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Apuntes para una reseña biográfica

de Narcisa González Guzmán,


una de las primeras mujeres
del Opus Dei
Francisca R. Quiroga

Abstract: Narcisa (Nisa) González Guzmán (1907-1998), fue una de las pri-
meras mujeres del Opus Dei. El artículo se centra en el periodo 1907-1942 de
su vida y aporta datos sobre su familia, la educación recibida y las actividades
que desarrolló, así como su encuentro con el fundador del Opus Dei y su incor-
poración a esa institución. En el epílogo se presentan, de modo esquemático,
las demás etapas de su vida, que permiten valorar su papel en el desarrollo
del Opus Dei.
Keywords: Narcisa González Guzmán – Opus Dei – mujer – León – Madrid –
1907-1942

Notes for a biographical analysis of Narcisa González Guzmán, one of the


first women in Opus Dei: Narcisa (Nisa) González Guzmán (1907-1998),
was one of the first women in Opus Dei. The article focuses on the 1907-1942
period of her life and provides information on her family, the education she
received and her activities as well as her meeting with the founder of Opus
Dei and her becoming a member of this institution. The epilogue includes
a schematic presentation of the other stages of her life which allows for the
evaluation of her role in the later development of Opus Dei.
Keywords: Narcisa González Guzmán – Opus Dei – Woman – León –
Madrid – 1907-1942
ISSN 1970-4879

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Francisca R. Quiroga

El apostolado de las mujeres del Opus Dei se consolidó a partir de


la constitución de un centro del Opus Dei en Madrid, en el año 1942. Allí
estaba Narcisa González Guzmán (1907-1998), llamada habitualmente Nisa.
Había conocido a san Josemaría Escrivá de Balaguer en 1940, en León, donde
ella vivía y el fundador se encontraba de paso. Poco tiempo después, pidió la
admisión en el Opus Dei.
A partir de aquel momento, comenzó a escribir a las demás mujeres
del Opus Dei –las únicas que había– que se encontraban en Madrid y Valen-
cia. Esta comunicación epistolar respondía al deseo de san Josemaría, quien
las animaba a mantenerse en contacto frecuente a través de cartas familiares,
sencillas. Las enviadas a Madrid están dirigidas a las personas del Opus Dei
que había conocido en abril y agosto de 1941, durante estancias en la capital
de España; suelen ir encabezadas por un colectivo queridas, queridísimas, o
bien están dirigidas a una sola persona. A Valencia escribía a Encarnación
Ortega –donde ella residía, aunque pasaba temporadas en Daroca (Zara-
goza)–, y a Enriqueta Botella. Muchas de estas cartas se conservan en el
Archivo General de la Prelatura y han sido una de las fuentes principales
para la última sección de este artículo, que corresponde a la incorporación
de Narcisa G. Guzmán al Opus Dei.
El fundador había proyectado abrir un centro de mujeres en Madrid,
ciudad en la que él vivía, para poder atenderlas y formarlas. Se requería una
casa adecuada para las actividades que se realizarían, orientadas a difun-
dir el mensaje espiritual del fundador. Cuando se encontró la sede y estuvo
instalada con lo imprescindible, viajaron a Madrid las de Valencia y León,
reuniéndose con las que ya estaban en la capital. Como se podrá advertir en
el epílogo, a partir de ese núcleo, el apostolado que llevaron a cabo las muje-

Cfr. Cartas de Narcisa González Guzmán de 29 de mayo, 2 y 16 de noviembre de 1941,
y 18 y 30 de enero y 22 de febrero de 1942, Archivo General de la Prelatura (en adelante
AGP), serie U-1.1. Todas sus cartas se encuentran en esta serie, por lo que al citarlas no
repetiremos este dato de archivo.

Encarnación (Encarnita) Ortega Pardo nació en Puente Caldelas (Pontevedra, España) el
5 de mayo de 1920, y murió en Valladolid, el 1 de diciembre de 1995. Cfr. «Romana» 11
(1995), p. 428; sobre ella se ha publicado: Maite del Riego Ganuza, Páginas de amistad.
Relatos en torno a Encarnita Ortega, Madrid, Rialp, 2003, e id., Encarnita Ortega. Hablando
de tú a Dios, Madrid, Palabra, 2006.

Enriqueta (Enrica) Botella Raduán nació el 27 de septiembre de 1917 en Alcoy (España) y
murió en Barcelona el 26 de septiembre de 2000. Cfr. «Romana» 16 (2000), p. 290.

Se conservan treinta y cinco cartas escritas por Narcisa G. Guzmán en el año 1941; las de
1942 suman cincuenta. Todas están fechadas en León, excepto tres (una desde Valderas,
pueblo de la provincia de León de donde era oriunda su madre; y dos desde Madrid).

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res que por entonces pertenecían al Opus Dei alcanzó horizontes insospe-
chados para las protagonistas, y en concreto para Nisa G. Guzmán, que jugó
un papel importante en el desarrollo y extensión del Opus Dei en España,
Estados Unidos y Canadá y en otros países de Europa.
El presente estudio se centra en el ámbito familiar y cultural de Narcisa
G. Guzmán en León, expone cómo conoció a san Josemaría Escrivá de Bala-
guer y por último trata de los primeros años de su vida en el Opus Dei, hasta
que se trasladó a Madrid, en julio de 1942.

La provincia y la ciudad de León en la primera mitad


del siglo XX

Narcisa G. Guzmán pertenecía a una familia leonesa. La provincia de


León –con su capital omónima– ocupa el ángulo noroeste de la meseta cas-
tellana. El territorio del norte y del oeste es zona montañosa; el resto, forma
parte de la planicie general de la meseta castellano-leonesa. La economía de
la provincia –tradicionalmente agrícola, ganadera y minera–, se incrementó
desde fines del siglo XIX por el descubrimiento de nuevas minas de carbón
–antracita, hulla…– de buena calidad y útil para la industria que comen-
zaba a despuntar; se comercializó pronto el carbón y, como consecuencia,
se expandió la red ferroviaria. En el decenio 1921-1930, con un mercado
favorable debido a la aceptación de la antracita leonesa para la calefacción
doméstica y para la industria, la economía de la zona alcanzó un considera-
ble desarrollo.
A comienzos del siglo XIX, la ciudad de León mantenía su trazado
típicamente medieval, con calles estrechas y tortuosas que desembocaban
en bellas plazas: la de la catedral, la del palacio episcopal y la del seminario,
entre otras. En los últimos decenios del siglo fue necesario ampliar la ciudad.
En 1881 el arquitecto Juan Madrazo preparó un plan urbanístico de moder-


Cfr. Alfredo Ortega Gómez – Rosa María González – Luisa María Busutil Díaz, His-
toria de una institución leonesa: La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, León, Caja
de Ahorros y Monte de Piedad, 1977, pp. 13-16.

Cfr. Santiago Blanch Cornet et al., Economía leonesa. Pequeña historia de su evolución
1907-1957, León, Cámara de Comercio e Industria de León, 1957; Luis Carlos Sem Rodrí-
guez, La vida en León en 1931: economía y sociedad, en Gustavo Puente Feliz – Francisco
Carantoña Álvarez (coord.), La guerra civil española en León, León, Diario de León,
[1989], pp. 23-26.

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nización, que sin embargo tardó muchos años en llevarse a cabo. En 1896
el ayuntamiento inició los trámites de un Plan de Ensanche, amparado en
la Ley de Ensanche de Poblaciones de 1876, que fue aprobado en 1904. Se
construyeron edificios destinados a viviendas, comercios, oficinas, sanato-
rios, colegios, etc., y varias familias que vivían en el casco antiguo se trasla-
daron al nuevo barrio.
Durante la Guerra Civil española (1936-1939) en León predominó la
fuerza de los que se levantaron contra el régimen establecido y se instaló el
nuevo gobierno.

La familia González Guzmán

En ese contexto vivía la familia de Narcisa. Su padre, Dionisio Gon-


zález Miranda, había nacido el 8 de abril de 1876 en Naredo, pueblo de la
provincia de León, cercano a la capital, situado en la comarca minera del
Valle de Fenar10. Murió en León el 10 de agosto de 194811. Estaba casado con


Cfr. Ortega Gómez – González – Busutil Díaz, Historia de una institución, pp. 13-16.

Cfr. Francisco Carantoña Álvarez (coord.), La historia de León. Época contemporánea,
vol. 4, León, Universidad de León – Diario de León, 1999, pp. 38-39.

Cfr. Stanley G. Payne, La España contemporánea, Madrid, Playor, 1976, pp. 5-90; Xavier
Tusell Gómez, La España del siglo XX. Desde Alfonso XIII a la muerte de Carrero Blanco,
Barcelona, Dopesa, 1975, pp. 23-310; Carolyn P. Boyd, Las reformas militares, en Luis
Suárez Fernández (dir.), Historia general de España y América. La Segunda República y
la Guerra, tomo XVII, Madrid, Rialp, 1990, pp. 141-173; Víctor Manuel Arbeloa Muru
– Miguel Batllori Menne, La Iglesia, en ibid., pp. 175-205; Pedro Tedde de Lorca,
La economía española en la Segunda República, en ibid., pp. 207-234; Jesús María Salas
Larrazábal – Ramón Salas Larrazábal, La guerra, en ibid., pp. 263-680; Caran-
toña Álvarez, La historia, pp. 309-413; Inmaculada Aladro Majúa, León durante la
dictadura de Primo Rivera, 1923-1930, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2005,
pp. 127-291; id., De las municipales a las constituyentes del 28 de junio de 1931, en Puente
Feliz – Carantoña Álvarez (coord.), La guerra civil, pp. 40-42.
10
Cfr. Datos de los padres en la partida de nacimiento de Narcisa González Guzmán y en el
censo de 1922 (vid. notas 19 y 16 respectivamente).
11
Acta de defunción de Dionisio González Miranda, Registro Civil de León, libro 99, folio
90 de la sección 3ª. Narcisa G. Guzmán se encontraba en Villaviciosa de Odón, pueblo cer-
cano a Madrid, en un centro de formación de mujeres del Opus Dei. Precisamente Escrivá
de Balaguer acudió desde Madrid a comunicarle el fallecimiento de su padre. Ella viajó a
León para compartir el dolor familiar. «El día 10 de agosto estaba yo hablando con Nisa,
en el despacho, cuando llegó el Padre [san Josemaría Escrivá de Balaguer. Al fundador se
le llamaba familiarmente el Padre porque hacía cabeza en la familia del Opus Dei; después
de su muerte, se le llamó nuestro Padre para distinguirlo de sus sucesores en el gobierno].

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Narcisa Guzmán Vázquez, natural de Valderas, población cercana a Naredo;


tenía casi su misma edad, pues nació el 16 de abril de 1876. Falleció en León,
el 28 de enero de 194312. Contrajeron matrimonio el 27 de junio de 190013.
La familia González Guzmán tuvo su primer domicilio en Naredo,
donde el padre de familia trabajó en las minas de la zona. Allí nacieron varios
hijos: Isolina, que murió de escarlatina14, y dos chicos –Santiago y Julio–, que
también murieron jóvenes15. Después nacieron Trinidad (26 de diciembre de
1904) y Visitación (15 de marzo de 1906)16.

