Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cirios
Sede:
¿Qué significado tiene la sede? El Catecismo de la Iglesia (nº 1184) la define así: La
sede (cátedra) del obispo o del sacerdote "debe significar su oficio de presidente de la asamblea y
director de la oración."
“La sede del sacerdote celebrante debe significar su ministerio de presidente de la asamblea y de moderador de la
oración. Por lo tanto, su lugar más adecuado es vuelto hacia el pueblo, al fondo del presbiterio………
Asimismo dispónganse en el presbiterio sillas para los sacerdotes concelebrantes y también para los presbíteros
revestidos con vestidura coral, que estén presentes en la celebración, aunque no concelebren…..” IGMR(#310)
Ambon:
“Conviene que por lo general este sitio sea un ambón estable, no un simple atril portátil. El ambón, según la estructura
de la iglesia, debe estar colocado de tal manera que los ministros ordenados y los lectores puedan ser vistos y
escuchados convenientemente por los fieles.” IGMR (#309)
https://museo.getafe.es/omeka/exhibits/show/nuestrasenoradelosangeles/accesoriosliturgicosornamentos
https://www.youtube.com/watch?v=zxw4GHWKZr8
https://www.youtube.com/watch?v=1Mq-JMs4dj4&t=146s
https://www.youtube.com/watch?v=yYWukaONxn0
https://www.youtube.com/watch?v=PVmV7Qql2Cs
https://www.youtube.com/watch?v=actZYgnMVwI
52. Después del acto penitencial, se tiene siempre el Señor, ten piedad, a no ser que quizás haya tenido lugar ya en el mismo acto penitencial. Por
ser un canto con el que los fieles aclaman al Señor e imploran su misericordia, deben hacerlo ordinariamente todos, es decir, que tanto el pueblo
como el coro o el cantor, toman parte en él.
126. En las celebraciones que lo requieren, se canta o se dice el Gloria (cfr. n. 53).
127. En seguida el sacerdote, con las manos juntas, invita al pueblo a orar, diciendo: Oremos. Y todos, juntamente con el sacerdote,
oran en silencio durante un tiempo breve. Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la colecta. Concluida ésta, el pueblo
aclama: Amén.
Lavabo y manutergio:
Con el lavabo, el sacerdote que celebra la Eucaristía se lava las manos justo antes de la oración sobre las ofrendas. El nombre viene
del Salmo 26: "Lavabo in innocentia manus meas" (que se puede traducir como lavaré mis manos en señal de inocencia). Se trata
de un signo, pues el sacerdote ya debe tener las manos limpias antes de iniciar la Eucaristía. Con él "se expresa el deseo de
purificación interior" (OGMR, 76), que va acompañado de unas palabras que dice en secreto mientras se lava las manos: "Lava del
todo mi delito, Señor, limpia mi pecado", tomadas del Salmo 51. Para su uso, si el sacerdote es ayudado por un acólito, éste sostiene
una jarrita con agua que vierte sobre las manos del sacerdote, a la vez que aguanta un cuenco por debajo de éstas. Después le ofrece
un manutergio (del latín: manus + tergere: manos y enjugar), paño para que el sacerdote pueda secarse.
BANDEJA DE COMUNIÓN:
Se trata de un platillo muy poco cóncavo que se utiliza para que las partículas o gotas del pan y del vino consagrados (si se da bajo
las dos especies) no caigan al suelo, sino que se queden sobre esta bandeja, que posteriormente será purificada después de la
comunión. La sostiene el acólito, situado a la izquierda del sacerdote. Hasta el momento de la comunión se suele colocar en la
credencia, una mesita o lugar especialmente preparado para tener a mano lo necesario durante la celebración eucarística. Cada vez
tiene menos uso en la liturgia, por la generalización de la comunión en la mano, pero de todas maneras conviene tener en cuenta lo
que dijo San Cirilo después de explicar cómo debe recibirse la comunión en la mano: "Todo lo que se te caiga considéralo como
quitado a tus propios miembros. Pues, dime, si alguien te hubiese dado limaduras de oro, ¿no las cogerías con sumo cuidado y
diligencia, con cuidado de que nada se te perdiese y resultases perjudicado? ¿No procurarás con mucho más cuidado y vigilancia
que no se te caiga ni siquiera una miga, que es mucho más valiosa que el oro y que las piedras preciosas?". FUENTES: J. A. Abad
y M. Garrido, Iniciación a la liturgia de la Iglesia, Palabra, Madrid 1988. J. Aldazábal, Vocabulario básico de liturgia, CPL,
Barcelona 1994. Ordenación General del Misal Romano, núm. 76. San Cirilo (315-386), Catequesis XXIII (Mistagógica V): La
celebración de la Eucaristía.