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Estructura del virus

SARS-CoV-2 es un virus de ARN perteneciente a la familia de coronavirus, que recibe este nombre
por la apariencia característica de las proteínas de su cubierta. En la superficie destaca la
presencia de la proteína S, denominada así por formar la espícula, estructura en forma de aguja
que tiene un papel relevante en la infección.
El estrés
La pandemia del COVID-19 ha tenido un efecto enorme en nuestras vidas. Muchos de nosotros nos
enfrentamos a retos que pueden ser estresantes, abrumadores y provocar emociones fuertes en adultos y
niños. Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, son necesarias para reducir la
propagación del COVID-19, pero pueden hacernos sentir aislados y aumentar el estrés y la ansiedad.
Aprender a sobrellevar el estrés de manera sana permitirá que usted, sus seres queridos y las personas con
las que está en contacto desarrollen una mayor resiliencia.
El estrés puede provocar lo siguiente:
Sentimientos de temor, enojo, tristeza, preocupación, frustración,cambios en el apetito, dificultad para
concentrarse.

Modo de Vida:

A lo largo de la historia han sido infinitas las epidemias y pandemias sufridas por la humanidad. .
Muchas han sido las pérdidas humanas: la peste, enfermedad milenaria por antonomasia; la lepra,
la viruela, la malaria, etcétera, que siglos atrás, asoló a Europa, unido a los conflictos y al hambre,
que hoy son réplicas de la pobreza del Tercer Mundo. El acceso fronterizo de la modernidad, por
razones de conectividad para apoyar a la economía de los países, como concepción de magnífica
oportunidad para solucionar la economía mundial, con la inclusión del comercio a niveles macro; ha
generado la dicotomía que en todo suele presentarse, nos ha dado la doble enseñanza de lo bueno
y malo que traen estos lúcidos aportes en el devenir de la historia de las ciudades y el mundo. La
realidad de esta pandemia es que ha puesto de manifiesto muchos aspectos importantes: buenas y
malas como: la inoperancia de los gobiernos; la falta de previsión en materia de salud pública con
la provisión necesaria a los centros de salud, con equipamiento de máquinas y recursos ad hoc. La
ignorancia de gran parte de pobladores que no tiene posibilidades para acceder a la educación que
lo mantiene en un nivel básico de supervivencia y, desconocimiento de lo elemental e
imprescindible para preservar la salud y la vida. La total irresponsabilidad atentatoria de su propia
salud, al desconocer y rechazar indicaciones de emergencia. La ignorancia del valor nutritivo de su
alimentación, la necesidad de vitaminas, proteínas, frutas y verduras que lo protejan contra las
enfermedades o, por último, sea una barrera que impida el ingreso de virus, bacterias y otros, con
sus letales consecuencias; además, la necesidad de una vida empática con sus congéneres y
descanso conveniente que lo mantenga con buen estado de ánimo y fortaleza; sin descuidar el otro
aspecto también importante que procura tranquilidad y paz, el hábito espiritual de orar y reflexionar
sobre los actos personales.
Era un albur la medicación que se indicaba en los lugares de atención, tal parecía que los médicos
tentaban qué debían recetar. No había un protocolo que indicara los pasos, la medicación y los
cuidados para este mal, como con otras enfermedades igual de peligrosas y letales. Porque,
supongo fuera así, como no era un virus normal, sino una manipulación en laboratorio el alivio
estaba en razón directa con la mayor o menor calidad del sistema inmunitario de cada organismo.
Así, unos reaccionaban prontamente; otros, en cambio demoraban ante las pruebas con
medicación diferente. Muchos murieron a pesar de estar medicados y atendidos.

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