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La lucha de clases acosada por la amenaza atómica

Prólogo

‘Re-descubrir’ la Legitimidad del Socialismo

04//06/2022

La teoría revolucionaria elaboró un saber nacido hace apenas doscientos años. Los escritores
promotores de La Ilustración plantearon un nuevo desarrollo social que ciudadanizó amplias
capas de población, con la distribución de los privilegios arrancados al clero y a la nobleza. Pero
la emancipación del proletariado se caracterizó porque fue construyendo su andamiaje teórico a
partir de las propias luchas que protagonizó. La experiencia en los conflictos se fue
transformando en teoría, es decir: en explicación de los mismos. Tener explicaciones no
equivale a ‘los diez mandamientos’ aplicables a todos los casos. A veces, lo aprehendido es
aplicable, a casos distintos, otras veces no, porque las situaciones pueden ser inéditas y por lo
tanto serán las próximas formulaciones explicativas, las que ampliarán estos ‘baches’
conceptuales. No hay que olvidarse que nuestros verdugos también van inventando nuevas
engañifas y modos de imponernos divisiones artificiales. A medida que nuestra ‘audacia’ va
generando experiencia, y las experiencias, luego de un recorrido, a veces devienen en
conquistas. Así se va conformando la teoría. La teoría genera aspiraciones y por lo tanto
programas. Nunca al revés, taponar la audacia con ‘teoría preconcebida’.

El Socialismo en la Europa decimonónica, aparece como una de las vertientes herederas de la


Revolución Francesa. Primero fue un movimiento, que se vertebró como un movimiento
clasista, con corrientes muy diversas, pero finalmente se consolidó alrededor de La Teoría de la
Lucha de Clases. Luego se afianzó programáticamente a través de sus sucesivas
Internacionales, con lo cual adquirió una institucionalidad, de pretensión universal. La
Revolución Rusa marcó un hito que le aportó una inédita gobernabilidad, e incluso consolidó el
método revolucionario, como forma de acceso al Poder. ‘La revolución fue Nacional por su
forma, pero Internacional por su contenido’.

Este fue un concepto cardinal, que en un principio descubrió y luego propaló, la conducción
bolchevique, pero después se abrió una panoplia de disputas dentro del campo obrero mundial.
Porque, si bien todos conformamos la clase obrera mundial, subordinada al mando capitalista,
ya conformado como Imperialismo monopolista, en lo secular estamos atravesados por un
conjunto de micro-intereses, debido justamente a esa heterogeneidad concreta, que atraviesa
nuestro día a día. Entonces nos aparecieron dicotomías tales, como reforma (inmediata) y
revolución, como estrategia; Liberación Nacional o Socialismo. La específidad del Tercer
Mundo, que no estaba escrita en ningún lado, ni tampoco la plurinacionalidad de los estados.
Toda estas nuevas contradicciones y desafíos se fueron ampliando y en muchos casos
reactualizando el campo teórico también, a veces con su secuelas de rupturas, derrotas y re-
acomodamientos.

Pero históricamente hablando, aquella definición de ‘Nacional por su forma e Internacional por
su contenido’, está ampliamente confirmada. En realidad, quien traza la ruta revolucionaria es el
Imperialismo a través de sus marchas y contramarchas. No hay que olvidarse, que el
Imperialismo, mientras conduce el proceso productivo general, es quien determina nuestras
vidas, inclusive la de los ´países “nacionalmente emancipados”. Ocurre que en esa puja entre la,
o las Metrópolis, en sus etapas especialmente de crisis, (que bien mirado, aún los pequeños
ciclos expansivos, entrañan crisis) tienden a exprimir más a sus colonias y/o clases
subordinadas dentro de sus propios países, como un modo de recuperar, aunque sea
parcialmente, algo de su tasa de ganancia perdida durante el proceso productivo. Estas
embestidas generan resistencias de distinta envergadura y algunas desencadenaron procesos
revolucionarios triunfantes. Pero siempre, la causa de esta reacción está en el expolio o en la

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agresión que el dominante ejerce en contra la estima del dominado. Siempre es el Imperialismo
el que genera su propio Sepulturero. Lo digo, porque hay todavía una tendencia a creer en la
idea del ‘Sepulturero virtuoso’. Es decir, que hay Partidos o Líderes que son ‘autores’ de
Procesos Revolucionarios Triunfantes, lo que da pábulo a estudiar minuciosamente sus
métodos, estratagemas y legado conceptual particular. Luego ‘pegar’ y revolución resuelta.
Estás tendencias son genuinas e inclusive útiles, especialmente en medio de largos impasses
sociales, pero carecen de ‘madurez’, a la hora de caracterizar la relación mundial de fuerzas y
por lo tanto, precisar la fase de decadencia, con sus correspondientes ascensos objetivos, que
transita el Imperialismo e impide por consecuencia, medir el arco de alianzas efectivas con que
se cuenta, incluso al interior del propio país.

El recorrido de la Lucha Internacional de Clases confirma especialmente, desde la 2da G.M.


hasta hoy, la veracidad de la tesis ‘Nacional por su forma, Internacional por su contenido’. Al
punto tal, que cada revolución triunfante, ha hecho de su experiencia un propio legado teórico.
Por ejemplo: la URSS, nunca renegó del legado de la 2da Internacional, aunque tuvo una
ruptura marcada por la necesidad de su propia gobernabilidad, pero siempre se reconoció
heredera de la Segunda, con un especial apego a la tradición de Marx y Engels. Mientras que el
P.C.Chino referenciado doctrinariamente en la 3era Internacional, sin embargo, tuvo un mayor
apego a su propia tradición histórica. Marcado por su propia e inmediata experiencia colonial,
que lo llevó a orientar su gobernanza hacia una alianza estratégica con él, desde entonces,
llamado Tercer Mundo. Un resultado de esta orientación fue la creación del Movimiento de
Países no Alineados. Con notorios éxitos en su momento, en los ’60 y los ’70. Esto obligó al
Imperialismo a un trato especial, con cada burguesía en particular, golpes de Estado y asesinatos
tácticos mediantes, especialmente en África y América Latina, con lo cual logró erosionar este
sindicato de países avasallados, por parte de los estados defensores de las corporaciones
extractivitas. Hoy bajo otras formas el M.P.N.A. está recuperando y redoblando sus fuerzas.

La República Democrática de Corea, mediante la filosofía Juché, (especie de Teoría del Hombre
Nuevo Coreano) tiene su inserción especialmente en el Nor-Este del Asia, La Revolución
Cubana fue legando al mundo, los fundamentos de la Tricontinental. Está claro, bajo estas
premisas, Cuba atravesó su gigantesca intervención revolucionaria en el continente africano.
Tampoco podemos olvidar el gran aporte de La República Islámica de Irán, que marca su
impronta en el área, de los más de mil millones de musulmanes. Entre sus desarrollos pueden
contarse el despliegue de los Hezbollá (Libano, Irak, etc.), Su apoyo a Siría invadida y su norte
encaminado hacia la Liberación del Pueblo Palestino, (inscripta en su normativa constitucional)
así, como su apoyo a la Liberación del Yemen. Imposible de soslayar, acá en la América
Nuestra el proceso gradual y novedoso de la emancipación de La Venezuela Bolivariana.

Estos desarrollos, como así también los de Argelia, Sudáfrica y el truncado en la Livia de
Gaddafi han implicado experiencias que deben sumarse a la tradición teórica de la Lucha de
Clases, en sus aspectos triunfantes. Estos aspectos triunfantes que han pavimentado el camino
de la clase obrera hacia su liberación, hay que contrastarlos con la gran derrota que hemos
padecido, en algunas regiones más que en otras, especialmente en las ciudades más prósperas.
Esta derrota consiste en la clase-medianización del proletariado, que recién en este momento,
empieza a encontrar su límite desarrollista. La clase dominante supo corrompernos,
imponiéndonos el fetiche del consumo, pero como todo hábito social forjado por encima de sus
posibilidades históricas reales, termina fracasando. De ahí, que hoy chocamos contra los límites,
que nos impone la escases de recursos naturales, de extracción primaria que sumados a los
límites condicionados por nuestra propia alienación social, dan por resultado la inviabilidad del
capitalismo.

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Los límites de las juridicidades ‘nacionales’ estallan frente al vital impulso de los pueblos por su
‘democratización’ inconsciente, ya que más que democratización su necesidad es de
socialización. Dada la estructura criminal de los estados de naturaleza privatista que pujan por
reducir esta necesidad en mera democratización (burguesa). En este sentido y poniéndolo en
concreto. Nosotros, los países periféricos y Latino América (o Abya Yala) en especial, nuestro
campo revolucionario – y más especialmente, el de s. XIX, nos condujo a una balcanización,
(con la excepción del ‘conservador y atrasado’ Brasil)- que hoy día, nos vemos obligados a
revertir.

Entonces, si la tesis histórica a la cual nos estamos refiriendo – ‘nacional por su forma,
internacional por su contenido’- fue correcta, es decir: fue refrendada por el desarrollo histórico
mundial, quiere decir, que aquel hito, que significó la Revolución Rusa y luego confirmaron las
distintas revoluciones ‘nacionales’, en otros eslabones débiles del Mundo, están indicando, que
el ‘contenido revolucionario’ está ‘cerrando su círculo’, La actual ecuación mundial, con La
Organización de Cooperación de Shanghai, especialmente en su nueva conformación con Irán e
India incluidos, más Malasia e Indonesia en espera, conforman un bloque económico, (sin
incluir a los BRICS), de un 20 % por encima del movimiento económico del G7. Si lo
contrastamos con la tesis actualmente en boga; que afirma: ‘que el actual Hegemón Imperial,
está cediendo su lugar a una conducción Multipolar y Policentrica del destino planetario’.
Entonces, de nuevo quiere decir, que el ‘contenido revolucionario universal’, geopolíticamente
hablando, está concluyendo.

Estamos frente a dos bloques productivos, que por sí mismos no son antagónicos, pero que
disputan la conducción política en la forma, pero en cuyo fondo es el modo de producción lo
que está en juego. Históricamente mirado, el nuevo orden venidero, también sería ‘orden’, solo
que en lugar de ser monovalente, como el actual, ahora sería plurivalente. De nuevo un cambio
de forma, para un contenido todavía capitalista. Mirado desde el ‘presente continuo
permanente’, podría concluirse, con que esta transformación sería ‘más de lo mismo’. Pero no.
Es la dimensión histórica, la que le aporta un sentido diametralmente opuesto.

Formulado de esta manera, podría decirse, que estamos frente a una nueva guerra fría ampliada
y desde el punto de vista capitalista (OTAN, G7, FMI, Banco Mundial, OMC) constituye el
propósito buscado, porque es la única manera de salir de su mega crisis. Crisis, sobre crisis,
sobre crisis. Qué en lugar de resolverlas, con el arte de la posponerización a través de la timba
financiera, acumularon 50 años de déficit productivo. Y, como siempre ocurrió en la estructura
de propiedad privada, las crisis se resolvieron en todos los casos, con guerras expansivas. El
detalle consiste en que estas guerras, ahora las están perdiendo. Una a una: Irán, de momento
Irak y hasta Palestina está ganando su guerra. ‘El Asía’ que alberga el concentrado de la fuerza
mundial de trabajo, está ganando todas las guerras. El Imperialismo extorsiona, con amenazas
nucleares y ‘El Asia’ les dobla la apuesta, porque, no solo son sus trabajadores los que pelean –a
diferencia de los financistas’ occidentales’ que pelean hasta el último ucraniano, el último
yijadista, el último nazi, o, para decirlo con más propiedad, hasta con el último mercenario-
además de superarlos ampliamente en tecnología militar.

Desde nuestro lado, esa mayoría mundial, el 99% de la población expoliada por la elite del 1%
estamos simplemente interesados en re-conquistar nuestra inocencia perdida a lo largo de los
siglos, en un proceso que será gradual, pero que a diferencia de lo que ocurría hasta ahora,
avanzará sobre carriles conscientes, o como decía Marx, en términos hegelianos en el Prólogo a
La ‘Contribución a la Crítica de la Economía Política’ en 1859 –‘Ninguna formación social

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desaparece antes que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de
ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las
condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia
sociedad antigua’- La humanidad y por fin se puede decir humanidad, porque hasta hace 50
años, Humanidad era Europa, blanca, supremacista y cristiana, con apenas, hoy de 450 millones
de personas, el resto, los 7500 millones, era una zona oscura, confusa, donde no se sabía que
había. Ahora humanidad pretende ser en el sentido lato del término: humanidad, lo que de por
sí, implica una gran conquista.

Desnazificar el mundo, significa des-feudalizarlo. Avanzar hacia una legalidad mundial, que en
principio domestique, el sentido mafioso de la propiedad, para que en un proceso de des-
escalamiento, la propia humanidad sea la que la vaya conduciendo hacia su extinción. La
discusión, que por ahora, divulgan los especialistas críticos, en el área de las publicaciones
‘occidentales’: El nuevo orden nos pondría frente a un republicanismo de carácter Universal,
con una justicia también de fundamentos universales, es decir: con análisis contrastados,
abriendo las puertas a infinidad de derechos. Y en sentido negativo (en cuanto a derechos)
barrería con los resabios feudales, que perviven en el actual republicanismo, donde todavía se
fundamentan los privilegios de ’propiedad a lo que de’… y se refugian en la criminalidad del
mercado abierto. Significaría derribar supersticiones, tales como aquella, de que los mercados
renacen permanente a través de ’la mano invisible’. O, la de los ‘pueblos predestinados’, que se
amparan en cierto ‘derecho natural’ para cobijar una impunidad, no judiciable, en virtud de
prerrogativas, que siempre fueron simplemente de clase. En la práctica, esta ‘nueva forma’,
implica sacar al capital de su prevalencia sobre el ahorro social.

¿Esto significa ‘socialismo’ visto desde los postulados conceptuales de la Europa del s. XIX?
–No-. Pero la experiencia por la que estamos transcurriendo, implica una pre-condición
necesaria para el desarrollo de la segunda explicación: la más profunda. Estas nuevas
condiciones jurico-económicas, enlazándolas con nuestra doctrina fundante, El Manifiesto
Comunista, podríamos decir, como síntesis; sacan definitivamente de la clandestinidad, a la
Teoría de La lucha de Clases. De manera, que la lucha de clases, adquiriría carácter
institucional, en todo el conjunto de relaciones humanas y por primera vez, la humanidad toda,
hablaría un mismo idioma en cuanto a la conceptualización de las relaciones sociales. También
por extensión, de las relaciones de la Sociedad con la Naturaleza y ahí sí, empezaríamos a
‘recuperar’ el concepto de Socialismo, con los rasgos con que fue concebido en el siglo XIX.
Con unas Ciencias Sociales basadas en Leyes históricas. La Lucha de Clases se desplegaría en
toda su potencialidad Tal como hoy día, lo reclaman muchos puristas ‘de la letra’ de Marx.
Pero en esta fase, la de hoy, se trata por lo menos, de terminar con el imperialismo.

1- El Ser hace a la Conciencia

05/07/2022

Los mercados, en especial el mercado de trabajo, constituye el verdadero despotismo de la


conciencia. Es importante comprender que la alienación duele solo en un primer momento,
luego viene el acostumbramiento. Es como Zambullirse en agua fría. Al principio se sufre el
choque de temperatura, pero luego el cuerpo se va aclimatando y al cabo de unos minutos, está

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completamente asimilado a la nueva temperatura. Esta asimilación en los trabajadores, que ya
no duele en lo inmediato, sin embargo luego sufre las consecuencias de una integración de unas
reglas de nueva estabilidad, que también van cambiando de condiciones, a medida que el capital
va menguando su tasa de ganancia, en línea con la consabida ley de la caída tendencial de la
tasa de ganancia. Para cualquier revolucionario que se precie, estudiar el fenómeno de la
alienación es vital, porque en las formas que esta va adoptando se espejan las estrategias del
enemigo principal.

A menudo, desde los sectores centro-izquierdistas, que hoy por hoy resultan necesarios, en tanto
ayudan a conformar masa crítica. Desde un planteo idealista se aduce que el reflujo de las masas
se debe a las fake-news, al law-fare, ‘al trabajo sucio’, por fuera de la ley que hace la burguesía,
violando sus propias reglas de juego, cosa que es cierta, con características aberrantes, como
ocurre en este momento, inclusive. La pregunta es ¿Cuándo fue de otra manera? Hasta ahora, en
cualquier régimen de propiedad privada, el sector dominante impone las reglas, para que los
subordinados las cumplan, nunca para condenarse a sí mismo, como grupo de interés. Esta es
una ley base de La Teoría de la lucha de clases. Las triquiñuelas a las que recurren las clases
dominantes, no son solo las operaciones de prensa disfrazadas de noticias o los sindicalistas,
políticos o sistema judicial cooptado por los intereses corporativos de la economía, también
pueden recurrir al crimen, a los asesinatos selectivos de líderes/esas, por ejemplo. Son
simplemente mecanismos que conforman los métodos de dominación.

Estos métodos de dominación de carácter super-estructural; digamos, no son los determinantes


en la conformación de la sociedad de clases. La conformación de la sociedad en clases es
producto del desarrollo histórico, que venimos arrastrando desde milenios y que fueron
conformando tradición, ergo; acostumbramiento. O sea un sedimento de alienación histórica,
podríamos decir; que las instituciones como el sistema educativo y la familia, no pudieron
superar y que las relaciones extorsivas de las condiciones laborales se encargan de reforzar en el
día a día. Por supuesto, que los cincuenta años que nos preceden de capitalismo sin contrapeso
(derrota transitoria de la URSS) o neo-liberalismo, como lo definen los tinterillos del propio
régimen, inciden en este impasse, también momentáneo, del movimiento mundial de los
trabajadores. Todos estos factores, que son importantes pero no determinantes, no justifican ese
reclamo ‘progresista’, de que debido al abuso patronal de las formas republicanas de gobierno,
no se avanza en el programa de las conquistas sociales.

Un reseteo que no se concreta

Este reinicio, tan anunciado como postergado, en los Foro de Davos, o en los Conclaves
del G.7 tiene inconvenientes que van más allá de sus propias contradicciones. El
imperialismo no está solo, como lo vende su propaganda oficial y oficiosa, que la
presenta como el único modo de producción existente, los demás serían enclaves
experimentales, destinados a la extinción, porque según su propio relato de y para su
autoconsumo, la experiencia comunista es una pústula circunstancial, destinada a la
desaparecer. Afirmados en su propio relato, sin siquiera contrastar resultados, devienen
en pesadillas, que a pesar de tener intereses de dominación con otras oligarquías
mundiales unidas por la idea de someter al mundo, en un régimen productivo único e
infalible. Pero no. Hay un modo de producción, que ha salido a competirle y le está

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pisando los talones y los encuentra sin libreto para afrontar esta situación que les resulta
inédita e inadmisible. La raíz de tanta irracionalidad está enquistada en sus propias
contradicciones. Contradicciones que antes estaban disipadas porque había desafíos
históricos que llevar adelante, pero hoy que los actuales desafíos requieren de otras
formaciones sociales, para ser superados, los parámetros del liberalismo, como la
acumulación individual de capital, el apego a un monoteísmo supra-terrenal en el plano
cultural-ideológico, o el sostenimiento a presión de la familia mono-parental; chocan
contra las necesidades sociales como la promoción de totalidades sociales a planes
educativos-productivos, integrados, una democratización por lo tanto, de las decisiones
sociales, y una incorporación de la naturaleza a la esfera de la lucha por los DD.HH.

Como bien señala el Times, londinense editorializando la posición (mayo 23), de la


clase que controla el mercado mundial de valores (la patronal real) refiriéndose a la
guerra que transcurre en Ucrania: ‘el triunfo –sobre Rusia y el eje del mal- significa «el
retorno a las inversiones»’. Pero los errores de cálculo, producto de esta negación
explícita de la realidad, que no advierten que el ciclo económico que inauguró el
Reagan-/Tatcherismo, con las palabras de la Primer Ministra inglesa «No hay
alternativas». En efecto, con el entramado que crearon a partir de los ’80 producto de
dos grandes triunfos patronales, como fueron el triunfo bélico por parte del Plan
Cóndor, por parte del Comando Sur estadounidense, con apropiación de las Islas y
Mares del Sur, al estado Argentino y la caída o derrota de la URSS, estuvieron las
condiciones dadas para un retorno al liberalismo, reafirmando, para sí, el triunfo de la
usura por sobre el trabajo y reafirmando la eternidad de los valores basados en la
propiedad privada. En efecto, esto fue así, solo, que en términos transitorios. En las
últimas cuatro décadas, «No hubo alternativas». A partir de la reaparición de Rusia,
como potencia en proceso de re-industrialización, es decir de recuperación del terreno
perdido, tras su derrota, como URSS (febrero 2022), empiezan a haber alternativas, y
estás alternativas están relacionadas con una alianza de las clases subordinadas,
especialmente en los países del Sur Global, o del Tercer Mundo como se los
denominaba décadas atrás, contra el enemigo principal, en el decir maoísta: El
Imperialismo.

El juego de las bolsas de valores, que en los países anglosajones, la compraventa de


acciones tiene un carácter popular, que las clases subordinadas toman como un segundo
ingreso, tiene por un lado, una carga cultural que legitima el proceso de financierización
de la economía y hace ver que el capitalismo genera una distribución justa, ya que las
sociedades accionarias representan, en EE.UU. por ejemplo, el grado más alto de
relación democrática entre los ciudadanos, donde cada acción es un voto para todos los
accionistas por igual, en ese sentido la igualdad es sacrosanta. Claro, que hay
accionistas que cuentan con unas pocas acciones y otros con cantidades mayores que
pueden controlar el destino de la empresa a que están asociados, no solo porque ganan
los directorios donde está el timón, y se permiten maniobras, como por ejemplo empujar
las acciones hacia la baja y de esta manera comprar a los minoristas su parte, a precio de
bicoca. A esto, hay que sumarle que los Bancos Centrales, con su política de bajas tasas
alientan las subas del mercado accionario, creando burbujas mayormente improductivas
sobre bienes tangibles, especulando corto-placisticamente en el vacio sobre unas
ganancias ‘supuestas’, que cuando el ciclo estalla, los precios vuelven a su valor
histórico. De nuevo la maniobra de pescar incautos por un lado, pero generando en un
nivel más amplio procesos inflacionarios, que repercuten sobre toda la sociedad.

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La clase asalariada no tiene manera de defenderse de este tipo de explotación, queda
atrapada en la carrera contra los precios. Una medida transitoria, defensiva de cualquier
manera, consiste en nacionalizar la Banca y el Comercio Exterior, lo que significa
salirse del encadenamiento del dinero fiduciario de carácter privado, por otra moneda
que también puede ser fiduciaria pero impresa por el Tesoro Nacional, La eliminación
de los Bancos Centrales y/ o privados es un duro golpe para la ‘timba financiera’. No la
elimina porque puede seguir actuando ilegalmente (los especuladores se convierten en
guerrilleros de la codicia incentivando la usura por donde sea) dentro de los mercados
de importación y exportación. Los países centrales, cuentan con otros mecanismos, para
descargar a través de sus balanzas de pago su crisis a los países emergentes, con su
moneda fuerte, de nuevo, se quedan con las mercancías del Sur Global a precio de
gallina enferma.

Como dice nuestro co-compatriota ecuatoriano Pedro Páez, (mayo 23) la


financierización actual, no es la misma que la que teorizó Rudolf Hillfending, en El
Capital Financiero, En aquel entonces, este autor marxista austriaco, quien sostenía que
la expansión del capitalismo le permitió a este, la posibilidad, frente a los mercados
saturados de exportar capitales en lugar de mercancías, de esta manera el Capital
Industrial se transforma en Capital Financiero, con la asociación de Bancos e Industrias
formando Trusts o Cárteles, a tal punto que los propios EE.UU.se vieron obligados a
crear una ley que impedía esta asociación, conocida como la Sherman anti-truts act.
Erán los EE.UU. en etapa de expansión y sus corporaciones industriales tenían espalda
suficiente para esa competencia y abolieron esta asociación que consideraron como una
competencia desleal. La Financieración Corporativa de hoy día se realiza estimulada por
la legislación estatal estadounidense a través del sistema SWIFT de comercialización
internacional. Para ello, se ‘suavizaron’ los aspectos sancionatorios de la ley Sherman,
reservada en este momento para delitos cometidos antes del 2004, aunque se la aplica
para condenar a países y empresas extranjeras, cuando no actúan de manera favorable a
los intereses norteamericanos.

Ahora en esta etapa de decadencia generalizada El Imperio, mejor dicho sus


Corporaciones, que se amparan en el sistema legal, cuando les es ventajoso, pero
recurren a la relación de fuerzas cuando el intercambio, puede ser desfavorable. Se
valen del poder monopólico del dólar, como mecanismo de extorsión para imponer
ventajas comerciales, cambiarias y sancionatorias. Entonces la diferencia está en que
aquellos monopolios –los de principios del s.XX- eran voluntarios, no espontáneos,
pero apegados las viejas normas de comercialización, guiados por el instinto de lucro,
pero que finalmente resolvían necesidades realmente existentes. Ahora, en cambio,
generando el mecanismo de deuda, como forma permanente, de tenor obligatorio para
los agentes débiles de la economía, se convierte en una forma tributaria, de transferencia
de recursos de los mercados dependientes a las grandes corporaciones, conformando de
esta manera, un despotismo totalitario de mercado, que antes no existía, o por lo menos,
no estaba explícito.

Evgeny Morozov y el Tecno-feudalismo

Los nuevos planteos ligados a nuevas problematizaciones no nacen de cero, sino que
van montados en la estructura teórica, que a través de su práctica constitutiva. O sea de

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teorías previas que han superado las pruebas de la historia. El primer ejemplo, una
controversia sobre el carácter de las nuevas empresas, de digitalización corporativa,
ubicando temporalmente, estos postulados, dentro de la larga noche neoliberal, es decir:
antes de la guerra de Ucrania (2022). Porque a partir de la guerra, estos planteos dejaron
de tener sentido en los detalles, pero puestos en el contexto de la transición que estamos
atravesando, los discursos se llenan de sentido. La nota en cuestión la escribió Evgeny
Morozov, un investigador bielorruso de las nuevas tecnologías, publicado en
observatoriocrisis.com, el 14 de julio de 2022. El eje de la polémica pasa por la
caracterización de las empresas tecnológicas, la llamada Uberización de la economía,
que conducen a la noción de tecno-feudalismo.
El tecno-feudalismo, en tanto ‘modelo de negocios’ de carácter temporal, vigente
mientras la tasa de inversión industrial sea negativa, actúa como un paliativo financiero,
hasta tanto ‘los mercados’ vuelvan a ser rentables. En esa fantasía capitalista, la
solución ortodoxa, de fondo es la guerra, como claramente se vio en el movimiento de
la OTAN durante los últimos cincuenta años. Y cuya realización se está verificando en
la actual guerra. El autor discute contra una treintena de libros que se han escrito, en las
precedentes tres décadas, que tratan explicar la explotación, dentro de un esquema
rentario fundado en un ‘capitalismo patrimonial’, de ahí deducen que se trata de
presentar como regresiva a esta forma tecno-feudal. Es una exacción por medios
políticos, extra-económicos, un reparto ‘parasitario’ de la plusvalía; argumentan.
Lo que campea en el trasfondo del enfoque ‘tecno-feudal’ es una textualidad congelada
en los escritos del Marx Económico, donde ponen ‘la ganancia patronal’ únicamente en
la parte ‘impaga’ del salario; en la explotación. Pero a la luz de otra gran cantidad de
textos también actuales, y con mucho predicamento en Los Países del Sur Global, donde
se afirma que para el proceso productivo es tan necesaria, la ganancia por explotación
en la fase industrial de la producción, como en la fase ‘extractivista’ que define el
segundo ‘costo’ dentro de la producción industrial: el de las materias primas.
Normalmente arrancadas ‘gratuitamente’ mediante el sistema financiero impuesto a los
países del tercer mundo. La acumulación por desposesión de David Harvey, en cierta
medida lo explica.
En definitiva, lo que nuestro autor ( Evgeny Morozov) pone en cuestión es ese enfoque
histórico de Marx, donde como motor de arranque del capitalismo pone a ‘la
acumulación originaria primitiva ’, como un fenómeno de ‘vez única’ y no como
proceso de exacción continúa, incita al proceso de producción capitalista, propiamente
dicho, donde la extracción tiene un componente, mucho más devastador, que la
explotación salarial, en sí misma. Ya que se sustenta en un sistema de esclavitud, al día
de hoy. Cualquier duda, visitar los campamentos de las mineras o las plantaciones en
África o América Latina, ahora mismo. Ni que decir: de la destrucción ecológica,
Envenenamiento de acuíferos, desforestación, conversión de los mares en basureros, o
basura por fuera de la atmosfera, etc.
Si partimos de que el ideario socialista desemboca en la Comuna, partimos de que el
individuo está compuesto por la persona más su medio ambiente. Ese sería el sujeto
social, despojado del individualismo, consecuencia última que arrastramos de la
Sociedad Patriarcal. El sujeto socialista o comunal está imbricado con su paisaje, que es
también su medio de sustentación. El largo proceso de individualización que nos trajo
hasta acá, a través de la propiedad privada, nos dio la conciencia de que la lucha contra
la naturaleza, en tanto cantera de materias primas, en proceso de agotamiento, es

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también una lucha contra nosotros mismos, en tanto sociedad contradictoria y parte de
la naturaleza.
Se hace insostenible, dentro de la teoría de la Lucha de Clases, que el sujeto
revolucionario, sea, tal como se lo planteó en el s.XIX el obrero industrial o
proletariado, como se lo llamaba en ese entonces. Esto era así, porque en la lucha por la
posesión de la propiedad –ergo, del poder- considerándolo siempre en las condiciones
de vida europea, era el escalón último de la sociedad, por lo tanto, el sujeto social
destinado a abolir la Propiedad Privada. Pero al día de hoy sabemos que hay sujetos,
que han soportado y soportan un mayor grado de víctimidad: hablamos, claro, aquí en
América de los pueblos originarios, que han defendido su modo de vida, en las
condiciones más desventajosas. Bridándonos el testimonio, aún vivo, de que las
sociedades consideradas, por la ignorancia acumulada durante siglos, como ‘arcaicas’,
representan hoy, el sujeto histórico de América y del mundo.
No digo el sujeto ‘revolucionario’, porque ese sí deberá ser el proletariado americano,
con los descendientes de aquellos valientes ‘que se quedaron defendiendo la comunidad
a pesar de todo, tan solo para demostrarnos ‘que se puede’ Otro sujeto son los pueblos
descendientes de los ‘secuestrados’ en África para la esclavitud, que todavía pesa sobre
ellos, ‘el robo de personalidad’, que por lejos, también portan un grado de victimidad
muy superior al proletariado europeo. ¿Qué significa esto para nuestros pueblos? No
solo un reconocimiento histórico, sino también que en nuestra teoría de la lucha de
clases, debemos considerar que el despojo ‘por extracción’ es todavía más agraviante y
lesivo que el ‘despojo por explotación’: Un/a Quom/a lleva un mayor grado de despojo
que un trabajador de una automotriz, por ejemplo, aunque su fábrica esté radicada en el
Tercer Mundo. Aunque el trabajador urbano o de la automotriz, sea quien deba
vanguardizar la revolución, porque es quien está en mejores condiciones para realizar
esa tarea.
Este debate de Morozov, con quienes sustentan o sustentaban (insisto la Guerra de
Ucrania plantea una nueva orientación en muchos sentidos) la tesis del tecno-
feudalismo, como una nueva fase del desarrollo capitalista. Tesis estas, que no
contemplan la exacción de materias primas, como punta de lanza, de las ganancias ‘a
futuro’ de la actual financierización corporativa, donde la explotación a través de las
apps, son secundarias, en cuanto a montos, en lo que a ganancia ficticia se refiere.

Michael Hudson: ‘el Super-Imperialismo mata al Huesped’

En este sentido, una interesante línea de análisis nos aporta el norteamericano, Michael
Hudson, presentado por muchos entrevistadores como especialista en balanza de pagos,
una excelente atalaya desde donde otear el horizonte histórico económico con los
vaivenes de la actualidad corporativo-financiera de los EE.UU. A la actual fase, que la
prensa vulgar denomina: “neo-liberal”, este autor la caracteriza de “Super-
Imperialismo”. Una suerte de Imperialismo dentro del Imperialismo. Para ello parte del
estudio de los clásicos: Quesnay, Smith, Ricardo hasta Marx, que analizan la estructura
de precios a partir del valor-trabajo, y la contrapone con las teorías de los economistas
posteriores, los defensores del marginalismo: Walras, Jevons, Merger e incluso el
propio Marshall. Estos fundamentadores de una teoría capitalista de la economía: los
“Cambridge Boys”, de aquella época, podríamos decir, que se esfuerzan por darle un

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carácter antropológico al capitalismo. Sacando a la Economía Política de las Ciencias
Sociales, para ubicarla unilateralmente hablando, dentro del campo de las Ciencias
Naturales, denominándola Economía a secas. De esta manera, ponen su enfoque en la
econometría, en la matematización de los procesos económicos, en desmedro de su
contexto socio-político.

Este compendio doctrinario, es concomitante al desarrollo del capitalismo corporativo


justificando el individualismo metodológico, tratando de vivificar el espejismo de que la
producción es consecuencia del dinero y no del trabajo. De esta manera, se instala el
apotegma de las sociedades anglo-sajonas, de… ”que el dinero produce dinero”. Esta
teorización trae aparejada la glorificación de la usura y la condena del trabajo y
desmiente la creencia que teníamos hace unas décadas atrás, en el campo
revolucionario, de que el capitalismo es pura empiria, carente de fundamentos teóricos.
Lo que Hudson pone sobre el tapete, es que esta línea doctrinal, que orienta la
institucionalidad de la sociedad capitalista tiene raíces históricamente cercanas. Es decir
la práctica milenaria de la usura, bajo nuevos ropajes, encuentra un andamiaje
doctrinario, que le permite sobrevivir, en el campo de la propaganda un poco más de
tiempo. Sin descuidar nunca, que la vigencia de esta fase de la dictadura del capital, está
dada por sus “triunfos” dentro de la lucha de clases, venciendo a otras formaciones
capitalistas y pre-capitalistas (como vencedor económico durante las dos guerras
mundiales, fundamentalmente) y a estados obreros, con distinta profundidad
revolucionaria, por caso Tanzania, Livia, Irak y a la URSS, como caso simbólico, de la
mayor gobernanza por su porte y tradición, por parte de las fuerzas trabajadoras.

