Aline Aurora de Lucio-Islas Margarita Paz Torres
María Guadalupe Estrada Meza Alessa Pech Matamoros
M.ª Isabel Flores Ortega María Concepción Pérez-Cárceles
Yessica García Hernández Laura Esmeralda Raya-Ayala
Ana L. González-Celis Rangel Olga Graziella Reyes-Marfetán
Alicia Guevara Franco Julio César Rolón-Aguilar
Carmín Hernández Domínguez José Clemente Rueda-Abad
Betania Hernández-Ocaña Silvia Ruiz Tresgallo
Cristina López-Ramírez María Teresa Sumaya Martínez
Minerva Madrigal-Canul Evangelina Tapia-Tovar
Catalina Nicolás-Martínez Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez
Rocío del Carmen Vargas-Castilleja
Índice

INTRODUCCIÓN............................................................................................... 13
Dra. Angélica Mendieta Ramírez
1. LA BRECHA DE GÉNERO EN LA CIENCIA: LOS RETOS DE LA
AGENDA GLOBAL 2030................................................................................... 17
Elvia Liliana Chaparro Vielma
Sandra Bustillos Durán
2. LEER CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. APORTES DESDE UN
TALLER CON JÓVENES DE MEDIA SUPERIOR.................................... 43
Andrea Berenice Padilla-Contreras
Eloísa Alcocer-Vázquez
3. LA MUJER EN LA CADENA DE SUMINISTRO DE MÉXICO Y EL
MUNDO................................................................................................................. 71
M.ª Isabel Flores Ortega
Alicia Guevara Franco
Carmín Hernández Domínguez
Isabel Mendoza Saldívar
4. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y ACTIVISMO SOCIAL: LA
LUCHA CONTRA LOS PREJUICIOS........................................................... 89
María Teresa Sumaya Martínez
5. APROXIMACIÓN AUTOETNOGRÁFICA SOBRE LOS RETOS DE
INGRESO Y PERMANENCIA EN EL SNI DE DOS ACADÉMICAS
EN AGUASCALIENTES.................................................................................... 109
Evangelina Tapia-Tovar
Edith Estefanía Orenday-Tapia
6. LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL DE LAS
MUJERES EN MÉXICO. PANORAMA TEÓRICO-LEGAL................... 131
Alessa Pech Matamoros
7. UNA ARQUITECTA INVISIBLE: ANNE TYNG Y SU MUNDO
GEOMÉTRICO.................................................................................................... 153
María Guadalupe Estrada Meza
8. HACIA UNA REINSERCIÓN SOCIAL CON ENFOQUE DE
GÉNERO Y DERECHOS HUMANOS.......................................................... 173
Lucely Martina Carballo Solís
María Guadalupe Méndez Correa
10 Índice

9. FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO A NIVEL DOCTORAL EN


EL ÁREA DE TECNOLOGÍA: ANÁLISIS DESDE LA PERSPECTIVA
DE GÉNERO......................................................................................................... 193
Yessica García-Hernández
María de Lourdes Amador-Martínez
Aline Aurora de Lucio-Islas
10. MUJER Y MATERNIDAD: DE LA MUJER OBJETO A LA MUJER
SUJETO EN LA LITERATURA....................................................................... 219
Claudia Panisello Gossweiler
11. LA BRECHA DE GÉNERO EN EL DESARROLLO DEL
CONOCIMIENTO EN IBEROAMÉRICA................................................... 245
María Concepción Pérez-Cárceles
Catalina Nicolás-Martínez
12. MUJERES Y POLÍTICAS DE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN
MÉXICO: LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE EN
ACAYUCAN, VERACRUZ............................................................................... 269
Odet Lorena Alvarado-Rodríguez
Martha Elena Nava-Tablada
13. ANÁLISIS SOBRE EL EMPODERAMIENTO ECONÓMICO DE LA
MUJER.................................................................................................................... 293
Olga Graziella Reyes-Marfetán
Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez
14. APORTES DE LOS ESTUDIOS DE GÉNERO Y LA TEORÍA QUEER
A LAS INVESTIGACIONES COLONIALES. UNA PROPUESTA
NECESARIA.......................................................................................................... 315
Silvia Ruiz Tresgallo
Margarita Paz Torres
15. LEY OLIMPIA Y PERSISTENCIA DE LA VIOLENCIA DIGITAL
CONTRA LA MUJER EN MÉXICO: LAS CAUSAS QUE
PERPETÚAN LA IMPUNIDAD..................................................................... 337
Jamie Joana Morales Delgado
16. ¿CÓMO SOBREVIVIR A INVESTIGACIONES PRECARIAS?:
APORTES DESDE TRANSMETODOLOGÍA A LA EXPERIENCIA
INVESTIGATIVA FEMENINA....................................................................... 357
Diana Esperanza Oliveros Fortiche
17. EL GÉNERO COMO VARIABLE DETERMINANTE DE LAS
ACTIVIDADES DE SOPORTE SOCIAL EN ADULTOS MAYORES
VARONES.............................................................................................................. 377
Ana L. González-Celis Rangel
Laura Esmeralda Raya-Ayala
Índice 11

18. LOS RECURSOS HÍDRICOS ANTE ESCENARIOS DE CAMBIO


CLIMÁTICO A NIVEL DE CUENCA: IMPLICACIONES CON
ENFOQUE DE GÉNERO................................................................................... 395
Rocío del Carmen Vargas-Castilleja
José Clemente Rueda-Abad
Julio César Rolón-Aguilar
19. EQUIDAD DE GÉNERO Y PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN
LA RED DE DESASTRES ASOCIADOS A FENÓMENOS
HIDROMETEOROLÓGICOS Y CLIMÁTICOS........................................ 411
Ana Cecilia Travieso Bello
María Luisa Hernández Aguilar
Carolina Andrea Ochoa Martínez
20. HACIA UNA MAYOR VISIBILIDAD DE LA INVESTIGACIÓN
REALIZADA POR MUJERES EN STEM...................................................... 441
Juana Canul-Reich
Betania Hernández-Ocaña
Cristina López-Ramírez
Minerva Madrigal-Canul
INTRODUCCIÓN

El papel de las mujeres en la ciencia es relevante, sus aportaciones


pertenecen a los diferentes campos del conocimiento. En esta obra se
muestran, desde la perspectiva multidisciplinaria, varios trabajos de
investigadoras que reflexionan y analizan desde la perspectiva de gé-
nero múltiples problemas. El propósito central de esta compilación
de trabajos que giran en torno al IV Congreso de Investigadoras del
SNI y de Iberoamérica es mostrar las voces de las mujeres que es-
tán trabajando desde sus distintos campos y disciplinas para ofrecer
soluciones, alternativas y problematizar cuestiones que sólo con la
mirada crítica de género pueden entenderse.
La perspectiva de género es una metodología y una técnica de
investigación que permite identificar, cuestionar y valorar la dis-
criminación, desigualdad y exclusión de las mujeres en actividades
cotidianas. El papel de las mujeres en el entorno social, por supues-
to, está ideologizado y construido culturalmente a base de la justifi-
cación de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres; pero
también por las tradiciones, mitos y costumbres que han prevalecido
durante muchos años en la sociedad.
Por ello, en estos trabajos seleccionados se muestra el fortaleci-
miento del poder y gestión científica de las mujeres para entender
los problemas sociales, culturales y políticos. Asimismo, pretende
impulsar una justa valoración de la investigación de las mujeres en
todos los campos del conocimiento, a partir de mostrar la capacidad
que tienen las mujeres investigadoras para reconocer los problemas
de crianza, cuidado y atención a la condición humana, porque la in-
vestigación que realizan no puede estar alejada de los intereses colec-
tivos y personales que todas las mujeres viven.
El libro Mujeres investigando es también un reconocimiento a la
labor científica de las investigadoras de distintas universidades que
14 Angélica Mendieta Ramírez

lograron confluir y participar en este congreso. Aborda el análisis


desde las políticas públicas, la situación familiar, personal e institu-
cional que tienen las investigadoras para seguir dentro del Sistema
Nacional de Investigadores, donde, por supuesto, existe un esquema
desigual de género, primero con las jornadas de trabajo que realizan
las investigadoras, para seguir presentando resultados y obtener este
importante reconocimiento. Esto es, las barreras formales que ex-
cluyen, limitan y frenan a las mujeres en la ciencia; pero también las
invisibles o informales. Porque si bien las leyes no limitan o prohíben
el desarrollo de las actividades profesionales en el campo científico, sí
existen barreras invisibles e informales que impiden seguir el camino
de la investigación científica como mujeres.
Incluso, podemos hablar de barreras ideológicas sutiles que se
construyen en torno a la investigación de ciertas áreas. Por ejemplo,
en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, áreas
también llamadas STEM, por sus siglas en inglés, existe un reducido
grupo de mujeres. En 2021, sólo 13.5 % de las mujeres profesionistas
eran egresadas de carreras STEM, en consecuencia, las investigacio-
nes en este campo son pocas.
Esta desigualdad que se produce en la investigación científica de
las mujeres STEM también puede entenderse por su limitada partici-
pación en el mercado laboral, porque las mujeres que estudian estas
carreras tienen empleos vinculados con el área operativa o adminis-
trativa. Es preciso impulsar a las mujeres de este campo del conoci-
miento a la investigación.
Pero la transformación para impulsar la igualdad y equidad de
género en la ciencia no puede venir sólo del esfuerzo de las mujeres
para luchar por sus espacios en el campo de trabajo y la ciencia. Es
preciso que las instituciones participen para añadir un enfoque de
género a las políticas públicas, para que se subsane esta desigualdad
desde los programas de estudios y con los empleadores. Alentar la
investigación equitativa entre hombres y mujeres permitirá la valo-
ración neutral y ascética de los trabajos y proyectos para comprender
los problemas que vivimos en torno al medio ambiente, la política, la
Introducción 15

desigualdad, la salud y, en general, adoptar una visión transversal a


los problemas públicos. El análisis desde todos los géneros permitirá
también la innovación y garantizar una sociedad de conocimiento
abierta, libre y de calidad.
Los cambios y modificaciones que se han desarrollado en el Sis-
tema Nacional de Investigadores tienden a considerar el papel de la
mujer en la ciencia y reconocen sus diferencias; pero todavía es nece-
sario abrir el debate y el análisis sobre qué más podemos hacer para
alentar la equidad e igualdad de género en las tareas de la ciencia. Sea
este trabajo, la suma de esfuerzos de las investigadoras, un primer
aporte para comprender los temas que interesan a las mujeres y que
pueden promover una nueva agenda de investigación en los diferen-
tes campos.
Bienvenidas sean las aportaciones de las mujeres y, como su título
señala, las mujeres están investigando; esta recopilación de sus inves-
tigaciones es prueba de ello.
Dra. Angélica Mendieta Ramírez
Congreso de Investigadoras del SNI y de Iberoamérica
Presidenta
1. LA BRECHA DE GÉNERO
EN LA CIENCIA: LOS RETOS DE LA
AGENDA GLOBAL 2030

Elvia Liliana Chaparro Vielma


El Colegio de Chihuahua
lilicma@gmail.com

Sandra Bustillos Durán


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
bustillos.sandra@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Entendiendo la ciencia y la tecnología como procesos contextua-


lizados en la Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC), la
participación en las áreas de la ciencia y la tecnología evidencia una
persistente brecha de género. La segregación laboral de las mujeres
sigue presente en sus dos versiones. Horizontal: la concentración de
las mujeres en ciertos sectores de actividades y en determinadas ocu-
paciones. Vertical: el desigual reparto de hombres y mujeres en la es-
cala jerárquica. La inclusión de las mujeres en la ciencia no se limita
a sólo aumentar su número en el rubro de la ciencia y la tecnología,
sino también reconocer a las mujeres como sujetos epistémicos. Es
necesario incrementar la participación de las mujeres en el desa-
rrollo científico y tecnológico, ante una transición global que tiene
como punto de partida el ámbito científico y tecnológico, y donde las
desigualdades estructurales serán profundizadas y los grupos histó-
ricamente excluidos caerán en una situación de mayor marginación.
Por primera vez en la historia, existe un pacto mundial para la eli-
minación de la desigualdad de género, a través de la Agenda Global
2030 para el desarrollo sustentable. En este sentido, es de suma im-
18 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

portancia la Estrategia de Montevideo, como el mecanismo regional


destinado a implementar estrategias encaminadas hacia la igualdad
de género sustantiva.

LA BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO EN UN MUNDO


DE DESEQUILIBRIOS: LA AGENDA 2030

Uno de los temas transversales de la Agenda Global 2030 es lograr


la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida humana. La
Agenda entró en vigor el 1 de enero de 2016 y todos los países del
mundo están obligados a seguirla. El plan de acción para la Agenda
Global está basado en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
que abordan los urgentes desafíos globales en el curso de los próxi-
mos años, hasta llegar a 2030. Se menciona que esta Agenda asegu-
rará el progreso social y económico sostenible en todo el mundo.
Dentro de la búsqueda de la igualdad, son de suma importancia as-
pectos como educación y trabajo, los nuevos modelos de trabajo, las
habilidades para el siglo XXI, todo en el marco de la también llamada
cuarta revolución industrial.1
Para lograr lo anterior, de manera paralela se diseñó la Estrategia
de Montevideo para la implementación de la Agenda Regional de
Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030, para man-
tener la vigilancia y compaginación de la Agenda Regional de Géne-
ro en la que desde hace más de 40 años se trabaja en Latinoamérica
(La Habana, 1977). América Latina y el Caribe destaca por ser la úni-
ca región del mundo donde desde hace cuatro décadas, y de manera
ininterrumpida, los estados parte se reúnen para debatir y compro-
meterse políticamente a erradicar la discriminación hacia las muje-
res y las niñas, y la desigualdad de género. Se considera una agenda
“abierta al futuro” que incorpora los nuevos compromisos adoptados
por los Estados miembro de la CEPAL. La búsqueda de la igualdad

1 Manuel Castells le llama capitalismo tecnológico.


La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 19

sustantiva se considera posible únicamente si todas las personas son


reconocidas iguales en dignidad y consideradas y reconocidas como
sujetos de derecho. No basta con aumentar las cifras de mujeres en
un sector, sino que su participación y acceso a cualquier ámbito de la
vida lo puedan hacer en igualdad de circunstancias que los varones.
En la Estrategia de Montevideo se hace énfasis en los cambios que se
han dado a través de la historia, pero, sobre todo, en lo que persiste.
Por ejemplo, la división sexual de trabajo basada en relaciones de
poder desiguales; o, el trabajo de cuidados, que cuando éste es inser-
tado al mercado laboral se ubica sólo en tres sectores económicos:
trabajo doméstico, salud y educación, siendo estos rubros cubiertos
principalmente por las mujeres. Se destaca que es la continuidad de
las estructuras institucionales, sociales y culturales que restringen el
acceso de las mujeres al poder, a la justicia, a la exigencia de sus dere-
chos. Tampoco existe reconocimiento a las contribuciones realizadas
por ellas. Es así como la estrategia tiene cuatro pilares para alcanzar
la igualdad de género: 1) la superación de la desigualdad y la pobreza;
2) la transformación de los patrones culturales patriarcales discrimi-
natorios y violentos y de la cultura del privilegio; 3) la superación de
la división sexual del trabajo; y 4) la consolidación de la democracia
paritaria. La Estrategia es multisectorial y llega a los niveles nacio-
nal, subnacional, local, regional e internacional. Su marco normativo
comprende los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Esta investigación parte desde un enfoque de la epistemología fe-


minista, para escudriñar los desequilibrios de género en la ciencia en
el estado de Chihuahua. Este posicionamiento ayuda a entender los
roles de poder tanto en la vida cotidiana como en la ciencia misma.
Desde la perspectiva de género como eje transversal es posible co-
nocer las desventajas a las que las mujeres se han enfrentado a través
de la historia en prácticamente todos los ámbitos de la vida humana.
Desde una crítica al sistema patriarcal, es posible entender la mar-
20 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

ginación de las mujeres en la estructura de la ciencia y su quehacer.


La epistemología feminista permite analizar las relaciones sociales
y estructurales que han generado la opresión de las mujeres o su si-
tuación en desventaja. Es la epistemología feminista la que permite
desarticular de abajo hacia arriba las estructuras de poder, para en-
tender qué es lo que sucede realmente en las relaciones entre hom-
bres y mujeres.
Menciona Sandra Harding (2012) que “la teoría del Punto de vista
es una epistemología y teoría de la ciencia de transición que apunta
a un mundo en el que la verdad y el poder no surgen de los mismos
lugares sociales como ocurre hoy” (p. 64), para referirse al cuestio-
namiento que se le ha hecho a la ciencia hegemónica. Son varios
los señalamientos, destacando principalmente que la ciencia-Dios,2
también implica un sistema de la ciencia. Al cuestionar el sistema
ciencia, aparece otro tema: la relación política-ciencia. Menciona
Harding que el interés de las feministas no fue separar esos dos as-
pectos, más bien, entender cuáles políticas favorecen y cuáles obs-
truyen el desarrollo del conocimiento, y para qué grupos tales polí-
ticas favorecen u obstruyen el conocimiento. Los problemas elegidos
en las investigaciones a menudo tienen que ver con los intereses de
quiénes las patrocinan; o los cambios en el orden social hacen ur-
gentes nuevos temas y métodos de investigación. “Es difícil imaginar
que los filósofos y los científicos naturales no pensasen también que
los intereses y deseos de los patrocinadores conforman los resultados
de la investigación científica —patrocinadores militares, industria-
les, médicos—” (Harding, 2012, p. 53).
Finalmente, los conceptos utilizados para la realización de esta in-
vestigación son: patriarcado, de Kate Millet; género, de Millet y Rosa
Cobo Bedía; sexismo, de Victoria Sau, y sistema sexo/género, de Gayle
Rubin.

2 Harding hace referencia al concepto de Donna Haraway “el truco de Dios”, para
referirse al hablar con autoridad acerca de todo en el mundo desde ningún lugar
social en particular ni desde ninguna perspectiva humana.
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 21

METODOLOGÍA

Desde el paradigma de la epistemología feminista se realizó un estu-


dio cualitativo con diseño mixto secuencial de dos etapas con igualdad
jerárquica: CUAN → CUAL. Las preguntas de investigación que orien-
taron esta investigación son: ¿cuáles son los desequilibrios de género en
el ámbito de la ciencia y la tecnología en el estado de Chihuahua? Y,
¿qué provocan los desequilibrios de género en el ámbito de la ciencia y la
tecnología en el estado de Chihuahua? Para situar de manera regional la
problemática en el estado de Chihuahua y generar indicadores, se realizó
una encuesta de manera digital, a través de un muestreo no probabilísti-
co y no representativo durante el año 2020, para conocer las condiciones
académicas, institucionales y personales en las que se desenvuelven las
investigadoras y los investigadores pertenecientes al SNI en el estado de
Chihuahua y así detectar (o profundizar) en las posibles brechas de gé-
nero existentes, tanto horizontales como verticales. A través de la entre-
vista en profundidad se conoció la problemática desde la subjetividad de
las científicas. Se incluye las experiencias de seis profesoras investigado-
ras que han destacado en el campo científico en el estado de Chihuahua.
Las entrevistadas pertenecen tanto a las áreas llamadas exactas, así como
de las ciencias sociales y humanidades. Para complementar el análisis y
a través de un acercamiento indirecto, se estudió el marco legal de Chi-
huahua, en cuanto a sus políticas científicas y educativas.

ENCUESTA DIGITAL CON BENEFICIARIOS


SNI EN CHIHUAHUA

Para la encuesta digital se tomó la base el padrón de las y los in-


vestigadores en Chihuahua pertenecientes al SNI. La base disponible
hasta el momento de este estudio correspondió al año 2019; la pre-
gunta de investigación que lo dirigió fue: ¿cuáles son las condiciones
académicas, institucionales y personales en las que se desenvuelven
los investigadores y las investigadoras pertenecientes al SNI en el es-
tado de Chihuahua?
22 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

Con un total de 577 investigadores e investigadoras que se regis-


traron en la base del SNI del año 2019, fue posible obtener los co-
rreos electrónicos de 544 personas, a los que se les envió el cuestio-
nario el 17 de abril de 2020, a través de la plataforma Encuesta Fácil.3
Durante el periodo del 17 de abril al 28 de julio de 2020 se hicieron
seis invitaciones para contestar el cuestionario, cerrando con un total
215 cuestionarios contestados y 197 finalizados. Fue posible obtener
datos de la mayoría de las instituciones del estado como se muestra
en la gráfica 1. La mayoría del padrón del SNI se localiza en las dos
universidades más importantes de la entidad: la Universidad Autó-
noma de Chihuahua (UACH) y la Universidad Autónoma de Ciudad
Juárez (UACJ). Sin embargo, se logró recabar sólo 16% de cuestiona-
rios provenientes de la UACJ, pues no se conocía el procedimiento.

Gráfica 1. Instituciones de adscripción


de las y los SNI participantes

Fuente: elaboración propia.

3 Se externa un agradecimiento a las autoridades de El Colegio de Chihuahua y a la


plataforma Encuesta Fácil (www.encuestafacil.com) por el apoyo otorgado en la
obtención de una Licencia Oro gratuita para la realización de esta investigación.
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 23

UNA DÉCADA DE DIFERENCIA

Al hacer un análisis cruzado en cuanto al año de ingreso al SNI y


el nivel en el que se encuentran, se puede observar que las mujeres
en Chihuahua ingresaron hasta la década de los 90, mientras que
los varones lo hicieron en la década de los 80. Tomando en cuenta
que la creación de dicho sistema fue el 26 de julio de 1984, el pri-
mer registro de ingreso de un investigador reflejado en la base de
esta encuesta pertenece al año de 1986, tan sólo dos años después.
Al comparar el año de ingreso de las mujeres y el registro que se
presenta en los distintos Niveles del SNI, es notorio que la mayoría
de las investigadoras no han logrado desarrollar su trayectoria de
manera regular, pues de tres mujeres que indican tener 30 años en
dicho sistema, 27 tienen alrededor de 20 años, y 65 más que reflejan
una permanencia de más de 10 años, tan sólo se registra a 10 mue-
res en el nivel II y una en el nivel III. Al recurrir al Reglamento del
SNI en su artículo 50, referente a la vigencia que se requiere para la
obtención de cada distinción, destaca que se requieren máximo 10
años para llegar al Nivel II y hasta 20 años para obtener el Nivel III.
Esto si la trayectoria se realiza sin interrupciones y sin el llamado
reingreso vigente. Ver la tabla 1.
Tabla 1. Periodo de ingreso al SNI y nivel actual en el sistema

Año de ingreso al SNI Nivel en el SNI


Década Hombre Mujer Hombre Mujer Nivel
1980 4 0 4 3 No reingresé
1990 9 3 4 1 Nivel III
2000 31 27 18 10 Nivel II
2010 65 65 59 51 Nivel I
Año 2020 0 3 18 28 Candidata/o
Total 109 98 103 93

Fuente: elaboración propia.


24 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

Participación académica y laboral


En cuanto a la trayectoria académica y laboral, se encontró que
en su mayoría las mujeres dedican de una a 20 horas semanales a la
investigación, mientras que los hombres dedican entre 11 a 30 horas.
Nuevamente, mientras el rango de horas aumenta, las mujeres dis-
minuyen y los hombres permanecen por arriba. Así tenemos que, de
41 a 50 horas semanales, sólo 1% de las mujeres se encuentran en ese
rango, mientras que los hombres reflejan 6 por ciento.

Tabla 2. Horas que dedica a la investigación

Hombre Mujer
Horas Cantidad % Cantidad %
1 a 10 15 7.2 33 15.8
11 a 20 50 23.9 43 20.6
21 a 30 20 9.6 13 6.2
31 a 40 13 6.2 7 3.3
41 a 50 12 5.7 3 1.4
Subtotal 110 52.6 99 47.4
Total H y M 209 100
Fuente: elaboración propia.

Por otra parte, en cuanto a las horas dedicadas a las asesorías se


encontró menor desequilibrio, ya que tanto hombres como mujeres
dedican de una a 10 horas a la semana.

DE LAS DIFICULTADES PARA SUBIR DE NIVEL

Dentro de las dificultades para subir de nivel en el SNI, se encon-


tró que las mujeres se identificaron mayormente (más de 60%) con
los temas de discriminación y el acceso a mayor conocimiento, falta
de oportunidades, así como falta de redes o socialización; los varones
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 25

marcaron opciones como la dificultad para publicar en editoriales de


prestigio, la falta de apoyo y el hostigamiento o moobing.

Gráfica 2. Dificultades profesionales para subir


de nivel en el SNI

Fuente: elaboración propia.

PARTICIPACIÓN EN LA INNOVACIÓN,
EL EMPRENDIMIENTO Y EL LIDERAZGO

En relación con los indicadores de innovación, emprendimiento


innovador, se encontraron desequilibrios en la mayoría de los estos
rubros, pues de 207 personas, sólo 6% corresponde a mujeres que
han participado en la creación de una empresa con potencial de cre-
cimiento, y 9% corresponde a los hombres. En cuanto a las personas
que cuentan con una invención, sólo 4% corresponde a las mujeres
y el 12% a los hombres. Relacionado al registro de patentes, de 210
participantes, el 7% corresponde a las investigadoras y el 15% a los
investigadores.
De un total de 106 personas que han ocupado un puesto de lide-
razgo en alguna institución de educación superior, centro de inves-
tigación u organización, 49% corresponde a las mujeres y 51% son
hombres. Respecto al tipo de ocupación, los investigadores registra-
26 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

ron puestos que van desde secretarías estatales e institucionales, pre-


sidentes, directores, coordinadores, líder de cuerpo académico, jefe
de departamento, asesor. Las investigadoras registraron presidencias,
direcciones, subdirecciones, secretarías, consultorías, coordinación
estatal, coordinaciones institucionales, jefas de departamento, líder
de cuerpo académico, responsables de proyectos. El nivel que más se
repite en los investigadores es el de director regional o institucional.
En las investigadoras, el nivel que más se repite es el de coordinadora.
Se trató de profundizar en el aspecto de acceso a puestos de lide-
razgo y cuando se les preguntó si “considera que con base en esfuerzo
y trabajo es posible acceder a un puesto de alto rango”, de un total de
96 participantes, respondieron Sí, 36 (37.5%) mujeres y 60 hombres
(62.5%). En este aspecto, tiene pertinencia recordar a Mabel Burin
cuando habla de la inconciencia del techo de cristal para referirse a la
creencia que tienen algunas mujeres de que con esfuerzo y de mane-
ra individual pueden llegar a los puestos de liderazgo, esto es, consi-
deran que se trata sólo de barreras subjetivas.
En lo antes expuesto es notorio que los ámbitos donde existe me-
nos participación de las mujeres están relacionados con los estereo-
tipos de género. Por otra parte, en las que existe mayor participación
como ocupar un puesto de liderazgo o el reconocimiento a través
de un galardón, podrían estar relacionados con las políticas públicas
en busca de la equidad de género. En este mismo sentido, se encon-
tró que 39 (19%) mujeres científicas en Chihuahua han recibido un
premio en el ámbito de la ciencia y tecnología, y 42 (20%) hombres
también lo han recibido.

INTERVENCIÓN ACADÉMICA Y COLEGIADA

En cuanto a la intervención académica y colegiada, se observa


nuevamente que en las situaciones de mayor estatus o que conlleva el
uso de poder, la participación de las mujeres es más baja en relación
a la de los hombres, como lo muestran las siguientes cifras: en la
participación como árbitro/a en proyectos de investigación interna-
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 27

cional hay una diferencia de 34 puntos porcentuales entre hombres


y mujeres (33% ellas y 67% ellos), de un total de 61 participantes. En
cuanto a participar como árbitro en proyectos de investigación na-
cional, 40% son mujeres y 60% hombres, de un total de 140 personas.
En cuanto a la participación como árbitro en revistas internaciona-
les, se encontró una diferencia de 18 puntos porcentuales donde 41%
corresponde a las mujeres y 59% a los hombres, de un total de 152
participantes. Como árbitro en revistas nacionales, se obtuvo que de
135 personas que sí participan, 61% son hombres y 39% mujeres,
esto es, 21 puntos porcentuales por debajo de ellos.

VINCULACIÓN FAMILIA Y TRABAJO

Al momento de indagar en la vinculación familia y trabajo, y re-


saltando que estos aspectos están basados en condicionamientos so-
cioculturales e implicados con las tareas de cuidados, así como su
influencia para el ingreso, reingreso, permanencia y ascenso en los
peldaños, se puede concluir que a las mujeres les afecta más mante-
ner esta vinculación que a los hombres, pero es necesario resaltar que
dichos factores no son los prioritarios, como lo reflejan los siguientes
datos: se encontró que 41% de 93 mujeres, está en desacuerdo en
que el ámbito familiar interfiere con su trabajo y un 32% sí está de
acuerdo; en cuanto a los hombres (105 participantes), se encontró
que un 50% está en desacuerdo y un 21% considera que sí interfiere.
También, en cuanto a la llegada de las hijas e hijos se encontró que de
92 mujeres 34% respondió que sí afectó sus funciones, mientras que
17% de los hombres les afectó, de un total de 103 de ellos.
Referente al cuidado de la casa y la forma de distribuir el trabajo
en ésta, se encontró que existe un alto porcentaje en ambos sexos
que comparten dichas tareas con la pareja, sin embargo, son los va-
rones los que más las comparten, pues de 93 mujeres, 50% respondió
compartirlo con su esposo y de 104 hombres, 71% lo comparte con
su esposa. Otro apoyo en cuanto a las tareas de la casa son los hijos
e hijas, donde 40% de los varones y 33% de las mujeres las compar-
28 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

ten. También, se refleja que tanto hombres como mujeres reportan


contratación de servicio doméstico, sin embargo, son ellas las que
más recurren a esta estrategia, pues de 94 mujeres, 46% reportó con-
tratar y 36%, de 105 hombres que respondieron. Un porcentaje bajo
de mujeres mencionó que su esposo se hace cargo, representando un
11%, mientras que 27% de los hombres respondió que su esposa se
hace cargo. Resalta también que 37% de las mujeres considera que
no cuenta con ayuda para el cuidado de la casa, en contraste con un
11% de los hombres.
Por otra parte, se indagó en otros factores considerados priorita-
rios que pueden influir en la demora o impedimento para el ingreso,
reingreso o permanencia en el SNI. Para lo anterior, se tomaron en
cuenta circunstancias familiares y laborales, donde tanto hombres
como mujeres reportan como prioritarias las áreas relacionadas a lo
laboral y profesional, y en menor medida las de tipo familiar y pareja.
Los datos obtenidos muestran que para ambos sexos son relevan-
tes aspectos como la falta de publicaciones, un complicado proceso
para ingresar al, las condiciones de desigualdad laboral, y en cuarto
lugar reportaron la maternidad o paternidad. La diferencia porcen-
tual entre los dos sexos ronda 1 y 2 puntos, sólo en el tema de las
complicaciones para ingresar al SNI los hombres reflejan 10 puntos
porcentuales por arriba (ver la tabla 4).

Tabla 4. Factores de peso para demorar o impedir el ingreso,


reingreso o permanencia en el SNI

Factores H M Lo considera
25% 26% Prioritario
Dificultades de tipo familiar
62% 49% No prioritario
Total participantes 95 77
26% 24% Prioritario
Cuestiones de pareja
61% 54% No prioritario
Total participantes 94 74
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 29

Factores H M Lo considera
28% 29% Prioritario
Maternidad o paternidad
55% 49% No prioritario
Total participantes 94 72
28% 30% Prioritario
Condiciones de desigualdad laboral
50% 31% No prioritario
Total participantes 93 77
37% 28% Prioritario
Ingreso al SNI es complicado
29% 34% No prioritario
Total participantes 98 79

Falta de publicaciones y divulgación 39% 39% Prioritario


del conocimiento. 30% 21% No prioritario
Total participantes 95 80

Fuente: elaboración propia.

SUBJETIVIDADES
En este apartado se abordarán las experiencias de seis mujeres
que han destacado en el campo científico en el estado de Chihuahua.
La pregunta que guía este apartado es: ¿qué circunstancias perso-
nales, familiares, económicas, educativas y profesionales influyeron
en la vida de las mujeres sobresalientes en el ámbito de la ciencia y
tecnología en el estado de Chihuahua? En esta investigación, se usó
la entrevista en profundidad como parte de las técnicas cualitativas.
En los estudios feministas la subjetividad de las mujeres es especial-
mente importante para conocer la individualidad de cada mujer y
evitar las generalizaciones. Menciona Gabriela Delgado Ballesteros
que la experiencia personal es importante porque permite que las
mujeres se definan por sí mismas, cuando lo hacen, se resisten a los
estereotipos y a la cosificación, validando sus propias experiencias.
30 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

La selección de las candidatas se realizó con base en los distintos


galardones en el campo científico que se entregan en el estado de
Chihuahua: el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología e Innovación,
Premio Chihuahua Vanguardia en Artes y Ciencias y Chihuahuense
Destacada, este último otorgado por el Congreso del Estado, distin-
ción que cuenta con la categoría “María Esther Orozco” por trabajo
en el campo científico, y el galardón Mujer Ilustre. Los nombres de
cinco de ellas se tomaron de las distinciones antes mencionadas, ga-
lardones que fueron otorgados dentro del periodo del 2017 al 2019.
Tres de ellas se desempeñan en las llamadas ciencias exactas y per-
tenecen al SNI. Tres más han destacado en las ciencias sociales y las
humanidades. Dos de ellas, expertas en educación y que no son be-
neficiarias SNI. Finalmente, una de ellas, que desde las ciencias so-
ciales y las humanidades es el único caso en la historia del estado de
Chihuahua que ha llegado al nivel III del SNI, y actualmente, reúne
los requisitos para ser evaluada para el emeritazgo.

SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Para facilitar el análisis de las entrevistas, se utilizó el software


cualitativo Nvivo. Se hizo la codificación con base en el marco teó-
rico de esta investigación, resultando tres nodos temáticos: género,
sexismo y patriarcado, con los subcódigos: estereotipos y tempera-
mento, educación; mujeres en la ciencia y élites discriminadas;4 sis-
tema ciencia, respectivamente.

ANALOGÍAS

Se encontraron sucesos semejantes en el desarrollo de las profe-


siones de las entrevistadas. Se empezará por decir que en todas hubo

4 Haciendo referencia a María Antonia García de León.


La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 31

influencia y apoyo por parte del padre y la madre para lograr los
estudios profesionales o universitarios. En la mayoría de las entre-
vistadas, el papel de la madre es muy importante en cuanto al apoyo,
gran estímulo y amor. En los casos en los que en primer término está
el apoyo de la figura paterna, se deja ver una fuerte influencia desde
el sentido práctico, llena de respeto, admiración y autoridad. Destaca
que, en cinco de los casos, tanto padre como madre tienen educación
básica, o educación básica inconclusa, pero con un gran interés en
que sus hijos e hijas adquieran estudios superiores.
En cuanto al estudio de los posgrados, la situación cambia al mo-
mento en que otros factores aparecen en la vida de estas mujeres.
Aquellas que están casadas, el principal factor que se presenta es for-
mar una familia propia. Las situaciones que destacan en esta etapa se
refieren a los sucesos que implica el ser madre o casarse. Cuatro de
ellas son casadas y contaron con el apoyo de su pareja para realizar los
estudios, sin embargo, pasaron por situaciones que por su condición
de género les condicionó a que el desarrollo de su carrera académica
no fuera de manera libre, ejemplo de esto es atender al o la bebé, o
priorizar la carrera del esposo y retomar la suya mucho tiempo des-
pués. Sin embargo, estas mujeres son ejemplo de éxito, incluso al tener
que cumplir con dobles o triples jornadas, al hacerse cargo de las tareas
de cuidados, además de su crecimiento científico y académico.

MUJERES Y PODER

Históricamente a las mujeres se les ha alejado del poder. Lo an-


terior se refleja en una palpable desventaja al incursionar a los cír-
culos masculinos a los que no se tenía acceso como el profesional
y el científico. María Antonia García de León dice que no articulan
porque no tienen poder que articular. Por otro lado, en el caso de los
varones el poder es parte de su educación formal e informal. Al traer
a nuestro tema el uso del poder, se puede decir que es bastante pro-
bable que las científicas afronten de manera distinta sus trayectorias
académicas en relación con los logros obtenidos.
32 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

Se quiere hacer un primer acercamiento a este tema con una situación


que resalta en el caso de dos de las entrevistadas que pertenecen al área
de la Educación. Estas académicas tienen una trayectoria profesional
destacada en su área. Una de ellas, es pionera en utilizar la investigación
académica para resolver problemas sociales a través de la pedagogía en
la universidad que la acogió en los años 90, cuando la investigación aún
no se desarrollaba en dicha universidad. Su trabajo referente a la inter-
vención social es igualmente sobresaliente. La otra académica, destaca
como una persona que se dedicó a llevar la investigación al área educa-
tiva, acercando a los docentes a la investigación e impulsando la pro-
ducción de investigación educativa en el estado de Chihuahua. Lo que
llama la atención, es que además de ser mujeres exitosas como doctoras
en Educación, ninguna de las dos fue beneficiaria SNI durante su tra-
yectoria académica. Ambas entrevistadas cuentan las dificultades para
ser tomadas en cuenta como investigadoras, o bien, que la investigación
como práctica tomara relevancia en un área (educación) donde el sis-
tema ciencia históricamente no ha tomado a dicha área como ciencia.
Te estoy hablando de la escuela normal, como a finales del siglo pasado,
como en el 99, que fue cuando yo me incursioné en estos procesos forma-
tivos ya de educación superior, todavía no se asumía o no, nos asumíamos.
Bueno, yo fui de las primeras que me asumí como investigadora y esto, pues
claro que hasta burlas institucionales. “Mira, mira, esta se cree investigado-
ra” (Dra. en Educación, 55 años, entrevistada el 25 de junio de 2021).

Llegado a este punto, es imposible no remitirnos al origen de la


segregación de las mujeres en las áreas humanísticas. Tampoco po-
demos cerrar los ojos ante la minusvaloración de las áreas sociales
y humanísticas en el sistema ciencia. Ambos aspectos están íntima-
mente relacionados, estas áreas son las feminizadas y son las pro-
fesiones que carecen de prestigio, recordando que socialmente se
asigna el trabajo devaluado a las mujeres, y se devalúa el que hacen
(Fernández Rius 2018). La división sexual del trabajo se presenta en
la ciencia y la educación a través de profesiones asignadas a los varo-
nes como las ingenierías, y otras asignadas a las mujeres como las so-
ciales y humanísticas. Otra de las limitaciones que adolecen las áreas
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 33

sociales y humanísticas es que sean aceptadas por el uso de nuevos


paradigmas para generar el conocimiento. Lo anterior nos remite a
la presencia del androcentrismo en la ciencia, la persistencia de una
única visión para hacer ciencia, la supuesta neutralidad.
Fueron casi 20 años de tratar de convencer en que se abriera un departamen-
to de Humanidades, pues también fue la lucha por cambiar de paradigmas,
por tener otras opciones metodológicas, fue una lucha para que comenzara
a trabajar de otras maneras. […] Asistíamos a congresos de investigación
etnográfica en Estados Unidos, Canadá hasta Chile, Argentina. Dentro de
ese paradigma, no había mucha aceptación para la investigación participa-
tiva (Dra. en Educación, 64 años, entrevistada el 4 de octubre, 2021).

¿Existe alguna diferencia con las mujeres que están en los círculos
académicos masculinizados? Algunas de las entrevistadas mencio-
nan las dificultades que se les presentaron. El caso que más llama la
atención es el de una profesora investigadora con amplia trayectoria
y producción en el área de la física de los materiales. Al momento de
la entrevista, ella es SNI nivel II, participa en la formación de recur-
sos humanos, cumple con las publicaciones, es responsable de tres
laboratorios, es coinventora de ocho patentes nacionales, dos inter-
nacionales y 10 en proceso de registro. Lo que resalta es que el puesto
que ocupa dentro su institución es de técnico académico.5 Ella habla
respecto a la posibilidad de obtener una plaza como investigadora y
para la cual lo ha intentado tres veces desde que existe la posibilidad
de contender para una dentro de su institución.
Y pues que analicen el currículum de cada persona. Si se jubila una per-
sona que es un investigador, pues que primero se fijen en el entorno
interno. Si no se reúnen las características que desean, entonces sí con-
vocar en el ambiente externo. Que seamos importantes todos (Dra. en
física de los materiales, SNI II, 50 años, entrevistada el 28 de abril, 2021).

Otra de ellas cuenta el recibimiento por parte de sus compañeros


y compañeras:

5 Al momento de la entrevista estaba por cumplir los 16 años en esa posición.


34 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

Era la nueva y no sé, a lo mejor no sé si serían celos profesionales de


compañeros con más años en la universidad que yo sí sentí como que
estaba todo bloqueado. Afortunadamente tuve el apoyo nuevamente de
mis inmediatos (Dra. en ciencia y tecnología de los materiales, SNI I, 37
años, entrevistada el 29 de marzo, de 2021).

En las entrevistas realizadas se puede percibir que las científicas


que aquí participan también han pasado por los estereotipos de gé-
nero dentro de sus profesiones. Llama la atención el caso de una de
ellas que ha sido discriminada por su belleza y estilo femenino:
La gente cree que las mujeres que se dedican a la ciencia tienen que
ser de un estereotipo particular, una forma definida de vestir, que no
se arreglan, no se maquillan, que traen pantalón de mezclilla, por de-
cir algo, que no se pintan las uñas. Y en ese sentido, yo batallé y sigo
batallando. Llego a mi trabajo elegante, con un vestido, tacones, uñas
pintadas, peinada y maquillada, etc. y esas personas comentaron que así
no se hace ciencia…con decirte que un compañero una vez me envió un
correo electrónico para comentarme por qué mejor no me dediqué al
modelaje en lugar de la ciencia ¡Imagínate! (Dra. en Física de los mate-
riales, SNI II, 50 años, entrevistada el 28 de abril, 2021).

Se le preguntó si, por el contrario, eran aceptadas sus compañeras


que no son como ella, a lo que respondió rápidamente que no, pues
ya habían señalado a una de sus compañeras y tampoco era tomada
en cuenta para los proyectos. Por lo que en esta anécdota se refleja
el rechazo hacia las mujeres en general, en un ámbito considerado
históricamente masculino.
Otra de las entrevistadas que se desempeña en las humanidades,
contó las burlas hacia su persona debido a la incredulidad que había
en su entorno laboral respecto a su capacidad como investigadora.
El haber pausado varios años su carrera académica por moverse de
la ciudad debido al trabajo de su esposo y por su pequeño hijo, la
convirtió para los demás en un ama de casa totalmente estereotipada
que poco podría aportar a la ciencia.
Mira, por ejemplo, decían: “ah, ella no sabe nada”. Decían: “ella es una
ama de casa que nomás llegó por recomendación”. Y la otra cuestión
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 35

es: “¿De dónde saliste tú que no te habíamos visto?”. Esas cosas que me
preguntaban. Y, “si eso feminicidio, por qué no le ponemos lapicidio al
sacarle punta al lápiz”. Pero yo tenía muy clara mi meta (Dra. en Cien-
cias Sociales, SNI III, 70 años, entrevistada el 23 de abril de 2022).

LA COLONIZACION DEL INTERIOR,


HASTA HOY, TRIUNFANTE

Kate Millet menciona que el temperamento o carácter de las mujeres


se va moldeando desde temprana edad hasta llegar a la “colonización
del interior”, como máxima victoria del patriarcado. El temperamento
reflejado en algunas de las entrevistadas para esta investigación está re-
lacionado con la inseguridad y el síndrome de la impostora.6 Lo ante-
rior se refleja en aspectos como darles vergüenza mostrar sus logros, no
sentirse merecedora, incluso, eliminar su autoría en proyectos. Esto se
presenta principalmente en las mujeres de la edad de 50 años en ade-
lante. Frases como “Qué te diré, a mí me da pena cuando me dicen que
me van a premiar”; “el primer proyecto que entró y el cual no salió a mi
nombre porque había cosas que me daban miedo, decía cosas como no
hay nada que me asegure, que me fundamente o que diga que yo soy una
investigadora”; “Me da mucho gusto ganar el concurso, pero... no sé, me
escondo, ese día ni fui a mi institución. No sé, no sé cómo me siento, no
quiero ni abrir la puerta del cubículo”. Hay que mencionar que las dos
investigadoras de 30 años en adelante muestran una actitud de mayor
seguridad y sumamente contentas con sus logros. Las dos científicas de
este rango de edad pertenecen a las llamadas ciencias exactas.

Y, ¿DÓNDE ESTÁN LAS POLÍTICAS ESTATALES


EN CHIHUAHUA?

En el estado de Chihuahua, la Ciencia, Tecnología e Innovación


(CTI) están orientadas a la competitividad y al desarrollo económi-

6 No sentirse merecedora del éxito o no estar a la altura.


36 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

co. Se piensa una CTI con orientación empresarial que desemboque


en empleos mejor remunerados, permanentes y que eleven la calidad
de vida de la población chihuahuense. Para este trabajo se analizaron
la Ley de Impulso al Conocimiento, Competitividad e Innovación
Tecnológica para el Desarrollo del Estado de Chihuahua (2014), la
Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Chihuahua
(2018), así como la Iniciativa con carácter de Decreto (2017) que lo-
gró su reforma en el año 2018 y la Ley Estatal de Educación (1997,
última reforma 2021).
Se encontró que tanto la ley de 2014 como la de 2018 carecen
de perspectiva de género. Cabe mencionar, que ambas leyes tienen
como encargado al Instituto de Innovación y Competitividad para la
operación de los programas y apoyos a la ciencia.7 La Ley de Ciencia
de 2018 se centra en el esfuerzo por la formación de científicos y
tecnólogos en las áreas prioritarias que son la competitividad de las
empresas y las necesidades del mercado, para lo cual es de suma im-
portancia la vinculación de los sectores científico y académico con el
sector productivo, así como fomentar la formación de empresas y de
profesionistas especializados en favorecer dicho proceso. Para lograr
los objetivos de la ley, la Secretaría de Educación y Deporte es un
ente importante para lograr la formación de talento con el perfil que
el estado necesita, esto desde los niveles básicos hasta los posgrados.
Por su parte, la Ley Estatal de Educación, en su artículo 8, frac-
ción I, contempla la educación con perspectiva de género desde
los niveles básicos. En el mismo artículo, fracción VII, habla sobre
fomentar actitudes que estimulen la investigación y la innovación,
científica y tecnológica. Posteriormente, en su artículo 9, hace refe-
rencia a la atención a la discriminación, los prejuicios, estereotipos

7 Hasta el momento de esta investigación, el Plan de Desarrollo Estatal 2022-2027


en las estrategias para desarrollar la ciencia y tecnología siguen en el mismo te-
nor, aun y cuando se hace mención de las humanidades en su objetivo general,
las estrategias y líneas de acción están dirigidas a las llamadas ciencias exactas y
encuadradas al desarrollo industrial.
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 37

y la violencia en contra de las mujeres y niñas. La perspectiva de


género aparece de nuevo en su capítulo V: De la calidad, la equidad
y la función social de la educación, en su artículo 112; así como en
el capítulo VII: De la planeación y evaluación del proceso educativo,
en su artículo 147.
Después del análisis de dichas leyes, es necesario resaltar algunos
aspectos. El primero, la falta de armonización entre la Ley de CTI y
la Ley de Educación, pues desligadas, se permanece en la ausencia de
una estructura que permita que se cumpla la perspectiva de género
de manera sustantiva. La falta de coordinación entre ambas leyes no
permitirá que el esfuerzo de una de ellas se concrete en resultados
sustanciales. Recordemos que actualmente persisten las brechas ba-
sadas en los estereotipos que impiden que las mujeres tengan liber-
tad subjetiva para elegir algunas profesiones, así como desempeñarse
en la ciencia y tecnología en iguales condiciones que sus compañeros
varones. Ante estas situaciones, el feminismo ha construido metáfo-
ras para describir las desigualdades presentes entre hombres y muje-
res en la ciencia: el piso pegajoso, paredes de hormigón, laberinto de
cristal, efecto Matilda, techo de cristal, el efecto tijera (Burin, 2008,
Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), s/f, Ba-
rreira González, 2017, Moreno Sardà, 1988). Todas éstas son situa-
ciones que no se ven, que no están escritas en la estructura organiza-
cional, sin embargo, son efectos del androcentrismo en la academia,
la ciencia y tecnología.

CONSIDERACIONES FINALES

El llamado por parte de los organismos internacionales que en


la actualidad toman un papel importante, desde el aspecto en que
intentan redirigir a la humanidad hacia un desarrollo sustentable te-
niendo una fecha determinada para lograrlo, compromete a los paí-
ses desarrollados y en desarrollo a realizar estrategias para alcanzar
dicha meta mundial. En el tema de la brecha de género en ciencia
y tecnología se requiere de modificaciones estructurales que con-
38 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

duzcan a cambios objetivos y subjetivos: cambios en las estructuras


institucionales; tomar acciones para lograr una educación no sexista
erradicando los estereotipos que culturalmente han generado profe-
siones tradicionalmente asignadas a los varones y otras a las mujeres
y la división sexual del trabajo; políticas públicas nacionales y re-
gionales que reconozcan la relación género, desarrollo social, ciencia
y tecnología. Si bien es cierto, desde el llamado urgente a incluir a
las mujeres debido a la cuarta revolución puede ser criticable y, de
hecho, se considera necesario vigilar las condiciones de su inclusión
para evitar que se reproduzca la historia de opresión hacia ellas, la
Agenda y sobre todo la Estrategia de Montevideo como mecanismo
regional específico para lograr la igualdad de género, podrían repre-
sentar una oportunidad para presionar y exigir el camino hacia la
igualdad sustantiva de género en todas las áreas de la vida humana y
específicamente en ciencia y tecnología.
En los hallazgos arrojados por esta investigación se puede decir
que existen desequilibrios de género en la ciencia y tecnología en
el estado de Chihuahua, la brecha se detecta vertical y horizontal,
siendo esta última la más preocupante. Desde la equidad, podría
parecer que se transita por el camino hacia la paridad. Sin embargo,
recordemos que tanto la meta de la Agenda Global y, en específico,
la Estrategia de Montevideo, Chihuahua debiese superar la etapa de
paridad para encaminarse a la igualdad sustantiva de aquí a 2030.
En la encuesta realizada a las y los beneficiarios SNI en el estado
de Chihuahua, se encontró que son aquellas circunstancias subjeti-
vas generadas por los estereotipos de género persistentes donde se
localizan las diferencias más grandes. La ausencia de las mujeres en
los niveles más altos del SNI; el uso del tiempo libre para dedicarse a
las tareas de cuidados y a los pendientes laborales; la interrupción de
los estudios por causas relacionadas al cuidado a los otros y la ma-
ternidad; dificultades relacionadas con los temas de discriminación,
el acceso a mayor conocimiento y falta de oportunidades, así como
falta de redes o socialización; también, la persistente desigualdad
laboral. También, los resultados de dicha encuesta dejaron ver los
La brecha de género en la ciencia: los retos de la agenda global 2030 39

desequilibrios en las áreas de mayor prestigio como la innovación,


emprendimiento y liderazgo, donde existe una baja participación por
parte de las mujeres en comparación con los varones. Además, mien-
tras los varones ocupan principalmente direcciones regionales, las
mujeres registraron principalmente mandos medios como las coor-
dinaciones. Y no se puede dejar de mencionar la concentración de
mujeres en las áreas de conocimiento tradicionalmente femeninas
como las ciencias sociales y las humanidades.
Por otra parte, a través de las entrevistas en profundidad se en-
contró que el formar una familia propia y la maternidad han sido
las mayores dificultades para desarrollar sus profesiones académicas,
representadas en pausas en sus profesiones y dobles jornadas. Las
mujeres entrevistadas contaron con el aliento por parte de sus padres
para realizar una licenciatura y, posteriormente, con el apoyo de sus
maridos para continuar los posgrados. Se presenta una diferencia
entre las investigadoras que rondan los 30 años en comparación con
las de 50 años en adelante, pues mientras las segundas presentan el
síndrome de la impostora, las más jóvenes se siente orgullosas de sus
éxitos y muestran mayor seguridad para trazar sus metas y conseguir
sus objetivos profesionales. Referente al uso del poder, se percibe en
las entrevistadas que, siendo exitosas, no hacen uso del poder, pues
queda claro que han sobresalido en sus áreas por la calidad en el
trabajo realizado, esfuerzo, dedicación y sensibilidad científica ante
ciertas problemáticas.
En cuanto al marco legislativo chihuahuense, se quiere desta-
car que es necesario que las políticas científicas estén alineadas a la
ley educativa para que haya continuidad en cuanto a la equidad e
igualdad de género en ciencia y tecnología a través de la erradica-
ción de los estereotipos. Es necesaria la armonización de ambas leyes
para que los programas encaminados a cerrar la brecha de género
encuentren una vía directa y de esta forma se logren los cambios
objetivos, sobre todo los subjetivos, estos últimos relacionados a los
estereotipos de género. Se considera un tema pendiente y urgente la
investigación del currículum oculto de género en las escuelas para
40 Elvia Liliana Chaparro Vielma y Sandra Bustillos Durán

superar el sexismo en la educación. Como advierte Maceira, “implica


ir al fondo de situaciones cotidianas normalmente no visibles, a veces
inconscientes, a veces desapercibidas, a veces no problematizadas,
a veces silenciadas […]” (Maceira, 2005, p: 206). El resultado de lo
anterior es la naturalización de conductas, valores y significados que
reproducen la violencia y opresión.
Finalmente, además de la preocupación porque exista mayor pre-
sencia de mujeres en las áreas tradicionalmente masculinizadas, se
hace el llamado a intervenir en las áreas del conocimiento donde
existe mayor concentración de mujeres, para erradicar la minusvalo-
ración hacia dichas disciplinas y sean tomadas en cuenta desde el sis-
tema ciencia con igual importancia que las áreas donde típicamente
se concentran los varones. En otras palabras, trabajar en la erradica-
ción de los estereotipos hacia estas áreas, incluyendo la valoración de
paradigmas distintos a los tradicionales androcéntricos, para evitar
que las mujeres sean vistas como agentes devaluadas y devaluadoras.

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2. LEER CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.
APORTES DESDE UN TALLER CON
JÓVENES DE MEDIA SUPERIOR

Andrea Berenice Padilla-Contreras


Universidad Autónoma de Yucatán
andipa_hi@outlook.com
https://orcid.org/0000-0003-2816-1562

Eloísa Alcocer-Vázquez
Universidad Autónoma de Yucatán
ealcocer13@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-3271-4465

INTRODUCCIÓN

Uno de los retos actuales en la educación apunta a lograr las com-


petencias y habilidades que se esperan en la educación básica, y esto
significa una educación de calidad para todos, sin dejar a nadie atrás
(Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura [UNESCO], 2019). No obstante, el contexto global in-
dica, según expone la UNESCO (2017), que 56% de los infantes no
cuentan con habilidades básicas de comunicación como la de lecto-
escritura. El porcentaje aumenta cuando nos referimos a adolescen-
tes de entre 12 y 14 años de edad, siendo éste un 61 por ciento.
En el caso de México, el artículo 3º en la Constitución de los Es-
tados Unidos Mexicanos estipula que es un derecho el acceder a la
educación básica la cual contempla hasta el nivel de media superior.
Sin embargo, se observa que la situación en nuestro país comparte
con el marco global el reto de lograr las habilidades y competencias
esperadas y a su vez reducir la desigualdad en el acceso a la educa-
ción de calidad (Alcocer-Vázquez et al., 2019). Solamente el 1% de
44 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

los estudiantes adolescentes mexicanos alcanza un rendimiento su-


perior en la lectura según los resultados PISA 2018 que realiza la Or-
ganización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD)
(Salinas, De Morales & Schwabe, 2019). Los bachilleratos federales
y estatales son aquellos que muestran un aprovechamiento menor
en lectura y escritura en el PLANEA EMS 2017 (Instituto Nacional
para la Evaluación para la Educación [INEE], 2017). Adicionalmen-
te, se observa que existe una alta desigualdad social dependiendo del
contexto educativo dentro del que se encuentre el estudiante (Cara-
cas-Sánchez y Ornelas-Hernández, 2019).
El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 enuncia que no basta
con que la sociedad esté informada; se espera que las y los ciudadanos
mexicanos sean capaces de involucrarse en la vida política del país;
es decir, que el sujeto reciba diversos mensajes y tenga una capacidad
crítica que le permita evaluar y valorar la información para así po-
der responder ante esta. Lo que indica un acercamiento al concepto
de literacidad donde los sujetos desarrollan intervenciones, así como
un análisis sociopolítico de su entorno y se concibe a la humanidad
como un ente activo y multidimensional (Aloiso, Muñoz García y
Vargas, 2016). Por esta razón, se requiere impulsar políticas públicas
y programas que coadyuven a la construcción de la literacidad en
sectores de la sociedad que se encuentran en vulnerabilidad, para así
impulsar el desarrollo social de estas personas.
El Programa Nacional Estratégico (Pronaces) en el área de educa-
ción es un programa de investigación-incidencia, el cual tiene como
uno de sus objetivos prioritarios el fomentar la inclusión social e
independencia y autonomía de los ciudadanos a través de procesos
de desarrollo de lectura y escritura (Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología [CONACYT], 2022). Al mismo tiempo, considera un en-
foque interdisciplinario, integral y horizontal, ya que se quiere cono-
cer los contextos sociales y las causas principales del analfabetismo,
integrando una participación de colectivos que representen a todos
los actores involucrados en el problema. Con lo anterior se busca
generar condiciones para la expresión de múltiples voces en la esfe-
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 45

ra pública y que también aporten a la fuerza de la práctica política


(CONACYT, 2022). Adicionalmente, es relevante mencionar que se
enuncia el principio de equidad y no discriminación como uno de
los ejes rectores y transversales; es decir se considera a la perspectiva
de género un componente de la inclusión social (CONACYT, 2021).
El programa “Modelo de activación lectora para la inclusión so-
cial de jóvenes de bachillerato”. bajo la responsabilidad de la Uni-
versidad Autónoma de Yucatán, fue uno de los seleccionados en
las convocatorias del Pronaces en Educación para la elaboración de
proyectos de investigación e incidencia orientados al fomento de la
lectoescritura como estrategia para la inclusión. Este proyecto se de-
sarrolló en una fase de proyecto semilla durante el primer semestre
de 2021 y se constituyó como uno de los Proyectos de Investigación
e Incidencia (Pronaii) por tres ciclos durante los años 2022 a 2024.
Este proyecto tiene como uno de sus beneficiarios al Colegio de Ba-
chilleres del Estado de Yucatán (COBAY), el cual al ser un sistema
educativo público de Educación Media Superior (EMS) se plantea
como un microescenario de la problemática nacional, el cual permi-
tirá detectar y analizar los retos y obstáculos que impiden el desarro-
llo de una alfabetización plena.
El COBAY tiene presencia tanto en comunidades rurales como
urbanas del estado de Yucatán con 61 planteles y 11 Centros de Edu-
cación Media Superior a Distancia (EMDSaD). En este sentido, 60%
de los planteles se encuentra en un índice de marginación alto, mien-
tas que el 22% se encuentra en marginación medio, un 7% en grado
bajo y un 11% de índice de marginación muy bajo. Se observa que
mientras más cerca se encuentren los centros de estudio a la capital
del estado el índice de marginación es menor. No obstante, los plan-
teles cercanos a la ciudad de Mérida cuentan con altos índices de
violencia, consumo de drogas, alcoholismo y embarazo juvenil.
Adicionalmente, se detecta que, en la cuestión académica, los re-
sultados en el área de lenguaje y comunicación del PLANEA 2017
reportaron un dominio insuficiente de los aprendizajes clave del cu-
rrículo. En este sentido, el COBAY obtuvo un promedio de 26.7%, lo
46 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

cual es menor al proporcionado por PLANEA 2017 a nivel nacional


(33.9%) y estatal (28.2%). Aunado a lo anterior, se observa que el es-
tado de Yucatán se encuentra en la posición número 10 de 32 estados
en cuanto a rezago educativo (INEGI, 2017), con un porcentaje de
35% en relación a tal carencia en donde incluso sobrepasa la situa-
ción nacional (33%).
En la fase inicial del programa se abrieron espacios para el diálogo
con estudiantes, docentes y personal administrativo con el fin de co-
nocer a profundidad la problemática del desarrollo de la competencia
de lectoescritura. Algunos de los principales resultados a resaltar re-
caen en las notables desigualdades que son parte del contexto social y
educativo en el que se encuentran los planteles COBAY. Aunado a la
necesidad del trabajo para el desarrollo de la literacidad en donde el
alumnado genere una capacidad de tener una perspectiva crítica aso-
ciada a sus habilidades de lectoescritura. Asimismo, se identifica que
es fundamental el construir la experiencia del sujeto lector a través de
prácticas letradas que den pie a relacionarse emocional y críticamente
con el texto, y a partir de esto, generar una voz propia crítica y creativa.
El propósito de este trabajo es presentar el análisis de una de las
estrategias del proyecto en cuestión denominado “Leyendo desde el
género, en la palabra nos encontramos” con el objetivo de conocer e
identificar los cambios que se propician a través del proceso de lectu-
ra con un enfoque de inclusión y perspectiva de género.
La estrategia a analizar se aborda desde el concepto de una polí-
tica pública redistributiva, ya que comprende temáticas de inclusión
social y perspectiva de género que implican un reajuste de roles so-
ciales, culturales y políticos.

REVISIÓN DE LA LITERATURA

Políticas públicas para el desarrollo social

Las políticas públicas pretenden mejorar condiciones de vida para


toda la población ciudadana (Lowi, 2013); se consideran democrá-
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 47

ticas e involucran la participación ciudadana (Canto Sáenz, 2017).


Para crear dichas políticas es necesaria la definición de un problema
a tratar (Parsons, 2013). Existen tres tipologías de política pública
dentro de las que se encuentra la distributiva, la regulatoria y redis-
tributiva (Canto Sáenz, 2020). Cada tipología de política pública se
diferencia por caracteres específicos y se clasifican dependiendo del
objetivo que se pretende alcanzar. A continuación, se muestra una
tabla con los principales elementos de dicha tipología.

Tabla 1. Tipología de políticas públicas

Política distributiva Política regulatoria Política redistributiva


Buscan distribuir el Regulan instituciones o em- Están determinadas
recurso y los favoreci- presas e involucran a quien por las exigencias y ex-
dos y desfavorecidos se verá afectado o beneficia- pectativas que genera
no tienen un punto de do ante la aplicación de la la ciudadanía y tienen
encuentro. Ejemplo: política. Sirven para evitar que ver con las rela-
Becas para estudian- monopolios u oligopolios, ciones entre los indi-
tes de excelencia. fijar precios justos y mejo- viduos como las clases
rar los servicios debido a la sociales.
competitividad. Ejemplo: Políticas de
Ejemplo: Regulación de red inclusión social
de telecomunicaciones en
México.

Nota. Tipos de políticas públicas según sus objetivos.


Fuente: elaboración propia a partir de Lowi (2013) y Canto Sáenz (2020).

En este sentido, los tres tipos de política pública son un ente esen-
cial en la construcción y desarrollo de una sociedad democrática.
Sin embargo, en el caso de las políticas redistributivas, Canto Sáenz
(2020) menciona que éstas abordan temáticas como la inclusión, se-
gregación, discriminación y perspectiva de género. Por esta razón,
las políticas redistributivas son fundamentales para la vida en socie-
dad y su entendimiento, ya que, incluso, sin ellas se crearían guerras
o problemáticas de un alcance mayor que no se desean en la socie-
dad. Por lo tanto, tienen que ver directamente con la construcción
de una perspectiva crítica hacia las relaciones entre los individuos,
48 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

como, por ejemplo, las clases sociales, en las que se denomina dos
categorías: aventajados y desaventajados o propietarios y desposeí-
dos (Lowi, 2013) y apuntan a una redistribución de la riqueza, ya
que afectan intereses en beneficio de otros que se esperan más justos
y equitativos (Canto Sáenz, 2020). Por esta razón, son difíciles de
realizar dado a su naturaleza determinada por las exigencias y expec-
tativas que crea la sociedad. Sin embargo, son fundamentales para
una vida libre de violencia y discriminación debido a que apoyan al
desarrollo de la inclusión social.

La literacidad en las políticas públicas

Márquez-Hermosillo y Valenzuela-González (2017) mencionan


que la literacidad implica ampliar y explorar más allá de los aspectos
que se perciben visualmente en los procesos cognitivos y sociales de
la persona lectora; por lo tanto, lleva a cuestionamientos diversos y
complejos del cómo, para que, con quién y en qué contexto la lecto-
escritura es utilizada (Hernández-Zamora, 2019). Es decir, la litera-
cidad busca expandir las decodificaciones de la persona lectora, así
como su comprensión, cuestionamiento y relación con el mundo real
para la construcción de una voz propia.
En este sentido, Kalman (2004) explica que para apropiarse del
lenguaje se necesita manejarlo deliberadamente. En otras palabras,
Hernández-Zamora (2005) propone que se requiere tener concien-
cia y conocimiento sobre lo que se va a decir para así poder entrar
a la esfera pública, aunque para esto es necesario identificarse como
un ente legítimo y autorizado para participar ya sea en las cuestio-
nes políticas, educativas o culturales. Aloiso, Muñoz García y Vargas
(2016) explican que la literacidad es la base para el comienzo de aná-
lisis sociopolíticos, así como intervenciones en donde se percibe a las
personas como seres multidimensionales, de derechos y meramente
activos.
Freire (2020) explica que leer, escribir, hablar y pensar con en-
foque crítico es esencial, ya que el desarrollo de la lectoescritura no
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 49

sólo es un acto de leer y escribir, sino de la emancipación propia, un


acto de libertad. Cuestionarse las relaciones y roles de poder conduce
a los individuos a analizar críticamente sus vidas personales y colec-
tivas, lo cual crea un empoderamiento de la mente que conduce a
una conciencia nueva (Quezada-Mejía y Hernández-Zamora, 2020).
De esta manera, se cae en cuenta que la dimensión social y cultu-
ral son desarrolladas en la literacidad en donde, sin duda alguna, la
perspectiva de género se entrelaza con dicho concepto.

FORMACIÓN EN PERSPECTIVA DE GÉNERO

La perspectiva de género redefina la esfera de lo público y lo pri-


vado, al mismo tiempo abona para la sostenibilidad de la vida de las
personas en donde se crea una nueva mentalidad, conciencia e inter-
pretación sobre lo que les rodea (Donoso-Vázquez y Velasco-Mar-
tínez, 2013). Asimismo, López (2007) menciona que se requiere de
una introducción en este tema partiendo desde las relaciones de gé-
nero existentes para así crear una nueva construcción de estas más
equitativa para todes con el fin de un proceso de inclusión y cambio
social.
En esta cuestión, De Ávila, Peter y Zapata (2013) explican que es
fundamental el énfasis en las relaciones de desigualdad que surgen
desde los diferentes contextos a los que pertenecen los grupos. Sin
embargo, este mismo autor menciona que en ocasiones no es sólo
importante hacer ver estas diferencias sino integrar el enfoque de la
equidad desde la perspectiva de género para la inclusión social. De
acuerdo con Blanco (2007), los procesos de inclusión social y prin-
cipalmente de equidad mejoran la calidad de vida de la humanidad
ya que éstos tienen efecto directo en los entornos sociales en los que
se desenvuelven además de que potencializan el desarrollo socioeco-
nómico.
Ahora bien, para lograr el cambio permanente hacia una sociedad
equitativa e inclusiva con perspectiva de género es necesario un es-
fuerzo amplio y continuo de largo plazo. Ávila, Peter y Zapata (2013)
50 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

mencionan que se requiere de una sistematización prolongada y he-


terogénea en las organizaciones que promuevan estos procesos. Por
lo que García-Pérez et al. (2011) concluyen que dicha formación con
perspectiva de género no debería ser voluntaria. Es decir, se debería
tener una educación con perspectiva de género sin importar la pro-
fesión, ocupación, sexo o edad.

JUVENTUD Y PERSPECTIVA DE GÉNERO

La juventud, al inicio del siglo XXI, era entendida como una etapa
en la que el individuo trazaba esenciales transiciones como la esco-
laridad, la búsqueda de empleo, el emparejamiento o la llegada de la
edad adulta, sin embargo, esta definición pasó por una metamorfosis.
En la actualidad, ser joven deja de servir para la futura integración
adulta y deja de ser lineal, finalista y progresiva para considerarse
como una etapa circular, estacionaria y autorreferente (Calvo, 2010).
Aunado a lo anterior, la población juvenil pasa por una realidad con
alta segmentación social, la cual crea una desigualdad en dichos in-
dividuos en cuanto a lo social y económico (Fundación SM, 2021).
Contreras Tinoco (2017) menciona que en la actualidad los idea-
les familiares y religiosos del género, ya sea de lo que es la masculi-
nidad o la feminidad, impactan a las juventudes latinoamericanas
en sus prácticas y relaciones creando así tabús. Donoso, Figuera y
Rodríguez Moreno (2011) explican que es un reto el identificar las
problemáticas que se derivan a causa del género cuando no se habla
respecto a la temática en sus familias o en su entorno en general. Al
respecto, Tortajada y Vera (2021) mencionan que existe un antife-
minismo, lo cual es una tendencia de rechazo en la sociedad hacia
el movimiento feminista (Ventura Franch, 2008; Barberá y Cala Ca-
rrillo, 2008). Esto debido a que es incómodo hablar del tema para
algunas personas, especialmente para sectores específicos como au-
toridades, medios de comunicación y poder formal (Cerva-Cerna,
2021). Esta última cuestión crea una interpretación errónea de lo que
en realidad es el feminismo y la perspectiva de género y de lo cual se
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 51

lucha en contra, por lo que se vuelve a caer en la misma estigmati-


zación (Donoso-Vázquez y Velasco-Martínez, 2013). Por esta razón,
la formación de perspectiva de género desde la política pública se
vuelve una necesidad latente en los jóvenes que en un futuro se des-
envolverán en la esfera pública.
En el siglo XXI, el joven vive un trascendental cambio tanto en la
propia construcción de su persona como en su crecimiento intelec-
tual. La cultura que consume y se ha diseñado pensando en él, tanto
lo que juega, lo que mira, lo que comparte con sus iguales y lo que
lee ha mutado (Lluch, 2010). El joven se enfrenta con un nuevo con-
sumo cultural en dónde es indispensable el comprender su entorno
para actuar de manera crítica ante tal situación. Al respecto, Dono-
so-Vázquez y Velasco Martínez (2013) argumentan que la formación
desde la perspectiva de género impulsa al estudiantado a concretar y
desarrollar los procesos de cambio en la sociedad desde un análisis
crítico en donde se hacen presentes la transmisión del mensaje, así
como la misma conversión de la realidad.

METODOLOGÍA

Se utilizó el enfoque cualitativo para la obtención de los datos


(Patton, 2015), ya que se requirió indagar, documentar e interpre-
tar un proceso para después darle un significado y comprender en
medida de lo mejor el fenómeno estudiado. Asimismo, se persiguió
la generación de conocimiento a partir de hechos basados en pers-
pectivas constructivistas (Creswell, 2013). Es decir, comprender los
significados de experiencias individuales, así como los significados
social e históricamente construidos.
Con base en la metodología cualitativa, de acuerdo con Henderson
(2009, citado en Hernández, Fernández-Collado y Baptista, 2014), el
estudio es de tipo constructivista ya que busca dar un enfoque en los
significados que los participantes proveen en la investigación para
de esta manera, considerar visiones, creencias, valores e ideologías
en las personas. Adicionalmente, se estima que el investigador debe
52 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

permanecer cercano a las expresiones “vivas” de los participantes de


tal manera que los resultados se muestren narrativamente puesto que
esto aporta a la codificación en primer plano que es abierta y vincula
categorías (Charmaz, 2000).

POBLACIÓN

Para el análisis se tomó en cuenta a los actores involucrados en el


“Modelo de activación lectora para la inclusión social de jóvenes de
bachillerato”. De esta manera se contó con la participación de acadé-
micos que desarrollaron el programa, así como talleristas y estudian-
tes. Como parte de las estrategias del proyecto, surge el taller “Leyen-
do desde el género. En la palabra nos encontramos” el cual aborda un
eje transversal que comprendía el desarrollo de la lectura y escritura,
así como a la construcción de una perspectiva de género. El taller
tuvo una duración de cinco sesiones de dos horas cada una en la
modalidad virtual. Dichas sesiones se realizaron durante aproxima-
damente un mes y medio cada día sábado y se contó con la partici-
pación voluntaria de los estudiantes de EMS de los planteles COBAY
sede Kanasín, Umán y Xoclán. En una primera instancia se contó
con 20 estudiantes pertenecientes de los tres diferentes planteles, no
obstante, al finalizar el taller el número de participantes disminuyó a
10 estudiantes de los cuales siete eran mujeres y tres hombres.
Los planteles COBAY sede Kanasín, Umán y Xoclán se encuen-
tran a la periferia de la capital del estado, la ciudad de Mérida, y se
caracterizan por registrar altos índices de desigualdad social y vio-
lencia. Según el Diario de Yucatán (2021a; 2021b), en dichas loca-
lidades se presentan casos como homicidios, feminicidios, robos y
suicidios. Al respecto, padres de familia, vecinos y alumnos de los
planteles resaltaron la inseguridad de las comunidades en cuestión a
robos y violencia de género. Incluso, algunas mujeres de la comuni-
dad de Kanasín optaron por crear un grupo de boxeo como estrate-
gia de autodefensa para transitar en las calles de su comunidad.
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 53

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS

Se utilizaron tres diferentes técnicas para la recolección de da-


tos. En primera instancia se realizó la observación de las sesiones
del taller con el objetivo de entender y comprender los significados
sociales los cuales son reflejados y constituidos a partir del com-
portamiento humano (Mann y Stewart, 2000). De igual manera, la
observación fue una técnica que ayudó a las investigadoras a estar
presentes en el proceso.
Adicionalmente, se llevaron a cabo entrevistas con los actores en
el desarrollo e implementación del taller y el programa en general.
Dicha técnica les permitió profundizar, analizar y comprender las
perspectivas de los participantes, miembros de la organización e in-
volucrados en el programa (Denzin y Lincoln, 2017: Patton, 2015).
Es decir, se realizaron las entrevistas para conocer esos aspectos que
no pueden ser directamente observados y al mismo tiempo para en-
tender los aspectos que se han observado.
Por último, se realizó el análisis de materiales autobiográficos
para la recolección de datos, los cuales brindan información sobre la
vida o experiencias del individuo en sus propios términos y palabras
(Creswell, 1998). Adicionalmente, estas técnicas se utilizan para mo-
nitorear el progreso intelectual en el aprendizaje a distancia (Mann
y Stewart, 2000). Dentro de estos materiales, se encuentran los pro-
ductos finales de los participantes que son el resultado de sus propias
reflexiones a través de la creación de un objeto, pintura o historia.

RESULTADOS

El corpus de lecturas incluidas en el taller presentaba cuestiona-


mientos a roles de género tradicionales, estereotipos o bien situacio-
nes de violencia que invitaban a la reflexión y análisis crítico de la
situación. De igual manera, las actividades del taller propiciaron la
identificación de esas situaciones y su relación con el contexto social
y cultural de los estudiantes centrado en el diálogo y el respeto de las
54 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

diferentes perspectivas. Algunas de las lecturas que se consideraron


durante el taller fueron cuentos como “La cenicienta”, del escritor
Charles Perrault, “Mole para ratas”, de Oswaldo Estrada, “El mundo
al revés”, de María Elena Walsh y “El huésped”, de Amparo Dávila.
Se incluyó también el análisis del discurso de noticias periodísticas
sobre feminicidios.
Durante la recolección de datos se categorizaron los siguientes
resultados: identificación de la problemática y concientización por
parte de los participantes, así como el surgimiento de la voz y opi-
nión propia sobre el tema. Estas tres temáticas fueron áreas que se
mostraban consecutivamente y tienen una relevancia fundamental
en el desarrollo del programa. De esta manera, se describen cada una
de ellas en las siguientes líneas.

IDENTIFICACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

A partir del análisis se identificó una disposición e interés a la


construcción del conocimiento desde la perspectiva de género por
parte de los participantes. La tallerista explicaba que algunos de los
alumnos participantes dentro del taller tenían toda la disposición
por aprender e incluso se mostraban bastante participativos durante
las intervenciones. Los alumnos inscritos al taller estaban por volun-
tad propia y porque en realidad querían conocer el tema. Esta última
cuestión ayudó a que las actividades dentro del taller fueran dinámi-
cas. No obstante, la alta motivación mostrada, la tallerista identificó
cuestiones las cuales no alcanzaban a comprender los alumnos, por
lo cual, era necesario explicar las situaciones que se planteaban den-
tro de las actividades de lectura para hacer un énfasis en las cuestio-
nes críticas respecto a la perspectiva de género en donde se entrela-
zaban situaciones de vida relacionadas con la violencia de género.
Yo inclusive les hablaba de un tema en específico y le preguntaba a un
estudiante que pensaba y él decía; yo no sé de qué trata esto maestra, yo
no sé de esto, ósea lo veo, pero no lo entiendo, y le comencé a explicar,
entonces poder comprender desde jóvenes, desde estudiantes, para así
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 55

poder entender, sensibilizar, concientizar y actuar ante estos temas y po-


der generar una opinión (tallerista).

El alumnado mostró dificultades para opinar o participar sobre


ciertas cuestiones de violencia y estereotipos de género debido a que
ellos mismos comentaban que eran capaces de observar las situacio-
nes; sin embargo, no lograban entenderlas y cuestionar del todo los
roles establecidos por lo que les parecía difícil crear una opinión al
respecto. En este sentido, se identificó que existía una falta de identi-
ficación de la problemática por parte del alumnado en historias como
“La cenicienta” y “El reino al revés”. Asimismo, estudiantes mencio-
naban no ser capaces de generar un discurso respecto a noticias pe-
riodísticas leídas que trataban aspectos relacionados al feminicidio.
Incluso, algunos de los estudiantes varones expresaban no saber qué
comentario generar respecto a la situación: “No sabría explicar cómo
se sentía la chica” (alumno 1).
Por su parte, las alumnas identificaron las situaciones con mayor
facilidad y expresaron su inquietud respecto a las situaciones de vio-
lencia y estereotipos de género en donde comentaban que les parecía
injusto el rol que se le daba a la mujer en las historias como “La ceni-
cienta” y “El reino al revés”, ya que en dichas historias la esposa se le
asignaba el rol de solamente cuidar al esposo. Adicionalmente, men-
cionaron que eran lamentables las situaciones que se presentaban en
las noticias periodísticas. En esta última, ellas apuntaban hacia una
identificación de los sentimientos de las víctimas, y comentaban que,
si estuvieran en ese lugar, ellas hubieran tenido bastante miedo. Al
igual que al leer el cuento “La liebre, el zorro y el oso”, las alumnas
comentaban que ellas tendrían bastante miedo de encontrarse en la
situación de la liebre, y no permitirían que el zorro o el oso entraran a
sus casas. En retrospectiva, se percibían a sí mismas como liebres en
el cuento. Adicionalmente, las lecturas permitieron que las alumnas
establecieran un paralelo con sus propias experiencias. Comentaron
algunas de las situaciones que ellas mismas han vivido de violencia
de género. De esta manera, se observó que las y los estudiantes detec-
taron que la violencia de género no sólo se ve en las noticias interna-
56 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

cionales o nacionales y, que en realidad estas problemáticas no están


alejadas del entorno cercano.
“Una vez me estaba siguiendo un carro… me decían cosas horribles”
(alumna 1).
“Fui al parque y un señor se me acercó, no con buenas intenciones”
(alumna 2).
“Cuando camino sola en la calle de noche tengo mucho miedo” (alumna 3).

En este sentido, el espacio del diálogo y de un ambiente seguro


creó un sentido de empatía en donde las diferentes perspectivas de
varios actores se entrelazaban y ayudaban a la misma identificación
de la problemática por parte del alumnado. Adicionalmente, se de-
tectó que los alumnos varones no han tenido este tipo de experien-
cias, por lo que incluso ellos mismos mencionaban que no habían
pasado por situaciones similares por lo cual no opinaban respecto
al tema.
“Maestra, a mí no me ha pasado algo así, yo no sé sobre el tema, si no, ya
estuviera hablando” (alumno 1).

En este sentido, se observa que existe una marcada diferencia so-


bre el imaginario y las experiencias que enfrentan las alumnas en
cuestión a la violencia de género en comparación con los alumnos,
lo que también se refleja en sus capacidades para identificar aspectos
relacionados con estas temáticas en los textos leídos. Conclusión a la
que también llegaron los participantes a partir de las lecturas reali-
zadas y los comentarios hechos en clases y quedó de manifiesto para
ellos que existe una desigualdad en las experiencias vividas respecto
a la violencia de género, por ejemplo, en tanto al sentimiento de se-
guridad que tienen las alumnas en cuestión a su persona en sus en-
tornos inmediatos en comparación a los alumnos quienes para ellos
era un sentimiento desconocido. Aunado a lo anterior, al observar
que fueron varias estudiantes las que habían vivido situaciones de
violencia de género, llegaron a la conclusión que no es normal tener
bastante miedo, ya que se han normalizado ciertas conductas como
el que una chica no pueda salir sola a la calle. Los actores comenta-
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 57

ban que ciertamente, se ha avanzado en cuestión a los derechos que


tiene la mujer hoy en día, sin embargo, existen aspectos por lo que es
necesaria la promoción de la perspectiva de género. La tallerista co-
menta sobre esta última cuestión: “Se ha avanzado demasiado, pero
pues también hay brechas que aún no se cierran…” (tallerista).
De esta manera, se observa que tanto alumnas como alumnos
fueron identificando que existen situaciones en la vida cotidiana
asociadas a los roles de género que crean una diferencia entre hom-
bres y mujeres. El reconocer cómo vive el otro y qué sentimientos
le propician ciertas situaciones fue parte de los resultados del taller
propiciados por el diálogo a partir de lecturas y cuestionamientos.
Los participantes notaron que para las alumnas era más fácil identi-
ficarse con personajes en cuestiones de violencia, mientras que para
los alumnos esto resultaba más complicado e incluso terminaba en
una omisión o ausencia de opinión. Fue el diálogo y el encuentro de
varias perspectivas que los ayudó a concluir que no es normal vivir
con miedo ni con violencia de género en la sociedad.

CONSTRUCCIÓN DE UNA PERSPECTIVA


DE GÉNERO

A través de la lectura de textos literarios, se trató de promover la


relación entre texto y vida cotidiana del alumnado y con esto pro-
mover la literatura como una fuente de discusión y análisis de este-
reotipos sociales y culturales. Es decir, se buscaba propiciar un acer-
camiento a una literatura contemporánea que ayude a relacionar al
alumnado lo que lee con lo que vive. Lo anterior era parte de uno de
los propósitos detectados en la fase de diagnóstico de necesidades
donde la literatura aparecía como un objeto de estudio dentro del
currículo con autores reconocidos del canon occidental, pero lejano
al contexto inmediato.
Dentro del diagnóstico, se observó que existe una percepción de litera-
tura desde la apreciación estética […] no una literatura contemporánea
58 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

que te lleve a discutir la relación entre lo que leo, lo que pienso, lo que
observo y lo que está sucediendo en el entorno (actor).

En este sentido, se analizó la construcción de la perspectiva de


género desde el ámbito cultural y familiar en la que se encuentra el
alumnado a través de la lectura de cuentos. De esta manera, se en-
trelazaron las historias de ficción con la vida cotidiana en donde era
necesario identificar las cuestiones críticas que se presentaban en re-
lación a los roles de género, estereotipos y violencia de género.
Algunos de los comentarios de los estudiantes hacían referencia a
que desde la infancia se crean estos símbolos que supuestamente re-
presentan lo masculino o femenino. Por ejemplo, alumnos externaron
que normalmente, la mujer es la encargada de cuidar a los hijos, por
lo cual se ha normalizado el que existan madres solteras en donde la
ausencia de los padres es algo común. Asimismo, mencionaron que se
observa a los padres como el más “fuerte” de la familia. Concluían que
ambas cuestiones presentan una “gran” presión social para ambos gé-
neros. Uno de los responsables del desarrollo del programa comentaba
que justamente el taller “Leyendo desde el género. En la palabra nos
encontramos” trataba de concientizar a los estudiantes respecto a las
cuestiones de estereotipos de género y roles de género que se viven en
la cotidianidad desde la familia y cultura que les rodea.
Este taller repasa cuál es el rol asignado o los estereotipos que se han
asignado a hombres, a mujeres, y cómo estos roles asignados parten de
concepciones culturales o de tradiciones culturales (actor).

Asimismo, la tallerista comenta que la sensibilización de este tipo


de temáticas ayuda a los estudiantes desde la juventud a pensar críti-
camente, y con ello propiciar actos con mayor responsabilidad social
y empatía. Por lo cual, es indispensable el identificar los conceptos
clave para desarrollar un sentido de perspectiva de género.
En que ellos mismos también vean las realidades y sensibilizar estos
temas, poder entenderlos… tomar una parte de su actitud, en lo que
dicen, en lo que actúan, en lo que ejemplifican, por qué, para qué y lo
que implica, y así promover en los estudiantes que ellos mismos desde
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 59

su actuar puedan entender la importancia de la equidad de género (ta-


llerista).

Algunas de las conclusiones del estudiantado recaían en que no


son normales cierto tipo de actitudes que se viven en el día a día.
Por ejemplo, el tener tanto miedo por estar sola en la calle, el que los
hombres no lloren, no puedan expresar sus sentimientos libremente
sin ser juzgados, o que la pareja sea el o la responsable agresor/a. El
estudiantado comentó que el género no debería de ser un punto de
conflicto para la agresión física, ni verbal, ni psicológica. Es decir,
se concientizó respecto a las situaciones que se han normalizado en
la sociedad como los estereotipos, roles y violencia de género con el
fin de que el mismo alumnado se preguntara la posición en la que se
encuentra para así actuar críticamente.

