LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA

PARA EL TRATAMIENTO DE LA
SALUD MENTAL Y LAS ADICCIONES CON
ADOLESCENTES EN
CONFLICTO CON LA LEY
 Simón Tavera Romero

LA COMUNIDAD
TERAPÉUTICA
PARA EL TRATAMIENTO DE LA

SALUD MENTAL Y LAS ADICCIONES

La publicación de este libro fue posible gracias al financiamiento de
la Fundación Gonzalo Río Arronte, I. A. P.
CON ADOLESCENTES EN
La comunidad terapéutica para el tratamiento de la salud mental
y las adicciones con adolescentes en conflicto con la ley. CONFLICTO CON LA LEY
Primera edición: octubre 2023

D. R. Simón Tavera Romero

D. R. CEJUV A.C.

Diseño y formación: Jaime A. Espinosa García

Alejandro Teodores

Revisión de texto: Aldo Alba

IMPRESO Y HECHO EN MÉXICO

 Al fundador de la primera comunidad terapéutica de México,
Joaquín del Bosque Cortázar, quien tuvo la sensibilidad y la
comprensión sobre el poder curativo de los vínculos y la sabiduría
de nuestra riqueza cultural. Si la situación de dependencia tenía
como puerto de llegada el malestar, el aislamiento, la agresión y la
violencia, entonces el retorno nos llevaría a deconstruirlos y recorrer
nuevos caminos para la buena convivencia, organización, pertenencia,
empatía y cercanía afectiva, siempre bajo el principio relacional del
diálogo y la reflexión como capital social de la vida comunitaria.
Contenido

15 Presentación

19 Introducción

22 1. MARCO NORMATIVO

25 1.1 Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para

Adolescentes.

34 2. PROGRAMA DE ATENCIÓN COMUNITARIA INTEGRAL PARA ADO-

LESCENTES, PACIA. (Resumen del programa con base en documen-
tos internos de la Dirección General de Atención Especializada para
Adolescentes de la Ciudad de México).

36 2.1 Referencias conceptuales y metodológicas.

42 2.2 Objetivos.
43 2.3 Líneas trasversales.
49 2.4 Dispositivo de atención y objetivos estratégicos.
52 2.5 Fases del programa.

52 3. LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA PARA EL TRATAMIENTO DE LA

SALUD MENTAL Y LAS ADICCIONES CON ADOLESCENTES EN
CONFLICTO CON LA LEY

62 3.1 Historia de la Comunidad Terapéutica, CT.

71 3.2 Método y técnica de la Comunidad Terapéutica.
 contenido

94 4. ESTÁNDARES INTERNACIONALES DE CALIDAD Y PROCEDI-

MIENTOS DE TRATAMIENTO DE LAS ADICCIONES.

101 4.1 Criterios de ingreso y admisión.

109 4.2 Criterios sobre el programa de tratamiento.
112 4.3 Criterios sobre el proceso de evaluación.
138 4.4 Criterios sobre el egreso y seguimiento.
140 4.5 Criterios sobre el personal técnico: composición,
formación y supervisión.
144 4.6 Criterios sobre derechos humanos y perspectiva de
género.
148 4.7 Criterios sobre el registro de la información y confi
dencialidad.
152 4.8 Criterios sobre la coordinación entre el Sistema Penal,
Servicios de Salud y Programas Sociales.

156 5. LECCIONES APRENDIDAS Y CONCLUSIONES.

171 BIBLIOGRAFÍA
agradecimientos

El presente trabajo se realizó gracias a los auspicios de la Fundación Gonza-

lo Río Arronte I.A.P. quienes han mostrado una sensibilidad y compromiso
para impulsar proyectos con las personas adolescentes en conflicto con la
ley para favorecer una atención integral y procesos consistentes de reinser-
ción social.

También agradecemos a la Dirección General de Atención Especializa-

da para Adolescentes, a los directores de los Centros Especializados y al
personal técnico por permitirnos implementar un programa de capacita-
ción sobre la comunidad terapéutica para la atención de la salud mental y
las adicciones, conocer su experiencia y procedimientos instalados en esta
metodología, así como proponer áreas de oportunidad y mejora continua
para el fortalecimiento de la comunidad terapéutica.

Y, finalmente, nuestra gratitud a las personas adolescentes y sus fami-

lias por su disposición a participar en espacios de construcción colectiva
de la salud, la seguridad y la sana convivencia.

¡Dedicado a la Comunidad Terapéutica Nelson Mandela!

13
Presentación

¿Es posible transformar la prisión en una comunidad que sana

y libera a las personas adolescentes en conflicto con la ley?

El sólo hecho de pensar que una institución tan señalada como sinónimo
de castigo y degradación de la persona pueda transitar hacia una forma
de convivencia que reestablece la dignidad y la salud, puede parecer un
contrasentido y una meta imposible. Y es que es ahí, en la cárcel, don-
de el sentido de la existencia se pierde para las personas adolescentes,
cuando la libertad se vuelve un sueño difuso. Permanecer ahí es estar en
una larga noche de insomnio. Cientos de ideas y pensamientos revolotean
lentamente y quitan la calma, aparecen terribles pesadillas de un pasado
que contempla en la soledad y se espera el día que amanezca de nuevo la
libertad, pero sin haber sanado las heridas.
Sin duda, el desafío mayor del sistema de justicia penal es lograr una
plena reinserción a la vida con las personas adolescentes que han infrin-
gido gravemente la ley, mediante una medida tan cuestionada como lo es
la privación de la libertad. Que el derecho a la educación se materialice
en aprendizaje de calidad, tanto académicamente como en habilidades
para la vida; que las causas del odio y la violencia hacia sí y hacia los de-
más, cicatrice con procesos psicológicos que tienen como base la relación
de ayuda humana y profesional; que las sustancias tóxicas que intentan
curar el dolor de la marginación y el rechazo, sean remplazadas por el
reconocimiento de la propia historia que se asume y busca recuperar el
sentido de la vida, para cuando las rejas les permitan regresar.
Desde hace varios años las autoridades administrativas responsables
de la ejecución de las medidas socioeducativas para adolescentes en la
Ciudad de México han caminado con las organizaciones de la sociedad
civil en busca de mejorar los programas y procesos para su reintegración

15
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

familiar y comunitaria. Este ya es un esfuerzo que deseo reconocer y agra- fuerzos ya hechos y consolidar el modelo de las CT en favor de aquellas
decer. La máxima internacional de utilizar la privación de la libertad como personas adolescentes que no sólo han perdido la libertad por la comisión
último recurso legal y que se aplique por el menor tiempo posible, impone de un delito, sino el rumbo y el sentido de su existencia. Deseamos que los
grandes retos a superar: ¿Cómo reaprender el don de la libertad en un sis- aportes de este valioso material tengan un impacto positivo en la vida de
tema diseñado para reprimirla? ¿Cómo alcanzar el pleno reconocimiento los que se encuentran internos, sus familias, los equipos técnicos que me-
y ejercicio de los derechos humanos de muchachas y muchachos en una diante la especialización tienen la importante tarea de la reinserción y que
sociedad que ha preferido no mirarlos? estos hallazgos toquen a los sistemas de seguridad, directivos y más aún,
Sin duda, en el mundo entero, las comunidades terapéuticas se presen- desplieguen políticas públicas, incremento de presupuestos y servicios en
tan como pequeños oasis en el desierto de la debilidad humana, brindando favor de los adolescentes y jóvenes.
la convicción de una vida nueva para quienes son presa de la violencia, el El presente proyecto no habría sido posible sin la colaboración de la
delito o el consumo de drogas. Mediante la formación de un entramado Fundación Gonzalo Río Arronte que fiel a sus principios de apoyar en el
de procesos, actividades y espacios de interacción que rompen con el ais- campo de las adicciones, reconoció la utilidad de este proyecto.
lamiento, los integrantes de las comunidades debidamente organizados A todos los que alentaron esta iniciativa y han participado en este pro-
construyen cada día un poco más de su propio ser, un poco más de respon- yecto, así como por la confianza depositada, mi gratitud.
sabilidad para enfrentar la vida y aprender a tomar las mejores decisiones.
Enriquecen esta propuesta las comunidades para quienes abusan de sus- Pbro. Lic. Manuel Rodrigo Zubillaga Vázquez
tancias, de pacientes con enfermedades mentales y también los intentos Presidente del Consejo Directivo y director general de CEJUV
para transformar la prisión.
El Centro Juvenil Promoción Integral, A.C. (CEJUV) desde hace 40 años es Ciudad de México, 20 de julio de 2023.
una organización con la vocación de impulsar el desarrollo de los jóvenes
en esta ciudad y otros lugares, realizando proyectos y servicios que hagan
más plena la vida de aquellos que proceden de sectores vulnerables. Desde
el año 2015 colabora con las autoridades en la reinserción social y junto a
la Capellanía Esperanza de la Arquidiócesis de México, se hace presente en
los centros de internamiento para escuchar y acompañar a las personas
adolescentes y sus familias en esta compleja etapa de su vida, al tiempo
que con un equipo pequeño de profesionales y voluntarios desarrolla ini-
ciativas socioeducativas en coordinación con las autoridades.
En esta ocasión CEJUV respalda el trabajo que ha encabezado Simón
Tavera y que ahora presenta el resultado del análisis y esfuerzo colabora-
tivo con los equipos de los centros especializados para que, con su amplia
experiencia y trayectoria, comparta sus reflexiones para reconocer los es-

16 17
 Introducción

El presente trabajo es resultado de los esfuerzos por instalar la comunidad

terapéutica, CT, como metodología de tratamiento de la salud mental y
las adicciones con las personas adolescentes en conflicto con la ley en los
Centros Especializados de la Ciudad de México. El punto de partida de esta
experiencia ha sido la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal
para Adolescentes y el Programa de Atención Comunitaria Integral para
Adolescentes como marco legal y operativo para su instalación.
Este ejercicio formó parte de un programa de capacitación con el per-
sonal técnico de los centros especializados, auspiciado por la Fundación
Gonzalo Río Arronte I.A.P; y en donde se revisó detalladamente los pro-
cedimientos de atención a las adicciones existentes y se discutieron las
áreas de oportunidad en cuanto a la implementación de la CT, misma que
ya operaba en el Centro Especializado de Internamiento Preventivo para
Adolescentes, CEIPA.
Es de reconocer los esfuerzos de la Dirección General de Atención Espe-
cializada para Adolescentes para impulsar esta propuesta, así como a las
personas que dirigen cada uno de los Centros Especializados, su personal
técnico y de seguridad para lograr este propósito. En particular, hacemos
un reconocimiento a la imbatible persistencia del CEIPA, quien desde hace
8 años ha caminado una larga ruta por instalar una metodología rigurosa
de la CT.
En el primer capítulo de este libro presentamos el marco normativo
que rige la atención de las adicciones como problema de salud pública y lo
que dicta la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Ado-
lescentes. Es de resaltar que esta ley aplica un enfoque sistémico sobre las
causas del hecho tipificado como delito y, además del cumplimiento de la
responsabilidad penal, establece la restitución de derechos como mecanis-
mo de atención de las múltiples causas que la favorecieron. Con este en-
foque, garantiza un proceso formativo sobre los derechos fundamentales
y desarrollo de la personalidad que promuevan un proceso de reinserción
familiar y social, así como disminuir las posibilidades de reincidencia.

18 19
s i m ó n t av e r a r o m e r o

En el segundo capítulo se resume el Programa de Atención Comunitaria

Integral para Adolescentes, PACIA, implementado por los Centros Especia-
lizados de la Dirección General de Atención Especializada para Adolescen-
tes desde hace más de una década. Este programa se caracteriza por apli-
car los lineamientos establecidos en la ley, haciendo énfasis al considerar
las múltiples causas que favorecen la comisión del hecho tipificado como
delito e implementa un programa con actividades educativas, recreativas,
artísticas, culturales, deportivas y de esparcimiento, bajo supervisión es-
pecializada. Además, utiliza un enfoque socioeducativo con líneas tras-
versales de habilidades sociales, cultura de la legalidad, educación para la
paz, derechos humanos y protección al ambiente, para facilitar la reinser-
CAPITAL SOCIAL DE PREVENCIÓN
ción en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social.
En el tercer capítulo se expone la metodología de la comunidad tera-
péutica, CT, como un componente del PACIA para la atención de la salud
mental y las adicciones. En primer lugar, se presenta una semblanza histó-
“La violencia y las adicciones están en correlación directa
rica de la CT y el proceso de construcción de los principales componentes con el deterioro del tejido social de una comunidad; sus pro-
metodológicos y, posteriormente, se describe su aplicación en el contexto tagonistas son sujetos desconectados, excluidos y anómicos.
del sistema penal con adolescentes en conflicto con la ley en el Centro Es- En sentido inverso, la prevención depende del capital social
pecializado de Internamiento Preventivo para Adolescentes, CEIPA. para su reconstrucción, de los bienes culturales que viajan
El cuarto capítulo hace referencia a los estándares internacionales de por las redes sociales y conectan con los excluidos y vulne-
calidad en los servicios de tratamiento a la salud mental y las adiccio- rables, restituyendo sus derechos humanos y construyendo
nes bajo el modelo de CT y los mecanismos de aplicación en CEIPA. Estos procesos de salud mental, inclusión y desarrollo tanto indi-
estándares consensados por organismos internacionales se refieren a los vidual como colectivo”.
criterios de ingreso y admisión; sobre el programa de tratamiento; el pro-
ceso de evaluación; el egreso y el seguimiento; sobre el personal técnico:
composición, formación y supervisión; los derechos humanos y perspec-
tiva de género; el registro de la información y la confidencialidad; y, sobre
la coordinación entre el Sistema Penal, Servicios de Salud y Programas So-
ciales del estado.
Y, finalmente, en el quinto capítulo se mencionan las lecciones apren-
didas, haciendo énfasis en la necesidad de impulsar la clínica comunitaria
como espacio de construcción del conocimiento a través de reuniones de
equipo, supervisión y análisis de casos.

20
1. Marco
Normativo

El tratamiento a las adicciones con personas adolescentes en conflicto con la

ley debe cumplir con un conjunto de requerimientos técnicos y normativos,
pues se trata de un problema considerado de salud pública que debe ser aten-
dido por el Estado y es un derecho establecido en la constitución política de
nuestro país. Este derecho no se pierde por la condición de ser infractor de la
ley y, más aún, puede representar una de las causas que lo favorecieron, por
lo tanto, debe ser atendido para promover la reinserción social y familiar de
la persona adolescente, así como disminuir la posibilidad de la reincidencia.
De acuerdo con el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se establece el derecho a la salud, mismo que incluye la
salud mental y el tratamiento de las adiciones. De manera particular, la Ley
General de Salud, señala en su artículo 192 Quáter, que “…se deberán crear
centros especializados… con base en sistemas modernos de tratamiento y
rehabilitación, fundamentados en el respeto a la integridad y a la libre deci-
sión del farmacodependiente…” y, continúa en su artículo 192 Sextus,

El proceso de superación debe:

I. Fomentar la participación comunitaria, familiar, autoridades loca-

La CT en los confines fronterizos
de Chihuahua y tierra del bisonte.
les e instituciones públicas y privadas.
II. Fortalecer la responsabilidad social.
III. Reconocer las comunidades terapéuticas como modelo de trata-
miento y con programas de reinserción social.
IV. Reconocer la importancia de los diversos grupos de ayuda mutua,
que ofrecen servicios gratuitos en apoyo a los farmacodependien-
tes en recuperación, con base en experiencias vivenciales compar-
tidas entre los miembros del grupo, para lograr la abstinencia en el
uso de narcóticos.

23
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Por su parte, la Norma Oficial Mexicana 028-2009 para la prevención,
tratamiento y control de las adicciones, nos menciona en su apartado 9
sobre el tratamiento que el objeto consiste en “conseguir la abstinencia o,
en su caso, la reducción del consumo de las sustancias psicoactivas, redu-
cir los riesgos y daños que implican el uso o abuso de dichas sustancias,
abatir los padecimientos asociados al consumo e incrementar el grado de
bienestar físico, mental y social, tanto del que usa, abusa o depende de
sustancias psicoactivas, como de su familia”.
Y establece que se llevarán a cabo las siguientes acciones:
I. Al ingreso: examen clínico, nota de ingreso, historia clínica, exá-
menes, revisión médica, impresión diagnóstica, pronóstico, plan
terapéutico, interconsulta,
II. Al egreso: valoración clínica, ratificar diagnóstico, pronóstico, refe-
rir a seguimiento ambulatorio de trastorno relacionado al consu-
mo, nota clínica y plan de egreso a sus familiares,
III. El tratamiento residencial de ayuda mutua: contar con un progra-
ma por escrito, consentimiento informado, permanencia estric-
tamente voluntaria excepto por orden de autoridad competente,
infraestructura requerida,
Aunque en el momento actual se está modificando la Ley General de
Salud y se están integrando las políticas públicas de salud mental y de las
adicciones, estos preceptos no pierden vigencia, pues los cambios sustan-
ciales se refieren a la integración de las dos políticas, a priorizar las inter-
venciones comunitarias por sobre la hospitalización y confirmar el pleno
respetos de los derechos humanos, en particular, el ingreso voluntario y
consentimiento informado.
Lo anterior significa que el tratamiento de las adicciones que se instale
en el Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes debe cubrir esta
normatividad y los centros especializados deberán cubrir procedimientos
de ingreso, rehabilitación y egreso, considerando una etapa final de rein-
serción social.
La participación de la familia es fundamental para el pronóstico favora-
ble pues este contexto relacional es donde se gestó de manera significativa
la situación de dependencia, principalmente, por los deficientes modelos
de crianza y falta de capacidades parentales para el acompañamiento y
atención de las necesidades afectivas y materiales de los hijos.
Es importante hacer notar que, tanto en la Ley General de Salud como
en el grupo de expertos en la materia, se consolida el enfoque biopsico-
24
la comunidad terapéutica
social de las adicciones. Este enfoque implica un abandono de los abor-
dajes centrado en el consumo y se sustituye por una concepción desde
la complejidad multicausal y la implementación de un sistema coordi-
nado de servicios especializados para su atención. De igual manera, se
abandona el objetivo de la abstinencia o reducción del consumo como
única finalidad y se sustituye por un marco más amplio que incluye
cambios en la salud mental, en los sistemas familiares, en la cultura
comunitaria y las habilidades sociales para la reinserción social.
En este sentido, la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal
para Adolescentes encuadra bajo este mismo enfoque las causas que
favorecieron la comisión del delito y propone que se cumpla la res-
ponsabilidad penal correspondiente, pero también mitigar las causas
que le dieron origen para favorecer la reinserción social y familiar. A
continuación, veamos los principales lineamientos relacionados con la
atención de las necesidades de las personas adolescentes bajo la lógica
de la restitución de derechos y tratamiento de las adicciones.
Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal 1.1
para Adolescentes.
La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes,
plantea una perspectiva compleja sobre las causas de la comisión del de-
lito, más allá de las motivaciones individuales, propone una comprensión
sistémica en donde intervienen factores del ámbito individual, familiar,
comunitario y social. Actuando de manera interdependiente, los proble-
mas emocionales, consumo de drogas, familias con deficientes capacida-
des parentales, comunidades vulnerables donde la violencia y la delin-
cuencia están normalizadas, además de condiciones de exclusión social,
son factores que también forman parte de la comisión del delito en su
génesis y determinan en gran medida la conducta de la persona adoles-
cente. En este sentido, esta Ley propone un conjunto de disposiciones que
se refieren al cumplimiento de la responsabilidad penal sobre los hechos
tipificados como delito y sus medidas de sanción, pero también en la resti-
tución de derechos que construyan ciudadanía y sana convivencia social.
Bajo este argumento, la Ley establece como principal propósito de las
medidas de internamiento, la restitución de derechos humanos a fin de
contrarrestar las causas que favorecieron la comisión del delito y pro-
mover el desarrollo integral de la persona adolescente, tomando en con-
sideración las condiciones de su entorno para impulsar un proceso de
reinserción social. Por tanto, se prevé un proceso de cambio que incluye,
además de la persona adolescente, los modelos relacionales de la familia,
25
s i m ó n t av e r a r o m e r o
la cultura local comunitaria y las posibilidades de acceso a los derechos
humanos, como propósito final. (Art. 1 y 2).
Con esta base, queda establecido que todas las autoridades del Sistema
Judicial, incluyendo personal técnico y de seguridad, deberán salvaguardar
los derechos de la persona adolescente, tomar en cuenta su opinión y no
incurrir en actos que constituyan tortura o discriminación. Así también,
velarán por la atención de sus necesidades sobre el principio de la igual-
dad sustantiva y reciban un tratamiento adecuado, profesional y con base
en evidencia (Art. 13, 14, 15 y 16).
De esta manera, las medidas de sanción no se remiten solamente al in-
ternamiento como condición de seguridad pública en su sentido represivo,
sino también, a un principio de seguridad ciudadana en la que se busca
la participación colectiva para la construcción de la seguridad y el bienes-
tar social. En esta perspectiva, el internamiento se traduce en un proceso
formativo en temas relativos a las libertades fundamentales, fomento de
vínculos socialmente positivos y desarrollo de la personalidad. Así tam-
bién, se deberá procurar la reinserción social, mediante el pleno desarrollo
de sus capacidades y sentido de la responsabilidad en los ámbitos familiar,
escolar, laboral y comunitario que le permitan reducir la posibilidad de
reincidencia y adquirir una función socialmente constructiva (Art. 28 y 30).
El rol de la persona adolescente es fundamental para el cumplimiento
de los objetivos de la presente Ley y sabemos que una buena práctica para
la reinserción social y tratamiento de las adicciones, son los procesos par-
ticipativos. Este enfoque consiste en considerar a la persona adolescente
como el principal protagonista y sujeto activo del proceso de cambio, reco-
nociendo su capacidad en la toma de decisiones y en el establecimiento de
los objetivos del plan de tratamiento. Así entonces, durante la aplicación
de la sanción, las personas adolescentes privadas de su libertad también
tendrán derecho a (Art. 46):
• Ser informado claramente de la medida cautelar y el contenido del
Plan Individualizado de Actividades durante el internamiento pre-
ventivo o Plan Individualizado de Ejecución durante la aplicación de
la sanción privativa de su libertad, y sobre la cual pueden opinar;
• En su caso, recibir asistencia médica preventiva y de tratamiento
para el cuidado de la salud, así como atención y tratamiento psico-
lógico, incluyendo las adicciones. Esta atención puede aplicarse en
el Centro Especializado, o bien, acudir a un servicio especializado
en el exterior;
26
la comunidad terapéutica
• Realizar actividades educativas, recreativas, artísticas, culturales,
deportivas y de esparcimiento, bajo supervisión especializada;
• Tener contacto con el exterior a través de los programas y activida-
des desarrollados por Centro Especializado;
Sobre el Plan Individualizado, es importante mencionar que corres-
ponde, en el argot clínico, al diagnóstico integral, plan de tratamiento y
consentimiento informado. Es necesario no confundir el programa de ac-
tividades del Centro Especializado como encuadre general, con el proce-
so individual de cada persona adolescente. El Plan Individualizado debe
establecer claramente el objetivo, metas, acciones e indicadores para su
evaluación individual de proceso.
Para la elaboración del Plan Individualizado es necesario tomar en con-
sideración lo que establece esta ley, como lo siguiente:
• Las personas adolescentes con medida de internamiento en un
Centro Especializado tendrán derecho a recibir trato directo del per-
sonal operativo; contar con las instalaciones dignas, seguras y con
los artículos necesarios para satisfacer las necesidades propias de
su sexo; recibir a su ingreso la valoración médica y recibir atención
especializada en caso de requerirlo (Art. 57).
• Cursar el nivel educativo que le corresponda y a recibir instrucción
técnica o formación práctica sobre un oficio, arte o profesión y en-
señanza e instrucción en diversas áreas del conocimiento, con el
propósito de garantizar la inserción laboral y productiva en edad
permitida, evitando que implique la realización de acciones que
puedan ser clasificadas como trabajo peligroso o explotación labo-
ral infantil (Art. 51 y 56).
• Las madres adolescentes tendrán derecho a la maternidad, parto,
puerperio y lactancia; a permanecer con sus hijas o hijos meno-
res de tres años; acceder, a los medios necesarios que les permitan
adoptar disposiciones respecto a su cuidado (Art. 57).
• Los medios para lograr la reintegración y reinserción son:
- Garantizar el cumplimiento de sus derechos;
- Posibilitar su desarrollo personal;
- Escuchar, tomar en cuenta su opinión e involucrarla activamente
en la elaboración y ejecución de su Plan Individualizado de Actvi
dades o Plan Individualizado de Ejecución;
- Minimizar los efectos negativos que la medida de sanción pudiera
tener en su vida futura, y
27
s i m ó n t av e r a r o m e r o
- Fomentar los vínculos familiares y sociales que contribuyan a su
desarrollo personal, a menos que esto sea contrario a sus derechos
(Art. 154).
• Se podrá conminar a los responsables de las personas adolescentes,
para que brinden apoyo y asistencia durante el cumplimiento de las
medidas. Para estos efectos procurará lo necesario para que parti-
cipen en lo siguiente:
- Programas de capacitación,
- Programas escolares,
- Programas de orientación y tratamiento en caso de alcoholismo o
drogadicción,
- Programas de atención médica;
- Cursos, y
- Cualquier otro programa o acción que permita a las personas
responsables de las personas adolescentes, contribuir a asegurar
el desarrollo integral de las personas adolescentes, como una
terapia familiar, por ejemplo (Art. 185).
Como es posible observar, el Plan Individualizado adquiere una comple-
jidad que corresponde al conjunto de rezagos y necesidades de la persona
adolescente y, por ende, identifica situaciones que deben ser cubiertas a
través de servicios especializados que les den tratamiento. Salud mental,
terapia familiar, educación, capacitación para el empleo y habilidades so-
ciales para la reinserción como es arte, cultura y deporte son componentes
imprescindibles para el proceso formativo de la persona adolescente.
La temporalidad o estancia promedio de las personas adolescentes pri-
vadas de su libertad, es un criterio relevante para el establecimiento de
los objetivos del Plan Individualizado. Aunque en la mayoría de los casos
no se aplican las sanciones máximas, las establecidas en esta Ley, son las
siguientes (Art. 122):
• La prisión preventiva se aplicará hasta por un plazo máximo de cin-
co meses. Si cumplido este término no se ha dictado sentencia, la
persona adolescente será puesta en libertad de inmediato mientras
se sigue el proceso, pudiéndosele imponer otras medidas cautelares.
• La duración máxima de las medidas de sanción que se podrá impo-
ner a la persona que al momento de la comisión de la conducta tu-
viere entre catorce años cumplidos y menos de dieciséis años, será
de tres años.
28
la comunidad terapéutica
• La duración máxima de las medidas de sanción que se podrá im-
poner a las personas adolescentes que al momento de la comisión
de la conducta tuvieren entre dieciséis años y menos de dieciocho
años será de cinco años.
Por otro lado, la reinserción social de la persona adolescente es la fase
más compleja del tratamiento pues, paradójicamente, significa poner a
prueba los aprendizajes y avances del proceso de cambio, pero en libertad,
en el mismo entorno en que se cometió el delito. El resultado de esta fase
de tratamiento dependerá de la preparación para el egreso, el proyecto de
vida, la red de apoyo y del mismo adolescente. Bajo esta circunstancia,
deberá existir un trabajo previo de planeación con la asistencia del equipo
multidisciplinario y con la colaboración de la persona responsable o fami-
liar, si ello fuera posible (Art. 237).
La probabilidad de reincidencia estará en función de la persistencia de
los factores de riesgo que favorecieron la comisión del delito. La persona
adolescente en reinserción estará bajo la presión de las mismas circuns-
tancias que lo acompañaron en esta conducta como, por ejemplo, el con-
sumo de drogas y la normalización de la violencia en su comunidad. La
presente Ley toma en consideración esta posibilidad y establece que la
prevención de la violencia y la delincuencia a través de políticas públicas,
programas, estrategias y acciones, deben estar orientadas a reducir estos
factores que la favorecen (Art. 250).
Entonces, la prevención social de la violencia y la delincuencia tiene
como propósito evitar la comisión del delito, pero también su reincidencia.
De esta manera, esta Ley establece tres ámbitos o niveles de prevención
(Art. 251):
I. La prevención primaria del delito son las medidas universales di-
rigidas a los adolescentes antes de que cometan comportamientos
antisociales y/o delitos, mediante el desarrollo de habilidades so-
ciales, la creación de oportunidades especialmente educativas, de
preparación para el trabajo para cuando esté en edad de ejercerlo,
de salud, culturales, deportivas y recreativas;
II. La prevención secundaria del delito son las medidas específicas
dirigidas a las personas adolescentes que se encuentran en situa-
ciones de mayor riesgo de cometer delitos, falta de apoyo familiar,
que se encuentran fuera del sistema educativo, desocupadas, ini-
cian en el consumo de drogas o viven en contextos que afectan su
desarrollo, y
29
s i m ó n t av e r a r o m e r o
III. La prevención terciaria del delito son las medidas específicas para
los adolescentes que habiendo sido sujetos del Sistema de Justicia
y habiendo cumplido una medida de sanción se implementan para
evitar la reincidencia delictiva.
Sin duda, este ordenamiento nos obliga a integrar los Planes Individua-
lizados de Ejecución con los de intervención comunitaria como territorio
de acción de la prevención, dado que ésta se implementa en las mismas
comunidades, con sus familias y ciudadanos, en un esfuerzo de correspon-
sabilidad gobierno-sociedad.
Por otro lado, para cumplir con el objetivo de la Ley y los planes indivi-
dualizados de la persona adolescente, en relación con los recursos disponi-
bles y frente a los límites presupuestales, la Ley aplica de manera implícita
un enfoque de gobernanza a través de la cual se busca involucrar a las
instancias de los tres niveles de gobierno responsables de implementar
las políticas públicas, así como organizaciones de la sociedad civil coadyu-
vantes, al sector académico y privado, entre otros. El propósito es articular
proyectos multisectoriales que garanticen mejores resultados en la aten-
ción a las personas adolescentes en conflicto con la ley. Este mecanismo es
una buena práctica que puede garantizar los recursos suficientes, conoci-
miento y experiencia frente a este complejo fenómeno social. Para poder
cumplir estos objetivos, las autoridades de ejecución de la medida cuentan
con las siguientes atribuciones (Art. 71):
• Celebrar convenios con instituciones públicas y privadas para el
cumplimiento de lo dispuesto en el presente artículo;
• Coordinar acciones con las demás autoridades del Sistema Integral
de Justicia Penal para Adolescentes;
• Diseñar y ejecutar el Plan Individualizado de Actividades, así como
el Plan Individualizado de Ejecución;
• Proporcionar todos los servicios disponibles para la plena reinser-
ción y reintegración familiar y social de las personas adolescentes,
en coordinación con las autoridades corresponsables y coadyuvan-
tes que se considere conveniente;
• Canalizar a la persona adolescente a servicios sociales de asisten-
cia, públicos o privados, en materia de salud, educación, vivienda,
apoyo jurídico y de adquisición de habilidades y destrezas para el
30
la comunidad terapéutica
desempeño de un oficio, arte, industria o profesión, cuando la mo-
dalidad de la medida cautelar, de la suspensión condicional del pro-
ceso, o la medida de sanción impuesta así lo requiera;
• Adoptar las acciones necesarias para proteger la integridad física y
psicológica de las personas adolescentes que estén bajo su respon-
sabilidad en la medida de sanción de internamiento;
• Asegurar que todo el personal que tiene trato con las personas ado-
lescentes, incluyendo el de seguridad, sea especializado;
• Participar en el diseño e implementar la política pública correspon-
diente al Sistema.
En este mismo sentido, la presente Ley establece una perspectiva de po-
líticas públicas que buscan concordar con los nuevos enfoques de preven-
ción de la violencia y la delincuencia1, los cuales consisten en promover
programas multisectoriales, de aplicación territorial y con base en buenas
prácticas y evidencia científica, en sus diferentes tipos de prevención: psi-
cosocial, situacional, comunitaria y social. Esta nueva perspectiva, implica
que el conjunto de políticas públicas debe actuar de manera coordinadas
en las comunidades de mayor vulnerabilidad y bajo el protagonismo de
sus ciudadanos, lo cual representa un futuro deseable de la manera de
operar de la administración pública.
En este mismo sentido, la Ley establece que el poder judicial promoverá
la cooperación de las diferentes secretarias de estado y sus equivalentes
de las entidades federativas como Desarrollo Social, Economía, Educación
Pública, Salud, Trabajo y Previsión Social, así como la Comisión Nacional
del Deporte. Adicionalmente proporcionarán los programas de servicios
para la reinserción al interior de los Centros Especializados para favorecer
la inclusión educativa, social y laboral de las personas adolescentes priva-
das de la libertad, próximas a ser externadas (Art. 77).
Podemos concluir diciendo que la Ley es un marco normativo propicio
para reactivar un proceso de desarrollo integral de las personas adoles-
centes que han cometido un hecho tipificado como delito y se encuentran
con medidas de internamiento en el Sistema. Sin embargo, es importante
reconocer la magnitud y severidad de los problemas que implican servi-
cios especializadas, con base a evidencia científica y buenas prácticas. Por
1
Ley General de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia y el Programa Nacional.
31
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

ejemplo, encontramos una alta frecuencia de trastornos de personalidad

antisocial que ameritan un tratamiento psicoterapéutico muy especializa-
do; en otros casos, se requiere consulta psiquiátrica regular y medicación
psicofarmacológico; así también, un alto porcentaje presentan consumo
problemático de sustancias y dependencia que requieren de un programa
de tratamiento evaluado en sus resultados; nos encontramos con modelos
de relación familiar sin capacidades parentales o criminógenas que re-
quieren una terapia sistémica eficiente; las redes sociales de las personas
adolescentes y comunidades de pertenencia muestran un deterioro del
tejido social y violencia normalizada que seguirán siendo factor en esta
problemática; además, serias dificultades de acceso a la educación, salud,
LA COMPLEJIDAD
arte, cultura y deporte. Entonces, si el objetivo es la reinserción social, esto
significa que estamos en un proceso de construcción de una política públi-
ca compleja que requiere de una amplia participación de diversos actores
sociales, la cual representa la mayor apuesta de la administración pública “El enfoque integral, plantea una perspectiva compleja sobre
para la prevención de la reincidencia en la comisión del delito en México. las causas de la comisión del delito y las adicciones, más allá
Finalmente, toda política pública y modelo de atención de la violencia, de las motivaciones individuales, propone una comprensión
el delito y las adicciones, requiere ser evaluada para verificar sus resulta- sistémica en donde intervienen factores desde el ámbito indi-
dos. Es necesario contar con sistemas de monitoreo y evaluación que nos vidual, familiar, comunitario y social. Factores que, actuando
permitan conocer los resultados de las intervenciones de proceso, resul- de manera interdependiente, como son los problemas emocio-
tado e impacto, para contar con la evidencia de la eficacia y eficiencia del nales, consumo de drogas, familias con deficientes capacida-
modelo de atención. Por tal motivo, resulta prioritario, construir un con- des parentales, comunidades vulnerables donde la violencia
junto de indicadores que nos permitan medir el mapa causal de cambio y y la delincuencia están normalizadas, además de condiciones
cumplimiento de objetivos, o bien, corregir la estrategia de intervención, de exclusión social, forman parte de la comisión del delito en
en caso de ser necesario.
su génesis y determinan en gran medida la conducta de la
Esta publicación esta alineada a estos esfuerzos y esperamos poder ali-
persona adolescente”.
mentar la reflexión y hacer propuestas metodológicas que contribuyan al
cumplimiento de esta Ley.

32 33
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

2. PROGRAMA DE ATENCIÓN
COMUNITARIA INTEGRAL
PARA ADOLESCENTES, PACIA.
(Resumen con base en documentos internos de la Dirección General
de Atención Especializada para Adolescentes de la Ciudad de México).

La Dirección General de Atención Especializada para Adolescentes, adscri-

ta a la Subsecretaria del Sistema Penitenciario del gobierno de la Ciudad
de México, ha diseñado y puesto en marcha, mediante el esfuerzo de los
operadores técnicos y de seguridad de las seis comunidades que integran
la autoridad administrativa responsable de la ejecución de las medidas, un
programa integral que considera la complejidad de las causas que favore-
cen la comisión de la conducta tipificada como delito, que aplica los linea-
mientos prescritos en la Ley y toma en cuenta el ciclo vital de la persona
adolescente que ingresa al sistema penal. Este programa se ha denomina-
do Programa de Atención Comunitaria Integral para Adolescentes, PACIA.

CENTRO ESPECIALIZADO
Dirección General de Atención Especializada para Adolescentes.
Ciudad de México

1 4
CEIPA CEAQC
Centro Especializado Centro Especializado
de Internamiento Preventivo para Adolescentes Dr.
Quiroz Cuarón

2 5
CEMA
Centro Especializado
Las consejeras terapéuticas y la perspectiva para Mujeres Adolescentes
CEMEPA
Centro Especializado de
Medidas en Externamiento
para Adolescentes

3 6
de género en el tratamiento.

