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Erosión Eólica
Las depresiones del terreno al pie de las sierras, en las quebradas y torrentes, están
rellenadas por sedimentos pleistocénicos ocasionados por la meteorización
(desintegración de las rocas por factores atmosféricos) que producen los grandes
cambios de temperatura y otros factores propios de los climas áridos.
Todos los cursos de agua que discurren por los faldeos son temporarios y, debido a
la gran desecación del terreno y a la evapotranspiración alta, la humedad
desaparece rápidamente.
En el centro de la Sierra del las Quijadas hay una enorme depresión que ocupa más
de 4000 hectáreas, conocida como Potrero de la Aguada. Este hoyo gigante es la
cuenca de alimentación del río del mismo nombre, que descarga en una garganta
abierta en el sector sudoeste de esa gran hoyada. Las paredes que la bordean
constituyen un accidente geológico de gran valor escénico, dada la infinitud de
Farallón grietas, graderías, cornisas y salientes que dibujan todo tipo de caprichosas
formaciones.
El Cerro Portillo, con una altura cercana a los 1.200 metros, es el más alto y está
ubicado al sur del Potrero de la Aguada. También se destacan por su altura los
cerros Lindo, de 1.050 m y El Mogote, con alrededor de 1.100.
RESTOS FÓSILES
En la sierra de las Quijadas se han encontrado restos fósiles de dos especies de
pterosaurios o lagartos alados. Uno de ellos tiene una dentición peculiar, con barbas
que formaban una especie de canasto, la cual le servía para retener los
microorganismos de los que se alimentaba filtrando agua.
Descripción
Pterodaustro tenía una envergadura de 132 cm; su cabeza medía 23 cm de longitud
y era muy estrecha con un pico curvado en el extremo.
Dieta
Tenía una boca armada con más de 500 largos y angostos dientes, que
presumiblemente estaban diseñados para filtrar el contenido alimenticio suspendido
en agua, de manera similar a como lo hacen los modernos flamencos. Poseía
infinidad de diminutos rizos en las mandíbulas que podrían haber sido empleados
para capturar crustáceos y otras pequeñas criaturas acuáticas.
La dieta del animal podría haberle conferido una tonalidad rosada, otro probable
rasgo en común con los flamencos de hoy en día; en efecto, Pterodaustro es
frecuentemente apodado el "pterosaurio flamenco".
Historia
Pterodaustro en una muestra de fósiles en el Museo Argentino de Ciencias
Naturales en Caballito, Buenos Aires, Argentina.
Fósil de Pterodaustro.
Fue descubierto en 1970 por los paleontólogos José Bonaparte y José Román
Guiñazú en un paraje perteneciente a la Formación Lagarcito, situada en la
provincia de San Luis, en el centro de Argentina. Kevin Padian, paleontólogo de la
Universidad de California, junto a Michael Bell, hallaron un yacimiento con un gran
número de fósiles de este reptil volador en el norte de Chile. Se sugiere que esta
formación se originó cuando sucesivas y repentinas inundaciones arrasaron con
nidales de este reptil. Fue el primer pterosaurio hallado en el hemisferio sur.