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Goycoechea
ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA
Opinión de líderes indígenas guaraníes
"Son muchas las naciones que están sobre la tierra, cada una tiene una costumbre de vivir.
Nosotros hemos elegido esta pequeña y humilde manera de vivir que es muy simple.
Nosotros vivimos en armonía con la naturaleza, con la selva. En ella nuestro Padre Grande nos
da todo lo necesario para comer y nos ha enseñado cómo relacionarnos con ella para no
destruirla, para que los árboles y los animales que nos dan el sustento no se enojen, puedan
seguir reproduciéndose y nos ofrezcan los alimentos que nosotros, con respeto, tomamos
agradecidos.
Fuimos destinados a conocer la ley del bosque. Nuestra sabiduría está en comprender el ciclo
de la renovación de las plantas y respetarlo. Nuestra sabiduría está en saber qué nos ofrece una
planta para alimentarnos, para curar un mal o para sacar un hechizo.
Antes vivíamos solamente en el bosque. No necesitábamos dinero. Hoy no podemos comer los
animales que Ñanderuvusú nos dio, porque el blanco nos taló los bosques, nos sacó nuestro
medio de subsistencia. Los animales huyeron, se fueron a otras regiones donde, tal vez, existan
bosques. Los blancos se creen muy orgullosos, muy inteligentes; pero ahora deben volver de
nuevo a nosotros para recibir el peor de los castigos a su orgullo. Un castigo de Ñanderuvusú
por haber destruido la naturaleza. Vienen las sequías, las tormentas, los cataclismos.
Los blancos son tan tontos, tan tontos, que llegaron a convencerse de la fuerza de su
inteligencia, sin darse cuenta que el hombre, en esencia, es ignorante. Y cambiaron todas las
condiciones, creyéndose como dioses. Ahora ya no saben qué hacer. Al talar los bosques dejó
de llover. Al poner en latas los alimentos que nos roban de los bosques, vuelcan venenos en
nuestros ríos y nuestros arroyos. Los peces se mueren y no podemos siquiera pescar en los
pocos arroyos que aún quedan con agua. Es que Ñanderuvusú les envió un castigo por su
orgullo, para que aprendan de nosotros, los que ellos creen que somos ignorantes, a escuchar
una lección de humildad. Desgraciadamente, el castigo también nos alcanza a nosotros, porque
estábamos en la selva y ellos nos la quitaron."
En el caso de los Mbya el proceso está todavía muy en su inicio y es reciente observar que poco
a poco se desarrolla una dependencia de la venta en cuestión. Observamos los siguientes
procesos problemáticos:
Hay comunidades que durante meses se quedan sin mandioca y batatas. Probablemente
esto sea consecuencia de la venta de madera. La gente calcula mal la cantidad de dinero
que se puede obtener con la madera y no considera necesario plantar suficientes
productos de subsistencia. Ese fue quizá el caso en Y’ Pau (dpto. de Caaguazú). Se
"comió" el dinero de la madera mucho antes de haber sacado todos los rollos
vendidos. Después pasaron tiempo de penuria y hasta de hambre. se hace necesario
volver a vender madera para sobrevivir.
Las costumbres alimenticias propias de los Mbya, están en un fuerte proceso de cambios por la
"cultura alimenticia occidental". Junto con este cambio se da como consecuencia inmediata un
aumento significativo de la dependencia a nivel socioeconómico de la cultura Mbya respecto a
la cultura industrializada.
Una vez que el proceso de la venta de madera ha comenzado, es muy difícil que se pueda parar
antes de que termine todo el monte accesible. La venta de madera causa dependencia. Cada
vez se vende con más irracionalidad y menos cuidado, hasta que la venta comienza a destruir
de manera irreversible el monte."
(Burri, Stefanie: Una “imagen antropológica” sobre los Mbya en Paraguay. Asunción, marzo
1993.)