Este “Super-Imperialismo”, instalado como fuerza mundial dominante, afirmándose en


la consigna «no hay alternativas», signo estás cuatro últimas décadas, con resultados
más que elocuentes. Desde estos resultados es que Hudson se permite analizar el marco
teórico resaltando que las doctrinas neoclásicas, que arrancan con los postulados de la
Cambridge University, de fines del s.XIX, están divorciados, en el campo de los
postulados de la formación de precios de la teoría valor-trabajo: En este sentido, plantea
dentro de la transición, hasta que maduren las condiciones subjetivas de la población
mayoritaria, un regreso al valor trabajo, aún en su forma smithtiana, como una forma de
abandonar el llamado “neo-clasisismo”. Esto parte, de que las relaciones inter-
imperialistas no son libremente elegidas por la gran población, sino que son impuestas
por la fuerza de las relaciones de producción y afirmadas por el aparato de construcción
simbólica, donde los presupuestos teóricos juegan un rol determinante. Esta
conceptualización –la de Hudson- no apunta en un camino directo al socialismo, sino
que retrocede un paso, que apunta a poner los estados por encima de los mercados. Un
volver a la tradición smithtiana, en cuanto reconocer el valor-trabajo, como fundamento
de la economía. Recuerdese, que en la época del liberalismo clásico, sus autores
libraban una lucha denodada contra los latifundistas que parasitariamente se apropiaban
de la renta agraria y que se constituían justamente por eso, en una clase. Ricardo mismo,
fue un adalid en su postura de distribuir la riqueza, argumentando en favor del
beneficio que suponía una ampliación del mercado interno. Se trata entonces, de una
discusión más jurídica que económica, de subordinar los mercados, principalmente el
financiero, y a escala mundial –banca en las sombras, anglo-estadounidense y sionista- a
los estados democráticamente asumidos por dichas poblaciones, invirtiendo la relación
de la dictadura del 1 % de la población por sobre el 99% restante. Desandar un camino
de falsas categorías, después de no haber respondido con lealtad, los planteos abiertos
por Marx, digo; no implica el fin de la opresión, pero sí, abre todas las puertas al «hay

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alternativas» en el camino de reconstruir la esperanza popular, recientemente (hace
cuatro décadas) perdida.

En un contexto, en el que la corporocracia financiera amenaza con disparos nucleares


contra las poblaciones que no aprueban su vademecun. La respuesta teórica apunta a
generar una respuesta aglutinante a partir de esta reflexión. Uno de los señalamientos
que hace Hudson, en Matar al Huésped es poner reparos en ese staff de economistas
anti-laboristas, que se empecinan en glorificar al sistema deuda, con la carga de interés
compuesto y renta monopolista, como ítems inherentes e insustituibles de los procesos
industriales, contabilizándolos como insumos productivos, cuando en realidad son
rentas y ganancias usurarias, que los agentes económicos sustraen transformándolos en
papeles fiduciarios esfumados de las estadísticas, por lo tanto, de las contribuciones
fiscales. Cuando estos mecanismos de apropiación ya estaban advertidos por los
doctrinarios de la Economía Política de los s. XVIII y XIX en su lucha por deslegitimar
los abusos de posición dominante, de la propiedad hereditaria, justamente por su
carácter usurario. En esta reconstrucción teórica de los postulados liberales, también se
confirma el abandono de las inquietudes humanísticas que caracterizaron aquel
iluminismo anti-clerical-señorial para devenir en La Ideología de la clase ociosa, que
otrora combatían. Entonces, la disciplina mutó, de ser la vocera de aquellos
emprendedores progresistas, al encorsetamiento en los cánones de la actual Academia
de Economía, concebida como simple Escuela de Negocios o una tecnicatura en el arte
de lucrar. Despojada de la propensión científica que supo signar a aquellos saberes,
aunque camuflándose para justificar su propiedad. Este vaciamiento es letal por sus
consecuencias, ya que la Economía es el barómetro del que penden todas las Ciencias
Sociales.

Un defensor norteaméricano de la Economía rentista

La teoría de la productividad marginal, que en los autores ya citados, (Jevons, Walrras y


Merger) ya tienen un propósito de excluir la acción humana, ponderando los cálculos
econométricos a base de estadísticas, de cuantificar las variables, como para que la
Economía sea una herramienta de los inversores. Nada que tenga que ver con la
administración de los bienes y la producción de la sociedad en su conjunto. Es el caso
de John Bates Clark, donde esta tendencia esta exacerbada, como ya dijimos, por los
rasgos intrínsecamente corporativos del empresariado norteamericano. Según la ''teoría"
de Clark, el nivel del salario de los obreros es determinado por el producto que crea el
último obrero, el menos productivo, por la productividad "marginal" del trabajo,
productividad tanto menor cuanto mayor es el número de obreros.

Hudson en su repaso de los economistas neoclásicos, aunque escindidos del clasicismo,


repara en los postulados de Clark y los ve como -‘un puntal del mito fundacional de la
economía pro-rentista; donde cada uno recibe unos ingresos proporcionales a la
contribución que hace a la producción’. Se niega así, que la renta económica sea «no
ganada», es decir; no derivada del trabajo. Por lo tanto no hay explotación, ni hay
ingresos que no se hayan ganado y, en consecuencia, no hay necesidad de las reformas
que sí preconizó la economía política clásica’- Clark en su libro “La distribución de la
riqueza”, del año1899, su principal tesis radica en demostrar que: “que todo el mundo
gana lo que se merece, en proporción a su contribución a la producción”. Ya en la
introducción de la obra, aparece ese celebre latiguillo, transformado al día de hoy, en la

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máxima del puro idealismo economicista, que más que idealismo, indica la expresión de
deseos de sus protagonistas, al respecto relata Hudson, que el propósito del libro “es
mostrar que la distribución de los ingresos está regulada por una ley natural, y esta ley,
si se la dejara operar sin fricciones, daría a cada agente de la producción, la cantidad de
riqueza que cada agente crea”. Está claro, que entre esos agentes se excluyen a los
asalariados, que no tienen la oportunidad de decidir la cuantía –especulativamente
hablando- de la propia riqueza a generar y que casualmente, constituyen la mayoría de
la población.
A partir de la escuela de Clark, los reformadores “institucionalistas” y sociológicos
conservaron la teoría de la renta. “Hoy en día, las ocupaciones con sueldos más altos
están Wall Street, en la dirección de los bancos y fondos de cobertura o en los puestos
de directores financieros corporativos”, como dirían los directivos de Goldman Sach, en
pleno 2009, continúa Hudson, parodiando el adagio socialista, sería cada cual según su
avaricia y a cada cual, según la tacañería del egoísmo patronal, o como se decía, por
los días de la debacle financiera de los 2008/9 “El personal de Goldman Sachs es de los
más productivos del mundo”. La crítica de Hudson apunta a denunciar estas
deformaciones del capitalismo, en cuanto a que este contiene la renta corporativa y está
montado sobre el “sistema deuda”, que a través del interés compuesto, carcome el
conjunto de la Economía, más que al capitalismo en sí mismo. O sea, el capitalismo trae
los gérmenes de los abusos que contenía el feudalismo, quiere decirnos.
Al respecto, nos dijo Marx: “que la usura es una práctica arcaica, independientemente
del modo de producción, en el que haya actuado y crecía constantemente por su propia
dinámica de interés compuesto, en formas que han sido históricamente parasitarias” K.
Marx, El Capital T.III. Tal como se titula el libro de Michael Hudson “Matar al
huésped” Marx, lo expresó de esta manera: “El capital usurario «no se enfrenta al
obrero de la manera que lo hace el capital industrial», sino que «simplemente
empobrece dicho modo de producción, paraliza las fuerzas productivas en lugar de
desarrollarlas» La usura transfiere la propiedad de los activos a los usureros, haciendo la
vida más difícil para el trabajador y haciendo de freno al capitalismo industrial,
impidiendo desarrollarse a la productividad social del trabajo. «La usura centraliza la
riqueza dineraria […]. No altera el modo de producción, sino que se adhiere a él, como
un parasito y lo empobrece. Le chupa la sangre, mata su nervio y obliga a la producción
a proceder en condiciones cada vez más desalentadora»”. K. Marx, misma obra citada.
Y, continúa Marx, con su mirada positiva del sentido de la historia: “Pero el gran logro
financiero del capitalismo industrial sería la creación de una salida para el ahorro de
orden superior, a la representada por la usura al consumo y a los prestamos de guerra
que caracterizaban la banca pre-industrial. Una vez que se pusiera en marcha un sistema
bancario industrial que proporcionara créditos a bajo interés para ser invertidos
productivamente, el capital industrial no sería ya capaz de bloquear la sociedad en su
avance por alcanzar el potencial tecnológico”.
Savia prognosis del filósofo de Treverís, la práctica instrumentada por el
Keynesianismo, en los ‘dorados treinta años’, tuvo un impulso en ese sentido, pero la
sobre-saturación de mercados, apoyada por operaciones y maniobras, principalmente de
la CIA, interviniendo con guerras, golpes de estados y generando un catastrofismo
artificial sobre la opinión pública, contribuyeron a generar el cambio regresivo, que
justamente el capital ficticio logró imponer al conjunto de la sociedad, y la corporación
industrial devino en Monopolio Financiero-Industrial, recuperando para su sector la
rentabilidad gruesa y hegemónica de las relaciones capitalistas. En el capitalismo y de

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otras maneras, en antiguos regímenes de producción, está pre-eminencia de las finanzas
sobre la producción, está relacionada con la caída de la tasa de ganancias en el sector
productivo. La tarea de ‘civilizar’ las finanzas y hacerlas actuar en el desarrollo de la
productividad industrial, de manera creativa, aminorando el factor ‘codicia’, se está
desarrollando actualmente, en los países pos-capitalistas, con la República Popular
China a la cabeza.
Es muy importante la caracterización de Super-Imperialismo que hace Hudson al
diferenciar el colonialismo europeo, que se trata de un colonialismo de invasión fáctica
–armada- derivado de las viejas sujeciones feudales. Mientras que el nuevo
imperialismo americano se basa en un dominio de carácter financiero, que luego asume
formas políticas, desde donde desenvuelven un aparato cultural totalitario destinado a
co-accionar las decisiones política económica del conjunto de los pueblos subordinados.

Diferentes Escalas de Exacción


A partir de esta importante caracterización, nuestro autor –Hudson- nos muestra una
serie de mecanismos, tanto en el plano internacional, como nacional este Super-
Imperialismo, a través de sus agentes civiles, con el respaldo de la CIA y de la OTAN,
ejercen un expolio de hecho, sobre el conjunto de las poblaciones subordinadas del
mundo, incluso sus propias poblaciones (hablando de países anglófonos-sionistas)
algunos de esos métodos son los siguientes:
Hudson a menudo se vale de la metáfora del almuerzo gratis, para
El almuerzo gratis:
definir la estructura de saqueo internacional. Para llegar a la relación de fuerzas
conquistadas al día de hoy, debe recordarse que EE.UU, entre los años ’20 y ’40 se
consolidó como el acreedor mundial neto del área capitalista, es decir como acreedor de
sus potencias aliadas, con la inclusión de los mercados de sus factorías coloniales,
teniendo en cuenta, además que lo troncal de esos préstamos eran resultado de acuerdos
de Estados, por no decir, co-acciones directas. En los hechos se trató, como todo lo que
procede de EE.UU. de préstamos efectuados por Empresas Privadas, respaldadas por el
armamento del Pentágono. Con ese origen se explica el derrotero posterior, que
consistió en presionar, o extorsionar con la relación de fuerza mediante, a las demás
naciones a endeudarse en dólares, primero con empresas americanas, y luego, a través
de Bonos de la Reserva Federal, fundamentalmente, creando de esta manera un
intercambio comercial dólar-dependiente. Esto es así, porque gran parte de ese gasto es
gasto militar, dado que los países subalternos deben aprovisionarse de armamento e
insumos estadounidenses, para defenderse de la amenaza “comunista”, de lo contrario,
pueden sufrir agresiones reales, que con el aparato mediático instalado públicamente,
serán caratuladas de ‘intentos comunistas de asaltar nuestra querida nación’. Con ese
mismo pretexto pueden instalarse bases propias –estadounidenses- o de la OTAN, cuya
provisión también se cobrará en dólares, que ingresaran a la Reserva Federal.
De esta manera la deuda que los países tienen con EE.UU. se convierten en reservas
monetarias de la Fed, como bonos del Tesoro, contabilizados como patrimonio de su
propia economía. Si esos países acreedores no pueden pagar, que es lo que normalmente
ocurre, el FMI y el Banco Mundial, instituciones garante de los acreedores, a través de
su monitoreo se encargan de ir ‘pasando’ mercados, empresas, materias primas de
deudores a acreedores. Mientras que los países que tienen un comercio superavitario
con la metrópoli, tienen derecho a adquirir Bonos del Tesoro, o capital accionario, pero

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de ninguna manera, Empresas Estadounidenses, que está vedado por ley propia.
Mientras que se trata de una práctica corriente la apropiación de empresas y/o mercados
completos, cuando le concierne a naciones endeudadas hacia ellos.
A las operaciones de esos países cuya la balanza de pagos son favorables a EE.UU. y
cobran con Bonos del Tesoro, que nunca serán devueltos, sino solamente en dólares,
para uso solo dentro del mercado estadounidense, nuestro autor las caracteriza como la
potestad de recibir “un almuerzo gratis”. En realidad se trata del viejo “derecho de
señoriaje” que aplicaba la nobleza a los emprendimientos de sus súbditos por realizar a
estos, dentro de sus predios, solo que ahora con nuevas formas, considerando que todo
el mundo, constituye su predio. De esta manera, las corporaciones convierten las
relaciones de Comercio Exterior en un Sistema Tributario.
La Inflación Interna:Uno de los mecanismos donde pastorea la usura está en la emisión,
que con la excusa de estimular la demanda, realiza la Fed. Esas masas de dinero
esencial, no van a la llamada economía real, sino que se convierte en un crédito
destinado al Mercado de Valores, al Mercado de Bonos, al Mercado de Créditos
Empaquetados o Derivados. Esta inyección de dinero pasa a engordar los activos del 1
% de la Economía, financiando la inflación de los precios de esos activos y no la
inflación interna. La inflación interna no proviene de un aumento de oferta monetaria,
sino de la escases de oferta, nos dice Hudson. En otros tiempos las empresas tenían el
inventario suficiente disponible, previniendo situaciones inesperadas, luego los gerentes
corporativos, para evitar gastos implementaron los inventarios just in time. La ausencia
de inventarios encogió la economía y lo que antes era barato, en materia de fletes y
logística, tanto para lo importado de oriente como del propio mercado, ahora se ha
multiplicado por diez, con lo cual la ganancia inicial de ‘comerse’ su propio stock,
devino en un pauperismo generalizado, debido a la escaces de insumos y de productos.
Por lo tanto, a la aparición de sobre-precios generalizados.
Otro tanto, ocurre en el Mercado de la Vivienda que ha subido más del 10% en el último
año, refiriéndose al 2021. “Esto se debe a que según BlackRock, ‘la era de ascender a la
clase media, al obtener la propiedad de la vivienda ha terminado. Queremos convertir la
Economía Estadounidense, con un standart de vivienda propia, en una Economía de
Inquilinos’. Y los bancos prestarán dinero a las corporaciones al 1% para la compra de
esas viviendas, que luego en forma de edificaciones lujosas, colocarán al 4,o 5 %.”
Más reaccionaria aún es la embestida que están llevando sobre el Mercado de la
Medicina. “Para prevenir la Salud Pública en los EE.UU. nos dice Hudson, la población
en general y los trabajadores en particular, solo tendrán una forma de acceder a ella. Y
esta consiste en trabajar para un empleador, quien será el único con potestad para
contratar los seguros de salud. Si renuncian, protestan o se declaran en huelga, pierden
su seguro médico. Esta nueva forma de sujetar a los trabajadores requiere que la salud
pública y la industria farmacéutica este bajo control de la propiedad privada, de esta
manera, los trabajadores/as pierden toda autonomía frente al control de sus propias
vidas, ya que estás quedan enteramente en manos de sus empleadores y reforzada por el
sistema propietario de conjunto.
Las Burbujas Financieras:
son otro modo de asaltar al disciplinado pueblo crédulo. Así
como en el punto anterior vimos las ventajas (para el accionista corporativo) del
aumento de las tasas de interés. Ahora veremos las ventajas de las tasas ‘planchadas’ e
incluso levemente a la baja. “En este momento, dice Hudson, en un reportaje para
Counterpunch del 27 de Agosto del 2003, La Fed está repitiendo su política de bajar las
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tasas de interés e inundar el mercado de créditos baratos, sin embargo los tipos de
interés para las hipotecas de largo plazo y las tarjetas de Crédito no han bajado, de
manera, que los márgenes de los préstamos bancarios se han ampliado, aumentando sus
ganancias. Los tipos de interés que han respondido a esta reducción de los costos, han
sido los préstamos a corto plazo, destinados a la especulación financiera, sobre todo
para los productos derivados y relacionados con la compraventa de acciones y bonos «al
margen», que significan gigantescas apuestas sobre las tendencias futuras del dólar, la
bolsa y los tipos de interés”.
En las últimas décadas, los bonos de La Seguridad Social y las Deudas Soberanas han
sido grandes bocados para el timo de las burbujas bursátiles, que sumados a los créditos
inmobiliarios y estudiantiles que también están sujetos a los vaivenes especulativos, de
toda esta mecánica ligada a la ’industria’ especulativa. De la especulación por la
especulación misma, cual si fuera un esquema Ponzi (venta piramidal, que consiste en
agregar vendedores al emprendimiento, cuyo producto final es humo disfrazado de
capital). Como dice nuestro autor, aún dentro del capitalismo podrían corregirse
aplicando políticas de corte soberanista. Pero no, esta exacerbación del parasitismo
financiero quizás esté ligada al fin de una época.

La Mentira Epistemológica de la llamada Ciencia Económica

En un reciente artículo, La verdad del liberalismo es que el liberalismo no tiene verdad,


publicado en Rebelión del 28/03/2023 de un autor, que hasta ese entonces desconocía,
llamado.Sergio Vide Carboni. El artículo, desde su título se impone ya, como una nota
medular, en el campo de la filosofía social, por no decir de la filosofía a secas. Vide
Carboni expresa en perfecta lógica dialéctica, aquello que Michael Hudson demostró en
términos de desarrollo histórico de la Teoría Económica de los últimos tres siglos, y lo
explica de esta manera:

-‘La sociedad capitalista pone un conocimiento científico particular -la economía- como
una verdad absoluta. Con ello la sociedad capitalista cumple con aquella pretensión
latente a lo largo de la modernidad de que la verdad sea un hacer, una praxis, y no una
contemplación (donde podría darse la reflexión crítica). Es la forma en que se hace
coincidir el ser o la realidad con la verdad o su representación conceptual.

A este respecto hay que decir que Marx estaba en una época del capitalismo donde éste
todavía se representaba a sí mismo a través de un saber o conocimiento con pretensión
de ser verdadero, es decir, contrastable, discutible, razonable, etc… Pero en la
actualidad hace mucho que el capitalismo abandonó esa pretensión de representarse a sí
mismo de forma verdadera. Ahora el capitalismo se limita a decir que es la verdad
porque es la única praxis posible’.

Ahondando en esta correcta tesis de Vide Carboni puede agregarse que la teoría de la
praxis, también es un legado marxista, manifestado en la Tesis 11, de la Crítica a
Feuerbach. En este sentido, los economistas descriptores de la ‘practica económica’,
nunca superaron los postulados de la moral escindida kantiana del deber ser y ni
siquiera kantiana, sino más bien, trataron de cumplir con los preceptos calvinistas que
signaban el marco epistemológico de aquella vanguardia social, de esa época dada, por

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caso véase, las referencias sociales en los textos de Smith o Betham, luego corroborados
en ‘El Capitalismo y la Ética Protestante de Weber. O sea, que ya en los clásicos, el
episteme provenía de la Teología más que de la Filosofía. Y ese “destino trascendental”
fue lo que unió, en la mayoría de los casos sin decirlo, a los clásicos con los
economistas propulsores de doctrinas ideológicas para empresarios, que vinieron
después. Es más, la negación cerril a cualquier enfoque ateo, o siquiera laico a ultranza,
se opone a la contrastación necesaria con el devenir social. De esta manera, la utopía
sale del marco humano para instalarse dentro de “la jaula del mercado”. No hay utopía
fuera del mercado… cuya posición extremada, nos trae en línea directa a la justificación
del actual fascismo financierizado.

El artículo de Vide Carboni rescata el carácter filosófico de la Obra de Marx con EL


Capital, incluido y fundamentalmente EL Capital como la gran obra crítica a las
certezas pretendidamente científica de la Economía, fundamentada en lo más
desarrollado de aquel entonces, en las nociones de Ricardo y Smith del valor-trabajo,
como pretensión de verdad, para la forma de producción y dejar establecido, ‘que la
sociedad capitalista “es la mejor de las formas de organización social posible”. Por lo
tanto no tendría ningún sentido cambiarla o pretender superarla’ El análisis de Marx ‘ se
limita a ser una crítica de tal pretensión de verdad. Y su objetivo final es abrir la
posibilidad y la necesidad de cambiar y superar el capitalismo’. La cuestión es que ‘para
poder criticar un conocimiento que se presenta a sí mismo como científico (economía
política) debe adoptarse su propia lógica interna para poder ser superada desde dentro.
No basta el rechazo externo. Por ejemplo, la crítica moral, humanista, religiosa, etc…

Siempre hubo muchas críticas al capitalismo desde esos variados puntos de vista. Pero
la novedad de Marx es que no rechaza al capitalismo (económica política)
externamente, dejando intacta su verdad, sino internamente’. Marx comparte esta teoría
en el sentido en que el grado de representación más claro que tiene la sociedad
capitalista de sí misma. Y en eso consiste su crítica (que no su conocimiento científico,
pues decir que Marx está haciendo ciencia en El Capital equivale a rebajar su posición a
la posición «burguesa»): desmantelar la lógica de la economía liberal desde sus propios
principios o internamente. Esto se llama en filosofía llevar una posición a su propia
contradicción interna’.

Cabe decir, hablando de este último párrafo, que a diferencia de Marx, Engels en sus
últimos años tuvo algunos enredos metafísicos discutiendo con pensadores provenientes
de las Ciencias Naturales, principalmente alemanes. Esto puede verificarse en
Dialéctica de la Naturaleza, de 1863 y los textos que refieren a la discusión con Eugeny
Durhing donde, como los Economistas, pretendían introducir en la Filosofía de la
Historia, procedimientos de las Ciencias Exactas, es decir con métodos ajenos a sus
propias personas. En las Ciencias Humanas: Economía, Política, Derecho,
Antropología, Psicología, La historia es la ciencia por antonomasia, la filosofía, su
método de indagación y sus investigadores/as, están involucrados en sus tesis, donde su
voluntad es parte de su propósito indagátivo. Sin embargo, el revolucionario de Bremen
por esa misma época edita otro texto: Del Socialismo Utópíco, al Socialismo Cientifico
de 1880 que ilustra claramente como el postulado teórico, al irse certificando en los
hechos, va construyendo Ciencia. Las tesis actúan por aproximación, a diferencia de las
Ciencias Exactas y tienen vigencia hasta ser superadas por explicaciones más
abarcadoras y precisas, siempre con la Historia y la Sociedad, como juezas inapelables.

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Continúa Vide Carboni diciéndonos: ‘Como otro rasgo, vemos que esta contradicción
de la teoría económica liberal es ya una metáfora de la propia contradicción interna en
que se haya la sociedad capitalista misma. En efecto, es la sociedad humana que más
riqueza ha creado nunca, abriendo con ello la posibilidad material de liberación y
emancipación del género humano. Sin embargo es una sociedad que sigue sometida a
esquemas de comportamiento basados en la dominación, la injusticia y la desigualdad.
El capitalismo se ve obligado a mantener una pobreza estructural, que crece
inevitablemente con el aumento de la riqueza social (el número de pobres a nivel
mundial nunca había sido tan elevado como en la actualidad), únicamente para
mantener una forma de dominación que privilegia a una parte de la sociedad. (Una
cuestión muy interesante y espinosa sería pensar como cada uno de nosotros, habitantes
de las sociedades «desarrolladas» -suponiendo que Vide Carboni se refiera a España-
aún siendo víctimas del capitalismo neoliberal, nos vemos, a su vez, beneficiados por el
reparto global de la riqueza). Por tanto, es una sociedad que se contradice a sí misma.
Dice que quiere generar y genera el máximo de riqueza posible, pero en realidad se
dedica a malgastar y derrochar ingentes cantidades de esa riqueza. Esto ocurre porque la
forma de organización social está anclada en el pasado, en formas caducas. La forma
estructural de esta sociedad es la desigualdad. Esta forma de organización social se
limita a reproducir lo que siempre se ha hecho en el pasado. Durante toda la historia
humana hubo escasez económica. Y una estrategia para sobrellevarla fue la división en
clases de la propia sociedad.’

Como colofón Vide Carboni cierra el círculo de su indagación con aquella conclusión a
la que arriba Marx, de nuevo en el Prólogo de la Contribución a la Crítica de la
Economía Política: ‘en la producción social de su vida, los hombres y mujeres establecen
determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción
que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El
conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la
base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia
del sujeto/a la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina
su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas
materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes
o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad
dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas
productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de
revolución social’. De este enunciado se concluye con que los pueblos avanzan de
acuerdo a su «condición de posibilidad» y el desafío de nuestra hora consiste en tener
conciencia de esa condición de posibilidad.

El Empirismo dominante: una teoría sin contrastación

En las anteriores exposiciones de Sergio Vide Carboni, Michael Hudson y Evgeny


Morozov, se exhiben algunos tramos del desarrollo teórico que va cimentando una
praxis social orientada hacia la caracterización de este momento concreto y cuya génesis
descansa en la Europa especialmente continental, donde la elaboración teórica de las
humanidades corrió pareja al debate teológico, de manera, que mientras se discutía una
humanidad futura, se polemizaba también sobre una razón instrumental del quehacer

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humano. Así Quesday, Sismonti, Kant, Betham, Say, o Adam Smith, e incluso Marx,
cierran en última etapa de la Ilustración liberal de fines del s.XVIII y principios del
XIX. A partir de entonces, este conjunto de saberes queda en manos de las
Universidades. Esta aparición de la Universidad, monopolizando el saber teórico, tiene
gran importancia en el desarrollo de las Ciencias Sociales, porque sin explicitarlo,
permitió instaurar unas ciencias sociales de carácter burgués. La primera financiación
fue, publicitariamente hablando, con fondos estatales, con lo cual se aseguraron ‘la
neutralidad’ de estas casas de estudio, que permitió limar las aristas en pugna, dentro de
las distintas fracciones de la burguesía. Mostró con formas casi teológicas que puede
construirse un saber aséptico, tal como ocurre hoy, con la actual Inteligencia Artificial.
Las distintas corrientes dentro de las actividades patronales, encontraron un sentido
común, que les permitió sacarse de encima los incómodos pensadores críticos, que a
partir de ahora, desde el cumplimiento de los protocolos de los estatutos académicos,
que ya constituían un filtro, para los sectores social y económicamente más
desfavorecidos, al tiempo, que asegurar un saber de clase que hacía tiempo había
desaparecido.
Esto determinó la primera parte del (s.XX), en la segunda ya la injerencia de las
empresas en la financiación de las Universidades, tiene un carácter casi decisivo, como
también aceleró la competencia, en la consecución de talentos, para emprendimientos
propios, contribuyendo, de paso, a la conformación de esa necesaria ‘clase media’, que
acolchone la virulencia de la clase obrera, a estas alturas, dotadas de una gran
‘conciencia de sí’ a consecuencia de los triunfos soviéticos en el movimiento concreto.
En las últimas décadas -desde los ochenta- esta injerencia ha adquirido, tal proporción,
que no hay estudiantes que no tengan un sponsoreo que financie ‘sus papers’. Ni que
hablar, de la competencia entre las cátedras, que constituyen “un mercado” por la
consecución de resultados tan tangibles, como inmediatos, que ya no queda lugar para
conocimientos desinteresados, o búsqueda de leyes, de cada rama científica, como se
estilaba hasta el siglo XIX. Tendencias que arrancan en las universidades anglosajonas
y luego se irradian, por ‘sus ventajas’, no exentas de de presión extorsiva, como en el
resto de las actividades, contribuyendo al entramado monopólico de la corporación
imperialista mundial.
La ley del incremento de la tasa de ganancia, gobierna por encima y en detrimento de
todo otro tipo de intereses, que no hayan sido evaluados por los think tanks de las
grandes corporaciones financieras, que no pasan de cuatro o cinco, el resto son
entrelazamientos y subordinaciones obligadas, so pena de desaparecer. El imperialismo
actual, a diferencia de veinte años atrás, funciona cada vez más, bajo una estricta
planificación. Una planificación unilateral, en función de la supervivencia de estos
grupos banqueros que comprenden el entramado industrial corporativo, también de
carácter monopólico, que se unifican en la diplomacia del dólar. Y pensándolo un poco
más, tal vez se reduzcan a uno o dos grupos de poder, o mejor dicho a uno y su posible
alternativa, en caso de colapso final. A uno, y su rueda de auxilio, que siguen en
relación de competencia, siempre cerrando filas, frente a los intereses también
corporativos, de la clase obrera. (China, Rusia, Irán, India, La Organización
Cooperativa de Shanghái, los Brics +, etc, intereses que están imbrincados con el
capitalismo mundial, todavía hegemónico, pero que arrancan con postulados políticos
propios, cuyo origen anida en la teoría de la lucha social de clases).
Este no es un detalle menor. En el párrafo anterior hablábamos de que la organización
capitalista se estructura metodológicamente con planificación sistemática. Sí, pero

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vulnerando todos sus principios genéticos, provenientes de la esencia calvinista, luego
devenida en pentecostal, como son: los beneficios de la competencia, la libre
concurrencia o la democracia accionaria. El pasaje de la economía de la plantación -
esclavista- que continúa con la misma exclusión de clase, en la economía corporativa y
que desemboca sin disimulos en el actual monopolio mundial de la imposición del
dólar, como divisa mundial de reserva, echa por tierra, el legado smithiano, de ‘la mano
invisible de los mercados’ del cual se valen para extorsionar mafiosamente a los estratos
que pretenden desgajarse de este ordenamiento unilateral. O sea: la planificación
extorsiva de la economía dólar, despojada de los atributos liberales que la acompañó
durante dos siglos, no es más que un despotismo desprendido de cualquier fundamento
racional. La propaganda, como único soporte para el uso de la violencia en función del
despojo y el sometimiento. La actual doctrina de relaciones ‘basadas en reglas’,
descansa en su única fundamentación: las cañoneras.
Otra cosa, es la Economía de Plan. O socialmente planificada, que está en las antípodas,
o por lo menos actúa como el antagónico del sistema dólar. Estas economías son
‘doctrinariamente’ de Plan. Son experiencias nacidas de las luchas contra el
imperialismo, con características propias de cada uno de estos países, que hoy plantean
la multipolaridad activa de los conflictos. Países estos atravesados por distintas
controversias de clases, que se manifiestan en distintos acuerdos entre ellos. Algunos
netamente burgueses, que aún así se llevan adelante pugnando contra los intereses
imperialistas, o sea, desafiando sanciones presente y futuras, y otras veces, con
intercambio de productos cotizados solo en su valor de uso. De cualquier manera,
constituyen una experiencia donde sus legados doctrinarios provenientes de debates
internos, surgidos de distintas revoluciones triunfantes, junto a otras, cuya dirección
social todavía está en disputa, buscan su lugar en el mundo, como antes lo hicieran los
sectores burgueses frente al feudalismo.

La Guerra Fría: Imperialismo por otros medios

Tal cual como demuestra el economista Michel Roberts, la economía mundial actual
está entrando o ya entro desde el 2008, en un proceso de depresión. De ahí la premura
con que actuó el Foro Económico Mundial de 2020 para generar un reseteo de la
economía, que arrancó con la implementación del Covid 19, dicho sea de paso, (todavía
gozan de impunidad los perpetradores de ese caos sanitario). La Depresión Económica
como antecedente, desde que hay estadísticas al menos, ocurrió aquella que se
desarrolló entre 1873 hasta 1896, luego la memorable depresión que arrancó en 1929,
con el crack de la bolsa de Nueva York y duró hasta 1954, Como sabemos las crisis
económicas se expresan en recesiones. Luego de períodos florecientes del capitalismo
productivo, a consecuencia de los mercados saturados, por efecto de la ley tendencial de
la caída de la tasa de ganancias se producen las recesiones, cuyas consecuencias se
hacen visibles por la caída de los índices bursátiles, Mercado laboral deprimido y por la
disminución de la inversión, el consumo y la demanda de bienes y servicios. La
periodicidad de las recesiones depende de la duración, de las distintas burbujas, de las
que nos hablaba Hudson un poco más arriba, para ir trasladando la crisis hacia adelante.
No resolviéndola, porque en este esquema librecambista, el dolor conjunto que
produciría sobre las poblaciones sería insoportable, los planificadores sectoriales –G7,
Davos y otros conciliábulos de los explotadores- lo saben, por lo tanto las crisis no
pueden resolverse, dentro de esa lógica. Entonces la solución posible es; libre-

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cambisticamente hablando, postergar indefinidamente, las crisis recesivas. Las
depresiones se producen cuando ya no hay artilugios para esconder o disimular las
recesiones, porque la destrucción de semejante monto de capital sobrante no puede
hacerse sino a través de una gran guerra. El covid fue apenas una aspirina en ese intento.