CEASF CEP
Centro Especializado Centro Especializado
para Adolescentes de Prevención
San Fernando

34 35
 s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

2.1 Referencias conceptuales y metodológicas. Entendemos como factores de riesgo las características que aumentan
la probabilidad de que los individuos o grupos de individuos se involucren
El objetivo de este programa confirma lo establecido en la Ley y consiste en la violencia y el delito, sea como víctimas o victimarios. Por el contra-
en que las personas adolescentes en conflicto con la ley asuman su res- rio, los factores de protección son las características que disminuyen esta
ponsabilidad penal, así como implementar un programa especializado que probabilidad. Entonces, de una forma general, los factores de riesgo son
restituya sus derechos y acompañe en un proceso de reintegración social. los contrapuntos de los factores de protección. Esto podemos visualizarlo
Bajo esta lógica, la restitución de derechos humanos significa acceder a como un péndulo, como se muestra en la siguiente grafica (Loche, 2015).
la educación, salud, seguridad, empleo, familia, desarrollo de la personali- Es importante agregar que los factores de riesgo deben ser interpretados
dad, no discriminación, entre otros derechos prescritos en la constitución en su propio entorno y en relación de interdependencia con los ámbitos in-
política de nuestro país. Sin embargo, debemos comprender que la restitu- dividual, familiar, comunitario y social. Sabemos que no existen personas,
ción implica por un lado rezagos en su aplicación y transformar éstos en familias, ni comunidades iguales, por tanto, siempre encontraremos diferen-
oportunidades de desarrollo de la persona adolescente. En este sentido, la cias de grado entre los factores de riesgo de una persona adolescente a otra.
propuesta del PACIA aplica los conceptos de factores de riesgo y factores Por ejemplo, un trastorno antisocial de la personalidad no hace igual a dos
de protección como esta polaridad en donde se busca disminuir unos y personas, siempre existirán diferencias o rasgos particulares, lo mismo su-
potenciar los otros, como proceso de cambio. Y dado que los factores de cede con las adicciones, aunque dos personas cumplan los criterios de de-
riesgo que favorecen la comisión del delito provienen de los ámbitos indi- pendencia, tienen historias diferentes y problemas emocionales particulares.
vidual, familiar, comunitario y social, entonces es posible establecer una
estrategia integral que aborde el conjunto de las causas2.
Prevención de los factores de riesgo y protección
PROBLEMAS SOCIALES ASOCIADOS
MARCO DE REFERENCIA MÚLTIPLES CAUSAS
PACIA
Problemas de Diversas formas Deterioro del
salud mental de violencia y tejido social y de-
Los factores de riesgo son las y addicciones delincuencia rechos humanos Arte, cultura y deporte
características que aumentan
FACTORES DE RIESGO Cohesión comunitaria
la probabilidad de que suceda o
Integración social
se manifiesten una situación de
Diagnóstico ecológico Habilidades laborales
violencia o delincuencia. Estos
de los factores de riesgo. Participación escolar
factores se clasifican en cuatro
Cultura Juvenil
ámbitos según su contexto de
Dinámica familiar
manifestación individual, familiar/
Individual Consumo de sustancias
relacional, comunitario y social.
Situación emocional
Factores Factores de
5 4 3 2 1 2 3 4 5
de riesgo protección
Familiar
Comunitaria
Social Social Social

Comunitario Intervención Comunitario

Relacional Prevención primaria, Relacional

Prevención: Disminuir los
factores de riesgo y promover secundaria y terciaria
los factores de protección.
Individual Individual
2
De acuerdo con la Ley General de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia y el
Programa Nacional con el mismo nombre.

36 37
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Como es posible observar, el PACIA al considerar múltiples causas en la
etiología de la violencia y el delito, entonces implementa una metodología
para proyectos complejos, con principios metodológicos que deben obser-
varse durante el proceso de intervención, los cuales son complementarios
e interdependientes y mencionamos a continuación (Tavera, 2015: 90):
• Principio de integralidad. Este principio se refiere a que la estrategia
de intervención debe de incidir en el conjunto de factores de ries-
go como totalidad, así como conocer las teorías que los explican y
la técnica de intervención que promueven el proceso de cambio.
En sentido inverso, es importante evitar acercamientos parciales o
simplificados en el conjunto de factores de riesgo, así como inter-
venciones aisladas y sin conexión a una estrategia general.
• Principio de focalización. Este principio se refiere a la estrategia de
intervención con factores de riesgo específicos, es decir, se establece
una metodología particular para transformar un factor de riesgo
como puede ser una adicción y que no aplica para otro, como la
deserción escolar, por ejemplo. De esta manera, la focalización per-
mite diferenciar tipos de problemas, establecer necesidades priori-
tarias y planear intervenciones a corto, mediano y largo plazo.
• Principio de enfoque participativo y comunitario. Este principio se
refiere a que la comunidad misma es el método de cambio. La co-
munidad puede funcionar como un dispositivo de producción de
aprendizajes sobre uno mismo y en relación con los demás, pro-
pósito de toda terapia. La técnica de intervención consiste en im-
plementar un dispositivo comunitario bajo el supuesto de que los
problemas emocionales se manifiestan en los vínculos y su actua-
ción tiene consecuencias sociales, permitiendo que los otros fun-
cionen como espejos y retroalimenten las percepciones sobre uno
mismo. Así, este dispositivo, se convierte en una fuente permanente
de aprendizajes sobre uno mismo en relación con los objetivos del
propósito es necesario establecer un sistema de monitoreo y eva-
luación con indicadores que nos permitan identificar obstáculos y
realizar cambios necesarios en la estrategia de intervención.
• Finalmente, es necesario planear las intervenciones con base en sis-
temas de información, buenas prácticas y evidencias disponibles.
En el caso de la prevención de la violencia y la delincuencia, es ne-
cesario establecer líneas base para poder medir el comportamiento
de las tendencias a partir de las intervenciones de prevención.
Con base a lo anterior y dado que los factores de riesgo provienen de
diferentes ámbitos, entonces la acción preventiva también se clasifica por
ámbitos de intervención. De acuerdo con la Ley General de Prevención So-
cial de la Violencia y la Delincuencia, la tipología de la prevención está
clasificada en prevención psicosocial, situacional, comunitaria y social.
Esta Ley plantea, de manera implícita, la importancia de la detección de
necesidades y un diagnóstico de los factores de riesgo, que permita identi-
ficar los tipos de prevención requerida en una comunidad particular. Se re-
comienda que el diagnóstico aplique técnicas y categorías de investigación
como la etnografía, tipos de violencia e índice de incidencia delictiva. A par-
tir de esta información se puede implementar un diagnóstico participativo
con el fin de establecer prioridades y asignar responsabilidades a los actores
involucrados, de preferencia de la misma comunidad. Estas prioridades se-
rán los factores de riesgo prioritarios a atender y, por lo tanto, los tipos de
prevención y sus niveles de atención requerida con base al diagnóstico.
Tipología de la prevención por ámbito de intervención
Prevención psicosocial Prevención situacional
Dirigida a grupos; Dirigida a mejorar el
pares, familias, entorno y diseño
amigos y escuelas. ambiental para
disminuir la
oportunidad de los
riesgos y el delito.

Plan Individualizado, con su familia, con el personal especializado y

de seguridad, con el grupo de personas adolescentes y con cada una Prevención comunitaria Prevención social
de las actividades del Programa. Dirigida a los Dirigida a garantizar el
mecanismos de acceso a la educación,
pensamiento y acción la salud, empleo, arte,
• Principio de intervenciones basadas en evidencia. Este principio colectiva como es la cultura, y deporte.
cohesión social,
se refiere a la medición de la efectividad en la reducción de los identidad y pertenencia.
factores de riesgo que presenta la persona adolescente, así como Acciones de prevención aplicadas a las
comunidades de mayor vulnerabilidad
el fortalecimiento de los factores de protección. Para cumplir este

38 39
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Otra referencia metodológica importante, mencionada en la Ley, son MARCO DE REFERENCIA

los niveles de atención desde el enfoque de salud pública. Estos niveles NIVELES DE ATENCIÓN
corresponden a la evolución o severidad de los problemas y, en nuestro
caso, a la evolución de los factores riesgos de incurrir en una conducta ti- Prevención secundaria o indicada

pificada como delito. Esta evolución puede ser medida como personas que
Este segundo nivel de intervención está
no presentan riesgos y se requiere mantener sus factores de protección; dirigido a personas, grupos o comu-
personas en riesgo evidente y que requieren una atención oportuna; así nidades en los que ya existen riesgos
evidentes y es necesario contenerlos,
como personas que ya cometieron una conducta tipificada como delito y como es la deserción escolar.
se requiere una atención especializada.
En este sentido, la prevención está clasificada por niveles de atención
Prevención primaria o universal Prevención terciaria o selectiva
primaria o universal (protegidos), prevención secundaria o selectiva (en
riesgo) y prevención terciaria o indicada (ya cometieron un delito). Cabe Este nivel de intervención Este tercer nivel de
está centrado en acciones intervención está dirigido a
mencionar que los niveles de atención aplican no solo para la persona dirigidas a toda la población personas que ya
adolescente, sino también para su familia y comunidades de pertenencia, para fortalecer los factores se encuentran implicados
de protección sociales, en situaciones de violencia,
por tal motivo los ámbitos de intervención son diversos; es decir, el PACIA culturales, comunitarios, consumo de drogas y/o
es un programa especializado de prevención terciaria, sin embargo, con la familiares e individuales que exclusión social, como
contribuyen a aumentar la población en situación
familia, las redes sociales y comunidades de pertenencia pueden aplicar el riesgo. de calle.
todos los tipos y niveles de prevención mencionados. Bajo este argumen-
to, la autoridad administrativa crea el Centro Especializado de Preven-
ción que tiene por objetivo proporcionar un seguimiento a las personas Con esta exposición conceptual, es posible comprender la complejidad,
adolescentes que egresan del sistema en su proceso de reinserción social amplitud y alcances de los objetivos del PACIA. Este Programa concibe la
(prevención terciaria), así como a su red familiar y grupos de pares, como atención integral desde los diferentes ámbitos y niveles de atención, es
lo prescribe la ley (prevención secundaria). decir, con las personas adolescentes, sus familias, sus comunidades y la
Por otro lado, es frecuente visualizar la prevención como algo inde- restitución de los derechos humanos, así como, mantener los factores de
pendiente del tratamiento, pero son dos caras de la misma moneda. Sí protección, atender oportunamente los riesgos y dar tratamiento especia-
consideramos a la persona adolescente y su entorno, comprendemos que lizado a quien lo requiera.
la comisión del delito es multicausal y que, las familias con consumo de En este sentido, el Plan Individualizado de Actividades o de Ejecución
sustancias, amigos o compañeros de escuela que están expuestos a la vio- implica, además de los objetivos individuales de la persona adolescente,
lencia, tal vez requieran una intervención preventiva y no de tratamiento las posibilidades de intervención en su entorno. Los seis Centros especiali-
especializado. zados comparten esta responsabilidad e implementan un conjunto de ac-
ciones en educación, salud, empleo, arte, cultura y deporte, atención psico-
lógica y terapia familiar, acompañamiento en la construcción del proyecto
de vida y prevención de la reincidencia, previamente al egreso.
Por otro lado, el PACIA resalta el carácter socioeducativo como lo es-
tablece la Ley y promueve el desarrollo de capacidades y competencias
en los ámbitos familiar, escolar, laboral y comunitario, con la finalidad de
reducir la posibilidad de la reincidencia, es decir, concibe todos los ámbitos
de la prevención (Art. 30).
El carácter socioeducativo, se centra en los procesos de aprendizaje que
consisten en la preparación de la persona adolescente a la vida social y
promueven la transformación individual y colectiva hacia una convivencia

40 41
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
de mayor cohesión y pertenencia. Asimismo, favorece el empoderamien-
to y su capacidad para organizarse, movilizarse, interactuar y establecer
compromisos, perfilando su proyecto de vida. Se utiliza una metodología
participativa por medio de estrategias integrales y coordinadas, donde in-
terviene un equipo especializado que aborda diversos temas e incluye ám-
bitos transversales, como la solución pacífica de conflictos, cultura de la
legalidad, la perspectiva de género, desarrollo de habilidades sociales que
permitan construir un entorno con vínculos positivos.
En resumen, podemos citar como definición de la prevención, la si-
guiente (Tavera, 2015:30):
“Es el conjunto de acciones que tienen como objetivo disminuir
los factores de riesgo que promueven la comisión del delito,
así como potenciar los factores protectores que la inhiben.
Los factores de riesgo y protección varían de acuerdo con el
contexto de manifestación desde la dimensión individual, re-
lacional, comunitaria y social, y tienen la cualidad de poseer
DEFINICIÓN
características particulares, pero ser, de manera simultánea,
DE interdependientes. En este mismo sentido, la acción preventi-
PREVENCIÓN va sobre los factores de riesgo se clasifica de acuerdo con su
contexto de intervención (psicosocial, comunitaria, situacional
y social), así como a la población objetivo que se dirige (niñas,
niños, adolescentes, jóvenes y adultos femeninos y masculi-
nos) y, al nivel de atención (universal-primaria, selectiva-se-
cundaria e indicada-terciaria) ”.
En este sentido, el PACIA es un marco conceptual y metodológico articu-
lado para alojar los Planes Individualizados de Actividades o de Ejecución
que por ley se le asigna a toda persona adolescente que se ha encontrado
responsable de cometer una conducta tipificada como delito.
2.2 Objetivos.
• Objetivo general.
Implementar un dispositivo comunitario de atención integral que promue-
va la reinserción social y familiar de las personas adolescentes o adulta
joven y sus familias o responsables que ingresan al Sistema Judicial en los
Centros Especializados de la Ciudad de México, bajo el pleno ejercicio de
sus derechos y libertades fundamentales.
La atención integral consiste en promover que la personas adolescen-
tes o adulta joven, asuman las consecuencias de la conducta tipificada
42
la comunidad terapéutica
como delito y su responsabilidad penal, así como implementar un progra-
ma especializado que restituya sus derechos y acompañe en un proceso
de reintegración social, aplicando un enfoque socioeducativo que imple-
mente intervenciones que contribuyan a la formación y adquisición de
herramientas de habilidades sociales, cultura de la legalidad, educación
para la paz, derechos humanos y protección al ambiente, para facilitar la
reinserción en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social.
• Objetivos específicos:
I. Elaborar diagnósticos integrales de la persona adolescente o
adulta joven que incluyan la situación individual (salud mental
y adicciones), familiar (dinámica relacional y capacidades paren-
tales), comunitaria (grupos de pares, cultura, organización y par-
ticipación), y social (situación escolar, de salud, empleo y partici-
pación en actividades de arte, cultura, deporte, entre otros).
II. Diseñar el Plan Individualizado de Actividades o de Ejecución con
técnicas participativas que involucren a la persona adolescente o
adulta joven, su familia o responsable y personal técnico especiali-
zado. El Plan debe contener diagnóstico, pronóstico y estrategia de
intervención, además de objetivos, metas e indicadores medibles.
III. Implementar un programa comunitario con actividades socioe-
ducativas, de capacitación para el empleo, atención psicológica y
terapia familiar, recreativas, culturales y deportivas.
IV. Aplicar evaluaciones de proceso individual a través de indicado-
res con respecto a la relación consigo mismo, con la familia, per-
sonal técnico y de seguridad, objetivos del Plan Individualizado y
con cada una de las actividades del programa colectivo.
V. Diseñar e implementar programas de actualización, profesiona-
lización y certificación para formar técnicos especialistas para la
atención de los adolescentes.
Líneas transversales. 2.3
Este Programa plantea líneas de transversalidad destinadas a incidir en los
ámbitos familiar, escolar, laboral y comunitario de la persona adolescente
o adulta joven, con el fin de generar capacidades y competencias que le
permitan reducir la posibilidad de reincidencia.
Para lograr este propósito, es necesario fomentar la construcción de nue-
vas capacidades en las personas adolescentes que han cometido una con-
ducta tipificada como delito y que le permitan tener un mejor manejo de
los factores de riesgo que la favorecieron. Carecer de una integración social,
43
s i m ó n t av e r a r o m e r o
recurrir a la violencia en situaciones de conflicto, pertenecer a una comu-
nidad donde se ha normalizado la violencia y el delito, así como no conce-
bir relaciones igualitarias y equitativas respecto a la mujer, nos conducen a
abordar estas dificultades como líneas transversales del Programa, es decir,
fomentar habilidades para la vida, solución pacífica de conflictos, cultura
de la paz, cultura de la legalidad y perspectiva de género.
• Habilidades para la vida. Las habilidades para la vida surgen como
una propuesta que hiciera la OMS en 1993, la cual pretende tener
un enfoque educativo centrado en la enseñanza de destrezas psico-
sociales que ayuden a afrontar las exigencias y desafíos de la vida
diaria, cuyo interés es fortalecer alternativas para una mejor con-
vivencia. Esta propuesta se enraíza en la Carta de Ottawa y plantea
ser un enfoque psicosocial, lo que implica que estas habilidades
pueden aplicarse en el área de las acciones personales, las relacio-
nes sociales o las acciones para transformar el entorno escolar, fa-
miliar y social. Dichas habilidades están destinadas a establecer y
mantener interacciones sociales satisfactorias para uno mismo y
para los demás.
El término habilidad se emplea para destacar un conjunto de res-
puestas específicas que se asocian a determinadas clases de estí-
mulos mediante procesos de aprendizaje en la acción, tanto como
observacional, con procedimientos de refuerzo positivo y modelaje.
Desde esta perspectiva es importante señalar que las habilidades
a desarrollar se clasifican en tres categorías: habilidades sociales,
cognitivas y aquellas relacionadas con el manejo de los afectos.
Algunos factores que incluye la competencia social son los siguien-
tes: dominar las habilidades sociales básicas como la escucha, res-
peto por los demás, practicar la comunicación receptiva, la comu-
nicación expresiva, compartir emociones, asertividad, prevención y
solución de conflictos, capacidad para gestionar situaciones emo-
cionales, comprensión de las emociones de los demás y desarrollo
de conductas prosociales.
• Resolución pacífica de conflictos. En el marco jurídico de esta Ley se
incluye un capítulo referente al tema de la mediación, en donde las
partes agravadas (personas adolescentes o adultas jóvenes, repre-
sentante y víctima) están en la disposición de proponer y construir
opciones para dar solución a una controversia. Estos mecanismos
44
la comunidad terapéutica
apuntan a la resolución pacífica de una discrepancia o problemá-
tica, misma que debe solucionarse por vías alternas y con la plena
disposición y profesionalización de un mediador.
Dichos principios corresponden a los fundamentos filosóficos de la
justicia restaurativa, misma que usa como metodología la resolu-
ción de conflictos para “el restablecimiento de la paz social, me-
diante el diálogo comunitario y el encuentro personal entre los di-
rectamente afectados, con el objeto de satisfacer de modo efectivo
las necesidades puestas de manifiesto por los mismos, devolviéndo-
les una parte significativa de la disponibilidad sobre el proceso y sus
eventuales soluciones (López y Villanueva, 2011: 795-808)” y que al
momento hemos de retomar como un modelo viable para la reso-
lución pacífica de los conflictos que se suscitan entre las personas
adolescentes o adultas jóvenes privados de su libertad.
En este contexto, las desavenencias y diferencias a las que se en-
frentan las personas adolescentes son diversas, ya que existen in-
tervenciones grupales o individuales donde afloran conocimientos,
sentimientos, actitudes, costumbres y creencias desde diferentes
perspectivas, de acuerdo con las historias de vida de cada persona.
Aunado a la situación de encierro, el nivel de estrés y las tensiones
que fluyen de manera ordinaria entre la población, suelen provocar
eventos con índice de violencia innecesaria, misma que podría erra-
dicarse y prevenirse con el manejo de una resolución pacífica ante
la presencia de un conflicto.
Sin duda, en contextos de privación y condicionamiento de la li-
bertad impera la necesidad de formar personal especializado que
acompañe a las personas adolescentes o adultas jóvenes en este
proceso de mediación que, más allá de concebirles como meros ne-
gociadores, se presenten como comunicadores o sugerentes que sa-
ben manejar sus capacidades y recursos para apoyar a los jóvenes
a encontrar soluciones mediante el diálogo y la reflexión; además
de motivarlos para que desarrollen sus habilidades de autocontrol,
equidad, empatía, cooperación y toma de decisiones en la resolu-
ción pacífica ante un conflicto.
• Cultura de paz. La cultura de paz debe ser inculcada en las personas
adolescentes o adultas jóvenes pensando en un contexto de justicia
y armonía social, en el cual puedan desarrollarse de forma integral.
45
s i m ó n t av e r a r o m e r o
“Esta no se define solo por la ausencia de un conflicto, es también un
concepto dinámico que necesita ser aprendido en términos positivos,
como son la presencia de justicia y armonía social, la posibilidad y
el respeto a su derecho de vivir con dignidad a lo largo de su vida
(UNESCO, 1994)”. Educar para la paz es asumir una forma de vida
donde el respeto, la tolerancia y la equidad sean el motor de las ac-
ciones que realiza cada persona todos los días, para que exista justi-
cia y democracia en la comunidad en cualquier contexto.
La educación para la paz consta de tres conceptos básicos (García
y Ugarte, 1997):
a) Paz positiva. Es la presencia de condiciones de vida más justas,
de cooperación, de respeto y confianza mutua. Se enfatiza en los
valores y formas de relación humana. También hace referencia al
aprecio de las diferencias culturales, la tolerancia y el respeto por
el otro, la igualdad entre las personas y la defensa de los derechos
humanos.
b) La no violencia. La no violencia, propone a las personas adoles-
centes o adultas jóvenes dar respuestas activas, acciones en la
defensa de la vida y los derechos humanos. Invita a mantener
una actitud crítica y de cambio frente a las injusticias, al ofrecer
respuestas no violentas a los conflictos y demostrar que la espiral
de la violencia se puede romper.
c) Manejo creativo del conflicto. La violencia es una reacción des-
tructiva al conflicto que impide generar relaciones que valoren el
respeto, la igualdad, la tolerancia y la justicia.
Educar para la paz hace referencia a la solución de conflictos. Los
conflictos no son sinónimo de violencia, forman parte de la convi-
vencia de los seres humanos. Son muy diversas las formas de ac-
tuar, pensar y expresarse y suelen aparecer diferencias entre éstas;
sin embargo, estas diferencias y la solución de conflictos ayudan al
crecimiento y enriquecen al ser.
• Cultura de la legalidad. La noción de cultura de la legalidad está
vinculada con los principios que las personas tienen respecto a la
ley y a los organismos encargados de ejecutarla. Dichos valores se
traducen en la conducta de la gente, que puede estar apegada o no
46
la comunidad terapéutica
a lo establecido por el orden jurídico (Pérez y Merino, https://defini-
cion.de/cultura-de-la-legalidad/).
El ideal indica que la cultura de la legalidad debe desarrollarse sobre
principios sólidos que resulten aceptables para absolutamente todos.
Cuando el individuo advierte que el cumplimiento de la ley no es equi-
tativo o que se puede violar la legislación sin consecuencias, dicha cul-
tura se ve minada. Se piensa, entonces, que el respeto por la legalidad
no es algo tan importante para el funcionamiento de la sociedad.
Infundir la cultura de la legalidad en todos los actores del sistema
es un gran reto. Sensibilizar a la persona adolescente y sus familias
de la importancia de las reglas, observar una actitud asertiva y no
punitiva del personal técnico y de seguridad, construir una rela-
ción empática pero no complaciente de talleristas, evitar la relación
asistencialista de las organizaciones coadyuvantes, así como saber
lidiar con las reacciones del personal técnico ante la comisión del
delito, son los primeros pasos hacia esta cultura. Y, más importante
aún, poder abrir espacios de dialogo y discusión sobre el tipo de re-
glamento, características y fines, para construirlo conjuntamente,
es un verdadero proceso afirmativo.
• Perspectiva de género. El PACIA implementa planes, proyectos y
acciones que promueven diversos talleres y actividades con pers-
pectiva de género, cuyo fin es brindar herramientas para detectar y
evitar la violencia hacia las mujeres, así como disminuir la brecha
de desigualdad entre hombres y mujeres. Se busca contribuir a la
transformación de las bases de la violencia, al combatir la desigual-
dad para favorecer la cohesión social, hacer énfasis en la construc-
ción de una cultura para la paz y respetar los derechos humanos de
las personas adolescentes y adultas jóvenes privadas de su libertad.
Es primer lugar, es importante hacer la distinción entre sexo y gé-
nero, comprendiendo que el primero se refiere a las características
biológicas y anatómicas, mientras la segunda se refiere al conjunto
de ideas, creencias y atribuciones sociales construidas en cada cul-
tura y momento histórico, tomando como base la diferencia sexual.
A partir de ellos se construyen los conceptos de masculinidad y fe-
minidad, los cuales determinan el comportamiento, las funciones,
oportunidades, valoración y relaciones de género. Son construccio-
nes socioculturales que pueden modificarse, ya que son aprendidas.
47
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Existen diferentes géneros: género binario que concibe ser exclusi-
vamente mujer o hombre; género no binario en donde existen todas
aquellas identidades que no encajen en las definiciones tradiciona-
les; y, género fluido en donde la identidad es más plástica con ca-
pacidad de fluir entre identidades en caso de necesitarlo o desearlo.
También se debe comprender que hay una diferencia entre la pers-
pectiva de género y la igualdad de género. La perspectiva de género
es el proceso de evaluación sobre las consecuencias para las mujeres
y los hombres de cualquier actividad planificada, inclusive las leyes,
políticas o programas, en todos los sectores y a todos los niveles de
gobierno. Por otro lado, la igualdad de género es el objetivo a largo
plazo en donde se ha cumplido este el principio igualdad sustantiva.
Por lo tanto, la perspectiva se refiere al proceso de evaluación y bús-
queda de este objetivo y la igualdad es cuando se ha obtenido.
Con la vista puesta en el futuro, se propone transformar a las insti-
tuciones sociales, leyes, normas culturales y prácticas comunitarias
que son discriminatorias, por ejemplo, aquéllas que limitan el acce-
so de las mujeres o a la población lésbico, gay, bisexual, transexual,
transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI) a los derechos sobre la
sexualidad o que restringen su acceso a los espacios públicos.
Con esta base de líneas trasversales, el PACIA propone un contexto re-
lacional reeducativo sobre factores de riesgo generadores de violencia. Las
intervenciones pueden ser actividades planeadas sobre alguna situación
en particular, como por ejemplo, un ejercicio de mediación en un conflicto
suscitado entre el grupo; también puede ser una forma cotidiana de inter-
vención en donde el personal técnico y de seguridad promueven el dialogo
y la reflexión permanentemente entre el grupo de personas adolescentes;
otra modalidad es el acompañamiento y forma de presidir el encuadre, en
donde, la presencia es una forma de instituir el límite, las reglas y cumpli-
miento del Programa.
De acuerdo con los perfiles psicosociales de la persona adolescente,
se ha identificado que se caracterizan por tener una baja participación
social y ejercicio de los derechos humanos, establecer relaciones inter-
personales en donde predomina la agresión y la violencia, incurrir en
conductas tipificadas como delito, tener una percepción de que la des-
igualdad social es injusta y que la ley no se aplica con igualdad para
todos, así como mantener estereotipos machistas y relaciones desiguales
48
la comunidad terapéutica
e inequitativas entre hombres y mujeres. Por estas razones, se propone
que, durante el internamiento preventivo y ejecución de la medida, se
construya cotidianamente un vínculo que promueva las habilidades para
la vida, solución pacífica de conflictos, cultura de la paz, cultura de la
legalidad y la perspectiva de género.
Dispositivo de atención y objetivos estratégicos. 2.4
El dispositivo de atención es el marco de acción y procedimientos para cum-
plir con el objetivo del PACIA y está constituido por el programa de activida-
des socioeducativas, sociolaborales, psicoterapéuticas, artísticas, culturales,
recreativas y deportivas; por las líneas trasversales de atención a los factores
de riesgo (habilidades para la vida, solución pacífica de conflictos, cultura de
la paz, cultura de la legalidad y perspectiva de género); por las personas que
participan en las diferentes actividades (las personas adolescentes o adulta
joven, sus familias o responsables, personal técnico y de seguridad, talleristas
y organizaciones coadyuvantes); por los derechos de la persona adolescente
y sus obligaciones; por las reglas y sanciones; y, los roles y responsabilidades
de cada miembro de la comunidad en los Centros Especializados.
En este sentido, el dispositivo es el escenario y actores de la acción pre-
ventiva que busca impulsar los procesos de cambio establecidos en el PA-
CIA y Plan Individualizado. Se traduce en procesos y acciones para la rein-
tegración familiar y social de las personas adolescentes o adultas jóvenes
que se encuentren cumpliendo medidas de internamiento preventivo, de
ejecución o cautelares en libertad.
El proceso de cambio que se busca promover en este dispositivo depende-
rá de la alianza terapéutica y compromiso que logren establecer la persona
adolescente, su familiar o responsable y el personal técnico y de seguridad
para lograr construir las capacidades necesarias para el proceso reinserción.
De manera particular, se busca que la persona adolescente adquiera
herramientas de análisis y reflexión para evaluar su situación general y
las consecuencias de incurrir en un hecho tipificado como delito, así como
posibles modificaciones en el estilo de vida. Y, con esta base, la persona
adolescente transite por un proceso cuyos objetivos estratégicos son la
sensibilización, sentido de realidad y aceptación de proyecto de vida, como
referencias de cambio.
• Objetivos estratégicos.
Los objetivos estratégicos se refieren al mapa causal o proceso de cam-
bio de la persona adolescente con respecto a la comprensión gradual de
49
s i m ó n t av e r a r o m e r o
la necesidad de modificar un estilo de vida que se encuentra alejado del
respeto y la legalidad y adoptar otro de mayor integración social. Se trata
de comenzar a entender las circunstancias personales y del entorno que
llevaron a la conducta tipificada como delito y hacer un juicio o balance
sobre sus consecuencias y cumplimiento de la sanción penal, con la finali-
dad de plantearse la posibilidad de modificar su estilo de vida y asumir un
compromiso de cambio.
• Sensibilización.
Este primer objetivo se refiere a la experiencia de ingreso de la persona
adolescente o adulta joven a alguno de los Centros Especializados en inter-
namiento o el Área de Seguimiento y Supervisión de Medidas de Sanción
No Privativas de Libertad. En este momento se hace la valoración médica,
se brinda la atención especializada requerida y se identifica si existe algún
problema de salud o salud mental.
La sensibilización inicia con el acercamiento del personal técnico con
la persona adolescente y su familia o responsable, en donde se busca es-
tablecer una alianza de trabajo a partir de las necesidades particulares
identificadas y que serán incluidas en el Plan Individualizado.
El cumplimiento de este objetivo es de suma importancia pues mol-
dea el vínculo inicial que podemos nombrar alianza terapéutica, aunque
se cubran aspectos reeducativos y de otra índole. Esta alianza debe es-
tablecerse a partir de un acuerdo para fijar objetivos, metas y acciones
del Plan, así como los roles y responsabilidades de todas las personas
involucradas, su forma de seguimiento, a la manera de un diagnóstico
participativo.
La sensibilización, en este sentido, consiste en favorecer la adherencia
al PACIA a través de la asignación de un rol participativo y activo en la
toma de decisiones de la persona adolescente o adulta joven. Se trata de
que experimente una situación en donde se sienta acompañado, que se
percate del interés del personal técnico en su proceso de crecimiento y
reintegración social, que perciba un vínculo de empatía y respeto de todos
sus derechos, así como adquirir la capacidad de decidir sobre su proyecto
de vida.
Este objetivo podrá ser cubierto si la persona adolescente tiene las con-
diciones de análisis, reflexión y compromiso hacía un proceso de reinte-
gración social. Si estas capacidades son bajas, entonces el objetivo inicial
es construirlas, ejercitarlas e incorporarlas gradualmente y para luego
transitar al siguiente pasaje.
50
la comunidad terapéutica
• Sentido de realidad.
Este segundo objetivo se refiere a la consolidación de la capacidad de aná-
lisis y reflexión de la persona adolescente o adulta joven que logra evaluar
a profundidad la conducta tipificada como delito y las circunstancias de su
entorno para tomar decisiones frente a su futuro.
Es frecuente observar diversas reacciones o actitudes frente a la comi-
sión del delito y éstas oscilan entre la presencia o ausencia de culpa, deseo
de reparar o no el daño causado, aceptación o no de la medida de sanción,
experiencia emocional frente al hecho y cómo se experimenta la privación
de la libertad, así como la intención o no de modificar el estilo de vida. La
capacidad de análisis y reflexión afronta de manera persistente este hecho
en un ejercicio de comprensión, abordando el conjunto de circunstancias
que favorecieron esta conducta y lograr evaluar ampliamente el hecho.
De manera simultánea, los problemas relacionales que surjan en la
vida cotidiana del Centro Especializado serán objeto de análisis y reflexión
grupal como expresión de la falta de control de impulsos, violencia y co-
rrelato de la salud mental. En estas intervenciones se orientará su análisis
para entender la asociación que existe entre los problemas relacionales
actuales y las situaciones que lo llevaron a estar en conflicto con la ley.
Adicionalmente, se promoverá la reflexión en la acción sobre la importan-
cia de construir una cultura de legalidad, resolución pacífica de conflictos,
cultura de paz, perspectiva de género, así como generar vínculos positivos.
Este objetivo podrá ser cubierto si la persona adolescente tiene las he-
rramientas de reflexión, análisis y tenga los elementos para decidir si de-
sea modificar o no su estilo de vida. Sólo si existe una preocupación genui-
na de su condición como infractor de la ley, experimenta un sentimiento
de culpa y una intención de reparación del daño, así como desear vivir en
condiciones más satisfactorias, armónicas y de bienestar, entonces la per-
sona adolescente estará en condiciones de planear un proyecto de vida al-
ternativo. Si estas capacidades son bajas, entonces es necesario continuar
este ejercicio de comprensión de las causas que lo tienen en esta circuns-
tancia y gradualmente decidir construir un cambio en el estilo de vida.
• Aceptación de proyecto de vida.
Este tercer objetivo se refiere a la construcción de un proyecto de vida
durante la permanencia en el sistema de la persona adolescente o adul-
ta joven. Este proyecto, incluye sus intereses personales, aspiraciones en
la vida y desarrollo en las diferentes áreas de funcionamiento como la
educación, empleo, salud, familia, arte, cultura y deporte. Y su planeación
51
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
considera objetivos a corto, mediano y largo plazo, así como la viabilidad,
establecimiento de prioridades y forma de instrumentación.
Los insumos para su elaboración son las necesidades e intereses de la
persona adolescente o adulta joven; los aprendizajes obtenidos durante la
implementación del Plan Individualizado de Actividades y de Ejecución; los
avances obtenidos en la construcción de habilidades para la vida, solución
pacífica de conflictos, cultura de la paz, cultura de la legalidad y perspectiva
de género; y, el grado de sensibilización, sentido de realidad y aceptación de
proyecto de vida alcanzado durante su participación en el PACIA.
La aceptación del proyecto de vida, por parte de la persona adolescente
apoyada por su familia o persona responsable y el personal técnico, repre-
senta el diseño del encuadre para la reinserción social, pero ahora en liber-
tad. Es importante que el proyecto incluya un componente de prevención
de la reincidencia y mecanismos de control de los factores de riesgo que
favorecen la comisión del delito, a través de un acompañamiento externo.
Si bien este pasaje se aborda desde el ingreso, en los casos de ejecución
de sanción ya sea en internamiento o en medidas no privativas de libertad,
se busca enfocar en la última etapa del Plan Individualizado de Ejecución
y elaborar el proyecto de vida en su preparación para el egreso, 6 meses
antes, de acuerdo con la Ley.
En resumen, los objetivos estratégicos de sensibilización, sentido de rea-
lidad y aceptación del proyecto de vida aluden a un mapa causal hacia el
proceso de cambio que va desde el ingreso al sistema hasta la reinserción
social y representan las metas e indicadores que ha de cumplir el adoles-
cente para lograr los objetivos del Plan Individualizado y del PACIA mismo.
Entonces, son referencias de avance del proceso y señala la experiencia
individual de la persona adolescente o adulta joven al transitar por el pro-
grama comunitario y el aprovechamiento que obtiene de su participación.
2.5 Fases del programa.
Las fases del dispositivo se refieren a los tres principales procedimientos
operativos que transcurren durante la permanencia de la persona adoles-
cente o adulta joven en el sistema y en cada uno de los centros especiali-
zados. Estas fases comienzan desde el ingreso que puede ser en interna-
miento preventivo, en ejecución de la medida que puede ser en un Centro
Especializado o en libertad y están diseñadas para lograr el objetivo final
de reinserción familiar y social de la persona adolescente o adulta joven
que ingresa al Sistema.
Estas Fases desarrollan procedimientos que van desde la valoración in-
tegral al ingreso, elaboración del Plan Individualizado de Actividades y de
52
la comunidad terapéutica
Ejecución, participación en el programa comunitario, construcción del pro-
yecto de vida y, finalmente, seguimiento en la reinserción familiar y social.
De esta manera, el dispositivo del PACIA consta de tres fases operativas,
con metas y procedimientos para cada una de ellas: a) Recepción/Induc-
ción, b) Atención Especializada y c) Preparación para el egreso/Separación.
• Fase de Recepción/Inducción.
Es la primera fase del dispositivo, la cual tiene la finalidad de recibir a
la persona adolescente o adulta joven que ingrese a algún Centro Espe-
cializado de Internamiento Preventivo o Ejecución de Sanción en Inter-
namiento o en Libertad, donde se hacen los registros y encuadre para el
cumplimiento del ordenamiento jurisdiccional. Asimismo, se proporciona
la inducción técnica que permitirá el acercamiento y colaboración entre la
persona adolescente o adulta joven, su responsable o familiar y el personal
técnico y de seguridad.
En esta fase se realiza la valoración integral con el objetivo de que se
identifiquen las características de cada una de las personas adolescentes
o adultas jóvenes que permitan trazar las directrices, de manera conjunta,
del Plan Individualizado de Actividades (Internamiento Preventivo) y de
Ejecución de la Medida (Internamiento o en Libertad).
Sin duda, la elaboración de la valoración integral es la piedra angular y
procedimiento inicial para el diseño del Plan Individualizado, abordando
temas, a través de entrevistas, sobre salud mental y áreas de funciona-
miento, consumo de drogas, tipología de la familia, red social y contexto
comunitario. Estas informaciones se concentran a manera de historia clí-
nicas en su expediente.
Otra de las tareas iniciales de esta fase es garantizar la reintegración de
todos los derechos que asisten a las personas adolescentes y son incluidas
en el Plan Individualizado de Actividades como son atención médica, psi-
cológica, socioeducativas, de capacitación, artísticas, culturales y recreati-
vas. Durante su implementación, se obtienen una gran cantidad de datos
que a la autoridad administrativa le es muy importante para construir
junto con la persona adolescente y de preferencia con su familia, las bases
para un proyecto de vida alejado de los factores de riesgo que la conduje-
ron a la situación actual.
Así también, se hace una convocatoria y se fomenta la participación de
los familiares para que se integren al programa comunitario y de terapia
familiar con la finalidad de promover un proceso de construcción de capa-
cidades parentales para el acompañamiento con la persona adolescente o
adulta joven.
53
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

En esta fase y en los casos de internamiento preventivo, se realiza el y para las personas adolescentes que fueron encontradas responsables del
desarrollo del juicio oral, en espera de la medida correspondiente, que por hecho juzgado teniendo 14 o 15 años tendrá como máxima duración 3
ley no debe exceder 5 meses. años y para quienes cometieron el hecho teniendo 16 o 17 años la medida
podrá extenderse hasta por 5 años.
PROCESO DE CUMPLIMIENTO DE LA MEDIDA Al dictarse la medida, la persona adolescente pasa a los centros es-
Dirección general de atención especializada para adolescentes
pecializados de ejecución y, de acuerdo con la metodología del PACIA, se
hace una evaluación que complementa la valoración integral realizada en
DEL DELITO

El PACIA comienza desde el

COMISIÓN

INICIO
momento en que se dicta la internamiento preventivo y profundiza en las áreas que deben reforzarse,
medida cautelar de internamiento así como una revisión de objetivos, metas y actividades acorde a la tempo-
Ingresa al preventivo y si existe una situación ralidad de la medida.
Sistema judicial problemática de consumo de
Juez de Control sustancias, se propone su El PACIA es el marco donde se encuadran las actividades cotidianas
tratamiento. de acompañamiento e intervención y otorgan un sentido comunitario a
SISTEMA JUDICIAL

todas las acciones que se realizan con las personas adolescentes durante
Adolescente el periodo de su medida. Durante su implementación se establece un vín-
presunto Medida Medidas cautelares culo de acompañamiento entre personal técnico y la persona adolescen-
responsable de cautelar? diversas
cometer delito te en donde cotidianamente se fomentan un enfoque socioeducativo de
penal formación y adquisición de herramientas de habilidades sociales, cultura
de la legalidad, educación para la paz, derechos humanos y protección al
Libertad con ambiente. Así también, en esta fase se promueve los tres objetivos estraté-
DGAEA

Internamiento Medida de
preventivo
medidas gicos del proceso como son la sensibilización, sentido de realidad y acep-
sanción? cautelares tación de proyecto de vida.