Venía de Madrid, para comunicarle a Nisa el fallecimiento de su padre en León, y para


decirle que si era su deseo –como realmente fue– se marchara a Madrid camino de León.
Le facilitó su coche para que llegara cuanto antes». Entrevista a Mercedes Morado García,
Madrid, 17 de diciembre de 2007.
12
Acta de defunción de Narcisa Guzmán Vázquez, Registro Civil de León, libro 91, folio 181
de la sección 3ª. El 21 de enero de 1943 Nisa G. Guzmán escribía desde León: «Ya puedes
figurarte mi angustia de estos días, esperando cada minuto el desenlace de la enfermedad
de mamá. Los médicos nada saben. Primero el operador de Madrid dijo que no podía hacer
nada y después los médicos de aquí cada noche esperan que sea la última [...]. Seguid todas
pidiendo mucho para que se cumpla siempre la voluntad de Dios». Carta de Narcisa G.
Guzmán a María Dolores Jiménez, León, 21 de enero de 1942 [se trata en realidad de 1943].
13
Acta de matrimonio de Dionisio González Miranda y Narcisa Guzmán Vázquez, Registro
Civil de León, libro 9, folio 39 de la sección 2ª.
14
Murió el 1 de diciembre de 1907. Cfr. certificación de fallecimiento de Isolina González
Guzmán, Registro Civil de León, libro 62, folios 103-104 de la sección 3ª.
15
Santiago había nacido el 20 de enero de 1902 y murió a la edad de 16 años. Cfr. certifica-
ción de nacimiento y de fallecimiento de Santiago González Guzmán, Registro Civil de
León, libro 21, p. 71 de la sección 1ª y libro 63, folio 285 de la sección 3ª respectivamente.
«Según noticias recibidas de Matallana, ha ocurrido en la carretera de dicho pueblo, un
accidente automovilista, del que fue víctima el joven Santiago González, hijo de nuestro
querido amigo D. Dionisio González. Parece ser que él mismo iba guiando el automóvil,
y que al hacer un viraje, se despeñó por un terraplén, cayendo el vehículo sobre Santiago,
causándole la muerte. Hoy será conducido a esta ciudad, donde recibirá sepultura. Reciba
su familia el testimonio de nuestro dolor por la desgracia». Diario de León, 15 de sep-
tiembre de 1918. El segundo hijo, que se llamaba Julio, nació el 18 de febrero de 1903 y
falleció el 24 de septiembre de 1923. Cfr. certificación de nacimiento y de fallecimiento de
Julio González Guzmán, Registro Civil de León, libro 22, p. 88 de la sección 1ª y libro 69,
folio 81 de la sección 3ª, respectivamente.
16
En el censo de León, realizado el año 1922, se dice: «Calle Padre Isla nº 53, cabeza de
familia: Dionisio González Miranda, nacido el 8 de abril de 1876 en Naredo (León), de
profesión “industrial”. Su mujer, Narcisa Guzmán Vázquez, nacida en Valderas (León) el
16 de abril de 1876. Sus hijos: Julio, nacido en Naredo el 13 de febrero de 1903; Trinidad,
nacida en Naredo el 26 de diciembre de 1904, Visitación, nacida en Naredo el 15 de marzo
de 1906; Narcisa, nacida en Caboalles el 6 de abril de 1907 [sic; según la partida de naci-
miento fue el 12 de julio de 1907]; Dionisio, nacido en Caboalles el 30 de enero de 1909;
Ángel, nacido en Caboalles el 11 de diciembre de 1910; Emilio, nacido en s el 30 de mayo

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Dionisio González se trasladó poco después a un pueblo cercano,


Caboalles de Abajo, donde lo contrataron como sobrestante, es decir, res-
ponsable de un equipo de mineros17. Buen trabajador, de inteligencia aguda
y temple emprendedor, adquirió pronto experiencia en técnicas de extrac-
ción18. Descubrió nuevas minas de carbón, las declaró y obtuvo su concesión,
emprendiendo su explotación. Las minas estaban en el término de Caboalles,
en la zona Barganaz. Para explotar los yacimientos realizó una galería de
considerables dimensiones, logrando poner en funcionamiento las faenas de
extracción. El mineral extraído era carbón de buena calidad y se vendía para
usos domésticos.
En Caboalles de Abajo nació Narcisa (Nisa), el 12 de julio de 190719, a
la que siguieron otros tres hermanos: Dionisio (30 de enero de 1909), Ángel
(11 de diciembre de 1910) y Emilio (30 de mayo de 1912).
El cabeza de familia se convirtió en uno de los empresarios de car-
bón más importantes de la zona, un verdadero self-made man. En la lista de
los principales cotos mineros de la provincia de León, figuraba como razón

de 1912; Antonio, nacido en León el 3 de enero de 1917; Santiago, nacido en León el 5 de


noviembre de 1918». Archivo Municipal de León, Signatura 283, Censo cerrado a 31 de
diciembre de 1922, distrito 3º, Calle Padre Isla, León.
17
Cfr. Luis Rojo Martínez, El valle de la Valcueva. Por la antigua calzada romana, León,
Instituto Leonés de Cultura, 2001, p. 156.
18
Una de las nietas de Dionisio González afirma: «Dionisio González Miranda era hombre
de la montaña de León (Naredo de Fenar), de una familia humilde, que trabajaba en la
mina y en la agricultura. Hizo estudios primarios. Cuando era joven, trabajó en la mina:
llevaba los botijos de agua y llegó a ser barrenero. Siendo minero, tenía un don especial
para reconocer dónde había carbón, porque conocía mucho la comarca. Un ingeniero de
minas, de Madrid, Adolfo de la Rosa, al cual el gobierno había encargado hacer el mapa
de las cuencas mineras del norte de España, se trasladó a la zona, para hacer el estudio en
León, Asturias y Palencia. Buscó al abuelo –del que conocía sus aptitudes– y le cogió como
ayudante para estudiar las zonas mineras. En Madrid, en la calle Ríos Rosas, en la Escuela
de Ingenieros de Minas está el nombre de mi abuelo en la maqueta de la zona. Mi abuelo
trabajó en la mina desde niño». Entrevista a Rosina González Pérez de Ayala, Bilbao, 26
de mayo de 2008.
19
«En Villablino a las catorce del día trece de Julio de mil novecientos siete, ante D. Francisco
Peláez Gómez juez municipal y D. Andrés Piñero Sabugo secretario, compareció D. Dio-
nisio González Miranda, natural de Naredo, provincia de León, edad de 30 años, su ejer-
cicio sobrestante de minas, casado, domiciliado en Caboalles de Abajo, según la célula de
vecindad número 427 que exhibe presentado con objeto de que se inscriba en el Registro
civil una niña, y en efecto, como padre de la misma declaró: Que dicha niña nació en su
domicilio el día de ayer doce del actual a las veintiuna. Que es legítima del declarante y de
su esposa Narcisa Guzmán Vázquez natural de Valderas provincia de León, de 30 años de
edad». Certificación de la partida del nacimiento de Narcisa González Guzmán.

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social «Dionisio González», empresa con domicilio en León capital, explo-


tadora de los cotos de carbón Carmonda y Villablino20. Fue el momento en
que Dionisio González decidió trasladarse con su familia a la capital de la
provincia.
La familia González Guzmán se asentó en El Ensanche, en el año 1917.
El primer domicilio estaba en la calle Condesa de Sagasta21. Después adqui-
rieron un chalet espacioso en la calle Padre Isla, 1822. La casa era amplia,
decorada con buen gusto, pero después fue destruida para construir un edi-
ficio de apartamentos23. En León nacieron los dos últimos hijos: Antonio
(3 de enero de 1917) y Santiago (5 de noviembre de 1918), en recuerdo del
primogénito, muerto en accidente.
Ya en 1920 una publicación sobre la zona incluía a Dionisio González
entre los prohombres del despegue económico leonés, gran luchador, que
formaba parte de los leoneses que

20
Cfr. Álbum gráfico. León artístico y monumental gráfico y descriptivo en el centenario de sus
fueros 1020-1920, Madrid, s.e., 1920, p. 53.
21
Cfr. Padrón municipal de habitantes, año 1917: Condesa de Sagasta. Archivo del Ayunta-
miento de León.
22
El segundo domicilio de la familia González Guzmán fue una casa en la calle Padre Isla, 53.
Cfr. Padrón municipal de habitantes, año 1920. Luego la familia se trasladó a la calle Padre
Isla, 18. Cfr. Padrón municipal de habitantes, año 1924. Entre el vecindario distinguido
estaba Dionisio González Miranda. Cfr. Adolfo Waneger Moriano, Guía comercial y
artística de León y su provincia, León, Nueva Imprenta Casado, 1923, p. 208.
23
«El chalet de la calle de Padre Isla, 18, tenía cuatro plantas: el sótano, la planta baja y
otros dos pisos. Había dos puertas: la principal y la de servicio, que permitía el acceso a
los camiones de carbón. La puerta principal, después de subir los escalones del portal, era
una cristalera de colores; se abría a un hall, del que subía la escalera principal. Todas las
paredes del portal estaban pintadas con frescos representando paisajes y eran de mucha
calidad. A la izquierda de la planta baja estaba el despacho de mi abuelo. A continuación
estaba la sala de las armas que contenía una colección de armas antiguas y del momento
–mi abuelo era buen cazador–. A continuación, el comedor de invierno que tenía una
mesa de veinticuatro comensales, y luego, un cuarto de baño. A la derecha de la entrada
se encontraba la sala blanca, para recibir, que tenía un piano; al lado estaba el comedor de
invitados –“comedor verde”– para veinticuatro comensales, con dos salidas a una amplia
galería muy grande, en la parte de atrás del chalet. Después estaban los servicios de cocina,
office y comedor de verano. En la planta primera estaba el cuarto de estar, la habitación de
los abuelos –que tenía un mirador–, las habitaciones de los tíos y las tías: varios dormito-
rios, que daban a una galería y dos cuartos de baño. En la planta segunda había una sala de
estudio, con pupitres. Y allí estaban las habitaciones del servicio, habitaciones de juegos
para los niños y trasteros. El chalet fue destruido». Entrevista a Rosina González Pérez de
Ayala, Bilbao, 26 de mayo de 2008.

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culminaron en el éxito alcanzado tras el derroche de energía y juventud


consagrados en el honrado trabajo. Don Dionisio González ha conseguido
un puesto brillante en la lucha por la vida, asociando su nombre al pro-
gresivo desarrollo de la región leonesa. Las excelentes explotaciones que
tiene, disfrutan de favorable acogida en el mercado nacional. Su mina La
Carmonda produce un excelente carbón de vapor, muy solicitado por las
empresas ferroviarias; y en el pueblo de Caboalles de Arriba, enclavado en
la importante cuenca minera de Villablino, posee un magnífico yacimien-
to, en donde se extrae carbón graso de inmejorables condiciones para la
fabricación del gas, cuyo cok, obtenido por el sistema de pilas, tiene gran
aceptación en las industrias metalúrgicas. En este último punto se han lle-
vado a cabo recientemente importantes instalaciones, y en La Robla, tiene
un apartadero para el embarque de sus carbones. El nombre prestigioso
de Don Dionisio, figura entre las principales entidades mineras de León, y
goza de grandes simpatías por su carácter afable y espíritu emprendedor24.

Dionisio González se había incorporado a la Cámara de Comercio de


León en la que, desde el 31 de diciembre de 1927, fue vocal de la Comisión
de aranceles25.
González no estuvo al margen de la política. Desde el mes de marzo
de 1924 fue concejal del ayuntamiento de León, designado por el goberna-
dor, cargo que mantuvo hasta el 25 de febrero de 1930. En mayo de 1924
figuraba como vocal de la Unión Patriótica, partido que conformó el general
Primo de Rivera para unir las fuerzas que le sostenían26. El 6 de abril de 1931
la prensa local hacía públicos los nombres de los candidatos a los distritos
electorales de la ciudad: Dionisio González aparecía entre los monárquicos.
El 14 de abril de 1931 fue elegido concejal del ayuntamiento de León por el
distrito 3º, en el que él residía. Pero ese año, más tarde, la renuncia al trono
del monarca hizo que el gobernador disolviera el ayuntamiento. Cuando, el
17 de enero de 1936, el gobernador de la provincia reinstauró el consejo del
ayuntamiento de la ciudad, González no asistió a las sesiones, como tampoco
lo hicieron la mayoría de los antiguos concejales27.

24
Álbum gráfico, pp. 52-56. Cfr. también Rojo Martínez, El valle, pp. 142-143. En «León.
Revista Semanal», año 1, nº 13, 29 de marzo de 1924, aparecía una publicidad de «Carbones
de la “Carmonda”. Minas de Dionisio González».
25
Cfr. Blanch Cornet et al., Economía leonesa, p. 55.
26
Cfr. Aladro Majúa, León durante la dictadura, p. 319.
27
Cfr. Luis Pastrana, Políticas ceremonias de León, siglo XXI. Una historia íntima de la
ciudad y sus tradiciones, León, Ediciones Leonesas, 2002, pp. 345-355; Aladro Majúa, De
las municipales, pp. 40-42; Carantoña Álvarez, La historia, p. 316.