La Explotación y la Super-Explotacion, cuando hay condiciones propicias, son maneras


de sostener la tasa de ganancia, pero las recesiones también son una oportunidad para
devorarse o fundir a los capitales menores. La inflación y la estanflación son también
ingredientes, que acompañan estos procesos. Algunos padecimientos de las poblaciones
de los países industrializados, durante los años de la década de 1930, junto al gran
desguarnecimiento político de esas mayorías. Eric Hobsbawm testigo de la época, los
describe de esta manera: “La Gran Depresión de 1929-1933 generó una catástrofe
económica global, con terribles secuelas de desempleo masivo –en Estados Unidos llegó
al 25 %; en no pocos países, al 33 %– y miseria. Frente al cruel infortunio de mujeres y
hombres que clamaban por alimentos. Dado que eran destruidos los excedentes de trigo
y café para elevar los precios del mercado. Otra consecuencia directa fue el cierre de las
sociedades industrializadas a la afluencia de inmigrantes. Las huelgas y paros laborales
se dispararon. Al gran capital le urgía desarticular al movimiento obrero y abolir las
libertades que, dentro de los marcos de la democracia representativa, concedían espacio
a la reivindicación de los derechos de los trabajadores. Dada su incapacidad para hacer
frente a este fenómeno, el resultado inmediato fue, un dramático alejamiento de los
movimientos obreros y de la izquierda en casi todas partes de Europa” (Hobsbawm,
2015: 421). Como colofón de la gran depresión que arrancó en el ’29 quedó un saldo de
100 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial.
Este marco del desarrollo económico explica la ruta de la guerra. La guerra, no olvidar,
siempre va de arriba hacia abajo. La violencia explícita (o policial) o tácita (extorsiva) a
través de la sublimación de la agresión explicita, abre los caminos en la búsqueda de
negocios y ese renacer permanente con que se reconstituye el capitalismo es una
iniciativa que se elabora a pura conquista. Conquista sobre modalidades que brindaron
seguridades a distintos grupos sociales y que a partir de que fueron avasallados ya no las
tendrán. Conquistas producidas por las famosas “ventajas competitivas”, Conquistas
sobre los menos guarnecidos, ni que hablar de las conquistas sobre la naturaleza. Toda
esa “resiliencia”, palabra que en su sentido individual suena muy bella, pero en su
sentido social expresa lo más salvaje del darwinismo “del hombre como lobo del
hombre” De esta manera, hubo que atravesar la barbarie de la Segunda Guerra,
destruyendo bienes y personas que defendían esos bienes, produciendo el beneficioso
reseteo, en 1954, que por fin reanimarían el mercado bursátil, que brindaría un par de
décadas henchidas de paz consumista, para de nuevo iniciar el ciclo que nos enfrenta a
una nueva guerra.
La guerra en el campo de batalla la ganaron los obreros, en este caso obreros del fusil
(URSS y República Popular China) Pero la guerra en el campo económico, que es el
decisivo, la ganaron los patrones. Esto fue así porque la URSS, hacia quien iban
dirigidos los ataques, no podía enfrentar sola al conjunto de la burguesía mundial, de
manera que se alió a una de las fracciones en pugna, para derrotar a la otra, la más
retrograda. De esta manera, los patrones y los obreros más avanzados, se quedaron con
el poder del mundo. Con lo cual comenzaba la fase más encarnizada de la Lucha
Internacional de clases. Y la revolución que era “Nacional por su forma”, empezó a
Internacionalizarse. Entonces a China le sucedió Corea, Cuba, Argelia, Vietnam, Laos y

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Camboya. También otras, que sin ser completas, pasaron por su proceso emancipador,
como Siria, Irak, Argelia o Libia. Hoy puede decirse que el “contenido” revolucionario
contiene a más de la mitad de la humanidad.
Pero la voracidad patronal no se sació con la Guerra Mundial y en el ’49 fundan la
OTAN. Nunca hay que perder de vista la composición social de los aliados. Por un lado,
las fuerzas obreras más deliberativas y organizadas, mundialmente –URSS y Rep.
Popular China- aproximadamente un 16 % de la población y en la conformación
opuesta, el régimen patronal dominando el 84 % de población mundial restante bajo la
doctrina de “la predestinación” en la cual el dinero revestido con fantasías divinas tiene
la cualidad de ser la única fuente de progreso, por medio del dinero que ellos
consiguieron a través de comandar el sistema de usura internacional, lo mitifican como:
“el dinero que trae dinero”, como vimos en los comentarios de Hudson, por ejemplo.
Este sector, el mayoritario ya salió de la guerra con una conformación oligárquica y a
una parte de su patrimonio la dedicaron mediante sistemas de préstamo a crear
mercados internos en los países, que ya contaban con una burguesía propia, en los otros,
continuaron con su rol de proveedores de materias primas, como siempre. En esta
división internacional del trabajo, que era continuación de la existente en la pre-guerra,
se intensificaron las condiciones de explotación, ya que esta nueva conducción del
Imperialismo, estaba convencida de que al Comunismo se lo vence en el campo “de la
productividad”, pero siendo que la única manera de aumentar la productividad que
conocen es a través de la intensificación de la explotación de sus subalternos,
subestimaron a los comunistas, que venían invictos de todas las guerras que les habían
impuesto. Pero ahora conducían ellos -la burguesía norteamericana- que se sentían en
condiciones de vencerlos. Si triunfaron sobre las otras burguesías del mundo, como no
iban a derrotar a estos ateos comunistas, carentes siquiera de dios. Después de la OTAN
vinieron las otras instituciones destinadas a consolidar la estructura de dominación: el
FMI, el Banco Mundial, luego la OCDE y la OMC, la CIA para manipular el aparato de
propaganda primero y luego de injerencia en todos los campos. De esta manera, y con
estos instrumentos, sin decirlo, ocultando sus propósitos, con una información naif, en
sus comienzos, luego con mentiras deliberadas, se instaló La Guerra Fría.

Guerra de invasión; contra Lucha de Clases


La guerra de Invasión es el instrumento históricamente fundante de las conquistas
patronales, como ya lo señalamos en el punto anterior. En este sentido hay que mirar a
la Guerra Fría en su sentido estratégico e incluso explícito se propone combatir el
comunismo, como su “utopía” principal, digamos, para lo cual lo primero es instalar la
demonización del Comunismo, a través de la propietización del aparato mediático. Y de
la guerra de propagandística, pasa rápidamente a guerra política, por no decir, que en la
lógica capitalista, son prácticamente sinónimos. El cortoplacismo estratégico con que se
maneja la empresa capitalista, no va más allá de la liquidación accionaria, que son cada
tres meses, condicionado, a su vez por el movimiento táctico, con operaciones de
alquiler diario de plata, para especular con acciones a futuro. Esta dinámica trasladada a
escala mundial hace que “la lucha contra el comunismo”, de carácter político, devenga
en lucha extorsiva contra las grandes masas subordinadas, de los países colonizados a
través del sistema dólar-deuda imperante. Este esquema de dominación opera por medio
de dos ejes. El Primero: consiste en extorsionar a las burguesías subordinadas, con el
siguiente ardid: “Te protejo de las rebeliones populares producto, del expolio que yo
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mismo te propino, a cambio de una importante tasa de señoreaje, por defenderte del
Comunismo” El otro eje esta dado por la exacerbada negación de todo lo que tenga que
ver con poder obrero local, que el imperialismo, a través de sus propaladoras, hoy día
informatizadas controla hasta en las más remotas aldeas, complementadas, también
recientemente, por la injerencia directa en los poderes judiciales de cada distrito (law-
fare). Esta negación del Poder Obrero y la Resistencia Popular de cada región se
complementa con la promoción positiva de las personalidades reaccionarias preparadas
para el sostén de la gobernabilidad establecida. Es un “servicio” o mejor dicho, una
“tarea de los servicios” que también conlleva su tasa de señoreaje, a través de múltiples
empresas, a veces “fundaciones” u O.N.Gs colaterales destinadas a “defender la
democracia”.
Este doble aspecto de la Guerra Fría, que por un lado, a veces, especialmente en el
menudeo de la acción represiva, por momentos, interviene el ejército norteamericano en
forma directa o través de las propias fuerzas represivas de los países colonizados,
afectados por “algunos desbordes”; o si no interviene la OTAN como gendarme de
última instancia. Básicamente, este es el mecanismo real de la guerra fría. Utilizar un
enemigo real o ficticio, como lo fue “el comunismo”, hasta la caída de la URSS, luego
ese enemigo paso a ser “el terrorismo”, con el derrumbe de las torres gemelas, que
sirvió de ariete para invadir los países del área islámica y aquí, en el patio trasero, el
objetivo fue aún más módico y devino en la “lucha contra el narcotráfico”.
Sin negar, que la “lucha contra el comunismo” fue real, en el sentido, de que los países
catalogados como “comunistas”, pasaron a ese rango, luego de vencer bélicamente al
Imperialismo. China 1949, República Democrático Popular de Corea 1954, luego Cuba
‘59 y todos los que se fueron y se van sumando. Aunque, el enemigo también tiene sus
flaquezas, de la lucha contra los estados demonizados, hoy motejados como “eje del
mal”, basta con ver, a la marina iraní recientemente, burlando los bloqueos propios y de
los países visitados –Venezuela, Nicaragua, Cuba- en pleno Caribe, en las barbas del
Imperio, atravesó su área de influencia y este solo atinó a respuestas verbales. Hace
apenas unos veinte años, las tropas del Comando Sur, hubieran tronado. En conclusión:
la guerra punitiva, que puede transformarse en bélica, en tanto parte constitutiva del
relato, va dirigida ‘a los países amigos, más que a los enemigos insubordinados’, A
pesar de que, cuando estos bajan las defensas y exhiben flancos débiles rápidamente
son, primero políticamente atacados, por caso: Tanzanía década de los 80 y el caso más
resonante y sufriente: la caída de la URSS; y si es necesario militarmente arrasados
Como Libia, Yugoeslavia, Siria, e incluso Irak. Desde el lado nuestro -el de los
pueblos,- quiero decir: en la lucha de clases se gana y también se pierde. Es como en la
lucha cotidiana, a veces logramos arrancarles conquistas a la clase patronal, pero la más
de las veces, como constatamos cotidianamente, ganan ellos, quitándonos conquistas,
que creíamos que eran para siempre, producto de nuestra derrota estructural: la caída de
la URSS, primeramente, pero no solo… en este sentido, la guerra de dominación venció
a los postulados hasta entonces habidos de la lucha de clases.
A pesar de que la prensa hegemónica y de carácter totalizante se esfuerza por presentar
la guerra como una contienda entre dos bandos, (que en un pequeño sentido lo es) Muy
claro, en el actual enfrentamiento, entre La Federación Rusa y la OTAN, donde la
Alianza Atlántica, en tanto representación del “mundo libre” confronta defensivamente
contra un atacante “totalitario” otra vez la exacerbación de la teoría de los dos
demonios, Es necesario aclarar, que la OTAN, a pesar de que se presente como una
organización defensiva de la democracia y los DD.HH. es una institución de carácter

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claramente invasivo y patronal. ¿Qué autoridad pueden tener para defender los derechos
de los pueblos? Cuando han sido los más Grandes Masacradores, Golpistas de Estado e
Impunes Saqueadores de los pueblos. Se trata solo de manipulación mediática. Baste
recordar que el Pacto de Varsovia la respuesta defensiva a la OTAN, se creó recién en
1955, en la necesidad de rechazar, todo tipo de provocaciones y amenazas a la zona
bizantina, antes de sembrar la región de bases militares. Presentada la escena de esta
manera, le quita el contenido “de guerra de liberación” al conflicto. El Bando de la
guerra de invasión es uno solo, el bando de los extractivitas y expoliadores. El resto es
simple lucha de clases, es decir: la lucha de los trabajadores/as por su emancipación
histórica.

En la actualidad, hoy julio de 2023, con la guerra cuyo escenario por ahora es Ucrania,
debido a las consecuencias ruinosas que en el campo diplomático y económico está
trayendo a lo que se denomina el Occidente Global. Está surgiendo un nuevo espacio
alternativo, al área comercial-dólar, que por ahora se denomina “mundo multi-polar y
poli-centrico”, pero este mundo multipolar y policentrico, si bien, aglutina a buena parte
de la Economía Mundial, un treinta y tres por ciento de ese conjunto, no tiene todavía el
poder para conducir en su escala a la Economía Mundial de conjunto. Esto significa que
mundialmente la Guerra Fría, enrevesada por la caliente, en el plano estratégico, como
ahora, sigue siendo el motor que conduce nuestras vidas. Entonces, tenemos un poder
hegemónico que trata de imponer la Guerra Fría, como estrategia de sobrevivencia,
combatiendo a ese Mundo Multi-polar y Poli-céntrico que puja por instalarse. Puede
decirse que hay una coexistencia entre el Modo de Producción que se resiste a morir y el
otro, el nuevo, que está en las contracciones de su nacimiento, pero ya con la cabeza
afuera.

Guerra Fría: hasta cuándo?


Con motivo de un cierto empantanamiento en la guerra contra la OTAN a través de
Ucrania, La Federación Rusa se vio envuelta en un debate a propósito de la escalada,
aún en la derrota en el campo de batalla de las fuerzas de la OTAN, convencidas estas
de que la victoria se gana en el “Campo de las Comunicaciones” y de que la guerra, en
tanto tal, es apenas un instrumento para generar caos en el frente enemigo, como una
manera de ir erosionando la economía y por consecuencia “la moral” del contrincante.
Esto se visualiza en sus enfrentamientos mayores, tanto contra China, como contra
Rusia, se logra disimular mejor esta táctica frente a enemigos menores: Venezuela,
Cuba, Irak o Afganistán, por citar algunos casos. Por supuesto, si las guerras se ganan
tanto mejor; el efecto propagandístico es pleno, pero aún la derrota, “con la mediática
favorable”, logran transformar esa derrota en un empate o aún, en un “triunfo pírrico”.
Y del triunfo pírrico el paso siguiente, es el triunfo a secas.
En este momento, el enemigo estratégico ya no es Rusia-China, sino puede decirse la
región asiática en su conjunto. ¿Cómo tratan de demonizar a este variado conjunto de
naciones, que en general y de modo ancestral se organizan socialmente a través de la
familia extendida y en muchos casos la cohesión de este tipo de vínculo dado por el
entramado religioso, que en lugar de actuar como en occidente, defendiendo la
estructura de poder heredada del Imperio Romano, en el Oriente tanto en la zona

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Bizantina, como en la región Musulmana, como en los “Imperios Celestiales” del Asia
Oriental, La fuerza religiosa ha cumplido históricamente el propósito de cohesionar la
Aldea, en este sentido, una función política, menos corrompida que la de la Iglesia
Romana, cuyo esfuerzo estaba destinado a adoctrinar, pueblos con intereses diversos
bajo un misma bandera. Esta peculiaridad de los pueblos del Asia les ha proporcionado
una fuerte impronta patriótica, de patria chica, de localía, que es menos verificable en la
región europea y de algún modo, también refleja su resistencia más acentuada hacia la
agresión capitalista, identificada con la colonialidad histórica. Esto es, porque los
Cristianos se han encargado de llevar su “leyenda negra” allí donde fueron.
Los Thing-Tank estadounidenses han percibido este rasgo de los pueblos no judeo-
cristianos, y han sabido sacarle provecho ideológico-político, en el cauce del proceso
civilizatorio actual. A ¿Qué me refiero? Una de las grandes banderas del socialismo
histórico, especialmente durante el s. XIX y principios del XX., es que la lucha contra la
Propiedad Privada iba asociada a la lucha contra la Sociedad Patriarcal. Contra la
familia nuclear, que sin decirlo, estaba referida a la familia Occidental. Al infierno
represivo que significaba especialmente para la mujer. Esa estructura familiar
perversamente hipócrita, que persiste hasta el día de hoy, en esa relación entre géneros
basada en la deslealtad, en relaciones “de pareja” estructurada, dinero patrimonial
mediante, a través de “los cuernos”. Esto se expresó durante el s.XIX en la novelística
europea, con más incisión en la francesa, aunque puede decirse que atravesó toda una
época del arte Occidental. El advenimiento de la URSS abrió las compuertas a la
liberación sexual de un conjunto de mujeres que al mismo tiempo empezaban a
conquistar una independencia económica. Al respecto, se iconizaron algunas mujeres
revolucionarias como Clara Zetkin, Rosa Luxemburg, Isabela Armand o Frida Kalo, en
nuestra región. Con la Constitución del ’36 (rusa) y los efluvios de la guerra que se
avecinaban, el movimiento feminista empezó a ceder en presencia, dentro de la política
comunista, más que nada porque su impronta principal estuvo enfocada hacia la disputa
socio-económica. Esa bandera la retoma con fuerza mediática el hippismo a partir de
los’60 en el Norte global, como se dice ahora. Pero como lo que no avanza, degenera, la
consigna: “Drogas, Sexo y Rock ‘n’ Roll devino en: “Fentanillo, Masturbación y
Cumbiancha maiamera”.
En los últimos años, en las tres últimas décadas, digamos, las relaciones alienadas de
producción, taponando las grandes y diversas inquietudes espirituales de las personas
han logrado, a fuerza de fomentar conductas represivas, encerrojar todas las libertades
para solo dejar abierta la puerta más individual, la menos comunal de todas, concentrar
la rebeldía… en la elección de opción sexual y el LGTB y otras sub variantes que se van
incorporando, han establecido en el Norte Global, como la única forma de liberación
posible, se podría decir, que es una tendencia derivada de la lucha por la liberación de la
mujer que se quedó a medio camino. De hecho, las luchas por la liberación de la mujer,
sus marchas, sus proclamas han sido ganadas por estos colectivos LGTB. La lucha por
la liberación de la mujer es básicamente una lucha de contenido económico, en dos
aspectos: Uno, en su realización como mujer, que va desde su dominio en la cama, hasta
en la dirección del proyecto de pareja y otro, el más profundo: en la colectivización de
la reproducción humana, que sin duda se inscribe dentro de los parámetros de la
sociedad socialista.
En las últimas décadas, la práctica LGTB, el imperialismo la está convirtiendo en
política de estado. Frente a la represiva cultura pentecostal, dinero-céntrica, en una

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supersticiosa entrega a Dios de siglo XIX, con represión de la sexualidad, que se
expresa en la culpa del goce y se materializa en la condena del aborto, ´’la
homosexualidad promovida’ cumple la función de la liberación de ese goce reprimido,
el de la izquierda demócrata frente a la represión culposa del goce propia de los
republicanos de disciplinados sentimientos guerreristas, alejados de toda espontaneidad
sensible. La espontaneidad está ligada a la homosexualidad, y la rigidez estoica de
disciplinar hasta el último nervio del cuerpo, como manera sádica de controlar todos los
cuerpos del mundo capitalista. Entre esta manera de pentecostalismo psicópata y su
alteridad, “la izquierda” de “homosexualidad careta”, que se oculta exteriormente, pero
actúa como un sello que determina la sensibilidad. La impronta demócrata y gran parte
de la “izquierda” occidental promocionan la conducta LGTB estimulando, en la
primera niñez a que descubran los púberes que orientación les gustaría tener. Es una
manera de contener la sociedad propietaria en su propio cause, Estimular la libertad de
orientación sexual, como la libertad de drogarse, son maneras de generar “libertades”
artificiales con el fin de obturar el desarrollo de la lucha de clases.
En un reciente artículo: ¿Quién financia el movimiento LGBTQ? publicado en: –
observatoriocrisis.com- del 2 de Julio de 2023, Silvia Guerini, escritora feminista y
luchadora contra el «Transhumanismo», nos dice: “ Los grupos de izquierda radical y las
feministas de izquierdas que gritan ‘las mujeres trans son mujeres’ están siendo manipulados por los
multimillonarios y las grandes corporaciones . El movimiento trans no es un movimiento nacido en la
base, como lo ha sido el movimiento feminista, es un proyecto de una élite, que está invirtiendo mucho
dinero para promover una condición corporal disociativa que desvincula los cuerpos del género.

A escala internacional, asistimos a una saturación mediática de reivindicaciones trans y LGBTQ+, pero
¿se trata realmente de una cuestión de derechos para una parte muy pequeña de la población mundial o
existe una agenda más amplia y oculta? La causa LGBTQ+ ocupa ahora un lugar destacado en la agenda
de los poderosos y sus defensores están en «el top» de los medios de comunicación, del mundo
académico, de las grandes empresas, la filantropía y la tecnología.

La financiación del movimiento trans LGBTQ procede de ciertas fundaciones y organizaciones, como la
Open Society Foundations(OSF) de George Soros, por nombrar la más conocida. Menos conocida, pero
especialmente significativa es la Fundación Movimiento Terasem del transhumanista Martine Rothblatt,
consejero delegado de United Therapeutics, una multinacional farmacéutica y biotecnológica, dedicada a
las nuevas tecnologías biomédicas y los xenotrasplantes, en cuyo consejo de administración se sienta el
conocido transhumanista Ray Kurzweill.

Martine Rothblatt posee la mayor empresa de clonación de cerdos en un proyecto con Synthetic
Genomics, una multinacional que trabaja en el campo de la biología sintética bajo la dirección de Craig
Venter. Este importante empresario es también miembro de las Academias Nacionales de Ciencia,
Ingeniería y Medicina, institución financiada por el Ministro de Defensa a través de su agencia DARPA
(Defense Advanced Research Projects Agency). Martine Rothblatt, como otros transhumanistas, ha
escrito varios libros para el gran público sobre cartografía del ADN, el cribado genético y la reproducción
artificial de seres humanos.

La Fundación Tarasem invierte en proyectos de investigación sobre nano y biotecnología, conciencia


cyborg, criogenia e Inteligencia Artificial promoviendo la ideología transhumanista entre el gran público.
Esta es una de sus cautivadoras ofertas: Programa BioFile: «Mantén tus células vivas, con tus relojes
biológicos detenidos durante un tiempo indefinido: Cuidamos tus células vivas y las almacenamos a la
temperatura del nitrógeno líquido (-190° C) por el periodo que sea necesario. Y cuando se declare legal
la tecnología futura podremos hacer crecer un nuevo cuerpo mediante echo-génesis y tu memoria podrán
descargarse, permitiéndote vivir indefinidamente». Junto al proyecto de descargar la conciencia desde un
ordenador, Rothblatt desarrolló un robot con el rostro de su esposa, Bina48, para lograr la trascendencia
anhelada por los transhumanistas.

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Estas y otras personas no sólo figuran entre los hombres más ricos del planeta, sino que son ejecutivos de
multinacionales biomédicas y biotecnológicas que con sus inversiones y obras filantrópicas están en
condiciones de dirigir parte de la agenda política mundial.

Habría que preguntarse de dónde proviene el interés de estos empresarios, ¿porque quieren proteger los
derechos de una minoría de la población mundial?

La congresista estadounidense McDermott ha explicado en parte que motiva a estos magnates: «el
complejo médico-industrial de este país es mayor que el complejo militar-industrial . La gente no lo sabe,
pero es una industria enorme ‘. Pero, su actividad no puede reducirse a ganar nuevos mercados y nuevos
beneficios, sobre todo si tenemos en cuenta que estos empresarios son personas que poseen un capital
superior al PIB de países enteros: en realidad sus objetivos trascienden el beneficio a corto plazo, en sus
proyectos también hay intereses ideológicos «Los poderosos que están detrás del lobby trans »

Una breve descripción de los principales financistas nos permite adentrarnos en el mundo de la
investigación, el desarrollo tecno-científico y la creciente influencia de la filosofía transhumanista en
estas áreas del conocimiento.

Hace mucho tiempo que los empresarios «filántropos» de Estados Unidos envían enormes sumas de
dinero de forma anónima a organizaciones no gubernamentales. En el caso que nos preocupa está la Tides
Foundation, que de hecho, es un verdadero paraíso fiscal que permite el lavado de dinero de estas
organizaciones que dicen defender la causa LGBTQ+.

En los últimos diez años, con la promoción de las reivindicaciones transexuales han surgido más de 30
clínicas para chicos y chicas con disforia de género en Estados Unidos. El Centre for Transyouth Health
and Development del Children’s Hospital de Los Ángeles es la mayor clínica del país, con más de 700
jóvenes en tratamiento. El más joven tiene tres años.

También se ha producido una explosión de centros médicos para transexuales en todo el mundo. Los
tratamientos en oferta van desde cirugía plástica hasta trasplantes de útero para hombres, que se
identifican como mujeres y que pueden desear futuros embarazos. “La biogenética y los trasplantes está
llamada a ser una gran inversión para el futuro, afirma taxativamente Rothblatt, quien ha hecho este tipo
de experimentos en animales.

Se calcula que el financiamiento del movimiento LGBTQ+ asciende a 424 millones de dólares. De 2003 a
2013, la financiación para cuestiones transgénero se multiplicó por ocho. La OSF es la mayor
financiadora de la causa transgénero, seguida de la Fundación Arcus de Stryker y la Fundación Tawani de
Pritzker.

La Open Society Fundation de George Soros (OSF) promueve los objetivos de los activistas transexuales,
y defiende que el sexo biológico debe ser sustituido por la «identidad de género» de tal manera que se
incluya» opciones fuera de las categorías binarias de hombre y mujer». Abogan que la identidad no debe
«regirse por límites de edad» y reivindican el acceso a las «terapias hormonales y la cirugía de género a
demanda”, incluidos los bloqueadores de la pubertad para jóvenes. En un informe (2015) titulado
«Licencia para ser tu mismo niños y jóvenes trans» la OSF determinó que el objetivo de su Programa de
Salud Pública : «es promover y apoyar la identidad de género».

Otros cruzados de la causa «trans».

Los Pritzker son una familia estadounidense de multimillonarios. Sus principales áreas de inversión se
dirigen a la biomedicina, la reproducción artificial y a la causa transgénero. Entre sus inversiones más
significativas están ; el Lurie Children’s Hospital, un centro médico para niños con disforia de género
una cátedra de estudios transgénero; la Pritzker School of Medicine de la Universidad de Chicago; la
Cleveland Clinic, que realizó el primer trasplante de útero en Estados Unidos; el Baylor College of
Medicine en la que nació el primer niño de un trasplante de útero y fecundación in vitro, ( resultado de un
programa de investigación para desarrollar trasplantes de útero experimentado diez mujeres presas en
distintos penales); el Palm Center, un think tank LGBTQ+ de la Universidad de California, que se dedica
a validar la transexualidad en el ejército; el Clinical Innovations, que es una de las mayores empresas de

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dispositivos médicos; la Universidad Duke dedicada a proyectos de investigación para la criopreservación
de ovarios femeninos; la Planned Parenthood, cuyas clínicas ofrecen terapia hormonal.

Esta última organización, la Planned Parenthood Federation of America , junto con Human Rights
Campaign;(HRC) han lanzado una campaña para modelar las narrativas culturales de la sexualidad y la
salud reproductiva sobre la base de la reproducción artificial del ser humano.

Un miembro de la familia Pritzkers, que fue Secretario de Comercio durante la presidencia de Obama,
constituyó el Instituto Nacional para la Innovación en la Fabricación de Productos Biofarmacéuticos,
dedicado a vacunas, terapias génicas, microchips y proyectos de investigación para estudiar las
pandemias.

La Fundación Arcus

Traspasa los límites», es el lema de la Arcus Foundation (AF), la mayor organización no gubernamental
LGBTQ+ del mundo, fundada por Jon Stryker, heredero de una empresa de tecnología médica.

Stryker construyó una infraestructura política para impulsar la ideología de «identidad de género»
donando millones de dólares a entidades grandes y pequeñas en todo el mundo. Su fundación ha donado
varios cientos de miles de dólares a ILGA, una organización para la igualdad LGBT de Europa y Asia
Central (con representación de 54 países) y a Transgender Europe . A Stonewall, la mayor asociación
LGBTQ Europea, le donó 142.000 dólares justo antes que añadiera la T de transgénero al movimiento
LGTB .

El hilo que une a Arcus con Stonewall es un denso tejido de financiación que incluyó más de 175.000
dólares para que Stonewall participará en una campaña destinada a persuadir a las grandes empresas para
que aportar fondos a la causa LGBTQ presentándola como «una buena estrategia empresarial».

Entre los numerosos proyectos financiados por Arcus está Rainbow Laces, un programa destinado a
acercar a las personas LGBTQ+ al deporte, abriendo así el deporte femenino a las personas ‘trans MtF’.

El presidente Biden, recientemente aprobó un proyecto de ley en el que la «identidad de género»


prevalece sobre los derechos de la mujer basados en el sexo. Además, en 2022, se comprometió con la
agenda transhumanista firmando una «Orden Ejecutiva sobre el Avance de la Innovación en
Biotecnología» que propugna el desarrollo de la ingeniería genética «para escribir «circuitos» en las
células que permitan programar de forma predecible la biología, del mismo modo que escribimos un
software y programamos los ordenadores». Así mismo la orden ejecutiva de Biden afirma que «las
tecnologías genéticas deberían poder desbloquear los datos biológicos utilizando herramientas
informáticas y la inteligencia artificial».

Joe Biden al modificar este año una norma sobre «discriminación sexual», ha permitido el acceso de los
hombres, que se identifican como mujeres, a las competencias de deportes femeninos. Esta nueva
disposición ha provocado fuertes protestas entre las mujeres, que se ven superadas por las diferencias
físicas en el rendimiento deportivo.

En marzo de 2023, la Federación Mundial de Atletismo (World Athletics) decretó que los hombres
biológicamente «trans» no podían participar en competiciones internacionales femeninas. También se
han introducido prohibiciones similares en la Liga Internacional de Rugby y la Federación Internacional
de Natación. Pero éste asunto sigue siendo un capítulo abierto.

Arcus también financió con 650.000 dólares a la principal organización de psicología de EE.UU., la
American Psychological Association (APA), que elabora directrices para establecer prácticas psicológicas
trans-afirmativas.

En 2001, con la financiación de Arcus, el Grupo de Trabajo sobre Identidad y varianza de género.
dependiente de la Red Internacional de Psicología para LGBTIQ (conocido como IPsyNet), animó a los
psicólogos a «modificar su comprensión del ‘género’, ampliando la gama de variaciones por aquellas
consideradas saludables».

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El su primer informe del Grupo de Trabajo sobre «identidad de género» se afirma que el sexo «se refiere
a los atributos que caracterizan la masculinidad y la feminidad biológicas». A continuación el informe
disocia «género» de sexo, afirmando que «género» «se refiere a las características psicológicas,
conductuales o culturales asociadas con la masculinidad y la feminidad».

El informe afirma que la llamada «identidad de género» se refiere al «sentido básico de una persona de
ser hombre, mujer o de sexo indeterminado» (p. 28). Esta idea confunde el sexo con el «género».

La pregunta que nos hacemos es : ¿Cómo puede uno sentirse mujer u hombre o ninguna de las dos cosas?
Uno es simplemente hombre o mujer. No se puede saber lo que se siente al estar en un cuerpo del sexo
opuesto del mismo modo que no se puede saber lo que se siente al ser un delfín».

La Child Trends, una de las principales organizaciones de investigación acerca de la vida de niños y
jóvenes, también tiene una importante financiación de Arcus para realizar, el estudio llamado : Improving
the Measurement of Sexual Orientation and Gender Identity among Middle and High School Students. De
las páginas de este «papers» emerge la idea que los niños pueden nacer en el cuerpo del sexo equivocado.

Las narrativas de los medios de comunicación también están sujetas a estas hábiles manipulaciones. Los
grandes medios están recibiendo religiosamente financiación de Arcus. El objetivo es garantizar que la
cobertura mediática esté determinada por el lobby trans.

En una reunión celebrada en 2008 en Bellagio (Italia), en la sede de la Fundación Rockefeller, 29 grandes
consorcios internacionales se comprometieron a ampliar la filantropía mundial para apoyar los derechos
LGBTQ+.

Al margen de la reunión del Bellagio, la Fundación Arcus creó MAP, un proyecto para impulsar el
movimiento LGBTQ+, con el fin de construir un complejo sistema de financiación para promover la
«identidad de género y el transgenerismo» en la cultura.

En 2013, Adrian Coman -un veterano de las Open Society Foundations de George Soros- fue nombrado
director del programa internacional de derechos humanos de la Fundación Arcus, para encabezar la
ideología de la identidad de género a nivel mundial. Tanto Soros como la Fundación Rockefeller
financian a nivel mundial gran parte del llamado Día del Orgullo.

En esta cruzada tampoco falta el apoyo de los fondos de inversión especulativos, BlackRock, cuyo
consejero delegado Larry Fink es co-presidente del consejo de administración de NYU Langone Health,
un Programa de Salud para Jóvenes Transexuales ofrece apoyo a «intervenciones médicas , incluida la
supresión de la pubertad, los tratamientos hormonales y la cirugía para la «afirmación del género».

BlackRock también posee el 4,7% de las acciones de AbbVie, fabricante del fármaco bloqueador de la
pubertad Lupron

Por su parte Vanguard es el mayor accionista de Marqeta Inc., la plataforma mundial de emisión de
tarjetas de crédito Visa, creó Daylight, una “tarjeta de crédito queer». Daylight comercializa
procedimientos de fecundación in vitro y gestación subrogada en la comunidad lésbica y gay. Y para los
adolescentes, financia los bloqueadores y el tratamiento hormonal. Ahora, si posteriormente alguno
quieren traer hijos al mundo podrán hacerlo a través de clínicas de reproducción artificial de Vanguard.

La financiación del movimiento trans también procede de las fundaciones de multinacionales


farmacéuticas, como Pfizer, Janssen Therapeutics y Johnson and Johnson, y de gigantescas corporaciones
como Google, Microsoft, Amazon, Intel e IBM.

En el mundo político, llama la atención la actividad legislativa de Petra de Sutter, primera ministra trans-
sexual de Europa y miembro del Partido Verde Belga. Petra de Sutter, de ideología transhumanista, quiere
colocar a su país a la vanguardia de la clonación tecnológica, de la industria de la «identidad de género» y
de la tecnología CRISPR. En 2016 en una Asamblea sobre los derechos de los niños defendió, en su
ponencia, la gestación subrogada y el uso de las nuevas tecnologías genéticas aplicadas a los seres

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humanos. En su opinión «el potencial de la edición genética permitirá la reproducción artificial sin
mujeres»

Parte de la financiación para la causa LGBTQ+ está destinada a crear movimientos de base y cuando los
«dueños del mundo» invierten millones de dólares para hacer crecer este movimiento no lo hacen
inocentemente».

