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CAMBUCHE O REFUGIO DE SUPERVIVENCIA

Cualquier lugar improvisado con cartón, papel y otros materiales que se utiliza para dormir.

CARACTERÍSTICAS DE LOS REFUGIOS DE CIRCUNSTANCIAS


Un buen refugio, además de protegerte de los elementos anteriores, te proporcionará
comodidad, seguridad y firmeza psicológica.

El tipo de refugio que construyas dependerá de


• Dónde te encuentras: deberás adaptar el tipo de refugio al bosque, la montaña, o
situaciones más extremas, como la selva, el desierto o las zonas polares.
• Tus necesidades y los peligros a los que te enfrentes: En algunos ligares es imperativo
para la supervivencia protegerse del sol o del frío. En otros, como la tundra Ártica en
verano, corres el riesgo de enloquecer si no dispones de una mosquitera.
• El tiempo que vayas a permanecer en ese lugar: Si vas a estar poco tiempo no merece
la pena que inviertas mucha energía en la construcción de un refugio.
• Herramientas de las que dispongas: Nuestras herramientas, improvisadas o no, van a
limitar las características de nuestro refugio. La ausencia de herramientas cortantes
reducirá nuestras alternativas a los refugios naturales.

Siempre deberías incluir en tu equipaje al menos una buena navaja o un cuchillo de monte y
una lámina de plástico de 2×2 o 3×3 metros (tarp) o similar que ocupa y pesa poco y nos
proporciona un techo impermeable. Si el peso no importa, también puedes incluir un hacha
pequeña o un machete.

Emplazamiento del refugio de supervivencia


Evidentemente, buscarás en lo posible un lugar seco y al abrigo del viento, lejos de aguas
estancadas o pantanos para evitar que te devoren los mosquitos, aunque una fuente cercana o
un pequeño curso de agua sería ideal.

Para minimizar los riesgos, es aconsejable que no instales tu campamento en las orillas de los
ríos. Sé que es idílico acampar en un lugar así. Pero puede sorprenderte una crecida, incluso en
tiempo soleado, por la rotura de una presa formada de manera natural a causa de la
acumulación de ramas. Eso sucedió en 1996 en el camping de las nieves en Aragón, que
quedó arrasado en cuestión de pocos minutos. La gente murió dentro de sus vehículos y
caravanas, que fueron arrastrados por la fuerza de la corriente. Ya lo sabes. Lo mismo se puede
decir de los cauces secos de los ríos, que con una tormenta pueden convertirse en torrentes
antes de que te des cuenta.
También es desaconsejable acampar bajo los árboles por el riesgo potencial de que nos caiga
una rama encima. Pues los árboles protegen del rocío. Si decides hacerlo, fíjese bien que no
tenga ramas secas que supongan un riesgo pata ti.
Evita también los lugares con peligro de desprendimiento de rocas o riesgo de aludes de
nieve. Es importante prestar atención a los alrededores para no darnos cuenta, una vez
terminada nuestra construcción, de que tenemos un hormiguero o un avispero como vecinos.

El lecho del refugio


El lecho es una parte fundamental del refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente
(excepto en el desierto, que será fresco). Esto lo lograremos escogiendo bien el
emplazamiento (huir de zonas con humedad), quitando los palos y piedras que pueda haber en
el suelo, y aislándonos bien de éste con hojarasca, helechos, ropa, etc.
Típos de refugios de supervivencia
Cualquier refugio de supervivencia que usemos para instalar nuestro campamento
corresponderá una de estos tres tipos:
• Vehículos
• Refugios naturales
• Refugios improvisados

1. Vehículos
Si nos encontramos en una situación de supervivencia real por haber sufrido un accidente y
nuestro vehículo aún está habitable, puede constituir un buen refugio. De lo contrario
prestemos atención al material que lleva dentro y que podría servirnos. Normalmente los
vehículos no están bien aislados y pueden convertirse en una nevera o un horno, pero al
menos nos protegerán del viento y la lluvia. Los periódicos son un buen aislante. Si
disponemos de ellos utilicémoslos para cubrir las ventanas y protegernos mejor del frío.
Si necesitamos hacer fuego y no disponemos de cerillas ni mechero podemos empapar con
gasolina un trozo de tela, de papel, de esponja de los asientos, etc. y hacer chispas sobre él
cruzando los terminales de la batería. Al quemar o añadir aceite de motor al fuego
conseguiremos un humo negro y denso excelente para hacer señales. Pero bajo ninguna
circunstancia debemos echar ningún líquido inflamable (alcohol, gasolina, aceite…)
directamente sobre el fuego o provocaremos una explosión.