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Dionisio González se relacionaba con personas de opiniones políticas


y sociales muy diversas a la suya; con algunos, como Modesto Medina, de
tendencia republicana, mantenía una profunda amistad28.
Por su parte, Narcisa Guzmán Vázquez, en el recuerdo de sus des-
cendientes fue quien «unió, veló y guió a toda la familia [...]. Le gustaba la
música, bordar y los niños [...]. Tenía un gran sentido de los negocios, orga-
nización y economía» con el que apoyaba a su marido29.
En el chalet de la calle Padre Isla convivieron nueve hermanos: seis
varones y tres mujeres30.

Vida social y religiosa

El matrimonio González Guzmán estaba muy bien relacionado en


la sociedad leonesa. Tenían muchos amigos y participaban activamente en
la vida social, cultural y deportiva de la ciudad31. Él practicaba la caza y la
pesca32.
En diciembre de 1929, un grupo de montañeros leoneses constituye-
ron el Club Peñalba, filial del Club Peñalara de Madrid33. Narcisa G. Guzmán
se inscribió en ese Club en 193034; a finales del mismo año, los socios de
la sección leonesa de la Real Sociedad Española de Alpinismo eran 108: 18

28
Modesto Medina Bravo fue inspector de educación en la provincia de León y secretario de
la Real Sociedad Española de Alpinismo, sección leonesa.
29
Cfr. entrevista a María Visitación Mazo González, Liverpool, 15 de marzo de 2008. Narcisa
Guzmán Vázquez tenía un hermano sacerdote y dos hermanas, Mariana y Petra, que per-
manecieron solteras. Los cuatro hermanos quedaron huérfanos siendo aún muy jóvenes y
tuvieron que salir adelante por sí mismos. Cfr. ibid.
30
Vid. nota 16.
31
«Me atrevo a decir que las familias González Guzmán y Mazo Burón (la rama de mi padre)
fueron “el núcleo social” de su tiempo en León. Tengo entendido que abuelito Dionisio
fue el fundador del Casino y Club de Tenis de nuestra ciudad. Mis tíos y tías, mis padres,
eran miembros de todos los clubs deportivos, sociedades culturales y grupos sociales de
entonces: Club Peñalba, Club de Tenis, Casino, La Venatoria». Entrevista a María Visita-
ción Mazo González, Liverpool, 15 de marzo de 2008.
32
Cfr. Entrevista a María Visitación Mazo González, Liverpool, 15 de marzo de 2008, y
nota 23.
33
Cfr. «Peñalara», febrero de 1930, p. 45. Esta revista, publicada mensualmente, era el órgano
difusor del club madrileño; era la primera y entonces única revista española dedicada al
montañismo.
34
Nisa González aparece en el número setenta de la lista de los nuevos socios. Cfr. «Peña-
lara», marzo de 1930, p. 71.

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mujeres y 90 hombres35. Entre ellos estaban Visitación y Dionisio, hermanos


de Narcisa36. Varios de los socios de Peñalba vivían en la calle Padre Isla:
María de la Paz Revilla de la Fuente, Jesús de la Fuente, Alonso y Fernando
Burón, Juan José y Aurora Oliden, Chiqui y Francisco Mazo (que se casó
con Trinidad González Guzmán). Fernando Crespo, socio de Peñalba37, era
también amigo de Narcisa.
En el Club Peñalba de León, en enero y febrero de 1934 se realizaron
concursos de esquí en los montes vecinos. En la carrera femenina se clasi-
ficaron 1ª Nisa González; 2ª Chiqui Mazo y 3ª Socorro Alonso38. Narcisa
practicó además del esquí, la natación y el tenis39.
El ambiente familiar era cristiano. Todos los hijos fueron bautizados
pronto y se prepararon para recibir los sacramentos de iniciación cristiana40:
Confesión, Primera Comunión y Confirmación. El domicilio de la familia
González Guzmán estaba situado en la circunscripción de la parroquia de
San Juan y San Pedro de Renueva, filial de la Parroquia de San Marcelo;
asistían a la Misa dominical, aunque la madre también lo hacía diariamente.
Todos pertenecían a diversas cofradías como la Real Cofradía del Santí-

35
El deporte femenino en León estaba en sus comienzos. Modesto Medina Bravo, secretario
del Club Peñalba, se quejaba de que en la ciudad de León, mientras la juventud mascu-
lina ejercitaba el deporte y adquirían así fuerza y vigor físicos, las chicas hacían una vida
sedentaria. Atribuía esta situación al egoísmo de los hombres, que no habían puesto los
medios para despertar la afición deportiva entre las chicas, y hacía una llamada a cortar esa
situación. Era preciso que las jóvenes leonesas practicasen los deportes –como lo hacían
los varones, aunque no necesariamente los mismos–; de ese modo, lograrían ser mucho
más fuertes. Afirmaba que en la localidad de Cistierna (León) se había constituido hacía
algunos meses un grupo de montañeros, la Peña Corada; este grupo había subido a la
montaña hacía poco tiempo: iban chicos y chicas. Precisamente fueron tres jóvenes las
primeras en alcanzar la cima. El autor felicitaba a la juventud de Cistierna y lanzaba un
reto a las leonesas: «¿Seréis menos que vuestras colegas de Cistierna?». Terminaba solici-
tando que la asociación cultural llevase a cabo tres iniciativas: establecer un terreno para
practicar tenis; organizar excursiones en las que participaran muchachas y poner en el
gimnasio de la asociación clases especiales para chicas. Cfr. Modesto Medina Bravo, El
deporte femenino, «Vida leonesa. Revista semanal ilustrada» nº 56, 8 de junio de 1924.
36
Cfr. «Peñalara», enero de 1931, pp. 60-61.
37
Cfr. Luis Crespo, Historia de un matrimonio, Madrid, Rialp, 2007, pp. 32-35.
38
Cfr. «Peñalara», marzo de 1934, pp. 79-80 (reproducimos los nombres como aparecen en
la revista).
39
Cfr. «Peñalara», enero de 1931, pp. 60-61.
40
Narcisa recibió el bautismo el día 13 de julio 1907, al día siguiente de su nacimiento (aunque
en esta partida se dice equivocadamente que nació el 6 de julio de 1907). Certificación de
partida de Bautismo de Narcisa González Guzmán, parroquia de Santa María de Caboalles
de Abajo, obispado de León, Libro VI, folio 6v.

348 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

simo Sacramento de Minerva y de la Santa Vera Cruz; la Cofradía del Dulce


Nombre de María de las Angustias y Soledad; la del Dulce Nombre de Jesús
Nazareno41.
En la ciudad de León se sucedían, a lo largo del año, fiestas y ceremo-
nias religiosas, en las que participaban muchos leoneses y a las que siempre
acudía la corporación municipal: la feria de San Juan (junio), las fiestas de
San Isidoro (abril), de la Virgen del Camino (septiembre) y de San Froilán
(octubre). Muy renombradas eran las procesiones y oficios de Semana Santa
–en la que participaban los varones de la familia González Guzmán como
papones42– y la procesión solemne en la fiesta del Corpus Christi, con gran
afluencia de asistentes43.
Narcisa G. Guzmán habitualmente se confesaba con el coadjutor o
encargado de San Juan de Renueva, Eliodoro Gil Rivera44. Pertenecía a la
Juventud de Acción Católica, de la que Gil Rivera era viceconsiliario45.
El fin de año iba acompañado por un solemne acto de culto. Narcisa G.
Guzmán lo contaba en una carta de 1941: «En León se celebra todos los años
la Adoración Nocturna, una Vigilia que empieza a las once de la noche del
día 31. A las doce se canta un Te Deum y a continuación una Misa en la que
recibimos la Comunión»46.
Justo Vega, que vivía en El Ensanche y cuyo padre regentaba una far-
macia en la Avenida Padre Isla, recordaba que
Nisa tenía uno o dos años más que yo, y coincidimos mucho jugando de
pequeños. Era una chica encantadora, la más agradable de su familia [...].
Nisa tenía una inteligencia espontánea y natural. Era una chica habilidosa,
simpática y de familia rica. Por todos estos motivos, tuvo varios preten-

41
Cfr. Entrevista a Rosina González Pérez de Ayala, Bilbao, 26 de mayo de 2008.
42
Cfr. entrevista a Rosina González Pérez de Ayala, Bilbao, 26 de mayo de 2008. Papones era
el nombre que recibían en León los penitentes de las procesiones.
43
Cfr. L. Pastrana, Políticas ceremonias, pp. 95-174.
44
Eliodoro Gil Rivera era natural de Villada (Palencia, aunque perteneciente a la Diócesis de
León), nacido el 27 de octubre de 1903. Recibió el orden sacerdotal el 2 de marzo de 1927.
Fue nombrado coadjutor de San Juan de Renueva de León (Boletín oficial del Obispado de
León, agosto 1933, p. 400) y años más tarde encargado (ibid., diciembre de 1940, p. 744) y
ecónomo de la misma parroquia (ibid., mayo de 1941, p. 223). Vid. nota 93. Otros datos
sobre Gil Rivera en José Luis González Gullón – Jaume Aurell, Josemaría Escrivá de
Balaguer en los años treinta: los sacerdotes amigos, «Studia et Documenta» 3 (2009), espe-
cialmente pp. 66-67.
45
Cfr. Boletín oficial del Obispado de León, marzo de 1941, pp. 109-110.
46
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), León, 28 de diciembre de 1941.

SetD 4 (2010) 349


Francisca R. Quiroga

dientes –como es lógico– entre los ingenieros de minas que solían residir
por motivos de trabajo temporalmente en León47.

Nisa G. Guzmán tuvo una aptitud especial para los idiomas. Aprendió
francés en el colegio de la Compañía de María de Bergara, y sabía inglés e
italiano48.
También conducía coches, cosa que en esos años muy pocas mujeres
hacían.

Educación

El siglo XX, en el que transcurrió la vida de Narcisa G. Guzmán, ha


sido un siglo de profundos cambios para la humanidad, especialmente para
las mujeres. La historiografía española lo refleja bien: hasta los años sesenta
los protagonistas eran los varones; a partir de esa década las estadísticas reco-
gen un aumento continuo del número de mujeres que intervenían, decidían
y, en ocasiones, protagonizaban la economía, la política, la vida cultural y
social49.
El acceso a la educación institucional permitió que la mujer asumiera
progresivamente un trabajo remunerado y cualificado de mayor nivel. No era
novedad que trabajase; lo había realizado en todas las épocas y culturas, pero
desde el siglo XIII comenzó a quedar excluida de los estudios universitarios y
desde el siglo XVI este proceso se extendió a otros campos, por imitación de
los modelos de la antigüedad clásica y por falta de la adecuada preparación50.
47
Entrevista a Justo Vega –doctor en Medicina y alcalde de León en el año 1940–, Madrid, 11
de octubre de 2007.
48
En una carta escribía que daba clases de inglés al sobrino de Aurora Oliden, amiga suya,
socia del club Peñalba. Cfr. Carta de Narcisa G. Guzmán a Amparo Rodríguez Casado,
León, 25 de mayo de 1940 [el año es en realidad 1941]; en otra escribía, en italiano, a
Encarnación Ortega, que se había trasladado a Roma. Cfr. Carta de Narcisa G. Guzmán a
Encarnación Ortega, Madrid, 8 de enero de 1947. Justo Vega afirma que «Nisa sabía hablar
francés e italiano; quizá pudo tener profesores particulares de idiomas». Cfr. Entrevista a
Justo Vega, Madrid, 11 de octubre de 2007. Sobre Amparo Rodríguez Casado, cfr. Andrés
Vázquez de Prada, El Fundador de Opus Dei, vol. 2, Madrid, Rialp, 2002, p. 454.
49
Cfr. Guadalupe Gómez-Ferrer – Gloria Nielfa Cristóbal, Presentación, «Cuadernos
de Historia Contemporánea» 28 (2006), pp. 9-16; María Dolores Ramos, Arquitectura del
conocimiento, historia de las mujeres, historia contemporánea. Una mirada española, ibid.,
pp. 17-40.
50
Cfr. Régine Pernoud, Immagini della donna nel medioevo, Milano, Jaca Book, 1998,
pp. 254-255.