Muchas de nosotras hemos intentado explicar a grupos de izquierda radical y a las feministas de
izquierdas que gritan ‘las mujeres trans son mujeres’ que están siendo manipulados por los
multimillonarios y las grandes corporaciones . El movimiento trans no es un movimiento nacido en la
base, como lo ha sido el movimiento feminista., es un proyecto de una élite, que está invirtiendo mucho
dinero para promover una condición corporal disociativa que desvincula los cuerpos del género”.

Esta rica y propicia nota de Silvia Guerrini, centrada en el aspecto comercial del
Transhumanismo, completa esta modesta observación que trato de abordar desde el
plano político-ideológico. El hecho de que esté avalado por personal político demuestra
que es ‘algo más’ que un negocio. Se trata de la búsqueda de la inmortalidad por medios
‘industriales’, no sé si industriales, no es una palabra demasiado grande, para propósitos
tan ‘chiquitos’. El tema de la inmortalidad ha atravesado todas las culturas, pero aquí la
pretensión de “ganarle” a la biología tiene que ver, solo con su mísero y enfermizo
apego al dinero. Los socialistas no tenemos ese problema, porque nuestros intereses
primeros son los sociales y nuestro accionar tiene un carácter intra-generacional. Morir
para nosotros, tiene el mismo carácter despojado, que aquel que tuvo Socrates, en la
literatura griega antigua. Tenemos la muerte asumida, al momento de nacer, de nacer a
“la conciencia” al menos: Conciencia que para nosotros, significa, justamente
Conciencia Social. -El social- es justamente otro aspecto, dentro del sentido
individualista de la propiedad, que ellos – el verdadero staff del régimen- lo procesan de
esta manera…
Hacia el mercado interno con estas tendencias estimulan la sodomización de sus propias
sociedades. Sodomización hacia el dinero y en última instancia hacia sus poseedores.
Pero en su mercado exterior, de lo que hablábamos más arriba, con respecto a las
sociedades orientales o atrasadas desde su concepción, con la homosexualidad como un
estandarte de las “clases medias” consiguen un objetivo reaccionario muy importante.
Demonizar a esas sociedades como “atrasadas” .Las sociedades comunistas entran
dentro de esa bolsa.
Toda esta explicación viene a cuento, de ese debate dentro de la sociedad rusa, respecto
a la guerra. Lo que se gana en el campo de batalla, luego se pierde en la contienda
mediática. Esto ocurre entre otras cosas porque, las nuevas generaciones no entienden la
primera libertad como libertad económica. No, para esta juventud especialmente
acomodada y generadora de opinión, la primera libertad es la sexual, ligada a la auto-
gratificación y la épica de la guerra de liberación, social e incluso patriótica, desde la
propaganda se asumen como poco gratas, y hasta opresivas por un lado y al capitalismo
como modelo de libertad por otro. A la dirigencia rusa le es funcional el camino de la
guerra, para el cual están muy preparados, pero la victoria política, va en otro sentido o
se trata de que todavía falta. El objetivo fundacional de la URSS se pierde tras los
triunfos “nacionales” como desarrollar una potente industrialización estratégica, el
afianzamiento de la “familia”, como el proclamado por Rusia Unida, que en definitiva
los conduce al afianzamiento de la religión. En definitiva, pueden ganar la guerra y con
ella la persistencia de un modelo guerrerista, equivalente al modelo estadounidense de
pentecostalismo más club del rifle.

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La otra punta de la discusión (en el campo socialista) es que lo que ganamos en
posicionamiento estratégico y construcción de mercado mundial unificado lo
conseguimos a pura punta de misil. Un viraje muy pronunciado hacia la sovietización
del país ¿Hasta dónde sería soportado por “nuestros socios”? como suele decir el
Presidente Putin. Este debate interno ruso está condicionado por la escalada bélica
occidental. Rusia podría pasar a una instancia de uso de armas nucleares tácticas, pero
esta decisión habilitaría el escalamiento hacia un ascenso sin retorno de la guerra.
Cualquier percepción racional de la guerra entiende que más potente defensivamente
hablando, son «las cabezas re-sovietizadoras, que las cabezas misilísticas». En todo
caso, la historia avanza con su partera como forma y su realización como contenido.
Pero, pensemos en el campo estratégico-comercial; sobre, ¿Cómo repercutiría en
“nuestro socio” El Reino de Arabia Saudí, por ejemplo, la liberación de la familia
nuclear y la crianza comunitaria de los niños? De momento, significará un conflicto de
proporciones, pero en algún momento, serán hábitos asimililables por todos los pueblos,
imagino. La historia avanza por donde puede, no por donde algunos de nosotros,
desearíamos. Los cambios requieren aprobaciones mayoritarias.

Guerra fría bajo otras determinaciones


Como acotación a este punto, quisiera agregar un vaticinio muy realista de Rómulo
Pardo Silva expuesto en Rebelión del 27/06/2023 bajo el título de: “Se prepara un
futuro de largas guerras” donde a través de muy acotadas definiciones y desde la
asumisión del nuevo orden multi-polar, bajo la perspectiva de la lucha de clases, una
nueva fase, para el desarrollo de la guerra fría parece dibujarse en el horizonte. Pardo
Silva aporta lo siguiente:

“Es improbable una guerra mundial nuclear, sería una autodestrucción mutua. Se hacen preparativos para
guerras híbridas acompañadas de carreras armamentistas y guerras convencionales localizadas.

Terminado el predominio mundial de Occidente las oligarquías nacionales buscan ser parte del nuevo
orden multipolar como potencias o asociadas a nuevos bloques convenientes.

En esa lucha por poder y beneficios se incluye ahora centros emergentes, India, China, Brasil, Indonesia,
Sudáfrica.

La forma de geopolítica global que empieza necesita más armas convencionales, alianzas, definiciones
estratégicas. En eso están varios Estados.

La visión de Xi-Jin-Ping es radical: «El futuro y el destino de la humanidad dependen de si China y


EE.UU. pueden coexistir».

Estados Unidos aprobó el mayor presupuesto militar de su historia: 858 000 millones de dólares.

En la OTAN hay un apoyo total a la guerra contra Rusia y gobiernos de países solicitan integrarse.

El máximo responsable militar de la OTAN defiende que sus países pasen a una «economía de guerra».

Congresistas estadounidenses proponen convertir a India en un nuevo miembro del formato OTAN+.

La OTAN inicia en Alemania las mayores maniobras aéreas de su historia. Unos 10 000 soldados de 25
países y 250 aviones.

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El ministro de Defensa ruso manifestó en una reunión de las academias militares: «Ustedes se graduaron
en un momento crucial para el país, cuando el destino de nuestra patria pende de un hilo y su futuro
geopolítico está en juego».

El ejército ruso obtiene suficientes reclutas para formar un nuevo regimiento por día, dijo el ministro.

Rusia anuncia un aumento de entregas de los cazas Su-57 a las Fuerzas Aeroespaciales en 2023.

El comandante en jefe de la armada rusa espera recibir unos 30 barcos de guerra, lanchas de combate y
buques de apoyo más para finales de 2023.

Viceministro de Exteriores ruso advierte a Estados Unidos que el uso de las fuerzas de la Alianza
Atlántica en Ucrania tendrá graves consecuencias. No debería haber tropas de la OTAN en Ucrania,
expresó.

Alemania destina 100.000 millones para rearmar su ejército y entregará anualmente a Defensa más del
2% del producto interior bruto.

Su propuesta en la OTAN para Ucrania es centrarse en darle poder militar.

Japón, Australia, Corea del Sur, se arman frente a Rusia, China, Corea del Norte.

Irán presenta un nuevo misil balístico con 2.000 km de alcance y ojivas de 1,5 toneladas.

El poder destructivo de las armas nucleares limita las confrontaciones futuras a focos de guerra -Taiwán,
Kosovo-, sanciones, presiones, alianzas, rupturas de alianzas, acciones de desestabilización de gobiernos -
en Irán se intentó el año pasado.

El plan de guerra híbrida contra Rusia contemplaba un golpe de Estado, una ruptura social -la rebelión de
Wagner cumple ese objetivo aun no siendo de agente extranjero”.

De nuevo, las condiciones atómicas evitan las guerras totales y este análisis preanuncia
guerras “de desgaste”, como forma de dirimir las controversias inter-capitalistas. Las
declaraciones de Xi, puestas en este contexto son determinantes e incluso…
sorprendentes. Una vez más, hay que interpretar en “tiempos” chinos, esa enigmática
afirmación de: «El futuro y el destino de la humanidad dependen de si China y EE.UU.
pueden coexistir». Tal vez, esté hablando en términos inmediatos, refiriéndose a la
actual coyuntura y teniendo en cuenta la totalidad de la fase que estamos atravesando.
Teniendo en cuenta, el conjunto de las controversias y los respectivos des-anudamientos
posibles de las mismas. Así planteado, pueden considerarse estas palabras, como un alto
ejercicio de racionalidad, de lo contrario, desde el punto de vista de la lucha de clases…
Estamos perdidos.

Un rasgo esencial de las luchas de nuestro tiempo, como resultado de “la destrucción
mutuamente asegurada” radica en que la lucha de clases y por consecuencia la «guerra
real» (la de opresión) nos empantana en una esquizofrénica “guerra de desgaste”,
preferible, en tanto humanidad, a una “guerra total”. Se puede decir, en este punto, que
estamos canjeando ‘vida biológica’ –naturaleza- por ‘vida síquica’ –o alienación- que se
traduce en despolitización generalizada; en una caracterización de “locos, pero vivos”.
Esta caracterización explica la lógica política de nuestro tiempo: “la razón del mal
menor”. Una explicación necesaria, que conviene aclarar es que ‘la razón del mal
menor’, no la provocan las oprimida/os, en su intento de emancipación, sino los
‘opresores concretos’, en su cerril apego al poder y a la riqueza que no abren la

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compuerta al desarrollo ‘natural’ de la lucha de clases. Reprimen para defender
privilegios arcaicos, valiéndose justamente del recurso “ultimo” de la amenaza nuclear.
Como otras tantas situaciones controvertidas que hemos superado como humanidad
trabajadora, también superaremos esta, que es apenas una controversia política, por lo
tanto circunstancial, no existencial. Existencial es solo para esos “egos estructurados”
remisos al cambio. Nosotros, las trabajadoras/os seguimos levantándonos todas las
mañanas, con ansias de seguir viviendo, ergo, con pretensión de superarnos.

Está claro, que esta conceptualización que estamos realizando, no trata las formas de
guerra, de manera científica, como sí pretende hacerlo, la parcialidad imperialista. Esta
es una línea de análisis, donde enfocamos la guerra en su carácter invasivo, desde el
punto de vista del capitalismo despótico y las categorías en la mayoría de los casos son
aportadas por ellos mismos, o por sus críticos, en muchos casos en perspectiva
reformista, dentro del mismo imperialismo, ya que sus textos van dirigidos, como es
lógico, a lectores de ese sector crítico. Quiero decir: que las caracterizaciones de estas
guerras, ni la inventan los revolucionarios, por el carácter peyorativo, que en sí mismas
contienen, ni tienen un sustrato científico, porque no todas las grandes potencias se
valen de estos métodos de combate, sino que son formas de combate de las que se vale
exclusivamente, la ideología imperialista.

¿Porqué la tradición pesa tanto?

Aquí, de lo que estamos hablando es de esa sensación, que en el campo militante


padecemos como incertidumbre. Como un largo Impasse, aquello que Lenín y luego
Gramnsci definieron, ‘como un futuro que no termina de plasmarse y un pasado que se
resiste a morir’ .Dado que esta ‘sensación’ se perpetúa por décadas, estamos hablando
de una incertidumbre estratégica. El ataque reaccionario, se produce por la propia
impotencia de la clase dominante, al no poder imponer consensuada mente, un criterio
cuya definición última corresponde a la fuerza. Es sabido que las relaciones ‘de fuerza’
no son las mejores para los vínculos burgueses, pero ‘la fuerza’ es la definición última.
Pero en esta desordenada y a menudo constante relación límite, ‘el factor terror’ va
mediando esa relación. El principal atemorizado es ‘el opresor’ y el oprimido lo siente,
lo sabe, lo intuye, pero el opresor compensa su ‘debilidad’ con el peso de la
institucionalidad. Ese es el marco por donde se desenvuelven las relaciones de trabajo
dentro de las industrias urbanas. Esto es en general, pero situándonos en la instancia
más alta de la lucha de clases, a partir de la aparición del primer estado ‘de clase’. Un
estado con vocación rupturista respecto a los consensos habidos hasta ese entonces. La
aparición de un estado obrero, cambió todas las reglas de las pujas inter-burguesas e
indirectamente también, en un sentido más general, amplió los alcances de ‘la lucha de
clases’.
Si bien, dentro de la conceptualidad burguesa la guerra continuó siendo parte de la
competencia de la legítima lucha por la apropiación de mercados. El Estado Obrero
planteó un desafío de otro tenor. Planteó, aunque no toda la clase dirigente lo haya
asumido, la autenticidad de su existencia. A partir de allí, la principal batalla del
imperialismo y sus subsecuentes estados, está dada, por la justificación de su propia
existencia, porque hay una otredad fáctica que desmiente su funcionalidad en el mundo.
Máxime, cuando trata de resolverlo con su método más conocido… La Guerra, que es lo
que mejor sabe hacer, Como gran conocedor de todas las trapisondas, que encubre la

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guerra… va a la guerra… y esa guerra la pierde. Así ocurrió con los catorce ejércitos
imperialistas que fueron derrotados por el Ejército Rojo, luego con la conformación del
Nazismo y así de seguido. Al ‘mundo libre’, o lo que quedó de él, fue ‘pretender’
empezar de cero, desde la cultura. A partir de la 2da Guerra, tomándose del último
bastión que le quedaba: la gran concentración económica mundial, producto de la
colosal exacción de la recolonización del capital mundial.
A modo de auto-crítica, que no es tal, porque en ese entonces no estaban dadas las
condiciones que hoy sí, pueden estar (estamos en eso). No debimos haber permitido esa
acumulación, que luego, como realmente ocurrió, fue la principal arma de combate
contra el proletariado mundial, en su conjunto. La fuerza no dio para aplicarles una
expropiación en toda la regla, como deben conllevar las próximas derrotas militares que
sobrevengan. Estamos viendo, como utilizaron ese inmenso botín de guerra, para
afianzar el conservador peso de las costumbres. Las tradiciones basadas en la religión,
la familia nuclear, la propiedad privada, como baluarte moral y por lo tanto la batalla la
sitúan en el campo cultural, dónde… mientras se esperaba algún traspié, ‘del enemigo
estratégico’, aparecería alguna superchera ayuda de ‘la mano invisible de los mercados’,
o reforzar la fe en ese ‘destino manifiesto’, que con ‘tan buenos logros los dotó hasta el
presente…’
En la construcción del Partido Revolucionario no debemos olvidar aquella sugerencia
que Maquiavelo le hace al Príncipe, que estaba destinado a fundar un “nuevo estado”.
Ese Príncipe fue Lorenzo de Medici, de quien poco importa su obra, pero si la de su
consejero Nicolás Maquiavelo, que con su tratado inaugura Las Ciencias Políticas
Modernas, un texto imprescindible para comprender las reglas de la política burguesa de
los últimos quinientos años. Allí, el florentino le explica al Príncipe, dicho en lenguaje
coloquial de hoy, que ‘no alcanza con tener la verdad, porque para que esa verdad se
plasme en términos políticos hace falta además tener “la fuerza” para imponerla’ ¿Qué
significa esto hoy? Que para llegar al Socialismo, no basta con predicarlo, sino que a
este predicamento hay que sumarle la construcción del Partido, que es un esfuerzo que
requiere mucha dedicación hora-hombre/mujer, de un esfuerzo trans-generacional, que
puede llevar varias décadas o incluso centurias para ver esbozadas las paredes de lo que
será ese nuevo edificio político, que en última instancia será la concreción de “un
programa” y en él mientras tanto una escuela de formación política. Nada nuevo, que no
haya dicho Lenin en el ¿Qué Hacer?

La CIA, como Nuevo Protagonista

En realidad de ‘nueva’ allá, cuando se fundó, -1947- esta entidad tenía poco.
Desarrollaba aspectos del aparato de propaganda nazi, con la apariencia de otros
servicios de Inteligencia, subordinados al organigrama estatal, como el M16, Británico,
o los Servicios franceses de actuación especialmente colonial. El M16, por ejemplo, era
un apéndice del Ministerio de Defensa del R.U. por ende subordinado a los protocolos y
presupuestos del mismo, mientras que la CIA es un ente autárquico, destinado a ser una
agencia en las sombras. Constitutiva de un Poder en las sombras. Esto de por sí,
denuncia una conciencia de la mala fe de sus propósitos fundacionales. O un
reconocimiento de que la tarea imperialista que tenían que llevar adelante, no era
compatible con la juridicidad de un Estado Nación Liberal. La creación de la CIA, como
luego de sus subsidiarias, la OTAN, el FMI, El Banco Mundial y posteriormente, la

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DEA al otorgarle semejante poder a una entidad para-estatal que reemplaza al estado,
para des-comprometerlo de sus consecuencias jurídicas ulteriores, expresa también el
grado de parasitismo, de esta entidad, basada en la economía negra, generadora de otras
economías negras, que a la larga y como estamos viendo, termina por devorarse al
estado real. Aquel que sus más conspicuos políticos ‘velan para proteger los impuestos
de los contribuyentes’.
La CIA arranca como un aparato delincuencial, en actividades de propaganda, que el
estado, por su carácter privatista no podía ejercer, ni tampoco el emprendurismo real por
la carga de desprestigio, que este arrastraba, en su rol represor y explotador. Su función
estaba destinada a ‘vender ’la idea de que la libre empresa era algo alegre, ’cooperativo’
y con fines altruistas, o sea; una completa mentira… y en este sentido, sí, una
continuidad del aparato propagandístico del fascismo hitleriano, solo que con un
propósito más ambicioso, destinado a librar una batalla cultural con fines últimos de
aplicación bélica, como nunca antes había ocurrido. Por supuesto, para obtener
información sobre los fundamentos de esta ‘creación’ la literatura que se encuentra es
muy fragmentada, mucha proporcionada por ‘agentes arrepentidos’, que brindan unas
argumentaciones muy impregnadas de subjetividad y tendencias impresionistas, aunque,
muchas veces acompañadas de documentación útil a la hora de la investigación.
En este sentido se destaca un interesante libro de una autora británica –Francés Storni
Saunders- titulado: la CIA y la guerra fría cultural, digitalizado por militantes del EHK,
de euskalerria, bajo la traducción de Rafael Fontes, editado originalmente en 1999. Este
texto es más bien una investigación de campo, contrastando entrevistas personales, con
citas documentales de diversa procedencia, con una orientación sistemática orientada
por un lado: a poner luz sobre sus fuentes de financiación, normalmente clandestinas y
sus metodologías de inserción, que también superaban el alcance consciente de sus
protagonistas.
Las primeras intervenciones de la Agencia aparecen en La Alemania ocupada por el
Ejército Americano, luego de la derrota del nazismo. Con la asunción de la Presidencia
de Truman, este y su Secretario de Estado y Jefe de Personal del Ejército, de los EE.UU,
durante la guerra, el General George Catlett Marshall intercambiaron sus roles,
fungiendo el general, de policía bueno y el presidente, de policía malo. El discurso de
Marshall de diez minutos de duración, supuso un momento decisivo para el destino de
la Europa de posguerra. Tras advertir que «todo el mundo… [y] la forma de vida que
conocemos están literalmente pendientes de un hilo», apelaba al Nuevo Mundo para que
diese un paso al frente con un programa de choque de créditos y ayuda material a gran
escala, para impedir el desmoronamiento del Viejo Mundo. «Existe una inestabilidad
generalizada. Se está haciendo todo lo posible para cambiar a Europa por completo tal
y como la conocemos, contra los intereses de una humanidad y de una civilización
libres –declaró Marshall- Si se la abandona a sus propias fuerzas no habrá escapatoria
ante una crisis económica tan intensa, ante un descontento social tan violento y ante
una confusión política tan extendida, que la base histórica de la civilización occidental,
de que por convicción y por herencia formamos parte integral, adoptará una nueva
forma a contra-imagen de la tiranía que luchamos por destruir en Alemania».
Este discurso del General, que como para agregarle solemnidad a sus palabras fue dado
en la 296 ceremonia de graduación de Harvard, a la que asistieron también el físico
atómico Robert Oppenheimer, el Gral. Ornar Bradley, Comandante de las tropas del
desembarco en Normandía y el escritor T.S. Eliot, todos los cuales fueron investidos en

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ese acto con un doctorado Honoris Causa. Sin embargo, las palabras de Marshall
tendieron a reforzar un discurso previo de Truman, dado ante el Congreso en marzo de
1947, donde pretendió sacralizar, lo que luego se denominaría ‘Doctrina Truman’,
donde amenazaba con lenguaje apocalíptico una nueva ‘era de Intervenciones
Norteamericanas’ y con ese estilo, tan típicamente gringo, en lo que a anti-comunismo
visceral se refiere. Las palabras del presidente referidas, a un inevitable triunfo popular
en Grecia, donde por el sólo transcurrir de los acontecimientos, se avizoraba un nuevo
gobierno Comunista, fue más allá de esta circunstancia e intentó esbozar los trazos de lo
que luego sería la Guerra Fria.
Allí aseveró: «La elección –de los pueblos- con demasiada frecuencia no se hace
libremente. Una forma de vida se basa en la voluntad de la mayoría. Se fundamenta en
el terror y la opresión, en el control de la prensa y de la radio, en unas elecciones
amañadas y en una supresión de las libertades individuales. Pienso que la política de
los EE.UU. Ha de ser apoyar a los pueblos libres que se resisten a ser sometidos por
minorías armadas o por presiones exteriores. Pienso que debemos ayudar a los pueblos
libres a forjar sus propios destinos en la manera que ellos elijan» Estas palabras de
Truman, contrastadas por el devenir del mundo en estos cincuenta y cinco años que han
transcurrido hasta hoy –septiembre 2022- son una impecable definición de los
propósitos imperiales. A estas palabras hay leerlas por su reverso: los hechos. Por
supuesto, que el lenguaje ideal degenera frente a la adversidad en su opuesto, Se podría
hablar, en este caso, de la típica operación de llenar un significante vacio con un
‘significado invertido’
Que nos dijo Truman a este respecto: ‘La elección de los pueblos con demasiada
frecuencia no se hace libremente y una forma de vida se basa en la voluntad de la
mayoría’ Lo que nos quiere decir en nuestro idioma es que los pueblos eligen de
acuerdo con sus ‘mandatos instalados’ a las propuestas de su clase dirigente, tal como lo
explica Marx en ‘La Ideología Alemana’ (refiriéndose a que la ideología de los pueblos
es la ideología de su clase dominante), Ocurre que esa generalidad no es una regla
‘eterna’, sino una ley temporal, circunscripta a una determinada etapa en el dominio de
la burguesía, especialmente cuando esta garantiza ‘la seguridad’ de sus subordinados.
Se trata de justo del caso del pueblo griego. Abandonado por su dirigencia,
representadas en sus fuerzas de seguridad, el pueblo, los trabajadores griegos tomaron
en sus manos, su propia defensa frente a la invasión Nazi y terminaron derrotándolos,
por lo tanto, frente a una burguesía que no los amparaba y encima encarnaba la
explotación y la afirmación de las contradicciones de la Sociedad Griega, ese pueblo se
propuso tomar el poder. No hay ninguna ilegitimidad bajo ninguna doctrina política.
Otra cosa nos dijo este presidente Demócrata: ‘La voluntad de la mayoría, sin
especificar si continuaba refiriéndose a Grecia, o tal vez a todos aquellos pueblos que
osan salirse del redil, se fundamenta en el terror y la opresión, en el control de la
prensa y de la radio, en unas elecciones amañadas y en una supresión de las libertades
individuales. Hilando fino, podría decirse que esta aludiendo a las palabras de Lenín,
cuando en el ¿Qué Hacer? Alude que a que a los trabajadores la conciencia les llega
desde afuera. Pero no. El corto alcance de este príncipe del capitalismo se afirma en un
difundido prejuicio de las burguesías mundiales vigente casi hasta los años ochenta,
donde lo reemplazaron por otros más adecuados a los nuevos tiempos. El consabido
prejuicio se basaba en que las clases subordinadas de esa nación constaban de una
‘inocencia básica’, pero, que debido a la influencia de ‘agentes extranjeros’, nunca

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locales, ya que esto pondría en la ilegalidad al aparato represivo, a través de la prensa y
de la radio ‘influir en el sentir nacional’ y con un consecuente meloneo, suprimir las
libertades individuales, incluso amañar elecciones. Claro, sin aclarar, que las
condiciones de subdesarrollo previamente existente, permitían la permeabilidad de tal
discurso y abiertamente mintiendo para esa época, dice ‘que el activismo imponía al
resto de la población esas ideas a través del terror y la opresión’. En realidad el virus
trasmisor de ‘las ideas malas’ era la Asamblea de Fábrica, las huelgas industriales que a
esa altura ya tenían un desarrollo de más de cien años. Cuando Truman alude a que los
trabajadores recurren al terror y pretenden oprimir a sus patrones, está en lo cierto, solo
que en muchos casos… todavía no pudimos.
Y como es de estilo remata su alocución con una amenaza: ‘Pienso que la política de
los EE.UU. Ha de ser apoyar a los pueblos libres que se resisten a ser sometidos por
minorías armadas o por presiones exteriores.’ Lo que está queriendo significar es que
defenderán a sus burguesías subordinadas, amenazadas por sus clases obreras allí donde
sea. Ya que ellos, los EE.UU. a partir de ahora, asumirán la defensa de las clases
privilegiadas de todo el mundo. Y a partir de allí instauran el aparato gansteril, estra-
territorializando sus leyes, cuando convengan, dividiendo territorios, cuando no los
pueden someter, etc. La CIA fue la correa de transmisión de esta nueva fase de la
dominación imperialista y a esto nos referíamos al titular el punto como ‘nuevo’
protagonista. Este nuevo armado institucional conformado por la CIA, la OTAN y
posteriormente la DEA, administrando el aparato del crimen junto a otras que
contribuyen al aparato mundial, al tiempo que local de dominación, como la ONU,
especialmente en su última etapa, través de la cooptación de sus representantes. El FMI
y Banco Mundial, la OMC, la OCDE, etc. Conforman una nueva instancia de
dominación para la clase obrera mundial. En ese sentido, fue un cambio de condiciones
para la lucha de clases.
Una acotación, que atraviesa este tema, está relacionado con la aludida Revolución
Griega. Revolución que fue truncada por un método que signo gran parte del escenario
de la Guerra Fría. Me refiero a ‘la negociación por arriba’ entre la URSS y el eje
anglosajón, como lo hicieron durante la guerra, que entonces podía estar justificado por
atendibles razones tácticas. Pero terminada la guerra, estos trueques acordados
continuaron y excepto en la Guerra de Corea, donde la guerra fue explícita y en este
caso; sí, espontáneamente de clases. El resto de los conflictos entre el bloque capitalista
y el ‘campo socialista’, atravesados por la amenaza atómica, fue sorteado por
negociaciones, a lo largo de toda la Guerra Fría. Políticamente no entraña incorrección,
ya que cuidar la paz, del mundo o de una región, forma parte del legado socialista. Pero
volviendo a la Grecia y puede agregarse a Italia, donde se produjo una situación
parecida, de fines de la 2da G.M., la URSS canjeo esos territorios, entregándolos a la
esfera de la Europa Capitalista, a cambio de otros, que por cercanía y aseguramiento de
Espacio Vital favorecieron la unidad territorial de lo que luego serían los Países del
Pacto de Varsovia.
Ya que el tema central que estamos tratando es el de la lucha de clases, este canje de
espacios territoriales, no tengo registro de que haya ocurrido en otras geografías. Con
estos dos casos –Grecia e Italia- basta. La URSS priorizó, contra su propia doctrina –el
marxismo- su interés de seguridad nacional, a expensas del desarrollo internacional de
la emancipación social. Sin saber tampoco, como se procesaron estas decisiones al
interior del Partido, y que seguramente tomadas de conjunto habrán sido beneficiosas
para la coyuntura del campo socialista, también universalmente considerado. El hecho

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es que estas negociaciones de ‘soberanías ajenas’ de pueblos, luego, en el transcurso de
la Guerra Fria se trasladaron a un conjunto de otros acuerdos en escenarios de disputa,
que se desarrollaron en un contexto público de legalidad, enmarcada en la ONU,
mayormente. Tratándose de enemigos –no adversarios- tan cerriles como los gringos,
que primero ganan tu confianza, aún perdiendo ellos y a partir de la obtención de tu
confianza, empiezan con saqueo paulatino para terminar en un despojo tan amplio,
como les sea posible. Se verifica esto en casi todos los acuerdos de las dos
Superpotencias, que lo que hoy firmaran sonrientes, posando para la eternidad, frente a
las cámaras, con la misma solemnidad de las palabras de Marshall y Truman, mañana
las borrarían con el codo. Las distintas campañas que la CIA desplego por el mundo
están relacionadas con los consecuentes ataques a esos puntos sensibles que le permitan
destruir políticamente a la Clase Obrera Mundial.
No hay que perder de vista, que esta “nueva” institución aparece con el afianzamiento
de la fase Corporativa del Imperialismo, como concomitante con su desarrollo, en la
necesidad de un aparato de ‘buchonaje’ de carácter mundial, en defensa de los intereses
(las empresas, en realidad) estadounidenses, en tanto gendarme de la burguesía mundial.
La Agencia funciona como un enlace en el organigrama defensivo de EE.UU. entre El
Pentágono, con sus respectivos Comandos, y la representación Estatal, en lo que se
refiere a la Seguridad ‘Nacional’ del capitalismo.

La ‘Guerra’ Comunicacional

Con la aparición de la CIA, aparece una nueva forma de propaganda, no solo en lo


cualitativo. Desde la revolución bolchevique hasta ahora, la propaganda fue de carácter
defensivo, se limitaba a la demonización del Comunismo, a prevenir a los pueblos de su
peligro, para dejar abierto el brazo represivo y no mucho más. Recién el nazismo se
lanza con una campaña positiva contra el Comunismo y llegó hasta dónde llegaron sus
armas. La CIA parte de la experiencia del Ministerio de Propaganda del III Reich e
intenta una orientación ‘ultraizquierdista’, por su forma, al tratar de homologar el
nazismo (ya derrotado), con el stalinismo, como lo explicamos al comienzo. Ir al
socialismo, pero sin la ‘presión’ de un estado obrero, ‘libremente, con nuestra ancestral
propiedad privada, haciendo lo que nos gusta, individualmente hablando y buscando
adhesión entre lo más atrasado de las sociedades’, o como dijo un protagonista de la
época: ‘nuestro propósito es ganar para nuestra causa, a los que aún dudan y a los
neutralistas culturales al estilo de Les temps modernes’.(Sartre y acólitos)
Mientras que en el campo socialista realizó la primera reunión en Belgrado, de la
Oficina de Información Comunista para contrarrestar públicamente a la Doctrina
Truman y al Plan Marshall a los que consideraron como ´tramas agresivas’ para
satisfacer las «aspiraciones estadounidenses de supremacía mundial» Andrei Zhdanov,
arquitecto de la implacable política cultural soviética, les dijo a los comunistas de
Europa Occidental que:«si estuvieran listos para ponerse al frente de todas las fuerzas
dispuestas a defender la causa del honor nacional y de la independencia en la lucha
contra los intentos de subyugar a sus países económica y políticamente, ningún plan de
subyugación de Europa podría tener éxito» Del mismo modo que Marshall había
decidido dirigir su discurso a la elite intelectual de los EE.UU. Zhdanov apeló a los
intelectuales de todo el mundo para que pongan sus plumas bajo la bandera del

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Comunismo y utilicen su tinta contra el Imperio Americano..«Los Partidos Comunistas
de [Europa han] tenido un considerable éxito en su trabajo entre los intelectuales. La
prueba es que en estos países los mejores representantes del mundo de la ciencia, del
arte y de la literatura pertenecen al Partido Comunista y están encabezando el
movimiento de la lucha progresista entre la intelectualidad y gracias a su incansable y
creativa lucha, están ganando más y más intelectuales a la causa del comunismo»
Esto que dice Zhdanov ha sido la tónica de la propaganda comunista de todas las
épocas. No olvidar que el mensaje comunista ha sido clandestino, censurado en todas
las situaciones sociales, su expansión corrió en el boca a boca o con medios
rudimentarios, allí donde el control lo ejercía o aún ejerce el capitalismo. Sin contar que
esta propaganda, no es propaganda en el vacío, sino que está respaldada por un amplio
campo de racionalidad económica, que exhibe sus resultados para quién los quiere ver.
La experiencia de la CIA pretende hacer ese camino, pero con plata a manos llenas y
con postulados que apenas los raspás, se descascaran.
Es interesante seguir el recorrido de esta ‘institución’, que comienza formulándose
como corriente de opinión, que disfraza su anti-comunismo presentándose como
colectivo de ‘izquierdas diversas’, a través de distintas revistas ‘culturosas’, muy bien
financiadas, destinadas a un público de élite, cuyas notas más relevantes serían luego
comentadas y/o divulgadas por otras publicaciones de orientación generalista con tirada
masiva; del tipo de ¨’Times’ o ‘Life’, que tomado como modelo de difusión, luego sería
replicado por todos los países del ‘Mundo Libre’, ya que durante décadas impusieron la
pauta cultural de las transmisoras de radio y se llevaron a la Tele, de manera todavía
más frívola, hasta llegar a los dominios de hoy día, donde los formatos hegemónicos
parten de la estructura televisiva, ‘como prensa seria’ y se bastardean a relajo entre las
‘redes sociales’. Por eso en sus comienzos la Compañía tuvo que reclutar, a personal de
prestigio, en los diversos ámbitos del mundo cultural, actuando como sponsors, en
muchos casos, patrocinando festivales, simposios, encuentros, que hagan aparecer una
cultura ‘liberal’ con alas hacia la izquierda o hacia la derecha, ‘viva’, que hacían
aparecer una aparente competencia entre ellas, aunque todas tenían la misma fuente de
financiación: las fundaciones y O.N.G coberturizadas por la CIA. Desde la Fundación
Novel, pasando por La Escuela de Frankfurt hasta insignificantes concursos en distintas
disciplinas, estuvieron y están signadas por la intrascendencia de sus propósitos. Una
construcción de solemnidades para ir a ningún lado.
Por un lado, esta agencia procuraba ser una proyección cultural de los EE.UU
fundamentalmente en Europa, lo mismo que hoy y de allí casi automáticamente
proyectarse al resto de los países sometidos a través del dólar y la omnipresente
amenaza de las cañoneras. Cumplía esa función ‘de zanahoria’ que disfrazaba la
contundencia del palo, aunque llegado el caso, preparaba y creaba las condiciones para
el advenimiento ‘del palo’. De esta manera sus filas se nutrieron de notorios
mercenarios de ‘La Cultura’ tales como: Norman Mailer, Paul Valery, Lilian
Hellman, Isaiah Berlín, Karl Jasppers, Jhon Dos Passos, Mary MacCarthy y su
influyente amiga Annath Arents Ernest Herminway, Benedetto Crocce, Salvador de
Madariaga. Jorge Luis Borges, como plumífero de cabotaje latinoamericano destinado a
esmerilar el emergente prestigio de la revolución cubana. Trotzkistas renegados: como
Arthur Koesler, André Malraux, George Orwell, (post-morten) o James Burnham,
Incluso, le chamuscaron un poco la prosapia a Bertrand Russell, otorgándole alguna
dirección societaria, que echó al horno, parte de su ‘transparencia’ como ‘filósofo
matemático puro’, incapaz de contaminarse con cualquier cosa que siquiera roce ‘lo

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político’. Leonard Berstein y no hubo figuras, tributarias de la imposición del ´relato
hegemónico que hayan estado en el candelero, sin ser tributarios directos o indirectos,
de las orientaciones de la CIA. Tendencia que hoy se concentra, más en jugadores de
futbol, modelos, cantantes de moda, directamente conectados al mundillo ‘narco’. Lo
notorio de aquellos comienzos es que supieron casar posiciones individuales
reaccionarias de algunos ‘creadores’, con el armado de actividades ilegales, de
trasfondo delincuencial, camufladas de acciones espontaneas, haciéndolas pasar como
acciones ‘naturales’ de mercado y en gran medida haberlo logrado.
El Congreso por la Libertad Cultural, que con la complicidad de las altas patronales
europeas logro instalarse exitosamente en muchas ciudades europeas, que ayudó por un
lado a vencer ‘los prejuicios’ anti-estadounidenses relacionados con su pragmatismo
sin principios, su racismo inveterado y por el temor ancestral a las clásicas ‘invasiones’
anglosajonas. En este caso se trató de una prolongación del Ministerio de Educación
actuando extraterritorialmente en suelo europeo, donde detrás de esa filantropía de
‘fomentar una cultura libre para construir una sociedad libre’, se escondía el propósito
mucho más ambicioso, que consistía en infiltrar personal de inteligencia militar dentro
de las fuerzas de seguridad de cada país en particular para ir preparando las condiciones
de lo que después comenzaría a llamarse ‘Guerra Sucia’ Detrás de esta ‘inocente’
embestida cultural, de sesgo anticomunista, es cierto; se agazapó una jauría de intereses
privatizadores, moviéndose en coalición con financiadores de programas secretos en
Europa Occidental. La Agencia era ‘un instrumento manejable, oportuno, bien
conformado para lograr ‘el triunfo de las ideas’. Su plantilla ascendía a 413 personas, de
los cuales 201 eran americanos, otros de origen europeo y 212 exiliados ‘especialistas’
procedentes de Europa Oriental. Radio Europa Libre fundada en 1950 bajo el auspicio
de la Agencia. En unos pocos años llegaron a 29 emisoras, que transmitían en 16
idiomas diferentes y que utilizaba ‘todos los trucos de la oratoria moderna, desde
Demóstenes a Cicerón, en su ‘filípicas’ contra todo aquel que apoyase al régimen
Stalinista’.

