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FRUTO DE LA BENIGNIDAD

Gálatas 5: 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,


paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.

En su sentido etimológico la palabra benigno significa algo


o alguien que no causa daño.

Los griegos definían JRESTÓS (χρηστός) como la disposición


del corazón para considerar los asuntos de los demás como
si fueran propios.

En su carta a los Efesios Pablo exhortaba a los creyentes a


ser benignos unos con otros, y la palabra que se traduce aquí
como “BENIGNOS” es la palabra griega JRESTÓS
(χρηστός), la cual también puede traducirse como
AMABILIDAD o a veces como misericordia.

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,


perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó
a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32

Muchos de los problemas dentro de la iglesia vienen de las


malas relaciones las cuales afectan la unidad de la misma.
Como seres vivos estamos en constante comunicación,
resolvemos problemas entre personas, amonestamos a los
que hacen mal las cosas, animamos a los tristes, fortalecemos
a los decaídos y si la cualidad de la amabilidad no existe
entre nosotros podemos llegar a causar grandes conflictos al
ser muy ásperos o imprudentes en el trato con los demás
Lamentablemente por causa del pecado nuestro corazón es
malo y desde el principio el hombre se ha desviado de los
caminos de Dios en pos de lo que le desagrada: “Y vio Jehová
que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que
todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era
de continuo solamente el mal”, (Génesis 6:5). SIENDO ASÍ,
DIFÍCILMENTE EL HOMBRE PUEDE SER BENIGNO
POR EL HECHO DE SER UN ENTE EGOÍSTA. Sin embargo,
el Señor transforma el corazón del cristiano por medio del
poder del Espíritu Santo con el fin de que produzca el fruto
deseado: “Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un
espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora
tienen, y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi
Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y
obedezcan mis leyes”, (Ezequiel 36:26-27, NVI). Una vez
que el poder de Dios transforma nuestro corazón duro, es
nuestra responsabilidad cultivar el atributo de
BENIGNIDAD (amabilidad) desechando todo aquello que
dañe las relaciones que podemos tener con los demás:
“Toda amargura, ira y enojo, y gritería, y maledicencia, con
todo género de malicia, destiérrese de vosotros. Al
contrario, sed mutuamente afables (jrestós, χρηστός),
compasivos, perdonándoos los unos a los otros, así como
también Dios os ha perdonado a vosotros por Cristo”,
(Efesios 4:31-32, T. Amat). Por tanto, si somos cristianos,
estamos obligados a desechar toda maldad y aspectos de
nuestro carácter que sean ofensivos para los demás, antes
debemos sustituirlos por buenas virtudes que favorezcan
nuestras relaciones con nuestros semejantes, tal y como
Pablo lo vuelve a declarar: “Dios los ama mucho a ustedes, y
los ha elegido para que formen parte de su pueblo. Por eso,
vivan como se espera de ustedes: amen a los demás, sean
buenos, humildes, amables y pacientes. Sean tolerantes
los unos con los otros, y si alguien tiene alguna queja contra
otro, perdónense, así como el Señor los ha perdonado a
ustedes”, (Colosenses 3:12-13, BLS).

Comencemos por definir lo que es la benignidad. En primer


lugar, no significa que uno tenga el carácter débil o que
tenga falta de convicciones. Es más bien, ser apacibles en
nuestro trato; dulces y tiernos con los demás. También es ser
pacífico, gentil, sin rencores y amables con los demás
(Lucas. 6:35). A diferencia del fruto siguiente de la bondad,
pudiéramos decir que la benignidad es una disposición
interna y pasiva de hacer el bien a los demás. Digo pasiva,
porque la bondad se refiere a la manifestación externa y
activa de la benignidad. Una tiene que ver con el sentir
interno hacia los demás, mientras que el otro se relaciona
con el bien hacer a otros, además llama la atención que toda
la Escritura tiene un orden lógico, es necesario saber por
qué está colocado justo allí y por qué debemos tener el fruto
de la benignidad bien desarrollado en nuestras vidas.

BENIGNIDAD del Griego: RESTOTE, Que significa =


EXCELENCIA MORAL.
En el Hebreo es la palabra. JESED, Que significa =
MISERICORDIA,
Algunas de las palabras que se utilizan para traducir la
palabra griega para “benignidad” son: “servicial”, “bueno”,
“agradable”, “amable” “cortés”.
La benignidad tiene que ver más con el ser que con el hacer.
Y está basada en la mentalidad que se describe en
Filipenses 2:3-4: “Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a
los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno
por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los
otros”.

LA BENIGNIDAD SE APRENDE……

La biblia nos da cuatro ejemplos de BENIGNIDAD.

José Despues de haber sido maltratado por sus hermanos,


decidio perdonarlos.

Jesus cuando se encontró a la samaritana, no la ignoró como


era costumbre, por el contrario le ofrecio agua viva.

El buen samaritano: Ayudó al Judio al verlo herido en el


camino, a pesar del pleito entre Judios y Samaritanos.

CUALIDADES DE LAS PERSONAS BENIGNAS

Da
Perdona
Es considerado
Sonrie en situaciones difíciles
Tiene buena disposición
Es gentil y atento
No es egoísta
Es generoso,
Usa palabras amables
Es ayudador
Perdona errores.

COMO PUEDO DESARROLLAR UN ESPIRITU BENIGNO

 Permita que el Espíritu Santo produzca fruto en su vida,


la benignidad proviene de Cristo y solo se debe
caminar en obediencia.
 Poner a un lado todo lo que no vaya de acuerdo con la
vida en santidad.
 Pedirle al Señor que nos ayude a ser benignos.
 Luchar todos los días para Practicar la benignidad

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