350 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

A partir de la Primera Guerra Mundial, que militarizó al varón y exigió a la


mujer que ocupara su puesto, comenzó una conquista de nuevas posibilida-
des de trabajo, de ejercicio de derechos civiles y de autonomía económica51.
España, aunque no había entrado en el conflicto, participó de los cam-
bios que la guerra trajo consigo. Llegó la moda informal y dinámica: trajes
que, por vez primera, no llegaban al suelo, cortes de pelo que sustituían el
tradicional moño o cabello recogido52. En 1935 se aprobó la ley que sancio-
naba el voto de la mujer. Unos años antes, durante la dictadura de Miguel
Primo de Rivera, se había creado una Asamblea Nacional Consultiva (1927)
en la que quince mujeres ocuparon escaños; eran de muy diversas convic-
ciones y profesiones, como Blanca de los Ríos, escritora, y María de Maeztu,
pedagoga ilustre53.
El acceso generalizado de la mujer a la educación institucional en
España comenzó en 1858 con la Ley Moyano, que estableció la obligatorie-
dad de la instrucción primaria para las mujeres. Entre 1919 y 1936 –final de
la Primera Guerra Mundial e inicio de la Guerra Civil española–, el número
de alumnas de institutos de segunda enseñanza aumentó vertiginosamente,
mientras que su acceso a la formación universitaria sólo se incrementó de
modo considerable entre 1958 y 197854.

Colegio de la Compañía de María, Bergara (Guipúzcoa)


Las hermanas Trinidad, Visitación y Narcisa González Guzmán via-
jaron desde León a Bergara para ingresar en el internado del colegio de la
Compañía de María. Narcisa estudió ahí desde marzo de 1918 –tenía diez
años– hasta abril de 192155.

51
Cfr. Sylvie Schweitzer, Les femmes ont toujours travaillé. Une histoire de leurs métiers,
XIXe et XXe siècle, Paris, Odile Jacob, 2002, pp. 7-14; Françoise Thébaud, La Primera
Guerra Mundial: ¿la era de la mujer o el triunfo de la diferencia sexual?, en Georges Duby
– Michelle Perrot (eds.), Historia de las mujeres en Occidente. El siglo XX, vol. 5, Madrid,
Taurus, 1993, pp. 31-89.
52
Cfr. Condesa de Campo Alange, La mujer en España. Cien años de su historia 1860-1960,
Madrid, Aguilar, 1963, pp. 185-270.
53
Cfr. Paloma Díaz Fernández, La dictadura de Primo de Rivera. Una oportunidad para
la mujer, «Espacio, Tiempo y Forma», serie V. Historia Contemporánea 17 (2005),
pp. 186-187.
54
Cfr. Consuelo Flecha, Mujeres e Institutos y Universidad, en Isabel Morant (dir.), His-
toria de las mujeres en España y América Latina. Del siglo XIX a los umbrales del XXI, vol.
3, Madrid, Cátedra, 2006, pp. 455-484.
55
Cfr. Certificado de la inscripción y del final de la estancia de las hermanas González

SetD 4 (2010) 351


Francisca R. Quiroga

A este internado acudían alumnas de diversas ciudades de España y


de otros países; entre los años 1851 y 1907 las alumnas del Colegio de Ber-
gara provenían de cuarenta y siete lugares diferentes: treinta y seis provin-
cias españolas y once países extranjeros (entre ellos, Francia, México, Cuba y
Filipinas); el 70% de las alumnas procedían del País Vasco y de Navarra56.
Los programas de enseñanza del colegio se adecuaban a los estudios
vigentes en la educación primaria pública, establecidos por Real Decreto de
26 de octubre de 190157. La instrucción escolar de las niñas comprendía las
siguientes materias: 1º) Doctrina Cristiana y Nociones de Historia Sagrada,
2º) Lengua Castellana (Lectura, Escritura, Gramática), 3º) Aritmética, 4º)
Geografía e Historia, 5º) Rudimentos de Derecho, 6º) Nociones de Geo-
metría, 7º) Nociones de Ciencias: Física, Química y Natural, 8º) Nociones
de Higiene y de Fisiología humana, 9º) Dibujo, 10º) Canto, 11º) Trabajos
manuales, 12º) Ejercicios corporales58.
El colegio de Bergara ofrecía, además, clases de Música y Francés59, que
tenían un alto nivel pedagógico60.
Las tres hermanas González Guzmán aprendieron piano y un segundo
instrumento: Trinidad, la bandurria; Visitación, el violín, y Narcisa el arpa.

Instituto de León y el título de bachiller


Durante las primeras décadas del siglo XX eran pocas las mujeres que
cursaban bachillerato en España; en la provincia de León, una sola mujer se

Guzmán, expedido por el colegio de Compañía de María el 22 de junio de 2007, sellado


con Archivo O.D.N. (Ordo Dominae Nostrae), Bergara.
56
Cfr. Manuela Urra Olazábal, La educación de la mujer y la Compañía de María en el
País Vasco. Siglos XVIII y XIX, «Letras de Deusto» 34 (2004), pp. 43-85.
57
Cfr. Manuela Urra Olazábal, La Compañía de María en Bergara. Dos siglos de historia,
Vitoria-Gasteiz, Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, 1999, pp. 156-164; Real
Decreto de 26 de octubre de 1901, en la Gaceta de Madrid, nº 303, 30 de octubre de 1901.
58
Cfr. Rosa María Capel Martínez, El trabajo y la educación de la mujer en España (1900-
1930), Madrid, Instituto de la Mujer, 1986, pp. 406-407; Urra Olazábal, La Compañía,
pp. 170-172.
59
Cfr. Urra Olazábal, La educación, p. 69.
60
El 8 de marzo de 1912 hubo una inspección oficial en el colegio. «El inspector Leopoldo
Sanz dejó constancia de haber “visto con agrado cómo las Religiosas dirigen la escuela con
acierto y también los excelentes locales y buen material pedagógico de que disponen”».
Pilar Foz y Foz, Fuentes primarias para la historia de la educación de la mujer en Europa
y América. Archivos históricos Compañía de María Nuestra Señora, 1607-1921, s.n., Roma,
2006, p. 1171.

352 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

matriculó en bachiller durante el curso 1900-1901; fueron dieciséis las inscri-


tas en el curso 1909-1910. Diez años después, durante el curso 1920-1921, el
número de matriculadas subió a ciento treinta y ocho; y a fines de la década,
en el curso 1929-1930, las inscritas se elevaban a ciento cuarenta y tres61.
Narcisa G. Guzmán se presentó y aprobó el examen de ingreso al
bachillerato el 10 de junio de 1919, en el instituto de León62. Regresó a Ber-
gara, donde siguió como alumna interna hasta 1921. No tenemos noticias de
que sus hermanas mayores realizaran estos estudios.
El 30 de abril de 1924, Narcisa G. Guzmán se matriculó, en el instituto
de León, de once asignaturas de bachillerato, en la modalidad de enseñanza
no oficial63. En el mes de junio del mismo año se examinó de tres materias de
primer año64, cuatro de segundo65, tres de tercero66 y una de cuarto67. En 1925
se matriculó de nueve asignaturas, y se presentó a los exámenes en junio del
mismo año: dos asignaturas eran del tercer curso68, cuatro del cuarto69, y
tres del quinto70. El año siguiente aparece matriculada en cinco asignaturas,
de quinto y sexto cursos71; se examinó de cuatro en junio y de la última en
agosto de 1926, completando así los estudios de bachiller72. Tenía 19 años.
En cuanto a las calificaciones, González Guzmán simplemente aprobó
Lengua castellana, Latín 2º, Psicología y Lógica, Agricultura y Fisiología e
Higiene; en cambio, destacó en Francés, Geometría, Álgebra y Trigonomía,

61
Cfr. Capel Martínez, El trabajo, p. 565.
62
Cfr. Archivo Histórico Instituto de Enseñanza Superior (en adelante IES) Padre Isla, León,
serie Alumnos, legajo caja 4, expediente nº 61.
63
El Plan de bachiller que estaba vigente en los años en que lo cursó Narcisa G. Guzmán (1919-
1926) era el de 1903 (Real Decreto de 6 septiembre de 1903, en la Gaceta de Madrid, nº 259,
16 de septiembre de 1903). Fue reformado por el Real Decreto de 23 de agosto de 1926 (en la
Gaceta de Madrid, nº 240, 28 de agosto de 1926). La “enseñanza no oficial” o libre no exigía
la asistencia a clases del alumno, que aprobaba el curso superando un examen al final, en el
que demostraba tener los conocimientos requeridos en cada uno de los programas.
64
Nociones de Aritmética y Geometría, Gramática castellana, Geografía general y de
Europa.
65
Geografía de España; Latín, curso 1º; Aritmética; Gimnasia 1º.
66
Latín, curso 2º; Francés, curso 1º; Gimnasia 2º.
67
Francés, curso 2º.
68
Historia de España; Geometría.
69
Preceptiva literaria; Historia Universal; Álgebra y Trigonomía; Dibujo, curso 1º.
70
Dibujo, curso 2º; Psicología y Lógica; Física.
71
Elementos de Historia General de la Literatura, Ética y Rudimentos de Derecho, Agricultura,
Fisiología e Higiene. La última es Física, pero parece ser un error, en lugar de Química.
72
Cfr. IES Padre Isla, León, serie Alumnos, legajo caja 4, expediente nº 61.

SetD 4 (2010) 353


Francisca R. Quiroga

Ética y Rudimentos de Derecho al obtener sobresaliente. En las asignaturas


restantes obtuvo notable73.
Para preparar los exámenes de bachillerato se podía contar con un pro-
fesor particular o matricularse en algún colegio de la ciudad. En León, en los
años 1920-1930, había dos colegios de niñas que impartían esos conocimien-
tos: el de las Carmelitas de la Caridad, en calle Guzmán el Bueno, y el de Santa
Teresa, sito en la calle Alfonso XIII74. Los recuerdos de quienes conocieron a
Narcisa G. Guzmán señalan que fue alumna de las carmelitas y que la familia
solía contar con profesores particulares para la instrucción de los hijos; su casa
contaba con una sala de estudio habilitada con pupitres y biblioteca75.
La provincia de León formaba parte del distrito universitario de Oviedo.
Por eso, los títulos del grado de bachiller –que capacitaban para ingresar en
la universidad o garantizaban una determinada preparación intelectual– se
conservaban en el archivo de la Universidad de Oviedo. Durante la revolu-
ción de octubre de 1934 ardió el archivo de esa universidad76. Para subsanar
los perjuicios, se publicó un decreto que permitía reconstruir los expedientes
de bachiller perdidos. Para obtenerlo, el director del instituto en el que el
alumno había cursado el bachillerato debía presentar una instancia solici-
tando la emisión del título. En el caso de León, la petición debía dirigirse a la
Universidad de Oviedo77.
Un mes antes del estallido de la Guerra Civil, el 8 de junio de 1936,
Narcisa G. Guzmán presentaba la instancia al director del instituto de León,

73
Cfr. IES Padre Isla, León, serie Alumnos, legajo caja 4, expediente nº 61.
74
Lamentablemente ninguno de los dos conserva la documentación de esos años. Las reli-
giosas Carmelitas de la Caridad acostumbraban a destruir los documentos cada cinco años
(dato transmitido oralmente a la autora por las actuales religiosas).
75
No queda claro si se trataba de una instrucción recibida en ambas modalidades a la vez.
Justo Vega afirma que Nisa G. Guzmán fue alumna de las carmelitas. Cfr. Entrevista a
Justo Vega, Madrid, 11 de octubre de 2007. En cambio, la sobrina de González Guzmán
asevera que «las chicas habían estudiado en el internado de Bergara. Los chicos habían
estado internos en el colegio de Jesuitas en Valladolid, que se llamaba San José. Las
chicas, después de Bergara, estudiaron en casa, con profesoras particulares». Entrevista a
Rosina González Pérez de Ayala, Bilbao, 26 de mayo de 2008. Sobre la sala de estudio vid.
nota 23.
76
Sobre la llamada revolución de Asturias, cfr. Payne, La España, pp. 84-85; Tusell Gómez,
La España, pp. 279-281.
77
Cfr. Pablo Celada Perandones, De Escuela Normal a Facultad de Educación, en Jesús
Paniagua Pérez (coord.) Hacia la Universidad de León. Estudios de historia de educación
en León, León, Universidad de León, 2004, pp. 426-427.