Mercachifles que se valen de argumentos científico-sociales para vender autos usados

El protestantismo, que en Europa cumplió una función ‘progresista’ durante los s. XVI
y XVII, debido a la competencia ideológico-cultural positiva que ejerció sobre el
pontificio católico, al que obligó a crear diversas ordenes por izquierda, contribuyendo a
la caída de la Dinástia de los Habusburgo, o la instauración de las Monarquias
Constitucionales, o incluso a La Revolución Francesa, Pero desde las ‘sectas’ que
emigraron en el ‘Mayflowers’, mitificados como ‘Los Peregrinos’, en tanto orientadores
del ‘mundo bíblico,’ se plantearon desde el primer momento la apropiación del
continente para la creación de un mundo ‘bendecido por Dios’. Un estrecho clericalismo
destinado a sojuzgar primero a las poblaciones existentes y luego a la mano de obra
esclava traída irregularmente desde el África. Desde esta condición social los
estadounidenses afianzaron su identidad. Rompieron la tradición revolucionaria liberal,
en pos de afianzar su modo de producción esclavista, maquillado con beatería
pentecostal. Y presentan la paradoja de que a mayor ‘altruismo
pietista’, más implacables son en el combate contra ‘esos satanaces’, que se empeñan en

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imponer ‘el mal’. El devenir del capitalismo, les asignó este rol conductor, que detentan,
en parte asumido a partir de este rasgo de ‘ingenuidad propietaria’ de la que tanto hacen
gala. De esta manera, la demonización de la negritud, extendida, casi naturalmente a ‘la
lucha contra el comunismo’ les permite aglutinar a lo más reaccionario del mundo
contra las tendencias emancipadoras que reclaman los pueblos.
‘Las clases altas son las que más luchan, porque son las que más tienen que perder’ fue
un axioma bien asumido por la nueva institución. Entre sus directivos figuraban
familiares de las corporaciones más exitosas e involucraba a miembros encumbrados de
la Oligarquía Financiera Mundial, como los Rockefeller e incluso un patriarca mundial
de las finanzas, como Víctor Rothschild colaborador proveniente del M16 británico,
colaborador desde el primer momento, con el asentamiento de la Compañía en suelo
europeo. Acreditado en Francia como ‘teniente coronel, experto en desactivación de
explosivos’. Este personaje proveniente de una larga dinastía de banqueros, que nunca
dejó de serlo, llegó el primer día del desembarco aliado y con esa misma premura
reclamó la devolución de su casa familiar en la Avenue de Marigny, que en su
momento había sido requisada por los nazis. Allí agasajó con los mejores champañes al
joven oficial de inteligencia Malcolm Muggeridge. El mayordomo de la familia, que
había seguido trabajando en la casa con los alemanes, comentó que nada parecería haber
cambiado. En el hotel Ritz, requisado por el millonario agente de los servicios de
información John Hay Whitney, se alojó David Bruce, un amigo de F. Scott Fitzggeral
de los tiempos de Princeton, que apareció con Ernest Hermingway y un ejército privado
‘de libertadores’ haciendo un pedido al director de cincuenta martinis. Todos ‘señoritos’
provenientes de distintas Oficinas de Servicios Estratégicos.
A éstas personas joviales, seguras de sí mismas, les resultaba tan divertido asistir a
buenas fiestas, como salvar al mundo del comunismo. Cuando no estaban reunidos en
clubes exclusivos, o en habitaciones de hoteles. Como agentes de un nuevo orden
mundial conseguían vencer el agotamiento por la sola razón de que sus potenciales
ganancias serían inmensas. De vuelta a sus despachos, al día siguiente se afanaban en
encontrar nuevas formas de asegurar sus inversiones y de ampliar sus activos.
‘Generalmente buscaban amos americanos, que consistiesen en aceptar dinero en sus
cuentas y que luego lo utilizasen de distintas formas. Un agente decía bien suelto de
cuerpo ‘si nos dirigíamos a cualquier empresa, institución de cualquier sitio y
preguntásemos ‘¿Está dispuesto a ayudar a su país transfiriendo este dinero? A tiempo
de saludo contestaban: ‘si, por supuesto, estaría encantado’. El empleo de fundaciones
filantrópicas era la manera más conveniente de transferir grandes sumas de dinero. El
genocida impune Henry Kissinger, en un libro de memorias publicado en 1979 Los años
de la Casa blanca, afirmaba con euforia:
‘Para la honra de aquella generación de americanos, ellos [los agentes de la CIA] asumieron esas
responsabilidades con energía, imaginación y talento. Ayudando a reconstruir Europa, favoreciendo la
unidad europea, conformando las instituciones de cooperación económica y extendiendo la protección de
nuestras alianzas, salvaguardaron la posibilidad de libertad. Esta explosión de creatividad es uno de los
momentos más gloriosos de la historia de los EE.UU’.

De esta manera, con la creación de la CIA y las otras organizaciones colaterales que la
secundan como las agencias económicas, de carácter multinacional e inscriptas en la
legalidad, como el FMI, BM, OCDE, OMC; o la DEA, un organismo híbrido,
concebido con los mismos parámetros que la CIA, pero orientado a administrar el
campo directo de la Economía del Crimen, los EE.UU. se hace de todo el control de los
RR. HH del mundo y el omnímodo aparato de la OTAN se erige como el aparato

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terrorista universal destinado a infundir miedo a todas las poblaciones del mundo. Toda
esta rápida creación de Instituciones -cuarenta años- indica la admisión, de que el
capitalismo por sí mismo no puede sobrevivir, que necesita un impulso artificial. Ese
impulso está fomentado por estas ‘novisimas organizaciones internacionalistas’, cuya
razón existencial última, descansa en el aparato militar terrorista de la OTAN. La
OTAN y sus brazos auxiliares; el MOSSAD, el M16, y la CIA que concentran todas las
variables de Terrorismo de Estado, el monopolio, puede decirse, del Terrorismo de
Estado, constituyen la esencia, sin la cual el capitalismo no podría sobrevivir. El
capitalismo en una relación ‘plana’ con la clase obrera se socializa. En una relación de
igualdad de derechos ‘democráticos’ se desmorona frente a los intereses mayoritarios de
las clases subordinadas, sobre las minorías que sostienen ‘el valor’ del capital.
La novedad radica en que estas nuevas instituciones. Pensemos que las grandes
instituciones necesitaron siglos para consolidarse: la iglesia, las modernas repúblicas, la
construcción del estado moderno, pero estas agencias se transforman en institutos
internacionales en apenas dos décadas. Ahora bajo la égida norteamericana del
Imperialismo, funcionan de manera corporativa monopólica, bajo mando centralizado,
además de exhibir el carácter totalitario de las relaciones laborales intrínsecas al
capitalismo, también constituye una novedosa herramienta de opresión, que hasta la 2da
Guerra Mundial no se visibilizaba en el horizonte de las luchas obreras. Por lo tanto,
esta aparición de la corporación fascista, como soporte patronal preventivo, brinda un
nuevo salto en la lucha internacional de clases. Este aparato omnipresente de terror que
expresa el Imperialismo frente a sus súbditos, está sustentado a su vez y como espejo,
del miedo que les inspira a ellos, tener que compartir el mundo, con los estados obreros,
o en muchos casos, si se quiere semi-obreros, pero que si representan conquistas obreras
sobre el capital, les ha proporcionado un ‘complejo de inferioridad’ de base, desde el
cual, para poderse justificar necesitaron reforzar este aparato de institucionalidad
preventiva unificado.
William Bloom, otro, de los tantos arrepentidos agentes de la CIA, Nos dice en su libro
Asesinando la Esperanza:

Desde el Terror Rojo de los años 1920 al maccarthismo de 1950 y la cruzada de Reagan contra el Imperio
del Mal en 1980, el pueblo norteamericano se ha visto sometido a un adoctrinamiento anticomunista
incesante. Se le da a beber en la leche materna, se le dibuja en las historietas, se deletrea en sus libros
escolares; sus periódicos le ofrecen titulares que le indican lo que debe saber; los predicadores lo utilizan
en sus sermones, los políticos hacen de esto su plataforma política y el Reader’s Digest se enriqueció
gracias a esto.

La irrevocable convicción producida por ese insidioso asalto al intelecto ha sido que las fuerzas del mal
fueron desatadas sobre el mundo, posiblemente por obra del mismo Lucifer, pero en forma de personas,
que no se mueven por las mismas necesidades, temores, emociones y moral que rigen al resto de los
humanos, sino empeñadas en una conspiración internacional monolítica y extremadamente astuta, para
apoderarse del mundo y esclavizarlo, por razones que a veces no se ven muy claras, pero ‘el mal’ no
necesita más motivación que la maldad misma.

A continuación veremos cómo operan estos manipuladores, que se nos aparecen como
‘espontáneos’ exponentes de la cultura, cuando, en realidad se trata de entramados
minuciosamente preparados, con una perfecta teatralización para cooptar la confianza,
de un amplio espectro de público desde un lugar anónimo: la radio, que da comienzo a
la manipulación de masas a través de ‘los medios’ y con ellos, la aparición de la
intelectualidad destinada a “orientar” esa comunicación.

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Somos la Internacionalización del “Enemigo Interno

Los infaltables Mercenarios de Cátedra


En una enjundiosa nota publicada en Rebelión del 04/07/2023 por Alberto Rojas
Andrade titulada Heidegger y El Enemigo Interno. Este autor nos hace una excelente
pintura del Intelectual orgánico del fascismo que luego veríamos naturalizado en el
despliegue de La CIA.

“No es necesario recordar que los no-arios no deben aparecer en el formulario de las
firmas”.- Martín Heidegger diciembre de 1933-

Un enemigo desconocido

En realidad es una palabra que se usa frecuentemente en el lenguaje de la política con


una connotación usualmente cargada de sentimientos, referida a quien efectúa acciones
desde apenas contrarias, ofensivas, hasta destructivas: «enemigo». Su etimología latina
(Inimicus) nos conduce a la simple acepción de alguien no cercano, «que no anda
conmigo», no necesariamente un adversario o un rival, simplemente puede ser alguien
por el cual se puede llegar a tener un sentimiento incuso de indiferencia i; se hace
notable que la carga de hostilidad emocional en el término es más bien de uso tardío.

Normalmente un enemigo o alguien hostil puede cambiar esa categoría tarde o temprano
por medio del dialogo, de un acercamiento que difumine las pre-concepciones, una
aceptación de los puntos de diferencia, pero también de conocimiento de los valores
coincidentes, los cuales siempre existen como consecuencia de la naturaleza humana y
biológica.

Sin embargo, en los inicios del siglo XX en Europa las tendencias ideológicas marcaban
territorios que se fueron separando mediante lo que se creyó abismos insalvables,
determinantes de la ocurrencia que dos sangrientas conflagraciones mundiales; allí
combatió un bando específico, entendiendo que su lucha era por su misma
supervivencia como tal, buscando escalar y racionalizar su animadversión con el fin de
encarar más efectivamente, sobre todo la mortífera Segunda Guerra Mundial. En este
contexto, los enemigos de este se tornaron más complejos, se hicieron más aviesos y
hubo que describirlos con minuciosidad, pues agregaba a antiguas rivalidades de
dominio territorial, adscripciones ideológicas.

Momento especial en un sitio particular

Durante un periodo concreto del siglo XX, en la Alemania nazi (1933-1945), el


concepto político de enemigo fue objeto de una profundización e intensificación tal, que
propició un genocidio y destrucción como no había sido visto antes, en lo cual tuvo que
ver el nivel de la tecnología y la industria alcanzados en las naciones del centro
capitalista, además de la racionalidad a través de la cual emergió el arraigo a ciertas
ideas de varios siglos maduración en aquella nación.

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En consecuencia, para los tiempos del gobierno nacional-socialista alemán, unas
categorías particulares de seres humanos fueron clasificadas como irreconciliables con
el modelo de vida que se deseaba implantar a la sociedad germánica; su mera existencia
entonces se hizo equivalente a una agresión al conjunto. Seres humanos por sus orígenes
ancestrales, criterios y conductas que hasta un poco tiempo atrás no constituían amenaza
o molestia alguna, acaso algún comentario sardónico a hurtadillas, ahora eran bajo
criterios estimados modernizantes, absolutamente intolerables y susceptibles de ser
agredidos.

Así en la Alemania nazi de 1937, un decreto del jefe de las SS y la Gestapo Heydrich
Himmler «desencadena una campaña contra los enemigos interiores», los cuales se
distinguen por ser de ideología socialista, comunista, librepensadores, tener tendencias
homosexuales, ser de etnia gitana o profesar el culto religioso de los testigos de Jehová.
Los diversos castigos a estos apenas se iniciaban con los internamientos en campos de
confinamiento.

Empero, había otra categoría de seres humanos que estaban estimados como no
integrados a la nación y no calificaban siquiera en el grupo anterior: los judíos. Estos
por los preceptos de la doctrina racista nazi no sólo eran tenidos no sólo como no
alemanes a secas, sino como enemigos, que no podían redimirse de su condición,
hicieran lo que hicieran. Esto estaba relacionado con su ancestro semita, establecido
como diametralmente opuesto a lo germánico de acuerdo al nacionalismo imperante.

En atención a ello los judíos descendían hasta ser un irreconciliable «enemigo


sustancial», lo cual quería decir que esto ocurría independientemente de las
circunstancias, que ello estaba designado por la misma naturaleza; eran bajo estos
parámetros, hostiles permanentes a la sociedad, siendo por tanto irreductibles en el
sentido de que no podían mudar a cosa distinta o transformarse en otra, sino que sólo les
restaba (si persistían en quedarse en la Alemania extendida por Europa), el disfrazarse u
ocultarse. En otras palabras, se encontraban en un camino sin salida.

Lo anterior se erigía como una noción de segregación extrema esta vez racionalizada,
elaborada y difundida, como nunca antes se había establecido en la historia de las
sociedades humanas conocidas. Y esta formulación implacable había sido adoptada aun
pasando por encima de la misma historia de la nación alemana en la cual la comunidad
judía se había establecido desde varios siglos atrás, obviamente, habiendo aportado en la
creación de aquella durante muchas generaciones.

Enemigo antiguo renovado.

Era indiscutible que para aceptar tamañas situaciones de discriminación y persecución


se debía haber pasado un proceso de edificación y propagación de ideas, que hicieran
aceptable situaciones tan contrarias a la solidaridad y la amistad generadas en una
sociedad mediante la convivencia de muchos años. De tal manera aconteció que lo que
otrora podía ser establecido sólo mediante prejuicios religiosos o costumbres de
venganza, en el siglo XX debió ser establecido por el nazismo también a través de
criterios que tuvieran algún tipo de estimación que se le pudiera denominar racional.

Allí arribó una persona de un nacionalismo místico pretendiendo hacerlo práctica


política, con acreditada condición académica como el filósofo Martín Heidegger, el cual

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a la vez empleó un lenguaje calculadamente abstracto para sustentar aquella segregación
y categorizarla:

“El enemigo es aquel, todo aquel, que hace planear una amenaza esencial sobre la
existencia del pueblo y sus integrantes. El enemigo no es necesariamente el enemigo
exterior, y el enemigo exterior tampoco es necesariamente el más peligroso”.

Tenemos aquí un enemigo que no se encontraba fuera de la sociedad alemana de su


tiempo, sino que se hallaba dentro de sus fronteras, y se le establecía afirmativamente
como más peligroso que el exterior, el foráneo, lo cual conducía inexorablemente a una
animadversión y desconfianza intensificadas.

Con “enemigos interiores” escuetamente descritos, podía haber ambigüedades en su


trato, por lo cual debieron establecerse precisiones; para estos eventos hubo una
conceptualización que les definió aún más:

“El enemigo puede haberse incrustado en la raíz más íntima del Dasein (Ser ahí: un
concepto de la filosofía descrita en la obra Ser y Tiempo) de un pueblo y oponerse a la
esencia propia de este último, actuando contra él”.

En este punto fue observable la insistencia en la adopción de criterios lo más rígidos y


drásticos posibles, a la par de los postulados del gobierno del Tercer Reich para con este
especial enemigo:

“El combate se vuelve entonces todavía más acerado, duro y difícil, puesto que la
confrontación mutua no es ya sino su parte más pequeña. Muy a menudo es una tarea
mucho más ardua y de más largo recorrido que la consistente en detectar simplemente
al enemigo como tal, en resaltarlo, en no hacerse ilusiones respecto a él, en conservar
la agresividad, en dosificar y aumentar la constante disponibilidad propia y en poner
en marcha esa agresión a largo plazo que tiene como objetivo el exterminio total
(Völligen Vernichtung)”.

La perfidia en estos tiempos de la justificación de la guerra, la discriminación y lo que


pocos años después sería el genocidio, se hizo presente con la tácita aceptación de que
no es indispensable que exista un real enemigo o adversario, un sector hostil a la
sociedad alemana, (u otra)sino que simplemente es útil erigir uno, determinarlo incluso
artificialmente, como especie de monstruo amenazante; ello se constituye en una
auténtica estrategia, que por cierto, ya ha sido enunciada décadas atrás en Alemania.
Estos racionamientos confluyentes son la clave para el accionar en la persecución
despiadada de las autoridades nazis correspondientes.

Si alguien puede haber pensado que se está cargando las tintas a un filósofo de la talla
de Heidegger, por criterios meticulosos y reflexionados que vinieron a ser conocidos
públicamente hasta el siglo XXI, se debe advertir que los defensores de este al presente
acreditan su antisemitismo y su adscripción política con el nazismo (es miembro oficial
de este partido desde 1933), tomándolo como parte de una larga tradición metafísica de
occidente, teniendo como antecedente al cual remontarse, nada más ni nada menos que
al reformador Martín Lutero; aquí es particular la vehemencia de este influyente teólogo
en la denigración de los judíos que dado el realce de quien los profiere permite
comprender la existencia por siglos de una conciencia colectiva familiarizada con

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variadas formas de desprecio hacia una parte de su propia sociedad, denigrada desde
aquel entonces subrepticiamente (naturalmente la categoría no existe en el siglo XVI), a
manera de enemigo interno.

En los Juicios de Núremberg de 1947 a los jerarcas del nacional socialismo, un acusado
de instigación al genocidio (que sería declarado culpable y ejecutado), ratificó tal
influencia en Alemania por parte de la figura máxima de la reforma protestante, lo cual
induce a establecer una prolongada construcción histórica de un enemigo interno.

Se advertía por consiguiente la continuidad de un hilo cultural al cual Heidegger fue


receptivo y a la vez legitimador en su papel de referente intelectual; ya previamente a
aquellas elaboraciones el filósofo había realizado pronunciamientos acerca del tema del
‘judaísmo’, incluso anteriores a la revolución rusa de 1917 y la firma del “humillante”
Tratado de Versalles, siendo inequívocos:

“La perfusión de judaísmo (Verjudung) (racialización, en realidad) que viven nuestra


cultura y nuestras universidades es efectivamente espantosa, y pienso que la raza
alemana (die Deutche Rasse) debería encontrar la fuerza interior necesaria para
acceder a la cima”.

Existe en Alemania un verdadero clima de persecución de un chivo expiatorio luego de


la derrota de la Primera Guerra Mundial y la prologada crisis económica de los años
veinte allí, aún en sectores de la academia. Claro, Heidegger en este sentido agrega lo
elaborado, concreto y erudito de sus categorizaciones; a través de su elevada posición de
catedrático y al menos por un tiempo rector de la Universidad de Friburgo (1933-1934),
incita a sus educandos a hacer suyas sus posturas poniéndolas en ejecución en cuanto a
persecución física del aquel enemigo interno, que el filósofo establece por toda la
historia de la cultura y sociedad alemanas, también como un enemigo íntimo y sin
embargo, a la vez con conexiones internacionales.

Sus creencias políticas, no obstante su renuncia a la rectoría de Friburgo en medio de


una lucha por el poder al interior del partido nazi, permanecen intactas. En atención a
ello, hacia el verano de 1935 en un curso (Introducción a la Metafísica) el pensador de
Baden-Wurtemberg realizó una definición a su público de entonces, hablando
concretamente sobre el Nacional Socialismo,

“…de la única verdad y grandeza de ese movimiento (es decir, del encuentro de una
técnica de vocación planetaria con el hombre moderno)…”

Heidegger estimaba que Alemania tenía una misión histórica de alcance universal,
convocando para ello a sus oyentes, a los cuales hace una especie de exigencia heroica
frente a lo que ve como decadente por lo común y ordinario (refiriéndose a EEUU y la
URSS). Con este discurso aquel no puede figurar sino como un animador ideológico,
dadas las condiciones de exaltación de 1935, hasta llegar a erigirse con ello en un
profeta.

El asunto no habría acarreado mayores consecuencias de no ser porque, estas actitudes


fueron las exigidas a los estudiantes unos pocos años después como oficiales del aparato
nacional socialista, e incluso estas posturas arribaron más allá de los claustros
universitarios.

45
No es posible tampoco pasar por alto la proclividad directa de Heidegger por la persona
de Adolfo Hitler y sus tesis supremacistas exacerbadas durante sus clases impartidas, en
las cuales existe una justificación de los métodos de terror y crueldad que ya se van
perfilando para 1933, en los cuales acepta tácitamente estar envuelto; aquel declaró a
sus estudiantes:

“no dejes que las teorías y la ‘ideas’ sean las reglas de tu ser. El Führer mismo y sólo
él es la realidad alemana y su ley, hoy y hacia el futuro”.

El asunto no se quedó en estos enunciados, pues el influjo de Heidegger era realmente


impactante en el alumnado, y discípulos suyos por esos tiempos en la alma mater de
Friburgo, por ejemplo, se encontraron en los cuerpos de combate de las crueles SS en el
frente ruso un tiempo después. Dentro de la ‘intelectualidad nazi’ renombrados
personajes pertenecieron a inefables entes de destrucción física de quienes fueron
estimados como irreconciliables enemigos del Reich en la guerra.

En circunstancias previas al paroxismo de la guerra, Heidegger poseía la consagración


en sus contemporáneos de un pensamiento que veía más allá de lo aparente, sin
embargo, este no logró escapar a la trampa de la vida intelectual, en la cual por mucho
esfuerzo que se le entregue, en ningún caso se está libre de la pasión, que a su vez, en
aquellas circunstancias, le hizo creer en una superioridad espiritual de Alemania y con
ello una «ética» de señorío, la cual se hallaba atada firmemente a insondables
vicisitudes de la subjetividad de un contexto histórico determinado. Este craso error no
fue único en ese momento en Europa.

En el panorama social de los años treinta el legalismo alemán no podía faltar en esta
delimitación de adversarios, en sintonía con el entorno bélico donde se desarrolló tal
despojo de humanidad a hombres y mujeres; así, se produce la expedición en el Reich
de las ominosas Leyes de Núremberg, precisamente avaladas por el renombrado
abogado Carl Schmitt.

Los aprendices

En este punto es determinante la sorprendente creación de una especie de


‘intelectualidad’ nazi con títulos universitarios y todo, que se va asentando en los
organismos más represivos dentro y fuera de Alemania, la cual procuraba servir a su
causa política con conocimientos, que justamente, se volcaron hacia un conjunto de
técnicas. Hubo áreas del conocimiento optadas por estos académicos del partido nazi
como la historia, geografía y en menor medida la filosofía, que tornándose con otras en
saberes legitimadores en los años cuarenta de situaciones ostensiblemente ominosas Es
allí donde se conciben trabajos que se rotulan de «científicos», abordando el campo
específico de los «enemigos interiores». Las investigaciones de aquella
‘intelectualidad’, no podían ser de otra forma debido a que permitían establecer la
cercanía entre el sistema de representaciones de la ciencia y las concepciones raciales
poseídas por los nazis.

Cuando se inició la conflagración expansiva sobre poblaciones tenidas como «sub-


humanas» en septiembre de 1939, la generación de intelectuales jóvenes del partido se
encuentra

46
“en situación de incidir sobre la realidad, en cuanto ofrece la posibilidad de aplicar sus
trabajos a la remodelación de las poblaciones y de los espacios del Este de Europa”

Los trabajos concretos de investigación se relacionaron con la planificación de por


ejemplo en el frente oriental, la práctica del desplazamiento forzado de poblaciones
perpetrado por la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA), y ejecutado por
cuerpos vinculados a las SS; lo cual implicaba una remodelación étnica radical del
continente europeo, fundamentalmente en Europa oriental, considerada como espacio
vital Alemán. Heidegger entregó el marco conceptual para ello:

“El nacionalsocialismo no es una doctrina cualquiera, sino la transformación


fundamental del mundo alemán y, tal y como pensamos, del mundo europeo”.

Los medios establecidos a través de las técnicas, para tan ambiciosos proyectos se
dirigían hacia un procedimentalismo que llegaba extremos de crear reglamentos para la
aciaga acción de especializados destacamentos móviles de exterminio.

Situación bélica del enemigo interno.

Ahora bien, si tenemos en cuenta el ambiente de revancha y de crisis social de una parte
reaccionaria y nacionalista de Alemania, lo anterior establecía una preparación racional
para la guerra, para el polemos, tópico muy estudiado por Heidegger; así el enemigo
interno irreductible del judío y los que no lo son pero que fueron asimilados a este de
facto por su ideología como comunistas, etc., habían de ser colocados en un literal
campo de batalla, en la guerra, donde fueran lo más vulnerables posible, para ser
aniquilados sin sobresaltos. Lo cual equivalía a una omnipresente y exacerbada visión
marcial de las circunstancias alemanas y europeas de la época.

En este orden de ideas es pertinente recordar que el jurista pronazi Schmitt, un


antisemita, resaltaba que con enemigo interno no cabía sino su extinción pues no había
respecto de él fronteras hacia donde empujarlo en la confrontación. En este contexto, el
enemigo interno desde los tiempos de la Alemania nazi llegó a ser establecido o
equiparado a un traidor a la patria por ser un mero opositor; se bloqueó la libertad de
pensamiento lograda a través de las luchas que culminaron en Europa en el siglo XIX l.
Con lo cual un pronunciado y totalizante retroceso político y civilizatorio fue
configurado en estos tiempos.

Sólo en una situación bélica que sea permisiva de cualquier exabrupto, extremo, medida
arbitraria, excepcionalidad, crueldad generalizada, es posible instaurar la existencia de
un enemigo de las características de las que habla el renombrado filósofo existencialista
Heidegger; un enemigo que resultaba íntimo, pues con él se ha convivido por siglos y
era en no pocos casos prácticamente indistinguible del alemán promedio. Únicamente
las situaciones de aguda emergencia, reales o fabricadas minuciosamente permitían
internamente tamaño desafuero en el siglo XX, es decir, en momentos de conflicto
extremo. La guerra como periodo de ritualizada irracionalidad abría las puestas a toda
barbaridad, cuando estas se tenían por superadas.

Lo irreconciliable = a exterminar.

47
En 1941 cuando se inician las deportaciones de judíos hacia Polonia, los nazis obligan a
los dirigentes de esta comunidad a participar en la organización de estos
desplazamientos forzados, esto es, actuar en su propia aniquilación, en forma análoga a
lo que Heidegger reivindicaba como una política de exterminio muy favorable a su
causa nacionalista:

‘…[e]l genero más elevado, y el más excelso de los actos de la política, consiste en
implicar al enemigo en una situación en la que se vea obligado a proceder a su propio
autoexterminio (selbstvernichtung)’

El fin que se dejó entre ver en esta adopción sistematizada de actuaciones inauguradas
en los enunciados heideggerianos hasta la ejecución de reglamentos de exterminio,
pasando por una serie de operaciones de terror, procura escrupulosamente no dejar
campo alguno para la resistencia:

“La función de control alcanza a todos los ámbitos –económico, cultural, racial- … el
trabajo de valoración se dobla en vigilancia de la opinión pública. Es esta función de
control en la que se expresa de manera privilegiada la formulación dogmática de los
intelectuales de la SS”.

En realidad el ideario nazi paradójicamente era profundamente anti intelectual, en un


momento en Alemania donde a los intelectuales se les acusaba de ser promotores con su
aburguesamiento del abandono de los valores tradicionales y con ello de la postración
nacional luego de la derrota inesperada en Primera Guerra Mundial; no obstante, lo que
ahora se pretendía era el generar una categoría propia del carácter novedoso de la fuerza
del nacionalsocialismo: «el intelectual de acción». Un fanatizado actor germánico de
feroz heroísmo tecnocratizado propio de un momento histórico violento.

Las fórmulas de aplicación de quehaceres en agitadas sociedades y en la despiadada


ultra política a cargo de este tecno-héroe, fueron las esbozadas en exaltaciones en
auditorios y textos con la premeditación de un deber a cumplir, ante lo cual, se
esparcieron con suma naturalidad en una nación ya entregada a pensar en la
materialización por la fuerza del merecimiento de una grandeza esquiva.

A partir de lo anterior tiempo después eran percibidas manifestaciones del trasvase de


los conceptos sobre este enemigo, descendiendo a las conductas de los estrategas de la
élite decisoria junto con aportes en todos los niveles, hasta alcanzar procedimientos
específicos en cuerpos contra-partizanos recién constituidos por entonces para las zonas
de ocupación y el correspondiente estado de terror que se instaló como fórmula de
‘pacificación’. Fue el caso de las desapariciones forzadas, establecidas como particular
e intensificado procedimiento de castigo a insumisos.

El enemigo interno heideggeriano a su vez dio lugar a la implementación de órganos


correspondientes a sus peculiaridades; así a aquel elemento hostil le va haciendo a fin
un tipo de ente represivo, de naturaleza secreta más allá de la prevención, que fue
ejecutando formulas despóticas en el papel de específica policía secreta totalitaria, en
extremo invasiva. Esto constituyó uno de los efectos de ejecución de un control
ilimitadamente violento, a manera de conjunto de técnicas de un sistema político que
tiempo después fue estimado como equivocado en sus fines más no en sus medios.

48
En cuanto al alcance, en sus postulaciones de un mundo sólo salvado por el valor de la
intrepidez alemana al costo que fuere, el académico de Friburgo parece haber tenido
muy presente al filósofo pesimista por excelencia del siglo XVI, el pensador del miedo,
Thomas Hobbes y su pensamiento de una guerra sin límites específicos de bandos y
normas, la bellum ómnium contra omnes.

Reclutamiento de eruditos.