Programa de Atención Comunitaria Integral para Adolescentes

CUMPLIMIENTO

Derechos restituidos
Ejecución de Ejecución de
la medida en la medida en FIN
os Médico
internamiento externamiento rvici s
Se

u
cioed cativas
So
Con base en la valoración integral, se establecen los objetivos, metas y
acciones del Plan Individualizado, en conjunto con la persona adolescente
Acompañamiento Revisión mensual
o adulta joven y su familiar o responsable, que permitan llevar a cabo un por personal
PACIA con participación
Plan Individualizado Plan Individualizado
seguimiento preciso de su cumplimiento o hacer las modificaciones en técnico de actividades de ejecución de la persona
caso de ser necesario para lograr la reinserción social y familiar. especializado adolescente

• Fase de Atención Especializada. So

ciolaborales
Ac s
Es la segunda fase del dispositivo y depende de los resultados del juicio tiv
ida sti
ca
rtí
y las medidas que el juez determine, pudiendo ser: la libertad absoluta, re des
cre psicoterapéuti cas a s
ativ
as, cu rtiva
internamiento preventivo, medidas en externamiento o medidas de ejecu- lturales y depo
ción en internamiento. La duración será definida por la autoridad judicial

54 55
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Horario Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo

El PACIA es un programa altamente estructurado y de participación co-
06 a 07 ATLETISMO Y NATACIÓN
munitaria con actividades que cubren aspectos psicoterapéuticos, socioedu-
07 a 08 APERTURA DE DÍA
cativos, de capacitación para el empleo, arte, cultura y deporte. Es riguroso en
08 a 09 PREPARACIÓN Y CONSUMO DE ALIMENTOS
el cumplimiento de sus tiempos, objetivos y presencia de sus participantes.
09 a 10 ACTIVIDAD ACTIVIDAD ACTIVIDAD
El personal técnico especializado es el responsable de presidir el encuadre DE ESTUDIO Y
TALLER DE
INVESTIGACIÓN DE ESTUDIO Y
TALLER DE
INVESTIGACIÓN DE ESTUDIO Y
10 a 11 RECUPERACIÓN RECUPERACIÓN RECUPERACIÓN
establecido y verifica que se cumplan el reglamento comunitario. Se fomenta ESCOLAR NAVEGACIÓN Y ESCOLAR NAVEGACIÓN Y ESCOLAR ASISTENCIA HUERTO
11 a 12 REDES SOCIALES REDES SOCIALES A GRUPOS ECOLÓGICO
un rol participativo de la persona adolescente y se le asignan responsabilida- VULNERABLES COMUNITARIO
12 a 13 TALLER DE TALLER DE TALLER DE TALLER DE
des de coordinación grupal por cada una de las actividades, con el propósito 13 a 14
TEATRO CINE DEBATE TEATRO AJEDREZ TEATRO

de construir una estructura de organización desde ellos mismos. Se realizan 14 a 15 PREPARACIÓN Y CONSUMO DE ALIMENTOS
asambleas para tocar temas comunitarios como son conflictos relacionales, 15 a 16 SERVICIO DE SERVICIO DE
trasgresiones al encuadre, revisión del programa, organización de eventos 16 a 17 SERVICIO A LA MANTENIMIENTO
ALFABETIZACIÓN
Y GESTIÓN PARA MANTENIMIENTO
ALFABETIZACIÓN
Y GESTIÓN PARA
ASISTENCIA
A MUSEOS,
COMUNIDAD DE LA CT DE LA CT
culturales y de recreación. Y, se impulsa la terapia comunitaria o comunidad 17 a 18
ADULTOS
MAYORES
ADULTOS
MAYORES
CONCIERTOS,
BAILES, EVENTOS
HUERTO
ECOLÓGICO

terapéutica, bajo el supuesto de que la salud mental se expresa en los vín- 18 a 19 GRUPO GRUPO DE GRUPO GRUPO DE GRUPO
CULTURALES
Y DEPORTIVOS
COMUNITARIO

PSICOTERA- PSICOTERA- PSICOTERA-

culos y su actuación es la materia prima de análisis y reflexión comunitaria. 19 a 20
PÉUTICO
CONFRONTACIÓN
PÉUTICO
CONFRONTACIÓN
PÉUTICO

Su expresión actuada, a manera de conflictos, se traslada al universo de la 20 a 21 PREPARACIÓN Y CONSUMO DE ALIMENTOS

palabra hablada y su manifestación verbal es el principal contenido de los 21 a 22 CIERRE DE DÍA
grupos de reflexión o psicoterapéuticos. De esta manera, el PACIA provee de 22 a 23
una técnica muy clara para construir capacidades de reflexión y análisis so- 23 a 24

bre uno mismo y como comunidad. A esto también de le denomina proceso 24 a 01

secundario, herramienta esencial para la producción de aprendizajes y mo- 01 a 02

DESCANSO
tor del proceso de cambio, fin de toda actividad psicoterapéutica. 02 a 03

03 a 04

Fases de tratamiento 04 a 05

05 a 06
Reinserción familiar y social
Fases
I. Recepción inducción. Son los
procedimientos de ingreso y ela-
boración de la valoración integral y Este Programa no puede ni debe desbordar el espacio y el tiempo que la
Plan individualizado de Actividades Programa de Actividades medida legal estableció al adolescente quien, una vez obteniendo la liber-
y procedimientos de inducción al Elaborativas tad completa, termina toda obligatoriedad de la persona adolescente para
Organización
modelo de atención. 6% 6% con el sistema de justicia. Sin embargo, en la etapa final de la medida, se
II. Atención especializada. Es la Descanso Productivas
implementacióndel Plan Individua-
tiene prevista la preparación para el egreso donde se plantea la elabora-
31% 12%
lizado de Ejecución con orientación ción de un Proyecto de Vida con orientación y asesoría para el uso de los
socioeducativa en habilidades para Educativas recursos sociales y gubernamentales que refuerzan la red disponible para
la vida, solución pacífica de con- 7%
flictos, cultura de paz, cultura de la que la persona adolescente continúe con sus estudios y de así desearlo se
legalidad y perspectiva de género. Artístico inserte en el mercado laboral.
Cocina
Lúdico culturales
9% Mantenimiento
III. Preparación para el egreso o recreativas 8%
8% • Fase de Preparación para el egreso/separación.
separación. Consiste en el acom- 13%
pañamiento en la elaboración del
proyecto de vida como nuevo en- En esta fase se implementan los procedimientos previos al egreso para
cuadre para la reinserción social.
favorecer la reinserción familiar y social de la persona adolescente o adul-
Ingreso al sistema penal
ta joven y la actividad sustantiva se centra en la elaboración del proyecto

56 57
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

de vida. Para ello, se pone en marcha una siguiente estrategia del plan
individualizado denominado Programa de Inclusión Social implementado
por el Centro Especializado de Prevención.
Desde el ingreso de la persona adolescente al sistema y desde el in-
ternamiento preventivo, se aborda la preparación para el egreso a través
de la sensibilización y el fomento del sentido de realidad para promo-
ver el diseño del proyecto de vida de manera participativa. La persona
adolescente en colaboración con su familiar o responsable, el personal
técnico especializado y organizaciones coadyuvantes trabajarán en obje-
tivos, metas y acciones a desarrollar en este último tramo del programa. LA COMUNIDAD COMO
Es importante que este proyecto incluya una estrategia de prevención
de la reincidencia y mecanismos de control de los factores de riesgo que
MÉTODO DE CAMBIO
favorecieron la comisión del hecho tipificado como delito, así como del
consumo de sustancias psicoactivas. Esta preparación se implementa
con una duración de 4 a 6 meses previos al egreso y da continuidad a la
“La comunidad terapéutica es un dispositivo de tratamiento
atención y monitoreo en libertad.
En la actualidad se está promoviendo una iniciativa de ley de segui-
a las adicciones para adolescentes en conflicto con la ley. El
miento post penal para formalizar el acompañamiento requerido para los proceso de atención tiene lugar en un programa altamente es-
procesos de atención, pero la Dirección General de Atención Especializada tructurado que utiliza un mecanismo de presión que provoca
para Adolescentes como parte de la Autoridad Administrativa es pionera que la persona adolescente actúe sus problemas relacionales
en el seguimiento en libertad que parte desde la detección, implementa- y de conflicto con la ley frente a sus pares. Éstos le servirán
ción de actividades, atención especializada, educación, así como la vincu- de espejo de la consecuencia social de sus actos, los cuales
lación con otros servicios especializados, programas públicos y organiza- son sometidos al análisis y la reflexión comunitaria, para su
ciones coadyuvantes. comprensión y generación de aprendizajes bajo un clima de
En esto radica la importancia de mantener un encuadre sólido, que contención y seguridad emocional”.
responda a las necesidades de la persona adolescente, que restituya sus
derechos y afronte las causas del hecho tipificado como delito, para favo-
recer la reinserción familiar y social, a través de un proyecto de vida sóli-
do y consistentes con las condiciones del entorno, así como las habilidades
y capacidades de la persona adolescente.

58 59
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

3. LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA
PARA EL TRATAMIENTO
DE LA SALUD MENTAL Y LAS
ADICCIONES CON ADOLESCENTES
EN CONFLICTO CON LA LEY.

El Programa de Atención Comunitaria Integral para Adolescentes y la co-

La voz de las personas adolescentes
en los programas de tratamiento.
munidad terapéutica guardan un parentesco metodológico muy cercano.
Ambos identifican como destinatario de su modelo de atención a los ado-
lescentes en conflicto con la ley con consumo problemático de sustancias
psicoactivas o adicciones. Sus enfoques se dirigen a la persona y omiten
definiciones centradas en el consumo, de causalidad única y deterministas.
Por el contrario, ambos abordajes conciben a la persona adolescente
en conflicto con la ley con consumo de sustancias como un fenómeno
complejo de múltiples causas y tienen el objetivo de atenderlas en forma
integral desde el ámbito individual, familiar, comunitario y social, como lo
prescribe la Ley.
Bajo esta lógica, la CT tiene el propósito de atender este conjunto de
necesidades bajo un enfoque de derechos humanos y perspectiva de gé-
nero, así como su restitución a través de actividades como son la atención
médica y psicológica, reincorporación escolar, capacitación para el empleo
y actividades artísticas, culturales y deportivas, para promover la reinser-
ción familiar y social.
Tanto el PACIA como la CT confluyen en la aplicación de un dispositi-
vo comunitario como método de intervención. Este dispositivo, además
de las actividades mencionadas, aplica una técnica para atender la salud
mental y las adicciones bajo el supuesto de que los problemas emocio-
nales se expresan en los vínculos a manera de conflictos relacionales en-
tre las personas adolescentes. Estos conflictos actuados y visibilizados son
trasladados al universo de la palabra en una intensa dinámica de análisis
y reflexión para su procesamiento colectivo. El PACIA hace referencia a es-
tas intervenciones comunitarias como socioeducativas y la CT las deno-
mina intervenciones comunitarias de confrontación o grupo de encuentro,
ambas como técnica representativa de la psicoterapia comunitaria.

60 61
 s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

omnipotente del médico y proponer una relación de mayor acompaña-

También proponen que los planes Individualizados o planes de trata-
miento y facilitador de grupo, así como lograr que los pacientes tuvieran
miento se elaboren con base en un diagnóstico integral y los objetivos sean
una participación más activa en el proceso terapéutico.
acordados con la persona adolescente y su familia o representante con
De esta manera, desde su origen la comunidad terapéutica fue concebi-
metas e indicadores medibles. Los planes individualizados como estrate-
da como un modelo de atención a la salud mental como son los trastornos
gia personalizada se implementan en el programa comunitario como en-
graves de personalidad, incluyendo las psicopatías y solo posteriormente
cuadre colectivo y escenario de la aplicación de la técnica de la CT, es decir,
fue aplicada al tratamiento de las adicciones.
análisis de los problemas relacionales actuados.
De esta manera, la metodología común consiste en implementar un
dispositivo comunitario que promueva el análisis y la reflexión constante • Maxwell Jones, la raíz.
sobre los conflictos relacionales y promueva la construcción de habilida-
des sociales para la reinserción social con un proyecto de vida alternativo, Maxwell Jones es quien mejor aplica este concepto de comunidad terapéu-
alejado de la violencia, el delito y las adicciones. También plantean incidir tica en psiquiatría social. Desde 1941 trabajó con prisioneros de guerra, en
en el entorno y postulan la intervención con grupos familiares, redes so- 1947 creó la unidad para inadaptados industriales y luego inadaptados so-
ciales y las mismas comunidades de origen de la persona adolescente. Am- ciales, y más tarde para personas con psicopatías en el Hospital Henderson.
bos enfoques de tratamiento también comparten los objetivos del cambio El gran aporte de Jones fue implementar lo que llamó terapia social y
psicológico y en estilo de vida ante la situación de conflicto con la ley y la lograr, a través de esta metodología, resultados positivos con la mayoría de
dependencia al consumo de sustancias psicoactivas. sus pacientes. La terapia social consistía en considerar tanto a los pacientes
Estas afinidades metodológicas representan los argumentos y justifican como al equipo del hospital como un todo organizado con fines terapéuticos
la adopción de la CT, como uno de los componentes del PACIA, para el tra- y la acción terapéutica sustantiva era el trabajo en grupos de discusión.
tamiento especializado de la salud mental y las adicciones. Los grupos de discusión permitían abordar los principales problemas
A continuación, vamos a abordar la historia y método de la comunidad del carácter, la agresión, la sexualidad, las relaciones afectivas, la familia,
terapéutica y la forma de implementación en este contexto con adolescen- así como temas sociales. Asimismo, el conductor del grupo aportaba in-
terpretaciones de mayor profundidad psicológica que favorecía su análisis
tes en conflicto con la ley.
y reflexión. El contenido de la discusión emergía a partir de las situacio-
nes cotidianas de la CT y luego eran relacionadas con situaciones exter-
3.1 Historia de la comunidad terapéutica, CT.
nas y del pasado del paciente. También se utilizó el psicodrama y cuando
un miembro elegía un tema a analizar éste se convertía en el director de
El concepto de comunidad terapéutica es acuñado por el británico T. F.
teatro que organizaba la producción y montaje de la obra, cumpliendo la
Main en 1946, en un artículo titulado “El hospital como institución tera-
función de director de la obra y la escena parte de su historia. Las perso-
péutica”. En este trabajo describe la intervención comunitaria que realizó
nas invitadas a participar y la audiencia también eran beneficiadas por el
con un grupo de soldados con trastornos graves en el Hospital Militar Nor-
trabajo colectivo que se desarrollaba porque también emergían conteni-
thfield. La distinción de esta intervención fue que desarrolló un abordaje
dos colectivos o transferenciales. En cuanto a la terapia de empleo, era un
terapéutico participativo y organizó grupos de discusión para tomar las
entrenamiento para resolver conflictos con la autoridad, roles de trabajo y
decisiones sobre el rumbo que debía seguir el programa de tratamiento.
crear la posibilidad de la estabilidad laboral (Jones, 1953).
Esta cualidad participativa formaba parte de un conjunto de cambios ra-
Jones implementó los procesos participativos a través de asambleas ge-
dicales en el tratamiento de los trastornos mentales del movimiento deno-
nerales en la que participaban tanto médicos como pacientes y abordaban
minado antipsiquiátrico (Main, 1946).
los principales problemas que se presentaban en la comunidad, tomando
Este movimiento resaltaba la importancia del entorno hospitalario en
decisiones sobre las características del programa. También puso en práctica
los procesos de tratamiento y planteaba la necesidad de transformar el
las reuniones de equipo bajo el supuesto de que todos los miembros del
vínculo médico-paciente caracterizado por ser una relación asimétrica y
equipo poseían un nivel de información equivalente sobre las característi-
distante a otra más horizontal y participativa, además de reivindicar sus
cas de los usuarios, sus necesidades, y los procesos terapéuticos (acogida,
derechos como paciente. Planteaban que era necesario relativizar el rol

62 63
s i m ó n t av e r a r o m e r o
valoración y diagnóstico, seguimiento y evolución de casos, salidas, altas
terapéuticas). Por otro lado, estas reuniones disminuían la posibilidad de
implementar intervenciones desarticuladas, contradictorias o contraindica-
das. Otra aportación al tratamiento fue la utilización de lo que entonces se
llamaba socioterapia, que consistían en talleres y prácticas educativas que
permitían ir adquiriendo destrezas sociales y, en especial, el desarrollo de
la capacidad para ir asumiendo responsabilidades. La socioterapia es una
perspectiva semejante a las intervenciones socioeducativas en el PACIA.
1941 En Inglaterra se funda la primer CT
En esta CT se proporciona tratamiento a pacientes psiquiátricos y es fundada por
Maxwell Jones cuyo concepto metodológico era la organización democrática.
El gran aporte de Maxwell Jones fue otorgar un rol participativo
a las pacientes y concebir el ambiente terapéutico como uno de los
principales factores de cambio: roles, funciones y programa.
En resumen, Jones destacó como principales premisas de la CT, lo si-
guiente (Soto, 2011):
- La toma de decisiones se llevaba a efecto en asambleas, donde profe-
sionales y usuarios participaban activamente.
- Se revaloriza el concepto de equipo terapéutico y, por ende, se destaca
la importancia de las reuniones de evaluación clínica.
- La preeminencia de lo grupal como dispositivo, por sobre la atención
psicológica bipersonal.
- Se organizan prácticas socioeducativas (socio-terapia) para que los
usuarios adquieran herramientas y desarrollen destrezas sociales
logrando asumir, en el transcurso del proceso terapéutico, mayores
responsabilidades en sus vidas.
64
la comunidad terapéutica
Una evaluación de la CT implementada por Jones demostró que era po-
sible cambiar actitudes sociales relacionadas con pacientes asociales con
desórdenes severos del carácter tratados en comunidad. Los resultados
fueron los siguientes:
“Seis meses después de vivir en el hospital dos terceras partes de los
pacientes a los que se les hizo seguimiento hicieron un ajuste adecuado
y una tercera parte mostraron una adecuación pobre o muy pobre; cerca
de la mitad ha trabajado en tiempos completos desde que salieron del
hospital. Creemos que los resultados descritos no pudieron haber sido al-
canzados por psicoterapia individual y hospitalización (Jones, 1953: 156)”.
Tal fue el impacto de esta forma de concebir la enfermedad mental y
su tratamiento que en 1953 la Organización Mundial de la Salud, OMS,
establece que el hospital psiquiátrico debe funcionar como una CT. Ade-
más, reconoce en el paciente su capacidad para tomar iniciativas y asumir
responsabilidades, ocupar el tiempo en trabajos y otras actividades, tener
espacios de discusión con el equipo del hospital y contar con sanciones
disciplinarias, todo como una organización social con fines terapéuticos.
Como es posible observar, la CT en su origen fue un modelo de trata-
miento en salud mental para trastornos graves, incluyendo las psicopatías,
lo cual significa un antecedente muy valioso para el trabajo realizado en
el PACIA.
• Synanon, el comienzo.
La primer CT para el tratamiento a personas dependientes a sustancias
psicoactivas fue Synanon en 1958, bajo el liderazgo de Charles Diede-
rich, en Palo Alto, California. El gran hallazgo realizado por Diederich
fue observar durante las reuniones periódicas de Alcohólicos Anónimos,
AA, que las personas con dependencia a la heroína y al opio no podían
mantener la abstinencia a diferencia de las personas con dependencia al
alcohol, pero que al vivir juntos iban logrando cada vez mejores resul-
tados. Esta observación fue el punto de partida de Synanon y le siguió
un despliegue creativo al adaptar la ayuda mutua a un sistema de vida
comunitaria (De León, 2004).
Por vez primera se vislumbraba una alternativa para el tratamiento a
la dependencia a sustancias psicoactivas diferentes al alcohol, alternativa
que no existía en un momento histórico en el que aumentaba de manera
exponencial el número de personas con adicciones. Cabe señalar que la
condición de estas personas era en extremo dramáticas por el nivel de ais-
lamiento, marginación, sufrimiento, deterioro físico y emocional, llegando
en muchas ocasiones a la muerte por sobredosis.
65
s i m ó n t av e r a r o m e r o
A partir de estos primeros ensayos de la CT con inserción residencial
para el tratamiento de las dependencias a sustancias psicoactivas, se de-
sarrolló un proceso construcción metodológica y los aprendizajes llegaron
tras ensayo y error, en acercamientos graduales.
Uno de los criterios que determinaron esta primera experiencia fue
concebir este modelo como una comunidad de vida, de entrada, pero no
de salida, aún distante del tratamiento temporal a un trastorno. Se sabía
que la vida comunitaria de personas con problemas semejantes de adic-
ción y con objetivos compartidos de cambio, apuntalaba la frágil condición
individual y le permitía mantener la abstinencia, así como un proceso de
aprendizaje, pero no se entendía con precisión el método que propiciaba
dicho cambio. En este sentido, permanecer juntos indefinidamente pare-
cía una decisión lógica, pues no había elementos para considerar a la CT
como un espacio transicional y de recuperación, todo lo contrario, parecía
que la seguridad radicaba en la vida en común.
En esta primera generación de CT, el siguiente paso consistió en deli-
near la organización de la vida comunitaria. Para esto, era necesario cons-
truir un programa de tiempo completo en donde la ayuda mutua fuera
un vínculo trasversal entre sus miembros. De esta manera, se dieron a
la tarea de definir las reglas de convivencia, los mecanismos de toma de
decisiones, el programa de actividades que incluyera las sesiones de con-
frontación y asambleas, distribuir el uso de los espacios, así como cubrir
las necesidades de alimentación y sostenibilidad de la comunidad.
1958 Surge la primer CT para el tratamiento a la dependencia de drogas.
En Santa Mónica, California, surge SYNANON bajo la dirección de Charles Dede-
rich. El “juego” y la ayuda mutua son la columna verterbal de la vida comunitaria.
El gran aporte de SYNANON fue descubrir que la vida compartida con otras per-
sonas con dependencia proporciona el soporte relacional necesario para el cambio y
mantener la abstinencia en el consumo.
66
la comunidad terapéutica
Sin duda, el principal aporte de Synanon fue crear un programa residen-
cial estructurado de ayuda mutua para el tratamiento a las adicciones.
Sin embargo, todavía había camino por recorrer y los errores serían la
única ruta para el aprendizaje. Un elemento fundamental que no logró
instalarse en el modelo fue el manejo de la autoridad, rol que fue asumi-
do por su líder de manera natural. Y fue, precisamente, la concentración
del poder y el protagonismo el primer contrasentido que llevaría al fra-
caso esta primera CT.
Las lecciones aprendidas fueron focalizadas en restablecer la metodo-
logía participativa, definir objetivos claros, determinar el tiempo de per-
manencia, distribuir responsabilidades y crear espacios horizontales de
confrontación que evitaran los abusos de poder. Estas lecciones fueron la
clave para la segunda generación de la CT y así, la muerte de Synanon
condujo al nacimiento de Daytop en 1963.
Es importante en el contexto del PACIA, considerar el manejo del poder
en el sentido de que no inhiba la participación comunitaria, ni la relación
o alianza terapéutica entre la persona adolescente y el personal técnico
o de seguridad, como figuras de autoridad. Como estamos enterados, la
persona adolescente en conflicto con la ley, con frecuencia poseen un tras-
torno antisocial de la personalidad o por lo menos rasgos de ésta, lo cual
implica un conflicto interno con todas las representaciones parentales o
de autoridad, es decir, un superyó inadecuado. Por lo que no será fácil
ejercer este rol y promover cambios internos sobre las figuras de autoridad
internalizadas.
• Daytop, la consolidación.
La segunda generación de CT para el tratamiento a personas con depen-
dencia a sustancias psicoactivas fue Daytop Lodge en 1963, bajo el lideraz-
go de Daniel Casriel, en Nueva York. El propósito inmediato de Casriel era
retomar la experiencia de Synanon como dispositivo de tratamiento frente
al creciente número de personas con adicción, pero con la diferencia de
ser un espacio transitorio de recuperación. Este cambio sería sustancial en
la conceptualización de las adicciones y, por ende, en el método de trata-
miento (De León, 2004).
En esta segunda generación, la adicción era considerada como un tras-
torno que afectaba toda la vida de la persona, misma que podía ser tra-
tada y modificada en CT, como cualquier otro trastorno. Este tratamiento
permitiría la adquisición de aprendizajes y desarrollo de capacidades que
permitirían el regreso a la sociedad, es decir, se incluía la reinserción social
como parte de los objetivos del tratamiento.
67
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Casriel ya había visitado Synanon para conocer de cerca su método y
logró darse cuenta de que el juego o confrontación era el alma de la comu-
nidad. Además, siguió las sugerencias de J. L. Moreno y el ejemplo de Jones,
para incorporar el psicodrama como “método de psicoterapia” (Kooyman,
1996: 17). Es interesante esta propuesta porque la CT puede entenderse
como un escenario en donde se actúan los problemas emocionales en el
ámbito relacional de los residentes, siendo la actuación misma la posibili-
dad de verse a sí mismo en relación con los otros y la confrontación como
una manera de crear un diálogo con los demás, pero sobre todo con uno
mismo. Esta es la esencia de la inversión de roles, técnica representativa
del psicodrama, en donde uno se confronta y dialoga con uno mismo a
través de la participación de los otros. Asimismo, el psicodrama refuer-
za la idea de que la actuación de los conflictos relacionales es un input
constante para su elaboración psicológica, pues éstos subyacen al tipo de
personalidad y sus dificultades emocionales.
1963 Se consolida el modelo de CT: Daytop.
En Nueva York surge “Daytop Village” como una alternativa de tratamiento frente
a un creciente número de farmacodependientes y con el objetivo de mejorar su
funcionamiento. D. Casriel.
El gran aporte de DAYTOP es que conceptualiza la dependencia como trastorno
que puede curarse en un tiempo determinado y reinsertar socialmente a la persona.
También Carl Rogers tuvo su contribución y aportó los grupos de en-
cuentro (Kooyman, 1996: 17). Ésta es una técnica más organizada de tratar
la confrontación en la CT, a diferencia de lo que se conoce como tribuna en
AA. El aporte más importante de Rogers fue crear un dispositivo previsto
para abordar los problemas relacionales y afectivos como son los conflictos,
68
la comunidad terapéutica
el incumplimiento de las actividades del programa, desvío de los objetivos
del tratamiento, rompimiento de las reglas comunitarias y, en general, to-
das las trasgresiones al encuadre a través de la misma comunidad.
De esta manera, Daytop da un paso histórico en la construcción del mo-
delo de CT y surge como la primera alternativa eficaz para el tratamiento
a consumidores de sustancias psicoactivas, diferentes al alcohol. Así, se
constituye la CT como un espacio libre de drogas, con una base teórica
más elaborada y un programa altamente estructurado que promueve el
aprendizaje social a través de la vida común, con objetivos de reestructu-
ración del estilo de vida y cambios psicológicos, así como un programa de
entrada y salida con una etapa final de reinserción social.
En la década de los setenta, frente a los resultados exitosos de la CT y
el preocupante aumento en varios países de la incidencia de personas con
dependencia severa y muertes por sobredosis, surge la necesidad del sec-
tor salud y de la misma sociedad civil de crear la infraestructura para su
tratamiento y el modelo de CT era la primera y mejor opción.
En este contexto, en muchos países comienzan a capacitarse y replicar el
modelo construido por Daytop y surgen diversos programas como “Proyecto
Hombre” en Italia y España, “Portage” en Montreal, “Delancey Street” en San
Francisco, “Habitat” en Hawái, “Alfa House” en Portsmouth, “Phoenix House”
en Londres y “Emiliehoeve” en La Haya, entre otros (Kooyman, 1996).
Recapitulando, el término de CT fue acuñado en la psiquiatría social
por el británico T. F. Main en 1946. Esta metodología participativa tuvo su
mayor aplicación y desarrollo metodológico con Maxwell Jones en el tra-
tamiento a ex combatientes de guerra y personas con trastornos psicopá-
ticos. Posteriormente, la primera experiencia en el tratamiento a personas
con dependencia a sustancias psicoactivas fue Synanon de Charles Diede-
rich en 1958, aunque su propuesta fue más un concepto de comunidad de
vida que una CT propiamente dicha. Sin embargo, a quien le debemos el
mérito de crear la primera CT para el tratamiento de las adicciones es a
Daniel Casriel, quien aplicó el concepto propuesto en psiquiatría social y
replicó la experiencia de Synanon, con un mayor sustento teórico.
De esta manera, Daytop en 1963 es el punto de convergencia de la ayu-
da mutua proveniente de AA, de la metodología participativa de la CT de
psiquiatría social y del tratamiento residencial a las personas con depen-
dencia al consumo de sustancias psicoactivas de Synanon.
Esta es la historia y el proceso que sienta las bases de la CT en su ver-
sión más elaborada. La conformación de su modelo se ha sustentado en
el desarrollo de un método participativo en donde el personal técnico y
las personas en tratamiento, también denominados residentes, conforman
un sistema terapéutico basado en una alianza de colaboración para lograr
69
s i m ó n t av e r a r o m e r o
los objetivos del programa. Este es el significado que le atribuye George de
León a la frase “la comunidad como método de cambio”, aludiendo a su
cualidad terapéutica como sistema.
A propósito de la reinserción social, el PACIA y su CT consideran la rein-
serción social como la fase más compleja y en donde se ponen a prueba los
aprendizajes obtenidos durante el proceso de tratamiento y la solidez de
un proyecto de vida alternativo. Para lograr este objetivo, se implementan
intervenciones socioeducativas que apuntan a entrenarse en el control de
los factores de riesgo que favorecieron la comisión del delito y las adiccio-
nes, casi siempre relacionados con la violencia, así como intervenciones
psicoterapéuticas que van dirigidas a la elaboración psíquica de los proble-
mas relacionales, es decir, en salud mental.
He aquí una afortunada síntesis metodológica de la CT del PACIA para
lograr el objetivo de la reinserción social: promover la reinserción social a
través de un dispositivo comunitario con enfoque socioeducativo, por un
lado, que construya habilidades sociales para la integración social, herra-
mientas que permitan la solución pacífica de conflictos, pertenencia a una
cultura de la paz y de la legalidad, así como una postura relacional con
perspectiva de género; y, por el otro, con un enfoque de salud mental que
promueva el cambio psicológico a través del análisis y reflexión constante
de los conflictos relacionales que surgen en la misma comunidad. Bajo
este argumento, podemos afirmar que el PACIA es un modelo que aplica
una CT para el tratamiento de salud mental y las adicciones con adoles-
centes en conflicto con la ley.
Elementos que debemos recordar sobre la historia de la CT:
I. El predominio de lo grupal como dispositivo.
II. Se organizan prácticas socioeducativas para que los usua-
rios adquieran herramientas y desarrollen destrezas socia-
les logrando asumir, en el transcurso del proceso terapéu-
tico, mayores responsabilidades en sus vidas.
III. La toma de decisiones se llevaba a efecto en asambleas,
donde profesionales y usuarios participaban activamente.
IV. Se revaloriza el concepto de equipo técnico y destaca la
importancia de las reuniones de equipo para evitar inter-
HISTORIA venciones aisladas.
DE LA CT V. Replantea la perspectiva de la reinserción social como fase
final del tratamiento.
VI. Establece como objetivos el cambio psicológico y del estilo
de vida.
VII. Mantiene la base metodológica de la ayuda mutua y propo-
ne el grupo de encuentro como espacio de confontación y
técnica distintiva de la CT.
70
la comunidad terapéutica
Método y técnica de la Comunidad Terapéutica. 3.2
Hemos visto como se ha conformado el modelo de CT a través de su
historia y los principales componentes de su modelo como han sido los
procesos participativos, la inserción residencial, un programa altamente
estructurado, el dispositivo comunitario, las reuniones de equipo y una
temporalidad de tratamiento de acuerdo con la severidad de los proble-
mas y la reinserción social. Ahora es importante detallar la parte del mé-
todo y la técnica.
Partimos del supuesto de que las causas de las adicciones en la perso-
na adolescente en conflicto con la ley son posibles de estudiar y conocer
a través de un método de investigación con la finalidad de transformar-
las. Es decir, es posible conocer los factores de riesgo que favorecieron
el desarrollo de la situación de dependencia y transformarlos, estable-
ciendo una hipótesis de cambio y aplicando un plan de tratamiento que
nos permita evaluar sus resultados. Desde una mirada ecológica, estos
factores de riesgo provienen de los ámbitos individual, familiar, comuni-
tario y social. Por tal razón, el diagnóstico debe ser integral, más allá del
acto tipificado como delito y de la cantidad-frecuencia en el consumo de
sustancias psicoactivas.
Con base en lo anterior, es necesario definir en primer lugar el concepto
de adicciones que se aplica en adolescentes en conflicto con la ley, misma
que se ha modificado a lo largo de la historia. Hagamos un breve repaso.
• Definiciones de las adicciones.
En la actualidad, existe un amplio consenso en considerar las adicciones
como un problema de salud de raíz biopsicosocial, en donde intervienen
múltiples causas en su etiología, actuando de manera interdependiente y
con mutua influencia. Es una situación que va más allá de las drogas y en
donde su consumo pone en interacción diferentes factores que inciden en
el proceso de salud-enfermedad de acuerdo con las características parti-
culares de salud mental y condiciones del entorno.
Recordemos que la experiencia del consumo es una experiencia subje-
tiva que no está determinada por la cualidad de la droga, es decir, no todos
sienten lo mismo durante la ingesta de la misma sustancia. El sentido de
la experiencia dependerá del significado que se le atribuye a esta conduc-
ta y el resultado se encontrará en un registro de placer-displacer depen-
diendo de la cualidad del universo psíquico y relacional de la persona. Por
ejemplo, la experiencia de alguna crisis emocional por una separación de
pareja y la necesidad de mitigar el dolor de la perdida puede invocar un
71
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

deseo de consumo hasta “perderse” y no sentir el peso de la soledad. Esta Estas definiciones provenientes del sector salud han evolucionado y
experiencia rebasa la cualidad y propiedades de la droga, sumando la an- gradualmente han incorporado lo psicológico y relacional como factores
siedad y el deseo del olvido. Es evidente que la pobreza o riqueza de satis- predeterminantes de la dependencia. Por ejemplo, en el Plan de Acción
factores emocionales del mundo interno y relacional juegan un rol muy 2011-2015 de la Estrategia Hemisférica sobre Drogas emitida por la Co-
importante en esta balanza e instalación de una situación de dependencia. misión Interamericana Contra el Abuso de Drogas, CICAD-OEA, define la
Otro ejemplo, cuando una persona adolescente en conflicto con la ley adicción como “La dependencia de drogas es una enfermedad crónica y
que presenta un trastorno límite de personalidad; que también pertenece recurrente con múltiples determinantes, tanto biológicos y psicológicos
a una familia con fallas en los roles parentales y déficits afectivos signifi- como sociales, y debe ser considerada y tratada como un asunto de salud
cativos; que vive en una comunidad con una normalización en el consumo pública, tal como el tratamiento de otras enfermedades crónicas.”
y deterioro del tejido social; además, que ha abandonado los estudios y
está desempleado; entonces, una persona con estas características, segu- Qué es una adicción
ramente, tendrá mayores dificultades en una situación de consumo que Cambio psicológico y estilo de vida
otra en mejores circunstancias y cuidados.
Esta referencia ecológica es muy importante porque rompe con la hege-
monía histórica de una explicación exclusivamente médica y centrada en Comunidad Terapéutica PACIA 2023
el consumo, incorporando la importancia funcionamiento psíquico, afec- Es un trastorno conformado por un El trastorno de dependencia devie-
cuadro de disfunciones y deterioro ne del encuentro entre la persona
tivo y el sistema relacional de la persona en el desarrollo del proceso de que afecta a la persona en su to- adolescente en conflicto con la ley
dependencia. y las sustancias psicoactivas y, de-

03 04
talidad. El problema es la persona,
pendiendo de su situación emocio-
La definición de las adicciones ha venido evolucionando a lo largo del no la droga. Este trastorno puede nal, la dinámica familiar, la cultura
curarse en un periodo de tiempo y local y el nivel de integración social,
tiempo. Como podemos recordar, desde 1957 la Organización Mundial de lograr su reinserción social. existirán o no, las condiciones para
la Salud, OMS, definía las adicciones como un “estado de intoxicación cró- que un primer consumo derive en
una situación de dependencia.
nica y periódica originada por el consumo excesivo de una droga, natural
o sintética”, caracterizada por:

Droga
- Una compulsión para continuar consumiendo por cualquier medio,
OMS 1957
- una tendencia al aumento de la dosis,
Es un estado de intoxicación cróni-
- una dependencia psíquica y generalmente física de los efectos, y ca y periódica originada por el con-
sumo excesivo de una droga, natu-
- consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad”. ral o sintética, caracterizada por: 1)
Persona
CICAD 2010-2015
La dependencia de drogas es una
enfermedad crónica y recurrente
con múltiples determinantes, tan-
to biológicos y psicológicos como

En este mismo sentido, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Tras-

01 una compulsión a continuar consu-
miendo por cualquier medio, 2) una
tendencia al aumento de la dosis,
sociales, y debe ser considerada
y tratada como un asunto de salud
pública, tal como el tratamiento de
02
tornos Mentales, DSMV, clasifica la adicción como un trastorno de depen- 3) una dependencia psíquica y ge- otras enfermedades crónicas.”
neralmente física de los efectos, 4)
dencia al consumo de sustancias psicoactivas, destacando los síntomas consecuencias perjudiciales para el
individuo y la sociedad.
relacionados directamente con la ingesta de la droga, como son el deseo
persistente del consumo, aumento en la inversión de tiempo, incumpli-
miento de diversas responsabilidades, perdida de actividades sociales, ex-
posición a diversas situaciones de riesgo, aumento de la tolerancia y sín- Abstinencia
drome de abstinencia .
En ambas definiciones la enfermedad está centrada en el consumo que se
repite bajo una búsqueda de placer y que, al transcurrir el tiempo, aumenta Por otro lado, desde el psicoanálisis, algunos autores han hecho referen-
la tolerancia al consumir mayores dosis para obtener los mismos efectos y, cia a las adicciones como un conjunto de síntomas propios de fijaciones en
finalmente, desarrollar una dependencia tanto física como psicológica. el proceso de la maduración psíquica y se remiten a dificultades de la fase

72 73
s i m ó n t av e r a r o m e r o
simbiótica normal a la fase de separación-individuación (Mahler, 1975).
En este sentido, la adicción puede representar un mecanismo interno de
dependencia a la figura materna y que es sustituido en la adolescencia por
una dependencia a la droga. Al mismo tiempo, la repetición de este con-
sumo mantiene a la persona en una situación infantil de indefensión que
obliga a las personas de alrededor a suplir los cuidados maternos y evitar
la experiencia de la separación que implica aventurase a vivir un proceso
de independencia.
Lo anterior significa que existen factores que predisponen a la depen-
dencia aún antes del primer consumo, por ejemplo, una depresión o un
estado de ansiedad o un malestar social, pueden motivar la necesidad del
consumo ocasional o, incluso, como una repetición compulsiva. El consu-
mo de drogas puede significar la solución a un problema de tipo emocional
o cultural. La búsqueda del olvido diría el inglés Davenport-Hines, quien
nos explica que el consumo de drogas también es una respuesta a la an-
gustia social generada por la pobreza y la falta de oportunidades para el
desarrollo (Davenport-Hines, 2001).
Qué es una adicción
ADOLESCENTES
Encuentro
Individual
Problemas emocionales
o un transtorno de
personalidad
Comunidad
La cultura comunitaria con Acceso a la salud, educación,
Normalización de la violencia y
el consumo
DEPENDENCIA
Finalmente, consciente de que existen otros acercamientos, queremos
citar al movimiento de comunidades terapéuticas, quienes afirman que, a la
situación de dependencia al consumo de sustancias psicoactivas, siempre
le subyace, en la mayoría de los casos, un problema de tipo emocional. Esto
74
la comunidad terapéutica
implica, que la abstinencia no es suficiente como objetivo del tratamien-
to, sino que es necesario atender dicho problema emocional que detona el
síntoma del consumo. Esta propuesta es interesante porque plantea que la
comorbilidad psiquiátrica en términos de salud mental no es una excepción
sino una constante. Y, por otro lado, el enfoque ecológico que aplica el PACIA
nos habla de factores de riesgo provenientes del ámbito individual, familiar,
comunitario y social, es decir, esta concepción va más allá de lo individual
en la etiología de las adicciones y les da un lugar igualmente importante a
las características relacionales con el entorno y de esta manera, la comorbi-
lidad se amplía a todos ámbitos de los factores de riesgo.
El mérito del movimiento de CT radica en que construyeron por vez
primera en la historia un modelo residencial de tratamiento a las adicio-
nes y que fue desarrollando su armazón teórica y técnica, a lo largo del
tiempo. Y más importante aún, citar que las evaluaciones desde los años
70 demostraron una eficacia del modelo en donde 7 de cada 10 personas
que egresaban del tratamiento mantenían la abstinencia, empleo y la no
comisión de delitos cinco años después de su conclusión (Kooyman, 1996:
243). Una evaluación con resultados similares a los obtenidos por Jones en
1953. Estas evidencias, avalan una comprensión objetiva de la enfermedad
y aplicación de un método de tratamiento adecuado que corresponde a las
características del trastorno.
En resumen, una definición de la adicción o dependencia al consumo
DROGAS
de sustancias psicoactivas, como problema complejo, debe ser multicausal
en su etiología, multidisciplinaria en su explicación y de múltiples servi-
cios en su tratamiento. Los servicios básicos de atención para situaciones
de dependencia deben incluir lo siguiente: tratamiento médico psiquiá-
Familiar
trico para los casos en que se requiera; psicoterapia grupal o comunitaria
Modelo de relación familiar
como mecanismo de elaboración de los problemas emocionales; e, imple-
con bajas capacidades mentación de un programa con actividades como son las educativas, labo-
parentales
rales, artísticas, culturales y deportivas para construir habilidades para la
Social reinserción social. En esta propuesta el PACIA adopta una definición que
concuerda con esta mirada ecológica planteada en la Ley:
empleo, arte, “El trastorno de dependencia deviene del encuentro entre la persona
cultura y deporte.
adolescente en conflicto con la ley y las sustancias psicoactivas y, depen-
diendo de las características del contexto cultural, de la salud mental sis-
tema relacional de la familia y la situación individual en cuanto a lo emo-
cional y sus habilidades sociales, existirán o no, las condiciones para que
un primer consumo derive en una situación de dependencia”.
En esta definición está claro que una constante es la situación de con-
sumo, pero ésta no determina que se desarrolle un proceso de dependen-
cia. No todos los que consumen se vuelven dependientes. Sin embargo, los
75
s i m ó n t av e r a r o m e r o
que desarrollan esta condición, depende de las condiciones psicológicas y
características del entorno, es decir, son los factores de riesgo las variables
que incrementan esta posibilidad como son la salud mental, grado de in-
tegración social, el tipo de familia y la cultura local de la comunidad. Estas
son las variables que tenemos que identificar y que son susceptibles de
transformar a través de un tratamiento para disminuir la posibilidad de
reincidencia.
• Definición de comunidad terapéutica.
Las definiciones de la CT también han evolucionado desde su origen. En
ellas, siempre se han referido a la vida compartida o de inserción residen-
cial, al crecimiento personal, a la ayuda mutua y organización comunita-
ria, a sus principios éticos de convivencia, al sistema de privilegios y san-
ciones sobre la conducta de sus miembros, a un dispositivo que promueve
la función positiva como modelo a emular, así como a la asignación de
responsabilidades, como parte importante del proceso de recuperación3.
También se han señalado otras características como el ejercicio de la
presión y la crítica en los grupos como motor de la introspección personal
para un cambio positivo y al aprendizaje en la acción dentro de la CT. Se
ha resaltado la interacción en la comunidad como el input del proceso de
cambio y ensayo para mejorar las relaciones interpersonales. La autori-
dad se entiende en sentido horizontal y vertical, reforzando el concepto de
responsabilidad compartida y apoyando el proceso de participación en la
toma de decisiones cuando ésta sea factible y esté de acuerdo con la filo-
sofía y objetivos de la comunidad terapéutica. El mismo Jones se refería a
la CT como psiquiatría social.
Una referencia importante y que retoma el PACIA, es la definición que
realiza Elena Goti, la cual citamos a continuación:
“La comunidad terapéutica es una modalidad de tratamiento residen-
cial para la rehabilitación de drogadictos. Tiene lugar en un medio alta-
mente estructurado a través de un sistema de presión artificialmente pro-
vocado para que el residente actúe su patología frente a sus pares, quienes
le servirán de espejo de la consecuencia social de sus actos. Esta situación
es tolerada voluntariamente por el residente quien es inmediatamente
contenido en un clima de alta tensión afectiva (Goti, 2009:37)”.
Hace ya más de 30 años de esta definición, la cual fue trascendente al
hacer explicita la técnica de la CT. Esta definición da un salto cualitativo
3
Definición de la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas, WFCT, 1981.
76
la comunidad terapéutica
en la clínica de las adicciones y marca el paso de la ayuda mutua como
referencia empírica e ideológica a la elaboración colectiva de los conflictos
relacionales como técnica de una psicología comunitaria. En este sentido,
la CT se suma a propuestas de intervención colectiva en salud mental
como la salud territorial de Basaglia, como la terapia de red de Ross Speak,
la psicología comunitaria de Cueli y diferentes acercamientos desde la psi-
quiatría comunitaria.
La definición de Goti es una forma condensada de describir el método
de la CT. En primer lugar, alude a la inserción residencial como espacio
y temporalidad para implementar el tratamiento. Como sabemos, la CT
surge en los hospitales psiquiátricos ingleses y luego como extensión del
movimiento de AA en forma de organizaciones sociales. Ahora hablamos
de la CT en el sistema penitenciario.
En su definición, Goti menciona un “medio altamente estructurado”,
refiriéndose al programa de actividades, los tiempos, las formas, los con-
tenidos, las personas y los objetivos de cada actividad, incluso al marco
conceptual de referencia. Ella misma nos explica ha de construirse pro-
grama o una estructura de actividades que no cambia y sobre las cuales
transcurre el proceso individual. A este programa también se le denomina
encuadre y se refiere a las acciones colectivas permanentes que nos per-
miten observar las diferencias en los procesos individuales de las personas
adolescentes. Diferencias en el comportamiento, las habilidades cogniti-
vas y en el manejo afectivo con las acciones y las personas.
Justamente, la parte más interesante de esta definición es la de “un
sistema de presión artificialmente provocado para que el residente actúe
su patología frente a sus pares, quienes le servirán de espejo de la conse-
cuencia social de sus actos” que nos muestra la técnica de la comunidad
terapéutica. Partimos del supuesto de que a toda situación de dependencia
le subyace un problema de tipo emocional, lo cual está suficientemen-
te documentado. Este problema emocional o “patología” se actúa en los
vínculos con la comunidad, lo cual permite que exista una consecuencia
social frente a sus pares, más aún cuando se trata de situaciones con pre-
dominio de la agresión. Así, la comunidad es testigo y afectado directo de
tal comportamiento por lo cual existe una implicación directa para tratar
de “resolver” dicha situación, garantizando la seguridad y buscar mejo-
rar la calidad de la convivencia comunitaria. Entonces el mecanismo de
procesamiento consiste en orientar estas situaciones y comportamientos
agresivos a los espacios de reflexión y análisis para su elaboración colecti-
va mediante el dialogo. Por un lado, se trata de contener la reacción impul-
siva que puede incrementar la violencia y, por el otro, impulsar el proceso
secundario como capacidad de manejo de estas conductas, es decir, pasar
77
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

de la reacción impulsiva al control y elaboración psíquica de los conflictos
actuados en la CT. El procesamiento o reflexión colectiva puede darse uti-
lizando técnicas como grupos de encuentro o confrontación, psicodrama,
grupo psicoterapéutico o de ayuda mutua, dependiendo de la especialidad
de los recursos humanos con los que cuente en la institución.
Y Goti termina señalando que esta dinámica confrontativa es tolerada
porque existe una alianza terapéutica y una cercanía afectiva en la comu-
nidad. Es muy importante establecer un clima de seguridad emocional en
la que las personas adolescentes puedan exponerse a expresar de forma
genuina tanto acciones, como pensamientos o fantasías sin ser rechaza-
dos, juzgados o criticados, por el contrario, que sean contenidos por la co-
munidad.
De esta manera y reconociendo la importancia de esta definición, la
hemos adaptado a nuestro contexto de la siguiente manera:
Definición de CT
Cambio psicológico y estilo de vida
La comunidad terapéutica es un
dispositivo de tratamiento a las
adicciones para adolescentes en
conflicto con la ley. El proceso de
atención tiene lugar en un progra-
ma altamente estructurado que
utiliza un mecanismo de presión
Comunidad
problemas relacionales y de conflicto con la ley frente a sus pares. Éstos le
servirán de espejo de la consecuencia social de sus actos, los cuales son so-
metidos al análisis y la reflexión comunitaria, para su comprensión y apren-
dizajes bajo un clima de contención y seguridad emocional”.
• Objetivo de la comunidad terapéutica.
Los objetivos de la CT han transitado históricamente de la abstinencia al
cambio psicológico y en el estilo de vida. Ya hemos comentado que cuando
el modelo explicativo utilizado se centra de manera predominante en el
consumo, entonces la abstinencia se sitúa en un primer plano del objetivo
del tratamiento, dejando de lado otras variables. Sin duda, la abstinencia
es un requisito para lograr la estabilidad de la persona, sin embargo, no es
posible desligar la compulsión del consumo con la condición emocional,
relacional y del entorno. Hemos observado en varios casos que la deshabi-
tuación no logra por sí misma la estabilidad emocional, ni mucho menos
proporciona las habilidades sociales para un proceso de reinserción social.
Es necesario ampliar el objetivo de la abstinencia sumando la necesi-
dad del cambio psicológico y en el estilo de vida. Para ello, es necesario
recurrir a otros procedimientos relacionados con la elaboración de conflic-
tos emocionales no resueltos y a la construcción de capacidades en habili-
dades sociales para la reinserción social, es decir, técnicas de intervención
propias de la psicoterapia y un programa socioeducativo.
De hecho, es posible identificar como la ayuda mutua es una herra-
mienta para promover acciones afirmativas para la abstinencia, la psi-

que provoca que la persona ado-

lescente “actúe” sus problemas re- Persona coterapia para elaborar los conflictos emocionales no resueltos y las in-
lacionales y de conflicto con la ley tervenciones socioeducativas para promover capacidades para controlar
frente a sus pares. Éstos le servi-
rán de espejo de la consecuencia
los factores de riesgo que favorecieron la situación de dependencia y la
social de sus actos, los cuales son comisión del delito como son las habilidades sociales, resolución pacífica
sometidos al análisis y la reflexión de conflictos, cultura de paz y la legalidad, perspectiva de género y reincor-
comunitaria, para su comprensión
poración educativa y sociolaboral. Así, el objetivo final del PACIA es lograr
y aprendizajes bajo un clima de
contención y seguridad emocional. la reinserción familiar y social de la persona adolescente a través de un
programa que restituya sus derechos humanos y disminuya la posibilidad
de la reincidencia.
Comisión de delito y consumo
Así entonces, el objetivo de la CT del PACIA se alinea a este propósito y
proporciona un tratamiento especializado a la salud mental y adicciones,
como condición para la reinserción, en los siguientes términos:
“La comunidad terapéutica es un dispositivo de tratamiento a la salud men-
tal y las adicciones para adolescentes en conflicto con la ley. El proceso de
atención tiene lugar en un programa altamente estructurado que utiliza un
mecanismo de presión que provoca que la persona adolescente “actúe” sus

78 79
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

problemático y cumplimiento de los criterios sobre el trastorno de de-

Objetivo de la CT
Cambio psicológico y estilo de vida pendencia en el consumo de sustancias psicoactivas es de alrededor de
80% de las personas adolescentes que ingresan al sistema judicial en la
Ciudad de México.
Implementar un programa espe- La CT aplica de manera general las bases del método científico en cuan-
cializado para el tratamiento de
la salud mental y adicciones con do a diagnóstico de los problemas, hipótesis de cambio, plan de interven-
adolescentes en conflicto con la ción, implementación y evaluación de resultados. De esta manera, aplica
ley para favorecer la reinserción un conjunto de procedimientos con las personas adolescentes en conflicto
social, a través de actividades con
enfoque socioeducativo y de co-
con la ley, como son los siguientes:
munidad terapéutica.
I. Valoración integral para la identificación de las causas o factores de
Comunidad

El enfoque socioeducativo permi-

Persona
riesgo que favorecieron la dependencia en el consumo de sustancias
tirá construir habilidades sociales
para la integración social, herra- psicoactivas con las personas adolescentes que ingresan al siste-
mientas que permitan la solución ma judicial. Se elabora una historia clínica, mediante entrevistas,
pacífica de conflictos, pertenencia que incluye la descripción la situación de consumo y si se cumplen
a una cultura de la paz y de la le-
galidad, así como una postura rela- los criterios establecidos para este trastorno; también se describe
cional con perspectiva de género; la situación de la salud mental y si se requiere o no un tratamiento
y, el psicoterapéutico promoverá farmacológico; se investiga el sistema relacional de la familia y sus
el cambio psicológico a través del
análisis y reflexión constante de los
características sobre déficits afectivos y conflictos no resueltos, así
conflictos relacionales que surgen como deficiencias en el subsistema conyugal y parental; se detectan
en la comunidad. los factores de riesgo presentes en la red social y comunidad de per-
tenencia de la persona adolescente, así como su nivel de integración
Comisión de delito y consumo educativa, laboral, salud, arte, cultura y deporte.
II. Síntesis diagnóstica, pronóstico y plan individualizado de activida-
des o de ejecución de la medida. Se elabora el diagnóstico desde el
Implementar un programa especializado para el tratamiento de la sa- área individual, familiar, comunitaria y social. Se hace una evalua-
lud mental y adicciones con adolescentes en conflicto con la ley para ción y se determina si la persona adolescente puede ser beneficia-
favorecer la reinserción social, a través de actividades con enfoque so- da por el programa especializado de la CT.
cioeducativo y de comunidad terapéutica. El enfoque socioeducativo per- III. Consentimiento informado sobre el plan individualizado de activi-
mitirá construir habilidades sociales para la integración social, herra- dades o de ejecución, también denominado contrato terapéutico.
mientas que permitan la solución pacífica de conflictos, pertenencia a Se revisa el plan con la persona adolescente y su familia o repre-
una cultura de la paz y de la legalidad, así como una postura relacional sentante, la severidad de los problemas y se acuerda conjuntamen-
con perspectiva de género; y, el psicoterapéutico promoverá el cambio te objetivos, metas e indicadores, mismos que deben ser aprobados
psicológico a través del análisis y reflexión constante de los conflictos por el juez.
relacionales que surgen en la comunidad. IV. Implementación del plan individualizado de actividades o de eje-
cución. La persona adolescente y su familia o representante par-
• Método y técnica de la CT. ticipan en el programa comunitario de la CT, así como en la im-
plementación de su plan individualizado, durante el tiempo de
La CT es un dispositivo para el tratamiento especializado de la salud men- ejecución de la medida. Durante este proceso se promueven los
tal y las adicciones con adolescentes en conflicto con la ley. Su implemen- objetivos estratégicos de sensibilización, sentido de realidad y
tación queda justificada dado que la incidencia observada del consumo aceptación del proyecto de vida.

80 81
s i m ó n t av e r a r o m e r o
V. El programa comunitario, aplica un enfoque socioeducativo para
construir capacidades que permitan un mejor manejo de las cau-
sas o factores de riesgo que favorecieron la comisión del delito y
las adicciones, como son habilidades sociales, resolución pacífica
de conflictos, cultura de paz y la legalidad y perspectiva de género.
VI. Evaluación de proceso individual. Se aplica un instrumento de eva-
luación de proceso individual que mide el desempeño de la perso-
na adolescente en la CT en cuanto a su relación con los objetivos
del programa y su plan, con las actividades del programa, relación
con el personal técnico y de seguridad, relación con la familia, así
como su actitud frente a la comisión del delito.
VII. Preparación para el egreso y proyecto de vida. Se construye el
proyecto de vida con base a los aprendizajes obtenidos durante
el proceso; se incluyen las necesidades e intereses de la persona
adolescente; se fomenta una red de apoyo que incluya diferentes
programas sociales; hay que tomar en cuenta la necesidad de con-
tinuidad de tratamiento psicológico; y, se considera de manera im-
portante una estrategia de prevención de la reincidencia y recaídas
en el consumo se sustancias psicoactivas.
Como ya se mencionó en la definición de CT, la técnica consiste en la inser-
ción de la persona adolescente a un programa altamente estructurado que
utiliza un mecanismo de presión que provoca que la persona adolescente
actúe sus problemas relacionales y de conflicto con la ley frente a sus pares.
Éstos le servirán de espejo de la consecuencia social de sus actos, los cua-
les son sometidos al análisis y la reflexión comunitaria, para su compren-
sión y aprendizajes bajo un clima de contención y seguridad emocional.
Entonces se trata de una técnica centrada en la interacción del “aquí
y ahora” y promueve de manera sistemática su comprensión a través de
grupos de reflexión y análisis colectivo. Como sabemos, la mayoría de las
personas adolescentes presentan un trastorno límite de personalidad cuya
principal característica es la de presentar relaciones de objeto internali-
zadas con predominio de la agresión, ansiedad de separación e inestabi-
lidad en las relaciones interpersonales debido a la utilización masiva de
mecanismos de defensa primitivos. Entonces, la interacción en el “aquí y
ahora” estará plagada de situaciones defensivas frente a la agresión real o
fantaseada, como son los mecanismos de identificación proyectiva, nega-
ción, idealización, omnipotencia y escisión. De esta manera, los conflictos
relacionales mostraran una condensación de la compleja combinación de
los prototipos de relación que aporta cada persona adolescente y su es-
tructura de personalidad vertidos en la vida cotidiana de la comunidad.
82
la comunidad terapéutica
Por lo tanto, el objeto de intervención psicoterapéutica será deconstruir
analíticamente cada situación o conflicto relacional como expresión de la
historia emocional y desarrollo psíquico de cada persona adolescente en
la interacción comunitaria.
Para la CT tiene especial interés los trastornos límite de personalidad
de tipo antisocial, narcisista, paranoide e histriónico, pues hemos do-
cumentado que son los más frecuentes asociados a la situación de de-
pendencia. Por esto se recomienda que la profesionalidad del personal
técnico debe orientarse en esta teoría y técnica de intervención. En la
personalidad antisocial debemos tener presente que existirá un Yo lábil y
un Superyó inadecuado o hipertrofiado. Esto significa que la capacidad de
juicio de realidad presentará fallas en momentos de estrés y será nula o
deficiente la capacidad interna del límite y lo no permitido, acompañado
de un yo ideal destructivo.
Por ejemplo, algunas dificultades frecuentes que presenta la persona
adolescente en interacción comunitaria serán el llegar tarde a las activida-
des, aislarse del grupo, aburrirse de la convivencia grupal, ser indiferente
al objetivo del plan individualizado, devaluar las actividades, desconfiar de
los otros, sabotear el trabajo en equipo, intimidar a los demás, pelear con
sus compañeros, mostrar orgullo por el delito cometido, no sentir culpa,
querer destruir el programa y hasta planear motines. Todos estos com-
portamientos grupales se podrán observar con toda seguridad durante el
proceso. Estas conductas son la expresión y correlato del mundo interno
de la persona adolescente puesta en interacción comunitaria, incluyendo
el tipo de relación con todos los componentes del encuadre. Por esta razón,
debemos evitar lecturas individuales pues la intervención es en los víncu-
los y características del entorno como escenario de expresión. Y, de acuer-
do con la técnica de la CT, estos comportamientos también son la ocasión
para la intervención psicoterapéutica para construir capacidades internas
de control, comprensión y poder entrenarse para mejorar la convivencia
comunitaria. Desde luego, el contenido de los grupos de encuentro, ayuda
mutua, confrontación, psicodrama o psicoterapéutico serán el marco para
el procesamiento de este conjunto de comportamientos o conflictos rela-
cionales en el “aquí y ahora”.
Como es posible observar, el sujeto de intervención es el vínculo y la
trama relacional construida por la convivencia comunitaria en este con-
texto particular de privación de la libertad. El objetivo de adquirir la capa-
cidad de análisis y reflexión de los vínculos y sus conflictos contará con
una oposición natural que denominamos resistencia al cambio, es decir,
sucederán fenómenos grupales que obstaculizarán esta tarea y desviarán
el cumplimiento de este objetivo.
83
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Las principales resistencias grupales podemos identificarlas como los
supuestos básicos definidos por Bion (Bion, 1974):
Supuesto básico de dependencia. Este supuesto se refiere a la fantasía
inconsciente en donde el grupo depende en forma absoluta de otra perso-
na y, en nuestro caso, de que el grupo de adolescentes depende de algún
tutor del personal técnico. Esta relación de dependencia representa una
regresión a prototipos infantiles en donde esperan que el personal técnico
y de seguridad resuelva todas las necesidades y provea de todo lo necesario.
Este mismo supuesto puede dar pie a una transferencia negativa y culpar
al personal técnico de todo lo malo de sus circunstancias. Sin embargo, la
resistencia la ubicaremos en no querer transitar de una posición infantil de
dependencia a otra de autonomía e individuación, propia de la emancipa-
ción de la persona adolescente.
Supuesto básico de ataque y fuga. Este supuesto se refiere a la fantasía
inconsciente en donde el grupo identifica a un enemigo al cual hay que
destruir o del que hay que huir. Este supuesto puede explicar varios con-
tenidos transferenciales o mecanismos de defensa. Por ejemplo, mediante
un mecanismo de identificación proyectiva depositar todo lo malo en el
personal técnico o de seguridad y atacarlo; escindir y reservar todo lo bue-
no en la persona adolescente para sentirse seguro y proyectar al exterior
todo lo malo para que no sea una amenaza; desear la huida como medio de
sobrevivencia y equilibrio emocional, incluso idealizando todo lo externo y
sintiendo temor de lo que hay dentro.
Supuesto básico de apareamiento. Este supuesto se refiere a la fantasía
inconsciente en donde el grupo piensa que todos los problemas actuales
serán resueltos por alguien en el futuro. Es una esperanza que se puede
simbolizar en una metáfora de la llegada mesiánica o a través del empare-
jamiento con alguien del grupo, así como con la llegada del hijo salvador. Es
una transformación omnipotente de la realidad en donde se transforma la
adversidad en un futuro idealizado que neutraliza el peligro.
En este sentido, los supuestos básicos son fantasías grupales que se
oponen al crecimiento psicológico y trabajo en equipo como grupo de ta-
rea que busca comprender una situación y mejorar la convivencia. Es im-
portante que el personal técnico tenga la capacidad de proporcionar un
acompañamiento similar al buen maternaje y le ayude a la persona ado-
lescente a sentir seguridad emocional y metabolizar los proceso de cambio
y de independencia.
Entonces, sí la CT cumple con los criterios de tener “intensa dinámica
relacional” y un encuadre o “programa altamente estructurado” que favore-
ce la “actuación” de los conflictos relacionales, entonces éstos son el input
para el procesamiento secundario o terapia comunitaria. Esta constante
84
la comunidad terapéutica
reflexión y análisis puede conducir al adolescente a la construcción de
nuevos aprendizajes sobre sí mismo, de su relación con sus pares y a la
posibilidad de vislumbrar un proyecto de vida alternativo a la trasgresión
a la ley y las adicciones.
De esta manera, la hipótesis de cambio es la siguiente:
“Si los adolescentes en conflicto con la ley con consumo de sustancias
psicoactivas y sus familias, participan en un programa de comunidad
terapéutica con actividades elaborativas, socioeducativas, sociolaborales,
artístico culturales, deportivas y de tratamiento familiar, producen pro-
cesos de atención psicológica, reinserción escolar, vinculación familiar y
construcción de habilidades sociales; estos procesos deberían conducir a
la elaboración de problemas emocionales, construir un proyecto de vida
alternativo, fomentar de redes de apoyo y a la integración familiar; que
al final mejorará los esfuerzos de abstinencia en el consumo, cambio
psicológico y en el estilo de vida. Y, finalmente, contribuyendo a la inte-
gración social de las personas adolescentes y adultas jóvenes en conflicto
con la ley”.
Comunidad terapéutica
Cambio psicológico y estilo de vida
El tratamiento de los problemas emocionales El cambio de lo simple a lo complejo
a través de los vínculos
I. La participación activa en un programa al-
1. El problema de las adicciones es la perso- tamente estructurado favorece que los pro-
na como totalidad, no es la droga. cesos de pensamiento se hagan comple-
2. A la situación de dependencia le subyace jos y adecuados a la vida social.
un problema de tipo emocional. II. Los procesos de elaboración psíquica (con-
3. Los problemas emocionales se manifiestan trol emocional) de los residentes reflejan en
en forma de conflictos en los contextos las modalidades de relación, que dirige
relacionales y sus vínculos. hacia uno mismo, hacia los elementos
4. La CT es un espacio artificial que favorece del encuadre y hacia las personas de la
su expresión. comunidad.
5. El método terapéutico consiste en habilitar III. Este proceso de aumento de la compleji-
a la comunidad para la reflexión, análisis dad se traduce en modalidades operati-
y confrontación. Todos en todo. vas residentes y consejeros en el progra-
6. Bajo esta técnica, los conflictos pueden ma de la comunidad terapéutica.
ser elaborados y modificar su sentido, IV. En la medida en que los residentes tran-
significado, manejo y, finalmente, modificar sitan de una fase a otra, experimentan
la conducta. cambios en las relaciones hacia uno
7. Este trabajo de eleaboración debe ser inten- mismo, hacia los elementos de encua-
so y en plazos no menores a los 6 meses. dre y hacia las personas de la comuni-
dad. Este es el proceso espiral del cambio
psicológico y los aprendizajes sociales.
Reinserción familiar y social
85
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Sin embargo, para que este mapa causal se cumpla, tienen que exis-
tir las condiciones apropiadas para su desarrollo y que denominamos su-
puestos y riesgos.
• Supuestos y riesgos para la implementación de la comunidad te-
rapéutica.
Los supuestos se refieren a las precondiciones requeridas para que el dis-
positivo de comunidad terapéutica para el tratamiento de la salud mental
y las adicciones se aplique adecuadamente y se desarrolle el proceso de
cambio esperado o mapa causal proyectado. Por lo contario, los riesgos son
aquellas situaciones provocadas por la misma intervención, no externas,
que interrumpen la cadena causal prevista y crean obstáculos que ponen
en peligro el proceso de cambio. Tanto supuestos y riesgos son relevantes
pues plantean las condiciones que permiten la réplica del modelo en cual-
quier contexto social.
Primer supuesto: ingreso voluntario. Es necesario que cada persona ado-
lescente que participa en la CT, lo haga de manera voluntaria sin ningún
tipo de coerción, además de ser un derecho reconocido en la ley. Por otro
lado, el ingreso voluntario tiene el propósito de garantizar el proceso parti-
cipativo e incluir a la persona adolescente y su familia o representante en
la toma de decisiones respecto del Programa Individualizado de Actividades
o de Ejecución, así como el ingreso a la comunidad terapéutica. Escuchar
su opinión implica delinear un vínculo en donde se le propone un rol como
sujeto activo y es el comienzo de la construcción de una alianza terapéutica
o acuerdo de colaboración. A esto lo llamamos consentimiento informado.
Segundo supuesto: compromiso de participación en el programa. Si la
persona adolescente o adulta joven ha otorgado el consentimiento infor-
mado, también se requiere un pasaje de sensibilización para su ingreso y
compromiso de participación en la CT. Esta sensibilización tiene que ver
con un ejercicio de comprensión de las causas de la comisión del delito, su
circunstancia penal e identificar la importancia de participar en un pro-
grama de estas características. La sensibilización consiste en hacer emer-
ger la demanda de ayuda y establecer una relación de colaboración. De
manera simultánea, para el cumplimiento de este supuesto, es necesario
consolidar la alianza terapéutica que garantice su compromiso, con base
a la inclusión de sus necesidades y expectativas. Cuando la persona ado-
lescente se siente tomada en cuenta, que es objeto de atención, que se
han considerado sus necesidades y tienen la confianza de que podrán ser
86
la comunidad terapéutica
contenidos en los momentos de crisis, es posible promover la adherencia
terapéutica y el compromiso puede surgir y la alianza es factible.
Tercer supuesto: conciencia de enfermedad. En la mayoría de los casos de
personas que cumplen con los criterios del trastorno de dependencia al con-
sumo de sustancias psicoactivas se caracterizan por no tener conciencia de
enfermedad y negar los problemas, pensar de manera omnipotente sobre su
control, idealizar su solución sin que medien grandes esfuerzos y proyectar
sus problemas en los demás. Entonces, bajo este enfoque clínico, es necesario
acompañar a las personas adolescente para que puedan evaluar mejor su
condición a través de un ejercicio de reflexión y análisis que aborde esta falta
de conciencia. Encontrar un sentido de realidad es el propósito y fortalecer la
función yoica de control de impulsos para favorecer las decisiones pensadas,
es la tarea. Quien se pueda conectar con sus problemas emocionales, detectar
algún malestar emocional y querer disminuirlo, podría estar en condiciones
para comprometerse con un proceso de cambio. Recordemos que el comienzo
de los tratamientos consiste en trabajar con las resistencias y sabemos que la
conciencia de enfermedad se logra gradualmente.
Cuarto supuesto: disposición al trabajo comunitario. El sentido de este
supuesto es que participen personas adolescentes que cumplan con la con-
dición de ser agrupables y puedan beneficiarse del programa. Ser agrupable,
significa que cuentan con las condiciones de salud mental para interactuar
en comunidad. Por ejemplo, casos que no son agrupables, son las personas
que no pueden controlar sus reacciones violentas como sucede con algunas
esquizofrenias o quienes no pueden interactuar porque viven un constante
conflicto con la pérdida como sucede en algunos casos de melancolía, ellos
no se benefician del grupo. Entonces un requisito mínimo es que puedan
participar en actividades colectivas y desarrollar procesos de aprendizaje.
Quinto supuesto: compromiso al cumplimiento de las reglas. El cum-
plimiento de este supuesto proporciona y da la garantía de que existe un
ambiente terapéutico. En primer lugar, hay que mencionar que el proceso
terapéutico no puede transcurrir si no existe un acuerdo básico de respe-
to, no violencia y compromiso con el cumplimiento del encuadre. Son las
fronteras o limites que establecen lo que se puede hacer y lo que no está
permitido, en función de lograr los objetivos establecidos. Sin duda, es pre-
visible que la agresión y la violencia van a emerger entre la comunidad, la
idea es que sea contenida y controlada, es decir, procesada verbalmente y
no actuada. Los aprendizajes serán posibles sólo si la agresión puede ser
controlada. Tampoco ocurrirá sí la relación terapéutica es sustituida por
87
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

una relación de amistad, de noviazgo, sexual o de explotación. Por estas Teoría de cambio: Supuestos y Riesgos
razones, se establecen como reglas de permanencia en el programa, no
Necesidad/Problema Insumos/Actividades Productos Resultados intermedios Resultados Propósito
relaciones sexuales, no robo, no violencia y no consumo de drogas. finales

Adolescentes
en conflicto
Sexto supuesto: participación de la familia en el programa. La fami- Deterioro del
con la ley

tejido social Familia

lia constituye el entorno relacional en donde se ha conformado una de Infraestructura y
servicios
las principales causas de la comisión del delito y las adicciones. También Transtorno de dependencia en
el consumo de sustancias Abogado
es el contexto en donde encontramos los principales factores de riesgo en adolescentes en conflicto
con la ley
Médicos Emergencia
de demandas
Psiquiatría de ayuda
para la reincidencia. Diferentes investigaciones, muestran que las familias Trans- Abandono Violencia Falta de Odontología
Programa de
comunidad Adolescentes
de los adolescentes en conflicto con la ley y consumo de sustancias han torno
limite de
real o
semia-
comuni-
taria
programa
sociales Pedagogos
terapéutica en proceso
terapéutico
Personali- bandono C Apertura
construido un sistema relacional patológico, por ejemplo, la transmisión dad de los Incidencia Desem- Psicólogos C Cierre Adolescentes

Adolescentes integrados socialmente

padres delictiva pleo y Trabajador Social Grupo de en proceso
Ansiedad empleo confrontación
de déficits afectivos entre generaciones, relación conyugal insatisfactoria y y depre- Violencia Normali- poco Sociólogo C Reflexión
de apren-
dizaje de
Adolescentes con
problemas emocionales
sión familiar zación del remune- C Psiquiátrica habilidades elaborados
conflictiva, relaciones parentales de abandono, lejos de modelos de crian- Defensas Carencia
delito rado Terapeutas C Médica
Asamblea
sociales
Adolescentes con
primitivas de reglas Infraes- Recluta- Talleristas comunitaria Adolescente
za positiva, así como fuertes dificultades de emancipación e independen- de la
agresión
y limites tructura
urbana
miento a
grupos Personal Terapia
en recupera-
habilidades para
reinserción social
Abstinencia

Administrativo ción escolar

cia de los hijos. De esta manera, para lograr la reinserción es preciso que Fallas
Rela- deficiente
ciones y falta de
crimina-
les Cocina
Individual
Terapia Elaboración Adolescentes con Cambio
juicio de difusas espacios Familiar de proyecto proyectos de vida psicológico
las familias experimenten un proceso terapéutico y puedan transformar realidad
Normali-
públicos Inseguri-
dad
Lavandería Proyecto
de vida y
de vida
Trauma zación del Deserción Personal de vinculación Adolescentes con
estas condiciones para que puedan acompañar a sus hijos en el proceso Deficit consumo escolar Falta de seguridad
Participa-
ción de las redes de apoyo Estilo de vida
afectivo servicios A Artística familias en
CEJUV
de cambio. Repre-
Relación Consumo
parental de sus-
de salud
Rectificando tu
A Cultural
A Deportiva
tratamiento
Familias con capacidades
sentación deficiente tancias en Baja A Educativa Familiar por parentales
Si se cumplen este conjunto de supuestos, el proceso terapéutico se devalua-
da de sí
espacios
Modelo públicos
calidad en
servicios
camino AC
A Psicotera-
péutica
la cons-
Justicia Juvenil trucción de
traduce en un movimiento sinérgico, colaborativo y de mucho esfuerzo, mismo de
crianza Grupos
educati-
vos Asociaciones
A Laboral capacidades
parentales
Impulsivi- nocivo vulnera- Religiosas Acompaña-
suficiente para impulsar el proceso terapéutico. Cuando no se cumplen, dad
Personali- Grupos
bles
INEA
miento
familiar
Identificar
necesidad de
dad de padres Baja muerto
nos encontramos en situaciones pasivo-agresivas en donde uno tiene que disocial antiso- organi-
DG de
Bachilleres
continuidad
del proceso
ciales zación de cambio...
convencer al otro de participar en la tarea, donde uno permanece indife- social y
presencia
Secretaría de
Cultura
de grupos
rente y el otro hace doble esfuerzo de convencimiento sobre la importan- delictivos Comisión de
Derechos
Humanos
cia de la tarea y, en donde, el vínculo puede tomar cualquier característica, DIF
excepto de un proceso psicoterapéutico y de aprendizaje. Personal de
limpieza

Supuestos Riesgos

1. Ingreso voluntario 1. Rompimiento de reglas básicas:

2. Compromiso de participación robo, violencia, relaciones sexuales,
3. Conciencia de los problemas consumo de sustancias
4. Disposición al trabajo comunitario 2. La familia no participe
5. Compromiso al cumplimiento de las reglas 3. Resistencia al trabajo grupal
6. Participación de la familia en el programa 4. Burn Out personal técnico
5. Amenazas

Finalmente, sobre los riesgos de la CT es importante identificarlos y crear

estrategias de prevención para evitarlos, pues representan la posibilidad
de disminuir el pronóstico favorable de tratamiento. Es evidente que el
primer riesgo es que no se cumplan los supuestos. Esto puede suceder
cuando no se comprende el método, cuando establecemos relaciones asis-
tenciales con las personas adolescentes o cuando no contamos con la ca-
pacidad y habilidad técnica en el trabajo con grupos.