LA VOZ PROPIA HACIA LA INCLUSIÓN SOCIAL

Los productos del alumnado muestran que al hablar sobre la


perspectiva de género y específicamente de violencia de género tanto
en las lecturas realizadas, las noticias y en la vida real, normalmente
no se tienen finales felices. En este sentido, alumnos desarrollaron
y crearon historias como parte de sus proyectos de cierre del taller
y como un impulso al surgimiento de una versión propia y creativa
a la perspectiva de género ya sea desde pinturas, carteles o cuentos.
Los personajes en las historias se crearon desde sus entornos cer-
canos, ya sea desde la familia, la comunidad o incluso desde la cul-
tura que se vive en México. Las situaciones que en ellas se plasman
tienen que ver con cuestiones relacionadas a los estereotipos de gé-
nero, así como a la violencia que se vive a causa del género. De esta
manera, estas historias buscaban representar la violencia de género
desde que comienza y cómo puede ir escalando.
Se observa que algunas de las historias no se resolvían del todo ni
concluían con finales felices. Por ejemplo, en una en específico recu-
rre al final trágico ya que la protagonista en el cuento había sufrido
60 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

violencia de género de diferentes tipos, como violencia doméstica y


psicológica. Este personaje no es escuchado por las autoridades, ni
por la sociedad en general, por lo que decide ponerle fin a la situa-
ción ella misma y mata a su agresor, por lo que la condenan a prisión.
Al respecto, la estudiante, autora de dicho cuento, comenta que estas
situaciones ya sean directas o indirectas suceden en el entorno real
por lo que decidió plasmar en la historia un final que es crudo, pero
realista. Al respecto, el actor que desarrolla el programa comenta que
se detecta que las y los alumnos identifican que hay que encaminar
esfuerzos para la promoción de la perspectiva de género ya que aún
no se llega al final deseado en relación a este tipo de aspectos.
En cuanto a las creaciones de pinturas y carteles, se identifica que
los colores utilizados se mezclan y se usan de una manera libre de
estereotipos en donde no necesariamente el rosa es para las mujeres
o el azul para hombres. Incluso el uso de símbolos es representado en
los carteles como signo de deconstrucción de estereotipos y roles de
género. Por ejemplo, un estudiante comentó que el uso de flores y gi-
rasoles en su cartel no se refería a la feminidad, sino a otro construc-
to con el cual se identificaba, ya que le gustan dichas flores. Adicio-
nalmente, en dichos carteles y pinturas, el alumnado toma en cuenta
que se necesita deconstruir los roles de género asignados histórica-
mente y reconstruirlos en donde se requiere de apoyo mutuo entre
ambos sexos para crear una inclusión social. Asimismo, se identifica
que se utilizan palabras inclusivas en los productos desarrollados por
el estudiantado como el uso del artículo “elles”.
Las y los alumnos mencionaban que les fue importante abordar
la perspectiva de género, ya que es una herramienta conceptual el
identificar que el género se construye a partir de lo social en donde se
entrelazan la cultura, religión, familia e historia patriarcal, lo que en
conjunto a determinado dichos estereotipos o roles de género. Con-
cluyen que, a pesar de estas diferencias, se considera que los valores
como lo son el respeto y la tolerancia crean un ambiente más pacífico
y de prosperidad en donde se toma en cuenta que al final ambos gé-
neros contribuyen a la ciudadanía para la paz.
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 61

Asimismo, se identificó que las y los estudiantes logran expresar


y generar una voz propia a partir del entendimiento de los concep-
tos y de la identificación de las problemáticas que acontecen en la
actualidad. De esta manera, las y los alumnos mencionan que fue
importante para ellos el abordar las diferencias entre los conceptos
de equidad e igualdad, ya que normalmente se suelen confundir. Asi-
mismo, mencionaban que les fue significativo el abordar la violencia
de género y sobre los tipos de violencia.
“Obviamente cuando el estudiante te entiende ahora sí, ya puede hablar-
lo, ya puede opinar” (tallerista).

En este sentido, se observó que los estudiantes, a través de la lec-


tura, trataban de darle voz a cada uno de los personajes que apare-
cían en las diferentes historias, ya que cada uno era importante para
el desarrollo de la misma; al igual, se valoraba que su voz cuenta,
debido a que el análisis no se quedaba en los personajes, sino que se
propiciaba la inclusión de la mirada y experiencia propia.
“Leer no sólo entre líneas, pero darle un significado en mi vida, relacio-
narlo con la vida cotidiana, darles voz a todos los personajes” (alumno).

Los estudiantes concluyeron que, al igual que en los cuentos, his-


torias y literatura, el darles la voz a todas las personas es fundamental
para encaminarse hacia una inclusión social.

DISCUSIÓN

A partir de los resultados se analizó que los alumnos identificaron


los conceptos relacionados a la perspectiva de género como lo son
la equidad, la igualdad, los roles, estereotipos, violencia de género
y sus tipos. Esto les permitió profundizar sobre dichos conceptos y
relacionarlos en su vida cotidiana y así desarrollar un sentido críti-
co. Donoso-Vázquez y Velasco-Martínez (2013) mencionan que el
mirar la realidad con perspectiva de género ayuda a las personas a
redefinir lo público y lo privado, así como la sostenibilidad para la
62 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

vida en donde la nueva conciencia e interpretación del entorno real


llevará al cuestionamiento.
Se observó que el hablar de desigualdades de género es funda-
mental para la identificación de la problemática, ya que ésta lleva-
rá a las personas a la consecución del cuestionamiento propio de
la problemática. De Ávila, Peter y Zapata (2013) hablan sobre esta
cuestión y puntualizan que no sólo es importante tener un enfoque
en las desigualdades de género, pero también proponer una incorpo-
ración de la perspectiva de la equidad en general. Es por esta razón
la importancia de integrar los conceptos que llevan al entendimiento
de la temática, ya que la perspectiva de género no sólo se centra en
identificar las problemáticas que se relacionan con el género en la
sociedad, sino que también a entender las razones por las cuales estas
se generan desde la cultura, la familia, la religión y la historia patriar-
cal. Así, se entiende que no es solamente necesario hacer énfasis en
la visibilidad e identificación de la problemática, sino también a la
incorporación de la perspectiva de la equidad en general.
Se muestra que, por parte del alumnado, sobre todo en alumnos,
es difícil el identificar desigualdades de género en su entorno. Al res-
pecto, Donoso, Figuera y Rodríguez Moreno (2011) comentan que
es un reto el detectar las problemáticas de género incluso en sus pro-
pias vidas debido a que no se habla del tema en el entorno. Aunado
a que existen tabús respecto al género sobre lo que es la feminidad
y masculinidad en las juventudes latinoamericanas que afectan sus
relaciones y actitudes (Contreras Tinoco, 2017), así como un anti-
feminismo en ciertas poblaciones de la sociedad que crea un recha-
zo hacia el movimiento feminista (Tortajada y Vera, 2021) Debido a
que para algunos sectores sociales les es incómodo hablar de dicho
movimiento. Por esta razón, dicho movimiento está estigmatizado e
incluso interpretado como aquello de lo cual en realidad se lucha en
contra (Donoso-Vázquez y Velasco-Martínez, 2013).
Los actores recalcan la necesidad de una concientización y sen-
sibilización de una perspectiva de género, ya que es el inicio hacia
la transformación y la inclusión social. La introducción a una pers-
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 63

pectiva de género se hace necesaria partiendo desde el diagnóstico


de las relaciones de género existentes para así poder redefinirlas y
recrearlas de manera más equitativa para todes y así encaminarse
hacia un proceso de cambio e inclusión social (López, 2007). En este
sentido, se observó que la violencia de género aparece en las alum-
nas mujeres inscritas al taller, mientras que los alumnos expresan no
haber tenido una experiencia relacionada con la violencia de género,
por lo que esto indica que existe una desigualdad entre ambos sexos
a consecuencia del género y su contexto.
Es importante enfatizar las relaciones de desigualdad que emer-
gen entre grupos dependiendo de la diversidad de los contextos en
los que se encuentran (Ávila, Peter y Zapata, 2013). Al contar con
un espacio de diálogo en donde se hace énfasis en las diferencias y
diversidades de los contextos a partir de la lectoescritura, se llegó a la
conclusión de que los alumnos hombres no han pasado por situacio-
nes similares a las de las alumnas ya que se encuentran en diferentes
contextos. Este espacio de diálogo fue la misma fuente de la iden-
tificación de la problemática en el entorno cercano, así como de la
creación de un sentido de empatía, tolerancia y respeto.
Asimismo, alumnos comentan sentirse no capaces de generar una
participación activa debido a que desconocían el tema. Sin embargo,
al finalizar la intervención comentan que son capaces de identificar
las cuestiones críticas que les rodean con relación a la perspectiva
de género lo cual les ayuda a concientizar para así generar una voz
propia. Es decir, el alumnado mostró una capacidad para detectar
las realidades desde una perspectiva de género para la difusión del
mensaje y la transformación del entorno real. De esta manera, la for-
mación desde la perspectiva de género ayuda al alumnado a realizar
procesos de cambio en la sociedad desde el análisis crítico para la
transmisión del mensaje y por lo tanto la conversión de la realidad
(Donoso-Vázquez y Velasco Martínez, 2013).
Para esta transformación es imperante el desarrollo de políticas pú-
blicas de inclusión social en donde ministerios de educación, asociacio-
nes universitarias, sistemas nacionales de ciencia y tecnología, así como
64 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

instituciones públicas y privadas reciban el apoyo técnico y metodoló-


gico para llevarlas a cabo (de Ávila, Peter y Zapata, 2013). Los procesos
de inclusión social y equidad elevan el nivel de vida de los sujetos ya que
les impactan positivamente a los entornos sociales directos en donde
se crean nuevos potenciales para el desarrollo socioeconómico (Blan-
co et al., 2007). Sin embargo, las medidas de inclusión social y equidad
requieren de un esfuerzo sumamente amplio y continuo a largo plazo
para lograr el cambio permanente. En este sentido, es necesaria una sis-
tematización del trabajo dentro de las organizaciones para un cambio
estructural permanente (De Ávila, Peter y Zapata, 2013).
Finalmente, se muestra que dicho taller abordó a la población de la
comunidad COBAY que estaba dispuesta y de manera voluntaria a la
inscripción de este taller. En este sentido, aquellos individuos interesa-
dos y con algún tipo de sensibilidad hacia estos temas de perspectiva de
género son los que resultan beneficiados de un programa o política en
particular, excluyendo a la restante población COBAY. A partir de esto,
se considera y se propone como área de oportunidad que la formación
de perspectiva de género no debería ser una cuestión opcional (Gar-
cía-Pérez et al., 2011), o bien se debería incluir a partir de una variada
oferta de actividades que pueda incidir en una población mayor. Asi-
mismo, se observó que dichos talleres son destinados a la población es-
tudiantil en donde la formación para sus docentes podría ser una laguna
de investigación y área para fomentar en futuras intervenciones.
Adicionalmente, en las implementaciones de programas que tie-
nen como propósito la inclusión social, estas generan nuevos tipos
de exclusión (de Ávila, Peter y Zapata, 2013) por lo que habría que
producir diagnósticos sobre consecuencias negativas sobre los di-
ferentes grupos para así evitar se produzcan nuevas situaciones de
desigualdad.

CONSIDERACIONES FINALES

Hoy en día vivimos en un mundo en donde la sociedad contem-


poránea tiene diferentes puntos de vista respecto a ciertas temáti-
Leer con perspectiva de género. Aportes desde un taller con jóvenes... 65

cas. Una de las temáticas que ha sido más controversiales ha sido


la cuestión del género y el movimiento feminista que se ha dado en
los últimos años en Latinoamérica. Ha sido tan controversial que ha
provocado diferentes opiniones en la sociedad que a su vez han gene-
rado intolerancia y exclusión en donde se crea una extrapolarización
de ideologías entre las personas.
Es relevante y sumamente significativo que se promuevan desde
la política pública este tipo de estrategias que aportan a la inclusión
social, ya que al promocionar la perspectiva de género desde la lecto-
escritura se hace una concientización no sólo de los términos o con-
ceptos, si no de la misma problemática que se vive en la actualidad,
para pensar y actuar críticamente en la cotidianidad. Es decir, el acto
de conocer sobre la perspectiva de género desde la ficción permite
a las personas identificar la problemática y generar una voz propia
sobre el tema. Aunado a lo anterior, la apertura al diálogo, caracte-
rística de la modalidad de taller, permite generar la conciencia de
escuchar y visibilizar otras voces y otras experiencias.
En este sentido, el alumnado mostró una capacidad por detectar
las realidades desde una perspectiva de género para la difusión del
mensaje y la transformación del entorno real a través de la lectura
y escritura. Asimismo, se detectó que es fundamental conocer los
conceptos de la perspectiva de género para ir desde la teoría hasta la
práctica en el día a día y así percibir cuestiones críticas en donde se
tiene que pensar críticamente para actuar críticamente. Ciertamente,
el identificar una problemática y concientizarla es lo que nos hace
poder hablar de ello y así ser capaces de generar una voz propia con
el fin de ejercer la participación ciudadana en nuestro entorno y en
el mundo.
Para dicha transformación es necesario que asociaciones univer-
sitarias, sistemas nacionales de ciencia y tecnología, instituciones
públicas y privadas reciban el apoyo técnico y metodológico para
desarrollar una sistematización de dichas políticas públicas para su
prolongación e incluso permanencia. Es importante mencionar que
al implementar programas de inclusión social a veces surgen nuevas
66 Andrea Berenice Padilla-Contreras y Eloísa Alcocer-Vázquez

formas de exclusión por lo que habría que considerar un área de in-


vestigación por fomentar. Asimismo, recalcar la importancia de que
la educación con perspectiva de género no debería de ser una opción
voluntaria y con esfuerzos aislados.

AGRADECIMIENTOS

Como se ha mencionado con anterioridad, este trabajo es parte


del análisis y evaluaciones constantes del proyecto “Modelo de acti-
vación lectora para la inclusión social de jóvenes de bachillerato”, que
es parte de la convocatoria 2021-2024 que lanzó el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (CONACYT) para la conformación de los
Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia (Pronaii) que fo-
menten la lectura y la escritura como estrategia de inclusión social.
Las autoras del presente texto forman parte del mencionado proyec-
to. Asimismo, esta investigación ha sido posible gracias a la asigna-
ción de efectivos a través de la beca número 1091805 del CONACYT.

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3. LA MUJER EN LA CADENA
DE SUMINISTRO DE MÉXICO
Y EL MUNDO

M.ª Isabel Flores Ortega


mflores@itesa.edu.mx
Alicia Guevara Franco
aguevara@itesa.edu.mx
Carmín Hernández Domínguez
chernandez@itesa.edu.mx
Isabel Mendoza Saldívar
imendoza@itesa.edu.mx
Instituto Tecnológico Superior del Oriente del Estado de Hidalgo

INTRODUCCIÓN

Actualmente la inserción de las mujeres al mundo laboral ha in-


crementado de manera acelerada; sin embargo, su colocación en ca-
tegorías corporativas se ha mostrado más lenta. Con base en los da-
tos existentes a nivel mundial, en la alta gerencia y presidencia de las
compañías se siguen observando puestos para hombres (Contreras
et. al., 2012, p. 184).
Este documento se enfoca en realizar un comparativo de la in-
tervención de la mujer en la cadena de suministro entre México y el
mundo en el año 2019, para identificar la tendencia a nivel mundial
e incentivar su participación en nuestro país.
A partir de un alcance exploratorio y descriptivo, con un enfo-
que cuantitativo mediante la compilación de datos de las bases de la
encuesta de Mujeres en la Cadena de Suministro 2020 de Gartner,
teniendo datos de 2016 a 2020 y un análisis del sector privado: la par-
72 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

ticipación y el liderazgo de las mujeres (IMCO) con la inclusión de


la mujer en las actividades de la cadena de suministro en 2019; me-
diante un pronóstico de regresión lineal simple utilizando el software
SSPS, como resultado tenemos que la tendencia para 2023 y 2024 es a
la alza en porcentajes muy cerrados, para los puestos de senior mana-
gers del 2%, para vicepresidents and senior directors 1%, primera línea
y directores con el 3%, sin embargo, para los cargos CSCOs,/SVPs y
CPOs la tendencia es baja con -2 por ciento.
La participación económica de la mujer es fundamental para el
crecimiento económico de cualquier país. No sólo muchas personas
han sido afectadas por la pandemia y han perdido sus empleos, sino
que asegurar la integración de las mujeres mexicanas a un mercado
laboral que genera oportunidades y brinda empleos mejor pagados
y con suficiente calidad es necesaria para el desarrollo de México,
de suma importancia. También tuvieron que dedicar más tiempo al
cuidado de los niños y las familias. Y las mujeres fueron destituidas
en algunas de las actividades más afectadas por la crisis mundial por
el COVID-19, por ejemplo, el comercio minorista, el turismo y la
hostelería. Antes de la pandemia, la tasa de participación laboral de
las mujeres en México en 2019 era sólo del 45%, en comparación con
el 77% de los hombres, una diferencia del 32 por ciento, de países
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE).
El bajo porcentaje de participación de las mujeres en la fuerza
laboral genera enormes pérdidas económicas. La inclusión laboral de
las mujeres en México es baja, especialmente cuando se compara con
países desarrollados similares. La participación de la mujer en el ám-
bito laboral es importante por varias razones. En primer lugar, a nivel
macroeconómico, la baja participación de las mujeres en el trabajo
bien remunerado y el emprendimiento genera pérdidas significativas
en la productividad y, por ende, en el PIB. A nivel microeconómico,
el trabajo de las mujeres tiene el potencial de transformar las a ellas y
a sus familias. Cuando dominan los presupuestos domésticos, gastan
más en alimentos, salud y educación que los hombres. Esperar que
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 73

las mujeres trabajen reduce las tasas de fertilidad deseadas y aumenta


la inversión en capital humano. El trabajo de las mujeres también
otorga agencia y voz en la sociedad. Como resultado, con una baja
tasa de participación laboral femenina de 4,444, México no aprove-
cha al máximo el talento humano.
Una investigación enfocada en la mujer logística realizada por el
CSCMP en The Logistics World, indica que el 51% de ellas consideran
que el sector laboral aún es liderado por varones, el 10% refleja que no
tienen el reconocimiento y que existe falta de confianza, mientras que
el 7% comenta que ya no hay barreras entre hombres y mujeres.
En 1994, los países de América Latina y el Caribe trabajaron en
conjunto para la aprobación del Programa de Acción Regional para
las Mujeres, cuyas normas se mantienen vigentes por decisión apro-
bada y autorizada en la novena Conferencia Regional sobre la Mujer
de América Latina y el Caribe (Ciudad de México, 2004), de acuerdo
con CEPAL (2017), formalizando así el compromiso de cumplir con
los objetivos establecidos de involucramiento igualitario de la mujer
en las labores económicas de un país. El objetivo de este documento
es analizar los inicios, evolución y progreso del involucramiento de
la mujer en el ámbito laboral en América del Sur, enfatizando sus
diferencias con respecto al contexto laboral de los hombres. Además,
analizar la participación de mujeres y hombres en diferentes tiempos
con base en empleos con un mejor ingreso medio en altos puestos y
el empoderamiento relacionado con la independencia monetaria de
las mujeres emprendedoras y empresarias.
En esta vertiente, The Logistics World, en su publicación, mencio-
na a la mujer logística en México, Imelda López, directora de Opera-
ciones de CEDIS de Walmart en México y Centroamérica, quien a su
vez comentó que hay algunos obstáculos que impiden el crecimiento
profesional: “Cuando comencé a trabajar en un centro de distribu-
ción de frutas y verduras no había muchas mujeres, sólo había dos
supervisoras y era un poco complicado”.
En la rama de la cadena de suministro los estudios más recientes
muestran que a nivel internacional la participación de mujeres que
74 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

laboran en este sector se encuentra en niveles comprendidos entre


el 20 y 30%, menos del 10% de los altos puestos están ocupados por
mujeres, estos datos están lejos de los estándares establecidos por
empresas reconocidas como exitosas a nivel mundial y que cuentan
con la participación de ambos sexos, lo que hasta hoy les proporcio-
na mayores beneficios.
En la investigación de Gartner, “la representación de las mujeres
en el nivel de liderazgo ejecutivo mostró una mejora en 2020: el 17%
de las CSCO son mujeres.
El panorama general y la tendencia de la representación femeni-
na dentro de la organización de la cadena de suministro promedio
de 2020 es aleccionador: es plano. Las mujeres no logran superar el
oleoducto constantemente. Contratación lateral, interna, de funcio-
nes adyacentes como comercial, finanzas o calidad, o externa de pro-
veedores, clientes y consultores. Establecer una presencia personal
influyente en línea a través de apariciones frecuentes en LinkedIn y
varios eventos de la cadena de suministro, enfatizando el sentido de
propósito y la variedad de experiencia que ofrece una carrera en la
cadena de suministro. Las anteriores son estrategias básicas de bre-
cha de talento. Si desea incluir una mejor diversidad de género como
resultado, debe ir más allá. Los conceptos básicos, como establecer
metas, ayudarán. Desde 2016, esta encuesta ha demostrado cómo es-
tablecer metas y diseñar programas para lograrlas genera resultados,
específicamente, más mujeres en posiciones de liderazgo en la cade-
na de suministro. En 2016, sólo un tercio de los encuestados tenía
metas en esta área. Hoy, por segundo año consecutivo, nuestra inves-
tigación muestra que una clara mayoría de las organizaciones de la
cadena de suministro (63%) tiene objetivos específicos para aumen-
tar la cantidad de mujeres líderes en sus filas, frente al 59% en 2019.
La búsqueda de la diversidad de género en el suministro organizacio-
nes de la cadena está claramente en la corriente principal. Construir,
desde cero, canales de talentos localizados compuestos por asocia-
ciones con gobiernos estatales y locales, instituciones educativas y
socios comerciales e incluso competidores. Sin embargo, el aumento
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 75

de mujeres líderes ejecutivas durante el año pasado, del 11% al 17%,


es bastante positivo. Durante los últimos tres años, la representación
a nivel de CSCO ha fluctuado, con un repunte pronunciado este año”.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Como indica Avolio (2017), del total de personas empleadas re-


presentada por una población de 3,300 millones las mujeres repre-
sentan 1,300 millones lo que representa un 39.9% de las personas
empleadas del total de personas que laboran mundialmente con base
en el acuerdo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT,
2012). Para 2014, la fuerza laboral se encuentra distribuida con un
50,3% para las mujeres y 76.7% para los hombres.
En algunos lugares, como en el caso del Caribe y América Latina,
la inclusión de las mujeres en las actividades laborales ha incremen-
tado de forma constante y de forma ascendente (con datos del 43.5%
en 1992 al 49.6% en 2002 y al 52.6% en 2012), mientras que la par-
ticipación masculina ha mostrado un descenso (del 82,5% en 1992
al 80.3% en 2002 y al 79.5% en 2012) (OIT, 2012). El acelerado nivel
de participación laboral de las mujeres se explica por la combinación
del nivel educativo, económico constante, así como la disminución
de embarazos y partos, la aportación de las tecnologías involucradas
en la colaboración de las actividades de casa y modificaciones en la
estructura social, que permiten minimizar los tiempos y costos (Gol-
din, 2006). No obstante, las diferencias en la organización del tiempo
aún representan un criterio determinante en la inserción del sexo fe-
menino en las actividades laborales de las diferentes organizaciones
(OIT, 2012).
De acuerdo con el documento para promover las actividades de
igualdad de género en las redes organizacionales, Díaz (2020) menciona
que el sexo femenino representaba para el periodo 2013 un 41.9% de las
personas empleadas del total en las cadenas de suministro mundiales,
con una totalidad de 190 millones de mujeres trabajando de manera co-
laborativa, en los 40 países para los cuales la Organización Mundial del
76 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

Trabajo disponía con información para ese periodo. Para algunas cade-
nas internacionales de suministro, las mujeres representan una unidad
importante de los grupos de trabajo; sin embargo, las remuneraciones
a las actividades desempeñadas son bajas o con desigualdad de género
en comparación de los salarios que se otrogan al sexo masculino, por lo
que se contrata a las mujeres en actividades identificadas como “ocu-
paciones femeninas”, con esteriotipos claros, trabajos de menor califi-
cación y calidad donde se visualiza impacto menor en las habilidades y
competencias de las mujeres, además con recurrriencia son víctimas de
discriminación, acoso y otra formas de violencia en el espacio de traba-
jo. Es importante indicar que, de acuerdo con investigaciones recientes,
las mujeres carecen de medidas de protección social, prestaciones por
maternidad y con ello sus oportunidades de trabajo se ven restringidas.

JUSTIFICACIÓN

Recientemente se aprecia el impacto de importantes cambios en


los procesos culturales, demográficos y sociales sobre las actividades
de la mujer en el ámbito empresarial. Por otra parte, es notable el
incremento del género femenino las actividades laborales a lo largo
de las diferentes cadenas de suministro, fenómeno que está sucedien-
do a nivel mundial (Contreras et al., 2012, p. 184). La Agenda 2030,
ODS, en el rubro cinco: igualdad de género, ODS en el apartado
ocho: trabajo decente y crecimiento económico y ODS en el punto
diez: reducción de las desigualdades, son oportunidades significati-
vas que permiten dar un salto en la erradicación de desigualdades
específicamente en el mundo laboral entre mujeres y hombres.

OBJETIVO GENERAL

Realizar un comparativo de la intervención de la mujer en la cadena


de suministro entre México y el mundo en el año 2019 para identificar la
tendencia a nivel mundial e incentivar su participación en nuestro país.
La
La mujer
mujer en
en la
la cadena
cadena de
de suministro
suministro de
de méxico
México yy el
el mundo
mundo
77
77

OBJETIVOS
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
ESPECÍFICOS

1-
1- Comparar
Comparar la la intervención
intervención de de la
la mujer
mujer específicamente
específicamente en en
cargos
cargos altos que se emplean en la cadena de
altos que se emplean en la cadena de suministro
suministro en en el
el
año
año 2019.
2019.
2-
2- Analizar
Analizar un un gráfico
gráfico dede tendencia
tendencia de
de la
la intervención
intervención dede la
la mu-
mu-
jer en altos cargos en el mundo.
jer en altos cargos en el mundo.
3.
3. Proponer
Proponer recomendaciones
recomendaciones que que puntualicen
puntualicen lala intervención
intervención
de la mujer en la cadena de suministro para
de la mujer en la cadena de suministro para México. México.

PREGUNTA
PREGUNTADE
DE INVESTIGACIÓN/HIPÓTESIS
INVESTIGACIÓN/HIPÓTESIS

¿Cuál
¿Cuál eses la
la tendencia
tendencia dede la
la intervención
intervención de
de la
la mujer
mujer en
en altos
altos car-
car-
gos
gos dentro
dentro dede la
la cadena
cadena dede suministro
suministro para
para los
los años
años 2021
2021 aa 2024
2024 aa
nivel
nivel mundial
mundial yy cuál
cuál es
es el
el porcentaje
porcentaje de
de inclusión
inclusión de
de mujeres
mujeres en
en Mé-
Mé-
xico
xico en
en el
el año
año 2019?
2019?

METODOLOGÍA
METODOLOGÍA
Figura 1. Descripción de la metodología

Fuente: elaboración propia.


78 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

Descripción de cada punto:


1. Esta investigación tiene un alcance exploratorio por las siguien-
tes características que, de acuerdo con Ramos (2020), son una com-
binación del método cualitativo y cuantitativo. También se considera
un alcance exploratorio ya que es aplicada en fenómenos no presen-
taban investigaciones previas y se tiene la necesidad de analizar sus
características. Se considera un método cuantitativo, para el análisis
de la información donde se puede identificar la frecuencia de acuer-
do a los intereses y características del objeto de estudio. El enfoque
cualitativo, podemos aplicar la investigación lingüística que puede
visualizar la construcción subjetiva que surge de la interacción de
los humanos con los fenómenos de investigación. Esto es la esencia
de investigación exploratoria, específica que no es posible realizar
el planteamiento de la hipótesis, ya que carece de información para
realizar proyecciones sobre el objeto de estudio.
En la investigación de tipo descriptiva el alcance de la informa-
ción tiene claramente identificadas las características del objeto de
estudio y lo que se busca, es expresar la presencia en un determinado
grupo de personas. Por lo tanto, en el proceso cuantitativo se aplican
análisis de datos distribuidos y de tendencia central. Por lo que el
alcance no es obligatorio, pero es posible, a través del planteamiento
de una hipótesis que busque caracterizar el objeto de estudio.
2. De acuerdo con Sampieri (2003), el enfoque cuantitativo hace
uso del análisis de datos y recolección de la información con el obje-
tivo de dar respuesta a las preguntas de investigación y contrastar la
hipótesis definida anteriormente y confía en la medición numérica,
conteo y frecuencia del uso de la estadística para definir la confiabi-
lidad de patrones en el actuar de la comunidad.
El método cuantitativo, por lo regular, se usa en primera instan-
cia para identificar y perfeccionar los cuestionamientos de investi-
gación. En algunas ocasiones no necesariamente se puede probar la
hipótesis. Con regularidad se conforma por métodos que recolectan
información sin métricas numéricas, como la observación y descrip-
ción de casos. Con frecuencia, la hipótesis y la pregunta de investi-
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 79

gación nacen como parte de la estructura de investigación flexible,


se mueve entre los eventos y su interpretación, entre la teoría y las
respuestas definidas. Su objetivo se fundamenta en reformular la rea-
lidad de acuerdo a la perspectiva de los actores de un sistema social
ya establecido. Por lo tanto, el enfoque cuantitativo se basa en la re-
colección de información (datos) que le permitan contrastar hipóte-
sis de acuerdo a métricas numéricas y del análisis estadístico cuyo fin
es estandarizar patrones y series de comportamiento.
3. Como apuntan Goodwin et al. (2006), los principios procedi-
mentales para la recolección de datos que sustenta la buena práctica
son los siguientes:
• Decidido a recopilar la información necesaria para mejorar
las estimaciones de las categorías de impacto más grandes,
más importantes, más variables o más ambiguas.
• Definir los procedimientos de recolección de información
que, bajo diferentes condiciones, incrementen un inventario
de calidad, desde el punto de vista de la calidad de los datos.
• La planificación de actividades de recopilación como priori-
zación de recursos, planificación de hardware, documenta-
ción, etc., pueden conducir a la mejora continua de los con-
juntos de datos utilizados en el inventario.
• Compilar la información de tipo cuantitativa y cualitativa al
nivel que se requiera de manera minuciosa.
• Revisar de manera regular la recopilación de las actividades
y la información de las necesidades metodológicas para guiar
la mejora e incrementar de manera efectiva el inventario.
• Incluir los acuerdos con los proveedores de datos para pro-
porcionar flujos de información consistentes y continuos.
Para esta investigación se utilizaron las encuestas:
• Mujeres en la cadena de suministro 2020, de Gartner, tenien-
do los datos de 2016 a 2020. Fue realizada del 14 de enero de
2020 al 24 de febrero de 2020. Gartner encuestó a 177 profe-
sionales de la cadena de suministro, principalmente en Amé-
80 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

rica del Norte, sobre los objetivos e incentivos de sus empre-


sas, para mejorar la atracción, el desarrollo, la retención y el
avance de las mujeres. También recopiló datos de referencia
sobre cuántas mujeres están en puestos de primera línea, ge-
rente senior, directora, vicepresidenta y de nivel ejecutivo
dentro de la cadena de suministro.
Otro objetivo de esta encuesta fue identificar prácticas que
aumenten el compromiso y el éxito de las mujeres en las or-
ganizaciones de la cadena de suministro.
Este análisis es crucial para los líderes de la cadena de sumi-
nistro por dos razones:
a) Las mujeres son recursos subutilizados en la llamada “guerra
por el talento” y estudios de investigación lo demuestran al ver
en los equipos de trabajo que son diversos, más innovadores y
de mejor desempeño.
b) Las mujeres representan más del 50% de la fuerza laboral pro-
fesional en la mayoría de los mercados desarrollados y va en
aumento.
4. La encuesta realizada por Avendaño et al. (2020), quienes men-
cionan que México presenta una tendencia en inclusión del rol fe-
menino en los puestos laborales. Además, se reporta una ambición
económica bajo dos realidades de la perspectiva de la consultora
McKinsey & Company que estudió 50 empresas, la cual muestra
una participación de las mujeres en roles directivos que presentan
un mayor valor económico con un 28%, así como un margen en las
utilidades del 55% superior y un retorno la inversión del 47% mayor.
5. De acuerdo con Salazar (2019), el método de pronóstico de re-
gresión lineal tiene por objetivo identificar el valor que toma una
variable aleatoria X cuando la variable Y tiene un valor específico
y la relación que tienen dichas variables mediante un coeficiente de
correlación. La ejecución de esta prueba paramétrica representa un
pronóstico de linealidad cuando los datos de la demanda presenta
un comportamiento de incremento o decremento en el estudio, lo
que hace necesario que previo al elegir el procedimiento, el análisis
de regresión determine la correlación entre las variables X,Y, Z, entre
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 81

otras, que constituyen la prueba. El pronóstico de regresión lineal


simple es un método adecuado para las tendencias de la demanda
con un lado ascendente o descendente, es decir, modelos que repre-
sentan una relación lineal entre el tiempo y la demanda.
Existen políticas de la relación que postulan las variables que son
primordiales para determinar en qué momento es adecuado utilizar
regresión lineal. A partir de lo cual se selecciona el método de regre-
sión lineal, para identificar la tendencia de la participación de las mu-
jeres en cada uno de los roles empresariales indicados por las encues-
tas y saber cuál es el porcentaje del involucramiento de la mujer en los
sectores industriales, específicamente en la cadena de suministro.
6. Finalmente se elige el software SPSS, ya que es un programa
estadístico que simplifica la elaboración de tablas y gráficos para la
investigación.

RESULTADOS
En primer lugar, tenemos los datos de la encuesta de Encuesta de
Mujeres en la Cadena de Suministro 2020 de Gartner, en donde se
desarrolla la siguiente tabla:

Tabla 1. Encuesta de Mujeres en la Cadena


de Suministro 2020 de Gartner

Vice
Total Supply Primera Línea
Senior Presidents CSCOs/SVPs/
Año Chain Managers and Directors
Managers and Senior EVPs/CPOs
Workforce Supervisors
Directors
2016 35% 30% 0% 20% 20% 9%
2017 37% 30% 0% 19% 19% 15%
2018 37% 30% 24% 20% 20% 14%
2019 39% 33% 27% 28% 28% 11%
2020 39% 31% 23% 21% 21% 17%

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la encuesta de Mujeres


en la cadena de Suministro 2020 de Gartner.
82 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

En esta tabla se puede observar que en 2016 y 2017 no hay pre-


sencia de las mujeres en los puestos de senior managers y directors,
el porcentaje de participación para CSCOs/SVPs/EVPs/CPOs es mí-
nimo en comparación con managers, supervisors, yicepresidents y se-
nior directors; sin embargo, en los años posteriores la presencia de la
mujer en los altos cargos se ve creciente de manera significativa, pero
en los puestos de primera línea el año más alto fue el 2019, teniendo
una tendencia a la baja para el año 2020.
Aplicando la regresión lineal simple, se obtuvo la siguiente infor-
mación:

Pronóstico de la Encuesta de Mujeres en la Cadena


de Suministro 2020 de Gartner

Primera Vice
Total Su-
Línea Ma- Senior Presidents CSCOs/ SVPs/
Año pply Chain Directors
nagers and Managers and Senior EVPs/CPOs
Workforce
Supervisors Directors
2021 40% 33% 28% 26% 23% 13%
2022 41% 33% 33% 31% 24% 13%
2023 42% 34% 33% 31% 26% 12%
2024 43% 35% 34% 32% 27% 11%

El pronóstico observado para 2023 y 2024 es muy cerrado, en To-


tal de Supply Chain Workforce tan sólo el incremento es del 1%, lo
mismo para los de primera línea, senior managers, directors y vicepre-
sidents and senior directors; sin embargo, para CSCOs/ SVPs/EVPs/
CPOs el porcentaje va en decremento para el último año.
El gráfico de tendencia queda de la siguiente manera:
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 83

Por lo tanto, para las posiciones CSCOs/SVPs/EVPs/CPOs la ten-


dencia es hacia la baja y las posiciones más inestables en los últimos
años; sin embargo, los puestos de primera línea managers and super-
visors son los que presentan una tendencia a la alta en 1% cada año.
Los porcentajes que observamos en cada una de las posiciones
analizadas son muy cerrados, pues estas posiciones clave dentro de la
cadena de suministro se ven poco lideradas por las mujeres.
En cuanto al comparativo para 2019 con México, tenemos la si-
guiente información:

Primera Línea
Senior Vice Presidents CSCOs/SVPs/EVPs/
Managers and Directors
Managers and Senior CPOs
Supervisors
Mundo 33% 29% 27% 28% 11%
México 0% 9% 1% 15% 0%

En México, para 2019, en comparación con el mundo, los por-


centajes de participación de las mujeres son muy bajos, en los pues-
tos de primera línea, nuestro país no tiene presencia, así como en
los puestos como CSCOs/SVPs/EVPs/CPOs. Para los puestos como
84 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

senior managers hay una brecha del 20%, para el puesto como di-
rectors en México la presencia es sólo del 1% y para los puestos de
vicepresidents and senior la participación del 15% tiene tan sólo una
diferencia con el mundo del 13%, es en donde hay más participación
en nuestro país.

En el gráfico es evidente que la participación de la mujer en los


puestos clave de la cadena de suministro es muy baja y en algunos
otros no tiene presencia.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

De acuerdo con Cordourier y Gómez (2004), se han realizado


algunos estudios que analizan la diferencia salarial entre ambos gé-
neros, esto por que en el mercado laboral de nuestro país existe una
fisura muy amplia con respecto a la perspectiva de género (Cuéllar,
1999, 2000 y 2001; Meza-González, 2001). En nuestro país existe un
amplio vacío en la cultura y conocimiento para ver la participación
de la mujer y cómo ha evolucionado su involucramiento.
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 85

Algunos expertos creen que incrementar la inclusión de las muje-


res en actividades propias de la cadena de suministro aumentará las
operaciones de la gestión y que a su vez las directivas están inspiran-
do a muchas mujeres profesionistas en el sector.
Desde otro punto de vista, el pronóstico que existe, es que en una
parte del empleo diferencial entre los puestos que requieren una ma-
yor puntuación académica, hace que vaya en aumento la postulación
de candidatas mujeres.
Uno de los retos de mayor importancia en el sector de las com-
pañías logísticas es asegurar que las candidatas calificadas vayan en
aumento para los puestos del sector y esto se traduzca en un aumento
de contrataciones de mujeres.
Resulta fundamental que, para atraer a un mayor número de mu-
jeres, se deben eliminar las diferencias que existen actualmente en
materia de salarios, igualdad de condiciones laborales con el fin de
tener un progreso profesional.
El rol de la mujer debe ser construido y ampliado en el mundo
de los negocios, con el fin de fortalecer las economías y lograr las
condiciones laborales equitativas, en el contexto de las tendencias
globales y mercados como la industria 4.0, el comercio electrónico
y la automatización, necesitan incrementar el capital de trabajo. Que
tengan habilidades necesarias para una adecuada gestión.
La tendencia para los años 2023 y 2024 es a la alza en porcentajes
muy cerrados; sin embargo, para los cargos CSCOs,/SVPs y CPOs
la tendencia es baja, las oportunidades son menores, por lo que se
recomienda:
1. Motivar e involucrar a las mujeres en puestos de primera línea
al centrar las iniciativas de diversidad de género en la carrera,
trayectoria, desarrollo, flexibilidad laboral y otros elementos
convincentes de su valor de empleo.
2. Mejorar la representación de las mujeres a nivel de gerente o
supervisor centrándose en la diversidad.
86 M.ª Isabel Flores Ortega y otros

3.En México contamos con Inmujeres, instancia que, a través


de diversos programas, incentiva la equidad e igualdad de
oportunidades y tratos para las mujeres.
4. Eliminar la competencia entre hombres y mujeres.
5. El dominio de inteligencia emocional en las mujeres debe
prevalecer, con el objetivo de permear la participación de
otras y realizar cambios trascendentales.
6. Definir y aplicar un plan de incorporación para las mujeres
en los puestos los cargos CSCOs,/SVPs y CPOs.
7. Establecer un indicador a nivel corporativo para la integra-
ción en todos los puestos de las mujeres.
Según un informe realizado por el el Banco Interamericano de
Desarrollo, el mercado laboral mexicano no es sólo un caso de muje-
res marginadas en comparación con los hombres, sino que el ámbito
laboral en México es una situación de preocupación y retos que en-
frentan las féminas.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, realizada por el
Instituto Nacional de Estadistica y Geografia, indica que en el primer
trimestre de 2018, del total de mujeres de 15 años y más, el 42.6%
era población económicamente activa y el 57.4% pertenecía al grupo
económicamente inactivo.
Con base en la recomendación de The Logistic World, un nuevo
perfil de mujer (y de hombre) para la logística, Alexandra Olvera,
quien funge como directora nacional de Ventas Contract Logistics
de Kuehne + Nagel, menciona que la mayoría de empresas del ám-
bito logístico dan los mismos servicios y la misma calidad, pero lo
que realmente marca la diferencia es el valor del factor humano. “En
la empresa estamos promoviendo la equidad de oportunidades, la
no discriminación, y cada vez más las mujeres estamos jugando un
rol importante, estamos preparándonos más y compitiendo en un
entorno más equitativo”, reflexionó. Sin embargo, no sólo se trata de
que existan diversos programas que incentiven la participación del
talento femenino, reconoció. Aunque también se necesita una buena
La mujer en la cadena de suministro de México y el mundo 87

gestión con los líderes que entienda los problemas profesionales de


las mujeres, pero sobre todo hay que definir claramente la motiva-
ción acentuó; “echándole ganas y organizándonos se puede”.
Incrementar la inclusión de la mujer en el ámbito laboral impulsa
al crecimiento económico y al desarrollo social de cada país, mejora
las economías nacionales y regionales, además, aumenta las ganan-
cias en el sector empresarial y mejora el bienestar social de las muje-
res y sus familias.
Las empresas de giro logístico deben aumentar las visiones y ex-
pectativas que se hayan determinado como promotoras a la inclusión
laboral de las féminas en contexto a la igualdad de oportunidades
que los varones.
Desde la perspectiva de gestión es importante resaltar que la con-
tratación de las mujeres no es más cara que la contratación de los
hombres, la decisión depende de las habilidades, aptitudes y cono-
cimientos del factor humano, pues las mujeres no se deben sobre-
estimar que las contraten para aquellos puestos que son poco remu-
nerados. De manera general las brechas de género en el mundo y en
nuestro país son un problema que afecta sin duda, las cadenas de
suministro.
Para finalizar, la incorporación de un enfoque de género en la ges-
tión de la cadena de suministro se puede realizar a través de una ges-
tión responsable de los procesos y comportamientos involucrados en
la misma. Esto lo pueden hacer las grandes empresas o las personas
que controlan la cadena y traerá beneficios en muchas áreas. Benefi-
ciará a la industria, al aumento del rendimiento económico, mejorar
la productividad y reducir el riesgo de disputas y multas.

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4. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Y ACTIVISMO SOCIAL: LA LUCHA
CONTRA LOS PREJUICIOS

María Teresa Sumaya Martínez


Universidad Autónoma de Nayarit
teresa.sumaya@uan.edu.mx
Orcid: 0000-0003-3890-4614

INTRODUCCIÓN

Tengo 18 años en el SNI. Puedo dividir mi vivencia como inves-


tigadora en tres etapas durante las cuales el factor común es la lucha
contra el prejuicio del entorno laboral y social. La primera durante la
crianza de mis hijos pequeños como madre soltera en un entorno de
violencia familiar. En este contexto, las idas a congresos o reuniones
de redes de trabajo eran muy complicadas, lo cual para mis compañe-
ros varones era difícil de entender y emitían comentarios sarcásticos.
La segunda hace 10 años, cuando inicié mi activismo social como
animalista, luego, con apoyo a enfermos terminales, como paramé-
dico, tanatóloga y a través de radio y televisión difundiendo cápsulas
sobre problemáticas sociales. Además del esfuerzo que exigían estas
actividades, lo más molesto fue escuchar frases desvalorizantes por
parte de mis compañeros investigadores, ubicando estas actividades
como “menores” a sus ojos. La tercera en la actualidad, donde mi
activismo incursiona en la creación de una miniempresa familiar de
“pan funcional”, incorporo mis conocimientos científicos, promuevo
hábitos saludables de consumo y creo una página llamada “Suma-
ya con-Ciencia”, con el objetivo de, a partir del conocimiento, crear
conciencia social. Nuevamente las miradas de algunos colegas hacia
estos proyectos son de actividades “no propias” para el investigador.
90 María Teresa Sumaya Martínez

¿Por qué pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores es li-


mitante para realizar algún activismo social que implique contacto
con personas de bajos recursos, animales o vender pan? Quizás por-
que aún existen prejuicios sociales dentro y fuera del SNI, donde se
considera que el objetivo del investigador es sólo la creación de co-
nocimiento, no luchar y actuar a favor de un cambio social.

ACTIVISTA SOCIAL VERSUS INVESTIGADOR


CIENTÍFICO

El activista social entendido como aquella persona que actúa a


favor de una causa, por otra parte, el investigador científico cuya
responsabilidad es crear conocimiento y tener una visión reflexiva
del mundo. Ambos pareciera que viven en dos mundos diferentes y
cuando convergen en una sola persona causa extrañeza, prejuicios y
actitudes discriminatorias en el ámbito científico.
El activista social es aquella persona que monitorea, se informa,
compara, defiende los derechos que lo asisten como ciudadano,
como consumidor y como habitante de un mundo globalizado. Es
un ente activo en una campaña a favor de algún cambio sea a favor de
los derechos humanos, animales o ambientales. Dicho cambio puede
ser con base en protestas o acciones concretas altruistas a favor de la
causa. Ver que sus acciones pueden tener beneficio para otros es una
fuerza motivadora y un gran estímulo para continuar involucrándo-
se en otras. Actualmente las redes sociales han facilitado el coinci-
dir de personas con los mismos intereses de lucha y activismo social
(Valor Compartido, s.f.; Pérez-Zúñiga et al., 2015).
Un investigador científico es un profesionista encargado de crear
conocimiento, diseñar nuevos productos, procesos o métodos. Utili-
za el método científico y los productos de su quehacer científico son
los artículos científicos, desarrollo de modelos, prototipos o paten-
tes. Una gran parte de los científicos ejercen la docencia en universi-
dades, otros hacen gestión de proyectos en empresas y una minoría
realiza actividades administrativas dentro del sector gubernamental.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 91

Una parte deseable de su trabajo científico es la comunicación eficaz


del conocimiento para ser motor de cambio, pero esto no es obli-
gatorio tan sólo es deseable (Linares-Herrera y Nápoles-Betancourt,
2012; López-Palau et al., 2018).
De lo mencionado arriba se observa que el objetivo del activismo
social es luchar por realizar un cambio social, mientras que el de la
investigación científica es la creación de conocimiento (de manera
individual o en grupo) y que puede o no ser la base para el cambio
social. Por lo tanto, la forma de ejercer ambas actividades, los satis-
factores de realizarla, los productos y la forma de reconocimiento
son diferentes.

INVESTIGACIÓN, CRIANZA DE LOS HIJOS


Y PREJUICIOS

Actualmente tengo 53 años, soy profesora investigadora en el


área de biotecnología de alimentos, tengo 18 años de pertenecer al
SNI, divorciada, con dos hijos. Mi primer embarazo fue durante la
maestría en México y el segundo en mi último año de doctorado en
Francia. Ambos embarazos fueron de alto riesgo, la exigencia médi-
ca, social y familiar para mantenerme en reposo total era muy alta,
pero a la vez el trabajo de laboratorio no podía esperar por el tiempo
limitado para la obtención del grado por parte del posgrado.
En estas condiciones vivía en un jaloneo constante por dos fuer-
zas opuestas que emitían prejuicios de mi condición: por un lado si
me quedaba en casa era una floja para mis colegas en el laboratorio,
además corría el riesgo de no terminar en tiempo y forma el posgra-
do; por otro lado, si no me quedaba en casa en reposo era una irres-
ponsable y mala madre ante los ojos de la familia y la pareja.
La presión emocional en esas condiciones es muy dura para la
mujer que aspira continuar el trabajo de investigación, aun en condi-
ciones complicadas de maternidad. Esto ha sido evidenciado en di-
versos trabajos de investigación (Verea-Palomar, 2009), sin embargo,
92 María Teresa Sumaya Martínez

de poco ha servido visibilizar este fenómeno social para cambiar la


dinámica y la complejidad que implica esta situación.
De regreso del doctorado a México tenía la posibilidad de em-
pleo en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH),
aunque simultáneamente se presentó un proceso de oposición para
una plaza en el Tecnológico de Monterrey campus Querétaro, sin
embargo, percibí que el hecho de tener dos hijos pequeños, uno de
meses y otro de cinco años, no les resultó atractivo a los examinado-
res y no fui aceptada. Con esto verifiqué que la maternidad de niños
pequeños puede ser un sesgo real para ser o no contratada, quizás
por el prejuicio de que la investigadora no podrá realizar su trabajo
adecuadamente por el tiempo que invertirá en la crianza de sus hijos
pequeños. Esto también ha sido reportado en algunos estudios de
investigación (López-Carreño et al., 2022).
El trabajo académico y de investigación durante mi estancia de
ocho años en la UAEH fue muy bueno, ingresé como candidata al
SNI y subí al SNI 1 sin ningún problema. Sin embargo, en mi vida
aumentaba la violencia intrafamiliar a grado tal que tuve que aban-
donar la casa de mis hijos debido al alto nivel de violencia que vivía.
Ahí iniciaron años muy difíciles al formar un nuevo hogar, iniciar
un juicio de divorcio, defender la custodia de mis hijos, vivir con
el pánico permanente de ser objeto de violencia física, psicológica
o emocional. Sobre el tema de la violencia intrafamiliar que viven
las investigadoras del SNI, hay poca información debido al tabú y
prejuicios que implica ventilar el maltrato que puede vivir al interior
de su hogar una investigadora a pesar de su preparación académica.
Sin embargo, es claro que no hay nivel económico, posición social,
edad o grado de estudio que pueda evitar ser parte de una relación
violenta intrafamiliar.
En estas circunstancias debía de continuar siendo productiva
científicamente para permanecer en el SNI. A partir de ese tiempo ya
no pude participar activamente en congresos que implicaban viajar,
porque tenía que estar atenta al juicio y a los días de visita de mis
hijos. Por lo tanto, recibía diversos comentarios de violencia laboral
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 93

por el hecho de no poder salir a congresos académicos como otros


compañeros investigadores.
A pesar de ello, junto con una compañera obtuvimos el premio al
1er lugar en la categoría Proyectos de Desarrollo de Capacidades del
Premio MEXWII 2006 a las Mujeres Inventoras e Innovadoras, de la
red Global Women Inventors & Innovators Network-GWII., con el
proyecto: “Desarrollo de Productos Innovadores de Nutrición”.

En 2010 renuncié a la UAEH y me cambié a la Universidad Autó-


noma de Nayarit (UAN). Para ese entonces mis hijos ya estaban a mi
cargo, así que dependían completamente de mí en sus cuidados, en
el llevar y recoger de la escuela, acompañarlos a eventos, actividades
extraescolares, en todo lo que requiere un niño de ocho y otro de 13
años. Tenía que entrar y salir continuamente de la universidad para
atender a mis hijos, ya que no contaba con familia cercana que me
apoyara en esto.
En este contexto, las idas a congresos o reuniones de redes de tra-
bajo eran muy complicadas, esto para mis compañeros varones era
difícil de entender, emitían comentarios sarcásticos, desvalorizantes,
machistas, que podrían ser catalogados como violencia laboral: “¿Por
qué se sale a buscar a sus hijos? ¿Por qué no los deja con alguien?
94 María Teresa Sumaya Martínez

¿Porque los trae al laboratorio? ¿Qué no tiene para contratar una ni-
ñera?”.
Todo ello a pesar de que mantenía la distinción de SNI 1 y par-
ticipaba en eventos de difusión locales, tenía espacio en tv y radios
locales de Nayarit (TV 10, Radiorama y Radio Universidad) para dar
cápsulas sobre temas científicos y sociales.
Las temáticas que abordaba en estas cápsulas eran muy diversas,
pero siempre tratando de formar conciencia social. Algunos de los
temas que se tocaron fueron: enfermedades crónicas degenerativas,
empoderamiento, cuidados paliativos, violencia de género, tanatolo-
gía, violencia animal.
También coordiné mesas de discusión sobre atención prehospita-
laria de urgencias y tartamudez.

INVESTIGACIÓN, ACTIVISMO SOCIAL


Y PREJUICIOS

Hace 10 años inicié mi activismo social como animalista, luego


apoyando a enfermos terminales con medicamentos, como para-
médico y tanatólogo. Simultáneamente, mi trabajo como profesor
investigador en la UAN continuaba, cumpliendo con la docencia,
investigación, vinculación y difusión, todo ello para mantenerme en
el SNI 1. Mi activismo social lo realizaba sábado a domingo, por las
tardes/noches o en cada momento que podía tener libre.
En cada una de las actividades como activista analicé cómo po-
dría contribuir mejor a la causa, bajando recursos financieros con
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 95

proyectos y formando conciencia ciudadana. Sin embargo, además


del esfuerzo que exigían estas actividades, lo más molesto fue es-
cuchar algunas frases por parte de mis compañeros investigadores,
ubicando estas actividades del activismo social como “menores” a
sus ojos y siendo objeto de burlas, un ejemplo de ello es este diálogo:
“Investigadora A… Necesito contactar a la Dra. Sumaya, ¿qué sabes de
ella?”.
“Investigador B…. No sé, creo que anda rescatando gatitos (con todo
burlón)”.

APORTES EN EL MUNDO ANIMALISTA

Después de algunos meses de ser rescatista de animales de la calle


me percaté de que no bastaba con sacarlos de la calle, rehabilitarlos
y darlos en adopción, sino que se requerían campañas masivas de
esterilización gratuita de perros y gatos de la calle (principalmente de
hembras) para bajar la población de animales en situación de calle en
los municipios de Tepic y Xalisco, Nayarit. Hasta ese entonces sólo se
organizaban campañas de esterilización de bajo costo para mascotas
con dueño, pero no para perros en situación de calle.
Decidí formar una organización y concentrar mis esfuerzos para
esterilizar gratuitamente a perras de la calle. Creé la asociación ci-
vil llamada Fundación Acción ZOO, A. C. (RFC: AZO140426SK1,
CLUNI: AZO1404261801M, RENIECYT: 19684). Se dio de alta en
Hacienda, en Indesol y en el Conacyt como empresa con actividades
científicas y tecnológicas, esto con el fin de bajar recursos para esteri-
lización y desinfección de perros de la calle. La misión de Fundación
Acción ZOO, A. C., es la de protección, promoción y desarrollo de
la fauna silvestre y doméstica. Las principales actividades que desa-
rrolla son:
• Ayudar en la prevención de las enfermedades zoonóticas,
principalmente a través de campañas de esterilización y des-
infección de perros y gatos de la calle.
96 María Teresa Sumaya Martínez

• Desarrollar proyectos de investigación básica y aplicada sobre


el impacto de las enfermedades zoonóticas en la salud pública,
así como el desarrollo de procesos para reducir el impacto am-
biental de las heces de animales y su biotransformación.
• Desarrollar campañas de concientización y acciones de edu-
cación en escuelas a diferentes niveles que promuevan valo-
res, habilidades y actitudes para el cuidado de la fauna silves-
tre y doméstica, así como el medio ambiente.
Algunas de las actividades que se realizaron en años pasados fueron:
Se obtuvo financiamiento por parte de Indesol para el proyecto
“Reducción del riesgo de contagio de sarna y parasitosis canina en la
localidad de Puga y Cantera en Tepic, Nayarit, a través de campañas
de esterilización y desparasitación gratuita canina”. Paralelamente a
la atención médica veterinaria, se formaba conciencia del cuidado
animal entre niños y adultos de las colonias de bajos recursos.
Con diversas acciones se llegaron a esterilizar gratuitamente más de
3000 perras de la calle en Tepic y Xalisco, Nayarit. Con este antecedente
se presionó a instituciones de gobierno a realizar campañas similares de
esterilizaciones masivas gratuitas de animales en situación de calle.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 97

Se redactó un capítulo en la Enciclopedia Centenario de Nayarit


(1917-2017), sobre “La función social del animalismo en Nayarit”.
Se realizó la promoción en diversos foros gubernamentales de la
esterilización gratuita como la única solución al problema de los pe-
rros en situación de calle.
98 María Teresa Sumaya Martínez

Por otra parte, se llevó a cabo un trabajo académico con alumnos


de QFB de la Universidad Autónoma de Nayarit con el título: Carac-
terización y determinación semicuantitativa de producción de biogás a
partir de heces de canis lupus familiaris y estiércol bovino.
Los principales resultados de este trabajo fueron:
• Se realizó la caracterización de las heces de Canis lupus fami-
liaris y estiércol bovino.
• Se determinó la cantidad de biogás producida por las heces
de Canis lupus familiaris y estiércol bovino mediante su di-
gestión anaeróbica.
• Se observó una mayor producción de biogás en la digestión
de estiércol bovino en comparación con las heces de Canis
lupus familiaris.
• Aunque la producción de biogás por heces de Canis lupus
familiaris presentó un rendimiento menor, sigue siendo una
buena alternativa para eliminación y manejo adecuado de
desechos producidos por perros.
De éste y otros experimentos que se realizaron se concluyó que es
posible la obtención de biogás a partir de heces de perro de la calle,
sin embargo, el gran obstáculo para escalar esto es la recolecta y ho-
mogeneización de las heces.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 99

TRABAJO CON ENFERMOS DE BAJOS RECURSOS


E INDIGENTES

Durante varios años se apoyó a enfermos de bajos recursos para con-


seguir los medicamentos, insumos o análisis médicos que el Hospital
Civil de Tepic, Nayarit, no les proporcionaba. Entre ellos había indígenas
coras, huicholes, bebés, niños, personas indigentes y adultos mayores
que venían de diversos puntos del estado a atenderse a este hospital.
A través de redes sociales se pedían aportaciones a ciudadanos,
médicos o instituciones para adquirir o gestionar los insumos mé-
dicos que necesitaban los enfermos que no contaban con recursos
económicos para adquirirlos.
El área de diálisis fue donde más se concentró la ayuda. El tra-
tamiento para un enfermo renal que necesita diálisis tiene un costo
aproximado de $10,000 por mes, lo cual incluye bolsas de diálisis,
medicamentos especializados, catéter, viáticos para ir y venir al hos-
pital. Un enfermo renal que no tiene dinero para solventar eso muere
muy rápido, en uno o dos meses.
A pesar de por años exigir atención y apoyo gubernamental a este
tipo de pacientes veo poco o un nulo avance en que tengan una me-
jor atención, ya que ni el Seguro Popular ni el actual Insabi han po-
dido apoyarlos en una atención integral.
Por otra parte, durante la búsqueda y compra de medicamentos
me di cuenta de que algunas farmacéuticas de medicamentos ge-
néricos o similares podrían dar costos más baratos si se compraba
por mayoreo. Igualmente, había empresas (como PISA) que podían
donar insumos médicos que tenían en bodega a asociaciones civiles
sin fines de lucro y para su distribución en hospitales civiles. Por lo
tanto, inicié la gestión para diseñar un Banco de Medicamentos para
personas de bajos recursos, sin embargo, no se pudo obtener el aval
de los directivos en ese momento del Hospital Civil para poder lo-
grar la donación de sobrantes en bodega. Este proyecto se presentó
en los foros de planeación del municipio y del estado, pero ni a las
autoridades ni al gobierno estatal les importo.
100 María Teresa Sumaya Martínez

Actualmente, la situación de los enfermos pobres en Nayarit es


peor que nunca ya que la falta de medicamentos continúa, el Insabi
y ahora el IMSS-Bienestar no resolvieron esta situación. Lo único
que ha aumentado es la represión por falta de las autoridades para
visibilizar esta problemática en redes sociales.
El apoyo con medicamentos a enfermos de bajos recursos es cada
vez más complicado, debido a la crisis económica que se vive en este
momento no hay suficiente dinero como para donar a tantas perso-
nas que requieren de esta ayuda.
Paralelamente, se trabajó por varios años en difundir la propuesta
de la creación de un hospital psiquiátrico en Nayarit, ya que muchos
indigentes con diversos problemas psiquiátricos llegaban al Hospital
Civil.
Las promesas políticas para la creación de un hospital psiquiátri-
co en Nayarit fueron muchas, pero ninguna se concretó.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 101

PARAMÉDICO Y TANATÓLOGO

A los 42 años realicé un año de preparación para ser técnico en


urgencias médicas y poder ser paramédico voluntario. Como para-
médico no sabes la vida de quién está en tus manos, puede ser des-
de un indigente hasta una persona reconocida socialmente. Ambas
vidas son igual de importantes y puedes ser la última voz que ellos
escuchen, de ahí mi interés de prepararme como tanatóloga, es decir,
la persona que acompaña a los enfermos terminales para tener una
muerte digna o proporciona consejería en el duelo de las personas
después de la muerte de un ser querido.
Actualmente, mi apoyo tanatológico es vía telefónica en un hora-
rio nocturno después del resto de actividades.
A pesar de realizar todo esto sin fines de lucro, en ocasiones reci-
bo comentarios agresivos y prejuiciosos del hecho de “no tener nece-
sidad” de hacer estas actividades por ser investigadora con un puesto
en la universidad.
102 María Teresa Sumaya Martínez

CREACIÓN DE UNA MINIEMPRESA FAMILIAR


Y DIFUSIÓN DE LA CIENCIA. INNOVACIÓN EN UNA
EMPRESA Y CREACIÓN DE INTEGRALES SUMAYA®

Como parte de las actividades de pertenecer al registro de evalua-


dores acreditados del Conacyt, fui evaluadora de proyectos de diver-
sas convocatorias para apoyos a la Innovación en empresas, desde las
que eran para apoyos de Estímulos Fiscales hasta el PEI (Programa
de Estímulos a la Innovación). Durante muchos años evalué proyec-
tos de innovación desde el punto de vista tecnológico, pero sin saber
a ciencia cierta a lo que se enfrentaba el empresario. De igual mane-
ra, impartí diversos cursos de innovación tecnológica a emprende-
dores, pero sin saber los retos que el emprendedor vive en el día a día.
Por lo tanto, junto con el apoyo de mi familia creamos una mi-
niempresa donde incorporé los conceptos que por años teóricamente
había expuesto en foros científicos y tecnológicos.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 103

La empresa como unidad productiva que satisface las necesidades


de la sociedad debe de realizar acciones que la lleven a desarrollar su
ventaja competitiva, es decir, buscar la forma de permanecer y parti-
cipar en mercados cada vez más competidos, especializados y globa-
lizados. En este sentido, es esencial que cualquier organización tenga
definidos sus sistemas estratégicos que son aquellos que permiten
lograr ventajas que los competidores no poseen en costos y servicios
diferenciados con clientes y proveedores (Cohen y Asin, 2014). La
innovación permite a las empresas desarrollar estos sistemas, ya que
apoyan los procesos de creación o mejora de productos y procesos
para conquistar nuevos mercados o hacer frente a la competencia.
Además, se manifiesta en diferentes formas, que van desde la inven-
ción que resulta de la investigación y el desarrollo, hasta la creación
de nuevos conceptos de comercialización, la adaptación de proce-
dimientos de producción, la explotación de nuevos mercados o la
utilización de nuevos enfoques organizativos (Ferrer-Sapena, 2008).
Sin embargo, no todas las empresas cuentan con los recursos o
la cultura necesaria para llevar a cabo la innovación por sí mismas,
principalmente aquellas que tienen un tamaño pequeño y por lo tan-
to no tienen sistemas estructurados de gestión administrativa o el
capital suficiente para costear el proceso de innovación.
El capital humano dedicado a innovación en las empresas es uno
de los indicadores más representativos para medirla. Por la naturale-
za de la innovación dentro de las empresas, éstas requieren establecer
vínculos externos que la fomenten. Generalmente, dichos vínculos
se establecen con las fuentes de información de conocimiento, de
las tecnologías, de las buenas prácticas y de los recursos humanos y
financieros, por lo que la universidad se convierte en un sistema de
innovación en donde los investigadores y estudiantes representan un
factor importante a través del trabajo colaborativo con las unidades
productivas (OCDE, 2006).
Uno de los problemas persistentes en nuestro país es la desvincula-
ción entre las universidades y las necesidades de la empresa, así como
la falta de consideración en las empresas de la innovación como factor
104 María Teresa Sumaya Martínez

clave de su competitividad. Esto es aún mayor cuando se habla de mini,


micro o empresas familiares, donde los recursos económicos suelen ser
escasos, sobre todo en estos últimos dos años de pandemia (2020-2021).
Bajo este contexto, se creó una microempresa para dar empleo y
poner en práctica la teoría de innovación de productos con alto valor
agregado. Integrales Sumaya® nació como como una microempresa
familiar que produce de manera artesanal barras de pan cortado sin
azúcar refinada, ni leche, ni huevo, ni aditivos, ni conservadores.
Surgió a mediados de 2018 debido a la necesidad de contar con una
barra de pan diferente a las existentes en el mercado local de Tepic, Na-
yarit, y dirigida para personas con problemas digestivos o intolerantes
a la proteína de leche o huevo, lo cual es su ventaja competitiva con
respecto al resto de barras de pan comercial en la localidad.
El proceso de innovación y desarrollo del producto duró varios
meses, en los cuales, con base en prueba y error, se fue mejorando la
receta de la barra de pan que se podría vender. La comercialización a
través de redes sociales y entrega a domicilio sin costo fue vital para
su sobrevivencia durante la época de pandemia.
Investigación científica y activismo social: la lucha contra los prejuicios 105

Esta experiencia me mostró que la incubación, desarrollo y co-


mercialización de productos funcionales de alto valor agregado pre-
parados de manera artesanal a través de una microempresa fami-
liar es posible. Sin embargo, es indispensable el acompañamiento y
asesoría permanente en todas las etapas de innovación por parte de
los expertos en esta área del conocimiento, por lo tanto, se debe de
mejorar la vinculación microempresa-universidad para promover la
competitividad del sector de microempresas alimentarias.
Como parte de los productos de este proyecto se registró la marca
Integrales Sumaya® ante el IMPI, se publicó el artículo de difusión
“Innovación en microempresas familiares de alimentos y pandemia”
(Sumaya-Martínez et al., 2022) y se ha difundido esta experiencia de
incubación en foros académicos y científicos.
A pesar de ser una experiencia donde la teoría y la práctica se
unen para realizar una miniempresa rentable que produce empleos,
el hecho de preparar y comercializar pan ha sido objeto nuevamente
de comentarios sarcásticos, tales como: “¿Y ese pan?, usted lo vende,
¿cómo por qué?”. “¡Ahora ya no eres la investigadora, sino la señora
que vende pan!”.
Pareciera nuevamente que el investigador debe de quedarse en el
laboratorio o en las aulas universitarias para ser reconocido y mere-
cedor de respeto.

CREACIÓN DE LA PÁGINA SUMAYA CON-CIENCIA

Esta página pretende ser un espacio para difundir pensamientos,


reflexiones y generar conciencia, buscando generar vocaciones cien-
tíficas y ciudadanos reflexivos para mejorar nuestra sociedad. No son
notas periodísticas, ni contienen animaciones. Su única pretensión
es formar conciencia en temas sobre problemáticas sociales.
Sin embargo, como es un sitio no ligado a la universidad y por
manejar temas desde científicos hasta cotidianos, algunas personas
lo han tomado como un sitio “no serio”.
106 María Teresa Sumaya Martínez

CONCLUSIONES

Aún existen prejuicios sociales dentro y fuera del SNI, donde se


considera que la función social del investigador es sólo la creación de
conocimiento dentro de las universidades, pero no luchar y actuar a
favor de un cambio social, sea en el mundo animalista o en el de los
derechos de enfermos de bajos recursos. Si es posible combinar el
activismo social y la investigación científica, manteniendo claro los
alcances y los objetivos de cada una de estas actividades.
Mi lucha no sólo ha sido permanecer en el SNI, sino ir contra el
prejuicio social y académico de una mujer que no concibe su curio-
sidad científica sin poder difundirla y actuar para mejorar el entorno
donde vive.

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SOBRE LOS RETOS DE INGRESO
Y PERMANENCIA EN EL SNI DE DOS
ACADÉMICAS EN AGUASCALIENTES

Evangelina Tapia-Tovar
Universidad Autónoma de Aguascalientes
etapia@correo.uaa.mx
ORCID: 0000-0002-8161-2580

Edith Estefanía Orenday-Tapia


Universidad Autónoma de Aguascalientes
eeorenday@gmail.com
ORCID: 0000-0002-4734-309X

INTRODUCCIÓN

En este texto se presenta el resultado de un ejercicio de autoetno-


grafía desde la perspectiva de género, dirigido a cartografiar la me-
moria y experiencia de dos investigadoras, de las áreas de Ciencias
Sociales e Ingeniería y Arquitectura, en su incorporación al Sistema
Nacional de Investigadores (SNI) en México. Teniendo en común el
contexto de la ciudad de Aguascalientes y la Universidad Autóno-
ma de Aguascalientes, como institución de formación académica y
desempeño laboral, hay elementos que marcan distinciones que in-
teresa destacar: la edad, el área de especialización científica, los ám-
bitos de desempeño profesional, la vivencia o no de la maternidad,
la conciliación entre la vida familiar y la vida laboral, así como el
contexto histórico, social, político y cultural en el que se desarrollan
sus trayectorias. Se destaca de manera particular los obstáculos, pro-
blemas laborales y las dificultades a las que se enfrentan las mujeres
110 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

que desean tener un desarrollo profesional académico (Rubio, 2005;


Buquet, Cooper, Mingo y Moreno, 2013).
Asumimos la perspectiva de género como un conjunto de meca-
nismos y criterios metodológicos que permiten identificar y valorar
la discriminación y la exclusión de las mujeres, especialmente rasgos
o situaciones que se justifican con base en las diferencias biológicas.
“Son precisamente estas diferencias biológicas las que se han toma-
do como base en las que sustentar las discriminaciones y cuestiona-
mientos sobre las capacidades de las mujeres” (Rubio, 2005, p. 61).
Los imaginarios colectivos elaborados en torno a lo considerado
típicamente masculino y femenino articulan el funcionamiento de
las instituciones, incluyendo las académicas; se manifiestan al mo-
mento de elegir una carrera universitaria, al valorar las oportunida-
des de acceso a los estudios de posgrado, al establecer los criterios
de evaluación del desempeño académico, ante las condiciones de
movilidad horizontal y vertical en el ámbito laboral, y al seleccionar
las estrategias que las investigadoras ponen en marcha para lograr la
conciliación con la vida familiar.
La diferenciación cultural asociada al género crea brechas de des-
igualdad en la conformación de las comunidades universitarias y las
instituciones responsables de la generación de conocimiento cien-
tífico de alta calidad. La baja proporción de estudiantes mujeres de
posgrado en matemáticas, física o ingenierías, o de académicas en los
puestos de toma de decisiones en universidades y centros de investi-
gación, aparecen como consecuencia lógica de un conjunto de rasgos
asociados a la diferencia sexual. Los estereotipos de género cumplen
una función interpretativa notablemente eficaz en la legitimación de
la estructura social.
En este sentido, Rubio (2005) señala que “lo mismo ocurría cuan-
do no había mujeres juezas, se consideraba lo normal dado que (…)
no son equilibradas, son demasiado histéricas y tienen esos días al
mes que alteran su cordura” (p. 63). ¿Qué hacemos las científicas
mexicanas para abrirnos paso en el mundo masculino de la ciencia?
¿Qué papel juegan nuestras experiencias en las complejas negocia-
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 111

ciones entre proyecto personal, familiar y profesional? ¿Cómo en-


frentamos la discriminación, la exclusión y la violencia en las esferas
universitarias y científicas?
Los estudios sobre la situación de las mujeres académicas en las
instituciones de educación superior y en los organismos de alto ni-
vel de exigencia y prestigio, como en México lo es el SNI, recurren
usualmente a técnicas de investigación como el análisis estadístico de
cifras oficiales, la generación de encuestas, las entrevistas a profundi-
dad o los grupos focales. En este caso, acogiéndonos a la relevancia
de la autobiografía en el proceso de construcción de conocimiento
desde una perspectiva de género (Mc Phail, 2006), y abrevando de
la tradición metodológica cualitativa que sustenta la autoetnografía
(Aranda, 2021; Bénard, 2019), proponemos una aproximación im-
plicada, crítica y reflexiva, basada en nuestras vivencias, que permita
dar cuenta de los retos de ingreso y permanencia en el mundo de la
producción de conocimiento científico.
Al referirse al método de escritura autoetnográfico, Aranda
(2021) señala que “es alterno al científico cuantitativo; en él no hay
tablas ordenadoras, sino buena narrativa; no es sintético, más priva la
profundidad y espesura del relato; no hay hipótesis sino intuiciones
compartidas” (p. 222). En esta aproximación incorporamos pasajes e
información afines con el abordaje usual en la producción de textos
científicos, por considerarlos adecuados para la contextualización
sociocultural de nuestras biografías. Además, se busca aprovechar la
información desagregada por sexo que se viene produciendo en los
últimos años desde las instituciones educativas de nivel superior, y
como parte de los esfuerzos de transversalización de la perspectiva
de género (Buquet et al., 2013).
Una primera vertiente de esta aproximación autoetnográfica
atenderá los reportes más recientes publicados por el Observatorio
Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educa-
ción Superior (ONIGIES), valorando la evolución de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes (UAA) durante el periodo 2017-2020,
enfatizando aspectos como brechas de desigualdad en los órganos de
112 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

toma de decisiones, estabilidad laboral y segregación de las matrí-


culas en los diferentes programas de estudio, tanto a nivel pregrado
como en posgrado. La segunda vertiente de análisis consiste en la
revisión de los datos disponibles en relación con las posibles brechas
de desigualdad entre mujeres y hombres en el SNI.
Lo que proponemos es una exploración general que permita iden-
tificar aspectos, situaciones o tendencias que puedan ser abordadas,
posteriormente, con mayor profundidad y atendiendo las bondades
y ventajas del método autoetnográfico. Dicha experiencia se sitúa
en la UAA, institución en la que realizamos nuestra formación pro-
fesional y que nos permitió, además, dar los primeros pasos de la
vida laboral, incluyendo la incorporación al SNI. Además de las di-
ferencias temporales que marcaron cada una de nuestras biografías,
consideramos pertinente y enriquecedor el contraste de nuestras ex-
periencias como investigadoras pertenecientes a distintas áreas del
conocimiento científico.

¿EQUIDAD DE GÉNERO EN LA CIENCIA?

Para ejemplificar y problematizar el abordaje vivencial, cotidiano


y literario que constituye la columna vertebral de este texto, citare-
mos una narración que muestra las tensiones y complejidades que
caracterizan las condiciones de acceso y permanencia al SNI. Está
inspirado en una serie de entrevistas a profundidad realizadas a in-
vestigadoras e investigadores de alto nivel en México.
Ha llegado la notificación, a través de la página del Conacyt, de la acep-
tación de Gabriela como Investigadora Nacional Nivel I. A pesar de su
corta edad (34 años), Gabriela ha tenido una carrera exitosa y en ascen-
so. Con una sonrisa de satisfacción en su rostro, de inmediato Gabriela
le hace saber a su esposo Miguel la buena nueva. Llevan seis años casa-
dos y tienen una hija de tres años, Laura (…) Actualmente es Gabriela la
que aporta económicamente a la joven familia, mientras que Miguel es
quien mayoritariamente se encarga de los asuntos de la pequeña Laura
y del departamento que rentan en una buena zona de la ciudad (…) Al
revisar su correo electrónico se da cuenta de que aún no le han aproba-
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 113

do la compra de los reactivos necesarios para iniciar los experimentos


programados con sus estudiantes en el laboratorio que ella lidera desde
hace un año (…) Una semana más de retraso y el grupo de Gabriela aún
no ha podido iniciar los experimentos (…) Gabriela ha decidido escri-
bir un artículo con los primeros resultados de su investigación, aunque
sean solo conclusiones parciales y con un bajo nivel de novedad epis-
témica. Es una decisión que ha tomado porque en los últimos nueve
meses aún no ha publicado nada y el tiempo corre (…) Al final de mes
Gabriela aún no ha recibido los reactivos que ha estado esperando, pero
sí la bonificación económica por ser parte del SNI. Con este dinero paga
parte de la renta del departamento que alquila. Ahora Gabriela sabe que
debe trabajar aún más arduamente porque este dinero extra se ha con-
vertido en parte de los gastos mensuales de su familia, sin él tendrían
que vivir en otro lugar más económico, pero menos cercano a su lugar
de trabajo. Con esta presión, Gabriela decide escribir otro artículo repli-
cando algún experimento anterior; eso le garantizará cumplir con el re-
quisito de número de artículos publicados que se le exige. Aunque sabe
que dicha publicación aporta poco en términos de innovación científi-
ca, Gabriela también sabe que puede significar mucho en términos de
beneficios para su familia (…) Al siguiente fin de semana Gabriela fue
a visitar a sus padres con su familia. Ellos no entendieron muy bien qué
significa eso del SNI, pero aun así se sintieron orgullosos por su hija y la
felicitaron veinte veces al tiempo que abrazaron y jugaron con la nieta
(…) Sin embargo, los padres de Gabriela comparten el deseo de que
Laura en un futuro se dedique a otra cosa que no sea la academia, a un
trabajo menos “sacrificado”, como ellos dicen (Guzmán, 2019).

Estas reflexiones que hacemos desde lo privado, adquieren más


sentido si se comprenden desde la epistemología feminista y de las
aproximaciones críticas, pues ayudan a distinguir el conjunto de co-
nocimientos y verdades teóricas aglutinadas en torno a cierto pun-
to de vista (Espinosa, 2019); la experiencia y la subjetividad de las
mujeres en lo individual y las maneras de enfrentar sus problemá-
ticas, emergen como una estrategia política, teórica y metodológica
para desafiar las convenciones vigentes en el campo de la producción
de conocimiento científico, replanteando las relaciones entre sujeto
y objeto de investigación, la pretendida neutralidad del saber y las
condiciones culturales e históricas que definen nuestro lugar en la
estructura social.
114 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

La meditación de las problemáticas a las que nos enfrentamos


como género hacen relevante el papel de la subjetividad en el pro-
ceso de investigación, y adquiere un sentido diferente, a la luz de la
omisión histórica de las contribuciones de las investigadoras, en la
consolidación de las disciplinas científicas. “Este vacío del sujeto en
la investigación social ha sido motivo de reflexión en los estudios
de género, dándole visibilidad y reivindicando con su presencia los
vínculos personales con el objeto de estudio al cual han dado vida y
sustento” (Mc Phail, 2006, p. 94).
La reivindicación de la subjetividad en el proceso de investigación,
y de la experiencia histórica y concreta de quienes nos dedicamos al
ámbito de la enseñanza universitaria y la investigación científica, tiene
intersecciones notables con los planteamientos afines a la tradición me-
todológica cualitativa, preocupada por la reflexividad del actor social,
su capacidad para evaluar la situación y elegir entre diversas alternativas
de acción. Dar cuenta de las motivaciones, los significados y las circuns-
tancias cotidianas que rodean la interacción social llevó a preguntarse,
simultáneamente, por el tipo de lenguaje capaz de captar este complejo
universo simbólico, al igual que sus tensiones y contradicciones.

Autobiografía y autoetnografía

En el ámbito de las recientes contribuciones metodológicas de la


investigación cualitativa, nos referiremos brevemente a las peculiari-
dades de la autobiografía y la autoetnografía, para clarificar sus dife-
rencias y puntos de contacto.
Sobre la relación entre autobiografía y producción de conoci-
miento científico, Mc Phail (2006) señala que se trata de un género li-
terario que recoge las vivencias, prácticas y concepciones del mundo
de quien narra y escribe sobre su vida, señalando que se utiliza con
peculiar éxito y pertinencia en los estudios sobre mujeres “porque
reivindica el mismo punto nodal en el rescate del sujeto femenino,
para poner en primer orden el asunto central del pensamiento crítico
contemporáneo y la problematización de su subjetividad” (p. 95).
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 115

La autobiografía, en los términos establecidos por Mc Phail,


aparece como una alternativa sumamente atractiva para abordar la
problematización de los retos y obstáculos que las mujeres investi-
gadoras enfrentan a lo largo de su desarrollo profesional; empero,
deseamos establecer la distinción, sutil y definitiva, entre autobio-
grafía y autoetnografía, considerando que esta última vertiente me-
todológica va más allá de la elaboración literaria de la propia vivencia
ubicada en un contexto histórico específico.
Si bien lo autobiográfico representa por sí mismo un esfuerzo de
interpretación, la autoetnografía se propone explicar las condiciones
sociales que hacen posible la propia experiencia. Blanco (2012) se-
ñala que la autoetnografía da cabida “tanto a los relatos personales y
autobiográficos como a las experiencias del etnógrafo como investi-
gador —ya sea de manera separada o combinada— situados en un
contexto social y cultural” (p. 172). Hay que considerar también que:
En la autobiografía no hay una intención explícita de analizar y
comprender el fenómeno que se observa. En las autoetnografías es
preciso explicar la experiencia de quien investiga, además de contex-
tualizarla e historizarla; finalmente es un estudio socioantropológico
intencionado (Aranda, 2021, p. 223).
La autoetnografía es un campo promisorio de investigación cuali-
tativa en las ciencias sociales que reivindica una relación distinta entre
quien investiga y lo que investiga (Bénard, 2019). Desde esta perspec-
tiva, Aranda (2021) sostiene que la autoetnografía consiste en una me-
todología capaz de “poner de manifiesto las condiciones concretas de
experiencias individuales, conectadas con lo cultural, social y político”
(p. 220); se trata de una herramienta de considerable potencial narrati-
vo que dota a la investigación de un carácter reivindicador y transdis-
ciplinar, afín a los intereses de los estudios socioculturales:
La autoetnografía problematiza densamente, luego retoma y va a
lo abstracto. Para generar ese orden sistemático de ideas generales y
lógicas que es la teoría, pienso imprescindible analizar de cerca he-
chos empíricos, escudriñarlos para dar cuenta del andamiaje socio-
cultural del que son fundamento (Aranda, 2021, p. 222).
116 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

MUJERES EN LA CIENCIA

Para contextualizar los retos y obstáculos que enfrentamos co-


tidianamente las investigadoras, es importante reflexionar sobre la
situación de las universidades mexicanas, aun cuando sea de forma
general. Las instituciones de educación superior constituyen un en-
granaje muy relevante para quienes dedican su vida a la producción
de conocimiento científico de alta calidad, pues además de formar-
nos profesionalmente, representan el principal nicho de consolida-
ción laboral.
Como se ha señalado atinadamente “el SNI ha pasado de ser un
sistema de evaluación individual a un sistema de evaluación de insti-
tuciones, del nivel de las universidades, de la acreditación de posgra-
dos, y hasta un parámetro para posicionar a la ciencia mexicana tanto
en el contexto nacional como en el internacional” (Reyes y Surinach,
2015, p. 7). Por esta razón, comenzaremos el análisis abordando la
situación de las universidades, entendidas como base y puente para
el acceso y permanencia en el SNI.
En relación con la reproducción de la exclusión y discriminación
de las mujeres en las universidades, Rubio señala que aun en las fases
tempranas del siglo XXI, persistía la convicción generalizada sobre
la existencia de áreas de conocimiento exclusivas de uno u otro sexo.
Además, el reconocimiento de las mujeres académicas es menor al
de sus colegas, a pesar de que las capacidades, méritos y trayectorias
sean semejantes. Tienen menos representación en puestos académi-
cos y de toma de decisión, además de que “los criterios de evaluación
que establecen límites de tiempo para obtener recursos o premios
no toman en cuenta procesos tan importantes como la maternidad”
(Rubio, 2005, p. 79). En la mayoría de los países, las científicas ocu-
pan muy pocos puestos de decisión, sus trabajos a menudo se eva-
lúan mal, obtienen menos fondos, becas y están peor remuneradas
que sus colegas masculinos.
La situación de la mujer en la academia no es distinta de la situación
en el resto de la sociedad, si bien es cierto que estamos hablando de
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 117

otros niveles de necesidades y de otras dificultades. Es una valoración


más cualitativa que cuantitativa porque, con números en la mano, los
porcentajes de exclusión y segregación de las mujeres en las academias
vienen a ser los mismos que en el resto de la sociedad, una reproducción
fotográfica de la sociedad en este espacio (Rubio, 2005, p.80).

En un análisis de la matrícula en la UAA, entre 2017 y 2020, se


identifica que mientras el porcentaje de alumnas inscritas a progra-
mas de licenciatura en Ciencias Sociales y Económicas se mantuvo
constante, la proporción de las que optaron por carreras de Ingenie-
ría e Industria observó variaciones anuales y se mantiene lejos de
la paridad, sugiriendo la permanencia de un sesgo asociable a las
representaciones sobre lo masculino y lo femenino, como lo muestra
la gráfica 1.

Gráfica 1. Porcentaje de alumnas en programas de licenciatura


en la UAA, 2017-2020

Fuente: elaboración propia con base en ONIGIES, 2022.

Una tendencia similar se presenta en los programas de posgra-


do en ingeniería e industria, donde en el periodo transcurrido entre
2017 y 2018 se registró una disminución de 12 puntos porcentuales,
que no ha podido equilibrarse desde entonces, como se observa en
la gráfica 2.
118 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

Gráfica 2. Porcentaje de alumnas en programas de posgrado


en la UAA, 2017-2020

Fuente: elaboración propia con base en ONIGIES, 2022.

Para las mujeres académicas e investigadoras los retos son mayo-


res porque existe el mito social que “ya lo han conseguido, ya están
situadas. Para estas mujeres las dificultades son menos visibles, pero
no por ello menos importantes” (Rubio, 2005, p. 86). Los obstáculos
en el desarrollo de la vida profesional suelen ser invisibles y difíci-
les de atravesar al concluir una licenciatura o una maestría, pues in-
tervienen dimensiones familiares como el cuidado y atención de los
hijos e hijas, parientes enfermos, la autoestima y la desmotivación.
Además, algunas estudiantes ven la opción de un posgrado como
una forma de obtener una mejor preparación o un mejor empleo,
aunque no necesariamente como un paso indispensable para dedi-
carse a la investigación, como una forma de vida.
Para quienes lograron sortear la culminación de los posgrados,
se presenta una nueva etapa de retos y obstáculos: la consolidación
profesional de una vida dedicada plenamente a la enseñanza uni-
versitaria y la investigación científica. En algunos casos, las notorias
dificultades para acceder a una plaza de dedicación completa desem-
bocan en el abandono de la carrera investigadora por parte de aque-
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 119

llas mujeres que hicieron grandes esfuerzos para prepararse. “Las ci-
fras demuestran que mientras la proporción de estudiantes hombres
y mujeres es muy similar, e incluso superior a favor de las mujeres en
algunas disciplinas, los hombres ocupan la gran mayoría de puestos
de dedicación completa” (Rubio, 2005, p. 84). Esto se puede observar
en la gráfica 3, para el caso de la UAA.

Gráfica 3. Porcentaje de mujeres y hombres entre el personal


académico de tiempo completo de la UAA, 2017-2020

Fuente: elaboración propia con base en ONIGIES, 2022.

La proporción de investigadoras que ocupan puestos de tiempo com-


pleto está todavía por debajo del 40% en promedio. Según Rubio (2005),
“esta cifra se reduce si se [revisa el número de mujeres] que pertenecen
a sociedades científicas de alta exigencia como el Sistema Nacional de
Investigadores (SNI) o la Academia Mexicana de Ciencias” (p. 86).

EL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES


EN MÉXICO

El primer aspecto relevante de este análisis requiere una aproxi-


mación panorámica a la política pública en materia de ciencia y tec-
120 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

nología implementada por el Estado mexicano, desde donde el SNI,


creado el 26 de julio de 1984, figura como uno de los mejores pro-
gramas que ha permitido valorar a la comunidad científica nacional
(Reyes y Surinach, 2015).
La comunidad que compone este sistema se agrupa en nueve áreas
de producción y aplicación del conocimiento: Físico-Matemáticas y
Ciencias de la Tierra; Biología y Química; Medicina y Ciencias de la
Salud; Ciencias de la Conducta y la Educación; Humanidades; Cien-
cias Sociales; Ciencias de Agricultura, Agropecuarias, Forestales y
de Ecosistemas; Ingenierías y Desarrollo Tecnológico; y la Interdis-
ciplinaria, según lo establece el reglamento vigente, y cinco catego-
rías: Candidato, Nivel I, Nivel II, Nivel III e Investigadores eméritos
(Conacyt, 2022). De acuerdo con Guzmán (2019), el SNI se propuso
como una medida para incentivar económicamente a las científicas y
los científicos mexicanos evitando su éxodo y enfrentando la pérdida
de su poder adquisitivo, porque contribuye a su estabilidad, además,
se ha ido convirtiendo en símbolo de prestigio individual y sinónimo
de élite académica (Didou y Gérard, 2010).
El SNI ha implicado una novedad en términos de la dinámica del
trabajo científico en México, vía la dotación de un ingreso adicional
al salario de los investigadores de tiempo completo, previa evalua-
ción de pares enfocada a distinguir a quienes tuvieran los mereci-
mientos o rasgos propios de un ejercicio académico de alta calidad.
Mediante una modalidad de transferencias monetarias inscrita en la
lógica del pago por mérito, este sistema inauguró una nueva etapa en
la vida universitaria a través de los criterios de distribución de fondos
públicos, según afirman Gil Antón y Contreras (2017), con criterios
característicos de la transición de un modelo de Estado benefactor a
uno de Estado neoliberal o evaluador, en el contexto de la globaliza-
ción, en el que las mujeres con esta membresía somos pocas, como
se muestra en la gráfica 4.
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 121

Gráfica 4. Composición de la comunidad del SNI 1991-2011

Fuente: elaboración propia con base en Conacyt, s.f.

