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5. Enfermedades de la Lengua................................................................................................................. 18
9. La Importancia de tu Confesión......................................................................................................... 35
¿MUERTE, O VIDA?
En la primera seccion de este estudio me gustaría compartir varios pasajes de la Escritura
que hacen hincapie en la importancia vital de la boca y la lengua. Despues, en secciones
posteriores, abordare los principios que surgen de esos pasajes.
En primer lugar, consideraremos el Salmo 34:11-13:
«Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea
vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de
hablar engaño».
La Palabra inspirada de Dios ofrece ensenarnos, como hijos de Dios, el temor del Senor.
Tengo una serie de casetes de audio que destacan que no hay nada en toda la Escritura a lo
que se adhiera una mayor bendicion, fruto y seguridad que el temor del Senor. Por tanto,
cuando la Escritura ofrece ensenarnos el temor del Senor, esta ofreciendo algo de infinito
valor y dignidad. Por implicacion, el salmista dice aquí que “vida” y “días felices”
acompanan al temor del Senor. En la Escritura, vida en su plenitud y el temor del Señor
están siempre relacionados. La medida en la cual tengamos el temor del Senor es la medida
en la cual disfrutaremos de vida verdadera.
Hablando en terminos practicos, ¿donde comienza el temor del Senor? Esta muy claro. El
salmista dice:
“Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”.
Grana es un color escarlata rico y brillante, que se obtiene de un insecto llamado kirmiz
por los árabes (Westminster Dictionary of the Bible).
La palabra “grana” aquí indica santificacion mediante la sangre de Jesus. Los labios han sido
tocados por la sangre y, como resultado, la boca es agradable.
LISONJA. Alabanza exagerada y generalmente interesada que se hace a una persona para
conseguir un favor o ganar su voluntad. Felicitaciones falsas. Alabanza no es lo mismo que
lisonja; sólo llega a ser lisonja si asigna a una persona virtudes que se sabe que no posee. Y
las lisonjas normalmente tienen algún motivo siniestro o egoísta. El lisonjero pone en
peligro a su prójimo porque rehúsa decirle la verdad o le alaba por cosas que no son
ciertas, alimentando también el orgullo que le hace caer.
PASO # 1:
LLAMA A TU PROBLEMA POR SU NOMBRE CORRECTO: PECADO.
Es importante que seamos sinceros. Mientras utilicemos terminología de moda y psicologica
para cubrir, ocultar, excusar o fingir que nuestro problema no esta realmente ahí, nada
sucedera. Debemos llegar al momento de sinceridad. Yo he visto esto muchas veces en los
tratos de Dios, tanto conmigo como con muchas otras personas. Cuando llegamos al
momento de la verdad, Dios interviene y nos ayuda. Mientras intentemos excusar, ocultar o
disimular nuestro problema, Dios no hace nada por nosotros. A veces decimos:
—“Dios, ¿por que no me ayudas?”.
Dios responde (puede que no le oigamos, pero Dios contesta):
—“Estoy esperando a que seas sincero; sincero contigo mismo y sincero Conmigo”.
Ese es el primer y mas importante de los pasos. Una vez que lo des, estaras bien encaminado
para los pasos siguientes. Llama a tu problema por su nombre correcto: PECADO.
Las personas religiosas tienen muchas maneras diferentes de excusar o disfrazar el mal uso
de la lengua. Creemos que no importa mucho lo que digamos, pero Dios dice que sí tiene
mucha trascendencia. De hecho, hemos visto que tu marcas tu destino por lo que dices. Jesus
dijo:
«Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.»
—Mateo 12:37.
Es un asunto serio. No juegues con el. Llega al momento de la verdad y di:
—“Tengo un problema: se llama PECADO”.
«El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia» —Proverbios 28:13.
Cuando hayas llegado a ese punto, estaras listo para dar el segundo paso.
PASO # 2:
CONFIESA TU PECADO Y RECIBE PERDÓN Y LIMPIEZA.
El pasaje de 1 Juan 1:7-9 lo ilustra muy claramente:
«Pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo Pecado. Si decimos que no tenemos
Pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si
confesamos nuestros pecados, Él es Fiel y Justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad».