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Estudio del agua y su aplicación en geotecnia minera

DATOS GENERALES

I. BREVE INTRODUCCION

La minería sirve de catalizador fundamental para la innovación, la generación de empleo y la


acumulación de prosperidad económica. El agua es un componente indispensable en numerosas
operaciones relacionadas con la minería, lo que la convierte en un elemento fundamental para el éxito
de esta actividad. A grandes rasgos, es fácil comprender que las actividades mineras están
estrechamente relacionadas con el agua: como un bien medioambiental que hay que proteger; como
un recurso vital empleado dentro o fuera de los límites de la mina; e incluso como un problema que
hay que prevenir, mitigar o rectificar en las operaciones mineras. No cabe duda de que el agua
desempeña un papel fundamental en la mayoría de las explotaciones mineras industriales
contemporáneas, ya que es un recurso crucial que interviene en numerosos procesos intermedios. El
agua desempeña un papel fundamental en las operaciones mineras, principalmente debido a su
presencia como obstáculo en las excavaciones subterráneas, así como a su carácter indispensable en
el enriquecimiento de minerales y en los procedimientos metalúrgicos. También es crucial en los
procesos de flotación y refrigeración (Aduvire, 2018).

La normativa ambiental relativa a la gestión de los recursos hídricos en el sector minero, aprobada en
Perú en los últimos años, obliga a respetar los límites máximos y las normas de calidad prescritas
tanto para los efluentes procedentes de las instalaciones mineras como para las aguas de los cursos de
agua adyacentes, comúnmente denominados cuerpos receptores. Además, estas normas exigen la
aplicación de un plan de gestión ambiental que incluya un programa de vigilancia específicamente
diseñado para estos cuerpos de agua.

II. OPINION PERSONAL

El proceso de extracción de minerales va acompañado invariablemente de la presencia de un recurso


natural vital: el agua. La evaluación de los recursos, el movimiento del flujo subsuperficial dentro del
suelo, la calidad de las fuentes de agua subterránea y la totalidad de los procesos de sostenibilidad
dentro del ciclo del agua. Los diversos procesos relacionados con la sostenibilidad del ciclo del agua
revisten una importancia primordial en el ámbito de la hidrogeología. Por lo tanto, es de suma
importancia poseer una comprensión exhaustiva de la hidrogeología, junto con un análisis meticuloso
de las propiedades del agua y su influencia en el campo de estudio. Este fenómeno puede atribuirse a
la noción de que el agua se considera uno de los principales constituyentes del mundo moderno.

La existencia de agua ejerce un impacto sustancial en cada etapa del ciclo de vida de una mina. Desde
un punto de vista global y a través de una multitud de perspectivas, es fácilmente comprensible que
las operaciones mineras estén intrincadamente interconectadas con el agua, planteándose como un
problema que debe prevenirse, reducirse o remediarse durante el proceso de extracción. Existe la
necesidad de emplear el recurso disponible para la extracción dentro de los confines de la mina o
extendiéndose más allá de sus límites. El agua es un recurso sumamente vital para las operaciones
mineras. La gestión y la salvaguarda de una mina son de suma importancia e indispensables. A
diferencia de la mayoría de las operaciones industriales y agrícolas, la minería no presenta un
consumo de agua sustancial, pero necesita y exige un suministro de agua fiable.

III. ARGUMENTACION

La aparición de aguas ácidas se debe a la oxidación química de los sulfuros, a menudo acelerada por la
actividad bacteriana. Los principales componentes que intervienen en este proceso son los sulfuros
reactivos, el oxígeno y el agua (en forma líquida o de vapor), mientras que las bacterias actúan como
catalizador. La velocidad de reacción es una variable muy importante, ya que si el proceso se produce
lentamente puede tener un impacto insignificante en el medio ambiente. Sin embargo, en el caso de
que se genere rápidamente agua ácida, la situación se agrava, ya que provocará la contaminación del
medio ambiente. La velocidad de reacción depende de varios factores, como la temperatura, la
cantidad de sulfuros, el tamaño de las partículas y la presencia de agua, aire y bacterias. Ciertas
especies mineralógicas muestran niveles variables de reactividad, con la marcasita, que tiene una
fórmula química idéntica a la de la pirita, demostrando un notable grado de inestabilidad y el
potencial de generar rápidamente agua ácida. Los sulfuros de otros metales, como el plomo, el zinc o
el cobre, se caracterizan generalmente por una menor reactividad en comparación con los sulfuros de
hierro. Este fenómeno puede atribuirse, en parte, a la mayor estabilidad de su estructura cristalina.
Además, cabe señalar que estas sustancias generan minerales de menor solubilidad, que envuelven
eficazmente la superficie de los sulfuros, impidiendo que avance su proceso de oxidación (Herrera,
2019).

La presencia de aguas ácidas surge del proceso de oxidación química de los sulfuros, un fenómeno
frecuentemente acelerado por la actividad bacteriana. Los principales componentes implicados en
este procedimiento consisten en sulfuros reactivos, oxígeno y agua (en forma líquida o de vapor),
asumiendo las bacterias la función de catalizadores. La velocidad de reacción es una variable muy
importante, ya que una ejecución lenta del proceso podría tener un impacto insignificante en el medio
ambiente. Sin embargo, en el caso de que el agua ácida se genere a un ritmo acelerado, las
circunstancias se agravan, ya que esto dará lugar a la contaminación del medio ambiente. En la
velocidad de reacción influyen diversos factores, como la temperatura, la concentración de sulfuro, el
tamaño de las partículas, así como la presencia de agua, aire y bacterias. Ciertas especies
mineralógicas muestran diversos grados de reactividad, como la marcasita, que posee una fórmula
química idéntica a la de la pirita. Esta especie en particular demuestra un notable nivel de
inestabilidad y posee el potencial de generar rápidamente agua ácida. Los sulfuros de otros metales,
como el plomo, el zinc o el cobre, se distinguen a menudo por su menor reactividad en comparación
con los sulfuros de hierro (Fernandez, 2021). Este fenómeno puede atribuirse en parte a la mayor
estabilidad de su estructura cristalina. Además, es imperativo reconocer que estas sustancias generan
minerales con solubilidad disminuida, envolviendo así eficazmente la superficie de los sulfuros e
impidiendo el avance de su proceso de oxidación.

En general, las aguas ácidas de mina (AMD) presentan un pH que oscila entre 2 y 6 y contienen varios
cationes y aniones en solución. Entre ellos se encuentran principalmente sulfato (SO4), hierro (Fe),
manganeso (Mn), aluminio (Al), cobre (Cu), plomo (Pb), zinc (Zn), así como cadmio (Cd), calcio (Ca),
sodio (Na), potasio (K), magnesio (Mg) y otros elementos. En un sentido general, la presencia de
desechos marinos antropogénicos (DMA) puede provocar el deterioro de los hábitats acuáticos y
alteraciones en la calidad del agua como resultado de su toxicidad inherente, propiedades corrosivas y
otros efectos derivados de la disolución de sus componentes constituyentes. Desde el punto de vista
del tratamiento, se recomienda caracterizar las aguas ácidas de mina a tratar en función de su grado
de acidez. Para ello sería aún más ventajoso utilizar una curva de acidez, que permitiría determinar las
zonas de amortiguación o de hidrólisis de los elementos constituyentes (Foster, 2019). El presente
estudio consiste en la caracterización hidrogeoquímica del drenaje de mina, que abarca la evaluación
de la acidez protónica resultante de la presencia de iones de hidrógeno libres (H+), además de la
acidez mineral derivada de la disolución de hierro (Fe), aluminio (Al) y manganeso (Mn).

Uno de los pasos iniciales de cualquier proyecto que implique una excavación sustancial es, por tanto,
comenzar por adquirir un conocimiento exhaustivo del entorno físico en el que se va a llevar a cabo.
Ello implica la realización de meticulosos estudios e investigaciones hidrológicas e hidrogeológicas que
permitan una gestión eficaz del agua procedente de diversas fuentes, desde tres perspectivas
distintas. La presencia de agua y su impacto en la estabilidad de taludes y pozos mineros, así como su
efecto en la seguridad geotécnica general de la explotación, es un tema de gran importancia. El agua
desempeña un papel crucial en la planificación y explotación de las minas, dada la amplia gama de
usos y las diversas necesidades en este contexto. Además, existen varias categorías de agua.