La tasa general de crecimiento para el periodo 1991-2011 es de


1.86; para investigadores de 1.40 y para investigadoras de 3.57; la grá-
fica muestra la magnitud de la brecha de desigualdad, que si bien se
redujo de manera constante durante el periodo, dista aún del punto
general de igualdad, que implicaría un índice de feminización1 de
100, y cuyo máximo valor, logrado en 2011 de acuerdo con la infor-
mación disponible, fue de 50.51.
Si bien para 2021 el porcentaje de mujeres miembros del SNI se ha
incrementado hasta 38.2, “este nivel disminuye hacia los altos man-
dos, pues en un Nivel III ya solo es 24.4 por ciento y en el Emérito,
baja al 20.8 por ciento. Es decir, entre más alto es el nivel de respon-
sabilidad y reconocimiento académico, el número de mujeres es cada

1 Es un indicador usual en el análisis de las brechas de desigualdad de género. Re-


sulta de la división del número de mujeres en una rama o sector de actividad entre
el número de hombres en dicha rama o sector. Conforme tiende a 100 indica una
proporción equilibrada. Véase Pérez y Garda, s.f.
122 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

vez menor” (Arévalo, 2022, s/p) y la mayoría de las investigadoras se


encuentran ubicadas en la categoría de candidato y Nivel I.
Para el caso de la UAA, el número total de SNI en 2021 fue de 144
y para 2022 el número se incrementó a 157. La gráfica 5 muestra su
composición por sexo, según su categoría.
Gráfica 5. Composición por sexo y nivel de la comunidad
del SNI de la UAA, 2021

Fuente: elaboración propia con base en UAA, 2021.

El SNI es un elemento fundamental para el desarrollo de la inves-


tigación en México. Los criterios de evaluación privilegian la pro-
ductividad y su calidad de manera objetiva, pues son pares quienes
evalúan a los aspirantes y a quienes quieren permanecer; empero,
los criterios homogéneos ocultan las condiciones desventajosas de
las mujeres, no atribuibles directamente al Conacyt, sino a las con-
diciones del ejercicio profesional en las instituciones de educación
superior y de los centros de investigación. Para que las mujeres des-
taquemos, debemos dejar a un lado, o postergar, funciones como la
maternidad, el cuidado de enfermos y padres para poder centrar los
esfuerzos en la producción académica y de investigación, y en la for-
mación de otros investigadores.
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 123

Antaño, los estudios de posgrado eran escasos y los apoyos para


realizarlos, nulos, pero las instituciones de educación superior se in-
teresaban por la contratación de profesionistas; ahora, existen becas
que ofrece el Conacyt a quienes se forman en programas de su Pa-
drón de Excelencia, pero la dificultad para conseguir una plaza se
incrementa; muchas universidades no están realizando el relevo ge-
neracional y están sosteniendo sus programas académicos con pro-
fesores de asignatura, interinos, aun cuando sean miembros del SNI.
Para las mujeres jóvenes el problema se acentúa, porque está laten-
te su proximidad a una maternidad tardía, puesto que sus primeros
años fértiles los dedicaron a su formación.

EXPERIENCIAS AUTOETNOGRÁFICAS

De manera análoga a los planteamientos antes mencionados,


consideramos que el tema que analizamos en este artículo, los retos
de ingreso y permanencia al SNI, no es ajeno a nuestra experiencia
como investigadoras en dos áreas de la producción de conocimiento
científico, las Ciencias Sociales y la Arquitectura e Ingeniería. Por tal
motivo, acogiéndonos al abordaje autoetnográfico, problematizare-
mos nuestras vivencias y experiencias como científicas, para reflexio-
nar sobre la situación de las mujeres en la ciencia.

Eva

Elegí el campo de las Ciencias Sociales, específicamente la So-


ciología, como la base de mi formación académica. Posteriormente
realicé una maestría en Investigación en Ciencias del Hombre y un
doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades; todo ello en la UAA;
aunque también cursé la maestría en Ciencias Sociales en la Univer-
sidad de Zacatecas y concluí todos los créditos, no pude terminar mi
tesis y no me fue posible obtener el título de esa institución, porque
la llegada de mis dos hijas y un hijo interrumpieron mi carrera aca-
démica.
124 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

Al inicio de mi actividad profesional, trabajé en varias institucio-


nes de la administración pública; como docente en bachilleratos y
como maestra de hora clase, interinamente, en la UAA; más tarde
como maestra de medio tiempo y tras varios exámenes de oposición
para ir incrementando mis horas de clase, pude ingresar como maes-
tra numeraria de tiempo completo al Departamento de Sociología y
Antropología.
Cuando terminé mis estudios de maestría, en 1989, se avizoraba
como una excelente oportunidad para alguien joven, como lo era yo
en ese momento, el ingreso al SNI, ya que se requería tener el título
de maestría y menos de 30 años de edad. Sin embargo, la llegada de
mis tres vástagos y la intensa actividad que significaba ser maestra
interina de hora clase dificultó titularme antes de cumplir esa edad y
mi anhelo por ingresar al SNI se desvaneció.
La tesis de maestría la realicé durante el primer año sabático al
que tuve derecho, tras varios años de ser maestra numeraria de tiem-
po completo. Obtuve mi cédula en 2002, a 13 años de distancia de
haber concluido mis estudios, pues mis actividades académicas y mis
ocupaciones familiares como esposa y mamá de niños de primaria y
secundaria, no me permitían dedicar el tiempo necesario a mi inves-
tigación.
Fue 10 años después, al obtener el título de doctorado, cuando
intenté ingresar al SNI. El dictamen que recibí en 2012 fue negativo
y se me indicó que cuando contara con la publicación de libros en
editoriales de reconocido prestigio, podría volver a solicitarlo, lo que
ocurrió en 2019 con un resultado positivo. El ingreso al SNI fue muy
importante para mí, ya que significó la culminación de un esfuerzo
sostenido de muchos años, que en el camino ha dejado gratificacio-
nes y desencantos. Mi ingreso se dio cuando ya estaba en la categoría
más alta en la UAA, próxima a cumplir 30 años de servicio y con 57
de edad. En la madurez, éste es un verdadero estímulo para conti-
nuar el desarrollo profesional.
En 2022 actualicé mi adscripción por cuatro años más, lo que me
ayudó a decidir continuar activa y cumplir 36 años como docente
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 125

al mismo tiempo que los 60 de edad, requisito para jubilarme. A la


fecha sigo asesorando estudiantes de maestría y doctorado e impar-
tiendo clases en licenciatura, con más gusto que en los inicios de mi
carrera porque mi situación laboral es inmejorable y tengo reconoci-
miento entre mis pares y mis estudiantes.
A lo largo de mi carrera he investigado sobre la percepción que
los estudiantes universitarios tienen sobre las mujeres, sobre la repre-
sentación de las mujeres en las canciones de bolero, la deshonestidad
académica en estudiantes universitarios, la cultura de la corrupción
desde la fraseología popular y el análisis sociocultural del sentido y
significado social de la corrupción, todo desde un enfoque sociocul-
tural. Estos trabajos me han dado la oportunidad de participar en
eventos nacionales e internacionales y me han permitido conocer a
investigadoras e investigadores de los que he aprendido mucho. Per-
tenecer al SNI es la “cereza en el pastel”.

Edith

Realicé mis estudios de licenciatura en Arquitectura en la UAA.


Unos años más tarde, orienté mi formación de posgrado hacia la In-
geniería, cuando ingresé a la Maestría en Ingeniería Civil, con enfo-
que en Estructuras, y posteriormente entré al Doctorado en Ciencias
de los Ámbitos Antrópicos, con énfasis en Ingeniería Civil, conclu-
yendo mi formación con apenas 30 años. Los temas de investigación
que trabajo giran en torno a la evaluación de la salud estructural de
edificios históricos a partir de métodos no destructivos, y sobre la
validación de un método no destructivo a partir de ondas mecánicas
para la obtención de las propiedades mecánicas de la mampostería
de edificios históricos.
Para mí, como mujer soltera y sin hijos, continuar con mis es-
tudios de posgrado fue relativamente sencillo, ya que conté con el
apoyo de la Beca Nacional de Conacyt, tanto para mis estudios de
maestría como de doctorado. De hecho, tuve la oportunidad de obte-
ner mi primera beca durante mi último año de universidad, cuando
126 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

el Gobierno del Estado de Aguascalientes me otorgó un apoyo para


realizar estudios de movilidad en la Università Federico II di Napoli,
Italia, durante un año, en el ciclo escolar 2011-2012; fue entonces que
empecé a interesarme por temas de patrimonio edificado.
Posteriormente, durante mis estudios doctorales, realicé una es-
tancia de investigación de un año en la Facultad de Ingeniería de la
Universidad Autónoma de México, con una de Beca Mixta Nacional
por parte de Conacyt, como un apoyo extra a la beca nacional, que
me permitió realizar actividades de experimentación que no podría
haber realizado en mi universidad por falta de presupuesto y equipo.
Estas experiencias académicas han tenido un impacto importante
en mi vida, abriendo fronteras de lenguaje (como aprender nuevos
idiomas), de sitio (la posibilidad de moverme de ciudad), del área de
conocimiento (aprender de áreas como geofísica, estadística, estruc-
turas, ente otras).
Haber entrado al área de Ingeniería Estructural, siendo arquitecta
y mujer, ha sido una de las dificultades que he tenido que superar,
porque, si bien la arquitectura no es ajena a la ingeniería civil, la es-
pecialidad en estructuras sí es un área donde, en su mayoría, trabajan
ingenieros y del sexo masculino. Desde mi ingreso a la maestría en
Ingeniería Estructural tuve que esforzarme por convencer al Consejo
Académico y a los docentes investigadores, que tenía la disciplina
y capacidad para concluir mis estudios, a pesar de haber aprobado
satisfactoriamente el examen de ingreso.
Durante mis estudios de doctorado, al mismo tiempo que reali-
zaba mi investigación, me concentré en realizar artículos científicos.
Gracias a ello, y a otros méritos, a mis 32 años de edad conseguí in-
gresar al SNI como candidata en el año 2022, en la primera ocasión
que participé. Aunque he adquirido experiencia como constructo-
ra en diversos trabajos de obra, y recientemente como directora de
construcción en un prestigiado despacho de arquitectos, cuando me
aceptaron en el SNI, decidí trabajar por mi cuenta y orientar mi ac-
tividad dentro de la UAA a la tutoría de estudiantes de posgrado, así
como a establecer vínculos con investigadores de mi universidad y
Aproximación autoetnográfica sobre los retos de ingreso y permanencia... 127

de otras universidades que tuve la oportunidad de conocer durante


mis estudios doctorales.
Participé en un examen de oposición para la Universidad de San
Luis Potosí, de la cual no pude obtener la plaza y he continuado revi-
sando oportunidades en otros estados. Hace poco uno de mis com-
pañeros del doctorado me informó de una convocatoria en el norte
del país, en la cual decidí no participar por la lejanía.
El reto más grande hasta el momento es poder encontrar una plaza
en la universidad donde trabajo. Actualmente soy profesora interina de
asignatura de una materia y no sé cuándo se abrirá una plaza. Lamen-
tablemente, dentro de la misma área hay otros profesores esperando
una oportunidad similar, con doctorado y más antigüedad, ingenieros
y hombres. Tengo la opción de buscar trabajo en otra universidad fue-
ra de Aguascalientes. Sin embargo, aunque la beca del Conacyt es un
apoyo importante en mi salario, actualmente mi actividad profesional
como constructora es mi mayor ingreso, y algunas veces me pregunto
si es la mejor decisión dejar a mi familia, amigos y el trabajo profesio-
nal por buscar una plaza universitaria fuera del estado.

CONSIDERACIONES FINALES

Los resultados de este ejercicio autoetnográfico sugieren que los


obstáculos y dificultades se manifiestan contradictoriamente a la ma-
nera de un espejo invertido. Si en las décadas finales del siglo XX el
principal obstáculo para la continuidad de la trayectoria académica
giraba en torno de la falta de apoyos institucionales para el financia-
miento de los estudios de posgrado, en el contexto actual del siglo
XXI, más generoso en términos de acceso a becas para la dedicación
exclusiva en maestrías y doctorados, el principal obstáculo apunta a
las precarias condiciones de estabilidad laboral.
Este ejercicio de valoración de la propia experiencia representa
una contribución a los abordajes sobre la situación de las investiga-
doras desde enfoques macrosociales, interesados en los índices de
128 Evangelina Tapia-Tovar y Edith Estefanía Orenday-Tapia

acceso o permanencia institucional; desde esta aproximación micro-


social y cultural, se sugieren rutas de investigación pertinentes para
analizar, con mayor detalle, la profundización o el surgimiento de
nuevas brechas de desigualdad de género, así como las estrategias de
negociación y adaptación a las que recurren las científicas mexicanas.
La reflexión sobre la vivencia propia, a la luz del contexto social y
las estructuras culturales e institucionales, donde los micromachis-
mos y la discriminación de género prevalecen, aunque con tintes dis-
tintos, hace que lo personal se vuelva político cuando se utiliza para
ejemplificar las condiciones de vida de las académicas que pertene-
cemos a una élite que ha irrumpido en los espacios universitarios,
pero que seguimos viviendo brechas laborales y sociales que perma-
necen ocultas para las mayorías.

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6. LA CONCILIACIÓN
DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL DE
LAS MUJERES EN MÉXICO. PANORAMA
TEÓRICO-LEGAL

Alessa Pech Matamoros


alessa.pech@correo.buap.mx

INTRODUCCIÓN

El sistema patriarcal-capitalista se ha valido de la construcción


de género y de la división sexual del trabajo para sobreexplotar a las
mujeres, tanto en la esfera privada como en la laboral. Su incorpo-
ración al empleo no ha significado una corresponsabilidad con los
hombres en el espacio doméstico, ni se ha reconocido la importancia
de las funciones que ellas desempeñan para el sostenimiento de la
vida misma. La economía de los cuidados y los afectos permanece
a cargo de las mujeres, y, a pesar de ser la piedra angular sobre la
que se sostiene el capitalismo, se sigue utilizando para discriminarlas
del empleo remunerado, por lo que es fundamental que se realicen
cambios estructurales que incidan en esta problemática. La concilia-
ción de la vida familiar y laboral es esencial para alcanzar la igualdad
sustantiva y el pleno desarrollo de las mujeres. El presente artículo se
centra en dos preguntas de investigación: ¿cuáles son los argumentos
teóricos para la búsqueda de la conciliación de la vida familiar y la-
boral de las mujeres? y ¿cómo está regulada la conciliación de la vida
familiar y laboral en la legislación mexicana? Para dar respuesta a la
primera interrogante, en el apartado uno se reflexionará sobre los
planteamientos de Silvia Federici, Françoise Héritier, Amelia Valcár-
cel y Nuria Varela, entre otras teóricas feministas. Para responder a
la segunda interrogante, en primer lugar, se hará una revisión de la
132 Alessa Pech Matamoros

legislación internacional en cuanto a los derechos de las mujeres y la


igualdad de oportunidades; y en un segundo momento se estudiará
cómo se encuentra regulada actualmente la conciliación de la vida
familiar y laboral en nuestro país.
El argumento central de este texto es que el trabajo doméstico y de
cuidados es el eje que sostiene tanto la economía de mercado como
la vida misma, sin embargo, ha sido desvalorizado en las sociedades
para lograr los intereses del sistema patriarcal-capitalista: la sujeción
de las mujeres, la acumulación de riqueza y la obtención de poder.
Las mujeres han luchado a lo largo de la historia para ser reconocidas
como seres racionales con derechos plenos; el acceso a la educación y
al empleo se han considerado fundamentales para lograrlo, pero no
han sido suficientes; las mujeres siguen enfrentado mayor discrimi-
nación y desigualdad para acceder al trabajo remunerado y entre los
obstáculos más cimentados está la división sexual del trabajo, que las
coloca como “responsables” de las labores de cuidados y domésticas,
que además de no contar con remuneración económica ni prestigio
social, complican que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en
los ámbitos intelectuales y laborales. Lograr la conciliación de la vida
familiar y laboral, así como una corresponsabilidad en las labores de
crianza y cuidados entre hombres y mujeres, resultan ser los grandes
retos para que las mujeres puedan alcanzar la igualdad sustantiva.
Siguiendo el argumento planteado, la investigación pretende dar
respuesta a dos grandes interrogantes: ¿cuáles son los argumentos
teóricos para la búsqueda de la conciliación de la vida familiar y la-
boral de las mujeres? y ¿cómo está regulada la conciliación de la vida
familiar y laboral en la legislación mexicana?

I. PANORAMA TEÓRICO DE LA CONCILIACIÓN


DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL

Para comprender la situación que enfrentan las mujeres para lo-


grar la tan aclamada conciliación de la vida familiar y laboral es fun-
damental entender el sistema de dominación imperante, que bifurca
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 133

a los seres humanos en dos categorías: dominantes y dominados,


propietarios y desposeídos, hombres y mujeres, que luego darán lu-
gar a un número limitado de derechos y privilegios para unos cuan-
tos. El sistema patriarcal-capitalista se ha edificado en los cuerpos
(y mentes) de las mujeres. Ha sido el trabajo no remunerado lo que
ha permitido que la producción capitalista pueda llevarse a cabo,
pero también la reproducción de la vida misma. La dominación de
las mujeres ha sido esencial para que dentro de la esfera doméstica
realicen el trabajo de cuidados y servicios, así mismo, en el empleo
remunerado, las mujeres enfrentan peores condiciones y mayores
obstáculos. A continuación, revisaremos el funcionamiento del sis-
tema de dominación para entender la problemática.

I.1. El sistema patriarcal-capitalista

Dentro del feminismo, el término “patriarcado” ha sido de vital


importancia para entender las relaciones de poder entre hombres y
mujeres, construidas a partir de las diferencias biológicas. “Hasta que
la teoría feminista lo redefinió, se consideraba al patriarcado como el
gobierno de los patriarcas, de ancianos bondadosos cuya autoridad
provenía de su sabiduría” (Varela, 2020, p. 176). A partir del siglo
XIX, el patriarcado adquiere una connotación crítica, es durante el
siglo XX que el feminismo radical posiciona al patriarcado en el cen-
tro de la discusión para desentrañar la raíz de la desigualdad entre
hombres y mujeres, y desde entonces, diversas teóricas feministas se
han ocupado, tanto de definirlo, como de usarlo para la comprensión
de los fenómenos de estudio.
Por supuesto, para el presente análisis resulta de capital impor-
tancia entender la relación que tiene el patriarcado con la afrenta
que viven las mujeres actualmente para conciliar la vida familiar y
laboral, por lo que discutiremos brevemente su origen, definición y
funcionamiento, para que en un segundo momento podamos com-
prender cómo se articula al sistema capitalista. Ana D. Cagigas habla
de su origen en los pueblos primitivos:
134 Alessa Pech Matamoros

por las condiciones adversas de la naturaleza y las herramientas preca-


rias de las que disponían, era el hombre el que salía a buscar el alimento,
ayudado por su fortaleza física, mientras que la mujer permanecía cui-
dando de los hijos y con una servidumbre casi permanente a su cuerpo a
causa de la menstruación, el embarazo y el parto (Cagigas, 2000, p. 308).

Es lo que Françoise Héritier ha discutido bajo la pregunta: ¿la


diferencia biológica es suficiente para fundar una dominación mas-
culina? A lo que la antropóloga responde que “sí”, en tanto que las
diferencias biológicas han sido el punto de inicio para bifurcar a la
especie humana, lo que ha significado para las mujeres:
una asignación casi exclusiva a la esfera de lo doméstico (en el doble
sentido de que las mujeres están obligadas y los hombres no); una pri-
vación a veces radical de la educación, del pensamiento, de la palabra,
de la libre decisión; una desvalorización de sus actividades y de su pro-
pio ser que incluso puede calificarse como una denigración sistemática;
una condena a no existir jamás como individuos plenos —salvo como
esposas y sobre todo como madres— y en igualdad con los hombres
(Héritier, 2007, pp. 177-178).

La apreciación que hace Héritier nos sirve para poner en la mesa


de discusión que la existencia de las mujeres se ha vinculado con
ser madre, cuidadora, compañera, por lo que ocupar otros espacios
queda relegado e incluso contraviene al interés de que las mujeres
cumplan su “primera y más importante asignación”.
Amelia Valcárcel define el patriarcado como “un tipo de esquema
de poder universal y ancestral en el cual las mujeres han estado y
están, real y simbólicamente, bajo la autoridad masculina” (2012, p.
257). Esta dominación no sólo ocurre en el plano individual o perso-
nal, se traslapa a las sociedades enteras, por lo que las feministas ya
no admiten que las problemáticas que viven las mujeres sean vistas
como de carácter privado-doméstico, “lo personal es político”.
Así pues, el patriarcado se ha valido de la construcción de género
para asignar a las mujeres el espacio privado y a los hombres el es-
pacio púbico, creando una división sexual del trabajo. María Lucero
Jiménez Guzmán (2007) señala:
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 135

lo masculino y lo femenino han estado caracterizados como modali-


dades excluyentes, y han sido construidas en relación con una división
sexual del trabajo fundada en la separación de la vida social en dos es-
feras: la pública, de dominio masculino y centrada en la producción y,
la privada, centrada en la reproducción y asignada a las mujeres (2007,
p. 101).

Pero, como bien señala Nuria Varela: “Una de las características


del patriarcado es su adaptación en el tiempo” (2020, p. 178). Esta
adaptación ha implicado la articulación del patriarcado con el capi-
talismo, conformado un solo sistema de dominación, y, como lo ha
demostrado Silvia Federici, fue la separación de la producción y la
reproducción (ya establecida por el patriarcado) lo que permitió que
el capitalismo pudiera emerger, fortalecerse y sostenerse.
Federici sostiene:
en la sociedad capitalista, el cuerpo es para las mujeres lo que la fábrica
es para los trabajadores asalariados varones: el principal terreno de su
explotación y resistencia, en la misma medida en que el cuerpo femeni-
no ha sido apropiado por el Estado y los hombres, forzado a funcionar
como un medio para la reproducción y la acumulación de trabajo (Cos-
ta y James, 1972; citados en Federici, 2010, p. 16).

El capitalismo emplea formas diferenciadas de explotación para


lograr su principal objetivo que es la acumulación de riqueza y ob-
tención del poder, por lo que, con su articulación al patriarcado
tomó la división sexual del trabajo y reprodujo la explotación de los
obreros varones en las fábricas y de las mujeres en los hogares.
La incorporación de las mujeres al empleo remunerado es otra
forma de explotación en las que las mujeres enfrentan peores con-
diciones y mayor discriminación por cuestiones vinculadas al sexo
o la maternidad, salarios inferiores por el mismo trabajo, empleos
a tiempos parciales, sin prestaciones y de menor jerarquía con nula
incidencia en la toma de decisiones, etc. Por ejemplo:
En 2020, la brecha salarial para la población en pobreza se ubicó en 72 pe-
sos percibidos por las mujeres por cada 100 pesos de los hombres, y para
la población que no se encuentra en pobreza, en $93 por cada $100. In-
136 Alessa Pech Matamoros

distintamente de la situación de pobreza, la brecha aumenta conforme el


nivel educativo de la población ocupada es menor (Coneval, 2021, p. 14).

Además, la incorporación de las mujeres al empleo remunerado


no ha traído consigo la corresponsabilidad de los varones a las labo-
res domésticas y de cuidados.
Las mujeres han conseguido el derecho a la educación y al trabajo
retribuido, pero la mayoría de quienes trabajan fuera de sus casas,
tanto las asalariadas como las que han creado sus propias empresas,
continúan encargándose mayoritariamente del trabajo doméstico y
del cuidado de los hijos. “Es la tremenda doble jornada o triple pre-
sencia. Aún más, aquellas que delegan esas tareas también abruma-
doramente lo hacen sobre otras mujeres: más pobres o de más edad”
(Varela, 2020, p. 178).
Los datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT)
2019, del Inegi, muestran el promedio de horas a la semana del tiem-
po total de trabajo de la población de 12 años y más, por tipo de
trabajo y tasas de participación según sexo:
Producción
Trabajo no Total de
de bienes
Trabajo para remunerado horas
Sexo para el uso
el mercado de los trabajadas a
exclusivo del
hogares la semana
hogar
Mujeres 37.9 horas 39.7 horas 5.6 horas 83.2 horas
Hombres 47.7 horas 15.2 horas 6.6 horas 69.5 horas

Fuente: elaboración propia con base en la ENUT 2019.

Como podemos observar, a nivel nacional, las mujeres trabajan


en promedio 13.7 horas más a la semana que los hombres; y en lo
relativo al trabajo no remunerado dedican 24.5 horas más que los
hombres, esto sin el tiempo de cuidados pasivos.
Otros datos relevantes del ENUT 2019 son con respecto al Pro-
medio de horas a la semana de la población de 12 años y más que
realiza actividad de cuidados:
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 137

Horas a la semana dedicadas a las


Sexo
actividades de cuidados
Mujeres 28.8 horas
Hombres 12.9 horas
Fuente: elaboración propia con base en la ENUT 2019.

La información presentada muestra que, en promedio, las mu-


jeres dedican 15.9 horas más que los hombres a las actividades de
cuidados de personas dependientes (es decir, menores, adultos ma-
yores, personas con alguna enfermedad o discapacidad), incluyendo
los cuidados pasivos.
Por supuesto, la pandemia también tuvo un efecto negativo para
las mujeres:
Cinco meses después de haberse iniciado la pandemia de la COVID-19,
el ritmo del crecimiento en el empleo de las mujeres se estancó, y la di-
visión sexual del trabajo se ha reforzado. De agosto a noviembre de 2020
respecto del mismo periodo del año anterior, el empleo de las mujeres
retrocedió en 2.8 pp., a la par que el trabajo doméstico como ocupa-
ción exclusiva aumentó en 2.1 pp. (+1.9 millones de mujeres). Si bien,
el descenso de la empleabilidad de los hombres fue mayor, en 3.9 pp.,
su ocupación exclusiva en el trabajo de casa aumentó en 1.2 pp. (+0.5
millones de hombres) (Coneval, 2021, p. 1).

Así pues, la economía de los cuidados y los afectos sigue estando


desvaloriza en nuestras sociedades, como dice María Florencia Frei-
jo: “en una sociedad capitalista, en donde lo que tiene valor se repre-
senta en la fuerza del poder económico, que las tareas domésticas no
tengan valor, no sean reconocidas ni cuantificadas, es la victoria del
mundo patriarcal por excelencia” (Freijo, 2020, p. 250). Transitar a
un modelo que deje de desvalorizar el trabajo de cuidados y asuma
una corresponsabilidad de estas labores entre hombre y mujeres es
necesario, por lo que la conciliación de la vida familiar y laboral se
presenta como un desafío ineludible.
138 Alessa Pech Matamoros

I.2. La necesaria conciliación de la vida familiar y laboral

La persistente división sexual del trabajo sigue obstaculizando


que el sector femenino pueda acceder al empleo remunerado de ma-
nera efectiva. Así lo muestran los datos del Coneval a nivel nacional:
“las horas promedio semanales que las mujeres dedicaron a las tareas
de cuidado superaron en 11.5 horas a las dedicadas por los hombres:
en situación de no pobreza, la diferencia se situó en 10.4 horas y; en
situación de pobreza, la diferencia aumenta a 12.6 horas de diferen-
cia” (Coneval, 2020, p. 8).
Pero las tareas de cuidados no son las únicas actividades que re-
caen principalmente sobre las mujeres, también las labores domésti-
cas permanecen visiblemente a su cargo:
Las mujeres, además de dedicar más tiempo al cuidado de las personas
del hogar respecto de los hombres, también destinan más horas en los
quehaceres de la vivienda. De 2016 a 2020, en situación de pobreza, las
mujeres destinaron aproximadamente 14 horas semanales más que los
hombres, y fuera de pobreza, aproximadamente 12 horas adicionales.
La pandemia de la COVID-19, que ha demandado mayor cantidad de
tiempo y tareas para los quehaceres del hogar, se ha expresado en que de
2018 a 2020, el incremento en el número total de horas que las mujeres
destinaron a los quehaceres domésticos fue de 67 millones de horas,
mientras que en los hombres fue de 44 millones, es decir, en 2020, ellas
destinaron 4.2 veces más horas a este trabajo doméstico que ellos (976 y
233 millones de horas, respectivamente) (Coneval, 2020, p. 11).

Así pues, el hecho de que las mujeres asuman la mayor carga en


las responsabilidades de cuidados y de los quehaceres del hogar re-
percute gravemente en su inserción al empleo, la condición de ma-
ternidad reduce la participación laboral de las mujeres: “En el perio-
do de 2016 a 2020, las madres de 21 a 55 años fuera de la situación de
pobreza se insertaron en el mercado de trabajo en alrededor del 60%,
mientras que las mujeres sin hijos(as) en torno al 75%” (Coneval,
2020, p. 8).
Las alternativas que tienen las mujeres para conciliar la vida fa-
miliar y laboral recaen en buscar estrategias paliativas que no so-
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 139

lucionan verdaderamente el problema, como apoyarse de personas


de la tercera edad o adolescentes para el cuidado de otras personas
dependientes, insertarse en el mercado informal, elegir jornadas más
reducidas con salarios bajos e incluso sin prestaciones, etc.
El gran reto que se presenta es conseguir conciliar la vida laboral
y familiar, que permita que tener responsabilidades de cuidados deje
de funcionar como un ancla para frenar el acceso al empleo o sufrir
discriminación laboral, que afecta principalmente a las mujeres en
tanto que continúan siendo asignadas como “responsables” de estas
actividades.
Cuando no se dispone de medidas eficaces para conciliar la vida pro-
fesional y la vida familiar y persisten las funciones estereotipadas tra-
dicionales de los hombres en lo que respecta a las tareas de prestación
de cuidados, las funciones sociales y reproductivas de la mujer siguen
limitando sus oportunidades para participar en el mercado de trabajo
en igualdad de condiciones con los hombres. En los países industriali-
zados, la tasa de empleo de las madres tiende a ser menor que la de las
mujeres sin hijos; y cuanto mayor es el número de hijos, menor es la tasa
de empleo de la mujer (OIT, 2011, p. 7).

En este sentido, vale la pena precisar que, si bien consideramos


importante que tanto hombres como mujeres puedan acceder al em-
pleo remunerado en las mismas condiciones, el trabajo no remune-
rado no debe ser desvalorizado, y por supuesto, tampoco puede ser
suprimido.
Las personas tenemos necesidades objetivas y subjetivas. Humanos y hu-
manas demandamos necesidades materiales pero también afectivas y de
relaciones. En buena parte de las actividades que se realizan en el hogar
resulta imposible separar la relación personal de la actividad, por el com-
ponente afectivo que implica. Por tanto, estas actividades no tienen susti-
tuto de mercado ni sustituto público. No todo se puede reducir a precios
de mercado, especialmente, la vida humana (Varela, 2020, p. 211).

El trabajo doméstico no sólo es esencial para que el trabajo remu-


nerado pueda continuar y llevarse a cabo, sino también para la vida
misma, por lo que no es ni posible, ni deseable, que las actividades
140 Alessa Pech Matamoros

de cuidados se supriman; el problema no es que las mujeres tengan


personas menores, con capacidades diferentes o enfermas a su cargo,
el problema es que se asuma que son ellas las únicas responsables de
cuidarlas y que no se consideren estas condiciones para el acceso a
la esfera pública.
Llevándolo a políticas concretas, la economía feminista insiste en que
el modelo masculino de uso del tiempo y de incorporación al mercado
de trabajo no es generalizable, no responde a las necesidades de la vida
humana. […] De aquí que las políticas que sólo se desarrollan para las
mujeres asuman el modelo masculino tradicional de comportamiento,
al margen de que interese a las mujeres o no imitar dicho modelo, no
son viables. Parece más sensato tener como modelo la experiencia fe-
menina de trabajo. Pero modificando un aspecto esencial: los cuidados,
el bienestar humano, no son ni un problema ni una obligación de las
mujeres sino un problema y una cuestión social. Es el aspecto esencial
es la corresponsabilidad entre hombres y mujeres (Varela, 2020, p. 213).

El llamado a que hombres y mujeres participen de manera corres-


ponsable en las actividades de cuidados es necesario, para abatir la
desigualdad y discriminación que han enfrentado las mujeres histó-
ricamente. Pero las medidas que implemente el Estado para buscar
la conciliación de la vida familiar y laboral no deben estar enfocadas
solo a las mujeres por tres motivos: 1. Si se enfocan a las mujeres
seguirán siendo susceptibles de discriminación para el acceso al em-
pleo, pues se asume que “contratar mujeres genera desventajas”. 2.
Estar dirigidas tanto a hombres como mujeres pueden favorecer ma-
yor conciencia de la corresponsabilidad que tienen en las labores de
cuidados y 3. La participación de hombres y mujeres contribuye al
bienestar de la familia y a la igualdad de género.
Ahora bien, es necesario que se lleven a cabo acciones que per-
mitan transitar de un modelo desigual, en el que los hombres han
ocupado los espacios públicos y relegados los espacios privados a
las mujeres, a un modelo en el que se subsanen esas desventajas. La
sociedad y el gobierno tienen que ser conscientes de que hombres y
mujeres no se han encontrado, ni se encuentran en las mismas con-
diciones para participar de la vida social, educativa y económica, por
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 141

lo que debemos tener claro que el objetivo de las acciones positivas


es:
eliminar barreras y facilitar la participación de las mujeres. La base fi-
losófica es sencilla: tratar de manera desigual lo que es desigual para
conseguir un equilibrio. Consiste en lograr que todo el mundo parta
de la misma línea de salida, luego, cada cual que llegue hasta donde le
permitan sus posibilidades (Varela, 2020, p. 190).

Es en este tenor que realizaremos un acercamiento al marco legal


en el que se ha buscado lograr la conciliación de la vida familiar y
laboral y con ello alcanzar el acceso de hombres y mujeres a su pleno
desarrollo.

II. PANORAMA LEGAL SOBRE LA CONCILIACIÓN


DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL

Para responder a la pregunta de investigación: ¿cómo está re-


gulada la conciliación de la vida familiar y laboral en la legislación
mexicana? Es necesario partir de la legislación internacional, que,
recordemos, tiene mayor jerarquía normativa y sirve de referente
para promover que las leyes de cada país se apeguen a los derechos
humanos. En segundo lugar, revisaremos los principales documen-
tos jurídicos de México para la defensa de la conciliación de la vida
familiar y laboral.
Y dado que, como se ha demostrado, son las mujeres las que si-
guen cargando con las responsabilidades del cuidado y crianza de
la infancia, vejez y personas enfermas, así como con las labores do-
mésticas, que ha ocasionado que vivan mayor discriminación y des-
igualdad para integrarse a la esfera laboral, será preciso iniciar con
las leyes que reconocen la necesidad de lograr la igualdad entre hom-
bres y mujeres, romper con las barreras que obstaculizan el pleno
desarrollo de ambos y propiciar mecanismos que, por un lado sean
conscientes de que hombres y mujeres no parten del mismo sitio, ni
enfrentan los mismos obstáculos para llegar a la meta.
142 Alessa Pech Matamoros

II.1. Panorama legal internacional sobre la conciliación de la


vida familiar y laboral

Por su puesto, la Declaración Universal de Derechos Humanos


(DUDH) de 1948 es el punto de partida para cualquier análisis le-
gal que discuta la justicia social y la búsqueda de que tanto mujeres
como hombres gocen de los mismos derechos y oportunidades para
su pleno desarrollo. En el artículo 1º se establece: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmen-
te los unos con los otros” (ONU, 1948).
De similar importancia resultan los siguientes tres artículos: el 7º
establece la igualdad ante la ley y el derecho a ser protegidos por la
misma, así como a amparo contra la discriminación; el 16 considera
el derecho a la familia y al matrimonio, así como a la disolución de
este. Y a la letra señala: “La familia es el elemento natural y funda-
mental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad
y del Estado” (ONU, 1948). El artículo 23 precisa el derecho al tra-
bajo, en el que además reconoce el derecho a igual salario por igual
trabajo, así como el derecho a una remuneración que asegure una
existencia de toda la familia conforme a los derechos humanos. Y el
derecho a los sindicatos.
De especial importancia resulta el acercamiento a la Declaración
sobre la igualdad de oportunidades y de trato para las trabajadoras
de 1975, que tiene como objetivo atender las condiciones que obsta-
culizan la incorporación de las mujeres al empleo remunerado. En el
artículo 1º establece:
1. Las trabajadoras gozarán de las mismas oportunidades y del mismo
trato que los trabajadores. Es inaceptable y se tiene que eliminar toda
forma de discriminación contra las mujeres que niegue o limite esta
igualdad.
2. No se considerará como discriminatorio un trato especial positivo
durante un periodo de transición a fin de lograr una igualdad efectiva
entre los sexos.
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 143

En este mismo sentido, el artículo 3º precisa la necesidad de adop-


tar las medidas necesarias para garantizar el derecho al trabajo a las
mujeres, incluyendo la revisión tanto de leyes y convenios como de
prácticas y costumbres. Y en conexión con esto el artículo 10 señala:
A fin de garantizar en la práctica la igualdad de oportunidades y de tra-
to entre los hombres y las mujeres en la vida de trabajo, se adoptarán
todas las medidas posibles para reforzar la infraestructura social y para
facilitar los servicios y equipos necesarios en la comunidad, especial-
mente servicios e instalaciones de asistencia y educación infantil; dichos
servicios e instalaciones deberán satisfacer las necesidades de los niños
de toda edad y las de sus padres, y serán subvencionados, dirigidos o
controlados por las autoridades públicas competentes.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discri-


minación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), promulga-
da en 1979, en su artículo 11 designa el derecho al trabajo como un “de-
recho inalienable de todo ser humano”, y precisa la obligación que tienen
los Estados de adoptar medidas para erradicar la discriminación laboral
contra las mujeres por razones de matrimonio y maternidad, entre las
que se consideran: sancionar el despido por embarazo, maternidad o es-
tado civil; implantar licencia de maternidad con sueldo y prestaciones;
protección a la mujer durante el embarazo. Y puntualiza:
c) alentar el suministro de los servicios sociales de apoyo necesarios
para permitir que los padres combinen las obligaciones para con la fa-
milia con las responsabilidades del trabajo y la participación en la vida
pública, especialmente mediante el fomento de la creación y desarrollo
de una red de servicios destinados al cuidado de los niños (ONU, 1979).

Existe un convenio de la Organización Internacional del Trabajo


que pone especial atención a la necesidad de conciliar la vida familiar
y laboral, el Convenio 165 sobre los trabajadores con responsabilida-
des familiares de 1981 en su artículo 1º reconoce el trabajo de cuida-
dos y la necesidad de dar sostén a hijas e hijos, así como a miembros
de la familia directa de las y los trabajadores que sean dependientes,
por lo que cada Estado miembro debe asegurar el equilibrio entre las
esferas familiar y laboral. En el artículo 3º acota:
144 Alessa Pech Matamoros

Con miras a crear la igualdad efectiva de oportunidades y de trato en-


tre trabajadores y trabajadoras, cada Miembro deberá incluir entre los
objetivos de su política nacional el de permitir que las personas con
responsabilidades familiares que desempeñen o deseen desempeñar un
empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser objeto de discriminación
y, en la medida de lo posible, sin conflicto entre sus responsabilidades
familiares y profesionales (Convenio 165).

La Declaración y plataforma de acción de Beijing de 1995, pone


énfasis en que las mujeres siguen enfrentado mayores obstáculos
para acceder al mercado laboral, tales como discriminación, con-
diciones de trabajo inflexibles, distribución inadecuada de las ta-
reas familiares, falta o insuficiencia de servicios de guardería, entre
otros. Por lo que entre los objetivos que plantea, resultan de mayor
relevancia el F1 y F6, que consisten en: “Promover la independen-
cia y los derechos económicos de la mujer, incluidos el acceso al
empleo, a condiciones de trabajo apropiadas y al control de los re-
cursos económicos” y “Fomentar la armonización de las responsa-
bilidades de las mujeres y los hombres en lo que respecta al trabajo
y la familia”.
Señala la importancia de que las leyes y políticas públicas ase-
guren el acceso de oportunidades a licencias y prestaciones de ma-
ternidad y paternidad, se modifique la división del trabajo con base
al género y se promueva la distribución compartida entre hombres
y mujeres del trabajo doméstico y de cuidados. Además, considera
la necesidad de que los órganos gubernamentales y las asociaciones
de empleadores implementen medidas adecuadas para tanto mujeres
como hombres puedan “hacer arreglos para modificar el horario de
trabajo sin sacrificar sus perspectivas de perfeccionamiento profesio-
nal y de carrera”.
Asimismo, considera prioritario que se comprometan a:
Elaborar y suministrar programas educacionales mediante campañas
innovadoras en los medios de información y programas de enseñanza
a nivel escolar y comunitario a fin de promover la igualdad de género y
la exclusión de los estereotipos basados en el género de los papeles que
desempeñan las mujeres y los hombres dentro de la familia; proporcio-
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 145

nar servicios e instalaciones de apoyo, como guarderías en el lugar de


trabajo y horarios de trabajo flexibles.

Finalmente, en el ámbito internacional mencionaremos la


Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asam-
blea General de las Naciones Unidas en el 2015, que entre sus 17
objetivos planteados, el objetivo 5 contempla: Lograr la igualdad de
género y empoderar a todas las mujeres y las niñas, y que de mane-
ra particular nos interesan lo señalado en el punto 5.4: “Reconocer
y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados me-
diante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección
social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y
la familia, según proceda en cada país”. Y 5.5: “Asegurar la partici-
pación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunida-
des de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política,
económica y pública”.
Como podemos observar, la normativa internacional contiene
toda una serie de preceptos que evidencian la necesidad de lograr la
igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, y que la corresponsa-
bilidad y la conciliación de la vida familiar y laboral son piezas clave.
A continuación, revisaremos cómo ha integrado estos objetivos la
legislación mexicana.

II.2. Panorama legal mexicano sobre la conciliación de la vida


familiar y laboral

Es imprescindible partir de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos (promulgada en 1917, última reforma 2021), en
el que retomaremos tres artículos que resultan sustanciales para el
análisis.
El artículo 1º establece el reconocimiento a los derechos humanos
consagrados en el documento, así como el deber del Estado de velar
por su cumplimiento, además de prohibir explícitamente la discrimi-
nación por razones de género, etnia, edad, etc. (CPEUM).
146 Alessa Pech Matamoros

El artículo 4º contempla: “La mujer y el hombre son iguales ante


la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia”
(CPEUM), contemplando en este sentido la protección a la niñez y a
la satisfacción de sus necesidades básicas.
El artículo 123 considera que: “Toda persona tiene derecho al tra-
bajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación
de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley”
(CPEUM).
Como podemos observar, los tres artículos en comento están en
concordancia con la DUDH y sirven de fundamento legal para exigir
la igualdad entre hombres y mujeres, la no discriminación, así como
el derecho a la familia y al trabajo.
En este sentido, la Ley Federal del Trabajo (promulgada en 1970,
última reforma 2022), parte del reconocimiento del artículo 123
constitucional para regular las relaciones de trabajo en toda la repú-
blica mexicana. En el artículo 2º designa que: “Las normas del traba-
jo tienden a conseguir el equilibrio entre los factores de la produc-
ción y la justicia social, así como propiciar el trabajo digno o decente
en todas las relaciones laborales” (LFT). Y acota que el trabajo digno
o decente es aquel en el que se respeta plenamente la dignidad hu-
mana, así como los derechos colectivos de los trabajadores, no existe
discriminación, se tiene acceso a seguridad social, salario, se otorga
capacitación continua y se brinda seguridad e higiene para prevenir
riesgos de trabajo.
Además de que se tutela la igualdad sustantiva de trabajadores y
trabajadoras. Y establece que: “La igualdad sustantiva es la que se lo-
gra eliminando la discriminación contra las mujeres que menoscaba
o anula el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos humanos
y las libertades fundamentales en el ámbito laboral. Supone el acceso
a las mismas oportunidades, considerando las diferencias biológicas,
sociales y culturales de mujeres y hombres” (LFT).
En el artículo 164, reformado en el 2019, considera: “Las mujeres
disfrutan de los mismos derechos y tienen las mismas obligaciones
que los hombres, garantía que se establece en lo general y específica-
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 147

mente en función de la protección de las trabajadoras y trabajadores


con responsabilidades familiares, asegurando la igualdad de trato y
oportunidades” (LFT).
Resulta relevante señalar que el título quinto de la misma Ley Fe-
deral del Trabajo está dedicado al trabajo de las mujeres y en él esta-
blece explícitamente el propósito de proteger la maternidad, garanti-
zar el bienestar y salud de la mujer y el producto durante la gestación
y lactancia, sin perjuicio del salario, prestaciones y derechos para la
madre trabajadora.
De vital importancia resulta la reforma de 2021 en la que se adi-
ciona el capítulo XII bis, titulado Teletrabajo, en el que en el artículo
330-H afirma:
El patrón debe promover el equilibrio de la relación laboral de las per-
sonas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo, a fin de que gocen de
un trabajo digno o decente y de igualdad de trato en cuanto a remunera-
ción, capacitación, formación, seguridad social, acceso a mejores opor-
tunidades laborales y demás condiciones que ampara el artículo 2o. de
la presente Ley a los trabajadores presenciales que prestan sus servicios
en la sede de la empresa. Asimismo, deberá observar una perspectiva
de género que permita conciliar la vida personal y la disponibilidad de
las personas trabajadoras bajo la modalidad de teletrabajo en la jornada
laboral (LFT).

El servicio de guarderías resulta de suma importancia para favo-


recer la conciliación de la vida familiar y laboral, en este sentido, la
Ley del Seguro Social (promulgada en 1995, última reforma 2022),
regula el derecho a las guarderías, que cubre el cuidado de las hijas e
hijos durante la jornada de trabajo. Sin embargo, cabe acotar que este
servicio solo contempla la primera infancia, como lo considera el
artículo 206, es decir desde cuarenta y tres días de nacimiento hasta
los cuatro años.
Por último, consideraremos la Norma Mexicana NMX-R-025-SC-
FI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación, que es un meca-
nismo de adopción voluntaria para examinar a los centros laborales,
tanto públicos como privados y sociales, que llevan a cabo prácticas
148 Alessa Pech Matamoros

acorde con el objetivo de esta, a favor del desarrollo integral de las


y los trabajadores. Sus ejes primordiales son: integrar la perspectiva
de género y no discriminación, lograr la inclusión laboral, garantizar
la igualdad salarial, prevenir y atender la violencia laboral y realizar
acciones de corresponsabilidad entre la vida laboral, familiar y per-
sonal de las y los trabajadores.
En este sentido establece:
Durante las últimas décadas, la participación de mujeres en el trabajo
remunerado sigue siendo muy por debajo de la participación de hom-
bres debido a muchos factores como la discriminación en las prácticas
de contratación, remuneración, movilidad y ascenso; las condiciones de
trabajo inflexibles; la insuficiencia de servicios tales como los de guar-
dería, así como la distribución inadecuada de las tareas familiares en el
hogar, entre otros (Tmx).

De suma importancia resulta el apartado 4.17 sobre la Correspon-


sabilidad en la vida laboral, familiar y personal, en el que se precisa:
Se refiere a la implementación de esquemas y mecanismos que permitan
a las y los trabajadores, y a las y los empleadores, negociar horarios y
espacios laborales y familiares, así como definir programas flexibles de
trabajo para armonizar la vida personal, familiar y laboral, de tal forma
que se incrementen las probabilidades de compatibilidad entre las exi-
gencias de estos espacios (Tmx).

Como vemos, la legislación mexicana se ha apegado a los están-


dares internacionales, y las últimas reformas en el marco de la pan-
demia, han considerado el teletrabajo como una estrategia para lo-
grar la conciliación de la vida familiar y laboral.

COMENTARIOS FINALES

La presente investigación se propuso reflexionar sobre los argu-


mentos teóricos para la búsqueda de la conciliación de la vida fami-
liar y laboral de las mujeres, así como conocer su regulación legal en
México.
La conciliación de la vida familiar y laboral de las mujeres en México... 149

En la primera parte se discutió el sistema patriarcal-capitalista,


que permitió mostrar que el capitalismo se articuló a la dominación
patriarcal, para poder surgir y desarrollarse. El trabajo doméstico y
de cuidados realizado por las mujeres es la base que sostiene y per-
mite la realización del trabajo asalariado, pero además el capitalismo
crea otras formas de dominación, diferenciadas e incluso más sofisti-
cadas, que, como ya dijimos, tiene el objetivo de acumular riqueza y
poder en manos de la clase dominante.
Dentro de estas formas diferenciadas de dominación encontra-
mos la sobreexplotación de las mujeres que se incorporan al trabajo
remunerado y que llevan a cuestas el trabajo doméstico y de cuida-
dos, por lo que son doblemente explotadas y no tienen acceso a las
mismas oportunidades para desarrollarse laboral y profesionalmen-
te.
En la segunda parte retomamos los preceptos legales internacio-
nales y nacionales que afirman la búsqueda y protección de la igual-
dad entre hombres y mujeres, la igualdad sustantiva y la conciliación
de la vida familiar y laboral.
Sin embargo, es necesario preguntarse ¿por qué si el sistema pa-
triarcal-capitalista crea estas formas de dominación y explotación
también crea formas legales para mejorar las condiciones laborales?
Lo que nos hace repensar en la afirmación de Marx y Engels: “El
poder estatal moderno es solamente una comisión administradora
de los negocios comunes de toda la clase burguesa” (Marx y Engels,
1998, p. 41). A pesar de todo el aparato jurídico, las posibilidades
reales que tienen las mujeres y hombres a acceder a mejores condi-
ciones de trabajo son muy bajas, el sistema funciona en concordancia
con los intereses dominantes y todo lo demás queda fuera.
Por lo que lo único que me queda por comentar es que no debe-
mos perder de vista que se necesita “voluntad política”, para que tan-
to los gobiernos, empresas, instituciones, como sociedad consideren
la necesidad de llevar a la práctica los preceptos establecidos legal-
mente. Sin ello, solo quedará en uno y mil papeles. La independen-
cia económica no ha sido, ni será suficiente para la liberación de las
150 Alessa Pech Matamoros

mujeres. En este sentido, considero que deben ser las universidades


e instituciones educativas las primeras que deben generar en su co-
munidad la conciencia de nuevos modelos de convivencia, en los que
hombres y mujeres compartan derechos y responsabilidades. Al final
de cuentas son las universidades las que forman a las generaciones
que luego liderearan el mundo.

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7. UNA ARQUITECTA INVISIBLE:
ANNE TYNG Y SU MUNDO GEOMÉTRICO

María Guadalupe Estrada Meza


Universidad de las Américas, Puebla

INTRODUCCIÓN

La habilidad para generar patrones geométricos y la manipulación de


la simetría bilateral hizo que el trabajo de la arquitecta Anne Tyng fuera
innovador. Sin embargo, el reconocimiento a su coautoría en diversos
proyectos fue logrado hasta la edad de 75 años. Fue una de las primeras
mujeres en titularse de la Graduate School of Desing de Harvard. Más
tarde, con el estudio de ingeniería estructural, su potencial creativo toma
conciencia de la forma, llevándola a obtener una mención tardía, por la
importancia de su trabajo en la arquitectura del siglo XX.
El 13 de octubre 2011, Anne Griswold Tyng (1920-2011) fue in-
vitada para la celebración del 75 aniversario de la Graduate School
of Design de la Universidad de Harvard (Juárez-Chicote y Moreno,
2017). Como mérito por ser una de las primeras mujeres graduadas
de esta institución y como reconocimiento a su aportación en la ar-
quitectura del siglo XX.
Aquella celebración llevó por título “Beaux Arts Complexity to
Bauhaus Simplicity c. 1940s: Where is Architecture Going Today?”;
en palabras del propio Mohsen Mostafavi, la historia de esta mujer y
su papel en la arquitectura del siglo XX es todavía demasiado recien-
te para haberse reconocido adecuadamente su legado (Juárez-Chico-
te y Moreno, 2017).
Ciertamente, Anne Tyng aún es para muchos un personaje des-
conocido en el mundo de la arquitectura. Es por ello que el objeti-
vo de este trabajo es darle un lugar en la historia de la arquitectura,
154 María Guadalupe Estrada Meza

difundiendo su trayectoria escasamente abordada y estudiando sus


aportaciones geométricas, las cuales resultan ser formas actuales en
la nueva arquitectura digital.

FORMACIÓN Y OBRA

Figura 1. Anne Tyng


Fuente: Weiss (2011, p. 98).

Anne Griswold Tyng (figura 1) nace en 1920 en Lushan, China.


Hija de un matrimonio de misioneros episcopalianos de Massachu-
setts. Realiza estudios en el Radcliffe College y Cambridge School
of Architecture and Landscape. Más tarde se gradúa de la School of
Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 155

Design de la Universidad de Harvard en 1944 y al terminar se integra


en la firma de Louis I. Kahn y Oscar Stonorov (1945), la única mujer
en una oficina de seis (Schaffner, 2011). Tras la separación de estos
dos arquitectos, Tyng se une al estudio que Louis I. Kahn en 1947,
hasta 1964.
En 1944, inicia un máster en arquitectura por la Universidad de
Harvard, mientras continuaba colaborando en el despacho de Kahn.
En 1965 obtiene la beca de la Graham Foundation con el proyecto:
“Anatomy of Form: The Divine Proportion in the Platonic Solids”,
logrando ser la primera mujer en obtenerla. Su tesis doctoral estuvo
dirigida por Buckminster Fuller: “Simultaneous Randomness and
Order: The Fibonacci-Divine Proportion as a Universal Formal Prin-
ciple” (1975) (Juárez-Chicote y Moreno, 2017).
En la figura 2 puede verse de manera gráfica la vida y obra más
representativa de Anne Tyng.
156
156 MaríaGuadalupe
María GuadalupeEstrada
EstradaMeza
Meza

Figura2.2.Línea
Figura Líneadel
deltiempo
tiempodedelalavida
vidayyobra
obrade
deAnne
AnneTyng
Tyng
Fuente: elaboración propia a partir de Schaffner (2011).
Fuente: elaboración propia a partir de Schaffner (2011).

Annetambién
Anne tambiéncontó
contócon
conlalaexposición
exposiciónde
deinstalaciones
instalacionesdonde
dondeex-
ex-
presólalacomposición
presó composicióngeométrica
geométricacomo:
como:LaLadivina
divinaproporción
proporciónen
enlos
los
sólidos en la Universidad de Pensilvania (1967), Jerarquía urbana
sólidos en la Universidad de Pensilvania (1967), Jerarquía urbana en en
metamorfología,en
metamorfología, enAIA
AIAdedeFiladelfia
Filadelfia(1974) AnneTyng:
(1974)yyAnne Tyng:geometría
geometría
habitable, en la Universidad de Pensilvania (Schaffner, 2011).
habitable, en la Universidad de Pensilvania (Schaffner, 2011).
Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 157

La descripción teórica de su lenguaje arquitectónico fue descrita


en diversas publicaciones como: Sistemas de espacio urbano como for-
ma de vida (1968), Extensiones geométricas de la conciencia (1969),
Ver el orden: sistemas y símbolos en hipergráficos (1978), Resonancia
entre el ojo y el arquetipo (1983) (Schaffner, 2011). Pero sin duda las
publicaciones más descriptivas de su quehacer arquitectónico, como
respuesta a sus experiencias de vida y su relación con Louis Kahn,
fueron: De musa a heroína: hacia lo visible. Identidad creativa en ar-
quitectura (Tyng, 1989) y el libro de Louis Kahn a Anne Tyng: las
cartas de Roma, 1953-1954 (Tyng, 1997).

LA MUJER EN TIEMPOS DE ANNE TYNG

Desde su infancia en la provincia de Kuling, China, observó las


desigualdades en las que vivía la mujer. Sentimiento que deja plas-
mado en su libro Louis Kahn a Anne Tyng: las cartas de Roma:
As a young child I was horrified to hear that girl babies were drowned by
poor families since only sons could worship their ancestors. Although I was
assured by my parents that “we don´t do that”, there were many uneasy
reminders that boys were indeed more valued than girls (Tyng, 1997).
Cuando era niña, me horrorizaba escuchar que las familias pobres aho-
gaban a las niñas, ya que solo los hijos varones podían adorar a sus ante-
pasados. Aunque mis padres me aseguraron que “nosotros, no hacemos
eso”, hubo muchos recordatorios incómodos de que los niños eran más
valorados que las niñas.

En 1942, Harvard abre por primera vez sus puertas a mujeres


para que puedan estudiar arquitectura, con profesores formados en
la Bauhaus.
Esta escuela pretendía la “construcción del hombre moderno”, ex-
cluyendo a la mujer como estudiante. Años más tarde, Walter Gro-
pius y Marcel Breuer trabajan en Harvard con un modelo académico
diferente, en el cual existe un equilibrio entre hombres y mujeres (De
Buen-Velicias, 2018).
158 María Guadalupe Estrada Meza

A pesar de las desigualdades aún percibidas en la sociedad, Tyng


se abrió paso terminando sus estudios universitarios, convirtiéndose
en la primer mujer en recibir la licencia de arquitectura en la ciudad
de Pensilvania y recibiendo dos becas por la Fundación Graham para
continuar con sus estudios de posgrado. Sin embargo, sus grandes
aportaciones en los proyectos realizados con L. Kahn, no fueron re-
conocidos. Situación que la lleva a escribir en su ensayo From Muse
to Heroine: Toward a Visible Creative Identity, lo siguiente:
Los pasos de la musa a la heroína son atravesados por muy pocas. La
mayoría de las mujeres capacitadas como arquitectas se casan con ar-
quitectos. […] La arquitecta en colaboración con su marido podrá, sin
embargo, ser apenas visible al lado del héroe, señalando, además: el ma-
yor obstáculo para una mujer en la arquitectura, hoy es el desarrollo
psicológico necesario para liberar a su potencial creativo (Tyng, 1989).

Palabras que quizá, expresan su disgusto por ser catalogada como


la musa que inspiraba al trabajo de Kahn y no como la autora del
mismo. Situación que fue subsanada hasta la edad de 75 años, donde
se reconoce su aportación a la arquitectura del siglo XX, en la Uni-
versidad de Harvard.
Continuando con su liberación de potencial creativo del nombre
de Louis Kahn, en este mismo ensayo menciona:
El mayor obstáculo para una mujer en la arquitectura el día de hoy, es
el desarrollo psicológico necesario para liberar su potencial creativo.
Poseer las propias ideas sin culpa, apología o modestia fuera de lugar,
implica comprender el proceso creativo y lo denominado “masculino” y
principios “femeninos” tal como funcionan en la creatividad y las rela-
ciones hombre-mujer (Tyng, 1989).

SÓLIDOS PLATÓNICOS

Antes de continuar con el análisis de la obra arquitectónica de


Anne Tyng, conviene detenernos a mencionar qué son los sólidos
platónicos, la importancia en la arquitectura y en la obra de Tyng.
Una arquitecta
Una arquitecta invisible:
invisible: Anne
Anne Tyng
Tyng yy su
su mundo geométrico
mundo geométrico 159
159

Los sólidos
Los sólidos platónicos
platónicos son
son aquellos
aquellos cuyas
cuyas caras
caras son
son polígonos
polígonos re-
re-
gulares iguales.
gulares iguales. Se
Se tiene
tiene conocimiento
conocimiento de de cinco
cinco (figura
(figura 3):
3): tetraedro
tetraedro
(a), hexaedro
(a), hexaedro oo cubo
cubo (b),
(b), octaedro
octaedro (c),
(c), dodecaedro
dodecaedro (d)
(d) ee icosaedro
icosaedro
(e).
(e).
Figura 3.
Figura 3. Sólidos
Sólidos platónicos
platónicos yy sus
sus diversas
diversas modificaciones
modificaciones

Fuente: elaboración propia.

El misterio que concentran los sólidos platónicos es mucho, se


les ha relacionado como figuras sagradas, al verse desarrollados en
el cubo de Metatrón (figura 2, f-j). Donde pueden encontrarse cual-
quier forma encontrada en la naturaleza y cualquier manifestación
de vida. La arquitectura no ha estado exenta del uso de los sólidos
platónicos, podemos encontrar innumerables ejemplos en la cul-
tura egipcia, romana, griega y en la arquitectura religiosa, donde el
simbolismo y la proporción, forman parte importante del proyecto.
Recientemente, con el uso de estructuras ligeras, se han atribuido
a varias geometrías la posibilidad de generar grandes claros, y la
posibilidad de la creación de curvas tipo NURBS, ayudadas con la
modelación digital que antes sería imposible de concebir. El proceso
infinito de transformación y crecimiento geométrico que puede ob-
tenerse de
tenerse de los
los sólidos
sólidos platónicos
platónicos inmersos
inmersos en
en el
el cubo
cubo de
de Metatrón,
Metatrón,
160 María Guadalupe Estrada Meza

fue lo que cautivó y atrapó la imaginación creativa de Anne Tyng.


El estudio, uso y aplicación de estas geometrías tan complejas puede
entenderse como la comunicación con la naturaleza, meditación con
ella y la obtención del patrón universal de todas las cosas que existen
en el universo, donde la armonía y la proporción están garantizadas.
Aportaciones de Anne Tyng a la arquitectura del siglo XX
Las aportaciones de Anne Tyng a la arquitectura del siglo XX con-
sisten en el desarrollo de extensiones geométricas y su simetría ar-
mónica como principio de la forma, abordada con tintes filosóficos y
artísticos para crear una arquitectura compleja basada en los sólidos
platónicos. La evolución de las formas planteadas por Tyng, se desa-
rrolló junto con su determinación personal y creativa a lo largo de los
años. Su madurez profesional fue ayudada por la guía de sus grandes
maestros como Walter Gropius y Marcel Breuer y sus colaboradores,
como Konrad Wachsmann, Buckminster Fuller y Louis I. Kahn, pero
sobre todo por esa inquietud de identidad y por la búsqueda de la
forma. A pesar de las influencias de estos personajes, su estilo es pro-
pio y viene acompañado con una investigación teórico-proyectual.
Esto hace que el estudio de sus obras no se limite al análisis formal,
sino al dialogo crítico que consolida las bases de la forma.
Enseguida se abordarán algunas de sus obras más importantes,
cuya disposición obedece a un orden cronológico de concepción,
que nos permitirá observar el desarrollo de su identidad formal.

TYNG TOY (1950)

El Tyng Toy es el proyecto más peculiar que tiene Anne Tyng en


su trayectoria. Se trata de un juguete que construye, patenta y exhibe
en el Walker Art Center de Minneapolis. Este ingenioso juguete es
un set de cinco piezas diferentes de madera que pueden repetirse,
de modo que, se pueden conseguir distintas formas atractivas para
un infante. La figura 4, muestra algunos ejemplos como: un pupitre,
una banca, una silla, una mesa y hasta una mecedora con forma de
caballo, por mencionar algunos.
Una arquitecta
Una arquitecta invisible:
invisible: Anne
Anne Tyng
Tyng yy su
su mundo geométrico
mundo geométrico 161
161

Figura 4.
Figura 4. Ejemplos
Ejemplos de
de ensamblaje
ensamblaje del
del Tyng
Tyng Toy
Toy
con sus respectivas piezas
con sus respectivas piezas

Fuente: elaboración
Fuente: elaboración propia.
propia.
162 María Guadalupe Estrada Meza

El juguete fue publicado en agosto de 1950, en la revista Popular


Mechanics “entre imágenes de puentes colgantes, prototipos aéreos,
piezas para el oleoducto […], compresores para la industria naval y
ferroviaria, vehículos aerodinámicos, viviendas transportables y sis-
temas de prefabricación” (Juárez-Chicote y Moreno, 2017).
Este singular proyecto deja en evidencia la imaginación elocuente
y organización constructiva de Anne Tyng. La multiformidad alcan-
zada con cinco piezas, involuntariamente nos conduce al cubo de
Metatrón, la matriz de todas las formas. Otra posible analogía puede
encontrarse en el número cinco, que coincide con el número de só-
lidos platónicos.
Las instrucciones de montaje indican que se pueden obtener die-
ciséis variantes de ensamblaje (Juárez-Chicote y Moreno, 2017). Esto
puede ser atractivo para el niño, ya que invita a la búsqueda de más
formas y esta búsqueda puede convertirse en el juego mismo.
Otro punto importante que hay que comentar del Tyng Toy es que
refleja el entorno y las necesidades de un periodo de posguerra. La
Segunda Guerra Mundial propició los sistemas de prefabricación y
producción en masa. El Tyng Toy satisfacía esas exigencias ya que se
podían conseguir una gran cantidad de juguetes con un mismo cos-
to, sus requerimientos de almacenaje eran mínimos y su sistema de
prefabricación lo hizo económico, por lo tanto, accesible al público.

GALERÍA DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD DE YALE


(1951-1953)

Para entender el diseño geométrico de la cubierta de la Galería de


Arte de Yale es pertinente analizar dos acontecimientos. Anne Tyng,
acababa de convertirse en la primera mujer en recibir la licencia de
arquitectura en el estado de Pensilvania (ver figura 1), cuando el des-
pacho de Kahn y Tyng recibieron este proyecto. Otro acontecimien-
to importante que conviene mencionar es el encuentro que había
tenido con el arquitecto Richard Buckminster Fuller, a quien Tyng
Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 163

admiraba y más tarde dirigiría su tesis doctoral. Fuller, junto con Ro-
bert Le Ricolais, ya habían experimentado con geometrías basadas
con tetraedros y octaedros, pero en una sola capa. Se le atribuye a
Fuller la invención de la cúpula geodésica de los años 40, que com-
bina elementos poligonales que generan una cubierta semiesférica
con caras triangulares (De Buen-Velicias, 2018; Buckminster-Fuller,
1982). Estos trabajos inspiran a la joven Anne Tyng, en los futuros
trabajos, pero siempre conservando una identidad propia. Muestra
de ello, Fuller reconoce su trabajo en una carta de recomendación
dirigida a la Fundación Graham donde la nombró como “la estratega
geométrica de Kahn” (De Buen-Velicias, 2018).
El proyecto de la Galería de Arte de Yale como varios proyectos
futuros serán atribuidos sólo a la autoría de Louis Kahn. Es gracias
a las cartas que mantuvo Kahn con Tyng cuando se trasladó a Roma
en 1953 donde queda asentada la autoría de Anne, así como el mérito
del éxito del proyecto (De Buen-Velicias, 2018).
The building was a wonderful success. […]. But my enjoyment is faint
without your sharing it Anne you had so much to do with its success
everything in fact” (Tyng, 1997).
El edificio fue un éxito maravilloso. […] Pero mi disfrute es débil sin
que lo compartas, Anne tuviste mucho que ver con su éxito, todo de
hecho.

Uno de los elementos más representativos de la Galería de Arte


de Yale es, sin duda, la cubierta (figura 5). Se diseñó una losa de
concreto con perforaciones tetraédricas, aparte de tener un techo de
forma triangular. Estas geometrías, indudablemente, corresponden
a la autoría de Tyng, quien gustaba de celosías de octetos (Marcus y
Whitaker, 2013). El tetraedro será el sólido platónico que utilizará en
varios de sus proyectos futuros.
164 María Guadalupe Estrada Meza

Figura 5. Interior de la Galería de Arte, Universidad de Yale

Fuente (izq.): elaboración propia. Fuente (dcha.): artgallery.yale.edu

Otra aportación constructiva es que el cerramiento de los muros de


ladrillo, contiene una cavidad para futuras instalaciones, concepto origi-
nado en las galerías de Yale por Anne Tyng (D. de Buen Velicias, 2018).

CASA WALWORTH TYNG (1950-1953)

Este proyecto consistió en una pequeña vivienda construida para


sus padres en Maryland fue ya concebida como una estructura habi-
table y descrita como un “marco espacial total, vaciado para habitar
su interior como una colmena de abejas” (Martín-Domínguez y Ro-
dríguez-Martín, 2018).

Figura 6. Estructura de la casa Walworth Tyng


Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 165

Fuente (izq): elaboración propia. Fuente (dcha.): Tyng (1969, p. 158).


Fuente (abajo): Tyng (1969, p. 158).

En la estructura de la casa Walworth (figura 6) hace uso nueva-


mente de los tetraedros, esta vez ahuecados con respecto a la Galería
de Arte de Yale (figura 5). Con este proyecto Anne Tyng demuestra
que su habilidad estructural basada en patrones geométricos, puede
también ser utilizada en escalas pequeñas. La continua exploración
de estos patrones logró que Tyng creara estructuras habitables y ex-
puestas, logrando el protagónico del proyecto.

CITY TOWER DE FILADELFIA (1952-1957)

El proyecto más emblemático del despacho Kahn-Tyng fue la City


Tower (figuras 7 y 8). Basta analizar en proyectos previos la creativi-
dad geométrica de Anne, así como sus soluciones estructurales poco
vistas en proyectos arquitectónicos de la época, para darnos cuenta
que la City Tower posee toda la huella distintiva de Tyng.
166 María Guadalupe Estrada Meza

Figura 7. Planta estructural típica del City Tower

Fuente: Wesley (2021, p. 457).

Figura 8. Maqueta de la City Tower

Fuente: Wesley (2021, p. 450); fotografía: Robert Damora.


Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 167

El dominio de Anne con la geometría fue evidente incluso en los


pequeños detalles de la maqueta. Como mencionan Juárez-Chicote
y Moreno (2017), ella misma en persona tuvo que trasladarse a Con-
necticut para la realización de la maqueta de la conocida torre de
Filadelfia.
A mediados de la década de 1950 la técnica de representación
más adecuada para las ideas formales de Anne Tyng era el modelo
físico (Candito y Meloni, 2022). Eso fue debido a que el diseño de
sus estructuras contaban con gran movimiento y desarrollo geomé-
trico que era difícil representarse en aquellas épocas sólo con dibu-
jos en 2D.
La aportación de Kahn en este proyecto fue, más bien, un plan-
teamiento urbano de la ciudad de Filadelfia (figura 9). La historia de
este diseño comienza en el intercambio de las cartas de Roma (Tyng,
1997), donde Kahn comienza a esbozar los primeros planteamientos
de un nuevo centro de la ciudad donde incluye la torre (De Buen-Ve-
licias, 2018).

Figura 9. Planteamiento urbano para el centro de Filadelfia

Fuente: Tyng (1997).


168 María Guadalupe Estrada Meza

CASA DE BAÑOS EN TRENTON (1955)


Y CASA CLEVER (1957)

El proyecto de la casa de baños Trenton (figura 10) consta de cua-


tro cubiertas piramidales que Tyng siempre reclamó como suyas, así
como la estructura tridimensional más compleja de la casa Clever
(Martín-Domínguez y Rodríguez-Martín, 2018).
La composición del proyecto se basa en una retícula que genera
un orden modular. La aportación interesante de los baños en Tren-
ton son sus columnas huecas en forma de “U” que pueden habitarse
en su interior y cuya abertura está dispuesta hacia varias direcciones.
Y una cubierta que no se apoya perimetralmente en las paredes si no
que se presenta elevada, transmitiendo una sensación levitante.

Figura 10. Casa de baños Trenton

Imagen (izq.): Perspectiva. Fuente: elaboración propia.


Imagen (dcha.): Planta artquitéctonica. Fuente: Kahn (1957).

La casa Clever (figura 11) puede concebirse como una continua-


ción del desarrollo geométrico de la cubierta de la casa Walworth
Tyng (figura 6), bajo la noción de la estructura habitable y el simbo-
lismo compositivo, que esta vez representó a la cruz griega vista en
su planta (figuras 6c y 6d), con cubierta piramidal refiriendo de esta
manera a la cultura griega y egipcia respectivamente.
Una
Una arquitecta
arquitecta invisible:
invisible: Anne
Anne Tyng
Tyng yy su
su mundo geométrico
mundo geométrico 169
169

Figura
Figura 11.
11. Casa
Casa Clever
Clever

Imagen(izq.
Imagen (izq. sup.):
sup.): Maqueta
Maqueta trabajo.
trabajo. Fuente:
Fuente:Tyng
Tyng(1997).
(1997).
Imagen (dcha. sup.): Fachada principal. Fuente: elaboraciónpropia.
Imagen (dcha. sup.): Fachada principal. Fuente: elaboración propia.
Imagen(izq.
Imagen (izq.inf.):
inf.): Planta
Planta arquitectónica.
arquitectónica. Fuente:
Fuente: Elaboración
Elaboraciónpropia.
propia.
Imagen
Imagen (dcha.
(dcha. inf.):
inf.): Ejemplos
Ejemplos de de plantas
plantas de
de cruz
cruz griega.
griega. Fuente:
Fuente: elaboración
elaboración propia.
propia.

ERDMANHALL
ERDMAN HALL DEL
DEL BRYN
BRYN MAWR
MAWR COLLEGE
COLLEGE(1960)
(1960)
Este
Este proyecto
proyecto eses un
un ejemplo
ejemplo másmás de
de la
la habilidad
habilidad de
de Tyng
Tyng para
para
generar
generar geometrías complejas. El Bryn Mawr College (figura 12) fue
geometrías complejas. El Bryn Mawr College (figura 12) fue
concebido
concebido cuando
cuando lala relación
relación de
de Tyng
Tyng con
con Louis
Louis Kahn
Kahn estaba
estaba llegan-
llegan-
do
do aa su
su fin.
fin. El
El proyecto
proyecto consta
consta dede tres
tres cubos
cubos truncos
truncos oo fusionados
fusionados
que
que albergan 130 viviendas para 130 alumnas con diversos
albergan 130 viviendas para 130 alumnas con diversos tamaños
tamaños
yy diversos espacios sociales a través de una sucesión de
diversos espacios sociales a través de una sucesión de octágonos octágonos
alternados
alternados con
con cuadrados.
cuadrados. ElEl sistema
sistema fue
fue llamado
llamado “esquema
“esquema molecu-
molecu-
lar”, gracias a McBride (Candito y Meloni,
lar”, gracias a McBride (Candito y Meloni, 2022). 2022).
170 María Guadalupe Estrada Meza

Figura 12. Erdman Hall del Byrn Mawr College

Imagen (sup.): Planta. Fuente: elaboración propia.


Imagen (izq. inf.): Fachada. Fuente: repository.brynmawr.
Imagen (dcha. inf.): Vista al interior. Fuente: repository.brynmawr.

Candito (2022) identifica el papel de Tyng como precursora de


algunos procesos cruciales que se pueden atribuir a la sostenibilidad
como una actitud inclusiva de la diversidad, demostrando así una
conciencia de lo que ahora se llama Diseño Universal o Diseño para
Todos.

PUNTOS CONCLUYENTES

La historia de Anne Tyng no puede comenzar a relatarse desde su


ingreso al despacho de Louis Kahn. Como bien comentó en su libro
Una arquitecta invisible: Anne Tyng y su mundo geométrico 171

Las cartas de Roma, desde su niñez era consciente de la desigualdad


social y la carente educación a las mujeres. Tal vez esta situación la
motivó a estudiar en la primera generación de mujeres en Harvard y
en convertirse en la primer mujer en conseguir la licencia de arquitec-
tura en Pensilvania. Esa necesidad de demostrar una identidad pro-
pia la llevó a realizar un estudio profundo de los sólidos platónicos y
sus infinitas transformaciones que puede entenderse como el patrón
geométrico que describe cualquier forma encontrada en la naturaleza.
El ingreso de Tyng al despacho de Kahn supuso una serie de pro-
yectos arquitectónicos notables y con una fuerte presencia geomé-
trica, destacando el tetraedro. Estructuras con un alto valor estético
que se convierten en el elemento central del proyecto, característica
poco usual en los proyectos arquitectónicos de la época que se ca-
racterizaban por cubrir los edificios con una piel que evitaba ver su
estructura portante.
A pesar las grandes aportaciones de Tyng a los proyectos de Kahn,
no se le reconoce su coautoría. Incluso actualmente son pocas las
publicaciones donde se menciona el nombre de Anne Tyng como
responsable de ese juego geométrico en el diseño formal y la incur-
sión de patrones geométricos en losas con el objetivo de librar gran-
des claros. Dejando sólo a Louis Kahn como uno de los arquitectos
representativos de la arquitectura del siglo XX.
El papel de “musa” ha excluido a mujeres de convertirse en heroí-
nas de su propio trabajo. Este sentimiento conduce a Tyng a realizar
una serie de publicaciones donde se negaba a ser olvidada y excluida
de su autoría en diversos proyectos.
Las habilidades geométricas de Anne finalmente fueron recono-
cidas a una edad avanzada con un merecido homenaje en Harvard,
pocos meses antes de su muerte.

BIBLIOGRAFÍA
Buckminster-Fuller, R. (1982). SYNERGETICS: Explorations in the Geometry of
Thinking. Macmillan Publishing Co., s.l.
172 María Guadalupe Estrada Meza

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Weiss, S. J. (2011). The life geometric. Domus, 947. Recuperado de https://cutt.
ly/OCgdicS
8. HACIA UNA REINSERCIÓN SOCIAL CON
ENFOQUE DE GÉNERO Y DERECHOS
HUMANOS

Lucely Martina Carballo Solís


Universidad Autónoma de Yucatán
lucely.carballo@correo.uady.mx
https://orcid.org/0000-0001-9696-7395
María Guadalupe Méndez Correa
Universidad Autónoma de Yucatán
gmcorrea@correo.uady.mx
https://www.derecho.uady.mx/plnta.php

INTRODUCCIÓN

El cuaderno mensual de información estadística penitenciaria


nacional señala que para abril de 2022 en el estado de Yucatán había
un total de 2,823 personas privadas de libertad de las cuales 51 son
mujeres. El estado de Yucatán cuenta con cuatro Centros de Rein-
serción Social y un Centro Especializado en Aplicación de Medidas
para Adolescentes. El Centro de Reinserción Social de Tekax tiene
siete mujeres privadas de libertad, lo que representa un 4.3% de su
población total, la mayoría son mujeres indígenas mayas. El trabajo
y la capacitación para el trabajo son ejes fundamentales en la reinser-
ción social de las mujeres privadas de libertad, tal como lo establece
el artículo 87 de la Ley Nacional de Ejecución Penal que define a la
capacitación para el trabajo como como un proceso formativo que
utiliza un procedimiento planeado, sistemático y organizado me-
diante el cual las personas privadas de libertad adquieren los cono-
cimientos, aptitudes, habilidades técnicas y competencias laborales
necesarias para realizar actividades productivas durante su reclusión
y la posibilidad de seguir desarrollándolas en libertad. Durante de
174 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

la pandemia del COVID-19 en el Centro de Readaptación Social


(Cereso) de Tekax surgió la iniciativa de realizar un programa des-
tinado a la capacitación de las mujeres privadas de libertad en torno
al manejo de abejas meliponas, con enfoque de derechos humanos
y perspectiva de género en el cual las mujeres privadas de libertad
tengan las herramientas suficientes para poder impulsar la produc-
ción y productos derivados de miel así como su embalaje y comer-
cialización para que las mujeres puedan obtener recursos durante su
estancia en el Centro de Reinserción Social y para sostenerse cuando
obtengan su libertad.
El artículo 18 constitucional señala que “el sistema penitenciario
se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del
trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el de-
porte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la
sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los bene-
ficios que para él prevé la ley”.1
El trabajo y la capacitación para el trabajo son ejes fundamentales
en la reinserción social de las mujeres privadas de libertad, tal como
lo señala la propia Ley Nacional de Ejecución Penal en su artículo 87
en donde define a la capacitación para el trabajo “como un proceso
formativo que utiliza un procedimiento planeado, sistemático y orga-
nizado mediante el cual las personas privadas de libertad adquieren
los conocimientos, aptitudes, habilidades técnicas y competencias
laborales necesarias para realizar actividades productivas durante su
reclusión y la posibilidad de seguir desarrollándolas en libertad”.
En ese sentido, el derecho humano a la reinserción social encarga
al Estado obligaciones entre ellas la de revertir en las mujeres priva-
das de libertad las conductas por las cuales fueron privadas de liber-
tad con la finalidad que no vuelvan a incurrir en ellas al momento
de reinsertarse en la sociedad o comunidad en la que viven o perte-
necen una vez que se ha cumplido la condena que les fue impuesta;

1 Recuperado de https://cutt.ly/eCgfmAa
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 175

para ello cuando se encuentran en internamiento el Estado a través


del Centro, tiene la obligación de dotar de elementos para generar
un cambio de conducta mediante el trabajo, la capacitación para el
trabajo, la salud, el deporte y la educación, todo con respeto a los
derechos humanos con la finalidad de que obtengan herramientas
suficientes que le permitan acceder a un proyecto de vida apartado
de las conductas que previamente la llevaron a delinquir y de esta
forma evitar la reincidencia.
Las barreras y problemas que viven las mujeres al salir de los Cen-
tros de Reinserción Social son similares a los de los hombres, adicio-
nalmente las mujeres viven y sufren discriminación y puntualmente
son estigmatizadas por razones principalmente vinculadas al hecho
de haber transgredido las normas tradicionales y culturales del géne-
ro, lo que puede traer entre otros efectos, el abandono de sus parejas,
familiares y la pérdida de los derechos sobre sus hijas e hijos.2

DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS


HUMANOS EN MATERIA DE REINSERCIÓN SOCIAL
DE LAS MUJERES

En el derecho internacional de los derechos humanos existen do-


cumentos vinculatorios y declarativos que contemplan postulados y
normas bajo las cuales las personas privadas de libertad deben per-
manecer en reclusión siempre con la garantía del respeto a los de-
rechos humanos y al trato digno. El conjunto de normas y tratados
internacionales de derechos humanos incluye numerosos acuerdos
que están relacionados directa o indirectamente con el tema de las
mujeres y el encarcelamiento. En algunos casos se trata de instru-
mentos que protegen explícitamente los derechos de las personas
privadas de libertad y en otros casos se trata de derechos reconocidos
a toda persona humana, que pueden ser violados u obstaculizados

2 Ver: https://cutt.ly/gCgfSFA
176 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

por la privación de la libertad y sus impactos, que incluye efectiva-


mente la mayor parte del corpus juris del derecho internacional de
los derechos humanos.
El respeto a la dignidad humana señalado en el artículo primero
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es el punto
nodal de la declaración que concentra los postulados base de los de-
rechos humanos y sus garantías a nivel universal; México como Es-
tado Parte del Sistema Universal (ONU) e Interamericano (OEA) se
ha adherido de buena fe a las declaraciones y ha firmado y ratificado
convenios y tratados que promueven y protegen las garantías y dere-
chos humanos de las personas privadas de la libertad. En ese sentido,
es preciso realizar un esbozo sobre los apartados de cada uno de los
tratados, convenio y reglas que otorgan las bases para el tratamiento
adecuado de las mujeres privadas de libertad.
Las Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Re-
clusas y Medidas no Privativas de la Libertad para las Mujeres De-
lincuentes (Reglas de Bangkok) en su numeral 42 señalan que las
reclusas tendrán acceso a un programa de actividades amplio y equi-
librado en el que se tendrán en cuenta las necesidades propias de su
sexo.
Sin ser óbice de lo anterior, los Principios y Buenas Prácticas so-
bre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Améri-
cas en su numeral XIV señalan que
toda personal privada de libertad tendrá derecho a trabajar, a tener
oportunidades efectivas de trabajo y a recibir una remuneración ade-
cuada y equitativa por ello, de acuerdo con sus capacidades físicas y
mentales, a fin de promover la reforma, rehabilitación y readaptación
social de los condenados, estimular e incentivar la cultura del trabajo, y
combatir el ocio en los lugares de privación de la libertad. En el mismo
numeral se precisa que los Estados Miembros promoverán en los luga-
res de privación de la libertad, de manera progresiva y según la máxima
disponibilidad de sus recursos, la orientación vocacional y el desarrollo
de proyectos de talleres laborales permanentes, suficientes y adecuados,
para lo cual fomentarán la participación y cooperación de la sociedad y
empresa privada.
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 177

Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento


de los Reclusos o Reglas Mandela en su numeral 963 señala que en las
personas privadas de libertad
tendrán la oportunidad de trabajar y participar activamente en su re-
educación, previo dictamen de aptitud mental emitido por un médico
u otro profesional de la salud competente; de igual modo señala que se
proporcionará a las personas privadas de libertad un trabajo productivo
que sea suficiente para que se mantengan ocupados durante la jornada
laboral normal.

Durante el año 2000, la Asamblea General de la Organización


de Estados Americanos (OEA) adoptó el Programa Interamerica-
no para la promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la
Equidad e Igualdad de Género,4 que aun cuando no cita de modo
específico a las mujeres privadas de su libertad, si puntualiza como
sus objetivos: integrar sistemáticamente la perspectiva de género en
todos los órganos y organismos y entidades del sistema interameri-
cano; alentar a los Estados Miembros de la OEA a diseñar políticas
públicas, estrategias y propuestas dirigidas a promover los derechos
humanos de la mujer y la igualdad de género en todas las esferas de
la vida pública y privada, considerando su diversidad y ciclos de vida;
promover la equidad e igualdad de género y los derechos humanos
de la mujer, afianzando e impulsando el acceso pleno de la mujer a
servicios de atención médica durante todo su ciclo de vida, que abar-
quen, conforme se requiera, la salud física, emocional y mental y el
derecho de toda mujer a una vida libre de abuso y violencia en todas
sus manifestaciones, tanto en el ámbito público como en el privado; y
a desarrollar mecanismos que permitan el fácil y oportuno acceso de
las mujeres a la justicia, en particular a aquellas de menores ingresos
o sin ingresos, adoptando medidas que doten de mayor transparen-
cia, eficiencia y eficacia a la labor jurisdiccional.

3 Recuperado de https://cutt.ly/WCggAh8
4 Recuperado de https://cutt.ly/yCggNet
178 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

Al analizar el contenido de los documentos relativos al tratamien-


to de las mujeres privadas de libertad también es importante revisar
el Convenio para la Eliminación de Todas las Formas de Discrimi-
nación contra la Mujer (CEDAW) por sus siglas, firmado y ratificado
por el Estado Mexicano en el año de 1981, en su artículo 14 señala
que:
Los Estados Partes tendrán en cuenta los problemas especiales a que
hace frente la mujer rural y el importante papel que desempeña en la su-
pervivencia económica de su familia, incluido su trabajo en los sectores
no monetarios de la economía, y tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar la aplicación de las disposiciones de la presente Conven-
ción a la mujer en las zonas rurales Obtener todos los tipos de educación
y de formación, académica y no académica, incluidos los relacionados
con la alfabetización funcional, así como, entre otros, los beneficios de
todos los servicios comunitarios y de divulgación a fin de aumentar su
capacidad técnica.5

El Comité de Monitoreo de la CEDAW es un órgano encargado


de dar seguimiento a las obligaciones internacionales derivadas de
la adhesión, firma y ratificación por el estado parte cuya finalidad
es monitorear los avances en el cumplimiento de las obligaciones
emanadas como compromiso internacional. El Estado Mexicano al
firmar y ratificar la convención se compromete a enviar informes pe-
riódicos de avances y cumplimiento al Comité mismo que es revisa-
do por las 23 integrantes expertas quienes emiten sus observaciones
y recomendaciones finales.
El 6 de julio de 2018, el Estado Mexicano recibió las observa-
ciones finales sobre el noveno informe periódico de México que el
propio Comité CEDAW examinó en su sesión 1608 y 1609. En su
observación número 40 el Comité reitera sus recomendaciones ante-
riores (CEDAW/C/MEX/CO/7, 8 párrafo 29) y recomendó al Estado
Mexicano que adopte medidas para aumentar el acceso de la mujer al
mercado laboral formal y promueva el empleo en sectores no tradi-

5 Recuperado de https://cutt.ly/9Cgg9QL
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 179

cionales y mejor remunerados, así como para crear el uso de medidas


especiales temporales en consonancia con el párrafo 1 del artículo 4
de la Convención y su recomendación general No 25 (2004).6
Otro documento vinculante para el Estado Mexicano es la Con-
vención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Vio-
lencia contra la Mujer “Belem Do Pará” firmada y ratificada por el
Estado Mexicano en 1994 en el que se garantiza el derecho al reco-
nocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos huma-
nos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos. Esta Convención cuenta al
igual que la Convención de Sistema Universal CEDAW con un Me-
canismo de Seguimiento de la Convención Belém Do Pará conocido
por sus siglas como MESECVI y realiza su monitoreo a través de
una metodología de evaluación multilateral sistemática y permanen-
te, fundamentada en un foro de intercambio y cooperación técnica
entre los Estados Parte de la Convención y un Comité de Expertos.
El MESECVI analiza los avances en la implementación de la Con-
vención por sus Estados Parte, así como los desafíos persistentes en
las respuestas Estatales ante la violencia contra las mujeres.7 En su
reporte final del año 2017 el MESECVI en su punto resolutivo nú-
mero 92 informa que:
El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los De-
rechos de la Mujer (CLADEM-México) en su informe señala que “la
incorporación de la violencia psicológica, física, sexual, patrimonial,
económica, institucional, política y otras en la legislación de violencia,
considerando niñas y adolescentes, mujeres adultas y adultas mayores,
de diversidad étnica, afrodescendientes, rurales, con discapacidades,
embarazadas, en situación socioeconómica desfavorable, con opciones
sexuales diversas, por su identidad sexual, en situación de migrantes
o afectadas por situaciones de conflictos armados, refugiadas, despla-
zadas, privadas de la libertad; no se encuentra presente en las diversas
legislaciones estatales.

6 Recuperado de https://cutt.ly/UCghwKa
7 Recuperado de https://cutt.ly/mCghjEd
180 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

La creación de legislación especializada, con criterios que carecen de


uniformidad con relación a los derechos humanos de las mujeres, re-
presenta una amenaza a las mujeres a una vida libre de violencia, en
especial en lo que se refiere a las mujeres en su diversidad.8

Por otra parte, la Convención Belém Dó Pará en su artículo 9,


hace una referencia especial de las mujeres privadas de su libertad en
donde la Convención reconoce la vulnerabilidad particular a la vio-
lencia y la necesidad de medidas específicas para proteger y garan-
tizarles el derecho de vivir libres de violencia. Ese derecho incluye,
entre otros, el derecho a ser libre de toda forma de discriminación y
el derecho a ser “valorada y educada libre de patrones estereotipados
de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en con-
ceptos de inferioridad o subordinación”, lo que resulta clave para al
análisis de la situación de las mujeres privadas de libertad desde un
enfoque interseccional.
En 2009, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Uni-
das, en su Resolución 10/2, instó a “los gobiernos, los órganos inter-
nacionales y regionales competentes, las instituciones nacionales de
derechos humanos y las organizaciones no gubernamentales a que
dediquen más atención a la cuestión de las mujeres y las niñas que se
encuentran en la cárcel, incluida la cuestión de los hijos de mujeres
en la cárcel, con miras a identificar y tratar los aspectos y dificultades
del problema específicos de su condición de género.9

EL ENFOQUE DE GÉNERO
EN LA REINSERCIÓN SOCIAL

El mandato respecto a la igualdad de género y el empoderamiento


las mujeres está acordado universalmente por los Estados miembros
y engloba todos los ámbitos de la paz, el desarrollo y los derechos

8 Recuperado de https://cutt.ly/9CghcmJ
9 Recuperado de https://cutt.ly/yCghP55
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 181

humanos. Los mandatos sobre la igualdad de género toman como


base la Carta de las Naciones Unidas, la cual, de manera inequívoca,
reafirmó la igualdad de derechos de mujeres y hombres.
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en 1995
cobijó la incorporación de una perspectiva de género como un “en-
foque fundamental y estratégico para alcanzar los compromisos en
igualdad de género”. La Declaración y la Plataforma de Acción de
Beijing conminaron a todas las partes interesadas relacionadas con
políticas y programas de desarrollo, incluidas organizaciones de las
Naciones Unidas, Estados miembros y actores de la sociedad civil, a
tomar medidas en al respecto. Adicionalmente existen compromisos
incluidos en el documento final del vigésimo tercer periodo extraor-
dinario de sesiones de la Asamblea General. la Declaración del Mi-
lenio y diversas resoluciones y decisiones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico
y Social y la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Las conclusiones derivadas del Consejo Económico y Social
(ECOSOC) de 199710 definían la incorporación de una perspectiva
de género como:
El proceso de evaluación de las consecuencias para las mujeres y los
hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes, políticas
o programas, en todos los sectores y a todos los niveles. Es una estrategia
destinada a hacer que las preocupaciones y experiencias de las mujeres,
así como de los hombres, sean un elemento integrante de la elabora-
ción, la aplicación, la supervisión y la evaluación de las políticas y los
programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, a fin de
que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y se impida que se
perpetúe la desigualdad. El objetivo final es lograr la igualdad sustantiva
entre los géneros.

Según esto, la igualdad de género es el objetivo de desarrollo ge-


neral y a largo plazo, mientras que la incorporación de una pers-
pectiva de género es un conjunto de enfoques específicos y estraté-

10 Recuperado de https://cutt.ly/5CghS24
182 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

gicos así como procesos técnicos e institucionales que se adoptan


para alcanzar este objetivo. La incorporación de una perspectiva de
género integra la igualdad de género en las organizaciones públicas y
privadas de un país, en políticas centrales o locales, y en programas
de servicios y sectoriales. Con la vista puesta en el futuro, se propone
transformar instituciones sociales, leyes, normas culturales y prácti-
cas comunitarias que son discriminatorias, por ejemplo, aquellas que
limitan el acceso de las mujeres a los derechos sobre la propiedad o
restringen su acceso a los espacios públicos.11
Una vez expuesta la importancia del enfoque y la perspectiva
de género en todos y cada uno de los ámbitos de la vida y en la
intersección que las mujeres privadas de libertad presentan es de
vital importancia generar espacios y actividades que permitan de
manera integral la reinserción social tomando en cuenta todo lo
señalado por los órganos internacionales protectores de derechos
humanos.
El Observatorio de Género y COVID-19 en México señaló que
las mujeres, que representan 5% de la población penitenciaria, suelen
quedar invisibilizadas en el diseño de políticas públicas carcelarias.12
La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) ha señalado que
las mujeres son encarceladas en su gran mayoría por razones eco-
nómicas y por delitos no violentos, relacionados con su situación
de pobreza y violencia. Como perfil general, son mujeres jóvenes o
adultas menores de 40 años, pobres, con poca escolaridad y en mu-
chos casos analfabetas, solteras, madres y responsables del cuidado
de sus hijas e hijos y de otros miembros dependientes de sus familias
como personas mayores, personas con discapacidad o personas con
enfermedades. En general, las mujeres indican ser desempleadas y/o
amas de casa, y cuando identifican algún trabajo o empleo, suele ser
desde la economía informal.13

11 Recuperado de https://cutt.ly/KCghZYa
12 Recuperado de https://cutt.ly/MCghVow
13 Recuperado de https://cutt.ly/9ChVsAj
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 183

El Comité Internacional de la Cruz Roja señala que a lo largo


de la historia las mujeres han representado un bajo porcentaje de
la población privada de la libertad en América Latina en relación
con los varones. En este hemisferio, las mujeres y niñas representan
aproximadamente del 6.3% de la población carcelaria. Esto ha con-
tribuido a invisibilizar su problemática y necesidades particulares. Si
bien el porcentaje es aún reducido, en los últimos años ha existido
un incremento severo y mucho más acelerado de la cifra de mujeres
reclusas en relación con los varones. Un estudio de la plataforma Re-
sumen Mundial de las Prisiones (World Prision Brief) y del Instituto
de Investigación de Política Criminal (Institute for Criminal Policy
Research) muestra que, entre el año 2000 y 2017, el número de pri-
vadas de libertad aumentó tres veces más que el de los hombres en el
continente americano.14

PROYECTO “MUJERES DE MIEL”, KOOLEL’OB TI


KAAB, EL CASO DE LAS MUJERES DEL CENTRO
DE REINSERCIÓN SOCIAL DE TEKAX, YUCATÁN

El cuaderno mensual de información estadística penitenciaria


nacional señala que para abril de 2022 en el estado de Yucatán había
un total de 2,823 personas privadas de libertad de las cuales son 51
son mujeres.15
El estado de Yucatán cuenta con cuatro Centros de Reinserción
Social y un Centro Especializado en Aplicación de Medidas para
Adolescentes. El Centro de Reinserción Social de Tekax se encuentra
al sur del estado y tiene una población de siete mujeres privadas de
libertad, lo que representa un 4.3% de su población total. La mayoría
de las mujeres privadas de libertad de ese Centro son mujeres in-
dígenas mayas. El presente trabajo de investigación se ha realizado

14 Recuperado de https://cutt.ly/TChVlkn
15 Recuperado de https://cutt.ly/MChVU72
184 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

dentro del Centro en relación a la reinserción social de las mujeres


con enfoque de derechos humanos y perspectiva de género.
Al inicio de la pandemia del COVID-19 en el Centro de Rein-
serción Social de Tekax16, Yucatán surgió la iniciativa de realizar un
programa destinado a la capacitación de las mujeres privadas de li-
bertad en torno al manejo de abejas meliponas17 (abejas endémicas
del estado de Yucatán).
El proyecto Mujeres de Miel Koolel’ob ti Kaab fue ideado y orga-
nizado por el director del Centro, preocupado por las restricciones
que existían en cuanto a las visitas familiares dada la contingencia y
motivado por la generación de actividades que incluyeran el apren-
dizaje y práctica de trabajo con abejas meliponas, cuyo manejo no
representa ningún riesgo para las mujeres debido a que no tienen
aguijón y producen una miel muy valorada en el mercado mundial
por contar con cualidades curativas. El proyecto arrancó más como
una actividad lúdica para propiciar armonía en la convivencia de las
mujeres privadas de libertad del Centro de Reinserción Social de Te-
kax, inicialmente se gestionaron dos colmenas, dos años después el
Centro cuenta con 15 colmenas y va en aumento debido a la constan-
cia y dedicación de las mujeres, quienes han encontrado en la activi-
dad una motivación y gusto por el cuidado y manejo de las abejas y,
desde luego, por la producción de miel.

16 Tekax, Yucatán, se localiza entre los paralelos 19° 32” y 20° 19” de latitud norte
y los meridianos 89° 09” y 89° 39” de longitud oeste. Limita al sur con el estado
de Campeche y Quintana Roo. El municipio de Tekax ocupa una superficie de
3,819.61 Km2. 40,547 habitantes (Inegi, Censo de Población y Vivienda 2010).
17 Los meliponinos (tribu Meliponini) son abejas que, a diferencia de la mayoría de
las especies que se conocen, viven en colonias permanentes con una reina y va-
rias docenas o miles de obreras (varía según la especie). Son altamente sociales, la
característica primordial de esta especie es la carencia de aguijón funcional pero
tienen otros métodos para defenderse. Actualmente se conocen alrededor de 400
especies de abejas sin aguijón, las cuales se ubican en nos 50 géneros. En México se
reporta la existencia de al menos 46 especies; 16 en la Península de Yucatán (Ayala,
1999; Quezada-Euán, 2005).
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 185

Con el paso de los meses se convirtió en un proyecto de empren-


dimiento social que se fue ajustando y reestructurando con enfoque
de género cuyo objetivo sigue siendo dotar a las mujeres privadas de
libertad de herramientas suficientes para poder impulsar la produc-
ción de miel de abejas meliponas y los productos derivados de miel.
El emprendimiento social se refiere a la satisfacción de una nece-
sidad social o medioambiental, por medio de una empresa que ge-
nera beneficios económicos y los reinvierten en conseguir el objetivo
social principal que en este caso es el lograr que las mujeres privadas
de libertad cuenten con los conocimientos y herramientas suficientes
para gestionar un negocio sustentable al cumplir con su sentencia y
reinsertarse a la vida en comunidad.
Para poder realizar el programa el Centro de Reinserción Social
contó con la colaboración y experiencia de una profesional del área,
integrante de la comunidad maya del sur del estado y productora de
miel y derivados con amplia experiencia y reconocimiento en la lo-
calidad, quien impartió el curso en el manejo de meliponarios y col-
menas cuya duración efectiva fue de 120 horas en donde las mujeres
privadas de libertad aprendieron de teoría y práctica, logrando espe-
cializarse en temas que incluyeron conceptos básicos de la biología,
características y trabajo de la abeja melipona, normas de seguridad
básicas en el manejo, alimentación, atención y cuidado de las abejas
meliponas, tipos de plantas endémicas, proceso de cosecha de la miel
polen y propóleo, selección de paneles para la creación de nuevas
colmenas, proceso de selección e identificación de la abeja reina y
buenas prácticas de manipulación de productos de la colmena.
La abeja melipona es una especie sin aguijón que cultivan los pue-
blos mayas desde hace cientos de años y la denominan “abeja sagra-
da maya”, por las propiedades curativas que tiene su miel. Tal es la
importancia de las abejas que los mayas, en la época prehispánica,
realizaban en su honor entre cuatro y seis ceremonias al año. La prin-
cipal característica de la abeja melipona es que no tiene aguijón, pero
para defender su colonia “muerde” todo aquello que represente una
amenaza, se aferran de tal manera que mueren durante el combate.
186 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

Dentro de los productos que esta abejita produce se encuentran la


miel, polen cera, propóleo, además de su valioso servicio como poli-
nizadoras. Una colmena de melipona produce litro y medio de miel
al año, su proceso de producción es más tardado en comparación
con el de las abejas europeas que producen hasta 30 litros de miel
en un año. A pesar de que la producción de miel es menor, ésta es
mucho más beneficiosa que la miel de otras abejas, ya que sus propie-
dades medicinales ayudan al sistema inmunológico, además de uti-
lizarse para curar dolencias, heridas, quemaduras y enfermedades.
En la rama cosmética también es muy apreciada, pues es utilizada
para crear productos como jabones, cremas y talcos. El polen de las
abejas meliponas tiene un valor proteico 50 por ciento mayor que el
del resto de las abejas. Por otra parte, se sabe del uso de abejas sin
aguijón como polinizadoras de los siguientes cultivos: achiote, agua-
cate, café, calabaza, chayote, chile habanero, mango, pepino, sandía,
tomate, entre otros.18
El proyecto se encuentra alineado a los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS 2030), puntualmente al ODS 5 relativo a la igualdad
de género. Este objetivo señala que la igualdad de género no sólo es
un derecho humano esencial, sino uno de los fundamentos impres-
cindibles para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
La certificación de las mujeres en el manejo de las abejas meli-
ponas incluyó la vinculación y la suma de esfuerzos realizada por el
Centro para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado de
Yucatán y el Instituto de Capacitación para el Trabajo con esa inter-
vención se consiguió la certificación de las mujeres privadas de su
libertad en apicultura y meliponicultura sostenible dotándolas de un
certificado con validez oficial que les avala su preparación y capaci-
tación teórica y práctica en la materia, de esta manera se otorga el
cumplimiento a la garantía de la capacitación para el trabajo señala-
da en el artículo 18 de la Constitución Política y el artículo 87 de la
Ley de Ejecución Penal.

18 Recuperado de https://cutt.ly/ZChNDxA
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 187

Debido al éxito obtenido el proyecto avanzó a una siguiente etapa


en donde las mujeres actualmente se encuentran realizando produc-
tos derivados de la miel como jabones, champús y cremas y se ha rees-
tructurado el proyecto para darle continuidad y otorgar capacitación
en materia de mercadotecnia y embalaje para promoción y venta de
los productos, el fin último es dotar de herramientas suficientes a las
mujeres para poder subsistir cuando obtengan su libertad.

INTERVENCIÓN EN MATERIA DE GÉNERO,


DERECHOS HUMANOS Y EMPODERAMIENTO

En la evolución del proyecto se fueron sumando instituciones de


apoyo gubernamental como la comisión estatal y nacional de De-
rechos Humanos, el Instituto de Capacitación para el trabajo y la
Universidad Autónoma de Yucatán entre otras, aportando sus cono-
cimientos y actividades correspondientes a cada uno de los perfiles.
Como parte de las estrategias que se han realizado dentro de la
segunda etapa del proyecto, incluimos la visita a las mujeres privadas
de libertad en tres momentos diferentes para impartir talleres rela-
tivos a la violencia de género, derechos humanos de las mujeres y el
empoderamiento.
Los procedimientos educativos se diseñaron e impartieron desde
una perspectiva humanista y de educación para la paz y los derechos
humanos, considerando en todo momento el contexto internacional,
nacional y local.
Como señala Ramón Salcido (1999), el valor es también afecto
y acción partiendo del supuesto de que éste no consiste exclusiva-
mente en un modo de percibir el mundo, sino en una actitud que
implica, por lo tanto, un elemento de naturaleza motivacional para
realizar o dejar de realizar algo, en lo que el afecto y los hábitos de ac-
tuación creados y reforzados por las personas juegan un papel toral;
por ello, en los talleres impartidos se consideró necesario trabajar en
la reconstrucción de significados de valor, generar experiencias en
188 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

las que potencialmente exista la posibilidad de restablecer la práctica


y el afecto, es decir —como señala Salcido—, generar experiencias y
afectos nuevos para poder reflexionar de modo distinto la realidad.
Es importante enfatizar el uso de técnicas cuyo objetivo es la promo-
ción de la igualdad y la no discriminación, género, derechos humanos
de las mujeres y empoderamiento; en ese sentido, se utilizaron en el con-
tenido pedagógico material reseñado y compilado por el Consejo Na-
cional para Prevenir la Discriminación, la Comisión Nacional de los De-
rechos Humanos, la Oficina del Alto Comisionado de la Organización
de las Naciones Unidas, La Organización de los Estados Americanos, el
Comité de Monitoreo de la Convención para la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), el Mecanismo de
Monitoreo de la Convención Belém Dó Pará (MESECVI).
A través de 18 horas de clases presenciales impartidas en la bi-
blioteca y salón de usos múltiples en las instalaciones del Centro de
Reinserción Social se abordaron temas relativos a género y sus apro-
ximaciones teórico-conceptuales, historia de los derechos de las mu-
jeres en el mundo, tipología de la violencia contra la mujer, género e
interculturalidad, mujeres y discapacidad y los principios de empo-
deramiento de las mujeres.
Como resultado de las intervenciones se realizó un diagnóstico
final y un grupo focal con el fin de retroalimentar las experiencias y
aprendizajes obtenidos.
Durante las intervenciones realizadas con las mujeres privadas de
libertad beneficiarias del programa de la miel en el Centro de Rein-
serción Social de Tekax hemos sido testigos de los avances y adies-
tramiento obtenido durante los dos años que lleva el programa de
tal manera que durante las visitas realizadas por la Comisión Nacio-
nal de los Derechos Humanos para la supervisiones penitenciarias
las mujeres durante el recorrido de las y los visitadores realizan una
demostración del manejo y extracción de la miel así como de la ela-
boración de productos explicando los procesos para la elaboración
y los beneficios que han resultado de la actividad. La institución de-
fensora de derechos humanos a nivel nacional (CNDH) y la estatal
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 189

(CODHEY) ha manifestado su beneplácito y ha extendido su reco-


nocimiento por el impulso de un proyecto que además de ser soste-
nible ha ido mejorando mes a mes, hecho que resulta comprobable al
haberse multiplicado el proceso de creación de colmenas de dos a 15
en un lapso de dos años.
Los beneficios son visibles el trabajo con abejas meliponas no sólo
dota de oportunidades laborales a las mujeres, sino que propicia ar-
monía, compañerismo y sobre todo sororidad19 entre ellas.
Durante el mes de mayo de 2022 se realizaron entrevistas a las
mujeres beneficiarias del programa, ellas han señalado que no ima-
ginaban que en un tiempo tan breve estarían realizando de manera
ágil la producción de miel y la elaboración de productos derivados,
pero sobre todo el cuidado y reproducción de las abejas que ha ido
aumentando a diario. Han señalado también que están seguras de
poder realizar sus propias colmenas y productos cuando recuperen
su libertad y confían en que esa actividad les permitirá subsistir y ob-
tener sus propios ingresos. Con lo anterior queda de manifiesto que
el programa es un éxito y que aún falta mucho por crecer.
Hay que reconocer que el proyecto ha sido exitoso por el fortale-
cimiento que ha recibido desde la dirección del Centro de Reinser-
ción, pero sobre todo por la voluntad y el compromiso de las mujeres
privadas de libertad quienes han puesto todo su empeño en seguir
adelante motivadas desde luego por el reconocimiento y aval que les
ha brindado el Centro para Prevenir y Eliminar la Discriminación y
el Instituto de Capacitación para el Trabajo.
Es imprescindible también reconocer que el diseño del proyec-
to se ha ajustado en todo momento a la integralidad y perspectiva

19 Hermandad entre mujeres. Solidaridad entre ellas bajo la lógica de que han sufri-
do la misma clase de discriminaciones y maltrato, por lo que supone aliarse para
combatir esa situación, partiendo de lo que tienen en común. Concepto de origen
francés que integra el reconocimiento y aceptación del feminismo como un aspec-
to importante para que las mujeres vivan más libres. Es la contraparte del término
“fraternidad”, que alude a la solidaridad entre los hombres.
190 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

de derechos humanos y enfoque de género, también es de recono-


cerse el esfuerzo e impulso que desde la dirección del Centro de
Reinserción Social se otorga a diario para poder seguir creciendo
en número de colmenas y en producción, las propias beneficiarias
reconocen que gracias al apoyo que han recibido es que se sigue
avanzando.
Durante la entrega de certificados en 2021 las mujeres manifesta-
ron su motivación para seguir adelante en el aprendizaje y manejo de
la miel y los derivados y solicitaron también el apoyo para conseguir
acercamiento con instituciones que les ayuden a elaborar estrategias
para posicionar sus productos y darles una mejor presentación para
poder venderlos con facilidad, por ello durante el mes de septiembre
del 2022 se les otorgará capacitación en materia de mercadotecnia,
promoción y embalaje de productos, con ello se pretende que ad-
quieran las herramientas necesarias para colocar su producción y
venderla con facilidad.
Durante los últimos seis meses los productos han llegado a diver-
sas muestras realizadas por instancias públicas y organizaciones de
la sociedad civil en Yucatán. Los productos pueden adquirirse direc-
tamente en el Centro de Reinserción Social de Tekax, Yucatán en la
sala de exhibiciones construida a la entrada del Centro, ahí también
pueden encontrarse artesanías y productos de madera realizadas por
las personas privadas de libertad de ese Centro.

CONCLUSIONES

A dos años de haber iniciado el proyecto Mujeres de Miel en el


Centro de Reinserción Social del Municipio de Tekax, Yucatán, se
han visibilizado grandes avances en la convivencia y trabajo entre las
mujeres privadas de libertad que habitan en el Centro. El proyecto
ideado con enfoque de género y derechos humanos ha demostrado
que cuando los proyectos son realizados tomando en consideración
las necesidades reales de la población son exitosos.
Hacia una reinserción social con enfoque de género y derechos humanos 191

El impulso y reconocimiento que se ha obtenido de instituciones


como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Comisión
de Derechos Humanos del Estado de Yucatán y el Centro para Pre-
venir y Eliminar la Discriminación ha propiciado que el proyecto
encuentre continuidad y asegure a las mujeres beneficiarias el seguir
obteniendo las herramientas y recursos para profesionalizarse en el
manejo de abejas meliponas y en la producción de derivados de la
miel.
Haber obtenido una constancia con validez oficial por parte del
Instituto de Capacitación para el trabajo en el manejo de apicultura y
meliponicultura sostenible resulta también un avance y un beneficio
que motivó a las mujeres a seguir instruyéndose y fomentando sus
habilidades para poder construir y replicar el modelo de producción
al momento de recuperar su libertad.
El proyecto que fue ideado para propiciar espacios de aprendizaje
y convivencia sana durante la pandemia debido a las restricciones
impuestas en las visitas favoreció enormemente a las oportunidades
y las relaciones interpersonales de las mujeres.
Con el transcurrir de los meses se fueron ajustando los objetivos
y se alcanzó más de lo esperado hasta convertirse en un proyecto que
sigue creciendo y con ello dotando de más oportunidades y recursos
a las mujeres.
Es importante destacar la suma de esfuerzos y capacidades de di-
versas instituciones que nos vinculamos para apoyar en este proceso
de capacitación para el trabajo que garantiza lo señalado por las leyes
en materia de reinserción social, la Constitución y los lineamientos,
reglas, buenas prácticas, pero sobre todo el cumplimiento de las obli-
gaciones internacionales en la materia.
La reinserción social tiene como una de sus metas más importan-
tes el trabajo y la capacitación para el trabajo con la finalidad de evi-
tar la reincidencia, es por ello por lo que el proyecto mujeres de miel
cumple con esa misión además de dotar de herramientas suficientes
para que las mujeres puedan subsistir cuando obtengan su libertad.
El proyecto seguirá creciendo y seguirá otorgándoles a las mujeres
192 Lucely Martina Carballo Solís y Marilú Méndez Correa

mucha satisfacción y desde luego la posibilidad de especializarse


cada día más y empoderarse cumpliendo así con las obligaciones in-
ternacionales que el Estado tiene en materia de reinserción social y
desde luego con las obligaciones emanadas de la firma y ratificación
de las convenciones en materia de género y derechos humanos.

BIBLIOGRAFÍA
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de México: CNDH.
9. FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO
A NIVEL DOCTORAL EN EL ÁREA DE
TECNOLOGÍA: ANÁLISIS DESDE LA
PERSPECTIVA DE GÉNERO

Yessica García-Hernández
Tecnológico Nacional de México
Instituto Tecnológico Superior del Oriente del Estado de Hidalgo
ygarcia@itesa.edu.mx
https://orcid.org/0000-0002-4482-7275
María de Lourdes Amador-Martínez
Tecnológico Nacional de México
Instituto Tecnológico Superior del Oriente del Estado de Hidalgo
lamador@itesa.edu.mx
https://orcid.org/0000-0001-8963-6264
Aline Aurora de Lucio-Islas
Tecnológico Nacional de México
Instituto Tecnológico Superior del Oriente del Estado de Hidalgo
adelucio@itesa.edu.mx
https://orcid.org/0000-0002-4865-7445

INTRODUCCIÓN

La cuarta revolución industrial o industria 4.0 ha marcado cam-


bios en el mercado laboral, reflejando una tendencia en la demanda
de perfiles profesionales orientados a la tecnología que sean capaces
de consolidar la transformación digital. Es así como resulta funda-
mental el papel de las Instituciones de Educación Superior (IES) en
la formación de capital humano acorde a las demandas del sector
productivo. El objetivo de esta investigación es identificar la for-
mación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología
194 Yessica García-Hernández y otros

en México, con la finalidad de comparar los resultados respecto al


género. El enfoque de estudio es exploratorio, cuantitativo, trans-
versal y de alcance descriptivo, mediante la compilación de datos
de la ANUIES (2021) y Conacyt (2022), se establece que en México
la formación doctoral en esta área, solamente se oferta en 21 enti-
dades federativas. Del total de la matrícula del ciclo 2020-2021, el
72.44% son hombres y 27.56% mujeres. Respecto al nuevo ingreso,
el 71.03% corresponden al género masculino y el 28.97% femenino.
En cuanto al egreso y la titulación, se observa la misma tendencia
con un porcentaje de 87.18% y 77.69% de hombres, así como de
12.82% y 22.31% para mujeres. En becas para la formación doc-
toral existe mayor asignación para hombres que mujeres, la brecha
es de 44.68 por ciento. Durango es la entidad federativa con may-
or porcentaje de matrícula de mujeres 63.64%, referente al egreso
Querétaro muestra el mayor porcentaje del género femenino con
33.33%, finalmente en la titulación Veracruz tiene mayor repre-
sentación de las mujeres con 100 por ciento. Los hallazgos mues-
tran la existencia de una importante brecha en la participación de
mujeres en comparación con los hombres en el área de tecnología a
nivel doctoral, generando el reto de aumentar la representatividad
del género femenino en esta área del conocimiento.
Por lo tanto, ante los cambios derivados de la pandemia de la
COVID-19 y el proceso de transición a la industria 4.0, los gobier-
nos, las empresas, las instituciones de educación y la sociedad se en-
frentan a grandes retos y oportunidades que permitan equilibrar la
participación de hombres y mujeres en la economía digital, es decir,
se requieren capital humano que disponga de los perfiles profesio-
nales con los conocimientos, habilidades y actitudes para resolver
los problemas del entorno cambiante con una visión integral o bien
la denominada formación STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería
y Matemáticas).
En ese sentido, uno de los principales planteamientos radica en la
formación de capital humano capaz de realizar las transformaciones
digitales en los diferentes ámbitos del sector productivo, buscan-
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 195

do en el uso de la tecnología como un elemento dinamizador de la


economía, que propicie la transformación digital.
Lo anterior, debido a los datos que indican que las mujeres que se
forman en el área de tecnología, a nivel mundial, solamente el 3% de
la matrícula integra este campo de estudio (Observatorio Tecnológi-
co de Monterrey, 2021).
En Iberoamérica, el 58% de profesionales que culmina estudios
de grado y maestría son del género femenino, porcentaje que se re-
duce a 32% en campos de estudio relacionados con las tecnologías y
20% para ingeniería (Somos Iberoamérica, 2022).
En el caso específico de México, una de las problemáticas es que
en la actualidad se refleja una brecha de participación de las mujeres
respecto a los hombres en la formación a nivel doctoral en el área de
tecnología. Los datos muestran que de la matrícula del ciclo escolar
2020-2021, el 72.44% son hombres y 27.56% mujeres, mientras que
respecto al egreso y la titulación, se observa la misma tendencia con
un porcentaje de 87.18% y 77.69% de hombres, así como de 12.82%
y 22.31% para mujeres (ANUIES, 2021).
En ese sentido, Stoet y Geary (2017) establecen que la baja rep-
resentación del género femenino niñas y mujeres en el cambo de la
ciencia, ingeniería, matemáticas y tecnología, es una preocupación
para los gobiernos, instituciones y responsables de formular políti-
cas.
Por otra parte, considerando que el trabajo se sustenta en la for-
mación doctoral, es importante mencionar que, de acuerdo con Ánllo
(2017), sólo el 28% de las investigadoras en el mundo son mujeres,
asimismo, se refleja una pérdida de mujeres graduadas en STEM
(Sciencie, Technology, Engineering and Mathematics) conforme avan-
za el grado académico de licenciatura o ingeniería, maestría, docto-
rado e investigación.
Aunado a lo anterior, en todo el mundo sólo el 22% de los profe-
sionales que trabajan en el ámbito de la inteligencia artificial son mu-
jeres y específicamente para el aprendizaje automatizado solamente
representan el 12%, reflejando una importante brecha que se incre-
196 Yessica García-Hernández y otros

mentará como consecuencia de la cuarta revolución industrial (Foro


Económico Mundial, 2018).
Por lo anterior, surge la pregunta de investigación ¿existe brecha
en la formación en el área de tecnología a nivel doctoral entre hom-
bres y mujeres?
El objetivo de este trabajo consiste en identificar la formación de
capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología en México,
con la finalidad de comparar los resultados respecto al género.
El documento se estructura con esta introducción, seguida del
desarrollo que incluye la revisión de la literatura, la metodología, los
resultados y las conclusiones.

DESARROLLO
Género y formación en tecnología

Los estudios con enfoque de género se han abordado desde difer-


entes perspectivas, una de las principales es la socialización genérica;
Aguirre-Saez (2015) considera que:
el género se convierte en una categoría social que define las expecta-
tivas diferentes que la sociedad tiene para mujeres y para hombres, a
las mujeres se les consideraba para un futuro en el mundo doméstico y
reproductivo y a los hombres para el mundo público y productivo. Es lo
que se conoce como la división sexual del trabajo (p. 73).

Durante muchos años, hombres y mujeres han tomado la de-


cisión sobre la carrera que estudiarán influidos por los roles y es-
tereotipos de género, sin embargo, los desafíos del entorno que im-
plican la revolución digital y el cambio tecnológico, han generado
una revolución en las carreras y trabajos del presente y futuro, que
se sustentan en la tecnología, por lo cual, resulta fundamental que
desde temprana edad se fortalezca la participación de las niñas y
mujeres en este ámbito, con la intención de que un futuro se sumen
a la fuerza laboral que demanda perfiles con estas características
(Gobierno de México, 2017).
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 197

Es claro, que ante la presencia de diversos desafíos a los que se


enfrenta la sociedad, la igualdad de género se ha convertido en uno
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), lo anterior, ante la
posibilidad de incrementar la participación de la mujer en la reso-
lución de problemáticas e incorporación al sector productivo, de tal
forma que se disminuya la discriminación por cuestión de género
(ONU, 2022).
Aunado a lo anterior, antes de abordar las generalidades de la
formación en tecnología, se establece que ésta surge a partir de la
economía digital que, de acuerdo con la Comisión Económica para
América Latina (CEPAL) (2013), se entiende que:
La economía digital está constituida por la infraestructura de teleco-
municaciones, las industrias TIC (software, hardware y servicios TIC)
y la red de actividades económicas y sociales facilitadas por Internet, la
computación en la nube y las redes móviles, las sociales y de sensores
remotos (p. 9).

Entonces, para lograr el desarrollo de la economía digital es tar-


ea fundamental de las Instituciones de Educación Superior generar
perfiles con orientación tecnológica que sean capaces de cubrir los
requerimientos del sector laboral, lo cual actualmente se ha defini-
do como un requisito para encontrar empleo (Infante-Moro, Infan-
te-Moro y Gallardo-Pérez, 2019, p. 201).
Sin embargo, los datos sobre la participación de hombres y mu-
jeres en el ámbito educativo y empresarial respecto a la tecnología
reflejan un porcentaje menor para las mujeres, lo cual, se deriva del
paradigma de género que cataloga a los hombres como creadores y
gestores de la tecnología y a las mujeres como usuarias (González,
Palencia y Jiménez-Fernández, 2016, p. 743).
En ese sentido, Bello (2020) establece que existe desigualdad de
género en las carreras STEM, lo cual se deriva en exclusión, aun
cuando se ha incrementado la participación en los diferentes nive-
les educativos, es notable la baja representación de mujeres, lo cual
se debe a factores económicos, culturales, sociales y religiosos, gen-
erando brechas.
198 Yessica García-Hernández y otros

Como consecuencia de lo anterior, el Gobierno ha establecido al-


gunas directrices plasmadas en el Programa Sectorial de Educación
federal 2020-2024 que se centra en los derechos que reconoce la Con-
stitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entre los cuales se
identifican: el derecho a la no discriminación (artículo 1o.); el derecho
a la educación y el derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la
ciencia y la innovación tecnológica (artículo 3o.); el derecho de acceso
a las tecnologías de la información y comunicación (artículo 6o.), asi-
mismo, se alinean con las siguientes dos acciones prioritarias:
1.2.7 Incrementar, de manera sostenida, las becas de licenciatura y pos-
grado para la integración de mujeres en carreras en áreas de las ciencias,
tecnología, ingeniería y matemáticas” (Diario Oficial de la Federación,
2020, p. 215).
6.1.6 Consensuar con las IES su participación en el impulso a las cien-
cias, las humanidades, la tecnología y la innovación, asegurando la vin-
culación con las necesidades nacionales y regionales (Diario Oficial de
la Federación, 2020, p. 228).

Lo anterior permite identificar que aun cuando se ha logrado un


avance importante, queda mucho por hacer, comparando los resul-
tados de formación en educación superior de 16% en 2008 se incre-
mentó a 23% en 2018, sin embargo, aún es inferior al promedio de
44% reportado por la OCDE, por lo cual resulta importante diver-
sificar la oferta educativa, los perfiles y cobertura a nivel superior y
por consiguiente posgrado, así como aprovechar la tecnología para
reducir la brecha de participación (OCDE, 2019, p.3).

Género y el mercado laboral en el área de tecnología

Desde hace años, se visualizó el impacto que generaría el pro-


greso tecnológico considerando tanto el campo social como pro-
fesional y los factores que pueden facilitar o dificultar la incorpo-
ración de la mujer en la innovación tecnológica en un ámbito que
tradicionalmente se ha integrado por hombres (González, Palencia y
Jiménez-Fernández, 2016, p. 764).
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 199

Actualmente, como parte del proceso de transición a la cuarta rev-


olución industrial se reflejará un impacto importante en el mercado
laboral, lo anterior, a consecuencia de la demanda de conocimientos
en inteligencia artificial, robótica, aprendizaje automatizado, cloud
computing entre otras, sin embargo, sigue presente la brecha de géne-
ro sobre todo en el campo de la informática, la tecnología y la inge-
niería, lo cual genera la posibilidad de que las mujeres vean limit-
adas las posibilidades de acceso a mejores oportunidades laborales
demandas para este campo en el presente y futuro, dado que existirá
una menor proporción de candidatas respecto a las demandas del
sector productivo (Foro Económico Mundial, 2018).
No obstante, en México tradicionalmente la matrícula en el área
de tecnología tanto a nivel licenciatura y posgrado en mayor me-
dida es representada por hombres, mientras que las mujeres tienen
mayor participación en el área de ciencias sociales y humanidades
(Lechuga, Ramírez y Guerrero, 2018, p. 116).
Lo anterior conlleva a visualizar que las brechas de género en car-
reras profesionales relacionados con la ciencia, tecnología e inno-
vación aún presentan desigualdad, repercutiendo así en el desarrollo
económico, pues para consolidar los cambios tecnológicos se requiere
fuerza laboral con las capacidades que demanda el entorno y en ese
sentido, las mujeres no están totalmente integradas, reflejando así que:
Las brechas de habilidades son una de las limitaciones clave para la
innovación, entorpecen el crecimiento productivo y el desarrollo
económico. En particular, la escasez en la provisión de profesionales en
las disciplinas STEM, pueden debilitar el potencial de la innovación de
una sociedad (Castillo, Grazzi, Tacsir, 2014, p. 2).

En ese sentido, de acuerdo con Minian y Martínez (2018), los em-


pleos sufren un proceso de vulnerabilidad como consecuencia del
avance de las tecnologías de la información y la comunicación, lo
cual incide en el aumento de la productividad y la competitividad,
al mismo tiempo que propicia el cambio en los modelos de produc-
ción y desplaza al trabajo humano en actividades que las máquinas
pueden hacer de manera más eficiente.
200 Yessica García-Hernández y otros

Del mismo modo, Durán-Bernardino (2021) plantea que las mu-


jeres no tienen una importante presencia en el ámbito tecnológico
por los sesgos de género relacionados con los estereotipos y pre-
juicios, lo anterior, ocasiona que la mujer no se interese por desarr-
ollarse en el ámbito tecnológico de tal forma que se convierte en una
barrera al momento de la elección de carrera profesional desde el
bachillerato al nivel superior y posgrado, lo cual a futuro incide en la
baja participación en el desempeño de puestos de trabajo con perfil
tecnológico.
En cuanto a los antecedentes del tema, a nivel internacional se
realizó un estudio sobre las mujeres y la digitalización, mediante el
desarrollo de una investigación cuantitativa, establecen que en Eu-
ropa respecto al ámbito académico, el 21% de las doctoras se formas
en el área de tecnología, mientras que en España, se incrementa a
39%, que aunque es minoritaria aumenta la participación. Referente
al ámbito laboral, solamente el 2% de mujeres trabajadoras están em-
pleadas en el sector tecnológico, mientras que los hombres represen-
tan casi el 6 por ciento. De manera general se concluye que tanto a
nivel educativo como laboral es menor la presencia de las mujeres,
lo cual puede generar obstáculos para lograr el proceso de digita-
lización al no incorporar al total de la fuerza laboral internacional
(Sainz, Arroyo y Castaño, 2020; Mateos y Gómez, 2019).
A nivel nacional, Caldera-González, Ramírez-Barba y Martínez-Ta-
folla (2019) realizan una investigación sobre la participación de la mu-
jer en la ciencia y tecnología: análisis en Guanajuato, México. Medi-
ante una investigación descriptiva analizan la situación y participación
de la mujer científica. Las conclusiones indican que la existencia de
un avance respecto al posicionamiento y reconocimiento de la mujer
en el ámbito científico en Guanajuato, aunque el avance es lento y no
es equitativo respecto a la participación de los hombres, lo anterior,
como consecuencia de las barreras invisibles que aún persisten para
el ascenso en las instituciones de educación superior y el desarrollo de
actividades en jornada doméstica.
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 201

Es así como se define que a pesar de que se ha trabajado para


lograr avances importantes, aún queda mucho por hacer, pues es cla-
ro que:
La lentitud con que se cierran las brechas en el mercado laboral, in-
cluido el que se caracteriza por un alto desarrollo tecnológico, donde
las TIC son parte integral del modelo de producción, muestra que es
necesario dar visibilidad a los obstáculos de acceso vinculados (CEPAL,
2014, p.17).

METODOLOGÍA

Para el presente trabajo se desarrolló una investigación explorato-


ria, de tipo cuantitativa, de alcance descriptivo y corte transversal.
Adicionalmente se realizó una investigación documental sobre el
tema. El método de recolección de datos fue la compilación de datos
en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Edu-
cación Superior (ANUIES, 2021) y del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (Conacyt, 2022), de las cuales se analizaron al menos 21
entidades federativas que ofertan programas de doctorado en el área
de tecnología.
Las variables de estudio consideradas son: género (masculino y
femenino), formación académica (matrícula, nuevo ingreso, egreso y
titulación, becas a nivel doctoral), entidad federativa (Aguascalientes,
Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Durango, Guanajuato,
Hidalgo, Jalisco, México, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro,
Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlax-
cala, Veracruz y Zacatecas).
En primer lugar, se realizó la búsqueda de las bases de datos,
después se procedió a la curación de los datos con las variables con-
sideradas, las cuales se exportaron a SPSS (Software Estadístico para
las Ciencias Sociales, versión 25).
Finalmente, se realizó el cálculo del indicador que determina el
porcentaje de brecha entre hombres y mujeres con relación a las be-
202
202 Yessica
Yessica García-Hernández
García-Hernández yyyy otros
Yessica García-Hernández otros
otros
Yessica García-Hernández otros

cas
cas otorgadas
otorgadas durante
durante el
el semestre
semestre enero-junio
enero-junio 2022
2022 de
de acuerdo
acuerdo aa lo
lo
siguiente:
siguiente:
(x)
(x)=
(x) = =(x1
(x1–
(x1 – –x2),
x2),donde
x2), donde
donde
(x)
(x)
(x) =
= Brecha
Brecha
(x) =
= Brecha
Brecha
x1
x1
x1 =
= Porcentaje
Porcentaje de
de participación
participación del
del género
género masculino
masculino
x1 = Porcentaje de
= Porcentaje de participación
participación del
del género
género masculino
masculino
x2
x2
x2 =
= Porcentaje
Porcentaje de
de participación
participación del
del género
género femenino
femenino
x2 = Porcentaje de participación del género femenino
= Porcentaje de participación del género femenino

Una
Una vez
vez obtenido
obtenido el
el valor
valor de
de la
la brecha
brecha se
se determinó
determinó elel criterio
criterio de
de
clasificación
clasificación de acuerdo con el semáforo que se indica en el cuadro 1.
de acuerdo con el semáforo que se indica en el cuadro 1.
Cuadro
Cuadro 1.
1. Clasificación
Clasificación de
de la
la brecha
brecha
Valor
Valor
Valor Color
Color
Color Descripción
Descripción
Descripción
Valor Color Descripción
0-25.00
0-25.00
0-25.00 Baja
Baja
Baja
0-25.00 Baja
25.01-50.00
25.01-50.00
25.01-50.00 Media
Media
Media
25.01-50.00 Media
50.01-75.00
50.01-75.00
50.01-75.00 Alta
Alta
Alta
50.01-75.00 Alta
75.01-100
75.01-100
75.01-100 Máxima
Máxima
Máxima
75.01-100 Máxima
Fuente:
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración
Fuente: elaboración propia.
elaboración propia.
propia.

RESULTADOS
RESULTADOS
RESULTADOS
A
A continuación,
continuación,se
continuación, sesepresentan
presentanlos
presentan resultados
loslos descriptivos
resultados
resultados de
de las
descriptivos
descriptivos de va-
las las
va-
variables
riables definidas
definidas enen
el el presente
presente trabajo.
trabajo.
riables definidas en el presente trabajo.

a) Matrícula
a) Matrícula
Matrícula
La primera variable
La primera
primera variableanalizada
variable analizadaes
analizada esesla
la la matrícula,
matrícula,
matrícula, queque
que se se refiere
se refiere
refiere al
al nú-al
nú-
mero
número
mero de
dedeestudiantes
estudiantes
estudiantes que cursan
quecursan
que estudios
cursanestudios a nivel
estudiosa anivel doctoral
niveldoctoral en
doctoralen el
en el área
el área
de
de tecnología durante el ciclo escolar 2020-2021, considerando las
tecnología durante el ciclo escolar 2020-2021, considerando las 21
21
entidades federativas que ofertan esta formación. Los datos
entidades federativas que ofertan esta formación. Los datos indican indican
que
que el
el 72.44%
72.44% deldel estudiantado
estudiantado sonson del
del género
género masculino
masculino yy 27.56%
27.56%
femenino,
femenino, lo cual muestra una brecha de 44.88% entre
lo cual muestra una brecha de 44.88% entre ambos
ambos gru-gru-
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 203

pos. En cuanto a las entidades federativas, se identifica que las que


reflejan una mayor participación de mujeres son: Chiapas, Durango
y Veracruz, mientras que la participación más baja es en Tabasco,
Quintana Roo y Aguascalientes. Cabe destacar que la Ciudad de
México integra el porcentaje más alto de matriculados y se identifica
una brecha o diferencia de participación de 49.58%, como se muestra
en la tabla y gráfica 1.

Tabla 1. Matrícula de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Aguascalientes 12 85.71% 2 14.29% 14 100%
Baja California 45 71.43% 18 28.57% 63 100%
Chiapas 6 46.15% 7 53.85% 13 100%
Ciudad de México 264 74.79% 89 25.21% 353 100%
Durango 4 36.36% 7 63.64% 11 100%
Guanajuato 9 81.82% 2 18.18% 11 100%
Hidalgo 5 71.43% 2 28.57% 7 100%
Jalisco 13 65.00% 7 35.00% 20 100%
México 35 83.33% 7 16.67% 42 100%
Morelos 21 63.64% 12 36.36% 33 100%
Nuevo León 45 68.18% 21 31.82% 66 100%
Puebla 50 79.37% 13 20.63% 63 100%
Querétaro 18 66.67% 9 33.33% 27 100%
Quintana Roo 16 94.12% 1 5.88% 17 100%
San Luis Potosí 8 80.00% 2 20.00% 10 100%
Sinaloa 12 70.59% 5 29.41% 17 100%
Tabasco 11 100.00% 0 0.00% 11 100%
Tamaulipas 22 78.57% 6 21.43% 28 100%
Tlaxcala 8 80.00% 2 20.00% 10 100%
Veracruz 6 42.86% 8 57.14% 14 100%
204 Yessica García-Hernández y otros

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Zacatecas 13 81.25% 3 18.75% 16 100%
Total 623 72.44% 223 27.56% 846 100%
Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).

Gráfica 1. Matrícula de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).

b) Nuevo ingreso

Posteriormente, se analizó la información referente al estudianta-


do de nuevo ingreso, que se incorporó en algún programa doctoral
del área de tecnología en el ciclo escolar 2020-2021. Los datos mues-
tran que a nivel nacional el nuevo ingreso fue de 152 estudiantes,
de los cuales el 71.03% son hombres y 28.97% mujeres, es decir, se
identifica una brecha de participación de 42.06 por ciento. Los resul-
tados por entidad federativa indican que Durango, Jalisco y Chiapas
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 205

reflejan un mayor porcentaje de participación de mujeres respecto


a los hombres, contrario a Guanajuato, Hidalgo, San Luis Potosí,
Veracruz y Zacatecas que reflejan 100% de estudiantes de nuevo
ingreso hombres, como se observa en la tabla y gráfica 2.

Tabla 2. Nuevo ingreso de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Baja California 9 81.82% 2 18.18% 11 100%
Chiapas 6 46.15% 7 53.85% 13 100%
Ciudad de México 51 76.12% 16 23.88% 67 100%
Durango 4 36.36% 7 63.64% 11 100%
Guanajuato 1 100.00% 0 0.00% 1 100%
Hidalgo 1 100.00% 0 0.00% 1 100%
Jalisco 2 40.00% 3 60.00% 5 100%
Morelos 3 60.00% 2 40.00% 5 100%
Nuevo León 27 69.23% 12 30.77% 39 100%
Puebla 7 58.33% 5 41.67% 12 100%
Querétaro 5 55.56% 4 44.44% 9 100%
Quintana Roo 16 94.12% 1 5.88% 17 100%
San Luis Potosí 1 100.00% 0 0.00% 1 100%
Sinaloa 6 75.00% 2 25.00% 8 100%
Tamaulipas 8 88.89% 1 11.11% 9 100%
Veracruz 2 100.00% 0 0.00% 2 100%
Zacatecas 3 100.00% 0 0.00% 3 100%
Nacional 152 71.03% 62 28.97% 214 100%
Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).
206 Yessica García-Hernández y otros

Gráfica 2. Nuevo ingreso de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).

c) Egreso

Respecto a la variable de egreso, el análisis de datos refleja que


en el ciclo escolar 2020-2021, egresaron 102 estudiantes a nivel doc-
toral, de los cuales, 87.18% son del género masculino y 12.82% del
género femenino, es decir, existe una brecha mayor con relación a
la matrícula y nuevo ingreso, con 74.36 por ciento. En cuanto a las
entidades federativas, Querétaro, Jalisco y Tamaulipas obtienen el
mayor porcentaje de egreso de mujeres a nivel doctoral en el área de
tecnología, mientras que, en Guanajuato, Hidalgo, Morelos, San Luis
Potosí y Sinaloa, no contribuyen al indicador de egreso reflejando
una nula participación, como se indica en la tabla y gráfica 3.
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 207

Tabla 3. Egreso de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Baja California 18 90% 2 10.00% 20 100%
Ciudad de México 19 86.36% 3 13.64% 22 100%
Guanajuato 7 100% 0 0.00% 7 100%
Hidalgo 1 100% 0 0.00% 1 100%
Jalisco 5 71.43% 2 28.57% 7 100%
México 4 80.00% 1 20.00% 5 100%
Morelos 2 100% 0 0.00% 2 100%
Nuevo León 11 78.57% 3 21.43% 14 100%
Puebla 10 90.91% 1 9.09% 11 100%
Querétaro 2 66.67% 1 33.33% 3 100%
San Luis Potosí 1 100% 0 0.00% 1 100%
Sinaloa 5 100% 0 0.00% 5 100%
Tabasco 6 100% 0 0.00% 6 100%
Tamaulipas 7 77.78% 2 22.22% 9 100%
Tlaxcala 3 100% 0 0.00% 3 100%
Zacatecas 1 100% 0 0.00% 1 100%
Nacional 102 87.18% 15 12.82% 117 100%
Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).
208 Yessica García-Hernández y otros

Gráfica 3. Egreso de estudiantes de doctorado en el área


de tecnologías, ciclo escolar 2020-2021

Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).

d) Titulación

En cuanto a la variable de titulación, los datos indican que en el


ciclo escolar 2020-2021, se titularon 121 doctorantes, de los cuales,
el 77.69% son del género masculino y 22.31% femenino, lo cual de-
muestra una vez más la brecha existente entre hombres y mujeres
de 55.38 por ciento. Referente a la entidad federativa, el mayor por-
centaje de titulación de mujeres se observa en Veracruz, Zacatecas y
Tamaulipas, mientras que en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla,
San Luis Potosí y Sinaloa no se reportaron datos sobre mujeres titu-
ladas en el área de tecnología, como se observa en la tabla y gráfica 4.
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 209

Tabla 4. Titulación de doctorado en el área de tecnologías,


ciclo escolar 2020-2021

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Baja California 22 84.62% 4 15.38% 26 100%
Ciudad de México 35 76.09% 11 23.91% 46 100%
Guanajuato 3 100% 0 0.00% 3 100%
Jalisco 2 100% 0 0.00% 2 100%
México 4 80% 1 20% 5 100%
Morelos 2 100% 0 0.00% 2 100%
Nuevo León 6 66.67% 3 33.33% 9 100%
Puebla 10 100% 0 0.00% 10 100%
Querétaro 2 66.67% 1 33.33% 3 100%
San Luis Potosí 1 100% 0 0.00% 1 100%
Sinaloa 5 100% 0 0.00% 5 100%
Tamaulipas 1 33.33% 2 66.67% 3 100%
Veracruz 0 0.00% 2 100% 2 100%
Zacatecas 1 25% 3 75% 4 100%
Nacional 94 77.69% 27 22.31% 121 100%
Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).
210 Yessica García-Hernández y otros

Gráfica 4. Titulación de doctorado en el área de tecnologías,


ciclo escolar 2020-2021

Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2021).

e) Becas para formación doctoral


El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) como re-
sponsable de promover la investigación científica, la innovación y
desarrollo tecnológico, otorga becas para la formación de doctores
que mediante la generación de conocimiento y tecnología contribuy-
an al desarrollo del país. Durante el semestre enero-junio 2022, se
otorgaron 969 becas de posgrado a nivel doctoral en el área de tec-
nología, específicamente para programas relacionados con sistemas
computacionales, tecnologías de la información y comunicación, in-
ternet, ciencias de la computación, sistemas digitales, inteligencia ar-
tificial, tecnología avanzada, software, seguridad, computo aplicado,
entre otras. Los datos indican que del total de beneficiarios el 72.34%
fueron hombres y solamente el 27.66% mujeres, mostrando nueva-
mente una brecha en la equidad de participación de 44.68%, como se
indica en la tabla y gráfica 5.
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 211

Tabla 5. Becas para formación doctoral,


ciclo escolar enero-junio 2022

Género Frecuencia Porcentaje


Masculino 701 72.34%
Femenino 268 27.66%
Total 969 100.00%
Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).

Gráfica 5. Becas para formación doctoral, ciclo escolar


enero-junio 2022

Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).

Por otra parte, considerando el análisis por entidad federativa, los


datos muestran que a nivel nacional es mayor el porcentaje de becas
otorgadas a hombres representando un 71.72% respecto al 28.28% de
mujeres, lo cual refleja una brecha de 43.44%, las entidades con may-
or participación de mujeres son: Veracruz, Coahuila y Puebla, mien-
tras que las de menor participación son Tabasco, San Luis Potosí y
el estado de México. En Coahuila y Veracruz existe menor brecha de
participación entre ambos géneros.
212 Yessica García-Hernández y otros

Tabla 6. Becas para formación doctoral por entidad federativa,


ciclo escolar enero-junio 2022

Entidad Masculino Femenino Total


federativa Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje
Aguascalientes 16 72.73% 6 27.27% 22 100%
Baja California 33 75% 11 25% 44 100%
Chihuahua 26 68.42% 12 31.58% 38 100%
Ciudad de México 229 74.84% 77 25.16% 306 100%
Coahuila 7 53.85% 6 46.15% 13 100%
Estado de México 51 80.95% 12 19.05% 63 100%
Hidalgo 5 71.43% 2 28.57% 7 100%
Jalisco 12 75% 4 25% 16 100%
Morelos 26 66.67% 13 33.33% 39 100%
Nuevo León 117 75% 39 25.00% 156 100%
Puebla 50 63.29% 29 36.71% 79 100%
Querétaro 32 66.67% 16 33.33% 48 100%
San Luis Potosí 17 89.47% 2 10.53% 19 100%
Sinaloa 12 70.59% 5 29.41% 17 100%
Tabasco 13 92.86% 1 7.14% 14 100%
Tamaulipas 30 63.83% 17 36.17% 47 100%
Veracruz 14 51.85% 13 48.15% 27 100%
Zacatecas 11 78.57% 3 21.43% 14 100%
Total 701 71.72% 268 28.28% 969 100%
Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 213

Gráfica 6. Becas para formación doctoral por entidad federativa,


ciclo escolar enero-junio 2022

Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).

Por otra parte, se procedió a realizar el cálculo de la brecha que


refleja la diferencia en la asignación de becas de estudios de docto-
rado otorgadas por Conacyt durante el periodo enero-junio 2022,
los resultados muestran en la tabla 7 y gráfica 7, que en Coahuila
y Veracruz existe una participación más equitativa entre hombres y
mujeres con una brecha más baja, no así en San Luis Potosí y Tabasco
que presentan la mayor diferencia de participación con una brecha
máxima, mientas que el Estado de México y Zacatecas se ubican en el
nivel alto y el resto de entidades con una brecha media.

Tabla 7. Brecha de participación en becas de estudios doctorales

Brecha de
Entidad federativa Resultado Clasificación
participación
Aguascalientes 45.45% Media
Baja California 50% Media
Chihuahua 36.84% Media
Ciudad de México 49.67% Media
214 Yessica García-Hernández y otros

Brecha de
Entidad federativa Resultado Clasificación
participación
Coahuila 7.69% Baja
Estado de México 61.90% Alta
Hidalgo 42.86% Media
Jalisco 50% Media
Morelos 33.33% Media
Nuevo León 50% Media
Puebla 26.58% Media
Querétaro 33.33% Media
San Luis Potosí 78.95% Máxima
Sinaloa 41.18% Media
Tabasco 85.71% Máxima
Tamaulipas 27.66% Media
Veracruz 3.70% Baja
Zacatecas 57.14% Alta
Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).

Gráfica 7. Brecha de participación en becas


de estudios doctorales.

Fuente: elaboración propia a partir de Conacyt (2022).


Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 215

CONCLUSIONES

Derivado del desarrollo del presente trabajo a nivel exploratorio,


se obtiene evidencia que permite establecer que aún con todos los
esfuerzos realizados por el gobierno, las empresas, las instituciones
de educación sigue existiendo una brecha en la formación doctoral
en el área de tecnología, lo anterior implica redoblar esfuerzos que
se traduzcan en programas y acciones que contribuyan a reducir los
estereotipos que limitan la participación de la mujer en el área de
tecnología.
De manera general los resultados indican que durante el ciclo
escolar 2020-2021 los indicadores académicos referentes a la for-
mación de capital humano en el área de tecnología, existe una mayor
participación de los hombres, asimismo, en la matrícula, nuevo in-
greso, egreso y titulación.
En cuanto a la matrícula las entidades federativas, Chiapas, Du-
rango y Veracruz, reflejan mayor participación de mujeres, contrario
a Tabasco, Quintana Roo y Aguascalientes. Referente al nuevo in-
greso, Durango, Jalisco y Chiapas muestran mayor participación de
mujeres no así en Guanajuato, Hidalgo, San Luis Potosí, Veracruz y
Zacatecas. Respecto al egreso, Querétaro, Jalisco y Tamaulipas mues-
tran el mayor porcentaje, mientras que Guanajuato, Hidalgo, More-
los, San Luis Potosí y Sinaloa muestran una nula participación. En
cuanto a la titulación es superior en mujeres en Veracruz, Zacatecas
y Tamaulipas, mientras que en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla,
San Luis Potosí y Sinaloa no se reportaron datos sobre mujeres titu-
ladas en el área de tecnología.
Finalmente, respecto a las becas otorgadas por Conacyt para
la formación doctoral en el área de tecnología es superior la asig-
nación a hombres, las entidades con mayor participación de mu-
jeres son: Veracruz, Coahuila y Puebla, mientras que las de menor
participación son Tabasco, San Luis Potosí y el Estado de México.
En Coahuila y Veracruz existe menor brecha de participación entre
ambos géneros.
216 Yessica García-Hernández y otros

Lo anterior conlleva a reflexionar sobre el papel de las insti-


tuciones de educación superior en la formación de talento humano
con las capacidades para generar tecnología acorde a las demandas
del entorno, pues aún con los procesos de cambio generados por la
pandemia de la covid 19 y la industria 4.0, en México aún es limit-
ada la participación de mujeres en el área de tecnología, lo cual se
puede deber a factores culturales y a la socialización genérica que
tradicionalmente orienta a las mujeres al área de ciencias sociales y
humanidades y no en el área de tecnología.
Esto concuerda con lo establecido por Caldera-González,
Ramírez-Barba y Martínez-Tafolla (2019), quienes mencionan que
“la sociedad se enfrenta a un gran reto que implica un trabajo arduo
y colaborativo de las instituciones, organismos u ordenamientos en-
cargados de regir la vida científica y tecnológica el cual contribuya a
valorar el papel de la mujer” (p. 176).
Por otra parte, se define que, si bien existe una brecha en la par-
ticipación de hombres y mujeres en la formación doctoral, esta ha
disminuido aunque no ha sido suficiente, por lo tanto, se requiere
fortalecer el marco jurídico que garantice el acceso a oportunidades
de educación y laborales sin importar el género (Lechuga, Ramírez y
Guerrero, 2018, p. 136).
Es así, como se establece que se debe trabajar en reducir la brecha
de participación en formación doctoral entre hombres y mujeres, lo
cual impactará en la economía y en la diversificación de la fuerza
laboral, pues hombres y mujeres tienen capacidades y talentos que
pueden contribuir al desarrollo de tecnología y conocimiento que
promuevan la economía digital y el desarrollo del país, no sólo por
lograr la equidad en cuotas, sino por fortalecer la fuerza laboral y
generar oportunidades de desarrollo para hombres y mujeres.
La principal limitación del trabajo es que solamente se presenta
un análisis a nivel exploratorio, por lo cual se recomienda como fu-
tura línea de investigación trabajar la información con metodologías
de estadística multivariante que permita generar inferencias sobre
las variables de estudio.
Formación de capital humano a nivel doctoral en el área de tecnología... 217

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10. MUJER Y MATERNIDAD: DE LA MUJER
OBJETO A LA MUJER SUJETO EN LA
LITERATURA

Claudia Panisello Gossweiler


Instituto de Profesores Artigas (Uruguay)
clapanvirtualiceo@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se dirige al análisis de los discursos femeninos rela-


cionados con la maternidad y la reproducción. El interés está en la
importancia del ser biológico femenino y el proceso escritural de la
voz femenina en una perspectiva histórica de estos temas. Se investi-
gará el tema dentro del género lírico escrito por tres autoras nacidas
en diversos momentos del siglo XX: la española Susana March, la
uruguaya Blanca Viel y la mexicana Gela Manzano Añorve.
La identidad femenina, el sujeto mujer y lo que significa ser mu-
jer, son conceptos complejos que han variado a lo largo de la histo-
ria. La esencia del ser femenino tiene raíces ancestrales relacionadas
sobre todo a la maternidad y a la división de tareas entre los géneros.
En este sentido, la mujer ha estado históricamente en una situa-
ción de inferioridad con respecto al hombre. Se tomarán para el aná-
lisis prestigiosas estudiosas del género femenino. Siguiendo mi tesis
de maestría sobre la construcción cultural de la mujer, Simone de
Beauvoir en El segundo sexo, en 1968,1 ha estudiado el ser femenino

1 “Simone de Beauvoir es una de las mayores referentes en lo que ha sido su con-


tribución al tema del análisis sobre la construcción cultural de la mujer. El aporte
fundamental de esta autora es no sólo procurar definir lo que es ser mujer, desde los
ángulos de la biología, psicoanálisis y materialismo histórico, sino también, haber
220 Claudia Panisello Gossweiler

en relación con “la categoría del Otro”2, que “es tan original como la
conciencia misma”.
Seyla Benhabib, en Situating the Self, determina la esencia de la
mujer en relación con la filosofía hegeliana, el ser con sus determina-
ciones pero sin la conciencia de sí mismo como opuesto al “ser-en-
sí”. Judith Butler, en Deshacer el género, se refiere a lo que significan
las imposiciones por parte de la construcción cultural femenina.
La construcción cultural de la mujer ha sido mayoritariamente
realizada por hombres, de tal manera que para la mujer su propio
conocimiento e intelección está atravesada por una alienación histó-
rica de sí misma. La mujer llega a una concienciación de sí misma y
su significado cuando éste es nombrado por otros, pero no por una
verdadera introspección.

realizado una compilación histórica bastante extensa de las diferentes instancias que
ha tocado atravesar a las representantes del género femenino, y los mitos en torno a
lo femenino, refiriéndose desde las antiguas aldeas y tribus hasta los momentos en
que se publica el libro El segundo sexo en 1968. En el segundo volumen estudia los
diferentes procesos por los que pasa la mujer, así como diversos tipos de mujeres y
sus relaciones con su entorno familiar y social” (Panisello, 2019).
2 “En El segundo sexo, enfatiza la idea del Otro, “La categoría de el Otro es tan origi-
nal como la conciencia misma…”. Señala que desde las sociedades más primitivas
y la antigua mitología, se produce la dualidad entre el concepto de lo mismo y de
lo otro; posteriormente se traslada a la mujer esa cualidad, considerando que la
mujer “no nace, sino que se hace” a través de las pautas culturales que le imprimen
la adhesión a un género. Señala la importancia de la alteridad en las diferentes
colectividades: “Ninguna colectividad se define nunca como Una si no coloca in-
mediatamente a lo Otro enfrente de sí” (Vol I, 13).
Ella reflexiona sobre la sumisión de la mujer, y establece: “La mujer se determina y
diferencia con relación al hombre y no éste con relación a ella; ésta es lo inesencial
frente a lo esencial. Él es el Sujeto, él es lo Absoluto: ella es el Otro” (Vol I, 12). El
hecho de constituirse “el otro” para la mujer, tiene una doble desventaja, pues no
sólo es lo que se singulariza por la oposición negativa, es decir, el sujeto y lo que
no es él, sino que además, ella constituye un objeto frente a lo que sería el sujeto
masculino. Es decir, la mujer, según esta perspectiva, no define su ser por sí misma
sino en una relación de inferioridad respecto al principal que sería el hombre.
Siguiendo a Hegel: “el sujeto no se plantea si no es bajo forma de oposición, pues
pretende afirmarse como lo esencial y constituir al otro en inesencial, en objeto”
(Vol I,14).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 221

La tradicional ubicación de la mujer como objeto por parte del


hombre, se transforma en los textos elegidos en la identificación de sí
misma como sujeto. Se analizará la traslación de la postura desde y ha-
cia la mujer con un alcance metafísico del significado del ser femenino.
El discurso femenino es un discurso caracterizado por su sub-
alternidad respecto al discurso masculino. Las diferentes olas del
feminismo han realizado un aporte fundamental para la liberación
del discurso de la mujer, llevando a la misma desde una postura del
“otro” a una asunción de sí misma como sujeto. La expresión de estas
tres poetas nos acerca a una postura favorable del tema de la materni-
dad, mediante diversas manifestaciones dentro del discurso poético.

DESARROLLO: ANÁLISIS DE LAS OBRAS ELEGIDAS

El Hijo, de Susana March

Susana March (1915-1990), nacida en Barcelona, fue maestra y


escritora cuyos primeros libros tuvieron “ecos modernistas”,3 encon-
trando luego una voz femenina propia. El presente poema pertenece
al poemario: Los poemas del hijo (Gonzalo Badia, 1970).
Se reproduce el poema de Susana March:
“El hijo”
¿Quién eras antes, dime?
¿Un ángel? ¿Un príncipe de cuento?
¿Tal vez un dios? ¿O un pájaro?
¿O un álamo esbelto?

3 “Con manifiestos ecos modernistas, en 1938 publicó su primer poemario titula-


do Rutas. Su segundo poemario, volumen conformado por evocadores poemas de
vivencias pasadas, es el titulado Poemas de la Plaza Real aunque se publicó en 1987
y obtuvo el Premio de Poesía Anjaro. En la década de 1940, bajo el seudónimo
de Amanda Roma, publicó un ingente número de novelas rosas para la colombiana
revista Cromos” (recuperado de https://cutt.ly/ICh65Ro).
222 Claudia Panisello Gossweiler

¿Quién eras? ¿Un claro arroyo


cruzando un verde bosque de abetos?
¿El capullo de un jardín? ¿Un pedazo
de viento?
¿Quién eras antes, dime? ¿Por qué diste a mi vida
tanto deslumbramiento?
Me basta con tocarte
Para que se me apacigüe el pensamiento.
Y me basta verte
Para sentirme a gusto con mi cuerpo.

¿Quién eras, dime? ¡Oh mago


de mi ser descontento!
Con tu varita mágica
Me vas cambiando los sueños,
Me vas cambiando la vida...
¡Ya no me quejo!”

Divido la obra para su mejor análisis en diferentes niveles, si-


guiendo los parámetros de Lotman en Estructura del texto artístico:
nivel paratextual: el título; la estructura y la rima; nivel léxico y nivel
semántico intratextual.
Nivel paratextual: el título lleva el nombre del contenido semán-
tico a desarrollar, mediante el sustantivo común se percibe la impor-
tancia del hijo, sin embargo, es significativo que no se dé el nombre
del niño, elemento decisivo para su determinación y filiación. Se po-
dría entender la ausencia del nombre (lo primero que identifica al
ser humano) y el empleo del sustantivo hijo con mayúscula como un
deseo de generalización de su obra, para que la misma trascendiera
su ser y existencia, abarcando a todos los hijos. Asimismo, se produ-
ciría de esta forma, una intención de extensión y universalización del
sentimiento de maternidad a todas las madres.
El poema tiene una estructura externa libre, que consta de de tres
estrofas irregulares, siendo la primera de cuatro versos, la segunda
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 223

de diez versos y la última de seis versos. El número de sílabas de cada


verso es heterogéneo, pero no se podría clasificar como verso libre,
debido a la presencia de una rima asonante entre palabras graves (e-
o) (“cuento, esbelto, abetos”, etc.) en todos los versos pares y algunas
otras rimas asonantes.
En el nivel léxico, la selección es adecuada a la intelección de todo
público, posiblemente para ser fácilmente comprendida, sin alambri-
camientos que impidan su directa asimilación. No obstante, el léxico
sencillo no impide en esta poesía la profundidad que trasciende lo
mundano para instalarse en la inquietud filosófica del ser.
En el nivel semántico intratextual se podría dividir este poema en
tres momentos, no coincidentes exactamente con las estrofas. Cada
momento comienza con la pregunta retórica “¿Quién eras antes,
dime?”, que anafóricamente se refiere al cuestionamiento metafísico
del ser y su existencia. La interrogación reiterada abre el inmenso
espacio de lo no dicho y pensado por muchas madres en relación
con la gestación de una nueva vida dentro de su vientre. La identidad
femenina entonces está relacionada con el proceso de gestación que
está concienciado desde un “ser-en-sí”, buscando un significado pro-
pio y nuevo a partir de sí misma. La construcción de sí misma viene
asociada a una intelección de su embarazo y el proceso de gestación
del ser encuentra una trascendencia más allá de lo corpóreo.
La reflexión sobre la esencia del ser gestado se refleja en el pro-
nombre interrogativo “Quién” que se reitera en relación al adverbio
de tiempo “antes” (antes de estar en su vientre) y lleva implícita la
línea divisoria de lo que sería el alma del hijo en un antes y un des-
pués, en relación al embarazo. La elipsis del embarazo, presupone
la meditación sobre el alma humana antes de la concepción. Con-
cluye la pregunta con la directa apelación al hijo con el pronombre
de segunda persona del singular (tú) “dime”, en un tono coloquial y
familiar, mediante el empleo del verbo en modo imperativo con el
pronombre enclítico de primera persona del singular “me”.
En el primer momento, en el segundo verso de la primera estrofa,
formula las preguntas retóricas relacionadas con diferentes posibili-
224 Claudia Panisello Gossweiler

dades que se refieren a diversos planos: “¿Un ángel?” se refiere a un


ser espiritual elevado, que según las creencias y la afirmación de la
Divina comedia de Dante Alighieri, se encontrarían en torno a Dios
en el Paraíso. Es muy significativo que no haya una mención a Dios
en todo el texto, lo que plausiblemente remite a un contexto de emi-
sión no necesariamente muy ligado a la religión en general, por lo
menos no a una concepción tradicional del cristianismo, ya que no
estaría sugerida de alguna forma la reencarnación.
La segunda opción remite a un plano de ficción, “¿Un príncipe de
cuento?”, como si fuera posible la transmigración de un alma de un
ser de ficción a un ser de la realidad. La tercera opción, “¿Tal vez un
dios?”, remite a un politeísmo indefinido, indeterminado, puesto que
si hubiera sido un dios, supuestamente eterno, la reencarnación en
un humano pondría en cuestionamiento las afirmaciones de varias
religiones: El cuarto, “¿O un pájaro?”, se refiere a un plano animal ala-
do, con el simbolismo de los pájaros “Todo ser alado es un símbolo
de espiritualización, ya para los egipcios. La tradición hindú dice que
los pájaros representan los estados superiores del ser” (Cirlot, 356).
La quinta posibilidad, “¿O un álamo esbelto?”, se liga a lo vegetal,
mundano, simbólicamente el álamo “Aparte del simbolismo general
del árbol, de la madera y de la vida vegetal, el álamo posee una sig-
nificación alegórica determinada por la dual tonalidad de sus hojas.
Es así el árbol de la vida, verde del lado del agua (luna) y ennegre-
cido del lado del fuego (sol) (positivo-negativo)” (Cirlot, p. 75) En
este sentido, el álamo además calificado de esbelto con un contenido
semántico ligado a lo nuevo, lo joven y asociado a la polaridad de la
esencia del ser, que puede vincularse a lo positivo o a lo negativo, y/o
a la convivencia de esos polos con matices en el nuevo ser gestado.
Completando de esta forma una amplia gama de aspectos sobre
su hijo, que puede circunscribirse a variadas posibilidades del ser an-
terior a esa variable humana generada en su vientre. Se define a sí
misma en una situación mística de dar vida a un alma que proviene
de otra naturaleza. La instancia metafísica eleva a la maternidad pu-
ramente biológica al estado máximo del ser.
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 225

La reiteración de la identidad anterior se repite en la segunda es-


trofa pero sólo hasta el verbo en pretérito imperfecto del modo Indi-
cativo: “¿Quién eras?” que remarca la duración en la anterior fase de
su evolución o encarnación. Y ahora la opción se relaciona a aspectos
naturales: “¿Un claro arroyo cruzando un verde bosque de abetos?” ,
yendo de lo particular (un álamo) a lo general o más abarcativo y ex-
tenso (un arroyo) que además cruza un bosque, que a nivel simbólico
se relaciona con lo femenino y la fertilidad.4
La otra opción, “¿El capullo de un jardín?”, refiere metafóricamen-
te al nacimiento con la palabra capullo que encierra todos los futuros
posibles en el metafórico jardín de la vida. Finalmente, en catacresis5
“¿Un pedazo de viento?” porque la palabra pedazo parece demasiado
coloquial, violenta y perteneciente a otro ámbito ya que se refiere a
algo que se puede seccionar, sin embargo, acompañada de la palabra
viento genera la partición de lo que no puede serlo.
El segundo momento comienza en quinto verso de la segunda
estrofa, donde se vuelve a reiterar el leit motiv, “¿Quién eras antes,
dime?”, pregunta en torno a la cual gira todo el poema, siendo la
preocupación jerarquizada de esta madre y el centro de su reflexión
maternal.
Continúa otra pregunta retórica de ese “yo lírico” a la segunda
persona del singular que es su hijo: “¿Por qué diste a mi vida tan-

4 “Dentro del simbolismo general del paisaje, el bosque ocupa un lugar muy carac-
terizado, apareciendo con gran frecuencia en mitos, leyendas y cuentos folclóricos.
Su complejidad, como la de otros símbolos, redunda en los diversos planos de sig-
nificado, que parecen todos ellos corresponder al principio materno y femenino.
Como lugar donde florece abundante vida vegetal, no dominada ni cultivada, y
que oculta la luz del sol, resulta potencia contrapuesta a la de éste y símbolo de la
tierra” (Cirlot, p. 112).
5 “Catacresis: Empleo de una palabra en sentido traslaticio...La retórica tradicional
consideraba tal traslación como un abuso , aunque a veces era disculpable y aún
deseable por su gran fuerza expresiva. También se utilizaba el término para de-
signar las metáforas excesivamente violentas” (como en este caso) (Diccionario de
términos filológicos, p. 84).
226 Claudia Panisello Gossweiler

to deslumbramiento?”. El sustantivo elegido “deslumbramiento”6 se


asocia semánticamente a alumbrar por la metáfora usualmente uti-
lizada de dar a luz, dar nacimiento y vida. Las connotaciones de la
emoción, del deleite del nuevo hijo, que colma la vida de la madre,
impregnándola de dicha y de luz, siendo siempre la luz todo lo posi-
tivo, ligado a lo divino y lo vital.
El consuelo de la madre, de todos los posibles miedos ante la
responsabilidad e importancia de tener un hijo, viene de la simple
presencia del hijo, dando el encabalgamiento más significado al
sentimiento, por la pausa que se genera en la lectura de dos versos
diferentes: “Me basta con tocarte/Para que se me apacigüe el pensa-
miento.” La materialidad de lo corpóreo tranquiliza a la madre por su
presencia cercana y tangible.
Termina el segundo momento con la aceptación de la madre de
su ser biológico, que ha cambiado por la procreación: “Y me basta
verte/Para sentirme a gusto con mi cuerpo”. Es significativa en esta
sección la elección léxica de los verbos en infinitivo con el pronom-
bre enclítico de segunda persona del sigular “te”: “verte”. El sentido
de la vista que se asocia a la percepción de armonía consigo misma,
empleando de nuevo el infinitivo con el pronombre enclítico de pri-
mera persona del singular: “sentirme”. La paz de la madre viene aso-
ciada a su maternidad, derribando la idea negativa sobre la misma,
presentada por Simone De Beauvoir, en numerosas oportunidades
dentro de la citada obra.7

6 Según el Diccionario de la RAE, “m. Acción y efecto de deslumbrar. 2. Turbación


de la vista por luz excesiva o repentina. 3. fig. Ofuscación del entendimiento por
efecto de una pasión” (RAE, p. 719).
7 “En cuanto a las servidumbres de la maternidad, según las costumbres, adquieren
una importancia sumamente variable: son abrumadoras si se impone a la mujer
numerosos partos y si tiene que alimentar a sus hijos sin ayuda; si procrea libre-
mente, si la sociedad acude en su ayuda durante el embarazo y se ocupa del niño,
las cargas maternales son ligeras y pueden compensarse fácilmente en el dominio
del trabajo” (De Beauvoir, p. 19).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 227

No se podría obligar directamente a la mujer a dar a luz: todo cuanto se


puede hacer es encerrarla en situaciones donde la maternidad sea para
ella la única salida... Es imposible considerar a la mujer exclusivamente
como una fuerza productiva: para el hombre es una compañera sexual,
una reproductora, un objeto erótico, una Otra a través de la cual se bus-
ca a sí mismo” (De Beauvoir, p. 19).

En este caso, se produce una traslación de la postura del sujeto


lírico a una comprensión de sí misma y su identidad en relación a la
maternidad y constituido por la misma. Es trascendente la postura
del sujeto en cuanto a su esencia; y la aceptación del cuerpo propio
unida a la satisfacción consigo misma por la maternidad. La identi-
dad del cuerpo y la identificación de su maternidad como sujeto se
produce a través del discurso poético. La postura es la de autorreco-
nocimiento y la corporeidad de la madre se relaciona a la instancia
biológica de haber engendrado un hijo dentro. La enunciación eleva
por medio del uso de las palabras “gusto con mi cuerpo” a la pon-
deración positiva de sí misma, transformándola en el sujeto que se
apodera del discurso. Ya no es un ser otro que la califica desde fuera,
sino la consustanciación consigo misma que genera la expresión del
yo lírico. Deconstruye lo que De Beauvoir dice: “La Humanidad es
macho, y el hombre define a la mujer no en sí misma, sino con rela-
ción a él; no la considera como un ser autónomo. “La mujer, el ser re-
lativo”, escribe Michelet. Y así lo afirma Benda en el Rapport d’Uriel:
El cuerpo del hombre tiene sentido por sí mismo, abstracción hecha del
de la mujer, mientras este último parece desprovisto de todo sentido si
no se evoca al macho... El hombre se piensa sin la mujer. Ella no se pien-
sa sin el hombre. Y ella no es otra cosa que lo que el hombre decida que
sea; así se la denomina “el sexo”, queriendo decir con ello que a los ojos
del macho aparece esencialmente como un ser sexuado: para él, ella es
sexo; por consiguiente, lo es absolutamente. La mujer se determina y se
diferencia con relación al hombre, y no este con relación a ella; la mujer
es lo inesencial frente a lo esencial. El es el Sujeto, él es lo Absoluto; ella
es lo Otro.

El yo lírico en este poema define su propio sentir con respecto a la


maternidad. El peso de lo corpóreo se traslada a la mujer y el sentido
228 Claudia Panisello Gossweiler

pasa a ser el sentido de la procreación, produciéndose la traslación


de ser un “otro” a ser un sujeto. La asunción escritural del hecho de
ser mujer está asociada a un poder y no a un pensamiento a través
del hombre, o por medio de él. Ya no interesa lo que el “otro” piense,
sino la importancia de la identidad consigo misma: “para sentirme a
gusto con mi cuerpo”.
El tercer momento inicia en la tercera estrofa con la repetición
anafórica, leitmotiv del poema entorno a la esencia metafísica del
ser anterior del recién nacido: “¿Quién eras, dime?”. Seguido de la
invocación: “¡Oh mago/de mi ser descontento!”, constituida por los
rasgos distintivos de la exclamación, la interjección y el vocativo. La
exclamación que plasma la sorpresa del ser del hijo; la interjección,
tipo de palabra que no tiene un significado fijo, en general asociado a
la alabanza de un dios, en este caso asociada a la maravilla de la exis-
tencia. El vocativo, mención y llamado de su hijo, constituido por la
metáfora del hijo “mago”, con las connotaciones de: alguien superior,
dotado del poder de la magia, con poderes sobrenaturales, con cuali-
dades extraordinarias, distinguido y único. La condición metafórica
de mago8 estaría asociada a este misterio de su origen y poder oculto
del ser del hijo, que llega a transformar su vida y destino: “Con tu
varita mágica/Me vas cambiando los sueños” La determinación de la
realidad ontológica del ser de su hijo ligada a algo fuera de lo real, es
en cierto modo una paradoja, puesto que la condición biológica de
la mujer es poder procrear y poder dar a luz. El discurso femenino
asume el poder de su condición jerarquizada de gestadora de una
nueva vida mediante la metáfora “mago”. La exaltación metafórica de
su hijo posee connotaciones que lo elevan a un plano superior, ya que
lo biológico es comprensible desde el plano de la realidad, pero el ser

8 Según la RAE, “mago: 2. dícese de la persona versada en la magia o que la practica”


(p. 1293), y “magia: Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose
de ciertos actos o palabras, o con la intervención de espíritus, genios o demonios,
efectos o fenómenos extraordinarios, contrarios a las leyes naturales. 2. fig. Encan-
to, hechizo o atractivo con que una persona o cosa deleita y suspende” (p. 1291).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 229

madre trasciende los límites de lo real y lo tangible para transformar-


se en algo inasible, inefable, inexplicable y mágico.
El encabalgamiento encadenado: Me vas cambiando la vida.../¡Ya
no me quejo!” va paulatinamente explicando esa transformación de
la madre atravesada por el hijo, que la constituye. Se infiere una que-
ja anterior, es decir algo que ese yo lírico esperaba “los sueños” que
quizá no todos estuvieran asociados a la presencia del hijo, por eso,
concluye el poema con la disolución de esa “queja”.
La asunción de la mujer como sujeto se percibe en esta poesía
mediante esa intransferible voz femenina en el tránsito de su vida,
desde la condición de la esencia materna, que ha generado su hijo de
una forma mágica y ligada a lo inexplicable.

ANÁLISIS DEL POEMA “HIJO”, DE BLANCA VIEL

Blanca Viel nació y vivió en Montevideo desde 1930 a 2017. Sus


padres habían llegado a Uruguay como consecuencia de la primera
guerra mundial (1914-1918) y fue la última hija, con cinco hermanos
mayores italianos. “Asistió a los cursos literarios dictados por los pro-
fesores José Bergamín, Ángel Rama y Mónica Salinas”.9
“Hijo”
“El tallo del recuerdo brotó limpio en mis sienes”
Jorge Teillier

Hijo:
Te estoy recordando...
eclosión de blancas palomas
me circundan.

Hijo:
te estoy nombrando...

9 Información que figura en la solapa de uno de los cinco libros de su autoría.


230 Claudia Panisello Gossweiler

un panal de dulzura
estalla entre mis labios.

Hijo:
te estoy llamando...
avalancha de luceros
por mis venas se desborda.

Hijo:
te estoy besando...
la ternura tibia de una rosa

Hijo:
te estoy orando...
¡me responde el ALELUIA
de tu amor universal
desde tu Cristo del Tabor
que estoy mirando!...
(Más allá del corazón, Montevideo, s.d.).