2. Refugios naturales
Los refugios naturales son protecciones cuya construcción requiere poco o ningún esfuerzo
por nuestra parte, y se improvisan aprovechando accidentes naturales, como hendiduras y
oquedades de rocas, cuevas, formaciones del terreno y de la vegetación. Son muy abundantes
en el bosque y la montaña.
Una hendidura en una pared rocosa que nos proteja de la lluvia y el viento y no ofrezca riesgos
de desprendimientos es ideal. Sólo tendremos que preocuparnos de construir un lecho seco y
confortable.

3. Refugios improvisados
Son los refugios rústicos que construimos con los materiales que encontramos en la naturaleza
o que llevamos en nuestro equipaje.

TÉCNICAS PARA HACER REFUGIOS DE SUPERVIVENCIA IMPROVISADOS


Las siguientes técnicas de supervivencia te permitirán improvisar refugios en la mayoría de
circunstancias y climas.

Refugio con un un tarp, una lona o una lámina de plástico


Si disponemos de una lámina de plástico suficientemente grande podemos improvisar un
refugio tendiendo una cuerda entre dos árboles y colocando la lámina como una tienda de
campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego sujetaremos con unas
horquillas de madera o las anudaremos y las afirmaremos con cuerdas y piquetas improvisadas
con unos palos de madera resistente. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos
anegue el agua en caso de tormenta.
este es un modo sencillo y uno de los más prácticos de usar un tarp, pero existen innumerables
tipos y modelos de refugio que se pueden hacer una lámina de estas características.

Refugio con un bote salvavidas.


Un bote salvavidas vuelto del revés y elevado por un lateral con ayuda de unos palos
constituye un refugio excelente.

Cómo construir un refugio tipo «cobertizo».


Es probablemente el más clásico de los refugios de supervivencia. Utiliza un armazón de
madera, pero si utilizamos uno o dos árboles como columnas nos ahorraremos mucho
trabajo y el refugio ganará en solidez.
En climas fríos utilizaremos un fuego para calentarnos y un reflector de troncos detrás para
aprovechar mejor el calor. Por ello es importante tener en cuenta la dirección del viento si no
queremos terminar ahumados.
El techo lo cubriremos de materia vegetal. En algunas zonas es fácil encontrar grandes hojas
con las que construir un techo impermeable ensamblándolas a modo de tejas. También se
pueden improvisar tejas con trozos de corteza. Si no, un techo de hierba seca y paja, si es lo
suficientemente grueso, también nos proporciona cierta impermeabilidad.

Cómo hacer un refugio en el bosque con un árbol caído.


Hay que cortar algunas ramas para hacer una oquedad en la copa caída. Es un refugio
acogedor y, si el árbol es frondoso, nos protegerá del viento, pero no de la lluvia.

Construcción de un refugio con soporte de ramas en forma de A.


Es otro refugio clásico y que ofrece mayor abrigo que el cobertizo. Se construye con un
armazón de palos que adoptan la forma de una tienda de campaña canadiense tradicional o
de una A. Se cubre con una capa de hojas grandes a modo de tejas, y por encima de éstas una
capa de hierba, hojarasca, ramas que no perforen las tejas para evitar que el viento nos
levante el techo.

Construcción de un refugio de montaña aprovechando un tronco o unas rocas.


Es un tipo de refugio únicamente apropiado para pasar cortos periodos de tiempo porque no
suele ser muy cómodo, a no ser que el tronco posea un gran diámetro. Consiste en un sencillo
cobertizo que se realiza apoyando una serie de ramas sobre un tronco caído y cubriéndolas
con los materiales indicados anteriormente.
También podría hacerse este tipo de refugio aprovechando una formación rocosa en vez de
un tronco.