88 89
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Primer riesgo: Mal manejo de las trasgresiones al encuadre. Es nece-
sario que el personal técnico y de seguridad pueda diferenciar cuando
el rompimiento de una regla amerita un procedimiento y cuando es una
oportunidad de intervención terapéutica. Por supuesto, en primer lugar,
se tiene que garantizar la seguridad de la comunidad y no es posible
permitir actos violentos ni otros como el robo o relaciones sexuales fuera
de los espacios permitidos, aplicando los procedimientos preestablecidos
para su control. Sin embargo, también sabemos que los comportamien-
tos agresivos, representación negativa de la autoridad, rechazo al Plan
Individualizado y cierto nivel de apatía se presentarán con toda seguri-
dad. Nuestro método señala que justo cuando esto aparezca es la oportu-
nidad de la intervención terapéutica. Entonces hay que aprovechar estas
oportunidades para que la comunidad las analice y reflexione, evitando
responder de forma punitiva y de castigo solamente. Siempre que es ata-
cado el encuadre es necesario reinstalarlo haciendo valer las reglas.
Segundo riesgo: la familia desiste de participar. Al comienzo de los
procesos terapéuticos, surgen, en primer lugar, las resistencias al cam-
bio. Si las familias logran involucrarse inicialmente, pero poco a poco
manifiestan dificultades y obstáculos para participar, es importante dar
una solución a las dificultades, pero también comprender la parte de re-
sistencia que expresan. La distancia, falta de tiempo y dinero, aparecen
como justificantes válidos, pero también pueden estar relacionados con
la negación de los problemas. Por otro lado, es frecuente que las familias
reaccionen frente al consumo de sustancias con estrategias que mantie-
nen el síntoma como, por ejemplo, infantilizar a la persona adolescente.
Por esta razón, debemos tener un trabajo constante de sensibilización
de las familias, persistir en un ejercicio de reflexión y análisis para com-
prender las causas de la situación de la comisión del delito y las adic-
ciones, así como saber cuál ha sido la contribución grupal al problema,
como sistema relacional, para modificarlo.
Tercer riesgo: resistencia al trabajo grupal. En la elaboración del diag-
nóstico integral, debemos identificar la red social de la persona adoles-
cente y conocer sus características. Si existen prácticas de comisión de
delitos, complicidad y liderazgos psicopáticos, sabemos que llegarán a
mostrarse en la CT como característica relacional de la persona ado-
lescente. Entonces modificar estos prototipos relacionales es parte del
trabajo terapéutico para lograr implementar ejercicios de confrontación,
respeto a las reglas, cultura de la legalidad y no violencia, así como un
compromiso con el programa. En este sentido, la función del personal
90
la comunidad terapéutica
técnico es acompañar en este cambio, incluso modelar esta conducta y
promover asumir la responsabilidad en el programa.
Cuarto riesgo: agotamiento emocional del personal técnico. Cuando
el personal técnico no recibe retroalimentación de sus funciones, no ha
asistido a un proceso terapéutico personal que le permitan identificar sus
conflictos no elaborados, cuando no cuenta con espacios de formación
continua y las intervenciones terapéuticas no son supervisadas, entonces,
existen posibilidades de llegar a una condición de agotamiento emocional
y laboral. Esta condición favorece que el personal técnico se sienta incom-
prendido, sienta que su trabajo no es valorado, el equipo se muestra des-
confiado y agresivo, se da una relación de competencia con descalificación
mutua y se construye una autopercepción idealizada de ser el mejor del
equipo. Para evitar el agotamiento emocional en el equipo, es necesario la
supervisión que logre mediar esta situación entre el personal técnico y, de
preferencia, que tengan su propio proceso terapéutico.
Quinto riesgo: declaración de amenazas. Todo proceso terapéutico deto-
na la transferencia, es decir, establece un falso enlace en donde se confun-
den prototipos infantiles con las relaciones actuales. Cuando sucede este
fenómeno, la transferencia puede ser positiva o negativa, dependiendo de
su investidura, y puede suceder que las personas adolescentes manifiesten
una transferencia negativa con el personal técnico en forma de amenazas o
ataques. Estas amenazas tienden a paralizar al personal técnico y es nece-
sario aplicar procedimientos de control que faciliten su manejo.
Como podemos observar, supuestos y riesgos son complementarios,
dos caras de la misma moneda. Su relevancia radica en que son las con-
diciones para que funcione el encuadre y el método de comunidad tera-
péutica, éstos son necesarios para que pueda darse un proceso de cambio
y funcione el dispositivo comunitario. Por lo general, cuando se construye
cierto nivel de pertenencia, son los mismos adolescentes quienes lo pre-
siden, pero pueden darse momentos de crisis y debilitamiento, los cuales
hay que prever y estar atentos para reinstalar el encuadre. Y quien debe
estar siempre cuidando el encuadre en el sentido del ingreso voluntario,
compromiso con el programa, lograr un grado de conciencia de los proble-
mas, estar dispuesto al trabajo comunitario y conminar la participación
familiar, es el personal técnico.
Elementos que debemos recordar sobre el método de la CT:
91
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

I. Aplica un enfoque biopsicosocial de las adicciones como

fenómeno complejo de múltiples causas: individuales, fa-
miliares, comunitarias y sociales.
II: Define la CT como un dispositivo de tratamiento a las
adicciones para adolescentes en conflicto con la ley. El
proceso de atención tiene lugar en un programa altamen-
te estructurado que utiliza un mecanismo de presión que
provoca que la persona adolescente “actúe” sus proble-
mas relacionales y de conflicto con la ley frente a sus pa-
res. Estos le servirán de espejo de la consecuencia social
de sus actos, lo cuales son sometidos al análisis y la re-
flexión comunitaria, para su comprensión y aprendizajes
bajo un clima de contención y seguridad emocional. SOBRE EL TRATAMIENTO
MÉTODO DE III. El objetivo consiste en implementar un programa especiali-
LA CT zado para el tratamiento de la salud mental y adicciones con
adolescentes en conflicto con la ley para favorecer la rein-
DEL PACIA serción social a través de actividades con enfoque socioe-
ducativo y de comunidad terapéutica. “La calidad del tratamiento a la salud mental y las adicciones
IV. Utiliza un método participativo y la técnica comunitaria con- con adolescentes en conflicto con la ley está en correlación di-
siste en promover procesos de análisis y reflexión sobre los
conflictos relacionales entre la comunidad que surgen en la recta con la calidad de la formación del personal técnico que
vida cotidiana. lo proporciona”.
V. Esta metodología funciona si se cumplen los supuestos
de ingreso voluntario, compromiso de participación, con-
ciencia de enfermedad, disposición al trabajo comunitario y
participación de la familia en el tratamiento, así como con-
trolar los riesgos.

92 93
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

4. ESTÁNDARES INTERNACIO-
NALES DE CALIDAD Y PROCE-
DIMIENTOS DE TRATAMIENTO
A LAS ADICCIONES.

En México existe la necesidad urgente de reevaluar las políticas públicas

de tratamiento a los trastornos de dependencia al consumo de sustan-
cias psicoactivas. Debemos conocer con precisión y evidencia la eficacia
y eficiencia de los diferentes modelos o programas que se implementan
en el país, con la finalidad de reconocer cuáles tienen los mejores resul-
tados e identificar las mejores prácticas y sus estándares de calidad en
los servicios.

La siguiente información es significativa para este ejercicio. De acuer-

El tratamiento comienza con la restitución
de los derechos humanos.
do con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco
2016-2017, ENCODAT, solo el 20% del total de personas que cumplen con
los criterios de dependencia asisten a un servicio de tratamiento, de los
cuales una cuarta parte concluye el proceso y de éstos, la mitad reincide
en el consumo al terminar el programa por condiciones adversas en el
grupo familiar. Entonces tenemos que en una evaluación de resultado4,
solo el 12.5% concluye su tratamiento y no consume sustancias al egreso.
Faltaría conocer cuantas personas de los concluyen mantienen la absti-
nencia y en el estilo de vida tiempo después del tratamiento. Es relevante
comparar la evaluación de impacto en la CT, en donde tenemos que 5
años después de recibir el tratamiento, un 70% de las personas mantie-
nen los cambios realizados como son la abstinencia, la no comisión de
delitos y contar con un empleo.

4
No confundir con una evaluación de impacto en donde los cambios logrados en el tratamien-
to se mantienen por varios años después de recibirlo.

94 95
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Evaluación de resultado de los servicios de tratamiento a) Los mecanismos de reproducción cultural del consumo de sus-
tancias psicoactivas en las comunidades permanecen intactos,
o bien, mantienen una tendencia al aumento de la incidencia en
1. Panorama epidemiológico trastornos de dependencia, debido a su normalización; y,
EVALUACIÓN b) Si la mayoría de las personas que cumplen los criterios de depen-
DE RESULTADO Índices de
consumo
Personas sin En riesgo sin Consumo sin
consumo
Con
consumo dependencia dependencia dencia no asisten a los servicios de tratamiento, el modelo clínico
12% CONCLUYEN 61,132,036 15,347,806 8,237,345 544,870
con inserción residencial aplica solo para unos pocos. Entonces
Nacional
UN TX Y NO 71.7% 18% 9.7% 0.6% tenemos la necesidad de diseñar e implementar modelos de base
CONSUMEN AL comunitaria, es decir, de aplicación territorial con prioridad en
CDMX 4,467,998 1,121,678 604,457 37,389 las comunidades de mayor vulnerabilidad, sin desarraigar a la
SALIR
persona de su contexto de vida.
Encuesta nacional sobre el consumo de drogas y alcohol y c) Por otro lado, es necesario impulsar el fortalecimiento institucio-
tabaco 2016-2017.
nal de los centros de tratamiento residencial, en particular, profe-
sionalizar a los equipos técnicos e implementar modelos con base
en evidencia y buenas prácticas, para mejorar los resultados.

Por esta razón, es importante hablar de los modelos de atención, sus

Distribución de frecuencia de riesgo y niveles de atención evaluaciones y los estándares de calidad en los servicios con los que deben
contar, es decir, aplicar modelos que son evaluados favorablemente. Este
Del 100% de 5,589,676 641,846
personas niños, niñas personas con es el argumento que justifica implementar la CT en el PACIA y proporcio-
con dependencia: y adolescentes consumo inicial o nar un tratamiento profesional y adecuado a las necesidades de la persona
que deben que han
desarrollado una adolescente en conflicto con la ley.
- Asiste el 20% a TX ser protegidos Personas
-Termina el proceso 1,121,678 604,457 con
dependencia Por otro lado, de acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Servicios Re-
Personas Personas en riesgo dependencia sidenciales en el Tratamiento de las Adicciones realizado por el Consejo
1/4 parte Programas en protegidas Centros
Reincide un 50% al escuelas 4,467,998 37,389 especializados Nacional contra las Adicciones, estos servicios los proporciona de manera
terminar el proceso Perimetro de
por un entorno Comunidad
predominante organizaciones de la sociedad civil inspiradas en la ayuda
familiar adverso
Las intervenciones se desarrollan de acuerdo Terapeútica mutua; los principales hallazgos de esta investigación nos muestran que
a la población objetivo
son centros de tratamiento con infraestructura precaria, pues no cuentan
con subsidios y como parte de la filosofía de AA establecen cuotas de recu-
peración para cubrir las necesidades básicas; la oferta de tratamiento, en
general, consiste en internamientos de 3 meses y el objetivo principal es
implementar acciones afirmativas para la abstinencia mediante el uso de
la tribuna y la ayuda mutua, sin abordar la atención psicológica; el 70% de
Una primera reflexión al respecto es la siguiente: si el 80% de las per- las personas que proporcionan los servicios, a su vez, tuvieron una situa-
sonas que cumplen los criterios de dependencia no asiste a un servicio de ción de dependencia y han recibido tratamiento en los últimos 3 años; el
tratamiento y de los que asisten solo 1 de cada 10 se beneficia del progra- 60% cuenta con estudios hasta la secundaria o preparatoria y carecen de
ma, entonces tenemos hallazgos y evidencias importantes en cuanto a: una formación especializada para proporcionar este servicio; entonces, la
experiencia personal de tratamiento y los 12 pasos de la ayuda mutua son
las principal referencia metodológica para ayudar a otras personas.

96 97
 s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

precondiciones para que funcione este modelo son que las personas con
Estrategia de fomento a establecimientos residenciales de tratamiento
dependencia ingresen de manera voluntaria y con un genuino compromi-
Fortalezas Áreas de oportunidad so de cambio, que se traduce en intensos procesos participativos tanto en
80 la toma de decisiones como en la conducción del programa.
Los objetivos de este modelo trascienden el propósito de la abstinencia
Normas de calidad en los servicios

70
60
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4
Cumple No cumple
Esta investigación nos muestra indicadores del estado del arte en el tra-
tamiento a las adicciones en México. Nos señala la situación en la que se
encuentran los estándares de calidad y procedimiento en los centros de
tratamiento residencial, así como la brecha de fortalecimiento requerida.
Para elevar la calidad de los servicios y la competencia de estos cen-
tros de tratamiento, se requiere instalar procedimientos estandarizados de
buenas prácticas que consisten en realizar diagnósticos integrales, planes
de tratamiento, juntas clínicas de evaluación de proceso, tiempos de tra-
tamiento de acuerdo a la severidad de la dependencia, programas de tra-
tamiento en diferentes modalidades (residencial, de día y ambulatorio),
programas de tratamiento para las familias y programas de reinserción
social, así como un proceso de formación continua y supervisión para los
operadores de los servicios.
El modelo de atención que cuenta con estas características es la CT y se
encuentra ampliamente documentado, con investigaciones, publicaciones
y reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud. Las
Personal
de la comunidad
como resultado final del tratamiento y buscan el cambio psicológico y es-
Derechos Humanos tilo de vida para la reinserción social, lo que implica atender los problemas
y del usuario
emocionales y de personalidad subyacentes al estado de dependencia.
Perspectiva de género Existe evidencia de que el 80% de las personas que asisten a tratamiento
Seguimiento y egreso poseen un Trastorno Límite de Personalidad, el cual requiere una atención
Tratamiento especializada. Esta condición de salud mental determina una técnica para
Proceso de el tratamiento que incluye un conjunto de acciones psicoterapéuticas
evaluación (grupo terapéutico, psicodrama y grupos de confrontación) y reeducativas
Registro de la (inserción escolar, capacitación laboral y actividades de arte, cultura y de-
información
porte) que sobrepasan con mucho el objetivo de la abstinencia.
Ingreso y criterios
de admisión Los resultados de ambas investigaciones, ENCODAT y Diagnóstico Na-
cional de Servicios de Residenciales en el Tratamiento de las Adicciones,
Aspectos legales sin duda, nos llevan a plantear la CT del PACIA como una de las mejores
y de infraestructura
opciones de tratamiento para la persona adolescente en conflicto con la
5 6 ley, pero también, nos muestran el panorama de los servicios al egreso.
Con seguridad, encontraremos multitud de casos que requieren continui-
dad en sus procesos de cambio, por lo que la reinserción familiar y social
requerirá servicios especializados una vez concluida la medida penal.
Por lo pronto, nuestra prioridad es establecer un servicio profesional de
tratamiento a las adicciones con base en evidencia y buenas prácticas para
las personas adolescentes en conflicto con la ley que se encuentran en inter-
namiento sea preventivo o de ejecución de la medida, basados en la CT y so-
bre la cual retomamos los principales estándares internacionales de calidad.
Nuestras principales fuentes sobre los estándares de calidad son la De-
claración de Mallorca de la Federación Mundial de Comunidades Terapéu-
ticas de 2016 (WFCT por sus siglas en inglés) en donde se reconoce a la CT
como uno de los enfoques más eficaces para la rehabilitación y reinserción
de las personas con adicción y sus familias en todo el mundo, además de
emitir un conjunto de recomendaciones sobre los estándares de calidad.
El trabajo realizado por la Federación Europea de Asociaciones de Intervi-
nientes en Toxicomanías, ERIT, en 1997-2000, donde nos muestra los re-
sultados de investigación sobre indicadores de calidad en los servicios de
tratamiento, así como una estrategia de mejora continua hacia un Modelo
Europeo de Calidad Total. El apreciable trabajo de Juan Palacios, presidente
de la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas, FLCT, en
2010 y que construyó un instrumento de evaluación sobre la calidad de los

98 99
s i m ó n t av e r a r o m e r o
servicios de tratamiento con la finalidad de instrumentar estrategias de
fortalecimiento y obtener el sello de calidad por la institución. Y, finalmen-
te, el trabajo realizado por la misma FLACT sobre Guía de Estándares de
Buenas Prácticas que hace una revisión amplia de los estándares vigentes
y los promueve con las federaciones nacionales asociadas, la cual se en-
cuentra en proceso de impresión.
En este sentido, uno de los grandes desafíos en el tratamiento de las
adiciones es contar con estándares de calidad en los servicios que garan-
ticen una atención adecuada, con base en evidencia y que responda a las
necesidades de los usuarios, en particular, con las personas adolescentes y
adultas jóvenes en conflicto con la ley.
“Es importante considerar que el entorno y los problemas asociados a la
situación de dependencia al consumo de sustancias psicoactivas varían de
una persona a otra, produciendo una compleja variedad de necesidades y
requerimientos. En este sentido, pensar que los programas de tratamiento
pueden ser idénticos para todas las personas es un error”5. En acuerdo con
este argumento, es importante explicitar que la CT del PACIA implementa
un programa comunitario como escenario interactivo, sin embargo y de
manera simultánea, cada persona adolescente cuenta con un programa
individualizado en donde atiende necesidades particulares.
Cuando hablamos de estándares de calidad, en este proyecto, nos refe-
rimos a los procedimientos operativos observables, medibles y verificables
que responden a un modelo, es decir, a una teoría y su método en la CT.
La calidad se refiere a la especialidad de las personas que los aplican y el
nivel de cumplimiento en cuanto a rigor metodológico, experiencia y com-
prensión de los procesos clínicos. En este sentido, al revisar estos estánda-
res, nos ayuda a identificar necesidades operativas, así como de formación
para el personal técnico, a través de la aplicación de un instrumento de
diagnóstico sobre los estándares citados y que nos permite elaborar una
estrategia de fortalecimiento de la CT.
A continuación, expondremos los estándares de calidad y procedimien-
tos establecidos en la CT del PACIA para el tratamiento de las adicciones.
5
Escrito mimeografiado de Juan Palacios sin publicar.
100
la comunidad terapéutica
Criterios de ingreso y admisión. 4.1
ESTÁNDAR 1
Criterios de ingreso y admisión
El ingreso a la CT debe de contar con consentimiento informado de
la persona adolescente y su familia o representante. En las entre-
vistas iniciales, si se presenta una situación de consumo debe rea-
lizarse un diagnóstico integral para evaluar si es candidato viable a
la CT. A partir de los resultados, se acordará conjuntamente entre
la persona adolescente, su familia y personal técnico si se decide
participar en la CT.
Indicadores y procedimientos
PACIA/CT
Realización de entrevistas iniciales.
Elaboración de valoración integral.
Inducción al trabajo de grupos.
Testimonio y explicación de pares sobre las características y for-
mas de operación de la CT.
Acuerdo de Plan Individualizado de Actividades o de Ejecución,
incluyendo la participación en la CT.
Firma de consentimiento informado.
La aplicación del estándar sobre los criterios de ingreso y admisión en
la CT del PACIA comienza cuando entran en contacto la persona adoles-
cente que ingresa al sistema judicial en un Centro Especializado, la familia
o representante y el personal técnico para el cumplimiento del ordena-
miento jurisdiccional y termina al momento de decidir el ingreso a la CT
mediante la firma del consentimiento informado.
En esta fase inicial se realiza la valoración integral con el objetivo de
que se identifiquen las características de cada una de las personas ado-
lescentes o adultas jóvenes que permitan trazar las directrices, de manera
conjunta, del Plan Individualizado. Si en esta valoración aparece el consu-
mo problemático de sustancias psicoactivas o una situación de dependen-
cia, se plantea la posibilidad de ingreso al tratamiento en la CT.
Con el objetivo de profundizar en la valoración integral, se realizan en-
trevistas para la elaboración una historia clínica abordando temas, sobre
salud mental y áreas de funcionamiento, consumo de drogas, tipología de
la familia, red social y contexto comunitario.
De acuerdo con la concepción biopsicosocial de las adicciones, plantea-
mos un enfoque de multicausalidad como fenómeno complejo, en donde
existen factores de riesgo desde el ámbito individual, familiar, comunitario
y social, de ahí el carácter de integral.
101
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Desde esta perspectiva, la CT construye una historia clínica con el Esta historia clínica contiene información descriptiva sobre la persona
siguiente índice de categorías de investigación: adolescente y su entorno, la cual nos permite elaborar una síntesis diag-
nóstica que responde a 5 preguntas centrales para diseñar el Plan Indivi-
ÍNDICE 3.3 Experiencia laboral.
0. Fecha de apertura. 3.3.1 Síntesis de las experiencias dualizado y las cuales son las siguientes:
1. Datos anagráficos. laborales.
1.1 Apellido y Nombre. 3.3.2 Anotaciones del entrevistador. • ¿Cuál es la relación con las sustancias psicoactivas?
1.2 Sexo. 3.4 Área Social. • ¿Cuál es el estado emocional de la persona adolescente y tipo de
1.3 Lugar de nacimiento. 3.4.1 Síntesis de las experiencias personalidad?
1.4 Fecha de nacimiento. en el área social.
• ¿Cuál es la situación en las diferentes áreas de funcionamiento?
1.5 Domicilio. 3.4.2 Anotaciones del entrevistador.
1.6 Estado Civil. 3.5 Contexto penal y judicial. • ¿Cómo es la dinámica familiar y tipo de vínculos, principalmente
1.7 Escolaridad. 3.5.1 Síntesis de los acontecimientos del subsistema conyugal y parental?
1.8 Situación laboral. en el contexto penal y judicial. • ¿Cuáles son las principales características de la red social comuni-
1.9 Quién estableció el primer contacto. 3.5.2 Anotaciones del entrevistador. taria o grupo de pares?
1.10 Entrevistador.
4. Contexto de la salud.
2. Contexto familiar. 4.1. Experiencias terapéuticas. Y con esta base, se emite una síntesis diagnóstica como la siguiente:
2.1 Familia de origen. 4.2. Anotaciones del entrevistador.
2.1.1 Composición del grupo 4.3. Acontecimientos particulares “X” es una persona adolescente que cumple los criterios de dependen-
familiar de origen. en el contexto de la salud. cia al consumo de sustancias psicoactivas, principalmente de cocaína base
2.1.2 Relación del grupo familiar 4.4. Relación con las sustancias. en combinación con otras; además se observa un trastorno disocial de la
de origen. 4.4.1. Síntesis del uso de sustancias.
personalidad con rasgos narcisistas y brotes de violencia; Ha desertado del
2.1.3 Situación económica del 4.4.2. Anotaciones del entrevistador.
grupo familiar de origen. 4.4.3. Actitud de la familia hacia tercer grado de secundaria, no trabaja y obtiene dinero de robos esporá-
2.1.4 Sucesos y eventos relevantes el consumo de drogas. dicos que realiza con su primo; sus padres tienen constantes rupturas y
en el grupo familiar de origen. 4.5. Relaciones con las permanentes discusiones que llegan a los golpes y no tienen la capacidad
2.1.5 Anotaciones del entrevistador. substancias en la familia de acompañar a sus 3 hijos ni se enteran que sucede con ellos; el grupo de
2.2 Familia propia. de origen/propia/actual.
pares se caracteriza por pasar las tardes en la esquina como punto de reu-
2.2.1 Composición del grupo 4.6. Desarrollo y vida sexual.
familiar propio.
nión o en la casa de uno de ellos que vive solo, acostumbran beber alcohol
2.2.2 Relación del grupo familiar propio. 5. Etapas de la vida. y luego tratar de conseguir otras drogas.
2.2.3 Situación económica del 5.1. Concepción.
grupo familiar propio. 5.2. Embarazo. Para responder estas preguntas, se sugieren las siguientes recomenda-
2.2.4 Sucesos y eventos relevantes 5.3. Parto y condiciones del niño en ciones generales para elaborar esta síntesis diagnóstica:
en el grupo familiar propio. el momento del parto y de los
2.2.5 Anotaciones del entrevistador. primeros 3 meses de vida.
2.2.6 Genograma. 5.4. Anotaciones generales sobre ¿Cuál es la relación con las sustancias psicoactivas?
la niñez (0-5 años).
3. Contexto personal. 5.5. Anotaciones generales de los La relación con las sustancias pueden ser 4 posibilidades de acuerdo con
3.1 Área afectiva y relaciones 6 a los 10 años. la ENCODAT:
de pareja. 5.6. Anotaciones generales sobre
3.2 Desarrollo escolar. preadolescencia y adolescencia.
3.2.1 Síntesis de los elementos 5.7. Anotaciones generales I. Sin consumo,
de dificultad. sobre juventud. II. En riesgo sin consumo,
3.2.2 Diagnóstico psicopedagógico 5.8 Anotaciones del entrevistador. III. Consumo sin dependencia, y
y anotaciones libres IV. Dependencia
del entrevistador.

102 103
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Los candidatos a la CT se encuentran entre el consumo sin dependen-
cia y dependencia. Para hacer un diagnóstico diferencial entre ambas, po-
demos recurrir al DSMV6 y determinar si existen los síntomas de depen-
dencia, al menos dos de los siguientes ítems:
1. Se consume alguna droga con frecuencia en cantidades superiores
o durante un tiempo más prolongado del previsto.
2. Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o
controlar el consumo de cannabis.
3. Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conse-
guir cannabis, consumirlo o recuperarse de sus efectos.
4. Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir cannabis.
5. Consumo recurrente de cannabis que lleva al incumplimiento de
los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.
6. Consumo continuado de cannabis a pesar de sufrir problemas so-
ciales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o
exacerbados por los efectos del mismo.
7. El consumo de cannabis provoca el abandono o la reducción de im-
portantes actividades sociales, profesionales o de ocio.
8. Consumo recurrente de cannabis en situaciones en las que provoca
un riesgo físico.
9. Se continua con el consumo de cannabis a pesar de saber que se
sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente pro-
bablemente causado o exacerbado por el mismo.
10. Tolerancia, definida por alguno de los signos siguientes:
a) Una necesidad de cantidades cada vez mayores de cannabis
para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
b) Un efecto notablemente reducido tras el consumo continua-
do de la misma cantidad de cannabis.
11. Abstinencia, manifestada por alguno de los signos siguientes:
a) Presencia del síndrome de abstinencia característico del
cannabis.
b) Se consume cannabis (o alguna sustancia similar) para ali-
viar o evitar los síntomas de abstinencia.
De acuerdo con reportes de los Centros Especializados, se calcula que
cerca de un 80% de las personas adolescentes se encuentra entre el con-
sumo sin dependencia y la dependencia, situación que se agrava por el
6
Manual Estadístico de Enfermedades Mentales.
104
la comunidad terapéutica
conjunto de factores de riesgo adicionales que se presentan desde el ám-
bito de la salud mental, la familia y su comunidad.
¿Cuál es el estado emocional de la persona adolescente y tipo de per-
sonalidad?
A toda situación de dependencia al consumo de sustancias psicoacti-
vas, le subyace un problema de tipo emocional. Sobre el estado emocional
o tipo de personalidad asociada al consumo de sustancias, tenemos dos
posibilidades explicativas importantes: La psicopatología psicoanalítica y
el Manual Estadístico de Enfermedades Mentales, DSMV. Con base a la ex-
periencia clínica, tenemos que, en la mayoría de los casos, cerca del 80%
de las personas con dependencia presentan un Trastorno Límite de Perso-
nalidad, que de acuerdo con algunos autores de la teoría de las relaciones
objetales7 son estructuras psíquicas situadas al borde de la neurosis y la
psicosis y que, en situaciones de estrés, muestran un funcionamiento psí-
quico caracterizado por relaciones de objeto internalizadas con predomi-
nio de la agresión, defensas primitivas (identificación proyectiva, negación,
idealización, omnipotencia y escisión), ansiedad de separación y una seria
dificultad de acceder a una fase de desarrollo de autonomía e independen-
cia. Por otro lado, de acuerdo con el DSMV y la experiencia clínica, el 90%
de las personas con dependencia presentan un trastorno de personalidad
asociado con la característica general de presentar inestabilidad en las re-
laciones interpersonales. La mayoría de los casos presentan un trastorno
de tipo antisocial, narcisista, paranoide o limite, aunque pueden ser recu-
rrente algunos otros.
DIAGNÓSTICO POR TRASTORNO DSMV
Trastorno por consumo de sustancias Trastorno de personalidad histriónica
psicoactivas
Grupo A Trastorno de personalidad narcisista
Trastorno de personalidad paranoide Grupo C
Trastorno de personalidad esquizoide Trastorno de personalidad evasiva
Trastorno de personalidad esquizotípica Trastorno de personalidad dependiente
Grupo B Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva
Trastorno de personalidad antisocial Trastorno de personalidad no especificado
Trastorno de personalidad límite
7
Otto Kernberg.
105
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

En general, en casi todos los casos vamos a encontrar un TLP o un tras-

Genograma
torno de personalidad, o algún tipo de dificultad emocional relacionada
con la ansiedad y la depresión, que toman forma de comportamientos ma- Sexo Sexo Simbología
masculino Femenino
niacodepresivos. Unidad doméstica
¿Cuál es la situación en las diferentes áreas de funcionamiento? 72 71 75 66 66
Respecto a las áreas de funcionamiento, es suficiente la información Unión informal
de la historia clínica para determinar cuál es la situación en el área so- Separación Relación Paralela
cial, escolar, laboral, de salud, así como de la sexualidad. Por supuesto que Relación
conflictiva
esta información será fundamental para delinear las dificultades que se
repetirán durante la participación en la CT, también se manifestarán en la
Subsistema Defunción
reinserción familiar y social, así como en el proyecto de vida. conyugal
Es muy importante señalar que estas necesidades son atendidas en el Relación distante Relación estrecha Relaciones
PACIA, también participan organizaciones coadyuvantes en los centros es- parentales
pecializados y, sobre todo, se promueve la conformación de una red de
apoyo de la persona adolescente al egresar del sistema e inicie su proceso Subsistema
fraterno
de reinserción familiar y social. EGO
¿Cómo es la dinámica familiar y tipo de vínculos, principalmente del
subsistema conyugal y parental?
Al abordar el tema de la dinámica familiar, se sugiere utilizar un enfo-
que sistémico que permita una mirada de conjunto e histórica del proble-
ma de dependencia, así como la forma en que se estructura el sistema de
relaciones al interior de la familia, como factor clave del estado de males-
tar y sufrimiento de sus miembros. Es importante, identificar el perfil del
sistema familiar principalmente el tipo de relación conyugal, sus conflic-
tos y problemas emocionales; el tipo de relaciones parentales, su capaci- De acuerdo con la escuela de Milán coordinada primero por Luigi Can-
dad de acompañamiento y la presencia de vínculos conflictivos, simbióti- crini y posteriormente por Mara Selvini Palazzoli, es posible elaborar un
cos o distantes; y, la relación fraterna que reacciona al protagonismo que diagnóstico del modelo relacional de la familia de la persona con adic-
ocasiona la situación de consumo, principalmente a manera de alianzas ción abordando los diferentes estadios desde la familia de origen de ambos
o coaliciones. Es útil elaborar un genograma para representar las reglas cónyuges, la pareja paterna, la relación madre-hijo en la infancia, el paso
del funcionamiento familiar y ayudar a todos los miembros a comprender al padre, el encuentro con las sustancias y la estrategia de respuesta fami-
que el funcionamiento familiar es parte fundamental de la situación de liar basadas en el síntoma (Cirillo y otros, 1996).
consumo y dependencia.
Un grupo de investigadores de esta escuela, conformado por Cirillo, Be-
rrini, Cambiaso y Mazza nos muestran que las familias de personas con
dependencia y que han sido institucionalizados en el sistema penitencia-
rio, muestran las mayores dificultades y relaciones patológicas, destacan-
do la transferencia trigeneracional de los déficits afectivos, el abandono
objetivo de los padres, una incomprensión de las necesidades de los ado-
lescentes, ausencia de acompañamiento parental y un conjunto de reac-
ciones ante el consumo que tienden a reproducir la relación patológica y
no a resolverla.

106 107
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Modelo Etiopatogénico de la familia con dependencia
Es un modelo basado en el cliclo vital familiar, en donde se trazan líneas de desarrollo
del proceso relacional patológico de la familia de la persona con dependencia.
01 Primer Estadio: La familia de origen
02 Segundo Estadio: La pareja paterna
03 Tercer Estadio: La relación madre-hijo en la infancia
04 Cuarto Estadio: La adolescencia
05 Quinto Estadio: El paso al padre
06 Sexto Estadio: El encuentro con las sustancias
Septimo Estadio: Las estrategias basadas en el síntoma
07
¿Cuáles son las principales características de la red social comunitaria
o grupo de pares?
El área social, nos permite contextualizar el entorno cultural del usua-
rio y sus redes de pertenencia. La experiencia nos muestra que la mayoría
de las personas con dependencia, simplifican al máximo su estilo de vida:
pocas personas, acciones monotemáticas, mayor inversión de tiempo en
consumo-efectos de las drogas y conformación de grupos de pares que
comparten estos estilos de vida, incluyendo la comisión de delitos. Por otro
lado, el área social del usuario nos proporciona información relevante so-
bre el grado de socialización y tipología de sus relaciones. Una persona
con mayores recursos sociales tiene la posibilidad de escuchar o hacer
música, asistir al cine o teatro, tener grupos de amigos con expectativas
de crecimiento. Si no existen estos recursos, hay que crearlos durante el
tratamiento y ponerlos en práctica durante la fase de reinserción social.
Entonces si la persona adolescente presenta un problema de consumo
y su diagnóstico es favorable para su tratamiento, se le presenta una pro-
puesta de plan individualizado que incluye la participación en la CT. Si
acepta, se cumplirán los tres requisitos de ingreso: problema en el consu-
mo de sustancias, plan individualizado con diagnóstico y pronostico favo-
rable de tratamiento en CT y el consentimiento informado.
108
la comunidad terapéutica
Criterios sobre el programa de tratamiento. 4.2
ESTÁNDAR 2 Criterios sobre el programa de tratamiento
El programa especializado de tratamiento de la salud mental y adic-
ciones deber ser integral y atender las principales causas desde el
ámbito individual, familiar, comunitario y social; debe ser con base
en evidencia y elaborar un diagnóstico integral, un plan individuali-
zado y evaluaciones de proceso que indiquen su avance; debe ser
participativo y otorgar un rol protagónico a la persona adolescente
en la toma de decisiones y conducción del programa; debe de estar
dividido en fases de recepción/inducción, atención especializada y
preparación para el egreso; debe promover el cambio psicológico a
través del análisis y la reflexión constante de los conflictos relacio-
PACIA/CT
nales que surgen en la comunidad.
Indicadores y procedimientos
Seguimiento al plan individualizado y familiar
Acompañamiento constante por personal especializado y multi-
disciplinario
Evaluación del proceso individual
Implementación de actividades psicoterapéuticas, educativas, re-
creativas, artísticas, culturales, deportivas y de esparcimiento bajo
supervisión especializada.
La aplicación del estándar sobre los criterios sobre el programa de trata-
miento en la CT del PACIA comienza después de firmar el consentimiento
informado por la persona adolescente, su familia o responsable y el perso-
nal técnico, concluyendo al momento del cumplimiento de la medida de
internamiento preventivo o de ejecución.
Como lo establece la ley, el objetivo del programa especializado consiste
en promover procesos formativos en temas relativos a las libertades fun-
damentales y desarrollo de la personalidad. Este proceso formativo está
en relación directa con la restitución de derechos y atención de las causas
tanto de la comisión del delito, la salud mental y las adicciones, traducién-
dose en un programa comunitario con actividades educativas, recreativas,
artísticas, culturales, deportivas y de esparcimiento bajo supervisión espe-
cializada. Este programa comunitario es el encuadre que aloja los progra-
mas individualizados de cada persona adolescente.
Durante su implementación se establecen un vínculo de acompaña-
miento entre personal técnico y la persona adolescente en donde cotidia-
namente se fomentan un enfoque socioeducativo de formación y adqui-
sición de herramientas de habilidades sociales, cultura de la legalidad,
educación para la paz, derechos humanos y protección al ambiente.
109
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

La técnica utilizada por el programa comunitario para el tratamiento
de la salud mental y las adicciones, como espacio de elaboración psíquica,
cubre dos momentos: por un lado y como lo define el enfoque de comu-
nidad terapéutica, se promueve el cambio psicológico a través del análi-
sis y la reflexión constante de los conflictos relacionales que surgen en la
comunidad. Entonces, el input constante de los conflictos relacionales se
convierte en la posibilidad de análisis de la falta de control de impulsos,
las defensas psíquicas, las ansiedades producidas, la agresión y violencia,
así como todas las funciones sobre juicio de la realidad; por otro lado, este
espacio de análisis y reflexión de los conflictos relacionales puede utilizar
la confrontación a la manera de grupos de encuentro en donde se busca
una comunicación genuina que permita su elaboración en un clima de
seguridad emocional y contención; también puede ser a través de grupo
de reflexión o terapéutico en donde conduce un terapeuta especializado y
que puede utilizar un esquema psicodramático o de orientación psicoana-
lítica. Resumiendo, la elaboración de los conflictos relacionales se realiza
a través de espacios grupales de reflexión y análisis desde un enfoque de
grupos de encuentro, psicodrama o psicoanálisis.
Comunidad Terapéutica
I. Un programa II. Tienen por objetivo III: Aplica un enfoque
especializado de la reinserción social
tratamiento de la salud y familiar a través del psicoterapéutico como
mental y adicciones cambio psicológico sistema comunitario.
para adolescentes en y en el estilo de vida.
conflicto con la ley.
Diagnóstico
Inicio
El rol del personal técnico en el programa de actividades consiste en
un conjunto de funciones que garantizan su cumplimiento en cuanto a lo
siguiente:
a) Presidir el encuadre. Garantizar el cumplimiento de las activida-
des en tiempo y forma, los objetivos del tratamiento, la participa-
ción de la persona adolescente y demás miembros convocados,
así como favorecer la participación comprometida de todos los
participantes.
b) Promover la organización de la comunidad y asignar responsa-
bilidades a las personas adolescentes favoreciendo su participa-
ción en la conducción del programa.
c) Garantizar la aplicación técnica y conducir a la persona adoles-
cente a utilizar los espacios de reflexión y análisis para la elabo-
ración de los conflictos relacionales que surgen en la comunidad.
d) Promover los objetivos de sensibilización, sentido de realidad y
aceptación del proyecto de vida que consisten en fomentar las
capacidades de reflexión y análisis sobre las causas de la comi-
sión del delito, la salud mental y las adicciones, así como la ne-
cesidad de modificar su estilo de vida, con la finalidad de poder
realizar un proceso de reinserción familiar y social.
e) Impulsar las habilidades y competencias personales para identi-
socioeducativo y ficar sus problemas individuales, así como profundizar su com-
prensión, análisis y darle un nuevo sentido en su historia de vida.
f) Aplicar evaluaciones de proceso individual y preparar a la perso-
na adolescente para su egreso.
g) Dar seguimiento en el proceso de reinserción y aplicar evaluacio-
nes de impacto, es decir, sobre el mantenimiento de los cambios
a lo largo del tiempo.