Una vez derrotada Alemania en mayo de 1945 se presentó una reconfiguración de los
aliados, y ciertas concepciones abiertamente proscritas en la guerra fueron teniendo
cabida como instrumentos de una ferocidad que fue renovada en los siguientes años.

En esta historia existió el nexo causal de los propios militares de los Estados Unidos,
quienes se auto prescribieron en su postura de contención de lo que estimaron como la
amenaza del comunismo representado por la URSS, apenas unos meses antes aliada en
la guerra contra las potencias del eje; en este contexto, fue aceptada sin la menor
objeción un conjunto de planes concienzudos de acoger a excombatientes nazistas y
naturalmente con ello, las prácticas alemanas de manejo de las poblaciones invadidas,
fundamentalmente el frente oriental entre 1941-1944, implicantes de adaptar sus estilos
más implacables en procura de sembrar el terror. De igual forma se tomaron como
apropiados en determinados momentos a los respectivos manuales de estas técnicas, en
su calidad de conocimientos prácticos de violencia

Ya en los años cincuenta dentro de las guerras coloniales de las decadentes potencias
europeas, en manuales contrainsurgentes, son presentadas derivaciones de aquella
noción de clases de personas u organizaciones inmersas ancestralmente en la respectiva
sociedad, que no se avienen al gobierno imperante, siendo determinadas como enemigos
internos, verbi gracia, al interior de la denominada Escuela Francesa de la Guerra
Contrarrevolucionaria.

Esto a primera vista podía haber sido estimado como una incongruencia pues justamente
Francia sufrió la ocupación nazi en su territorio europeo, y con ello los tratos brutales a
resistentes a la ocupación, judíos y todos aquellos estimados por esta ideología como
disidentes o desviados, en su calidad extendida de “enemigos internos”. Empero, las
tropas coloniales francesas en Argelia en el periodo 1956-1957, fundamentalmente,
adoptan el concepto del hostil interior (y su consecuencial trato feroz), por su carácter
de procedimiento ‘racionalizado’ en experiencias de lucha contra insurgencias y a la vez
expedito, eso sí, no sin el escándalo y rechazo de la sociedad francesa y de miembros de
los propios cuerpos armados que fueron víctimas de la Gestapo nazi unos años antes en
su patria ocupada.

En el mismo sentido, Estados Unidos, en medio de la Guerra Fría, con base en una
supuesta inminente agresión de la URSS y en medio de su cúspide de demonización,
alberga premeditadamente a muchos miembros de los cuerpos más represivos de la
nación derrotada, justamente por su furibundo anti-comunismo, y a través de ellos se
sumerge en muchas ideas y prácticas de control violento de las poblaciones que se
implementan y ejecutan en el periodo de auge del terror nazi en Europa. De allí
devienen manuales de tortura y en general experiencias prácticas de control
extremadamente brutal implementadas por la expansión estadounidense por todo el

49
mundo; aquí son detectables procedimientos de castigo a grupos humanos cuya creación
podemos rastrearla en designios de los más altos jerarcas nazis.

Este flujo hacia Norteamérica de nacional socialistas convencidos con algún tipo de
saberes académicos o/y de represión, posee consecuencias en el país reclutador:

“el uso de nazis y colaboradores de estos en los programas, así mismo ha dejado su
huella en la vida de los Estados Unidos. Este impacto es conocido en la jerga del
espionaje como contragolpe (blowback), significando inesperadamente, -y
negativamente- efectos en casa que se prolongan en las operaciones encubiertas
allende de los mares”.

Se presenta una real absorción de una doctrina concreta de parte de agencias de


espionaje estadounidenses en formación como la CIA, el Departamento de Estado o
cuerpos militares como el mismo ejército (creando programas específicos para tal
propósito), a través de la incorporación en la sociedad (a no pocos se les otorga la
ciudadanía estadounidense ignorando su pasado como miembros del partido nazi), de
una gran cantidad de personas con antecedentes reales y verificables de haber sido nazis
y pertenecer a instituciones de terrorismo tan demencialmente invasivas y crueles como
la Gestapo y las SS (soldados partidistas nazis) fundamentalmente, las cuales son
seleccionadas y protegidas de ser juzgadas por graves crímenes, precisamente por su
condición de especialistas en tan tristes materias. Seguramente por lo cual, todo ello fue
mantenido en absoluto secreto ante la opinión pública estadounidense hasta los años
ochenta del siglo pasado.

En este evento, es dominante la argumentación de presión hacia una concepción de


protección de lo que por entonces se empezó a llamar en las más altas esferas de
Washington, Seguridad Nacional.

Los especialistas reclutados y emigrados a la potencia dominante del hemisferio


occidental, (en varios programas Paper Clip, Overcast, etc.) son apreciados para tales
efectos por caracterizarse de poseer lo que es categorizado como “rare minds”, en
campos, hasta donde se conoce, como el diseño de submarinos, la guerra biológica o la
investigación en misiles.

Estos son ejemplos de algunos saberes y no un listado taxativo de estos. En


circunstancias así, se sabe del ingreso de ex miembros de las SS a los Estados Unidos
incluso en una fecha tardía como 1954, o participando desde los años cincuenta en la
parte ejecutada en Alemania del plan de guerra encubierta contra miembros de partidos
izquierdistas perpetrada por la OTAN, la Operación Gladio; es de suponer que ello se
debió a causa de poseer mentes raras atractivas a los intereses de Washington, muchos
de ellos en su condición especial de ex miembros de un cuerpo marcial de extrema
derecha.

Enemigos internos al sur del Río Bravo.

Así, en este clima de Guerra Fría es donde son instauradas en el continente americano
durante la posguerra, nuevas ideas de acuerdo con situaciones que dividían un planeta,
donde se enfrentan dos antagónicos bloques el “mundo libre” vs el “campo comunista”,
con concepciones estimadas como de diferentes e irreconciliables estilos de sociedad.

50
En este sentido expresamente en la Conferencia de los Ejércitos Americanos de 1954 en
Caracas, a instancias de EEUU se instituye la novedosa existencia de unas álgidas
situaciones sobrevinientes a la Segunda Guerra Mundial, en las cuales de las
tradicionales fronteras territoriales se pasa a las imprecisas “fronteras ideológicas”. El
enemigo es el comunismo y los de esta ideología o las personas que pudieran ser
asimilables políticamente hablando; estos son sistemáticos objetivos a ser acusados y
perseguidos donde se encuentren y cualquiera sea su linaje. La noción de un enemigo
intrínseco se halla allí. El anticomunismo es la doctrina ideológica del tipo de Estado
que se va prefigurando en la región a partir de aquella década, el cual adquiere para
tales efectos la forma de pesada entidad contrainsurgente, preferentemente a través de
dictaduras militares, pero también ejecutándose en democracias restringidas.

Respecto a alguno de los nazis acogidos, un “rare mind”, dicha protección de EE.UU. es
develada décadas más tarde, con lo que se establece que este amparo pasa realmente por
alto cualquier prontuario por feroz que sea, siendo este comportamiento de resguardo
una regla generalizada, llegando a posibilitar trasladados de ocultamiento a
Latinoamérica. Es ostensible la existencia de una planificación de aprovechamiento de
las inhumanas experiencias nazis en cuanto a trato a las poblaciones en territorios
brutalmente conquistados por estos, sobre todo en la Unión Soviética, Yugoslavia y
Francia, donde hubo diversos grados de resistencia a la ocupación.

Las fronteras ideológicas son extremadamente ambiguas, por lo cual abarcan cualquier
profundidad de pensamiento en la sociedad, con lo que en América Latina el importado
enemigo interno, es bosquejado de manera análoga al de la era nazi, como miembros
indistinguibles de los elementos constitutivos de las naciones a ser aniquilados; siendo
directamente reflejada esta situación en las cartillas contrainsurgentes colonialistas de la
época que sirven a su vez de patrón de las impuestas en la región a través del
Pentágono. En este orden de ideas, como era de esperarse, se llega a establecer la
ocurrencia de una escisión ideológica irreconciliable y mortal de familias:

“En la guerra moderna, el enemigo es mucho más difícil de identificar. No hay una
frontera física que separe los dos campos. La línea de demarcación entre amigo y
enemigo atraviesa el mismo corazón de la nación, la misma aldea, y algunas veces
divide la misma familia. No es una delimitación física, sino frecuentemente ideológica,
la que debemos delinear expresamente si queremos dar alcance a nuestro adversario y
derrotarlo”.

Los enemigos ahora son enunciados como que se encuentran en el “mismo corazón” de
la nación, es decir se hallan en sus raíces, resultan tan ancestrales, como los judíos en
Alemania en el periodo 1933-1945, o acaso como los disidentes del nazismo a través de
críticas (así sean inocuas) aunque hayan sido inobjetablemente de una ascendencia
originaria. Aquí se abarca la amplitud y el calado de lo descrito con prolijidad por
Heidegger para los judíos y demás perseguidos unos años antes, e incluso un poco más.

Resulta incluso que es extremado el concepto del filósofo, pues llegan a estar en el
mismo núcleo de la sociedad escenificado en el hogar los denominados <<enemigos>>.
Nos encontramos ya en el terreno de la guerra antisubversiva o contrainsurgente de
finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta, en el continente latinoamericano.

51
De tal manera el sentido de guerra contrarrevolucionaria es reforzado cuando los
inconformes son instaurados como enemigos al interior de un territorio que es tenido
como perteneciente, como sus habitantes, a la metrópoli estadounidense:

“Los enemigos se encuentran infiltrados en la población, por tanto, son internos al


espacio geográfico donde actúan las fuerzas contrainsurgentes”.

Tan infiltrados pueden estar, como lo expresó un impenitente militar de la


contrainsurgencia latinoamericana, que un enemigo interior puede ser un miembro de su
propia familia, debiendo por su mero pensamiento ser objeto de eliminación. Esto
evidencia la estructuración de un mundo cerradamente unidimensional de prácticas de
control de los procesos mentales en detrimento absoluto de lo político, es decir, de lo
social, a través del miedo, fenómeno similar a lo ocurrido en las sociedades sometidas
de la era nazi. Una prolongación aún más racionalizada si cabe, esta vez en tiempos que
se creían superados luego de la derrota militar del fascismo.

Como observamos, un concepto que se agrega al de enemigo interior en la


contrainsurgencia, es el de la infiltración silenciosa o el contagio en la sociedad, que
permite el establecimiento de otra fuente de seres hostiles en territorio propio; en esta
oportunidad personas permeabilizadas por “pensamientos foráneos”, contrarios a las
costumbres, al «modo de vida occidental y cristiano», etc., resultan tenidas como
asimilables a extranjeras por sus criterios. En este caso el enemigo interno, es
clamorosamente un mero eslabón del enemigo mundial establecido por los Estados
Unidos: el comunismo internacional asentado en ultramar.”

Hostil simpático a aniquilar.

La Guerra Fría, por muy fría que pareciera, era guerra y causa no pocos muertos en la
periferia del “mundo libre” del hemisferio. En los propios Estados Unidos sin el terror
propiciado en sus estados clientes, se organizan planes de represión desde los años
sesenta a fin de contener crecientes acciones políticas públicas pacifistas y en pro de los
derechos civiles mediante la estrecha acechanza, que no pueden ser considerados sino
como de creación y espionaje dirigidos a un generado enemigo interior al cual
cercanamente por lo menos acosar.

De su parte el enfoque colonialista del enemigo interno, de la Escuela Francesa, tiene


punto de arribo óptimo en la instauración de la Doctrina de la Seguridad Nacional
(DSN) en Latinoamérica desde los años sesenta, como lo reconoce tácitamente un
oficial que llegó a ser comandante en jefe del ejército argentino:

… todos nosotros, yo incluido, interiorizamos el hecho de que el enemigo contra el cual


debíamos batirnos era nuestro propio conciudadano: con el que estábamos a punto de
almorzar, el profesor de nuestros hijos o nuestro vecino’.

Se hace ostensible el establecimiento de unos principios inamovibles, insustituibles,


rígidos, que como ya indicamos, se ha interiorizado a través de cartillas represivas,
estructurando un acervo establecido con base en experiencias de control social violento
cuyo arquetipo llega a los nazis. También se presentan tentativas de poner en ejecución
programas de reorganización de las sociedades en la región por medio de la violencia

52
estatal, asimilables a los de los años treinta y cuarenta en Europa, en medio de las
dictaduras militares y democracias meramente formales.

Ha habido casos en el continente en que el desarrollo intenso de la idea heideggeriana,


análogamente se ha instituido la noción de supresión de una parte incómoda de la
sociedad, adquiriendo niveles de genocidio:

‘el concepto del enemigo interno no era un constructo abstracto, sino un recurso para
la justificación de una guerra de exterminio’.

En Latinoamérica con sus particularidades, se ha presentado una concreción propia de


los tiempos y las latitudes del enemigo irreductible de la Europa en guerra de la era
nazi, del idealizado enemigo interno judío, hacia la adopción del “enemigo absoluto”
contrainsurgente, tomando cuerpo en la forma condensada del campesino defendiendo
instintivamente su mundo tradicional o el sujeto revolucionario cosmopolita por tanto
influenciado de lo foráneo Las consecuencias fueron con uno y otro idénticos en cuanto
a su eliminación por estimárseles como irreductibles, equivalentemente a los
perseguidos obsesivamente en Europa durante los años treinta y cuarenta, y como en
esta situación sólo puede ser aceptada no menos una pasividad cómplice con el statu
quo.

Se ha tenido la suficiente base teórica basada también en experiencias, como para una
definición concreta del enemigo interno, la cual tiene raíces en las perfeccionadas
políticas contrainsurgentes de Estados Unidos. Aquí también los pensamientos nazis y
hobbesianos son perfilados hacia una totalidad, cuando se acredita que en el ambiente
social del enemigo interno, no puede haber categorías de neutralidad o indiferencia (al
fin y al cabo es una guerra de todos contra todos), con lo cual la arbitrariedad se
transforma en un orden terrorífico prolongado del que nadie puede escapar.

Generando inhumanos.

El enemigo interno devenido de los años treinta y cuarenta en Alemania ha ido


evolucionando hacia lo cultural, sicológico, metafísico, ideológico, y sin embargo, a la
vez ha permanecido con su matriz inhumanizada. El fin ha mutado en la eliminación de
cualquier amenaza a la existencia tradicional de las élites de la nación así como al
desempeño de la economía noratlántica. Dicha categoría de ser artificiosamente ‘hostil’
por sus concepciones y procederes, tampoco puede ser expulsada, pues habita dentro de
las fronteras nacionales, como interpretó en su momento Schmitt; su indisoluble historia
y proximidad justamente lo hacen irredimible. La consecuencia es el aniquilamiento
subrepticio del pensamiento Ilustrado, transformándose precisamente en su noción
contraria a través de facilitadoras técnicas.

Aunque con variaciones, se presenta una continuidad en el enemigo interno desde los
años sesenta; al presente la noción es equivalente al establecimiento de un ambiente
social en el cual exista

‘una concepción planetaria, en todas las sociedades existen enemigos que circundan el
mundo ya sea vista desde el enfoque religioso económico, cultural o político…’

53
Lo cual nuevamente nos acerca a la concepción de Hobbes, de guerra de todos contra
todos, a la que se ha seguido una concepción militarizante de la totalidad de los
conflictos humanos, aunque sean inherentes a las relaciones sociales de cualquier
dinámica comunidad, sin implicar por ello destrucción o daño del oponente, como idea
contemporánea del polemos en las instituciones marciales y élites contemporáneas.

Con un panorama de las características descritas en varios países del continente, las
guerras de baja intensidad, sucias, contra las drogas, de talante anti-insurgente, etc.,
aparecen inscritas en variables de control social mediante diversas clases de enemigos
internos, inextinguibles a pesar de los sofisticados medios a disposición de los estados
modernos, con lo cual, se llega a concluir en la conveniencia de la constitución de un
enemigo que no es prudente derrotar o menguar, pues genera variadas situaciones de
turbulencia permisivas de manipulación de los habitantes, con lo que se guarda cercana
relación con los criterios en la materia antiguos.

Lo anterior posee por entero correspondencia con las políticas internas y externas del
gobierno de los Estados Unidos, quienes han permanecido hasta estos tiempos en una
constante búsqueda de enemigos a manera de una fórmula cardinal de autoafirmación
identitaria”

Eternizando el enemigo.

El enemigo interno hace posible el justificar razonablemente cualquier fracaso u


obstáculo insalvable del gobierno que aplica su concepción, manteniendo un estado de
emergencia nacional de forma indefinida. Por ello enemigo interno ha mutado a ser
puesto en escena ya no poseyendo para su identificación en el siglo XXI, criterios
étnicos, morales, ideológicos, de clase social o hasta algunos que pueden ser
intrascendentes, sino actos e ideas contrarias o acaso indiferentes, en alguna medida no
congruentes con las lógicas abusivas imperantes del mercado en occidente,
naturalmente generadoras de novedosas y antiguas formas de resistencia.

Las secuelas de aquel enemigo de la puerta del lado, que desde la posguerra se
profundiza con el más contemporáneo en tu propia casa, va teniendo una continuidad y
omni presencia en el denominado enemigo difuso, el que se diluye, inasible, ya de
raigambre netamente basada en doctrinas castrenses recientes, proyectado hacia buena
parte de los tipos de guerras en los inicios del siglo XXI Es tan etéreo este más
contemporáneo enemigo, que nos arroja desesperanzadamente a las proximidades de la
bellum ómnium contra omnes, lo cual implica que asistimos impasibles a un ostensible
retroceso civilizatorio.

Así, a partir de los conceptos racistas impenitentes de Heidegger (con la colaboración


de Schmitt y el fantasma de Hobbes), apoyando sin reticencias al régimen nazi, ha ido
creciendo y haciéndose compleja hasta el presente, la instauración de una categoría de
humano a través de la cual es colocada prácticamente toda la población a manera de
conjunto de sujetos a perseguir, objeto conveniente y legítimo de cualquier castigo, por
sólo procurar participar en la vida activa de las sociedades; se ha establecido una no
muy subrepticia base teórica proveniente del Tercer Reich, decantada de las necesidades
establecidas para la guerra irregular mediante diversos procedimientos de control

54
violento de poblaciones situadas, como en los tiempos de Heidegger, en el papel, hasta
ahora, de irredimibles «enemigas».

En sus orígenes ello fue el resultado de un momento oscuro de la civilización europea,


continuado en la posguerra y en el presente siglo su desarrollo, aún es apreciado. Es
erigido con el enemigo interno, un denodado esfuerzo por aprovechar, la irracional y
sofista elaboración original heideggeriana de núcleo antijudío. A partir de esto aún son
detectables amplios trazos de justificaciones de aparente ‘sensatez’ estratégica en cuanto
a trato abusivo y sistemático a poblaciones que simplemente perciben como
indispensable la participación colectiva en la vida pública de sus comunidades.

El pensamiento más aciago de los peores tiempos del siglo XX, nos continúa
amenazando”. (Hasta aquí la nota de A.R.A.)

En efecto; esta lógica del «enemigo interno» no se ha ido nunca y a la guerra fría los
imperialistas se esfuerzan por darle un carácter permanente. Su intensión es tener la
guerra fría siempre encendida, de manera que cuando haya condiciones y posibilidades
pasar a la guerra caliente, despertando a las ‘células dormidas’ que tienen invernando
dentro de los núcleos del lumpenaje ligado a la criminalidad, sacarlas a la luz. Y volver
a sembrar caos, amenazas y desestabilización. Un rasgo que tendrán que acentuar será el
de la violencia, ya que en cuanto a iniciativa política, lo que tienen para ofrecer no hace
más que chocar con el aparato libidinal de las poblaciones; desde estos ‘locos proyectos
transhumanistas’ hasta la privatización del ‘mercado del conocimiento’, pasando por
des-territorializarnos a través de la intermediación en la construcción y el alquiler de
viviendas. Los trabajadores entregamos todos nuestros dones, que es todo cuanto
poseemos y por lo tanto… lo queremos todo gratis.

Por lo tanto seremos “el enemigo interno” por mucho tiempo. Por más que nos ataquen
estas ‘sofisticadas’ guerras cognitivas, hibridas, electrónicas, económicas, de cuarta
generación, o por delegación por más que enfrenten a nuestras mayorías objetivas con
operaciones de Big-data, o ‘apps’ come-cerebros, o aún con las actuales paredes de las
mazmorras de Ucrania manchadas de sangre, los seguiremos combatiendo con la vieja
consigna: «No Pasarán».

La nota de este compatriota de la Patria Grande Alberto Rojas Andrade nos brinda una
prueba acabada de lo que fue aquel movimiento propagandístico intelectual que tanto
sedujo a las ‘clases obreras urbanas’ de los años ‘60 y ’70 – para el enemigo -Clases
medias- que fue el existencialismo. El existencialismo fue la frontera ideológica del
‘viejo régimen’ –el capitalismo- fue la última trinchera potente del burgués de masas,
ese sujeto subordinado a la burguesía, obrero en su origen y existencia, pero con
ventajas sobre el proletariado, (en ese entonces) del tercer mundo, con acceso a las
universidades, se permitió teorizar sobre “la finitud”, “la soledad”, “la muerte”, “su
estar en el mundo”, ahora visto a la distancia a ¿Qué se referían? A la “angustia” de
tener que abandonar el capitalismo, sin nombrarlo, porque ya en ese entonces era una
palabra vergonzante, su angustia tenía que ver con el abandono, “la perdida” de ese
ascenso social individual, que tanto les había costado conseguir y especialmente
acentuado por el triunfo de la URSS, sobre nazismo, los volvía seres insignificantes,
desde su perspectiva individualista. Esta es la tragedia que hoy está viviendo, en
concreto, la Europa de hoy. Claro, luego vinieron los sucedáneos del existencialismo,
como Derrida, Foulcault, (no casualmente, dos exponentes de la inmigración argelina,

55
quebrados a más no poder) el Estructuralismo Francés, pero como les sucede a las
retaguardias, golpean con menor potencia.

Cabe acotar también que la hipótesis del ‘enemigo interno’ fue funcional a la Doctrina
de la Seguridad Nacional, que si bien hoy día, no está agotada, ha sido reemplazada por
preceptos un poco más presentables, debido, en principio al desprestigio en que se
sumió tras la responsabilidad asumida, durante los años setenta en los desmanes de las
dictaduras del Cono Sur. ¿Quién puede decir hoy, por ejemplo que las rebeliones contra
el Golpe de Estado en Perú, son producto de los “infiltrados” o de los “enemigos
internos”. Quedan como líneas argumentales superadas por la propia teorética de la
propia narrativa imperialista. Después de años de pasarse predicando las bondades de
’la pluralidad democrática’ suena intolerante venir a reivindicar los atropellos, todavía
impunes y recientes que propino la mentada Doctrina. Si bien esta Doctrina esta en
desuso, no quiere decir que esté inactiva. En la medida que el Imperialismo pretende
llevar adelante una “nueva”, guerra fría, que se trata solo de una faceta de la guerra de
opresión de todos los tiempos, la Doctrina de Seguridad Nacional es la misma de
siempre.

Todas las guerras, son la misma guerra

Estas formas de Guerras están referidas a herramientas que la tiranía despótica mundial
se vale para imponer su sistema de control y dominación. Son herramientas útiles para
aplicar tanto en las guerras frías, como en las calientes y para valerse de estrategias
combinadas aplicables a diversas situaciones. Útiles dentro de las gobernanzas
“acordadas”, pero aún más, en los casos de conflictividad. Un rasgo de estás guerras
consiste en que su aplicabilidad se hace siempre a espaldas y contra las poblaciones. En
algunos casos rozando la ilegalidad, en otros, yendo más allá de la normativa
internacional y en una gran cantidad de situaciones aprovechando la ausencia de
estatutos específicos, pero consientes de sus consecuencias nocivas, solo que las
aplicarán lejos de su jardín, con la mal intencionada argumentación, de que: ‘lo que no
está legislado es permitido’. Esto, lo mismo que la guerra química, la guerra
bacteriológica o todo tipo de “guerras sucias”, como los ataques de falsa bandera
destinados a eludir responsabilidades. Son formas de guerras de invasión, o de opresión.
Este tipo de guerras también son aplicables en el campo económico, Tanto por parte de
Corporaciones Monopólicas, como de Estados que actúan con esas mismas reglas. Estas
formas de combate se aplican en la economía, “compitiendo” con metodologías
extraeconómicas, y como para estas corporaciones los estados subordinados cumplen la
misma función que una empresa, sea esta subsidiaria o adversaria, la valoran por su
monto de PBI que mueven. Si no cabrestean (de cabresto: soga para llevar al caballo de
tiro) serán sancionados. Lo mismo un Estado, que una empresa que se niega a reconocer
patentes, o un particular que no cumple los contratos. Estos son algunos de los tipos de
guerras de las que estamos hablando:

Guerra Cognitiva

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En el contexto de un debate desarrollado en España por La Coordinadora Estatal Contra
la OTAN y las bases C.E.C.O.B. el 04/07/2023 |Una de las ponencias versó sobre este
tema que nos ocupa y reproduciremos en forma discutida algunos tramos de la misma.
El documento se denomina: Guerra cognitiva: Una guerra permanente y silenciosa
dirigida contra cada persona-

«Desde la antigüedad, el propósito de la guerra no es la derrota militar del adversario en


sí misma, ni siquiera su destrucción, sino la aceptación de la preeminencia propia por
parte del enemigo y su sometimiento.

La victoria sólo se alcanza cuando la derrota es aceptada por el conjunto de la sociedad


vencida.

Una victoria militar no logra necesariamente la aceptación de la derrota por otra parte,
esto puede conseguirse por otros medios, como la persuasión, la amenaza, la coacción o
la extorsión.

La guerra psicológica y la propaganda han sido siempre parte de la guerra y están


dirigidas tanto a la población del país enemigo como la propia población.

Éstas buscan, por una parte, la desmoralización y la descomposición social del enemigo
para debilitarlo y que acepte su derrota y por otra, la cohesión de la población propia,
para que esta se mantenga unida en el esfuerzo bélico y acepte la necesidad de la guerra.

La guerra psicológica y la propaganda cobraron un gran impulso con el desarrollo de los


medios de comunicación en la primera mitad de siglo XX. Las técnicas de propaganda
desarrolladas por el nazi Joseph Goebbels supusieron un hito, pero el desarrollo
posterior de la televisión y las grandes redes privadas de comunicación de masas le
dieron alcance mundial.

La guerra de información, en el concepto doctrinal estadounidense, consta de cinco


‘capacidades básicas’ o elementos. Estos incluyen guerra electrónica, operaciones de
redes informáticas, guerra psicológica (PsyOps), engaño militar y seguridad operativa.

La guerra cognitiva es una forma de guerra no convencional que utiliza herramientas


cibernéticas para alterar los procesos cognitivos del enemigo, explotar los sesgos
mentales y el pensamiento irreflexivo y provocar distorsiones en su pensamiento para
influir en la toma de decisiones y entorpecer sus acciones, con efectos negativos, tanto a
nivel individual como colectivo.

El objetivo declarado es atacar, explotar, degradar o incluso destruir cómo alguien


construye su propia realidad, su autoconfianza mental, su confianza en los procesos y
los enfoques necesarios para el funcionamiento eficiente de grupos, sociedades o
incluso naciones.

La guerra cognitiva es una forma de guerra híbrida. Utiliza la información como


combustible, pero va mucho más allá de la mera información.

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La guerra cognitiva aprovecha los despliegues de las grandes corporaciones
tecnológicas y la vigilancia masiva para explotar el Big-Data, la ingente cantidad de
información que producimos de datos dondequiera que vayamos.

Estos datos permiten conocer mejor a cada persona y usar ese conocimiento para
cambiar la forma en la que piensa.

La guerra cognitiva tiene un alcance universal, llegando al individuo, a Estados y las


organizaciones multinacionales. Su campo de acción es global y tiene como objetivo
tomar el control del ser humano, tanto civil como militar.

El sector privado de las grandes corporaciones tecnológicas proporciona los elementos


básicos para la guerra cognitiva: datos, infraestructura y algoritmos y tiene un interés
financiero claro en avanzar en la investigación para su desarrollo. Las instituciones
militares norteamericanas y de la OTAN promueven activamente este proceso.

Guerra cognitiva de la OTAN: Un estudio financiado por la OTAN titulado ‘Cognitive


Warfare‘ presentado por François du Cluzel en noviembre de 2020 ha servido de base a
muchos artículos analizando las consecuencias de la guerra cognitiva.

François du Cluzel es un teniente-coronel retirado del ejército francés que dirige la


institución “Innovative Projects within Allied Command Transformation Innovation
Hub” situada en Norfolk, Virginia.

El estudio presenta la guerra cognitiva como una amenaza contra la OTAN y el mundo
occidental, pero el artículo deja ver cómo este concepto está integrado en su doctrina
militar, cuál es el estado de desarrollo reconocido y propone nuevos desarrollos en
asociación con las grandes corporaciones tecnológicas.

La guerra cognitiva se plantea como un nuevo dominio de guerra y se dirige tanto


contra las poblaciones de los propios países como contra otros. El objetivo de la guerra
cognitiva son las personas.

La guerra cognitiva se basa en el desarrollo de tecnologías cognitivas para degradar la


capacidad de saber y producir y frustrar activamente el conocimiento. Estas técnicas
cognitivas abarcan todas las ciencias que se ocupan del conocimiento y sus procesos:
psicología, lingüística, neurobiología, lógica, etc.

Una de las características de la guerra cognitiva es la omnipresencia de sus actividades


en la vida cotidiana.

Estas actividades se ubican fuera de la construcción normal de paz-crisis-conflicto.


Puede complementar un conflicto militar, pero también puede llevarse a cabo sola. La
guerra cognitiva es potencialmente interminable ya que no puede haber tratado de paz o
rendición para este tipo de conflicto.

La guerra cognitiva explota la adicción digital’ civilizacional y utiliza las técnicas de


Big Data e Inteligencia Artificial desarrolladas por las grandes corporaciones
tecnológicas para aprovechar las vulnerabilidades cognitivas individuales y distorsionar

58
su percepción de la realidad, generando y amplificando sesgos cognitivos que cambien
la forma en la que piensan.

El capitalismo de vigilancia ha creado una mezcla lucrativa de excedente de datos de


comportamiento, ciencia de datos, infraestructura material, poder computacional,
sistemas algorítmicos y plataformas automatizadas. La guerra cognitiva se dirige a cada
persona de manera individualizada.

Con el desarrollo creciente de tecnologías de la información y comunicación y la


sobrecarga de información que generan en personas e instituciones, las habilidades
cognitivas individuales ya no son suficientes para garantizar una toma de decisiones
informada y oportuna.

Técnicas de guerra cognitiva:


El cerebro humano es tanto el asiento de las emociones como
los mecanismos interactivos de memorización, procesamiento de información,
resolución de problemas y toma de decisiones.

Los seres humanos han desarrollado adaptaciones para hacer frente a las limitaciones
cognitivas, lo que permite un procesamiento de la información más eficaz.

Desafortunadamente, estos mismos atajos introducen distorsiones en nuestro


pensamiento y comunicación, haciendo que los esfuerzos de comunicación sean
ineficaces y sujetos a manipulación.

La guerra cognitiva explota las vulnerabilidades neurológicas humanas. Manipula las


emociones y la capacidad de atención y al mismo tiempo exacerba o crea sesgos
cognitivos que determinan la información que se rechaza o acepta inconsciente y
automáticamente, lo que llamamos ”sentido común”.

Los sesgos cognitivos pueden conducir a juicios inexactos y malas


Sesgos cognitivos:
decisiones que podrían desencadenar una escalada no deseada o impedir la
identificación oportuna de amenazas.

Comprender las fuentes y los tipos de sesgos cognitivos puede ayudar a reducir los
malentendidos e informar el desarrollo de mejores estrategias para responder a los
intentos de los oponentes de utilizar estos sesgos en su beneficio.

En particular, el cerebro: es incapaz de distinguir si una determinada información es


correcta o incorrecta; es llevado a tomar atajos para determinar la confiabilidad de los
mensajes en caso de sobrecarga de información; -se le hace creer afirmaciones o
mensajes como verdaderos solo por haberlos escuchado, aunque estos pueden ser falsos
acepta declaraciones como verdaderas, si están respaldadas por pruebas, sin tener en
cuenta la autenticidad de la esa evidencia

Hay muchos sesgos cognitivos diferentes que se derivan inherentemente del cerebro
humano. El sesgo cognitivo más común y dañino es el sesgo de confirmación. Este es el
efecto que lleva a las personas a buscar evidencia que confirme lo que ya piensan o
sospechan, a considerar los hechos e ideas que encuentran como una confirmación
adicional y a descartar o ignorar cualquier evidencia que parezca apoyar otro punto de
vista.

59
Los sesgos cognitivos nos afectan a todos, jóvenes o mayores, civiles o militares hasta
dirigentes u oficiales de estado mayor, y en mayor medida de lo que somos capaces de
admitir.

Emociones: En el ámbito digital, las emociones permiten que las industrias digitales y sus
clientes (y en particular, los anunciantes) distingan a las personas entre la multitud para
refinar la personalización y el análisis de su comportamiento.

Cada plataforma de redes sociales, cada sitio web está diseñado para ser adictivo y
desencadenar estallidos emocionales, atrapando el cerebro en un ciclo de publicaciones.

Las redes sociales son particularmente adecuadas para empeorar la polarización política
y social debido a su capacidad para difundir imágenes violentas y rumores aterradores
de manera muy rápida e intensa

Dominique Moïsi mostró en su libro “La geopolítica de la emoción”, cómo las


emociones esperanza, miedo y humillación estaban configurando el mundo y las
relaciones internacionales con el efecto de cámara de reverberación de las redes
sociales.

Al limitar las habilidades cognitivas, las emociones también juegan un papel en la toma
de decisiones, el desempeño y el bienestar general, y es imposible evitar que las
personas las experimenten.

Al experimentar una situación de violencia, el primer obstáculo que uno debe enfrentar
no es el agresor, sino las propias reacciones emocionales.