354 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

solicitando la expedición del título de bachiller78. Eran momentos de alta


tensión social y política; se podía prever una desestabilización en el país. Tal
vez ella recordara los relatos de la Gran Guerra que había oído de las colegia-
las francesas de Bergara.

La Escuela Normal de Magisterio


Durante los años treinta, en León sólo había tres centros de educación
profesional: la Escuela de Comercio, la Escuela de Veterinaria y la Escuela
Normal de Magisterio. Apenas finalizada la Guerra Civil, en 1939, Narcisa
G. Guzmán se matriculó en la Escuela Normal de Magisterio de León. Tenía
32 años.
En ese periodo varias mujeres de León destacaban en la labor edu-
cativa, gozando de buen nivel pedagógico, como Julia Morros79, Mercedes
Monroy80, María Díaz-Jiménez81 y Eulalia Lapresta82 a quienes posiblemente
González Guzmán conocía.
El plan de estudios de Magisterio se podía cursar en breve tiempo por-
que existía el denominado Plan Bachiller, aprobado por decreto del 10 de
febrero de 194083, que hacía posible a los bachilleres obtener ese título des-
pués de aprobar varias asignaturas y realizar prácticas de enseñanza84.

78
Cfr. IES Padre Isla, León, serie Alumnos, legajo caja 4, expediente nº 61.
79
Julia Morros Sardá, profesora de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid y catedrático
del Instituto de León. Cfr. Camino Ochoa Fuertes, Julia Morros, «Filandón», nº 629 (12
de abril de 1998), p. 5.
80
Mercedes Monroy, directora de la Escuela de Magisterio femenino de León. Cfr. Camino
Ochoa Fuertes, Mercedes Monroy, «Filandón», nº 620 (8 de febrero de 1998), p. 8.
81
María Díaz-Jiménez, profesora de Pedagogía en la Escuela Normal de Maestras de León.
Cfr. Camino Ochoa Fuertes, María Díaz-Jiménez, «Filandón», nº 610 (30 de noviembre
de 1997), p. 8.
82
Eulalia Lapresta, leonesa, secretaria general de la Residencia de Señoritas, colaboradora de
María de Maeztu. Cfr. Camino Ochoa Fuertes, Eulalia Lapresta, «Filandón», nº 634 (17
de mayo de 1998), p. 4.
83
Decreto de 10 de febrero de 1940, Boletín Oficial del Estado, 17 de febrero de 1940.
84
Cfr. Celada Perandones, De Escuela Normal, pp. 426-427. También cfr. Id., La Escuela
Normal de León: un paseo de los planes de estudio en busca de los contenidos pedagógicos,
didácticos e histórico-educativos, en Teresa Marín Eced – Clotilde Navarro García –
Mariano Aragón Marín, Formación de profesores y educación social. Actas de las III Jor-
nadas de Teorías e Instituciones Educativas Contemporáneas, Cuenca, Ediciones de la Uni-
versidad de Castilla-La Mancha, 1996, p. 257.

SetD 4 (2010) 355


Francisca R. Quiroga

Nisa G. Guzmán hizo estos estudios en el curso 1939-194085; pagó los


derechos del título el 11 de junio 194186.

La Guerra Civil española

A partir del 18 de julio de 1936, en León se vivieron años de inquietud,


temores y peligros. A finales de septiembre de ese año y durante el mes de
octubre, se instauró la vida característica de un país en guerra, quedando
León en la zona nacional87. Austeridad, escasez; se interrumpieron las fiestas
y los deportes88. Los jóvenes estaban en el frente; todos los hijos varones de
la familia González Guzmán fueron movilizados (el menor, Santiago, como
piloto aéreo)89. Las mujeres se ocupaban de los servicios auxiliares; las que

85
Las asignaturas y calificaciones obtenidas fueron las siguientes: Religión e Historia Sagrada
(aprobado), Religión y Moral (aprobado), Caligrafía 1ª (notable), Caligrafía 2ª (notable),
Música 1ª (sobresaliente), Música 2ª (sobresaliente), Pedagogía 1ª (aprobado), Pedagogía 2ª
(aprobado), Historia de la Pedagogía (notable), Prácticas de Enseñanza (notable), Labores
(aprobado), Economía doméstica (aprobado).
86
Archivo de la Escuela Normal de León, nota de pago de los derechos de título.
87
Cfr. Carantoña Álvarez, La historia, pp. 361-365.
88
«Por su parte, los cafés y bares deberían cobrar en los Días de Plato Único un recargo de
diez céntimos por todos los servicios, recargo que era de cinco céntimos para las tabernas.
[...] A mediados de 1937 se incrementan las fechas en que había de practicarse la priva-
ción, disponiendo que en toda la provincia el Día del Plato Único era obligatorio todos los
viernes y el Día sin Postre todos los lunes, fijando el importe de este último concepto en la
quinta parte de lo que cada uno entregaba por plato único». Luis Carlos Sem Rodríguez,
Situación social, condiciones de vida y trabajo, en Puente Feliz – Carantoña Álvarez
(coord.), La guerra civil, pp. 321-323.
89
«Al fin se desencadenó la desgraciada Guerra Civil en España. Mi familia vivió con una
angustia indecible como tantas otras familias españolas [...]. Todos mis tíos, debido a sus
edades estaban en el frente o a punto de ser llamados; tío Talo [Santiago], piloto aéreo,
tuvo a su mando una escuadrilla de aviones a la edad de ¡dieciocho o diecinueve años!
Que yo sepa todos mis tíos lucharon en el frente, pero Dios tuvo gran cuidado con ellos:
no perdimos a ninguno. Tío Talo siempre tenía con él un medallón precioso de la Inma-
culada». Entrevista a María Visitación Mazo González, Liverpool, 15 de marzo de 2008. En
el aeródromo de León había pilotos italianos, alemanes y de las provincias españolas. «De
León era Regueral, Moro, Vicente Díaz, Francos Encinas, Torres Aguilar, Rogelio de Juan,
Antonio Pablos, Santiago González Guzmán». Manuel González Álvarez, El aeródromo
de León: la Legión Cóndor, en Puente Feliz – Carantoña Álvarez (coord.), La guerra
civil, p. 440.

356 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

tenían capacidad para hacerlo, trabajaron como enfermeras90, como fue el


caso de Narcisa y su hermana Visitación91.
Después de la guerra, en abril de 1939 –como ya hemos visto– Nisa G.
Guzmán se matriculó en la Escuela Normal y realizó los estudios de Magis-
terio. En febrero de 1941 fue nombrada vicepresidenta del consejo diocesano
de las Jóvenes de Acción Católica, pues ya se habían reestructurado los orga-
nismos diocesanos de Acción Católica92.

Incorporación al Opus Dei

Primeros encuentros con el fundador del Opus Dei


Narcisa G. Guzmán relataba con detalle cuándo había conocido al fun-
dador del Opus Dei: «Acababa de comenzar el mes de agosto de 1940 cuando
conocí a nuestro Padre [san Josemaría]. Ya había oído hablar del Opus Dei,
porque don Eliodoro Gil Rivera, sacerdote con el que solía confesarme, que-
ría mucho a nuestro Fundador, y en alguna ocasión me comentó la intensa
labor apostólica que realizaba»93.

90
Los sectores del trabajo de la confección y sanidad tenían mucha demanda: se necesitaban
prendas de vestir para los soldados y cubrir las necesidades hospitalarias. Muchas mujeres
se incorporaron a estos sectores. Cfr. Covadonga Balbás – Elena Cabezali – Rosario
Calleja – Matilde Cuevas – Mª Teresa Chicote – Mª Carmen García-Nieto – Elvira
Lamuedra, La mujer en la guerra civil: el caso de Madrid, en Julio Arostegui, Historia
y memoria de la Guerra Civil, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1988, vol. 2, p. 165. A
través de distintos medios se pedía a las mujeres su cooperación como enfermeras y se
anunciaban cursos rápidos sobre primeros auxilios y cuidados de enfermería, en los que se
apuntaron gran cantidad de jóvenes para trabajar tanto en retaguardia como en los frentes,
cfr. Elena Andina Díaz, Enfermeras del bando nacional en la Guerra Civil española, según
el libro “Princesas del Martirio” de Concha Espina, Index Enferm. [online], 13 (2004),
[consultado el 23 de agosto de 2008] <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&
pid=S1132-12962004000300014&lng=en&nrm=iso>.
91
«¿En qué hospital fueron tía Nisa y mamá, enfermeras? No lo sé; pero tío Luis Mazo y
Burón, hermano de mi padre y, por tanto, cuñado de tía Nisa, [que] era cirujano y trauma-
tólogo, trabajó en el Hospital Provincial de León. Al comienzo de la Guerra Civil, la Cruz
Roja pidió a tío Luis que instalara un Hospital de Sangre y él así lo hizo: es lógico que tía
Nisa y mamá trabajaran con él». Entrevista a María Visitación Mazo González, Liverpool,
15 de marzo de 2008. Cfr. también la relación testimonial sobre Josemaría Escrivá de Bala-
guer de Narcisa González Guzmán, AGP, serie A-5, leg. 252, carp. 2, exp. 6, p. 30.
92
Cfr. Boletín oficial del Obispado de León, marzo de 1941, p. 109.
93
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 177, AGP, P22. Se trata de uno de los dos
escritos que Nisa G. Guzmán redactó en 1980 sobre sus recuerdos acerca del fundador

SetD 4 (2010) 357


Francisca R. Quiroga

Escrivá de Balaguer había viajado a León en agosto de 1940 para pre-


dicar unos ejercicios espirituales a los sacerdotes de la diócesis, invitado por
el obispo, mons. Carmelo Ballester94. En esos días, san Josemaría se hospedó
en el palacio episcopal, y a través de Eliodoro Gil hizo saber a Narcisa G.
Guzmán que podía recibirla ahí.
Seguimos el relato de González Guzmán:
Atravesé la gran puerta de entrada, con arco de medio punto, que daba
acceso a un amplio patio del que arrancaba la escalera que conducía a
los salones y despacho de trabajo del Obispado. Otras veces había estado
allí, pero presentía que ésta sería muy diferente, que aquel encuentro iba
a cambiar mi vida. Hasta entonces, procuraba llenar los días como solía
hacerlo cualquier chica de mi edad y de mi ambiente. Estudiaba idiomas y
practicaba diversos deportes: mis preferidos eran el tenis y el esquí [...]. Me
hicieron pasar a un salón inmenso, solemne. Poco después apareció nues-
tro Padre, llamándome por mi nombre y saludándome con su amabilidad.
Una de las cosas que se me quedaron grabadas con más fuerza de aquella
primera entrevista con nuestro Fundador, fue su gran sentido sobrena-
tural. Recuerdo que me sorprendió la naturalidad con que me preguntó,
inmediatamente después de saludarme: “Hija mía, ¿amas mucho a Nues-
tro Señor?”. Nunca me habían formulado esta pregunta con tal sencillez y
claridad. Yo tenía grandes deseos de hacer la Voluntad de Dios, consciente
de que es la manera de demostrarle el amor; pero también me daba cuenta
de lo que esto exigía y, de momento, me parecía no tener fuerzas para tan-
to. Por eso, contesté con un gesto dubitativo, algo desconcertada. Nuestro
Padre me explicó brevemente que las personas de la Obra eran ciudadanos
corrientes, que procuraban santificarse sin salir de su sitio. Esta idea, que
ya conocía, me había impresionado desde que la oí. Sin embargo, algo de-
bía inquietarme, porque hice una pregunta más concreta –que ahora no

del Opus Dei, ambos publicados en el ejemplar aquí citado, pp. 177-182 y 206-213 res-
pectivamente (no se conservan los manuscritos originales). Eliodoro Gil Rivera conoció
al fundador del Opus Dei en diciembre de 1931 en Madrid (cfr. Vázquez de Prada, El
Fundador, vol. 2, p. 283, nota 168). Se trasladó a León y fue encargado en la parroquia de
San Juan de Renueva (vid. nota 44). Fue secretario de mons. José López Ortiz, obispo de
Tuy-Vigo. Falleció el 26 de abril de 2000. Cfr. «Romana. Boletín de la Prelatura de la Santa
Cruz y Opus Dei» 16 (2000), p. 109.
94
Carmelo Ballester Nieto nació el 15 de febrero de 1881. Pertenecía a la Congregación de la
Misión. Fue ordenado sacerdote el 16 de agosto de 1903, nombrado obispo de León el 12
de febrero 1938 y consagrado el 15 de mayo de ese año. Fue trasladado a Vitoria el 10 de
junio de 1943, de donde fue obispo hasta el 9 de octubre de 1948. Cfr. Annuario pontificio
1949, Città del Vaticano, Tipografia Poliglotta Vaticana, 1949, p. 322. Falleció el 31 de
enero de 1949. Boletín oficial del Obispado de Vitoria, año 85, número extraordinario, 1 de
febrero de 1949.