Cómo construir un refugio de supervivencia

Si te gusta pasar el tiempo al aire libre, podría ser de utilidad que sepas cómo construir un
refugio de supervivencia. Este tipo de refugio protegerá a las personas que se queden varadas
en la naturaleza a causa de las condiciones climáticas hasta que puedan rescatarlas.
Afortunadamente, sin importar si estás en un bosque, en la nieve o incluso en un desierto,
construir uno de estos refugios con materiales naturales será un proceso algo sencillo.
Construir un refugio con ramas de árboles

1. Revisa el área inmediata para identificar


el mejor punto en el cual construir un refugio.
Si estás en un bosque, busca un área plana con
un árbol cuyo tronco se divida aproximadamente
de 1 a 1,5 m (de 3 a 5 pies) del suelo. Por otro
lado, si estás en un área conífera con árboles
cuyos troncos por lo general no se dividen, coloca
una rama resistente con forma de “Y” en el suelo
para simular a un árbol con el tronco dividido.
• Lo ideal es que consigas dos árboles con troncos bajos divididos que estén a
una distancia de 3 m (10 pies) entre sí. Si no puedes encontrar dos árboles
en esta posición, tan solo busca uno en un área plana.
• Construye tu refugio cerca de una superficie de roca estable y resistente, si
es posible. Esto puede reducir la exposición al viento y también reflejar el
calor de una fogata de vuelta al refugio.
• Construye en el suelo más plano que encuentres, evitando las cimas de las
colinas, los fondos de los valles y cualquier otro punto bajo o área de
inundación en el que se asiente el aire frío.
2. Busca una rama de árbol recta y gruesa
que mida alrededor de 3 m (10 pies) de largo.
Asegúrate de que la rama tenga un grosor de 7,5
a 15 cm (de 3 a 6 pulgadas); de lo contrario, es
probable que no sea lo suficientemente
resistente como para darle soporte al refugio.
Lo mejor es que sea lo más recta posible.
• Si tienes un cuchillo de supervivencia dentado que también funcione como
sierra para madera, también podrás cortar toda rama de 3 m (10 pies) que
encuentres para volverla lo suficientemente recta como para tu refugio.

3. Coloca un extremo de esta rama en la


parte en “V” de un árbol. La parte en “V”
es aquella en la que el tronco se divide a
medida que asciende. Coloca el extremo de
la rama en una “V” que esté aproximadamente
de 1 a 1,5 m (de 3 a 5 pies) del suelo. Si no hay
un árbol con una división a esta altura cerca de ti,
también podrás apoyar un palo largo que termine
en “V” contra un árbol y luego colocar el extremo
de la rama en esta “V”.
• Si tienes una cuerda o tienes acceso a enredaderas cercanas, ata la rama al
árbol para volverlo más seguro.
• También puedes usar este material de amarre para asegurar la rama al lado
de un árbol si no hay uno con un tronco dividido cerca. Sin embargo, debes
usar un material de amarre muy fuerte si lo haces.

4. Coloca el segundo extremo de la rama contra


otro árbol o sobre el suelo. Coloca este extremo de
la rama en la “V” de un árbol cercano para crear un
marco horizontal para tu refugio. Si dejas el extremo
de la rama en el suelo, el refugio tendrá un marco
en A, lo que lo volverá un poco más pequeño.

5. Apoya varias ramas gruesas y largas


contra la rama principal. Usa ramas relativamente delgadas, de un diámetro aproximado
de 2,5 a 5 cm (1 o 2 pulgadas). Apóyalas en ambos lados de la rama en un ángulo
aproximado de 45 a 50°, de modo que formen los “nervios” del refugio. No coloques las
ramas en un ángulo menor a 45°, ya que esto haría que el refugio sea demasiado grande.
• Un refugio pequeño será más eficaz que uno grande para mantenerte
caliente. El tuyo deberá ser lo suficientemente pequeño como para ponerte
de costado mientras te recuestes.
• Coloca palos más pequeños en los lados de la rama
principal para llenar el espacio entre los nervios más
gruesos. Estos palos más pequeños deben tener un
diámetro de 2,5 cm (1 pulgada) o menos.
6. Coloca aislamiento sobre estas ramas
para protegerte de las condiciones climáticas.
Usa una lona si tienes una, pero también puedes
usar hojas muertas, musgo y otros residuos
forestales como aislamiento. Coloca algunas
ramas pequeñas adicionales sobre este
aislamiento para mantenerlo en su lugar.
• También puedes usar ramitas delgadas,
hojas, arbustos o incluso lodo para este fin.
Usa estos tipos de materiales en cualquier
combinación que tengas disponible.
• Agrega todo esto al marco del refugio desde lo más grande hasta lo más
pequeño, hasta que no puedas encontrar ningún agujero por el cual puedas
meter el puño. Agrega la mayor cantidad de capas de aislamiento que el
tiempo permita. Esto aumentará la retención de calor y la resistencia a las
condiciones climáticas.

7.Coloca aislamiento adicional en el suelo


para usarlo como cama. Reúne más hojas
muertas, ramas de pino o cualquier otro
material de aislamiento del cual tengas sobras
y aplícalo sobre el suelo del refugio. Esto
evitará que el suelo frío absorba todo tu
valioso calor corporal.

• Si tienes prisa, incluso puedes usar una pila de ramas como cama. Es probable
que esto sea muy incómodo, pero te mantendrá caliente con más eficacia
que el suelo

8.Prueba la estabilidad del refugio al presionar


las ramas con cuidado. ¡Hazlo con mucho cuidado!
Debes revisar lo segura que es la estructura al hallar
un punto en el que sientas que podría empezar a ceder,
pero no tienes que ejercer tanta presión como para que
colapse. Refuerza todo punto débil con un par de
palos atados en forma de “Y” y apoyados contra el
punto débil
Hacer un refugio contra la nieve
1. Crea una pila de nieve de una altura
aproximada de 2 a 2,5 m (7 u 8 pies). Apila la
nieve en una forma redonda para reducir la
probabilidad de que el refugio colapse. Coloca
varios palos de 60 cm (2 pies) de largo en la
parte superior del domo una vez que
termines. Estos actuarán como los palos guía
cuando vacíes el interior.[9]
• Si es posible, mezcla nieve de diferente temperatura (nieve congelada con
una parcialmente derretida) para que el refugio tenga una superficie más
dura.

2.Coloca varios “palos guía” en la parte


superior y los costados del montículo.
Usarás estos palos para mantener los lados
del refugio con el mismo grosor cuando vacíes
el interior del montículo. Usa palos que tengan
un largo de 60 cm (2 pies) para darles a los
lados del refugio un grosor óptimo.

• Coloca estos palos en todo el exterior del montículo, manteniéndolos


separados a una distancia de 30 a 60 cm (1 o 2 pies) entre sí.

3.Dale una hora a la nieve para que se


congele, si es posible. Esta se derretirá
parcialmente cuando la apiles. Si le das tiempo
para congelarse, el refugio será mucho más
resistente. Si la situación es más urgente,
espera como mínimo 15 minutos para que la
nieve se congele parcialmente.

• Si la situación no es urgente, espera


hasta 90 minutos para que la nieve se
congele, ya que esto hará que el
refugio sea incluso más fuerte.

4. Excava una entrada pequeña en el montículo,


en el lado descendiente. Usa una pala de nieve
para excavar un agujero pequeño en el lado del
montículo que usarás para entrar y salir del refugio.
Si colocas esta entrada en el lado descendiente
del montículo, esto reducirá la probabilidad de que
la entrada se selle si más nieve se apila delante
de ella (como en el caso de una avalancha o una
tormenta de nieve).

5. Vacía el centro del montículo para crear un


espacio cerrado pequeño. Desde el agujero de la
entrada, sigue excavando hacia el centro del montículo
y empieza a vaciar el interior al retirar la nieve en cada
dirección. Deja de retirar la nieve en una dirección
determinada una vez que alcances el palo guía de 60
cm (2 pies) que has colocado en la parte superior del
montículo anteriormente.
• Esto garantizará que las paredes del refugio tengan un grosor de 60 cm (2
pies), lo cual es lo ideal.
• Si no has usado estos palos guía antes, no hagas tus paredes tan delgadas
que sean translúcidas. Si puedes ver que la luz del sol resplandece a través
de ellas, esto quiere decir que son muy delgadas.

