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TEMA 2.

REVOLUCIONES LIBERALES Y NACIONALISMO

1. LIBERALISMO Y NACIONALISMO:
1.1. Liberalismo:
El liberalismo es una corriente ideológica que defiende la libertad de acción política,
económica y social de los individuos. Surgió a mediados del siglo XVIII a partir del
parlamentarismo británico y de las tesis de John Locke (derecho natural), Montesquieu
(separación de poderes) y Rousseau (soberanía nacional). Sus principios doctrinales
más relevantes son:

 Defensa de las libertades individuales (pensamiento, religión, imprenta…),


amparadas por el derecho natural.
 Aprobación de una Constitución (norma suprema del Estado), que recoge tanto
la división de poderes como los derechos de los ciudadanos.
 Participación ciudadana. En virtud de la soberanía nacional, los ciudadanos
eligen a sus representantes en el Parlamento (elaboración de leyes, control al
Gobierno).
 Libertad económica. La vertiente económica del liberalismo se denomina
librecambismo o capitalismo. Implica libertad de empresa y competencia, y
limitación de la intervención del Estado en materia económica (Adam Smith).
El liberalismo desempeñó un papel esencial en la independencia de las colonias
americanas (EEUU, imperio español), la Revolución francesa y los movimientos de
1820, 1830 y 1848. Todos estos acontecimientos impulsaron la expansión del
liberalismo por Europa acabando con la base política (absolutismo), económica
(gremios) y social (estamentos) del Antiguo Régimen.
Al mismo tiempo, la doctrina del liberalismo clásico evolucionó hacia una democracia
plena a lo largo del siglo XIX con nuevos principios (soberanía popular, sufragio
universal). Este proceso culminó en el siglo XX con la incorporación de los derechos
colectivos (vivienda, medioambiente, etc.).
1.2. Nacionalismo:
El nacionalismo es una ideología política surgida en Europa en el siglo XIX que defiende
el derecho de los pueblos (entendidos como el grupo de personas que comparten un
territorio, una lengua, un pasado y unos rasgos culturales comunes) a formar su propio
Estado. La aparición del nacionalismo está ligada al impacto de la Revolución francesa
(soberanía nacional) y la expansión napoleónica (dominación extranjera) en pueblos
como el alemán, el italiano o el polaco, carentes de Estado propio. Sus principales
características doctrinales son:

 Defensa de la soberanía nacional. La soberanía pertenece a los súbditos de un


Estado, no a los monarcas u otros dirigentes (soberanía personal).
 Exaltación de la libertad. En el liberalismo el titular de la libertad es individual
(ciudadano), pero con el nacionalismo el titular pasa a ser colectivo (pueblo).
 Concepción romántica del pueblo. Se subrayan los rasgos comunes de sus
integrantes (lengua, pasado, etc.) y se buscan factores diferenciales respecto a
otros pueblos (tradiciones, etc.).
 Destino colectivo. Convencimiento de que existe una voluntad superior que
une a los integrantes de un pueblo (conciencia colectiva) y guía su actuación.
Según sus efectos, se distinguen dos clases de nacionalismo en la Europa del siglo XIX:

 Separatista: persigue que pueblos sometidos a otros Estados alcancen la


independencia y funden su propia nación. Tuvo graves efectos en Estados
multinacionales como el Imperio ruso, turco y austro-húngaro.
 Integrador: aspira a la unidad de pueblos cuya población se encuentra
repartida entre varios Estados, como ocurría con italianos y alemanes hasta su
unificación en la segunda mitad del siglo XIX.
2. LA INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS. EL NACIMIENTO DE ESTADOS
UNIDOS:
2.1. Origen del conflicto:
La independencia de las colonias británicas de Norteamérica fue al mismo tiempo un
proceso de descolonización y una revolución liberal, que dio lugar al surgimiento de
una nueva nación, los Estados Unidos de América, y al establecimiento de un sistema
político que rompía con la tradición monárquica absolutista, habitual hasta entonces
en Europa.
Las Trece Colonias eran los territorios de la costa atlántica norteamericana donde,
desde el siglo XVII, se habían asentado numerosos emigrantes de origen europeo, en
su mayoría británicos. Los habitantes de las Trece Colonias eran súbditos del Reino de
Gran Bretaña. Tenían cierta autonomía política a través de las instituciones con las que
cada colonia contaba:

 Un gobernador nombrado por el Gobierno británico.