358 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

recuerdo– sobre el modo de vestir. Lo que sí recuerdo es la respuesta de


nuestro Fundador: “Como las demás, con tal de que no te vistas de mama-
rracho…”, terminó, con su espontáneo sentido del humor [...]. No fue muy
larga aquella conversación, pero a mí me pareció todavía más breve. Me
despedí de nuestro Padre cambiada, aunque no le comenté nada en aquel
momento. Con su prudencia, se limitó a animarme a vivir cada vez más
cerca de Dios, en medio del ambiente que me rodeaba [...]. Desde aquel día
creció mi inquietud. Noté que la llamada del Señor había sonado, aunque
tardé un tiempo en responder95.

Narcisa González Guzmán volvió a sus actividades habituales: estu-


dio y enseñanza de idiomas (daba clases particulares), práctica de deportes,
labores domésticas, participación en las actividades de Acción Católica. Pero
debía dilucidar y responder a la posible llamada de Dios a vivir un compro-
miso de santidad en la vida ordinaria. Era una novedad que no se adecuaba
a la mentalidad tradicional, que entonces identificaba la santidad con la vida
de los religiosos96. Narcisa maduró sola aquella inquietud interior; el funda-
dor del Opus Dei era prudente y no quería decisiones precipitadas, fruto de
un entusiasmo inmaduro97.
Después de ocho de meses, en abril de 1941, Nisa G. Guzmán hizo un
viaje a Madrid para ver a Escrivá de Balaguer.
Me recibió en Lagasca98, en el despacho situado a la derecha de la escalera
que arranca del vestíbulo. Tan decidida estaba a dar el paso definitivo, que
enseguida le manifesté mi deseo de pertenecer a la Obra, si me admitía.
Toda la incertidumbre de la primera entrevista se había convertido en una
seguridad y firmeza que nunca más he perdido. Nuestro Fundador me es-
cuchó atento, hizo alguna pregunta sobre mi vida interior y me concretó
que unos meses después, en agosto, volviera a Madrid para asistir a unos
días de formación. Entonces podría meditar despacio en esa determina-
ción que había tomado, y afianzaría mi decisión99.

95
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), pp. 177-179, AGP, P22.
96
Cfr. Pierre Delooz – Mariano Foralosso, voz Santità, II. Santità e sociologia, en Gue-
rrino Pelliccia – Giancarlo Rocca, Dizionario degli Istituti di Perfezione, vol. 8, Roma,
Paoline, 1988, col. 861-883.
97
Cfr. Entrevista a Narcisa González Guzmán, con ocasión de la beatificación del fundador
del Opus Dei, La Crónica 16 de León, 17 de mayo de 1992.
98
Lagasca era el nombre del centro, entonces sede central del Opus Dei; la casa está situada
en la esquina de las calles Diego de León y Lagasca, con entrada por ambas calles.
99
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), pp. 179, AGP, P22.

SetD 4 (2010) 359


Francisca R. Quiroga

Por entonces, Narcisa G. Guzmán tenía treinta y tres años100.

Viaje a Madrid en agosto de 1941. Curso de formación


En agosto, doce mujeres jóvenes llegaron a Madrid, para participar en
unos días de formación dirigidos por el fundador del Opus Dei. Asistieron
las que hasta esa fecha habían pedido la admisión en el Opus Dei y otras que
deseaban conocer su espíritu101. El curso tuvo lugar en Lagasca, del 3 al 10
de agosto de 1941, mientras los residentes estaban fuera102. Así lo describió
González Guzmán:

100
Meses más tarde recordaba este momento: «Si vierais cómo os estoy escribiendo os reiríais
de mí: pegada al radiador y con el papel sobre las rodillas. Decididamente necesito más
actividad para no tener frío. No sé si es que me voy haciendo vieja. ¡Qué poco tiempo me
queda! No creáis que siento la nostalgia de la juventud. Una de las cosas que más nos envi-
diarían el resto de las mujeres es ver cómo cada año que pasa nos trae más alegría porque
nos acerca al fin. Esto es algo extraordinario, y como consecuencia no nos quitamos los
años (que también es extraordinario). Yo cumplí en Julio treinta y cuatro, y tengo la alegría
de haber tomado la decisión más importante de mi vida en el año treinta y tres de ella».
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), León, 30 de noviembre de 1941. El
subrayado es del original. Y en 1942 escribía: «Cuando hablé con el Padre la primera vez,
me quedé completamente decidida a seguir haciendo mi vida vulgar. Nada me volvió a
decir porque no le volví a ver hasta que cambié de parecer. Pero estoy segura que pediría
tanto por mí que al fin hube de abrir los ojos». Carta de Narcisa G. Guzmán a las de
Madrid, León, 22 de febrero de 1942.
101
Sobre el número de las asistentes, cfr. Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 180,
AGP, P22. «En agosto de 1941, al terminar el curso académico, los chicos dejaron libre
la casa de Lagasca y nuestro Padre organizó un curso de retiro para chicas, casi todas
hermanas o parientes de socios de la Obra que parecían dar pruebas de vocación para el
Opus Dei». Relación testimonial de Encarnación Ortega Pardo sobre Josemaría Escrivá de
Balaguer, 20 de mayo de 1978, p. 6, AGP, serie A-5, leg. 232, carp. 1, exp. 2.
102
Cfr. Diario de Madrid, 1940-1941, 10 de agosto de 1941, AGP, serie U-2.2, D-1001. Los
diarios son cuadernos en los que se escribe –en tono sencillo, familiar– la vida del centro.
Todos se conservan en la misma serie U-2.2 de AGP, por lo que al citarlos no volveremos a
repetir estos datos de archivo. Encarnación Ortega recuerda esos días: «Del curso se ocupó
el Padre. Tocando las materias que tradicionalmente se tratan en esos días, nos fue desen-
trañando el espíritu de la Obra: vida contemplativa en medio del mundo; santificación del
trabajo; cosas pequeñas; espíritu de lucha; vida de familia; y las virtudes más importantes
que exige nuestra vocación con sus características peculiares: pobreza; humildad colectiva
y personal; obediencia, sinceridad y sencillez; pureza. El tono fue de una exigencia total,
aunque planteaba la santidad como algo apasionante, que podíamos conseguir. Se nos
pedía abandono pleno en Dios, que es nuestro Padre; paciencia y urgencia para hacer lo
que nos pedía; una alegría desbordante como consecuencia de la fidelidad». Relación testi-
monial de Encarnación Ortega Pardo sobre Josemaría Escrivá de Balaguer, 20 de mayo de
1978, p. 6, AGP, serie A-5, leg. 232, carp. 1, exp. 2.

360 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

Nuestro Padre nos predicaba las meditaciones: se grababan a fuego en el


alma. Todo su empeño era hacernos almas de vida interior, piadosas: era
ocasión de «crecer para adentro», de hundir las raíces en la tierra nueva
del espíritu de la Obra. Ponía ante nuestros ojos el «mar sin orillas» que
es el Opus Dei, con una fe que hacía tocar ya el futuro: lo que yo pensaba
que sucedería en generaciones posteriores. ¡Qué corta me quedé en mis
sueños!103.

Y sobre su decisión de incorporarse al Opus Dei, Nisa G. Guzmán


afirmaba que habló con san Josemaría, quien «al terminar me hizo saber
que, como aún no teníamos un instrumento adecuado en Madrid, seguiría
viviendo en León con mi familia. A nuestro Padre le gustaba que continuara
haciendo deporte, que viviera el apostolado de la bicicleta –medio de trans-
porte muy utilizado en verano–, que practicara los idiomas»104.

Los últimos meses leoneses


Narcisa G. Guzmán regresó a León al día siguiente de haber terminado
el curso de formación105, y reanudó sus actividades habituales. Entre éstas,
ahora dedicaba tiempo a escribir a las que había conocido en Madrid. Reci-
bía con alegría e interés las cartas de esas amigas que participaban del espí-
ritu del Opus Dei. Por ejemplo, en una del 13 de agosto pedía: «Escribidme
mucho, porque estoy completamente aislada»106. Y cuatro días más tarde:
«Llegó vuestra carta que espero siempre con verdadera impaciencia»107. El
16 de noviembre escribía: «Reconozco que tuve muy poca paciencia para
esperar vuestras cartas, sin pensar en lo mucho que tenéis que hacer»108. El 27
de enero de 1942 afirmaba: «Necesito estar en constante comunicación con
vosotras porque, si no, parece que me alejo insensiblemente»109.
En agosto de 1941 González Guzmán se había reafirmado en su res-
puesta a la llamada al Opus Dei. Comprendió que debía tener una disponi-
bilidad plena, estando preparada para cambiar de ciudad o de país, si fuera
preciso, con el fin de llevar a cabo las tareas que se vieran necesarias. Había

103
Cfr. Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 180, AGP, P22.
104
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 180, AGP, P22.
105
Cfr. Diario de Madrid, 1940-1941, D-1001.
106
Se refería a la lejanía física respecto de las que estaban en contacto más frecuente con san
Josemaría. Carta de Narcisa G. Guzmán a Pilar Yepes, León, 13 de agosto de 1941.
107
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León 17 de agosto de 1941.
108
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), León, 16 de noviembre de 1941.
109
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), Valderas, 27 de enero de 1942.

SetD 4 (2010) 361


Francisca R. Quiroga

visto a sus hermanas dejar la casa familiar después de sus bodas, para comen-
zar su nueva vida matrimonial110; ahora, en 1941, le llegaba a ella el momento
de dejar el hogar paterno.
Primero debía hablar con su padre, y dio cuenta a las de Madrid:
En este momento acabo de hablar con papá [...]. Según yo iba hablando
notaba en su cara que no le parecía mal lo que decía y aunque no hemos
concretado nada me ha dicho que no le parece mal y que «lo estudiaremos».
Desde luego está dispuesto a conocer al Padre, por lo tanto si él no viene
por León haré yo a papá que vaya a Madrid. ¡Qué bueno es Dios y qué fácil
me lo hace todo! Para las que todavía no habéis hablado os recomiendo el
sistema, que no es mío sino de Camino111; ganarse al Ángel Custodio del
correspondiente padre y con el nuestro pues ya somos tres contra uno; os
aseguro el éxito. Antes os pedía mis oraciones para decidirme a hablar.
Ahora os las pido para que deis gracias a Dios conmigo112.