Nivel paratextual: el título general del poemario es Más allá del


corazón y presenta al inicio un epígrafe de Jorge Teillier “El tallo del
recuerdo brotó limpio en mis sienes”. La metáfora se asocia al olvido
de los malos momentos, al recuerdo puro y sin resentimientos, hacia
los seres que son importantes para la persona.
La estructura externa está formada por cinco estrofas; las cuatro
primeras constan de cuatro versos, mientras que la última consta de
cinco versos. Son versos de heterogénea cantidad de sílabas, encon-
trándose una rima consonante grave entre el primer verso de cada
estrofa y con el último verso de la última estrofa (recordando, nom-
brando, llamando, besando, orando y mirando). Otra de las rimas
que puede encontrarse es la rima asonante grave (o-a) en los versos
que concluyen en palomas, desborda, rosa y deshoja. También se en-
cuentra una rima asonante grave (u-a) entre los versos que finali-
zan en circundan y dulzura. Los demás versos quedan libres de rima
(versos blancos).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 231

Nivel semántico intratextual: todas las estrofas comienzan con el


sustantivo común “hijo”, seguida de dos puntos que indican la directa
apelación a la segunda persona del singular de su descendiente.
Se encuentra un paralelismo constructivo entre los segundos ver-
sos de cada estrofa, constituido por el pronombre proclítico de se-
gunda persona del singular “te” y la perífrasis verbal donde el verbo
“estoy” está en presente del modo Indicativo, acompañado del gerun-
dio de un verbo que va cambiando según la estrofa: (recordando,
nombrando, llamando, besando, orando y mirando). El empleo de
la perífrasis verbal da la idea de algo que se está desarrollando en el
presente y el gerundio produce la sensación de la acción en su trans-
curso.10
Los verbos en gerundio marcan la acción de cada estrofa. En la
primera estrofa “Te estoy recordando” seguido de puntos suspensi-
vos que por reticencia dejan incompleto el verso. La madre recuer-
da tan innumerables momentos con el hijo que lo condensa con la
expresión “eclosión de blancas palomas/me circundan”. La metáfora
pura de los momentos recordados (elemento real) presentan el ele-
mento figurado de palomas, connotando las aves que revuelan alre-
dedor de su cabeza, asociadas a la vida, la libertad, la alegría de la
vida. El adjetivo “blancas” remite a la pureza del recuerdo, asociado
semánticamente al epígrafe, lo que se rememora está vivo y limpio
de toda connotación negativa; asimismo, se puede relacionar a la pu-
reza, la inocencia de la más tierna infancia. Esos recuerdos están en
“eclosión” que significa en un sentido figurado “brote, manifestación,
aparición súbita” (RAE, 786).
En la segunda estrofa pasa al nombre; “te estoy nombrando...”, la
importancia del nombre, que define al sujeto, sin embargo, no dice
el nombre del hijo, sino lo que le provoca: “un panal de dulzura/

10 “El gerundio da a estas perífrasis un sentido general de acción durativa. Con ver-
bos de acción no momentánea “estar+gerundio” realza unas veces la noción du-
rativa con referencia a un acto único o denota el progreso de una acción habitual”
(Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, p. 448).
232 Claudia Panisello Gossweiler

estalla entre mis labios”. La metáfora pura relacionada a la miel y la


sensación agradable del sabor dulce asociada a la mención de su hijo.
La metáfora “estalla” está dentro al mismo campo semántico que la
eclosión, ya que se relaciona a lo que repentinamente se expande o
explota, genera la sensación de la invasión del nombre en el ánimo
del yo lírico, impregnándolo de la dulzura maternal.
El tercer momento, tercera estrofa: se refiere al llamado: “te estoy
llamando...” que si bien se vincula al mismo campo semántico que
“nombrando”, la variación semántica se relaciona a la invocación, el
llamado a la presencia, el deseo de llegar al otro y que el hijo acuda.
Lo que produce es “la avalancha de luceros/ por mis venas se desbor-
da”. La metáfora pura se relaciona esta vez a los luceros que serían
astros que llegarían hasta su más profunda intimidad, “mis venas”
connotando que correrían por dentro, como la sangre, como el ser
en gestación, por dentro y luego la desborda. El sustantivo “avalan-
cha” se liga al campo semántico de “eclosión”, “estalla”, “avalancha” y
“desborda”. La avalancha11 es un alud, implica la invasión y recorrido
por el interior de sus venas; es una metáfora de gran fuerza expresiva
y connota con magistral belleza el sentimiento que invade el corazón
materno. La sensación de desbordar de alegría, cuando el solo re-
cuerdo y emoción transita abarcando al sujeto mujer.
El cuarto momento, cuarta estrofa: la acción se transforma en una
actitud concreta de contacto con el hijo por medio del beso “te estoy
besando...”, donde la presencia física del hijo en el recuerdo se con-
sustancia con la tibieza: “la ternura tibia de una rosa/ por mis ojos
se deshoja” la metáfora pura asociada al llanto por medio del desho-
jarse. Ese deshojarse, representa la angustia de la madre por su joven
hijo que ha tenido que emigrar hacia Buenos Aires, con un destino
incierto dentro del contexto de la dictadura.

11 “2. Masa grande de una materia que se desprende por una vertiente, precipitándo-
se por ella” (RAE, p. 117).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 233

El último momento, última estrofa, la acción es la orar, implíci-


tamente aludiendo a la virtud teologal de la fe: “te estoy orando”. La
respuesta a ese yo lírico es de júbilo : “¡me responde el ALELUIA”.12
El encabalgamiento permite comprender el significado simbólico
de esa respuesta, pues la pintura de “Cristo del Tabor” la ha pintado el
propio hijo invocado: “desde tu Cristo del Tabor13/que estoy miran-
do!...”. El poema concluye con una acción real, ya no metafórica, que
remite al presente de la enunciación poética, a la soledad y evocación
de su amado hijo en la distancia. Los puntos suspensivos dejan en-
trever su amor y el mensaje no concluido, las esperanzas contenidas
en el espacio de lo indefinido.
La aportación de este poema constituye la representación de la
mujer manifestada por vivencias propias, ligadas de forma magistral
a las diferentes metáforas ya señaladas, que atraviesan el poema en
una enunciación lingüística de la maternidad. La representación del
sujeto mujer no se da por entendida, sino que se construye a lo largo
del poema y se produciría lo que dice Butler en El género en disputa:
“Tal vez, paradojalmente, se demuestre que la representación tendrá
sentido para el feminismo únicamente cuando el sujeto de las muje-
res no se dé por sentado en ningún aspecto” (p. 53).
En este poema se percibe un discurso femenino ajeno al orden
masculino, ya que se produce una resignificación del ser de la mater-
nidad en relación a su hijo. Si tomamos en cuenta los planteamientos
de Seyla Benhabib: “Nos encontramos uno al otro, y a nosotros mis-
mos en tanto otros, a través de…procesos de hacer y decir. Ser y con-
vertirse en un sí mismo es insertarse en las redes de interlocución”
(p. 50). La expresión de su sentimiento de maternidad la constituye

12 “Aleluya: (del hebreo: halllu-yah: alabad con júbilo a Yahvé) Voz que usa la Iglesia
en demostración de júbilo, especialmente en tiempo de Pascua (RAE, p. 93).
13 El Cristo del Tabor es un cuadro de su hijo, que se refiere a la transfiguración de
Cristo en el monte Tabor. Jesús se veía iluminado y como una espada de fuego
salía de su boca, que “separaba la paja del trigo” (el bien del mal) (según Mateo 17
y Jeremías 46).
234 Claudia Panisello Gossweiler

en tanto mujer vista desde sí misma y no desde el punto de vista


externo de otro. La construcción de su ser maternal está relacionada
a la evocación nostálgica de su hijo en la distancia y al jerarquizarlo
en el discurso poético se distingue e identifica a sí misma inspirada
en su amor.

ANÁLISIS DEL “CANTO IV” DEL POEMARIO


NOMBRAR EL SILENCIO Y OTROS CANTOS,
DE GELA MANZANO AÑORVE

Gela Manzano Añorve14 nació en Acapulco, Guerrero, México.


Profesora y escritora, con varias obras publicadas, ha sido reconoci-
da tanto por su obra como escritora como por el reconocimiento por
su contribución a visibilizar la condición social de las mujeres.15 Se
va a analizar el “Canto IV” del poemario inédito Nombrar el silencio
y otros cantos.
“Canto IV” del poemario inédito Nombrar el silencio y otros can-
tos, de Gela Manzano
Regreso al tiempo de tu nacimiento
ahora cuando se han apagado los faroles
intento revivir aquellos años:
apareciste ante mi sorpresa festiva
como creadora de vida
fuimos testigos una de la otra

14 “Doctora en Literatura por el Centro de Investigación y Docencia en Humanida-


des del Estado de Morelos (2005). Maestra en Literatura por el Centro de Investi-
gación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (2005). Licenciatura en
Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (1994)” (recuperado
de https://cutt.ly/qCjyMJb).
15 Reconocimiento por su contribución a visibilizar la condición social de las mujeres
en los medios de comunicación, la construcción y consolidación de la Red Nacional
de Periodistas, 1995-2005. Otorgado por el CIMAC (Comunicación e Información
de la Mujer, A. C., Morelia Michoacán, 10, 11 y 12 de noviembre de 2005).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 235

de nuestro crecimiento
de nuestro destino juntas
de amarnos con este único
amor de madre e hija
que, por maravilloso, impronunciable.
Y otra vez la sorpresa
cuando percibí tu primer llanto
que anunciaba tu presencia
fui escucha de tus primeros balbuceos
de tus primeros pasos
festejé con alegría infinita
tus logros personales
tu carácter indómito
tu entereza, tu inteligencia
de niña precoz y avispada.
Observé con asombro tu osadía
desafiante
de juventud plena
tus ganas de comerte el mundo
tu valentía
para mirar la vida con tus propios ojos.
Caminé a tu lado sin hacer ruido
con paso de acompañante
amoroso, incondicional
de aprendiz de ternura
de mujer, de madre.
Nadie me advirtió del prodigio
del amor materno”
del instinto humano
que ennoblece
y nos hace buenas
nadie nos habló —a las mujeres—
que la maternidad es también gozosa.
236 Claudia Panisello Gossweiler

Nivel paratextual: el título: este poema pertenece al poemario in-


édito Nombrar el silencio y otros cantos, que se refiere a lo más doloroso
del silencio que ha quedado por el vacío de la falta de su hija. Nombrar
es identificar, delimitar, de alguna manera ordenar el caos de la angus-
tia y dolor para crear un espacio de comprensión en el sinsentido de la
pérdida. En este poema, canto IV del poemario, cuyo primer verso es
“Regreso al tiempo de tu nacimiento” el yo lírico evoca los momentos
del nostálgico tiempo del nacimiento de su hija. Eso coloca al texto y
al receptor en un tiempo del pasado de esa emisión y el sentido de lo
inexorablemente perdido en un tiempo que es ya irrecuperable.
La estructura y la rima: es una tirada de versos de medida libre
con una predominancia de versos blancos (libres de rima), mas en-
contrándose una rima (i-a) asonante grave en algunos de los versos
(vida, hija, presencia, infinita, etc.).
Nivel semántico intratextual: el primer momento: es una hija que se
evoca en soledad y con la metáfora “se han apagado los faroles” desde
el principio establece esa desolación de la falta de luz de su hija. La idea
de lo que ha quedado en el pasado se asocia en el plano metafórico a
los faroles, en relación a lo antiguo. El deseo desesperado, del “intento
de revivir aquellos años” impregna el espacio de lo imposible en lo real
y biológico mediante lo posible en el recuerdo. El tópico horaciano
del “tempus fugit”, el tiempo que ha huido y ha pasado al espacio de la
memoria. La memoria impregna y atraviesa al poema de una riqueza
que sólo la pluma de una mano exquisita puede manifestar.
La memoria que evoca para sobrevivir y “revivir aquellos años”: lo
que es recordado se salva de alguna manera del pasado y de la nada.
Su esencia vuelve a existir: “como creadora de vida/ fuimos testigos
una de la otra/ de nuestro crecimiento/ de nuestro destino juntas”. El
sujeto lírico se retrotrae al momento del nacimiento de la hija y su
niñez, aludiendo a la evolución personal, íntima e intransferible de
las vivencias cotidianas con la complicidad de ser “testigos”16 entre sí,

16 “Persona que da testimonio de una cosa o lo atestigua. 2. Persona que presencia o


adquiere directo y verdadero conocimiento de una cosa” (RAE, 1971).
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 237

transmitiendo la idea cabal de la presencia e interacción recíprocas al


vivir experiencias comunes.
Esta expresión se refiere a la unión, comunión que está presente de
forma intransferible desde el embarazo en la mujer y su hija creciendo;
y el amor que surge desde las entrañas sin explicación racional posible
en el par de versos encabalgados. La selección léxica del verbo amar en
infinitivo,17 forma no personal que sugiere la acción en su transcurso,
y con un sentido permanente. Con el pronombre enclítico “nos” de
primera persona del plural: “amarnos con este único/ amor de madre e
hija”, adquiere un valor de presente permanente que se va a reiterar in-
definidamente, por todos los tiempos entre ambas. El sustantivo amor
reitera el sentimiento recíproco e interminable.
Esa evolución e íntimo conocimiento que reconoce como algo no
plausible de ser plasmado en palabras, “por maravilloso, impronun-
ciable”. El ser atravesado por lo inefable de su ser femenino en rela-
ción al amor maternal.
El segundo momento se inicia con la mención de “Y otra vez la
sorpresa” relacionada al comienzo del primer momento donde re-
gresaba al nacimiento de su beba. Toda la emoción de la reiteración
“otra vez” en el recuerdo puro del alma solitaria. No es un recuerdo
compartido, como cuando se recuerda en una conversación con el
ser querido, sino una rememoración en soledad y en silencio, sin
embargo la selección léxica del sustantivo “sorpresa” genera esa per-
cepción de lo íntimo que suspende y maravilla a la madre por lo im-
previsto y novedoso del “primer llanto/que anunciaba tu presencia”,
imagen acústica que enfatiza lo real y concreto de la niña. Es signi-
ficativo el empleo del verbo en pretérito Imperfecto del modo Indi-
cativo, “anunciaba” que marca la duración en el pasado referido a la
“presencia” en contraposición a la actual ausencia connotada desde
el comienzo con la primera metáfora ya mencionada de los faroles.

17 El empleo del infinitivo como forma verbal no personal, según Manuel Seco, “El
infinitivo simple tiene sentido imperfectivo, es decir, considera la acción en su
transcurso, como no terminada” (p. 231).
238 Claudia Panisello Gossweiler

Las imágenes de diferentes sentidos evocan la evolución de la


pequeña beba en sus sucesivos avances lingüísticos “primeros bal-
buceos” (imagen auditiva) y demás aprendizajes “primeros pasos”
(imagen visual), siempre intermediada por esa función de ser testigo
de su crecimiento, en una determinación del propio ser en relación
con su maternidad. Es significativo el empleo de la apelación perma-
nente a la segunda persona referida a la hija, aludiendo por medio
del adjetivo posesivo “tu” (o “tus”, según corresponda), refiriéndose
primero a adelantos concretos: “tu presencia”, “tus primeros pasos”;
y posteriormente a adelantos de su personalidad: “tus logros perso-
nales”, “tu carácter indómito”, “tu entereza, tu inteligencia/ de niña
precoz y avispada”. Por medio de una enumeración de las virtudes de
la pequeña, que termina en la metáfora “avispada” que contiene las
connotaciones de inteligencia, rapidez, ser despierta y atenta.
Se aprecia en esta poesía el sentimiento de constitución del sujeto
asociado a la maternidad en un sentido contrario a lo que establece
Simone de Beauvoir sobre la maternidad, que provocaría lo negativo:
El amor maternal se pierde a menudo en reprimendas y cóleras dictadas
por la preocupación de mantener un hogar bien puesto. No es sorpren-
dente que la mujer que se debate entre esas contradicciones pase con
mucha frecuencia sus jornadas llena de nerviosismo y acritud; siempre
pierde de algún modo y sus ganancias son precarias, no se inscriben
en ningún éxito seguro. Nunca es por medio de su trabajo como puede
salvarse; la tiene ocupada, desde luego, pero no constituye su justifi-
cación: esta descansa en libertades extrañas. La mujer encerrada en el
hogar no puede fundar por sí misma su existencia; carece de los medios
necesarios para afirmarse en su singularidad, y esta singularidad, por
consiguiente, no le es reconocida (p. 232).

El tercer momento comienza con un verbo en pretérito perfecto


simple del modo Indicativo, que marca el pasado concluido de la con-
templación embelesada de la hija: “Observé con asombro tu osadía18/
desafiante/ de juventud plena”. El verbo observar denota el respeto y

18 “Osadía: f Atrevimiento, audacia, resolución” (RAE, p. 1491).


Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 239

cierto alejamiento para permitir el libre albedrío de la hija, pero a la


vez el estar cercana para la posible necesidad de ayuda. Este verbo se
puede unir al mismo campo semántico del sustantivo “testigos” del
comienzo. La niñez y posterior adolescencia de su hija con diversas
actitudes de audacia y desafío que refuerza posteriormente con una
metáfora “tus ganas de comerte el mundo”, con las connotaciones de
avanzar, conquistar, seducir al mundo y una voluntad avasalladora de
poder contra las múltiples circunstancias del mundo. El paso de la vida
se ve magistralmente sintetizado en esta condensación de diferentes
etapas de la vida de la hija, refugiada en su corazón con el amor. La
idea de la independencia de su punto de vista en relación a los demás
“tu valentía/para mirar la vida”, que la destaca y también diferencia de
otros jóvenes, como lo enfatiza el pleonasmo “con tus propios ojos”.
Un cuarto momento, se abriría con el verbo también en pretérito
perfecto simple del modo Indicativo, “Caminé”, que es una metáfo-
ra pura con las connotaciones de: acompañar, rodear, ir juntas. La
metáfora del camino con las diferentes opciones de vida que se plan-
tean y las implícitas elecciones que se pueden tomar se encuentra
en varios textos, por ejemplo el inolvidable comienzo de la Divina
comedia de Dante Alighieri. En este caso, el verbo sugiere la com-
pañía y también se asocia al campo semántico anteriormente citado
de las palabras “observé” y “testigo” . La maternidad es lo primero
que importa en esta compañía y el yo lírico se explaya en la forma
de caminar “a tu lado sin hacer ruido/con paso de acompañante /
amoroso, incondicional/de aprendiz de ternura/ de mujer, de madre”.
Se establece una gradación en esa enumeración de la modalidad que
implica la consideración de la hija, el respeto, el amor, la compañía, el
aprendizaje con su hija, y finalmente la condición de ser mujer ligada
a la maternidad.
El ser sujeto y su asunción de mujer se encuentra impregnado de
su condición de madre; y su actitud amorosa de consideración de la
libertad de la hija, pero también la enseñanza y la protección a su
lado, implicada en la metáfora “caminé”, se cierra en este detalle de
su manera de hacerlo.
240 Claudia Panisello Gossweiler

El quinto y último momento constituye una conclusión del poe-


ma: “Nadie me advirtió del prodigio/del amor materno/del instinto
humano/que ennoblece/y nos hace buenas/nadie nos habló —a las
mujeres— que la maternidad es también gozosa”. En el contexto de
emisión parece existir una idea prediscursiva negativa sobre la ma-
ternidad (asociada a la anterior cita de De Beauvoir), ya que se refiere
con el pronombre indefinido “nadie” a “ninguna persona” (RAE, p.
1424), siendo significativo el hecho que implícitamente la materni-
dad se asociaría más a aspectos no deseables que positivos.
La idea de lo desagradable asociada a la maternidad ha generado
una visión extraña sobre el mismo yo lírico, que provocó una alie-
nación sobre sí misma. La paradoja lamentable en El segundo sexo
es que la intelección de la mujer se asocia a una postura demasiado
negativa sobre la constitución del sujeto mujer en relación con la ma-
ternidad.
En contraposición a la idea negativa, su descubrimiento sobre la
maternidad, es del “prodigio”, sustantivo asociado a lo milagroso y
que “excede los límites regulares de la naturaleza” (RAE, 1672); sig-
nificando el proceso de descubrimiento a través de la maternidad y
de su bondad en relación con su hija. La idea de “ennoblece” eleva la
condición de la maternidad a lo deseable y valioso, además agrega la
idea del incremento de la virtud de la bondad. La función sagrada de
la maternidad y empoderamiento de la mujer se traslada en el poema
de lo no deseado a lo deseable y constitutivo de sí misma.
La idea previa que la voz escritural tenía sobre la maternidad ha
afectado su forma de captación de la realidad, pero como dice Judith
Butler, “la cultura y el discurso atrapan al sujeto, pero no lo confor-
man” (p. 278).
Mediante una anáfora del pronombre indefinido, reitera la idea de
la falta de comunicación sobre la dicha infinita de ser madre: “nadie
nos habló —a las mujeres—/que la maternidad es también gozosa”.
El pronombre proclítico “nos” de primera persona del plural, que
denota el desconocimiento no sólo personal, sino abarcando todas
las mujeres. Es significativo el peso de lo social en este sentido, ya
Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 241

que parece predominar la lupa sesgada en sentido negativo de la ma-


ternidad, traspasado de la generación anterior (por lo menos) y pre-
suntamente entre coetáneas y coterráneas de la segunda mitad del
siglo XX en adelante. Se encuentra un contexto prediscursivo negati-
vo en relación con la maternidad, predominando una inteligibilidad
negativa sobre la instancia. Se produce una deconstrucción de esa
idea negativa previa y mediante el adverbio “también” concluye con
el gozo, alegría y satisfacción por la maravilla de la maternidad.
Se observa que la captación del sentido de la maternidad para sí
misma es otra y este proceso de significación y re significación ge-
nera una nueva identificación de sí misma, siguiendo a Butler: “El
sujeto no está formado por las reglas mediante las cuales es crea-
do, porque la significación no es un acto fundador, sino más bien
un procedimiento regulado de repetición que al mismo tiempos se
esconde y dicta sus reglas precisamente mediante la producción de
efectos sustancializadores” (p. 282).
En este caso, la identidad maternal queda afirmada por un pro-
ceso de interiorización, valoración y reconocimiento íntimo de sus
sentimientos. La voz escritural genera un proceso de resignificación
de la maternidad por sus vivencias personales y no por lo que le han
dicho previamente, lamentándose de no haber conocido previamen-
te el valor y el poder de ser madre.

CONSIDERACIONES FINALES

La escritura femenina constituye la voz del subalterno por la per-


tenencia a un género tradicionalmente subordinado. El análisis reali-
zado permite arribar a varias conclusiones sobre la mujer y su virtud
biológica sagrada de poder ser fecundada y la potestad de generar
dentro suyo a un nuevo ser.
Se encuentra una visión positiva en todas las obras analizadas,
que jerarquizan y elevan a la maternidad sobre la antigua construc-
ción cultural de la mujer, como un objeto, mayoritariamente realiza-
da por hombres.
242 Claudia Panisello Gossweiler

Las poesías seleccionadas demuestran una asunción de la mujer


como sujeto, generando un conocimiento propio y una intelección
de sí mismas y de la maternidad de una forma nueva y singular. La
introspección que demuestran estos poemas genera una nueva pos-
tura de la maternidad y su significado para la mujer.
Se produce una la identificación de sí misma como sujeto y una
traslación de la postura tradicional con un alcance metafísico del sig-
nificado del ser femenino.
El eje de traslación del discurso está en la ruptura de la construc-
ción cultural anterior a los movimientos feministas y a la vez en la
deconstrucción de lo que algunas de las teóricas feministas sostenían.
La identidad de la mujer se transforma dentro del análisis realiza-
do de lo que es la mujer objeto a la mujer sujeto. La mujer que es ca-
paz de resignificación de la maternidad, no ya asociada a un antiguo
rol de género, sino al contrario, desde una renovada voz a partir del
ejercicio de una búsqueda y toma de poder sobre el propio cuerpo.
En el caso de la tercera poesía analizada se opone al contexto pre-
discursivo en relación a la maternidad, generando una postura pro-
pia ligada a la asunción de sujeto mujer.
Considerando la construcción cultural de la mujer y sus variacio-
nes a lo largo de la historia, inclusive con los aportes de las diferentes
olas de los feminismos, en las obras analizadas se produce la identi-
ficación de sí misma como sujeto y una traslación de la postura tra-
dicional con un alcance metafísico del significado del ser femenino.
La mujer y la maternidad adquieren en las obras analizadas la je-
rarquización de una postura re formulada en una nueva significación
de la identidad y ser de la mujer sujeto, libre, independiente y cono-
cedora de su cuerpo y poder de la cualidad de procrear.

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Mujer y maternidad: de la mujer objeto a la mujer sujeto en la literatura 243

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Viel, B. (s.d.). Más allá del corazón, Botella al mar, Montevideo.
11. LA BRECHA DE GÉNERO EN EL
DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO
EN IBEROAMÉRICA

María Concepción Pérez-Cárceles


Catalina Nicolás-Martínez

1. INTRODUCCIÓN

El último informe del Foro Económico Mundial sobre desigual-


dad de género en 2022 presenta una mejora continuada del Índice
Global de Brecha de Género en la región iberoamericana a lo largo
de los últimos 16 años. A diferencia de lo que esta evolución parece
indicar, la descomposición de este indicador en subíndices relativos
a la participación económica y oportunidades, los logros educativos,
la salud y supervivencia y el empoderamiento político; permite con-
cluir que aún existen importantes márgenes de mejora en las áreas
económica, política y laboral. En relación a este último ámbito, el
presente estudio centra su análisis en la evolución en términos de
género de los profesionales dedicados al desarrollo del conocimiento
mediante la aplicación de conceptos y teorías que requieren forma-
ción y capacidades avanzadas, tanto en áreas científicas como artísti-
cas. Finalmente, se justifica y contrasta la hipótesis de la existencia de
una brecha de género significativa en las profesiones más exigentes a
nivel intelectual.
Por tanto, uno de los retos más relevantes a los que se enfrentan
las sociedades actuales es la igualdad de género en el mercado la-
boral. A pesar de los avances de las últimas décadas, sobre todo en
los países más desarrollados, queda mucho camino que recorrer (De
la Rica, 2016; Cebrián y Moreno, 2018; Cerviño, 2018; López et al.,
2019).
246 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

La definitiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha


provocado un gran cambio respecto al modelo social tradicional en
el que el sitio que se concedía a las mujeres era únicamente el hogar,
mientras que el hombre tenía el rol de sustentador económico de la
familia. Este modelo social de dos esferas establecidas por género se
ha ido transformando con el paso de los años, al ir la mujer ganando
espacios en la sociedad con la incorporación laboral de las mujeres
(De la Rica, 2016). Este proceso conlleva a la mujer a la asunción de
valores (como la independencia económica) y expectativas (también
en el ámbito profesional) que tradicionalmente se había atribuido al
hombre (Cerviño, 2018).
A su vez, esto ha provocado que las mujeres inviertan cada vez
más en educación. Esta mayor dedicación de las mujeres a la forma-
ción reafirma a su vez el cambio cultural dirigido a su entrada en el
mercado de trabajo y, lo que es más importante, a la permanencia en
el mismo (López et al., 2019).
Pero no se debe pensar que la incorporación de la mujer al mundo
laboral se ha llevado a cabo de forma igualitaria. De hecho, a día de
hoy se siguen encontrando diferencias respecto a los hombres, tales
como menor tasa de actividad, mayor incidencia de la temporalidad,
rotación laboral, parcialidad en la contratación y tasas de desempleo;
lo que, a su vez, repercute en su protección social, tanto en el trans-
curso de la vida social como en su jubilación (Cerviño, 2018).
Este trabajo nace con el objetivo de profundizar en el conoci-
miento de la desigualdad de género en el mercado laboral de los paí-
ses que conforman Iberoamérica, centrándose en el caso de las ocu-
paciones que requieren una elevada formación. En concreto, se ha
utilizado el Informe sobre la Brecha de Género Global que se publica
anualmente desde el Centro de Nueva Economía y Sociedad del Foro
Económico Mundial. Su principal objetivo es el de aportar investiga-
ción sobre la brecha de género para proponer iniciativas que aceleren
la paridad económica incrementando la participación de la mujer en
el mercado de trabajo, especialmente en roles que implican liderazgo
y altas capacidades. El análisis se realiza en una muestra mundial
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 247

de 156 países, que se mantiene prácticamente constante cada año.


De este modo, el informe proporciona una base de datos apropiada
para la comparación entre países que permite priorizar las políticas
más efectivas en la reducción de las desigualdades. Además, la meto-
dología también es estable desde su inicio en 2006, lo que posibilita
análisis temporales.
Para conseguir el objetivo propuesto, este trabajo se estructura
de la siguiente forma: en primer lugar, se analiza la literatura sobre
desigualdad de género en el mercado de trabajo; en segundo lugar, se
indica la metodología y datos utilizados para, a continuación, reflejar
los resultados; y, finalmente, se exponen la discusión y principales
conclusiones.

2. LA BRECHA DE GÉNERO EN EL MERCADO


LABORAL

La evidencia empírica muestra que las desigualdades por género


en el mercado laboral se están estrechando tanto en participación
laboral, como en número de horas trabajadas, tipo de ocupaciones
que desempeñan e incluso en la remuneración, sobre todo en los paí-
ses desarrollados (De la Rica, 2016). Pese al gran avance, aún queda
mucho por hacer. En la literatura, se afirma que las desigualdades
existentes en el mercado laboral entre hombres y mujeres se deben,
principalmente, a la segregación ocupacional (López et al., 2019). A
continuación, se definirá y analizarán las principales teorías explica-
tivas sobre el fenómeno de la segregación ocupacional.

2.1. ¿Qué es la segregación?

La segregación es una característica del mercado laboral consis-


tente en una concentración de las mujeres en determinadas ocupa-
ciones y de los hombres en otras, reflejando un reparto desigual del
empleo masculino y femenino (Hakim, 1992; Charles, 1992; Mi-
248 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

llward y Woodland, 1995; Burchell, 1996; Blackwell, 2001; Greene


et al., 2002; Bettio, 2002; Bakar, 2014; Ibáñez y Vicente, 2020). Esta
distribución ocupacional diferenciada entre hombres y mujeres pro-
duce discriminación cuando se obstaculiza, para algún colectivo, el
desarrollo profesional en ámbitos contrarios al patrón que genera la
segregación ocupacional. Es decir, existe desigualdad en el mercado
laboral si se limita la promoción de la mujer en ocupaciones mascu-
linizadas y del hombre en profesiones feminizadas.
En función del tipo de desigualdad, la literatura identifica dis-
tintos tipos de segregación. Por un lado, se entiende por segrega-
ción horizontal u ocupacional a la tendencia de hombres y mujeres
por desempeñar profesiones distintas (Anker, 1997). La literatura
muestra que este tipo de segregación puede ocasionar el denomi-
nado efecto paredes de cristal, el cual se caracteriza por observar a
las mujeres en determinadas ocupaciones o profesiones con menor
valoración social (Miller et al.,1999). Por otro lado, se entiende por
segregación vertical o jerárquica al desigual reparto de los puestos
directivos, desempeñados mayoritariamente por hombres. Este tipo
de segregación puede limitar el desarrollo profesional de la mujer e
impedir que llegue a ocupar un puesto mejor remunerado y con ma-
yor poder de decisión (Anker, 1997), situación conocida como techo
de cristal (Ragins et al.,1998).
Para algunos autores esta composición heterogénea de los puestos
de trabajo por razón del género no necesariamente refleja una situa-
ción discriminatoria, si bien suele considerarse que una parte de la
brecha salarial entre hombres y mujeres puede estar ligada al fenó-
meno de segregación (Tam, 1997; Bender et al., 2005). Sin embargo,
otros autores afirman que es la propia segregación ocupacional la
principal causante de la brecha salarial (Greene et al., 2002). Bajo
esta consideración, es imprescindible eliminar la segregación ocupa-
cional para evitar la brecha salarial por género, entendida esta última
como la situación en que la mujer recibe un menor salario que el
hombre en puestos con iguales características personales y laborales
(Dueñas et al., 2016).
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 249

Pero, además de la brecha salarial, la segregación ocupacional


puede obstaculizar la movilidad entre ocupaciones, reduciendo así
las oportunidades laborales de la mujer y sus ingresos en relación
con los hombres. Asimismo, también puede influir en fases previas a
la incorporación en el mundo laboral, como en el momento de ele-
gir la formación y al adoptar la decisión de interrumpir la actividad
profesional para cuidar de los hijos o familiares dependientes, hecho
que perpetúa las desigualdades por género de una generación a otra
(Maté et al., 2002).
Si bien estas decisiones en cuanto al tipo de estudios o profesión
afectan en las diferencias por género, como han señalado Otero y
Gradín (2001), la segregación puede tener su origen en el proceso de
socialización más que en el mercado laboral. De ahí que estos autores
lleguen a afirmar que la segregación ocupacional no necesariamente
implica que exista discriminación laboral.
En la práctica, en la mayoría de mercados de trabajo del mundo
existen ocupaciones masculinizadas y feminizadas, las mujeres son
menos numerosas en puestos de dirección y, además, suelen obte-
ner menores salarios que los hombres por realizar trabajos similares
(Russell et al., 2017). Por lo tanto, se considera necesario seguir pro-
fundizando en el conocimiento de este complejo y persistente fenó-
meno.

2.2. Teorías sobre la segregación ocupacional

Las teorías desarrolladas para explicar la segregación por razón


del género son numerosas y pueden agruparse en tres corrientes:
neoclásica, de la segmentación y feminista.
Comenzando con la corriente neoclásica, la teoría económica ex-
plica la segregación ocupacional a través de los factores de oferta y
demanda. Según el primer tipo de factores, esta teoría argumenta
que las mujeres suelen ubicarse en puestos de trabajo en los que pue-
dan compatibilizar las tareas domésticas y/o el cuidado de personas
dependientes, elección que se realiza por la discriminación social
250 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

que sufre este colectivo en el reparto de las responsabilidades fami-


liares (Procter y Padfield, 1999; Greene et al., 2002; Dolado et al.,
2003; Grönlund, 2007; Powell et al., 2009). Respecto a los factores
de demanda, lo usual es que los empleadores contraten a las mujeres
para unos puestos de trabajo y a los hombres para otros, en función
de las características de cada género. Sin embargo, se debe tener en
cuenta que, como oferente de mano de obra, la mujer puede realizar
un puesto u otro en función de su preferencia personal, de los valo-
res sociales y culturales (Powell et al., 2009) o de las condiciones del
puesto a realizar como puede ser la flexibilidad horaria (Knights y
Richards, 2003; Bender et al., 2005).
Dentro de la corriente neoclásica, la conocida teoría del capital
humano justifica la segregación en la existencia de diferencias entre
hombres y mujeres tanto en nivel de formación como en experiencia,
lo que implica oportunidades laborales también dispares (Schultz,
1983; Becker, 1983). Así, la menor inversión en capital humano que
realizan las mujeres respecto a los hombres, tanto al iniciar su carre-
ra profesional (menor nivel educativo) como por la experiencia que
adquieren en el puesto de trabajo (reducida y discontinua por las
responsabilidades familiares que asumen) conlleva, según esta co-
rriente teórica, que las mujeres perciban remuneraciones más bajas
que los hombres al tener una menor productividad (Anker, 1997).
Sin embargo, la evidencia empírica muestra un creciente avance
tanto del nivel de cualificación como de la participación y experien-
cia laboral femenina en las últimas décadas (Buchmann et al., 2008;
Russell et al., 2017). En esta dinámica también ha incidido la caída
del tiempo necesario para realizar las tareas domésticas y para el cui-
dado de los hijos, debido, entre otros factores, al descenso de la tasa
de natalidad (Anker et al., 2003). Por tanto, no parece realista con-
siderar que la persistencia de las diferencias salariales por género se
explique por el mayor nivel de cualificación del varón, teniendo en
cuenta que la mujer tiene una formación elevada o, incluso, superior
que la del hombre, quedando así obsoleta la teoría del capital huma-
no (Rodrigo, 2015). No obstante, algunos autores reconocen que la
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 251

similitud entre el nivel educativo de hombres y mujeres no impide


que perduren diferencias en el tipo de estudios realizados (Russell et
al., 2017).
Por su parte, la teoría de la discriminación indica que los emplea-
dores pueden tener prejuicios al contratar a una mujer, considerando
que incurrirían en un coste a no ser que sus salarios sean más reduci-
dos (Rodrigo, 2015), ya que tienden a ausentarse más durante la jor-
nada laboral por el cuidado de familiares. De este modo, necesitarían
contratar a otro empleado para cubrir ese puesto de trabajo el tiempo
en que la trabajadora esté ausente (Maté et al., 2002). Sin embargo, el
cumplimiento de esta corriente teórica se enfrenta con dos proble-
mas en la práctica. En primer lugar, si las mujeres están dispuestas a
trabajar con un salario menor, es probable que los empleadores las
contraten para reducir costes y elevar beneficios. Además, la elevada
similitud que existe entre hombres y mujeres en cuanto a cualifica-
ción, preferencias, esfuerzo y compromiso debería llevar a que am-
bos colectivos se encontraran representados en todas las ocupacio-
nes, algo que no ocurre en la realidad (Anker, 1997).
Finalmente, la teoría de las diferencias compensatorias afirma que
la retribución de ciertos rasgos negativos de las ocupaciones es lo que
provoca la existencia de la brecha salarial. Es decir, se entiende que
las mujeres prefieren condiciones de trabajo más flexibles y menos
arriesgadas, ocupaciones caracterizadas por tener menores salarios.
Pero, las preferencias del colectivo femenino por este tipo de ocupa-
ciones no son neutrales, sino que se encuentran influenciadas por
los roles de género (Greene et al., 2002; Grönlund, 2007; Powell et
al., 2009; Katzkowicz y Querejeta, 2013). Pese a ello, los argumentos
de esta teoría han sido cuestionados, al entender que tener horarios
más flexibles o trabajar en condiciones más agradables no justifica la
brecha salarial que sufren las mujeres. Es más, la disposición de las
mujeres a aceptar dichas ocupaciones y renunciar a parte del salario
se encuentra motivada por su necesitad de conciliar la vida laboral
con la familiar, ya que suelen asumir un mayor número de responsa-
bilidades dentro del hogar (Blackwell, 2001; Greene et al., 2002; Ro-
252 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

drigo, 2015). Por lo tanto, no se puede afirmar que, necesariamente,


esta elección sea resultado de una decisión voluntaria, ya que ellas
podrían preferir otra ocupación, pero sus responsabilidades familia-
res las limitan.
Como se ha comentado, la literatura no consensua ninguna de las
teorías expuestas, lo que ha provocado el nacimiento de nuevas co-
rrientes que intentan explicar la segregación, como son la de la seg-
mentación y la feminista (Fernández-Huerga, 2010). Ambas incluyen
un conjunto de enfoques diversos que surgen a finales de los años
sesenta debido a que la explicación neoclásica no era suficiente para
entender la segregación en el mercado de trabajo (Fernández-Huer-
ga, 2010). Dentro de los postulados de la segmentación cabe destacar
la teoría del mercado de trabajo dual, que hace una división del mis-
mo en dos partes: primario y secundario, disponiendo el primario de
mejores empleos en cuanto a remuneración, seguridad, protección o
facilidad de promoción (Cohen, 2004; Bakar, 2014).
Siguiendo a Anker (1997), las características de los empleos del
mercado primario hacen prever que haya una menor proporción de
mujeres en él, dada su mayor estabilidad. Por ello, los empleadores
contratarán mano de obra masculina por tener menos interrupcio-
nes durante su vida profesional y, por tanto, disponer de una mayor
experiencia laboral que las mujeres. Así, este último colectivo tende-
rá a concentrarse en el segmento secundario y percibirá un salario
menor que el masculino, dada su menor cualificación y experiencia,
lo que remite al paradigma del capital humano.
Para terminar, las teorías feministas o sociosexuales sostienen que
es precisamente el papel secundario que la sociedad otorga a la mujer
el que la pone en esa situación de desventaja en el mercado laboral
(Greene et al., 2002; Tobío, 2012; Bakar, 2014).
En todos los países se responsabiliza a la mujer de las labores do-
mésticas y el cuidado de los hijos, de forma exclusiva o principal,
mientras que el sustento económico le corresponde, principalmente,
al hombre (Cohen, 2004; Eastin y Prakash, 2013; Rodrigo, 2015; Rus-
sell et al., 2017). Estas premisas hacen que el colectivo femenino aca-
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 253

be acumulando menos formación y experiencia que el varón antes


de incorporarse a la población activa, lo que conecta, nuevamente,
con la teoría del capital humano. Esta corriente incide, además, en
la importancia de los factores culturales y sociales a la hora de co-
locar a la mujer en una posición de desventaja en el ámbito laboral
(Stanworth, 2000; Simpson, 2005; Powell et al., 2009), entendiendo
que en las ocupaciones femeninas se reflejan los estereotipos de gé-
nero dominantes en la sociedad (Anker, 1997; Greene et al., 2002;
Grönlund, 2007; Blackwell, 2011).
El debate en la literatura sobre las causas de la segregación en
función del género ha sido y sigue siendo extenso. Sin embargo, lo
cierto es que diversos argumentos de la corriente neoclásica han sido
desmontados, ganando actualmente peso los relacionados con fac-
tores culturales y sociales que se encuentran, principalmente, en las
corrientes de la segmentación y feminista (Rodrigo, 2015; Russell et
al., 2017).

3. MÉTODO Y DATOS

El Informe sobre la Brecha de Género Global publica anualmente


el Indicador Global de Brecha de Género (GGGI), que pretende in-
dicar la evolución de la brecha de género y controlar su progreso a lo
largo del tiempo. Se calcula a partir de una serie de indicadores indi-
viduales que se clasifican en las cuatro dimensiones centrales que lo
componen: Participación Económica y Oportunidades, Rendimien-
to Educativo, Salud y Supervivencia y Empoderamiento Político. El
rango de valores de GGGI se encuentra entre 0 y 1 y su resultado se
interpreta como el logro de la paridad o el porcentaje de brecha de
género que se ha eliminado.
La metodología aplicada consiste en una serie de contrastes de di-
ferencia de medias y de homogeneidad de varianzas que tienen como
objetivo determinar la existencia de diferencias de género significati-
vas en Iberoamérica respecto a otras regiones del mundo. El software
estadístico utilizado ha sido Stata SE 10.1.
254 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

El test de homogeneidad de varianzas es un requerimiento previo


que permite seleccionar el mejor test de igualdad de medias. El con-
traste aplicado en este estudio implementa el test de Levene (1960)
centrado en la media y un test centrado en la mediana, tal y como
recomendaron Carroll y Schneider (1985) para incrementar la preci-
sión en distribuciones asimétricas. El contraste presenta la hipótesis
nula de homocedasticidad o igualdad de varianzas en dos muestras
x e y según sigue: H0: σx = σy vs. H1: σx ≠ σy, donde σ es la desviación
típica muestral.
Por otra parte, el contraste paramétrico de diferencia de medias
consiste en un test t-student para muestras con tamaño superior a 30
unidades. La hipótesis nula presenta igualdad de medias en las dos
muestras: H0: μx = μy vs. H1: μx ≠ μy, donde μ es la media muestral.

4. RESULTADOS

Con base en la información publicada por los sucesivos informes


durante los últimos dieciséis años, la evolución de la brecha de géne-
ro a nivel mundial muestra una disminución desde 2006 hasta 2022.
El promedio global de GGGI en la Tabla 1 presenta una tasa de cre-
cimiento en el periodo de 6,4%, pasando de 0,64 a 0,68.

Tabla 1. Promedios regionales de GGGI

2006 2020 2021 2022


América del Norte 0,700 0,729 0,764 0,769
Europa Occidental 0,710 0,767 0,776 0,766
América Latina y Caribe 0,650 0,722 0,721 0,726
Europa Oriental y Asia Central 0,670 0,713 0,712 0,691
Asia del Este y Pacífico 0,620 0,685 0,689 0,690
África Subsahariana 0,615 0,682 0,672 0,678
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 255

2006 2020 2021 2022


África del Norte y Medio Este 0,580 0,605 0,609 0,634
Asia del Sur 0,620 0,661 0,623 0,624
Promedio Global GGGI 0,640 0,690 0,677 0,681

No obstante, en los tres últimos años se muestra un retroceso glo-


bal en la igualdad de género del 1,3 por ciento. Las regiones con ma-
yor crecimiento en el periodo son América Latina y Caribe, Asia del
Este y Pacífico y África subsahariana, con tasas superiores al 10%; y
América del Norte, África del Norte y Medio Este y Europa Occiden-
tal, que presentan un crecimiento medio superior al 7 por ciento. Por
otra parte, Asia del Sur y Europa Oriental y Asia Central presentan
las mayores pérdidas de igualdad con tasas de 5,6% y 3,1% entre 2020
y 2022, respectivamente. En términos absolutos, la Figura 1 destaca
a la región de América Latina y Caribe junto con América del Norte
y Europa Occidental con las menores brechas de género. Por otra
parte, las regiones de alta desigualdad son Europa Oriental y Asia
Central, Asia del Este y Pacífico, África del Norte y Medio Este, Asia
del Sur y África Subsahariana.

Figura 1. Evolución regional de GGGI


256 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

En la región específica de Iberoamérica, la Tabla 2 muestra un


incremento del GGGI promedio en el periodo superior al global,
concretamente de un 10,7% desde 2006. Además, su tendencia es
constante en el periodo reciente de 2020-2022. Además, a diferen-
cia de lo que muestran tanto los datos globales como los promedios
regionales, el estudio de casos por país presenta importantes diferen-
cias en la evolución de las naciones iberoamericanas en términos de
desigualdad (Anexo 1).
Países como Nicaragua y México destacan por su evolución po-
sitiva en el periodo con tasas de crecimiento del GGGI de 23,3% y
18,3 por ciento. Del mismo modo Perú y Paraguay presentan las me-
jores evoluciones entre 2020 y 2022 (4,9% y 3,5%, respectivamente).
En el otro extremo, Colombia apenas muestra evolución desde 2006
(0,7%) y presenta una de las mayores ganancias de desigualdad re-
ciente (-6,3%) junto con Uruguay (-3,5%).

Tabla 2. Indicador GGGI por países en Iberoamérica

2006 2020 2021 2022

Andorra – – 0,657 0,638


Argentina 0,683 0,746 0,752 0,756
Bolivia 0,633 0,734 0,722 0,734
Brasil 0,654 0,691 0,695 0,696
Colombia 0,705 0,758 0,725 0,710
Costa Rica 0,694 0,782 0,786 0,796
Cuba – 0,746 0,746 –
Chile 0,645 0,723 0,716 0,736
República Dominicana 0,664 0,700 0,699 0,703
Ecuador 0,643 0,729 0,739 0,743
El Salvador 0,684 0,706 0,738 0,727
España 0,732 0,795 0,788 0,788
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 257

2006 2020 2021 2022

Guatemala 0,607 0,666 0,655 0,664


Honduras 0,648 0,722 0,716 0,705
México 0,646 0,754 0,757 0,764
Nicaragua 0,657 0,804 0,796 0,810
Panamá 0,693 0,730 0,737 0,743
Paraguay 0,656 0,683 0,702 0,707
Perú 0,662 0,714 0,721 0,749
Portugal 0,692 0,744 0,775 0,766
Uruguay 0,655 0,737 0,702 0,711
Venezuela 0,666 0,713 0,699 –
Media 0,666 0,733 0,733 0,737
Máximo 0,732 0,804 0,796 0,810
Mínimo 0,607 0,666 0,655 0,664
Desv. Típ. 0,029 0,036 0,037 0,037

La evolución tampoco puede considerarse positiva cuando se


observa la descomposición en subíndices del índice GGGI. Como
puede observarse en la Tabla 3, los niveles de igualdad de los 138 paí-
ses disponibles en 2022 empeoran significativamente en los ámbitos
económico-laboral y político con niveles promedio de 0,60 y 0,22,
respectivamente.

Tabla 3. Evolución de los subíndices de GGGI

2006 2020 2021 2022


GGGI 0,640 0,690 0,677 0,681
Rendimiento educativo 0,930 0,960 0,960 0,944
Salud y supervivencia 0,970 0,970 0,960 0,958
258 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

2006 2020 2021 2022


Participación económica y oportunidades 0,580 0,580 0,580 0,603
Empoderamiento político 0,170 0,250 0,220 0,220

La Tabla 4 muestra que los subíndices iberoamericanos son su-


periores en todos los casos al promedio global 2022. No obstante, en
línea con los resultados globales, los menores niveles se presentan en
los subíndices que representan la participación económica y oportu-
nidades (0,66) y el empoderamiento político (0,32).

Tabla 4. Subíndices de GGGI en Iberoamérica en 2022

GGGI R.Educ. Sal.Superv. P.Econ.Op. Emp.Pol.


Argentina 0,756 1,000 0,977 0,635 0,413
Bolivia 0,734 0,980 0,962 0,642 0,352
Brasil 0,696 1,000 0,980 0,669 0,136
Colombia 0,710 1,000 0,975 0,649 0,215
Costa Rica 0,796 0,999 0,973 0,645 0,565
Chile 0,736 0,994 0,970 0,616 0,363
Rep. Dominicana 0,703 1,000 0,980 0,662 0,172
Ecuador 0,743 0,991 0,968 0,669 0,312
El Salvador 0,727 0,993 0,980 0,628 0,309
España 0,788 0,998 0,965 0,709 0,481
Guatemala 0,664 0,976 0,980 0,589 0,113
Honduras 0,705 1,000 0,964 0,643 0,213
México 0,764 0,994 0,975 0,597 0,490
Nicaragua 0,810 1,000 0,978 0,637 0,626
Panamá 0,743 0,998 0,973 0,750 0,252
Paraguay 0,707 0,998 0,975 0,682 0,174
Perú 0,749 0,954 0,964 0,663 0,415
Portugal 0,766 0,990 0,973 0,737 0,364
Uruguay 0,711 1,000 0,980 0,717 0,146
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 259

GGGI R.Educ. Sal.Superv. P.Econ.Op. Emp.Pol.


Media 0,737 0,993 0,973 0,660 0,322
Máximo 0,810 1,000 0,980 0,750 0,626
Mínimo 0,664 0,954 0,962 0,589 0,113
Desv. Típ. 0,037 0,012 0,006 0,044 0,151

Siguiendo el objetivo principal de este trabajo y dado que la par-


ticipación económica y oportunidades se mantiene como la segunda
mayor fuente de desigualdad, el análisis se centra en uno de los in-
dicadores utilizados en el cálculo de este subíndice: la ratio de pro-
fesionales y trabajadores técnicos. Este indicador se calcula como la
ratio de mujeres sobre hombres empleados en trabajos profesionales
y técnicos, definidos por la Organización Internacional del Traba-
jo (ILO) como aquellos que incrementan el conocimiento existente,
aplican conceptos científicos, artísticos y teorías, y desarrollan tareas
técnicas que requieren conocimientos y capacidades avanzadas.
La Tabla 5 muestra los niveles de desigualdad promedio en los pro-
fesionales y trabajadores técnicos de las regiones estudiadas en 2022.

Tabla 5. Promedios regionales de Profesionales


y Trabajadores Técnicos

Regiones Ratio
América del Norte 1,000
Europa Occidental 0,985
América Latina y Caribe 0,982
Europa Oriental y Asia Central 0,966
Asia del Este y Pacífico 0,921
África Subsahariana 0,617
África del Norte y Medio Este 0,670
Asia del Sur 0,535
Promedio global 0,835
260 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

A continuación, se presentan los resultados de una serie de tests


de diferencia de medias y varianzas entre regiones con el fin de con-
textualizar la situación de desigualdad de los profesionales y trabaja-
dores técnicos de Iberoamérica en la actualidad. La Tabla 6 presenta
los resultados del test de homogeneidad de varianzas que pretende
comprobar si la desviación típica de GGGI presenta diferencias sig-
nificativas por regiones. Se presentan los resultados de las compa-
raciones de la región iberoamericana respecto a tres conjuntos re-
gionales: el conjunto regional 1 lo constituyen el resto de regiones
del mundo, el conjunto regional 2 está formado por las regiones con
mayor desigualdad (América del Norte y Europa Occidental) y el
conjunto regional 3 por las regiones con menos desigualdad (Europa
Oriental y Asia Central, Asia del Este y Pacífico, África Subsahariana,
África del Norte y Medio Este y Asia del Sur).

Tabla 6. Contrastes de homogeneidad de varianzas

Desv.
N Media W G.lib. P>F
Típ
Conjunto Regional 1 30,931 1;136 0,000

Iberoamérica 17 0,958 0,077

Resto del Mundo 121 0,804 0,254

Total 138 0,823 0,244

Conjunto Regional 2 41,702 1;101 0,000

Desigualdad alta 86 0,729 0,267

Total 103 0,767 0,26

Conjunto Regional 3 11,044 1;50 0,001

Desigualdad baja 35 0,986 0,039

Total 52 0,977 0,055

A partir de los resultados obtenidos, se rechaza la hipótesis nula


de igualdad de varianzas entre las regiones en las tres comparaciones
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 261

consideradas. A continuación, la Tabla 7 presenta los resultados de


los tests de diferencia de medias con varianzas heterogéneas en los
tres escenarios de comparación presentados anteriormente.

Tabla 7. Contrastes de diferencia de medias

Media Err.st. D.T. L.i.95% L.s.95% t P(|T>t|)

Conjunto Regional 1 5,221 0,000


Iberoamérica 0,958 0,019 0,077 0,919 0,998

Resto del mundo 0,804 0,023 0,254 0,758 0,849

Diferencia 0,155 0,021 0,096 0,214

Conjunto Regional 2 6,685 0,000

Desigualdad alta 0,729 0,029 0,266 0,672 0,787

Diferencia 0,229 0,034 0,161 0,297


Conjunto Regional 3 -1,402 0,176
Desigualdad baja 0,986 0,006 0,039 0,973 0,999

Diferencia -0,028 0,020 -0,069 0,013

La desigualdad media en Iberoamérica resulta significativamente


distinta a la del resto de regiones del mundo y a la de las regiones más
desiguales. Concretamente, la región iberoamericana presenta un ni-
vel de desigualdad promedio en los profesionales y técnicos avanza-
dos en 2022 inferior en 0,15 puntos al resto del mundo. Del mismo
modo, la diferencia es de 0,23 puntos y significativa respecto a las
regiones más desiguales. Sin embargo, en el contraste que compara
Iberoamérica con las regiones menos desiguales, no se rechaza la hi-
pótesis nula de igualdad de medias. Es decir, no existe una diferencia
de medias significativa entre los trabajadores de alto nivel de las re-
giones más desarrolladas en términos de desigualdad de género. Por
tanto, se podría definir un nuevo conjunto regional caracterizado
por un alto desarrollo de la igualdad de género en estas ocupaciones.
En lo que se refiere a la región iberoamericana, la Figura 2 presenta
262 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

unos logros por país sorprendentemente positivos. De hecho, la ma-


yoría de los países iberoamericanos presentan el máximo nivel del
indicador. No obstante, Bolivia, El Salvador y Perú presentan los ma-
yores márgenes de mejora en términos de desigualdad en este tipo
de trabajadores.

Figura 2. Ratio de profesionales y técnicos


en Iberoamérica en 2022

* Cuba, Venezuela y Colombia no presentan datos en 2022.

5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Las conclusiones presentadas en el estudio han sido obtenidas a


partir de los datos de los Informes de Brecha de Género Global 2006,
2020, 2021 y 2022 con el ánimo de poder ser comparadas con resul-
tados de fuentes alternativas y complementarias.
En términos globales, la evolución de la desigualdad de género
presenta una mejora desde 2006 y 2022, sin embargo, los tres últimos
años se produce un retroceso. En el caso de Iberoamérica, el progre-
La brecha de género en el desarrollo del conocimiento en Iberoamérica 263

so es mayor en el periodo, manteniéndose estable desde 2020. No


obstante, si se estudian las dimensiones que componen el indicador
de brecha de género, se observa que las mayores mejoras potenciales
pueden obtenerse mediante los avances en el ámbito político, econó-
mico y laboral.
En el ámbito laboral y en línea con los objetivos del estudio que
persiguen la caracterización regional de los profesionales y técnicos
con formación y capacidades avanzadas, la región iberoamericana
presenta una brecha de género significativamente inferior a la del
resto del mundo. De hecho, su situación no resulta significativamen-
te distinta a la de las regiones de América del Norte y Europa Oc-
cidental, lo que permite determinar un conjunto regional con baja
brecha de género en los profesionales y trabajadores técnicos. No
obstante, países como Bolivia, El Salvador y Perú presentan los me-
nores niveles de igualdad en este tipo de trabajadores en Iberoamé-
rica y, por tanto, su desarrollo futuro pasa por centrar sus esfuerzos
en este ámbito.
Sin embargo, hay que ser prudente con los resultados obtenidos.
Este trabajo se ha centrado en analizar ocupaciones que requieren de
una alta cualificación, por lo que, debido a las características concre-
tas que hacen tan especiales a estas ocupaciones no se puede extra-
polar a todo el mercado laboral los resultados obtenidos. Asimismo,
se debe tener en cuenta que, dentro de las ocupaciones que requieren
una elevada cualificación, se podría realizar una mayor desagrega-
ción, ya que, puede que individualmente las ocupaciones que forman
esta agregación sí que tengan mayores niveles de desigualdad que
si se analizan en su totalidad, hecho que ya ha sido destacado en la
literatura con el caso de los altos directivos de empresas (Nicolás et
al., 2022).
En este punto, lo que sí se puede afirmar es que los resultados ob-
tenidos en el presente estudio refutan los argumentos ofrecidos por
Becker (1983) cuando elaboró su teoría del capital humano, compro-
bándose que la mayor cualificación hace que disminuyan los niveles
de desigualdad en el mercado laboral.
264 María Concepción Pérez-Cárceles y Catalina Nicolás-Martínez

Este estudio espera servir como instrumento a líderes de institu-


ciones y directivos de empresas para tomar conciencia de la situación
real sobre la paridad de género y la importancia central que deben
tener en sus políticas y prácticas de gestión teniendo en cuenta sus
beneficios para nuestras economías y sociedades.

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La brecha
La brecha de
de género
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en el
el desarrollo
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del conocimiento
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en Iberoamérica
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los hombres
hombres que
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(2020). Global Gender Gap
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Geneva,
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Switzerland.
World Economic
World Economic Forum.
Forum. (2021). Global Gender
(2021). Global Gender Gap
Gap Report
Report 2021,
2021, Geneva,
Geneva,
Switzerland.
Switzerland.
World Economic
World Economic Forum.
Forum. (2022). Global Gender
(2022). Global Gender Gap
Gap Report
Report 2022,
2022, Geneva,
Geneva,
Switzerland.
Switzerland.

ANEXO 1.
ANEXO 1.
INDICADOR BRECHA DE GÉNEROGLOBAL
INDICADOR BRECHA DE GÉNERO GLOBAL
IBEROAMÉRICA
IBEROAMÉRICA
268
268 María
María Concepción
Concepción Pérez-Cárceles
Pérez-Cárceles yy Catalina
Catalina Nicolás-Martínez
Nicolás-Martínez

**Los
Los países de Andorra, Cuba y Venezuela no se han considerado en el estudio
temporal ni
temporal ni en
en los
los estadísticos
estadísticos descriptivos
descriptivos por
por falta
falta de
de datos.
datos.
12. MUJERES Y POLÍTICAS DE
SEGURIDAD ALIMENTARIA EN MÉXICO:
LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL
HAMBRE EN ACAYUCAN, VERACRUZ

Odet Lorena Alvarado-Rodríguez


Universidad Veracruzana
odetlorena_0612@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8408-4728
Martha Elena Nava-Tablada
Universidad Veracruzana
menavata@yahoo.com.mx
https://orcid.org/0000-0002-2674-3502

INTRODUCCIÓN

La seguridad alimentaria es un derecho humano universal, esta-


blece que todas las personas deben tener acceso físico y económico
a alimentos seguros y nutritivos para una vida saludable. En México,
una de cada cuatro personas padece pobreza alimentaria (incapaci-
dad para acceder a la canasta básica que asegure los requerimientos
nutricionales), a pesar de que la Constitución mexicana establece
que el Estado debe garantizar que toda persona tenga derecho a una
alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. Por ello, se han imple-
mentado programas para atender dicha problemática, tales como el
Programa Nacional México sin Hambre, durante el gobierno de En-
rique Peña Nieto (2012-2018), cuya principal estrategia fue la Cruza-
da Nacional contra el Hambre (CNCH).
En estas políticas alimentarias, las mujeres son las principales be-
neficiarias y operadoras, dado su papel tradicional de género como
encargadas de la alimentación familiar. A pesar de que la CNCH
270 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

fue la principal estrategia de bienestar social del sexenio, no existen


evaluaciones que registren las opiniones de los usuarios que fueron
principalmente mujeres. El estado de Veracruz se encuentra entre los
10 más pobres de México, sobre todo la zona sur donde se localiza el
municipio de Acayucan, que por esta razón fue incluido en la CNCH.
En este contexto, el objetivo de investigación fue analizar la opinión
de las beneficiarias sobre los resultados de la implementación de la
CNCH en el municipio de Acayucan, en cuanto a su eficacia para
garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, encontrándose que
las usuarias consideran que los resultados fueron escasos, dado que
la estrategia tuvo una visión a corto plazo, desarticulada y careció de
un enfoque integral.
La pobreza alimentaria definida como la incapacidad de las per-
sonas para acceder a la canasta básica que asegure sus requerimien-
tos nutricionales ha sido una preocupación constante en el mundo;
desde 1945 los principales dirigentes mundiales materializan dicho
interés en la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas so-
bre la Agricultura y la Alimentación y la creación de la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
(Arenas, 2016).
El concepto de Seguridad Alimentaria surge en los años setenta
del siglo XX, basado en la producción y disponibilidad alimentaria a
nivel global y nacional. Dicho concepto transita en los años ochenta
de una visión macro de la seguridad alimentaria a un análisis micro
de la vulnerabilidad, como lo plantea el premio nobel de economía
Amartya Sen en su obra Pobreza y hambruna: un ensayo sobre el dere-
cho y la privación, donde afirma que la hambruna no es causada por
problemas de disponibilidad de alimentos, sino por la desigualdad
de las personas para acceder a ellos (Giménez y Valente, 2016).
En la última década del siglo XX se consolida el concepto actual,
con un enfoque integrador que incorpora la inocuidad y las prefe-
rencias culturales, aseverando que la seguridad alimentaria es un de-
recho humano, de acuerdo con lo establecido en 1996 en la Cumbre
Mundial de la Alimentación (FAO, 2010).
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 271

La definición actual de seguridad alimentaria establecida por la


FAO en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 y reva-
lidada en el 2009, hace referencia a una situación en que “todas las
personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a ali-
mentos seguros y nutritivos que cumplen con los requisitos nutricio-
nales y las preferencias alimenticias para una vida activa y saludable”
(Giménez y Valente, 2016, p. 2).
En dicha concepción se enfatizan cuatro aspectos: la disponibili-
dad adecuada de los alimentos, el acceso directo a los mismos (ca-
pacidad de autoproducción) o la capacidad de adquirirlos, la estabi-
lidad de la oferta (sin fluctuaciones ni escasez) a través del año y su
buena calidad e inocuidad (Giménez y Valente, 2016).
De acuerdo con Ramos y González (2014), la gestión de la se-
guridad alimentaria y nutricional es un aspecto determinante del
desarrollo socioeconómico y resulta de considerable complejidad,
pues intervienen una multitud de factores: ambientales, económicos,
políticos, culturales, tecnológicos, jurídico-legales, así como el tejido
social e institucional. Además, la seguridad alimentaria y nutricional
se analiza en diversas escalas: internacional, nacional y local.
Muchos factores inciden en la condición de la seguridad alimen-
taria: la producción agrícola, el comercio, los ingresos, la calidad de
los alimentos, la calidad del agua, los servicios de saneamiento del
agua, la gobernabilidad y la estabilidad política, entre otros (FAO,
2010). Por ello, la búsqueda de seguridad alimentaria puede ser el
hilo conductor que vincule los distintos desafíos que afronta el mun-
do y ayude a construir un futuro sustentable.
Actualmente, los estados miembros de la ONU en la Agenda 2030
plantean 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) para alcanzar
metas sustanciales en el ámbito económico, social y ambiental. Espe-
cíficamente los ODS 1: Fin de la pobreza y el ODS 2: Hambre cero,
guardan estrecha relación con la temática abordada (ONU, 2018).
El ODS 2: Hambre cero, plantea contribuir mediante la promo-
ción del acceso al conocimiento de las buenas prácticas y los nuevos
métodos y tecnologías en el sector de la agricultura, tales como la
272 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

adopción de normas de inocuidad alimentaria que ayudan a reducir


el riesgo de muerte y enfermedad a causa de alimentos que podrían
contener agentes químicos o biológicos en cantidades superiores a
las previstas en las normas (FAO y OMS, 2019).
En el ámbito nacional, la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos reconoce el grave problema alimentario que exis-
te en el país, por lo que establece que el Estado garantizará que toda
persona tenga derecho a alimentación nutritiva, suficiente y de cali-
dad (López-Salazar y Gallardo, 2015).
Por ello, en las diferentes administraciones presidenciales se han
implementado diversos programas sociales con el objetivo de mejo-
rar las condiciones de alimentación de la población vulnerable, sin
embargo, la problemática alimentaria no ha tenido mejoras sustan-
ciales, dado que las políticas y programas operados han tenido gene-
ralmente un enfoque asistencialista, basado en la entrega de apoyos
en especie o en efectivo a la población objetivo, por medio de canales
institucionales. Este tipo de estrategia para la entrega de recursos,
además de sus escasos resultados, ha presentado prácticas de corrup-
ción y manipulación política en el otorgamiento selectivo de apoyos.
En las últimas décadas los programas de atención a la problemática
alimentaria se han focalizado en las poblaciones vulnerables, otor-
gando apoyos en especie y económicos, con ello se busca que este
sector logre superar la inseguridad alimentaria y nutricional, sin em-
bargo, no existen evidencias científicas de que las regiones que han
recibido mayor apoyo presenten avances importantes en compara-
ción con aquellas que no han sido incluidas en dichos programas y
estrategias federales (González-Nolasco y Cordero, 2018).
En el periodo del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), en
el Plan Nacional de Desarrollo también se plantean políticas públicas
alimentarias, dado que se considera que no puede existir crecimiento
económico ni bienestar cuando una necesidad tan elemental como
la alimentación no es debidamente atendida. Durante este sexenio se
estableció como prioridad abatir el hambre y la pobreza extrema de
los más de siete millones de mexicanos que padecían estas condicio-
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 273

nes, por ello a partir de 2013 se instaura el Programa Nacional Mé-


xico sin Hambre, cuya principal estrategia fue la Cruzada Nacional
contra el Hambre (CNCH) (Robles, 2014).
En el caso del estado de Veracruz, históricamente es uno de los
más pobres de México; para 2012 ocupó el séptimo lugar en porcen-
taje de población en pobreza y el cuarto en porcentaje de población
en pobreza extrema de las 32 entidades federativas que conforman
el territorio nacional. Por lo anterior, se encuentra posicionado en el
ranking de las diez entidades con mayor pobreza en el país, donde
186 municipios de un total de 212 (87.7%), es decir, más de la mitad
de la población presentaba condiciones de pobreza (Coneval, 2014).
Para 2014 se reportaba que seis de cada 10 personas estaban en si-
tuación de pobreza monetaria, por lo que la inseguridad alimentaria
y la mala nutrición son aspectos constantes a lo largo del territorio
estatal. Además, el contexto económico, la volatilidad en los precios
de los alimentos, la incertidumbre de los mercados nacionales e in-
ternacionales, la crisis energética y ecológica elevan la vulnerabilidad
social de la población veracruzana (Barcelata, 2010).
Por otra parte, el desarrollo económico en Veracruz, no se dis-
tribuye de manera homogénea lo cual acentúa las diferencias entre
regiones, por ejemplo, en la zona sur del estado se concentran 25 mu-
nicipios que presentan índices altos de marginación (Rodríguez-He-
rrero, 2010).
En el caso del estado de Veracruz, 33 municipios se incluyeron en
la Cruzada Nacional contra el Hambre: Acayucan, Altotonga, Aquila,
Atzalan, Calcahualco, Coatzacoalcos, Coscomatepec, Chicontepec,
Las Choapas, Filomeno Mata, Ilamatlán, Ixhuatlán de Madero, Jala-
cingo, Xalapa, Mecatlán, Mecayapan, Minatitlán, Mixtla de Altami-
rano, Papantla, La Perla, Playa Vicente, San Andrés Tuxtla, Soledad
Atzompa, Soteapan, Tantoyuca, Tehuipango, Temapache, Tezonapa,
Tihuatlán, Tuxpan, Veracruz, Zongolica y Zontecomatlán de López
y Fuentes (Coneval, 2014).
Particularmente, el municipio de Acayucan se enlistó en 2010 entre
las zonas con población menor a 500 mil habitantes de las cuales el
274 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

20% tenía un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo. Por ello,


Acayucan formó parte de los municipios beneficiados con la imple-
mentación de la estrategia CNCH desde 2013 hasta 2018 (DOF, 2014).
En México desde la década de los años cuarenta y cincuenta, las au-
toridades de salud consideraron que la dieta de los mexicanos era una
de las principales causas de su pobreza y atraso, por lo que se plantea
la necesidad de implementar programas institucionales de mejora de
la alimentación. Desde el inicio, estas políticas públicas subrayaron el
papel esencial de las mujeres en su implementación, como profesio-
nales encargadas de difundir los programas y madres de familia res-
ponsables de introducir o adaptar dichas políticas a la vida cotidiana.
Lo anterior, se fundamentaba en que tradicionalmente la mujer era
la encargada de cumplir el rol de madre y ama de casa, siendo una
de sus responsabilidades la alimentación familiar. Por ello, se buscó
capacitar a las madres de familia en economía doméstica y nutrición
para asegurar la crianza de trabajadores sanos y eficientes. Estas polí-
ticas públicas no contemplaban emancipar a la mujer, sino más bien
reforzar la estructura paternalista y jerárquica de la sociedad mexica-
na, así como subordinar la familia al Estado, con el argumento de que
era un aspecto básico para lograr el desarrollo nacional. Sin embargo,
también generaron espacios de participación femenina en los que las
amas de casa y promotoras institucionales adaptaron los programas
alimentarios a sus necesidades e intereses (Aguilar, 2008).
En este contexto, el objetivo de la presente investigación fue ana-
lizar la opinión de las beneficiarias sobre los resultados de la imple-
mentación de la CNCH en el municipio de Acayucan, en cuanto a su
eficacia para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de la
población.

METODOLOGÍA

El área de estudio comprendió dos localidades del municipio de


Acayucan, Veracruz: 1) la cabecera municipal (Acayucan) ubicada
entre los paralelos 17° 54’ y 18° 09’ de latitud norte, los meridianos
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 275

94°51’ y 95°15’ de longitud oeste; altitud entre 10 y 300 msnm; en


donde se aplicaron cuestionarios en tres colonias: Chichihua I, Chi-
chihua 2 y Villalta y 2) la localidad rural de Ixhuapan, que se localiza
en las coordenadas 18° 30’ de latitud norte, y 95° 25’ de longitud
oeste, a una altura media de 80 msnm (CEIEG, 2021).
El municipio limita al norte con los municipios de Hueyapan de
Ocampo y Soteapan; al este con Soteapan, Soconusco y Oluta; al sur
con Oluta, Sayula de Alemán y San Juan Evangelista; al oeste con San
Juan Evangelista, Juan Rodríguez Clara y Hueyapan de Ocampo. La
superficie municipal es de 655.1 km², que representan 0.9% del total
del estado; cuenta con 272 localidades de las cuales tres son urbanas
y 269 rurales (CEIEG, 2021).
El clima de la zona de estudio es cálido-regular con una temperatu-
ra promedio de 26°C; su precipitación pluvial media anual es de 1,107
mm. El tipo de vegetación predominante es selva alta perennifolia y
también hay presencia de palmares y pastizales (CEIEG, 2021).
En la presente investigación se aplicaron en total 40 cuestionarios:
20 en tres colonias urbanas de la cabecera municipal (Chichihua I,
Chichihua 2 y Villalta) y 20 en la localidad rural de Ixhuapan; dado
que fueron las zonas con mayor número de personas que participa-
ron en el programa, de acuerdo con la apreciación de la coordinado-
ra institucional encargada de su funcionamiento en la zona. Otro de
los criterios de selección de los encuestados fue el interés y disposi-
ción para responder al cuestionario.
Se aplicó la técnica de muestreo en cadena o “Bola de Nieve”, don-
de un informante refiere al siguiente y así sucesivamente, dado que
no fue posible la obtención del padrón completo de beneficiarios. El
número de cuestionarios aplicados se determinó mediante el criterio
de saturación, es decir, hasta que las respuestas fueron repetitivas y
ya no aportaban más datos novedosos al estudio (Hernández-Sam-
pieri et al., 2014).
La primera parte del cuestionario se estructuró con 17 preguntas
de opción múltiple y abiertas que abarcaban las siguientes categorías:
datos generales de las beneficiarias; eficacia del apoyo de los come-
276 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

dores comunitarios; beneficios de la entrega de despensas familiares;


cumplimiento del acceso a alimentos suficientes, de calidad y dieta
balanceada; sugerencias para mejorar la Cruzada Nacional contra el
Hambre; y opinión sobre la continuidad de la estrategia.
Para la construcción de la segunda sección del cuestionario se
empleó la escala de experiencia de inseguridad alimentaria (FIES,
por sus siglas en inglés) que contiene ocho preguntas clave relativas
al acceso de las personas a una alimentación adecuada. Las pregun-
tas se centran en experiencias y comportamientos relacionados con
la alimentación que describen los encuestados, relacionados con di-
ficultades crecientes para acceder a los alimentos debido a limitacio-
nes de recursos. El conjunto de ocho preguntas forma una escala que
incluye tres niveles básicos de inseguridad alimentaria: leve, mode-
rada y grave (FAO, 2020).
Para la sistematización y análisis de los datos se utilizó el progra-
ma Excel con el objetivo de obtener estadísticas descriptivas.

RESULTADOS

El Programa Nacional México sin Hambre

El programa está fundamentado en los conceptos de seguridad


y soberanía alimentaria en donde se pretende que, para disminuir
el hambre, se espera que los alimentos se puedan poner al alcance
de las personas, que sean productos inocuos, que les proporcionen
los nutrientes necesarios para que gocen de buena salud, y que esto
les permita tener un buen desarrollo, tanto físico como intelectual
y emocional. Es una estrategia de inclusión y bienestar social de ca-
rácter nacional, que buscaba garantizar la seguridad alimentaria y la
nutrición de los 7.01 millones de mexicanos que vivían en condición
de pobreza extrema y contribuir al ejercicio pleno de su derecho a la
alimentación (Coneval, 2014).
Este programa constituyó el eje de la política de desarrollo social
de la Administración Federal (2012-2018), dirigida a las personas
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 277

que viven en condiciones de pobreza extrema y con carencia de acce-


so a la alimentación, tiene como antecedente inmediato al programa
“Fome Zero” (Hambre Cero) instrumentado por el presidente Lula
da Silva en Brasil en el año 2000 (Coneval, 2014).
Los objetivos generales del Programa Nacional México sin Hambre
(Coneval, 2014) son los siguientes: 1) Cero hambre a partir de una
alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multi-
dimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación; 2) Dismi-
nuir la desnutrición infantil aguda y crónica, y mejorar los indicadores
de peso y talla de la niñez; 3) Aumentar la producción de alimentos
y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; 4)
Minimizar las pérdidas postcosecha y de alimentos durante su alma-
cenamiento, transporte, distribución y comercialización; 5) Promover
el desarrollo económico y el empleo de las zonas de mayor concentra-
ción de pobreza extrema de alimentación; y 6) Promover la participa-
ción comunitaria para la erradicación del hambre.
La principal estrategia operativa del Programa Nacional México
sin Hambre fue la Cruzada Nacional contra el Hambre, cuyos objeti-
vos y líneas de acción se presentan en el cuadro 1.

Cuadro 1. Objetivos y líneas de acción de la CNCH

Objetivo Líneas de acción


1. Erradicar el hambre (que el 100% 1.1. Acceso permanente a los alimen-
de las personas tengan acceso a ali- tos que necesitan, a través de una
mentación adecuada todo el año). agricultura y sistemas alimenta-
rios nutricionales.
1.2. Trabajo decente y productivo.
1.3. Protección social focalizada.
1.4. Aumento de suministro de alimen-
tos por los productores locales.
1.5. Mercados justos, abiertos y que
funcionen a escala local, regional
e internacional.
1.6. Prevención de la excesiva volati-
lidad del precio de los alimentos.
278 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

Objetivo Líneas de acción


2. Eliminar el retraso del crecimiento 2.1. Acceso universal a alimentos
infantil. adecuados y nutritivos.
2.2. Asistencia sanitaria que tenga en
cuenta la nutrición, el agua, el
saneamiento, la educación, inter-
venciones sensibles a la nutrición
y de empoderamiento de mujeres.
3. Hacer que todos los sistemas ali- 3.1. Que todos los productores, ne-
mentarios sean sostenibles. gocios, cooperativas, gobiernos,
sindicatos y sociedad civil esta-
blezcan estándares para la soste-
nibilidad, se verifique su cumpli-
miento y se rinda cuentas.
3.2. Estimular y remunerar la adop-
ción universal de prácticas agra-
rias sostenibles y resistentes al
cambio climático.
4. Erradicar la pobreza rural (aumento 4.1. Reducir la pobreza rural a través
de 100% en la productividad y el in- del trabajo decente y el incre-
greso de los pequeños productores). mento del ingreso de pequeños
productores.
4.2. Empoderamiento de mujeres,
pequeños agricultores y comuni-
dades indígenas.
4.3. Mejora en tenencia de la tierra y
su acceso a los activos y a los re-
cursos naturales.
4.4. Apoyo a la investigación agraria e
innovación.
5. Eliminar el desperdicio de alimen- 5.1. Minimizar pérdidas de alimen-
tos y las pérdidas poscosecha. tos durante el almacenamiento y
transporte.
5.2. Empoderar a los consumidores a
través de un etiquetado adecuado.
5.3. Incentivos económicos, com-
promisos colectivos, tecnologías
apropiadas localmente y cambios
de comportamiento.

Fuente: FAO (2014).


Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 279

La CNCH se basó a su vez en dos líneas de acción prioritarias, la


principal fue la instalación y operación de comedores comunitarios
que en 2018 estaban a cargo de la Dirección General de Participación
Social y tenían como objetivo contribuir a fortalecer el cumplimien-
to efectivo de los derechos sociales que potencien las capacidades de
las personas en situación de pobreza, a través de acciones que inci-
den positivamente en la alimentación, salud y educación por medio
de la reducción de la inseguridad alimentaria. Para ello se propor-
cionaba equipamiento básico para la instalación del comedor comu-
nitario, además de un abasto mensual de alimentos no perecederos,
para mantenerlos funcionando, los cuales eran administrados por
la Comisión de Alimentación (COMAL), que de manera voluntaria
ofrecía hasta dos raciones de comida al día por persona a una cuota
máxima de $10.00 MXN por ración (Coneval, 2018).
El objetivo de los comedores comunitarios era garantizar el ejer-
cicio efectivo de los derechos sociales, para atender el problema de
acceso insuficiente a alimentos variados y de calidad en los territo-
rios urbanos y rurales de las Zonas de Atención Prioritaria, munici-
pios con alta incidencia de carencia por acceso a la alimentación y
municipios con alta incidencia de pobreza extrema alimentaria. Las
actividades de los comedores comunitarios incluyeron: apertura y
equipamiento de estos, abasto de alimentos no perecederos, capaci-
tación al personal de voluntariado, promover la participación social
y supervisión de su funcionamiento (Coneval, 2018).
Los requisitos que debían presentar los beneficiarios para solici-
tar apoyo para instalar y operar los comedores comunitarios eran: 1.
Conformar un comité comunitario; 2. Contar con un espacio físico
para la instalación del comedor; 3. Presentar solicitud; y 4. Valida-
ción del estudio de factibilidad por la unidad responsable del pro-
grama. Los apoyos para los comedores comunitarios sólo podían so-
licitarse para las Zonas de Atención Prioritaria (ZAPs) y municipios
de alta y muy alta marginación, definidos por el Consejo Nacional de
Población (DOF, 2014).
280 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

La segunda línea de acción fue la entrega mensual de despensas


de alimentos básicos a las familias inscritas en el padrón de benefi-
ciarios, como complemento del apoyo que recibían en los comedores
comunitarios.
Con el cambio de gobierno y la presidencia de Andrés Manuel
López Obrador, se da por concluida la estrategia de la CNCH el 30
de noviembre de 2018 (Coneval, 2018).
Tomando como contexto la descripción básica del programa Na-
cional México sin hambre, y la estrategia de la Cruzada Nacional con-
tra el Hambre, a continuación se presentan las opiniones de las benefi-
ciarias que participaron en el municipio de Acayucan, Veracruz.

OPINIÓN DE LAS BENEFICIARIAS


SOBRE LA CNCH

Datos generales de las beneficiarias

Todas las encuestadas fueron mujeres, dado que los programas


alimentarios principalmente van dirigidos a la población femenina,
ya que por cuestiones asociadas al rol de género son las que tradi-
cionalmente se encargan de la alimentación familiar y las que ma-
yormente se registraron en el padrón de beneficiarios de la Cruzada
Nacional contra el Hambre (CNCH). La edad promedio de las en-
cuestadas fue de 48 años (mínima 32 y máxima de 67 años).
En lo relativo al estado civil, 75% eran casadas, 15% solteras, 5% sepa-
radas y 5% vivían en unión libre. Es decir, las encuestadas son en su ma-
yoría madres y jefas de familia que se encuentran en unión matrimonial.
En cuanto a su ocupación principal, más de la mitad (55%) refirió
ser ama de casa. En el resto de las ocupaciones destacan las categorías
de comerciante (35%) y empleada (10%).
Mientras que en escolaridad, 35% respondieron haber concluido
la secundaria, 25% no tienen estudios, 20% cursó hasta la preparato-
ria y el resto estudió algún grado de primaria.
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 281

Los datos expuestos coinciden con los resultados de Márquez et


al. (2019) quienes realizaron un estudio en Jalisco sobre la inseguri-
dad alimentaria y la caracterización de la población que es beneficia-
ria en tres bancos de alimentos, encontrando que la mayoría de las
encuestadas fue del sexo femenino (97.4%); su actividad principal
era de amas de casa (81%) y en cuanto a escolaridad la mayor pro-
porción (36%) cursó la secundaria completa.
En el siguiente apartado, se presentan las opiniones de las encues-
tadas respecto a si la estrategia CNCH promovió la seguridad ali-
mentaria y nutricional.

Eficacia del apoyo de los comedores comunitarios

Al cuestionar si la estrategia de CNCH brindó apoyo alimenticio


de manera eficaz y oportuna a la población objetivo, 55% de las en-
cuestadas respondieron afirmativamente, dado que el apoyo fue ade-
cuado porque siempre existieron alimentos suficientes para todos los
beneficiarios y los presentaban mediante el plato del buen comer. Por
el contrario, el 45% restante aseguró que los apoyos eran insuficien-
tes, poco eficaces e inequitativos, dado que las personas encargadas
no tenían buen trato hacia los comensales y existían diferencias en la
forma de otorgarles el servicio de comedor.
Es relevante mencionar que una de las encuestadas, que fue coci-
nera en un comedor comunitario, señaló que en muchas ocasiones el
comedor se quedaba sin alimentos a temprana hora debido a que las
encargadas vendían de manera preferente los desayunos y comidas
del día a personas con mayor poder adquisitivo que acudían diaria-
mente a comprar varias raciones. Por ello, muchos de los comensa-
les de menores recursos no alcanzaban a consumir las raciones pre-
paradas para el día, es decir, el comedor tenía un trato preferencial
para los comensales de mayor poder adquisitivo, por lo que se fue
perdiendo el objetivo principal de proporcionar un servicio social
alimenticio a los grupos más vulnerables.
282 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

La misma encuestada mencionó que inicialmente el apoyo insti-


tucional que se entregaba mensualmente era adecuado y eficaz, pero
después se presentaron problemas de abasto de alimentos, por ello se
tuvieron que aumentar los precios de desayunos y comidas para poder
pagar lo que se necesitaba en la cocina. Es decir, los productos que el
programa les entregaba de manera mensual ya no eran suficientes para
abastecer la cantidad de personas que llegaban al comedor.
Al respecto, Yaschine et al. (2016) señalan que los comedores co-
munitarios de la ciudad de México, Guerrero y Michoacán se centra-
ron más en atender la carencia de acceso a alimentos, que en garan-
tizar el derecho a la alimentación (nutritiva, suficiente y de calidad)
de la población beneficiaria, pues la comida se elaboraba con grandes
cantidades de aceite y los menús no consideraban las necesidades
nutricionales específicas de las diferentes etapas de vida de la pobla-
ción atendida.
Por su parte, Coutiño (2017) coincide en que la estrategia de los
comedores comunitarios perdió su objetivo social inicial y se convir-
tió en un mecanismo político clientelar, por lo que era necesario para
corregir su funcionamiento que la CNCH quedara fuera del control de
cualquier partido político, interés corporativo u organismo trasnacio-
nal, para ello debía privilegiarse una mayor participación de la socie-
dad civil a través de la diversidad colectiva, tal y como sucede en los
programas sociales alimenticios que han tenido éxito en otros países.

Beneficios de la entrega de despensas familiares

En la zona de estudio también se implementó como estrategia


complementaria a los comedores comunitarios, la entrega mensual
de despensas para mejorar la alimentación de las familias beneficia-
rias. Al respecto, 85% de las encuestadas consideraron que los be-
neficios fueron positivos dado que recibían un apoyo acorde a sus
necesidades, pues les proporcionaban productos básicos de calidad.
Mientras el 15% restante tuvieron una opinión negativa, pues con-
sideraban que los alimentos que se les proporcionaban no eran nu-
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 283

tritivos ni de calidad, pero, sobre todo, se incluían en las despensas


alimentos poco conocidos y escasamente consumidos en la localidad.
Esto coincide con las apreciaciones de Aguilar-Estrada et al.
(2018), quienes señalan que las localidades más marginadas no po-
seen acceso físico a una alimentación variada y de calidad, pues se
ha observado que los intentos de incrementar la oferta de alimentos
mediante la apertura comercial, sólo ha traído alimentos no saluda-
bles que propician graves problemas de salud pública, debido a la
falta de una política alimentaria eficaz y un marco regulatorio que
asegure estándares de calidad.

Cumplimiento de acceso a alimentos suficientes, de calidad y


dieta balanceada

En relación con el cumplimiento de la dimensión de Seguridad


Alimentaria (disponibilidad física y acceso económico y físico a ali-
mentos de calidad) que contemplaba la Cruzada Nacional contra el
Hambre, 65% de las beneficiarias (que recibían despensas mensuales,
asistían e incluso apoyaban como cocineras en los comedores comu-
nitarios), consideraron que este objetivo se cumplió. Sus respuestas
destacan que las despensas garantizaban alimentos suficientes y de
calidad para todo un mes, con lo que ayudaban a la situación econó-
mica familiar, además, mediante los comedores comunitarios tenían
acceso a comidas variadas, balanceadas y raciones suficientes a pre-
cio accesible.
En contraparte, 35% de las encuestadas mencionaron que la estra-
tegia no logró asegurar el acceso a alimentos suficientes y de calidad,
porque no existía variedad en los productos, ya que las despensas
muchas veces no incluían alimentos nutritivos y llegaban incom-
pletas, por lo que la cantidad de productos no cubría la necesidad
alimentaria de todos los integrantes del hogar. Además, el acceso a
los alimentos en los comedores comunitarios era inequitativo y los
menús y raciones no siempre eran sanos, nutritivamente bien balan-
ceados y suficientes.
284 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

Específicamente cuando se preguntó a las beneficiarias si con-


sideraban que las estrategias de la CNCH les proporcionaban a los
miembros del hogar una alimentación balanceada, 80% considera-
ron que la mayor parte del tiempo el programa no cumplía este ob-
jetivo.
Al respecto, Soria y Palacio (2014) señalan que una de las críticas
durante la puesta en marcha de la CNCH fue la presencia como pro-
veedores de empresas que fabricaban alimentos bajos en nutrientes
y enlatados como PepsiCo y Nestlé, con lo cual se dejaba de lado el
objetivo de promover una alimentación sana, nutritiva y balanceada
para los beneficiarios.
Esto coincide con lo expuesto por Yaschine et al. (2016), quienes,
en su investigación sobre los comedores comunitarios, mostraron
que la alimentación que se brindó en estas instancias presentó de-
ficiencias nutrimentales, dado que las comidas estaban saturadas de
azúcares y carbohidratos, pues se usaban muchos alimentos proce-
sados.