1 2 3 4
Ingreso Convocar Consentimiento
voluntario la red social y plan informado
individualizado

5
Programa de
8 tratamiento
familiar
7 Reuniones
de evaluación 6 Presidir el
encuadre
Asignar
responsabilidades

Evaluación Cumplimiento de Reinserción

Inicio

9 mensual de
proceso
10 individualizado
metas del plan 11 familiar
y social
12 Seguimiento

110 111
 s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

4.3 Criterios sobre el proceso de evaluación.
ESTÁNDAR 3
Criterios sobre procesos de evaluación
El tratamiento integral debe de dar respuesta a necesidades indi-
viduales y en lo posible integrar la prestación coordinada de ser-
vicios psiquiátricos, psicológicos, terapia familiar, educación, ca-
pacitación para el trabajo y empleo, cultura, arte y deporte. Estos
servicios integrados deben contar con un sistema de monitoreo y
evaluación que dé cuenta del avance en actividades específicas y
en los objetivos del plan individualizado.
Indicadores y procedimientos
PACIA/CT
Seguimiento al plan individualizado y familiar.
Reuniones clínicas del personal técnico para la evaluación de
casos.
En este sentido, resulta fundamental que la evaluación cuente con la
evidencia de que la CT ha desarrollado capacidades de resiliencia posi-
tiva en las personas adolescentes, que el conjunto de factores de riesgo
identificados ha disminuido y que se ha mitigado la violencia, el delito y
las adicciones.
La evaluación para medir el proceso, resultados e impacto generado es
posible si se realiza una valoración integral que identifique los factores
de riesgo que generan la violencia, el delito y las adicciones en sus dife-
rentes ámbitos, de acuerdo con el modelo ecológico. Identificados éstos,
se construyen los indicadores que señalen su estado original (línea base)
y su modificación después de la implementación del plan individualiza-
do.Entonces, los resultados y el impacto del plan individualizado estarán
Teoría de cambio: Mapa causal
Resultados Propósito
Necesidad/Problema Insumos/Actividades Productos Resultados intermedios
finales

Evaluación de pasajes de sensibilización, sentido de realidad y Adolescentes

aceptación de proyecto de vida. en conflicto
con la ley
Aplicación de instrumentos de evaluación de proceso individual. Deterioro del
Familia
tejido social
Diario de la persona adolescente. Infraestructura y
Reuniones periódicas de evaluación con la persona adolescente. Transtorno de dependencia en
servicios
el consumo de sustancias
Registro de notas clínicas de evolución. en adolescentes en conflicto
Abogado
con la ley Médicos
Emergencia
Psiquiatría de demandas
Trans- Abandono Violencia Falta de de ayuda
torno real o comuni- programa Odontología Programa de
comunidad Adolescentes
limite de semia- taria sociales terapéutica
Pedagogos en proceso
Personali- bandono terapéutico
dad de los Incidencia Desem- Psicólogos C Apertura
padres delictiva pleo y C Cierre Adolescentes

Adolescentes integrados socialmente

Ansiedad empleo Trabajador Social Grupo de en proceso
confrontación de apren-
La aplicación del estándar de criterios sobre el proceso de evaluación y depre- Violencia Normali-
sión familiar zación del
poco
remune- Sociólogo C Reflexión
C Psiquiátrica
dizaje de
Adolescentes con
problemas emocionales
habilidades elaborados
considera el mapa causal de la teoría de cambio que parte de la valora- Defensas Carencia
delito rado Terapéutas C Médica
Asamblea
sociales
Adolescentes con
primitivas de reglas Infraes- Recluta- Talleristas comunitaria Adolescente habilidades para Abstinencia
ción integral de la persona adolescente y el objetivo final de reinserción de la y limites tructura miento a Terapia
en recupera-
ción escolar
reinserción social
agresión urbana grupos Personal
Individual
familiar y social, pasando por plan individualizado, objetivos interme- Rela- deficiente crimina-
Administrativo
Terapia Elaboración Adolescentes con Cambio
Fallas ciones y falta de les Cocina Familiar de proyecto proyectos de vida psicológico
dios, así como el cumplimiento de los supuestos de ingreso voluntario, jucio de difusas espacios
Lavandería
Proyecto
de vida y
de vida
realidad públicos Inseguri- vinculación Adolescentes con
Participa-
firma de consentimiento informado y un compromiso genuino de parti- Normali-
Trauma zación del Deserción
dad
Personal de
A Artística
ción de las redes de apoyo Estilo de vida
seguridad familias en
cipación en la CT. Deficit
afectivo
consumo escolar Falta de
servicios CEJUV
A Cultural
A Deportiva
tratamiento
Familias con capacidades
A Educativa Familiar por parentales
Al respecto de la evaluación de estos procesos, uno de los principales Repre-
Relación Consumo
parental de sus-
de salud
Rectificando tu A Psicotera-
péutica
la cons-
trucción de
camino AC
sentación deficiente tancias en Baja A Laboral
retos es la medición de la efectividad del impacto logrado en el conjunto devalua- espacios calidad en Justicia Juvenil
capacidades
parentales
da de sí Modelo públicos servicios Acompaña-
de factores de riesgo que generan la comisión del delito y las adicciones. mismo de educati- Asociaciones
Religiosas
miento
familiar
Identificar
necesidad de
crianza Grupos vos muerto continuidad
Dicha medición es la que sustenta y demuestra que se estén desarrollan- Impulsivi- nocivo vulnera- INEA del proceso
dad bles de cambio...
do respuestas adecuadas a los problemas y necesidades identificados y Personali- Grupos
dad de padres Baja
DG de
Bachilleres
que se han propiciado los cambios esperados, o bien, que la problemática disocial antiso-
ciales
organi-
zación
Secretaría de
Cultura
mantiene la misma tendencia de comportamiento. En esta lógica, son los social y
presencia Comisión de
de grupos Derechos
resultados de esta medición la principal referencia para saber si la inter- delictivos Humanos

vención en el tratamiento de salud mental y adicciones están cumpliendo DIF

Personal de
los objetivos por los cuales fueron creadas. limpieza

112 113
s i m ó n t av e r a r o m e r o
determinados por la variación de la línea base. Por otro lado, la CT del
PACIA aplica un plan de monitoreo que permite obtener información de la
implementación y conocer sus resultados. De manera específica, permite
verificar que las etapas del programa se implementen en tiempo y forma;
facilita la identificación oportuna de problemas y permite la toma de deci-
siones para la adecuación del plan individualizado, en caso de ser necesario.
De esta manera, las principales referencias para la evaluación, de
acuerdo con la ley, el PACIA y la CT, son las siguientes:
a) Avance en el proceso de reinserción familiar y social. Esta refe-
rencia se traduce en un ejercicio pleno de los derechos constitu-
cionales de la persona adolescente en cuanto a acceso a la edu-
cación, la salud física y psicológica, capacitación para el empleo
y bolsa de trabajo, participación en actividades culturales, artís-
ticas, recreativas y deportivas, así como no sufrir ningún tipo de
discriminación o amenaza.
b) Avance en el proceso de formación en temas relativos a las liber-
tades fundamentales y desarrollo de la personalidad.
c) Avance en el control de los factores de riesgo y disminuir la posi-
bilidad de la reincidencia.
d) Avance en la adquisición de herramientas de habilidades socia-
les, cultura de la legalidad, educación para la paz, derechos hu-
manos y protección al ambiente.
e) Avance en el proceso de sensibilización, sentido de realidad y
aceptación del proyecto de vida alternativo.
f) Avance en el control en el consumo de sustancias psicoactivas.
g) Avance en el cambio psicológico y estabilidad en las relaciones
interpersonales.
h) Avance en la construcción de capacidades parentales y de acom-
pañamiento familiar.
i) Avance en la construcción de un proyecto de vida viable.
j) Avance en la conformación de redes de apoyo para la reinserción
social.
Esta es la amplitud de cambios esperados en la CT para el tratamiento
de la salud mental y las adicciones con adolescentes en conflicto con la ley.
Es un fenómeno complejo de múltiples causas, requiere un marco teórico
multidisciplinario para su comprensión y un programa especializado para
atender un amplio conjunto de necesidades que se traducen en acciones-
múltiples que requieren un enfoque de integralidad que las oriente hacia
un objetivo final de reintegración social de la persona adolescente.
114
la comunidad terapéutica
Las acciones o procedimientos que implementa el personal técnico de
la CT del PACIA para obtener y registrar la información para la evaluación
de proceso y resultado, son las siguientes:
Seguimiento al plan individualizado. Como se ha mencionado, al ingre-
so de la persona adolescente al sistema se elabora una valoración integral
y se detectan los principales problemas y necesidades que serán las direc-
trices del plan individualizado, cuyos objetivos y acciones son acordadas
con la persona adolescente, su familia o representante. Entonces, este plan
tendrá un seguimiento por parte del personal técnico y sobre el cual repor-
tará avances mensuales y se evaluarán sus resultados. El seguimiento tie-
ne que ver con el acompañamiento cotidiano del personal técnico en cada
una de las actividades del programa comunitario, presidir el encuadre y
proporcionar una relación de apuntalamiento emocional a la persona ado-
lescente durante el proceso.
Reuniones clínicas del personal técnico para evaluación de casos. El
personal técnico se reúne periódicamente para realizar análisis casos y
evaluar diagnósticos y estrategias de intervención desde el ingreso hasta el
cumplimiento de la medida. Tienen especial relevancia el análisis de caso
al ingreso pues se discute la valoración integral y se consensa la estrategia
de intervención que se aplicará durante el proceso en internamiento pre-
ventivo o en ejecución de la medida. La estrategia puede ser modificada
con base a las nuevas informaciones y evolución del proceso. Una revisión
importante, se da cuando la persona adolescente se encuentra en diferen-
tes momentos de su proceso penal y cambia de un centro especializado a
otro, sea a Internamiento preventivo, ejecución de la medida, medidas en
externación, prevención o en libertad.
Evaluación de objetivos estratégicos de sensibilización, sentido de reali-
dad y aceptación de proyecto de vida. Se evalúa a la persona adolescente en
cuanto a la adquisición de herramientas de análisis y reflexión para com-
prender su situación general y las consecuencias de incurrir en conducta
tipificada como delito, así como posibles modificaciones en el estilo de vida.
Estos objetivos se refieren a la comprensión gradual sobre las circunstancias
personales y del entorno que llevaron a la conducta tipificada como delito
y las adicciones, posteriormente poder hacer un juicio o balance sobre sus
consecuencias y cómo se experimenta esta responsabilidad penal y, final-
mente, tomar la decisión respecto a la pregunta sobre mantener o modificar
su estilo de vida, por lo tanto, asumir o no un compromiso de cambio.
Diario de la persona adolescente. El diario es un registro que realiza la per-
sona adolescente e interpreta su vida diaria, avance y retrocesos, dificultades
y soluciones, así como la experiencia emocional durante el tratamiento.
115
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Reuniones periódicas de evaluación con la persona adolescente. Inte-
gradas las diferentes evaluaciones realizadas por el conjunto del personal
técnico, se lleva a cabo una reunión de evaluación entre el personal técnico
y la persona adolescente. En esta reunión se procede a una autoevaluación
y luego se restituyen todas las observaciones y la evaluación respecto al
plan individualizado, de tal forma que la persona adolescente identifique
avances y logros, así como obstáculos observados.
Registro y notas clínicas de evolución. Cada cambio observado o hechos
relevantes serán registrados de manera sistemática en la bitácora o dia-
rio de proceso individual, para su socialización con todo el equipo. Puede
registrarse que la persona adolescente este abordando la culpa por la co-
misión del delito, o este minimizando el hecho y no sentir ninguna respon-
sabilidad, puede haber ideación suicida, o puede observarse aprendizajes
o insight que modifican la conciencia de los hechos.
Ahora veamos con detalle el instrumento de evaluación de proceso in-
dividual8.
Este instrumento tiene como finalidad sintetizar los procesos de cam-
bio de las personas adolescentes en la CT del PACIA a partir de un conjun-
to de observaciones o indicadores en diferentes áreas de funcionamiento9.
La evaluación es resultado de la observación de la conducta, actitud y
expresiones emocionales de la persona adolescente en el contexto relacio-
nal e implementación del programa, es decir, en un programa altamente
organizado y estructurado, como sucede en una comunidad terapéutica.
Esto implica poder medir la actuación de las personas adolescentes duran-
te el proceso de tratamiento, de implementación del plan individualizado
y el tipo de vínculos en el contexto del tratamiento. La observación está
dirigida al tipo de relación que se establece con los objetivos, con el per-
sonal técnico y de seguridad, con sus pares, con la familia, con las reglas,
la comisión del delito, con las sustancias, así como con cada una de las
actividades del programa, es decir, con el encuadre terapéutico. Esta eva-
luación relacional nos proporcionará la evidencia del avance del objetivo
8
Cabe señalar, referente al método de construcción del instrumento y su fundamentación teó-
rica, que es importante que el personal técnico consulte el siguiente texto: Laffay B., Merlo R.,
Milanese E. (2002) Prevención y Evaluación de Programas, en el capítulo sobre construcción
de instrumentos de evaluación del tratamiento. La lectura de ese texto es esencial para enten-
der la lógica, la finalidad, las modalidades de uso, los límites y alcances de este instrumento
de trabajo.
9
El instrumento para la evaluación de fase de tratamiento y su instructivo, es retomado en su
totalidad del Reporte Técnico 1995-1996 de Hogar Integral de Juventud, I.A.P. y es adaptado
al contexto del sistema penal.
116
la comunidad terapéutica
de reinserción, de las posibilidades de reincidencia, de la viabilidad del
proyecto de vida, así como indicadores de cambio psicológico.
Para poder tener un mejor control de este proceso de evaluación, es útil
considerar algunas advertencias y procedimientos propios en la CT para
facilitar la compilación de la información:
a) Cuando una persona adolescente ingresa a la CT, se le debe de
asignar a un tutor del personal técnico como responsable de
realizar periódicamente la evaluación y, en consecuencia, dar
seguimiento y acompañamiento a su proceso para recopilar las
observaciones y llenar el instrumento de evaluación de proceso
individual;
b) El tutor debe presentar en las reuniones del personal técnico su ins-
trumento de evaluación, con el propósito de que el resto del per-
sonal técnico integre y complemente las observaciones con otros
elementos, resultado de las diferentes actividades del programa;
c) Para el llenado de este instrumento hay que considerar la valo-
ración integral, los objetivos del plan individualizado y objetivos
estratégicos, así como las fases en el cual se encuentra la persona
adolescente;
d) El resultado final de la evaluación es producto del trabajo del tu-
tor y la integración de las observaciones del equipo, quien la ha
complementado o modificado en función de las observaciones de
sus colegas;
• Instrucciones para la aplicación del instrumento.
Criterios de aplicación: es una observación participante. Este enfoque de
evaluación establece una correlación entre el cumplimiento de los objeti-
vos y los obstáculos que se presentan desde uno mismo y la relación con
el entorno del dispositivo terapéutico, es decir, de la persona adolescente
en acción y la interpretación que hace el personal técnico de su relación
con el encuadre terapéutico. Este es el elemento central de este sistema de
evaluación, que no se puede dar fuera de una relación y que toma sentido
a partir de la relación que el personal técnico tiene con la persona adoles-
cente en tratamiento y a quien evalúa en su proceso de cambio.
La aplicación del instrumento se realiza tomando en cuenta los siguien-
tes elementos:
• Cada fase de tratamiento tiene sus objetivos y es a partir de esta re-
ferencia que se evalúa el avance del proceso a través de las diferentes
áreas de observación. Así también, se califica como Mejoramiento,
117
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

Persistencia o Regresión (M/P/R) al análisis comparativo que se rea-
liza con la evaluación precedente y se anotan en la última casilla a
la derecha;
• Los elementos que se plasman en el instrumento tienen una valo-
ración relacionada con los fenómenos transferenciales de la teoría
psicoanalítica y son de utilidad para los consejeros para manejar el
timing y el tipo de retroalimentación hacia la persona adolescente
en la relación terapéutica, para promover el avance en el proceso
de cambio;
• De esta manera, los índices bipolares o escala de Likert nos señalan
los avances observados en cada indicador y permiten reconocer dón-
de existe Regresión o Mejoramiento durante el proceso; se trata de
un instrumento de observación participante que aborda los diversos
rincones de la geografía humana en la comunidad terapéutica. Esto
significa que el instrumento es útil para establecer estrategias de in-
tervención específicas y en los diferentes momentos del proceso;
• Así también, el instrumento se utiliza para evaluar el avance en
los objetivos de sensibilización, sentido de realidad y aceptación del
proyecto de vida, a partir de la adquisición de herramientas de aná-
lisis y reflexión que se muestran en las actividades reflexivas.
• Es importante no olvidar que estas codificaciones de los índices bi-
polares o escala de Likert son pretextos para el dialogo, la evalua-
ción en equipo y la formalización de las fases y objetivos de la CT;
Indicaciones esenciales para las codificaciones bipolares.
1. Relación consigo mismo y con su espacio. Se trata aquí de indicar la
relación que la persona tiene consigo mismo, su cuerpo o espacio físico,
como puede ser su dormitorio o su lugar de trabajo en términos de aseo y
limpieza, de interés o descuido, de orden o desorden. La bipolaridad entre
aceptación y rechazo ha sido incluida, sobre todo, para identificar la repre-
sentación de sí mismo o self y poder observar si acontecen variaciones en
ella en el trascurso del proceso. El cuerpo es un buen lugar de observación
de esta relación (marcas, tatuajes, heridas, entre otras). Para el caso de los
perfiles psicosociales de la persona adolescente en conflicto con la ley, es
frecuente encontrar situaciones de abandono parental objetivo y una re-
presentación devaluada de sí mismo.

RELACIÓN CONSIGO MISMO.

Indicaciones sobre los índices bipolares o escala de Likert. En la aplicación
No. 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
del instrumento se evalúan diferentes áreas de funcionamiento como es la
Se mide el cuidado
relación con uno mismo, con el personal técnico y de seguridad, con la fa- personal y los
milia, los pares, las reglas, avance de los objetivos estratégicos, la comisión espacios a su res-
Limpieza x Suciedad ponsabilidad, siendo X
del delito y con cada una de las actividades. La evaluación no es estan- una referencia de la
darizada por lo que siempre es necesario hacer un ejercicio de discusión representación de sí
mismo y la identidad.
de equipo para su homologación y construcción de sentido. Las diferen-
Este índice bipolar
tes interpretaciones conceptuales pueden ser una fuente de dificultades nos permite observar
el tipo la relación de
o consensos en la comprensión de la evaluación. Por esta razón y con la objetos internali-
Interés X Descuido x
finalidad de resolver posibles conflictos, sugerimos lo siguiente: zados, es decir, si
existen vínculos
internos de cuidado
o descuido.
• Cada uno de los ítems bipolares está sustentado a una conceptua-
La CT es un progra-
lización teórica ligada al modelo, por lo tanto, es necesario una dis- ma altamente estruc-
cusión teórica para su comprensión compartida; Orden x Desorden
turado y la hipótesis
x
es que logre incidir
• Por otro lado, a partir de la participación en espacios de formación como estructura u
del personal técnico, de la supervisión y de las reuniones de equipo organización interna.

se va formando un lenguaje común; Es una referencia

importante de un
• Para fines de esta evaluación, es útil establecer una referencia bi- Aceptación x Rechazo posible conflicto de x
identidad y fallas en
bliográfica común como son los diccionarios de psicología, diccio- su desarrollo.
narios de psicoanálisis y textos de CT;

118 119
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

2. Relación con el grupo de pares. Este es un dato esencial para la eva- 3. Relación con el tutor, personal técnico y de seguridad. El personal téc-
luación en las interacciones durante el desarrollo del programa. Se evalúa nico y de seguridad son un caso particular considerando la transferencia
la modalidad o estilo relacional predominante en un periodo de tiempo. Un de que son objeto por parte de la persona adolescente. Como sabemos,
ítem importante es la polaridad arraigo/desarraigo, con la cual nos referimos en términos de funcionamiento psíquico, los Trastornos Límite de Perso-
al sentido de pertenencia e identificacion con el grupo. Es importante captar nalidad de tipo antisocial, presentan un predominio de la agresión en las
la diferencia entre vínculos genuinos y afectivos con vínculos “como si” en relaciones de objeto internalizadas, un Yo labil y un Superyó inadecuado.
donde lo que se evita es la pérdida y el abandono. A su vez, la cercania/lejanía Esto explica el conflicto con las figuras de autoridad o representaciones
nos puede ayudar a identificar razgos paranoides y fantasias persecutorias. paternas, la ausencia de límites, omisión de las reglas y ausencia de culpa.
Entonces, la relación con el personal técnico será objeto de este tipo de
RELACIÓN CON EL GRUPO DE PARES. transferencias y es frecuente que bajo un mecanismo defensivo de esci-
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R sión, sea idealizada en ciertos momentos y luego todo lo contrario. Así la
Actitud proxémica transferencia de los prototipos infantiles y los mecanismo de defensa se
y lenguaje no convierten en la base de las intervenciones terapéuticas. Los ítems bipola-
Aislamien- verbal: muestra o
Participación x X
to no una participa- res nos podrán ilustrar muy bien el tipo de relación con representaciones
ción activa, habla,
dialoga, reflexiona. paternas, base del tratamiento con este tipo de trastornos.
Elementos verba-
les y no verbales RELACIÓN CON TUTOR, PERSONAL TÉCNICO Y DE SEGURIDAD
que muestran No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
evidencia sí la
Mediación x Violencia persona adoles- x Sobre proxémica,
cente busca la comunicación no
Proximidad x Lejanía verbal y lenguaje x
mediación en los analógico.
conflictos o
la violencia. Hechos concretos de
presencia o ausen-
Hechos concretos cia de colaboración
de presencia Cooperación x Oposición con el personal x
técnico, en cuanto al
o ausencia de objetivo, el programa
Cooperación x Oposición colaboración con x y las reglas.
el objetivo, el
Evidenciado en la
programa y confrontación entre
las reglas. Sinceridad x Falsedad lo dicho y lo hecho, x
colusiones y manipu-
Capacidad de laciones.
hacer equipo,
Descon- Capacidad de decidir
Confianza x colaborar y control x
fianza o ausencia de ella,
de fantasías Autonomía x Dependencia en el marco de las x
persecutorias. reglas del encuadre.
Sobre el sentido Capacidad de
de pertenencia Confianza x Desconfianza
dejarse conducir y
x
Arraigo X Desarraigo x control de fantasías
y capacidad
persecutorias.
adaptativa.
En términos de
alianza terapéu-
tica, la existencia
Compromiso x Ambigüedad o ausencia de x
cumplimiento de los
objetivos del plan
individualizado.

Se refiere
principalmente a
identificar mecanis-
mos defensivos de
Idealización X Devaluación escisión y rasgos x
esquizoparanoides,
para observar si
existe variación en el
proceso.

120 121
s i m ó n t av e r a r o m e r o
4. Relaciones con la familia. El monitoreo de la evolución de las relaciones
de la persona adolescente con su grupo familiar es un buen indicador de la
evolución del programa. Como hemos mencionado, las principales caracte-
rísticas de esta relación son déficits afectivos, relaciones con predominio de
la agresión, ausencia de capacidades parentales de acompañamiento y dife-
rentes niveles de abandono desde cuidado remedado, abandono simbólico y
abandono objetivo. El programa es una oportunidad de revisar el modelo re-
lacional y transformar los vínculos patológicos identificados, principalmen-
te, los orientados a resolver conflictos no resueltos de la pareja conyugal,
la comprensión de necesidades de la persona adolescente, capacidades de
acompañamiento y proceso emancipación de la persona adolescente.
RELACIÓN CON LA FAMILIA.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P
Elementos verba-
les y no verbales
que muestran
evidencia sí la per-
Mediación x Violencia
sona adolescente
busca la mediación
en los conflictos o
la violencia.
Elementos proxé-
micos, verbales
y no verbales,
que manifiestan
Aceptación X Rechazo aprecio, deseo x
de proximidad,
reconocimiento de
valores familiares
o, todo lo contrario.
Índice bipolar por
medio del cual se
registra la calidad
de la participación
entre la persona
adolescente y la
Colaboración x Oposición x
vida familiar (reso-
lución de proble-
mas relacionales,
de necesidades
económicas, afecti-
vas, entre otras).
Actitud de la per-
sona adolescente
ante la posibilidad
de autonomía e
Emancipación x Dependencia independencia, x negar el sentido de las
separación del
grupo familiar y
formación de su
propia familia.
122
la comunidad terapéutica
5. Relación con las reglas. Se incluyen aquí, además de las reglas plas-
madas en el reglamento comunitario, también las normas referentes al
cumplimiento del encuadre que organizan la vida comunitaria como son
horarios, actividades, objetivos. Son varios aspectos los que se pueden in-
terpretar con los ítems bipolares, como son la capacidad o no de seguir
las reglas, asumir responsabilidades, ser coherente entre lo que se dice
y se hace, dejarse conducir, persistir en un objetivo, planear un proyecto
de vida. Por supuesto que, si en la historia previa no se fomentaron es-
tos aspectos, se presentarán complicaciones durante la implementación
del plan individualizado. Por otro lado, cabe la posibilidad de que existan
rasgos narcisistas y se devalúen las reglas y persistentemente sabotear la
actividad o restar importancia cada vez que sea posible. O bien, un des-
pliegue de conductas antisociales como son los estallidos de violencia, in-
R
troducción de drogas o motines. En esta polaridad siempre tendremos una
evaluación sobre las posibilidades de aceptación del proyecto de vida.
RELACIÓN CON LAS REGLAS
X
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
La persona adolescen-
te casi siempre expre-
sará su sentir con las
reglas, con expresiones
Aceptación x Oposición que varían del entu- x
siasmo, la adaptación,
el aburrimiento o un
abierto ataque.
En este índice bipolar
se quiere subrayar el
aspecto verbal: si una
Afirmación x Negación persona afirma verbal- x
mente el valor o el senti-
do de las reglas o si lo
niega devaluándolas.
Se evalúan aspectos
verbales y no verbales
que indiquen si una
persona se apropia y
da un sentido personal
Elaboración x Simulación a las reglas o si senci- x
llamente se adapta a
ellas porque “esa es la
regla del juego” para
poder permanecer en
el sistema.
Es una evaluación
global de la relación con
las reglas en términos
de congruencia. Por
ejemplo, una persona
puede oponerse y
reglas y sin embargo
Congruencia x Incongruencia estar procesándolas x
y viceversa. Es una
relación que podemos
considerar congruente.
Las reglas deben refle-
jar un respeto transpa-
rente de los derechos
fundamentales.
123
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

6. Relación con actividades reflexivas o psicoterapéuticas. Nos referimos
a todos los espacios grupales de análisis y reflexión: grupos de planeación,
evaluación, confrontación, psicoterapéuticos, asambleas comunitarias, re-
solución de conflictos relacionales, cierre y apertura del día, elaboración de
situaciones de crisis, entre otros. Mediante estas actividades se debe verifi-
car la aplicación de la técnica de la CT en donde las situaciones emergentes
del ámbito relacional son abordadas para su elaboración psicoterapéutica.
Por medio de la evaluación de las actividades reflexivas, se quiere eviden-
ciar la conexión entre las emociones, la acción y el pensamiento. En esta
área serán evidentes las resistencias a hablar de los conflictos, a confrontar
a sus pares y hacer a un lado pactos de complicidad, de no ser “chiva”, evitar
“traicionar” a otro compañero. En general, podremos observar los supues-
tos enunciados por Bion de ataque y fuga, dependencia y emparejamiento,
a través de los cuales el grupo evita ser un grupo de trabajo colaborativo
y antepone pactos grupales inconscientes, prototipos infantiles de depen-
dencia y diversas formas que excluyen el trabajo grupal genuino en cuanto
a los objetivos de reflexión y análisis.
RELACIÓN CON ACTIVIDADES REFLEXIVAS O PSICOTERAPÉUTICAS.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS
Actitud proxémica y
lenguaje no verbal:
muestra o no una
Participación x Aislamiento participación activa,
habla, dialoga,
reflexiona.
Actitud proxémica y
lenguaje no verbal:
esta despierto, mira a
quien habla, busca el
Interés X Indiferencia
contacto visual, reac-
ciona a los contenidos
y a las actitudes de
los demás.
Manifiesta aprobación
o descalificación de
estas actividades, trata
de ausentarse, niega
Aceptación x Oposición su valor, comenta iró-
nicamente las contribu-
ciones de los demás,
los descalifica.
Aporta observaciones
y reflexiones propias
o sigue los temas pro-
Creatividad X Imitación puestos, asociándose a
las opiniones de
los demás.
Intercambia puntos de
vista o solo espera la
oportunidad para seguir
Dialogo Monólogo hablando sin conside-
rar las opiniones de
los demás.
7. Relación con actividades socioeducativas. Esta actividad, en sentido
estricto, tiene que ver con la evaluación de la persona adolescente en su
proceso de reinserción escolar en el nivel que le corresponde y, en sentido
amplio, es promover las capacidades de manejo y control de la violencia a
través de la construcción de habilidades sociales, cultura de la legalidad,
educación para la paz, derechos humanos y protección al ambiente. La
evaluación de este índice bipolar tiene que ver con la capacidad de adqui-
rir nuevos aprendizajes y desprenderse de un estilo de vida alejado de la
sana convivencia. Cualidades como la envidia, el narcisismo, la paranoia,
omnipotencia, la idealización son elementos que determinarán la expe-
riencia de aprendizaje y que deben evaluarse constantemente y generar
estrategias de intervención ante ellos.
RELACIÓN CON ACTIVIDADES SOCIOEDUCATIVAS.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
Actitud proxémica y
lenguaje no verbal:
Participación x Aislamiento muestra o no una parti- X
cipación activa, habla,
dialoga, reflexiona.
Actitud proxémica y
M P R lenguaje no verbal: está
despierto, mira a quien
Interés X Indiferencia habla, busca el contacto x
visual, reacciona a los
X contenidos y a las acti-
tudes de los demás.
Manifiesta aprobación
o descalificación de
estas actividades,
trata de ausentarse,
x Aceptación x Oposición x
niega su valor, comenta
irónicamente las contri-
buciones de los demás,
los descalifica.
Aporta observaciones
y reflexiones propias o
Creatividad X Imitación sigue los temas propues- x
x tos, asociándose a las
opiniones de los demás.
x

124 125
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

8. Relación con las actividades sociolaborales. Se incluyen en este apar-
tado las actividades de capacitación para el empleo, de formacion en una
área del conocimiento orientada a una profesión, así como actividades
ocupacionales de mantenimiento de las instalaciones y servicios indispen-
sables para el buen funcionamiento de la comunidad como son la prepara-
cion de alimentos, limpieza y actividades especificas dirigidas a toda la co-
munidad. Estas actividades estan orientadas a asumir responsabilidades
básicas de convivencia comunitaria y es un escenario que permite medir
el cuidado de sí mismo y del otro.
RELACIÓN CON ACTIVIDADES SOCIOLABORALES.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P
Frecuentemente
necesita que alguien
le diga lo que tiene
que hacer y sin un
Autonomía x Dependencia
acompañamiento
muy cercano y cons-
tante no logra realizar
sus tareas.
Colabora con sus
compañeros para
Cooperación x Oposición x dialoga, reflexiona.
que lo programado
se pueda realizar.
Trabaja solo, no
soporta la presencia
de sus compañeros,
Participación X Aislamiento se considera el único
capaz de hacer las
cosas y rechaza la
colaboración.
En términos de pro-
ducto: hace lo que
se tiene que hacer o
Eficacia Ineficacia
pasa su tiempo sin
lograr concluir
su tarea.
9. Relación con las actividades artísticas, culturales, recreativas y de-
portivas. Incluimos en este apartado las actividades que fomentan ca-
pacidades expresivas, lúdicas y sublimatorias de la persona adolescente.
También se convierten en escenarios proyectivos muy interesantes en
donde se muestran diversas reacciones de la persona adolescente ante
clásicos de la literatura, pasajes históricos fundamentales de nuestro país,
grandes obras musicales o contacto con instrumentos musicales, el cine
como muestra para conocer otras realidades posibles, el quehacer deporti-
vo como escenario de formación de equipo, eventos como productores de
cultura y sentido colectivo, así como fechas conmemorativas para impri-
mir nuestro propio sello de la interpretación de la historia. La evaluación
de la relación con las actividades proporciona evidencia del desarrollo de
R
un espacio mental más complejo, del manejo de recursos simbólicos para
la comprehensión de la realidad y una propia interpretación del mundo.
RELACIÓN CON ACTIVIDADES ARTÍSTICAS, CULTURALES, RECREATIVAS Y DEPORTIVAS.
X
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
Actitud proxémica y
lenguaje no verbal:
Participación x Aislamiento muestra o no una parti- X
cipación activa, habla,
Actitud proxémica y
lenguaje no verbal: está
despierto, mira a quien
Interés X Indiferencia habla, busca el contacto x
x visual, reacciona a los
contenidos y a las acti-
tudes de los demás.
Manifiesta aprobación
o descalificación de
estas actividades, trata
de ausentarse, niega su
Aceptación x Oposición x
valor, comenta irónica-
mente las contribucio-
nes de los demás, los
descalifica.
Aporta observaciones
y reflexiones propias
o sigue los temas pro-
Creatividad X Imitación x
puestos, asociándose
a las opiniones de los
demás.