Nisa G. Guzmán continuaba sus tareas en la Acción Católica, como


escribía a Encarnación Ortega en septiembre: «Ahora estoy muy ocupada
haciendo un fichero para Acción Católica y terminando de poner en marcha
la biblioteca»113.
En otoño de ese año, 1941, el fundador del Opus Dei viajó a León.
Recibió a González Guzmán en la casa de Eliodoro Gil Rivera, que vivía con
su madre114; sobre ese encuentro escribió que san Josemaría «me encareció
que rezara mucho para encontrar una casa adecuada, donde pudiéramos
empezar sus hijas a vivir en familia»115. El fundador había proyectado que ese

110
Trinidad en 1925 y Visitación en 1936.
111
Cfr. Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, nn. 562, 563 y 565. La primera edición
–la que usaba Nisa González en aquel momento– es de 1939 (Turia, Valencia); la siguiente
es de 1944 (Luz, Madrid). Cfr. José Mario Fernández Montes – Onésimo Díaz Her-
nández – Federico M. Requena, Bibliografía general de Josemaría Escrivá de Balaguer:
Obras de san Josemaría, «Studia et Documenta» 1 (2007), p. 431.
112
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 28 de agosto de 1941. Después de tres
días escribió a Encarnación Ortega: «Voy a darte una buena noticia. El día de S. Agustín
(creo que le voy a tener devoción siempre) hablé a papá [...]. Le pareció todo bien, lo recibió
con mucha serenidad y aunque no ha dicho nada en concreto prometió que estudiaría el
“caso”. Yo estaba loca de alegría. En el momento escribí a todas las de Madrid, ya no sé
ni qué decía pero necesitaba comunicarme con alguien, era demasiado para mí. ¿Quieres
tú también ayudarme a dar gracias a Dios?». Carta de Narcisa G. Guzmán a Encarnación
Ortega, León, 31 de agosto de 1941.
113
Carta de Narcisa G. Guzmán a Encarnación Ortega, León, 24 de septiembre de 1941.
114
Cfr. Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 180, AGP, P22.
115
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 181, AGP, P22.

362 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

centro, desde el que las mujeres del Opus Dei pondrían en marcha diversas
actividades apostólicas, se abriese en Madrid, de modo que pudiera atender-
las con regularidad.
Ya desde su regreso a León, las cartas de Narcisa G. Guzmán a las de
Madrid tenían como tema constante su traslado a la capital española. Se ocu-
paba, por ejemplo, de conseguir objetos necesarios para instalar la casa:
Uno de estos días empezarán a recibir ahí unos paquetes de libros. Los
envío a la dirección del Padre [...]; si conviene hacerlo a otra dirección me
lo diréis lo antes posible, como también el número de paquetes que van
llegando, para que yo sepa si se han recibido; no es necesario detallar los
libros, sólo el número de paquetes. Estoy como la hormiguita de la fábula,
preparando para el invierno. Tengo ya una serie de cosas, de las que creo
no hay ahí preparadas, pero no sé por quién mandarlo116.

A la semana siguiente, añadía: «Hoy envié los últimos paquetes de


libros, son veintidós, ya me diréis si han llegado»117.
Apenas comenzado noviembre, san Josemaría escribió a González
Guzmán:
Se aproxima el momento de emprender seriamente la labor [...]. Quizá
convendrá que vengas antes de que esté la casa dispuesta, para ayudar a
instalar; aunque la instalación será muy humilde. Conviene que me digas
si podrás venir, por si es preciso avisarte. Que pidas mucho y hagas pedir:
con oración iremos a donde sea preciso ir. Que a esa Virgen del Camino
encomiendes el tuyo y el de todos nosotros. Que estés muy contenta118.

Narcisa G. Guzmán respondió a san Josemaría que su carta la había


llenado de alegría. Le contaba que había hablado con su padre la víspera,
diciéndole que quería ir a Madrid para la instalación del centro del Opus Dei.
Él le había hecho muchas preguntas pero no había puesto objeciones; tam-
poco había dado respuesta a su deseo pero ella, que conocía bien a su padre,
interpretó «los silencios como afirmaciones» y esperaba no equivocarse119.
Ese día escribía a las de Madrid:

116
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 17 de agosto de 1941.
117
Carta de Narcisa G. Guzmán a Pilar Yepes, León, 22 de agosto de 1941.
118
Carta de san Josemaría a Narcisa González Guzmán, 5 de noviembre de 1941, AGP, serie
A-3.4, leg. 257, carp. 3, c-411105-1.
119
Carta de Narcisa G. Guzmán a san Josemaría, León, 9 de noviembre de 1941.

SetD 4 (2010) 363


Francisca R. Quiroga

Creo que iré cuando se empiece la instalación [...]. El roquete ya está ter-
minado y si no fuera porque voy a ir pronto os pediría más labor120. Así
dedicaré este tiempo a poner en orden mis cosas para el largo viaje, como
decía en otra carta. Quisiera saber si la ida será definitiva, porque si no lo
es, llevaré menos equipaje. Claro que todo lo que poseo me cabe en dos
maletas y me parece que aún sobra sitio121.

Más tarde volvía a preguntar: «Ya me diréis si habéis recibido dos


paquetes de libros, una caja con hilos y el roquete»122.
Mientras, González Guzmán asistía a clases: «Ahora todos los días
tengo unos cursos de religión que ha organizado nuestro Prelado para la
Acción Católica [...]. Y los jueves y sábados una clase de filosofía. Esto sí que
es nuevo para mí y me parece muy difícil, hay que estar con una atención
como en una clase de matemáticas. A mí esto me conviene porque la imagi-
nación mía está siempre de excursión»123.
Llegaba Navidad y el final del año. Narcisa G. Guzmán escribía a san
Josemaría expresando su deseo de que el nuevo año 1942 supusiera una vida
nueva, es decir, la instalación del centro del Opus Dei: «lo necesito [...]. Con
mi padre no he vuelto a hablar de la marcha, pero me parece está convencido
de que será muy pronto»124.
Sin embargo, el deseo de conseguir la casa en enero de 1942 se frustró.
Se habían visitado varios inmuebles que se ofrecían en alquiler, pero éstos no
tenían las condiciones adecuadas.
Durante la Semana Santa de 1942 (primera semana de abril) san Jose-
maría estuvo en León, acompañado de Álvaro del Portillo; asistieron a los
Oficios en la parroquia San Juan de Renueva125. González Guzmán esperaba,

120
Se trata de labor de costura. El roquete es una vestidura de lienzo blanco fino que llevan sobre
la sotana los eclesiásticos para algunas funciones litúrgicas. González Guzmán sabía que el
centro de Madrid tendría un oratorio, como lo vio en Lagasca. Por eso las que estaban en
Valencia y León preparaban lienzos y ornamentos para el culto. Por ejemplo, había escrito
en junio, «he terminado un roquete (la costura lleva el mismo ritmo que la escritura) y me
encuentro con que he gastado un poco más de dos ovillos. Como aquí no hay nada de perlé,
decidme si tenéis un poco más del mismo color, pues no empezaré el otro hasta saberlo».
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 29 de junio de 1941.
121
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), León, 9 de noviembre de 1941. La
cursiva es del original.
122
Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabezamiento), León, 28 de diciembre de 1941.
123
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 23 de septiembre de 1941
124
Carta de Narcisa González Guzmán a san Josemaría, 24 de diciembre de 1941.
125
Cfr. Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 181, AGP, P22; carta testimonial de

364 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

en cambio, que esa visita se realizaría después de Semana Santa, ocasión que
aprovecharía para que su padre lo conociera126. No sabemos si pudo reali-
zarse ese encuentro. Al mes siguiente, Nisa G. Guzmán viajó a Madrid.
En los primeros días de mayo hice otro viaje a Madrid. Tuve oportunidad
de hablar con nuestro Padre, y de nuevo salí de esta conversación con el
encendimiento que transmitía su amor de Dios. A lo largo de la entrevista,
me preguntó si rezaba por la casa. Yo, que tenía ideas muy claras acerca de
la sinceridad –virtud de la que, desde el principio, me habló nuestro Padre
como esencial para la perseverancia–, sin dudar, contesté que no. Con la
misma sonrisa amable con la que me había interrogado, añadió: “Pues de-
bes rezar”. Y así lo hice desde ese instante. Unas semanas después supe que
se había encontrado la casa [...]127.

En junio, González Guzmán volvió a viajar a Madrid. Desde ahí escri-


bía a las de Valencia: «Desde que vine a Madrid no os había escrito y me
encanta la idea de hacerlo hoy para daros muy buenas noticias. ¡Ya tenemos
la casa! Ahora de verdad y con toda clase de seguridades pues está firmado
el contrato»128.
El inmueble quedaba en calle Jorge Manrique, 19; era
de estilo moderno, con ventanas grandes, terrazas y un jardín lleno de ma-
dreselvas y otras flores. Por dentro, en la planta baja, el comedor y al lado
el cuarto de estar, con chimenea. Al lado del comedor, el ofis [sic], con
montacargas, porque la cocina está en el sótano. En el primer piso irá el
oratorio, todo en azul, y que no te explico porque lo hago muy mal, pero
es un verdadero acierto [...]. En ese mismo piso están los dormitorios. Hay
dos cuartos de baño y varios lavabos. Tiene muchos armarios empotrados
en la pared y una librería, en el primer piso, también en esa misma forma.
En fin, que cuando la veas, y espero que será muy pronto, te darás cuenta
de lo mal que hice el retrato. Se me olvidaba decirte el sitio. Una calle que
va de Serrano a la Castellana, hacia el final. Tranquilísimo y de lo más a
propósito para empezar allí nuestra vida de familia129.

Eliodoro Gil Rivera sobre Josemaría Escrivá de Balaguer, AGP, serie A-5, leg. 215, carp. 2,
exp. 1.
126
«Me dicen que tal vez después de Semana Santa venga el Padre. Me gustaría lo indecible
porque lo conocerá papá». Carta de Narcisa G. Guzmán a Encarnación Ortega y Enriqueta
Botella, León, 22 de marzo de 1942.
127
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 181, AGP, P22.
128
Carta de Narcisa G. Guzmán a Enriqueta Botella y Encarnación Ortega, Madrid, 3 de junio
de 1942.
129
Carta de Narcisa G. Guzmán a Encarnación Ortega, Madrid, 11 de junio de 1942.

SetD 4 (2010) 365


Francisca R. Quiroga

De vuelta a León, ante el traslado definitivo a Madrid, Narcisa G. Guz-


mán habló del asunto con sus padres y hermanos.
Ayer mismo al poco tiempo de llegar se lo dije todo a mis dos hermanas,
que recibieron la noticia con la sorpresa (relativa) y la impresión natura-
les. Unas horas después abordé a papá y le dije que ya teníamos la casa y
tendría que estar en Madrid a fin de este mes y que tenía que hablar de-
tenidamente con él para concretar algunas cosas. Le dejé verdaderamente
impresionado y dijo que bueno, que ya hablaríamos. Ya sabe que se lo he
dicho a mis hermanas [...]. Hoy empecé de nuevo diciéndoselo a tres de
mis hermanos, uno por uno, y aún me falta otro. Se quedan sorprendidos,
pero todos lo acogen bien y, fijaros, se entusiasman con la Obra. Estoy
segura de que serán unos buenos colaboradores130.

Para ella fue más difícil hablarlo con su madre, a quien le costaría más
esta separación, pero después de hacerlo la vio tranquila. Ella, por su parte,
se esforzaba por estar alegre131. El traslado a Madrid no lo veía posible antes
del 30 de junio, porque debía participar en la asamblea de la Acción Católica
los días 27 y 28132.