SUGERENCIAS PARA MEJORAR LA CRUZADA


NACIONAL CONTRA EL HAMBRE

Todas las personas encuestadas coincidieron en que era necesario


realizar ajustes a la implementación de la CNCH, tales como: mejo-
rar la organización de los comedores comunitarios y el trato igualita-
rio a los comensales; ampliar la cantidad y calidad de los productos
básicos que se surten tanto a los comedores como en las despensas;
considerar en la selección de los productos que se incluyen en des-
pensas y menús de los comedores el contexto alimentario sociocultu-
ral de los beneficiarios (alimentos que se consumen tradicionalmen-
te en la comunidad); así como priorizar el apoyo a madres solteras y
personas de la tercera edad.
Al respecto, Romo y Castillo (2002) enfatizan la importancia de
tomar en cuenta en los programas alimentarios los usos y costum-
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 285

bres locales sobre los alimentos, ya que la actitud y aceptación de


los individuos frente a un tipo de alimento, está condicionada por
factores socioculturales.
Asimismo, Díaz (2011) señala que el consumo y las formas de
procesamiento de los alimentos representan un simbolismo, por lo
que los significados y la manera de comer se heredan culturalmente
en los pueblos de generación en generación, de ahí que el ámbito
sociocultural debe ser tomado en cuenta en cualquier programa di-
rigido a mejorar la alimentación.
Igualmente, la Plataforma de Seguridad Alimentaria y Nutricio-
nal (2020) subraya que la alimentación brindada en los programas y
estrategias en el sector alimenticio debe ser acorde a las particulari-
dades y costumbres de cada región del país.
Otro aspecto de mejora que se enfatizó fue incrementar la trans-
parencia en el manejo de los recursos de los comedores comuni-
tarios, dado que no existía una buena administración e incluso se
expresaron sospechas de desvío de los recursos proporcionados.
Por ello, 80% de las encuestadas consideraban que debía existir un
rendimiento de cuentas constante en el manejo de los comedores
comunitarios. Esto coincide con los resultados de Coutiño (2017)
sobre la necesidad de profundizar en la rendición de cuentas y en la
transparencia, sobre todo en los escenarios donde el uso de recursos
públicos destinados a la alimentación es relevante.
A pesar de que fomentar la agricultura de autoconsumo es otro de
los objetivos de la CNCH, 98% de las encuestadas declararon tener
sólo interés en recibir apoyos alimenticios (despensas mensuales y ac-
ceso al comedor comunitario). Sólo una persona mostró disposición
para capacitarse en agricultura familiar como medio para complemen-
tar los apoyos que les otorgan mediante las despensas y comedores.
Es decir, en este caso el programa es percibido por los beneficiarios
mayormente como un apoyo asistencial a corto plazo, más que como
una estrategia de autosuficiencia alimentaria a largo plazo.
Lo anterior contrasta con lo reportado por Trujano et al. (2018),
quienes señalan que en dos municipios del estado de Hidalgo, la ma-
286 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

yoría de los beneficiarios del proyecto estratégico de Seguridad Ali-


mentaria (PESA), estaban interesados en pasar de un esquema asis-
tencial y de autoconsumo a uno donde el excedente de las cosechas
permitiera la inserción de sus productos en el mercado local.
Igualmente, considerar la agrobiodiversidad y los usos y costum-
bres alimenticias locales es fundamental para garantizar la produc-
ción agrícola de autoabasto y la seguridad alimentaria, ya que si estos
aspectos se omiten, se corre el riesgo de que los beneficiarios no se
adueñen de la estrategia, por lo que sólo operará mientras se otorga
el apoyo en especie o monetario, pues no se construyen capacidades
sociales y económicas en la población para sostener las acciones a
largo plazo. Esto constituye uno de los grandes retos de las estrate-
gias alimentarias como la Cruzada Nacional contra el Hambre.

OPINIONES SOBRE LA CONTINUIDAD


DE LA CNCH

Todas las personas encuestadas coinciden en que es necesario


darle continuidad a este tipo de estrategias de apoyo alimentario por-
que, pese a las áreas de oportunidad detectadas en párrafos anterio-
res, se beneficia a muchos integrantes de familias de escasos recursos
en la localidad.
Esta opinión se basa sobre todo en el alto nivel de preocupación
por el desabasto de alimentos en sus hogares que indicaron las bene-
ficiarias, ya que 90% expresó inquietud constante ante esta situación,
sobre todo a fin de mes. Es decir, resulta evidente que la incertidum-
bre sobre el desabasto de los alimentos está presente en el seno de la
mayoría de las familias, aun mientras contaban con el apoyo de la
CNCH.
Lo expuesto coincide con lo reportado por Aguilar (2008), res-
pecto a que debido a la alta dependencia alimentaria que impera en
México, el 42% de la población nacional manifiesta preocupación
porque sus insumos se acaben, dado que su ingreso no es suficiente
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 287

para garantizar la compra de una canasta básica, pues a nivel na-


cional cuatro de cada diez hogares mexicanos no poseen suficientes
alimentos para satisfacer a sus familias.
Al respecto, Soria y Palacio (2014) reconocen que desde su im-
plementación la CNCH mostró inconsistencias y pese a que dentro
de sus objetivos se encontraban coadyuvar a una alimentación sana
y nutritiva, este objetivo y otros como la focalización de los apoyos
no se concretaron, debido a la inclusión de empresas transnacionales
como proveedoras; lo cual generó que la estrategia no tuviera el éxito
esperado, pues no logró garantizar el acceso a una alimentación de
calidad y relegó el papel de los productores locales a meros recepto-
res pasivos. Sin embargo, los mismos autores reconocen que desde la
perspectiva de los beneficiarios, la ausencia de estos apoyos hubiera
empeorado su situación de carencia alimentaria.

NIVELES DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA

Con los datos obtenidos se construyó una escala que cuantifi-


có el nivel de inseguridad alimentaria presente en los 40 hogares
de las personas encuestadas, clasificándose en cuatro categorías:
con seguridad alimentaria, inseguridad alimentaria leve, inseguri-
dad alimentaria moderada e inseguridad alimentaria grave. Para
la obtención de cada categoría se analizaron las respuestas de las
encuestadas respecto al grado de acceso físico y económico a los
alimentos, la estabilidad mensual para cubrir la cantidad de ali-
mentos requeridos por la familia y la calidad de alimentos que se
reflejan en la percepción de si la dieta es sana, variada y balanceada.
En el caso de la localidad rural de Ixhuapan, 45% de las familias
se clasificaron en la categoría de “inseguridad alimentaria mode-
rada”, 35% en “inseguridad alimentaria grave” y 10% “inseguridad
alimentaria leve”, es decir, 90% presentaban algún grado de insegu-
ridad alimentaria. Mientras en la cabecera municipal de Acayucan
(zona urbana), 50% se clasificaron en la categoría de “inseguridad
alimentaria moderada”, 20% tuvieron “inseguridad alimentaria
leve”, 10% “inseguridad alimentaria grave” y 20% contaban con “se-
288 Odet Lorena Alvarado-Rodríguez y Martha Elena Nava-Tablada

guridad alimentaria”. Resulta evidente que los niveles más altos de


inseguridad alimentaria predominan en la zona rural.

CONCLUSIONES

La mayoría de las usuarias consideran que los resultados de la


Cruzada Nacional contra el Hambre fueron escasos, dado que la es-
trategia tuvo una visión a corto plazo, desarticulada y careció de un
enfoque integral, ya que faltó involucrar y coordinar a todos los sec-
tores: gobierno, operadores institucionales de los programas y bene-
ficiarios. Además, dicha estrategia requiere mejoras sustanciales en
diversos ámbitos.
Históricamente, existen evidencias de que las políticas públicas
de seguridad alimentaria deben orientarse hacia enfoques integrales
que atiendan el origen estructural de la pobreza extrema y el hambre,
dejando de lado la visión asistencialista que ha imperado en los pro-
gramas y que ha tenido escasos o nulos resultados.
A pesar de las limitantes y escasos logros de las políticas de aten-
ción a la problemática alimentaria a nivel Latinoamérica, existen ca-
sos relativamente exitosos como el Fome Zero en Brasil, experien-
cias que pueden ser retomadas, adaptadas e implementadas para el
cumplimiento real del derecho universal de los individuos a tener
acceso a alimentos nutritivos, suficientes y locales que les permitan
la realización de sus actividades diarias.
Por otra parte, si bien es cierto que las políticas públicas han abor-
dado el problema de la alimentación primero desde un enfoque uni-
dimensional y actualmente desde un enfoque multidimensional, es
preciso señalar que no es ni será posible “erradicar el hambre” con la
implementación de los mismos mecanismos para un territorio tan
heterogéneo como lo es México, ya que en el aspecto de los alimen-
tos es necesario tomar en consideración la cultura alimentaria de la
población, el contexto en el que se desenvuelve y su apego a los pro-
ductos locales.
Mujeres y políticas de seguridad alimentaria en México: la cruzada nacional... 289

Con base en lo planteado, se debe buscar la emancipación de las


personas en situación vulnerable para que tengan una autonomía
verdadera, además de que es imprescindible la articulación real de
las dependencias y los programas, debido a que actualmente es cru-
cial garantizar este derecho porque aún existen millones de personas
en México que no poseen certeza alimentaria, lo cual representa un
gran obstáculo para el logro de un desarrollo nacional equitativo,
sustentable e incluyente.

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13. ANÁLISIS SOBRE EL
EMPODERAMIENTO ECONÓMICO
DE LA MUJER

Olga Graziella Reyes-Marfetán


reyesolga75@gmail.com

Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez


dra.valdes.colver@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Empoderar económicamente a las mujeres tiene beneficios enor-


mes. Por tanto, es fundamental la presencia de mujeres en todas las
áreas de la economía y en todos los campos del conocimiento. Para
conocer el empoderamiento actual de la mujer se requiere una revi-
sión de los organismos y las leyes que les dan sustento. El objetivo de
esta investigación es analizar el camino recorrido y los esfuerzos rea-
lizados para lograr la participación igualitaria de la mujer por par-
te de organizaciones internacionales, regionales, ámbitos públicos y
privados a nivel internacional y con enfoque en América Latina y el
Caribe, a partir de la mitad del siglo pasado a la fecha. Mediante una
revisión bibliográfica extensa, se evaluó el aumento de la capacidad
de las mujeres para funcionar en la economía, construyendo medios
de vida sostenible y participando en la formulación de políticas y
liderazgos dentro de sus sociedades. Del análisis de los factores pri-
mordiales que afectan a las mujeres en el campo del conocimiento, la
brecha salarial, los prejuicios de género, la carga familiar, el sistema
de cuidados, el acceso a cargos directivos se concluye en la necesidad
de enfrentar la desigualdad legislativa, las barreras estructurales y
culturales que afectan el empoderamiento económico de las mujeres
y poner este tema en el centro de la agenda pública.
294 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

Por lo tanto, la igualdad de género no es solo un derecho humano


fundamental, sino la base para construir sociedades pacíficas, prós-
peras y sostenibles. El empoderamiento económico de las mujeres
es una de las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
(ONU, 2020). Para lograrlo, las leyes son el instrumento ideal para
poner fin a la discriminación que sufren las mujeres, tanto en sus
trabajos como en su vida diaria y en el hogar. No obstante, la mayor
parte de los marcos jurídicos en toda América Latina presentan dis-
tinta remuneración por trabajos del mismo valor, falta de libertad de
elección de empleo, remuneración desigual de las tareas domésticas
y de los cuidados no remunerados, que obligan a las mujeres a lu-
char contra estas inequidades (ONU Mujeres y Segib, 2020). Estas
desigualdades se han visto aumentadas por la crisis de la pandemia
del COVID-19 (OMS, 2021), que motivó un aumento de la violencia
de género y mayor carga de trabajo en los cuidados de las personas,
así como pérdidas de empleo con diferentes repercusiones de género
(ONU Mujeres y Segib, 2020; Reardon et al., 2020). Por lo que poner
el empoderamiento económico de las mujeres en el centro de la agen-
da pública enfrenta hoy en día el desafío, por un lado, de proteger las
conquistas ya obtenidas en materia de igualdad de género (Bárcena,
2020), frente al retroceso que la agenda económica, educativa, social
ha sufrido y, por otro, seguir superando los obstáculos previos a la
pandemia que aún existen y afectan de modo directo dicho fin.
El objetivo de esta investigación es analizar el camino recorrido y
los esfuerzos realizados para lograr la participación igualitaria de la
mujer por parte de organizaciones internacionales, regionales, ámbi-
tos públicos y privados a nivel internacional y con enfoque en Amé-
rica Latina y el Caribe, a partir de la mitad del siglo pasado a la fecha.

METODOLOGÍA

Para la investigación se documentaron los avances sobre el acceso


a posiciones de liderazgo de la mujer en los ámbitos públicos y pri-
vados, según estudios de las organizaciones internacionales, regiona-
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 295

les, organizaciones de la sociedad civil, ámbitos gubernamentales, y


corporaciones a nivel mundial, pero con enfoque en América Latina
y el Caribe. Mismos que se plasmaron mediante un análisis docu-
mental, cualitativo y explicativo. Se analizan primero los principales
avances logrados por la Organización de Naciones Unidas (ONU
Mujeres), la Organización de Estados Americanos (OEA), el Ban-
co Interamericano de Desarrollo (BID), la Secretaría General Ibe-
roamericana (Segib), así como centros de estudios y organizaciones
de la sociedad civil de América latina y el Caribe, sobre este tema. Se
efectúó un enfoque particular sobre el Sistema Global de Cuidados.
Se analizó el acceso de las mujeres a cargos directivos de las empresas
y corporaciones y las dificultades que enfrentan. Se estudió también
la perspectiva de género en el campo de la investigación y la gestión
del conocimiento.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Origen y significado del término “empoderamiento femenino”

La palabra “empoderamiento” se refiere a un proceso por el cual


se accede al control de recursos materiales y simbólicos, reforzando
de ese modo capacidades, y siendo protagonistas en todos los ám-
bitos. Se aplica en general a grupos vulnerables en un proceso que
logra cambios positivos y mejora sus situaciones de vida. Paulo Frei-
re utilizó este término en las décadas de los 60 y 70, con su enfoque
participativo de la educación (Freire, 2012; Alves y Oliveira, 2020).
Pero el término empowerment o empoderamiento de las mujeres
como estrategia fue impulsado en la IV Conferencia Mundial de la
Mujer en Naciones Unidas en Beijing en 1995. Se refiere al aumento
de participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones
y de acceso al poder. En dicho encuentro se adopta la Plataforma de
Acción de Beijing con dos objetivos estratégicos: 1) garantizar a las
mujeres igualdad de acceso y participación en las estructuras de po-
der y adopción de decisiones; y 2) aumentar la capacidad de las mu-
296 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

jeres en la adopción de decisiones y en los niveles directivos (ONU


Mujeres, 2022).

ONU MUJERES

El intenso trabajo de la Agencia de Naciones Unidas para la


Igualdad de Género y el Empoderamiento Económico de las Mu-
jeres (ONU Mujeres) ha logrado, en sus más de 10 años de existen-
cia, derribar barreras que han impedido que las mujeres aprovechen
oportunidades económicas, contribuyendo a la igualdad de género,
y erradicando la pobreza a través del crecimiento económico inclusi-
vo. A partir de la Declaración y el Plan de Acción de Beijing de 1995
se estableció una plataforma clave para la política mundial, al con-
solidar avances jurídicos para garantizar la igualdad entre hombres
y mujeres, tanto en la ley como en la práctica (UN Women, 2022).
Estudios a nivel mundial confirman que, al aumentar el número de
mujeres ocupadas, crece la economía. Se ha demostrado que el aumen-
to en la educación de mujeres y niñas ha dado lugar a un crecimiento
económico mayor en un 50% en los últimos 50 años, en los países de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE),
pues han tenido mayor acceso a niveles superiores de estudio similar al
hombre. Aunque lamentablemente estos avances no se han traducido
en mejores resultados en el campo laboral para las mujeres (OCDE,
2012). Existe un profuso marco legislativo internacional y regional, del
cual se destacan la Declaración Universal de Derechos Humanos, el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el
Convenio sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer, y varias convenciones de la Organización Internacio-
nal del Trabajo (Convenios 100, 11,153,183 y 190) sobre el empodera-
miento económico de la mujer, la Declaración Americana de Derechos
y Deberes del Hombre, la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer y el Protocolo Adi-
cional a la Convención Americana en materia de Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales (OEA, 2017).
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 297

Dentro de los programas de ONU Mujeres para el empodera-


miento económico, con participación de organizaciones de la so-
ciedad civil, resulta fundamental el reconocimiento al trabajo no
remunerado que realiza la mujer como cuidadora en su hogar y la
atención especial a los grupos vulnerables, tales como mujeres ru-
rales, trabajadoras domésticas, migrantes, mujeres con habilidades
poco desarrolladas, y colectivos como LGBTI (Lesbianas, Gays, Bi-
sexuales, Transgeneros e Intersexuales); a fin de lograr un mayor in-
greso y ser ellas quienes puedan controlar sus recursos y estar mejor
protegidas contra la violencia (OCDE, 2012). Analizar someramente
estos avances es fundamental para una idea más clara de los esfuer-
zos ya realizados y de lo que aún falta instrumentar para lograr el
empoderamiento económico de las mujeres.
Al respecto, la Plataforma de Acción de Beijing y su Declaración,
consolida cinco decenios de avances jurídicos con la finalidad de ga-
rantizar la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en las leyes como
en la práctica. Cabe señalar que existen exámenes quinquenales de
su cumplimiento, de revisión y evaluación, constituyendo en su con-
junto, un instrumento clave de la política mundial sobre igualdad de
género (UN Women, 2012).
El Plan Estratégico para 2022-2025 de ONU Mujeres, elaborado
en plena pandemia de COVID-19, incluye medidas de carácter nor-
mativo y procura, través de una movilización de carácter urgente, la
igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas. Sin en-
trar en el análisis de su contenido, importa consignar que entre sus lí-
neas de acción se centra en la Gobernanza y Participación en la Vida
Pública, la Eliminación de Violencia contra las Mujeres y las Niñas,
las Mujeres, la Paz y la Seguridad, Acción Humanitaria y Reducción
de Desastres, y todo ello tendiente al Empoderamiento Económico y
Político de la Mujer (ONU Mujeres, 2021b).
Dentro de la intensa tarea de ONU Mujeres, cabe mencionar la ini-
ciativa para el empoderamiento económico Ganar-Ganar, cuyo lema
es “La igualdad de género es un buen negocio”. Comenzó en 2018, fi-
nanciada por la Unión Europea e implementada por la Organización
298 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

Internacional del Trabajo para promover la igualdad de género en el


sector privado, aumentar la cooperación, y ampliar las oportunida-
des de negocios entre mujeres de América Latina y el Caribe. Aspira
a crear un modelo sostenible de compromisos del sector privado de
acuerdo con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) (tabla 1), y
potenciar el liderazgo de mujeres en distintas regiones del mundo, en
innovación y negocios, y su participación en empresas y en las fuerzas
laborales, acceso al trabajo decente y a los mecanismos de empodera-
miento (ONU Mujeres, 2021a).

Tabla 1. Objetivos del Desarrollo Sostenible

Objetivo Meta Implicaciones


Mientras existan desigualdades y pobreza ex-
1 Fin de la pobreza. trema, el desarrollo de la sociedad mundial
no será sostenible.
Se debe erradicar el hambre, especialmente
2 Hambre cero.
en los países en desarrollo.
Garantizar una vida sana y promover el bien-
3 Salud y bienestar. estar en todas las edades es esencial para el
desarrollo sostenible.
La educación permite la movilidad socioeco-
Educación de
4 nómica ascendente y es clave para salir de la
calidad.
pobreza.
La igualdad de género no solo es un derecho
Igualdad de humano fundamental, sino que es uno de los
5
género. fundamentos esenciales para construir un
mundo pacífico, próspero y sostenible.
Se propone lograr el acceso al agua limpia es-
Agua limpia y
6 pecialmente en comunidades donde aún no
saneamiento.
se tiene el acceso.
Energía Se debe prestar mayor atención a las mejorar
7 asequible y no para lograr acceso a combustibles limpios y
contaminante. seguros, así como energías renovables.
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 299

Objetivo Meta Implicaciones

Un crecimiento económico inclusivo y sos-


Trabajo decente
tenido puede impulsar el progreso, crear
8 y crecimiento
empleos decentes para todos y mejorar los
económico.
estándares de vida.

La industrialización inclusiva y sostenible,


Industrial, junto con la innovación y la infraestructura,
9 innovación e pueden dar rienda suelta a las fuerzas econó-
infraestructura. micas dinámicas y competitivas que generan
el empleo y los ingresos.

Reducir las desigualdades y garantizar que nadie


Reducción de las
10 se queda atrás forma parte integral de la conse-
desigualdades.
cución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Ciudades y El incremento de la población en las ciuda-
11 comunidades des debe ser sostenible para evitar contami-
sostenibles. nación en agua, aire y tierra.
El consumo y la producción sostenibles
consisten en hacer más y mejor con menos.
Producción
También se trata de desvincular el crecimien-
12 y consumo
to económico de la degradación medioam-
responsables.
biental, aumentar la eficiencia de recursos y
promover estilos de vida sostenibles.
Es necesario tomar medidas urgentes para
Acción por el abordar tanto la pandemia como la emer-
13
clima. gencia climática con el fin de salvar vidas y
medios de subsistencia.
El océano impulsa los sistemas mundiales que
hacen de la Tierra un lugar habitable para el
ser humano. Nuestra lluvia, el agua potable,
14 Vida submarina.
el tiempo, el clima, los litorales, gran parte de
nuestra comida e incluso el oxígeno del aire que
respiramos los proporciona y regula el mar.

Para prevenir, detener y revertir la degradación


Vida de ecosiste- de los ecosistemas de todo el mundo, las Na-
15
mas terrestres. ciones Unidas han declarado la Década para la
Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
300 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

Objetivo Meta Implicaciones


Los conflictos, la inseguridad, las institucio-
Paz, justicia e ins- nes débiles y el acceso limitado a la justicia
16
tituciones sólidad. continúan suponiendo una grave amenaza
para el desarrollo sostenible.
Los ODS solo se pueden conseguir con aso-
Alianzas para lo-
17 ciaciones mundiales sólidas y cooperación
grar los objetivos.
internacional, nacional y local.

Fuente: ONU (2015).

En 2010, entre ONU Mujeres y el Pacto Global de Naciones Uni-


das se crearon los Principios de Empoderamiento de las Mujeres
(WEPs) firmados por más de dos mil empresas en todo el mundo
y que constituyen una plataforma que hace que las empresas adop-
ten políticas e inviertan en promover la igualdad de género en lo
laboral, en cadenas productivas, en las comunidades, promover el
cambio de prácticas empresariales y crear mecanismos de inversión
de alto impacto para la igualdad de género. Estos principios procu-
ran fundamentalmente alentar al sector privado a que asuma su res-
ponsabilidad en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODS) que refieren a este tema, los cuales son: ODS 5; Igualdad de
Género; ODS 8: trabajo decente y crecimiento económico; ODS 10:
reducción de las desigualdades; ODS 17: alianzas para lograr esos
objetivos (ONU, 2015). El programa también contribuye a una unión
birregional entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Lati-
noamericanos y Caribeños (CELALC), prioridad de acción del Plan
Unión Europea-CELALC 2015 y Estrategia de Europa 2020 (Pacto
Global Colombia, 2022).
Otro extenso estudio de Naciones Unidas titulado “La pandemia
COVID 19, la paz y la seguridad”, al analizar los consecuencias eco-
nómicas y sociales de esta crisis destaca el limitado porcentaje de
medidas económicas y políticas adoptadas que han sido sensibles al
género, entre ellas, las cargas domésticas y el trabajo no remunerado
de cuidados de otras personas, estudiando también dicha carencia en
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 301

la participación de mujeres en los procesos de mantenimiento de la


paz (UN Women, 2021).
Por su parte, cabe destacar que la Secretaría General Iberoame-
ricana (secretaría general iberoamericana (Segid), 2022), conjunta-
mente con ONU Mujeres, crearon la estrategia “Igualdad de la Ley
para las Mujeres y las Niñas para el Año 2030“, siendo sus metas
prioritarias: igualdad de género y no discriminación; libertad de
elección de empleo; igualdad salarial; protección de la maternidad;
licencia de paternidad; cuidados; trabajos domestico remunerado; y
seguridad social (Duncan, 2019). Y el Anuario Estadístico de Amé-
rica Latina y el Caribe de la CEPAL 2021 (ONU, 2022) brinda un
resumen de informaciones estadísticas desde la perspectiva regio-
nal con indicadores seleccionados por género. Estudia la relación de
salarios urbanos entre géneros, la proporción del empleo informal,
los puestos ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales y
la proporción de tiempo dedicado a quehaceres domésticos no re-
munerados, en base a encuestas de hogares, encuestas nacionales de
uso del tiempo, y base de datos mundial de Naciones Unidas sobre
el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable. Analiza
también el índice de feminidad de la pobreza y pobreza extrema en
zonas rurales y urbanas, constituyendo un aporte fundamental para
la elaboración de políticas públicas que aseguren el empoderamiento
económico de las mujeres.

ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS

En el ámbito regional, y dentro de la Organización de Estados


Americanos, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) fue el
primer órgano intergubernamental creado en el año 1928 para ase-
gurar el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres,
constituyéndose en el primer foro de género con un enfoque de de-
rechos. De esta intensa tarea en el ámbito surgen compromisos inter-
nacionales, tales como el Programa Interamericano sobre la Promo-
ción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad de Género,
302 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

(PIA), que establece una serie de compromisos para los Estados y Lí-
neas de Acción (CIM (Comisión Interamericana de Mujeres), 1998).
la Relatoría de los Derechos de las Mujeres, creada en 1994, que es
una de las ocho Relatorías Temáticas de la Comisión Interamerica-
na de Derechos Humanos; los mandatos surgidos en las Cumbres
de las Américas, desde el Compromiso de Lima en el año 2018, y
posteriores; y la ya citada Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Convención de
Belem do Para, del año 1994, adoptada durante el XXIV Periodo de
Sesiones de la Asamblea General (OEA, 2022).
También es importante la Red interamericana de Administración
Laboral (RIAL) creada en el año 2005 por la Conferencia Interame-
ricana de los Ministros de Trabajo opera a través del Departamento
de Desarrollo Social y Empleo de la OEA y difunde conocimientos
y experiencias para fortalecer las capacidades humanas y enfrentar
las dificultades que encuentran las mujeres en el mundo laboral para
acceder a trabajos justos y libres de violencia. Ha realizado acuerdos
bilaterales entre países y auditorias participativas de género y teletra-
bajo con la finalidad de prevenir y eliminar las barreras (discrimina-
ción, violencia, acoso, distribución desigual de cuidados), que aun
sufren las mujeres en su trabajo (RIAL, 2021).
Sistema de cuidados
El Programa de la Unión Europea sobre la Igualdad de Género y
la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, presentaron en
la pasada conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8 de
marzo 2022), la Ley Modelo Interamericana de Cuidados (CIMOEA,
2022). En ella se recalca que es necesario abordar el tema de los cui-
dados por su importancia y porque contribuye a lograr el empodera-
miento económico de la mujer. El sistema de cuidados es un tema es-
tructural con muchos matices, que, aunque es base de todo el sistema
económico, no resulta reconocido Se conoce como sistema de cuida-
dos, al trabajo no remunerado de las mujeres que sostiene el conjun-
to de la sociedad, al derecho de las personas que tienen la necesidad
de ser cuidadas y de quienes se encargan de esa tarea, acciones que
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 303

deben pasar al mundo del trabajo y generar gobernanza, coordinan-


do acciones estatales para dichos servicios. Las mujeres dedican mu-
chas más horas que los hombres al trabajo no remunerado y deben
conciliar este con sus responsabilidades familiares (OIT, 2019). En
general, el reparto por género de las tareas domésticas es desigual:
las mujeres se encargan del 80% de las tareas del hogar. Para lograr
un empoderamiento económico es fundamental que se estudie y se
cuantifique este trabajo no remunerado, el cual realizan las cuida-
doras, así como la responsabilidad conjunta de hombres y mujeres
de combinar estas tareas con el trabajo remunerado (OEA, 2017).
Dicha ley reconoce, redistribuye, valora y genera nuevas formas de
atención a los cuidados y al trabajo doméstico no remunerado, reco-
nociendo la importancia del rol histórico de la mujer en esta materia.
Pero el motivo para incluir este tema en el presente estudio es que
fortalece los sistemas legislativos que garantizan el pleno ejercicio
de los derechos económicos de las mujeres, su empoderamiento y su
participación igualitaria en la vida pública.
La secretaria de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM),
Alejandra Mora Mora, al presentar esta ley, expresó que la concep-
tualización de los cuidados ha avanzado como derecho, integrando
las cadenas de valor y los sistemas de protección social, en los que el
Estado, la empresa, la sociedad, la comunidad y los hombres se con-
vierten en actores estratégicos y corresponsables, siendo este el eje
que debe transversalizar las políticas de recuperación y crecimiento.
Mencionó que la sororidad —término referido a las relaciones de
solidaridad entre mujeres en su lucha por su empoderamiento— es
una ética política. Ya que según datos de CEPAL, entre 2019 y 2020,
la participación laboral de las mujeres se contrajo en un 6% (de 52%
a 45%) mientras que en los hombres disminuyo de 73,6% a 69% (CE-
PAL Informe especial COVID 19 (CEPAL, 2021).
Por eso cobra importancia en este estudio la Ley Modelo de Cui-
dados, que reconoce, redistribuye y retribuye el trabajo de cuidados,
garantizando el derecho humano universal al cuidado, el que ya se
ha configurado como una política pública a través de compromisos
304 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

asumidos regionalmente (CIMOEA, 2022). Mientras que también la


Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible expresa preocupación por
reconocer y valorar los trabajos domésticos y de cuidados no remu-
nerados, mediante servicios públicos, provisión de infraestructura y
formación de políticas de protección social, que constituyen la Meta
5.4 (ONU, 2020).Y cabe destacar que, entre los países de América
Latina, ya existe una amplia normativa sobre esto. De acuerdo con
la Comisión Interamericana de Mujeres (2022), Ecuador, Bolivia y
Venezuela reconocen en sus constituciones que el trabajo no remu-
nerado es trabajo. México consagró en una reciente reforma cons-
titucional, el derecho al cuidado, siendo el Estado el que debe esta-
blecer un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) a través de servicios
públicos que protejan los demás derechos y la redistribución equita-
tiva de cuidados entre hombres y mujeres, conciliando vida familiar
y laboral. Uruguay y Costa Rica han establecido, mediante ley, un
Sistema Integral de Cuidados hacia distintos grupos dependientes de
sus respectivas poblaciones (CIMOEA, 2022).
La Secretaria Ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcenas, al presentar la
Ley Modelo, afirmó que; “cuidar a las personas es cuidar la vida, es
cuidar el medio ambiente” (CIMOEA, 2022, p. 22). La sociedad de
cuidado es un derecho sostenible con igualdad de género. Posicionar
los cuidados como una inversión social es una apuesta al crecimiento
económico sostenible, presente y futuro, permite acceder a millones
de mujeres al trabajo remunerado, empoderándolas económicamen-
te y a que formen parte de una sociedad más inclusiva e igualitaria.
Finalmente se menciona otra iniciativa de OEA conjuntamen-
te con Facebook, que lleva el nombre: “Ella hace Historia” y tiene
como objetivo liberar el potencial de las mujeres emprendedoras de
la región. A través de una plataforma creada para crecimiento y mo-
tivación, provee recursos didácticos diseñados para PyMES con di-
rección femenina, con contenidos de resiliencia, gestión financiera y
empresarial y mejores prácticas para whatsapp business. A través de
su implementación se persigue el fin de empoderar económicamente
a las Mujeres, incrementando su participación en la economía digital
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 305

y en las medianas y pequeñas empresas a fin de mejorar su producti-


vidad, innovación e internacionalización (Facebook, 2022). Se trata
de otro instrumento válido para el empoderamiento económico.

MUJERES EN LA EMPRESA Y EN LAS CIENCIAS

No se puede concebir la igualdad de género sin un acceso equitati-


vo al conocimiento. La ciencia es clave para el conocimiento y al cual
las mujeres deben tener el mismo acceso equitativo que los hombres.
La solución a los desafíos de los ODS depende de todo el poder de
la ciencia, por lo cual esta no puede estar privándose de todo el ma-
terial científico de más de la mitad de la población mundial. No es
posible ejercer el derecho a la ciencia en contextos de inequidad de
acceso al desarrollo de carreras, uno de los elementos fundamentales
para aspirar al empoderamiento económico (Deloitte, 2022).
En México no existe un sistema de cuotas para los cargos direc-
tivos, El llamado Club del 30% se instaló en 2020 dirigido por un
director ejecutivo y con la participación de los directores de las prin-
cipales empresas y compañías mexicanas. Para lograr el impacto del
30% van a adoptar una plataforma para incluir y promover muje-
res de talento a los puestos de liderazgo llegando a la meta de 30%
en los próximos cinco años. El Código de Buenas Prácticas sobre
Gobernanza Corporativa del Consejo Mexicano de Negocios (2018)
recomienda la inclusión de las mujeres. No incluye cuotas específi-
cas, pero las compañías deben informar anualmente sobre 50/50. Las
mujeres en consejos directivos y directoras de corporativos efectúan
reconocimientos anuales a las 10 compañías con directoras indepen-
dientes (Consejo Coordinador Empresarial, 2018).
México participa por tercer año consecutivo en el Movimiento
Global “Toca la Campana para la Igualdad de Género”, en el Día In-
ternacional de la Mujer, cada 8 de marzo en que más de 100 Bolsas de
Valores repican en forma conjunta. para lograr mercados más equi-
librados y eficientes a fin de crear conciencia de la igualdad de opor-
306 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

tunidades que aseguren el empoderamiento económico y la igual


participación de las mujeres en la vida productiva (Redacción, 2021).
Empoderar económicamente significa educar. En América Lati-
na es un fenómeno común la escasa participación de las Mujeres en
STEM (por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engeneering and
Mathematics), tanto en el ámbito educativo como en el laboral. Un es-
tudio realizado en Uruguay por la Mesa Interinstitucional de Mujeres
en Ciencia, Tecnología e innovación, financiado por Unesco y toman-
do como país piloto a Uruguay, fue desarrollado durante cuatro años,
cubrió más de 20 organizaciones públicas, y demostró que, de las per-
sonas con estudios universitarios en estas áreas, las mujeres perciben
ingresos mensuales 26% inferiores que los hombres, estando su tra-
yectoria académica interferida por sus responsabilidades de cuidados,
tanto a hijos como a padres mayores. Respecto al plazo de culminación
de los Doctorados, un 33% de los investigadores lo lograron en tres
años, frente a un 15% de las mujeres. En este mismo estudio, la mitad
de las mujeres investigadoras declaró ser la principal responsable de
las tareas del hogar, frente al 7% de los hombres (El Observador, 2022).
En cargos jerárquicos en materia de ciencia, tecnología e innova-
ción, en toma de decisiones y gerencia de departamentos solo el 15%
de las mujeres han tenido participación frente al 32% de los varones.
En el espacio de elaboración de prácticas se registra una brecha de
21% de mujeres frente a un 32% de hombres, incluso en personas
más jóvenes. En materia de niveles, Investigadores del nivel más alto
(Nivel III) son 47 personas en Uruguay, de las cuales solo el 13% son
mujeres y en materia científica en el Nivel I de 42, 26% son mujeres.
El 29% de las mujeres investigadoras declaró haber vivido situacio-
nes de acoso en el ámbito laboral, y un 15% en el educativo desde
que comenzaron a estudiar hasta hoy. No obstante, en el caso de los
hombres esas cifras son exactamente la mitad (El Observador, 2022).
Otro proyecto a mencionar es el Proyecto SAGA de Unesco, que
desde 2015 ha ofrecido a gobiernos y entidades públicas herramien-
tas para reducir la inequidad global de género en el campo de cien-
cia, tecnología e innovación aumentando la visibilidad de la parti-
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 307

cipación femenina en ciencia, ingeniería, tecnología y matemáticas


(STEM), diseñando políticas para la igualdad de género y desarro-
llando fórmulas para desarrollar y acceder a evidencias utilizando
datos desagregados por sexo, recopilando nueva información sobre
impulsores y barreras a superar (Unesco, 2021).
En las ciencias, las prácticas discriminatorias que persisten y las ba-
rreras del acceso al poder son también causas de desigualdad que requie-
ren cambios culturales y políticas de género en el ámbito de las organi-
zaciones científicas (Borrell et al., 2015). Existe una infrarrepresentación
de mujeres lideres e incluso contratadas en proyectos e investigaciones
de excelencia, predominando los hombres en puestos de decisión. Esto
como resultado de que se percibe que perseguir metas en las áreas de las
ciencias no va de acuerdo con el papel femenino de la mujer (Diekman
et al., 2010). Sobre esta situación, Borrel y colaboradores (2015) anali-
zan la sobrerrepresentación masculina en el ámbito de la investigación,
indicando que es consecuencia del androcentrismo de las sociedades
científicas y grupos profesionales y que pone en riesgo productos in-
novadores y servicios que podrían aportar las mujeres en dicho campo,
siendo necesario terminar con esas inequidades único modo de lograr
sociedades pacificas, prosperas y sostenibles. A tal fin, los autores pro-
porcionan recomendaciones para tener en cuenta el sexo-género, tanto
en las publicaciones científicas como en el proceso editorial, tal como se
muestra en la tabla 2. De esta forma se pueden percibir mejor los papeles
específicos de cada género durante un proceso de investigación.

Tabla 2. Recomendaciones para considerar el sexo/género


en la publicación científica

Sección Recomendación
Autoría Debe figurar el nombre completo de los autores para poder
conocer su sexo.
Terminología Utilizar la terminología correcta sin confundir el término
y lenguaje “sexo” (que se refiere a diferencias biológicas) con el térmi-
no “género” (que se refiera a desigualdades sociales).
No utilizar lenguajes sexistas.
308 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

Sección Recomendación
Título, resumen Especificar el sexo de la población siempre que solo haya
e introducción un solo sexo.
Incluir una reflexión sobre las diferencias de sexo o las des-
igualdades de género que se espera encontrar.
Métodos o Se debe explicar como el sexo o género se han tenido en
metodología cuenta para el diseño del estudio.
Realizar el análisis por sexo de ser posible.
Resultados Siempre que sea posible mostrar los resultados por sexo.
Al realizar la revisión mostrar por separado los resultados
para hombres y mujeres.
Discusión Mencionar las implicaciones analizar y comparar entre se-
xos. Si no se pudo hacer, mencionar las limitaciones para
ello.

Fuente: tomado de Borrel et al. (2015).

En México, un estudio sobre la gestión del conocimiento con


perspectiva de género en las universidades mexicanas destaca la ne-
cesidad de que estas transformen sus currículos incorporando pers-
pectiva de género en la obtención de conocimientos. De ese modo,
podrían transformarse los contenidos curriculares de cada una de
las materias impartidas, su estructura e incluso el enfoque de las re-
laciones humanas, incluyendo este concepto en todo el proceso de
enseñanza-aprendizaje (Hernández-López y Atayde-Manríquez,
2021). Para este país, es importante mencionar que la inclusión de las
mujeres en carreras universitarias apenas data del periodo de 1940
a 1970, cuando se les dio cabida en gran parte de las universidades
nacionales (Huerta, 2017). No obstante, fue hasta después de 1970
que mayoritariamente se masificó su ingreso.

RESUMIENDO EXPERIENCIAS

La prohibición de discriminación en base al género es el eje prin-


cipal de la obligación de proteger el respeto y el ejercicio de los de-
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 309

rechos económicos de las mujeres, tal como se evidencia en el Plan


Estratégico para 2022-2025 de ONU Mujeres. No obstante, la pande-
mia del COVID-19 también ha brindado oportunidades para visua-
lizar la necesidad de la participación igualitaria de las mujeres en la
vida económica (Bárcena, 2020).
En este trabajo se evidencia que ningún campo es ajeno al género,
y que es el Estado el responsable de profundizar su cumplimiento de
las obligaciones internacionales asumidas convencionalmente y de
apoyar los mecanismos institucionalizados de genero a nivel nacio-
nal, mecanismos claves para el éxito de la implementación de estas
políticas. La pandemia afectó de manera desproporcionada a las mu-
jeres (ONU Mujeres, 2022). Pero junto con la pandemia se combi-
na también la amenaza del cambio climático, las leyes injustas, las
sociedades patriarcales y el rol inherente de la mujer de ser madre y
cuidar de la familia (ONU, 2015; ONU Mujeres y Segib, 2020). Todos
factores que dificultan su reinserción en el mercado laboral. A pesar
de los avances educativos, siguen recibiendo menores salarios que
los hombres por trabajos similares y no tienen representación en po-
siciones de liderazgo en el sector público ni en el privado. El 80% de
las mujeres en las Américas están ocupadas en los sectores de la eco-
nomía más golpeados por la crisis. Y debemos reconocer que existe
una gran distancia entre las legislaciones, las garantías que ofrece la
ley y el discurso, y una imperiosa necesidad de revisión de marcos
legislativos para lograr acciones afirmativas más intensas y revertir
procesos psicológicos, culturales y sociales que, a pesar del intenso
trabajo y esfuerzos realizados, aun predominan (CIMOEA, 2012).

CONSIDERACIONES FINALES

Del presente estudio realizado proponemos ciertas acciones que


consideramos fundamentales, para replicar buenas prácticas entre los
Estados y lecciones aprendidas para que puedan ser compartidas, in-
cluyendo a todos los sectores de la sociedad, diversidad, grupos LGB-
TI, avances en los derechos sexuales y reproductivos, educación sexual
310 Olga Graziella Reyes-Marfetán y Ofelia Andrea Valdés-Rodríguez

integral, personas menos favorecidas, poblaciones indígenas, entre


otras. Para fortalecer un empoderamiento económico de la mujer, es
necesario entender sus necesidades —distintas a las de los hombres—
y acceder a datos de calidad desglosados por sexo. Para transversalizar
el género no basta con simplemente agregar un componente mujer a
las políticas públicas, sino que es necesario incorporarlas en su dise-
ño, formulación, monitoreo y evaluación. Si se considera a las mujeres
como grupos vulnerables, se pierde la visibilidad de las especificidades
de genero de más de la mitad de la población mundial y se les concibe
erróneamente como beneficiarias, en lugar de como titulares de dere-
chos económicos, sociales, políticos que les corresponden.
Para que las mujeres puedan incorporarse a la fuerza laboral es
necesario derribar barreras estructurales y laborales en el lugar de
trabajo y sesgos de género que impiden el acceso a cargos de alta
calidad y de tiempo completo. Tener mujeres en puestos de tomas de
decisión ayuda a empoderar a otras mujeres y mejoran el desempeño
comercial de las empresas.
Es importante que las mujeres estén incluidas en los equipos de
gestión de fondos con compromisos de igualdad de género, e im-
pulsar políticas de integración de vida y trabajo. Crear y movilizar
alianzas, obteniendo la colaboración de sectores más allá de los di-
rectamente responsables, mediante campañas de comunicación y
consultas permanentes con la sociedad civil.
Es necesario transparentar los datos con perspectivas de género,
participando en plataformas e iniciativas de transparencia, a fin de
replicar las mejores prácticas de equidad, tanto en el sector público
como en el privado. Intensificar esfuerzos para obtener apoyo finan-
ciero de modo continuo a fin de revisar y modernizar los marcos
jurídicos y las políticas. Hacer el seguimiento de las medidas ejecuta-
das a fin de mejorar y redoblar esfuerzos, haciendo y dando a cono-
cer los resultados obtenidos, y alentando a un debate transformador
sobre la división sexual del trabajo.
Si bien el Estado es el responsable de todo el proceso, no lo hace
en soledad, sino que es una responsabilidad compartida. Por tanto,
Análisis sobre el empoderamiento económico de la mujer 311

proponemos una profunda reflexión entre gobiernos y representan-


tes de la sociedad civil a la hora de enfrentar estos desafíos para el
empoderamiento económico de la mujer, en un entorno global, com-
petitivo y crecientemente volátil.

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14. APORTES DE LOS ESTUDIOS
DE GÉNERO Y LA TEORÍA QUEER A
LAS INVESTIGACIONES COLONIALES.
UNA PROPUESTA NECESARIA

Silvia Ruiz Tresgallo


Universidad Autónoma de Querétaro
ruiztresgallosilvia@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-8072-3521

Margarita Paz Torres


Universidad de Alcalá
margarita.paztorres@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9890-1461

INTRODUCCIÓN

Los estudios de género y la teoría queer constituyen áreas de co-


nocimiento que se han desarrollado especialmente en los siglos XX
y XXI, motivo por el cual, en los estudios que abordan épocas aleja-
das del presente existen ciertas reticencias a incluir estas perspectivas
en las investigaciones. Algunos académicos consideran estas teorías
anacrónicas y, por lo tanto, no pertinentes para el estudio de la época
colonial. En nuestro trabajo académico nos hemos encontrado con
evaluaciones de artículos y libros en cuyos comentarios resulta evi-
dente la resistencia a incorporar estas teorías. Por ejemplo, algunos
dictaminadores afirman que supone tratar un tema, ya sobradamen-
te analizado, desde teorías que pretenden dar la ilusión de una cierta
modernidad. En otras ocasiones, se afirma que las perspectivas femi-
nistas no se pueden aplicar a los estudios sobre mujeres anteriores al
siglo XIX.
316 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

En el presente trabajo, pretendemos mostrar la necesidad de la


aplicación de los estudios de género y la teoría queer para analizar la
cultura de la época colonial, en especial la producida por mujeres en
el espacio conventual. Si bien Sor Isabel de la Encarnación y Sor Jua-
na Inés de la Cruz, en el Virreinato de la Nueva España, o las monjas
clarisas Luisa Benítez (alias la Pacora) y Ana Núñez, en el Virreinato
del Perú, viven en una época alejada del surgimiento de estas teorías,
es posible estudiar su comportamiento desde planteamientos actua-
les que revelan prácticas heterodoxas, resistencias contra la cultura
imperial y una indudable agencia femenina. Consideramos que esta
falta de visión de algunos sectores académicos sigue perpetuando el
silenciamiento del pensamiento y de la voz femeninas que, sin duda,
los estudios de género pueden ayudar a iluminar.
Los estudios coloniales comprenden la investigación sobre la cul-
tura generada en América durante un periodo amplio y diverso que
transcurre desde el siglo XVI hasta principios del siglo XIX. La llega-
da de los europeos al continente americano supone la imposición de
una serie de normas religiosas, culturales y políticas sobre los nuevos
territorios conquistados, pero también la negociación y disidencia
de estas premisas fruto del contacto con la población nativa ame-
ricana, la cual tenía sus propias costumbres y cosmogonía. Dentro
del proyecto de fundación, los colonizadores apoyan una visión del
mundo patriarcal, basada en la construcción binaria del género, es
decir, en mujer y hombre como las únicas identidades posibles, y en
la heterosexualidad obligatoria. Sin embargo, en las extensas tierras
de ultramar existía una diversidad sexo-genérica que debió causar no
poca sorpresa a los europeos, procedentes de sociedades que limita-
ban el marco de las expresiones identitarias y afectivas. En opinión
de Gómez Suárez (2017), sobre el espacio americano, “se puede con-
cluir que las observaciones hechas por los cronistas coloniales y los
patrones culturales actuales apuntan a que existía una cultura sexual
diversa y heterogénea, donde la ambigüedad genérica y las prácticas
homoeróticas eran frecuentes” (p. 39). También nos encontramos
con cuerpos que mutan del sexo femenino al masculino o que in-
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 317

cluso unen ambos elementos en un mismo ser, como sucede con los
individuos “dos espíritus”.
Las instituciones imperiales se encargaban de vigilar y castigar
aquellos comportamientos que se desviaban del sistema sexo-genéri-
co impuesto. Como afirma Ruiz Tresgallo (2021), “en el periodo his-
tórico que nos ocupa, la Inquisición, creada para mantener la pureza
de la fe católica, se encargaba tanto de invisibilizar estas disidencias,
al describirlas por medio de la excepcionalidad o la rareza, como de
criminalizarlas y castigarlas por medio de su brazo represor” (p. 1).
Estas limitaciones también aludían al papel de la mujer, a la cual se
valoraba únicamente por su cuerpo, destinado a la procreación e in-
capaz, según los Padres de la Iglesia, del pensamiento profundo. Sin
embargo, muchas religiosas encontraron en los conventos un espacio
donde desarrollar su intelecto y creatividad, incluyéndose dentro del
dogma pero también retorciéndolo a través de prácticas heterodoxas
que sobrepasaban las barreras del género. En todo caso, las negocia-
ciones entre la cultura dominante y las culturas dominadas permiten
crear espacios fluidos que al mismo tiempo se insertan y transgreden
los límites del pensamiento imperial.
Dado el desarrollo y pertinencia actual de los estudios de género
y la teoría queer, nosotras nos preguntamos qué modificaciones de la
cultura peninsular y qué oportunidades propone el espacio coloniza-
do. Consideramos que, aunque la teoría de género se ha desarrollado
en especial durante los siglos XX y XXI, una mirada al pasado desde
esta perspectiva contemporánea nos permite visibilizar qué tipo de
violencias sufren las comunidades vulneradas que habitan el espacio
americano; en especial las mujeres, los miembros de la diversidad
sexo-genérica y las castas desprestigiadas. Sin embargo, que la socie-
dad colonial esté construida a través de jerarquías, no significa que
aquellos que no se encuentran en la élite del poder no puedan actuar
sobre su realidad. En este sentido destacamos la agencia de estos gru-
pos discriminados así como las resistencias y alianzas que generan
para sobrevivir. Este capítulo explora la pertinencia de los estudios
de género y la teoría queer para analizar la cultura del barroco ame-
318 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

ricano. Nuestro objetivo es visibilizar aquellos trabajos académicos


que analizan la construcción social del género y la cultura del pe-
riodo colonial, señalar posibles fuentes primarias para realizar estas
investigaciones y las áreas de oportunidad que se pueden desarrollar
en varias áreas de investigación desde esta mirada crítica.

ACERCAMIENTO TEÓRICO: ESTUDIOS DE GÉNERO


Y TEORÍA QUEER

Los estudios de género conforman una categoría de análisis que


parte del pensamiento feminista y que incluye un campo de conoci-
miento amplio y diverso. Consideramos el género como una cons-
trucción social (Butler) en que se asignan a determinados cuerpos
una serie de atributos y funciones que se relacionan con determi-
nadas características fisiológicas. Los estudios de género buscan no
sólo terminar con los límites de lo que es posible para los cuerpos de
las mujeres, sino crear alianzas con otros colectivos históricamente
vulnerados, como la población LGTBQ+, para crear mundos más
vivibles. En el caso del espacio colonial, estas identidades periféricas
y no normativas incluyen además de a los miembros de la diversi-
dad sexogenérica a los grupos étnicos discriminados; nos referimos
a las distintas comunidades indígenas, afrodescendientes y las castas
desprestigiadas. El objetivo de los estudios de género es visibilizar
las violencias que reciben las mujeres además de otros colectivos his-
tóricamente vulnerados, y estudiar cómo impactan los saberes par-
ticulares de estos grupos dentro del mundo colonial y de la cultura
imperial. Además los estudios sobre masculinidades (Connell y Mes-
serschmidt, 2005) se incluyen dentro de este apartado, puesto que
también los hombres han sido obligados a adaptarse a un molde que
la sociedad ha creado para ellos.
Relacionamos el término queer con las prácticas liberadoras y
fluidas que desbordan los márgenes alienantes de lo femenino y lo
masculino, así como los regímenes de “lo normal”. Según propone
Ruiz Tresgallo (2020): “la teoría Queer [...] no solo alude a indivi-
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 319

duos que desafían el sistema binario de género y/o que no se incluyen


dentro de la heterosexualidad, sino que va más allá al contener a co-
lectivos que desafían la categoría de lo que se considera ininteligible-
mente humano, de acuerdo con los usos y costumbres de un tiempo
y lugar específicos” (p. 76). En esta línea de pensamiento, retorcer,
desorientar o reorientar, tal y como plantea Sarah Ahmed (2019),
puede llevarse a cabo a través de actos transgresores. Compartimos
la premisa de Trejo y Ruiz Tresgallo (2021), quienes consideran que
“la sustancia que perdura en todas las acepciones del concepto es el
carácter de fluidez, la problematización de la identidad y la desnatu-
ralización de los cuerpos” (p. 5).
Dentro de la época y el espacio colonial lo queer incorpora iden-
tidades particulares generadas por la interacción entre las distintas
culturas del contexto americano. En este sentido, destacan los estu-
dios de Lewis (2021), sobre las prácticas homosexuales y las identi-
dades transgénero en la Nueva España, así como las aportaciones de
Espitia (2021), sobre la santidad queer, sobre la santidad queer en el
Virreinato del Perú. Para Viteri (2017), lo “cuir”, desde Latinoamé-
rica, “trastoca” la heteronorma e incorpora la colonialidad (p. 408).
Sobre este tema discuten Paz Torres y Ruiz Tresgallo (2022) quienes
consideran que “el término queer resulta pertinente para analizar
este periodo, pues incluye un análisis de las desviaciones sobre las
construcciones de la sexualidad y el género dominantes en Europa,
e incorpora de forma, a veces sutil e imperceptible, las tradiciones
locales y/o de grupos minoritarios sobre la cultura hegemónica”
(pp. 32-33).

GÉNERO Y TEORÍA QUEER: LOS PREJUICIOS


DE LA ACADEMIA

Uno de los aspectos más comunes cuando se abordan los estu-


dios coloniales, es que no todos los investigadores que trabajan con
género tienen una formación en teoría feminista o teoría queer. Esta
carencia lleva en ocasiones a que los prejuicios del investigador no le
320 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

permitan abordar su estudio desde una mirada más crítica, sino que,
más bien, continúan la línea de pensamiento de otros especialistas
que mantienen una perspectiva patriarcal. En este sentido, la pro-
pia academia solicita la revisión de los trabajos publicados sobre un
tema concreto en los últimos 15 años, lo que lleva a leer, en muchas
ocasiones, puntos de vista unívocos que juzgan, acusan y desfavo-
recen a quienes son objeto de la investigación. Podríamos decir que
quienes investigan escriben en círculo, puesto que acaban citando las
mismas fuentes sin buscar teorías o perspectivas innovadoras.
Un buen ejemplo sobre este tema es el acercamiento de ciertos in-
vestigadores hacia los expedientes inquisitoriales y las mujeres acusa-
das de endemoniamiento o hechicería ante la Santa Inquisición. Hay
que tener en cuenta que muchos de los estudios que se realizaban
en el siglo XX y principios del XXI sobre la vida conventual feme-
nina lo hacían desde planteamientos tradicionales, historiográficos,
antropológicos o psiquiátricos y solían caer a menudo, sobre todo
los últimos, en prejuicios sobre la estabilidad mental de las mujeres.
No queremos con nuestros comentarios herir sensibilidades, sino
más bien entonar un mea culpa que sirva para que nos posicione-
mos en lugares otros que eviten la revictimización y el pensamiento
unívoco. Cuando hablamos de mujeres supuestamente poseídas por
el demonio, encontramos comentarios que las califican como men-
tirosas, al poner en duda sus afirmaciones, o las tachan de histéricas,
explicando su proceder a través de la locura o la enajenación desde
una perspectiva freudiana. Rara vez encontramos este tipo de juicios
cuando el sujeto de la investigación es un hombre, pero sí cuando se
habla de mujeres, siguiendo una tradición misógina que perpetúan
los inquisidores y, que, de forma voluntaria o involuntaria, reprodu-
cen quienes se desenvuelven en la academia.
Un ejemplo lo encontramos en el magnífico volumen dedicado a la
Inquisición y la sociedad en México (1571-1700) de Alberro (2013),
publicado por primera vez en 1988, donde analiza el caso de supues-
to endemoniamiento de la beata Juana de los Reyes en Querétaro.
La investigadora señala la responsabilidad de la orden franciscana
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 321

en la manipulación de los hechos, para ganar atención y prestigio


entre la sociedad queretana. También enfatiza el deseo de culpar por
esta hechicería a una mujer miembro de las castas desprestigiadas, la
“coyota” Josepha Ramos, aspecto que visibiliza una perspectiva in-
terseccional. Sin embargo, expresa en su análisis algunos prejuicios
contra la joven que van en contra de las acertadas percepciones del
capítulo. Por ejemplo, considera que Juana es una persona “proba-
blemente histérica” y miente al fingir “un nuevo embarazo, nervioso
esta vez, mintió a sus jueces, al médico y al alcalde” (p. 523). En otro
momento afirma: “Juana de los Reyes siguió tratando de engañar a
todos con el fin de ocultar el origen de sus males” (p. 523).
De hecho la aseveración de que Juana junto con otras émulas
mienten, forman parte de las afirmaciones de los calificadores del
Santo Oficio en 1691, donde dictaminaron:
no habiendo fundamento sierto y ebidente de verdadero endemoniado,
como son hablar varias lenguas extrañas, o otras acciones preternatura-
les, antes con decir el Demonio que no tenía licencia de Dios para estas
señales, parecía confirmar las sospechas de su falsedad y fingimiento
(457v.-458 / Alberro, p. 521).

Al repetir las mismas afirmaciones que los inquisidores, la investiga-


dora, de forma voluntaria o involuntaria, revictimiza a la joven Juana y
a sus compañeras queretanas, causando distracción respecto de las ac-
ciones de aquellos que tienen en realidad el poder en este contexto; nos
referimos a los franciscanos, los exorcistas, los propios miembros de la
Inquisición e incluso el hermano de la joven. A pesar de los vómitos de
la terciaria, donde expulsa todo tipo de substancias y objetos, Alberro
interpreta estos hechos a partir del fingimiento, sin empatizar con el su-
frimiento y la desesperación que probablemente sentía la joven. Al po-
ner en la supuesta falsedad de Juana de los Reyes el centro de la atención,
aborda en menor medida a aquellos que o bien se mantienen callados
para cubrir su responsabilidad o bien se reditúan con este padecer. Otro
tanto podemos decir cuando se aborda el tema de la diversidad sexual.
En el estudio que Blanco (1994) realiza sobre el “Proceso de fé” (s.
XVII) de las monjas clarisas de Trujillo (Perú), las cuales fueron acu-
322 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

sadas de estar endemoniadas, se aborda la relación entre las jóvenes


religiosas Luisa Benítez y Ana Núñez, con expresiones que aluden
al padecimiento de problemas psicológicos. La investigadora afirma:
“Ana Núñez está obsesionada casi exclusivamente con Benites. Si ella
tiene una visión, es sobre Benites. Si su ángel de la guarda le habla, es
sobre Benites. Si algo le es revelado, es algo sobre Benites” (p. 191).
La profunda intimidad y complicidad que mantienen estas monjas,
en especial Ana, que expresa su más absoluta adoración por Luisa
al expresar que su espíritu está entretejido con el de la Pacora (fol.
112r), es vista por Blanco como una obsesión enfermiza, como si
hubiera algo negativo en que dos mujeres se quieran, bien como ami-
gas, bien como posibles amantes. Este proceso de fe de las religiosas
del Convento de Santa Clara con más de 56 monjas endemoniadas,
tal como se refiere en el documento (fol. 15v) y así lo declaró el padre
fray Cristóbal Jaramillo, visitador provincial, ha sido recientemente
editado por Paz Torres (2021, p. 91).
Hoy en día sabemos que el mito de la brujería es una construcción
y que, por tanto, las mujeres, principales acusadas de volar o firmar
un pacto con el maligno, fueron en realidad las víctimas de una per-
secución que llevó en muchos casos a la tortura, el destierro e incluso
el femigenocidio (Segato). Tal y como estudian Ortiz y Ortiz (2021)
en el caso de las parteras acusadas de hechicería:
La época que abarca el virreinato de la Nueva España proporciona los
ejemplos para reafirmar los peligros de esta relación cuando la Inquisi-
ción se hacía cargo de los casos; dado que el Tribunal del Santo Oficio
estuvo interesado en las actividades médicas que parecían peligrosas
para el adecuado funcionamiento de la fe y la moral. Obviamente, el ofi-
cio de partera ponía a sus practicantes en una situación delicada, tanto
por la vinculación con el mito de la brujería como por la competencia
contra la medicina autorizada (p. 1).

Las autoridades relacionaban la práctica de la hechicería con


determinados oficios ligados a la salud y la reproducción, como el
de partera o sanadora, con el objetivo de apartar a las mujeres del
conocimiento de sus cuerpos y de evitar la competencia con los
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 323

doctores graduados de la universidad, una institución a las que las


mujeres por su género no podían acceder. Sin embargo, no todas
las acusadas pertenecían a este rango laboral sino que con frecuen-
cia damas extranjeras, que no eran miembros conocidos de la co-
munidad, o mujeres mayores y pobres, que no estaban adscritas a
figuras masculinas que las favorecieran, recibían estas acusaciones.
En este sentido, cabe preguntarse qué cuerpos resultan más vulne-
rables ante la ley y por lo tanto susceptibles de ser procesados por
este tipo de cargos.
En el caso de la América colonial, resulta a todas luces necesa-
rio incluir una perspectiva interseccional (Crenshaw) que considere
además del género de las acusadas, la etnia. Los estudios de Borja
Gómez (1996) y Splendiani (1997), entre otros investigadores, con-
firman la presencia abundante de afrodescendientes en las denuncias
de los siglos XVI y XVII. Dentro de los imputados, en el famoso caso
de las brujas de Tolú (1632), puerto de mar situado a 100 kilómetros
de Cartagena de Indias, la mayor parte de las acusadas son muje-
res afrodescendientes: negras y mulatas. Sorprende comprobar que
algunos investigadores dedicados a estudiar estos casos, en vez de
cuestionar la veracidad de las acusaciones, que llegan a describir vue-
los con el demonio o transformaciones en animales, corroboren que
estas fantasías son ciertas. Es el caso de Borja Gómez, quien señala
que “los españoles tenían miedo de los poderes sobrenaturales de
los negros, como lo demostró la proliferación de acusados por ejer-
cer brujería, herbolería o hechicería con fines amatorios” (p. 182).
Por un lado, el investigador relaciona la herbolaria con la hechicería,
dando a entender que el conocimiento de las plantas, que se ha uti-
lizado de generación en generación para cuidar y sanar a los miem-
bros de una comunidad, es en realidad un saber diabólico. Por otro
lado, confirma los prejuicios de las élites, puesto que da a entender
que la brujería, la cual implica un pacto con Lucifer, es un saber so-
brenatural propio de la afrodescendencia.
Ruiz Tresgallo y López Badano (2021) proveen una perspectiva
interseccional sobre este asunto al afirmar:
324 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

en el Nuevo Reino de Granada la intersección entre género y etnia seña-


la claramente a las afrodescendientes como las víctimas propiciatorias
de la sociedad colonial. A diferencia de estos investigadores, no consi-
deramos que la población negra o mulata tuviera una atracción especial
por la hechicería, sino que más bien, y este es el punto que nos interesa,
ellas se convertían en las castas más vulnerables y susceptibles de recibir
denuncias ante la Inquisición (p. 6).

No queremos con nuestros comentarios herir sensibilidades sino


que seamos conscientes que como académicos, nuestra manera de
presentar la información, puede expandir estereotipos y promover
injusticias en un mundo que en la actualidad continúa precarizando
las vidas negras.
En el escalafón social, indios ladinos, negros y mestizos confor-
maban una parte importante, aunque divergente de la comunidad
multirracial en la colonia (véase Ruiz Medrano, 1998, pp. 37-54).
Tanto su lengua, en especial en el caso de los esclavos bozales (Borja
Gómez, 1998), como su aspecto y costumbres eran devaluados por
las autoridades, y, como señala Ruiz Medrano, los aproximaba en el
imaginario colectivo occidental, por su ambigüedad, a todo aquello
que se relacionaba con el mal. Por su negritud, se les calificaba como
cercanos a los espíritus inmundos y se los ubicaba entre las áreas
más ínfimas del sistema social de castas (Ruiz Medrano, 2013, p.
63). Por otro lado, cuando además de pertenecer a alguna de estas
castas depreciadas se era mujer, la desconfianza de los potentados,
de los criollos y de los inquisidores y estamentos eclesiásticos su-
periores era aún mayor. Ser mujer y además negra o mestiza, en las
estructuras sociales de la colonia, significaba ser objeto de vigilan-
cia y sospecha ante el ojo inquisidor. Nos preguntamos cuántas vio-
lencias tuvieron que sufrir estas afrodescendientes a manos de sus
amos o en las cárceles de la Inquisición, puesto que sus condiciones
de precariedad no provocaban la empatía de la sociedad, sino, más
bien, fomentaban todo tipo de abusos físicos y psicológicos sobre
estos cuerpos.
En nuestro desempeño académico nos hemos encontrado con dic-
támenes de artículos y libros en cuyos comentarios resulta evidente
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 325

la resistencia a incorporar esta perspectiva. Por ejemplo, hay quienes


afirman que supone tratar un tema, ya sobradamente analizado, des-
de teorías que pretenden dar la ilusión de una cierta modernidad. En
otras ocasiones, se afirma que las perspectivas feministas o la teoría
queer no se pueden aplicar a los estudios sobre mujeres anteriores al
siglo XIX, puesto que en ese entonces no existía el feminismo. Sor-
prendentemente, muchos casos se estudian desde el psicoanálisis o
teorías recientes que no han sido producidas en esa época, pero la
teoría vinculada al género parece encontrar más resistencias.

INVESTIGACIONES COLONIALES
DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
Y LA TEORÍA QUEER

En los últimos años, se han realizado diversos trabajos que abor-


dan la realidad colonial desde una mirada distinta, afín a los estudios
de género y la teoría queer. Horswell (2005, 2021), Link (2014), Viteri
(2017), Espitia Durán (2021), Lewis (2021) o Schlau (2021) aplican
esta perspectiva teórica en su estudio de los espacios donde se de-
sarrollaba la espiritualidad femenina, pues tanto en los monasterios
como en los beaterios surgían interrelaciones personales, a menudo
impregnadas de erotismo entre monjas y beatas. Acercamientos des-
de la performance a las visionarias, como los de Sanmartín Bastida
(2012) o Paz Torres (2021), contemplan la realidad de estas mujeres
sin juzgarlas ni etiquetarlas, desde una visión analítico-descriptiva,
que pretende entender su modo de actuar sin entrar en la descalifi-
cación.
Sin embargo, es posible estudiar las vidas, trayectoria y compor-
tamiento de estas mujeres, también en el entorno colonial de los si-
glos XVI y XVII, desde otros puntos de partida. Es sabido que, con
frecuencia, los modelos promovidos y perpetuados por monjas y
beatas, tanto en Europa como en América, solían ser mujeres como
Santa Clara o Santa Catalina de Siena y, a partir del siglo XVII en el
territorio colonial, la patrona de América, Santa Rosa de Lima. Tam-
326 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

bién ella emulaba a aquellas santas medievales. Pero no sólo debe-


mos acudir a la raíz europea del Medievo, sino observar la influencia
o transformaciones locales (afroamericanas e indígenas) que afectan
en la colonia, tanto como aquellas otras particularidades que sean
propias del espacio americano.
Por todo ello, se hace necesaria la aplicación de los estudios de gé-
nero y la teoría queer para analizar la cultura de la época colonial, en
especial la producida por mujeres en el espacio conventual. Si bien
Sor Isabel de la Encarnación y Sor Juana Inés de la Cruz, en La Nueva
España, o Luisa Benítez y Ana Núñez, en el Virreinato del Perú, viven
en una época alejada del surgimiento de estas teorías, es posible estu-
diar su comportamiento desde planteamientos actuales que revelan
revelan disidencias en las prácticas del dogma, desencuentros con
la cultura imperial y resistencias empoderadoras. Resulta especial-
mente significativo el caso de Sor Juana Inés de la Cruz, quien en
sus poemas a la virreina desarrolla una sensibilidad que podríamos
denominar como queer, ya que expresa un amor ardiente que sobre-
pasa los límites del género y la clase social. Además, gracias al apoyo
de María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, condesa de Paredes,
logra establecer contacto y correspondencia con las monjas portu-
guesas de La Casa del Placer de Lisboa, para establecer por medio de
la escritura de enigmas una red de conocimiento transatlántica.
Estudios como los de O’Toole (2012, 2015), Atienza (2013), Vina-
tea (2019), Schlau (2021), Espitia Durán (2021) o Paz Torres y Ruiz
Tresgallo (2022) se vuelven así imprescindibles para comprender la
realidad de estas mujeres, su sexualidad y el entorno en que vivían,
influenciado por la religión católica, sus lecturas e iconografía, pero
también por el contexto que las rodea y al que pertenecen y donde
tienen cabida también, aunque sea desde la vertiente demoníaca, los
cuerpos atormentados y las razas desprestigiadas de las castas socia-
les de la colonia. En opinión de Atienza (2013):
Represión o liberación, infierno o paraíso, santas y perfectas o perversas
y depravadas: en estos marcos y en estos binomios se han estado mo-
viendo muchos trabajos de la historiografía, nacional y extranjera. Hoy
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 327

creo que la controversia está en vías de agotarse, y que, desde luego, se


debe superar tal polarización en beneficio del tratamiento y del estudio
de una realidad histórica que fue más plural y variada y, sobre todo,
menos congelada y extemporánea (p. 92).

Lo cierto es que muchas de estas mujeres, como Luisa Benítez y


Ana Núñez en Trujillo (Perú), la madre Sor Isabel de la Encarnación,
en Puebla de los Ángeles (Nueva España), o la madre Sor Francisca
Josefa de la Concepción del Castillo (Nueva Granada), bien sea a
través de sus escritos, abandonos místicos y revelaciones, o bien por
medio de demoniacas, vivían una realidad paralela a través de sus vi-
siones y experiencias. Por medio de ellas, lograban evadir los muros
de sus conventos, aunque no fuera más que creando sus propias fic-
ciones performativas. Sirviéndose de esta teatralidad ponían en alza
su búsqueda y construcción de la santidad mediante las consabidas y
consecutivas herramientas de las vías purgativa, iluminativa o ascéti-
ca y unitiva. Utilizándolas en su favor, creaban un mundo paralelo y
maravilloso, que les permitía romper con lo establecido en el espacio
conventual.
Son ellas quienes dominan esta actividad performativa, que les
permite jugar con los elementos supranaturales (Dios) y preternatu-
rales (ángeles y demonios) propios del cristianismo, sometiéndolos.
En este sentido, muestran su heterodoxia rompiendo con los pará-
metros instituidos de lo sobrenatural cristiano. El paradigma cristia-
no, como advertía Le Goff (1996), únicamente admite una forma de
expresar lo maravilloso: mediante el milagro, concepto al que reduce
lo sobrenatural porque sólo acepta un ejecutor (Dios). El milagro
debe ir en consonancia con la ortodoxia que lo rige, lo constriñe y
lo despoja de su verdadera esencia maravillosa: la imprevisibilidad.
Todo aquello que escapa a tales normas, a estos cánones, a la idea
de un Dios Todopoderoso y de sus ángeles, a la ortodoxia, en fin,
se enfrenta al milagro, representa su reverso, se cataloga de mági-
co-demoníaco (Le Goff, 1996, p. 19). Estas ideas medievales siguen
primando en los Siglos de Oro y es fácil entender por qué se consi-
deraban siempre las experiencias místicas y visionarias, máxime si
328 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

provenían de las mujeres, como sospechosas (mágicas, diabólicas o


iluminadas). Como señala Ortiz Canseco:
Para revisar este tipo de procesos conviene finalmente que nos plantee-
mos el modo en que los manuales para inquisidores y las lecturas que
estos realizaban sobre la educación de las mujeres funcionaron como
resortes de creación de la idea de la bruja y la beata. No son las mujeres
demasiado libres quienes se salen de unos parámetros establecidos, sino
que estos parámetros se establecen en relación con las actitudes dema-
siado libres de las mujeres que no encajaban en la construcción de las
sociedades del Renacimiento (Ortiz Canseco, 2019, p. 339).

En el caso de Luisa Benítez, ella precede a su ángel Gloriel cuan-


do lucha contra las legiones infernales, como si fuera la capitana de
las tropas celestiales. Exponemos aquí un fragmento de estos relatos
donde Luisa, la Pacora, le contó cómo precedía a su ángel custodio
en la batalla contra los demonios:
Y entendí me decía mi custodio: “No temas, ten valor, que yo vengo de
parte de Dios a ayudarte con toda la milicia celestial. Y así, ten ánimo”.
Luego sentí gran fortaleza en mi alma y entendí se alistaban los coros
angélicos y se ponían como escuadrón. Y mi ángel tenía la bandera en la
mano y a mí me ponía delante, a modo de paje morrión, y él detrás de
mí (Paz Torres, 2021, pp. 396-397, fol. 56v).

De hecho, la Pacora y Ana Núñez seguían en muchas de sus accio-


nes a su admirada y leída Sor Juana de la Cruz (1481-1534), natural
de Cubas de la Sagra (Toledo, España), una religiosa sexualmente
ambigua que, como Juana Luisa, se apropiaba de atributos conside-
rados masculinos.
Sabemos, a través del documento de Trujillo (INQUISICIÓN,
1648, exp. 6), que los inquisidores requisaron una copia del libro de
la Vida de la venerable madre Juana, cuya propietaria era Beatriz de
San Ignacio, otra de las monjas trujillanas. Quizá este modelo an-
drógino de la beata castellana sirviera o influyera a las dos clarisas,
ofreciendo las claves necesarias para que siguieran sus pasos. Es co-
nocido el episodio previo al nacimiento de Sor Juana de la Cruz. Se-
gún la leyenda milagrosa que acompaña a esta visionaria, desde su
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 329

gestación, Dios la transformó de varón en mujer en el útero materno.


Se puede consultar al respecto la edición de María Luengo Balbás y
Fructuoso Atencia Requena (2019), sobre el manuscrito de Sor Ma-
ría Evangelista, la primera de las Vidas manuscritas de Juana de la
Cruz, conservada en el monasterio de El Escorial de Madrid (Esco-
rial, K-III-13. fols. 1r-137r) y que está recogida y editada on line en el
Catálogo de Santas Vivas (1400-1550) (Sanmartín Bastida y Soares):
Y como su Divina Magestad otorgó a su sancta madre la virtud que le
mandava, y la bienabenturada Juana de la Cruz estava entonçes en el
vientre de su madre enpezada a façer varón, tornola muger, como pudo
y puede haçer como todopoderoso. Y no quiso su Divina Magestad des-
hazerle una nuez que tenía en la garganta, porque fuese testigo del mila-
gro (Luengo Balbás, y Atencia Requena, 2019, fol. 2v).

Su verdadera metamorfosis se produce antes del nacimiento,


por intercesión de la Virgen María y mediación de Jesucristo, que
la transforma, pero dejándole la marca identificativa de su milagro
genérico-sexual, esa nuez de Adán por la que se la reconocería hasta
el día de su muerte. Asimismo, es popular también el momento en
que Juana, siendo aún muy joven y con el deseo de profesar, adquiere
ropas de varón, se ciñe espada y, así travestida, logra escapar a la vigi-
lancia paterna para huir de un matrimonio concertado y pedir asilo
en un convento (Luengo Balbás y Atencia Requena, 2019, fol. 10v).
Así, tal como hiciera años después Catalina de Erauso, conoci-
da como la monja Alférez, Sor Juana de la Cruz toma las ropas de
varón para disimular sus atributos femeninos. Pero, mientras la pri-
mera asume las funciones, indumentaria y rol varoniles como seña
de identidad, Sor Juana utiliza esta treta únicamente como vía para
alcanzar su objetivo y facilitar el camino de perfección, con el solo
deseo de ser monja.
Esta apariencia andrógina no resultaba extraordinaria para la
mentalidad de la época. Aunque las leyes castigaban el uso de ro-
pas del sexo contrario, tal como indica Zamora Calvo (2019), en el
pensamiento colectivo medieval y aurisecular resultaba factible el
cambio de sexo. Desde Aristóteles y Galeno se creía que sólo existía
330 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

un sexo, que la mujer era, en realidad, un varón imperfecto que no


estaba maduro por falta del calor suficiente y que tenía los genitales
masculinos escondidos en el interior, de forma que estos podían aflo-
rar, si aumentaba la temperatura corporal. Vestir ropas masculinas o
femeninas ofrecía al individuo la posibilidad de mutar de condición
y adquirir un determinado rol en la pirámide social, convirtiendo
la construcción genérica hembra/varón en un concepto meramente
cultural y dúctil, no sujeto a la rigidez de lo biológico-anatómico.
Esta flexibilidad indica que el sexo no iría ligado a unos órganos se-
xuales determinados, sino a una concepción ideológica y a una apa-
riencia determinada (Zamora Calvo, 2019, p. 98). Se era mujer si se
vestía y se comportaba uno como mujer y viceversa. Asimismo, al-
gunos teólogos como Martín del Río, en sus Disquisiciones mágicas, o
Francesco Maria Guaccio debatían sobre la posibilidad de que fuera
el demonio quien favoreciera la metamorfosis sexual (Zamora Calvo,
2019, p. 104).
Precisamente, un caso de este tipo se conserva en el Archivo His-
tórico Casa Morelos de Morelia (México), en la Caja: 1235, exp. 5, del
Fondo Diocesano, Sección Justicia, Serie Inquisición, año 1743. Este
expediente, rescatado por Cecilia López Ridaura (2019), se puede con-
sultar on line a través del LANMO (Laboratorio Nacional de Materia-
les Orales) de la UNAM, en el excelente catálogo en línea Brujería y
hechicería en el siglo XVIII en Michoacán. Catálogo Razonado de Ex-
pedientes Inquisitoriales. Se trata del proceso de fe de las Melgosa, sos-
pechosas de hechicería, que fueron denunciadas por los parientes de
Juana Gertrudis Duarte, fallecida a los ocho días de dar a luz.
En la declaración de diversos testigos de aquel proceso, incluidas
las propias denunciadas (Sebastiana, Guadalupe y Petrona Melgosa,
así como Ana Serafina, nieta de Sebastiana), quedó constancia sobre
el tránsito de sexo tras el parto, quedando las partes verendas1 (ge-

1 Sobre esta construcción léxica (partes verendas), que suele aparecer en plural en
los textos de la época y que tuvo productividad, tanto en Europa como en Améri-
ca, hasta principios del siglo XX, véase Paz Torres (2021, pp. 205-211).
Aportes de los estudios de género y la teoría queer a las investigaciones... 331

nitales) de la nueva madre envueltas, es decir, vueltas del revés, de


femeninas en masculinas. Así, el 3 de agosto de 1743, el padre de la
finada, Diego Duarte Fernández, declaró haber oído decir a la mulata
libre María la Morellona, que estuvo presente a la muerte de su hija:
“Y que como muger registró a la dicha su hija y la alló que paresía
no ser muger, porque las partes verendas se le avían envuelto” (Inq.
1235, exp. 5, fol. 7r). La misma Morellona, un 23 de septiembre de
1743, confirmó que: “Y registrándola como muger para ver si en el
parto se avía lastimado, alló que no paresía muger por tener envuelta
la parte verenda” (Inq. 1235, exp. 5, fol. 10v).
El caso de las Melgosa no es más que un ejemplo de cómo la ins-
titución inquisitorial relegaba a la mujer, máxime si era negra, mulata
o indígena en el contexto colonial, a la condición de sospechosa, he-
chicera, bruja o coadjutora imprescindible de Satanás. Nos referimos
a las esclavas y libertas, negras, mestizas, zambas y cuarteronas, según
algunas de las clasificaciones racistas de la época en las sociedades co-
loniales. Sí, “casi 4.000 elementos comparecieron ante la Inquisición
española, en el periodo de 1540 a 1700. De ellos, 451 fueron juzgados
en Indias, por los tribunales de Méjico y Lima (fundados en 1571) y
Cartagena de Indias (fundado en 1610)” (Henningsen, 1994, p. 10).
El apunte que realiza Henningsen sobre los casos del Tribunal de
Cartagena de Indias nos deja claro qué tipo de cuerpos tienen más
posibilidades de ser juzgados. Este tribunal:
que ejercía su jurisdicción en Colombia y la América central [...]. De los
188 casos contra «supersticiosos» que se procesaron en este tribunal en el
periodo de 1614-1690, 58, o sea la tercera parte de los acusados resultan
ser brujas. Sin embargo, el problema no parece tan extenso como la esta-
dística pueda dar la impresión. En primer lugar, se limitan los procesos de
brujería a un periodo corto (1622-1641). En segundo lugar, las acusadas,
en su mayor parte, eran negras o mulatas (Hennignsen, 1994, p. 19).

La precariedad de las mujeres afrodescendientes ante las institu-


ciones coloniales resulta estremecedora. Rescatar las voces e historias
de negras y mulatas acusadas de brujería, desde una perspectiva de
género, nos parece a todas luces pertinente para dejar de perpetuar
332 Silvia Ruiz Tresgallo y Margarita Paz Torres

estereotipos y reivindicar la memoria histórica. Es necesario sacar


estos nombres del olvido y ponerlos en las calles y las plazas de nues-
tras ciudades para no olvidar los horrores del pasado. Sin duda estos
gestos tienen como objetivo promover la justicia y poner freno a las
violencias que este colectivo sigue sufriendo en la actualidad.

CONCLUSIONES

En este capítulo, hemos pretendido mostrar la perspectiva de los


estudios de género y la teoría queer como una mirada necesaria y
enriquecedora para el análísis de la cultura colonial. En el caso de las
religiosas, el estudio de sus vidas y/o los expedientes inquisitoriales en
los que aparecen, nos dan acceso a experiencias performáticas que les
permiten trascender a través de la imaginación los muros del convento.
Consideramos que las acciones emprendidas por las religiosas se in-
sertan dentro del dogma pero también lo retuercen para incorporar
su propia visión de la fe y la santidad que llegaban a sobrepasar las
fronteras del género. Estas mujeres del espacio colonial, aunque no
se encuentren en una situación de poder tienen agencia, porque son
capaces de actuar en el mundo que las rodea. Además consideramos
que estos estudios pueden llevar a visibilizar la producción cultu-
ral realizada por mujeres y sus redes trasatlánticas de conocimiento.
También hemos mostrado a lo largo de estas páginas la vulnerabi-
lidad de ciertos colectivos ante la ley; en especial cuando se inter-
seccionan el género y la etnia. Nos parece absolutamente necesario
que los investigadores de estudios coloniales cuestionen el discurso
oficial y no culpen o estereotipen a los grupos no normativos y/o pe-
riféricos pertenecientes a comunidades históricamente vulneradas.

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NoKv
15. LEY OLIMPIA Y PERSISTENCIA
DE LA VIOLENCIA DIGITAL CONTRA
LA MUJER EN MÉXICO: LAS CAUSAS QUE
PERPETÚAN LA IMPUNIDAD

Jamie Joana Morales Delgado


Universidad Autónoma de Zacatecas
yeimimorales_1234@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

La violencia digital era un delito que no estaba contenido y regu-


lado en ningún marco legal de nuestro país, fue necesaria la vivencia
de este delito de una mujer llamada Olimpia Coral Melo, para que
ella diera vida a una ley que llevaría su nombre y que regularía el de-
lito de violencia digital, necesitó vivir en carne propia la impunidad,
el acoso diario, burlas, reproche social, depresión, ansiedad y llegó
al caso extremo de querer suicidarse por las burlas tan constantes
que vivía a causa de que su expareja filtrara, difundiera fotografías
íntimas sexuales sin su consentimiento, esto es algo que miles de mu-
jeres han vivido a lo largo de la historia y que en su mayoría no han
obtenido justicia.
Ahora, con la existencia de un marco legal, pudiéramos suponer
que la impunidad esta fuera de la realidad, pero estamos equivoca-
dos, la impunidad aún sigue vigente y ahora no es por la falta de
existencia de una ley sino la falta de difusión de la misma, las mujeres
y niñas no saben la existencia de la Ley Olimpia, y muchas otras no
conocen su contenido ni como denunciar si son víctimas de la vio-
lencia digital.
En ese sentido, a partir de la reforma constitucional de 2008 en
México en materia de derechos humanos se ha venido pugnando de
338 Jamie Joana Morales Delgado

manera decidida por diferentes sectores nacionales, incluyendo el con-


greso federal y los congresos locales, para promulgar leyes que prote-
jan a los más desprotegidos, mujeres, niñas, niños y adolescentes de
violencia familiar, laboral, incluso legislativa, de abusos, de acosos, de
violaciones, de feminicidios…, la lista es larguísima cuando se intenta
catalogar la serie de delitos contra este sector de población. El mar-
co denominado convencional (ya que procede de convencionalismos
internacionales o acuerdos internacionales firmados o suscritos por
nuestro país) que de acuerdo con el artículo 133 constitucional: “serán
la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa
se basarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las dispo-
siciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de
las entidades federativa” (CPEUM, 2021).
En este lapso, de las reformas constitucionales de 2008 a la fecha,
el desarrollo y consolidación de las redes sociales ha sido una reali-
dad en la que estamos involucradas millones y millones de perso-
nas. Las redes sociales virtuales, los medios de comunicación como
WhatsApp, por ejemplo, han venido a traernos múltiples soluciones
a problemas de comunicación, sobre todo en estos dos últimos años
con pandemia, han sido la solución poderosísima para la imparti-
ción de clases por parte de las escuelas, para el home office, para acer-
car a las personas, desde luego, pero tienen su lado oscuro cuando
son utilizadas con fines criminales.
La violación de la intimidad personal, ya no se diga de la intimi-
dad sexual, se vino constituyendo en una serie de acciones que afec-
taron a muchas personas, en particular a mujeres que eran mostra-
das en situaciones comprometedoras sin su consentimiento. Tal fue
el caso de una chica de Puebla llamada Olimpia Coral Melo, cuyas
imágenes íntimas grabadas por su pareja fueron difundidas sin su
consentimiento. Esta chica interpuso una demanda (2014) que no
prosperó porque esa conducta de publicación de imágenes íntimas
sin autorización no estaba tipificada ni en el Código Penal Federal
(CPF), ni en el poblano ni en la Ley de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia (LAMVLV). A partir de ese momento, esta
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 339

chica estuvo impulsando que se dictara esa conducta como delictiva


y después de varios años (2019) se consiguió: se tipificó el delito de
“violencia digital”, que se basa en la difusión, reproducción, exhibi-
ción, comercialización, intercambio de contenido sexual a través de
los medios digitales, sin el consentimiento de la víctima, afectando la
dignidad, la vida privada y la seguridad de las personas, ocasionando
daños de manera psicológica y moral. Se le identifica coloquialmente
como Ley Olimpia.
Si bien se puede considerar lo anterior como un logro de gran en-
vergadura en aras de continuar brindando protección a los derechos
de las mujeres, la falta de difusión de dichas disposiciones entre la
población femenina, en particular las jovencitas y adolescentes de
nuestro estado y capital que son las más expuestas a este tipo de aco-
sos, en general no están debidamente informadas de esta protección
jurídica y por ese desconocimiento continúan siendo víctimas de es-
tas situaciones.

DESARROLLO

Hay un marco nacional e internacional que protege los derechos


de la mujer en la actualidad. A continuación, se analizan algunos de
los tratados y acuerdos suscritos por el gobierno mexicano ante orga-
nismos internacionales, en relación con la no discriminación, lo cual
incorpora la no discriminación por razones de género.

1.1. Declaración Universal de Derechos Humanos

La Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el 10 de di-


ciembre de 1948, por medio de su Asamblea General y de acuerdo
con su resolución 217 A (III), la Declaración Universal de Derechos
Humanos.
En su exposición de motivos, manifiesta dicha Asamblea que to-
mando en consideración:
340 Jamie Joana Morales Delgado

Que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reco-


nocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalie-
nables de todos los miembros de la familia humana,
Que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han
originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humani-
dad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hom-
bre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados
del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la
libertad de creencias,
Qué es esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régi-
men de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo
recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión,
Que también es esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas
entre las naciones,
Que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe
en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de
la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres;
y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el
nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,
Que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en coope-
ración con la Organización de las Naciones Unidas, el 2 Los principales
tratados internacionales de derechos humanos respeto universal y efec-
tivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Que una concepción común de estos derechos y libertades es de la
mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso
(ONU, 1948).