Exceso de información:Nunca antes el conocimiento y la información habían sido tan


accesibles, tan abundantes y tan compartibles. Hay un enorme exceso de información.
Ganar la atención no solo significa construir una relación privilegiada con nuestros
interlocutores para comunicarnos y persuadir mejor, sino que también significa evitar
que los competidores obtengan esa atención, ya sea política, económica, social o incluso
en nuestra vida personal. La atención es un recurso limitado y cada vez más escaso. No
se puede compartir: se puede conquistar y conservar. El campo de batalla es global a
través de Internet. Sin principio ni fin, esta conquista no conoce tregua, puntuada por
notificaciones de nuestros teléfonos inteligentes, en cualquier lugar, las 24 horas del día,
los 7 días de la semana.

La batalla por la atención involucra a empresas, estados y ciudadanos. El entorno de


consumo, especialmente el marketing, está liderando el camino. Los especialistas en
marketing han entendido desde hace mucho tiempo que el centro de atención y toma de
decisiones es el cerebro y, como tal, han buscado durante mucho tiempo comprender,
anticipar sus elecciones e influir en ellas. Los humanos no estaban hechos para leer y la
invención de la imprenta cambió la forma de nuestro cerebro, pero está cambiando hoy
más rápido que nunca con la omnipresencia de la tecnología digital. Ya casi no se
memoriza información importante, el cerebro tiende a recordar la ubicación de donde
recuperarla la próxima vez que se requiera. Con información y sobrecarga visual, el
cerebro tiende a escanear información y elegir lo que parece ser importante sin tener en
cuenta el resto.

60
Una de las evoluciones observadas es la pérdida del pensamiento crítico, directamente
relacionado con la lectura de pantalla y la creciente incapacidad para leer un libro real.
La forma en que se procesa la información afecta el desarrollo del cerebro, lo que hace
que se descuiden los sofisticados procesos de pensamiento. Esta batalla por la atención
no se limita a las pantallas y el diseño, también tiene lugar en los cerebros,
especialmente en la forma en que se engañan. Algunas “fake news”, teorías
conspirativas o “hechos alternativos”, seducen y convencen, al tiempo que bloquean las
capacidades de sus víctimas.

Así, durante la pandemia del Covid-19 se transmitió un mensaje de miedo al virus,


incluso utilizando una retórica bélica, para que la población creyese que cualquier
persona que se aproximara podía contagiar el virus, provocando incluso la muerte. Se
exageró la letalidad y la mortalidad y se adoptaron medidas autoritarias que no se
podían cuestionar, justificando los confinamientos de personas sanas y la obligatoriedad
del uso de mascarillas, tanto en espacios abiertos como cerrados. Se implantó un
«pasaporte Covid» y se administraron vacunas, como las obtenidas por el procedimiento
absolutamente novedoso del ‘RNA mensajero’, que no habían sido sometidas a los
rigurosos ensayos clínicos que las normas de la ciencia médica exigían. De diferentes
formas, el mensaje era el mismo y el «sentido común» obligaba a aceptar esas normas
sin dar opciones a los argumentos críticos, por muy fundamentados que estuviesen
desde el punto de vista científico.

Guerra convencional: Se caracteriza por un enfrentamiento armado físico entre los


beligerantes. Su objetivo principal es la destrucción del ejército enemigo, de su industria
militar, de su infraestructura económica y social, y en su defecto, el debilitamiento de
todo o parte de lo anterior.

Guerra no convencional:
Se caracteriza por el uso de la propaganda para la criminalización
y aislamiento, por una parte y del sabotaje de su economía a través de sanciones y
embargos, por otra, para exacerbar a través del miedo la desestabilización social y
conseguir la subversión del cuerpo político del país atacado. Habitualmente, antecede a
la guerra convencional una vez debilitado

Guerra asimétrica:Se caracteriza por una gran diferencia cuantitativa y cualitativa entre los
recursos militares, políticos y mediáticos de los contendientes que implica utilizar
tácticas atípicas como la guerra de guerrillas, o la desobediencia civil, la resistencia, el
terrorismo, la contrainsurgencia, el terrorismo de Estado y la guerra sucia (William
Lind, Cuerpo de Infantería de Marina de los EE. UU. 1986).

Ante una agresión asimétrica, cualquier clase de lucha de resistencia está legitimada
(“Guerra sin restricciones” Qiao Liang y Wang Xiangsui, EPL China febrero de 1999).

Dominios de guerra:
En la guerra clásica existen tres dominios de guerra, que condicionan
las tácticas y los sistemas de armas a utilizar: tierra, mar y aire. Recientemente, la
OTAN añadió dos dominios bélicos más: espacio y ciberespacio. Ahora añade el
“Dominio Cognitivo”, también llamado “Dominio Humano”»

61
Las Guerras Hibridas

También pueden apuntarse estos tipos de guerra:

La Guerra Híbrida:Se trata de un tipo de guerra asimétrica evolucionada. Es una guerra


multifuncional que combina: La guerra de propaganda, mediante intoxicación y noticias
falsas, guerra jurídica e intervención electoral, para lograr el aislamiento diplomático
internacional, por una parte y la desestabilización social, por otra. La hegemonía de los
medios de comunicación y el control de las redes de información y comunicación son
una pieza clave en esta guerra.

La guerra híbrida en sí misma:


busca debilitar al país agredido con operaciones subversivas y
actuaciones clandestinas (la idea de la “negación plausible” tanto para la propia eficacia
de la estrategia como para no asumir la responsabilidad frente a su propia población o
las posibles represalias). La guerra híbrida es un concepto de reciente creación (2014)
con una definición imprecisa que la Doctrina de Defensa de Estados Unidos no ha
incorporado oficialmente a pesar de llevar décadas librándolas.

La Guerra Económica:
mediante la imposición de embargos y sanciones, sin excluir la
difusión de plagas y enfermedades, el sabotaje industrial y del sistema de
comunicaciones.

La Guerra Política:
mediante la organización de los llamados golpes blandos. Las llamadas
“revoluciones de colores” formuladas por Gene Sharp (su ensayo «De la dictadura a la
democracia» describe 198 métodos para derrocar gobiernos) son un buen ejemplo de
ello. La instrumentalización de los conflictos internos y la promoción del descontento y
factores de malestar, como desabastecimiento, criminalidad, manipulación del dólar,
lockout patronal, denuncias de corrupción a través de medios, sin la necesidad de un
sustento real.

La Intervención Intermediada (proxy) mediante fuerzas mercenarias que aparenten


insurgencia y hagan uso del terrorismo para sembrar el miedo y el caos en el país y para
alimentar las otras formas de guerra mediante la propaganda dirigida tanto al país
atacante como al atacado, logrando su criminalización y su aislamiento, para una vez
debilitado, justificar una intervención militar convencional.

La Guerra Cibernética:
busca la intrusión en los sistemas de información y comunicación
del enemigo para acceder a información reservada, sabotear los sistemas telemáticos,
pero también los industriales y militares que se operan mediante éstos, suplantar
diferentes agentes e insertar información falsa dirigida tanto a los centros de decisión,
como a las instituciones, empresas y público en general.

La Guerra Psicológica:
por una parte, busca la desmoralización y la descomposición social
del enemigo para debilitarlo y que acepte su derrota y por otra, la cohesión de la
población propia, para que esta se mantenga unida en el esfuerzo bélico y acepte la
necesidad de la guerra. El ataque psicológico se apoya en la propaganda y en el sabotaje
político y económico.

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La Guerra de Cuarta Generación:El gran poder de ataque que proporciona la superioridad
tecnológica y militar sólo se puede enfrentar con el uso de fuerzas irregulares y el
ataque por sorpresa, esto es, el uso de tácticas no convencionales de combate. En estas
tácticas no hay grandes batallas, con algunas excepciones, como cuando la fuerza
irregular se atrinchera en un centro urbano o en una zona boscosa. En esta etapa el
ataque a civiles es esencial para negarle apoyo y debilitar su posición. Destacan como
ejemplos: Guerra de Vietnam, Conflicto armado en Colombia, Guerra Civil Somalí,
Guerra contra el Terrorismo, Guerras yugoslavas.

Según la doctrina militar estadounidense, en este tipo de guerras no hay enfrentamiento


entre ejércitos regulares ni necesariamente entre Estados, sino entre un Estado y grupos
de “insurgencia” de naturaleza política, económica, religiosa o étnica. En realidad,
después de sonadas derrotas, la conceptualización de la Guerra de cuarta generación
busca establecer la manera de enfrentar con éxito la agresión asimétrica a otro Estado
que solo puede defenderse con medios no convencionales de guerra mediante técnicas
de guerra híbrida, combinando guerras de propaganda, económicas, políticas y la guerra
proxy. En la Guerra de cuarta generación no hay necesariamente una victoria militar,
sino más bien el sometimiento del Estado agredido, imponiendo condiciones políticas,
económicas y sociales o su neutralización mediante la destrucción, la parálisis
económica y el caos.

El derrumbe de La URSS, una derrota que al día de hoy, todavía no tenemos


debidamente caracterizada, aunque el rumbo que está tomando la actual Federación
Rusa, desde el punto de vista de la lucha de clases, en tanto derrota, podemos decir de
que se trató de una derrota parcial. Pero el hecho es que a la clase obrera mundial se le
apagó la luz y esto es lo que estamos tratando de reconstruir. Sin embargo, nuestra
teoría base –la teoría de la lucha de clases- ha ganado en universalidad y el Partido
Chino ha contribuido con el aporte de dos interesantes conceptos, el primero:
avanzamos hacia un socialismo con características Chinas. Esto aplicado a otros pueblos
quiere decir: como en su momento Mariategui, cada pueblo debe encontrar su modelo
de desarrollo sin formulas acabadas, ni copias. Esto es, encontrando su propia historia
por el camino más corto. El segundo aporte, que no es de características universales,
pero sí, aplicable en cierta medida al cuello de botella generado en la URSS, el gran
logro de la era Dengista: Un Partido, dos sistemas, como manera de zanjar un
estrangulamiento productivo.
El asunto es que en estas tres décadas de retroceso, a los pueblos se nos cayo ese acervo
propagandístico producto de nuestras experiencias de dos siglos, debidamente anotadas,
elevadas al rango de teoría. Este hecho traumático, que nos sumió en las privatizaciones,
las flexibilizaciones, la des-sindicalización, la pérdida de escolaridad universal, la falta
de viviendas urbanas, la des-soberanización del Sur Global, en todos los aspectos, la
devastación ambiental del planeta, el racismo y la sociedad dual llevados a su máxima
expresión y en el punto culmine de su orgía regresiva, la pretensión de sellar
universalmente una sociedad fascista para siempre. Estimados lectores; vean de lo que
han sido capaces, estás usureras hienas capitalistas, por un pequeño descuido, que
hemos cometido, ó por una “conciencia” que en ese momento no tuvimos. Sin duda,
representan “el mal” conque las religiones monoteístas, en su momento atribuían a las
inconductas de los pueblos bajo el rotulo de “pecado”. Solo que “el pecado” aplicado
como estigma a la “moralidad” de los pueblos, ahora “el pecado”, el castigo claramente
debe dirigirse a la impunidad de los capitalistas. Pero aún con esos castigos no reparan

63
el sufrimiento que han causado. Por ejemplo: según un informe de la ONU sobre
desarrollo humano de 2005. «En las ex repúblicas soviéticas, la esperanza de vida ha
descendido de forma espectacular, especialmente entre los hombres. En la Federación
Rusa, la esperanza de vida de los hombres ha pasado de los 80 años a mediados de la
década de 1980 a los 59 años hoy. Esta situación se debe especialmente al colapso
económico, la degradación del sistema de previsión social y la prevalencia del
alcoholismo y las enfermedades. Las afecciones no transmisibles, como las de origen
cardiovascular y las heridas, son responsables de gran parte del aumento de muertes,
aunque las enfermedades infecciosas son también recurrentes».
Pero de ¿Qué recursos se valieron para proporcionarnos semejante saqueo? Muy simple,
se valieron de nuestro traspié formal, ya que la caída de los países adscriptos al Pacto de
Varsovia, no equivalía a todo el “socialismo real”, aunque sí eran la cara visible frente
al proletariado de gran parte del mundo y reemplazaron nuestra utopía de “salida
socialista” por la aspiración máxima del Imperialismo, propagandísticamente hablando
de “defensa de los DD.HH”. Ahora, como ya lo venimos demostrando la lógica
capitalista tiene un desfasaje entre lo que “es”, como realidad histórica y lo aspiracional,
como su “deber ser”. Lógicamente se comunican a través de su “deber ser ideal” que
suele ser antagónico, a veces hasta en un cien por ciento y aunque el porcentaje sea
menor, para la historia cuenta lo real, tanto como lo ideal para el engaño. Su principal
recurso narrativo fue el uso de los DD.HH. para vender la guerra. Antes los Golpes de
Estado los producían a través de las Fuerzas de Seguridad, previamente cooptadas,
dentro de los países asaltados, con una intervención casi directa, sin disimulos en cuanto
apoyo logístico y posterior programa económico, porque estaban defendiendo a ese país
de “caer en las garras del comunismo”. Ahora con la ausencia del comunismo –URSS-
el relato pasó a ser, complementado con una guerra proxy (tercerizada) convertir
mediáticamente al país en cuestión en dictadura que viola los DD.HH. Generando
puebladas, que ahora con el desmantelamiento de la URSS, se permitían convocar a la
población a defender los DD.HH. para derrocar «la tiranía», mientras preparaban un
gobierno alternativo, que en el ámbito interno pareciera derecho-humanista, pero en
política externa alineado a los intereses imperiales, El ejemplo más acabado la
pretensión de destituir al Presidente Maduro, en Venezuela reemplazándolo por el
“Presidente Encargado” Guaidó.
Esto fue así, porque en el fallido golpe de estado a Chaves en el 2002, las FF.AA
demostraron ser leales al pueblo. Entonces inventaron las “guarimbas”, este es un caso
de ejército proxy, acusando a Maduro de desgobierno y en defensa de la democracia y
los DD.HH. instalaron a Guaidó, que todavía está esperando “su” bastón de mando. Los
DD.HH. son un excelente comodín, ya que en la carta de NN.UU, lograron elevar el
Derecho de Propiedad, al rango de un Derecho Humano. Pero esta ha sido una
modalidad constante en esta etapa, que Michael Hudson denominó Super-Imperialismo.
Puede citarse el caso de los abano-kosobares, para destruir Yugoeslavía, desde adentro,
luego la guerra en Ruanda, haciéndola aparecer, como una guerra entre tribus irredentas,
con un primario instinto de odio ancestral entre Hutis y Tutsis, cuando en realidad se
trató de un golpe de estado contra el Presidente Juvenal Habyarinama, que ejerció una
presidencia de corte popular y defensor de las Materías Primas ruandesas, Este
honorable presidente fue de origen Huti, para lo cúal, los gringos armaron al gobierno
de Burundi y al pueblo Tutsi, distribuidos entre las dos fronteras como proxy, en este
caso, para vencer la resistencia de los Hutis, que resistían el asalto a su gobierno
legítimo. Otro millón de muertos impunes en la cuenta del Imperialismo, incluido el ex
presidente Juvenal Habyarinama, que recibió un misil en el avión en que viajaba.

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Más ejemplos de este tipo de Invasiones han sido las “Primaveras Árabes” o también
denominadas “Revolución de Colores” propiciadas por grupos “islámicos”, que bajo el
disfraz ultraizquierdista de la “liberación nacional” o en contra de la “opresión de la
Mujer Islámica” incurrieron primero contra los gobiernos baasistas, no entreguistas de
sus recursos, como personal necesario para desestabilizar a esos gobiernos legítimos
como el de Libia, Irak o Siria, Una vez en el poder, desarrollaron todo tipo de
trapacerias, incurrieron con atropellos de todo tipo, arreciaron con métodos represivos,
contra la población civil, saqueadores y violadores y vendedores como esclavas
sexuales de cuanta mujer indefensa encontraron. Estos Isis, Al Kaeda o Hermanos
Musulmanes, que actuaron animados por una ideología de Fascismo “Musulmán” al
Servicio de los grandes capitales anglo-sionistas, también cumplieron su función
“proxy”. Cuando últimamente fueron derrotados en su principal bastión: Siria, gracias a
la ayuda solidaria de la Guardia Revolucionaria de la República de Irán y el Ejército de
La Federación Rusa, han emigrado con “sus” planes desestabilizadores a la zona del
Sajel África Central., de donde también están siendo expulsados, y sus campañas de
rapiña, acotadas. Este escenario de Guerras Proxy es lo que se está agotando, porque a
raíz de la derrota que estos métodos de fascismo indirecto, están sufriendo en Ucranía,
sumado a la debacle que padecen en el campo financiero-comercial, no les queda más
remedio que volver a la clásica Guerra Fría, que comentamos más arriba. Ya están
haciendo anuncios las autoridades económicas estado-unidenses en este aspecto. El
Imperialismo abandonará la retórica derecho-humanista, para volver a concentrarse en
la cruda y dura lucha contra ‘las dictaduras’ comunistas.
John Arquilla y David Ronfeldt de la RAND Corporation publicaron un libro en 1996
llamado The Advent of Netwar (El advenimiento de la guerra en red). En el horizonte,
en el que redes "sin líderes" compuestas principalmente por actores desvinculados del
Estado se aprovecharían de la revolución de la información (es decir, de Internet) para
frenar una lucha amorfa de baja intensidad contra “el Establishment”. Ellos resumieron
esta obra en el primer capítulo de su libro de 2001 Networks and Netwars donde estás
aplicaciones pueden usarse también para agitar grupos insurreccionales en vista a
derrocar “gobiernos corruptos”. .Esta es otra de las funciones, de “este tipo de guerra”
para generar apoyo poblacional en las intentonas golpistas, incluyendo el estudio
sistemático de la psicología de las masas, con técnicas destinadas a desarrollar las
potencialidades del control invisible de la sociedad, por manipulación de los motivos
que movilizan al hombre en grupo [...] (el cual) tiene características mentales diferentes
a las del individuo y es motivado por impulsos y emociones que no pueden ser
explicados en base a lo que conocemos acerca de la psicología individual. Algunas de
las aplicaciones exploradas en esta sección son influenciadas en parte por el artículo
"Coaching War" del analista geopolítico Leonid Savin, en el que presenta su perspectiva
sobre cómo pueden ser incorporadas a sistemas sociales. Además, el advenimiento de
las redes sociales ofrece una oportunidad excepcional para penetrar en las mentes de
muchos futuros practicantes desatentos, y quedará demostrado que el Pentágono está
activamente buscando formas de potenciar esas herramientas. Tampoco descuidan la
posibilidad de “asociar” a grupos terroristas sin mucho apoyo de la sociedad civil, ellos
todavía son capaces de producir titulares.

Dedicándose a este tipo de pavadas, en desarrollar un saber para buchones se visualiza


claramente el estancamiento del capitalismo. Estos treinta años de hegemonía unipolar,
los han dilapidado abocándose a construir distópias estrambóticas destinadas a
salvaguardar a esa super-minoría, la del 1 % de la humanidad, que ni siquiera inventan
mecanismos de auto-salvación, todo su esfuerzo está dedicado a que nadie de ese 99 %
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restante ose subirse a la tarima. Cerrando toda posibilidad de ascenso social, ya que
cualquier movimiento hacia arriba, de esa enorme masa poblacional hace peligrar esa
estructura de privilegio, por la cual vienen luchando hace generaciones. Entonces, lo
primero que hicieron fue crear un colosal aparato “industrial militar” porque ahora sin el
poder de URSS podrían desprenderse de los incómodos protocolos de la ONU y otras
instancias de Legalidad Internacional, externalizando su ultra permisiva y desregulada
legalidad interna al resto del Planeta. De esta manera “esta base industrial de la defensa”
se transformó en el pilar de la Industria norteamericana, por eso fue necesaria, entre
otras cosas, esta fantochada de las “guerras hibridas”. Este gigantesco aparato
extorsionador permitió controlar todo el movimiento mundial de dinero, El dinero negro
primero, con toda la red del crimen que lo acompañó, e incluyendo también el dinero
legal y su respectiva base comercial ¡Señoreaje para todo el mundo y se acabó! Y el que
no, tendrá que atenerse a las sanciones, bloqueos y/o castigos bíblicos que están
dispuestos a aplicarle.
Como ya vimos en las descripciones de Hudson hasta sus propios estados se han
consumido. ¿Dónde está lo producido? En el patrimonio y las arcas de estos mil
millonarios, que se han apropiado o tienen bajo control el conjunto de las empresas que
proveen los bienes y servicios que consumimos todos. Un Super-Capitalismo apropiado
por otros respectivos Super-Oligarcas. Como contrapartida allí donde los cambios
radicales han sido posibles, no se han dado sino en circunstancias tan violentas que toda
posibilidad de socialismo ha sido inviable, al menos en el sentido que ese término era
entendido por el movimiento socialista europeo del siglo XIX y hasta el estallido de la
Primera Guerra Mundial en 1914. Pero esta dictadura despótica mundial que con “el
divide y vencerás” gana muchas batallas, no todas; como a los nazis les va a pasar… el
primer crimen por el que fueron condenados en Nuremberg fue por iniciar una guerra de
agresión, que, según El Estatuto del Tribunal Internacional Militar de Nuremberg de
1945, “es el crimen internacional supremo, distinguiéndose de los otros crímenes de
guerra porque contiene y hace posibles a todos los demás”...

Segunda Parte

La Lucha de Clases bajo Amenaza Atómicas

Está implícito en el Modo de Producción Capitalista resolver las crisis de


sobreproducción con guerras. Al punto tal, que la guerra forma parte del aparato
productivo, como un segmento más dentro de ese aparato, no un segmento cualquiera,
sino el principal, porque las armas brindan la razón última de estado. Capitalisticamente
hablando; la guerra está ligada a la capacidad de meter miedo. Miedo a saltarse las leyes
patronales, y en tanto los estados obreros, o pretendidamente obreros, sean la expresión
máxima de organización trabajadora, esos estados son la primer valla para la expansión
de los mercados capitalistas. La guerra hoy está planteada en esos términos. La guerra
siempre actuó como un mecanismo de coacción para subordinar a otros pueblos. (y/o
clases, como en este caso) A principios del siglo XX, la artillería mecanizada era la
reina de las máquinas de matar, luego vino la aviación, después las armas de destrucción
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masiva y entre ellas, la que infunde mayores índices de terror... la llamada bomba
atómica.
Los comunicadores tratan de banalizar y hacer ‘amigable’, cual parte del paisaje, a la
amenaza atómica. Tratando de presentarla como un arma disuasiva, eludiendo
mencionar las consecuencias de su utilización. El solo hecho de blandir su presencia ya
implica una amenaza terrorista ya que las armas de destrucción masiva, en ningún caso,
tienen propósitos defensivos. No están destinadas a destruir arsenales enemigos o a
prevenirse de ataques inesperados. No, estas armas están concebidas para el
aniquilamiento de población civil, por supuesto, indefensa. Su uso es de carácter
terrorista. Es un uso destinado a «convencer» a determinadas poblaciones, de que su
gobierno y/o sistema social no es conveniente para «la libertad» de… los inversores y
de esta manera dejar expuesto que ‘los terroristas’ son los inversores y no un puñado de
jóvenes inconformes insurreccionados, que ya tienen preparados para endilgarles su
pérfido accionar. Se trata de ‘terrorismo de Estado’, liso y llano, con el correspondiente
involucramiento de Servicios de Inteligencia, impulsados por sus correspondientes
‘estados democráticos’ para satisfacer la correspondiente ‘ansia libidinosa’ de ‘los
inversores’ que no logran satisfacer su imperiosa e impostergable ‘necesidad de
invertir’.
Montesquieu introdujo el término “terror” en el vocabulario político y lo consideró “la
característica definitoria del principio rector del despotismo”, nos dice Julio César Guanche en
Rebelión del 15/01/2022 en ‘El terror soviético y la memoria en el presente’ y agrega: El terror
no es dominio exclusivo de las revoluciones. El terror presente en la Inquisición, en la
esclavitud —el propio barco de esclavos es un dispositivo de terror—, o en el fascismo y las
“dictaduras de seguridad nacional”, está fuera de discusión, pero no han sido tratados como
facetas de un mismo concepto de “Terror”. Algo similar pasa con el terrorismo”, definible
como “ataques deliberados contra civiles no combatientes en una situación de conflicto”, un
tema que amerita tratamiento propio y diferenciado. El terror operando como fuerza
disciplinadora de cualquier sociedad existió desde siempre, la llamada ‘violencia desde
arriba’. Recién con la era de las revoluciones conscientes –la francesa, por caso-
aparece el llamado ‘terror desde abajo’ para disciplinar justamente a aquellas clases, que
hasta hacia poco detentaban el viejo poder opresor.
A partir de entonces comienza a establecerse un ‘terror’ legitimado, el que ejercen las
mayorías para regimentar a las minorías apegadas al viejo régimen, renuentes a
abandonar sus privilegios, en principio. Aunque últimamente operan o están operadas
formaciones «ultraizquierdistas» que se proponen hacer la revolución dentro de la
revolución, o en una etapa de reformas, que reclaman para sí el derecho de valerse de la
violencia para obtener objetivos políticos, que superan el marco de la legalidad
existente. Muchas operadas por el imperialismo, por caso las llamadas «revoluciones de
colores». Aunque es difícil de establecer apriorísticamente, pero, la capacidad de
manipulación desde los Centros de Poder es muy alta.

El terror, una herramienta dentro del capitalismo

Abundando en lo que se planteó en el punto anterior, hay terror progresista, cuando lo


ejerce la clase obrera por su condición mayoritaria y hay terror contra-revolucionario,
cuando lo ejerce una dirección fascista, que en muchos casos cuenta con una base
numerosa. Lo cierto, es que en toda sociedad con relaciones de propiedad (privada), hoy
día, con más o con menos planificación y por lo tanto, con más o con menos índices de
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terror en su seno, el miedo sigue siendo uno de los determinantes de las conductas de
esas sociedades y sobre esa base de miedo pre-existente actúa el terror. De manera que
el terror se nos aparece como la manifestación última o primera según el caso, de la
manipulación de los miedos. En nuestra época la amenaza atómica no tendría el sentido
atemorizante que irradia, sin el poder amenazante que las mass-media, incluidas las
redes sociales y el uso generalizado de teléfonos celulares infunden sobre los millares
de conciencias expectantes. La amenaza atómica actúa como el recurso policial de
última instancia, frente a la insurrección obrera que pretende sobrepasar los límites
soportables de la estructura capitalista. Pero este es un recurso que se aplica como
condición amenazante, antes que como acto de guerra concreto. La «información» se
encarga de dosificar la cantidad de inoculación de miedo necesaria para cada situación.
A veces, una simple bala alcanza, como soporte para una precisa narrativa difusora de
pánico social.
El temor no es innato, se adquiere, a veces desde la infancia, otras veces más adelante,
pero siempre tiene una aquiescencia social. La esperanza, en tanto reverso de la
memoria, aparece inscripta en el ADN de la biología humana, como un constitutivo de
la salud. Más el miedo, su incorporación y su posterior manipulación están
desarrollados bajo diversas coberturas. Así contraemos el miedo a la muerte, al hambre
o a las carencias, a las enfermedades, a las catástrofes, que luego asumen diversas
formas en la cotidianidad. Los sicólogos que trabajan para agencias estatales
paraestatales o privadas con propósitos colonizadores orientan dentro de los equipos
multidisciplinarios, que la inventiva destinada a producir transformaciones dentro de la
naturaleza, que en principio deben estar regidas por el consabido sentido de lucro para
las empresas actuantes, además produzcan desordenes, que alteren la vida de las
poblaciones circundantes, Ejemplo: producir sequias o innundaciones en aquellas
comarcas que se autoabastecen, infectar con micro-organismo, aquellas zonas que se
resisten a ser saqueadas y/o conducidas. Ejemplo: ébola, covid, sida, etc. Producir
terremotos, maremotos, etc. Son generadores de miedos que parecen “naturales”, propio
de una «naturaleza mafiosa» que induce a conductas beneficiosas para sectores
corporativo-financieros interesados en sacar réditos y/o beneficios geo-políticos.
También están el constructo de temores clásicos de naturaleza social: las clásicas
amenazas de invasión, de bombardeos, de bloqueos económicos, etc.
En un capítulo del texto de Enrique González Duro: Biografia del Miedo,(Madrid
febrero de 2007), donde describe algunas regiones, allá por los tiempos de Carlomagno,
con poblaciones que atravesaban momentos de guerras y hambrunas y ejemplificando
esa etapa de la humanidad, en ese sitio, donde ésta, pasaba del miedo cósmico a la fase
del miedo socialmente inducido: -‘en un contexto en el que persistía la violencia
guerrera, había hambrunas, surgían epidemias y aumentaba el miedo; el pueblo se
reunía en los cementerios, situados al borde de los caminos. Se trataba de un desafío al
miedo a la muerte. Cuando el cementerio entró en el mundo de los vivos, se aceptó la
realidad de la muerte, la familiaridad con el más allá y la confianza en su Dios. Nada
contribuyo más al asentamiento de esas poblaciones, que su residencia junto a los
restos de sus antepasados’-. En esa etapa de la asunción de la muerte, por parte de esos
pueblos europeos, la conclusión de González Duro es ilustrativa: la conciencia de la
muerte, permitió vencer tendencias gregarias y habilitar la construcción popular de
ciudades.
A medida que avanzó la tecnologización y la lucha por la sobrevivencia fue
abandonando su carga de penuria, a lo que se le suma la escolarización universal, la

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conciencia de sí, el proceso de individuación fue creciendo. Y la conciencia de clase,
que comenzó rompiendo el cerrojo de la religión y las convenciones establecidas, fue
adquiriendo una conciencia de necesidad, o sea, pensándose en un «para sí» propio,
para luego en el transcurrir del siglo XIX y principios del XX, cuando esta estuvo
afirmada, fue apareciendo una conciencia de posibilidad, o sea de un sujeto que se
plantea la emancipación como clase de la tutela capitalista. En ese contexto aparecieron
las revoluciones que nos legaron las Estados Obreros. Un escenario que hoy día nos está
quedando corto, dado que el transcurrir de estos estados regidos por una Economía de
Plan nos hace pensar en una conciencia comunista ¿Qué quiere decir? En un estadio, en
el cual, la mujer ejerza el rol directriz, que abarque desde la vida productiva, hasta el
conjunto de los espacios sociales y la reproducción y las tareas reproductivas las lleve
adelante, el conjunto de la sociedad. Esa conciencia estará regida por la priorización de
las metas productivas socialmente aprobadas y una vida doméstica, en función y parte
indiferenciada de aquel conjunto productivo. Esto quiere decir, que ese proceso de
individuación que en Europa arranca con el Renacimiento y fundamentalmente se
encarna en la burguesía, En América, África y el Asia, aparece como su otredad; en la
esclavitud y el colonialismo. Finalmente están preparando su síntesis en el Sujeto
Comunista.
Algo de esto nos dice Marx polemizando con su amigo y compañero joven-hegeliano,
Bruno Bauer, en torno a la ‘cuestión judía’ donde el autor del Manifiesto Comunista,
sostiene que la liberación política es un primer paso para llegar a la liberación humana.
Partiendo de la sociedad civil, que Hegel (Filosofía del Derecho) contrapone al Estado,
la revolución política es la revolución de la sociedad civil: -‘La emancipación política
del hombre, equivale a emancipación de la religión, al trasladarla del derecho público
al derecho privado. La religión ya no es el espíritu del Estado, donde el hombre aunque
de un modo limitado, bajo una forma especial y en una esfera especial se comporta
como un ser genérico, en comunidad, con otros hombres se ha convertido, ahora, en
espíritu de la sociedad burguesa, de la esfera del egoísmo. No es ya la esencia de la
comunidad, sino la esencia de la diferencia. Se ha convertido en expresión de la
separación del hombre de su comunidad, de sí mismo y de los otros hombres, de lo que
originalmente era… …La escisión del hombre en el hombre público y el hombre
privado. La dislocación de la religión con respecto al Estado.’-

En la Ideología Alemana, que hoy se discute si fue un texto escrito por Marx y Engels, o
si fue una atribución de escribas y traductores de la era soviética, sea como sea, aunque
sea apócrifo, parcialmente, acoto yo, se trata de un gran texto, desde el punto de vista de
léxicográfico muy ajustado a la epistemología de estos autores alemanes. Un gran texto
que ha contribuido a la formación de varias generaciones de revolucionarios de todo el
mundo. Insisto, aunque la autenticidad autoral del mismo hoy esté en tela de juicio, no
deja de ser un bello texto, que hipotéticamente cierra la etapa ´”filosófica”, de ajuste de
cuentas con sus propios pasados formativos, -de Marx y Engels- como señala la
introducción de la propia ‘Ideología Alemana’, donde queda filosóficamente
demostrado y establecido a partir de entonces, ‘que la ideología de una sociedad dada,
es la ideología de su clase dirigente’. De esto se trata, en esta época, de regreso en
muchos planos a la metafísica, en la afirmación del materialismo histórico, que los
autores del Manifiesto, establecen nuevos postulados, respecto a lo que posteriormente
se reconoció, dentro del Movimiento Internacional de Trabajadores como Socialismo
Utópico. Esta nueva concepción que, a partir de entonces denominamos Materialismo

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Histórico se expresa con contundente claridad en la tesis once, de la discusión
justamente de las Tesis de Feuerbach, donde el filósofo de Treveris, deja establecido
que: «los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero
de lo que se trata es de transformarlo». Subsecuente, de aquella otra proposición:.
«Elevarse de lo abstracto a lo concreto», que significa pasar de la ‘autoconciencia’ a la
‘proletarización’ concreta.
2 La lucha de clases bajo condiciones atómicas

