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¿Cómo se desarrollan los desastres naturales?

Un desastre natural se produce por la localización de asentamientos precarios en zonas de alto riesgo, urbanizaciones
rápidas y descontroladas que agravan los riesgos de inundaciones y corrimientos de tierra, recursos deficientes de salud,
falta de organización y economías pobres que en general carecen de equipos de medición y prevención.
La Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres (UNISDR) entiende que los desastres
naturales ocurren exclusivamente por las acciones del hombre en su entorno. De ahí que considere que el concepto
de “desastre natural” es equívoco, y lo atribuya exclusivamente al resultado de la falta de planificación del hombre ante
los procesos de la naturaleza. Según datos de este organismo, por ejemplo, el 80% de las muertes en un terremoto se
produce por construcciones inadecuadas en zonas de riesgo.
Los desastres naturales (como la lluvia, terremotos, huracanes y tsunamis entre otros) se convierten en desastres
cuando superan un límite de normalidad, medido generalmente a través de un parámetro. Este varía dependiendo del
tipo de fenómeno, pudiendo ser la escala de magnitud de momento, la escala de Richter, la escala Saffir-Simpson para
huracanes, etc. Los efectos de un desastre pueden amplificarse debido a una mala planificación de los asentamientos
humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta provocados por el hombre se torna
un poco difusa. Por otra parte, algunos desastres son causados únicamente por las actividades humanas. Algunos de
estos son: la contaminación del medio ambiente, la explotación irracional de los recursos naturales renovables como los
bosques y el suelo no renovables como los minerales; también, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de
alto riesgo.
La actividad humana en áreas con alta probabilidad de desastres se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto riesgo
sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre o reducir sus efectos negativos se conocen como
de zonas de alta vulnerabilidad. A fin de la capacidad institucional para reducir el riesgo colectivo de desastres, estos
pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a este debido a carencias en la
planificación y en las medidas de seguridad también crear un plan de emergencia.
Las causas de un desastre natural no siempre son determinables, o simplemente responden a factores ambientales que
resulta imposible predecir.
Los desastres naturales pueden clasificarse conforme a su naturaleza en:

Deslizamientos de masas. Se llama así a los aludes, avalanchas y otras formas de deslizamiento o corrimiento de masas
terrestres, como piedras, montañas de tierra, lodo, etc.

Fenómenos atmosféricos. Aquellos derivados de condiciones atmosféricas o del clima, como pueden ser la sequía o
las tormentas eléctricas, las ventiscas o los huracanes.

Desastres biológicos. Pandemias y otras proliferaciones desordenadas de algunos organismos por encima de los demás,
ocasionándoles la muerte en masa, como pudo ser la peste negra en la Europa medieval.

Erupciones volcánicas. Ocurren cuando el magma hirviente de las capas profundas de la Tierra brota hacia afuera a
través de volcanes, conformando nuevas capas de la superficie terrestre y quemándolo todo a su paso.

Fenómenos espaciales. Se refiere a la caída de objetos desde el espacio sideral, como fue el caso del meteorito que
impactó en Yucatán, México, y que supuestamente habría extinguido a los dinosaurios.

Incendios forestales. A menudo la sequía y el intenso sol, cuando no la presencia de residuos de vidrio o de
otros materiales que sirven para concentrar los rayos solares, desencadenan enormes incendios que pueden
devorar hectáreas de pastizales o incluso bosques a su paso.

Terremotos. Son movimientos violentos y desordenados de la corteza terrestre por acción de los movimientos
tectónicos de la superficie terrestre. Pueden ser leves y ocasionar poco daño, o ser verdaderos sacudones
que hacen colapsar edificios y montañas y ocasionan otros desastres subsiguientes.
Tsunamis e inundaciones. A menudo fruto de terremotos o de abruptos cambios climáticos (vaguadas,
tormentas, etc.), los tsunamis y las inundaciones respectivamente lo anegan todo a su paso, acumulando
masas de agua que al liberarse pueden arrastrar todo a su paso o simplemente sumergirlo arruinando
cosechas y destruyendo poblaciones.

Algunos de los desastres naturales más recurrentes son:

Huracanes. Sistemas climáticos caracterizados por vientos intensos atrapados en un eje de baja presión, acompañados
de lluvias constantes y tormentas eléctricas.

Tornados. Formaciones de masas de aire frío y caliente que giran el uno alrededor del otro con tanta velocidad que
adquieren fuerza suficiente para levantar todo a su paso y derruir edificaciones.

Terremotos. Como hemos dicho, se trata de sismos muy intensos (superiores a 5 en la escala de Richter con que se los
mide), de cuya intensidad y duración depende la magnitud de los daños estructurales que cause.

Avalanchas. Aludes de piedras y otros materiales deslizantes (nieve, árboles, barro, etc.), que se acumulan y luego se
derrumban sobre aquello que tengan debajo, ya sean centros poblados o cauces de ríos ocasionando inundaciones.

Olas de calor. Los cambios climáticos producto del efecto invernadero y el calentamiento global suelen alterar el clima y
extremarlo, causando heladas en invierno y brutales olas de calor en verano, ambas incompatibles con la vida y
causantes de sequías (que a su vez pueden causar hambrunas) o inundaciones.

En muchos casos, las acciones humanas pueden conducir a desastres naturales o pueden aumentar su frecuencia. Esto
no significa que sean su responsabilidad directa, pero sí que no se han tomado las medidas para disminuir el riesgo, sino
todo lo contrario.

Por ejemplo, el incremento en los márgenes de contaminación atmosférica conduce al efecto invernadero y éste al
calentamiento global, que incide en el clima acarreando sequías, tormentas huracanadas, inundaciones y otros
fenómenos parecidos, que a menudo ocurren fuera de temporada, tomando a la humanidad por sorpresa.

Otro ejemplo típico es la edificación irresponsable, que urbaniza el cauce de antiguos ríos o en zonas aledañas a un
volcán activo, exponiendo a la población a una tragedia.

Acuerdos internacionales
Los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas y de otros grupos que estudian el medio ambiente por
disminuir los desastres naturales, produjeron una serie de protocolos de regulación de la actividad contaminante
humana y de campañas informativas en zonas vulnerables, como es la celebración del Día Internacional para la
Reducción de los Desastres, celebrado el segundo miércoles de Octubre.

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