 Un consejo que asesoraba al gobernador, el cual elegía a sus miembros.
 Una asamblea legislativa elegida por los colonos mediante sufragio restringido.
 Una ley básica o Carta Fundamental.
Las causas del enfrentamiento de las Trece Colonias con la metrópoli:

 Económicas: la crisis de la Hacienda británica, motivada en parte por los gastos


de la guerra de los Siete Años (1756-1763) contra Francia, llevó al Gobierno
británico a intentar contrarrestar las pérdidas imponiendo nuevas leyes e
impuestos sobre el papel, vidrio y té.
 Políticas: en 1760 subió al trono británico Jorge III. Desde el primer momento
mostró un talante autoritario. Los colonos carecían de representación en el
Parlamento de Londres y se negaron a pagar los nuevos impuestos, aprobados
sin consultar a las asambleas coloniales. El lema “No a la contribución sin
representación” resumía la reivindicación de los colonos.
 Ideológicas: las ideas de los filósofos ilustrados (Locke, Montesquieu) y el
sentimiento nacionalista se habían ido difundiendo entre los colonos a través
de sus asambleas representativas.
2.2. Desarrollo del proceso:
El Motín del Té (1773). Se produjeron incidentes violentos tras diversas protestas
contra las autoridades y el Gobierno británico derogó casi todas las nuevas leyes
recaudatorias, excepto las referidas al té. Esto dio lugar al Motín del Té de Boston
(1773), en el que un grupo de colonos disfrazados de indios asaltaron tres barcos
anclados en el puerto y arrojaron al mar su cargamento de té para impedir la
recaudación de impuestos que hubiera implicado su venta.
El Primer Congreso de Filadelfia (1774). Como represalia al Motín del Té, el Gobierno
cerró el puerto de Boston y suprimió los derechos políticos de la colonia.
Representantes de casi todas las colonias (excepto Georgia) se reunieron en el Primer
Congreso de Filadelfia (1774) y se declararon contrarios a obedecer a la Corona y a
pagar impuestos, lo que terminó provocando el inicio de la guerra de la Independencia
Americana (1775-1783).
El Segundo Congreso de Filadelfia (1775). Representantes de los rebeldes se reunieron
en el Segundo Congreso de Filadelfia, en el que se nombró jefe del Ejército a George
Washington y se aprobó la declaración de Independencia (4 de julio de 1776) de las
Trece Colonias, redactada por Thomas Jefferson. La Declaración justificaba la decisión
de independizarse y recogía los principios ilustrados del derecho a la vida, libertad e
igualdad ante la ley reconocidos previamente en la Declaración de Derechos de
Virginia.
La guerra de independencia tuvo dos etapas:
- Primera fase (1775-1777). Los insurgentes, dirigidos por George Washington, se
enfrentaron a los británicos con una táctica de guerrillas. La victoria de las
milicias de Washington en Saratoga (1777) decidió a Francia (enemiga del Reino
Unido) a apoyar a los rebeldes. España también apoyó la causa independentista
con armas, dinero y soldados.
- Segunda fase (1778-1782). En octubre de 1781, las tropas británicas fueron
derrotadas en Yorktown, gracias a la creciente profesionalización del ejército
de los colonos americanos. La guerra finalizó con la firma de la Paz de Versalles
(1783), en la que se acordó:
 El Reino de Gran Bretaña reconoció la independencia de Estados
Unidos.
 Francia recuperó de los británicos parte de las pequeñas Antillas.
 España recuperó Florida y Menorca, pero no Gibraltar.
2.3. El nacimiento de Estados Unidos (1787):
Al terminar el conflicto, las Trece Colonias eran Estados libres y soberanos. Para
afrontar la guerra habían formado una confederación, por lo que no podía hablarse de
una única nación, ya que cada Estado había adaptado su propia Constitución. Tras
largos debates, representantes de las nuevas naciones aprobaron en la Convención de
Filadelfia (1787) una Constitución que dio lugar a un Estado federal.
Las principales características de la Constitución de 1787 son:

 República federal como forma de Estado.


 Separación de poderes:
o Poder ejecutivo: recae en el Presidente, que es a la vez Jefe del Estado y
Jefe de Gobierno (presidencialismo). George Washington fue elegido
como primer Presidente.
o Poder legislativo: reside en el Congreso, dividido en dos cámaras,
Cámara de Representantes y Senado.
o Poder judicial: supeditado al Tribunal Supremo.

La Constitución sigue vigente hasta el día de hoy, habiéndose incorporado algunos


artículos mediante sucesivas enmiendas. El éxito de la Revolución Americana y la
Constitución de 1787 inspiró movimientos liberales y antiabsolutistas como la
Revolución francesa, así como los procesos de independencia de las colonias españolas
en América.
3. LA REVOLUCIÓN FRANCESA. ETAPAS. EL IMPERIO NAPOLEÓNICO:
3.1. La Revolución francesa (1789-1799):
La Revolución francesa constituye un hecho histórico de la máxima importancia, con el
que finaliza la Edad Moderna y da comienzo la Edad Contemporánea. El triunfo de la
Revolución francesa desencadenó un proceso expansivo de cambio por Europa y las
colonias del imperio español en América.
Las principales causas de la Revolución francesa fueron:

 Crisis de la sociedad estamental: los estamentos privilegiados (nobleza, clero)


no pagaban impuestos pese a detentar la riqueza gracias a sus rentas (derechos
señoriales, diezmo). Las obligaciones fiscales recaían sobre el tercer estado
(burguesía, campesinado).
 Crisis política: las ideas ilustradas de Montesquieu (separación de poderes),
Locke (monarquía parlamentaria) y Rousseau (soberanía nacional y defensa de
la democracia) fueron un poderoso elemento de crítica contra el Antiguo
Régimen. Además, el despotismo ilustrado no emprendió las reformas
necesarias (reclamación de igualdad de derechos y participación política de la
burguesía).
 Crisis económica: las malas cosechas provocaron un aumento del coste de la
vida y del malestar social. La Hacienda francesa estaba maltrecha por los gastos
de la corte y la intervención en la guerra de Independencia de EEUU. Los
intentos de reforma fiscal fracasaron por la resistencia de la nobleza y el clero a
pagar impuestos.
El intento de establecer un impuesto sobre la nobleza y el clero (Subvención
Territorial) sin la aprobación de los Estados Generales provocó la Revuelta de los
privilegiados (1787). Cuando Luis XVI convocó a los Estados Generales cada estamento
plasmó sus demandas en los cuadernos de quejas (más de 60.000). Mientras los
cuadernos de nobles y clero defendían los privilegios tradicionales, los del tercer
estado reclamaban libertad de expresión, de reunión y de comercio, la supresión del
régimen feudal y la igualdad civil de los tres estamentos.
En febrero de 1789, el enfrentamiento del tercer estado con los privilegiados alcanzó
su punto culminante con la publicación del folleto ¿Qué es el tercer estado?, del abate
Sièyes, en el que los sectores más activos de este estamento manifestaban su
intención de hacerse con los destinos de la nación al margen de los privilegiados. El
abate, como religioso, pertenecía a un estamento privilegiado; no obstante, ante la
grave crisis general, parte de la nobleza y del clero apoyaban las demandas del tercer
estado, ya que consideraban que solo con la aplicación de reformas profundas de
carácter ilustrado se podía resolver la situación.
3.2. Etapas:
Asamblea Nacional (1789):
Las sesiones de los Estados Generales comenzaron en mayo de 1789. Cada estamento
emitía un único voto, lo que llevó a los representantes del Tercer Estado a solicitar que
el voto fuera individual ante la alianza de la nobleza y el clero en defensa de sus
privilegios. El rechazo al voto individual llevó a los miembros del Tercer Estado a
autoproclamarse únicos representantes legítimos de la nación constituyendo la
Asamblea Nacional (17 de junio de 1789). El rey decretó su cierre, pero los allí
presentes juraron no disolverla hasta dotar a Francia de una Constitución (juramento
del juego de la pelota), transformando así la Asamblea Nacional en Asamblea
Constituyente.
La Revolución se extendió a la calle con la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789.
En este lugar se encerraba a los disidentes políticos. La multitud marchó hacia la
Bastilla para liberar a los presos; el jefe de la fortaleza se negó a abrir las puertas y,
ante la presión popular, ordenó a sus soldados disparar. Los revolucionarios se
lanzaron entonces masivamente al ataque y, tras ocho horas de lucha, los defensores
se rindieron. Este hecho se convirtió en el símbolo de la revolución.
La firmeza de los revolucionarios evitó la vuelta al Antiguo Régimen y obligó al rey a
reconocer la Asamblea Nacional. Se formó una Guardia Nacional, que se encargó de
restablecer el orden tras esta revuelta propiciada por la situación económica y la
agitación provocada por la propaganda revolucionaria.
En el verano de 1789 tuvo lugar una violenta revuelta campesina, denominada “el gran
miedo”. Tras el 14 de julio, los campesinos habían dejado de pagar las cargas
señoriales, pero se extendieron rumores de que los nobles habían organizado partidas
de bandidos para castigar a los rebeldes. Se propagó el pánico entre la población
campesina, que asaltó los castillos de los señores, quemó las escrituras de propiedad y
exigió la abolición de los derechos señoriales.
Asamblea Constituyente y Legislativa (1789-1792):
La Asamblea respondió en la noche del 4 de agosto de 1789 con el decreto de
abolición del sistema feudal. Se suprimieron las prestaciones personales y los demás
privilegios señoriales y se declaró la igualdad a la hora de pagar impuestos.
La Asamblea Constituyente se dividía en:

 Una derecha minoritaria: monárquicos y contrarios a la revolución.


 Un centro muy influyente: monarquía parlamentaria y defensores de la
Constitución.
 Los girondinos: republicanos moderados procedentes de la alta burguesía.
 Los jacobinos y otros grupos de extrema izquierda: representaban a la
burguesía media y las clases populares (Robespierre, Danton, Marat).
La Asamblea Constituyente adoptó las siguientes medidas:

 Abolición jurídica del Antiguo Régimen.


 Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto), que
reconocía los derechos naturales (libertad, felicidad, igualdad jurídica), la
libertad de pensamiento, económica y de religión, así como el derecho de
propiedad, a la seguridad y de resistencia a la opresión. Proclamaba que la
soberanía residía en la nación y la presunción de inocencia de todo imputado
en un proceso penal.
 Constitución de 1791: estableció la división de poderes y el sufragio censitario
(derecho al voto de solo una parte de la ciudadanía con determinado nivel de
renta).
 Nacionalización de los bienes de la Iglesia, de la Corona y de nobles emigrados
para afrontar la crisis económica.
Tras la aprobación de la Constitución, la Asamblea pasó a denominarse Asamblea
Legislativa. El sufragio censitario provocó que los Girondinos dominaran la Asamblea y
que los jacobinos apenas tuvieran representantes pese al apoyo de las masas
populares.
Luis XVI, contrario a la revolución, intentó fugarse en junio de 1791. Deseaba unirse a
los aristócratas que se habían exiliado y formar un ejército, apoyado por tropas
extranjeras, para tomar París y poner fin a la revuelta. Sin embargo, fue reconocido
cuando huía, detenido en Varennes y obligado a regresar a París, donde quedó bajo
custodia.
En octubre de 1791, se presentó a la Asamblea la Declaración de Derechos de la Mujer
y de la Ciudadana, obra de Olympe de Gouges, pero no fue aceptada. A su autora se la
acusó de ir contra la revolución por oponerse a la ejecución de Luis XVI y guillotinada
en noviembre de 1793.
El fracasado intento de fuga de Luis XVI y los fusilamientos del Campo de Marte
provocaron la división política de la burguesía. La situación se agravó por la crisis
económica y la declaración de guerra a Austria y Prusia, que provocó la intervención de
las potencias europeas contra la Revolución (I Coalición, formada por Austria, Prusia,
Reino Unido, Países Bajos y España). Ejércitos austro-prusianos invadieron Francia y
ante la amenaza de que liberasen al rey las masas asaltaron las Tullerías y los
apresaron. La Asamblea destituyó al rey y convocó a una nueva asamblea
constituyente, denominada Convención Nacional, elegida por sufragio universal.
Convención Nacional (1792-1794):
La Convención Nacional proclamó la República (1792) y poco después obtuvo una
importante victoria contra Prusia en Valmy. El juicio y ejecución de Luis XVI (21 de
enero de 1793) recrudeció las hostilidades contra las potencias europeas.
La mayoría de los diputados de la Convención pertenecían a la Llanura, grupo político
que fluctuaba entre la izquierda y la derecha. Los girondinos evolucionaron hacia
posturas conservadoras ante el radicalismo de los jacobinos, y éstos, que cada vez
tenían más influencia debido a la guerra, formaron un grupo conocido como la
Montaña apoyados por los sans-culottes (artesanos y obreros).
Las levas en masa, la escasez de alimentos y las medidas anticlericales de la
Convención provocaron un levantamiento campesino en la Vendée. Los jacobinos
tomaron el control de la Convención y crearon el Comité de Salud Pública, dirigido por
Danton, para luchar contra los enemigos internos de la Revolución (prisión de los
girondinos). Liderados por Robespierre, los jacobinos aprobaron en 1793 una nueva
Constitución (soberanía popular, sufragio universal, reformas sociales) pese al rechazo
de la burguesía moderada, y formaron el Tribunal Revolucionario para perseguir a sus
enemigos. Es la etapa conocida como “El Terror”. Los jacobinos guillotinaron a los
disidentes, incluyendo antiguos seguidores como Danton. Más de 40.000 personas
fueron condenadas a muerte o ejecutadas sumariamente; hubo 200.000 muertos por
la guerra civil y medio millón de detenidos. Otras medidas revolucionarias fueron la ley
del máximo general (que fijaba los precios de los artículos básicos y los salarios), la
abolición total del sistema feudal, la supresión del culto y un nuevo calendario.
Cuando la situación resultó insoportable se forzó el cese y ajusticiamiento de
Robespierre (junio de 1794). Durante la Convención se adoptó un nuevo calendario
que alteró la denominación de los años (1792 fue considerado el Año I) y los meses
(que tomaron nombres relacionados con la meteorología, como “Ventoso” o
“Brumario”). En 1806 Napoleón recuperó el calendario gregoriano.
El Directorio (1794-1799):
Los diputados moderados de la Llanura recuperaron el poder. Impulsaron la
persecución de los montañeses y la aprobación de la Constitución del Año III (1795),
que estableció un Directorio formado por cinco miembros (poder ejecutivo) y dos
cámaras legislativas (Consejo de Ancianos y de los Quinientos) elegidas mediante
sufragio censitario. La nueva Constitución definía un modelo territorial, basado en los
departamentos, descentralizado, y una política liberal.
El Directorio fue un régimen que no dudó en recurrir a la fuerza para imponer sus
decisiones. Así, las revueltas populares y las amenazas tanto de los realistas como de
los revolucionarios radicales (Conjura de los Iguales de Babeuf, ejecutado en mayo de
1797) fueron reprimidas por el ejército o mediante golpe de Estado.
La política exterior expansionista del Directorio provocó la formación de la II Coalición
y un creciente protagonismo del Ejército, en el que comenzó a destacar Napoleón
Bonaparte tras sofocar un levantamiento monárquico en París en 1795. El Directorio
finalizó con el golpe de Estado de Napoleón el 18 Brumario (9 de noviembre de 1799).
3.3. El Imperio Napoleónico (1799-1815):
Tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte se inicia la etapa del consulado, con
tres cónsules, Sieyès, Ducos y Napoléon, este último nombrado Primer Cónsul por diez
años y Cónsul vitalicio desde 1802. Napoleón impulsó la aprobación de la Constitución
del Año VII, que reforzó el poder ejecutivo frente al resto.
Bonaparte adoptó las siguientes medidas:

 Restablecimiento de la paz social (rehabilitación de monárquicos y jacobinos) y


el orden público (control de la prensa).
 Reordenación de la economía (Código Civil, creación del franco y del Banco de
Francia, obras públicas), la Administración y la enseñanza.
 Paz de Lunéville con Austria (1801), de Amiens con Reino Unido (1802) y firma
del Concordato con la Santa Sede (1801).
Fue coronado emperador por el Papa Pío VII en 1804. Su política exterior persiguió la
preeminencia de Francia en Europa y la expansión de los logros de la Revolución. El
Imperio napoleónico atravesó distintas etapas:

 Apogeo (1804-1812): las victorias sobre Austria, Prusia y Rusia (Austerlitz, Jena)
expandieron las fronteras francesas e instalaron a familiares de Napoleón en
varios tronos (España, Holanda). La batalla de Trafalgar (1805) confirmó el
dominio del mar por Gran Bretaña, a la que Bonaparte impuso el bloqueo
continental. Se produjeron los primeros reveses en campo abierto tras el inicio
de la guerra de Independencia en España (Bailén, 1808).
 Caída (1812-1814): derrotas en España (Arapiles, Vitoria y San Marcial) y Rusia
debido al fracaso total de la invasión y derrota en la Batalla de las Naciones
(1813). El primer Tratado de París (1814) supuso la pérdida de las conquistas, el
retorno de los Borbones al trono francés (Luis XVIII) y el destierro de Bonaparte
a la isla de Elba.
 Imperio de los Cien Días (1815): Napoleón regresó a Francia y trató de
recomponer el imperio, pero fue vencido definitivamente en Waterloo. El
segundo Tratado de París (1815) supuso pérdida de territorios (Sarre, Saboya),
indemnizaciones y la ocupación militar de algunas fortalezas.
4. LAS REVOLUCIONES LIBERALES DE 1820, 1830 Y 1848:
4.1. El Congreso de Viena y la Restauración:
Tras la derrota final de Napoleón, el canciller austriaco Metternich reunió a las
principales potencias continentales en el Congreso de Viena (1814-1815) para
reordenar la política y el mapa europeo conforme a los siguientes principios:

 Restauración: se confirmó la restitución en sus tronos de las dinastías


depuestas desde 1792.
 Legitimidad: se impuso el retorno al absolutismo y se reafirmó la alianza entre
las monarquías y la Iglesia.
 Equilibrio de poderes. Se reformó el mapa de Europa y sus colonias:
o Europa occidental: Francia regresó a las fronteras de 1792. Reino Unido
consolidó sus rutas marítimas con nuevos enclaves (El Cabo, Ceilán). Se
produjo la anexión de Bélgica por los Países Bajos.
o Sur de Europa: se reintegró a los Borbones en sus tronos (España,
Portugal, Nápoles-Dos Sicilias) sin ganancias territoriales. La Península
Italiana quedó dividida en pequeños reinos, situación garantizada por
Austria, que obtuvo Lombardía y Véneto.
o Centro y Este de Europa: se forma la Confederación Germánica, que
incluye más de 35 Estados alemanes destacando Austria y Prusia.
Polonia volvió a ser repartida entre Austria, Prusia y Rusia.
Para reforzar los acuerdos adoptados, Rusia, Austria y Prusia acordaron por iniciativa
del zar Alejandro II formar la Santa Alianza (1815), por la que los monarcas firmantes
se comprometían a ayudarse mutuamente ante cualquier amenaza que pusiera en
peligro la unión entre el trono y el altar. Este objetivo se transformó en la defensa del
statu quo europeo a través del derecho de intervención tras la incorporación de Reino
Unido (1815) y Francia (1818).
Pese al esfuerzo de estos Estados por mantener los acuerdos del Congreso de Viena, la
propagación del liberalismo y el nacionalismo por Europa hicieron inútiles los intentos
de regresar a la situación anterior a 1789.
4.2. Los movimientos revolucionarios de 1820:
En 1820 estalló la primera de una serie de oleadas revolucionarias contrarias al espíritu
del Congreso de Viena. Las revueltas liberales (España, Portugal, Nápoles) fueron
protagonizadas por una élite burguesa que no supo contar con el apoyo de las masas.
La primera revolución tuvo lugar en España, y desde donde se propagó al resto de
Estados con la Constitución de 1812 como modelo:
Península Ibérica. Fernando VII derogó la Constitución y restauró el absolutismo en
1815. El oficial Rafael de Riego lideró un pronunciamiento que restauró la Constitución
e impuso un sistema parlamentario (Trienio Liberal, 1820-1823). La Santa Alianza
decidió en el Congreso de Verona (1822) intervenir en España y Portugal, donde el
envío de un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis, restableció el absolutismo. La
inestabilidad política en la península entre 1808 y 1823 alentó los procesos
descolonizadores en América latina.
Península italiana: hubo revueltas antisabsolutistas en Nápoles y Piamonte
protagonizadas por sociedades secretas (carbonarios). Las tropas austriacas enviadas
por la Santa Alianza sofocaron las revueltas.
Grecia. En 1821 patriotas griegos protagonizaron una revuelta nacionalista contra el
dominio turco, rebelión que contó con la simpatía de Reino Unido y Rusia, que
intervinieron junto con Francia a favor de los griegos y en contra del parecer de
Austria. Por el Tratado de Adrianópolis (1827), Grecia obtuvo la independencia. La
debilidad turca y las ambiciones ruso-austriacas darán lugar al inicio de la “Cuestión de
Oriente”.
4.3. Los movimientos revolucionarios de 1830:
En 1830 las revueltas tuvieron una mayor participación popular, con un carácter tanto
liberal como nacionalista:
Francia. El pueblo de París (burguesía liberal y republicanos) se rebeló contra el intento
de Carlos X de recortar la participación ciudadana y la libertad de prensa. Tras tres días
de combates callejeros se eligió nuevo rey a Luis Felipe de Orleans, cuyo reinado
favoreció a la alta burguesía (industrialización, conquista de Argelia).
Bélgica. Triunfó una revuelta nacionalista de los belgas, apoyados por Reino Unido y
Francia, contra el dominio de los Países Bajos, apoyado por Rusia. Las tensiones entre
las grandes potencias provocaron la disolución de la Santa Alianza. Los belgas
instauraron una monarquía parlamentaria liberal.
Polonia. Los rusos sofocaron una revuelta nacionalista que ansiaba la restauración del
Estado polaco.
Estados alemanes e italianos: en ambas regiones se produjeron revueltas contra
varios soberanos exigiendo la aprobación de constituciones. Las revueltas fueron
aplastadas por soldados austriacos.
4.4. Los movimientos revolucionarios de 1848:
La crisis económica (alza de precios, paro obrero) y la expansión del movimiento
obrero favorecieron una mayor participación popular respecto a las oleadas
revolucionarias anteriores. Las demandas nacionalistas (“Primavera de los pueblos”) y
democráticas sustituyeron al liberalismo clásico como principal motor ideológico:
Francia. Una revuelta popular depuso a Luis Felipe y proclamó la II República. El nuevo
Gobierno emprendió reformas (sufragio universal, Talleres Nacionales) que alió a
liberales y conservadores ante el miedo a la revolución social. Tras ganar las elecciones
formaron un Gobierno que eliminó las reformas y aprobó una Constitución moderada.
Austria. Las protestas populares en Viena lograron la destitución de Metternich y la
aprobación de medidas liberales. La rebelión se extendió por el imperio alentando
revueltas nacionalistas en Hungría, Bohemia e Italia, reprimidas por el nuevo Gobierno
con ayuda de Rusia, por temor al contagio revolucionario.
Estados alemanes. Los sucesos de París y Viena alentaron protestas de carácter
democrático y nacionalista. Delegados de los Estados elegidos por sufragio universal
constituyeron la Asamblea de Frankfurt para emprender reformas liberales e impulsar
la formación de la nación alemana. Las diferencias ideológicas y la represión prusiana
pusieron fin a la Asamblea.
Estados italianos. Hubo protestas de carácter liberal (aprobación de constituciones en
Piamonte, Nápoles y Toscana) y revueltas nacionalistas contra Austria. La represión
austriaca sofocó las revueltas, posibilitando a los monarcas italianos derogar las
constituciones.
5. EL NACIONALISMO. LAS UNIFICACIONES DE ITALIA Y ALEMANIA:
5.1. La unificación de Italia:
Tras el Congreso de Viena la población italiana quedó repartida en varios Estados con
sistemas absolutistas: tres reinos independientes (Piamonte, Nápoles-Dos Sicilias y los
Estados Pontificios) y tres ducados (Toscana, Parma y Módena) tutelados por Austria,
que se anexionó Lombardía y el Véneto. Las protestas liberales y nacionalistas de 1820,
1830 y 1848 fueron sofocadas por las autoridades, pero favorecieron la aparición del II
Risorgimiento, movimiento cultural que ensalzó los logros históricos y artísticos de los
italianos (Imperio romano, Renacimiento) generando un sentido de identidad común.
El proceso de unificación fue liderado por Piamonte bajo el reinado de Víctor Manuel
II, y su primer ministro, el conde de Cavour, que impuso dos premisas:

 Liberalismo: rechazo al absolutismo austriaco y a los proyectos de líderes


populares como el republicano Giuseppe Mazzini y el revolucionario Giusseppe
Garibaldi.
 Ayuda extranjera: necesaria para vencer a Austria. Cavour contó con la ayuda
francesa de Napoleón III y prusiana de Bismarck.
Las fases de la unidad italiana fueron las siguientes:

 Anexión de Lombardía y los ducados (1858-1859): Francia se compromete a


ayudar militarmente a Cavour frente a los austriacos a cambio de la entrega de
Niza y Saboya (Acuerdo de Plombières, 1858). Piamonte obtiene Lombardía
tras las victorias de Magenta y Solferino (1859). Estallan revueltas nacionalistas
en Toscana, Parma y Módena, que se incorporan a Piamonte tras la celebración
de plebiscitos favorables a la unión (1860). Fin de la alianza con Francia.
Napoleón III firma la paz con Austria a espaldas de Cavour.
 Conquista del sur y los Estados Pontificios (1860-1861): Garibaldi conquista
Nápoles-Dos Sicilias (Expedición de los mil Camisas Rojas), que terminará
cediendo a Víctor Manuel II (1860). Piamonte ocupa los Estados Pontificios
salvo Roma, protegida por soldados franceses, y su provincia. En 1861 Víctor
Manuel II es proclamado rey de una Italia a la que faltan el Véneto y Roma,
designada como futura capital.
 Incorporación de Véneto y Roma (1866-1870): aliada con Prusia, Piamonte
declara la guerra a Austria (1866). Pese a las derrotas italianas, la victoria
prusiana de Sadowa obliga a Austria a ceder el Véneto, aunque mantiene
algunas pequeñas regiones de población transalpina como Tirol e Istria,
territorios irredentos. Italia aprovecha la retirada de las tropas galas de Roma
para ocupar la ciudad y su provincia, salvo El Vaticano (Cuestión romana).
5.2. La unificación de Alemania:
El Congreso de Viena dejó repartida la población alemana en 39 estados agrupados en
la Confederación Germánica. La invasión napoleónica y las oleadas revolucionarias de
1830 y 1848 espolearon el nacionalismo alemán, que ansiaba la formación de un único
Estado. Se barajaban dos posibilidades: la Gran Alemania, con los territorios alemanes
del Imperio austriaco, y la Pequeña Alemania, sin Austria, y con Prusia como principal
nación.
Ante las dificultades de lograr la unión política Prusia trató de lograr al menos una
integración económica creando en 1834 la Zollverein, unión aduanera de los Estados
del norte de la que se excluyó a Austria. El fracaso de la revolución de 1848 demostró
que el protagonista de la unificación no podía ser el pueblo, sino un Estado. Prusia
asumió este papel bajo el reinado de Guillermo I y su canciller, Otto Von Bismarck,
que emprendió las reformas (gobierno autoritario, militarismo) necesarias para liderar
la unificación alemana excluyendo a los austriacos.
Las fases de la unificación alemana fueron:

 Guerra de los Ducados (1864). Prusia y Austria declararon conjuntamente la


guerra a Dinamarca para arrebatarle los ducados de Holstein y Schleswig, de
población alemana. Tras la rápida victoria, Austria ejerció el gobierno de
Holstein y Prusia de Schleswig, generándose muchos roces entre ambas
potencias.
 Guerra austro-prusiana (1866). Los intentos de Bismarck por reformar la
Confederación Germánica acentuaron las tensiones con Austria. Los Estados
alemanes del norte (luteranos) apoyaban a Prusia, mientras que Austria
contaba con el respaldo del sur (católico). Prusia y Piamonte declaran la guerra
a Austria, derrotada en Sadowa. Tras la guerra, Bismarck creó la Confederación
Alemana del Norte con los Estados favorables a su política, e impuso
indemnizaciones a quienes apoyaron a Austria y una alianza que obligaba a
poner sus ejércitos bajo mando prusiano en caso de guerra en el exterior.
 Guerra franco-prusiana (1870): en 1868 el trono español quedó vacante y la
elección de un príncipe alemán, Leopoldo de Hohenzollern, como posible
sucesor, provocó la guerra entre Prusia y Francia, que fue derrotada en Sedán
(1870). El furor patriótico desatado con la guerra permitió a Bismarck integrar a
los territorios del sur en la recién creada Alemania, constituido como un Estado
federal. La Paz de Versalles (1871) reconoció la creación del II Reich mediante
la cesión francesa de Alsacia y Lorena.
6. LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA LATINA:
6.1. Las causas de la emancipación:
La lucha por la independencia de las colonias españolas en América comenzó en 1810
en Caracas y Buenos Aires, y se prolongó hasta 1824. Los factores que dieron lugar al
movimiento independentista fueron:

 La pérdida de confianza en la metrópoli por las reformas de finales del siglo


XVIII, que habían restado protagonismo a la élite criolla.
 La influencia de la independencia de EEUU.
 Las noticias de la Revolución francesa de 1789, cuyas ideas fueron las bases del
pensamiento emancipador.
 El interés de Reino Unido en el comercio con América.
6.2. El proceso emancipador:
De 1808 a 1815 se había creado en América un vacío legal similar al de España, y al
igual que en la metrópoli, se crearon juntas leales a Fernando VII dominadas por los
criollos. Entre abril y agosto de 1810, varias juntas de diferentes territorios
manifestaron su deseo de separarse de España, pero la vuelta de Fernando VII en 1814
restableció el poder español, salvo en el Virreinato de Río de la Plata (actuales
Argentina y Uruguay).
En México, fueron los criollos los que hicieron fracasar la revolución por temor a su
radicalismo social, lo que hizo que la independencia se retrasara hasta 1821, mientras
que el proyecto de Simón Bolívar, una federación de estados americanos, fracasó.
De 1816 a 1824 se materializó la independencia de la mayor parte de Latinoamérica.
Bolívar estableció su base en Angostura y proclamó la Tercera República de Colombia,
mientras José de San Martín atravesó los Andes y derrotó a los ejércitos realistas en
Chacabuco y Maipú (independencia de Chile, 1818). Ambos emprendieron una serie de
campañas, que culminaron en la Conferencia de Guayaquil (1822), en la que Bolívar se
hizo dueño de la situación mientras que San Martín marchaba al exilio.
Posteriormente, Bolívar venció a los españoles en Carabobo y Ayacucho (1824).
Brasil tuvo un proceso de independencia no violento. En 1807, ante la inminente
invasión francesa de la península ibérica, la corte portuguesa de Joao I marchó hacia
Brasil. El hijo de este, Pedro, fue apoyado por los notables brasileños al declarar la
independencia en 1822. El 1 de diciembre de ese año, Pedro I fue coronado rey de
Brasil.
6.3. Las consecuencias de las independencias americanas:
El reconocimiento definitivo de la independencia de las colonias se produjo tras la
muerte de Fernando VII. España solo conservó de sus antiguas colonias Cuba y Puerto
Rico:
Las consecuencias de las independencias fueron principalmente de cuatro tipos:

 Políticas. Se mantuvieron como herencia colonial el latifundismo, el militarismo


y la corrupción. Se adoptó la república como forma de gobierno y se
enfrentaron federalistas y centralistas, dando lugar a luchas violentas en varios
territorios, por lo que el caudillismo militar controló los nuevos Gobiernos
(Chile, Paraguay…).
 Sociales. La minoría criolla sustituyó a la casta dirigente colonial española o
portuguesa. La esclavitud se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIX,
especialmente en zonas con agricultura de plantación.
 Económicas. La fuga de capitales tras la independencia obligó a pedir
empréstitos internacionales, lo que endeudó a los nuevos Estados. Esta
situación provocó un estancamiento económico. En la segunda mitad del siglo
XIX se produjo una cierta apertura de nuevos países al mercado exterior con un
aumento de exportaciones de materias primas o alimentos (lana, café, azúcar,
ganadería, plata).
 Territoriales. En las antiguas colonias surgieron numerosos países.
7. EL ROMANTICISMO:
El romanticismo es un movimiento artístico y cultural surgido a comienzos del siglo XIX
que ensalza la libertad y la emotividad frente al racionalismo del neoclasicismo. Sus
principales características son:

 El espíritu de rebeldía que reivindicaba la libertad del creador, opuesto a las


reglas literarias o artísticas de las academias.
 La exaltación de los sentimientos y de la pasión, frente a los análisis racionales.
Los románticos se inspiraban en el dolor, la soledad, la melancolía y la
expresión de una profunda insatisfacción.
 La actitud positiva ante la naturaleza, con la que se establecieron una
proximidad afectiva.
 La valoración de la Edad Media, donde situaban el origen histórico de los
pueblos europeos y el retorno a sus raíces culturales y lingüísticas.
 La exaltación del individualismo y la libertad, motores de la creatividad.
En el campo del arte, el romanticismo tuvo especial importancia en la pintura, con
artistas como Eugène Delacroix (Libertad guiando al pueblo) y Théodore Géricault (La
balsa de la medusa) en Francia; Caspar David Friedrich (Caminante sobre un mar de
nubes) en Alemania; los prerrafaelitas en Reino Unido; o Eduardo Rosales en España.

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