La fase corporativa del capitalismo se viene desarrollando desde la 1era G.M., pero
desde la 2da G.M. más concretamente desde los acuerdos de Yalta y Posdam, luego de
que la URSS derrotará el Nazismo y el Imperialismo con la apropiación de la tecnología
nuclear concentra en sus manos la mayor capacidad de extorsión, desde donde imponer
una inédita capacidad de dominación, que inviabiliza muchos mecanismos de acción
directa, antes institucionalizados por la lucha obrera. La herramienta nuclear en poder
del imperialismo, potenció la disputa diplomática, con un desarrollo jurídico-
sociológico, que se expandió por todos los entresijos de la lucha de clases. Todos estos
menús, por supuesto, aparecieron en clave Weberiana, lo que a un nivel general se
tradujeron en una ralentización de la lucha de clases.
El análisis en esta fase histórica del Capitalismo, nos muestra lo siguiente: que los
avances en la estructura de dominación siempre arrancan por la tecnología
armamentística, como aquí fueron los mecanismos de la fusión nuclear en la fabricación
de bombas, como método para doblegar la tozudez política de los pueblos, como antes
fue el avión para superar la artillería, o en otro momento el fusil a repetición para vencer
al contrincante todavía portante del de un solo tiro. La potencialidad bélica es el
elemento invisible que condiciona el resto de las variables de todas las relaciones de
trabajo. Sobre esta base se monta el resto del aparato de dominación. El plexo legal
burgués, la estructura comunicacional, las religiones y la escolaridad. A estos factores
de orden general que conforman la dominación patrón-obrera, hay que sumarle la lucha
inter- burguesa por la apropiación de mercados y tendremos el completo movimiento de
la ‘relación de fuerzas’ por las que va ‘desarrollándose’ la sociedad capitalista.
Otra ley que primero es económica, luego también política que conlleva el movimiento
capitalista es que la escala mayor determina a las escalas menores. De esta manera se
van alineando los países, las regiones y las relaciones centro-periferia. Tanto en el
movimiento entre países, como al interior de estos, donde hay una ciudad o región que
centraliza y una periferia que tributa a aquella. Así se consuma el expolio que alimenta
el sistema bursátil de las grandes capitales. Claro, que la academia en general y sus
sucedáneos, los medios masivos de comunicación, lo plantean de modo inverso, cual si
se tratase de una injusticia involuntaria o colateral y el ‘campo progresista’, con diverso
sentido crítico contiene a las poblaciones para que no haya desbordes. Aún, partiendo
de que se trata de un estado burgués, las reformas de carácter justiciero, tratan de
impedir que la población se movilice contra estas inequidades. Ocurre que ese personal
político está además subordinado partidaria o personalmente a aquellas fuerzas sociales
que constituyen la dominación. Por eso hay tanta ‘laguna’ de carácter mágico, en las
teorías que explican las correlaciones de fuerzas. Faltan algunas definiciones: Una de
ellas, es que esas correlaciones tienen una determinación de clase.
Los ‘momentos progresistas’ son consecuencia de hartazgos populares que aparecen
como consecuencia de la opresión creciente que ejerce el despotismo de mercado a
través de su bien armada racionalidad hegemónica haciendo eclosión en la

70
soportabilidad de los pueblos frente a tasas de explotación, que rebasan su umbral de
tolerancia. Por ejemplo, en tiempos recientes, nuestro Argentinazo, reflejado en las
jornadas de diciembre del 2001, cuya resonancia llegó hasta las elecciones de octubre
del 2003. Otra muestra, de estos hartazgos fue el Movimiento de Los Indignados en
España, popularizado como el 15 M. dándole historicidad a aquellas jornadas que
arrancaron el 15 de mayo de 2011. Otro ejemplo de estas explosiones populares fue el
que se gesto en la Sociedad Estadounidense con el movimiento Occupy Wall Street, que
se organizó a través de un hashtag que popularizó aquella consigna de
#occupywallstreet. Esta gran concentración convocada para el 17 de setiembre de 2011,
en cincuenta y dos ciudades, donde la más llamativa, fue la que acampo en el Zuccotti
Park de Nueva York, durante dos meses.
Por supuesto, que puebladas de este tipo aparecen muy a menudo en distintos sitios.
Con apariencia ‘espontánea’, casi nunca han sido espontáneas, siempre han tenido
‘preparaciones previas’, en algún grado y estás preparaciones han tenido que ver con
algún sector interesado de la burguesía. A menudo expresan contradicciones inter-
burguesas, cuando no son instigadas por algún servicio de inteligencia. Rara vez, en
estos tiempos, estas preparaciones son propiciadas por alguna Organización de carácter
Obrero, simplemente porque estas organizaciones estuvieron diezmadas en las últimas
décadas. Entre otras razones porque la caída de la URSS, puso al movimiento obrero
mundial expuesto a una vulnerabilidad generalizada en todos los terrenos. Se trato de
una derrota estratégica, por lo que ahora estamos viendo -guerras de la OTAN, con
sentido Mundial y Total- con características temporales, pero muy profundas,
estructuralmente hablando.
El hecho, es que estás insurrecciones por más que originalmente hayan tenido un origen
externo a las clases populares, lo cierto es que sí, fueron protagonizadas por ellas. Y
finalmente también es cierto, que en los casos mencionados, estos movimientos, luego
de un espasmo liberador volvieron a su redil. Cualquier marxista diría que faltó un
Partido con capacidad de dirigir esos estallidos sociales hacia una situación
revolucionaria: tal vez el caso Argentino haya sido el más próximo, por el nivel previo
de movilización y por ende de acumulación con que contaba y hasta se puede decir; que
entre las jornadas de diciembre del 2001 y abril del 2003 hubo una situación pre-
revolucionaria. Pero aún con el activo proto-revolucionario de ese momento, el poder
burgués conservó las riendas y mediante una exacerbada política de palos y zanahoria
logro encarrilar el proceso, con una convencional salida electoral, instalando un nuevo
espejismo: el de los Kirchner. Aparece el horizonte de los ‘populismos progresistas’,
que en España encarna el Podemos. Y en este pantano, estamos.
La ‘caída’ de la Unión Soviética, que desde el punto de vista de la lucha de clases
constituyo una derrota, más que ‘táctica’. Está por verse todavía su calado.estratégico.
La derrota en Vietnam enseño a la dirigencia norteamericana, que había que tomar
medidas de fondo para derrotar al Comunismo y para ello era necesario dar un severo
golpe a la clase obrera mundial, y empezaron por casa, ajustando brutalmente a sus
propios trabajadores, en la comprensión de que los métodos progresistas y
democratizantes desembocaban en un proceso comunista. O, por lo menos, generaban
un impedimento al libre fluir de capitales con tantas barreras nacionales y sociales.
Empezaron imponiéndole una ejemplificadora derrota a los trabajadores municipales de
las ciudades de Memphis y Nueva York, uno de los sectores más fuertemente
sindicalizados de los EE.UU. que durante las presidencias de Ford y Nixon en

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consonancia con las intensiones de la alta patronal, derrotaron sendas huelgas, a costa
de cuantiosas pérdidas económicas, pero que lograron sumir a la sindicalización en su
conjunto, en un colosal desprestigio, del cual no se ha logrado recuperar al día de hoy,
el movimiento sindical norteamericano. Para rematar esta embestida anti-sindical luego
vendrá el gobierno de Reagan, derrotando a los trabajadores aeronáuticos con un saldo
de 12.000 despidos. Con estas acciones, quedó allanado el camino, para la posterior
liquidación de la Industria norteamericana y su consecuente deslocalización.
Al otro lado del Atlántico, en sintonía con el mismo propósito, El Gobierno de Thatcher
abordó con similar beligerancia la huelga de los mineros del carbón, en el condado de
Yorkshire, al norte del Reino Unido, en el año 1984 y al cabo de unos meses, la huelga
de uno de los gremios más combativos del Reino es derrotada, lo cual implica la
consagración de políticas fluctuantes entre lo reaccionario y lo conservador. Esta
consolidación del retroceso social, vino precedida por otro gran triunfo del capitalismo
mundial. Fue la tarea del Comando Sur, instrumentando El Plan Cóndor, que alineo al
conjunto de las Fuerzas Armadas Dependientes de América Latina, en la intensión de
reprimir, también de una manera ejemplificadora, a los movimientos insurgentes del
cono sur de América, Para, que lo mismo, que en el sindicalismo de las metrópolis,
asegurase una paz social de varias décadas.
El colofón que permitió al Gobierno Conservador de Margaret Thatcher fue ‘el
prestigio’ adquirido en la apropiación de la Islas Malvinas, que en el imaginario
británico fue un regreso a la Inglaterra Imperial del siglo XIX, con la consabida
abundancia que ello acarreaba. Con estas y otras medidas del mismo corte, se desdibujo
la Derrota de Vietnam y el universo imperial victoriano, comenzó a desplegarse y a
partir de allí: más guerras, implementación del caos, usuras, extractivismo sin límites y
exacciones a manu militari, para el conjunto de las relaciones internacionales.

2 Ascenso social Individual

El modo capitalista de producción nos condena al ascenso social individual, es decir al


famoso ‘¡Sálvese quien pueda y a como pueda!’. Estamos arrojados a la arena de la
competencia, sin estar debidamente preparados para esa faena, en todos los campos de
las relaciones sociales. Un hecho de por sí violento, que nuestra contextura física debe
atravesar como mejor puede. Es inevitable dejar los jirones de salud en el camino. Esta
ontología del individualismo puro, o lo más puro posible, en el mejor de los casos.
Metidos en una burbuja de futuro individualizado, en la que permanecemos encerrados,
en una jaula, que supera todas las viejas formas de esclavitud, aún siendo ganadores
dentro del sistema, nos conduce a una infelicidad extrema. Ni que hablar, si somos
perdedores.
En lo que a lucha de clases se refiere, que es en definitiva, de lo que estamos hablando.
El proletariado esta arribando al fin de su tramo histórico, más maltrecho que nunca,
Dividido como nunca. Dio lo que tenía que dar y está llegando a su meta, a la
recuperación de su inocencia primigenia, a su reconciliación con la naturaleza, de donde
fue desalojado durante siglos, por el sistema usurero de turno. Hoy está a punto de
recuperar la tierra, con ella la vida comunitaria, de principios matriarcales, con sus
industrias, sus universidades hechas a medida, con una polifuncionalidad, que
contempla la universalidad del género humano.

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Queda mucho balance por hacer. Si se justificó ‘la picadora de carne’, que significó la
extremada división de tareas sociales, compulsiva, que tuvimos que padecer, para llegar
al desarrollo tecnológico que contamos en la actualidad, como base de otros desarrollos
que seguramente, estarán impulsados por grados de imposición más atenuados, hasta
llegar a un ‘reino de la libertad’ carente de presión compulsiva. Pero, a no confundirnos.
Lo primero es quitarnos el despotismo ‘de los mercados’, A continuación quizás
entremos en una dictadura de ‘los hombres’ donde al menos, ingresaremos a esta fase,
con las necesidades de primera generación resueltas. (Salud, Educación y vivienda
irrestricta y sin privilegios para todos, planetariamente hablando) para finalmente entrar
en la lucha de fondo: que sería la de nosotros mismos, contra nosotros mismos, en la
integración de la historia con la naturaleza. Concibiendo a esta como al Cosmos de
conjunto.
Partir de donde estamos, como realidad distópica. Y ¿Dónde estamos? Estamos en el
despotismo del capital –en su fase imperialista- Por esto, derrumbar el Imperialismo es
lo primero. No tenemos que empezar desde cero. Un buen tramo ya lo tenemos
concretado. Más, falta acertarle los golpes finales. En eso estamos. La caída del
capitalismo, no implica un ingreso automático al Socialismo, aunque sí, implicaría para
la humanidad haber superado ‘el reino de la necesidad’. Luego, la construcción del
Socialismo implica otra tarea, aunque no significa un objetivo concreto para hoy día. Ya
que plantearía, de nuevo, la formulación de otro compulsivo mandato religioso, donde
el futuro seguiría condicionando el presente. No, ahora la soberanía descansaría en el
estado de Asamblea Popular y aquí sí, hablo, solo desde lo deseable, a partir de lo ya
históricamente conseguido. Pero esto es todavía discutible; por lo tanto, no se lo puede
proponer en términos de certeza asumida por el conjunto, institucionalmente hablando.
Hoy la tarea es poner a la humanidad en igualdad de condiciones. Quitarnos los
atavismos que durante los últimos seis o siete milenios nos infundieron los distintos
regímenes de propiedad privada. Esto significa poner a la humanidad en manos de una
institucionalidad, que refleje en términos equitativos, una gobernanza que contemple, en
principio un equilibrio de proporcionalidades entre mayorías y minorías. Otro derecho
proveniente de la conciencia de posibilidad, internacionalmente, aún sin conquistar.
De nuevo, volviendo a los factores que tiranizan la conciencia, arrastrándola hacia el
aislamiento del entorno social (clase) para sujetarla afectiva y reflexivamente al ámbito
de la familia nuclear. ¿Cómo se fue construyendo este proceso? O mejor dicho ¿Cómo
se fue produciendo la derrota que nos encerró en el individualismo? Un paso, fue la
construcción de mercados internos, a través de la reforma ‘progresiva’ de los sistemas
impositivos, como en algún punto, lo expresan las palabras de David Ricardo, cuando
postula la ‘distribución de la riqueza’. Esto permitió la inversión en infraestructuras
ligadas a las viviendas y barrios obreros, que sumado a la acción reformista de los
sindicatos y al “visto bueno” de las patronales, que vieron que en la clase-medianización
del proletariado, la conformación de los mercados internos, que brindarían una nueva
sustentabilidad al sistema productivo. Un mínimo asegurado de ventas, a medida que las
otras naciones cimentaban sus propias burguesías. Esta fue la manera además de como
los países centrales, canalizaban sus crisis, saltando hacía adelante, mientras los
sindicatos revolucionarios -1era y 2da Internacional- empujaban al conjunto de la
sociedad asimilada ‘a cambiar el mundo de base’.
La propiedad de la vivienda urbana, con ella la escolarización de sus hijos, más la
diferenciación salarial de los trabajadores especializados fueron fabricando una nueva
‘clase media’ de origen asalariado, que se mezclaba, con la antigua pequeña burguesía,

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al tiempo que ciudadanizaba a un gran sector de trabajadores. Tal vez, desde el punto de
vista del obrero, ‘como clase’, esta haya sido una de sus mayores derrotas, ya que
rompió con el axioma: ‘O todos o ninguno.’
Mientras, que mirado desde un punto de vista estrictamente antropológico la
individuación del ser humano, quitándole los vicios gregarios de muchas localías
anquilosadas, también fue un salto hacia adelante en la conformación de su subjetividad.
Observándolo desde un sesgo matizadamente weberiano, también puede decirse: que
ese proceso de individuación, conllevó a un compromiso síquico mayor, en los procesos
laborales, con lo cual las patronales lograron imponer nuevas y más sofisticadas
divisiones del trabajo.
Los ‘treinta gloriosos años’ (décadas de 1950-60 y ½ de los ’70) llegaron al cenit con
esta experiencia determinada por el triunfo ruso, en el campo de batalla sobre el
nazismo. Hasta el día de hoy, al tiempo que en el campo del capital, la anglosfera, logro
clase-mediar, a un amplio contingente del proletariado al seno de la sociedad burguesa,
instalando la ilusión de que ‘la mano invisible’, por sí misma, también podía producir
ascensos de clase. Individuales. Ascensos, lentos, chiquitos, ‘sin sacrificios extra-
laborales’, sin penurias de guerras, pero seductor, al punto tal, que cualquier ciudadano
del mundo, podía ‘ver’ en los escaparates, atiborrados de mercancías baratas, una
esperanza de humanidad en cualquier ciudad industrial. Con un puesto de trabajo
alcanzaba. Solo había que «rebajar» el contenido de la ‘lucha de clases’ y pasar de ‘la
acción directa’ al ceremonioso minué de la ‘confrontación sindical’.

La ontología del individualismo

Así, como en la primera etapa de la Revolución, el Ejército Rojo venció a una coalición
de catorce países, que constituían el Naciente Imperialismo organizados y en disputa,
dentro de la Liga de las Naciones, apoyando al Ejército Blanco (zarista), La derrota del
Ejército Nacional Socialista, en una guerra de Invasión, disfrazada de guerra inter-
burguesa –del Eje contra los Aliados- Constituyó el más alto enfrentamiento ‘puro’ de
clases, que han enfrentado los trabajadores, constituidos en Estado, en este caso. Y por
esto mismo ese ensañamiento contra este Particular Estado. Todo el movimiento bélico
que ‘construyó la llamada 2da Guerra, más allá que constituyó una puja comercial y
financiera entre ‘chacales’ y formalmente fue así. De fondo, en lo estrictamente militar,
fue el esfuerzo de toda la burguesía del mundo, Vaticano incluido, destinado a destruir a
la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas. Mientras soterradamente, celebraban sus
disputas. En los hechos, en lo que les quedaba de unidad. Esa ‘unidad’ estuvo destinada
a destruir la URSS. Y el Ejército Rojo nuevamente superó las pruebas de la historia,
dejando veintiocho millones de trabajadores muertos en el campo de batalla,
defendiendo, el carácter de clase de su revolución. Aunque su dirigencia le haya dado la
definición de ‘Guerra Patria’. Debido al respeto del arco de Alianzas, que se vio
obligada a aceptar, debido a la enormidad del enemigo. De nuevo, el tozudo rumbo de
los hechos, que, a menudo marcha divorciado de la conceptualidad que lo reviste, es
quien determina los pasos de su contrincante derrotado, en este caso. (el capitalismo).

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El Ejército Rojo, como vanguardia de la Clase Obrera Mundial cargó sobre sus
espaldas, incluyendo a Bremen, más Hiroshima y Nagashaki, como atentados-
amenazantes. Impunes, por otra parte hasta el día de hoy.
Fue justamente esa Clase Obrera Mundial, la que puso los cien mil muertos durante la
Segunda Guerra, (entre agresores subordinados y agredidos) la que hasta la actualidad
infunde el temor central a Banqueros, Ceos, Burgueses, Mercenarios de la Gran Prensa,
los Cleros, la Cultura, y Sicarios de toda laya. A esa patronal, que todavía pretende ser
dominante, y por lo tanto determina el movimiento del Imperialismo, en términos
fácticos. Esta clase obrera mundial, la que tiene conciencia ‘de necesidad’, la que
además de tener conciencia de necesidad, también tiene ‘conciencia de oportunidad’,
más la que no tiene ninguna conciencia, porque no puede tenerla, porque está arrastrada
por la conciencia ‘del amo’, pero concientice o no, su sola presencia frente a la
Corporatocrácia, le infunde a esta, el peor de sus temores: el de ser destituida.

3 –La Lucha de Clases desde ‘El Manifiesto’

El Manifiesto Comunista arranca en el primer párrafo del capítulo 1 diciendo: que ‘La
historia de todas las sociedades, hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases’
y de esos días hasta los nuestros, las condiciones no han cambiado, de manera que el
principio determinante, en el desarrollo histórico, ha sido y sigue siendo el de La Lucha
de Clases. Federico Engels, en una acotación que hace en la primera frase del primer
capítulo del Manifiesto Comunista, para la Edición Inglesa de 1888, refiriéndose a la
historia, aclara que ellos (Marx y Engels) al hablar de historia se referían a la historia
escrita, y que en 1847, la historia de la Organización Social, que precedió a toda la
historia escrita, la prehistoria, era casi desconocida. Pero desde esa fecha hasta hoy, el
desarrollo de la investigación histórica ha sido monumental. Estos alumbramientos han
cambiado muchas tesis sobre ‘las leyes de la historia’ y especialmente en este tema que
estamos tratando: La Teoría de la Lucha de Clases. Un abanico ampliado, que hoy
permite incluir a muchos pueblos ‘sin historia’ que hoy cuentan con numerosa
bibliografía, propia y ajena, Esto nos permite establecer periodizaciones universales más
precisas, que abren permanentemente, nuevos universos. Dándonos interrogantes, que
permiten actualizar la obra y los postulados del propio Marx. Y aquí sí, que entramos en
un tema controversial, porque desde el punto de vista empírico, seguramente hay
historiadores más precisos que él. Pero lo importante, en la obra del maestro de
Tréveris, es el carácter revolucionario de la misma.
La precisión de sus caracterizaciones radica en que estas «precisiones» y esas
«caracterizaciones» tienen un propósito definido, son estudios concretos, para hacer La
Revolución Social, o si se quiere pavimentar con perfeccionamiento práctico, el camino
que supieron abrir los propagandistas de la Ilustración. Por más que se agrupen en leyes
abstractas, dentro de los lineamientos que formuló Hegel, el legado de Marx y Engels
estuvo encaminado a desbrozar la práctica y por ende su consecuencia teórica para el
fomento de la Revolución. Esto diferencia ‘el sentido’ de la tradición marxista, del

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conjunto de los cientistas sociales. Tampoco se puede escribir teoría revolucionaria, sin
práctica revolucionaria. Porque como ya anticipamos: la experiencia hace a la teoría y
no, al revés. Esta primera oración del Manifiesto, tiene también al día de hoy, algunos
mal-entendidos en cuanto a su implicancia. ‘La historia de todas las sociedades, hasta
nuestros días es la historia de la lucha de clases’, Todas las guerras, incluso las inter
burguesas o además las guerras “por delegación”, las guerras “cognitivas” o las actuales
guerras “hibridas”, son determinantes de las luchas de clases. Aunque la lucha de clases
propiamente dicha, sea la lucha por la emancipación. Es decir la lucha consciente por la
liberación. A diferencia del mercenariazgo de la guerra ‘convencional’, que tiene
contradicciones entre sus intereses objetivos y el camuflaje conque que tienen que
disfrazar esos objetivos

En ese capítulo primero del Manifiesto, hay un punto aclaratorio de esa oración: “Sin
embargo, nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber
simplificado estos antagonismos de clase. Hoy, toda la sociedad «tiende» a separarse,
cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases
antagónicas: la burguesía y el proletariado”. Ese verbo subrayado –tiende- está dicho
en un sentido histórico, no en el sentido superficial de la noticia coyuntural.
“tendencial”, en un sentido histórico y con la ‘universalidad’ de hoy, puede significar
varios siglos. Justamente, en esta línea de análisis, lo que tratamos de demostrar es que
en una etapa de la manipulación de la conciencia de masas, de la introyección del miedo
en las conciencias, en general y en cada conciencia en particular “estiran los tiempos
históricos” del s.XIX. Las condiciones nucleares en ese sentido, contribuyen a la
dilatación de esos tiempos. Entonces esto hace que esos “dos grandes campos enemigos,
en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado” se hallen al día de
hoy completamente metamorfoseados, en un pastiche aparentemente único. Pero
indudablemente, son dos sectores con intereses antagónicos. Está claro, que ésta
mescolanza de los sectores empobrecidos con aspiraciones tan diversas son difíciles de
homogeneizar y se desdibujan aún más, al compartir su situación con determinadas
burguesías desclasadas. Cosa que en esa mitad de s.XIX europeo, las condiciones
sociales eran más perceptibles. Hoy el teléfono y el auto, asimilan a todo el mundo.

También hay entre nosotros, “el activismo revolucionario o proto-revolucionario”


sujetos/as que no reconocen la lucha de clases en todo el movimiento de la sociedad, por
ejemplo, entre sectores más débiles, dentro de un mercado dado contra sectores más
consolidados. O las pujas en el comercio exterior, entre quienes controlan las fijaciones
de precio y entre quienes las padecen. De manera, que solo consideran el clásico
antagonismo entre Patrones y Obreros, una reducción que los posiciona, en el campo
utópico de la confrontación. Este sector que está descripto en el capítulo dos del
Manifiesto, como Socialistas Utópicos, solo que hoy se visten con ropajes post cuarta-
internacionalistas.

Cuando el Socialismo se hizo “científico”

Como señala Sergio Vide Carboni más arriba Marx nunca planteó El Socialismo como
una Ciencia Positiva. Toda su obra, la económica especialmente consistió en una Crítica
a teorías ya establecidas, por lo tanto, han sido críticas de orden filosófico. Marx se
cuidó muy bien, de hacer enunciados, hipotetizando sobre cómo sería el socialismo, tal
como en su momento lo hicieran Fourier u Owen. Marx desmenuzó el andamiaje de las
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contradicciones capitalistas y para salir de ellas, solo aventuró la palabra: Socialismo.
Esa ausencia de ‘ruta’, estuvo sustentada, en que “la revolución” la haría la clase
trabajadora y por extensión: los pueblos. Él no se presentó como un dirigente que
indicaba el camino. En el Manifiesto Comunista esboza una caracterización de lo que
vendrá. El «Cómo», queda librado a “la creatividad” de los trabajadores. De hecho esa
caracterización se cumplió solo parcialmente. La revolución del ’48 existió, pero con
carácter Burgués, como reconoce más tarde, algunas variables escaparon de su
consideración, aunque, tratándose de una formulación histórica, no estaba tampoco
desacertada. La revolución proletaria se confirma 24 años más tarde, en La Comuna de
Paris.
En este tipo de formulaciones no ocurre lo mismo con Federico Engels, que en sus
últimos años apela a fundamentos de las Ciencias Naturales para argumentar posiciones
políticas. Esto tenía que ver con las discusiones epistemológicas de su época,
especialmente en Alemania, donde la dialéctica se aplicaba tanto en el campo de “las
ciencias”, como en el de la filosofía. Todavía no estaba bien delimitado el campo
investigativo de las Ciencias Naturales, que como siempre se apoyaba en otras ciencias
auxiliares, como la física, la química, la astronomía, etc. Y ni que hablar de las Ciencias
Sociales, que hasta principios del s.XX, estaban todas metidas en la bolsa de
Humanidades. En las Ciencias Sociales, en la Historia, la Filosofía de la Historia, o la
Política que es lo que nos toca, los resultados se miden por aproximación, y dónde las
hipótesis del investigador forman en la mayoría de los casos parte de la investigación.
Para tener una perspectiva del desarrollo de la institucionalización de estas ciencias,
cabe acotar que la Facultad de Ciencias Sociales se funda en la UBA, recién en 1988 y
la de Ciencias Económicas en 1913. Baste decir, que hasta el día de hoy El
Psicoanálisis, que categorialmente se encuentra en el mismo limbo que el marxismo,
dentro de la estructura curricular burguesa, todavía no es considerado una ciencia, sino
apenas una terapéutica auxiliar, para un tipo específico de dolencias.
Engels, en este sentido se enreda en discusiones que aparecen en El Anti-During, En La
Dialéctica de la Naturaleza y más notoriamente en Del socialismo utópico al socialismo
científico del año 1880. A partir de allí, el socialismo se transformó en “científico”.
¿Qué consecuencias trajo esta formulación? Que cualquier incomoda discusión se
cerraba con que los postulados del Partido que se consideraba heredero del
“Socialismo”, era “científica”, mientras que la posición contraria ‘era cualquier cosa,
descalificada’ como imaginaria charlatanería. Claro, esto le dio “autoridad” al
socialismo. Porque a la pregunta última ¿Porqué el Socialismo es científico y otras
corrientes de pensamiento. No? ¿Pensemos en el ecologismo, o en el anarquismo etc.?
Y ahí se entronizaba el principio de autoridad. Porque esta es la idea que preconizó
Menganito, Zultanito o Perenganito, tratándose de líderes que protagonizaron luchas
triunfantes dentro del movimiento obrero. La sustentación de este principio de autoridad
ha sido perniciosa para la ampliación del movimiento obrero y también para el prestigio
de los Partidos Comunistas Mundiales. Quizás lo más patético donde se expreso esta
tendencia haya estado en los famosos Manuales de Economía de la URSS.
De esta manera, la URSS incurrió en los mismos errores de la Academia en las
Universidades Occidentales, al darle a la Economía un carácter de ciencia exacta
desgajándola de su contenido político-social. Si bien no fue este el caso de la URSS, sí
la pretensión de que sus investigaciones propias (de la URSS) al tratar de implantarlas
en todos los países de la COMECON, de manera mecánica, procedieron de una manera
dogmática, poniendo “la ciencia” por encima de la realidad. En las Carreras de

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Economía de las Universidades principalmente anglófonas, la dogmática va dirigida a la
funcionalidad de instalar la ideología capitalista, como “única” en la cabeza del
alumnado; de ciencia e investigación neutra. Nada.
Claro, que las categorizaciones de Engels estaban encuadradas en ese debate de época,
cuando la religión, en tanto núcleo atemorizante del proletariado, fue arrinconada al
ámbito de la Teología, un campo para especialistas y abandonando su viejo sitial en la
discusión popular. Entonces aparecieron los idealistas, para combatir las ideas
materialistas; década del ’80 del s.XIX. During, como cabeza visible de esta tendencia
proveniente de las Ciencias Naturales, hizo una formulación mucho más amplia que la
de Marx y valiéndose, justamente de su condición de científico, como ocurre hoy día
que mediáticamente en los medios generalistas de ‘información’ ante cualquier hecho
de mediana complejidad o conflictividad (que en el fondo son apenas de carácter
político) llaman al especialista. Engels dudo mucho en contestarle, pero incluso el
Partido Alemán lo insta a responder ese mamotreto de tres gruesos tomos. Ahí recién
Engels recoge dedicarse a responder con una delimitación a este falso socialista,
demostrando que Marx y él eran los verdaderos científicos. Insisto la discusión fue
legítima, pero como suele ocurrir, las generaciones venideras apoderándose de ese
adjetivo, cometieron algunas tropelías, atropellando a compañeros menos versados en
cuestiones etimológicas, (recuérdese que los trabajadores, de principio del s. XX aún
europeos, promediaban la escolaridad primaria) que cuando le tiraban esa calificación
de “Socialismo Científico” reculaban en chancletas. No estaban en condiciones de
responder, en sus propios términos, semejante categoría epistemológica.
Estás son cuestiones con las que tendremos que convivir durante algún tiempo más. No
olvidar que el conocimiento todavía forma parte del “mercado del saber” y gran parte de
los especialistas surgidos de la Academia burguesa trabajan para el mercado de los think
tank que abastecen las agencias patronales, en cualquiera de sus instancias. Tenemos, en
este sentido, un sector de los trabajadores productores de conocimiento, que en muchos
casos, aún sintiéndose trabajadores, deben tributar su esfuerzo a la clase dominante,
ergo contra su propia clase. Dentro de las organizaciones revolucionarias, mientras tanto
seguiremos analizando de manera concreta a la situación concreta. Este método
consiste en analizar los hechos, partiendo de la intencionalidad (discursiva o
propositiva) que los factores de poder alegan tener, contrastadas con el desarrollo real
de las fuerzas productivas. No se trata de un análisis neutro, como en los análisis
académicos: Sino de un análisis dialéctico tamizado por desarrollo histórico-concreto de
la lucha de clases y allí tendríamos una aproximación a la verdad, dentro de ese
conflicto dado. En nuestro caso, se trata de establecer la verdad y luego ver que
metodología usamos para abordarlo. Lo que sí, nuestro método nos tiene siempre
permanentemente confrontando con el lado oculto conque la clase patronal oculta
permanentemente sus intensiones primeras. Este es nuestro “saber” primero: la
desmitificación de la intencionalidad de la clase dominante.
Por eso es, que cuando somos gobierno, nuestra economía de Plan arroja balances
despojados de esa opacidad a las que nos tienen acostumbrados, las administraciones
liberales, que al cotejar números en apenas distintas fases de la producción estos no
cierran por ningún lado. Se escapa plata por todos lados. De ahí, que para las patronales
El Comunismo significa una dictadura, si no se pueden hacer balances mentirosos,
evadir impuestos, construir mercados negros, esconder patrimonio de las mil variadas
maneras o que el trabajador tenga tanto poder como él dentro de la empresa. ¿De dónde
manotea una diferencia oculta entre “lo que es y lo que debería ser”? Indudablemente se

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trata de una dictadura. Por el recorte de sus facultades para este poder empresarial,
China, Venezuela ó Cuba, significan dictaduras.
Sin embargo, con el tiempo nuestros campos categoriales van cambiando. A medida que
los think-tank van perfeccionando remozando o reinventando las distópias de los que se
resisten a morir socialmente. A diferencia de la época de Engels, hoy se trata de un
conocimiento sistematizado, con divulgación garantizada y con ‘puesta en valor
inmediata’. A partir de la época de Engels, el Materialismo Dialéctico fue combatido
por ese idealismo subjetivista en las Ciencias Sociales encarnados por Durkein y Weber
y por Comte con un positivismo mecanicista. A partir de la Revolución Rusa, a los
teóricos sociales no les quedó más remedio que asumir el Pensamiento Crítico a partir
de la crítica al capitalismo, ya no se podía ocultar que el límite era el capitalismo
Entonces aparece el existencialismo, desde Kierkegaard a Foucault, como vimos más
arriba en la semblanza de Heidegger, que refleja claramente momento de este
“pensador” y su condición situacional.
En la actualidad hay una avanzada oenegerista que se instala en distintos sectores de una
diversidad de militancias que encuentran su conflitividad, en lo que llamamos el
identitarismo: Por ejemplo: han instalado un tipo “de feminismo” que engloba la
situación de género en abstracto, en donde mujeres de cualquier condición social
reclaman por igual una serie de demandas, que ponen estos reclamos por encima de
otros reclamos, también de índole social, que en su contenido general excluyen la
responsabilidad del capitalismo. La puntualidad de la demanda recae solamente en el
género varón, como responsable absoluto del patriarcado. A veces los propios
involucrados en el proxenetismo y tráfico de mujeres, financian este tipo de
organizaciones filantrópicas. Otro ejemplo, sería el del extractivismo. Plantean estos
grupos, a veces radicalizados, una condena “moral” radicalizada contra determinados
gobiernos, especialmente en el Sur Global, más aún si tienen una posición
patrimonialista, en cuanto a la defensa de su territorio. Acusan a ese gobierno, por la
contaminación y la entrega que significa la acción extractivita, que es cierta, por otra
parte, con la finalidad última de destituir ese gobierno, para ir a un “socialismo” limpio
de contaminación, cuando en realidad se trata de beneficiar a multinacionales concretas,
que casualmente tuvieron que ver con la contribución filantrópica hacia esos grupos de
choque, fundamentalmente de gran presencia mediática. Otro ejemplo, son las
organizaciones en defensa de los grupos racializados, del tipo: “las vidas negras
importan…” Para sus protagonistas, es un gran paso adelante, sin duda. Pero al desgajar
la discriminación del contenido esclavista de la sociedad norteamericana, el reclamo se
diluye en el tiempo. Otra cosa significa si el reclamo está inscripto dentro de la lucha de
clases, y en perspectiva a terminar con el capitalismo. Al tratarse de movimientos
populares, siempre son útiles. Lo que quiero señalar es que esas movilizaciones surgen
intelectuales que escriben libros, que le brindan estrategias a estos movimientos, que los
presentan como un todo, cuando en realidad son una parte y así presentados como
totalidad, desembocan en callejones sin salida.

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