6.Haz un agujero del tamaño de tu puño en


el techo del montículo para brindar
ventilación.
Usa una espátula delgada o un picahielos
(si tienes uno de ellos) para crear este agujero
sin volverlo muy ancho. Haz este agujero en
el centro del techo para mantener la integridad
de la estructura con la mayor eficacia

Crear un refugio en un clima cálido


1.Busca arbustos o ramas secos que
puedas usar para construir un refugio.
Busca ramas con una altura aproximada
de 1 a 1,5 m (4 o 5 pies), ya que esto hará
que tu refugio sea relativamente alto, pero
fácil de construir. Si estás en un área con
vegetación escasa (como un desierto),
podrías tener que usar arbustos y ramas
que solo midan de 60 a 90 cm (2 o 3 pies)
de alto.
• Sin importar las ramas que uses, estas deben tener un grosor de 30 a 60 cm
(1 o 2 pies) para reducir la probabilidad de que se partan.
• No uses ramas de menos de 0,5 m (1,5 pies). Esto hará que tu refugio sea
muy corto como para ser eficaz.
2. Introduce 4 ramas en el suelo en una forma
de cuadrado, para que actúen como
estacas. Usa las manos o una roca para
introducirlas en el suelo si no tienes una mejor
herramienta a la mano. Si no puedes introducir
las ramas en el suelo con las manos o una roca,
excava un agujero con una profundidad
aproximada de 30 cm (1 pie), coloca la rama en
sentido vertical dentro de él y vuelve a colocar
la tierra que has excavado. Separa estas ramas
a una distancia aproximada de 1,5 m (5 pies)
de la otra.
• También puedes usar 3 ramas para formar un triángulo, si estás en un área
con poca vegetación y no puedes conseguir 4 ramas.
• Ten cuidado si tratas de introducir las ramas en el suelo con una roca. No
debes romperlas por accidente.

3.Ata ramas ligeras entre estas ramas,


si es posible. Usa cuerda de paracaídas
(si la tienes contigo) para atar una rama
delgada de 1,5 m (5 pies) entre cada par
de ramas verticales. Esto le dará estabilidad
al refugio y reducirá la probabilidad de
que el techo se caiga.

• Si no tienes material para atar contigo, también puedes usar enredaderas o


briznas de hierva largas como cuerdas.
• No uses ramas con un diámetro mayor a 2,5 cm (1 pulgada). Todo tamaño
mayor podría ser muy pesado.

4. Coloca la lona en la parte superior de esta estructura. Coloca algunas rocas planas y
delgadas en las esquinas de la lona para evitar que el viento se la lleve o se caiga del refugio. Si
no tienes una lona, también puedes usar pedazos largos de follaje para bloquear el sol.
CONSEJOS
• Debes dedicar un tiempo a buscar un buen punto para construir tu refugio, pero no
debes deambular muy lejos, ya que la mejor manera de lograr que te encuentren es
quedarte en donde estás.
• También debes recordar que construir un refugio podría tomarte más tiempo de lo
que esperabas. Empieza a construirlo tan pronto como puedas para reducir el riesgo
de quedarte expuesto a la oscuridad de la noche sin un refugio.
• Si vas de campamento con frecuencia, dedica algunos viajes de campamento a
practicar creando y durmiendo en un refugio de supervivencia. Empieza en un
momento temprano del día y dedica todo el tiempo que necesites a tus primeros
refugios. Trata estos viajes como oportunidades para practicar tus habilidades de
construcción de refugios.

ADVERTENCIAS
• Siempre avísales a las personas cuando te dirijas a un viaje de campamento, y
menciónales a dónde vas y cuándo deben esperar tu regreso. Esto es muy importante
si vas a estar en un lugar con mala cobertura celular.
• El refugio puede colapsar durante la noche si no lo construyes con cuidado y pruebas
su resistencia. En algunos casos, incluso la acumulación de nieve puede causar un
colapso peligroso.
• ¡Conoce los alrededores! Siempre debes conocer y tener en cuenta los peligros
específicos del área en la que estés (como los animales grandes o venenosos).
• Evita acampar solo siempre que sea posible. Ten como mínimo a otra persona contigo.
También es una muy buena idea que uno de ustedes tenga como mínimo un celular
con mucha batería y recepción.

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