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Buenos días, joven estudiante, te escribo esto antes del examen final, el

último de filosofía…
No te preocupes por el examen, de momento, dedícate a leer esto…
Yo soy Anderson de Jesús Mùnera Córdoba, tu profesor. Tengo 25 años, y
si Dios lo permite, seré sacerdote en unos meses. Esta ha sido mi primera
experiencia dando clases. Pensé que sería más sencillo, pero realmente no
lo fue. Aún así, fue muy agradable orientarte en filosofía.
Tù sabes que la metodología fue diferente… y sé que muchas cosas no te
agradaron, por ejemplo: apagar los ventiladores, encender las luces, la
música repetida, la cantidad de copias, en fin…pero… también sé que te
sentiste a gusto con ciertas cosas: los dulces, meriendas, la poca cantidad
de trabajos.
Te recuerdo que es mi primera experiencia como profesor, y espero que a
pesar de todo me hayas tenido paciencia. Sé que debo aprender mucho, y
estoy dispuesto hacerlo. Respecto al contenido de la materia, pues te
cuento, la filosofía tiene fama de ser muy difícil y además, aburridora, pero
realmente no es así. Obviamente no pudimos abordar todos los temas,
solo lo fundamental.

¿Qué es realmente lo importante?


Que en medio de tanto contenido, hayas aprendido algo, aunque sea
pequeño, y que esto que ahora sabes, te sirva para toda la vida. Sé que te
insistí con la ortografía, mucho… eso es algo fundamental.

Bueno joven, eso era todo… ahora sí, al examen.


Es sólo una canción… ya debes estar acostumbrado.

Postdata: disculpa cualquier error ortográfico. Yo también fallo.

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