La Asamblea General de Naciones Unidas proclama entonces la


Declaración Universal de Derechos Humanos, como:
ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse,
a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose
constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educa-
ción, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas
progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y
aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados
Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdic-
ción (ONU, 1948).
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 341

En su artículo 1, dicha Declaración establece que: “Todos los seres


humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmen-
te los unos con los otros”.
Para la Declaración Universal de los derechos Humanos promul-
gada por Naciones Unidas, todos los seres humanos nacemos libres
“en dignidad y derechos”, por lo que cualquier posibilidad o resqui-
cio de discriminación por cuestión de raza, edad, género o situación
civil, social o económica, queda automáticamente prohibida en cual-
quier nación integrante de la ONU.
Esta situación se confirma en el artículo 2 de la misma Decla-
ración, que determina que: “1. Toda persona tiene los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimien-
to o cualquier otra condición”.
Más adelante, en su artículo 3, la misma Declaración establece
que: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la segu-
ridad de su persona”.
Posteriormente, el artículo 7 de la misma Declaración determina
que: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho
a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección
contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra
toda provocación a tal discriminación”.
Y ya en lo referente a la materia de este estudio, la misma Decla-
ración determina, en su artículo 16 que: “1. Los hombres y las muje-
res, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna
por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una
familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio”.
Es decir que aquello de que en determinadas regiones el país,
las mujeres son obligadas por sus padres a contraer matrimonio o a
“juntarse” con algún individuo que “adquiere” derechos sobre vida
y cuerpo de dichas jovencitas en estos pueblos, son acciones que, en
342 Jamie Joana Morales Delgado

principio, violan tratados internacionales que de acuerdo con el artí-


culo 1 y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, deben ser observados obligatoriamente en nuestro territorio.

1.2. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales

Este Pacto fue aprobado por la Asamblea General en su resolu-


ción 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966 (ONU, 1966), si bien
entró en vigor hasta el 3 de enero de 1976, en atención a lo que esta-
blece el artículo 27 del mismo Pacto.
Considerando que, conforme a los principios enunciados en la
Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el
mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad inherente
a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos igua-
les e inalienables, además de que estos derechos se desprenden de la
dignidad inherente a la persona humana con arreglo a la Declara-
ción Universal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal
del ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos
que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus
derechos económicos, sociales y culturales, así como de sus derechos
civiles y políticos.

1.3. Convención sobre la eliminación de todas las formas de dis-


criminación contra la mujer

Convención aprobada y abierta a la firma y ratificación, o adhe-


sión, por la Asamblea General en su resolución 34/180, de 18 de di-
ciembre de 1979; entrando en vigor hasta el 3 de septiembre de 1981,
de conformidad con el párrafo 1 del artículo 27 de la misma Conven-
ción, los Estados partes de la misma, teniendo en cuenta que la Carta
de las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos humanos fun-
damentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la
igualdad de derechos de hombres y mujeres, pero también conside-
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 343

rando que la Declaración Universal de Derechos Humanos reafirma


el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda
persona puede invocar todos los derechos y libertades proclamados
en esa Declaración, sin distinción alguna y, por ende, sin distinción
de sexo, pero también teniendo presente que los Estados Partes en
los pactos internacionales de derechos humanos tienen la obligación
de garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos
los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, esto
sin dejar de considerar que las resoluciones, declaraciones y reco-
mendaciones aprobadas por las Naciones Unidas y los organismos
especializados para favorecer la igualdad de derechos entre el hom-
bre y la mujer, se señala que, sin embargo, se comprueba que a pesar
de estos diversos instrumentos las mujeres siguen siendo objeto de
importantes discriminaciones, lo cual dificulta la participación de la
mujer, en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política,
social, económica y cultural de su país, que constituye un obstáculo
para el aumento del bienestar de la sociedad y de la familia y que
entorpece el pleno desarrollo de las posibilidades de la mujer para
prestar servicio a su país y a la humanidad, es que se redactan las dis-
posiciones de la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer que aquí se analizan (ONU, S/F).
Los Estados participantes, convencidos de que la máxima parti-
cipación de la mujer en todas las esferas, en igualdad de condiciones
con el hombre, es indispensable para el desarrollo pleno y completo
de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz, y teniendo
presente el gran aporte de la mujer al bienestar de la familia y al desa-
rrollo de la sociedad, hasta ahora no plenamente reconocido, la im-
portancia social de la maternidad y la función tanto del padre como
de la madre en la familia y en la educación de los hijos, y conscientes
de que el papel de la mujer en la procreación no debe ser causa de
discriminación, sino que la educación de los niños exige la responsa-
bilidad compartida entre hombres y mujeres y la sociedad en su con-
junto, partiendo de la base de que para lograr la plena igualdad entre
el hombre y la mujer es necesario modificar el papel tradicional tanto
344 Jamie Joana Morales Delgado

del hombre como de la mujer en la sociedad y en la familia, pero


sobre todo, resueltos a aplicar los principios enunciados en la Decla-
ración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer y,
para ello, a adoptar las medidas necesarias a fin de suprimir esta dis-
criminación en todas sus formas y manifestaciones (ONU, S/F), los
Estados miembros, firmantes de la Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación contra la mujer convinieron lo
siguientes puntos.
En su artículo 1 se determina que:
la expresión “discriminación contra la mujer” denotará toda distinción,
exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resulta-
do menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mu-
jer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad
del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades funda-
mentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en
cualquier otra esfera (ONU, s.f.).

Es por ello que en el artículo 2 de la Convención que se viene


analizando se determina que: “Los Estados Partes condenan la dis-
criminación contra la mujer en todas sus formas, convienen en se-
guir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política
encaminada a eliminar la discriminación contra la mujer y, con tal
objeto, se comprometen a:
a) Consagrar, si aún no lo han hecho, en sus constituciones nacionales
y en cualquier otra legislación apropiada el principio de la igualdad
del hombre y de la mujer y asegurar por ley u otros medios apropia-
dos la realización práctica de ese principio;
b) Adoptar medidas adecuadas, legislativas y de otro carácter, con
las sanciones correspondientes, que prohíban toda discriminación
contra la mujer;
c) Establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre
una base de igualdad con los del hombre y garantizar, por conducto
de los tribunales nacionales competentes y de otras instituciones
públicas, la protección efectiva de la mujer contra todo acto de dis-
criminación;
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 345

d) Abstenerse de incurrir en todo acto o práctica de discriminación


contra la mujer y velar por que las autoridades e instituciones pú-
blicas actúen de conformidad con esta obligación;
e) Tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discrimina-
ción contra la mujer practicada por cualesquiera personas, organi-
zaciones o empresas;
f) Adoptar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legisla-
tivo, para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas
que constituyan discriminación contra la mujer;
g) Derogar todas las disposiciones penales nacionales que constituyan
discriminación contra la mujer” (ONU, s.f.).

Continúa diciendo el artículo 2 de la Convención que:


Los Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las
esferas política, social, económica y cultural, todas las medidas apropia-
das, incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y
adelanto de la mujer, con el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce
de los derechos humanos y las libertades fundamentales en igualdad de
condiciones con el hombre.

Suena muy bien, lástima que en países como el nuestro y en regio-


nes de países como Jalisco, como veremos más adelante, estas dispo-
siciones no siempre se aplican de manera estricta.
Posteriormente, en su artículo 7, la Convención determina que:
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar
la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país
y, en particular, garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones
con los hombres, el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles
para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de eleccio-
nes públicas;
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en
la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las
funciones públicas en todos los planos gubernamentales;
c) Participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales
que se ocupen de la vida pública y política del país.
346 Jamie Joana Morales Delgado

Estas disposiciones no se observan, o se aplican a medias, en con-


gresos como el de Jalisco, en términos de cuotas de género, como
veremos más adelante.
Se asienta en el artículo 8 de la misma Convención que: “Los Es-
tados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar
a la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre y sin discri-
minación alguna, la oportunidad de representar a su gobierno en el
plano internacional y de participar en la labor de las organizaciones
internacionales”.
Después de exigir la garantía de acceso de la mujer en igualdad
de circunstancias con el hombre en términos educativos, sociales,
económicos, educativos, en el artículo 13 de la misma Convención
se establece que:
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para elimi-
nar la discriminación contra la mujer en otras esferas de la vida econó-
mica y social a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hom-
bres y mujeres, los mismos derechos, en particular:
a) El derecho a prestaciones familiares;
b) El derecho a obtener préstamos bancarios, hipotecas y otras formas
de crédito financiero;
c) El derecho a participar en actividades de esparcimiento, deportes y
en todos los aspectos de la vida cultural (ONU, s.f.).

En el artículo 15 se determina que:


1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el hom-
bre ante la ley.
2. Los Estados Partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una
capacidad jurídica idéntica a la del hombre y las mismas oportuni-
dades para el ejercicio de esa capacidad. En particular, le reconoce-
rán a la mujer iguales derechos para firmar contratos y administrar
bienes y le dispensarán un trato igual en todas las etapas del proce-
dimiento en las cortes de justicia y los tribunales.
3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro
instrumento privado con efecto jurídico que tienda a limitar la ca-
pacidad jurídica de la mujer se considerará nulo.
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 347

4. Los Estados Partes reconocerán al hombre y a la mujer los mismos


derechos con respecto a la legislación relativa al derecho de las per-
sonas a circular libremente y a la libertad para elegir su residencia y
domicilio (ONU, s.f.).

2. LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD EN LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS (CPEUM)

Menciona el párrafo sexto del artículo 1 constitucional que:


Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el genero, la edad, las discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales,
el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y
tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas (reformado mediante decreto, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el 10 de junio del 2011) (DOF, 2011).

Más adelante en el mismo ordenamiento, pero en el artículo 4


constitucional, se establece toda una gama de derechos fundados en
el principio de igualdad entre las personas. En primer término, de-
clara la igualdad del varón y de la mujer ante la ley; más todavía, da
derecho a la protección de la salud, a un medio ambiente adecuado
y a que la niñez cuente con los elementos necesarios para su adecua-
do desarrollo (Cabrera, 2000; Fix-Zamudio, 2001; IIJ/UNAM, 2001;
Gamíz, 2001; IIJ/UNAM, 2003; Sánchez, 2000).
Dentro de este conjunto de derechos se hallan algunos que per-
tenecen a los llamados “de tercera generación”, que se traducen en el
reconocimiento a intereses difusos o colectivos, que deben ser res-
petados por consideraciones de solidaridad, así como para no com-
prometer el futuro de las generaciones por venir. Se consideran de
tercera generación derechos tales como a la protección de la salud y
a un medio ambiente sano.
348 Jamie Joana Morales Delgado

2.1. Igualdad del varón y de la mujer ante la ley

El primer párrafo del artículo en comento señala: “El varón y la


mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desa-
rrollo de la familia”. El Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Traba-
jo del Cuarto Circuito, al referirse al texto transcrito, ha señalado que
la igualdad de los sexos ante la ley “significa que ésta debe aplicarse por
igual a todos los gobernados sin consideración de sexo” (SCJN, 2003).
En realidad, esta previsión se desprendía ya del contenido del ar-
tículo 1 de la Carta Suprema, que, al establecer que todos los go-
bernados gozan de las garantías individuales, deja de lado distincio-
nes basadas en cuestiones de género. No obstante, la especificación
contenida en el párrafo que se comenta pudo haber respondido a
la necesidad de que el legislador secundario y otras autoridades no
olviden que deben abstenerse de tratar desigualmente a las personas
en función de su sexo.
Hay que tener presente, por otra parte, que la igualdad entre hom-
bres y mujeres no puede ser absoluta, dado que cuentan con diferen-
cias psicosomáticas y fisiológicas que han conducido a que se legisle
en favor de la mujer de modo exclusivo. Así, por ejemplo, la legis-
lación laboral y la penal contienen disposiciones protectoras de los
derechos de la mujer en razón de cuestiones físicas e incluso psico-
lógicas que los hombres no poseen. En materia penal, la legislación
protege a la mujer que haya sido víctima de los delitos de violación,
rapto y estupro, y en el ámbito laboral —con arreglo a la fracción
V del apartado A del artículo 123 de la Constitución, así como a la
fracción XI, inciso c) del apartado B, del mismo ordenamiento— se
le permite que, durante el embarazo, no realice trabajos que entrañen
un esfuerzo considerable y, por lo mismo, pongan en riesgo su salud
en relación con la gestación.
Pero esas muestras de trato desigual entre hombres y mujeres no
son, evidentemente, arbitrarias. El legislador las introduce en los
cuerpos legales con base en argumentos jurídicos que vuelven justi-
ficable la existencia de un trato desigual.
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 349

En efecto, incurriría en violación de la Carta Fundamental el le-


gislador que estableciera discriminaciones directas, basadas en la
pertenencia a un sexo o al otro; o indirectas, que responden a des-
igualdades meramente fácticas. Es la sola dignidad de las personas,
que no varía por el hecho de que aquéllas pertenezcan al sexo mascu-
lino o al femenino, la que hace obligatorio que constitucionalmente
se les reconozca su igualdad ante la ley.
El reconocimiento de esta igualdad no se ha circunscrito al texto
de la Constitución Política. El artículo 2 del Código Civil Federal
prevé: “La capacidad jurídica es igual para el hombre y la mujer; en
consecuencia, la mujer no queda sometida, por razón de su sexo, a
restricción alguna en la adquisición y ejercicio de sus derechos civi-
les” (CCF, 221). En el ámbito local, el artículo 2 del Código Civil para
el Distrito Federal estatuye:
La capacidad jurídica es igual para el hombre y la mujer. A ninguna
persona por razón de edad, sexo, embarazo, estado civil, raza, idioma,
religión, ideología, orientación sexual, color de piel, nacionalidad, ori-
gen o posición social, trabajo o profesión, posición económica, carácter
físico, discapacidad o estado de salud, se le podrá negar un servicio o
prestación a la que tenga derecho, ni restringir el ejercicio de sus dere-
chos cualquiera que sea la naturaleza de éstos (CCDF, 2021)

Además, en los ámbitos federal y local se han creado los institutos


de las mujeres, cuyos objetivos consisten en fomentar y promover
condiciones que posibiliten la no discriminación y la igualdad de
oportunidades entre los géneros.

3. VIOLENCIA DIGITAL

3.1. ¿Qué es la violencia digital?

La violencia es la manera más eficiente de captar la atención de


la gente y de manipularla, especialmente si se trata de gente joven
(Victoria Camps, 2003).
350 Jamie Joana Morales Delgado

Como dice Tudón Martha (2020) en una entrevista realizada en


octubre de 2020:
La violencia digital solamente es una manera más de trasladar la vio-
lencia a otro espacio. Son todas las violencias que podemos encontrar
fuera y simplemente se trasladan a la parte digital por medio del uso de
herramientas o dispositivos móviles.

Por su parte, diferentes organismos de los derechos humanos de


las mujeres definen la violencia digital como:
Actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte
o totalmente, por el uso de las TIC, plataformas de redes sociales y co-
rreo electrónico; y causan daño psicológico y emocional, refuerzan los
prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas y plantean
barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a for-
mas de violencia sexual y otras formas de violencia física (Luchadoras,
2017).

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la


Ciencia y la Cultura (Unesco, 2015) menciona que, al hablar de vio-
lencia en el espacio cibernético o digital, se hace referencia a las di-
versas modalidades en que se exacerba, magnifica o difunde el abuso
mediante plataformas de internet.
La violencia digital definida en el artículo 7° de la Ley general de
Acceso de las mujeres a una vida libre, consiste en actos de acoso,
hostigamiento, amenazas, vulneración de datos e información priva-
da, así como la difusión de contenido sexual (ya sean fotos, videos,
audios), sin el consentimiento o mediante engaños a una persona.
Sabemos que las redes de comunicación hoy en día se han vuelto
un vehículo para crear una esfera de violencia hacia las mujeres y niñas
de México, creando así una nueva forma de violentarlas, amenazadas
con la publicación, difusión o almacenamiento de contenido íntimo
sexual sin su consentimiento, lo cual ha traído para las víctimas conse-
cuencias graves para su salud, para su vida diaria, trabajo, educación y
familia. Lo cual les ha provocado, ansiedad, depresión, burlas, repro-
che social, tristeza, estrés, y en casos extremos el suicidio.
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 351

En la actualidad las personas están conscientes que estos actos son


ilegales, pero desconocen si existe un marco legal que lo regularice.

3.2- ¿Qué es la Ley Olimpia?

El nombre de dicha ley nace de la experiencia vivida por una jo-


ven llamada Olimpia Coral Melo, originaria de Puebla, la cual fue
víctima de violencia digital por parte de una expareja sentimental
que publicó un video íntimo sexual sin consentimiento, lo cual le
trajo consecuencias graves para su vida que la llevó a querer suici-
darse, y por la ausencia de un marco legal no pudo obtener justicia,
pero gracias a ella y a su coraje por no haber logrado obtener justicia
creó un marco legal que duró años de lucha, pero que ahora es una
realidad y con ello ha logrado dar alivio y esperanza a las miles de
mujeres y niñas que sufren violencia digital en nuestro país.
La Ley Olimpia no es más que reformas a disposiciones legales
que condenan la violencia digital como un delito de orden federal
para castigar a las personas que amenacen, difundan, publiquen o
almacene material íntimo sexual sin consentimiento.
La Ley Olimpia es considerada como un alivio para las mujeres
y niñas de nuestro país que sean víctimas de violencia digital para
prometerles una vida libre de violencia.

3.2.1. Contenido legal para el estado de Zacatecas

Artículo 232 Ter. Comete el delito de violación a la intimidad sexual,


quien por cualquier medio divulgue, comparta, distribuya, compile, co-
mercialice, solicite, publique o amenace con publicar, imágenes, audios
o videos de una persona parcial o totalmente desnuda; de contenido
erótico o sexual, ya sea impreso, grabado o digital, sin el consentimiento
de la víctima.
Al responsable de este delito se le sancionará de cuatro a ocho años de
prisión y multa de cien a doscientas veces el valor diario de la Unidad de
Medida y Actualización.
352 Jamie Joana Morales Delgado

Este delito se perseguirá por querella de parte ofendida.


Las penas se aumentarán en una mitad en su mínimo y máximo cuando:
I. Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental,
afectiva, de confianza, de parentesco por consanguinidad o afinidad; de
matrimonio; de concubinato; noviazgo o cualquier otra relación de he-
cho o amistad;
II. El sujeto activo haya tenido con la víctima una relación laboral, social
o política;
III. Se cometa en contra de una persona que no comprenda el significa-
do del hecho;
IV. Se cometa en contra de una persona en condición de vulnerabilidad;
V. La víctima sea menor de edad;
VI. Se amenace con la publicación o se ofrezca el bloqueo de la difusión
del contenido a cambio de una prestación sexual o económica, y
VII. Un medio de comunicación impreso o digital compila o reproduce
estos contenidos o los hace públicos.

En los supuestos anteriores el delito se perseguirá de oficio.


Según el Código Penal de Zacatecas, debe de entenderse que no
solo la persona que amenace o público dicho material está incurrien-
do en un delito sino todas aquellas personas que difundan o alma-
cenen dicho material serán acreedoras a una pena o multa según sea
el caso. Debe entenderse también que el delito será perseguido por
querella u oficio según los supuestos que se mencionan en dicho ar-
tículo (Código Penal para el Estado de Zacatecas, 2019).

3.2.2. ¿Cómo denunciar?

Puedes denunciar si:


• Alguien graba o fotografía tu intimidad sin tu conocimiento
o por medio de engaños o amenazas.
• Alguien difunde, reproduce, transmite tus contenidos ínti-
mos (fotos, videos o audios) sin tu consentimiento.
• Alguien te amenaza con compartir dicho contenido o te ex-
torsiona para no hacerlo.
Ley Olimpia y persistencia de la violencia digital contra la mujer en México... 353

• Si alguien almacena contenido sexual íntimo sin tu consenti-


miento.
Si eres víctima de cualquiera de los anteriores supuestos, puedes
recurrir al ministerio público, o cualquier centro especializado en
ayuda a la mujer, para presentar una denuncia para que de esta ma-
nera la eliminación por completo de dicho material íntimo de cual-
quier plataforma de internet.
Facebook cuenta con una herramienta nueva donde tú podrás
llenar un pequeño cuestionario con tus datos y donde colocarás la
posible imagen sexual con la que te están amenazando o la imagen
que está siendo difundida, de esta manera Facebook sabrá que esta
imagen es de tu propiedad y la eliminará de manera inmediata de
todas las plataformas de las cuales Facebook sea dueño. Para realizar
este procedimiento tendrás que colocar en el buscador de Google;
“Nunca sin tu consentimiento”, y en la primera opción que salga ahí
es donde podrás realizar lo anterior.
Recuerda que si eres menor de edad la Ley Olimpia no podrá ser
utilizada en tu caso, sino que tendrás que realizar la denuncia me-
diante el delito de pornografía infantil.

3.3. Olimpia Coral Melo

Olimpia Coral Melo es una mujer activista que nació 1995 en


Huauchinango, Puebla, durante toda su infancia vivió en Huauchi-
nango, una mujer con un futuro prometedor siempre fue muy apli-
cada en sus estudios, la llamaban “la niña promesa”, ahora es una
activista mexicana reconocida como una de las 100 personas más
influyentes del mundo en 2021 por la revista Times (Olimpia Coral
Melo Cruz: The 100 Most Influential People of 2021).
En su juventud, su pareja filtró un video íntimo de ella, lo cual
repercute no sólo en su vida personal sino en sus estudios. En 2014,
a la edad de 19 años, presentó una iniciativa de ley en el Congreso
de Puebla, tras esta difícil lucha logró que en 2018 se aprobara la
Ley Olimpia. En 2020 en Huauchinango, Puebla, se le otorgó un
354 Jamie Joana Morales Delgado

valioso reconocimiento donde la declararon huauchinanguense


distinguida.
Fundó el Frente Nacional para la Sororidad, cuyo objetivo prin-
cipal es dar acompañamiento a las mujeres víctimas de la violencia
digital, donde feministas de todas partes del país se distinguen dife-
rentes grupos de ayuda para dar acompañamiento psicológico y legal
a las víctimas.
En 2021 logró que la Ley Olimpia contemplara el delito federal
aprobado en los 32 estados de la república mexicana, de lo cual ella
se siente sumamente orgullosa, ya que mujeres que también son víc-
timas de la violencia digital, así como en un pasado lo fue ella, obten-
drán aquella justicia que ella tanto anhelo tener y por la cual luchó
muchísimos años sin descansar.

CONCLUSIONES

Al ser un trabajo aún en desarrollo no se han obtenido resultados,


pero se tiene una hipótesis que a lo largo del próximo año se tratará
de resolver y llegar a una propuesta la cual mejorará la difusión de
la Ley Olimpia, empezando por nuestro universo de estudio, que se-
rán las mujeres zacatecanas, quienes obtendrán el conocimiento de
la existencia de un marco legal el cual las ampara en caso de ser víc-
timas de la violencia digital, conocerán las penas, multas que obten-
drán sus abusadores, cómo denunciar y sobre todo serán capaces de
difundir está información entre las mujeres de su entorno, para así
poder al mayor número de mujeres que conocen los alcances legales
y sociales que trajo consigo la Ley Olimpia.

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t. XVII, marzo, tesis IV.3o.T.119 L, p. 1736; CD-ROM IUS: 184635.
16. ¿CÓMO SOBREVIVIR A
INVESTIGACIONES PRECARIAS?:
APORTES DESDE TRANSMETODOLOGÍA
A LA EXPERIENCIA INVESTIGATIVA
FEMENINA

Diana Esperanza Oliveros Fortiche


Universidad Central de Colombia
doliverosf@ucentral.edu.co
http://orcid.org/0000-0001-8817-8361

INTRODUCCIÓN

Este artículo reflexiona sobre el ejercicio investigativo precario


en ciencias sociales que enfrentan las mujeres investigadoras y sus
relaciones con la ética investigativa, los problemas científico-socia-
les y metodológicos que determinan la acción, alcance e impacto de
las pesquisas, particularmente en el campo de la comunicación. Esta
correspondencia entre el hacer y el ser se manifiesta en continua ten-
sión, y se matiza con las condiciones de producción de las ciencias
sociales en Colombia y América Latina.
Este escrito, más que un reclamo sobre la dificultad en la inda-
gación social y de comunicación, ofrece un espacio de reflexión que
considera las posibilidades aplicadas de resolución a través de la in-
corporación transmetodológica de la Investigación Mediación-Ac-
ción (IMA), propuesta por Leguízamo Serna y Oliveros Fortiche
desde 2012, y cuya experiencia se ordena en torno a dar respuesta a
la pregunta sobre cómo afrontar una indagación con un mínimo de
presupuesto, tiempos cortos y un pequeño equipo de investigación
con la suficiente tozudez para obtener los resultados necesarios que
aporten al conocimiento y la resolución de los problemas abordados.
358 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

Uno de los principales avances del presente texto es validar la trans-


metodología no sólo como estrategia de producción de conocimien-
to sino como orientación de un hacer-ser de la labor investigativa de
mujeres, y su coherencia y consistente con el contexto actual y propio
de cada investigadora.
Lo precario mantiene una relación muy cercana con el género y
las condiciones laborales, desde esta relación la precariedad puede
equipararse a la incertidumbre, inseguridad y la ausencia de protec-
ción en las condiciones de trabajo y de vida. Es así como desde la
experiencia laboral femenina se consideran las afectaciones específi-
cas en el tiempo de trabajo, la segregación ocupacional y los efectos
negativos generados en su bienestar personal y social: “identifica-
bles a través de los discursos sobre la mayor o menor exposición a
la flexibilidad y sobre las posibilidades reales de compaginación de
tiempos tan dispares como los del empleo y los de la vida familiar”
(Santamaría, 2009, p. 38).
Como anota Santamaría (2009), es la concurrencia de tiempos
de trabajo y familiares dispares que marcan la experiencia laboral
en las mujeres, aunque no siempre sean evidenciados tanto por las
dinámicas laborales actuales ni por las mismas mujeres que las en-
frentan. Julián (2017) observa cómo la experiencia precaria responde
a modelos de sujeción y (re)producción social, conformando narra-
tivas, posiciones de enunciación, emociones e imaginarios sociales,
por tanto, la precariedad configura sujetos que comparten o no una
identificación con su condición, reconociéndose intersubjetivamen-
te; es decir, la investigación social precaria configura un investigador
precario con narrativas y experiencias comunes.
La investigadora precaria perteneciente a un campo académico
asume prácticas que Téllez (2018) denomina como acade(mono)
rmativas, con el objetivo de lograr posiciones y contratos de investi-
gación. Estas formas de disciplinamiento propio y externo, invisibili-
zado o no identificado por la investigadora, promueven la naturaliza-
ción de opciones precarias precarizantes. Las prácticas acade(mono)
rmativas modelan los comportamientos y “conducen a una espiral
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 359

de precariedades cuando no son reproducidos o alcanzados” (Téllez,


2018, p. 52).
Las condiciones precarias de investigación académica han sido un
continuo en la historia del desarrollo de las ciencias sociales en Co-
lombia. Estas condiciones son invisibilizadas por las mismas prácti-
cas de disciplinamiento precarias precarizantes que las sostienen, por
ello, al momento de exponer resultados, las múltiples dificultades en-
frentadas no se hacen evidentes y son enmascaradas como artilugio
para no mostrar debilidades investigativas que terminen perjudican-
do la rigurosidad del trabajo y poniendo en duda los competencias
de las investigadoras.
Tras años de experiencia en indagación sobre comunicación,
observo cómo las investigadoras nos esforzamos por minimizar las
afectaciones sobre nuestra identidad como mujeres, madres, latinas,
docentes o activistas. En palabras de Téllez (2018), nos imponemos
“una lógica capitalista neoliberal en la que el individuo es juzgado de
un modo aislado, sin tener en cuenta las condiciones personales, co-
lectivas, sociales, económicas y políticas de su vida personal” (p. 49).
En otras palabras, las investigadoras responden a contextos precarios
de labor, invisibilizando los procesos de interacción de factores per-
sonales, identitarios, sociales, económicos, políticos y culturales que
las atraviesan. Al desconocer estos procesos interseccionales (Crens-
haw, 1989), se reducen las posibilidades de sororidades encamina-
das al fortalecimiento de redes y de acciones que superen los temas
o problemáticas científico-sociales y nos unan bajo una perspectiva
más crítica y de género sobre nuestro ser-hacer. Es por ello, que a
continuación, tras esbozar las condiciones de producción de la inves-
tigación social en Colombia, las particularidades de la investigación
y de las investigadoras precarias, se muestran las posibilidades de
acción sobre estas realidades que aporta la transmetodología y la me-
todología de Investigación Mediación Acción IMA, para proponer,
desde allí, los posibles caminos de resolución sobre estas situaciones
precarias precarizantes de la indagación social, junto a la necesaria
reflexión de ser mujer e investigadora.
360 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

CONDICIONES DE PRODUCCIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN SOCIAL EN COLOMBIA

Colombia es uno de los países con mayor índice de desigualdad


de la región, después de Chile y Brasil, ya que el 1% de la población
más rica posee el 33,2% de la riqueza total del país (Chancel, Piketty,
Saez, Zucman et al., 2022). La inequidad, sumada al crecimiento de
la pobreza que durante la pandemia se extendió a un poco más de 3,6
millones de personas, matiza el panorama de los problemas sociales
agudizados por la corrupción, el limitado acceso a la educación, el
desempleo, la discriminación y la violación de los derechos humanos
(López Gómez, 2021).
El Consejo Privado de Competitividad (2022) muestra que 60%
de la inversión presupuestal colombiana se destina al funcionamien-
to del Estado y un 22,3% al pago de la deuda externa, no siendo de
extrañar que sólo un 0,29 % se vaya para la investigación, ubicando
al país muy por debajo al promedio de 0.56% en inversión para el
desarrollo científico y tecnológico de la región de América Latina y
el Caribe.
El Informe 2021 sobre la ciencia de la Unesco muestra que Amé-
rica Latina reportó un promedio 1,03 investigadores por cada 1000
trabajadores. Para el caso colombiano y aunque la inversión de in-
vestigación se redujo, paradójicamente la cantidad de investigadores
aumentó a 1,05 (de esta cantidad el 37% se corresponde a mujeres
investigadoras) y la producción científica del país creció un 52% du-
rante el período 2015-2019. En este punto cabe la pregunta sobre qué
practicas precarias precarizantes siguieron los y las investigadoras
para sortear las restricciones investigativas y aumentar la producción
de conocimiento en temas socio-científicos.
Para contestar la paradoja de aumento de la producción científica
en condiciones de precariedad investigativa, es importante mencio-
nar que la promoción de políticas públicas para fomentar la ciencia,
la tecnología y la innovación en Colombia estuvo a cargo hasta el
2019 del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e In-
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 361

novación-Colciencias, rol que actualmente desempeña el Ministerio


de Ciencia, Tecnología e Innovación. En la consulta de las estadísti-
cas de MinCiencias se observa un visible crecimiento, entre el 2017
y 2019, de posgraduados (en doctorados y maestrías) y su incorpo-
ración al sistema de investigadores en las tipologías senior, asociado
y junior, pues de acuerdo con las políticas de Colciencias, la publica-
ción y consecución de títulos es uno de los principales criterios para
ingreso y clasificación como investigador.
Ahora bien, se guarda una correlación entre el crecimiento de
investigadores y una mayor producción de conocimiento, pues una
implica a la otra, queriendo decir con ello, que la mayoría de pro-
ducción de conocimiento reportada en artículos, capítulos o libros
de investigación se refieren a resultados de investigaciones académi-
cas “solitarias”. Restrepo (2019) expone que uno de los argumentos
empleados para la creación de posgrados en el país es considerar a
la investigación no correspondiente con la exigencia de un nivel de
pregrado sino con el de posgrado, y por ello, el grueso de la investi-
gación en relación con la formación se realiza en el posgrado. Los an-
teriores datos resuelven la pregunta sobre el “crecimiento” de investi-
gadores y sus investigaciones tras una reducida inversión en ciencia
y tecnología que destina Colombia. Al no tener cifras para este año,
es difícil saber si los estudiantes de posgrados continúan siendo el
motor de impulso investigativo y científico del país.

LA INVESTIGACIÓN PRECARIA
INSTITUCIONALIZADA

La correspondencia de la práctica investigativa con el nivel de


formación posgradual vinculado a las lógicas acade(mono)rmativas
de la institucionalidad académica, al posicionamiento de ciertas po-
líticas de ciencia y tecnología en el país y a la articulación con los
mecanismos de registro y acreditación de las universidades ante el
Ministerio de Educación Nacional, marcan las dinámicas, ritmos,
propósitos y resultados de la investigación científica-social colom-
362 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

bianas. En este contexto, la producción de artículos deja de ser parte


del proceso para convertirse en resultado importante del mismo, así,
“la publicación dejó de ser un momento en el proceso de investiga-
ción para convertirse en su producto por antonomasia, en el indi-
cador privilegiado” (Gómez, 2018; citado en Restrepo, 2019, p. 49).
Partiendo de la publicación académica como producto principal
de medición de investigadores y grupos, Colciencias, ahora Mincien-
cias, generó criterios y dispositivos estandarizados que terminaron
por normalizar la labor investigativa, constriñéndola a lógicas pro-
ductivistas medidas por resultados cuantificables que otorgan pun-
tos y determinan clasificaciones de las universidades y de sus grupos
de investigación.
Las características de estas publicaciones académicas asociadas a
los campos del conocimiento y a su indexación hacen la diferencia
en las acreditaciones institucionales1 e implican presiones y exigen-
cias para docentes e investigadores vinculados a las universidades
“la abierta presión de las universidades en los procesos de contrata-
ción, incentivos salariales o dispositivos de gestión para catalizar la
producción en investigación que se traduzca en mayor visibilidad y
mejor jerarquización en los modelos de medición” (Rodríguez, 2017;
citado en Restrepo, 2019, p. 51).
Las instituciones que configuran la mayor oferta académica su-
perior en Colombia pertenecen al sector privado mientras las pú-
blicas ocupan un lugar marginal que se distancia de la competencia
de prestigio y reconocimiento de la universidad privada. El posicio-
namiento de la universidad privada responde a un modelo gerencial
que condiciona las labores de docencia e investigación hacia “la pre-

1 La acreditación institucional superior en Colombia es regulada por el Sistema


Nacional de Acreditación, SNA. El SNA es el conjunto de políticas, estrategias,
procesos y organismos cuyo objetivo fundamental es garantizar a la sociedad que
las instituciones de educación superior que hacen parte del sistema cumplen con
los más altos requisitos de calidad y que realizan sus propósitos y objetivos (artí-
culo 53 de la Ley 30 de 1992).
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 363

carización de contratos laborales y espacios para la docencia […] las


condiciones para la investigación y la exigencia de productos visibles
que posicionen a las universidades” (Restrepo, 2019, p. 54).
La universidad privada, a partir de la implementación del mo-
delo gerencial, opera como universidad-empresa, rentabilizando la
actividad académica e investigativa y formando parte de un escena-
rio complejo de mercantilización de los productos de conocimiento
que silencia el papel de las humanidades, anulando la posibilidad de
la diferencia y construyendo asimetrías en “la provisión de becas,
financiación y reconocimiento para los grupos de investigación so-
cial” (Zambrano, 2018, p. 17).
En síntesis, las políticas de ciencia y tecnología, sumadas a los as-
pectos económico-administrativos de la institución universitaria, si-
lencian las necesidades humanas y alteran su misión de crecimiento
intelectual, ético y material para la sociedad, por fines de moldear una
mano de obra para un mercado de trabajo flexible regido por princi-
pio neoliberales de máxima competitividad. Ahora bien, para apoyar
este sistema, emerge un discurso de excelencia que articula la calidad
docente, la investigación y la eficiencia de la estructura de la institu-
ción académico empresarial a sus prácticas de gestión, modo que en
últimas incorpora la perspectiva empresarial, regulan condiciones de
empleo y de trabajo que afectan la calidad de la docencia impartida, la
investigación que se realiza y a la subjetividad de los y las investigado-
ras que participan en ella (Marugán Pintos y Cruces Aguilera, 2013),
para el caso de reflexión actual, las investigadoras precarias.

LAS INVESTIGADORAS PRECARIAS

En el apartado anterior se mencionaron aspectos sobresalientes


de las condiciones acade(mono)rmativas que configuran prácticas
precarias precarizantes en las instituciones universitarias. Dichos as-
pectos contienen los principales factores que afectan negativamente
a la mujer en el medio académico científico. Del Valle Rojas y Cal-
devilla (2014) comenta que en un estudio realizado por CONICYT
364 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

en 2008 con investigadoras chilenas se explican tres razones de des-


igualdad: la cultura patriarcal; la conciliación entre la vida laboral y
la familiar, y la indiferencia de las instituciones públicas.
Es en especial la cultura patriarcal y la conciliación entre la vida
laboral y la familiar que afectan de forma negativa la vida de las inves-
tigadoras, sobre todo “lo abrupto de la maternidad en sus vidas cientí-
ficas y los contratos de bajo perfil económico que obligan a las familias
de las investigadoras a sacrificar sus carreras en aras de puestos mejor
retribuidos de sus familiares” (Del valle Rojas y Caldevilla, 2014, p.17).
El ciclo de vida de las mujeres vinculado a la maternidad es una de las
principales razones que explican la asimetría que se presenta en el ám-
bito científico investigativo, puesto que la carrera académica está pen-
sada para hombres sin familia o cuya familia no represente una carga.
Para Antezana Barrios y Olmos Castro (2014) las mujeres que
permanecen en el ámbito académico se juegan entre priorizar su vida
personal, familiar o laboral durante los años de mayor productividad
académica e investigativa por la alta exigencia que ello significa que
muchas veces las conduce a postergar sus estudios posgraduales, te-
ner extenuantes horarios de trabajo, dejar de compartir con sus hijos
y en casos más difíciles afrontar sentimientos de culpa por no ser una
buena madre o tener un matrimonio fallido.
Espiro (2018), a partir de un ejercicio de reflexividad, evidencia
los dilemas afrontados como mujer investigadora, permitiendo con-
cluir que el género se convierte en un condicionante significativo en
el trabajo de campo y la aplicación metodológica etnográfica. Her-
nández (2022) confirmaría que los inconvenientes experimentados
en el trabajo de campo femenino, aunque suelen ser frecuentes, son
naturalizados y por ello poco debatidos.
El género se convierte en determinante de la vida investigativa y
académica de las mujeres, pues le asignan caracteres femeninos como
la dedicación a la esfera íntima y familiar que la alejan de los atributos
asociados a las ciencias como la racionalidad, objetividad y la lejanía
con lo íntimo y personal, aspectos de género atribuido más a la mas-
culinidad. No es de extrañar que históricamente la ciencia sea produ-
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 365

cida por un reducido grupo homogéneo de personas en su generalidad


varones blancos, occidentales y de clase media y alta (Del Valle Rojas,
Denegri Coria y Sandoval Gatica, 2014). El dominio masculino sobre
el campo científico es matizado con la mirada sobre los problemas, la
forma de abordarlos y los caminos para hallar respuestas, homogeni-
zando de alguna manera las ciencias y su investigación.
La homogeneidad entra en tensión con las posibilidades de mul-
tiplicidad en la investigación social porque la apertura de posibles
depende de los investigadores y del desarrollo de planteamientos,
métodos y procesamientos (Guzmán Tovar, 2010). En este panora-
ma la perspectiva transmetodológica permite la reflexión y brinda
elementos prácticos metodológicos que pueden movilizar rupturas
y resistencias frente al sistema asimétrico reinante para las mujeres
investigadoras. A continuación, se presenta esta perspectiva desde
sus características y potencialidades.

PERSPECTIVA TRANSMETODOLÓGICA:
CARACTERÍSTICAS Y ALCANCES

La perspectiva transmetodológica se origina a partir de tres pensa-


dores e investigadores: Eliseo Verón, Armand Mattelart y Jesús Mar-
tín-Barbero que como sujetos históricos impulsan la constitución de
un pensamiento comunicacional crítico y transformador, desde la
articulación de una base epistemológica transdisciplinar para pensar
e investigar problemáticas de comunicación y deconstruir un mode-
lo conservador funcionalista y mecanicista (Maldonado Gómez de la
Torre, 2016). Este proceso de transformación junto con sus premisas,
hipótesis, y la articulación de producción colectiva de conocimiento
posibilitó un avance dialéctico que originó la propuesta transmeto-
dología como “perspectiva epistemológica para problematizar, (des)
construir y reconstruir métodos en la investigación científica” (Mal-
donado Gómez de la Torre, 2016, p. 7).
Para Maldonado Gómez de la Torre (2019). la perspectiva trans-
metodológica establece tres componentes fundamentales: el primero
366 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

es la problematización epistemológica, profundizando en categorías


teóricas y demandando de la investigadora(o) la articulación y flujo
de la producción de teorías y métodos no condicionados a prácticas
repetitivas de producción de conocimiento.
Un segundo componente lleva a la construcción de problemas
multidimensionales que se resuelven en la combinación y reformu-
lación de métodos que superan la sencilla utilización de métodos
como estrategia de producción de conocimiento, puesto que requiere
de una problematización metodológica para orientar el trabajo in-
vestigativo apropiado al contexto y las características de cada inves-
tigación.
La transmetodología posiciona a la investigación como generado-
ra de conocimiento por antonomasia, entendiendo que ella permi-
te aportar a la construcción de teorías, hipótesis y procedimientos,
en otras palabras, la investigación se relaciona de forma intrínseca
con la teoría porque ella es concebida como una praxis y constitui-
da como un conjunto de saberes y conocimientos producidos. La
experimentación alimenta la dimensión técnica, al dinamizarla en
diferentes niveles que superan lo instrumental, y determinan a las
técnicas como mediaciones en el sentido que relacionan lo abstracto
de la teoría con lo concreto del hacer técnico.
Y, finalmente, un tercer componente definitivo en la perspectiva
transmetodológica es lo transdisciplinar, debido a que concibe a las
ciencias de la comunicación, como una transdisciplina integrada en
su base epistemológica por diferentes disciplinas de las ciencias so-
ciales. Sumado a lo transdisciplinar se presentan en transversalidad
las dimensiones ética, política, filosófica, cultural y sociológica que
cuestionan y le dan otro sentido al desarrollo científico. Tanto las
condiciones transdisciplinares como las dimensiones que las atravie-
sa se convierten en potencialidad cuando recibe contribuciones de
diferentes referentes pero en limitante al no lograr ampliar el espec-
tro teórico-ético con una correcta abstracción, el desafío es clara-
mente para el investigador y más para aquel que realiza su trabajo en
solitario o en condiciones precarizantes.
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 367

La transmetodología encuentra en la comunicación un campo


idóneo para su acción puesto que se configura como:
Una vertiente epistemológica transformadora en el campo de las cien-
cias de la comunicación propone la confluencia de estrategias y pro-
cedimientos de investigación para la problematización de realidades
comunicacionales y mediáticas, de orden multidimensional y complejo.
Los procesos históricos de estructuración de los sistemas mediáticos y la
constitución de modos, formas y culturas comunicacionales, mediadas
por tecnologías electrónicas digitales, condicionan la formulación de
problemas de investigación, cambian las exigencias para la construcción
de objetos empíricos y teóricos, y demandan confluencias teóricas inter-
disciplinares e intermetodológicas, que garanticen aproximaciones, in-
mersiones, reconocimientos, interpretaciones y resoluciones fecundos
(Maldonado Gómez de la Torre, 2016, p. 6).

Las posibilidades transmetodológicas de generar estrategias y


procedimientos de investigación que tensionen las realidades comu-
nicacionales y centren su observación sobre las dinámicas de me-
diación, medios y práctica mediática, configuran objetos teóricos y
empíricos como respuesta a la trans e interdisciplinar del campo de
la comunicación. Es así, como la configuración del campo, sus ten-
siones y movilidades empujan a los profesionales llamados a interve-
nir sobre este campo a asumir miradas interpretativas y críticas de las
problemáticas “mediante el análisis, lectura e interpretación de con-
textos, utilizando lenguajes específicos para un ejercicio profesional
con responsabilidad social” (AFACOM, 2004, p.79). No cabe duda
que la actuación sobre y desde la comunicación es demandante tanto
para el académico, el investigador como para el profesional aplicado.

LA INVESTIGACIÓN MEDIACIÓN-ACCIÓN (IMA)


DESDE LA PERSPECTIVA TRANSMETODOLÓGICA

La perspectiva transmetodológica es una propuesta dinámica,


abierta a lógicas, diseños metodológicos y al relacionamiento de
argumentaciones teóricas provenientes de diferentes campos. Esta
368 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

multiplicidad de aspectos llevados a un proceso investigativo inevi-


tablemente vincula los objetivos de la producción de conocimiento
con los objetivos del buen vivir; y por ello la investigación se liga
con el impacto y el cambio propuesto en los niveles epistemológicos
y de impacto social (Maldonado Gómez de la Torre, 2019). En los
anteriores términos se constituye la Investigación Mediación-Acción
(IMA), convirtiéndose en ejemplo de aplicación transmetodológica
y de las potencialidades que ella genera.
La Investigación Mediación-Acción (IMA) surge como propues-
ta de investigación en el aula para responder a las competencias de
formar estudiantes de comunicación en mediación, incentivar la
investigación social y fortalecer una actitud crítica y de preocupa-
ción por los problemas que aquejan la sociedad. Leguízamo Serna
y Oliveros Fortiche (2012, 2022) consideran a la IMA generadora
de aprendizajes en cuestiones fundamentales del hacer y del pensar
la comunicación, en conexión con los saberes interdisciplinarios, la
investigación, la práctica académica y la realidad social.
La IMA permite que el investigador encuentre formas de mediar so-
bre la problemática contextual a la que se aproxima desde su reflexión,
su perspectiva disciplinar y desde el encuentro de saberes, compren-
diendo que estos saberes son de naturaleza transdisciplinar a un campo
ampliado y relacional de la comunicación y las ciencias sociales.
La IMA no puede verse en simples términos instrumentales pues-
to que se plantea como una metodología dirigida a trascender e in-
terrelacionar las condiciones tanto internas como externas de una
investigación, por tal razón se preocupa por el entendimiento de las
dinámicas humanas y sociales, por el desarrollo de objetivos trans-
formadores, asumiendo que si bien la investigación tiene un objeti-
vo relacionado con el saber, debe crear maneras del hacer y del ser
investigador o investigadora, construyendo una mirada ética, crítica
y política sobre el sí mismo, su género y las condiciones de intersec-
cionalidad en las que se encuentra.
Entendiendo los compromisos transversales a la investigación y
al investigador, la IMA, piensa a la metodología como un proceso
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 369

transversal surgido de la problematización de realidades comunica-


cionales de orden multidimensional y complejo (Leguízamo Serna
y Oliveros Fortiche, 2022). La problematización, en este sentido, se
funda en la exigencia de construir objetos empírico-teóricos relevan-
tes, en donde confluyen lo transdisciplinar y transmetodológico, de-
jando un reducido espacio para los intereses coyunturales personales
e institucionales.
La transmetodología IMA no responde a presupuestos de riguro-
sidad y homogeneidad en la investigación que nieguen su multipli-
cidad y las disputas por el poder, los intereses y deseos de los agentes
que en ella participan (Guzmán Tovar, 2010). La transmetodología
IMA es posibilidad creativa de combinar métodos, técnicas y enfo-
ques; sumado al mantenimiento de una apertura cognitiva necesaria
para fluir en la práctica de indagación. Las dinámicas investigativas
de la IMA no siguen procedimientos lineales, sino que se integran
a partir de siete momentos, cada uno con una dinámica y objetivo
en particular. De acuerdo con Leguízamo Serna y Oliveros Fortiche
(2012, 2022) estos momentos son:
• Motivar, momento generador de voluntades, de conciencia-
ción sobre las situaciones que afectan el ser investigativo y
se plantea como una reflexión ética que tensiona los valores,
posibilidades y limitantes del ser investigador o investigado-
ra. El motivar el ser que investiga es puesto en el centro del
proceso, no con la intención de incentivar el egocentrismo
académico, sino con la clara convicción de que afectando el
sentir del investigador, las acciones que decida a partir de este
primer momento serán sistémicas y complejas sobre el todo
investigativo, y al avanzar sobre el entendimiento de lo inves-
tigado, lo hará también con su hacer y su ser.
• Identificar es un momento de reconocimiento, de explora-
ción, de llegar a la pregunta que afectará las condiciones vin-
culadas a la investigación en todas sus dimensiones. Identi-
ficar es un momento de incertidumbre necesarias a calcular
como investigadora de acuerdo a las propias condiciones y
370 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

posibilidades de acción, y a la cuota de esfuerzo exigida por


las circunstancias y situaciones que se esbozan, es decir, va-
lorar el problema y su relevancia para el conocimiento; la ur-
gencia de transformación respecto a las situaciones sociales
y comunicaciones involucradas; las políticas institucionales
que lo contienen; las subvenciones destinadas a la indaga-
ción en el área; los tiempos y las interacciones requeridas;
los medios y canales virtuales o presenciales de contacto; y
finalmente mapear todos los posibles que pueden presentarse
para potenciar o frenar la labor investigativa.
• Contextualizar es relacionar una situación problemática a un
campo teórico y social, demarcando límites y estableciendo
comprensiones sobre su escenario conceptual, disciplinar, te-
rritorial, político, histórico y sociocultural. En este momen-
to se construyen las categorías lógicas para ordenar y limi-
tar el contexto investigativo, tomando especial relevancia las
diferentes miradas disciplinares sobre el mismo, ampliando
comprensiones y develando el objeto estudio. La contextuali-
zación es un momento que puede darse de manera continua
durante la investigación, puesto que los objetos de estudio se
complejizan o incluso se desdibujan al tiempo que avanza su
comprensión sobre este, así mismo cambia la relación que es-
tablece la investigadora con él, llegando a compromisos, en-
cuentros y desencuentros, sea cual fuere este acercamiento o
distanciamiento, las condiciones externas de la investigación
y las particulares interseccionales o de género deben hacer
parte de las contextualizaciones o ajustes sobre el objeto de
estudio.
• Proyectar es proponer un plan, recabando los momentos an-
teriores, y haciendo uso de un sentido crítico de las condicio-
nes y posibles afectaciones generadas a la investigación. Al
proyectar se ordenan las necesidades de acciones y recursos,
pero también de formas de resolución de las situaciones pro-
pias de los proyectos de investigación y de las que pertenecen
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 371

al objeto de indagación. La proyección tiene un alto grado


de incertidumbre, disminuida o potencializada por la expe-
riencia del investigador y el conocimiento metodológico. En
este momento los elementos aplicados de la transmetodolo-
gía son de suma utilidad, ofreciendo la posibilidad creativa
de combinar perspectivas cuantitativas o cualitativas, y mé-
todos y técnicas. Las definiciones por el seguimiento de uno
u otro dispositivo metodológico son producto de los aspectos
internos y externos de la investigación y del discernimiento
sobre ellos. La transmetodología contribuye a la viabilidad y
fiabilidad de la indagación, valiéndose de la creatividad para
dar paso a la multiplicidad investigativa y tomando distancia
de la practica heteronormativa y conservadora de la investi-
gación convencional.
• Construir es el momento de ejecución o de trabajo de campo,
también de mayor interacción entre la investigadora, el obje-
to de indagación y los sujetos e instituciones que participan.
Está marcado por la tensión, la negociación y la mediación:
a) Tensión porque aparecen inconvenientes teóricos, meto-
dológicos y administrativos, b) La negociación o habilidad
de obtener las mejores condiciones para el desarrollo de la
investigación y se da desde el inicio del proyecto, y c) Me-
dición en el sentido que las y los investigadores estarán al
frente de las tensiones existentes o surgidas. La mediación es
la intervención sobre las tramas de significado que originan
prácticas y discursos que pueden oscurecer el entendimiento
sobre el tema y dificultar las relaciones externas e internas de
indagación (Manucci, 2004, en Leguízamo Serna y Oliveros
Fortiche, 2022).
• Relacionar es el momento de movilizar la información para
generar conocimiento y entendimientos sobre el objeto de
la investigación. Es un momento de esfuerzo analítico y re-
flexivo, donde la sensibilidad de la investigadora es funda-
mental para proponer acciones de transformación. Relacio-
372 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

nar es un paso crucial y la diferencia entre un cierre abrupto


del proyecto o la continuación de otras, por ello debe ser
estratégico sobre la forma de presentar los resultados y de
difundirlos.
Cada uno de estos momentos recoge de forma general los aspec-
tos constitutivos y problemáticos de la mayoría de los proyectos de
investigación en ciencias sociales y comunicación, dichas indagacio-
nes, como se observó en apartes anteriores, son precarias y generan
situaciones precarizantes, comunes al campo académico investigati-
vo colombiano, coincidente con el latinoamericano. La IMA actúa en
este escenario precario científico-académico colombiano; no obstan-
te, busca liberar al ser y al hacer investigativo de la precarización, a
partir de tres acciones puntuales:
1) Involucrar a los o las investigadoras desde su sentir, sus condi-
ciones y sus diferencias, haciéndolas parte central del proceso de in-
dagación y permitiendo su reflexión personal, ética e interseccional
de género. Reconocer las diferencias de género en el ser y hacer cien-
tífico posibilita la visibilización de los constreñimientos que afrontan
las mujeres investigadoras, el encuentro para superar dichos incon-
venientes y la construcción de redes bajo principios de sororidad; 2)
observar compleja y sistémicamente las relaciones internas y exter-
nas que atraviesan la investigación, así como las condiciones de gé-
nero de la investigadora. Desarrollar un mapa sistémico de la investi-
gación no sólo requiere de comprender las relaciones con lo teórico,
metodológico y lo contextual sino el desarrollo de una mirada inter
o transdisciplinar que enriquezca el entendimiento del campo en el
que se ubica la indagación y se incorpore de forma integral al ser
profesional de la investigadora; 3) diseñar procesos metodológicos
creativos que combinan perspectivas, técnicas y métodos, superando
las investigaciones conservadoras, homogéneas y heteronormativas.
La metodología debe responder a la coherencia interna del proyecto,
pero también a las condiciones contextuales, de tiempo y de sub-
vención, además de las incertidumbres propias del contexto y de las
afectaciones a la vida y bienestar de la investigadora.
¿Cómo sobrevivir a investigaciones precarias?... 373

Fracturar los limitantes y las imposiciones del sistema precario


precarizante es uno de los objetivos primordiales de esta propuesta
transmetodológica, La experiencia desarrollada bajo la IMA alimen-
ta la posibilidad de logro y procura certezas en su consecución. La
búsqueda de condiciones más justas y de bienestar de las mujeres
investigadoras debe ser una reivindicación de género que involucre
tanto a las investigadoras, las instituciones precarias y a las políticas
precarizantes,

CONCLUSIONES

Las mujeres investigadoras enfrentan condiciones precarias en


sus proyectos de indagación científica como en su labor académica.
Estas circunstancias son mantenidas por el contexto institucional al
que están vinculadas y por las formas de disciplinamiento aceptadas
y naturalizadas como normas del hacer científico. Diferente al resis-
tir a estas situaciones, las investigadoras las naturalizan y actúan de
conformidad a ella, asumiéndola como formas de disciplinamiento
que mantienen la precariedad y precarizan los procesos.
Uno de los requerimientos para romper el ciclo precarizante en la
investigación es propender por la transformación de estas situacio-
nes hacia la justicia y el bienestar femenino. Haciendo necesario una
práctica científica reflexiva sobre las particularidades e interseccio-
nalidades de la investigadora, sumada a una mirada transdisciplinar
compleja y profunda sobre el campo social y comunicacional relacio-
nado con la investigación y finalmente el desarrollo creativo metodo-
lógico que rompa con los paradigmas conservadores seguidos en los
procesos de indagación científica.
Cada acción para procurar un cambio es propuesta desde la pers-
pectiva transmetodológica, pensada como vertiente epistemológica
transformadora en el campo de la comunicación. La transmetodolo-
gía es proponente de estrategias y procedimientos de pesquisa como
de problematización de realidades comunicacionales, mediáticas
multidimensionales y complejas.
374 Diana Esperanza Oliveros Fortiche

La Investigación Mediación-Acción (IMA) sigue los presupuestos


de la transmetodología, y en este sentido se manifiesta como una po-
sibilidad que señala un camino de aplicación a partir de los momentos
de motivar, identificar, contextualizar, proyectar, construir y relacio-
nar. Estos seis momentos no son consecutivos ni prerrequisitos uno
del otro, son por lo contrario flexibles y pueden introducirse en cual-
quier investigación. La experiencia desarrollada sobre la IMA propor-
ciona la certidumbre de aplicación y la posibilidad de logro sobre las
situaciones de precariedad existente. Un camino posible fue el trazado
aquí, una senda que invita a una acción reflexiva desde la investigación
femenina, encaminada a superar las inequidades actuales.

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17. EL GÉNERO COMO VARIABLE
DETERMINANTE DE LAS ACTIVIDADES
DE SOPORTE SOCIAL EN ADULTOS
MAYORES VARONES*1

Ana L. González-Celis Rangel


Universidad Nacional Autónoma de México, FES Iztacala
algcr10@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8996-5866
Laura Esmeralda Raya-Ayala
Universidad Nacional Autónoma de México, FES Iztacala
esmeraldasay13@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-2512-3683

INTRODUCCIÓN

El soporte social es entendido como las provisiones instrumen-


tales, afectivas e informativas, aportadas por cuidadores formales e
informales, tales como: familiares, amigos y la comunidad del in-
dividuo. Los adultos mayores (AM), por su condición “vulnerable”,
requieren tanto de cuidados como del soporte social provisto por
otra persona, cuyo perfil, de acuerdo con lo reportado por la literatu-
ra, responde a las siguientes características: mujer, ama de casa, con
un promedio de edad de 40 años, casada, de baja escolaridad, que
lleva de uno a tres años como cuidadora, dedicando más de 17 horas
diarias a ello.

* Este capítulo fue parcialmente financiado por el Proyecto PAPIIT IN309421,


DGAPA, UNAM. Los resultados de la investigación forman parte de la tesis docto-
ral en psicología, de la UNAM, de Raya-Ayala, L. E., con el apoyo de Beca Conacyt
Registro CVU 1085360, bajo la dirección de González-Celis, R. A. L.
378 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

De forma que se puede esperar que el cuidado sea provisto por la


esposa, hermana, hija, nuera o nieta, debido a que las actividades de
cuidado no remuneradas que se realizan en los hogares mexicanos
para fomentar el bienestar de los integrantes recaen principalmente
en las mujeres, por considerarse parte de su rol dentro de las fami-
lias tradicionales, pues se les atribuye el cuidado de los padres, hijos,
abuelos, entre otros.
Es importante considerar que la participación de los hombres
en actividades de cuidado ha sido lenta y gradual, mientras que las
mujeres invierten el mayor número de horas a actividades de dicha
clase, sin importar su edad, por lo cual la participación en las tareas
de cuidado recae asimétricamente sobre las mujeres.
Dado lo anterior, el presente trabajo busca describir la vulnera-
bilidad de los AM que requieren cuidado; las actividades y perfil del
cuidador de AM, donde las mujeres juegan un papel protagónico en
el cuidado; y finalmente describir al soporte social como una activi-
dad derivada del cuidado al AM.
El siguiente capítulo pretende describir las actividades de soporte
social orientadas a adultos mayores varones mexicanos, población
que requiere del cuidado de otros, para ello será necesario definir el
concepto de soporte social y responder a la siguiente pregunta: ¿quié-
nes son las personas que necesitan soporte social y por qué razón?
Lo anterior, a fin de posicionar a la población adulta mayor como
un grupo etario vulnerable, que, por su condición dependiente, de-
sarrollada comúnmente por el padecimiento de alguna enfermedad
crónico-degenerativa, necesita de dicho soporte social y del cuidado
de otras personas, por lo regular, de otros miembros de su familia.
Ahora bien, una vez identificados los adultos mayores como uno
de los principales grupos vulnerables, el lector encontrará una des-
cripción de las implicaciones del envejecimiento en nuestro país y
como éste se ha convertido en el objeto de estudio de muchos in-
vestigadores interesados en conocer las necesidades de dicho sector
poblacional, a fin de proponer alternativas que permitan atender sus
demandas.
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 379

Posterior a ello, resulta relevante informar respecto al perfil del


cuidador del adulto mayor que se ha reportado en distintos estudios,
desarrollados en nuestro país y en Latinoamérica, mismos que coin-
ciden al identificar al género femenino como el principal proveedor
tanto de cuidados como de soporte social dentro del hogar.
Asimismo, se hace referencia a las principales actividades de cui-
dado y de soporte social que las mujeres proporcionan a la población
adulta mayor, con la intención de enlistar aquellas actividades de so-
porte social que le son atribuidas a su género.
Finalmente, en el apartado de conclusiones se abordan las afec-
taciones a la salud física y psicológicas que produce el papel de cui-
dadora, encargada de brindar el soporte social, y las alternativas que
desde la psicología se proponen para mejorar la calidad de vida de las
mujeres que desempeñan dicha labor.

SOPORTE SOCIAL

En primer lugar, es necesario describir lo que entenderemos por


soporte social, concepto que hace referencia a las provisiones instru-
mentales, afectivas e informativas, reales o percibidas, aportadas por
familiares, amigos, la comunidad en la que se desenvuelve el indivi-
duo e instituciones formales (Fernández, 2005; Gúzman, Huechuan
y Montes de Oca, 2002, citados en Mendoza-Núñez y Martínez-Mal-
donado, 2009). Se trata de un constructo multidimensional formado
por dos ámbitos básicos: el área estructural (existencia de redes o
vínculos sociales) y el área funcional o expresiva (apoyo social perci-
bido) y que puede proporcionarse de tres maneras, de forma emocio-
nal, instrumental e informativa (Da Silva, Melo y Castanheira, 2008).
Por otro lado, Tardy (1985) identifica cinco dimensiones dentro
del constructo soporte social: 1) dirección, la cual hace referencia
a la bidireccionalidad del soporte social: provisto o recibido; 2) la
disposición, que hace distinción entre el apoyo disponible ante si-
tuaciones hipotéticas específicas y el apoyo real que se percibe; 3)
380 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

la descripción/evaluación, que consiste en el apoyo descrito, espe-


cíficamente se refiere a las acciones; así como también implica el
apoyo evaluado en términos de satisfacción; 4) el contenido, donde
se distinguen tres categorías: emocional, instrumental e informa-
tivo; 5) las redes, lo cual alude a las características transaccionales
e interpersonales del apoyo en términos de proveedores, fuentes y
relaciones íntimas.
En este punto, toma sentido realizar la siguiente pregunta: ¿quié-
nes son las personas que necesitan soporte social y por qué razón?
Para responder es necesario profundizar en los grupos de personas
que, por su situación vulnerable, requieren de actividades de soporte
y cuidado. Por un lado, tenemos el apoyo y cuidado a menores de
edad y personas mayores de 60 años. Y por el otro, se encuentran
las personas enfermas temporales y los enfermos con condiciones
crónicas o alguna discapacidad (Inmujeres, 2020).
Sin embargo, en México es muy usual encontrar que el grupo de
adultos mayores es el mayormente afectado por enfermedades cró-
nico-degenerativas, razón por la cual, la vejez representa una etapa
de la vida que demanda tanto de cuidados como de soporte social,
dado que, tal como señalan González-Rodríguez y Cardentey-Gar-
cía (2018), los adultos mayores muchas veces ven mermada su sa-
lud y calidad de vida, debido a enfermedades crónico-degenerativas
entre las que destacan la diabetes tipo 2, el sobrepeso, la obesidad,
enfermedades respiratorias crónicas, hipertensión arterial, entre
otras más, mismas que llegan a afectar sus propias capacidades para
mantener su bienestar y funcionalidad, requiriendo así del cuidado
y soporte social ofrecido por instituciones especializadas, en centros
geriátricos o bien en el hogar, que es lo que usualmente ocurre en las
familias mexicanas tradicionales.
Incluso González y Crespo (2020) refieren la importancia de con-
siderar que las enfermedades de carácter crónico-degenerativo se
han convertido en una de las preocupaciones más importantes de la
sociedad moderna, dado que implican la no recuperación de la salud
y una estadía permanente en los sistemas de salud; asimismo, el de-
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 381

terioro que generan en el enfermo causa que requiera de terceros que


se hagan cargo de ellos.
La clasificación referente a los grupos poblacionales que requie-
ren del soporte social y de cuidados suele estimarse a partir de aspec-
tos económicos. En este tenor, la dependencia es un indicador de la
carga económica de la que es responsable la población en edad pro-
ductiva (de 15 a 64 años). De acuerdo con cifras de la Encuesta Inter-
censal 2015, en la Ciudad de México existen 42 personas en edad de
dependencia (personas de 0 a 14 y de 65 años y más) por cada 100 en
edad productiva, lo que explica que los infantes y los adultos mayores
sean grupos necesitados del apoyo de otros.
Dado lo anterior, vale la pena profundizar en el tema del enveje-
cimiento y referir la importancia de su estudio, pues si bien hoy por
hoy el número de adultos mayores en México supera el número de
infantes, en un futuro la diferencia aumentará considerablemente.

ENVEJECIMIENTO

La vejez es una categoría heterogénea, que se vive tanto a nivel


individual como social, independientemente de las condiciones his-
tóricas y separaciones etarias marcadas por la edad (Fuentes y Gar-
cés, 2020), cuyo criterio se establece por lo regular entre los 60 y 65
años. Pese a lo anterior, hasta ahora no existe un criterio numérico
estándar de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero
el límite acordado es de 60 años y más para referirse a la población
adulta mayor. No obstante, en 2001 la Organización Mundial de la
Salud (OMS) consideró que el adulto mayor debería estar definido
desde los 50 años, debido a los países que reportan una menor espe-
ranza de vida.
Ahora bien, la importancia de estudiar el proceso de envejeci-
miento se deriva del crecimiento acelerado de la población de an-
cianos, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. De
acuerdo con cifras de la OMS (2021) reportadas en el informe En-
382 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

vejecimiento y Salud, entre 2020 y 2030 el porcentaje de habitantes


del planeta mayores de 60 años aumentará un 34 por ciento. De tal
suerte que, en 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60
años o más. Para ese momento, dicho grupo etario ha subido de 1000
millones en 2020 a 1400 millones. Hoy en día, el número de personas
de 60 años o más supera al de niños menores de cinco años, en 2050,
se espera que el número de personas de 60 años o más, sea superior
al de adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años de edad.
En México, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e In-
formática (Inegi) emitió en junio de 2019 un comunicado en el que
refiere que la participación porcentual de jóvenes de 15 a 19 años
continúa en descenso (en 2000 correspondía a un 28.5% y en 2015 se
redujo a 24.6%). Mientras que el grupo de adultos de 60 años y más
mostró un aumento de cinco puntos porcentuales (7.3% a 12.3%) en
el periodo ya citado.
En este sentido, vale la pena analizar el concepto de “bono de-
mográfico”, mismo que se relaciona con cambios en la estructura
poblacional, como la reducción de la proporción de infantes y el au-
mento de personas mayores de 65 años, de ahí que se haga referencia
a sociedades envejecidas (Cardona y Peláez, 2012). De manera que
es importante generar condiciones que satisfagan las necesidades de
este sector poblacional, el cual, según datos proyectivos en México
del Consejo Nacional de Población (Conapo, 2018) representará el
grueso de la población mexicana al pasar de 9.1 millones en 2018 a
24.9 millones en 2050.
Sin duda, las cifras referidas previamente coadyuban a posicionar
al grupo de adultos mayores como un sector vulnerable, que conti-
núa en crecimiento, y que en años venideros requerirá del apoyo y
cuidado del núcleo familiar, pero dicha carga no caerá en cualquier
familiar, pues, de acuerdo con la investigación, existe un perfil muy
específico al cual se le designan dichas obligaciones, mismo que será
abordado en el siguiente apartado.
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 383

PERFIL DEL CUIDADOR

Los esfuerzos por reportar las principales características del cui-


dador de adultos mayores mexicanos, se han reflejado en la produc-
ción de varios estudios, todo ellos enfocados en obtener un perfil del
cuidador, entre ellos encontramos el efectuado por Compean-Gon-
zález, Silverio-Vázquez, Castillo-Díaz et al. (2008), en el que el perfil
del cuidador primario se caracterizó por una prevalencia del género
femenino con un 98%, esto es explicado por los autores desde aspec-
tos culturales, pues el género masculino es el encargado de realizar
el trabajo fuera del hogar, reduciendo el tiempo de estancia en casa,
y por ende el cuidado de estas personas. Ahora, en cuanto al estado
civil predominaron los cuidadores solteros con 53.5%; el parentesco
de los cuidadores en relación con el paciente fue en su mayoría hijas,
con 53.5%; el grado de estudios que con más frecuencia se presen-
tó fue de primaria y profesional, abarcando 25.6%, respectivamente.
Finalmente, el grupo de edades predominante fue de 41 a 60 años.
Aunado a lo anterior, otro estudio desarrollado en el contexto
mexicano, que comparte el propósito de brindar un perfil del cuida-
dor del adulto mayor, es el realizado por Felix, Aguilar, Martínez et
al. (2013), en el cual predominaron las mujeres de 42 años, casadas,
hijas, alfabetizadas, dedicadas a labores del hogar, con baja escolari-
dad, sin trabajo o con ingresos limitados. De igual manera ocurrió en
la investigación efectuada por Flores, Fuentes, González et al. (2017),
en la cual predominaron las mujeres, cuyas edades comprendieron
entre 36 y 55 años de edad, con un nivel de estudios de primaria y
secundaria. La mayoría de las cuidadoras eran esposas o hijas del
adulto mayor, principalmente casadas y desempleadas, mismas que
señalaron el hogar como su ocupación principal sin remuneración,
por lo que aún continuaban como dependientes económicamente
del adulto mayor bajo su cuidado. Asimismo, se identificó un núme-
ro creciente de hombres que se van incorporando a las actividades de
cuidado, aunque en la realidad sigue predominando la feminización
de los cuidados.
384 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

A lo largo del tiempo, el perfil del cuidador no ha sufrido grandes


modificaciones, pues, de acuerdo con la información recabada por
Martín del Campo, Medina, Hernández et al. (2019), existe una ten-
dencia al género femenino, con ocupaciones de amas de casa, con un
promedio de edad de 40 años, casadas, hijas de los adultos mayores,
de baja escolaridad e ingresos económicos medios, mismas que lle-
van de uno a tres años como cuidadoras, dedicando más de 17 horas
diarias al mismo, además de tener un aproximado de tres hijos.
Respecto a investigaciones recientes que nos permiten conocer la
evolución que ha tenido dicho perfil, es posible referir la investiga-
ción realizada por González y Crespo (2020), desarrollada en Méxi-
co y que pretendió proporcionar un perfil del cuidador de pacientes
adultos mayores con diabetes mellitus tipo 2, los cuales encontra-
ron nuevamente que el género predominante es el femenino, la edad
promedio fue de 60 años, la mayoría con estudios de primaria y el
parentesco que predominó fue el de esposas. De igual manera, Cue-
vas-Martínez y Gutierrez-Malverde (2022) se unen a la conclusión
relativa a que el género femenino continúa al frente del cuidado, aun-
que acotan que el número de hombres va en aumento.
Por otro lado, los estudios desarrollados en Latinoamérica con-
vergen con el perfil que se identifica en México, en donde el cuidado
de adultos mayores estuvo a cargo de mujeres (Flores, Rivas y Seguel,
2012; Giraldo, Franco, Correa et al., 2005; Navarrete-Mejía, Parodi,
Rivera-Encinas et al., 2020; Fhon, Gonzales, Huaman et al., 2016).
Los estudios previamente referidos muestran una serie de carac-
terísticas que comprenden el perfil del cuidador de adultos mayores,
algunos con ligeras diferencias, pero lo importante de dichas investi-
gaciones es que coinciden en que el género femenino ocupa el primer
lugar para brindar cuidados a los adultos mayores, pudiendo esto ser
consecuencia de una carga cultural, pues desde pequeñas a las mu-
jeres, se les “entrena” para cuidar, considerándolas como las idóneas
para desempeñar el rol de cuidado (Flores, Fuentes, González et al.,
2017) y, por ende, el rol de brindador de soporte social, creando así
una mitificación de esta conducta en la familia y la sociedad, determi-
nándolas al desempeño de dichas actividades en función de su género.
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 385

ACTIVIDADES DE CUIDADO
Y DE SOPORTE SOCIAL

Según lo referido en México por el Instituto Nacional de las Per-


sonas Adultas Mayores (Inapam, 2020), la situación del cuidado de
las personas adultas mayores, no difiere en gran medida de otras par-
tes de América Latina, lo que fue posible confirmar en el apartado
anterior con los estudios citados, desarrollados en países como Co-
lombia, Chile y Perú.
En este punto, se pretende identificar las funciones más frecuen-
tes que realizan los cuidadores de adultos mayores en México. Entre
las principales tareas que le dan sentido al rol de la persona cuida-
dora destacan: a) movilización y transferencias; b) higiene personal
y vestido; c) alimentación; d) funcionalidad a nivel físico; e) inte-
ligencia emocional; f) técnicas para manejo de estrés; g) terapia y
estimulación cognitiva; h) atención de emergencias; i) acompaña-
miento y apoyo emocional; j) técnicas de relajación. Las anteriores
son referidas por el Inapam en su blog publicado en 2020 y titulado
Cuidadoras y cuidadores de adultos mayores.
El Inapam (2020) también refiere que los individuos en los que
nos apoyamos y a quienes apoyamos, conforman las redes de soporte
social; o bien, los brindadores de soporte social, que puede prove-
nir de los miembros de la familia, compañeros de trabajo y escuela,
e incluso de la comunidad. Estos lazos pueden crecer o debilitarse,
conforme quienes los constituyen cambien sus relaciones con el paso
del tiempo. De modo que, estos vínculos están en constante movi-
miento y las integran personas que comparten intereses, principios
ciudadanos y que asumen principios de reciprocidad, no violencia y
acción voluntaria.
Entre las actividades de soporte social más comunes podemos
encontrar las siguientes: a) emocionales: afectos, confianza, compa-
ñía, empatía, reconocimiento, escucha, pueden ser a través de visitas,
llamadas telefónicas, invitaciones, abrazos, etc.; b) instrumentales:
ayuda para transportes, labores del hogar, hacer las compras, el cui-
386 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

dado o acompañamiento; c) cognitivas: intercambio de experiencias,


información, consejos que permitan entender o recordar una situa-
ción, etc.; d) materiales: dinero, alojamiento, comida, ropa, donacio-
nes, etc.
Es posible considerar las actividades de soporte social como tareas
derivadas del cuidado; sin embargo, pese a estar relacionados, exis-
ten distinciones entre ambos roles: cuidador y brindador de soporte
social. En primer lugar, el cuidador realiza actividades “en lugar” del
adulto mayor dependiente, mientras que el brindador de soporte so-
cial busca apoyarlo en la ejecución de tareas conjuntas, tales como el
alcance de metas comunes; además, el papel de brindador de soporte
social tiene la característica de ser cambiante, dependiendo del con-
texto, de las circunstancias y de las personas que rodeen al adulto
mayor. No obstante, es muy probable que, para el caso de adultos
mayores mexicanos, las cuidadoras sean las principales brindadoras
de soporte social.

LAS MUJERES COMO AGENTES DE CUIDADO


Y BRINDADORAS DE SOPORTE SOCIAL

De acuerdo con Inmujeres (2020), las labores de cuidado no re-


muneradas se llevan a cabo en todos los hogares mexicanos tradicio-
nales de manera cotidiana, para preservar el bienestar y desarrollo de
cada persona que lo integra; no obstante, dichas labores han recaído
principalmente en las mujeres, niñas y adolescentes por considerarse
su rol, su papel dentro de las familias tradicionales mexicanas, tras-
pasando en lo emocional y afectivo: el cuidado amoroso hacia los
padres, los hijos, los abuelos, los sobrinos, entre otros.
Ahora bien, una forma de medir la forma en que se distribuyen
las actividades de cuidado en la Ciudad de México es a través de
la medición del uso de tiempo, pues dicha medida permite generar
información sobre el tiempo que destinan las mujeres y los hombres
para la realización de actividades remuneradas y no remuneradas y
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 387

de tiempo libre, con el propósito de identificar las contribuciones


económicas de cada uno de ellos desde la perspectiva de género.
En este tenor, el Inegi ha sido el organismo encargado de me-
dir el uso del tiempo desde 1996-2019, a través de encuestas como
la Encuesta Nacional sobre Trabajo, Aportaciones y Uso del Tiem-
po (1996), Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (1998, 2002),
Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (2009-2014), la Encuesta
Intercensal (2015) y la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo
(ENUT, 2019).
Específicamente, de acuerdo con los resultados del Inegi a través
de la Encuesta Intercensal 2015, en la Ciudad de México habitaban
aproximadamente 7 millones 507 mil 405 personas de 12 años y más.
De esa cantidad, 87.2% de las mujeres realizan trabajo no remune-
rado, mientras que el 65.5% de los hombres realiza dicha clase de
trabajo. Las horas semanales que dedican en promedio las mujeres al
trabajo no remunerado es mayor que las que destinan los hombres;
23.3 horas más, casi el triple de los que llegan a invertir los hombres
sin importar el tipo de actividad doméstica y de cuidado que desa-
rrollen. Aunque esta participación es significativamente diferencia-
da, los hombres van aumentado su participación conforme aumenta
la edad, pero sin realizarlo a la par de las mujeres. Además, poco más
de una quinta parte de la población de 12 años y más que realiza
trabajo no remunerado del hogar, son mujeres entre 20 y 39 años.
Mientras que el 7.1% de las mujeres atienden a personas de 60 años o
más, contra un 6.6% de hombres dedicados a dicha labor.
Ahora, datos actualizados de la ENUT (2019) refieren que el 67%
de las mujeres se dedican al trabajo no remunerado del hogar, mien-
tras que el 28% de los hombres desempeñan dichas labores. El 54%
de las mujeres realizan trabajos no remunerados de cuidados a in-
tegrantes del hogar y sólo el 45% de los hombres están dedicados
a dicha actividad. En total, las mujeres dedican, aproximadamente,
15.9 horas semanales más al cuidado que los hombres. En prome-
dio las mujeres dedican 28.4 horas a la semana a realizar cuidados
pasivos (consideraron cuidados pasivos, si la persona continuaba al
388 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

pendiente del individuo bajo su cuidado) y 12.2 horas semanales,


sin cuidados pasivos, a integrantes de su hogar con enfermedades
crónicas, temporales o con discapacidad, mientras que los hombres
dedican sólo 16.3 y 6.7 horas a la semana, respectivamente. Asimis-
mo, se identificó que las mujeres dedican 17.3 horas semanales con
cuidados pasivos y 2.3 horas sin cuidados pasivos a integrantes de 60
y más años, en tanto, respecto a los hombres dedican 14 y 2.5 horas
semanales, respectivamente.
A lo anterior se agrega que, de acuerdo con Lee (1992), a la hora
de cuidar a una persona mayor dependiente la primera opción pa-
rece ser la pareja, siendo más habitual que sea la mujer la que cuide
de su marido que a la inversa, lo que parece relacionarse con facto-
res demográficos; en concreto, con el hecho de que con frecuencia
las mujeres se casan con hombres mayores que ellas, y con la mayor
expectativa de vida entre las mujeres, lo que lleva a que las mujeres
sobrevivan a sus parejas y a que en el momento en que ellas precisan
de asistencia sus maridos con frecuencia ya hayan fallecido, por lo
que es posible que otra mujer de su hogar sea la encargada de pro-
porcionarle los cuidados.
Pero, ¿cómo se explica lo anterior? ¿Qué ocurre para que en una
familia concreta se decida que el cuidador debe ser una mujer y no
un hombre? En un intento de analizar lo previo se han propuesto di-
ferentes teorías y se han realizado estudios basados en entrevistas se-
miestructuradas, a fin de identificar lo que hay detrás de esa decisión.
Tal como menciona Marrugat (2005, como se cita en Dakduk,
2010), existe la creencia de que cuidar es trabajo femenino, actividad
que atañe no sólo a la esposa o hijas, sino también a nueras, nietas,
sobrinas, ahijadas; pues ser mujer es suficiente requisito para asumir
el compromiso de cuidar. Para las mujeres no es fácil desprenderse
de la etiqueta de cuidadora basada en la división sexual y discrimi-
natoria del trabajo, pues no sólo se les atribuye como un derecho
propio, sino que por su naturaleza no pueden decidir y eximirse del
compromiso de cara a la familia y a la sociedad. De modo que no se
trata de una decisión, sino de un mandato que transcurre entre sen-
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 389

timientos ambivalentes como: amor, rabia, resignación, solidaridad,


responsabilidad, rechazo y culpa (Dakduk, 2010).
Jiménez y Moya (2018) señalan que el cuidado se establece como
un rol totalmente naturalizado y una obligación moral de las muje-
res, aun existiendo posibilidades reales de establecer a un hombre
como cuidador principal, se opta por las mujeres, dado que parece
ser una decisión asumida con naturalidad por las cuidadoras, a pesar
de entorpecer su desarrollo personal. Incluso, la toma de decisión
de quien será el/la cuidador/a principal se fundamenta en un falso
consenso, pues no existe un consenso como tal, sino una aceptación
de la situación, en ocasiones, con resignación.
Parece ser que el hecho de que un hombre colabore en una labor
considerada socialmente femenina genera una magnificación de la
ayuda prestada en el cuidado por no pertenecer a su ámbito habitual.
Un punto importante es que las mujeres no sólo asumen de forma
mayoritaria el papel de cuidadoras principales, también son mujeres
las que ayudan a otras mujeres en el cuidado.
En tanto al rol del cuidado asumido de forma natural, Mier, Ro-
meo, Canto et al. (2007) mencionan que las mujeres no lo conciben
como fruto de la asignación social de roles y estereoripos diferencia-
dos y jerarquizados en función del sexo, sino que tienen interiorizado
un concepto del cuidado que está muy ligado al deber del cuidado, a
la obligación moral y social, esto hace que a pesar de tratarse de un
deber, las mujeres lo asuman y lo entiendan como un deseo personal
de satisfacer la necesidad de quien requiere de apoyo.
Al estar referidas culturalmente las actividades de cuidado a las mu-
jeres, por su género, es de esperarse que el papel de cuidadoras las con-
vierta en las principales proveedoras de soporte social; en este caso, el
rol de brindador de soporte social también se encontraría determinado
en función de la condición de ser hombre o mujer, de tal suerte que el
rol de brindadoras de soporte social de adultos mayores mexicanos pro-
bablemente será una actividad feminizada tal como lo es el cuidado; no
obstante, se requieren más investigaciones enfocadas a obtener un perfil
especifico del o de la brindador o brindadora del soporte social.
390 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

CONCLUSIONES

Todo apunta a que el soporte social, como una actividad derivada


del cuidado, está en función del género; no obstante, dicho papel trae
consigo una serie de afectaciones en la salud física y psicológica de
las mujeres que desempeñan la labor, lo que conlleva a plantearse la
siguiente pregunta: ¿qué afectaciones de salud física y mental trae
consigo el fungir como cuidadora y brindadoras de soporte social
de adultos mayores? Pregunta que ha tratado de responderse con el
abordaje de la carga al cuidador primario, que han efectuado varios
estudiosos del tema, entre las principales afectaciones o “riesgos” re-
feridos destacan las siguientes, señaladas por Mier, Romeo, Canto et
al. (2007) y Dakduk (2010):
• Riesgo físico: se traduce en consecuencias físicas para las cui-
dadoras, las cuales podrían variar de acuerdo con el nivel de
dependencia de las personas que se encuentra bajo su cuidado
y sus propias condiciones psicológicas, biológicas y sociales,
pues la cantidad de esfuerzo físico y exigencia corporal (asear,
alimentar, cargar, trasladar, movilizar total o parcialmente) po-
drían incidir en distintos grados de deterioro, que afectarán el
bienestar general del cuidador (Herrera, 2007, como se cita en
Dakduk, 2010). De modo que la energía y esfuerzo físico ejer-
cido en el cuidado deriva, en casi todos los casos, en una mayor
situación de estrés y de carga psicológica.
• Riesgo personal-social: en este aspecto podríamos incluir las
relaciones de pareja, relación y cuidado de los hijos, abando-
no del trabajo, pérdida o cambio de empleo, sacrificar aspi-
raciones, metas e incluso todo un proyecto de vida. De ma-
nera que, se limita la posibilidad de realizar cosas en común
y se advierte una pérdida de libertad de la pareja. Además,
la pareja se ve obligada a organizar su tiempo relacional en
función de la persona atendida y organizarse para que al me-
nos una de las dos personas permanezca junto a la persona
dependiente, disminuyendo así las actividades que realizan
El género como variable determinante de las actividades de soporte... 391

juntas. El cuidado también supone la pérdida de contacto


con las amistades o y abandonan muchas de las actividades
o hábitos que tenían antes de que ejercieran de cuidadoras.
En ocasiones existe una imposibilidad total de verse con otra
gente, lo cual frustra y aísla a la cuidadora. Incluso, se advier-
te en las mujeres el abandono de ellas mismas. Un abandono
o despreocupación de sus proyectos, anhelos y motivaciones
del día a día, debido a la necesidad del cuidado continuo de
la persona dependiente y, en su caso, del resto de las personas
que lo rodean.
• Riesgo psicológico: la sobrecarga del cuidado, junto a otros
compromisos que deben abandonar o asumir, se tornan
igualmente estresantes para las mujeres cuidadoras, pues el
cuidado se convierte en el eje central que confiere sentido
a su cotidianidad, lo cual produce sensaciones de malestar,
agobio, ahogo, exceso de trabajo, depresión, desesperan-
za, entre otras respuestas emocionales. Martín del Campo,
Medina, Hernández et al. (2019) señalan que las cuidadoras
presentan sobrecarga acumulada, signos de depresión, estrés,
aislamiento, frustración, lo que las ubica en una posición de
vulnerabilidad en comparación con el resto de la población.
• Riesgo económico-laboral: para muchas mujeres, cuidar im-
plica renunciar a sus compromisos laborales y pasan a de-
pender económicamente de otros miembros de la familia.
Adicionalmente, el costo asociado a la enfermedad del adulto
mayor podría comprometer seriamente el presupuesto fami-
liar, en especial si se requiere de equipos o servicios especia-
lizados, si padece alguna condición crónica y no se cuenta
con los recursos suficientes para responder a las demandas
médico-asistenciales.
Ante los “riesgos” y costos derivados del cuidado, que se citaron
antes, cabe señalar que afortunadamente cada día hay más conoci-
miento y reconocimiento de las dificultades que atraviesan los fa-
miliares que cuidan de sus mayores, así como de sus fortalezas para
392 Ana L. González-Celis Rangel y Laura Esmeralda Raya-Ayala

hacerles frente. De manera que se cuenta con información sobre las


implicaciones sociales, económicas, psicológicas, y personales, lo
que es de utilidad para diseñar programas psicológicos con perspec-
tiva de género, orientados a cuidadoras y brindadoras del soporte
social de adultos mayores varones.
Finalmente, una conclusión importante de este capítulo, es que si
bien, el cuidado y por ende el soporte social para adultos mayores,
parecen ser actividades feminizadas, no es sólo una cuestión de mu-
jeres, pues los hombres van aumentando su participación en dichas
actividades. Además, aunque dichas actividades suelen darse en el
entorno familiar, se trata de un asunto que preocupa a toda la socie-
dad. Hombres, mujeres, familia y sociedad, son necesarios para ha-
cer frente al gran reto que representa cuidar y brindar soporte social
a la población adulta mayor.