126 127
s i m ó n t av e r a r o m e r o
10. Relación con la vida cotidiana en internamiento. En este contexto,
se quiere reflejar una apreciación global de la relación de la persona ado-
lescente con el conjunto de elementos del encuadre (acciones, programa,
reglas, comunidad) en internamiento. Es evidente el contraste entre el es-
tilo de vida previo al ingreso y la vida cotidiana en un centro especializado.
Este item bipolar evalúa la reacción de la persona adolescente ante este
cambio de entorno, el cual puede variar desde un grado de insatisfacción
o satisfacción, con otras variantes.
RELACIÓN CON LA VIDA COTIDIANA EN INTERNAMIENTO.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P
Actitud proxémica
y lenguaje no ver-
bal: muestra o no
Interés x Indiferencia
una participación
activa, habla, dia-
loga, reflexiona.
Este ítem bipolar
tiene que ver
con el grado de
Atracción X Repulsión responsabilidad x de dependencia.
penal asumido
ante la comisión
del delito.
Manifiesta
aprobación o
descalificación de
estas actividades,
trata de ausen-
Satisfacción x Insatisfacción tarse, niega su x sustancias.
valor, comenta
irónicamente las
contribuciones
de los demás, los
descalifica.
Proactividad X Pasividad Aporta observacio- x de la persona.
nes y reflexiones
propias o sigue los
temas propuestos,
asociándose a las
opiniones de los
demás.
Emancipación x Dependencia Actitud de la per- x riesgo y observar
sona adolescente
ante la posibilidad
de autonomía e
independencia,
separación del
sistema e imple-
mentación de su
proyecto de vida.
128
la comunidad terapéutica
11. Relación con las sustancias psicoactivas. Se trata de registrar la rela-
ción con las sustancias psicoactivas o drogas no prescritas por un médico
en los términos descritos de la sintomatología de la dependencia como son
deseos de consumo, los factores de riesgo activos y el ejercicio de control
que puede aplicar la persona adolescente. Durante el internamiento pue-
de aparecer en expresiones de deseo de convivir con las personas con las
que acostumbraba a consumir, magnificar estas experiencias y sentirse
identificado con esta práctica. Es importante observar si la estancia en el
sistema es una pausa para continuar con su estilo de vida al egreso, o bien,
existe una aceptación del proyecto de vida que excluye su continuidad.
R
RELACIÓN CON LAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
X
Una persona pue-
de ser totalmente
abstinente y, de
manera simultá-
nea, mantener un
Emancipación x Dependencia funcionamiento X
Piensa y habla
con frecuencia de
drogas y reivindica
esta cultura.
Este índice bipolar
registra si ha tras-
Abstinencia X Consumo gredido la norma y X
se han introducido
Este índice
bipolar refuerza el
primero: la lejanía
Lejanía x Proximidad x
o proximidad está
ligada al discurso
Impulsividad X Control Nos referimos aquí x
a avance en esta
área de funciona-
miento pues es
unos de los princi-
pales factores de
las posibilidades
de contención.
129
s i m ó n t av e r a r o m e r o
12. Relación con la comisión del delito. Este índice de polaridad se refiere
a la capacidad de análisis y reflexión de la persona adolescente o adulta
joven para evaluar la conducta tipificada como delito y las causas que la
favorecieron. Es frecuente observar diversas reacciones o actitudes frente
a la comisión del delito y éstas oscilan entre la presencia o ausencia de
culpa, deseo de reparar o no el daño causado, aceptación o no de la medida
de sanción, experiencia emocional frente al hecho y cómo se experimenta
la privación de la libertad, así como la intención o no de modificar el estilo
de vida. También, nos señala la presencia de síntomas psicopáticos y po-
sible estructura de personalidad antisocial. Esta evaluación nos permitirá
conocer si existen cambios de la posición frente a la comisión del delito.
RELACIÓN CON LA COMISIÓN DEL DELITO.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P
Culpa X Orgullo La ausencia de cul-
pa es señal inequí-
voca de estructuras
de personalidad anti-
social. Es importante
observar variaciones
frente a la comisión
del delito.
Reparar el daño x Indiferencia Si aparece cierto x de la persona
grado de culpa es
posible que pueda
existir un esfuerzo
de reparación,
por esta razón es
importante promover
un análisis profundo
del hecho.
Aceptación X Rechazo Este índice de x una autoevaluación
polaridad marcará
la disposición a la
participación en
el programa y la
aceptación de un
proyecto de vida
alternativo.
Arrepentimiento x Orgullo Nos referimos a x de vida alternativo.
observar si existe
la reivindicación
de la comisión del
delito, situación que
es contraria al ítem
arriba mencionado.
130
la comunidad terapéutica
13. Relación con los objetivos estratégicos y proyecto de vida. La viabi-
lidad del proyecto de vida dependerá de los aprendizajes obtenidos en el
programa y el compromiso generado en la persona adolescente. Entonces,
este índice de bipolaridad son referencias de avance del proceso y señala
la experiencia individual de la persona adolescente o adulta joven al tran-
sitar por el programa comunitario y el aprovechamiento que obtiene de su
participación. La adherencia al proyecto de vida dependerá de la evalua-
ción que haga la persona adolescente de sus condiciones de vida y si existe
el reconocimiento de cierto nivel de insatisfacción que le permita contem-
plar la posibilidad de cambio.
RELACIÓN CON LOS OBJETIVOS ESTRATÉGICOS Y PROYECTO DE VIDA.
No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 NOTAS M P R
R Se refiere al
comienzo del
X programa y los
acuerdos sobre el
plan individualizado
que incorpora sus
Sensibilización x Indiferencia principales nece- X
sidades, entonces
puede medir la
comprensión de
la circunstancia
adolescente.
Este índice de
polaridad medirá el
grado de concien-
cia de la comisión
Sentido de del delito y su
X Subjetividad x
realidad responsabilidad
penal, así como
de necesidad o no
de cambio.
Si existe o no está
conciencia, enton-
ces la persona ado-
Aceptación x Rechazo x
lescente construirá
o no un proyecto
Nos referimos al
proceso de separa-
ción y posibilidades
Autonomía X Dependencia x
de emancipación
del sistema y de
la familia.
Es una manera de
verificar si existe un
análisis objetivo de
Viabilidad Idealización
las circunstancias
o un sentido de
omnipotencia.
131
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 Notas M/P/R
Como es posible observar, el instrumento de evaluación de proceso indi-
vidual aborda el programa de la CT del PACIA en su conjunto y es una 1. RELACION CONSIGO MISMO Y CON SU ESPACIO.
aplicación que nos permite observar las variaciones de los indicadores en NO Limpieza X Suciedad Muestra pulcritud
las diferentes áreas de funcionamiento de la persona adolescente. Por otro en su aliño per-
sonal y orden en
lado, el instrumento está adaptado al contexto particular de las personas sus cosas.
adolescentes que han cometido un acto tipificado como delito y han ingre- Interés X Descuido
sado al sistema penal. También son consideradas las características pro- Orden X Desorden
pias del ciclo vital de la persona adolescente, así como una mirada ecoló- Aceptación X Rechazo
gica que concibe la comisión del delito y las adicciones como un problema
complejo y de múltiples causas. 2. RELACIÓN CON EL GRUPO DE PARES.
NO Preside el X Ataca el Existe una fuerte
encuadre encuadre reacción a la
Ahora veamos brevemente un ejemplo para concluir con esta exposición participación en
de la aplicación del instrumento de evaluación de proceso individual. el programa y
muestra distancia
y desdén por el
grupo, aunque se
1. Valoración integral. Se realizan las entrevistas iniciales con el ob- acerquen insis-
jetivo de sensibilizar a la persona adolescente sobre su situación tentemente.

y acordar un plan individualizado que incluya el tratamiento de Participación X Aislamiento

la adicción. Después de elaborar la historia clínica, se obtiene la Mediación X Violencia

siguiente valoración integral: Cooperación X Oposición

Confianza X Desconfianza

“X” cumple los criterios de dependencia al consumo de sustan- Arraigo X Desarraigo

cias psicoactivas, siendo el consumo de cocaína la de mayor 3. RELACIÓN CON EL TUTOR, PERSONAL TÉCNICO Y DE SEGURIDAD.
riesgo, encerrándose en casa del padre por varios días para su
NO Proximidad X Lejanía La relación con la
consumo. Presenta un trastorno límite de personalidad de tipo tutora asignada
es menos reactiva
antisocial y con brotes de violencia extrema. El sistema fami- muestra cierta
liar presenta una relación conyugal conflictiva y de constantes ambiguedad pero
acepta el acom-
separaciones, en donde “X” decide ir a vivir con el padre para pañamiento.
poder continuar con su estilo de vida de robos, consumo y sin Cooperación X Oposición
responsabilidades; la relación parental se encuentra invertida Sinceridad X Falsedad
y es “X” quien establece el control del funcionamiento en la fa- Autonomía X Dependencia
milia criminógena. La red social se remite al consumo de sus-
tancias y la práctica de robo, sin otras actividades alternativas. Confianza X Desconfianza
Compromiso X Ambiguedad
El plan individualizado establece un objetivo de sensibilización Idealización X Devaluación
y acercamiento gradual con “X” dada la fuerte resistencia inicial
mostrada y dificultades para establecer una alianza terapéutica.
También se prevé que el grupo haga su trabajo de acercamiento y
se modifique su actitud de aislamiento, de manera gradual.

2. Después del primer mes de internamiento, se aplica la primera

evaluación, con los siguientes resultados:

132 133
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 Notas M/P/R No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 Notas M/P/R

4. RELACIONES CON LA FAMILIA 8. RELACIÓN CON ACTIVIDADES SOCIOLABORALES

NO Mediación X Violencia La familia no NO Autonomía X Dependencia En el taller se

ha asistido al muestra más
programa y el participativo,
personal técnico dedicado y se ve
esta convocando más satisfecho.
su participación,
ante lo cual reac- Cooperación X Oposición
ciona con cierta Participación X Aislamiento
indiferencia.
Eficacia X Ineficacia
Aceptación X Rechazo
Colaboración X Oposición
Emancipación X Dependencia
9. ACTIVIDADES ARTÍSTICAS, CULTURALES, RECREATIVAS Y DEPORTIVAS

5. RELACIÓN CON LAS REGLAS NO Participación X Aislamiento También en esta

actividad cambia
NO Aceptación X Oposición Se opone radicalmente su
abiertamente en actitud y parece
el discurso, pero disfrutar de ella.
se adapta y trata Interés X Indiferencia
de cumplir con el
programa indivi- Aceptación X Oposición
dualizado.
Creatividad X Imitación
Afirmación X Negación
Elaboración X Simulación
Congruencia X Incongruencia 10. RELACIÓN CON LA VIDA COTIDIANA EN INTERNAMIENTO

NO Interés X Indiferencia Muestra re-

chazo a la vida
6. RELACIÓN CON ACTIVIDADES REFLEXIVAS O PSICOTERAPÉUTICAS comunitaria y
su interacción,
NO Participación X Aislamiento Se mantiene en aunque asume
silencio. su responsabi-
lidad del delito
Interés X Indiferencia cometido.
Aceptación X Oposición Atracción X Repulsión
Creatividad X Imitación Placer X Malestar
Proactivo X Pasividad
Dialogo X Monólogo

Emancipación X Dependencia
7. RELACIÓN CON ACTIVIDADES SOCIOEDUCATIVAS

NO Participación X Aislamiento En esta actividad 11. RELACIÓN CON LAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS
muestra mayor
interés y se ve
NO Emancipación X Dependencia No habla de ello.
más cómodo en el
trabajo individual. Uso X Abuso
Interés X Indiferencia Lejanía X Proximidad
Aceptación X Oposición Repulsión X Atracción
Creatividad X Imitación
Emancipación X Dependencia

134 135
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

No 5 4 3 2 1 2 3 4 5 Notas M/P/R 3. Notas para la bitácora y notas clínicas de evolución:

12. RELACIÓN CON LA COMISIÓN DEL DELITO
La conducta observada por “X” en esta primera evaluación men-
NO Culpa X Orgullo Asume su respon- sual fue defensiva ante la inserción comunitaria. Por un lado, se
sabilidad aunque
no se percibe un observa un rechazo al grupo, oposición a las reglas, una relación
sentimiento de
culpa. ambigua con el tutor, indiferencia ante la ausencia de su fami-
Reparar el X Indiferencia lia, deseo por consumir sustancias, no experimentar culpa ante
daño la comisión del delito y sin intenciones de modificar su estilo
Aceptación X Rechazo de vida. Por otro lado, muestra un buen aliño y preocupación
por tener su espacio ordenado, interés y buena participación
Arrepenti- X Orgullo en las actividades educativas, laborales y las artístico cultura-
miento
les, dando la impresión de intentos de crecimiento y desarrollo.
13. RELACIÓN CON LOS OBJETIVOS ESTRATEGICOS Y PROYECTO DE VIDA.
Es probable que esta conducta sea una expresión de un me-
NO Sensibilización X Indiferencia Se continúa con canismo de escisión a través del cual muestran relaciones to-
el trabajo de sen-
sibilización, pero talmente buenas o malas, sin posibilidad de términos medios.
no se observa
ningún cambio
significativo. En este primer objetivo estratégico de sensibilización, se reco-
Sentido de X Subjetividad mienda lo siguiente:
realidad

Aceptación X Rechazo
• Es importante que el tutor proporcione la contención suficien-
te en esta primera etapa de rechazo al grupo, a las reglas y
Autonomía X Dependencia
al programa. Que lo pueda expresar en palabras y exista esta
Viabilidad X Idealización
descarga emocional, esperando baje gradualmente el rechazo.
• Por otro lado, hay que favorecer que el grupo tenga acerca-
mientos graduales, sin llegar a ser invasivos, para disminuir
el sentimiento de amenaza.
• En las actividades educativas, laborales y artístico cultura-
les, hay que fomentar el sentido de pertenencia y que integre
ambos de rechazo y satisfacción.
• Si la transferencia en la relación con el tutor muestra ambas
caras, hay que señalar que no todo es sólo bueno o malo, ha-
cia la integración de las representaciones escindidas.

4. Ahora hay que verificar estas hipótesis para el siguiente periodo

de evaluación, corroborar hipótesis y ver nuevos resultados. Es
probable que disminuya el sentido esquizoparanoide y puedan
existir una mayor cercanía. En esta primera etapa se da prioridad
más a la pertenencia al grupo y posteriormente podrán hacerse
intervenciones más confrontativas.

136 137
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
4.4 Criterios sobre el egreso y seguimiento.
ESTÁNDAR 4 Criterios sobre el egreso y seguimiento
La preparación para el egreso requiere evaluar la situación de sa-
lud física y mental de la persona adolescente, así como fomentar la
implementación de un proyecto de vida que incluye desarrollo vo-
cacional, empleo y educación para facilitar el retorno a la comuni-
dad; la adquisición de habilidades para el manejo emocional, la vio-
lencia y la dependencia; debe de contar con un plan de prevención
de recaídas y la capacidad para construir nuevas redes de apoyo
y proyectos para el manejo del tiempo libre que den soporte con-
tinuo a la recuperación. Se debe de definir un plan específico que
PACIA/CT incluye aspectos de la transición, acompañamiento y seguimiento,
así como definir alianzas, disponibilidad de recursos y programa
públicos complementarios.
Indicadores y procedimientos
Elaboración de proyecto de vida.
Reuniones de seguimiento.
Diario de la persona adolescente.
Reuniones periódicas de evaluación con la persona adolescente.
Registro de notas clínicas de evolución.
Convenios con servicios públicos, sociales y privados.
La reinserción social de la persona adolescente en conflicto con la ley es
la última fase del plan individualizado y, también, es la fase más compleja
del tratamiento pues, paradójicamente, significa poner a prueba los apren-
dizajes y avances del proceso de cambio, pero en libertad, en el mismo
entorno que se cometió el delito. El resultado de esta última etapa del tra-
tamiento dependerá de la preparación para el egreso, del proyecto de vida,
de la red de apoyo constituida y del compromiso del mismo adolescente.
Bajo esta circunstancia, deberá existir un trabajo previo de planeación con
la asistencia del tutor y personal técnico, así como la colaboración de la
persona responsable o familiar, si ello fuera posible.
Si bien, esta planeación se aborda desde el ingreso, en los casos de eje-
cución de sanción ya sea en internamiento o en medidas no privativas de
libertad, se busca enfocar en la última etapa del Plan Individualizado de
Ejecución y elaborar el proyecto de vida en su preparación para el egreso,
6 meses antes, de acuerdo con la Ley.
Esta preparación para el egreso y su seguimiento no puede ni debe
desbordar el espacio y el tiempo que la medida legal estableció a la per-
sona adolescente quien, una vez obteniendo la libertad completa, termi-
na toda obligatoriedad para con el sistema de justicia. Sin embargo, en la
138
la comunidad terapéutica
etapa final de la medida, se tiene previsto un reforzamiento al proyecto
de vida con recursos públicos disponibles que se agreguen a la red de
apoyo para continuar con los estudios y de así desearlo se inserte en el
mercado laboral.
El proyecto de vida, a su vez, considera que la probabilidad de reinci-
dencia estará en función de la persistencia de los factores de riesgo que
favorecieron la comisión del delito. La persona adolescente en reinserción
estará bajo la presión de las mismas circunstancias que lo acompañaron
en esta conducta como, por ejemplo, el consumo de drogas y la normali-
zación de la violencia en su comunidad. Es importante tomar en cuenta
los programas públicos existentes de prevención de la violencia y la delin-
cuencia y disminuir esta probabilidad.
En este mismo sentido, la Ley establece que el poder judicial promoverá
la cooperación de las diferentes secretarías de estado y sus equivalentes
de las entidades federativas como Desarrollo Social, Economía, Educación
Pública, Salud, Trabajo y Previsión Social, así como la Comisión Nacional
del Deporte. Adicionalmente proporcionarán los programas de servicios
para la reinserción al interior de los Centros Especializados para favorecer
la inclusión educativa, social y laboral de las personas adolescentes priva-
das de la libertad, próximas a ser externadas.
La reinserción social es la etapa más compleja del tratamiento. El ma-
nejo emocional y la interacción ya no estará mediada por el programa y
el tutor o personal técnico, ahora todo trascurre en el contexto de vida de
la persona adolescente. Es por este motivo, que esta etapa deberá contar
con un fuerte acompañamiento y contención a partir de sus ejercicios de
autonomía en la vida social.
Este proceso de separación se caracteriza por los siguientes elementos:
- Gradualidad. Las actividades de reinserción tienen que ser planea-
das con anticipación y en acercamientos graduales, de ser posible. El
propósito es crear las condiciones para que al egreso la persona ado-
lescente sea acogido por su red social y con una preparación previa.
- Separación. La separación no debe significar pérdida ni eliminación
de lazos construidos, sino alejamiento y construcción de una red
personal fuera del sistema. Se trata de cerrar un ciclo y continuar en
otro, con una red de apoyo y un proyecto de vida alternativo como
nuevo encuadre terapéutico.
- Pertenencia. Ahora la pertenencia se aplica al encuadre en su red
social con elementos de mantenimiento de proceso de crecimiento
personal y diversificación en la participación de la vida social.
139
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
- Autonomía. Las decisiones del proyecto de vida de la persona ado-
lescente ahora son de su propia competencia, de su familia y la red
social de pertenencia (Hogar Integral de Juventud, 1995).
Las intervenciones del tutor y personal técnico consisten en facilitar
este proceso de gradualidad, separación, pertenencia y autonomía. Los
mecanismos para apoyar este proceso de separación son el grupo psico-
terapéutico, grupos de supervisión de la reinserción social y profesional,
seguimiento de la actividad laboral y administración de su presupuesto,
supervisión en el manejo del tiempo libre y la vida cultural, así como la
supervisión en la nueva residencia y prevención de recaídas.
De esta manera, el proceso de cambio que comenzó con el ingreso al
sistema de internamiento preventivo, pasando por las entrevistas, plan in-
dividualizado de actividades y de ejecución, consentimiento informado,
fases y objetivos de la CT y la reinserción social, culmina con una última
evaluación en donde se verifica el cumplimiento de los objetivos trazados
en un inicio y, de ser satisfactoria, se realiza un ritual de despedida y alta
del tratamiento.
4.5 Criterios sobre el personal técnico: composición, formación y
supervisión.
ESTÁNDAR 5 Criterios sobre el personal técnico: Composición, formación
y supervisión
Se refiere a la existencia de un equipo técnico profesional y multi-
disciplinario que cubra las diferente áreas de conocimiento requeri-
das como son adolescencia y etapas de desarrollo, psicopatología
de estructuras de personalidad antisocial, dependencia al consumo
de sustancias, violencia y delincuencia, así como diversas técnicas
de intervención comunitaria, además de dirigir procesos socioedu-
cativos y de capacitación para el empleo. El equipo deberá contar
con un programa de formación continua para la especialización en
PACIA/CT la teoría y técnica de la CT, así como otros temas sustantivos. La
supervisión es necesaria para contar con espacio de formación
teórico práctico que retroalimente al personal técnico a través de
análisis de casos y grupos de contención para la prevención del
agotamiento laboral.
Indicadores y procedimientos
Formación continua.
Supervisión y análisis de casos.
Psicoterapia personal.
Reglas y ética profesional.
140
la comunidad terapéutica
La aplicación de este estándar sobre la composición, formación y supervi-
sión del personal técnico es de vital importancia para garantizar la calidad
de los servicios de tratamiento para las personas adolescentes en conflicto
con la ley, así como dar cumplimiento a la ley sobre el personal especiali-
zado que debe otorgarlo.
La comisión del delito y las adicciones vistas desde una perspectiva
ecológica y como fenómeno complejo, no sigue un modelo explicativo li-
neal de causa efecto y mucho menos es determinista en cuanto a señalar
una causa única. El termino complejidad justamente se refiere a la nece-
sidad de explicar un fenómeno social desde diferentes disciplinas y evitar
su simplificación (Morin, 1990). Entonces, si nos referimos a las múltiples
causas provenientes desde el ámbito individual, familiar, comunitario y
social, es necesario ampliar el marco de referencia más allá de la psiquia-
tría, la psicología o la criminología como ciencias exclusivas. No cabe duda
de que es necesario contar con un acercamiento multidisciplinario desde
la psicopatología, en particular, sobre los trastornos límite de personalidad
de tipo antisocial; dada la alta correlación con situaciones de consumo de
sustancias psicoactivas y adicciones es necesario contar con conocimien-
tos y servicios especializados de tratamiento como es la metodología de la
comunidad terapéutica; existen investigaciones que demuestran que exis-
te una tipología de familia de la persona en conflicto con la ley y con adic-
ciones, por lo que se requiere especialistas en esta áreas de conocimiento
para su tratamiento; con la antropología podremos analizar el ámbito co-
munitario como lugar del pensamiento colectivo en donde se puede nor-
malizar el consumo y la violencia, así como padecer una baja organización
y deterioro de su tejido social, el cual será destino de la reinserción social;
también se requiere una mirada sociológica para identificar mecanismos
de exclusión, marginación y dificultades en el acceso a los derechos huma-
nos, para diseñar estrategias de integración social.
De esta manera, solo un equipo multidisciplinario podrías cubrir las
áreas de conocimiento requeridas. Lo anterior significa que se implementan
servicios especializados para otorgar tratamientos psicofarmacológicos, de
psicoterapia grupal y familiar, técnicas de intervención comunitaria, acom-
pañamiento psicopedagógico para las actividades socioeducativas y sociola-
borales. Una observación de conjunto de la CT nos muestra que se trata de
servicios integrados y coordinados desde el equipo multidisciplinario.
Entonces el abordaje desde la complejidad exige un proceso de integra-
ción multidisciplinaria en donde se crean puentes y un lenguaje común
para que pueda existir la coordinación entre el personal técnico y los ser-
vicios que se otorgan, lo cual implica la participación en espacios de pla-
neación, organización, formación y supervisión.
141
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

De esta manera, el trabajo de equipo es formativo. Por un lado, ya vimos
la propuesta de Jones sobre la necesidad clínica de las reuniones de equipo
para integrar diagnóstico y estrategias de intervención, así como evitar
intervenciones aisladas, contradictorias o iatrogénicas. Para cumplir con
este propósito es necesario contar con un lenguaje común y crear puen-
tes entre las diferentes disciplinas como un continuum explicativo de la
realidad de la persona adolescente, evitando su simplificación y lograr una
comunicación colectiva que favorezca la acción multidisciplinaria. Es por
este motivo que utilizamos un enfoque biopsicosocial. Por otro lado, la for-
mación también puede facilitar una mirada de mayor profundidad y cons-
truir conocimiento especializado de los que podríamos llamar la clínica de
salud mental y adicciones con personas adolescentes en conflicto con la
ley. Por ejemplo, encontrar evidencia de cómo el método de la CT ayuda al
cambio psicológico, principalmente en cuanto al funcionamiento psíquico
y la falta de recursos internos para respetar las reglas y la autoridad, poder
mostrar empatía hacia los demás y ser sujetos activos en la construcción
de una cultura de paz y la legalidad.
La supervisión es el espacio por excelencia de la formación clínica. El
dialogo entre expertos bien entrenados y profesionales que ingresan a
este campo, encontraran la mejor manera de aprendizaje con el modelo
teórico-práctico de la supervisión. Bajo esta modalidad, se construyen las
experiencias clínicas documentadas y muestran a través del análisis de
casos la relación entre el diagnóstico, la estrategia de intervención y sus
resultados bajo la mirada de la teoría y la técnica, en este caso de la CT. Es
interesante señalar que este enfoque abandona el tema de la comorbilidad
psiquiátrica, en todo caso, se habla de comorbilidades y no solo psiquiátri-
cas, sino también relacionales, comunitarias y sociales, todas igualmente
importantes y, por lo tanto, multidisciplinaria.
El marco que integra al equipo multidisciplinario es la CT y su técnica
es el escuadre que coordina a los profesionales y las teorías de referencia.
Lo que se ha denominado interconsulta entre psiquiatras y psicoterapeu-
tas, en CT se transforma en reuniones del personal técnico, bajo el supues-
to de que todos los participantes poseen un conocimiento y ejercen un
rol en la estrategia de intervención. Para lograr una mejor integración, se
deberá contar con lo siguiente:
- La CT verificará la aplicación técnica en cuanto a contar con diferen-
tes espacios para la elaboración o procesamiento comunitario de los
conflictos relacionales que surgen en la vida cotidiana del programa.
- La CT aplicará un mecanismo para la comunicación, coordinación y
cohesión interna entre los miembros del personal técnico e imple-
mentará rigurosamente reuniones semanales de equipo para análi-
sis de casos, de preferencia, bajo la supervisión de una persona ex-
perta y entrenada en el modelo de CT.
- La CT promoverá la revisión y actualización constante de los pro-
cedimientos aplicados en el tratamiento de la salud mental y las
adicciones, dando preferencia a investigaciones y publicaciones es-
pecializadas, así como los estándares de calidad validados por orga-
nismos internacionales.
- La CT mantendrá un programa de formación continua y actualiza-
ción del equipo técnico.
- La CT fomentará el desarrollo profesional de los miembros del equi-
po, salvaguardar la estabilidad emocional del equipo y prevenir el
síndrome de agotamiento emocional.
- La CT implementará un sistema de monitoreo y evaluación del
programa de CT y sus resultados con las personas adolescentes
en conflicto con la ley y con esta base, se retroalimentará al per-
sonal técnico en la búsqueda de áreas de oportunidad y lecciones
aprendidas.

- La CT dispondrá de un organigrama del personal técnico que dis-

tinga roles y funciones, diferenciando las responsabilidades de di-
rección, coordinación técnica, actividades psicoterapéuticas, socioe-
ducativas, sociolaborales, artísticas, culturales, deportivas, lúdicas y
recreativas.

142 143
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
4.6 Criterios sobre los derechos humanos y perspectiva de género.
ESTÁNDAR 6
Criterios sobre los derechos humanos y perspectiva de género
La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Ado-
lescentes, establece un conjunto de disposiciones que se refieren
al cumplimiento de la responsabilidad penal sobre las conductas
tipificadas como delito y sus medidas de sanción, pero también en
la restitución de sus derechos humanos a fin de contrarrestar las
causas que las favorecieron y promover el desarrollo integral de la
persona adolescente, tomando en consideración las condiciones
de su entorno para impulsar un proceso de reinserción social.
PACIA/CT Indicadores y procedimientos
Ser informado y opinar de la medida cautelar.
Recibir asistencia médica, psicológica y de adicciones.
Realizar actividades educativas, recreativas, artísticas, culturales,
deportivas y de esparcimiento, bajo supervisión especializada;
Contar con las instalaciones dignas, seguras y con los artículos
necesarios para satisfacer las necesidades propias de su sexo;
Cursar el nivel educativo que le corresponda;
Las madres adolescentes tendrán derecho a la maternidad, parto,
puerperio y lactancia;
Se podrá conminar a los familiares o responsables para que brin-
den apoyo durante el cumplimiento de las medidas.
La aplicación de este estándar de calidad garantiza a la persona adoles-
cente la posibilidad de recibir un tratamiento integral especializado du-
rante el cumplimiento de las medidas de sanción desde el internamiento
preventivo, ejecución de la medida o en libertad. Este tratamiento integral
queda plasmado en el plan individualizado de actividades o de ejecución
y debe responder al conjunto de sus necesidades identificadas y sobre el
cual tiene el derecho de opinar y emitir sus propias consideraciones. El
plan individualizado aplica un mecanismo participativo a través del cual
la persona adolescente asume un rol de sujeto activo en su proceso de
tratamiento, tomando decisiones sobre el alcance de los objetivos, metas
y tipo de actividades, incluyendo su ingreso en la CT para el tratamiento
de las adicciones.
El consentimiento informado e ingreso voluntario a la CT para el tra-
tamiento de las adicciones es uno de los primeros ejercicios de sus dere-
chos. Ante los cambios a la Ley general de salud mental y adicciones se
establece que el ingreso voluntario es un derecho al libre desarrollo de la
personalidad y la persona adolescente puede otorgar su consentimiento
informado, o bien, denegarlo, incluso como voluntad anticipada.
144
la comunidad terapéutica
Sin embargo, el propósito es implementar un proceso de sensibilización
para que la persona adolescente pueda identificar las ventajas de ingresar
a un tratamiento y los beneficios de un proceso de cambio. Hay varios as-
pectos a considerar es este acuerdo entre la persona adolescente, su fami-
lia o representante y en personal técnico del centro especializado:
• Si existe o no una demanda de ayuda ante la situación de depen-
dencia. Es necesario favorecer una evaluación de las circunstancias
de la persona adolescente ante la comisión del delito y consumo
problemático de sustancias psicoactivas para poder decidir su in-
greso a la CT y sea considerado como una necesidad que requiere
atención para mejorar las condiciones de vida en cuanto a salud
mental y habilidades sociales para la reinserción social. Si existe
un acuerdo básico sobre este propósito, es factible una alianza tera-
péutica para el cambio, de lo contrario, no existirán las condiciones
para un proceso terapéutico.
• Un supuesto que debe cumplirse para que sea aplicable la meto-
dología de la CT es que exista un compromiso de participación por
parte de la persona adolescente, pues se requiere la comprensión
sobre los beneficios que se pueden obtener de los espacios de re-
flexión comunitaria, de la confrontación, formar parte de una or-
ganización comunitaria y asumir responsabilidades para el pleno
funcionamiento de la CT.
• El ingreso voluntario, por otro lado, significa que se activa una capa-
cidad de decisión y establecimiento de objetivos de un proyecto de
vida alternativo. El acompañamiento por parte del personal técnico,
frecuentemente, es un tipo de relación inédita en donde la persona
adolescente es vista en sus necesidades, tomada en cuenta para
decidir y fomentar su crecimiento.
Por otro lado, recibir asistencia médica, psicológica y tratamiento de
las adicciones es otro derecho de la persona adolescente y la CT incluye
estos servicios integrados. Bajo un enfoque de igualdad sustantiva, la per-
sona adolescente tiene derecho a servicios profesionales, especializados,
con base en evidencia y de la misma calidad de los existentes fuera del
sistema penal.
Realizar actividades educativas, recreativas, artísticas, culturales, de-
portivas y de esparcimiento, bajo supervisión especializada, es un derecho
básico para posibilitar la reinserción social y familiar de la persona ado-
lescente. Carecer de estos derechos aumenta la probabilidad de cometer
un delito y desarrollar una situación de dependencia, es decir, son factores
145
s i m ó n t av e r a r o m e r o
de riesgo. Este es el sentido de la restitución de derechos de la persona
adolescente a su ingreso al sistema penal, que consiste en transformar los
factores de riesgo en factores de protección, mismos que se traducen en
habilidades sociales para la reinserción social.
Para lograr este propósito, es necesario fomentar la construcción de
nuevas capacidades en las personas adolescentes que han cometido una
conducta tipificada como delito, que le permitan tener un mejor manejo
de los factores de riesgo que la favorecieron. Carecer de una integración
social, recurrir a la violencia en situaciones de conflicto, pertenecer a
una comunidad donde se ha normalizado la violencia y el delito, así
como no concebir relaciones igualitarias y equitativas respecto a la mu-
jer, nos conducen a abordar estas dificultades como líneas transversales
del Programa, es decir, fomentar habilidades para la vida, solución pací-
fica de conflictos, cultura de la paz, cultura de la legalidad y perspectiva
de género.
El PACIA implementa planes, proyectos y acciones que promueven di-
versos talleres y actividades con perspectiva de género, cuyo fin es brin-
dar herramientas para detectar y evitar la violencia hacia las mujeres, así
como disminuir la brecha de desigualdad entre ambos géneros. Se busca
contribuir a la transformación de las bases de la violencia, al combatir la
desigualdad para favorecer la cohesión social, hacer énfasis en la cons-
trucción de una cultura para la paz y al respetar los derechos humanos de
las personas adolescentes y adultas jóvenes privadas de su libertad. Con
la vista puesta en el futuro, se propone transformar a las instituciones
sociales, leyes, normas culturales y prácticas comunitarias que son dis-
criminatorias, por ejemplo, aquéllas que limitan el acceso de las mujeres
o a la población lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e
intersexual (LGBTTTI) a los derechos sobre su identidad sexual.
La CT debe desarrollarse en espacios e instalaciones apropiadas para
facilitar el proceso terapéutico, de acuerdo con la ley. Contar con las ins-
talaciones dignas, seguras y con los artículos necesarios para satisfacer
las necesidades propias de su sexo, es un derecho. Además de los es-
pacios, la calidad en el servicio de alimentación debe cumplir con los
estándares de calidad e higiene, así como los materiales necesarios para
implementar cada una de las actividades del programa y agregaríamos el
tipo de acompañamiento por parte del personal técnico y de seguridad.
La persona adolescente tiene derecho a cursar el nivel educativo que
le corresponda, sin omitir los rezagos y dificultades que se presentan para
desarrollar esta actividad. Como sabemos, el perfil de las familias, frecuen-
temente, no proporciona un acompañamiento adecuado para fomentar
la educación con los hijos y es necesario considerar esta dificultad en el
146
la comunidad terapéutica
acompañamiento por parte del personal técnico e implementar técnicas
psicopedagógicas que ayuden a vincular positivamente a la persona ado-
lescente con los procesos educativos.
Las madres adolescentes tendrán derecho a la maternidad, parto, puer-
perio y lactancia; a permanecer con sus hijas o hijos menores de tres años;
acceder, a los medios necesarios que les permitan adoptar disposiciones
respecto a su cuidado. Entonces, los programas deberán estar adaptados a
estas necesidades y derechos, haciendo énfasis en el fomento de modelos
de crianza positivos y construcción de capacidades parentales y de mater-
naje adecuados.
Se podrá conminar a familiares o responsables de las personas adoles-
centes, para que brinden apoyo y asistencia durante el cumplimiento de
las medidas. Para estos efectos procurará lo necesario para que participen
en programas de capacitación, escolares, tratamiento de las adicciones,
cursos o cualquier otro programa o acción que permita contribuir al desa-
rrollo integral, como una terapia familiar, por ejemplo.
El centro especializado y las autoridades correspondientes deberán ges-
tionar servicios especializados externos que garanticen mejores resulta-
dos en la atención a las personas adolescentes en conflicto con la ley. Para
cumplir este objetivo, cuentan con atribuciones para celebrar convenios
con instituciones públicas y privadas, coordinar acciones con las demás
autoridades del Sistema Integral de Justicia Penal para proporcionar todos
los servicios disponibles en coordinación con las autoridades corresponsa-
bles y canalizar a servicios sociales de asistencia.
Por otro lado, la CT del PACIA da seguimiento a la Declaración de Ma-
llorca de 2016 de la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas,
WTCT, en la cual se establecen los compromisos y los principios genera-
les que orientarán aspectos de su operación y funcionamiento hasta el
año 2026:
- La necesidad de adaptar las intervenciones a las necesidades de los
usuarios y a su diversidad cultural, económica, social y religiosa.
- Priorizar y reforzar la integración de la perspectiva de género en el
tratamiento.
- Reforzar el seguimiento “para la mejora” de la reinserción social y
reducir episodios de recaída.
- Dar relevancia al papel de la familia y otras redes sociales durante el
tratamiento y animarlos a que se comprometan e involucren duran-
te el proceso.
- Conformar equipos multidisciplinarios para atender la complejidad
del problema desde una perspectiva biopsicosocial.
147
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
- El personal debe contar con capacitación y formación continua, tu-
toría, cuidado y supervisión externa, cuidando el bienestar y mini-
mizando el riesgo de agotamiento laboral o “burnout”.
- Asumir responsabilidades y la conducción de grupo debe ser diná-
mica, solidaria y estar al servicio de la comunidad, así como evo-
lucionar hacia la organización participativa y renovarse en forma
planificada.
- La transparencia y la rendición de cuentas deben ser pilares del fun-
cionamiento de la CT, pues contribuyen a su legitimación.
- Fomentar la investigación de calidad que ofrezca evidencia, así como
estudios de costo-efectividad y publicaciones que contribuyan a la
sostenibilidad y demostrar el valor científico del modelo.
- Un llamado a ampliar y diversificar las fuentes de financiamiento, a
reconocer el papel que cumplen en respuesta a los problemas rela-
cionados con el consumo de drogas y su estigmatización contra la
población que padece este problema.
4.7 Criterios sobre el registro de la información y la confidencia-
lidad.
Criterios sobre el registro de la información y la confidencia-
ESTÁNDAR 7
lidad
La aplicación del método de CT y sus procedimientos correspon-
dientes, cuentan con un conjunto de instrumentos de registro de
la información que dan soporte a la documentación del proceso
en cuanto a diagnóstico, objetivos, plan individualizado, evaluación
de proceso, objetivos estratégicos (sensibilización, sentido de reali-
dad y aceptación de proyecto de vida), fases (recepción, inducción,
atención especializada y preparación para el egreso/separación),
egreso y seguimiento. Cabe mencionar que la información recopi-
lada es de carácter confidencial en los términos que lo establece la
PACIA/CT ley de protección de datos personales.
Indicadores y procedimientos
Indicadores y procedimientos
Historia clínica.
Valoración integral.
Plan individualizado de actividades o de ejecusión.
Bitácora del personal técnico y notas clínicas de evolución
Diario de la persona adolescente
Reporte mensual
Evaluación del proceso individual
Proyecto de vida
Seguimiento
148
la comunidad terapéutica
La aplicación de este estándar acerca de los criterios sobre el registro
de la información y la confidencialidad representa la evidencia documen-
tada de la implementación del modelo de CT y sus procedimientos para
cada persona adolescente que ingresa a un centro especializado. A manera
de acciones secuenciales o procedimientos desde el ingreso, cada persona
adolescente es evaluada y sujeto de un diagnóstico integral, mismo que
será la base para la elaboración del plan individualizado de actividades o
de ejecución. Este plan individualizado establece objetivos, metas e indica-
dores de evaluación y será la guía de participación en el encuadre comu-
nitario de la CT. Previo al ingreso a la CT, la persona adolescente deberá
otorgar su consentimiento informado, o bien, negarse a participar en este
programa de tratamiento a la salud mental y adicciones. El tutor asignado
y personal técnico son responsables de elaborar un reporte mensual sobre
los resultados del plan individualizado, mismo que será revisado por el juez
de control y se podrán realizar modificaciones en caso de ser necesario. Un
insumo para la elaboración de este reporte es la aplicación del instrumento
de evaluación de proceso individual, que mide el tipo de relación y com-
portamiento que establece la persona adolescentes respecto a sí mismo,
el personal técnico y de seguridad, la familia o representante, objetivos del
plan individualizado y con cada una de las actividades del programa. Seis
meses previos al cumplimiento de la medida y egreso, se prepara a la perso-
na adolescente para su reinserción social y familiar, elaborando un proyec-
to de vida que tendrá el objetivo de ser su nuevo encuadre de continuidad,
pero en libertad. Al concluir la medida y terminar la obligatoriedad para
con el sistema, la persona adolescente puede aceptar un acompañamiento
para su proceso de reinserción, prevenir la reincidencia en el delito y el con-
sumo de sustancias, como ultima actividad vinculada al sistema.
Esta secuencia de acciones o procedimientos, implican un sistema de
registro de la información de principio a fin del proceso y representan la
evidencia del transcurso del proceso, resultados del plan individualizado y
evaluación del objetivo final de reinserción social y familiar. Ahora explica-
remos de manera general cada uno los instrumentos de registro utilizados.
Historia clínica. Es un instrumento de registro de la información que
contiene la narración escrita, descriptiva, ordenada, de todos los datos re-
lativos a la dependencia en el consumo de drogas (pasados y actuales, per-
sonales, familiares y de red social de pertenencia), que sirven para com-
prender el trastorno. La historia clínica recaba la información necesaria
para establecer un diagnóstico propios de la persona y su entorno, como
evidencia para elaborar un pronóstico y plan individualizado de activida-
des o de ejecución. Esta información debe ser suficiente para contestar 4
preguntas para la valoración integral: a) ¿cual es el tipo de relación con las
149
s i m ó n t av e r a r o m e r o
sustancias psicoactivas?, b) ¿Cuál es el estado mental de la persona ado-
lescente o trastorno de la personalidad asociado?, c) Cual es la tipología de
la familia, en particular, sobre sus relaciones conyugales y parentales?, y
d) Cual es la situación de las diferentes áreas de funcionamiento: escuela,
trabajo, salud, sexualidad, grupos de pertenencia y de pares?
Valoración integral. Es el instrumento en donde se registra la sintesis
diagnóstica y se determina si se presenta una situación de dependencia,
trastorno de personalidad asociado, tipo de familia y áreas de funciona-
miento. Con esta base, es necesario establecer el pronóstico que puede
ser favorable o reservado y decidir si la persona adolescente es candidato
a ingresar a la CT y que obtendrá beneficios para su desarrollo personal.
Plan individualizado de actividades o de ejecución. Es el instrumento
en donde se registra el objetivo del plan, mismo que se acuerda conjunta-
mente con la persona adolescente y su familia o representante. Este objeti-
vo está orientado a favorecer la resinserción social y familia, prevenir la re-
incidencia y el consumo de sustancias, y tendrá características concretas
a partir de las necesidades de la persona adolescente y las condiciones de
su entorno. El instrumento deberá registrar indicaciones que se deberán
cumplir durante el proceso, como, por ejemplo: participar de manera com-
prometida en las actividades del programa, reincorporarse al sistema de
educación abierta y terminar su educación en el nivel que le corresponda,
asistir al servicio médico para atender su salud, entre otras. Las indica-
ciones para la familia deben incluir sus compromisos de participación en
el programa: terapia familiar, acompañamiento al grupo de adolescentes,
guardias y participación en asambleas comunitarias. Las indicaciones para
la red social, se refiere a la participación de amigos o personas cercanas en
la CT, o bien, a la necesidad de construir nuevas redes sociales alternativas
de mejor convivencia y cuidado de la salud.
Bitácora del personal técnico y notas clínicas de evolución. En este
instrumento se registran diariamente los hechos relevantes acontecidos
con las personas adolescentes como son riñas, conflictos, dinámica gru-
pal, pactos, fantasías grupales, resistencias, entre otras. Adicionalmente,
se puede hacer anotaciones sobre mantenimiento, progreso o regresión
del estado emocional y tipo de relación consigo mismo, con los pares,
tutor y personal técnico, reglas, objetivos y cada una de las actividades
del programa.
Diario de la persona adolescente. En este instrumento la persona ado-
lescente puede registrar su expericencia subjetiva o emocional sobre el
proceso en la CT. Describir como se están sintiendo en la convivencia gru-
pal, con las actividades, con su estancia en el centro especializado, con su
familia, amigos y parejas.
150
la comunidad terapéutica
Evaluación de proceso individual. Este instrumento tiene como finali-
dad registrar los procesos de cambio de las personas adolescentes en la
CT del PACIA a partir de un conjunto de observaciones o indicadores en
diferentes áreas de funcionamiento. La evaluación es resultado de la ob-
servación de la conducta, actitud y expresiones emocionales de la perso-
na adolescente en el contexto relacional e implementación del programa.
Esto implica poder medir la actuación de las personas adolescentes duran-
te el proceso de tratamiento, de implementación del plan individualizado
y el tipo de vínculos en el contexto del tratamiento. La observación está
dirigida al tipo de relación que se establece con los objetivos, con el per-
sonal técnico y de seguridad, con sus pares, con la familia, con las reglas,
la comisión del delito, con las sustancias, así como con cada una de las
actividades del programa, es decir, con el encuadre terapéutico. Esta eva-
luación relacional nos proporcionará la evidencia del avance del objetivo
de reinserción, de las posibilidades de reincidencia, de la viabilidad del
proyecto de vida, así como indicadores de cambio psicológico.
Proyecto de vida. Este instrumento puede ser considerado como la res-
puesta de la persona adolescente a su situación penal y de dependencia
al consumo de sustancias psicoactivas, elaborada a después de un largo
proceso de reflexión y análisis de su situación emocional y estilo de vida,
cuyo objetivo es lograr un mayor bienestar individual, familiar y con su red
social de pertenencia. En términos ecológicos, el proyecto de vida tendrá
como objetivo disminuir los factores de riesgo que favorecen la comisión
del delito, así como la situación de dependencia y salud mental y, por otro
lado, promover los factores de protección que los inhiben, tanto en el ám-
bito individual, relacional, comunitario y social. Bajo esta lógica, el proyec-
to deberá incluir las principales áreas de funcionamiento de la persona
adolescente, como son: la familia, los vínculos afectivos y vida de pareja,
el desarrollo educativo, la capacitación laboral, el cuidado de la salud, los
grupos de pertenencia en el área social, así como la prevención de recaídas
y comisión de delitos.
Seguimiento. Este instrumento es muy útil para registrar el seguimien-
to de la implementación del proyecto de vida, tanto dificultades como
avances. Se sugiere que el seguimiento sea un mecanismo para propor-
cionar acompañamiento terapéutico, vincular a la persona adolescente
con programas públicos, sociales y privados, así como registrar el impacto
generado por el programa, es decir, los cambios sostenidos en el tiempo
posterior al egreso.
151
 s i m ó n t av e r a r o m e r o
4.8 Criterios sobre la coordinación entre el Sistema Penal, Servi-
cios de Salud y Programas Sociales.
ESTANDAR 8
Criterios sobre la coordinación entre el sistema penal, servi-
cios de salud y programas sociales.
El transtorno de dependencia en el consumo de sustancias psi-
coactivas debe de considerarse un problema de salud y al ser un
derecho de las personas adolescentes en conflicto con la ley, de-
ben de recibir un tratamiento adecuado, con base en evidencia y
buenas prácticas. En este sentido, el Sistema de Justicia Penal
debe gestionar una colaboración cercana con el Sistema Nacional
de Salud y los programas sociales de gobierno. En condiciones de
privación de libertad, el tratamiento debe de estar disponible con
PACIA/CT estándares de calidad de los servicios aquí mencionados.
Indicadores y procedimientos
Servicios psiquiátricos y tratamiento psicofarmacológico
Servicios de salud mental y psicoterapia
Reinserción escolar
Capacitación para el empleo
Actvidades artísticas
Actividades culturales
Actividades recreativas
Actividades deportivas
La aplicación de este estándar acerca de la coordinación entre el Sistema
Penal, Servicios de Salud y Programas Sociales es necesario debido a las
multiples necesidades que presentan las personas adolescentes en con-
flicto con la ley, mismas que requieren diversos servicios especializados y
tienen que ser proporcionados al ingreso al Sistema Judicial.
En este sentido, la Ley aplica un enfoque de gobernanza a través de la
cual se busca involucrar a las instancias de los tres niveles de gobierno
responsables de implementar las políticas públicas, así como organizacio-
nes de la sociedad civil coadyuvantes, al sector académico y privado, entre
otros. El propósito es articular proyectos multisectoriales que garanticen
mejores resultados en la atención a las personas adolescentes en conflicto
con la ley. Este mecanismo es una buena práctica que puede garantizar
los recursos suficientes, conocimiento y experiencia frente a este complejo
fenómeno social. Para poder cumplir estos objetivos, las autoridades de
ejecución de la medida cuentan con las siguientes atribuciones:
152
la comunidad terapéutica
• Celebrar convenios con instituciones públicas y privadas para el
cumplimiento de lo dispuesto en el presente artículo;
• Coordinar acciones con las demás autoridades del Sistema Integral
de Justicia Penal para Adolescentes;
• Diseñar y ejecutar el Plan Individualizado de Actividades, así como
el Plan Individualizado de Ejecución;
• Proporcionar todos los servicios disponibles para la plena reinser-
ción y reintegración familiar y social de las personas adolescentes,
en coordinación con las autoridades corresponsables y coadyuvan-
tes que se considere conveniente;
• Canalizar a la persona adolescente a servicios sociales de asisten-
cia, públicos o privados, en materia de salud, educación, vivienda,
apoyo jurídico y de adquisición de habilidades y destrezas para el
desempeño de un oficio, arte, industria o profesión, cuando la mo-
dalidad de la medida cautelar, de la suspensión condicional del pro-
ceso, o la medida de sanción impuesta así lo requiera;
• Adoptar las acciones necesarias para proteger la integridad física y
psicológica de las personas adolescentes que estén bajo su respon-
sabilidad en la medida de sanción de internamiento;
• Asegurar que todo el personal que tiene trato con las personas ado-
lescentes, incluyendo el de seguridad, sea especializado;
• Participar en el diseño e implementar la política pública correspon-
diente al Sistema.
Por otro lado, la Ley establece que el poder judicial promoverá la coo-
peración de las diferentes secretarias de estado y sus equivalentes de las
entidades federativas como Desarrollo Social, Economía, Educación Públi-
ca, Salud, Trabajo y Previsión Social, así como la Comisión Nacional del
Deporte. Adicionalmente proporcionarán los programas de servicios para
la reinserción al interior de los Centros Especializados para favorecer la
inclusión educativa, social y laboral de las personas adolescentes privadas
de la libertad, próximas a ser externadas.
De esta manera, en la CT del PACIA se han gestionado servicios espe-
cializados de:
• Servicios psiquiátricos y tratamiento psicofarmacológico,
• Servicios de salud mental y psicoterapia,
• Reinserción escolar y certificación de grados escolares,
• Capacitación para el empleo,
• Actividades artísticas,
153
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