Aguas superficiales: Todas las masas de agua situadas tierra adentro, a excepción de las aguas
subterráneas, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas territoriales en relación con su
estado químico, pueden clasificarse como aguas superficiales. Estas aguas superficiales engloban
tanto las masas de agua estancadas como las corrientes que se encuentran en la superficie terrestre.
Son las masas acuosas que atraviesan la extensión terrestre (plataforma continental) y suelen
originarse a partir de las precipitaciones dentro de cada cuenca.

Aguas subterráneas: Son todas las masas de agua situadas bajo la superficie terrestre dentro de la
zona de saturación y en contacto directo con el suelo o el subsuelo. Esto engloba la noción de acuífero
como formación geológica a través de la cual el agua subterránea tiene la capacidad de fluir,
almacenarse y suministrar natural o artificialmente cantidades adecuadas para satisfacer una
demanda específica. La Federación Mundial de Geólogos (FMG) define un acuífero como una
formación geológica compuesta por una o varias capas subterráneas de roca u otros estratos
geológicos. Estas capas poseen niveles adecuados de porosidad y permeabilidad, lo que permite un
movimiento sustancial de las aguas subterráneas o la extracción de cantidades considerables de aguas
subterráneas.

Aguas de lluvia o pluviales: Todas las masas de agua proceden de precipitaciones meteorológicas. El
término "agua de lluvia" se refiere a la sustancia acuosa que se origina a partir de fenómenos
meteorológicos caracterizados por precipitaciones, como lluvia, nieve, granizo y fenómenos similares.
El agua de lluvia que no se infiltra en el suelo procede a fluir por la superficie, por lo que se denomina
escorrentía superficial. El agua de lluvia o de infiltración que entra en contacto con el mineral, los
estériles, los residuos y las zonas operativas se contamina rápidamente, no sólo con sólidos en
suspensión, sino también químicamente. En consecuencia, sólo puede depurarse eficazmente
mediante la aplicación de procedimientos adecuados (Pizarro, 2019).

IV. CONCLUCION

Ciertamente, cabe señalar que las operaciones mineras extensivas y profundas tienen el potencial de
interceptar cantidades sustanciales de aguas subterráneas y superficiales, lo que hace necesaria la
aplicación de estrategias de gestión adecuadas. La fuente de estos efluentes está asociada a las
infiltraciones de los acuíferos interceptados, a la escorrentía superficial y a tipos específicos de
procesos, como los que se llevan a cabo en las instalaciones de procesamiento de minerales. Por lo
tanto, las aguas asociadas a las actividades mineras pueden presentar orígenes, volúmenes y
características variables. Del mismo modo, los efectos de la minería pueden variar de insignificantes a
significativos. Los efectos dependen de la ubicación y las dimensiones específicas de la mina, así
como de la hidrogeología y el clima de la región circundante, además de las propiedades de las
sustancias geológicas extraídas y vecinas. Por lo tanto, se puede afirmar que la minería es una de las
actividades industriales caracterizadas por un nivel significativo de manipulación del agua. Por un
lado, se utiliza en multitud de operaciones.

V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Aduvire. (2018). Dimensionado de sistemas de tratamiento de aguas acidas de mina. Revista de


Medio Ambiente y Mineria, 53-60.

Fernandez. (2021). El Uso Del Agua En La Minería. En Particular, La Huella Hídrica Y La Huella De
Agua, Dos Indicadores Fundamentales. CATALANA DE DRET AMBIENTAL, 1-37.

Foster. (2019). Gestion y tratamiento del agua de mina. Peru.

Herrera. (2019). Drenaje y Gestion del agua de mina. Madrid.

Pizarro. (2019). el agua en la mina. Chile.

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