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18. LOS RECURSOS HÍDRICOS ANTE
ESCENARIOS DE CAMBIO CLIMÁTICO
A NIVEL DE CUENCA: IMPLICACIONES
CON ENFOQUE DE GÉNERO

Rocío del Carmen Vargas-Castilleja


Universidad Autónoma de Tamaulipas
rocvargas@docentes.uat.edu.mx
https://orcid.org/0000-0003-3930-6245
José Clemente Rueda-Abad
clementerueda73@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6207-5281
Julio César Rolón-Aguilar
jrolon@docentes.uat.edu.mx
https://orcid.org/0000-0002-3700-3796

INTRODUCCIÓN

La pertinencia del desarrollo de estudios de impactos del cambio


climático en los recursos hídricos y las implicaciones en las mujeres
se armoniza con los Objetivos de Desarrollo Sustentable que consi-
deran al género, al agua y a la acción climática. Se ha documentado
que el cambio climático impacta mayormente a las mujeres y niños,
por lo que es necesario visibilizar las problemáticas desde esta pre-
misa. El cambio climático no es sólo un problema político, científico
y social, sino también ético, por ello son contundentes las decisiones
basadas en la justicia climática, en donde el empoderamiento de las
mujeres interviniendo en las acciones de mitigación y adaptación,
conduzca a una visible equidad de género. La presente investigación
comprendió el análisis de desempeño de escenarios de cambio cli-
mático del proyecto CMIP6, extraídos de la base de datos del Worl-
396 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

dclim, para determinar los tres Modelos de Circulación General que


mejor se adaptaron al área de estudio para las variables precipitación
y temperatura media, para el escenario SSP2-4.5 para el horizonte
de tiempo 2021-2040 para el tramo 58 río Tamesí, de la cuenca del
río Guayalejo Tamesí, territorio que desemboca al río Pánuco y que
concentran una importante mancha urbana, así como actividades
que repercuten en el desarrollo económico y turístico del estado de
Tamaulipas.
Se identificaron los tres modelos con mejor desempeño: CN-
RM-SM2-1, CNRM-CM6-1 y CanESM5 para la variable precipi-
tación, mientras que para la temperatura fueron BCC-CSM2-MR,
IPSL-CM6A-LR y CNRM-CM6-1. Los incrementos de temperatura
anual oscilan entre los 4.35% y 5.68%, mientras que para la preci-
pitación anual las disminuciones se observaron entre -0.5% y -3.92
por ciento. Es pertinente considerar escenarios futuros de clima que
repercuten en las políticas públicas de género para adaptarse a las
condiciones de la disposición del recurso hídrico.
La consideración del cambio climático, específicamente en la
prospección de escenarios futuros y sus implicaciones, conlleva
a la participación de la humanidad a adaptarse a un planeta cada
vez más cálido y extremo. De acuerdo con el reporte del Grupo de
Trabajo I del IPCC al Sexto Informe de Evaluación (IPCC, 2021),
la influencia antrópica es la principal causante del calentamiento
de la atmósfera. Entre los riesgos ocasionados por los impactos del
cambio climático se encuentra la seguridad alimentaria, hídrica y
los desplazamientos hacia lugares más seguros (WMO, 2021). La
distribución de los recursos será diversa en función del grado de
exposición de las regiones. De su disposición dependen los roles de
los hombres y mujeres para proveer sustento en el hogar en canti-
dad y calidad. No obstante, así como la mujer impacta en el uso de
los recursos, considera un consumo más responsable que el hom-
bre, debido a que el desarrollo de sus actividades depende en gran
medida de la disposición de los recursos (Stock, 2012). El cambio
climático no es sólo un problema político, científico y social, sino
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 397

también ético, por ello son contundentes las decisiones basadas en


la justicia climática, en donde el empoderamiento de las mujeres
interviniendo en las acciones de mitigación y adaptación conduzca
a una visible equidad de género.
El análisis del cambio climático en su relación con el género se ha
abordado de manera sutil y casi escasa en los informes internaciona-
les y científicos. Por lo que tratar la perspectiva de género es un tema
que valoriza el impacto del cambio climático de manera diferenciada.
Las mujeres representan un papel importante en la implementación
de los mecanismos de adaptación y mitigación, desempeñándose de
manera sostenible en sus actividades diarias, no solo desde sus labo-
res en el hogar, sino desde sus centros de trabajo y en la educación
de sus hijos, quienes representan generaciones futuras que deberán
aprender a vivir en un planeta con escaso acceso a recursos y clima
adverso.
Se ha documentado que el cambio climático impacta mayormen-
te a las mujeres, por lo que es necesario visibilizar las problemáticas
desde esta premisa para lograr la transversalidad del género en el
desarrollo de las políticas climáticas (Stock, 2012; Casas, 2017). La
implementación de acciones en combate al cambio climático debe
ser planificada desde la perspectiva de género designando las metas
alcanzables considerando el rol de hombres y mujeres en las activi-
dades económicas de los territorios. Esta perspectiva se encamina a
la equidad y no a la igualdad, es decir, no se pretende que “hombre”
y mujeres generen acciones por igual, sino acciones sostenibles con
base en el desempeño de sus actividades, reconociendo que cada uno
tiene acceso de diferente forma a los recursos.
Analizar escenarios de cambio climático en una región contribu-
ye a conocer el comportamiento de la condición de acceso a recursos
en un horizonte de tiempo futuro. Particularmente, los análisis con
enfoque de cuenca se sujetan a un territorio donde se gesta la dis-
ponibilidad, acceso, distribución y aprovechamiento de los recursos
hídricos para los diversos usos.
398 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

Los nuevos escenarios climáticos consideran narrativas parti-


culares con enfoque de tendencias socioeconómicas y ambientales,
energía y economía, uso de suelo, presencia de políticas climáticas,
así como información de Modelos de Circulación General integra-
tivos que proporcionan una visión futura del clima a nivel de terri-
torios específicos, para estimar con mayor certeza cómo podría ser
el clima en términos de variables como precipitación y temperatura,
especialmente, para con ello, establecer medidas de aprovechamien-
to y acciones adaptativas en el recurso agua, pues, a menor preci-
pitación y mayor temperatura, el recurso se verá sometido a estrés
de no considerarse la participación de las personas en combinación
con las políticas que incluyan la transversalidad y equidad de género.
La crisis por cambio climático generará consecuencias similares a la
crisis sanitaria, con efectos económicos, exacerbando la pobreza, la
desigualdad y la posición de la mujer en las ocupaciones laborales
(Aguilar, 2021), en atención al acceso de los recursos que cada vez
será más complicado.
Los impactos en el recurso hídrico por cambio climático son evi-
dentes debido a las vulnerabilidades y exposición de los sistemas.
Cambio de los regímenes de lluvia en intensidad, cantidad y tempo-
ralidad, incluso geográficamente, entre otras condiciones han sido
impactadas principalmente por las malas prácticas y el aumento de la
demanda del agua producto de la escases o la falta de disponibilidad.
Ante esto, es importante reemitirse al análisis de los informes tanto
de organismos nacionales e internacionales como de grupos espe-
cializados que durante los últimos 40 años han estudiado el clima y
sus implicaciones en los ecosistemas y actividades económicas si los
escenarios business as usual continuaran rigiendo el ejercicio diario
del uso de los recursos naturales, haciendo énfasis en este análisis en
el agua.
La presente investigación comprendió el análisis de desempeño de
escenarios de cambio climático del WorldClim del proyecto CMIP6
para determinar los tres Modelos de Circulación General que me-
jor se adaptaron al área de estudio para las variables precipitación
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 399

y temperatura media, para el escenario SSP2-4.5 para el horizonte


de tiempo 2021-2040 para el tramo 58 río Tamesí, de la cuenca del
río Guayalejo Tamesí, territorio que desemboca al río Pánuco y que
concentran una importante mancha urbana, así como actividades
que repercuten en el desarrollo económico y turístico del estado de
Tamaulipas.

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

La cuenca del río Guayalejo-Tamesí es una región al sur del es-


tado de Tamaulipas de vital importancia debido al potencial econó-
mico, industrial, turístico y por la interconexión que tiene con otras
cuencas y regiones del litoral del Golfo de México. La cuenca del río
Guayalejo-Tamesí (CRGT) es una cuenca exorreica que se encuentra
ubicada en la zona sur de Tamaulipas con una superficie total esti-
mada de 16,703.26 km2. En la cuenca baja, las principales actividades
están vinculadas con los sectores industrial y petroquímico ubicados
en el puerto industrial de Altamira y en la refinería de Pemex en
Ciudad Madero. Los principales centros urbanos están ubicados en
Tamaulipas y corresponden a Xicoténcatl, Ciudad Mante, Altami-
ra, Tampico y Ciudad Madero. La población actual que vive dentro
de la cuenca, o que depende de los recursos hídricos de la cuenca
(Tampico y Ciudad Madero), es de 851,485 habitantes y más del 99%
de esta población vive en ciudades y zonas urbanas mayores a 2,500
habitantes (Inegi, 2020).
El tramo 58, que corresponde al río Tamesí, comienza desde la es-
tación hidrométrica Tamesí hasta la confluencia con el río Pánuco con
una superficie de 1,998.21 km2 (DOF, 8 de marzo de 2016). Es impor-
tante precisar que, en la cuenca baja, tramo 58 río Tamesí, se concentra
el Sistema Lagunario del río Tamesí (SLRT), que es la única fuente de
suministro de agua dulce para atender la demanda para los diversos
usos en la zona conurbada del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
400 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros
400 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros
usos en la zona conurbada del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
La
La salud
salud del
del SLRT
SLRT eses fundamental
fundamental para
para el
el desarrollo
desarrollo económico,
económico, social
social
yy ambiental de la zona; empero, los problemas de carácter
ambiental de la zona; empero, los problemas de carácter estructu- estructu-
ral,
ral, hidrológico-hidráulico,
hidrológico-hidráulico, ambiental
ambiental yy socio
socio económico
económico sese han
han visto
visto
exacerbados
exacerbados en los últimos años, debido a procesos naturales, pero en
en los últimos años, debido a procesos naturales, pero en
gran medida a los inducidos por cuestiones antrópicas.
gran medida a los inducidos por cuestiones antrópicas.
Figura
Figura 1.
1. Ubicación
Ubicación del
del tramo
tramo dede estudio
estudio 58,
58, río
río Tamesí
Tamesí

Fuente: Conagua (2021).

Escenarios de cambio
Escenarios de cambioclimático
climático

Desde hace un poco más de 30 años, el IPCC (Intergovernmental


Panel of Climate Change, por sus siglas en inglés) ha desarrollado
investigación en torno al Cambio Climático (CC) a través de sus tres
grupos de trabajo: bases físicas, impactos, adaptación y vulnerabili-
dad y mitigación del cambio climático, esto en conjunto con el CMIP
(Coupled Model Intercomparison Project) del Programa Mundial de
Investigación del Clima Mundial (WCRP), que ha proporcionado
las
las bases
bases científicas
científicas del
del comportamiento
comportamiento de
de Modelos
Modelos de
de Circulación
Circulación
General para interpretar escenarios futuros del clima basados en las
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 401

emisiones de CO2 y traducidos en rangos de temperatura y las me-


dias que cada Modelo de Circulación General (MCG) presenta.
Los MCG representan proyecciones que pueden ser tomadas en
cuenta para una región y para otra no. Las más recientes versiones
de los modelos, trabajados en el CMIP fase 6, forman parte del úl-
timo reporte del IPCC y marcan un rango más amplio de variación
de la temperatura posible de seguirse incrementando las emisiones
de CO2, esto “aleja” de la exactitud que se requiere para definir el
comportamiento del clima, pues la dispersión de los resultados no
proporciona un dato exacto para trabajar sobre de este en las accio-
nes de Mitigación y Adaptación (M&A). Es por ello que los expertos
del clima recomiendan usar más de un MCG para varios horizontes
de tiempo futuro, que generalmente representan un mediano y largo
plazo (entre 2040, año definido como el periodo de no retorno, y
2100), así como más de un forzamiento radiativo, llamado RCP (por
sus siglas en inglés).
Los RCP’s han cambiado su perspectiva en el CMIP6 a SSP’s (Sha-
red Socioeconomic Pathways). Estos nuevos escenarios representan
proyecciones socioeconómicas y un escenario político diferente,
donde se amplían los rangos de concentraciones de CO2, enfocán-
dose en el desarrollo de más experimentos, como el llamado DECK
(Diagnóstico, Evaluación y Caracterización del Klima), así como
simulaciones de 1850 al presente año, estandarización y mayor do-
cumentación de los modelos y finalmente una comparación entre
modelos, llamada Proyectos de Intercomparación Modelo (MIP).
El CMIP6 son los nuevos escenarios de cambio climático sobre los
que se generan modelos a escala del clima para conocer el comporta-
miento del clima futuro en un lugar determinado. Básicamente, estos es-
cenarios plantean ¿cómo responde el planeta al forzamiento y al aumen-
to de las concentraciones de CO2? ¿Cuáles son las causas y efectos de
los sesgos de los modelos? ¿Cómo se puede evaluar el cambio climático
futuro debido a la incertidumbre de los escenarios? (Eyring et al., 2016).
La importancia del tema radica en la imperiosa necesidad de apli-
car estos escenarios de cambio climático para la planeación y el ma-
402 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

nejo de los recursos naturales y para el desarrollo de políticas que


se encaminen a adaptarse para vivir en un lugar más caliente y con
acceso a recursos de manera más limitada.
Existen conceptualizaciones que deben ser consideradas previas
al análisis prospectivo, tales como el pronóstico, que según Miklos
(2011) son juicios razonados sobre algún resultado que se cree es el
más adecuado para servir como base de un programa de acción. Por
otro lado, la predicción es una teoría determinista de lo que sucederá
en el futuro, la previsión da una idea de lo que sucederá en el futuro
y que será preciso adaptarse a corto plazo, las proyecciones propor-
cionan escenarios basados en la trayectoria histórica asumiendo que
el comportamiento será el mismo al patrón histórico. Para efectos
de analizar la disponibilidad de agua ante el cambio climático, las
proyecciones del clima son básicas para comprender lo que puede
suceder en el futuro con base en un patrón histórico, sin embargo, la
prospección puede ser una herramienta que complementa y da una
visión más clara del futuro posible en cuanto a términos de recursos
hídricos y su desempeño pensando en lo que puede suceder en 10,
20 o 30 años en adelante.

Desempeño de los modelos climáticos y comportamiento del clima

A través del desarrollo de la ciencia en términos de generación


de escenarios climáticos y socioeconómicos, la tarea que queda por
hacer cuando se inicia una investigación o un proyecto que incluye
cambio climático es decidir qué modelos, escenarios y horizontes de
tiempo deben analizarse. Con el objeto de conocer y valorar temas
como impactos climáticos, vulnerabilidad y capacidades de adapta-
ción se requiere de analizar con precisión el clima pasado, presente
y futuro que coadyuve en las decisiones científico-políticas de los te-
rritorios y ciudades mexicanas. Para la selección de los tres MCG
que mejor se adaptan a las condiciones de clima del área de estu-
dio, se aplicaron las métricas climáticas utilizadas por Cavazos et al.
(2013) para las variables de precipitación y temperatura. Tomando
Los
Los recursos
recursos hídricos
hídricos ante
ante escenarios
escenarios de
de cambio
cambio climático
climático aa nivel
nivel de
de cuenca,,,
cuenca... 403
403

clima
en cuenta futuro
losamodelos
2.5 minutos de resolución
propuestos espacial (Worlclim,
por el Worldclim para el caso2022).
del
Se consideró el horizonte de tiempo 2021-2040 para
clima futuro a 2.5 minutos de resolución espacial (Worlclim, 2022). la precipitación
ySelaconsideró
temperatura media mensual
el horizonte de tiempobasada en la climatología
2021-2040 del Worl-
para la precipitación
dclim para la serie
y la temperatura 1970-2000
media mensual a una resolución
basada de 2.5 minutos
en la climatología (21.4
del Worl-
Km 2
). El escenario seleccionado fue el SSP2-45,
dclim para la serie 1970-2000 a una resolución de 2.5 minutos (21.4 debido a que es un
escenario que considera
Km ). El escenario
2 al RCP 4.5
seleccionado fueW/m 2
de forzamiento
el SSP2-4.5, debido a queradiativo,
es un
yescenario
una narrativa “a la mitad
que considera del camino”
al RCP 4.5 W/mcon 2
de retos medios radiativo,
forzamiento en adap-
tación y mitigación,
y una narrativa “a laen donde
mitad dellas tendencias
camino” con sociales,
retos medioseconómicas
en adap-y
tación y mitigación,
tecnológicas no varían ensignificativamente
donde las tendencias sociales, los
al histórico, económicas
países par-y
tecnológicas no varían significativamente
ticipan cumpliendo expectativas de manera desigual, pobres al histórico, los países par-
logros
ticipan
en cumpliendo
los objetivos expectativas
de desarrollo de maneraecosistemas
sustentable, desigual, pobres logros
degradados,
en losotras
entre objetivos de desarrollo
condiciones sustentable,
que se asemejan a loecosistemas
que actualmente degradados,
se vive.
entre
En la tabla 1 se observan las ecuaciones que permitieronsedeter-
otras condiciones que se asemejan a lo que actualmente vive.
minarEn la lostabla 1 se observan
tres modelos las ecuaciones
con mejor desempeño. quePara
permitieron deter-
estandarizar el
minar los tres modelos
comportamiento de las con mejorendesempeño.
métricas cada MCG,Para estandarizar
se obtuvo un pro- el
comportamiento de las métricas en cada MCG,
medio ponderado dándoles el mismo peso a los cuatro indicadores se obtuvo un pro-
mediopara
(0.25) ponderado
obtenerdándoles
un valor el mismo peso a los cuatro indicadores
global.
(0.25) para obtener un valor global.
Una vez seleccionados los MCG se generaron las estadísticas del
Una vez seleccionados
comportamiento los MCG seygeneraron
de las precipitaciones las estadísticas
la temperatura del
para el perio-
comportamiento de las precipitaciones y la temperatura
do 2021-2040 en la subcuenca del río Tamesí, lo que permitió conocer para el perio-
do 2021-2040
anomalías en variables
de las la subcuenca del ríoen
de estudio Tamesí,
formalomensual
que permitió conocer
y anual.
anomalías de las variables de estudio en forma mensual y anual.
Tabla 1. Métricas climáticas para el análisis del desempeño
y laTabla 1. Métricas
selección de los MCGclimáticas para elseanálisis
que mejor adaptendel al desempeño
clima del área
y la selección de los MCG que mejor
de estudio se adapten al clima del área
de estudio
Métricas de
Métricas de validación Ecuaciones
Ecuaciones
validación

Error absoluto medio


[MAE] Donde
Donde DDsim
sim
yy D
Dobs
obs
representan
representan los
los datos
datos simulados
simulados yy
observados,
observados, respectivamente,
respectivamente, yy n
n es
es el
el número
número de
de ob-
ob-
servaciones
servaciones en
en cada
cada punto
punto de
de malla.
malla.
404 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros
404 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

Métricas de Ecuaciones
Métricas de validación
validación Ecuaciones

Error cuadrático
Error cuadrático me-
dio [RMSE]
medio [RMSE]
Donde D Dsim
sim y Dobs
sim obs representan los datos simulados y
obs
observados, respectivamente, y n es el número de ob-
servaciones en cada punto de malla.

Desviación estándar
[Std] Donde Xi y X representan el valor de una variable en
un tiempo dado y X es el valor promedio climatoló-
gico.

Correlación [r]

Donde X
Donde X ee Y
Y representan
representan dos
dos variables.
variables.

RESULTADOS
RESULTADOS
Para la
Para la cuenca
cuenca dede estudio
estudio los
los tres
tres MCG
MCG con con mejor
mejor desempeño
desempeño
fueron el CNRM-ESM2-1, CNRM-CM6-1
fueron el CNRM-ESM2-1, CNRM-CM6-1 y CanESM5 paray CanESM5 para la
la va-
va-
riable
riable de
de precipitación,
precipitación, mientras
mientras que
que para
para la
la temperatura
temperatura fueron
fueron el
el
BCC-CSM2-MR, IPSL-CM6A-LR y el CNRM-CM6-1
BCC-CSM2-MR, IPSL-CM6A-LR y el CNRM-CM6-1 (tabla 2). (tabla 2).
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 405

Tabla 2. Análisis de desempeño de los MCG


aplicando las métricas climáticas
Cuenca B baja, tramo 58: Río Tamesí

Fuente: elaboración propia con base en Worldclim (2022)


y Cavazos et al. (2013).

Para el desarrollo de estudios de disponibilidad de agua en la


cuenca es pertinente determinar los modelos adecuados para cono-
cer con una menor incertidumbre la oferta de agua futura conside-
rando todos los demás elementos tales como, el crecimiento pobla-
ción, las políticas del uso y aprovechamiento del recurso, la relación
lluvia-escurrimiento, entre otros.
Se muestran las estadísticas de la precipitación y temperatura me-
dia mensual para la cuenca baja, considerando el escenario SSP2-4.5
para los tres MCG seleccionados.
406 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

Gráfica 1. Comportamiento de la precipitación media mensual


vs clima base 1970-2000

Gráfica 2. Comportamiento de la temperatura media mensual


vs clima base 1970-2000

La precipitación se verá disminuida en 0.5% de manera anual para


el modelo CNRM-ESM1, mientras que para el CNRM-CM6-1 la dis-
minución es de 3.92 por ciento. Por otro lado, el modelo CanESM5
proyecta un incremento anual del 5.48 por ciento. La distribución
mensual de la precipitación para el horizonte futuro de estudio vi-
sualiza meses más secos para el verano e incrementos para los meses
lluviosos. Por ejemplo, para el modelo CNRM-ESM1 el mes de agos-
to presenta una disminución del 11.57%, mientras que los otros dos
modelos el CNRM-CM6-1 y CanESM5, indican un 5.73% y 4.6%,
respectivamente, destacando que en el mes de julio para el modelo
CNRM-CM6-1 la disminución es de 11.92 por ciento. Lo anterior
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 407

refleja la brecha que existe entre tomar decisiones considerando las


proyecciones anuales y mensuales. Como se sabe, la distribución de
la precipitación en México refleja normalmente lluvias en septiem-
bre y una llamada sequia interestival en los meses de julio y agosto,
y con cambio climático, este comportamiento se verá modificado se-
gún el escenario futuro que se desee analizar. Para la precipitación,
el modelo CanESM5 conforma estadísticas menos preocupantes, es-
timando incrementos en los meses de junio, septiembre y octubre.
El comportamiento de la temperatura media en el corto plazo
tiende a incrementarse, intensificándose en los meses de mayo a sep-
tiembre. El modelo BCC-CSM2-MR se muestra como mayor incre-
mento anual con 4.35% de incremento, es decir, 1°C más caliente,
mientras que para el modelo CNRM-CM6-1 el incremento anual es
de 5.68%, 1.41°C más caliente. Los meses de junio, julio y agosto son
los que mayor incremento estiman, de 1.1 °C a 1.6 °C.
En tabla 3 se pueden observar de manera tabular los resultados
mensuales de la precipitación, mientras que en la tabla 4 se presentan
las temperaturas medias mensuales. La temperatura base del área de
estudio con base en el Worldclim es de 24.9°C, y con cambio climá-
tico se verá incrementada a 26.3°C, para el caso de la precipitación
base se determinan 911.87mm y para el horizonte futuro cercano se
estima un decremento de 876.16mm.
Tabla 3. Comportamiento mensual tabular de los MCG
seleccionados para el tramo del río Tamesí para la variable
de precipitación
408 Rocío del Carmen Vargas-Castilleja y otros

Tabla 4. Comportamiento mensual tabular de los MCG seleccionados


para el tramo del río Tamesí para la variable de temperatura

CONCLUSIONES

Con base en lo anterior, se evidencia el contraste entre los mode-


los y la pertinencia del uso de las proyecciones en el desarrollo e im-
plementación de la gestión integral de los recursos hídricos. El aná-
lisis de los escenarios climáticos futuros contribuye al conocimiento
del comportamiento del clima en una región determinada, para to-
mar decisiones clave que se alineen con la disposición del recurso. Se
observa que, a corto plazo (2040), la temperatura se verá incremen-
tada en 1.5°C en promedio, y como el IPCC afirma en el informe de
1.5°C, los impactos serán diferenciados y se llegaría a un punto de no
retorno que dificultará lograr condiciones de estabilidad planetaria
en términos ambientales, económicos, sociales y de equidad. Esto
conlleva a replantear y transformar los sistemas socioambientales y
económicos y las mujeres juegan un papel crucial.
Se observa que los escenarios vistos mensualmente indican una
perspectiva más precisa del comportamiento estacional del clima, y
esto contribuye en la planeación y previsión de las actividades tales
como la agricultura, el turismo, la industria, los planes y programas
a nivel subnacional, regional o nivel de cuenca regional o nivel de
cuenca y la toma de decisiones incluyendo el uso y aprovechamien-
to del agua de hombres y mujeres considerando condiciones futuras
con tendencia a la escases del recurso.
Los recursos hídricos ante escenarios de cambio climático a nivel de cuenca... 409

Se concluye que cambio climático y género guardan estrecha re-


lación en función del tratamiento de la problemática con base en los
roles que cada individuo desempeña, esto como parte de la solución
efectiva a la problemática mundial del siglo XXI.

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19. EQUIDAD DE GÉNERO
Y PRODUCCIÓN CIENTÍFICA
EN LA RED DE DESASTRES ASOCIADOS
A FENÓMENOS HIDROMETEOROLÓGICOS
Y CLIMÁTICOS

Ana Cecilia Travieso Bello


atravieso@uv.mx
María Luisa Hernández Aguilar
malu@uqroo.edu.mx
Carolina Andrea Ochoa Martínez
caochoa@uv.mx

INTRODUCCIÓN

La investigación científica y la publicación de los resultados de-


rivados de la misma han sido desarrolladas en mayor medida por
los hombres en comparación con las mujeres; esta situación es más
crítica en los puestos directivos de los grupos de investigación. En
este trabajo se comparó el perfil de los miembros y las publicaciones
realizadas en la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrome-
teorológicos y Climáticos, con perspectiva de género. Se encontró
para el periodo 2011-2022 un incremento en el número de mujeres y
su distribución en diversas instituciones y entidades federativas. Sin
embargo, tanto la representación de las mujeres como su permanen-
cia en la red es mucho menor que la de los hombres. Los miembros
investigadores dominaron durante todo el periodo, observándose un
incremento del índice de paridad. Sin embargo, este índice sólo al-
canzó valores iguales o mayores a uno en los estudiantes (2022), así
como en los miembros del SNI con nivel II (2018 y 2022). Se regis-
traron en total seis áreas de conocimiento, con mayor representación
412 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

de ambos géneros en Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra y


Ciencias Sociales. Sin embargo, sólo en esta última área el índice de
paridad fue mayor a uno en 2022. Desde su creación, la red ha tenido
un liderazgo principalmente masculino, debido a que sólo contó con
una representante mujer y la participación femenina en el Comité
Técnico Académico ha sido baja. Las investigaciones de los miem-
bros de la red se han publicado en diez obras que varían en núme-
ro de artículos, autores e instituciones. La participación de la mujer
en los artículos publicados es mucho menor que la de los hombres,
principalmente como primera autora. Por tanto, se recomienda la
implementación de políticas con perspectiva de género que contri-
buyan a la equidad.
En los años setenta se organiza la primera conferencia por las
Naciones Unidas y se consigue colocar el tema de las mujeres en la
agenda política mundial (Guzmán, 2017; citado en Navarro-Beltrá
et al., 2020). Apuntando que las diferencias de género varían en gran
medida en función del país. Veinte años después, en la Cuarta Confe-
rencia Mundial sobre la mujer, 189 países aprobaron la Declaración
y la Plataforma de Acción de Beijing (1995) para el empoderamiento
de las mujeres. En Beijing +20 (2015) el objetivo a 2030 fue situar a la
igualdad de género en el centro del desarrollo sostenible.
En Europa, desde la década de los años noventa hay una preocu-
pación por incorporar la perspectiva de género en sus políticas de
igualdad: “movilizar a las mujeres en beneficio de la investigación”
(Vázquez, 2014). No obstante, las mujeres han investigado y siguen
haciéndolo, pero siempre quedando relevadas a segundos puestos
menos meritorios (Navarro-Beltrá et al., 2020). Sin embargo, en Eu-
ropa se aprecia un compromiso político para cambiar la situación de
las mujeres, con la incorporación de la perspectiva de género como
una categoría transversal en la investigación y la tecnología.
Por su parte, en América Latina y el Caribe, identificadas como
regiones muy heterogéneas, incluso en la ciencia y en la tecnología,
el quehacer de la ciencia regional es otra de las desigualdades más
significativas, ya que existe una gran diferencia de investigadores
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 413

por género, como señalan Santin y Caregnato (2020). De acuerdo


con su investigación, esta diferencia es más notoria entre países, por
ejemplo: Venezuela destaca con un 61.4% de participación de mu-
jeres, mientras que Perú sólo alcanza un 31.9 por ciento. En el caso
de México, la diferencia identificada en la participación científica se
distribuye de la siguiente manera 33% para mujeres y un 67% para
hombres.
El Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la
Sociedad de la Organización de Estados Iberoamericanos (OCTS-
OEI, 2018) señaló que desde que se aceptó y se amplió la informa-
ción sobre esta problemática, diversos fenómenos como el “techo de
cristal” (normas no escritas que dificultan a las mujeres tener acceso
a los puestos de alta dirección); el “efecto Matilda” (logros de las mu-
jeres científicas que son atribuidos a los hombres); o el “efecto Curie”
(falta de reconocimiento del trabajo de las mujeres en la ciencia);
entre otros, son tomados como referencia para posicionar a la mujer
en la estructura científica en todo el mundo.
La incorporación de la perspectiva de género en la ciencia y en
la investigación se ha convertido en un requisito ineludible, si la in-
tención es eliminar la discriminación y las desigualdades de género.
Los cambios se tienen que producir tanto a nivel macro, esto es, en
instituciones, estructuras, grupos de ciencia y mecanismos de regu-
lación y legitimación científica, como a nivel micro, referido a los
sujetos dedicados a la investigación (Vázquez, 2014; Navarro-Beltrá,
Miquel-Segarra y López, 2020; Santin y Caregnato, 2020).
Vázquez (2014) destacó que tanto la práctica investigadora como
en la ciencia se han guiado por modelos de referencias claramen-
te androcéntricos y sexistas, lo que incide categóricamente sobre las
mujeres dedicadas a la producción de conocimiento y a la difusión
de éste en los ámbitos científicos. En otras palabras, la realización
de investigación científica y la publicación de los resultados deriva-
dos de la misma han sido desarrolladas en mayor medida por los
hombres en comparación con las mujeres, en donde su espacio de
reconocimiento social y científico ha sido mínimo. La misma auto-
414 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

ra aclara que, pese a lo anterior, son más mujeres las que acceden a
estudios universitarios; obtienen más becas para estudios doctorales
y postdoctorales; realizan más tesis doctorales. Sin embargo, no deja
de existir un claro desequilibrio entre los dos sexos, siempre a favor
de los hombres. De la misma manera, Navarro-Beltrá, Miquel-Sega-
rra y López (2020) realizaron un análisis bibliométrico que mostró
que las mujeres son más productivas y que existen importantes simi-
litudes en la producción científica de hombres y mujeres.
En las universidades venezolanas se observó un papel significati-
vo de la mujer en el ámbito académico, destacando por su liderazgo
en los programas y proyectos de investigación, así como en la pro-
ducción y productividad científica. Por tanto, están contribuyendo a
un cambio de orientación en los procesos de gestión de la investiga-
ción (Clemenza et al., 2007).
Los estudios de género han contribuido mucho a romper con esta
inercia tradicional y a propiciar el cambio hacia una investigación
sensible al género, que está contribuyendo a acabar con las desigual-
dades (Vázquez, 2014). Entre ellos se encuentran los estudios bi-
bliométricos, los cuales, como señalan Díaz-Chieng y Vitón-Castillo
(2020), permiten evaluar las métricas generadas por publicaciones y
con los resultados alcanzados trazar estrategias para la evolución y
análisis del medio científico. Asimismo, señalan que la informetría,
cienciometría y otras disciplinas métricas tienen diferente concep-
tualización y que dependen del objeto y del tema de estudio de cada
una de ellas para su implementación. Sin embargo, para analizar la
situación actual y las tendencias de la brecha de género en la produc-
ción científica, es necesario contar con datos actualizados sobre las
actividades científicas, las actividades de investigación, la educación
superior y las tecnológicas por regiones, países y grupos.
Los estudios cienciométricos examinan indicadores bibliométri-
cos y entre sus objetivos se encuentran, el análisis del tamaño, cre-
cimiento y distribución de la bibliografía científica de los grupos de
investigación que la producen (Díaz-Chieng y Vitón-Castillo, 2020).
Los resultados permiten a los administradores y directores del gru-
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 415

po conocer las tendencias en un área de conocimiento, lo que les


permite orientar recursos a investigaciones o proyectos específicos.
Asimismo, permite detectar fortalezas y debilidades para delinear es-
trategias que permitan un mejor posicionamiento.
En este trabajo se compara el perfil y las publicaciones de las mu-
jeres y hombres que son miembros de la Red de Desastres Asocia-
dos a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESClim),
para caracterizar la producción científica con perspectiva de género,
en una red temática Conacyt.

RED DE DESASTRES ASOCIADOS A FENÓMENOS


HIDROMETEOROLÓGICOS Y CLIMÁTICOS

El Programa de Redes Temáticas Conacyt promueve la colabo-


ración interdisciplinaria para atender problemas nacionales, desde
una perspectiva multidimensional, articulando actores nacionales e
internacionales de la academia, gobierno, empresas y sociedad civil
(Conacyt, 2022). En el marco de este programa, surge en el año 2011
la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y
Climáticos (REDESClim), red temática, que busca integrar esfuerzos
multi, inter y transdisciplinarios e interinstitucionales para la reduc-
ción del riesgo de desastre ante estos fenómenos en México, con la
colaboración de investigadores, tecnólogos, empresarios, tomadores
de decisiones y la sociedad en general (Redesclim, 2022).
REDESClim desde su creación se planteó los siguientes objeti-
vos (Redesclim, 2022): 1) Entender las causas físicas y sociales de los
desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos
para prevenir y reducir riesgo y la vulnerabilidad de la sociedad y
ecosistemas en México; 2) Apoyar la investigación y evaluación in-
terdisciplinaria de los procesos físicos de los fenómenos naturales
(hidrometeorológicos y climáticos) y sociales asociados a desastres
en México para mejorar el conocimiento de sus causas e impactos;
3) Fortalecer el monitoreo continuo de eventos hidrometeorológicos
y climáticos; 4) Mejorar el pronóstico y la modelación de los riesgos
416 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

naturales asociados a desastres; 5) Promover el desarrollo de capaci-


dad humana mediante cursos, talleres, posgrados interdisciplinarios
y estancias académicas; 6) Proponer estrategias de prevención, miti-
gación y atención de los desastres, en especial los de importancia es-
tratégica para México (huracanes, inundaciones, sequías, incendios
y heladas); 7) Fomentar la colaboración de la red con instituciones
académicas, gubernamentales, privadas y sociales, así como otras
redes interdisciplinarias que trabajan en investigación, prevención,
mitigación de desastres y desarrollo urbano, tanto a nivel nacional
como internacional.
La red cuenta con cinco líneas temáticas transversales, las cuales
son: 1) Monitoreo, bases de datos y diseminación de información,
2) Diagnóstico y análisis de procesos, 3) Pronóstico meteorológico y
prevención de desastres, 4) Modelación climática y análisis de proce-
sos físicos, 5) Políticas públicas y estrategia de comunicación.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se integraron las bases de datos de los miembros de la REDESClim


para los años 2011, 2018 y 2022, de acuerdo con la disponibilidad de
datos. Para 2011 sólo se contó con las variables de género, institución
de adscripción y entidad federativa donde laboran los miembros. Sin
embargo, para 2018 y 2022 adicionalmente se registró tipo de mem-
bresía (investigador, estudiante, no académico), nivel académico
máximo (licenciatura, maestría o doctorado), adscripción al Sistema
Nacional de Investigadores (SNI) por niveles (Candidato, nivel I, ni-
vel II) y área de conocimiento. Se obtuvieron los porcentajes para las
categorías de cada variable, considerando el enfoque de género y se
elaboraron gráficas. Además, se calculó el índice de paridad (Unesco,
2012). Se elaboraron figuras para representar la distribución de los
miembros de la red en las distintas entidades federativas de la repú-
blica mexicana a través del tiempo, comparando miembros totales y
mujeres. Se emplearon cinco categorías: menos de 5 miembros, 5-10
miembros, 11-15 miembros, más de 15.
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 417

Se adaptó el índice de recambio propuesto por MacArthur y Wi-


lson (Magurran, 1988) para analizar el recambio de miembros a tra-
vés del tiempo, considerando quienes no renovaron la membresía y
aquellos que se incorporaron posterior a la creación de la REDES-
Clim. El incremento del índice de recambio a través del tiempo in-
dica una reducción de la permanencia de los miembros, unido a la
incorporación de nuevos miembros. Se calculó el índice de recambio
para los periodos 2011-2018, 2018-2022 y 2011-2022.
Se analizó la evolución del Comité Técnico Académico de la RE-
DESClim, para ello se consideró el representante, número de miem-
bros, tipos de instituciones que participaron, tipos de membresía
REDESClim, así como su distribución en las entidades federativas,
de acuerdo con el género, para el periodo 2011-2022.
Se analizaron todas las publicaciones de la REDESClim, conside-
rando la composición de artículos en cuanto a autores e instituciones
por género, así como países. Se calcularon porcentajes y el índice de
paridad, a partir del total de autores por género para cada publica-
ción. Adicionalmente se calculó la frecuencia relativa (porcentaje)
de publicación de cada autor, en relación con el total de artículos
publicados en todos los libros y revistas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Membresía por género

La REDESClim inició en 2011 con 64 miembros, de los cuales


sólo 28.1% eran mujeres, con un índice de paridad de 0.39. Poste-
riormente, en 2018 se contaba con 76 miembros, sin embargo, se
mantenía el mismo número de mujeres, por tanto, el índice de pari-
dad se redujo ligeramente. En 2022 se registraron 137 miembros, el
número de mujeres se triplicó y el índice de paridad ascendió a 0.71
(tabla 1). Este comportamiento coincide con otros autores (Cooper
et al., 2021; Haba-Osca et al., 2019), quienes reconocieron una gran
brecha de género en la participación de las mujeres en la ciencia.
418 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

Tabla 1. Miembros de la REDESClim por género,


para el periodo 2011-2022

Miembros de la REDESClim
Año Índice de
Total Hombres (%) Mujeres (%)
paridad
2011 64 71.9 28.1 0.39
2018 76 76.3 23.7 0.31
2022 137 58.4 41.6 0.71

El análisis de la permanencia de los miembros mostró que sólo 22


siguen vigentes desde la creación de la red, de los cuales 15 (68.2%)
son hombres y 7 (31.8%) mujeres. En general, el recambio de los
miembros se incrementó a través del tiempo, observándose un re-
cambio del 78% para el periodo 2011-2022, el cual fue más noto-
rio en las mujeres, con 81% (tabla 2). La baja permanencia puede
asociarse a varios factores, entre los cuales se tienen: el Conacyt ya
no emite convocatorias para el financiamiento de las redes temáti-
cas desde 2018, los beneficios de ser miembro de la red no son muy
tangibles y el trabajo colaborativo entre diversas instituciones está
limitado por la falta de recursos y de apoyo institucional.

Tabla 2. Recambio de los miembros de la REDESClim por género,


para el periodo 2011-2022

Recambio de los miembros de la REDESClim


Periodos
Total Hombres Mujeres
2011-2018 0.53 0.52 0.56
2018-2022 0.54 0.51 0.60
2011-2022 0.78 0.76 0.81
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 419

Distribución espacial de los miembros

La distribución de los miembros en 2011 abarcó en total 21 enti-


dades federativas mexicanas, con presencia de hombres en 95.2% de
las mismas y mujeres en sólo 42.9 por ciento. Dominan los estados
con menos de cinco miembros, no se registraron entidades en la ca-
tegoría de 10 a 15 miembros y sólo la Ciudad de México superó los
15 miembros (figuras 1 y 2).

Figura 1. Distribución de los miembros de la REDESClim


en México para 2011, 2018 y 2022
420 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

Figura 2. Distribución de las miembros mujeres de la REDESClim


en México para 2011, 2018 y 2022

Luego, en 2018, el número de estados con miembros ascendió a 22,


agregándose Coahuila, Nayarit, San Luis Potosí; sin embargo, se per-
dió presencia en Guerrero y Tamaulipas. Los hombres estuvieron re-
presentados en 95.5% de los estados, mientras que las mujeres sólo en
45.5% de estos. Dominan los estados con presencia de menos de cinco
miembros. Por otra parte, la Ciudad de México redujo su número de
miembros a nueve, mientras que Baja California y Veracruz, fueron las
entidades con mayor representación, cada una con 11 miembros. No
se registraron estados con más de 15 miembros (figuras 1 y 2).
Finalmente, en 2022 se registró presencia de miembros en 25 en-
tidades, sumándose Aguascalientes, Guanajuato y Michoacán. Ade-
más, se recuperó Guerrero, pero se perdió presencia en Durango. Los
hombres redujeron su representación a 88.0% de los estados, mien-
tras que las mujeres incrementaron su presencia a 76.0% (figuras 1 y
2). Las entidades con mayor número de miembros se distribuyeron
principalmente en las costas del Golfo de México, Caribe y Pacífico.
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 421

Destacaron con más de 15 miembros Veracruz (22), Ciudad de Mé-


xico (20) y Quintana Roo (16).
En resumen, en el periodo de estudio (2011-2022) la red ha te-
nido presencia en 27 entidades federativas mexicanas (84.4%), sin
embargo, se registraron mujeres sólo en 19 (59.4%). Desde su crea-
ción ha perdido presencia en dos entidades (Tamaulipas y Durango)
y no ha registrado miembros en Sinaloa, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla
y Campeche. Estos resultados coinciden en general con la poca pre-
sencia de mujeres en el SNI en los estados de Coahuila, Aguascalien-
tes, Guanajuato, Michoacán y Campeche, la cual es menor al 20%, así
como la mayor representación de mujeres únicamente en Yucatán,
con más de 40% (Rodríguez, 2016).
La red cuenta con una representación pequeña de extranjeros,
que inició en 2011 con cuatro miembros (dos hombres y dos muje-
res) de dos continentes y tres países: Estados Unidos, España y Hon-
duras. En 2018 sólo hubo un representante extranjero (hombre) de
Canadá, mientras que en 2022 se registraron seis (tres hombres y tres
mujeres) de América Latina y El Caribe, que residen en Colombia,
Cuba, Guatemala y Ecuador.

TIPOS DE MIEMBROS E INSTITUCIONES

Los lineamientos de la red establecen tres tipos de miembros: in-


vestigador, estudiante y no académico. Los investigadores son aca-
démicos adscritos a una institución de educación superior o centro
público de investigación, los estudiantes deben estar inscritos prefe-
rentemente en programas de posgrado, mientras que los miembros
no académicos forman parte del sector público o privado y trabajan
temas relacionados con la red.
La red desde 2018 ha estado dominada por miembros investiga-
dores, los no académicos se han mantenido en una baja proporción,
alrededor del 12 por ciento. En contraste, los miembros estudiantes
se duplicaron de 2018 a 2022 (figura 3).
422 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

El índice de paridad muestra un incremento de 2018 a 2022 para


los tres tipos de miembros. Cabe destacar que en 2018 no se contaba
con mujeres en la categoría no académico y que en 2022 se registró
una mayor representación de estudiantes mujeres, en comparación
con los hombres (tabla 3).
Pérez (2018) reportó para España que los estudiantes matricula-
dos y egresados de maestría en su mayoría son mujeres, mientras que
existe igualdad de género en los estudiantes de doctorado. La brecha
se incrementó en los puestos de investigación en las universidades,
siendo más notoria en las categorías más altas y con mayor remune-
ración en la carrera como investigador (Titular, Grado A), donde la
participación de las mujeres se limita al 25 por ciento.

Figura 3. Tipo de membresía de la REDESClim por género,


para 2018 y 2022

M: mujer; H: hombre; T: total.


Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 423

Tabla 3. Índice de paridad por tipo de membresía de la REDESClim,


nivel académico, pertenencia al SNI y área de conocimiento

Índice
Variables Categorías de paridad
2018 2022
Investigador 0.33 0.74
Tipo de
Estudiante 0.75 1.07
membresía
No académico 0.00 0.23
Licenciatura 0.17 0.64
Nivel
Maestría 0.25 0.61
académico
Doctorado 0.35 0.77
Candidato 0.20 0.88
Sistema Nivel I 0.33 0.53
Nacional de
Investigadores Nivel II 1.50 1.00
Total 0.41 0.68
Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra 0.39 0.56
Ciencias Sociales 0.33 1.19
Ingenierías y Desarrollo Tecnológico 0 0.55
Área de Ciencias de Agricultura, Agropecuarias,
0.5 NA
conocimiento Forestales y de Ecosistemas
Biología y Química NA 0.25
Medicina y Ciencias de la Salud NA 0
Total 0.31 0.71
NA: no aplica.

El número de instituciones de adscripción de los miembros de


la REDESClim aumentó de 35 a 54 durante el periodo 2011-2022.
También se observó una diversificación de instituciones a través del
tiempo; al inicio se contaba con cinco tipos, se agregaron en 2018
la empresa y la agencia internacional con sede en México (AIM),
mientras que en 2022 se registraron miembros en organizaciones no
gubernamentales (ONG) y sin adscripción institucional. Los tipos
424 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

de instituciones con mayor representación fueron las instituciones


de educación superior (IES) estatales para los tres años (2011: 45.7%,
2018: 46.2%, 2022: 42.6%), el segundo lugar lo ocuparon los centros
públicos de investigación (CPI) en 2011 (22.9%) y 2018 (23.1%) y
las instituciones de gobierno (14.8%) en 2022. La representación de
las mujeres en los distintos tipos de instituciones es mucho menor
que la de los hombres. No se cuenta con representación femenina
en las ONG, mientras que las mujeres adscritas a instituciones de
gobierno, empresas y agencias internacionales con sede en México,
sólo se registraron en 2022. Sin embargo, es importante destacar que
las instituciones representadas sólo por mujeres se incrementaron de
16.7% y 38.5%, para el periodo 2011-2022 (tabla 4).

Tabla 4. Tipos de instituciones representadas en la REDESClim


por género, para 2011, 2018 y 2022

2011 2018 2022


Tipo de
Institución (I) M M M
T H (%) T H (%) T H (%)
(%) (%) (%)
IES estatal 16 81.3 31.3 18 77.8 44.4 23 73.9 60.9
IES nacional 4 100.0 25.0 3 100.0 33.3 4 75.0 75.0
Centro
Público de 8 100.0 25.0 9 88.9 44.4 7 71.4 71.4
Investigación
I. de gobierno 3 100.0 0.0 6 100.0 0.0 8 87.5 25.0
Empresa 0 0.0 0.0 1 100.0 0.0 2 50.0 50.0
ONG 0 0.0 0.0 0 0.0 0.0 1 100.0 0.0
AIM 0 0.0 0.0 1 100.0 0.0 3 66.7 33.3
I. Extranjera 4 50.0 50.0 1 100.0 0.0 5 40.0 60.0
Sin
0 0.0 0.0 0 0.0 0.0 1 100.0 100.0
adscripción
Total de
instituciones 35 85.7 28.6 39 87.2 33.3 54 72.2 55.6
(TI)
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 425

2011 2018 2022


Tipo de
Institución (I) M M M
T H (%) T H (%) T H (%)
(%) (%) (%)
TI represen-
tadas sólo por 30 83.3 16.7 31 83.9 16.1 39 61.5 38.5
un género
M: mujer; H: hombre; T: total.
IES: Institución de Educación Superior; ONG: Organización No Gubernamental;
AIM: Agencia Internacional con sede en México.

Nivel académico

Los miembros de la red en su mayoría cuentan con el grado de


doctor para el periodo estudiado. Sin embargo, se observó una dis-
minución del porcentaje de doctores en 2022 en comparación con
2018, debido al incremento de estudiantes de maestría y doctorado
(figura 4).

Figura 4. Nivel académico de los miembros de la REDESClim


por género, para 2018 y 2022

M: mujer; H: hombre; T: total.


426 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

El análisis de género mostró un aumento en el índice de paridad


de 2018 a 2022 para los niveles de licenciatura, maestría y doctora-
do; sin embargo, en todos los casos el número de mujeres es mucho
menor que el de hombres. No obstante, es importante destacar que
el índice de paridad es mucho mayor a nivel de doctorado que de
licenciatura, en los dos años analizados (tabla 3).

MEMBRESÍA EN EL SISTEMA NACIONAL


DE INVESTIGADORES (SNI)

La membresía en el SNI mostró un aumento en el valor relativo


(porcentaje) de los miembros totales de 2018 a 2022 sólo en el nivel
de Candidato, mientras que el porcentaje de los miembros con nive-
les I y II se redujo. Esto se debe posiblemente a que se incrementó
el número de miembros nacionales estudiantes y no académicos, así
como los miembros extranjeros, que no cubren con los requisitos
de ingreso al sistema. Estas mismas tendencias se observaron en los
hombres y en las mujeres, con excepción de los hombres del nivel II
que incrementaron su porcentaje en 2022 (figura 5).
El índice de paridad mostró un incremento de 2018 a 2022 para
el total de los miembros del SNI, así como para los miembros can-
didatos y nivel I, sin embargo, se mantuvo por debajo de uno. En
contraste, este índice se redujo para el nivel II en este periodo, pero
alcanzó valores igual y superior a la unidad en 2022 y 2018, respec-
tivamente (tabla 3).
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 427

Figura 5. Membresía en el SNI de la REDESClim por género,


para 2018 y 2022

M: mujer; H: hombre; T: total.

Estos resultados coinciden con el Conacyt (2019), que reportó un


incremento del número de mujeres en el SNI desde su creación, las
cuales representaron 38% del total de los miembros. También son
similares a los de Cárdenas-Tapia (2015) que encontró una partici-
pación de las mujeres del 33 al 35%, para el periodo 2012-2015. Esta
autora también reportó una menor representación de las mujeres en
todos los niveles, concentrándose su participación principalmente
en el nivel candidato y en nivel I, aspecto que contrasta con los resul-
tados de este trabajo.
Es importante destacar que algunos miembros iniciaron en la red
como estudiantes y ya se han titulado e incorporado a otras institu-
ciones, por lo que han modificado su tipo de membresía a investi-
gador y en algunos casos su adscripción institucional, así como la
entidad federativa donde laboran. Además, algunos de ellos han in-
gresado al SNI y actualmente son candidatos o nivel I.
428 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

Área de conocimiento

Los miembros de la red se distribuyeron en 2018 en cuatro áreas


de conocimiento, con una mayor representación en las áreas “Físi-
co-Matemáticas y Ciencias de la Tierra” y “Ciencias Sociales”. Este
mismo comportamiento se observó en las mujeres, sin embargo, no
estuvieron representadas en el área de Ingenierías y Desarrollo Tec-
nológico. En el año 2022 se registraron seis áreas de conocimiento,
agregándose “Biología y Química y Medicina” y “Ciencias de la Sa-
lud”, en esta última no hubo representación de mujeres, mientras que
en el área “Ciencias de Agricultura, Agropecuarias, Forestales y de
Ecosistemas” no hubo representación de hombres, por lo que en este
caso no se pudo calcular el índice de paridad. Dominaron las mismas
áreas que en 2018 y el índice de paridad se incrementó, alcanzando
un valor mayor a uno únicamente en el área de “Ciencias Sociales”
(figura 6, tabla 3). Estos resultados tienen similitudes con lo repor-
tado por Caicedo-Ortiz et al. (2021), quienes analizaron las redes de
colaboración científica en la Corporación Universitaria Autónoma
del Cauca en Colombia y observaron una menor participación fe-
menina en los grupos de investigación en Tecnologías y Ambiente
(25.6%) y en Ciencias e Ingeniería (40.0%), mientras que en Ciencias
Sociales y Humanas dominaron las mujeres (61.4%). Además, Ávi-
la-Toscana et al. (2019) encontró en Colombia una alta equidad de
género en las redes de cooperación entre autores e instituciones en
el área de las ciencias sociales. En el caso de las universidades espa-
ñolas, en 2015 las mujeres se repartían mayoritariamente en las áreas
de ciencias sociales y jurídicas, artes y humanidades, así como en
ciencias de la salud. Sin embargo, tuvieron una participación mucho
menor que los hombres en las áreas de ingenierías y arquitectura (Pé-
rez, 2018). Los estudios realizados sobre el SNI en México muestran
una mayor participación de mujeres en las áreas de ciencias sociales,
humanidades y ciencias de la salud, así como una menor participa-
ción en las áreas físico-matemáticas y ciencias de la tierra, ingenie-
rías y desarrollo tecnológico (García, 2014; Cárdenas-Tapia, 2015;
Rodríguez, 2016). Esto contrasta con la dominancia en la red del área
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 429

Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra, lo cual se asocia al objeto


de estudio y las líneas temáticas que se abordan en la REDESClim.

Figura 6. Áreas de conocimiento de los miembros de la REDESClim


por género, para 2018 y 2022

M: mujer; H: hombre.
M y CS: Medicina y Ciencias de la Salud; B y Q: Biología y Química; CAAF y
E: Ciencias de Agricultura, Agropecuarias, Forestales y de Ecosistemas; I y DT:
Ingenierías y Desarrollo Tecnológico; CSoc: Ciencias Sociales; FM y
CT: Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra.

Comité Técnico Académico

El Comité Técnico Académico (CTA) es el órgano colegiado que


propone las líneas generales de actividad de la REDESClim, además,
asesora y colabora con el representante de la red. Está integrado por
un mínimo de siete miembros y un máximo de 10. Uno de sus miem-
bros funge como representante ante el Conacyt y otras instancias du-
rante un único periodo. Desde la creación de la red se han elegido
cuatro CTAs, que siempre han estado representados por miembros
investigadores. El primer periodo (2011-2014) fue el único que tuvo
como representante a una mujer. Los representantes del primer y
430 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

segundo periodo (2015-2017) pertenecen a un centro público de in-


vestigación en el estado de Baja California, mientras que los repre-
sentantes del tercer (2018-2020) y cuarto periodo (2021-2023) están
adscritos a universidades públicas estatales, en los estados de Vera-
cruz y Quintana Roo, respectivamente (tabla 5). Por tanto, se obser-
varon cambios no sólo en la ubicación geográfica, sino en el tipo de
instituciones que tienen el liderazgo.

Tabla 5. Composición del CTA de la REDESClim


para los cuatro periodos

Periodos Tipo de
Miembros Entidad federativa
CTA institución
CPI: 80.0%
Total: 10
Periodo I UN: 20.0% Baja California*, Baja California Sur,
Mujeres: 2
2011-2014 UE: 0 Sonora, Morelos, Ciudad de México.
No académicos: 0
IG: 0
CPI: 44.5%
Total: 7-8 Baja California, Chihuahua, Sonora,
Periodo II UN: 11.1%
Mujeres: 1 Querétaro, Morelos, Ciudad de Méxi-
2015-2017 UE: 22.2%
No académicos: 1 co, Veracruz.
IG: 22.2%
CPI: 20.0%
Periodo Total: 7-8 Chihuahua, Zacatecas, Jalisco, Que-
UN: 10.0%
III Mujeres: 2-3 rétaro, Ciudad de México, Veracruz*,
UE: 60.0%
2018-2020 No académicos: 1 Tabasco, Quintana Roo.
IG: 10.0%
CPI: 0
Periodo Total: 7-8 Baja California, Zacatecas, Jalisco,
UN: 11.1%
IV Mujeres: 2-3 Ciudad de México, Veracruz*, Quin-
UE: 77.8%
2021-2022 No académicos: 1 tana Roo.
IG: 11.1%

CPI: centros públicos de investigación; UN: universidad nacional (UNAM);


UE: universidades estatales; IG: instituciones de gobierno municipal o estatal.
* Entidades federativas con tres o más miembros.

El primer CTA (2011-2014) estuvo integrado por 10 miembros,


todos investigadores, de los cuales dos son mujeres (20.0%). Los
siguientes CTAs contaron con un rango de siete a ocho miembros,
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 431

debido al reemplazo de sus miembros, de acuerdo con los lineamien-


tos de la red. Aunque siempre han dominado los miembros inves-
tigadores, a partir del segundo CTA se incorporó un miembro no
académico. La participación de la mujer ha sido mucho menor en
comparación con la de los hombres; en el segundo CTA (2015-2017)
sólo participó una mujer (14.3%), mientras que en el tercero (2018-
2020) y cuarto (2021-2023) participaron de dos a tres mujeres, que
representaron entre 28.6% y 37.5% (tabla 5).
Los dos primeros CTAs estuvieron dominados por miembros de
centros públicos de investigación, ubicados en cinco y siete entidades
federativas distintas, respectivamente, pertenecientes en su mayoría a la
zona norte y centro del país. En contraste, el tercero y cuarto CTA estu-
vieron dominados por miembros de las universidades públicas estatales,
distribuidas en ocho y seis estados, respectivamente, ubicados funda-
mentalmente en el sur del país. Es importante mencionar que a partir
del tercer CTA se incorporaron investigadores jóvenes, que iniciaron
en la red como miembros estudiantes. Cabe destacar que la Universi-
dad Nacional Autónoma de México ha estado representada en todos los
CTAs y que los Estados de Baja California y Veracruz han registrado en
el CTA tres o más miembros en algunos periodos (tabla 5).
Se observó una gran brecha en la presencia de hombres y mu-
jeres en el CTA, principalmente en la posición de mayor jerarquía,
que corresponde al representante de la red. Esta misma situación fue
reportada en los cargos de gestión académica en las universidades
españolas (Sánchez-Moreno et al., 2014).
Se ha asociado el techo de cristal a tres tipos de barreras. Las ba-
rreras personales, que incluyen la autoestima femenina y los roles
familiares como la maternidad y la crianza de niños pequeños, que
implican en muchos casos una doble jornada laboral. Las barreras
organizaciones corresponden a los grupos de poder y la insolidari-
dad femenina, mientras que las barreras sociales consideran la cul-
tura machista mexicana y el cambio social (Gaete et al., 2019). Otras
barreras corresponden a la ausencia de modelos de liderazgo feme-
nino debido a la escasa representación del género en posiciones de
432 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

gobierno, así como el “eufemismo de la igualdad”. Este último se defi-


ne como la convicción de que en la actualidad no hay discriminación
en el acceso a los puestos de dirección en la sociedad en que vivimos,
por tanto, se legitima la discriminación de género y se culpabiliza a
la víctima de su situación (Moncayo, 2015).

Publicaciones de la REDESClim

La REDESClim ha promovido la publicación de las investigacio-


nes de sus miembros en 10 obras, que corresponden a seis libros y
cuatro números de revista, con un total de 90 artículos. Cada obra
cuenta con un mínimo de cuatro artículos y un máximo de 17. El
número de autores por artículo varía de 1 a 10 y las mujeres partici-
paron como autoras en un rango de 29.4 a 100% de los artículos. Sin
embargo, éstas sólo aparecen como primer autor entre 0 y 80% de los
artículos por obra. El índice de paridad calculado con base en el total
de autores de cada obra varió considerablemente, alcanzando valores
iguales o mayores a uno sólo en cuatro obras, que representan el 40
por ciento. En general, estos datos muestran una amplia variación de
una publicación a otra (tabla 6).
El número de instituciones de adscripción de los autores varía de
seis a 18 por obra y de una a cuatro por artículo, incluyendo ins-
tituciones de siete países. En algunos casos se han sumado autores
de distintas instituciones nacionales e internacionales que no son
miembros de la red pero colaboraron con algún miembro (tabla 6).
Dominan las IES estatales (69.7%), seguidas de los centros públicos
de investigación (14.4%), luego las IES nacionales e instituciones de
gobierno, ambas con 6.1% y las instituciones extranjeras con una
participación de 2.8 por ciento. Destacaron por su mayor frecuencia
de participación las IES estatales Universidad de Guadalajara, Uni-
versidad de Quintana Roo y Universidad Veracruzana; así como las
IES nacionales Universidad Nacional Autónoma de México e Insti-
tuto Politécnico Nacional; el centro público de investigación El Co-
legio de la Frontera Norte y la institución de gobierno Secretaría de
Protección Civil del Gobierno del Estado de Veracruz.
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 433

Tabla 6. Publicaciones de la REDESClim

Publicaciones Índice
Total de Autores Núm. de
de Países
L: libro, R: revista autores mujeres instituciones
paridad
Total:10 NA: 4 Total: 8, 2-3
L. Cavazos (2015) 2-4 por AMA: 50.0% 0.11 por artículo. México
artículo AMA1: 0% Moda: 2
Total: 18 NA: 5 Total: 11, 2-3
R. Travieso-Bello México, EUA,
2-6 por AMA: 80.0% 1.57 por artículo.
et al. (2016) Alemania
artículo AMA1: 60.0% Moda: 2
Total: 21 NA: 5 Total: 6, 1-4
R. Angelotti
3-10 por AMA: 100% 1.33 por artículo. México
(2018)
artículo AMA1: 80.0% Moda: 2
L. Rodríguez- Total: 56 NA: 17 Total: 18, 1-3
Esteves et al. 2-7 por AMA: 29.4% 0.51 por artículo. México
(2018) artículo AMA1: 17.6% Moda: 1
Total: 27 NA: 10 Total: 14, 1-3
L. Audefroy y
1-6 por AMA: 50.0% 0.50 por artículo. México, España
Padilla (2018)
artículo AMA1: 30.0% Moda: 1
Total: 34 NA: 11 Total: 15, 1-3
R. González-Sosa
2-6 por AMA: 63.6% 0.42 por artículo. México
(2019)
artículo AMA1: 36.4% Moda: 2
R. Morales- Total: 38 NA: 10 Total: 16, 1-4
México,
Hernández et al. 2-8 por AMA: 80.0% 0.46 por artículo.
Colombia
(2019) artículo AMA1: 30.0% Moda: 2
L. Frausto- Total: 12 NA: 6 Total: 7, 1-2
Martínez et al. 1-3 por AMA: 66.7% 1.00 por artículo. México
(2020) artículo AMA1: 66.7% Moda: 1
L. Frausto- Total: 31 NA: 11 Total: 7, 1-2 México,
Martínez et al. 2-5 por AMA: 90.9% 1.21 por artículo. Argentina,
(2021) artículo AMA1: 63.6% Moda: 1 Cuba

Total: 46 NA: 15 México, EUA,


L. Hernández- Total: 18, 1-3
Colombia,
Morales et al. 1-8 por AMA: 60.0% 0.35 por artículo.
Argentina,
(2021) artículo AMA1: 33.3% Moda: 2
España
NA: número de artículos; AMA: artículos con mujeres como autoras;
AMA1: artículos con mujeres como primer autor.
434 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

El análisis de la frecuencia de publicación de cada uno de los au-


tores, considerando las 10 obras de la REDESClim, mostró que sólo
30.7% de hombres y 27.2% de mujeres cuentan con dos o más artí-
culos publicados. Sin embargo, las mujeres cuentan con un máximo
de siete artículos, mientras que algunos hombres han publicado 9 y
19 artículos.

Tabla 7. Frecuencia relativa (%) de publicación de los autores


por género, en las 10 obras de la REDESClim

Número de artículos donde Frecuencia relativa (%)


participa un mismo autor Hombres Mujeres
1 68.1 72.6
2 14.5 15.0
3 7.7 6.8
4 3.4 0
5 0.9 0
6 0.9 2.7
7 0.9 2.7
9 1.7 0
19 0.9 0
Total de autores con dos o
30.7 27.2
más artículos

El análisis bibliométrico para el periodo 1996-2018, que abarcó


todas las disciplinas científicas y un gran número de países a nivel
mundial, mostró una tendencia creciente de mujeres que participan
en publicaciones. Sin embargo, en promedio los hombres publicaron
entre 15 y 20% más que las mujeres y tienen una mayor probabilidad
de ser el primer autor en las publicaciones (Boekhout et al., 2021).
En contraste, el análisis bibliométrico de los artículos indexados
en Web of Science y Scopus para el periodo 1995-2018, en el área
Equidad de género y producción científica en la red de desastres asociados... 435

de relaciones públicas, comunicación corporativa y redes sociales,


reveló paridad de género en cuanto al número de artículos cientí-
ficos. El promedio de autores por artículo fue dos, dominando los
artículos elaborados de manera conjunta por ambos sexos (41.9%),
luego aquellos donde sólo participaron mujeres de forma individual
o colectiva (32.5%) y por último, se ubicaron los artículos escritos
exclusivamente por varones (25.7%). Además, 56% de los artículos
revisadas tuvieron a una mujer como primera autora (Navarro-Bel-
trá et al., 2020).
Por otra parte, el análisis de las revistas publicadas en el periodo
2006-2010, que potencialmente podrían incluir trabajos de inves-
tigadores chilenos, en los campos de la comunicación, las ciencias
sociales o las humanidades mostró que 47% de los artículos sólo
contaban con autoría masculina, 26.8% con sólo autoría femenina,
mientras que 16.2% fueron mixtos. Dominaron los artículos de un
único autor (67.3%), luego los de dos autores (20.4%) y tres autores
(7.1%) y en menor medida (5.2%) se encontraron artículos con más
de tres autores (Del Valle et al., 2015).
Las investigaciones descritas previamente demostraron que la
participación de las mujeres en las publicaciones está estrechamente
relacionada con el área de conocimiento. En este sentido, en la RE-
DESClim domina el área Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra,
que tradicionalmente ha destacado por la participación masculina.
El segundo lugar lo ocupó el área de Ciencias Sociales, donde predo-
minan las mujeres. El número de autores por artículo en la REDES-
Clim es mucho mayor que lo reportado por otros autores (Del Valle
et al., 2015; Navarro-Beltrá et al., 2020).
El comportamiento de la REDESClim es similar al reportado para
la Red de Medio Ambiente del Instituto Politécnico Nacional duran-
te el periodo 2012-2013, donde no existe equidad en la participación
de mujeres (Cárdenas-Tapia, 2016).
La mayor productividad de la red podría asociarse al mayor nú-
mero de colaboradores y en menor medida (de forma débil) a su cen-
tralidad o liderazgo, que propicia una mejor organización y control
436 Ana Cecilia Travieso Bello y otros

sobre las actividades que realizan los grupos de investigación (Gar-


cía, 2013).
Aunque ha disminuido la discriminación horizontal o territorial,
en virtud de la cual las mujeres realizan investigación en unas áreas
y no en otras, la discriminación jerárquica y vertical es la que se pre-
senta con mayor frecuencia en la actualidad. También influyen otros
factores como las microdesigualdades que crean un entorno laboral
que menoscaba el rendimiento de las mujeres; la falta de correspon-
sabilidad, el alargamiento de la carrera investigadora; la escasa pre-
sencia femenina en puestos de toma de decisiones; así como la falta
de perspectiva de género en el diseño de los equipos de investigación
(Pérez, 2018). Estos factores podrían estar influyendo en la menor
participación de la mujer en la producción de artículos científicos en
el marco de la red.
La desaparición del sexismo y de los estereotipos de género vin-
culados a la producción del conocimiento requiere de cambios en
el sistema, así como en los sujetos que se dedican a la investigación.
Estos cambios demandan acciones responsables y comprometidas
que contribuyan a la igualdad, la equidad y la justicia social, donde la
ética tiene un papel clave (Vázquez, 2014). En este contexto, se reco-
mienda el diseño e implementación de políticas con perspectiva de
género al interior de la REDESClim, que contribuyan a incrementar
la participación de las mujeres en el CTA, en el desarrollo de proyec-
tos colaborativos y en la publicación de los resultados de las investi-
gaciones conjuntas.

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20. HACIA UNA MAYOR VISIBILIDAD
DE LA INVESTIGACIÓN REALIZADA
POR MUJERES EN STEM

Juana Canul-Reich
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
juana.canul@ujat.mx
Betania Hernández-Ocaña
betania.hernandez@ujat.mx
Cristina López-Ramírez
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
cristina.lopez@ujat.mx
Minerva Madrigal-Canul
Universidad Intercontinental
minervamadrigalcanul@gmail.com

INTRODUCCIÓN

La falta de representación adecuada de mujeres en el lugar de


trabajo, especialmente en la industria tecnológica, ha tenido conse-
cuencias perdurables. Por ello, en el mundo de la inteligencia arti-
ficial, así como en cualquier área STEM, resulta inexcusable la baja
participación de mujeres en la toma de decisiones cruciales. Sin em-
bargo, es imprescindible diferenciar los conceptos de baja participa-
ción e invisibilidad del trabajo que notables mujeres han aportado y
continúan contribuyendo en sus campos disciplinares.
Este documento narra la participación profesional y de gran im-
pacto hasta nuestros días por algunas mujeres. Ada Lovelace, recono-
cida en el mundo como la primera programadora de computadoras
por su trabajo realizado con la Computadora de Propósito General
de Charles Babbage. Melinda Gates, computóloga, filántropa y ac-
442 Juana Canul-Reich y otros

tivista por los derechos de la mujer, quien sostiene que debe existir
mayor participación de la mujer en el mundo de la tecnología. Sheryl
Sandberg, graduada de la escuela de negocios de Harvard, sus habili-
dades la llevaron a lograr un puesto en empresas tecnológicas como
Google y actualmente Meta Platforms (antes Facebook).
En este trabajo se sugieren acciones que impactan la difusión de
la destacada participación de la mujer en su rol profesional de cientí-
fica. Hay que tener presente que si de nuestros logros nadie se entera
estamos fomentando nuestra propia invisibilidad, por lo tanto, ac-
ciones como la difusión en una página web institucional de infogra-
fías de nuestros trabajos científicos, el establecimiento de un acuerdo
entre colegas para el manejo de logros científicos a través de las redes
sociales, las recomendaciones profesionales en redes como LinkedIn
dan testimonio de lo que realizamos, por lo que se sugiere explotar el
uso de este recurso, así como otros, todo ello hacia el incremento de
nuestra visibilidad en la ciencia.
Estamos acostumbradas a vivir en un mundo hecho para hombres,
con reglas usualmente hechas por hombres, las cuales regulan a hom-
bres y mujeres. Quizá ello se debe a que tiempo atrás el acceso a la edu-
cación para las mujeres no era generalizado. Los padres, si tenían que
decidir a cuál de los hijos enviarían a la escuela, sin dudarlo su primera
opción era a su hijo varón, a todos sus varones, pues la hija o hijas se
casarían y tendrían quien costeara su manutención. Durante un tiem-
po eso era visto como lo normal. Si una hija insistía en recibir educa-
ción, sólo si las posibilidades económicas de la familia lo permitían.
Hoy en día, a base de luchas históricas, las mujeres no tienen pro-
blema para educarse en todos los niveles educativos de la escuela
formal. Sin embargo, la cultura ha permeado profundamente hasta
en la autovaloración de nosotras mismas. ¿Por qué si hoy la mujer
recibe educación, el mundo sigue liderado en su mayoría por hom-
bres? No se trata sólo de los líderes de países, también ocurre en la
industria, en las grandes empresas, incluso a nuestro alrededor, las
científicas tenemos típicamente autoridades como directores o recto-
res hombres en nuestras instituciones educativas y de investigación.
Hacia una mayor visibilidad de la investigación realizada por mujeres en STEM 443

¿A qué se debe esta característica? ¿No es sólo el aspecto educativo?


¿Prevalece una cultura? ¿Es el hombre que no permite ser dirigido
por mujeres? ¿Es la mujer que no acepta para sí ese lugar para el que
ya está más que preparada? Intentar dar respuesta a estos cuestiona-
mientos no es simple.
La mujer estudia libremente el campo disciplinar que elige, ob-
tiene sus grados académicos, sus logros profesionales, sin embargo,
la visibilidad que alcanza ese desarrollo profesional, en particular de
las científicas en áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Ma-
temáticas) es mínima. ¿Les ha tocado resolver un problema impor-
tante y se da a conocer como un trabajo hecho por el departamento
para el que laboran? ¿A que el jefe se atribuye el logro? Situaciones
así no contribuyen a la visibilidad del trabajo realizado por mujeres,
su capacidad de liderazgo en su disciplina queda opacada por usos y
costumbres que dan reconocimiento al departamento o al jefe y no
directamente a su autora intelectual.

CONDUCTAS OBSERVADAS EN MUJERES

Síndrome del impostor

Este término fue acuñado por las doctoras psicólogas clínicas Su-
zanne Imes y Pauline Rose Clance en los años setenta. Se refiere a
una conducta de falta de confianza en las habilidades propias a pesar
de los logros y reconocimientos obtenidos. Cuanto más éxito tiene la
persona mayor es su duda de lo que ha conseguido, y el sentimiento
de impostor (a) le impide aceptar sus logros. A menudo piensa que
se han equivocado al seleccionarla si se trata de ocupar un puesto de
trabajo, ya que es evidente que los otros solicitantes eran más inte-
ligentes y se veían más preparados. El síndrome se presenta cuando
ocurren cambios importantes en la vida como un nuevo trabajo, o
iniciar estudios de mayor grado académico.
Este síndrome es común encontrarlo en mujeres más que en
hombres.
444 Juana Canul-Reich y otros

Cadoche y De Amontarlot (2021) mencionan que en las mujeres la


falta de confianza en sí mismas tiene motivos históricos, de presión so-
cial, de familia, de lenguaje y de creencias. Le exhortamos a consultar
esta obra para profundizar en este concepto de síndrome del impostor.
Por último, al reflexionar en el aspecto de visibilidad de las cien-
tíficas desde del síndrome del impostor, es muy poco probable que
un logro como, por ejemplo, la aprobación de un proyecto para su
financiamiento por un agente externo a la institución de adscripción
de la científica, sea noticia que se desee anunciar a iniciativa propia
de la científica a través de los diversos medios y redes sociales.
Por lo anterior, se recomienda tener conciencia de la existencia de
este síndrome y, en caso de padecerlo, reflexionar en su impacto ne-
gativo en el aspecto de visibilidad de los trabajos y logros alcanzados.

Síndrome de la tiara
Este nombre fue acuñado por Carol Frohlinger y Deborah Kolb
(Seligson, 2007) para referirse a una conducta observada en las muje-
res en su centro de trabajo y que está relacionada con el tema de incre-
mentos de sueldos. Frohlinger expresa que las mujeres tienen la expec-
tativa de que, si ellas de manera constante realizan bien su trabajo, ello
se hará notar y les pondrán una tiara en su cabeza. Ello nunca ocurre,
por el contrario, los compañeros varones probablemente ganan más
porque ellos conciben que los empleados deben tener la iniciativa de
negociar con su empresa los ascensos e incrementos de sueldo.
Este síndrome podría retardar el despunte de las carreras de las
científicas, al esperar que un tercero haga notar su desempeño y le
coloque la tiara simbólica equivalente a un aumento de salario.

TECHO DE CRISTAL

La expresión techo de cristal surge en 1978 cuando la consulto-


ra estadounidense Marilyn Loden (Murillo Ávila, 2019) la usó para
referirse a la situación de que las mujeres no ascienden en el mundo
Hacia una mayor visibilidad de la investigación realizada por mujeres en STEM 445

laboral debido a una cultura en las organizaciones que obstaculiza


sus aspiraciones y no fomenta la igualdad de oportunidades.
Conapred (2019) define el techo de cristal como el conjunto de
reglas no escritas en las organizaciones que impide que las mujeres
alcancen los puestos de alta dirección. Es una limitante de cristal por
su característica de ser invisible, pues son las reglas, leyes o códigos
no escritos que representan un tope que impide a las mujeres avan-
zar en su escalafón laboral, y por lo tanto alcanzar una realización
personal. Ello puede deberse a estereotipos como, por ejemplo, que
el prototipo de empleado ideal es varón, que los puestos directivos
son por elección influenciados fuertemente por las redes sociales que
desarrollan los hombres dentro de las organizaciones, entre otros.
Un gran obstáculo para las mujeres es la elección entre su vida
personal y la laboral, debido a la concepción de que quien desee as-
cender a puestos directivos debe entregar su vida a la empresa.
Por otro lado, las empresas que impulsan la igualdad de género
en todos los niveles presentan mejor desempeño y altos niveles de
crecimiento, debido al alto porcentaje que representan las mujeres
en las decisiones de compra, a su creatividad, a su visión, todo ello
genera resultados benéficos para las empresas.
Entre las medidas que las empresas están tomando para empoderar
a las mujeres se encuentra el establecimiento de metas que garanticen la
diversidad de género para aumentar la representación de las mujeres a
nivel directivo, así como el establecimiento de políticas que fomenten la
presencia de mitad de hombres y mitad de mujeres en las juntas directivas.
Por lo tanto, ante este fenómeno del techo de cristal, se recomien-
da ampliamente a las científicas que analicen estos aspectos al elegir
la empresa o institución para su próxima búsqueda de empleo.

MUJERES EN LA TECNOLOGÍA

Ser una mujer en STEM es confrontar a diario prejuicios y des-


igualdades por el simple hecho de ser una mujer trabajando en un
446 Juana Canul-Reich y otros

área de la ciencia preponderantemente dominada por hombres. Mis-


mo hecho que opaca las importantes aportaciones de mujeres a lo
largo de la historia en los campos STEM.
Ahora bien, contemporáneamente hay un incremento adecuado
y, desde luego, necesario para la visibilidad de la investigación reali-
zada por mujeres en STEM aunque no es suficiente. Para ejemplificar
lo anterior, se puede plantear un caso comúnmente sucedido:
En las aulas, seminarios, investigaciones realizadas en un tema
en particular, lógicamente se recurre a los grandes expositores del
campo en particular, para lo cual (en su mayoría) se citan las aporta-
ciones de hombres, porque, incluso en el proceso de investigación, el
buscador arroja las aportaciones reconocidas por hombres, en con-
traste con las realizadas por mujeres, para las cuales debe hacerse
una investigación mucho más profunda y, por consiguiente, filtrar
la información recopilada para allegarse de lo deseado, que sería la
investigación realizada por una mujer en un campo particular de
STEM. En otras palabras, las publicaciones hechas por investigado-
ras no son lo primero que arroja un tradicional sistema de búsqueda.
En efecto, es cierto que se debe reconocer e instruir en las grandes
aportaciones determinantes en cada campo independientemente de
la persona que lo realiza; de tal modo de que sí es palpable en STEM
el reconocimiento prevalecido a los investigadores; resulta funda-
mental el esfuerzo en lo colectivo por parte de la comunidad inves-
tigadora, de incluir y visibilizar las aportaciones de las mujeres en
cada campo en particular, a fin de que cuando sea que se incluye a un
grupo que, ha sido preponderantemente excluido en la toma de deci-
siones, realmente se está beneficiando a todo. Y cuando los diversos
campos en STEM visibilizan la participación de mujeres, quienes son
mitad de todos los miembros de la sociedad, se está trabajando para
beneficiar a todos los miembros de la comunidad, porque, inevita-
blemente, la igualdad de género empodera a todos, como lo ha recal-
cado la filántropa y mujer en STEM Melinda French Gates en su libro
No hay vuelta atrás: el poder de las mujeres para cambiar el mundo.
Hacia una mayor visibilidad de la investigación realizada por mujeres en STEM 447

Con lo antes expuesto, vale la pena destacar contribuciones y tra-


bajos realizados por Ada Lovelace, Melinda French Gates y Sheryl
Sandberg, con el objeto de ejemplificar no sólo la trascendencia de
sus aportaciones sino incluso el resultado de visibilizar en los cam-
pos de STEM la investigación realizada por mujeres.

Ada Lovelace

Lady Ada Lovelace (1815-1852) es considerada la primera perso-


na en programar una computadora. En 1843 escribió el primer algo-
ritmo que la computadora analítica de Charles Babbage ejecutaría
(Enciclopedia Británica). En honor a ella recibe su nombre el len-
guaje de programación Ada. También el segundo martes de octubre
se celebra el Día Internacional de Ada Lovelace y se rinde honor a las
contribuciones realizadas por mujeres en STEM.

Melinda Gates

Melinda French Gates (2019) se autoproclama una apasionada


defensora de los derechos de las mujeres en la tecnología. Cuando
ella llegó a Microsoft, narra que la primera sesión para designar el
área a la que pertenecería acudieron sólo hombres, a lo cual estaba
acostumbrada desde que estudió Ciencias de la Computación. Por
lo que, después de unos años en Microsoft, Melinda Gates tuvo un
momento de autorreflexión, como le sucede a las mujeres que tra-
bajan en compañías dominadas por hombres. Melinda se adecuaba
al estilo de los hombres que había percibido que estaban haciendo
las cosas bien en la empresa, porque era la manera eficaz de sacar el
trabajo adelante. Después le vino la pregunta: ¿podría permanecer
en la empresa y ser yo misma? ¿Seguir siendo dura y fuerte, pero
también decir lo que pienso y ser abierta acerca de quién soy? Lo
anterior, porque Melinda se describe como “sensible” en la cultura
de trabajo en Microsoft, no obstante, una etiqueta que se le colocó
por simplemente querer trabajar de forma más empática con sus
colegas y tomar en consideración las necesidades de la sociedad a la
448 Juana Canul-Reich y otros

cual querían servir. Eventualmente, ella creó una cultura de trabajo


sana en una empresa como Microsoft, la cual tomaba en conside-
ración la maternidad y embarazo, entre otros factores de la vida
que afectan a las mujeres; lo cual derivó en que la mayoría de ellas
quisieran estar en su equipo de trabajo, al ser un espacio donde se
sentía validación, apoyo y, sobre todo, igualdad de oportunidades a
la hora de crear proyectos.
Se debe agregar que la experiencia de Melinda Gates en cuanto
a crear espacios de igualdad de oportunidades para mujeres en Mi-
crosoft indica que los hombres también enfrentan obstáculos en los
espacios laborales que les impiden ser quienes son. Entonces, cada
vez que se hace un esfuerzo colectivo para crear igualdad de opor-
tunidades en las empresas de STEM, también se mejora la cultura
laboral tanto para hombres y mujeres, porque la igualdad de género
beneficia a todos.

Sheryl Sandberg

Sheryl Sandberg se graduó en la escuela de negocios de Harvard.


Es directora de operaciones en Meta Platforms, compañía a la cual
ingresó en 2008 cuando se llamaba todavía Facebook Inc. Es la pri-
mera mujer en ser parte del Consejo de Administración, del cual for-
ma parte desde 2012.
Antes de Facebook, Sandberg ocupó el cargo de vicepresidenta
de ventas globales en línea y operaciones en Google, compañía en la
cual se desempeñó de 2001 a 2008.
Su experiencia de trabajo en estas dos empresas tecnológicas en
puestos de líder le permitió observar que las mujeres no se caracte-
rizan por ocupar puestos directivos y que su desarrollo profesional
laboral se ve frenado por razones atribuibles a la cultura imperante
en las compañías y por otras atribuibles a esquemas internos en las
propias mujeres. En 2013, Sandberg publicó su libro Lean In, en el
cual narra historias personales experimentadas desde su condición
de mujer profesionista.
Hacia una mayor visibilidad de la investigación realizada por mujeres en STEM 449

Para Sandberg es claro que las condiciones de las mujeres me-


jorarían si más de ellas llegaran a puestos de poder, pues conocen
sus necesidades y preocupaciones. La pregunta es ¿cómo lograr más
mujeres líderes? Hay diversas barreras que obstaculizan su camino
como lo son el sexismo, la discriminación y el acoso sexual.
Además de las barreras impuestas por la sociedad, existen barre-
ras internas en las mujeres, como la falta de confianza en sí mismas.
Las mujeres internalizan los mensajes que escuchan a lo largo de su
vida, tales como que no deben ser agresivas, o que no deben mostrar-
se más poderosas que los hombres; con ello las expectativas sobre sí
mismas disminuyen. Comparadas con los hombres, pocas mujeres
aspiran a tener puestos de responsabilidad. Sandberg considera que
eliminar las barreras internas es crítico para que la mujer gane poder.
Éstas son controlables por ellas, ¿por qué no decidir desmontarlas?
Sentarse a la mesa es una estrategia que Sandberg refiere al observar
que en general a las juntas de trabajo las mujeres acuden y se sientan a
un lado de la mesa principal, o hacia una de las esquinas. Sentarse a la
mesa es ocupar un lugar desde el cual todos puedan verte y escuchar
tu opinión, además, te compromete a aportar a la reunión. Todo ello
eventualmente genera autoconfianza y te hace visible con tus colegas.
Sandberg relata diversas situaciones, por ejemplo, el decir que
un “hombre es ambicioso” porque aspira a un puesto alto tiene una
connotación positiva, sin embargo, cuando decimos que “ella es muy
ambiciosa porque aspira a un puesto alto” se percibe con una conno-
tación negativa, y se le critica porque esas aspiraciones se esperan de
los hombres y no de las mujeres. Es necesario vencer ese sentimiento
y avanzar hacia la meta profesional que nos tracemos.

PROPUESTAS QUE IMPULSAN UNA MAYOR


VISIBILIDAD

Los temas abordados en las secciones anteriores ponen de mani-


fiesto la necesidad de diseñar estrategias que permitan que el trabajo
realizado por mujeres científicas se conozca, que sean más visibles.
450 Juana Canul-Reich y otros

Algunas estrategias propuestas corresponden a implementacio-


nes por parte de la empresa o institución educativa, otras constituyen
un quehacer de las propias investigadoras.
Se plantean las siguientes estrategias:
• Para casos de nuevas contrataciones es muy conveniente que
las investigadoras, al integrarse a la institución, se incorporen
a un equipo de trabajo en su disciplina o área de investiga-
ción. Se sugiere a la institución establecer un programa de
mentorías que acompañe a las nuevas investigadoras en su
etapa inicial y permanecer en él hasta encontrarse en una eta-
pa de producción.
• Difusión de infografías de los proyectos científicos en una
página web institucional. Ello daría a las investigadoras una
gran visibilidad hacia el resto del mundo, por lo tanto, se re-
comienda hacerlas en español e inglés.
• Comunicar en redes sociales cuando se termina algo: no es
presunción, pues se necesita incrementar la visibilidad.
• El establecimiento de un acuerdo entre colegas para la difu-
sión de los posts relacionados con logros científicos, en las
diversas redes sociales. En otras palabras, compartir y dar like
a las publicaciones de este tipo, para ampliar la visibilidad
propia y de las colegas.
• Recomendaciones profesionales en las redes sociales. Por
ejemplo, LinkedIn permite dar recomendaciones de los cole-
gas, se puede resaltar sus habilidades blandas, técnicas y dar
testimonio del trabajo que han realizado. Ello amplía la visi-
bilidad de todas.
• Extender cartas de recomendación a colegas. En ocasiones se
requieren para diversas solicitudes y ello constituye un apoyo
entre todas. Se sugiere identificar los puntos que el receptor
espera encontrar en la carta para que éstas sean útiles.
• Ser asertivos con humildad. Es necesario hacer un cambio
del uso del término nosotros al yo. Tengamos presente que
Hacia una mayor visibilidad de la investigación realizada por mujeres en STEM 451

tenemos habilidades y capacidades, lo que hace falta es hacer


visible el trabajo que realizamos. Hablar en primera persona
de nuestros buenos resultados, no le quita a nadie y si nos
coloca en una perspectiva diferente ante la comunidad cien-
tífica.
• Expresar un agradecimiento por algún apoyo recibido, sea a
través de un correo electrónico, una llamada telefónica. Ello
puede traer como efecto el establecimiento y ampliación de
redes de colaboración.
• Marca personal. Se refiere al cómo nos ven los demás. Se su-
giere idear una estrategia que permita comunicar nuestros
objetivos, nuestras prácticas profesionales y experiencias que
nos identifican.
Los lectores podrían sugerir otras estrategias no listadas en este
apartado y que inciden en la visibilidad del rol de las mujeres como
científicas. La idea es tener presente que, si de nuestros logros nadie
se entera, no hay visibilidad de nuestro trabajo.

CONCLUSIONES

En este artículo se ofrecen algunas estrategias que, al aplicarlas,


permiten incrementar la visibilidad del trabajo realizado por mujeres
científicas. Las estrategias ofrecidas aplican no sólo a las mujeres en
STEM sino a las de todas las áreas del conocimiento.
Se describen tres fenómenos que usualmente se observa en las
mujeres: el síndrome del impostor, el síndrome de la tiara y el techo
de cristal. En cada uno de ellos se narra su impacto negativo en la
visibilidad del trabajo que realizan las mujeres que lo padecen.
Por otro lado, se describe el trabajo realizado por tres mujeres y
que han tenido un gran impacto en la tecnología: Ada Lovelace, Me-
linda Gates y Sheryl Sandberg.
452 Juana Canul-Reich y otros

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