• Actividades culturales,
• Actividades recreativas,
• Actividades deportivas

EL OBJETIVO DEL TRATAMIENTO

A LAS ADICCIONES

“Al trastorno de dependencia al consumo de sustancias psi-

coactivas siempre le subyace un problema de tipo emocional
que detona la compulsión del consumo. Su tratamiento psico-
terapéutico tiene el objetivo de la elaboración de los problemas
emocionales no resueltos y control de los eventos sintomáticos.
Entonces el objetivo del tratamiento a las adicciones va más
allá de la abstinencia y también promueve el cambio psicológi-
co y el estilo de vida”.

La reinserción social incluye el arte, la cultura

y el deporte en espacios públicos.

154 155
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

5. LECCIONES APRENDIDAS
Y CONCLUSIONES.

Construcción de modelos de tratamiento
por y para las mujeres.
El gran reto que tenemos sobre los servicios de tratamiento a las adiccio-
nes en nuestro país y, en particular, con las personas adolescentes privadas
de su libertad, consiste en promover una cultura de la clínica comunitaria.
La CT requiere construir evidencia de la eficacia de sus intervenciones y
éstas sólo se obtienen de la revisión constante de los diagnósticos, los pla-
nes individualizados y sus resultados, bajo una mirada multidisciplinaria.
Que los equipos revisen y evalúen cada caso en tratamiento es la mejor vía
para la construcción del conocimiento.
Por ahora quiero referirme a un marco teórico poco utilizado en esta
incipiente cultura de la clínica comunitaria, pero fundamental en la com-
prensión de la psicopatología de las adicciones: el psicoanálisis. No sobra
decir que no hablamos de su técnica, sino de la explicación etiológica de
los trastornos, más allá de la descripción psiquiátrica sintomatológica. La
tranferencia, la elaboración, la interpretación y la identificación de los me-
cansimos de defensa, las resistencias grupales, los pactos inconscientes,
son fenomenos grupales que tienen que ser identificados y comprendidos
para planear las intervenciones psicoterapéuticas. A fin de cuentas, la téc-
nica de la CT consiste en analizar y reflexionar los conflictos relacionales
para su elaboración, entonces la aplicación psicoanálitica puede ser una
de las herramientas utilizadas, entre muchas otras, que se utilizan para
este propósito. No se trata de una CT de orientación psicoanalítica, sino de
un enfoque multidisciplinario que no desdeña una de las principales teo-
rías de referencia para comprender los conflictos relacionales que emer-
gen en la cotidianidad de las personas adolescentes.
Como hemos visto, la CT para el tratamiento de las adicciones, es una
dinámica de relaciones intensas y permanentes, que suceden en el marco
de un programa de rehabilitación altamente estructurado que promueve
la visibilización de los conflictos relacionales de las personas adolescentes

156 157
s i m ó n t av e r a r o m e r o
en tratamiento. Esta actuación conlleva fenómenos psíquicos, conscientes
e inconscientes, como son las fantasías, las defensas, los síntomas, la or-
ganización de la personalidad y el carácter. De igual modo, la técnica de la
CT, facilita el pasaje del acto a la palabra, del conflicto actuado a su elabo-
ración psíquica, de la conexión de la acción al pensamiento en un ejercicio
de procesamiento secundario para su análisis y reflexión, que favorezcan
la integración de nuevos contenidos y aprendizajes sobre uno mismo, a
partir de la interacción. El grupo de encuentro es un espacio ideal para es-
tos procesos de simbolización, así como grupos de reflexión, psicoterapia
y el psicodrama.
El concepto del inconsciente ha marcado un cambio de paradigma en la
historia de la salud mental y la psicopatología. La teoría psicoanalítica ha
permeado la vida cotidiana, la cultura y la ciencia en diversos aspectos y
las adicciones no son la excepción. Veamos algunos enlaces de esta teoría
con el modelo de Comunidad Terapéutica.
En cuanto a los objetivos del tratamiento. El objetivo de la terapia psi-
coanalítica es hacer consciente lo inconsciente y el principal foco de aten-
ción son los contenidos emocionales que están relacionados con los sínto-
mas patológicos del consumo problemático de sustancias psicoactivas. La
intervención terapéutica, por tanto, busca esta integración de lo incons-
ciente, para proporcionar un nuevo sentido a la vida emocional de la per-
sona adolescente en CT a través de un conocimiento más profundo de sí
mismo. De esta manera, la estrategia en CT comparte con el psicoanálisis
el acompañar al residente en este descubrimiento para entender las mo-
tivaciones conscientes e inconscientes y estar en posibilidad de controlar
sus síntomas patológicos.
Por ejemplo: un residente en tratamiento en la CT narra un sueño y
describe como se encontraba con sus amigos en una esquina del barrio, to-
mando cerveza y drogándose. Al pasar un homosexual junto a ellos, siente
una tremenda repulsión y odio a tal grado que comienza a perseguirlo y
tirarle de balazos; frente a este contenido del sueño, el terapeuta le pre-
gunta si él siente esa misma necesidad de mantener a raya sus impulsos
homosexuales, a lo cual responde después de un largo silencio…“sí, me
excitan”. Después de varias sesiones de grupo, esta persona descubre que
su consumo de drogas cumplía con la función de disminuir la angustia
que sentía frente a su deseo y, a la vez, cierta satisfacción de la compa-
ñía masculina. Al final del tratamiento, el residente podía deliberar sobre
asumir o no sus deseos homosexuales, pero sin la necesidad de drogarse
compulsivamente. El síntoma había sido identificado.
El consumo de drogas como síntoma. El instinto erótico o agresivo,
como elemento constitutivo del sujeto, busca satisfacción y se expresa a
158
la comunidad terapéutica
manera de fantasías. Esta necesidad de la persona se topa con una fuerza
contraria llamada barrera de represión, que tiene la función de salvaguar-
dar el equilibrio emocional. Si el YO, como instancia psíquica que regula
estos instintos, juzga adecuada la posibilidad de satisfacer el deseo, tene-
mos una descarga emocional placentera; por el contrario, si es reprimida
por comprometer el equilibrio emocional, tenemos una represión del de-
seo al inconsciente y la frustración del deseo insatisfecho. Este contenido
reprimido, vuelve una y otra vez a expresarse pero de manera deformada
para buscar su satisfacción por vía indirecta. Esta expresión deformada,
producto de la lucha de fuerzas o conflicto emocional, se llama síntoma.
El síntoma es una condensación de los deseos y su represión, pero recorde-
mos que el contenido también puede ser agresivo. Esta es una manera de
entender la sintomatología de la persona con dependencia: compulsión
de consumir, falta de control de impulsos, deseo impostergable, ansiedad
y conductas autodestructivas. ¿Qué deseo y qué amenaza inconsciente
son inherentes al síntoma del consumo de la persona con dependencia?
Es lo que la persona adolescente tiene que investigar y el tutor promo-
ver, para llegar al núcleo del conflicto emocional. Algunos de los conflictos
internos que hemos observados están relacionados con dificultades para
transitar a una vida autonóma e independiente, fijaciones orales y depen-
dencia infantil, intentos frustrados de emancipación familiar de la per-
sona adolescente, formas de resolver situaciones de ansiedad mediante
comportamientos regresivos o maniaco depresivos y, en general, estados
de sufrimiento emocional.
La transferencia. Los fenómenos transferenciales son universales, es
decir, aparecen en cualquier situación o relación interpersonal estableci-
da, aunque existen dispositivos diseñados para favorecerla, como es la
vida compartida privada de la libertad. Podemos entender la transferen-
cia como un enlace falso en donde un sujeto deposita en otra persona,
contenidos inconscientes del pasado, así la persona experimenta con toda
“normalidad” dos planos en las relaciones interpersonales y superpone el
“allá y entonces” con el “aquí y ahora” de una manera ajena a nuestra
conciencia. La gradualidad de esta superposición es lo que marca nues-
tras referencias de salud-enfermedad. Y he aquí un tema central del trata-
miento, el personal técnico o de seguridad, los pares, los objetivos del plan
individualizado, la reglas serán los principales blancos de la transferencia
de la persona adolescente. En este sentido, la transferencia se vuelve en
un contenido de primera importancia para el proceso psicoterapéutico y
cuando una persona adolescente tiene un fuerte conflicto con el tutor o
uno de los instructores, se vuelve tema relevante del análisis pues habrá
que investigar cuanto del “allá y entonces” se ha confundido con el “aquí
159
s i m ó n t av e r a r o m e r o
y ahora”. Por ejemplo, es frecuente observar como el tutor pasa de ser una
“figura idealizada” por la persona adolescente, a ser un “enemigo temible
y odiado”, sin existir una razón justificable para este cambio polarizado.
Es posible que exista una relación transferencial que actualice prototipos
infantiles de relación como son el pasado traumático de abandono, los
maltratos y violencia parental o relaciones fusionales de dependencia, de
manera inconsciente. El trabajo psicoterapéutico consiste justamente en
que la persona adolescente en tratamiento logre, después de mucho tra-
bajo de análisis, diferenciar los contenidos transferenciales del pasado, de
las personas y objetos del presente. Por esta razón, cuando se presentan
situaciones transferenciales, el terapeuta siempre pregunta ¿y ésto que
sientes por esta persona, qué te recuerda?
La organización borderline de personalidad. Es la comorbilidad más fre-
cuente asociada al trastorno de dependencia en el consumo de sustancias
psicoactivas, entre ellas la personalidad antisocial. Este tipo de organiza-
ción de la personalidad ha sido utilizada para ubicar los trastornos que
transitan entre la neurosis y la psicosis, sobre todo en lo referente a la pér-
dida de la capacidad de juicio de realidad en situaciones de estrés y predo-
minio de la agresión en las relaciones de objeto internalizadas, acompaña-
do de las defensas maníacas. Veamos algunas de las características más
relevantes o clave psicodinámica:
• Funciones alteradas del YO. No tienen capacidad de ser realistas en
programar sus vidas; no tienen capacidad de defenderse contra los
impulsos primitivos eróticos o agresivos; y, predominan los proce-
sos primarios sobre los secundarios. Por lo tanto, estos indicadores
diagnósticos establecen necesidades de depender de alguien para
programar su vida, defenderse de los impulsos primitivos e inte-
grar pensamiento primario y secundario, mismos que tienen que
ser consideradas como áreas de intervención en CT.
• Sintomatología asociada al consumo. La agresión como afecto prin-
cipal, inestabilidad en las relaciones interpersonales, ausencia de
una identidad de sí o imagen devaluada, depresión generalizada,
impulsividad, episodios psicóticos pasajeros, automutilaciones, ten-
tativas manipulatorias de suicidio, temores no adecuados de aban-
dono, oscilación entre extrema severidad y extrema indulgencia.
• Ansiedad. La organización borderline de la personalidad y con
dependencia, tienden a establecer con las personas una relación
muy exclusiva y sin riesgo alguno de abandono por lo que pade-
cen una ansiedad persistente de separación; frecuentemente de-
sarrollan durante el tratamiento una cura “como si” en donde la
160
la comunidad terapéutica
persona adolescente se identifica con el personal técnico para no
ser abandonado; y, con recaídas en la conducta sintomáticas como
acting out.
• La fantasía de los borderlines es mantener una relación de tipo
fusional, simbiótica y, por esta razón, le acompaña el miedo cons-
tante a ser devorado y perder su identidad, pero también con un
pánico profundo a ser abandonado, siempre oscilando entre am-
bas fantasias.
• Los mecanismos de defensa que utilizan de forma masiva, son la
escisión, la omnipotencia, la idealización, la negación y la identifi-
cación proyectiva, más conocidas como defensas maniacas.
Algunos ejemplos observados en una CT externa al sistema penitenciario:
• “Un joven en tratamiento había establecido una fuerte relación
transferencial con una tutora. La relación era tan fuerte que la con-
trolaba en todo momento y si ella hablaba con otros residentes,
se ponía furioso hasta romper vidrios y amenazarlos físicamente.
Una noche, este joven despertó en la madrugada y comenzó a gritar
que en ese momento su tutora estaba teniendo relaciones sexua-
les con uno de sus compañeros”. Como puede observarse, se trata
de una experiencia casi psicótica en donde hay una alteración en
la interpretación de la realidad. Posteriormente, el joven reconocía
que sentía un afecto intenso por la tutora y que era normal que ella
debía interactuar con todos los residentes, pero que no podía con-
trolar los intensos celos que experimentaba.
• Durante una asamblea, con presencia de todos las personas adoles-
centes en tratamiento y sus familiares, uno de ellos que tenía 1 mes
de haber ingresado, les manifiesta a todos que tenía el virus del sida
y que por esta razón abandonaba el tratamiento, pidiendo que lo
comprendieran y que le permitieran consumir marihuana de ahora
en adelante. La manipulación con idea de muerte y la violencia ma-
siva es espectacular. La persona adolescente logra invadir con toda
la fuerza de su agresión a la asamblea y, de manera particular, a su
familia con esta amenaza de muerte con la clara intención de con-
sumir con toda libertad y tolerancia, un claro ejemplo de sociopatía.
• Al querer ingresar a la CT, un candidato a tratamiento comenta que
desea intensamente cambiar su vida y ser otro. Dice estar dispues-
to a ingresar al tratamiento y hacer absolutamente todo lo que le
indiquen, que desea comenzar cuanto antes, que está cansado de
drogarse y que se siente avergonzado de lastimar a toda su familia.
161
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Al día siguiente, menciona que le preocupa la condición de su abue-
la, que ya está muy grande en años y no tiene quien la acompañe,
le ayude a cocinar, cruzar las calles, hacer sus compras ni quien la
quiera, que está abandonada y no puede permitirlo. Por esta misma
razón, dice que tiene que renunciar a ingresar a la CT, pero que él
de todas maneras será “otro”, abandonará el consumo, será más
responsable, recuperará a su novia, volverá al trabajo y….cuidará
a su abuela. Hay un claro juego de cambio casi mágico de la rea-
lidad, un vuelco de decidir ingresar a tratamiento y negarse al día
siguiente, una negación a tener un grave problema y pensar que lo
puede resolver solo. Es evidente el uso de las defensas maniacas y
esquizoides con este ejemplo.
El tratamiento en CT para personas adolescentes con organización bor-
derline de personalidad de tipo paranoide. Este tipo de organización de la
personalidad tiende a establecer relaciones escindidas, totalmente buenas
o totalmente malas, como el caso anterior. Esta condición puede ser con-
tenida en la CT, pues la comunidad le permite un cierto equilibrio al poder
estar cerca o lejos, con todos y con ninguno y regular la distancia que le
permita evitar caer en una completa fusión o aislamiento. Entonces los
acercamiento graduales es una forma de modular la ansiedad y entrenar-
se con ejercicios de acercamiento alejamiento que vayan modificando la
fantasía paranoide de agresión externa en primer lugar y, posteriormente,
como agresión proyectada y retrointroyectada. La impulsividad que acom-
paña estas experiencias puede ser flexibilizada al condicionar a la espera
las diferentes demandas planteadas por la persona adolescente y, por esta
razón, se requiere un encuadre definido, claro y estable que contenga la
naturaleza caótica de la personalidad borderline.
Presidir el encuadre. Una vez establecido el encuadre, hay que defen-
derlo de los diversos ataques internos y externos. Las personas adoles-
centes harán intentos de modificar el encuadre, el personal técnico estará
tentado a coludirse, las persona adolescente pueden seducir a los tutores
para ser complacidos, la escisión entre el personal técnico puede ser uti-
lizado como medidas contradictorias en el encuadre y ser manipulado a
su antojo por las personas adolescentes, una alianza entre personalidades
sociopáticas pueden tomar el control de la CT y estallarla, los chantajes
sentimentales o abandonos de los familiares pueden poner el crisis el pro-
ceso, entre muchas más posibilidades.
Tener una actitud terapéutica activa. La actitud terapéutica activa se
refiere a la responsabilidad del personal técnico de diseñar y construir
un encuadre claro y altamente estructurado, así como defenderlos de los
162
la comunidad terapéutica
ataques internos y externos, y, al mismo tiempo, revelar constantemente
su sentido de promover las modificaciones psicológicas y cambios en el
estilo de vida. La escucha está relacionada entre lo que experimenta sub-
jetivamente la persona adolescente en el tratamiento y en la relación con
los residentes, consejeros, y todo el encuadre de la comunidad.
Contener la agresión de la persona adolescente. La persona en trata-
miento tiene la necesidad de separarse de sus partes malas y lo hace pro-
yectándola en los demás miembros del grupo, el personal técnico o el en-
cuadre. Esto sucede cuando las personas adolescentes empiezan a valorar
sus partes buenas que constituyen su persona y sienten el temor de que
las partes malas las destruyan. El personal técnico tiene la función de con-
tener las proyecciones de la persona adolescente y no devolvérselas hasta
que pueda integrarlas y asimilarlas sin temor. Por ejemplo, el rechazo ho-
mofóbico, relacionado con sus propios deseos homosexuales; las agresivas
recomendaciones a los otros sobre el cuidado de la abstinencia, relaciona-
do con el temor de su propio deseo de consumo, entre otros.
Enfrentarse a las conductas autodestructivas. La vida de la persona
borderline y con dependencia está invadida de acciones autodestructivas
y éstas se manifestarán cada vez que ocurra una situación de estrés in-
tolerable para la persona. Siempre se tiene que prever una situación de
holding que permita a la persona estar protegida, por ejemplo, frente a las
tentativas de suicidio.
Mantener el nivel de intervención en el “aquí ahora”. Esta intervención
se refiere a que el trabajo de reflexión, análisis o interpretación tenga que
limitarse a darle sentido a lo que sucede en ese momento, sin tratar de li-
garlo a otros factores o situaciones pasadas, conocidas como genéticas. La
CT centra su intervención en los conflictos relacionales en el “aquí y ahora”.
Monitorear los sentimientos contratransferenciales. La comprensión
del sentido de los sentimientos contratransferenciales es una de las tareas
fundamentales del personal técnico de la CT y generalmente se realiza por
medio de supervisión externa. La transferencia no es unidireccional, sino
bidireccional, y resulta ser una herramienta muy util al explorar los senti-
mientos que el personal técnico experimenta en la relación con las perso-
nas adolescentes que pueden ser de rechazo, protección, temor, atracción
con sus respectivas fantasías.
Reconducir las acciones a los procesos. La tarea del personal técnico es
mantener el sentido del tratamiento. La pérdida del sentido del programa,
tratamiento, la comunidad, los objetivos, son experimentados por las per-
sonas adolescentes como abandono, ataque, falta de sensibilidad, y puede
crear un conflicto que puede conducir a una crísis del proceso. Entender
el sentido permite controlar la ansiedad de un proceso que no se entiende.
163
s i m ó n t av e r a r o m e r o
Construir conexiones entre la acción y el pensamiento. La vida en la
CT está regida por la organización y la realización de acciones concretas.
Es necesario prever que existan espacios de elaboración de manera que lo
que suceda pueda ser analizado: entender el sentido de lo que sucede en
la vida diaria y que exista una vida diaria qué entender. El momento de la
reflexión es el de la conciencia del sentido, mientras que el momento de la
vida en situación real es el momento de la experiencia del sentido.
Relacionar lo individual con lo grupal y lo grupal con lo individual.
Hay que poner mucha atención en que el individuo no se diluya en el
grupo, ni que el grupo se centre en el individuo hasta perderse. En una
trasgresión al encuadre, un primer acercamiento analiza la trasgresión
y un segundo acercamiento analiza el acontecimiento conectándolo con
la vida del grupo.
Este sería el corolario de la clínica comunitaria y algunas de las refe-
rencias técnicas para la intervención comunitaria. Si el personal técnico
construye una ruta de aplicación de la tecnica de CT y la revisa constan-
temente a través de las reuniones de equipo y análisis de casos, sin duda
estaremos en proceso de construcción del conocimiento y de la tan nece-
saria clínica comunitaria en adicciones.
Al tratarse de un modelo multidisciplinario, entonces algunos elemen-
tos del psicoanálisis pueden armonizarse adecuadamente con el carácter
socioeducativo del programa comunitario como son el fomento de habi-
lidades sociales, cultura de paz y la legalidad, resolución no violenta de
conflictos y perspectiva de género.
• Consideraciones finales.
La CT para el tratamiento de la salud mental y las adicciones es una
propuesta que cuenta con un marco teórico, una técnica de intervención
y evidencia de evaluaciones de impacto que demuestran sus resultados,
además de los supuestos que deben cumplirse para su réplica y los riesgos
que deben preverse para mantener su eficacia y eficiencia. Las principales
condiciones para su aplicación son el ingreso voluntario, sensibilización o
conciencia del malestar emocional, compromiso con el plan individualiza-
do, participación de la familia y percepción de una necesidad de cambio.
El reto en el tratamiento con adolescentes en conflicto con la ley consiste
en una aplicación rigurosa del método y la obtención de evidencia clínica
para documentar sus resultados en el contexto del Sistema Integral de
Justicia Penal para Adolescentes y los centros especializados.
La obtención de la evidencia puede provenir de un sistema de eva-
luación y monitoreo que obtiene sus indicadores de proceso, resultado e
164
la comunidad terapéutica
impacto a partir de la teoría de cambio de la CT, como son problemas
emocionales elaborados, habilidades sociales construidas, capacidades
parentales instaladas, proyecto de vida gestionado, red de apoyo articula-
da y, en general, las condiciones que garanticen un proceso de reinserción
familiar y social con pronóstico favorable. En el proceso de reinserción se
encontrarán situaciones adversas que no están en nuestras manos y, por
esta razón, debemos garantizar la mayor rigurosidad posible en los que sí
están bajo nuestro control.
En este sentido, crear las capacidades organizativas, de gestión, re-
flexión y análisis y conducción de grupo de la persona adolescente dentro
de la CT es una preparación para el egreso. La puesta en práctica de estas
capacidades en los contextos de las comunidades locales, redes sociales y
grupo familiar, será la prueba de la viabilidad del proyecto de vida.
De lo anterior, se puede inferir que los resultados de la CT dependen de
dos factores:
De los aprendizajes obtenidos por la persona adolescente durante el
proceso de atención especializada, el compromiso con el proyecto de vida,
el acompañamiento familiar y la red de apoyo instalada.
De la aplicación rigurosa del método por parte del personal técnico
quienes acompañan y conducen los procesos de las personas adolescen-
tes y sus familias.
Entonces, otro de los grandes retos de la CT es garantizar la formación
especializada del personal técnico para contar con las capacidades y ha-
bilidades técnicas necesarias para conducir los procesos de las personas
adolescentes. Esta formación debe estar dirigida a obtener conocimientos
de las diferentes áreas de conocimiento requeridas para la aplicación me-
todológica del modelo y una supervisión que integre la cualidad multidis-
ciplinaria del personal técnico.
Las principales capacidades y habilidades que deben cultivarse en el
personal tecnico, son las siguientes:
Recibir a la persona adolescente y su familia, proporcionando informa-
ción necesaria para introducirla al centro especializado y detectar si exis-
ten problemas de consumo o dependencia en el consumo de sustancias
psicoactivas.
Acompañar a la persona adolescente y su familia e iniciar un proceso
de sensibilización sobre su responsabilidad penal y posibilidades de aten-
ción de sus necesidades, entre ellas de tratamiento de las adicciones.
Elaborar diagnósticos integrales de la persona adolescente o adulta jo-
ven que incluyan la situación individual (salud mental y adicciones), fami-
liar (dinámica relacional y capacidades parentales), comunitaria (grupos
de pares, cultura, organización y participación), y social (situación escolar,
165
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

de salud, empleo y participación en actividades de arte, cultura, deporte,

entre otros). “La calidad del tratamiento a las adicciones es directamente propor-
Diseñar el Plan Individualizado de Actividades o de Ejecución con técni- cional a la calidad de la formación de las personas que lo proporcionan”.
cas participativas que involucren a la persona adolescente o adulta joven,
su familia o responsable y personal técnico especializado. El Plan debe Espero que este trabajo promueva la clinica comunitaria e impulse el
contener diagnóstico, pronóstico y estrategia de intervención, además de fortalecimiento en la calidad de los servicios y las personas adolescentes
objetivos, metas e indicadores medibles. en conflicto con la ley tengan una posibilidad de cambio y acceso a estilos
Implementar un programa comunitario con actividades socioeducati- de vida dignos, seguros y libres de violencia.
vas, de capacitación para el empleo, atención psicológica y terapia fami-
liar, recreativas, culturales y deportivas.
Presidir el encuadre terapéutico y conducir los conflictos a los espacios
reflexivos para su elaboración psicológica.
Favorecer los objetivos estratégicos de sensibilización, sentido de reali-
dad y aceptación del proyecto de vida.
Aplicar evaluaciones de proceso individual a través de indicadores con
respecto a la relación consigo mismo, con la familia, personal técnico y de
seguridad, objetivos del Plan Individualizado y con cada una de las activi-
dades del programa colectivo.
Dar seguimiento al proceso de reinserción y aplicar evaluaciones de
impacto.
Se recomienda que el personal técnico cuente con un perfil académico
que le permita comprender la adicción en términos biológicos, psicológi-
cos, culturales y sociales. En cuanto al psicoanálisis, es importante contar
con una formación continua para entender conceptos básicos como meca-
nismos de defensa, transferencia, contratransferencia, síntoma, conflicto
emocional y organización de la personalidad borderline, así como las in-
tervenciones clínicas correspondientes.
Quiero resaltar con respecto al tema del tratamiento a las adicciones,
que es muy importante que el personal técnico desarrolle una especiali-
dad en el tema de los trastornos límite de la personalidad, en particular,
el narcisista, antisocial y paranoide, además de temas de adolescencia,
violencia y delincuencia. De igual manera, adquirir la habilidad y el cono-
cimiento para elaborar diagnósticos diferenciales de estas psicopatologías
y comprender los mecanismos de defensa que utilizan, los conflictos emo-
cionales de estas estructuras de personalidad con sus ansiedades y fanta-
sías típicas, así como como el carácter y la sintomatología asociada. Este
es uno de los desafíos para la formación del personal técnico.
Se concluye este trabajo con una frase que repite constantemente el
Pbro. Gabriel Mejía, director de Hogares Claret en Colombia:

166 167
 Nuestra gran comunidad en consejería terapéutica en adicciones.

168 169
s i m ó n t av e r a r o m e r o la comunidad terapéutica

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174 175
La comunidad terapéutica para el tratamiento de la salud mental
y las adicciones con adolescentes en conflicto con la ley,
de Simón Tavera Romero,
se terminó de imprimir en septiembre de 2023,
en los talleres de Soluciones Gráficas MC,
Calle 31 de julio de 1859 Mz. 102, Lt. 1090
Col. Leyes de Reforma, C. P. 09310 Alc. Iztapalapa
Ciudad de México, México

La edición consta de ejemplares