Comienza un centro del Opus Dei en Madrid para el apostolado con mujeres
En el Madrid de posguerra no había sido fácil encontrar una vivienda
desde la que impulsar los apostolados y las tareas de formación cristiana.
En mayo de 1942 se encontró la citada casa en la calle Jorge Manrique, una
construcción sencilla, de dos plantas y un sótano, y con un pequeño jardín.
En julio de ese mismo año se trasladaron allí un grupo de mujeres del Opus
Dei: algunas de las que estaban en Madrid, Narcisa G. Guzmán, que viajó
desde León, y Encarnación Ortega desde Zaragoza. Después se fueron incor-

130
Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 13 de junio de 1942. La cursiva es del
original.
131
Cfr. Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 13 de junio de 1942. «Desde
que solicité la admisión he oído hablar a nuestro Padre del cariño que debemos tener a
nuestros padres, a quienes debemos el noventa por ciento de nuestra vocación. Cariño
que hay que hacer compatible con las exigencias de la entrega, para saber supeditar a las
necesidades de la Obra y de las labores apostólicas los requerimientos familiares, sabiendo
–por otra parte– que nuestras familias, cuando lo necesiten, tendrán siempre la ayuda y el
consuelo de la Obra». Relación testimonial de Narcisa González Guzmán sobre Josemaría
Escrivá de Balaguer, p. 46, AGP, serie A-5, leg. 252, carp. 2, exp. 6.
132
Cfr. Carta de Narcisa G. Guzmán a las de Madrid, León, 13 de junio de 1942.

366 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

porando las demás133. El fundador regresó a Madrid después de dirigir dos


cursos de retiro para sacerdotes en Segovia y el día 16 de julio se dirigió al
nuevo centro, pues esa misma mañana había sido el traslado134.
De ese encuentro con el fundador, González Guzmán dejó escrito:
«Como Encarnita había llegado la víspera y yo poco antes, dirigiéndose a cada
una, se interesó por nuestros padres: “escribidles enseguida”, apuntó. Después,
con su voz animosa comenzó a hablarnos; aunque el grupo era reducidísimo,
al hilo de sus palabras veíamos ya tantas mujeres que llegarían a la Obra si
éramos fieles: “soñad, y os quedaréis cortas”, aseguraba»135. En esa ocasión,
comunicó a Narcisa G. Guzmán que sería la directora del centro136.
Los meses siguientes, las nuevas habitantes de la calle Jorge Manrique
se dedicaron a la instalación de la casa, de modo que estuviera preparada
en octubre para iniciar las actividades de formación que allí se impartirían.
Lo primero fue el oratorio. Cuando estuvo terminado, el día 2 de agosto de
1942, san Josemaría celebró la Misa por primera vez ahí137; al día siguiente lo
hizo Eliodoro Gil Rivera138.

133
Cfr. Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 206, AGP, P22. González Guzmán,
por su parte, anunció por carta su llegada: «Procuraré estar en Madrid hacia el lunes o
martes próximos, así que no me escribáis más». Carta de Narcisa G. Guzmán (sin encabe-
zamiento), León, 2 de julio de 1942.
134
Cfr. Vázquez de Prada, El Fundador, vol. 2, pp. 559, 727, 731; diario del centro Jorge
Manrique, D-1002, que comenzó a escribirse el 16 de julio de 1942 (vid. nota 102).
135
Noticias. Recuerdos de nuestro Padre (2002), p. 207, AGP, P22.
136
Cfr. Diario del centro Jorge Manrique, 16 de julio de 1942, D-1002.
137
Cfr. Diario del centro Jorge Manrique, 2 de agosto de 1942, D-1002.
138
«Por el principio de los años 40, comenzó a afianzarse la labor de la Sección de mujeres
del Opus Dei. Tengo la alegría de poder decir que de León salieron algunas de las primeras
vocaciones y, quizá por este motivo, el Padre quiso tener la delicadeza conmigo de pedirme
que celebrase la primera Misa que se dijo en un chalet de la calle Jorge Manrique, de Madrid:
el primer Centro que tuvo la Sección de mujeres de la Obra [...]. Recuerdo que allí estaban
las primeras asociadas del Opus Dei, entre ellas Nisa González Guzmán que había pedido la
admisión en León y que, más tarde, iría a comenzar la labor del Opus Dei en Estados Unidos
y Canadá». Carta testimonial de Eliodoro Gil Rivera sobre Josemaría Escrivá de Balaguer,
AGP, serie A-5, leg. 215, carp. 2, exp. 1. Gil Rivera escribe «asociadas» porque en aquel
momento el Opus Dei era una institución de derecho diocesano. Cfr. Amadeo de Fuen-
mayor – Valentín Gómez-Iglesias – José Luis Illanes, El itinerario jurídico del Opus
Dei. Historia y defensa de una carisma, Pamplona, Eunsa, 19904, pp. 85-139. En el diario de
Jorge Manrique consta que la primera Misa fue celebrada por san Josemaría, el 2 de agosto
de 1942, y al día siguiente, 3 de agosto, quien celebró fue Eliodoro Gil Rivera. Cfr. diario del
centro Jorge Manrique, agosto de 1942, D-1002. Por otra parte, hay que decir que el primer
centro de las mujeres no fue el de Jorge Manrique, sino uno anterior, que duró poco tiempo.
Cfr. Vázquez de Prada, El Fundador, vol. 2, pp. 456-457.

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Francisca R. Quiroga

Epílogo

Con este artículo he presentado brevemente algunos aspectos de la


primera etapa de la vida de Narcisa González Guzmán. Es la que podríamos
llamar etapa leonesa, que terminó en julio de 1942, cuando dejó el hogar
paterno para trasladarse a Madrid. En efecto, de 1907 a 1942 transcurrieron
sus primeros años de formación en una familia numerosa y unida que atra-
vesó –como todo el país– los dolores y las carencias de la Guerra Civil. En
León, Nisa G. Guzmán conoció a san Josemaría y recibió la llamada de Dios
para dedicarse con total disponibilidad a realizar el Opus Dei en servicio de
la Iglesia. En 1942 se trasladó a Madrid, ciudad donde residía el fundador,
para iniciar la labor apostólica de las mujeres.
La segunda etapa de su vida se podría denominar etapa hispana, porque
el fundador contó con ella para establecer otros centros del Opus Dei en diver-
sas ciudades de la península. González Guzmán vivió en Madrid desde 1942
hasta 1945139, y luego viajó por distintas ciudades, estableciéndose en ellas de
modo más o menos permanente, para comenzar o impulsar el apostolado entre
mujeres: Bilbao (1945-1946)140, Madrid (1946)141, Segovia (1946)142, Madrid
(1946)143, Segovia (1947)144, Madrid (1947)145, Granada (1947-1948)146, Madrid
(1948)147, Barcelona (1948-1949)148, Madrid (1949)149, Santiago de Compostela
(1949)150, Madrid (1949)151, Córdoba (1949)152, Madrid (1949-1950)153.
En 1948, san Josemaría vio llegado el momento de iniciar el apostolado
del Opus Dei en América, en concreto, en Estados Unidos y México154. Enco-

139
Cfr. Diario del centro Jorge Manrique, años 1942-1945, D-1002 y D-1010.
140
Cfr. Diario de la administración de Abando, años 1945-1946, D-241 y D-243.
141
Cfr. Diario del centro Zurbarán, año 1946, D-1578.
142
Cfr. Cartas de Narcisa G. Guzmán durante el mes de septiembre de 1946.
143
Cfr. Diario del centro Zurbarán, año 1946, D-1578.
144
Cfr. Diario de la administración de Molinoviejo, año 1947, D-1154 y D-1155.
145
Cfr. Diario del centro de Lagasca, año 1947, D-1024 y D-1025; diario del centro Zurbarán,
año 1947, D-1580.
146
Cfr. Diario de la administración de Albaycin, años 1946-1948, D-617 y D-619.
147
Cfr. Diario del centro Los Rosales, año 1948, D-1365; diario del centro en Lagasca, D-1029.
148
Cfr. Diario de la administración de Monterols, años 1948-1949, D-172 y D-173.
149
Cfr. Diario del centro Lagasca, año 1949, D-102.
150
Cfr. Diario de la administración de La Estila, año 1949, D-2129.
151
Cfr. Diario del centro Los Rosales, año 1949, D-1368.
152
Cfr. Diario del centro La Alcazaba, año 1949, D-522.
153
Cfr. Diario del centro Juan Bravo, años 1949 y 1950, D-1012.
154
Cfr. John Arthur Gueguen, The Early Days of Opus Dei in Boston As Recalled by the First

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Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

mendó comenzar en los Estados Unidos a Narcisa G. Guzmán, que viajó a


Chicago en 1950, permaneciendo en ese país hasta 1959155. Durante ese año,
nuevamente se trasladó, esta vez a Canadá, con el fin de comenzar las activi-
dades de formación para mujeres en esas tierras; ahí residió hasta 1961156. Es
la etapa americana de su vida.
Luego comenzó una etapa europea: en octubre de 1961 viajó a Roma.
En esa ciudad, donde residía el fundador y tenían su sede los órganos de
gobierno central del Opus Dei, se celebraba por entonces el Congreso Gene-
ral ordinario de las mujeres, en el que tuvo ocasión de participar157. No volvió
a Canadá sino que, después de pasar un tiempo en Roma, marchó a Francia
y más tarde a Inglaterra e Irlanda. De regreso en Roma, desde febrero hasta
junio de 1963, trabajó en tareas de dirección del Colegio Romano de Santa
María, un centro internacional de formación de mujeres del Opus Dei. En
junio se trasladó nuevamente a Inglaterra, donde permaneció hasta 1968.
Ese año, Nisa González Guzmán volvió a España, donde encontró
múltiples iniciativas apostólicas bien arraigadas en toda la península. Tra-
bajó primero en Pamplona –de 1968 a 1971158–, y luego se trasladó a Valen-
cia, donde residió hasta su fallecimiento, el 2 de mayo de 1998159. Fueron casi
treinta años de etapa valenciana160.

Francisca R. Quiroga cursó los estudios de Filosofía en la Universidad Complu-


tense (Madrid) y obtuvo el doctorado en la Universidad de Navarra. Fue profesora
de Filosofía de la Educación en el Istituto Internazionale di Scienze dell’Educazione
(Castel Gandolfo, Roma) desde 1965 a 1991. Ha sido investigadora en la Facultad
de Filosofía de la Pontificia Università della Santa Croce (2003-2006) y después en
el Centro de Documentación y Estudios san Josemaría Escrivá de Balaguer, en la
Universidad de Navarra.

Generation (1946-1956), «Studia et Documenta» 1 (2007), p. 72; Víctor Cano, Los primeros
pasos del Opus Dei en México (1948-1949), «Studia et Documenta» 1 (2007), pp. 44-50.
155
El día 23 de mayo de 1950 partió Nisa G. Guzmán de Madrid a Chicago. Cfr. diario del
centro Juan Bravo, 23 de mayo de 1950, D-1012. En 1955 se trasladó a Boston, donde
residió hasta 1958. Cfr. Noticias, 1999, pp. 169-170, AGP, P02, y Noticias, 2003, p. 346,
AGP, P02.
156
Narcisa G. Guzmán llegó a Montreal el 11 de abril de 1959 y residió en esta ciudad hasta
octubre de 1961. Cfr. Noticias, 1999, pp. 173 y 356, AGP, P02.
157
Cfr. Noticias, 1999, p. 356, AGP, P02.
158
Cfr. Diario del centro Urbasa, año 1968, D-2036; diario del centro Porticada, años 1969-
1971, D-2014 y D-2017.
159
Cfr. «Romana. Boletín de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei» 14 (1998), p. 135.
160
Cfr. Diario del centro Bachiller, año 1972, D-2328.

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Francisca R. Quiroga

Fotografía de la casa de Dionisio


González Miranda,
en Naredo (León), tomada
en el año 2008.

Chalets de la calle Padre Isla,


en León, en una foto
de la época.

Los padres de
Narcisa, Dionisio
González Miranda,
en una fotografía de
estudio en León,
y Narcisa Guzmán
Vázquez, en
Caboalles de Abajo
(León), pueblo natal
de Nisa.

370 SetD 4 (2010)


Apuntes para una reseña biográfica de Narcisa González Guzmán,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

Narcisa y Visitación González Guzmán


en el colegio de la Compañía de María
en Bergara (Guipúzcoa). Visitación
es la primera a la derecha de la fila
superior; en la siguiente fila,
Narcisa es la primera a la derecha.

Narcisa González Guzmán en una


celebración de carnaval; aparece de pie,
la primera de la izquierda.

Nisa González Guzmán con un grupo de amigos;


está a la derecha, con bufanda blanca.

Narcisa González Guzmán en León,


en el año 1939.

SetD 4 (2010) 371

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